La Ciudad Medieval Según Thierry Dutour

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LA CIUDAD MEDIEVAL, THIERRY DUTOUR

La consolidación de la ciudad medieval corresponde a una de las tres


fases mayores de la urbanización del continente europeo. En la primera, bajo
el Imperio Romano, Europa descubre la vida urbana, pero como una forma de
existencia social impuesta por los conquistadores y a veces desaparecida con
ellos. Es en la segunda fase de la Edad Media cuando la civilización Europea se
convierte realmente en civilización urbana: en adelante, el nacimiento y el
desarrollo de las ciudades son el resultado de la evolución de las sociedades en
las que aparece. El crecimiento urbano medieval es en gran medida
espontáneo, es el resultado de la elección de un gran nùmero de personas de
vivir en un lugar determinado.

Relizar un discurso sobre la ciudad medieval equivale a admitir que se


puede hacer una declaración general sobre la extraordinaria diversidad de las
ciudades que han existido en el continente europeo, declaración que niega en
cierto modo esta diversidad. Se corren dos riesgos importantes.

El primero es el de inventar la imagen de una ciudad inexistente


construida por superposición de fragmentos aislados del contexto que permite
comprenderlos, y el de desestimar las ciudades cuya existencia escapa a esta
lógica utilizada. Sin embargo hay que aceptarlo, porque es necesario poder
razonar sobre la ciudad en general para poner el acento en lo que parece
especìficamente urbano y específicamente medieval en la existencia de las
ciudades medievales.

El segundo riesgo es el de pasar de un razonamiento sobre la ciudad


medieval en general a la invención de un personaje imaginario del mismo
nombre y elaborar después el relato de sus aventuras. Porque si nos hallamos
ante una especie de ser eso significa que como tal ha nacido, ha vivido, ha
prosperado y ha entrado en declive. Ahora bien, en realidad sòlo han existido los
hombres, sus actos, relaciones, creencias y visión del mundo. La ciudad
medieval es un ser del lenguaje, una organización global descriptiva y
explicativa. Su objeto es la organización de la existencia social de hombres que
en determinados tiempos y lugares fueron ciudadanos.

Definición de ciudad

Una ciudad se define por la combinación de varias características,


ninguna de las cuales, tomadas por separado es suficiente como para que se
considere una aglomeración como ciudad; una ciudad es un centro para un
territorio, puesto que cumple, para los habitantes de ese territorio, ciertas
funciones útiles para ellos.
Dutour intenta aplicar un principio explicativo capaz de dar testimonio
de la existencia de todas las ciudades, dejando bien claro que, por encima de
ese principio explicativo, cada civilizaciòn da del fenómeno general que es la
ciudad una declinación particular.

Se la puede definir, en esta perspectiva, como una aglomeración de


hombres que desempeña papeles que la hacen distinta del campo, y que
van acompañados de particularidades sociales, entre las que se hallan
siempre la reunión de individuos socialmente heterogéneos, y a veces
-solamente a veces- un régimen jurídico particular. La urbanización indica
una especialización y una diversificación del cuerpo social. Va unida a una
acentuación de la división del trabajo; la ciudad desempeña funciones,
proporciona servicios que son útiles para los habitantes de un territorio.

La ciudad, desde el punto de vista social, es cualitativamente


diferente del medio en el que se desarrolla. Ofrece una estructura social
màs compleja. Facilita la coexistencia de medios sociales, de oficios, funciones
sociales diversas. Según esto, hay dos aspectos de la vida social en el medio
urbano que merecen nuestra atención: la transformación social, porque la
ciudad es un organismo que intensifica y facilita las relaciones entre los
hombres, y la concentraciòn o aglomeraciòn de caracterìsticas sociales
heterogéneas, porque esta transformación social es imposible si no hay
aglomeración humana. En esta perspectiva hay dos características del
fenómeno urbano que debemos subrayar, por más triviales y conocidas que
sean.

Ciudad y campo: en primer lugar, la ciudad se desarrolla generalmente


según procesos que la vinculan con el campo. Supone una especialización de
las actividades cuyo colorario es que no pueden sustentarse a sí mismas.
Además, es imposible explicar el fenómeno urbano sin la migración rural hacia
las ciudades, a causa de la alta tasa de mortalidad en las mismas que, de no ser
por el movimiento poblacional, hubiesen imposibilitado cualquier tipo de
crecimiento.

Valores sociales propios de las ciudades: en la toma de conciencia


de la distinción de los individuos con respecto al campo se encuentra el
germen para la elaboración de valores sociales propios. Dentro de las
consecuencias de esta elaboración se puede observar la aparición de
regímenes jurídicos específicos de la ciudad; su origen se halla en el hecho de
que las necesidades de los ciudadanos difieren de las de la gente en el campo.
Esos regímenes organizan instituciones que, en la Edad Media, manifiestan en
particular la existencia de comunidades polìticas urbanas.
El testimonio de los contemporáneos

A lo largo de una primera época, hasta el siglo IX, es decir, durante la


Alta Edad Media, la ciudad es sobre todo una ciudad episcopal. Se pueden
distinguir de forma sumaria dos momentos en esta primera época. Los
primeros ejemplos elegidos se refieren a la ciudad de los siglos VI y VII, es
decir, a un mundo complejo y convulsionado por sucesos trágicos, el de los dos
siglos que siguieron a la desaparición ed la autoridad imperial en la parte
occidental del Imperio Romano, época de los reinos directamente procedentes
de la instalación de pueblos germánicos en el Imperio, en los siglos V y VI, en
especial los francos en la Galia y los lombardos en Italia, fundadores de los dos
dominios más duraderos. Después vienen los dos siglos carolingios, los
siglos VIII y IX, de los que dan testimonio las imágenes, testigos de una cierta
forma de concebir la ciudad y la justificación de su existencia.

Durante una segunda época, a partir de finales del siglo IX y el siglo X,


aparece a plena luz un desarrollo de las ciudades sobre nuevas bases, ya
comenzado en los tiempos carolingios, que llega pronto a su plena expansión.
Entonces adquiere la forma con lo que tanta frecuencia se ha considerado la
ciudad medieval por excelencia. En los siglos de su existencia se pueden
distinguir dos momentos. El primero, hasta el siglo XII, corresponde a un
impulso masivo de las ciudades que deja estupefactos a los contemporáneos.
En el segundo, a partir del siglo XIII, el desarrollo de las ciudades deja sentir
sus efectos en toda su amplitud. En ese momento, los contemporáneos dan
testimonio de un mundo profundamente marcado por la existencia de las
sociedades y la importancia de su papel.

El papa Gregorio Magno y la tragedia romana por los tiempos de la


invasión lombarda

El papa Gregorio Magno da testimonio por su misma existencia de dicha


realidad y del concepto que va unido a ella. Nacido en Roma en el año 540 y
muerto en el 604, vivió momentos trágicos.90, Los ejércitos del Imperio
reconquistaron Italia a los godos al precio de veinte años de guerra. Roma,
desde entonces, es una ciudad del Imperio Romano de Oriente, pero deja de ser
una capital: Ràvena es la sede de la autoridad episcopal desde el año 402.
Apenas catorce años después del final de la guerra grecogoda, en el año 568,
Italia queda invadida por los lombardos. Sus bandas se extienden por toda la
península, ocupan la mayor parte del norte de Italia. La península quedará
troceada durante siglos. La aristocracia senatorial está arruinada, exterminada o
ha huido hacia el oriente. El espectáculo que ofrece Roma es un verdadero
desastre, y de entre las ciudades imperiales en que tiene su residencia un
patriarca (Constantinopla, Jerusalén, Alejandría) Roma tiene el aspecto de una
ciudad asolada.

El autor cita una breve descripción de Procopio de Cesárea, historiador


de las guerras del emperador Justiniano. Gregorio es nombrado prefecto de la
ciudad en 573, pero renuncia, se hace monje, y a la muerte de su padre,
transforma su casa familiar de Roma en monasterio con el nombre de San
Andrés. En el año 579 tiene que renunciar a la vida monástiac: el papa Pelagio II
le ordena diácono y le envía como como representante personal a
Constantinopla. En febrero del 590, Pelagio II muere de peste, y Gregorio es
elegido Papa.

Los ingresos de las posesiones de la Iglesia le permiten la distribución de


limosnas para socorrer a los pobres, escribe al pretor de Sicilia para pedirle que
envíe grano y, sobre todo, que haga llegar los bienes de la iglesia. Interviene
ante las autoridades imperiales de Rávena para pedir que se reparen los
acueductos de Roma, pero en vano. Levanta los ánimos con sermones y
mediante la organización de procesiones con cánticos de letanías. De hecho, es
la única autoridad de la que los ciudadanos pueden esperar algo. Cuando la
ciudad se ve amenazada por los lombardos en el 592, el socorro del Imperio
apenas llega o no llega en absoluto; los soldados griegos de la guarnición no
reciben su paga. Si el senado existe, no interviene para nada en los
acontecimientos del pontificado de Gregorio. El papa no menciona nunca en su
correspondencia las grandes familias senatoriales. Los funcionarios imperiales
tienen la constumbre de dirigirse a él lo mismo que al exarca. ¿Habría
sobrevivido Roma sin la presencia del papado? Su obispo es pastor,
administrador, diplomático, jefe político y militar cuando la gravedad y la urgencia
de las circunstancias lo requieren. Da testimonio de la misma realidad, tanto por
su vida como por sus escritos, sobre todo la Regula pastoralis, manual de moral
y de predicación destinada a los obispos, que está imbuida de su propia practica
y alcanzó un éxito considerable.

La ciudad ya no es ante todo ese lugar de la vida reposada y de la


dignidad de la vida civil que describen los elogios de las ciudades de la
Antigüedad tardía, es una comunidad de cristianos, que halla en la firmeza de su
fe y su unión en torno al obispo la razón de ser de su existencia, y la explicación
de su supervivencia.

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