Un Año en La Vida Henrique IV
Un Año en La Vida Henrique IV
Un Año en La Vida Henrique IV
1462, lega a su ex marido los derechos que pudiera tener al trono navarro. Los
catalanes sublevados contra Juan II negocian su ayuda y lo proclaman rey en
agosto. Más allá el juego politico italiano lo busca como aliado dc LItIOS LI
otros: Nápoles, Roma, Génova y Venecia envían embajadas con estos
propósitos a lo largo del año, y es posible también que la del rcy dc Túnez
haya sido, más que un intento de apoyo a Granada, un movimiento precautorio
ante la posibilidad de que el monarca castellano proyectara ampliar sus planes
de cruzada en combinación con aquellas incitaciones italianas: no se olvide que
la indulgencia de cruzada y cl subsidio eclesiástico seguían cobrándose en
1462t
Aquella buena racha se vería truncada por el doble juego del marqués de
Villena y otros magnates castellanos, temerosos o molestos ante una posible
pérdida de poder, por la astucia diplomática de Juan II de Aragón y por el
triunfo del interés político de Luis XI de Francia, que prefirió evitar la
hegemonía castellana al S de los Pirineos aun a costa de quebrar la vieja
alianza entre ambos reinos. Pero tales sucesos corresponden a 1463 y, además,
no es objeto de este artículo volver sobre cuestiones bastante conocidas ya4,
salvo como introducción para entrar en el estudio de otras que lo son mucho
menos, por pertenecer a ese mundo cotidiano de la «pequeña historia», que a
menudo no es tan intrascendente como algunos opinan.
Nos da la posibilidad de hacerlo la conservación de unas amplias y
minuciosas cuentas del camarero del rey. Juan de Tordesillas: son las únicas
que se conocen de todo el reinado, y su lectura es una fuente continua de
noticias sobre el rey, su entorno humano inmediato, y diversos aspectos de su
carnara y casa. No todos, ni mucho menos, pues bastantes de los relativos a
la vida privada y, sobre todo, a la organización de la Corte, permanecían fuera
de las competencias del camarero real: la despensa, la caballeriza, el pago de
raciones, la cera, una parte de la acemileria, y de las obras en alcázares,
fortalezas y casas reales, o no sc incluyen o dan lugar a menciones margina-
Sobre la ituaclón 12 nanclera de la (jomna VIiI? apane de m¡ Ibm, La Hacienda [leal de Cas/ii/a
iii el dg/a XU L> Laguna de ‘l’cncr¡ It 1 973 mi estudio «El aí go dc [3[cgo Arias nás it a en 462»
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al udc, 1 íd 1 974 1> u tui.> í’s, D.. W 1’ nr/que fi’ ant! (líe (m’i.iis of fm/fcca/Ii ( emí/íim 1 a> Ide. 1425—1480.
‘anhridgc M 975. Vii ‘ira Vis i .1 .~m’an /1 dc’ ,‘h’agch, 1J~9 /479) 1 Ianaí ~íí¡¿, i íc i a/Fmi ‘tún en ¡CF
hi.s¡íaña del siglo Xi”. Raree luía, 1 953. Mí .íis.•xi .í•s M <FN í~, Mi [3.4.1 /faí.so di’ ñu ‘lía, ‘ej u/e Casi dli,.
Avila. 1 988. ‘li ímííí•s a íí.s. 1.. fil ¡¡‘‘bu/pc do,í rl 1/huso, ¡465—1468. Mmci a. t 955 (2.’ ecl.>.
1462s Un año en la sida de Ant/que IV.. 239
La Cámara suele subdividirse, según las cuentas, en «de las ropas», «de los
paños» y ¿<de las armas». Viajaban con ella, en los continuos desplazamientos
regios, arcas de joyas, plata de la vajilla, y de los ornamentos de la capilla.
Para cada ocasión se contrataba la acemilería necesaria, y a veces alguna
carreta: lo más frecuente es un promedio de 85 acémilas ---entre 70 y ¡00
detallan las cuenías~, pero cuando el rey viajaba solo o ligeramente, por
ejemplo «corriendo monte», bastaban entre II y 19. Además, era preciso
La cuenta cte Tordesillas en Sit»aneas. ti’¡tsa y Silit>s Reates, tea. 97. 1V 199-31’]. Está ordenada
ion cuí¿ugica i>icnte, meza latido tos más diversos conceptos. y arel tíye cuí> el 12 í>equi tu Ii rmaclc> por el rey
cii Al ma~ái>, a 1 5 dc eí>erc> de t 463. Sigue a la eííeí>ta geí>era1 cte Dicgo Arias Dávila 9tic tic e>tcid mdi>
ci> el lrat,aju> citada en la nula tercera. y a la dcl bc>íicarií> real Ferrán López.
VV el itinei’arií> reconstruido, en el apéndice de este trabajo.
U Ir Tu ¡¡surs: E,>r,’ ¡‘ir’, J ., lIine,’aí’io de En¡’iqu,e ¡ 1” de (‘arcuifla. Murcia. l953~
240 Arh.goel Á uigel Las/etc Qee.”ac/a
cotuprar «lías de cáñamo», jerga y lienzo basto para completar los elementos
de embalaje que tenia la Cámara. Los precios de alquiler son siempre de 12
maravediesfdia por acémila y 25 por carreta, y la mitad para los viajes de
retomo que, además, al hacerse de vacio, eran más rápidos.
A) La vcst¡menta
«Fue su vivir e vestir mclv honesto. Ropas de paños de ana del traje de
aquellos sayos luengos.. y capuces e capas. Las insignias e certn>onias reales
muy agenas fueron de su condición.» (U. Luriqitez del Castillo).
«No bebía vino, ni quería vestir paños muy preciosos, nl curava de la
etrímonia que es devida a persona real.» (H. del Pulgar).
«Caeterutn eum saepe a multis lepide aí’gucretur qune non regio sed
cotnínuni cíteretur habi!u, respondil quia regalis dígniratís alius debe! esse
testis quarn purpurae aut prectoszt vestís.» (R. Sánchez de Arévalo).
«Usaba siempre de lúgubre aspecto, sin collar ni otro dislintivo real o
militar ciue le adornase: cubría sus piernas con toscas polainas y sus pies con
borceguíes u otro calzado ardí narí o y destrozado... Cubría siempre su hermosa
cabe!lera con feos casquetes o con ct>alqctier indecorosa caperuza o birrete.»
(A. de Palencia).
Los textos de los cronistas nos sIrven, en ésta y en otras ocasiones, para
introducir la cuestión de que se trate y comparar la opínion que manifiestan
-- sIempre adversa y biliosa en Palencia— con lo que las cuentas indican: el
resultado dice mucho en favor de la capacidad de observación y de la
exactitud, tantas veces puesta en tela de juicio, de aqítellos autores”. Nuestros
documentos no mencionan joyas, collares u otros obje’.os de LISO personal cicle
podamos considerar como insignias de la realeza o, al metios, (le distinción.
Respecto a la ropa, es cierto que hay pocas mencíonet; a sedas, salvo en los
jubones, y un predominio total dc los paños de ana, lo qcíe implica cierta
renuticia a la ostentación. Y es cieno, también, que los colores preferidos por
e! rey son siempre «prietos» y «pardillos», alguna vez verdes (incluso hay un
sayo de «verde gay»). Pero Enrique IV vistió, o al menos pudo hacerlo, con
toda dignidad y abundancia, de modo que si el «extremado descuido en el
vestir» a que alude Palencia fue cierto alguna vez, lo seria por voluntad del rey
pero no por escasez de medios a su disposición en la Cámara.
En 1462 se hizo Enrique IV nueve jubones. 14 sayos, cuatro capuces, cuatro
pares dc calzas, cinco caperuzas, dos lobas, un pelote, una capa y tres gabanes, amén
dc la ropa interior: 18 camisas, nueve pal-es de «pañetes», ocho escarpines. Más un
sombrero y 16 bonetes doblados o sencillos, 29 pares de borcegcíies y 39 de zapatos.
los reír,íti>s cíe Et>riujííe IV ci> Essievir iv”>. C’xs’i’ui¡¡. [3., (‘i’ñnic’uu... cap. 1. FliFSrsN[<u¡ilI í. P,s¡u,ss,
‘/l5¡’iF’5 l”iui’iF)iiti ile <‘a.s/ill¡¡~ Oxl’ord. 1971. ecl. R. 13. Tate. P~ ‘—1 1~ l’’s>iui’¡’s. A. cíe: (‘u’óu,/i’iu ¡Ii’ Eo¡’is
1oi’
U. RA 1. ss ¡1 257 IX’eaíla 1. L ib¡’u¡ 1. cap. It. Si st 7>>> ¡e .4,,>’ sa J e II.. ( mn>¡ps’ndú.sa )P,’tou’ra JItv¡’a¡¡¡¿ 7>.
cap. XXXIX (ii>cltíiílí> en la edición cte la (‘,‘ui,uIc’iu ile Lvsíari:r ¡¡ii (‘‘<tu> a. Madrid, SaneO>, 1757>.
/462: Uuí año en la c’id¿¡ de Entiqee 1 kV 241
Fis probable que cl rey no cisura miteho cada ropa de las que se acumtílaban en la
Cámara, al ectidado de Alfonso de Sahagún, y que pasaran des-pués a manos de
otras personas pero. a poco que lo hiciera, tenía donde elegir. El vestuario se va
renovando a lo largo del año, aunque en 1462 sobre todo en los días eentmles dc
enero, febrero, junio y octubre. e inti~ediatamcnte antes de Navidad.
llnriqcíe IV viste los mejores paños extranjeros de ana: «Contray». Brttjas,
Londres, Ruán «mayores». Altema los jubones de paño con los de seda y
terciopelo, o bien emplea la seda en mangas y cuello. Pero reserva el paño
«pardillo» de Segovia para los sayos que viste «para monte». Su hábito suele ser
a la etíropea, pcícs, al menos en 1462, sólo se hizo un «pelote largo» labrado con
seda «a la morisca», en eL mes de junio. Sus camisas son del mejor lienzo de
«olanda», y cítiliza borceguies y zapatos, según la ocasión. El rey no parece tener
sastre propio sino que apela a «traperos». ttíndidores. zapateros y cinteros, camiscras
y sasti’es de Segovia, y a veces de Madrid, Toledo o Valladolid. Es cliente de
cristianos, pero también en ocasiones de ¡tídios y mustílmanes: entre éstos destacan
el «trapero» y colchonero Simuel Meme o el sastre don Ysaque, en Segovia, y
también Abraham de Gcíadalajara, «mi ~apatero».y otro mttdéjar llamado Mahoínad,
vecino de Madrid. aunque el zapatero habitual es Gonzalo de Medina, asi como dos
carpinteros mctdéjares —Mahomad Mantequero y Gomar Castaño--— que hacen las
arcas (le madera forradas de paño azul donde viajan la ropa y la vajilla del rey.
Es, en conclusión, un atuendo personal sencillo, que trae a la imaginación
el supuesto y conocido retrato del Códice de Stuttgart, pero no mísero, Las
cuentas muestran la imagen de un rey que no buscaba en este aspecto nada
extraordinario, sino lo que pudiera ser hallado cotidianamente en las tiendas y
talleres de Segovia, Madrid o Toledo. Claro está que en una época de
desmesura en el lujo y de vinculación entre majestad y pompa. aquello podía
parecer a muchos nobles y cortesanos demérito de la real persona.
B) El armamento
dos corazas regias en Agreda, a finales de agosto, para que el rey pudiera
utilizarlas con comodidad, y comprar algunas piezas a principios de septieíubre:
tres pares de corazas, otros tres de gocetes, un capacete y un gotial. una mida
de acero, así coíno tres caballos en noviembre, que se añaden a otro adquirido
en julio «para traer la lanza de contino». No parece, desde luego, que el
cuidado, uso y almacenamiento de armas hubiera sido grande con anterioridad,
sin duda por la falta dc alición regia.
C) Tapicería y camas
liii la
1>aí’licta nt’ím. 155 cte la cuenta, se recc>í¡í>ec el g¿íslc¡ ctííraí>te el añc> de St) ‘aras de
tien zc>s baslí 1< cte caO amasas í> bit re, 2(1 de lii sa blanca 25 cte crea, 1 3 ctc,eenas cíe tias de canainí> ‘u’
Menos todavía sc lee en las cuentas sobre la mesa del rey y su servicio,
pero también de interés: los lienzos de «Olanda» y Flandes «delgado» que se
utilizaban en «dos pares de hayalejas con que me strvieron en este dicho año
cl manjar», en las lO docenas de «pañizuelos de mesa», y en los seis pares
de «touajas» para la vajilla. Los «manteles reales» serían también de lienzo, y
se cita especialmente a los «manteles de Buytrago... en que se pone la plata
de la ini baxilla».
Espejos, cuchillos de mesa, peines, cepillos o «escobillas» de ropa,
perfumes de «estoraque», de «ánima» y «sevillanos», completaban aquel
conjunto de enseres cotidianos, cuyo gasto y reposición era continuo. Para el
servicio de baño el rey contaba, por lo que sabemos, con «tres bacinas
gratides».
La cuenta del boticario Ferrán López merece un estudio histórico-médico
para determinar hasta qué punto las continuas infusiones, gargarismos.
emplastes, ungúentos y otros remedios que se aplican al rey son consecuencía
de manías o de auténticas enfermedades. El consumo de azúcar «rosado», frutas
confitadas, membrillos y otros dulces nos lo mtíestra corno un desenfrenado
goloso:
«Con difietíltad entendía en cosa agena de su deletación, porqcíe cl
apetito le señoreaba la razón.» (H. del Pulgar).
«Su cotuer más fue desorden c1ue glotonia, por donde su complexión en
alguna manera se corrompió, e así padecía mal de la ijada, y a tiempo, dolor
de muelas: nunca jamás bebió vino.» (D. Enríquez del Castillo).
Uno dc aquellos «tiempOs» flíeron los días 19 y 20 dc abril cuando, leemos
en la cuenta, «yo íne sentí enojado de la yjada e de oydo e de las muelas».
El rey recurrió a los remedios clásicos: se hizo comprar medio azumbre de
aguardiente, lo usó con «<iertas vendas e tiras», se puso también <¿una beca
grande, la cual se aforró toda en martas zebellinas», y, como tantos creyentes
de la época, apeló al prodigio y llamó al «cura de la yglesia de Sant Blas de
Segovia, que inc llevó ciertas reliquias de la dicha yglesia, que estaua enojado
de la garganta».
244 M/gue/ Á mígel Ladero Quesada
Las menciones a médicos reales son í’nuy escasas en las cuentas, pues ni
siquiera aparece uno de los habituales, que es el judío Maestre Semaya. Sólo
Maestre Martín y el Doctor de Avila, asi coíno ——lo que es un detalle
interesante— dos «fisyeos del rey de Portogal, que a mi vinieron»: Don Mose
Aboacar y don Ca, su hijo, a los que el rey obsequia con esplendidez en
noviembre (16.000 mrs. y lO enriqttes de oro).
Poco aportarán estos datos a la historía clínica del monarca pero, al menos,
las notas sobre sus costumbres alimenticias y medicinales, y el futuro estudio
de la cuenta de su boticario, podrían aclarar a que enfennedad corresponde
aquel crónico «mal de la ijada».
A) La capilla real
«De lo poco que había de esto (plata) en Guisando puso mucha codicia
en cín escudero: corno no íe sobra a este linaje de gente nada, y están mucho
tiempo ociosos, consideran despacio su pobreza y sil hidalguía, y tratan de
remediarla a la más poca cosía que pueden. Pareciole a Gonzalo, que así se
1 amaba nuestro escudero, que con la plata del monasterio dc Gtti sando
saldría de laceria.»’>.
¡ M .s k~sNu rs, <u~, Luisa <‘a l,ia/u5cñc’o .soh,’i’ h’uuu’iaí,e ¡U’ de (‘i¡stillc¡ y <u, Iieínan~ Madrid. 1 947 si etie
sic icící la 1570 r a prcu xi mación a estas cci es 1 ¡oiles’
1 s ¡55<1 i r ¡<LI. Crss ¡‘1 [ ¡‘ ¡: (‘¡‘fuiiu’u,’cap. XXI Y’ 1-lay c
1ci ci tener piesúnte que la (?rón i e¡í be deshecha
en 1 467 c tu índíu Scgoy ja ‘tic u cuitada por lis’ p:urli clan cus cte 1 ir bote— ley Alían so, y 13iego Lnrict uez la
rccom puisíu it tichos ¡fas después, no si cmpie con ex acíitucí eronol ógica~
Sil ‘Mí N>s 1.. 1’/u’s(s¡u’ia dc’ la Orden iii’ .S’í¡¡u .Ji’¡’buui,uío 16(1(J). Madrid. 1 t>f9 (ci). cíe .1. Catalina
(niel u) Libio It cap. 14.
1462: Lb, año en la vidc~ de Enrique 1 U 245
B) El canto y la música
¡ ‘~ Rcmruuam,¡’¡’, ‘u/ji ¡ “a A., h’osujiucjo /Ñogu’á/ic’o de i/o/u 1/el/uño iii’ la ( ‘u,eua Madiicl. 1881. cloe. 61.
p. 244.
246 Ivilguel .4t,ge/ Lac/í’ro Quesada
C) Limosnas y liberalidades
«Era orne piadoso e no tenía ánimo de fazer mal ni ver padeseer a
ninguno.» (1-1. dcl Pulgar).
«A los enfermos caritativos, y Iiínosnero de secreto.» (O. Enríquez del
Castillo).
Aunque pocas cosas «de secreto» podría hacer un rey con su camarero al
lado, pero al menos las cuentas de 1462 parecen confirmar el buen natural
enriqueño, manifestado en más de 60 limosnas, cuyo importe total en dinero
o paños —93 varas-— alcanza los 33.000 mrs. Pero lo que más puede interesar
es la variedad misma de sus circunstancias y cuantías, que tienen en consi-
deración, no podía ser de otro modo entonces, la «calidad» de las personas.
Así, las más alias son para escuderos enfermos o ancianos (casi siempre por
encima de 500 mrs., y una de lO enriques). Otros 40 hombres y lO mujeres,
en númeíos redondos, son también beneficiarios, así como grupos de pobres
que piden a la puerta de la Iglesia Mayor, en Segovia o Toledo, algún fraile
jerónimo, un ermitaño «de perca de Soria» y una «muger hermitaña de La
Puebla», varios locos como «don Alvaro de Alcántara» y Femando del Castillo,
«dueñas envergonyantes», mujeres criando, una «moQa tollida» de Agreda, y
otros casos similares que desfilan por el breve escenario de miserias y dolores
que es, en este aspecto, la cuenta del camarero. Incluso recibe limosna de
2.000 maravedíes el mismo limosnero real, fray Alonso, que estaba herido.
1-lay que considerar aparte la gran limosna dc Jueves y Viernes Santo --—15
y 16 dc abril de 1462—’, pues tiene un carácter más ritual. El rey fue «a tener
la Pascua a Segovia», y allí, «el jueves de la gran,>, lavó los pies a 13
hombres y una mujer pobres, se los liínpió con cinco varas de lienzo de
Flandes, les repartió otras cien de paño «pardillo» le Segovia para su
vestimenta, y lO mrs. a cada uno para la comida del día Además «en giertas
yglesias e monasterios que yo fui andar las estagiones» repartió 60 reales de
plata y al siguiente día, «Viernes de la cruz», ofreció II enriques de oro «a
la cruz en la yglesia de Santa María la Mayor» e hizo repartir a su camarero
limosna de dos reales de plata a cada uno de 250 pobres. Dc modo que en
ambos días se empleó la suma dc 19.605 mrs.
Son: ]ea,, Dan’uiá n. ‘edro de Pei’ia O el. jaai, de Aníecíucra. Juan dc Bactajos. Bernal 1 erre u’.
hunsalo de Niebí u, D lego cte M utirid.
/462: Cm, año cpu la tida de Enrique IV.. 247
¡‘leí/Fas dc’! ( ‘íF¡uí/í’slahIí’ [JiFa Ar/iguuel Lu¡c’ius dc’ /¡‘an’<¡. ccl. J cte Mala (V’¡in’iazo. M¿ucl ii d, 1 9411.
cap. Y’ y VII. añas 1460 y 1461 sul.a Nochebtíena de Navidad, dcspiuu)s de oyct¡ís tas biéspcí’as y venido
a utu pasa da, se lucíi ‘u al uegcu cte los dadcus con it tichas caua 1 lercu.s e genlites unbres e ricas mercaderes
e i bcta d untus cte la dic ha bitad (Jaén), Itás por cye lene ja e tin de ‘rancí ilcar ci cíe por ccubd i yja de gaula r.
Y en llinlo cltie cl ~iegoduró, qdíicr pci-diese o ganase. tanto icííliu que ver y airar a tinos y a otros, y
cIar y rcpzu rlir clublas y enrri cl tíes, can iii uy’ grayi usos y cícunosos motes, qcíe la uy puco lairatía los dadas
ni la stíeiie ci tic echa ua‘‘‘u> al’?u, el ciiía 1 1 cíegcu de dactos, e dar e reparí ir e llíger me i’yecies pasó cl ii eiípu.u
a N uuebeb Liclía, e la noche ile bi éspera cte1 año n tietío, e la noche de biéspc ‘a cte los Reyes..
248 A-ugt ¡el A, rge/ I.ade,‘o Q ¡esada
sus reinos, e clic>les grandes ti moslias e fízoles muchas mercedes.» (II. (leí
Pulgar).
«Grande cdi ficador de iglesias e monasterios, y dotador y scísteníador de
ellos: dábase a los religiosos e a su conversación.» (1). Enríquez del Castillo).
Vurss. D. de. ¡1jeni <¡u-it,! de Diversas 1—/azcíña.>. Ud. 1~ cíe NI ata (‘arija za. N’I adj d. 1 94 1 . cap.
IV. año 1455.
La picsei¡eia de cus franciscanas en la Cune, en las paitidas 251) y 301. Sobre la pi’ectiezueióií
cUí liajte De la ‘taza, A’,ccuís~i. uy> tú’’ Pp 377—352. y Isis. A.. .S’u’=zoi’/t¡ e Luíu’iipuí’ lEV Secavia, í)
1 6.
Paiticta, núm. 444 cíe la cuciulcí
Fui Lo usina V¡ulera en el nuisilio capilulcí ciiacti¡ ci> nul¡í ni’im~ 17.
/462: Un tiño en la uit/a de Éní-ique ¡ PV - - 249
compra de libros y otros 15.000 para «tres retavlos pequeños que yo avía
mandado eonprar de cion~alo de Cuellar, trapero vesíno de Segovia», Llevaba
las obras desde 1455 como mayordomo real Ochoa de (.‘aray, junto con los
frailes (el guardián. Juan de San Pedro; el mayordomo, Juan de Madrigal; el
vwano, Alonso de Medina).
La fundación del monasterio jerónimo de Santa María del Parral databa de
1445-1446, cuando Enrique era príncipe, atraído por la belleza y recogimiento
del lugar, que tan soberbiamente describiría Fray José de Sigúenza:
« Ha 116 después de haberlo mi i-ad<> atentamente, rin puesto admirable para
el propósito, en la ribera del río (que) [lamanle los naturales Erezma, un poco
levantado cii la ladeía de una cuesta, abrigado con ella y con cinas peñas
dc los e erzas fríos. qcíc lo son mucho en ac]uel la tierra, puesto al mediodía.
donde le da cl sol desde la mañana hasta [a noche, a tiro de ballesta de los
mu ros, lronterc) del alcázar real... Allí había una cnnita cje tiempos atrás,
llamada nuestra Señora dcl Parral, porque estaba casi cubierta de una parra
antigua,. - En el contorno y junto de la ermita debajo dc tinos grandes riscos
que tieííe a las espaldas, hay niuchas fluentes caudalosas, de buen agua, en
q cíi en ni por lux’ as conti irías. iii por calares y granules secas cíe tiempo,
)amás vi ni crecimiento ni menguas. Unas y enclí hendiendo por entre las
peñas por scís secretos canales, y desde fuera se escucha el utírintirio; otras
salen btíllendo de lo profundo dc aquellas cavernas, mostrando sus ojos
cía ras, más que los n cieslios, riéndose entre las arenas y pedrequel as meiícídas.
()trtís nae i iii entos hay tan sosegados y tau pt.i ros. c1cíe atiiíqcie estáíí mciv
Fc) lid os, ciigañan a la vista, y el críe ‘pu diá ano o traspai’en te ,j cíota, sin
poderse hacer diferencia, la superficie suprema del agría con la profunda del
«No digo esto por tener gana de hacer pintura de este sitio (niás propio
oficio dc poeta que de historiador) —añade el monje— sino por decir la
‘
verdad de lo que hay eíí él», y aquí lo hemos transcrito porque es (le ííítuir
que Enrique. dadas sus características temperamentales, sabria apreciarlo bien.
Pci-o las obras no comenzaron hasta que fue rey, cuando hizo labrar «un
edilicio dc lo bueno de aquel tiempo», con dos claustros y una liospederia
recia «donde se venía a recrear y comunícar con sc¡s religiosos, que los amaba
tiernamente». Para la obra de El Parral se asignaron 300.000 mrs. en 145522
pero en 1462 constan sólo 117.000 en las cuentas del cantarero, entregados en
diversas ocasiones al prior, Fray Diego (le Perrera. Mayor importancia tuvo
aquel año la hcchctra dc los «druanos grandes» —el monasterio tenía ya otros
-
primordial entre los jerónimos. Hay noticia de haber traído el rey de Avila a
cinco «maestros horganeros». con Alfonso Díaz de Avila al frente, que los
2¡ SseÉicií~a, Lib
rcs III. cap. l4~
—— cas
clatuis suibie dujera para obra cte nuuuuíasicriíu ca 1455 islaus l<jnjzuclsjs< ile Siiíaanc-as, Fseribaíui¡í
May<ur ile Rentas. teg. 6. II 7
250 Art iguel Angel Ladero Quesada
1 ?ra ahaclesa en 462 Uña. Inés cíe U ‘efla- I~í dala sabie los mata y ecli es de j ~uí’acis Mi So—
¡curreña Man ji, Pos go ¡s l>iez ds,ccirncnios cíe clon Al lbnsí¡ como rey tic (‘así ilía ti t ¡tga res y tru,nast crí >5
cte la actuial prí’uvii>eia cte Segos ja>,. //íbo,eai¡¡c’. - Pi¾’s-ztu’ l~uia~! Silos. 1976. clac. 4.
l’aleíueia. Déccia 1. Libro \~
1< Cap 1.
l’it/~ mi trabajo. ssMeeci¡azga real s’ i¡obíiíarici en ui¡ttntstericus esp:uñc¡ies: ‘tus ¡eroniiFFos (siglos
Simaneus.I-?MR.tcg. 6lV7~
/462: Un año en /a vida de Enrique IV. - 25 1
más dtíraderas y costosas. Así, por ejemple, en 1465 sc destinaron dos millones
a obras en alcázares, casas, bosques y fortalezas, y en 1458 otro tanto, pero
conocemos mejor el detalle’:
«111 bosques>, obras y ssanima lías» - 680.000
Alcázar cíe Segov ‘a 300.000
Alcázar de Madrid 200.000
«Para fazer una torre en El Pardos> 60000
Alcázar de loled 1 50000
Escalona . . . - 1 20.000
Atienza .. ‘ 150000
1.—con 50. 000
Ciudad Rodrigo 50.000
Otras abras en las palacios, a Felipe dc Cáceres 40.000
Es posible distinguir en esta relación, de una parte, las obras en los
alcázares de Segovia, Madrid y Toledo, y tal vez las de León, Ciudad Rodrigo
y Atienza y, de otra, las que se deslinan a lugares de caza, bosque y cría de
«animal as», lo que encamína nuestra atencion y derrotero hacia una de las
grandes pasiones. si no la mayor, que Enriqtie IV tuvo: los animales salvajes
y las monterias.
5. «ANIMALIAS» Y MONTERíAS
«Era grand mantero e plaziale muchas “escs andar por los basclues
apartada de las gentes.» (II. dcl Pulgar).
«Era gran cazador de todo linaje de animales y bestias lucras. St, mayc>r
deporte era andar por los inontes, y en aquellos hacer cdifieíos e sitios
cercados de diversas maneras de animales, e tenia con ellos grandes gaslos.»
<1). Enríquez del (“‘astillo).
«Enamorado de lo tenebroso de las selvas, sólo en las más espesas buscó
eí descansa, y en ellas mandt5 cercar can castí sima muro inaccesibles guaridas
y canstrttir cdi ficias adeecíaclas para su resideíieia y tecreo, reuniendo allí
colecciones de fieras recogidas (le todas partes. Para cuidarlas y para alejar
a las gentes, escogió hombres rudos y feroces cine. m entras él se encerraba
allí con al go nos rn al Sra dos. ‘ecoirí a n e aíi a ‘irías y a caballo las e u e rue ijadas,
ah tiye n tanda a los q u e pre tenclia n saludar al rey o tratar con él algún
negocio. » (A. de Palencia).
de las gentes...», por «cl salvaje placer que en la contemplación de las fieras
encontraba»’ -
el alcázar de Escalona, así como otras mansiones de caza (El Adrada. por
ejemplo, «de cuya casa y fortaleza» era alcaide el montero de caballo Pedro
de Robledo). 1-iI bosque y casa de Valsain eran los predilectos del rey, sin
lugar a dudas:
<sEn Balsain, que es a das leguas de alli (Segovia\ hizo otra casa asa?
buena pitia su ucereación, con un bosque muy grande 9ercado de cal y canto,
en q nc ten la gran ni uchecluinhie cíe bestias salvajes,» <1). dc Valera).
«Las dilatadas selvas de altísimas pinos, cíe encinares y robledales que
le rodean y de los que nadie se atrevía a cortar la más pequeña ranla, a fin
de que os jabalíes, osas. ciervos, cabras monteses y gamos vivieran eoíí la
mayar seguridad... Tal atrevimiento llegaran a cobrar los ciervos y jabalíes,
qtíe devastaban todos los frutos de las cercanías a presencia de los
campesinas... Sucedía esto principalmente entre la ciudad y el Cabía, porque
allí hay bosques que Don Enrique Ii izo cercar can tapia en su mayor parte
y cii su nec’rilo coiistrctyó tin vasta y magn lico edilicia daíícle se eíícerraba
a solas con los rufianes para celebrar sus banquetes y contemplar las
innumerables fieras que por allí habitaban.» (A. de Palencia).
No en vano, los nobles sublevados contra Enrique, y su mismo hermano
Alfonso. se cebaron en aquel símbolo del poder y de los afectos del rey, a raíz
de ocupar Segovia en 1467:
«Mayorpesar habla recibido (Enrique) cuando supo el estrago que en los
ciervos dcl monte habla hecho Don Alfonso matando muchos con su venablo
y permitiendo a su comitiva que hiciese lo mismo. Más de cuarenta se
cazaron aquel día, y hubieran pasado dc este número, a no intervenir con sus
súplicas los maestres de Santiago y de Alcántara para que no siguiera adelante
la matanza. En aquel recinto habla seguramente cerca de tres mil ciervos de
dikrentes edades; muchos gamos y cabras montesas, y un toro muy bravo que
no fue posible encontrar. A éste y a un jabalí deseaba Don Alfonso dar
muerte...» (A. de Palencia)TM.
En 1462 era «alcayde de la casa del bosque de Valsayn» el copero del
rey, Pedro de la Plata, que recibió a lo largo del año la suma de 175.424 mrs.,
empleados en el «mantenimiento de las alimañas» del bosque, en el reparo de
«la casa» y en la obra de la nueva «casa de Sancti Alifon». que es el actital
San Ildefonso, así como en diversas rozas efectuadas en los montes en tomo
a ella. Una suma importante —20.000 mrs.— sc destina a fin de año para
ayudar al propio Pedro de la Plata, cuya casa se habla quemado. Y otras
menores al reparo de redes, cuerdas, carretas y jaulas para el transporte de
animales, pues Enrique cuidaba la repoblación o implantación de especies: en
septiembre hizo llevar varios jabalíes de Valsain a la deben de las Gordillas
—que son los encinares de Avila—. También gustaba de su contemplación: en
agosto se compran dos candeleros grandes de cobre al mudéjar segoviano
Mahomad. y tres hachones de cera. «para mirar de noche las alimañas del
dicho bosque». La guarda dc los montes de Valsain corría a cargo de monteros
dc a caballo, cuyo sueldo oscilaba entre 450 y 600 mrs. mensuales: en el mes
de enero se menciona a 21.
El Pardo, a dos leguas de Madrid” contaba, según Diego de Valera, «con
un bosque poco menos bueno que el de Balsain».Era su alcaide, ya en 1458,
Juan de Córdoba, ballestero de caballo del rey, que todavía recibió en marzo
de 1462 12.600 mu. para la torre que sc hacía en «la dehesa e monte», y
otros 12.000 para diversas rozas efectuadas en febrero y mano. En la deben
se criaban toros, traídos a veces de otras partes, como los que envió a
comienzos de abril el maestre de Alcántara. Y el monte estaba siendo
repoblado con jabalíes: al menos lo se trajeron dc las sierras de Robledo de
(‘havela en el primer trimestre del año.
qtíe los producidos en las monterías, de las que el rey llevó a cabo al menos
nueve, según se muestra en este etíadro sinóptico:
‘y’. el excelcí u te y deiall asIc> esícid o cte A>’> ¡si.>, (‘i. dc: ss Las cacerias en la pro>’ incla dc M acírid
ci> e’ siglo XIV según cl ¿sí.ibro cíe la Montería» dc Stlbis¿’c¡ Xlv>. -1 uuu u fis sic>! Iuu.s’tu’f uuluu u!> Es tu u u/lo.>
.4’IocI,’íIu’uis,s. XV it 978). >p. 27—57. XVIII (1981). pp. 9.22. XIX 1 952). pi,. 269—282.
256 ¡VIÍí<¿is~¡ Angel I.cucfero ()uíesc¡clc¿
Una actividad basta cierto punto próximo a la ca/a eran las corridas de
toros a ca bailo, practicadas en diversas i~stividades. FI rey hacia comprar los
animales para cada ocasión -~entre 800 y 1.000 rnrs. la res—, en cantidades
variables: el 17 de enero se corrieron en Madrid al menos cuatro. También en
Madrid, durante las fiestas en honor del conde de Armagnac. se corrieron ocho,
y nueve «el lunes dc las ochavas de Pascua», en Segovia. El jueves de la
Ascensión, en mayo, algunos más en Madrid -dos de ellos propiedad del -
ocho, pagados a mil maravedíes cada uno «porque eran de escuderos». Pero
ignoramos el grado de afición personal del rey, qtíe parece más claro e intenso
en relación con venados. osos y jabalíes.
A) Andalucía
Lsus pueStos ii>eiiciuuiiactcuss’cuiuesisis: Lsealout> síu «lisura» (fi ,¡dals¡u ‘di. cus ‘y di isis
( ‘cíuicieiilo 1 a>’ Rozas. Mai>iclill>us. [searabajosa. Nav>uhonditl Noo,hcl u i~eluhsusiuuí Aluuusuiox) 1
Acti iii u síus atcte>us <l”ívsneditl¡u, l’iedr¡ulav’es. Sotilísí dc /UIr iii u lgletsiei’il 5 u M ¡ulítí cts
Val dciglesí ‘u>’ con El Puacící y Pc layos: y Nl ombeltrúi,, Nlarrupcu, un ( astil cte \ u oc1 u N us ~ulniOit iii.ndc
1 oric dIc 1 s¡cb¡uuu Ambrán, t3ríuncie. luerales, Las Nas’>is (hin dcl Marques) Li iu¡gíuer’u ½ ítclcuuu u
Ruuhtccísí ½ uldcnuac
1uecla, Cebreros. vitítulIs>. ITt ‘l’ienitulo. Nav’ui-íe’ metí-u t-l 1 sccuii ul t ¡ 1 ¡unu Vtclíii cl
(‘ci x cre ( curra1 cte las Monj ay. 1) sí rotil 1. (“¡u/a logros, 1 ‘II kurgci L ‘u i’u’e’s ¡¡cd ¡ ( o1 une u inc o Nl ¡¡lucí
¿sí ¡iciua Ruul cte M¡uiuscuuuu¡urcs, híug¡ures cte Óeí’u’a dc Avila. y hívoui-es ¡le lucir-u ¿te Sc”>>>’ u u ti iii uuucí u
Icitizcictius Sonsolo. La luisa. La 1 ilguera, Ruus¡uleíu. Rescuugí (lnii’os’u ½‘it dc 1 ozos u)
X Maruiuu Atsui¡so, lies v¡uu’¡is de seda ieu’eicupelsu ¡¡¡síu ¡clii sic.íiuu cfi ¡~íiuu cts. Brsul is ní.u>uuí píuctíllui
y 4.2(1<) oír>’.. A Juan de Cañele. nebsí ¿‘¡iras cte sect>¡ tercisupelo ¡izul y ¡¡clin cte paño <Cuan iuuavuir ¿‘¡uso.
15.00(1 uiurs ‘½t’eruiauid>u cte Aí’¡iuícl¡i, íes “¡unís cíe secta ieu’eisu1,eisu ií,uur>uclu’í y s¡eliu’i cte p¡uiisu sic Unirías
iuu¡>vsír’
/462: (Sn ciño en la sida de Enrique 11K.. 257
B) Navarra y Cataluña
prieto. .4 su hilo, suparzu sus boctuis. 2 “zuras cte pañuu cte Ruui~as p¡ui’stitto, cucho de Ríi¡uiu m¡¡yor del sello.
u ti cte tereispeluu p¡trctiltst y tres cíe acei¡uli¡i.
258 Miguel Angel Ladero Quue.s’acfo
C) Portugal
U) Francia
Los dos momentos más importantes, aunque desiguales, de relación, tienen
lugar en febrero, durante las fiestas hechas en Madrid en honor del conde de
Armagnac («Armiñaqt¡e») y de los «otros cavalleros que con el vinieron de
Fran~ias>, y, en la primera mitad de diciembre, cuando el rey recibe a «Yugues
de Mondisier», senescal de Toulouse, embalador del rey de Francia.
En el primer caso se trata de una gran recepción cortesana, en la que
Eni’ique IV hace «sala» al noble francés -~quc venia como embajador de su
rey para confirmar la amistad entre los dos países——, sc consumen grandes
cantidades de dulces en las fiestas4, y se organiza una justa, para la que se
alza una «tela» o toldo, se traen «yelmos de torneos» de Sevilla, donde los
tenía. el comendador Gonzalo de Saavedra., e incluso se requieren los servIcios
del «rey de armas» Sidonia y de cinco «menestriles de cherumbeles», enviados
al efecto por el duque de Medina Sidonia~. Enrique y su Corte se visten dc
tiesta para la ocasión, pues así era la condición del rey que
¿ 1 2 1 cajas cte diacitru’un .346 cajas dc euui¡ t2ues. 4<) bol es de conservas. 1 sspast ¡us re¡u les de
nlacapái¡us.
TI cosuo (le la su ¡ etas> ‘cíe dc 2.852 mrs -, y 1 4.t.)t)(t eí rey’ sic a rnuas y sus au¡xu tiales.
/462: Un año cH ¡a vida de Enrique IV - - 259
Como la reina Juana tuvo libertad para tbrmar su propia casa, y disponía
de rentas situadas en Olmedo y en su señorío de Aranda de Duero4>, las
menciones que se hacen a sus gastos en las cuentas de la cámara enriqueña son
relativamente escasas. La reina se proveia, no obstante, de los paños y sedas
guardados por el camarero de stu marido: una pieza entera de «paño de grana
colorada muy fina», se anota el 4 de febrero, y. a lo largo de otras siete
partidas, hasta 90 varas de sedas brocados o terciopelos, y II de paños
mayores de Ruán y Brujas, más dos guadamecies colorados para estrado, todo
ello a lo largo de 1462.
III gran acontecimiento del año para la reina fue el nacimiento de la
princesa Juana, ocurrido el 28 de febrero en Madrid. Desde mediados de enero
estaba en la Corte Man Gasca, partera, vecina de Almazán, que seguía allí dos
meses después (recibe 12.000 maravedíes), y acaso otra, portuguesa, llamada
Catalina Peres, a la que se despide a finales de junio con 5.000, Una vez
pasado el parto debió de haber algúíi momento dificil. pues se alude el 12 de
marzo a «Doña Xan~e, mora partera, vecina de Toledo, que yo (el rey) enbié
llamar». Y también los habria en las jornadas previas al parto, cuando Enrique
regala a su mujer un «relox de agua» (20 de febrero), o hace decir seis misas
en conventos de Madrid, llamadas de «aljueuecar», el día 26.
Todo fue bien, pero en las cuentas no hay reflejo alguno de fiestas,
regocijos, mercedes o noticias políticas tocantes a la princesa, sino sólo a tres
atenciones patemas: unas andas de madera y lienzo encerado que se confeccio-
naron en junio (1.650 mrs.) y se dieron a Beatriz Suárez, ama de la niña. «Una
esmeralda grande muy rica engastada en una sortija de oro, de la qual le fise
merced (a la reina) para echar al cuello a la prin9esa doña Juana mi fija» (26
de julio). Y la confección con paño de Ruán y «corderinas prietas» para el
forro, de una loba para «la prinQesa mi muy amada fija» (lO de diciembre).
‘r-ei nl.¡t varas cíe luce ituni leo n¡¡do. 1 2.5 sIc 1 ere iope 1 c Ciirmesi, oclío cte brocadru carmesi ssmuy
ruco»’
[TNIsusju¿i-:z
1)15k CÁS’’rli.Lc.s. (i,¼uuiu’’u.Cap. XLVII.
A/soNs, 1’. dc, j¿c,be/.. PP. 27-28. UNRiQu¿iz ISEL CAS’i’li.i si, (‘,áu¡u:o. cap. XXXII (Recibió
ArancIa cuí» ncto estaba embarazada, en 146 1).
260 ¿Vhiguc’I rl oge/ Lc,clcro Ou,c’sadci
* * *
¡‘¿>‘< luí indica uun¡u e>uíuzí ¿tI rey. cíus’iaucta desde Arandzu. en 1463. ¿tute transcribe 1.. 5> ‘>sísí’.z,
..t’fu,uu-iouusuu!u, l’u/¿’s’c’c’/íus ,suus’u’.¿ou’u’su.... p. 89. ¡¡¡‘¡¡sí. 5.
/462: Un año e’u la u’icicu de Ln,-ic
1ue IV - - 261
«Quatro paños de ras con seda.., que son estos: un paño grande obrado
con seda de Luna estoria cíe LIB rey cíue mató una su tija, e los otros (los
panos con seda (le una 1 i~a dc salvajes e otras ‘tiguras, e ci otro paño grande
de arboleda.»
FI tema troyano de Agamenón e Ifigenia, que tal debe ser la «estoria de
47, peío
un reypreguntarse
cabe que mató si
a una su más
era el fija».adecuado
se repite para
en otros tapices
el cuarto de lala época
y para imaginación
de unos infames huérfanos, pues sugiere el sacrificio total de los afectos
familiares por los designios políticos.
La atención regia parece regularizarse desde finales de octubre: 32.000 mrs.
para la despensa. entregados en tres veces al ayo Diego de Ribera y al
despensero Juan de León, más ropa por Navidad (8 varas de brocado y una de
Ruán al inltunte, lO de brocado «pardillo rico» a la infanta), y el ya menciona-
do regalo de cien enriques. Por último, hay qtíe llamar la atención sobre una
mísa a la que asistieron l<)s infantes el 16 dc noviembre, para cuya ofrenda les
dio el rey 20 doblas «de la banda». ¿Qué memoria, aniversario o fiesta se
celebraba aquel día que ptídiera afeetarles especialmente? En suma, era la aten-
cion precisa, casi la mínima, mientras se incumplía el testamento de Juan II en
lo tocante a rentas de los infantes y el maestrazgo de Santiago, previsto para
cl in flunte Altbnso, pasaba a manos (le Beltrán tic la Cueva.
8, DON BELTRAN
Y LOS TRFS DONCELES
Rsuoí¿is ¡1 ¡[“7 Víi.u .A,A., Ho.squus’ftu /¿¡outráth’o (½‘. ncuta núm. 14). ¿Ae¡isst era cl iuuisu¡¡u tapiz?
.A,A., 1/sil. p. 17. ¡omauluu cíe Medina, ¡“irlo ¿¡u’! (‘ruu’cle,,oI Ms’uudozu,...
Rsui lisIs ¡¿‘1:7 ½“¡ii
262 Miguel -Angel ladero Quesada
los gastos que hubo de hacer durante las fiestas del conde de Armagnac,
cuando él mismo fue hecho conde4t El rey le viste: «doce varas de brocado
rico can’uesi... de que le fise merged quando le fise algar por conde», más otras
29 de terciopelo y 19 de paños de Ruán y Londres, y tres bonetes, en otros
momentos. E incluso le regala parte de su vajilla a fines de diciembre (50
marcos de plata en 21 piezas), o cubre sus caprichos, como sucede en Ayllón,
a fines de agosto, cuando da a su vecino Diego García siete enriques por un
crucifijo de oro que le había «tomado el dicho conde de Ledesma, mi criado».
Tampoco iban descaminados los cronistas al definir lo que Enrique IV era
en estos aspectos, de los que ya habian disfrutado anteriormente Juan Pacheco,
Pedro Girón o Miguel Lucas de Iranzo, entre otros:
9. NOMINA DE PERSONAL
3.1192.553 turs.
866 enricí Lies cje oro.
5(1 clííht¡us cje bu hzu¡ts.t¡u cte tío
48 real es cte Malzí.
7<> museos, tun¡u a¡u>.a y eculutrc¡ i-ezules de plací, en diversas pie/as
[¡¡¡a est,,ei’zutda englusuactlu en tilia sorílilí cte aro.
151 va rlu5 cíe Isruis.it cias ri Clis.
432.5 va r¿u s cte sedzus jinlus.
49.5 va rus cte sedas rusos y’ daniaseos.
U ¡uit pie/a cnterzt, 27 “aras y 3/4 de p¡uñci cte viana.
539 viti-as y 3/4 cte pañuis maví¡res ti ncu s Ile tana -
1(19 “zt ras de paños cíe rítauísís níetiores cte tana -
N lleve paños cje rus, cciii sedzu.
1 ‘2 eoi tic ¿ sIc ras, con seda -
risus bauíc ales cje ras. ecin seda.
Seis anlepce u-tas de ‘as, elir secta.
1e~~is. cuití Síus goletas.
1 )u us cz¡uiias de sil rglu 5 cte coltites, 1 1 sIc p
44 var~u 5 cte sareas cte cal ore ¿ -
(jiííesu alt’sí¡iz bras.
‘tuatra ¡uicati lis.
1 2 re posleros -
69 tiilurlas cebel1 tías.
21.33 vzurz¡s sIc cl,aaíettítc.
34.5 va rIus de unanteles reales.
2(1 vau’=¡scte íiíatílc les cte Fis.uytu’au¡o.
t 25 varlu s cte lic ti/ti cte 01atuda.
35 “‘-u rIus cíe 1 Cuí/O de FI ancles
9 bíinetes.
I>u 5 lliorcus ese lavos ( t’i¡u>adsis ) -
121 cz¡jas cte ctiilci¡rsiui.
346 e~ijas cte ecun tites-
41) bsíies de cotí 1)1 turIus.
8 ¡,asOs reales.
i’res chulos ‘u ¡re.>’ pLilia les.
N tueve 55>1< lis> dc ci itas cte secta.
Seis -llrtueslus cte ugtu~as.
218 paveses (alcance cíe 1455).
Seis Pu veses t¿rlu udc s ute Barrera ( lulclutice cíe 1 455)
1 Xis capas de etic ti iii sís cte meszu -
Siete espc~cus.
u )u ¡ce pci íes
- i uicu.t e rato tías cte ti mpi lur rOplí -
/9tt’5’O
i’.uu Mz¡ctrisl
5zíuí NIzuruin cte Vz¡lcteiglcsizus
15. ‘sso
/‘‘u’/í l~zigsí sic la ííícíííuerizí cuí
<.‘síívieuív.zt cii M asiricí
3 —y 7. Plugus zí Isis pesiuies c
1tie zul’iu’iei’siiu el paerisí dc !zí Fsíeuilt-izu s¿t~eír dsu yui estíutiges pasé, c1tiC \‘tizi zu Segciuiaí¿.
7. síLzí (‘ercgestiitztss
lO. ¿sl-ii la s.’zíszíss 1 \zt!szuiii)
¡3. iiíiisisíuzu cii ¡It iglesilí mliystr cíe Ses¡eivilu.
14. IP Iiarcluu.
1 .)csslc el 1 5. cuí Mací risi.
.“l’iuu,’za
liii Mziu.lrisi
29. uíltuití sic Izí ilíetntcrizi en San N’lzui’tin cíe Vzutc(eiglesizus.
/5,-ii
1 ilusizi el sai,zictit 10. cuí Mzudi’iet
r)5flhiñ~O cte l4zuuiiuus. Seguivizí. cluuiicle tuuuiliiiolu hzísuzu Ob cíe unes.
íS’/uui’ss
liii Nízucíricí Icucisí el mes
13. Pzuguí sIc la iiiu’uiíieria en t?sibtedsi
/uuaisu
a tíO. Segovia.
19 zt 25. Mautricí (21. [II
20. Illescas
25. 1síleclís.
- ¡su ha
ci 4. ‘l’síledcu
5. i’lsczítsuíízu.
266 zX’/iguel ,I ngel Ladero Quesada
6 y 2. 1. ¡u Asiractzi
8 ci 9. Sito Mzíruiíu sic \‘zuiulcigtcsiz¡s
it) y’ it - FTsc-atsii,zí
II a 29. ‘Folcíto
29. Illescas.
30. Mzistrid
>igui.¿l’sí
zu 4. lvlzislrid
- .átezulz) cíe [‘lcnzíu’es
7 ¡1 9. (,uiact ¡iujirzu.
it ‘y sisiutí (¿síu easaíí>.
12 ‘e’ ss Segovís.
lO Nu~ fluí u
20 y 1 Avilotí
21 a 23 Alíen/u.
24 áluoí’ín
25 Son
26 E un lles
27 y is Suiredí
.S’s’~íIuu itt/ti 5
Ii It) .\c.uecla
II Ssírí¡
4 a 1 6 Au ¡ncta dc ncc-es
17. AgsiilcutYíeuite
lO. LI Macuto
21 a 23. Rsibieslsi de Clíavela
24. (isi¡iclarra una
25 a =8.Valsz¡in
29 y 30. Scgcívi¡i
Os’ou/íu’c
1 y 2. Scgsuvia
3. Riaza
4. Ayilón San ITsteban de Coruníí/
5. Szun tisíchan sí e ti u~rma,
8. Vui/i¿iedianii
9 a 1 1 - Szunla Maria dc Veru elil
1 2 y ss. Agreda
29. Foirzislzi cii Verzí y Bsírjzi
\i¿> u’/s’uuu/uu’e
Lzinzi, tíníl zurrcuba, i St) (sin liuviur. 15 au-u-síbzus ciii lavar equivalen a ntueve lavadas)
Seda, tutía ouiza, 160/2112
Un som breres Ss betYeuí, 140
liii par cte hísreego les, 60
Un par dc borceguíes marroquates. 10(1
1 In par cte zzípalos. 2(1/25
Un cu.ueu-su ecurclobán. 230 a 250
t’lcchtiu-zu de ulí .1 tubuSuí. 2001
tíectiura sic tina canlisa. 6(1
[lech tuu-ii cte utí par cte calzas, 36
‘landir tina vau-a de paño, 6 y a veces 9
La arruíbzi de ¿st tas cte cáñamos> para etívolver. 200
LItí auca fsíru-ada dc paño, para u-tipa, 185
LI ti au-ca fsíu-u-acia de paño, para vajilla, 200
U ti tu-eh ijírracia cte paño. pa u-a u-opa de cama, 250
Utí par dc corazas, 500/60<)
Un par de gogeles. 350
Utí captíte con su babcu-a, 45(1/500
Una Iatdzí cte zuceu-o, 900
LI nzu vzui iii cíe espada, 35/40
U tízí espada, 1 50
tina latíza, 4(1
tina adarga, 260
tinzu silla ginelzí, 610
‘oner bramante a tina ballesta. 10/16.6
Li mpízu u- ana aruíiad uu-a 1 20
[luí caballo. cte la meiou- calidad, 8.000/8.570/9000
tín cabal sí. cte ca’ dad hz¡bittua 1, 3.000/3500/4.0l)0/4.600
[mu uu’ucílzu, 6(l(l0
t.l ti peu-usí zu latísí grande, 800
Un iízuícóuí, 1 .4t)t) (5 enu-i ques cte siso>
Una tiuííegzu dc echada, 30 (abril, Segovia) / 38 (octíubue. Agreda>
Una cau-gíí cte pitia, 8
tI tía libra cte cera, 17
Una libia dc csíbu-c, 35/40
[luía paizí de b errci, 60
Utí ceujeeno pau-a buey.
Un ciricí gruincle. 35
Un zt/umbu-e de asiuau-diente, 8<)
Un ¿se¡uu-gcísí cte vi gzu s gu-cuesas, 1 ‘70
tina duteena de vigones, 72
Utía lzit,izu ziseu-u-adiuszi, lO
tina sIsícena sic tablas cte chillas. 5
tín cabi/ cte yesci, 50
tít, t¿udu-illuu, 0.5
Lítía iibu-a de clava/otí, S
Un cancti¡cto. 16.6
Lzu esítíteer liii de tun 1 utíCítí í’cq tutu-la líes varas de paño. más la seda pau-a ¡itangas y cuello. cuí iii ezuiuí. Y. lid fi
gtizuriiccer y hurtar, sI
5í¿ u aras dc 1 curo dc ¿síatuda. síus dc 1 icuizcí t,asio, mcdiii sír¿’.a de seda ¡sise¡da y sííía Ii btu de
algsidu)ii. luís el ciii en sus de gaau-ííicuu)íí y lbrrsu venliun u coitar etuire 1 61) y 1911 urs.
268 .&‘1¿gu set <tuugs 1 1<,ele, ‘o Q¿ íes-ocho
isiuta dc (‘círlés. psírttíosíés. ssQsie utiusia eh iuí vii eziuí’uuu¡’uíí¿. (‘ituuíí’ctu¡ del u’ey.
7.35(1 iii. cuí di versuis ti u ereecles,
3 vutruis cte lereisípelsí y 1(1 de puiño ¿¿pulía stí ‘u’estsuuirusua.
Vuiscisí Gil cte Silvera, císítíeel dci rey.
00<) iii. sic’ zívtíclzu cte ceíslzí
.1 tiah cíe 1) vi ecísí. ctcííícc 1 ci el ley.
i”u’aííeiscsí sIc Xkuislés. ííízícstresuíluí.
5(l.l.ll)0 unís..
6 vuiras dc terciopelo.
(hite izí cte MesE íííuíestu’esalus.
2 vuiruis sie ~ii»li cíe R uiaii.
9.5 v’zíu’zus cte secizí ¿¿luipelcí
I’ci-ii’uiitlsu eciiiizictsir cte la ttespeuisuu del ley
3.1)011 iii .uíe sucííiuí.
13 varas cte pañí y 4 cte <estas.
hect u-sí dc A róvus luí, sicspeíí seta rezí1.
Al vuí r Ruídtigsi e/ cíe MuínsiItuu, císpeísí cte 1 ley,
3.1)1)11 iii.. pzurz¡ esíuííprar síuíuu uíísílus. (>lruís u (1(1(1 iii.
.1 tu u ti SItíO u» repeustero cte eaííí u s dcl ley.
tui tísuutese prielcí cisíbtzidsí.
M¡ui’iin cte u luirsí. iizu’e’aru’si. i’cpsusiei’si cíe cauu’u¡us del uey,
.821> iii. cte uííereecl su para <it ccísízus¿.
vulrut s cte pzí Os> de U ‘tuias.
I’3ieu¡si cte Vittzircuil. í’cpsísteu’sí de cizuinzus dci ley.
3 “aras cíe Rsíuin.
2.5 “‘1ti55 cíe scclzi leí-eisipel si.
Al Liiisss ti tus va. brasersí síel rey,
2.32<) ni. cíe u,scu’cecl.
c’ ‘su/ííu//s’í’iz:sí
l)ieucsí cte lizirtuisa, cuzbuítlcrizss reuíl
Cuí u-e tui dc \¿ alea< a u’. eti uclís utel rey y «su/su cíe espitel zus
6.llll(l turs. II) ‘e’uuí’zís tIc putñcí y’ 3 de seduu sspztriu <lis ctesuicuscírisíssu
tisis Mtuno/, lii¡ci del relísisterhí de catílzís luían Msunci/
1.211(1 turs.. 4 vuul-zus de pañsí y’ 4 ele sedílí, putrul ‘e’csttuuurisu
Atssuussu cíe’ ‘rítíedsí. ci Atuííusiltsí. suS nituslois. ¿Sc[ule me clicí Fu’usii(Sisesí de Palctseiuu, iii eapettuuii. c
1tie itutuidus
bes ir Csuuutii iglis.
343 uíí. y 7 s’u,u’as ste Rsiuiui tenor. pu¡i’uu s’estszuuruuí.
lernuincles cte [ Iruinus. euiictuscls>r sic lisos.
Pedí-sí cte Scesux’tuu. tullí/li etc uiluinsis.
O/uses pu-rs
2í’. Alsítísus
Suuuuel,st ele iiicíe líefuul.
Viiiuurreuul. gtiarshiuin
uíieuuicic ciet uííuínasierisí
de Msíttiíut, líe Suití Fruzneiscau ele N’luuclriei. cii.
cuí. huir. iii.
i(utsli’igui
1 cte i’spiilsisui. uiicuuitersí cte guarda. sin.
270 uVhigusc’l .1 ogel Lader<, Qusets’adeí
Pedro de Reveííguu.
2.601.1 turs.
AII’einseu de Meditia.
Itt cnriejtues cte turtí.
Al ttunssu dc luí (Sarrerut
líeduel I)euu’án,
.68<) mus, merced
Nl cinte u-cus. Bat lesícreus. escuderos. ese ia~’eis
5 Mis iii tuíuteroís ele gtuarela. qtic deuert,,euí esuní netatu,ente a luí í>ducrta de iii eiuuuuuurut»:
(ióuíícur ele J>uuudsí
Pesirsí dc ía Latu,uu
(tutu-cia ele í-.spi nosa
Rsíelri gí> ele [¿sptuíeísuu (cuí \‘~uI saitu. ceutí Pedro ele lis ‘la luí)
8.600 para citiul cama (4 csle hciiies. 2 sáhuinuis. 2 ceul chas. 2 uuuuí uit ~us,ciii uit tasiOc de picote. g.iuaruiec icísí cciii
itt5 euuersis 1
I5cel u-si sic IT st,inosuu
t)/,v.c .u,/a,//e..-s..u.V
[‘sí !‘ísÍs’sui,í
icutuisí cciii suras 1 ti nisinsercis de uu sic:
Iltieges cte tus Pluiiui
ltíauíctío ele (‘)teyrtuun
Aíusirés de ½‘ i1 laIcíheis
Andrés de tjoíuui-eruis
Muutesí ele Seígtu insí
Asleivuis. cli tíísuí uusiniunus dc 12 de di ci euuihie. de pulga ¿sen seíeeírroís a mcm 1 ersus de cuíbuí it sí. se itic luxen esteis
u cimbres::
¿“u 1 t’u.unssi de líreii u (¿Pereña’?)
(cín/ul tu> el Reinisí
Austótí ele ledesuusa
íOuuíic luís etc Pecí í’susuu
A set rés ele ~v’ ittuit cíbsus
ltuuuíu \‘jeeíuie
Al buísc, (‘iii. 1 ustírcí
.1 tiuln Suuiuclitusí
mcciii sic Pliecisí
.ltuutii cte Msit ituetuis
Itiultí ele I>u’enuu (¿.líereñui’!)
.1 tuuííu ele (‘tieríui
l3iegsí luertuuludes del Rius
¡‘u ti el tuegisí
Jísílíel Jactuis
leitiuí ele lusrelesilluis el íuegrsu ci cl ííuusrísceí
( usreiuu sic .‘Nleuuiui
Muuuisíie, ¿uísssíí’sí íscgrsíus. síeseíííuuclsí plur el esuisde
sic (‘utísius. cítie’ tuuítstuí sicisí elct íitiiíite íuuusreu. hi¡su del rey etc
( irususuietus.
Fuírusx I)iuuscus
1 ‘anude sic Catuibil
‘uluuIlsuii’uuuel cte ialuui’ei’uu
Y’susiaf’, síu esceucícíes
Musiuí Qsucvi
“u isuísssí de tiruííuuueiuu
Alt (.Sui(Sesr
hedí
55 cíe Aguíi luir
Fi-tuneiscsi ele Nl irauueluí
.1 tius ti cte ¿‘tIc uit u). el iseerís
( Rin/ulí cte I3uie/ui
Leus Petusiul
N’leitc’s’ Dsslduue1sue, usprituso del catuctitísísí
1 lauuiete ¡Ntuuissiuu
(,‘ayde dc Atixir
ituan sic Xinueíía
hect ‘su de A ‘u ccletera
(‘usuis pía ele cuí Isa Ilsus, pus res ele dita/as - cuspuueeles cts tu stís haBecius. paños verde gus>’ y lisie) ti i para tiiri’arleís.
¿¿duuruíeuss viiecuiiuusss Sl). 195
Puiruu sseuueuuvuulguir e elcur usríuudus e vesieiuuuieiss uit us¡sssit-ti uiegususs l\’lu’u(Sluie: 5 sutruis ele Lususelí-es itsí’dítui ~uii’uiclii
catitas, 75 ele Reuu)uu utíciusír puirsí eíuu selíste, tui jeubóíu. un psur cte Cuí/as y suuiul cuipertu/a. 4251’l plír ciii cuiButilsí.
1265 psur lis sitía iuuciul. luís espíteluis iseirisesuí, luí esputelut. luí taus/sí. luid uueluiu’guu cetbieruuu ele ceuleiu’uuelsi y ‘ucície,
tuis lSiiu- ele Issureegtíies y cuí, huir de ,uí~suutsís.
8.000 sin, para tutu cabusí les > 1 2 vusrut ¿ de 1sañsí uit cui¡si¡ñus ti uurci a de luséus -
5 sutruis de suruuisul tiussí’uísluu. 3 de Ríuu)íu iuuuuxeur uííuíuurilleí y 3.5 ele seelus uíeeiissusi cíe tabísres Isrietís usí iíutisíute Mítle
Mutis u ísscdl -