LÍNEA DEL TIEMPO

PRINCIPIOS DE VIDA CRISTIANA

La vocación de Abraham.
Dios dijo a Abraham: Deja tu tierra, tus parientes y la casa de
tu padre y parte hacia la tierra que yo te mostraré. Abraham
responde con la obediencia, la esperanza y la fe, tres aspectos
y dimensiones de su vida que lo proyectaron en el presente
hacia la meta del futuro.

Los demás patriarcas.

Isaac, Hijo de Abraham y de Sara: Dios le pide a Abraham el
sacrificio de su hijo Isaac y luego se lo devuelve. Isaac era figura
de Jesucristo, el verdadero hijo de la promesa y la verdadera
descendencia de Abraham. Y la historia de salvación continuó
en Isaac, que se casó y tuvo dos hijos: Esaú, y Jacob.

Jacob.
Tuvo 12 hijos, que dieron origen a las 12 tribus de Israel. José, el preferido de Jacob, por
envidia fue vendido por sus hermanos. Se lo llevaron a Egipto donde llegó a ser
ministro del faraón. Gracias a su política agraria los habitantes de Canaán pudieron
acudir a Egipto cuando el hambre arreció, sus hermanos, no reconocieron a José, solo
cuando ellos reconocieron su culpa y su pecado al haberlo vendido, José se dio a
conocer y los perdonó. Luego les pidió traer a su padre a Egipto, donde se instalaron.
De esta forma los descendientes de los patriarcas se establecieron en Egipto.

Estancia en Egipto.
Tiempo después del tiempo de los Patriarcas, todos los
descendientes se establecen en Egipto. Allí mismo se
multiplican realizando la promesa de la descendencia de
Abraham. Ante este hecho los egipcios empiezan a temerles y
toman medidas en contra de ellos y los esclavizan

Moisés - La Liberación.
Moisés que acababa de nacer por parte del pueblo israelita, es
puesto en las aguas del río Nilo debido a la persecución y
asesinato de los nuevos descendientes del pueblo gracias a las
leyes del nuevo faraón, es rescatado por la esposa del faraón y lo
adopta.

Misión de Moisés.
Dios se aparece en el desierto a Moisés para
manifestarle quién es Él y cuáles son sus planes de
liberación para su pueblo oprimido. La finalidad de eso
es liberar al pueblo de su esclavitud.

La caminata por el Desierto.

El desierto es la etapa intermedia entre la salida de Egipto y la
conquista de la tierra, es el intermedio entre las dos tierras: la
de la esclavitud y la de la libertad. En el desierto, y este es el
punto fundamental, Dios pacta una alianza, un compromiso
bilateral con su pueblo. De esta manera se forma el pueblo de
Dios

La Alianza.
La institución humana de la alianza, sobre todo la del soberano
y vasallo, sirvió para significar y realizar la unión de Dios con su
pueblo. Es el "sacramento" fundamental que constituye a Israel
en pueblo de Dios. Tanta la alianza, realidad del ámbito político,
coma el matrimonio, realidad del ámbito familiar, sirvieron para
expresar las relaciones entre Dios y su pueblo.

Dios y el pueblo se obligan a ser fieles.

Dios se compromete a ser fiel a su pueblo cumpliendo las
promesas y protegiéndolo. El pueblo se compromete a ser fiel a
su Dios y a sus mandamientos que regulan su vida con Dios y con
sus semejantes. Dios bendecirá o maldecirá a su pueblo, de
acuerdo a su fidelidad e infidelidad a la alianza, al compromiso
pactado con Dios.

La conquista y los jueces.

La conquista de la tierra de Canaán realizada por Josué, el sucesor
de Moisés, pone fin a la caminata por el desierto y corona la salida
de Egipto. La tierra se convierte en don de Dios, pero a la vez
significa esfuerzo humano. Al ser conquistada y Josué luego
repartida, Dios cumple la promesa de la tierra hecha a los
Patriarcas. El pueblo renueva la alianza.
 La monarquía.
Las doce tribus de Israel, constituidas ya por la alianza, se
unifican políticamente, comenzando así la monarquía que surge
tanto por imitación de los pueblos vecinos por necesidades
internas: protegerse contra las invasiones de las naciones que
los rodean.

David.
Samuel, el último juez, hace ver que Dios es el auténtico rey de
su pueblo, y a la vez constata los peligros de una monarquía de
una sola persona. Saúl es el primer rey. Dios le promete a David
que le construirá una casa, una dinastía, es decir, que siempre
habrá en el trono de Judá un descendiente de su familia.

Salomón.
Salomón fue el sucesor de David. Se distingue por su sabiduría,
sus riquezas y grandes construcciones. A él le corresponde el
honor de la construcción del templo de Jerusalén.
Lastimosamente a causa de mujeres se apartó de la alianza con
su Dios y se fue tras los otros dioses. También fue infiel al pueblo
ya que se dejo llevar por las riquezas.

Muerte de Salomón.
Se hace presente el descontento del pueblo, especialmente de
los del Norte, que se habían visto cargados con fuertes
impuestos, entonces el pueblo se divide en dos reinos: el de
Israel y el de Judá. Las Alianzas del Antiguo Testamento, son la
preparación para llegar a la Alianza Nueva, con Jesús. La
historia del Pueblo de Dios. Se hará un recorrido de la historia
del exilio a la restauración del Pueblo de Dios.

El Exilio.
Conforme el pueblo se iba apartando de la alianza pactada con
el Señor, los profetas iban haciendo ver que Dios los castigaría
con la pérdida de la tierra y de la independencia. Fue sobre todo
el profeta Jeremías quien anunció de una manera muy clara que
Dios castigaría las infidelidades del pueblo.

Exilio de Babilonia.
La destrucción de Jerusalén y el exilio en Babilonia fueron un golpe
durísimo para los judíos, especialmente para aquéllos que fueron
deportados a Babilonia. Aun cuando no estaban siendo esclavizados,
eran ciudadanos de segunda categoría, eran los extranjeros que estaban
fuera de su patria que había quedado en ruinas. Bajo el aspecto religioso
la situación no era menos dolorosa, creían que su Dios los había
abandonado, siendo él infiel a la alianza.

Valoración del exilio.

El exilio marca un punto muy importante en la historia salvífica del
pueblo. Por una parte, apareció plenamente su infidelidad a la alianza y
por lo tanto el merecimiento de las consecuencias. Pero, por otra parte,
el exilio sirvió como algo purificador. El pueblo aprendió a conocer
mejor a Yahvéh. Entendió lo que debería ser la alianza y sus
compromisos. El destierro se convirtió así en un lugar de encuentro y
decisión.

Los Profetas.
El profeta es el que habla en nombre de Dios; es
su voz viva en medio del pueblo, para recordar las
promesas entre Dios y su pueblo, para enderezar
y corregir. Por tanto, tiene doble finalidad;
ANUNCIAR Y DENUNCIAR.

Profetas.
Son cuatro mayores: Isaías, Jeremías, Ezequiel y
Daniel; y trece menores: Oseas, Joel, Amós,
Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc,
Sofonías, Ageo, Zacarías, Malaquías y Baruc.

Enseñanzas.
Recordarles la Alianza; reprocharles la infidelidad y las
consecuencias de esa infidelidad, si no se convierten: juicio y
condena; la restauración, como esperanza; el resto; el
Mesianismo; la perspectiva escatológica, es decir, la proyección
de las promesas proféticas más allá del tiempo.
 La Restauración.
Se lanza un decreto permitiendo a los judíos que estaban
deportados regresar a su propia tierra. Los pocos judíos que van
regresando y que se unen a sus paisanos que no habían sido
deportados, se enfrentan ante graves problemas: las murallas de
la ciudad están destruidas, el templo se encuentra en ruinas, las
casas han sido demolidas.

Restauración
Poco a poco, se empiezan los programas de restauración.
En un primer momento los profetas fomentan la
construcción del templo que en el 515 es dedicado. Distaba
mucho de la gloria y magnificencia del templo salomónico.
Casi un siglo después se comienza la reconstrucción de las
murallas de la ciudad.

La llegada de Cristo.
El fin principal del Antiguo Testamento fue, preparar
la venida de Cristo, Salvador universal, y de su reino
mesiánico, anunciarla proféticamente y representarla
con diversas imágenes. La alianza antigua dejaría paso
a la nueva y definitiva.

Jesús.
Dios es más fiel al hombre que el hombre mismo. A pesar de
todas las infidelidades de sus criaturas, «su fidelidad permanece
para siempre». Por eso, cuando se cumplió el tiempo
establecido, Él envió a su mismo Hijo, a fin de hacernos pasar de
la muerte a la Vida. Y esto, no por las obras de justicia que
habíamos realizado, sino solamente por su misericordia.

Nueva Alianza.
Así, mediante la Muerte y la Resurrección de
Jesús, a la ANTIGUA ALIANZA con el pueblo de
Israel sucedió una NUEVA ALIANZA, un nuevo
pacto de amistad que transformó radicalmente
las relaciones de Dios con la humanidad.