Pgs.

PROLOGO A ESTA EDICION 11

AGRADECIMIENTOS 17

PROLOGO 19

SOBRE EL AUTOR 21
INTRODUCTION 23
I. LUGARES MISTERIOSOS 27

Las Hurdes: Luces que matan 31

Ochate: El pueblo maldito 55

Las caras de Belmez y la Operaci6n

Tridente 75

II. OVNIS: PELIGRO DE MUERTE 109

E1 Nino de Tordesillas 113

El desastre de Torrejoncillo 129

Policas espaoles ante un ser de cuatro

metros 145

III. SERES EXTRANOS 159

El Hombre-Pez de Lierganes 163

Lo que Von Daniken olvido en

Extremadura 177

El ao de los humanoides 189

IV. CONTACTO CON OTRA

REALIDAD 213

Materiales de otros mundos? 219

Mensajes asesinos 241

1tJ.v'

V. DESAPARICIONES Y
APAR1CIONES INEXPLICABLES ..
261

La Desaparicin de Somosierra 265

F o r Iker Jimnez

El cadaver de Boisaca 277

VI. LOS EXPEDIENtES X DEL
EJRCITO ESPANOL 293

Al obsenur la naturaleza, nada de lo

que consideramos

imposible me parece improbable.

Cinco das de enero 297

PLINIO EL VIEJO

Los expedientes ocultos del Ejrcito del

Aire 319

Lo verdadero puede no ser a veces

verosmil.

LA AVENTURA CONTINA 349

N. BOILEAU

UNA NOCHE DE NOVIEMBRE

mantuve una entrevista con un sacer-

dote. El, exorcista oficial de la Iglesia

catolica, y yo, periodis-

ta -obrecogido ante la mirada de las

gargolas que nos vigila-

ban desde el corazon del barrio gotico,

conversamos durante una

hora. Fue suficiente para estremecerme

de arriba abajo. Con voz

pausada, estirado el alzacuellos y

eristalinas las pequenas gafas, me
conto la historia de u n o de los casos q
u e tuvo que atender, autori-

zado por su Ilustrisima. Fue el de una

niaa de unos nueve anos que

viva en una barriada obrera de casas

bajas a las afueras de la ciudad,

all donde las calles acaban siendo

devoradas por el campo. Tambin

ocurri al oscurecer del otoo.

La intervention se habia aprobado al

comprobarse en un infor-

me previo la sobrenaturalidad de
algunos hechos ocurridos en aquel
cuarto infantil. Al poner sobre la mesilla
el Rituale Romanum, el

codigo del siglo XII por el cual la curia

imparte paso a paso el ritual

de expulsion del mal, la pequena se giro

y la risa le cambio c o m o

por arte de magia. Su cara se torcio

como una L deformandose y

creando una mueca en la que los ojos se

volvieron tan blancos como

las sabanas. Intentando apartar la mirada

de aquel ser, el exorcista

ENIGMAS SIN RESOLVER

I 1 ENIGMAS SIN RESOLVER

i'i

oy algo que le hizo temblar. Una voz de

hombre hablo por aquella

por dentro horadando el suelo provistos

de algn tipo de maqui-

boca tan pequea en perfecto y

comprensible latn... un sonido

naria incomprensible. La Guardia Civil,

rodilla en tierra, despejaba

bronco, quejumbroso, como de otro

tiempo y otro espacio, que le
algunas dudas. Aquellas huellas eran
sencillamente imposibles. No

responda con fuerza e insolencia.

Durante siete minutos el dilogo

estaban realizadas por mano del hombre

ni por animales o enseres

se mantuvo en aquella desvencijada

habitacin con frases ntidas y

de labranza. Una vez ms, haba llegado

tarde por muy poco. Entre-

perfectas. Solo haba una nia tendida

en el camastro, pero su voz

viste a los protagonistas, recorr el

lugar, me hice con los informes

se identificaba como un reo condenado a

muerte haca 2.000 aos.

oficiales y tom muestras. Quiz la

prxima ocasin podra obser-

A la espalda de mi informante varios

platos cayeron de la enci-

var aquel prodigio? Quiz un da

podra decir a mis lectores yo tam-

mera, la cama rebrinc y el cable de la

bombilla dio varias vueltas

bin lo vi?...
enroscndose como una serpiente de
metal desafiando a la gravedad.

Los dos libros que c o m p o n e n

Enigmas sin resolvery q u e ahora

Esa noche, mi confidente, el sacerdote,

se enfrent cara a cara

tiene entre sus manos en este tomo

especial de su vigsima edicin,

con lo invisible en aquella casa de

proteccin oficial. Fue su primer

estn escritos con el mismo asombro con

el que yo escuchaba estas

encuentro con lo imposible.

ltimas historias. Asombro puro ante
cosas q u e ocurren y que, por

Desde aquel momento, y me lo deca

arrimndose a la vieja estu-

lo general, jams se cuentan. Sucesos q

u e casi siempre acaban devo-

fa con gesto de preocupacin, ya nada

volvera a ser igual. La con-

rados por ese monstruo infame y amorfo

del silencio.

cepcin de las cosas, de la vida, del

enigma que nos rodea, haba

Estas pginas que ahora vienen nacieron

con la vocacin de un

cambiado. Marcado por el misterio, este

hombre, como tantos otros,

p e q u e o San Jorge enfrentndose a

ese dragn del conformismo

se confes cambiando el rol habitual con

este reportero.

q u e a veces todo lo invade. Intil la

batalla? No lo creo.

Exactamente seis meses despus, cuando

despuntaba mayo de

Fue este un trabajo largo y prdigo en

kilmetros, sustos y ha-
2001, viajaba a toda velocidad hacia
tierras de Salamanca. La noticia

llazgos. Para llegar al fondo de los

treinta casos h u b o que hacer

parta de un miembro de la Guardia

Civil que me alertaba con un

muchas cosas. Algunas de ellas

inconfesables. Y es que muy equi-

flash de tres frases:

vocados estn quienes piensan que la

informacin por la q u e ms

adelante irn sumergindose es de fcil

acceso. Si algo he aprendi-
 Acaban de verse ovnis. Estamos
investigando. Hay decenas

do en estos aos de reporterismo a

tumba abierta es que todos los

de huellas y testigos.

casos realmente importantes hay que

extraerlos con paciencia, en-

frentndose a las ms diversas barreras

de silencio y con el duro

No es difcil imaginarse mi estado. Salt

como un resorte a las

sacacorchos de la constancia. Nunca el

testigo menos an si ocupa
carreteras y sobre la misma linde con
Portugal asist a una de esas

cargo de relevancia dentro de nuestra

sociedad civil o militar va a

escenas impagables. El misterio se

haba posado all mismo, mar-

declarar alegremente. Quiz por eso los

peridicos ya no informan

cando a fuego la dehesa con ochenta

marcas donde caba el puo.

de esta otra realidad q u e interesa e

intriga. La dificultad que entraa

La polica cientfica investigaba y yo

asist a los interrogatorios gra-

la pesquisa y la mentalidad funcionarial

de muchos integrantes de los

badora en mano, con la fascinacin sin

borrarse de mi rostro. Los

medios de comunicacin, hacen que

aquellos reportajes sensacio-

testigos, a u n q u e ellos no lo haban

querido, ya estaban atrapados

nales con enviado especial en el lugar

de los hechos habituales en

por el misterio. Para siempre. Uno de

ellos, militar extranjero de alta
algunos rotativos de los setenta como
Pueblo o La Gaceta del Norte

graduacin, tena miedo al volver a

pasar por el terreno en el que las

sean ya solo un recuerdo. Un eco de

valientes que perseguan la

gigantescas luces haban aparecido

veinticuatro horas antes. A solas

noticia hasta sus ltimas consecuencias

y a los que las modernas tec-

me confirm cmo se le haban

aproximado al coche iluminndolo

nologas conjuntadas con el

sedentarismo del gremio han rele-

I I I Mi ,\l \'. M \ Kl M M \ I i;

' I ' ' -I i > i \ I [ \ I I i h h ' I i

gado al olvido. Un olvido injusto que. a

mi modo, he intentado rom

(con ellos, con los testigos, aprend

muchas cosas y me reafirme

per con estas andanzas solitarias d o n d

e el buscador se siente impo-

en otras con tanta fe que estoy seguro

de que cuando usted, amigo

tente y a la vez fascinado ante lo que

descubre.

lector; este leyendo estas ultimas

letras, yo me encontrar rodando

Las evidencias, efectivamente, son muy

pocas..., pero una de

en busca de micros misterios,

emocionado al entablar dilogo con

ellas, tan importante o ms q u e todo lo

tangible y susceptible de exa-

(auquellos (que fueron protagonistas

de lo inslito.

minarse bajo el microscopio, es la que p

o c o a poco va creciendo en
nuestro interior. Esa certeza, quiz
indemostrable pero real, de que

Estas palabras, escritas en 1998 y que

ponan fin a la primera parte

conocemos muy poco. De q u e ah fuera

pasan de cuando en cuan-

de En igmas sin resolver, vienen ahora

a mi mente. Dicho y hecho.

do. Cosas extraordinarias que nos

indican que somos inquilinos de

Durante este tiempo la aventura,

efectivamente, ha continuado sin

un universo desconocido y maravilloso

del que incomprensible-

tregua en los cuatro puntos cardinales de

nuestro pas, arrancando

mente nos creemos dueos y

conocedores.

expedientes sensacionales del anonimato

al que haban sido conde-

La misin oculta de estas pginas llenas

de testimonios, fotogra-

nados. Estos sucesos siguen engrosando

mis cuadernos de campo.

fas y andanzas que vienen a

continuacin, era la de alimentar el lim-
Y en ellos permanecern pacientemente,
con todos los datos e im-

pio espritu de bsqueda q u e cada ser h

u m a n o en mayor o menor

genes, hasta que llegu el da en que p u

e d a n ser plasmados con el

medida lleva en su interior. No

busqu con estos reportajes pro-

rigor que cada u n o de ustedes se

merece. Como ocurri con los apa-

selitismos ni verdades absolutas. Solo

busqu la propia bsqueda y

sionantes treinta incidentes que vienen a

continuacin. Treinta his-

su particular pica, en la que creo

ciegamente. En ese impulso que nos

torias que ya nunca p o d r olvidar.

Espero que les ocurra lo mismo.

empuja a departir con personas que

jams hubisemos conocido de

Bienvenidos a estas pginas llenas de

aventura... Y que el genui-

otro m o d o y a pisar campos que nunca

hubisemos cruzado en otros

no espritu de la bsqueda los

acompae!
menesteres. La bsqueda, cuando es
real, nos convierte en mejores

personas. Solicita de nosotros el mayor

esfuerzo y nos recompensa

En la calle Msterios, una madrugada

de tormenta,

en ocasiones dejndonos esa pista, ese

hilo del que tirar para seguir

siendo las 3:06 h del 23 de octubre de

2001

creciendo.

S y me consta que quienes han apostado

por m leyendo algu-
no de estos Enigmas sin resolver han
sentido el picotazo inmiseri-

corde de este espritu etreo, a veces

melanclico y otras burln, que

se apodera de nosotros y, siempre en

nuestro beneficio, nos hace

preguntarnos por las cosas y abrir

nuestra mente a nuevas realidades.

El xito de estas obras repletas de esa

filosofa me hace sentir que

cada vez somos ms los que desafiamos

a todos aquellos inmovilis-

tas que nos quieren hacer creer que todo

est ya descubierto. En

estas pginas, para quien lo dude, hay

mucho ms que un puado

de casos misteriosos. Hay algo q u e

atrae como un canto hipntico,

q u e muestra cosas y ofrece pistas. Q u

e plasma el miedo y las incg-

nitas. Algo ms que cifras y datos. Algo

que har que despus de leer

estas andanzas quiz ya no piense como

antes.
ERA INJUSTO no hacer parada
obligada para recordara tantas

personas que han sido clave para que

estos apuntes de bit-

cora se conviertan en la obra que

ahora tiene entre las ma-

nos. En primer lugar, mis sinceras

gracias deben marchar hasta la

redaccin de Enigmas, lugar en el que

tantas veces he vibrado ha-

ciendo periodismo y donde todos mis

compaeros me han brinda-

do su apoyo y sabidura para que esta

idea no cayese en saco roto.

Especialmente importantes son para m

los once aos de amistad y

trabajo ininterrumpido junto a Lorenzo

Fernndez, un reportero de

esos que ya no quedan.

Quiero trasladar desde aqu mi afecto

y agradecimiento sincero

y profundo a nobles colegas como

favier Sierra Jess Callejo, que

me ayudaron en su momento y de
verdad para que todo esto llega-
se a buen puerto; a Carmen Porter, por
su vital ayuda y dedicacin

en la titnica y desagradecida, pero a

la vez esencial, labor de las

correcciones, y a Sebastin Vzquez,

por escucharme desde el pri-

mer momento y creer en esta idea de

papel.

Pero he de confesar que jams hubiese

escrito ni un rengln de

no ser por coincidir en estos ltimos y

agitados tiempos de aventu-

ras con dos figuras, con dos maestros,

a los que he tenido la suerte

y el orgullo de tratar y conocer en

profundidad. Uno es Fernando

Jimnez del Oso, primero amigo y

despus jefe, que confi en m

desde el principio, con el peligro que

eso conlleva a veces, y del que

siempre obtuve palabras sabias de

nimo en lo personal y profesio-

nal. Su humanidad y actitud ante las

cosas me demuestran diaria-
1 S i .!< . M \ -i . n .1 'i \ i !

mente que la humildad es el recio

camino que a personas como el

le hacen cada da ser ms grandes.

El otro es Juan Jos Bentez, de cuyo

instinto e inimitable raza
reporteril he procurado aprender
durante muchos aos y desde que

era un nio, amando el periodismo

como a nada en la vida y cre-

yendo en cada investigacin con una Je

sin lmites. Todo por su

bendita culpa. Esa es, por fortuna, la

deuda eterna que siempre ten-

dr con l.

Que ambos hayan dejado un destello de

su prosa en estas pgi-

nas me llena de orgullo y satisfaccin.

La misma que me produce el
que usted, amigo lector, se sumerja en
esta aventura de bsqueda

STE ES UN MUNDO lleno de

paradojas y misterios, una Miente

Iras el misterio.

constante de sorpresas que nicamente

aburre al q u e se est

quieto o al que, por no atreverse a mirar

ms lejos, slo con-

IKER JIMNEZ

templa su ombligo. El libro que el lector

tiene ahora en las manos va
de eso, de acontecimientos extraos, de
desapariciones misteriosas

y apariciones estremecedoras, de esa

parcela de la realidad, en suma,

inconfensable y bastarda q u e incomoda

a los necios y asusta a los

pacatos.

Algunos de los hechos q u e aqu se

narran han permanecido

ocultos, arrumbados entre legajos

polvorientos a la espera de q u e

alguien sagaz los exhumara; otros son de

ayer, de hoy mismo, pero
tambin con vocacin de secretos por
presin de las instituciones o

temor de los testigos. No es, pese a

todo, una obra de denuncia ni

una enumeracin de casos inconclusos,

es la crnica de una bs-

queda, el relato vital y a m e n o de

alguien que persigue y acosa al

misterio a costa de mil lances, de no p o

c o s apuros y de algunos

serios riesgos.

Es un libro en el q u e camino y meta se

confunden, en el que
importa tanto la solucin del enigma
como los sinuosos vericuetos

recorridos hasta hallarla. El autor acaba

dndose cuenta de ello a

p o c o de iniciada la aventura, descubre

que el misterio no slo sedu-

ce con su canto de sirena hasta atraparte,

sino q u e te incluye en su

trama favorecindote con casualidades q

u e no son tales o frenndo-

te por absurdos medios cuando sigues la

pista equivocada.

El misterio te ama si lo amas, se

complace en ti si lo buscas rec-

tamente. Es un camino para los elegidos,

con la democrtica ventaja

de que nadie te elige, salvo t mismo.

De Iker Jimnez, protagonista y escritor

de estas andanzas, poco

o nada debiera decir. Es un compaero

de trabajo, un amigo y, por

razn de edad, que no de experiencia, un

a modo de hijo adoptivo

por el que siento profundo afecto. De lo

que hace bien, me enorgu-

llezco; con lo q u e hace mal, me irrito.

Y aun siendo culpa suya, por-

que no tengo categora ni vocacin de

maestro, desde esa posicin

en que l me ha puesto, slo p u e d o

recomendar al lector que est
atento a lo q u e Iker investiga y escribe:
tiene olfalto, es tenaz, asume

el peligro que a otros detiene, y va a

hacer, est ya haciendo, cosas

que darn que hablar en el m u n d o del

periodismo.

L A FRASE, POR SUPUESTO, NO ES

MA. Pero engarza a las mil mara-

villas con lo que el lector tiene ahora

entre las manos: El

motor principal del mundo se alimenta

de poetas y soadores.

Doctor FERNANDO JIMNEZ DEL

Oso

Hace tiempo que los investigadores de

lo inslito y de lo miste-

rioso e n especial los ms veteranos

nos sentimos orgullosos y

ms que recompensados. Lo he
manifestado muchas veces, y creo

que este es otro momento oportunsimo

para recordarlo: una nueva

generacin de investigadores que no

alcanza an los treinta aos

est tomando el relevo.

Y nos sentimos felices porque estos
jvenes cumplen los requi-

sitos del verdadero, del genuino

investigador cientfico. A saber: son

curiosos. Llevan esa cualidad en la masa

de la sangre. Son rigurosos.

Luchan por el dato. Jams se contentan

con una primera versin o

impresin. Analizan, valoran y

contrastan. Y, adems, a esa curiosi-

dad cientfica aaden un inagotable

espritu deportivo. Vital, dira

yo, para terminar de dibujar la lmina

del autntico investigador.

Esa deportividad los hace

inconfundibles. Su afn por descubrir

por ser los primeros en descubrir

los lleva siempre lejos. Ms

lejos que a nadie. No importa el

sacrificio, ni el tiempo invertido, ni

tampoco el riesgo...

A cambio, entre sus manos aparece

siempre algo que moviliza y

motoriza la imaginacin. Ese algo,

como deca, mueve en definitiva
el mundo.

Este es el caso del periodista Iker

Jimnez Elizari. Y este es el caso

de la obra que el lector se dispone a

disfrutar. Un trabajo fruto de la

curiosidad, del rigor y del ms generoso

espritu deportivo. Algo que slo

p u e d e n comprender los q u e no han

perdido la capacidad de soar.

J. J. BENTEZ
L o QUE TIENE ENTRE LAS MANOS,
amigo lector, es tan slo la punta

nfima de un inmenso iceberg que poco a

poco debemos ir

descubriendo. En los ltimos tiempos la

serie norteamericana

Expediente X ha popularizado ese

mgico trmino con el que nos
referimos, precisamente, a los sucesos
inslitos que, por su compleji-

dad y abundancia de documentos fiables,

son habitualmente hiber-

nados en los archivos de las ms

diversas instituciones. El clebre serial

ha extendido por el m u n d o entero el

sentimiento generalizado, casi

conspiranoico, de que las altas esferas

manejan, ocultan e imponen el

secreto sobre aquellas informaciones y

materias que, por su naturale-

za desconcertante, no deben ser

conocidas por el pueblo llano. Al me-

nos eso piensan los poderosos. Y a

pesar de tratarse de una pelcula,

hay que admitir que esa actitud de

algunas instituciones, cumpliendo

o no con sus obligaciones, es

absolutamente real. Los expedientes X,

por lo tanto, seran aquellos documentos

donde se demostrasen hechos

imprevisibles, aparentemente en contra

de la naturaleza, en los q u e

habra indicios para demostrar que, en

ocasiones, las cosas casi im-
posibles pueden llegar a suceder. En
estos archivos de hechos conde-

nados al secreto no es difcil toparse

con los ovnis, desde hace medio

siglo generadores de amores, odios,

muertes y esperanzas, con las

desapariciones inslitas de aquellos que

fueron tragados por el aire

como si traspasasen el umbral de

dimensiones que conviven paralelas

a nosotros, o con lugares concretos que,

por diversos motivos y cir-

cunstancias, parecen elegidos por

fuerzas imprevisibles que desafan y

ridiculizan a nuestra rudimentaria fsica

newtoniana, generando

voces imposibles o haciendo que surjan

efigies siniestras de la nada.

Nos encontramos en un pas

absolutamente privilegiado por su

siempre es diferente. V no importa que

estemos en la era de los clo-

diversidad geogrfica y cultural que, a

cada rincn, tiene nuevas sor-

nes, de los satlites de comunicaciones y

del ciberespacio. Cada vez
presas q u e ofrecer a aquel que acepta
la aventura de ir en su bs-

que uno coge carretera, con el bloc y la

cmara como nicos com-

queda. Explorarlo y darse cuenta de ello

es una autntica aventura

paeros, sabe que las vivencias sern

siempre irrepetibles. Ah est

sin final.

el valor de estos expedientes, preados

de pruebas oficiales, como

Quiz el problema, precisamente, es que

nos hemos acomoda-
muestra del inters y el asombro con el
que fueron acogidos por las

do en un m u n d o que goza de todos los

confortables avances tcni-

diversas autoridades.

cos, y el viajar y explorar cada vez es

menos necesario para conocer. Y

Sobre ellos est gestada la obra. Sobre

los datos, los documentos

pienso que es una pena.

y las pruebas que avalan unos incidentes

que han maravillado y asus-
Como digo, bastara pulsar algunas
teclas de un ordenador para

tado a nuestras fuerzas de seguridad, a

nuestras autoridades ecle-

acceder, de un m o d o inmediato, a la
informacin sobre estas tem-

sisticas e incluso a nuestra fra y

calculadora ciencia de bata blanca.

ticas que vuela por las redes del

ciberespacio. Y eso est muy bien.

Pero, adems de esa realidad tangible,

existe otra inmaterial que,

Incluso presiento que ya hoy en da se

podra hacer esa enciclopedia

como aferrada al p e c h o de quien

persigue estas verdades tan com-

sobre enigmas espaoles sin apenas

salir de los lmites cuadriculados

plejas, est representada por las

sensaciones, por las aventuras y

de la pantalla del ordenador. Y se

podra desde Oslo, Tegucigalpa o

desventuras, y por los paisajes y

paisanajes exteriores e interiores

Damasco. Fcil.
q u e son parte indivisible de esa
aventura constante de la bsqueda.

Los quince captulos que engrosan esta

obra surgen en las ant-

Tras los prlogos de Fernando Jimnez

del Oso y Juan Jos

podas de ese fro concepto. La visin,

romntica si quieren, del

Bentez, a uno le quedan pocas cosas

que aadir. Aqu tiene el lector

reportero que busca la noticia en el

lugar de los hechos es lo que yo

un racimo seleccionado de aquellos

casos absolutamente inslitos

p u e d o aportar a cada u n o de estos

grandes enigmas espaoles. Lo

e inexplicados q u e por su
documentacin, implicacin de diversas

dems ya lo hacen los propios sucesos

en s. Premindonos de cuan-

instituciones y calidad de las pruebas y

testimonios, adquieren el

do en cuando con las actas y los

documentos que creamos perdidos y

rango de autnticos expedientes X

espaoles. Desde el monstruoso
que avalan su naturaleza
incomprensible. En todos ellos he
convivido

hombre-pez de Lirganes, cuyas

andanzas saltaron a luz pblica hace

con las gentes protagonistas de los

incidentes. En todos he pisado el

ms de tres siglos, a los recientes

sucesos protagonizados por ovnis

terreno d o n d e se produjo lo inslito y

he vivido muy de cerca las

y cuerpos de seguridad del Estado,

todos ellos provocaron el asom-
reacciones de aquellos que vivieron el
misterio en sus carnes.

bro y generaron decenas de interrogantes

que nadie ha sido an capaz

Y es que, como dice el doctor Jimnez

del Oso en su prlogo, al

de responder. El Ejrcito, la Polica, la

Iglesia, la Universidad... y otras

menos en este libro, meta y camino se

confunden, ya que el motor

muchas instituciones se han visto

involucrados en estas historias

que mueve a este periodista, y lo que

engarza en un hilo unificador

excepcionales sin saber realmente cmo

reaccionar ante ellas. Por

cada u n o de estos episodios

imposibles, es el amplio y desafiante

miedo o precaucin, estos sucesos

suelen estar siempre a b u e n

concepto de la bsqueda constante. No

importa tanto el suceso en s,

recaudo. Acceder a ellos no es tarea

fcil. Pero de eso se trata. Al

la exclusiva periodstica por la que tanto

uno lucha, o el documento
finalizar estos quince captulos, d o n d e
se narran quiz los hechos

grfico en cuestin. A veces, casi

siempre, lo realmente importante

ms desconcertantes ocurridos en
nuestro pas, no p u e d o evitar un

son las mil y una experiencias humanas

que uno vive en los viajes

escalofro. Motivado, por un lado, por

el desafo que representan

tras el misterio. Lo que luego, a pesar

del tiempo transcurrido, se

estos informes enfrentados a la lgica y,

por otro, por el vrtigo que

recuerda con emocin, tristeza o miedo.

Sentimientos constante-

me produce el recordar tantos y tantos

viajes y vivencias que, en

mente diferentes. Porque cada aventura

tras los enigmas espaoles

ocasiones, superaban por lo inslito a

los propios sucesos.

Esstas crnicas de lo inslito pretenden

tambin romper una
lanza en favor de un concepto muy
especial del periodismo. Lejos

de la mesa de la redaccin, a muchos

kilmetros del tranquilo sof,

u n o debe ganarse la vida como p u e d

e para regresar con la exclusi-

va, el documento, o la rotunda

decepcin. Y de todos esos regresos

se aprende. Se aprende, sobre todo, a

desconfiar de aquellos ven-

dedores de verdades que tanto a b u n d

a n hoy en da. Y ese recelo es

el que hace que aqu, en estas pginas,

tenga el lector todos los datos

y pruebas a los que, dejndome en

ocasiones el alma, he logrado

acceder para demostrar que algo ocurre

ah fuera.

Aunque yo crea que as es, slo ustedes,

al leer estas pginas,

podrn valorar si el esfuerzo de luchar

por esas otras cosas merece la

pena.

Que yo siga inmerso en esa bsqueda

constante no debe coac-
cionarlos un pice. Ya no tengo
remedio. Y que este libro, en las

puertas del tecnificado y fro siglo XXI,

lo sea ms bien de carretera

solitaria entre los montes, de sopa

castellana en la vieja posada y de

la tertulia sin prisas al socaire de alguna

plaza perdida, tampoco.

La opinin de un periodista no creo que

deba ser realmente lo

que importe, sino lo que pueda mostrar.

Por eso hay que pelear por

el dato, por la prueba, por el aval que d

garantas de rotundas rea-

lidades. Y, humildemente, pienso que

aqu hay quince buenas razo-

nes para reflexionar y hacerse preguntas.

Y eso, cranme, no es poco

en los tiempos que corren. Los invito al

desafo.
os MS SOBRECOGEDORES
expedientes X espaoles surgieron

en su da gracias a las investigaciones

efectuadas en lugares

misteriosos muy concretos que, por muy

distintos motivos,

asombraron a la sociedad de su tiempo y

generaron temor y respe-

to entre las diferentes autoridades de la

poca.

Las Hurdes, una regin denostada y

marginada desde tiempo

inmemorial, de la q u e p o c o o nada se
supo hasta hace cien aos, es

un ejemplo vivo de ello. En sus

escabrosos caminos se produjeron

dos sucesos alucinantes que an hoy son

recordados por las ms

ancianas voces de la comarca. En un m u

n d o aislado y remoto, los

lampariles fatales, luces de p e q u e

o tamao y comportamiento

aparentemente inteligente, fueron una

molesta y errante compaa

en las noches de principios de siglo.

Varias personas murieron por
la aproximacin directa a estos
inusuales fenmenos q u e todava

asustan a algunos convecinos de los

valles hurdanos. Intervino la

Iglesia, los mdicos y otras instituciones

de la poca... pero el inten-

to de explicacin y la crnica de
aquellos incidentes q u e d olvida-

da e incomprendida entre legajos que

nadie reclam durante dcadas.

Tras una ardua investigacin sobre el

terreno, aqu estn todos los

datos, documentos y fotografas de

aquellos primitivos expedientes

imposibles.

En 1870 e m p e z la maldicin de
Ochate, un poblado del Con-

dado de Trevio que guarda en sus

entraas algunos de los ms fas-

cinantes sucesos ocurridos en los

ltimos tiempos. Tres epidemias

fatales e inexplicables para la ciencia

que aniquilaron a la poblacin,

una necrpolis de nios que rodea el

lugar desde tiempo remoto,
combustiones espontneas y suicidios
rituales, las experiencias de
un destacamento militar que fue
protagonista de una estremecedora

aventura... todo un rosario de fenmenos

inexplicables de los que

ha q u e d a d o constancia oficial y que,

como decan las voces de los

ms ancianos, no hacen sino refrendar la

aeja historia. Un empla-

zamiento, para algunos maldito,

arquetipo de los lugares misteriosos

de nuestra geografa que de un m o d o u

otro parecen actuar como

un gran imn para atraer la

fenomenologa ms desconcertante.

Una comarca, un pueblo... los

expedientes X espaoles han

surgido siempre d o n d e menos se les

esperaba. En Blmez de la

Moraleda 0 a n ) se produjo hace casi

treinta aos el ms importante

E VIAJADO EN MS DE VEINTE
OCASIONES a la comarca extremea

de toda nuestra historia. Unas caras

misteriosas aparecieron surgidas

de Las Hurdes y mentira si no confesara

que ya la siento
de la nada en el cemento de una humilde
cocina. Con el paso del

como una tierra de adopcin. Y en cada

regreso, general-

tiempo, las pruebas efectuadas

demostraron que all no haba nin-

mente con el cuaderno de campo repleto

de nuevas historias y aven-

gn tipo de fraude, provocando que el

fenmeno social y la expec-

turas recogidas entre los inmensos

pizarrales q u e rodean toda esta

tacin generada en todo el pas

dispararan el inters de las ms altas

singular regin, una sensacin muy

similar: la de haber estado en un

esferas del Estado. Pero en aquella

Espaa cambiante no interesa-

lugar d o n d e el misterio se palpa en

cada rincn y cada esquina.

ba un enigma tan espinoso. La puesta en

marcha de la Operacin

Frases histricas c o m o las del padre

Nieremberg, en su obra

Tridente, una siniestra conspiracin

dirigida por el Obispado de
Curiosa filosofa, editada en 1600, al
referirse a esta tierra, fueron ali-

Jan, el Ministerio del Interior y algunos

otros destacados miembros

mentando mi curiosidad e imperiosa

necesidad de visitar aquel rin-

del Movimiento, consigui hacer creer

al m u n d o entero que todo

cn extremeo. Aquel religioso dej la

primera referencia escrita

aquel prodigio no haba sido ms que

una ingenua trampa rural.

sobre Las Hurdes y lo hizo de un m o d o

rotundo: Existe en este reino

Veinticinco aos ms tarde, el autor

demostr la existencia de las

un spero valle infestado de demonios,

un lugar que los pastores

actas del precintado notarial de la casa,

que, por primera vez en

creen habitado por salvajes, gente ni

vista ni oda, de lengua y usos

nuestro pas, constataban la existencia

de un fenmeno paranormal.

distintos a los nuestros. Son hombres y

mujeres que andan desnu-
En su encierro de tres meses, los rostros
de Blmez se transforma-

dos pensando ser solos en la tierra...,

afirmaba el sacerdote, descar-

ron macabra e inexplicablemente. Pero

aquellos documentos secretos

gando su furia contra lo que consideraba

un agujero infernal perdi-

jams salieron a la luz, silenciados por

el complot impuesto por los

do en las dehesas de los Duques de

Alba. Posteriormente, en 1694,

gobernantes. Muchos aos despus se

demuestra, con cartas y expe-

el tambin religioso fray Toms

Gonzlez aseguraba que el mismsi-

dientes que se publican por vez primera,

toda la verdad y las gran-

mo Satans haba llevado a la perdicin

a los habitantes malditos de

des mentiras impuestas por el poder en

torno al suceso ms apasio-

una comarca del norte extremeo. No

estuvo menos recatado el his-

nante acaecido jams. Las caras de

Blmez continan hoy en el
toriador ingls Borrow, quien ya en el
siglo pasado, y en su obra La

mismo lugar, rindose quiz de aquellos

que ya no estn y a los que,

Biblia en Espaa, indicaba sin rubor

que: No hay tierra como sta,

pese a quien pese, han sobrevivido.

tiene sus secretos y misterios. Muchos

se han perdido en ella y no ha

vuelto a saberse su paradero. Cuentan

que en ciertas lagunas exis-

ten horribles monstruos, y que en los

speros valles slo alumbra el
sol a medioda, reinando las tinieblas
el resto de la jornada.

Eran personas, las que esto afirmaban,

que jamas haban puesto

un pie en los 590 kilmetros cuadrados

que enmarcan la agreste y
aislada comarca de Las Hurdes. Y su
influencia nociva sirvi para

que la imagen negra y apocalptica de

estas tierras perdidas entre los

confines de Cceres y Salamanca se

repitiese hasta la saciedad a lo

largo de la historia. Con el tiempo, es

cierto que una serie de audaces

aventureros s se adentraron en este

tenebroso mundo.

Vicente Barrantes fue un explorador

extremeo que decidi via-

jar hasta el imperio del silencio y

contar a sus convecinos cuanto de

leyenda y verdad haba en las mticas

cuarenta alqueras y ocho mil

tristes almas que componan el Pas

Hurdano. Y a su vuelta no dudo

en afirmar que en los lugares de acceso

a las alqueras cortan el

camino los hurdanos. Desnutridos y

harapientos, con mirada fija

en el suelo, acaban huyendo de modo

espantoso, brincando entre los

riscos con la agilidad propia de las

cabras por mucha que sea su
edad. Otros, los ms, se retiran
asustados a sus inmundos coberti-

Un viajero tom esta foto en la entrada

de un poblado hurdano. Viva imagen

de lo que se conoca como el infierno

extremeo".

zos, guardando silencio ante la llegada

del forastero. Nadie sabe

qu edad tiene, ni muchos cul es su

familia. Si as se presentan en

los albores del siglo xx, cmo lo

haran en 1600?...

gos aos slo buscaron la deformidad y

lo anormal como elemento

Estas declaraciones calaron h o n d o en

mi nimo, y, totalmente

morboso sobre el que construir un mito,

los hurdanos, aferrados en

enfebrecido, comenc a absorber cuanta

literatura caa en mis manos

cuerpo y alma a su querido suelo, jams

abandonaron los riscos y

acerca de la tierra sin tierra. As, con

el paso del tiempo, supe de las

cordilleras que hoy separan las

provincias de Cceres y Salamanca.
experiencias de antroplogos como el
francs Maurice Legendre,

Siguieron, para muchos, e n c a r n a n d

o el papel de los pobrecitos,

quien pas dos aos viviendo en Las

Hurdes, para realizar, a finales

de los bufones y de los amorales

amancebados que, aislados del

de 1907, su magistral estudio sobre

geografa humana. Un trabajo

resto de la civilizacin, generaron una

cultura y unas leyes ajenas a

excepcional d o n d e se plasmaba el
horror de unas tierras y unas gen-

las que se desarrollaban en el resto del

mundo. Fue el genial cineas-

tes perdidas en el ltimo rincn del

mundo. Un lugar saeteado por

ta Luis Buuel quien con su dramtica

obra Las Hurdes: Tierra sin

las duras lascas de pizarra q u e

impedan cualquier tipo de cultivo y

pan, rodada en el verano de 1932, mejor

defini y sintetiz la

labor agrcola. Un reino perdido donde,

como dijeron los impresio-
situacin q u e all se viva. Hizo el
aragons h o n o r al dicho de q u e

nados Gregorio Maran y el monarca

Alfonso XIII en 1922, la vida

ms vale una imagen que mil palabras,

ya que sus escenas protago-

es imposible para el hombre, y donde,

segn los insuperables repor-

nizadas por nios famlicos, ancianos

paldicos y p o b l a d o s infec-

teros que trabajaban para la revista

grfica Estampa en aquella feliz

tos, sin luz, agua ni cualquier adelanto

civilizado, dieron la vuelta

dcada, abundan los bobos como el del

Cabezo, quien, puesto en

a los cinco continentes en cuestin de

das. En Espaa, el propio

jarras, sonre como un chimpanc,

cado el labio, babeante, mirn-

Gobierno de la Repblica las censur

por considerar aquello una

donos con una vaga y muerta mirada

de idiota...

ofensa para el b u e n n o m b r e de la
nacin. C o m o siempre, se inten-
Debi de ser duro para ellos, pero a
pesar de estas crudas des-

taba matar al mensajero, desviando con

farisea hipocresa las mira-

cripciones y de los indiscretos objetivos

fotogrficos que durante lar-

das de d o n d e estaba el verdadero

problema. Pese a las autorida-
des, aquello no era una pelcula de
ficcin, sino un tortuoso reco-

AS, con el impacto internacional de las

imgenes de Buuel, se

rrido en blanco y negro, sobre fondo de

msica de Wagner, de la

comenzaron a llevar a cabo programas

ele ayudas para aquel

ms esperpntica de las realidades q u e

se viva a m e n o s de cua-

-Baldn de Espaa-, como lo designaba

el doctor Bid, o integrantes

trocientos kilmetros al oeste de la

capital del Estado. Demasiado

del fascismo como Albiana, que all

fue desterrado, d a n d o lugar a

fuerte para admitir las correspondientes

culpas. Y la pregunta qu
su polmica obra Confinado en Las
Hurdes.

hacemos con Las Hurdes y los

hurdanos?, como quien se pregun-

(Con las ayudas generales de

infraestructuras, el "Pas Hurdano"

ta q u hace con la oveja negra y

desvalida de un inmenso rebao,

poco a poco ha ido agarrando ese ltimo

tren de la civilizacin que

recorri todas y cada una de las

instituciones.

se le haba pasado ya varias estaciones.

A pesar de todo, en mis via-

jes a esta mtica regin, he podido

comprobar que lo que no ha cam-

biado un pice es la vida interna del

propio pueblo hurdano. Y lo que

nadie a logrado modificar, es la relacin

del hombre de Las Hurdes

con la naturaleza y con los misterios que

la rodean. No hay lugar en

Espaa d o n d e la magia, la
supersticin y lo trascendente tenga
mayor

importancia y mayor significado que

all. Y la razn fundamental la

dan dos motivos: la propia idiosincrasia

del pueblo hurdano y la serie

de fenmenos inexplicables que desde

tiempos remotos se han dado

en estos valles como en ningunos otros

de nuestro pas. Incidentes

que escapan a toda lgica y con los q u e

estas nobles gentes han

aprendido a convivir desde tiempo

inmemorial.

Dispuesto a lanzarme a cuerpo

descubierto y sin red sobre algunos
de las ms increbles incidentes
sucedidos en nuestra particular his-

toria de los fenmenos extraos, viaj a

Las Hurdes en innumerables

ocasiones. Y, como vern, las andanzas

por esta tierra sin tierra

siempre merecieron la pena...

Caminando por el norte de la regin me

top con una de las ms

apasionantes historias q u e jams he

conocido. Una de esas que, cual-

quiera sea el tiempo que transcurra,

nunca se podrn olvidar. Pasando
Los llamados en otras

u n o a u n o los legajos del Primer

Congreso de Hurdanfilos celebra-

pocas monstruos del

poblado de Fragosa.

do en 1907 en la ciudad cacerea de

Plasencia, recog las primeras

La consanguinidad

pistas que, con el tiempo y la

investigacin, se tradujeron en una

y el aislamiento
aventura fascinante.

del resto de la

civilizacin tena

Se celebraba en aquel ao en la
medieval villa extremea una

un precio.

reunin de acaudalados e influyentes

personajes para intentar llegar
a acuerdos concretos con los que paliar
el dficit economico, h u m a -

No caba duda de que en aquellos

prehistricos documentos se

no, y hasta algunos se empeaban que

moral, que a/otaba la regin

aluda al arquetipo de los humanoides q

u e centenares de personas

hurdana desde el confn de los tiempos.

Este intento no era algo ais-

en todos los rincones del m u n d o han

observado prximos a objetos

lado. Desde haca tres dcadas, sabidas

las andanzas y horribles im-

volantes desconocidos. En esta nueva

aventura periodstica que se

genes que se trajeron algunos

exploradores aferradas a la bolsa de

planteaba de repente el tiempo

transcurrido era un obstculo y un

viaje y a la pluma, la idea de ayudar a

los pobrecftos hurdanos se

aliciente al mismo tiempo. Con un p o c

o de suerte, pensaba, ya en el

hizo comn en diversas zonas de

Espaa. Para encauzar esa corrien-
interior de mi automvil, an podra
encontrarme con algn testigo

te solidaria, muy semejante a la que hoy

vivimos a travs de las diver-

de aquellos remotos sucesos que

tuvieron a toda una aldea en vilo.

sas ONG respecto a los pueblos ms

desfavorecidos, se organiz el

La blanca y apiada alquera de

Ladrillar me recibi con fro y

congreso de hurdanfilos, nombre que a

partir de ese instante se les

viento. Quiz por eso agradec ms que

nunca el oloroso vino de

otorg a quienes intentaban ayudar a los

sin pan.

pitarra que haca compaa en la vieja

sacrista del pueblo. All,

Hojeando lentamente aquellas actas

histricas en busca de ele-

cabalgando entre archivo y archivo, p u

d e dar con la identidad de

mentos diversos con los que ahondar en

la problemtica social hur-

aquel cura que pareca haberse

adelantado a su tiempo.
dana, me top con un curioso epgrafe en
el que se haca mencin

al Duende de Ladrillar. Como

imaginar el lector, se me aguzaron los

cinco sentidos ante aquella historia que,

segn todos los all firmantes,

era rotunda realidad y se refera a

hechos reales pero absolutamen-

te inexplicables.

En dichos documentos se hablaba de la

irrupcin de un prro-

co de la pedana hurdana de Ladrillar.

El b u e n hombre denunciaba
lo q u e en su p e q u e o p u e b l o
haba ocurrido. Pero es q u e aquello

no era cualquiera cosa! El religioso se

refera, sin medias tintas ni

rodeos, a las andanzas de un siniestro

personaje volador de corta

estatura y extraos atuendos q u e se

haba aparecido ya en varias

ocasiones. Y tuve q u e sonrer,

intentando retroceder casi noventa

aos a fuerza de imaginacin, al

vislumbrar las caras plidas de,

entre otros, el obispo de Cceres y

Coria, que all deba estar pre-

sente escuchando la inesperada noticia.

El motivo de tanto ajetreo

y revuelo lo haba provocado, segn d o

n Isaac, nada menos que un

ser que no pareca de este m u n d o .

Segn lo escrito, en dicho pue-

blo tuvieron q u e vrselas con un

funesto duende, pues as lo bau-

tizaron los asustados hombres y mujeres

que lo vieron, que en diver-

nica foto de
sas jornadas de febrero de 1907 llev el
temor a los aislados pagos

Isaac Gutirrez,

de Las Hurdes del norte. Un duende,

para ms seas, que tena

el prroco

informante de uno

la prodigiosa facultad de flotar en los

aires y emitir guturales soni-

de los primeros

dos q u e helaban el nimo de aquellos

ladrillenses que sufrieron las
expedientes X

visitas.

espaoles.
Segn don Isaac Gutierrez, que as se
llamaba nuestro protago

ro. La propia curiosidad del hurdano le

hizo reclamar la atencin

nista, el duende vesta ropajes

ceidos y oscuros enfundados en um

de otros vecinos que daba la impresin

nos escuchaban haca tiem-

menudo cuerpo, la cabeza era

desproporcionada por lo grande, y

po desde el otro lado de sus pequeas

puertas de madera. Con esca-

las extremidades cortas. Todo un

rosario, vuelvo a repetir, de carac-

so disimulo y mirndose unos a otros

salan al exterior como si se

tersticas tpicas de los supuestos

encuentros con entidades prxi-

tropezasen por casualidad con nuestra

charla enredndose en la ter-

mas a los OVNIs.

tulia que improvisadamente se haba

formado en una de las ms

En Las Hurdes de 1907 difcilmente

hubiese podido alguien ma-
empinadas callejas.

quinar ese relato. Algo ocurri en

aquellas solitarias tierras, y el tiem-

po apremiaba. En la carretera fui

consciente de que luchaba contra

casi noventa aos, un espacio

demasiado grande para encontrar datos,

nombres y evidencias. Pero una vez ms

la suerte se aliara de modo

increble con este perseguidor de

noticias para reconstruir una fan-

tstica historia que ya pareca

condenada al olvido eterno....
Ladrillar se desperezaba aquella
maana con un sol tibio enre-

dado entre madejas de densa niebla. Es

un poblado que en los meses

de otoo e invierno es comn amanezca

envuelto en las fras bru-

mas. El termmetro de la emocin en

aquel laberinto de casas,

muchas de ellas exactamente iguales a

como las retrat Buuel,

aumentaba a cada paso que daba en

busca de nuevas pistas. Los pri-

meros sondeos entre mis amigos los

hurdanos no fueron, como casi

Serafina Bejarano Rubio, de 93 aos,

en el momento de la entrevista. Gracias

a ella se rescat del olvido el increble

suceso del Duende de Ladrillan.

siempre me suele ocurrir al iniciar

peripecias semejantes, nada espe-

ranzadores. Es ms, a punto estuvo un

lugareo de enzarzarse con

este servidor de ustedes ante las

insidiosas preguntas. A veces, en

Eran las once de la maana de un

primero de noviembre, fecha
Las Hurdes, c o m o en otras regiones
espaolas que por un motivo u

q u e q u e d marcada a perpetuidad en
el cuaderno de campo. El

otro han estado en una segunda

velocidad de desarrollo y apertu-

motivo, un sbito e inesperado

encontronazo con Serafina Bejarano

ra al exterior, u n o tiene la impresin de

que su curiosidad rompe un

Rubio, mujer prototipo del recio pasado

hurdano y que a sus 93 cas-

silencio establecido durante siglos, y

que esas osadas a veces se

taas acarreaba a sus espaldas un

pesado hatillo de leos q u e qui-

pagan caras. Recordar siempre que

aquel hombre de voz aguda y

taba la respiracin. As son las gentes

de estos lares, duros como la

cara de pocos amigos tena un fino

hilillo de sangre que le caa por

pizarra que siempre los ha rodeado.

Serafina, con mil arrugas sur-

la boca. Ni supe ni quise saber el

motivo. En su mano una hoz
cndole la cara y unos ojillos pequeos
y expresivos, no d u d en

inmensa y oxidada se balanceaba con

soltura, tanta que en ms de

dejar su carga a un lado para

acomodarse. Una sonrisa franca, como

una ocasin ya la vi clavada en alguna

parte de mi anatoma. Pero al

de nia, me hizo intuir que por fin haba

d a d o con alguien que s

final, como tambin siempre suele

ocurrir, el rojo lquido no lleg al

haba odo la ttrica historia...

Es que yo lo he odo y lo he visto, me
dijo de un tirn y con los

los histricos y sacristas en busca de

datos sobre el valiente sacer-

brazos en jarras.

dote que se enfrento al extrao ente. Y

all, meses despus, recibira

Tras recordarle las fechas en las que,

segn los papeles oficiales,

mi nimo otro increble regalo. Isaac

Gutirrez se haba convertido

ocurrieron los hechos, se me despejaron

todas las duelas. Me encon-
en todo un personaje del q u e deseaba
averiguarlo todo. Incluso

traba ante la nica testigo viva de las

andanzas del ya mtico Duende

llegu a imaginarme en aquellas oscuras

salas cmo debi) vivir el

de Ladrillar. S, hijo, s. Yo tendra

nueve aos. Y todo lo recuerdo

sacerdote los traumticos das en los

que en su pedana imper el

perfectamente como si hubiera pasado

boy. Fueron tres das los que

caos total. Qu pensara este buen

hombre?, cmo actuara?, cmo

se apareci aquel to. Vena volando,

a no mucha altura, y perse-

era su rostro? Dar con una fotografa

suya deba ser imposible.

guido de dos luminarias redonditas y

fuertes. Casi nunca haca

Cronos me llevaba mucha ventaja y a b u

e n seguro cualquier vesti-

mido, pero a veces gritaba...

gio grfico del paso de aquel sacerdote

por el m u n d o de los vivos,
Aquel bicho gritaba? le pregunt,
todava sin poder asimilar

de haber existido alguna vez, ya sera

polvo del pasado. A principios

lo que escuchaba y emocionado al

comprobar que estaba grabando

de siglo las cmaras fotogrficas eran p

o c o menos que objetos del

el ltimo documento viviente de la

inmortal leyenda del duende...

futuro en aquella comarca extremea.

Impensable, pues, pensar en

S, gritaba fuerte prosigui

Serafina, sealndome unos

recuperar alguna imagen de aquel bravo

sacerdote que no se arre-

pequeos montculos de las afueras del

pueblo, era como un

dr a la hora de contar, con pelos y

seales, a sus superiores lo que

uuuua, uuuuua que nos pona de

miedo. La gente se arrejuntaba

estaba ocurriendo en su parroquia.

en aquella placilla de abajo y veamos

cmo aquel demonio flotaba
Por desgracia, la actualidad impona su
ley, y otros menesteres,

basta esa arboleda de all enfrente.

Uno de los das lleg) a posarse

como la concentracin de sbditos en

una montaa cntabra dis-

muy cerca del cementerio. Daba como

un rivoleteo en el aire, y vol-

puestos a ser arrebatados ante la

llegada del fin del mundo, y las

va otra vez para una casa de all.

Estbamos muy asustados...

indagaciones acerca de un ttrico

castillo de la Alcarria donde supues-

todos le tenamos miedo. Luego hubo

un da que ya no volvi ms

tamente se efectuaban ritos satnicos, me

mantuvieron alejado a la

y por eso se qued lo del duende. Dicen

que el cura lo expuls, que

fuerza de la investigacin del duende

durante algn tiempo. Por

lleg) a pelearse con l. Pero eso ya no

lo s. Lba vestido de negro y

aquel entonces engrosaba el equipo de

reporteros del popular maga-
era chiquito, chiquito... parecido igual
a un mono. Yo tena nueve

cine radiofnico nocturno Espacio en

blanco, y aquellas noticias, tan

aos... pero nunca podr olvidarlo.

diferentes y espectaculares, reclamaban

mi presencia en primera lnea

La verdad es que nunca hubiese

apostado por encontrar alguien

de los hechos. Pero con el trrido

verano lleg la oportunidad tan

vivo y con la mente tan lcida como

Serafina, para conocer de pri-
deseada de volver a viajar de nuevo
hacia Extremadura en busca de

mera mano qu ocurri en las noches del

26, 27 y 2<S de febrero de

nuevas evidencias con las que terminar

un caso que, siempre en rojo,

aquel lejano 1907. Pero las sorpresas, a

las que el lector se ir acos-

destacaba como deuda pendiente en el

viejo cuaderno de campo.

tumbrando segn vaya pasando las

pginas de esta obra, surgen una

Fue, si la memoria y los apuntes no me

fallan, el 28 de julio de 1995

tras otra cuando alguien investiga a

corazn abierto. A cara y cruz,

cuando arrib a la capital de los

conquistadores dispuesto a realizar un

jugando con la posibilidad de encontrar

lo que se busca... o volver-

rdago a la grande en torno a las

andanzas de aquel personaje moh-

se de vaco al punto de partida.

no y achaparrado que tanto pavor haba

causado en las viejas Hurdes.
En esta ocasin, como si la propia
historia del Duende de

Y, como suele ocurrir, el tiempo

transcurrido y la distancia con la que

Ladrillar reclamase ser escuchada casi

un siglo despus, los aconte-

se ven los hechos al reiniciar una

investigacin me condujeron, pista

cimientos se precipitaron de m o d o
espectacular. Fue en capital cace-

a pista, hasta bases mucho ms firmes

que las del primer viaje. A pesar

rea d o n d e estuve enclaustrado

durante varias jornadas entre archi-

de todo, he de reconocer que en el

Archivo Episcopal de Cceres estu-
ve a punto de enloquecer y rendirme.
Miles de legajos sueltos sobre

Las actas que fui recogiendo, con la

delicadeza de quienes hallan

cada uno de los pueblos hurdanos hacan

que encontrar algo concre-

el mas preciado de los tesoros, me

dejaron durante varias horas sin

to de aquellos das fuese prcticamente

imposible, ms an cuando

habla en aquella estancia oscura y

asfixiante. Tras realizar algunas

las estanteras se prolongaban hasta el

infinito y la informatizacin bri-

copias gracias a la amabilidad de la

funcionara, pase, con 40 grados

llaba por su ausencia. A pesar de todo,

las horas entre tinieblas bus-

a la sombra, por la ciudad antigua,

atribulado ante la cantidad de evi-

cando papeles y datos sobre Isaac

Gutirrez dieron su esperado fruto.

dencias que all se plasmaban.

Y ste vino de manos de Mari Carmen,

la encantadora y eficiente
No caba lugar a la duda, al atardecer de
los tres ltimos das de

archivera que puso en mi mesa el libro

de visitas nmero de orden 19

febrero de 1907, un humanoide de

menos de un metro de altura y

concerniente al municipio de Ladrillar-

Cabezo que comprenda el

gran cabeza ovalada, acompaado de

dos potentes luces circulares,

periodo en el que Isaac Gutirrez fue

cura del pueblo. Durante dieci-

se haba paseado por aquellos lares sin

el menor rubor. Y como

siete aos, desde 1894 hasta 1911, el

sacerdote ejerci su sagrado

p u d e comprobar en mis posteriores

peregrinaciones a estas tierras,

ministerio, siendo febrero de 1907 el

periodo que a buen seguro jams

no era el nico caso... ni m u c h o

menos. Lo cierto es que d o n Isaac

olvidara hasta el da de su muerte.

Gutirrez dej escrito en una de sus

actas una completa denuncia de
lo sucedido, haciendo hincapi en que
los vecinos, al llegar las siete

de la tarde y ante el temor que les

producan aquellas apariciones

fantasmales, se encerraban a cal y canto

en sus viviendas abando-

n a n d o sus deberes de agricultores e

incluso olvidando ir a la parro-

quia. Quin sabe si esta situacin

descontrolada, y la ausencia total

de fieles, fue lo que oblig a don Isaac a

tomar cartas en el asunto y

ponerlo en conocimiento de las

autoridades competentes. No en

vano, aquel extrao personaje estaba

poniendo en peligro entre

otras cosas, la propia fe de aquellas

gentes, convencidas de q u e el

mismsimo Satans haba llegado hasta

all quin sabe con q u oscu-

ras intenciones...

El amplio dossier documental del q u e

fui haciendo acopio en

aquellas jornadas me revel nuevos e

inesperados datos. Segn se
deca en una de las actas de aquel
milagroso libro de visitas, una de

las luminarias que acompaaban al

llamado d u e n d e sobrevol a un

grupo de chiquillos entre los que se

encontraba Serafina Bejarano.

Iker Jimnez con

el acta de 1907 en

El prroco sigui la escena desde el

prtico de la iglesia y observ,

la que se da cuenta

al igual que multitud de asustados

vecinos, cmo una jovencita de

de lo ocurrido

tan slo cinco aos caa al suelo de m o

d o fulminante. Persiguiendo

en la pedana de

Ladrillar.

datos y ms datos, enfebrecido ante el

extrao y mortal cariz que

tomaban los hechos, pude llegar a la

conclusin de que aquella per
La pelcula de los hechos nos remonta al
anochecer del martes

sona era Mara Encarnacin Martn, que

vio truncados sus juegos

21 de octubre de 1917. Una jornada fra

y preada de fuertes vientos

infantiles ante el fulgor de aquella

brillante luz. Segn consta detalla-

que a/otaban las peladas sierras de

Ahigal, lugar d o n d e cada sema-

damente en la documentacin oficial, a

las pocas jornadas, concre-

na se realizaba una feria de ganado y a

la cual siempre haba acudi-

tamente en la tarde del 2 de marzo de

1907, la chiquilla falleca sbita-

do el pastor Nicols Snchez Martn, de

39 aos de edad y natural de

mente sin que nadie pudiese hacer nada

por salvarla. Vagamente se

la alquera de Cambroncino.

recordaba este incidente entre las gentes

de Ladrillar, pero el acta

De robusta complexin y rudo carcter,

Cols, tuvo a bien
mdica y la correspondiente partida de
defuncin sealaba que el

acompaar a dos mujeres de su pueblo,

las hermanas q u e atendan

bito se haba producido por causas

absolutamente desconocidas.

al nombre de Pepa y Mara Iglesias, al

comprobar que la noche se

Esta muerte, si bien p u d o ser la

primera relacionada de un m o d o u

haba desplomado con rapidez y que los

caminos de tierra q u e para-

otro con las luces extraas que surcan

nuestros cielos, no fue la lti-

ban en Cambroncino eran lugar

predilecto de los lobos y otras ali-

ma. Con la fotografa de Isaac Gutirrez

en las manos, conseguida

maas nocturnas.

tras una labor de ratn de biblioteca

por todos los archivos de la

El tro, cargado con diversos cestos y

viandas, regres cabalgan-

antiqusima ciudad, puse rumbo a d o n d

e Las Hurdes se encrespan
do y sorteando con rapidez los p e q u e
o s afluentes que desembocan

hacia los cielos. La historia del

Duende de Ladrillar ya no podra ser

en el ro Ribera Oveja. Al llegar a una

gran vaguada, no muy lejos del

calificada de leyenda. Los personajes

que asistieron a aquella absur-

pueblo, se percataron de q u e alguien

azuzaba una luminaria sobre

da representacin de lo desconocido,
vivieron y dejaron su huella

las negras aguas. Era, segn relataron

las espantadas mujeres a su

en aquella tierra. Y reconfortado como

pocas veces, con las fotos y

llegada a la aldea, una luz no muy

fuerte y alargada que baca que

los documentos guardados como oro en

pao, me plant en otro

todo se viese como de da. Pensaron en

un principio en algn pes-

poblado d o n d e las luminarias

fatales haban dejado un reguero de

cador o furtivo despistado, pero

conforme las cabalgaduras fueron
sangre y muerte. En Cambroncino, un
remoto rincn de esta curio-

aproximndose al iluminado regato, las

dudas y el ms oculto de los

sa comarca, me esperaba otra gran

aventura. Un fallecimiento gene-

temores fueron hacindose fuertes e

indomables. All no haba

rado por una luz idntica y q u e

provoc los mismos sntomas en

nadie. La luminaria, mortecina,

amarillenta y parecida a una pera,

otro infortunado lugareo...

flotaba sin ser manejada por persona o
maquinaria alguna y realiza-

ba todo tipo de maniobras, dibujando

estelas en las tranquilas y pro-

fundas aguas. Eso slo puede ser cosa

del diablo, pensaron, acudien-

do a la ms elemental lgica hurdana. Y

no les faltaba, en cierta

parte, un pice de razn. Ya en aquellos

aos eran frecuentes las

Transcurridos diez aos del incidente de

Ladrillar, un enigmtico

habladuras en torno a los banastos

voladores y a las colmenas de

foco luminoso iba a traer de nuevo el

desconsuelo y el miedo a los

luz que se haban aproximado con su

fulgor extrao a poblaciones

valles hurdanos. El primero en saber de

esta extraa historia fue el

sumidas en la ms absoluta oscuridad

como Cerezal, Carabusino o

periodista y maestro de toda una

generacin de reporteros, Juan

La Huetre. La crnica viva, interpretada

por los relatos y el boca a
Jos Bentez. En un viaje realizado a
esta comarca a principios de

boca de Las Hurdes, an recuerda

aquella apasionante oleada de las

1983 tras unas sobrecogedoras

informaciones centradas en la aldea

primeras dcadas del siglo, muy lejana

an el agua corriente y la luz

de Vegas de Coria, logr recabar con

precisin y genialidad la prin-

elctrica en los pueblos, que

maravillaron y asustaron a partes igua-

cipal documentacin acerca de otro

encuentro OVNI con desenlace

les a aquellas buenas gentes. Las

apariciones fueron muchas y ante

mortal.

no pocas personas. Y quiz por eso la

certeza de que un diablico

espanto se les haba cruzado en el

camino cobro fuerza entre los

enuntr i s dedar cons us hues o

s enel dur opi zar r al quefl an
q u e a b a tres viajeros que sobre los
caballos trazaban la ruta entre Abigal v
los
el c a m i n o .

montes de Cambroncino en plena noche.

Iba el jinete con intencin de avisar,

gritando con todas sus fuer-

Las dos mujeres, tapndose con los

negros mantos y profirien-

zas al doctor Vctor Snchez, nico

galeno del municipio de Camino-

do rezos en voz baja, optaron por

regresar hacia el pueblo de La

morisco en aquella poca, y que en esa

jornada del 21 de octubre
Pesga y tomar otro camino con tal de
evitar aquella siniestra y mal-

precisamente se hallaba en la escondida

aldea de Cambroncino. Las

fica luz. Pero Nicols, sabedor de q u e

aquello era algo realmente

fuerzas le fallaban y una cortina como

de sangre le cortaba la visin

extrao, y convencido de q u e
cualquiera que fuese el portador de

ele raz impidindole ver el trayecto.

As, casi a ciegas, y ms intu-

aquella misteriosa llama no le iba a

impedir seguir su ruta, se lanz

yendo que observando, el aterrorizado

Nicols Snchez lleg a la

sobre los lomos del corcel en direccin

al regato. Al bordearlo, la

principal calle del pueblo. En ella,

varias docenas de amigos y veci-

cabalgadura, como si premonizara la

tragedia que se vena encima,

nos se reunan espantados al conocer la

noticia. Las dos hermanas,

fren en seco, profiriendo un relincho

que debi escucharse en
q u e recin haban puesto sus pies en la
aldea, haban alertado a las

toda la serrana. A menos de tres metros

de aquel artefacto, el tozu-

gentes del encontronazo con el

espanto y desde haca algunos

do de Cols palideci p o c o a
poco... aquella luz ovalada se haba

minutos todos aguardaban el regreso de

Colas. Los gritos le prece-

elevado unos centmetros y, alejada ya

de las aguas, pareca querer

dieron, llegando ntidos desde el negro

desfiladero que se funde en

retarlo a un solitario duelo en la

oscuridad del valle. Cols, ya con

la entrada al pueblo. Y tras el sonido de

los cascos de la cabalgadu-

el alma en un p u o pero decidido a no

volverse atrs ante aquella

ra, apareci la imagen del antao

fornido pastor con la apariencia de

masa luminosa, agarr su cuchillo, un

descomunal machete con el

ser un muerto en vida. Segn los que all

estuvieron: Traa la tez
q u e tantas noches comparti caceras,
y, haciendo gala de su inne-

plida como la cera. Temblaba como

un nio y balbuceando se

gable arrojo, c o m e n z a galopar

intentando esquivar a la fatal lumi-

meti en su casucha. Incluso parece

que se hizo sus necesidades

naria. Tras una corta carrera, el caballo

volvi a detenerse en un

encima de la impresin que traa el

hombre... Al escuchar aquellas

punto, brincando y alzando las patas

delanteras a punto de dar con

palabras en el lugar exacto d o n d e

ocurri la escena, setenta y cinco

el bravo jinete en los suelos. Cuando

Colas, que por un momento

aos despus, no p u d e evitar

imaginarme a aquel hombre, vencido

crey q u e la luz se esfumaba c o m o

por arte de magia, supo el ver-

en su duelo a muerte con el misterio.

Tras no pocas pesquisas p u d e

dadero motivo del susto de su caballo, a

punto estuvo de verse ven-
localizar en el alargado y siempre
silencioso Cambroncino el hogar

cido por el desmayo. La luz de Ribera

Oveja se haba metido entre

donde, segn recordaban los ya

octogenarios vecinos, pas el infor-

las patas del animal y pareca estar

abrasndolo lentamente mien-

tunado Nicols Snchez Martn sus

ltimas horas hasta la expiracin.

tras aumentaba su intensidad. En ese

instante, el caballero not un

Lo realmente dramtico de la historia es

que el testigo, un hom-

sbito calor a c o m p a a d o de un
mareo q u e poco falt para echarlo

bre de complexin fuerte y salud a

prueba de hierro forjada en la

de nuevo a tierra. Galopando como alma

que lleva el diablo, y con-

aventura de la superviviencia diaria,

falleca a las pocas horas ante

vencido en sus adentros de que aquella

esfera estaba haciendo todo

los asustados vecinos y los llantos

desconsolados de su esposa,
lo posible por descabalgarlo, se dej
los tacones de las botas en los

Estefana Expsito. Colas cont su

historia una y otra vez en su

rones del corcel para huir de all

iniciando una loca carrera entre

lecho mortuorio, como queriendo dejar

testimonio pstumo de la

los montes, al tiempo que gema y

gritaba desconsolado en medio

que haba sido su ltima pelea. El

mdico, Vctor Snchez, en un

de la noche. Los seis kilmetros q u e lo

separaban de la entrada de

afn loable por salvarle la vida al

infortunado pastor, lleg a utilizar

Cambroncino transcurrieron lentos,

eternos... y Colas, en ms de

rudimentarios modos de cura por

cauterio con hierros candentes

una ocasin, creyendo q u e la luminaria

lo segua de cerca, estuvo

como los llamados botones de fuego,

pero ni siquiera ese m o d o de
reactivar el torrente sanguneo fue
eficaz. Atacado por lo que pan'

En unas numerosas visitas al lugar de

los hechos c< improbe que la

ca ser una energa absolutamente

desconocida para la poca, el

trgica aventura haba q u e d a d o

impresa en la memoria popular, que

cuerpo de Nicols Snchez fue

enfrindose hasta convenirse en un

la conservaba, aun ochenta aos

despus, como un verdadero teso-

cadver yacente sobre aquel montn de

hierbas a m o d o de rudi-

ro. Inmerso en mis paseos Cambroncino

arriba, Cambroncino abajo,

mentario camastro.

me top con personas que vivieron muy

de cerca aquel drama real

y propio de la ms negra pintura de don

Francisco de Goya.

Recuerdo, entre tantas, a Juliana

Expsito, vivaracha y amable hijas-

tra de Colas, que recordaba de boca

de Estefana Expsito, esposa
del mrtir, como la sangre se haba
quedado congelada dentro de

las venas de mi padrastro.

Con semejantes declaraciones, a uno se

le quedaba el cuerpo,

nunca mejor dicho, helado. E intentando

reconfortarme y encontrar

de nuevo el calor de las sabias palabras

de los ancianos de aquel

apartado rincn de Extremadura, me

dispuse a llegar hasta el que

llaman Barrio del Teso, una especie

de colonia ya casi derruida
d o n d e tan slo viven algunos
antiguos q u e se resisten a abandonar

lo que en su da fue el centro de aquel

pueblo. Entre sus callejas de

pizarra hall la casa del difunto

Colas, y no me resist a, casi en ade-

mn de reverencia, arrodillarme ante su

puerta, ya hurfana de herra-

jes y maderas, y disparar la Nikon

varias veces hasta finalizar el carre-

te. Aquella era pensaba en silencio

la morada de una de las pri-

meras vctimas de los OVNIs en

nuestro pas. Y no p u d e evitar un

Acta de defuncin del

"Mrtir de Cambroncino";

sobrecogimiento al intentar reproducir

la escena vivida el 21 de octu-

Nicols Snchez Martn.

bre de 1917. Comenz a llover con

fuerza sobre la barriada y, resguar-

dado bajo el quicio de la puerta donde

haca ochenta aos haba llega-

Pertrechados tras las lmparas de aceite

y con las caras desenca-
do aquel infortunado, pens en el
componente absurdo del enigma

jadas, varios vecinos cubrieron el

cuerpo del Mrtir de Cambron-

OVNI, ese misterio q u e all mismo

haba segado una vida humana.

cino, que a partir de ese mismo instante

pasaba a formar parte de la

leyenda. De una leyenda que en la

mgica regin de Las Hurdes

adquiere carcter de rotunda realidad.

De esta dramtica y negra historia slo

nos queda, como en el
caso de Ladrillar, una serie de legajos
que an sobreviven milagro-

Juan Jos Bentez haca alusin, en su

insuperable obra La Quinta

samente a la trituradora del tiempo.

En este caso, las actas de

Columna, a que en la misma fecha en la

que la extraa luminaria

defuncin, en las que se destacaba que

una bronconeumona fulmi-

acababa con la vida de Nicols Snchez,

otros acontecimientos extra-

nante haba acabado con el pobre

Colas, eran el nico vestigio, el

ordinarios se producan a escasamente

doscientos kilmetros en

nico expediente, que avalaban una de

las primeras agresiones

lnea recta. Efectivamente, durante esa

semana de 1917, en la pobla-

OVNI ocurridas en nuestro pas.

cim de Cova de Iria, en las

proximidades de Ftima, los
pastorcillos
Lucia de Jess. Jacinta Marto y
Francisco Marto, de edades compren

A pesar del considerable revuelo

formado en l'tima, los hurda-

didas entre los siete y los diez aos,

eran testigos de las "apariciones
nos no supieron,, hasta muchos aos
despus, que lo que ellos haca

marianas ms importantes del mundo.

Sucesos inexplicables prota-

tiempo haban dado el nombre de Luz

de Ribera Oveja se vena

gonizados por la repetitiva visin de una

misteriosa figura de tez. blan-

paseando por los pagos portugueses

motivando peregrinaciones de

ca, sin pelo y provista de un manto

acolchado que fue bautizada bajo

cientos de miles de personas en una

marea religiosa jams vista en

el prototipo de la Seora de Ftima.

En aquella inolvidable semana,

el mundo. Ni la prensa ni las ondas de

radio eran conocidas en los

y segn qued escrito en los archivos

del doctor Formigao, prefecto

pueblos de Las Hurdes negras en

aquellos principios de siglo. Y los

de la poblacin, tambin esferas

voladoras de vivsimos colores fue-

encontronazos con las fatales

luminarias, y muy especialmente con
ron observadas por miles de testigos al
mismo tiempo. Al observar los

la luz que merodeaba entre las aguas del

pueblo de Ribera Oveja,

diferentes dibujos efectuados por

testigos portugueses y hurdanos no

engrosaron tan slo el archivo popular

construido con el vivo relato

p u d e sino quedarme de piedra ante las

tremendas similitudes. Esas

de los testigos. A la luz de la lumbre, o

en las cerradas noches de

formaciones eran, sino las mismas,

idnticas a las que desde tiempo

cacera, los hurdanos se contaban las

confidencias y siempre acaba-

remoto venan surcando algunos

rincones concretos del Pas Hurda-

ban hablando del mismo enigma q u e

durante tantos aos los trajo

no. Existe una relacin entre ambos

fenmenos? Nos encontramos

locos. Qu clase de luz era esa? Quin

la manejaba y por qu inten-

ante la misma causa interpretada de

modo radicalmente opuesto a cada
taba asustarnos?, se preguntaron varias
generaciones de hombres y

lado de la frontera hispano-portuguesa?

Eso nadie lo p u e d e saber.

mujeres.

Aunque no deja de ser curioso que, en

las mismas fechas, muchos

Hombres y mujeres q u e a principios de

los noventa volvan a

asegurasen ver la encarnacin del

mismsimo Satans en unas luces

recordar ante mi grabadora y block de

notas aquellas aterradoras
de reducido tamao y forma ovalada, al
mismo tiempo que esas mis-

experiencias. Y no poda evitar que un

escalofro me recorriese el

mas luminarias eran foco de atencin

dentro de una serie de aconte-

espinazo de arriba abajo cuando las

mismas interrogantes sin res-

cimientos de carcter divino. Un enigma

con dos caras y quin sabe

puesta volvan a aflorar en las tardes de

noviembre en las que recorr

si un mismo significado...
la zcna en busca de los testigos de esa
esquiva luz sin duee) siem-

pre empeada en perseguir y soliviantar

a los viajeros despistados.

En el propio Cambroncino, entre otras

muchas, supe de la viven-

cia de algunas personas que haban

estado a dos pasos del prodi-

gioso fenmeno. Atardeca en aquella

plazoleta casi vaca, y ante las

miradas de dos mujerucas y de un perro

triste y errante, la grabado-

ra ech a andar. De frente, sincera y sin

miedo, la voz de Irene

Rueda, una mujer que en julio de 1953

se top con lo imposible:

Aquella maana cantaban los gallos.

bamos mi madre, una

sobrina pequeina, mi hermana y yo

para el pueblo de Mohedas, a

una de las ferias a comprar comida y

otras cosillas. Bueno, pues

amaneca y nos pusimos en camino. Yo

iba sujetando a la borrica y

cuidando de la ms pequea, que se

mareaba al ir subida en la
caballera. De repente, y cuando an
no haba clareado, vimos

Irene Rueda explica como -la luz de

Ribera Oreja- se le echaba encima

como una luz muy brillante que flotaba

en el agua. Reluca aquello

un amanecer de 195.1.

sobre lo negro del regato del ro y

enseguida grit mira qu luz ms

bonita, qu ser Todas nos quedamos

en silencio y caminamos

realidad en cada recodo del camino y en

cada alquera. Sucesos
como con algo de miedo. 'Total, que yo
pensaba al principio que

increbles protagonizados por personas

absolutamente crebles. Un

poda ser las luces del pasto que

utilizaban los pescadores... pero qu

cctel explosivo que, desgraciadamente,

ya sera motivo para otra

va. En un momento o mrala si ya

est en el aire", y asi era. Aquella

amplia y documentada obra acerca de

esta tierra nica e incompa-

cosa haba salido recto del agua y iba

iluminando todo el campo,

todo el cascal del ro y todo el camino

como si fuera de da. No baca

rable, paraso para quien no ha olvidado

caminar, observar y sentir,

ningn ruido y pareca una escoba de

palma. Estrechita por arriba

y sobre la que nunca se podr decir la

ltima palabra...

y algo ms ancha por arriba. Todos

sabamos de qu se trataba, por-

que en el pueblo ya se haba aparecido

a varios. As que nos arrodi-
llamos all en plena tierra y dijimos
que Dios nos guarde que esa es

la luz de Ribera Oveja...

Como a tantos otros testigos, Irene noto

cmo un miedo atroz se

apoderaba de su cuerpo y mente. La luz,

silenciosa y con su forma

de llama, los sobrevol casi rozndoles

la cabeza, sin hacer caso

omiso de su presencia. Los rezos, los

responsos y las plegarias contra

los espantos fueron, una vez ms, el

arma utilizada por aquellos que
se vieron sorprendidos en plena
madrugada por la siniestra luminaria.

Ya en la acogedora y fiel posada de

Vegas de Coria, lugar donde

siempre va a parar el maltrecho cuerpo

de este viajero en sus corre-

ras por Las Hurdes, haca acopio de

nombres y personajes ante el

amplio ventanal q u e se asomaba a los

negros y abruptos valles del

silencio. Y all, en la soledad de aquella

habitacin espartana encla-

vada en las mismas entraas de la

tierra sin tierra, no p u d e olvidar

a cuantos haban pasado ante mi

grabadora. Todos haban sido pro-

tagonistas de lo inslito. Marceliano

Carrero, Manuel Guillermo

Velaz, Domingo Nez Crespo, Julin

Sendn, Manuela Iglesias, Juan

Jos Azabal... una lista interminable que

es ejemplo vivo de lo que

ha estado surcando estas tierras durante

siglos. Quin sabe si por los

condicionantes sociales o por su total

aislamiento del resto de la civi-
lizacin, Las Hurdes fueron el lugar
elegido no slo para las lumi-

narias, sino para otra serie de

increbles personajes antropomorfos

a los que la voz popular dio nombres tan

sugerentes como el de la

Chancalaera, El to del Bronci, los

Encorujaos o El Macho Lan.

Enigmas fascinantes y apariciones

presuntamente sobrenaturales que

se han venido observando hasta bien

entrada la dcada de los

noventa. Un mosaico de aventura y

misterio que haca que una vez

ms me sintiera atrapado en aquel rincn

donde lo inslito se hace
OMO TANTOS NIOS ALAVESES,
escuchaba y me sobrecoga en

aquellos inicios de la dcada de los

ochenta con la leyenda

de chate, el pueblo a b a n d o n a d o q
u e tenamos a menos
de 15 kilmetros y q u e tantas veces fue
motivo de excursiones teme-

rarias, frustradas siempre al contemplar

aquel paraje muerto y soli-

tario. Fiel a su leyenda, chate, cuya

terminologa en el antiguo us-

quera significa puerta secreta o del

fro, represent en muchas

personas de mi generacin infantil

temores irracionales y pesadillas

interminables. Se contaban historias

increbles a raz de que un

empleado de la Caja de Ahorros de

Vitoria, llamado Prudencio

Muguruza, fotografiase un gigantesco

OVNI sobrevolando el lugar. La

imagen, donde se reflejaba ntidamente

una inmensa esfera incan-

descente cayendo sobre la zona, recorri

todo el Pas Vasco, acu-

mulando el asunto una gran expectacin.

Poco a poco, las noticias

sobre el poblado d o n d e apareci el

fenmeno recorrieron la comar-

ca erizando los cabellos hasta de los

ms incrdulos. Y es que para
la mayora no caba duda. A la vera de
la capital vasca tenamos un

enigma pendiente del que slo

sobrevivan las viejas piedras y el

esqueleto de sus estrechas calles. Lo que

nadie se imaginaba es que

ellas guardaban las claves para entender

y sumergirse en u n o de los

ms apasionantes expedientes X
espaoles.

Fue en diciembre de 1995 cuando me

propuse investigar a fon-

do en las entraas de la misteriosa

alquera. Por aquel entonces ya

haban vuelto las aguas a su cauce. Y

digo esto porque toda la dca-

da de los ochenta represent un

autntico calvario para los vecinos

de la zona. El enigma de chate alcanz

tal popularidad que, en
poco tiempo, centenares de alicionados
a lo esotrico, sensitivos de
ro carne de investigador de lo inslito,
representaba un autentico

tercera regional, videntes, chillados,

curanderos y satanistas macera-

m o n u m e n t o a lo paranormal.

dos en alcohol convirtieron aquello en

una especie de Lourdes de la

Era el momento de llegar solo hasta

chate, de rastrear entre sus

llanura. Todos esperaban la aparicin,

el milagro o lo sobrenatural

piedras milenarias y de verificar ciertas

informaciones que se haban
como condicin para regresar a sus
casas satisfechos tras haber asis-

visto envueltas por la sombra de la

duda.

tido a algo extraordinario. Todos ellos,

incluso la mucha gente que

As, la Nochebuena de 1995, mientras el

cielo se cerraba sobre

se acerc de buena fe para ver qu se

coca junto al viejo torren de

los campos del Condado de Trevio,

estacion mi vehculo y me dis-

chate, estaban convencidos de q u e lo

que deca la prensa era

puse a recorrer lentamente los dos

kilmetros que separan el anta-

absolutamente cierto. El tema, para los

periodistas alaveses y burga-

o prspero lugar de cualquier vestigio

de civilizacin. Tan slo el

leses. fue una mina recurrente que

saltaba de nuevo a las portadas

ladrido lejano de dos perros cortaba el

silbar constante de un viento

cada vez que era necesario.

lastimero que ya transportaba fras gotas
de agua.

La pregunta es evidente, era cierto lo

que se cont) sobre el pue-

El acceso a este remoto lugar es

dificultoso, abruptas laderas lo

blo?, y, sobre todo, qu parte de

realidad y fraude existe en torno a

resguardan de las miradas curiosas. As

ha permanecido durante el

la leyenda de este lugar? Intentar

descubrir eso, que no era poco, fue

ltimo siglo, vaco, acompaado

tnicamente por el silencio perpetuo.

el motor que impuls) un primer viaje de

investigaci>n al olvidado

Aqu no hay agua corriente, ni luz, ni

telfono... ni tampoco

rincn. Hasta entonces todas las

aproximaciones al tenebroso des-

nadie que lo pueda necesitar. Solamente

una torre blanca y majes-

poblado se haban limitado a pasar

interminables noches de acam-

tuosa, que parece ajena a lo mortecino

del paisaje, rompe la m o n o -
pada a la vera de lo que, con quince
aos y nuestro peculiar y case-

tona que ofrecen las diversas ruinas al

trazarlo que en su da debi

ser la ms prspera aldea de la

comarca. Algo ocurri para que todo

cambiara. La anciana memoria de

aquellos q u e viven en pequeas

poblaciones cercanas como Ajarte o

Imiruri volver a recordar, si

alguien se lo pregunta, un
encadenamiento de tragedias que los
vie-
jos, sentados casi siempre al socaire de
las iglesias romnicas que

rodean la zona, achacan a la

maldicin. Una maldicin que, lejos de

gestarse en la superchera popular,

parece estar avalada por multitud

de documentos histricos q u e nos

hablan de repentinas epidemias,

desapariciones y todo tipo de

calamidades que parecan cebarse

exclusivamente con este lugar.

Tras constatar q u e toda la vecindad,

harta de los vaivenes de los
ltimos aos, recordaba perfectamente
algunos extraordinarios suce-

El de chale es

sos, y como no era nada disimulado el

temor de muchos hacia ese

un paisaje muerto

rincn del Condado de Trevio, me

dispuse a fotografiar los restos del

y desalado.

Hoy tan slo se alza

poblado mientras en las aldeas cercanas

se cerraban las contraven-
el torren as

tanas y el cantar de los pjaros

anunciaba la llegada de las sombras.

derruido, vestigio de

Ya junto al torren romnico, en la ms

absoluta soledad, not

un pasado glorioso

trucado por la

como si alguien me observara... una

sensacin ya cotidiana en los

supuesta maldicin.
viajes a la bsqueda del misterio. Gir
varias veces la cabeza dis-
puesto a encontrarme con alguna mirada
escondida entre los mato-

Alli, en la Nochebuena de 1995,

reflexionaba junto a unas olvi-

rrales. Pero all no haba nadie. Lo

prudente en estos casos es que la

dadas tumbas y una torre intil y

desvencijada... sintindome extran-

frialdad del raciocinio borre de un

plumazo cualquier atisbo de

jero profanador de los secretos y

miserias de aquel pueblo maldito.

intranquilidad. Y as intent hacerlo,

recorriendo palmo a palmo

La tormenta, mostrando a lo lejos su

aparato elctrico, me indic

aquel sombro lugar hasta darme de

bruces con las hileras de peque-

a su modo que deba alejarme del lugar.

Y as, con la cmara sujeta

as tumbas q u e rodeaban la zona.

como fiel amiga y arma dispuesta

siempre a llevarse la gran exclusi-

Me agach para despejar la tierra

acumulada en su interior y ase-
va, fui descendiendo por el camino
estrecho y embarrado sin querer

gurarme de que, efectivamente, hace

siglos pequeos cuerpos repo-

mirar hacia atrs.

saron en aquella ladera. Quines eran?

Y por qu all?, escrib en

el cuaderno de c a m p o apoyndome en
la vieja necrpolis.

Observando aquellos diminutos

sepulcros me invadi una pro-

funda tristeza. Tan slo el chasquido de

la Nikon y el parpadeo del
fias se escuchaban mientras un cielo
violeta cubra completamente

Veinticuatro horas despus, Alfredo

Resa me esperaba impacien-

los valles. Haba empezado a llover

sobre el pueblo maldito. Y he de

te en su antigua y confortable vivienda

ubicada en pleno centro de

reconocer, como no lo haba hecho hasta

ahora, que me volv a sen-

Vitoria. Una carpeta repleta de

minuciosa documentacin apareci

tir acompaado muy de cerca por algo o

alguien. Un centinela,

entonces como un tesoro en aquel cuarto

de paredes blancas y am-

quin sabe si de otro espacio y tiempo.

Su presencia, cada vez ms

plios ventanales. Para este afable y m e

n u d o tcnico de Radio Euska-

intensa y cercana, me hizo debatirme en

una lucha interna contra mi

di, la vida cambi al conocer la

Leyenda Negra de chate. Muchas

propio miedo. Y encantado acept el

reto paseando de nuevo entre
noches en vela y jornadas interminables
entre archivos haban pasa-

las ruinas conforme la noche me

alcanzaba.

do desde entonces. Son ms de quince

aos estudiando lo que all

ocurre, en silencio, con un grupo de

personas rigurosas que lo ni-

co que queremos es saber por qu

acontecen precisamente en ese

lugar todo tipo de fenmenos extraos

desde tiempos remotos, me

comentaba, mientras sealaba la

archiconocida imagen del globo

luminoso descendiendo sobre la zona

obtenida haca quince aos

por Prudencio Muguruza.

Segn afirmaba Resa, la dramtica

historia del lugar se compona

de sucesos que se remontaban a tiempos

prcticamente medievales.

Generacin tras generacin se ha venido

hablando de ellos, unien-

do la voz popular el fenmeno de la

maldicin con la presencia de
inexplicables manifestaciones
paranormales. A la bsqueda de res-

puestas, este profesional de la radio

consult los archivos histricos

El autor observa algunas

de las provincias de lava y Burgos,

para conseguir datos, fechas y,

de las pequeas tumbas

en definitiva, confirmaciones.

antropomrficas que,

Los escasos legajos que mencionan a

chate seguan durmiendo
a modo de inslita necrpolis,

rodean el poblado desde

plcidamente en los viejos

clasificadores. Gracias a la pericia de
Resa

tiempo inmemorial.

y a su afn recopilatorio p u d e reunir

un material de valor incalcula-

ble, documentos que dejaran perplejo a

cualquier experto en historia

TODA LA comarca, Es precisamente en

este perodo cuand o comenza
o medicina. Datos reales que
simplemente demostraban lo excep-

ra a desarrollarse la supuesta maldicin.

Confluirn escalonadamen-

cional de aquel paraje.

te, v en tan solo una dcada, diversas

epidemias que arrasarn toda

Y, como si hubiese descubierto el man,

me enfrasqu aquel me-

la poblacin. En 1860 se extiende la

viruela, de la que apenas sobre-

dioda en la lectura pormenorizada de

todo el apasionante material
viven una decena de personas. Cuatro
aos despus el tifus se pro-

para ir bosquejando con mis notas la

maltrecha historia de chate.

pagar con furia devastadora, volviendo

a dejar yermo de vida el

Confirm as que el nombre de Goate

(puerta de arriba) aparece

lugar. Tras esta plaga, chate volvi a

repoblarse rpidamente, pero

por vez primera en 1134, dentro de la

Nmina de San Milln, como

el tringulo mortal se completara

fatalmente cuando, en 1870, una

referencia a un p e q u e o poblado que

contaba con quince almas por

epidemia de clera fulminante sepult

para siempre a las personas

aquel entonces. Un siglo ms tarde se

construye la torre que ahora es

q u e intentaban en vano reconstruir la

alquera. El p e q u e o cemen-

el nico vestigio del antiguo chate.

Estaba dedicada a San Miguel

terio de la localidad no dio abasto con

los cadveres y se decidi
Arcngel, y su emplazamiento, sobre una
altura de 702 metros,

enterrar casi todos los cuerpos en la

vaguada que forma el centro de

dominando la llanura, y la particular

coloracin blanquecina de sus

la aldea.

piedras, hacan q u e durante la noche

fuera distinguible desde los

El pueblo q u e d absolutamente
deshabitado y una gran interro-

mltiples caminos que se adentran hacia

el puerto de Vitoria. Para
gante pulul por sus viejas
construcciones intentando desvelar el

algunos historiadores alaveses no deba

descartarse la idea de que

misterio de las tres inexplicables

epidemias. Cmo era posible que

actuara a m o d o de rudimentario faro

para orientar a carruajes y cam-

solamente afectaran al pueblo de chate

sin mermar la salud de nin-

pesinos.

gn otro habitante de las aldeas

cercanas? Nadie p u d o pasar por alto
En 1254 la aldea parece haber sido
tragada por la tierra. Incom-

la aparente seleccin q u e la
enfermedad haba realizado con el lugar

prensiblemente, ningn dato sobre ella

vuelve a aflorar hasta bien

respetando al resto.

entrado el siglo XVI. De aquella poca

oscura slo parecen haber

chate, como confirman todos y cada u

n o de los legajos ecle-

sobrevivido las hileras de tumbas que

rodean el pueblo. Tumbas
sisticos, siempre permaneci en
constante comunicacin con las

para albergar, por su reducido tamao, a

nios o gente extraordina-

poblaciones de Imiruri, San Vicentejo,

Aguillo y Ajarte a travs de

riamente pequea. Fueron colocadas

junto a los precipicios que

vveres, aguas, medicinas, ganado y

trnsito humano. Es incompren-

flanquean la zona, con formas

anatmicas cavadas en la roca como

sible que tres infecciones altamente

contagiosas por este tipo de vncu-

ptreos sepulcros que an dividen a los

estudiosos de la historia ala-

los slo llenaran de muerte las entraas

del pueblo maldito. Los

vesa.

habitantes de las localidades cercanas,

ajenos a la plaga, se convir-

Ante la carencia total de datos se

especula hoy con varias hip-

tieron en simples testigos de la rpida

aniquilacin de chate. Todos,
tesis, siendo el establecimiento de
alguna sociedad medieval de tipo

viendo aquel paraje rebosante de ruinas

y cadveres, creyeron a pies

templario la que cobra ms fuerza.

juntillas en la sobrenatural condena que

pareca haber llegado hasta

En 1557 chate era un despoblado,

estaba vaco por primera vez

aquel recndito lugar.

en su historia. La emigracin de sus

habitantes hacia otras aldeas, o
Sobrecogido por los datos, me reclu
rodeado de libros de medi-

su muerte y desaparicin, dejaron

abandonado el pueblo maldito.

cina dispuesto a saber, costase lo que

costase, si aquellas tres pestes

Y as lo estuvo hasta 1750. En aquel

ao, el censo daba referencia de

tenan alguna explicacin lgica y, sobre

todo, si cronolgicamente

seis habitantes en el lugar. Pero el

crecimiento y la prosperidad

se correspondan con otras surgidas en

el resto del Estado. Las con-

alcanzada por chate durante el pasado

siglo le hicieron convertir-

clusiones que obtuve, y q u e a

continuacin expongo ntidas y cla-

se, segn confirm por aquellos datos,

en el lugar ms poblado de

ras, me dejaron de piedra.

Clera morbo asitico: Afeccin

endemoepidmica de origen
caracterizada p o r e r u p c i o n e s c v
i n t e n i a tpicas q u e dejan visibles
cica indostnico, causada por un
microorganismo llamado Vibrn (Col-

trices v l e s i o n e s en las m u c o s a s
. D e s d e 1799, c o n la a p l i c a c i
n de rico o Vibrio comma, descubierto
por Koch en 1883. En sus tres fases

estudios de Eduardo Jener, dejo de

provocar el descenso de la

(diarrea premonitoria, receso de

temperatura y cadaverizacin), el

poblacin de modo drstico. La friolera

de setenta aos despus, en
cuerpo pasaba en pocas horas de los 25
grados a 43. La enfermedad

chate, se produjo una epidemia

incontrolada que fulmin) a todos

era de carcter epidmico en zonas

concretas del este y sudeste asi-

los moradores cuando esta enfermedad

apenas representaba peligro

tico, y tan slo en ocasiones puntuales

lleg hasta Europa. En Espaa

en el resto de la Pennsula.

se produjo la primera gran epidemia en

1835, entrando exactamente
Por qu?, me pregunt en la soledad del
archivo. Por qu ocurra

por el puerto de Vigo proveniente de la

cuenca del Volga. Se exten-

esto en aquel remoto pueblo?

Convencido de que la medicina otor-

di en la primera semana por Andaluca

y en das posteriores en

gaba marchamo de inexplicable a lo que

all sucedi el pasado siglo,

focos de Extremadura y Catalua. En

1854, la oleada de muerte aso-

me enfrasqu sin perder tiempo en otros

no menos misteriosos asun-

l toda nuestra costa mediterrnea an

con ms virulencia, provo-

tos que, precisamente en esos aos,

surgieron en chate, dndole a

cando un estado de pnico en las

provincias de Levante, d o n d e las

esta historia tintes an ms tenebrosos.

vctimas caan fulminadas en plena

calle. Posteriormente, en 1865, se

produjeron las otras dos grandes plagas

espaolas, que fueron ms
controladas por unas autoridades
sanitarias que ya saban a lo que

tenan que enfrentarse. En 1885 se

dieron los ltimos casos muy

localizados de nueva epidemia en

Valencia, lugar que pareca maca-

Aquel fue el ltimo paseo del prroco

de chate. Antonio Ville-

bramente predilecto por el mortal

bacilo. As pues, el brote de cle-

gas se encamin a la ermita de

Bergondo, en la zona superior del

ra fulminante, que espesaba la sangre y

mataba en horas, surgido en

pueblo, dispuesto a recoger varios

utensilios para acondicionar algu-

chate en 1870, se produjo en un tiempo

en que la Pennsula, y ms

nos hogares abandonados tras el reciente

azote del tifus exantem-

concretamente la regin alavesa, estaba

totalmente libre de este mal.

tico. Esa fra maana, en noviembre de

1868, fueron varios los veci-

nos que lo vieron subir por el camino q

u e bordea la torre blanca,
Tifus exantemtico endmico:
Infeccin contagiosa, acompa-

a n d a n d o presuroso ante lo urgente

del encargo. Pero aquella cami-

ada de erupciones diversas, provocada

principalmente por sucie-

nata hacia el templo sera la ltima.

Jams su oronda silueta volvera

dad y hacinamiento, siendo el principal

vector transmisor la morde-

a dibujarse por aquellos montes. Segn

indicaban las viejas crnicas

dura de algunos animales. Se propagaba

en el este y sur de Europa,

del Arzobispado, fueron varios los

grupos de vecinos que rastrearon

siempre a travs de elementos tan

concretos como el agua, alimen-

con insistencia el terreno, albergando

esperanzas de encontrarlo

tos, chinches, ratas, caros y pulgas del

ganado lanar y caprino. Los

malherido. Pero ni hondonadas ni

terraplenes custodiaban su cuer-

sntomas primarios eran fuertes cefaleas,

diarrea y obnubilacin. En
po. La desaparicin fue denunciada a los
pocos das, cursndose las

1864 aniquil a la poblacin de chate,

respetando al resto de la

pertinentes diligencias en el pueblo de

Trevio. No haba, segn las

comarca, con la que se haca constante

trnsito de animales, ali-

autoridades de la poca, motivo

aparente para que el padre Villegas

mentos y agua. Una aterradora

contradiccin que nadie se ha logra-

dejara tantos enfermos y obras a medio

reconstruir en chate. El

do explicar an.

Arzobispado de Burgos, a cuya

jurisdiccin pertenece la comarca,

continu enviando puntualmente los

honorarios del prroco durante

Viruela: Enfermedad infectocontagiosa

que rara vez se presen-

varios meses, extraado ante lo inslito

de la desaparicin. Nadie uti-

taba de forma endemoepidemica,

causada por un virus filtrable y
liz aquellos emolumentos, ni nadie
tampoco volvi a dar jams fe
en otras tierras de Antonio Villegas,
prroco de Ochate, de cuarenta

en l'>r\, el primero en denunciar la

presencia de luces extraas

aos de edad y, para muchos, primera

vctima del pueblo maldito.

sobre las ruinas de chale. Desde su

domicilio observ las evolu-

La misteriosa desaparicin de personas

en la zona ha continua-

ciones de una luz esfrica que pareca

descender en vertical hacia el
do durante aos. Vecinos de las aldeas
cercanas y pastores que per-

poblado. Raudo, dej atrs el cruce de

caminos que muy pocos se

noctaban guareciendo a sus rebaos han

sido las infortunadas vcti-

atrevan a rebasar y se adentr en las

ruinas. All, sobre la torre, se

mas. A principios de siglo, el miedo a

las ruinas de esta aldea muerta,

balanceaba algo parecido a un globo

blanquecino y silencioso de

o a sus hipotticos y fantasmales

moradores, hicieron clebre un

dos metros de dimetro. Tras

permanecer esttico unos segundos,

dicho referente a la gran pea de granito

que se alza en las proximi-

se desplom sobre la edificacin

iluminando toda la zona con fuer-

dades y que an retumba en todo el

Condado de Trevio: Pea de

tes resplandores. Ante tan inusual

espectculo, el asustado testigo

Arrate, cae y mata a esos jodidos de

chate. Era la sentencia que la
emprendi veloz carrera hasta llegar
como alma que lleva Satans a

voz popular gritaba siempre

demostrando su odio.

su hogar. All sell su voz. Slo la

palabra de otros muchos campe-

El 20 de agosto de 1970 apareci, segn

recuerda gran parte del

sinos que haban presenciado idnticas

luminarias le hicieron dar a

vecindario, el cuerpo de el agricultor F.

Amestoy totalmente carbo-

conocer su odisea.
nizado. Algunos tienen fresca la imagen
del cadver en el camino

Con el paso de los aos, los ovnis que

parecen caer sobre la zona

que conduce a chate como una

dantesca visin. Nadie sabe cmo

se han convertido en algo casi habitual.

Uno de los episodios ms

p u d o ser. No se encontr ni rastro de

gasolina o materias inflamables

impresionantes al respecto fue el que le

toc vivir a un fornicio agri-

en los alrededores.
cultor de Navarrete, otra localidad
prxima a chate. A las 23:15 horas

Segn me confirmaba u n o de los

estudiosos del asunto Ocha-

del 17 de agosto de 1978, ngel Resines

se encontraba regando su

te, esa misma noche en la localidad

Marqunez, sita a tan slo unos

kilmetros del lugar, desapareci como

tragado por el aire el joven

agricultor Juan Pech. Transcurrido un

cuarto de siglo, la Guardia

Civil constat que jams regres. Segn

atestiguan sus propios veci-

nos, su comportamiento haba sido

absolutamente normal en las jor-

nadas anteriores. En su humilde

vivienda quedaron restos de la

comida a medio hacer, ropas, enseres

personales, dinero... Qu

haba sucedido aquella dramtica noche

en las cercanas de chate?

Qu clase de fuerzas tenan

atemorizados a los nobles campesinos

de la comarca? Ms de u n o achacaba
toda la culpa a los objetos lumi-
nosos que desde los aos cuarenta
parecan custodiar el pueblo fan-

tasma surcando los cielos a gran

velocidad. Y a la caza de esos testi-

gos me lanc de nuevo a la carretera.

El 24 de julio de 1981

el oven empleado de banca,

Prudencio Muguruza, realiza

una instantnea que dar

Tras mil y una andanzas por esos

campos rojizos y solitarios del
la vuelta al mundo. Era

Condado de Trevio p u d e saber que

fue el labrador Vctor Moraza,

el llamado Ovni de Trevio.

p e q u e o huerto. E un principio, no
prest atencin a una luz. blan-

de las fotografas de Muguruza, y las

posteriores declaracio-

ca, no ms grande que una estrella, que

pareca avanzar provenien-

nes de ste, recordando la negra leyenda

de chate que se comen-

te del norte (direccin chate). A los

pocos segundos, y sin tiempo

taba por aquellos lares d o n d e viva su

familia, encendieron la curio-

para reaccionar, algo parecido a una

gigantesca pelota de rugby se le

sidad de cientos de personas que a partir

de ese instante, unos bajo

ech encima, descendiendo casi a ras de

suelo. Atemorizado, Resi-

el prisma de la investigacin, y, los ms,

movidos por la diversin,
nes se ocult en un p e q u e o
cobertizo al tiempo que vea cmo el

se iban a acercar paulatinamente hasta la

vieja aldea. Prudencio

aparato remontaba el vuelo dividindose

repentinamente en tres

Muguruza, tras su encuentro con el o v n

i de Trevio, se convirti en

objetos parecidos y de un tamao

semejante. Alineados, los tres ovnis

el abanderado del pueblo maldito. El

convencimiento de q u e en

aceleraron en el ms absoluto silencio

hacia unos montes prximos.

chate confluan todo tipo de energas

negativas le hicieron decla-

Tras un corto vuelo cayeron a tierra. El

testigo, que comenz a ser

rar que slo en esa zona existen espinos

venenosos nicos en el

invadido por una fuerte sensacin de

sopor y mareo, puso pies en

m u n d o y piedras que laten y se

convierten en algo parecido a co-

polvorosa, preso de una gran excitacin,

dejando all todos sus ape-
gulos sanguneos. Sus investigaciones
histricas fueron esenciales,

ros de labranza.

pero lo cierto es que, tras la polvareda q

u e l levant, arribaron a la

Historias como stas h u b o muchas; sin

embargo, fue el 24 de

aldea abandonada todo tipo de

indeseables. Las orgas y noches

junio de 1981 cuando se produjo el

avistamiento que cambi, para

mgicas en la zona acabaron, como en

1988, con personas en la
bien o para mal, toda la historia del
pueblo muerto. Un joven de 25

enfermera, intoxicadas tras ingerir

extraos brebajes. Los destrozos en

aos, trabajador de la Caja de Ahorros

Provincial de Vitoria, llamado

la ermita, e incluso el incendio del

retablo policromado de chate,

Prudencio Muguruza, fue el protagonista

de la odisea. Aquel atarde-

es an recordado por los vecinos del

pueblo que, realmente furio-

cer descubri, mientras paseaba con su

perra de caza por las inme-

sos, han permanecido varieos aos

negando lo que ocurre por temor

diaciones de Aguillo, una gran esfera

azulada que pareca descender

a la masa de obnubilados que all se

concentraba. Las ansias de

en las cercanas de chate. Senta un

miedo indescriptible, oa a mi

toparse con lo imposible, para muchas

de estas personas movidas

alrededor una especie de intenssimo

zumbido; sin pensarlo dos
por lo misterioso del asunto, iban a
convertirse muy pronto en expe-

veces, como un autntico autmata,

saqu una foto con mi modes-

riencias difciles de olvidar.

ta cmara a aquel increble fenmeno,

me comentaba al recordar

aquella vivencia.

Las placas del ovni de Trevio fueron

vendidas por 500.000

pesetas y reproducidas en todo el Pas

Vasco a lo largo de 1981. La
fama de aquellas impactantes fotografas
an divide a los investiga-

Me encontraba junto a la torre,

observando la noche estrellada,

dores-, mientras para los ms escpticos

el clebre objeto no es ms

en pleno silencio. Fue a eso de las dos

de la madrugada cuando

que un cmulo nimbo retratado en unas

condiciones atmosfricas

not unas pisadas que se oan

ntidamente a mi alrededor y que

ideales para que parezca algo extrao,

otros, como Juan Jos Ben-

poco a poco iban estrechando un

crculo. Te puedo jurar que en

tez, no han dejado de apostar por la

veracidad de las clebres im-

aquel momento no haba nadie en el

lugar y que se perciba clara-

genes. Los anlisis fotogrficos

realizados con el mximo rigor en

mente el sonido de la hierba mojada

aplastndose cada vez ms

un laboratorio de Bilbao demuestran

rotundamente que bajo esa
cerca, unas veces delante, otras detrs,
trazando una circunferen-

luz de Trevio hay un gran aparato

compacto, metlico, de gran-

cia. Me qued paralizado, inmvil por

el terror, no saba s salir

des dimensiones que se est

desplazando por los cielos, me ha repe-

corriendo hacia donde estaban mis

compaeros o tirar monte arri-

tido siempre q u e le he consultado

sobre la controvertida cuestin. La

ba. En ese instante not cmo una

mano, algo helado, me rozaba
lante, porque ah. en la 'puerta secreta-
existe algo desconocido1

Aque/la noche estbamos un grupo de

aficionados haciendo

Quiz por eso su imagen se apareci en

aquel pajar...

pruehas con curios equipos modernos

que habamos adquirido. Me

extrao que al ir alejndome con mi

coche del grupo principal

aquel artilugio comenzara a fallar.

Y eso no poda ser debido a algo

natural? irrump, acercn-
dole ms el magnetfono.

No, casi seguro. Estaban todas las

bateras recin colocadas. Era

como si al llegar a las inmediaciones

del camino que conduce has-

ta chate surgiese una barrera

tcnica imposible de flanquear.

Total, que bastante mosqueado decid

alejarme un poco para darla

vuelta en ese camino estrecho. Nada

ms hacer la maniobra y enfi-

lar el camino me percat de que dos

tos se acercaban por un late-
ral. Me qued un poco aturdido y
enseguida comenc a asustarme,

pues no poda tratarse de ninguno de

los compaeros. Fren un poco

y me qued helado. Eran altsimos e

iban vestidos con un atuendo

muy ceido y con bandas ms claras

sobre fondo oscuro. Te puedo

jurar que me aferr al volante y no

supe qu hacer. La cabeza, donde

El investigador

no se poda distinguir rostro alguno,

era como un capirote ovalado.
Alberto Fernndez puso fin

a su vida de un modo trgico.

Algo increble. Se fueron alejando tras

atravesar una pequea vere-

l pensaba que en chate

da y all me qued yo completamente

muerto de horror. Estaba tem-

estaba la puerta hacia otras

blando. Aquellos tos, que se movan

pausadamente y siempre fue-

dimensiones desconocidas.
ron en paralelo, medan por lo menos
tres metros. Eso te lo aseguro.

Tras el triste acontecimiento decay el

inters en muchos grupos

Regres a toda velocidad hasta el

vehculo donde estaba el resto

de investigacin de la capital alavesa.

Quiz algunos haban com-

del grupo. La verdad es que estaba tan

nervioso que hice que cun-

prendido que la supuesta maldicin

poda ir ms all de lo que en

diese el pnico. Pero qu poda yo

hacer! Los haba tenido a diez

un principio imaginaron.

pasos. Ahora se me pone la carne de

gallina slo de recordarlo. Era

En ese mismo ao 19o7 otro joven

prometi no volver Jams has-

ta las inmediaciones de chate. El

motivo no poda ser ms obvio.

A Mikel Colmenero, radioficionado y

cmara de una productora de vdeo

de Vitoria, se le encogi el alma en la

garganta cuando vio lo que vio.
Y es que aquello eran dos autnticos
gigantes. De autntico espan-

to fue esa noche... Y le hice contar

pausadamente aquello ante mi

grabadora, mientras en el exterior la

vida de la capital vasca pareca

As vio Mikel Colmenero

ajena a nuestras conversacin.

a los dos extraos seres

Su testimonio, vivo y directo, era otro

varapalo ms para los que

espectrales que se le
cruzaron en el camino

argumentan que el delirio de la gente ha

sacado de contexto meras

en las cercanas

leyendas populares en torno al lbrego

poblado.

de chale en 1987.
en la espalda, era el tacto de alguien
invisible, de alguien que esta-

comenzaron a orse con toda nitidez

detrs del grupo, en el camino

ba all en aquel momento!, y eso te uro

que cambia la cicla de uno.

empedrado que lleva hasta la torre del

pueblo maldito. El mismo

d o n d e desapareci de la faz de la
tierra el prroco Villegas.

Incluso los enigmticos ecos que

parecen flotar sobre chate

haban sido registrados. Esa era una de

las sorpresas que me reser-

vaban Alfredo Resa y Fernando Gil. He

de reconocer que, con la

noche ya sobre nosotros, me impresion

vivamente escuchar aque-

llas voces grabadas en enero y junio de

1987. La primera era el chi-

llido de una nia que exclamaba

Pandora! O tal vez el grito deca

-kampora, que en eusquera significa

fuera? Una voz grabada dentro

de la Torre de San Miguel y cuya nitidez

sobrecoga. El significado de
la segunda psicofona, obtenida a una
altura superior dentro de la

misma construccin, dejaba en el aire

una serie de preguntas que an

mantienen en vilo a estos investigadores.

Una voz ms ronca, de mujer

madura, se lamenta diciendo: Qu hace

an la puerta cerrada?...

El empresario Fernando Gil,

Y las hiptesis, por necesidad, surgen

como un poderoso caudal.

uno de tantos testigos

de los extraos sucesos de

A qu puerta se refiere la voz? Quiz

a la misma puerta secreta o

chate: Aquella noche not

del fro que entraa la etimologa del

propio chate?

como alguien invisible iba

Al mismo tiempo q u e los estudiosos

obtenan estas introduccio-

haciendo crculos en torno

a m v una mano helada

nes paranormales un tremendo
acontecimiento se iba a cernir sobre

me tocaba el hombro...

la historia del pueblo. El extrao

suicidio de un investigador de tode)

cuanto ocurra en chate, Alberto

Fernndez, que apareci asfixia-

As de impactantes retumbaban las

palabras de Fernando Gil en

do en el interior ele su coche al que

previamente le haba sellado las

mi grabadora. Este vitoriano, agente de

una prestigiosa compaa de
ventanillas. Fue un autntico mazazo
para todos. LJn mes despus

seguros, era hombre templado y poco

dado a las fantasas. Su inicial

del trgico suceso, varias personas,

entre ellas Fernando Gil y Luis

escepticismo se quebr cuando aquella

noche de junio de 1986 not

Gmez, oyeron lamentos y fuertes

latidos en el interior del coberti-

una presencia invisible a su lado. Algo

que lo marc para siempre y

zo que se encuentra prximo a la torre.

Muchos no dudaron en afir-

que le hace seguir afirmando q u e

chate es la puerta de algo, es un

mar que por el hueco de la puerta ele

dicho edificio transluca una

lugar donde se mezclan todo tipo de

energas que parecen manifes-

efigie humana con barba y nariz aguilea

que algunos rpidamente

tarse en momentos muy concretos,

como esperando salir a la luz.

identificaron con la faz del difunto

Alberto F. El propio Fernando Gil,
q u e pase') muchas noches de rastreo en
chate junto al finade), me

Luis Gmez fue testigo de excepcin de

un fenmeno vivido

comentaba el suceso desde cierta

perspectiva: Para m, esta muerte,

hasta la saciedad por los pastores de la

comarca; voces y lamentos

este suicidio, tiene otro significado. l

estaba obsesionado con Ocha-

que llegan a los odos mientras son

transportados por el viento del

te, vena constantemente a investigar

con nosotros. Fueron diversos

atardecer. En febrero de 1987, este

investigador, en compaa ele

problemas personales los que le

condujeron a aquello, y no las ener-

varias personas, tuvo que salir a la

carrera al percibir una especie de

gas negativas del pueblo maldito como

algunos piensan. Para m,

gruidos indescifrables, como

bramidos de un animal extrao que

a pesar de todo, fue tambin una

muestra de decirnos, seguid ade-
lante, porque ah. en la 'puerta secreta-
existe algo desconocido1

Aque/la noche estbamos un grupo de

aficionados haciendo

Quiz por eso su imagen se apareci en

aquel pajar...

pruehas con curios equipos modernos

que habamos adquirido. Me

extrao que al ir alejndome con mi

coche del grupo principal

aquel artilugio comenzara a fallar.

Y eso no poda ser debido a algo

natural? irrump, acercn-
dole ms el magnetfono.

No, casi seguro. Estaban todas las

bateras recin colocadas. Era

como si al llegar a las inmediaciones

del camino que conduce has-

ta chate surgiese una barrera

tcnica imposible de flanquear.

Total, que bastante mosqueado decid

alejarme un poco para darla

vuelta en ese camino estrecho. Nada

ms hacer la maniobra y enfi-

lar el camino me percat de que dos

tos se acercaban por un late-
ral. Me qued un poco aturdido y
enseguida comenc a asustarme,

pues no poda tratarse de ninguno de

los compaeros. Fren un poco

y me qued helado. Eran altsimos e

iban vestidos con un atuendo

muy ceido y con bandas ms claras

sobre fondo oscuro. Te puedo

jurar que me aferr al volante y no

supe qu hacer. La cabeza, donde

El investigador

no se poda distinguir rostro alguno,

era como un capirote ovalado.
Alberto Fernndez puso fin

a su vida de un modo trgico.

Algo increble. Se fueron alejando tras

atravesar una pequea vere-

l pensaba que en chate

da y all me qued yo completamente

muerto de horror. Estaba tem-

estaba la puerta hacia otras

blando. Aquellos tos, que se movan

pausadamente y siempre fue-

dimensiones desconocidas.
ron en paralelo, medan por lo menos
tres metros. Eso te lo aseguro.

Tras el triste acontecimiento decay el

inters en muchos grupos

Regres a toda velocidad hasta el

vehculo donde estaba el resto

de investigacin de la capital alavesa.

Quiz algunos haban com-

del grupo. La verdad es que estaba tan

nervioso que hice que cun-

prendido que la supuesta maldicin

poda ir ms all de lo que en

diese el pnico. Pero qu poda yo

hacer! Los haba tenido a diez

un principio imaginaron.

pasos. Ahora se me pone la carne de

gallina slo de recordarlo. Era

En ese mismo ao 19o7 otro joven

prometi no volver Jams has-

ta las inmediaciones de chate. El

motivo no poda ser ms obvio.

A Mikel Colmenero, radioficionado y

cmara de una productora de vdeo

de Vitoria, se le encogi el alma en la

garganta cuando vio lo que vio.
Y es que aquello eran dos autnticos
gigantes. De autntico espan-

to fue esa noche... Y le hice contar

pausadamente aquello ante mi

grabadora, mientras en el exterior la

vida de la capital vasca pareca

As vio Mikel Colmenero

ajena a nuestras conversacin.

a los dos extraos seres

Su testimonio, vivo y directo, era otro

varapalo ms para los que

espectrales que se le
cruzaron en el camino

argumentan que el delirio de la gente ha

sacado de contexto meras

en las cercanas

leyendas populares en torno al lbrego

poblado.

de chale en 1987.

como si los hubiese sorprendido. So/o

pienso que buho un momento

agravante del caso es que ambas se

encontraban separadas en ape-

que pens ir hacia el lugar sin coche.

Imagnate s me los llego a

nas 300 metros. Desde las 23:30 horas

hasta las 3:30 horas los sargen-

topar andando en plena oscuridad,

para morirse ah mismo!

tos L. Balbino, P. Resines y M. Laborda,

al m a n d o ele dichas compa-

Las palabras de Mikel Colmenero

sonaban rotundas y veraces.

as, intentaron en vano comunicarse por

radio. Unas inexplicables

Casi entre llantos, me confes q u e en

una cinta magnetofnica
interferencias hacan imposible la
transmisin, motivo por el cual el

que llevaba en su automvil, en el

momento del encuentro, apare-

sargento Resines sali c a m p o traviesa

para enlazar con el resto de

ci grabada la frase Yo s estoy ntida

y claramente. Segn me con-

soldados. Fue intil, el propio militar se

extravi, conociendo per-

fes, el instinto y el miedo le obligaron

a deshacerse de ella. Una

fectamente la zona, asegurando no saber

d n d e haba estado duran-

pena, pero c o m o persona, que no como

periodista, comprend esta

te varios minutos. Se perdi el contacto.

Las compaas estuvieron

vez su arrebato. Quin no hubiese

hecho lo mismo?

dando vueltas sin poder enlazar unas con

otras hasta bien entrada la

Me desped de l recordando casos

absolutamente idnticos,

madrugada, conscientes de lo
esperpntico ele la situacin. Ante el
como los ocurridos en Paradaseca
(Orense) en pleno 1997, donde el

cariz que tomaban los acontecimientos, y

dentro de un nerviosismo

pastor Heliodoro Nez observ lo que

pareca ser la misma pareja

creciente, fue el propio capitn

Aparicio, al m a n d o de dichas com-

de penitentes, o en Riomalo de
Arriba, donde el comerciante Mar-

paas, el q u e dio la orden de

abandonar aquel lugar. Los carros

celiano Carrero Martn se top de

bruces con el mismo fnebre do.

penetraron de nuevo en la base militar

ele Araca a las 4:15 ele la

Como tantas otras veces, las piezas

encajaban, a pesar de la mucha

madrugada con el susto y la sorpresa

pegados al uniforme. Cmo

distancia geogrfica y temporal que

separaba los diferentes sucesos.

era posible que un grupo de avezados

militares perdieran mutua

Era simplemente una confirmacin ms

de que Mikel Colmene-
referencia y deambularan por el pueblo
maldito durante cuatro

ro no menta.

horas como si el resto de carros hubiera

desaparecido repentina-

mente? El suceso, del todo inexplicable,

y quiz demostrativo de que

Casi finalizada la investigacin sobre el

Expediente chate no

algn tipo de energa con capacidad

para bloquear diferentes apa-

me resist a indagar sobre uno de los

grandes rumores que pulula-
ratos electrnicos merodea por la zona,
fue corriendo por el cuartel

ban por estos lugares. Y, una vez ms, la

verdad le dio una sonora

como la plvora, a u n q u e los nombres

de los protagonistas ne) han

bofetada a mi inicial escepticismo. Y

bien feliz que la recib, ya que

salido a la luz pblica hasta el momento.

Algo les sigue haciendo

haca aos que circulaba por la

provincia la noticia de q u e varios tes-

permanecer callados. Una actitud

temerosa que han tomado otros

tigos altamente cualificados se haban

perdido durante horas en

muchos en la comarca cuando se habla

del extrao lugar, con el

una extraa y densa bruma surgida junto

a la torre. Unas tinieblas de

motivo de no alimentar la maldicin.

las que haban sido testigos decenas de

vecinos e investigadores.

Es el mismo silencio que durante

aquellas apretadas jornadas en
Pero otra cosa curiosa, como siempre,
era que miembros de las Fuer-

los campos ele Trevio me acompae')

da y noche. Un silencie) que,

zas Armadas hubieran estado tambin en

el meollo. Con la ayuda del

estoy convencido, se convierte en grito

inaudible entre las calles del

infatigable investigador vitoriano

Enrique Echazarra, los rumores se

pueblo muerto, un lamente) preado an

de misterios que el tiempo

convirtieron, tras dos jornadas de arduo

trabajo, en contundentes y

no ha poelide) callar...

sobrecogedores datos. Gracias a la

informacin facilitada por un sar-

gento de la Polica Militar, cuya

identidad an no estoy autorizado a

revelar, supimos que en julio de 1987 la

primera y tercera compaas

de carros blindados de la base militar

de Araca estuvieron perdidas,

atrapadas por una espesa neblina,

durante ms de cuatro horas. La
ARA GMEZ APART LA SARTN
del negro fogn en un acto ins-

tintivo. Poco imaginaba esta humilde

mujer de cincuenta y
dos aos que ah mismo, en la vieja
superficie d o n d e guisa-

ba diariamente, se acababa de gestar el

inicio del fenmeno ms

complejo y apasionante de la
parapsicologa mundial.

En aquellos primeros momentos p e n s

incluso en q u e algn

vecino malintencionado, o incluso sus

propios hijos, aprovechando

los das de asueto con motivo de las

fiestas patronales, le haban gas-

tado una pesada broma dibujando un

rostro ttrico y que miraba de

frente en la alargada lasca del suelo de

la cocina. En el exterior ya

anocheca cuando sinti en las entraas

el miedo irreprimible que le

produca aquella mirada siniestra que la

observaba fijamente. Mara

Gmez Cmara sali entonces al

exterior de su casa y reuni a voz

en grito a un nutrido grupo de personas

con el fin de contarles lo

ocurrido. As, pocos minutos despus,

hombres y mujeres penetra-
ban por el angosto pasillo del nmero
cinco de la calle Rodrguez

Acosta para comprobar, con una mezcla

de sorpresa y horror, cmo

en el fogn haba aparecido una cara.

El revuelo fue inevitable, y a las pocas

horas una romera se api-

aba en aquella habitacin bloqueando

la entrada y prcticamente
En pocos minutos una nueva lechada de
cemento cubri el

p e q u e o hueco, y como si fuera un

mal sueo, los habitantes de la

casa y toda la vecindad recuperaron la

ansiada tranquilidad. Tran-

quilidad que slo dur siete das.

Transcurrida exactamente una semana

despus de ser arrancada,

un nuevo rostro, prcticamente idntico

al primero, apareci en el

restaurado fogn de lea.

La cara, del Santo Seor de la Vida para
unos, o la efigie de una

persona brutalmente golpeada y

sanguinolenta, para otros, reapare-

ci con macabra insistencia... c o m o

reclamando la atencin que se

haba intentado cercenar picando el

suelo.

El albail Sebastin Fuentes Len fue el

encargado, por orden

directa del Ayuntamiento, de recortar

este segundo rostro, de unos

treinta centmetros de dimetro,

facciones toscas y expresivas, para

depositarlo en una hornacina cubierta

por una lmina de cristal. Los

primeros anlisis descartaron que la

cara hubiese sido pintada, y la

teora de que aquello era una seal

humana o demonaca cobr

adeptos en todo el pueblo.

Hasta aquellas fechas, a travs de un

caluroso mes de septiembre,

la historia haba permanecido

circunscrita entre las blancas paredes
de Blmez. Pero precisamente el da 15,
un redactor del diario Jan,

que se haba desplazado hasta all para

cubrir un conflicto entre

diversas cooperativas aceiteras de la

regin, se encontr con la

exclusiva de su vida. Tras llegar hasta el

domicilio de los Pereira y

fotografiar el extrao rostro, realiz una

crnica donde por primera

vez se informaba del inslito suceso. A

partir de ese instante el su-

ceso correra por nuevos derroteros,

convirtindose en los meses

venideros en una noticia de primera

magnitud en todo el pas.

Detrs del diario Jan lleg el Ideal de

Granada, y posteriormente el

diario Pueblo, el ms vendido y

posiblemente el de ms influencia

en la Espaa de los recin iniciados

setenta. Este vespertino, dirigi-

do por el viejo zorro Emilio Romero,

y encarnado en Blmez en sus

enviados especiales Leo, Casado y

Martn Semprn dieron el
espaldarazo y la fama internacional a un
asunto con el que triplica-

ran tiradas jornada a jornada.

El padre y el hijo- una de las

formaciones inexplicables aparecidas
en el suelo

Ellos hicieron historia del periodismo

en aquel bullicioso Blmez

de la habitacin-cocina de Blmez de
la Moraleda en 1976.

que comenz a ser visitado por miles de

turistas y curiosos en bus-
ca del milagro, y convirtieron aquel
olvidado lugar en uno de los

centros neurlgicos del ao 1971.

Probablemente, en un principio,

sin saber las dimensiones q u e aquel

fenmeno sociolgico, mstico

y h u m a n o alcanzara en pocos das.

Fueron jornadas de expecta-

cin, de apretadas crnicas y de

sorpresas diarias en aquel pueble-

cito andaluz d o n d e todo pareca

posible. Unas jornadas en las que

no slo las caras fueron protagonistas

y en las que a todo profesio-

nal del periodismo, o al menos al q u e

esto escribe, le hubieran emo-

cionado vivir.

El salto a las primeras pginas del

diario Pueblo fue inmediato. El

periodista Martn Semprn y el

reportero grfico Leo pusieron pie

Pollada histrica de Pueblo.

en Blmez y realizaron un primer

artculo que causara expectacin en

Se hablaba por primera vez

el resto del pas. Durante tres jornadas

consecutivas en toda Espaa

de psicofonas o voces de otro

se p u d o leer q u e en aquel p e q u e
o rincn algo est pasando.

mundo y se cuadruplicaban

las ventas.

Casi al tiempo de la llegada de los dos

cronistas madrileos, un
nuevo rostro de facciones
diametralmente opuestas a La Pava
hizo

acto de presencia en pleno suelo de la

habitacin-cocina. Era la ima-

escenas realmente esperpnticas y del

todo desconocidas para los

gen de un nio, o incluso de un feto, q u

e miraba fijamente hacia el

vecinos del antao apacible pueblo.

otro lado de su realidad. Este

descubrimiento hizo correr chorros

Los bares y comercios abran hasta en

festivo y siempre agotaban

de tinta al mismo tiempo q u e encresp

los nimos de algunos que,

existencias. Con un censo de 2.323

habitantes en aquel 1972, Blmez

como la Iglesia, ya despuntaban en

contra del fenmeno.

comenz a recibir oleadas de 5.000

visitantes diarios, producindo-

De trazos finos, casi aprovechando las

propias marcas del

se un contraste y un choque sociolgico

y cultural que an hoy
cemento enlucido del suelo, la expresiva
mirada de la efigie a la que

recuerda cada rincn y cada

protagonista de aquellos das.

bautizaron como La Pelona por su

crneo desprovisto de cabello,

El Ayuntamiento se las vio y se las

dese para controlar los diver-

se convirti rpidamente en el centro de

atencin de los cada vez

sos incidentes que se producan en las

calles del pueblo, al mismo

ms visitantes q u e llegaban hasta la

Casa del Obispo.

tiempo que las discrepancias se hacan

extensibles a otras localida-

El serial, q u e hbilmente Pueblo

inici en el mes de enero de

des que, ni cortas ni perezosas, y viendo

el filn que representaba

1972 sobre las caras, produjo efectos

diferentes en la poblacin de

el curioso fenmeno, fletaban autocares

llenos hasta los topes con

Blmez. Mientras unos consideraban

aquello una broma digna de
destino a Blmez.

los ms picaros, los ms no dudaban en

que en aquel rincn de Jan

Y en la Casa de Las Caras, mientras

tanto, todas las situaciones

se haba producido lo imposible. Y as,

animados por los artculos de

eran posibles. Santones, videntes,

valientes, temerosos, curas y los

los diferentes peridicos, miles de

visitantes llegaron a colapsar la

primeros cientficos se apiaban en

torno a las imgenes misteriosas.
localidad serrana con automviles y
autobuses, producindose

Imgenes a las que se haban unido otras

dos muy semejantes a La

Pelona, y cine eran motivo ele

exclamacin continua por parte de los

amigo Germn de Arguinosa y Valds,

filsofo, profesor de la Uni

visitantes.

versidad Autnoma de Madrid y

miembro de la nobleza, pionero en
No fueron pocos los que empezaron
incluso a sospechar de una

indagar los misterios ele aquella

prometedora ciencia llamada Parap-

trama ideada por algunos avispados

del pueblo que, con el con-

sicologa. Nadie como l. pens

Gordoa, podra descubrir la trama

sentimiento del Ayuntamiento, hubiesen

creado todo el tinglado

que se coca entre aquellas cuatro

paredes de Blmez y q u e tan en

para atraer ese turismo cuyas rutas

siempre pasaban muy lejos de la

jaque traa a las autoridades.

Sierra Mgina. Y este presentimiento se

acrecent en algunos al ver

Germn de Argumosa, persona de

reconocido prestigio en el

cmo el fotgrafo ele la localidad,

Miguel Rodrguez Montvez, rea-

extranjero y en contacto permanente con

los principales investiga-

lizaba una serie de pequeas postales de

las caras para que los pro-
dores y cientficos interesados en lo
paranormal, se traslad a Bl-

pios dueos las vendiesen al mdico

precio de un duro. Esto ener-

mez en la tercera semana de enero,

dispuesto a convertirse en pro-

v a las autoridades que impidieron al

segundo da que esta venta

tagonista de aquellos sucesos. Y lo

consigui plenamente.

se llevase a cabo, requisando en un

principio las polmicas copias

Argumosa entr en la casa de los

Pereira como persona acredi-

ele recuerdo de Blmez de la

Moraleda.

tada por las autoridades y confeccion

un dispositivo ele magnetofo-

A mediados de enero, varios miembros

de la Brigada de Investi-

nes para captar lo q u e l llamaba

parafonas, y que ya haban pro-

gacin Criminal, dependientes de la

Direccin General de Seguridad

ducido ms de un desmayo al ser

escuchadas pocos meses antes en
de Madrid, llegaron a la casa con el fin
de investigar de un m o d o ofi-

el madrileo Club Yelmo. All se

expusieron por primera vez en

cial el asunto. Tras casi una semana de

exmenes e interrogatorios,

Espaa las llamadas voces de origen

desconocido, captadas en

los componentes de aquella primera

avanzadilla de las fuerzas de

determinados lugares por los aparatos

grabadores e inaudibles en el

seguridad declararon a Mara no haber

encontrado el menor rastro

instante de su obtencin. En aquella

histrica conferencia del profe-

de fraude en las cinco formaciones que

ya afloraban en el cemento

sor, donde hizo escuchar a la

concurrencia algunas grabaciones

de su cocina. Lo que nadie saba es q u e

durante casi un mes unas

obtenidas en Europa Central, tuvo que

intervenir la polica por el

cmaras especiales de cine y fotografa

haban sido colocadas en el
revuelo y la expectacin generada. Un
revuelo comparable al q u e el

edificio contiguo a la casa para as

observar todos los movimientos

13 de febrero se produjo en todo el pas

cuando se supo que el mag-

de posibles sospechosos en el interior

de la vivienda. Esta primera

netfono de Argumosa haba captado

extraas y siniestras voces en

operacin de espionaje tampoco dio

ningn resultado y, por fuerza,

Blmez. Las experiencias ele grabacin

se sucedieron durante varias

el tema comenz a moverse en las ms

altas esferas del poder de la

noches y bajo vigilancia de dos

miembros de la Guardia Civil. En el

poca. A muchos no les interesaba que

los principales medios del

interior de la casa estaban casi siempre

Mara, a la q u e desde un prin-

pas hablasen de un tema tan polmico

como absurdo.

cipio Argumosa asigne') un papel clave

en toda la historia; los perio-
distas de Pueblo, Jan y Patria y varios
alumnos de la Universidad

Autnoma de Madrid, con el director

del Departamento de Huma-

nidades de dicha facultad, Jos de

Solas.

En presencia de concurrencia tan

variopinta, los aparatos regis-

Fue el gobernador civil ele Jan, Jos

Ruiz de Gordoa, u n o de los

traron voces y frases coherentes que

parecan haberse perdido hace

personajes q u e ms se involucraron en
el asunto de Las Caras ele

aos en algn punto del tiempo y el

espacio hasta encontrar esta

Blmez. Convencido de que aquello

deba tratarse ele algn tipo de

aparente y sobrecogedora forma de

comunicacin.

fraude inconsciente, pero sabedor de

que las primeras pesquisas ofi-

En las diversas grabadoras se

escuchaban ntidamente grupos ele

ciales haban naufragado

estrepitosamente, decidi consultar a su
voces que parecan hablar en un andaluz
repleto de arcasmos pro-

pos del pasado siglo y que

rememoraban dantescas escenas de
algn
cubrimiento no era sino la propia causa
que estaba generando el

lupanar o prostbulo. Entre todas ellas

destacaba la de un hombre

lenomeno, multiplicndose esta creencia

con la misteriosa aparicin

viejo al que otros grupos de lamentos y

quejidos identificaban como

de cuatro dgitos bajo una figura,

conocida como El Monje o El
Pelao,

Quirico o Quic, todo ello

aderezado con constantes llantos de
en la misma noche de la excavacin.
Segn los all presentes, sur-

nios y frases como A que s te gusta,

No quiero borrachos, Qu-

gieron los nmeros 1, 7, 5 y 9 ordenados

y en horizontal. Acaso se

tame la falda o T eres el Quirico....

trataba de una fecha clave en la que se

produjo algn hecho que

El tremendo descubrimiento hizo que

diario Pueblo anunciase a

explicase las apariciones?...

toda pgina las caras hablan,
cuadruplicando la tirada aquella tar-

de del 14 de febrero y haciendo que

miles de ciudadanos se con-

gregasen en los quioscos nada ms era

distribuido el peridico.

A partir de entonces estall en toda su

dimensin el enigma Bl-

mez y el entorno se vio obligado a

reaccionar de diferente manera.

Argumosa, voz cantante en aquellas

primeras jornadas de mximo

ajetreo: declar al mundo: Aqu

confluye un elemento que cataliza

una indudable paranormalidad de este

lugar. Su rotunda afirma-

cin hizo llegar hasta el pueblo, a la vez

que lo hacan diez mil per-

sonas diariamente desde todos los

rincones de Espaa y Europa, a

varios historiadores y socilogos

empeados en profundizar en la

historia de aquellas cuatro paredes d o n

d e se estaba gestando uno de

los ms inslitos enigmas del siglo xx.

El pasado ms remoto tena
mucho que decir.

Iker Jimnez seala el foco principal

donde surgieron la mayora de las
caras en

los primeros aos. Levantado sobre

una lasca de piedra, el pelao- uno de
los ms

enigmticos rostros.

La Casa de las Caras tena toda una

historia oculta que nadie

Rpidamente los historiadores, y quiz

para quitar hierro al feo

haba querido o sabido desenterrar. Las

primeras pesquisas se ini-

asunto, mostraron las actas ante el

Ayuntamiento en las que se veri-

ciaron a raz de un macabro

descubrimiento que dej helada a toda

ficaba que en el lugar estuvo emplazada

la antigua Iglesia de Bl-

la concurrencia. El 18 de febrero de
1972 el albail designado por el

mez, el cementerio q u e h u b o de la
segunda construccin y, retroce-

Ayuntamiento. Sebastin Fuentes Len,

comenz las obras de exca-
diendo hasta ms remotos tiempos, una
mezquita funeraria de los

vacin en el epicentro o zona d o n d

e ms caras haban aparecido

rabes que en el Santo Reino

permanecieron tantos siglos asentados.

hasta aquel momento. Se profundiz

hasta 2,80 metros, hallndose

Estos datos confirmaran que la

presencia de restos seos en el sub-

diversos restos seos que, tras una

datacin isotpica, resultaron ser,

suelo de la vivienda era algo

relativamente normal.

en su mayora, partes del esqueleto de

adolescentes que all habran

Con los documentos en la m a n o se ha

podido constatar, efecti-

perecido haca unos ciento setenta aos.

vamente, que en el solar que actualmente

ocupa las casas 1, 3, 5 y 7

A espuertas se rescataron decenas de

huesos que no hicieron

de la Calle Rodrguez Acosta (hoy Calle

Real) estuvo el camposanto
sino aumentar el temor entre los
convecinos. Para muchos, el des-

belmorense hasta bien entrado el ao de

1838. Incluso el cronista jie-
nense Pedro Javier Rivas Soria hil un
poco mas fino, llegando a reu-

tarlas en aquella lejana fecha, fue la hija

de nueve aos, Ramona, la

nir toda la documentacin referente a

tina antiqusima construccin

primera que percibi unos "terribles

quejos que se estuchaban en

funeraria rabe que all se emplaz

durante el siglo x. Precisamente

la techumbre de la casa. Lamentos que

iban acompaados de unas

la piedra fundacional de esa mezquita se

encuentra hoy en el Museo

pisadas cansinas, como penitentes, que

realizaban siempre un mis-

Provincial del Reino de Jan.

mo e invisible itinerario. Lo que en un

principio se achac a simples

Otros especialistas, como la periodista

Sol Blanco, han manteni-

chiquilladas acab convirtindose en

motivo de alarma y preocupa-

do durante m u c h o tiempo que existen

certezas para sospechar que
cin cuando varios vecinos observaron
una fantasmal figura, que

a mediados del siglo pasado se

produjeron en esas viviendas de Bl-

pareca un muerto, junto a una de las

higueras que antiguamente

mez una serie de matanzas y de

enterramientos ilcitos. Las graba-

flanqueaban los patios interiores. Al

mismo tiempo, los enseres y

ciones obtenidas por esta estudiosa, y

por el resto del equipo del

cacharros de la casa se pusieron a bailar

como por arte de magia,

jesuta Jos Mara Piln, parecen hacer

referencia a clanes o familias

cambindose de lugar y rebrincando por

los suelos como impulsa-

que, ante alguna agresin exterior,

acabaron sepultados en pasadi-

dos por unas manos que nadie poda ver.

Esos hechos se reprodu-

zos subterrneos de esas construcciones.

jeron despus en la vivienda nmero 7,

perteneciente al mismo blo-
Estas opiniones de mi amiga Soler
hicieron ponerme sobre la pis-

q u e o manzana, y d o n d e vivan unas

hilanderas. Ellas confesaron a

ta de diversos documentos histricos

que pudiesen avalar, con lega-

las autoridades cmo, absolutamente

espantadas, haban descubierto

jos y actas de por medio, la

estremecedora hiptesis. Y si bien no

que pesadas maquinarias haban e m p e

z a d o a moverse solas, cayen-

existe nada concluyente al respecto,

preciso es destacar que, segn

do algunas por las escaleras y llegando

a taponar la entrada de la

cuenta nuestra ms reciente historia, en

los diversos flancos de la

calle. Fue un suceso conocido en todo el

pueblo y que dio al lugar

Sierra Mgina se produjeron violentos

enfrentamientos civiles a raz

de las llamadas revueltas de Riego.

Segn queda constatado en el

Archivo Histrico Nacional,

poblaciones como Jdar, Iluelma o el
propio Blmez de la Moraleda fueron
asaltadas por cruentos coman-

dos franceses participantes en la

contienda.

Los ms afectados, lgicamente, fueron

viejos, mujeres y nios,

que, esperando en las casas, fueron

sorprendidos, masacrados y

enterrados en los propios patios de las

viviendas.

Y de viejos, mujeres y nios eran

precisamente los rostros y cuer-

pos que cada vez con mayor fuerza se

grababan en el cemento de la

pequea cocina de los Pereira. LJna

coincidencia tan sobrecogedora

como el hecho de q u e los antiguos

inquilinos de esa misma casa,

remontndonos a 1858, fuesen

protagonistas de anmalos fenme-

nos para los que nadie logr encontrar

una explicacin.

La ardua y laboriosa investigacin

histrica nos ha permitido

Los restos seos hallados

saber con exactitud que en ese ao
vivan en la casa nmero 5 los

en el subsuelo, bajo las caras,

abuelos maternos de Juan Pereira

Snchez el Obispo. Ramn Sn-

hicieron que el temor cundiera

por el pueblo. Aquello era

chez y su esposa, Mara Antonia

Martnez, pasaban los das con

algo de los de abajo, decan

absoluta tranquilidad hasta que algo

invisible comenz a atormen-
los ms ancianos.

fama de encantado durante no pocos

aos. Un sambenito que

flos y nata de la investigacin

parapsicologica de las universidades

aument al morir, en una violenta

reyerta, dos comerciantes ante la

europeas. Al reclamo de su llamada, y

del que pareca el objeto para-

misma puerta de entrada tras coserse a

cuchilladas. Hasta tal punto
normal permanente ms importante del
mundo, llegaron personas

lleg el rosario de inquietantes

fenmenos que fue requerida una

como el profesor alemn K. Nagger; el

doctor Alex Scheinder, de la

clebre santera de la Sierra de Cazorla

para exorcizar aquel inmue-

Universiclad suiza de Sant Gallen; la

doctora Niegli y otros contrarios a

ble maldito. Cuenta la voz popular, y el

diario de u n o de los prota-

la causa paranormal como el padre

jesuta scar Gonzlez Quevedo.

gonistas, que la anciana encontr la

fuerza que motivaba todo

Mientras para este ltimo aquello poda

haber sido pintado con

aquello en pleno centro de la cocina.

Lugar donde, casi un siglo des-

sangre de la matanza, para todo un

grupo de estudiosos de gran

pus, apareceran la misteriosa Pava

y sus acompaantes.

prestigio internacional encabezados por

el mdico y psiclogo ale-
El patriarca de la familia, Ramn,
abuelo de Juan el Obispo,

mn Hans Bender, catedrtico de la

Universidad de Friburgo de Bris-

falleci en aquella habitacin, la ms

baja y prxima al exterior, can-

govia, el asunto Blmez era el fenmeno

ms apasionante e impor-

tando: Esto ti que ser un alma de otro

mundo. Los all congregados

tante que haba conocido la

parapsicologa moderna.

pensaron en un delirio antes del bito, y

slo los familiares y veci-

Tales declaraciones en la prensa

dejaron realmente confusas a unas

nos saban de q u deba estar hablando

el anciano Ramn. Una his-

autoridades oficiales que, no olvidemos,

enviaron a Argumosa con-

toria sobrecogedora, sobre todo si,

como dramtico colofn a esta

vencidos de que aquello se poda

explicar. En pleno febrero de 1972,

cronologa, colocamos la fecha de la

muerte de Juan Pereira. En
no slo el diario Pueblo, sino Ya,fan,
Patria, Ideal, Lecturas y otras

1978, y por su expreso deseo, fue

descendido, momentos antes de

muchas publicaciones seguan el da a

da del que pareca ser el ms

fallecer, a la habitacin-cocina q u e ya
apareca escrutada por las

apasionante descubrimiento sobre la

trascendencia y la comunica-

miradas de ms de una docena de

rostros. Entre ellas muri el due-

cin con los difuntos.

o de la casa. Entre terribles dolores y
confesando a sus familiares

Nuevas caras eran descubiertas por los

propios periodistas, ocu-

estar observando la cara de la primeriza

y misteriosa Pava flotando

p a n d o las portadas de los diarios,

mientras otras se formaban casi

y sonriendo alrededor de su lecho de

muerte. As se puso fin a unos

instantneamente para volver a

desaparecer en cuestin de minutos.

meses en los que el delirio y la locura se

haban apoderado del ator-

Tal fue el caso de un rostro de rasgos

diablicos que se apareci ante

mentado Juan. El punto final de un siglo

de sangre, muerte y miste-

los reporteros Rafael Alcal y Pedro

Sagrario, de los diarios fan y

rio concentrados en unos pocos metros

cuadrados.

Patria, respectivamente, y del que

dejaron constancia en una serie

de impresionantes fotografas. Al mismo

tiempo, como navegando
en un mar de posibilidades en las que
todo poda arrojar nuevos

resultados, Argumosa, Bender y los

suyos se afanaban en realizar

sesiones de fotografa infrarroja. En una

de ellas q u e d reflejado el

Germn pica patio, gritaba una de las

voces registradas por el

rostro de un monje aparentemente

encapuchado que parece emer-

profesor Argumosa en una de tantas

noches de vigilia, junto al tre-

ger del rostro conocido como La

Pava sin que ninguno de los all

m e n d o hoyo de d o n d e continuaban
saliendo huesos y vestigios del

presentes observase nada extrao

mientras se obtenan las imgenes.

pasado remoto de la edificacin. Nunca

se lleg a picar en dicho

Otro documento, obtenido por el propio

Argumosa, y que p u d e ver

emplazamiento, y quin sabe si esta

nueva excavacin no habra

hace recientes fechas en su domicilio, es

la formacin del pie de un
dado interesantes y definitivos frutos.
Germn de Argumosa, exta-

nio que aparece, invisible en el instante

real en el que se tom la

siado ante lo que consideraba un

fenmeno paranormal en toda

foto, flotando en la zona de la cocina d o

n d e mayor concentracin de

regla, no escatim gastos en trasladar

hasta el p e q u e o pueblo a la

caras hay en el suelo.

Esta serie de descubrimientos, que
aireaba la prensa diariamen-

te en ediciones especiales, debieron

colmar la paciencia de las dos

esferas de poder ms influyentes de la

poca: la Iglesia y el Gobier-

no. Nadie sabe qu ocurri con certeza,

pero lo cierto es que el 25

de febrero de 1972 el diario Pueblo,

promotor de todo el asunto

durante varias semanas, plegaba velas y

se descolgaba de esa mate-

ria bajo un sonoro e impactante titular:

Se acab el misterio. Segn

rezaba aquella crnica, una comisin

dirigida por un tal Jos Luis

Jordn, y el propio equipo de Pueblo

investiga, con el qumico

ngel Vias a la cabeza, haba dado con

la solucin a todo el incre-

ble enigma. Una frmula qumica

bastante sencilla, resultante de la

accin solar sobre una sustancia

compuesta en su mayor parte por
sales de plata, era el resultado de
aquellas fotografas en piedra que

tan engaados haban tenido a todos los

espaoles.

Tras esa conclusin, y sin cuestionarse

el rigor de los anlisis

Un ejemplo de la expectacin

efectuados, el resto de medios de

comunicacin dejaron de informar

y el impacto social del tema

Blmez. Chorno ste, decenas

sobre el asunto Blmez como

solidarizndose con un nico veredic-

de chistes grficos inundaron

to. Pareca, segn confesaron los

estudiosos europeos all desplaza-

los peridicos nacionales.

dos, que una m a n o negra hubiese

intervenido en todo el asunto.

En cada esquina se hablaba y

teorizaba sobre -las caras.

Y, efectivamente, no les faltaba un pice

de razn. La mayor manio-
bra de ocultacin de unos hechos
paranormales se haba producido en

aquel remoto pueblecillo jienense. Lo q

u e nadie supo, terminado el

deros motivos que originaron aquel

tremendo cambio de r u m b o en

fulgor de las cmaras y de la televisin,

es que los habitantes de Bl-

la prensa y en la opinin pblica. Algo

ola a podrido en Blmez de la

mez, y sobre todo los implicados en la

trama, hubieron de sufrir todo tipo

Moraleda y en la historia reciente de u n

o de los fenmenos ms apa-

de vejaciones y a punto estuvieron de

dar con sus huesos en la crcel.

sionantes que en el mundo han ocurrido.

Y por ello, por esas fundadas

Espaa entera se ri de Los caras de

Blmez (as abra el popu-

sospechas, nos volcamos en una

profunda investigacin q u e sac a

lar semanario La Codorniz en su

portada de marzo de 1972), y el

la luz y a las claras todos los

protagonistas, culpables, mtodos e
propio alcalde y el Ayuntamiento en
pleno fueron procesados.

implicados del mayor contubernio, de la

mayor conspiracin sobre

Nadie saba a ciencia cierta qu haba

ocurrido. Sobre todo porque

este tipo de fenmenos que jams se han

producido en este siglo.

los autores de anlisis y

descubrimientos haban puesto
hbilmente

Una aventura, si cabe, ms apasionante

que las propias y miste-
pies en polvorosa, llevndose consigo
los importantes informes que

riosas caras que, hasta hoy en da, nunca

han dejado de aflorar en

demostraban la falsedad de las caras. Un

halo de misterio y de trama

aquella pequea cocina.

urdida desde muy arriba plane sobre el

pueblo, pero tocios prefi-

rieron callar. Eran, segn confiesan los

implicados, otros tiempos muy

distintos y haba que acatar las

rdenes impuestas.
Por fortuna, en abril de 1997 decid, en
compaa del periodista

En la llamada Operacin Tridente no

se dej nada al azar. Como

Lorenzo Fernndez, sumergirme a p e c h

o descubierto en los verda-

dira el mximo dirigente de aquella

sociedad espaola de 1972,
todo q u e d alado y bien atado. Lo
que muy pocos saben es que

d e l fe n me no . S e g nno s c o n
f e s a r o n a l g u n o s d e los e s t u d i
o s o s q u e esta trama oculta que
dinamit el fenmeno en pocas horas, y
que lo
arribaron en Blmez en los primeros
das de 1972, el sacerdote hizo

hizo desaparecer de la va pblica

durante casi un cuarto de siglo,

todo lo posible por intentar demostrar

que aquello no era ms que

comenz precisamente con un informe,

grueso y documentado, ela-

un ingenuo fraude provocado por un

grupo de vecinas, un inciden-

borado por una clebre periodista que

hoy reside en Pars y que no

te que empez como una simple broma

al retocar una mancha apa-

hizo sino acatar rdenes o sugerencias

de la mismsima Carmen

recida en el fogn de la vivienda de

Mara Gmez Cmara y que ya

Polo, la esposa y brazo derecho del

Caudillo.

no se p u d o detener ante las

publicaciones en los diversos diarios

regionales.

Tanto Lorenzo Fernndez como el que

esto escribe hicimos
parada y fonda precisamente en la
estancia donde aquella perio-

dista espaola redact durante dos

largas noches en vela el informe

que dara inicio a la Operacin

Tridente, que como bien indica su

nombre se divida en tres fases, a cada

cual ms demoledora.

El inters de la Seora no era otro que

averiguar, con una perso-

na de entera confianza como enviada

especial, si las efigies podan

representar algo de origen religioso.

Nadie puede saber qu derro-

teros hubiese tomado el asunto si se

hubiese dado una respuesta

afirmativa, pero lo cierto y crudo es que

la joven reportera pronto se

dio cuenta q u e aquellos rostros de

nios, fetos y ancianos poco o

nada tenan que ver con imgenes dignas

de veneracin religiosa.

Desde el preciso instante que ese

informe es remitido a Madrid

comienza la fra y calculada misin de

aniquilar el misterio. Y lo tris-
te es que, al menos durante ms de
veinte aos, ese objetivo se logr

plenamente.

As, transcurrieron los tres actos de la

gran conspiracin contra

La iglesia de Blmez y el prroco

Antonio Molina fueron los primeros en
reaccionar.

Haba que detener aquello a toda

costa. Y las arengas pblicas no fueron
pocas.

las Caras de Blmez. Tres modos de

acabar con un fenmeno
genuino y q u e fueron programados
desde las ms altas esferas del

El eco alcanzado por el asunto del

Santo Rostro aparecido en

poder de la poca.

una cocina de Blmez, hizo que las

supuestas culpables temieran

confesar el engao cuando el pueblo

entero estaba siendo colapsa-

do por miles de personas ansiosas de

ver lo imposible. As, da tras

Fase 1: La reaccin eclesistica

da, se sigui un juego que acab
alterando el orden pblico de la

pequea localidad.

El nmero 5 de la calle Rodrguez

Acosta se haba convertido en

En Blmez nadie dudaba de la honradez

de los inquilinos de la

un segundo santuario. Hasta su portal

peregrinaban diariamente

vivienda encantada, por eso caus

cierta sospecha la furiosa actitud

miles de personas dispuestas a

encontrarse frente al milagro, un
del cura, que rpidamente difundi la
hiptesis de la broma incon-

milagro pagano que irrit desde un

primer instante a la iglesia bel-

trolada entre los investigadores que

llegaban hasta aquel rincn de

morense. Fue el joven prroco Antonio

Molina el primero en reac-

la Sierra Mgina. Lo que no se ha

sabido hasta ahora es que el sacer-

cionar, lanzando a los cuatro vientos

arengas contra la autenticidad
dote no haca sino cumplir ordenes
tajantes de su superior, el obis-

precisamente l quien me llam y me

dijo que aquello haba que

po de Jan. As nos lo confirmaba el que

fuera alcalde de Belmez en
cortarlo como fuese y que esperaba que
yo estuviera en cabeza de

aquellos turbulentos aos de la

Operacin Tridente, don Manuel

un brupo de gente que pusiramos fin

al incmodo asunto de las

Rodrguez Rivas, un hombre clave que

haba permanecido estos

caras. Yo no pude ms que responderle

tajantemente que el fen-

veinticinco aos al margen de los

medios informativos, siendo un eje

meno estaba all, que era real y que no

se poda cortar nada...

esencial que sufri todos los avatares de

la siniestra conspiracin.

Con el paso del tiempo, el representante

de la Iglesia en el pueblo,

Para l, la iglesia fue la promotora de

toda la maniobra que poste-

el polmico prroco d o n Antonio

Molina, al verse duramente pre-

riormente acabara por destruir la

credibilidad del caso:

sionado por las cpulas eclesisticas,

acab rechazando todo lo con-
cerniente al fenmeno teleplstico. En su
afn por alejarse de aquel

Todo aquello se vino abajo porque

haba que echarlo. Si se admi-

inquietante asunto tom la decisin de

abandonar el pueblo, para

ta la parapsicologa, haba que

desterrar el milagro y entonces topa-

colgar definitivamente los hbitos aos

despus.

mos con la Iglesia nos confes en su

domicilio belmorense. El

Tras un largo periplo siguiendo su rastro

por toda Andaluca,

diario Pueblo hizo explotar el

fenmeno. Aqu, todos los das de los

finalmente logramos dar con l. En la

actualidad ejerce de maestro

primeros seis meses llegaban tres mil

personas... se agotaba la comi-

en un colegio de la localidad cordobesa

de Lucena, alejado de toda la

da, la bebida y todo lo que haba en

este lugar. Era un gran pro-

efmera popularidad que vivi en

aquellas jornadas de 1972. Y, segn
blema para el orden pblico. En un
principio, ni el gobernador civil

comprobamos con sorpresa, an no p u e

d e olvidar: Yo no recib pre-

se interes por el asunto... fue la

Iglesia. Se da la circunstancia de

siones de ningn tipoafirm

rotundamente, lo nico que pue-

que yo estudi magisterio en Granada y

mi profesor fue el que en

do decir es que aquello es un fenmeno

parapsicolgico, parpfsico,

aquel 1971 era obispo de Jan, don

Miguel Peinado Peinado. Y fue

y por lo dems no hay nada ms que

aadir...

La brevedad de sus palabras no restaba

importancia a las mis-

mas. Un ex sacerdote estaba descartando

con rotundidad la hipte-

sis del fraude, y lo que resulta ms

increble, la del milagro. No pudi-

mos continuar la conversacin. Don

Antonio quera permanecer

ajeno a cualquier investigacin que se

realizara al respecto, pese a
ser consciente de q u e eso era
imposible, pues ya formaba parte de

la historia paralela.

Sin embargo, c o m o veremos a

continuacin, sus palabras se vol-

van contra l. En el ao 1972 combati

ferozmente contra el enig-

ma utilizando todas las armas que tuvo a

su alcance, inclusive la

mentira. Era el m o d o q u e tena de

cumplir rdenes dentro del frreo

sistema piramidal de nuestra Iglesia.

Fase 2: Comisiones fantasma

En el centro de la imagen, Miguel

Peinado, obispo de Jan y primer
eslabn de la

Como anteriormente hemos indicado,

seis meses despus de la

"Operacin Tridente.

gestacin del primer rostro en la cocina

de Mara Gmez Cmara, el

gobernador civil de Jan, Jos Ruiz de

Gordoa, invitaba al reconoci

Jose Luis Jordan Pea quedaba

reflejado que tan solo Fue una
do investigador Germn de Argumosa a
visitar la pequea poblacin

excursin muy interesante, y en todo

caso los participantes tuvieron

serrana. Sus conclusiones no tardaron en

salir a la luz, y el popular

la oportunidad de conocerse mejor

entre s. Curiosa forma de califi-

diario Pueblo se encarg de hacer el

resto. Da a da, las pruebas que

car a una supuesta representacin

ministerial, de no ser por que

Argumosa efectuaba en la casa de las

caras eran difundidas por el

aquella burla o aquel parip fue,

efectivamente, una mera excursin

mencionado vespertino, proclamando a

los cuatro vientos que all

de amiguetes que cumplan otros oscuros

objetivos guiados por

no haba truco, y la opinin pblica

espaola se concienciaba de

algunas figuras claves del Rgimen.

que el misterio se haba posado en un

humilde suelo de cemento,
El polmico Jordn Pea, haciendo gala
de su cinismo, nos con-

poniendo en jaque los postulados de la

ciencia del momento.

firmaba en su domicilio madrileo que

lo ms interesante fue demos-

Y de repente, el 19 de febrero, haca

acto de presencia en la

trar la existencia en uno de los rostros

de un compuesto qumico

poblacin un controvertido personaje, el

psiclogo industrial Jos

(cloruro sdico) que, una vez

evaporado, dejaba una imagen laten-

Luis Jordn Pea, a la cabeza de una

supuesta comisin compuesta

te invisible.

por especialistas en construccin,

pintura, qumica, fotografa, etc., y

Gracias a las pesquisas del abogado

gaditano Manuel Gmez Ruiz,

enviada por el Ministerio de la

Gobernacin. Su objetivo era claro:

hemos sabido que jams se pudieron

efectuar anlisis directos sobre
descubrir el fraude y a sus autores.

el rostro en cuestin, ya q u e ste fue

situado tras el cristal y e m p o -

La primera autoridad que entr en

contacto con Jordn Pea

trado en la pared m u c h o antes de que

Jordn y su comisin fantas-

fue don Antonio Molina, lo que a priori

esclarecera muchas dudas

ma llegaran hasta all. El recubrimiento

de la faz nunca se movi de

al recin llegado sobre la gnesis del

suceso. El prroco afirm a su
all y nadie pudo manipular la superficie
de la imagen. Aquel meticu-

interlocutor q u e Mara Gmez le haba

desvelado que todo era fru-

loso anlisis era un puro fraude.

to de una supuesta broma entre vecinas,

y, por otro lado, asegur

Por ltimo, el alcalde, Manuel

Rodrguez Rivas, nos asegur que

que las psicofonas en las que se

registraban expresiones dramticas,

de haber existido tal comisin avalada

por el Gobierno, el primer
obtenidas das atrs por Germn de
Argumosa en el interior de la fin-

paso que deban haber llevado a cabo

era la presentacin de cre-

ca infestada y q u e Pueblo divulg

cuatriplicando su tirada, se pro-

denciales ante l, cosa q u e nunca

sucedi...

dujeron gracias a la utilizacin de un

complicado dispositivo electr-

A una conclusin semejante lleg otra

no menos sospechosa

nico situado en el interior de un vehculo

a tres kilmetros de la casa.

comisin, la organizada por Pueblo y

comandada por el qumico

Con estos antecedentes, el psiclogo

industrial crea tener recons-

ngel Vias. Tras descubrir la

inexistencia de uranio y radiactividad

truido la mitad del puzzle y, para l, la

solucin al misterio no que-

en la superficie de cemento la duda se a

p o d e r de aquel grupo de

daba ya lejos. Su siguiente paso fue

analizar la segunda formacin
personas con una idea predeterminada:
dar a conocer el hipottico

aparecida en la cocina. Finalmente

acab por convencerse de que

fraude. Algo que con las pruebas en la m

a n o jams pudieron argu-

dicha faz estaba modelada por un pincel

de gruesas cerdas con

mentar. A pesar de todo, el 25 de

febrero la bomba informativa

holln y vinagre como elementos

bsicos. Pero estaba mintiendo.

recorra Espaa. El peridico madrileo

titulaba su ltima pgina

El descubridor del fraude dej escrito

en diferentes documen-

Se acab el misterio, plasmando en

una clebre crnica c m o los

tos la existencia de tan importante

comisin, pero volvi a mentir.

rostros eran en realidad pinturas

realizadas a base de cloruro y nitra-

As de sencillo y de grave. La comisin

gubernamental jams existi,

to de plata, sometidos a la luz

ultravioleta. La comisin de Vias
como de hecho nos confirmaron los
supuestos miembros de la mis-

hera de muerte al fenmeno. Ese da el

pas entero fue sabedor del

ma aos despus. Adems, en las actas

de la Asociacin ERIDANI

camelo de las caras de Blmez. Y

durante casi un cuarto de siglo

del 10 de abril de 1972 q u e por

aquellas fechas presida el propio

crey en l.
le. Su silenco gener mil y una fbulas
en torno a aquel desagra-

dable viaje, hasta q u e , por fin,

nuestras grabadoras dieron con l,

Lo que nadie saba es que, en aquellos

das de febrero de 1972,

pudiendo ahora ofrecerles toda la

verdad: Me llam el ministro,

una maniobra estaba siendo orquestada

desde las sombras del poder.

Tomas Garicano Goi, para que fuera

al Ministerio de la Gober-

Pablo Nez Moto, jefe provincial de

Administracin Local de Sego-

nacin, y me puso entre la espada y la

pared. Me pregunt cmo

via, sera el primero en amenazar

directamente a los presuntos encu-

se me haba ocurrido montar una cosa

de esas. Y es que el Gobier-

bridores del truco. En su punto de

mira se encontraba Manuel

no, a quin iba a echar mano?, pues al

alcalde, para enterarse

Rodrguez Rivas, receptor de una

histrica misiva. En la carta se alu-
cmo iba la cosa. Yo confes que ni
haba montado nada ni saba

da al expediente nmero 8.700, abierto

por el ministro de la Gober-

nada, eso es un fenmeno que est all

y que lo averige quin sepa

nacin para procesar y proponer su

destitucin como alcalde de la
de ello. (...) El ministro me dijo que eso
haba que cortarlo, pero yo

pequea villa.

no poda cortar, yo no poda decirle a

la gente que no fuera a mi

Pero la parte ms importante de la

Operacin Tridente estaba

pueblo. Le dije que l, como autoridad,

que pusiera a la Guardia

por llegar. Una calurosa tarde del mes

de agosto de 1972, un impo-

Civil a la entrada del pueblo y que no

dejara pasar a nadie. A eso
nente coche negro entraba en la recoleta
plaza del pueblo. Varios

el ministro respondi enfurecido: Te

vas a enterar Rivas... te ente-

vecinos vieron montar en l a Manuel

Rodrguez Rivas y se temie-

rars.

ron lo peor. El rumor se extendi como

la plvora; el Gobierno se

haba llevado al alcalde a Madrid para

hacerle callar definitivamen-

Carta histrica en la
que Pablo Nez Moto,

jefe de Administracin

Local, amenaza al

alcalde y advierte de la

Toms Galicano Goi,

puesta en marcha del

ministro de la Gobernacin.

expediente 8. 700 por el

Sus amenazas al alcalde

que se le procesar y
de Bclmez no surtieron

destituir como alcalde.

efecto... en un principio.
c a p a y e s p a d a la honradez de los
belmorenses y el origen descono-

c ido de las m i s t e r i o s a s efigies.

Durante los veinte aos posteriores a la

Operacin Tridente todo

el pas pens que una familia de

analfabetos se haba redo de ellos

utilizando una serie de sofisticados

trucos que, de paso, pusieron en

evidencia los mtodos de algunos

cazafantasmas y dems hierbas.

La espesa cortina de h u m o impuesta

por el poder tuvo un resul-
tado inmediato. Los medios, servilistas
unos y obligados otros, cum-

plieron su cometido a la perfeccin, y a

los pocos meses nadie se

acordaba ya de unos enigmticos rostros

que, en contra de todo y de

todos, seguan apareciendo de un m o d

o inesperado. Como si la fuer-

za que los impulsara a salir desde su m u

n d o se manifestase furiosa

Manuel Rodrguez Rivas, alcalde de

Blmez: Me dijeron el obispo de Jan,
Miguel
Peinado, y el ministro del Interior,
Cancano Goi, que aquello haba que
detenerlo

ante la trampa impuesta por una

sociedad asustada ante el misterio.

a toda costa.

A pesar de que tocios les haban d a d o

la espalda, las efigies con-

tinuaban aflorando mostrando un surtido

sobrecogedor de bustos,

A estas amenazas del ministro de la

Gobernacin, y segn nos

cuerpos desnudos y formaciones de una

calidad pictrica m u c h o

afirm el alcalde, se unan las llamadas

de otro mximo dignatario

mayor que las de sus predecesoras. En

1976 y 1980 se produjeron

de la Iglesia en Jan: el obispo, don

Antonio Peinado Peinado: El que

nuevos rebrotes que demostraban muy

a las claras que Blmez

ms me presionaba era el obispo, deca

que se acabara aquello, que eso

segua plantando cara. Fueron

destacables las experiencias realiza-
no poda ser, que dnde bamos a
llegar. Incluso mi amigo Antonio

das en el lugar, hurfano ya de los

visitantes de antao, por el jie-

Molina, que era sacerdote de Blmez

aquellos das, cuando le deca

nense Jos Martnez Romero, un

investigador que en compaa de

de ir a ver las caras, me deca: Anda

calla, que como se entere el

algunos interesados en el asunto,

pernoct muchas noches en la

obispo que me be ido a ver las caras

armamos el tomate!'' Hasta ah

habitacin-cocina a mediados de los

setenta. De aquellas jornadas

llegaba la cosa. El obispo crea que yo

poda cortar esto, pero yo ya

en vilo quedaron terrorficas

experiencias d o n d e aparecieron extra-

no poda hacer nada...

os objetos en la estancia e incluso se

registraron sobrecogedores

efectos en algunas personas al

encontrarse junto a los misteriosos
As se fue tejiendo una conjura que ha
permanecido oculta a la

rostros. En concreto, fue La Pava la

figura que ms suspicacias y

opinin pblica durante ms de veinte

aos. Un complot que tuvo a

miedo levant entre los propios

investigadores. Una sensitiva o

Isabel Chamorro, posterior alcaldesa de

Blmez, como ltima vcti-

vidente que acompaaba al grupo

investigador de Romero asegur

ma y su postrero acto en el Proceso a

las Caras, celebrado en julio

incluso haber notado una fuerte punzada,

como un pequeo y dolo-

de 1975 en Mlaga. All, diversos

especialistas.' y medios de comu-

roso mordisco, en el antebrazo al

aproximarse a dicha efigie. Efecti-

nicacin oficiales intentaron demostrar a

tocia costa que las caras

vamente se reprodujo al instante una

marca perfectamente visible

estaban realizadas con una solucin de

plata. Ella, segn nos confe-
que corresponda a una mordedura
producido muy recientemente.

so, se limit a contrarrestar la ira de sus

oponentes defendiendo a
Una de las ms perfectas y
sohrecogedoras formaciones. -La dama
de la copa- que

en un principio sostuvo un ramo de

flores que posteriormente se
transformaron en

una especie de cliz. Aparecida en

1980 en la nueva cocina no dur mucho
tiempo.

Amparadas tan slo por las gentes de un

pueblo sabedor de la

autntica verdad, las teleplastias (as las

designaron en su da los

Increble secuencia fotografiada en

1991.
A la "mujer desnuda del pasillo le
surgen

importantes estudiosos all

concentrados) siguieron asomndose al

otros rostros satlites- que a los pocos

meses

exterior a travs del suelo de la casa de

la vieja y ya viuda Mara.

volveran a desaparecer.

Fue en julio de 1994 cuando tuve la

oportunidad de ver por pri-

mera vez las Caras de Blmez. Y he

de reconocer que, a pesar de
las decenas de miles de kilmetros
recorridos como periodista tras

el misterio y de las aventuras vividas en

diferentes partes del mun-

En 1995, otros anlisis del CSIC,

nuestro mximo organismo

do, nunca podr olvidar el escalofro

que recorri hasta mi ltima

cientfico, llevados a cabo por el

director del Departamento de An-

vrtebra cuando aquella tarde el alcalde

de Blmez, Donato Hervs,

lisis de Cermica y Vidrio. Jos Luis

Segrera, demostraban a las cla-

abra la puerta de la casa nmero 5 de la

hoy Calle Real y me encon-

ras lo que ya se intua en 1991. Es decir,

q u e en las muestras recogi-

traba, frente a frente, con una de esas

faces de piedra que me obser-

das in situ de las Caras de Blmez no

haba rastros ni de pintura ni

vaba fijamente desde algn lugar

perdido en el tiempo y el espacio.

de la lista de elementos que en su da

esgrimieron los mandados
Hice muchas preguntas, poniendo las
manos sobre ellas en un

por la Operacin Tridente.

afn de colocarme justo en la frontera

que separa su m u n d o del

Mentira si no dijese que salt de alegra

al conocer esos resulta-

nuestro. Sin saber jams qu

representaban esas faces ni de dnde

dos. Unos datos, unas cifras y unos

elementos que tiraban por tierra

demonios haban llegado hasta all,

nunca dud de que aquello no
y daban un autntico varapalo a la
osada realizada en su da por los

era ningn fraude. Y me promet a m

mismo aquella tarde de vera-

que no quisieron ver la verdad.

Llegados hasta aqu, slo quedaba un
paso definitivo para demos-

trar que este es un enigma no resuelto

que desala, un emulo ele siglo

despus, a todo y a todos. El aeta

notarial realizada en el lugar en el

ao de 1973, y que hbilmente fue

silenciada por el devastador efec-

to de la Operacin Tridente, era mi

objetivo inmediato. Y as, acom-

paado del jienense Lorenzo Fernndez,

me embarqu en la inslita

aventura de encontrar al valiente notario

que en su da precint el mis-

terio. Cuando arrancamos el todoterreno

rumbo a Andaluca eran

muchas nuestras dudas y no pocas las

preguntas... Existira ese acta

en realidad?, vivira an el notario?,

se demostrara en el documento

que las caras no eran ningn fraude?,

podramos localizar a un pro-

Antonio Palacios laque,

fesional que actu) hace 25 aos y del
que no sabamos ni el nombre?,

el ilustre notario que precint

la Casa de las Caras-:

querra hablarnos en caso de

encontrarlo?... demasiadas interrogantes

"No me cabe la menor duda

y poco tiempo para pensar y echarse

atrs. La aventura ya estaba tra-

de que aquello era un

zada en la carretera y nadie iba a

detenernos en nuestro empeo.
fenmeno paranormal y que

no haba fraude de ningn

modo. Antes y despus

del precintado... las caras

variaban!"

30 de abril de 1997, Crdoba, 13-29

horas

piante ante su primera entrevista. Y creo

que haba motivos para

ello. All, sentado frente a nosotros,

estaba la persona q u e poda dar
Fueron muchas las horas de viaje y de
pesquisa continua hasta dar

fe, como nunca haba ocurrido en la

historia de la parapsicologa, de

con el nombre de una de las figuras

claves de este misterio. Llevaba

la existencia ele un fenmeno

paranormal q u e se rige por u n o s
par-

un cuarto de siglo en el ms absoluto

silencio, quiz como actitud pre-

metros inexplicables para nuestra

ciencia.
cavida ante el desenlace que los
acontecimientos haban tenido con

Haba pasado m u c h o tiempo, pero

all, a pocos centmetros de

la intervencin directa del Estado y la

Iglesia en el caso de las caras.

la grabadora, se hallaba d o n Antonio

Palacios Luque, el hoy presti-

Por fortuna, como nos ocurri en el

transcurso de las entrevistas

gioso notario que en su da precintara la

casa de las caras. A fin,

con los implicados, descubrimos que un

factor esencial para romper

pens para mis adentrexs, un silencio q u

e se prolongaba por espacio

el secretismo y hacer desvanecerse para

siempre la gran cortina de

de 25 aos se rompera en mil pedazos.

h u m o era, precisamente, el paso del

tiempo.

Y as, haciendo un solemne silencio y

tomando aire, don Antonio

Los aos haban transcurrido lentos

entre quienes vivieron de
comenz a contestar pausadamente,
demostrando que sus recuerdos

cerca el fabuloso enigma, conscientes de

que mientras imperase la

estaban vivos y frescos, inasequibles a

quienes haban decidido aca-

orden del silencio y la mentira todos

deban permanecer bien calla-

bar con aquel enigma por los medios

ms burdos y siniestros.

dos, acatando las normas impuestas por

quienes queran dar la espal-

Yo precint la habitacin-cocina de
doa Maa Gmez n o s

da al misterio.

dijo mirndonos fijamente y lo hice

con todas las garantas de

He de reconocer que penetrar en aquel

lujoso bufete en pleno

seguridad, realizndose adems un

acta paralela a cargo del nota-

corazn de Crdoba me puso nervioso.

Nervioso como un princi-

rio Julin Echeverra y otros dos

letrados. Transcurridos tres meses,
desclausur el precinto, y lo cierto y
verdad es que entre las figuras

precedentes y las posteriores haba

habido lunaciones. (...) Yo no

conozco una tcnica de pintura que

pueda originar las caras que
all aparecieron. A travs del tiempo, y
estando clausuradas la pri-

mera y la segunda cocina, LAS CARAS

VARIABAN!

Durante el precintaje, a mi juicio, all

no pudo entrar nadie has-

ta que yo proced al levantamiento del

mismo. (...) Yo puedo decir

a ciencia cierta y con toda seguridad

de que all no hubo fraude.

Aquello es un fenmeno paranormal, y

de eso no me cabe ninguna

duda. La importancia del testimonio

hace intil cualquier comenta-

rio al respecto. Jams un notario se

haba expresado de forma tan

valiente acerca de un fenmeno

parapsicologa).

No me caba duda alguna de que don

Antonio Palacios era uno

de esos raros especmenes que

siempre van con la verdad por

delante. Una verdad que me hizo

recordar de inmediato la palabras

Actas notariales 00462 y 00467 el

precintado de las caras de Blmez.
Expedientes

del antiguo alcalde de Blmez, Manuel

Rodrguez, cuando me afir-

demostrativos de que all jams hubo

fraude.

m que: Yo fui quien llam a Antonio

Palacios por requerimiento del

profesor Argumosa. Lo que puedo

asegurar es que en aquellas caras

hubo cambios. El ms sobrecogedor fue

el de un rostro que en los tres

seguro estaban escritas en el aire de

tiempo pasado. Escenas como
meses que dur el precintaje, vari la
perspectiva. Cambi la posi-

el primer momento en q u e la anciana

Mara descubra aquel rostro

cin de la cabeza 180 grados, y el

notario sali espantado de all...

hiertico junto al fogn, o el mosaico de

las miles de personas que

all, en aquel pueblo olvidado, se

concentraron durante semanas

En el vecino pueblo de Huelma, a un tiro

de piedra de Blmez de

conformando una espiral heterognea de

opiniones, sorpresas, ilu-

la Moraleda, pudimos conseguir las

actas notariales de aquel histri-

siones y, en definitiva, de emociones.

De emocin al estar cerca de

co proceso. Fue una operacin dura,

laboriosa y arriesgada, en la que

lo desconocido. De emocin por ser

parte integrante de un fen-

intervinieron contactos e informantes

que por obligacin de la tica

m e n o social irrepetible, q u e tuvo

como protagonistas a los sujetos
periodstica no p u e d o desvelar en
estos momentos. Esas fuentes,

ms incomprensibles y absurdos q u e
nadie p u d o imaginar jams.

vitales e imprescindibles para que hoy

la verdad salga a flote, logra-

Fue en la Casa de las Caras, junto a

ellas, d o n d e le por ltima

ron poner en nuestras manos los treinta y

dos excepcionales docu-

vez las actas notariales. Las pruebas

efectuadas no dejaban lugar a la

mentos que conformaban las actas del

precintado de la ya mtica casa

duda. Se lleg a colocar planchas de

plomo con unos dgitos secre-

de las caras.

tos incluidos en el interior tapiando las

ventanas y puertas. Se hicie-

Y mientras hojeaba las histricas actas

00462 y 00467 de la nota-

ron actas paralelas, se firm y sell con

lacre cada procedimiento...

ra de Huelma, referidas al precintado

de la casa nmero 5 de la calle
en fin, se demostr q u e all jams h u b
o trampa.

de Rodrguez Acosta, por parte de los

ilustres notarios, sent un estre-

Era curiosa mi sensacin. En el exterior

ya anocheca, y slo los

mecimiento difcil de describir con

palabras.

gritos de unos chiquillos que jugaban se

filtraban a travs de la estre-

Aquellos papeles, que repasaba con el

cuidado de quien acaricia

cha calle. Eran los gritos de los que toda

la vida han pasado junto a

un autntico tesoro, me hicieron

recordar imgenes que a buen

las caras. Como si fueran un m o n u m e

n t o a lo imposible q u e alguien,

algn da antes de que ellos nacieran,

decidi colocar all. bamos a

publicar aquellas actas en nuestra

revista e bamos a demostrar al

m u n d o entero q u e aquello no era

ningn fraude. Ningn fenmeno
paranormal tuvo ni tendra jams tantas
pruebas a su favor.

Y como en un ritual, ajeno a la mirada y

al silencio de Mara,

aproxim mi m a n o hasta posarla sobre

La Pava. La efigie principal

que llevaba un cuarto de siglo mirando

desde su universo perdido

como querindonos dar un

incomprensible mensaje. Antes de que

yo naciera, t ya estabas aqu, le dije

mirndola fijamente pensando

que por fin le iba a hacer justicia. Las

pruebas estaban en mi mano...

y La Pava y yo sabamos la verdad.

En ese momento slo deseaba

que pudiera contestarme, como si de una

entrevista se tratara, a la

gran pregunta: De d n d e has

llegado?

No obtuve respuesta, y probablemente

no lo haga jams. Pero en

aquel momento, arrodillado ante la

hornacina donde se sumerge la

tenebrosa mueca del rostro bizantino, me

sent feliz y desahogado
como el que finaliza sudoroso una obra
con la que se haba com-

prometido en cuerpo y alma. Mi

promesa, la que un da me hice al

encontrarme con ella por primera vez,

ya se haba cumplido.

os OVNIS SIGUEN SIENDO uno de

nuestros grandes enigmas pen-
dientes. Desde hace medio siglo generan
especulaciones y

teoras diversas que parecen seguir

alejadas de la verdadera

naturaleza del fenmeno. Un fenmeno

absurdo e incomprensible

que, en ocasiones, representa un serio

peligro para el testigo que se

lo encuentra por sorpresa. Ejemplo vivo

de ello son los sucesos que

engrosan este captulo. Tres

impresionantes expedientes X espao-

les en los que las fuerzas de seguridad y

diversas instituciones ofi-

ciales quedaron perplejas por la rotunda

realidad de los hechos

denunciados. En Tordesillas
(Valladolid) ocurri u n o de los ms
tris-

tes incidentes de la casustica mundial.

Un muchacho de siete aos

fue alcanzado por un extrao rayo de luz

proveniente de un arte-

facto inslito aterrizado en un

descampado. A raz de ese impacto se

produjeron una serie de dolencias

desconocidas que desembocaron

en el coma profundo y catorce

operaciones a vida o muerte. Los

mdicos quedaron perplejos. No h u b o

diagnstico concreto, pero s

una documentacin q u e demostraba lo

inexplicable de los hechos.

Unos informes que detallan oficialmente

la crnica de esta vctima

del fenmeno ovni.

Unos aos despus, en las dehesas de

Torrejoncillo (Cceres),
otro artefacto inslito estuvo a punto de
abrasar a una familia de

cabreros. Devastador, el cono gneo de

casi cincuenta metros de

altura fue avistado por decenas de

testigos. Su energa, calculada por

la universidad, de ms de 1.700 C,
calcin casas, terrenos, animales

y enseres. Y, por segundos, no hizo lo

propio con cuatro personas.

Hoy, por fortuna, lo p u e d e n contar.

Lo mismo que los miembros de
la Guardia Civil que acordonaron la
zona, v los fsicos y gelogos

q u e constataron sobre el terreno lo

inexplicable del "desastre de

Torrejoncillo, u n o de los ms
alucinantes expedientes X espaoles.

El peligro de los ovnis tambin ha sido

comprobado por testigos

de lite. Buena muestra de ello son los

testimonios directos y los

informes oficiales que el autor recogi

en torno a uno de los ltimos

y ms espectaculares expedientes
espaoles. Lugar: la tranquila pobla-

cin de La Escala (Gerona) en marzo de

1997. Testigos: Manuel

Delgado y Manuel Caballero, policas

con veinte aos de intachable

hoja de servicio. Protagonista: una

inmensa esfera volante en la que

flotaba ingrvido un ser negruzco de

cuatro metros de altura. Conse-

cuencias inmediatas: informe oficial de

la polica dando veracidad a

N 1994 TUVE LA PRIMERA NOTICIA

referente a un hech o absolu-
los hechos y expediente mdico
confirmando la ceguera de uno de los

tamente incomprensible acaecido en la

llanura castellana. Al

agentes alcanzados por el tremendo

deslumbramiento procedente

parecer, y segn escuch a determinadas

personas cuya

del humanoide. En definitiva, un cctel

explosivo repleto de docu-

identidad no p u e d o revelar, un nio

de tan slo siete aos haba sido

mentos. Una historia de la que es difcil

dudar.

intervenido quirrgicamente en catorce

ocasiones tras toparse con

un aparato metlico y reluciente de

forma cnica que le lanz algn

tipo de radiacin desconocida. Desde

ese mismo instante, la historia

del Nio de Tordesillas se convirti

en una autntica obsesin. En

ms de una oportunidad me aproxim a

las tierras vallisoletanas en

busca de datos concretos y evidencias q

u e me demostrasen q u e no
persegua humo. Y he de admitir que las
ganas de desistir a lo largo

de esas correras fueron muchas. Aqu y

all pregunt por el miste-

rioso mozalbete, y nadie quiso o supo

responderme. As que, con-

vencido de que me encontraba ante una

mera leyenda o bola de nie-

ve iniciada en un rumor y potenciada

por los propios investigadores

y uflogos, decid durante un b u e n

tiempo renunciar a la bsqueda.

A pesar de que otras muchas aventuras

para la revista Enigmas y la

televisin me mantuvieron alejado de

dicho incidente, algo me

mantuvo con el pensamiento fijo en la

aeja e hipottica historia. Y la

casualidad, encarnada en el periodista

Juan Jos Bentez, volvi a

reclamar mi atencin ante aquel

reportaje eternamente pendiente.

Ese nio s que existi. Yo mismo

estuve en su casa. La historia

es alucinante. De las ms fuertes,

probablemente, que han ocurrido
en nuestro pas.

Sus palabras fueron un autntico resorte.

Y apenas me import

que un aguacero traidor hubiese

inundado parte del archivo del bue-

no de Juanjo. Decenas,. centenares de

documentos se diluyeron

rol es el mismo que puede saber algo...

me indic sudoroso mien-

entre el agua y la bsqueda de los

nombres y apellidos del "Nio de

tras el cielo desplegaba sus primeros

tonos oscuros.
Tordesillas result misin imposible.
La investigacin de J. J. Ben-

Menos da una piedla pens para mis

adentros. Al menos

tez en el lugar de los hechos se produjo

a principios del ao 1985,

haba un nombre por el que pelear. Y

as, mientras las nubes enca-

cuando viajo hasta el lugar como asesor

de un programa del perio-

potaban el rectilneo paisaje, recorr a

tocia prisa los kilmetros que

dista Francisco Garca Novel, y la

circunstancia de que jams hubie-

me separaban de Tordesillas. No tena

ni un telfono, ni una direc-

se publicado nada, aadido a la lejana

temporal, fueron demasiados

cin... tan slo una identidad perdida en

un laberinto de casi veinte

obstculos para atisbar los detalles

concretos del incidente. A pesar

mil almas y una extraa e inexplicable

sensacin al encontrarme con

de todo, el presentimiento de que algo

real haba acontecido en
algo objetivo tras cuatro aos de
andares de ciego. No poda dudar

aquel histrico rincn de Castilla fue

suficiente para volver a poner-

y una vez ms decid abandonarme a la

aventura... era lo nico que

me en movimiento. Y la constancia
obtuvo su fruto transcurrido un

poda hacer para aproximarme a la

increble historia del Nio de

tiempo prudencial, en abril de 1998.

Tordesillas.
Paseaba aquella jornada de tibio sol por
la inmensa biblioteca de

los padres Dominicos de Arcas Reales,

a seis kilmetros de la capi-

Tordesillas, Valladolid, 6 de abril de

1998, 20:59 horas

tal vallisoletana. Antonio Felices, un

religioso dedicado en cuerpo y

alma a la investigacin OVNI desde q u

e en los aos cuarenta tuvo la

Dos relmpagos iluminaron toda la

calle, y por ensima vez me

fortuna de observar uno de estos

aparatos, me dio, casi por casuali-

pregunt qu demonios haca en aquel

lugar. Varios asuntos de

dad, una nueva pista tras la que seguir

como un sabueso. Me encon-

urgencia me reclamaban en Madrid esa

misma tarde, pero, como si

traba en esas tierras para elaborar un

reportaje sobre investigadores

fuese manejado por una fuerza

absolutamente indescriptible, volv a

con sotana, una idea curiosa que quera

plasmar en la revista a par-
iniciar una frentica carrera entre los
charcos sin mirar atrs hasta

tir de entrevistas con varios sacerdotes

q u e llevaban en su sangre la

perderme por las callejuelas ya oscuras

de la barriada de San Vicen-

pasin por los no identificados.

Finalizando la entrevista con el

te. Algo me indicaba q u e esta vez no

iba a fallar, que la gran aven-

padre Felices, me fue inevitable el

referirme a la historia del Nio de

tura de encontrar al q u e durante aos se

haba convertido en mi ms

Tordesillas; no en vano me encontraba

a menos de treinta kilme-

anhelado testigo, iba a hacerse realidad

esa noche en que Tordesi-

tros de d o n d e se produjo aquel

inslito caso. Y, para mi sorpresa, me

llas se encoga por el fro. Un paso de

semana Santa, flanqueado por

di de bruces con la evidencia de q u e

algo extrao haba ocurrido

los alargados capirotes de los

nazarenos, rompi por unos instantes
en un solar de dicha localidad en los
setenta, pero sin el menor atis-

el silencio en el que llevaba inmerso

unos minutos. La oscuridad rei-

bo de datos concretos. Y una mezcla de

rabia e impotencia se apo-

naba hace ya un tiempo, y las vueltas y

revueltas en aquel laberinto

der de m al coger el todo terreno para

regresar a Madrid. Cuando

simtrico de ladrillo se prolongaban lo

indecible. Buscaba, a u n q u e

ya meta la primera, vi por el retrovisor

a Antonio Felices con su

parezca increble, a un nio que a punto

estuvo de irse al otro

blanco atuendo dominico corriendo a

travs del patio. Tras hacerme

barrio tras un nada agradable encuentro

ovni. Entrada la noche, y

varias seas con los brazos me hizo

parar...

gracias a las fortuitas indicaciones que

obtuve tras hablar con Jos

Maeso, Jos Maesa se llamaba el

chico... m e grit a travs de
Maeso, un milagroso amigo con el
que este periodista siempre esta-

la ventanilla...

r en deuda, p u d e dar con el modesto

hogar d o n d e se vivi hace

Ese es el nio agredido por un

ovnipregunt emocionado.

veinte aos el caso ms increble y

alucinante del que jams he teni-

No. Es un muchacho de Tordesillas

que estudi aqu. Por el

do noticia. Jos me confes en su

domicilio que la historia que se
hecho de ser del pueblo y tener ms o
menos la edad de aquel cha-

rumoreaba era absolutamente real y que

l lleg a conocer al infor-

tunado muchacho. Se llamaba ngel, o

Martin... ahora no recuer-

sus rostros cambiaron y se tintaron de

ira. les falt un segundo para

do bien. Pero s que es cierto que

caminaba por el pueblo siembre

darme con la puerta en las narices o

para soltarme a los perros...
con heridas y vendajes. Estuvo a punto
de morir varias veces. Creo

pero quiz tambin les sobr humanidad

para consentir que aquel

que los podras buscar en un barrio del

pueblo. Es una zona que no

forastero preguntn agarrase una gratuita

pulmona. Me hicieron

conozco bien... pero se le podra

localizar preguntando por la fami-

pasar y comprend que ya no haba lugar

a la duda. Esta era la mis-

lia de el churrero. Su padre tuvo una

churrera bastante popular

ma vivienda adonde lleg el

desvanecido Nio de Tordesillas tras

aqu...

su alucinante encuentro.

Dicho y hecho. Con la adrenalina hasta

las cejas, confiando en

Ya en la estrecha galera donde los

Rodrguez tenan instalado su

que el muchacho cada vez estaba ms

cerca despus de tanto tiem-

cuarto de estar not cmo a Feli se le

humedecan los ojos. Tras bajar

po d u d a n d o acerca de su existencia,
me puse a caminar hacia el

la mirada exclam: A nuestro Martn le

atac aquella cosa... y des-

lugar indicado hasta dar con la sombra

y solitaria a aquellas horas

de entonces ya nada ha vuelto a ser

igual para nosotros! Era algo

calle Valencia.

q u e llevaba muchos aos esperando

escuchar. La confirmacin defi-
No pude, al colocarme frente a la puerta
del nmero 22, mien-

nitiva de que la historia que persegua

no era ninguna leyenda ni

tras la lluvia me calaba por completo,

sino recordar los cuatro aos

macabra fbula. Ante m estaban las dos

personas q u e aquella inol-

de falsas pistas, errores y ganas de

abandonar transcurridos antes de

vidable noche del jueves primero de

octubre de f 977 vieron cmo

llegar hasta all. La historia del Nio

de Tordesillas, por derecho

su hijo llegaba inconsciente, en volandas

y transportado por otros

propio, se haba convertido en una

autntica cruzada personal. En un

c o m p a e r o s de juegos q u e no
cesaban entre llantos de gritar:

reto clavado en lo ms h o n d o de mi
orgullo como periodista. Duran-

A Martn le ha atacado un coche

volador!...

te mucho tiempo ped ayuda e intent

aproximarme por todos los
Feli y Antonio, personas hechas a s
mismas en las ms duras

medios a la agresin ovni ms

espectacular e impresionante ocurri-

labores, han tenido una vida de esfuerzo

y lucha para sacar adelan-

da en nuestro pas, pero el silencio y la

ausencia total de datos fue-

te a sus ocho hijos. Por fortuna, todos

viven hoy sin problema algu-

ron las nicas respuestas. Quiz por eso,

una emocin intransferible

no, pero eso estuvo a punto de cambiar

aquel maldito da en que

me recorri de arriba abajo cuando se

abri la puerta y me encontr

Martn Rodrguez Rodrguez, de siete

aos de edad, entr sbita-

de frente con las miradas adustas de un

hombre y una mujer que,

mente en estado de coma tras tener un

inslito encuentro con un

visiblemente extraados, deban

preguntarse sin hablar por las

aparato metlico que, semioculto, haba

aterrizado en un viejo pajar
extraas intenciones de aquel individuo
que haba llegado hasta su

sin techos situado a unos cien metros del

hogar.

puerta tantos aos despus. A aquellas

horas y en medio del violen-

Emocionado, escuchaba a los

progenitores del para m ya mtico

to temporal lo lgico era desconfiar...

nio, mientras el viento azotaba las

arboledas oscuras del patio y mi

bolgrafo echaba h u m o anotando datos

y datos de una historia que
se me antojaba alucinante, apasionante y
absolutamente real.

Poco a poco, los padres de Martn

fueron abriendo sus senti-

mientos para recordar con nitidez algo

que nadie les lograr jams

Despus de cuatro viajes y muchas horas

en compaa de Anto-

borrar de la memoria. Esto ha sido un

autntico calvariome deca

nio Rodrguez y su esposa, Feli

Rodrguez, una sincera amistad se ha

Feli, mientras miraba una y otra vez u n

o de los dibujos que Martn

abierto entre nosotros. Pero q u

diferentes fueron aquellos prime-

hizo en su da para retratar al misterioso

coche volador me he

ros minutos! Al preguntarles si ellos

eran los padres del nio que

pasado seis aos sentada junto a la

cama del hospital viendo cmo

segn se rumoreaba fue atacado por

un misterioso objeto volador,

mi hijo se iba para el otro mundo por

culpa de aquello. Eso slo una
madre puede saber lo que es. 'Toda
nuestra vida la destrozo aquel

Las h o r a s t r a n s c u r r i e r o n l e n
ta s , yq ui z , te mi nd o s e q ue
jams maldito coche volador. Y me
pregunto, por qu a nuestro hijo?,

me ira de aquella casa sin antes alguien

no me deca d n d e poda

por qu nos tuvo que pasar a

nosotros?...

encontrar a aquel muchacho, Feli y

Antonio me mostraron un arru-

Estaba sobrecogido. En la mesa camilla

comenzaron a aparecer
gado papel donde apareca una
direccin de Valladolid capital. T

los dibujos y los recuerdos de aquella

fatdica noche de octubre. Ya

vers lo que haces, me dijeron casi al

unsono. Y la verdad es que

haba dado el primer paso, pero

quedaba el definitivo salto mortal.

p o c o ms pudieron aadir. Confiando

totalmente en que esa misma

Segn me confesaron los padres, Martn

Rodrguez, el nio al que

jornada iba a tener delante al Nio de

Tordesillas, me lanc sobre

haban operado catorce veces a vida o

muerte tras ser atacado por

las carreteras de la vieja Castilla

dispuesto a hacer aquella entrevista

un OVNI, haba sufrido lo indecible. Al

parecer, no quera recordar

por la que desde haca aos hubiera d a

d o todo lo q u e tena. No

ni que nadie le hiciese revivir aquel

infierno. . y por eso no me iba a

haba un segundo q u e perder...

ser nada fcil llegar hasta l. En
aquellas jornadas de Octubre fueron

varios los curiosos y periodistas locales

que se colaron en la casa de

Paseo de Zorrilla, Valladolid, 23:40

horas

los Rodrguez dispuestos a comprobar

por s mismos la verdad sobre

el rumor que haba conmocionado al

pueblo. Fueron jornadas de

LA voz de Martn Rodrguez Rodrguez,

natural de Tordesillas y

molestias, de disputas y prcticamente

de enfrentamientos directos

de 28 aos de edad, son clara y segura

a travs del auricular. Men-

entre la avidez morbosa de algunos y el

intento de una humilde

tira si no reconociese que los nervios

me estaban devorando. Con

familia por preservar su intimidad.

sumo cuidado intent comunicarle q u e

mi intencin iba ms all de

publicar su caso. Y era cierto. Esta

aventura se haba convertido con
el paso del tiempo en algo mucho ms
importante que todo eso.

Desde la perspectiva periodstica y

humana, la historia de Martn

representaba para m una gran

evidencia. Una de esas con las que

es difcil toparse. Y quiz por eso me

desarm el aplomo del que

hizo gala mi interlocutor. Un silencio

prolongado y un enrgico voy

para all me dejaron con el telfono p e

g a d o al odo y ms rgido que

el mejor de los mimos. El nio de

Tordesillas haba aceptado de

buena fe el envite y pareca dispuesto a

hacerme partcipe de todo

aquello que vio y sinti como

protagonista de una de las ms ins-

litas aventuras acaecidas en nuestro

pas.

Cuando lleg y se sent frente a m no p

u d e disimular la emo-

cin. Su sinceridad, su amabilidad y,

por encima de todo, su inmen-

sa humanidad, me atraparon por

completo. Y as, mientras en el
exterior silbaba el helado aire
castellano y las luces de la ciudad se

iban apagando, periodista y testigo nos

quedamos, con una p e q u e -

a mesa de por medio, reviviendo

detalle a detalle aquella trgica

Martn Rodrguez

tarde del 1 de octubre de 1977.

Rodrguez en una foto

de la poca en la que

sufri el fatal encuentro.

misma calle y compaero de clase,
corren hacia el viejo corral prxi-

mo a la carretera N 122 . Valladolid-

Zamora, en b u s c a de un refugio

lejano para no ser descubiertos. Las

voces del resto van alejndose y

los dos amigos doblan la esquina de la

calle, linde natural de Torde-

sillas, reduciendo su marcha poco

despus convencidos de q u e va a

ser prcticamente imposible que el q u

e la lleva d con ellos.

Caminan los muchachos en paralelo a la

pared de un inmenso

corral ya en desuso y cuyas tapias de

adobe an se alzan firmes en

medio de la llanura. Era bastante comn

que algunas personas con

dudosas intenciones se refugiasen en l

cuando caa la noche, por

eso Martn cogi una piedra del suelo y

la lanz con fuerza por enci-

ma del muro. Un sonido seco y

semejante a la chapa de dos auto-

mviles cuando chocan se escuch

ahogado al otro lado. Aquello
son a algo metlico recordaba
Martn, y lo que nos dej con la

mosca detrs de la oreja era que el

sonido no era el mismo que sur-

ga cuando a veces le dbamos a una

antigua mquina de labrar

El Nio de Tordesillas dibuj

que all estaba aparcada desde baca

aos.

as el artefacto que le dispar

Haciendo gala de gran arrojo, Martn se

adelant a Fernando y, casi
el 1 de octubre de 1977.

a tientas, penetr en la negrura del

corral dispuesto a ver contra qu

clase de hierros haba impactado su

pedrusco. No le hizo falta cami-

nar mucho para descubrir que, junto de

las paredes, como agazapa-

do y escondido, un misterioso artefacto

parecido a una gran lgrima

Martn Rodrguez Rodrguez, de siete

aos de edad, sali aquella

de metal estaba esperndolo. Sostenido

sobre tres gruesas patas, la
tarde del colegio comarcal de
Tordesillas y, en compaa de otros

misteriosa mquina pareca envuelta en

mil y un colores que llega-

tres amigos, se dirigi hacia la calle de

Valencia, en la barriada de San

ban a hacer visibles las vigas y

recovecos de aquel corral sin techo...

Vicente, d o n d e viva. Vesta pantaln

vaquero y un jersey de ochos

que su madre le haba tejido haca pocas

fechas. Tras dar una vuel-

ta en bici por los descampados q u e

rodean la zona, Martn penetr

de nuevo en el hogar para pedirle la

merienda a su madre. Feli, que

lo ve sudoroso y agitado, le indica que

descanse un poco y le pre-

La historia del Nio de Tordesillas

me ha obligado a viajar en

para una rebanada de pan con crema de

cacao. Inmediatamente, y

muchas ocasiones hasta este bello rincn

de la Ribera del Duero. La

siendo las ocho menos cuarto de la

tarde, regresa a la calle donde le
primera vez que pisamos juntos el lugar
de los hechos result inol-

esperan varios amigos con los q u e

comienza el juego del bote la

vidable. Los ojos se volvieron

cristalinos y el desasosiego se apode-

malla, una especie de suerte del

escondite muy popular en la

r del rostro. En el mismo sitio, con las

paredes del viejo corral como

regin. Pasan las horas y la diversin se

prolonga con la noche estre-

derruidas testigos de aquella historia,

Martn revivi lo sucedido con

llada sobre la barriada. El clima es

templado y el aire apenas per-

claridad sorprendente. Me agarr firme

del brazo y mirando al fren-

ceptible. Martn Rodrguez y Fernando

Carabelos, un vecino de la

te me dijo "all estaba...

Y efectivamente, un objeto de unos 2.80
metros de alto y 1,95 de

lar palabra. Su color se haba vuelto

amarillo, y las pupilas haban

ancho se encontraba posado en tierra

emitiendo un sonido muy
q u e d a d o totalmente dilatadas.
Temindose lo peor, la comitiva

tenue. Tres ventanas circulares a m o d o

de ojos de buey por las que

transporta en volandas el cuerpo de

Martn y suben con l por la

surga una luz muy parecida a los

colores rosas y azulados de las

calle Valencia en una dramtica

procesin. A su paso por las vivien-

pompas de jabn parecan escrutarlo

desde la oscuridad. La forma

das, diversos vecinos salen al exterior

asustados ante el gritero que

del ovni, segn los testigos, era como

una pera metlica o como el

se est formando. Antonio Rodrguez se

encontraba colocando unos

gorro tpico de Semana Santa pero ms

ancho por su base. Las patas,

azulejos en la cocina cuando oye

alboroto al otro lado de la puerta.

aferradas al suelo, tenan una serie de

lneas en zigzag q u e las reco-

Al abrirla se encontr con la gente

transportando a un Martn irreco-
rran de arriba abajo. En pleno centro de
su estructura, una puerta

nocible. La tonalidad de la piel y el

hecho de que no respondiese

dividida en dos como las de los

ascensores, se dibujaba cerrada y con

ante ningn estmulo exterior provoc el

pnico en la calle y en el

un color metlico brillante. Asimismo, y

en el lateral derecho, una

hogar de los Rodrguez. A pesar de

todo, Antonio, en compaa de

especie de tobera formada por varios

cilindros sobresala envuelta

un viejo amigo de nombre Eloy, logran

llegar al lugar del aterrizaje

en una especie de vapor condensado.

y comprueban asustados como han q u e

d a d o en el suelo tres marcas

La escena, absurda e incomprensible, se

prolong unos instantes

humeantes en posicin triangular d o n d

e la tierra parece haber sido

hasta que el artefacto comenz a

elevarse con un movimiento de
abrasada por algo. Tras rellenar una
bolsa de plstico con cierta can-

balanceo, observndose entonces una

especie de pinchos en la

tidad, regresan a la casa a toda prisa

para atender al enfermo. Ya en

base de las patas q u e haban

permanecido hasta ese instante clava-

el domicilio, la tierra negruzca ser

observada por un minero profe-

dos en la tierra. Fernando fue el q u e

salt hacia atrs a la desespera-

sional, Olegario Garca Vega, quien

asegura no haber visto nunca

da e intento agarrar a Martn para

apartarlo de un halo de luz que

nada parecido d a d o el tremendo olor a

azufre q u e aquello despeda.

surga del centro del objeto. Pero no p u

d o hacerlo. El muchacho

haba quedado atravesado por un haz

fino y semejante a las lneas de

luz solar que se ven a travs de las

persianas que cruzaba la estan-

cia y le traspasaba el abdomen.

Fernando, visiblemente asustado,
intent un y otra vez quitar los rayos
del cuerpo de su amigo, pero

fue en vano. Acto seguido sala al

exterior gritando para avisar a los

dems preso de una gran histeria. Dentro

del viejo corral, Martn

continuaba con las manos aferradas al

estmago, pero sin poder

zafarse de una daga de luz que lo

mantena all sujeto. La sensacin

que tuve m e confesaba en la

posicin exacta en la que recibi el

impacto fue de que algo se me meta

en el interior de la tripa. Algo

que me dejaba enganchado sin permitir

moverme adelante ni

atrs. Fue entonces cuando comenc a

marearme y a sentir que se

me iba el sentido. Esa fue la ltima

imagen que tuve. Creo que ca

hacia atrs al tiempo que aquello

aceleraba recto y en vertical hacia

el cielo mientras las patas se metan

dentro del aparato.

El autor consigui la tierra que

presuntamente abras el ovni y que la
familia tuvo

Efectivamente, el grupo de muchachos

alertado por Fernando

guardada durante dos dcadas en el

interior de una bolsa de plstico. Los
primeros

encontr a Martn tambalendose,

semiinconsciente y sin poder articu-

anlisis demostraron que estuvo

sometida a 600' C.
Las primeras observaciones mdicas
realizadas por los mdicos

de Tordesillas no logran averiguar el

motivo de su estado, por lo que

se le ingresa en el hospital Onsimo

Redondo de Valladolid. En un

primer momento, los doctores Blanco,

Llorente y Medrano conside-

ran que la recuperacin puede efectuarse

en el domicilio, pero el

agravamiento progresivo de las

dolencias, la perdida de visin y los

vmitos constantes, hacen que

finalmente el Nio de Tordesillas

pase a quirfano y se le efectu la

primera operacin. En los infor-

mes mdicos a los que he tenido acceso

no se deja lugar a la duda.

La gravedad es extrema y las

intervenciones quirrgicas se suceden

una detrs de otra. El doctor Martnez

Portillo, jefe clnico de neuro-

ciruga, deja plasmado en el historial

mdico que Martn ingresa en
estado de coma. Es el inicio de un
calvario que nadie esperaba en

Un documento sobrecogedor.

un muchacho que hasta el momento haba

disfrutado de una salud

Uno de los muchos informes

a prueba de bomba.

mdicos en los que

los facultativos afirmaban

que el nio llegaba en coma

al hospital. Hubo catorce

operaciones a vida

o muerte.

Con tan slo siete aos, Martn

Rodrguez sufrir en su cuerpo

varias operaciones a vida o muerte.

Gracias al buen hacer de los doc-

tema valvular, colocado tras advertirse

estenosis a nivel del acue-

tores Martnez Portillo y Jess Estvez,

se salva la vida del muchacho,

ducto en su tercio superior, convierten

su cuerpo en un lugar mar-
pero las recadas constantes hacen
que se convierta en triste rutina

cado por los bistures. Posteriormente se

le harn pruebas diversas,

el observar al chico ingresando de

nuevo en estado de coma por los

como la implantacin de una vlvula

artificial Shunt interven-

pasillos del hospital. Precisamente el

doctor Estvez, totalmente des-

cin obligada por el extrao desarrollo

prematuro que haban sufri-

trozado, declar a los padres de Martn

en una de las operaciones su

do algunas partes del cuerpo o la

inclusin de aire a travs de va

casi seguridad de que sera imposible

sacarlo con vida del quirfa-

lumbar. A pesar de todo, las cefaleas, la

perdida de visin y los vmi-

no. Pero, de modo igualmente

sorprendente, el enfermo se recupe-

tos volvan a sorprender al chico en

cualquier lugar transcurrido un

raba en cuestin de das ante la sorpresa

generalizada. Martn me
periodo de tiempo, hacindose
inevitables nuevas intervenciones

asegur que en el colegio se lleg hacer

una colecta para comprarme

para revisar todo el sistema valvular.

orlas de flores. Cada nio puso cinco

duros. Cuando llegu a Tor-

Antonio, su padre, recordaba

amargamente cmo llegaba a tener

desillas me di cuenta de que me haban

hecho la mortaja. Aquello

las maletas preparadas en una de las

habitaciones. Lo imprescindi-
no se puede olvidar. Lo que ocurre es
que haba vuelto a salvarme...

ble para salir a toda prisa en el

momento que nos dijeran que Mar-

y esta vez nadie lo esperaba. Todos me

daban ya por muerto...

tn volva a entrar en coma. Aquello fue

un infierno, hubo una

En este rosario de dramticas

operaciones, el cuerpo de Martn

semana, en abril de 1979, que hasta

tuvieron que operarlo tres veces.

comenz a verse surcado por decenas de

costuras y cicatrices. El cr-

Lo increble es como el cuerpo del

chiquillo aguantaba aquello. Eso

neo, abierto en trece ocasiones por el

modo de trepanacin, y un sis-

era lo inexplicable...
En el hospital Onsimo Redondo el
pequeo Martn se hizo eon

No se que ocurri en esa etapa- me

indicaba Martin junto a las

el cario de todos. No slo de los

doctores que en diversas ocasio-

verjas del colegio, pero la verdad es

que tena interes por cual-

nes lo intervinieron y que llegaron a

interesarse, segn me confes

quier cosa; coga barro y me pona a

hacer increbles esculturas.

Antonio Rodrguez, por la historia del

ovni, sino incluso de perso-

Y lo mismo con las matemticas, el

lenguaje, la lectura... Recuerdo

nas como la enfermera Estefana

Esteban, que durante meses se con-

que cuando apenas empezbamos a

dividir, yo sala a la pizarra y

virti en permanente amiga del Nio de

Tordesillas.

haca divisiones por cuatro cifras. Era

como si de repente tuviese la
Catorce intervenciones quirrgicas
marcadas en el cuerpo del

necesidad y la urgencia de aprender

todo tipo de cosas...

muchacho hicieron que Martn tuviese

una infancia difcil. Con apa-

ratosos vendajes y no menos

espectaculares cicatrices se le vea

caminar por el pueblo ayudando a su

padre, que con un carro de

madera venda caramelos a las puertas

de los colegios. Y fue preci-

samente all, en el centro escolar, d o n

d e descubr otra de las claves

de tan increble historia...

Don Anselmo, don Jos Luis y d o n

Tertuliano, profesores del

colegio comarcal de Tordesillas, nunca

consideraron a Martn un

b u e n estudiante. Casi siempre ms

preocupado por echar una mano

a los suyos, no dispona de m u c h o

tiempo para los libros. Las cons-

tantes operaciones a las que fue

sometido tras su encuentro con el
Veintin aos despus

ovni hicieron que su asistencia fuese

disminuyendo hasta hacerle

Martn regres al lugar

perder el ritmo de todas las asignaturas.

Sin embargo, en u n o de los

de los hechos y cogi

una piedra semejante

periodos entre intervenciones en

quirfano, nuestro protagonista

a la que lanz al otro

sufri un extrao cambio que, de la
noche a la maana, lo convirti

lado del muro

en un aplicado estudiante que aprobaba

los exmenes sin la menor

en 1977.

dificultad. Como un tesoro, abr el libro

de escolaridad de Martn

Rodrguez y entre sus pginas descubr

que lo que me decan era

Caminamos juntos en paralelo a la

nacional 122 para regresar,
absolutamente cierto. El Nio de
Tordesillas pareca haber desper-

una vez ms, al lugar de los hechos. Ni

l ni yo sabamos a q u cla-

tado al m u n d o del conocimiento, y

absorba conceptos con una

se de energa haba estado sometido, q u

intenciones tena aquel

rapidez y claridad q u e dejaba

perplejos a los profesores. Aprobaba

aparato ni cul era su verdadera

naturaleza. La nica seguridad q u e

todas las asignaturas y, adems, gan

varios diplomas de dibujo y

compartamos en aquel momento es que

algo inexplicablemente

poesa cuando nunca anteriormente

haba sentido mayor inters por

real haba ocurrido en el descampado.

estas temticas. Lleg hasta un punto q u

e comenz a resolver pro-

Apret fuertemente la bolsa donde

Antonio Rodrguez me haba

blemas matemticos de otros cursos y

acab aprobando dos aos en
depositado parte de la tierra calcinada
que durante dos dcadas

u n o sin el menor esfuerzo, cuando antes

tena serios problemas en

haba sido guardada como el mayor de

los tesoros, y volv a escu-

cada una de las materias.

char las palabras de Martn abrindose

paso en la noche...
Iker, a m me gustara volver a verlo
otra vez... por que no? Pero

por nada del mundo querra pasa r el

calvario de aquellos das. Esa
cosa marc mi vida. Alguna gente me
crey y otros se rieron de mi.

Eso fue lo doloroso. Pero yo s la

verdad... y es como si lo estuviese

viendo ahora... Mientras viva ya no lo

podr olvidar. S que es dif-

cil de entender... pero me gustara

tanto volver a verlo y saber de

dnde vino.

De verdad que te entiendo. A mi

tambin me gustara verlo le

respond clavando la mirada en el suelo.

Y all, en aquel mismo lugar, me
sorprendieron las sombras a la

vera de Martn Rodrguez, que tiene 28

aos y trabaja como albail

para sacar dignamente adelante a su

mujer e hijo. A pesar del tiempo

QUELLA TARDE, LA DEL 6 DE

SEPTIEMBRE DE 1981, estaba siendo

transcurrido, en su cuerpo y recuerdos

an permanecen frescas las

ms calurosa de lo normal. El
termmetro sobrepasaba los

cicatrices que le dej aquel misterioso

objeto que tambin pareca

30 grados con holgura y el aire se haca

irrespirable en el exte-

jugar al escondite. Su entereza y su

fuerza interior le han hecho supe-

rior. Las chicharras entonaban un

cntico monocorde y, en aquel mo-

rar todos los obstculos y encauzar una

vida plenamente normal.

mento, hasta lo ms fieros perros

guardianes dormitaban en las sombras.

Pero, segn pude comprobar, hay algo

que le ha sido imposible dejar
En mitad de un ocano de tierra ocre, y
alejada de cualquier

atrs: la curiosidad y la imperiosa

necesidad de saber qu tuvo delan-

ncleo urbano, se extenda la finca

Cuatro Cuartos, el primer lugar

te aquella jornada de 1977. Un

interrogante que tantas madrugadas le

donde se escuch un penetrante zumbido

que vena del cielo.

ha hecho despertarse envuelto en

sudores y angustia. Una duda que

Eran las tres y media en punto y, en

aquel mismo momento los

esa fra noche, en aquel paraje desolado,

perseguamos con la misma

ojos del cabrero Benito Salgado se

abrieron como un resorte, dejan-

ansia y nos haca sentirnos, a testigo y

periodista, absolutamente uni-

do atrs y de golpe lo que haba sido una

tranquila siesta estival.

dos por unos lazos imposibles de

describir con palabras...

Dando un salto se incorpor del

camastro para mirar instintivamen-
te hacia arriba a travs del ventanuco
que daba a los campos, pero

la tarde estaba limpia, clara y sin rastro

de tormenta.

Martn Rodrguez

Rodrguez, natural de

Tordesillas (Valladolid),

muestra una de

las mltiples heridas

craneales efectuadas

en las catorce operaciones

a vida o muerte

que tuvo que soportar tras

Toirejoncillo, Cceres, 6 de septiembre

de 1981. Un cono gneo de 50 metros
arras

ser atacado por un ovni.

toda la zona y estuvo a punto de acabar

con la inda de cuatro personas.
Escamado, el pastor despert a su
hermano Felipe y, casi arras-

Muc ho me no s ti e mp o ha b a p
as adodes deaquel "s us to"p
e r o , s e g n p u d e trndolo, lo
condujo al exterior para intentar
averiguar la proceden

comprobar, el recuerdo del artefacto

devastador haba q u e d a d o tan

cia de un tronar que poco a poco se iba

alejando. Repentinamente,

vivo que ningn detalle se le haba

podido borrar de la memoria.

los dos quedaron mirando al frente como

autmatas sorprendidos
El vehculo se abri camino entre las
veredas hasta adentrarnos

por el ms extrao fenmeno que jams

hubiesen imaginado. Por el

en la linca Cuatro Cuartos. All pude

ver, perdido entre laberintos

valle se acercaba en pleno silencio un

embudo de fuego que alcan-

de caminos vecinales, el aislado

chamizo d o n d e aquella tarde se

zaba y abrasaba las copas de los rboles

ms altos, mostrando una

refugiaban los pastores. Segua

exactamente igual que la tarde del 6

forma perfectamente triangular y una

especie de orificio por donde

de septiembre de 1981, con sus

humildes paredes como testigo

expela una sustancia de apariencia

lquida que iba calcinando terre-

muelo de lo excepcional.

nos, cercas y animales segn contactaba

con ellos.

Para los Salgado no caba la menor

duda. Aquel 6 de septiembre
haba llegado el fin del mundo...

Esta escena, dantesca y surrealista,

vivida en un rincn de Extre-

madura hace ya 17 aos representaba

para m un reto al q u e pro-

metimos hacer frente, dispuesto a

demostrar a la opinin pblica

que lo ocurrido en Torrejoncillo iba m u

c h o ms all de lo que se afir-

m en su da. Estaba seguro de que en la

solitaria finca Cuatro Cuar-

tos ocurri algo de dimensiones

excepcionales que fue quebradero
de cabeza para nuestras fuerzas de
seguridad, para supuestos estu-

diosos enviados por la NASA y, sobre

todo, para los asustados habi-

tantes de la comarca.

Las explicaciones peregrinas dadas en

su da con el fin de expli-

car el fenmeno resultaban ciertamente

ridiculas, pero hicieron

posible que el ms absoluto silencio se

adueara de la situacin. Eso

era lo sospechoso y, en definitiva, lo

que me hizo enfilar las rectas
Benito Salgado muestra

una de las ventanas

que conducen hacia la tierra de los

conquistadores, dispuesto a

donde an son visibles

desempolvar el Expediente
Torrejoncillo del inmenso archivo del

las marcas dejadas por el

olvido en el que la sociedad clasifica

todo aquello que en su da

extrao fuego.
result demasiado molesto.

Por esta ventana mir yo cuando

empez todo irrumpi

Benito dispuesto a revivir aquella lejana

jornada de verano, era

como un avin raro lo que se oa.

Por eso me qued sorprendido

al no ver nada en la primera ojeada,

as que levant a mi herma-

Torrejoncillo (Cceres), 31 de enero de

1997, 12:14 horas

no que estaba en un camastro junto al

mo. Mira eso que viene
para aqu", le grit cuando vi un
tringulo rojo que se acercaba

Recortado entre un cielo plomizo y unos

campos rectilneos y

muy despacio viniendo desde los

montes. Aquello era grandioso,

solitarios apareci ante m el

todoterreno del cabrero Benito Salgado.

enorme... jams se haba visto cosa

parecida.
Efectivamente, un cono de fuego de
cincuenta metros de altura y

Estbamos seguros de que aquello nos

iba a llevar por delante.

casi cien de ancho se haba asomado

entre las penas distantes a unos

No dudamos de que si aquello nos coge

nos abrasa. All hubiramos muerto

tres kilmetros de la finca. En aquel

momento , y desde otros pun-

todos... seguro.

tos de la comarca, otros testigos

observaron una luz resplandecien-
te que se adentraba por las lomas.

En aquellos momentos se produjeron las

escenas de mayor ten-

sin y nervios en el apartado pago. La

anciana y ya fallecida Celia

l.< >renxo se resisti a dejar su hogar a

pesar de que el cono de fuego

avanzaba en lnea perfectamente recta

hacia ellos. Entre aspavientos,

tuvieron que meterla en el coche de

Domingo Jaralero, un guarda de

la finca que se haba visto sorprendido

por el objeto y que raudo lle-
g hasta el cobertizo ele los pastores
dispuesto a prestar ayuda. For-

zndola, los dos pastores lograron meter

en el vehculo a su madre

y posteriormente montar prcticamente

de un salto en la motocicle-

ta para emprender la huida a gran

velocidad.

Al fijarse en la veterana Bultaeo. que

an mantena el tipo tras

veinte aos de sol a sol, notamos cmo

Benito se sobrecoga al tiempo

que sus vellos se erizaban. Por eso

permanecimos en silencio oyen-

do su sincero relate) mientras se

aferraba a una ele las empuaduras...

En esta misma tuvimos que tirarnos

monte abajo. Y menos

As vio Benito Salgado

el artefacto que se aproxi-

mal que atranc a la primera. Aquello

no lo olvidar mientras viva.

m a su vivienda. Aquello

El embudo aquel, justo al llegar frente

a la casa, comenz) a echar
no era un meteorito.

como unas manchas o gotas de un

lquido. Era como un cido.

ni un torbellino de fuego.

Se trataba de un aparato

Aquello tocaba el campo, las cercas,

los animales y los quemaba al

perfectamente triangular.

instante. Sala todo por el agujero de

la parte de arriba y caa como

la lluvia.
 Nos entr el miedo prosigui
Benito situndose frente a la

A algunas gallinas vi cmo

prcticamente las asaba. Me acer-

casa y sealando al cielo, aquello

comenz a descender y le

qu a algunas y vi que estaban como

cocidas pero con las plumas.

vimos la forma muy claramente. Iba

volando, no a ras de tierra, y

Como si las hubiesen achicharrado

vivas. Por eso corr vereda aba-

las encinas se iban abrasando a

medida que pasaba junto a ellas.

jo hasta la cerca donde tenamos unos

cuantos cerdos y decid sol-

Y todo era rpido, muy rpido. Tanto

que vimos cmo los conejos

tarlos echando las trancas abajo. Los

anmales, como por instinto,

eran atrapados" sin tiempo de

escapar de las madrigueras. Aque-

salieron haca el monte dejando el

fuego tras de s. As los pudimos

llo los abras al instante, como si el

torbellino fuese carbonizando
salvar.

todo lo que tocaba. A la vez. decidimos

despertara nuestra madre,

Todo ardi en cuestin de segundos?

le pregunt mientras me

que dorma en otro cuarto de la casa,

para sacarla de all. Y nos

mostraba un p e q u e o habitculo
anexo a la casa.

cost convencerla. Ella gritaba y se

agarraba a lo que fuese. No

Vaya que s. Aqu mismo tenamos

ciento setenta kilos de que-
quera dejar su casa... pero le dijimos
vamonos, mam, que esto nos

so curado para vender y todo se fundi

segn cay el cido aquel.

mata.

Gallinas murieron las veinticuatro en

cuestin de un par de segn-
dos... y los perros sueltos no pudieron
ni escapar de aquello. Cmo

desconcertante. Luego, ya dentro de la

finca, vimos aterrorizados
poda ser? Aquello pareca que iba
coi/Ira los animales y las cosas...

como haba decenas, centenares de

conejos completamente carbo-

pero no contra las personas.

nizados. No haban podido escapar ni

reaccionar. Y eso s que pare-

Despus mir hacia atrs varas veces

y comprob cmo se haba

ca sobrenatural. A qu velocidad
podan ir aquellas llamas?

parado frente a la puerta y luego daba

la vuelta muy despacio, como
Vieron ustedes otros animales
afectados? volv a preguntar

si girara todo el rato y muy deprisa.

Despus ya no recuerdo ms

igualmente interesado.

que llegar al pueblo y ver a toda la

gente alarmada. Era eso un sin-

S, desde luego, haba tambin una

perra preada completa-

vvr en todo el mundo. Todos queran

saber qu pasaba y qu no

mente asfixiada con el lomo

despellejado por el fuego, con los
cacho-

pasaba. Que si una bomba, que si lo

nuclear, que si un meteorito

rros abrasados a su lado. Recuerdo

adems un pequeo gato que

estrellado... Total, que la Guardia Civil

y todo el mundo saba del

haba sobrevivido, pero que llevaba las

orejas y parte de un ojo

desastre de Cuatro Cuartos. Y para all

que volvimos dispuestos a

completamente chamuscados. Le
habra pasado la energa justo
apagar el fuego...

por encima?

Avanzamos hacia la casa y vimos cmo

unos bidones de los tpi-

cos del gasoil, de una capacidad de

200 litros, haban sido aguje-

reados por aquellas golas que al

parecer expulsaba el artefacto.

Estaban, adems, desplazados unos

doscientos metros de su lugar

Decenas de hombres de Torrejoncillo se

armaron de valor y
de origen. Era como si algo los hubiese
lanzado por los aires. Y lo mis-

subieron hasta el lugar del siniestro en

sus propios vehculos. La

mo ocurra con grandes piedras que

haban sido como arrancadas

imagen que se les present fue algo tan

impactante que no podrn

y depositadas en otros sitios. Recuerdo

que incluso recog varios tro

olvidar mientras vivan.

En ese nutrido grupo iba el corresponsal

de Radio Nacional de
Espaa en Coria, Pedro Jos Yerpes,
que, grabadora en mano, reali-

z in situ una inolvidable crnica de

todo lo que all ocurra. Segn

me confirmaba en la propia ciudad

cauriense, aquello era un espec-

tculo dantesco. Y es que afable el

periodista ya jubilado, como todos

los que subieron aquel da a los Cuatro

Cuartos, tampoco haba per-

dido detalle de aquella dramtica

escena:

Comprobamos que el fenmeno haba

surgido exactamente a

1.800 metros en lnea recta a la casa

declaraba, al tiempo que

dibujaba un croquis de los movimientos

que supuestamente realiz

el artefacto. Seguimos el propio

rumbo del fuego y constatamos

que aquello iba elevado a unos palmos

del propio suelo, abrasando

todas las encinas que se encuentran en

aquel lugar. Luego, en la

llanada que existe frente a la casucha.

descendi y abras la tierra
por dentro en varios palmos. Lo
misterioso es que haba varios cortes

perfectos producidos por el fuego que

demostraban que ste haba

Una imagen impresionante: Un gato se

salv por milmetros. El fuego pas
justo por

hecho extrasimos giros sobre el

terreno. Eso s que era en verdad

encima de l calcinndole las orejas,

lomo y uno de los ojos. Muri a las
[tocas horas.
zas de madera y los llev al instituto
donde ejerca como profesor

paredes de los "Cuatro Cuartos", ya que

ni disolventes ni pinturas las

para enserselo a todos mis alumnos.

Parece que ahora estoy vien-

haban logrado arrancar. Y segn

pudimos comprobar al regresar al

do su cara de asombro y su sorpresa al

ver aquellas enigmticas sal-

lugar, su comentario era absolutamente

cierto. All estaban las mues-

picaduras de fuego. Aquello fue tembl.

Dios mo, Qu clase de

cas de la energa gnea que un da baj

de los cielos, resistindose a
energa calrica provoc aquel
desastre?...

abandonar la triste choza.

Todas las personas que contemplaron el

campo arrasado confir-

El cicerone Benito Salgado,

sorprendindose como si fuese la

maron que la mayora de las quemaduras

eran sectoriales, produci-

primera vez que las vea, sealaba las

marcas negruzcas q u e en

das al azar y en pequeas reas... como

si se hubiese producido una
puertas, dinteles y ventanas haba dejado
el misterioso cono. Ah

tremenda lluvia de fuego. Empalizadas,

cercas, e incluso la tierra de

seguan, desafiantes, sin q u e nada ni

nadie haya podido determinar

los caminos de acceso, aparecan

salpicadas por la misteriosa sustan-

quin las produjo.

cia. Eso es lo que impresion, entre

otros, al reportero local del dia-

rio Hoy de Badajoz, Julin Rodrguez,

para quien aquellas marcas
eran como autntica metralla. Parecan
miles de pequeos disparos

de un lquido corrosivo. Era realmente

incomprensible. Eran

impactos perfectamente verticales que

deformaban todo lo que se

Qu clase de energa haba producido

aquel desastre? Prove-

encontraba a su paso. Algo que, en los

treinta y cinco aos que lle-

niente de dnde y con qu intencin?, me

cuestionaba junto al bue-

vo en las labores informativas en

Torrejoncillo, no be odo jams

no de Benito en aquel abrasado rincn

de Extremadura. Y con esas

que se haya producido ni aqu ni en

ninguna otra parte del mun-

dudas aferradas al cuaderno de campo e

imposibles de despejar por

do. La verdad es que quien vio aquello

no lo podra olvidar nunca...

el momento, vol ms que rod hacia la

capital cacerea dispuesto

El veterano cronista, tras contemplar el

espectculo, decidi
echarse sobre la vieja mquina de
escribir y teclear impulsivamente

hasta pergear la primera informacin

escrita sobre el incidente.

Una columna que hizo correr a su vez

chorros de tinta y que comen-

zaba as:

En una extensin de 25 hectreas de

la finca Cuatro Cuartos,

la vegetacin y las peas presentan un

aspecto lunar, las piedras

calcinadas, y el suelo como si fuera un

mosaico, presenta pequeos
crteres orientados de arriba abajo y
con la tierra completamente

carbonizada alrededor...

Era la viva expresin hecha crnica de

este veterano profesional

que, a la vera de la lumbre de su vieja

estufa, pareca ahora revivir

con nitidez aquellos inolvidables

momentos. All mismo, en el soli-

tario bar de su propiedad, narr con

detalle todo cuanto pudieron

retener sus ojos. Segn me confirm en

la despedida, diecisiete aos
El fuego de Torrejoncillo destroz
puertas, ventanas y rallas, y como un
huracn

despus an se podan ver los zarpazos

de fuego en las maderas y

devastador mat a cientos de animales

calcinndolos sin darles tiempo para
huir.

a encontrar al prestigioso gelogo Juan

Gil Montes, profesor en

Mira, no se puede sentenciar respecto

a lo que all ocurri,

dicha ciudad y anteriormente docente en

la Universidad Laboral de
pero lo cierto es que yo recog cuarzos
de este tamao indicaba

Zaragoza. l haba tenido una

experiencia singular sobre el terreno

cogiendo una copa vaca

completamente vitrificados. Esto es
muy

que demostraba a las claras cmo aquel

vasto paraje haba sido

fuerte. Los cuarzos del terreno, que all

son abundantes y rodean

sobrevolado y atacado por algo p o c

o convencional. Y para l no
toda la casa, haban alcanzado en un
tiempo determinado tal

haba vuelta de hoja.

calor, que se haban fundido y

vitrificado. Aquella manga de fue-

Segn me narraba al amparo de u n o de

los ms antiguos cafs

go inexplicable se centr en dos

kilmetros cuadrados de terreno

de la monumental ciudad cacerea, y

con la emocin de quien des-

y concentr ms de dos mil grados

centgrados para provocar
de la visin cientfica se encuentra ante
un verdadero enigma fsico,

aquello. Dos mil grados... yo recog

una de las piedras y, como

la tarde del 6 de septiembre se

encontraba en su hogar cuando por

gelogo, me qued minutos mirndola

absorto... cmo era posible

la radio llegaron los ecos de la primera

crnica de Pedro Jos Yerpes

aquello?

en el boletn de Radio Nacional de

Espaa. El impacto que le pro-
Y qu ha sido de ese material? le
dije.

dujo aquel escueto informe fue tal que,

sin dudarlo un instante,

Bueno, aquellas horas iniciales se

especul con todo. Y he de

arranc a la primera su viejo Citroen

Dyane 6 y se plant en un san-

ser tremendamente sincero, pero a

pesar de que esto era digno de

tiamn en el lugar de los hechos. All,

sin que en ningn momento

llevara un museo de geologa, tuve un

profundo miedo. Tuve temor

se borrara de su faz la mueca de

asombro, fue comprobando paso a

a aquellas piedras. Sobre las que se

deca absolutamente de todo en

paso los daos que el artefacto haba

provocado. El inventario del

aquellos primeros momentos. Una

bomba incendiaria que cay de

desastre era, segn se desprende de sus

palabras, simplemente sobre-

algn avin accidentalmente, un

experimento nuclear... nadie
cogedor:

saba nada. Yo pens en mi familia, en

mis hijas... y la verdad es que

no me quise arriesgar a llevarme

aquellas piedras conmigo. Estaba

-Jams vi nada igual... aquello era

realmente prodigioso. Exis-

casi convencido de que podan estar

contaminadas con algn tipo

tan junto a las ventanas unas

encimeras con platos y vasos de los

de radiactividad. Todo eran

suposiciones, desde luego, pero el ver
de duralexy se haban fundido todos!
Aquello era una pasta uni-

aquellas rocas y aquel suelo que se

haba llegado a abrir, a agrie-

forme que se extenda por los suelos.

Lo mismo que las botellas de

tar por el calor, le dejaba a uno sin

muchas ganas de aventurarse.

cerveza. Escuchad lo que os digo...

botellas de cerveza de litro que se

Y la verdad es que ahora me

arrepiento... pero comprended que fue-

haban retorcido sobre s mismas hasta

convertirse en una espiral

ron momentos de expectacin y de

incertidumbre incontenible.

de cristal semejante a las jaras del

campo cuando se queman. Era

Nadie saba cmo actuar aquel da.

alucinante aquella visin... Algunos de

los envases de cristal se

haban fundido completamente y slo

quedaba una inmensa torta

Los datos, claros y precisos, estn ah

para quien quiera com-
esfrica con el orificio del tapn en
medio. Se haban derretido por

probarlos. Tras consultar a diversos

institutos de fsica se llegaron a

completo al paso de un calor que

apenas estara en la zona un par

a las siguientes conclusiones: los trozos

de mrmol haban alcanza-

de minutos. Realmente prodigioso.

Como prodigioso fue encontrar-

do un temperatura superior a 1.713",

alterando su estado, y las bote-

me con cuarzo y mrmol semifundido y

las cercas de espino met-

llas de cristal y las alambradas haban

superado con creces los 1.710.

lico goteando completamente

deshechas. Jams habamos visto

El cuarzo, que segn los testigos se

disolva como polvo de talco en

cosa igual!

las manos, haba rondado los 2.000.

Como gelogo y profesor de

universidad, qu explicacin

Cifras concisas y analizables para un

enigma palpable y accesi-

p u e d e n tener estos hechos? le

pregunt ansioso.

ble. Pero qu clase de cientficos se

interesaron y viajaron hasta all
para analizar in situ el interesante
asunto? Respuesta fcil, triste y

previsible: ninguno.

Las palabras del gelogo Juan Gil me

dejaron, nunca mejor

dicho, absolutamente petrificado. Pero

si en algo no estaba de acuer-

do era en su ltima sentencia. H u b o

alguien que s supo muy bien

cmo actuar. Las fuerzas de seguridad, y

ms en concreto la Guardia
Civil, realizaron un despliegue rpido y
rotundo dispuestas a que

aquello no alarmase a la opinin

pblica. Lgicamente no lo consi-

guieron, ya que el pueblo entero se

encamin en procesin hasta la

finca Cuatro Cuartos nada ms or lo

narrado por la asustada fami-

lia Salgado. Verlos llegar a las cuatro

menos veinte de la tarde, con

el alma en la garganta y el horror pegado

al habla, fue suficiente para

El espectculo que se encontr la

Guardia Civil fue dantesco. Decenas de
salpicadu-

ras haban abrasado los campos de

modo sectorial.

que hombres, mujeres y nios siguiesen

en comitiva a la primera

avanzadilla de valientes que haba

subido hasta el lugar del desastre.

Ante tal expectacin, la Benemrita

tom sus particulares medi-

dia Civil de Coria y varios miembros de

extincin de incendios de

das. En la misma entrada de la finca se

colocaron varios nmeros y

1CONA se pusieran en marcha para

acudir al terreno ya cercado y

se impidi el paso a cualquier persona.

As, durante unas horas, se

realizar un expediente-atestado cifrado

con los dgitos del nmero

produjo una imagen digna de un

Roswell hispano en el corazn de

de orden 17/8 del 9 de 1980, en el que

se limitaron a redactar lo p o c o

la profunda Extremadura. Y,
naturalmente, durante ese tiempo nadie
que saban. Incendio de extraas
caractersticas en terrenos de la

supo absolutamente nada de lo que all

ocurri.

finca Cuatro Cuartos-Arroyomolinos,

deca la escueta notificacin

La documentacin oficial slo hace

alusin a que cuatro miem-

oficial. Y no faltaban a la verdad ni un

pice. Segn sus clculos,

bros, encabezados por el jefe de puesto

de Torrejoncillo, Antonio

quince hectreas haban resultado

inexplicablemente devastadas.

Rolln Martn, subieron hasta la finca

dispuestos a inspeccionar la

Pero, como siempre sucede al poco

tiempo de que ocurran inci-

zona del incidente. Haban acudido

presurosos tras presentarse,

dentes imposibles, una riada de

presuntas hiptesis vino a aumen-

completamente alterado, en el cuartelillo

del pueblo el guarda

tar el nerviosismo y la tensin de los

convecinos.
Domingo Jaralero, el hombre que salv
la vida de la madre de los

El ovni destructor, la bomba incendiaria

despistada de algn

Salgado subindola en su coche a toda

prisa mientras la masa rojiza

caza de la Base Area de Talavera la

Real, una explosin tras expe-

avanzaba. Su testimonio fue breve y

conciso. Pero no hizo falta ms.

rimentacin nuclear... los rumores que

recorran veloces las callejas

Un cono de fuego ha estado a p u n t o

de abrasarnos vivos junto al

de Torrejoncillo eran variopintos... y

ninguno le haca la ms mni-

chamizo de los Cuatro Cuartos,

arrasando con todo cuanto se

ma gracia a las autoridades. En aquel

momento se demandaban res-

pona por delante, solt a la primera y

como declaracin ante los

puestas. Y alguien las tena que ofrecer.

sorprendidos nmeros. Un argumento

convincente para que a los
Quiz por eso, y siendo un tanto mal
pensados, no es de extraar

pocos minutos un nuevo dispositivo del

Cuartel General de la Guar-

q u e a los pocos das se presentaran en

el lugar expertos enviados

por la NASA, que jams se acreditaron

pero que, escoltados por la

Benemrita, convencieron a los testigos

de que lo que haban visto

era un simple meteorito. Pero hasta

los menos lcidos del pueblo

En una ardua labor de rastreo hallamos,

en las fechas prximas

dieron con el quiz de la cuestin...

Dnde diablos se hallaban los

al incidente de Torrejoncillo,
referencias en la prensa de todo el

restos de aquella colisin de la roca

espacial?, se pregunt la voz

m u n d o de casos muy semejantes.

Fueron sucesos que despus no

popular. Y evidentemente nadie

respondi... y el experto desapare-
se prodigaron en la historia ufolgica y
q u e misteriosamente se con-

ci para siempre como si se lo hubiese

tragado la tierra.

centraron en el otoo de 1980. Los ms

destacados fueron:

Despus de esta intentona de tranquilizar

al personal llegaron

otras igual de cmicas e irrisorias. La

desintegracin de un satlite

20 de septiembre de 1980: En La Calera

(Sevilla), un artefacto

artificial, una lluvia repentina de

chatarra espacial, un rayo en bola...

cnico se aproxima a un campo con

ganado produciendo diversos

El tedio de las presuntas explicaciones,

unido al paso de los das,

efectos y quemaduras a los animales

(Pueblo, 27/10/80)

hicieron q u e p o c o a p o c o el
desastre de Torrejoncillo fuera dilu-

28 de septiembre de 1980: En
Catamarca (Argentina) Un cono

yndose en el olvido ms absoluto. Un

olvido que seguro sera jalea-
luminoso causa un incendio en un
arrabal. Apareci emitiendo un

do por muchos cientficos de este pas.

gran zumbido (Efe Argentina, sep. 1980)

Y es que hoy, tan slo los que vivieron

en sus carnes la dramti-

20 de octubre de 1980: En Dakar

(Senegal), un objeto cnico

ca experiencia, y las muchas gentes de

bien de aquella comarca,

destruye 50 chozas de un suburbio al

aproximarse a ellas. La Gen-
saben que el enigma contina pendiente
y vivo. Un misterio que,

darmera, el Ejrcito y la Escuela

Politcnica de Thies elabor un

nunca mejor dicho, quemaba demasiado

para ser analizado con rigor

extenso informe al respecto.

y seriedad.

22 de octubre de 1980: En Tianjin

(China) un cono de varios

Rabioso, al comprobar que nadie quiso

profundizar en su da y
colores aparece despidiendo calor y q u
e m a n d o la vegetacin para

de verdad en este delicado asunto, tom

el camino de regreso dejan-

posteriormente introducirse en el mar

(Pueblo, 22/10/80)

do atrs a Benito Salgado y al solitario

chamizo de los Cuatro Cuar-

tos envueltos en las sombras.

Pas los kilmetros y las horas

pensando en el ltimo comenta-

rio q u e me hizo el noble cabrero antes

de partir. Algn da, antes
de irme bajo tierra, podr saber yo
quin nos visit aquella tarde y

por qu nos eligi a nosotros?, nos

pregunt como reclamando un

h u m a n o derecho a saber, mientras se

aferraba a la vieja Bultaco con

la que escap de la muerte segura.

Aquella pregunta, aquella impotencia y

aquella sinceridad la sen-

t bajo la encapotada noche como una

punzada en el fondo de nues-

tro nimo. Y la sent as porque estaba

seguro de que el bueno de
Benito jams hallara su anhelada
respuesta.
URANTE AQUELLA CLARA
MAANA d e julio tod o pareca
transcurrir

con una parsimonia poco comn en la

redaccin de Enigmas.

Sentado en mi catica mesa planeaba

futuros viajes en busca

de nuevos misterios, buceando entre

listines, agendas y fotografas.

No podr olvidar q u e fue a la una de la

tarde exactamente cuando

una inesperada llamada rompi en mil

pedazos el transcurrir buc-

lico y amable de la jornada. Al otro

laclo del auricular, u n o de mis

preciados amigos-informantes, me daba

u n o de esos soplos que

hacen que saltemos como impulsados

por un resorte y atraigamos

en segundos la mirada del resto de los

compaeros de redaccin.

Cuando supe, por el nervioso pero

detallado informe q u e me
transmita el colega Jordi Oliveres, lo
ocurrido en la costera localidad

gerundense de La Escala no me lo pens

ni un minuto. Eran citas

importantes las que me esperaban en el

cnit de aquel abrasador

verano madrileo, pero aquella bomba

de relojera las revent todas

y d e una vez.

Todo lo dems p u e d e esperar, dije

antes de colgar el telfono

mientras el doctor Jimnez del Oso

clavaba su peculiar mirada en mi
rostro. Alzando una de sus cejas, mueca
predilecta del maestro para

preguntar sin hablar, se q u e d varios

segundos esperando una res-

puesta. Pero la verdad es que no le di

tiempo a hilvanar una sola

palabra. De sobra es conocida en el

mundillo de la investigacin mi

capacidad para apasionarme hasta el

lmite con los sucesos q u e lie-
haban visto aquellos dos policas? Pero
las respuestas slamente espe-

raban al final del trayecto; all donde el

blanco pueblo de L'Escala

besa las olas de la Costa Brava.

Tras serpentear durante varios minutos
por las calles encaladas

entre casitas de una sola planta, di con

el domicilio de uno de los

policas testigos del sobrecogedor

incidente. Minutos antes, en la

entrada del pueblo, me esperaba

impaciente el siempre leal Jordi

Oliveres que visiblemente nervioso

volvi a relatarme a grandes ras-

gos lo que, sin lugar a dudas, era uno de

los casos ms impresio-

nantes de cuantos haban sucedido en

territorio nacional. Las pala-

Croquis de lo sucedido en L 'Escala el

19 de marzo de 1997.

bras de Jordi no fueron sino un resorte

que hizo que el particular

termmetro que mide nuestras

emociones saltase hecho aicos.

gan hasta mis manos, y en esta ocasin

consideraba que los casi mil

Me ests diciendo que u n o de los

policas ha q u e d a d o medio

kilmetros que me separaban del bello

rincn de la Costa Brava eran
ciego? pregunt alucinado mientras
giraba rumbo al domicilio

simplemente pecata minuta. Si unos

policas espaoles, tal y como

d o n d e habamos pactado nuestra cita

con los protagonistas.

me asegur mi informante gerundense,

haban estado frente a un ser

Pues s, eso es lo que tengo

entendido, aunque lo bueno ser

de cuatro metros, enfundado en un m o n

o negruzco y rodeado de

verificar todo cara a cara... pero eso es

lo que se rumorea en el pue-

una inmensa aura volante, yo tena que

ser el primero en saberlo de

blo, respondi Oliveres mientras afilaba

su mirada y me indicaba

su propia voz. Tena que ser el primero

en estar all con ellos y el pri-

que estacionase en un rincn de las

afueras del pueblo. Habamos

mero en informar a los lectores. Y de

nada sirvieron las recomenda-

llegado a nuestro destino.

ciones de nuestro jefe para que diez
minutos despus abandonase

Nadie nos recibi, pero sin pensarlo un

minuto nos tomamos

la gran urbe dispuesto a llegar de

maana hasta la misma L'Escala.

todas las confianzas y penetramos por un

estrecho pasillo. Un les

Con el inseparable Jean Michel Jarre y

sus csmicas melodas en

esperbamos son cercano desde la

habitacin del fondo. All, sen-

el casete del Frontera, recorr

parsimoniosamente las carreteras dis-

tados junto a una mesa-camilla y

vestidos con ligeras camisas y ber-

frutando de cada palmo de la ruta. Los

cielos, encapotados y envuel-

mudas propias del calor que azotaba en

el exterior, nos miraban fija-

tos en la luz del atardecer estival,

jugaban con las primeras gotas de

mente las dos personas q u e quin sabe

si haban recibido la visita en

lluvia que en ocasiones humedecan

algunos tramos del camino.
plena noche de un ser ajeno a este m u n
do.

Parecer tontera, pero era uno de esos

momentos en los que,

Encontr al polica Manuel Delgado

francamente abatido. Al

como tantas otras veces, me sent

verdaderamente privilegiado y

apretar su mano lo not apagado, a pesar

de que sus labios trazasen

feliz. Ajeno a todo y a todos rodaba en

busca de un misterio que, a

una cordial sonrisa de bienvenida. Este

aparato se dispara en cuan-

nivel profesional y personal, significaba

un nuevo reto.

to me llevo un pitillo a la boca

exclamaba sealando la cinta pls-

Embelesado con las notas musicales del

genio francs atraves

tica y azul que rodea su brazo. Cada

da me encuentro peor y la

en diagonal la Pennsula con una sola

pregunta en la mente: Qu

verdad es que yo no s qu me est

pasando desde aquella noche.
La presin arterial haba ido subiendo
da tras da hasta hacerse

la /< i i lilil i habn i sido Iri n i i

la. no haba problemas comen

absolutamente necesaria la aplicacin

del medidor que aferrando a su

1.1 Manuel helgado, natural de

Almendralejo (badajo/), S_! anos,

bceps derecho, tantas molestias le

causaba, Una repentina trombosis

robusto, tocado con lacio y particular

bigote, mientras se sirve el

ocular, que le haba obligado a

abandonar indefinidamente su traba-
enesiiiH > \ ase > de agua fresca, as
que decidimos acercarnos hacia

jo, completaba un cuadro mdico

extrao e inesperado. Una pato-

un rerledero donde habamos visto una

serie de maderos idneos

loga que se haba ido agravando desde

el da del misterioso inci-

para la csela del perro que tena

pensado instalar Delgado. El cie-

dente. Es increble m e confesaba

Manuel Caballero, compaero

lo estaba muy encapotado y no haba

un alma por las afueras de

que aquella noche era pareja policial de

Delgado este hombre

La Escala. Cogimos el Patrol y nos

dirigimos a poca velocidad has-

jams ha tenido una baja laboral, si

siempre ha estado hecho un

ta la carretera que va hacia Torroella

de Montgr, all nos adentra-

toro! Esto es inexplicableprosigue

con tono preocupado, aque-

mos por una pista sin asfaltar que va

hacia el campo y donde hay
llo nos hizo algo... y te lo digo porque
yo, tambin de manera asom-

diversos huertos. Al pasar por detrs

de la pista de karts, que por

brosa, me he recuperado de todas las

graves dolencias que sufra

supuesto estaba cerrada y en plena

oscuridad, yo le dije a mi com-

desde haca aos. El mdico es que ni

se lo cree, pero no podemos

paero de ronda-, mira que luna ms

grande!, gritndole e indi-

explicar lo que ocurre. Yo me rea de

todas estas historias, cosas de los

cndole hacia el lado derecho...

chalados de la lele, pensaba. Y ahora,

mira, aqu me tienes, recor-

Pero aquello no era la luna

intervino Manuel Delgado, jie-

dando aquello noche tras noche e

intentando responderme a miles de

nense, 48 aos, hombre fibroso y ele

expresin taciturna, a m se

preguntas...

me encogi el alma cuando vi la luz

redondeada e inmensa que

Y ese aquello que tan difcil les

resultaba describir lo estaban dibu-

apareca flotando junto a los campos.

Yo ya saba qu era eso...

jando al unsono en mi viejo cuaderno

de campo. Eran las 17:01 horas

del 10 de julio y el calor convertido en

hmedo bochorno apretaba

en el exterior. He de confesar que una

disimulada emocin me

embarg en aquella casita gerundense, a

un tiro de piedra de la fron-
tera con Francia, al comprobar cmo
estos dos fornidos agentes de

la polica con ms de veinte aos de

hoja de servicio iban esbozan-

do poco a poco una siniestra silueta

negra, con largos brazos que

colgaban hasta las rodillas, flotando en

el interior de un objeto esf-

rico. Cuando terminaron me extendieron

las dos hojas con un gara-

bato lleno de significado, lleno de

realidad. Eso era lo que haban

tenido sobre sus cabezas aquella

inolvidable madrugada ele tardo

invierno. Eso era. en definitiva, lo que

les haba marcado la vida.

Y es que Manuel Caballero Parra y

Manuel Delgado Ruiz, con el

calendario rondando el medio siglo y

con decenas ele intensas expe-

riencias en sus muchos aos al servicio

ele la polica, jams haban

visto algo parecido. Y esa sorpresa, esa

inquietud, ese miedo los sen-

Manuel Delgado y
t muy cercanos cuando los dos bravos
agentes del orden volvieron

Manuel Caballero

a hacer una crnica sosegada ele lo

sucedido aquella oscura noche

sealan el lugar por

donde apareci la

en un camino forestal de las cercanas.

inmensa bola de luz.

Ese presentimiento estaba bien

fundamentado. No en vano, a

Yo no saba qu hacer- irrumpi

Caballero, sealando a su

Manolo Delgado le sobrevinieron en

aquel momento varias imge-

compaero de ronda , - aquello se venia

hacia nosotros y el Patrol

nes que an guardaba frescas en el cajn

de la memoria. Hacia sie-

pareca no responder: Fue un momento

de tensin, incluso tuve que

te aos, en ese mismo lugar, observ

durante cinco minutos una
decirle a este: Quita eso de ah, coo,
pralo ahora mismo!".

esfera luminosa idntica que se

colocaba encima del coche patrulla

Qu sinti en ese momento en el que

el supuesto ovni se

en completo silencio, iluminando todos

los alrededores como si

coloca frente al coche? volv a

inquirir al agente Caballero.

hubiese salido el sol de medianoche. En

aquella ocasin, en el asien-

Pues la verdad, y mira que no me

tengo por un cobarde y lo

to del conductor se encontraba el cabo

Nicols, un hombre que,

he demostrado a lo largo de muchos

aos con el uniforme, lo cier-

muy impresionado por la experiencia

sufrida, no quiere ni recordar

to es que en aquel instante yo sent

miedo, verdadero miedo...

el inslito encontronazo. Era lgico, por

lo tanto, que el agente Del-

No p u d e resistir la tentacin de acudir

al lugar de los hechos, y
gado tuviese un inquietante augurio.

no fue difcil de convencer a los dos

valientes policas, a la mujer e

Aquello nos pareci inmenso,

gigantesco... como una plaza

hija de Manuel Caballero, que ya haca

bastante tiempo nos acom-

de toros prosegua el polica mientras

dibujaba con sus manos en

paaban en silencio en el saln de la

casa, para que me acompa-

el aire un crculo perfecto, estaba

casi pegado al suelo destellan-
aran.

do un color como anaranjado o rojo.

En ese momento decidimos

Al volver a pisar aquel recndito

paraje, los recuerdos, las imge-

proseguir hasta un cruce de caminos

donde podramos encontrarnos

nes y las sensaciones acudieron como

relmpagos a las mentes de

con aquella cosa frente afrente, pero

yo ya saba que lo que bamos

los dos protagonistas. Cuando mi

todoterreno enfil aquella pista
a tener delante era lo mismo que se me
apareci hace siete aos...

pedregosa, la emocin de los dos

agentes se desbord. Circulando

A las 2:55 horas el Nissan Patrol de la

polica local, con los dos

lentamente, escrutando cada palmo de

terreno, volvieron a revivir la

agentes de servicio en el interior, se

detena junto a la explanada

aparicin del ovni, pero esta vez con

ms datos, con ms viveza. All

d o n d e una esfera de luz inmensa, de

tamao incalculable a primera

surgi al principio!, exclamaron al

unsono sacando el brazo por la

vista, permaneca esttica y en

silencio...

ventanilla para indicar una frondosa

arboleda. Y en aquel lugar nos

No se oa ni el aire azotando las ramas

de los rboles. Eso era el

paramos nosotros, reiteraron

indicndome el cruce de caminos.

silencio total. Ni perros, ni zumbidos

de aquel objeto... nadaexcla-
Cuando detuve el vehculo, los dos
agentes giraron sus cabezas hacia

m Caballero levantndose del sof.

En un momento dado llegu

una explanada que se divida en

huertecillos preados de diversas

a pensar que aquella esfera poda

tocar los cables de la lnea de alta

hortalizas. Mientras Caballero mostraba

un antebrazo d o n d e el vello

tensin que cruzan por all. Ya vers

como esto pegue un petarda-

se haba puesto de punta, Delgado me

deca en voz baja: Y ah fue

zo, le dije a mi compaero. Lo ms

extrao es que intent meter

donde apareci aquel tipo...

varias veces la marcha atrs pero no

haba forma, era imposible...

el coche pareca que se haba

bloqueado...

Y usted qu haca en esos

momentos? le pregunt a Delga-

do. Mira respondi lanzando el

paquete de cigarrillos sobre la
mesa camilla, en aquel instante lo
que se me ocurri fue poner los

Manolo, vmonos, vmonos de aqu

ya, que eso se nos viene

pivotes, las luces del coche patrulla.

Aquello se empez a iluminar

encima!, le grit como un desesperado

a Delgadoel agente Caba-

y yo le coment a Caballero ahora

vers cmo esto se acerca. Y dicho

llero adelanta unos pasos y me seala un

poste de la luz de unos cin-

y hecho, aquello comenz a moverse

lentamente hacia nosotros,

co metros de alto, y como esto,

midiendo casi como esto se apa-

muy despacio...

rece aquella silueta tan grandiosa...

Buenointerrumpe Delgado, situndose

junio a la puerla del

presencia esa sombra gigantesca, una

silueta humana, un cuerpo

todoterreno, lo cierto es que mientras

Caballero miraba aquella

que flotaba en el interior de aquel

crculo luminoso. Me estremec.

esfera gigante que haba cambiado al

azul muy claro yo me puse

Aquello deba superar los tres metros y

medio de altura...

aqu, aqu mismo, dispuesto a

enchufar a aquello con la cmara

Yo irrumpe Caballero,
comparndolo con el poste del ten-

de fotos que llevamos siempre encima.

dido elctrico y a primera vista, le

calculara no menos de cuatro
Y usted no se baj? pregunt a
Caballero.

metros de altura. El tipo era un

autntico gigante... creo que inclu-

No pudeme respondi de
inmediato, estaba bastante ten-

so superior a lo que podramos medir

dos personas como yo una

so, slo quera huir. Y ms cuando de

repente se apareci aquella

subida encima de la otra.

sombra enorme, aquel ser negro, que

estaba flotando dentro de la
 Me qued fro contina Delgado,
haciendo el ademn de

luz! Yo gritaba como loco para que

Manolo volviese al coche, pen-

sujetar una cmara invisible entre sus

manos, pero an me man-

saba que nada bueno poda ir ah

dentro...

tuve en el exterior, a unos veinte

metros de aquella figura increble

Era una forma humana la que estaba

dentro del ovni?

que no se mova un pice. Estaba

dispuesto a acercarme an ms

Ms o menos exclama Caballero,

encorvndose y exten-

hacia el objeto, pero los gritos de mi

compaero me alertaron de

diendo sus brazos, pero tena unos

brazos finsimos y largusi-

nuevo, as que decid disparar a toda

prisa...

mos, yo creo incluso que le llegaban

por debajo de las rodillas... y eso

Yo le juro que doy la vida por un

compaerome comenta
me espant. Aquello no era humano.
Era oscuro, no le podra decir

Caballero visiblemente excitado,

pero en aquel momento le volv

qu facciones tena, ni le vi dedos o

movimiento en las manos...

a gritar sacando la cabeza por la

ventana. Ests loco o qu?, vamo-

aquello estaba esttico, con los brazos

separados como en posicin

nos ahora mismo de aqu! Y le grit

porque todo se volvi rojo. Un

de duelo, como si fuese a sacar un

arma... Ese hombre, o lo que fue-

rojo intenso que penetr desde el

exterior hasta dentro del coche.

se, tena un cuerpo finsimo y estrecho

y permaneca volando en el

Todo el cuerpo de Manolo Delgado se

volvi de ese color. Menos los

interior inmenso de aquella luz...

ojos. Y te digo que, en esos momentos,

si hubiese podido girar con el

La postura del ser les pareci

amenazante?
coche lo hubiese dejado all...

Sprosigue Caballero, reviviendo

la experiencia con total

Una luminosidad que surga del

propio ovni? les pregunt.

nitidez, aquello s que nos miraba,

que nos estaba vigilando. Y tam-

Bueno me responde Caballero,

realmente no s bien de

bin saba que nosotros lo estbamos

mirando. Esa actitud suya

dnde surgi, pero de veras que todo,

la tierra, los campos, el traje
pareca inquietante, como si nos
quisiera decir que iba a ocurrir

y cuerpo de Delgado, la porra, el arma

reglamentaria... absoluta-

algo. En aquel momento volv a insistir

a Delgado para que subiese

mente todo se inund de un color rojizo

intenso durante unos ins-

al coche, pero l estaba colocando la

cmara empeado en retratar

tantes. No haba ruidos. Ni siquiera

silbaba el viento... en aquel

al intruso...
momento sent verdadero miedo y fro,
un fro que me recorra el

Cundo observa usted al humanoide?

le inquiero a un Manuel

espinazo y que me haca castaetear

los dientes. Crea que lo que

Delgado, que contina en la misma

posicin que ocup aquella

fuese ah dentro nos iba a llevar

pa'arriba...

noche inolvidable.

Bueno, pues en ese mismo instante

prosigue Delgado
 Pues, mire, estaba esperando que se
activase el pilotillo verde

aquello cambia, se transforma en

cuestin de milsimas, se vuelve

del fotmetro de la cmara para

enfocar aquello. Era importante

como un pepino alargado, pasa de

nuevo al rojo y se aleja a toda

fotografiarlo para demostrar que era

verdad lo que estbamos viendo.

velocidad. Los disparos que hice

apenas me sirvieron de nada. Ape-

Aquello, como ha dicho mi compaero,

se torn a un azul muy claro,

nas vi unos instantes a la figura, y en

el mismo momento que puls

como el del cielo en pleno da. Luego,

en total silencio, hizo acto de

el mecanismo de la cmara aquello

salt de un modo increble, como
jams hemos visto, hacia el
firmamento... fue imposib/e que una

cmara tan modesta como la que

llevamos pudiese captar nada.

En apenas dos segundos aquello ya

era una estrella como las

dems, pero antes haba una persona

ah dentro. De verdad que

quien no haya tenido delante eso no

puede saber cmo es exacta-

mente. An me pregunto cmo

demonios hizo para salir de all ace-

lerando de ese modo. No se puede

imaginar cosa igual.

Los dos agentes han q u e d a d o

absortos mirando y sealando

hacia el lugar d o n d e aquello se

transform y desapareci de su cam-

po de visin. Mientras me sealan,

separando las manos, la forma

ovoidal que adquiri el objeto

aprovecho para preguntarles por su

arma reglamentaria. Caballero responde

sin titubeos:
 Hombre, all dentro haba una
persona. Haba algo que pare-

ca humano. De veras que tuve la

tentacin de desenfundar para

defenderme de aquello desconocido,

pero me contuve unos segun-

Parte oficial de la Polica

dos. Yo no saba si aquello poda ser

bueno, malo, o qu intencio-

de L'Escala dando fe

nes eran las que llevaba. Como agente

de la polica no poda liar-
de los hechos ocurridos en

me a tiros a la buena de Dios. Otra

cosa hubiese sido si aquello

la noche de autos.

contina all o se sigue aproximando.

Yo no s qu hubiera podido

pasar...

Demasiados problemas poda acarrear

el declarar en un primer

momento, debieron pensar los agentes,

que all haba alguien dentro.

As, esa misma noche, el sargento de

polica don Juan Vargas

Gmez hace constar en un documento

oficial el extraordinario suceso.

A pesar de las mil y unas trabas que en

un principio se nos p u s o

A las tres de la madrugada del 19 de

marzo la pareja de policas

para poder acceder a tan valioso

expediente, nuestra tenacidad

enfilaba de nuevo la carretera hacia

L'Escala. Desde el mismo vehcu-

logr que en la propia central de Polica

nos entregaran esa hoja en
lo conectaron por radio con el puesto de
la Guardia Civil, pero all

la que de m o d o oficial se informaba a

la alcalda de los extraos inci-

nadie haba visto nada, hecho q u e

extra sobremanera a los dos

dentes acontecidos. Todo un expediente

X espaol que abandona-

experimentados agentes. El artefacto

desconocido tena proporcio-

ba un silencio al q u e seguro se vera

sometido de no ser por q u e

nes gigantescas y deba haber sido

divisado desde otros puntos,

unos locos haban llegado dispuestos

a conocer toda la verdad.

pero nadie en aquella desapacible

madrugada pareca haber estado

Ya con el documento en mis manos, no p

u d e evitar el preguntar

mirando al firmamento.

a los dos agentes por el estado de salud

en el que se encontraban.

Con los nervios a flor de piel, los

agentes Delgado y Caballero
La trombosis ocular aparecida en
Manuel Delgado, unida a su decai-

dan parte de lo sucedido en la Central

de Polica Local. Un informe

miento general, le haban proporcionado

un tiempo indefinido de

en el que, a m o d o resumido, se
comenta la aparicin del extrao

baja en sus labores dentro del cuerpo de

Polica. Los mdicos lo

efecto luminoso, al que se le califica

como O.V.N.I., a u n q u e no se

atendieron en el servicio de urgencias y

decretaron la imposibilidad

menciona la presencia del ser.

de su regreso al trabajo.

Aqu tienes los papeles que

certifican lo dictado por el faculta-
moto y su ocupante. El infortunado,
segn confiesan los vecinos,

tivo m e elijo Delgado mientras me

sealaba resignado las gafas

era una persona absolutamente normal y

sin ningn tipo de pro-

que le haban obligado a llevar desde

que se produjera la enferme-

blema. El depsito de su motocicleta no

le hubiese permitido re-

dad, nunca he tenido problemas con

la vista, ni de presin arte-

correr ms de cuarenta kilmetros. Poca

distancia para q u e nadie

rial, ni de nada... y lo cierto es que

cada da estoy peor.

haya encontrado la ms mnima pista

sobre su paradero. La investi-

Yo, sin embargome indica

Caballero mientras me reta a una

gacin, a pesar de todo, contina

confiando en que las huellas que

especie de pulso que, por supuesto, gana

sin dificultad, cada da

se cortaron dramticamente en aquel

solitario cruce arrojen nuevas
estoy mejor. Es increble. Mi mdico no
se lo pude explicar. Ah se lle-

pistas.

va usted los partes en los que se me

dijo que tras la pualada con la

Tras regresar del cuartelillo hice tocio

lo posible para q u e la des-

que me abrieron la barriga de arriba

abajo hace unos aos se me

pedida fuese lo ms breve y rpida

posible. Nunca me h a n gusta-

produjeron diversas dolencias

cardiacas. Tena una deformacin
do, y es algo q u e , lgicamente, ser
difcil de cambiar. No saba

bastante grave a nivel coronario, y me

tuvieron que operar siete

si algn da volvera a ver a estos dos

valientes, pero en aquel

veces... pero, fjese, ahora estoy como

un toro. El mdico se qued

m o m e n t o su arrojo, su sinceridad y
su miedo los sent a flor de piel.

helado, confirmndome que de modo

inmediato e incomprensible

Era como si una verdadera amistad,

quiz trabada por los invisibles

haba tenido un 50 por 100 de mejora.

Yo estuve once meses de

lazos q u e unen a quienes persiguen

ciertas cosas y a los q u e las han

baja, once meses!, y ahora, sin

ninguna medicacin, tras esta his-

contemplado a diez metros, se hubiese

forjado en apenas unas

toria, he recuperado el tono vital, la

presin... todo. Levanto pesas,

horas. Dos abrazos sentidos y un nos

veremos bajaron el teln de
he pintado varias casas, hago
ejercicios... e incluso me han salido

aquella jornada, histrica para el alma y

los recuerdos de este perio-

msculos de nuevo en los brazos. Aqu,

antes, de msculo nada se

dista.

seala los bceps, esto es

extraordinario, y nadie lo entiende... yo

tampoco, por supuesto.

Preguntndome qu haba ocurrido en

aquel solitario cruce de
L'Escala volv a las carreteras. Atrs
quedaban una extraordinaria

vivencia humana, protagonizada por

miembros de la polica espa-

ola, y decenas de preguntas a las que

nadie, por el momento, est

capacitado para responder. Una de ellas

estaba clara: tena algo que

ver con estos hechos la sbita e

inexplicable desaparicin de Josep

Font, acaecida, segn constataban las

huellas de su motocicleta, en

ese mismo lugar?

Y es que no dejaba de ser inquietante
que en el cruce d o n d e los

agentes vieron el ovni y el extrao ser

fuese Josep Font protagonis-

ta de este otro inslito suceso. Josep

Font, campesino de la cercana

localidad de Albons, desapareci,

como si hubiese sido absorbido

por el aire, repentinamente mientras

viajaba en su Mobylette de 49 c.c.,

cuando iba a regar unos huertos de su

propiedad. Tras varios meses

En septiembre de 1997 Lorenzo

Fernndez e Iker Jimnez emitan el
primer repor-

de investigaciones, y segn me
confirmaron los propios agentes de

taje a nivel nacional en el que

miembros de la Polica Espaola
afirmaban haberse

la Benemrita, la Guardia Civil no haba

encontrado ni rastro de la

topado con un humanoide.

En aquellos momentos no saba que,

como encargado de los
reportajes de un programa de la cadena
Tele-5, volvera al lugar de

los hechos y grabara, por primera vez

en la historia de la televisin,

el relato directo de dos policas

espaoles que se haban topado con

un presunto ser extraterrestre.

Envuelto en miles de dudas sobre el

teatro de los ovnis y sus

increbles puestas en escena, record

algunos otros casos d o n d e los

testigos haban sufrido dolencias

oculares idnticas a las del bravo
polica gerundense. Sin ir ms lejos, me
vino a la mente el inslito

suceso protagonizado por el agricultor

Agustn Cercas Valles, en el

pueblo riojano de Cuzcurrita en el

lejano julio de 1971. Tras aproxi-

marse a una extraa tinaja volante que

haba aparecido flotando

muy cerca de un cobertizo, cay al suelo

afectado por un fogona-

zo q u e le impact de lleno. Despus,

los mdicos confirmaron que

sus ojos haban sido afectados por una

fuente lumnica de gran

potencia que a punto estuvo de daarlos

muy seriamente.

El manto de una lluvia de verano

comenzaba de nuevo a salpicar

el todoterreno mientras retornaba a

Madrid, dispuesto a arribar a la

redaccin con las primeras luces del

da. El caso, la exclusiva, estaba

servida. Y ni el sueo ni el hambre me

hicieron parar un momento.

A las 5 de la madrugada la impaciencia

por mostrar a los compae-
ros de Enigmas los importantes
documentos periodsticos obtenidos

se quebr al irrumpir la lejana voz de la

radio. La barbarie asesina del

terrorismo llegaba ntida desde mi tierra

natal a pesar de las interfe-

rencias. El doloroso mazazo me oblig a

detenerme junto a las soli-

tarias llanuras de los Monegros, y la

tristeza, incontenible, hizo que

la esencia mgica de esta ltima

investigacin quedara borrada de

un plumazo en mitad de aquel desierto.

El aparato elctrico de la tor-

menta quiso entonces esconderse,

sabedor de que un despiadado e

irracional ultimtum iba a hacer de

aquella la ms oscura de todas

las noches. La banda terrorista ETA

haba puesto fecha y hora a la

vida del joven concejal de Ermua

Miguel ngel Blanco Garrido,

motivando que los das ms intensos a

nivel popular de la ltima

dcada convirtieran aqulla en una

dramtica semana para la histo-
ria. Un triste colofn para el que haba
sido un viaje repleto de bs-

queda y aventura.

os MAS ANTIGUOS EXPEDIENTES X

espaoles nos hablan de seres

inslitos que despertaron el asombro y

la expectacin en

multitud de cientficos y religiosos. Tal

fue el caso de Francisco

de la Vega Casar, el llamado Hombre

Pez de Lirganes, que supues-

tamente vivi cinco aos en las

profundidades marinas y, segn la

documentacin oficial hallada al

respecto, fue atrapado en la baha

de Cdiz en 1679 tras ser d a d o como

ahogado desde haca un lustro

en el mar Cantbrico. Hombres de

ciencia como el padre Feijoo no

dudaron de la historia y la consideraron

real a todas luces ciadas las
autoridades implicadas en el suceso.
Otros, como el clebre doctor

Gregorio Maran, tambin investigaron

el caso del prodigioso anfi-

bio humano. Ahora, el autor muestra las

actas oficiales que confir-

man la existencia de ese prodigio de la

naturaleza. Unos expedien-

tes X que estuvieron guardados bajo

secreto durante tres largos

siglos.

Habra que remontarse varios miles de

aos para demostrar que
los expedientes inslitos son tan
antiguos como el propio hombre.

Ejemplo ptreo de ello es el llamado

extraterrestre del Casar una

pieza arqueolgica excepcional hallada

en Extremadura, en un

enclave muy concreto, y que representa

una especie de astronauta.

Un ser extrao y nico en nuestro pas,

idntico a otros aparecidos

en las mismas fechas en algn otro

rincn del mundo. Profesores de

universidad, gelogos e historiadores

siguen sin poder catalogar la

pieza con exactitud. Sus misteriosas

inscripciones, su aspecto futu-

rista y sus hermanastras halladas en

una franja de nuestra geografa

abren la puerta para aventuradas teoras

e hiptesis. Fuimos visita-
dos por otras civilizaciones hace miles
de aos? Estos hallazgos man-

tienen viva la polmica.

Lo grabado en tiempo remoto es

semejante, y a veces idntico, a

lo observado por muchos testigos

espaoles en un ao muy con-

creto: 1976. Aqul fue un periodo

convulso como ningn otro, donde

personas de toda condicin se toparon

con inslitos seres. La Guardia

Civil, el Ejrcito y las autoridades

intervinieron en la mayora de los

sucesos, corroborando la existencia de

extraas huellas, marcas y la

absoluta veracidad y seriedad de los

testigos. Despus ya nada vol-

vi a ser igual como en aquel 1976, un

ao que los estudiosos bau-
tizaron como el de los humanoides.
Aqu mostramos los sucesos

ms impresionantes, con los documentos

y testimonios de aquellos

que tuvieron a unos palmos a estas

criaturas imposibles.

RA MUY PEQUEO cuand o le por

primera vez la fantstica his-

toria del h u m a n o que vivi cinco

aos en las profundidades

marinas como si fuese un mtico tritn.

Nunca olvidar la lectura de un grueso y

viejo libro en el que se
detallaba grosso modo la historia del
prodigiosos sujeto que escap

en 1674 a travs de las aguas de la negra

ra ele Bilbao y apareci,

convertido en autntico monstruo

marino, un lustro despus en el

puerto de Cdiz.

En aquel escrito, que me tena embebido

en la soledad del cuar-

to, se deca que jams se haban

encontrado datos concluyentes para

dar por cierta la historia, pero que los

personajes que intervinieron
en ella eran de tal renombre y prestigio
que incluso el padre Feijoo

no eluel en referirse a ella como un

gran y real misterio.

Aos ms tarde, cuando supe del

escptico talante del benedic-

tino, record su afirmacin y la busqu,

con ojos llenos ele curiosi-

dad, en su obra maestra, el Teatro

crtico universal. En ella el reli-

gioso daba autnticos varapalos a toda

la superchera de aquella

Espaa que poco a p o c o perda su

imperio y se suma en difciles

tiempos. Curiosamente, slo daba como

absolutamente cierta la his-

toria ele Francisco de la Vega, el

Hombre-Pez de Lirganes. Y lo haca

rotundamente y sin titubeos. Algunos

nombres y datos sueltos los

copi en mi cuaderno con prisa y

emocin, preguntndome si habra

algn modo ele certificar aquella

historia con documentos oficiales...

con las pruebas definitivas ele que aquel

prodigio ele la naturaleza
vivi en nuestro pas.

La aventura no era fcil. Nadie hasta el

momento, y muchas eran

mi mismo de la dificultad del objelivo.

Conseguir unas actas de bau-

ya las intentonas, haba logrado

demostrar la verdadera historia del

tismo del siglo XVII para demostrar la

existencia real de un persona-

hombre pez. Y, como tantas veces, eso

fue motivo ms que sufi-

je que se haba instalado en la leyenda

me empezaba a parecer

ciente para que, con los primeros rayos

de una primavera adelanta-

imposible. La cosa se agravaba si, hasta

el momento, nadie haba

da, montase en mi fiel Frontera y

emprendiese rumbo hacia los
publicado jams aquellos documentos
de cuya existencia haba

valles y montaas d o n d e hace tres

siglos ocurri una de las ms fas-

comenzado a dudar seriamente. Era peor

que buscar una aguja en

cinantes historias que se pueden

imaginar.

un pajar. Sobre todo si los

despropsitos continuaban producindo-

se con la misma insistencia desde mi

llegada a la perdida aldea.

Y es que tras dos jornadas de intensa

bsqueda, el prroco,

Antonio Fernndez, no haba hecho acto

de presencia. Comenc a

sospechar que me rehua. Medio pueblo

saba que un forastero lo

buscaba ansiosamente para preguntarle

algo del hombre pez, una

fascinante historia que haba ciado la

vuelta al mundo otorgando

fama universal a la remota aldea, pero

sobre la que se dudaba en

diversos e importantes aspectos. Y era

precisamente don Antonio
quien mejor poda indicarme el
paradero de unos legajos vitales para

dar luz a la historia de Francisco de la

Vega... el tritn h u m a n o que,

al parecer, vivi cinco aos sumergido

en las profundidades marinas.

Decid, en un ltimo intento, plantarme

de nuevo en el acoge-

dor paseo de Lirganes, que

precisamente estalla dedicado al mtico

personaje que provocaba mis desvelos.

Caminando hacia la iglesia de San

Pedro Advncula me top por
Detalle del monumento al Hombre-Pez
de Lrganes (Santander), mostrando la

fin con el esquivo prroco. Una

casualidad que no poda desapro-

captura de un supuesto tritn humano

en 1679.

vechar. Creo que la mirada desconfiada

q u e se esconda tras la mon-

tura de sus gafas trasluca la poca

ilusin que le haca el encuentro.

Y convencido de que haba alguna

probabilidad de descubrir

Pero la documentacin que le mostr,

extrada de los estudios de

aquella verdad, sorte las cerradas

curvas del puerto del Escudo para

diversos historiadores santanderinos del

pasado siglo, le obligaron a

adentrarme en la mgica Cantabria,

siempre repleta de misterios y

permanecer atento. En aquellos escritos

se indicaba la posible exis-

sorpresas para el viajero. Pero no todo

iba a ser fcil...

tencia de unas partidas bautismales q u e

demostraran la realidad
del Hombre-Pez, una posibilidad negada
posteriormente por ilus-

tres intelectuales que no encontraron el

menor atisbo de ellas. As, a

7 de marzo de 1997, carretera

comarcal Lirganes-Pmanes,

caballo entre la leyenda y la realidad, se

haba mantenido el relato.

4:05 de la tarde

Y le hice comprender a d o n Antonio

Fernndez la importancia de

encontrar aquellas pruebas mientras iba

preparando el entierro de
Hund mis rones en el asiento del
todoterreno y reflexion por

un vecino fallecido haca unas horas.

Indudablemente no era un

ensima vez. Estaba a punto de

abandonar la bsqueda que me

buen momento, pero estaba seguro de

que la ltima oportunidad

haba llevado hasta aquel bello rincn,

intentando convencerme a

para acercarse a los documentos estaba

en esta conversacin bajo el
prtico de la iglesia. Muchas fueron las
intentonas realizadas en los

nalali ii i.is fuera de lo c o m n q u e

asombraban a los muchos v e c i n o s

ltimos siglos pero nunca haban visto la

luz aquellos avales histri-
que se arremolinaban en el viejo puente
para contemplarlo. En 1672,

cos. Y quiz, comprendiendo lo inviable

de la empresa, el prroco

cuando contaba con 16 aos de edad, fue

enviado a la poblacin

me indic con tono resignado que en

Lirganes no quedaba rastro de

vizcana de Las Arenas para que

aprendiese el oficio de carpintero.

aquellos papeles, y que posiblemente el

nico lugar d o n d e pudie-

As transcurrieron dos aos en las

serreras vascas, de d o n d e el joven

ran encontrarse era entre las hmedas

paredes de un lugar poco

sala siempre al atardecer para

sumergirse en las profundidades de

apropiado para las indagaciones de un

reportero... las celdas de un

la ra.

monasterio de clausura.

Fue la vspera de San Juan de 1674

cuando, en compaa de

Y apostando por aquella remota

posibilidad de dar con las actas,

otros carpinteros, decidi emprender

una excursin al recodo don-

como el que se aterra al ltimo clavo

cuando se ve naufragar, pis a

de el mar penetraba en la costa vizcana

para disfrutar de las frescas

fondo el acelerador intentando devorar

los kilmetros que me sepa-

aguas que tan bien conoca. Pero aquel

sera su ltimo bao. Tras

raban de un lugar al que hipotticamente

no podra acceder, recor-
desnudarse y sumergirse mar adentro fue
dejndose llevar por la

dando una vez ms la increble historia

que me haba absorbido en

fuerte corriente hasta desaparecer. Las

gentes del pueblo, dada su

los ltimos meses convirtindose, ms

que en un reportaje, en todo

fama de fabuloso nadador, pensaron q u

e pronto regresara... pero

un reto personal...

no fue as. Esa misma madrugada, su

madre, Mara de Casar, reciba
la funesta noticia de la desaparicin de
su hijo, engullido para siem-

pre por el embravecido mar Cantbrico.

El trgico incidente llen) de

desesperacin a Toms, Juan y Jos,

Las profundas y negras aguas del ro

Miera a su paso por Lirga-

hermanos del infortunado Francisco, que

no repararon en gastos

nes fueron el lugar predilecto para sus

juegos infantiles. A los cinco

para explorar los abruptos montes y

playas intentando hallar su
aos de edad, Francisco de la Vega
Casar mostraba unas aptitudes

cadver. La bsqueda fue intil, y el

recuerdo del vigoroso nadador

fue olvidndose p o c o a p o c o con el

lento transcurrir de los das.

Cinco aos despus, durante el mes de

febrero de 1679, unos

pescadores que faenaban en la baha de

Cdiz vieron merodear a

poca profundidad un ser acutico

extrao q u e en un principio les

llen de sorpresa y temor. El rumor

recorri veloz por los muelles de

la capital andaluza y pronto se ingeni

un rudimentario dispositivo

a base de recles de arrastre y cebos de

carne y pan para intentar atra-

par al enigmtico merodeador. En varias

ocasiones una silueta de

gran envergadura devor los diversos

trozos huyendo despus a

gran velocidad. Tras varios das en que

se le p u d o observar nadan-

do muy cerca de las embarcaciones, se

le atrap y traslad hasta la
costa. Los pescadores no salan de su
asombro. La presa era en rea-

lidad un hombre joven de 1,80 metros,

muy corpulento, de tez pli-

da, casi translcida, y cabello rojizo

como el fuego. Una cinta de

Ro Miera a su paso por Lirganes. En

l se baaba desde nio Francisco de
la

escamas idnticas a las de los peces

atravesaba su tronco desde la

Vega Casar.

garganta hasta el estmago, y otra haca

lo propio a lo largo de su

columna vertebral. Los dedos de las

manos permanecan unidos por

to de San francisco, provocando una

inusitada expectacin. En los

una finsima membrana parduzca d a n d

o un aspecto parecido a las

primeros das de enero ele 1680 se

convena el traslado del Hombre-

palmas de patos. El monstruoso

apresado bramaba y ruga como los
Pez hasta el pueblo cntabro,
sospechndose seriamente que aquel

animales y tuvo que ser reducido por

ms de media docena de tra-

hombre-bestia fuera en realidad el

desaparecido carpintero dado

bajadores del puerto pesquero. El

destino asignado a la asombrosa

por muerto tiempo atrs.

captura fue el convento de San

Francisco, lugar d o n d e el misterioso

Fue Fray Juan Rosende quien se encarg

de dirigir la peculiar
Hombre-Pez iba a ser retenido durante
tres semanas.

comitiva hasta tierra montaesa.

Llegando a una vereda conocida

como La Dehesa, el sujeto custodiado

decidi poner pie a tierra, y

por su propio instinto, pareciendo

conocer perfectamente el terreno,

fue guiando a los sacerdotes. A grandes

zancadas hizo su entrada en

Lirganes y fue a pararse ante la casa de

la familia De la Vega. La vie-

El secretario del Santo Oficio, don

Domingo de la Cantolla, se

ja Mara de Casar lo reconoci

instantneamente como el hijo que

q u e d de piedra al recibir la noticia.

Inmediatamente orden que se

haba perdielo en Bilbao y se abraz a

l entre sollozos, geste) al que

realizaran diversos exorcismos para

expulsar los posibles demonios

se uniran como una pia sus dos

hermanos, Toms y Juan. El ter-

y espritus malignos que pudieran residir

en aquel extrao cuerpo.
cero de ellos, Jos, haba partido haca
dos meses hacia Cdiz tras

Al convento llegaron expertos en

lenguas extranjeras como fray Juan

enterarse por una conversacin con el

Marqus de Valbuena de la

Rosende, quien interrog durante das y

noches al Hombre-Pez,

captura de quien podra ser su hermane.

Ya jams regresara al hogar.

intentando obtener una respuesta que se

demor lo indecible.

Extrae') sobremanera a quienes le

acompaaban el hecho de

Al final, de la boca de aquel anfibio

humano surgi la palabra

q u e el Hombre-Pez no hiciese gesto

alguno que denotara alegra por

Lirganes, un vocablo completamente

desconocido en el lugar.

el reencuentro con sus parientes. Y as

se mantuvo su carcter intro-

Pero la solucin al enigma lleg un par

de jornadas ms tarde cuan-

vertido durante los casi dos aos (nueve

segn algunos cronistas)
do un mozo natural de Santander, que se
encontraba trabajando en

que permaneci en el domicilie) natal

bajo estricta vigilancia y obser-

los astilleros de la ciudad andaluza,

afirm sin titubear que era el

vacin del ilustrado Dionisio

Rubalcaba.

nombre de una pequea pedana

cntabra perteneciente al Arzobis-

Jams Francisco de la Vega recuperara

el sentido. Su vida en

p a d o de Burgos, y que se alzaba sobre

el ro Miera.

Lirganes se limit a ver pasar los das

en silencio, una actitud que

Las dudas y el asombr se apoderaron

de don Domingo de La

slo rompa al mascullar algo parecido

a pan y tabaco, a u n q u e

Cantolla, quien no d u d un instante en

mandar diversos mensajeros

dichas palabras las verta sin guardar

relacie3n directa con las accio-

hasta la localidad de Solares, prxima a

unos diez kilmetros de Lir-
nes de comer o fumar. Paseaba con
unexs harapos como nico ropa-

ganes. para ponerse en contacto con el

noble Dionisio Rubalcaba,

je, devorando pescado y carne cruda

durante horas, para luego

Gaspar Melchor de la Riba, caballero

de la Orden de Santiago, y el

pasarse varios das sin probar bocado.

Como un vegetal permaneca

Marqus de Valbuena, personas de toda

confianza que se encarga-

la mayor parte del tiempo esttico y

echado boca abajo sobre el sue-

ron personalmente de recorrer y

encuestar a los lierganenses a la

lo. Nunca mostrara el menor inters por

nada ni por nadie.

bsqueda de una historia que pudiera

tener algn nexo de unin

Fue en un atardecer de 1682 cuande) se

le oy gritar como un ani-

con la sorprendente aparicin de Cdiz.

mal herido dirigindose a las aguas del

ro Miera. A pesar de que
A los pocos das, Dionisio Rubalcaba
reciba la confirmacin

varios campesinos intentaron

impedirle), logr) zafarse con habilidad

directa de la desaparicin de Francisco

ele La Vega Casar, acaecida

de ellos y sumergirse de nuevo y para

siempre en el mismo lugar

haca un lustro en la ra de Bilbao, y as

lo hizo saber en el conven-

d o n d e transcurri gran parte de su

infancia. A velocidad antinatural
dej atrs su hogar para desaparecer en
la nebulosa lejana. Desde

tacin al medio acutico. No dud del

extrao incidente dadas las

ese mismo instante. Francisco de la

Vega, el Hombre-Pez de Lirga-

personas de altsima cultura y

preparacin que haban actuado en

nes, permanecera en paradero

desconocido, dejando su fuga mari-

las distintas etapas de la historia. Los

clrigos, nobles e ilustrados que

na una estela misteriosa que pronto

recorrera el mundo entero.

fueron testigos de las andanzas del

hombre-pez componan para

Feijoo un marchamo de autenticidad

indiscutible.

Las misivas personales que

puntualmente recibi de algunos

implicados le hicieron tomar inters por

el extrao asunto, dedicn-

dose a l con fervor y relatndolo con

amplitud en el tomo VI, bajo el
El benedictino Fray Benito Jernimo
Feijoo fue un ilustrado que

ttulo Examen filosfico de un

peregrino suceso de estos tiempos.

arremeti duramente contra el m u n d o

supersticioso y mgico de la

El prestigio que le otorg la mordaz

pluma de Feijoo, intransi-

Espaa del siglo XVII. Su enciclopdica

obra Teatro crtico universal,

gente para muchas otras materias, hizo

que la historia cobrase una

realizada entre 1726 y 1740, fue un pilar

literario bsico con el que

gran relevancia a finales de siglo,

provocando incluso la llegada a la

se combati la superchera que por

aquel entonces se extenda en

villa de Lirganes de multitud de

zologos venidos de distintas nacio-

todos los estratos sociales. A lo largo de

varios centenares de pgi-

nes europeas. A partir de ese instante,

los intentos por conseguir

nas henchidas de su espritu racionalista,

Feijoo fue reventando
datos y pruebas que avalasen la odisea
del hombre-pez se sucedie-

milagros y creencias de cualquier

ndole. Lo hizo en todos los casos

ron sin xito hasta bien entrado el siglo

xx.

que trat excepto en uno... precisamente

el del joven Francisco cic-

A mediados de los aos treinta fue el

insigne doctor d o n Grego-

la Vega. Una, segn Feijoo. inslita pero

real demostracin de adap-

rio Maran quien intent) atajar las

riendas de la supuesta leyenda,

dedicndole todo un captulo de la obra

Las ideas biolgicas del

Padre Feijoo. En l expona una

particular teora que fue aceptada

por la mayora de sus colegas

cientficos. Para Maran, Francisco

de la Vega era en realidad un joven

aquejado de cretinismo (una dis-

funcin en el tiroides muy extendida en

las montaas cntabras en

aquella poca), idiota y casi mudo,

que abandon) su hogar, sien-
do visto por ltima vez cerca de la ra
de Bilbao, difundindose des-

pus el rumor de su ahogamiento. La

circunstancia de que fuese

encontrado en Cdiz cerca de la playa y

una portentosa capacidad

respiratoria originaron la mtica historia

del hombre-pez. Su terrible

aspecto, segn el ilustre doctor, no

estaba producido por su hipot-

tica condicin de tritn humano, sino

que se deba a una enfermedad

llamada ictiosis que sera el principal

motivo de la descamacin de

la piel. Este conglomerado de dolencias,

y la incapacidad del hom-

bre-pez para explicar su verdadero

origen, hizo que los pescadores

El padre Feijoo confirm

y frailes de la ciudad andaluza

estuviesen convencidos de haber

en su obra Teatro crtico

atrapado a un ser imposible.

universal que la historia

Las teoras de Maran generaron en su
da una fuerte polmica,

del hombre-pez era

absolutamente real.

no exenta de manifestaciones totalmente

contrarias que se apoya-

ban en lo rebuscado de una explicacin

que prescinda de los testi-

ciado tesoro. Una joya en forma de acta

que intua permaneca

monios de los pescadores gaditanos y de

las muchas personas que
multa entre aquellos legajos desde haca
m u c h o tiempo. El objeti-

convivieron con el infortunado

Francisco.

vo fundamental para avalar una historia

fascinante que me haba

Aos ms tarde, el propio Maran

acabara convencido de que

hecho recorrer varios cientos de

kilmetros por toda la cornisa Can-

toda la historia del ilustre lierganense no

fue ms que una burda

tbrica.
invencin, una leyenda surgida de los
valles cntabros en la que ni

Mi nerviosismo emocionado acab

convenciendo a la resignada

siquiera existan pruebas para demostrar

que el hombre-pez existiera

archivera, que fue tornando su inicial

mueca de desconfianza hacia

realmente. As lo confirmaron tambin

antiguos alumnos suyos que,

la comprensin. Varios misioneros

vieron rota la reunin que man-

tras realizar una intensa bsqueda de las

actas de bautismo, conclu-

tenan en una estancia contigua. Haca

falta ponerse manos a la obra

yeron con la conviccin de q u e el

polmico sujeto jams haba exis-

para remover la gran biblioteca, y no

tuve reparos a la hora de soli-

tido. Las partidas oficiales del

municipio de Lirganes, que desde el

citar ayuda. Era un m o m e n t o

histrico en el que, estaba seguro, se

siglo xv se archivaban en la parroquia

de San Pedro, no hacan refe-
hara justicia en torno a la controvertida
historia de Francisco de la

rencia alguna al misterioso personaje.

Vega Casar, el carpintero del siglo xvii

q u e se convirti en leyenda

El rumbo de la historia hizo q u e el

asunto acabase olvidado por

inmortal.

el polvo del tiempo, sumiendo en un mar

de dudas al propio pue-

Si mis pacientes pesquisas no andaban

muy desencaminadas,
blo d o n d e hoy se venera a Francisco
de la Vega Casar. Una incerti-

precisamente en aquel viejo archivo

deban encontrarse una serie

dumbre q u e se ha mantenido durante

siglos y que pervive de un

de documentos q u e hacan directa

referencia al Hombre-Pez. Actas

m o d o grfico en la cita grabada en el

monumento que preside el

q u e un da ya lejano fueron
secretamente trasladadas d e s d e la

paseo central de la tranquila villa

cntabra. Bajo la escena ptrea de

parroquia de San Pedro Advncula. Ese

era el motivo por el q u e

la Recuperacin de Francisco en
Cdiz se puede leer: Su proeza

m u c h o s rastreadores del viejo

enigma haban fracasado en el in-

atravesando el ocano de norte a sur

de Espaa, si no fue verdad

tento.

mereci serlo. Hoy, su mayor hazaa es

haber atravesado la memo-
Pero el nimo iba decreciendo
proporcionalmente al ritmo que

ria de los hombres. Verdad o leyenda,

Lirganes lo honra aqu y le

marcaban las agujas del reloj, y la poca

confianza acab por res-

da as la inmortalidad.

quebrajarse cuando logramos localizar u

n o de los antiguos libros

parroquiales de Lirganes de aquellos

aos... en el que no haba el

menor atisbo de Francisco de la Vega.

Una figura legendaria que
Convento de clausura de las Clarisas.
Santillana del Mar, Cantabria,

inconscientemente ya comenzaba a
aparecer ante m c o m o un mito

5:54 de la tarde

fabricado por las ancianas voces de la

verde Cantabria. Y en esas

cavilaciones me encontraba,
maldiciendo que aquella inigualable

Aquel era el nico m o d o para salir de

dudas. Mis reiteradas

historia fuese un simple invento, c u a n

d o una exclamacin me
splicas debieron hacer efecto en el
nimo de sor Emilia Sierra. Era

devolvi al m u n d o terrenal. El d e d o
ndice de sor Emilia Sierra tem-

p o c o usual que un joven lleno de

cmaras y blocs hubiese llegado

blaba apuntando una serie de garabatos

casi incomprensibles que

hasta d o n d e me encontraba. Pero mi

visita era de sobra necesaria

an eran ms difciles de identificar en

aquel oscuro saln. Pero no

y as lo intentaba hacer saber,

dialogando casi a gritos a travs de

caba duda, al acercar aquel libro hacia

la lumbre c o m p r o b emo-

un p e q u e o crculo en la pared de
madera. Tras haber superado la

cionado que efectivamente aquellas

letras haban sido plasmadas

primera aduana not cmo las rejas se

cerraban a mi espalda has-

por el p u o y letra de d o n Pedro

Heras Miera, prroco de Lirganes

ta dejarme en una sobria salita a tan slo

unos centmetros del pre-
en los inicios del siglo xvn, y aquel
legado de valor incalculable era
hombre Pez visto en aquellas remotas
tierras y lo habamos demos-

-----. Eso era lo nico que importaba. Y

as lo meditaba al abando-

nar aquel silencioso convento mientras

caan las sombras de la noche.
Saba que la verdad sobre su odisea en
las profundidades del mar se

convena a partir de este instante en un

nuevo desafo, en un autn-

tico enigma pendiente q u e ya jams

podr ser v i s t o nicamente con

los ingenuos ojos de lo legendario.

Acta de Bautismo de Francisco de la

Vega. En ella se puede leer: "Digo yo
el B rP de

beras que oy a 22 de octubre de 1658

anos Bautice a Franco de la Vega y de
m."
de Cassarsu muger fue su P. - el tal
Frco de heras y testigos el SR Refiada
y el Sr. Pasual de Macas y por ser as
lo firmo Hurs ffr P. - de beras miera.-

la partida de bautismo de Francisco de

la Vega Casar, el Hombre-

Pez.

Mi expresin de alegra irreprimible

contagi a la afable Emilia

Sierra, que, inasequible al desaliento,

continu hurgando con soltura

Acta del libro de finados. Su

transcripcin dice: 'Francisco de la
Vega, llamado el
entre aquellos libros de bautismos,
matrimonios y defunciones para

Hombre-Pez. y Joseph su hermano.-'

En el lugar de Lirganes, a primero de
diciembre

poner de nuevo ante mis ojos otro

documento excepcional. En el

de mil setecientos cincuenta y cinco,

habiendo pasado de los cien aos, que
el dere-

libro de finados de la parroquia de

Lirganes, comprendido entre 1722

cho supone haber fallecido por lo

regular cualquier racional ausente; yo,
el P- Fer-

nando Ant.'-' del Hoyo Venero, cura

beneplcito de dicho lugar, cumpliendo
con la

y 1814, en el folio 106, apareca con

toda nitidez la confirmacin ofi-

obligacin de cura-, hice que los

parientes de Francisco Joseph de la
Vega hiciesen

cial de fallecimiento de Francisco de la

Vega, denominado Hombre-

una ceremonia por sus almas, como o

egecutaron en dicha da referido y
para que
Pez por el propio cura firmante, don
Antonio Fernndez del Hoyo

conste lo firmo endicho lugar y ao ut

supra. Fernando Ant." del Hoyo
Venero."

Venero, y de su desaparecido hermano

Jos. En aquel viejo papel

quedaba otro reto para la historia. Y

conscientes de ello nos sentimos

dichosos al haber puesto sobre el tapete

unas pruebas que el tiem-

po y las malas investigaciones haban

querido relegar a la categora
de fbula.

Los datos irrefutables estaban en mis

temblorosas manos y ya

nadie los podra negar. Y quiz en

aquellos momentos todos los

esfuerzos y fracasos previos quedaron

definitivamente olvidados. El
L VIEJO VILKSWAGEN fren en seco
frente a la puerta de la

pequea editorial alemana Econ. F.ra la

vigsimo quinta vez

que el escritor la visitaba, portando unos

papeles tan revolu-

cionarios como arriesgados. Hasta aquel

momento todos los edito-

res, haciendo gala de su eterno y

anquilosado conservadurismo, le

haban animado para que no intentase

publicar tonteras sobre viejas

piedras y visitantes extraterrestres.

Slo en Econ apostaron por su

audaz manuscrito. Se plante una tirada

pequea, de unos 3.000 ejem-
plares, casi como un favor ante el
entusiasmo de aquel joven suizo.

A los pocos meses esa obra denostada

por tantas mentes privilegia-

das se converta en un fenmeno sin

parangn en los pases de

habla alemana. Durante 1968 y parte de

1969 se mantuvo en el pri-

mer lugar de las listas de ventas,

alcanzando la cifra rcord ele trece

millones de ejemplares. El libro se

titulaba Recuerdos del futuro y el

autor era Erich von Dniken*. Aquellas

pginas, plagadas de ine-

xactitudes pero tambin de anticipacin

y genialidad, constituan

todo un desafo que daba origen a la

astroarqueologa, trmino que

* Sobre Erich von Daniken, puede verse

El retomo de los dioses, publicado por

Edaf en 1997.

defina el estudio de los posibles

vestigios que civiizaciones extra-
al respecto, lgicamente, la aventura de
daqr con el descubridor de

terrestres hubieran dejado a lo largo y

ancho de nuestro planeta...

a q u e l hallazgo no iba ser tarea fcil.

El fenmeno Dniken, un terremoto

devastador que hoy se tra-

Por alucinante que parezca, Juan Gil

Montes, gelogo y profesor

duce en cuarenta y seis millones de

ejemplares vendidos en 34 idio-

en las facultades laborales de Logroo y

Zaragoza, atendi entusias-
mas, aviv polmicas de todo tipo. La
ciencia oficial se enfrent

mado mi llamada y mi peticin de

informacin. Y digo esto, ya que

duramente a las arriesgadas teoras y, de

fondo, la opinin pblica

era consciente de que este cientfico

haba estado apartado la friole-

se formul la pregunta clave: nos

visitaron civilizaciones de otros

ra de veinte aos de esa aficin suya a

indagaciones que se saliesen

mundos?... Una cuestin que sigue y

seguir viva en tanto contin-

de lo comn, como la astroarqueologa.

Me qued de una pieza

en saliendo a la luz curiosos hallazgos

como los surgidos, sin que

cuando Juan Gil me confes) que apenas

minutos antes de mi llamada,

apenas nadie se entere, en una franja de

inexplorada tierra extremea

tras dos dcadas de no or hablar de este

tipo de asuntos y rehuirlos

que, a buen seguro, Dniken hubiese

aadido en sus libros y teoras.
incluso, condicionado por su posicin
social como profesor, haba

sabido de la increble vivencia de los

albailes que estaban constru-

yndole una casa. Un incidente

protagonizado por misteriosas luces

que aparecan en los cielos y objetos

absolutamente extraos atra-

vesando una zona delimitada de

indudable riqueza arqueolgica. El

Por una de esas extraas casualidades

que aderezan el m u n d o

profesor Juan Gil escuchaba esa historia

que le haca revivir otros

de la investigacin de campo me puse

rumbo a las llanuras extre-

tiempos de inters por estos asuntos,

casi al tiempo que sonaba el

meas a toda prisa, obsesionado con

algunas informaciones que me

telfono. Al otro lado del auricular, este

reportero le anunciaba su viaje

remitan a una misteriosa pieza

arqueolgica hallada hace algunos

inminente para indagar sobre la figura

del Casar. Ante la tremenda
aos. Nunca haba sido la
astroarqueologa santo de mi devocin,

coincidencia, tras dos dcadas sin que

nadie le recordase este tipo de

pero he de reconocer que todo cambi

en el preciso instante en que

enigmas, atendi) mi peticin,

olvidndose de trasnochados condicio-

me top de bruces con la enigmtica

estela funeraria del Casar de

namientos y ofrecindose como experto

gua en una zona extremea

Cceres, un sensacional hallazgo al que

haca algn tiempo le segua

que guarda celosamente extraas huellas

de su pasado ms remoto...

la pista y que, olvidado por cientficos y

arquelogos, pareca dormir

Cosas de la casualidad?...

el sueo de los condenados.

En una oscura dependencia permaneca,

algo desgastada, la

inquietante y oblicua mirada de un ser

que alguien grab en una las-

ca de granito hace ms de dos mil aos.

Un ser de cabeza o casco

ovalado, misteriosa sonrisa, cuerpo

desprovisto de brazos y rodea-

Para Juan Gil no caba duda; aquella era

una pieza extraordinaria.

do de inscripciones indescifrables, y
calzado con gruesas botas

Apareci un buen da m e
comentaba en el cementerio

semejantes a las de los modernos

astronautas.

del Casar de Cceres adornando una

de sus tapias. Es un empla-
No p u d e disimular mi sorpresa. Era el
retrato robot idntico que

zamiento extrao, ya que ni siquiera

estaba dentro del recinto, sino

tantos testigos de la presencia de ovnis y

humanoides haban plas-

mirando hacia fuera en un lugar en el

que slo hay campo y cielo.

m a d o en los ltimos aos en mis

cuadernos de campo.

El verdadero descubridor fue un

escritor trujillense, Alfonso

Saba de buena tinta q u e un prestigioso

especialista haba reali-

Naharro, que tena un grupo de

recogida de restos arqueolgicos y

zado un arduo estudio al respecto,

otorgando a la pieza el mayor de

fue informado de la extrasima figura.

Cuando yo la vi me llev

los misterios. Desde haca ms de veinte

aos nada se haba sabido

una impresin tremenda. Realmente

era algo inusual y jams visto
en la arqueologa. Los restos romanos
y celtibricos, con los que se

cia de una piedra con una figura

parece un extraterrestre, en

la asoci, son radicalmente distintos.

Estas tradiciones culturales

frase literal del casareno que me

proporciono la noticia.

intentaron, en la provincia, reflejar lo

ms fielmente a los retrata-

Se trata de una estela antropomrfica

de granito gris que repre-

dos. Las estelas funerarias

antropomorfas son de otro tipo, no
existen

senta, simtricamente enmarcada, una

extraa figura humana,

de cuerpo entero... y menos con esos

ojos, ese crneo, esas botas... y

desnuda, frontal, de cabeza abombada,

ojos orientales sonrientes, lar-

esa inscripcin misteriosa an no

traducida.

go cuello, hombros levantados, piernas

desproporcionadas y muscu-

losas, y pies calzados con unas gruesas

botas.

Est tallada a bajorrelieve. Su

conservacin es perfecta y mila-

grosamente intacta a pesar de hallarse

durante muchos aos empo-

trada en el muro. Habra que datarla

en el apartado de las estelas

de la Edad del Bronce y fecharla en el

siglo la. de C.

Acerca del significado de las

inscripciones existen diversas teoras,

pero todas confluyen en una... no se sabe

qu quiere decir lo escri-
to en la piedra. La nica palabra
completa q u e se ha podido analizar

es ILUCIA, la cual aparece a la altura

del pecho, y que segn el ge-

logo Juan Gil p u e d e tener su raz en

Lux-Lucis, o dicho de otro

modo, luz.

El profesor de epigrafa Hurtado de San

Antonio se extra de

q u e esa pieza jams hubiese sido

catalogada. Al estudiarla paciente-

mente descubri q u e podra tratarse de

un texto redactado en una
Una imagen del

extrateirestre del Casar-

lengua indoeuropea cltica influida por

corrientes beras. Ante su

en su emplazamiento

extraeza, afirma que: Aunque nos

encontramos ante letras latinas,

original en la tapia

nos vemos imposibilitados de emplear

los clichs de las transcripcio-

del cementerio, tal y como

lo hall el explorador

nes romanas a las letras de la estela

que nos ocupa. Pudiramos

Nabarro.

haber hecho combinaciones para que

nos encajaran en algunas de

las frmulas, pero hubiera sido

falseando la historia. Es una ins-

Efectivamente el extraterrestre del

Casar posee unas letras gra-

cripcin intraducibie, tan slo

semejante a las existentes en Arroyo
badas y grotescas, ilegibles para el
profano, a lo largo del traje. Son

de la luz.

caracteres que an no han logrado ser

descifrados y que represen-

Quin hizo esa figura hace dos mil

cien aos? m e pregun-

tan otro gran enigma.

taba en la soledad de aquel lugar,

qu o a quin pretenda retra-

A la bsqueda de respuestas acud al

Corpus de inscripciones
tar?, acaso era el reflejo en piedra de
lo observado en ese tiempo

latinas, elaborado por el infatigable

Ricardo Hurtado de San Anto-

remoto en las cercanas de aquellas

poblaciones?, qu papel jugaba

nio, profesor del Seminario Mayor de

Cceres, que fue otra de las

la palabra luz con aquel ser futurista

plasmado antes del nacimien-

contadas personas que vieron al ser

enclavado en la pared del

to de Cristo?...
cementerio. As se refera al extrao
dolo csmico:

Mirando fijamente a aquel inslito y

desestabilizador personaje

En el inicio del pasado curso

acadmico, recogiendo material

no p u d e evitar recorrer 11.000

kilmetros con la mente hasta situar-

para mi tesis en la rama de Historia,

me informaron de la existen-

me sobre la clebre Pampa Colorada de

Nazca, en los desiertos sure-
os del Per, d o n d e una remota
civilizacin asentada all hace unos

No deja de ser curioso, regresando de

nuevo a nuestro protago-

2.500 aos dibuj las clebres figuras y

pistas que hoy son ya Patri-

nista ptreo extremeo, que nicamente

en el poblado de Arroyo de

monio de la Humanidad. Record en

aquella sombra sala cmo, en

la Luz (de nuevo el mismo trmino) se

d este estilo excepcional en

u n o de mis vuelos en avioneta sobre

las enigmticas y gigantescas

la epigrafa. Este lugar, d o n d e se

registra una inmortal leyenda sobre

formaciones peruanas, realic varias

fotografas de una figura antro-

apariciones de entidades divinas que en

1134 ayudaron a los cristia-

pomorfa de ms de 80 metros de largo y

situada sobre una loma, que

nos en una de las batallas de la

Reconquista y en el que se han regis-

la voz popular bautiz como El

Astronauta. Esta imagen dibujada
trado diversos casos de ovnis y
humanoides en torno a unos con-

en el desierto reflejaba en las ardientes

arenas a un ser tocado con

juntos sepulcrales de la edad del bronce,

alberga tambin numerosos

escafandra, grandes ojos circulares, una

especie de traje ceido y

misterios. Hay una conexin

estremecedora entre ambos puntos

gruesas botas de caa alta. Las

coincidencias eran sobrecogedoras, y

geogrficos. Tanto en el Casar como en

Arroyo de la Luz existen las

no me resist a preguntarme si esos

seres, los astronautas del pasa-

mismas y toscas colmenas de tumbas d o

n d e desde tiempo inmemo-

do, pulularon por algunas regiones del

planeta y los artistas, a su

rial los vecinos vienen observando

luminarias inexplicables. La

m o d o y estilo, los reflejaron con los

materiales ms familiares. Miran-

observacin de unos artefactos

luminosos muy concretos es masiva
do la estela del Casar, la sospecha,
inevitablemente, era cada vez ms

en ambos pueblos. En las correras por

la zona descubr q u e el alu-

grande.

vin de sucesos extraos en torno a los

conjuntos sepulcrales me

desbordaba por completo. Y, caso a

caso, testigo a testigo, descubr

q u e exista una especie de tringulo

perfectamente definido d o n d e

ruinas e incidentes inexplicables

compartan el protagonismo.
Estoy seguro de q u e pocos lugares de
nuestra geografa tienen

mayor densidad de casos ovni que la

que se viene produciendo en

el terreno que une las poblaciones de

Arroyo de la Luz, Malpartida

y Casar de Cceres. La particularidad

de este enclave es que todo l

p u e d e considerarse un inmenso
yacimiento arqueolgico de carc-

ter funerario. Son decenas los siniestros

sepulcros de piedra que

rodean estratgicamente la zona. Tumbas

excavadas en el granito

Imagen tomada por el

autor desde una avioneta

d o n d e quin sabe si an yacen los

restos de aquellos que retrataron

sobre la pampa colorada

al extrao visitante del Casar.

del desierto de Nazca,

La increble casustica concentrada en

este tringulo es sobreco-

Per. Una figura

de 80 metros de largo

gedora y est vinculada precisamente a

estos yacimientos. Las luces

muestra similitudes asom-

q u e ven las nobles gentes del lugar

siempre parecen merodear los

brosas con el

lbregos y antiqusimos cementerios.

"extraterrestre del Casan".

Se tratan de retratos

Luis Monteiro y Jos Alonso Gmez, los

albailes q u e trabaja-

diferentes de. un mismo ser?

b a n en la casa del gelogo J u a n Gil

fueron sinceros conmigo: Aque-
Una -colmena de sepulcros" en Arrayo
de la Luz, en el epicentro del -tringulo
de

los muertos-.

Luis Monteiro, con el dibujo

del extrao artefacto que le

llo no pareca de este mundo, me
dijeron. As hablaban de la apari-

sorprendi mientras faenaba

en el campo.

cin q u e les haba mantenido intrigados

en los ltimos tiempos.

Segn me confesaron, un objeto

gigantesco, de color aluminio bri-

llante, apareci a las cuatro de la tarde

sorprendindolos sobre un

Experiencias como la de Juan Jos Daz,

ganadero y propietario
paraje conocido como Los Barruecos.
De aquel artefacto se des-

de la extensa finca Los Camellos, no

eran para olvidarlas fcilmen-

prendieron dos p e q u e a s piezas

triangulares que escrutaron el

te. En el verano de 1994, y junto a toda

su familia, fue testigo del ate-

lugar y, tras realizar varias cabriolas

en el aire, volvieron a ensam-

rrizaje de una inmensa maquinaria

flanqueada por una hilera de

blarse en el aparato de gran tamao q u

e pocos segundos despus

focos azules, rojos y amarillos sobre una

pequea charca. Tras unos

desapareca envuelto en el mayor de los

silencios. Abajo, en el cam-

minutos, el aparato ascendi hacia los

cielos y, como por arte de

po, las miradas atnitas de los dos

compaeros que ni siquiera

magia, sta se haba secado por

completo, como absorbida por

pudieron articular palabra. Horas ms

tarde supieron que otros
aquel artefacto desconocido.

vecinos del cercano pueblo de Las

Minas tambin haban observa-

Tambin el joven Emilio Moreno Garca

sufri el mayor susto de

do lo mismo.

su vida en este misterioso tringulo.

Cuando regresaba en su vehcu-

Y no era el nico caso ocurrido en este

solitario lugar, junto a los

lo de recoger a su novia, en agosto del

94, comprob cmo un arte-
infatigables investigadores cacereos
Julio Barroso y Antonio Lan-

facto rectangular y muy luminoso haca

un giro brusco y casi lo

cho, p u d e peinar pacientemente la

zona y conocer de primera mano

empujaba fuera de la carretera,

persiguindolo despus en plena

sucesos increbles que siempre tenan

como teln de fondo este

noche durante ms de siete kilmetros.

lugar sepulcral. Muchos, segn p u d e

comprobar, relacionaban direc-
Algo ocurre en este lugar rodeado de
silencio y prehistricos

tamente a las extraas luminarias con los

cadveres de los difuntos

difuntos. Y, si no, que se lo pregunten a

personas como Jos Manuel

que all reposaban desde hace ms de

dos mil aos.

Iglesias, que circulaba en plena noche

de julio de 1987 por esa zona

y se top, para su infortunio, con un

misterioso ser envuelto com-

pletamente en tnicas oscuras que se

situ en el centro de la calza-

da, flotando a dos palmos del suelo, y

precedido de un fnebre soni-

Antonio Gonzlez Cordero, arquelogo

y profesor de Historia en

do de cascabeles. Los testigos que

han vivido extraos fenmenos

Navalmoral de la Mata, me esperaba

impaciente. En su despacho,

en estas tierras se cuentan por decenas.

Uno de los testimonios ms
rodeado de libros, fotografas y
publicaciones especializadas d o n d e

impactantes fue sin duda el del oficial

mecnico conductor de la

se reflejaban los descubrimientos que l

mismo haba protagoniza-

Diputacin Provincial, ngel Benito

Silveiro, quien tambin estuvo

do, nos envolva un ambiente digno de

los filmes sobre Indiana

durante varios minutos escoltado por

una gigantesca luminaria que

Jones.
despeda diversos colores y que pareca
seguir sus pasos muy de

Con las imgenes de la figura del

Casar entre las manos y la

cerca. El susto y la sorpresa han sido el

comn denominador de las

oscuridad y la tormenta retumbando

detrs de las ventanas, no d u d

gentes que en el interior de este

tringulo de los muertos se han

en confesarme sin el menor tapujo que

esta pieza es rara, desde lue-

encontrado con los escurridizos ovnis.

Ante tal cantidad de datos

go. Est realizada con una increble

ingenuidad.... y el autor no

recogidos en la zona, no me q u e d
ms remedio que recorrer la

puede decirse que fuese un genio del

realismo. Yo no soy partidario

clebre rea palmo a palmo en busca de

nuevas aventuras.

de teoras arriesgadas tipo von

Daniken, pero lo indudable es que,

Al visitar el lugar, prolijo en arcnidos

y alacranes, comprob que
entre las ms de mil y pico
inscripciones latinas no hay una igual

el aislamiento y la soledad eran totales.

Tan slo restos desperdiga-

a sta. En ese aspecto es

extraordinariamente extraa. Debi
ser la

dos de antiguos poblados pastoriles eran

lejano reflejo de lo que

representacin de alguna deidad

desconocida... y la palabra RU-

debi ser una zona donde diferentes

civilizaciones se fueron asentan-
CIA en su relacin con lux o luz
podemos considerarla una especie

do desde el ms remoto megaltico. All

por donde discurra nuestro

de tenimo indgena que tambin

aparece en una inscripcin de

caminar iban apareciendo sepulcros

vacos como inmensas hileras

Arroyo de la Luz. Es cierto que existe

un periodo oscuro, inexplora-

de muerte, conformando una autntica

necrpolis alzada en tiem-

do, casi desconocido, que nos llevara

basta los dolos-estelas ms

pos inmemoriales. Recintos mortuorios

idnticos a los que se des-

antiguos.

perdigaban por Arroyo de la Luz o

Casar de Cceres, envueltos en

Parece que Extremadura es un lugar

especial d o n d e han sur-

una bruma de misterio que los conecta

directamente con sucesos

gido representaciones de seres que no se

parecen a nada conocido
inusuales y extraordinarios. Las luces,
hoy, continan observndose

le coment intrigado.

algunas noches, merodeando

silenciosamente y sin que nadie sepa

S, esta comunidad,
arqueolgicamente hablando, es
extraor-

por qu han elegido este triste lugar.

dinaria, excepcional me atrevera a

decir. Slo aqu existen esas

Son hechos singulares que podran

extrapolarse a otros lugares
estelas o dolos menhir que
representan figuras tocadas con una
espe-

escogidos de la tierra extremea.

Existan ms piezas misteriosas, ms

cie de coronas. Son significativas,

sobre todo, en la zona norte colin-

retratos aparentemente absurdos corno

reflejo de enigmticos perso-

dante con Salamanca. Aparecen aqu y

nadie sabe por qu... no

najes que quiz algn da lejano en el

tiempo visitaron estas tierras.
tenemos constancia de que en otras
partes de Europa hayan surgi-

Y haba una persona que desde el

escepticismo, pero con el

do. Tan slo en una zona muy concreta

de Francia, en Languedoc,

absoluto rigor q u e lo distingue como

uno de nuestros ms laureados

hallamos unas piezas ms o menos

semejantes, pero en ninguna

buscadores del pasado, haba

profundizado como nadie en esta

otra parte. Lo cual ya es de por s muy

curioso.

extraa arqueologa. Por supuesto q u

e los kilmetros, la lluvia y la

Lo que parece que est muy claro es

que todas tienen un carc-

noche no fueron bice para rodar a toda

prisa en busca de nuevas

ter funerario, estn relacionadas con

la muerte y aparecen en sepul-

respuestas...

cros por lo general.

Podremos descubrir algn da a
quin representaron estos anti-
guos pobladores? le pregunt mientras
me mostraba otra impresio-

nante figura.

Estamos en mantillas en cuanto a

la investigacin arqueol-

gica. Queda mucho por descubrir y por

indagar. La poca de estas

figuras es un periodo sobre el que poco

a poco iremos sabiendo

cosas, pero que permanece brumoso y

oscuro. Es remontarnos cua-

tro mil aos en las primeras

aparecidas en Las Hurdes u otras
zonas

del norte. Las hicieron los pobladores

por algn motivo concreto,

adorando a sus dioses lo ms probable.

Existen autnticos misterios

que hay que ir resolviendo haciendo

arqueologa de campo y no de

U OCURRI AQUEL AO? Decenas

d e personas d e toda condi-

gabinete.

cin aseguraron haberse topado con

humanoides de
As, comentando que an exista esa
distincin en la arqueologa

siniestro aspecto y no menos intrigantes

intenciones. Jams

y en el periodismo, y celebrando q u e
todava q u e d e n personas dis-

en la singular historia de nuestros

fenmenos inexplicables haba

puestas a recorrer kilmetros y campos

para buscar y para informar

ocurrido algo semejante. A qu se

debi tal densidad de observa-

mientras los dems quedan en sus

aposentos teorizando, pasamos

ciones?, me preguntaba p e g a d o a la
mesa de redaccin. No era de

las horas entre figuras francamente

impresionantes. Algunas descu-

extraar, como as me lo confirmaban

las decenas de entrevistas que

biertas por mi propio interlocutor en sus

muchas jornadas de traba-

haba realizado con integrantes de

grupos de contactados muy en

jo, y otras, desaparecidas

misteriosamente en los ltimos tiempos,
boga en aquella poca, que miles de
personas esparcidas por todo el

que conformaban un conjunto enigmtico

de formas humanoides,

pas creyeran que ya haba llegado la

hora del definitivo encuentro.

con enseres extraos, cinturones,

diademas, cascos... todo un mun-

La influencia del libro OVNLs SOS a la

humanidad, que narraba

do de incgnitas que me sedujeron en el

acto.

la inslita aventura del audaz reportero

J. J. Bentez con un grupo de

Y pensando en lo que esas crnicas de

piedra podran represen-

peruanos que afirmaban estar en

contacto con otras civilizaciones

tar, y en la posibilidad de que el

criticado suizo von Dniken tuvie-

del espacio, fue demoledora y

definitiva. Centenares de grupos, casi

se razn en muchas de sus arriesgadas

teoras, me puse en marcha

siempre relacionados con la llamada

misin RAMA iniciada por los
de nuevo en busca de otros misterios
rodeado por la solitaria llanu-

hermanos Paz en Lima, surgieron de la

nada convirtiendo nuestro

ra, sin poder olvidar aquella mirada

perdida del dolo de piedra. Una

pas en un lugar a b o n a d o para estos

nuevos mesas. Al mismo tiem-

mirada que inconscientemente me

trasladaba a lejansimos rincones

po, las noticias de los peridicos

regionales daban buena cuenta de

csmicos a los q u e ni siquiera las ms

aventuradas mentes son capa-

algunos sucesos inslitos que llegaron a

generar verdadero pnico

ces de llegar...

en algunas remotas poblaciones. Algo

estaba pasando, y si bien la

descripcin general de aquellos seres

protagonistas de los encuen-

tros no diferan m u c h o de lo que

promulgaban los polmicos con-

tactados, sus intenciones s parecan

estar totalmente alejadas de la
bondad csmica q u e algunos les
suponan.

Veinte aos despus de aquellos

sucesos, y mientras colocaba

sobre mi mesa, como en un ritual

parsimonioso, los recortes q u e en

su da fueron noticia, me brot una idea

en lo ms profundo del
cerebro. Recorrer los lugares donde lo
imposible haba ocurrido,

Caa una intensa lluvia, y el s u e l o e s t

a b a c o mp l e ta me nte e mb a -

hablar con los testigos y pisar aquellos

rincones d o n d e haban cami-

rrado. Al iniciar su camino, con cuatro

kilometros de recorrido por

nado los supuestos entes de otro m u n d

o se convirti, ms que en un

delante, observ algo parecido a una

estrella que se mova en el
deseo, en una autntica necesidad.

horizonte. No le prest atencin y

prosigui, hasta q u e a p o c o ms

Y tras trazar lentamente una ruta por las

regiones d o n d e tuvieron

de mil metros de la entrada a Benacazn

not cmo algo le ilumi-

lugar aquellos fascinantes incidentes

decid echarme a las carreteras

naba la espalda. La estrella haba

descendido considerablemente y,

dispuesto a revivir el ms
extraordinario periodo de cuantos
integran

realizando una pasada sobre el testigo,

se haba colocado de frente
nuestro particular almanaque de los
misterios espaoles. Sin con-

y a la derecha del camino.

certar citas previas, confiando

plenamente en la suerte y sus dems

Son un gran estruendo, al tiempo q u e

la misteriosa luz se fue

hermanastras, me lanc hacia una

laberntica rata que me llevara, en

apagando y se perfilaba una nave

extrasima, rectangular y muy

primer lugar, a los soleados campos de

olivos de Andaluca. All,
semejante a las cabinas de telfonos.
Instantes ms tarde una por-

en un rincn de la provincia de Sevilla,

se produjo el primer susto

tezuela frontal se abri ciando paso a

dos seres de considerable esta-

de aquel ao prodigioso...

tura, cabello lacio y blanquecino hasta

los hombros y traje ceido de

color aluminio. En los cinturones

portaban una ancha hebilla q u e

despeda haces rojizos pulsantes, y las

botas de caa alta tambin
relucan en aquel paraje oscuro.

Miguel Fernndez Carrasco, pen

albail de 26 aos, regresaba

Miguel q u e d paralizado por el

terror, a menos de cien metros

aquella fra noche por la zona de obras

situada entre los pueblos

de aquella nave, posada en el barro

sobre un trpode, y de sus dos

sevillanos de Sanlcar la Mayor y

Benacazn.

ocupantes q u e hablaban un idioma

extrao q u e no era el espaol.
Los seres sealaron al joven que,
haciendo de tripas corazn,

comenz a correr alocadamente,

intentando alcanzar la entrada del

pueblo. Acto seguido los dos

humanoides volvieron a penetrar en la

cabina de telfonos y sta comenz a

elevarse y a situarse en hori-

zontal, persiguiendo al aterrado Miguel

Fernndez.

A pocos metros de Benacazn, el testigo

not cmo un fortsimo

haz de luz lo alcanzaba de pleno,

sintiendo c o m o si su cuerpo ente-

ro se abrasara ante aquel fogonazo.

Despus nada ms... Tan slo

oscuridad.

Miguel, con la chaqueta y el cuerpo

manchado por una espesa

grasa negruzca y con el bigote y los

pelos de la barba chamuscados,

slo recuerda q u e apareci)

aporreando la puerta de su domicilio,

presa del pnico y gritando en plena

madrugada: La estrella, la estre-
lla viene a por m.

Tras ser internado en el hospital

sevillano de San Lzaro, lugar

Miguel Fernndez Carrasco en

d o n d e se le sanaron las diversas

heridas producidas supuestamente

el lugar donde se le aparecieron

por el ovni, el hoy presidente de la sala

quinta de la audiencia de

los dos extraos buceadores-

horas despus del incidente.

Sevilla, Santos Bozal Gil, levant acta
de lo sucedido y engros toda

la informacin en el expediente 2 - H - 7
6 . del 2-I/0-. 7(>. el primero que

El lento discurrir de los aos ha hecho

que en la conciencia de

un juez levantaba en la historia de la

ufologa espaola.

todos los habitantes de Maeru quede el

suceso como algo genuino,

En Benacazn, a pesar del tiempo

transcurrido, nadie poda olvi-
veraz a todas luces, y que tuvo como
observadores casuales a cinco

dar lo ocurrido. En aquellos das el

pueblo alcanz gran notoriedad

muchachos que exploraban un monte

cercano, obedeciendo las

en toda la prensa regional y nacional. El

propio ABC de Sevilla, una

indicaciones de sus profesores. Nadie lo

esperaba, pero aquella cla-

institucin en las letras andaluzas, se

hizo eco durante varios das de

se de ciencias naturales se convirti, por

derecho propio, en u n o de

la odisea del p e n y el extrao

artilugio volante. Toda la vecindad lo

los ms espectaculares incidentes de la

ufologa mundial.

recordaba como el del ovni, y as,

haciendo uso de tan peculiar

mote, fue como p u d e llegar hasta l.

En un sombro colmado que

ganaba terreno a la acera desplegando

mil y un productos p u d e dar

por fin con Miguel Fernndez, al q u e

encontr francamente desme-
jorado. Tras pulular sin rumbo por el p e
q u e o pueblo perdido en las

Natividad Salvador, Carmenchu

Santesteban, Miguel ngel Mar-

entraas del Aljarafe sevillano, nos

encontramos de m o d o casual a

tnez, Javier Lizarri y Alfredo Arbeola,

todos de diez aos de edad,

dos palmos de su hogar, enclavado en la

callejero, una estrecha ave-

formaban parte del grupo escolar del

pueblo q u e aquella tarde mar-

nida d o n d e haca veinte aos se

arrodill exclamando de terror ante

chaba de excursin a un monte de las

cercanas conocido como El

la supuesta luz que se le echaba encima.

Ristro. Eran aproximadamente las seis

de la tarde, con el cielo

Tal y como me indic su h e r m a n o

Antonio, nadie de Benacazn

comenzando ya a cubrirse de sombras,

cuando decidieron regresar

podr olvidar aquella escena del pobre

Miguel en el suelo, gritando
hacia la escuela tras haber cogido
diversas muestras de flora y fauna

como loco y presa del pnico.

de la comarca. Acompaados por la

profesora, Dorotea Apestegua,

Pero este inslito encuentro con

humanoides tan slo era el pis-

subieron un alto y comenzaron a otear el

cielo para observar las

toletazo de salida de aquel irrepetible

ao 76. Apenas veinte das

numerosas aves rapaces q u e surcaban

la zona.
despus, en el lado opuesto de la
Pennsula, cinco nios eran testi-

El grupo, extasiado ante la visin de los

pjaros, se vio sorpren-

gos de la aparicin de otro gigante

que se pase impunemente por

dido por un objeto desconocido, de

forma ovoidal y rematado con

un p e q u e o monte navarro. Otro

suceso extraordinario que suscito

una cpula acristalada, que descenda

lentamente en un c a m p o de

comentarios, polmicas e incluso

enfrentamientos en el pueblecito

cebada prximo a d o n d e se
encontraban. La extraeza y las pregun-

de Maeru, un lugar remoto y tranquilo

donde nunca pasaba nada

tas se entremezclaron rpidas y

nerviosas. Qu poda ser aquello?

especialmente importante. Pero aquella

jornada del 18 de febrero,

Pensando en la posibilidad de que

pudiera tratarse de un helicpte-

concretamente a las cuatro y cuarto de la

tarde, todo iba a cambiar,
ro de los servicios forestales, y
dispuestos a entablar conversacin

quin sabe si para bien o para mal...

con los pilotos, se aproximaron hasta el

lugar exacto del aterrizaje.

En las hmedas veredas de la comarca

estellesa comprob, como

All, apiados y algo escamados con la

situacin, observaron el

en todos los casos de 1976, que nadie

quera ni poda olvidar. Los

absurdo aspecto de aquel plato

volador. De la parte posterior del
testigos de aquel incidente son ya
adultos y recuerdan la sobrecoge-

aparato aparecieron tres ruedas

semiocultas que tomaron contacto

dora historia como algo absolutamente

real que perturb durante

con la tierra al tiempo que alguien se

mova en el interior transpa-

algn tiempo la vida cotidiana de los

lugareos. La prensa, los curio-

rente del ovni.

sos y hasta los propios vecinos los

marearon con sus preguntas, con
El terror se a p o d e r de los cinco
chiquillos al ver cmo, a menos

sus indirectas... e incluso con una

desconfianza impropia de aque-

de cien metros de d o n d e se
encontraban, apareca una figura alta y

llas gentes que tan bien los conocan.

oscura que se pona en pie junto al

artefacto. Era un ser muy robus-

to y que pareca caminar con gran

dificultad. Parece un astronauta-,
Pero es ese componente, el que roza en
ocasiones lo ridculo, el

gritaron algunas al tiempo que las

lgrimas aparecan en su rostros

que le da autntico marchamo de

verosimilitud a algunas historias.

impulsadas por el miedo. Tras caminar

unos pasos en direccin a los

Pocos das despus del suceso de

Maeru, tan excepcional por la

nios el ser, provisto de una cabeza

desproporcionadamente peque-

cantidad v calidad de los testigos, el

infatigable Juan Jos Bentez

a respecto al resto del cuerpo, dio

media vuelta sin hacer caso algu-

recoga un caso en las tierras levantinas

que no me resisto a relatar

no a los observadores. Dando la espalda

a los testigos se dirigi a

muy brevemente. El aspecto del ser

observado no difera sustancial-

grandes y torpes zancadas hasta la nave.

Llevaba un m o n o como de

mente del de quien deambul ante los

chicos de Maeru. El com-
plstico y sus espaldas eran anchas. El
objeto, que permaneca con

portamiento, una vez ms, totalmente

absurdo, casi esperpntico. Y el

la compuerta abierta, volvi a elevarse

en los cielos tan lentamente

susto de los dos testigos, imborrable.

Esas constantes formaron un

como lo hizo para aterrizar. Sin hacer el

menor ruido, el ovni fue

puzzle asombroso que se repiti hasta la

saciedad durante el prodi-

ascendiendo con un leve balanceo hasta

confundirse con el rojizo

gioso ao de 1976. Daba igual el lugar,

el clima, la condicin de los

atardecer.

testigos... la cuestin era aparecer.

Aparecer por doquier y quin

No pasaron apenas cinco minutos hasta

que gran parte del pue-

sabe si generar un estado de expectacin

como nunca antes haba

blo, comenzando por los padres de cada

u n o de los integrantes de
ocurrido en nuestro pas. Ya no
hablbamos de los tan trados y lle-

aquella excursin, supo con pelos y

seales lo ocurrido en el alto de

vados platillos volantes, lo que ahora

se denunciaba era la presencia

El Ristro. El grupo, todava bajo los

efectos de un fortsimo choque

de extraos seres antropomorfos junto a

solitarios campos y caminos.

emocional, describi a la mquina y el

ser observados con gran niti-

La carretera, por lgica, result ser u n o

de los lugares ideales para

dez, sealando a los reporteros de la

prensa local que el hombre

este tipo de encuentros. Da fe de ello el

afable matrimonio Corell,

era mucho ms alto que el ms alto de

los vecinos del pueblo. Tena

que en las cercanas de Museros

(Valencia) se encontr con un hom-

un traje negro y pareca que los pies le

pesaban mucho.

bre que flotaba junto al arcn de un

apartado camino. J. J. Bentez
Das despus, y de m o d o casi
accidental, se encontraron en la

estuvo con ellos y comprob incluso que

el vehculo que conducan

zona del supuesto aterrizaje tres huellas

de 45 centmetros de largo,

q u e d seriamente daado tras el

incidente. Era una prueba ms de

as como un crculo en el terreno de

ocho metros de dimetro. El

que algo se estaba fraguando en aquel

ao de los humanoides...

descomunal pie haba quedado impreso

en el terreno reblandecido

por las recientes lluvias. Un simple

clculo hizo saber que el peso

ejercido sobre aquellas huellas,

posiblemente las nicas que haban

sobrevivido a los continuos torrentes de

agua que por all se desli-

zaron las dos noches posteriores al

avistamiento, era semejante al

En el anochecer del 14 de marzo,

Vicente Corell y su esposa, Car-

que hubiese imprimido una maquinaria

de ms de doscientos cin-
men Civera, regresaban hacia el
domicilio de los familiares de esta

cuenta kilos.

ltima en la localidad valenciana de

Museros. Al detener el viejo

La historia de Maeru era francamente

apasionante. As lo pen-

Renault-4L en un stop de la carretera, el

matrimonio observ una

saba mientras escriba unas lneas

acerca de tan extrao asunto en

extraa luz a su derecha que de

inmediato les llam la atencin. Era
un balcn de un cercano pueblecito
navarro. Desde ese mismo lugar

ovalada y brillaba con una

luminiscencia blanquecina tirando a

casi era perceptible el campo de cebada

de Maeru donde, segn

rosa...pero en unos instantes dejamos

de verla, afirm la seora Civera.

relataron sin contradiccin alguna, cinco

nios y una profesora, un

A doscientos metros del cruce, con la

tercera puesta y circulando

ser aparentemente ajeno a este mundo,

haba realizado un corto y

a sesenta kilmetros por hora, los Corell

se dieron cuenta de q u e un

absurdo paseo.

torbellino de polvo se elevaba junto a la

cuneta. Al poner las largas

observaron, algo asustados, cmo entre

la densa bruma se dibuja

El cas o,contodas egur i dad,

, era u n o d e los m a s a p a s i o n a n t
e s d e ban poco a p o c o los trazos de
una silueta humana; all haba un
toda la historia.

hombre, una figura q u e flotaba en el

aire balancendose nerviosa-

mente de izquierda a derecha.

Era alto, con los brazos pegados al

cuerpo, y con los dedos de

las manos perfectamente visibles y

cerrados en un puo. El traje era

de un pieza, como entubado por

diferentes llantas hinchadas... y la

Siguiendo la ruta cronolgica de aquel

ao prodigioso e inslito,
cabeza apareca lisa, demasiado
pequea y con dos lucecillas enci-

dej las frtiles tierras del campo

navarro y me intern en las siem-

ma..., afirmaron ambos testigos al

periodista J. J. Bentez.

pre solitaria Castilla. En sus campos,

concretamente en Valladolid,

Al pasar por delante del ser

comprobaron como ste tomaba tierra

tuvo lugar otro fascinante encuentro con

humanoides q u e fue

y se quedaba en posicin de firmes

como una autntica estatua

denunciado ante las autoridades.

entre la bruma. Cuando el Renault-4l,

pas junto al humanoide, las

Un mes despus del incidente del

Renault-4L de los Corell, un

luces se vinieron abajo, apagndose

totalmente al cabo de cinco a

joven, Fidel Hernndez Rolla, iba a

protagonizar otra historia sor-

seis segundos y dejando a los Corell en

la ms absoluta oscuridad a
prendente e increble. Y siguiendo su
pista recorr los caminos que

pesar de q u e el motor continu en

funcionamiento y la batera no se

van a parar a la populosa Valladolid,

deleitndome con las sabias

descarg.

palabras de un dominico valiente que

responde al nombre de Anto-

La seora Civera mir por el cristal

posterior y descubri que la

nio Felices. El padre Felices, un audaz

recopilador de noticias ovni
figura tambin haba apagado las dos
perillas luminosas que porta-

desde los aos cuarenta, tuvo la

oportunidad nica de observar a tra-

ba encima de su crneo. Despus, p o c

o a poco, la noche fue envol-

vs de su telescopio un inmenso objeto

metlico con forma de ala

viendo al enllantado hasta q u e

desapareci por completo.

delta que se mantuvo suspendido cerca

de tres horas sobre las pro-

El miedo y la tensin acumulada

hicieron que los Corell llegaran

vincias de Valladolid y Palencia. Todo

el colegio dominico de Arcas

a su destino con un autntico ataque de

nervios.

Reales fue testigo de aquel tringulo

volante. A partir de entonces,

Al da siguiente se comprob en un
taller de la poblacin caste-

Antonio Felices, u n o de los muchos

religiosos apasionados con el

llonense de Almenara, lugar d o n d e

residan los testigos, cmo el
fenmeno ovni que poseemos en Espaa,
dobleg sus esfuerzos en

cableado del automvil haba sufrido

extrasimas averas, siendo esa

conocer los sucesos de esta tipologa

que se haban dado en su pro-

la causa aparente del apagn de los

focos. Los mecnicos, hombres

vincia. En la misma biblioteca, donde

aquel lejano 1965 se observ lo

acostumbrados a reparar toda clase de

fallos elctricos, afirmaron

q u e la prensa bautiz como gran nave

sobre Castilla, discutamos

asombrados no haber visto nada

parecido a lo largo de sus muchos

sobre la casustica vallisoletana

acompaados por el inigualable soni-

aos de profesin. Algo pareca haber

absorbido toda la energa del

do de la llanura cuando es peinada por

el viento. El esforzado domi-

viejo automvil. Pero los mecnicos,

claro est, no supieron jams la

nico, integrante destacado de una

prodigiosa quinta de uflogos con
autntica causa de la fortuita avera.

sotana, entre la que tambin destacaron

el sevillano Enrique Lpez

Y la extraa apariencia de aquel ser que

vagaba en la noche,

Guerrero, o el ya fallecido Severino

Machado, siempre haba tenido

aunque parezca mentira, p o c o tena

que envidiar a lo observado en

como predilecto el caso de Fidel

Hernndez. Una autntica odisea

otro rincn de nuestra Pennsula

jornadas ms tarde. Otro inslito
que, casualidad!, aconteci en plena
primavera de aquel 1976. Y es

encuentro con seres desconocidos, muy

bien documentado y que,

que no poda ser de otro modo, pensaba

mientras recorra la estira-

como en todas las ocasiones, suscit una

expectacin inigualable en

da carretera que muere en

Matapozuelos, un rincn de la inmensa

la remota aldea d o n d e se produjo...

planicie que se agit c o m o nunca

aquel 23 de abril, cuando un obje-
to rojizo y ovalado fue observado por la
mitad del pueblo emer-

piedra. Tras flanquear la derruida pared

se coloca en cuclillas y aguz

giendo tras unos tejados. Las gentes se

arremolinaron junto a la
la mirada, dispuesto a no perder detalle
de aquella fantstica maqui-

carretera, en plena oscuridad, y

discutieron vivamente sobre lo que

naria que permaneca majestuosa en la

oscura parcela.

acababan de presenciar sus ojos. Un

satlite?, un helicptero?, un

1 n zumbido sordo y constante se oy

entre la negrura, y repen-

ovni de los que tanto hablaba la

prensa?...

tinamente varias hileras de luz

descubrieron una compuerta corre-

dera que dejaban ver con nitidez la

forma ovalada del aparato. A tra-

vs de dicho orificio de entrada a la

nave se observaban decenas de

botones de colores, pantallas y dems

enseres que no encontraron

nombre en el magro vocabulario de

Fidel. El objeto estaba corona-

do por una cpula acristalada donde se

recortaban varias figuras de

gran tamao que recorran el habitculo

de un lado a otro. Acurru-
cado en su escondrijo, el muchacho not
cmo la respiracin se le

cortaba cuando tres personas

gigantescas aparecan tras el ovni,

situndose a muy pocos pasos del muro

ele piedra.

Los humanoides, vestidos con un m o n o

blanquecino ceido por

tobilleras y cinturones, sobrepasaban los

dos metros de altura y lle-

vaban el cabello albino sobre los

hombros. En fila inelia, los tres indi-

viduos se dirigieron a un p e q u e o
huerto d o n d e varias patatas se

amontonaban en forma piramidal. Tras

observarlas durante unos

segundos, los enigmticos personajes

quedaron mirando fijamente

El j oven Fidel Hernndez Rolla cop

algunas portadas de los peridicos
regionales

al sorprendido Fidel. Fue un tiempo que

pas largo y denso, lleno

tras su inslito encuentro en

Matapozielos, Valladolid.

de extraos mensajes entrecortados, de

voces inconexas que retum-

baban en el interior del nico testigo.

Era como si esos hombres me

Las voces fueron dispares hasta que se

conoci la historia de

hablaran, pero nada se oa, indic

Fielel en su relato ante las auto-

Fidel, un muchacho de 14 aos que, en

el mismo instante en el que

ridades. Un detalle que se repite hasta la

saciedad en decenas ele

todos miraban al aparato, se encontraba

jugando tranquilamente al
sucesos repartidos por los cinco
continentes. LJn sistema de comu-

otro lado de una zona de solares. Es

decir, justo en el punto en el que

nicacin presuntamente teleptica en la

que, segn algunos uflo-

aquel enigma volante descendi para

tomar tierra.

gos y estudiosos del fenmeno, existe un

lenguaje que se codifica

Segn narr el propio Fidel Hernndez

Rolla en el cuartel de la

con resortes desconocidos en el propio

cerebro del sujeto receptor.

Benemrita, fue hacia las once y cuarto

de la noche cuando se per-

Tras la hipottica conexin mental,

los humanoides desapare-

cat de que una bola roja se posaba

suavemente en el apartado

cieron como por arte de magia y el

artefacto comenz a elevarse

lugar. El grupo de nios que lo

acompaaban no aguantaron el

emitiendo un zumbido constante. Fidel,

con los ojos clavados en la
pavor y, como movidos por un resorte,
corrieron al unsono en dife-

panza del aparato, fue incapaz de

moverse hasta el mismo instante

rentes direcciones, dispuestos a avisar a

sus padres.

en que los compaeros, testigos

iniciales del descenso del ovni, lle-

El muchacho, con una mezcla explosiva

de miedo y curiosidad

garon acompaados de una grey

indefinible de agricultores, tahres

en su cuerpo, decidi caminar unos

metros con cuidado, como

de partida interrumpida en el bar,

ancianas tertulianas de brisa pri-

sabedor de que alguien haba

aterrizado al otro lado del murete de

maveral y vecinos de la plaza que

dejaron la cena en la mesa para

bajar al solar a toda prisa. Algunos,

sealando con el dedo hacia los

to d o e l a o . La v i e j a c r ni c a
deLaGacet adel Nor t eno
dejaba lugar cielos, siguieron la
trayectoria del artefacto que ya tan solo
era un

a la duda. El 22 de junio, el doctor

Francisco Julio Padrn se intro-

punto rojizo cada vez ms lejano.

dujo a toda prisa en el taxi que lo

esperaba a las puertas de su domi-

La noche cerrada sobre Matapozuelos

pas rpida aquella jorna-

cilio de Rosas. Eran las diez de la noche

aproximadamente. En el

da. Hasta las luces del alba todos

quisieron saber con detalle qu le
interior lo esperaba ansioso Dmaso
Mendoza Diez, un vecino del

haba ocurrido al b u e n o de Fidel. As,

a la maana siguiente, ante-

municipio de Galdar (Gran Canaria) que

tena su madre gravemen-

nmeros de la Guardia Civil del puesto

de Medina del Campo, se

te enferma.

produca el inslito atestado de una

persona que afirmaba haber vis-

En compaa del conductor, Francisco

Estvez, los tres decidieron
to a aquellos tripulantes imposibles...

ponerse en camino y recorrer los seis

kilmetros de camino secun-

dario que los separaban de la casa de la

anciana.

Minutos despus, en el ascenso del

desvo hacia la poblacin de

Las Rosas, los focos del automvil

reflejaron algo inmenso q u e pare-

ca estar posado en una pequea llanura.

Era una esfera como acris-

Superar el incidente vivido por Fidel

Hernndez Rolla, q u e an
talada y de un azul elctrico que
dejaba ver las estrellas a travs

vive y trabaja en el pueblecito de

Matapozuelos, parece tarea harto

de ella.

difcil. Pero el verano trajo sorpresas

an mayores. Y creo adivinar la

En la parte inferior del objeto apareca

una especie ele platafor-

sonrisa incrdula del lector... y lo

comprendo. Fue en el norte de la

ma color aluminio, y sobre ella, de

perfil, dos figuras humanoides de
Pennsula, en las mismas entraas de
Cantabria, d o n d e se produje-

inmensa estatura y trajes ajustados.

ron, sin lugar a eludas, algunos de los

hechos ms extraordinarios

Los dos seres, q u e en ningn m o m e n

t o hicieron ademn de

que este humilde reportero ha escuchado

jams. Los encuentros de

girarse hacia el coche, vestan monos

entallados de color rojizo, con

Escalante e Isla rebasan todo lo que la

mente humana pueda dise-
el trax y las extremidades
anormalmente alargadas y el crneo de

ar. Pero, para pasmo de los escpticos,

aquellas visiones tuvieron

volumen absolutamente
desproporcionado. La cabeza de las dos

nombre, apellidos y documentos fiables

y contrastables. Personas

figuras pareca estar cubierta con una

escafandra que impeda ver las

como ustedes o como yo haban vuelto a

ser testigos de algo incre-

facciones y que estaba realizada con un

material idntico al del res-

ble. Y a pesar de conocer bien ambos

sucesos, e incluso haber man-

to del traje.

tenido largas charlas con algunos de los

implicados en estos casos,

El nerviosismo y el miedo se
extendieron con rapidez entre los

puse el todoterreno a toda mquina para

trenzar la ruta hacia los

ocupantes del taxi, sobre todo cuando la

esfera comenz a crecer y
campos de Burgos y saludar as, tras
varias horas de viaje y deleite,

a elevarse sobre la noche emitiendo un

tenue silbido. En el interior,

a la mgica tierra de los cntabros y en

el ya familiar puerto del Escu-

los dos gigantes continuaban en la

misma posicin.

do; sentado junto a los ventanales que

miran a las cordilleras verdes

El doctor Padrn, visiblemente excitado,

penetr en la casa de la

del norte, saqu del cuaderno de campo

los recortes de prensa del

paciente y oblig a varios campesinos a

salir al exterior. All, en el fir-

suceso que ocurri en das previos al

incidente de Escalante. Era

mamento, la gran esfera azulada se

alejaba lentamente.

como una premonicin, o quiz un aviso.

Dos semanas antes de que

Otra vecina, situada a unos kilmetros

de la zona, asegur haber

en el pueblecito cntabro se produjera

una escena digna de las pel-
visto el ascenso de una gran esfera con
dos manchas rojas que

culas de terror, en el archipilago

canario, a casi tres mil kilmetros

podan ser hombres a la misma hora del

incidente. Por otro lado,

de distancia, otro testigo de excepcin

volva a toparse con los escu-

minutos antes de la observacin, la

corbeta militar Atrevida avistaba

rridizos gigantes que tanto y tan bien

se dejaron ver a lo largo de

en las proximidades de Fuerteventura

una luz blanquecina q u e pro-

yect una cortina de luz en forma de

cono hacia las aguas, y tras la

ha c i a m s d e una d c a d a . F r e
nteal Seat850,pr opi edadde
Miguel que se dividi en dos partes,
siendo una de ellas una esfera de color

ngel, con el que recorran como en una

procesin montona los

azulado.

kilmetros que los separaban del

conjunto fabril. Pero aquella noche
todo fue distinto.

Miguel .ngel ya se encontraba dentro

del vehculo, en el asiento

del conductor y un tanto extraado al

comprobar que su acompa-

ante no haca lo propio. Le grit varias

veces, pero no obtuvo res-

Con estos datos, y con la reconfortante

puesta a punto a base de

puesta alguna, ante lo cual volvi a salir

para darse de bruces con la

los recios manjares de la comarca, volv

a enfilar las tierras santan-
mueca desencajada de Margarita.

derinas convencido de que el verano de

aquel ao fue el elegido, no

Sus ojos miraban al frente, justamente

all d o n d e una calle estre-

me pregunten por quin, para realizar las

grandes puestas en esce-

cha y oscura se introduca en el casco

urbano. Sobre el margen dere-

na ante aterrorizados testigos de toda

condicin social.

cho de la acera apareca una descomunal

y monstruosa figura que
Escalante, una poblacin minera perdida
en el corazn de aque-

caminaba muy lentamente alejndose del

lugar. Una silueta impre-

lla comarca, apenas haba cambiado un

pice desde que se produjo

sionante que les daba la espalda y que

iba adentrndose en la nebli-

el aterrador encuentro. Fue el 9 de julio

de 1976, y, a pesar de que

na del pueblo.

exactamente haban transcurrido dos

dcadas, p u e d o asegurar que
El dantesco humanoide, segn el
testimonio de ambos, alcanzaba

sent a or de piel la veracidad que

emanaba aquella historia. Los dos

con su pequea y ovalada cabeza una de

las ventanas que flanquean

testigos seguan siendo sujetos

respetados, cabales y sobre los que todo

toda la pared derecha de la calle. Unas

ventanas que, segn p u d e

el vecindario tena excelente opinin.

Camin lentamente, observan-

medir encaramndome a trancas y

barrancas, se alzaban 3,27 metros

do con mil ojos cada rincn y cada

grieta de la lbrega calleja don-

sobre el suelo. Tocado con un casco

semejante a un tricornio relu-

de apareci aquel ser dantesco q u e

aquella noche los sorprendi.

ciente o una palangana vuelta del

revs, y embozado en un traje

Y percib en los ojos de ambos la

angustia y el miedo marcado per-

oscuro hasta la cintura, la silueta se

coloc unos instantes de perfil y
petuamente en el nimo tras la
imborrable escena vivida.

prosigui su rumbo.

Con un metro comenc a deslizarme por

el lugar de los hechos

Margarita Cagigas p u d o apreciar

entonces unos rasgos monstruo-

mientras mis acompaantes me

detallaban, una vez ms, cmo se

sos y horribles. En el lugar exacto d o n

d e aquel ser los sorprendi me

desarrollaron aquellos momentos

previos al encuentro. Tras obser-
volva a detallar, llena de una angustia q
u e no la ha dejado desde

var por ensima vez la pared d o n d e

quin sabe si se roz un ser aje-

entonces, cmo aquel hombre tena la

cara completamente oscura,

no a este mundo, puls la grabadora y,

con los lejanos ladridos de

la nariz afilada y ganchuda y unos ojos p

e q u e o s y tan negros como

un perro solitario que intentaba

resguardarse de la fina lluvia, me

botones de color azabache.

dispuse a escuchar u n o de mis casos
favoritos, entre todos los que

Una capa extensa y recia, de un color

ms claro y brillante, que

he conocido, mientras la bruma nos

envolva poco a poco.

el paseante llevaba a m o d o de paoln

amarrado al cuello, an le

Y es que Miguel ngel Ruiz Samperio y

Margarita Cagigas,

proporcionaba un aspecto ms absurdo y

sobrecogedor.

ambos de 28 aos de edad, naturales del

pueblecito cntabro de

Aferrados a las manillas del automvil,

los dos testigos siguieron,

Escalante y trabajadores de la empresa

de Magnetos Femsa, se que-

atenazados por el miedo, las

evoluciones del personaje. Segn me

daron petrificados aquella noche en

plena plaza. Cmo olvidarlo. Ni

confesaron, las piernas eran de un color

blanquecino, y en ningn

aunque pasaran mil aos se borrara de

su mente aquella dantesca
momento se apreciaron manos o
brazos... simplemente las extremi-

aparicin. La oscuridad los recibi,

como cada madrugada desde

dades se borraban antes de finalizar

en estos miembros.
na tur a l e za c o me nza b a a d e s
pl egar s e.Es oocur r i todas
l as noches ...

menos aquella. En una apreciacin que

me puso los vellos de punta.

Eran decenas de ocasiones en las que

los testigos de encuentros cer-

canos t o n entidades desconocidas me

afirmaban exactamente lo

mismo. El sonido haba cesado por

completo mientras duraba la

observacin. En algunos sucesos,

incluso carreteras frecuentemente
transitadas quedaban vacas y solitarias
mientras el conductor obser-

vaba aterrado algunos de estos seres. En

el cuaderno de campo,

apoyado en la misma esquina donde

aquella figura dej de verse,

remarqu con fuerza estos datos. Una

vez ms. sea cual sea la natu-

raleza de estas visiones, pareca

deformarse el entorno en el que se

produca el incidente. Como si alguna

puerta remota y desconocida,

quin sabe si de alguna dimensin real

pero ajena a nosotros, se

abriese ante los ojos del testigo,

obligando al tiempo y a los sonidos

Miguel ngel Ruiz Sampe-

a permanecer suspendidos ante su

aparicin. Ni los pjaros entona-

rio y Margarita Cagigas

ron sus cnticos, ni los camiones de

reparto y coches que ya comen-

calculan la altura del

humanoide de Escalante.
zaban a circular por algunos caminos
vecinales aparecieron en todo

La calveza del ser llegaba

el tiempo, quiz ms de dos minutos, en

los q u e transcurri la absur-

hasta la ventana.

da escena. Ni los insectos se oan, me

lleg a indicar el b u e n o de

Miguel ngel mientras clavaba sus ojos

en unos cielos cada vez ms

Una de las cosas que ms impresion a

los dos trabajadores fue
llenos de amenazadores grises. Aquella
ausencia total de sonidos los

el movimiento ingrvido, lento y

pausado, como a cmara lenta o

confundi an ms. Estaban siendo

vctimas de alguna broma? Pero

como las imgenes de los astronautas

en la Luna, de aquel solitario

quin era capaz de hacer todo ese

montaje?, con qu medios? y,

caminante.

sobre todo, con qu objetivo? La

imposibilidad de que se tratase de
Transcurrido un tiempo, el ser dobl una
esquina y sali de nue-

algn tipo de truco q u e d puesta de

manifiesto cuando otros testigos,

vo hacia la carretera comarcal

desapareciendo del ngulo visual de

muchos aos despus, me confirmaron

que ellos tambin haban

los jvenes. stos, aunque atravesados

de arriba abajo por el miedo,

sido testigos de aquel fnebre paseo del

siniestro sacerdote.

caminaron unos pasos en direccin al

esquinazo, comprobando que

Haban transcurrido unos minutos de

aquella noche eterna, y tras

tan slo la mortecina luz de las viejas

farolas iluminaba sectorial-

reflexionar en silencio, los dos, de pie

en medio de la plaza y sin

mente algunos trozos del descampado q

u e daba a la comarcal. Unos

poder articular palabra, decidieron

montarse en el automvil y enfi-

campos d o n d e no quedaba nada ni

nadie...
lar en una frentica carrera el camino
hasta la factora de Treto, lugar

Esta circunstancia los alarm an ms.

Aquel gigantesco huma-

d o n d e sin poder controlar los nervios

detallaron los sucedido a sus

noide e m b o z a d o con una especie de

sotana se haba disuelto en la

compaeros del trabajo. Dado su

prestigi y reconocida fama de

noche sin explicacin aparente. Quiz

aquella madrugada nada era

gente honrada en la comarca, nadie d u d

 de su alucinante historia.

lgico ni tena razn aparente. Incluso el

silencio pareca apoderar-

Fueron algunos miembros de la prensa

regional, plumas tan tor-

se de todo el entorno. A esas horas, tan

familiares para los dos testi-

pes como la mente de quien las maneja,

las q u e se tomaron en un

gos, algunos pajarillos silvestres ya

cantaban, y el sonido de la madre

principio el asunto con cierta guasa. Y

es triste comprobar q u e otros
aquella mole con negra capa. Unas
veces en solitario y otras con la

agradable compaa de investigadores

llenos de ilusin como Fer-

nando Bustamanle. En una de esas

visitas tuve la fortuna de descu-

brir otros sucesos idnticos que nos

transportaban en el tiempo has-

ta el lejano 1912. Justo Toms Rey, el d

u e o de las prsperas minas

de Escalante, se las tuvo que ver con una

aparicin gigantesca y fan-

tasmal que bien pareca la hermana

gemela de la observada en 1976.

Su propio hijo me contaba en el lugar de

los hechos, frente al pc')rtico

de la bellsima iglesia del pueblo, cmo

su padre lleg a sacar el mache-

te ante aquel ser que, caminando hacia

atrs, se le apareci flotan-

do a poco menos de diez metros. Eso no

lo saban los periodistas de

los diarios santanderinos. Como

tampoco conocan, ni se molestaran

en hacerlo aunque el testigo estuviese

enfrente de sus narices, el tes-
timonio de una persona q u e sell su
voz durante demasiado tiem-

po. Fue el antiguo alcalde de la

localidad, d o n Ventura Lusares,

mxima autoridad del pueblo durante

doce largos aos, quien vio

As dibujaron los testigos al ser

con sus propios ojos c m o una figura

alta y desgarbada q u e porta-

descomunal que se pase por

ba negros y largos ropajes se alejaba

por la carretera secundaria que
Escalante en julio de 1976.

parte de Escalante hacia otras pequeas

aldeas. Al mismo tiempo, y

desde un balcn prximo, otros testigos

que prefieren permanecer

testigos, cruciales en aquella historia y

absolutamente demostrativos

en el anonimato observaron el cercano

paso de esta torre humana

de que un ser de descomunal tamao y

absurdo aspecto se haba

q u e emita una tenue luz a travs del

pecho.
paseado aquella noche del 9 de julio de
1976 por las calles de Esca-

Periodistas honestos como J. J. Bentez,

de La Gaceta del Norte,

lante, callaron por el miedo a ser

ridiculizados por esta banda de

cubrieron la informacin objetivamente.

Pero otros medios ms pro-

columnistas de fin de semana. Y, tengo

que admitirlo, al volver a leer

vincianos ofrecieron titulares tan

representativos de su nivel cultural

aquellas crnicas con ttulos tan

sugerentes como Escalante; prime-

c o m o el que hemos sealado. Un

hecho representativo de aquellos

ra localidad montaesa visitada por el

turismo extraterrestre, sent

p e q u e o s inquisidores q u e
prefieren, con la vergenza aadida de

nuseas por la actitud de algunos

compaeros de la profesin. Si se

representar a esa forma de curiosidad

constante que es el periodis-

hubieran molestado un poco ms, si

hubiesen despegado el culo de
mo, rerse de lo que les parece
imposible. Rerse antes que intentar

la confortable silla de la redaccin a la

que tanto gustan algunos de

acercarse a ello y comprobar cmo, en

ocasiones, ese imposible,

aferrarse ocurra lo que ocurra, hubiesen

comprobado por ellos mis-

p u e d e ocurrir de vez en cuando.

mos que otras personas haban

observado al mismo gigante sobre el

que tanto frivolizaron, extasa dos en su

propia estupidez. Y en
cuntos lugares ocurrir lo mismo?, en
cuntos pueblos de Espaa

las gentes callan ante el tratamiento que

algunos sujetos le otorgan a

estas temticas? Un ejemplo flagrante y

doloroso era este de Esca-

Por desgracia para algunos

chupatintas, los extraos sucesos no

lante. Fueron muchas las rondas que

realic siguiendo los pasos de

iban a abandonar Cantabria tan

fcilmente. A unos kilmetros de
Escalante se abra al mar la histrica
poblacin de Isla. All, en el mis-

simos brazos pegados al tronco y con las

piernas ligeramente arquea-

msimo campanario de la localidad, tuvo

lugar otro encuentro con

das hacia el suelo. En la cabeza, de

forma almendrada y despropor-

humanoides que llenara de terror a

todos los parroquianos. Recorrien-

cionada por lo pequea respecto al

cuerpo, no se apreciaban ojos,

do las empedradas calles de este bello

rincn record con pelos y

boca, ni faccin alguna.

seales aquella increble historia del

sacristn y el extrao visitante

que decidi alojarse en la torre sin

avisar a nadie. Un hecho inslito que,

enmarcado en la oleada de extraos

avistamientos semejantes pro-

ducidos a lo largo de un ao, nos

demostraba muy a las claras que

algo o alguien de origen desconocido

estaba mostrando sin tapujos
su desconcertante naturaleza. Quiz
pensando en el susto que pro-

porcionaban a unos, el regocijo de otros

y el revuelo de la mayora.

Don Pedro Higuera Prez llevaba ms

de treinta aos realizando

las labores de sacristn en Isla

(Cantabria), y a sus 77 aos ya estaba

acostumbrado a la h u m e d a d q u e
cada madrugada reinaba en el vie-

jo campanario de la localidad.

Sin embargo, aquella jornada subi

decidido la enroscada esca-
linata portando una pequea linterna y
barruntando algo. Quiz un

extrao pensamiento que lo persegua

desde haca varias horas y que

apenas le haba permitido conciliar el

sueo. No saba cul era la causa,

pero al llegar arriba tuvo la extraa

sensacin de que no estaba solo.

Don Pedro Higuera,

Junto a u n o de los arcos de piedra q u e

se abran al exterior not

el sacristn cntabro
que se top con un ser de

con espanto c m o un bulto grueso se

colocaba frente a la tenue

pesadilla en el interior

luminosidad q u e penetraba en el
recinto.

del campanario.

Al dirigir el chorro de luz hacia ese

ngulo, don Pedro Higuera

crey desmayarse de la impresin. Le

temblaron al unsono el cora-

Tras quince segundos de observacin,

Pedro Higera solt la lin-

zn y las piernas. Y es que aquello

que tena frente a sus ojos no

terna y baj en estampida la escalera de

caracol, a tiempo de observar

poda ser. Tendido en posicin

horizontal, una criatura humanoide

por el rabillo del ojo cmo el ente

volva a desvanecerse en la oscu-

de grandes dimensiones permaneca

flotando a un metro del suelo,

ridad reinante.
ajeno, al parecer, al susto de muerte que
haba provocado en el

Aquel da, despus de ms de treinta

aos, no hubo campanadas

noble sacristn.

en el bello rincn cntabro de Isla, y

este motivo suscit el que

A pesar de q u e la tenaza del pnico lo

tena atrapado por com-

muchos vecinos se acercasen hasta la

casa de don Pedro Higuera. All,

pleto, el testigo an mantuvo el pulso

para seguir enfocando al intru-
sentado junto a la lumbre, encontraron a
un hombre abatido, ner-

so y comprobar que su atuendo lo

componan unas galas o tnicas

vioso y consciente de q u e haba tenido

a dos palmos a una de esas

amplias de un color oscuro y una parte

superior que cubra pecho y

figuras que tanto haban dado que hablar

en la regin en los ltimos

cuello, como de un naranja fuerte y

resplandeciente.

meses.
El ser, que segn los clculos
efectuados posteriormente, llegaba

Al recorrer lentamente la cornisa

cantbrica fui anotando otros

a los 2,80 metros de altura, permaneci

constantemente con los fin-

lugares donde, entre el verano y otoo

de 1976, se observaron estas
extraas apariciones. Frente a las playas
de Langre o Lieneres, e inclu-

so en solares de industriosas y
gigantescas urbes como la vizcana

Baracaldo, d o n d e un grupo de nios

observaron el descenso, aterri-

zaje y extraas maniobras de dos

gigantescos humane >ides que mane

jaban lo que pareca ser una barra que

emita un chairo de potente

luz; estas siluetas haban puesto los

vellos de punta a ms de un vecino.

Y si extraa fue la puesta en escena

realizada sin descanso en

varios rincones de la Pennsula durante

ese ao, no menos curioso

fue el m o d o en que este tipo de

observaciones dejaron de ocurrir

hasta pasado un b u e n periodo de

tiempo. Grupos de nios, agricul-

tores, trabajadores de diversas

industrias, ancianos, profesores, mdi-

cos, taxistas... decenas de personas

fueron testigos aquel mtico

1976 de lo ms excepcional q u e
podamos imaginar. Fueron obser-
vaciones en las que intervinieron
muchas veces diferentes indivi-

duos al unsono, desde distintos puntos,

y que en ocasiones requi-

J.J. Bentez observa

rieron una exhaustiva investigacin por

parte de las autoridades. La

un rbol desgajado tras

ms significativa, sin lugar a dudas, fue

la realizada por el Ejercito del

la aparicin de dos extraos

Aire con motivo de los incidentes

canarios del 22 de junio. Un grue-

humanoides en

un descampado de

so expediente, repleto de declaraciones,

testimonios y comproba-

los suburbios de Barakuldo.

ciones, daba fe de que algo anmalo

haba ocurrido aquella noche.

Vizcaya, en aquel 1976.

Y hojeando esas pginas que durante

casi veinte aos haban per-
manecido bajo el sello del secreto
oficial, volv a otear el brumoso

como en una oleada irreprimible, les

llegaban en aluvin los deta-

cielo cntabro intentando reflexionar

con casi cinco mil kilmetros a

lles, las sensaciones, los recuerdos de

algo que, a pesar del tiempo

la espalda.

transcurrido, los haba marcado para

siempre.

Y, con bastante impotencia, cre que,

por muchos datos, pruebas
Ajenos a las burlas y suspicacias de
muchos, estos testigos de

o bellas palabras con las que quisiera

adornar estas lneas, ningn

1976 continan en su mayora haciendo

su vida como cualquier

lector podra hacerse verdadera idea de

lo que aquellos hombres y

otro vecino. No quieren ver ninguna

revelacin en lo que tuvieron

mujeres sintieron, si no es ponindose

frente a ellos, en el lugar mis-

ante sus ojos por espacio de unos

segundos. Ejerciendo sus respec-

mo d o n d e los hechos ocurrieron,

dispuestos a escuchar el sincero

tivas profesiones, han proseguido sus

trayectorias vitales relegando al

relato de aquellos que, de un m o d o u

otro, ya no eran como los

recuerdo ntimo aquellos momentos q u

e nunca han sabido etique-

dems. Quin sabe si elegidos por

algo que se escapa a nuestra

tar ni explicarse. Curiosamente, ninguno

de los testigos que entre-
lgica y azar, haban tenido la fortuna o
desgracia, que esto nunca

vist en esta larga ruta en busca del

misterio mencion la palabra

est muy claro, de ser testigos

excepcionales de algo que parece

extraterrestre. Y eso, a u n q u e no lo
parezca, es realmente impor-

reservado a unos pocos. En sus ojos

not un brillo especial en el

tante. Indicador, sin duda, de que las

preocupaciones de este grupo

momento en que pisbamos el solar,

campo o camino d o n d e los

de personas estn totalmente alejadas de

la temtica ovni, o cual-

seres grotescos y absurdos haban hecho

acto de presencia. Como

quier ramificacin de ocultismos y

mesianismos tan en boga hoy en

una constante en todos los casos, percib

que a aquellas personas,

da en putrefactos programas de
televisin.
Seguramente a ninguno de estos testigos
los seamos jamas en

ninguno de los espacios-espectculo

abonados para contactados y

dementes. Ellos no tienen que defender

la veracidad de lo que vivie-

ron. Simplemente saben que as fue. Y ni

pretendieron ni pretende-

rn sacar tajada de un suceso tan serio y

profundo que ha ocupado

sueos y pensamientos durante miles de

horas.

Son testigos de una verdad q u e no

requiere publicitarse por nin-

gn medio. En Escalante, en Baracaldo,

en Isla, en Benacazn, en

Maeru y en tantos otros sitios, estos

ciudadanos continan su coti-

diana existencia sin ningn tipo de

problema. Y todos, absoluta-

mente todos los que hoy siguen en pie,

estarn dispuestos a relatar

al viajero sincero lo que les ocurri en

aquellos das ya aejos de

1976. Slo hace falta emprender camino

y saber escuchar. Ellos son
el vivo reflejo de una realidad que
acontece de vez en cuando y

sobre la que no quieren siquiera

divagar. Quiz fuese demasiado

complejo, y las conclusiones obtenidas

destrozaran muchos de los

parmetros en los que toda nuestra

realidad se maneja a trancas y

barrancas. Pensar sobre lo q u e todo

esto implica no es tarea fcil.

Y as lo afirmo, ya que ni me veo

capacitado para hacerlo, ni creo que

esa sea mi misin. En mi interior queda

el mosaico de las sensacio-

nes que me transmitieron personas y

paisajes a lo largo de una exten-

sa ruta satisfecha con esos momentos en

los que me sent tremen-

damente partcipe de la profunda verdad

que se encierra en estos

sucesos. La reflexin, con todas las

pruebas a su alcance, les corres-

p o n d e a ustedes. Y eso, se lo aseguro,

es otra increble y apasionan-

te aventura.
N EL INVIERNO DE 1955 el rotativo
El Alczar publicaba una

sorprendente noticia. Un enfermero

madrileo aseguraba

haberse topado con un ser de otro m u n

d o en las cercanas

de la Ciudad Universitaria. Un individuo

que le dio un extrao regalo;
una roca rectangular con nueve
inscripciones grabadas. As comen-

zaba la apasionante aventura de Alberto

Sanmartn Comes y la lla-

mada piedra del espacio. Un suceso q

u e fue el primero referente al

contacto con otras realidades que se

hizo pblico en nuestro pas.

A la bsqueda de una respuesta que

jams lleg, catedrticos de

mineraloga, qumicos, directores de

museos y todo un rosario de

cientficos se fascinaron con el

misterioso regalo de las estrellas que

durante algunos das c o p las portadas

de los diarios para sucumbir

en el olvido transcurrido un tiempo. Un

inslito expediente al que

seguimos la pista por Espaa y Brasil

para obtener sobrecogedoras

conclusiones de la aventura de un
hombre, un sueo... y un legado

de las estrellas.

Esta historia dio paso a otras en la

prehistoria del fenmeno
contacto en nuestro pas. Sucesos
inslitos d o n d e los protagonistas

fueron las supuestas pruebas

materiales q u e los visitantes dejaron

en tierra. Un suceso espectacular

ocurrido en 1996 en Jan, en el que

el autor y el escritor J. J. Bentez tuvo un

especial protagonismo, nos

demuestra que la senda de

acontecimientos sensacionales iniciados

con la piedra de Sanmartn an

contina.

El afn por entablar un contacto con

realidades desconocidas o

con seres de otros m u n d o s inund el

viejo Madrid de finales de los

cincuenta. A raz de la historia del

enfermero surgieron otras que

de Tarrasa y Lrida. Un ritual sangriento

al que ellos acudan sin

reparos, confiando en los -hermanos

csmicos. Ellos los recogeran

en su viaje hacia las estrellas. Una

historia negra y sobrecogedora

que nos muestra el otro laclo, el ms

oscuro, del m u n d o del contac-

tismo en Espaa.

Carta postuma de dos mrtires del

misterio, Juan Turu y Jos Rodrguez,
que se

suicidaron el 20 de junio de 1972 en la

va frrea de Tarrasa (Barcelona) al
estar

convencidos de que iniciaban un viaje

csmico hacia otros mundos habitados.

durante aos estuvieron ocultas bajo el

velo del secreto. Aqu las res-

catamos a sabiendas de que son ejemplo

flagrante del peligro que

guardan las o b s e s i o n e s
extraterrestres. En la sombra calle
Luna, en

el centro de la capital de Espaa,

ocurri un crimen estremecedor en

el que siete personas perdieron la vida.

Era la primavera de 1961.

Una espiral de sangre y misterio con un

sastre enloquecido que ani-

quila a su familia por una orden de

arriba, unas inmolaciones apa-

rentemente rituales, unos mensajes

annimos supuestamente emiti-

dos por extraterrestres y varios

protagonistas del contactismo invo-

lucrados en toda la trama.

Con esos ingredientes, el expediente de

Luna, 16 fue un misterio
al que la polica dio carpetazo casi
inmediato por lo incomprensible

y molesto. Ahora, despertado de su

letargo casi cuarenta aos des-

pus, nos muestra su rotunda, dramtica

y misteriosa realidad. Una

historia de supuestos contactos con

extraterrestres y de manipula-

cin mental de la que nadie quiso

hacerse responsable.

Lo peor es que el delirio csmico

prosigui con otros involucra-

dos en la trama que, en diferentes puntos

de Espaa, continuaron

recibiendo rdenes tajantes. Algunas

llevaron al suicidio a jvenes
A NOCHE DEL 17 DE NOVTEMBRE
de 1954 fue una autntica pesa-

dilla para Alberto Sanmartn Comes. No

se podra calificar de
otro m o d o a la extraa aventura que
llev a las primeras

pginas de los peridicos de la poca a

este annimo enfermero de la

Residencia Las Flores, de 37 aos de

edad, y que sobre las tres de

la madrugada se revolva en su cama

quebrantado por un inoportu-

no e intenso dolor de muelas.

En el exterior, el viento de la madrugada

azotaba las persianas de

algunos comercios q u e se desperdigan

por la vieja calle Dulcinea
ululando en el oscuro dormitorio del
solitario personaje.

Al poco tiempo entre las callejas del

vaco barrio de Argelles se

recorta una figura espigada vagando

entre las sombras y poniendo

rumbo a ninguna parte con el fin de

calmar su insoportable molestia.

Era un remedio q u e ya haba utilizado

muchas veces, una larga

caminata por el desierto Madrid que

siempre era efecto balsmico y

reponedor. Curioso mtodo para un no

menos curioso enfermero

que compaginaba sus tareas en el

hospital con espordicas inter-

venciones en el celuloide. No era raro

que los serenos se lo toparan

alguna de esas fras noches de invierno.

Lo saludaban cortsmente

y, como intuyendo su ruta, proseguan la

ronda sabedores de que

Alberto Sanmartn acabaran tras unos

minutos su caminata. Pero

esta vez, segn rezan las aejas e

histricas crnicas, el dolor y las
punzadas no se mitigaban, haciendo que
el paseo nocturno se fue-

se alargando hasta all donde los

edificios iban quedando lejos y tan

como alma que lleva Natanas

.Sanmartn, hombre que siempre hizo

slo el campo apareca en el horizonte.

Sin pensarlo dos veces, el

gala de valor y arrojo no poda evitar

estar asustado. Asustado por la

rabioso enfermero comenz a

apresurarse y se adentr en los cami-

enigmtica mirada de aquel hombre y

por los dos ojos achinados y

nos que se desperdigaban como una

lnea discontinua de montcu-

brillantes que se le haban clavado y que

ya no era capaz de desviar

los y poblados chabolistas iluminadas a

lo lejos por la luz de los can-

de los suyos...

diles...

Pasan los segundos, y el espacio entre

ambas figuras se estrecha

La Ciudad universitaria, absolutamente

despoblada en aquella

irremediablemente. El enfermero, de
amplia frente y lacio bigote

poca, permaneca envuelta en un viento

fro y lastimero como la

recortado, se da cuenta de que una

fuerza invisible lo estaba empu-

nica testigo del andar nervioso de

nuestro protagonista. La bajada

jando hasta el extrao ser que

continuaba sonriendo, parapetado
de la calle Reina Victoria, la Avenida
Complutense, la Casa de Velz-

tras la oxidada barandilla del puente.

quez... y el estrecho puente que

desemboca en la antigua salida a la

Cuando estaba apenas a un par de

metros de l, vio con nitidez

carretera de La Corua, son las etapas

que Alberto Sanmartn, envuel-

la vestimenta. Segn sus posteriores

declaraciones: Pareca un piloto

to en un grueso gabn oscuro, va

atravesando inmerso en su inso-
enfundado en un traje ceido y
grisceo. Era un mono como el de

portable dolor, con el eco de las pisadas

resonando a su espalda.

los aviadores, de una pieza y sin

aberturas... pareca metlico. Y las

Y es al final del puente d o n d e

descubre, para su sorpresa, una

manos eran extremadamente alargados

y blanquecinas.

figura humana esttica y mirando en su

direccin. Aquel hombre

No es un hombre normal, pero algo le

atraer a Sanmartn de

permaneca apoyado en un mojn de

piedra ya descolorido y muy

aquel misterioso individuo. Algo

indescriptible q u e le hizo quedarse

prximo a los barrotes de un p e q u e

o puente.

clavado en el asfalto, sin intentar huir,

mientras el aviador descen-

Por unos instantes, Sanmartn d u d

frenando en seco ante aquel

da por un terrapln q u e se abra en

aquellos tiempos bajo la antigua
sospechoso. En un acto instintivo
apart la mano de su inflamado

Carretera de La Corua.

carrillo y entorn los ojos para intentar

distinguir el aspecto de

La cara de aquel ser se dibuj de nuevo

en la noche, elevndose

alguien que parece caminar lentamente

hacia l. Efectivamente,

desde el socavn q u e descenda a

travs de un barranco bajo el

aquel siniestro personaje le haba visto

y, con una sonrisa hiertica
asfalto. En un momento dado, y segn
recordaba el asustado enfer-

se acercaba d a n d o grandes zancadas.

mero, un sonido difcil de describir,

semejante al repiqueteo de algu-

na maquinaria, empieza a retumbar en el

interior de su cabeza.

Con las manos en las sienes intentando

mitigar aquella sensacin,

Sanmartn observa cmo el humanoide

trae algo en las manos, concre-

tamente un objeto rectangular, de no ms

de diez centmetros de largo.
Eran las 4 y 10 minutos de la madrugada
y aquel hombre, aun-

Pensando en la posibilidad de que

aquello fuese algn tipo de arma-

que parezca inaudito, pareca estar

esperndolo desde haca tiem-

mento desconocido, la inseguridad y el

miedo vuelven a envolverlo.

po..., m u c h o tiempo. O al menos as lo

siente Sanmartn, quien se

El brazo del individuo se estir con el

objeto en la palma de la

echa para atrs unos metros presa de un

inicial temor pero poste-

mano. Y la sonrisa forzada volvi a

asomar en unos labios finos e

riormente siente como una extraa

sensacin lo mantiene all rete-

inexpresivos. No hay palabras, pero el

asustado Sanmartn vuelve,

nido incluso en contra de su propia

voluntad.

inexplicablemente, a recobrar la calma...

El pelo largo y rubio del individuo

ondea ligeramente, y su mue-
El ser pareca estar obsequindolo con
la misteriosa pieza rec-

ca extraa, quiz forzada por alguna

inconfesable intencin, alerta al

tangular, y Sanmartn no duda en

cogerla, rozando con sus dedos la

enfermero q u e por un m o m e n t o
piensa en retirarse de aquel lugar

piel helada del enigmtico hombre.

As viSanmartn

Amaneca ya c u a n d o Sanmartn s u b
e a su habitacin. M u c h o s

al hombre del espacio".

a ma ne c e r e s m s a p a r e c e r e
nl a mi s ma p o s i c i n, mi r a nd
o fijamente el extrao o b s e q u i o de
las estrellas y c o p i a n d o en las hojas
de un

cuaderno los nueve smbolos que all

haba grabados. En la soledad

Apenas tuvo tiempo para

de aquel cuarto, y sin que nadie fuese

partcipe del gran secreto,

mirarla, pero tras ponerla en su

intento darle mil y una vueltas a la

historia. Qu clase de ofrenda era

palma y cerrar la mano con fuer-

aqulla? Qu sentido y significado

tena aquel mensaje de piedra? Cmo

za, percibe que se trata de un

poda llegar a saber la verdad acerca de

lo q u e le haba sucedido?

material pesado, de una piedra

Al final, y tras no pocas cavilaciones
interiores, Alberto Sanmar-

gruesa y pulida de bordes corta-

tn Comes contacta con Fernando Sesma

Manzano, un personaje

dos artificialmente. Tan embebi-

peculiar al que volveremos

obligadamente a referirnos en esta obra

do qued Sanmartn analizando

y que fue una de las personas clave en la

historia de los supuestos

ese regalo del cosmos que ape-

extraterrestres en nuestro pas. Por aquel
entonces, Sesma, emplea-

nas se percat de la huida rpida

do de Correos y Telgrafos y aficionado

a estos extraos asuntos,

y silenciosa de aquel extrao per-

comenzaba una breve seccin en el

popular diario Madrid bajo el

sonaje. A los pocos segundos un

ttulo Los platillos volantes vienen de

otros mundos. Una serie de

estruendo hizo vibrar el suelo,

artculos que tuvieron gran aceptacin
del pblico por ser absoluta-

los rboles, el puente... y el enfer-

mente innovadores y por tratar un asunto

que era desconocido en

mero se vio obligado a colocarse

aquella Espaa de mediados de los

cincuenta.

en cuclillas, temeroso ante lo que

pareca ser un temblor de tierra.

Repentinamente algo reclam su

atencin en la negra vaguada que

rodeaba la Casa de Velzquez. Es

entonces cuando, ante su asombro, un

objeto oscuro y ovalado apa-

reci elevndose a gran velocidad. Era

un platillo, un disco metli-

co, que pronto se confundi con el resto

de estrellas que alumbraban

tenuemente el techo de la capital de

Espaa.

De regreso a casa, olvidado ya el dolor

de muelas y con el cora-

zn latiendo desenfrenado dentro del

pecho, el enfermero contem-
pl la extraa piedra con la mortecina
iluminacin de las farolas. Fue

La noticia del incidente

parndose en cada una de las de la calle

Dulcinea para observar

de alberto Sanmartn fue la

mejor diversos signos escritos en la

superficie del objeto, varias ins-

primera de estas caractersticas

aparecida en la prensa

cripciones misteriosas a m o d o de
mensaje que no p u e d e entender...
espaola: Caus un revuelo

pero que algo parecen decir.

sin precede} ites.

Las coincidencias entre Fernando Sesma
y el portador de la ie-

convencido a Sanmartn,, tras no pocas

horas de reunin, para que

dra del espacio no fueron pocas. Los

dos debieron quedarse mudos

contase su odisea. A cambio, utilizara

sus contactos para, en un pla-

cuando descubrieron que en la misma

noche en la que Sanmartn

zo corto de tiempo, tener datos

fidedignos de la naturaleza de aquel

tena su encuentro, el profesor Sesma,

que as se haca llamar por

rectngulo rosado y grabado en una de

sus caras.

sus incondicionales, fundaba en un caf

madrileo la Sociedad de

amigos del Espacio BURU, la primera

creada en nuestro pas que

aglutinaba a interesados en el
vanguardista y polmico asunto de los

platillos volantes, y en la que

figuraban personajes de la talla del

dramaturgo Buero Vallejo o del escritor

Alfonso Paso. La increble
casualidad hizo que Sesma le otorgase
una importancia fundamen-

tal a aquella piedra, una, para l,

evidencia de comunicacin de civi-

lizaciones csmicas con los habitantes

de la Tierra.

As, a travs de Sesma y su curiosa

sociedad, la Piedra del espa-

cio fue pasando de mano en m a n o

entre los integrantes de aquellas

histricas reuniones q u e en un
principio tuvieron como emplaza-

miento el Caf Gijn de Madrid y tras

pasar por otros como el Gam-

brinius, finalmente recalaron en los

stanos del Caf Lin. Una oscura

dependencia llamada La Ballena

Alegre fue el lugar d o n d e durante

aos se discuti de estos asuntos en una

Espaa que acaba de dejar

atrs la dura posguerra y que no

otorgaba ningn trazo de libertad

Alberto Sanmartn charla con Arcadio

Baquero mientras le muestra su -regalo
de

para con estas temticas.

las estrellas-.

A pesar de todo, las ingenuas charlas y

los delirantes debates que

se producan en los bajos del Lin no

convencieron a Sanmartn.

El joven y audaz periodista crey a

Sanmartn. Y quiz por eso,

ste, cansado de q u e todo el m u n d o

interpretara libremente aque-

con la piedra del espacio en los

bolsillos de su desgastado chaque-

llos smbolos pero sin otorgar una

solucin al enigma, decidi poner
tn, recorri universidades e
instituciones cientficas con el fin de

en manos de un reportero la codiciada

pieza. Y a travs de este

q u e alguien arrojase un dictamen.

periodista de raza se hicieron las

primeras pruebas serias y lgicas

El primer reportaje de Baquero agot

las tiradas. Q u e en aque-

en torno a aquel material supuestamente

procedente de lejanos pla-

llos primeros das del 55 un ciudadano

asegurase en titulares q u e yo
netas habitados.

be visto a un ser de otro mundo en la

carretera de La Corua, cre

una expectacin sin precedentes. Era,

probablemente, la primera

vez que en Espaa una noticia de estas

caractersticas tena tal cober-

tura informativa. No es extrao, por lo

tanto, que El Alczar deci-

diese indagar en aquel asunto hasta dejar

satisfechos a su legin de

En febrero de 1955 el rotativo El

Alczar abra su portada con un
seguidores. Por eso, Arcadio se hizo
cargo de la aventura y se enca-

sorprendente titular que origin un

inolvidable revuelo en la ciudad.

min a los lugares d o n d e poder hallar

respuestas concretas a un mis-

En grandes letras de imprenta se poda

leer: Marte p o n e en Madrid

terio tan tangible como era aquel de

doce centmetros q u e portaba

su primera piedra. El excepcional

reportero Arcadio Baquero haba

en sus manos.
En el instituto de Mineraloga, el
reputado catedrtico Pedro

que quiz se encontraba ante la noticia

de su vida... y, deseando que el

Bayn Garca Campomanes analiz la

piedra. Con abierta extiaeza,

papel no se acabase nunca, plasmo otro

excelente articulo d o n d e se

la someti a varias pruebas y dictamin

asombrado que aquel mate

reflejaban los descubrimientos en torno

a aquel material.

rial no era comn. As le dijo aquella

maana al reportero:

El rotativo vendi muy por encima de

sus previsiones durante
Es rara esta piedra, desde luego, parte
de ella es soluble y otras

aquella semana, pero los das pasaron y

la bsqueda personal en la

no lo son, tiene sabor salado y no

contiene sales... qu cosa ms

que Arcadio y Sanmartn se haban

enfrascado no dio los frutos pre-

extraa?, de que estar hecho esto...?

vistos. Ambos recorrieron mil y un

centros en busca de solucin al

A las pocas horas, y buscando descifrar

el hipottico mensaje de
enigma de aquel regalo del cosmos. Una
solucin que no lleg jams,

otro mundo, el infatigable periodista se

reuna en un amplio despa-

va que nadie se ofreci para analizarlo

en profundidad. El portazo

cho del Museo Arqueolgico con el

doctor Jos Mara de Navascus,

sistemtico fue la nica respuesta, una

reaccin que cal h o n d o en

director de dicho centro y catedrtico de

Epigrafa en la Univesidad.

aquellas dos personas que juntas haban

iniciado una curiosa cruzada.

Nadie mejor que l poda interpretar el

significado de aquellos sm-

As, la noticia, la sensacional exclusiva

de aquel ao 1955 en los

bolos grabados en la piedra, pero tras

toda una tarde de indagacio-

rotativos madrileos, se fue diluyendo

con el paso de los das... y

nes, el voluntarioso profesor slo p u d

o adivinar ciertos signos de las

poco a poco la bruma y el olvido

hicieron que la piedra de San-
culturas egipcias y helensticas. Eran
trazos simples, profundamente

martn pasara a mejor vida, relegada al

rincn ms oscuro del archi-

grabados en aquel material de color

violceo y que, segn l, tenan

vo de enigmas pendientes y muy lejos de

aquellas maanas de

algo que ver con la muerte o la visin de

sta segn la visin de anti-

invierno en las que medio Madrid se

preguntaba en corrillos, en las

guas civilizaciones.
aceras y en los viejos colmados, si
efectivamente los marcianos ya

haban llegado hasta nuestro mundo.

Desconsolado ante aquellas respuestas q

u e nunca aparecieron,

Sanmartn se embarc en la aventura de

cruzar el charco rumbo a

Sudamrica. Concretamente, Brasil era

el destino elegido tras escu-

char la voz sabia de un familiar directo

que all haba logrado ama-

sar cierta fortuna. A pesar de las

amistades que dejaba en Madrid
dentro de la Sociedad de Amigos del
Espacio BURU y de la expec-

tacin que haba generado su piedra en

todos los ambientes inicia-

dos de la capital, el enfermero y actor

ocasional no d u d un instan-

te en plantarse, al otro lado del mundo,

en la populosa ciudad de

Sao Paulo. All, en una urbe de

dieciocho millones de habitantes,

Fotografas de los anlisis de Pedro

Bayon Garca Campomanes.

arrib el madrileo con un modesto

equipaje y su legado de las

estrellas. Todos sus compaeros

espaoles pensaron durante aos

Y As lo escribi Arcadio Baquero esa

misma noche, tecleando

q u e la necesidad imperiosa de mejorar

su situacin econmica fue

con fuerza en su vieja maquina de

escribir. Era consciente de que

lo que decididamente lo motiv a tomar

esa determinacin. Pero esa
no era toda la verdad. Lo cierto es que
Alberto Sanmartn, desde el

primer momento que pens en el pas

carioca de una forma clara y

concisa. All se encontraba la pieza

clave de su inslita experiencia
iniciada en las afueras de Madrid. Por
eso se embarc, en la prima-

vera de 1956 en su particular, obsesiva

y secreta aventura...

El motivo real del viaje del enfermero a

Brasil siempre estuvo

envuelto en un halo de silencio. Las

personas que conocieron y

departieron con Sanmartn en las

tertulias del Lin, como el comisa-

rio de polica Dionisio Garrido o la

secretaria de aquella sociedad, la

germana Hilde Menzel, nunca tuvieron

claro por qu la piedra y su

propietario los abandonaron de un m o d

o tan sbito. Por fortuna, las

indagaciones del sagaz reportero

hispano-brasileo Pablo Villarru-

bia Mauso desempolvaron el secretismo

que rodeaba aquella histo-

ria. Siguiendo la pista del legado de

Sanmartn en el pas sudameri-

Una rplica realizada en 1995 que

refleja con exactitud la recibida por
Sanmartn

cano, Villarrubia consigui una serie de

excepcionales informaciones

cuarenta aos antes.

que demostraban que el primer

contactado espaol buscaba su

panacea extraterrestre en Brasil.

Por eso no dud un pice en reunirme

con Villarrubia, buen

groso hoy en da. All vive an

Encarnacin Zapata, una burgale-

periodista y mejor amigo, bajo el calor

asfixiante de aquel mes del

sa de 74 aos que fue la esposa de

Sanmartn hasta su ltimo da.

junio madrileo. Parapetados por los

toldos de uno de los familiares

O sea que el pobre Sanmartn no

logr hacer realidad su sue-

restaurantes que rodean la redaccin de

Enigmas y donde tantas veces

o, muri en un suburbio y olvidado de

los dems le pregunt

coincidimos los locos por lo inslito,

comenz nuestro improvisa-

intentando imaginarme aquel lugar en el

que concluy la existencia
do cambio de ideas.

de tan singular personaje.

Recin llegado de su pas natal,

Villarrubia, me solt la primera

Efectivamente, compaero. Santo

Amaro es un lugar conoci-

en la frente. Sonriendo, y con su irnico

y genial sarcasmo, me dijo:

do por sus ndices de pobreza y

criminalidad. Sanmartn no logr

Ya descubr lo que Sanmartn buscaba

en Brasil. Por fin!... y la ver-
el objetivo de hacerse rico, pero igual
logr otros. Segn pude saber,

dad es que el hombre era ambicioso.

su autntica intencin no era hacer

fortuna, sino buscar las bases

Y, como no poda ser de otro modo,

escuch intentando no per-

extraterrestres enclavadas en la selva

de Mato Grosso, de donde qui-

derme ni un detalle de aquella fascinante

odisea que, cuatro dcadas

z provena su regalo csmico. l. en

conversacin privada con el
despus, haba llegado hasta la capital
de Espaa en un particular

jefe de las tertulias del Lin,

Fernando Sesma, aseguro que tena el

retorno. Cuarenta aos ms tarde, Pablo

Villarrubia haba obtenido

pleno convencimiento de que

exactamente en ese lugar se hallaban

nuevas claves de este gran expediente X

espaol:

los seres de otro mundo.

Sanmartn muri en 1982 all, en

Sao Paulo comenz a
Bases extraterrestres en la selva
brasilea? mi confusin y fas-

explicarme mi colega mientras sorba de

un golpe el caf helado,

cinacin caminaban parejas escuchando

la historia que Villarrubia

y lo hizo de un modo dramtico e

inesperado. No poda ser de otra

me traa en su faltriquera.

forma. En este ltimo viaje a mi pas

pude seguir su pista y aden-

Pues s, querido amigoprosigui

mi contertulio. Segn
trarme en el barrio de Santo Amaro, un
lugar humilde y muy peli-

pude saber de boca de su propia

esposa, Pacita, Sanmartn realiz

una increble expedicin en busca de

una base subterrnea extra-

nos pramos de la tierra de campos

intent rebobinar en el archivo

terrestre acompaado de tres amigos

en aquel invierno de 1956.

de la memoria hasta detenerme en una

fecha clave: 6 de diciembre
Estuvieron durante varios das
remontando el Ro Verde y, al pare-

de 1951, das antes de que el enfermero

diese a conocer la noticia a

cer, su mutismo fue total al regreso. Su

mujer crey que nada baha

travs de El Alcazar...

sucedido, pero ele aqu que un gran

explorador)' conocedor de toda

esa zona me dijo algo absolutamente

distinto.

O sea, que s descubri algo le

cort ansioso.
 Eso parece. As me lo afirm sin
titubear Walter Blhet; que

supo que el da 2 de enero de 1956

Sanmartn y su expedicin, con-

No me fue difcil recordar otra de las

ms increbles historias rela-

formada adems por varios amigos

excpticos en los asuntos de pla-

cionadas con el hallazgo de inslitos

objetos en nuestro pas. Siendo

tillos volantes, partieron del puerto de

Santos con destino al inex-

justos, habra que afirmar que la inslita

experiencia de Juan Mart-

plorado Mato Grosso. A su regreso el

madrileo confes a Bilher

nez Portles, natural de la localidad

fronteriza de Irn (Guipzcoa)

haber descubierto una de esas grandes

bases, pero que por orden

y obrero de la constaiccin empleado en

el pueblo de Rentera, fue

directa de los propios extraten-estres

estaba comprometido a no

la primera de estas caractersticas en

saltar a las pginas de los dia-
decir absolutamente nada. Era un
Sanmartn aterrorizado y mudo

rios. Aquella jornada de madrugada

invernal, el testigo se diriga a su

el que lleg de esa aventura de la que

hasta hoy no sabamos nada.

trabajo en una vieja bicicleta que

conduca con sumo cuidado debi-

Y su muerte? volv a preguntar a

un Villarrubia que me iba

do a la lluvia fina q u e comenzaba a

empapar las subidas a los lla-

ilustrando la alucinante historia con

fotos inditas de aquel explora-

mados Altos de Gainchurizqueta. Segn

confes el testigo al corres-

dor ele lo imposible.

ponsal de La Voz de Espaa en Irn,

Juan Antonio Lekuona, en el

Bueno, como te dije, fue en 1982. Al

salir de un supermerca-

centro de la calzada surgi un foco

potentsimo y una forma rec-

do de Santo Amaro comenz a sentirse

mal y sufri un mareo en el
tangular que lo abarcaba todo. Tuve
miedo y procur pedalear has-

coche cuando viajaba al hospital. Se

estrell contra un rbol. Es

ta la cuneta pensando que aquello se

me echaba encima. Al final

curioso, ya que gozaba de buena salud.

Lo que nadie saba, y me

me detuve en una curva bastante

pronunciada y all lo vi parado y

confes muy afectada Pacita, es que, el

da del encuentro con el

en total silencio...
hombre del espacio, Sanmartn se
levant tras haber visto extraas

Elevado sobre un p e q u e o barrizal y

con la lluvia cayndole

imgenes de cpulas y ciudades como

de otro mundo. Pacita fue la

encima, Portles tuvo que frotarse

varias veces lo ojos para asegu-

primera en saberlo, y el propio

enfermero la llam por telfono para

rarse de que aquello no eran visiones.

Junto al camino asfaltado y

relatarle lo sucedido. A lo largo de su

viaje a Brasil, esas visiones

frente a un casero conocido como

Loidi-Berri se haba apostado tin

se repitieron en momentos concretos.

Quiz era la propia fotogra-

objeto semejante a una cabina telefnica

con una luz circular en su

fa de lo que andaba buscando... pero

todos los secretos se los llev

parte superior que iluminaba a

intervalos toda la zona con un res-

a la tumba de ese modo tan misterioso

e inesperado...
plandor amarillento. El supuesto ovni
tena unos tres metros de base

De nuevo en las carreteras, esta vez

poniendo rumbo a la vieja

y cuatro de altura. Totalmente fuera de s

y preso de una gran excita-

Castilla a la caza y captura de un

sacerdote que llevaba la friolera de

cin, el obrero descendi el puerto y en

una bajada digna elel Tour

medio siglo investigando el asunto de

los ovnis, record algunos

acab declarando ante su capataz. Este,

absolutamente convencido

sucesos, absolutamente excepcionales,

en los que algunas personas

ele la honestidad de Portles, emprendi

el camino hacia los Altos ele

afirmaron, tal y como hizo en su da

Sanmartn, haber recibido un

Gainchurizqueta acompaado ele otros

trabajadores, pero al llegar al

curioso regalo de seres de otro mundo.

Mientras atravesaba los eter-

lugar sealaelo por el testigo

comprobaron que no haba ni rastro elel
fantstico aparato. Eso si, al
aproximarse a la superficie donde este

importancia a lo escrito en aquel papel

fluorescente. Solo pensaba-

estuvo posado, hallaron con sorpresa

una gigantesca pisada de un

mos en drsi nsar, pero aquella nota no

nos lo iba a permitir en las

zapato cuya talla sobrepasara el 52 con

creces, y dos objetos real-

siguientes jornadas ya que,

electivamente, algo excepcional haba

mente extraos: un muelle negruzco y

grasiento de unos veinte cen-

ocurrido en las llanuras del Santo Reino

de Jan.

tmetros de largo, que se poda estirar

con facilidad hasta los dos

Tras teclear aquellos dgitos, una voz

atropellada son al otro

metros, y cinco piezas oscuras formadas

por algo semejante al alu-
lad< > del aurieular: Los be llamado al
ver en la primera pgina de su

minio, de forma curva y unos seis

milmetros de espesor.

revista una cosa muy parecida a la que

hemos grabado aqu hace

De d n d e provenan esas piezas? se

preguntaron tanto los obre-

slo unos das, nos confesaba el

empleado de almacn de la capital

ros como el popular peridico La Voz

de Espaa. El vocablo ovni ni

jienense que responda al nombre ele

Gregorio Avila. Rpidamente

siquiera se conoca en aquella poca y.

como los hechos condena-

comprendimos que se refera a la noticia

de la espectacular filma-

dos al olvido, este suceso maldito

para la poca acab diluyndo-

cin ele un ovni sobre la ciudad

extremea ele Trujillo que publica-

se tras gozar de un par de das de

popularidad. En la historia de

mos en primicia dentro de nuestra

seccin de actualidad y que Fer-
nuestros hechos inslitos ser recordado
como u n o de los pocos en

n a n d o Jimnez del Oso tuvo a bien

reflejar en la portada de aquel

los q u e se hallaron pruebas fsicas tras

un aterrizaje ovni. Algo q u e

nmero. Al parecer, durante la noche del

15 de julio, y en compaa

volvi a repetirse, y de un m o d o m u c
h o ms sobrecogedor y espec-

ele otros testigos, el seor Avila haba

podido captar con su videoc-

tacular, cuarenta y tres aos despus y

en el lado opuesto del pas.

mara de aficionado una luz semejante a

la avistada en mayo se)bre

Y en busca de las primeras lomas de

Valladolid record con cierta

tierras extremeas.

aoranza una historia donde la clave

tambin estaba en los supues-

Cuando ya andbamos husmeando en el

archivo para localizar

tos materiales de otro m u n d o y que,

por fortuna o desgracia, me
el nmero de nuestros corresponsales en
Jan para que cubriesen la

toc vivir muy de cerca. Quiz

demasiado...

informacin, a la vista de que la noticia

era importante pero no tan-

to como otras ejue nexs mantenan

atareados aquellos das, algo ines-

perado hizo que nos quedsemos

petrificados. Aquel hombre con-

fes entrecortado que algo ms haba

ocurrido en la zona en esa

intensa semana de julio. Y ya con los

nervios repartidos por igual a

ambos lados ele los telfonos iniciamos

un severo interrogatorio a

aquel afable y humilde trabajador

andaluz que nos ocultaba, quiz

por miedo a ser ser tomado en serio, una

preciosa parte de la infor-

ngela Daz, la coordinadora de la

revista, nos dej el recado

macin. Pero al final habl. Un

extraordinario y doble encuentro

como habitualmente suele hacerle) cada

vez que una pista intere-
con ovnis y tripulantes en pleno da se
haba producido justo horas

sante llega hasta estos lares. En su mesa

un post-it pegado junto al

despus de la grabacin del OVNI. Y,

lgicamente, aquello nos hizo

ordenador reflejaba un nombre y nmero

de telfono. Tras ellos una

cambiar la mueca. La gran noticia se

haba producido all, entre soli-

escueta nota: Para Iker y Lorenzo:

avistamiento ovni en provincia

tarios olivos del campo jienense,

confirmando la regla invisible pero

de Jan.

real de que son esos lugares apartados

del mundanal ruido los que

No imaginbamos, desde luego, la

repercusin futura que iba a

de repente se convierten en escenario

para este tipo de hechos

tener ese primer soplo, y quiz porque

llegbamos a la redaccin

extraordinarios.

tras haber recorrido cada u n o por su

lado distintos puntos de la piel

de toro en busca ele misterios varios, no

le concedimos demasiada

Una llamada crucial

mente la sombra protectora del interior,

observamos la cinta de

vdeo donde una esfera luminosa

danzaba impunemente sobre el

Y as, mientras escrutbamos el mapa de

carretelas la ruta a

cielo de Jan. Al mismo tiempo. Mari

Carmen Garca, esposa ele Gre-
seguir hasta el encalado pueblo de Los
Villares, nos vino a la mente

------ nos detallaba c o m o se toparon

casi ele frente con el aparato a

realizar otra llamada. En esta ocasin no

era nada aparentemente

las 2:25 horas del 15 de julio, dndonos

adems los nombres de

importante, y a pesar de que siempre

acudimos a la mxima repor-

otros vecinos que haban observado la

extraa formacin despla-

teril de no difundir jams estos

embriones de primicias hasta haber

zndose a baja altura hacia Los Villares.

peinado el lugar, agradecimos or la voz

clida y siempre amiga de-

Tras confirmar los diversos testimonios

que daban fe del extrao

Juan Jos Bentez al otro lado del hilo

telefnico.

fenmeno, nos centramos en el episodio

c]ue realmente nos haba

La verdad es que a l le extra tanto

como a nosotros la ines-
llevado hasta all. Y no pudimos evitar
sobecogernos de nuevo

perada comunicacin. No era normal

que a esas horas le contse-

cuando a bordo del Renault 21 ele

Gregorio vila atravesamos los

mos nerviosos lo que nos acababan de

confirmar desde Jan. Lo

montes ele Jabalcuz siguiendo la misma

ruta realizada por el OVNI

lgico era esperar al da siguiente, con

la primera investigacin ya

hasta llegar al encalado pueble) ele Los

Villares. All encontramos,

realizada, para valorar los hechos y

entonces transmitirlos a uno de

an presa del temor, a un hombre que

haba recibido el mayor sus-

nuestros ms apreciados colegas. Y lo

ms coherente, qu demonios!,

to ele su vida horas despus ele tomarse

la filmacin. El testigo no era

era no decir absolutamente nada a nadie

hasta que no se publicase

otro e|ue el propio padre ele Gregorio,

Dionisio vila, de 66 aos,
el posible reportaje sobre los hechos.
Pero, la verdad, nada en esta

jubilado y con una increble experiencia

que contar a estos dos sor-

historia pareca tener lgica.

prendentes forasteros...

Juanjo tom buena nota de lo que le

contbamos repitiendo lo

que le bamos diciendo al tiempo que

escriba en su cuaderno: Un

ovni con forma semiesfrica, una

grabacin nocturna, tres tripu-
Tres hombres desnudos

lantes embozados en trajes plateados,

una huellas en el terreno... En

apenas cinco minutos le pasamos el

parte saltndonos nuestra particu-

A las doce del medioda del 16 ele julio

ele 1996, en un paraje prxi-

lar y prudente tica periodstica,

alivindonos como si hubisemos

mo al pueblo, Dionisio se top con un

artefacto semiesfrico pro-

realizado una operacin necesaria.

Necesaria para qu y por qu?...
visto ele ventanas ovaladas y oscuras
semejantes a los ojos ele buey

Los cuadernos de campo, las cmaras y

las grabadoras volaron y

ele lo barcos que permaneca aterrizado.

Nadie lo vio llegar. Simple-

aterrizaron con precisin en las bolsas

ele viaje a la misma velocidad

mente, all estaba. El artilugio, que

pareca hacerse transparente o

que el coche emprendi rumb a

Andaluca por la N-IV a la maa-

desaparecer en determinados momentos,

pareca unido a una torre-

na siguiente. La primicia no se nos poda

escapar. Inmersos en esa

ta ele alta tensin por un cable grueso q

u e parta ele su parte supe-

vorgine y con un manojo ele nervios

atenazando el estmago ini-

rior. Esta circunstancia despej las

iniciales eludas ele un Dionisio

ciamos una Rita alternativa por

carreteras secundarias q u e mostra-

q u e en el primer momento lleg a

pensar que aquello se trataba de
ban el singular esplendor ele las tierras
que unen la llanura manchega

un contenedor de los de JCONA. Acto

seguido se plantaron frente al

y Andaluca. Por ese itinerario solitario

serpenteamos hasta desem-

objeto tres seres de alta estatura

enfundados en monos plateados tan

bocar en la barriada ele la Salobreja

acompaados de cuarenta y tres

ceidos que pareca que fuesen

desnudos. A la intemperie tan slo

inmisericordes grados a la sombra. All,

con camisa blanca y panta-

aparecan unos rostros huesudos de

rasgos orientales. Fue entonces,

ln vaquero, nexs recibi Gregorio

vila como si hubiese estado

al ir alejndose ante la severa mirada

ele aquellos seres, cuando el

esperndonos toda la vida. Ya en su

casa, agradeciendo infinita-

testigo se percat ele q u e en el

fuselaje ele la nave haba un smbo-
rica de cabo a rabo durante aquel 1996.
Pero, a pesar de ser los pri-

meros en publicar la noticia y las

fotografas del lugar d o n d e per-

manecen an visibles varias huellas

circulares supuestamente

correspondientes al tren de aterrizaje de

aquel artefacto, nos queda-

mos con un regusto amargo.

J. J. Bentez. Dionisio vila e Iker

Jimnez en el lugar exacto que
ocupaban los tres

seres aparecidos en Los Villares.

lo grabado q u e alternaba crculos y
barras. Algo que nos dibuj pos-

teriormente en nuestros blocs de notas

como IOIOI.

Al iniciar la huida campo traviesa,

mientras miraba a aquellos

misteriosos individuos que permanecan

impertrritos frente al arte-

Una de las piedras de Los Villares

(Jan), que reproduce el smbolo
LOLOL.

facto, Dionisio vila not como si

extraas noces empezaran a
hablarme dentro de la cabeza. Acto
seguido, del OVNI surgieron

Lo cierto es que Dionisio no quera

ensearnos las piedras, y eso

una serie de haces de luz dirigidos al

testigo que espantado com-

nos provocaba un mar de dudas.

Sabamos que las tena en aquella

prueba cmo un lucerillo se convierte

en una piedra totalmente

casa, probablemente escondidas en

algn rincn ms que previsi-

esfrica que cae al suelo tras impactar

en su pecho. Detrs de sta

ble, pero no quisimos insistir ms y nos

conformamos con publi-

vendran otras dos. Al agacharse a

recogerlas, antes de salir corrien-

car un reportaje previo sobre el caso a

secas. El enigma de las pie-

do del lugar preso del pnico,

comprueba que en una de ellas apa-

dras decidimos postergarlo para

resolverlo en compaa de Juan

rece grabado el enigmtico signo IOIOI.

Jos Bentez, confiando plenamente en
su destreza y olfato perio-

dstico como si supisemos que algo

muy importante se esconda

detrs de aquella historia.

Una casualidad imposible

El porqu volvimos a querer que l

estuviese all, con nosotros,

es algo que an me parece confuso y al q

u e no doy todava una

A grandes rasgos, ste fue el incidente

acaecido en Los Villares
explicacin lgica. Pero as fue.

en la noche del 15 y maana del 16 de

julio de 1996 y del que infor-

A la llegada a Madrid nos recibieron

nuestro director, Eernando

mamos exhaustivamente en su da en la
revista Enigmas. Quiz el

Jimnez del Oso, y el periodista Julio

Csar Iglesias, alertados de lo

ms espectacular de la fiebre de ovnis

que invadi la pennsula Ib-

fundamental del suceso y dispuestos a

informar en primicia en el
programa que este ltimo diriga en las
tardes de Radio Nacional de

caba. Era en realidad otro anillo de las

mismas dimensiones pero

Espaa. A travs de esa emisora los

oyentes supieron por primera
de plata. . Y en su reverso la gran
sorpresa. Unos smbolos compues-

vez del Caso Villares, aunque partes

fundamentales de l las hubie-

tos de barras y crculos exactamente

iguales a los que Dionisio vio

semos invernado premeditadamente

en los ms oculto del archivo

en Jan con pocas horas de diferencia.

IOIOI. Efectivamente, ah

a la espera de nuevas investigaciones.

estaba la clave. Segn nos confes

Juanjo, estuvo a punto de salirse
Al regresara la redaccin, dispuestos a
ponernos manos a la obra

de la autopista cuando oy la voz de

Lorenzo detallando el barra,

con el reportaje, recibimos una nueva

llamada. La ms nerviosa y

circulo, barra, circulo, barra... Era

exactamente lo mismo que vena

emocionante de aquellas jornadas. Era,

cmo no, Juanjo Bentez,

grabado en el anillo milagrosamente

encontrado en el interior del mar!

que se adelantaba casualmente por

segundos al telefonazo que

nosotros le bamos a dar. Su mensaje,

tras hacer que le repitisemos

en diez ocasiones los smbolos que tena

el fuselaje del ovni (detalle

que se nos escap) en nuestra primera

conversacim y del que dimos

cuenta en el programa de Julio Csar),

fue claro y rotundo: Maana

mismo cambio todos mis planes y voy

para all. Quedamos en el

Meli Castilla de Madrid, tengo algo

muy importante que deciros.
Y no le faltaba razn. Juan Jos Bentez
se plante en dicho lugar

con puntualidad britnica acompaado

de su esposa, Blanca. Y ambos

nos contaron una de las historias ms

alucinantes y curiosas que

habamos odo nunca. Horas antes del

aterrizaje de Los Villares, nues-

tros dos contertulios se encontraban en

una ruta por Egipto, concre-

tamente en la costa del mar Rojo. Y all

Juanjo daba rienda suelta a

una de sus grandes pasiones ocultas: el

submarinismo. Segn nos

contaba absolutamente apasionado,

Blanca lo llam a gritos tras

El anillo encontrado por J.J. Bentez

en el Mar Rojo (foto J.J. Bentez).

hacerse una herida bastante profunda.

Con pena, y ya en el exterior,

comprob) q u e un anillo de oro de gran

valor sentimental se haba

Pero las casualidades no acababan ah.

J.J. Bentez nos afirm) sin

perdido en las aguas en ese intervalo en

que fue ayudado a salir has-
tapujos que en esa poca del viaje por
Egipto y el caso de Los Villares

ta la orilla. El desconsuelo de Blanca

fue tal que Juanjo, como quien

sufra una tremenda incertidumbre por

un caso muy especial al que

busca una aguja en el pajar ms grande

del mundo, intent) sumer-

estaba siguindole la pista desde haca

mucho tiempo. Y as, mien-

girse para otear el fondo marino con la

remotsima esperanza de

tras brindbamos los cuatro por el

inmediato viaje en busca de las

encontrarla preciada pieza. Tras varias

inmersiones se cercior) de lo

piedras de otro mundo, nos confes)

que esa misma noche del 16

lgico; era absolutamente imposible

encontrar aquel anillo entre las

de julio, momento de la filmacin y

visin por parte de varios veci-

arenas sumergidas. Al salir al exterior, y

muy cerca de la orilla, Ben-

nos del ovni de Los Villares l peda

de un m o d o muy particular al
tez not) que algo brillaba a varios
palmos de profundidad. Y as,

cielo de la tierra de los faraones una

prueba contundente que

albergando una ltima esperanza buce

hasta comprobar que un

demostrase la veracidad del suceso

extraordinario que persegua

anillo! pareca estar esperndolo

reposando en una pequea loma

con tanto ahnco.

submarina. Emocionado corri hasta el

lugar donde su esposa repo-
Lloras despus, bajo el sol abrasante de
la sierra de Jan, p u d e

saba, casi sin darse cuenta de que no se

trataba del objeto que bus-

ver con mis propios ojos las presuntas

piedras que el ovni y sus ocu-
pantes regalaron a Dionisio Axila. La
impresin fue tremenda. Juan

Jos no p u d o apenas sacar una

fotografa. Le temblaban las manos.

Comparamos sobre la mesa-camilla de

aquel jubilado el anillo de-

Blanca y las piedras y no pudimos llegar

a otra conclusin, el sm-

bolo grabado en ambos era exactamente

el mismo. Con las mismas

medidas, proporciones, separaciones...

Todo un enigma ante nuestros ojos. Un
misterio que , he de reco-

nocerlo, nos dej a los tres bastante

tocados. No era cuestin de creer

o no en los ovnis. El reto era analizar la

tan increble coincidencia en la

que todos habamos sido partcipes. Y

rodando por los caminos de

la Andaluca Oriental Lorenzo, Juanjo y

yo nos hicimos miles de pre-

guntas a las que nadie poda responder.

Y es que, si uno analiza este

suceso desde el momento en que realice

la primera llamada a Ben-

tez, no le queda ms remedio que pensar

que la graciosa y ocurren-

te casualidad estaba empeada en que

esa historia nos relacionara a

los tres de un m o d o indisoluble.

S UCESOS COMO LOS OCURRIDOS

en la calle Luna, 16, de Madrid, y

posteriormente en otras localidades

espaolas, demuestran

A este apasionante incidente Juan Jos

Bentez se refiri con pro-
a las claras lo peligrosa que p u e d e
resultar la obsesin extra-

fusin en su obra Ricky B, mostrando los

mil y un enigmas que lo

terrestre.

rodeaban. Algunos tan sugerentes como

el propio significado de los

Antes de que los grupos investigadores

se pusieran de moda, y

smbolos raya y punto en el cdigo

morse. Ambos son los nicos

de que la televisin y las ondas

hertzianas difundiesen a nivel popu-
q u e representan una letra por smbolo
de todo el alfabeto. Y juntos,

lar los entresijos del m u n d o del

misterio, existan ncleos de intere-

como estaban en el anillo y las piedras,

no tienen ms que un signi-

sados en estas temticas que, en la ms

pura clandestinidad, inten-

ficado: E.T.

taban saber algo de u n o s hermanos

del cosmos de los q u e estaban

Unas siglas que me hicieron esbozar una

tibia sonrisa, quin sabe
seguros reciban directas
comunicaciones. As fue la prehistoria
de

si para intentar ocultar un profundo

desasosiego. Habamos sido

un movimiento que ha degenerado en una

buena ristra ele aprove-

partcipes de algo que se escapaba al

mero periodismo, y, he de con-

chados, sinvergenzas y
chupacmaras profesionales.

fesarlo, aquello me asust. Como se

asusta un nio cuando se pier-
Antes de todo esto, al iniciarse la
dcada de los sesenta, los prime-

de por primera vez. Una sensacin de

vaco y de interrogantes que

ros interesados en el m u n d o de los

ovnis ya haban dado que hablar.

martillean mis sienes siempre que

recuerdo esta aventura todava

Y lo hicieron por una historia oscura y

amarga que durante dcadas

inconclusa. La misma que, quin sabe,

debieron vivir otros hace

se ha considerado el mayor tab ele la

ufologa patria. Algo intocable

m u c h o tiempo. Otros como Portles o

Sanmartn, que se enfrenta-

y que no mereca la pena remover. Y la

pregunta, al menos en mi caso,

ron sin quererlo a unos materiales

desconocidos en los que quiz se

surgi repentinamente: Por qu ese

mutismo? Qu ocurri en aque-

encuentre codificado un mensaje que

todava no p o d e m o s com-

llos aos de expectacin y desmedida fe

por los visitantes del univer-
prender... pero q u e est ah.

so?... con el tiempo, y con el lento

proceso de la investigacin que aho-

ra tienen ante ustedes, fui

respondindome a tantas interrogantes.

Durante muchos aos, nuestra peculiar

comunidad ufolgica

silenci, disimul o enmascar lo

sucedido en una vieja casa de
Madrid. Aterrada por las inmediatas
repercusiones que podan ori-

ginarse en la opinin publica al saberse

que destacados personajes

del llamado contactismo y diversos

investigadores del fenmeno

ovni, estaban involucrados en uno de los

ms horrendos crmenes

mltiples habidos en nuestro pas. Un

suceso luctuoso que cop las

portadas de todos los vespertinos

espaoles y sobre el que revolote

insistente la sombra de la duda. Ni la

polica ni los investigadores

privados llegaron jams a ninguna

conclusin. Aparentemente, un

loco homicida haba exterminado a su

familia una soleada maana

de primavera. Sin ms. Pero eso era tan

slo parte de la verdad,

lina verdad que, c o m o dira el clebre

agente televisivo Fox Mul-

der, estaba ah fuera, y sobre la que se

rumore durante demasiado

tiempo.
Sospechas de que determinados
mensajes haban provocado la

matanza, y la implicacin directa de u n

o de los ms importantes

investigadores ufolgicos de la poca,

daban otro cariz al asunto.

En el nmero 16 de

la calle Luna, en Madrid,

Pero, como tantas otras veces, nadie

estaba dispuesto a coger el toro

aconteci uno de

por los cuernos. Poda ensuciarse

demasiada gente.

los expedientes X ms

Fue en una agradable cena junto al

monasterio barcelons de

sangrientos e inexplicables.

Montserrat d o n d e se me encendi la
particular lucecilla de alarma

periodstica. Y he de confesar que fue el

querido amigo y director de

Destapar todo lo que de verdad sucedi

en torno a la espiral de

la revista Ms All, Javier Sierra, quien

solt unas frases demoledoras

sangre y locura generada en algunos

criptogrupos espaoles tras la

en aquella velada: Habra que

investigar toda la verdad en torno a

aparicin de determinados annimos

no era tarea fcil, pero el afn

los crmenes de la calle Luna, 16, y su

relacin con el contactismo.

periodstico y h u m a n o por saber que

ocurri en aquel viejo Madrid

Hay cosas que, simplemente, no

encajaban.
del desarrollismo p u d o , una vez ms,
con todo.

Como sabedor de que de un m o m e n t

o a otro me pondra como

Esta es la crnica de una increble

historia envuelta en sangre y

un galgo sobre la remota pista, Sierra

me sostuvo la mirada durante

pretendidas comunicaciones con los

hermanos csmicos, un refle-

unos segundos y cambi de tema. Pero

aquella breve historia, de la

jo vivo de lo que fueron los albores de

nuestro genuino y peculiar

que ya haba tenido referencias vagas y

sueltas, se qued grabada en

contactismo. Sin duda, nuestro ms triste

y crudo expediente X.

lo ms profundo de mi cerebro.

Cuando enfil las hemerotecas en busca

de la primera docu-

Madrid, diciembre de 1961:

mentacin veraz sobre el asunto,

comprob que lo que realmente no

encajaba eran los rumores que durante

aos se haban lanzado a los

El fro del recin iniciado invierno

serpentea por las estrechas

cuatro vientos. Todos los datos que se

indicaban como verdaderos

calles de la parte vieja de la ciudad. Las

luces multicolores y los ador-

eran una completa farsa, una

deformacin, quiz plenamente cons-

nos navideos de los comercios han ido

apagndose conforme ano-

ciente de lo que realmente ocurri. Y la

historia, la verdica, haca
checa. En una esquina, junto a un
colmado con las persianas a

enmudecer una vez ms a la

seudoficcin.

medio bajar, aguarda un hombre de pelo

cano y grueso abrigo gua-
recindose del viento que silba a lo
largo de la calle Lama. A la altu-

en 1908 este empleado de Telgrafos

fue una de las primeras per-

ra del nmero 16 el individuo se detiene

unos segundos y mira

sonas en interesarse por el enigma de

los platillos volantes. Esta afi-

hacia los balcones que adornan la

lachada. Un el tercer piso hay un

cin le vino a Sesma tras publicar una

serie de captulos abordando

cartel en el que se p u e d e leer

Sastrera Ruiz. Ya casi reina la
oscuri-

el novedoso enigma en el desaparecido

y muy popular por aquel

dad y el bullicio de la tarde ha d a d o

paso al completo silencio. Clon

entonces diario Madrid. Aquellas

breves crnicas, repletas de inge-

paso firme, el individuo se dirige hacia

el viejo portal. Parece dis-

nuidad y d o n d e se respetaba a
rajatabla el lema de creerse todo

puesto a llamar, pero algo le hace

detenerse. Un presentimiento, una

mientras no se demuestre lo contrario,

encandilaron a miles de lec-

intuicin... o quiz el miedo, obligan al

hombre del abrigo a huir

tores de la capital de Espaa. Lo inusual

de aquellos escritos, d o n d e

apresuradamente, confundindose con

las muchas sombras que ya

se hablaba sin tapujos de visitantes

extraterrestres y espectaculares

deambulan por el centro de la capital.

Mientras avanza por la acera
encuentros con ovnis, conformaron la
frmula maestra de la fulgu-

masculla algunas frases...

convencindose a s mismo de que
jams

rante popularidad que Sesma adquirira

en aquellos meses. El xito

volver a intentarlo.

de estos artculos, difundidos al tiempo

que los primeros satlites

artificiales merodeaban por el espacio,

hizo que aluviones de cartas

dirigidas al profesor Sesma, que as

se hizo llamar a partir de enton-

ces motivado quiz por una nada

disimulada vanidad, inundaran

diariamente la redaccin del peridico.

Y fue precisamente a raz de

establecer algunos contactos con

remitentes q u e confesaban tener

las mismas inquietudes csmicas, c u

a n d o Sesma decidi fundar

la Sociedad de Amigos del Espacio

BURU, una asociacin de suje-

tos con pensamiento h e t e r o d o x o q

u e se reunan en los stanos
del Caf Lin para e m b e b e r s e con
las noticias sobre los platos vo-

ladores.

Las hiptesis ms arriesgadas afloraban

en aquel grupo de ini-

ciados entre los que se contaban

personalidades como las de los dra-

maturgos Alfonso Paso y Buero Vallejo.

En ese ambiente crptico y

clandestino, digno de las reboticas de

posguerra, se lean todos los

martes y jueves algunas de las cartas que

Sesma reciba de los miles
de lectores que seguan sus secciones en
la prensa.

El clima que all se gener constituy un

p e q u e o b a o de

El sastre Ruiz en una de

las ltimas fotos que se le

masas para nuestro profesor, que

extasiado comenzaba a pulir su

realizaron. Apareca con

particular doctrina sobre los

extraterrestres. El resto de los partici-

gesto atormentado.
pantes de aquellas curiosas tertulias
eran simplemente comparsas al

son de lo que dictaba un autoritario, b o

n d a d o s o y peculiar lder.

Pero aquellas felices jornadas

cambiaron la tarde en que Sesma

recibira en su domicilio una misiva que

le produjo cierto desasosie-

El misterioso personaje del abrigo no

era otro que Fernando Ses-

go y que no quiso leer ante sus

seguidores. No era normal que a su

ma Manzano, el padre del contactismo

espaol. Nacido en Ceuta

propia casa llegasen cartas. Algo lo

escamaba.

Concretamente, el 4 de septiembre de
1961, haba aparecido en su
Aquella casualidad le espant en un
primer momento, pero final-

buzn un sobre en cuyo remite se pocha

leer "E. Sesma. C/ Luna, 16".

mente opt por llevarse la carta y

estudiarla a fondo en su domicilio,

En su interior haba una tira de papel

con un enigmtico mensaje en

convencido de que aquello poda ser el

simblico mensaje de bien-

letra de imprenta:

venida de otras civilizaciones

extraterrenas. As, esa misma y tibia
tarde de otoo, comenz una obsesin
que jams decrecera con

Rompe polo inferior cascarn..

respecto a los extraos envos de Luna,

16. Envos que con tenebro-

saca cabeza conoce luz.

sa insistencia se sucedieron hasta bien

entrado el mes de noviembre.

cuerpo limitado por un tiempo ms.

En tocios ellos se translucan claras

alusiones a la muerte y el sui-

(sin) BAB
cidio. Frases como Caos psquico
reciente, Seguir caos conducta

cdeme cabeza te llevar oasis

y cuerpo. El plomo avanza,

Angeles de las tinieblas harn retro-

slo te quedar eso

ceder cabeza. Fuego del dolor purifica,

No lo abandonis (el cuer-

eso es todo.

po) lo recuperaremos generaron cierta

inquietud en el atormentado

receptor, que barajaba varias hiptesis

para solucionar el enigma.

Aquel cdeme cabeza fue motivo

suficiente para que Sesma

O eran extraterrestres hacindole llegar

mensajes de contenido sin-

rompiese el papel en un acto nervioso e

instintivo y lo hiciese desa-

crtico y de gran importancia para su

bsqueda personal, o algo esta-

parecer por el retrete. Pero aquella carta

pareca tener vida propia y

ba ocurriendo precisamente en Luna, 16.

Quiz, pens, alguien en
tremenda malicia. Al parecer, y segn
confes en uno de sus libros,

ese lugar estaba recibiendo las misivas

y haciendo al mismo tiempo

al dar un paseo por la Casa de Campo,

unas horas despus de la

de segundo correo para darle a conocer

el asunto al propio Sesma.

recepcin de la epstola, se encontr de

m o d o inexplicable con los

Todo era en aquel momento un laberinto

lleno de incgnitas que

dos trozos de la misteriosa carta en un

camino vecinal. Lo ms incre-

haca fabular al atribulado profesor

con las ms increbles teoras.

ble es que los hmedos pedazos de

papel se haban vuelto a unir

Sea como fuere, lo cierto es que poco a

poco los envos de Luna, 16,

por arte de magia y aparecan

desafiantes ante el asustado Sesma,

fueron hacindose ms espaciados en el

tiempo hasta casi desapare-

reflejando la luz del da su siniestro

mensaje.
cer. Pero la intriga de Sesma no se
mitig un pice. Qu ocurra en Luna,

16?, se preguntaba noche tras noche... e

insomnio tras insomnio.

La intentona que anteriormente he

dramatizado de llegar hasta el

portal, casi en las Navidades de 1961,

no cuaj. Algo instintivo y que

jams supo definir le hizo alejarse del

lugar como alma q u e lleva el

diablo el mismo da q u e decidi

enfrentarse al enigma plantndose

en la estrecha calle de Luna. Pero el

miedo ms profundo, descono-

cido e irracional, le p u d o en esta

ocasin. Y all mismo jur que no

habra ms envites para desfacer el

entuerto que se ocultaba en aquel

sombro portal, perdido en un barrio

degradado y gris. As se lo con-

fes a dos estudiosos, Vctor Zalbidea y

Jos Lizar, que plasmaron

estas importantes declaraciones en un

grueso e importante informe *

publicado en la recta final de la

existencia de Fernando Sesma.
El primer mensaje recibido por Sesma
con remite Luna. 16.

* V. Zalbidea y J. Lizar: Anlisis de un

contacto, Tropos, 1975.

Tras u n p e r i o d o d e relativa
tranquilidad, y d e s p u s del r e g r e s
ode

Segn declararon a los medios de

comunicacin algunos veci-

un viaje a Alemania, nuestro

protagonista a r i b e una nueva y breve

nos: ltimamente el seor Ruiz se

haba transformado. Algo le esta-

misiva con el misterioso remite. Con las

manos temblorosas rasga el

ba pasando. Pasaba mucho tiempo solo

y se volva histrico e iras-

p e q u e o sobre y extrae una tirilla de

papel donde se p u e d e leer:

cible. Estaba cambiando... Y eso

extra, ya que el sastre era persona

Enhorabuena, enhorabuena,
enhorabuena. Sin ms.

equilibrada que reparta el da entre su

negocio y su hogar. Nada
Con el nerviosismo galopando en las
venas tras comprobar que

haca presagiar el espantoso crimen que

se producira en esa misma

los misteriosos mensajeros se ponan de

nuevo en contacto, se acer-

casa al llegar el primero de mayo de

1962.

ca a una taberna del barrio de Chamber

y pide al camarero el dia-

A las 8:15 de la maana, el seor Ruiz

envi a la criada, Juana

rio. As, esa misma y nublada maana se

desayuna con la espantosa

Garca, a por unas medicinas y cpsulas

a la farmacia del barrio. El

noticia que aquella jornada llenaba las

portadas de los peridicos.

ser da festivo oblig a la muchacha a

regresar sin el pedido y a

Algo que le dejar petrificado, con el

alma atenazada por el pnico.

toparse con la mirada desencajada del

sastre. Tras intercambiar algu-

Un suceso q u e le encogi el alma y que

hbilmente silenci en todos
nas palabras, Ruiz Martnez logr
disuadir a Juana para que abando-

los libros que posteriormente escribi

sobre sus supuestas expe-

nase el piso. As, siendo l el nico en

pie de la familia, comenz por

riencias de contacto con seres del

cosmos. Un incidente macabro

matar a martillazos a su esposa, Dolores

Bermdez, que reposaba en

que se convirti en la bestia negra y

particular calvario de Fernando

la alcoba. Sigiloso, deslizndose como

una sombra, penetr en la

Sesma Manzano. Un molesto tab que ha

ensombrecido durante

cocina de d o n d e descolg un viejo e

imponente cuchillo. Con su

aos la primigenia historia del

contactismo espaol... y que ya era

empuadura de madera entre las manos

continu una delirante pro-

hora de sacar a la luz. Era mayo de

1962.

cesin con el objetivo de acabar con la

vida de sus cinco hijos: Mari
Loli, de 14 aos; Adela, de 12; Jos
Mara, de 10; Juan Carlos, de 5, y

Susana, de apenas 18 meses,

sucumbieron ante la vorgine asesina

de su enloquecido progenitor, que los

sorprendi por la espalda sin

hacer apenas mido alguno.

Acto seguido, siendo las nueve en punto

de la maana, se pre-

Jos Mara Ruiz Martnez, propietario

de la sastrera que ocupaba

sentaba en el balcn del edificio con el

cadver ensangrentado de
gran parte de la finca de Luna, 16, era un
marido y padre ejemplar,

u n o de sus retoos en los brazos. En la

calle un gento expectante y

un hombre afable y querido en la

vecindad. Su negocio, con los lgi-

miembros de la Polica Armada

obligaban al vecindario a desalojar

cos vaivenes, le proporcionaba una vida

sin apreturas. El segundo y

la zona. El criminal llevaba en su mano

izquierda una pistola del cali-

tercer pisos del edificio estaban

alquilados por el seor Ruiz, que

bre 6,35. Tras ponrsela en la sien, grit

varias veces, mirando hacia

contaba entre su clientela a parte de los

empleados de RENFE en la

arriba, algo que nadie logr

comprender: Tena que hacerlo hoy,

estacin de Atocha. En los bajos y

primera planta se ubicaba Casa

tena que hacerlo hoy, hoy era el da...

los quera a todos, pero he

Pascual, un restaurante de los llamados

econmicos que se divida
tenido que matarlos.

en comedor y chacinera. Al llegar la

noche nadie habitaba el lugar,

Instantes despus, el sastre Ruiz

penetraba de nuevo en la penum-

e x c e p t o Juana Ros Romn, la

anciana portera q u e resida en el

bra del dormitorio. De nada sirvi que

la portera y un sacerdote lle-

tico.

garan al otro lado de la puerta, a travs

de la cual mantuvieron una
Casi en la prolongacin de esta esquina
de la calle Luna parta la

espeluznante conversacin con el

enajenado padre de familia:

calle de Antonio Grilo. En el nmero 3

viva el sastre con su nume-

Qu ha pasado? pregunt la
anciana portera.

rosa familia.

Los he matado a todosrespondi

Ruiz entre llantos.
 Abra, a lo mejor pueden salvarse!
replicaron al unsono la

portera y el sacerdote.

Nadie puede salvarlos. Me tienen

que confesar. Despus debo

matarme yo tambin.

Dme la pistola! interrumpi el

clrigo.

No. Slo confiseme..., tengo que

matarme, debo matarme...

lisos canallas!

Entonces, si deseas quedar libre de

pecado, tienes que arre-

pentirte y darme esa pistola... vamos...

dmela.

Nopuedo entregrsela... es una

orden... tengo que matarme!

A las 9:11 horas se escuchaba una

detonacin en el interior del

inmueble. La polica violentaba la

puerta principal y se topaba de

bruces con el dantesco espectculo de

los seis cadveres y el cuerpo

moribundo del sastre. ste se haba

levantado la tapa de los sesos...
pero an respiraba arrtmicamente.

A los pocos minutos falleca al ser

trasladado en una vieja ambu-

As escenific el semanario

lancia que a toda prisa enfilaba la calle

Luna haciendo sonar la estri-

El Caso el Inste suceso de

dente sirena, mientras el vecindario en

pleno comentaba la tragedia

Luna, 16.

en las aceras. Todo el pas se

estremeci con la noticia. Los peridi-
cos vespertinos como Informaciones y
los semanarios de sucesos

Curiosamente, este recinto, ideado como

va de escape y relax,

como El Caso hicieron ediciones

especiales ante lo que ya conside-

se transform, segn se declar a la

prensa, en un motivo de conti-

raban como uno de los ms misteriosos

sucesos de la historia del

n u o desasosiego para la familia. Las

obras iban ms lentas de lo que

crimen espaol. Y eso, aado yo, que

no tenan remota idea de los

el d u e o deseaba, hasta el punto de

producirle verdaderos quebra-

curiosos annimos que algn siniestro

personaje (de aqu o de all)

deros de cabeza. Incluso los obreros que

trabajaban en aquella cons-

estaba distribuyendo sabiamente entre

algunos elegidos.

truccin decidieron, a finales de

diciembre, abandonar al angustia-

A lo largo de toda la semana apenas se

habl de otra cosa. Nadie
do patrn. As pues, Los Luceros se
haba convertido para el sastre

lograba explicarse el porqu de tan

macabro crimen. La polica y los

criminal en una especie de sueo

inconcluso. En algo que, a pesar

periodistas fueron, con el paso de los

das, interrogando a todas las

de todo y de todos, tena q u e alzar en

un tiempo rcord. El porqu

personas que conocan estrechamente al

sastre... pero no se logr

de esa inslita premura lo mantuvo en

secreto hasta que una solea-

dar con la menor pista. Las primeras

pesquisas se centraron en des-

da maana de primavera decidi acabar

con los suyos. Nadie lleg

cubrir las posibles mafias con las que

el sastre pudiese estar sujeto

a comprender jams aquella repentina

obsesin. Pareca otra orden

por deudas. Pero esa va q u e d en

punto muerto dada la excelente

que alguien le hubiese dictado. Al

parecer, a raz de emprender el
marcha del negocio.

ambicioso proyecto, se haba vuelto

furioso, inestable... como preso

El establecimiento iba viento en popa,

no haba conflictos fami-

de una gran y constante angustia. Y este

cambio de carcter progre-

liares ni econmicos y fiel muestra de

ello era la finca Los Luceros

sivo no paso desapercibido por un

vecindario extraado q u e denun-

que el seor Ruiz comenz a edificar

con sus magros ahorros en la
ci a los medios que desde finales del
verano de 1961 algo le esta-

localidad serrana de Villalba.

ba ocurriendo al inestable sastre.

Estara d a n d o comienzo el caos
psquico creciente del que por

aquellas mismas fechas estaba siendo

informado Fernando Sesma

Manzano? Era acaso el preludio de lo

que ocurrira semanas des-

pus?...

Lo cierto es que ni la polica ni los

peridicos se fijaron en el pro-

fesor Sesma, una pieza clave en todo el

entramado y con cuya ayuda

quiz se hubiesen podido establecer

nuevas vas de investigacin.
Pero Sesma call. Todo aquello le
estremeca lo suficiente como para

desterrar la hiptesis de la espantosa

casualidad. Era consciente de

q u e los mensajes que haban ido

llegando a su buzn describan esce-

nas macabramente premonitorias... como

si hubiesen sido escritas por

un ente todopoderoso que fuese capaz de

realizar la crnica de un cri-

men anunciado. La frase el plomo

avanza rpidamente la relacion

con el suicidio, a base de un balazo en

el crneo, del atormentado Sas-

tre Ruiz. Aquello fue demasiado para un

Sesma que haba comenza-

Fernando Sesma, promotor

do a notar bruscos cambios en su

interior. l mismo, segn confes

del contactismo espaol,

aos despus, se notaba diferente,

cambiado. Quiz ante el temor de

estuvo implicado en

que algo escapara a su control decidi,

una tarde del mismo mes de
la oscura trama de los

"mensajes asesinos"..

mayo de 1962, quemar la mayor parte de

los mensajes de la calle

Luna. Junto a las cocinas, en un cubculo

hmedo y oscuro, amonto-

n los papeles malditos y los roci

con alcohol. La pira, como radi-

Sobre el papel este fue el fin de aquella

historia esperpntica y

cal medio para olvidar todo de una vez,

ardi en uno de los patios
delirante. Durante aos se mantuvo la
hiptesis de que algn bro-

interiores del Caf Lin. Presente en

aquella escena estaba una mujer

mista cercano al crculo del psiclogo

industrial Jos Luis Jordn

que no comprenda la ira de Sesma. Era

Hilde Menzel, una afable

Pea, representante del sector crtico

q u e se reuna en las tertulias

mujer que hizo de secretaria durante

aos de la Sociedad de Amigos

del rancio caf madrileo, hubiese

realizado toda la trama para ame-

de los Visitantes del Espacio BURLJ.

Ella tambin recordaba cmo Ses-

drentar y ridiculizar a Sesma. Entre

otros, el antroplogo social Igna-

ma agri su carcter durante aquella

etapa. Segn muchos de sus

cio Cabria afirm en su da que varios

desaprensivos pudieron rea-

seguidores haba cambiado

radicalmente, volvindose ms
reservado

lizar las macabras cartas tras conocer la

matanza. Sera, segn Cabria,

y arisco. Justamente como si el caos

psquico creciente anunciado en

el inicio de una broma demasiado

pesada que continuara con los

los mensajes de Luna, 16, le estuviesen

afectando demasiado.

mensajes del extraterrestre procedentes

del planeta Auco llamado

Tras la quema de los mensajes, y por

deseo expreso de Sesma,

Saliano, y los clebres ummitas con su

m u n d o tecnificado y aspti-
se dej de hablar de aquel asunto trgico
en las reuniones del Lin.

co. Mensajes que convirtieron durante

toda una dcada al stano del

El veto impuesto por el lder y el

tiempo, que trajo consigo nuevos

Lin en un autntico caf de los

prodigios.

mensajes de presuntos y extravagantes

extraterrestres, encerraron en

Las hiptesis de Cabria seran vlidas si

el crimen hubiese sido

el cajn del olvido aquellas epstolas

manchadas de sangre. A pesar

posterior a las cartas, y as pensaron

hasta el momento de la presen-

de todo, el drama personal y la obsesin

con el significado de estas

te investigacin la mayora de
estudiosos. Pero lo cierto e innegable

cartas le acompaaron hasta su ltimo

da.

es que stas fueron llegando a Sesma

con ocho meses de antelacin.
Doscientos cuarenta das antes de que se
produjese la extraa masa-

todos aquellos que tuvieran contacto con

el misterioso remite de

cre alguien ya enviaba las cartas con

el remite de Luna, 16. Por otro

Luna, 16 quedaran malditos por algo o

alguien que jamas dio la cara.

lado, todos los posteriores y

extravagantes contactos que se servan

Acontecimientos posteriores que

envolvieron las reuniones del

del medio epistolar para llegar a este

crculo de iniciados tuvieron un

Cal Lin parecen continuar que lo que

se coca entre aquellas cua-

final concreto. En el casodle los

ummitas, unos seres que decan pro-

tro paredes era, efectivamente, algo ms

que una simple reunin de

ceder de un astro situado a 14,6 aos luz

de la Tierra y que durante

crdulos y contactados. El reguero de

sangre y delirio csmico con-

muchos aos trajeron en jaque a la

polica y servicios de inteligen-
tinu como una trampa mortal a la que
ya no se poda poner fin.

cia, Jos Luis Jordn Pea confes

haber elaborado una longeva tra-

ma para observar la conducta y

credulidad de los grupos fanatizados

por estos temas, y con Saliano, un

grotesco personaje q u e se auto-

denominaba extraterrestre a travs de

breves notas, otras tres perso-

nas, entre ellas un astrlogo y un pintor

asitico, declararon haber

Jos Flix Rodrguez Montero naci en

Aguadulce (Sevilla) el 21

gastado una monumental broma a Sesma,

recreando incluso fen-

de febrero de 1925. A principios de

1946 se traslad a Tarrasa (Bar-

menos paranormales en el interior del

stano donde se reunan...

celona) para trabajar como pesador en

una empresa textil. Su vida

Todos henchan su pecho al haber

engaado al crdulo profe-

transcurra montona hasta que, a

principios de los aos sesenta, se
sor..., sin embargo, nadie alz jams la
voz en torno a las cartas de

t o p de bruces con el fascinante, y por

aquel entonces incipiente,

la calle Luna. Nadie se hizo responsable

de lo que pareca otra bur-

enigma ovni. Quiz fuese exagerada la

descripcin que de l hizo el

da broma. Una broma que result mortal

como el cuchillo de doble

cronista de sucesos del Noticiero

Universal en su edicin del 22 de

filo y que todos decidieron obviar. La

ttrica historia quemaba en las

junio de 1972 al afirmar que: Era una

especie de don Quijote del

manos.

espacio, que en lugar de libros de

caballeras lea textos de astrona-

Han pasado 35 aos y se han

amontonado las preguntas respec-

ves y extraterrestres, hasta llegar a la

aventura en la que su molino

to a un tab ufolgico al que nadie ha

querido acercarse. Qu haba
fue un tren, pero lo cierto es que alguna
anomala inexplicable

ocurrido realmente? Se haba puesto en

marcha un experimento de

debi ocurrir en la mente de este obrero

para que convenciese al

control mental con algunos sujetos como

el malogrado sastre Ruiz?

joven Juan Tur para viajar hasta el

planeta Jpiter. Tur, de 22 aos

Alguien estaba calibrando las

reacciones de dos personas sometidas

de edad y natural de Tarrasa, fue un

activo investigador en grupos

a los annimos de otro mundo? Fue

todo ideado por un grupo o

como el CEI (Centro de Estudios

Interplaneterios) que haba cono-

sociedad secreta contraria a los grupos

de crdulos q u e se expan-

cido a Jos Flix haca apenas un mes

mediante un anuncio de pren-

dan hace tres dcadas en nuestro pas?

Hubo ms vctimas de los

sa publicado en la revista Algo en mayo

de 1972. Su inters por los
mensajes asesinos? Se esperaba la fatal
reaccin en los cobayas

ovnis, como el de tantos miles de

personas, se convirti en una

humanos asediados por las enigmticas

cartas? Quin haba sido el

desenfrenada pasin a raz de la oleada

de avistamientos que sufri

culpable? Acaso los extraterrestres

estaban haciendo pruebas psico-

todo nuestro pas en el verano de 1968.

Nadie sabe a ciencia cierta

lgicas a cobayas humanos de la

capital? O quiz algn servicio de

cundo su pasatiempo se convirti en fe

o en delirio, pero lo cierto

inteligencia realiz experimentos que se

fueron de la mano y de la

es que apenas un mes despus de

estrecharse la mano por primera

legalidad?...

vez ambos aparecieron decapitados en

el kilmetro 335,950 de la va

Las respuestas nunca han llegado y

probablemente no lo hagan
frrea que une Mas Cornet y Torre
Alavedra, a pocos metros del des-

jams. De lo q u e estamos seguros es de

que las dramticas secuelas

tartalado apeadero de Torrebonica. Fue

un suceso sonado q u e vol-

de esos mismos annimos continuaron

producindose. Como si

vi a llenar portadas de los peridicos

como diez aos antes haba
ocurrido con el crimen mltiple de la
calle Luna. Nadie saba, por

prest atencin cuando stos se

acercaron hablndole de su prxi-

aquel entonces, que quiz las dos

tragedias tuviesen ms de un nexo

ma misin horas antes de la Hora H,

estuvo a punto de acabar con

en comn.

su vida v fue recluido en un psiquitrico.

Y no era para menos. La

Los dos cuerpos, segn rezan los

informes policiales, fueron
frialdad de los dos amigos de Tarrasa q
u e d patente en este ltimo

encontrados a las 5:30 horas del martes

20 de junio de 1972 con la

y dramtico comunicado con el que

queran hacer saber a sus alle-

cabeza separada del cuerpo, sesgada por

las metlicas ruedas del

gados lo inminente de su decisin.

Gracias al veterano investigador

tren. Haban decidido dejar esta triste

existencia y viajar en el ter

Ignacio Darnaude Rojas Marcos,

autntico archivero mayor de los

hasta un mundo anhelado y lejano,

dejando para ello su cuerpo fsi-

misterios ufolgicos espaoles, y al

querido colega Javier Sierra, tuve

co en este valle de lgrimas. Su vida era

el peaje que demandaron

acceso a estas ltimas comunicaciones

de los suicidas. LJna de ellas

insistentemente los amigos csmicos.

Como tarjeta de despedida

me impresion sobremanera. Era la

escrita el da anterior a su viaje
apareci una hoja manuscrita con la
frase los extraterrestres nos llaman,

csmico, y en ella se deca, entre otras

cosas, lo siguiente:

pertenecemos al infinito, que alguien,

quiz un grupo de seguidores

presentes en la dantesca escena,

colocaron encima de uno de los

Amigos:

cuerpos.

El mazazo que provoc la dramtica

noticia estuvo a punto de
Al recibir esta carta, seguramente que
por algn medio de

hacer desaparecer la ufologa hispana.

Divulgadores como Marius

informacin sabris que estamos con

Ellos, pues nos han lla-

Lleguet, que recibi una carta postuma

de los suicidas y que no les

mado, ya que nuestra MUTACIN ES

TOTAL y nos encontra-

mos en la Tierra como dos seres

extraos.

Nos dirigimos al centro galctico. En

nuestra biblioteca

existen una serie de libros de literatura

Ksmica que os cede-

mos con el mayor placer, a fin de que

estudiis e investiguis

al mximo y quin sabe? si algn da

tambin os llamaremos.

Un saludo Ksmico.

Con la misteriosa rbrica W.K.T.S. los

dos uflogos estampaban

su conformidad para trasladarse a otro

plano. Y as lo hicieron, arro-
jando sus cuerpos a los fros rales,
esperando con la mirada puesta

en Jpiter a que el convoy les arrancase

la vida.

El mazazo brutal impact de lleno en

una comunidad ufolgica

no acostumbrada a la barbarie. Durante

meses, los estudiosos del pas

se cartearon preguntndose si mereca la

pena seguir adelante en la

divulgacin de los enigmas del espaci

ante sucesos tan tristes como

el de Tarrasa. El sentimiento de
culpabilidad entre los que informa-

El doble suicidio de Tarrasa

provoc un escalofro

ban sobre los ovnis produjo una de las

mayores escisiones en la his-

generalizado en todo el pas.

toria de la investigacin espaola. A

partir de este instante no seran

Era el primero de esas

pocos los que arremetiesen duramente

contra el fenmeno, conven-
caractersticas ocurrido

en Espaa.

cidos del peligro que ocultaba la pasin

por lo extraterrestre.

En los gruesos informes sobre el caso

Tarrasa haba importanles

Jos Flix y Juan Tur, los suicidas de

Tarrasa, protagonistas del

puntos de unin con el enigma de Luna,

16. Claves que fui poco a

otro gran tab de la ufologa espaola,

se expresaban del siguiente

p o c o desgranando sin disimular mi

asombro ante lo que pareca una

m o d o para explicar lo q u e estaba

aconteciendo en su interior:

espiral de locura y muerte con los ovnis

como teln de fondo.

El muante es regado con el polen

csmico. Ya no es un

hombre como los dems. Sentir en s

los efectos csmicos (...).

Jams podr ya volver atrs. La

mutacin puede originarse
lentamente, o, por el contrario, de
manera BRUSCA Y ESPON-

Jos Flix Rodrguez se hizo evangelista

a su llegada a Tarrasa.

TNEA. Ms espontnea an si el
muante topa con seres de

Era una forma de canalizar unas

inquietudes espirituales absoluta-

estados superiores.

mente inusuales que pronto le

reclamaron un nuevo rumbo en la

bsqueda interior. As, peregrinando en

busca de la verdad, el sevi-
Esa mutacin brusca la sufrieron en sus
carnes. As se lo confe-

llano lleg hasta el fantstico m u n d o

de los platillos volantes a tra-

saron a un grupo de estudiosos

zaragozanos abanderado por las

vs, precisamente, del grupo UMMO de

Madrid. El mismo que en su

siglas SEPIC, dos de cuyos miembros

decidieron intentar poner fin a

da recibi los mensajes de Luna, 16 y

otros delirantes contactos. De

sus vidas lanzndose al vaci por un

patio interior tras conocer lo

las supuestas enseanzas que llegaban

semanalmente a aquel caf,

ocurrido con Tur y Montero. Era un

acto programado? Cuntas

entremezcladas con annimos, mensajes

de extraas entidades y

personas podran estar involucradas en

esta inmolacin por los

algn que otro sobre con remite Luna, 16

bebi insaciable Jos Flix

extraterrestres? Y cuntas se echaron

atrs?...
Rodrguez, q u e ya era conocido en
estos crculos de iniciados como

Segn parece, el caos psquico por el q

u e pas el sastre Ruiz diez

El Venusino.

aos antes haba llegado a su apogeo.

Quiz por esa alteracin ines-

Tras aos de concienzudo estudio lleg

a algunas conclusiones

perada en la conducta y pensamiento,

Jos Flix fue llevado casi en

sorprendentes que slo se traslucen en

las cartas privadas que
volandas al psiquiatra en varias
ocasiones por su asustada esposa,

envi a algunos allegados y estudiosos

del tema. Eran teoras que

Antonia Aroca. Ella saba que a su

marido le estaba ocurriendo algo

presagiaban un trgico desenlace. Algo

semejante a lo ocurrido en

en el cerebro, pero no p u d o llegar a

encontrar el remedio. La va

el caso del Sastre Ruiz y Fernando

Sesma, incluso aderezado con las

frrea a su paso por Torrebonica fue el

pasaporte csmico q u e utili-

mismas sentencias y aseveraciones. Una

filosofa mortal extrada de

z en su despedida. Con l se llev a

otro inocente al que haba con-

muchos de aquellos mensajes

supuestamente extraterrestres que lo

vencido con los postulados de una nueva

filosofa mstica-extraterres-

convencieron para continuar en solitario

su desesperado trnsito

tre, construida a travs de las

enseanzas aprendidas en las entraas
csmico.

del viejo Madrid, lugar simblico en el

que un grupo iniciatico comen-

Cuando tuve privilegiado acceso a esas

cartas personales, com-

z su aventura recibiendo extraos

annimos. A b u e n seguro, y as

prob que El Venusino y su

infortunado compaero utilizaban una

lo afirman diversos investigadores, que

tambin Jos Flix, el Venu-

dialctica que encajaba perfectamente

con las reacciones q u e se
sino, recibi, ley o se entusiasm) con
alguno de ellos. Ese p u d o

produjeron en las vctimas del caso

Luna, 16. El caos psquico, la

ser el germen que inici su loca carrera

por zafarse de la vida hasta

mutacin brusca y total del pensamiento

aparecan tambin en estos

que cedi su cabeza con la promesa

del oasis extraterrestre, tal y

escritos elaborados una dcada despus

de los sucesos del centro de

como sentenciaban los annimos de la

calle Luna. Y quiz tambin

Madrid, ya no como amenaza, sino como

medio de aproximarse a la

p u d o ser ese el eje, hecho papel, de

una srdida trama de manipu-

nica verdad.

lacin mental con oscuros objetivos que

se inici en nuestro pas a
principios de la dcada de los sesenta y
que se ha querido silenciar

durante los ltimos 35 aos.

La muerte de otros inocentes, como Juan

Jos Vargas, de 18 aos,

y Francisco Saureo, de 16, encontrados

muertos el 2 de abril de 1978

en la va frrea de Lrida, en posicin

idntica a la de los suicidas de

Tarrasa, fue otra de las piezas de un

puzzle catico pero comn.

Ellos quisieron imitar a sus dolos y no

tuvieron reparos en posar sus
nucas a la espera del prximo tren hacia
Jpiter. As, la densa tela de

araa iniciada con los enigmticos

annimos de Luna, 16, se acab

convirtiendo en un xodo mortal hacia

otros mundos.

Lejos de saber quin plante este juego

macabro, la nica certe-

za que poseo es que esta espiral

delirante, sedienta de sangre y fe,

an no ha finalizado.

Como enfermos de un virus fantico y

letal, son muchos los con-
tactados espaoles que estn esperando
el momento para alejarse

de un m u n d o en el q u e se sienten
naufragar. Tristemente, y no hace

falta ser vidente para indicarlo, en el

prximo fin de milenio p u e d e

estar oculta la ansiada hora H.

Ellos, elegidos para unos pocos y locos

para la mayora, conti-

nan en la sombra esperando la ansiada

seal para partir hacia otro

m u n d o mejor.
E XISTEN PERSONAS QUE UN MAL
DA nos dejaron de un modo abso-

lutamente inexplicable. Desaparecieron,

en ocasiones ante

testigos, como si hubieran sido

aspirados por el aire. Desde

1880, en Estados Unidos, se tiene

constancia policial de este tipo de

hechos que nos hacen pensar en espacios

interdimensionales y otras

arriesgadas teoras.

En Espaa existen algunos expedientes

X que refrendan este
tipo de inslitos sucesos. No son
muchos, p e r o s lo suficientemen-

te documentados e impresionantes como

para referirse a ellos en

esta obra. En cuanto a desapariciones, a

esas personas que se esfu-

maron repentinamente y de las que nada

se ha vuelto a saber, exis-

ten dos casos que, con diferencia, estn

considerados entre los ms

extraos de la casustica policial

mundial. Uno es el del accidente del

puerto de Somosierra (Madrid), en el

que el nio Juan Pedro Martnez

Gmez, natural de Los Cnovas

(Murcia), desapareci sin dejar ras-

tro. Las caractersticas del incidente

hicieron pensar en mil y una

posibilidades que, con el paso del

tiempo, fueron diluyndose. Hoy,

transcurridos doce aos, nada sabemos

ni p o d e m o s decir en torno

al muchacho que, ante testigos, se

volatiliz en el interior de una

cabina de camin. No se encontr un

solo rastro orgnico, ni una
sola huella de una presumible huida... ni
un dato de un nio de

nueve aos absorbido por la nada en

un accidente mltiple con

casi quince personas involucradas.

Poco despus de este suceso, David

Guerrero Guevara, El Nio

Pintor de Mlaga prolongaba la triste

secuencia desapareciendo sbi-

tamente en una parada de autobs.

Algunos de los all presentes con-

firmaron que David se esfum en un

abrir y cernir de ojos. Dos suce-
sos en los que intervinieron jueces,
policas, el Ejrcito, investigadores

privados, cientficos... y cuyo nico

veredicto es uno: absolutamente

inexplicable.
La misma etiqueta no desentonara con
el llamado expediente

del joven que no existe. Un caso

nico en el m u n d o y que tuvo

como marco la solitaria va frrea a su

paso por la barriada santia-

guesa de Boisaca. Un misterioso ser, de

gran crneo y caractersticas

fsicas anmalas, apareci en actitud

extraa caminando por los ra-

les y sin reparar en el convoy de Renfe

que lo arroll. A raz de la

recogida del cadver comenz un

rosario de misterios e incon-

gruencias que hacen de este un caso

apasionante y un verdadero

desafo para la Polica Cientfica de

nuestro pas. No existe un docu-

Diputacin Provincial de la
Comunidad de Madrid,

mento, una huella ni un indicio sobre la

identidad de ese individuo.

26 de noviembre de 1996, 13:05 horas

Nadie lo ha reclamado en diez aos.

Nadie sabe cmo apareci ni
de d n d e vino. Ni tampoco se
explican jueces y policas la aparicin

de unos extraos smbolos en el lugar

mismo donde fue arrollado.

N O OLVIDAR JAMS aquellos ojos.

En el inmenso despacho se

hizo un silencio denso y violento cuando

Rafael Noja, jefe de

Es el nico caso de estas caractersticas

en la polica europea. Otra

Proteccin Civil de la Comunidad de

Madrid en las ltimas

serie de misterios y el secretismo en

torno al paradero actual de ese

dos dcadas, clav la mirada en la

fotografa que extend sobre la

cadver, del que el autor consigui en

exclusiva las impresionantes

mesa de caoba.

imgenes, hacen de la historia del

Caminante de Boisaca u n o de los

No voy a negarlo. Este caso nos dej

una profunda huella... en

ms increbles expedientes X habidos

jams en nuestro pas. Las
el centro del corazn m u r m u r
mientras colocaba la imagen del

propias fuentes policiales confirmaron

que todo parece indicar que

nio de nueve aos Juan Pedro Martnez

Gmez en el chorro de luz

el sujeto apareci de la nada...

solar que inundaba la gran ventana q u e

se estiraba tras su silln.

Hemos conocido miles de casos

dramticosprosigui, pero

ninguno, te puedo asegurar, ha dejado

tal poso de desesperanza y
tristeza en este cuerpo de Proteccin
Civil. No s, quiz influy el hecho

que fuese un nio, quiz aquel paraje

agreste... y quiz, estoy segu-

ro, lo incomprensible y antinatural del

suceso.

Era curioso, aquellos ojos humedecidos

reflejaban exactamente

el mismo desconsuelo captado en mis

anteriores entrevistas con los

jueces, policas y testigos que vivieron

aquel enigmtico suceso. Y lu-

de confesar que me aturdi tanta

pesadumbre en personas que, por

fortuna o desgracia, se encuentran

cotidianamente con la fatalidad

ajena como compaera. Pero esto, como

siempre ocurre cuando nos

aproximamos a los autnticos enigmas

espaoles, era diferente a todo

lo anteriormente conocido. Precisamente

por eso, por salirse del

patrn clsico de las ms de 1.000

desapariciones que se producen
al ao en nuestro pas, nadie poda
olvidar aquel extrao accidente

(Murcia), 24 de junio de 1986, 19:00

horas
en lo alto de un puerto madrileo. La
expresin de sus rostros al vol-

ver a toparse con la imagen de Juan

Pedro era el vivo reflejo del

El camin Volvo F-12 arranc a la

primera con su caracterstico

sufrimiento interno con el que cargaron.

bramido. Al volante iba el conductor

profesional Andrs Martnez

La reaccin de todas y cada una de las

personas con las que

dispuesto a transportar una cisterna con

20.000 litros de cido sulf-
habl fue u n n i m e m e n t e
sobrecogedora. En Madrid, sin lugar a

rico leum prestos a ser desembarcados

en la otra punta del pas,

dudas, haba q u e d a d o un p o s o de
impotencia tras la desaparicin

concretamente en una empresa

petroqumica de Bilbao.

del clebre nio de Somosierra, un

recuerdo amargo q u e nadie

Al llegar a una modesta vivienda de la

pedana el vehculo se

poda ni quera borrar. Haba

transcurrido una dcada, pero ni siquie-

detiene. A l suben, portando varios

equipajes, Carmen Gmez,

ra el tiempo pareca capaz de curar las

profundas heridas q u e pro-

esposa del conductor, y el hijo de

ambos, Juan Pedro Martnez

voc u n o de los incidentes ms

extraos acaecidos en nuestro

Gmez. Este ltimo haba logrado

convencer a su padre, tras apro-

pas.
bar todas las asignaturas de segundo
curso de EGB, para que le lle-

Peregrinando por los pasillos de las ms

diversas instituciones,

vase hasta los verdes prados de

Vizcaya. Un lugar donde cumplira su

flanqueado por el zumbido sordo de

conversaciones lejanas, com-

sueo infantil de ver las vacas y su

entorno. Algo que dibujaba des-

prend, al mirar de nuevo la imagen de

aquel chaval de nueve aos

de muy temprana edad lamentndose

siempre de que jams en su

vestido de primera comunin, que a

todos les haba desaparecido

p e q u e o pueblo haba visto una.

alguien desconocido pero

tremendamente cercano.

Situado en el asiento central de la

cabina, Juan Pedro se despidi

Juan Pedro Martnez era, desde haca

diez aos, un poco de toda

de sus abuelos agitando la mano

alegremente. Aquella sera la lti-
aquella gente. Por desgracia, l fue el
protagonista principal de un

ma sonrisa que dedic a alguien.

expediente X que volva a recordar,

como si de una vieja pelcula se

Tras repostar en la Venta del Olivo, a

pocos kilmetros de Cieza

tratara, proyectndose en mi mente...

(Murcia), el pesado Volvo emprendi la

marcha hasta la localidad

conquense de las Pedroeras. All,

siendo las 0:12 horas de la noche
fueron vistos los tres por el personal de
la gasolinera. Tras aparcar en

una zona de descanso y echar una

cabezada volvieron a la carretera

nacional 301 hasta entrar en la capital

de Espaa. A las cinco y media

de la maana, con la claridad

adivinndose en el horizonte, realiza-

ron su ltima parada. Eligieron para ello

el apartado mesn Aragn,

dentro del trmino municipal de

Cabanillas y en las mismas faldas

del puerto de Somosierra.

En el interior del local les atendi el
joven camarero Felipe

Alhambra, que sirvi dos cafs, un vaso

de leche y una bayonesa

para el p e q u e o Juan. La familia se

sent en una de las mesas que

dan al exterior y all pas un agradable

cuarto de hora. Tras pagar las

consumiciones y despedirse
amablemente de los camareros volvie-

ron a penetrar en la cabina.

Juan Pedro Martnez, en un cartel de

los que se distribuyeron por toda
Espaa para

A partir de este m o m e n t o todo es una

autntica incgnita. El

su bsqueda.

pesado camin se p o n e a 140

kilmetros por hora sin motivo apa-

ros. Su rostro delataba un dolor y una

tristeza que ya eran familiares.

rente y en una de las variantes de la

antigua carretera nacional I

Lorenzo Fernndez, codirector del

programa, dio la orden de graba-

derrapa chocando frontalmente con otro

vehculo de gran tonelaje

cin y all, en pleno alto de Somosierra,

brotaron las primeras decla-

salindose de la calzada e impactando

contra otra hilera de vehcu-

raciones de uno de los personajes claves

de esta historia. A m me

los que circulaban tras l. El Volvo F-

12 se estrella contra una arbo-

llamaron sobre las siete de la tarde

afirm); segn me comuni-
leda e inmediatamente un chorro letal de
cido surge por la gran

caron, un camin se haha estrellado

vindose involucrados en el

grieta abierta en la parte superior de la

cisterna. En apenas segun-

accidente cinco vehculos pesados.

Recuerdo perfectamente que la

dos el cilindro metlico se resquebraja

esparciendo todo su conteni-

atmsfera era insoportable. De vez en

cuando se perciban peque-

do por la carretera, obligando a frenar a

decenas de automviles y

as explosiones en la z o n a . Era la
seal de que el cido se estaba

provocando un descomunal caos

circulatorio.

extendiendo por toda la ladera del o.

La verdad es que aquella

La inmensa caravana, que se prolonga

durante ms de nueve kil-

situacin era simplemente catastrfica.

metros, es iluminada tres minutos

despus por los pilotos giratorios
Los cuerpos de las vctimas estuvieron
varias horas sin ser ape-

de los coches patrulla. Tras desviar el

trfico se comprueba que la

nas tocados. El cido cay sobre sus

rostros constantemente pero

cabina est totalmente destrozada y los

cuerpos calcinados de los

apenas produjo daos de importancia,

tan slo unas leves desfigu-

conductores entre un amasijo de aristas

de hierro.

raciones en sus caras.

Los miembros de la Guardia Civil
reconocen a dos personas de

Fue al anochecer cuando un rumor

recorri como viente) glido

mediana edad que yacen muertas en el

interior del vehculo. Nadie

el alma de las ms de cien personas que

all se encontraban...

saba en aquel m o m e n t o de la
existencia de un tercer pasajero y por

El nombre de Juan Pedro Martnez,

come) un latigazo, cruz de-

ello se centr la labor en detener la

riada de cido sulfrico que ame-

boca en boca la larga hilera formada por

los coches policiales y las

nazaba seriamente las aguas de los

afluentes del ro Duratn. Los

gras de rescate. Los abuelos del

muchacho haban llamado desde

titulares de los diarios vespertinos

madrileos eras esclarecedores.

Los Cnovas tras observar las primeras

imgenes del accidente pol-

En ellos se poda leer en grandes tipos

ocupando la portada: Desas-
la televisin. Su pregunta fue clara y
rotunda: Dnde est nuestro

tre en Somosierra.

nieto?...

Hacia las nueve ele la noche el cuerpo

de bomberos abre con

cortafros la cabina del Volvo en busca

de pruebas, pero el rastreo

inicial demuestra que all no hay ni una

sola huella del joven viajero

desaparecido. Las llamadas entre

Somosierra y Los Cnovas se suce-
Una de las primeras autoridades que se
personaron en el lugar

den para descartar cualquier posibilidad

de que Juan Pedro Martnez

del incidente fue el juez de Paz de

Somosierra Juan Garca Torres. Lo

no hubiese efectuado el viaje, pero el

minucioso rastreo realizado

encontr una dcada despus del trgico

suceso, cuando yo diriga

por la Guardia Civil en la localidad

murciana demuestra que dece-

el programa televisivo Investigacin

Abierta; era este un espacio

nas de testigos, desde familiares hasta

los compaeros de clase, saban

que se centraba en aquellos misterios

policiales que de un m o d o u

q u e Juan Pedro mont en el camin

cisterna de su padre.

otro haban q u e d a d o sin resolver a

pesar del tiempo transcurrido.

Ante tales evidencias, Proteccin Civil

despliega una red de efec-

Aquella tarde invernal nos sentamos

frente a l, en un recodo del
tivos por las provincias que el Volvo F-
12 atraves en su ltimo via-

amplio mesn q u e regentaba a un tiro

de piedra del lugar de los

je con el fin ele rescatar nuevos

testimonios que confirmasen la sos-

hechos. Parco de palabras, tuvimos

muchos problemas para que

pecha. En esos rastreos surgen decenas

de testimonios, sobre todo

declarase ante nuestras cmaras. Tan

slo el paulatino y vivo recuer-

en las diversas estaciones de servicio d

o n d e se detuvo el vehculo,

do de los hechos le hizo arrancarse ante

nuestro equipo de reporte-
que no dejan lugar a la duda: Juan Pedro
Martnez iba en aquel

ros y convertidos casi en sulfato

clcico, flotando sobre el propio

camin.

lquido.

Cuando la noche cae sobre Somosierra

se intensifican las accio-

Pasados cinco das del accidente, y con

carteles de Juan Pedro

nes para la bsqueda. 15.000 kilos de

cal viva llegados desde la pro-

distribuidos por todo el pas solicitando

informacin, surgi un nue-

vincia de Toledo mitigan el desastre

ecolgico que la riada sulfrica

vo y extrao rumor. Al parecer, el

tacgrafo del Volvo marcaba con

haba producido en las mrgenes del ro,

y todos los esfuerzos de los

nitidez que se haban producido varias y

anmalas detenciones al

efectivos policiales y civiles se

concentran en un nico fin: encontrar
bajar el puerto de Somosierra.

a Juan Pedro. A esas horas, toda la

alquera de Los Cnovas est en

El tacgrafo, c o m o si se tratase de la
caja negra de los camiones,

vilo, apiada junto a los televisores de

los bares esperando saber

es un disco circular de papel que recoge

con mxima habilidad el

algo de la suerte del muchacho. Los

poderosos focos de las linter-

nmero de detenciones, aceleraciones

bruscas y dems movimien-
nas escrutan valles, matorrales y
riachuelos... pero no se encuentra

tos realizados por el conductor. Cuando

se extrajo el del camin

absolutamente nada. De madrugada

todos los rotativos nacionales

siniestrado, se c o m p r o b q u e se
haban efectuado doce paradas en

se hacen la misma pregunta: Dnde est

el nio de Somosierra?...

los pocos kilmetros de ascenso al

puerto. Despus, y segn indi-

caba el chivato de papel, Andrs Gmez

haba puesto el vehculo al

mximo de velocidad...

El anlisis de tan anmalo

comportamiento desat la caja de los
true-

nos. Persecuciones, asuntos de

contrabando de drogas y dems extra-

En el interior de la cabina no haba un

solo pelo de Juan Pedro

as historias se barajaron durante una

semana de autntico infarto.

Martnez. Se inspeccion durante horas

el habitculo y slo se encon-
tr la goma de una zapatilla deportiva
que, segn todos los indicios,

s perteneca al joven. El vehculo fue

trasladado hasta el depsito de

Colmenar Viejo, municipio madrileo d

o n d e se instruiran todas las

diligencias al respecto.

All, un equipo de la Polica Cientfica

realiz varias pruebas con

el cido sulfrico leum de 90 por 100

de pureza que transportaba

la cisterna con el objetivo de comprobar

si una gran cantidad de sus-
tancia podra haber hecho desaparecer
el cuerpo del nio. Lgica-

mente los estudios preliminares

descartaron por completo esa posi-

bilidad. Una hiptesis que en seguida se

baraj en todo el pas ante

lo inexplicable de la situacin.

El prestigioso qumico Alberto Borrs

no tuvo reparos en confe-

sar ante nuestras cmaras que: Es

totalmente imposible que el cad-

ver hubiese sido disuelto por el cido

en tan breve tiempo. Se tendra
que haber generado una baera
artificial con los herrajes del camin

y haber quedado all atrapado el

cuerpo, sometido a la accin de

Acta de fallecimiento de Andrs

un cido que se renovara

constantemente en su fluido. Adems,

Gmez, el hombre que pilotaba el

siempre tendran que haber quedado

restos de los huesos, muy lige-

camin-cisterna.
Llamados a declarar, los testigos que
circulaban aquel amanecer

En Bilbao y en Alburquerque (Badajoz)

se produjeron los testi-

confesaron haber observado una

furgoneta blanca que a toda velo-

monios sobre los que se albergaron ms

esperanzas. En la capital

cidad preceda al Volvo F-12. La

pregunta que qued suspendida en

vasca varias personas aseguraron haber

observado a un joven de
el aire era clara y ntida: Persegua el
camin a la furgoneta?, y si es

pelo moreno y corto que caminaba

despistado, casi d a n d o banda-

as, cul era el motivo de ese descenso

suicida?, estara ya Juan

zos, en una calle del extrarradio

industrial. Al final, las autoridades

Pedro en el vehculo de unos hipotticos

secuestradores?...

personadas en dicho lugar no lograron

llegar a ninguna conclusin.

A los pocos das, y mientras la

confusin se apoderaba de todo

Lo lgico era pensar que se trataba de

una mera confusin. Ms

lo relacionado con el nio de

Somosierra, dos testigos presenciales,

polmicas fueron las declaraciones de

una nia del pueblecito

pastores que no quisieron facilitar su

identidad, confesaron haber

pacense de Alburquerque que asegur

haberse encontrado a un

observado, nada ms estrellarse el

camin, como dos extraos indi-
nio de unos diez aos que se refugiaba
en una vieja ermita derrui-

viduos de altura muy considerable, tez

blanquecina y batas entalla-

da de las afueras de la localidad. Segn

se inform en el sumario ofi-

das y blancas hasta los tobillos salan de

un vehculo y se aproxima-

cial del caso, la nia, nica testigo de la

supuesta presencia de Juan

ban a los restos humeantes de la cabina.

Entre el escndalo formado

Pedro en Extremadura, incidi en que

durante tres jornadas entabl

por el resto de camiones colisionados y

la incipiente caravana, estos

amistad con el muchacho e incluso le

llevo comida ya que, segn

dos extranjeros recogieron algo

parecido a un gran bulto y huye-

declaro, se encontraba hambriento y

sucio. Los interrogatorios y las

ron del lugar.

pesquisas pertinentes demostraron que

la historia urdida por la nia
La sorprendente afirmacin mantuvo en
vilo a toda la Polica

careca de cualquier fundamento.

Probablemente la visin de un

Nacional, que investig y document en

una semana a todos los

dueos de furgonetas blancas marca

Nissan Vannete. Una vez ms,

a pesar de los esfuerzos sobrehumanos

de las fuerzas de seguridad,

el asunto acababa en agua de borrajas,

es decir, sin rastro del para-

dero del nio ms buscado de Espaa.

A pesar de los constantes esfuerzos de
los medios de comunicacin

por obtener alguna pista acerca del

muchacho, el primer mes de

investigaciones fue francamente

desolador. La jueza encargada del

caso a b a n d o n las pesquisas a

pesar de que el expediente continu

abierto y en espera de posibles

modificaciones. Pero nadie aport

jams datos relevantes para esclarecer

el asunto.

Decenas de personas, quiz afectadas

por la psicosis Juan Pedro

que recorri el pas de arriba abajo

abanderada en los miles de car-

David Guerrero Guevara, tris-

teles que se colgaron en cada esquina de

cada pueblo solicitando

temente, tambin fue

informacin, denunciaron ante las

dependencias policiales haber

la imagen de los carteles

de bsqueda. No ha habido
visto con sus propios ojos al nio de
Somosierra.

respuesta en once aos.

joven vagabundo, persona que s debi

existir al encontrarse restos

pidiendo auxilio. Al salir al exterior-, la

familia y los invitados se

de comida en el lugar sealado por la

testigo, motiv una extraa

encontraron con la desoladora imagen

del cubo tirado en la nieve y
fantasa que mantuvo confundidas a las
autoridades durante bastan-

unas quince huellas frescas que se

cortaban en seco en la rectilnea

te tiempo.

llanura. Del nio no haba ni rastro. Tan

slo el leve murmullo de lo

Casi un ao despus del accidente de

Somosierra se produjo la

q u e antes haba sido su voz alejndose

en las alturas. Hasta las hue-

tambin inslita desaparicin de David

Guerrero Guevara, el clebre
llas de Oliver no se haba aproximado
ninguna otra que pudiera cla-

Nio Pintor de Mlaga, que fue

tragado por la nada una tarde a

rificar que haba sido atacado por algn

animal del Bosque. Y la Poli-

principios de Abril de 1987. Nadie

volvi jams a saber de l, y la

ca Montada fue la encargada de

descartar la presencia de alguna ave

sensacin de que algn tipo de

organizaciones dedicadas a la pros-

raptora que pudiese haber elevado hacia

los cielos el cuerpo de Oli-

titucin infantil o incluso de trfico de

rganos, operaba en esa po-

ver. As, el caso se mantuvo abierto y a

la espera de nuevos datos

ca en nuestro pas se hizo popular

causando debates y polmicas a

durante casi un cuarto de siglo.

todos los niveles.

Los padres de Oliver y los testigos de

aquella trgica noche jams

volvieron a tener noticia del pequeo. Y

lo mismo ocurri con un

p u a d o de chiquillos, como el
britnico Toni Bowman, desapareci-

do en circunstancias parecidas en el
verano de 1955, a lo largo el

siglo xx.

Han pasado ms de doce aos desde la

desaparicin del Nio

Las hiptesis para explicar estas sbitas

desapariciones se encuen-

de Somosierra, acaecida en aquella

trgica noche de San Juan de
tran actualmente en un laberinto sin
salida. Los OVNIs como posi-

1986. Aunque este incidente, por las

diferentes circunstancias que lo

bles entes captores, el paso accidental a

travs de puertas q u e con-

rodearon, p u e d e ser considerado

como absolutamente nico, no se

ducen a nuevas e inexploradas

dimensiones, y todo tipo de ms o

p u e d e obviar que las historias de

desapariciones inexplicables se

menos arriesgadas teoras, han

aderezado decenas de libros e infor-

han venido produciendo desde hace

dcadas. Datos concretos los

mes que se han hecho cargo del

problema.

tenemos desde finales del siglo pasado,

cuando se produjo la incre-

Sea como fuere, los casos del Nio de

Somosierra y del Nio

ble historia de Oliver Larch, un nio de

once aos protagonista de

Pintor de Mlaga representan lo ms

sobrecogedor e inslito de esta
un caso escalofriante que dio la vuelta al
mundo.

fenomenologa normalmente considerada

maldita dentro de los

Segn relatan los investigadores q u e

conocieron la historia in

expertos en fenmenos inslitos. Las

casos continan abiertos,

situ, los hechos se produjeron en la

Nochebuena de 1890 en la aldea

como igualmente abierta contina la

esperanza de los familiares de

nortea de Southbend, en las desrticas

planicies de Indiana. Eran

ambos muchachos. A pesar de todo, la

impresin que a u n o le reco-

varias las personas influyentes q u e se

reunieron aquella fecha sea-

rre el cuerpo cuando investiga de cerca

estos sucesos es q u e ellos

lada en casa de John Larch dispuestos a

dar cuenta de una oppara

han sido elegidos, no sabemos por qu o

por quin, para engrosar

cena. Sobre las once de la noche se le

orden a Oliver, de once aos
una lista de personas q u e han sido
aparentemente arrancadas de

recin cumplidos, transportar un enorme

cubo de metal para llenar-

nuestro m u n d o con extraas

intenciones.

lo con agua del pozo. Con gruesas botas,

abrigo oscuro y una bufan-

Al escribir estas lneas en un paraje muy

prximo al kilmetro 94

da, el muchacho dio varios pasos en la

nieve en direccin al pozo

de la antigua Nacional I a su paso por

Somosierra, es inevitable desear

situado a unos 75 metros de la vivienda.

Apenas transcurrieron vein-

que, cualquiera que sea el lugar, se

encuentren en el punto del espacio-

te segundos cuando las personas que

disfrutaban de la cena en el

tiempo d o n d e se encuentren, algn da

sepamos algo ms de estos

interior de la casa escucharon la

angustiosa voz de Oliver gritando y

dos infortunados mrtires del misterio...

Ficha- En los archivos policiales de
Santiago de Compostela se

guarda celosamente el expediente del

misterioso acciden-

te y muerte de un hombre que no

existe. Atropellado en

la va frrea, el asunto del misterioso

muchacho que pare-

ca perdido en el espacio-tiempo se
convirti en quebra-

dero de cabeza para las autoridades.

Un apasionante suceso

que, tras diez aos de investigaciones

oficiales, contina

siendo un autntico enigma pendiente.

Nos encontramos

ante un caso de teleportacin mortal?

5 de mayo de 1988. Comisara de

Polica Nacional,

Santiago de Compostela, 23 horas

L A NOCHE, DENSA Y SILENCIOSA,

estaba repleta de brumas que

rodeaban la p e q u e a vaguada q u e
las vas del tren ocasio-

nan a su paso por Santiago. El expreso

Ras Altas se haba

puesto en marcha. Atrs quedaba la

vieja estacin, y el maquinista,

Jos Aira Martnez, se acomodaba en la

cabina de mando, conscien-

te de las ms de siete horas que

quedaban para llegar a su ltima

parada en Madrid. Era un viaje

conocido y repetido hasta la sacie-

dad, por lo que una mueca de suficiencia

aflor en el funcionario al
darse luz verde para iniciar el trayecto.
El sonido de la maquinaria,

tan cercano y familiar, no indicaba ni en

lo ms remoto que aquel

viaje iba a ser inolvidable. Segn reza

en el expediente oficial, la

eterna rutina de este experimentado

conductor salt hecha aicos al

adentrarse en los boscosos parajes de

San Lzaro, a unos seis kil-

metros de la capital de Galicia. Al

tomar la curva cercana al Puente

de Paredes, y segn se relata en los

centenares de documentos que

componen el dossier policial, una

silueta surgi de la nada, rompien-

do la oscuridad de la noche. Espantado,

Aira Martnez hizo sonar las

seales acsticas del tren ante la total

indiferencia de aquel sujeto

q u e deambulaba agitando los brazos

por el interior de la va, d a n d o

la espalda al convoy en una actitud

inexplicable. Poco ms p u d o

hacer. Fueron segundos, milsimas,

tiempo suficiente para q u e en la
retina de este empleado de RENFE
quedara grabada la ltima mirada

tes datos: el fallecido era un varn de

aproximadamente 1,65;

raza blanca; complexin normal; pelo

negro, corto y liso; ojos casta-
os; orejas muy separadas, rotadas hacia
delante y sin circunvolu-

ciones. Vesta una camisa gris muy

azulada; jersey gris con hombre-

ras de skay; pantaln negro y zapatillas

deportivas blancas; stas eran

un 43 cuando realmente al pie le

corresponda un 39. La vestimenta

tambin era varias tallas mayor. En los

bolsillos del pantaln porta-

ba tres billetes de 5.000 pesetas

cuidadosamente doblados, u n o de

1.000 pesetas y dos monedas de cinco

pesetas.

La autoridad judicial se desplaz al

lugar del accidente y orden

el levantamiento del cadver y su

ingreso en el Departamento de

Medicina Legal del Instituto Anatmico

Forense.

Todo pareca indicar que se trataba de

un caso de suicidio, y una

5 de mayo de 1988, Santiago de

Compostela. Imagen del expediente de
la Polica

Cientfica referente al atropello y

muerte del joven que no existe-'. Un
caso sin paran-

vez realizadas las diligencias

pertinentes, el expreso Ras Altas con-

gn de aparicin sbita e inexplicable

en nuestro pas.

tinu su rumbo hacia Madrid con el

maquinista y su ayudante pre-

sos de un choque emocional. A duras

penas llegaron a destino con
de aquel desgraciado, que en el ltimo
instante gir la cabeza para

el pensamiento puesto en la tremenda

escena que les haba tocado

observar la mquina que se le echaba

encima.

en aquel turno de noche.

El atropello Fue inevitable. Aira

Martnez detuvo el expreso a

unos cien metros y, sin dudarlo, se

encamin rpidamente hacia la

cola del vagn dispuesto a auxiliar al

accidentado. Pero esta utpica
29 de abril de 1996. Departamento de
Investigacin de la Polica

esperanza se trunc definitivamente al

contemplar la dantesca esce-

Cientfica de Santiago de Compostela.

12:34 horas

na que surga ante sus ojos. En los rales

se encontraban las dos pier-

nas, separadas del tronco por el a b d o

m e n y con algunos jirones de

Antoln Doval, jefe del Gabinete

Tcnico de la Polica Nacional,

ropa. Junto a ellas, el resto del cuerpo

con mltiples amputaciones y

deja caer sobre la mesa el polvoriento

expediente del caso del joven

deformidades.

q u e no existe. Han transcurrido ocho

aos desde aquel infortunado

El maquinista no p u d o reprimir un
inmenso escalofro al con-

suceso y el misterio q u e rodea al

atropello del paseante de Boisaca

templar el rostro del finado. El

muchacho haba sido seccionado en
se ha concentrado en varios cientos de
pginas. El paso del tiempo

dos partes, y las facciones de su cara

an permanecan agarrotadas

no ha proporcionado ninguna pista

acerca de la identidad y proce-

en lo que pareca ser un ltimo y

lastimero grito de dolor.

dencia del extrao personaje.

Aira Martnez acumul el valor

necesario para, junto al ayudante

Doval, resignado, me confirma que

jams se han encontrado con
Carlos Castro, apartar el cuerpo de la
va frrea y cubrirlo con una

un caso similar. Han hecho todo lo

humana y tcnicamente posible

vieja manta. Acto seguido telefonearon a

Luis Vzquez Graa, jefe

para lograr saber quin es el enigmtico

individuo que, como surgi-

de estacin de Santiago para que

informara a la polica del fatdico

do de la nada, se plant frente al tren la

noche del 5 de mayo. Una

acontecimiento.
noche difcil de olvidar.

Minutos ms tarde, las sirenas de los

coches patrulla iluminaban la

zona con sus luces intermitentes. La

inspeccin ocular arroj los siguien-
Las notas de prensa y la publicidad que
se le estaba d a n d o al

misterioso asunto no arrojaban la ms

mnima pista sobre el cada

Antoln Doval extrajo de un viejo sobre

la necrorresea que la

vez ms clebre joven de la va. La

fotografa del supuesto suici-

noche de autos fue realizada al cadver

de Boisaca, sabedor de que

da fue publicada en medios de

comunicacin regionales y nacio-
las huellas dactilares eran la pieza
angular para identificar a un joven

nales. En esta medida la polica alberg

grandes expectativas, pero,

sin documentos.

una vez ms, el fruto de las

investigaciones fueron absolutamente

Mandamos las huellas a toda la

regin gallega, con resultado

nulos:

negativo, y tambin se enviaron a la

Central de la Polica Cientfi-
 En diversas ocasiones se ha
participado en programas de tele-

ca de Madrid arrojando el mismo

resultado negativo m e afirm

visin nacionales. Como consecuencia

de uno de ellos tuvimos cua-

Doval mientras desplegaba en la mesa

de madera aquellos aejos

tro llamadas, procedan de Icod de los

Vinos en Tenerife, de Ceuta,

documentos repletos de indicaciones en

rojo y sobre los que no era

del barrio madrileo de Carabanchel, y

por ltimo, de Filgueira,

muy difcil observar los pertinentes

sellos de confidencial.

una aldea cercana a Santiago. Eran

personas que decan que

Pareca increble, pero oficialmente

aquel hombre de aproxima-

podra tratarse de algn familiar

desaparecido. Tras realizar un

damente veinte aos de edad no estaba

filiado en ningn documen-

cotejo dactiloscpico con las fichas de

estas personas comprobamos,
to nacional. Ante estas primeras
dificultades, las pesquisas policiales

lamentablemente para la identificacin

y afortunadamente para

fueron ms all ante un caso que

comenzaba a ser incmodo. Ade-

estas personas, que ninguna de ellas se

corresponda apuntaba el

ms, se daba la agravante de q u e nadie

reclamaba aquel cadver.

jefe del Gabinete Tcnico.

Todos los resultados eran negativos,

este joven no se encontraba
en el archivo oficial de desaparecidos.
Pareca una versin moderna

de un Raspar Hauser hispano, un

individuo q u e haba surgido de

la nada, apareciendo repentinamente en

la caja de la va sin que

nadie lo hubiera visto rondando por el

lugar.

Su inquietante rostro aada ms

incgnitas al controvertido

asunto. La cabeza era

desproporcionadamente voluminosa,
posea
denticin completa con algunas piezas
afiladas y salientes. Pero el

dato que ms llam la atencin de los

especialistas fueron las orejas;

las tena absolutamente planas, rotadas

hacia delante y sin dibujo

alguno en su interior...

Cuando Doval nos mostr algunas de las

fotografas del expe-

diente oficial, not cmo el rostro del

compaero Lorenzo Fernn-

dez, que me acompaaba en aquella

nueva aventura reporteril, se
Primer plano del Nio

transfiguraba por completo. Y no era

para menos. Aquellas imge-

de Boisaca, extrado del

nes eran crudas de veras, y mostraban a

las claras el brutal impacto

expediente oficial. Sus dientes

afilados y las orejas sin

y estado en el que q u e d el individuo.

Y es que uno, a pesar de haber

circunvoluciones generaron
trabajado en lindezas c o m o las
secciones de sucesos de determina-

mil conjeturas entre

da cadena radiofnica madrilea junto

al pura raza del periodismo

los miembros de la Polica

Cientfica.

de accin que es el b u e n o del seor

Fernndez, nunca se acostum-

bra a esto. Juntos hemos visto, con

menos de veinte aos, cadveres
asfixiante burocracia a punto estuvo de
hacernos desistir. Finalmen-

recin hallados como el de la

tristemente finada Susana Ruiz, que

te, el 28 de abril, el Gabinete de la

Jefatura Central de Polica de La

apareci en 1993 en un descampado

madrileo, o hemos estado

Corua daba luz verde a nuestra

insistencia para adentrarnos en el

transmitiendo en directo en algunos

locales polticos cuando an no

caso del joven de la va. Tras mucho

esfuerzo, tenamos por fin ante

haban sido desalojados ciertos

explosivos que haban destrozado

nosotros la documentacin oficial del

cadver. Y con ella en la fal-

parte de la edificacin. Todas esas

locuras periodsticas que haca-

triquera nos pusimos de inmediato a

trabajar una maana en el que

mos y, afortunadamente, seguimos

haciendo, siempre nos dejan la

el sol de la recin iniciada primavera

envolva la bellsima capital
cara como se le q u e d en esta ocasin
a Lorenzo. Y es que las fotos

santiaguesa. La crudeza de las imgenes

y lo extrao del personaje

del accidente, jams hasta entonces

mostradas al pblico, eran de lo

nos hizo ser conscientes de que

resultaba casi imposible que un

ms realista que habamos observado

nunca. Por eso, y a pesar de

joven de esas caractersticas hubiera

pasado desapercibido en los

las indicaciones constantes del seor

Doval, decid hacer fotografas

alrededores y no tuvimos que indagar m

u c h o para comprobar que

de todo aquel expediente. Oficialmente

estaba absolutamente prohi-

los agentes tenan la misma inquietud.

bido el reproducir aquellas imgenes

del dossier secreto, pero una

Echndonos nuestros macutos y cmaras

fotogrficas al hombro,

milagrosa llamada en el telfono de la

habitacin contigua me per-
decidimos realizar la supuesta ruta por
la q u e la noche de autos

miti fusilar con rapidez aquellos

documentos alucinantes que

camin el cadver sin pasado.

Recuerdo a las muchas personas que

jams habran salido de las paredes de

aquel cuartel general de la

nos cruzamos en el trayecto y sus

miradas nada indiscretas y en oca-

Polica Cientfica de otro modo. Cuando

cambiaba el carrete en lugar

siones inquisidoras. El da, esplndido y

radiante, no quitaba, sin

seguro pensaba que Doval y a sus

colegas no deberan enfurecerse.

embargo, un pice de tenebrosidad a los

alrededores del cemente-

Al fin y al cabo, era por una buena

causa. Y, sobre todo, mis lecto-

rio y la va frrea. Una zona comn d o n

d e se produjo el extrao atro-

res tenan derecho a saber.

pello. Andando y anotando

pacientemente todos los detalles que
Con el material grfico en nuestro
poder, no dudamos en mos-

pudiesen resultar de inters, enfilamos

la llamada Ra de Boisaca,

trar la imagen del Cadver de

Boisaca a prestigiosos psiquiatras y

una vereda recta, larga y casi

interminable, que desembocaba en el

doctores de la ciudad gallega. Su

opinin fue unnime: los rasgos

solitario Puente de Paredes. Antes de

llegar a l fuimos comproban-

faciales y los pabellones auditivos sin

marca alguna reflejaban pri-

do cmo existan innumerables

viviendas de dos plantas donde, por

mitivismo y oligofrenia propia de

enfermos psquicos profundos.

lgica, debiera haberse observado al

misterioso caminante. Incluso

Una teora que tambin fue barajada por

la propia Polica Cientfica,

nos sorprendi el comprobar cmo la

carretera nacional hacia Lugo

que durante aos investig en colegios

de acogida y centros de defi-
pasaba por las inmediaciones y
prcticamente se daba de la m a n o

cientes mentales de Galicia y en

colaboracin con las fuerzas de

con u n o de los tramos de va por las

que, segn el testimonio oficial,

seguridad lusas de todo el norte

portugus. Pero, como todas las teo-

debiera haber deambulado el individuo

finado. Sin embargo, nadie

ras hasta el momento, haban q u e d a d

o hechas aicos ante la des-

lo haba identificado. Tan slo Mara

Gonzlez, vecina de una casa

concertante realidad que envolva el

caso.

aislada de las proximidades, asegur

haber visto a un joven cerca de

la va sobre las cinco de la tarde, pero

para la investigacin oficial

esto no representaba prueba alguna. Era,

segn dijo, un muchacho

joven que realizaba como equilibrios

muy cerca de las vas. Al mos-

trarle las fotos oficiales para la

bsqueda del cadver, que por supues-
Las numerosas peticiones de
autorizaciones y permisos se suce-

to no eran las del m o m e n t o del

accidente, la buena seora no supo

dieron durante varias jornadas. Y he de

confesar que el papeleo y la

muy bien qu decir.

jante protagonizado por un deficiente
mental?, nos preguntamos mien-

tras penetrbamos en las vas y

comprobbamos algunas medicio-

nes y distancias. Quiz, y as llegamos a

pensarlo, aquel acto era ple-
namente consciente y persegua algn fin
concreto. La actitud de

mantenerse erguido con total frialdad

ante la llegada del tren nos lle-

naba de interrogantes y nos haca

sospechar; acaso nos encontr-

bamos ante un extrao suicido de origen

ritual o motivado por algn

tipo de delirio?...

Uno de los extraos smbolos

aparecidos en el lugar donde el joven
fue arrollado.

Lo cierto es que muy cerca de d o n d e

feneci el sujeto aparecie-

ron una serie de extraos crculos

concntricos formados por

pequeas piedras. Estaban realizados

con decenas de guijarros y

guardaban una simetra perfecta. Varios

psiclogos intuyeron que

podra tratarse de algo semejante a los

ejercicios que realizan los

deficientes psquicos en algunos

procesos de aprendizaje. Y no nos

q u e d ms remedio que preguntarnos

si poda tratarse de algn
mensaje o si aquello guardaba algn
incomprensible sentido postu-

El dossier policial sobre el -joven que

no existe-. Varios cientos de pginas e
informes

mo. Eran datos que poco a poco bamos

recogiendo y que, en honor

repletos de misterio.

a la verdad, he de admitir, hicieron de

aquella una trama policial y

misteriosa que nos envolvi por

completo durante largas horas.

Al observar las imgenes del archivo

policial en el que se reco-

gan estos smbolos nos vinieron

irremediablemente a la memoria

Es una cosa rarsima, rara, muy rara...

As se expresaba Anto-

los mensajes manuscritos aparecidos

sobre los cadveres de los con-

ln Doval a la hora de hacer balance del

Caso Boisaca. Nunca se

tactados que se suicidaron en Tarrasa el

20 de junio de 1972. Estas

haban topado con un asunto de

semejantes caractersticas y era
dos personas, Jos Flix Rodrguez
Montero y Juan Turu Valles,

especialmente sincero mostrndonos sus

dudas. Este dato, esta extra-

pusieron fin a una vida repleta de pasin

por los guas csmicos

eza, ya nos la corrobor en Madrid el

popular criminlogo y ex

colocndose u n a hoja de papel en la q

u e se poda leer pertenece-

director de El Caso Juan Ignacio

Blanco. Un b u e n amigo al q u e siem-

mos al infinito, los extraterrestres nos

llaman. Era su particular m o d o

pre acudamos con este tipo de

incidentes que se encontraban en un

de despedirse del m u n d o terrenal

antes de que sus cuellos fueran

puente entre dos mundos; el de la

criminologa y el de la investiga-

cercenados por las ruedas del tren.

Podra tratarse de un caso seme-

cin de lo inslito. Flanqueados por

humeantes tazas de caf, con la
madrugada en el exterior de la redaccin
de Radio Voz, lugar donde

po de difunto que perseguamos pareca

haber sido tragada por el

compartimos amistad y micrfono

durante ms de un ao, Juan

aire. Intrigados ante la falta de cualquier

indicio exterior, logramos

Ignacio, ejemplo autntico del periodista

de vuelta de todo y cono-

convencer al nico sepulturero

municipal para que prosiguiera con

cedor como nadie del m u n d o de los

sucesos, nos afirm sin tapujos

nosotros la ardua bsqueda. Finalmente,

logramos descubrir la

que: Nunca se ha dado un caso de

aparicin repentina y muerte de

pequea parcela de terreno d o n d e

reposaban los restos del Cad-

estas caractersticas en la que no se

haya llegado a identificar com-

ver de Boisaca. En aquel pedazo de

tierra no haba lpida, numera-

pletamente a la vctima. Es, sin lugar a

dudas, un caso muy extra-
cin ni seal que indicara q u e all
yaca un difunto. Un triste rincn

o, nico...

en un cementerio q u e comenzaba a
envolverse en las brumas fan-

Segn nuestras pesquisas, el cadver

haba sido enterrado en el

tasmales del atardecer. Sin embargo, ah

estaba el hombre sin pasa-

cementerio de Boisaca. Sin embargo,

casi nadie saba el lugar exac-

do, a pocos metros de profundidad, ya

que segn nos inform el
to d o n d e reposaban los restos de este
aparecido. De nuevo en ruta,

enterrador, nica persona que realiza los

traslados en dicho campo-

persiguiendo la historia oculta del

cadver de Boisaca, llegamos has-

santo desde hace ms de treinta aos,

jams se haban movido aque-

ta el Ayuntamiento de Santiago de
Compostela. Y all, tal y como

llos restos. Por qu, entonces,

oficialmente el cuerpo ya no estaba

esperbamos, continu el festival de

sorpresas. Tras agenciarnos la

en aquel lugar? Quera alguien ocultar

cualquier pista referente a un

orden de entrada del cuerpo de un varn

sin identificar fechada el

problemtico cuerpo? Eran preguntas q

u e anotamos al unsono en

da 25 de mayo de 1988, y comprobar la

anmala tardanza, cifrada

los respectivos cuadernos de campo

pero que nadie supo o quiso

en veinte das, existente entre la fecha

del levantamiento del cadver
respondernos

y su orden de enterramiento, supimos q u

e la sepultura municipal de

beneficencia de segunda clase nmero

7.621 haba sido la ltima

morada del misterioso protagonista. En

las dependencias municipa-

les se nos inform que esos restos

mortales haban sido trasladados

el 14 de septiembre de 1995 a la fosa

comn tras prescribir el plazo

No son muchas las hiptesis que restan

para dar una explicacin
asignado a las sepulturas de este tipo.
En las mismas pginas del

convencional a este intrigante enigma.

Las ms lgicas q u e d a n des-

registro, y como colofn a lo dictado

sobre esos restos mortales, apa-

cartadas tras realizar un anlisis

minucioso de las caractersticas del

reca una rotunda frase: No se p u e d e

consultar, algo que ni el sor-

caso. La polica y la investigacin

oficial no han tenido ms remedio

prendido funcionario de recias melenas

que tan amablemente nos

q u e ir eliminando las suposiciones

elementales acerca del origen del

atenda logr comprender. Qu

significado tena aquella orden?

paseante de Boisaca y el mvil que

desencaden el atropellamiento

Por qu tanto secreto en torno a este

cuerpo?...

en la va frrea.

Ante tanto secretismo, decidimos

encaminarnos al viejo cemen-
La investigacin conjunta realizada con
la polica portuguesa

terio municipal, distante varios

kilmetros de la ciudad. Siguiendo

desech la posibilidad de q u e el sujeto

hubiera huido de algn cen-

meticulosamente los planos, logramos

situarnos en la zona donde

tro psiquitrico o de acogida de

personas con deficiencias. El minu-

presumiblemente descansaba el cuerpo

del joven de la va, pero

cioso rastreo hace q u e esa conjetura, la

fuga de alguna institucin de

tras un minucioso rastreo pudimos

comprobar que se haba perdido

acogida, quede finiquitada por

completo.

toda referencia acerca de la sepultura

7.621. En un mapa situado en

Queda tambin descartado que pudiera

tratarse de algn mendi-

una de las esquinas de lbrego recinto

observamos que precisa-

go. Sus manos, finas, cuidadas y sin

callosidades, adems del cuer-
mente esa sepultura faltaba.
Simplemente no apareca. La 7.620 y la

po aseado y la ropa cara y en perfecto

estado, hacen realmente dif-

7.622 estaban perfectamente indicadas,

pero la que alberg el cuer-

cil la posibilidad de q u e nos

encontremos ante el ltimo viaje de
un
desahuciado. Quiz un sordomudo
extraviado en alguna visita a

Santiago accidentalmente arrollado?, se

llegaron a preguntar muchos.

La lgica aplasta tambin esta

suposicin. Existira una denuncia y
posiblemente una reclamacin tras ser
publicadas repetidamente las

fotografas del cadver. Tambin es

absurdo el hecho de que al emi-

tir el tren sus seales acsticas y

luminosas el andarn no se apartara

de la va. Buscaba entonces la muerte?

Por qu caminaba de espal-

das, al tren? Desconoca acaso el

peligro que entraa un expreso a

toda velocidad? Si esto fuera cierto, es

probable que nos encontremos,

tal y como tambin ha supuesto la

polica, con un caso de joven

recluido durante dos dcadas en algn

habitculo familiar ajeno al

rodar del tiempo.

Desgraciadamente se han producido

algunos sucesos en la regin

gallega de estas caractersticas. En

determinados ambientes aislados

y de bajo nivel cultural el temor a la

respuesta de la vecindad ha

Iher Jimnez seala el lugar exacto de

la va nea donde se produjo el
atro/xllo del
hecho que algunos bebs con
deformaciones hayan sido prisione-

Caminante de Boisaca.

ros de sus propias familias. Es, para

estas gentes, la nica forma de

paliar el castigo divino, sortilegio o mal

de ojo con los que creen

estar hechizados. Pero la ropa cara y

aseada que llevaba el indivi-

cmo era posible que no existiera

ningn testigo tras la publicidad

duo, y an ms las 16.010 pesetas que

portaba cuidadosamente
dada al asunto en la regim?

dobladas en u n o de sus bolsillos,

dinamitan por completo la teora

Las hiptesis lgicas fallan en su

totalidad y, por tanto, se ha acu-

del secuestro familiar. Es ilgico

pensar que si sus progenitores

dido incluso a otras q u e pudieran

parecer ms fantsticas. La posibi-

queran deshacerse rpidamente de l lo

dejaran varias horas junto

lidad de que un muchacho en estado

semisalvaje fuera arrollado por
a la va, con dinero abundante, y sobre
todo con la posibilidad de

el tren tambin pas por un riguroso

anlisis. La ropa, toda varias

q u e retornara hacia Santiago por su

propio pie y fuera visto por mul-

tallas mayor, podra ser robada, al igual

q u e el dinero; no obstante,

titud de vecinos y miembros de patrullas

de la polica, o incluso se

esta actitud del atraco no se

corresponde, segn los psiclogos con-

acercara desorientado a alguna de las

muchas viviendas que flan-

sultados, con los parmetros de

comportamiento de un ser agreste e

quean el lugar. Es difcil creer q u e los

q u e all lo abandonaron tuvie-

irracional. La ropa y el dinero tampoco

figuran en la denuncia que

ran la seguridad de q u e iba a encarar

de ese m o d o al tren. No es

el afectado debiera haber cursado, con

ms motivo an dada la

lgico suponer que a pesar de que no

hubiera visto jams uno, y por
divulgacin que se dio al asunto y la
constante peticin de ayuda

muy mermadas q u e se encontraran sus

facultades, se hubiera apar-

por parte de la polica. Adems, el

individuo tuvo que cruzar nece-

tado instintivamente ante la cercana del

peligro?

sariamente por algn ncleo urbano

hasta llegar al punto kilomtri-

Las proximidades de Puente Paredes,

por la carretera nacional

co del accidente. C)mo es posible que

nadie lo identificara?...

cercana y la cantidad de transentes que

pasean por los alrededores,

Ante el panorama tan enigmtico,

absolutamente nico en un

no es el lugar ms indicado para realizar

la operacin de deshacer-

caso de esta ndole, no p o d e m o s

reprimir la tentacin de aadir una

se de un joven de veinte aos sin que

nadie se aperciba de la manio-

hiptesis por aventurada que parezca: el

salto en el tiempo y el espa-
bra. Si el cadver de la va fue un
desahuciado por su propio clan,

cio, ya que no son pocos los sucesos q u

e se cuentan de personas

aparecidas repentinamente en un lugar

sin saber ni de donde ni

te admitirlo, es una de las pocas

hiptesis aun no descartadas. Y es

cmo han llegado hasta all.

que el paseante de la va, venido quin

sabe de dnde o abandona-

Un ejemplo clave y muy bien

documentado de esa posibilidad lo
do a saber por quin, camin firmemente
sobre la va, dej su lti-

encarna el suceso protagonizado en el

verano de 1950 por el comer-

mo mensaje sobre la piedra y no d u d

en dar el susto de su vida a

ciante norteamericano Rudolf Fenz.

un humilde maquinista al girarse

estoicamente ante la llegada del

La polica encontr varias tarjetas y

documentos pertenecientes a

expreso Ras Altas. Fue el particular m

o d o de llevarse su secreto a la
este hombre en los bolsillos del cuerpo
que acababa de ser arrollado

tumba, dejando cientos de interrogantes

en un expediente maldito

por un furgn en plena Quinta Avenida

neoyorquina. Vesta traje

q u e an tiene la esperanza de que

alguien, en algn lugar, sepa la

impecable y muy anticuado, de telas

demasiado gruesas para la po-

verdad...

ca del ao en la que se encontraba. La

levita negra y los puntiagudos
zapatos de hebilla le daban un aspecto
de lord britnico del pasado

siglo. En el interior de los bolsillos, los

agentes requisaron adems

varios billetes ya retirados de la

circulacin, y una carta perfectamen-

te conservada dirigida a Rudolf Fenz

con un matasellos... de 1876.

Ante tan extrao caso, las autoridades

investigaron hasta el lmi-

te tcnico y h u m a n o disponible. Las

conclusiones fueron sobreco-

gedoras. Se localiz el nombre de

Rudolf Fenz Jr. en un antiguo lis-

tn telefnico. Corroborados estos datos,

se certific que ese varn,

fallecido haca un tiempo, era el hijo de

una persona del mismo

nombre desaparecida inexplicablemente

varios aos atrs mientras

paseaba por una vereda prxima a su

domicilio. La sorpresa mxi-

ma de las autoridades judiciales se

produjo tras el descubrimiento de

q u e en las listas de desaparecidos de

Norteamrica en 1876 apareca
ese nombre, el de Rudolf Fenz.

El punto final a este caso lo ponan las

decenas de testimonios

recogidos por la polica antes de llegar

a los ltimas indagaciones.

Todas las personas presentes en el

accidente aseguraron que aquel

individuo fue atropellado

repentinamente, surgiendo casi instant-

neamente bajo el automvil, sin dar

tiempo a reaccionar al conduc-

tor. Para muchos era como si en medio

de la calzada hubiera apare-
cido un despistado hombre d a n d o la
espalda al intenso trfico de la

Quinta Avenida. Las preguntas son

inevitables: Era el genuino Rudolf

Fenz el infortunado difunto? Qu clase

de fuerza lo haba transpor-

tado en el tiempo y el espacio

depositndolo en medio de la con-

currida calle? Podra tratarse de un

salto de semejantes caractersti-

cas el que provoc el accidente de

Boisaca? Era el joven atropellado

vctima de una broma adimensional?

De momento, y a u n q u e cues-

L A SECCIN DE INTELIGENCIA del

Ejrcito del Aire de nuestro pas

es el organismo oficial que ms

informacin y documentos

posee sobre el fenmeno ovni. La lucha

entre los periodistas

e investigadores y los miembros de la

cpula militar se ha prolonga-

do desde 1968, momento en el que se

clasific el tema como materia

reservada, a la bsqueda de una mayor

transparencia y objetividad.

Sobre el papel, las autoridades dieron

luz verde al enigma ovni

en 1992, mostrando al pblico, en un

proceso de desclasificacin

que dur cinco aos, 83 expedientes

sobre avistamientos de objetos

extraos en nuestros cielos.

Pocos de esos informes eran realmente

extraos. La inmensa
mayora estaban resueltos con
peregrinas explicaciones, algunas de

ellas dejaban en ridculo a los propios

pilotos de caza y dems miem-

bros del Ejrcito que haban informado

a sus superiores; en definiti-

va, algo ola mal en la actitud de los

responsables de dicho proceso

de desclasificacin.

Los que han seguido el enigma ovni de

cerca, saban, por testi-

monios directos de los implicados y los

propios documentos oficia-
les, que muchos de estos sucesos haban
sido transformados, cor-

tados o manipulados para dar una

versin ms tranquilizadora de los

hechos.

En este captulo ofrecemos las

investigaciones in situ de los

casos ms espectaculares, los sucesos

que fueron un quebradero de

cabeza para las autoridades militares de

nuestro pas y que an estn

a la espera de una explicacin. Los

aterrizajes de los primeros das
de enero de 1975 en Quintanaortuo
(Burgos) y Bardenas Reales

(Navarra), con ms de treinta militares y

altos mandos involucrados,

Cinco das de enero

son el ejemplo definitivo de la extorsin

ejercida sobre los propios

soldados y la presin efectuada por las

altas esferas para la comple-

Ficha: En los primeros das de 1975 se

produjeron los dos aterri-

ta deformacin de la realidad.
zajes ovni ms importantes de la
casustica espaola. Dece-

Por otro lado, mostramos en estas

pginas una serie de docu-

nas de militares fueron testigos de

excepcin de unos suce-

mentos oficiales excepcionales. La

Instruccin General Confidencial

sos incomprensibles que generaron

toda serie de recelos

en la cpula del Ejrcito. Las

maniobras de ocultacin de

IG 40/5, o lo que es lo mismo, la

normativa secreta de obligado cum-

la informacin realizadas en esos

cinco histricos das

plimiento en nuestras Fuerzas Armadas

en caso de aparicin de un

son clara muestra de la actitud de los

militares ante el ms

ovni. Adivinamos el rostro sorprendido

del lector al descubrir que en

apasionante y controvertido fenmeno

del siglo xx.

documentos secretos nuestro Ejrcito

habla de aterrizajes ovni, apa-
ricin de seres asociados al fenmeno,
efectos fsicos y electromag-

nticos provocados por ovnis o

materiales y restos procedentes de

un ovni. Una bomba informativa que

demuestra a las claras el ver-

A L RECUPERAR de los ms hondo de

los archivos los recortes y

viejas fotografas sobre lo ocurrido en

aquellas jornadas de

dadero inters y conocimiento de la

cpula militar de u n o de los

enero de 1975 no p u d e evitar q u e un

escalofro intenso me

grandes enigmas de nuestro tiempo.

recorriese de pies a cabeza. Con caras

de asombro y de expectacin

Adems, se muestran aqu algunos de los

expedientes que an

ante lo desconocido aparecan

retratados en esas instantneas dos

permanecern ocultos en los archivos

del Ejrcito del Aire. Casos

decenas de militares espaoles que

fueron protagonistas directos de
que continan clasificados por poner en
peligro la seguridad fsica

alucinantes encuentros con ovnis. En

aquellos ojos, en aquellos ros-

de los militares q u e intervinieron en el

suceso. Informes secretos

tros, se perciba ntido el reflejo que

slo irradian los que han estado

como el tiroteo contra un extrao ser

luminoso en el interior de la

ante algo fantstico e incomprensible.

Base Area de Talavera la Real

(Badajoz) o el ataque de un extrao
Y es que en una carretera burgalesa
preada de curvas, y en el

valo volador a unos radaristas

militares de Aitana (Alicante), son la

inmenso y desrtico polgono militar de

las Bardenas Reales de Na-

prueba definitiva de una realidad q u e

no puede seguir ocultndose

varra, haban ocurrido una serie de

sucesos que hay que considerar,

por ms tiempo. Aqu estn los testigos,

las fotografas secretas y los

por fuerza, como los ms importantes

acaecidos jams en nuestro

expedientes que oficialmente nunca

vern la luz.

pas en torno a los escurridizos ovnis.

No estamos hablando de visin de luces

en los cielos o captacin

en radar de ecos de procedencia

desconocida. No. Lo ocurrido con

un intervalo de apenas horas en dos

puntos del norte de nuestra

Pennsula es un problema mucho ms

grave. Ante las narices y
espantados ojos de miembros de nuestro
Ejrcito, gigantescos apa-

ratos, desafiando todas las leyes de la

aeronutica, haban decidido

posarse en tierra, demostrando de un m

o d o rotundo y desafiante su

existencia.

Esas fras noches del recin bautizado

1975 seran claves para

q u e los altos mandos del ejrcito

mostraran sus verdaderas intencio-

nes respecto al molesto enigma. El

hecho de que artefactos de ms
de diez metros de dimetro sean capaces
de internarse y besar el

arenoso suelo de nuestro ms vigilado

polgono de tiro, o incluso

piernas. Son las 0:25 horas de la

madrugada cuando Manuel Aguera

tengan la suficiencia de calcinar

trescientos metros cuadrados de

se apercibe de la presencia de una

estrella muy baja que comienza

terreno poniendo en peligro la vida de

cinco reclutas, fue sopesado
a vibrar. Ricardo Iglesias apunta que
aquello parece desprender des-

con recelo por las autoridades.

tellos azules y rosas y, algo extraados,

vuelven al vehculo para pro-

Y fueron ellas, absolutamente

convencidas de la extraa realidad

seguir su camino. Apenas transcurren

tres minutos cuando Manuel

que nos visitaba, quienes decidieron

mantener en la ms absoluta

vuelve a avisar a sus compaeros

sacando una mano por la ventana
confidencialidad estos hechos, este
brutal toque de atencin de los

sealando un punto en el cielo al tiempo

que exclama: mirad!,

ovnis a los militares espaoles.

mirad...!

Fue una semana histrica que comenzaba

con el impresionante

Algo desconocido ha trazado una curva

y ha cado a unos tres-

aterrizaje de cuatro objetos

desconocidos en la provincia de Bur-
cientos metros de d o n d e se
encuentran. El miedo se apodera de

gos...

ellos... ya que la luz parece haber q u e d

a d o a un palmo del suelo. Un

foco que a Ricardo Iglesias le recuerda,

por su intensidad, a los de

las torretas del campo de ftbol del

Sardinero.

1 de enero de 1975, 04:31 horas

En pleno silencio, sin nadie a la vista,

los cuatro soldados cruzan
la carretera y observan durante unos
instantes, sin dar crdito a sus

El bar Lotus, en Torrelavega, ha sido

designado como punto de

ojos, un cuerpo incandescente con forma

de tronco de cono que se

encuentro para Manuel Aguera, Ricardo

Iglesias y Felipe Snchez

encuentra flotando sin hacer el menor

ruido. Tiene dos metros de

que cumplen el servicio militar en la

Academia de Ingenieros del

largo y tres de ancho, y emite una

luminosidad amarillenta que ter-

Ejrcito en Burgos. Los tres montan en

un Mini Morris 850 de color

mina en cuatro resplandores blancos

estticos en la parte inferior.

blanco y, con la helada nocturna como

nico testigo, emprenden

Manolo y Jos estn muy impresionados

y deciden increpar a sus

camino en direccin a tierras castellanas

con el objetivo de presen-

compaeros para regresar al vehculo y

proseguir hacia Burgos; sin
tarse para acudir a la primera diana
del ao. El recorrido lo hacen

embargo, Felipe y Manuel estn

decididos a acercarse an ms al

a velocidad moderada, y en el cruce de

la N-623 con el pueblo de

misterioso objeto. Su mpetu y

curiosidad les hace internarse por el

Ontaneda recogen al cuarto soldado,

Jos Laso, que llevaba ya algn

campo y enfilar en lnea recta la

posicin del ovni. Se encuentran a

tiempo esperando en penumbra.

unos 200 metros cuando el artefacto se
apaga repentinamente y todo

Va al volante Manuel, camarero de

profesin, junto a l Ricardo,

vuelve a quedar b a a d o en
oscuridad. Transcurren unos segundos,

carpintero, y en las plazas traseras, y

prcticamente dormitando, via-

apenas diez, hasta que de nuevo, y de m

o d o sbito, aparecen cua-

jan Felipe y Jos, chapista y ganadero,

respectivamente.

tro misteriosas formas idnticas a la

primera iluminando con gran

Las continuas curvas les hacen ir muy

despacio al pasar por el

potencia todos los alrededores. Esto es

ms que suficiente para que

puerto del Escudo, a pesar de que

apenas hay trfico en ninguno de

la curiosa avanzadilla retroceda e inicie

una carrera hacia el Mini pre-

los dos sentidos de la va.

sa del pnico. Entre los cuatro ovnis

apenas hay separacin, perma-
neciendo casi unidos y balancendose a
tan slo unos centmetros

del terreno. A unos 800 metros aparecen

los focos de otro coche que

tambin se detiene en seco. Dentro del

Mini se producen escenas de

histeria provocadas por el deficiente

arranque, mientras que en el

El vaho se ha condensado en el
parabrisas y los ocupantes deci-

exterior las cuatro campanas volantes

comienzan a desprender

den desempaarlo cuidadosamente

mientras estiran un p o c o las

chorros de luz por su base. Tras varios

intentos, el vehculo se p o n e
en marcha y los aterrorizados reclutas
aceleran al mximo enfilando

la entrada de Quintanaortuo. En el
pueblo la soledad es absoluta,

y el temor, que les impide volver a

poner pie a tierra, les hace ale-

jarse a gran velocidad en direccin a

Burgos... dejando cada vez ms

pequeos a travs de los retrovisores a

los cuatro misteriosos obje-

tos que continan inmviles sobre el

campo alumbrando todo a su

alrededor.
La llegada a la Academia de Ingenieros
del Ejrcito fue precipi-

tada. Los cuatro soldados penetraron en

el despacho del coman-

dante Francisco Llorente recelosos,

pensando en las burlas que se

podan difundir si contaban su historia.

Tan slo el temor les empu-

Los cuatro soldados v el comandante

Llorente observan, al da siguiente del
aterrizaje.

j a confesar lo vivido a la altura del

kilmetro 14 de la carretera que
la huella calcinada de 300 metros
cuadrados. Oficialmente esta marca
jams existi.

u n e Burgos y Santander. Esa misma

tarde el propio comandante Llo-

rente interrogaba a los protagonistas y

les acompaaba al lugar del

rosceas y blanquecinas tean toda la

loma que daba al lugar del

incidente a la bsqueda de pruebas q u e

verificaran la extraordinaria

aterrizaje.

historia. Ya en el lugar, y acompaados

por varios campesinos de la

zona, comprobaron que en el punto

exacto donde flotaban los cua-

tro objetos apareca una huella de

gigantescas proporciones. Eran

casi trescientos metros cuadrados de

terreno completamente calci-

nado que, segn se comprob, deba

haber ardido haca muy pocas

Pocas horas despus del aterrizaje de

Quintanaortuo, y sin que

horas. Los labradores consultados

fueron tajantes: Los ltimos ras-
ninguna publicidad se le hubiese
otorgado al suceso, otro joven br-

trojos se quemaron en enero... y esto ha

sido hecho hace nada.

gales era aterrorizado por un objeto de

semejantes caractersticas a

El examen de la huella fue minucioso,

descubrindose la exis-

los observados en la cuneta de la N-623.

tencia de varios hoyos perfectamente

visibles repartidos a lo largo de

Carlos Izquierdo es un humilde vecino

del pueblecito de Solara-
toda la marca de calcinacin.
Indudablemente aquel pasto haba

na, lugar en donde, adems de las duras

tareas del campo, atiende

sido sometido a una altsima temperatura

y se haba quemado, tan-

el p e q u e o bar familiar.

to la hierba como gran parte de la tierra

hasta una considerable pro-

En la madrugada del 2 de enero,

aproximadamente a la una y

fundidad.
media, regresaba desde la cercana
Lerma a bordo de su viejo Renault-6.

A los pocos das, el investigador

burgals del CEI Malo Martnez

Iba confiado, ya q u e conoca

perfectamente la ruta, hasta q u e algo

descubra que no slo los cuatro reclutas

haban sido testigos del

parecido a un fuego apareci en el lado

derecho del vehculo. Era

incidente. Tambin el polica Jos Rivas

Riao, que a la misma hora

un intenso resplandor q u e le acompa

hasta penetrar en el pueblo

circulaba en la carretera hacia

Villarcayo, observ en compaa de

de Revilla Cabriada; all, flanqueado

por las edificaciones, la lumina-

tres personas cmo unos fortsimos

resplandores con tonalidades

ria se perda de vista. Pero cuando todo

pareca haber pasado, y en

el trayecto que una este pueblo con

Castrillo de Solarana, el res-
plandor volvi a hacer acto de presencia
colocndose encima de

unas choperas situadas a unos 200

metros de la carretera. Parece la

Los dos asombrosos sucesos acaecidos

en tierras de Burgos y

luna... pero esto no es normal, barrunt

Carlos Izquierdo que, algo

protagonizados por objetos muy

similares haban corrido como la

nervioso, pis a tope el acelerador del

R-6 hasta atravesar Castrillo

plvora por la Vieja Castilla. Y quiz

esa expectacin popular fue un

de Solarana y situarse a la salida del

pueblo. En ese lugar, en medio de

detonante para que el 9 de enero todos

los peridicos del pas repro-

la calzada, apag las luces y c o m p r o

b que una media luna rojiza

dujeran una histrica nota oficial. Era, ni

ms ni menos, que un

apareca silenciosamente por detrs de

una loma. Era un objeto sli-

comunicado de la Capitana General de

la VI Regin Militar d o n d e
do que haba q u e d a d o flotando frente
al coche como aguardando su

se daban todos los detalles de la

aparicin del 1 de enero en Quin-

previsible salida. En un alarde de

valenta, el burgals emprendi el

tanaortuo. En ella, y con gran lujo de

detalles, se relataba la viven-

solitario camino con aquel invitado

detrs. El ovni se coloc en el

cia de los cuatro soldados calificando

de OVNI lo observado por

lado izquierdo y as transcurrieron

cuatro kilmetros de angustia, en

los testigos.

los cuales Carlos opt por dejar atrs su

propio pueblo y proseguir

La conmocin de ese comunicado oficial

fue brutal en todos los

hasta una casa d o n d e resida su

primo, el agricultor Edelmiro Pozo.

sectores, y as, el 15 de enero, de las

dependencias del Aerdromo

Pero aquel fue un gran error, ya q u e en

las oscura carretera la media
de Villana parta un informe
confidencial en el cjue el teniente coro-

luna opt por aproximarse

increblemente al automvil y comenzar

nel y comandante militar areo de la

primera Regin Area haca

a realizar pasadas a muy pocos

centmetros de la baca. El cabello se

saber tres puntos esenciales para

comprender lo sucedido. En esas

me erizaba y un sudor fro me recorra

entero. Senta verdadero

tres conclusiones se dictaminaba que los

soldados iban sugestiona-

pnico confesaba el testigo al

reportero de La Gaceta del Norte

dos tras la visin de la primera estrella

y que era muy extrao que

J. J. Bentez, aquello cambiaba de

color, unas veces al rojo y otras

los cuatro testigos coincidieran

absolutamente en las descripciones

al amarillo... En un momento dado,

viendo que aquel aparato se

de los artefactos luminosos...

me echaba encima, decid sacar el
brazo por la ventanilla y comen-

Ese extrao giro por parte de las

autoridades militares coincidi

zar a hacer gestos para hacerles

comprender que era amigo...

con la publicacin en La Actualidad

Espaola de un artculo del

El coche ya no daba ms de s, a 110

kilmetros por hora se pre-

entonces joven reportero Pedro J.

Ramrez sobre el asunto del aterri-

cipitaba por la comarcal con el objeto

iluminando los campos como

zaje. Otros periodistas, a raz de esa

informacin, fueron invitados a

si fueran las doce del medioda.

Finalmente, el asustado testigo lleg

desistir de sus indagaciones porque ya

se haba aireado demasiado

hasta el domicilio de Edelmiro Pozo,

quien no d u d en saltar de la

el asunto...

cama y plantarse en la calle tras or los

angustiosos gritos de Carlos
Casi 20 aos despus, en octubre de
1993, se desclasificaban, es

Izquierdo. El ovni, en actitud desafiante,

haba q u e d a d o esttico a

decir, salan a la luz de forma oficial,

los papeles del Caso Quinta-

unos cien metros de la casa y as se

mantuvo durante casi una hora

naortuo, y en ellos lo q u e ms llam

la atencin de los investiga-

y media ante la sorpresa de los dos

burgaleses.

dores fue el apartado de conclusiones en

el que se reflejaba que: El

A la maana siguiente toda Solarana

saba de la aventura vivida

lugar donde supuestamente tuvo lugar

el avistamiento fue inspec-

por Carlos Izquierdo... y lejos de dudar

salieron nuevos testigos como

cionado al da siguiente, no
encontrndose nada anormal en el

Basilio Barbero y Mximo Delgado, que

tambin haban observado

terreno... Una frase que obviaba las

muchas imgenes de los soldados
la media luna rojiza sobrevolando los
campos desde Castrillo de

y del propio Comandante Llorente

examinando las extraas marcas en

Solarana...

el lugar del avistamiento. Marcas que,

segn confirmaron otros inves-

tigadores, perduraron ms de cinco

meses perfectamente visibles.

El informe oficial, sin embargo, no

consider anormal esta cir

mando, cruzando rpidamente los

montculos y desniveles cercanos
cunstancia y as dio carpetazo a un
asunto en el que se pona en

al cuartel. Al cabo de cinco o seis

minutos, con la nica presencia de

entredicho la honradez de cuatro

reclutas de la Academia de Inge-

un testigo cada vez ms inquieto,

comenz a elevarse lentamente,

nieros, de un comandante y de un
polica. Un informe que, en defi-

desprendiendo un tortsimo resplandor

por la parte inferior. Alar-

nitiva, intentaba a la desesperada ocultar

cualquier atisbo de verdad

mado, sabedor de que aquello no poda

tratarse de ningn avin

en torno a dos jornadas inolvidables en

las que algo desconocido

despistado, el recluta avis a los

compaeros que pernoctaban en

decidi aproximarse a las solitarias

llanuras castellanas.

el interior de la torre. Aquello se

estaba desplazando, atravesando

el polgono en direccin a la torre

auxiliar. Eran ahora cinco los sol-
dados que se erguan en el puesto de
vigilancia, atemorizados, afe-

Sobre las Bardenas Reales

rrndose a los fusiles al ver cmo la

luminaria rojiza se les colocaba

frontalmente e iba recortando

inexorablemente los metros q u e le

El veterano y afable uflogo Ignacio

Darnaude no se corta un

separaban del eventual refugio. Cuando

los reclutas esperaban el

pice al afirmar que esto de los ovnis es

como un inmenso teatro del
encontronazo sbito con aquel aparato
llegado de ningn lugar, la

cual slo somos meros espectadores.

Totalmente de acuerdo con el

misteriosa luz, como por arte de magia,

realiza un brusco giro de

b u e n amigo sevillano.Y ms al
recordar q u e en la puesta en escena

noventa grados a velocidad de vrtigo

por encima de la torre principal,

que nos ocupa an quedaba un segundo

acto. El lugar elegido fue

llenando de pavor a un quinteto que slo

acierta a observar cmo el

el Polgono de Tiro de las Bardenas

Reales, en Navarra. Una autn-

ovni se eleva por encima de sus

cabezas. Transcurrieron unos segun-

tico fortn militar que horas despus de

los sucesos de Burgos iba a

dos. Aquel visitante inoportuno se haba

esfumado sin dejar rastro.

ser violentado por extraas maquinarias

que sembraron el pnico

Raudos, descuelgan el telfono para

informar de lo sucedido al sar-
entre los soldados de guardia y sus
superiores. Si el suceso de Quin-

gento Aranda suboficial de servicio

que se encontraba en el

tanaortuo se produjo en pleno campo y

junto a la carretera nacio-

acuartelamiento. Segn pudimos

indagar, sta fue la conversacin

nal 623, los osados ovnis quisieron

hacer un ms difcil todava y

exacta que se produjo en aquel confuso

instante:

penetrar en las mismsimas entraas de

un recinto militar dotado con

Oiga, mi sargento, hay una luz

extraa que acaba de pasar

las mximas medidas de seguridad...

por encima de nosotros. Debe ser un

ovni de esos... coment el

cabo an sin reponerse del susto.

2 de enero de 1975, Polgono de Tiro

de Bardenas Reales, 22:55 horas

Un ovni?, pues se lo cuelgan

ustedes de los cajones espet

el marcial suboficial.
Aquella fra noche del jueves tan slo el
glido viento quebraba

El asunto pareca zanjado. La negativa

del m a n d o superior haba

la rutinaria monotona. Un joven cabo

prestaba servicio en el exte-

d a d o un simblico finiquito a lo
sucedido. Lo que no supona la

rior de la torre principal, recndito

lugar diariamente usado como

intrigada tropa es que a las 23:20 horas

un nuevo y desconocido

campo de b o m b a r d e o por los cazas

americanos y espaoles de la

objeto volvera a aparecer en el mismo

lugar. Ante la histrica insis-

Base Area de Zaragoza. Sus

prismticos dominaban, como cada

tencia de los soldados, el sargento

decidi subir hasta un montculo

noche, los infinitos y oscuros desiertos

de esa solitaria regin nava-

cercano para, provisto de unos potentes

prismticos, comprobar las

rra de forma pausada, sin nada anmalo

que inmutara aquella silen-
afirmaciones. Segn reza el informe
oficial, recientemente desclasi-

ciosa tranquilidad.

ficado por el Ejrcito del Aire, el

artefacto tena forma de taza inver-

Eran las 22:55 horas cuando se

incorpor sbitamente. Sin el

tida con luces blancas en la parte

inferior y superior, y luces mbar

menor sonido, una extraa luz roja,

inmvil, intensa, se estaba aproxi-

y blancas intermitentes en los costados.

El objeto, con unas climen-
siones semejantes a las de un camin,
permaneci en el lugar duran-

incomodo asunto. Aquel veredicto no

convenci a casi nadie, y

te unos treinta minutos, emitiendo un

chorro de luz intermitente que
menos a Faustino Laborda, cronista del
diario vespertino Aragn

iluminaba el estril suelo del polgono

dirigindose despus, como

Express, q u e levant la liebre. Segn n

o s cont este veterano repor-

haba ocurrido en la primera aparicin,

hacia la torre auxiliar, desapa-

tero, no sin cierta nostalgia, los militares

haban querido echar tierra

reciendo en direccin norte en el ms

absoluto de los silencios.

sobre el suceso: Lo primero que

hicieron fue taparlo todo; yo fui al

Todos los componentes de aquel

destacamento estaban conven-

polgono junto con un fotgrafo y no

nos dejaron obtener nada. Nos

cidos de lo que haban visto, y el pacto

de silencio fue la primera

dijeron que haba algo pero que tenan

terminantemente prohibido

medida tomada entre ellos para paliar lo

que podra ser una autn-

decir nada. Todo pareca estar bajo la

inquisidora mirada del secre-
tica psicosis en aquel alejado lugar.

to oficial. Ese silencio forzado fue el

que hizo que las primeras cr-

A pesar de las precauciones y el tacto

con el que se trat la espi-

nicas de Faustino Laborda desataran

todo tipo de rumores, no slo

nosa informacin, los ovnis, sin p u d o r

alguno y como queriendo

en las poblaciones cercanas, sino en

todo el pas, provocando que

mostrar su pblica evidencia, volvieron

a hacer acto de presencia,
en los das posteriores prensa, radio y
televisin dedicaran parte de

como veremos posteriormente, sobre el

solitario polgono de tiro.

su tiempo a informar sobre lo

acontecido en aquel desrtico paraje.

A las pocos das la prensa se hizo eco

de los extraos sucesos,

Los aos pasaron y poco ms se supo de

los ovnis de Bardenas

provocando un gran revuelo en la

opinin pblica. Ante esa tesitu-

Reales. La posibilidad de q u e un
artefacto desconocido aterrizara en

ra, en un histrico comunicado oficial,

la Tercera Regin Area noti-

pleno campo militar pas a mejor vida,

engrosando, como tantas

ficaba la apertura de diligencias

informativas. Finalmente, el 8 de

otras veces, los hermticos archivos del

Ejrcito del Aire.

enero, y a travs de la agencia Cifra, el

Ejrcito del Aire afirmaba que

los fenmenos han sido provocados por

el reflejo de la luna al atra-
vesar la capa de nubes. De esta forma
se daba carpetazo final al

El Ejrcito r o m p e el silencio

Fue el 13 de julio de 1994 cuando el

Mando Operativo Areo

decidi dar fin a casi dos dcadas de

secretismo, poniendo a dispo-

sicin de la opinin pblica veintinueve

folios que formaban el

polmico expediente oficial del Caso

Bardenas. El informe est

compuesto por dos investigaciones

paralelas, llevadas a cabo por un
teniente-juez informador del Sector
Areo de Zaragoza y por un

comandante-juez de la Tercera Regin

Area.

En el documento se analiza
exclusivamente el caso del 2 de enero

de 1975, recogiendo los testimonios de

los soldados que presencia-

ron la aparicin sbita del ovni

incluyendo un croquis de la obser-

vacin y la interpretacin personal del

teniente general jefe de la

Tercera Regin Area, para quien las

luces o efectos de luz observa-

dos pueden haber sido producidos por

el balo de la luna, luz de

alguna estrella, o de algn tractor

cercano al atravesar algunas de

Torre de vigilancia del Polgono

militar desde la que se dio la voz de
alarma tras la

las capas de niebla o bruma que

intermitentemente pasaban sobre

aparicin del ovni.

el polgono, provocando un efecto

ptico que baga creer en la exis-
tencia de un cuerpo iluminado. Esta
desconcertante explicacin

ibrica. Intentar rescatar la informacin

no contaminada era el ni-

aparece firmada el 11 de enero de 1975,

antes de que las investiga-
co objetivo que me propuse una fra
maana de enero junto al perio-

ciones hubieran concluido, ignorando el

segundo aterrizaje acaecido

dista y reportero Bruno Cardeosa. Y la

tarea no iba a ser, para nues-

durante la madrugada del 5 de enero y

pasando por alto las descon-

tra desgracia, nada fcil.

certantes maniobras efectuadas por la

taza invertida en el polgono

durante aquella larga noche. Son

conclusiones que para nada corres-
p o n d e n a las explicaciones
propuestas por la Tercera Regin Area.

21 a o s despus: declaran l o s
testigos

Cmo es posible que la luna hubiera

provocado el fenmeno si an

no haba hecho su aparicin esa noche

sobre el polgono, tal y como

Las peripecias del destino hicieron q u e

la misma noche del 2 de

rezan las cartas astronmicas? Desde

cundo una estrella es capaz

enero de 1996 exactamente 21 aos

despus del primer suceso de

de aterrizar y posteriormente sobrevolar

el polgono efectuando

Bardenas planeramos una inminente

visita a la franja navarro-

bruscos giros en pleno vuelo? Y acaso

es un tractor capaz de elevar-

aragonesa, dispuestos a entrevistarnos

cara a cara con los hasta

se vertiginosamente desapareciendo en
cuestin de segundos?

entonces annimos protagonistas de

aquellos increbles aterrizajes.
Examinado minuciosamente el
expediente, quedaban al descu-

Jams haban aparecido en pblico,

nadie saba q u haba sido

bierto numerosas incongruencias que era

necesario desentraar. La

de los soldados que fueron escoltados

por la media luna roja

verdad sobre el Caso Bardenas

pareca estar muy lejos de lo pre-

durante aquella fra noche del 75. El

hecho de que los nombres de

tendido por los responsables del

proceso de desclasificacin. Expe-

estos testigos de excepcin hubiesen

permanecido en el ms abso-

dientes tergiversados, informaciones

falsas, sucesos ignorados,

luto de los anonimatos nos hizo

replantearnos, cuando nuestro coche

maniobras de disuasin y un largo

etctera de irregularidades man-

rodaba ya al encuentro de las llanuras

aragonesas, el desistir ante tan

tenan el secretismo en u n o de los

sucesos clsicos de la ufologa
complicada aventura. Pero una vez ms,
como norma comn por la

que siempre acabamos apostando los

irresponsables reporteros

que a estos menesteres nos dedicamos

en cuerpo y alma, decidimos

confiar en... llammoslo la intuicin.

Con el cuaderno en blanco y

muy pocas pistas que seguir, devoramos

los 500 kilmetros q u e nos

separaban de la histrica villa de Ejea

de los Caballeros, deseosos de

enfrentarnos al misterioso enigma y su

posterior silenciamiento. All,

y si nuestros datos no eran errneos,

podramos toparnos con quie-

nes vivieron todo aquello y visitar el

lugar de los hechos.

Nuestros primeros pasos en la capital de

las Cinco Villas transcu-

rrieron en diversas barriadas apretadas

ante el molesto y glido vien-

to que no dej un minuto de

acompaarnos. Las negativas sistem-

ticas de los vecinos hicieron que nuestro

eufrico estado inicial
sufriera un brusco mazazo.

Indudablemente, y nos dimos cuenta tras

varias horas de paseo,

estbamos persiguiendo a personajes

que no existan... a identidades

Informe oficial desclasificado en el que

se adviene que en el lugar de los
hechos no

absolutamente errneas que nos

cercaban irremisiblemente en un

se encontr nada anormal.

callejn sin salida. Y tan cerca me sent

de ese negro tnel, q u e en
ms de una ocasin quise regresar al
coche para desanclar el cami-

de luz blanquinoso- perfectamente

visible que sala del sue-

no, profundamente resignado y enfadado

conmigo mismo.

lo, dirigindose hacia arriba. Estuvo

all cerca de tres cuartos

Pero al fin, y tras muchas horas de

intensa bsqueda, de un

de hora.

m o d o esperpntico e increble, lleg

hasta nuestros odos el nombre
de un viejo local de Ejea, el recoleto
Bar Brasil, emplazado en una

El soldado Martnez llam al cabo, que

se encontraba en la par-

de las ms cntricas calles de la

localidad. Y cuando casi dbamos

te inferior de la torre y q u e tambin p u

d o observar con gran nitidez

por concluida nuestra primera jornada

en aquellas glidas tierras,

el inslito fenmeno. A los pocos

minutos llegaron en dos Land

nos encontramos en una de las mesas de

aquel lugar con Vicente

Rover hasta la misma torre otros

soldados acompaados por varios

Martnez, de 39 aos y que, segn

nuestros datos, podra conducir-

de sus cargos superiores. Se estaba

produciendo un increble des-

nos a algn testigo del legendario caso.

Nada alentadora fue su ini-

pliegue en plena madrugada con el fin de

averiguar la procedencia

cial mirada de desconfianza; nadie,

durante dos dcadas, se le haba
de aquel extrao merodeador. En ese
momento, segn nos comen-

acercado para preguntarle sobre

semejante asunto. Pero sus prime-

taba Vicente Martnez, el haz

blanquinoso se volvi a levantar hacia

ras palabras casi nos hacen estallar de

jbilo: S, yo fui el primero en

arriba, convirtindose en una especie

de esfera opaca de gran

verlo, yo estaba en la garita cuando

ocurri. Pero aquello se inten-

tamao, anaranjada primero y luego

rojo fuerte, que desapareci,

t ocultar, sentenci mientras apuraba

su cerveza sin quitar ojo al

acelerando de repente a gran velocidad

perdindose por encima del

monitor de televisin.

acuartelamiento.

Y la alegra, incontenible, hizo que

afinsemos todos los senti-

Aquel foco de luz, nos asegur Vicente,

haba dejado una huella

dos. Una vez ms, mi grabadora se

coloc ante u n o de esos testigos

sobre el terreno. Es ms, tras

desaparecer el disco rojizo hacia el

que han estado a pocos metros de lo

imposible y sent una sensa-

este, los soldados y los superiores

llegaron hasta el lugar del presu-

cin, mezcla de emocin y nervios, al

comprobar que habamos

mible aterrizaje del objeto descubriendo

impresionados como una

dado con la pista correcta para

profundizar en aquel apasionante
extraa huella circular de unos 10
metros de dimetro flanqueada

misterio.

todava por las llamas. Los ocho

expedicionarios tuvieron que afa-

Vicente, testigo de excepcin que ha

permanecido en silencio

narse para sofocar el enigmtico fuego q

u e brotaba del mismo sue-

hasta ahora, se encontraba cumpliendo

el servicio militar en el cita-

lo. Inexplicablemente la tierra haba q u

e d a d o calcinada hasta una
do polgono en aquellas sealadas
fechas. Segn nos relat, haca

profundidad de 10 centmetros, hecho q

u e conmocion a la asusta-

guardia en el exterior de la Torre

Principal la noche del 5 de enero de

da compaa. El descubrimiento de
aquella misteriosa marca sobre

1975, momento en el cual se produjo el

segundo incidente, precisa-

el terreno, certificado a la maana

siguiente, puso en guardia a las

mente aquel que con ms vigor se haba

intentado silenciar. Seguro

autoridades militares del polgono y de

la Base Area de Zaragoza:

de s mismo, consciente de que lo que

sus ojos vieron ni era fbula,

Durante varios das nos hicieron

patrullar alrededor del lugar para

ni era fcil de explicar, comenz a

relatarnos su particular vivencia

impedir que alguien se acercase a la

huella. Ni tan siquiera a nosotros

tantos aos mantenida en cuarentena:

se nos tena permitido acercarnos all.
Dos o tres das despus, el

teniente jefe nos reuni a todos los

soldados, incluso a los que esta-

Estaba en la torre, hacia la una de la

madrugada, cuan-

ban de permiso, y bajo amenaza de

arresto nos impidi hacer nin-

do la radio comenz a orse mal, con

interferencias, con unos

gn tipo de declaracin. Nos dijo que

el caso estaba cerrado y que

ruidos muy extraos. Eran radios que

nos prestaban los ame-

la huella haba sido producida por

unos cazadores furtivos, aun-

ricanos y era rarsimo que ocurriera

esto. Intentaba arreglar-

que esto era falso. Nos llegaron a

registrar las taquillas y nos requi-

la y fue entonces cuando vi en la zona

de blancos un haz

saron las cmaras fotogrficas.

mientras viva. l se encontraba en una
de las habitaciones del cuar-

tel y desde all p u d o divisar el inusual

fenmeno. Los frenticos gri-

tos de sus compaeros exclamando: El

ovni !, el ovni! lo pusieron

en guardia:

Yo ya lo vi subiendo hacia arriba

nos confesaba convenci-

do de que aquello q u e vio no poda ser

ningn aparato normal

era de un color rojizo, parecido al

butano, desplazndose silencio-
samente en direccin a Zaragoza. Yo
no puedo decir a ciencia cier-

ta lo que era, pero lo que s que es

seguro es que aquello se pos all,

dejando su marca sobre el terreno.

Gilabert haba confirmado punto por

punto todo lo que nos

haba anticipado Vicente Martnez.

Incluso el ms delicado de todos

y que confirmaba la existencia de

rdenes estrictas para silenciar el

caso:
Vicente Martnez: "Tras el

Normalmente hacamos todos los

das recogida de materiales

suceso tos encerraron

en el polgono, pero al da siguiente no

lo hicimos, no nos dejaron

en una. dependencia

y los altos mandos nos

acercarnos al crculo quemado. Yo

estaba en aquella reunin en la

confiscaron basta las

que el teniente-jefe del polgono nos
reuni a todos, incluso a los que

cmaras-.

estaban de permiso, para decirnos que

lo negramos todo, que

silenciramos el asunto. ramos

jvenes y, lgicamente, ante la

Antes de dar por finalizada nuestra

reunin, Vicente Martnez

amenaza de quedar arrestados,

preferimos seguir las rdenes estric-

principal testigo del segundo

aterrizaje en las Bardenas Reales
tas. A pesar de todo, entre nosotros s
hablbamos de la aparicin

nos puso sobre la pista de otros dos

soldados presentes la noche de

del ovni, que si poda ser aquello, o lo

otro...

autos. Vicente no slo nos haba puesto

al tanto de lo acaecido

Como pudimos comprobar, el paso del

tiempo ms de dos

durante toda la segunda noche, sino que

nos proporcion adems

dcadas no ha impedido que alguno

de los testigos siga acatando

datos concretos acerca de la huella. Y lo

que es ms importante, con

las rdenes de sus superiores.

Asombrados, pudimos ver c m o la

su declaracin las coacciones de los

altos mandos haban q u e d a d o

orden del silencio a toda costa segua

calando h o n d o entre quienes

al descubierto. Nada de esto

curiosamente apareca en el informe

vivieron aquellos extraos incidentes

hace ms de veinte aos. Este
oficial.

era el caso de Roberto Bericat, a quien

tambin pudimos localizar y

que, visiblemente nervioso,

desconfiando de nuestras intenciones,

mantuvo su versin de los hechos:

Nos mandaron callar a todos

Yo no creo en este tipo de cosas

insista una y otra vez, all

se vean cosas todos los das y luego

resultaban ser reflejos, pero

Encontramos a Blas Pedro Gilabert en

su comercio enclavado en

aquella huella fue causada por unos

cazadores furtivos. El testimo-

el corazn de Ejea de los Caballeros. A

pesar del tiempo transcurri-

nio de Bericat contradeca a la lgica:

Cmo iban a encender una

do, an guardaba ntido el recuerdo de

la ajetreada noche del 5 de

hoguera unos cazadores furtivos?

Adems, segn supimos, era prc-

enero de 1975. Es algo que, segn

confes, jams podr olvidar
ticamente imposible encender fuego
sobre aquellas estriles y secas

tierras. El relato de este testigo fue

enredndose hasta hacerse incre-

ble. Bericat, que, segn coinciden sus

compaeros, estaba en la cen-

tralita del cuartel durante la noche del 5

de enero, acab confesan-

do que aquello no era muy normal, y no

era posible que hubiera

sido provocado por cazadores furtivos,

intentando convencernos de

que estuvo de permiso durante aquellas

jornadas para no tener que

seguir dndonos ms incmodas

explicaciones.

Ricardo C a m p o s Pecino:
Tuve q u e cortar c o n t o d o
aquello

Conforme avanzbamos en nuestro

peregrinar a la bsqueda de

las claves q u e desentraaran el extrao

asunto, ms fuerte se haca

la necesidad de localizar al teniente jefe

del polgono de Tiro de Bar-

Ricardo Campos Pecino, teniente en

jefe del polgono, fue el encargado de
frenar

denas Reales, u n o de los personajes

fundamentales de la trama, que,
toda la psicosis ovni generada en uno
de los recintos ms vigilados del pas.

como el resto, haba permanecido oculto

tras una densa cortina de

silenci. Era el hombre que, segn todos

los testimonios, orden

mantener en secreto lo acontecido en

aquellas noches.

exterior cuando el ovni ya haba

desaparecido, pudiendo observar

Sus labios haban permanecido sellados

hasta la maana del 8 de

solamente el astro de nuestro satlite.

enero de 1996. Cuando nos sentamos
frente a Ricardo Campos Peci-

A lo largo de nuestra entrevista, el

teniente jefe neg la existen-

no, de rostro serio a la antigua usanza,

en una cntrica cafetera de

cia de un segundo caso y la presencia de

huellas sobre el terreno.

Zaragoza, supimos q u e era una

oportunidad nica. Nos encontrba-

Slo admiti que se haba generado una

psicosis de luces que me

mos ante un hombre que orden silenciar

el aterrizaje de un objeto

oblig a cortar con todo aquello. A

pesar de que los soldados lo

volador no identificado en un polgono

de tiro del Ejrcito. El alto

recordaban perfectamente, Campos

Pecino no quiso declarar al res-

m a n d o recordaba perfectamente la
historia. Pocas veces, segn nos

pecto de cmo haba silenciado a la

revolucionada compaa. Sin

confes, se haba vivido tanto ajetreo en

la vetusta instalacin.
embargo, mantena fresco en su memoria
el lento proceso de la

Fue un gran revuelo que yo siempre

recordar de mi vida

investigacin oficial:

como militarnos asegur. Guardaba

perfectamente en la m e m o -

Primero enviaron a un teniente

informador del sector areo,

ria cmo haban transcurrido aquellas

ajetreadas jornadas; era jue-

pero el ministro, Mariano Cuadra

Medina, dijo que no, que quera
ves 2 de enero, estaba escuchando la
radio en mi cuarto, cuando a

que fuera hasta all un instructor del

Estado Mayor. Es cuando vino

las 23:30 horas me llaman y me

advierten que hay extraas luces

el comandante Fernando Zamorano. l

habl con los soldados y me

en el polgono, me visto corriendo y

salgo con unos prismticos y

espet al salir: oye, Campos, que a

m no me has contado todo,

subo hasta un montculo cercano. Pude

comprobar que efectiva-

dicen los soldados que aqu hubo ms

luces otras noches!. Poste-

mente haba una luz, pero conforme se

van disipando las nubes veo

riormente me llam Franco Iribarne-

Garay, teniente general jefe de

que se trata de la luna. Ricardo

Campos, tal y como dej escrito en

la Tercera Regin Area, que estaba

reunido con Zamorano, para

un informe que entreg en Zaragoza a la

maana siguiente, sali al
preguntarme en qu se quedaba todo
esto. Yo le dije: Mire usted, mi
se dio de que "aquello haba sido la
luna era para tranquilizar a

general, yo seguridad no iengo, pero

uno de los soldados me lleg a

los ciudadanos, pero todos sabamos

que era falsa.

decir que ojal los hubieran matado

para que as les creyeran. Lo

Era indudable, durante las noches del 2

y 5 de enero de 1975,

cierto es que ellos perjuraban y

perjuraban.

que algo desconocido se haba paseado

impunemente por el inmen-

so y solitario Polgono de Tiro de

Bardenas Reales, frontera natural

Coronel Fernando Zamorano:

entre Navarra y Aragn. Algo que, segn

describan los soldados,

maniobraba de forma desconcertante y

que se lleg a posar sobre el

Aquello era una tecnologa

desconocida

suelo calcinando una extensin de rida

tierra.
Los increbles sucesos acaecidos en
aquellas dos largas jornadas

Meses antes habamos tenido la fortuna

de poder charlar con el

parecan destinados a dormir el sueo

eterno, engrosando como

coronel Fernando Zamorano, encargado

de la realizacin del infor-

tantos otros el polvoriento y viejo

archivo de las enigmas pendien-

me oficial. Nos narr cmo haba

entrevistado a los testigos y nos dio

tes. Por fortuna, nuestra investigacin

iba a servir para algo; romper

su impresin personal sobre lo

acontecido. Este hombre afable, de

el silencio impuesto desde las ms altas

autoridades de la poca.

dilatada experiencia en el mbito

militar, no tuvo reparos en confe-

Y la informacin, una vez ms, era el

nico m o d o de reflejar de nue-

sar que: Por las maniobras que el

objeto realizaba no poda corres-

vo una realidad maquillada, quin sabe

si por miedo, por parte de
ponder una tecnologa conocida. Era
realmente inaudito or seme-

nuestros mandos militares.

jantes declaraciones a un alto m a n d o

militar, pero Zamorano an fue

ms all al confirmarnos que: Me limit

a tomar declaracin a los

testigos, sin dar explicacin a nada,

pero la conclusin oficial que

Otro revelador

cuestionario secreto en el

que se incluyen formas

absolutamente inusuales

para lo que, sobre

el papel, se reduce a

observaciones de Venus,

a luna, etc.

Ficha- El Ejrcito del Aire espaol es

el organismo oficial que

ms informacin posee sobre el

fenmeno ovni A pesar
de que en 1992 se decidi a
desclasificar u ofrecer el con-

tenido de sus archivos a la opinin

pblica, las dudas y el

recelo acerca de si nos cuentan toda la

verdad contina

entre los investigadores civiles. El autor

nos ofrece las nor-

mativas secretas y varios documentos

confidenciales que

demuestran la existencia de una serie de

impresionantes

sucesos que jams vern la luz.

N os OCULTA EL EJRCITO
informacin sobre los ovnis? Esa pre-

gunta debe ser la ms antigua y la

primera que muchos se

hicieron nada ms conocerse el enigma

de los platos vola-

clores. Dar respuestas es complicado,

pero ante esta cuestin uno

p u e d e exclamar sin ningn temor,

rotundamente S.

Yo no lo tena muy claro hasta que

alguien puso en mis manos

un dossier secreto d o n d e se recoga la

llamada Instruccin General,

de carcter confidencial, IG 40-5.

Despus de leerla y releerla no me

quedaron ms dudas. Nuestro Ejrcito

conoce de sobra el problema

ovni y, es ms, hace gala de estar al da

hasta en los ms mnimos

detalles que conciernen a este enigma.

En 1992 el MOA (Mando Operativo

Areo) declar que comen-

zaba el proceso de ofrecer la

informacin acumulada en los archivos
durante las tres dcadas en las que se
clasific el asunto de los ovnis

como Materia Reservada. Y los

resultados fueron decepcionantes.

Los investigadores civiles conocamos

sucesos, e incluso habamos

hablado con los propios protagonistas

militares de stos, q u e no

aparecan por ningn lado.

Curiosamente, algunos de ellos repre-

sentaron un peligro fsico para los

propios testigos. Como muestra

bien valen dos de ellos. La punta de un

iceberg que imagino segui-

r inmerso en los interminables archivos

no desclasificados del Ejr-

cito del Aire. Acced a sus documentos

y fotografas en mayo de 1998

y se gener un gran revuelo cuando los

di a conocer. Eran muestras

evidentes de que continuara habiendo

"expedientes malditos que

Ante la concordancia en los testimonios,

el grupo decidi llamar
por un motivo u otro no veran jams la
luz. Un duro revs para

a las dependencias donde a aquellas

altas horas ele la madrugada

aquellos militares e investigadores

asociados que nunca se cansaron

descansaba el cabo Pavn. Este, tras

escuchar atentamente el relato,

de repetir que absolutamente hasta el

ltimo papel ha salido de los

les orden que inspeccionasen

minuciosamente la zona de los

archivos. Difcil de creer cuando u n o

tiene delante documentos,

hechos para cerciorarse del cese de las

anomalas.

imgenes y pruebas de sucesos como el

de Talavera la Real (Bada-

joz) y el Radar Militar de Aitana

(Alicante)...

Un espectro descomunal

Disparos contra un gigantesco ser

En compaa de un perro-lobo
adiestrado recorrieron las inmedia-

ciones del lugar d o n d e se escuch el

silbido realizando un recorrido

Lugar: Dependencias de
almacenamiento de combustible de la
Base

en lnea y paralelo a la tapia sur de la

Base Area. A unos 300 metros

Area de Talavera la Real (Badajoz).

de las garitas notaron cmo se formaba

un remolino en unos euca-

Fecha: 12 de noviembre de 1976.

liptos muy prximos a la pared de

ladrillo, apuntando las tres armas
Hora: 1:45 horas.

instintivamente hacia dicho rincn. Al

mismo tiempo, el perro adies-

Testigos: Jos Mara Trejo, Juan

Carrizosa Lujn y Jos Hidalgo.

trado comenz a ladrar rabioso y se

dirigi sin titubeos hacia la zona

oscura existente entre la arboleda y la

tapia. Segundos despus el

Los soldados Trejo y Carrizosa se

encontraban en sus respectivas

animal regresaba aturdido y mareado sin

emitir un solo gruido, v
garitas de vigilancia distanciadas en
lnea recta por unos 60 metros,

comenzando a dar vueltas aullando hasta

finalizar desplomnelose

cuando percibieron, de un m o d o ntido

y al unsono, un extrao

tras ele los soldados.

sonido que comenzaba a elevarse

progresivamente. Lo describieron

Al ser conscientes ele lo extrao ele los

hechos, Trejo, Carrizosa e

como un silbido agudo y penetrante q u e

incluso llegaba a hacer
Hidalgo decidieron dar el alto al
unsono convencidos de q u e algo

dao a los odos.

o alguien se haba introducido en la base

y en aquellos momentos

Tras cinco minutos en los que se

escuch ininterrumpidamente,

se ocultaba en dicho rincn.

el sonido ces producindose un efecto

de acercamiento hacia el

Repentinamente, y a unos 15 metros a la

espalda ele los soldados,
puesto de vigilancia que ocupaba el
soldado Jos Mara Trejo.

apareci una luz verdosa. Tras girarse,

los testigos presenciaron algo

Hasta dicho lugar se desplazaron los dos

soldados portando

q u e identificaron como una figura

humana de dimensiones gigan-

armas automticas reglamentarias y

municin, vindose sorprendi-

tescas y tronco muy robusto que flotaba

en la oscuridad.

dos de nuevo por el extrao silbido, que

comenz a escucharse con

La cabeza del ser era pequea en

comparacin del resto del

gran estruendo, procedente de unos

matorrales muy prximos a una

cuerpo e iba envuelta en una especie ele

halo o casco. En ningn

tapia que delimita las instalaciones

militares de la carretera general.

momento pudieron observar los pies ni

las piernas. El humanoide

Al mirar hacia el cielo observaron

ambos cmo una luminaria
iba protegido por una especie de huso y
tena los brazos en cruz,

blanquecina semejante a una bengala se

elevaba en silencio y parta

apareciendo stos cortados a la altura

ele las muecas y sin percibir-

con gran rapidez en direccin Badajoz.

En aquel momento hizo acto

se en ningn momento la existencia de

manos.

de presencia el soldado encargado de

vigilancia general, Jos Hidal-

Jos Mara Trejo fue invadido por un

mareo o desfallecimiento

go, quien visiblemente nervioso

pregunt a los dos soldados si haban

en el preciso instante en el que se

dispona a descargar la ametralla-

observado el fenmeno luminoso.

dora contra el intruso, desplomndose

instantneamente sobre el
Jos Hidalgo, soldado de la

Base Area de Talavera la

Real (Badajoz), muestra

Talavera la Real (Badajoz).

uno de los proyectiles que

Los soldados Trejo y

fueron disparados contra

Carrizosa en el lugar de los

el extrao ser luminoso

hechos y con el mismo perro

aparecido junto a la zona

que la noche del

de combustible del recinto

12 de noviembre descubri

militar en la noche de

al intruso.

12 de noviembre de /976.

suelo, perdiendo la visin y gritando,

segn confirmaron sus com-

expertos en balstica de las Fuerzas

Armadas dictaminaron q u e las
paeros, la exclamacin: A tierra...
que nos matan!.

dos ametralladoras s haban sido

utilizadas esa noche.

El soldado Jos Hidalgo, en un acto

instintivo, dispar en una

Segn se p u d o averiguar tiempo d e s

p u s , dos automviles

rfaga las veintin balas que portaba en

el cargador. Instantes des-

Seat 124 conducidos p o r civiles fueron

ametrallados en su parte

pus repiti la operacin Juan

Carrizosa, comprobando ambos que

lateral derecha sin producirse vctimas.

Estos vehculos circulaban

los proyectiles traspasaban al ser y que

ste, en apenas segundos,

por la antigua nacional V en paralelo a

la base y, tras saltarse un

comenzaba a mitigar su luminosidad

hasta desaparecer tras emitir

control establecido en dicho tramo de la

va, recibieron varios

un flashazo verdoso que los testigos

identificaron como el efecto del
impactos de bala. Este fue el detonante
para q u e se considerara

receptor de televisin al apagarse.

q u e en el incidente se haba puesto en

peligro la seguridad de per-

Tras auxiliar a Jos Mara Trejo, los

dos soldados percibieron que

sonal civil.

junto a la tapia volva a escucharse el

sonido inicial, a u n q u e esta vez

slo se prolong por espacio de 15

segundos.
Tras el pertinente informe a los
superiores, una dotacin de cin-

Misteriosa enfermedad

cuenta reclutas peinaron la zona sin

encontrar ni rastro de los impac-

tos de bala que deberan haber marcado

diferentes partes de la tapia.

Dos das despus el soldado Jos Mara

Trejo cay en el suelo del

Oficialmente tampoco se encontraron

los casi cincuenta casquillos

comedor de la base tras perder

totalmente la visin. Perdi el cono-
que debieron quedar en las
inmediaciones. A pesar de todo, los

cimiento durante un cuarto de hora y fue

ingresado en la enferme-

ra. A los cuatro das, y sin averiguarse

el motivo de su extraa

enfermedad, fue trasladado al Hospital

Clnico de Badajoz. All se le

someti a rayos X, inspecciones

oculares y auditivas y tampoco se

encontraron sntomas de dolencia

conocida.

Tras abandonar el centro mdico, de

nuevo cay abatido por

una ceguera, por lo que el 30 de

noviembre de 1976 fue ingresado

en las dependencias del Hospital

General del Aire de Madrid, don-

de permaneci por espacio de un mes,

siendo sometido a todo tipo

de anlisis y d o n d e no se hall ni
rastro de la enfermedad que le
martirizaba.

El suceso de Talavera contina siendo

secreto y no ha sido des-

clasificado despus de tantos aos. En

los archivos del Ejrcito del

Aire tan slo ha aparecido una resea

periodstica de un diario venezo-

lano que comentaba someramente el

suceso. Oficialmente, el zafarran-

Radar militar de Aitana (Alicante). Por

la balconada del fondo estuvo a punto
de

cho de combate de Talavera la Real no

existi jams.

caer uno de los agentes mientras hua

de un misterioso objeto ovalado y
luminiscente.

Dos de los oficiales radaristas, L. A. y

C. P. salieron al exterior para

Pnico en el radar

observar con mayor precisin a las tres

formaciones luminosas que

haban quedado en posicin sur.

Lugar: Radar Militar de Aitana

(Alicante).
Repentinamente, u n o de los ovnis
comenz a avanzar lenta-

Fecha-. 21 de julio de 1975.

mente hacia el gran patio cuadrado d o n

d e se encontraban los testi-

Hora: 0:00 horas aproximadamente.

gos. Conforme se iba acercando, L. A. y

C. P. pudieron constatar que

Testigos: Oficiales radaristas L. A. y C.

P.

el artefacto era muy semejante a una

inmensa pelota de rugby que
apenas emita sonido alguno.

Tres ecos de procedencia desconocida

fueron captados en las

La situacin de alarma y nerviosismo

corri como la plvora

pantallas del radar de vigilancia area

emplazado en las inmediacio-

entre los all presentes cuando el

aparato, de unos cuatro metros de

nes de Aitana (Alicante) al llegar la

medianoche.

dimetro, qued estacionado y flotando

casi a ras de suelo junto a
Tras realizar las pertinentes gestiones,
se comprob) q u e aque-

las alambradas q u e delimitan el recinto

militar.

llas an>malas seales no

correspondan a ningn vuelo
convencio-

Mientras el ovni aguardaba en ese

rincn, los otros dos objetos

nal y q u e p o c o a p o c o se iban
aproximando hacia la estacin de

desaparecan a gran velocidad en

cuestin de segundos, volviendo
radar.

el radar a constatar su anmala

presencia en las pantallas de control.

De color rojizo y apariencia ovalada,

los tres Ovnis llegaron a

En un momento dado, el objeto ovalado

comenz a remontar la

descender varios centenares de metros

hasta colocarse en paralelo a

ladera y penetr sin titubeos en el

recinto militar. Poco a poco,

las grandes esferas de la Estacin de

Vigilancia Area.
aumentando considerablemente su
luminosidad, fue llegando hasta

Pudiendo ser observados a simple vista

por los funcionarios del

la misma vertical del patio para despus

ir descendiendo a mayor

radar, los objetos quedaron, sin emitir

ningn sonido, a unos 300

velocidad.

metros de la instalacin militar.

i.'

Una cola de luz

dossier al respecto. En absoluta
primicia, el audaz investigador Juan

Jos Bentez me mostr en su estudio los

expedientes d o n d e se

En ese instante, y atenazado por el

pnico, el oficial radarista L. A.

detallaba toda la secuencia tal y como

aqu la he narrado, adems de

comenz una frentica carrera con la

intencin de huir de aquel

las testificaciones de los implicados y

los dibujos correspondientes

objeto que se les echaba encima. El otro

testigo, el oficial C. R, p u d o

de la extraa nave que se pase por el

recinto militar durante varios

resguardarse echando cuerpo a tierra y

presenciando la escena des-

minutos.

de el otro lado del gran patio.

Segundos despus el objeto, como en un

ademn de perseguir al

horrorizado L. A., sigui su senda

descendiendo y situndose frente

IG-40/5. As investiga el Ejrcito del

Aire

a l, provocando que el militar estuviese

a punto de caer debido a la

inercia por la balconada que coronaba

la instalacin. Haba una ca-

Pese a quien pese, hoy en da la cpula

militar de nuestro pas

da de cinco metros hasta el suelo y el

testigo hubo de aferrarse a la

contina investigando avistamientos de

ovnis. El inters por este

barandilla para no precipitarse al vaco.

enigma queda revelado definitivamente
en la Instruccin General

Prcticamente en cuclillas, el oficial L.

A. percibi cmo la pelo-

Confidencial IG 40-5, a la que tuve

acceso en mayo de 1998. En sus

ta de rugby luminosa descenda hasta

colocarse justo encima de su

pginas, clasificadas como

confidenciales por tratarse de un docu-

cuerpo. La dramtica escena fue seguida

con detalle por el otro tes-

mento operativo interno que afecta a

personal de Aviacin en asun-

tigo que se encontraba paralizado por el

miedo a unos 10 metros del

tos que tienen que ver con la defensa

nacional, se muestra cmo los

lugar. Cuando L. A. hizo un ademn de

incorporarse, de aquel mis-

oficiales informadores militares

investigan, clasifican, valoran y selec-

terioso objeto surgi una sombra o algo

oscuro que result ser una

cionan lo que d e b e ser conocido y lo q

u e d e b e continuar bajo el ms
compuerta rectangular a m o d o de
trampilla. Apareci en la zona

estricto de los secretos.

inferior, en el centro de la base del ovni

y pareca una gran tobera de

Son veintiocho hojas d o n d e se

expresa meticulosamente el pro-

d o n d e surgi una gran llamarada o luz

con direccin al testigo.

ceso de investigacin efectuado por los

militares. Y posiblemente no

Segn afirmaron ambos oficiales ante

sus superiores, aquel haz
fueron las nicas normativas al respecto,
ya q u e desde hace treinta

era semejante a la cola de un cometa,

pero con su punta completa-

aos la cpula del Ejrcito decidi

hacerse cargo de este asunto mis-

mente curva y surgi del interior del

aparato sin hacer el menor rui-

terioso que tan en vilo traa a sus

propios miembros.

do. Aquella cola de luz descendi

hasta aproximarse a apenas un

Haciendo un p o c o de historia,
podramos decir que fue en 1968

palmo del p e c h o del asustado

radarista sin llegar a tocarlo, pero

cuando surgi el primer intento de

aproximacin por parte de los

doblndose incluso hasta quedar

perfectamente frontal a su zona

militares al espinoso enigma ovni. Los

masivos avistamientos sobre

torcica.

Castilla la Vieja y la ciudad de Madrid,

d o n d e los testigos se conta-
Despus de un par de segundos, y ante la
mirada de L. A., aquel

ron por miles, fueron la chispa que

prendi la larga mecha de la rela-

apndice lumnico volvi a integrarse en

el cuerpo principal y, tras

cin ovnis-militares en nuestro pas.

desaparecer la trampilla del cual haba

surgido, el ovni emprendi

As, la Circular Confidencial de la Junta

del Estado Mayor del Aire

una veloz huida en vertical hasta

desaparecer en el firmamento.
9266 C-T se convirti en la primera
gua oficial de cmo investigar

De esta alucinante aventura nada se ha

desclasificado en el pro-

el novedoso enigma del q u e tanto se

hablaba en todos los rincones

ceso iniciado en 1992 por el MOA. Sin

embargo, y segn p u d e ave-

de Espaa. Esta fue, sin lugar a dudas,

una reaccin lgica de la

riguar, se design un juez instructor que

recogi todas las declara-

cpula militar ante la avalancha de

avistamientos (ms de 400 regis-

ciones y los informes referentes al

suceso para elaborar un amplio

trados en la Pennsula) producida de

marzo a octubre de aquel ao.
Esta controvertida operacin de
apertura de informacin estu-

vo en realidad guiada por una circular

confidencial a la q u e hemos

tenido acceso. La Instruccin General IG

40-5 ha sido la piedra en el
que se han sustentado y se sustentan
todas las investigaciones de

nuestro Ejrcito respecto al enigma

ovni.

En sus 28 pginas y dos apndices nos

revela todos los criterios

que los responsables militares del MOA

(Mando Operativo Areo)

tenan en cuenta para dar credibilidad a

los incidentes. Adems, la

IG 40-5 contena un amplsimo

cuestionario en el que se le pregunta-

ba a los testigos todo tipo de detalles

sobre el incidente q u e haban

protagonizado. Algunos evidentemente

reveladores de que la cpu-

la militar esta muy enterada de

materias que en m o d o alguno han

visto la luz en la desclasificacin

oficial. Aunque suene a ciencia-fic-

cin, esta Instruccin General, de

obligado cumplimiento, contempla

Un sorprendente documento de la
IG/40-5 donde se detalla el
procedimiento de las

materias tan sugerentes y misteriosas c o

m o la aparicin de huma-

tropas en caso de que se encuentren

restos de un ovni.

Lo que descubrieron los responsables

del Ejrcito debi ser tan

importante como para que el 5 de

diciembre de aquel mismo 1968

se encerrase el asunto ovni bajo el

epgrafe de la mayor confiden-

cialidad: materia reservada.

Evidentemente, la conclusin principal

de las primeras investigaciones era que

la gente estaba observando
y denunciando la aparicin de objetos
absolutamente reales.

En 1974, el ministro del Aire, Mariano

Cuadra Medina, realiz una

actualizacin de unas normas que haban

quedado totalmente obso-

letas ante la complejidad de los

incidentes que se iban registrando.

Esta actualizacin apenas lleg a tener

repercusin alguna, y los

archivos continuaron inmaculados hasta

que, en octubre de 1976, el

general Felipe Galarza proporcionaba

doce expedientes oficiales al

periodista de La Gaceta del Norte Juan

Jos Bentez, que demostraban

En la IG 40/5 hay un

el permanente inters de las autoridades

militares por el asunto ovni.

detallado cuestionario sobre

'seres asociados al fenmeno.

El impacto social de aquella primicia

origin) un aluvin de peti-

Imposible pensar con estos

ciones al propio Ejrcito que impuls) a
los militares a optar por man-

documentos que los militares

tener el secreto a toda costa.

piensan que todos los casos

se reducen a fenmenos

Finalmente, en abril de 1992 se dio luz

verde a un polmico proce-

meteorolgicos, amones.

so de desclasificacin de documentos
que arroj) a la luz 80 expedien-
La impresin es que saben

muchsimo ms.

tes motivadores de la mayor lucha

ufolgica de los ltimos tiempos.

noides, la aproximacin a los testigos, el

estrellamiento de artefac-

aquellos expedientes ovni donde no se

haya puesto en peligro la

tos, la recogida de restos procedentes de

ovnis y un sinfn de asom-

seguridad nacional. La Clasificacin de

Seguridad es la que otorga
brosos detalles q u e sorprendern al
ms incrdulo.

esa posibilidad de ser ofrecidos al

pblico. Como es lgico, con la

IG 40-5 en la manos es imposible creer

en la afirmacin de algunos

Expedientes todava bajo secreto

investigadores y colaboradores del

Ejrcito cuando afirman que has-

ta el ltimo papel de los archivos ha

salido al exterior.

La Instruccin General 40-5, en su hoja

4 y punto 4 referente a la
Estas normas confidenciales distribuidas
a los jefes de las regio-

elaboracin del expediente sobre

avistamientos ovnis, indica que:

nes areas de nuestro pas demuestran

que existen investigaciones y

Toda la informacin que, desde el

primer momento, vayan recopi-

casos concretos que jams, por

representar un peligro para la segu-

lando los oficiales informadores tendr

consideracin y tratamien-

ridad, podrn ver la luz.

to de CONFIDENCIAL.

Posteriormente, en el punto 5 referente a

la centralizacin y cus-

Cmo se valoran los casos?

todia de los expedientes, se afirma: Una

vez finalizada la recopila-

cin de informacin, se remitir,

clasificada como CONFIDENCIAL,

Dentro del anexo A de la Instruccin

Confidencial IG 40-5 encon-

al MOA/EM/INT (seccin de
inteligencia del Estado Mayor del
MOA),
tramos el epgrafe sobre el
interrogatorio de los testigos. Dentro de

que elaborar un informe proponiendo

o no su desclasificacin y

l observamos al detalle todas las

normas internas que los oficiales

las acciones posteriores oportunas,

segn el contenido del expedien-

informadores tendrn en cuenta a la hora

de obtener informacin de

te y las consideraciones que haya

podido expresar el oficial infor-

aquellos que hayan observado ovnis. En

primer lugar este anexo nos

mador, y teniendo siempre en cuenta el

criterio del general jefe del

indica que: Es preferible que las

entrevistas con los testigos se reali-

Mando Areo. El MOA remitir el

expediente completo al JEMA, el

cen personalmente, por separado y, si

es posible, evitando el contac-

cual ejercer la facultad de tratarlo

como materia objeto de reser-

to personal entre ellos, con objeto de

poder evaluar la consistencia,
va interna o elevar en su caso al
JUJEM (Junta de Jefes del Estado

coherencia y autenticidad de cada uno

de los testimonios y del con-

Mayor) para su clasificacin.

junto y determinar la validez de la

informacin obtenida.

A este respecto, y evidentemente

sospechando que existen mul-

Posteriormente se indican los elementos

fundamentales que pue-

titud de casos q u e por afectar a la

seguridad nacional quedan clasi-
den originar una falsa percepcin de un
ovni y a los cuales los mili-

ficados como secretos an hoy en da,

leemos en el punto 6, hoja 5,

tares deben prestar una especial

atencin. Entre ellos se destacan los

la aseveracin: Cuando el JEMA tome

la decisin de considerar sin

fenmenos meteorolgicos (visibilidad,

viento, humedad, tempera-

Clasificacin de Seguridad a un
expediente, MOA/INT/NT procede-

tura, fases de la luna, planetas visibles

en el momento de la obser-

r, tras su recepcin, a la elaboracin

de una copia en la que no

vacin, lluvia de meteoritos...), la

actividad aerospacial (ejercicios de

figurarn los datos que puedan

identificar al oficial informador.

tiro, cohetes, misiles, dirigibles, globos

sonda, paso de satlites arti-

Dicha copia se remitir a la Oficina de

Relaciones Publicas (ORP)

ficiales...), las agencias de control (ecos

de radar, scrambles o des-
del Cuartel General del Ejrcito del
Aire para que disponga de la

pegue de aviones interceptores de la

defensa...) y otros curiosos

informacin adecuada y pueda

satisfacer, a su criterio, las solicitu-

aspectos de inters d o n d e se incluyen

fuegos artificiales, lseres de

des de particulares y medios de

comunicacin.

discotecas, etc.

En definitiva, estos puntos normativos

de la IG 40-5 a la que he
Dentro del interrogatorio directo a los
testigos, el oficial investi-

tenido acceso demuestran a las claras

que en la desclasificacin slo

gador realiza unas tablas para discernir

el grado de fiabilidad de

han salido a la luz pblica, a medios de

comunicacin y particulares,

cada i n f o r m e . Es decir, realiza una

valoracin de cada caso. Para

ello establece una clave compuesta por

una letra (A/B/C/D) y otra

Revelador cuestionario
por un dgito (1/2/3/4). Las primeras
indican la calidad del testigo

y los segundos indicaran la calidad de

la observacin.

Los habituales rebuznos de pretendida

ciencia de algunos impre-

As los testigos de ovnis se clasifican

por:

sentables escpticos de este pas han

hecho casi popular el soni-

quete referente a que el fenmeno ovni

no le interesa en absoluto a

A) Personas c o n estudios de nivel

universitario y sli-

los militares espaoles. Y no les

interesa, evidentemente y segn las

da f o r m a c i n tcnico-cientfica
relacionada c o n el aire o

preclaras mentes de estas penosas

eminencias, ya que los ovnis no

e le s pac io.

existen.

B) Titulados universitarios m i e m b r
o s de fuerzas y

Ahora afirmo sin titubear que el amplio

cuestionario que confor-

c u e r p o s d e seguridad.

ma el apndice 1 del anexo A de la IG

40-5 es revelador. Y lo es ya

C) Estudiantes y p e r s o n a s de
cultura media.

q u e deja a las claras el absoluto inters

de nuestra cpula militar por

D) P e r s o n a s s i n p r o f e s i n ni
estudios de las cuales se

investigar y conocer a fondo los asuntos

relacionados con ovnis.
sospecha que durante la observacin
estaban bajo los efec-

En la IG 40-5 encontramos, aunque sea

para cerrar muchas bocas

tos de crisis nerviosa, alucinaciones,

alcohol, drogas, etc.

de algunos sesudos y crticos

cientficos, un buen argumento demos-

Y las observaciones tienen el siguiente

rango, representando el 1

trativo de que nuestros militares van

mucho ms all de la mera reco-

los casos ms fiables y el 4 los

prcticamente desechables:

pilacin de informes.

Es muy interesante comprobar q u e la

primera pregunta del

1. Existencia de d o s o m s testigos
categora A d e s d e

extenso cuestionario se refiere a si el

testigo est interesado en la

distintos lugares, registro grfico de

calidad o registro

parapsicologa, los ovnis y el ocultismo.

Ser q u e alguien interesa-
p o r pantallas de radar.

do por esas materias queda

completamente descalificado de cara a

2. D o s o m s testigos A d e s d e un
mi s mo punt o o

estos oficiales informadores?

Esperemos que no.

varios B d e s d e diferentes p u n t o s
.

En lo referente al objeto observado, es

curioso comprobar cmo

3. Slo h a y testigos de categora B o

C.
se admite la posibilidad de q u e el ovni
tenga forma de disco, de hue-

4. Slo un testigo de cualquier

categora o varios D.

vo, de trompo, de cigarro, de

cuadriltero o de cilindro. Formas que

En u n o de los apartados de la IG 40-5

nos encontramos con lo

evidentemente no se corresponden a
aviones conocidos, planetas ni

referente a soportes grficos. En l se

indica que los documentos

efectos meteorolgicos. Con qu

motivo los contempla entonces

grficos sobre ovnis no p u e d e n ser

exigidos ni confiscados por las

este cuestionario? Evidentemente

debemos pensar que a u n q u e en la

autoridades militares. Evidentemente, y

en casos significativos de los

polmica desclasificacin prcticamente

todo lo que ha salido a la

ltimos tiempos, estas premisas no se

han cumplido.

luz ha sido solventando con planetas

Venus halos de la luna o
Tambin, dentro del primer anexo de la
IG 40-5 nos encontra-

satlites como explicacin, los

propios oficiales informadores saben

mos con el espectacular epgrafe

Materiales/restos procedentes de

q u e realmente objetos de esas extraas

caractersticas estn sobre-

ovnis, del todo inesperado en un

documento militar secreto, en el

volando nuestros cielos.

q u e se indica q u e stos deben ser

tratados con sumo cuidado y pro-
Dentro de los epgrafes referentes a los
efectos secundarios pro-

tegidos de cualquier deterioro o

modificacin. Un sorprendente

ducidos en el testigo tras la observacin

ovni tienen un gran inters

apartado que demuestra lo m u c h o que

las autoridades militares

los q u e admiten, en el apartado de

efectos psquicos, que se p u e d e n

saben sobre los ovnis. Y es q u e

evidentemente no slo les deben

provocar fenmenos paranormales.

A qu se referirn los seores

interesar las lucecillas que casi

diariamente surcan nuestros cielos.

informadores? Misterio.

En el apartado de otros electos no son

menos asombrosas las

seres humanoides que portaban, por

poner un ejemplo, escafandras

palabras fallos en iluminacin,

interferencias TV/radio o fallos/pa-

y armas.

rada de motores. Es sorprendente

pensar que los planetas, o los

Imagino q u e el lector comprender q u

e si se pregunta tan con-

halos de la luna p u e d a n provocar

semejantes efectos. O quiz sern

cretamente sobre esas materias es

porque se contempla que efecti-

conscientes de q u e no todo p u e d e ser

achacable a esas racionales

vamente ese tipo de visiones p u e d a n

ser posibles.

explicaciones con las que se ha

aderezado todo el proceso oficial
Y si eso es as, nos encontramos con la
absoluta evidencia de que

de la desclasificacin?

ese tipo de encuentros estn

producindose en nuestro pas. A partir

de ah que cada cual opine lo que

quiera. Pero que lo haga con todos

los datos, incluso los secretos, a su

alcance. No slo van a poder bom-

Seres de otros mundos

bardear a la opinin pblica esos

cientficos y negadores de tercera
divisin que tanto abundan en
ponzoosos y delirantes debates des-

Sin lugar a dudas, el apartado ms

sorprendente de esta extensa

tinados a desprestigiar este fenmeno.

Son las antpodas de una pala-

Instruccin General IG 40/5 es el anexo

de la pgina 10, que, bajo el

bra clave llamada investigacin, la

nica que nos puede aportar el

sello de confidencial, indica la materia

seres asociados al fen-

verdadero conocimiento.
meno.

Dentro de ste aparecen preguntas de lo

ms variado sobre la

apariencia, la vestimenta y el equipo que

portaban los supuestos

Juan Jos Bentez: La

desclasificacin OVNI

entes aparecidos junto al ovni. Asombra

comprobar que en una Ins-

es una tomadura de pelo

truccin General se contemplen aspectos

como las botonaduras de
los trajes de estos seres, la apariencia
del casco, mscara, gafas etc.

J. J. Bentez, u n o de los autores ms

ledos en lengua espaola,

Y no menos asombroso es que dentro de

estos documentos ofi-

autor de la clebre saga Caballo de

Troya y periodista infatigable

ciales incluso se hile tan fino como para

preguntar a los testigos el

q u e ha recorrido ms de tres millones

de kilmetros tras el rastro de

m o d o en que estos seres descendieron

del ovni, la forma que tenan

los ovnis, es, sin lugar a dudas, la

persona que ms y mejor conoce

de desplazarse, si la actitud fue hostil o

cordial, si portaban algn tipo

la relacin existente entre stos y los

militares en nuestro pas.

de mochilas o armas, si realizaban

alguna actividad concreta junto al

l fue el primero en recibir documentos

secretos del Ejrcito

ovni, o si llegaron a emitir sonidos

identificables por el testigo... todo
espaol con los q u e elabor un
documentado libro que, bajo el ttu-

demasiado sospechoso para pensar q u e

nuestras Fuerzas Areas

lo Ovnis: Documentos oficiales del

Gobierno Espaol, pona por pri-

pasan olmpicamente del fenmeno

ovni como parece que algu-

mera vez el espinoso asunto sobre el

tapete. Nos estaban contando

nos intentan hacernos creer a toda costa

y con oscuras intenciones.

las autoridades toda la verdad?

La impresin general que transmiten los
militares en estos docu-

Un simple vistazo a los casos que el

Ejrcito mostraba a Bentez

mentos excepcionales es la de estar

profundamente interesados e

marcaba la lnea a seguir por los

militares. Muchos de ellos tenan

informados de lo que ocurre en torno al

misterio de los ovnis. Tan-

inexplicables mutilaciones, y las

explicaciones en algunos otros

to como para incluir, en una de sus

Instrucciones Generales actual-

sobre su naturaleza eran absolutamente

peregrinas. Y as, en esa

mente en vigor, una serie de

cuestionarios esclarecedoras de que

lucha permanente por mostrar esa

realidad, Bentez se bati el cobre

alguien no slo p u e d e haber visto

objetos en forma de huevo, dis-

durante aos, y lo sigue haciendo, para

pavor de sus contrincantes,

co, trompo o cuadriltero; sino q u e

adems ha podido observar sus
con quien se le ponga por delante. Y
razn no le falta. Las conclu-

huellas e incluso ha comprobado cmo

de ese artefacto descendan

siones para algunos casos rozan el

ridculo. La pregunta q u e me

haca mientras devoraba los kilmetros

en busca de las tranquilas

Y uno no duda de que esto es como estar

en el sptimo cielo ufol-

aguas de Cdiz y deseoso de

encontrarme con el remoto refugio del

gico. Aqu se respira una calma, una

quietud, difcil de narrar. El mar

periodista navarro, era solamente una:

por qu se ha llegado a esto?,

nos mira de fente, como expectante, y la

conversacin fluye sin titu-

cmo es posible que el propio Ejrcito

ridiculice a sus miembros

beos. Cada uno sabe lo que quiere.

afirmando tan a la ligera que han

confundido Venus, la Luna o un

Rodeados de carpetas, de miles ele

fotografas y documentos que
helicptero con un ovni?

cualquier investigador soara poseer,

comenzamos nuestra charla

Algo me segua sin encajar. Y ms an

cuando unos das antes de

nocturna. La grabadora echa a andar, y

mi ansia de saber y su afn

viajar en busca de Bentez para charlar

sobre los documentos secre-

en demostrar una verdad por la que

lucha hace aos se conjuntan

tos del Ejrcito, p u d e hacerle in

extremis una entrevista al investiga-
de un m o d o inevitable:

dor valenciano Vicente Juan Ballester

Olmos, un uflogo estrecha-

IKER JIMENEZ.Juanjo. imagino qu

e t tambin tenelrs una opi-

mente ligado al proceso de

desclasificacin de los informes y que

nin particular sobre las declaraciones

ele Ballester Olmos y su con-

siempre ha declarado a favor de la

absoluta transparencia del Ejrci-

fesin de colaboracin con el proceso

de desclasificacin?
to. Las declaraciones que me hizo en
Barcelona, por inesperadas,

J. J. BENTEZ. Bueno, lo que est

muy claro es que estas decla-

fueron un autntico bombazo en los

ambientes ufolgicos. Ballester

raciones son realmente histricas. Iker,

la verdad necesita pocos

me demostr que tena serias dudas, y

que incluso en algunos casos

argumentos. Desde que se inici este

proceso de desclasificacin,

clsicos como el de Bardenas Reales

(cuya investigacin detallo en

muchos investigadores hemos sabido y

hemos dicho valientemente

este libro) haba cambiado su postura.

Para l ya no era la Luna, como

que haba una serie de individuos que

estaban colaborando con los

sostuvo al son de las explicaciones

oficiales. Para el valenciano aque-

militares facilitando informacin,

dossieres y documentos que al

llo era simplemente un ovni. Al igual

que los otros cuatro que en la
final han servido para echar por tierra
los casos. Es decir, ha habi-

jornada del 1 de enero de 1975 haban

atemorizado a varios soldados

do un colaboracionismo
verdaderamente repugnante, escondido
y

de la Academia de Ingenieros del

Ejrcito aterrizando junto a un soli-

oculto durante mucho tiempo por parte

de este individuo y algunos

tario pramo y abrasando 300 metros

cuadrados de terreno. Era curio-
ms para cargarse el lema ovni a
travs de los documentos descla-

so, pensaba, pero u n o de los

colaboradores y defensores acrrimos

sificados. Esto se ha dicho por activa y

por pasiva, y ahora, qu

de la postura oficial se echaba para

atrs en casos tan significativos y

casualidad!, este seor te hace unas

declaraciones donde dice sen-

sobre los que el Ejrcito dio en su da

un vergonzante veredicto.

cillamente que estoy orgulloso de

haber colaborado con el Ejercit"

El ambiente estaba, por lo tanto, ms

que caldeado. Idneo quiz

y tambin da a entender que ha habido

irregularidades y que no es

para que J. J. Bentez respondiese y

ofreciese paiebas fehacientes de

oro todo lo que reluce en el proceso de

desclasificacin. Es decir, que

la manipulacin a la que algunos han

querido someter a la opinin

de alguna manera se nos est dando la

razn. Y lo ms triste y des-
pblica. Su respuesta no se iba a hacer
esperar. LJna respuesta que

graciado es que este seor reconoce

que ha colaborado con los mili-

tambin se tradujo en polmica por

dejar las cosas tan claras como

tares. Lo que no dice es hasta dnde ha

llegado esa colaboracin...

nunca antes se haban dicho en torno al

viejo binomio ovnis-militares.

pero eso lo sabemos.

I. J.Qu significa para ti la palabra

colaboracin?, por qu
crees que se colabora y a cambio ele
qu?

Ensenada de Zahara, 29 de abril,

21:26 horas

J. J. Veo que durante un tiempo este

seor ha facilitado infor-

macin que ha servido para

desprestigiar los casos y a los testigos,

La noche centellea a travs de los

gigantescos ventanales que

cuando supongo que era perfectamente

consciente de lo que esta-

rodean el estudio d o n d e nace la

inspiracin para tantos best-sellers.

ba haciendo y de los resultados que se

estaban produciendo. No s

si la intencionalidad era algo ms

oscura de lo que todos podamos

estoy casi seguro de que hay media

docena de individuos que cola-

pensar... pero desde luego creo que a

ningn verdadero investiga-

boran con estos servicios de

inteligencia para intoxicar, negar y
des-

dor se le hubiera ocurrido jams

trabajar secretamente y facilitar

prestigiar a los casos, testigos e

investigadores.

informacin a unos seores sabiendo

que se iban a cargar los

I. J.Y esta colaboracin que segn t

se est efectuando en

casos. Porque esa era la

intencionalidad final del Ejrcito.

nuestro pas la realizan a cambio de algo

concreto?

J. J. Bueno, puede ser a cambio de

dinero, favores o a cambio
de que el ego enfermizo de estas
personas se crezca al tener roce o

Una mano negra internacional

trato con determinados individuos de

servicios de inteligencia, mili-

tares, etc. Hay que partir del hecho de

que estas personas que en sus

I. J.A ti te sonar ingenuo, pero

imagino que a nuestros lecto-

trabajos normalmente son gentes

mediocres, cuando se han metido

res no. Por qu quiere el ejercito

cargarse los casos ovni de sus
en el tema ovni, en este caso a la
contra, consiguen salir en televisin,

archivos?

debates, peridicos y hacen crecer un

ego totalmente enfermizo.

J. J. Yo te voy a dar una teora. Creo

que el proceso de descla-

Porqu estas personas que han estado

investigando el fenme-

sificacin del archivo ovni del Ejrcito

del Aire no es una casuali-

no cambian de actitud radicalmente?...

Mira, no me sirve la excu-
dad. Esto ha podido estar
perfectamente pensado y organizado
para

sa de que se han dado cuenta de que

cientficamente no existe el

intoxicar el tema y tambin para

observar cmo reacciona una

fenmeno ovni. Eso se lo van a contar a

su ta. Si se supone que

sociedad de tipo medio como es la

espaola. No tiene ningn senti-

usted ha estado absorbiendo

informacin del fenmeno durante
do que el propio ejrcito descalifique a
sus propios testigos militares.

veinte aos, no puede cambiar de

opinin de la noche a la maa-

Y hay expedientes donde esos testigos

quedan a la altura del barro.

na, a no ser que sea usted un cretino...

que tambin podra ser. Aqu

Esto, repito, no es normal. Y por eso

pienso que detrs del proceso ha

hay que barajar todas las

posibilidades. Y una de ellas es que
sen-
habido una mano negra. Algn da
quiz se pueda saber algo

cillamente no estemos hablando de

supuestos colaboradores del

ms. Y lo que me parece indignante es

que supuestos investigadores

CESID o de donde sean. Igual estamos

ante meros cretinos menta-

del fenmeno ovni civiles se hayan

prestado a esta sucia y oscura

les. T no olvides nunca que en estos

trabajos de los servicios de inte-

colaboracin.
ligencia se utilizan a los llamados
tontos tiles porque los listos

Noto cmo, llegados a este punto, Juan

Jos se enerva y respira

nunca se prestan a esto.

h o n d o . Despus me mira fijamente

con mueca de esperar una nue-

va pregunta para seguir tirando de la

manta...

I. J.Y por qu esa m a n o negra

ordena esa maniobra de des-

Los documentos de 1976

truccin de la verdad? No sera ms
lgico pensar que los propios

militares podran seguir dejando el

asunto ovni en secreto, como

I. J.Las acusaciones que te lanzan los

uflogos colaboracio-

antes, y evitarse este polmico proceso?

nistas son duras y rotundas. Para ellos

eres un comerciante de los

J. J. Mira, tenemos la seguridad de

que, en los EE.UU., deter-

ovnis que no ha podido sacar tajada de

esta apertura oficial. Crees
minadas agencias han trabajado y
trabajan intensamente en la

que todo esto es un resultado directo de

aquellos documentos oficia-

intoxicacin mundial del fenmeno

ovni con mltiples sistemas.

les q u e con gran repercusin social

obtuviste en 1976? Quiz des-

Y nuestro pas no es una excepcin en

este sentido. Es decir, Espaa

de entonces te has convertido en persona

non grata para algunos?

es un satlite de EE.UU. en muchos

aspectos, y por eso creo que esa

J. J. A aquellos documentos que yo

saqu hace tanto tiempo se

mano negra norteamericana tambin

ha llegado aqu. Y por eso

le dieron la importancia que tenan en

su momento. Parece que se

''[l'lI'II.I'"III'>I>II.1I
' ' > I ' I : \ l l > I I rico debe hacerse
de una jornia limpia y transparente. Y
deben

olvida que era la primera vez que el

Ejrcito abra sus archivos y
salir los informes ntegros y los
originales!... no fotocopias de foto-

proporcionaba una serie de

documentos hasta ese momento secre-

copias.

tos. Algunos de estos colaboradores

llegaron a decir que se les dio

Se han desclasificados los documentos

que se han querido, y

un tratamiento sensacionalista. Y la
verdad es que incluso el gene-

adems han sido manejados, mutilados,

censurados, distorsiona-
ral Galarza, que fue quien me los
proporcion en su da, me hizo

dos... una autntica vergenza. Los

investigadores serios creo que

saber a travs de unas cartas que el

tratamiento fue absolutamente

hemos actuado como se deba. Hemos

atacado porque se lo han

concreto, tanto en la prensa como en el

libro que yo saqu despus.

merecido. Si esto es la ltima gran

manipulacin de la ufologa

I. J.Pero te acusan de que a raz de la

publicacin de ese libro

espaola, que venga Dios y lo vea...

Ovnis.- Documentos oficiales del

Gobierno Espaol, el Ejercito se vol-

I. J.Se te acusa de haber querido

elaborar un libro con los

vi a cerrar en banda, negando cualquier

nueva apertura...

documentos que iban a ser

desclasificados cuando se dio luz verde

J. J. Lo que estos individuos no

saben es que tras dicha publi-
a los informes ovni en 1992. Para
algunos, tu ataque a este proceso

cacin hubo tal avalancha de

peticiones civiles al Ministerio del Aire

surge por no haber logrado este fin.

que el Ejrcito se vio en la lgica

necesidad de cerrar nuevamente el

J. J. Mira, Lker, esto es

absolutamente falso. Y lo digo con
todas

tema y volver clasificarlo. As que la

causa fue la avalancha social

las palabras, y si quiere vamos a los

tribunales. Este seor (Ballester

que hubo, no el tratamiento de esos

doce expedientes. Instituciones,

Olmos) miente, este seor es un cnico

y este seor es un manipula-

particulares, civiles, curiosos... todos

llamaron requiriendo esos mis-

dor. Y, repito, puedo ir a los tribunales

porque tengo pruebas para

mos documentos. Ellos tambin los

queran tener. Yo habl con los

demostrar lo que estoy diciendo.

propios generales que me los dieron y
estaban sorprendidos y abru-

Te voy a contar, aunque nunca haba

tenido intencin de

mados con la situacin que se cre. Se

gener para el Ejrcito un

hacerlo, lo que realmente sucedi y te

voy a dar las cartas que lo

autntico problema logstico.

avalan. Es cierto que tena mis lgicas

dudas en torno a que este

Y no se me puede culpar a m de lo que

sucedi. Yo, como perio-
proceso de apertura fuese a llevarse a
cabo, pero desde el ao 1988

dista, tena la obligacin inexcusable

de dar a conocer aquellos

y 1989 (me muestra una serie de cartas q

u e dan fe de la correspon-

documentos que durante tanto tiempo

haban permanecido secre-

dencia que mantena con los ms altos m

a n d o s del ejrcito en esas

tos. Y como periodista as lo hice.

fechas), en mi contacto con

personalidades de Defensa, expongo
I. J.Pues desde entonces has estado en
el ojo del huracn

que s, que es posible que el tema se

vaya a desclasificar.

para algunos. Ballester Olmos aseguraba

que este proceso de des-

Ballester Olmos asegura que yo escrib

al jefe del Estado Mayor

clasificacin haba originado la ltima

de las grandes manipulacio-

del Aire proponindole en privado que

el material de esos archivos

nes de la ufologa espaola. Eso va por

ti.

secretos se entregaran a mi editor para

hacer un libro con ellos.

J. J. Bueno, a m me gustara saber a

qu se refiere. Si se refie-

Noto cmo Juanjo hace una mueca de

incontenible rabia al releer

re a que un montn de investigadores

hemos atacado ese proceso

las frases de la entrevista que realic

con el uflogo valenciano.

en diferentes medios de comunicacin,

le dir que esto es por algo.
Mira, esto es de tal maldad, de tal
cinismo y retorcimiento de la

Pienso que el proceso de

desclasificacin es una autntica ver-

verdad... que es para llevarlo a los

tribunales de justicia.

genza. Se han manipulado los

documentos que se han sacado.

I. J. Q u e ocurri entonces con el

dichoso libro?

Estn tergiversados con opiniones

claramente distorsionadoras, se

J. J. Yo lo que hice, cuando supe que

ese proceso poda produ-

han mutilado los documentos... en fin,

que incluso desde el pun-

cirse, es proponer al Ejercito del Aire

que, si yo poda obtener la

to de vista jurdico y legal esta

desclasificacin es nula. Se supone

documentacin de los informes

desclasificados, se poda elaborar

que la desclasificacin de cualquier

documento de carcter hist-

un libro y que. para que no hubiese

suspicacias, mis derechos de
yente que le paga el salario, poco
menos que como un deficiente

autor fuesen destinados a una

organizacin benfica que el propio

mental.

Ejrcito designara. Incluso suger que

se destinara ese dinero a una

Esa es una tendencia muy generalizada

en muchos ejrcitos del

organizacin que presida Su Majestad

la Reina.

mundo. Piensan que la poblacin civil

no tiene por qu saber nada.
Y ped que esto se mantuviese en
secreto. Pero que mantuviese

En definitiva, esto es una falta de

responsabilidad y de democracia.

en secreto el hecho de que mis

derechos iban para una organizacin

Son diez personas, generales,

coroneles y tenientes coroneles, los

benfica. Y aqu viene la gran

manipulacin!... Este sujeto lo que

que, cumpliendo o no cumpliendo

rdenes, han llevado a cabo el

afirma es que yo quera mantener en

secreto el hecho de que se me

proceso. Pienso, incluso, que desde el

punto de vista jurdico esta

otorgaran esos documentos solamente

a m.

desclasificacin se podra impugnar.

Es jurdicamente nula.

Yo tuve, das despus, una reunin con

Sabino F e r n n d e z Cam-

I. J.En la entrevista que realic a

Ballester Olmos, ste asegur

pos, jefe de la Casa Real, con quien me

une una buena amistad.
que haba casos en los que modificaba
su opinin y que los daba

Y yo le expliqu personalmente mis

intenciones en el Palacio de la

como autnticos ovnis. Este giro de

opinin significa para muchos

Zarzuela. En una carta dirigida por

Fernndez Campos al general

q u e ha podido haber una ruptura

reciente entre ese grupo de civiles

Sequeiros posteriormente dicen que me

estiman mucho pero que

colaboradores y el propio Ejrcito.

Qu opinas t?

consideran que en esos momentos no es

oportuna la propuesta.

J. J. Yo lo nico que te puedo decir

es que aqu pasa algo muy

Y me parece perfectamente correcto.

Pero Ballester Olmos tuvo acce-

extrao. Me parece rarsimo que

alguien est colaborando con el

so a esa ltima carta y por eso, sin

saber lo que haba ocurrido

Ejrcito y que de la noche a la maana

d a entender que ojo con
antes, manipula la verdad diciendo que
yo quiero involucrar a la

los militares". Acaso le han dado una

patada en el culo los militares

ms alta autoridad del Estado en una

autopromocin personal.

a este seor? Eso el tiempo nos lo va a

decir. Yo estoy completamente

Iker, esto me parece de tal

desvergenza, de tal manipulacin, que

seguro de que la verdad acabar por

salir a la luz. Y a lo mejor

no tiene palabras....
mucha gente se lleva una sorpresa con
esta meda docena de indi-

viduos que, desde el ao 1992, justo

cuando organic el curso de

verano de la Universidad del Escorial

sobre el tema ovni, estn for-

Un gran engao

mando una brecha en todos los medios

de comunicacin a la contra.

Un militar del CSID confirm que

haba unos seis individuos

I. J. Ha pretendido el Ejrcito del

Aire engaar a la opinin
civiles que colaboraban en el proceso
de intoxicacin de la opinin

pblica de este pas?

pblica espaola en el fenmeno ovni.

Se mencionaron dos seores

J. J. No es justo afirmar que ha sido

el Ejrcito del Aire en su

en Barcelona, dos en Madrid, un seor

en Pamplona y, qu casua-

totalidad. Ms bien afirmo que han

sido varias personas, puede que

lidad!, un seor en Valencia. (Ballester

Olmos reside en dicha ciu-
no lleguen a diez, las que han realizado
el proceso fsico de la des-

dad levantina.) Bueno, vamos a ver si

con el tiempo tena o no tena

clasificacin. No es justo culpara toda

la institucin. Pero estas per-

yo razn.

sonas concretas saban perfectamente

lo que dice la ley de secretos

oficiales. Cuando se produce un

proceso de desclasificacin de

Expedientes que no existen

cualquier tipo de documento, debe salir
a la luz el original. Lo que

no se puede hacer nunca es fotocopias

de fotocopias mutiladas. Y se

I. J.Ha salido a la luz, como afirman

algunos, todo lo q u e el

hace as porque esas personas que han

sido responsables del proce-

Ejrcito del Aire guarda en sus

archivos, c o m o lgicamente d e b e

so, en el fondo, consideran al

ciudadano espaol, y al contribu-

ocurrir al finalizar el proceso de

desclasificacin?
varios aterrizajes en Callarla
(Vizcaya) en 1977, donde se incluye-

ron informes que realiz el seor Flix

Ares sin el mnimo rigor

cientfico para echar todo por tierra. O

unas fotografas realizadas

en Alcorcn (Madrid), en los que se

incluyen otros informes civiles

donde tampoco se sostienen por su

propio peso las conclusiones a las

que se llega. Se incluyen informes

civiles para acabar con los casos.

Esto ya es grave... pero lo peor, sin

lugar a dudas, es el oculta-

miento. Ese casi centenar de

expedientes que no han visto la luz y

que siguen bajo secreto.

I. J.Corno cules?

J. J. No me estoy inventando nada.

Lo s por los informes que

tengo de los propios militares que son

mis contactos. Y lo s (sonre

maliciosamente) porque yo tengo

varios de esos expedientes que no

J.J.. B entez lleva aos

luchando por la

han visto la luz! Casos en los que ha

habido la instruccin de un

transparencia en la relacin

juez militar. Lo que no me vale es la

pamplina de algunos que afir-

ovnis-militares.

man que esos informes que no aparecen

se habrn perdido o se los

Sus declaraciones son

rotundas. Elproceso de
habr llevado un general a su casa
porque le gusta el tema. Mira,

desclasificacin es una

Iker, eso no se lo creen ni ellos.

Estamos hablando de informes secre-

autntica farsa."

tos. Y eso no desaparece... ni se pierde.

I. J.Qu expedientes malditos que

se nos ocultan destacaras

J. J. Para m lo ms grave de la
desclasificacin no es la mani-

desde un punto de vista personal?

pulacin. Y eso que ya es tremendo,
imagnate, por ejemplo, ese

J. J. Pues, por ejemplo, me

preguntara: Dnde est el expe-

expediente ltimo desclasificado donde

un piloto que sale en un

diente del avistamiento del 4 de

noviembre de 1970? Fue protago-

caza de la Base de Morn (Sevilla) y

vuela sobre Cdiz se topa, en

nizado por dos cazas de la base de

Zaragoza pilotados por Juan

pleno da, con un objeto metlico,

parado y con forma de media

Alfonso Sez Benito y Luis Carvayo que

estuvieron junto a un extra-

naranja perfecta. El ovni despega a

gran velocidad y desaparece en

ordinario aparato conforma de huevo y

varias ventanillas. Dnde

segundos. El piloto desciende a tierra,

hace su informe... y en la des-

est esa informacin?

clasificacin se nos dice que lo

observado en realidad era uno de los
Y dnde estn los folios que expliquen
el encuentro del piloto de

helicpteros de la Vuelta Ciclista a

Andaluca. Esto es inaudito!

caza Fernando Cmara a bordo de un

Mirage F-l de la base de los

(golpea con rabia sobre la larga mesa).

A m esto me parece desho-

Llanos (Albacete), el 17 de noviembre

de 1979, cuando estuvo

nesto, ridculo e injusto. Se supone que

un piloto de combate es un

volando una hora y quince minutos con

un objeto misterioso delan-

hombre suficientemente preparado

para distinguir un helicptero

te de l, y que segn su propia

confestn tena un tamao semejan-

de otra cosa. Y aqu se pone en tela de

juicio el testimonio de una

te al del edificio de la Plaza Espaa

puesto horizontalmente? Slo

persona de tu propio Ejercito. Lo

lgico sera ser ms honestos y decir

han sacado un folio y cuatro lneas,

cuando la mera transcripcin
que no se sabe lo que se ha visto, pero
se prefiere pasar por encima

con la torre de control supera los ocho

folios. Dnde est el resto?

del honor de un compaero. A m esto

me parece lamentable. Des-

Y dnde est, amigo Iker, la

informacin referente al 'Zafa-

prestigiar los casos es la norma, como

ocurri en el incidente de

rrancho de combate mantenido entre

tres soldados de la Base

Area de Talavera la Real (Badajoz)

con una misteriosa figura de

sonda. halos de la Luna y planetas

Venus como explicacin... y secre-

tres metros contra la que se disparan

varias rfagas de ametralla-

tamente estn dando instrucciones a

sus jueces instructores para

dora en noviembre de 1976. Me

quieren hacer creer que en los

que cuando interroguen a los testigos

pregunten si ha habido tripu-

archivos del Ejrcito slo hay un

recorte de la prensa venezolana
lantes, si llevaban armas, si fueron
hostiles, qu altura tenan, si

contando el asunto? Me lo quieren

hacer creer a m, que conozco

dejaron huellas... ?

a los soldados, al oficial que redact el

informe y al mismsimo juez

Caramba!... esto demuestra que

alguien nos est mintiendo.

instructor que lo realiz?

Algunas personas del Ejrcito que

estn llevando este tema desde
Y en qu apartado rincn se
encontrar el estremecedor suceso

hace mucho tiempo saben

perfectamente lo que est ocurriendo

del radar de Aitana (Alicante) de julio

1975, donde un militar

pero no quieren que tengamos acceso a

ello. Y por eso mutilan,

radarista estuvo a punto de caer al

vaco perseguido por un ovni

silencian, distorsionan e intoxican. Y

para ello se sirven de todos los

que se le aproxim hasta quedar a un

palmo de su pecho?

sistemas habidos y por haber. Pero

saben muy bien lo que est ocu-

Cmo es posible que el seor

Ballester Olmos asegure que se ha

rriendo...

sacado hasta el ltimo papel de los

archivos sin modificacin alguna?

Lo saben y lo estn ocultando. Y esa es

una factura que tendrn

Eso, querido amigo, es creer que somos

absolutos deficientes
que pagar.

mentales. Y pensar eso es digno de una

enfermedad de cretinez

Pero, claro, si hay una consigna

internacional al respecto... a

mental gentica grave. l te dijo en la

entrevista que ha sido un pri-

ver quin es el guapo que sale de

uniforme en la televisin diciendo

vilegio el haber colaborado y me siento

orgulloso de ello. Mira,

a los cuatro vientos: Seores, todo

esto era verdad... Quin?
dicen en mi pueblo que a tal seor tal
honor. Me parece muy bien

I. J.J. J. Bentez est diciendo eso en

estos momentos. Segui-

que se sienta orgulloso de todo esto. La

verdad es que la historia s le

rs con esta cruzada personal durante m

u c h o tiempo?

va a juzgar... si no lo est juzgando ya.

J. J. Desde luego, porque para esto

ms vale que se hubiesen

I. J.Lo q u e muy poca gente sabe,

quiz confundida ante las
guardado la desclasificacin. Ms vale
que lo hubiesen dejado en

conclusiones a las que se llega en los

informes desclasificados, es

secreto. Esto ha sido una autntica

tomadura de pelo. Los investi-

que existe una instruccin general

confidencial que demuestra que

gadores tenemos mucho que hacer y

que decir al respecto. Yo, por

en realidad los militares de nuestro pas

s se toman en serio el asun-

mi parte, voy a seguir trabajando en

este tema hasta donde pueda.

to ovni.

Nuestro deber de investigadores y

periodistas es sacar a la luz todo

J. J. Exacto. Te refieres a la
Instruccin General Confidencial

lo que est ocurriendo. Si en ese

intento de ofrecer toda la informa-

IG 40-5. Una circular secreta que nos

demuestra que se toman el

cin salen lastimados algunos

individuos, pues lo siento mucho. Lo
tema con mucho ms inters y seriedad
de lo que podamos imagi-

que la opinin pblica no se merece es

que se la engae de este

nar. Han sacado esta normativa de

rgimen interior confidencial

modo tan miserable. Por eso yo no me

voy a rendir.

que se destina a todas las bases,

cabeceras de regin y jefaturas para

Y en aquel momento, mecidos por el

rumor de las cercanas olas,

que, en caso de ovni, el juez instructor

sepa en qu basarse para

comprend hasta d n d e llegaba la

ltima aseveracin de este bravo

realizarla investigacin.

navarro. Al apagar la grabadora y

mirarlo fijamente no p u d e ms que

I. J.Dentro de estos papeles

confidenciales se admiten supues-

pensar en los muchos que, con absoluto

compromiso con la verdad,

tos como que aparezcan incluso

humanoides junto a los ovnis... no
tampoco estamos dispuestos a hacerlo.

es as?

Y en esas estamos y continuaremos,

como siempre digo, quin

J. J. Desde luego. Y me pregunto:

cmo es posible que, por un

sabe si por fortuna o desgracia...

lado, estn echando por tierra todos

los casos, hablando de globos
Martn Rodrguez, Benito Salgado,
Manuel Caballero, Mara Gmez,

Fidel Hernndez, Miguel ngel

Samperio, Vicente Martnez, Mar-

garita Cagigas, Serafina Bejarano...

D ESPUS DE MILES DE
KILMETROS recorridos a travs de la
piel de

toro son muchas las preguntas que llenan

mis cuadernos de

campo y muy pocas las respuestas. Y

entre conjeturas y
suposiciones, entre aventuras, carreras y
alguna que otra decepcin,

siguen siempre presentes en mi

recuerdo, como marcados para

siempre con la varita de lo enigmtico,

los nombres de aquellos

hombres y mujeres q u e fueron

partcipes de lo imposible. A pesar de

que ya los cuento por cientos, no

olvidar jams a los verdaderos

protagonistas de los expedientes X

espaoles. Algunos ya no estn

entre nosotros y quiz lean estas pginas

desde las alturas. Otros,

solitarios y en el mismo lugar d o n d e

tuvieron su experiencia que les

cambi la vida, continan hacindose

las mismas preguntas q u e me

trasladaron en nuestro encuentro.

No pueden volver a ser los mismos. Y

su temor, su expectacin

y su miedo, son las sensaciones ms

autnticas que uno se lleva afe-

rradas al alma en cada caso, en cada

investigacin.
Esta ltima pgina est dedicada a ellos:
a las cientos de perso-

nas, de toda condicin y creencias, que

en diferentes pocas cons-

tataron la sutil presencia de lo imposible

en sus ms variadas formas.

A pesar de mi permanente desvivir por

el dato, el expediente y,

en definitiva, la prueba que avale esta

realidad intangible, he de

reconocer que ellos, el componente

humano de estas historias ins-

litas, son lo ms importante. Con

diferencia.

Algunos son amigos; con otros,

probablemente, jams me vuel-

va a cruzar, pero ni ellos ni el q u e esto

escribe olvidaremos nuestro

encuentro, fugaz o dilatado, en algn

rincn de este mgico pas. La

aventura constante que supone la

relacin testigo-periodista se ao-

ra en esta fra poca de Internet y correo

electrnico. Y esa bsque-

da le arranca a u n o de la silla y el
ordenador con demasiada fre-
cuencia. Inevitable.

Con ellos, con los testigos, aprend

muchas cosas y me reafirm

en otras con tanta fe que estoy seguro de

que cuando usted, amigo

lector, est leyendo estas ltimas letras,

yo me encontrar rodando

en busca de nuevos misterios,

emocionado al entablar dilogo con

aquellos q u e fueron protagonistas de lo

inslito.

En la calle Msterios, Madrid, siendo

las 3:37 horas del 14 de sep-
tiembre de 1998.

IKER JIMNEZ

II

MUNDO MGICO Y
HETERODOXO
ndice

_Pgs.

AGRADECIMIENTOS 359

I. UN AGRADECIMIENTO SINCERO
Y TRECE DESAFOS A LA LGICA .
. 361

II. UN VIEJO MANUSCRITO 367

III. EL DUENDE DE ZARAGOZA 385

IV. EL FUEGO MALDITO DE

LAROYA 405
V. VIAJE AL MUNDO DE LOS
MONSTRUOS 427

VI. INVESTIGADORES CON

SOLANA: LA IGLESIA FRENTE A
LOS OVNIS .. 455

VIL EL NIO EMBRUJADO DE LA

SECA 477

VIII. EN EL DESIERTO DE LA BICHA

493

IX. ENCUENTROS CON EL

ABSURDO 517

X. LA CAPITAL DE LOS
POLTERGHIST 541
XI. QUIN MUTILA EL GANADO?
569

XII. EL CDIGO DE LAS ESTRELLAS

589

XIII. VARGAS-SAUREU: EL ENIGMA

DE UNA MUERTE PARALELA 609

XIV PERIODISTAS: TESTIGOS DEL

MISTERIO 631

Agradecimientos

ESTE LIBRO no hubiese sido posible,

en primer lugar, sin la honestidad

y la sinceridad de aquellos que han sido

testigos del misterio. Yo

solo me considero un transcriptor de sus

experiencias. Por eso valoro

por encima de todo su valenta al

haberme hecho partcipe de vivencias
tan

importantes.

En segundo lugar, quiero agradecer la

decisiva ayuda logstica a decenas

de personas, especialmente colegas

periodistas, que en cada rincn de
Espaa me han ayudado a completar y
divulgar mi labor. Iigo Arrue,

Juan Carlos Miranda, Alberto Granados,

Jos Manuel Reverte Coma,

Antonio Casado, Juan Jos Bentez,

Paco Prez Abelln, Javier Chanda,

Laura Diez, Andrs Aberasturi,

Fernando Bustamante... Mencionarlos a

todos sera tarea imposible, casi tanto

como haber realizado este libro sin

su firme y sincero apoyo.

Tambin agradezco profundamente la

mano siempre tendida de
Lorenzo Fernndez, periodista, amigo y
confidente en tantas batallas, y

la labor, metdica, esforzada y sincera,

de mi compaera Carmen Porter,

sin cuya intervencin este nuevo trabajo

no hubiese visto nunca la luz.

Un agradecimiento sincero y

trece desafos a la lgica

NI EN LOS SUEOS ms optimistas

hubiese imaginado una recep-

cin del pblico como la que ha tenido

Enigmas sin resolver en

su primera parte. O seguro que la

hubiese soado, aunque dif-

cilmente creera que pudiera hacerse

realidad. Pero as ha sido. Y sera del
to-

do injusto comenzar este nuevo viaje a

lo ms profundo de los misterios es-

paoles sin antes no detenerse en la

lnea de salida y, como hacen los atletas

antes de iniciar otra carrera, tomar

aliento para, no sin cierto vrtigo, echar

la vista atrs y recordar por unos

segundos todo lo ocurrido con mi primer

hijo escrito y, por lgica, hermano

mayor de lo que ahora se disponen a
leer.

Ha pasado ya mucho tiempo desde el da

en que, cargado de ilusiones

y de sana ingenuidad, me plant en las

dependencias de la Editorial Edaf

para proponer mis ideas a Sebastin

Vzquez, la persona que, finalmente,

apost por m y por mi sana locura.

Hubo decenas, cientos de horas de

conversacin sosegada que se convirtie-
ron siempre en animada tertulia en vez
de en pura discusin comercial. Aque-

llo me ser muy difcil de olvidar. Y

creo, aunque quiz nunca se lo haya pre-

guntado, que Sebastin, con muchos

aos de veterana en el difcil pero
apasionante

mundo de la edicin, supo enseguida lo

que yo vena a venderle.

Aquel material, ms etreo que fsico,

no era tan solo un volumen grue-

so con algunas historias y fotografas.

Aquello era un concepto, un senti-
miento, una cruzada sobre la que yo
rondaba errante desde haca aos y

que, de algn modo, quera inmortalizar

en uno de los objetos ms mara-

villosos que pueden existir: un libro.

El espritu del reportero, del periodista

que lejos de la redaccin se san-

tigua a sus ttems con forma de

cmara fotogrfica y viejo cuaderno de

notas, era algo que quera reivindicar

con fuerza en un mundo a veces tan

falto de pasin. Algo en lo que yo crea

y creo como medio para dignificar
acerca de los cuales casi siempre cav
el manto del silencio y sobre los que se

todo un m u n d o que se escapa a

nuestra comprensin y que est ah, a la

dej de informar radicalmente. Queran

y tenan derecho a saber qu ocurri

vuelta de la esquina, sumergido en

sucesos increbles pero reales, en el tes-

en verdad, y por eso contribuan con sus

notas, aclaraciones y documentos.

timonio emocionado de un entrevistado

al que se encuentra en el lugar en

Ese era el segundo objetivo: crear una

conexin veraz, un trabajo de equipo

el que ocurrieron los hechos, o

discretamente oculto en las pginas de
su-

que, sinceramente, en algunos momentos

ha llegado a emocionarme.

cesos de algn viejo rotativo.

En un tiempo de Internet y de c m o d a
conexin va satlite, d o n d e m u -

El sentimiento de la bsqueda sin lmite,

del rastreo concienzudo que

chos colegas no levantan las posaderas

del asiento ni a u n q u e un suceso ha-
se convierte en detectivesco, o la
emocin por encontrar un nuevo dato,

ya ocurrido en la siguiente manzana, este

tipo de reporterismo, el que re-

transformado por arte de magia en un

slido peldao que permite penetrar

clama la presencia de quien lo narra en

el lugar de los hechos y con la gente

un poco ms en una historia, es algo que

quera transmitir lo ms fielmen-

que lo ha vivido, quiz sea visto c o m o

algo quijotesco. Bendita definicin

te posible. Y eso, lo c o m p r u e b o
ahora sorprendentemente agradecido, ha

con la que, por supuesto, me siento

identificado hasta la mdula.

conectado con los lectores.

Porque este caminar tras el misterio

tiene algo de caballero andante, cier-

Sus cartas, sus mensajes de apoyo y sus

sugerencias han sido c o m o un

tamente. Pero afortunadamente u n o no

est solo, y las ms de las veces la

resorte fantstico por el que me he

sentido unido a ellos.
mejor recompensa es el agrado sincero
de quienes te leen y la profunda sa-

Hacerles vivir lo que late dentro del

periodista que persigue esos casos

tisfaccin del deber c u m p l i d o al

dejar sobre el tapete de la historia otro
su-

malditos era u n o de los grandes

objetivos. Y ellos me han confirmado
que

ceso que no p u d o ser resuelto y que

estimula nuestra imaginacin y refle-

han recibido el mensaje.

xin sobre lo que conocemos y lo que
nos queda por conocer.

Recuerdo ahora a aquella profesora de

guardera que hizo que los nios

Sonro habitualmente cuando veo tanta

discusin y tertulia en las tele-

reflejaran con lpices de colores c m o

vean ellos a los ovnis y sus supues-

visiones, el medio que,

indiscutiblemente, peor trata a los
sucesos miste-

tos ocupantes, y me m a n d en un
cuaderno esas pequeas joyas; recuerdo
riosos. Entre listillos que se disfrazan de
periodistas, oscuros iluminados y

tambin a un h o m b r e que haba

vivido gran parte de su existencia en un

supuestos cientficos engredos e i n d o

c u m e n t a d o s que no dan pie con bo-

barrio chabolista y que a duras penas me

escriba para hacerme saber de los

la, se genera un caldo de cultivo que es

digno del peor cocinero. No creo

buenos ratos que le haba brindado con

mi libro. Y no me olvido t a m p o c o

que ese sea el camino. No creo, h u m i l

d e m e n t e , que estos sucesos, d o n d
e

de aquellas religiosas que m a n d a r o n

sus estampas para que las llevase siem-

intervinieron jueces, policas,

ingenieros, mdicos o verdaderos
cientficos,

pre cerca, en el coche, en la cmara o en

lo que fuera, ya que, segn la co-

sean siempre pasto de un bochornoso

espectculo en busca desesperada de

tidiana tertulia que mantenan sobre cada

u n o de los casos, haban llegado
audiencias. Por fortuna, suelo
desenchufar rpido. Y, por lo general,
para

a la conclusin de que corra m u c h o

peligro en las investigaciones y tuvie-

acto seguido coger los brtulos y

lanzarme a la bsqueda de esa realidad
que

ron a bien echarme un capote. O de

aquel ingeniero que haba redescu-

parece que convive con nosotros y se

manifiesta de las ms variadas formas.

bierto repentinamente su vocacin, o la

de esos chicos o chicas que haban
El depsito del entusiasmo est lleno
por u n a nica razn; no hay d o -

decidido matricularse en periodismo

tras leer aquellas 344 pginas. Y c-

bleces ni otros objetivos paralelos; mi

bsqueda es real, ya que yo soy el pri-

mo dejar a un lado a todas esas buenas

gentes que, en diferentes lugares y

mero en querer saber qu pasa ah fuera.

Y para ello, como lo hago desde

provincias, fuese de noche o de da, se

haban acercado, un t a n t o asustadas,

que descubr este fascinante m u n d o c

u a n d o tena diez aos, no ahorro en

hasta los lugares del misterio con el

Enigmas sin resolver debajo del brazo.

esfuerzos, provisto de una gran carga de

dudas y escepticismo, pero siem-

El casi centenar de cartas recibidas de

jvenes entusiastas, personas de to-

pre dispuesto a plantarme en el lugar d o

n d e haya surgido la noticia. Por-

das las profesiones, e incluso jubilados

que recordaban antiguos lances con el

que no entiendo la crnica y el

reporterismo sin ese c o n d i m e n t o
de vivir el

misterio, han sido para m el mayor y

ms sincero de los premios. Todos es-

suceso. Esa es la bsqueda que me hace

huir radicalmente de esos foros de-

taban agradecidos por poder saber ms

acerca de los enigmas espaoles, esos

lirantes y trabajar para mis lectores.

Ellos son personas, lo he c o m p r o b a
do,

que tienen la cabeza muy bien

amueblada y humildad sulieiente para

creer que se pueden tratar estos enigmas

de una forma seria y objetiva.

Como lo hace un periodista que ejerce

su profesin y que busca simple-

mente porque desea conocer ms.

Enigmas sin resolver ha puesto las

cartas sobre la mesa y ha mostrado lo

que se oculta tras los misterios

espaoles y tambin tras los misterios
de

aquellos que los persiguen.

Advierto al profano de que el camino

siempre est minado de decep-
PRIMER DESAFO A LA LGICA

ciones, pero tambin de rotundas

alegras. Poco antes de escribir estas

lneas, y tal y como leern ustedes en el

ltimo captulo, se produjo una de

ellas. Una nueva y clara luz, gracias a lo

escrito y descubierto en esa obra,

despej las tinieblas de la mentira que

asfixiaba el clebre misterio de las

Caras de Blmez. Las valientes

confesiones de los implicados, a raz de

DESDE TIEMPOS REMOTOS el

hombre ha asistido fascinado a algu-
nas manifestaciones paranormales que
consistan en la asombro-

tener conocimiento de lo que en el libro

se expresaba, han dado lugar a la

sa facilidad de algunos sujetos, por lo

general sin ninguna cultu-

confirmacin de que en ese, como en

tantos otros asuntos, alguien quiso

ra o preparacin, para, en estados de

profundo trance, comenzar a hablar

que la opinin pblica no supiese la

verdad.

en leguas muertas, desaparecidas de la

tierra haca siglos, o incluso para dia-

Enigmas sin resolver 2 nace ahora con

el firme compromiso de continuar

logar en idiomas que eran absolutamente

ignorados por el afectado.

la labor, de dejar en el archivo del

tiempo una serie de sucesos y aventuras

Fenmenos relativamente bien

conocidos en las esferas del clero, en

que probablemente tambin darn que

hablar, y sobre los que se arrojarn

cuyas apretadas bibliotecas de acceso

prohibido, concretamente en Italia,
conclusiones de todo tipo.

se tienen registrados algunos casos de

monjes que hablaron con la voz de

Edaf y los lectores deseaban este nuevo

reto. Y ya est aqu.

los difuntos. Muy rara vez queda de

ellos algn tipo de documentacin

Por ellos, por su fidelidad y entusiasmo,

me he puesto otra vez manos a

oficial, y sellados como supuestos casos

de posesin demonaca, o interce-

la obra y he desempolvado antiguos

documentos perdidos, llenado el dep-
sin de entidades malignas en nuestra
alma, iban a engrosar un inmenso y

sito y viajado a lo largo y ancho de la

piel de toro. Y en la faltriquera, ya que

oscuro archivo del que jams saldran

de no haber mandato del obispado.

quijotes somos, tras muchos kilmetros

y no pocos sustos, casualidades y

Diagnosticados por la parapsicologa

cientfica y algunas disciplinas de

sorpresas, me he trado trece historias.

Trece desafos a la lgica que son un

la psiquiatra como xenogiosia o

glosolalia, esta inslita capacidad sobre
la

nuevo reto a nuestro conocimiento y a lo

que sabemos de la realidad.

que todo desconocemos suele

presentarse en estados de profunda
alteracin

Todos ocurrieron en nuestro pas, quiz

muy cerca del lugar donde

nerviosa o conmocin emocional. Para

las teoras espiritistas, siempre ms

usted est terminando de leer estas

lneas, y muchos de ellos siguen retum-
arriesgadas, son sin embargo una
muestra evidente de como alguna de
nues-

bando en mi mente, como el primer da

en que los descubr, hacindome

tras reencarnaciones se ha manifestado

repentinamente desde uno de esos

pasar an ms de una noche en vela

pensando en sus consecuencias. En la

planos en los que se conforma la

existencia.

eterna duda de intentar comprender por

qu ocurren estas cosas, qu
En Espaa no se tena, hasta ahora,
constancia documental de este ti-

significado tienen y qu nos quieren

decir.

po de fenmenos. Quiz por eso, toda

esta investigacin del manuscrito

Espero, y ojal se produzca de nuevo a

travs de esos mensajes y cartas,

de Villafranca la realic bajo el signo

del asombro continuado. Unos anti-

que sean ustedes los que me confirmen

que han sentido lo mismo en su in-

qusimos legajos judiciales no solo

demostraban que hubo un proceso ofi-

terior. Si eso ocurre, ser consciente de

que se ha cumplido otro de los ob-

cial contra uno de esos sujetos dotados

por la misteriosa xenogiosia en la

jetivos con los que nace este proyecto.

provincia de Badajoz, sino que adems

esta informacin, por derecho, se

converta en el nuestro primer

expediente X conocido a lo largo de
siglos

II
de historia.

Si adems aadimos a la trama que hubo

ms de treinta testigos, mdi-

cos, alcaldes, soldados... los cuales

firmaron declaracin jurada, y que la
pro-

Un viejo manuscrito

tagonista de todo el enigma fue una

criatura de tan solo tres meses de edad

que comenz a hablar en antiguo latn

narrando una turbulenta historia,

Un fax y una sorpresa. Dos

misterios del Siglo
es difcil no sentirse superado por los
acontecimientos. No creen?

de Oro.Antonia Batista, la nia

endemoniada.

Campanadas a m e d i a n o c h e .
Xe no g lo s ia .

Certificado de un milagro.
Mensajes del pasado

Lugar del suceso: Villafranca de los

Barros, Badajoz.

Lugar de las investigaciones:

Villafranca de los Barros y Olivenza
(Badajoz).
FUERA HACA FRIO, y por las
pequeas ventanas de la redaccin de

Enigmas ya se haba colado la noche.

Aquel fax fue como un mila-

gro. Una escueta noticia firmada en un

diario de provincias que de

inmediato reclam mi atencin. La breve

resea, borrosa y casi ilegible, es-

taba encabezada por un titular curioso y

sugerente:

Badajoz: Hallado un escrito del siglo

XVII que narra hechos sobrenaturales.

Aquello me puso en guardia. No s

como, pero intu que detrs de aquel

papel rugoso se esconda una gran

noticia. Lo confuso del breve texto ha-

ca casi imposible la lectura. Pero, tras

un atento y esforzado anlisis lnea

a lnea, pude saber que en el pueblo de

Villafranca de los Barros se haba

descubierto una pequea joya an

pendiente de catalogacin que hablaba

de una nia que fue dada por

endemoniada, unas campanas que
tocaron

fnebremente solas ante la presencia de

decenas de testigos que creyeron

ver en aquello algo propio del diablo, y

varios sucesos inexplicables que aca-

baron en juicio sumarsimo. Un cctel

explosivo que me hizo saltar de la

silla. Un sinfn de llamadas a viejos

colegas de los peridicos extremeos
me

hicieron, tras casi dos horas de

intentonas, dar con Laura Diez, la
colabo-

radora ocasional que se haba hecho eco

del asunto.
No s muy bien qu describe el
manuscrito dijo desde el otro lado

del telfono, pero es algo que tiene

muy intrigados a los archiveros.

Parece ser que una nia de tres meses

comenz a hablar en un latn per-

fecto, y que hubo un proceso judicial en

la poca.

Me qued mudo. La joven periodista

pareca muy sorprendida por mi

actitud.

De veras que puede ser tan

importante este hallazgo? me pre-
Villafranca de los Barros, hacia las
tres de la tarde. Abril de 1999

gunt con un timbre de voz que denotaba

su emocin.

Tengo que ver esos documentos le

respond con firmeza.

Con 35 grados a la sombra me dieron la

bienvenida las encrespadas y

Yo no los he podido ver an. La

archivera que los encontr me

blancas callejas de este lugar apacible y

ordenado, con una armona sosega-

lo coment y yo plasm en una breve la

noticia. No cre que esto poda

da propia de las tierras del sur a las que

se asoma desde el ltimo vrtice de

llegar hasta Madrid. Es increble!

Extremadura. Al socaire del umbral de

los portales los vecinos se protegan

A veces pasan cosas increbles le

contest. Los dos tenemos que

de un sol que abrasaba temprano,

saludando cortsmente y envueltos en
sus

conversaciones sobre el tiempo y las

tierras. Daba la impresin de que no se
ver esos documentos del siglo XVII,
cueste lo que cueste.

haban sobresaltado con la noticia, a

pesar de que el rumor das antes haba

Ir haciendo las gestiones, ojal

podamos, es un asunto un poco

corrido rpido por los cuatro puntos

cardinales del pueblo en aquella pri-

complicado.

mavera que ms bien pareca verano

adelantado. En una plaza solitaria, jun-

Eres periodista, seguro que puedes

lograr la entrada al archivo.
to a uno de esos viejos quioscos de
msica donde daba la apariencia de no

Har todo lo posible... pero de

verdad que esto puede ser tan im-

haberse tocado un concierto en los

ltimos siglos, me esperaba, entre impa-

portante?

ciente y nerviosa, Laura Diez, cronista

que desde haca algunos meses surta

Puede que esos legajos sean el primer

juicio efectuado por fenome-

de noticias a los diarios de la comarca.

Tras las presentaciones de rigor, es-
nologa paranormal en Espaa. O por
supuesta posesin demonaca.

cuch una frase esperada que rompa la

duda que me haba mantenido ten-

Eso da un poco de miedo, la verdad...

so durante los cuatrocientos y pico

kilmetros de ruta:

Ciertamente, s. Te coment la
archivera alguna fecha de aquel pro-

ceso?...

Podemos pasar. Hay va libre.

Creo que todo ocurri hacia el 1617...

Puede ser el primer Expediente X
espaol. Maana, a ms tardar

Me gir y vi el viejo palacio que haca

de Archivo Municipal. Con las

a las tres, estoy all. Procura que me den

un permiso para visitar ese

prisas ni siquiera me haba dado cuenta

de que habamos quedado prctica-

archivo...

mente en su entrada. Procur

desplazarme con rapidez por la primera
plan-

En condicin de periodista?...
ta, donde se extendan las dependencias
de la polica local. Intu que los per-

En condicin de visita de un colegio,

si hace falta.

misos solicitados se limitaban al

acuerdo entre amigos y conocidos para
echar

una ojeada y no estaba dispuesto a que

mi bolsa de cmaras despertase la ms

La risa de Laura delat emocin y

nerviosismo. Acostumbrada a ser

mnima sospecha. Hablo con triste

conocimiento de causa. No es la primera
corresponsal de un lugar donde casi
nunca ocurre nada, esto se perfilaba

vez que un inocente interrogatorio por

parte, por ejemplo, de algn agente

como una gran aventura, con un

trasfondo de posedos, nias que hablan

de la polica local convierte la

presencia del periodista investigador en
todo

idiomas imposibles y unos documentos

sembrados de nombres, cargos y

un acontecimiento. Es mejor actuar con

sigilo, como una sombra que solo
apellidos de la poca. Y una sensacin
inconfundible me invadi por com-

observa y escucha. Al fin y al cabo esa

es nuestra labor. En no pocas ocasio-

pleto. Como en tantas otras ocasiones, la

noticia haba surgido del modo

nes los periodistas que buscan cosas

raras infunden recelo ms que otra

ms incomprensible y para descubrir la

verdad solo haba una forma: via-

cosa. Y las posibilidades de que gentes

de algunos lugares tranquilos y dor-

jar hasta las llanuras dormidas de la

tierra de Barros, en pleno corazn de

midos en su rutina solo vean

complicaciones en el forastero y sus
cmaras

Badajoz, y plantar las cmaras

fotogrficas ante aquellos excepcionales
do-

fotogrficas. El hecho de que un caso se

te escape ante las propias narices si

cumentos del pasado. No haba otra

frmula. O, al menos, mi concepto

cometes el torpe error de charlar sobre

tus intenciones antes de llegar hasta el
del periodismo an no la conoce. Por
fortuna.

objetivo es muy alta. La cara de cretino

que se me ha quedado en algunas oca-

siones, tras escuchar la bella frase de

pues como eres periodista, no hablo... y
ya
-Asi que esto es un proceso contra una
nia que hablo en latn a

te ests marchando de aqu, me hizo

recapacitar. Sub la escalinata de cuatro

los tres meses de edad, ante diversos

testigos y que luego fue juzgada

en cuatro peldaos, hasta sumergirme

como en otro mundo. Si bien en el pri-

oficialmente...

mer piso la asepsia y las estanteras de

metal mostraban la frialdad propia de

Exacto. Estamos realizando la

transcripcin paleogrfica y aquella
cualquier dependencia de ayuntamiento,
en la segunda planta, que se retor-

nia habl, segn rezan los diferentes

atestados, ante el mdico, el cura, el

ca en varias galeras estrechas donde se

asomaban actas y libracos con las en-

alcalde y diversos dirigentes. Adems

de los propios testigos del pueblo.

traas de hojas desparramadas, tena esa

magia de lo antiguo.

Y all, junto a la ventana, me qued por

unos instantes sin preguntas,

Un funcionario de bata blanca apareci

en medio del pasillo forrado de

observando aquella escritura enrevesada

llena de firmas, rbricas y sellos

apndices y anuarios de siglos pasados.

Le sonre con una mueca de visi-

oficiales. Volv a quedarme mudo por la

sorpresa.

tante dominguero...

Ya veo que estn de mudanza m e

apresur a decirle en tono

Dos misterios del Siglo de Oro

cordial.
Cierto. Nos trasladamos al nuevo
edificio. Estamos sacando todos los

El honor del inesperado

descubrimiento lo merece Pilar
Casado, la

archivos viejos, que llevaban sin

catalogar una eternidad... estn saliendo

archivera que haca tan solo unos das

qued asombrada al encontrar aquel

muchas sorpresas... Oiga, por cierto,

usted a qu ha venido?...

pequeo tesoro. En una de las pequeas

estancias donde se apilaban docu-
mentos sueltos de todas las pocas y
gneros apareci una carpeta, aproxi-

No lo dej acabar. Ocult discretamente

mi bolsa y continu como si

madamente de finales del siglo pasado,

en la que se incluan dos volumi-

me reclamasen desde la otra sala: all

todo pareca ms tranquilo.

nosos expedientes judiciales de bastante

tiempo atrs. Quin con sabidura

Con sus arterias de madera ya aejas

por el paso de los siglos, aquella

habitacin guardaba la esencia histrica

de un pasado brillante, repleto de

conquistas y caballeros. Mientras mi

cicerone dialogaba con lo que pareca

ser otra funcionara yo trataba de pasar

desapercibido, desapareciendo en-

tre columnas de legajos desencarnados

de tapas que haban sido descubier-

tos tras iniciarse la operacin de

mudanza. Precisamente en uno de esos
pe-

queos habitculos abuhardillados,

donde se guardaban en total desorden

los documentos ms antiguos, haba

saltado la sorpresa. La voz de la archi-

vera me result reconfortante. Tras su

charla con Laura haba accedido a

mostrarnos la pequea joya. Y yo

sent una profunda calma interior des-

pus de tanto nerviosismo por evitar que

nada truncara aquel encuentro

con el viejo y misterioso manuscrito.

Con gesto indiferente, Inmaculada

Clemente Santos dej caer el legajo

35/1.3.3, del ao de 1617, sobre la mesa

de oficina donde reposaba una es-
forzada Olivetti an en servicio.

Delicadamente me llev aquel

expediente judicial hacia el amplio ven-

La archivera abre ante las cmaras del

autor el juicio a la nia poseda de
Villafranca;

tanal que se elevaba hasta el techo y que

baaba de luz clara aquel saln:

un viejo legajo que se convierte en el

primer expediente X espaol.
los incluy en aquel dossier tuvo el
detalle de colocar en el lomo de la en-

La inesperada cana dirigida a los

alcaldes inicie lo que probablemente
hie-

cuademacin un inquietante epgrafe:

Hechos sobrenaturales.
ra la primera investigacin judicial de
este tipo habida en Espaa con orden

Sea quien fuese, aquel hombre o mujer

que hace unos cien aos descu-

de hacer declarar a todos los

implicados. El espeluznante suceso de
un beb

bri dentro del archivo los partes de los

tenebrosos sucesos ocurridos a prin-

que comenz a proferir frases en latn

ante el espanto de varios testigos pre-

cipios del siglo XVII tuvo a bien el

volver a sumergir aquel material en lo
sentes fue el que primero llam la
atencin de los dos mandatarios. No en
va-

ms profundo de la gran mole de

papeles que se alzaba, hmeda y enmo-

no haban pasado tan solo unos das del

suceso y eran muchos los testigos.

hecida, hasta casi rozar con el techo. Un

modo de esconder para la posteri-

Reunido el pueblo entero en pleno

extraordinario, se pona en marcha

dad unos hechos demasiado misteriosos

y punzantes para la poca. El mi-
la maquinaria implacable de la
investigacin con el fin de arrojar luz
sobre

lagro de la casualidad y el buen hacer de

las funcionarlas consiguieron que

estos oscuros sucesos. El diablo, segn

muchos, se haba aparecido en el

en estos ltimos cien aos no se

extraviase ni uno solo de los
documentos

cuerpo de una criatura.

del desangelado fondo de los archivos

de Villafranca. Las obras de ade-
centamiento del lugar comenzaron a
principios del 99, y recin iniciado

el mes de abril ocurri lo que quiz el

destino haba programado; el ma-

Antonia Batista, la nia endemoniada

nuscrito oficial se desperezaba de un

letargo de casi cuatrocientos aos.

Cuando lo tuve entre las manos,

comprend que all se reflejaba un he-

Con el legajo en la mano, caminando

lentamente entre aquellas torres

cho maldito que congreg a todas las

fuerzas vivas de esta cuna de con-
de viejos documentos y archivadores
relucientes que se disputaban el sitio

quistadores. Un descubrimiento
asombroso que tena por epicentro a una

con antiguos libros de cuentas y

sentencias, volv a ser consciente de que
la

nia de origen portugus de tan solo tres

meses de edad, protagonista, se-

realidad superaba a la ficcin ms

descabellada.

gn rezaban los legajos, de un hablar

imposible que fue certificado por los
ms
Intentando imaginar la noche de hace
trescientos ochenta y dos aos

honorables hombres de la villa.

en aquel lugar de estrechas calles

encaladas, le poco a poco, saboreando

Pero la trama tena un inicio. Un

caballero inquieto, el licenciado Jos

Beltrn de Arnedo, escriba a

Villafranca solicitando una ms que
curiosa

informacin.

Segn rezaban las arrugadas hojas

manuscritas, en la maana del 9 de
octubre de 1617 llegaba una misiva de
carcter urgente al pueblo...

En la villa de Villafranca, en nueve

das de octubre, sus mercedes don

Mateo Vaca de Liria y Diego Lpez

Barragn, alcaldes ordinarios de es-

ta villa por su majestad, recibieron el

pliego sellado que dice as: Por la

Reina Gobernadora. A la Justicia y

Alcaldes Ordinarios de Villafranca.

Y habindose abierto el dicho pliego

viene firmado por el seor li-

cenciado don fos Beltrn de Arnedo,

en el que por l manda se haga

informacin de que una nia de edad

de tres meses y medio, hija de

padres portugueses estantes en esta

villa, habl por el mes de septiem-

bre pasado ciertas palabras latinas. Y

que se hiciese informacin de que

por el ao pasado del sesenta y cinco

se tocaran las campanas de la er-

Segmento del documento judicial en el

que son legibles las palabras conteret,
caput, tuum,

mita de Nuestra Seora de la

Coronada.

pronunciadas de modo inexplicable por

Antonia Batista.