Los Tres Pilares Del Zen

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Philp Kapleau

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Philp Kapleau

Tabla de Contenido

Los Tres Pilares del Zen............................................................ 4


Philp Kapleau ...................................................................... 4
ENTRENAMIENTO ZEN .............................................................. 8
Introduccin del Editor. ......................................................... 8
NOTA BIOGRFICA SOBRE YASUTANI-ROSHI (1885-1973). 30
1. La parte intelectual del zazen y los mtodos directos de
prctica ............................................................................... 33
2. Precauciones que se deben observar en el zazen. ........... 40
3. Visiones y sensaciones ilusorias. ..................................... 43
4. Las cinco variedades de Zen. ........................................... 46
5. Las tres metas del zazen ................................................. 51
Cita...................................................................................... 53

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Philp Kapleau

Los Tres Pilares del Zen

Philp Kapleau

Tomado de: http://www.oshogulaab.com/ZEN/TEXTOS/Kapleau_tres_pilares.htm

"Estando sumidos en la confusin, ninguna doctrina ni nadie puede salvaros; pero cuando el
destello genuino de Prajna rompa a brillar en vuestro interior, toda la confusin se desvanecer
al instante; esto har que comprendis la Verdad por vosotros mismos, conducindoos a la
sbita realizacin del Despertar". Hui-neng, Sutra de la Plataforma del Sexto Patriarca

Dicho sintticamente, el Zen es una prctica religiosa con un mtodo


particular de entrenamiento de cuerpo y mente cuyo objetivo es el
despertar, es decir, la Auto-realizacin. En este volumen he intentado
transmitir el carcter religioso y el espritu del Zen: sus ritos y
devociones, y su atractivo para el corazn as como para la mente ya
que como Camino Budista de liberacin, el Zen es con toda seguridad
una religin. El Zen, basado en las ms altas enseanzas del Buda,
pas de la India a la China, donde evolucionaron los mtodos y
prcticas caractersticamente Zen, y ms adelante, durante siglos
continu elaborndose en Japn, Corea y Vietnam.

Por lo tanto, el Budismo Zen es la consumacin de las experiencias


espirituales de una serie de civilizaciones asiticas. En el Japn de hoy,
esta tradicin se encuentra an muy viva; en los templos Zen en los
monasterios, en los hogares, hombres y mujeres de todo estrato,
practican el zazen, la disciplina principal del Zen.

En su sentido ms profundo, el Zen, como cualquier otra gran religin,


trasciende sus propias enseanzas y prcticas y al mismo tiempo no
existe Zen fuera de estas prcticas. Los intentos de Occidente por
aislar el Zen en el vaco del intelecto, separado de las disciplinas que
con su propia raison dtre, han producido en algunos lugares un
pseudo-Zen, que no es ms que una pequea diversin para la mente.

La mejor forma de corregir esta distorsin, me ha parecido que es


compilar un libro que presente las autnticas doctrinas y prcticas del
Zen, tal y como han sido demostradas por los maestros mismos -
pues quines sino ellos conocen mejor estos mtodos?- as como
mostrar cmo cobran vida estas doctrinas y prcticas en las mentes y
cuerpos de los hombres y mujeres de hoy da.

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Esto lo he hecho fundamentalmente a travs de un maestro Soto


contemporneo Yasutani-roshi, un maestro Rinzai del siglo XIV,
Bassui-zenji, y las historias de iluminacin de seguidores del Zen tanto
japoneses como americanos. Las plticas introductorias a las prcticas
del Zen de Yasutani-roshi, su pltica (teisho) sobre el Koan Mu y su
instruccin privada (dokusan) a diez de sus estudiantes occidentales
forman una unidad que abarca toda la estructura del entrenamiento
Zen en su secuencia tradicional. El lector que carece de acceso a un
roshi bonafide y que desea disciplinarse en el Zen se dar cuenta que
este material representa un manual de auto-instruccin.

La disciplina Soto y la Rinzai se presentan aqu por primera vez en


lenguaje europeo como un cuerpo integral de enseanza Zen, y no
acadmicamente sino como una experiencia viva. La meta y mtodos
del shikan-taza que son el ncleo de la disciplina de meditacin Soto,
as como aquellos del zazen con koan, la base de la secta Rinzai, se
exponen con toda autoridad por Yasutani-roshi quien los utiliza en
sus propios sistemas de enseanza.

En las introducciones he presentado material antecedente y


suplementario que espero ayudar al lector a captar la substancia de
cada seccin aunque he resistido la tentacin de analizar o interpretar
las enseanzas de los maestros, ya que esto invitara al lector a
reinterpretar mis interpretaciones e involuntariamente se encontrara
atrapado en las arenas movedizas de la especulacin y del
engrandecimiento del ego, del cual, si alguna vez llegara seriamente a
practicar Zen, tendra que sustraerse dolorosamente. Precisamente por
esto, el pensamiento intelectual ha sido desaprobado por los maestros
Zen.

Este libro debe mucho a numerosas personas. Primero y ante todo


tiene una enorme deuda con el Maestro de Zen Yasutani-roshi cuya
enseanza abarca ms de la mitad de esta obra y que gentilmente
permiti que se difundiera a un pblico ms amplio. Mis colaboradores
y yo mismo, todos sus discpulos, estamos profundamente agradecidos
por su consejo sagaz y la magnanimidad de espritu que nos inspir a
travs de la prctica.

No puedo expresar con palabras mi gratitud hacia Kyozo Yamada-roshi,


el heredero del Dharma de Yasutani-roshi. Maestro y amigo, posee una
gran fortaleza sobre la cual uno puede apoyarse. De no ser por su
sabio consejo y su generosa ayuda mis esfuerzos hubieran sido
inmensamente ms difciles si no imposibles. Juntos colaboramos en

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las traducciones de la pltica del Dharma y las cartas de Bassui sobre


la Mente nica as como porciones de la correspondencia de lwasaki,
los Diez versos del Boyero, las citas de Dogen y otros maestros
antiguos, y el extracto del Shobogenz de Dogen.

Akira Kubota, mi segundo colaborador, fue uno de los discpulos ms


destacados de Yasutani-roshi con quien se entren quince aos.
Juntos tradujimos la pltica sobre el koan Mu y parte de la
correspondencia de Iwasaki y el cuarto y sexto testimonios de
experiencias de iluminacin. Reconozco mi inmensa deuda hacia l por
su concienzuda labor.

Mi especial agradecimiento hacia la Dra. Carmen Blacker de la


Universidad de Cambridge. Incorpor a estas obras sus traducciones
en vivo de muchas de las plticas de Yasutaiii-roshi sobre la prctica
Zen. Adems, he tomado la libertad de adoptar sin alteraciones varios
prrafos de su propia traduccin de algunos fragmentos de este mismo
material publicado en la revista budista britnica The Middle Way,
dado que me pareci imposible mejorar su traduccin. Tambin estoy
profundamente agradecido al Dr. Huston Smith, profesor de Filosofa
del Massachusetts Institute of Technology y autor de The Religions of
Man por sus valiosos consejos y aliento durante la elaboracin de las
primeras etapas del manuscrito y por su Prefacio.

Prigitt DOrtschy, una amiga en el Dharma, ley minuciosamente el


manuscrito y aport muchas sugerencias valiosas que han mejorado
este libro.

Los diez dibujos del Boyero de la seccin VIII se reproducen con el


amable permiso del autor, Gyokusei Jikihara, famoso pintor de Kyoto y
discpulo lego de Shibayama-roshi, antiguo abad del monasterio
Nanzen con el cual se entren durante muchos aos en la disciplina
Zen.

Tengo tambin una gran deuda con mi esposa Delancey. En todas las
etapas de la redaccin me anim y trabaj conmigo. Verdaderamente
durante muchos aos este trabajo constituy su prctica de zazen ms
importante.

En nuestras traducciones hemos procurado evitar el mal de una


traduccin demasiado libre e imaginativa, o de una excesivamente
literal. De haber cedido a la primera tentacin, se hubiera logrado una
elegancia esttica de que esta obra carece pero hubiera sido a
expensas de la fuerza directa y de la repeticin calculada caracterstica

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de la enseanza Zen. Por otra parte, de habernos adherido a los textos


al pie de la letra, inevitablemente hubiramos violentado su espritu y
por lo tanto oscurecido su profundo sentido interno.

Nuestras traducciones son interpretativas en el sentido de que aplican


la eleccin constante de una de varias expresiones alternativas que el
traductor juzga ha de reflejar el sentido original.

Por lo tanto no est fuera de lugar aclarar que cada uno de los
traductores se ha entrenado en el Zen durante un tiempo considerable
bajo uno o ms maestros reconocidos y ha abierto el ojo de su Mente
en alguna medida.

Puesto que este libro est dirigido al lector en general ms que


al estudioso o especialista en Budismo Zen, he evitado todos los signos
diacrticos, probablemente molestos para aquellos no familiarizados
con el japons, el chino o el snscrito. Sin embargo, se han insertado
en la seccin de vocabulario Zen. An con el riesgo de cierta
inconsistencia he evitado usar itlicas lo ms posible. En el cuerpo del
libro he seguido la costumbre japonesa de escribir los nombres de
maestros Zen chinos y otros trminos chinos segn su pronunciacin
japonesa, por ejemplo, hablamos de Budismo Zen en vez de Chan,
pero en las notas del vocabulario de la ltima seccin he indicado en
parntesis la pronunciacin china normalmente aceptada. A los
estudiosos chinos que encuentren esta prctica irritante les suplico
tomen en cuenta que el Budismo Zen lleg al Japn hace casi mil aos
y por tanto es una parte legtima de la vida y la cultura japonesa.
Difcilmente hubiera sobrevivido durante tanto tiempo y logrado un
impacto tan fuerte entre los japoneses de no haberse abandonado la
extraa y difcil pronunciacin china.

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ENTRENAMIENTO ZEN

Introduccin del Editor.

Aquellos occidentales que desean practicar el Zen y que sin embargo


carecen de un maestro calificado se enfrentan con una gran
desventaja: La ausencia de informacin escrita sobre qu es el zazen y
cmo comenzar a practicarlo., Pero esta ausencia no es exclusiva del
idioma ingls y otros idiomas europeos. En los antiguos escritos de
maestros Zen chinos y japoneses que nos han sido legados hay muy
poco sobre la teora del zazen o sobre la relacin de la prctica del
zazen con la iluminacin. Tampoco existe informacin detallada sobre
temas tan elementales como las posturas para sentarse, la regulacin
de la respiracin, la concentracin de la mente y la incidencia de
visiones y sensaciones de naturaleza ilusoria.

Esto no es raro. Sentarse a hacer zazen o meditar ha sido aceptado


como el camino de emancipacin espiritual en los pases asiticos, de
modo que no haba que convencer a ningn budista zen de que a
travs del zazen desarrollara sus poderes de concentracin, alcanzara
la unificacin y tranquilidad mental, y eventualmente, si su aspiracin
era pura y fuerte, llegara a la auto-realizacin. Por lo tanto, como
aspirante, se le daban unas cuantas instrucciones orales sobre cmo
colocar las piernas, regular su respiracin, y concentrar su mente. A
travs del doloroso proceso de la prueba y el error y a travs de
encuentros peridicos (dokusan) con su maestro, eventualmente
aprenda de forma totalmente experimental no solamente la forma
correcta de sentarse y de respirar sino el sentido interno y significado
del zazen.

Pero, como dice Yasutani-roshi, el hombre moderno carece de la fe y


el ardor de sus predecesores en el Zen. Necesita un mapa en el que su
mente pueda confiarse y que gue todo su viaje espiritual, antes de
que pueda caminar con confianza. Por estos motivos Harada-roshi el
maestro del propio Yasutani-roshi dise hace unos cuarenta aos una
serie de plticas introductorias sobre la prctica del Zen, material que
forma la base de las plticas de Yasutani-roshi.

La presente traduccin es una compilacin de una serie de plticas que


Yasutani-roshi ha dado a principiantes en los ltimos aos. Ningn
estudiante nuevo puede recibir dokusan hasta que las ha escuchado
todas.

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Estas plticas son mucho ms que un compendio de instrucciones


sobre los aspectos formales del zazen, es decir sentarse, respirar y
concentrarse. Son una exposicin fundamentada de los cinco niveles
de Zen, y de las metas y elementos esenciales del zazen y de la
inmensa importancia de la relacin entre zazen e iluminacin. Con
esto por mapa y brjula el anhelante buscador no tendr que
internarse por los caminos peligrosos de lo oculto, lo psquico y lo
supersticioso, ya que son una prdida de tiempo y a veces hasta
resultan dainos, sino que puede proceder directamente sobre un
camino delineado y con el conocimiento de una meta garantizada.

Aqu no se encontrar la relacin de la historia y el desarrollo del Zen;


no hay interpretaciones del Zen desde el punto de vista filosfico o
psicolgico, ni tampoco hay evaluaciones sobre la influencia del Zen en
el tiro con arco, el judo, o el haiku o cualquier otro arte japons. Por
ms valiosos que puedan ser estos estudios, no tienen un lugar
legtimo en el entrenamiento Zen y solamente cargaran la mente del
aspirante con ideas que lo confundiran en cuanto a sus metas y lo
alejaran de su deseo de practicar. Por ello Yasutani-roshi las omite
deliberadamente.

El nfasis que Yasutani-roshi pone en el aspecto religioso del


Budismo Zen, es decir en la fe como requisito para iluminacin,
puede representar una sorpresa para el lector occidental
acostumbrado a las imgenes intelectuales de los estudiosos del Zen
que carecen de una verdadera penetracin del Zen. Esto proviene en
su mayor parte de las enseanzas de Dogen-zenji, una de las
personalidades religiosas ms importantes de la historia japonesa que
trajo las doctrinas de la secta Soto del Budismo Zen desde la China al
Japn. Sin tener por lo menos un pequeo conocimiento de las
circunstancias: 1. Zazen no es meditacin y por ello utilizamos dicha
palabra a travs de todo el texto. Su significado preciso se aclarar a
medida que se avanza en el libro de la vida de Dogen que lo llevaron a
convertirse en un monje Zen y a viajar a la China donde alcanz el
Gran Camino, sera muy difcil comprender la doctrina Zen Soto que
forma la base de las enseanzas del propio Yasutaniroshi.

Miembro de una familia aristocrtica, desde pequeo Dogen demostr


tener una mente brillante. Se cuenta que a los cuatro aos ya lea
poesa china y a los nueve haba ledo una traduccin china de un
tratado sobre el Abhidharma. El dolor que sinti a la muerte de sus
padressu padre cuando solamente tena tres aos y su madre a los
ocho, sin duda imprimieron sobre su mente sensible la
impermanencia de la vida y lo motivaron a convertirse en monje. A

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una temprana edad se inici en la vida monacal budista y comenz su


noviciado en el Monte Hiei, centro del Budismo escolstico del Japn
medieval, y durante varios aos estudi las doctrinas Tendai del
Budismo. A los quince aos una pregunta ardiente se haba convertido
en el ncleo alrededor del cual giraba su esfuerzo espiritual: Si,
como dicen los sutras, nuestra Naturaleza-esencial es Bodhi
(perfeccin) por qu todos los Budas tienen que luchar por la
iluminacin y la perfeccin? No satisfecho con las respuestas que
recibi en el Monte Hiei eventualmente fue a ver a Eisai-zenji que
haba trado de la China al Japn la enseanza de la secta Rinzai del
Budismo Zen. La respuesta de Eisai fue ningn Buda est consciente
de su existencia (es decir de su Naturaleza-esencial), mientras los
gatos y los bueyes (es decir, los tremendamente equivocados) lo estn.

En otras palabras, los Budas, precisamente por ser Budas, ya no


piensan en tener una Naturaleza-perfecta. Solamente los equivocados
piensan en estos trminos. Ante estas palabras Dogen tuvo una
realizacin interna que resolvi su enraizada duda.

Muy probablemente este intercambio sucedi en un encuentro formal


(dokusan) entre Eisai y Dogen. Hay que considerar que este problema
seguramente inquiet a Dogen durante algn tiempo, sin darle tregua
alguna, y que lo nico que necesitaba eran las palabras de Eisai para
disparar su mente hacia un estado de iluminacin.

A partir de entonces Dogen comenz lo que habra de ser un breve


periodo de estudio como discpulo de Eisai, que muri un ao despus
y fue sucedido por su ms antiguo discpulo, Myozen. Durante los
ocho aos que Dogen estuvo con Myozen pas un nmero
considerable de koans y finalmente recibi inka.

A pesar de este logro, Dogen segua sintindose insatisfecho


espiritualmente. Esta inquietud lo llev a emprender el entonces
peligroso viaje a China en busca de una paz mental absoluta. Se aloj
en todos los monasterios conocidos, practicando con muchos maestros;
sin embargo su sed de liberacin no estaba saciada. Eventualmente,
en el famoso monasterio Tient-tung que contaba con un nuevo
maestro, alcanz el despertar total, es decir la liberacin de cuerpo y
mente. A travs de las palabras que pronunci el maestro Ju Ching:
abandona cuerpo y mente.

Se dice que Ju Ching dijo estas palabras al comenzar el zazen formal


de la maana mientras caminaba inspeccionando a los meditantes. Al
ver que uno de los monjes cabeceaba, el maestro lo reprendi por su

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dbil esfuerzo. Entonces, dirigindose a todos los monjes, continu:


deben esforzarse con todas sus fuerzas, incluso arriesgando sus vidas.
Para realizar la iluminacin perfecta deben dejar caer cuerpo y mente
(es decir, vaciarse de todas las concepciones de cuerpo y mente).
Cuando Dogen escuch esta ltima frase, el ojo de su mente se
expandi de pronto inundndose de luz y comprensin.(En la Pg. 119
aparece una explicacin sobre lo significativo de una palabra o frase
para precipitar la iluminacin). Despus Dogen fue a la habitacin de
Ju ching, prendi una varita de incienso (gesto ceremonial reservado
generalmente para ocasiones notables) y se postr ante el maestro en
la forma acostumbrada. Por qu prendes incienso? pregunt Ju-
ching. Huelga decir que Ju-ching, un maestro de primera que muchas
veces haba recibido a Dogen en dokusan y por lo tanto conoca el
estado de su mente, pudo de inmediato percibir por la forma de
caminar de Dogen, sus postraciones y su mirada de comprensin, que
haba alcanzado una gran iluminacin. Sin embargo Ju-ching sin duda
quera or la respuesta a esta pregunta aparentemente inocente para
conocer la profundidad del satori de Dogen.

He experimentado el abandono de cuerpo y mente respondi


Dogen. Ju-ching exclam: Has abandonado cuerpo mente, y cuerpo
y mente han sido abandonados de verdad!

Pero Dogen protest. No me des tu sancin tan de prisa.


No te estoy sancionando en seguida.
Cambiando los papeles, Dogen exigi: Mustrame que no me ests
sancionando en seguida.
Y Ju-ching repiti: Esto es cuerpo y mente abandonados. Y lo
demostr.

Con lo cual Dogen se postr nuevamente ante su maestro en gesto de


respeto y gratitud. Eso es abandonar lo abandonado. Agreg Ju-
ching.

Hay que aadir que incluso despus de esta profunda experiencia


Dogen continu su entrenamiento de zazen en China durante dos aos
ms antes de regresar a Japn.

Cuando Dogen alcanz su gran despertar estaba practicando Shikan-


taza, (Siguiendo el ejemplo de Bodhidharrna los devotos Soto miran
hacia una pared o cortina al hacer zazen. En la tradicin Rinzai los
practicantes se sientan de cara los unos a los otros en dos filas, con la
espalda hacia la pared) una forma de zazen que no involucra ni un
koan ni contar ni seguir las respiraciones. La base del shikan-taza es la

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fe inamovible de que al sentarse como lo hizo el Buda, con la mente


vaca de toda concepcin, de toda creencia o punto de vista se
actualiza o descubre la Mente-bodhi inherentemente iluminada con la
cual todo ser est dotado. Al mismo tiempo, en esta prctica uno se
sienta con la fe de que algn da esto culminar en la percepcin
repentina y directa de la verdadera naturaleza de esta Mente, en otras
palabras la iluminacin. Por lo tanto esforzarse conscientemente para
alcanzar satori o algn otro beneficio del zazen es algo innecesario y
hasta indeseable. En el shikan-taza autntico no es posible
prescindir de estos dos elementos de fe. Excluir el satori del
shikantaza implicara necesariamente que los grandes esfuerzos del
Buda por lograr la iluminacin no tuvieron sentido y fueron incluso
masoquistas, repugnndose lo mismo con respecto a las dolorosas
luchas de los patriarcas y de Dogen. Esta relacin del satori con el
shikan-taza es muy importante. Desgraciadamente con frecuencia se
ha mal entendido sobre todo por aquellos a quienes les resultan
inaccesibles las obras completas de Dogen. Por tanto no es raro que
estudiantes occidentales lleguen a un templo Soto o a un monasterio
que utiliza koanes en su enseanza y se muestren reticentes a
trabajar en koanes, argumentando que, puesto que todo, los seres
estn intrnsecamente iluminados, no tiene sentido buscar el satori. As
pues, piden practicar shikan-taza, que suponen no implica la
experiencia de la iluminacin.

El pensamiento consciente debo iluminarme puede ser un


impedimento tan fuerte como cualquier otro pensamiento.

Esta actitud revela no slo una falta de fe en el criterio del maestro


sino una concepcin fundamentalmente errnea tanto de la naturaleza
como de la dificultad del shikan-taza, por no mencionar los mtodos
de enseanza empleados en los templos y monasterios Soto. Una
cuidadosa lectura de estas plticas introductorias y de los encuentros
de Yasutani-roshi con diez occidentales mostrar con claridad por qu
el novicio no puede emprender con xito el shikan-taza genuino. Ya
que primero debe aprender a sentarse con estabilidad y
ecuanimidad y su ardor debe verse fortificado regularmente
por la meditacin en comunidad o por el apoyo del maestro y,
ante todo, debe establecer una fe firme en su propia Mente-
bodhi unida a una fuerte resolucin de experimentar su
realidad en la vida diaria. Los maestros de Zen dicen que hoy en da
los devotos en general no tienen tanta sed por la verdad y que los
obstculos que pone la vida moderna para practicar son ms
numerosos, por consiguiente muy rara vez un maestro Soto asignar
shikan-taza a un principiante. Prefieren que ste unifique su mente

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concentrndose en la cuenta de sus respiraciones, o si el principiante


tiene un fuerte deseo de iluminacin puede agotar el intelecto
discursivo a travs de un tipo especial de problema Zen (es decir un
koan), preparando as el camino al kensho. Por lo tanto, el sistema de
koanes de ninguna manera est restringido a la secta Rinzai, como
muchos suponen. Yasutani-roshi es solamente uno de una serie de
maestros Soto que utilizan los koanes en su enseanza. Genshu
Watanabe-roshi, antiguo abad de Soji-ji, uno de los dos principales
templos de la secta Soto en Japn, empleaba koanes con regularidad,
y en el monasterio Soto de Hosshin-ji, del cual el ilustre Harada-roshi
fue abad durante su vida, los koanes se empleaban ampliamente.
Incluso Dogen mismo, como hemos visto, se disciplin con el Zen de
koanes durante ocho aos antes de ir a la China y practicar shikan-
taza. Y aunque al regresar al Japn escribi mucho acerca del shikan-
taza y lo recomendaba a sus propios discpulos, no debemos olvidar
que estos discpulos eran dedicados buscadores de la verdad, para
quienes los koanes eran un aliciente innecesario a su prctica. Sin
menospreciar este nfasis en el shikan-taza, Dogen compil
trescientos koanes muy conocidos agregndole a cada uno su propio
comentario. A partir de esto y del hecho de que su obra ms
importante, el Shobogenzo (Tesoro del ojo del verdadero Dharma),
contiene un nmero de koanes, podemos suponer que los utiliz en su
enseanza.

El despertar-satori, como Dogen lo vea no era el todo ni el fin de todo.


Ms bien lo conceba como los cimientos de una magnfica construccin
cuya superestructura de diversos pisos correspondera al carcter y
personalidad perfeccionados del individuo desarrollado espiritualmente,
el hombre de virtud moral, de compasin, de sabidura y que
todo lo abarca. Dogen enseaba que una estructura tan importante
podra erigirse solamente a travs de aos de fiel zazen establecido
sobre la slida base del conocimiento interno inmutable que confiere el
satori.

Entonces, qu es el zazen y cmo se relaciona con el satori? Dogen


enseaba que el zazen es la puerta de la liberacin total, y
Keizanzenji uno de los patriarcas japoneses Soto, expres que
solamente a travs del Zen sentado se ilumina la mente del
hombre. Dogen tambin escribi, que hasta el Buda, que naci
sabio, se sent durante seis aos en zazen hasta alcanzar su
iluminacin suprema, y una figura espiritual de la superioridad de
Bodhidharma se sent durante nueve en a la pared.

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Por medio del ordenamiento e inmovilizacin de pies, piernas, manos,


brazos, tronco y cabeza en la posicin tradicional del loto, y la
regulacin de la respiracin, el freno metdico de los pensamientos y
la unificacin de la mente a travs de formas especiales de
concentracin, el desarrollo de un control sobre las emociones y el
fortalecimiento de la voluntad, y el cultivo de un silencio profundo en
los rincones ms hondos de la mente, en otras palabras, a travs de la
prctica del zazen, se establecen las precondiciones ptimas para
mirar la mente- corazn y descubrir ah la verdadera naturaleza de la
existencia.

1. 6. En Nempyo Sambyaki Soku (Trescientos koanes con


comentarios)
2. 7. En su Fukan Zazengi (Promocin universal de los principios
del zazen).

Aunque el fundamento del zazen es sentarse, no se trata de un


sentarse ordinario. No solamente debe estar la espalda erecta, la
respiracin regulada apropiadamente, y la mente concentrada ms all
del pensamiento sino, segn Dogen, uno debe sentarse con un sentido
de dignidad y grandeza como una montaa o un pino gigantesco, y
con un sentimiento de gratitud hacia el Buda y los patriarcas, quienes
hicieron manifiesto el Dharma. Y debemos estar agradecidos por
nuestro cuerpo humano, por medio del cual tenemos la oportunidad de
experimentar la realidad del Dharma en toda su profundidad. Este
sentido de dignidad y gratitud no se limita a sentarse, sino que debe
ser parte de cada actividad, pues en la medida en que cada acto surge
de la Mente-bodhi, cuenta con la pureza y dignidad inherentes a la
budeidad. Esta dignidad innata del hombre se manifiesta
fisiolgicamente en su espalda recta, puesto que solamente l, de
todas las criaturas, tiene la capacidad de sostener la espina dorsal
vertical. Una espalda recta tambin se relaciona en otras maneras
importantes a la forma apropiada de sentarse, de esto se hablar ms
adelante en esta seccin.

En un sentido amplio, el zazen abarca ms que sentarse


correctamente. Involucrarse totalmente en cada actividad con
atencin absoluta Y con clara conciencia no es un zazen menos
importante. El consejo Para lograr esto lo dio Buda mismo en uno de
los primeros sutras: En lo que se ve slo debe haberlo visto; en lo
que se escucha slo debe haberlo escuchado; en lo que se percibe
(como olfato, sabor y tacto) solamente debe haberlo percibido; en lo
que se piensa solamente debe haberlo pensado.

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La importancia de esta mente nica, de esta atencin desnuda, se


ilustra en la siguiente ancdota:

Cierto da un hombre comn le dijo al Maestro Zen lkkyu:


Maestro podra escribirme algunas mximas sobre la ms
alta sabidura?.
Ikkyu inmediatamente tom su pincel y escribi la palabra
Atencin.
Eso es todo?, pregunt el hombre. No podra agregar algo
ms?. Ikkyu entonces escribi: Atencin, atencin . Bueno,
coment el hombre algo irritado. No veo mucha profundidad o
sutileza en lo que ha escrito
Entonces lkkyu escribi: Atencin, atencin, atencin.
Enojado el hombre exigi: En todo caso, qu significa la
palabra atencin?.
lkkyu contest suavemente: Atencin significa atencin.
10. Udana 1, 10 (traduccin por Nyanaponika Thera).

Para el hombre ordinario cuya mente es un tablero de ajedrez de


reflexiones cruzadas, opiniones, prejuicios, la atencin desnuda es
virtualrnente imposible; por tanto, su vida no est centrada en la
realidad misma sino en la idea que tiene sobre sta. Al concentrar
totalmente la mente en cada objeto y accin, el zazen le desembaraza
de pensamientos externos y le permite acceder a una identificacin
total con la vida.

El zazen sentado y el zazen en movimiento son dos funciones


igualmente dinmicas y que se refuerzan mutuamente. El que a diario
se sienta con devocin, con la mente libre de pensamientos
discriminatorios, se relaciona ms fcilmente y de todo corazn con
sus labores diarias, y aqul que realiza cada acto con una atencin
total y con conciencia clara encontrar menos difcil vaciar su mente
durante los periodos de meditacin.

Para el estudiante, la prctica del zazen comienza por contar sus


inhalaciones y exhalaciones mientras se encuentra en la postura
inmvil del zazen. De modo que es el primer paso en el proceso de
inmovilizar las funciones del cuerpo, acallar el pensamiento discursivo
y fortalecer la concentracin. Se asigna como el primer paso debido a
que al contar las respiraciones, inhalando y exhalando, en su ritmo
natural y sin forzarse, la mente tiene un andamio que la
sostiene. Cuando la concentracin en la respiracin se transforma de

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modo que la atencin en la cuenta se vuelve clara y no se pierde, el


siguiente paso es ligeramente ms difcil. Entonces hay que seguir las
inhalaciones y las exhalaciones con el ojo de la mente, de nuevo,
dentro de un ritmo natural. El maravilloso estado que surge de la con
la concentracin en la respiracin y el valor de respirar en trminos de
un desarrollo espiritual son expresados con lucidez por el Lama
Govinda: A partir de este estado de perfecto equilibrio mental y fsico
y de armona interna resultante, surge la serenidad y felicidad que
inunda el cuerpo por completo con un sentimiento de suprema
felicidad, como la frescura de un manantial que penetra el lago de una
montaa... La respiracin es el vehculo de la experiencia espiritual, el
mediador entre el cuerpo y la mente. El primer paso hacia la
transformacin del cuerpo de un estado de rgano fsico que funciona
ms o menos pasiva e inconscientemente, a un vehculo o una
herramienta de una mente perfectamente desarrollada e iluminada,
como lo demuestra el resplandor y perfeccin del cuerpo de Buda... El
resultado ms importante de la prctica de concentrarse en la
respiracin, es la realizacin de que el proceso de la respiracin es un
vnculo entre el consciente y el subconsciente, entre un material fino y
un material burdo, entre las funciones voluntarias e involuntarias, y
por tanto la ms perfecta expresin de la naturaleza de toda la vida.
Hasta aqu hemos estado hablando del zazen sin koan. El zazen que se
practica con un koan involucro tanto el zazen sin movimiento, donde la
mente intensamente busca penetrar el koan, y el zazen en movimiento,
donde contina la absorcin en el koan mientras uno trabaja, juega, o
est dormido. A travs de un intenso auto-cuestionamiento
preguntando, por ejemplo: Qu es Mu?, la mente gradualmente
se va desnudando de sus ideas errneas que al principio obstaculizan
sus esfuerzos de ser uno con el koan. A medida que estas nociones
abstractas van cayendo, la concentracin en el koan se fortalece.
Podra preguntarse: cmo puede uno concentrarse devotamente en
un koan y al mismo tiempo enfocar la mente en el trabajo de una
naturaleza exacta? Lo que sucede al practicar es que una vez que el
koan se fija en el corazn y en la mente y su poder de fijarse est en
proporcin a la fuerza de la urgencia de liberacin, la pregunta
contina incesantemente en el subconsciente. Mientras la mente se
ocupa de un trabajo en particular, la pregunta se borra de la
conciencia, surgiendo naturalmente en cuanto la accin termina, como
un arroyo que desaparece de la superficie para volver a aparecer y
reasumir su curso abierto sin interrumpir su flujo de corriente.

12. Foundations of Tibetan Mysticism por Lama Govinda (New York; E.


P. Dutton, 1960) pp. 151-152 El zazen no debe confundirse con lo que
tradicionalmente se conoce como meditacin. La meditacin implica

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poner algo en la sea una imagen, una palabra sagrada que se visualiza,
en el que se piensa o se reflexiona, o ambos. En ciertos tipos de
meditacin, el meditante visualiza, o contempla y analiza ciertas
formas mentales, sostenindolas en la mente y excluyendo todo lo
dems puede contemplar en estado de adoracin una imagen de un
Buda, Bodhisattva, esperando evocar en su propia mente estados
paralelos. Puede reflexionar sobre cualidades abstractas como la
bondad rosa y la compasin. En el Budismo Tntrico las mandaras
contienen diversas slabas bsicas del alfabeto snscrito -como om,
ejemplo- que se visualizan o que se piensan de cierta manera. Las
mandaras que consisten en arreglos especiales de Budas, bodhisattvas
y otras figuras, tambin se emplean para propsitos de meditacin.

La particularidad del zazen es la siguiente: la mente se libera del lazo


que la ata a todas las formas de pensamiento, visin, objeto y mas
imaginativas, por ms sagradas y elevadas que sean, y se transporta a
un estado de vacuidad total desde el cual un da ha de percibir su
propia verdadera naturaleza, o la naturaleza del universo. Ejercicios
iniciales como contar y seguir la respiracin, no pueden estrictamente
hablando, llamarse meditacin, puesto que no involucran la
visualizacin de un objeto o la reflexin sobre una idea. Por mismo, el
zazen con koanes no puede llamarse meditacin. Si uno buscando la
unidad con un koan, por ejemplo, o preguntndose intensamente
Qu es Mu?, en el sentido tcnico de la palabra no meditando.

El zazen que lleva a la autorrealizacin no es una ensoacin ociosa ni


una inactividad vaca, sino una forma interna e intensa de ir
ejercitando control sobre la mente para despus utilizarla, como un
proyectil silencioso, con el fin de penetrar la barrera de los cinco
sentidos y del intelecto discursivo (es decir, el sexto sentido). Exige
energa, determinacin y valenta. Yasutani-roshi lo llama una batalla
entre fuerzas opuestas del engao y el bodhi.13 Este estado mental
ha sido vvidamente descrito en las palabras que se dice fueron
pronunciadas por Buda mientras, sentado bajo el rbol Bo, haca su
supremo esfuerzo; palabras que se repiten con frecuencia en el zendo
durante sesshin: Aunque no queden sino mis huesos, tendones y piel,
aunque mi sangre y mi carne se sequen, y se marchiten, no me
mover de este sitio hasta no haber alcanzado la iluminacin absoluta.
El deseo de la iluminacin, por una parte se nutre de sentir un
doloroso lazo interno -una frustracin en la vida, un miedo a la muerte
o ambos- y por otra parte, de la conviccin de que a travs del
despertar uno alcanzar la liberacin. Pero es en el zazen que la fuerza
y el vigor del cuerpo-mente se agrandan y movilizan para nacer en ese
nuevo mundo de liberacin. Las energas que antes se malgastaban en

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deseos compulsivos y acciones sin sentido, ahora, al sentarse


correctamente en zazen se conservan y canalizan hacia una unidad. Y
en la medida en que la mente logra una concentracin en un solo
objeto a travs del zazen, consigue dejar de dispersar su fuerza en la
proliferacin incontrolado de pensamientos ociosos. Todo el sistema
nervioso se relaja y calma, se eliminan las tensiones internas, y se
refuerza la tonicidad de todos los rganos. Adems, se han hecho
electrocardiogramas y otros estudios a individuos despus de practicar
zazen durante uno o dos aos, y se ha demostrado que el zazen
proporciona una mayor estabilidad del cuerpo-mente a travs de una
regulacin del corazn, el pulso, la respiracin y el metabolismo. 14 En
pocas palabras, al realinear las energas fsica, mental y psquica por
medio de una respiracin adecuada, la concentracin y el zazen, se
establece un nuevo equilibrio de cuerpo-mente que tiene su centro de
gravedad en el hara. Hara literalmente quiere decir el estmago, el
abdomen y las funciones de digestin, absorcin y eliminacin
relacionadas con estas zonas. Pero tiene tambin un paralelo psquico
y un significado espiritual. Segn los sistemas yogi, hind, budista,
existen una serie de centros psquicos en el cuerpo por medio de los
cuales fluye la fuerza vital csmica o energa. De los dos centros que
se encuentran en el hara, uno se asocia con el plexo solar, cuyo
sistema nervioso gobierna los procesos digestivos y los rganos dg
eliminacin. El hara es por tanto

1. 13. Esta afirmacin se hace desde el punto vista de la prctica o el


entre miento. Desde el punto de vista

2. 14. Psychological Studies on Zen editado por Yoshiharu Akishige.

3. 15. Psquico no se refiere aqu a los fenmenos o poderes


extrasensoriales sino a la energa y a los estados de cuerpo-mente que
no pueden ser clasificados como fisiolgicos o psicolgicos, una fuente
de energas vitales psquicas.

Harada-roshi, uno de los ms celebrados maestros de su tiempo, al


exhortar a sus discpulos a concentrar el ojo de su mente (es decir, la
atencin, el punto donde se suma el ser total) en su hara, deca:
Deben realizar es decir, hacer real que el centro del universo es su
vientre.

Para facilitar su experiencia en esta verdad fundamental, el novicio en


el Zen recibe instrucciones de enfocar su mente constantemente en lo

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profundo de su hara (especficamente entre el ombligo y la pelvis) y


radiar todas las actividades mentales y corporales desde esa
regin. Con el equilibrio del cuerpo-mente centrado en el hara,
gradualmente se establece ah un foco de conciencia, un centro de
energa vital que influye sobre todo el organismo.

Esa conciencia de ningn modo est limitada al cerebro, como lo


demuestra Lama Govinda al escribir: Mientras que, segn la
concepcin occidental, el cerebro es el asiento exclusivo de la
conciencia, la experiencia yogi muestra que nuestra conciencia
cerebral es una entre muchas posibles formas de conciencia y que
stas, de acuerdo a su funcin y naturaleza, pueden localizarse o
centrarse en rganos diversos del cuerpo. Estos rganos que recogen,
transforman y distribuyen las fuerzas que fluyen por ellos, se llaman
chakras o centros de fuerza. De ah se radian corrientes secundarias
de fuerza psquica, comparables a los rayos de una rueda, o de un
paraguas, o a los ptalos del loto. En otras palabras, estos chakras
son los puntos donde las fuerzas psquicas y las funciones corporales
se unen las unas con las otras. Son los puntos locales donde las
energas csmicas y psquicas, se cristalizan en cualidades corporales,
y donde las cualidades corporales se disuelven o trasmutan de nuevo
en fuerzas psquicas.

Asentar el centro de gravedad del cuerpo abajo del ombligo, es decir,


establecer un centro de conciencia en el hara, automticamente relaja
las tensiones que surgen del hbito de levantar los hombros, tensar el
cuello y apretar el estmago. A medida que la rigidez va
desapareciendo, se experimenta una mayor vitalidad y un nuevo
sentido de libertad en todo el cuerpo y mente, que ms y ms se van
sintiendo como una unidad. El zazen ha demostrado con claridad que
con el ojo de la mente concentrado en el hara, la proliferacin de
pensamientos disminuye y que se acelera el proceso de concentracin
de la mente en un punto nico, debido a que tiene lugar un riego de
sangre de la cabeza al abdomen que refresca el cerebro y calma el
sistema nervioso autnomo. Esto a su vez, conduce a un mayor grado
de estabilidad mental y emocional. Por lo tanto, la persona que
funciona desde el hara no es afectada fcilmente por las
circunstancias. Es adems, ms capaz de actuar con mayor rapidez y
decisin en cualquier emergencia, debido al hecho de que su mente,
anclada en el har, no vacila. Con la mente en el har, el pensamiento
estrecho y egocntrico es superado por una visin ms amplia y una
magnanimidad de espritu. Esto se debe a que la forma de pensar
producida desde el centro vital del har, libre de la mediacin del
limitado intelecto discursivo, es espontnea y tiene un carcter de

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aceptacin total. La percepcin desde el har, tiende hacia la


integracin y la unidad en vez de la divisin y la fragmentacin. En
resumen es un pensar que ve las cosas con quietud y totalidad.

La figura del Buda sentado en su trono de loto, sereno, estable, que


todo lo sabe y todo lo abarca, radiando luz y compasin ilimitada es el
ms alto ejemplo del hara expresado a travs de la iluminacin
perfecta. El Pensador de Rodin, por otra parte, una figura solitaria,
perdida en el pensamiento y corporalmente contorsionada, remota y
aislada de s misma tipifica el estado opuesto.

La capacidad de pensar y actuar desde el har, est, como el joriki,


indirectamente relacionada con el satori y no es su sinnimo. El satori
es voltear la mente, una experiencia psicolgica que confiere
sabidura interna, mientras que el hara no es otra cosa sino lo que ya
se ha indicado. Los maestros de las artes tradicionales japonesas han
logrado actuar y pensar desde el har, de no ser as no mereceran el
ttulo de maestro, pero muy pocos alcanzan el satori sin un
entrenamiento Zen. Por qu no?, porque ellos cultivan el hara
esencialmente para perfeccionar su arte, y no para lograr el satori,
cuya obtencin presupone, como lo dice Yasutani-roshi en sus plticas
introductorias, una fe en la realidad de la iluminacin del Buda y en su
propia Naturaleza-bdica inmaculada.

Con el cuerpo y la mente consolidados, encauzados y activados, las


emociones responden con aumentada sensibilidad y pureza, y la
voluntad se ejerce con mayor fuerza. 18. [Foundations of Tibetan
Mysticism p. 135]. Ya no somos dominados por el pensamiento a
expensas del sentimiento, ni arrastrados por las emociones sin
dominio del pensamiento o la voluntad. Eventualmente el zazen lleva
una transformacin de la personalidad y el carcter. La sequedad
rigidez y egocentrismo dan lugar a una calidez que fluye, una
flexibilidad y una compasin, mientras que la autoindulgencia y el
miedo se convierten en el control de uno mismo y en valenta. Debido
a que los maestros japoneses conocen este poder transformador del
zazen durante siglos de experiencia, han dependido de l para inculcar
la conducta moral en sus discpulos en vez de imponer desde fuera
una serie de preceptos. En realidad tanto los preceptos como el zazen,
basados en la Naturaleza bdica idntica, fuente de toda pureza y
bondad se refuerzan mutuamente. Una resolucin ms fuerte de
mantener los preceptos, en el mejor de los casos funcionara slo
espordicamente si no se sustentara con el zazen; y el zazen
divorciado de una vida disciplinada que se nutre de su sincero esfuerzo
de observar los preceptos, no puede ser sino dbil e incierto. En todo

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caso, contra lo que se cree en algunas sectas del budismo, los


preceptos no son simples mandamientos morales que cualquiera
puede entender y observar fcilmente. En realidad, su sentido
relativo-absoluto no puede capta se como una realidad viviente
excepto despus de un zazen largo y dedicado. De aqu que a los
estudiantes de Zen no se les de normalmente el libro de problemas
llamado Jujukinkai que trata de los diez preceptos cardinales desde el
punto de vista de las doctrinas Hinayana Mahayana, de la Naturaleza-
bdca misma, desde el punto de vista Bodhidharma y de Dogen, hasta
el final de su entrenamiento cuando su iluminacin y poder de zazen
han profundizado y madurado. En verdad los maestros japoneses y
chinos subrayan que solamente con una iluminacin total puede uno
en verdad conocer el bien del mal y a travs del poder del zazen
traducir esta sabidura en acciones cotidianas. Yasutani-roshi hizo ver
muy claramente que un fuerte sentido social y una responsabilidad
personal son inherentes a la libertad espiritual del hombre que ha
alcanzado el satori; cuando respondi a la pregunta que le plantearon
un grupo de estudiantes norteamericano Si, como se nos ha dicho, el
satori aclara que el pasado y el futuro no son reales, no puede uno
vivir libremente el presente, sin preocuparse del pasado e indiferente
al futuro? Como respuesta, Yasutani-roshi dibuj un punto en una
pizarra explicando que ese punto aislado representaba el concepto de
aqu y ahora. Para mostrar la parcialidad de esta visin dibuj otro
punto sobre el cual traz una lnea horizontal y una vertical. Entonces
explic que la lnea horizontal representaba el tiempo del pasado sin
principio y del futuro sin fin y que la lnea vertical representaba el
espacio ilimitado. El momento presente de] hombre iluminado que
se encuentra en esta interseccin abarca estas dimensiones de tiempo
y espacio. Del mismo modo, la realizacin por medio del satori de que
uno es el foco de tiempo pasado y futuro del espacio, inevitablemente
produce un sentido de hermandad y responsabilidad hacia la familia y
la sociedad en su totalidad tanto en lo que respecta a los que ya
pasaron como a los que han de venir. La libertad del hombre Zen
liberado est muy lejos de la libertad del hombre Zen libertino
impulsado por sus deseos eglatras incontrolados. El vnculo
inseparable con todos los seres humanos que la persona
verdaderamente iluminada experimenta, excluye este comportamiento
centrado en uno mismo.

Adems de enriquecer la personalidad y fortalecer el carcter, el zazen


ilumina las tres caractersticas de existencia que proclam el Buda:
primero, que todas las cosas (incluso nuestros pensamientos,
sentimientos y percepciones) son impermanentes, y surgen cuando
causas y condiciones particulares las hacen surgir; asimismo stas

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desaparecen al surgir nuevos factores casuales; segundo, que la vida


es dolor; tercero, que era ltima instancia nada es autosubsistente,
que todas las formas en su naturaleza esencial estn vacas, es decir,
son patrones de energa en flujo mutuamente dependientes y al
mismo tiempo tienen una realidad provisional o ilimitada en el tiempo
y el espacio del mismo modo que las acciones de una pelcula tienen
una realidad slo en los trminos de la pelcula misma, pero que de
otra manera son insustanciales e irreales.

A travs del zazen la primera verdad vital -que todas las cosas son
efmeras, nunca las mismas de un momento al siguiente;
manifestaciones pasajeras en un caudal de transformacin incesante-,
se convierte en una cuestin de experiencia personal directa. Llegamos
a ver la concatenacin de nuestros pensamientos, emociones y
estados de nimo; cmo surgen, cmo florecen momentneamente y
cmo mueren. Llegamos a saber que esta muerte es la vida de todo,
as como la vida de la vela est constituida por la llama misma que la
consume.

El hecho que nuestro sufrimiento est enraizado en un aferramiento


egosta y en miedos y temores que surgen de la ignorancia de la
verdadera naturaleza de la vida y la muerte, resulta claro para
cualquiera motivado por el zazen a enfrentarse al desnudo consigo
mismo. Con la misma claridad, el zazen demuestra que lo que
llamamos sufrimiento es nuestra evaluacin del dolor, del cual
estamos separados; pero el dolor cuando se acepta con valenta es un
medio de liberacin puesto que libera nuestras simpatas naturales y
nuestra compasin y a la vez nos permite experimentar el placer y la
alegra con nueva profundidad y pureza.

Finalmente, con la iluminacin, el zazen trae consigo el conocimiento


de que el sustrato de la existencia es una vacuidad de la cual surgen
incesantemente todas las cosas, y a la cual incesantemente regresan;
que este Vaco es positivo y est lleno de vida y de hecho no es otro
que la vitalidad de un atardecer o las notas de una gran sinfona.

Este surgimiento en la conciencia de la Naturaleza-bdica


resplandeciente representa el tragarse el universo, el arrasar con
todo sentimiento de oposicin y separacin. En este estado de
subjetividad incondicional, Yo sin yo. Yo, soy supremo. De esta forma
el Buda Shakyamuni pudo exclamar: A travs del cielo y la tierra, slo
yo soy El Reverenciado. Sin embargo, ya que el despertar significa
tambin dar fin a la posesin de la idea del yo, tambin se trata de un
mundo de objetividad pura. Por tanto, Dogen escribi: Aprender el

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Camino del Buda es aprender sobre uno mismo. Aprender sobre uno
mismo es olvidarse de uno mismo. Olvidarse de uno mismo es
experimentar el mundo como un objeto puro. Experimentar el mundo
como un objeto puro es abandonar el propio cuerpo y mente y el
cuerpo y, mente del yo-otro

Para ayudarnos a despertar a este mundo de Naturaleza-bdica, los


maestros Zen emplean otra modalidad de zazen: los cantos de
dharanis y sutras. El dharani se ha descrito como una cadena de
palabras o nombres ms o menos sin significado que tienen el poder
mgico de ayudar al que las repite en un momento de necesidad
extrema2. Los dharanis, como transliteraciones fonticas de
palabras snscritas, sin duda han perdido mucho de su
significado profundo por la inevitable alteracin de los sonidos
originales. Sin embargo cualquiera que los ha recitado durante
tiempo considerable sabe que su efecto sobre el espritu no es
insignificante. Al cantarse con sinceridad y energa imprimen sobre el
corazn-mente los nombres y virtudes de Budas y Bodhisattvas que
enumeran, limpiando los obstculos para hacer zazen y dando al
corazn una actitud de reverencia y devocin. Los dharanis tambin
son una expresin simblica en forma de sonido y ritmo de la verdad
esencial del universo que yace detrs del intelecto discriminativo. Son
valiosos igualmente para entrenar la mente, dejar de aferrarse a su
modo dualstico de pensar en la medida en que la mente discursiva
cese de operar al recitarlos.

El canto de sutras, otra modalidad de zazen, cumple tambin con otro


propsito. Como son las palabras y sermones del Buda, los sutras de
alguna forma ejercen cierto atractivo sobre el intelecto. De modo que
para aquellos cuya fe en el Camino del Buda es superficial, el canto
repetido de los sutras eventualmente les da una medida de
comprensin, que fortalece la fe en la verdad de las enseanzas del
Buda.

En otro sentido, el canto de sutras puede compararse a una pintura


oriental a tinta, digamos de un pino, donde la mayor parte de la
pintura consiste en espacio blanco. Este espacio vaco corresponde a
los niveles ms profundos de significado de los sutras; ms all de las
palabras.

Del mismo modo que en la pintura, nuestra mente toma mayor


conciencia del espacio blanco gracias al rbol, al recitar los sutras
Podemos ser conducidos a la realidad que yace ms all de ellos; a la
vacuidad hacia la cual apuntan.

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Durante el canto de sutras y dharanis, cada uno de los cuales vara en


ritmo, los que cantan pueden estar sentados, de pie, arrodillarse y
hacer postraciones o hacer circunvalaciones por el templo.

Con frecuencia la entonacin de sutras y dharanis es acompaada por


el golpe acompasado del mokugyo, o realzado por la sonora
reverberacin del keisu. Cuando el corazn y la mente son
verdaderamente uno con ellos, esta combinacin de cantos y
palpitacin de los instrumentos puede despertar los sentimientos ms
profundos y hacer surgir un sentido de conciencia vibrante y elevado.
Igualmente estos cantos representan una variedad en lo que podra
convertirse una disciplina sombra y rigurosa de Zen sentado sin
descanso. En una semana de sesshin muy pocos podran soportar
estar sentados hora tras hora. Aunque no fuese terriblemente difcil,
sin duda sera muy aburrido, excepto para los ms ardientes. Al
ofrecer varios tipos de zazen -es decir sentado, caminando, cantando y
haciendo labor manual- los maestros Zen no solamente reducen el
riesgo de aburrimiento sino que adems aumentan la efectividad de
cada clase de zazen.

Dogen confera gran importancia a las posturas, gestos movimientos


adecuados del cuerpo durante el canto, as como a todas las otras
modalidades de zazen, debido a la repercusin que tienen sobre la
mente. En el budismo tntrico se evocan ciertas cualidades de los
Budas y Bodhisattvas al adoptar con las manos ciertas posiciones
(llamadas mudras) as como ciertas posturas corporales, y este
aspecto de la enseanza de Dogen probablemente se deriva del tantra.
En todo caso estas posturas inducen a estados relacionados con la
mente. De Modo que, al cantar Las Cuatro Promesas de rodillas y con
las manos en gassho (palma con palma), como se hace en la secta
Soto, se evoca un estado mental de reverencia que se sentir menos
al recitar estas mismas promesas sentado o de pie, como se hace en la
secta Rinzai. De igual manera, al tocar ligeramente los pulgares
cuando se est sentado en zazen, se crea un sentimiento de equilibrio
y serenidad que no se alcanzara fcilmente con las manos
entrelazadas.

De modo que cada estado mental tambin provoca en el cuerpo su


propia respuesta. El acto de postrarse ante un Buda sin nociones
eglatras solamente es posible bajo el mpetu de la reverencia Y la
gratitud. Esta horizontalizacin del mstil del ego limpia el corazn-
mente hacindolo flexible y expansivo, abriendo el camino a la
comprensin y a la apreciacin de la mente exaltada y de las
innumerables virtudes del Buda y los patriarcas. De modo que surge

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en nosotros un deseo de expresar nuestra gratitud y mostrar nuestro


respeto ante sus figuras mediante los rituales apropiados. Cuando se
accede a estas devociones de manera espontnea, con una mente no
discriminativa, la figura del Buda cobra vida; lo que antes era slo una
imagen se convierte ahora en una realidad viva con el poder singular
de borrar la conciencia del yo y del Buda en el momento de la
postracin. En este gesto no pensado nuestra Mente-bodhi
resplandece; nos sentimos refrescados y regenerados. A la luz de
estas observaciones sobre la interaccin del cuerpo y mente podemos
ahora considerar con mayor detalle las razones por las cuales los
maestros Zen siempre han hecho hincapi en una espalda erecta y en
la clsica posicin de loto. Es bien sabido que una espalda encorvada
evita que la mente tenga la tensin adecuada y entonces es invadida
rpidamente por pensamientos e imgenes al azar; en contraste, una
espalda erecta, al fortalecer la concentracin, disminuye la incidencia
de pensamientos azarosos y por tanto acelera el samadhi. As, cuando
la mente se libera de las ideas, la espalda tiende a enderezarse sin
ningn esfuerzo consciente. Si la espalda est encorvada, con la
consecuente multiplicacin de pensamientos, la respiracin armoniosa
con frecuencia es sustituida por una respiracin acelerada y
discontinuo, dependiendo de la naturaleza de los pensamientos. Esto
se refleja rpidamente en tensiones nerviosas y musculares. En estas
plticas Yasutaniroshi tambin hace notar cmo una espalda
encorvada mina el vigor y la claridad de la mente induciendo a la
fatiga y el aburrimiento.

Esta rectitud de la espalda tan importante y la tensin paralela de la


mente son ms fciles de mantener durante largos periodos si las
piernas estn en una postura de medio loto o de loto completo y
cuando la atencin se concentra en la regin que est justamente
debajo del ombligo.

Adems, ya que el cuerpo es el aspecto material de la mente y la


mente el aspecto inmaterial del cuerpo, al unir manos, brazos, pies y
piernas en una unidad, en un punto central donde las manos unidas
descansan sobre los talones de las piernas entrelazadas, como sucede
en postura de flor de loto, se facilita la unificacin de la
mente. Finalmente, la postura del loto donde las rodillas y el asiento
forman una base triangular de gran estabilidad, crea un sentido de
arraigo en la tierra junto con un sentimiento de unidad que lo abarca
todo, vaco de sensaciones de fuera o dentro. Esto es cierto, sin
embargo, slo cuando puede adaptarse esta posicin y mantenerse sin
incomodidad.

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Por todo esto, el Zen, la personificacin de la enseanza y la prctica


esencial del Buda, ha seguido a travs de su larga historia el mtodo
del Buda de sentarse corno la forma ms directa y prctica de alcanzar
la vacuidad de la mente y en ltima instancia, la iluminacin.

Esto no implica que el zazen no pueda practicarse o que no se llegue a


la iluminacin a menos de que uno se siente en las posturas de medio
loto o loto completo. El zazen de hecho puede ser efectivo incluso en
una silla o en un banquillo, de rodillas, siempre y cuando la espalda
permanezca erecta. En ltima instancia, lo que asegura el xito en la
bsqueda de la iluminacin, no es una postura en particular sino un
intenso deseo de la verdad por la verdad misma, que por s sola lo
lleva a uno a sentarse regularmente en cualquier postura y a realizar
los actos de cada da con devocin y con una clara atencin. Pero el
zazen siempre se ha considerado como una disciplina fundamental del
Zen simplemente debido a que la experiencia de siglos demuestra que
es la forma ms sencilla de acallar la mente y de llevarla a una unidad
de concentracin de modo que pueda emplearse como un instrumento
de autodescubrimiento. En la larga historia del Zen, miles y miles de
personas han llegado al despertar a travs del zazen, mientras que
muy pocas experiencias de iluminacin genuinas se han dado sin ste.

Si incluso el Buda y Bodhidharma, como nos recuerda Dogen, tuvieron


la necesidad de sentarse, con seguridad ningn aspirante puede
prescindir del zazen. Kensho (o satori) no es sino la primera visin de
la Verdad, y ya sea que se trate de un leve asomo o de una profunda y
aguda vista, puede ampliarse inmensamente a travs del
zazen. Adems, se debe recordar que a menos de que se fortalezca
con el joriki, -es decir la fuerza del samadhi, el poder particular que se
desarrolla por medio del zazen- la visin de Unidad que se alcanza con
la iluminacin, especialmente si no fue una experiencia muy profunda,
con el tiempo se nubla y eventualmente se borra y se convierte en un
recuerdo agradable en vez de permanecer como una realidad
omnipresente que moldea nuestra vida diaria. Sin embargo, lo que no
podemos perder de vista, es que el zazen es ms que un medio para la
iluminacin o un mtodo para sostenerla y ampliarla; es la
actualizacin de nuestra Verdadera naturaleza. De aqu su valor
absoluto.

Yasutani-roshi aclara este punto vital en estas plticas as como en sus


encuentros con diez occidentales.

No hay duda de que para la mayora de los occidentales que por


naturaleza parecen ser ms activos e inquietos que los asiticos,

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sentarse perfectamente quietos en zazen, incluso en una silla, es


doloroso tanto fsica como mentalmente. El no querer soportar este
dolor y esta incomodidad aunque sea por perodos de tiempo muy
cortos, proviene sin duda de una conviccin muy arraigada de que no
solamente es absurdo sino masoquista aceptar el dolor
deliberadamente cuando existen formas de escapar de l o de
mitigarlo. No es raro, que algunos comentadores que obviamente
desconocen el Zen en profundidad, traten de demostrar que el
sentarse a hacer zazen no es indispensable a la disciplina Zen. En su
obra The Way of Zen (pp. 101, 103), Alan Watts trata de probar,
citando un dilogo muy conocido, que los maestros Zen han
impugnado el sentarse. He aqu nuestra traduccin de ese dilogo:

Ma-tsu diariamente haca zazen en su choza en el Monte Nan-yueh. Al


observarlo un da, Huai-jang, su maestro, pens:

Llegar a ser un gran monje, y pregunt:

Honorable seor, qu tratas de lograr sentndote? Matsu respondi:

Trato de convertirme en Buda

Entonces Huai-jang tom un pedazo de teja y empez a tallarlo contra


una piedra.

Maestro, qu haces? pregunt Ma-tsu.

Pulo la teja para convertirla en espejo repuso Huai-jang.

Cmo puede hacerse un espejo puliendo una teja? pregunt Ma-tsu.

Cmo puede hacerse un Buda sentndose en zazen?

Ma-tsu pregunt: Qu debo hacer entonces?

Huai-jang respondi: Si estuvieras conduciendo una carreta y sta no


se moviera, golpearas a la carreta o al buey?, Ma-tsu no respondi.

Huai-jang continu: Te ests entrenando en zazen? Ests


esforzndote para ser un Buda sentado? Si te ests entrenando en
zazen djame decirte que la sustancia del zazen no es sentarse ni
acostarse. Si te ests entrenando para ser un Buda sentado djame

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decirte que Buda no tiene forma como sentarse. El Dharma, que no


tiene permanencia fija, no permite distinciones. Tratar de convertir en
un Buda sentado, es no menos que matar al Buda. Si te aferras a la
forma sentada, no obtendrs la verdad esencial.

Al escuchar esto, Ma-tsu se sinti tan refrescado como hubiera bebido


un nctar exquisito.

A su propia traduccin el Sr. Watts aade (pgina 113): Esta parece


ser la doctrina consistente de todos los maestros Tang desde Hui-
neng (el sexto Patriarca) hasta Lin-chi (Rinzai).En ninguna parte de
sus enseanzas he podido encontrar instrucciones o recomendaciones
del tipo de zazen que es hoy la ocupacin principal de los monjes Zen.
Es evidente que Watts pas por alto La enseanza Zen de Huang
(segn la traduccin de John Blofeid), donde encontramos a Huan Po,
que muri en 850, aconsejando (pgina 131):

Cuando practique el control de la mente (zazen o dhyana) sintense


en posicin correcta permanezcan completamente tranquilos y no
permitan que el menor movimiento de sus mentes los distraiga.

Ciertamente, esta es una prueba clara de que el zazen como se lleva a


cabo hoy en Japn era un prctica establecida en la poca Tang, como
de hecho tambin lo era en tiempos del Buda.

An ms, interpretar el dilogo arriba citado como una condenacin


del zazen es violentar el espritu completo del koan. Lejos de implicar
que sentarse en zazen es tan til como tratar de hacer un espejo
puliendo una teja -aunque es fcil para quien nunca ha practicado el
Zen llegar a esa conclusin- Huai-jang de hecho trata de ensear a
Ma-tsu que la budeidad no existe fuera de l como un objeto por el
cual hay que luchar, ya que todos somos Budas desde el principio.

Es obvio que Ma-tsu, quien ms tarde fue un gran maestro, en ese


momento estaba bajo la ilusin de que la budeidad era algo diferente a
l. De hecho, Huai-jang est diciendo: Cmo podras convertirte en
Buda sentndote si no fueras Buda desde el principio? Esto sera tan
imposible como tratar de hacer un espejo puliendo una teja. En otras
palabras, el zazen no otorga la budeidad; descubre una naturaleza
bdica que siempre ha existido. Ms an, a travs del acto de pulir la
teja Huai-jang concretamente le revela a Ma-tsu que pulir es en s la

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expresin de su naturaleza bdica, que trasciende todas las formas,


incluso la de sentarse, pararse o acostarse.

Para prevenir que los discpulos se aferren a la posicin sentada, los


maestros Zen incorporan el zazen en movimiento a su
entrenamiento. Es totalmente falso que, como declara el Sr. Watts,
hoy la principal ocupacin de los monjes Zen es sentarse. Excepto por
un total de ms o menos seis semanas al ao en las que estn en
sesshin, los monjes Zen japoneses que estn entrenndose pasan la
mayora de su tiempo trabajando, no sentados. En Hosshin-ji, que es
representativo de los monasterios Zen japoneses en este sentido, los
monjes en general se sientan una hora y media en la maana y de dos
a tres horas en la noche. Y ya que normalmente duermen como cinco
o seis horas las otras doce o trece horas del da las pasan haciendo
labores como trabajar en los campos de arroz y en las hortalizas,
cortando lea y bombeando agua, cocinando, servir la comida y
limpiar el monasterio. Otras veces atienden las tumbas del cementerio
adjunto al monasterio y cantan sutras v dharanis por los muertos en
las casas de los devotos y del monasterio. Adicionalmente, los monjes
Zen pasan muchas horas caminando por las calles mendigando comida
y otras cosas para aprender la humildad y la gratitud, como parte de
su entrenamiento religioso. Todas estas actividades se consideran
como prctica de zazen en movimiento, ya que deben hacerse con
atencin, con un total involucramiento. La famosa expresin de Hui-
hai: Un da sin trabajar es un da de no comer anima el espritu de
los monasterios Zen de hoy con ms fuerza que nunca.

Sin el zazen, ya sea su variedad esttica o mvil, no podemos hablar


de entrenamiento Zen, disciplina o prctica. El Koan de Huai-jang y
todos los dems apuntan a la mente bdica con la cual estamos
dotados, pero no ensean cmo realizar la realidad de esta Mente. La
realizacin de esta gran verdad exige dedicacin y esfuerzo sostenido,
es decir, una prctica pura y ferviente de zazen. El intento de
descartar al zazen como no esencial es en el fondo una racionalizacin
de no estar dispuesto a esforzarse por la verdad con la obvia
implicacin de que de hecho no existe un deseo real por la verdad. En
el Shobogenzo Dogen seala a aquellos que se identifican con los ms
altos ideales de Buda y que sin embargo evaden el esfuerzo que se
requiere para ponerlos en prctica:

El gran camino del Buda y los patriarcas implica la forma ms alta de


esfuerzo que va incesantemente en ciclos desde la primera aurora de
verdad religiosa a travs de la prueba de disciplina y prctica, a la

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iluminacin y el Nirvana. Es un esfuerzo sostenido que avanza sin


interrupcin de ciclo en ciclo...

Este esfuerzo sostenido no es algo que los hombres de este mundo


amen o deseen naturalmente y sin embargo, es el ltimo refugio. Slo
a travs del esfuerzo de los Budas en el pasado, el presente y el futuro,
los Budas del pasado, el presente y el futuro se convierten en
realidad. Por este esfuerzo se realiza la budeidad y aquellos que no se
esfuerzan cuando pueden esforzarse son los que odian al Buda, odian
servirlo y odian el esfuerzo; no desean vivir y morir con Buda, no lo
quieren como maestro y compaero...

NOTA BIOGRFICA SOBRE YASUTANI-ROSHI (1885-1973)

A los ochenta aos de edad el Maestro Zen Hakuun Yasutani lleg a los
Estados Unidos de Norteamrica para exponer el Dharma del Buda. Al
hacerlo, evoc el espritu del formidable Bodhidharma, quien a
avanzada edad dio la espalda a su tierra natal y viaj a lugares
distantes para plantar la semilla viva del budismo. Sin embargo, para
Yasutani-roshi esto no era sino otro notable acontecimiento de una
vida marcada por logros muy especiales.

Despus de cumplir los setenta y cinco aos, escribi y public cinco


volmenes completos de comentarios sobre las colecciones de koanes
conocidos, respectivamente como el Mumonkan y el Hekigan-roku, el
Shoyo-roku y el Denkoroku as como los Cinco Grados de Tozan (Go-i
en japons). En su conjunto, esto representa una hazaa nica en la
historia del Zen moderno.

Esta actividad literaria no era sino una faceta de su amplia actividad


de enseanza. Adems de dirigir sesshines mensuales de tres a siete
das de duracin en su propio templo en los suburbios de Tokyo, y
sesshines peridicos en Kyushu y Hokkaido, en los extremos sur y
norte del Japn, semanalmente diriga una serie de sesshines de un
slo da (zazenkai) en la zona de Tokyo. Entre otros lugares, estos
incluan las grandes universidades, diversas fbricas, la Academia de
Defensa Personal y una serie de templos.

En dos ocasiones haba viajado a Occidente. En su primer viaje a los


Estados Unidos de Norteamrica, dirigi sesshines de cuatro a siete
das en Honolulu, Los ngeles; Clairmont, California; Walling.ford,
Pennsylvania; Nueva York, Boston y Washington, D.C. Al ao siguiente
repiti sus sesshines en los Estados Unidos, expandiendo sus

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actividades al incluir plticas sobre Zen en Inglaterra, Francia y


Alemania.

Esposo, padre, maestro de escuela, y en ltima instancia, Maestro Zen,


Hakuun Yasutani no alcanz su distincin presente evitando los dolores
y alegras de la vida del hombre ordinario, sino experimentndolos y
trascendindolos. En esto, su vida refleja el ideal Mahayana de que la
Auto-realizacin puede pertenecer tanto al padre de familia como al
monje clibe.

Yasutani-roshi naci de una piadosa madre budista y un padre dueo


de una pastelera en un pequeo pueblo. A los cinco aos, le afeitaron
la cabeza como smbolo de su introduccin a la vida monacal
budista. Despus de lo cual, sus padres, siguiendo la costumbre de
las familias devotas de su poca, lo mandaron a vivir en un templo
para que pudiese absorber la atmsfera religiosa y ser influenciado
hacia el sacerdocio.

Permaneci en el templo hasta los doce aos, realizando los trabajos


del nefito, asistiendo a la escuela primaria, y recibiendo del monje
principal una educacin en las bases del budismo. A los trece aos se
convirti en novicio de un templo Soto importante. Despus realiz
dos aos ms de estudios en una escuela pblica, cinco aos de
seminario bajo la secta Soto y eventualmente cuatro aos en una
escuela para maestros.

A los treinta aos, Hakuun Yasutani se cas y comenz a formar una


familia, que con el tiempo qued integrada por cinco hijos.
Nominalmente sacerdote, trabaj en una escuela primaria como
maestro para sostener a su numerosa familia puesto que no contaba
con un templo. Durante seis aos continu enseando y cuatro ms
fue director de la misma escuela.
A pesar de las dificultades de mantener una familia y de las exigencias
de su trabajo, a travs de los aos continu con diversos maestros, el
zazen que haba emprendido muchos aos antes a los quince aos,
para ser exactos. A pesar de que estos maestros generalmente eran
reconocidos como los ms distinguidos de la secta soto, el hecho era
que trataban el satori como una vaga generalidad lo cual la realizacin
pareca algo remoto y quimrico. Siempre anhel un verdadero
maestro, una figura como la de Buda que lo colocara en el camino
verdadero. A los cuarenta aos, por fin la encontr el monasterio de
Harada-roshi, Hosshin-ji. En su segundo sesshin alcanz el kensho
trabajando en el koan Mu.

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Yasutani-roshi tena cincuenta y ocho aos cuando Harada-roshi le


otorg su sello de aprobacin (inka shomei) y lo nombr su sucesor en
el Dharma. Este honor implicaba que su penetracin espiritual muy
profunda, su carcter moral alto, y su capacidad de ensear estaba
probada.

Al igual que su modesto templo, Yasutani-roshi era sencillo y sin


afectaciones. Sus dos comidas del da no incluan carne, pescado,
huevos, ni alcohol. Con frecuencia se le vea a paso ligero por las
calles de Tokyo, con una vieja tnica y un par de zapatos de tenis
camino a alguna reunin de zazen, los libros colgando a la espalda
dentro una bolsa, o de pie en algn tren de segunda abarrotado de
gente. Dentro de su extrema sencillez, su indiferencia a lo refinado, a
riqueza y la fama, sigui los pasos de una larga lnea de distingos
maestros Zen.28

28. Yasutani-roshi muri en su templo en Tokyo el 28 de marzo de


1973 los ochenta y ocho aos de edad. Iba a tomar su desayuno
cuando se desplom y muri sin dolor. Una semana antes le haban
comenzado a fallar las fuerzas as que haba descansado un poco de su
pesado horario de enseanza. Tres das antes de expirar dio los
preceptos a doce personas una ceremonia de cuarenta y cinco minutos
llamada iukai. Ms tarde dijo a uno de sus discpulos ms cercanos,
Este es mi ltimo jukai. Termin a base de pura voluntad.

Lo que les voy a decir ahora, est basado en las enseanzas de


respetado maestro Daiun Harada Roshi (Nombre Zen que significa
Gran Nube. Ver nubes y agua en la seccin X. Su otro nombre es
Sogaku.). Aunque l mismo perteneca a la secta Soto, no pudo
encontrar un maestro verdaderamente avanzado en esa secta y fue a
entrenarse primero a Shogen-ji y despus a Nanzen-ji, dos
monasterios Rinzai. En Nanzen-ji eventualmente capt el ms ntimo
secreto del Zen bajo la gua de Dokutan-roshi, un maestro
sobresaliente.

Aunque es verdad que uno debe pasar por el entrenamiento Zen para
comprender la verdad del Zen, Haradaroshi senta que la mente
moderna est ms despierta y que para cualquier principiante, plticas
de este tipo pueden ser muy provechosas como una preparacin para
la prctica. Harada-roshi combin lo mejor de cada secta y estableci
un mtodo particular de enseanza Zen. En ningn lugar del Japn
encontrarn la enseanza Zen expuesta tan sucinta y profundamente,
tan adecuada a la mente moderna, como en su monasterio. Gracias a

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que fui su discpulo durante unos veinte aos, pude en cierto grado
abrir el ojo de mi mente.

Antes de comenzar sus plticas, Harada-roshi las preambulaba con


ciertos consejos sobre cmo escuchar. Su primer punto era que todo
mundo deba escuchar con los ojos abiertos y mirndole, es decir con
todo su ser, debido a que la impresin recibida solamente al escuchar
puede ser bastante superficial, algo as como escuchar la radio. Su
segundo punto era que cada persona deba escuchar estas plticas
como si le estuvieran hablando solamente a l, como idealmente
debera ser. La naturaleza humana es tal que si dos personas escuchan,
cada una se siente responsable por la mitad de la comprensin, y si
son diez, sienten que son responsables slo la dcima parte. Sin
embargo, ya que hay tantas personas en este momento, y lo que
tengo que decir es exactamente lo mismo para todos, les he pedido
que vengan como grupo. Pero deben escuchar como si estuvieran
absolutamente solos y sentirse responsables de atender a todo lo que
les diga.

Esta pltica est dividida en doce partes, que cubriremos ms o menos


en ocho sesiones. La primera es sobre la parte intelectual del zazen y
los mtodos directos de prctica, la siguiente ser sobre ciertas
precauciones especiales y las siguientes plticas sobre los problemas
particulares que surgen del zazen, junto con sus soluciones.

1. La parte intelectual del zazen y los mtodos directos de


prctica

En realidad no es necesario un conocimiento terico de los principios


del zazen como prerrequisito para practicar. Aquel que se entrena bajo
un maestro competente inevitablemente captar la teora poco a poco
a medida que su prctica madure. Los estudiantes modernos tienen
una mayor sofisticacin intelectual que sus predecesores en el Zen, y
no siguen instrucciones sin reservas; primero desean conocer las
razones que hay detrs. Por tanto, me siento obligado a tratar temas
tericos. El problema de la teora es que es infinita. Las escrituras
budistas, la doctrina budista y la filosofa budista no son sino frmulas
intelectuales del zazen y el zazen es su demostracin prctica. De
este campo tan amplio, sustraer lo ms esencial para su prctica.

Empecemos con el Buda Shakyamuni. Como supongo que todos


saben, el Buda comenz por el camino del ascetismo, sometindose a
torturas y austeridades que nadie antes de l haba intentado,
incluyendo el ayuno prolongado. Pero por estos medios no pudo llegar

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a la iluminacin, as que medio muerto de hambre y cansancio, se dio


cuenta de la futilidad de seguir un camino que solamente terminara
con la muerte. As que bebi de la leche de arroz que una joven
campesina le ofreci, gradualmente fue recuperando sus fuerzas, y
finalmente decidi dirigirse por un camino entre la tortura y la
indulgencia.

De ah en adelante se dedic exclusivamente al zazen durante seis


aos, y eventualmente, en la maana del ocho de diciembre, en el
instante en que mir el planeta Venus brillando en el cielo, alcanz la
iluminacin perfecta. Creemos que todo esto es histricamente cierto.

Las palabras que el Buda pronunci involuntariamente en ese


momento han sido registradas en las escrituras budistas. Segn el
sutra Kegon (Avatamsaka), al momento de su iluminacin, exclam
espontneamente en voz alta: Maravilla de maravillas!
Intrnsecamente todos los seres vivientes son Budas, dotados
de sabidura y virtud, pero debido a que la mente de los
hombres se ha trastocado por el pensamiento ilusorio no
pueden percibirlo. La primera exclamacin del Buda parece haber
sido de reverencia y sorpresa al mismo tiempo. S, qu maravilloso
que todos los seres humanos, inteligentes o tontos, hombres y
mujeres, feos o bellos, tal como son, sean completos y totales. Es
decir, que la naturaleza de todo ser no tiene inherentemente falta
alguna, es perfecta, sin diferencias entre la de Amida o cualquier otro
Buda. La primera declaracin del Buda Shakyamuni es tambin la
conclusin fundamental del budismo. Sin embargo, el hombre,
inquieto y ansioso, lleva una vida medio loca debido a que su mente
engaada vive en la confusin. Por lo tanto, debemos retornar a
nuestra perfeccin original, ver la falsa imagen que tenemos de
nosotros mismos como algo incompleto o pecaminoso, y
despertar a nuestra pureza y unidad inherentes.

El medio ms efectivo de lograr esto es a travs del zazen. No


solamente el mismo Shakyamuni Buda sino muchos de sus discpulos
alcanzaron el despertar total a travs del zazen. Adems, durante los
2500 aos que han pasado desde la muerte del Buda, innumerables
devotos en la India, China y Japn al captar esto, han resuelto para s
la pregunta ms fundamental de todas: Cul es el significado de la
vida y la muerte? An en nuestros das hay muchas personas que,
habindose despojado de la preocupacin y la ansiedad, se han
emancipado a travs del zazen.

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31. Otros relatos dicen que pasaron seis aos despus que dej su
hogar hasta su iluminacin suprema. Entre un Buda supremamente
perfeccionado y nosotros, que somos seres ordinarios, no existe
diferencia alguna en la sustancia. Esta sustancia puede semejarse al
agua. Una de las principales caractersticas del agua es su capacidad
de adaptarse: cuando se pone en un recipiente redondo, se vuelve
redonda; cuando se pone en un recipiente cuadrado se vuelve
cuadrada.

Nosotros tenemos esa misma adaptabilidad, pero al vivir atados y


encadenados por no conocer nuestra verdadera naturaleza, hemos
perdido esa libertad. Siguiendo con la metfora anterior, podemos
decir que la mente de un Buda es como el agua quieta, profunda,
transparente, sobre la cual la luna de la verdad se refleja total y
perfectamente. Por otra parte, la mente del hombre ordinario es como
el agua turbia, que constantemente se vuelve por las tempestades del
pensamiento ilusorio, y que por lo tanto es incapaz de reflejar la luz de
la verdad. Sin embargo, la luna sigue brillando con constancia sobre
las olas, pero las aguas estn turbias y no nos es posible ver el reflejo.
De aqu que vivamos vidas frustrantes y sin sentido.

Cmo iluminar totalmente nuestras vidas y nuestra personalidad con


la luna de la verdad? Primero es necesario purificar esta agua, calmar
las agitadas olas al cesar los vientos del pensamiento discursivo. En
otras palabras, debemos vaciar nuestras mentes de lo que el sutra
Kegon (Avatamsaka) llama el pensamiento conceptual del hombre La
mayora de las personas le dan mucho valor al pensamiento abstracto
pero el budismo claramente demuestra que el pensamiento
discriminativo yace en la raz de lo ilusorio. En una ocasin, escuch
alguien decir: El pensamiento es la enfermedad de la mente
humana. Desde el punto de vista del budismo esto es cierto. Con
seguridad el pensamiento abstracto es til cuando se emplea
sabiamente, lo cual quiere decir, cuando se comprenden
apropiadamente su naturaleza sus limitaciones, pero mientras el ser
humano siga siendo esclavo su intelecto y est movido y controlado
por ste, se le puede considerar enfermo.

Todos los pensamientos, nobles o viles, son mutables e


impermanentes; tienen un principio y un fin an en el momento en
que esta sucediendo; y esto es cierto del pensamiento de una poca
como de individuo. El budismo se refiere al pensamiento como la
corriente la vida y la muerte. Es importante distinguir la relacin
entre el papel del pensamiento transitorio y el papel de los conceptos
fijos. Las ideas casuales son relativamente inocuas; pero las ideologas,

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creencias, opiniones y puntos de vista, por no mencionar el


conocimiento de datos acumulados desde nuestro nacimiento (a los
cuales nos aferramos), la sombra que oscurece la luz de la verdad.

Mientras los vientos del pensamiento continen moviendo las aguas de


nuestra naturaleza, no podremos distinguir la verdad de la mentira.
Por tanto, es imperativo tranquilizar estos vientos. Al acallarlos las
cesan, lo turbulento se aclara y nos damos cuenta que la luna de la
verdad nunca ha cejado de existir. El momento de tal realizacin el
kensho, la iluminacin, la aprehensin de la verdadera sustancia de
nuestra propia naturaleza. A diferencia de los conceptos morales y
filosficos, que son variables, la penetracin interna es
imperecedera. Ahora por primera vez podemos vivir con paz interior y
felicidad, libres de perplejidad e inquietud, y en armona con nuestro
ambiente.

Les he hablado brevemente de este tema, pero espero haberles


transmitido la importancia del zazen. Hablemos ahora de la prctica. El
primer paso es seleccionar una habitacin tranquila para
sentarse. Pongan una estera o alfombra mullida de un
metro cuadrado y encima un cojn circular de 30 cms. de dimetro, o
un cojn cuadrado doblado en dos. De preferencia no se deben usar ni
pantalones ni calcetines, puesto que stos estorban para cruzar las
piernas y colocar los pies. Por una serie de razones lo mejor es
sentarse en la posicin de loto completa. Para sentarse en esta
posicin, se coloca el pie derecho sobre el muslo izquierdo, y el pie
izquierdo sobre el muslo derecho. Lo importante de este mtodo
particular de sentarse es que al establecer una base amplia y slida
con ambas piernas cruzadas y las rodillas tocando la estera, se logra
un reposo y estabilidad absolutos. Cuando el cuerpo est inmvil los
pensamientos no son activados por los movimientos fsicos y la mente
se aquieta ms fcilmente.

Si tienen dificultad en sentarse en la posicin de loto completa se


pueden sentar en medio loto. Esto se hace poniendo el pie izquierdo
sobre el muslo derecho y la pierna derecha bajo el muslo izquierdo.
Para las personas que no estn acostumbradas a sentarse con las
piernas cruzadas, incluso esta postura puede ser difcil de
mantener. Probablemente les cueste trabajo mantener las dos rodillas
sobre la estera teniendo que bajarlas una y otra vez hasta poderlas
mantener ah. Tanto en la posicin de loto completa como en la de
medio loto, se puede alternar la pierna que se encuentre arriba
cuando se cansen las piernas.

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Para quienes encuentren difciles estas posiciones tradicionales de


hacer zazen, existe una posicin alternativa, que es la tradicional
japonesa de sentarse sobre las pantorrillas y los talones. Esta postura
puede mantenerse por un tiempo ms largo si se coloca un cojn entre
los talones y las nalgas. Una ventaja de esta postura es que la
espalda se mantiene recta con facilidad. Sin embargo, en caso de que
todas estas posturas resulten demasiado dolorosas, es posible
utilizar una silla.

A continuacin se coloca la mano derecha en el regazo con la palma


hacia arriba y se coloca la mano izquierda con la palma hacia arriba
sobre la palma derecha. Las puntas de los dedos pulgares deben
tocarse ligeramente de modo que se forme un valo con las palmas y
pulgares. El lado derecho del cuerpo es el activo, mientras que el
izquierdo es el pasivo. Del mismo modo, durante la prctica
reprimimos el lado activo al colocar pie y mano izquierdos sobre los
miembros derechos como una ayuda para alcanzar el ms alto nivel de
quietud. Sin embargo, si observamos la figura de un Buda veremos
que la posicin de sus miembros es exactamente la opuesta. Esto
significa que un Buda, a diferencia de todos nosotros, est
activamente dedicado a la tarea de liberacin.

Una vez que hayan cruzado las piernas, inclnense hacia adelante
echando las nalgas hacia afuera; entonces lentamente regresen el
tronco a una postura erecta. La cabeza debe estar derecha; vista de
perfil, las orejas deben estar alineadas con los hombros y la punta de
la nariz con el ombligo. De la cintura para arriba el cuerpo debe
sentirse ligero, libre de presiones y tensin. Mantengan los ojos
abiertos y la boca cerrada. La punta de la lengua debe tocar
ligeramente la parte delantera del paladar. Si cierran los ojos caern
en un estado sooliento; por tanto slo hay que bajar la mirada sin
enfocarla en nada en particular, teniendo cuidado de no inclinar la
cabeza hacia adelante. La experiencia nos muestra que la mente se
tranquiliza con la menor fatiga y esfuerzo cuando los ojos se bajan de
esta forma.

La columna vertebral debe mantenerse recta en todo momento. Esto


es muy importante, pues si el cuerpo se encorva, no solamente se
presionan los rganos internos evitando su libre funcionamiento sino
que las vrtebras pueden pellizcar ciertos nervios provocando
tensiones de uno y otro tipo. Ya que la mente y el cuerpo son uno,
cualquier impedimento de las funciones fisiolgicas inevitablemente
involucrar la mente disminuyendo su claridad y atencin en un solo
punto, condiciones esenciales para una concentracin efectiva. Desde

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un punto de vista nicamente psicolgico, una espalda demasiado


rgida es tan indeseable como una posicin encorvado, puesto que una
es la consecuencia de un orgullo inconsciente, y la otra de un
sentimiento de abatimiento: ambas se basan en el ego y son por tanto
un obstculo para la iluminacin.

Tengan cuidado de mantener la cabeza recta; si se inclina hacia


adelante, hacia atrs, o al lado, y permanece ah por un tiempo
considerable, ms adelante tendrn dolor en el cuello. Una vez
adoptada la postura correcta, inhalen lenta y silenciosamente. Repitan
esto dos o tres veces, siempre respirando por la nariz. Despus de eso,
respiren naturalmente. Una vez acostumbrados a esta rutina, bastar
con respirar profundamente una sola vez. Despus respiren
naturalmente sin manipular su respiracin. Ahora inclinen el cuerpo
primero a la derecha ampliamente y luego a la izquierda unas siete u
ocho veces de modo que formen al principio arcos amplios y despus
ms pequeos hasta que el cuerpo naturalmente encuentre su posicin
en el centro.

Ya estn listos para concentrar su mente. Existen muchos mtodos de


concentracin que nos legaron nuestros predecesores del Zen. El ms
fcil para los principiantes es contar inhalaciones y exhalaciones. El
valor de este ejercicio en particular reside en que se excluye todo
razonamiento y la mente discriminativa se acalla, de modo que las
olas del pensamiento se aquietan y se logra la concentracin gradual
de la mente en un solo punto.

Para comenzar, cuenten tanto las inhalaciones como las


exhalaciones. Al inhalar concntrense en uno; al exhalar en dos, y as
hasta llegar a diez. Entonces regresen a uno contando nuevamente
hasta diez y as sucesivamente. Si pierden la cuenta, regresen a uno:
es as de simple. Como he indicado antes, los pensamientos pasajeros
que naturalmente fluctan en la mente no son en s mismos un
impedimento. Por desgracia no todos se dan cuenta de esto. Incluso
entre los japoneses que han estado practicando Zen durante cinco
aos o ms existen muchos que entienden errneamente la prctica
del Zen como detener la conciencia. De hecho hay un tipo de zazen
que persigue esto pero no es el zazen tradicional del Budismo Zen.

Deben comprender que por rns atentamente que cuenten sus


respiraciones continuarn percibiendo lo que est frente a su lnea de
visin puesto que sus ojos estn abiertos, y continuarn escuchando
los sonidos normales puesto que sus odos no estn tapados. Y ya que

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su cerebro no est dormido pasarn por su mente diversos


pensamientos.

Esto no obstaculizar ni disminuir la efectividad de su zazen a menos


de que al evaluarlos como buenos se aferren a ellos o al decidir que
son malos traten de controlarlos o eliminarlos. No deben considerar
ninguna percepcin o sensacin como una obstruccin a su zazen ni
tampoco deben buscarlas. Yo enfatizo lo siguiente: buscar significa
que en el acto de ver, la mirada se fija en los objetos; que al escuchar,
la atencin se fija en los sonidos; y que en el proceso de pensar la
mente se adhiere a las ideas. Si se distraen as, su concentracin en
la cuenta de sus respiraciones se ver impedida. Resumiendo dejen
que los pensamientos casuales surjan y se desvanezcan como sea ni
los consientan ni los repelan, sino concentren toda su energa en
contar sus inhalaciones y exhalaciones.

Al finalizar un perodo de zazen no se pongan de pie rpidamente.


Comiencen por mecerse de lado a lado primero en arcos pequeos
luego en arcos ms grandes unas seis veces. Observarn que en este
ejercicio los movimientos son al revs de los que se hacen al comenzar
zazen. Levntense lentamente y caminen en silencio con los dems a
eso se lo llama kinhin, una forma de hacer zazen caminando.

El kinhin se realiza poniendo el puo derecho con el pulgar de dentro,


sobre el pecho y cubrindolo con la palma izquierda manteniendo
ambos codos en ngulo recto. Mantengan los brazos en lnea recta el
cuerpo erecto, descansando los ojos en un punto a unos dos metros
frente a ustedes. Al mismo tiempo continen contando sus
respiraciones mientras caminan. Comiencen caminando con el pie
izquierdo manera que el pie se hunda en el piso, primero el taln y
despus a planta. Caminen tranquila y acompasadamente con porte y
dignidad. No se debe caminar distradamente; la mente debe estar
alerta mientras se concentran en su cuenta. Es aconsejable caminar de
esta forma por lo menos cinco minutos despus de haber estado
sentados de veinte a treinta minutos.

Deben pensar que esta forma de caminar es zazen en movimiento.


Rinzai y Soto difieren considerablemente en sus formas de hacer
kinhin. En el Rinzai se camina rpida y enrgicamente, mientras
el tradicional Soto es lento y acompasado: de hecho con cada
respiracin se avanza solamente unos quince centmetros. Mi propio
maestro Harada Roshi recomendaba un trmino medio entre los dos y
ese es el que hemos estado practicando aqu. Adems, la secta Rinzai
coloca la mano izquierda sobre la derecha mientras que el Soto

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ortodoxo coloca la mano derecha encima. Harada roshi senta que el


mtodo Rinzai de colocar la mano izquierda encima era mejor, y lo
adopt en su enseanza. Ahora bien, aunque este caminar alivie las
piernas adoloridas, tal alivio debe considerarse como un producto
secundario y no como el principal objeto del kinhin. Aquellos que
cuentan sus respiraciones debern continuar hacindolo durante kinhin
mientras que los que trabajan en un koan deben seguir con su koan.
Con esto terminamos la primera pltica. Continen contando sus
respiraciones como les he indicado hasta que nos volvamos a ver.

2. Precauciones que se deben observar en el zazen.

En esta segunda pltica cambiar ligeramente su ejercicio de


respiracin. Esta maana les dije que contaran uno al inhalar y dos al
exhalar. De aqu en adelante quiero que cuenten solamente uno en la
exhalacin de modo que una respiracin completa (inhalacin y
exhalacin) sea uno. No cuenten las inhalaciones: slo cuenten en la
exhalacin, empezando con uno, dos... hasta el diez.

Es recomendable hacer zazen mirando hacia la pared, cortina o algo


parecido. No se sienten demasiado lejos de la pared ni demasiado
cerca; la distancia ideal es entre 70 cms. y un metro. De igual manera,
no se sienten donde tengan una vista panormica porque se distraern,
ni se sienten frente a un paisaje agradable, pues tendrn la tentacin
de admirarlo abandonando su zazen. Recuerden que aunque sus ojos
estn abiertos, no se trata de ver algo. Por estas razones, lo ms
prudente es sentarse mirando a una pared. Sin embargo, si alguna
vez hacen zazen en un templo Rinzai, debern sentarse mirndose
unos a otros, puesto que sta es la costumbre establecida por esta
secta.

Al principio, si es posible, elijan una habitacin tranquila, limpia y


ordenada: un lugar que puedan considerar como algo especial. A
veces surge la pregunta de si est bien hacer zazen en la cama
mientras la habitacin se encuentre en orden y tranquila. Para la
persona sana ordinaria, la respuesta es no; existen motivos suficientes
por los cuales es difcil mantener la mente bajo la tensin apropiada al
estar en la cama. Sin embargo, una persona que por enfermedad se
encuentra confinada a la cama, no tiene otra alternativa.

Quizs se den cuenta que los sonidos naturales, como los de los
insectos, pjaros o agua corriente, no les molestarn, ni tampoco el
tic-tac rtmico del reloj, ni el sonido de un motor. Sin embargo los
sonidos repentinos, como el de un avin, son molestos. Se pueden

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aprovechar los sonidos rtmicos. Uno de mis estudiantes alcanz la


iluminacin utilizando el sonido del trillar del arroz mientras haca
zazen. Los sonidos menos convincentes son los de voces humanas, ya
sea que se escuchen directamente o por la radio o televisin. Por tanto,
al comenzar su zazen, busquen una habitacin lejana a estos sonidos.
Sin embargo, al madurar su prctica, ningn ruido les molestar.

Adems de mantener su habitacin para zazen limpia y ordenada,


debern decorarla con flores y quemar incienso, pues esto, al
transmitir una sensacin de algo puro y sacro, facilita el relacionarse
con el zazen y calmar y unificar la mente con mayor rapidez. Vistan
ropas sencillas y cmodas que les den una sensacin de dignidad y
pureza. Por la noche es mejor no utilizar ropa de dormir, pero si hace
calor -y es una cuestin de hacer zazen en pijama o no hacer zazen,
usen el pijama pero traten de estar limpios y en orden.

La habitacin no debe tener ni poca ni mucha luz. Se puede poner una


cortina ms oscura si hay mucha luz, o un foco pequeo si est muy
oscuro. El efecto de un cuarto oscuro es el mismo que el de cerrar los
ojos: se pierde claridad. La mejor luz es la parecida a la del
crepsculo. Recuerden: el zazen budista no busca la inactividad de la
mente, sino acallarla y unificarla en medio de la actividad.

Una habitacin con suficiente aire fresco, que no est demasiado


caliente en el invierno, ni demasiado fra en el verano, es ideal. El
propsito del zazen no es castigar el cuerpo, de modo que no es
necesario luchar contra los extremos del fro o el calor. Sin embargo,
la experiencia nos demuestra que uno puede hacer mejor zazen
cuando se siente ligeramente fresco; una habitacin demasiado
caliente hace que uno se adormezca. A medida que su ardor por el
zazen se profundice, naturalmente dejar de importarles el fro o el
calor. Sin embargo, es prudente cuidar la salud.

Ahora hablemos de la mejor hora para hacer zazen. Para los


dispuestos y decididos, cualquier hora del da y cualquier estacin del
ao es igual de buena. Pero para aquellos que trabajan o ejercen una
profesin, la mejor hora es por la maana, por la tarde, o mejor an,
ambas horas. Traten de sentarse todas las maanas, de preferencia
antes del desayuno y justamente antes de irse a la cama por la noche.
Pero si solamente pueden sentarse una sola vez debern sentarse por
lo menos una vez al da, tendrn que considerar las ventajas relativas
de la maana y la tarde. Cada una tiene sus ventajas y desventajas.
Si sienten que la maana y la tarde son igualmente buenas para
sentarse, y me preguntan que cul les recomiendo (pues slo se

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pueden sentar una vez al da) dira que la maana es mejor por las
razones siguientes: por la maana no llega nadie de visita, eso es ms
probable por la tarde. Asimismo, en la ciudad las maanas son ms
tranquilas que las tardes. Adems, por la maana uno est
descansado y tiene algo de apetito, buenas condiciones para el zazen,
mientras que por la tarde, cuando ya se est cansado y ha cenado, es
probable sentirse aletargado. Puesto que es difcil hacer zazen con el
estmago lleno, mejor es no sentarse despus de comer cuando uno
es principiante. Sin embargo, es bueno practicar zazen antes de una
comida. A medida que su ardor aumente, no importar a qu hora se
sienten: puede ser ante despus o durante una comida.

Cunto zazen se puede hacer en una sola sentada? No hay una regla
general, pues vara conforme al grado de nuestro ardor y la madurez
de nuestra prctica. Para los principiantes un tiempo mas corto es
mejor. Si se sientan devotamente cinco minutos al da durante un mes
o dos, querrn aumentar su tiempo a diez minutos o ms a medida
que su ardor aumente. Cuando puedan sentarse, digamos durante
treinta minutos, con su mente concentrada, sin dolor ni incomodidad,
apreciarn la sensacin de tranquilidad y bienestar que brinda el zazen
y querrn practicar con regularidad. Por todo esto, recomiendo que
los principiantes se sienten por perodos de tiempo ms cortos. Por
otra parte, si uno se esfuerza a sentarse durante largos perodos de
tiempo desde el principio, el dolor en las piernas se volver
insoportable antes de poder calmar la mente. De modo que
rpidamente se cansarn del zazen, sentirn que es una prdida de
tiempo, o estarn todo el tiempo mirando el reloj. Al final de cuentas,
terminarn por aborrecer el zazen y dejarn de sentarse. Esto es lo
que sucede con mucha frecuencia. Aunque se sienten slo diez
minutos al da, pueden compensar la brevedad del tiempo
concentrndose intensamente en la cuenta de sus respiraciones,
aumentando de este modo su efectividad. No deben contar distrada
ni mecnicamente, como si fuera un deber.

Aunque puedan sentarse durante una hora o ms con una sensacin


de exquisita serenidad, es prudente limitar sus perodos de meditacin
a treinta y cinco o cuarenta minutos cada uno. Normalmente no es
aconsejable hacer zazen ms tiempo que este de una sola sentada, ya
que la mente no puede sostener su vigor y tensin y entonces el valor
del zazen disminuye. Aunque nosotros no nos demos cuenta de ello,
tiene lugar una disminucin gradual de la capacidad de concentracin
de la mente. Por ello, es mejor alternar perodos de meditacin de
treinta o cuarenta minutos de zazen sentado con cinco minutos de
zazen caminando. Al seguir este sistema, uno puede hacer zazen un

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da completo o incluso una semana con buenos resultados. Sin


embargo, cuanto ms largo sea el zazen sentado, ms prolongado
tambin el zazen caminando. Es ms, uno puede agregar periodos
trabajo manual a esta rutina para hacerla ms provechosa, se ha
hecho en los templos Zen desde la antigedad. Huelga es necesario
mantener la mente en un estado de atencin clara durante el trabajo
manual y no permitir relajamiento o distraccin Unas palabras sobre la
comida. Es mejor no comer ochenta por ciento de nuestra capacidad.
Un proverbio japons dice que las ocho partes del estmago sustentan
al hombre y las otras dos al mdico. El Zazen Yojinki (precauciones a
observar en el zazen) compilado hace ms o menos 650 aos dice que
uno debe comer las dos terceras partes de su capacidad. Adems dice
que se deben escoger vegetales nutritivos -no comer carne es una
tradicin del budismo y era un tab cuando el Yojinki fue escrito- como
papas, ajonjol, ciruelas, frijoles negros, championes y la raz de la
flor del loto recomienda diversas algas de alto contenido nutricional y
que dejan en el cuerpo un residuo alcalino. No soy ninguna autoridad a
vitaminas, minerales y caloras pero es un hecho que la m las
personas hoy en da, comen una dieta que crea demasiado acido en la
sangre y en este sentido la carne produce dicha reaccin. Coman ms
vegetales del tipo que hemos mencionado, con efecto alcalino. En
antigedad haba una dieta yin-yang. El yang era lo alcalino y el yin lo
cido, los libros antiguos advertan que no haba que comer demasiado
yin ni demasiado yang. Esto es lo que sustancialmente les he dicho.

Llegar un momento en que cuando se sienten comenzar una serie de


revelaciones sobre s mismos. Por ejemplo, ciertas relaciones que
antes les resultaban incomprensibles, de pronto se aclararan, los
problemas personales difciles se resolvern abruptamente. Si no
escriben las cosas que quieran recordar, el tratar de recordar
interferir con su concentracin. Por ello, cuando se sienten ustedes
solos tengan a la mano un lpiz y papel.

3. Visiones y sensaciones ilusorias.

Esta es la tercera pltica. Antes de comenzar les asignar una nueva


forma de concentracin. En vez de contar corno antes. sus
exhalaciones, de ahora en adelante cuenten uno en la primera
inhalacin, dos en la siguiente inhalacin, y as hasta diez. Esto es
ms difcil que contar las exhalaciones porque toda la actividad mental
y fsica se realiza en la exhalacin. Por ejemplo, antes de atacar, un
animal inhala. Esto es algo bien conocido en el kendo y el judo, donde
se ensea que el observar detenidamente la respiracin del oponente
nos sirve para poder predecir su ataque. Aunque sea difcil, deben

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practicar este ejercicio como otro medio de concentrar su


mente. Hasta que no los vuelva a ver, concntrense en contar las
inhalaciones de su respiracin, no en voz alta sino en su mente. Sin
embargo, no es recomendable seguir esta prctica durante mucho
tiempo. Si estn trabajando solos, una semana es suficiente.

Makyo son los fenmenos -visiones, alucinaciones, fantasas,


revelaciones, sensaciones ilusorias- que el practicante de Zen puede
experimentar en cierta etapa de su prctica. Ma significa diablo, y
kyo el mundo objetivo. De modo que makyo son los fenmenos
inquietantes o diablicos que aparecen durante el zazen. Estos
fenmenos no son en si malos. Solamente se vuelven un problema
serio en la prctica si se desconoce su verdadera naturaleza y se
deja uno envolver por ellos.

La palabra makyo se usa tanto en su sentido general como


especfico. En un sentido amplio, la vida entera del hombre ordinario
es makyo. Bodhisattvas como Monju y Kannon, a pesar de su altsimo
nivel de desarrollo, an tienen vestigios de makyo; de otra manera
seran budas supremos, libres del makvo. Aqul que se aferra a lo que
ha realizado a travs del satori , an vive en el mundo del makyo. As,
como ven, an despus de la iluminacin hay makyo, pero en esta
pltica no nos ocuparemos de este tema.

En un sentido especfico, el nmero de makyos que pueden aparecer


es ilimitado, variando segn la personalidad y temperamento del que
medita. En el Ryogon Surangamal sutra, el Buda nos previene de
cincuenta formas diferentes, pero slo se est refiriendo a los ms
comunes. Si ustedes asisten a un sesshin de entre cinco y siete das
de duracin y se aplican en l asiduamente, en el tercer da es posible
que experimenten makyo de diversas intensidades., Adems de los
makyo relacionados con la visin, hay muchos otros relacionados con
el sentido del tacto, el olfato o el odo, o algunos que provocan que el
cuerpo se mueva de un lado a otro o hacia el frente y hacia atrs, o
dan la sensacin de que uno se hunde o se eleva. No es raro que
surjan palabras de manera incontrolable o que uno imagine que huele
a una fragancia en particular. An hay casos en que sin conciencia se
escriban cosas que resulten profticamente ciertas.

Las alucinaciones visuales son muy comunes. Uno est haciendo zazen
con los ojos abiertos, cuando de pronto la esterilla de paja frente a
uno empieza a ondearse como si fuera una ola, o de improviso, todo
se vuelve blanco u oscuro, ante nuestros ojos. Un nudo en la madera
de una puerta puede aparecer como una bestia, demonio o ngel. Uno

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de mis discpulos sola ver visiones de mscaras de demonios o de


bufones. Le pregunt si haba tenido alguna experiencia particular con
mscaras y me dijo que las haba visto en el festival de Kyushu cuando
era nio. Otro hombre que conoc se vea acosado en su prctica por
visiones del Buda y sus discpulos caminando alrededor de l recitando
sutras, y solamente pudo liberarse de esta alucinacin saltando en un
estanque de agua helada y quedndose dentro de l dos o tres
minutos.

Muchos makyo tienen que ver con el odo. Uno puede escuchar el
sonido de un piano o ruidos muy fuertes, tales como una explosin
(que por supuesto nadie ms escucha), y hasta brincar a causa del
ruido. Uno de mis discpulos escuchaba una flauta de bamb mientras
hacan zazen. Muchos aos antes, haba aprendido a tocar la flauta de
bamb pero haca tiempo que no la tocaba; sin embargo escuchaba el
sonido cada vez que se sentaba.

El Zazen Yojinki dice lo siguiente acerca del makyo: El cuerpo puede


sentirse caliente o fro, o como si fuera de cristal o muy duro, pesado o
ligero. Esto sucede porque la respiracin no est bien armonizada
[como la mente] y necesita regularse cuidadosamente. Tanbien dice:
Uno puede experimentar la sensacin de hundirse o de flotar, o
alternadamente de sentirse confuso o agudamente despierto. La
disciplina puede desarrollar la facultad de ver a travs de objetos
slidos como si fuesen transparentes, o experimentar el cuerpo como
un sustancia transparente. El sujeto puede ver Budas y
Bodhisattvas. De pronto puede tener revelaciones penetrantes o
comprender claramente los sutras que antes le resultaban
particularmente difciles. Todas estas visiones y sensaciones anormales
son slo sntomas de una sincronizacin defectuosa entre la mente y la
respiracin.

En otras religiones se da mucha importancia a las experiencias de


visiones de Dios o de santos, o escuchar voces celestiales, hacer
milagros, recibir mensajes divinos o purificarse por medio de diversos
ritos y drogas. En la secta Nichiren, por ejemplo, el devoto repite en
voz alta y repetidamente el nombre del Sutra del Loto,
acompandose de movimientos vigorosos, sintindose as purificado
de sus pecados. En grado variable, tales prcticas inducen un
sentimiento de bienestar, sin embargo, desde el punto de vista del Zen,
todos estos estados anormales estn vacos de un verdadero
significado religioso y por tanto no son nada ms que makyo.

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Cul es la naturaleza esencial de estos fenmenos inquietantes que


llamamos makyo? Son estados temporales que surgen durante el
zazen cuando nuestra habilidad de concentracin se ha desarrollado
hasta cierto punto y nuestra prctica comienza a madurar. Cuando las
ondas de los pensamientos que crecen y decrecen en la superficie de
la mente se calman poco a poco, los elementos residuales de
experiencias pasadas alojados en los niveles ms profundos de la
conciencia saltan a la superficie de la mente espordicamente,
comunicando la sensacin de una realidad ms grande o ms extensa.
Por tanto, los makyo son una mezcla de lo real y lo irreal y se
asemejan a los sueos ordinarios. De la misma manera en que no
recordamos los sueos cuando hemos dormido profundamente, los
makyo no les ocurren a aquellos que se encuentran en profunda
concentracin o samadhi. Nunca piensen que estos fenmenos son
reales o que las visiones mismas tienen algn significado. Tener una
visin maravillosa de un Buda no significa que estemos ms cerca de
convertirnos en uno, del mismo modo que el soar en ser millonario
no lo hace a uno ms rico. As que no existe motivo alguno para
dejarse llevar por estos makyo. De igual manera, si se le aparecen a
uno monstruos terribles no debemos alarmarnos. Ante todo, no se
dejen envolver por las visiones de Budas o dioses que los bendicen o
que les comunican mensajes divinos, o por makyos que tratan de
profecas que despus resultan ser ciertas. Esto es gastar sus energas
persiguiendo tontamente lo inconsecuente.

Pero estas visiones ciertamente son una seal de que uno se


encuentra en un punto crucial de la prctica, y que si uno se esfuerza
al mximo, puede con seguridad experimentar el kensho. La tradicin
cuenta que incluso Shakyamuni Buda antes de su despertar
experimento makyos que llam demonios obstructivos. Cuando
aparezca un yo, simplemente ignrenlo y continen sentndose de
todo corazn.

4. Las cinco variedades de Zen.

Ahora enumerar los diferentes tipos de Zen. A menos de aprendan a


diferenciarlos, podrn equivocarse en puntos decisivos tales como si el
satori es o no indispensable en el Zen, si el Zen implica ausencia
absoluta del pensamiento discursivo y otros temas parecidos. Lo
cierto es que entre los diversos tipos de Zen, hay algunos profundos y
otros superficiales, algunos que llevan a la iluminacin y otros que
no. Se dice que durante los tiempos del Buda existan noventa
o noventa y cinco escuelas de filosofa o religin. Cada escuela tena

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su modalidad particular de Zen, y cada una era ligeramente diferente


de las otras.

Todas las grandes religiones contienen una cierta dosis de Zen, puesto
que la religin necesita de la oracin y la oracin requiere una
concentracin de la mente. Las enseanzas de Confucio, Mencio, Lao-
tzu y Chuang-tzu, tienen elementos de Zen. De hecho, el Zen se
extiende a muchas actividades, como la ceremonia del t, el Noh, el
kendo, el judo. En Japn, desde la Restauracin Meiji, hace menos de
cien a hasta la fecha, han surgido una serie de enseanzas y
disciplinas con elementos de Zen. Entre otros, recuerdo el sistema de
Okada de sentarse en tranquilidad, y el mtodo de Emma del Cultivo
de mente y cuerpo. Recientemente un tal Nakamura Tempu ha estado
propagando con entusiasmo una forma de Yoga Zen hind. Todos
estos mtodos diversos de concentracin, casi ilimitados en nmero,
entran dentro de la denominacin muy amplia del Zen. En vez de
tratar de especificar cada uno, hablar de las cinco divisiones
principales de Zen segn la clasificacin de Keiho-zenji, uno de los
primeros maestro Zen en la China, cuyas categoras, me parece, an
son vlidas y tiles. Vistas desde fuera, estas cinco categoras son
difciles de diferenciar. Puede haber ligeras variantes en cuanto a la
manera de cruzar piernas, la manera en que se pueden colocar las
manos o la regulacin de la respiracin, pero lo comn a todas estas
formas son los tres elementos bsicos siguientes: una postura erecta
al estar sentado, un control correcto de la respiracin y la
concentracin [unificacin] de la mente. Los principiantes deben tener
en cuenta, sin embargo, que en la sustancia y propsito de estas
categoras, hay diferencias muy claras.

Estas diferencias sern cruciales cuando vengan ante m


individualmente y expongan cul es su aspiracin, pues les permitir
definir su meta con claridad y as yo podr asignarles apropiadamente
la prctica que ms les conviene.

La primera de estas categoras es la que se llama bompu o Zen


ordinario si se compara con los otros cuatro, cada uno de los cuales
puede considerarse como un tipo de Zen adecuado para las
aspiraciones particulares de los diferentes individuos. El Zen bompu,
al estar libre de cualquier forma filosfica y religiosa, es para todos. Es
un Zen que se practica con la creencia . de que puede mejorar la salud
tanto fsica como mental. Ya que casi con seguridad no produce malos
efectos, cualquiera puede practicarlo sin importar el credo religioso
que tenga, si es que tiene uno. El Zen bompu elimina las
enfermedades de tipo psicosomtico y mejora la salud en general.

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A travs de la prctica del Zen bompu uno aprende a concentrarse y a


controlar la mente. A casi nadie se le ocurre que hay que aprender a
controlar la mente, y por desgracia este entrenamiento bsico no est
incorporado a la educacin contempornea, puesto que no pertenece a
lo que llamamos la adquisicin de conocimientos. Sin embargo, sin
este aprendizaje de la concentracin lo que aprendemos es difcil de
retener puesto que lo aprendemos de forma inapropiado,
desperdiciando en el proceso mucha energa. En verdad, estarnos
virtualmente lisiados a menos que sepamos cmo restringir nuestros
pensamientos y concentrar nuestras mentes. Adems, al practicar
este excelente modo de entrenamiento mental, vern cmo aumenta
su capacidad de resistir a las tentaciones a las cuales sucumban
fcilmente con anterioridad, podrn romper con los apegos que los han
atado por tanto tiempo. Esto tiene como consecuencia un
enriquecimiento de la personalidad y un fortalecimiento del carcter,
puesto que los tres elementos bsicos de la mente -es decir, el
intelecto, el sentimiento y la voluntad se desarrollan en armona. La
prctica de quietud del confucianismo pareca subrayar principalmente
estos efectos de la mente en concentracin. Sin embargo, no deja de
ser cierto que el Zen bompu, aunque es mucho ms benfico para el
cultivo de la mente que la lectura de muchos libros sobre tica y
filosofa, no resuelve el problema fundamental del hombre en relacin
con el universo. Por qu? Porque no puede ver a travs del engao
fundamental del hombre sobre s mismo, separado del resto del
universo.

La segunda categora del Zen se llama gedo. Literalmente gedo


significa camino externo y por tanto implica, desde el punto de vista
budista, enseanzas que no son budistas. Este es un Zen relacionado
con la religin y la filosofa pero no es budismo Zen. El yoga hind, el
confucianismo y su quietud, las plticas contemplativas en el
cristianismo, pertenecen a la categora de Zen gedo.

Otra caracterstica del Zen gedo es que se practica con frecuencia para
cultivar poderes o habilidades supra-normales, o para dominar ciertas
artes que estn ms all del alcance del hombre ordinario. Un buen
ejemplo de ello es Tempu Nakamura, la persona que mencion antes.
Se dice que es capaz de hacer que otras personas acten sin que l
mismo mueva un solo msculo o diga una sola palabra. La meta del
Mtodo Emma es lograr cosas como caminar descalzo sobre hojas de
sables o mirar fijamente a los pjaros de modo que queden
paralizados. Todo esto se logra cultivando el joriki, que es el poder o
fuerza que surge de la extenuante prctica de la concentracin mental,

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de la cual hablar en detalle ms adelante. Aqu dir solamente que el


Zen cuya nica meta es el cultivo del joriki para esos fines no es
Budismo Zen. El Zen gedo se cultiva tambin para renacer en
parasos diversos. Sabemos que ciertas sectas practican el Zen para
renacer en el paraso. Este no es el objetivo del Budismo
Zen. Aunque el budista Zen no descarta la idea de que existen varios
niveles de universos y la creencia de que uno puede renacer en esos
universos a travs de ciertos actos meritorios, ste no aspira a renacer
en uno de estos parasos. Las condiciones en esos parasos son
demasiado agradables y confortables, alejaran al individuo del
zazen. Adems, cuando su mrito en ese paraso expira, puede
acabar en el infierno. De aqu que los budistas Zen crean preferible
nacer en un mundo humano y practicar zazen con la meta de llegar a
ser en ltima instancia un Buda.

Nos detendremos aqu, y en la prxima pltica concluiremos con los


cinco tipos de Zen.

Ya hemos hablado de los dos primeros tipos de Zen: el bompu y el


gedo. Antes de seguir con los otros tres, les voy a dar otros mtodos
de concentracin: experimentar su respiracin. Por ahora dejen de
contar sus inhalaciones y concntrense en seguir sus inhalaciones y
exhalaciones, tratando se experimentarlas con claridad. Deben
continuar con esta prctica hasta que nos volvamos a ver.

El tercer tipo de Zen es el shojo, literalmente significa Pequeo


vehculo. Este es el vehculo de enseanza que ha de llevarlos de un
estado mental [engao] a otro [la iluminacin]. Este pequeo vehculo
se denomina as debido a que est diseado para que haya sitio para
uno solo. Puede quizs compararse a una bicicleta. El gran vehculo
[Mahayana], por otra parte, se asemeja a un automvil o a un camin:
puede llevar a otros tambin. Por tanto el Zen shojo es el que se
ocupa exclusivamente de la propia paz mental.

Este es un Zen budista que a pesar de ser Zen no est de acuerdo con
las ms altas enseanzas del Buda. Ms bien se trata de un Zen
expedito para aquellos incapaces de captar el significado ms profundo
de la iluminacin del Buda, que la existencia es un todo inseparable
donde todos abrazamos el cosmos en su totalidad. Siendo esto cierto,
no se puede lograr una paz mental genuina al buscar nuestra propia
salvacin mientras permanecemos indiferentes al bienestar de los
dems.

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Sin embargo, hay ciertas personas -y quizs sea el caso de algunos


que me estn escuchando- que no pueden llegar a creer en la realidad
de un mundo total. Por mucho que se les ensee que el mundo
relativo de las distinciones y opuestos al que se aferran es ilusorio y
producto de una visin errnea, no pueden dejar de creerlo. Para esas
personas, el mundo parece ser inherentemente malo, lleno de Pecado,
sufrimiento y dolor, de matar o de ser matado, y en su desesperacin
tratan de escapar de l.

La cuarta categora se llama daijo, Gran vehculo (Mahayana) Zen, y


este es un verdadero budismo Zen, pues tiene como propsito esencial
el kensho-godo, es decir, ver la propia naturaleza esencial y realizar el
Camino en la vida diaria. Para quienes son capaces de comprender la
importancia de la iluminacin del Buda y desean romper con sus
propias visiones ilusorias del universo y experimentar la realidad
absoluta e indiferenciada, el Buda ense esta modalidad de Zen. El
budismo es esencialmente una religin de iluminacin. El Buda,
despus de su despertar supremo, pas unos cincuenta aos
enseando a los dems cmo podan alcanzar la realizacin de su
Naturaleza propia. Sus mtodos se han transmitido de maestro a
discpulo hasta nuestros das. As pues podra decirse que el Zen que
niega o devala la iluminacin no es un budismo Zen daijo verdadero.

En la prctica del Zen daijo, la meta inicial es despertar a la propia


naturaleza, pero despus de la iluminacin uno se da cuenta que el
zazen es ms que un medio para llegar a la iluminacin: es la
actualizacin de nuestra Naturaleza verdadera. En este tipo de Zen,
cuyo objetivo es el despertar-satori, es fcil confundir el zazen como
un medio solamente. Sin embargo, un maestro sabio har notar
desde el principio que el zazen es de hecho la actualizacin de la
naturaleza bdica innata y no solamente una tcnica para alcanzar la
iluminacin. Si el zazen fuera slo una tcnica no sera necesario
continuar hacindolo despus del satori. Pero como el mismo Dogen-
zenji dijo, cuanto ms profundamente se experimenta el satori, ms se
percibe la necesidad de la prctica.

El zen saijojo es el ltimo de los cinco tipos, el ms alto vehculo, la


culminacin y coronacin del budismo Zen. Este fue el Zen que
practicaron todos los Budas del pasado -concretamente Shakyamuni y
Amida- y es la expresin de la Vida Absoluta, la vida en su forma ms
pura. Es el zazen que Dogen-zenji recomendaba principalmente e
implica no intentar alcanzar el satori ni ningn otro objeto. Lo
llamamos shikan-taza y de esto hablar ms detalladamente en
nuestra prxima pltica.

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En esta prctica, la ms alta de todas, se funden los medios y el


fin. El Zen daijo y el Zen saijojo son de hecho, complementarios. La
secta Rinzai coloca al daijo por encima del saijojo, mientras que la
secta Soto coloca al revs estas categoras. Cuando el saijojo se
practica correctamente, uno se sienta con la firme conviccin de que el
zazen es la actualizacin de nuestra Naturaleza Verdadera inmaculada,
y al mismo tiempo uno se sienta con la fe total de que llegara el da en
que tras exclamar AH ESTO ERA!! realizaremos inequvocamente esta
Naturaleza Verdadera. De aqu que no sea necesario esforzarse
conscientemente por la iluminacin.

Hoy da, muchos seguidores de la secta Soto sostienen que debido a


que todos somos Budas innatamente e1 satori es innecesario. Este
error terrible reduce el shikan-taza, que es la forma ms alta de sentar
se en zazen, a nada ms que el Zen bompu, el primero de los cinco
tipos de Zen.

Con esto terminarnos las cinco variedades de Zen, pero a menos que
les hable de los tres objetivos del zazen, mi presentacin de las cinco
categoras de Zen, especialmente las dos ltimas, estar incompleta.

5. Las tres metas del zazen

Los objetivos del zazen son tres: 1) desarrollar el poder de


concentracin (joriki), 2) el despertar satori (kensho-godo) y 3) la
actualizacin del Camino Supremo en nuestras vidas diarias (mujodo
no tal . gen). Los tres forman una unidad inseparable, pero por
motivos de anlisis me veo obligado a tratarlos individualmente.

Joriki, el primero de stos, es el poder o fuerza que surge cuando la


mente se ha unificado y ha llegado a la concentracin en un solo punto.
Esto es ms que la capacidad de concentrarse, en el sentido usual de
la palabra. Es un poder dinmico que, una vez movilizado nos permite
an en la situacin ms repentina e inesperada, actuar
instantneamente, sin tiempo alguno para intelectualizar, de una
manera absolutamente apropiada con las circunstancias. Al desarrollar
el joriki no somos esclavos de las pasiones ni nos encontramos a
merced del medio ambiente. Podernos controlarnos a nosotros
mismos y a las circunstancias de la vida, y movernos con perfecta
libertad y ecuanimidad. El joriki tambin hace posible cultivar ciertos
poderes supra-normales, as como un estado en que la mente se
vuelve como el agua, clara y serena.

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Los primeros dos tipos de Zen a los que me he referido antes


dependen por completo del joriki. Ahora bien, aunque el poder del
joriki puede ampliarse infinitamente por medio de una prctica regular
ste ir disminuyendo y terminar por desvanecerse si dejamos de
practicar zazen. Y mientras es cierto que muchos poderes
extraordinarios surgen del joriki, tambin es cierto que con estos
poderes exclusivamente es imposible romper las races de la visin
ilusoria del mundo. El poder de la concentracin, por s solo, no es
suficiente para los ms altos tipos de Zen; concomitantemente debe
existir el despertar satori. En un documento muy poco conocido del
Patriarca Sekito-Kisen fundador de una de las primeras sectas de Zen,
se cita lo siguiente: En nuestra secta lo importante es la realizacin
de la Naturaleza-bdica y no slo la devocin o el poder de
concentracin.

El segundo de estos objetivos es el kensho-godo, es decir, ver la


propia Naturaleza Verdadera y al mismo tiempo ver la naturaleza
ltima del universo y sus diez mil cosas. Es la realizacin repentina
de que Siempre, desde el principio, he sido completo y perfecto. Qu
maravilloso! Cun milagroso!. Si se trata de un kensho verdadero,
su sustancia ser siempre la misma para cualquiera que lo
experimente, sea el buda Shakyamuni, el Buda Arnida, o cualquiera de
los que estn reunidos aqu en este templo. Pero esto no quiere decir
que todos podemos experimentar el kensho en el mismo grado puesto
que existen grandes diferencias en la claridad, la profundidad y la
totalidad de la experiencia. Tomemos como ejemplo a una persona
ciega de nacimiento que gradualmente comienza a recobrar la
vista. Primero ver con dificultad, y slo podr captar los objetos
cercanos. A medida que su vista mejore, ser capaz de distinguir
objetos a un metro de distancia, y despus a diez metros, a cien
metros, hasta que finalmente pueda reconocer cualquier cosa hasta un
kilmetro de distancia. En cada una de estas etapas el mundo de los
fenmenos es el mismo, pero las diferencias en la claridad y precisin
de su captacin visual son tan grandes como las diferencias entre la
nieve y el carbn , lo mismo sucede con las diferencias de claridad y
profundidad en el kensho.

El ltimo de los tres objetivos es el mujodo no taigen, la actualizacin


del Camino Supremo a travs de nuestro ser entero y nuestras
actividades diarias. En este punto no se distinguen los fines de los
medios. El saijojo, al cual me he referido corno el quinto y ms alto
tipo de Zen, corresponde a esta etapa. Cuando uno se sienta con la
mayor seriedad y sin sentido del ego, de acuerdo con las instrucciones
de un maestro competente con la mente absolutamente consciente y

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Los Tres Pilares del Zen
Philp Kapleau

sin embargo libre y pura de pensamiento, corno una hoja blanca de


papel e inmaculada- tiene lugar un desdoblamiento de la propia
naturaleza bdica intrnseca, se haya o no alcanzado el
satori. Respecto a esto debo poner nfasis en que slo con el
despertar verdadero aprehendern de manera directa la verdad de su
Naturaleza-bdica y se darn cuenta que el saijojo, el ms puro tipo
de Zen, no es el distinto del que los Budas practican.

La prctica del Budismo Zen debe comprender estos tres objetivos


puesto que todos se encuentran interrelacionados. Hay, por ejemplo,
una conexin esencial entre el joriki y el kensho. El kensho es la
sabidura asociada naturalmente con el joriki, que es el poder que
surge de nuestra concentracin. El joriki tambin est conectado al
kensho de otra manera. Muchas personas jams podrn alcanzar el
kensho hasta que no hayan cultivado antes cierta cantidad de joriki,
pues de otra manera estarn demasiado inquietos, nerviosos e
inciertos para perseverar en su zazen. Adems, a menos de que sea
fortalecida por el joriki, una sola experiencia de kensho no tendr un
efecto apreciable en su vida y eventualmente se desvanecer como un
recuerdo. Pues aunque a travs de la experiencia del kensho uno ve la
unidad subyacente del cosmos con el ojo de la Mente, sin el joriki no
se puede actuar con toda la fuerza del ser dentro de la visin interna
que ha sido revelada.

Cita

"Estando sumidos en la confusin, ninguna doctrina ni nadie puede salvaros;


pero cuando el destello genuino de Prajna rompa a brillar en vuestro
interior, toda la confusin se desvanecer al instante; esto har que
comprendis la Verdad por vosotros mismos, conducindoos a la sbita
realizacin del Despertar". Hui-neng, Sutra de la Plataforma del Sexto
Patriarca

Terminado de digitar el jueves, 05 de agosto de 2010

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