069 Caso Clinico El Caso Miguel
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FORMACIÓN CONTINUADA
Caso Clínico
El caso Miguel
Introducción
Transcurría el mes de diciembre del 99 duros, los dos nos pusimos muy mal, discutía-
cuando recibía una demanda de consulta por mos continuamente,… Al final decidimos
parte de los padres de un varón que por seguir juntos”, relataba la mujer. Junto a
entonces tenía 17 años y que llamaremos esto afirmaban que ninguno de sus dos
Miguel. hijos —hacían referencia también a una hija
que por entonces tenía 13—, sabían nada de
Fueron ellos los que acudieron a esta pri- ello, pues nunca se lo habían comentado, ni
mera cita para hablarme del motivo de su peti- ellos se lo habían preguntado, a pesar de estar
ción: los habían orientado desde su Centro depositado en lugares comunes un extenso
Escolar por su bajo rendimiento intelectual y arsenal farmacológico Retroviral.
sus frecuentes ausencias a la clase. Pero no
sólo estaban preocupados por ello, pues ade- En esta primera entrevista, aportaban
más le habían encontrado en alguna ocasión también dos hechos relevantes para la historia
sustancias adictivas y veían en él un comporta- clínica del paciente: una enuresis nocturna que
miento que definían como de “manías de desapareció sobre los 12 años y un accidente
orden” y “contacto”, que no cesaban a pesar del que tuvo lugar cuando tenía 7, al ser golpeado
tiempo transcurrido desde su aparición. Relata- en la cabeza por un autobús que iniciaba su
ban así la inquietud que presentaba Miguel por recorrido, siendo ingresado en un hospital
la posición de los cuadros, el mobiliario, la lim- durante 15 días y dado de alta con un diagnós-
pieza de los enseres y cubiertos de la cocina y tico de Traumatismo Craneoencefálico sin per-
la petición particularizada en su padre, de que manencia de secuelas.
no entrara en su habitación con calzado.
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recuerda que hacia los 10 años mantuvo varios que se formulaba como el ser “una mierda”,“un
encuentros de contenido sexual con un primo cobarde”, “un traidor”.
menor que él, y que le atormentarán poste-
riormente desde el lado de la culpa y el auto- La clínica del contagio se agudizo de forma
rreproche al situarse en una posición activa de tan preocupante que en algunos momentos me
seducción. hizo temer por la aparición de un estadio de las
denominados finales. Su decaimiento, los tras-
Sin poder significar la razón, describirá tornos del sueño, las interpretaciones referen-
cómo hacía los 14 años las cosas empeoraron ciales, aunque sin certeza evidente, su ideación
de forma radical para él. No se encontraba bien autolítica que no materializaba “por cobardía”,
en ninguna parte, deseaba morirse, recordando los tóxicos le ubicaban en una posición de goce
cómo hizo un intento de ahorcamiento que fue mortífero que aparecía como realmente difícil
abortado por su abuelo materno. Escribía poe- de atemperar. Fue un momento en el que el
mas a la muerte, donde reclamaba que le fuera sujeto aceptó el medicarse, lo que sin duda
a buscar. Se iniciaba también el declive escolar produjo un cierto restablecimiento de funcio-
y el peregrinar por distintos Centros escolares, nes y un recorte de su malestar.
donde encontró un lugar entre los otros que
también “fracasaban”.
La caída de la denegación
Al cabo de un tiempo el sujeto iniciaba el
Mitigación y reagudización clínica proceso de sintomatización del difícil momen-
Estaba claro que no era el deseo de saber to por el que había pasado, sintomatización en
lo que movía a Miguel a acudir al tratamiento el sentido de aceptar el síntoma como propio,
sino el recorte de su malestar. A pesar de mis como de su responsabilidad. —“¿No sé cómo
prudentes intentos de avanzar por la vía aso- puedo llegar a tratarme así?, a considerarme
ciativa, el sujeto seguía ceñido a la queja y la una mierda…, el otro día en una concentración
explicación en ocasiones meticulosa de su me vino un recuerdo de la infancia, una duda,
malestar. La transferencia se hacía presente a donde no sabía si era de aquí o extremeño..,
través de la verbalización del lugar en el que me son cosas que tienen algo que ver con mi
ubicaba; alguien con el que se podía hablar de padre, con el odio que he sentido tantas veces
lo que le pasaba, en contraposición a unos hacia él…”
padres que describía como insuficientes, incul-
tos o acomplejados. Un acontecimiento familiar precipitó el que
los padres me preguntaran sobre la oportuni-
Comenzaba el siguiente curso escolar y dad de comunicar al sujeto la verdad sobre la
Miguel experimentaba una considerable mejo- enfermedad paterna. Les dije que me parecía
ría en cuanto a su clínica de contacto y su ren- adecuado y que el momento era de cierta esta-
dimiento escolar pero esto no duró mucho, bilidad.
pues un incidente con la policía en relación al
grupo independentista con el que simpatizaba “Déjame que te cuente” me dijo en la
le haría ubicarse subjetivamente en el “lugar del siguiente sesión”, “mi padre está infectado por
traidor que habló por cobardía”, iniciándose un el S.I.D.A.,… cuando me lo dijeron me dio
proceso mortificador a través de continuos rabia, pero era como si de alguna forma ya lo
autorreproches, —esa clínica que Freud deno- sabría,…, no sé cómo,… pobre hombre… mi
minó como la manifestación de la pulsión de madre no está infectada, …oscilo entre la pena
muerte a través del Sadismo del Super–yo—, y el odio, aunque cuando él se contagió no se
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sabía nada, …los marinos es habitual que vayan chapero, de ser el marginal, …pero, ¿por qué?…
con prostitutas…, pero ahora puedo entender yo no quiero estar así, quisiera estar bien”.
cosas,” …sí, le señalé, “aquél tiempo en que mi
madre lloraba, discutían, que cambió el ambien- Escandí la sesión en este punto señalándole
te familiar,… yo me sentía triste,… quizá por que marginal era la palabra que había utilizado
ahí el intento de ahorcamiento,… trajo la en ocasiones para referirse a su padre.
muerte a casa,… le odio”.
El aislamiento impedía el enlace de lo
Progresivamente la clínica de contagio fue escandido con la siguiente sesión.
cediendo hasta los niveles insignificantes en que
se encuentra en la actualidad y paralelamente Seguía pues la alternancia entre el goce pulsio-
las quejas corporales, las algias, lo que nos per- nal y la expiación, con un fuerte autoreproche por
mite pensar en su conexión. los actos que designaba con el significante “pasar-
se”,y que cedían tras varios días de anulación a tra-
Curiosamente comenzó a tener más éxito vés del cuidado corporal, la privación y el deporte,
en su federación de ajedrecistas, dejando de configurándose una especie de religión privada.
tener tanto peso su duda sobre si debía insistir
más en la estrategia o en la táctica. También Comenzaba una nueva sesión refiriendo
comenzó a trabajar de forma más continuada que se encontraba muy mal, pues había vuelto
y a expresar un mayor sentimiento de placer a pasarse con los tóxicos y había mantenido un
por las actividades cotidianas; su batería, su comportamiento desafiante ante personas que
cuadrilla, su actividad deportiva,… si bien estos consideraba sus amigos. Pero algo fue rompien-
momentos se escenificaban entre intervalos do la repetición del discurso de la sesión y
más o menos amplios, entre los que el sujeto se comenzó a situarse del lado del fantasma:
trasformaba en una especie de pelota que va y “venía en el autobús y me imaginaba a mí
viene entre los contradictorios impulsos del mismo caído, herido, derrotado,.. y lo veía
Ello y el Super–yo, entre el descontrol de los como en otras ocasiones, con romanticismo,…
tóxicos y su expiación. era el hombre derrotado, …no sé”,“¿qué pien-
sa el psicoanálisis de esto?”, me preguntaba, a lo
que le contestaba que no sabía muy bien lo que
quería decir, pero que para el psicoanálisis lo
Del lado del fantasma que relataba era muy importante.
“Salgo, comienzo a consumir alcohol, alguna
raya,… es el tema de las chicas, me siento más Se situaban con ello dos modos de goce por
tranquilo cuando hay tóxicos de por medio,…, es parte del sujeto, el del síntoma que aparece
que pienso que no les gusto, que soy una mierda como displacentero y el Fantasma como goce
para ellas, entonces cuando estoy así me atrevo a acomodado a un cierto placer. Miguel pedía una
hablarles, pero es verdad, hay un momento en nueva sesión, y en ella la rueda, acto–anula-
que el placer inicial se convierte en sufrimiento, ción–expiación volvía repetirse implacablemente.
en malestar,… es al pasarme, pero no lo puedo
controlar, .. el otro día es como si hubiera estado
pidiendo que me dieran hostias a gritos,… le
eché un escupitajo a una tía al vaso, …quizá Algunas consideraciones sobre
era envidia,… era una tía buena, maja…, jamás la transferencia
me haría caso… de todas formas quizá haga En el sentido clásico Freudiano podríamos
esas cosas para degradarme, para ser el peor decir que Miguel mantiene una transferencia
del pueblo,… a veces me vienen ideas de ser positiva a lo largo del tratamiento, colocándo-
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