J Moreda
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Escribir sobre un tema tan interesante, pero escasamente conocido como es el de las
casas de moneda con las que contó Valladolid supone desde el primer momento un
reto debido a la escasez de estudios sobre el particular. Evidentemente, el taller valli-
soletano no tuvo la misma importancia ni la proyección temporal que otros de la
Corona de Castilla como los de Burgos, Cuenca, Toledo, Segovia o Sevilla; creados
en la Plena Edad Media, los tres primeros extenderán su actividad hasta principios
del siglo XVIII, mientras que el cuarto y último llegarán hasta la instauración de la
peseta como unidad monetaria española en 1868. Pues bien, ni siquiera en estos
casos existen los suficientes estudios, no digamos monografías, que permitan anali-
zar la actividad de las cecas en los diferentes momentos históricos y económicos de
nuestra historia. Tan sólo desde finales del siglo pasado parece que esta tendencia
empieza a variar, publicándose trabajos –muchos de ellos sobre aspectos concretos–
que completan el mosaico de la labor de las Reales Casas de Moneda en Castilla1.
1 Para el caso de la ceca de Valladolid hay que destacar el magnífico trabajo de M.ª Pilar Pérez García
“La Real Fábrica de Moneda de Valladolid a través de sus registros contables”, publicado en 1990, en él se
recoge una abundante información documental sobre el taller de nuestra ciudad. Igualmente, hay que des-
tacar los múltiples trabajos de Glenn Murray Fantom sobre la Casa de Moneda de Segovia o los de Sainz
Varona sobre la de Burgos.
[51]
Las Casas de Moneda de Valladolid
2 ÁLVAREZ PALENZUELA, Vicente Ángel (2012), “Un fallido proyecto de solución de los problemas del
reino: las Cortes de Valladolid de 1447”. En Espacio, Tiempo y Forma. Serie III. Hª Medieval, t. 25, pp.13-42
3 AGS. Escribanía Mayor de Rentas. Leg.519.
4 LADERO QUESADA, Miguel Ángel (2009), La política monetaria de la corona de Castilla (1369-
1497), en la Hacienda Real de Castilla (1369-1504).Real Academia de la Historia. Madrid. pp791-792.
5 García Valladolid; Ortega Rubio; Antolínez de Burgos o Sangrador Vítores.
6 Nació el 5 de enero de 1425 en unas casas propiedad de Diego Sánchez en la calle de Teresa Gil.
[52]
Javier Moreda
7 PÉREZ GARCÍA, M.ª Pilar (1990), La Real Fábrica de Moneda de Valladolid a través de sus registros
contables. Universidad de Valladolid. Salamanca, p. 40
8 El encargado de verificar la ley o contenido de metal fino de la moneda.
9 El encargado de grabar los cuños.
10 Encargado del control de peso de las monedas. También comprobaba que las piezas admitidas, más
las no admitidas y los posibles fragmentos producidos en el proceso coincidieran en peso con lo entregado
para monedear.
11 Representantes del rey en la ceca. También eran los encargados de guardar los cuños al finalizar la
jornada.
12 En este caso era el encargado de controlar la calidad de la acuñación en cuanto a su aspecto físico.
13 Encargado de la limpieza de los cospeles (disco monetario sin acuñar) mediante procesos químicos.
14 AGS. Escribanía Mayor de Rentas. Leg. 519.
15 FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, M.ª Rosario (1985), Edificios municipales de la ciudad de Valladolid de
1500 a 1561. Valladolid, p. 99
[53]
Las Casas de Moneda de Valladolid
Las monedas emitidas en este periodo de actividad se labrarán en los tres metales
recogidos en la carta de fundación, es decir, oro, plata y vellón; para su individuali-
zación se marcarán con las armas de la ciudad (escudo con girones) o con las letras
VA o V. Así, en oro va a fabricar doblas con un nuevo tipo denominado “Enrique de
silla”16, una ley teórica de 23 ¾ quilates17, talla de 50 piezas en marco18 y valor de
210 maravedís (si bien valor y ley no dejarán de oscilar durante todo el reinado)19.
El nuevo modelo, con evidentes paralelos en las acuñaciones áureas francesas coe-
táneas20, presenta en el anverso la imagen frontal del rey entronizado, coronado,
portador de los símbolos de la realeza –orbe y espada– y con un león tendido a los
pies; todo ello se sitúa dentro de una gráfila de puntos y está rodeado por la leyenda
ENRICUS: CARTUS: REX: CA. El reverso, por su parte, muestra un cuartelado de
[54]
Javier Moreda
castillos y leones con las marcas de ceca arriba y abajo (V gótica y escudete con giro-
nes, respectivamente); la gráfila que lo rodea es similar a la anterior y la leyenda
reza en este caso +ENRICUS: DEI: GRACIA: REX: CA.21.
Las acuñaciones argénteas se realizarán en moneda con valor de real. Este tipo
monetario, creado por Pedro I en 1351, se va a convertir en la base de la circula-
ción monetaria castellana en plata hasta el reinado de Isabel II. Creado en origen
con una ley de 11 dineros y 4 granos (931 milésimas) y una talla de 66 piezas en mar-
co (3,48 gramos cada pieza),
se mantendrá estable durante
los siguientes reinados; sin
embargo, durante el gobierno
de Enrique IV va a sufrir cier-
to envilecimiento de su conte-
nido de metal noble, tal y co-
mo se desprende de una carta
fechada el 20 de noviembre
de 1468 en la que se ordena la
acuñación de reales de idéntica
ley a la de los antiguos, pero
con una talla de 67 piezas en Dobla de “Enrique de silla”. Ceca de Segovia.
marco (3,43 gramos cada real).
Durante el reinado del men-
cionado monarca se emitirán
dos tipos claramente diferen-
ciados: los primeros reales
mantendrán el busto del rey,
pero a partir de 1471 será susti-
tuido por sus iniciales (HEN)
bajo corona, un modelo con
larga tradición ya establecido
en las primeras acuñaciones
de este valor.
Los ejemplares fabricados en Real de busto. Ceca de Sevilla.
Valladolid corresponden al
primer tipo, con el busto
coronado del rey de perfil en el anverso, a izquierda, dentro de una orla compues-
ta por ocho semicírculos y rodeado por la leyenda +ENRICUS CARTUS DEI
GRACIA REX C; en el reverso, al igual que en la moneda de oro, se graban el tra-
dicional cuartelado de castillos y leones enmarcado por orla similar a la del anver-
so y la leyenda +ENRICUS DEI GRACIA REX CASTELLE LEGIO22.
21 Tanto en las leyendas del anverso como del reverso existen numerosas variantes.
22 Como en el caso de la moneda de oro, en las leyendas de los reales existen multitud de variantes.
[55]
Las Casas de Moneda de Valladolid
Por último, durante este periodo la Casa de Moneda de Valladolid labrará en gran-
des cantidades piezas de vellón, con valores de cuarto de real –cuartillos– y octa-
vos de real –medios cuartillos—23. Estos ejemplares presentan un tipo relativamen-
te novedoso dentro de la moneda castellana pues muestran en el anverso una
imagen frontal del monarca coronado24, dentro de un círculo de puntos y rodea-
do de la leyenda ENRICUS: CARTUS: DEI: G. El reverso, por su parte, se ocupa
con un castillo de tres torres y
la marca de ceca –VA góticas
o escudo de la ciudad– en su
base; la orla se compone de
ocho semicírculos y la leyen-
da indica +ENRICUS: DEI:
GRACIA: REX25.
El rey intentaba así disponer
de una masa monetaria im-
prescindible para efectuar los
pagos en un momento de difi-
cultades políticas y escasos re-
Cuartillo de Enrique IV. Ceca de Villalón.
cursos financieros; a medida
que estos se fueron agravando
se rebajó progresivamente la ley
de estas piezas, incluso a costa de crear una inflación galopante de moneda deva-
luada que terminó por expulsar de la circulación interna al oro y la plata. Las pala-
bras de Juan de Varela, cronista de la época, describen perfectamente la situación de
la moneda de vellón en este periodo: “Enrique IV ordenó la acuñación de moneda
con una ley mucho menor que la del rey Juan, su padre, o que la del rey Enrique, su
abuelo. Y ordenó dicha acuñación con el fin de obtener un beneficio, a costa de ge-
nerar un gran daño a sus súbditos”26; efectivamente, estos tipos monetarios, creados
al parecer a inicios del reinado27 con una pureza de 208 milésimas28 y una talla de
62 piezas por marco (cuartillo de 3,71 gramos), pasaron a tener en 1468 una pureza
de 188 milésimas y una talla de 70 en marco (unos 3,28 gramos por pieza)29.
[56]
Javier Moreda
Aunque en las Cortes de Ocaña de febrero de 1469 se consiguió que el rey parali-
zase la acuñación de cuartos30, esta orden no duró mucho, pues en agosto de ese
mismo año mandaba de nuevo reanudar la fabricación y, según órdenes reservadas
a las cecas, con una ley aún más baja (132 milésimas)31 pero idéntica talla. Todo ello
produjo lógicamente una inundación de circulante de muy baja calidad y, como
consecuencia, una necesidad de saneamiento y estabilización de la masa monetaria
que según Ladero Quesada: “…sólo podía ser una brusca baja del valor legal de cir-
culación del vellón, como ya había ocurrido exactamente cien años atrás, para ajus-
tarla a las realidades de oferta y demanda vigentes, aun con el daño que ello causa-
ra a quienes lo tuviesen en su poder en aquel momento. A esta tarea, de nueva y
penosa estabilización, se dedicarían las reformas de 1471 y 1473, en las que ya no se
alude, claro está, a la escasez de moneda «menuda» en circulación, sino a su falta de
calidad. Conviene añadir que no se trata de una estabilización promovida por inte-
reses nobiliarios, sino que es la salida obligada del caos…”32. Ahora bien, para
alcanzar la solución definitiva hubo que esperar hasta las reformas de 1476 y 1480
promovidas por los Reyes Católicos y, sobre todo, a la Pragmática de Medina del
Campo de 1497 que inició una nueva época en la historia monetaria de Castilla y
cuyos preceptos se mantendrán inamovibles largo tiempo.
30 LADERO QUESADA, Miguel Ángel (1988), “La política monetaria de la corona de Castilla (1369-
1497), en la Hacienda Real de Castilla (1369-1504)”. España Medieval nº 11. Universidad Complutense.
Madrid, p. 107.
31 Ley de 38 granos (1 dinero y 14 granos).
32 LADERO QUESADA, Miguel Ángel (1988), ob. cit., p. 110.
[57]
Las Casas de Moneda de Valladolid
labrase moneda de oro y plata y vellón como se labra en las casas de moneda que ay
en otras ciudades destos Reynos que no son tan cómodas para ello como esta villa y
que por Residir en ella la mayor parte del tiempo… corte y consejo se podría traer
a labrar en ella mucha parte del oro y plata que… viene de las yndias pues necesa-
riamente se ha de labrar moneda de ello… y que se traería con menos costa a esta
villa para labrar la moneda en ella que a otras ciudades donde ay casas donde se
haze y que dello Redundaría gran bien y provecha a… súbditos y naturales por que
con mas facilidad y presteza se podrían socorrer de dineros para ayuda a las nece-
sidades que se les ofreciesen y esta villa seria mas poblada y ennoblecida”33.
Aunque los trámites ante la Corte debieron efectuarse urgentemente, diferentes pro-
blemas técnicos con el sistema de acuñación que había de emplearse retrasaron la
aprobación de reapertura de la ceca hasta el 2 de julio 1559, cuando doña Juana,
gobernadora del reino en ausencia del monarca, otorgó la merced de concesión en
la que se especificaban los requisitos del nuevo taller. En cuanto a la construcción
que había de alojar la institución, en el documento se facultaba al regimiento de la
villa para “…que podáis elegir el sitio que fuere nescesario para edificar la dicha casa
de moneda en la parte que os paresciere que es más conbiniente para ello y si no se
vbiere tal en lo que es público y concegil le podays comprar de la persona que lo
tubiere en el prescio que os concertaredes y pagar de los propios y Rentas desta villa
lo que costare y lo que se gastare en el hedificio de la dicha casa y en todas las otras
cosas que fuesen necesarias para ella y para labrar moneda en ella…”34
La ceca, que recibirá el título de Real Fábrica de Moneda, se va a establecer en un in-
mueble de nueva construcción en la calle de San Lorenzo, junto a la sacristía de la
iglesia. Apenas hay noticias sobre el edificio, tan solo una breve descripción del his-
toriador vallisoletano Casimiro González: “…ofrecía al exterior un hermoso y ele-
gante pórtico de piedra, compuesto de puerta de arco entre dos columnas de orden
corintio y sobre aquella la inscripción Real Casa de Moneda y el escudo de armas
reales. En el interior constaba de tres pisos con extensos locales dotados de luces,
ventilación y artefactos necesarios…”35. En este punto cabe señalar que las cecas
castellanas habían estado acuñando hasta 156636, a excepción de la moneda de oro,
los tipos y modelos establecidos en la Pragmática de Medina del Campo de 1497,
cuando por los Decretos de Nueva Estampa37cambia la iconografía de las piezas.
La nueva ceca, cuya marca identificativa serán los girones del escudo de la ciudad, no
comenzó su andadura hasta el 12 de agosto de 1568 cuando el privilegio tuvo con-
firmación real. Las monedas se labrarán únicamente según la técnica denominada
[58]
Javier Moreda
[59]
Las Casas de Moneda de Valladolid
piezas por marco (reales de 3,43 gramos de peso) y valor de 34 maravedís. Con estas
especificaciones se emitirán los valores de ½, 1, 2, 4 y 8 reales (fundamentalmente
los más altos)43 hasta el año 1600 cuando, sin llegar a desaparecer, el volumen de
acuñaciones en ambos meta-
les disminuya considerable-
mente.
Estos ejemplares contarán con
un anverso similar a los de oro:
escudo coronado y marcas de
garantía, pero acompañados en
los valores más altos por la le-
yenda PHILlPPVS D G HlS-
PANIARVM; el reverso lleva
un cuartelado de castillos y leo-
nes, rodeado por la inscripción
4 escudos sin fecha de Felipe II. Valladolid.
ET INDIARVM REX. Excep-
cionalmente, en la pieza de
medio real, el escudo será sustituido por el monograma coronado del rey, con el rever-
so sin cambios. Estos tipos se van a mantener inalterados durante los reinados pos-
teriores; variará en buena lógica el nombre del monarca, pero siempre aparecerán
reflejadas las marcas de garantía (ceca, valor, ensayador) y, a partir de 1590, la fecha.
Una mayor variedad se va a dar en la moneda de vellón ya que habrá de adaptarse
a las necesidades y fluctuaciones de la economía castellana. Durante el reinado de
Felipe II se pueden distinguir cuatro emisiones diferentes en este metal, divisor de
la moneda de plata y base de la circulación interior, en las que su contenido de
metal noble oscilará constantemente.
La primera de ellas mantiene el nombre de los Reyes Católicos; perdurará hasta
1566 por lo que no llega a fabricarse en la ceca de Valladolid que, como ya se ha
señalado, retoma su actividad en 1568.
La segunda, cuyo nacimiento se debe a la Pragmática de 14 de diciembre de 1566,
corresponde a una emisión de vellón rico y es la primera que lleva el nombre de
Felipe II. La ceca vallisoletana pondrá en marcha este tipo en 1568, con un volumen
de 12.000 marcos44 en moneda nueva para ayudar a la reconstrucción de los barrios
destruidos por el incendio45. La importancia de la Pragmática no se reduce tan sólo
a un cambio en la tipología, sino también a la innovación en el sistema monetario,
pues con ella se pretende crear numerario armónico entre los diferentes valores.
43 La preferencia por los valores altos dimana del intento por ahorrar tiempo y trabajo en el proce-
so de acuñación, pues para la misma cantidad de metal se requería de un número menor de cortes y gol-
pes de cuño que los necesarios para las denominaciones más bajas.
44 1 marco son 230 gramos, es decir, se acuñaron unos 2.760 kilogramos en monedas.
45 BENNASSAR, Bartolomé (1983), Valladolid en el siglo de oro. Una ciudad de Castilla y su entorno
agrario en el siglo XVI. Valladolid, p. 230
[60]
Javier Moreda
Para ello, ley y peso de las nuevas monedas fueron sustancialmente modificados
mediante el aumento de la cantidad de plata y la reducción del peso, convirtién-
dose así en 2 y ½ dineros y 2 granos (215,2 milésimas) frente a la pureza metálica
legal de 5 y ½ granos (19,9 milési-
mas) de las anteriores. Una excep-
ción a esta norma va a ocurrir con
las blancas, fabricadas con menor
ley y mayor peso: 4 granos de plata
(13,8 milésimas) y 220 piezas en
marco, es decir 1,04 gramos cada
una de ellas. Se emitieron 8 y ½
maravedís (cuartillos de 2,87 gra-
mos), 4 maravedís (cuartos de 1,35
gramos), 2 maravedís (medios
cuartos u ochavos de 0,67 gramos)
y blancas. En cuanto a la icono- 8 reales sin fecha de Felipe II. Valladolid.
grafía de estos ejemplares, consiste
en la representación de un castillo
en el anverso, rodeado por la le-
yenda PHILIPPVS DEI GRATIA,
y un león en el reverso e HISPA-
NIARVM REX alrededor. Ambas
figuraciones se incluyen dentro de
un escudo en los cuartillos y una
orla polilobulada en los cuartos;
los ochavos no cuentan con deli-
4 reales de 1592 de Felipe II. Valladolid.
mitación. Mientras tanto, en las
blancas se graba el monograma del
rey PHILIPPVS en el anverso y un castillo en el reverso. Esta emisión satisfizo las
necesidades del mercado castellano, pues paliaba la escasez de numerario de bajo
valor que se venía arrastrando desde el reinado de Carlos I y que
había sido reiteradamente solicitado por las Cortes. Ahora
bien, supuso igualmente el inicio del empleo de la moneda
de vellón como recurso financiero para acrecentar los
ingresos de la Hacienda a través de dos medidas: el “seño-
reaje”, un nuevo impuesto establecido en noviembre de
1566 por el cual se gravaba la fabricación de moneda46, y la
diferencia entre el valor intrínseco y extrínseco de
esta moneda. Al analizar sus características es posible
2 reales de Felipe II. Valladolid. apreciar que el valor libratorio era notablemente
46 Gracias a este impuesto, establecido en noviembre de 1566, el rey cobrará un porcentaje de todo
el metal acuñado en las cecas del reino. En principio se tasó en 400 maravedís por marco de oro, 50 por el
de plata y 34 por cada uno de vellón rico.
[61]
Las Casas de Moneda de Valladolid
47 DE SANTIAGO FERNÁNDEZ, Javier (1999), “La política monetaria en Castilla durante el reinado
de Felipe II”. Indagación nº 3. Universidad de Alcalá de Henares. Madrid, p. 95.
48 DE SANTIAGO FERNÁNDEZ, Javier (1999), ob. cit., p.95.
49 DE SANTIAGO FERNÁNDEZ, Javier (1999), ob. cit., p.95.
50 DE SANTIAGO FERNÁNDEZ, Javier (1999), ob. cit., p.96
51Teóricamente, se tenían que realizar también piezas de 4 maravedís pero, al parecer, la ceca valli-
soletana no llegó a emitirlas.
[62]
Javier Moreda
52Con este tipo de leyendas se acuñaron en las cecas de Cuenca, Granada, Segovia y Toledo.
53DE SANTIAGO FERNÁNDEZ, Javier (2001), “El documento monetal de vellón en el reinado de Felipe
II: su ordenación y trascendencia”. Revista General de información y Documentación. Vol. 11 (2), pp.117-140.
Madrid, p. 132.
54 GARCÍA GUERRA, Elena María (1999), “Las acuñaciones de moneda de vellón durante el reinado
de Felipe III”. Estudios de Historia Económica nº 38. Banco de España. Madrid, p. 11
[63]
Las Casas de Moneda de Valladolid
En este aspecto se optó por la solución más fácil: doblar el valor de la moneda de
vellón y suprimir la liga de plata que contenía. El primer intento de introducir estos
cambios lo llevó a cabo Felipe II en 1596, si bien la oposición de las Cortes lo dejó
sin efecto en 1597; para guardar las apariencias, la última emisión del “rey pruden-
te” va a contar con una ley de tan solo un grano de plata por marco de cobre acuña-
do (ley de 3,47 milésimas).
Su sucesor Felipe III dispondrá el 13 de junio de 1602 que la moneda de vellón
acuñada a partir de ese momento no llevase liga de plata y contase con la mitad de
peso y tamaño55. Y, por si no fuera suficiente, en una cédula de 18 de septiembre
de 1603 se ordenaba que todo el vellón acuñado con anterioridad a 1602 doblara
su valor mediante la estampación de un resello.
Se van a emitir grandes cantidades de monedas en cobre puro, denominadas vellón
grueso o calderilla56 salvo las labradas en el Real Ingenio de Segovia. Inspiradas en
la última emisión de Felipe II, iconográficamente responden a los siguientes dise-
ños: las piezas de 8 maravedís graban en el anverso un escudo coronado con las
armas de Castilla, flanqueado a izquierda y derecha por la marca de ceca y el valor
en cifra romana; todo ello se rodea de círculo de puntos y la leyenda PHILI-
PPVS.III.D.G. El reverso cuenta con las armas de León dentro de escudo corona-
do, la fecha de acuñación a su derecha, un círculo como el del anverso y la leyen-
da HISPANIARVM.REX. Por su parte, los 4 y 2 maravedís presentan, dentro de
círculo y leyenda idéntica a la de 8 maravedís, un castillo en el anverso y las mar-
cas de ceca y valor a los lados; en el reverso, un león rampante inscrito en un cír-
culo y alrededor la misma leyenda que en el valor superior y la fecha.
Valladolid acuñará a martillo piezas de 2, 4 y 8 maravedís en cantidades muy desi-
guales durante los reinados de Felipe III y Felipe IV. Así, en el gobierno del prime-
ro, concretamente en 1602, la ceca se centrará en la moneda de 2 maravedís57, aun-
que se va a producir un parón que durará hasta 1604-1605 cuando se retoma una
considerable acuñación de piezas de 8 maravedís y el resello58 de una importante
cantidad de vellón viejo.
En 1608, en respuesta a una petición de las Cortes de Madrid del año anterior, el
rey suspendió por un período de veinte años la acuñación de moneda de vellón, a
cambio de otorgarle un servicio59 de diecisiete millones y medio de ducados abo-
nados en siete años. Pese a la prohibición, en 1612, los procuradores permitieron
55 A partir de este momento se labrarán con una talla de 280 maravedís por marco.
56 Apelativo popular porque las monedas estaban hechas del mismo material que los calderos.
57 En esta primera se acuñarán 80.000 marcos de cobre (PÉREZ GARCÍA, M. P., 1990, ob. cit., p. 70).
58 En este caso, la cantidad de cobre acuñado ascendió hasta 240.613 marcos. Por su parte, el rese-
llo de vellón antiguo, considerando su valor antes de efectuar la operación, ascendió a 242.627.149 mara-
vedís (PÉREZ GARCÍA, M. P., 1990), ob. cit., p. 70.
59 El denominado servicio era una concesión dineraria votada por las Cortes, entendida como un sub-
sidio temporal otorgado en caso de emergencia; sin embargo, el paso del tiempo y la disminución de los
ingresos por otros conceptos hicieron que se transformase en un tributo regular.
[64]
Javier Moreda
60 La moneda que se emitía en virtud de esta disposición no habría de ponerse libremente en circu-
lación, sino que iría destinada a pagar a los jornaleros y demás personal que habían trabajado por cuenta
de la Junta de Obras y Bosques en el mantenimiento de las residencias reales.
61 GARCÍA GUERRA, Elena María (1999), ob. cit., p.131.
62 GARCÍA GUERRA, Elena María (1999), ob. cit., p.134. En concreto esta autora señala la cantidad
de 4.453.527 ducados.
63 Pregón de 8 de mayo de 1626. En el período de 1621-1626 las cecas castellanas acuñarán un total
de 18 millones de ducados en monedas de cobre.
[65]
Las Casas de Moneda de Valladolid
[66]
Javier Moreda
Las distintas ordenaciones dadas entre 1651 y 1659 no solucionarán tampoco los
problemas de la circulación monetaria castellana: en 1651 se aplica al vellón el
valor que tenía antes de 164267;
al año siguiente se le reduce a la
cuarta parte (salvo a la moneda
ligada) y se anuncia que el ve-
llón grueso resellado el año an-
terior solo podría circular hasta
finales de año.
Unos meses más tarde, en cam-
bio, se autoriza su circulación
sin límite de tiempo y se ordena
el consumo de la antigua mone-
da de vellón. Posteriormente, en Resello de 1652 sobre 8 maravedís de Valladolid68.
1654, se retomará la circulación
de la moneda ligada, resellada
otra vez con valores de 8 (las pie-
zas mayores) y 4 (las menores).
Igualmente, en 1658 se manda
que el vellón grueso, rebajado en
1652 a 2 maravedís y autorizado
a circular sin fin, sea utilizado en
la acuñación de un nuevo tipo
con el anagrama del monarca ba-
jo corona real en el anverso y la
palabra REX, también coronada, Moneda resellada en diferentes momentos, el último
en el reverso. En realidad, acabó de ellos con la leyenda REX en 165869.
siendo un resello más aplicado a
las antiguas monedas, no sólo en las de vellón grueso, sino también en las ligadas
y en las acuñaciones segovianas; además, al año siguiente se devaluaron a la mitad.
En este tiempo, Valladolid, salvo alguna acuñación esporádica de oro y plata70, cen-
trará su actividad principal en el resello de la moneda, coincidiendo los momentos
de máxima actividad con la publicación de las disposiciones que alteraban el valor
del vellón. Así, en 1636, tras casi diez años de inactividad, se reanudaban las labo-
res para triplicar la moneda de vellón antigua71; en 1641 se decide duplicar el vellón
67 Las piezas mayores –de cualquier emisión- tendrían un valor de 8 maravedís y las demás en con-
sonancia.
68 Subasta áureo-Calicó nº 278-2, lote 2627. Barcelona, 25 de mayo de 2016.
69 Subasta áureo-Calicó nº 289-2, lote 2282. Barcelona, 16 de marzo de 2017.
70 En este periodo, concretamente en 1658, se documenta una única emisión de moneda de oro. Por
su parte, acuñaciones de plata se realizarán en 1639 (piezas de 2 reales) y 1651( piezas de 2 y 8 reales).
71 La cantidad que entró a resellar fueron 78.581.558 (PÉREZ GARCÍA, M. P., 1990, ob. cit., p. 71).
[67]
Las Casas de Moneda de Valladolid
72Entre 1641-1642 la cantidad de moneda recogida fue la siguiente: moneda de vellón grueso (4
maravedís) 410.794.796 maravedís; moneda acuñada en el Ingenio 81.764.730 maravedís; moneda ante-
riormente resellada 40.513.860 maravedís. (PÉREZ GARCÍA, M. P., 1990, ob. cit., p. 72).
73 De la moneda recogida se resellaron aproximadamente las tres cuartas partes: de 220.264.512
sólo se resellaron 180.534.391(PÉREZ GARCÍA, M. P., 1990, ob. cit., p. 72).
74 De este tipo monetario se llegaron a recoger 113.077.579 maravedís. (PÉREZ GARCÍA, M. P.,1990,
ob. cit., p. 72).
75 Ingresaron en la ceca 167.555.856 maravedís de los cuales fueron resellados 130.308.810. (PÉREZ
GARCÍA, M. P., 1990, ob. cit., p. 73).
76 FONTECHA Y SÁNCHEZ, Ramón de (1968), La moneda de vellón y cobre de la monarquía españo-
la. Madrid, p. 79.
[68]
Javier Moreda
Plano de Ventura Seco (1738). Localización de la ceca de molino en la calle Zurradores (hoy en
día, entorno de calle Panaderos).
diferentes escudos por el reverso, más sencillos a medida que disminuye el valor.
Así, los 16 maravedís cuentan con el escudo grande de la monarquía, al igual que
en los metales nobles; un cuartelado de castillos y leones en las piezas de 8 y un
castillo o un león en las de 4 y 2, respectivamente. La ceca vallisoletana, ante la
ausencia de indicaciones en contra, se preparó para efectuar la labor requerida con
la tradicional acuñación a martillo y en ese estado debía de hallarse77 cuando el
Pregón de 30 de octubre de 1661 anunció su prohibición y la recogida de los ejem-
plares fabricados por este sistema. A partir de este momento hubo de emplearse la
técnica de molino, por lo que fue necesario cerrar los talleres de la calle de San
Lorenzo y arrendar unos molinos movidos por energía hidráulica en la calle Zurra-
dores; tres fueron equipados con doce ruedas, unos mecanismos similares a los ins-
talados en Segovia desde el reinado de Felipe II.
Estos trabajos de construcción y adaptación del nuevo taller parecen estar relacio-
nados con la demora en la emisión de las nuevas monedas, pues hasta 166278 no se
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Las Casas de Moneda de Valladolid
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Javier Moreda
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