Irremplazable Relación Dialogal

IRREMPLAZABLE RELACIÓN DIALOGAL, YO Y TÚ,
COMO CAMINO HACIA LA RECUPERACIÓN DE LA

NATURALEZA SOCIAL Y FIN DE LA POLÍTICA
JUAN CARLOS SANTOS HANDAL
Trabajo de Ensayo
Profesor (es)
Pbro. Miguel Marte M.Sc
Juan Antonio Hernández M.Sc
SEMINARIO MAYOR NUESTRA SEÑORA DE SUYAPA

FACULTAD DE CIENCIAS RELIGIOSAS
CON ÉNFASIS EN FILOSOFÍA
II FILOSOFÍA
DISTRITO CENTRAL
2022
“Martin Buber (Viena, 1878 - Jerusalén, 1965) Escritor y filósofo israelí. A raíz del
divorcio de sus padres, se crió en la localidad austriaca de Lemberg, donde residía su
abuelo paterno, Salomón Buber, un famoso erudito rabínico. Allí conoció la Biblia, la
lengua hebrea clásica y el pensamiento judío ortodoxo y compartió la vida de oración y
estudio de los piadosos seguidores de la corriente jasídica. A los catorce años regresó
a la casa paterna y en 1896 inició estudios de filosofía e historia del arte en la
Universidad de Viena, que más tarde continuó en Leipzig, aunque finalmente se
doctoró en Berlín en 1904. En el pensamiento de Martin Buber influyeron con gran
fuerza la obra de Kierkegaard, padre del existencialismo, y el estudio del misticismo
judío que floreció en Polonia a mediados del siglo XVIII, conocido con el nombre de
jasidismo. Toda su vida de estudioso y su extensa producción de filosofía e historia de
la religión tuvieron como objetivo la construcción de un renovado puente cultural entre
el judaísmo y el cristianismo. Éste es el motivo de la gran popularidad y el consenso
que le acompañaron”.1
“Es más conocido por su filosofía del diálogo, un existencialismo religioso centrado en
la distinción entre relaciones directas o mutuas (a las que llamó "la relación Yo-tú" o
diálogo) en las que cada persona confirma a la otra como valor único y las relaciones
indirectas o utilitarias, (a las que llamó "yo-él" o monólogo), en las que cada persona
conoce y utiliza a los demás, pero no los ve ni los valora en realidad por sí mismos”. 2
Para una apropiada comprensión y reflexión de este ensayo, quisiera delimitar las
obras del autor qué he seleccionado para llevar a cabo el planteamiento de este
camino de recuperación. Estas son: “Eclipse De Dios” cuyo origen es de conferencias
presentadas en universidades norteamericanas en 1951, junto a “Yo y Tú (Ich und Du)”
escrito en 1923 y siendo esta su obra de mayor relevancia. Martín Buber murió en
Jerusalén el año de 1965.
1
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Martin Buber». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica
en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/buber.htm [fecha de acceso: 9 de noviembre de 2022].
2
Artículo: Víctor Moreno, María E. Ramírez, Cristian de la Oliva, Estrella Moreno y otros. Biografía de Martin Buber
Website: Buscabiografias.com URL: https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/573/Martin%20Buber
Publicación: 2000/03/27. Última actualización: 2021/06/19
2
Habiendo introducido a nuestro exquisito autor, quisiera aprovechar algunas líneas
para poder compartir, con usted querido lector, los pensamientos sentimientos,
situaciones reales Y reflexiones que me han impulsado a poner la maquinaria cerebral
y la buena voluntad a trabajar en busca de un mundo mejor.
Me parece que no es ajeno para ninguno de nosotros, hombres y mujeres concretos,

que estamos viviendo en un mundo cada vez más convulsionado. Una sociedad en la
que la diversidad de pensamientos y opiniones, en lugar de enriquecernos y acercarnos
a la verdad, han venido creando un relativismo que empuja cada vez más a que los
diferentes grupos, en el afán de defender una verdad parcial, se vean envueltos en
conflictos que retroceden a la humanidad por cientos de años, en muchas ocasiones.
Una sociedad, abrumada por un nihilismo, en la que cada segundo que marcan las
manijas del reloj, pareciera representar la reducción de los valores que por siglos han
conducido a la humanidad a través de la aventura del progreso y desarrollo en todos
los sentidos. Una sociedad sumida profundamente en el “olvido ontológico”, carente de
un robusto sentido de “Ser” y cada vez más cosificado, magnificando el sentido del
hombre en “tener”. Una sociedad en la que los grupos primordiales, como la familia y
las escuelas, son diariamente atacadas vigorosamente por dos titanes que debemos
luchar por vencer: la corrupción Y las ideologías. El primer titán, impidiendo que las
familias, sobre todo las más marginadas por nuestra inconciencia humana y
trascendente, puedan tener acceso a estilos de vida “humanizantes” y no tener que
debatirse cada día en la zozobra de tener o no los mínimos de dignidad como:
alimento, vestido, educación Y oportunidades. El segundo titán, que, a través de un
voraz relativismo, busca la imposición de una ceguera epistemológica, que les permita
implantar incoherentes pensamientos de una ideología que pretende arrasar con todos
los valores, empujándonos al borde de la deshumanización.
Ante toda esta situación alguno de los cuestionamientos que pueden surgir entre
nosotros es ¿dónde están nuestros líderes? ¡Necesitamos de líderes! Y es lamentable
reconocer alguno de los siguientes planteamientos: nuestros líderes también están
envueltos en la misma situación o en muchos casos son nuestros líderes los que
propician las condiciones para que los titanes se sigan comiendo a sus hijos.
3
Por lo tanto, he visto en la filosofía de Martín Buber, un pensamiento imparcial, que, sin
abocar a ninguna religión en particular, nos provee un camino de rehumanización de la
sociedad y la política. Lo anterior, a través de la recuperación de una conciencia
trascendente, que nos permita robustecer las relaciones del diálogo entre los seres
humanos, y así, de los seres humanos con el Tú absoluto. “El tú me sale al encuentro
por gracia, significa ser elegido y elegir. La palabra básica Yo-Tú sólo puede ser dicha
con la totalidad del ser”3 y el eclipse de Dios que estamos viviendo nos impide el
encuentro cara cara, fragmenta el ser. Sólo este encuentro nos dará una civilización
que busca el bien común O llámese “sumo bien”, como en algún momento lo planteó
Platón.
Entraremos en materia, exponiendo precisamente el pensamiento de Platón sobre la

política y la sociedad.
De acuerdo el pensamiento de uno de los filósofos más importantes de la historia de la

humanidad, la política es el arte de gobernar a los hombres, pero gozando del
consentimiento de estos. Por lo tanto, alguien que se llame político, no es aquel que se
reconoce habilidoso en la manipulación de las personas, no hablamos de tiranía O
corrupción, si no de aquel que ejerciendo el arte de la política es capaz de gobernar a
los hombres teniendo como inicio la plena comprensión de estos Y sus necesidades.
Es entonces que Platón llevará a cabo una clasificación de las formas de gobierno,
enlistando también cuáles son las deformaciones de estos tipos de gobierno. De todos
estos la aristocracia O el gobierno de los sabios, era el sistema perfecto, según lo
describe en la República. En esta forma de gobierno los líderes se desarrollan en una
constante búsqueda de la sabiduría. Asimismo, dentro de la sociedad, estratificó a las
personas de la siguiente manera.
i. Gobernantes: gozan de la virtud de la Prudencia y esta Conduce la razón al bien. No

solo se preocupa por el bien, sino que lo construye.
ii. Guardianes (cuidar y defender): gozan de la virtud de la Fortaleza y esta conduce la

voluntad hacia el bien. Necesaria para poder afrontar el mal e imponer el bien.
3
Martin Buber. Yo y Tú. Traducción de Carlos Díaz Hernández. Herder. 1 edición Digital 2017. P.10
4
ii. Artesanos (Producción de bienes y servicios): gozan de la virtud de la Templanza y
esta conduce la voluntad al bien.
Todo esto llevando a la vivencia de la Justicia. A una búsqueda constante por alcanzar
el bien común de todas las personas, cada quien cumpliendo su responsabilidad Y
reconociendo al otro cómo una persona del conjunto Y no como un medio de
acumulación de riquezas U objeto de aprovechamiento.
Ha llegado el momento justo para introducir la filosofía del diálogo Y el reconocimiento

del eclipse de Dios de Martín Buber.
Anteriormente he mencionado a hombres y mujeres concretos en una realidad. La

religión es parte de esta realidad ya que “la fe no es un sentimiento aposentado en el
alma del hombre, Sino un adentramiento en la realidad, un adentramiento en toda la
realidad, sin reducciones ni cortapisas”. 4 Con esto nos referimos a la vivencia de una
religión no sólo con sus preceptos, Sino aquella que nos envuelve en presencia,
encuentro, relación y conciencia trascendente de algo más allá. Es decir, permea al
hombre en unidad total. Claro está que la religión puede llegar a ser incorrectamente
reducida al encuentro con fenómenos, ideas u objetos. Una cosificación (ello) total se
crea en la relación trascendente e interpersonal. En cambio, una verdadera relación
está basada en la reciprocidad ya que “del ser humano al que llamo tú, no tengo
conocimiento experiencial. Pero estoy en relación con él en la sagrada palabra básica.
La experiencia de ser tú en la lejanía. Pues el tú es más de lo que ello conoce” 5
También es muy común que, en la vivencia de una vida religiosa, sea la denominación
que usted practique, nos divaguemos en una serie de representaciones e intentos de
conceptualización del tú absoluto. En muchas ocasiones, está usada práctica puede
llegar a generar superestructuras de ideas que tarde o temprano terminan por incumplir
su propósito. No refiero que pensar sobre el absoluto sea en si algo incorrecto, si no
me refiero al espejismo de que pensarlo le abarca. Si esto sucede es posible que, ante
el intento de reducirlo a un sistema conceptual, como a través de la historia ha
intentado la filosofía, terminemos por aumentar el eclipse que hoy vivimos y generemos
4
Martin Buber. Eclipse de Dios. Breviario del fondo de cultura económica. Traducción: Luis Fabricant. Ediciones
nueva visión S.A.I.C de Argentina. P.10
5
5
nosotros mismos el impedimento de un encuentro original. Corremos el riesgo entonces
de quedarnos en “el mundo de las ideas”, en lo “ello” y cosificar un encuentro
trascendente, como un objeto inmanente. “Quien en el mundo de las cosas se contenta
con experimentarlas y usarlas se ha construido un edificio una superestructura de ideas
donde haya refugio y paz frente al vértigo de la futilidad”. 6 Es importante reconocer que
el intento de “el antropomorfismo refleja siempre nuestra necesidad de preservar la
cualidad concreta puesta de manifiesto en el encuentro, es en el encuentro mismo
donde nos vemos confrontados con algo abrumadoramente antropomórfico, algo que
exige reciprocidad, un tu primario”. 7 Podemos afirmar, que la necesidad que
exponemos con el intento de conceptualizar y representar, es parte del grito del
absoluto interno en nuestra propia esencia, que busca manifestarse en nuestra
realidad. Este grito debe antes pasar por el “ello”, pero no quedarse ahí. Aun y cuando
es verídico que hay un componente experiencial, debemos ser muy cautelosos y no
limitar al absoluto por nuestra necesidad ya que “el encuentro con la voz original, con la
fuente original del si o del no, no puede ser reemplazado por ningún encuentro con
uno mismo”.8 Muy bien lo dijo Buber, hoy nos enfrentamos a un eclipse de la luz del
absoluto, un eclipse de Dios, no porque él se haya escondido, el astro que irradia
nunca se esconde del irradiado, sino es algo que se impone, Evita el “vis-a-vis”, de
lado del irradiado.
Tiene sentido deliberar que ha sido este eclipse el que ha generado el deterioro social y
político. Casi retrocediéndonos a épocas primitivas. Como lo indica la historia, las
revelaciones de trascendencia primitivas siempre estuvieron directamente relacionadas
con objetos o manifestaciones de la naturaleza, y estas, para los pueblos primitivos
representaban una relación por completo, aun y cuando fuera solo un objeto.
Confirmando así, que evidentemente, “el ser humano ha llegado a ser capaz de yo, el
que dice yo-ello, y se sitúan de las cosas, no frente ellas para el torrente de la acción
recíproca”.9 Casi nos hemos convertido en especialistas, a la hora de identificar a
6
7
8
9
6
quienes nos rodean como “algo” de lo que me sirvo, y no “alguien” con quien camino.
Nótese que al hacer uso de la palabra alguien intento explicitar la relación con un ser y
no apenas un ente. Si bien es cierto ante todo encuentro empezamos todos siendo
“ello”, “quien solamente vive con el ello no es ser humano”. 10 “Cada ello puede
convertirse en un tú por la entrada en el acontecimiento de la relación” 11, es esta la
meta. Hasta este punto del recorrido podemos deducir que muchos de nuestros líderes
políticos siguen viviendo en el ello, siendo eclipsados totalmente por los impulsos
desmedidos de poseer, de acaparar, de aprehender todo de todos. Hemos llegado a un
punto donde una población en los momentos de campañas políticas es reducida a un
número de voto, alienando completamente las dificultades y necesidades que como “tú
compañero” puede estar experimentando. Viviendo en el “ello” desaparece de nuestra
mente el principio natural de la política, es decir, la persona y la búsqueda del bien
común, como camino al “sumo bien”. El impedimento de un encuentro con el “tú
absoluto” genera una ceguera o inconciencia trascendente, para poder descubrir el
verdadero “yo” que me descubre el verdadero “tu”. Es así que el “Yo-tú encuentra su
más alta intensidad y transfiguración en la realidad religiosa, en la cual el ser ilimitado
se convierte, en cuanto persona absoluta, en mi compañero”. 12 Podemos hablar del
proceso de transformación del yo-ello al yo-tu como una “hipostación”, que desde lo
concreto del ser conforman una sola sustancia.
Así mismo, me parece que la malentendida política, consecuencia del eclipse de

trascendencia, además de generar una cosificación degenerada AdExtra también lo ha
hecho AdIntra. Sucumbiendo a la tentación de algunas corrientes de pensamiento
filosófico, de colocarnos nosotros los hombres, como “la medida de todas las cosas”. El
problema está que al hacerlo “lo que se encuentra se confronta con la imagen, no con
la llamada ideal sino con la imagen surgida de ese misterio del ser mismo que
llamamos persona”.13 ¿Qué puede resultar si, en una construcción, nuestra medida de
10
11
Ibid. (10)
12
13
7
demarcación es una columna irregular? Nada más y nada menos que todas las
columnas sean irregulares. “El hombre que busca la distinción y la decisión en su
propia alma no puede extraer de ella, de su alma, una escala de valores absoluta. Sólo
de una relación personal con lo absoluto puede surgir el carácter absoluto de las
coordenadas éticas”.14 Específicamente lo dirá Platón como una crítica al enunciado
sobre el hombre como medida de todo: “Dios es la medida de todas las cosas”. Es en
el “ethos eterno”, “Dios”, “absoluto”, “Motor inmóvil”, “demiurgo” etc. donde
encontramos la medida del “bien y el debiera ser”, ambos unidos a lo intrínseco del ser.
“El bien confiere el ser a cada cosa individual, no simplemente para que exista, sino
para que pueda perfectamente llegar a ser aquello para lo que fue creada”. 15
Innegablemente, desde estas ideas existe el riesgo de reducir nuestro propósito
únicamente a lo ético. Nada más equivocado. La trascendencia es parte del ser de
cada persona, un llamado interior, que trasciende el mismo bien de una vida ética. Por
lo tanto, será interesante abordar el concepto de “suspensión de lo ético” desarrollado
por Kierkegaard.
Kierkegaard estableció que la suspensión teleológica de lo ético es “la validez de un

deber moral que puede verse a veces suspendida de acuerdo con la finalidad de algo
superior, de lo más elevado posible”. A toda costa podemos identificar aquí una
especie de relativización de lo universalmente ético. De esta manera arrancamos por
completo cualquier matiz de lo absoluto. Sin embargo, repondrá Kierkegaard: “el deber
es en realidad sólo la expresión de la voluntad de Dios”. Podrá cuestionarse: si
hablamos de ética, ¿por qué es un problema el eclipse de Dios? Pues porque, “el
hombre que oye se entera totalmente de lo que se le exige; el Dios que habla no
plantea enigmas”.16 Es en la medida en que recuperamos nuestra conciencia de algo
más allá, de algo que nos trasciende para trascender, que somos capaces de identificar
el verdadero valor de todo cuanto nos rodea y comprendemos qué es lo
verdaderamente correcto y justo de mi actuación con los demás. Exquisitamente lo dice
14
15
16
8
Buber “no hay escapatoria de ella, hasta que no surja la nueva conciencia de los
hombres, la que les emplazará a impedir con el más íntimo poder de sus almas la
confusión de lo relativo con lo absoluto”. Ya es tiempo de escuchar el grito de la
trascendencia y hacer oídos sordos a los falsos absolutos. “Quien ama a Dios sólo
como ideal moral está destinado a llegar pronto al punto de desesperación ante la
conducta del mundo donde, hora tras hora todos los principios de su idealismo moral se
ven aparentemente contradichos”.17
Pero después de tanto desaliento, ¿Cuál es ese camino hacia la verdadera naturaleza
social y política? Ciertamente nos llena de esperanza saber que “el eclipse de la luz de
Dios no es extinción; mañana mismo puede desaparecer aquello que se ha
interpuesto”.18 Infiero que este eclipse se esfumará en la medida que nos planteemos
las preguntas correctas. Es imperativo que los que decimos tener alguna creencia o
conciencia de algo más allá, tomemos acción en la superación de los paradigmas que
nos hacen aferrarnos a falsas imágenes del absoluto. Y quienes niegan algo más,
sobre todo nuestros lideres, se permitan un encuentro, aquí y más allá, dejándose
encontrar por el absoluto.
“Que el hombre creyente que atraviesa el umbral del temor se dirija hacia las
situaciones concretas y contextuales de su existencia, significa precisamente eso: que
soporta ante la faz de Dios la realidad de la vida vivida, por terrible o incomprensible
que sea. La ama en el amor a Dios, a quien ha aprendido a amar”. Es el amor producto
del diálogo desde lo más profundo del ser, en una conexión recíproca de Yo-Tú, lo que
transforma todo. Debemos comprender que esta relación excede todo conocimiento,
aún y cuando pueda tener un comienzo en él. No es apenas una idea si no el ser
existente donde desembocan todas. Intentar reemplazarlo por estas reducciones nos
aleja de él, y de nosotros. Por eso es el irremplazable, por qué la trascendencia es
constitutiva del ser humano, como principio o final, nada puede ocupar su lugar. Todos,
filósofos, sociólogos, empresarios, políticos y sociedad “estarían obligado a reconocer y
emitir el hecho de que su idea de lo absoluto se disuelve al llegar al punto en el cual lo
17
18
9
absoluto vive, que se disuelve en el punto en el cual lo absoluto es amado; por qué en
ese punto lo absoluto ya no es lo absoluto sobre lo cual se puede filosofar, Sino
“Dios”.19
Esta misma conciencia trascendente y encuentro con el absoluto, son capaces de

elevar la relación entre los hombres pues, “la unidad de Dios no es el bien, es el
súperbien”. “Esto sólo significa que Dios ama como una personalidad y que desea ser
amado como una personalidad, y si él no era una persona en sí mismo, se convirtió en
uno, por así decirlo, al crear al hombre, para amar al hombre y ser amado por el, para
amarme y ser amado por mí”. 20 “El amor no se adhiere al yo como si tuviese al tu sólo
como contenido, como objeto, Sino que está entre yo y tú. A quien habita en el amor, a
quien contempla en el amor, a ese, los seres humanos se le aparecen fuera de su
enmarañamiento, Y entonces la persona puede actuar, puede ayudar, sanar, educar,
elevar, liberar. Puede amar a los seres humanos”. 21 El amor es la encarnación del
Absoluto, Así como Cohen, cambió su pensamiento, al tener el encuentro con el amor,
asimismo, una relación de amor sin eclipse, un amor en relación y encuentro yo-tú, es
capaz de reavivar la sociedad con un fuego que nos llevará más allá del limitado ello,
juntos, plenamente yo y plenamente tú.
19
20
Ibid (17)
21
10

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ii. Guardianes (cuidar y defender): gozan de la virtud de la Fortaleza y esta conduce la

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Anteriormente he mencionado a hombres y mujeres concretos en una realidad. La

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