Mitos y Leyendas Celtas
Mitos y Leyendas Celtas
Mitos y Leyendas Celtas
Como consecuencia de estas medidas, la literatura celta ms antigua que se conoce que son las
primigenias narraciones en lengua irish gal y welsh recopiladas por escritores muy posteriores,
algunas en sus idiomas originales, pero la mayora en latn no comienza por el origen del universo,
como en la mayora de las culturas antiguas, sino por el nacimiento y evolucin de las regiones y
gobiernos involucrados.
Acerca de estos manuscritos, cabe destacar que, mientras en el resto de Europa, la comunidad
cristiana ignoraba, o, peor an, despreciaba y denigraba, las creencias tradicionales, los amanuenses
cristianos de la antigua Ern optaron por preservarlas, hecho encomiable aunque en muchas ocasiones
las hayan cristianizado, suprimiendo las referencias paganas ms significativas.
As, los monjes cristianos copiaron las versiones narradas por los filidh muchos de los cuales,
de hecho, se convirtieron en los primeros conversos irlandeses con bastante fidelidad, a pesar de
que muchas divinidades paganas se convirtieron, en sus manuscritos, en personajes humanos, aunque
con poderes especiales. El dios celta Lugh, por ejemplo, una deidad indiscutida entre los galos
(celtas continentales), aparece descrito en las transcripciones cristianas como un simple ser humano,
aunque desusadamente grande, fuerte e inteligente.
De estas recopilaciones cristianas tardas han sobrevivido si bien se sospecha que no en su
totalidad dos manuscritos principales que, hasta el momento, se destacan como las fuentes de
informacin ms antiguas que pueden encontrarse sobre las invasiones y conquistas que se fueron
sucediendo en las Islas Britnicas (ms especficamente en Irlanda y Gales), como as tambin los
lugares donde se han ido sucediendo; estos dos textos son el Eireann Lebhar Gabhalla[5], que narra
las distintas oleadas de conquistadores que llegaron a las playas de la Isla Esmeralda (Ern) y el
Mabinogion[6], redactado en lengua galesa, que recopila varias versiones anteriores a su
configuracin definitiva, referentes a los hechos blicos e histricos acaecidos en las regiones de
Gales y Cornwall.
Como queda dicho, estos cdices estn encabezados en importancia por el Libro de las
invasiones, un extenso trabajo dividido en trece leyendas, de las cuales hemos tomado los pasajes
ms sustanciales de las cinco pertenecientes a las Tochommlodda (literalmente, invasiones), en
cada una de las cuales se relata la epopeya de una las cinco razas que poblaron y rigieron
sucesivamente el territorio irlands.
El Leabhar Gabhalla se complementa con otro manuscrito que, si bien es contemporneo en sus
orgenes orales, fue transcripto al lenguaje escrito bastante ms tarde, alrededor del siglo XIV. En
este texto se especifican con mucha precisin, aunque en trminos algo crpticos (quizs porque los
monjes cristianos no conocan al pie de la letra la geografa y la toponimia celtas), los lugares donde
se desarrollaron las principales acciones en territorio irlands.
Otros cdices contemporneos de stos son: el Libro de Leinster, el Libro amarillo de Lecan y
el Dun Cow, de los cuales hemos extrado algunos fragmentos relevantes para los temas tratados, y
en lengua galesa, como complemento del Mabinogion, el Libro blanco de Rydderch y el Libro rojo
de Hergest.
La llegada de Partholan
(Tochomlodd Partholoin dochum n-Ereinn, lit.: la invasin de Partholan a Irlanda).
El episodio se encuentra incluido en la Saga de Tuan McCarrell y narra la llegada del mismo
Tuan y el hermano de su padre, Partholan, a Ern, y su lucha contra los gigantescos y monstruosos
formor.
Corresponde al perodo en que los nemedianos gobernaron Ern, luego de la desaparicin de los
descendientes de Partholan, vctimas de una plaga.
Segn la saga de Tuan McCarrell, nica fuente que los menciona en profundidad, luego de
derrotar en una oportunidad a los formor, fueron finalmente vencidos por stos en la batalla de la
Torre de Connan, sobreviviendo solamente treinta de ellos, que se establecieron en Gran Bretaa,
dando su nombre a ese pas.
El ciclo de Domnal, hijo de Stariath
(Tochomlodd fer n-allom; lit.: la inmigracin de los fir-llom).[8]
La escasez de referencias sobre el origen de los fir-llom en la saga de Tuan McCarrell que se
concentra en su actuacin en las Islas Britnicas, y la ausencia total en otras fuentes, ha generado
severas discrepancias en los autores posteriores, que sostienen tres ponencias diferentes: la primera
de ellas asegura que procedan de Blgica y los Pases Bajos, y que el grupo estaba compuesto por
tres subgrupos, los fir-bolg, cuyo nombre significara hombres belgas u hombres de las bolsas,
los fir-dammoind o fir-domnan y los fir-galloin, trmino que la versin interpreta como un derivado
de galos. A pesar de las diferencias raciales, los tres sectores estaban agrupados en una fraccin
nica, bajo el nombre genrico de fir-llom, si bien el contingente ms numeroso, y el que pareca
llevar la voz cantante, era el de los fir-bolg.
H. dArbois de Jubainville, sin embargo, no comparte esta opinin, que parece ser la ms
difundida y, si bien menciona a los tres pueblos por sus nombres, precisa que:
La segunda versin indica que el nombre fir-bolg significa hombres de las bolsas, y sostiene
que provenan de Grecia, donde trabajaban en condiciones de esclavitud, acarreando tierra desde las
frtiles praderas de la costa hasta los valles de las colinas, donde se encontraban los sembrados.
Finalmente, cansados de la opresin, construyeron sus propios curraghs[9] con las bolsas de cuero en
que transportaban la tierra (de all su nombre) y navegaron hacia Ern, que suponan desierta.
Finalmente, la tercera ponencia, la ms difundida, sugiere que pertenecan al grupo de nemeds
sobrevivientes al combate final con los formor que, luego de reponerse de sus prdidas en Gran
Bretaa pas que, segn esta versin, debe su nombre al jefe nemed Brittan, se unieron a otros
grupos locales (tal vez los fir-domnand y los fir-galloin de la segunda versin) para integrar los fir-
llom que regresaron a recuperar el trono de Ern.
El ciclo de los tuatha de Danann
(Tochomlodd Tuathe de Danann; lit.: la invasin de los tuatha de Danann).
Comprende la etapa en que los clanes de la diosa Dana, llegados de los cielos, impusieron su
inteligencia y su superioridad tcnica y cientfica sobre los antiguos residentes de la Isla Esmeralda
que an residan en ella, venciendo tanto a los fir-bolg como a los formor.
Al igual que sucedi con los fir-bolg, tambin existen dos versiones acerca del origen de las
tribus de la diosa Dana; la primera de ellas, como vimos, los seala como uno de los tres grupos
supervivientes de los nemeds, que haban permanecido largos aos en las islas del oeste
(probablemente Anglesey y Holyhead, en la baha de Caernarvon), estudiando magia, msica y, en
general, todas las bellas artes.
Una segunda versin sugiere para los tuatha de Danann una procedencia divina, afirmando que
fueron depositados por una nube mgica en una regin al norte del actual condado de Connacht;
cuando la niebla se disip, los fir-bolg se encontraron, sorprendidos, con un campamento ya
fortificado. Esta ltima interpretacin parece corroborarse por el hecho de que los personajes de los
tuatha de Danann coinciden con los dioses principales de la religin de los celtas insulares;
desafortunadamente, la informacin que ha trascendido sobre estas coincidencias no aporta pruebas
suficientes para abrir un juicio racional al respecto.
Analizando los textos irlandeses referidos a los tuatha de Danann, inmediatamente surge una
marcada dicotoma: por un lado, los que expresan tendencias netamente paganas, y los que, influidos
por la creciente presin de los clrigos cristianos, trataron de crear para Ern una tradicin modelada
bajo los cnones de la cosmogona bblica.
Las arraigadas tradiciones celtas insulares consideran a los tuatha de Danann como dioses
venidos del cielo para encauzar la descarriada conducta de los hombres en los tiempos anteriores.
Un poema atribuido a Eochaid ua Flainn (desaparecido alrededor del 980 d. C.), cuya procedencia
an no ha sido debidamente establecida, pero que resulta indiscutiblemente anterior al Leabhar
Gabhalla, hace una evidente referencia, aunque no se atreve a confirmarla abiertamente: no
llegaron en ninguna nave visible En realidad no se sabe si vinieron del cielo o de la tierra
Eran hombres? Eran demonios expulsados del infierno? Eran dioses descendidos de los cielos
para detener la maldad de los hombres?.
El nombre mismo de los tuatha de Danann consolida esta teora, ya que, en irish gal, el trmino
tuatha (plural de tuath) significa clanes o pueblos, mientras que Dana era el nombre de la diosa
mayor del panten celta, a la cual, al cristianizarla se le otorg el de Birgitt o Brigitte,[10]
adoptado ms tarde por los galos o celtas continentales. En conjunto, su significado los clanes de la
diosa Dana dara consistencia a la teora de su pagana procedencia divina.
Para los textos cristianizados, por su parte, todos los pueblos celtas, especialmente los de
Ern, derivan de un tronco comn descendiente de Jafet, a travs del cual se remontan hasta Adn y
Eva, ancestros primigenios del gnero humano.
Sin embargo, curiosamente, ambas tendencias, la pagana y la cristiana, coinciden en que, entre
los ancestros de los tuatha se encuentra Nemed, uno de cuyos hijos, Iarbonell, escap de la matanza
de la Torre de Connan, en que los formor diezmaron a las huestes de Nemed, arrojndolos de Ern.
Iarbonell posea el don de la profeca y cuando abandon Irlanda se retir, segn Eochaid, a las
regiones septentrionales del mundo, donde se dedic a estudiar en profundidad el druidismo, el arte
de obtener visiones y escudriar el porvenir, as como la prctica de hechizos y encantamientos. Una
vez adquiridos esos conocimientos maravillosos, Iarbonell y sus descendientes regresaron a Ern, a
donde llegaron envueltos en oscuras nubes tempestuosas, que ocultaron el sol durante tres das, y la
luna durante las correspondientes noches.
Pero la supremaca de los tuatha ms all de su procedencia divina o profana pronto iba a
sufrir una declinacin tan misteriosa como su llegada, ya que, como veremos algo ms adelante,
pronto iban a ser reemplazados por los hijos de Miled, una raza invasora proveniente de Espaa.
Sin embargo, los tuatha de Danann no se rinden: por obra de sus poderes mgicos se retiran a un
mundo intangible e invisible, al cual los humanos no tienen acceso, a menos que ellos lo permitan.
Irlanda queda, de esa forma, separada en dos niveles: el espiritual, dominado por los Dananns, y el
terrenal, regido por Miled y sus descendientes.
Y si bien se ignoran las razones por las cuales los tuatha de Danann decidieron abandonar la
Ern terrenal, las tradiciones celtas sostienen que lo hicieron por considerar que su misin en el
mundo haba terminado y se retiraron a sus moradas divinas. Algunos de ellos se refugiaron en la Tir
Tairngiri (Tierra de Promisin) o Tir na nOg (Tierra de la Eterna Juventud), donde el tiempo no
existe, las plantas florecen y fructifican todo el ao y el mead[11] mana de las grietas de las rocas.
Los entretenimientos favoritos son los banquetes y las fiestas, y los guerreros reparten su tiempo
entre combates simulados y bellas compaas femeninas.
El resto de los tuatha eligi como morada magnficos palacios subterrneos y submarinos,
inaccesibles a los seres humanos, que slo pueden percibirlos como semiderruidos sepulcros
ancestrales. Fue al refugiarse en estas residencias celestiales, que los tuatha de Danann adoptaron
su nuevo nombre de Aedh Sidhi[12], o Habitantes de los sidhi, trmino que, como ya hemos visto,
define los tmulos megalticos que constituyen la entrada en el mundo invisible de las hadas.
La relacin de los Aedh Sidhi con los humanos se pone de manifiesto en las narraciones de los
siguientes ciclos de la historia de Irlanda; en el de Ulster, por ejemplo, interactan frecuentemente
con los seres humanos, tanto en sus sueos como en la realidad cotidiana, y en el de Finn
McCumhaill participan en las batallas, luchando lado a lado con los hroes fennianos.
Llamado tambin ciclo de CuChulainn, por el relevante protagonismo en este perodo del paladn
mximo de la historia de Ern, hroe del Tain bo Quailnge y defensor a ultranza del reinado de
Connor McNessa. Las leyendas que componen este ciclo no figuran en la saga de Tuan McCarrell, y
algunas de ellas ni siquiera aparecen en ninguna de las versiones del Leabhar Gabhalla, sino que
han sido recogidas en manuscritos posteriores, como el Libro de Leinster y de Lecan, o en el Donn
Cow.
Esto parece presentar cierta dicotoma, ya que varios de los personajes colaterales, como Lugh,
padre de CuChulainn, Scatagh, la diosa herrera-guerrera y otros pertenecen indudablemente al
entorno de los clanes de la diosa Dana, lo que hace presumir que los episodios aqu relatados han
tenido lugar en el perodo de los tuatha, o en tiempos inmediatamente posteriores.
Segn los analistas especializados, Connor McNessa y CuChulainn habran vivido en una poca
equiparable a la de Jesucristo; Tigernach, por ejemplo, afirma que CuChulainn habra muerto en el
ao 2 d. C., y Connor McNessa, en el 22. Sin embargo, algunos historiadores irlandeses del siglo XII
afirman, basndose en narraciones orales recopiladas en el Libro de Leinster, que el reinado de
Connor McNessa se remontara al sigo III a. C.
Posterior al ciclo del Ulster, narra las hazaas de los Fianna, un grupo militar al mando de Finn,
hijo del rey Cumhaill, y Ossian (fonticamente, Oissin), hijo del primero de ellos. Si bien no estn
incluidas en la saga de Tuan McCarrell, ni en el Leabhar Gabhalla, estas leyendas, ms all de sus
componentes mgicos, parecen basarse en determinados sucesos histricos datados por los
historiadores griegos y romanos alrededor de los siglos II y III de nuestra era.
Sin embargo, las narraciones de este perodo, que comienzan aproximadamente hacia fines del
siglo II d. C., con la batalla de Cnucha (cuya fecha se estima alrededor de 170), durante el reinado de
Conn Cetchatar, y se extienden hasta la de Gowras, alrededor del 285, bajo el de Cormac McArt,
permiten discernir una sociedad muy diferente de la del Ulster de CuChulainn y Connor McNessa;
describen una vida ms sosegada y pacfica, caracterizada por reyes y seores desahogando sus
ansias de conquista en partidas de caza circunscriptas a sus propios cotos de bosques umbros y
apacibles; guerreros y soldados sublimando sus instintos blicos en torneos y justas, y artesanos
dedicados a sus labores en la idlica tranquilidad de su taller.
Desde este punto de vista, las sagas fennianas son la sntesis viva, no de un grupo de clanes
luchando a brazo partido por motivos balades, sino de un pueblo con miras y metas comunes,
marchando armnicamente en busca de una organizacin definitiva.
Los relatos del ciclo ossinico narran, bsicamente, la historia de los Fianna (plural y genitivo de
fian, grupo o banda), un cuerpo de caballera semiprofesional organizado, segn se cree, por el
rey Feradach Fechtnach, con el objeto de mantener el orden en la Isla Emeralda y prevenirla contra
toda invasin.
Durante el siglo III, en el que transcurren la mayora de los relatos ossinicos, la orden de los
Fianna clebre por las hazaas guerreras y cinegticas de sus hombres ya contaba con casi 200
oficiales y ms de 4000 soldados, cuyo accionar se extenda a toda Ern, con la sola excepcin del
reino del Ulster.
La gran mayora de las narraciones sobre este cuerpo se refiere a las hazaas del jefe de los
Fianna del Condado de Leinster, Finn McCumhaill, cuyo renombre como matador de monstruos y
mago es slo equiparable a su renombre como poeta. Altivo y orgulloso, su linaje se remonta a los
invasores fir-llom, con ramificaciones entre los tuatha de Danann, e incluso cierta relacin con
Sualtam, padre adoptivo de CuChulainn. Su madre, Murna, la del Blanco Cuello, era nieta de
Nuadha, el de la Mano de Plata, y su padre fue Cumhaillel McTremmir, quien, como jefe del clan
Bascna, que competa con el clan Morna por el liderazgo de los Fianna, fue vencido y asesinado en
la batalla de Knock.
Otra de las caractersticas destacables de este perodo es su entorno mgico, en parte histrico y
en parte mitolgico, que permiti a los bardos del siglo III entretejer un gran nmero de relatos
prodigiosos, muchos de los cuales transcurren en pases ignotos y maravillosos, protagonizados por
gigantes, enanos, hadas, magos, elfos, hechiceras, ogros y animales mticos, que se alternan con los
dioses de los tuatha de Danann. Segn algunos especialistas, como Margaret Sullivan y Lesley
OConnors, entre otros, la figura legendaria de Finn McCumhaill se identifica con el guardin de los
sidhi, Gwynn ab Nudd, rey inmortal de las hadas y los elfos.
La llegada de Partholan
Hasta este preciso momento inici el caballero su relato Ern ha sufrido cinco invasiones,
ya que nadie haba llegado a sus costas antes del Diluvio, y nadie lo hizo, sino hasta mil ms dos
aos despus de l,[14] fecha en que Partholan vino a establecerse en Irlanda. Esto sucedi poco
tiempo despus de la muerte de mis padres, mientras yo me encontraba viviendo con l, razn por la
que yo tambin arrib a estas tierras, acompaados ambos por dos docenas de hombres fuertes y
aguerridos, cada uno de los cuales vena con su mujer, aunque ninguno de ellos se destacaba por su
inteligencia.
Segn dArbois de Jubainville, la familia de Partholan, que los ms antiguos documentos
irlandeses sitan al principio de la historia mtica de su pas, es idntica a la raza de plata que
describe Hesodo en Los trabajos y los das y, al igual que ellos, se distingue por su ineptitud.
As vivimos en Ern hasta que llegamos a sumar dos mil y quinientos hombres de la misma raza
y otras tantas mujeres continu Tuan McCarrell, poca en que se desencaden una plaga mortal
que los aniquil por completo, dejando a un solo sobreviviente, porque es sabido que nunca
sobreviene una mortandad total sin que al menos una persona escape de ella. Y quiso mi malhadado
sino que ese sobreviviente fuese yo.
Aqullos fueron tiempos que me gustara verdaderamente erradicar de mi memoria; durante
muchos aos interminables recorr Ern de cueva en cueva y de ruina en ruina, para protegerme de
los lobos, y a lo largo de todo ese tiempo la senilidad y la decrepitud fueron minando mi espritu y
mi cuerpo, hasta que ya no poda casi caminar y me alimentaba slo de hierbas y agua de los arroyos,
rogando a los cielos que me concedieran el descanso eterno.
Fue entonces cuando Nemed, hijo de Agroman, tom posesin de Irlanda. Desde lo alto del
acantilado lo vi desembarcar, alto y esbelto como un dios, pero me las arregl para no dejarme ver
por ellos. Mi propia decrepitud me ofenda y me aterraba; mis cabellos, mi barba y mis uas haban
crecido desmesuradamente; estaba macilento, desnutrido y desnudo, agobiado por la miseria y el
sufrimiento.
Los vigil desde los riscos durante muchos das, hasta que una noche me dorm y a la maana
siguiente despert convertido en un joven y poderoso ciervo. Como por arte de magia haba
recobrado mi lozana y la alegra de vivir, y las manifest componiendo versos y canciones sobre la
llegada de Nemed y de su raza, como as tambin sobre la increble metamorfosis que yo mismo
acababa de experimentar.
Mi nueva forma animal, pujante y vigorosa, me permiti convertirme en el jefe de todos los
rebaos de ciervos de Ern. Siguiera el camino que siguiese, cientos de ciervos marchaban a mi lado,
sirvindome de squito, de compaa y de proteccin a la vez. As fue mi vida en los tiempos de
Nemed.
Treinta y dos eran las naves en que los descendientes de Agroman zarparan hacia Irlanda, con
una dotacin de treinta almas cada una de ellas, pero todas menos una se extraviaron a lo largo del
ao y medio que insumi la travesa, y sus tripulaciones perecieron por obra del hambre y la sed, o a
causa de los naufragios.
Finalmente, slo fueron diez los nemedianos que desembarcaron en la Isla Esmeralda: el propio
Nemed, su esposa Hyfah, cuatro hombres y cuatro mujeres, pero en poco tiempo su nmero creci
hasta que llegaron a ser cuatro mil treinta hombres y otras tantas mujeres en el momento en que todos
murieron.
No obstante, estos seguidores de Nemed tuvieron fortuna en Ern; ellos y sus descendientes
talaron miles de rboles y desbrozaron muchos montes, para crear llanuras y prados en que hacer
crecer sus cultivos. Y fue el mismo Nemed quien construy el primer palacio de Ern, que ms tarde
se llamara Emain Macha.
Por desgracia, los nemedianos pronto entraron en guerra con los formor que an subsistan, y
las dos facciones se enzarzaron en cuatro titnicas batallas, que diezmaron a sus huestes.
Mientras Nemed condujo a sus hombres a la batalla, sus seguidores salieron triunfantes de ellas,
pero tras su muerte, los formor los sojuzgaron, cobrando de ellos tributo cada primero de
noviembre, durante la fiesta de Samhain.[15] El tributo consista en las dos terceras partes de los
nios nemedianos nacidos el ao anterior, ms una porcin igual de las cosechas y de la leche
recolectadas. Despus de soportar este sistema durante varios aos, los nemedianos se rebelaron y
se alzaron en armas contra sus expoliadores, logrando reducirlos a su fortaleza de la isla de Tory,
aguas arriba del ro Shannonn. Sin embargo, esto signific para la tribu de Nemed el sacrificio de su
principal hroe Fergus y todos sus seguidores menos treinta, que fueron los nicos que lograron
sobrevivir a la batalla.
Durante aquel tiempo yo haba cado nuevamente en la senilidad; me encontraba ya al borde de
mis fuerzas vitales, cuando una noche, encontrndome en la boca de mi caverna, y en plena vigilia,
sent que mi cuerpo cambiaba, transformndose lentamente en el de un gil y vigoroso jabal. Tan
grande fue mi emocin, que no pude menos que expresar en forma de versos mi alegra por la
metamorfosis. Mi poderosa voz era imponente y majestuosa y pona de manifiesto toda mi alegra de
vivir.
Y as me convert en rey de los rebaos de jabales de toda Irlanda, cuyas praderas y bosques
recorr a placer, aunque sin perder la costumbre de regresar a los alrededores de mi casa, como cada
vez que me senta viejo y decrpito nuevamente. Porque debis saber continu el caballero que
todas mis metamorfosis se produjeron aqu, en el Ulster, y por eso siempre volva cuando presenta
que se aproximaba una nueva transformacin.
En mi nueva personalidad alada pude ver cmo las huestes de Beothach, hijo de Iarbonell, el
profeta, descendan de los cielos para reemplazar, por la fuerza de las armas y las artes mgicas, a
los fir-bolg en el gobierno de la Isla Esmeralda continu luego el seor del castillo. De
Iarbonell y su hijo directo descienden los tuatha de Dannan, dioses y falsos dioses, a quienes, como
es sabido, se remonta el origen de todos los sabios que en Irlanda han sido.
De estos invencibles y poderosos colonos y guerreros continu el narrador, cuyos
conocimientos y su ciencia superior slo pueden ser explicados por su origen celestial, nacieron los
tuatha de Dannan[18].
Tan pronto como llegaron record Tuan, los hijos de la diosa Dana entraron en conflicto,
tanto con los fir-bolg, a los que confinaron al territorio de Connaught, luego de derrotarlos
rpidamente gracias a sus armas de hierro, como con los formor, con quienes firmaron una tregua
armada.
Nada de aquello me sorprendi afirm el hombre que haba sido guila; la victoria de la
llanura de Mag Tured era esperada por todos aquellos que conocan las tres herramientas mgicas
que los tuatha trajeron consigo a Ern: la lanza infalible de Lug, que jams fallaba un golpe, la
espada de Nuadha, capaz de traspasar cualquier escudo, y el gran caldero de Dagda, en el cual el
hechicero[19] sumerga a los muertos de su ejrcito, resucitndolos inmediatamente.
Pero la tregua con los formor se transformara en un perro que muerde la mano de su amo
sentenci Tuan McCarrell. Nuadha, quien haba quedado manco a causa de una herida sufrida en
una batalla con los fir-bolg, debi renunciar al trono, obligado por una ley tuatha no escrita, que
exiga para esa funcin un hombre sin defectos fsicos; en su lugar, y en un intento de reconciliacin,
el Consejo tuatha ofreci el cargo a Bress, cuyo padre haba sido un noble formor de nombre
Elatha y su madre una princesa tuatha.
Al darse cuenta de que haban transcurrido varias horas de narracin ininterrumpida, Tuan
McCarrell silenci ac su relato para agasajar a sus huspedes con una oppara cena, tras lo cual
todos se retiraron a sus habitaciones, con la promesa, por parte del dueo de casa, de continuar la
historia al da siguiente.
Pronto la avaricia de Bress comenz a expoliar a los tuatha recomenz Tuan McCarrell su
relato por la maana, tal como haba prometido, a tal punto que el bardo Coirbre lo satiriz con
tanta dureza que la ira del rey le provoc un sarpullido tan virulento que lo desfigur tanto o ms que
a Nuadha la prdida de su brazo. Pero Bress, aun en contra de la ley, no transigi en dejar el trono, y
los tuatha de Dannan comenzaron a intrigar en secreto contra l, reuniendo armas y preparando sus
herramientas mgicas para derrocarlo.
Siete aos invirtieron en sus preparativos aclar Tuan, tiempo durante el cual el druida-
mdico Cyan, en asociacin con Scatagh,[20] la diosa-herrera, restaur la mano fallante de Nuadha,
reemplazndola por una extremidad de plata con la que poda desempearse y luchar an mejor que
con el original. Con el apoyo de esta prtesis, Nuadha, el de la Mano de Plata, como se lo llam,
pudo reclamar y recuperar su posicin en el autntico trono de los tuatha.
Sin embargo, en contra de todo lo previsible, Nuadha no permaneci en el trono largo tiempo:
tan pronto como lleg a Tara (morada de la diosa Dana y capital del reino), abdic
intempestivamente en favor de un nuevo hroe, quien asumi el trono de Ern y contrajo as el
compromiso de conducir a los tuatha a la victoria. El nombre de este nuevo rey agreg el narrador
era Lugh, hijo del druida Cyan y su esposa Eithn, irnicamente, hija de Balor, antiguo rey de los
formor.
Cabe destacar aqu que la identidad del nuevo rey haba sido celosamente mantenida en secreto,
porque su abuelo Balor haba recibido una vez una profeca segn la cual uno de sus nietos lo
matara y, en previsin de ello, pretenda asesinar a la mayor cantidad de aspirantes posibles.
Sin embargo, cuando Lugh lleg a la adolescencia, ya convertido en un guerrero hecho y
derecho revel Tuan, su padre le cont su herencia y lo envi a buscar fortuna a la corte del rey
Nuadha. Pero, una vez en Tara, Lugh tuvo ciertas dificultades para poder entrar en palacio, ya que el
guardin de la entrada le inform que, para poder ingresar, debera tener un oficio o una habilidad
especfica que resultara til para la corte. El muchacho le pregunt entonces, sucesivamente, si tenan
un herrero, un orfebre, un carpintero, un msico, un poeta, un druida, o un guerrero, a lo cual el
soldado fue respondiendo que tenan al menos uno, hasta que, finalmente, Lugh pregunt: Y tenis a
alguien capaz de cumplir todas estas funciones a la vez?. Ante lo cual, impresionado, el guardia le
permiti el acceso.
Poco despus, cuando Lugh lleg al saln del trono, su noble figura impresion de tal forma a
Nuadha que, a los pocos das, le ceda su lugar como rey de Tara.
Una vez instalado slidamente en el trono, Lugh se reuni nuevamente con su padre y ambos se
dispusieron a planear la futura lucha contra los formor; el anciano druida no slo se encargaba de
disear nuevas e invencibles armas mgicas, sino que impuso diversos encantamientos drudicos a
los guerreros enemigos, provocndoles severos trastornos fsicos, como impedirles orinar o hacer
que sus alimentos se llenaran de gusanos.
Con estos recursos mgicos a su favor explic Tuan, no es de extraar que los
acontecimientos se precipitaran, y pronto los tuatha y los formor se encontraron frente a frente para
la batalla final, curiosamente en el mismo lugar en que los primeros haban vencido a los fir-bolg: la
pradera de Mag Tured.
Tal como sucede invariablemente en las batallas legendarias, el choque fue apocalptico y la
matanza tremenda para ambas partes, hasta que Lugh, quien recorra el campo de batalla alentando a
sus tropas, se encontr frente a frente con su abuelo materno: el rey Balor, jefe supremo de los
formor.
La imagen de Balor era terrorfica describi el narrador, baado de la cabeza a los pies en
sangre propia y ajena y con una enorme cabeza en el centro de la cual centelleaba un mortfero ojo
nico, cuyo prpado era tan pesado que hacan falta cuatro hombres para levantarlo: donde quiera
que diriga su mirada, los hombres moran entre convulsiones; tal como Lugh lo haba previsto, el
resultado de la batalla dependa de la destruccin de aquel ojo fatdico.
Consciente de su propia responsabilidad y arriesgando su propia vida, Lugh emiti un poderoso
grito de guerra para atraer la atencin de Balor, de modo que ste y sus cuatro levantadores de
prpado tuvieran que volverse hacia l; mientras lo hacan, el joven rey levantaba con los pies la
lanza mgica llamada Ghalad bolg,[21] que sali disparada con tanta fuerza que, despus de atravesar
de parte a parte el ojo y la cabeza de Balor, mat a varios cientos de guerreros formor que se
encontraban a sus espaldas.[22]
Aqul fue el fin de la batalla de Mag Tured sentenci Tuan McCarrell; las hordas formor
abandonaron el campo de batalla presas del pnico y se exiliaron de Ern, para nunca ms volver.
Siempre en mi papel de guila evoc luego el seor feudal, pude presenciar, aos ms
tarde, el desembarco de los milesios, quienes ingresaron a la Isla Esmeralda por un lugar llamado
Ihbhear Sceine, supuestamente procedentes de Iberia.[23]
El caso es que los nuevos invasores, marchando bajo el mando del guerrero-druida-bardo
Amhairghin, llegaron hasta las puertas mismas de Tara, exigiendo la rendicin de los tuatha de
Dannan; stos, intentando ganar tiempo, pidieron a los goidels que se retiraran a sus naves y
navegaran hasta ms all de la novena ola a partir de la orilla,[24] tras lo cual, al regresar
Amhairghin a Tara, la ciudad le sera entregada sin condiciones.
As lo hicieron los invasores explic Tuan pero, una vez que se encontraron en el mar, los
magos de los tuatha desencadenaron un fuerte viento de tierra que, con la violencia de un huracn,
les impidi el regreso a Ern durante largo tiempo. Finalmente, comprendiendo que haban sido
engaados, los hechiceros goidels, con Amhairghin a la cabeza, conjuraron el hechizo y regresaron a
Tara, pero slo para encontrar la ciudad vaca, sin rastros de los tuatha de Dannan, que haban
desaparecido misteriosamente.
Nunca se supo a ciencia cierta el paradero de los tuatha, y yo conserv mi forma de guila hasta
el momento en que, acurrucado en el hueco de un rbol, ayun durante nueve das reinici el relato
Tuan McCarrell, despus de un descanso reparador y despert al dcimo transformado en salmn.
A partir de ese momento, el ro y el mar fueron mi hogar, y en el agua me sent de nuevo bien, activo
y satisfecho. Sin embargo, Dios, mi protector, decidi un da que ese dichoso destino deba llegar a
su fin y me hizo caer en la red de uno de los pescadores de Carrell, por entonces rey de este pas.
Recuerdo ese da como si fuera hoy coment el seor-guerrero; el pescador me llev a la
mujer de Carrell, quien me as en su parrilla y me comi entero, de tal forma que, en poco tiempo,
me encontr en su vientre. Recuerdo perfectamente el tiempo que pas en su estmago, escuchando
las conversaciones sostenidas en la casa, y los acontecimientos que por entonces se desarrollaban en
Ern.
Pero el proceso sigui su curso, y a los nueve meses sal al mundo y poco despus empec a
hablar como hace la gente; pero la gran diferencia era que yo conoca todo cuanto haba sucedido en
Irlanda desde sus mismos comienzos. Fui profeta y, poco tiempo despus de que San Patricio
comenzara a difundir la fe cristiana en Ern, fui bautizado como Tuan, hijo de Carrell, y cre en el
Creador del mundo, omnipotente y omnipresente Rey de toda la creacin.
Tuan guard silencio y sus oyentes le agradecieron sinceramente que les hubiera relatado su
historia, que era, a su vez, la historia de Irlanda. Al trmino del emotivo y enriquecedor relato,
Finnen y los dems clrigos permanecieron en el castillo durante una semana ms, durante la cual
aprovecharon para conversar individualmente con l, cada uno de ellos ansioso por conocer distintos
pormenores de su narracin. Al igual que San Patricio algunos aos antes, los monjes se mostraban
ansiosos de formular todas las preguntas que planteaba la antigua historia no escrita de Ern y que
Tuan McCarrell era el nico que poda responder.
Despus de San Patricio, fue San Colombano quien se entrevist con Tuan y ste le cont las
mismas cosas; ms tarde an, cuando relat a Finnen las historias que hemos contado aqu, el clrigo
se encontraba rodeado por gran cantidad de testigos, novicios del monasterio, todos ellos de origen
irlands. Esto asegura la verosimilitud del relato, que, posteriormente, fue manuscrito a partir de las
relaciones de varios de esos testigos presenciales de la narracin de Tuan McCarrell.
El ciclo del Ulster o de Connor McNessa
El joven CuChulainn
i bien como es constante en las leyendas celtas no se han conservado registros
exactos de las fechas en que se desarrollaron las acciones del llamado ciclo del Ulster,
s se sabe que todas ellas tuvieron lugar dentro del reinado de Connor (fonticamente,
Conahar) McNessa, por lo que deben ubicarse antes de la cuarta dcada de la Era
Cristiana, fecha asumida de la muerte del joven rey.
Por otra parte, los rasgos costumbristas, ropas, vehculos y armas de guerra, etc. mencionados
tanto en el Leabhar Gabhalla como en el Dunn Cow, tipifican el perodo La Tene, cuya etapa final
encaja perfectamente dentro de la poca especificada; esto indicara tambin que las hazaas de
CuChulainn (fonticamente Cu-ju-linn) seran contemporneas de la llegada del cristianismo a las
tierras de Ern.
El hroe mximo de la raza celta, posteriormente rebautizado CuChulainn, naci durante el
reinado del primer Soberano de Todos los Reinos de Ern, Connor McNessa, en la regin prxima al
ro Boyne, en el reino del Ulster.
En realidad, el rey Connor haba accedido al trono de una forma no del todo ortodoxa, ya que,
ante la muerte del gigante Fachtna, anterior rey del Ulster, lo sucedi en el trono su medio hermano
Fergus, quien estaba secretamente enamorado de la esposa de Fachtna, Nessa, hija de Echid
Gwrruagh (Taln amarillo) y madre de Connor.
Al morir su medio hermano, Fergus propone matrimonio a Nessa, pero sta le impone, como
condicin para aceptarlo, que permita que su hijo Connor reine por un ao, para que sus futuros
nietos puedan ser recordados como hijos de un rey[25]. Fergus acepta y Connor sube al trono, pero su
mandato result tan prspero y beneficioso para el Ulster que el pueblo lo oblig a permanecer en el
cargo, con gran beneplcito de su medio to, que era ms afecto a la vida cortesana y las
expediciones de caza que a las tareas de gobierno.
El nacimiento de un hroe
Sera imposible aqu pretender narrar todas las hazaas del hroe de los ulates (habitantes del
Ulster), ya que slo sus hechos de guerra se distribuyen en ms de setenta relatos diferentes, algunos
de los cuales constan de varias versiones que difieren considerablemente entre s. Por lo tanto,
mencionaremos aqu las leyendas ms difundidas sobre sus hazaas, tratando de mantener la
secuencia coherente de una vida pica, plena de episodios blicos y de servicio a su rey, a su gente y
a la tierra que lo vio nacer.
Cuenta la leyenda que la doncella Dectera, hija de Cathbad, uno de los ms destacados nobles de
la corte de Connor McNessa, desapareci un da, junto con otras cincuenta jvenes vrgenes, y
durante ms de dos aos ninguna bsqueda fue suficiente para descubrir su paradero ni quin las
haba secuestrado.
Ya haca tiempo que haba cesado la bsqueda de las vrgenes desaparecidas, cuando un da en
que los grandes seores del Ulster se encontraban en una partida de caza entretenimiento principal
de la nobleza en los tiempos de paz, vieron posarse sobre una llanura vecina a Emain Macha,
capital de la provincia, una bandada de pjaros de extraa conducta, ya que devoraban las plantas y
la hierba de los prados sin dejar siquiera las races.
Preocupados por el dao que aquellas aves podran hacer si caan sobre los sembrados, los
nobles decidieron cazarlas, por lo que comenzaron a perseguirlas con sus carros, lanzndoles
venablos y piedras con sus hondas, ya que los arcos no existan por aquellas pocas.
Nueve fueron los carros que partieron en persecucin de las aves, marchando al frente de ellos el
del propio rey y, en los restantes, los principales guerreros del Ulster: Connall Cernatch, por aquel
entonces mano derecha del monarca, Fergus McRoig, Celtchar McUithetchar, Bricrui Nemthenga (El
de la lengua bfida) y otros destacados cortesanos de Emain Macha.
A campo traviesa, atravesando arroyos y pequeos bosques, los nobles persiguieron a los pjaros
durante todo el da, observndolos mientras lo hacan. Pronto notaron que se trataba de aves muy
extraas, ya que volaban divididas en nueve grupos, cantando mientras lo hacan, y cada grupo,
integrado por veinte pjaros, era guiado por una pareja sujeta entre s por un delgado yugo de plata,
mientras que los dems tambin estaban unidos por parejas, pero con delgadas cadenas del mismo
metal.
Sin embargo, lleg la noche sin que los cazadores hubieran podido dar alcance a los pjaros y
mucho menos capturar alguno, por lo que el rey Connor orden desenjaezar los caballos, agotados
por la carrera, y envi a Conall Cernatch y Bricriu Nemthenga a buscar un refugio donde pernoctar a
salvo de la nevada que haba comenzado a caer. Para ello, los dos nobles marcharon siguiendo la
ribera del Boyne, hasta llegar a las cercanas del Brug na Boyne,[26] donde descubrieron una humilde
choza que pareca muy pobre y parcialmente destruida. Sin embargo, viendo que pronto sera ya
noche cerrada, los exploradores se acercaron a la cabaa, siendo recibidos por un hombre joven, de
encantadora apariencia, junto al cual se encontraba una hermosa dama su esposa, como se supo
ms tarde, quienes salieron a la puerta a recibir a los enviados, aceptando de buena gana compartir
por aquella noche con el rey su humilde morada. Sin otro comentario, los nobles volvieron junto al
grupo e informaron al rey lo que haban descubierto, comentndole que la casa quizs no fuera digna
de l, pero que siempre sera mejor que pasar la noche al raso.
Pero la primera sorpresa se produjo cuando la comitiva cruz la puerta de la cabaa y la pequea
habitacin que se adivinaba desde afuera se convirti en un verdadero castillo, con su
correspondiente saln de banquetes, aposentos, cocinas y hasta establos para sus carros y sus
caballos.[27] Pero la sorpresa fue mayor an cuando el rey reconoci en la joven a la hermosa
Dectera, en su esposo a Lugh, el del Largo Brazo,[28] hijo de Ethlin y en las doncellas que los
acompaaban, a las cincuenta vrgenes que haban desaparecido con la joven.
La velada pas sin ms incidentes, entre amenas conversaciones, risas y una oppara cena, hasta
que lleg el momento de retirarse a descansar.
Sin embargo, un motivo ms de asombro llegara para los nobles a la maana siguiente cuando, al
despertarse, se encontraron yaciendo sobre la hierba, ya que tanto el lujoso saln, como la pareja, las
doncellas y hasta el mismo castillo haban desaparecido y, en su lugar, slo poda verse un reducido
pabelln, dentro del cual haba una pequea cuna y en ella un nio. Era el regalo que Dectera haca
al pueblo del Ulster, a travs de su rey, Connor McNessa, para lo cual lo haba atrado, con el
seuelo de los pjaros, hasta el mgico sidh[29] de Brug na Boyne.
El nio fue llevado por los nobles hasta el palacio real y entregado a Finchaum, la hermana de
Dectera, quien lo acept de buena gana y lo bautiz Setanta, aunque para esa poca se hallaba
criando a su propio hijo, Conall. Y aunque l no poda agradecerlo ni comprenderlo, el monarca
concedi a la madre adoptiva una extensa zona que reciba el nombre de Llanura de Murthemney, en
el condado de Meath, al norte del Ulster, que abarcaba desde Usna hasta Dundalk, ciudad en la que
posteriormente establecera su vivienda y su fortaleza.
Tambin se cuenta que el archidruida Morann, cuando se enter de su llegada, profetiz:
Sus hazaas le ganarn el aprecio de los hombres y estarn en las bocas de todos. Reyes,
sabios, guerreros y aurigas cantarn sus alabanzas, pues este nio vengar las injusticias que los
afligen, luchar en sus combates y paliar sus necesidades.
El Mastn de Cullainn
Y cuando Setanta tuvo edad suficiente para comenzar su aprendizaje de guerrero, junto a los hijos
de prncipes y seores, se dirigi voluntariamente a la corte de Connor McNessa, donde tuvo lugar el
incidente que le dio el nombre de CuChulainn, por el cual se lo conoci de all en adelante.
Todo se inici una noche en que el rey Connor y sus caballeros ms notables deban concurrir a
una fiesta a realizarse en el dun (castillo) de un adinerado herrero llamado Cullainn, en la regin de
Quelny donde, adems, tenan planeado pasar la noche. Junto a los nobles concurriran asimismo los
aprendices recin incorporados, pero Setanta, quien tambin estaba invitado, se encontraba
participando en un partido de hurling, por lo que solicit permiso al rey para seguirlos ms tarde,
cuando finalizara el juego.
El squito real arrib a su destino cuando ya estaba anocheciendo, y de inmediato fueron
recibidos por el herrero, cuya hospitalidad qued plenamente demostrada en el gran saln, donde
comieron y bebieron, mientras los criados cerraban los aposentos interiores, dejando afuera a un
enorme y salvaje dogo alsaciano, bajo cuya proteccin quedaba todas las noches el dun, cuyos
habitantes se sentan tan tranquilos como si estuvieran rodeados por un ejrcito.
Pero, en medio de la algaraba de la fiesta, nadie record a Setanta hasta que, en medio de las
risas y la msica, se oy el estremecedor gruido del mastn de Cullainn (que haba advertido la
presencia de un extrao) que pronto se transform en el estruendo de un combate a brazo partido,
cuyo estremecedor crescendo culmin repentinamente en un silencio ominoso. Y cuando los
asombrados espectadores lograron finalmente abrir las puertas, a la luz de las antorchas se recort la
figura de un joven de corta edad, agachado sobre el cadver del fiero dogo tendido a sus pies.
Aunque todo estaba perfectamente claro, un atribulado Setanta quiso explicar lo sucedido:
No lo vi hasta que se me ech encima, y entonces slo tuve tiempo para aferrarlo del cuello y
estrellarlo contra el muro, hasta que muri. Lo lamento sinceramente, pero no pude hacer otra cosa.
Viendo que el incidente no haba pasado a mayores, los nobles se mostraron distendidos y
contentos, pero pronto cambiaron de actitud al ver a su anfitrin guardando un silencio triste y
compungido, mientras se inclinaba sobre el cuerpo de su antiguo amigo, muerto en defensa suya y de
su casa.
Realmente siento haber tenido que matar a tu perro, Cullainn. Entrgame un cachorro suyo y me
comprometo a entrenarlo para que llegue a ser tan valiente como su padre. Y mientras tanto, yo
mismo cuidar de tu casa, como ningn perro podra hacerlo jams!
Cullainn agradeci un ofrecimiento que saba sincero, y todo el squito de nobles aplaudi la
salida de Setanta quien, desde ese instante, qued rebautizado con el nombre de CuChulainn, que
significa, literalmente, el Mastn de Cullainn.
Algunos aos ms tarde, cuando se acercaba el tiempo en que deba tomar las armas de la edad
adulta, CuChulainn acert a pasar un da por un paraje del bosque donde Cathbad, uno de los druidas
ms considerados de la regin, enseaba a algunos de sus filidh[30] el arte de la adivinacin mediante
las hojas del roble.
Druida pregunt en ese preciso momento uno de los aspirantes, para qu tipo de empresa
resultar favorable el da de hoy?
Y el maestro, arrojando al aire algunas hojas de roble, observ su vuelo, consult las posiciones
en que haban cado y respondi:
El joven guerrero que tome hoy sus armas de la edad adulta ser famoso entre todos los
hombres del Ulster y de Ern por sus proezas, y si bien su vida ser breve, resplandecer con el
fulgor de una estrella fugaz.
CuChulainn no pareci darse por enterado de haber odo las palabras, pero march directamente
a ver al rey Connor McNessa.
Qu deseas? pregunt el soberano.
Tomar las armas de la edad adulta respondi CuChulainn sin dudar un instante.
Que as sea, entonces accedi el rey, entregndole dos robustas lanzas.
Pero el joven aspirante a guerrero, tomando las armas en sus manos las quebr con un solo
movimiento de sus muecas, como si fueran simples ramillas de sauce. Y lo mismo hizo con todas las
que le presentaron y con los carros de combate que le ofrecieron para que los condujera, y que l
rompi a puntapis, demostrando tanto la fragilidad de los elementos como la fortaleza de sus
msculos. Hasta que finalmente, le presentaron el carro de guerra y las dos lanzas del propio rey, con
los cuales qued satisfecho al ver que no poda romperlos.
A medida que se entrenaba con sus nuevas armas y tomaba parte (y ganaba) en cuanto concurso
de destreza con las armas se organizaba, su cuerpo joven fue tomando la contextura del de un atleta,
hasta que, al llegar a la mayora de edad, resultaba tan atractivo a todas las doncellas y matronas del
Ulster, que el Consejo de Ancianos le sugiri que tomara una esposa. Pero pasaron los meses sin que
encontrara ninguna doncella que le agradara, hasta que en un banquete de la casa real conoci a la
hermosa y codiciada Ehmet, hija de Forgall, seor de Lugach, y su joven y ardiente corazn se
inflam de pasin por ella, a tal punto que de inmediato decidi pedirla en matrimonio. Y con ese
propsito, al da siguiente hizo enganchar su carro y, acompaado por Laeg, su amigo y auriga, se
dirigi sin demoras al dun de Forgall.
Pero mientras l se acercaba, la hermosa Ehmet se encontraba en la balaustrada de una de las
torres, departiendo graciosamente con su comitiva de doncellas de la corte, hijas de los nobles
sbditos de su padre, y ensendoles los secretos del bordado, ya que ninguna dama de la corte
osaba competir con ella en ese arte. Algo ms lejos, sentada sobre un canap y con los enseres de
costura sobre el regazo, su madre Fredia la contemplaba con orgullo, sabedora de que su hija, a
pesar de su temprana edad, posea ya los seis dones de la mujer madura: el don de la belleza, el de la
conversacin ponderada, el de la voz dulce, el de la aguja, el de la sabidura reservada y el ms
importante de todos, el don de la castidad y la pureza de pensamientos.
Pero los pensamientos halageos de Fredia pronto se vieron interrumpidos por el estruendo de
un carro de guerra que se acercaba por el camino de Math y, reunindose madre e hija junto a una de
las almenas, enviaron a una de las damas de compaa a la muralla, a ver quin era el que se
aproximaba sin haberse hecho anunciar previamente.
Se acerca un carro de guerra anunci la criada tirado por dos briosos potros, negros como
la noche; ambos echan fuego por los ollares y sus poderosos cascos levantan trozos de tierra tan
grandes como cabezas humanas. En el carro viajan dos hombres; uno de ellos parece ser el hombre
ms atractivo de todo Ern, pero su expresin es melanclica y su boca parece esbozar un rictus de
tristeza. Va vestido con una tnica blanca como la nieve y envuelto en un manto carmes sujeto con el
broche de oro ms hermoso que he visto en mi vida. A su espalda cuelga un escudo del mismo color
que el manto, con un dragn de plata labrado en su centro y un reborde del mismo metal.
Conduciendo el carro, como su auriga, viene un hombre alto, esbelto y pecoso, con el pelo rojo y
rizado cubierto por un casco de reluciente bronce, tachonado por rodeles de oro sobre ambos lados
del rostro.
Cuando, finalmente, el carro se detuvo en el patio interior del castillo, Ehmet se acerc a saludar
a CuChulainn, pero cuando ste le revel que la razn de su presencia all era el amor que senta por
ella, la doncella le explic el rgido control que su padre ejerca sobre su vida, y le mencion la
fuerza y la destreza de los campeones que el seor de Forgall haba dispuesto que la guardaran da y
noche, para evitar que se casara contra la voluntad paterna. Y cuando l, presionado por sus anhelos,
insisti en sus requerimientos, ella le respondi:
No puedo desposarme antes que mi hermana Fiall, ya que ella es mayor que yo, y sas son las
reglas de la familia.
No me interesara por ella ni aun siendo la nica mujer en el mundo respondi de inmediato
CuChulainn. No es a ella a quien amo, sino a vos. Pero mientras ellos hablaban, los ojos del
joven descendieron hasta la nvea piel que dejaba entrever, pudorosa pero sugestivamente, el escote
de la tnica, y sus inflamadas palabras brotaron incontenibles: Ma ser esa llanura, la dulce y
mgica llanura que conduce al valle de la doble esclavitud!
Nadie llega a esta llanura sin antes haber cumplido con sus deberes, y los vuestros an estn
por comenzar a ser cumplidos fue la cauta pero no desalentadora rplica de la dulce Ehmet.
Ante estas palabras, CuChulainn orden a su auriga dar media vuelta los caballos, y ambos
regresaron a Emain Macha.
Muy temprano en la maana, Ferdia condujo su carro hacia el vado y descans all hasta que oy
el trueno provocado por el carro de guerra de CuChulainn aproximndose, y se levant para
enfrentarse con l a travs del ro. Una vez que se hubieron saludado afectuosamente, debatieron con
qu armas deban comenzar el combate, y Ferdia record a CuChulainn una de las artes que haban
aprendido de Scathagh: el lanzamiento de jabalinas livianas, y acordaron comenzar con ellas.
Durante todo el da zumbaron las jabalinas a travs del ro, pero al llegar el medioda ninguna de
ellas haba logrado penetrar las defensas de los campeones, por lo que decidieron cambiar por
lanzas ms pesadas, lo que hizo que brotara la primera sangre. Finalmente, el da lleg a su fin.
Terminemos por hoy sugiri Ferdia, a lo que CuChulainn estuvo de acuerdo y ambos se
abrazaron y besaron tres veces, antes de retirarse a descansar.
Al da siguiente, fue el turno de CuChulainn de elegir armas y opt por las pesadas lanzas de hoja
ancha para combate a corta distancia, y con ellas lucharon desde los carros, hasta que el sol se puso;
el cuerpo de ambos hroes estaba surcado por las heridas, pero ambos se saludaron tan
afectuosamente como el da anterior y durmieron pacficamente hasta la maana.
Y as continuaron el combate, da tras da, sin sacarse ninguna ventaja, hasta que, al comenzar el
sexto da, Ferdia comprendi que el duelo deba terminar y se arm cuidadosamente para la ocasin.
Ferdia pregunt CuChulainn cuando se encontraron, cules sern nuestras armas para
este da?
Hoy la eleccin te corresponde contest su amigo.
Entonces que sean todas o cualquiera dijo CuChulainn, a lo que Ferdia asinti, aunque saba
que eso significaba el fin de uno de los dos.
Hasta el medioda lucharon sin alternativas importantes, pero finalmente el frenes del combate
embarg a CuChulainn, y su cuerpo comenz a crecer como el de un gigante, hasta que sobrepas a
Ferdia por diez palmos; sin embargo, su misma locura lo distrajo por un instante, y su amigo logr
hacerle sentir el filo de su espada, que se clav profundamente en su carne.
Ferdia continu acosando fieramente a CuChulainn, que grit a su cochero que le arrojara su
ghalad bolg[43].
Al or esto, Ferdia baj instintivamente su escudo para proteger sus piernas, pero CuChulainn,
desde su estatura de gigante, logr pasar su lanza por sobre el borde del escudo, clavndola en su
pecho. Al recibir la herida, Ferdia volvi a levantar su defensa, pero fue entonces cuando
CuChulainn tom con sus pies la temible ghalad bolg y la arroj contra Ferdia, cuyo cuerpo
atraves, soltando su mortfera carga.
Es suficiente clam Ferdia al recibir el golpe. Esta herida me causar la muerte. Es un
hecho doloroso que haya cado por tus manos, amigo mo.
CuChulainn, a quien el frenes guerrero ya haba abandonado, lo tom en sus brazos antes que
cayera y lo llev hacia el norte, a travs del vado, de forma que su cuerpo descansara en las tierras
del Ulster, y no del lado de los hombres de Ern. Y entonces llegaron de Emania algunos amigos de
CuChulainn y lo trasladaron a Murthemney, donde sus compaeros de los tuatha de Danann
esparcieron hierbas mgicas sobre sus heridas, aunque l permaneci muchos das en un estado de
estupor y tristeza infinitos.
El fin de la guerra
La guerra del Tain bo Quailnge finaliz con la batalla de la Llanura de Garach, en el condado de
Meath, entre las tropas irlandesas, al mando de Fergus McRoig y los hombres del Ulster, bajo las
rdenes del propio rey Connor McNessa, ya que CuChulainn an no se haba recuperado de su
letargo por la absurda muerte de su incondicional amigo Ferdia.
Fergus atac a Connor, pero el hijo del rey, Cormac, rog por la vida de su padre, ante lo cual
McRoig se volvi a Connall Cernatch, el de las Mil Victorias, compaero suyo de cien batallas y
uno de los mayores hroes del Ulster.
Te debes sentir muy valiente lo acusa Connall traicionando a tus compatriotas por un
puado de tierras.
Ante la dura acusacin, Fergus deja de atacar a los hombres del Ulster y, en su desesperacin al
comprender la magnitud de su error, comienza a azotar con su espada los tres montes Mala, que
desde ese da tienen la cima plana, y as pueden verse todava.
CuChulainn, oyendo los golpes de Fergus, vuelve en s de su estupor y, tomando sus armas, se
lanza a la batalla; Fergus, quien no desea combatir contra su amigo, abandona la lucha, y con l se
van los hombres de Leinster y Munster, dejando a Maedbh y sus siete hijos sin ms tropas que las de
Connaught. Al caer la noche, el carro de guerra de CuChulainn no es ms que un puado de tablas
destrozadas, y l mismo est cubierto de sangre de la cabeza a los pies, pero las tropas enemigas ya
estn en franca desbandada hacia la frontera.
No tengo por costumbre asesinar mujeres replica CuChulainn ante el pedido de gracia de
Maedbh. Te acompaar hasta cruzar el Shannon, por el vado de Athlone, y de all volvers a tu
tierra para devolver el Donn Quailnge.
Sin embargo, todo sera en vano; el Toro Pardo de Cooley, al que Maedbh ha enviado a
Connaught por un camino separado, se encuentra con el Toro Blanco de Aylill en los Llanos de Aei, y
las dos bestias se traban en una lucha mortal. El Donn Quailnge mata de una furiosa cornada a su
enemigo, pero luego rompe en una estampida desenfrenada hasta caer muerto, rugiendo y vomitando
negros cogulos de sangre, en el Risco del Toro, entre el Ulster e Ivaegh.
La muerte de CuChulainn
na vez finalizada la guerra por el Donn Quailnge, y demostrando que todo el episodio
haba sido una mera excusa para vengarse de CuChulainn, Maedbh decide intentar la
muerte del hroe por medio de su magia, respaldada por la de otros dos hechiceros, hijos
de Caliatin, el mago-guerrero que haba sido muerto por CuChulainn durante el Tain bo
Quailnge.
Para satisfacer su venganza, los conspiradores esperan a que los hombres del Ulster hayan cado
de nuevo bajo la maldicin de Macha, y tienden una emboscada mgica a CuChulainn, hacindole
creer que miles de hombres armados marchan contra Murthemney.
Por todas partes cree ver CuChulainn el humo de los incendios, y durante muchos das lucha a
brazo partido contra los fantasmas de guerreros que no existen, hasta caer rendido por el cansancio.
Los hombres del Ulster convencen a su hroe de que se retire a un valle solitario, donde ser
cuidado por cincuenta de las ms bellas princesas del Ulster, entre ellas la esposa de su fiel amigo
Connall de las Mil Victorias, pero los hechizos de los hijos de Caliatin crecen en virulencia con el
agotamiento del hroe, y su descanso se ve interrumpido por los lamentos de los heridos, el sonido
de los carros de combate, las trompas y los cuernos de guerra.
Al no poder soportar lo que crea una carnicera, CuChulainn interrumpe su descanso y regresa a
la batalla, pero en el camino se ve sometido a dos geasa[44] contradictorios impuestos por los hijos
de Caliatin: el primero de ellos le impide negarse a comer carne si le es ofrecida, mientras que el
segundo provoca que, si incumple el primero, pierda, al entrar en batalla, los poderes mgicos que le
permiten aumentar de tamao y adquirirla fuerza de cien hombres.
Y es as que, en el camino hacia Murthemney, CuChulainn encuentra a un grupo de aldeanas (que
no son otras que los hijos de Caliatin disfrazados de ancianas), que lo invitan a compartir su comida
que, por supuesto, se compone principalmente de carne, que lo privara de sus poderes al entrar en
batalla.
Durante semanas enteras cuenta la leyenda combati CuChulainn contra sus enemigos
espectrales, en una batalla que quedara en la memoria de Ern como La masacre de Murthemney.
Legiones enteras de espectrales contendientes cayeron bajo sus armas, hasta que, debilitado por el
hechizo, una ghalad bolg[45] disparada por l mismo, despus de destrozar una cohorte entera de sus
enemigos, fue desviada por artes mgicas y se volvi contra l, clavndose en su pecho y
derramando sus entraas por el piso de su carro de guerra.
Voy a acercarme hasta la orilla de aquel lago a beber dijo CuChulainn a sus enemigos,
sabiendo que el fin estaba cerca. Ante su promesa de regresar, los soldados no se atrevieron a
negarse y CuChulainn, recogiendo sus entraas contra su pecho, se dirigi a la orilla del lago, bebi
y lav la sangre de su cuerpo, despus de lo cual regres para morir. Instantneamente fue rodeado
por las huestes enemigas, pero ninguno se atreva a acercarse, pues an lata la vida en sus venas y el
halo de los hroes brillaba sobre su frente.
Pero entonces Morrig, la Diosa de la Muerte,[46] tomando la forma de un cuervo, lleg a posarse
en el hombro de CuChulainn, seal indudable de su prxima muerte. Aquello anim a Lugaid, hijo de
Curoid, a quien el hroe haba matado en duelo, quien se acerc al cuerpo malherido de CuChulainn
y separ la cabeza del cuerpo, haciendo que la espada del hroe cayera y le seccionara una mano a la
altura del codo. En un pueril gesto de venganza, indigno de un guerrero y movido ms por el temor
que por la ira, Lugaid cort a su vez la mano de CuChulainn y la llev, junto a su cabeza, hacia Tara,
donde las enterr. Ms tarde, sin embargo, comprendiendo su error, mand erigir sobre ellas un
monte, sobre el cual edific, con sus propias manos, un tmulo que durante muchos aos fue
venerado como el reconocimiento de un guerrero a un hroe inmortal.
Pero Connall, el de las Mil Victorias, que, al cesar el sortilegio de Macha, haba salido en ayuda
de CuChulainn, descubri el cuerpo decapitado del hroe junto al lago, donde lo haban atado para
que no cayera, y cabalg hacia el sur, en busca de Lugaid, a quien encontr junto al ro Liffey. Luego
de matarlo, tom su cabeza y regres a Emain Macha, pero su entrada en la ciudad no fue festejada
con trompetas y festines, como lo hubiera sido bajo circunstancias usuales, porque CuChulainn, el
Mastn del Ulster, ya no se encontraba ms entre los vivos.
A modo de conclusin
Ahora bien, ms all de la aparente coherencia que parece presentar la lnea estructural de los
distintos relatos de la saga de CuChulainn y sus camaradas, Connall Cernatch y Loegaire Buladach,
un anlisis pormenorizado permite comprender que, a lo largo de toda la epopeya del Tain bo
Quailnge, todos sus participantes estn combatiendo, ms que entre s, contra fuerzas preternaturales
que se han sumado a la lucha, favoreciendo a uno u otro bando.
As, por ejemplo, a favor de CuChulainn interviene su padre biolgico, Lugh, El del Largo Brazo,
quien cada noche, mediante un brebaje y la aplicacin de hierbas mgicas, repone sus fuerzas y cura
sus heridas. El hroe, a pesar de su agotamiento, reconoce en l a un aedh sidhi[47], aunque no a su
padre, y lo considera un dios amistoso que conoce sus padecimientos y se ha apiadado de l.
Eres un bravo, oh, CuChulainn! expres Lugh en una de estas ocasiones, segn una de las
leyendas del Libro amarillo de Lecan.
Lo nico que he hecho es cumplir de la mejor forma posible con mi patria y con mi rey
respondi el hroe. Pero quin eres t, que as te arriesgas a socorrerme en este trance?
pregunt a su vez CuChulainn.
Soy Lugh, hijo de Ethn, tu padre de los sidhi respondi el dios, tras de lo cual vend y cur
las heridas del guerrero y lo sumi en un sueo mgico que dur tres das con sus respectivas noches,
obligando a los espectros invocados por Maedbh a que respetaran su descanso.
Por su parte, Morrigan, la diosa de la guerra, quien lo ayudara en sus comienzos, lo apoyara con
sus hechizos e incluso le ofreciera su amor, luego, al verse rechazada, vuelve hacia l su despecho y
su odio impotentes y devoradores. Todos estos personajes, cernindose sobre los protagonistas,
conforman una trama mtica que va mucho ms all de un relato blico, histrico o mitolgico.
El Ciclo de Finn McCumhaill, Fenniano o Ciclo de Ossian
La leyenda de Finn McCumhaill
l igual que las leyendas del Ciclo del Ulster giran alrededor de la mtica figura de
CuChulainn, as las del Ciclo de Finn McCumhall, conocido tambin como Ciclo de los
Fianna o de Ossin (fon.: Oissn) lo hacen en derredor de la imagen de Finn, hijo de
Cumhaill, bardo a la vez que guerrero, y considerado el autor material de la mayora de
los relatos. Respecto de la ubicacin histrica, mientras que los hechos del Ulster se
asume que han ocurrido en forma contempornea al nacimiento de Cristo, los acontecimientos
fennianos se suponen ocurridos durante el reinado del rey Cormac McArt, quien vivi
estimativamente alrededor del siglo III de nuestra poca.
Durante este perodo, los Fianna de Irlanda, especie de Orden Militar integrada bsicamente por
miembros pertenecientes a dos clanes dominantes, el de los Bascna y el de los Morna, fueron, segn
la tradicin, los encargados de servir al Eminente Monarca de Ern,[48] y de repeler a los invasores
forneos, bajo la capitana, a lo largo de casi toda su existencia, de Finn McCumhaill.