Caso Amalia
Caso Amalia
Caso Amalia
Por lo que consta en la historia, el día que recibía la confirmación (a los 16 años)
dijo que había visto, cuando estaba en la Iglesia, una luz delante de ella, mientras
que todo a su alrededor permanecía a oscuras. Esa experiencia la inquietó mucho,
según explicaría después, pero procuró no darle demasiada importancia y no la
comentó con nadie por miedo a que pensaran que se había vuelto loca. A los tres
días del suceso los padres comenzaron a verla “rara, extraña y nerviosa,
excitada”. Decía cosas como que tenía la misión de salvar al mundo y que estaba
destinada a una gran misión. La semana siguiente, tras asistir a otro acto religioso
en el colegio, volvió muy alterada, hiperactiva, moviéndose de un lado a otro y sin
parar de hablar. Decía cosas como que iba a suceder algo terrible, que todo
estaba desmoronándose, que había que salir corriendo de la casa,
etc... La familia intentó tranquilizarla sin éxito y llamaron al médico de atención
primaria quien, luego de examinarla, la remitió al hospital. El psiquiatra de guardia
la ingresó pautándole un tratamiento sedativo que la tranquilizó después de una
hora aproximadamente.
Cuando le preguntó qué hacía allí, Amalia dijo que no lo sabía. Tampoco pudo
explicar cómo había llegado a ese lugar, ni parecía saber dónde estaba, ni
tampoco cómo regresar a su casa. No recordaba su nombre y dijo que quizá se
llamaba Antonia, pero que no estaba segura.
Amalia había salido de su casa a primeras horas de la mañana para ir a estudiar a
la Biblioteca de la Facultad, ya que estaba en período de exámenes y pasaba casi
todo el tiempo estudiando sola en su casa o en la Biblioteca. Temiendo que
volviera a pasarle lo mismo que unos años antes, los padres la llevaron al hospital.
En el momento de la entrevista seguía sin recordar su nombre, no sabía por qué
estaba allí, y no reconocía a sus padres, aunque se mostraba tranquila.”
RESOLUCIÓN DEL CASO DE AMALIA
Alteraciones de la percepción
Alucinaciones visuales
Menciona que había visto, cuando estaba en la iglesia una luz delante de ella,
mientras que todo a su alrededor permanecía a oscuras.
Pseudoalucinaciones
Parecía oír voces dentro de su cabeza que solo ella podría escuchar
Pidió un cambio de habitación porque decía que las sillas, la ventana, el armario y
las cosas que había en la habitación se ponían dentro de ella y no era capaz de
distinguir quien era ella y “quienes” las cosas.
Alteraciones de la conciencia
Confusión y delirium
A los tres días del suceso los padres comenzaron a verla “rara, extraña y nerviosa,
excitada” Decía cosas como que tenía la misión de salvar al mundo y que estaba
destinada a una gran misión.
Hipervigilancia
Parecía como un estado de alerta constante y se comportaba como alguien que
estaba aterrorizada.
Alteraciones de la psicomotora
La semana siguiente tras asistir a otro acto religioso en el colegio, volvió muy
alterada, hiperactiva moviéndose de un lado a otro y sin parar de hablar
Alteraciones de la orientación
No parecía darse cuenta del trascurrir del tiempo
Alteraciones de la atención
Inatención
Cuando se calmaba parecía perpleja y miraba hacia el infinito sin que pareciera
percatarse de lo que sucedía a su alrededor. Cuando se le preguntaba cómo se
sentía vacilaba mucho.
Alteraciones de la memoria
Retrograda
Cuando se le pregunto qué hacia allí Amalia dijo que no sabía. Tampoco pudo
explicar cómo había llegado a ese lugar, ni parecía saber dónde estaba, ni
tampoco como regresar a su casa. No recordaba su nombre y dijo que quizá se
llamaba Antonia, pero que no estaba segura.
En el momento de la entrevista seguían sin recordar su nombre, no sabía por qué
estaba allí, y no reconocía a sus padres, aunque se mostraba tranquila