San Juan Damasceno Homilías Cristológicas y Marianas

Juan Damasceno
HOMILAS CRISTOLGICAS
Y MARIANAS
Introduccin, traduccin y notas de
Guillermo Pons Pons
Editorial Ciudad Nueva

Madrid-Buenos Aires-Santaf de Bogot
Montevideo-Santiago
INTRODUCCIN
San Juan Damasceno
La figura de san Juan Damasceno, que puede con-

siderarse como el ltimo de los Santos Padres en Orien-
te, destaca con un singular esplendor en toda la Igle-
sia por sus escritos teolgicos y por sus elocuentes ser-
mones. La fecundidad de su enseanza ha perdurado a
travs de los siglos.
Juan naci en Damasco hacia el ao 675 de familia
cristiana, cuando ya el territorio de Siria haba sido con-
quistado por los musulmanes. Su padre Sergio ocupa-
ba un lugar importante dentro de la administracin. Era
el logotheta, o sea, el responsable de la vida pblica
de la poblacin cristiana, encargado del cobro de los
Reservados todos los derechos. No est permitida, sin la autorizacin es- impuestos y de la conservacin de los derechos civiles
crita de 'os titulares del Copyrihr, bajo las sanciones establecidas en las leyes, de quienes, estando sujetos al poder islamita, profesa-
la reproduccin parcial o total de esta obra por cualquier medio o proce- ban la fe de Cristo.
dimiento, incluidos la reprografa y el tratamiento informtico, as como la
distribucin de ejemplares mediante alquiler o prstamo pblicos. Como hijo y sucesor de un alto funcionario poda
esperar una vida holgada y una relevancia social bien
consolidada. Como su abuelo y su padre, llevaba el so-
1996, Editorial Ciudad Nueva brenombre de El Mansur, que significa victorioso.
Andrs Tamayo 4 - 28028 Madrid (Espaa)
Sus triunfos, sin embargo, fueron muy diversos de los
ISBN: 84-89651-05-1
que por su herencia se le podan augurar. Cuando con-
Depsito Legal: M-15466-1996 taba unos treinta aos de edad, junto con su hermano
adoptivo Cosme, dej el bienestar y la abundancia, ca-
Impreso en Espaa - Printed in Spain ractersticos del oasis en que se asienta la ciudad de
Damasco, y se retir al monasterio de San Sabas en el
Imprime: Printing 10
desierto de Judea. An subsiste actualmente esta famosa
JUAN DAMASCENO
I NTRODUCCIN 7
6
laura en la que viven monjes riegos y en la que des- tanto en Oriente como en Occidente, puesto que fue
taca una altsima y milenaria palmera plantada, segn conocida de santo Toms y de los escolsticos. La de-
se dice, por san Sabas. Es uno de los lugares ms em- fensa que hizo de las sagradas imgenes frente a la
blemticos del monaquismo oriental. hereja iconoclasta merece el agradecimiento sincero
Poco despus de su iniciacin monstica el patriar- de todos los cristianos y de los amantes del arte y de
ca Juan IV de Jerusaln orden de presbtero a Juan la cultura'.
Damasceno. En agradecimiento a Dios por todos sus El hecho de que san Juan Damasceno habitara ms
dones y especialmente por la vocacin presbiteral es- all de las fronteras del I.mperio Bizantino result pro-
cribi el monje una hermosa oracin en la que dice: videncial, pues as le fue posible oponerse a las ma-
Por la imposicin de manos del obispo me llamaste quinaciones de los emperadores iconoclastas. A pesar
para servir a tus hijos. Ignoro por qu razn me ele- del ardor con que defenda la fe, en sus escritos brilla
giste; T solo lo sabes. Pero T, Seor, aligera la pe- una sincera humildad, fruto de su vida santa y entre-
sada carga de mis pecados, con los que gravemente te gada totalmente a Dios 1 .
ofend; purifica mi corazn y mi mente. Condceme Aunque el santo monje estuviera relacionado con el
por el camino recto, como lmpara que alumbra. Pon clero de Damasco, a donde a veces acuda, el lugar de
tus palabras en mis labios; dame un lenguaje claro y su labor literaria y teolgica fue la laura de Mar Saba,
fcil, mediante la lengua de fuego de tu Espritu, para en la cual vivi hasta alcanzar una ancianidad dicho-
que tu presencia siempre vigile 1 sa y fecunda, segn se lee en los sinaxarios griegos.
Juan Damasceno fue escogido por el patriarca Juan Sus himnos siguen cantndose en el rito bizantino. En-
para predicar en las principales solemnidades que se ce- treg su alma a Dios en el monasterio en el transcur-
lebraban en la Anstasis y en otros santuarios de Je- so del ao 749, probablemente el da 4 de diciembre,
suraln. Su doctrina y su elocuencia dejaron a todos fecha en la que la Iglesia oriental siempre ha celebra-
llenos de admiracin. Entonces se le aplic el sobre- do su fiesta. El papa Len XIII le declar doctor de
nombre de Chrysorrhoas, o sea, ro de oro, que la Iglesia universal el 19 de agosto de 1890.
era cmo se designaba a la corriente de aguas que, pro-
cedente del Antilbano, fecundaba el gran oasis de Da-
masco. El monje Damasceno, en efecto, hizo que den- 2. Una biografa de San Juan Damasceno conocida como la Vida
tro de la Iglesia surgiera una gran floracin de doctri- rabe, fue escrita por un hieromonje llamado Miguel hacia el ao
na ortodoxa y de espiritualidad. 1085. De ella dependen otras obras biogrficas escritas a partir del
siglo xH.
Este santo no slo sobresali en la oratoria sa-
3. El sptimo concilio ecumnico, II de Nicea (787), al afirmar
grada, sino que tambin supo hacer una clara y her- la doctrina ortodoxa sobre la veneracin de las imgenes, hace un
mosa sntesis de la doctrina patrstica que ha influido cumplido elogio de San Juan Damasceno, de san Germn de Cons-
tantinopla y de san Jorge de Chipre, que haban sido anatematiza-
dos en el snodo iconoclasta de Hieria (753): A los tres les ha glo-
1. Qe la Declaracin sobre la fe, cap. 1, PG 95, 417. rificado la Trinidad dice el mencionado concilio universal.
8 JUAN DAMASCENO ENTRODUCCIN 9
Homilas Cristo lgicas cesible, potencia ilimitada, mar inmenso de bondad 1 .

Por el misterio de la Encarnacin han sido vistas las
Los sermones en que Juan Damasceno nos hace con- realidades que eran invisibles para los ojos humanos 6
templar a Cristo, el Seor, realizando su obra salvado- y por la unin hiposttica de las dos naturalezas de
ra, estn colmados de doctrina e irradian una luz que Cristo, la humanidad se ha encaminado hacia una ple-
nos hace descubrir insospechadas perspectivas. Los di- nitud que supera toda ponderacin. Cristo, en efecto,
vinos misterios brillan con gran resplandor sobre la os- aunque conservando la primaca de su divinidad, asume
curidad de este mundo. Con la venida del Salvador la aquello que es de inferior
7.
categora, divinizando en s
vida del hombre y la historia de los pueblos han ad- mismo lo humano El Seor, creador y soberano del
quirido una diafanidad insospechada. La predicacin del universo, se ha complacido de que en su Hijo unig-
monje de San Sabas, fruto de su vida de contemplacin nito se efectuase la unin de la divinidad y la huma-
y plegaria, difunde sentimientos de esperanza y de op- nidad y as toda la creacin quedara unida, a fin de
timismo espiritual. que Dios sea todo en todos s.
Estas homilas tienen a la vez un contenido de pro- La transfiguracin de Jess en el monte Tabor es
fundizacin teolgica y una marcada intencionalidad una epifana de su gloria y una excelsa manifestacin
pastoral. El cristiano ha de conocer y gustar, en cuan- del profundo misterio cristolgico. Est, adems, en es-
to le sea posible, los excelsos misterios de la fe y ha trecha relacin con la teofana realizada en el Jordn,
de esforzarse en seguir a Cristo por los caminos que al ser bautizado Jess. En ambos casos el Padre acre-
l mismo nos ha trazado: Ea!, pues, hermanos, nos dita esplendorosamente a su Hijo y dispone que le es-
dice Juan Damasceno nosotros que de la fe hemos to- cuchemos atentamente. El Hermn, de donde proceden
mado el nombre y que hemos sido considerados dig- las aguas bautismales del Jordn, y el Tabor, en donde
nos de llamarnos y ser el pueblo de Cristo, no conta- Cristo se transfigura, saltan de gozo, de acuerdo con
minemos la fe con acciones inconvenientes. No basta lo que se dice en el salmo 88: El Tabor y el Hermn
con ser creyentes; hemos de manifestar nuestra fe con exultarn en tu nombre 1 .
las obras 1 . La luz tabrica es un concepto que en la msti-
El misterio trinitario y la cristologa ortodoxa, fiel ca cristiana de Oriente ha adquirido especiales reso-
al concilio de Calcedonia, deben ser la base en que se nancias por lo que al progreso en la vida espiritual se
apoyen la fe y la vida espiritual de los que se profe- refiere. San Juan Damasceno ve en la nube luminosa
san cristianos y se han incorporado por el bautismo a
la Iglesia de Cristo. La Trinidad santsima es luz mac-
5. Homila sobre e1 Sbado Santo 4, p. 76.
6. Homila sobre la Transfiguracin 2, p. 24.
4. Homila sobre la Higuera estril 6, p. 66. Las citas de las 7. Ibid. 4, p. 28.
homilas de san Juan Damasceno hacen referencia a la presente edi- 8. Ibid. 18, p. 51.
cin en versin castellana. 9. Ibid. 3, p. 25.
INTRODUCCIN 11
10 JUAN DAMASCENO
cuyo inicio encontramos las palabras del salmo 46:

del Tabor una singular alegora de los dones del Nuevo
El Seor
14
es rey de toda la tierra; cantad con maes-
Testamento, pues, aunque sea como en un espejo, con-
tra>'
templamos con el rostro descubierto la gloria del Seor
Muy apreciable y de peculiares caractersticas es una
y por eso la nube que envuelve a Cristo no es oscura,
homila no muy extensa acerca de la higuera infruc-
sino luminosa II. Toda la epifana del Tabor es una in-
tuosa y de la parbola de los viadores infieles. Cris-
vitacin hacia una vida espiritual intensa y a elevarnos
to es presentado en ella como mdico excelente que ha
por encima de las cosas de este mundo y alcanzar la
venido para curar nuestras enfermedades: Ha corrido
cumbre de la caridad 11
en pos de nosotros y ha salido al encuentro de quie-
Los misterios del Tabor, anticipo de la Resurrec-
nes le detestaban. Sigui a los que huan de l y, al al-
cin, fortalecieron a los discpulos en vistas de las lu-
canzarlos, no les reprendi con aspereza ni les catig
chas que haban de afrontar a lo largo de su vida de
con el ltigo, sino que les aplic el remedio, como un
apstoles. Juan Damasceno destaca de un modo singu-
mdico excelente a quien un loco furioso colmara de
lar la misin que habr de desempear Pedro, quien
insultos, de golpes y de salivazos 15
ocupar en el Nuevo Testamento un encargo 12
que se pa-
Jess vino con ansias de padecer por nosotros y se
rangona con el de Moiss en el Antiguo Simn Pedro
apresur a beber el cliz de la muerte en 16
cruz, fuente
ha sido escogido para contemplar la transfiguracin pre-
de vida y de salvacin para nosotros Su gesto de
cisamente porque Cristo le haba constituido gua y
acercarse a la higuera, sintiendo hambre, es significati-
timonel de toda la Iglesia 13
vo de sus ansias redentoras. Ya no brotar fruto de
El estilo oratorio de Juan Damasceno, especial-
ti dijo el Seor, condenando la esterilidad de aquellos
mente en sus homilas festivas, es en gran manera l-
a quienes representa la higuera: En efecto, la salvacin
rico y vibrante. Adopta los recursos caractersticos de
no proviene de los hombres. Soy yo el que realizar la
la elocuencia cristiana, que por una parte se sirve de
salvacin; yo, mediante mi Pasin, otorgar h gracia de
las tcnicas peculiares de la cultura helnica pero que
la resurreccin y as har que queden secas las hojas,
aprecia sobre todo los valores de la tradicin bblica
o sea, los pecados ''.
y el acervo de simbolismos propios del judeocristia-
La via que estaba en manos de unos perversos vi-
nismo. Los paralelismos, los contrastes, los elogios
adores ser entregada a otros que aporten los frutos
encendidos y los dilogos con los protagonistas o con
a su debido tiempo. Estos son los apstoles, que en-
los oyentes, ocupan un lugar importante en esos dis-
tregaron al dueo una cosecha copiosa y excelente, ya
cursos y singularmente en el de la transfiguracin, en
14. Ibid. 2, p. 23.

10. bid. 17, p. 49. 15, Homila sobre la Higuera estril 2, 58.
p.
It. Ibid. 10, p. 38. 16. Ibid. 3, p. 59.
12. Ibid. 2, p. 22. 17. Ibid. 3, p. 62.
13. Ibid. 9, p. 37.
12 JUAN DAMASCENO
INTRODUCCIN 13
que por toda la tierra se ha difundido su voz y hasta La Natividad de Mara

los lmites del orbe han llegado sus palabras 18
Era costumbre que el Sbado Santo se predicara un Ya en el siglo y exista en Jerusaln el santuario ma-
sermn extenso y muy doctrinal acerca del misterio de riano situado junto a los restos de la piscina Probti-
la Redencin y con especiales referencias a la sepultu- ca, o sea, de las ovejas. Debajo de la hermosa iglesia
ra de Cristo y al descenso del Seor a los infiernos. El romnica levantada por los cruzados y que an existe
gran Sbado era, pues, un da de intensa reflexin. En se hallan los restos de una baslica bizantina y unas
Cristo se vean cumplidas todas las profecas y queda- criptas excavadas en la roca que parecen haber forma-
ban muy de manifiesto los smbolos y alegoras del An- do parte de una vivienda que se ha considerado como
tiguo Testamento: Ahora el Verbo desciende a en- la casa natal de la Virgen. Esta tradicin fundada en
frentarse con el dragn, o sea, con el Leviatn y aps- apcrifos muy antiguos, como el llamado Protoevange-
tata". En las entraas de la tierra lo apresa el Seor ho de Santiago, se vincula con la conviccin expresada
con el anzuelo de su divinidad escondido en su cuer- por muchos autores acerca de que Joaqun, el padre de
po como en un gusano y le obliga a vomitar todos Mara, fuera propietario de rebaos de ovejas. Estos
aquellos a quienes haba devorado con la intencin de animales eran lavados en dicha piscina antes de ser ofre-
fortalecer miserablemente su podero, y as lo despoja cidos en el templo.
de sus riquezas de que alardeaba 20 En esta venerable iglesia fue sin duda donde Juan
Las mirforas, que acuden al Santo Sepulcro con Damasceno pronunci su hermoso sermn sobre la Na-
perfumes, son el mejor ejemplo de fidelidad. Ellas apor- tividad de Mara. Se trata de una valiosa pieza oratoria
tan sus aromas, pero sobre todo son atradas por el que pone de manifiesto la elocuencia y la devocin ma-
buen olor del Seor: Colmadas del ungento de la di- riana del santo. El nacimiento de la Virgen es conside-
vina gracia fueron portadoras de Cristo,
21
ungento derado por los Santos Padres bizantinos como el coinen-
rramado para nuestra regeneracin Ellas son las pri- zo de los misterios de la salvacin y por eso se celebra
meras en conocer el misterio de la resurreccin de Cris- al iniciarse el ao, cuyo primer mes es el de septiem-
to y anuncian la buena nueva a los discpulos. Estos y bre. La Natividad de Mara abre, pues, el ao litrgico
otros muchos asuntos de la predicacin de san Juan bizantino, mientras que lo cierra la fiesta de la Dormi-
Damasceno los podemos encontrar tambin en otros cin en agosto, que es el mes mariano por excelencia.
Santos Padres. El se profesa especialmente deudor de El piadoso y docto monje de San Sabas predica en
san Gregorio Nacianceno y de san Juan Crisstomo. Jerusaln en ocasin de ambas solemnidades de la Vir-
gen. Con un gran lirismo y con singular facundia pro-
dama las alabanzas de Mara y de sus padres Joaqun
18. [bid. 5, p. 66. y Ana. En algunos prrafos parecen insinuarse ya los
19. Homila sobre el Sbado Santo 22, p. 91 conceptos caractersticos de la doctrina de la Inmacu-
20. Ibid. 22, p. 91. lada Concepcin que se desarrollar en siglos poste-
21. Ibid. 33, p. 109. riores: Oh venturosa pareja, a vosotros os est obli-
14 JUAN DAMASCENO I NTRODUCCIN 15
gada toda la creacin! Por medio de vosotros, en efec- junto al sepulcro vaco de Mara en Getseman. Esto
to, ofreci al Creador el mejor de todos los dones, o ocurra por el ao 740, cuando l haba ya llegado a
sea: aquella augusta Madre, la nica que fue digna del 4 una venerable ancianidad. El empeo que puso en esa
Creador. Oh felices entraas de Joaqun, de las que tarea y el fervor espiritual que a ella le impulsaba se
sali una descendencia absolutamente sin mancha! Oh ponen muy de manifiesto en esos sermones, elegantes
seno glorioso de Ana, en el que poco a poco fue cre- y llenos de profunda teologa y de autntica piedad.
ciendo y desarrollndose una nia completamente pura Ya por entonces la fe de la Iglesia en la Asuncin
y, despus que estuvo formada, fue dada a luz 21 de la Virgen en cuerpo y alma apareca de un modo
Es impresionante el tejido de textos y figuras que muy explcito y motivado en la interrelacin de las ver-
nos ofrece Juan Damasceno para celebrar el nacimien- dades teolgicas, as como plenamente integrado en el
to de Mara. Ella es el tallo salido de la raz de Jes, culto litrgico y en la piedad del pueblo fiel.
la puerta oriental del templo, la escalera que une el cielo Actualmente, gracias a los estudios patrsticos y de
con la tierra, la concha en la que se forma una perla historia religiosa, podemos comprobar que los princi-
preciossima, un verdadero cielo que contiene al que es pales telogos bizantinos de finales de la edad patrsti-
inabarcable, la hija de Adn y verdadera Madre de Dios. ca no dudan en afirmar que al finalizar el curso de su
Toda la creacin salta de gozo al proclamar el alum- existencia en la tierra, Mara fue definitivamente glori-
bramiento de esta nia. El santuario de la Probtica en ficada en cuerpo y alma. Para esta aseveracin, se basan
donde ha ocurrido ese acontecimiento es por ello digno en la analoga de la fe, ya que descubren que tal glo-
de grandes honores. rificacin es consecuencia de la plenitud de gracia y sin-
gulares privilegios de la Madre del Seor. Las razones
de orden histrico y tradicional resultan para ellos
La Dormicin de Nuestra Seora menos impulsivas, aunque no dejan de reconocerles im-
portancia.
En el gran florecimiento de la literatura asuncionista La literatura apcrifa asuncionista haba alcanzado,
del siglo VIII, san Juan Damasceno ocupa sin duda un en efecto, un gran desarrollo y, a pesar de sus excre-
lugar preeminente. En la bula Muneficentissimus Deus, cencias y del inters popular por todo lo maravilloso,
que es la de la definicin dogmtica de la Asuncin de no hay duda de que se basa en unos precedentes anti-
Mara, el papa Pio XII alega el testimonio del santo guos que pueden derivar de una tradicin muy primi-
como uno de los ms destacados dentro de la poca tiva. San Juan Damasceno acude a esas fuentes apcri-
patrstica. fas con una indudable discrecin.
Una bella triloga de sermones pronunci el monje La veneracin del sepulcro vaco de la Madre de
y presbtero de San Sabas en la fiesta de la Dormicin, Dios, ubicado en Getseman, contribuye, no a embro-
llar como a veces se ha dicho, sino a esclarecer el de-
sarrollo del culto asuncionista. El silencio de san Jer-
22. Homila sobre la Natividad 2, p. 119. nimo y de Egeria acerca de este sepulcro dio pbulo a
L

JUAN DAMASCENO NFRODUC(IO\ 17
16
las dudas de algunos estudiosos, pero las investigacio- Sacramentos, obtenan abundantes gracias y favores del
nes recientes del P. Bagatti y de otros arquelogos e cielo.
historiadores han puesto de manfiesto que el silencio El primer sermn de Juan Damasceno acerca de la
de dichos escritores antiguos obedeca a motivaciones Dormicin de la Virgen viene a ser una sntesis en la
de orden prctico, ya que el mencionado santuario per- que se proclama las maravillas que el Seor ha reali-
teneca a grupos judeocristianos que no estaban en bue- zado en Mara. Ella es el taller en el que25
se han lle-
nas relaciones con la jerarqua eclesistica. Cuando en vado a cabo las excelsas obras de Dios Se rememo-
el siglo VI la situacin ha cambiado y el sepulcro de ra la infancia de la Virgen, su estancia en el templo, su
Mara ha pasado a depender de la Iglesia bizantina, en- coloquio con el ngel y el gran misterio de la Encar-
tonces se produce un gran incremento de veneracin nacin. Se hace alusin a muchas figuras bblicas y a
hacia este lugar en relacin con el misterio de la Dor- los vaticinios profticos y se pone de manifiesto que
micin de Mara". la que es fuente de la Vida no poda quedar sujeta a
En este glorioso santuario pronuncia Juan Damas- la muerte y fue trasladada triunfalmente a la gloria, des-
ceno sus sermones de la Asuncin. Dirigindose lite- pus de haber sido su cuerpo depositado en el sepul-
rariamente a este sepulcro dice el predicador: Quiero cro, quedando as sumamente dignificado este sagrado
hablarte como si fueras un ser animado, oh sepulcro monumento.
el ms sagrado de todos despus del vivificante sepul- En el segundo sermn se hace un relato ms ex-
cro del Seor, que es la fuente de la resurreccin. En tenso de los acontecimientos de la Dormicin de Mara.
boca del sagrado monumento mariano pone el santo Para ello se acude a los relatos apcrifos y se insiste en
palabras como stas: El que tenga sed de la curacin lo relativo a la gloria del sepulcro y a las gracias so-
de enfermedades, de la liberacin de los vicios y pa- brenaturales que se producen en el santuario mariano
siones del alma, de la remisin de los pecados, de la de Getseman. Mara es el nuevo paraso, en el que Dios
preservacin de toda desgracia y, en fin, del reposo del se manifiesta y se hace presente. En este panegrico ad-
reino de los cielos, que venga a m y encontrar un quieren gran importancia las alocuciones y los dilogos.
24
esplndido y valiossimo caudal de gracias>' Estas pa- Escuchamos a Adn y Eva, a los apstoles, a la Virgen
labras indican claramente que junto al sepulcro de Mara y a Jesucristo, que baja del cielo en busca de su Madre,
se desarrollaba un intenso movimiento de espirituali- a la cual se dirige con palabras de gran afectuosidad,
dad y que era un santuario lleno de vida y en el que tomadas del libro del Cantar de los Cantares.
los fieles, mediante la plegaria y la recepcin de los El ltimo sermn de esta triloga asuncionista es de
menor extensin. Viene a ser como un cntico triunfal
en el que se manifiesta una gran admiracin hacia la
Virgen Madre de Dios, y en el que se invita a todos
23. Un estudio histrico arqueolgico sobre el santuario del se-
pulcro de Mara realizado por el P. Bagatti aparece en Rivista Bi-
blica XI (1963), pp. 38-52.
24. Segunda homila sobre la Dormicin 17, 194. 25. Primera homila sobre la Dormicin 3, p. 145.
p.
18 JUAN DAMASCENO
los seres a alegrarse por el triunfo de Mara y a unirse

a Ella, ahora en la celebracin de su festividad y des-
pus al alcanzar la bienaventuranza por la bondad y
misericordia de Dios, y gracias tambin a la intercesin
maternal de Mara.
**
La presente traduccin castellana de las Homilas

cristolgicas y marianas de san Juan Damasceno, se ha
realizado sobre el texto griego de la edicin crtica efec-
tuada en la Abada benedictina de Scheyern (Baviera),
editada por Walter de Gruyter, Berln 1988.
Juan Damasceno
HOMILAS CRISTOLGICAS
Y MARIANAS
HOMILA SOBRE LA TRANSFIGURACIN
SERMN DEL BIENAVENTURADO JUAN DAMASCENO

PRESBTERO, ACERCA DE LA TRANSFIGURACIN
DE NUESTRO SEOR Y SALVADOR JESUCRISTO
Venid, aclamemos al Seor
1. nimo, oh piadosa asamblea, solemnicemos la

presente festividad! Celebrmosla juntamente con las
festivas potencias celestiales que han venido aqu para
festejarla con nosotros! Ea, pues, cantemos con nues-
tros labios, cual cmbalos armoniosos, y exultemos de
gozo en el espritu! A quin corresponde, en efecto,
celebrar fiesta; a quin toca alegrarse y regocijarse, sino
a aquellos que temen al Seor y honran a la Trinidad
y, junto con el Padre, veneran al Hijo y al Espritu
Santo; a aquellos que con el alma, con el pensamiento
y con la boca alaban a la divinidad nica que, sin di-
visin, se manifiesta en tres personas; a aquellos que
reconocen y confiesan a Cristo, Hijo de Dios y ver-
dadero Dios, como una sola persona en dos naturale-
zas indivisas, aunque no confundidas, sino que poseen
sus propias caractersticas naturales?
A nosotros nos toca la alegra y el ms pleno gozo
festivo. Para nosotros Cristo ha instituido las fiestas;
para los impos, en cambio, no existe el gozo 1 . Apar-
1. Cf. Is 48, 22.

22 JUAN DAMASCENO SOBRE LA TRANSFIGURACIN 23
ternos toda nube de tristeza que pueda ensombrecer el derrama sobre los que estn presentes una luz incom-
espritu y le impida remontarse a lo alto. Desechemos parable y ms penetrante que cualquier visin.
todo lo que sea terreno,
1
puesto que nuestra ciudadana Hoy el caudillo del Nuevo Testamento, aquel que con
no est en la tierra Elevemos nuestro espritu hacia toda claridad proclam a Cristo Hijo de Dios, diciendo:
6
el cielo, de donde tambin esperamos que ha de venir T eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo ve al promo-
Cristo nuestro Seor y Salvador'. tor de la antigua alianza que est junto al legislador de
los dos Testamentos
7;
y que exclama en alta voz: Este es
el que es de El predije que, como yo, sera constitui-
Seor del Antiguo y del Nuevo Testamento do profeta'; como yo en cuanto hombre y cabeza del
nuevo pueblo, pero por encima de m en cuanto que
2. Hoy un abismo de luz inaccesible, hoy una in- tiene el seoro sobre m y sobre toda la creacin, el cual
mensa efusin de divino resplandor ilumina a los aps- nos ha confiado a m y a ti ambos Testamentos, e1 An-
toles en el monte Tabor. Hoy es reconocido como Seor tiguo y el Nuevo. Hoy el virgen del Antiguo Testamen-
del Antiguo y del Nuevo Testamento Jesucristo, para to, al virgen del Nuevo Testamento le anuncia al que es
m tan amado, por su nombre y por sus hechos, el cual el Seor y virgen nacido de una virgen 9 .
es verdaderamente dulcsimo y amabilsimo por encima Ea!, pues, siguiendo al profeta David, cantemos
de la mayor suavidad que se pueda imaginar. Hoy el himnos a nuestro Dios, cantemos himnos a nuestro rey,
iniciador de la antigua alianza, el divino legislador Moi- cantemos porque Dios es el rey de toda la tierra, can-
10
ss, est en el monte Tabor junto al legislador Cristo, temos con maestra Cantemos con labios exultan-
como quien sirve a su Seor, y contempla claramente tes, cantemos con espritu de inteligencia, percibien-
su plan de salvacin, que tiempo atrs haba ya visto do el gusto de las palabras. La garganta degusta los
en figura e imagen lo cual puedo afirmar que se pone alimentos, pero la mente discierne los discursos, dice
de manifiesto con lo que Dios realiza despus y per- el varn sapientsimo. Cantemos himnos tambin al
cibe claramente la gloria de la divinidad encubierta en Espritu que sondea todas las cosas, incluso las pro-
la cavidad de la roca, como dice la Escritura'. La pie- fundidades de Dios ", las cosas recnditas; cantemos
dra, en efecto, es Cristo, el Dios encarnado, el Verbo,
el Seor, tal como san Pablo nos lo ha enseado con
toda claridad, diciendo: La piedra era Cristo , el cual, 6. Mi 16, 16.
como con una pequesima abertura de su propia carne, 7. Cf. Ex 3, 14.
8. cf. Di 18, 15.
9. Con este juego de palabras el predicador nos presenta al pro-
feta virgen Elas junto al apstol virgen Juan, que se halla presen-
2. Cf. FIp 3, 20. te en la transfiguracin. Se establece un paralelismo entre Moiss y
3. cf. 1 Tm 6, 14-16. Pedro por una parte, y Elas y Juan por otra.
4. cf. Ex 33, 22. 10.Sal 47 (46), 7.
5. 1 Co 10, 4. 11.cf. 1 Co 2, 10.
24 SOBRE LA TRANSFIGURACIN 25
JUAN DAMASCENO
al Espritu que ilumina todas las cosas en la luz del El Tabor y el Hermn exultan de gozo
Padre, mientras contemplamos al Hijo de Dios, luz
inaccesible. 3. Hoy se ha escuchado algo que los odos huma-
Ahora han sido vistas las realidades que eran invi- nos eran incapaces de percibir. En efecto, el que apa-
sibles para los ojos humanos: un cuerpo terrestre que rece como un hombre es proclamado Hijo de Dios,
irradia resplandores divinos, un cuerpo mortal del que unignito, amado y consustancial con el Padre. Verdi-
fluye la gloria de la12divinidad. Efectivamente, el Verbo co es el testimonio; verdadera es la proclamacin: el
se ha hecho carne La carne ha venido a ser Verbo, Padre que lo ha engendrado es el que hace el anuncio.
sin que ni el Verbo ni la carne hayan perdido su pro- Que venga aqu David y, pulsando la lira del Espritu
pia naturaleza. oh prodigio que sobrepasa toda inte- de resonancias divinas, entone ahora con toda claridad
ligencia! La gloria no ha llegado al cuerpo desde fuera las palabras que pronunci antiguamente al contemplar
sino desde el interior, por razn del inexplicable mis- con ojos puros y con visin proftica la encarnacin
terio de la unin hiposttica con la divinidad del Verbo del Verbo de 13
Dios: El Tabor y el Hermn exultarn en
de Dios. tu nombre
Cmo puede ser que unas cosas incomunicables El Hermn exult en primer lugar cuando escuch
se mezclen y permanezcan sin confundirse? Cmo que el Padre atestiguaba claramente que Cristo posea la
pueden juntarse unos elementos inconciliables, sin per- filiacin divina. Esto ocurri cuando el Precursor, que
der las caractersticas propias de su naturaleza? Esto ocupa un lugar intermedio entre el Antiguo 14
y el Nuevo
es precisamente lo que se efecta en la unin hipos- Testamento, sali a bautizar en el Jordn El era una
ttica, de tal manera que los elementos que se unen joya escondida en el desierto y fue enviado para mos-
forman un solo ser y una sola persona, pero conser- trar a todos la luz inaccesible que brillaba en las tinie-
vando la unidad personal y la duplicidad de naturale- blas, o sea, en el mundo y permaneca oculta para los
zas, en una diversidad indivisible y en una unin sin que eran cortos de vista. As, dentro del ro Jordn el
confusin, que se realizan mediante la encarnacin del agua de la remisin, sin haber sido previamente purifi-
Verbo inmutable y la incomprensible y definitiva di- cada, realizaba la purificacin del mundo, cuando, por
vinizacin de la carne mortal. Como consecuencia de la voz del Padre que resonaba desde el cielo, fue decla-
este trueque, de esta recproca comunicacin sin con- rado su Hijo amado aquel que era bautizado y que, al
fusin y de la perfecta unin hiposttica, los atribu- ser objeto de ese testimonio, era tambin sealado por
tos humanos vienen a pertenecer a Dios y los divinos el Espritu Santo que apareci en forma de paloma.
llegan a pertenecer a un hombre. Uno solo es, en efec-
to, aquel que, siendo Dios desde siempre, despus se
hace hombre. 13. Sal 89 (88), 13.
14. Se considera que el Jordn nace en el monte Hermn y
por eso se dice que esta montaa sagrada exulta de gozo cuando
12. Jn 1, 14. Cristo es bautizado en el ro Jordn.
26 JUAN DAMASCENO 27
SOBRE LA TRANSFIGURACIN
15, l.
Ahora el que se alegra y exulta es el Tabor monte amado Por eso se alegra toda la creacin. Esto es
santo y excelso que con razn se goza por su gloria el honor de los hombres y su gloria indeficiente, pues
y resplandor, ms que por su encumbrada altura, y que Aquel de quien se da testimonio es un hombre, aun-
compite con el cielo en lo que se refiere a la gracia. que no un simple hombre como los dems.
En efecto, los ngeles en el cielo permanecen inmvi- Oh cun inestimable es el gozo que nos ha sido
les sin atreverse a fijar su vista en el Seor, mientras concedido! Oh bienaventuranza que sobrepasa todo
que los apstoles escogidos contemplan en este monte cuanto caba esperar! Oh dones divinos que superan
la gloria resplandeciente de su reino. En el Tabor se todo deseo! Oh beneficios de Dios que exceden la me-
cree en la resurreccin de los muertos
Ib,
y Cristo es pro- dida de toda splica! Oh benefactor generoso e in-
clamado Seor de vivos y muertos despus de haber comparable por su magnificencia! Oh don cuya dig-
sacado a Moiss de entre los muertos y de haberse nidad no est en relacin con el que lo recibe, sino con
procurado como testigo a Elas, todava viviente, que el que lo da! Oh inslito intercambio! Oh poder del
antiguamente desde la 17
tierra condujo un carro de fuego que da y debilidad del que recibe! Oh manifestacin
por las rutas celestes En este monte ahora los re- de un ser que no tiene comienzo y que se da a cono-
presentantes ms insignes del profetismo, con profti- cer cuando se realiza la creacin del cuerpo de aquel
ca inspiracin anuncian la muerte en cruz del Seor. que no tiene principio! Si un hombre viene a ser Dios
Por eso el Tabor se alegra e imitando los brincos de cuando Dios se hace hombre, un solo ser se manifies-
los corderos, salta de gozo al escuchar el testimonio ta Dios y al mismo tiempo hombre. Por eso, a pesar
proveniente de la nube, o sea, del Espritu Santo, acer- de ser hombre, no tiene principio en cuanto a la divi-
ca de la filiacin de Cristo, de quien el Padre atesti- nidad, y, siendo Dios, tiene principio en cuanto a la
gua que es dador de vida. Este es, en efecto, un nom- humanidad.
bre que est sobre todo nombre y de eso proviene que
el Tabor y el Hermn exulten de gozo. Este es mi Hijo
Un nuevo plan de salvacin
15. Todas las probabilidades estn a favor del Tabor como lugar 4. Antiguamente en el monte Sina el humo, las ti-
"
de la transfiguracin, que segn los evangelios tuvo lugar en un nieblas, la tempestad y un fuego pavoroso ocultaban
'< monte alto>' (Mt 17, 1; Me 9, 2). Hay referencias de que en el la cima, poniendo de manifiesto que el legislador era
siglo iv se recordaba en el labor la transfiguracin de Jess. Ac- inaccesible y que, al darse a conocer slo oscuramente
20
tualmente una elegante iglesia construida en piedra de color blan- y como por la espalda a travs de sus propias crea-
co y con su fachada inspirada en las tradicionales iglesias siracas
est situada en la cumbre del monte. Un poco ms abajo existe un
santuario griego dedicado a Melquisedec, preclara figura de Cristo,
Rey de paz y nico sacerdote de la Nueva Alianza. 18. Mt 17, 5; Me 9, 7.
16. Cf. Rm 14, 9. 19. Cf. Ex 19, lSss.
17. Cf. 2 R 21, 11. 20. Cf. Ex 33, 23.
28 SOBRE LA TRANSFIGURACIN 29
JUAN DAMASCENO
22
turas demostraba ser el creador supremo; ahora, en cam- plandor del Espritu Santo De modo semejante, el
bio, aparece todo lleno de luz y de resplandor. l es divino Apstol dice que el mar era figura del agua y
el legislador, el creador del universo y el Seor venido que la nube lo era del Espritu. Todas estas cosas son
del seno del Padre y que, sin dejar su propia morada, luminosas y resplandecientes para quienes son capaces
o sea, su permanencia en el seno paterno, descendi de recibir la luz y cuyas almas no estn manchadas por
hacia sus siervos, y tomando la forma de siervo, se hizo la impureza de la conciencia.
hombre", asumiendo la naturaleza y el aspecto de hom-
bre, a fin de ser reconocido como Dios por los hom-
bres que no pueden comprender a Dios tal como es. Sigamos a Cristo; subamos al monte
De esta manera, en s mismo y por s mismo, mani-
festaba los resplandores de la naturaleza divina. 5. Ea!, pues, imitemos la obediencia de los disc-
En primer lugar Dios cre al hombre y le comuni- pulos; sigamos, animosos, a Cristo que nos llama; re-
c su divina gracia cuando acababa de formarlo del chacemos la turba de las pasiones; confesemos decidi-
barro de la tierra y le haba infundido el espritu de damente al Hijo del Dios vivo y, una vez hechos dig-
vida, dndole unos dones de superior categora, hon- nos de la promesa, subamos al monte de las virtudes,
rndole con su propia imagen y semejanza y hacin- que es la caridad, y obtengamos el poder contemplar
dole ciudadano del Edn y compaero de los ngeles. la gloria y escuchar los misterios, puesto que, como
Mas, cuando con el lodo de nuestras pasiones oscure- dice el Seor, son bienaventurados los ojos de los que
cimos y echamos a perder la imagen divina, el Seor se ven y bienaventurados sus odos, porque ellos ven y
apiad de nosotros y nos ofreci un nuevo plan de sal- escuchan cosas que muchos profetas y reyes desearon
vacin, ms firme y maravilloso que e! primero. El, en ver y escuchar y no consiguieron lo que anhelaban 23
efecto, aunque conservando la primaca de su divinidad, Ea!, pues, interpretemos, en cuanto nos sea posi-
asume aquello que es de inferior categora, divinizando ble, las palabras de los orculos divinos y conduzca-
en s mismo lo humano y uniendo el arquetipo con la mos hacia la mesa a nuestros nobles invitados que sien-
i magen, en la cual manifiesta hoy su propia belleza. ten gran anhelo por las cosas divinas. Hagmosles sen-
Su rostro resplandece como el sol, ya que, por la tar a la mesa uno a uno, con gran deseo. Reunmos-
unin hiposttica su faz adquiere un resplandor inma- los en torno a la mesa de los orculos divinos, dis-
terial y por eso viene a ser sol de justicia. Sus ves- puesta por la gracia del Espritu Santo sin el esfuerzo
tidos se vuelven blancos como la nieve, no por haber de la sabidura y de la elocuencia de los griegos, pues
sido glorificados con la dignidad de la unin hipost- nosotros no nos apoyamos mucho en esos conoci-
tica, sino por razn de que le sirven de envoltura. Una mientos, sino en la sabidura que tiene su fundamento
nube luminosa extendi su sombra manifestando el res-
22. cf. 1 co io, 1-4.

21. Cf. FIp 2, 6-7. 23. Cf. Mt 13, 16-17.
en la gracia de Aquel que da a 'os mudos una lengua realizaban innumerables milagros, sospechaban que era
gil y capaz de hablar claramente. uno de los antiguos profetas, que haba resucitado de
entre los muertos y que por eso haba recibido esta
gracia. Esto tambin se pone de manifiesto en lo que
La confesin de Pedro dice el Evangelio: El tetrarca Herodes oy hablar de
Jess y dijo a sus ministros: Este es Juan el Bautista que
6. En Cesarea de Filipo -se trata de Pneas, ciudad ha resucitado de entre los muertos y por eso unas fuer-
antiguamente muy famosa, que tom el nombre del zas milagrosas actan en l ". Con el fin de desvane-
csar Filipo, pero que en la Sagrada Escritura es decer tales opiniones y proporcionar a quienes no le co-
signada como Dan, pues leemos que David 24,
hizo el censo nocan el don de una confesin verdadera, que es el
del pueblo desde Dan hasta Bersab- habiendo lle- ms excelente de todos los dones, qu es lo que hace
gado el Seor con sus discpulos, liber del flujo de el que tiene en sus manos todo el poder? Como hom-
sangre25
a una mujer y resucit a la hija del arquisina- bre hace una pregunta, pero como Dios instruye se-
gogo Aqu fue donde, reuniendo el primer snodo cretamente a aquel que haba sido llamado en primer
de sus discpulos 26, el que es la Piedra de la vida se lugar y que desde un principio le haba seguido y al
situ sobre una piedra, a modo de ctedra, y dirigi a que, con su providencia, haba destinado a ser digno
sus discpulos esta pregunta; 27 Quin dicen los hombres conductor de la Iglesia. Como Dios, le infunde su ins-
que es el Hijo del hombre? - No hizo esta pregunta piracin y habla a travs de l.
porque desconociera la ignorancia de los hombres, sien- Esta es la pregunta: Y vosotros quin decs que soy
do as que El conoce todas las cosas; sino que obr as yo? Entonces Pedro encendido de ardoroso entusiasmo
porque con la luz del conocimiento quera disipar las e impulsado por el Espritu Santo, dijo: T eres el Cris-
tinieblas que afectaban a los ojos del espritu. to, el Hijo de Dios vivo 11 . Oh boca bienaventurada!
Ellos entonces respondieron que unos decan que Oh labios plenamente dichosos! Oh alma divinamen-
era Juan el Bautista, otros que
28
Elas, otros que Jerem- te inspirada! Oh inteligencia ilustrada por Dios y en-
as o alguno de los profetas En efecto, al ver que se noblecida por sus enseanzas! Oh portavoz por medio
del cual ha hablado el Padre! Bienaventurado eres, en
verdad, oh Simn hijo de Jons, -as habl aquel que
24. Cl`. 2 S 24, 2; 24, 6-7. es totalmente veraz- pues ni la carne ni la sangre ni la
25. cf. Mt 9, 18-26; Me 5, 21-43; Le 8, 40-56. No tiene fun- inteligencia humana, sino el Padre celestial es el que te
damento la localizacin de estos milagros en Cesarea de Filipo. ha revelado esta ciencia divina e inefable`", pues nadie
26. Resulta sugestiva esta designacin de primer snodo que
san Juan Damasceno aplica a la reunin de los discpulos con Jess
en cesarea de Filipo. La celebracin de snodos siempre ha tenido
mucha importancia y especialmente en las iglesias orientales. 29. Mt 14, 1-2.
27. G. Mt 16, 13 y lugares paralelos. 30. Mt 16, 15-16.
28. U. Mt 16, 14. 31. Cf. Mt 16, 17.
es capaz de conocer al Hijo, sino el nico que es co- que, con toda verdad y con palabras divinamente ins-
nocido por l: el Padre que lo ha engendrado y el Es- piradas, le proclamaste Hijo de Dios 31.
pritu Santo que conoce las profundidades de Dios 32 Oh acontecimientos divinos e inefables!36,Cristo se
Esta es la fe firme e inmutable sobre la cual est fun- design a s mismo como Hijo del hombre mientras
damentada la Iglesia, como sobre una piedra, y de esto que Pedro, o mejor dicho el que hablaba por medio de
deriva, con toda verdad, el nombre que te ha sido im- l, lo proclam Hijo de Dios. El es, en verdad, Dios
puesto. Las puertas del infierno, las bocas de los he- y hombre y no se le llama hijo de Pedro o de Pablo
rejes, los pertrechos de guerra de los demonios, se lan- o de cualquier otro padre, sino Hijo del hombre, pues-
zarn contra ella, pero no prevalecern; la atacarn, pero to que no tuvo padre sobre la tierra Aquel que no haba
no la destruirn B Sus golpes vendrn a ser como fle- tenido madre en los cielos.
chas de nios. Sus lenguas se debilitarn y se volvern
en contra suya, porque se perjudican a s mismos los
que se oponen a la verdad. El Seor adquiri la Igle- Tres apstoles contemplan la gloria del Seor
sia comprndola con su propia sangre y te la confa a
ti, el ms fiel de sus siervos. Con tus plegarias gur- 7. Queriendo confirmar las palabras con los hechos
dala segura e inconmovible, ya que es bien slida la y sabiendo lo que haba de ocurrir despus, el que es
confianza de que nunca ha de zozobrar ni vacilar. El la sabidura y el poder de Dios y en el cual estn es-
que se ha expresado as es Cristo, por quien los cie- condidos todos los tesoros de la ciencia , dijo: Hay
los estn afianzados y la tierra se halla slidamente algunos de los aqu presentes que no gustarn la muer-
asentada y permanece estable. En efecto, el Espritu te sin que 3.
antes vean al Hijo del hombre viniendo en
Santo dice: Por la palabra del Seor fueron afianzados su realeza Si refirindose a uno solo hubiese dicho:
los cielos Hay uno de los aqu presentes'>, sospecharamos que
Lo que suplicamos es que el alboroto del oleaje se haca alusin a aquel de quien ms tarde dira: Si yo
apacige, que las perturbaciones sean eliminadas y que quiero qu ste se quede hasta que yo vuelva, a ti
seamos recompensados con una paz colmada de sere- qu? 19 . Esto fue dicho de Juan el Telogo, como si
nidad y de sosiego. Suplcalo, oh Pedro, a Cristo que ste no hubiese de morir y hubiese de permanecer en
es el Esposo inmaculado de la Iglesia y que te ha ele- vida hasta la segunda venida de Cristo. De esta ma-
gido como custodio de las llaves del Reino y que, en nera interpretaron el pasaje algunos varones muy eru-
cuanto a los pecados, te ha confiado el poder de atar
y desatar. Todo eso te lo ha concedido el Seor a ti
35. Cf. Mt 16, 16.

36. Cf. Ez caps. 2-3; Dn 7, 13; Mt 8, 20; 24, 30; Jn 3, 14.
32. cf. 1 Co 2, 10.
37. Cf. 1 Co 2, 7.
33. Cl`. Mt 16, 18.
38. Mt 16, 28.
34. Sal 33(32), 6.
39. Jo 21, 22.
SOBRE LA TRANSFIGURACIN
ditos. Mas, puesto que la frase de que tratamos se real venerable misterio de la Trinidad y tambin hace
fiere a varias personas que habran de ver algo que alusin al texto bblico que dice: Toda palabra se apo-
41
efectivamente ocurri despus, no hay lugar para los yar sobre dos o tres testigos De esta manera Cris-
que quieren entender el texto en el sentido mencio- to cierra para el traidor la posibilidad de hacer un re-
nado. proche de verse traicionado y, al propio tiempo, pone
Est, pues, escrito: Hay algunos de los aqu pre- de manifiesto ante los apstoles su propia divinidad.
sentes. Por qu algunos y no todos? No eran todos En efecto, viendo Judas que Andrs se haba quedado,
discpulos y apstoles? No le seguan todos de la no poda defenderse con el pretexto de haberse visto
misma manera, despus de haber sido llamados? No i mpulsado a vender al Seor por no haber sido part-
obtuvieron todos el mismo don de curaciones? Cmo cipe de la visin. Por este motivo Andrs se qued
es que no todos fueron juzgados dignos de contem- abajo con el resto del colegio de los apstoles, sepa-
plar esta visin extraordinaria? Acaso el Seor haca rados corporalmente pero unidos con el vnculo de ca-
acepcin de personas? Todos eran en verdad discpu- ridad. Ellos permanecan abajo con el cuerpo, pero se-
los, pero no todos estaban ciegos a causa del vicio de guan al Maestro con el amor y con el movimiento del
la avaricia. Todos eran discpulos, pero no todos eran espritu 42
cortos de vista a causa de la legaa de la envidia. Todos
eran discpulos, pero no todos fueron traidores. Todos
eran apstoles, pero no todos toparon con los esco- Los evangelistas no se contradicen
llos de la desesperacin, ni estuvieron dispuestos a
oponerse a la maldad con el mal. Todos amaban a 8. Los excelsos evangelistas Mateo y Marcos dicen:
Cristo; slo uno era amante del dinero: Judas Isca- Seis das despus o, mientras que el sapientsimo Lucas
riote, el nico que no fue digno de contemplar la di- escribe: Aconteci como unos ocho das despus de estos
14.
vinidad. La Escritura dice: Sea apartado el impo, a discursos Con toda exactitud y oportunidad los que
fin de que no vea la gloria del Seor". Slo l, se- son heraldos de la verdad hablan de ocho y de seis
parndose de los dems, lleno de envidia y de male- das. En estas palabras no existe contradiccin, antes
volencia, qued abrasado por el fuego de un extravo bien una perfecta concordancia, puesto que han sido
mayor. proferidas por el mismo Espritu Santo y no son los
Era preciso que tuvieran una visin de la gloria
aquellos que habran de presenciar despus los pade-
cimientos de Cristo. Por eso tom l consigo a los 41. Cf. Dt 19, 15; 2 Co 13, 1.
principales apstoles como testigos de su propia glo- 42. San Juan Damasceno se fija especialmente en la persona del
ria y de su divinidad. El nmero tres hace referencia apstol san Andrs, por su singular relieve dentro de la Iglesia grie-
ga, que le considera como su apstol ms peculiar y le designa con
el honroso ttulo de Protocletos: el primer llamado.
40. Is 26, 10. 43. Mt 17, 1; Me 9, 1.
44. Le 9, 28.
36 JUAN DAMASCENO SOBRE LA TRANSEEGURACIN 37
evangelistas los que hablan, sino que es el Espritu de en el da octavo se pusiera a la vista de los perfectos
Dios el que habla en ellos. El Seor, en efecto, dijo: aquello que es propio de la octava. Segn afirma Dio-
Cuando venga el Parclito, os ensear y os sugerir nisio, telogo verdaderamente ilustre, el Seor ser con-
todas las cosas 45 . Los que hablan de seis das prescin- templado por sus siervos perfectos del mismo modo 49
den del primero y del ltimo y cuentan slo los das que se manifest a los apstoles en el monte Tabor .
intermedios; aquel otro que menciona ocho das inclu- Aqu finaliza lo que hace referencia al nmero de los
ye en la cuenta los dos das de los extremos. Es cos- das.
tumbre el contar de una y de otra manera.
Adems el nmero seis es considerado como el pri-
mero de los nmeros perfectos, por razn de las par- Pedro, Santiago y Juan
tes que lo componen. En efecto, su mitad es tres, su
tercio es dos y su sexta parte es uno; todo esto, en 9. Por qu el Seor escogi a Pedro, a Santiago y
conjunto, le confiere su perfeccin. Por eso los enten- a Juan? A Pedro, porque quera manifestar que el tes-
didos en la materia consideran como perfecto el n- ti monio dado por l se cimentaba en la verdad y pro-
mero seis. Adems, Dios con su palabra cre en seis vena del Padre; tambin para confirmar su propia de-
das todo el conjunto de las cosas visibles. Tambin es claracin de que el Padre celestial haba inspirado a
justo que sean perfectos aquellos que contemplan la Pedro ese testimonio y para dar a conocer que El le
gloria divina, la cual lo transciende todo y es lo ms haba constituido gua y timonel de toda la Iglesia. A
excelso que existe en cuanto a perfeccin. El Seor as Santiago lo escogi porque haba de ser el primero de
mismo dice: Sed perfectos, como es perfecto vuestro Padre todos los discpulos en dar su vida por Cristo, bebiendo
que est en los cielos 46 su cliz y siendo bautizado por El con su propio bau-
El nmero ocho es figura del siglo futuro, puesto tismo 11 . A Juan lo eligi por razn de su pureza y vir-
que la vida presente se compone de siete edades y la ginidad y como transmisor de la ciencia divina, a fin
octava es aquella que se denomina vida futura, tal como de que, habiendo contemplado la gloria eterna del Hijo,
lo asegura el eximio telogo Gregorio ", al interpretar proclamara con voz de trueno: En el principio era el
un pasaje de Salomn en el que se dice: Divdela en Verbo y el Verbo estaba junto a Dios y el Verbo era
siete partes refirindose a la vida presente y tambin Dios". Por eso Juan fue llamado tambin el hijo del
en ocho aludiendo a la futura 48. Era necesario que trueno 52
45. Jn U, 26.
49. PSEUDO DIoNISIO AREOPAGITA, De los nombres divinos
46. Mt 5, 48.
1, PG 3, 585-588.
47. GREGoRIo NACIANCENO, Sermn de la Natividad del
50. Cf. Mt 20, 23; Hch 12, 1.
Seor, PG 36, 311-334.
51. Jn 1, 1.
48. CF. Qo 11, 2.
52. cf. Me 3, 17.
La plegaria del Seor se establece una ntima relacin entre nosotros y Dios,
y cuando, desvinculados del torbellino del mundo, en-
10. Por qu Cristo condujo a sus discpulos a un tramos libremente en nuestro interior, entonces con-
monte alto? La Sagrada Escritura llama simblicamen- templamos con claridad dentro de nosotros mismos el
te montes a las virtudes ". Entre todas las virtudes la reino de Dios. En efecto, Jess, nuestro Dios, dijo: El
cumbre y el alczar es la caridad, porque en sta con- reino de los cielos,
56
o sea, el reino de Dios, est den-
siste la perfeccin. Si uno hablase todas las lenguas de tro de vosotros
los hombres y de los ngeles y tuviera una fe capaz de De una manera rezan los siervos y de otro modo
trasladar montaas y poseyera todos los misterios y en- diverso haca el Seor su oracin. Efectivamente, los
tregase su cuerpo para ser quemado, pero no tuviese siervos, por medio de la plegaria, con respeto y con
caridad, ese tal sera un bronce que suena o un cm- anhelo se aproximan al Seor y la oracin conduce el
balo que retie sin fuerza alguna y debera ser consi- espritu hacia el encuentro y la unin con Dios, y por
derado como carente de todo valor medio de la plegaria el alma se alimenta y se robuste-
Es preciso que dejando en la tierra las cosas terre- ce. Pero, cmo sera la oracin de aquella mente santa
nas, sobrepasando la bajeza del cuerpo y elevndonos unida hipostticamente al Verbo de Dios? De qu modo
hacia la altsima y divina atalaya de la caridad, con- suplicaba Aquel que es el Seor? Es evidente que oraba
templemos las realidades invisibles. En efecto, el que como quien ha asumido nuestra condicin humana. Re-
ha llegado a la cumbre de la caridad, saliendo en cier- zaba para instruirnos, abrindonos un camino de subi-
ta manera de s mismo, comprende cosas que son in- da hacia Dios por medio de la oracin. Oraba para en-
visibles, y volando por encima de las tinieblas que pro- searnos que la plegaria nos conduce hacia la gloria di-
duce la nube del cuerpo, alcanza las regiones areas vina y para hacernos ver que El en nada se contrapo-
bien despejadas, propias de un alma serena, y fija nti- na a Dios, sino que honraba al Padre como principio
damente sus ojos en el Sol de justicia, por ms que en y origen suyo, y haba concedido a la carne el unirse
modo alguno pueda ser absorbido y confundirse con a su propia naturaleza, a fin de que, por medio del ele-
el que es objeto de su contemplacin II. Entonces el mento divino, la carne se fortaleciera y se instruyera al
alma ora internamente, pues la soledad es la madre de estar en contacto y bajo posesin de una naturaleza su-
la plegaria, y sta es manifestacin de la gloria divina. perior. Otra razn fue la de confundir al tirano que es-
Cuando nuestros sentidos permanecen quietos, cuando taba al acecho, tratando de averiguar si El era Dios tal
como lo proclamaba el poder de los milagros. Por esto
el Seor combinaba los aspectos humanos con los di-
vinos, ocultando el anzuelo dentro del cebo. As aquel
53. Cf. Sal 36 (35), 7.
54. cf. 1 co 13, lss.
que con el anhelo de la divinidad haba engaado al
55. Esta precisin obedece al propsito de evitar todo peligro
de una interpretacin de tipo neoplatnico que comprometa la tras-
cendencia divina. 56. Cf. Lc 17, 21.
hombre, con justicia quedara atrapado por el misterio naci en el tiempo, a fin de que permaneciera inaltera-
de la humanidad asumida. Al observarse los resplan- da su condicin de Hijo. Una vez realizada la encar-
dores en el transcurso de la plegaria, vino el recuerdo nacin, ya que la carne pertenece al Hijo de Dios, Este
del rostro glorificado de Moiss; pero esa glorificacin en verdad, desde un primer momento por razn de la
le lleg a Moiss desde fuera, mientras que el Seor unin hiposttica, se hizo carne y subsisti en su divi-
Jess no obtuvo la manifestacin gloriosa como un don nidad, aun despus de haberse hecho hombre.
recientemente otorgado, sino que es efecto de la gloria
divina que le compete por naturaleza.
La radiante luz de la divinidad
Primognito entre muchos hermanos 12. Despus de haber tomado consigo a aquellos
que se distinguan por lo excelso de sus virtudes, el
11. Cul fuera la invocacin que haca el Seor, te Seor se transfigur delante de elloS 61 en el monte Tabor.
19 ensea el profeta David con toda claridad, diciendo: Se transfigur delante de los discpulos Aquel que es
El mismo me invocar: T eres mi padre, mi Dios y el glorificado siempre del mismo modo y resplandece con
refugio de mi salvacin ' Padre, en verdad, del que es la radiante luz de la divinidad. Engendrado por el Padre
Dios Hijo desde antes de los siglos y resplandor de la desde la eternidad, posee por naturaleza el resplandor
sustancia del Padre II. Dios y refugio de salvacin se eterno propio de Dios, sin que haya comenzado a exis-
entiende de aquel que ha asumido nuestra carne, ha- tir en el tiempo, ni haya conseguido la gloria con pos-
cindose hombre, y ha renovado en El nuestra natu- terioridad. Aunque procede del Padre (por generacin)
raleza, elevndola de nuevo a la antigua belleza de la no tiene principio ni ha comenzado en el tiempo, pues-
i magen divina, y que ha compartido nuestra condicin to que posee como propios los resplandores de la gloria
humana. y, al encarnarse, permanece en su identidad y conserva
Por eso el salmo contina diciendo: Y yo lo cons- el fulgor de la divinidad. La carne tambin es glorifi-
tituir primognito6019 . En efecto, fue primognito entre cada ya desde el momento en que pasa del no ser al
muchos hermanos Aquel que estuvo dotado de carne ser, y la gloria de la divinidad viene a ser tambin glo-
y de sangre, como nosotros. Como Verbo e Hijo de ria del cuerpo. Cristo, en efecto, es uno, aunque tiene
Dios desde toda la eternidad, no tuvo un nacimiento dos naturalezas: es consustancial al Padre y est unido
temporal; como hombre, en cambio, afirmamos que a nosotros por naturaleza y por parentesco.
El cuerpo santo del Seor nunca estuvo privado de
la gloria divina, sino que, desde el comienzo de la
unin hiposttica, qued plenamente enriquecido con
57. Sal 89 (88), 27.
58. cf. lib 1, 3.
59, Sal 89 (88), 28.
60. Rin 8, 29. 61. Mt 17, 2; Mc 9, 2.
42 JUAN DAMASCENO 1 SOBRE LA TRANSFIGURACIN
la gloria de la invisible divinidad, ya que una e idn- tun la luz deslumbrante e inaccesible brill a la ma-
tica es la gloria del Verbo y de la carne, si bien esa nera del sol que est a la vista de todos?
gloria invisible que exista en un cuerpo visible, no El autor sagrado contesta, diciendo: Yo no hago
poda ser vista por aquellos que estaban bajo las ata- comparacin ni establezco paridad respecto del Unig-
duras de la carne, e incluso los ngeles eran incapaces nito del Padre y resplandor de la gloria divina, que no
de contemplarla. puede asimilarse a cosa alguna; pero, puesto que diri-
Cristo al transfigurarse no asume aquello que El no jo mis palabras a quienes se hallan bajo las ataduras de
era, ni se transforma en algo distinto de lo que era, la carne, pongo como parangn el ms bello y res-
sino que se manifiesta a sus discpulos tal como era, plandeciente de los seres materiales.
abrindoles los ojos y convirtindoles de ciegos en vi- No es que en ello exista una verdadera semejanza,
dentes. Esto es lo que significan las palabras se trans- puesto que es imposible que una cosa creada pueda ser
figur delante de ellos, pues, permaneciendo en su nica i magen fiel de lo increado; pero resulta que el sol, sien-
identidad, adems de manifestarse tal como era ante- do uno, posee dos sustancias: una que es la luz que fue
riormente, se muestra ante los ojos de los discpulos de hecha anteriormente y otra que es la materia, que fue
un modo diverso de cmo antes le vean. creada con posterioridad; y es de notar que la luz siem-
pre ha estado unida inseparablemente al elemento ma-
terial que permanece en s mismo, mientras que la luz
Resplandece como el sol se difunde por todos los confines de la tierra. As tam-
bin Cristo, luz de luz, luz que no tiene principio y
13. Y su rostro resplandeci como el 50162. Es el ros- es inaccesible, nacido con un cuerpo temporal y crea-
tro de Aquel que con gran poder hizo que brillara la do, es un solo Sol de justicia, un solo Cristo, que se
luz solar; que cre la luz anterior al sol y que despus manifiesta con dos naturalezas inseparablemente unidas.
hizo del astro solar un receptculo de luz. l es la luz Por eso su cuerpo santo estaba delimitado y al encon-
verdadera, engendrada eternamente de la luz verdade- trarse en el Tabor, no se hallaba fuera del monte; pero
ra e inmortal; es el Verbo consustancial al Padre, res- su divinidad ilimitada estaba en todas partes y traspa-
plandor de la gloria e impronta natural de la sustancia saba todos los confines.
de Dios Padre. Su rostro fue el que resplandeci como Su cuerpo resplandece como el sol, ya que la luz
el sol. de su cuerpo se vuelve resplandeciente. En efecto, tanto
Qu dices, oh evangelista? Por qu comparas lo lo que pertenece a la carne, como lo que es propio de
que es incomparable? Por qu parangonas y pones a la divinidad ilimitada, todo eso es comn y permane-
un mismo nivel, lo que en realidad no es equiparable? ce unido en el nico Verbo de Dios encarnado. Sin em-
Acaso el Seor resplandeci como el siervo? Por ven- bargo, aquello que hace que sean comunes los resplan-
dores de gloria es diverso de aquello que determina que
sean tambin comunes los padecimientos. Con todo,
62. Mt 17, 2. prevalece el elemento divino que comunica su propia
1
luz y su gloria al cuerpo, pero que en el padecer per- como servidores, y los otros siervos (los apstoles) les
manece inmune de los padecimientos. vean hablar con El. Era natural que al ver los disc-
Se dice que su rostro brill como el sol, no por- pulos la gloria y la privanza de aquellos que eran con-
que no fuese ms resplandeciente que el sol, sino que siervos suyos, pero que estaban al servicio de Dios, se
con tales palabras se hace referencia a la capacidad de quedaran transportados de admiracin hacia la benig-
percepcin de quienes le contemplaban. En efecto, si se nidad y condescendencia del Seor y se sintieran lle-
hubiese manifestado con toda la claridad de su gloria, nos de emulacin y de fortaleza para afrontar las lu-
no habran ellos quedado abrasados? Su rostro brill chas, porque el que conoce el fruto que han de repor-
como el sol, es decir, lo que el sol viene a ser para las tar las fatigas, con gran facilidad puede soportar los su-
cosas visibles, lo mismo es Dios para los seres dotados frimientos, pues vemos que el anhelo de la ganancia in-
de inteligencia. duce a tratar con aspereza el propio cuerpo.
63
Sus vestidos se volvieron blancos como la luz As Los soldados, los pgiles, los campesinos y los mer-
como una cosa es el sol fuente de luz y que no puede caderes afrontan con gran ardor las fatigas y se atreven
ser observado con la mirada fija y otra cosa es la luz a surcar el mar embravecido, sin amedrantarse por las
solar que se derrama sobre el mundo la cual se per- fieras o los piratas, con tal de conseguir las apetecidas
cibe y se contempla directamente, gracias a la sabidu- ganancias, y cuanto ms se fijan en cmo se gozan con
ra y a la bondad de Dios, que no quiere que estemos el lucro obtenido aquellos que con anterioridad se fa-
privados de contemplar la belleza, de modo semejan- tigaron, tanto ms se sienten ellos impulsados a sopor-
te, mientras el rostro de Jess resplandece brillante- tar con paciencia los trabajos. De modo semejante aque-
mente como el sol, sus vestidos se vuelven blancos como llos que espiritualmente son siervos, combatientes, agri-
la luz, resplandeciendo por el don de la luz divina. cultores o mercaderes del Seor y que no aspiran a ga-
nancias terrenas, ni apetecen los bienes perecederos,
cuando vean con sus propios ojos aquello que espera-
Dispuestos para afrontar las luchas ban y contemplen a quienes antes se haban esforzado,
disfrutando ya del goce de los bienes esperados, se dis-
14. Realizadas estas cosas, a fin de que Cristo fuese pondrn con mayor empeo para emprender la lucha,
manifestado como nico Seor del Antiguo y del Nuevo no con el fin de enfrentarse a unos hombres, ni de gol-
Testamento y se cerraran las bocas de los herejes, cuyas pear el aire, ni con el propsito de disponer los bue-
gargantas son un sepulcro abierto, y para que se cre- yes bajo el yugo para la labranza, trazando surcos en
yera en la resurreccin de los muertos y en Aquel de la tierra, ni con miras a emprender la navegacin a tra-
quien se atestiguaba que es Seor de vivos y muertos, vs de mares lejanos y agitados, sino que su intento
Moiss y Elas estuvieron junto al Seor en la gloria ser el de luchar contra el poder de las tinieblas, gol-
peando a sus enemigos con el hecho mismo de ser ellos
golpeados y acumulando riquezas precisamente al ser
63. Mt 17. 2. ellos despojados. Empuando el timn de la cruz, se
enfrentarn con las tempestades de este mundo y con vio, ni el odo oy,69 ni han penetrado jams en el co-
los espritus malignos que las provocan. Con la fuerza razn del hombre As pues, en el siglo futuro esta-
70,
del Espritu Santo pondrn en fuga a los que son como remos siempre con el Seor contemplando a Cristo,
fieras rugientes y rapaces, y en los corazones de los resplandeciente con la luz de la divinidad.
hombres, como si de unos surcos se tratara, sembrarn
la palabra de la religin y recogern una copiosa mies
para el Seor. Ahora debemos ya retornar a la exposi- La victoria de la luz alcanza a todos los creyentes
cin de la materia que nos habamos propuesto.
16. Por qu Pedro, al contemplar esta manifesta-
cin divina, dijo al Seor: Bueno es estarnos aqu"?
La verdadera vida de los hombres Quin podra preferir las tinieblas a la luz? Mirad nues-
tro sol y observad qu bueno es, qu agradable, qu
15. Entonces Moiss habl como era justo y dijo: maravilloso, qu apetecible y cmo brilla y refulge. Y
Escucha, oh Israel espiritual, aquello que no pudo or la vida, en verdad es dulce y amable, de tal manera que
el Israel carnal: El Seor tu Dios es un solo Seor 64 todos le tienen apego y no escatiman medios para con-
Es un Dios nico, manifestado en tres personas. En servarla. Y acaso no debis considerar como mucho
efecto, es una sola la sustancia divina del Padre que da ms deseable la luz que existe por s misma y que es
testimonio, del Hijo que es testificado y del Espritu el origen de toda luz? Y no pensis que la ms dulce
Santo que cubre con su sombra 65 Aquel de quien y apetecible es aquella vida que tiene por s misma la
ahora el Padre da testimonio es la Vida de los hom- existencia y de la cual proviene, como un don, cual-
bres. Los insensatos le vern pendiente del leo 66 y no quier otra vida, y en la que todos vivimos, nos move-
creern en el que es su vida. Por esto Elas, a su vez, mos y existimos " ? Por ventura puede haber una vida
replic, diciendo: Este es aquel a quien antiguamente ms deseable y amable que sta? No existen cierta-
contempl como incorpreo en una brisa ligera, o sea, mente, dulzura, ni cosa alguna apetecible que admitan
en el Espritu, pues a Dios nadie le ha visto jams 67, comparacin con la verdadera vida, ni hay discursos o
tal como es en su naturaleza. El que ha visto esto, lo conceptos que sean capaces de expresar lo que esa vida
ha contemplado en el Espritu: Este es el cambio de la es en s misma. Ella est por encima de cualquier pa-
diestra del Altsimo 68 Estas son las cosas que ni el ojo rangn y sobrepasa toda medida. En efecto, cmo po-
dra ser medido aquello que no tiene lmites y que no
64. Cf. Di 5, 6-10.

65. Cf. Mt 17, 5; Me 9, 7; Le 9, 34. 69. cf. 1 co 2, 9; Is 64, 3.
66. cf. Dt 21, 23. 70. Cl`. 1 Ts 4, 17.
67. Jn 1, 18. 71. Mi 17, 4; Me 9, 5; Le 9, 33.
68. Sal 77 (76), 11. 72. Hch 17, 28.
48 JUAN DAMASCENO 1 SOBRE LA TRANSFIGURACIN 49
puede ser alcanzado ni siquiera con el pensamiento? Si Adn no hubiese apetecido la divinizacin antes
Esa luz obtiene la victoria sobre cualquier otro ser cre- de su debido tiempo, habra conseguido lo que desea-
073.
ado. Esa vida es la que ha vencido al mund Cmo ba. As pues, oh Pedro, no trates de conseguir antes de
no ha de ser hermoso el estar unidos a la Belleza? tiempo las cosas bellas. Estas llegarn un da en el que
Pedro no dijo, pues, cosa alguna que fuera desa- alcanzars para siempre esta visin. El Seor te ha cons-
certada. Pero, teniendo en cuenta que todo es hermo- titudo cabeza, no de unos tabernculos, sino de la Igle-
so si se sita en su tiempo oportuno hay un tiempo sia universal. Tus discpulos, aquellos que son tus ove-
71
oportuno para cada cosa, dijo Salomn , era preci- jas y que te han sido confiados por el excelso Prnci-
so que la belleza no quedara reservada nicamente para pe de los pastores, han dado cumplimiento a tus pala-
quienes estaban en aquel lugar, sino que evidentemen- bras construyendo un tabernculo para Cristo y para
te deba derramarse sobre todos los creyentes y a todos sus servidores Moiss y Elas, lugar
76
en donde hoy ce-
ellos deba extenderse lo que es bueno, de manera que lebramos la presente festividad
fuesen muchos ms los que participaran de aquel be- Pedro deca tales cosas no por su propio conoci-
neficio, o sea, de los misterios de la cruz, de la pasin miento, sino impulsado por el Espritu Santo que anun-
y de la muerte del Seor, que pronto iban a realizar- cia el futuro. Por eso el piadossimo Lucas dice que
se. No era, pues, conveniente que permaneciera en el Pedro no saba lo que se deca y Marcos da la razn
monte Aquel que con su propia sangre haba de redi- de esto, diciendo que los discpulos estaban fuera de s,
mir al que haba sido hecho a imagen suya y en favor por el espanto 78 Despus de que Simn hubo excla-
9
del cual se haba encarnado. mado esto, he aqu que una nube luminosa los cubri
Si os hubieseis quedado en el monte Tabor, no ha- y los discpulos fueron presa de un temor ms inten-
bra tenido efecto, oh Pedro, la promesa que se te haba so, al ver que el Seor y Salvador Jess, junto con Moi-
hecho, pues no se te habran entregado las llaves del ss y Elas, estaba dentro de la nube.
Reino, ni el paraso se habra abierto para el ladrn 7l,
ni habra quedado abatida la insolente tirana de la
muerte, ni los infiernos habran sido saqueados, ni Adn La nube luminosa
habra sido salvado, ni Eva rescatada, ni los patriarcas,
los profetas y los justos habran sido sacados de los 17. Antiguamente el que contemplaba a Dios pe-
abismos infernales, ni la naturaleza humana habra sido
revestida de incorruptibilidad.
76. Probablemente Juan Damasceno predic esta homila en el
santuario del Tabor. Es natural que en ese lugar, junto con la trans-
figuracin de Jess, se venerara a Moiss y Elas, sin que debamos
73. Cf. Jn 16, 33. pensar que hubiera tres construcciones diversas.
74. Cf. Qo 3, 1-8. Este libro tradicionalmente se atribua a Sa- 77. Cf. Le 9, 33.
lomn. 78. cf. Me 9, 6.
75. Cf. Le 23, 43. 79. Mi 17, 5; Me 9, 7; cf. Lc 9, 34.
50 51
JUAN DAMASCENO SOBRE LA TRANSFIGURACIN
netraba en la oscuridad, lo cual hace referencia a la Este es mi Hijo amado

ley, pues sta contena la sombra de los bienes futu-
ros 11 y no la verdad misma, segn se desprende de lo
18. Y desde la nube se dej or una voz que deca:
que escribi Pablo: Por entonces Israel no pudo, en Este es mi hijo amado, en el que me he complacido; es-
verdad, fijar la vista en el resplandor del rostro de 11
cuchadle . La voz del Padre vino desde la nube, que
Moiss, a pesar de que era efmero 8!; nosotros, en es el Espritu Santo: Este es mi Hijo amado, el que apa-
cambio, con el rostro descubierto contemplamo s , como rece como hombre y lo es; El recientemente se ha hecho
en un espejo, la gloria del Seor, transfigurado s de una hombre y convive humildemente con vosotros; su ros-
gloria en una gloria mayor, como por obra del Esp- tro ha resplandecido ahora. Este es mi Hijo amado, el
ritu del Seor 82 que existe desde siempre, el unignito de Dios, engen-
Es por esta razn que les cubri con su sombra una drado desde la eternidad y que existir eternamente. El
nube que no era oscura, sino luminosa. En efecto, el es engendrado por m, est en m y mora conmigo. No
misterio escondido desde siglos y generaciones, ha sido ha comenzado a existir despus de m, sino que existe
revelado 83 y se pone de manifiesto una gloria constante desde siempre. Procede de m por razn de paternidad;
y perpetua. Por tal motivo estuvieron presentes Moi- siendo engendrado de mi propia sustancia, es consus-
ss y Elas como representante s de la ley y de los pro- tancial conmigo. Est en m, porque es engendrado sin
fetas, puesto que Aquel a quien anunciaron la ley y los divisin, ni separacin alguna. Mora conmigo, en cuan-
profetas es Jess, el que da la vida. Moiss adems re- to que es persona del todo perfecta y no una mera pa-
presenta la asamblea de los santos que haban muerto labra lanzada al aire. Por eso es el amado.
en el pasado, y Elas representa la corporacin de los Quin es, en efecto, el Hijo amado, sino el Uni-
vivientes, pues quien es transfigurado es el Seor de gnito? En l me he complacido. Por complacencia del
vivos y muertos. Moiss entr en la tierra prometida, Padre el Verbo e Hijo unignito se ha encarnado. Por
porque Jess se la dio en herencia 14 y aquellas cosas la complacencia del Padre, en su Hijo unignito ha re-
que antiguamente contempl en imagen, las ve hoy con alizado la salvacin del mundo entero. Por la compla-
toda claridad. Esto es lo que se insina con el res- cencia del Padre, en su Hijo unignito ha llevado a tr-
plandor de la nube. mino la unin de todas las cosas. Puesto que el hom-
bre ha sido constituido como un microcosmos y ha ve-
nido a ser el lazo de unin de todos los seres, tanto
80. Cf. Hb lo, i. visibles como invisibles, dado que en l existe lo uno
81. cf. 2 Co 3, 7.
82. Cf. 2 Co 1, 18.
y lo otro, el Seor, creador y soberano del universo,
83. Cf. Ef 3, 5. se ha complacido de que en su Hijo unignito se efec-
84. Moiss no pudo entrar, durante su vida, en la tierra pro- tuase la unin de la divinidad 'i de la humanidad y
metida, pero Jess le concedi hallarse en ella asistiendo al miste-
rio de la transfiguraci n del Seor, participando as en los hechos
ocurridos en la plenitud de los tiempos. 85. Cf. Me 9, 7; Mi 17, 5; Le 9, 35.
i
toda la creacin se mantuviera unida, a fin de que Dios recibido en plenitud el Espritu Santo y que la triste-
sea todo en todos 86 za habra inundado sus corazones 90, adems de que la
Este es mi Hijo, el resplandor de mi gloria, la im- envidia habra provocado la clera del traidor. Noso-
pronta de mi esencia, por medio del cual hice tambin tros hemos de poner trmino ya a nuestro discurso.
los ngeles, y por medio de El los cielos han sido con-
solidados y ha sido formada la tierra; El es quien sus-
tenta todas las cosas con la palabra de su poder 87 y Un camino hacia la divina hermosura
con el espritu de su boca, o sea, el Espritu Santo,
Seor y dador de vida. 20. Acordaos siempre de lo que se os ha dicho, lle-
Escuchadle, pues el que le acoge a El, me acoge a vando constantemente en el corazn la belleza de esta
m, que soy el que lo he enviado y no con las ca- visin y haciendo que resuene en vuestros odos la voz
.ractersticas de un dominador, sino de padre. Como del Padre que dice: Este no es un siervo, ni un emba-
hombre ciertamente ha sido enviado, pero como Dios, jador, ni un ngel, sino que es mi Hijo amado; escu-
permanece en m y yo en El. El que no honra al Uni- chadle. Escuchmosle, pues, cuando dice: Amars al
gnito, mi Hijo amado, no me honra a m, el Padre Seor tu Dios, con todo tu corazn 9I No matars 92, ni
que lo he enviado. Escuchadle, pues El tiene palabras te enojars contra tu hermano; reconcliate primero con
91
de vida eterna. Esta es la conclusin de todo lo reali- tu hermano y despus ven a presentar tu ofrenda . No
91
zado; sta es la fuerza del misterio. cometers adulterio y ni siquiera te fijars en la be-
91
lleza que pertenece a otro . No jurars en falso 96 y ni
siquiera proferirs juramentos, sino que vuestro modo
La guarda del secreto de hablar ser: s, s y no, no, pues lo que pasa de eso
9 98
es invencin del Maligno l. No dirs falso testimonio
19. Qu ocurri despus? Moiss y Elas fueron No robars"; e incluso da a quien te pide y no vuelvas
enviados a su propio lugar y los apstoles vieron ya al
Seor solo. Bajaron as del monte, sin decir a nadie
nada de lo que haban visto y odo, tal como El se lo
haba mandado 89 Cul fue el motivo de este precep- 90. Aqu el orador se refiere a los discpulos que se haban
quedado al pie de! monte.
to? Pienso que el Seor as lo dispuso porque saba que 91. Dt 6, 5; Mt 22, 37.
los discpulos eran imperfectos pues todava no haban 92. Ex 20, 13; Dt 5, 17; Mt 5, 21.
93. Mt 5, 24,
94. Ex 20, 17; Dt 5, 18; Mt 5, 27.
95. Cf. Mt 5, 28.
86. 1 Co 15, 28. 96. Ex 20, 7; Dt 5, 20; Mt 5, 33.
87. Cf. Hb 1, 3. 97. cf. Mt 5, 37.
88. cf. Me 9, 37. 98. Ex 20, 7; Dt 5, 20; Mt 5, 33.
89. Cf. Mt 17, 9; Me 9, 9; Le 9, 36. 99. Ex 20, 15; Dt 5, 19.
54 JUAN DAMASCENO
la espalda al que desea que le hagas un prstamo; y si HOMILA SOBRE LA HIGUERA ESTRIL
alguno te quita lo tuyo, no le pongas resistencia lOO.
Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os mal- SERMN DE NUESTRO PADRE SAN JUAN,
dicen, haced el bien a los que os aborrecen, rezad por MONJE Y PRESBTERO DE LA IGLESIA DE LA SANTA
los que os calumnian y persiguen l01 No juzguis, a fin RESURRECCIN DE CRISTO NUESTRO DIOS,
de que no seis juzgados 102 Perdonad y se os perdo- ACERCA DE LA HIGUERA QUE SE QUED SECA
nar '03, a fin de que seis hijos de vuestro Padre y
Y DE LA PARBOLA DE LA VIA
seis perfectos y misericordio sos , como vuestro Padre
celestial 104, que hace salir el sol sobre malos y buenos
y hace llover sobre justos e injustos lOS
Cumplamos con todo cuidado estos mandatos divi-
nos, para que tambin nosotros podamos gozar de la
divina hermosura, saciados con su dulcsima suavidad,
ahora en la medida en que es posible para quienes so- Nos mostr la riqueza de su amor
portan el peso del taberncul o terrenal del cuerpo, pero
despus de una manera ms clara y ms pura, cuando 1. El que me impulsa a hablar es el Verbo consus-
los justos brillarn como el sol y, liberados de la cr- tancial al Dios y Padre y que, sin alejarse del seno del
cel del cuerpo, sern inmortales como los ngeles, junto Padre, fue concebido en el seno de la Virgen, pero sin
al Seor, en la grandiosa y visible manifestacin que, quedar por ello delimitado. El es el Verbo que por m
desde los cielos, ha de efectuar el Seor, Dios y Salva- se hizo tal como yo soy y que, siendo impasible por
dor nuestro, Jesucristo. Junto con El sea la gloria al razn de la divinidad, ha asumido un cuerpo pasible
Padre con el Espritu Santo, ahora y por los perdura- como el mo. El que est sentado en la carroza de que-
hle y1 ,-] A
rubines, hallndose en la tierra subi sobre un pollino
de asnilla ' ; siendo el Rey de la gloria que, junto con
el Padre y el Espritu Santo, es proclamado santo por
los serafines 2, acept los balbuceos de la inocente len-
gua de los nios. Siendo Dios, empez a existir en la
forma de siervo que haba asumido y, siendo inmortal
e invisible como Dios, tom para s un cuerpo visible
y palpable y acept voluntariamente el sufrimiento, a
fin de concederme la gracia de la impasibilidad.
1. Cf. Mt 21, 1-7.

2. Cf. Is 6, 3.
56
JUAN DAMASCENO SOBRE LA HIGUERA ESTRIL 57
Efectivament e , cuando el Seor vio que el hombre,

El Seor se hizo hombre a fin de que, a travs de
modelado por sus manos a su imagen y semejanza 3 , lo que El hizo y padeci, aquel que era ignorante apren-
haba sucumbid o a la seduccin de la serpiente, haba
transgredid o su mandato y haba quedado sometido a diera cmo se ha de practicar la virtud. Su intencin
la corrupci n y destinad o era que, al verle bajar a la tierra desde el seno del Padre
a la muerte, entonces El, que para nuestra salvacin, nosotros, desde el seno de nues-
por naturalez a es misericordioso, no toler que se per-
tra madre la tierra, voluntariamente subiramos hacia
diera aquel a quien amaba, antes bien de muy diversos l. Obr as para mostrarnos la extraordinaria riqueza
modos le fue llamando a la conversin y a la peniten- de su amor hacia nosotros, pues nadie puede manifes-
cia, corrigindol e como a un siervo insensato o como
tar un amor ms grande que 4.el de quien ofrece su alma
a un hijo que de muchas maneras y en diversas cir- por aquellos a quienes ama Cmo podra, pues, de-
cunstancia s haya obrado neciament 1
e . El Seor, en efec- mostrar su amor el que no tuviera alma? .
to, empleando todos los recursos, intent que el hom-
bre se liberase de la esclavitud del tirano y retornase
hacia el que lo haba plasmado.
Cristo, mdico excelente para nuestras enfermedades
Pero el hombre careca de fuerzas para convertirse
una vez que se haba hecho esclavo del pecado y se 2. Por eso se encarn: para poder ser visto en la
haba entregad o por prppia voluntad a los bajos ins-
tierra y vivir con los hombres. Por eso asumi un alma:
tintos. Por eso el Seor bondadossim , viendo que la
o para poder ofrecerla por sus amigos. Digo amigos, no
naturaleza humana estaba tan debilitada, la tom sobre por el hecho de que ellos le tuvieran afecto, sino por-
s. Cuando vio, en efecto, que el hombre desobedeca que El les tena un gran amor. As como nosotros le
a su palabra y quebrantaba sus mandamient y salu- hemos tenido aversin y nos hemos apartado de El, sir-
os
dables preceptos, qu fue lo que dijo? Es necesario viendo a otro; El, en cambio, ha permanecido firme y
exclam que yo instruya con el ejemplo de mis obras constante en su amor por nosotros. Por eso ha corri-
a quien es tan ignorant e . Es preciso que yo asuma su
do en pos de nosotros y ha salido al encuentro de quie-
naturaleza y la encamine hacia la prctica de la virtud, nes le detestaban. Sigui a los que huan de l y, al al-
a fin de que se acostumbr e y se ejercite en el bien
canzarlos, no los reprendi con aspereza ni les castig
obrar. Es preciso que yo me presente visiblement con el ltigo, sino que les aplic el remedio, como un
e y
as el enfermo obtendr la salud. Es preciso que yo re-
cupere la oveja perdida y la conduzca al antiguo redil
de paraso. Y cmo podr recobrarla, si no me acer-
co a ella en forma visible? Y cmo conseguir con- 4. Cf. Jn 15, 13.
ducirla por el camino, si ella no descubre mis huellas? 5. Con esta expresin San Juan Damasceno quiere manifestar
la fe de la Iglesia en la encarnacin del Verbo, que ha asumido la
naturaleza humana completa, con cuerpo y alma. As se descalifica
3. Cf. Gn 1, 26-27. y rechaza la hereja de Apolinar que afirmaba que en Cristo la di-
vinidad supla el alma humana.
-
SOBRE LA HIGUERA ESTRIL
mdico excelente, a quien un loco furioso colmara de y endemoniado 11 o le perseguan, lo soportaba todo, a
insultos, de golpes y de salivazos. fin de que nosotros siguiramos sus huellas.
Teniendo en cuenta lo difcil que era la curacin, Todo esto lo realizaba por voluntad del Padre. Sien-
el Seor ofreci su divinidad como medicina para el do como era su hijo unignito y consustancial, revelaba
gnero humano. Se trataba de un remedio eficacsimo el amor que el Padre nos tiene. En efecto, de tal mane-
y todopoderoso. As se puso de manifiesto que una ra nos am Dios Padre, que a su Hijo unignito lo en-
carne dbil resultaba ms poderosa que las potestades treg en rescate por nosotros 13 Oh amor insuperable!
invisibles. As como el hierro que se aplica al fuego no El Hijo unignito que reina junto con el Padre, en favor
se puede tocar, as el heno de nuestra naturaleza, al nuestro es entregado a la muerte: en favor de unos sier-
unirse al fuego de la divinidad, ha venido a ser into- vos ingratos, de unos criados rebeldes, de unos adversa-
cable para el demonio y, puesto que los ayudantes de rios blasfemos que rinden culto al enemigo y lo procla-
los mdicos dicen que lo contrario se cura con lo con- man como Dios. Oh profundidad de la riqueza del amor
trario, as tambin con lo opuesto se cura lo opuesto: de Dios! 14 Y el Hijo unignito no se opuso, ni se de-
el placer se vence con los sufrimientos y la soberbia sentendi de la voluntad del Padre, puesto que El mismo
con la humildad. El Seor no slo se humill a s era el consejo y el querer del Padre I5 Por eso, ya que
mismo al hacerse hombre, siendo como era rico por la el Hijo posee la misma naturaleza y la misma bondad
divinidad, sino que tambin se humill entre los hom- del Padre, puesto que es una sola la naturaleza del Padre
bres 6 y del Hijo, ste tambin obr por su voluntad y se hizo
Qu hombre hubo, en efecto, que fuera tan pobre hombre y obediente al Padre hasta la muerte, y muerte
y humilde como El? No tuvo donde reclinar la cabeza'. de cruz 16, y as puso remedio a mi desobediencia.
No posey cabalgadura, ni dos mantos, ni una tnica de
repuesto; siendo ultrajado no replicaba con injurias, sien-
do maltratado no profera amenazas s. Como un corde- Hambre de nuestra salvacin
ro inocente
9; llevado al sacrificio, no se rebelaba ni grita-
ba al ser abofeteado ofreca voluntariamente la mejilla 3. El Seor viene con ansias de padecer y se apre-
al que le estaba pegando"; no apart su rostro ante el sura a beber el cliz de la muerte que ha de salvar a
ultraje de los salivazos "; cuando le llamaban samaritano
12. Cf. Jn 8, 48.

13. cf. Jn 3, 16; 2, 9.
6. Cf. FIp 2, 6-8.
14. Cf. Rm 11, 33.
7. cf. Mt 8, 20.
15. La voluntad divina es nica en las tres divinas personas,
S. 1 P 2, 23. pero el Verbo, al encarnarse, asumi una voluntad humana. Vase
9. cf. Is 53, 7. el Canon 1 del concilio de Letrn del ao 649, celebrado bajo Mar-
10. cf. Mi 5, 39.
tn 1 ( DENZINGER, Enchiridion Syrnbolorum 501).
11. cf. Mt 27, 30; Me 15, 19.
16. FIp. 2, S.
60 61
SOBRE LA HIGUERA ESTRIL
JUAN DAMASCENO
v estidos
todo el mundo. Viene con hambre de la salvacin de de la inmortalidad, pues, como vivan cerca
los hombres y no encuentra el fruto para saciarla, segn de Dios por la obediencia, les cubra unk vestidura de
se insina en la parbola de la higuera. Quin es el incorrupcin.
que come a primera hora? . Es el Rey, el Seor, el Por el contrario, despus de haber desobedecido, se
Maestro. Al sentir hambre por la maana, no se deja vieron privados del vestido de la gracia y apartados de
llevar por el deseo de comer y, sin embargo, no se im- la exttica contemplacin de Dios. Tambin se dieron
pone sobre la naturaleza, sino que, corno si fuera dbil cuenta de la desnudez de su cuerpo 20, ansiaron los pla-
de voluntad e intemperante, se lanza sin demora hacia ceres de la vida, se avergonzaron de sus costumbres
el alimento cuando no es el tiempo a propsito. C mo sencillas y pobres; cosieron hojas de higuera y se hi-
"
podr as inculcar a sus discpulos el ayuno y ensear- cieron unos ceidores , se esforzaron en hacer muchos
les a no dejarse llevar por los deseos desordenados? No razonamientos y encontraron una vida dura, llena de
se trata de esto, sino que as como, al hablar, ensea preocupaciones y dolores. Efectivamente, la Escritura
con parbolas, al actuar, expone tambin parbolas. dice: Comers tu pan con el sudor de tu frente. Mal-
Se acerc a la higuera, porque tena hambre II. La dita sea la tierra en tus labores; te producir cardos y
22 Has
higuera significa el gnero humano. Dulce es el fruto espinas. Pero t eres tierra y a la tierra volvers
de la higuera, pero sus hojas son amargas, intiles y a albergado Sentimientos terrenos y a la tierra regresars.
propsito para ser quemadas. As tambin el gnero hu- Has sido comparado a las bestias irracionales, porque
mano posea el fruto suavsimo de la virtud que Dios no correspondiste a la dignidad que poseas 23 Estabas
haba dispuesto que produjera, pero por haber sido es- junto a Dios y no reconociste una dignidad tan fruc-
tril a este respecto, result que sus hojas fueron amar- tfera, sino que preferiste el goce de las cosas terrena-
gas. Qu hay, en efecto, ms amargo que las preocu- les y deseaste el gnero de vida propio de los irracio-
nales. Eres tierra, y a la tierra volvers Heredars la
24
paciones de esta vida?
En otro tiempo Adn y Eva estaban desnudos r muerte, tal como corresponde a los animales. Por eso
no sentan vergenza 19; vivan de un modo sencillo y t vas vestido con tnicas de pieles 25 El que al prin-
natural. No conocan los artificios, ni las preocupa- cipio viva feliz, habitando corporalmente en un jardn
ciones; no se cuidaban de cmo cubrir la desnudez de
su cuerpo, ni se avergonzaban de su pobreza y sim-
plicidad de vida. Aunque estuvieran desnudos corpo- 20. Cf. Gn 3, 7.
ralmente, se hallaban protegidos por la divina gracia. 21. Idem.
No tenan un vestido para el cuerpo, pero estaban re- 22. Cf. Gn 3, 17-19.
23. cf. Sal 49 (48), 13.
24. Gn 3, 19,
25. Las vestiduras hechas de pieles de animales que el Seor di
17. CL Mt 21, 18. a Adn y Eva (Gn 3, 21) son consideradas por Juan Damasceno
18. Cf. Mt 21, 18-19. corno un smbolo de su nueva situacin, en la que se sienten im-
19. Cf. Gn 2, 25. pulsados a secundar los bajos instintos a semejanza de las bestias.
62 SOBRE LA HIGUERA ESTQRIL
63
JUAN DAMASCENO
de delicias y morando en una cmara regia, se ha ga- o

vejas y que, siendo como una higuera estril, no pro-
nado el tener un cuerpo spero y mortal, capaz de so- ducan frutos dulces, sino que slo tenan hojas y stas
portar sufrimientos. de una gran aspereza. Escucha, si no, sus palabras muy
Verdaderamente son speras las hojas de higuera que speras.
afectan a nuestra naturaleza y tambin lo es la malicia Ellos dijeron: Con qu potestad" haces estas cosas?
de nuestra condicin humana. A esta higuera, o sea, al Y quin te ha dado esta potestad? . Observa cunta
gnero humano se acerc e! Salvador, hambriento y bus- e
sterilidad del alma y qu incredulidad! En vez de eso,
cando en ella el ms dulce de los frutos, es decir, la ellos deberan haber dicho: Bien has obrado, oh Maes-
virtud, que es dulcsima para Dios y de la cual pro- tro bueno, t que resucitaste a Lzaro muerto de cua-
viene la salvacin. Pero el Seor no encontr fruto, sino tro das", t que enseaste a los cojos a caminar sin
que hall solamente hojas, o sea, el pecado, que es lo dificultad, t que diste a los ciegos la facultad de la
ms spero y desdichado que existe, y los males que vista, t que sanaste a los paralticos y curaste toda en-
de l se originan. Por eso, encarndose con la higuera, fermedad y dolencia, t que expulsaste los demonios y
26
exclam: Ya no brotar fruto de ti En efecto, la sal- que enseaste el camino de la salvacin. En vez de ex-
vacin no proviene de los hombres, ni la virtud tiene presarse de este modo, ellos dicen: Con qu protestad
su origen en las facultades humanas. Soy yo el que re- haces estas cosas? Oh insensatos! Si os hubiese dicho
alizar la salvacin; yo, mediante mi pasin, otorgar con qu potestad obraba, acaso le hubierais credo?
la gracia de la resurreccin y as har que queden secas No habrais credo, puesto que tampoco cresteis a Juan.
las hojas, o sea, los pecados. Esto es lo que hizo el Corristeis hacia Juan como un ro en crecida y, confe-
Seor. sando vuestros pecados, fuisteis aparentemente bautiza-
dos, pero no cresteis. Acaso creerais, si yo os res-
pondiese a lo que me
30 preguntis?
Oh generacin mal-
Esterilidad del alma incrdula vada e incrdula!
Vosotros sois los malos viadores que habis devo-
4. Despus de haber realizado estas cosas, que vie- rado la via del Seor de los ejrcitos. A cul de los
nen a ser como una parbola, Jess entr en el tem- profetas no le condenasteis a muerte? 3l Mi Padre os
plo`, para visitar la casa del Padre, y encontr all a envi mis siervos los profetas, para reclamar de voso-
los malos viadores, los sumos sacerdotes, aquellos tros los frutos de la via. Yo transport la via desde
que ciertamente estaban sentados sobre la ctedra de Egipto, por medio de Moiss, y la plant en una tierra
Moiss, pero que no realizaban as obras de Moiss,
aquellos lobos que exteriormente tenan apariencia de
28. Mi 21, 23.
29. Cf. Jn 11, 1-44.
26. Mi 21, 19. 30. Mi 17, 17.
27. cf. Mi 21, 23. 31. U. Hch 7, 52.
64 SOBRE LA HIGUERA ESTRIL
65
JUAN DAMASCENO
frtil, despus de haber desalojado a los gentiles 32 y la os aplastar". Yo unir los dos pueblos; por muy dis-
di en herencia mediante suertes B Hice que estuviera tante que est, yo juntar lo terreno con lo celestial.
bien arraigada de acuerdo con la ley y la palabra de Por obra ma habr una sola Iglesia, compuesta de n-
los profetas, y la via cubri la tierra; sus sarmientos geles y de hombres. Por obra ma los que sois ene-
llegaron hasta el mar y sus brotes llenaron los ros de migos seris reconciliados con mi Padre. Yo estable-
los pueblos 34. Vosotros echasteis por tierra su cerca, la cer la paz, y la prenda de paz que dar ser mi san-
proteccin que provena de la ley, y, estando as des- gre, que ser derramada para la salvacin de todo el
protegida, la vendimiaron los demonios, que corren por mundo.
el camino de la vida; el jabal de la selva y el ladrn
la maltratan y una singular fiera salvaje se apacienta en
ella 15 . Ceguera de unos sacerdotes impos
Cuando mis siervos los profetas fueron a pedir los
frutos de esta via bellamente plantada, fecunda y ex- 5. Como estas cosas las dijo el Seor con parbo-
celente, a uno lo aserrasteis, a otro lo echasteis en un las, ellos no quedaron persuadidos; cerraron los ojos
hoyo de fango, y a otro lo apedreasteis. He aqu que para no ver y escucharon con odos entorpecidos. Por
ahora yo, el Hijo y heredero, estoy personalmente ante eso es que no quedaron iluminados con la luz del Evan-
vosotros. Respetad mi filiacin; reverenciad el honor gelio.
que corresponde a mi naturaleza divina, que es la Oh inslito endurecimiento de unos sacerdotes im-
misma del Padre; Yo estoy en el Padre y el Padre est pos! Ellos se condenaron a s mismos, sin saber lo que
en m 36, aunque yo haya venido a vosotros porque se decan. Pronunciaron sentencia contra ellos mismos,
me he compadecido de mi via; a pesar de que yo pues al ser preguntados acerca de lo que hara el dueo
haya bajado a la tierra, habito en el seno de mi Padre; de la via con aquellos malos viadores, respondieron
entregadme el fruto de mi via. Pero, en verdad, como acertadamente, aunque sin darse plena cuenta de ello,
malos viadores, vosotros habis colmado la medida y dijeron: Har morir de mala muerte a los malva-
de vuestros padres 37 . Ellos mataron a los profetas, pero dos 1 g En verdad es de justicia que sufra males aquel
.
vosotros habis llegado hasta dar muerte a Dios; les que por propia voluntad obr el mal.
habis superado en maldad. Yo soy el heredero, la pie- La via, en cambio, ser entregada a otros viado-
dra angular que, aun habindola vosotros rechazado, res que aportarn los frutos a su debido tiempo 40 Ellos,
como sacerdotes que eran y poseedores de la dignidad
sacerdotal, hablaron profticamente y dijeron la verdad,
32. cf. Sal 80 (79), 9.
33. cf. Sal 105 (104), II.
34. cf. Sal Sr' (79), 12.
35. cf. Sal 80 (79), 14. 38. U. Le 20, 17-18; Sal 118 (117), 22; 1 P 2, 6.
36. Jn 10, 38. 39. Mt 21, 41.
37. Mi 23, 32. 40. cf. Mt 21, 41.
66 SOBRE LA HIGUERA ESTRIL 67
JUAN DAMASCENO
aunque sin darse cuenta. En efecto, la via, o sea, el Nosotros acordmonos de las renuncias y de los
pueblo del Seor, es confiada a unos viadores, que c
ompromisos que hicimos en el bautismo. Renunciamos
son los apstoles, que entregarn al dueo una cose- entonces al diablo y a sus ngeles y asimismo a todas
cha copiosa y excelente, ya que por toda la tierra se sus obras, a prestarle cualquier servicio y a rendirle ho-
ha difundido su voz y hasta los lmites del orbe han nores. Mantengamos estos compromisos y no hagamos
llegado sus palabras 4 1 y qu hermosos son los pies de como los perros, que retornan hacia su propio vmito.
los que traen la buena nueva de la paz y anuncian el Obras del diablo son: los adulterios, las fornicaciones,
bien! 42 Caminando ellos como ovejas en medio de la impureza, las envidias, los homicidios, las discordias,
lobos 41, transforman los lobos en ovejas, integran en las disputas, la hipocresa, la maledicencia, la irona, la
el rebao de Cristo a los gentiles que antes les perse- ira, el resentimiento, las condenas, las difamaciones, los
guan y adquieren para el Seor un pueblo escogido y conjuros, las murmuraciones. Signos de la incredulidad
fervoroso en las buenas obras . son: las cobardas, las pasiones desordenadas, las anti-
patas, la avaricia, los alardes, la embriaguez. Pompas
del diablo son: la arrogancia, la ambicin, la presun-
Manifestar la fe con buenas obras cin, la altivez, la soberbia, la ostentacin y el adorno
del cuerpo.
6. Ea!, pues, hermanos, nosotros que de la fe hemos Desechando toda participacin en esas cosas, un-
tomado el nombre y que hemos sido considerados dig- monos a Cristo y esforcmonos en adquirir las vir-
nos de llamarnos y ser el pueblo de Cristo, no conta- tudes opuestas a dichos vicios: la castidad, la modes-
minemos la fe con acciones inconvenientes. No basta tia, la pobreza, la perseverancia, la paz, la caridad, la
con ser creyentes; hemos de manifestar nuestra fe con compasin, la limosna, la generosidad con los nece-
las obras. sitados, la conveniente moderacin en el gnero de
Un padre tena dos hijos y dijo a uno: Ve a tra- vida y en el vestido, la verdad en las palabras, la hu-
bajar en la via 41. Este prometi que ira, pero no lo mildad y sobre todo la participacin en los oprobios
cumpli. Despus el padre dijo lo mismo al otro. Este que Cristo padeci, pues si participamos en los su-
de palabra se neg a hacer lo que se le mandaba, pero frimientos de Cristo, tendremos parte tambin en su
luego, en realidad, lo cumpli. El primero es reproba- gloria y ofreceremos a Dios padre una vctima vi-
do, mientras que el segundo es elogiado. viente e inmaculada 46 en la Iglesia de los primogni-
tos, donde est la morada de los santos que poseen
11
la felicidad .
41. Sal 19 (18), 5; cf. Rm 10, 18.
42. Is 52, 7.
43. cf. Mt 10, 16.
44. Cf. Tt 2, 14. 46. cf. Rm 12, 1.
45. Mt 21, 28. 47. cf. Sal 87 (86), 7.
68 JUAN DAMASCENO SOBRE LA HIGUERA ESTRIL 69
Exhortacin a la Iglesia esposa de Cristo No admitas ningn otro esposo en el tlamo de tu

corazn, pues celoso es tu esposo Cristo", que es dul-
7. Ha llegado el momento de dirigirte mis palabras, csimo, el nico verdaderamente noble, todo suavidad
oh esposa amadsima de Cristo! 4. Corresponde con y amor. Abre solamente para El tu corazn y grtale:
tu amor a Aquel que tanto te ama. brele lo ms n- Tengo herido el corazn " ; tu amor me tiene enajena-
timo de tu corazn, a fin de que ponga all su morada, tu caridad me ha embelesado, oh Seor. Estoy cau-
da junto con el Padre y el Espritu Santo. Aparta de tiva de tu amor; entra en mi cmara. Besar tus hue-
tu corazn todo lo terreno, para que Cristo pueda en- llas, pues no soy digna de decir: Bsame con los besos
trar en l. Una casa, en efecto, no puede albergar al de tu boca ".
mismo tiempo tierra y aire en movimiento. En la me- Habita en m y pasate dentro de m, segn tu pro-
dida en que admitas la tierra, hars que se aleje la co- 11
mesa veraz, oh Seor , y haz de m un templo de tu
rriente de aire, y en tanto que albergues en tu corazn Espritu Santsimo. Gobierna mi corazn, Seor; tma-
las cosas terrenas, apartars de ti el Espritu Santo. lo como posesin tuya y pon en m tu morada, junto
De dnde provienen las fornicaciones? De dnde con el Padre y el Espritu Santo. Acrecienta en m tus
los adulterios? De dnde las discordias, las envidias, vnculos amorosos, los impulsos de tu Santsimo Esp-
los homicidios, y tanta abundancia de males? Acaso ritu, pues t eres mi Dios. Y yo te glorificar, junto
no derivan del apetito de cosas de la tierra? Aleja de con tu Padre ingnito y con tu santo y vivificante Es-
ti toda ambicin, ya que sta es la madre de la incre- pritu ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
dulidad. Jess, en efecto, dice: No podis creer en Amn.
vosotros que recibs gloria de los hombres 49 . Expulsa
de tu corazn toda presuncin, arrogancia y soberbia,
pues el hombre de corazn altivo es impuro en la pre-
sencia del Seor. En efecto, el Seor resiste a los so-
berbios y da su gracia a los humildes 11 . Rechaza toda
jactancia, toda autocomplacencia y todo deseo de agra-
dar a los hombres, a fin de someterte nicamente a la
ley de Dios, y El te conducir hacia el puerto de su
beneplcito.
48. La esposa de Cristo es la Iglesia, y, por estar integrada en

ella, lo es tambin toda alma fiel. Aqu San Juan Damasceno hace Cf. Di 4, 24.
51.
una ferviente exhortacin a la fidelidad a Cristo.
52. Ct 2, 5.
49. Jn 5, 44.
53. Ct 1, 2.
50. Pr 3, 34, Segn la versin de los Setenta; St 4, 6.
54. Cf. Lv 26, 11-12.
1
HOMILA SOBRE EL SBADO SANTO
HOMILA DEL HUMILDE MONJE Y PRESBTERO

JUAN DAMASCENO SOBRE EL SBADO SANTO
Los limpios de corazn vern a Dios
1. Quin anunciar las 1 proezas del Seor y dar a

conocer todas sus alabanzas? Quin describir el mar
ilimitado e inconmensurable de su bondad? Quin
podr manifestar su inescrutable amor hacia sus sier-
vos? Quin ser capaz de expresar su insondable con-
descendencia? Quin podr explicar su gran miseri-
cordia para con nosotros y la inefable proteccin que
nos dispensa? Nadie podra hacerlo, ni aunque hablara
las lenguas de los ngeles y de los hombres' y pose-
yera toda la inteligencia humana. Por ms que el esp-
ritu est pronto', la lengua es inhbil para expresarse
y la mente se halla oscurecida y carece de la suficien-
te capacidad de comprensin. En efecto, el gran miste-
rio de la obra salvadora de Dios no puede ser alcan-
zado por la razn, sino nicamente mediante la fe y
para ello se requiere la pureza del alma, que no existe
sino con el temor y el amor de Dios. En verdad la pu-
rificacin del espritu solamente se obtiene mediante el
1. Sal 106 (105), 2.

2. cf. 1 Co 13, 1.
3. Cf. Mt 26, 41.
SOBRE EL SBADO SANTO 73
72 JUAN DAMASCENO
temor y el amor de Dios, y no es posible recibir la ilu- Se manifiesta el amor de Dios

minacin divina sin la previa purificacin de la vista del
alma. 2. Ahora se revela el misterio escondido desde si-
Dios es inaccesible para los impuros; slo los lim- glos 7; ahora obtiene su cumplimiento el plan divino
pios de corazn vern a Dios ', como lo dice Cristo, de la salvacin y llega a su plenitud la obra de la en-
que es la verdad por esencia. Por eso cuando Dios an- carnacin del Verbo de Dios; ahora se pone de ma-
tiguamente se apareci a Moiss en la visin de la zarza, nifiesto el abismo del amor divino. El Verbo de Dios
lo primero que le orden fue quitarse las sandalias y, de tal manera ha amado al mundo, que, segn la be-
despus de haberlo hecho, acercarse a contemplar aquel nvola decisin del Padre, ha condescendido en en-
8
signo . El descalzarse significa eliminar los pensa- carnarse y, siendo inmaterial, se ha revestido con la
6 pesadez de un cuerpo material, a fin de que, habien-
mientos mortales y terrenos Por otra parte, mientras
do experimentado los sufrimientos y la muerte en su
el monte Sina humeaba y cuando tena lugar la en-
trega de las leyes divinas, no todos pudieron acercar- naturaleza pasible, nos revistiera de impasibilidad a
se, pues la subida estaba reservada a quienes se some- nosotros que estamos sujetos a los padecimientos. Por
tieran a la purificacin. Ahora bien, si incluso tratn- eso El sufri el hambre, la sed, el sueo, el cansan-
dose de unos smbolos, se preceptuaba la purificacin cio, la tristeza, la angustia, el temor; cosas stas que
de toda mancha, cunto ms incontaminados y pare- provienen del deseo natural de conservar la vida. Por
cidos a Dios habrn de ser aquellos que quieran acer- eso mismo, l acept la cruz, la pasin, y la muerte,
1
carse a las realidades que anteriormente fueron expre- del modo que corresponde a nuestra naturaleza . La
sadas en figuras. condicin humana, en efecto, est sometida a tales
afecciones, que son inevitables para nosotros que
Purifiqumonos, pues, hermanos, de todo senti-
hemos sido condenados a soportarlas. El Seor no
miento terrenal, de todo desorden y de la vida agita-
da, a fin de poder acoger con todo su fulgor los res- rehus el experimentar esos sentimientos, a fin de que,
plandores de la palabra divina y alimentar nuestras almas al ser dominados en El, tambin en nosotros queden
con aquel pan espiritual que sustenta a los ngeles. As, sujetados.
una vez que hayamos penetrado en los sagrados recin-
tos, podremos comprender debidamente los divinos pa- Imitacin de Cristo
decimientos de Aquel que es impasible, los cuales han
proporcionado a todo el mundo la salvacin. 3. Cristo est clavado en la cruz: unmonos a l y
4. CL Mt 5, 8. 7. cf. Ef 1, 26.
5. Cl`. Ex 3, 5. S. Cf. Jn 3, 16.
6. Vase GRECORIo NACIANCENO, Sermn JI de Pascua, PG 9. Vase lo que el autor escribe a ese respecto en su obra De
36, 694. la fe ortodoxa III, 20, PG 94, 1381-1084.
74 JUAN DAMASCENO SOBRE EL SBADO SANTO 75
participemos de sus sufrimientos, a fin de que tenga- i mplorad para m la divina luz del Espritu Santo, sin
mos tambin parte en su gloria tO la cual los sabios son unos necios, mientras que gracias
Cristo est entre los muertos: muramos al pecado, a ella los iletrados vienen a ser mucho ms doctos que
para vivir en la justicia. los sabios
Cristo est envuelto con vendas y sbanas inconta-
minadas": libermonos de todos los lazos de pecados
y revistmonos del divino resplandor. El inefable misterio de Dios
Cristo est en un sepulcro nuevo limpimonos de
la levadura vieja y transformmonos en masa nueva", 4. El creador de todas las cosas es Dios, el cual no
a fin de llegar a ser albergue de Cristo. tiene su origen en ningn otro ser y por eso El es in-
Cristo est en los infiernos ': bajemos hacia la hu- creado. El Verbo de Dios es consustancial, coeterno y
mildad que enaltece, a fin de que tambin resucitemos engendrado por el Padre, sin alteracin alguna y sin
con El y seamos ensalzados y glorificados juntos con relacin al tiempo. Jams se ha separado del Padre; es
l y contemplemos a Dios para siempre y seamos con- perfecto Dios y en todo igual al que lo ha engendra-
templados por l. do, exceptuando que el Padre es ingnito; es igual al
Sed liberados los que, desde siglos, estis en el Ades; Padre en la esencia y en el poder, as como en la vo-
salid afuera, vosotros los que estis encadenados; deja- luntad, en la fuerza, en la realeza y en el seoro. Aun-
os ver los que estis en16;tinieblas"; obtened la libertad que procede del Padre por generacin, no ha comen-
los que estis cautivos recobrad la vista, vosotros los zado a existir en el tiempo, pues no exista el Padre
ciegos. Levntate t que duermes, oh Adn, y resucita sin que existiera el Hijo. El Padre es Padre del Hijo
de entre los muertos, pues aparece Cristo, que es la re- y no existe el Padre sin que exista el Hijo. Este tiene
surreccin la misma existencia que el Padre y por l es engen-
Si os parece bien, iniciemos el discurso desde el prin- drado, aunque sin divisin, y permaneciendo constan-
cipio, pues as resultar ms claro y ms persuasivo y temente unidos el Padre y el Hijo. Este es la Sabidu-
ser una senda ms llana y ms expedita. Vosotros, ra del que lo ha engendrado y su Potencia sustancial.
Es Dios por naturaleza, de la misma sustancia del Padre,
y no puede ser conocido sino mediante la accin del
10. Cf. 1 Co 2, 7; 2 P 1, 3-4. Espritu Santo 19
11. Cf. Mi 77, 59; Me 15, 46; Le 23, 53; Jn 20, 40. Tambin el Espritu Santo procede del Padre; tiene
12. Cf. Mi 27, 60; Me 15, 46; Le 23, 43; Jn 20, 41. idntico poder, la misma perfeccin, el mismo modo de
13. Cf. 1 Co 5, 7. obrar, la misma fuerza; es coeterno y consustancial; su
14. Cf. 1 P 3, 19; 4, 6 y el Smbolo Niceno-constantinopoli-
tano.
15. Cf. Is 49, 9.
16. Cf. Is 61, 1. 18. Cf. 1 Co 1, 17ss.
17. Cf. Ef 5, 14. 19. Cf. De la fe ortodoxa 1, 10, PG 94, 837-842.
SOBRE EL SBADO SANTO
procedencia, sin embargo, no es por filiacin; es otra tierra y todo cuanto hay en ellos: el fuego que se eleva
su manera de existir: divina e incomprensible. Es en hacia lo alto, el abismo de las aguas, el aire que ali-
todo igual al Padre y al Hijo; es bueno, soberano, Seor, menta la respiracin y es limpidsimo vehculo de la
creador, Dios por naturaleza y de la misma sustancia
luz " , el segundo firmamento que se sostiene entre las
del Padre y del Hijo, y junto con ellos reina y es glo- aguas que estn en el aire y las del abismo, y al cual
rificado y adorado por toda creatura. 24;
llam tambin cielo el luciente sol que da origen al
Este es nuestro Dios, al que servimos: el Padre in- curso alternativo del da y de la noche y que con sus
gnito que engendra al Hijo y que no procede de nin-
r esplandores inextinguibles ilumina todas las cosas; la
gn , otro; el Hijo que es engendrado por el Padre, pues
luna que con su luz alegra la noche y establece una al-
de El procede por generacin; el Espritu Santo de Dios ternancia con el ardoroso brillo del sol; tambin las es-
Padre, puesto que procede de El, y que tambin es de- trellas que adornan el firmamento, las flores de toda
signado como Espritu del Hijo, ya que por l es ma- especie y de variadsima utilidad, las plantas que pro-
nifestadoy enviado al mundo", pero que no ha reci- ducen semilla, los rboles frutales y todo cuanto cons-
bido de El la existencia. Dios es nico, pues existe una tituye un magnfico adorno de la tierra; los animales
sola divinidad, una sola potencia, una sola esencia, una de toda clase que se mueven en las aguas, los cetceos
sola voluntad, una sola operacin indistinta en cada una grandes y monstruosos, todo gnero de reptiles, las aves
de las distintas personas, que vienen a ser tres modos aladas que tienen su origen en las aguas, se elevan por
peculiares de existencia. En efecto, slo el Padre es in- los aires y viven sobre la tierra"; tambin los anima-
gnito; slo el Hijo es engendrado por el Padre desde les terrestres: las bestias salvajes, los rebaos de ovejas
siempre y eternamente; slo al Espritu Santo corres- y animales domsticos. Todo ello es testimonio de la
ponde su procedencia desde antes del tiempo y para magnificencia del Seor y tiene como destinatario al
siempre 2! La Trinidad es nica, simple, sin composi- 26
hombre modelado a imagen de Dios
cin alguna, infinita en su esencia, luz inaccesible, po-
tencia ilimitada, mar inmenso de bondad, un solo Dios
que es glorificado en tres personas perfectas e insepa- El hombre rey de la creacin
rablemente unidas 22
6. El hombre fue el ltimo en ser creado, como un
La magnificencia del Creador rey y como el ms ilustre de todos los vivientes. Dios
le honr formndole con sus propias manos y a ima-
S. Dios cre de la nada a los ngeles, el cielo, la gen suya. Lo hizo de tierra en cuanto al cuerpo, pero
20. Cf. Jn 20, 22. 23.Ibid. PG 94, 793-798 y 801-804.

21. cf. De la fe ortodoxa 1, 10, PG 94, 837-842. 24. Cf. Gn 1, 7-8
22. Ibid. 11, PG 94, 841-844. 25. Cf. De la fe ortodoxa II, 9-10, PG 94, 901-910.
26. cf. Gn 1, 27.
78 SOBRE EL SBADO SANTO 79
JUAN DAMASCENO
cre el alma con su soplo divino y vivificante, o sea, La serpiente antigua

el Espritu Santo que da la vida, crea, perfecciona y
santifica todas las cosas. No infundi en el cuerpo un S. Pero el inventor del mal, el padre de la mentira,
alma preexistente cese la palabrera origenista, absur- el autor de la envidia, la serpiente diablica, no sopor-
da y malsonante, sino que la hizo de la nada y la uni t el ver al hombre regalado con tanta abundancia de
al cuerpo modelado. bienes. Por eso lo hizo el blanco de sus ataques, a fin
de privarle de aquello que dichosamente posea. Simu-
lando benevolencia le hizo objeto de traicin y enga-
El rbol de la vida o, precipitndolo en la peor y ms miserable de todas
las desgracias. Mirad de qu cebo se sirvi para ello.
7. A ste, s, a este hombre creado a imagen suya,
inteligente y racional, dotado de espritu de vida, Dios
le hizo partcipe de su gracia y le entreg la custodia El rbol de la ciencia.
del jardn del Edn que haba plantado al oriente"
los hijos de los hebreos a la felicidad la llaman Edn, 9. Qu es lo ms excelso que existe? Qu es lo
le concedi igualmente el llevar una vida feliz y ple- nico y verdaderamente excelso? Sin duda que es Dios,
namente dichosa, alejada y libre de toda preocupacin, el cual est por encima de todo cuanto existe. Qu
exenta de todo dolor, tristeza y lamento 28 Como una puede haber, pues, ms deseable que el ser designado
especie de ngel que habitase en la tierra, entonaba como Dios? Nada, ciertamente. Engaado el hombre
himnos a Dios que le haba creado, inundado de pen- con esta persuasin, el diablo le indujo a que gustara
samientos divinos, mediante todas las cosas creadas se el fruto del rbol de la ciencia. Primero fascin la sim-
elevaba hacia el Creador. Efectivamente, tambin para plicidad de la mujer, pues sucede muchas veces que el
esto haba sido creado el hombre. Creo que no se mal se oculta bajo la apariencia de bien y encubre sus
equivocara el que, apoyndose en el sentido anaggi- vicios con el espejismo de la virtud. Aquel que todo lo
co, identificase el rbol de la vida" con esa plenitud sabe prohibi, en cambio, a Adn, para el bien de ste,
total que conduce hacia una inquebrantable adhesin que comiese de aquel rbol, tal como el apetito se lo
al bien". sugera.
El Seor, en efecto, dijo: Podis comer de todos los
rboles, pero no comis del rbol de la ciencia del bien
y del mal y ni siquiera lo toquis, pues el da que co-
27. Cf. Gn 2, S.
28. Cl`. De la fe ortodoxa II, 11, PC 94, 909-918; GREGORIO
DE NISA, De opificio hominis 19, PC 44, 195-198;
GREGORIO
NACIANCENO, Oratio JI in Pascha, PC 36, 632.
29. cf. Gn 3, 22, duce y eleva los conceptos hacia las realidades superiores de la re-
30. El sentido anaggico 0 mstico de la Sagrada Escritura con- velacin y de la vida eterna.
81
SOBRE EL SBADO SANTO
80 JUAN DAMASCENO
3.
mis de l, moriris Si te parece bien, puedes pen- La i n mensa bondad de Dios
sar que el rbol fue plantado como prueba y experi- n aturaleza es
11. Cmo es posible? Aquel que por
mento de la obediencia o desobediencia y que por eso ompasivo que nos dio la existencia y nos concedi
c
se llamaba e1 rbol del conocimiento del bien y del una vida feliz, acaso desde su propia imagen, nobi-
mal, o tambin puedes suponer que a quienes coman lsima y amadsima, despus de que sta se quedara su-
de l les otorgaba la facultad de conocer su propia na- 36 No, por cierto. Antes bien,
jeta a una terrible tirana?
turaleza. Estas opiniones no te apartarn del buen ca- egn dice el Apstol: Muchas veces y de muchas ma-
s
mino 32
neras habl Dios an tiguamente a los padres por medio
de profetas; en estos ltimos tiempos nos ha hablado por
co nsustancial, al que
La desobediencia atrajo la muerte medio de su Hijo unignito y
envi al mundo, a fin de conducir de nuevo al hom-
bre extraviado hacia la felicidad antigua.
10. Era, sin embargo, perjudicial el comer de este Oh inmensa bondad! Qu es lo que ocurri? Lo
rbol antes de haber alcanzado la perfeccin. En efec- que no poda unirse qued unido, lo que trasciende la
to, Adn despus de haber gustado el fruto, se dio cuen- ni el ojo vio, ni el
38,
naturaleza se someti a ella. Lo que
ta de que estaba desnudo y, procurndose una vesti- odo oy, ni a la mente del hombre se le ocurri
dura, fue a esconderse 33 y, preocupndose por el cui-
ahora se ve, se escucha, se dice y se cree.
dado de su propio cuerpo, se apart de la divina con-
templacin . En consecuencia se despoja de la divina Qu significa esto? El Hijo de Dios y verdadero
Dios se hace Hijo del hombre, mediador entre Dios y
gracia y se reviste de la corrupcin; se vuelve hacia lo los hombres, sin dejar de ser Dios, puesto que es in-
terreno y, expulsado del paraso divino, es condenado mutable; y no se hace hombre slo en apariencia, ya
al sudor, a los padecimientos y a la muerte. No es que que l es veraz y todo engao o fraude son ajenos a
el rbol produjera la muerte, pues Dios no cre la muer- rdaderamente hom-
la divina voluntad. Se hizo, pues, ve
te , sino que fue la desobediencia la que atrajo la muer- perimentar cambio ni
bre por naturaleza, aunque sin ex
te. Desde entonces el pecado me corroe y me esclavi- onfusin. Esto se realiz con el fin de otorgar en ver-
za a m que soy tres veces miserable; produce en m c
dad la salvacin a la naturaleza humana.
toda clase de males; saborea as un manjar agradable y
se lo ofrece a la muerte.
El hombre entero recibe la salvacin
31. Gn 2, 16; 3, 3. 12. Por eso Cristo es perfecto Dios, ya que en l

32. Juan Damasceno presenta aqu diversas suposiciones, sin in-
clinarse por ninguna de ellas en particular. III, 1 PC 94, 981-984.
33. Cf. Gn 3, 7-8. 36. Cf. De la fe ortodoxa
34. Cf. GREGORIO NACIANCENO, o. c., PG 36, 632-633. 37. Hb. 1, 1.
35. Cf. Sb 1, 13. 38. 1 Co 2, 9; cf. Is 64, 3.
82
JUAN DAMASCENO SOBRE EL SBADO SANTO 83
habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente39 ,

Padre, lo ha revelado El que se ha manifestado como
y es perfecto hombre, con el fin de salvar al hombre hombre es quien lo ha dado a conocer. Si ste no fuese
entero; en efecto, aquello que no haya sido verdadera- al mismo tiempo Dios, cmo se podra creer que est
mente asumido, no ha sido sanado 40 . El es nico e
en el seno del Padre?
idntico en dos naturalezas perfectas, sin experimentar Cmo, adems, se podra entender el texto evan-
divisin alguna. Segn la persona viene a constituir una glico que dice: Nadie ha subido al cielo sino el que
unidad con su propia carne, mientras que segn la na- baj del cielo, el Hijo del hombre, el que est en el
turaleza, en cuanto Dios es consustancial con el Padre An no haba subido corporalmente al cielo,
cielo
y con el Espritu Santo. Como hombre, se ha hecho ya que despus de la resurreccin dijo: Todava no he
de nuestra misma raza y familia, asumiendo enteramente
subido al Padre 41 Cmo se deben interpretar las pa-
.
la naturaleza del primer Adn, es decir, todo aquello labras: El que baj es el mismo que tambin subi 46?
que es propio del hombre: un cuerpo mortal, un alma El que descendi en cuanto a la divinidad, no lo hizo
intelectiva, inmortal, racional, dotada de libre albedro cambiando de lugar, sino en el sentido de una condes-
y de fuerza operativa, pues, faltando una cualquiera de cendencia; subi, en cambio, corporalmente Aquel que
estas facultades, ya no existira el hombre 41 Asumien- es uno, siendo a la vez Dios y hombre. El que se pro-
do, por obra de la Virgen santa, un cuerpo animado y dama hombre y se manifiesta como tal, cmo puede
un alma racional e inteligente, persisti la unidad per- Ciertamente
decir: Yo y el Padre somos una sola cosa
sonal y fue procreado como Dios hecho hombre el Hijo ningn hombre podra sensatamente decir frases como
nico, Cristo el Seor, y aquella que le concibi qued stas, a no ser que fuese al mismo tiempo Dios y con-
constituida Madre de Dios.
sustancial con el Padre
El Hijo consustancial con el Padre

Perfecto Dios y perfecto hombre
13. Si no hubiese unidad en cuanto a la persona,
cmo se habra hecho carne el Verbo? 42 Pero, segn 14. Si no se hubiese manifestado en dos naturale-
zas, cmo podra ser a la vez mortal e inmortal, creado
atestigua el Espritu Santo, el Verbo no se convirti en
carne, sino que se uni hipostticament e a la carne. De e increado, visible e invisible, perfecto Dios y perfecto
qu modo el Hijo unignito, que est en el seno del hombre? Estas caractersticas no podran atribuirse a
39. Col 2, 9. 43. Jo 1, 18.

40. De la fe ortodoxa III, 18, Pc 94, 1071-1078; GREGORIO 44. Jn 3, 13.
NACIANCENO, Epist. a Cledon., 45. Jo 20, 17.
PG 37, 175-194.
41. De la fe ortodoxa tu, 2, Pc 94, 983-988. 46. Ef 4, 10.
42. Cf. Jn 1, 14. 47. Jn 10, 30.
48. De la fe ortodoxa IV, 19, Pc 94, 1191-1194.
84 85
JUAN DAMASCENO SOBRE EL SBADO SANTO
una sola naturaleza. No tienen, en efecto, idntica del cuerpo, el partir el pan, el proferir palabras y las
naturaleza lo creado y lo increado, lo mortal y lo in- dems cosas que no corresponden a la naturaleza divi-
mortal, lo visible y lo invisible, la divinidad y la hu- na, sino a la actividad humana? Todo sto no se reali-
manidad. zaba de un modo aparente, sino que se efectuaba en la
r ealidad de la naturaleza.
Quien ve al Hijo, ve tambin al Padre

La voluntad humana de Cristo
15. Cmo podra Cristo tener una sola naturaleza
compuesta, si vemos que al Padre y al Espritu Santo 17. Si supon emos que Cristo, en cuanto hombre,
52, cmo po-
se les reconoce una naturaleza simple? Cmo tendr careca de una voluntad natural y libre
la misma esencia del Padre y ser consustancial con no- dremos explicar que experimentase la necesidad de
sotros? Esto es en realidad una idea ms absurda que comer y de otras cosas naturales, como son: el beber,
cualquier otra imaginaci n extravagante. Sin embarg , el dormir, etc.? Estas necesidades que provienen de las
o
cm
o es que El mismo ha dicho: El que me ha visto leyes de la naturaleza, obligan a los animales irracio-
a m ha visto al Padre y tambin: Por qu pre- nales a satisfacerlas de acuerdo con sus facultades y por
tendis matarme a m, que soy un hombre que os he eso el apetito lleva consigo el instinto, que es lo que
dicho la verdad? 50 Quien le ha visto como hombre so- proporciona el impulso para obrar. As pues, los irra-
lamente, no ha visto a Dios, ni al Padre 5I cionales se ven impulsados por la naturaleza y en con-
secuencia estn libres de re sponsabilidad y no son me-
recedores de ningn castigo. En cambio, los seres do-
Verdaderament e hombre tados de razn se rigen por el libre albedro y tienen
dominio sobre su naturaleza, pudiendo libremente se-
16. Si afirmamos que la actividad operativa de Cris- cundar sus apetitos o refrenarlos. La voluntad, en efec-
to es nica, a quin atribuiremos el movimiento local to, es algo propio de la naturaleza racional y ejerce su
dominio sobre los deseos. As sucede en aquellos que
se cuidan de vivir de acuerdo con su naturaleza, pues
49. Jn 14, 9. quienes no se preocupan de seguir las leyes naturales,
50. Jn 8, 40. en vez de dominar la naturaleza quedan bajo la suje-
51. En estos prrafos (14-18) cin de ella y son vctimas de las costumbres viciosas.
quedan plenamente descalificadas
las herejas criscolgicas, tanto el monofisismo que pretende que en
Cristo la naturaleza humana haya sido absorbida en la divinidad,
dejando as de existir, como el nestorianismo que considera a Cris-
to como a una persona humana, en la que el Verbo habra esta- 52. Aqu se hace alusin a la hereja del monotelismo que ne-
blecido su morada como en un templo o mansin sin asumir la gaba la existencia de la voluntad humana en Cristo. Era una espe-
verdadera naturaleza del hombre. cie de monofisismo mitigado.
El Hijo del hombre tad natural y libre instaurara la obediencia al Creador,

y la salvacin retornara al mundo de donde la muerte
18. A qu voluntad nos referimos, al decir que el haba desterrado la vida. De este modo la muerte ya
Seor entr en una casa y, a pesar de que deseaba que no podra pensar que tendra al hombre bajo su do-
nadie lo supiese, no consigui permanecer oculto? ". minio 56
Para todos resulta evidente que la voluntad divina es
omnipotente, mientras que la humana es dbil y est
sujeta a limitaciones. Cul es el significado de que La muerte ha sido vencida
Cristo, posponiendo su propia voluntad,14.
suplicaba que
se cumpliese la voluntad del Padre? A cul de las 20. Qu ocurri despus? El que haba seducido
naturalezas corresponde el suplicar? A la naturaleza al hombre con la ilusin de llegar a ser Dios, qued
creada, evidentemente. A sa pertenece, pues, la vo- engaado al toparse con la carne (de Cristo); y la muer-
luntad que es relegada. Por tanto, Cristo es uno solo, te, al gustar un cuerpo sin pecado, sinti nuseas y,
Hijo y Seor, con dos naturalezas perfectas y con todo vencida, vomit todo el alimento que tena en sus en-
aquello que es propio de cada una de ellas. Sin divi- traas II. El Verbo divino, nuestro Creador, tomando
sin ni confusin alguna realiza aquello que es pecu- sobre s para nuestro bien todo cuanto nos pertenece,
liar de cada una de las naturalezas, las cuales se unen experiment nuestros sufrimientos, siendo semejante a
entre s, tal como les corresponde por su esencia, pero nosotros en todo, menos en el pecado 11 , y cumpli la
sin confundirse. Cristo es uno de la Santa Trinidad, el ley, a pesar de ser el nico entre los hombres que se
Hijo de Dios que por nosotros se ha hecho el Hijo manifest sin pecado, y por eso se someti a la muer-
del hombre. te. Habiendo demostrado a todos con sus milagros el
poder de su naturaleza divina, al final, en beneficio
nuestro, se encamin voluntariamente hacia la pasin
Por un hombre vino la resurreccin que haba de salvar a todo el orbe, y hacindose por
nosotros maldicin , no porque l sea maldicin, pues-
19. Ya que por un hombre vino la muerte, conve- to que es bendicin y santificacin, sino porque tom
na que tambin por un hombre fuese concedida la re- sobre s nuestra maldicin. Por nosotros, pues, fue cru-
surreccin II. As como un alma racional, por su libre cificado, muerto y sepultado.
voluntad haba introducido la desobediencia, convena
que un alma dotada de entendimiento, por su volun-
56. cf. De la fe ortodoxa III, 27, PG 94, 1095-1098.

53. cf. Mt 7, 24. 57. cf. Ibid. 1 y 27, PG 94, 981-984 y 1095-1098.
54. cf. Mt 26, 39 y lugares paralelos. 58. Hb 4, 15.
55. cf. 1 co 15, 21; Rm 5, 12ss. 59. Ga 3, 13.
88 JUAN DAMASCENO SOBRE El, SBADO SANTO 89
Maldito quien pende del madero, dice la Escritura, madero, no creyeron, cerraron sus ojos y fueron duros
Eres tierra y a la tierra volvers", dijo Dios a Adn, de odo 68.
Por nuestro bien Cristo se hizo maldicin, a fin de que El que con sus divinas manos haba plasmado al
nosotros recibiramos la bendicin. El evangelio, en hombre, todo el da tendi sus manos incontaminadas
efecto, dice: A todos los que le acogieron se les ha dado hacia un pueblo que no crea y que se rebelaba" y
en-
70,
el poder de llegar a ser hijos de Dios; a aquellos que treg su espritu en las manos del Padre Con una
creen en l 6l. lanza es herido el costado ' de Aquel
71;
que form a Eva
sacndola del costado de Adn de la herida brotan
sangre divina y agua, que son bebida de inmortalidad
Bautismo de regeneracin y bautismo de regeneracin. Por esto el sol sinti ver-
genza y no soport el ver ultrajado al espiritual Sol
21. Oh qu maravilla! El pastor de Israel" que, de justicia. La tierra temblaba al ser rociada con la san-
como Dios, es anterior al tiempo, es condenado a muer- gre del Seor y se sacuda la afrentosa suciedad de los
te, como hombre, por obra de los israelitas.
63,
El que con- dolos impuros, saltando de inmenso gozo al sentirse
duce a Israel como a un rebao
64
es llevado al sacri- purificada . Los muertos se alzaron de los sepulcros,
ficio como cordero inocente El rbol de la vida queda manifestando anticipadamente la resurreccin de Aquel
contrapuesto al rbol de la ciencia 65, y el gustar el vi- que haba muerto por nosotros . El sol se oscureci
nagre mezclado con hiel elimina la enfermedad66que un y de nuevo se encendi, lo cual est relacionado con
alimento dulce haba causado en la naturaleza67, Aquel '.
el nmero de los tres das del Seor (en el sepulcro)
que, como Dios, se sienta sobre querubines es sus- El velo del templo se rasg, mostrando as claramente
pendido de la cruz como un condenado. l es la vida que el santuario se haca accesible y que las cosas ocul-
76
de los hombres, pero los deicidas, vindole colgado del tas se ponan al descubierto
/ Un ladrn est a punto de penetrar en el paraso y
el hombre que es entregado a la muerte, como si fuera
60. Gn 3, 19.
61. Jn 1, 12.
62. Sal 80 (79), 2.
63. Ibid. 68. Cf. Is 6, 10.
64. cf. Is 53, 7. 69. Cf. ts 65, 2.
65. El rbol de la vida (Gn 2, 6) aqu es interpretado tipol- 70. Cf. Ic 23, 46.
gicamente como la cruz de cristo. Toda esta temtica deriva de 71. cf. Jn 19, 34.
Pablo que presenta a cristo como el nuevo Adn (cf. Rm 5, l2ss), 72. cf. Gn 2, 22.
consideraciones que se hallan muy presentes en toda la patrstica. 73. cf. Mt 27, 51.
66. contraposicin alegrica de uno de los tormentos sufridos 74. Cf. Mt 27, 52-53.
por Cristo (Mt 27, 48 y lugares paralelos), con el relato de la ten- 75. Cf. Mt 27, 45. Referente al simbolismo del oscurecimiento
tacin y del pecado de Adn y Eva en el paraso terrenal. del sol, vase ms adelante, prrafo 26.
67. Sal 80 (79), 2. 76. Cf. Mt 27, 51.
un malhechor, ser confesado y adorado como Dios por desde lo alto de los cielos y corriendo como gigante
toda la creacin, como lo era realmente; el cuerpo te- por el camino de la vida. Asumi, en efecto, la debili-
rreno y hecho de polvo ser elevado a lo ms alto de dad humana y at al fuerte, como a un pjaro, subyu-
los cielos y se sentar junto a Dios: as ser revelado gando su escolta con el poder inmenso de su divini-
el conocimiento de la santa, bienaventurada y laudabi- dad, arrebatndole sus armas 84 y llevndose consigo
lsima Trinidad. hacia lo alto venturosamente todo lo que aqul triste-
mente haba precipitado en el abismo.
Ahora el Verbo desciende a enfrentarse con el dra-
gn, o sea, el Leviatn y apstata -en efecto, leviatn
Enfrentamiento con el Leviatn significa dragn, aquel arrogante espritu de los asi-
rios, es decir, de las potencias enemigas, el cual se ocul-
22. Aquel que con su aliento haba infundido el esta en las entraas de la tierra. Lo apresa el Seor con
pritu de vida en Adn 11 , constituyndolo en alma vi- el anzuelo de su divinidad, escondido en su cuerpo
viente, despus de morir es depositado sin vida en el como en un gusano, y le obliga a vomitar todos aque-
sepulcro. El que78,
haba condenado al hombre a retor- lb s a quienes haba devorado con la msera intencin
nar a la tierra ha sido contado entre aquellos que de fortalecer su podero, y as le despoja de sus rique-
bajo tierra yacen en el olvido. Son quebrantadas79;las zas de las que alardeaba 86
puertas de bronce y rotos los cerrojos de hierro se El nio que ha nacido y que nos ha sido dado 87,
alzan las puertas eternas 81 , se estremecen los guardia- despus de bajar a la fosa de las serpientes, captura, es-
nes del infierno y quedan al descubierto los cimientos trangula y arruina a aquel orgulloso y altanero. En-
del orbe II. Aquel que est libre de pecado es enume- tonces el infierno se transforma en un cielo y las ca-
rado entre los muertos, y es82envuelto en fajas el que yernas subterrneas se llenan de luz; las anteriores ti-
desat las vendas de Lzaro As el hombre muerto nieblas son eliminadas y se devuelve la vista a los cie-
88
por el pecado y aprisionado por sus lazos, es desatado os A quienes yacan en la oscuridad y en las som-
y liberado. bras89,de la muerte se les apareci el sol que nace de lo
Ahora el rey de la gloria, el poderoso en las bata-
83, alto tal como claramente lo prefiguraron y anuncia-
llas se ha enfrentado con el tirano, viniendo a nosotros ron los profetas, los patriarcas y los justos.
77. Cf. Gn 2, 7.
84.Cf. Mt 12, 29.
78. cf. Gn 3, 19.
85.Cf. Is 27, 1.
79. cf. Sal 107 (106), 16.
86.cf. Job 20, 20.
80.cf. Sal 24 (23), 7-9.
81.cf. Sal 18 (17), 16.
E 87. Cf. h 9, s.
82.Cf. in 11, lss.
E 88. Cf. Is 9, 1; Le 4, 18.
89. cf. Le 1, 78-79.
83.Cf. Sal 24 (23), 7-8.
Se humill para exaltarnos cian la buena nueva de la paz 91 . A nosotros se ha re-

velado el brazo del Seor, su fuerza todopoderosa 11 . Si
23. El justo es encadenado porque resulta molesto. comprendemos, seremos glorificados y lo seremos en
Los que esquilman el pueblo del Seor y perturban los gran manera, contemplando como en un espejo la glo-
senderos de sus pies, celebran consejo en contra de s ria del Seor en su abajamiento y humillacin, y vere-
mismos. Ay de sus almas! Recibieron males a conse- mos aquella belleza que supera todo conocimiento 96.
cuencia de sus obras, dice Isaas 91 . Lo que ya se ha re- En efecto, aunque Cristo haya padecido por razn de
alizado ha sido para nuestro alivio y curacin. Ofrez- su debilidad, vive por la fuerza y el poder de Dios 97;
co mi espalda a los azotes y mis mejillas a las bofeta- aunque se le haya visto colgado del madero, muriendo
das y soporto el ultraje de los salivazos, dijo el que desfigurado y ofendido a la vista de todos los hijos de
habl por medio de Isaas 11 . Por eso aquel a quien he los hombres, El es, sin embargo, el resplandor de la
modelado con mis manos 92 no quedar avergonzado ni gloria del Padre 91 . La tierra, al ver esto, siente ver-
ultrajado. No he considerado una usurpacin el ser igual genza y muestra su afliccin.
a Dios, pues siendo Dios y consustancial con el Padre, El ha llevado a lo alto del leo nuestros pecados,
me he anonadado y me he humillado hasta la muerte ha sufrido nuestras heridas y ha padecido por nosotros
en favor de los impos, segn el beneplcito del Padre. soportando golpes, fatigas y privaciones, a fin de que
Yo quiero, en efecto, lo que quiere el Padre, ya que obtengamos la reconciliacin y la paz. En efecto, cuan-
comparto su querer y estoy unido a El por la divini- do nosotros, como ovejas, andbamos errantes alejn-
dad. Soy exaltado, siendo el Altsimo. En m es glori- donos del camino del Seor y siguiendo nuestras pro-
ficada la humanidad en esto manifiesto el amor del pias sendas, El, por sus entraas de misericordia, fue
Padre, a fin de que las ovejas que me han sido con- entregado por nuestros pecados, sin resistirse ni gritar,
fiadas, justificadas con mi sangre y reconciliadas con el dejndonos un ejemplo, y como oveja muda fue con-
Padre por medio de mi muerte, vivan de mi vida y reducido a la muerte por nosotros 19 .
posen bajo mis alas. / Moiss dijo: Contemplaris vuestra vida pendiente
ante vuestros ojos y no creeris en vuestra vida'> '.
Nos ha revestido de inmortalidad David, el padre divino, o mejor dicho Aquel que es el
Seor de David, hablando por boca de ste, proclam
24. Nosotros que no hemos presenciado tales cosas
escuchemos y demos fe a las palabras de los que anun-
94. Cf. Is 52, 7.
95. cf. 15 53, 1.
96. cf. 1 Co 13, 12.
90. Cf. Is 3, 10-11. 97. cf. 2 co 13, 4.
91. Is 50, 6, segn la versin de los Setenta. 98. Cl`. Hb 1, 3.
92. Cf. Gn 2, 7. 99. Cf. Is 53, 7.
93. cf. FIp 2, 6-8. 100. Cf. Dt 28, 66.
de antemano su propia pasin y su sepultura, fuente nifiesto de la inmolacin del Seor. Isaac, por volun-
de vida, y dijo: Se repartirn mis vestiduras y echarn tad de Dios, es devuelto con vida a su padre, pero
a suertes mi tnica un cordero enredado por los cuernos en un rbol de
105
El que haba revestido con tnicas de pieles a nues- sabec se convierte en la vctima del sacrificio. As
tros primeros padres se deja desnudar para ser crucifi- este doble smbolo del cordero y de Isaac vienen a
cado, a fin de que nosotros, despojados de la condi- ser una autntica imagen del misterio de Cristo nues-
cin mortal, seamos revestidos con la belleza de la in- tro Dios, en el cual existe una duplicidad y unin de
mortalidad. Deja su tnica a los soldados para que se elementos, por ser Dios y al mismo tiempo hombre.
la sorteen, pues, al resucitar de entre los muertos, a En cuanto Hijo de Dios y Dios por esencia, conti-
aquellos discpulos que haba escogido los enviara a los nu siendo impasible, pero en cuanto que se hizo
pueblos gentiles y entonces, por el bautismo, l mismo hombre de un modo que supera al hombre, en favor
vendra a ser vestidura para los creyentes y por eso el del mundo se ofreci a s mismo al Padre como vc-
apstol Pablo dice: Todos los que habis sido bautiza- tima inocente, sobre el rbol de sabec, o sea, en el
dos en Cristo, os habis revestido de Cristo 102 leo de la remisin. Sabec, en efecto, significa remi-
sin 106
Qu significan las tres medidas
117.
de flor de harina
Cristo contemplado desde antiguo que se cuecen entre las cenizas? Acaso no se re-
fieren claramente a los tres das en los que el Pan de
25. No, encerrado en el arca y que con un leo vida estuvo en el sepulcro?
salva la simiente de un nuevo mundo y queda consti-
Qu sentido tiene la cisterna de Jos y el poste-
tuido en nuevo principio del gnero humano, es una
rior encarcelamiento del mismo personaje? 111 . Por ven-
clara imagen de Cristo, que se deja sepultar, que lava tura no aluden de modo evidente al sepulcro y a la
los pecados con la sangre que, junto con el agua, brota
guardia que junto a la tumba se puso? En un salmo,
de su costado, y que con el leo de la cruz salva a
en efecto, se dice: Me han puesto en la fosa profunda,
toda nuestra estirpe y da origen a una nueva vida y a
en tinieblas y sombras de muerte 109
un nuevo pueblo.
El gran patriarca
103,
Abraham que conduce al sacri-
ficio a Isaac el hijo de la promesa y en el que se
cumplan las promesas 104, es anuncio anticipado y ma- 105. No sabemos a qu rbol o planta corresponde este nom-
bre, que, por otra parte, no es el que aparece en los textos bbli-
cos conservados.
106. Segn esta alegora, que de algn modo aparece tambin
en Orgenes y otros escritores antiguos, Isaac es figura de la di-
101. Sal 22 (21), 19.
vinidad de Cristo y el cordero lo es de su humanidad.
102. Ga 3, 27.
107. Cf. Gn 18, 6.
103. Cf. Gn 22, lss.
104. cf. Gn 18, 20; 21, 1-7. 108. cf. Gn 37, l9ss y 39, 20ss.
109. Sal 88 (87), 7.
Qu diremos de Moiss, ci que contempl a Dios tres das y tres noches en el vientre del cetceo, as tam-
y promulg la ley? No fue ocultado dentro de una bin es preciso que el Hijo del hombre permanezca tres
cesta, destinado a la muerte y recogido por la reina? 1l0 das y tres noches en el seno de la tierra 116
As tambin Cristo fue encerrado en el sepulcro, muer-
to en cuanto al cuerpo, pero enseguida restituido a la
vida por razn de su divinidad que reina sobre toda la Tres das y tres noches
creacin.
El mismo Moiss que con la vara golpea el mar dos 26. Alguien dir: Si el Seor acept voluntaria-
veces, vertical y horizontalmente"', no nos muestra la mente la muerte en el da sexto y resucit en el pri-
figura de la cruz? Y cuando baja al fondo del mar y mer da de la semana, cmo se puede sostener que
emerge al punto hacia la tierra, significando el descen- permaneci tres das y tres noches en el seno de la
so del Salvador a los infiernos y la subida que desde tierra? El ilustre Moiss adems nos dice: A la luz el
all realiza en presencia de los ngeles, no ocasiona la Seor la llam da y a las tinieblas las llam noche
muerte
112 del faran que le persegua y as salva a Isra-
Ahora bien, cuando el Seor fue suspendido de la
el? Lo mismo hace Cristo, que elimina la muerte y santa Cruz las tinieblas cubrieron toda la tierra " ', y
salva a todos los que creen en El. no porque una nube se interpusiera deteniendo los
Cuando Moiss, extendiendo las manos, pone en rayos solares, ni porque la luna se situara como un
fuga a Amalec y hace triunfar a Israel " ' manifiesta con muro o tabique impidiendo que la luz llegara hasta
antelacin el misterio del Salvador. nosotros, tal como se produce en los eclipses solares,
La maravilla del man 114 provoca en mi mente una segn afirman los expertos en esta materia. Lo que
admiracin extraordinaria. As como el man nica- ocurri fue que la oscuridad cubri toda la tierra y
mente en la vspera del Sbado no apareca as tam- las tinieblas fueron
119
mucho ms espesas que en la plaga
bin Cristo mi Dios, que por m se hizo hombre y que de los egipcios Fue la propia fuente de la luz solar
es todo dulzura y amor, al atardecer del da de la Pa- la que detuvo su actividad, pues era conveniente que
rasceve qued oculto en el sepulcro. toda la creacin estuviera de duelo por la muerte cor-
No fue el Seor en persona quien present a Jons poral del Creador.
como figura suya? Dijo, en efecto: Como Jons estuvo Por eso un profeta dice: El sol se pondr a medio
da y la luz se oscurecer en pleno da 120 y otro excla-
110. Cf. Ex 2, 3ss.

iii, Cl`. Ex 14, 27, aunque no contenga exactamente lo que el
santo predicador manifiesta. 116. Mi 12, 40.
112. Cf. Ex 14, 27-31. 117. Gn 1, 5.
113. Cl`. Ex 17, Sss. 118. cf. Mt 27, 45; Me 15, 33; Le 23, 44.
114. Cf. Ex 16, 4ss. 119. cf. Ex 10, 21ss.
iis. Cl`. Ex 16, 25-30. 120. Am 8, 9.
ma: Aquel da no habr luz. No121habr da ni noche y sino a aquellas cosas corporales, como son, el sueo, la
al atardecer resplandecer la luz Al producirse, efec- fatiga, el hambre, la sed, las heridas y los humores que
tivamente, aquellas tinieblas, el alma divina y santsima han venido a formar parte de nuestra vida a causa de
del Seor, separada del cuerpo sagrado y vivificante, se la desobediencia. Su sepultura se ha efectuado en paz,
aloj en el seno de la tierra, y esto es considerado como aquella paz que nos ha merecido por su cruz y su se-
noche. pultura, reuniendo lo que estaba disociado y sometien-
Despus de las tinieblas, por obra del Creador apa- do al Creador el hombre que se haba rebeldo.
rece de nuevo la luz del da y el sol recupera su pro- En consecuencia,
124
los malvados fueron exterminados
pio aspecto; por eso ci profeta dijo que al atardecer ante su sepulcro Despus de la devastacin del tem-
resplandecera la luz. A continuacin sigue la noche an- plo y de la ciudad, los judos fueron hechos prisione-
terior al sbado; despus el sbado que antecede al pri- ros por sus enemigos y deportados, sin regresar nunca
mer da de la semana y finalmente el da resplande- ms a su tierra, porque haban quedado privados del
ciente y luminoso que es el da santo del Seor, en el divino auxilio, segn lo125
que les dijo el Seor: Vuestra
cual la luz increada sale corporalmente del sepulcro, casa quedar desierta Los demonios, por su parte,
como esposo que se adorna con la belleza de la resu- fueron desposedos del poder tirnico y soberbio que,
rreccin. Este es el fin de los sbados y es lo que el llevados de su condicin perversa, ejercan malvada-
santo evangelista designa como despus del sbado 122; mente sobre nosotros, dominndonos con las pasiones
es el comienzo del primer da de la semana. ms vergonzosas.
He aqu, pues, la clara enumeracin de los tres das El Seor recibi en herencia los despojos de los de-
y de las tres noches. Pero, retornemos ya al asunto del monios, o sea, aquellos que desde antiguo haban muer-
que nos habamos alejado. to, y liber a todos los que se hallaban bajo el yugo
del pecado. Habiendo sido contado entre los malhe-
chores, l fue quien implant la justicia. La semilla de
En medio de las tinieblas brill la luz los incrdulos se aboli; el luto se cambi en fiestas y
el llanto en himnos de gozo. 126;
En medio de las tinieblas
27. Al polvo de la tierra ha sido reducido Aquel brill para nosotros la luz de un sepulcro surgi la
que del polvo haba formado al hombre, y su vida ha vida y del fondo de los infiernos brotaron la resurrec-
123
sido eliminada de la faz de la tierra El ha abando- cin, la alegra, el gozo y la exultacin.
nado las cosas terrenas; pero no me refiero al cuerpo,
124. Alude a la destruccin de Jerusaln por los romanos en

121. Za 14, 6-7. ci ao 70.
122. Mt 28, 1. 125. Mt 23, 38.
123. cf. De la fe ortodoxa IV, 1, PG 94, 1101-1104. 126. U. Jn 1, S.
Jos de Arimatea y meditndola constantemente tanto de da como de

noche, irrigaba su mente con las aguas de los divinos
28. No estar fuera de lugar hacer mencin de unas manantiales del Espritu. Se haba hecho discpulo del
palabras de 'os evangelios y extraer la riqueza divina Maestro bueno y segua sus huellas con fidelidad 132
que contienen. Los evangelistas que movidos por el Es- Oh venturosa decisin de este hombre rico! Oh in-
pritu dan a conocer cosas divinas y por medio de los teligente mercader que a cambio de las riquezas terre-
cuales habla Cristo, se expresan as: Llegado el atarde- nas obtiene las celestiales y esconde dentro de s el te-
cer vino un hombre rico de Anmatea, llamado Jos, soro de la vida!
ilustre sanedrita, varn bueno y justo, que tambin se Segn dice el evangelio, 133
Pilato se maravill de que
haba hecho discpulo de Jess y que aguardaba el reino Cristo ya hubiese muerto Se admir de que la vida
de Dios. El no haba dado su consentimiento a la ac- estuviese muerta y de que Aquel que haba infundido
tuacin de los otros y se haba ocultado por temor de el espritu en el hombre, hubiese entregado el espn-
los judos. Cobrando valor se present ante Pilato y tu. Ha muerto en verdad, oh Pilato, pero voluntaria-
pidi el cuerpo de Jess 1 11 . mente, pues tiene el poder de dar su vida y tambin
Oh varn bienaventurado y digno de alabanza! Es de recuperarla 111 . Ha muerto para despojar a la muer-
cierto lo que129
dice el Seor: Todo rbol se reconoce por te; para dar vida al hombre que yaca fuertemente en-
sus frutos Siendo bueno y justo no haba dado su cadenado; para que, siendo el primognito de entre los
asentimiento al consejo y a la actuacin de los otros. muertos 115 , fuera el principio de la resurreccin de los
Verdaderamente fue un bienaventurado varn, como muertos, y para que la muerte fuera absorbida por la
dice David inspirado por Dios, pues no sigui el con- vida 136
sejo de los impos, no camin por la senda de 129, los peca-
dores, ni se sent en la ctedra de los perversos unin- La Pasin del Seor es nuestra Parasceve
dose intilmente a los pueblos
130
malvados en contra del
Seor y131de su Ungido l no dijo: Fuera, fuera, cru- 29. El cuerpo de Jess es entregado a Jos. Oh au-
cifcale No se sum al grito de aquellos infelices que dacia incontenible y libertad de espritu, que dimanan
echaron sobre s mismos y sobre su propia descenden- de la fe y del amor a Dios! Los discpulos que hab-
cia el castigo por aquella sangre inocente y divina; por an sido agraciados con dones divinos, se esconden de-
el contrario, conformando su voluntad a la ley del Seor
132. Se descubre una actitud contrapuesta a la del joven rico

que llama (<bueno al Maestro, pero rehusa seguirle (Le 18, lSss. y
127. Cf. Mt 27, 57-58; Me 15, 42-43; Le 23, 50-52; Jn 19, 38. lugares paralelos).
128. cf. Mt 7, 16-17. 133. Me 15, 44.
129. Sal 1, 1. 134. Cf. Jn 10, 17,
130. Cf. Sal 2, 1-2. 135. Cl`. Col 1, 18.
131. Jn 19, 15. 136. Cf. 2 Co 5, 4.
salentados por el miedo, mientras que t pides que se que antecede a la eliminacin del pecado y de las des-
te entregue el cuerpo del que acaba de morir. Muy gracias que de l derivan.
pronto has imitado a tu maestro, tu gua y tu Seor, El nico totalmente puro e incontaminado es en-
mostrndote dispuesto a entregar tu propia vida. No vuelto en una sbana inviolada; El es quien ha cubier-
Soportaste el contemplar desnudo e insepulto el cuer- to el cielo de nubes y se ha revestido de un manto de
po de tu Seor, y con tus manos, que resultaron ser luz. Es depositado en un sepulcro Aquel que tiene los
portadoras de Dios, recogiste el cuerpo santo del Seor, cielos como trono y la tierra como escabel de sus pies,
que estaba unido hipostticamente a la divinidad. To- Aquel que llena y abarca todo el universo. El nico
caste el carbn divino que los serafines no pueden tocar, que, como Dios, es ilimitado y que con su mano en-
ni siquiera en imagen cierra toda la creacin, en cuanto al cuerpo es coloca-
oh manos bienaventuradas y brazos dichossimos do dentro de un sepulcro. Aquel que en el cielo es
que envolvieron con una sbana incontaminada el cuer- adorado junto con el Padre y el Espritu Santo, como
po de mi Dios y lo ungieron con perfumes de gran hombre yace corporalmente en el sepulcro, mientras
valor! 111 . El evangelio dice que ste era el modo de en- que su alma est en lo profundo de los infiernos y hace
terrar acostumbrado entre los judos. Despus aade: que el paraso sea accesible para el ladrn 111 . Sin em-
En el lugar donde fue crucificado haba un huerto, y bargo, siempre permanece unido a la inabarcable e in-
en el huerto un sepulcro nuevo en el que nadie haba mensa divinidad.
sido puesto. All, pues, a causa de la Parasceve de los En efecto, aunque el alma santa y divina se separ
judos, ya que el sepulcro estaba cerca, pusieron a Jess 139 del cuerpo incontaminado y vivificante, la divinidad del
Jos haba excavado el sepulcro en la roca y, habiendo Verbo, sin embargo, no se apart de ninguno de los
hecho rodar una gran piedra sobre la entrada del se- dos elementos, o sea, ni del cuerpo ni del alma, por
pulcro, se retir 141 efecto de la indivisa unin hiposttica de las dos natu-
ralezas, que se realiz en la concepcin efectuada en el
La Parasceve de que se habla era una preparacin seno de la santa Virgen Mara Madre de Dios. As re-
para el descanso del Sbado. En efecto, el Sbado im- sulta que, incluso al producirse la muerte, contina ha-
plicaba el cese de los trabajos, pues Dios haba orde- biendo en Cristo una sola persona, que es el Verbo di-
nado a los hebreos que en ese da no realizaran nin- vino, y despus de la muerte del Seor, en esta perso-
guna obra servil. Para nosotros, en cambio, la Pasin na siguen subsistiendo el alma y el cuerpo. Por eso,
del Seor ha venido a ser la Parasceve (preparacin) toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra y en el
abismo y toda lengua proclame que Jesucristo es el Seor,
para gloria de Dios Padre 142
137. Cf. Is 6, 6.
138. Cf. Mi 27, 50.
139. Jn 19, 40-42. 141. Cf. Le 23, 43.
140. Mt 27, 60; Me 15, 46. 142. FIp 2, 10-11.
Un sepulcro nuevo lb s que matan a los profetas y apedrean a los que les
han sido enviados. Ellos son los que devastan horri-
30. Por qu razn Cristo es depositado en un se- blemente la via del Seor, o sea, el pueblo de Isra-
pulcro nuevo en el que todava ningn muerto haba el, y despus de lo que han hecho a los siervos, lle-
sido enterrado? Yo creo que el motivo debi ser el de vados por el odio dan muerte al Hijo y heredero 146
que no se pudiese sospechar que el resucitado fuese al- pues ignoraban que El, como hombre, haba de reci-
guno de los que estuvieran all sepultados desde anti- bir en herencia toda la creacin. Efectivamente, si lo
guo, porque aquellos que miran con malos ojos su pro- hubiesen sabido, no habran crucificado al Seor de la
pia salvacin son proclives a la malicia y muy inclina- gloria 1 17.
dos a la incredulidad. Qu es lo que dicen a Pilato? Seor, nos hemos
As pues, a fin de que la resurreccin del Seor re- acordado de que aquel impostor,148cuando an viva, dijo:
sultara indudable y manifiesta, en su sepulcro nuevo Despus de tres das resucitar Oh iniquidad pro-
slo fue enterrado El, que es la espiritual piedra de la pia de idlatras! Esos embaucadores y extraviados lla-
vida, de la cual bebieron los ingratos a quienes acom- man al Seor, difusor de engaos y siervo del pecado.
paaba 111 . Es la piedra angular y no cortada por 144
mano Designan como impostor al Salvador y Seor del uni-
de hombre, y que se oculta en la roca excavada Las verso, al que es la
149,
verdad por esencia, la sabidura y el
almas frgiles y propensas a entregarse a los placeres poder del Padre la luz verdadera que ilumina a todo
no estn dispuestas a aceptar la Palabra de Dios; quie- hombre que viene al mundo 150
nes la acogen son ms bien las almas fuertes y firme- Por qu antes, refirindose al Seor, ellos han dicho:
mente inclinadas a la virtud. Cuando an viva? Acaso no vive despus de la muer-
te el que para todos los vivientes es la fuente de la vida
y de la existencia? Est ciertamente entre los muertos,
El sanedrn de los prevaricadores pero viviente y no como quien est sometido a la muer-
te. No habis escuchado lo que dijo una vez el Seor
31. Al da siguiente, que era el de despus de la por medio del profeta Joras: Tres das an y Nnive
Parasceve, reunidos los sumos sacerdotes y los fariseos, ser asolada"'? Ser destruido el error cuando, al ter-
se presentaron ante Pilato... Una vez ms se reune cer da, el Seor resucite del sepulcro, y entonces sern
el sanedrn de la prevaricacin compuesto por aque- plantadas la justicia y la verdad.
143. Cf. 1 Co 10, 4. 146. Cf. Mt 21, 33ss.

144. Simblicamente Cristo, nacido de madre virgen, es la pie- 147. 1 Co 2, S.
di, que se ha desprendido del monte sin intervencin de ningn 148. Mi 27, 63.
hombre (cf. Dn 2, 34) y que se oculta en Ja roca excavada, o sea, 149. Cf. 1 Co 1, 24.
en el sepulcro. 150. Jn 1, 9.
145. Mt 27, 62. 151. Jon 3, 4, segn el texto griego de los Setenta.
Ellos dijeron: Ordena, pues, que el sepulcro sea cus- Atraer a todos hacia s
152
todiado hasta el da tercero Por qu os inquietais
intilmente, oh desgraciados? Por qu temeis, all 32. Dijo entonces Pilato: Ah tenis la guardia; id
donde el temor no existe? Los sellos no podrn rete- y aseguradlo, tal como vosotros sabis. Ellos fueron y
ner al que es ilimitado. Si los sellos de la fosa no im- aseguraron bien el156sepulcro, sellando la piedra y po-
pidieron la entrada de Habacuc para que diera de comer niendo la guardia Pilato se retrae del trato con los
al profeta y siervo de Dios Daniel"', cmo podrn deicidas, puesto que no haba encontrado en Cristo nada
los sellos detener al que es Seor de todo cuanto exis- que mereciera condena, y les deja actuar a ellos con
te? La maldad verdaderamente es una ceguera y muy una total insensatez. Aseguradlo dice tal como voso-
fcilmente se engaa. tros sabis. A fin de que no os falte ningn argumen-
No suceda que, viniendo sus discpulos, le hurten y to en contra de la resurreccin he puesto en vuestras
digan al pueblo: Resucit de entre los154muertos, y ser manos el sello y la guardia. Pero, si resultan verdade-
el ltimo engao peor que el primero Quin roba ras las predicciones hechas por ste, a quien vosotros
un cadver, oh insensatos? Ocurre que hay algunos que llamis seductor, por el hecho de que realmente resu-
perforan las tumbas para robar las vestiduras de los que cite, entonces no os pongis a elaborar extraas refle-
yacen en ellas, pero quin jams ha hurtado un cad- xiones ni falsos argumentos. La cuestin se halla sobre
ver? Si Cristo no hubiese resucitado y hubiese menti- el filo de una navaja. Ahora tiene lugar el juicio"',
do al anunciar que resucitara, por qu sin motivo ha- como dijo el mismo a quien os refers. En efecto, si l
bran de permanecerle fieles sus discpulos? Todo muer- es levantado desde la tierra con su resurreccin, voso-
to, en efecto, es olvidado en el corazn de los morta- tros los prncipes seris echados fuera, mientras que l
155
les, dice la Escritura Y no ser an mayor el olvi- atraer a todos hacia s" '.
do tratndose de un impostor? Por qu los discpulos Tales son las palabras de Pilato, pero aquellos des-
habran de mantenerse fieles a un embaucador muerto, graciados y necios se lanzaron como perros sobre el
si esto haba de atraer sobre ellos las ms diversas tri- sepulcro y sellaron la piedra.
bulaciones, la pena de muerte y toda clase de males? Custodiado con sellos y guardianes yace muerto
El extravo que vosotros imaginais, atribuidlo en ver- en el sepulcro el que ha creado el abismo y le ha pues-
dad a los que yerran! to sus sellos, el que ha establecido los arenales como
lmite al mar. Se ha acostado como un len y se ha
159.
dormido como un cachorro de len es velado como
152. Mt 27, 64. 156. Mt 27, 65-66.

153. Cf. Dn 14, 32-38. 157. Jn 12, 31.
154. Mt 27, 64. iss. cf. Jn 12, 32.
155. cf. Sal 31(30), 13. 159. cf. Gn 49, 9.
SOBRE EL SBADO SANTO 109
108 JUAN DAMASCENO
164
60, las negaciones siendo l tan diligente y esmerado
un rey cuando duerme quin lo despertar? Ahora
custodio de todo lo bueno y estando destinado a lle-
me levantar, dice el Seor 161 , ahora ser enaltecido,
ahora ser glorificado; ahora veris, ahora compren- var el timn de la Iglesia? Resulta, sin duda, provi-
dencial su desliz en la cobarda de las negaciones, pues,
deris.
amaestrado por su propia debilidad, se hizo compren-
sivo e indulgente con aquellos que se arrepienten de
Tras el buen olor de sus perfumes sus transgresiones.
Las mujeres, en cambio, colmadas del ungento de
33. Por otra parte, las mujeres, inflamadas de un ar- la divina gracia, fueron portadoras de Cristo, ungen-
diente amor al Maestro, observando con lucidez todas to derramado para nuestra regeneracin, el cual, como
estas cosas y anhelando arrostrar cualquier peligro por Dios se derrama y unge, mientras es ungido corporal-
el Seor, aventajaron en audacia a los apstoles, no so- mente, pues el ungir y el ser ungido se integra plena-
portando el ser tenidas en menor aprecio que ellos. En mente en una sola persona y sustancia. Buscando ellas
siempre, por amor, a Cristo y corriendo sin desfallecer
efecto, donde abund el pecado sobreabund la gra- 65
tras el buen olor de sus perfumes compran an ms
cia 162 . Era preciso que quienes haban suministrado la
muerte, fueran tambin ellas quienes llevaran el anun- aromas y se encaminan presurosas hacia el sepulcro.
Por eso ellas son las primeras en conocer la divina re-
cio de la resurreccin 163
Cmo es que los apstoles se esconden? Deberan surreccin, pues el justo Juez distribuye sus gracias a
haber permanecido en guardia estos testigos fidelsimos la medida del fervor de cada uno.
de la obra divina de la salvacin, destinados a ser he-
raldos que anunciaran a las naciones lo que haban visto
con sus propios ojos y que actuaran como ministros Que los talentos se multipliquen
de los divinos misterios.
Cmo es que tambin Pedro cae en la cobarda de 34. Procuremos hacernos semejantes a los siervos
166;
prudentes que aguardaban el regreso de su seor una
vez recibido el talento, pongamos todo nuestro esfuer-
zo para multiplicarlo, a fin de que, como siervos bue-
160. Con una fina irona y con una visin proclive al simbo- nos y administradores fieles, alcancemos el gozo del
167
lis mo es interpretada la guardia del sepulcro como un involuntario Seor A mi parecer, el talento representa todos los
homenaje. 1-
161.Cf. Sal 12 (11), 6.
162.Rm 5, 20.
163. Apoyndose en el paralelismo entre Adn y Cristo (cf. 164. Cf. Mi 26, 69-75 y lugares paralelos.
Km 5, 12 y 1 Co 15, 21-22) Juan Damasceno, con singular origi- 165. Cf. Ct 1, 3.
nalidad, prolonga el simbolismo estableciendo una anttesis entre 166. Cf. Le 12, 36.
Eva y las mujeres, que fueron las primeras en atestiguar la resu- 167. Cf. Mi 25, 14-30.
rreccin de Cristo.
dones que la bondad divina ha concedido a los hom- el pavoroso tribunal; demos hospedaje a los que estn
bres. No hay nadie que se halle totalmente privado de sin techo, vistamos a 'os desnudos, preocupmonos por
los dones divinos: uno est bien dispuesto para una de- los enfermos, no tengamos reposo en el ir a visitar a
terminada virtud, otro para otra; uno tiene buena in- quienes estn en la crcel, tendamos la mano a los tris-
clinacin para muchas virtudes, otro para ms pocas; tes y afligidos. Participemos del dolor de los que su-
uno para las ms elevadas, otro para las ms humildes fren; derramemos lgrimas de compasin, pues stas
y sencillas. Dios ha distribuido sus dones, a cada uno apagarn el fuego perpetuo del infierno. Si realizamos
segn la medida de la fe. En consecuencia, los pode- estas cosas con el corazn ardiente, tambin a noso-
y al que se le
rosos sern examinados rigurosamente"' 169, tros nos dir el Seor: Venid, benditos de mi Padre,
ha concedido mucho, se le exigir mucho pues a cada recibid la herencia del reino que est preparado para
uno se le reclama segn la medida de lo que le ha sido vosotros 172
confiado por el poder de Dios. Aquel que hace la do-
nacin conoce bien al que la recibe, pues todas las cosas
estn descubiertas y manifiestas ante sus ojos 170 Las vrgenes prudentes
Esforcmonos, pues, con todo empeo en multipli-
car los talentos: el que haya recibido cinco, que de- 35. Los que hemos sido llamados pongmonos el
vuelva otros cinco ms al que se los entreg, y otros esplndido vestido nupcial, para participar en las bodas
dos, el que haya recibido dos. Quien haya recibido el divinas. Esforcmonos a fin de poder ser considerados
favor de Dios que le da capacidad para ayudar a los dignos de la invitacin y as llegar a comer del terne-
dems, que tienda una mano favorecedora a los que ro cebado y del cordero de pascua. Gustemos el fruto
estn necesitados de conmiseracin y soportan el pesa- nuevo de la vid, ahora que, mediante la invocacin"',
do fardo de la pobreza, y el que ha recibido la capa- de un modo real y misterioso el pan se convierte en
cidad para hacerlo, alimente con la palabra a quienes la carne divina y el vino en la divina sangre. El que
estn consumidos por el hambre de conocimientos y se lo prometi no puede mentir. 174,
Participando con la con-
hallan resecos a causa del viento trrido y quemante ciencia pura, por siete veces de esta comida y be-
de la incredulidad. bida, como pasa con el oro, seremos purificados y li-
Ganmonos amigos con las riquezas de injusticia 171 berados de la fealdad del pecado y despus, preserva-
Llenemos el estmago de los pobres, a fin de que ellos,
como elocuentes oradores, hablen en favor nuestro ante
172. Mt 25, 34.
173. La epiclesis es la invocacin al Espritu Santo que, espe-
168. Cf. Sb 6, S. cialmente en el rito bizantino, va unida a las palabras de la consa-
169. Le 12, 48. gracin, en la celebracin de la Eucarista.
170. Mb 4, 13. 174. Este nmero, que es sagrado en la tradicin bblica, viene
171. Le 16, 9. a significar aqu una recepcin constante de la Eucarista.
dos de la corrupcin, recibiremos el don de la vida y Habr un juicio

177
sin misericordia para quien no tuvo
de la inmortalidad, nos uniremos a Dios, seremos di- misericordia Slo se me puede prestar servicio con
vinizados y gozaremos plenamente de su presencia. la misericordia, pues yo soy misericordioso. Nada me
Esto acontecer cuando suene la trompeta del Seor y conmueve tanto como la misericordia: Misericordia
resuciten los muertos, cuando se instale el tribunal, el quiero y no sacrificio"': Ya que no abristeis la puerta
da establecido por Dios para juzgar al mundo con jus- de la misericordia a los necesitados, tampoco yo os
ticia. franquear la entrada en mi reino. Esta es la cosecha
Entonces todas las cosas alcanzarn su restauracin, de las vrgenes necias.
de una vez para siempre. El fuego inextinguible devo- Las prudentes, en cambio, estaban preparadas y no
rar a los adversarios, mientras que los justos sern aco- se inquietaron. Habiendo llenado sus lmparas con toda
gidos en las moradas preparadas para ellos desde antes clase de virtudes, tenindolas abundantemente provistas
de los siglos; ellos sern recibidos en el seno de Abra- del leo de la misericordia y encendidas con la llama
ham, o sea, junto al Seor, el Verbo divino, que al en- resplandeciente de la fe ortodoxa, a media noche, ra-
carnarse se ha hecho descendiente de Abraham. En- diantes de gozo, salen al encuentro del Esposo. En la
tonces la tierra de los impos quedar en ruinas y sobre divina sala de las bodas danzan a coro, disfrutando de
los malvados vendrn las tinieblas, el oscuro fuego que la felicidad que all se manifiesta, y estn para siempre
ellos mismos encendieron, el gusano que atormenta sin unidas espiritualmente al Esposo inmaculado y gozan-
cesar y el llanto unido al rechinar de dientes. Aquellos, do del honor de una casta convivencia con Aquel que
en cambio, que tienen un corazn puro y que profe- es casto por excelencia.
san una fe autntica, luminosos y resplandecientes como
la luz del sol, sern acogidos en la tierra de los man-
sos y pacficos. Mandamientos que dan vida
Las vrgenes necias se alborotarn insensatamente en
una inoportuna bsqueda de lo que ya no podrn al- 36. Nosotros que formamos el divino y sagrado re-
canzar, e intentarn alimentar sus apagadas lmparas con bao del gran Pastor, sacerdote y vctima; nosotros el
175
un aceite extrao Para ellas se cerrar la cmara nup- pueblo escogido, sacerdocio real 179 y que, como siervos
cial y desde dentro se dejar oir la voz severa del juez de Cristo, hemos sido enriquecidos con un nombre
incorruptible que dice: No os conozco"', es decir, no nuevo, acordndonos de sus padecimientos, de sus pa-
os amo, porque vosotros no habis amado a mis her- labras y de sus acciones, observemos sus mandatos vi-
manos, no habis dado muestras de amor hacia ellos, vificantes. El Seor, en efecto, dice: Creis en Dios;
ni vuestros corazones se han conmovido por ellos.
177. St 2, 13,
175.cf. Mt 25, 1-13. 178. Os 6, 6; cf. Mt 9, 13.
176. Mt 25, 12, 179. 1 P 2, 9.
creed tambin en m el Padre os enviar el Parcli- para el cuerpo muchos vestidos, perfumes intiles y de
to, el Espritu de la verdad '% que procede del Padre. gran precio. No nos dediquemos a banquetes y embria-
Guiados, pues, por la fe, ammosle ardientemente, pues gueces, que suelen ir acompaados de fornicacin y de-
l nos dice: Aquel que me ame ser amado por mi senfreno. No seamos arrogantes con los pobres. No fo-
Padre y yo le amar y me manifestar a l 882 mentemos el apetito de la vanagloria. Dominemos las pa-
siones con el freno de la templanza. No seamos como
caballos enloquecidos de celo, no tengamos trastornada
Cerremos los odos frente al anticristo nuestra mente por el loco afn de abusar del cuerpo de
los dems. No depositemos en la carne el combustible
37. Detestemos a todos sus enemigos. Todo aquel que para el fuego. No nos dejemos dominar por el oro y la
no confiesa a Cristo183como Hijo de Dios y verdadero plata, ni por el vano atractivo de las piedras preciosas.
Dios, es el anticristo Si alguno dice que Cristo es sier- No consintamos que, mientras otros pasan necesidad,
vo, cerremos los odos, sabiendo que quien habla as es nuestra mesa abundantemente provista excite la voraci-
un mentiroso y que la verdad no est en l. Soportemos dad insaciable del gusano del infierno.
el reproche que nos hace, como una diadema gloriosa, He aqu que se alza el Esposo; he aqu que el Rey
pues dice el Seor: Bienaventurados seris cuando os in- de reyes sale del sepulcro. Estemos apercibidos, a fin
sulten y persigan y, mintiendo, digan contra vosotros todo de no quedarnos privados del gozo. Hagmonos como
gnero de mal, por mi causa. Alegraos y regocijaos, 184
por- los ms acreditados cambistas que saben distinguir bien
que vuestra recompensa ser grande en los cielos De lo que tiene ms valor, de aquello que es menos valio-
este modo evitaremos la insensatez de las vrgenes necias so. Quememos esto ltimo con el fuego del fervor y
y emularemos la prudencia de las vrgenes sensatas. del amor a Dios; guardemos, en cambio, lo otro en
nuestros graneros. Refrenemos la ira y la concupiscen-
ia; dominemos las apetencias del vientre; pongmonos
El freno de la templanza por ceidor la sensatez que se alcanza mediante la con-
tinencia y la humildad de corazn; reprimamos la os-
38. Dispongmonos tambin, teniendo en cuenta la tentacin y el lujo, con la sencillez de vida y con el re-
resurreccin del Seor, de entre los muertos. No bus- cuerdo de la muerte. Estemos constantemente a dispo-
quemos el deleite de nuestro vientre. No amontonemos sicin de todos; soportemos con buen nimo los ultra-
jes y, al ser ofendidos, alegrmonos en la esperanza
La apariencia de este mundo es transitoria 186 y todo lo
que ahora vemos ha de perecer.
180. Jn 14, 1.
181. Cf. Jn 14, 16.
182. Jn 14, 21.
183. cf. 1 Jn 4, 3. 185. cf. Mt 5, 11-12; Rm 12, 12.
184. Mt 5, 11-12. 186. 1 Co 7, 31.
116 JUAN DAMASCENO
Sacudmonos el yugo de las pasiones HOMILA SOBRE LA NATIVIDAD

39. En toda ocasin tened los mismos sentimientos SERMN DEL HUMILDE MONJE Y PRESBTERO
que tuvo Cristo jess"', el cual nos am a pesar de JUAN DAMASCENO, ACERCA DE LA NATIVIDAD
que fusemos enemigos 111 . Amndonos, se compadeci DE MARA MADRE DE Dios
de nosotros; compadecindose, se humill a s mismo
y, humillndose, nos salv. Del amor deriva la compa-
sin, de la compasin la humillacin, y de la humilla-
cin derivan la salvacin y la elevacin. Si seguimos
esas normas en nuestra vida, seremos liberados de los
sufrimientos que nos agobian. Si nos sacudimos el yugo
de las pasiones, destruiremos tambin su tirnico do- Gozo y renovacin
minio. As como de las cosas ms favorables provienen
las aflicciones, as tambin de los sufrimientos derivan 1. Ea!, pueblos todos, hombres de cualquier raza
las consecuencias ms felices. Y lugar, de cualquier poca y condicin, celebremos con
Abandonando, pues, nuestros anteriores desrdenes, alegra la fiesta natalicia del gozo de todo el universo.
celebremos con honestidad y pureza la fiesta del trn- Los gentiles, con sumo respeto y ofreciendo dones segn
sito del Seor, nuestro Dios. Rechacemos toda palabra las posibilidades de cada cual, celebraban los natalicios
i mpa dirigida contra el Creador, y la vida de la Igle- de los dioses, que con fingidos relatos extraviaban las
sia transcurrir en paz. Despus, con lmparas resplan- inteligencias y ocultaban la verdad, y asimismo festeja-
decientes en las manos y llenos de alegra saldremos al ban los cumpleaos de los reyes, a pesar de que todos
encuentro del Esposo inmortal, vencedor de la muerte, estos personajes perjudicaban la vida de los hombres.
y seremos recibidos en la incontaminada cmara nup- Nosotros, en cambio, tenemos razones muy vlidas para
cial. Con el rostro desvelado contemplaremos la gloria honrar el nacimiento de la Madre de Dios, por medio
del Seor y su hermosura nos llenar de gozo. A El, de la cual todo el gnero humano ha sido restaurado
junto con el Padre y el Espritu Santo, la gloria, el y la tristeza de la primera madre Eva se ha transfor-
honor, la adoracin y la alabanza ahora y siempre y mado en gozo. Esta, en efecto, escuch la sentencia di-
por los siglos de los siglos. Amn. 1
vina que dice: Parirs los hijos con dolor . A Mara,
por el contrario, se le dijo: Algrate, oh llena de gra-
cia 2 A Eva se refieren las palabras que dicen: Hacia
187. Ftp 2, 5. Gn 3, 16.

188. cf. c0i 1, 21. Le 1, 28.
118 JUAN DAMASCENO SOBRE LA NATIVIDAD DE MARA 119
tu marido ir tu apetencia 3 , mientras que a Mara se Virgen y Madre de Dios iba a ser concebida por Ana,
le dice: El Seor es contigo 1 . la naturaleza no se atrevi a iniciar la produccin del
Qu otra cosa ofreceremos a la Madre del Verbo, germen de la gracia y por esta razn permaneci est-
a no ser nuestra palabra? Algrese toda la creacin y ril hasta que la gracia hizo que germinara el fruto. Era
festeje el sacratsimo alumbramiento de santa Ana, la necesario ciertamente que naciera como primognita
cual ha proporcionado al mundo un valiossimo e ina- aquella que haba de dar a luz al primognito de toda
lienable tesoro. De este modo el Creador, sirvindose la creacin, en el cual subsisten todas las cosas 6
de la condicin humana, ha renovado y perfeccionado Oh feliz pareja, Joaqun y Ana, a vosotros est
toda la naturaleza. El hombre, en efecto, participa de obligada toda la creacin! Por medio de vosotros, en
la materia y del espritu y es el lazo de unin entre efecto, la creacin ofreci al Creador el mejor de todos
todos los seres creados, visibles e invisibles, y, al unir- los dones, o sea, aquella augusta Madre, la nica que
se con la naturaleza humana el Verbo de Dios, que es fue digna del Creador. Oh felices entraas de Joaqun,
el origen de toda las cosas, se ha obtenido la vincula- de las que provino una descendencia absolutamente sin
cin de todo lo creado con su Creador. Celebremos, mancha! Oh seno glorioso de Ana, en el que poco a
pues, que haya cesado la humana esterilidad y que haya poco fue creciendo y desarrollndose una nia com-
finalizado la carencia de bienes que padecamos. pletamente pura y, despus que estuvo formada, fue
dada a luz! Oh vientre dichoso que alberg un cielo
viviente ms vasto que los amplsimos espacios celes-
Triunfo de la gracia tes! Oh feliz era, que contuvo el montn del trigo que
da la vida, tal como el mismo Cristo lo manifest, di-
2. Por qu razn la Virgen Madre ha nacido de ciendo: Si el grano de trigo no cae en la tierray muere,
una madre estril? Porque era preciso que a lo nico queda l solo '! Oh dichosos pechos que amamanta-
que es nuevo bajo el sol 1 y a lo que constituye la ron a la que nutri a Aquel que alimenta el mundo
principal maravilla de todas se le abriese camino con entero! Oh maravilla de maravillas y prodigio de pro-
unos acontecimientos maravillosos, y que poco a poco digios! Era preciso que la inefable y misericordiosa en-
se fuese avanzando desde las cosas pequeas a las ms carnacin de Dios fuera precedida de unos hechos tan
grandes. Y existe todava un motivo ms excelso y su- portentosos.
blime; la naturaleza, en efecto, ha sido superada por la Cmo podr yo proseguir? La mente se halla fuera
gracia y, sintindose atemorizada, no ha querido en de s; el temor y el amor me invaden conjuntamente.
modo alguno iniciar la marcha. Por eso, cuando la El corazn palpita con fuerza y la lengua se me traba.
No soy capaz de soportar tanta alegra; me enajenan
3. Gn 3, 16,
4. Le 1, 28.
6. Cf. Col 1, 15 y 17.
5. Cf. Qo 1, 9.
7. Jn 12, 24.
120 JUAN DAMASCENO SOBRE LA NATIVIDAD DF NIAR1A 121
estas maravillas; estoy transportado de gozo. Que el luz eterna que existe y es engendrada de la luz eterna
amor salga vencedor y retroceda el temor; que resue- desde antes de los siglos, El que es inmaterial e incor-
ne la ctara del Espritu Santo: Algrense los cielos, re- preo, asume de aquella mujer escogida una naturale-
gocjese la tierra 9 za corprea y aparece en el mundo como el esposo que
sale del tlamo, y, siendo Dios y habindose hecho
hombre terrenal, animoso como un gigante se dispone
"
Dones celestiales sobre la tierra a recorrer los caminos de nuestra naturaleza , a enca-
minarse entre dolores hacia la muerte,
16,
a encadenar al
3. Hoy se abren las puertas de la esterilidad y em- fuerte y apoderarse de sus bienes que son el gnero
17
prende su ruta la que es puerta divina de la virginidad, humano, y a conducir la oveja errante hacia el cielo
De ella y por medio de ella, Dios, que est por enci- Hoy el hijo de carpintero el artfice de todas las
ma de todo cuanto existe, se hace presente en el mundos cosas, el Verbo divino por medio del cual todo fue cre-
corporalmente 11 , segn
1
nos lo dice Pablo, conocedor ado, el brazo poderoso del Altsimo, mediante la ac-
!t
de grandes misterios Hoy, de la raz de Jes ha sa- cin del Espritu y con su propio dedo o poder, como
lido un retoo del que brotar para el mundo una flor quien se sirve de un hacha como herramienta, actu
que posee la sustancia divina 12 sobre la naturaleza embotada y se prepar una escale-
Aquel que antiguamente, sacndolo de entre las ra viviente, cuya base se apoya sobre la tierra, mien-
aguas, elev y afianz el firmamento, hoy, sirvindose tras que su extremidad llega hasta el mismo cielo. Sobre
de la naturaleza terrena, ha preparado un cielo sobre la ella reposa Dios. Jacob la contempl en imagen durante
tierra. Y este cielo es en verdad mucho ms divino y su visin '. Sirvindose de ella Dios descendi sin ex-
maravilloso que el otro, pues Aquel que en el sobre- perimentar ninguna mutacin, o mejor dicho, por su
dicho cielo coloc el astro solar, se alza desde este nuevo benvola condescendencia apareci en la tierra y con-
cielo como Sol de justicia. Hay en El dos naturalezas, vivi con los hombres 2 o .
por ms que los acfalos desvaren; 14
hay una sola per- Estas cosas representan su descenso, su condescen-
sona, por ms que los nestorianos se enfurezcan. La diente humildad, su ciudadana terrena, su conocimien-
to otorgado a quienes habitan en la tierra II. La esca-
8. Sal 96 (95), II.

9. Cf. Hb 1, 6.
10. cf. Col 2, 9. 15. cf. Sal 19 (18), 6.
11. cf. 2 co 12, 4. 16. Cf. Mt 12, 29.
12. cf. Is 11, 1. 17. cf. Mt 18, 12.
13. Se refiere a 'os monofisitas ms radicales que se apartaron 18. Mi 13, 55,
incluso de la obediencia al patriarca copio de Alejandra. 19. cf. Gn 28, 12.
14. Nestorio propugnaba que en Cristo se unan dos personas 20. Ba 3, 38.
distintas. 21. Cf. col 1, 10.
122 JUAN DAMASCENO i SOBRE LA NATIVIDAD DE MARIA 123
lera espiritual, que es la Virgen, se apoya sobre la tie- que entrar y saldr Cristo 26 y permanecer cerrada
rra porque ella ha nacido en la tierra, pero su cabece- esta puerta en la que est Cristo, 28,
puerta de las ove-
j4s27 y cuyo nombre es oriente por medio del cual
ra toca el cielo. La cabeza, en efecto, de toda mujer es 29,
el varn; pero, puesto que ella no ha conocido varn 22, hemos tenido acceso al Padre principio y origen de
Dios Padre viene a ser cabeza para ella y, con la in- la luz.
tervencin del Espritu Santo, le enva, a modo de di- Hoy han soplado las brisas anunciadoras del gozo
vina semilla espiritual, su propio Hijo y Verbo, fuerza universal. Algrense en lo alto los cielos, exulte la tie-
que lo domina todo. Por benvola decisin del Padre, rra y agtese el mar de este mundo", pues ha nacido
el Verbo se ha hecho carne para siempre y ha habita- una concha que, al recibir el rayo de luz de la divini-
do entre nosotros, no a consecuencia de una unin na- dad, concebir y dar a luz una preciossima
32,
perla, que
" que naciendo de ella
tural, sino mediante la Virgen Mara y el Espritu Santo. es Cristo , el Rey de la gloria
La unin de Dios con los hombres se ha realizado por y revistindose con la prpura de la carne, habitar
obra del Espritu Santo. entre los cautivos " y proclamar su liberacin
23
El que pueda entender, que entienda El que tenga Exulte la naturaleza, porque nace la cordera me-
24
odos para or, que oiga Alejmonos de las cosas ma- diante la cual el Pastor revestir a la oveja y rasgar las
teriales. La divinidad es inmutable, oh hombres. Aquel tnicas de la antigua mortalidad. Dancen y canten a
que desde un principio ha engendrado al Hijo, segn coro las vrgenes, porque nace la Virgen que, segn lo
su naturaleza, sin mutacin alguna, ha obrado del mismo anunciado por Isaas, concebir y dar a luz un hijo,
modo en la generacin realizada para la salvacin del cuyo nombre ser Enmanuel, que significa: Dios con no-
hombre. As lo atestigua David, progenitor divino, cuan- sotros 11 . Sabedlo, oh nestorianos, y abjurad vuestro
do dice: El Seor me ha dicho: t eres mi Hijo, yo te error: Dios est con nosotros, no un hombre o un em-
25
he engendrado hoy La palabra hoy no puede refe-
rirse a la generacin eterna, porque sta se realiza fuera
del tiempo.
26. Cf. Ez 44, 3.
27. Jn 10, 7.
28. Za 6, 12.
Mara Madre de Dios 29. Cf. El 2, 18.
30. cf. Sal 96 (95), 11.
4. Hoy ha sido construida la puerta oriental por la 31. Hallamos ya elaborada esta simbologa de la formacin de
la perla en relacin con el misterio de la Encarnacin, en una ho-
mila annima del siglo iv que se atribuy a san Efrn y se deno-
mina: De margarita.
22. Cf. Le 1, 34. 32. Cf. Sal 24 (23), 7-10.
23. Mt 18, 12. 33. Cf. Is 61, 1.
24. Le 8, 8. 34. cf. Le 4, 18.
25. Sal 2, 7. 35. Is 7, 17; Mt 1, 23.
124 JUAN DAMASCENO SOBRE LA NATIVIDAD DE MARIA 125
bajador, sino que es el Seor en persona quien vendr de aquella de quien habis sido padres. Habiendo vivi-
y nos salvar 1 6. do con pureza y santidad, habis producido la joya de
BenditoE'
el que viene. El Seor es Dios y nos ha la virginidad, o sea, aquella que fue virgen antes del
iluminado Celebremos festivamente el nacimiento de parto, virgen en el parto y virgen despus del parto,
la Madre de Dios. Algrate, oh Ana, estril que no ha- aquella que es virgen por excelencia y virgen para siem-
bas dado a luz, rompe en gritos de jbilo t que no pre, la que es virgen perpetua en el espritu, en el alma
habas experimentado los dolores de parto II. Gzate, y en el cuerpo.
oh Joaqun, pues por medio de tu hija un nio nos ha Era preciso, en efecto, que de la castidad brotara la
nacido y nos ha sido dado, el cual se llamar Angel virginidad y que de sta naciera corporalmente la luz
del gran consejo, o sea, de la salvacin universal, Dios nica y unignita, por benvola disposicin de Aquel
fuerte 19 . que, siendo incorpreo, engendra al que no engendra
Que Nestorio se llene de confusin y guarde si- sino que siempre es engendrado y cuya peculiaridad
lencio. El nio es Dios, cmo no ser, pues, Madre personal consiste en ser engendrado.
de Dios la que le ha dado a luz? Si alguno no con- Oh qu grandes maravillas y qu felices encuentros
fiesa que la santa Virgen es Madre de Dios, se separa se realizan a raz del nacimiento de esta nia! Tales son:
de la divinidad I I . Esta afirmacin no es ma; yo pro- el haber nacido de una madre estril, el que una virgen
pongo esta sacrosanta doctrina como una herencia re- d a luz, la unin de la divinidad y la humanidad, del
cibida del santo Padre Gregorio el Telogo. padecimiento y la impasibilidad, de la vida y la muer-
te, de tal modo que en toda las cosas triunfe la fuerza
de aquello que es ms excelente. Y todo esto, oh Seor,
Joya de virginidad es para mi salvacin! Me has amado de tal manera, que
has realizado todo esto, no por medio de un ngel ni
5. Oh Joaqun y Ana, pareja bienaventurada y en de alguna otra creatura, sino que t mismo, as como
verdad irreprochable! Por el fruto de vuestras entraas llevaste a cabo la primera creacin, tambin has reali-
sois reconocidos, de acuerdo con lo que en cierta oca- zado la regeneracin. Por eso salto de gozo y pongo de
sin dijo el Seor: Por sus frutos les conoceris 1 1 . Vo- manifiesto mi alegra. Regreso a la fuente de las mara-
sotros habis llevado una vida agradable a Dios y digna villas y, como arrastrado por un torrente de felicidad,
hago vibrar de nuevo la ctara del Espritu y entono un
himno sagrado en honor de la natividad de Mara.
36. Cf. Is 63, 9.
37. Sal 118 (117), 26-27.
38. Is 54, 1.
39. Is 9, 5. Figuras y smbolos
40. GREGORIO NACIANCENO, Carta 101, a Cledonio, PG 37,
180. 6. Oh castsima pareja de trtolas racionales, Joa-
41. Mi 7. 16. qun y Ana! Vosotros, observando la castidad que
126 JUAN DAMASCENO SOBRE LA NATIVIDAD DE MAMA 127
prescribe la ley natural, habis sido agraciados con 1 salmos. Levantad vuestra voz, levantadla, no temis,
unos dones que estn muy por encima de la natura- porque hoy nos ha nacido en la santa Probtica% la
leza, ya que habis puesto en el mundo aquella que, Madre de Dios, de la cual quiso nacer el Cordero de
sin obra de varn, fue Madre de Dios. Vosotros, Ile- 1 Dios que quita el pecado del mundo.
vando una vida humana, piadosa y santa, tuvisteis una Saltad de jbilo, montaas 46, seres de naturaleza ra-
hija superior a los ngeles y que ahora es Seora de 1 cional que anhelis las cumbres de la contemplacin es-
los ngeles. 1 piritual. Ha surgido esplendoroso el monte del Seor,
Oh nia preciossima
42,
y llena de dulzura! Oh lirio 1 que supera todos los collados y todos los montes, o
entre espinas procreado de la nobilsima y regia es- sea, que est por encima de los ngeles y de los hom-
tirpe de David! Por medio de ti la 41.
dignidad real se ha bres y del que se ha dignado desprenderse corporal-
acrecentado con la del sacerdocio Por tila ley ha mente, sin intervencin de mano de hombre, la piedra
sido transformada y se ha manifestado el espritu que angular Cristo, que es una sola persona y que une lo
antes estaba oculto debajo de la letra, pasando la dig- que est separado: la divinidad y la humanidad, los n-
nidad sacerdotal de la tribu de Lev al linaje de David. geles y los hombres, los gentiles y el Israel segn la
Oh rosa, que salida de entre las espinas de los judos, carne, que se unifican en el Israel segn el espritu .
has esparcido por todas partes el buen olor de la divi- Monte de Dios, monte frtil, monte cuajado, monte
nidad! Oh hija de Adn y Madre de Dios! Biena- fecundo monte en el que Dios se ha dignado habitar 41.
venturados sean las entraas y el vientre de donde sa- Los carros de Dios son miles y miles 49 y en ellos van
liste; bienaventurados los brazos que te sostuvieron y quienes resplandecen por la gracia divina, o sea, los
los labios que se gozaron dndote castos besos, o sea, querubines y serafines. Cumbre ms santa que el Sina,
los de tus padres nicamente, de tal modo que siem- cubierta no por el humo, ni por las tinieblas, ni por la
pre guardaras perfecta virginidad! tempestad, ni por el fuego pavoroso, sino por el rayo
Hoy se ha iniciado la salvacin del mundo. Ensal- luminoso del Santsimo Espritu. En el Sina el Verbo
ce al Seor toda la tierra. Cantad, alegraos y entonad de Dios escribi la ley sobre tablas de piedra, siendo
el Espritu como el dedo con que se realiz esta ins-
cripcin. En esta otra cumbre, que es la Virgen, el
42. cf. ct 2, 1-2. i Verbo, por obra del Espritu Santo y mediante la san-
43. Ya san Agustn aluda a la vinculacin de Mara con el es- 1 gre de ella, se encarn y se ofreci a nuestra naturaleza
tamento sacerdotal de Israel, al que ciertamente perteneca su prima
Isabel (cf. Le 1, 5): convena que la carne del Seor procediera
no slo de estirpe regia, sino tambin de estirpe sacerdotal (Co-
mentario al libro de los Jueces 1, 7).
Cf. Hb 7, 12. En general los Santos Padres se refieren a
1 45. Vase la Introduccin, p. 13.
46. cf. Sal 114 (113-A), 4.
los judos de un modo negativo, no en cuanto a pueblo o raza, 47. Cf. Dn 2, 34 y 45; 1 Co 10, 18.
sino aludiendo a aquellos que rechazaron la fe en Cristo el Salva- 48. Sal 68(67), 16-17.
dor, anunciado por sus profetas y no reconocido por ellos. 49. Sal 68 (67), 18.
128 JUAN DAMASCENO SOBRE LA NATVIDAD DE MARA 129
como remedio eficacsimo de salvacin. All hubo el amada de Dios y gloria de tus progenitores! Todas las
man, aqu est aquel que proporciona la dulzura al generaciones te proclaman bienaventurada, tal como t
man. misma con toda verdad lo anunciaste. Oh hija digna
El insigne tabernculo que Moiss fabric en el de- de Dios, honor de la naturaleza humana y restaurado-
sierto con materiales preciossimos y de gran variedad, ra de la dignidad de Eva la primera madre! En efecto,
y la tienda del padre Abraham que fue anterior, pres- mediante tu maternidad, la que haba cado fue levan-
ten homenaje a este tabernculo espiritual y viviente de tada y restablecida. T eres el honor de las mujeres,
Dios, pues ste no alberg solamente el poder de Dios, porque si la primera de ellas, 50Eva, cay en pecado y
sino a la persona del Hijo de Dios, sustancialmente pre- la muerte entr en el mundo por causa del servicio
sente. El arca totalmente revestida de oro, la vasija de prestado a la serpiente en perjuicio del primer padre,
oro que contena el man, el candelabro, la mesa y t, oh Mara, cumpliendo perfectamente la voluntad di-
todos los antiguos enseres del culto, reconozcan que no vina, frustraste a la serpiente engaadora e introdujiste
son comparables con la Virgen. Estas cosas fueron ob- en el mundo la inmortalidad.
jeto de veneracin por ser figuras de ella y como unas Oh hija siempre virgen, t no tuviste necesidad de
sombras de la realidad que simbolizaban. varn para concebir, pues el que se alberg en tu seno
tiene un Padre que es eterno! Oh hija de origen te-
rrenal, t llevaste al Creador en tus brazos de madre
Honra de la mujer y de toda la creacin divina! Los siglos disputaban a ver cul de ellos sera
honrado con tu nacimiento; pero por la preestablecida
7. Hoy el Verbo de Dios, creador del universo, ha voluntad de Dios, el cual es el autor de los siglos", se
compuesto un libro nuevo, que el Padre ha emitido de puso fin a52,la contienda y los ltimos vinieron a ser los
su corazn y que ha sido escrito con el clamo o len- primeros al honrarse con tu nacimiento.
gua divina del Espritu. Este libro fue entregado a un T, en verdad, has sido la ms honrada de todas las
hombre que conoca las letras, pero que no lo ley. ceaturas. Slo de ti el Creador ha recibido en heren-
Jos, en efecto, no conoci a Mara, ni comprendi la cia las primicias de nuestra masa. Su carne procede de
fuerza y profundidad de su misterio. Oh hija sacrat- la tuya y su sangre se form con tu sangre. Dios se
sima de Joaqun y Ana, oculta para los principados y aliment con la leche de tus pechos y tus labios han
potestades y a cubierto de las flechas encendidas del estado en contacto con los labios divinos.
Maligno, que morabas en la cmara nupcial del Espri- Oh maravillas incomprensibles e inefables! El Seor
tu y fuiste preservada de toda mancha a fin de ser es- del universo desde un principio consider tu dignidad.
posa de Dios y madre del que por naturaleza es Hijo
de Dios! Oh nia santsima, t ests en los brazos de
tu madre y eres el espanto de todas las potestades re- 50. Cf. Km 5, 12.
beldes! Oh nia sacratsima, t eres alimentada con la 51. Hb 1, 2.
leche materna y ests rodeada de ngeles! Oh nia 52. Cf. Mt 19, 30.
130 JUAN DAMASCENO
., OiiKF 1 A N.\l i\ 111 \D 1)1 31
Te am, y por haberte amado, te predestin. Y, al lle-

adquirido ton niano poderosa y brazo extendido
gar la plenitud de los tiempos, te llam a la existencia con signos y prodigios lo haba sacado de la casa de
y te constituy Madre de Dios y nutriz de su propio
esclavitud del faran 5, , hacindole pasar por el mar
Hijo, el Verbo divino.
Rojo y guindole de da por medio de una nube y de
noche con un resplandor de fuego. El corazn de los
israelitas sinti aoranza de Egipto y el pueblo del Seor
La Virgen y la reconciliacin del pueblo con Dios se convirti en no pueblo suyo"; el que haba sido
compadecido se transform en no compadecido y el
8. Se dice que las cosas contrarias son remedio me- amado vino a ser no amado .
11
dicinal para las opuestas, pero las unas no derivan de las Por eso, nace ahora una virgen, enemiga de la for-
otras. Aunque cada ser creado contenga en s mismo un
nicacin de sus antepasados. Ella queda constituida Es-
entramado de cosas contrarias, prevalece, sin embargo, posa de Dios y da a luz la misericordia de Dios. Viene
aquello que es propio y peculiar de su esencia. As como as a ser pueblo de Dios aquel que antes era no pue-
el pecado me causa la muerte mediante cosas que en s blo del Seor; es compadecido el que antes era no
son buenas, y acabo siendo un gran pecador; de un modo compadecido, y es amado el que antes era no amado.
correlativo el autor de todo bien, por medio de cosas De la Virgen, en efecto, nace el Hijo de Dios, el amado
contrarias, realiza en nosotros cosas buenas, tal como co- en quien el Padre se ha complacido 61
rresponde a su naturaleza: Donde abund el pecado, so-
breabund la gracia11 . Si hubiramos conservado la pri-
mitiva unin con Dios, no se nos habra otorgado la
Ttulos y alabanzas de Mara
posterior, que es ms excelente y maravillosa. Ahora, por
causa del pecado, estamos privados de la antigua comu- 61
9. Una frondosa vid ha brotado de Ana y ha pro-
nin con Dios, que no tuvimos cuidado de conservar; ducido un racimo dulcsimo, que ofrece a los nacidos
pero, por la bondad de Dios, hemos obtenido su mise- de la tierra un nctar que proporciona la vida eterna.
ricordia y proteccin y ha quedado asegurada nuestra Joaqun y Ana sembraron para s mismos segn justi-
unin con l. Dios que nos ha protegido tiene poder, cia y obtuvieron como cosecha un fruto de vida. Se
en efecto, para hacer que esta unin sea perdurable. alumbraron con la luz del conocimiento, buscaron al
Cuando la tierra entera fornic y se prostituy", Seor y les naci un fruto de justicia.
tambin el pueblo de Dios, a causa del espritu de for-
nicacin ", se apart del Seor su Dios, que lo haba
56. Sal 136 (135), 12.
57. Cf. D 4, 34.
53. Rm 5, 20. 58. Cf. Rm 9, 25; Os 1, 9.
54. cf. Os 1, 2. 59. Cl`, 1 P 2, 10.
55. Os 4, 12. 60. cf. Mt 3, 17; 12, 18; 17, 5 y lugares paralelos.
61. cf. Sal 128 (127), 3.
132 JUAN DAMASCENO SOBRE LA NAtiVIDAD DE MARA 133
Cobre confianza la tierra y tambin los hijos de y solamente te causan irritacin el pecado y aquel que
Sin. Alegraos en e! 62.
Seor vuestro Dios, porque el de- ha sido su autor. Tu vida transciende la naturaleza. T
sierto ha florecido la estril ha dado fruto. Joaqun no tendrs la vida por ti misma; la tendrs como un
y Ana,
63
como montes espirituales, han destilado dulzu- don de Dios, y gracias a l se ha producido tu naci-
ra Algrate, oh bienaventurada Ana, por haber dado miento, a fin de que colabores a la salvacin de todo
a luz a una nia. Esta es Madre de Dios, puerta de la el mundo y, por medio de ti, llegue a su cumplimien-
luz, y fuente de la vida. Ella cancelar la deuda de las to el antiguo plan divino de la encarnacin del Verbo
mujeres. y de nuestra divinizacin 6s
El rostro de esta64 mujer lo mirarn suplicantes los T anhelas alimentarte con las palabras divinas
69,
y
notables del pueblo A esta mujer la venerarn todos crecer como olivo fecundo en la casa de Dios70 como
los reyes de los pueblos, ofrecindole sus dones. A esta rbol plantado junto a las corrientes de agua del Es-
mujer, oh Ana, la llevars a presentarla ante Dios, rey pritu, como rbol de vida que en el tiempo
71
preesta-
del universo, revestida con la hermosura de la virtud, blecido por Dios ha producido su fruto o sea, Dios
con realce de franjas de oro, y adornada con la gracia encarnado, vida eterna de todos los seres. T te nu-
del Espritu Santo, que es65la gloria que en ella se ma- tres con pensamientos tiles y provechosos para el
nifiesta desde el interior Mientras que la gloria de alma, al tiempo que apartas, antes de gustarlos, todos
toda mujer es el marido que se acerca a ella desde fuera, aquellos pensamientos que son intiles y daosos para
la gloria de la Madre de Dios proviene de su interior el espritu. Tus ojos estn vueltos siempre hacia el
y es el fruto de su vientre. Seor", contemplando la luz eterna e inaccesible 71 .
oh mujer amabilsima y tres veces bienaventurada! Tus odos estn atentos a la palabra divina y se re-
Bendita66 t entre las mujeres y bendito el fruto de tu crean con la ctara del Espritu; a travs de ellos se
vientre Oh mujer, hija de rey y madre de rey: hija ha realizado la encarnacin del Verbo II. Tu olfato se
del rey David y Madre de Dios, el rey del universo! embelesa con el buen olor de los perfumes del Esposo,
Oh divina imagen67viviente en la que Dios, el creador,
se ha complacido! Tu mente es gobernada por Dios
y slo en El pones tu confianza. Todos tus anhelos se
dirigen hacia el nico ser deseable y digno de ser amado, 68. casi todos los Padres griegos usan ci termino diviniza-
cin>) para referirse a la gracia santificante que nos hace partcipes
de la naturaleza divina.
69. Sal 52 (51), 10.
70. Sal 1, 3.
62. Cf. Is 35, 1. 71. cf. Ap 22, 2.
63. cf. Am 2, 13. 72. Sal 25 (24), 15.
64. Sal 45 (44), 14. 73. 1 Tm 6, 16.
65. cf. Idem. 74. Es muy frecuente en los Padres ci decir que la concepcin
66. Le 1, 42. de cristo se realiz en Mara por medio del odo, o sea, que se
67. Cf. Is 62, 5. produjo al escuchar ella el mensaje del ngel en la anunciacin.
'u
SOBRE LA NATIVIDAD DE MARIA 135
134 JUAN DAMASCENO
Mara templo santo de la Trinidad

que es un blsamo divino derramado voluntariamen-
te y con el que se realiza la uncin de su humanidad, 10. Oh maravilla, superior a todas las maravillas!
de acuerdo con lo que dice la Escritura: Ungento de- Una mujer est ms encumbrada que los serafines, pues-
rramado es tu nombre 11 . Tus labios alaban al Seor to que Dios ha aparecido hacindose un poco inferior
y se juntan con sus labios. Tu lengua y tu garganta a los ngeles 11 . Guarde silencio el sapientsimo Salo-
expresan con toda fidelidad76
las palabras divinas y se mn y no diga ya que no hay nada nuevo bajo el sol.
8,
sacian de divina dulzura Tu corazn puro e inma- oh Virgen llena de la divina gracia templo santo
culado contempla al Dios invisible y en El tiene pues- de Dios, que el espiritual Salomn, el Prncipe de la
tos sus anhelos, paz, ha construido y habitado, embellecindolo no con
Tu seno alberga al que es inabarcable y tus pechos oro o piedras materiales, sino, en vez de oro con los
alimentan con su leche al nio Jess, que es Dios. 17
Oh resplandores del Espritu, y que, en lugar de piedras
puerta de Dios, t siempre permaneces virgen . Tus preciosas, posee la perla preciossima que es Cristo,
86
manos sostienen a Dios y tus rodillas son un trono ms carbn de divinidad . Suplcale que toque nuestros la-
excelso que los querubines; gracias a ti se fortalecen las bios, a fin de que habiendo sido purificados, entone-
manos frgiles y las rodillas vacilantes 11 . Que nuestros mos himnos a l, y juntamente al Padre y al Espn-
pies guiados por la ley de Dios, como por una lmpa- tu Santo, cantando: Santo, santo, santo es el Seor de
ra encendida", corran sin cesar por los caminos del los ejrcitos", una sola naturaleza divina en tres per-
Seor, atrados hacia la amada que se ha unido con el sonas.
Amado! o. Santo Dios, el Padre que determin que en ti y
Mara es con toda plenitud la cmara nupcial del por medio de ti tuviera cumplimiento el misterio de-
Espritu Santo, la ciudad del Dios vivo81,regocijada por cretado por l desde antes de los siglos
la abundancia de corrientes de aguas o sea, por las Santo fuerte, el Hijo de Dios y verdadero Dios,
ondas
82,
de los carismas del Espritu. Mara toda hermo- el Unignito, que te ha hecho nacer primognita de una
sa est plenamente unida a Dios. Ella supera a los madre estril, a fin de que, siendo l Hijo unignito
querubines, est mas encumbrada que los serafines y se
halla muy cerca de Dios.
83. cf. Sal 8, 6.
84. Qo 1, 9.
75. Ct 1, 2.
85. cf. Le 1, 28.
76. f. Sal 119 (118), 103.
86. cf. Is 6, 6-7.
7 7. cf. Ez 42, 2. 87. Is 6, 3. El santo introduce aqu y comenta el trisagio Ii-
78. Is 35, 3. trgico, alabanza y profesin de fe en el misterio trinitario, que
79. cf. Sal 119 (118), 105. 1 aqu tambin se relaciona con Mara y con los misterios salvficos
80. cf. ct 1, 4; 3, 4.
en ella realizados.
81. CL Sal 46 (45), S.
88. cf. 1 co 2, 7.
82. ct 4, 7.
SOBRE LA NATIVIDAD DE MARA 137
136 JUAN DAMASCENO
4
"
del Padre y primognito de toda la creacin , naciera ngel que desempee un ministeriol , sino al ngel del
gran consejo", que ha descendido silenciosamente sobre
de ti como unignito de una
90,
madre virgen y primog-
nito de muchos hermanos semejante a nosotros y, por el vellocino como una lluvia de bondad, y que ha res-
` tablecido toda la naturaleza enferma y destinada a la
medio de ti, partcipe de nuestra carne y sangre ; el
cual, sin embargo, no te ha hecho nacer de solo padre ruina, otorgndole una salud indeficiente y devolvin-
o de sola madre, porque solamente a El le correspon- dole una vida que no conozca la vejez. Por obra suya
de el ser unignito en sentido absoluto, puesto que es aquel paraltico que yaca en tu recinto dio saltos como
el Unignito del Padre e hijo nico de su Madre. un ciervo. Salve, oh insigne Probtica, que tu gracia se
Santo inmortal, el Espritu Santsimo, que con el acreciente an ms!
roco de su divinidad te preserv de ser consumida por Salve, oh Mara, hija dulcsima de Ana! De nuevo
el fuego divino. Esto es lo que de antemano significa- el amor me atrae hacia ti. Cmo describir tus majes-
tuosos pasos? Cmo tus vestiduras? Cmo la gracia
ba la zarza de Moiss 92
de tu rostro? En tu cuerpo juvenil destacan la gravedad
y la madurez. Tu modesto atavo elimina toda molicie
y todo enervamiento. Tu caminar es digno, sosegado y
Llena de gracia y virtudes
libre de toda indolencia. Tu carcter es circunspecto y,
11. Salve, oh Probtica, sacratsimo santuario de la al mismo tiempo jovial, pero reservado con los varones,
Madre de Dios, Salve, oh Probtica, casa paterna de la tal como lo atestigua el temor que experimentaste al re-
Reina. Salve, oh Probtica, en tiempos pasados aprisco cibir el desacostumbrado saludo del ngel 96
de ovejas de Joaqun y ahora iglesia, que vienes a ser T fuiste dcil y obediente con tus padres. Tu es-
como un cielo, para el rebao espiritual de Cristo. T pritu se mantuvo humilde en medio de elevadsimas
antiguamente, una vez al ao, recibas la visita del ngel contemplaciones. De tu alma sencilla brotaban palabras
de Dios que remova las aguas y daba la salud a una agradables. Qu ms se podra decir, sino que t eres
sola persona, librndola de la enfermedad que padeca ;
93 una morada digna de Dios? Con razn todas las ge-
ahora, en cambio, albergas una gran multitud de po- neraciones te proclaman bienaventurada", como espe-
testades celestiales que, junto con nosotros, glorifican a cialsima honra de la humanidad. T eres la gloria de
la Madre de Dios, abismo de maravillas y fuente de la los sacerdotes, el apoyo de los reyes, la esperanza de
curacin de todo el mundo. T no recibes ahora a un los cristianos, el retoo fecundo de la virginidad. Gra-
cias a ti, en efecto, se han difundido la hermosura y el
89. cf. col 1, 15.

94. Cf. 1-lb 1, 14.
90. Rm 8, 29.
95. cL Is 9, 6.
91. cf. Hb 2, 14.
96. cf. Lc 1, 29.
92. cf. Ex 3, lss.
97. cf. Lc 1. 48.
93. cL Jo 5, 4.
138 JUAN DAMASCENO
PRIMERA HOMILA SOBRE LA DORMICIN

valor de la virginidad. Bendita
9.
t entre las mujeres y
bendito el fruto de tu vientre Los que te reconocen PANEGRICO DE LA DORMICIN DE LA EXCELSA,
como Madre de Dios han sido bendecidos; los que te BENDITA Y GLORIOSSIMA SEORA NUESTRA,
niegan este ttulo han experimentado la maldicin. LA MADRE DE DIOS Y SIEMPRE VIRGEN MARA,
POR EL POBRE Y HUMILDE MONJE Y PRESBTERO
JUAN DAMASCENO
Protectora de nuestra vida
12. Oh sagrada pareja, Joaqun y Ana, acoged be-

nignamente este sermn que os ofrezco en este da na-
talicio! Oh hija de Joaqun y Ana!, t que eres reina,
acoge con bondad el discurso de este siervo, que es pe-
cador, pero que te venera y te ama ardientemente y te Mara ciudad de Dios
considera como la nica esperanza de gozo, como pro-
tectora de la vida, como mediadora ante tu Hijo y como 1. La memoria de los justos es objeto de alaban-
prenda segura de salvacin. 1,
zas segn manifiesta el sapientsimo
2,
Salomn; y David,
Haz, oh Mara, que desaparezca el pesado fardo de el antepasado del Seor dice: Es preciosa en la pre-
mis pecados, que se disipe la nube que oscurece mi es- 1
sencia de Dios la muerte de sus santos . Si el recuer-
pritu y quede eliminado mi apego a las cosas terrena- do de todos los justos requiere alabanzas, quin no
les y rastreras. Detn la fuerza de las tentaciones, diri- deber glorificar a la que es fuente de la justicia y te-
ge favorablemente el curso de mi vida, condceme con 1
soro de santidad? . No se trata con ello de acrecentar
tu mano hacia la bienaventuranza del cielo. Proporcio-
na a todo el mundo la paz y concede a todos los fie-
les ortodoxos de esta ciudad, la plenitud del gozo y la 1. Pr 10, 7.
salvacin eterna, por mediacin de las plegarias de tus 2. Los Padres griegos acostumbran aplicar a David el apelati-
padres y de toda la congregacin de la Iglesia. As sea, vo de Theopator e insisten en manifestar su convencimiento acer-
as sea. Salve, llena de gracia, el Seor es contigo. Ben- ca de la ascendencia davdica no slo de Jos, sino tambin de
dita t entre las mujeres y bendito el fruto de tu vien- Mara.
3. Sal 115 (114), 15.
tre 91 , Jesucristo, el Hijo de Dios. A l sea la gloria, 4. La Virgen Mara no slo es santa, sino tambin santificado-
junto con el Padre y el Espritu Santo, por los eternos ra. En el Himno Akathistos hallamos estas invocaciones: Salve, fru-
siglos de los siglos. Amen. tal exquisito, que nutre a los fieles; Salve, ramaje frondoso que a
todos cobija. Salve, llevaste en el seno a quien gua al errante, Salve,
al mundo entregaste a quien libra al esclavo. Salve, plegaria ante el
juez verdadero; Salve, perdn del que tuerce el sendero (Estrofa
98. Le 1, 42. ir, traduccin rtmica del P. Jess Castellano Cervera).
99. Le 1, 28 y 42.
140 JUAN DAMASCENO SOBRE LA DORMICIN 1 141
su gloria, sino de obtener para nosotros la gloria per- nos lanzaremos a hablar de cosas que nos estn veda-
durable. No necesita, en efecto, de nuestra glorifica- das? No hemos de obrar as, por supuesto, antes bien,
cin la que es tabernculo del Seor de la gloria y ciu- combinando el respeto con el deseo, habremos de tejer
dad de Dios, de la cual se han dicho cosas gloriosas, una corona que, con sagrada reverencia, con mano tem-
segn aquellas palabras del insigne David que se refie- blorosa y con espiritual fervor, ofreceremos humilde-
ren a ella: Cosas gloriosas han sido dichas acerca de ti, mente a la que es Reina y Madre y merece todo el re-
oh ciudad de Dios'. A qu otra ciudad podremos ala- conocimiento de la humana naturaleza y nuestro ms
bar, sino a la del Dios invisible e inmenso, que con su rendido homenaje.
poder abarca todas las cosas? Me refiero a aquella ciu- Se dice que ciertos campesinos que estaban labran-
dad que, de un modo maravilloso y sobrenatural, al- do la tierra vieron pasar a un rey adornado con su ves-
berg al Verbo de Dios, que est por encima de toda timenta de prpura, con su diadema resplandeciente, y
sustancia. Acerca de ella el Seor ha manifestado cosas rodeado de una numerosa guardia de honor, y no te-
gloriosas, pues no hay nada que supere la gloria de ha- niendo nada que ofrecer a este soberano, uno de ellos
berse dado en ella cumplimiento a los antiguos y ve- fue al punto a sacar agua de un abundante manantial
races designios de Dios. que haba cerca de all, para llevrsela al monarca. Ha-
biendo inquirido el rey el significado de ese gesto, el
campesino le respondi: Yo ofrezco lo que tengo a
Ofrecimiento de primicias a la Reina y Madre mano, a fin de que la prontitud y buena desposicin
de nimo no dejen de manifestarse a causa de la indi-
2. No hay lengua humana, ni anglica, que pueda gencia. Vuestra majestad, en efecto, no necesita nada de
alabar debidamente a aquella por medio de quien se lo que poseemos y no requiere de nosotros ms que el
nos ha concedido el poder contemplar la radiante glo- afecto y la buena voluntad. Cumplimos as nuestro deber
ria del Seor. Pero, acaso por no ser capaces de pro- y nos hacemos merecedores de alabanza, pues muchas
clamar sus alabanzas, habremos de guardar silencio? De veces obtienen algn premio los que se muestran ge-
6
ningn modo Quizs, sin advertir nuestra propia li- nerosos. En consecuencia, el rey, lleno de admiracin,
mitacin y soltando el freno de un temor respetuoso alab el buen sentido y la diligencia del rstico y le
recompens con grandes dones 1 . Si este altivo tirano
consider que la buena voluntad era ms estimable que
5. Sal 86 (85), 3. la magnificencia, cunto ms no aceptar lo que le
6. San Andrs de Creta al comenzar su segunda homila sobre ofrezcamos, sin reparar en nuestra pequeez, aquella
la Dormicin dice: Nuestra festiva asamblea pone de relieve este que es una Seora verdaderamente bondadosa y es
misterio y, aunque ante l sera preferible guardar silencio, impeli-
dos, sin embargo, por un singular anhelo y aun sintindonos muy
incapaces de expresarnos debidamente, intentaremos manifestar con
nuestras palabras lo que hay de ms profundo en esta solemnidad 7. Esta ancdota concerniente al rey de los persas Artajerjes es
(Homilas Marianas, Ciudad Nueva 1995, p. 143). referida por Plutarco y otros autores.
12 1 11
\\ I)\\IACtiN0
SOBRE LA DORMICIN 1 143
-
iaticc tIc Dios, ci cual es Li ijusina I'oiitlad, SU ct)fl
oscuras, pueda proclamar la grandezas de tu carsima
dcstclitlelttia 110 llene limites \ eoiisideia qtlC dos pe-
Madre.
qtiias int)ncd.is IUClctCtl tina 111.111 ltCOlflpeIIs.t? . As
Ella desde antiguo fue escogida y predestinada por
ptic.c Ita en verdad .iecNara Lis oireiidas que de nues-
la bondad del Padre que, sin experimentar cambio al-
IFJ palle le tichemos \, a cambio, nos conceder unos
guno, engendra al Hijo desde toda la eternidad. Para
dones niconipanibleniente superiores. Sindonos preci-
la expiacin de las culpas, para la salvacin, la justifi-
so va abordar ci asunto de ntlestrt, discurso, a fin de
cacin y la redencin de los hombres, Aquel que es
rcali>'.arlo del inodo mas conveniente dirigiremos nues-
vida de vida, luz de luz, Dios verdadero de Dios ver-
tra palabra a la nusiiia Virgen Mara.
dadero, al cumplirse el tiempo establecido, asumiendo
nuestra carne, naci de la Virgen, siendo su concepcin
totalmente singular y maravillosa", realizndose su na-
Escogida y predestinada
cimiento de un modo que supera las leyes de la natu-
raleza, y estando destinado a la salvacin de todo el
3. Qu nombre te daremos, oh Seora, y con qu
orbe, as como tambin su gloriosa muerte es sacro-
palabra nos dirigiremos a ti? Con qu alabanzas po-
santa y digna de toda alabanza.
dremos coronar tu sagrada y gloriosa cabeza? T nos
Esta Virgen fue predestinada por el Padre, anuncia-
proporcionas los bienes y las riquezas; t eres orna-
da por los profetas divinamente inspirados y fecunda-
mento del gnero humano y decoro de toda la crea-
da por el Espritu Santo, que la colm de pureza y san-
cin, que por medio de ti ha encontrado la verdade-
tidad. Y t, oh Hijo y manifestacin del Padre, que no
ra dicha, pues gracias a ti ha recibido a Aquel que es
puedes ser abarcado en lugar alguno, estableciste tu mo-
inabarcable, y al que antes no poda ni siquiera mirar,
rada en ella, a fin de unir nuestra humilde y baja con-
por obra tuya lo contempla ya visiblemente. Oh Verbo
dicin humana con la excelsa e incomprensible gran-
de Dios, haz que se abra mi boca torpe e inexperta y
deza de tu divinidad 11 La primicia de tu encarnacin
que, al abrirse mis labios, brote de ellos un discurso
agradable y hermoso! 9 . Infndeme el soplo de la gra-
cia del Espritu Santo, que hizo hablar con elocuencia
y sabidura a unos pescadores ignorantes, a fin de que 10. Aqu se trata de la concepcin de Cristo, pero en la ho-
yo, co iii pobre voz y aunque sea con palabras mila sobre la Natividad, San Juan Damasceno habla de la concep-
cin pasiva de Mara como de un acontecimiento totalmente in-
vestido por la gracia. Vase anteriormente pp. 118-119.
11. El concepto de que Mara alberg en su seno a Aquel que
5. tI. Mi 12.11 ll 11, 11.
no puede ser abarcado ni siquiera por la inmensidad de los cielos,
l
aparece constantemente en los escritos teolgicos y en las preces li-
ttic ini 'idi es gliLgiti st n' in de un juego
1 i cc ictil e
de piiiiii ti que no qtitdi miii i ceattii cii lis r.iduccunnes. Se trgicas. Ha dado origen tambin a un tipo de iconos muy divulga-
tiata tic un eliliti ciii tel \eiiiti, lil.d,i.i cierni tic Dios y Li ofren- dos en los que la Virgen lleva la figura de Jess en el clpeo, o sea,
11.1 de lis 1.Il,ilIas dci ni.idoi sigradii. dentro de un crculo sobre el pecho de la Madre. Se la denomina
Platitera ton ouranon, o sea, la que es ms amplia que los cielos.
es la sangre inocente, pura e inviolada de esta Virgen manera quedaste constituido mediador entre Dios y los
santa, de la cual asumiste la carne a la que estuvo unida hombres, deshiciste la enemistad, condujiste hacia el
tu alma racional. De este modo, por tu gran miseri- Padre a los que se haban apartado de El, hiciste re-
cordia, tomaste sobre ti nuestra propia debilidad y te tornar al buen camino a los extraviados, iluminaste a
hiciste verdadero hombre, sin dejar de ser verdadero los que estaban sumidos en las tinieblas, reparaste lo
Dios y de poseer la misma naturaleza del Padre. que estaba roto y quebrantado, transformaste lo co-
As pues, t que naciste de la Virgen eres un solo rruptible proporcionndole la incorrupcin, liberaste a
Cristo, un solo Seor, a la vez Dios y hombre; per- las creaturas del error del politeismo, hiciste a los hom-
fecto Dios y perfecto hombre; Dios verdadero y hombres hijos de Dios, a quienes eran infames y estaban
bre verdadero; una sola persona en dos naturalezas per- envilecidos les hiciste partcipes de tu divina gloria, al
fectas, que son la divinidad y la humanidad. No eres que estaba sentenciado a ser recluido en las profundi-
solamente Dios ni solamente hombre, sino el Hijo nico dades de la tierra lo levantaste por encima de todo prin-
de Dios, hecho hombre; verdadero Dios y al mismo cipado y potestad, y al que estaba condenado a retor-
tiempo hombre, sin mezcla ni divisin de las dos na- nar al polvo de la tierra y habitar en los infiernos, le
turalezas distintas, que subsisten en una sola persona hiciste sentar contigo en tu trono real. Cul fue el ta-
sin confusin alguna. Por esto existen en ti las propie- ller en el que se realizaron estas obras tan excelentes y
dades y caractersticas de ambas naturalezas: lo creado que superan toda nuestra capacidad de comprensin?
y lo increado, lo mortal y lo inmortal, lo visible y lo No fue en verdad aquella misma Virgen perpetua de
invisible, lo abarcable y lo inabarcable, la voluntad di- la que t naciste? 11 .
vina y la humana, la operacin divina y la que es pro-
pia del hombre, la libertad divina y tambin la huma-
na, los milagros divinos y las afecciones naturales y hu- El ms admirable entre los dones divinos
manas, aunque libres de toda culpa 11 .
Movido, oh Seor, por las entraas de tu miseri- 4. Oh padres y hermanos, amados de Dios, estis
cordia asumiste enteramente la naturaleza del primer contemplando la gracia que en el da de hoy se nos
Adn, aunque libre de toda culpa, tal cual era antes de manifiesta; estis viendo cun sublime y venerable es
la prevaricacin. Tomaste, pues, el cuerpo, el alma y la esta mujer a la que ahora se dirigen nuestras alaban-
mente, con todas sus propiedades naturales, a fin de zas. No son en verdad impresionantes sus misterios?
otorgar la salvacin a todo nuestro ser, pues lo que t No estn colmados de admirables maravillas? Biena-
no hubieses asumido no habra sido sanado. De esta
13. Tambin san Germn de Constantinopla se sirve de esta

12. Excelente profesin de la fe cristolgica ortodoxa, de la que comparacin simblica y llama a Mara taller divino>', porque en
San Juan Damasceno es el ms prestigioso maestro. Su sntesis ella se realizan los inicios de la obra de regeneracin (Homilas Ma-
teolgica se ha parangonado con la de santo Toms de Aquino. riolgicas, Ciudad Nueva, 1991, p. 56).
SOBRII LA DORMICIN 1 147
146 JUAN DAMASCENO
tan manifiesta y tan clara, que no puede en modo al-

venturados quienes contemplan debidamente todas estas guno ser impugnada.
cosas. Bienaventurados los que han alcanzado una tal Si os parece bien, tratar de exponer ahora quin es
capacidad de comprensin. Qu grandes resplandores esta mujer, de dnde procede y por qu razn ha sido
iluminan hoy la noche! Qu admirable escolta de n- concedida al mundo como el don ms excelso y ms
geles rinde honores, en el da de su muerte, a la Madre expresivo del amor de Dios. Manifestar asimismo de
del Autor de la vida! Qu hermosas alabanzas ento- qu manera ha transcurrido su existencia en este mundo
nan los apstoles en las exequias de la que alberg en y los grandes misterios con que ha sido favorecida por
su seno al mismo Dios! Mirad qu gran maravilla: el el Seor. Los gentiles cuando tributan los honores f-
Verbo de Dios, que por su benignidad se dign hacer- nebres a los que han dejado esta vida, ponen gran em-
se hijo de la Virgen, toma en sus divinas manos el alma peo en exponer aquellas cosas que juzgan que han de
de esta excelsa y santsima Seora, prestndole el honor ser del agrado de los oyentes, exhortando a la virtud a
y el servicio que se deben a una madre! Oh excelen- los que siguen con vida y profiriendo grandes alaban-
te legislador que no est sujeto a la ley, pero cumple zas de los difuntos, aunque muchas veces no hagan ms
el mandamiento de que los hijos han de servir a sus que inventar una multitud de fbulas, debido a que
padres, segn el precepto que l mismo estableci y aquellos a quienes encomian no ofrecen motivo alguno
que dice: Honra a tu padre y a tu madre '! Estas cosas
de alabanza. Si nosotros, por el contrario, guardamos
resultan evidentes para quien tiene algn conocimiento un profundo silencio acerca de unas cosas que son ab-
de las sentencias contenidas en la Sagrada Escritura, solutamente ciertas y que nos han proporcionado la sal-
pues si en ella se afirma que las almas de los justos vacin y toda clase de bendiciones, no nos haremos

estn en las manos de Dios ', con mayor motivo hemos en verdad merecedores de desprecio e incurriremos en
de pensar que la Virgen encomend
16
su alma a las manos la misma pena de aquel que escondi el talento que se
del que es su hijo y su Dios Esta verdad viene a ser le haba entregado? 11 . As pues, iniciemos este discur-
so, que ha de ser breve y conciso a fin de no inco-
14. Ex 20, 12. Esta alegacin del cuarto mandamiento la halla-
modar a los oyentes, de modo semejante a lo que pasa
mos en diversos sermones, refirindose a la actitud del Seor con con e1 comer excesivamente, que resulta perjudicial para
su bendita Madre, En el de la Asuncin atribuido al patriarca Mo- e' cuerpo.
desto de Jerusaln se dice que Cristo quiso reunir a los apstoles
para participar en la solemnidad de la sacratsisma Dormicin de
su divina Madre, cumpliendo as con lo que l mismo haba orde- mand a los apstoles que fueran al santuario a buscar las vesti-
nado antiguamente en la ley entregada a Moiss, que dice: Honra duras y los perfumes celestes con que honraran el cuerpo de Mara.
a tus padres ya que nuestro Seor es bondadossimo y anhela pres-
Recostada sobre estas ropas, ella entreg su espritu en manos de
tar aquel honor exigido por la misma naturaleza (PC 86, 3296).
Jess, y Pedro y Juan envolvieron el cuerpo de la Virgen y lo pre-
15. Sb 3, 1.
pararon para la sepultura. U. M. BOVF.R, La Asuncin de Mara,
16. Tanto los Padres como los apcrifos suelen hacer referen-
BAC, Madrid 1947, p. 312).
cia a la entrega del alma de Mara en las manos de Cristo. El re-
17. Cf. Mi 25, 24-30.
lato del patriarca Alejandro Teodosio del ao 567, dice que Jess
Los padres de la Virgen gracia, a fin de apartar de su mente toda insensatez y

conducir sus reflexiones por los caminos de la justicia.
5. Joaqun y Ana fueron los padres de Mara. Joa- Por su parte Ana, cuyo nombre significa gracia, es-
qun era pastor de ovejas y saba gobernar sus pensa- taba unida a su esposo por la semejanza de costum-
mientos, no menos que sus rebaos. Siendo l a su vez bres, no menos que por el yugo del matrimonio, y aun-
pastoreado por el Seor, no careca de los bienes ms que floreca en toda clase de virtudes, por alguna mis-
excelentes 1 . Que nadie piense que me refiero a las teriosa razn se vea afectada por la dolencia de la es-
cosas que casi todos ambicionamos con gran avidez y terilidad. Era, sin embargo, una verdadera gracia su in-
que, sin embargo, no perduran ni proporcionan la fe- fecundidad que le impeda procrear seres humanos, pues-
licidad, o sea, los placeres de este mundo, que no tie- to que todos se haban extraviado, se haban vuelto in-
nen una existencia estable, sino que pasan y desapare- tiles y nadie obraba el bien, ni buscaba a Dios".
cen tan pronto como uno ha logrado alcanzarlos, aun- Entonces el buen Dios, mirando a sus creaturas y
que pueda parecer que los posee de un modo definiti- compadecindose de la obra de sus manos, quiso otor-
vo. Lejos de nosotros el poner nuestra admiracin en gar la salvacin y liber de la esterilidad a Ana, cuyo
tales cosas, que no son la herencia de quienes temen al nombre hace referencia a la gracia y en la que se ma-
Seor! Los bienes verdaderos, aquellos que desean y nifestaba una sabidura proveniente de Dios. Esta mujer
aprecian quienes piensan rectamente, son los que duran dio a luz a una hija que no admite comparacin con
eternamente, que agradan al Seor y que producen sa- ninguna otra creatura, ni de antes ni de despus. Esta
zonados frutos, o sea, las virtudes, que fructifican a su liberacin de la esterilidad era una seal manifiesta de
debido tiempo, es decir, que proporcionan la vida eter- que iba a desaparecer la incapacidad para obrar el bien,
na a quienes han puesto inters y se han esforzado en que afectaba a todo el mundo, y de que el rbol de la
cultivarlas, ya que el trabajo va por delante y despus humanidad producira el fruto de una inefable biena-
le sigue la eterna bienaventuranza. venturanza 22
Joaqun interiormente apacentaba19,sus pensamientos
en un paraje de pastos abundantes dedicndose a la
constante contemplacin de las sagradas20enseanzas y Infancia y adolescencia de Mara
deleitndose con el agua restauradora de la divina
6. As resulta que la Madre de Dios vino al mundo
como cumplimiento de una promesa, pues su concep-
18.San Juan Damasceno predicaba en Jerusaln y se haca eco cin haba sido anunciada por un ngel. Era conve-
de las antiguas tradiciones que presentaban al padre de la Virgen
como poseedor de rebaos de ovejas. Los apcrifos lo consideran
como hombre rico, generoso y muy relacionado con el estamento
sacerdotal. 21. Sal 14 (13), 2-3.
19.Sal 23 (22), 2. 22. La liberacin de la esterilidad se considera como un signo
20. Sal 23 (22), 3, de liberacin, propio del advenimiento de la plenitud de la gracia.
150 JUAN DAMASCENO
niente, en efecto, que ya en su nacimiento se mostra-

ra muy superior a todos los dems, aquella que, segn lo que poda significar una tal salutacin. El ngel le
la carne, haba de ser la Madre del nico y verdadero dijo: No temas, Mara, porque has hallado gracia de-
Dios. Despus fue presentada en el templo santo del lante de Dios 26 Verdaderamente hall gracia la que
Seor, donde habit sobresaliendo entre todos por su era digna de la gracia; hall gracia la que haba culti-
diligencia y tenor de vida, que era de una gran excel- vado la gracia, obteniendo una gran cosecha; hall gra-
situd y pureza, y estando apartada del trato con hom- cia la que produjo la semilla de la gracia y consigui
bres y mujeres de conducta inconveniente. una mies abundantsima; hall el profundo mar de la
Al llegar a la flor de la edad, puesto que la ley gracia la que haba preservado inclume la nave de una
prohiba que pudiera permanecer en el recinto del tem- doble virginidad, pues Mara haba guardado tanto la
plo, los sacerdotes la dieron por esposa a Jos, como virginidad del alma como la del cuerpo y, por consi-
custodio de su virginidad, el cual deba preservarla siem- guiente, tambin su cuerpo era del todo virginal.
pre de toda violacin o inconveniencia. Esta santa e Dars a luz a un hijo y le pondrs por nombre
incontaminada doncella habitaba en casa de Jos, sin Jess (que significa Salvador), porque El salvar a su
preocuparse ni enterarse de lo que ocurra fuera de su pueblo de los pecados". Cmo se comport ante esto
morada. la que era un tesoro de verdadera sabidura? No imita
a la primera madre Eva, sino que, evitando la ingenua
La Anunciacin candidez de aquella, toma por apoyo el conocimiento
de la naturaleza y pregunta
28,
al ngel: Cmo ser esto,
7. Cuando, segn la expresin del gran apstol Pablo, pues no conozco varn? con lo cual viene a decir:
lleg la plenitud de los tiempos " , el ngel Gabriel fue me anuncias cosas imposibles, pues tus palabras con-
enviado por Dios, a aquella que en verdad era hija de tradicen las leyes de la naturaleza, establecidas por el
Dios, y le dirigi estas palabras: Salve, oh llena de gra- supremo Hacedor. No quiero seguir el ejemplo de Eva,
24
cia, el Seor es contigo Hermossima es esta saluta- ,desobedeciendo la voluntad de mi Creador. Si lo que
cin del ngel a aquella que sobrepuja en dignidad a me dices no se opone a las disposiciones divinas, di-
los ngeles. Se trata de una locucin que llena de gozo sipa t mis dudas y explcame de qu modo voy a
a todo el mundo. La Virgen se turb con este saludo, concebir un hijo. El ngel de la verdad le respondi:
pues no acostumbraba mantener conversacin con los El Espritu Santo vendr sobre ti y el poder del Alt-
varones, ya que haba 25determinado guardar con toda simo te cobijar con su sombra y el que nacer ser
diligencia la virginidad Ella reflexionaba dentro de s
de Mara como un ejemplo destinado a las mujeres cristianas y es-
pecialmente a las vrgenes, a fin de que se distingan por su recato
23. Ga 4, 4. y prudencia en el trato con los varones.
24. Lc 1, 28. 26. Le 1, 29-30.
25. Todos los predicadores de 1.1 poca remarcan la turbacin 27. Le 1, 31; Mt 1, 21.
28. Le 1, 34.
29
llamado santo, Hijo de Dios Estas cosas no estn plandor de la gloria del Padre e impronta de su ser y
sujetas a las leyes de la naturaleza, pues el que es Seor que sostiene todas las cosas con la palabra que sale de
y artfice de ella puede libremente modificarlas. Al es- su boca 11 , hecho nio es llevado en brazos de una
cuchar la Virgen el nombre del Seor, que siempre ve- mujer 36 . Oh milagros verdaderamente divinos! Oh
neraba con gran respeto y devocin, contest con toda misterios que sobrepasan la naturaleza y van ms all
reverencia, manifestando su gozo y su voluntad de obede toda imaginacin! Oh gloria y esplendor de la vir-
decer, y dijo: He aqu la esclava del Seor; hgase en ginidad, que superan totalmente la condicin humana!
m segn tu palabra Grande es el misterio que en ti se manifiesta, oh Vir-
gen y Madre llena de santidad. Bendita t entre las mu-
jeres y bendito el fruto de tu vientre 11 .
Simbologa mariana del Antiguo Testamento Bienaventurada por generaciones y generaciones, t

que eres la nica que ha merecido ser proclamada di-
8. Apropindome oportunamente de las palabras del chosa. Bienaventurada te aclaman en verdad todas las
3.
Apstol, dir: Oh profundidad de la riqueza, de la sa- generaciones Te vieron las hijas de Jerusaln", es
bidura y de la ciencia de Dios! Cun insondables son decir, de la Iglesia, y te llamaron bienaventurada las rei-
sus juicios e inescrutables sus caminos! " . Oh inmensa nas, o sea, las almas justas, y te alabarn eternamente.
bondad de Dios, oh amor inconmensurable! Aquel que T eres, en efecto, el trono real junto al cual perma-
llama a las cosas que no existen, como si existieran 32; necen los ngeles, contemplando al que en l est sen-
Aquel que llena el cielo y la tierra " ; Aquel que tiene tado y que es su Seor y su Creador. T eres el Edn
el cielo por trono, y la tierra por escabel de sus pies 34; espiritual, ms santo y ms divino que el antiguo Edn,
El es quien hizo que el seno de su esclava fuese para pues en se moraba el Adn terreno, mientras que en
41.
s mismo como una espaciosa morada, en la que reali- ti habita el Seor que ha bajado del cielo De ti es
zara el ms maravilloso y extraordinario de todos los
misterios. Efectivamente, el que es Dios se hace hom-
bre y, al llegar el tiempo del parto, nace de un modo
maravilloso, saliendo del seno materno sin quebranto 35. cf. Hb 1, 3.
alguno de la virginidad de su madre, y el que es res- 36. La mayor parte de 'os iconos bizantinos representan a la
Virgen que lleva en brazos a Jess, en cuyo nimbo cruciforme apa-
recen unas letras alusivas a la divinidad y humanidad del Salvador.
37. Le 1, 28 y 43
38. Cf. Le 1, 48.
29. Le 1, 35. 39. cf. Ct 6, 9.
30. Le 1, 38. 40. A Juan de Eubea (s. VIII) se debe el primer sermn que se
31. Rm 11, 33. conserva acerca de la concepcin pasiva de Mara. En l se dice:
32. Cf. Rm 4, 17. El mismo Creador cre, de la antigua tierra, un cielo nuevo y un
33. cf. Jr 23, 24. trono incombustible. El transform el barro viejo en una cmara
34. cf. Is 66, 1, celestial (PG 96, 1485).
154 JUAN DAMASCENO
figura el arca de la alianza, en razn de contener la Ay, que por poco me olvido de la escala de Jacob! 45.
nueva semilla para el mundo, pues t has albergado en
No resulta evidente para todos que t, oh Mara, ests
tu seno a Cristo, que es la salvacin del mundo y que en ella prefigurada y anunciada? Vio este patriarca una
hundi el pecado en el abismo del mar y soseg su en-
escalera que una el cielo con la tierra y contempl a
crespado oleaje.
los ngeles que suban y bajaban por ella, y adems
Fuiste tambin, oh Virgen, claramente prefigurada
experiment una significativa lucha con el que en ver-
en la zarza, en las tablas escritas por Dios, en el arca dad es fuerte e invencible. De un modo semejante, de-
de la ley, en la vasija de oro, en el candelabro, en la sempeando t el oficio de mediadora, te convertiste
mesa, y en la vara de Aarn que floreci. De ti, en en escalera por la que Dios ha bajado hasta nosotros
efecto, procede la llama de la divinidad, el Verbo y ma- asumiendo nuestra dbil naturaleza, y recompusiste lo
nifestacin del Padre, el man suavsimo y celestial, el que estaba disgregado, de modo que el hombre pu-
"
nombre inefable que est sobre todo nombre 42
, la luz diera unirse de nuevo con Dios. As pues, los ngeles
eterna e inaccesible, el celeste pan de vida De ti ha bajaron prestando servicio al Seor, y los hombres,
brotado corporalmente aquel fruto que no se debe al abrazando un gnero de vida angelical, son elevados
trabajo de ningn cultivador 4l.
hacia el cielo.
Acaso no fue tambin imagen tuya, manifestada de
antemano, aquel horno cuyo fuego era a la vez llama
encendida y roco refrescante, y que vena a ser anun- Anuncios profticos acerca de Mara
cio y figura del fuego divino que en ti se alberg? No
es, por ventura, una clara alegora tuya la tienda de 9. Dnde voy a colocar los anuncios de los pro-
Abraham? Ciertamente que s, pues el Verbo de Dios, fetas? Acaso no vamos a querer demostrar que en ver-
como en un tabernculo, habitaba en tu seno, y44la na- dad se refieren a ti? Qu simboliza el vellocino sobre
turaleza humana le ofreci un pan subcinericio coci- l cual descendi, como la lluvia, el Hijo de Dios y
do por el fuego divino, una ofrenda de primicias for- Rey universal,46eterno como el Padre y que posee su
mada de tu sangre pursima. Es una sola persona divi- mismo trono? No se refiere claramente a ti, oh
na y en ella subsisten un cuerpo animado y un alma No eres t aquella virgen de la cual Isaas,
Mara?
racional e intelectiva. lleno de espritu proftico, anunci que concebira en
su seno y dara a luz a un hijo, que sera Dios con no-
41. Cf. FIp 2, 9.

42. Cf. Jn 6, 48.
45. Cf. Gn 28, 12-22.
43. Tierra no labrada'> llama San Germn a Mara, en razn 46. Cf. Je 6, 36-40
de haber concebido sin obra de varn (Homilas rnariolgicas, ch., 47. como vellocino pursimo del celeste roco aclama a
p. 62).
Mara San Andrs de Creta (Homilas Marianas, cit., Madrid 1995,
44. Cf. Gn 18, 6.
p. 140).
sotros 48, pues, habindose hecho hombre, permanece- Cuerpo preservado de la corrupcin
ra siendo Dios? A quin hace alusin aquel monte de
Daniel 41 , del cual sin trabajo de varn se desprendi 10. De qu modo tan maravilloso la fuente de la
la piedra angular, que es Cristo? Acaso este monte no vida, a travs de la muerte, es conducida a la vida! De
te representa a ti, que fuiste madre sin recibir semilla qu manera tan extraordinaria aquella que fue madre
y permaneciste siempre virgen? Que venga el inspira- superando las leyes de la naturaleza, ahora se sujeta a
dsimo Ezequiel y nos muestre aquella puerta cerrada, ellas, sometindose a la muerte en su cuerpo inmacu-
por la que pas el Seor y no qued ya abierta, segn lado! Era preciso, en efecto, que lo mortal se revistie-
D,
se nos manifiesta en su anuncio proftico I I . Los he- ra de inmortalidad as como, por su parte, el Seor
chos posteriores dan fe de sus palabras, que sin duda no rehus pasar por el trance de la muerte y, al morir
se refieren a ti, pues al encarnarse pas por tu seno el en la carne, venci a la muerte, nos concedi la inco-
mismo Dios, que est por encima de todo, y no abri rrupcin y vino a ser para nosotros fuente de la resu-
las puertas de tu virginidad, cuyos sellos permanecen rreccin.
intactos para siempre 5! He aqu que el Creador de todas las cosas recibe
Los profetas, pues, te anuncian, los ngeles te sir- en sus manos el alma sacrosanta que emigra de aquel
ven, los apstoles te asisten, y especialmente aquel que cuerpo, que es el tabernculo en que habit el Seor!
es virgen y telogo te atiende a ti, la siempre virgen y Con razn quiso El prestar este honor a aquella que,
Madre de Dios. En el da de hoy en que te encaminas por una , altsima e inefable decisin de su bondad, al
hacia tu Hijo, te acompaan los ngeles y las almas jus- asumir El verdaderamente nuestra carne, la hizo madre
tas de los patriarcas y profetas, e igualmente te dan es- suya sin que por ello dejara de pertenecer al linaje hu-
colta los apstoles y una multitud de venerables padres, mano.
movidos por el Espritu de Dios, todos los cuales, con- Los coros de los ngeles, segn creemos, contem-
gregados por orden de tu divino Hijo, desde los confi- plaron, oh Virgen, tu salida de este mundo, por ellos
nes de la tierra han llegado a la augusta y santa ciudad anhelada. Oh gloriossima emigracin que te propor-
de Jerusaln, y te cantan sagrados a inspiradsimos him- ciona la dicha de ir a habitar junto a Dios! Si bien no
nos de alabanza, a ti que eres la fuente de donde ha
brotado el cuerpo del Seor, que nos da la vida".
Virgen enviando recado, convoc a todos los apstoles, y muchas
personas vinieron junto a ella, de modo que se produjo un con-
48. Cf. Is 7, 14. curso muy grande y numeroso (Vida de Mara, ciudad Nueva, Ma-
49. Cf. Dn 2, 34. drid 1990, p. 134). Todos los apcrifos hablan de la llegada mila-
50. Cf. fi 44, 1-2 grosa de los apstoles transportados por nubes. Todo esto deriva,
51. Siempre se ha visto en la puerta cerrada un smbolo de en ltimo trmino, de la costumbre muy arraigada en Oriente de
la perpetua virginidad de Mara, como ya lo atestigua san jetn' reunirse familiares y conocidos junto al lecho de los moribundos,
mo (Comentario a Ezequiel 13, 44, PI. 25, 430). momento propicio para despedidas y recomendaciones.
52. E! monje Epifanio en su Vida de Mara nos dice que la 53. Cf. 1 Co 15, 53.
158 JUAN DAMASCENO
modo semejante, t, oh Virgen Mara, que eres fuente

dudamos de que esta gracia es concedida por el Seor de la verdadera luz, tesoro inexhausto de la autntica
a todos sus siervos fieles, existe, sin embargo, a este vida, origen de copiosas bendiciones, y que nos has al-
respecto una inmensa diferencia entre los que son meros canzado y transmitido todos los bienes, aunque por
servidores de Dios y la que es su Madre. Podremos algn espacio de tiempo la muerte te haya afectado en
en verdad designar con el nombre de muerte al miste- cuanto al cuerpo, nos has otorgado la luz inmensa, la
rio que se ha realizado en ti, oh Mara? Aunque, tal vida inmortal, los copiosos manantiales de una genui-
como corresponde a la naturaleza, tu sacratsima y biena felicidad, los ros de la gracia, el don de curaciones
naventurada alma se haya separado de tu glorioso e in- y una bendicin que perdura para siempre. T eres
maculado cuerpo y ste haya sido debidamente sepul- como un frondoso manzanal y tus frutos son dulces al
tado, no permanece, sin embargo, en la muerte, ni se
paladar de los fieles II. A tu sagrado trnsito no lo lla-
destruye por la corrupcin. Ya que cuando fuiste madre, maremos muerte, sino sueo o emigracin y, con ms
tu virginidad permaneci inclume, al emigrar de este propiedad an, lo designaremos como permanencia en
mundo tu cuerpo fue preservado de la descomposi-
la patria, pues, al dejar este mundo, obtienes una mo-
cin, quedando transformado en un tabernculo ms
rada mucho ms excelente.
ilustre y excelso, no sujeto ya a la muerte, sino desti-
nado a perdurar por todos los siglos sin fin.
As como el sol tiene una luz constante y esplen-
La Virgen junto al trono de su Hijo
dorosa, pero cuando queda un poco cubierto por la
luna, parece que viene a menos y que su resplandor se
11. Los ngeles y arcngeles te trasladaron. Ante tu
transforma en oscuridad, no queda, sin embargo, real-
trnsito los espritus inmundos que vuelan por los aires,
mente privado de la luz, de la que es fuente inagota-
se estremecieron de espanto. Con16
tu paso el aire qued
ble puesto que Dios, que es su hacedor, lo ha consti-
bendecido y el ter santificado . El cielo, con gozo re-
tuido como manantial indeficiente de luminosidad; de
'cibe tu alma. Las potestades celestiales salen a tu en-
cuentro cantando himnos sagrados con festiva alegra y
expresndose con stas o parecidas palabras: Quin es
54. Los Santos Padres han descubierto una estrecha relacin sta que sube toda pura, surgiendo como la aurora, her-
entre la perpetua virginidad de Mara y la incorrupcin de su cuer-
po virginal despus de su muerte. Lo mismo se destaca en los tex-
tos litrgicos. Un tropario bizantino dice as: En tu maternidad la
55. Cf. Ct 2, 3.
concepcin fue virginal; en tu dormicin la muerte fue sin corrup-
56. San Germn dice que cuando los hombres miserables vi-
cin: un doble milagro se produce maravillosamente, pues, cmo
van en el error y en la idolatra e infestaban el aire con el humo
la que es virgen intacta puede concebir un hijo? y cmo la Madre de sus sacrificios, entonces los ngeles se apartaron de la convi-
de Dios, despus de muerta, exhala perfumes? Por eso con el ngel vencia con los seres humanos y Dios, por su parte, apart de ellos
clamamos a ti: Salve, llena de gracia (F. AGUIRRE, La Asuncin
su Espritu Santo. Pero todo esto cambi radicalmente al realizarse
de la Santsima Virgen en la liturgia greco-bizantina, Oriente IV,
la Encarnacin (Homilas rnariolgicas, cit., pp. 106-107).
1954, p. 13).
160 JUAN DAMASCENO
muerte, que antes era objeto de horror y de odio, ahora

mosa como la luna y escogida como el sol?". Oh qu es alabada y enaltecida. Antes daba ocasin al luto, al
hermosa eres y toda llena de suavidad! 58
T eres la flor abatimiento y a las lgrimas, e infunda desconsuelo,
del campo y como lirio entre espinas . Por eso te ama- mientras que ahora es causa de gozo y de una festiva
ron las doncellas y corrieron tras el olor de tus perfu- celebracin. La muerte de todos los siervos del Seor
mes . El Rey te introdujo en su cmara, donde las po- es tenida por dichosa, ya que por medio de ella obtie-
testades te dan escolta, los principados te bendicen, los nen el ser agradables a Dios y permanecer inalterables
tronos entonan cnticos en tu honor, los querubines se en la virtud. Por eso est escrito: No llames bienaven-
maravillan y los serafines proclaman tus alabanzas, ya turado a nadie antes de su muerte 62
que, por divina disposicin, has sido constituida verda- A ti, sin embargo, oh Virgen Mara, no te aplica-
dera Madre del 60,
Seor. T no subiste al cielo a la ma- mos tales palabras, pues tu bienaventuranza no deriva
nera de Elas ni al modo de Pablo fuiste transporta- de la muerte, ni es tu trnsito el que te haya alcanza-
da al tercer cielo sino que llegaste junto al trono real do la perfeccin, ni tu salida de este mundo te ha ob-
de tu Hijo, al que contemplas con tus propios ojos y tenido la seguridad indefectible. En efecto, el inicio, la
con quien habitas en un clima de gran felicidad y con- continuacin y el trmino de todos tus incomparables
fianza, siendo t la alegra de las potestades ms excel- bienes, as como su permanencia e indemnidad, se fun-
sas, el gozo indeficiente de los patriarcas, la inefable dicha dan en la concepcin sin semilla, en la divina presen-
de los justos, la perenne exultacin de los profetas, la cia y en la maternidad virginal. Por consiguiente, con
bendicin del mundo, la santificacin de todas las cosas, toda verdad dijiste que63,todas las generaciones te lla-
el reposo de los fatigados, el alivio de los afligidos, la maran bienaventurada no a raz de tu muerte sino
curacin de los enfermos, el puerto de refugio para quie- de tu concepcin.
nes se ven agitados por la tempestad, el perdn para los No es, pues, la muerte la que te ha hecho biena-
pecadores, el piadoso consuelo de los atribulados y el venturada, sino que eres t la que has otorgado la fe-
presuroso auxilio de todos los que te invocan. licidad a la muerte, cuando la aceptaste e hiciste de-
64
saparecer su tristeza Al ser conducido al sepulcro
El tabernculo santificado.
62. Si 11, 28, aunque no corresponde exactamente al texto
12. Oh milagro, el ms extraordinario de la natu-
bblico.
raleza! oh prodigio digno de toda admiracin! La 63. cf. Lc 1, 48.
64. En un Kontakion de la liturgia bizantina se canta as: Ni
el sepulcro ni la muerte pudieron dominar a la Madre de Dios, que
57. CL 0 3, 6; 6, 10. de continuo intercede por nosotros y es nuestra inconmovible es-
58, Cf, 0 2, 1-2. peranza, pues como a Madre de la vida, la traslad a la vida Aquel
59. Cf. ct 1, 2-3. que haba morado en su seno siempre virginal (F. AGUIRRE, cit.,
60. cf. 2 1k 2, 1-14. 1. c., p. 13).
61. cf. 2 Co 12, 2.
JUAN DAMASCENO
1 SOBRE LA DORMICIN 1 163
sagrado y pursimo cuerpo, unos ngeles iban por El sepulcro de Mara fuente de todo bien
lante, otros estaban junto al fretro y otros lo se-
Jan, prestndote los honores que te corresponden 13. Oh maravilla! Cmo pudo el cielo recibir a la
r ser la Madre de su Seor. Por su parte los aps- que supera en amplitud a los espacios celestes? Cmo
les y toda la asamblea de los fieles con sonora voz es posible que el sepulcro acogiera a la que fue alber-
tonaban himnos 61 , bajo la inspiracin del divino Es- gue del mismo Dios? As fue en verdad. No se trata,
ritu, diciendo: Seremos colmados de los bienes de tu en efecto, de una extensin material, pues un cuerpo
sa; santo es tu templo, admirable por su justicia " ; que mide unos tres codos 11 y que est sujeto a las fa-
tambin: El Altsimo ha santificado su tabernculo 67 tigas de cada da, no admite comparacin con la lon-
onte de Dios, monte68frtil, monte en ci cual Dios se gitud y anchura de los cielos. En verdad nos referimos
mplaci en habitar A ti, que eres la verdadera a un encumbramiento en el orden de la gracia, que su-
ca de Dios, los apstoles te llevaron sobre sus horn- pera cualquier altura y profundidad, pues no hay cosa
os hacia el sepulcro, del mismo modo que los sa- alguna que pueda compararse con Dios.
rdotes transportaron
69
aquella otra arca, que era fi- oh sagrado, insigne y venerable sepulcro al que los
ira tuya El sepulcro vino a ser como el Jordn, ngeles rinden culto con profunda devocin, ante el cual
pues, a travs de l, fuiste transportada a la verdade- se estremecen los demonios y al que acuden los hom-
ra tierra de promisin, es decir, a la Jerusaln de arri- bres con sentimientos de fe para postrarse ante l, con-
"
ba, que es la madre de todos los fieles y cuyo cons- templarlo con sus ojos, besarlo con sus labios y vene-
tructor y artfice es el mismo Dios. No qued aban- rarlo con todo el fervor de su espritu, obteniendo de
donado en la tierra tu cuerpo inmaculado y pursimo, ah copiosos beneficios! Si alguien pone un perfume de
sino que fuiste trasladada a las regias mansiones de gran calidad sobre unos vestidos o lo deja en un lugar
los cielos, t que eres reina y seora y verdadera Madre determinado, aunque despus lo quite de all, perdura
de Dios. el buen olor por efecto de dicho ungento aromtico;
del mismo modo tu sagrado cuerpo, inmaculado, lleno
de divina fragancia y fuente inagotable de gracia, fue
65. En un Doxticon bizantino se dice: Desde los confines de depositado en el sepulcro y poco despus conducido a
la tierra concurrieron, por divina disposicin, 'os prncipes de los un lugar ms principal y excelso; pero entonces tu
apstoles y al ver cmo eras elevada de la tierra al cielo, clamaban
a ti alegres con las palabras de Gabriel: Salve, carroza de toda la
divinidad; Salve, nica que con tu parto has unido la tierra con el
cielo'> (F. AGUIRRE, ch., 1. c., p. 14). 71. Tambin san Andrs de Creta hace alusin a dicha estatu-
66. Sal 65 (64), 5-6. ra de Mara. Se trata simplemente de decir que ella era una mujer
67. Sal 46 (45), 5. que tena las caractersticas comunes en su pueblo y taza (Homil-
68. Sal 68 (67), 16-17, as Marianas, cit., p. 163). Quiz este dato est relacionado con cier-
69. Cf. Jos 3, 3-17. tas huellas que se suponan del cuerpo de Mara cuando se haba
70. Cf. Ca 4, 26. recostado para morir (cf. EPIFANIO, Vida de Mara, cit., p. 121).
sepultura no qued privada de honor, sino colmada de y de cuntos dones no se ver colmado el que ha hecho
gracia y llena de perfume divino, y se ha convertido en en su mente un gran acopio de santsimos recuerdos
un manantial de favores y curaciones, en beneficio de tuyos!
aquellos que se acercan con fe a este sagrado monu- He aqu que como muestra de gratitud te ofrezco,
mento 72 oh Virgen Mara, este discurso, fruto de mi pobre in-
genio, que he compuesto movido por un ardiente amor
hacia ti y echando en olvido mi propia incapacidad
Nuestra consagracin a la Madre de Dios Recibe con benevolencia esta muestra de devocin, aun
sabiendo que mis anhelos sobrepasan mis fuerzas. Cuida
14. Tambin nosotros hoy nos acercamos a ti, oh de nosotros, oh bondadosa Seora y Madre del buen
Seora. En verdad t eres Seora, Virgen y Madre de Dios; dgnate proteger y dirigir todas nuestras cosas;
Dios. A ti vinculamos nuestras almas, en la esperanza, sosiega el mpetu de nuestras vergonzosas pasiones y
como a un ncora solidsima y totalmente segura. Te condcenos al puerto tranquilo de la divina voluntad,
consagramos enteramente nuestra inteligencia, nuestra a la eterna bienaventuranza en que gozaremos de la lu-
alma, nuestro cuerpo y todo nuestro ser y, segn nues- minosa presencia y de la suavidad y dulzura del Verbo
tra propia capacidad, te aclamamos con salmos, himnos en ti encarnado, al cual, junto con el Padre, se tribute
y cnticos espirituales, aunque seamos incapaces de ala- la gloria, el honor, el poder y la grandeza, en unin
harte como es debido. Si, segn nos ensean las Sa- con el Espritu Santsimo y vivificante, ahora y siem-
gradas Letras, el honor que se tributa a los compae- pre y por los siglos de los siglos. Amn.
ros de servicio es una demostracin de respeto y amor
hacia el que es seor de todos, qu empeo no ha-
bremos de poner en honrarte a ti que eres la Madre
del Seor? No hemos de poner en ello toda la dili-
gencia? No buscaremos la necesaria inspiracin de la
mente para glorificarte, pues nos has proporcionado la
vida? As manifestaremos cumplidamente los senti-
mientos de respeto y piedad que debemos a nuestro
Seor. A los que piadosamente hacen memoria de ti,
oh Virgen, tu recuerdo les bastar para proporcionar-
les un gozo que nadie les podr quitar De qu alegra 73. La humildad del monje san Juan Damasceno y su devoto
ofrecimiento nos recuerda una tradicin muy extendida en Orien-
te, segn la cual el santo habra ofrecido el exvoto de una mano
en accin de gracias por haber curado de una herida que, segn
72. Aqu el santo predicador nos informa del movimiento de dicen, le infligieron en su mano derecha los iconoclastas. Por eso
devocin popular, suscitado entorno al sepulcro vaco de la Virgen, existe un tipo de icono que se denomina trijerousa, o sea, de las
en el santuario de Getseman. tres manos, porque aparece representado el exvoto citado.
SEGUNDA HOMILA SOBRE LA DORMICIN
SERMN DE NUESTRO SANTO PADRE

EL MONJE JUAN DAMASCENO, EL MANSUR,
ACERCA DE LA SANTA Y MUY GLORIOSA DORMICIN
Y DEL TRNSITO DE NUESTRA SEORA
LA MADRE DE DIOS Y SIEMPRE VIRGEN MARIA
Es imposible alabar debidamente a Mara
1. No hay hombre alguno que sea capaz de ensal-

zar debidamente el glorioso trnsito de la Madre de
Dios. Aunque uno tuviera la facultad de expresarse con
el vigor de mil lenguas y bocas y aunque todos los
hombres dispersos por el mundo unieran sus voces,
sera imposible hacer el merecido elogio, pues este asun-
to sobrepasa las leyes de todos los gneros de la ora-
toria . Mas, puesto que Dios se complace en aquello
que hacemos segn nuestras propias fuerzas, con amor,
con inters y con buena voluntad, y ya que resulta
agradable a la Madre de Dios lo que quiere y desea su
Hijo, nos disponemos, oh pastores esclarecidos y ama-
dos de Dios, a obedecer vuestras rdenes haciendo este
nuevo panegrico', implorando para ello la proteccin
1. En el presente sermn san Juan Damasceno ensalza el mis-

terio de la Dormicin de Mara de un modo narrativo y siguien-
aunque con discrecin, los relatos apcrifos.
2. Juan Damasceno predicaba en Jerusaln por encargo de la
168 JUAN DAMASCENO SOBRE LA DORMICIN II 169
M Verbo que de Mara tom nuestra carne y que nos facultades oratorias ofrecemos unas flores a la Reina, si
otorgar el don de la elocuencia, para proclamar sus ejercitamos nuestra habilidad envejecida preparndonos
alabanzas con palabras que correspondan a su excelsa para el discurso, si aguzamos nuestra mente con el an-
gloria. Tengo bien comprobado que cuando ensalzamos helo, tal como el hierro se afila con la piedra, si a la
a la Madre de Dios estamos pagando una deuda que manera que se hace con las uvas inmaduras, exprimi-
antes hemos contrado y despus empezamos de nuevo mos el pensamiento que engendra las palabras, y os
a ser deudores, de modo que siempre se mantiene la ofrecemos el mosto a los que anhelis escuchar nues-
obligacin, al mismo tiempo que se la satisface. tro sermn, sin duda que nos favoreceris con vuestra
Same propicia aquella a quien se dirigen mis ala- gran benevolencia 3.
banzas, la cual est por encima de toda la creacin y Qu otra cosa podemos ofrecer a la Madre del
es Seora de todas las creaturas, por ser la Madre de Verbo, a no ser nuestras palabras? La semejanza, en
Dios, creador, artfice y seor de todo el universo. Vo- efecto, es motivo de complacencia y fuente de amor.
sotros que formis esta asamblea y estis vidos de es- Abriendo ya las barreras y aflojando un poco las rien-
cuchar discursos espirituales, sed comprensivos y co- das, como si lanzramos un caballo a la carrera, damos
rresponded a mis deseos y a mi buena voluntad, dis- libre curso a nuestro sermn. Prstame, pues, tu ayuda
culpando mi ineptitud y torpeza. y auxilio, oh Verbo de Dios; concede el don de la fe-
Si a un soberano escogido por Dios para gobernar cundidad a mi pobre mente, allana el camino a mis pa-
a los ciudadanos, que est provisto de esplndida mesa labras y dirige mi disertacin, a fin de que te sea agra-
colmada de variados manjares, y que disfruta de un dable y, tanto las palabras como las ideas, estn col-
suntuoso palacio inundado de excelentes perfumes, se madas de sabidura.
le ofrece, cuando no es la estacin apropiada, un lirio
de un color semejante a la prpura o una fragante rosa
nacida entre espinas como plido capullo del que aso- Mara nuevo paraso
man unos ptalos de tenue color, pero que poco a poco
bellamente se van enrojeciendo, o quiz se le brinda un 2. Hoy la santa y excelsa Virgen es conducida al
sazonado y dulcsimo fruto, entonces aquel seor no sublime y celeste santuario. Ella tuvo en gran estima la
se fija en la pequeez del obsequio, sino en su singu- virginidad y alcanz las dotes de un pursimo fuego.
laridad, y con buen criterio se admira de un don tan Todas las vrgenes al hacerse madres pierden la virgi-
desacostumbrado, recompensando al campesino que le nidad; Mara, en cambio, fue virgen antes del parto, en
ha hecho la ofrenda, con copiosas y hermossimas d- el parto y despus del parto. La sagrada y viviente arca
divas. Del mismo modo, si en el invierno de nuestras del Dios vivo, la cual llev en el seno a su Creador,
jerarqua local, pero su prestigio de telogo y orador se extenda 3. Estas expresiones manifiestan que el santo pronunci este
por todas las iglesias de Oriente. discurso cuando ya haba alcanzado una edad avanzada.
170 JUAN DAMASCENO .1 SOBRE LA DORMICIN U 171
estbamos desprovistos del esplendor de la semejanza

hoy encuentra su reposo y felicidad en el templo del
divina y despojados de la exuberante gracia del Espri-
Seor, no construido por manos humanas. Por eso su
tu Santo. Ya no deploraremos la antigua desnudez, di-
progenitor David, antepasado del Seor, salta de gozo,
ciendo: Me despoj de mi tnica, cmo me la he de
y junto con l danzan los ngeles ', se regocijan los ar-
cngeles, se alegran las virtudes, exultan los principa- poner de nuevo? 7 . En este paraso no tuvo entrada la
dos, se gozan las dominaciones, se llenan de jbilo las serpiente que nos enga con el deseo de una falsa di-
potestades, celebran fiesta los tronos, cantan himnos de vinizacin, por motivo de lo cual hemos sido compa-
alabanza los querubines y entonan cnticos de gloria rados a las bestias 1 . El Hijo unignito de Dios, verda-
los serafines, juzgando que no es pequea la gloria que dero Dios y consustancial con el Padre, asumi nues-
tra naturaleza humana, tomndola de esta Virgen pura,
corresponde a la Madre de la gloria.
y as los hombres hemos sido divinizados, hemos reci-
Hoy esta sagrada paloma, esta alma inocente y pura,
bido el don de la inmortalidad y nos hemos despojado
consagrada al Espritu divino, ha emprendido el vuelo
de la tnica de pieles, liberndonos de la corrupcin y
desde el arca de su cuerpo, que fue albergue de Dios
recibiendo la vestidura de una autntica divinizacin.
y fuente de vida, y saliendo de este mundo, ha encon-
Hoy la Virgen inmaculada, que desconoci toda afec-
trado un lugar donde pueda posar sus pies 1 , estable-
ciendo su morada en un mundo espiritual e inconta- cin terrena y cuyo espritu se sustent de pensamien-
tos celestiales, no retorn a la tierra, sino que, siendo
minado, en la tierra de la herencia suprema 6
ella un cielo viviente, estableci su morada en los ta-
Hoy el Edn recibe el paraso viviente del nuevo
Adn, en el cual ha sido eliminada la condena, ha sido bernculos celestiales. No hay error alguno en llamar-
la cielo, puesto que ciertamente ha sido encumbrada de
plantado el rbol de la vida y ha quedado recubierta
un modo incomprensible y extraordinario. El que form
nuestra desnudez. En efecto, ya no permanecemos des-
los cielos y con su poder los sostiene, El que es crea-
nudos y privados de toda vestidura, como cuando
dor y artfice de todas las cosas terrenas y celestiales,
visibles e invisibles, El que no puede estar delimitado
en lugar alguno, se encarn, hacindose un nio en el
4. Las escenas de exultacin y gozo en la gloria del cielo sue- seno de la Virgen, sin semilla de varn, constituyendo
len representarse en las cpulas y bvedas de las iglesias bizanti- a su Madre en precioso santuario de la nica divinidad
nas. En la capilla Koukouzelissa de la Gran Laura del Monte que todo lo contiene, e instalndose El dentro de esta
Athos aparece el rey David con corona real y con el arpa, toman-
morada con toda la integridad de su ser, sin ningn de-
d0 parte en los coros y danzas de los bienaventurados.
5. Alusin a Gn 8, 8-12. trimento, y estando a la vez fuera de esta mansin, sin
6. Jos el Himngrafo designa a Mara como paloma dorada delimitacin alguna.
que pone fin al diluvio (PG 105, 996) y san Teodoro Estudita dice:
Esta santsima paloma, despus de emprender el vuelo hacia lo
alto, no deja de proteger a los que se quedan aqu abajo (PG 99,
7. Ct 5, 3.
721). Vase tambin la homila sobre la Presentacin de Mara,
S. cf. Sal 49 (48), 13.
de GERMN DE CONSTANTINOPLA, cit., p. 62.
Hoy e' tesoro de la vida y el abismo de la gracia embotada, a causa de la embriaguez de la prevaricacin
(no s con qu otras palabras podra expresarme) queda se hallaban privados de la luz de la inteligencia y, por
encubierto por una muerte vivificante y, sin temor al- efecto de la crpula del pecado, tenan el alma aletarga-
guno, se somete a la muerte la que ha dado a luz al da con el sueo de la muerte. Ahora, en cambio, el
vencedor de la muerte, aunque no s hasta que punto Seor no habra de recibir en el paraso a la que esta-
puede aplicarse el nombre de muerte a este sagrado ba libre de mpetu de cualquier pasin viciosa, a la que
trnsito hacia la vida, pues cmo podra sujetarse a haba producido el germen de la obediencia a Dios Padre
la muerte aquella que nos ha proporcionado la ver- y haba dado origen a la vida para todo el gnero hu-
dadera vida? Acepta, sin embargo, la ley establecida mano? El cielo no le abrira en verdad gozosamente
por el mismo que de ella naci, y como hija del pri- las puertas? Ciertamente que s.
mer Adn, se sujeta a la sentencia que haba recado Eva, por haber prestado odos a la voz de la ser-
sobre su padre. Efectivamente, si su Hijo, que es la piente y haber aceptado los consejos del enemigo, de-
vida, no rehus la muerte, as tambin, a travs de la jndose fascinar por el placer falso y engaoso, mere-
muerte, la Madre del Dios vivo es conducida a la preci una sentencia condenatoria de afliccin y tristeza,
sencia divina. Dios ciertamente haba dicho: Que el quedando sometida a los dolores de parto y a la pena
primer hombre que ha sido creado no extienda la mano de muerte, que la llevara a habitar, junto con Adn,
y tome el fruto del rbol de la vida y, comiendo de en las profundidades del infierno " ; Mara, en cambio,
l, viva para siempre. Pero, cmo era posible que es en verdad muy bienaventurada, porque escuch con
aquella que haba recibido en su seno al que es la vida docilidad la palabra de Dios, fue llena de la fuerza del
sempiterna e indeficiente, y que no tiene principio ni Espritu Santo y, segn el beneplcito del Padre, al re-
tendr fin, no hubiera tambin ella de vivir por todos cibir el anuncio y sin mediar obra de varn ni concu-
los siglos? II . piscencia carnal, concibi a la persona del Verbo de
Dios, que llena todo el universo, y, como es de razn,
dio a luz sin experimentar dolores de parto.
Libre de la corrupcin del sepulcro Cmo era posible que la que alberg a Dios en su
seno fuera devorada por la muerte? Cmo poda ser
3. En otro tiempo el Seor Dios expuls del para- absorbida por el infierno? Cmo poda la corrupcin
so a los progenitores del linaje humano, que impregna- atreverse a invadir el cuerpo que haba recibido dentro
dos del vino de la desobediencia yacan con la mente
11. Estas expresiones no se refieren a la eterna condenacin,

9. Gn 3, 22. sino a la detencin de nuestros primeros padres en el lugar de 'os
10. La muerte pierde en Mara su carcter de pena o castigo y muertos. En el prrafo 8 de esta homila se habla claramente del
deja de tener unas connotaciones peyorativas. Por eso adoptan los gozo y de la salvacin de Adn y Eva, que aclaman a Mara por
Padres e' trmino Dormicin, para designarla. el perdn y la gracia que han obtenido.
174 JUAN DAMASCENO SOBRE DORMICIN
LA II 175
de s a la Vida? Todas estas cosas en modo alguno cura se despoja de la tristeza y fealdad de las tinieblas
podan afectar el alma y el cuerpo de la que fue por- y se hace semejante al da con un esplendor gozoso y
tadora de Dios. radiante de luz. La ciudad viviente del Seor Dios de
La muerte se llen de temor al contemplar a Mara, los ejrcitos es conducida hacia las alturas, y los reyes
pues con lo que haba acontecido cuando atac al Hijo desde el templo del Seor de la esclarecida Sin, ofre-
de ella, aprendi a ser ms prudente y precavida. cen sus preclaros donesI9 11 a la Jerusaln de arriba, que
Mara no conoci las tenebrosas rutas de la bajada es libre y es su madre Estos reyes son los apstoles
a los infiernos, sino que para ella se dispuso
12
un cami- a quienes Cristo ha constituido prncipes de toda la tie-
no recto, llano y seguro hacia el cielo En efecto, si rra, los cuales ofrecen sus dones a la que es Virgen per-
Cristo, que es la verdad y la vida 11 , dijo:
14,
Donde yo petua y Madre de Dios 2C
estoy, all estar tambin mi servidor con mucha
ms razn no haba de morar junto a El su propia
madre? As como ella le dio a luz sin dolor, as tam- Muerte de Mara en Jerusaln
bin su muerte estuvo exenta de dolores. Funestsima
es la muerte de los pecadores"; pero de aquella en quien 4. Creo que no estar fuera de propsito el relatar,
sido vencido el pecado, que es el aguijn de la muer-
ha 16, en cuanto me sea posible, y exponer por medio de com-
te no habremos de decir que es el principio de una paraciones y figuras, las maravillas realizadas en la san-
vida superior e indefectible? Si en verdad es preciosa tsima Madre de Dios. Estos acontecimientos se nos han
la muerte
17
de los santos del Seor Dios de los ejrci- venido contando desde antiguo, como los relatos que
tos mucho ms lo es el glorioso trnsito de la Madre los hijos suelen escuchar de boca de sus padres, aun-
de Dios. que a nosotros nos han llegado de una forma abrevia-
Por esto ahora se alegran los cielos, exultan los n- da y poco precisa. Me parece estar contemplando a la
geles, se regocija la tierra y saltan de gozo los hom- que es ms santa que todos los santos, ms sacrosanta
bres. El aire resuena con alegres cnticos, la noche os- que todas las cosas sagradas y ms llena de virtudes
12. Aqu se pone de manifiesto que san Juan Damasceno no 18. Cf. Sal 72 (71), 10; Is 60, 3.
coincide con la opinin de san Andrs de Creta que considera- 19. Cf. Ga 4, 26.
ba la posibilidad de que Mara, conformndose a lo obrado por 20. En un tropario bizantino se explica la presencia de los aps-
Cristo, bajara a los infiernos, antes de subir a la gloria del cielo toles en los misterios de la Dormicin de Mara, con estas pala-
(ANDRS DE CRETA, Homilas Marianas, cit., pp. 126-127). bras: Era conveniente que los que haban sido testigos y minis-
13. Cf. Jn 14, 6. tros del Verbo presenciaran tambin la dormicin de su Madre segn
14. Jn 12, 26. la carne, que haba de ser el ltimo misterio, para que no solamente
15. Sal 34 (33), 22. contemplaran la ascensin del Salvador en la tierra, sino que die-
16. 1 Co 15, 56. ran tambin testimonio del traslado de la que le haba dado a la
17. Cf. Sal 116 (115), 15; Sal 24 (23), 10. luz (F. AGUIRRE, cit., 1. c., p. 15).
que todos los justos. Ella es la vasija del man, toda Santsimo se derram sobre los apstoles, bajando con
llena de dulzura, o mejor dicho, el manantial de donde gran estrpito, con gran diversidad de lenguas y con
proceden los dones divinos". gneos resplandores 27 En ella el28
Telogo, a cuyo cui-
Ella est tendida en un humilde lecho, dentro de la dado estaba la Madre de Dios serva cumplidamente
excelsa y gloriosa ciudad de David, la insigne e ilustre a Mara. Sin es la madre de todas las iglesias del orbe
Sin, en donde tuvo su cumplimiento la antigua ley es- de la tierra y fue la morada de laMadre de Dios des-
crita y fue promulgada la ley espiritual; donde Cristo, pus de la resurreccin de su Hijo, de entre los muer-
e1 legislador, celebr la Pascua de las figuras y, como tos 29 All, sobre un glorioso lecho, yaca la bienaven-
verdadero Dios del Antiguo y del Nuevo Testamento, turada Virgen
instituy la Pascua verdadera, en la Cena mstica que
el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo 22
ofreci sacramentalmente a sus discpulos"; donde se Bienaventurado y amable fretro
sacrific a s mismo como ternero cebado 25
24
y se ex-
primi como racimo de la vid verdadera en el lagar; 5. Al llegar a este punto del discurso, quiero de-
donde, resucitando de entre los muertos, se apareci a clarar los sentimientos que me embargan, pues estoy
los apstoles e hizo que Toms, y por medio de l todo inflamado por un ardiente amor y me invaden intensas
el mundo tuviera fe, confesndolo como verdadero Dios y suavsimas lgrimas, como si en verdad estuviera be-
y Seor", que tiene dos naturalezas, incluso despus sando el bienaventurado y amable fretro sobre el cual
de su resurreccin, y consiguientemente dos operacio- estuvo tendida la que es tabernculo de donde brot la
nes y dos voluntades libres, que subsisten por toda la vida, y con cuyo contacto este lecho qued santifica-
eternidad, do. Me imagino que con mis propios brazos estoy sos-
Sin es la cima y el alczar de las iglesias y la po- teniendo a aquella que es la morada sacratsima en la
sada y albergue de los discpulos. En ella el Espritu que se dign habitar el mismo Dios. Siento como si su
cuerpo estuviera presente y yo pudiera contemplarlo y
aplicar a l mis labios, mi frente y mis mejillas. Pero
si intento descubrir con la vista su espritu, por ms
21. El simbolismo del manantial o fuente de agua viva se ha
aplicado muchas veces a Mara. El famoso santuario mariano de que lo anhelo, no lo consigo. Es imposible, en efecto,
Blakernes en Constantinopla tiene como titular a Nuestra Seo-
ra de la Fuente Viva, smbolo que tambin aparece en muchos
iconos. 27. Cf. Hch 2, 1-21.
22. Cf, Jn 1, 29. 28. cE Jn 19, 25-27.
23. El termino mistagogia, iniciacin en cosas arcanas y de 29. Cf. Hch 1, 12-14.
profundo significado, se aplica aqu al misterio eucarstico. 30. La Santa Sin era el santuario que en la liturgia sito-ja-
24. Cf. Lc 15, 23. cobita de Santiago se denomina Madre de todas las iglesias. All
25. Cf. Jn 15, 1. estaba el cenculo y se consideraba como el lugar de la Dormicin
26. Cf. Jn 20, 28. de la Madre de Dios.
178 SOBRE LA DORMICIN II 179
JUAN DAMASCENO
poder ver con los ojos lo que ha sido levantado hacia cin. Quin, en efecto, puede dudar de que ella es
el santuario de los cielos. Esto es lo que verdadera- fuente de bendiciones y manantial de todos los bie-
mente ha ocurrido. nes 32 Estaban tambin junto a ellos sus compaeros
y co ntinuadores de su obra, para que as como ten-
an parte en sus ministerios, la tuvieran tambin en las
Honrosas exequias de Mara bendiciones, porque es justo que quien comparte los
"
trabajos participe tambin de los frutos .
Se congreg tambin la comunidad de los fieles, ele-
6. Cules fueron los honores que la Virgen reci-
bi de parte del que haba mandado honrar a los pa- gidos por Dios, que moraba en Jerusaln. Era asimis-
dres? Los discpulos se haban dispersado por todos los mo preciso que estuvieran presentes los antiguos jus-
lugares de la tierra y, con la red de las mltiples len- tos y profetas a fin de tomar parte en dicho servicio y
guas y escogidas palabras que el Espritu pona en sus homenaje, puesto que ellos haban anunciado que de
bocas, sacaban a los hombres del abismo del error, para Mara, por la benignidad divina y para nuestra salva-
conducirlos a la mesa espiritual y celeste de la mstica cin, haba de nacer, segn la carne, el Verbo de Dios.
Cena y sagrado convite de bodas, que el Padre haba N o podan faltar en modo alguno los coros de los n-
dispuesto con regia magnificencia, para los desposorios geles, pues todos los seres que de buena gana obede-
cen el Rey supremo y se gloran de servirle, es justo
del Hijo, que tiene su misma naturaleza e idntico poder.
A estos apstoles dispersos por todos los confines del que tambin presten servicio y rindan honores a la bie-
orbe, el Seor, haciendo uso de su potestad divina, los naventurada y excelsa Madre de Dios, segn la carne,
congreg en Jerusaln por medio de una nube, como que sobresale entre todas las creaturas, por generacio-
si de una red se tratara y como si ellos fueran guilas nes sin fin.
impulsadas a reunirse. En efecto, el que es la misma Todos los que se hallaban presentes quedaron en-
verdad haba dicho: Donde est el cadver, all se reu- vueltos por el resplandor y la gloria del Espritu Santo,
nirn las guilas 31, y aunque estas palabras sean un y llenos de gran respeto y reverencia, y colmados de
anuncio de su segunda y esplendorosa manifestacin y un inextinguible amor, fijaban espiritualmente su mi-
venida desde los cielos, no parece impropio que las ha- rada en la Virgen Mara. No qued ninguno de los
gamos servir ahora como de condimento y adorno de
nuestro discurso.
Se hicieron presentes, pues, estos testigos oculares 32. Este traslado maravilloso que la literatura asuncionista re-
lata constantemente, los Santos padres lo relacionan con diversos
y servidores del Verbo de Dios, a fin de poder servir hechos y textos bblicos, como la ascensin de Elas, el transporte
tambin, como era su deber, a la Madre del Seor y de Habacuc, etc.
alcanzar de ella una muy copiosa y excelente bendi- 33. El monje Epifanio insinuaba que la aparicin de Cristo a
ms de quinientos hermanos (1 Co 15, 6) deba referirse a lo ocu-
rrido en ocasin de la Dormicin de la Virgen (Vida de Mara, cit.,
31. Mt 24, 28, pp. 127 y
136).
espritus celestiales que no se hiciese presente. No pu- no hay nada que resulte imposible, si Dios lo quiere y
sieron ellos ningn reparo en bajar a la tierra desde no hay cosa alguna que pueda realizarse, si Dios no lo
lo alto, con el fin de prestar dichos honores a la Madre quiere.
de Dios. Se produjo entonces una noble competicin en los
discursos, no por la rivalidad de los que estaban ha-
blando y sin que pretendieran superarse unos a otros,
El misterio de la Encarnacin pues la vanagloria es cosa que desagrada a Dios. El
objetivo de este certamen no era otro que el deseo de
7. Pronuncironse entonces palabras divinamente alabar a Dios con todo el fervor y gozo del espritu
inspiradas y se cantaron himnos sagrados destinados a y el anhelo de honrar cumplidamente a la Madre de
celebrar el trnsito de Mara. Era preciso, en efecto, en- Dios.
salzar la infinita bondad de Dios, su inmensa grande-
za y su ilimitado poder. Deba ser enaltecida su con-
descendencia para con nosotros, alabada la esplndida Nuestros primeros padres ensalzan a Mara
riqueza de su inescrutable benignidad y glorificado el
inefable abismo de su amor, porque el Hijo de Dios, 8. Entonces, entonces s, Adn y Eva, nuestros pri-
sin abandonar su majestad, secundando la benevolencia meros padres, con labios gozosos y penetrante voz ex-
del Padre y del Espritu Santo, se abaj hasta el ano- clamaron: Bienaventurada t, oh hija, que nos has li-
nadamiento que dio paso a su exaltacin; porque el que berado del castigo de nuestra transgresin. T, que re-
est por encima de toda naturaleza, de un modo que cibiste de nosotros un cuerpo mortal, nos has propor-
trasciende toda naturaleza, asumi otra naturaleza en el cionado una vestidura de inmortalidad. T, que saliste
seno de una mujer: porque, siendo Dios, se hizo hom- de nuestras entraas, nos diste a cambio la felicidad.
bre, permaneciendo desde entonces en El estas dos na- Extinguiste los dolores, desgarraste las vendas de la
turalezas; porque no dej la divinidad cuando tom muerte y nos hiciste retornar a nuestro origen. Noso-
nuestra carne y sangre; porque El que todo lo llena y tros cerramos el paraso, t abriste el camino hacia el
est por encima de todos, sustentando todas las cosas rbol de la vida. Por obra nuestra se produjo el pasar
con la palabra de su boca 11 , tuvo su morada en un de la felicidad a la desventura; por medio de ti, en cam-
lugar angosto; porque, en fin, el cuerpo de la gloriosa bio, hemos pasado del infortunio a la dicha. De qu
Virgen, que es material y limitado, fue el receptculo modo podrs experimentar la muerte, t que eres in-
del ardentsimo fuego de la divinidad y, sin embargo, maculada? Para ti, que eres camino hacia la vida y es-
qued ileso, tal como sucede con el oro puro y legti- calera del cielo, la muerte ser como un navo que te
mo. Todo esto aconteci por voluntad de Dios, pues conducir a la inmortalidad. T en verdad eres biena-
venturada y has de ser proclamada dichossima. Quin,
aparte del Verbo de Dios, se habra ofrecido para una
34. Cf. Hb 1, 3. tan ardua empresa?'>.
SOBRE LA DORMICION II
Aplauda unnimemente el coro de los santos 35 y bio, si perdemos tu compaa, la vida ya no es verda-
exclamaba: T has dado cumplimiento a nuestras pre-
dera vida.
dicciones; t nos has obtenido la felicidad que tanto
ansibamos; gracias a ti hemos sido liberados de las ata-
duras de la muerte. Ven con nosotros, oh joya divina, Los apstoles aclaman a Mara
portadora de la vida. T que has colmado nuestros an-
helos, ven hacia quienes anhelamos vivamente tu pre- 9. Pienso que los apstoles, junto con la asamblea
sencia.
de toda la Iglesia, se dirigieron a la bienaventurada Vir-
Por su parte, la muchedumbre de personas que an gen con palabras semejantes a las que hemos referido,
vivan en carne mortal contrastaba lo dicho por los bie- y cuando vieron que la Madre de Dios anhelaba salir
naventurados, exclamando con no menor empeo: de este mundo y se dispona para su trnsito, entona-
Qudate con nosotros, t que eres nuestro amparo y ron cnticos que hacan referencia a esta emigracin.
nuestro nico consuelo sobre la tierra. No nos dejes Movidos por la divina gracia y poniendo sus voces a
hurfanos, oh Madre, a nosotros que luchamos por tu disposicin del Espritu Santo, quedaron arrebatados y
benignsimo Hijo y corremos muchos peligros. Que por fuera de s, dispuestos a unirse a la madre de Dios que
medio de ti hallemos descanso en nuestros trabajos y iba a dejar esta vida, anticipando ellos con el anhelo de
refrigerio en nuestros sudores. En tu mano est que- su alma, si fuera posible, su partida de este mundo.
darte o salir de este mundo; pero, si te vas, oh taber- Despus que todos haban cumplido su deber y sa-
nculo de Dios, deseamos ir tambin nosotros contigo, tisfecho su devocin, tejiendo con sus himnos una mag-
ya que somos pueblo tuyo por razn de tu Hijo. T nfica corona de flores, recibieron la bendicin que Dios
eres el nico alivio que nos queda en la tierra y nues- les conceda como esplndido tesoro, y pronunciaron
tra dicha ser el vivir, si t vives, y el morir, si t mue- sus ltimas palabras de despedida. Segn creo, lo que
res. Pero cmo es posible que hablemos de muerte? ellos ponan de manifiesto con sus expresiones era la
Para ti la muerte es vida y una vida en verdad supe-
fu gacidad de la vida presente y los ocultos misterios de
rior, y la juzgamos mucho ms excelente y encumbra-
los bienes futuros 37.
da que la vida de aqu abajo". Para nosotros, en cam-
consecuencia del hecho ms importante que es la entrega de su alma

35. El apcrifo asuncionista llamado Libro de San Juan Evan-
gelista dice que un grupo de primognitos de los santos se pre- en las manos de Cristo.
37. Un relato mozrabe conservado en un cdice del mo-
sent en la casa donde yaca la Madre del Seor, para gloria y honra nasterio de Silos, del siglo xl, pone en boca de san Pedro estas
de Ella (A. DE SANTOS, Los Evangelios apcrifos, BAC, Madrid
palabras: No pensis en manera alguna que el llamamiento de
1956, 216-217).
pp. Mara es una simple muerte. No es muerte, sino vida eterna (M.
36. La liturgia bizantina pone ms de relieve el trnsito o muer- Madrid
GORDILLO, La Asuncin de Mara en la Iglesia espaola,
te de Mara, que la asuncin de su cuerpo, que considera como una
1922, p. 258),
SOBRE LA DORMICIN it 185
184 JUAN DAMASCENO
El sagrado trnsito
Muerte de la Virgen en brazos de su Hijo
11. Qu sucedi entonces? Pienso que se produjo
10. Entiendo que a continuacin ocurrieron unos
una gran conmocin de los elementos. Hubo voces, so-
hechos que fueron como el coronamiento de 'os ante-
nidos y estrpito y se oyeron magnficos cnticos en-
riores. Me refiero a la llegada del Rey celestial junto a
tonados por los ngeles, de los cuales unos iban por
su propia Madre, para recibir en sus divinas y pursi-
delante, otros hacan de acompaantes y otros seguan
mas manos el alma santa e inclume de toda mancha,
por detrs. Los que formaban la escolta del alma in-
de la Virgen. Ella pronunci entonces estas oportunas
maculada y santsima de esta Reina la acompaaron
y apropiadas palabras: A tus manos, Hijo mo, enco-
hasta el trono real en el cielo. Los que estaban en de-
miendo mi espritu. Recibe, pues, mi alma que tanto
rredor del glorioso y sagrado cuerpo ensalzaban con
amas y que preservaste de toda culpa. A ti y no a la
himnos anglicos a la Madre de Dios.
tierra, entrego mi cuerpo. Guarda sano y salvo este
Qu hacan las personas que se hallaban junto al
cuerpo en el que te dignaste habitar y cuya virginidad
venerable y sacrosanto cuerpo de Mara? Con gran res-
preservaste cuando naciste. Llvame contigo para que
peto, con ferviente amor y con lgrimas de alegra, abra-
donde t ests, est tambin yo, habitando en tu com-
zaban, besaban y palpaban este sacratsimo taberncu-
paa. Voy presurosa hacia ti, que bajaste a mi seno sin
lo, con cuyo contacto reciban una copiosa santifica-
causar detrimento alguno. Al producirse mi trnsito,
cin e innumerables bendiciones. Con todo ello desa-
consuela a estos amadsimos hijos mos, a quienes te
parecan las enfermedades, las huestes de los demonios
dignaste llamar hermanos tuyos. Cuando yo extienda
eran ahuyentadas de todas partes y arrojadas a las pro-
sobre ellos mis manos para bendecirles, otrgales tam-
fundidades de la tierra. Al elevarse el espritu de la Vir-
bin tu bendicin. Seguidamente, alzando ella las
gen, el aire, el ter y los cielos quedaron santificados
manos, bendijo a los que estaban reunidos. Entonces el
e igualmente la tierra, al recibir su cuerpo en el sepul-
Seor dirigi a la Virgen estas palabras: Ven a mi des-
cro. No quedaron privadas de bendicin las aguas, pues
canso, oh bendita Madre ma. Levntate, ven, amiga
al ser lavado el cuerpo con agua pura, sta no purifi-
ma, la ms hermosa entre las mujeres. Ha pasado ci
c a Mara, sino que qued santificada por Ella. En-
invierno y llega el tiempo de la poda II. Eres toda her-
tonces se realizaron otros prodigios: los sordos recu-
mosa, amiga ma y no hay en ti mancha alguna 19 . El
peraron el odo, a los cojos se les restituy la fortale-
aroma de tus perfumes sobrepuja toda fragancia Des-
za de los pies, los ciegos recobraron la vista y en cuan-
pus de haber escuchado estas cosas, la Virgen santa
to a los pecadores que tenan fe, quedaron rasgadas las
entreg su espritu en las manos de su Hijo.
actas en que constaban sus culpas 41
38. Ct 2, 10-11.
41. El monje Epifanio en su Vida de Mara (cit., cap. 22) dice
39. Ct 4, 7.
que la Virgen practicaba muchas obras de misericordia. Los san-
40. Ct 4, 10.
186 JUAN DAMASCENO
SOBRE LA DORMICIN II 187
Despus el cuerpo pursimo de Mara es envuelto

rey y todo el pueblo iban por delante del arca, ofre-
en unos lienzos muy limpios y la Reina es colocada de
ciendo en sacrificio innumerables bueyes y ovejas. Des-
nuevo sobre el lecho y se la honra con lmparas, per-
pus los sacerdotes instalaron el arca de la alianza del
fumes y cnticos. Los ngeles entonan sus caractersti-
Seor en el lugar destinado, en el santuario del tem-
cas melodas, mientras los apstoles y santos padres
plo, en el Santo de los santos, bajo las alas de los
cantan tambin himnos sagrados bajo el impulso del
Espritu Santo. querubines 42 De modo semejante, para la instalacin
del arca espiritual (no el arca de la alianza del Seor,
sino el arca de la persona del Verbo de Dios) el nuevo
Salomn, que es el Prncipe de la paz y Creador de
Sagradas exequias
todas las cosas, congrega en el da de hoy las espln-
didas legiones de los espritus celestiales y a los va-
12. Sobre los venerables hombros de los apstoles, rones ms notables del Nuevo Testamento, o sea, los
el arca del Seor es transportada desde el monte Sin
apstoles, junto con todo el pueblo santo que mora
hacia el templo celeste, aunque primero es depositada
en Jerusaln, y por medio de los ngeles hace entrar
en el sepulcro. La conducen a travs de la ciudad, como
el alma de la Virgen en el Santo de los santos de la
a una novia hermossima, embellecida con el deslum-
gloria celestial, bajo las alas de los cuatro seres vi-
brante resplandor del Espritu Santo, llevndola hasta
vientes , junto al trono mismo de Dios, al otro lado
el lugar santsimo de Getseman. Los ngeles la prece-
del velo, donde Cristo, como precursor, entr corpo-
den y la acompaan, cubrindola con sus alas, y tam-
bin forma parte de la comitiva toda la asamblea de la ralmente
El cuerpo de Mara es transportado por manos de
Iglesia.
los apstoles cubrindolo el Rey de reyes con el es-
El rey Salomn, a fin de instalar el arca en el tem-
plendor de su invisible divinidad" y precedindole toda
plo del Seor que l haba edificado, hizo que se con- la asamblea de los santos que, con sagradas aclamacio-
gregaran en Sin todos los ancianos de Israel, para
nes y ofreciendo un sacrificio de alabanza, lo deposi-
realizar el traslado del arca de la alianza del Seor
tan en el sepulcro, que viene a ser el tlamo por medio
desde la ciudad de David, que es Sin. Transportaron del cual es trasladado 46a las delicias del Edn y a los
los sacerdotes el arca y el tabernculo del testimonio.
tabernculos celestiales
Los sacerdotes y los levitas eran los portadores y el
tuarios marianos de todos los tiempos han sido lugares marcados 42. Cf. 1 R 8, 1-8; 2 Cro 5, 1-9.
por infinidad de curaciones y dones milagrosos. Ya San Atanasio 43, cf. Ap 4, 6-9.
alude a esto en relacin con un santuario dedicado a la Virgen y 44. Cf. Hb 6, 20.
llamado Tanmatha. Actualmente en la isla griega de Tinos hay un 45. cf. Hb 1, 3.
santuario dedicado a la Anunciacin, famos(simo en Oriente, al que 46. El cuerpo de la Virgen slo ha de permanecer en el Se-
a veces se designa como el Lourdes de la Ortodoxia. pulcro por breve tiempo. La tumba es, pues, un lugar de paso en
su camino hacia los tabernculos celestiales.
L
188 JUAN DAMASCENO
Un prodigio muy significativo Fe en la asuncin corporal de Mara
13. Estaban presentes, segn parece, tambin al- 14. El cuerpo de la Virgen es conducido al sacrat-
gunos judos que no eran de los ms obstinados. No simo lugar de Getseman. Se repiten los sculos y abra-
creo que sea inoportuno el intercalar aqu algunas no- zos; se renuevan las alabanzas, los himnos sagrados y
ticias que han dado lugar a muchos comentarios. Se las lgrimas, como arroyos que provienen al mismo
dice, en efecto, que cuando descendan del monte los tiempo de la angustia y del amor; el sudor y las lgri-
que transportaban el bienaventurado cuerpo de la mas brotan a porfa. El cuerpo santsimo es deposita-
Madre de Dios, cierto hebreo, siervo del pecado y do en el venerable y glorioso sepulcro, desde el cual, 47.
que haba pactado con el error, imitando al criado de a los tres das, es elevado a las moradas celestiales
Caifs que golpe el gloriossimo y divino rostro de Era preciso, en efecto, que no quedara escondido en
Cristo y conviertindose en instrumento del demo- las cavidades de la tierra este excelso y divino alber-
nio, llevado de un impetuoso e insensato atrevimien- gue, este no labrado campo del pan celestial, esta via
to, con diablica maldad se abalanz hacia el divino no regada que produjo el racimo de la inmortalidad,
tabernculo, al que los ngeles se acercan con un res- este olivo fuctfero y siempre lozano de la paternal mi-
petuoso temor, y agarrando furiosamente con ambas sericordia de Dios.
manos el fretro, lo hizo caer por tierra. Este ataque As como el cuerpo santo e incontaminado, que
fue debido a la envidia del prncipe de la maldad, y la persona del Verbo de Dios asumi de la Virgen,
el fruto de este atentado consisti en una especie de resucit del sepulcro al tercer da, as tambin era pre-
agrio racimo, como castigo justamente merecido por ciso que ella fuera arrebatada del sepulcro y que como
la obra realizada, pues se dice que el hebreo qued madre fuera trasladada junto a su Hijo. Puesto que
privado del uso de las manos. Fue ciertamente una el Verbo haba descendido hacia Mara, era conve-
cosa digna de admiracin que aquel que cometi el niente que, con gran amor, ella fuera elevada hacia l
crimen con sus propias manos, se viera luego des- y habitara en el glorioso y perfectsimo tabernculo
provisto de ellas, hasta tanto que sus ntimos senti- celestial. Era preciso que la que haba albergado en
mientos quedaran transformados por la fe y el arre- su seno al Verbo de Dios, tuviera como morada los
pentimiento. tabernculos de su Hijo. Teniendo en cuenta que el
Al punto los que transportaban el fretro se detu-
vieron y aquel desgraciado, tocando despus dicho ta-
bernculo, que es principio de la vida y origen de mu-
47. Innumerables son 'os iconos de la Dormicin en los que
chos prodigios, qued al instante curado de la parli- aparece la Virgen tendida en el lecho, rodeada de los apstoles y
sis de sus manos. La desgracia, efectivamente, muchas en la parte superior se representa la traslacin a la gloria. Este mo-
veces da origen a propsitos prudentes y saludables. delo aparece tambin en el arte occidental, como es el caso de un
Mas, dejando ya este asunto, volvamos a tratar del ar- esplndido lienzo del Beato Anglico que se conserva en el museo
gumento que nos habamos propuesto. Gardner de Boston.
190 JUAN DAMASCENO
Seor haba dicho que l deba estar en la casa de su Lejos de toda mitologa pagana
Padre", tambin su Madre deba habitar en el para-
so real del Hijo, o sea, en la casa del Seor, en los 15. Ea, pues, celebremos la fiesta del trnsito de la
atrios de la casa de nuestro Dios 19 , pues si en este Madre de Dios! Pero no lo hagamos con sones de flau-
lugar tienen su mansin todos los que se alegran, tas ni con danzas frenticas, como las que en sus org-
cmo no haba de estar all la que es causa de la ale- as sagradas dedicaban los paganos a la que llaman madre
gra? de los falsos dioses. Pretenden que ella tuvo muchos
Era preciso que aquella que, al ser madre, haba hijos, siendo as que en realidad no tuvo ninguno, pues
conservado intacta su virginidad, obtuviera la inco- los dioses no son ms que demonios y sombras fantas-
rrupcin de su cuerpo despus de morir. Era preciso males producto de las ficciones de unas mentes enlo-
que quien llev en su seno al Creador hecho nio, quecidas y aberrantes. Cmo puede, en efecto, un ser
habitara en los divinos tabernculos. Era preciso que incorpreo unirse con otro para que se produzca la ge-
la novia que el Padre haba desposado, residiera en la neracin? Cmo puede ser Dios, uno que careca de la
cmara nupcial de los cielos II. Era preciso que la que existencia antes de ser engendrado? Que los demonios
haba visto a su Hijo en la cruz, con lo cual atrave- no tienen cuerpo lo sabe todo el mundo, incluso los que
s su corazn la espada del dolor que no haba co- espiritualmente estn ciegos, pues, hablando de las ca-
nocido en el parto, contemplara despus a su Hijo ractersticas y de la dignidad de sus dioses, dice Home-
sentado junto a Dios Padre. Era preciso que la Madre ro en una de sus obras:
de Dios poseyera las cosas de su Hijo, y que por todas No comen pan, ni beben vinos generosos; por 51
eso
no tienen sangre y son llamados inmortales No
las creaturas fuera ella venerada como sierva del Seor
y Madre de Dios. En efecto, aunque las herencias pasan comen pan ni beben vino ardoroso, dice el poeta, y
siempre de padres a hijos, en este caso, usando de las por tanto no existe en ellos la sangre, y se les llama
palabras de un sabio, dir que las fuentes de los ros inmortales. Con razn dice son llamados inmortales,
sagrados lanzan el agua desde abajo hacia arriba, es / pues en realidad no lo son, ya que sucumbieron ante
decir, que el Hijo dio a su Madre el dominio sobre la muerte.
todo lo creado. Nosotros, en cambio, los que adoramos al verda-
dero Dios, que no ha surgido de la nada, sino que exis-
te desde toda la eternidad y est por encima de toda
causa, razn y conocimiento, y ms all del tiempo y
48. Cf. Le 2, 49. de la naturaleza, tambin honramos y veneramos a la
49. Sal 134 (133), 1. que es Madre de Dios. No decimos que la divinidad
SO. Es frecuente en 'os Santos Padres el dar a Mara el ttulo
de Esposa, por ser la Madre del Verbo encarnado. Este nombre ex-
celso de Mara se pone en relacin con el Padre, ms que con el
Espritu Santo. Esto ltimo es ms propio de autores occidentales 51. Este verso de la Ilada (canto V, 341-342) es presentado en
de siglos posteriores. contra del culto idoltrico, al estilo de los apologetas.
provenga de ella, pues la generacin del Verbo de Dios de Dios. La semejanza es, en efecto, motivo de com-
est fuera del tiempo, ya que el Hijo es eterno como placencia. Sirvamos tambin a la Virgen con nuestra
el Padre; confesamos, sin embargo, un segundo naci- compasin y misericordia para con los pobres. Si en
miento, que se produjo cuando el Verbo voluntaria y cosa alguna se sirve mejor a Dios, que con la clemen-
libremente asumi nuestra carne, y por eso reconoce- cia, quin podr negar que con ello la Madre de Dios
mos y veneramos a la que es su Madre. tambin se regocija en gran manera?
Por nosotros, en verdad, y por nuestra salvacin se En la Virgen se manifiesta el inefable abismo del
encarn Aquel que, desde un principio, era incorpreo, amor que Dios nos tiene. Por medio de ella ha cesado
a fin de salvar la naturaleza humana que comparti con la lucha pertinaz entablada en contra del Creador. Por
nosotros. Asumi la carne de esta Virgen santa, que le medio de ella qued establecida la reconciliacin entre
concibi sin obra de varn, hacindose El verdadero Dios y nosotros, se nos ha concedido la gracia y la
hombre, sin dejar de ser Dios. Permaneci verdadero paz, los ngeles cantan a coro con los hombres, y stos,
Dios y asumi nuestra carne, y siendo verdaderamen- que antes eran objeto de desprecio, se convierten en
te hombre, posee la divinidad. As pues, reconocemos hijos de Dios. De ella hemos cosechado el racimo de
a la Virgen como Madre de Dios y celebramos su Dor- la vida y el brote de la inmortalidad. Ella nos ha pro-
micin. No la presentamos en modo alguno como diosa, curado todos los bienes. En ella Dios se ha hecho hom-
al estilo de la mitologa pagana, sino que anunciamos bre y el hombre ha venido a ser Dios. Qu puede
su muerte, y la proclamamos a ella como madre de haber ms extraordinario y maravilloso? Cabe acaso
Dios hecho hombre 52 una felicidad mayor?
Me siento profundamente impresionado por la dig-
nidad del asunto'I
que estoy tratando.55,Junto con la pro-
El arca del Seor ha entrado en el Santuario fetisa Mara oh almas adolescentes cantemos a coro,
al son de los tmpanos, mortificando nuestros miem-
16. Nosotros los que formamos el pueblo de Cris- bfos terrenos 56 , pues ste es el significado de los tm-
to y hemos sido enriquecidos con sus dones, ensalce- panos. Lancemos espiritualmente gritos de guerra junto
mos a Mara con cnticos sagrados y honrmosla con al arca del Seor y se derrumbarn los muros de Jeri-
vigilias que se prolongan por toda la noche"; regoci- c 51 , o sea, las fortalezas de las potestades enemigas.
jemos con nuestra pureza de alma y cuerpo a la que
en verdad es la ms pura entre todos los seres, despus
54. cf. Ex 15, 20.
55. Haciendo alusin al potico libro de los cantares y al coro
que diriga la hermana de Moiss, se considera que las almas san-
52. La doctrina ortodoxa sobre la divina maternidad de Mara tas gozan de una eterna juventud y participan en las danzas festi-
es profesada constantemente con el ttulo de Theotokos, vas del reino celestial. Vase la nota anterior n. 4.
53. Pannijis significa una vigilia festiva que se prolonga duran- 56. cf. Col 3, S.
te la noche.
57. Cf. Jos 6, 20.
194 SOBRE LA DORMECIN 11 195
JUAN DAMASCENO
Saltemos de jbilo en el espritu, con David", pues santo, que me ha hecho partcipe de su santidad, que
hy el arca del Seor ha entrado en el lugar de su reme ha inundado con aromtica fragancia y que me ha
poso. Con el prncipe de los ngeles Gabriel, exclame- transformado en un divino santuario, este cuerpo ha
mos: Salve, llena de gracia, el Seor es contigo II. Salve, sido elevado hacia el cielo, acompandolo los ngeles
oh inagotable mar de gracia. Salve, oh nica libertado- y arcngeles y todas las potestades celestiales. Ahora
ra de toda tristeza. Salve, oh medicina que de todos los me honran los ngeles. Ahora reside junto a m la di-
corazones hace desaparecer el dolor. Salve, oh Mara, vina gracia. Me he convertido en albergue donde los
por cuya mediacin ha sido expulsada la muerte y nos enfermos recuperan la salud, y en fuente inexhausta de
ha llegado la vida. curaciones. He venido a ser firme defensa contra los
demonios y ciudad de refugio para quienes buscan mi
amparo. Venid con fe, oh pueblos, y obtendris en abun-
Sacratsimo sepulcro dancia los dones divinos. Acercaos los que tenis una
fe bien arraigada y, siguiendo la recomendacin de Isa-
17. Quiero hablarte como si fueras un ser anima- as, vosotros los sedientos, venid a las aguas 60y los que
do, oh sepulcro, el ms sagrado de todos, despus del no tenis dinero, venid y comprad sin pagar Yo, de
vivificante sepulcro del Seor, que es la fuente de la re- acuerdo con el Evangelio, me dirijo a todos, excla-
surreccin. Dnde est el oro pursimo que en ti fue mando: El que tenga sed de la curacin de enfermeda-
depositado por las manos de los apstoles? Dnde se des, de la liberacin de los vicios y pasiones del alma,
hallan tan inagotables riquezas? Dnde se encuentra de la remisin de los pecados, de la preservacin de
aquella joya divina? Dnde la mesa viviente del Seor? toda desgracia, y, en fin, del reposo del Reino de los
Dnde el libro en el que, de un modo incomprensi- cielos, que venga a m y encontrar un esplndido y
ble y sin intervencin de mano alguna, qued inscrito valiossimo caudal de gracias. As como la virtualidad
el Verbo de Dios? Dnde est el abismo de la gracia del agua es nica y simple, igual que la de la tierra, la
Dnde el inmenso caudal de curaciones? Dnde la del aire y la de los rayos del sol, y, a pesar de ello,
fuente de la que ha dimanado la vida? Dnde, en fin, transforma la naturaleza de muy variadas maneras, pro-
el amabilsimo cuerpo de la Madre de Dios? porcionando el vino en la vid y la aceituna en el olivo,
Por qu buscis dentro de m -dice el sepulcro a as tambin, aunque la gracia sea nica y simple, ofre-
la que ha sido elevada a los tabernculos celestiales? ce muy diversos beneficios a quienes la reciben. Yo no
Por qu se me pide cuentas acerca de la desaparicin poseo la gracia como derivada de mi propia naturale-
del cuerpo? Yo no puedo oponerme a las disposicio- za, pues todo sepulcro despide mal olor, es motivo de
nes divinas. Abandonando los lienzos, el cuerpo sacro- tristeza y resulta lo ms opuesto a la felicidad, pero he
albergado dentro de m un precioso ungento, que me
58. cf. 2 S 6, 14.

59. Le 1, 28. 60. Is 55, 1.
196 SOBRE LA DORMICION II 197
JUAN DAMASCENO
ha inundado de un suave perfume, esencia asimismo tan hemos enterado de que en Jerusaln, junto al lugar lla-
persistente y eficaz, que con un breve contacto ha pro- mado Getseinan, existe una iglesia muy importante y
ducido una fragancia perenne, pues los dones divinos famosa dedicada a la Santsima Madre de Dios y siem-
no estn sujetos a revocacin. He dado hospedaje a la pre virgen Mara, y que en ella est el sepulcro en el
que es la fuente del gozo y he sido colmado de la abun- que se encuentra su cuerpo, albergue de la vida. Es
dancia de sus dones 61 nuestro deseo que estas santas reliquias sean traslada-
das aqu, a fin de que sirvan
62
de guarda y proteccin
de esta ciudad imperial
Testimonio de la Historia Futimaca Respondiendo a esto, dijo Juvenal: La Sagrada Es-
critura inspirada por Dios no dice nada acerca de la
18. Habis escuchado, oh carsimos padres y her- muerte de Mara, la Santa Madre de Dios; pero, a tra-
manos, de qu forma se ha expresado este glorioso se- vs de una antigua y verdica tradicin, sabemos que al
pulcro; el desarrollo de los hechos lo conocemos a tra- ocurrir la gloriosa Dormicin de la Virgen todos los
vs de la Historia Eutimaca, que en el libro tercero, santos apstoles, que para la salvacin de los pueblos
captulo cuadragsimo, dice as: Ya hemos mencionado peregrinaban por el mundo, instantneamente fueron
anteriormente, que santa Pulqueria hizo construir mu- arrebatados a lo alto y congregados en Jerusaln, donde
chas iglesias en Constantinopla. Una de ellas es la que pudieron contemplar a los ngeles y or himnos sagra-
fue edificada en Blakernes, durante los primeros aos dos que entonaban los coros de las potestades supe-
del imperio de Marciano, de feliz memoria. Despus riores. En medio de esta sagrada y celestial gloria, Mara
de que estos emperadores haban construido esta ve- con palabras inefables encomend su santa alma a las
nerable iglesia dedicada a la Santsima Madre de Dios manos de Dios. A su cuerpo, que alberg a Dios, se
y siempre virgen Mara, y la haban adornado profu- le tributaron las honras fnebres, transportndolo entre
samente, iban en bsqueda del santsimo cuerpo que los cnticos de los ngeles y de los apstoles y siendo
haba sido albergue del mismo Dios, y habiendo man- colocado en un sepulcro de Getseman, donde por es-
dado llamar a Juvenal, arzobispo de Jerusaln, y a los pacio de tres das los ngeles no cesaron de entonar
dems obispos de Palestina, que por entonces se en- himnos y de cantar a coro.
contraban en la ciudad imperial por motivo del conci- Al apagarse los sonidos de los coros anglicos y
lio que se celebraba en Calcedonia, les dijeron: Nos habiendo llegado santo Toms, que hasta entonces haba
estado ausente, los apstoles, deseando venerar aquel
cuerpo que fue morada de Dios, abrieron el sepulcro.
61. Las reliquias y objetos relacionados con el Seor o con la

Virgen eran tenidos en gran veneracin. San Juan Damasceno no
es el nico en entablar dilogos con estas cosas santas. Lo hace 62. Los datos de la Historia Ektimaca acerca de las preten-
tambin san Germn de Constantinopla en un sermn acerca del siones de Pulqueria y de la respuesta de Juvenal, no gozan de su-
cngulo de Mara y los paales de Jess. ficiente garanta histrica.
Entonces se encontraron con que haba desaparecido el quienes le vieron y escucharon, tanto si ya le conoc-
cuerpo de la Virgen, pero observaron que permanecan an como si nunca lo haban tratado, pues todos le con-
en el lugar los lienzos mortuorios, de los cuales ema- sideraron como un esclarecido e inspirado compositor
naba un delicioso e incomparable perfume, y a conti- de himnos sagrados. No tengo por qu hablarte de las
nuacin volvieron a cerrar la sepultura. Pasmados de egregias alabanzas que all fueron proclamadas, pues no
admiracin por este maravilloso prodigio, quedaron per- ignoro que t mismo participaste en ellas, entonando
suadidos de que, as como el Verbo de Dios y Seor himnos colmados de divina inspiracin" 63
de la gloria, al encarnarse se dign unir a su propia Despus de haber escuchado estas cosas, el empe-
persona la naturaleza humana que tom de la Virgen rador y la emperatriz pidieron al arzobispo Juvenal que,
Mara, y despus del parto guard incontaminada la vir- con garantas de seguridad, les enviara dicha sagrada
ginidad de su Madre, as tambin cuando ella emigr urna funeraria junto con las vestiduras de Mara, la glo-
de este mundo, tuvo a bien honrarla con la incorrup- riosa y santsima Madre de Dios. Y, al recibir dichas
cin de su cuerpo inmaculado y pursimo, y disponer reliquias, las depositaron en el venerable santuario de
que su traslacin tuviera lugar anticipadamente, respec- la Madre de Dios, llamado de Blakernes
to de la comn y universal resurreccin.
Junto con los doce estaban tambin presentes el
gran apstol y primer obispo de Efeso, Timoteo, y Dio- Mara dispensadora de gracias
nisio el Areopagita, segn consta por el testimonio de
este clebre personaje, al escribir al mencionado aps- 19. Qu responderemos a lo que nos ha manifes-
tol Timoteo, en cuya ocasin menciona a Hieroteo, otro tado el sepulcro? Tu gracia es en verdad indefectible y
discpulo que tambin estaba all. Estas son las palabras perdurable. Pero el poder divino no est circunscrito a
de Dionisio: "Cuando se reunieron nuestros prelados un lugar determinado y los beneficios de la Madre de
escogidos por Dios, estuvimos presentes nosotros y lo Dios no estn exclusivamente vinculados a su tumba,
estuviste tambin t y se hallaron all muchos de nues- pues en este caso seran pocos los que podran alcan-
tros santos hermanos, para acompaar honorficamen-
te aquel cuerpo en el que se dio inicio a la vida, y asis-
tieron asimismo Santiago, el hermano del Seor, y Pedro,
63. Se conceda un gran crdito a estos escritos por conside-
el supremo y principal de los telogos. Despus de pre- rarlos corno provenientes del discpulo de Pablo convertido en el
senciar el misterio, les pareci oportuno que todos los arepago de Atenas (Hch 17, 34).
prelados, cada cual segn su capacidad entonaran him- 64. Se refiere al sagrado Maforion, considerado como el velo
nos de alabanza a la inmensa bondad y al infinito poder mortuorio o vestido de Mara. El origen de esta reliquia es antiguo
de Dios. Como bien sabes, despus de los telogos, y oscuro. En el rito bizantino, el 2 de julio se celebra una fiesta
en honor del Manto de Mara, que entre los eslavos tiene lugar el
Hieroteo se distingui entre todos los que entonaban 31 de agosto, con el significado de la proteccin maternal de Mara
himnos, manifestndose como arrebatado por una alt- que nos cobija bajo su manto protector. Este tema tiene tambin
sima inspiracin, de modo que fue muy admirado por un gran desarrollo en el arte medieval de Occidente.
200 JUAN DAMASCENO 1 SOBRE LA DORMICIN 11 201
zar los divinos favores, que en realidad se distribuyen nosotros, la Virgen Mara nos visitar con frecuencia y
copiosamente por todo el mundo. Procuremos, pues, con gran familiaridad, trayendo consigo la abundancia
que nuestra mente se convierta en un acervo de los te- de sus bienes; y en su compaa vendr Cristo, su Hijo,
soros de la Madre de Dios. De qu modo podremos Rey y Seor de todos, que habitar en nuestros cora-
conseguirlo? Mara es virgen y ama la virginidad; es zones. A l, junto con el Padre Eterno y el Espritu
casta y ama la castidad. Por lo tanto, si cuidamos de Santo, sea la gloria, el honor, el poder, la majestad y la
ser castos en el cuerpo y en el alma, conseguiremos magnificencia, ahora y siempre y por los siglos de los
que su gracia resida en nosotros. siglos. Amn.
La Madre de Dios detesta todo lo que es cieno y
se aparta de toda afeccin cenagosa; aborrece el desen-
freno; abomina de las pasiones vergonzosas de la im-
pureza; odia, como a cras de vbora los pensamientos
torpes; se opone a todas las palabras, chanzas y can-
ciones obscenas; rechaza los perfumes lascivos, reprue-
ba el arrebato de la ira, los enojos y las rias; despre-
cia los esfuerzos de quienes buscan la vanagloria; se en-
frenta con la altivez de los soberbios; desaprueba el que
se rememoren las ofensas, lo cual es un obstculo para
la salvacin; en fin, considera todos los vicios como un
veneno mortfero.
Se goza, en cambio, en las virtudes, pues el reme-
dio para las enfermedades se encuentra en lo que es
opuesto a ellas. Por eso se complace en el ayuno, en
la continencia y en el canto de los salmos, y se rego-
cija con la castidad, la virginidad y la modestia. Con
estas virtudes establece una constante amistad y las abra-
za amorosamente. La paz y la benignidad reciben las
muestras de su cario y, como a pupilas, lleva en bra-
zos a la caridad, la misericordia y la humildad. Para
decirlo en pocas palabras, todo vicio le causa tristeza
y disgusto, mientras que se alegra con toda virtud, como
con un preciossimo don.
Si, con voluntad decidida, nos apartamos de nues-
tros vicios y, con diligencia, nos entregamos a la prc-
tica de las virtudes, consiguiendo que ellas arraiguen en
TERCERA HOMILA SOBRE LA DORMICIN
SERMN TERCERO DEL MISMO JUAN DAMASCENO

ACERCA DE LA DORMICIN
DE LA SANTSIMA MADRE DE Dios
La fuente de la luz
1. Acontece que quienes sienten amor hacia alguna

cosa, constantemente hablan de ella y la tienen siem-
pre presente en su imaginacin. Que nadie, pues, me
reprenda y considere excesivo que habiendo ya pro-
nunciado dos panegricos en honor de la Madre de Dios,
le dedique ahora este otro. No lo hago para otorgarle
con ello una gracia, sino para que tanto yo como vo-
sotros, que formis esta insigne y sagrada asamblea, par-
ticipemos en un convite de gran provecho espiritual,
apropiado para esta santa noche y que proporcione un
gran gozo a nuestras almas 1.
Ya veis que son escasos los alimentos de que dis-
pongo y, sin embargo, os preparo esta comida que, aun-
que no sea muy sustanciosa ni corresponda debidamente
a la dignidad de aquella que nos ha convocado, ser,
con todo, suficiente para calmar nuestra hambre.
Mara no tiene necesidad de nuestras alabanzas, sino
que somos nosotros los que necesitamos alcanzar la
1. Segn parece, este sermn debi pronunciarse en una vigi-

lia celebrada en el sepulcro de la Virgen en Gerseman.
204 JUAN DAMASCENO
4 SOBRE LA DORMICIN III 205
gloria que de ella proviene. Cmo puede, en efecto,

dido al seno virginal, siendo concebido y asumiendo
acrecentarse la gloria de quin est plenamente colma-
nuestra carne, y aceptando voluntariamente su pasin
da de ella, y cmo seremos capaces de hacer que 2res- y muerte, ha obtenido la incorrupcin de su cuerpo
plandezca ms aquella que es la fuente de la luz? Lo que era de origen terreno, y al subir de nuevo al Padre,
que realizamos no es otra cosa que tejer para nosotros condujo hacia El tambin a su Madre segn la carne,
mismos una corona. Por mi vida dice el Seor yo
y elev a las regiones celestiales a la que haba sido un
glorificar a los que me glorifiquen 1 . El vino es en ver-
cielo sobre la tierra.
dad una bebida muy agradable y el pan es una comi-
da muy nutritiva; el4.uno alegra y el otro fortalece el
corazn del hombre Pero, qu puede haber que sea
Smbolos y figuras
ms dulce y suave que la Madre de Dios? Ella ha cau-
tivado mi mente, y mi lengua est a su servicio; pien- 2. La escalera espiritual y viviente, por medio de la
so en ella tanto si estoy despierto como dormido. Ella, cual baj el Altsimo y se hizo visible sobre la tierra
la Madre del Verbo, es la gua de mis palabras. Ella, y habit entre los hombres, hoy ha pasado desde la
nacida de una madre estril, es la que hace que las almas
tierra al cielo > sirvindole a su vez la muerte como de
que eran infecundas, produzcan frutos abundantes.
escalinata para esta ascensin.
Hoy celebramos su sagrado y glorioso trnsito. Ea! Hoy la mesa terrenal en la que estuvo colocado el
pues, subamos al mstico monte, y superando las im- celeste pan de vida, y en la que, sin intervencin con-
genes terrenas y materiales, entremos en las divinas e yugal, se deposit el carbn encendido de la divinidad,
incomprensibles tinieblas, y siendo al propio tiempo ilu-
hoy ha sido levantada desde la tierra a los cielos, y la
minados por la luz divina', ensalcemos el infinito poder puerta de Dios que mira hacia Oriente ha sido condu-
de Dios. Cul es ahora el objeto de nuestra atencin? cida a lo alto y establecida como puerta de los cielos.
Aquel que desde la excelsa e inconmovible atalaya de
Hoy la ciudad viviente de Dios, desde la Jerusaln
los cielos, sin abandonar el seno del Padre, ha descen-
terrestre es trasladada a la Jerusaln de arriba. La que
dio a luz como hijo primognito y nico al que es el
Primognito de toda la creacin y el Unignito del
2. La fiesta de la Dormicin puede considerarse como la Pas- Padre, hoy establece su mansin en la Iglesia de los
cua de Mara y debi adquirir un significado especial el simbolis- primognitos. El arca viviente y espiritual de Dios es
mo de la luz, a imitacin de la Vigilia Pascual.
3. 1 S 2, 30.
conducida al lugar del reposo de su Hijo 6
4. Cf. Sal 104 (103), 15.
5. Acercarse a los misterios de Dios supone penetrar en una
luz tan viva, que causa la sensacin del deslumbramiento o de andar
6. Son innumerables los ttulos y figuras que en los ritos orien-
a oscuras. Es lo que algunos msticos denominan la nube del des-
tales se aplican a la Virgen. El arzobispo Assaf de Petra ha conta-
conocimiento. El escritor mstico bizantino Gregorio Plamas habla
a este respecto del don de la luz tabrica. do ciento noventa y siete en los libros litrgicos bizantinos (C. GUM-
BINCER, Mara en las liturgias orientales, en Marzologa de CAROL,
SOBRE LA DORMICIN III 207
206 JUAN DAMASCENO
blando de cosas tristes, no me ocupar de las desgra-

Se abren las puertas del paraso y es recibido aquel cias que en ese lugar ocurrieron, como son, los enga-
jardn en el que habit el Seor y en el que brot el osos consejos del enemigo ofrecidos con falsas apa-
rbol de la vida perdurable, o sea, Cristo que a todos riencias de sensatez, la envidia, el fraude, la cobarda
nos da la vida, el cual destruy la desobediencia de y condescendencia de Eva, la seduccin, el cebo dulce
Eva y la muerte que deriva de Adn. Los cielos re- y al mismo tiempo amargo que le hizo perder la ca-
ciben la gruta excavada en la roca, el monte no cor- beza y engaar a su esposo, la desobediencia, la ex-
tado del cual, sin intervencin de mano humana, se
pulsin y la muerte. Este sepulcro elev a los cielos
desprendi una piedra que llen todo el orbe de la
el cuerpo mortal de Mara, la cual haba hecho bajar
tierra. del cielo a la tierra a nuestro Creador. Ella, en ver-
La cmara nupcial de la encarnacin del Verbo re-
dad, no estuvo sujeta a la sentencia que se pronunci
posa en un tlamo, que es su gloriossimo sepulcro, contra el que haba sido hecho a imagen de Dios: Tie-
desde el cual es conducida a la morada nupcial de los
rras eres y a la tierra volvers1 .
cielos, donde ha de reinar gloriosamente con su divi- Este sepulcro es ms precioso que el antiguo ta-
no Hijo; pero a los que moran sobre la tierra les deja
bernculo. Es la tienda espiritual y viviente, en la que
su tumba como un magnfico tlamo.
se hallan el candelabro del divino resplandor y la mesa
Puede su sepulcro llamarse tlamo nupcial? Cier-
en la que est depositada la vida, es decir, no los panes
tamente que s, y es en verdad el ms esplndido de
de la proposicin, sino el pan celestial; no el fuego
todos los tlamos, no por el relucir del oro, ni por la
material, sino el fuego espiritual de la divinidad.
brillantez de la plata, ni por el esplendor de las pie-
Este sepulcro es ms dichoso que el arca de Moi-
dras preciosas; no por el adorno de las colgaduras de
ss, pues no corresponde a sombras y figuras, sino a
seda, ni de tapices entretejidos de prpura y oro, sino
la indefectible verdad, ya que guard en su interior la
por el glorioso resplandor divino del Espritu Santsi-
autntica vasija de oro que contuvo el man celestial,
mo. Este tlamo no est destinado para los que en la
pues alberg en su seno aquella tabla viviente que es
tierra anhelan la unin de los cuerpos, sino que ofre-
el Verbo de Dios, de la misma sustancia del Padre y
ce a las almas santas unidas por los vnculos del Es-
encarnado por la fuerza poderosa del Espritu Santo.
pritu Santo, la vida ms excelente que imaginarse
La que fue depositada en este sepulcro es tambin el
pueda, aquella que transcurre en la presencia de Dios
incensario de oro, que llev dentro de s el carbn
y est toda llena de dulzura y suavidad.
encendido de la divinidad y llen toda la creacin con
Este sepulcro es ms hermoso y agradable que el
el buen olor de su perfume.
Edn. Y a fin de no deslucir 14 presente festividad ha-
BAC, Madrid 1964, p. 185). El presente sermn de San Juan Da- 7. Gn 3, 19.
masceno es tambin como un hermoso tejido de ttulos marianos.
208 JUAN DAMASCENO SOBRE LA DORMICIN III 209
Sea ensalzada Mara en su glorioso trnsito incontaminada y fuera transportado a los cielos. Era
necesario que, como en la fundicin del oro, la carne
3. Huyan 'os demonios; griten de espanto los mide Mara se liberara de la pesadez y oscuridad de los
serables nestorianos, como antiguamente los egipcios, seres mortales y se levantara del sepulcro envuelta en
junto con su capitoste el nuevo faran, tirano cruel y resplandores de pureza y de incorrupcin.
malvado. Han quedado sumergidos en el abismo de sus
blasfemias. Nosotros, en cambio, los que hemos sido
salvados, atravesando a pie enjuto el aborrecible mar de Muerte y asuncin
la impiedad, entonemos himnos de alabanza en honor
del glorioso trnsito de la Madre de Dios. La Iglesia, 4. El que es engendrado por el Padre, pero que no
como Mara la hermana de Moiss, tome en sus manos ha tenido comienzo en el tiempo, y que dio a Mara
el tmpano y entone un cntico de fiesta. Aparezcan las su primera existencia y su cuerpo mortal, hoy le con-
muchachas del nuevo Israel y al son de timbales dan- cede iniciar una nueva existencia. Algrate, oh santo y
cen a coro y griten con entusiasmo. Los reyes de la excelso monte de Sin, en el cual habit el que es monte
tierra, los jueces y prncipes, los jvenes y las donce- santo y viviente. Algrate, oh nueva Betel, en donde se
llas, los ancianos junto con los nios, canten todos fes- ungi aquella estela que es la naturaleza humana ungi-
tivas alabanzas a la Madre del Seor. Que las colecti- da con la divinidad. Desde tu cumbre, oh monte Sin,
vidades de la ms diversa expresin y los pueblos y desde tus olivares, el Hijo de la Virgen se ha elevado
razas que hablan las ms variadas lenguas, con gran ar- a lo ms alto de los cielos. Que se apresten todas las
mona entonen en su honor un cntico nuevo. Que el nubes para transportar por los aires, impulsadas por las
aire resuene al son de flautas y trompas espirituales y alas del viento, a los apstoles desde los confines de la
que brille el da de hoy con los resplandores de la nueva tierra hasta la ciudad de Sin. Quines son stos que
salvacin. / a modo de nubes o como guilas se dirigen volando
Alegraos, cielos, y que las nubes derramen jbilo y hacia el cuerpo que para todos ha sido causa de resu-
alegra. Saltad de gozo, oh divinos apstoles, corderos rreccin, y acuden a prestar sus servicios a la Madre
de la escogida grey del Seor, que sois como montes de Dios? Quin es sta que sube reluciente de blan-
excelsos y eminentsirios y que habis sido elevados a cura, toda hermosa y radiante como el sol?
altsimas contemplaciones. Tambin vosotros, pueblo Suenen las ctaras del Espritu; canten las lenguas de
santo, ovejas de Dios e hijos de la Iglesia, como coli- los apstoles; retumben los timbales de los preclaros
nas habis sido encumbrados, a imitacin de las ms telogos. Que Hieroteo, vaso de eleccin consagrado
altas montaas. Oh gran maravilla! Es posible que por el divino Espritu y que por su unin con Dios ha
haya muerto la fuente de la vida, la Madre del Seor? aprendido y experimentado las cosas divinas, abando-
Era preciso que lo que haba sido formado de la tiene lo que es propio de la existencia corporal y, si-
rra, volviera de nuevo a la tierra y que, mediante su guiendo libremente los impulsos del alma, entone unos
enterramiento, el cuerpo de la Virgen recibiera una vida cnticos de alabanza. Que todas las gentes aplaudan con
210 JUAN DAMASCENO
que va acompaada de los apstoles, quienes celebran

sus manos y alaben a la Madre de Dios. Que los n-
las exequias de este cuerpo que fue principio de la vida
geles presten servicio al cuerpo que se ha sometido a
y albergue del mismo Dios. Los ngeles, con su pre-
la muerte.
sencia espiritual e invisible, honran con gran respeto y
Hijas de Jerusaln, acompaad a la Reina y, como
prestan servicio a la Madre de su Seor. Llega tambin
vrgenes que andis en su compaa y poseis la ju-
el Seor que est en todas partes y que lo llena y abar-
ventud del espritu, seris conducidas a la presencia del
ca todo, sin estar delimitado por lugar alguno, pues
Esposo y estaris a la diestra del Seor. Desciende, des-
como Creador conserva y mantiene todas las cosas. He
ciende, oh Seor, para dar a tu Madre el premio que
aqu que la Virgen, hija de Adn y Madre de Dios, por
ha merecido por haberte criado. Extiende tus divinas
razn de Adn entrega su cuerpo a la tierra, y por
manos y recibe su alma maternal. T, que estando en
razn de su Hijo enva su alma hacia las mansiones ce-
la cruz, encomendaste tu espritu a las manos del Padre,
lestiales.
dirgete a ella con dulce susurro y dile: Ven, oh her-
Que la Ciudad Santa quede plenamente santificada
mosa y amada ma, que por tu virginidad sobrepasas
y que a sus bendiciones se aada la bendicin sempi-
en esplendor al mismo sol. T me hiciste partcipe de
terna. Que los ngeles vayan por delante de la comiti-
lo que era tuyo; ven ahora a gozar conmigo de todos
va en el traslado del divino tabernculo y que prepa-
mis bienes. Ven oh Madre hacia tu Hijo, para reinar
ren el sepulcro. Que el esplendor del Espritu Santo
con Aquel que, al nacer de ti comparti tu pobreza.
honre estas exequias. Que se apresten los perfumes para
Sal de este mundo, oh Seora. No te alejes a la mane-
ungir este cuerpo pursimo, que est inundado de de-
ra de Moiss; sube hacia arriba, acaba tu vida mortal.
liciosa fragancia. Que desde esta esclarecida fuente de
Somtete a la muerte y emprende de este modo la su-
bendiciones derive una incontaminada corriente de
bida. Entrega tu alma a las manos de tu Hijo 1 . De-
abundantes gracias y favores.
vuelve a la tierra lo que es terrenal pero que tambin
Algrese la tierra con la inhumacin de este cuer-
ser conducido contigo a lo alto.
po y exulte el aire con la subida a los cielos de esta
Levanta los ojos, oh pueblo de Dios; levntalos y
alma'. Que las brisas queden perfumadas con un suave
contempla en Sin el arca Seor Dios de los ejrcitos 4
roco y con una rebosante gracia. Que todas las crea-
turas celebren festivamente la Asuncin de la Madre de
Dios. Canten a coro los jvenes; entonen himnos de
S. La bajada de Cristo en busca de su Madre aparece en casi
alabanza las lenguas de los oradores; la inteligencia de
todos los relatos y sermones asuncionistas. El que se ha atribuido
al patriarca Modesto de Jerusaln (t 634) y que ciertamente es an- los sabios reflexione sobre este milagro; los ancianos de
terior a 'os panegricos del siglo VIII, se expresa as: La gloriosa
Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Redentor, corifeo de la vida
y de la inmortalidad, fue llamada por el mismo a la vida, unida
9. Fue santificado el aire con tu subida, como fue ilumina-
para siempre con el cuerpo y establecida en la incorruptibilidad por
da la tierra con tu parto (tropario bizantino, F. AGUIRRE, cit.,
l, que la hizo salir de la tumba y la tom consigo de un modo
1. c., p. 14).
que slo l conoce (PG 86, 3312).
212 JUAN DAMASCENO
venerables canas contemplen serenamente este misterio; enaltecida y entronizada en los cielos, para residir junto
todos los seres creados contribuyan a esta glorificacin a su Hijo por encima de todos los coros anglicos, sin
y participen de ella con plenitud. que exista ya separacin alguna entre la Madre y el
Hijo II .
Te he dedicado, oh Madre de Dios, este tercer ser-
La Madre unida para siempre a su Hijo mn acerca de tu glorioso trnsito, con gran reveren-
cia y amor a la Santsima Trinidad, en cuyo servicio,
5. Ea! pues, unmonos a la que emigra de este por designio del Padre y con el poder del Espritu
mundo y emigremos junto con ella. Con el deseo de Santo, llevaste en tu seno al Verbo encarnado, Sabidu-
nuestra alma bajemos junto con la que baja al sepul- ra y Fuerza divina. Acepta, oh Virgen, esta muestra de
cro. Situmonos alrededor de su sagrado lecho. Ento- mi afecto, a pesar de que la materia aqu tratada est
nemos sacros y melodiosos himnos, diciendo: Salve, t muy por encima de mis facultades. Concdeme la sal-
que eres el ms excelente brote de la tierra, que desde vacin, el dominio sobre las pasiones del espritu, la
antes de los siglos, por voluntad de Dios fuiste elegi- curacin de las dolencias del cuerpo, la liberacin de
da como receptculo del fuego divino. Salve, oh sacra- todo peligro, la paz y la tranquilidad en la vida, y la
tsima joya del Espritu Santo, fuente de agua viva, jar- iluminacin del Espritu Santo. Enciende en mi alma el
dn del rbol de la vida, sarmiento del que ha brotado amor a tu Hijo. Haz que nuestra vida le sea agrada-
el racimo divino, del cual proviene el nctar vivifican- ble, a fin de que obtengamos la bienaventuranza y, con-
te de origen celestial. Salve, oh ro colmado de la fra- templando la gloria de tu Hijo que en ti resplandece,
gancia del Espritu Santsimo; campo de la espiga divi- cantemos himnos sagrados y disfrutemos de la felici-
na; esplndida rosa de virginidad, aromatizada por la dad eterna, en la asamblea de aquellos que con el im-
gracia; lirio de regia vestimenta; oveja que das a luz al pulso del Espritu Santo rinden homenaje a Aquel que,
Cordero de Dios que quita el pecado del mundo; ta- por medio de ti, ha realizado nuestra salvacin, Cristo
ller de nuestra salvacin; sierva y a la vez Madre, ms verdadero Hijo de Dios, al cual sea la gloria y el poder,
excelsa que las anglicas potestades. junto con el Padre y el Espritu Santo, ahora y siem-
Venid y pongmonos en torno de su incontamina- pre y por los siglos de los siglos. Amn.
do sepulcro, desde el cual fluir para nosotros la di-
vina gracia. Llevemos en brazos espiritualmente el cuer-
po siempre virginal; entremos en la cmara del sepulcro
y que mueran en nosotros las pasiones del cuerpo, a
fin de que habitando junto a la Virgen, llevemos una 10. Los motivos que impulsaron a los telogos y predicadores
vida pura e incontaminada y podamos escuchar los a afirmar la muerte gloriosa y la asuncin en cuerpo y alma de la
Virgen, no fueron primordialmente de orden histrico, sino ms
gloriosos cnticos entonados por los labios espiritua-
bien de carcter teolgico. La maternidad divina y virginal es, en
les de los ngeles. Entremos a conocer y venerar el efecto, el fundamento de la incorrupcin, de la resurreccin antici-
misterio extraordinario de Mara, que ha sido elevada, pada y de la asuncin en cuerpo y alma de la Madre de Dios.
NDICE BBLICO
Gnesis 3, lss.: 136.

1, 5: 97. 3, 5: 72.
1, 7-8: 77. 3, 14: 23.
1, 26-27: 56. 10, 21ss.: 97.
1, 27: 77. 14, 27: 96.
2, 6: 81 14, 27-31: 96.
2, 7: 90, 92. 15, 20: 193.
2, 8: 78. 16, 4ss.: 96.
2, 16: 80. 16, 25-30: 96.
2, 22: 89. 17, Sss.: 96.
2, 25: 60. 19, 18ss.: 27.
3, 3: 80. 20, 7: 53.
3, 7: 61. 20, 12: 146
3, 7-8: 80. 20. 13: 53.
3, 16: 117, 118. 20, 15: 53.
3, 17-19: 61. 20, 17: 53.
3, 19: 61, 88, 90, 33, 22: 22.
207. 33, 23: 27.
/ 3, 21: 61.
3, 22: 78, 172. Levtico
8, 8-12: 170. 26, 11-12: 69.
18, 6: 95, 154.
18, 20: 94. Deuteronomio
21, 1-7: 94. 4, 24: 69.
22, lss.: 94. 4, 34: 131.
28, 12: 121. 5, 6-10: 46.
28, 12-22: 155. 5, 17: 53.
37, l9ss.: 95. 5, 18: 53.
39, 20ss.: 95. 5, 19: 53.
49, 9: 107. 5, 20: 53.
6, 5: 53.
xodo 18, 15: 23.
2, 3ss.: 96. 19, 15: 35.
216 NDICE BBLICO INDICE BIBLrCO 217
21, 23: 46. 19 (18), 6: 121. 118 (117), 22: 65. Isaas
28, 66: 93. 22 (21), 19: 94. 118 (117), 26-27: 124 3, 10-11: 92.
148. 119 (118), 103: 134. 6, 3: 55, 135.
23 (22), 2: 4
Josu 23 (22), 3: 148. 119 (118), 105: 134. 6, 6: 102.

3, 3-17: 162. 24 (23), 7-8: 90. 128 (127), 3: 131. 6, 6-7: 135.
6, 20: 193. 24 (23), 7-9: 90. 134 (133), 1: 190. 6, 10: 89,
24 (23), 7-10: 123. 136 (135), 12: 131. 7, 14: 156.
Jueces 24 (23), 10: 174. 7,17: 123.
6, 36-40: 155. 25 (24), 15: 133. Proverbios 9, 1: 91.
31 (30), 13: 3, 34: 68. 9, 5: 91, 124.
106.
1 Samuel 33 (32), 6: 32. 10, 7: 139. 9, 6: 137.
2, 30: 204. 34 (33), 22: 174. 11, 1: 120.
36 (35), 7: 38. Eclesiasts 26, 10: 34.
2 Samuel 45 (44), 14: 132. 1, 9 118, 135. 27, 1: 91.
24, 2: 30. 46 (45), 5: 134, 162. 3, 1-8: 48. 35, 1: 132.
6, 14: 194. 23. 11, 2: 36. 35, 3: 134.
47 (46), 7:
24, 6-7: 30. 49 (48), 13: 61, 171. 48, 22: 21.
52 (51), 10: 133. Cantar de los Cantares 49, 9: 74.
1 Reyes 65 (64), 5-6: 162. 1, 2: 69, 134. 50, 6: 92.
8, 1-8: 187. 68 (67), 16-17: 127, 162. 1, 2-3: 160. 52, 7: 66, 93.
68 (67), 18: 127, 1, 3: 109. 53, 1: 93
2 Reyes 72 (71), 10: 175. 1, 4: 134. 53, 7: 58, 88, 93.
2, 1-14: 160. 77 (76), 11: 46. 2, 1-2: 126, 160. 54, 1: 124.
21, 11: 26. 80 (79), 2: 88. 2, 3: 159. 55, 1: 195.
80 (79), 9: 64. 2, 5: 69. 60, 3: 175.
2 Crnicas 2, 10-11: 184. 61, 1: 74, 123.
80 (79), 12: 64.
5, 1-9: 187. 80 (79), 14: 64. 3, 4: 134. 62, 5: 132.
140. 3, 6: 160. 63, 9: 124.
86 (85), 3:
Job 87 (86), 7: 67. 4, 7: 134, 184. 64, 3: 47, 81.
20, 20: 91. 88 (87), 7: 95 4, 10: 184. 65, 2: 89.
89 (88), 13: 25. , 5, 3: 171. 66, 1: 152.
Salmos 89 (88), 27: 40. 6, 9: 153.
1, L 100. 89 (88), 28: 40. 6, 10: 160. Jeremas
1, 3: 133. 96 (95), 11: 120, 123. 23, 24: 152.
2, 1-2: 100. 104 (103), 15: 204. Sabidura
2, 7: 122. 105 (104), 11: 64. 1, 13: 80. Baruc
8, 6: 135. 106 (105), 2: 71. 3, 1: 146. 3, 38: 121.
12 (11), 6: 108. 107 (106), 16: 90. 6, 8: 110.
14 (13), 2-3: 149. 114 (113-A), 4: 127. Ezequiel
18 (17), 16: 90. 115 (114), 15: 139. Eclesistico 2: 33'
19 (18), 5: 66. 116 (115), 15: 174. 11, 28: 161. 3 33.
218 219
NDICE BBLICO INDICE BBLICO
42, 2: 134. 5, 44: 21, 33ss.: 105. 15, 19: 58.

44, 1-2: 156. 5, 45: 65. 15, 33: 97
54 21, 41:
44, 3: 123. 53. 15, 42-43: 100.
5, 48: 36, 54. 22, 37:
64. 15, 44: 101.
1: 54. 23 32:
Daniel 99. 15, 46: 74, 102.
7, 16: 124. 23, 38:
2, 34: 104,127,156. 7, 16-17: 100. 24, 28: 178.
2, 45: 127. 7, 24: 24, 30: 33. Lucas
86. 126.
7, 13: 33. 8, 20: 25, 1-13: 112. 1, 5:
33, 58. 117,118,135,
14, 32-38: 106. 9, 13: 25, 12: 112. 1, 28:
113. 138,150,153,
9, 18-26: 30. 25, 14-30: 109.
Oseas io, 16: 66. 25, 24-30: 147.
137.
1, 2: 130. 12, 18: 25, 34: 111. 1, 29:
131. 151.
1, 9: 131. 26, 39: 86. 1, 29-30:
12, 29: 91, 121.
4, 12: 130. 71. 1, 31: 151.
12, 40: 97. 26, 41:
6, 6: 26, 69-75: 109. 1, 34: 122, 151.
113. 12, 41-44: 142.
58. 1 35: 152.
13, 16-17: 29. 27, 30:
Ams 89, 97. 1, 38: 152.
13, 55: 121. 27, 45:
2, 13: 132. 88. 1, 42: 132, 138.
14, 1-2: 31. 27, 48:
8, 9: 97. 27, 50: 102. 1, 43: 153.
16, 13: 30. 137,153, 161.
16, 14: 27, 51: 89. 1, 48:
30. 91.
Jonas 27, 52-53: 89. 1, 78-79:
16, 15-16: 31.
3, 4: 105. 27, 57-58: 100. 2, 49: 190.
16, 16: 23, 33. 91, 123.
16, 17: 27, 59: 74. 4, 18:
31. 54
Zacaras 16, 18: 27, 60: 74, 102. 6, 30:
32. 54.
6, 12: 123. 16, 28: 27, 62: 104. 6, 37:
33. 122.
14, 6-7: 98. 17, 1: 27, 63: 105. 8, 8:
26, 35. 30.
17, 2: 27, 64: 106. 8, 40-56:
41, 42, 44. 35
Mateo 17, 4:
/
27, 65-66: 107. 9, 28:
47. 47, 49.
1, 21: 151. 17, 5: 28, 1: 98. 9, 33:
27, 46, 49 46, 49.
1, 23: 123. ' ', 34:
51 131 51.
3, 17: 131. 17, 9: Marcos 9, 35:
52: 52.
5, 4: 54. 17, 17: 3, 17: 37. 9, 36:
63. 109.
5, 8: 72. 18, 12: 5, 21-43: 30. 12, 36:
121, 122. 110.
5, 11-12: 114, 115. 19, 30: 129. 9 ' 1: 35. 12, 48:
5, 21: 9, 2: 26, 41. 15, 23: 176.
53. 20, 23: 37.
47. 16, 9: 110.
5, 24: 53. 21, 1-7: ss. 9, 5:
39.
5, 27: 53. 21, 18: '), 6: 49. 17, 21:
60. 101.
5, 28: 53. 21, 18-19: 60. 9, 7: 27, 46, 49, 18, 185s.:
5, 33: 53. 51. 20, 17-18: 65.
21, 19: 62. 142.
5, 37: 53. 21, 23: 9, 9: 52. 21, 1-4:
62, 63. 48, 74, 103.
5, 39: 58. 21, 28: 66. 9 37: 52. 23, 43:
220 NDICE BBLICO
NDICE BBLICO 221
23, 44: 97. 19, 15: 100. 7, 31: 115. 2, 9: 154.

23, 46: 89. 19, 25-27: 177. 10, 1-4: 29. 2, 10-11: 103.
23, 50-52: 100. 19, 34 89. 10, 4: 22, 104. 3, 20: 22.
23, 53: 74. 19, 38: 10, 18: 127.
100.
19, 40-42: 102. 13, 1: 71. Colosenses
Juan 20, 17: 83. 13, lss.: 38. 1, lO: 121.
1, 1: 37. 20, 22: 76. 13, 12: 93. 1, 15: 119, 136.
1, 5: 99. 20, 28: 176. 15, 6: 179. 1, 17: 119.
1, 9: 105. 20, 40: 74. 15, 21: 86. 1, 18: 101.
1, 12: 88. 20, 41: 74. 15, 21-22: 108. 1, 21: 116.
1, 14: 24, 82. 21, 22: 33. 15, 28: 52. 2, 9: 82, 120.
1, 18: 46, 83. 15, 53: 157. 3, 5: 193.
1, 29: 176. Hechos de los Apstoles 15, 56: 174.
2, 9: 59. 1, 12-14: 177. 1 Tesalonicenses
3, 13: 83. 2, 1-21: 177. 2 Corintios 4 17 47
3, 14: 33. 7, 52: 63. 1, 18: 50.
3, 16: 59, 73. 12, 1: 37. 3, 7: 50.
5, 4: 136. 17, 28: 47. 5, 4 101.
6. 22.
5, 44: 68. 17, 34: 12, 2: 160.
199. 6 ' 16 131
12, 4: 120.
.
6, 48: 36, 154.

8, 40: 84. Romanos 13, 1: 35.
13, 4: 93. Tito
8, 48: 59. 4, 17: 152
10, 7: 2, 14: 66.
123. 5, 12: 108 129. 1
10, 17: 101. 5, 12ss.: 86, 88. Glatas

3 13: 87. Hebreos
10, 30: 83. 5, 20: 108, 130.
3,27: 94. 1, 1: 81.
10, 38: 64. 8, 29: 40, 136.
11, lss.: 4 150. 1, 2: 129.
90. 9, 25: 131
11, 1-14: 4, 26: 162, 175. 1, 3: 40, 52, 93,
63. 10, 18: 66. 153, 180, 187.
12, 24: 119. 11, 33: 59 152.
12, 26: Efesios 1, 6: 120.
174. 12, 1: 67.
12, 31: 1, 26: 73. 1, 14: 137.
107. 12, 12: 115.
12, 32: 2, 18: 123. 2, 14: 136.
107. 14, 9: 26
14, 1: 5: 50. 4, 13: 110.
114.
4, 15: 87.
.
14, 6: 174. 1 Corintios 4, 10: 83.

14, 9: 14: 74 6, 20: 187.
84. 1, 17ss.: 75. ,
14, 16: 7, 12: 126.

114. 1, 24: 105.
14, 21: Filipenses 10, 1: 50.
114. 2, 7: 33, 74, 135.
14, 26: 36. 2, 8: 105. 2, 5: 116.
15, 1: 176. 2, 9: 2, 6-7: 28. Santiago
47, 81.
15, 13: 57. 2, 10: 23, 32. 2, 6-8: 58, 92. 2, 13: 113,
16, 33: 48. 5, 7: 2, 8: 59. 4, 6: 68.
74.
222 I NDICE BIBLICO
1 Pedro 1 Juan
2, 6: 65. 4, 3: 114. NDICE DE NOMBRES Y MATERIAS
2, 9: 113.
2, 10: 131. Apocalipsis
2, 23: 58. 4, 6-9: 187.
3, 19: 74. 22, 2: 133.
4, 6: 74.
2 Pedro
1, 34: Abraham: 94, 112, 128, 154. Arca de la Alianza: 169, 186,
74.
Acfalos: 120. 187, 193, 194, 205, 210.
Adn: 48, 49, 60, 61, 74, 79, Arca de No: 94
80, 82, 88, 89, 90, 108, 126, Arcngeles: 159, 170, 195.
144, 153, 170, 172, 173, Artajerjes: 141.
181, 206, 211. Assaf de Petra: 205.
Agustn (san): 126. Asirios: 91.
Amalec: 96. Atanasio: 186.
Ana: 118, 119, 124, 125, 128, Autor de la envidia (diablo): 79.
131, 132,137, 138, 148, 149.
Analoga de la fe: 15 Bagatti: 16.
Andrs (apstol): 35. Bautismo: 25, 37, 67, 94.
Andrs de Creta (san): 140, Belleza: 48.
155, 163, 174. Bersab: 30.
ngeles: 38, 42, 52, 54, 65, Betel: 209.
67, 96, 126, 127, 128, 135, Beato Anglico: 189.
146, 150, 153, 155, 156, Bienaventuranza eterna: 149.
158, 159, 162, 163, 170, Blakernes: 176, 196, 199.
174, 179, 185, 186, 187, Bodas divinas: 111.
188, 193, 194, 195, 197, Boyer, J. M?: 147.
210, 211, 212. Buena nueva: 66, 93.
Aguirre, F.: 158, 161, 162, 175,
211. Caifs: 188,
Alejandro Teodosio: 146. Calcedonia: 8, 196.
Anticristo: 114. Cliz de la muerte (de Cristo):
Antigua Alianza: 22. 59.
Apcrifos: 13. Carel: 205.
Apolinar: 57. Caridad: 29, 35, 38.
Apstata: 91. Carismas: 134.
Apstoles: 10, 17, 22, 26, 33, Casa del Padre (Templo): 62.
34, 35, 37, 45, 52, 66, 108, Ciencia: 31, 33, 37.
146, 147, 156, 161, 175, Ciudad de Dios (Mara): 139,
189, 197, 208, 209, 211. 140, 205.
224 t NDICE DE NOMBRES Y MATERIAS INDICE DE NOMBRES Y MATERIAS 225
Ciudad de refugio: 195. Espritus malignos: 46. Gregorio de Nisa: 78. Jeric: 193.
Constantinopla: 176, 196. Espritu Santo: 21, 25, 26, 29, Gregorio Nacianceno: 36, 72, Jernimo (San): 15, 156.
Contemplacin: 148, 208. 31, 32, 35, 46, 49, 51, 52, 78, 80, 82, 124. Joaqun: 13, 119, 124, 125, 128,
Contradicciones (no existen en 53, 54, 55, 68, 69, 75, 76, Guardianes del infierno: 90. 131, 132, 136, 138, 148.
los evangelios): 35-36. 78, 82, 84, 103, 111, 116, Gumbinger, C.: 205. Jons: 105.
Conversin:56 120, 122, 127, 132, 134, Guyter de, W.: 18. Jordn: 25.
Cruz: 88, 94, 96, 97, 99. 135, 138, 142, 143, 151, Jos de Arimatea: 100.
Custodio de la Iglesia (Pedro): 159, 171, 173, 179, 180, Habacuc: 106. Jos (esposo de Mara): 128,
32. 183, 186, 190, 201, 206, Harina: 95. 150.
Custodio de la virginidad de 207, 211. 212. 213. Hebreos: 78, 102. Jos (hijo de Jacob): 95.
Mara (Jos): 150. Eva: 60, 88, 108, 117, 118, 129, Herejes: 32, 44. Joya de virginidad (Mara):
173, 206, 207. Hermn: 25. 124.
Damasco: 4. Ezequiel: 156. Herodes: 31. Juan Bautista: 25, 31, 63.
Dan: 30. Hieroteo: 198, 209. Juan Evangelista: 23, 33, 37,
Daniel: 106. Faran: 96, 131, 208. Hija de Adn (Mara): 126, 177.
David: 23, 25, 30, 40, 93, 100, Felicidad eterna: 213. 211. Juan (patriarca de Jerusaln):
122, 126, 132, 139, 140, Fidelidad a Cristo: 213. Hijo del trueno (Juan Evan- 5.
170, 194. Flor del campo (Mara): 160. gelista): 37 Judas Iscariote: 34.
Deicidas: 88, 107. Fuente de justicia (Mara): 139. Himnos: 162, 180, 197, 198, Judos: 99, 126.
Demonios: 99. 199, 212. Juvenal: 197, 199.
Dioses: 117. Gabriel arcngel: 150, 194. Historia Eutimaca: 196.
Denzinger: 59 Gnero humano: 58, 62, 94, Honores fnebres: 147. Len XIII: 7.
Dispensadora de gracias (Mara): 117, 121, 142, 173. Lzaro: 63, 90.
199. Gentiles: 64, 66, 94, 117, 127, Iconoclasta: 7. Lev: 126.
Divinizacin (del hombre): 133. 147. Idlatras: 105. Leviatn: 90, 91.
Dominaciones (anglicas): 170. Germn de Constantinopla Iglesia: 65. Ley: 176.
(san): 145, 154, 159, 170, Imagen divina: 28, 40, 56, 77. Libertadora (Mara): 181, 194.
Eclipse: 97. 196. Incredulidad: 63, 68, 110. Libre albedro: 82.
Edn: 28, 78, 153, 170, 187, Getseman: 15, 17, 186 189, Infiernos: 48, 111, 115, 145, Lirio entre espinas (Mara):
206. 197. 173, 174. 126.
feso: 198. Gordillo, M.: 183. Inmaculada Concepcin: 13. Lobos: 66.
Efrn (san): 123. Gozo (Mara fuente del gozo Inventor del mal (diablo): 79. Lucas: 35, 49.
Egeria: 15. unniversal): 117, 194, 196. Isaac: 94, 95. Luz (Mara fuente de la luz):
Egipcios: 97. Gracia: 28, 29, 30, 31, 55, 60, Isaas: 92, 123, 155. 203.
Egipto: 63, 131. 62, 68, 78, 80, 109, 118, Israel (Antiguo Testamento):
Elas: 23, 26, 44, 46, 49, 50, 119, 127, 130, 132, 135, 50, 88, 96, 127. Madre de Dios: 124, 126, 127
52, 160, 179. 136, 137, 138, 142, 145, Israel espiritual (la Iglesia): 46, 130, 132, 136, 138, 142,
Elocuencia de los griegos: 29. 148, 149, 150, 151, 158, 127. 149, 162, 164, 165, 167,
Epifanio: 156, 163, 179, 185. 159, 163, 164, 171, 172, 168, 169, 172, 173, 174,
Escala de Jacob: 121, 155, 205. 183, 193, 194, 195, 199, Jardn espiritual (Mara): 206. 175, 177, 203, 209, 211,
Espritu de vida: 28. 200, 212. Jeremas: 30. 213.
226 I NDICE DE NOMBRES Y MATERIAS
NDICE DE NOMBRES Y MATERIAS 227
Madre de la gloria (Mara): Pascua: 176.

Sabec: 95. Templo celeste: 169.
170. Pecado original: 60-61.
Sacerdotes: 65, 150, 162. Templo del Espritu Santo: 69.
Madre del Verbo: 118, 169. Pedro (San): 23, 31, 32, 37, 47,
Sacrificio de Cristo: 176. Templo de Jerusaln: 62, 89,
Man: 96, 128, 154, 176. 48, 109, 198.
Salomn: 36, 48, 139. 99, 150.
Marciano: 196. Perfumes: 109, 160, 164, 196,
Samaritano: 58. Telogo (Juan Evangelista): 156.
Marcos: 35, 49. 198.
Senedrn: 100. Tesoro de santidad (Mara):
Mar de gracia (Mara): 194. Piedra angular (Cristo): 64,
Santiago el Mayor: 37. 139.
Mar Saba (laura): 7. 104, 127, 156.
Santiago el hermano del Seor: Timoteo: 198.
Mar Rojo: 131. Piedra de la vida (Cristo): 30.
198. Toms apstol: 176.
Mara (hermana de Moiss): Pio XII: 14.
Seis (nmero perfecto): 36. Trinidad: 21, 35, 86, 90, 135,
193, 208. Poder de las tinieblas: 45.
Santos: 50, 174. 213.
Mateo: 35. Predicacin apostlica: 178.
Santos de, A,: 182. Trisagio: 135.
Martn 1: 59. - Preexistencia de las almas: 78.
Serafines: 55, 102, 127, 134, Tronos: 160, 170.
Medicina (Mara): 194. Prenda de salvacin (Mara):
Microcosmos: 51. 135, 160, 170.
138. Unin hiposttica: 24, 28, 39,
Milagros: 31, 39, 87. Serpiente: 79.
Preocupaciones de la vida: 60. 41, 50, 95, 103.
Mirforas: 12. Sina: 27, 72, 127.
Presentacin de Mara en e!
Modesto de Jerusaln: 210. Snodo primero: 30.
templo: 150.
Sin: 175, 176, 177, 186. Velo del templo: 89.
Moiss: 22, 26, 40, 44, 49, 50, Primado de Pedro: 32.
Sol de Justicia (Cristo): 28, 38, Vestidura de incorrupcin: 61.
52, 62, 63, 93, 96, 97, 128, Primeros padres: 172-173.
42. Vctima viviente: 67.
136, 207. Prncipe de los pastores (Jess):
Soledad y plegaria: 38. Via del Seor (Israel e Iglesia):
49.
63, 64, 66, 105.
Naturaleza humana: 40, 62. Probtica: 13, 127, 136, 137.
Tabernculo: 49, 54, 128, 140, Virginidad de Mara: 124, 125,
Nestorianos: 120. Progenitor divino (David): 93,
154, 156, 158, 170. 126, 137, 150, 151, 153,
Nestorio: 124. 122, 139, 170.
Tablas de la ley: 127. 156, 158, 169, 184, 190,
No: 94. Providencia: 31.
Tabor: 22, 25, 26, 37, 41, 43, 198, 200, 210, 212.
Nmeros perfectos: 36 Pseudo Dionisio Areopagita:
48. Virtudes celestiales: 170.
37, 198.
Ocho (simbolismo): 36. Taller de la encarnacin (Mara):
Puerta oriental: 122, 134, 205, Zarza de Moiss: 154.
Orgenes: 78. Pulqueria: 196, 197. 145.
Ortodoxos: 138.
Oveja perdida: 56. Querubines: 160, 170.
Pablo (San): 50, 120, 160. Rebao de Cristo: 136.

Palestina: 196. Reina y Madre: 141.
Paloma (Mara): 170. Reinas (almas justas): 153.
Pan de vida: 205. Reino de Dios: 39, 100.
Pneas: 30. Rosa (Mara): 126.
Panegrico: 167.
Parbolas: 60, 65. Sbado Santo: 12.
Parasceve: 96, 102. Sbana: 102.
NDICE GENERAL
INTRODUCCIN . 5
San Juan Damasceno ............................................ 5
Homilas cristolgicas .......................................... 8
La Natividad de Mara ........................................ 13
La Dormicin de Nuestra Seora ..................... 14
Juan Damasceno
HOMILAS CRISTOLGICAS Y MARIANAS
Homila sobre la Transfiguracin ....................... 21

Homila sobre la higuera estril ......................... 55
Homila sobre el Sbado Santo .......................... 71
Homila sobre la Natividad de Mara .............. 117
Primera homila sobre la Dormicin .................. 139
Segunda homila sobre la Dormicin ............... 167
Tercera homila sobre la Dormicin ................. 203
NDICE BBLICO .......................................................... 215

NDICE DE NOMBRES Y MATERIAS ......................... 223

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Juan Damasceno

Editorial Ciudad Nueva

San Juan Damasceno

La figura de san Juan Damasceno, que puede con-

Homilas Cristo lgicas cesible, potencia ilimitada, mar inmenso de bondad 1 .

cuyo inicio encontramos las palabras del salmo 46:

14. Ibid. 2, p. 23.

que por toda la tierra se ha difundido su voz y hasta La Natividad de Mara

los seres a alegrarse por el triunfo de Mara y a unirse

La presente traduccin castellana de las Homilas

SERMN DEL BIENAVENTURADO JUAN DAMASCENO

Venid, aclamemos al Seor

1. nimo, oh piadosa asamblea, solemnicemos la

1. Cf. Is 48, 22.

22. cf. 1 co io, 1-4.

35. Cf. Mt 16, 16.

64. Cf. Di 5, 6-10.

netraba en la oscuridad, lo cual hace referencia a la Este es mi Hijo amado

1. Cf. Mt 21, 1-7.

Efectivament e , cuando el Seor vio que el hombre,

12. Cf. Jn 8, 48.

de delicias y morando en una cmara regia, se ha ga- o

Exhortacin a la Iglesia esposa de Cristo No admitas ningn otro esposo en el tlamo de tu

48. La esposa de Cristo es la Iglesia, y, por estar integrada en

HOMILA SOBRE EL SBADO SANTO

HOMILA DEL HUMILDE MONJE Y PRESBTERO

Los limpios de corazn vern a Dios

1. Quin anunciar las 1 proezas del Seor y dar a

1. Sal 106 (105), 2.

temor y el amor de Dios, y no es posible recibir la ilu- Se manifiesta el amor de Dios

20. Cf. Jn 20, 22. 23.Ibid. PG 94, 793-798 y 801-804.

cre el alma con su soplo divino y vivificante, o sea, La serpiente antigua

31. Gn 2, 16; 3, 3. 12. Por eso Cristo es perfecto Dios, ya que en l

habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente39 ,

El Hijo consustancial con el Padre

39. Col 2, 9. 43. Jo 1, 18.

Quien ve al Hijo, ve tambin al Padre

El Hijo del hombre tad natural y libre instaurara la obediencia al Creador,

56. cf. De la fe ortodoxa III, 27, PG 94, 1095-1098.

Se humill para exaltarnos cian la buena nueva de la paz 91 . A nosotros se ha re-

110. Cf. Ex 2, 3ss.

124. Alude a la destruccin de Jerusaln por los romanos en

Jos de Arimatea y meditndola constantemente tanto de da como de

132. Se descubre una actitud contrapuesta a la del joven rico

143. Cf. 1 Co 10, 4. 146. Cf. Mt 21, 33ss.

152. Mt 27, 64. 156. Mt 27, 65-66.

dos de la corrupcin, recibiremos el don de la vida y Habr un juicio

Sacudmonos el yugo de las pasiones HOMILA SOBRE LA NATIVIDAD

187. Ftp 2, 5. Gn 3, 16.

8. Sal 96 (95), II.

Te am, y por haberte amado, te predestin. Y, al lle-

Mara templo santo de la Trinidad

89. cf. col 1, 15.

PRIMERA HOMILA SOBRE LA DORMICIN

12. Oh sagrada pareja, Joaqun y Ana, acoged be-

13. Tambin san Germn de Constantinopla se sirve de esta

tan manifiesta y tan clara, que no puede en modo al-

Los padres de la Virgen gracia, a fin de apartar de su mente toda insensatez y

niente, en efecto, que ya en su nacimiento se mostra-

Simbologa mariana del Antiguo Testamento Bienaventurada por generaciones y generaciones, t