069 Caso Clinico El Caso Miguel

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NORTE DE SALUD MENTAL nº 26 • 2006 • PAG 69–73

FORMACIÓN CONTINUADA

Caso Clínico
El caso Miguel

Juan Luis Borda Elejabarrieta


Psicólogo Clínico
Psicoanalista, miembro de la A.M.P.

Introducción
Transcurría el mes de diciembre del 99 duros, los dos nos pusimos muy mal, discutía-
cuando recibía una demanda de consulta por mos continuamente,… Al final decidimos
parte de los padres de un varón que por seguir juntos”, relataba la mujer. Junto a
entonces tenía 17 años y que llamaremos esto afirmaban que ninguno de sus dos
Miguel. hijos —hacían referencia también a una hija
que por entonces tenía 13—, sabían nada de
Fueron ellos los que acudieron a esta pri- ello, pues nunca se lo habían comentado, ni
mera cita para hablarme del motivo de su peti- ellos se lo habían preguntado, a pesar de estar
ción: los habían orientado desde su Centro depositado en lugares comunes un extenso
Escolar por su bajo rendimiento intelectual y arsenal farmacológico Retroviral.
sus frecuentes ausencias a la clase. Pero no
sólo estaban preocupados por ello, pues ade- En esta primera entrevista, aportaban
más le habían encontrado en alguna ocasión también dos hechos relevantes para la historia
sustancias adictivas y veían en él un comporta- clínica del paciente: una enuresis nocturna que
miento que definían como de “manías de desapareció sobre los 12 años y un accidente
orden” y “contacto”, que no cesaban a pesar del que tuvo lugar cuando tenía 7, al ser golpeado
tiempo transcurrido desde su aparición. Relata- en la cabeza por un autobús que iniciaba su
ban así la inquietud que presentaba Miguel por recorrido, siendo ingresado en un hospital
la posición de los cuadros, el mobiliario, la lim- durante 15 días y dado de alta con un diagnós-
pieza de los enseres y cubiertos de la cocina y tico de Traumatismo Craneoencefálico sin per-
la petición particularizada en su padre, de que manencia de secuelas.
no entrara en su habitación con calzado.

Con cierta angustia, la madre describirá


como su marido se infectó por el V.I.H. duran-
Las primeras entrevistas
te su período de trabajo en la mar, “ a través A los pocos días de esta entrevista con sus
de relaciones sexuales con prostitutas”, descu- padres recibía a Miguel. Mi primera impresión
briendo el contagio tras una enfermedad de las visual me hizo recordar a los jóvenes pacientes
denominadas oportunistas, cuando Miguel psicóticos que pueden observarse en las salas
tenía unos 14 años. “Fueron unos meses muy de los Hospitales Psiquiátricos, pues daba la

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sensación de que su yo no controlaba la moti- hachís, pastillas y cocaína algunos fines de


lidad. Le pregunté cómo estaba y en qué le semana, pero evito siempre cualquier relación
podía ayudar, pues contaba por lo menos con con las jeringuillas, además desgraciadamente
su beneplácito para acudir a mi consulta. Al no tengo relaciones sexuales”. Su respuesta era
comenzar a hablar esa imagen inicial se disipó, el no de la denegación y posiblemente el no de
pues su discurso no estaba desestructurado ni la suspensión del saber, de la inhibición del
era discordante. comprender.

“No estoy bien”, me dijo,“el curso es dema-


siado complicado para mí, no llego, los suspen-
sos son frecuentes,.. me siento mal también
El relato de su historia
porque no quiero gastar inútilmente el dinero Poco a poco, la queja y la descripción de su
de mis padres. .En ocasiones pienso que pue- angustia pudo irse combinando con la cons-
den ser secuelas de un accidente que tuve en trucción de su historia.
mi infancia. Cruzaba la calzada mirando para
otro lado y un autobús me golpeó la cabeza, Así, irá contando como transcurrió su pri-
estuve ingresado y me dijeron que no había mera infancia en un caserío próximo a la costa
secuelas, pero a veces lo dudo, aunque es ver- vizcaína, propiedad de la familia materna. En sus
dad que durante algunos años pude estudiar. palabras, fue criado por sus abuelos, pues su
Me he dado más golpes en la cabeza; la bici, padre trabajaba en la pesca de altura y su madre
jugando al fútbol,… no sé, quisiera empezar a regentaba un negocio familiar que le mantenía
trabajar pues tampoco me gusta estudiar,… fuera de la vivienda la mayor parte del día.
además, hay algo que me preocupa mucho y
que intento mantenerlo oculto, pues si los Sus padres contrajeron matrimonio cuando
otros se enteran me bacilan,… es el temor al su madre estaba embarazada de él.
contagio,… al contagio de microbios,… no sé
por qué pero me pone muy mal,… si alguien Las llegadas de su padre a casa las recuerda
me toca con la suela del zapato o me echa tierra como momentos de alborozo y bienestar ini-
del suelo me lleno de inquietud, me enfado, me cialmente, para tornarse posteriormente en la
voy a casa y allí también me preocupan los contrario, pues su posición y origen le hacían
cubiertos, el inodoro,… es absurdo pero no sentirse inferior en relación a sus pares.
puedo evitar que me produzca un mal rollo
terrible”, “también me preocupan ciertos dolo- Su padre, formaba parte de una de las pocas
res, en la cabeza y en distintas partes del cuerpo, familias extremeñas que habían emigrado al
aunque mi madre no quiere llevarme al médico”. pueblo a mediados de los 60. Era en el decir de
Miguel, una familia considerada como marginal,
Se iniciaban así una serie de sesiones donde por su lengua, sus formas de vestir o los traba-
el sujeto iba a poder situar el precipitante de jos poco cualificados que desarrollaban.
sus ideas de contagio. “Estaba haciendo
auto–stop, me paró un hombre pálido, delgado, Recuerda su deseo, ya en los primeros años
demacrado. Pensé que tenía S.I.D.A., poco des- de escolarización de estar entre los niños con-
pués, cuando llegué a casa empecé a pensar que siderados como la elite de su Centro escolar, y
me podía haber contagiado, me cambié de también su sensación de ser marginado, de no
ropa, empecé a sentirme mal”. Mi pregunta, en corresponderle estar entre ellos.
relación a porqué S.I.D.A., obtuvo una respues-
ta del lado de no querer saber:“no sé por qué, En el caserío, entre su familia materna, su
no tengo ninguna relación con ello, consumo sentimiento era de felicidad, aunque también

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recuerda que hacia los 10 años mantuvo varios que se formulaba como el ser “una mierda”,“un
encuentros de contenido sexual con un primo cobarde”, “un traidor”.
menor que él, y que le atormentarán poste-
riormente desde el lado de la culpa y el auto- La clínica del contagio se agudizo de forma
rreproche al situarse en una posición activa de tan preocupante que en algunos momentos me
seducción. hizo temer por la aparición de un estadio de las
denominados finales. Su decaimiento, los tras-
Sin poder significar la razón, describirá tornos del sueño, las interpretaciones referen-
cómo hacía los 14 años las cosas empeoraron ciales, aunque sin certeza evidente, su ideación
de forma radical para él. No se encontraba bien autolítica que no materializaba “por cobardía”,
en ninguna parte, deseaba morirse, recordando los tóxicos le ubicaban en una posición de goce
cómo hizo un intento de ahorcamiento que fue mortífero que aparecía como realmente difícil
abortado por su abuelo materno. Escribía poe- de atemperar. Fue un momento en el que el
mas a la muerte, donde reclamaba que le fuera sujeto aceptó el medicarse, lo que sin duda
a buscar. Se iniciaba también el declive escolar produjo un cierto restablecimiento de funcio-
y el peregrinar por distintos Centros escolares, nes y un recorte de su malestar.
donde encontró un lugar entre los otros que
también “fracasaban”.

La caída de la denegación
Al cabo de un tiempo el sujeto iniciaba el
Mitigación y reagudización clínica proceso de sintomatización del difícil momen-
Estaba claro que no era el deseo de saber to por el que había pasado, sintomatización en
lo que movía a Miguel a acudir al tratamiento el sentido de aceptar el síntoma como propio,
sino el recorte de su malestar. A pesar de mis como de su responsabilidad. —“¿No sé cómo
prudentes intentos de avanzar por la vía aso- puedo llegar a tratarme así?, a considerarme
ciativa, el sujeto seguía ceñido a la queja y la una mierda…, el otro día en una concentración
explicación en ocasiones meticulosa de su me vino un recuerdo de la infancia, una duda,
malestar. La transferencia se hacía presente a donde no sabía si era de aquí o extremeño..,
través de la verbalización del lugar en el que me son cosas que tienen algo que ver con mi
ubicaba; alguien con el que se podía hablar de padre, con el odio que he sentido tantas veces
lo que le pasaba, en contraposición a unos hacia él…”
padres que describía como insuficientes, incul-
tos o acomplejados. Un acontecimiento familiar precipitó el que
los padres me preguntaran sobre la oportuni-
Comenzaba el siguiente curso escolar y dad de comunicar al sujeto la verdad sobre la
Miguel experimentaba una considerable mejo- enfermedad paterna. Les dije que me parecía
ría en cuanto a su clínica de contacto y su ren- adecuado y que el momento era de cierta esta-
dimiento escolar pero esto no duró mucho, bilidad.
pues un incidente con la policía en relación al
grupo independentista con el que simpatizaba “Déjame que te cuente” me dijo en la
le haría ubicarse subjetivamente en el “lugar del siguiente sesión”, “mi padre está infectado por
traidor que habló por cobardía”, iniciándose un el S.I.D.A.,… cuando me lo dijeron me dio
proceso mortificador a través de continuos rabia, pero era como si de alguna forma ya lo
autorreproches, —esa clínica que Freud deno- sabría,…, no sé cómo,… pobre hombre… mi
minó como la manifestación de la pulsión de madre no está infectada, …oscilo entre la pena
muerte a través del Sadismo del Super–yo—, y el odio, aunque cuando él se contagió no se

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sabía nada, …los marinos es habitual que vayan chapero, de ser el marginal, …pero, ¿por qué?…
con prostitutas…, pero ahora puedo entender yo no quiero estar así, quisiera estar bien”.
cosas,” …sí, le señalé, “aquél tiempo en que mi
madre lloraba, discutían, que cambió el ambien- Escandí la sesión en este punto señalándole
te familiar,… yo me sentía triste,… quizá por que marginal era la palabra que había utilizado
ahí el intento de ahorcamiento,… trajo la en ocasiones para referirse a su padre.
muerte a casa,… le odio”.
El aislamiento impedía el enlace de lo
Progresivamente la clínica de contagio fue escandido con la siguiente sesión.
cediendo hasta los niveles insignificantes en que
se encuentra en la actualidad y paralelamente Seguía pues la alternancia entre el goce pulsio-
las quejas corporales, las algias, lo que nos per- nal y la expiación, con un fuerte autoreproche por
mite pensar en su conexión. los actos que designaba con el significante “pasar-
se”,y que cedían tras varios días de anulación a tra-
Curiosamente comenzó a tener más éxito vés del cuidado corporal, la privación y el deporte,
en su federación de ajedrecistas, dejando de configurándose una especie de religión privada.
tener tanto peso su duda sobre si debía insistir
más en la estrategia o en la táctica. También Comenzaba una nueva sesión refiriendo
comenzó a trabajar de forma más continuada que se encontraba muy mal, pues había vuelto
y a expresar un mayor sentimiento de placer a pasarse con los tóxicos y había mantenido un
por las actividades cotidianas; su batería, su comportamiento desafiante ante personas que
cuadrilla, su actividad deportiva,… si bien estos consideraba sus amigos. Pero algo fue rompien-
momentos se escenificaban entre intervalos do la repetición del discurso de la sesión y
más o menos amplios, entre los que el sujeto se comenzó a situarse del lado del fantasma:
trasformaba en una especie de pelota que va y “venía en el autobús y me imaginaba a mí
viene entre los contradictorios impulsos del mismo caído, herido, derrotado,.. y lo veía
Ello y el Super–yo, entre el descontrol de los como en otras ocasiones, con romanticismo,…
tóxicos y su expiación. era el hombre derrotado, …no sé”,“¿qué pien-
sa el psicoanálisis de esto?”, me preguntaba, a lo
que le contestaba que no sabía muy bien lo que
quería decir, pero que para el psicoanálisis lo
Del lado del fantasma que relataba era muy importante.
“Salgo, comienzo a consumir alcohol, alguna
raya,… es el tema de las chicas, me siento más Se situaban con ello dos modos de goce por
tranquilo cuando hay tóxicos de por medio,…, es parte del sujeto, el del síntoma que aparece
que pienso que no les gusto, que soy una mierda como displacentero y el Fantasma como goce
para ellas, entonces cuando estoy así me atrevo a acomodado a un cierto placer. Miguel pedía una
hablarles, pero es verdad, hay un momento en nueva sesión, y en ella la rueda, acto–anula-
que el placer inicial se convierte en sufrimiento, ción–expiación volvía repetirse implacablemente.
en malestar,… es al pasarme, pero no lo puedo
controlar, .. el otro día es como si hubiera estado
pidiendo que me dieran hostias a gritos,… le
eché un escupitajo a una tía al vaso, …quizá Algunas consideraciones sobre
era envidia,… era una tía buena, maja…, jamás la transferencia
me haría caso… de todas formas quizá haga En el sentido clásico Freudiano podríamos
esas cosas para degradarme, para ser el peor decir que Miguel mantiene una transferencia
del pueblo,… a veces me vienen ideas de ser positiva a lo largo del tratamiento, colocándo-

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me en un lugar de excepcionalidad, donde él elementos sobrantes para poderlo precisar así,


puede hablar. ¿Pero qué decir de la Transferen- a saber; la presencia tajante de la muerte, como
cia como amor dirigido al saber inconsciente?. decía Lacan, la cuestión paterna y su identifica-
Pues quizá, que hay una cierta apertura a él, ción, la organización de la Neurosis allá donde
tórpida, ambivalente, pero existente. La cues- el padre se ha mostrado fallido, como nos decía
tión, es si se mantendrá en la transferencia, si se Freud en el hombre de las ratas, su identifica-
repetirá indefinidamente, eso del lado de lo no ción a los excrementos, que podemos verificar
logrado, de lo que empuja con intensidad a un en la transferencia cuando trata de confirmar
punto de inercia. que es una mierda y no puede soportar que le
traten como a una persona, el sadismo de su
Hubo un momento, en que Miguel me hizo Super–yo,…etc.
saber que inicialmente se encontraba mal en las
sesiones pues se sentía tratado como un ser Es algo, su diagnostico, que se puede deba-
humano en vez de cómo “una mierda”, que es tir, pero me parece que lo particular del caso,
lo que él se sentía. lo que parece más importante, es el carácter de
fijeza del goce, de su repetición mortífera, en
Finalmente, señalaría que he evitado escru- distintos escenarios y bajo distintos disfraces,
pulosamente, situarme en ese lugar del amo con esa contundente inmovilidad que emerge,
donde en ocasiones parecía que Miguel me como decía Freud en el malestar en la cultura,
quería encontrar. cuando el Super–yo queda sólidamente conec-
tado con la pulsión de muerte.

En el caso, esa gran subversión Freudiana


Reflexiones sobre el caso que fue el descubrimiento de la pulsión de
y la pulsión de muerte muerte queda radicalmente escenificada. Su
Sin duda podríamos plantearnos el diagnós- movilización es siempre el mayor reto para la
tico del caso. Yo lo haría desde el lado de una clínica del psicoanálisis.
Neurosis Obsesiva muy grave, siendo evidentes
también los aspectos clínicos depresivos. Hay Gernika, a 12 de Septiembre de 2006

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