Fabulas

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Fabula el Astrónomo

En un país muy lejano, donde la ciencia es muy importante para sus habitantes, había un anciano
astrónomo, le gustaba realizar el mismo recorrido todas las noches para observar las estrellas.

Un día, uno de sus viejos colegas le dijo que había aparecido un extraño astro en el cielo, el
anciano salió de la ciudad para poder verlo con sus propios ojos. Muy emocionado estaba el
astrónomo mirando al cielo, no se dio cuenta que a pocos pasos de él había un agujero. Cuando se
cayó al agujero comenzó a gritar pidiendo ayuda.

Cerca del agujero pasaba un hombre, el cual se acercó hasta el agujero para ver lo que sucedía;
ya informado de lo que había ocurrido, le dijo al anciano:

"Te ayudaré a salir de ahí, pero ten mucho cuidado la próxima vez que salgas por un lugar que
desconoces, tienes que estar muy atento por donde caminas ya que te puedes encontrar con
cualquier cosa en el suelo."

Moraleja: Antes de lanzarse a la aventura, hay que conocer el lugar por el que se transita.

Fabula el León y el Mosquito


Erase una vez un león, se encontraba muy tranquilo en la selva, cuando un mosquito muy grande
decidió hacerle la vida imposible.

"¡No creas que por ser más grande que yo te tengo miedo!", dijo el mosquito desafiando al león,
conocido como el rey de la selva.

Luego de esas palabras, el mosquito ni corto ni perezoso, empezó a zumbar le la cabeza al león
volando de un lado a otro, mientras que el león buscaba el mosquito como loco.
El león rugía de la rabia ante el atrevimiento del mosquito y a pesar de sus intentos por matarlo, el
mosquito lo picaba en diferentes partes del cuerpo, hasta que el león demasiado cansado se
derrumbó en el suelo.

El mosquito sintiéndose victorioso, retomó el camino por donde vino. En poco tiempo el mosquito
se tropezó con una tela de araña y vencido se vio también.

Moraleja: No existen nunca peligros pequeños, ni tropiezos insignificantes.

Fabula las Ranitas y el Tronco Tallado


Había una vez unas familia de ranitas que vivía en un lago, pero sentían mucho miedo por un
tronco tallado que se veía en la orilla del lago, las ranitas les gustaba mucho las fiestas, eran muy
divertidas, pero sentían mucho respeto por el tronco. En muchas oportunidades no hacían fiestas
para no hacer tanto ruido y no molestar al tronco.

Ellas pensaban que el tronco era un monumento de alguna tribu que ya no habitaba en ese lugar,
pero como no se atrevían a acercarse a él para ver bien de que se trataba, solo podían suponer y
mirar de lejos su rostro serio que inspiraba autoridad.

Un día muy tormentoso con horribles truenos, el tronco cayó al lago y en ese instante las ranitas
pudieron ver que era solo un tronco tallado que no podía hacerles daño. Al darse cuenta de eso
comenzaron a reírse de los temores por lo que habían pasado y comenzaron a jugar con él.

Moraleja: lo que por ignorancia atemoriza, a veces es solo digno de risa.

Fabula el Buen Tiempo y la Lluvia


“Nunca llueve a gusto de todos” así dice el refrán, y la historia que sigue parece darle la razón.
Había una secuela muy hermosa en un pueblo apartado. A la escuela iban tres perritos y
tres ranitas. Ellos vivían muy cerca y eran buenos amigos. A menudo iban juntos a clase, eran muy
puntuales.
Muchas veces antes de llegar a la escuela peleaban. Si el día amanecía con lluvias las ranitas se
ponían felices, a diferencia de los perritos ya que se ponían rabiosos.

"¡Wiii! Que feliz estoy, nos daremos un buen baño en las charcas que la lluvia está formado. " -
Decía una de las ranitas.

"Que feo es cuando llueve, es un día perdido para mi, me deprime tanto la lluvia." - Dijo uno de los
perritos con una cara triste.

Cundo el día amanecía soleado un con radiante sol, sucedía todo lo contrario; los perritos no se
cambiaban por nadie, se sentían felices. En cambio las ranitas estaban sin ánimos, ya que se
imaginaban el calor y la sequedad que iba a torturarlas. Sé que todos se estarán preguntando que
día estarían contentos los perritos y las ranitas. ¡Muy fácil! Los días que amanecían grises y fríos
pero sin lluvia, que pocos días amanecía así.

Moraleja: Debemos aceptar la vida tal cual como se presenta, de esta manera nunca se sentirán
infelices.

Fabula el Conejo Temeroso


Estaba un conejo en su agujero, pensando y meditando sobre su vida: Todo el tiempo
tenía miedo, cualquier sombra o sonido lo asustaba. Todo el tiempo se encontraba nervioso,
pensando en que algo malo en cualquier momento le iba a pasar.
"De seguro algún sabio me diría: "¡Corrige tu problema!", pero, ¿como corrijo el miedo?
Hasta los humanos llegan a tener tanto miedo como yo"

Mientras caminaba fuera de su madriguera, escucho un pequeño ruido. Caminando de nuevo a su


madriguera, vio como al pasar por una charca, las ranas se iban alejando y escondiendo de el.
Pensó, que el también causaba el mismo miedo que sentía. ¿Como puedo causar ese miedo en
otros animales, siendo que yo también tengo ese miedo?

Moraleja: Todos sufren o han sufrido alguna vez de miedo. Es normal en cualquier persona. Lo
que nos diferencia, es en saberlo controlar y no permitir que detenga tu vida.

Me toca un “Fum – fum”


Sonido del viento en mi camino
para aquellos sería tan común,
no para este forastero sin destino.

II Estrofa

Tucu – tum tucu – tum, me asusto


con sobresalto ¡es un caballo!
que me alivia con gusto
aquella soledad que callo.

III Estrofa

Así se me acomoda el árbol


al frente cerrando mi andar
igual a los muros de mármol
que en dolor silenciaron mi cantar.

IV Estrofa
Abriéndome en mi camino
fui viendo una luz en el fondo
parecía que era un club muy fino
y resultó ser la casita donde siempre me escondo.

Autor: Alirio Palomino

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