Violencia Simbolica e Invisible
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por el campo social, tanto en los personajes que desean para ese hijo placer ergeno,
sexual, narcisista, identificatorio, como en el propio yo, que tiene que autorganizarse
acorde a sus posibilidades.
Desde esta perspectiva el abanico de respuestas del sujeto ante experiencias significativas depende de su historia libidinal e identificatoria.
Violencia simblica
El ejercicio de la violencia simblica requiere de al menos dos sujetos en los que haya
en uno cierta condicin de indefensin, de dependencia, de asimetra, sea esta total
o parcial, como ya veremos cuando me refiera tambin a la violencia simblica que
todo analista puede ejercer en su prctica.
Durante la dcada del 60 y del 70, Pierre Bourdieu desarroll el concepto de violencia
simblica, que hace extensible a lo social a lo econmico y a la educacin. Habla de
poder simblico para referirse no tanto a un tipo especfico de poder, sino ms bien
a un aspecto de la mayora de las diversas formas de poder que se despliegan rutinariamente en la vida social y que rara vez se manifiestan en forma abierta como fuerza fsica.
El poder simblico es un poder invisible que no se lo reconoce como tal, sino como
algo legtimo que presupone cierta complicidad activa por parte de quienes estn sometidos a l. Y requiere como condicin de su xito la creencia en su legitimidad. Su
concepto de dominacin simblica lo hace extensivo a diferentes campos como el educativo, el lingstico, el religioso, el cientfico, el cultural, el familiar y el poltico.
La violencia simblica se ejerce sin coaccin fsica desde las diferentes formas
simblicas que configuran las mentes y dan sentido a la accin. Acta a travs de las
psiques y de los cuerpos. El orden social se escribe en los cuerpos en una confrontacin permanente que otorga un lugar destacado a la afectividad, y, ms precisamente, a las transacciones afectivas con el entorno social. La escuela y la educacin
lugar donde se reproduce el sistema social fue particular tema de investigacin en
tanto es un mbito en donde se ejerce de modo especialmente intenso y sutil la violencia simblica.
En nuestra disciplina, fue Piera Aulagnier quien retom el concepto para pensar
la configuracin de la subjetividad, la construccin identificatoria, desde lo que teoriz
como violencia primaria y, violencia secundaria, cuando hay abuso de poder.
2. Vuelvo a luchar en este libro contra un error muy difundido: la unificacin clnica del narcisismo para
cuadros diferentes. As no se trasciende una psiquiatra descriptiva [...]. No busco un trmino unvoco,
sino una teora del narcisismo lo suficientemente compleja que no encasille la clnica. (Hornstein, L.,
2006). Para salir de esa unificacin errnea, el autor postula sus cuatro modelos: patologas del sentimiento
de s (borderline, paranoia, esquizofrenia); patologas del sentimiento de estima de s (depresiones); patologas de la indiscriminacin objeto fantaseado-pensado con el objeto actual (elecciones narcisistas, diversas funciones del objeto en la economa narcisista); patologas del desinvestimiento narcisista (clnica
del vaco).
El inacabamiento con que los humanos venimos al mundo obliga al recin nacido a apropiarse, nutrirse y sostenerse de los enunciados que recibe en el encuentro con los progenitores. Hay apropiaciones vitales y necesarias para construir el
capital libidinal e identificatorio, pero tambin las hay mortferas. Tambin lo heredado psquico debe ser apropiado, no solo para preservarlo, sino tambin para
transformarlo.
El psiquismo se constituye a partir de lo que toma prestado de lo odo, de modelos
y potencialidades identificatorias que son transmitidas por el discurso parental y
social. En los comienzos de la vida, la familia, los personajes significativos que intervienen en la crianza son espejos con los que el nio se identifica. Es del conjunto de
sensaciones visuales, olfativas, auditivas, cenestsicas como este recibe los sostenes
de su identidad simblica, indisociablemente ligada al amor, a la ternura, a la sexualidad. La serie de interacciones, de momentos cruciales en el encuentro con esos personajes que lo asisten producen modificaciones simultneas entre los partenaires y
dan cuenta de la complejidad constitutiva del narcisismo, del yo y de la construccin
identificatoria. Proceso que exige un trabajo de metabolizacin, de duelo, de elaboracin de todo el capital recibido.
Es un juego de apropiacin-desapropiacin entre la madre y el nio.
Dije que hay dos conceptos que aport Aulagnier para entender la manera en que
se configura el capital identitario. Violencia primaria y secundaria. La madre es literalmente portavoz, introduce la voz de la cultura. Provee al nio de una historia que
es testimonio de sus deseos y sus anhelos sobre su devenir y que incluye la historia
de la cultura. Le provee una serie de anticipaciones. Anticipaciones que en los comienzos son un exceso de todo. De amor, de gratificacin, de frustracin, de palabra,
de sentido. Proviene de un psiquismo que ha sido atravesado por la represin y, se
dirige a alguien, el recin nacido, que no tiene organizacin psquica para procesar
tantos estmulos. Esa violencia primaria es necesaria y estructurante.
En la manera de dirigirse al nio, de interactuar con l, en cmo lo piensa, cmo
le habla, cmo interpreta lo que supone que este le demanda, se anticipa en mucho a
la capacidad del nio de reconocer la significacin de la palabra, las acciones, los afectos. Significacin que la madre tampoco conoce en su totalidad en tanto y en cuanto
en toda accin se incluye lo reprimido.
No hay madres totalmente buenas, ni totalmente malas; hay madres suficientemente
buenas. Pero tambin hay progenitores que infantilizan, que no ayudan a crecer, ni a
conquistar autonoma. Cuando el nio piensa y se expresa y los progenitores insisten
en seguir interpretando lo que ellos suponen que el nio siente, desea, piensa, espera,
ejercen una violencia de interpretacin que entorpece el crecimiento.
Se trata de padres que no quieren ceder el poder que el desvalimiento del nio les
otorga y desean mantenerse como prtesis o donantes exclusivos de sus necesidades.
No pueden desapropiarse de su producto para una propuesta exogmica, caen en lo
que Aulagnier conceptualiza como violencia secundaria, en tanto ataca la autonoma
del pensamiento del nio.
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El sujeto, a su vez, busca y debe encontrar en ese discurso referencias que le permitan proyectarse hacia un futuro para que su alejamiento del primer soporte libidinal
y narcisista, que ofrecen los progenitores, no se traduzca en la prdida de todo soporte
identificatorio.
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3. Vase el trabajo Novelas adolescentes (Najt, 2006), en donde muestra la evolucin y los logros de
una psicosis infantil a partir de identificaciones con figuras terrorficas de la literatura universal que le posibilit a ese adolescente dar otro sentido a sufrimientos vividos y reorganizar su novela familiar.
Qu pasara si o qu hubiera pasado si...? Son preguntas del historiador, del fsico, del psicoanalista cuando se enfrentan con un sistema complejo. Son preguntas
que no remiten a una ignorancia contingente ni superable, sino que definen la singularidad de momentos de encrucijada en los cuales el comportamiento del sistema se
hace inestable, pudiendo, por lo tanto, frente a determinados hechos significativos,
evolucionar de acuerdo con una amplia gama de posibilidades.
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el paciente piensa, es negarle una vez ms su derecho a dejarse or, como ocurri
en su infancia. La psicosis nunca podemos reducirla a la proyeccin de una fantasa
sobre una realidad neutra. De ah que al igual que en la neurosis escuchar al paciente en lo que nos dice, en lo que siente, respetar su realidad psquica y lo que
relata de su realidad material es una obligacin que nuestra prctica y nuestra
tica obliga.
4- Un mal uso de la contratransferencia.
La contratransferencia no pueda ser abolida por decreto ya que en cada anlisis
est implicada nuestra subjetividad. Pero esto requiere tramitar nuestros afectos, no
entregarnos a ellos.
Cmo intervenir desde la palabra y el afecto, no ser intrusivos con interpretaciones prefabricadas ni estar ausentes ante ciertas resistencias o reaccin teraputica
negativa, frecuentes en pacientes que han sufrido traumatismos, heridas narcisistas
precoces, que nos obligan a hacer un trabajo de elaboracin paralela sin quedar paralizados por la desesperanza al mismo tiempo que evitamos no quedar atrapados
en una impostada neutralidad?
Apelamos a diferentes recursos, diseamos estrategias en funcin del paciente y
de su problemtica con plasticidad y tolerancia a la incertidumbre. Nuestro abordaje
apela a la invencin. No es la resolucin de un programa.4 Pero no por ello descuidamos el anlisis de lo preconsciente por considerarlo superficial (Green, 1972). Lo preconsciente es un trnsito para poner en palabras las representaciones-cosa, los afectos
reprimidos para procurar a los procesos inconscientes una tramitacin y un olvido.
[ ] El preconsciente es el que consuma ese trabajo, y la psicoterapia no puede emprender otro camino que el de someter al Icc. al imperio del Prcc. Y as lograr un trabajo analtico compartido.
Provocar un forzamiento continuo de las interpretaciones, como algunos anlisis
kleinianos que intentan abordar el inconsciente sin mediacin, lleva al paciente, tras
un perodo de resistencia, a un vnculo teraputico caracterizado por un falso self o
a su erotizacin masoquista, dice Green al respecto:
Por el contrario acompaar al paciente en sus tiempos y en lo que es capaz de comprender de lo que le decimos, permitirle elaborar e integrar dentro de un proceso de
regresin-progresin, y as pasar de lo ms superficial a lo ms profundo, evita bloques
de resistencia prematuros y duraderos o a la inversa- quebrantos psicticos, psicosomticos y psicopticos (Green, 1972).
4. El programa es fijo y tiene soluciones predecibles, aun cuando su resolucin implique complicacin.
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Resumen
El ejercicio de la violencia simblica, requiere al menos dos sujetos en los que haya en uno
cierta condicin de indefensin, de dependencia, de asimetra, sea esta total o parcial.
Bourdieu habla de poder simblico como un poder invisible que no se lo reconoce como
tal, sino como algo legtimo que presupone cierta complicidad activa por parte de quienes
estn sometidos a l. Requiere como condicin de su xito la creencia en su legitimidad.
Dominacin simblica extensiva a diferentes campos: el educativo, el lingstico, el religioso,
el cientfico, el cultural, el familiar y el poltico.
En nuestra disciplina, fue Aulagnier quien retom el concepto para pensar la configuracin
de la subjetividad, la construccin identificatoria, desde lo que teoriz como violencia primaria y violencia secundaria, cuando hay abuso de poder. La violencia primaria es una accin necesaria que se requiere para configurar el yo. La violencia secundaria se ejerce contra
del yo. Cuestin que tambin es posible en la prctica: cuando predomina el deseo de curar
y no el deseo de pensar junto con el paciente; cuando predomina el deseo de certeza y no la
curiosidad y la duda; cuando el criterio de analizabilidad se lo limita a un diagnstico psicopatolgico; en el escenario de la transferencia en la cual el analizando tiene una asimetra
respecto al analista, que hace de esta relacin una condicin ptima para que en una prctica
inadecuada, el analista pueda ejercer violencia secundaria; en la interpretacin a ultranza, o
el silencio mortfero, as como el uso abusivo de la identificacin proyectiva y cuando hay un
mal uso de la contratransferencia. Negarse a implementar diversos dispositivos teraputicos
en funcin de las necesidades y posibilidades de cada paciente y finalmente refiere a terapias
que apelan solo a la sugestin y proponen un campo de ilusin y de apaciguamiento, perdiendo
de vista la singularidad del paciente y la diversidad de sentidos.
DESCRIPTORES: VIOLENCIA / PODER / DEPENDENCIA / ASIMETRA / ABUSO / VIOLENCIA PRIMARIA
/ PSICOANALISTA
Summary
Symbolic violence. Violence invisible
The exercise of symbolic violence, requires at least two subjects in which there is one certain
condition of helplessness, dependence, asymmetry, be it total or partial.
Bourdieu speaks of "symbolic power" as an invisible power that is not recognized as such,
but as legitimate to assume some active complicity by those who are subjected to it. It requires
as a condition for its success the belief in its legitimacy. Symbolic domination extended to
the different fields: education, language, religious, scientific, cultural, family and politics.
In our discipline, it was Aulagnier who took up the concept to think the configuration of
subjectivity, identifying construction, from what theorized as "primary violence" and
secondary violence when there is abuse of power. Primary violence is a "necessary action"
is required to set the Self. Secondary violence perpetrated against the self. Issue it is also
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possible in practice: when the predominant desire to heal and not the desire to think together
with the patient; when the predominant desire for certainty and not curiosity and doubt;
when the criteria analyzability it limited to a psychopathological diagnosis; on stage transfer
in which the analyzing has an asymmetry with respect to the analyst, which makes this
relationship an optimal condition for an improper practice, the analyst can exert secondary
violence; in interpreting extreme, or the deadly silence, and the abuse of projective
identification as there is a misuse of countertransference. Refusing to implement various
therapeutic devices based on the needs and possibilities of each patient and finally refers to
therapies that appeal only to suggestion and propose a field of illusion and appeasement,
losing sight of the uniqueness of the patient and the diversity of ways.
KEYWORDS: VIOLENCE/ POWER/ DEPENDENCE/ ASSYMETRY/ ABUSE/ PRIMARY VIOLENCE/ PSYCHOANALYST
Resumo
A violncia simblica. A violncia invisvel
O exerccio da violncia simblica, requer pelo menos duas pessoas em que h uma certa
condio de desamparo, dependncia, assimetria, seja ele total ou parcial.
Bourdieu fala de "poder simblico" como uma fora invisvel que no reconhecido como
tal, mas como legtima para assumir alguma cumplicidade activa por aqueles que esto
sujeitos a ele. Ela exige, como condio para o seu sucesso a crena na sua legitimidade.
Dominao simblica estendido a diversas reas: educao, lngua, religio, cientfico,
cultural, familiar e poltica.
Em nossa disciplina, era Aulagnier que assumiu o conceito de pensar a configurao da
subjetividade, identificando a construo, a partir do que teorizada como "violncia primria
e violncia secundrio, quando h abuso de poder. Violncia primria uma ao necessria"
necessria para definir o Self. A violncia perpetrada contra secundria do self. Emisso
possvel na prtica: quando o desejo predominante para curar e no o desejo de penso em
conjunto com o paciente; quando o desejo predominante para a certeza e no curiosidade e
dvida; quando os critrios analisabilidade limitada a um diagnstico psicopatolgicos; na
transferncia de fase em que a anlise tem uma assimetria em relao ao analista, o que torna
esta relao uma condio ideal para uma prtica abusiva, o analista pode exercer violncia
secundrio; na interpretao extrema, ou o silncio mortal, e do abuso de identificao
projetiva como h um desvio de contratransferncia. Recusando-se a implementar vrios
dispositivos teraputicos com base nas necessidades e possibilidades de cada paciente e,
finalmente, refere-se a terapias que apelar apenas para sugesto e propor um campo de iluso
e de apaziguamento, perder de vista a singularidade do paciente e da diversidade de formas.
PALAVRAS-CHAVES: VIOLNCIA / PODER / DEPENDNCIA / ASSIMETRIA / ABUSO / VIOLNCIA PRIMRIA
/ PSICANALISTA
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