Moran Acerca de Sartre PP 331 363
Moran Acerca de Sartre PP 331 363
Moran Acerca de Sartre PP 331 363
JEAN-PAUL SARTRE
DESCRIPCIN APASIONADA
1. J.-P. Sartre, Interview with Sartre, en Paul Arthur Schilpp (ed.), The Philosophy of Jean-Paul
Sartre, Library of Living Philosophers (La Salle, IL: Open Court, 1981), p. 12. De aqu en adelante
citado como Schilpp seguido del nmero de la pgina.
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2. J.-P. Sartre, Ltre et le nant. Essai dontologie phnomnologique (Pars: Gallimard, 1943), p.
692, trad. Hazel E. Barnes, Being and Nothingness. An Essay on Phenomenological Ontology (Londres:
Routledge, 1995), p. 628. De aqu en adelante BN seguido de la paginacin en ingls y luego de la
paginacin en el original francs [y por ltimo SN y la pgina de la trad. esp. El ser y la nada: ensayo
de ontologa y fenomenologa; trad. Juan Valmar, Madrid: Alianza, 1984].
3. J.-P. Sartre, Critique de la raison dialectique (Pars: Gallimard, 1960), trad. Alan Sheridan-Smith,
Critique of Dialectic Reason (Londres: New Left Books, 1976). La segunda parte inconclusa ha sido
publicada como Critique de la raison dialectique. Tome 2. Lintelligibilit de lhistoire (Pars: Gallimard,
1985), trad. Critique of Dialectic Reason. Volume 2. Intelligibility of Hystory (Londres: Verso, 1991).
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El cartesianismo de Sartre
4. J.-P. Sartre, Search of Method, trad. Hazel Barnes (Nueva York: Vintage Books, 1968), p. 19.
5. Vase la entrevista de Sartre con Leo Fretz, en Hugh Silverman y Frederick A. Elliston (eds.),
Jean-Paul Sartre. Contemporary Approaches to His Philosophy (Pittsburgh: Duquesne University Press,
1980), p. 226.
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6. J.-P. Sartre, Les Carnets de la drle de guerre : Novembre 1939 - Mars 1940 (Pars: Gallimard,
1983), trad. Quintin Hoare, The War Diaries (Londres: Verso, 1984), p. 86. De aqu en adelante War
Diaries y el nmero de la pgina de la traduccin en ingls.
7. Gregory McCulloch, Using Sartre. An Analytical Introduction to Early Sartrean Themes (Lon-
dres: Routledge, 1994), p. 3.
8. J.-P. Sartre, La libert cartsien, Situations I (Pars: Gallimard, 1947), pp. 289-308,
trad. Cartesian Freedom, en J.-P. Sartre, Literary and Philosophical Essays (Londres: Rider,
1955), p. 172.
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De Descartes a Husserl
Sartre mismo recuerda que fue introducido por primera vez a la fenomenologa
por Raymond Aron, quien estaba estudiando a Husserl en Berln en 1932. Este encuen-
tro estimul a Sartre a leer el libro de Emmanuel Levinas, La teora de la intuicin de la
fenomenologa de Husserl, del cual obtuvo la impresin de que Husserl estaba promo-
viendo una clase de realismo. Estaba lo suficientemente entusiasmado por lo que ha-
ba odo hablar de la fenomenologa, entendida como el esfuerzo por obtener significa-
do aun de los aspectos ms insignificantes de la vida, que prepar un viaje de estudios
a Berln de 1993 a 1934, donde estudi ms profundamente la fenomenologa y bos-
quej sus primeros ensayos filosficos.
Sartre se hizo su propio enfoque particular y original en relacin con la fenomeno-
loga de Husserl, rechazando mucho de su aparato metodolgico, entre ello la epoch,
la reduccin, la explicacin de Husserl del noema y el objeto intencional, y su explica-
cin de la aparicin del ego en la conciencia. Sartre afirma que toda reduccin es
imperfecta, que es imposible llevar a cabo una reduccin completa, debido a que no
podemos nunca simplemente retornar a los objetos como son dados a la conciencia,
del mismo modo en que el objeto siempre escapar a la comprensin del pour-soi. De
hecho, Sartre rechaza casi todo lo de Husserl y, aun as, contina vindose a s mismo
al menos hasta 1940 como un husserliano. Al principio, Sartre consider a Hus-
serl como realista, pero ms tarde lleg a darse cuenta de que su posicin estaba ms
cerca de Kant y por tanto era un mal realismo (Schilpp, p. 13). La primera compren-
sin de Sartre sobre Husserl como un realista es evidente en su ensayo corto de 1939
Intencionalidad: una idea fundamental de la fenomenologa de Husserl, donde de-
clara que la fenomenologa de Husserl nos pone en contacto directo con el mundo:
Husserl les ha devuelto a las cosas su horror y su encanto... si amamos a una mujer, es
porque ella es adorable.10 Por la poca de El ser y la nada, sin embargo, Sartre conside-
r a Husserl como un fenomenlogo que pens el objeto como la suma de sus aparien-
cias, que tenda hacia el idealismo kantiano (BN 73; 111; SN 115). Influenciado por
Levinas, Sartre interpret la tesis de la intencionalidad de Husserl como una tesis on-
tolgica. La estructura de la intencionalidad revela una muy simple ontologa del ser
en-s y una conciencia parasitaria, una conciencia que nunca es en-s sino que siempre
est esforzndose por ir ms all de s hacia el para-s, trascendindose para aferrar-
se al ser. Husserl, para Sartre, es un cartesiano comprometido con el cogito en funcin
de pensar la relacin entre cogitatio y cogitatum, mediante la que la libertad absoluta
de la conciencia se encuentra directamente con la naturaleza trascendente del objeto
intencional. La conciencia es una nada, una falta, un agujero de ser en el corazn
9. Annie Cohen-Solal, Sartre 1905-1980 (Pars: Gallimard, 1985), trad. Anna Cancogni, Norman
MacAfee (ed.), Sartre. A Life (Nueva York : Pantheon Books, 1987), p. 92. De aqu en adelante citado
como Cohen-Solal, seguido de la paginacin de la traduccin en ingls.
10. J.-P. Sartre, Une ide fondamentale de la phnomenologie de Husserl: lintentionnalit, Situa-
tions I (Pars: Gallimard, 1947), p. 32, trad. Joseph P. Fell, Intentionality: A Fundamental Idea in Husserls
Philosophy, Journal of the British Society for Phenomenology 1(2) (mayo de 1970), p. 5. De aqu en
adelante Intentionality y la paginacin de la edicin en ingls seguida de la de la edicin francesa.
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11. J.-P. Sartre, La trascendance de lgo. Esquisse dune dscription phnomenologique, Re-
cherches philosophiques 6 (1936/1937), pp. 85-123, reimpreso como libro independiente, La Trascen-
dence de lgo (Pars: Vrin, 1966), trad. Forrest Williams y Robert Kirkpatrick, The Trascendence of the
Ego (Nueva York: Farrar, Straus and Giroux, 1957; reimpreso 1972). De aqu en adelante TE seguido
del nmero de la pgina en ingls y luego el nmero de la pgina en francs del artculo de 1936. Aqu
la referencia es TE 35; 87.
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La influencia de Heidegger
12. J.-P. Sartre, La lgende de la vrite, reimpreso en Michel Contat y Michel Rybalka, Les crits
de Sartre (Pars: Gallimard, 1970), Apndice II, pp. 531-545.
13. Vase la introduccin de R. Wolin a Karl Lwith, Martin Heidegger and European Nihilism
(Nueva York: Columbia University Press, 1995), p. 13.
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Angustia y autenticidad
Es verdad. No soy autntico. Todo lo que siento, antes de sentirlo de hecho, s que lo
estoy sintiendo. Y luego, obligado como estoy a definirlo y pensarlo, no contino ms
que medio sintindolo. Mis ms grandes pasiones son meros impulsos nerviosos. El
resto del tiempo me siento apremiado, entonces trabajo en las palabras, presiono un
poco aqu, fuerzo un poco all, y, quin lo iba a decir!, un sentimiento ejemplar ha sido
construido, lo bastante bien como para ponerlo en cualquier volumen encuadernado.
Todo lo que los hombres sienten puedo adivinarlo, explicarlo, ponerlo negro sobre blanco.
Pero no siento. Engao a la gente: parezco una persona sensible pero soy estril. Sin
embargo, cuando considero mi destino no me parece tan despreciable: me parece que
tengo ante m una coleccin de tierras prometidas a las que nunca entrar. No he sen-
tido nusea, no soy autntico, no me he detenido en el umbral de las tierras prometi-
das. Pero al menos les sealo el camino y otros pueden ir all. Soy un gua, se es mi
papel. Me parece que, en este momento, me estoy comprendiendo en mi estructura
ms esencial [War Diaries, pp. 61-62].
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14. J.-P. Sartre, Les mots (Pars: Gallimard, 1964), trad. Irene Clephane, Words (Harmondsworth:
Penguin, 1967), p. 14. De aqu en adelante Words y el nmero de la pgina de la traduccin en ingls.
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La nusea
La nusea ofrece una vigorosa crtica de la vida burguesa as como una descripcin
de la desintegracin de la psique. Algunos pasajes psicodlicos en la novela fueron
posiblemente influidos por la depresin de Sartre de 1935, durante la cual le permiti
a su amigo Daniel Lagache, por entonces interno de psiquiatra en un hospital cercano,
inyectarle mezcalina.21 Despus durante meses Sartre sufri flashbacks, en particular
la alucinacin de que estaba siendo perseguido por una langosta. En la novela, Ro-
quentin tiene una creciente experiencia de alienacin de los objetos, que parecen tocar-
lo como si estuvieran vivos. Su propia cara en el espejo le parece una cosa extraa. Ve
17. Sartre, Limagination (Pars: Alcan, 1936), trad. Forrest Williams, Imagination. A Psychologi-
cal Critique (Ann Arbor, MI: University of Michigan Press, 1962).
18. Sartre, La nause (Pars: Gallimard, 1938), trad. Robert Baldick, Nausea (Harmondsworth:
Penguin, 1965). De aqu en adelante Nausea y el nmero de la pgina de la traduccin en ingls.
* La palabra inglesa para designar al castor es beaver. [N. del E.]
19. Kate Fullbrook y Edward Fullbrook, Simone de Beauvoir and Jean-Paul Sartre. The Remaking
of a Twentieth-Century Legend (Londres: Harverster, 1993), p. 53.
20. Reseas y reacciones a La nusea estn recopiladas en Jacques Deguy, Jacques Deguy com-
mente La nause de Jean-Paul Sartre (Pars: Gallimard, 1993), pp. 204-209.
21. Ronald Hayman, Writing Against. A Biography of Sartre (Londres: Weidenfeld and Nicolson,
1986), p. 108.
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La cosa esencial es absurda. Quiero decir que por definicin la existencia es no necesi-
dad. Existir es simplemente estar ah; lo que existe aparece, se deja encontrar, pero nunca
se puede deducir. Hay gente, creo, que ha entendido esto. Slo ellos han intentado supe-
rar esta contingencia al inventar un ser necesario, causal. Pero ningn ser necesario
puede explicar la existencia: la contingencia no es una ilusin, una apariencia que puede
ser disipada; es absoluta, y en consecuencia perfectamente gratuita [Nausea, p. 188].
Pasajes como stos introducen la nocin de existencia pura como algo completa-
mente contingente, absurdo, y sin embargo por doquier. La existencia es un plenum
22. Vase Witness to my Life: The Letters of J.-P. Sartre to Simone de Beauvoir, 1926-1939, S. de
Beauvoir (ed.), trad. L. Fahnestock y N. MacAfee (Londres: Hamish Hamilton, 1992), pp. 36-37.
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23. J.-P. Sartre, Esquisse dune thorie des motions (Pars: Hermann, 1939), trad. Philip Mairet,
Sketch for a Theory of the Emotions (Londres: Methuen, 1971). De aqu en adelante Sketch y el nme-
ro de la pgina de la traduccin en ingls seguida del original francs.
24. J.-P. Sartre, Limaginaire (Pars: Gallimard, 1940), trad. Bernard Frechtman, The Psychology
of Imagination (Londres: Methuen, 1972). De aqu en adelante PI y el nmero de la pgina de la
traduccin en ingls seguida del original francs.
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En 1944, con la liberacin, Sartre fund una revista publicada por Gallimard, Les
Temps Modernes (el ttulo es una referencia deliberada al filme de Charles Chaplin
Tiempos modernos), con Merleau-Ponty, Simone de Beauvoir, Raymond Aron y otros,
en el consejo editorial. Les Temps Modernes rpidamente evolucion como la revista
intelectual lder de la poca, publicando a Samuel Beckett, Francis Ponge, Maurice
Blanchot, Jean Genet, Nathalie Sarraute, entre otros. Sartre y De Beauvoir, quien tam-
bin haba publicado distintas novelas as como algunos ensayos filosficos, eran aho-
ra figuras literarias muy bien conocidas. De enero a mayo de 1945, por instigacin de
Camus, y financiado por el Departamento de Estado de EE.UU., Sartre visito EE.UU.
en compaa de otros periodistas como corresponsal de Combat y de Le Figaro. Duran-
te la visita se encontr con el presidente Roosevelt en la Casa Blanca. En EE.UU. tam-
bin conoci a migrs intelectuales franceses, incluyendo a Claude Lvi-Strauss. Ms
tarde en ese ao regres a EE.UU. para impartir cursos ah, y por esta poca conocera
a Hannah Arendt, quien, sin embargo, no se impresion particularmente con l. De
regreso a Francia, el 24 de octubre de 1945 Sartre dict su famosa conferencia El
existencialismo es un humanismo, defendiendo al existencialismo de los ataques de
los crticos comunistas, que lo denunciaron como una filosofa burguesa, y contra los
crticos catlicos, quienes lo vean como un retrato innoble y bajo de la vida humana.
La conferencia fue anunciada en Le Monde y tuvo lugar ante una enorme audiencia en
el Club Maintenant. Cuando fue publicada en 1946,26 este ensayo, ms que ningn
otro, proporcion a Sartre un xito instantneo al defender que el existencialismo era
la nica opcin moral abierta a seres humanos honestos que reconocen, con Dosto-
yevski, que si Dios est muerto todo est permitido. Sartre argument que este recono-
cimiento no conduca a la inmoralidad o al nihilismo, sino ms bien devolva la liber-
tad a los individuos para hacer con sus vidas lo que ellos quisieran. La nica prescrip-
cin moral de Sartre es una versin del principio de universalidad de Kant en que se
dice que uno debe actuar para promover la propia libertad y tambin la libertad de
otros. Tan pronto como la conferencia fue impartida, los filsofos franceses, entre ellos
25. Sartre, Les mouches (Pars: Gallimard, 1943), trad. Stuart Gilbert, The Flies, en J.-P. Sartre,
Altona, Men Without Shadows, The Flies (Harmondsworth: Penguin, 1962).
26. J.-P. Sartre, Lexistencialisme est un humanisme (Pars: Nagel, 1946), trad. P. Mairet, Existen-
cialism and Humanism (Londres: Methuen, 1973).
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una total eleccin de uno mismo, una actitud comprensiva que uno adopta no slo hacia
los judos sino hacia los hombres en general, hacia la historia y la sociedad; es de una vez
y al mismo tiempo una pasin y una concepcin del mundo [Anti-Semite, p. 17].
Uno elige una pasin tal en funcin de dar densidad e impenetrabilidad al propio
ser, sin temor a enfrentarse a la propia libertad aterrorizante. El antisemita elige ser
as: elige la permanencia e impenetrabilidad de una piedra (Anti-Semite, p. 53). En
1947 public su estudio sobre Baudelaire,30 y una importante serie de ensayos sobre la
filosofa de la literatura, traducido como What is Literature?31 Aqu Sartre ofrece una
visin de la literatura comprometida (littrature engage), sosteniendo que escribir es
revelar, y que las palabras de los escritores transforman las cosas. Por lo tanto, los
escritores deben ser conscientes de su involucramiento (embarquement) en el mundo,
en funcin de elevarlo al nivel de autoconciencia comprometida (engagement).
La poltica de posguerra
Inmediatamente despus de la guerra, Sartre fue crtico con los comunistas france-
ses, proponiendo en su lugar un humanismo revolucionario, pero gradualmente lleg
a la visin de que solamente un sistema comunista genuino podra aportar una solu-
27. J.-P. Sartre, Cahiers pour une morale (Pars: Gallimard, 1983), trad. David Pellahuer, Notebo-
oks for an Ethics (Chicago: University of Chicago Press, 1992).
28. S. de Beauvoir, The Ethics of Ambiguity, trad. B. Frechtman (Nueva York: Citadel Press, 1948;
reimpreso en 1970).
29. J.-P. Sartre, Rflexions sur la question Juive (Pars: Paul Morihien, 1946), trad. George J.
Becker, Anti-Semite and Jew (Nueva York: Schoken Books, 1965). De aqu en adelante Anti-Semite y el
nmero de la pgina de la traduccin en ingls.
30. J.-P. Sartre, Baudelaire (Pars: Gallimard, 1947), trad. M. Turnell, Baudelaire (Londres: Ha-
mish Hamilton, 1964).
31. J.-P. Sartre, What is Literature?, trad. Bernard Frechtman (Londres: Methuen, 1967).
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32. J.-P. Sartre, Saint Genet. Actor and Martyr, Bernard Frechtman (Londres: Methuen, 1967).
33. Vase Peter Royle, The Sartre-Camus Controversy. A Literary and Philosophical Critique (Ottawa:
University of Ottawa Press, 1982).
34. J.-P. Sartre, Le scenario Freud, J.-B. Pontalis (ed.) (Pars: Gallimard, 1984), trad. Quintin
Hoare, The Freud Scenario (Londres: Verso, 1985).
35. J.-P. Sartre, Questions de mthode (Pars: Gallimard, 1967), trad. Hazel Barnes, Search for a
Method, op. cit.
36. Como Sartre dice en una entrevista con Leo Fretz, en Hugh Silverman y Frederick A. Elliston
(eds.), Jean-Paul Sartre. Contemporary Approaches to His Philosophy, op. cit., p. 225.
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37. Sartre, Lidiot de la famille (Pars: Gallimard, 1971-1972), trad. Carol Cosman, The Idiot of the
Family. Gustave Flaubert (Chicago: University of Chicago Press, vol. 1, 1981; vol. 2, 1987; vol. 3, 1989).
38. Vase Ronald Hayman, Writing Against. A Biography of Sartre, op. cit., p. 6.
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La primera obra publicada de Sartre fue un estudio del ego que busca rechazar la
perspectiva tradicional de que el ego es un habitante de la conciencia, ya sea como un
elemento que ha de ser encontrado materialmente en la conciencia (como algunos
psiclogos sostienen) o, como mantienen los kantianos, como un aspecto organizacio-
nal formal de la conciencia. Ms bien el ego est fuera de la conciencia por completo,
es un ser en el mundo, como el ego del otro (un tre du monde, comme lEgo dautrui,
TE 31; 85). Nunca me encuentro en una conciencia comprometida, activa, y, a lo sumo,
tengo una conciencia prerreflexiva de m mismo a este nivel. Sin embargo, se puede
reflexionar sobre este nivel. El ensayo, probablemente influido por la interpretacin de
Aron Gurwitsch del concepto de conciencia de Husserl, es una obra excepcional clara-
mente escrita, con muchos nfasis que prefiguran gran parte de la ontologa posterior
de Sartre. De hecho, Sartre siempre mantuvo este anlisis del ego (vase Schilpp, p.
10). En general, no obstante, mucha de la argumentacin es bastante dbil, como es de
esperarse en un primer ensayo publicado, y depende de un lenguaje idealista, particu-
larmente en su nocin de una conciencia que se limita a s misma.
Sartre comienza con la clebre observacin de Kant de que el yo debe ser capaz de
acompaar a todas nuestras representaciones, y reconoce que Kant mismo trat la
unidad de la conciencia como un requerimiento puramente formal, una coleccin de
condiciones de posibilidad de una conciencia emprica, y no como una cosa, pero
explcitamente critica a los neokantianos y a los empiristas por haber reificado el ego
trascendental (TE 33; 86). Contra los neokantianos y los empiristas, Sartre vuelve en
cambio a la fenomenologa husserliana, que, mediante la epoch, nos permite acceder
a la autoconciencia en su realidad concreta, y nos permite comprender al yo como una
cosa concreta existente. Sartre, sin embargo, critica a Husserl por colocar un ego puro
detrs de la conciencia, mientras que de hecho el yo es una proyeccin de la conciencia
y descansa fuera de ella como un objeto. Sartre acepta la explicacin de Husserl de una
conciencia trascendental constituyente, pero rechaza la idea de que necesitamos hacer
esto dentro de un ego:
Como Husserl, estamos persuadidos de que nuestro yo psquico y psicofsico (notre moi
psychique et psycho-physique) es un objeto trascendental que debe caer ante la epoch.
Pero formulamos la siguiente pregunta: no es suficiente este yo psquico y psicofsico?
Necesita uno duplicarlo con un yo trascendental (un Je trascendental), una estructura de
conciencia absoluta? [TE 36; 87-88].
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La conciencia est al tanto de s misma ya que est al tanto de los objetos. sta es
esencialmente una aprobacin de la posicin cartesiana que sostiene que toda concien-
cia debe ser capaz al menos en principio de ser autoconsciente. La propia conciencia de
m mismo no es posicional (positionelle, TE 41; 90), porque me comprendo en el acto
de situar algn objeto distinto de m mismo. En la conciencia ordinaria el yo nunca
aparece; aparece solamente sobre la base de un acto reflexivo, el cogito reflexivo. No hay
yo en la conciencia irreflexiva. Slo hay conciencia del automvil al que hay que ade-
lantar cuando lo estoy persiguiendo (TE 49; 94). Pero tampoco hay yo en la conciencia
reflexiva: existe un acto no reflexionado de reflexin (un acte irrflchi de rflexion), sin
un yo que est dirigido a una conciencia reflexionada (TE 53; 96). Aquellos que quie-
ran mantener que todos nuestros actos estn motivados por el egosmo, y por tanto que
el ego reside materialmente en la conciencia, han malinterpretado tambin el asunto. En
particular han confundido las estructuras de los actos irreflexivos y los actos reflexivos.
Sartre analiza una situacin en que siento lstima por Pedro y voy en su ayuda. Irreflexi-
vamente, slo existe el objeto Pedro-a-ser-ayudado. Aunque los psiclogos quieren co-
locar una segunda capa al acto, por medio de la cual ayudo a Pedro para dar fin a algn
estado desagradable en m, esto confunde el acto no reflexionado con el reflexionado. En
ambos casos, el objeto trasciende al acto. Lo no reflexionado tiene prioridad ontolgica
sobre lo reflexionado y no al contrario. Sartre eventualmente afirma que la distincin
entre el yo y el m mismo es simplemente funcional. El yo es un centro de las acciones,
en tanto que el m mismo (le Moi) es un centro de estados y cualidades (TE 60; 99).
En este primer ensayo, Sartre ofrece su interpretacin de la nocin de intencionali-
dad de Husserl. La intencionalidad, para Sartre, es la doctrina de la auto-trascendencia
de la conciencia. La conciencia se unifica a s misma escapando de s misma (elle
sunifique en sechappant, TE 38; 88). Es el objeto trascendente quien funda la unidad
de la conciencia; no hay necesidad de proponer un agente unificador de la conciencia
por parte del sujeto. La conciencia hace posible la unidad del yo y por tanto no hay
necesidad para la fenomenologa de proponer un ego trascendental anterior a la con-
ciencia. Sartre seala que Husserl, en su anlisis de la conciencia interna del tiempo,
admite la necesidad de la sntesis que vincule la conciencia del presente y el pasado,
pero seala que esto puede ser llevado a cabo sin introducir un yo como este poder de
sntesis (TE 39; 89). En este sentido, Sartre sostiene que la conciencia se limita a s
misma. Esto es insatisfactorio. Se supone que la conciencia es un poder de negacin
puro que se percibe en el en-s. Cmo puede tener este poder autolimitante? Sartre es
incapaz de contestar a esta pregunta.
En este ensayo, adems, Sartre est ya funcionando con la ontologa dualista que
aparece en El ser y la nada. Todo lo que no es conciencia es el en-s, de modo que cual-
quier ego no es algo en o detrs de la conciencia, sino ms bien algo externo y trascen-
dente a la conciencia. De acuerdo con Sartre:
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El objeto est caracterizado ya como pesado, impenetrable, pasivo (TE 79; 109).
En este texto, Sartre hace buenas crticas del concepto de ego de Husserl como un
polo subjetivo, y da una buena explicacin de la pasividad esencial de la experiencia
de conciencias as como de la naturaleza de la constitucin. Pero est claro que l ve a
Husserl como habiendo anunciado una nueva ontologa la ontologa de los objetos y
la conciencia que les son correlativos.
Sartre continu su ensayo sobre Husserl con dos libros dedicados al estudio psi-
colgico y fenomenolgico de la imaginacin. El estudio anterior de 1936,
LImagination, contena ms crticas de Sartre a las teoras previas, incluyendo las de
Berkeley, Hume y Bergson, as como las de los psiclogos Bhler, Titchener, Khler,
Wertheimer, Koffka, y otros psiclogos experimentales. El segundo estudio de Sar-
tre, LImaginaire, de 1940, ofrece su propia explicacin positiva, descriptiva, un estu-
dio fenomenolgico de la naturaleza y el papel de la conciencia imaginante, una
explicacin que evita las teoras filosficas. El trmino francs imaginaire es un con-
cepto difcil, usualmente traducido como imaginario. Sugiere tanto la funcin de
imaginar como la clase de mundo que este imaginar genera. Para Sartre, esto conlle-
va el correlato noemtico de los actos de la conciencia imaginativa y ficcional. Al
modo cartesiano, la primera parte del ensayo se titula La certeza, y la segunda
seccin, Lo probable, referida a lo que podemos comprender con certeza de la
naturaleza auto-consciente de los actos de conciencia. De nuevo Sartre da su explica-
cin cartesiana de la conciencia. Al lado de los distintos modos de postulacin ttica,
la conciencia siempre posee una autoconciencia no-ttica, no-posicional:
Es necesario repetir en este momento lo que es sabido desde Descartes: que una concien-
cia reflexiva nos da el conocimiento de la certeza absoluta; que el que est al tanto de
tener una imagen por un acto de reflexin no puede engaarse a s mismo [PI 1; 13].
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Imaginar, pues, es, como Husserl ya haba discutido con cierto detalle, un modo
especial de hacer presentes los objetos.
Al final, Sartre distingue varios rasgos especficos del imaginar: es un modo de concien-
cia que es cuasi-observacional, lo que significa que se proyecta ms all de lo que es dado
de hecho en la percepcin, ya que la percepcin externa brinda slo un vistazo fugaz unidi-
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Para que la conciencia sea capaz de imaginar, debe ser capaz de escapar del mundo por
su propia naturaleza; debe ser capaz por sus propios esfuerzos de retirarse del mundo.
En una palabra, debe ser libre [PI 213; 353-354].
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El ser nos ser revelado por alguna clase de acceso inmediato el hasto, la nusea,
etc., y la ontologa ser la descripcin del fenmeno de ser tal como se manifiesta, es
decir, sin intermediario [BN xxiv; 14; SN 18].
Sartre asume que ser es un fenmeno que es revelado en ciertos estados psicolgi-
cos, una posicin que coincide con su descripcin en La nusea. Sin embargo, no
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Sabido es lo que se produce entonces: la joven abandona su mano, pero no percibe que la
abandona. No lo percibe porque, casualmente, ella es en ese instante puro espritu [BN
55-56; 91; SN 90].
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El ser y la nada incluye un largo captulo sobre el cuerpo que fue extremadamente
influyente para la formulacin de Merleau-Ponty del concepto del propio cuerpo (le
corps propre) en su Fenomenologa de la percepcin. Aunque nunca fue desarrollada
plenamente, la explicacin de Sartre aporta algunos contrastes interesantes con Mer-
leau-Ponty. En primer lugar, Sartre ha hablado sobre el para-s slo en trminos de
conciencia; sin embargo, no se trata de una conciencia desencarnada. El para-s en los
humanos siempre reside en y se expresa a travs del cuerpo. Adems, Sartre afirma,
siguiendo a Gabriel Marcel, que yo soy mi cuerpo, no que tengo un cuerpo. No obstan-
te, Sartre tiene problemas al conectar la conciencia con el cuerpo fsico. No aprehendo
mi cuerpo en la manera en que aprehendo los objetos en el mundo. Tengo una expe-
riencia en primera persona de mi cuerpo como el fundamento de mi accin, como mi
centro de referencia y orientacin. Es parte de mi facticidad el que yo vea siempre las
cosas desde una perspectiva (que por supuesto pudiera ser otro punto de vista, BN 308;
356; SN 359). En cierto modo, mi cuerpo es para m algo que trasciendo y supero en
mis intenciones que estn dirigidas hacia el mundo. Veo otras cosas como tiles, o
como teniendo propiedades (el martillo es pesado), debido a que mi cuerpo media esta
informacin. En tanto escribo utilizo mi pluma para formar letras, pero mi mano no es
un instrumento de la misma manera: Yo soy mi mano (BN 323; 371; SN 372). En
cierto sentido, pues, mi cuerpo est en todas partes en el mundo. Si veo mi cuerpo (a
travs de rayos X o por el estilo), entonces no lo veo como mi cuerpo, sino simplemente
como una parte del mundo: Veo mi mano slo en la manera que veo este tintero (BN
304; 351; SN 350). La veo como veo un objeto externo, o como es visto por otro. Lo que
aprendo desde mi cuerpo, como es visto externamente, es mi ser-para-otros (tre-
pour-autrui, BN 305; 352; BN 349). Mi cuerpo es lo que yo veo de m mismo y lo que
otros ven de m. Como Merleau-Ponty, Sartre no da un significado especial al fenme-
no de doble sensacin, esto es, cuando una mano puede tocar otra, y uno tiene la
sensacin tanto de tocar como de ser tocado. Cuando toco mi pierna para vendarla,
sobrepaso mi pierna como tal y estoy intentando curar mi pierna. No hay realmente,
entonces, tal fenmeno de doble sensacin. En entrevistas posteriores con Simone de
41. Debo esta formulacin a Phyllis Sutton Morris, Sartre on Self-Deception, en Hugh Silver-
man y Frederick A. Elliston (eds.), Jean-Paul Sartre. Contemporary Approaches to His Philosophy, op.
cit., p. 35.
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La influencia de Sartre
42. Simone de Beauvoir, La crmonie des adieux suivi de entretiens avec Jean-Paul Sartre (Pars:
Gallimard, 1981), trad. Patrick OBrian, Adieux. A Farewell to Sartre (Nueva York: Pantheon, 1984).
43. Vase Gregory McCulloch, Using Sartre. An Analytical Introduction to Early Sartrean Themes,
op. cit., y Kathleen V. Wider, The Bodily Nature of Consciousness. Sartre and Contemporary Philosophy
of Mind (Ithaca, NY: Cornell University Press, 1997).
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