Critica y Arte Vol15

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Volumen 15

Europa II. Crítica y Arte

Pág.

ÍNDICE

ESPAÑA

The Sun, 26 de noviembre de 1880. Modern Spanish Poets. 15


Poetas españoles contemporáneos. (Traducción) 24
Revista Universal, 13 de marzo de 1875. Bella literatura. Echegaray, Zapata, Blasco. Herranz.
Dramas nuevos. 39
Revista Universal, 16 de abril de 1875
Teatro. El Circo y el Príncipe. Matilde y Teodora. Calvo y la Boldun. Variedades y Luján. “La
Muerte de Cisneros”. “Romeo y Julieta”. 47
Revista Universal, 8 de junio de 1875
Teatro Principal, “El Tío Martín o la honradez”. El señor Guerra. La señora Rodríguez. La señora
Muñoz. 55
Revista Universal, 11 de junio de 1875.Teatro Principal. 61
Revista Universal, 15 de octubre de 1875. “El Estómago”. 69
Revista Universal, 9 de noviembre de 1875. “El Libro Talonario”. 77
Revista Universal, 13 de noviembre de 1875. “La Esposa del Vengador”. 83
Echegaray. Apuntes 93
La Opinión Nacional, 1881. Centenario de Calderón. Primeras nuevas. 109
La Opinión Nacional, 23 de junio de 1881. El centenario de Calderón. 119
Goya. Apuntes 131
Museo de Madrid. 6 de diciembre de 1879.
Notas sin orden tomadas sobre la rodilla, al pie de los cuadros. Rapidísima visita al Salón de
“Autores Contemporáneos”. 136
Madrazo. Apuntes 147
Madrazo. (Traducción) 149
The Hour, 21 de febrero de 1880. Raimundo Madrazo. 151
Raimundo Madrazo. (Traducción) 154
Fortuny 161
Fortuny. (Traducción) 163
The Sun. 31 de julio de 1880. The Bull Fight. 171
La corrida de toros. (Traducción) 175
Prosa de próceres 183
España 184

FRANCIA

Libros nuevos 189


The Hour, 1880. Modern French Novelists. 197
Modernos novelistas franceses. (Traducción) 199
The Sun, 8 de julio de 1880
Flaubert’s Last Work. “Bouvard and Pécuchet”. The story of. two old men. Unrealized idealism. 205
La última obra de Flaubert. (Traducción) 209
La Semaine de Paris 217
La semana de París. (Traducción) 222
The Sun, 6 de agosto de 1880. Garin. A republican drama within the classic portals of the Theare
Francais. 231
Garin. (Traducción) 235
Sarah Bernhardt 243
Sarah Bernhardt. (Traducción) 246
La Opinión NacionaI, enero de 1882
Cartas. Victorien Sardou. “Odette”. El vaudeville y el teatro de los vaudevilles. iSardou es
plagiario! 253
La Opinión Nacional, 1882
Francia. Quincena de poetas. El banquete de las “reidoras”. La recepción de Sully Prudhomme en
la Academia. Sully, poeta rebelde. “El tormento divino”. “Los destinos”. “La justicia”. Los
parnasianos. La forma y el pensamiento en la poesía. La poesía filosófica. Los poetas y los
tiempos- “Los Rantzau”. Drama nuevo. Got, Coquelin y Worms. Los actores franceses 263
La Opinión Nacional, 1882
Francia. Recepción en la Academia Francesa. Pasteur, Renán y Littré. Una heroína de circo. Una
heroína de teatro. “Madame La Diable”. París, su exposición y sus pintores. Bourguerau. Georges
Clairin. Carolus Durand. Laurens 273
Dumas y Corneille 281
Racine y Corneiile 282
Colón francés 285
Francia. Pintura. Apuntes 293
The Hour, 28 de febrero de 1880. Edouard Detaille. 299
Edouard Detaille. (Traducción) 301
The Hour, 12 de junio de 1880. The French Water-colorists. 307
Los acuarelistas franceses. (Traducción) 310
The Hour, 10 de abril de 1880. Fromentin. 317
Fromentin. (Traducción) 320
The Hour, 1880. The Runkle Collection. 325
La colección Runkle. (Traducción) 327
La América, febrero de 1884. El pintor Courbet. 331
The Hour, 1880. A Statue and a Sculptor. 337
Una estatua y un escultor. (Traducción) 338

HUNGRíA

La Nación, 28 de enero de 1887


Carta sobre arte. El Cristo de Munkacsy-. Exhibición en Nueva York del famoso cuadro “Cristo
ante Pilatos”. La gente húngara. La vida de Michael Munkacsy. -De pobrecillo Miska a rey de
pintores. Análisis de su arte. Carácter moderno, nacional y profundo de toda su obra. Influjo de su
esposa. La fuerza de la idea, en Milton y en Cristo. Originalidad y encanto de su Cristo.
343
Descripción del cuadro. Razones de su popularidad. El Cristo vivo, racional y fiero.
INGLATERRA

Byron 355
La Nación, 10 de diciembre de 1882. Oscar Wilde. 361
La Opinión Nacional, julio de 1882
Darwin ha muerto. El jardín del naturalista. Sus libros famosos. “El origen de las especies”. El
origen del hombre. La teoría de la selección natural. La teoría del hombre arboreal y velludo.
Viaje con Darwin por la América del Sur. Influencia de América en Darwin. Sus dos libros sobre
nuestra América. Lo que vio en el Brasil. Lo que vio en Buenos Aires. Darwin en Patagonia. En la
Tierra del Fuego. En Chile. En la abadía de Westminster. 371
La América, febrero de 1884. Carlyle. romanos y ovejas. 383
Herbert Spencer 387
La América, abril de 1884
“La Futura Esclavitud”. Tendencia al socialismo de los gobiernos actuales. La acción excesiva del
Estado. Habitaciones para los pobres. La nacionalización de la tierra. El funcionarismo. 388
La América, mayo de 1884
Libro nuevo y curioso. “Registro de las facultades de la familia”. Caracteres transmisibles. La ley
de la heredación. Vanidad de la nobleza 395
La América, mayo de 1884. Darwin y el Talmud. Conversación sobre Centroamérica y las
hormigas. 401

RUSIA

The Sun. 25 de agosto de 1880. Pushkin. A memorial to tbe man who blazed the pathway leading
to Russian liberty. 409
Pushkin. Un monumento al hombre que abrió el camino hacia la libertad rusa. (Traducción) 416
La Nación, 3 de marzo de l:889
La exhibición de pinturas del ruso Vereschagin. Alma, arte y tiranía. La protesta en los colores. El
color natural: cuadros al sol. La procesión de los elefantes. Cuadros sagrados, militares. de
arquitectura. de costumbres. de naturaleza. El cielo azul. 429

APUNTES VARIOS

La lengua castellana en América 443


Guatemala en París 447
Recuerdos de “Nos Grands Poétes” de Strauss 453
JOSE MARTI
Obras Completas

Europa

EDITCRIAL DE CIENCIAS SOCIALES. LA HABANA, 1991


Tomado de la segu:.da edición publicada por la Editorial de Ciencias
Sociales, 1975.

Primera reimprcsihn

0 Sobre la presente edición:


Editorial de Ciencias Sociales, 1992

Editorial de Ciencias Sociales, calle 14, No. 3101, Playa, Ciudad de La


Habana, Cuba.
EUROPA
CRITICA Y ARTE
ESPAÑA

Letrfls
MODERN SPANISH POETS

Fhe real ond rnock jewels of Spantih poetry, Fhe ejje~r oj a progrebve
epoch
‘l’he sun is the fathcr ot poetry and naturc 1.3 its rnother. In the land
>af Spain, warmed with sunlight and shaded with orange trees, where
ivomen glow like burning lava, where flowers perfume the air, where
lven ruins omile, and tbe dawn sparklcs, where poppy-laden fields look
like lakes of blood, wbcre cosy Iittle cottages nesting in rosc-dotted foliage
seem to burn their inmates in happiness, where the English go every year
10 thnw thcir soulz~, Irozen in the humid atmosphere of his native isle,
wherr iron Goth conqueKed, the fiery moor lcved, and the steel-kint Roman
!>uilt, where the soil likc a captive beauty vanquishcd its conquerers,
tvhere the soul of an African lires a Caucasian body. where painters have
only to ehake theirs Lrushes in the air to fil1 them rsith gay colors-in
lhis land poetry gushes from thc henrt ~9 pure as mountain stream. It
I+ a much a product of nature as a jessamine or a honey suckle. In al1
8:ountries the fruits of the so111 are analogous to thc fruits of Nature. In
England, Iand of fogs, the poet is Browning; in Fxance, land of thought,
!he poet is Victor Hugo; in Spain, land of flolvcry, the poct is Zorrilla.
You might as well try to reproduce on cnnyas the perfume of the rose,
or the luminous mist or vapor of light tbat enrclops everything in that
iand of gold, as to translate Zorrilla’? verses.
L)ut in this Leautiful land thought is fighting with Nature. The
lightnings of civilization have startled the lolicly Diana of the South. The
~hatlo\vs of coming anxieties hove fallen upon A people who have never
rai$ed their hands except to salute a kin g ur a lady, to brandish a naked
eword iu tleIense of their honor, or to pick ripe fruit from a yielding tree.
‘i’he Si)aniards are beginning to understand that in the universal march
3f progrees they too must keep step. It is not enough to own the Alhambra
and thc Alcozar: they must know how to honor them. They begin to see
thst they can neithcr remain Arabs or become Bollemians. Since the
entirc wurld is reasoning, and steam factories are taking the places of
lnmense arscn;:lsl they too must reason with the world: work with the
fu to1 ie3. raqc themselves with those who think like Herbert Spencer.
16 scrarf / EUROPI
ESPAÑA 17
frown like Heine, doubt like l3yru0, and despise like Leopardi With their rrature. A time of transition demclnds great efforto. Individual grieb,
Spanish hands they must strike the chords of the human lyr?. Tbey hevc always a fruitful source of poetry, pasa unnoticed amid the great sorrows
afwayr believed too much aod worked too little. For tbem the pom of humanity. The d reams of the imagination are useless when there is
of both doubt and industry ir a product of tbe brein alooe. need of the intelligence that thinks. Out of this struggle between song
It has no heart. It is imported and imitative. Although illuminated b, nnd an epoch of trouble there has sprung a poetry harrowing nnd bitter,
flashers of sunlight, it lackr warmth. Its majesty of intelligence ir irn, weak but true, clouded with seductive sadness.
posing, but the voice of nature and the charm of spontaneity are wanting. It is like the poetry of exile-exile from the land of the soul sung in
It is not captivating, for, it shows no outburst of feeling. Humanitarian the heart of its native land. It is the poetry of Musset, of August Barbier,
songs will not enrapture those who furnish both ideas and rhe forma ia of Baudelaire, souls hora to believe, bewailing the death of their faith.
which they are expreased. Ao Arab will recognize his own steed althougb Loving pomp, these poets despised illegitimate grandeur. They were
:he aaddle may be changed and the body covered with ornaments of gold. inconsolable because they were compelled to live without real splendor to
Moreover, progress carnet be sung in the language of poetry. Thc iove. They were kings without kingdoms-exile gods. But their complaints,
story of human progress is told in hnrbors filled with shipping, factor& eomewhat‘ French, a good deal German, and a little Russian, ;re not
crowded with workmen, towns blackened with the smoke of forges, stroetr Ypanish. People feel sorrow more keenly in the place where they are born.
choked with drays, schools overflowing with children, and trees loaded Where sorrow is the muse it is best sung where there is the most suffering.
with fruit. I’oetry is the language of the beautifu!: industry is the languagc In Spain the feudal system was not so hard, nor monarchy so despotic,
of the strength. People may 3ing in the morning or in the evening, ar nor the people so badly treated, nor intelligence so impatient, as in France
dawn, and at night when the soul secks repose: but during the day the) ,and Germany.
should work. Work is dry end difticult poetry, sud the Spaniards still lt was not in the land of the Isabellas that the old world was shaken,
deteet it. ,overthrown and conquered. It was not in Spain that Reform wa3 preached,
Spain is the country of dreams. In its rich soul idleness is natural. 4hat a family of kings was killed, that priests were slaughtered, that the
Tbe South is a natural cemetery for souls blackened in the smoke of currents of life were revised, and that men were brought to the same leve1
tbe forge. Seen in another light it is Olympus itself. Al1 its men are under a hecatomb of masters, and a hecatomb of serfs. Lions with the
not gods but its women are certainly goddesses. From them the countr) heads of serpents, inmortal ideas, spurred by vengeance, and justice posed
draws the inspiration of song. She has always had two great schools of .as a fury, are not Spanish. The revolution in Spain was slower, less
poetry, one tipical of her monarchical society, theocratic, inquisitorial. cbloody, and more benign than the revolution in France. Punishments
loyal, amorous, and warlike, and an other typical of her soil, ever green. were less cruel, and passions less embittered. As the old régime was
covered with n sky ever blue. The shattered smoking ruins of the old ,not so terrible, the new régime is not so impatiently demanded. Vengeance
society are yet to be transformed into the new elements of the Democratir and anger, daughters of revolution, do not precipitate the political
epoch. The poetry of nature, however cannot alone move the hesrtb redemption of the Spani’ards, sud they will not bring about those cruel
nf a world when the bitterest conf!icts are waged on the most obscurr vreactions which so many times have retarded the progress of republican
batttlefields. Two giants, the past and the future are struggling in thr ideas in France. Tbe disappearance of everything that has been revered
preoent. Soldiers cry “En Avant.” They have only time to ask each other is not so sudden as it was in France. It is a gradual and tranquil
where they live and then they die. Everybody is trying to find a passage .disappearance. The nostalgia of the past, a source so rich in poetic ideas,
.
way through the dusthidden ruins. There is no time to stop and look at ‘has not been felt so keenly. In France a new era flashed from the ruins
the beauties of nature, the great soother. One of the great sources 01 of a magnificent catastrophe like dazzlin, m lightning from the blackest of
poetry is dry, and the other is insufficient. The land of Don Pedro and clouds. Superb terror, melanchòly, desperation, burning menace, and
of Phillippe will sing true poetry when a new society is established and vengeance, the need of faith’ and grief for its loss, and that essencially
~nanimous repose allows people tn leave their dreamy souls in boundles, ahuman evil of loring with the heart, that which is already despised by
18 51 A II T i , ECROP.4
csraN‘4 19
the intelligence, h~\e bcen hartlly Icll i!, LIIC Iand \r!lerc thc Tajus roll-
There is nlso a long file of )outhful writelc, anxious, fervid ad
its coldcn ~~!>blcs, and tlle angr! current nf the Duero files the Sharp
strong, with souls undoubtedly poetic, Lut tormentcd hy a lack of the
1ock5 o! it5 sllores. ExalteJ soul~. in5pircd with a love of the great, not ideal. With such a sant the most couragcous genius, unable to creatc
iintlin;r it at horne qeek it abroad. Th~ou~h the contagion of reading and a people, chokes and dies without glory.
outbulct of sy~npahy witll European rnisfol’unec. thr!. finnlly fnncy these
Thc most famous work 01 Nuñez de Arce is called “Los Gritos de
rnisfortunes tlipir u\\~I.
Combate” or “Battle Crics.” Verses ought to contain the idea by which
Thc yearnings of thrir owu Lu~-II¡I:c, _corrls srcm to be yenrnings 01 thcy are nnimated. Thcy are forms in which an idea is cxpressed. The
Lheir OWII peoplr. I’oetry is the work botll of the ¿ard ant1 of the people clothing is sometimes so bcautilul that it conceals the absence OI the
whc~ inspire him. Thc collaboration being lacking in Spain, the poet idea. Thc verse is simply stampcd Ly the charm of the senres. The flesh,
looks elsewi:ere for wrongs of which to sin:. IIe quenches his fervent likc poetry, has its rhythm, its clearncss, and its repose, and with the
thirst in foreign literature in an ntnlosphere above the atmosphere admirable logic of the productions of naturc in form it always givcs thc
brenthed by the Spani?h ptople, although not nbove the intelligence of thc character ol the land of its nativity.
educaced classes. IIence it llappelta lllat the litcrature of Spain today, is
hlichclet called the poems of Hindustan “A sea of milk.” Spanish
rrot a Spanish litcrature.
poctry is a flowing stream, a caressing womau, a lattice partly open, an
I’oetry is durable wlren it is the wolk of ail. Those ~11o untlerstand orange trce with fragrant white florverc. It is a dreaming Arab, a fighting
it are as much its nuthors as thosc who make it. To thrill al1 hearts b, Norsetnan. a coal-ej-ed hloor. Read Lope and eI-erythin;; snys “Love!”
the vibrations OS our own, you must have the germs and impirations of “Fight with each other!” and “Die for the King!” Read ZoriJln-the
humanity. To walk among the multitudes \tho suífer, with love in YOW poet who owes nothing to íoreign literature, and who is today almost
heart, and sons on your lips, you must hear all the groans, witness ali the forgottcn in bis own country, and you will find only the command to
agonies, íeel al1 the joys, and be inspired with the passions common to love. Kings and duels were already dricen from the verses o[ Spanish
all. Above ai!, you mu-t Iíve amon:, n suffering people. Whateìper the pocts. The uoluptuous poetry tbat seemed to arise from the flower beds
poner of the poet, they must enjo)., blesc;. curse, hope, and condenm, of Andalucia and the poems in stone-Generalife, Alcazar, Toledo, and
before he can fincl t!le vigorous songs which enliven al1 hearts, usher in Córdoba-named by the oid moors are not the poetry of Núñez de Arce.
great events, and live forever. Without these conditions the poet is a With him ideas seem borrowed. The form is too precise. It has thc
tropical plant in a frigid atmosphere. Me camot fhJUrid1. Aud in Spain regular clink of the hammcr upon the anyil. You recognizc the workman.
how many roses die in thcir buds! ‘ïhey luck a gratel’ul air. Public life IIe sweats over his work, tortures his ideas, drircs them into verse with
is too confused. Nobody knolrs lvhither he is drifting. To bc a pcet, blows, files them, burnishes them, and leaves them as a sculptor leaves
his irnnge of marble when he thinks i: formed and finished. Such labor
lmless you hecome the poet of the bntt!c? you rnust wait until thr Lattle is
is not prodnctive of the best results. Inspiration has wings, ond in the
finished.
rnidst oi such rude work it flies awny.
The Spanish poets who are now altracling the rno>l attention iu
Its nbscnce creates finishcd verses without poetry. You have 11ot th
Europe, are poets of thc battle. Eche:;aray has dramatic taler:t horderíng
lirupid river, sparkling and beautiful in which round shoulders gleam
upon genius. In lyric verse, amon;: 3 niulLitutlc of mcn of 1ettc.r;. Carn-
sud the lids of dark eyes are closed, over which flutter filmywinged
poamor, Súiiez de Arce, and Grilo, ale alrcntly faulous. E:chcynray is a butterflies and rosy-billed doves, and upon which swans of snowy whiteness
devil, luminous ant1 original. Carnponllror is a Itappy 1x4.~~ 5~1!0 write: glide toward the magnificcnt lnnd of drenms. Ah no! After reading the
profoundly; Grilo. is a Iforace, re\ es!ixg 3 mel:mrholy lifc filled with magnificent “hJiocrere” of Ktuiez de Arce-his angry cpistles. his sonnet
drearn-winged griefs and imaginary W~OII;S in suppie larlguc~e hurnicl with cursin; Voltaire, his sombre legends, and his aclstere almost axetic poems
tears and morning d<w; Núñez de AKC, iì che pnrt Depu:y ( f the Corte?. Iillecl with pictures of churches with nakcd walls of empty castles, oJ
al1 the more poct becausc hc is a l>c~put>~. cavaliers torn Ly remorse, o[ tloubting priests stricken with anguis!) and
20 MARTi / EUROPA ESPAÑA

of the misfortunea of !iving poets, you throw down the book and murmur Charm comes from the unexpected. Fcrm is beautiful, but when it
- “Shelley, Musaet, Leopardi, Byron!” Your heart does not feel the conflicts with an idea, the idea shouid be preferred. Poetic thought f!ies
cheering warmth that remains after reading the verses of a true poet, nor nnd shinesilke a hutterfly. Shall we cut off the butterfly’s wings to make
do you feel upon your forehead the cold air that is fanned by the wings him fit in a \,erse? Nuñez de Arce would cut them. Campoamor would not.
of LI geaius. Nufiez de Arce is a man of thought. He knows the music of The latter revels in his inaccuracies. He excels in such libertiea. His
bis !anpage, be understands its century, and he tries to be ita poet, but goodnessof heart and his contempt of form have produced a charming
nature did not Rive him strenaht for the task. When you read his “Vertigo” mixture. Even in speaking to children he is a poet nobleman. .Notwith-
you remember “The Corsair” and “Lara.” Read only the title of one standing his years he is as fresh as a seedin spring. Through al1his doubts
of bis poems “La Selva Osc&a” and with Dante you repeat: “Selva his faith can be seen. Behind his despair appears his hope. At first, like
salvaggia ed ssprae forte.” others. he loved what was Rreat. He dreamed of poetry and then made it.
Mis poem on Luther “La Visiou de Fray Martin” is doubtless the His ideas were toa expansive and too untamed to he enclosedin a classic
work into which he has put the greatest care, forte and cvriginality. While mould, and he had not the strength to create a new mould for human
making of the priest the personification of the actual state of the humaa thought.
soul, he has tried to paint the rebellious spirit that, like a Child struggling Today, Campoamor’s “Cristoha Colon” is almost íor ::otten It is a
at the very thres3old of life, smashesa vault peopled with beloved shades, heavy work in which the hero: like a schoolmaster, ills!ructs his sailors
and standing on its ruins weepsfor the shadowsthat flee in the crash that in the history of Spain. It is the same with bis “Drama I:niversal” in
he has created. Marching forward and looking backward, Nuííez de Arce which he presents the eterna1 problem of re!igion, but makes his heroes
really desired to paint the present European century with its regrets and speak a language ful1 of doubt. Yet at that time the young poet was
pains. Portions of his poems have the vague monastic air and the alreddy brillinnt. IIe shook off the yoke of tradition with a good grate,
lugubrious light of a chilly old convent. The breath of a real doubt stirs and read his rugged verses badly, yet charmingly. Puetic characta was
the whole of St. After reading it the heart is unmoved. There is not the revealed early in the life of the man who dared to let his thoughts run
irresistible “élan,” the interior movement of the wings that always followa into new sphera, b reak’mg down al1 obstacles and trampling under foot
the reading of the work .of a great soul. You do not think. speak and all laws. From the start a profound and sincere respect greeted the man
soar aloft. You remain upon the earth. You cordially salute the thinker, who wrote “Los PequeñosPoemas.” And oh what smiles are those little
hut you feel that he is beside you, and not as all great poets should be, poems! They have the fragante of viojets. They make us sweetly sad;
above you. they warm the heart; they trttrance us and do us good. They are the
Don Ramon Campoamor is a German poet boro i4 Spain. He is 811 stories of an old man, the confessions of a bachelar, the incense of
adorer of the beatiful, a hater of the toarse, an aristocrat of thought. I-h prayers. They revea1 the aimable fisherman, the cavalier, and the priest.
You seein them portraits of ‘I’ennyson’swomen, bits of Byron’s skepticism,
verses are as elegant as his smile, his salon, and his glo*;ed hands. Aged
sentencesf!avored with the Epicurean taste of Gautier and the charming
man that he is, he writes something like a grandfather, and he haa the
liberty of hlusset. Thev show that, like Horace, the poet would leave his
tight to do so. He has a friendly handshake and friendly counsel for
shield with the enemy, but that he would afterwards seek it in the thickest
everybody. He is loved for his natural dignity, for his broad and’negligé
of the fight, to offer it filled with roses to his beloved.
versification and for the independence of his talent. With him thought
laughs at the verse. He will not torture a splendid idea with a new syllable. Sometimesthe anger of a politician flames in bis poetry. Inspired by
He says that forte is irregular. Both Hercules and Homer slept. Rough its light, he drew a dramatic picture, sombre and injust, the “Dies Irae”
lines bring to notice harmonious ones. In this century of libertiea aII in the bosom of a man who seeksrevenge from those who, from a love
sorls of chains muat be broken, even the chains of romance. We must of equality murdered his father and tore the family crest from the
apeak naturally. We must take sounds just as they are produced in the ancestral poltal. In his vengeance he effaced all thc epitaphs in the city
eir. withcut order, without preparation and without religious periodicity. cemetery. Terrible equality ! The mother could not find the grave of
22 MARTi / EUROPA ESPANA
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her Child; :he wife the rcsting place of her husband, nor the son the tomb nature. His precocious gray hair , sad eyc+, and lazy air hn\.c come too
of his íather. The priests sing the “Dies Irae.” It breathes an air of late. He does not recite his verses; hc sings them. Wanderinu trouba-
hatred, unhealthy in a work of poétry, which always ought to be a work dours have no place in this busy age, where everybody has hard work
of love. Forgiveness is the true act. Thus Hugo understood it, he who to do. He visits every salon, \veepin g for his mother and for his son. His
wrote “Les Chntiments.” tcars are facile, and his throat is ever ready for a monn. His body is
frail, and his accent ful1 of emotion. He desires nothing better than to
Campoamor wrote some comedies. They are in no sense theatrical
be made to speak. The salons of Madrid eagerly snatc!) him from each
works, but philosophical theories and original ideas personified: yet they
were a success when presented at the theater. Their novelty is their charm. other, as tough there could 1x no joy without the grief of Crilo. In such
In them no rule is respected. They are bold and artounding themes in an actor the plays is simple. Ilc is his own theatre, nnd his meiancholy
dialogue-theories capriciously demostrated upon the stage. POSC, his lugubrions air, his musical voice and elegiac enscmble are bis
own. A glass of “eau sucree” inspires him. He is heard with hushed breath,
In his melancholy moods he wrote “doloras,” sad, bitter, and cruel
warmly applauded ant1 soon forgotteu. ‘Tis well. Sentiments have their
little verses thnt have not lived. People prefer his benevolent works and
modesty. The dignity of sadness is lonely meclitation. When cnrricd about
his narratives, pages of light found in the bottom of hearts which seem
loo much, flowcrs soon fade.
to have heen analyzed by a true chemist, and presented by a true poet.
SO much for thc three great lyric poets of Spain. l‘hcre is another.
It is splendid to find an old philosopher in so young a man.
a German, Gustavo Becquer. 1‘1le young man Velarde sings of ruins in
Antonio Fernández Grilo is a poet still young, although he has passed a powerful and melodious l,oice, quite modern. And then there is Ruiz
his fortieth year. He has a marvelous use of language. He lacks the Aguilera, a sort of Uerenger; Selgns the poet of flowers;
steel-like polish of Nuñez de .4rce and the charming variety of tone that Chaves, a lorer
of the days of Philippe IV; ant1 a crowd of gày young poets. In fact, ir
characterizes Campoamor. He is elegiac. He sings of everything that is difficult to discover one who is not a poet.
weeps--a Child without a mother, a house without a head-a woman
Above them al1 a white head towers like an old and stormridden oak
rvithout love, a tree without leaves, a land without glory. If verses could
among young trees. It is thc head of a man, small in stature, who in his
have colors, his would be blue and rose colored. They sound like the
eariy tlays proudly shook his leonine locks. He still remains sad and
leaves of a wet tree gently shaken by the wind. Your hear the sighing
tearfui-Don Jose Zorrilla. The Arabesques of the Alhambra do not
of the branches, and the partly suppressed sobs of the leaves. He loves
outnumber the tones of his Iyre. Grilo’s verses glitler with Parisian
verses as long as the slender twigs of willows. He speaks in Spain the
diamonds; Zorrilla’s show only gems of thc finert watcr.
great languaje of nature. He is perhaps the only poet whose languid You mighl
compare his works to Pparklin g seas, whose waters rol1 oI-cr vast plains,
verses revea¡ the true poetic element of a land where pomegranates bloom
burning and dying. Thc sileuce of gardens, the essencc of roses, the
and where rivers like thought in a indolent head run underground. Grilo
!anguor uf a night of love, the shining swords of the cnvaliers of the
kneels in a lonely road before the passing funeral of a woman. He catches
olden times, the uneasy prancin g of an Arab steed, the veiled lady, the
the confession of a young girl in tears. Thought follows love. He gages
rruel king, the brave plebeian, are all component parts of bis pietry. It
vacantly at the cupola of the church. His gait is strange? irregular.
is also the poetry of torrents and mourltains. It has orirntal richness
Sometimes he slips over the ground like a serpent. and again he bounds
combined with Italian harmony. Its source is naturc. Peoplc however have
in a ghostly light like a fantastic goat. After all there is more art than
not time to look into naturc.
nature in his rever&. The religion that he sings is dead within him. He
does not even remember the dead for whom he weeps. Tlle sweets of Zorrilla li\-es. He writes thrillin g skctches uf the illustrious dead and
life have for him a great attraction. He is the poet of salons, of curious descriptions of day that are gane for “El Imparcial”-a widel)
promenade, of gardens and of halls. circulated newspaper; but he is regarded as the hranch of n tree without
The Count de San Luis hauled him from obscurity. He loves Counts. 1eai-es, a castle in ruins, n fal!en mountain. People know that he has
Tbe atmosphere of the romantic has spoiled in Grilo a purely poetic been great, and they cnvy him bis oid opinions, his monarchial, reiigious
24 MARTf / EUBOPA ESPAÑA 25

and chivalrous faith, and his uselesspower. He speaksloudiy to a people pintores no necesitanmás que sacudir suspinceles al aire para empoparlos
wbo do not hear him. He is a gladiator in an empty arena calling to en alegres colores,-en esta tierra la poesía brota del corazón tan pura
tbe wind. como un arroyuelo de la montaña. Es producto tan espontáneo de la
naturaleza como el jazmín y la madreselva. En todos los paíseslos frutos
The Sua. Nueva York, 26 de noviembre de 1880 del alma guardan analogía con los de la naturaleza. En Inglaterra, tierra
de cieblas, aparece Browning; en Francia, tierra del pensamiento, el
poeta es Víctor Hugo; en España, tierra de flores, el poeta es Zorrilla.
Traducción’ Tan fácil sería reproducir en el lienzo el perfume de la rosa o el vapor
luminoso que lo envuelve todo en aquella tierra de oro, como traducir
los versos de Zorriila.
POETAS ESPAROLES CONTEMPORANEOS Pero en esta hermosa tierra el pensamiento lidia con la naturaleza;
los resplandores de la civilización han sobresaltado a la amable Diana
joyas verdaderas y falsas de la poesia española.-La inf!uencia de una del sur. La sombra de las angustiasdel porvenir ha llegado basta el pueblo
época progresiva que jamás había tendido las manos sino para saludar a un rey o a una
dama, para esgrimir el desnudo acero en defensa de su honor, o para
El sol es padre de ib poesía, y madre de ella la naturaleza. En el sdelo recoger ~1 fruto maduro de un árbol cargado. Los españolesempiezan
de Espía, calentado por los rayos del sol y sombreado por naranjos; a comprender que en el movimiento general del progreso ellos también
allí donde las mujeres lucen como lava ardiente, donde las flores perfuman deben ocupar un puesto. No basta poseer la A!hambra y el Alcázar; es
el aire, donde aun las ruinas sonríen y el alba ofende la vista con SUS preciso saber honrarlos. Empiezan a ver que no pueden quedarse en
resplandores; donde campos sembrados de amapolas semejan lagos de árabes ni convertirse en gitanos. Y como el mundo entero razona y las
sangre, donde las cabañas cual nidos de rosales parecen quemar a sus fábricas de vapor ocupan los lugares de inmensosarsenales,ellos a su vez
moradores en la felicidad; donde el ingles va todos los años a decentumecer deben razonar con el mundo, trabajar en las fábricas y buscarse sitio
el alma helada por la húmeda atmósfera de su isla nativa; donde el hierro entre los que piensan como Herbert Spencer, se quejnn como Heine, dudan
godo conquistó, el arclicnte moro am5 y el romano cubierto de acero como Byron y despreciancomo Leopardi. Con susmanosespañolasdeben
edili&; donde el suelo, cual bel!eza cautiva, venció a SUS conquistadores; tañer las cuerdas de la lira humana.
donde el alma de un africano arde en un cuerpo de caucáseo; donde 10s Como siempre han creído mucho y trabajado muy poco, la poesía de
la duda y de la industria es en ellos producto sólo del cerebro: no tiene
’ Esta trndurcL;n. hrcha por ~1 literato colombiano Martínez Silva, salió corazón: es importada e imitada, aunque alumbrada por fugaces rayos
p,cblicada rn rl núnrrro de febrero de 1881 del Reperforio Cdombinno de Bogotá, de sol, carece de ‘calor. La majestad dc la inteligencia es en ella imponente,
y luego, en Ln Ol,iniOr, Xnc~onol de Carxxs, precedida de la siguiente carta:
“Señor Director de La OpirGn Xacionnl. Señor y amigo mío: El número pero écbansede menos la voz de la naturaleza y el hechizo de la espon-
32 de “El Bcwrtorio C~~l~,nrl,iano”, correspondiente al mes dr febrero filtimo, 9‘ taneidad. No cautiva porque no exhibe los brotes del sentimiento. Esos
que envío a u-ied con cstus rrwglonrs, inseria en sus primeras páginas la traducci&n
de un excelente estudio sobre 10% “I’oeta5 espailoles contemporán,vs”, publicado cantos a la humanidad moderna no pueden entusiasmar a los que
con general aplauso a fines del año ~nr~ric>r en cl “Sun” d<a Nueva York. 1.a suministran tanto las ideas como las formas con que aparecen revestidoa.
traducci6n está hábilmente hecha ~>or el seimr Jlartínez Silva, air! que a mi juicio
falte en ella ninguna idea, ningún rasgo importante del articulo cn in$k. Creo Un árabe reconocerá su corcel aunque le cambien la silla y le cubran con
justo y útil su reproducción en las columnas de La Opinión ,V~ciona/; io que aI paramentos de oro.
mismo tiemao dará a u-ted ocasi¿m de hacer conocer el nombre del acertado critico,
del profundo pensador que con tanta rectitud de juicio y CUY mano tan segura Además, el progreso no puede ser cantado en el lenguaje de la poesia.
traza al cuadro exacto de la poesía espafiola contemporáwa. El autor de este La historia del progreso humano se cuenta en los puertos llenos de buques,
estudio es el doctor José Martí. Usted causará a éste bna sor,,resa haciendo la
inserción en su ilustrado diario; pero hará también Cn obsequio a sus lectores, ir en las fábricas pobladas de obreros, en las ciudades ennegrecidascon cl
otro especial obsequio a su seguro senidor y amigo, ;osé Ignacic de Armas.--Ca- humo de las fraguas, en las calles obstruidas por IOY carros, en las escuelas
racas. junio 30 de 188L”
ESPAÑA 2i

llenas de niños y en los Jrhlrs cargados de fruto. La poesía es el lenguaje Pero sus quejas algo francesas, bastante alemanasy un poco rusas.
de la be!!cza; la industria CS cl lenguaje de la fuerza. El pueblo puede no son en manera alguna españolas. El pueblo siente el dolor con más
cantar por 1s mañana o por In tarde, cuando raya el alba o cuando se intensidad en el lugar en que ha nacido. Cuando el dolor es la musa.
retira a descansar; pero durante el día, es preciso trabajar. El trabajo cs SCcanta mejor donde el-sufrimiento es más vivo. En España, el régimen
una poesía ceca y difícil: y los espafiolebtodavía lo detestan. feudal no fue tan duro, ni la monarquía tan despótica, ni el pueblo tan
hpaiia ej cl país de IOS sueños. porque en su rico suelo es Ilatuial maltratado, ni la inteligencia tan impaciente como en Francia y en
la ociosidad. El sur cs un rementerio adecuadopara los hombres tiznados Alemania. No fue en la tierra de las Isabeles donde el Viejo Mundo fue
con el humo de la fragua. Visto bajo otra luz, es el Olimpo mismo: todos sacudido, volcado y vencido. En España, ni se predicó la Reforma, ni
sus hombres no son dioses, es verdad, pero sus mujeres sí son diosas, y se vio sobre el cadalso una familia dc reyes, ni hubo matanzas colectivao
de ellas el país saca la inspiración para cl canto. Espafia ha tenido cn de sacerdotes, ni se cambió bruscamente el curso de la vida, ni fueron
todo tiempo dos grandes escuelas de poesía: la una, característica de su puestos los hombres a un mismo nivel bajo una hecatombe de señores
sociedad monárquica, religiosa, inquisitorial, enamorada, leal y guerrera; y una hecatombe de siervos. Los leones con cabeza de serpientes, las
la otra, característica de su suelo siempre verde y de su cielo siempre ideas inmortales espoleadaspor la venganza, y la iusticia en papel de
azul. Las esparcidas y humeantes ruinas de la vieja sociedad todavía furia, no son cosas españolas. La revolución en España fue más lenta,
no se han transformado en los nuevos elementosde la í-poca democrática. menos sangrienta y más benigna que la revolución en Francia. Los
La poesíadc la naturaleza no puede, sin embargo, mover sola los corazones castigos fueron menos crueles y las pasiones m.enos amargas. Por lo
de una sociedad que tiene empeñadas las más amargas cuestiones en mismoque el antiguo régimen no fue tan terrible, el nuevo ha sido invocado
los más oscuroscampos de batalla. Dos gigantes, el pasado y el porvenir, con menosimpaciencia. La venganza y la cólera, hijas de la revolución.
lidian actualmente. Los soldadosgritan iadelante! y apenastienen tiempo no precipitaron la redención política de los españolesy no traerán, por
para preguntarse dónde están, y morir después.Cada cual, en su afán consiguiente, aquellas crueles reacciones que tantas veces han detenido
por abrirse paso por entre las polvorientas ruinas, carece del tiempo para el progreso de las ideas republicanas en Francia. El desaparecimientode
detenersey contemplar las bellezas de la naturaleza, la gran consoladora. todo lo reverenciado no fue tan rápido como en Francia, sino que se ha
Una de las abundosasfuentes de la poesía está, pues, seca y la otra es efectuado gradual y tranquilamente. La nostalgia del pasado, fuente tan
insuficiente. La tierra de don Pedro y de Felipe cantará verdaderamente rica en ideas poéticas, no ha sido, por tanto, allí, dolencia muy aguda.
poesía el día en que una nueva sociedad se asiente y el reposo general En Francia una era nueva salió de entre las ruinas de espantosacatástrofe,
perrnita al pueblo nadar tranquilo en el mar sin riberas de la naturaleza. como el relámpago deslumbrador del seno de caliginoso nubarrón. El
fiero terror, la melancólica desesperación,la ardiente amenaza, la árida
Una época de transición exige grandes esfuerzos. Las penas indivi-
venganza, la pérdida de la fe y el dolor de haberla perdido y aquella
duales:manantial perenne y abundante de poesía, pasan inadvertidas ante
necesidad esencialmente humana de amar con el corazón lo que la
los grandes dolores de la humanidad. Los ensueñosde la imaginación no
inteligencia tiene ya en menos, apenasse han sentido en-la tierra donde
valen gran cosa cuando es preciso ejercitar el pensamiento. De esta
el Tajo rueda sobre guijas de oro y donde el Duero pulimenta las
lucha entre la necesidad de cantar y una época de turbación ha surgido
escarpadasrocas de sus riberas.
una poesía inquieta y amarga, débil pero verdadera, cubierta con el
ropaje de seductora tristeza. Las almas exaltadas, inspiradas en el amor a lo graudc, cuando no
Es algo como la poesía del destierro-destierro de la patria del alma, lo encuentran en casa, lo buscan fuera. Merced al contagio de la lectura
y a aquellos arranques de simpatía por los infortunios del resto de Europa,
cantada en la tierra natal. Es la poesia de Musset, de Augusto Barbier,
acaban por imaginarse que esasdesgraciasajenas son también propias;
de Baudelairc, almas nacidas para creer, que lloran la pérdida de su fe.
Amando la pompa, estos poetas despreciaban la grandeza ilegitima. pudiendo creerse que los quejidos.que salen de sus almas adoloridas son
Mostrábanse inconsolablespor verse obligados a vivir sin tener esplendor eco de los lamentos del pueblo. Pero la poesía es a la vez obra del bardo
real que amar; eran reyes sin reinos, dioses destronados. J del pueblo que la inspira; y como el colaborador falta en España, el
za MARTf / 1cUBOPA ESPAÑA 29

poeta tiene que buscar en otra parte dolores que cantar. Apaga la sed lógica de las producciones de la naturaleza en su forma, siempre da el
febril que le devora en hteraturas extranjeras, alimentadas en una atmós- carácter de su tierra de origen.
fera superior a la que respira el pueblo español, aunque no inaccesible Michelet llamaba a los poemas del Indostán “un mar de leche”. La
a la inteligencia de las clases educadas. He aqui la explicación de por poesía españolaes un arroyo murmurador, una mujer hechicera, una reja
qué la literatura de España hoy en día no es literatura española. medio abierta, un naranjo cubierto de fragantes azahares, es un árab-
La poesía es durable cuando es obra de todos. I Tan autores son de soñador, un belicoso escandinavo, un moro de negros ojos. Léase a Lope,
ella los que la comprenden corno los que la. hacen. Para sacudir todos y se verá que no dice más que esto: “iAma!” “ipelea!” “iMuere por
los corazones con las vibraciones del propio corazón, es preciso tener tu rey!” Léase Zorrilla, el poeta que nada debe o la literatura extranjera,
los gérmenes e inspiración de la humanidad. Para andar entre las que vive hoy casi olvidado en su propia tierra, y se encontrará que
multitudes, de cuyos sufrimientos y alegrías quiere hacerse intérprete, su único mandamiento es amor, Los reyes y los duelos ya estaban
el poeta ha de oír todos los suspiros, presenciar todas las agonías, sentir casi desterradosde los versos españoles. La voluptuosa poesía, que nació
todos los goces, e inspirarse en las pasiones comunes a todos. Principal- acaso a la vista de los floridos cármenesde Andalucía, y aquellos poemas
mente es preciso vivir entre los que sufren. Por grande que sea el poeta, de piedra llamadosel Generalife, el Alcázar, Toledo y Córdoba, levantados
antes de que pueda encontrar los sonidos vigorosos que alieni;rn los ‘par los antiguos moros, no son la poesía de Núñez de Arce. En él las
corazones, anuncian los grandes sucesos y los inmortalizan, fuerza ea ideas parecen prestadas, y la forma es demosiado precisa. Tiene el
que el pueblo goce, bendiga, maldiga, espere y condene. Sin estas golpeteo regular del martillo sobre el yunque. Se reconoce al obrero.
condiciones, el poeta es planta tropical en clima frio. No puede florecer. Suda sobre su obra, tortura sus ideas, las amolda al verso a fuerza de
iY cuántas flores, por carecer del ambiente adecuado, han muerto en golpes, las lima, las bruñe; y las deja como un escultor deja su figura de
botón en España ! La vida pública es demasiado confusa; nadie sabe mármol cuando la juzga redondeada y perfecta. Seméjante labor no es,
adónde se dirige. Para ser poeta, a menos de ser poeta del combate, sin embargo, fecundn en buenos resultados. La inspiración tiene alas,
es preciso esperar a que la batalla haya pasado. y en medio de tan rudo trabajo alza el vuelo; y faltando ella, podrá haber
Los poetas españoles que ahora llaman más la atención en Europa versos acabados, pero no poesía. No es ya entonces cl limpio río, de
son los poetas del combate. Echegaray tiene un talento dramático que plácida corriente, en el cual se transparentan torneados hombros y negros
se avecina al genio. Eh la poesía lírica, entre muchos literatos, son ya ojos entreabiertos, sobre el cual revuelan mariposas de sutiles y brillantee
famososCampoamor, Núñez de Arce y Grilo. Echegaray es un espíritu alas y palomas de rosados picos, y nadan cisnes de nivea blancura que
maligno, luminoso y original; Campoamor es un hombre feliz que escribe se deslizan hacia la encantada tierra de los sueños. i Ah, no! Después
con profundidad; Grílo es un Horacio que canta una vida melancólica, de leer el magnífico “Miserere” de Núñez de Arce, su “Epístola”, de
Uena de dolores soñadose imaginarios, en lenguaje fácil, empapado en amargo dejo, su soneto de maldición a Voltaire, sus sombrías leyendas
lágrimas y en el rocío de la mañana; Núñez de Arce es el poeta diputado y suspoemas austerosy casi ascéticos,llenos de pinturas de iglesias, con
a Cortas. Hay ademffsun largo escuadrónde escritores jóvenes, inquietos, paredes desnudasde castillos ruinosos, de caballeros destrozados por el
ardientes y briosos, sin duda con numen poético pero atormentados por remordimiento, de frailes atormentados por la duda y por la angustia, y
la falta de ideal. Con tal. ausencia, el genio más vigoroso, incapaz de de !os dolores de poetas que viven, no se puede menos de tirar’ el libro
crearse un público, se ahoga y muere sin gloria. murmurando “*1Shelley, Musset, Leopardí, Byron !” El corazón no siente
La obra más célebre de Núñez de Arce lleva por título “Los gritos del al leer a Núñez de Arce, ese grato calor que queda al leer los versos de
combate”. Los versos deberian contener la idea que los hn inspirado, un verdadero poeta, ni se advierte en la frente aquel aire fresco que
puea son formas con que se expresa el pensokento; pero la vestidura resulta del movimiento del ala de un genio. Núñez de Arce es un poeta
a3 algunas veces tan Pella, que oculta la esencia de la idea. El verso ne de pensamiento. Conoce la música de su lengua, comprende su siglo y
graba entonces simplemente por el encanto de los sentidos. La carne, aspira a ser su poeta, pero la naturaleza no 12otorgó la fuerza que requiere
corno la poesía,tiene su ritmo, su claridad, y su reposo, y con IU admirable tan ardua tarea. Al leer el “Vértigo” se recuerda él “Corsario” y “Lara”.
30 $IaRTí / EUROPA ESPA,UA

Repárese sólo en el título de uno de sus poemas: “La selva oscura” > bondad de corazón J’ su desprecio por la f c):m;l hnn JJrOdUCidO uncl uiczcla
repetiréis co11 Dante: “Selva salvaggia ed aspra e forte”. encantadura. .4un hablando n los niños, es UI? pw~n noble. .?o obstante
Su poema sobre Lutero, “La visión de fray Martín”, es sin duda la <us Nio<. cs tan fresco cono un brote de prinlavero. Al través de codac
obra en que ha puesto mayor cuidado, fuerza y originalidad. Haciendo SUS dudas se olcnnza a ver lo fe, y detrás de su decaimiento 5~’ Jivi-n la
del fraile la personificación del estado actual del espíritu humano, ha rsperonza. En sus principios, como otros, aspiró a lo Fronde, J. sonó lo
tratado de pintar el alma rebelde que, cual un ni$o que lucha en el poesía antes de hacerlo. Sus ídeas cra11 demasiado expansivas e inquictac
umbral de la vida, golpea rudamente una bóveda poblada de sombras paro ser enwrradas en un molde clásicol pero carecía de fuerza para
queridas, y una vez sobre ruinas, llora por esas sombras que huyen ante crear uno nuevo pnra el pensamier;to humano.
el derrumbe que él mismo ha ocasionado. Marchando hacia adelante y JIoy rl “Cristóbal Colón” de Campoamor eiti casi olvidado. Es UIID
volvíendo a mirar atrás, Núñez de Arce ha deseado en realidad pintar obra pesada en la cual el hkroe, a modo de maestro de escuela, enseña
el estado presente del siglo en Europa, con sus penas y remordimientos. o los marineros la historia de Espaiîa. Lo misma suerte ha corrido cl
Algunas partes de su poema tienen el vago aire monástico y la luz lúgubre “Drama Universal”, en el cual presenta el problema eterno de la rcli,$ón,
de un frío y viejo convento. El aliento de una duda real se respira en pero haciendo hcblar a sus hkroes un lenguaje saturado de duda. I2 un
todo él; pero después de leerlo, el corazón permanece indiferente. No en aquel tiempo, el joven poeta era ya brillante. Rompii el 1 u;o tlr la
hay allí el irresistible “élan”, movimiento interior de las alas, que sigue tradición con gracia indisputab!e, y leía sus atrevidos versos de un3
o la lectura de la obra de un espíritu vigoroso. Núñez de Arce, en auma, manera encantadora. El carácter poético se reveló pronto en In \%ln del
no nos hace pensar, hablar y suspirar en voz alta, y JIOS deja siempre hõmbre que osa dejar vagar SI pensamiento en nuevas esferas, derribando
en la tierra. Cordialmente saludarnos en él al pensador, pero sentimos todos los obstáculos y hollando todas las reglas. Dcxle su estreno, un
que se queda a par nuestro, y no asciende al lugar superior que deben profundo y sincero respeto saludó al autor de los “Pequeños Poemas”.
ocupar los verdaderos poetas. iY qué sonrisas son estos pequeños poemas ! Tienen la fragancia de las
Don Ramón de Campoamor es un poeta alemán nacido en Espaiia. violetas; comunican al alma una dulce tristeza, calientan el corazón y le
Es adorador de la belleza, despreciador de lo vulgar: aristócrata por el hacen amar el bien. Son como cuentos de viejo y aun confesiones de
pensamiento. Sus versos son tan elegantes como su sonrisa: su salón ) solterón, perfumado incienso. Descubren al amable pecador, al caballero
sus manos enguantados. Anciano como es, escribe a manera de abuelo, y díjérasc que al sacerdote. Vense en ellos rasgos de las mujews de
v tiene derecho paro hacerlo. Gtiardn siempre un amable apretón de Tennyson, arranques del escepticismo de Byron, sentencias asaineteadas
manos y un amistoso consejo para todos. Es amado por su Jignidad con la salsa epicúrea de Gautier Y la encantadora libertad de ;\Iusset.
natural, por su amplia y fácil versificación y por la independencia de Muestrau que, como Horacio, el poeta podría dejar su escudo cn poder
sti talento. S u pensamiento se ríe en verso, y no someterá una idea del enemigo, para dolvcr a buscarlo después en lo más recio de lo pelen
espléndide a la tortura de una sílaba. Dice que la fuerza es intermitente. y ofrecerlo lleno de rosas a su amada.
y en efecto, talIto Hércules como Homero dormían. Los versos duro: Algu11os veces la cólera del político centellea en sus versos. Inspilodu
hacen saborear mejor en él los armoniosos. En este siglo de lihertod por este ardor, trazó un cuadro dramático sombrío e injusto, c11 cl “Dies
deben romperse todas las cadenas, aun las del rnetro. Es J~rCciso hablar Irae”. Un llomhre :‘o o tomar venganza de aquellos que, por amor a la
con naturalidad, y tomar los sonidos como re l~roducen en el aile, sin igualdad, asesinaron a su padre y destrozaron el escudo de armas cn
orden, sin preparaci6n y sin rigurosa periodicidad. El encanto viene de la puerta del solar de sus mayores. En su venganza borra todos los
lo inesperado. Bella es la forma, en verdad; pero cuandc está en i’ugna epitafios de !a ciudad de los muertos. iTerrible igualdad! La madre no
con la idea deberia preferirse la idea. El pwsamiento pottico vuela ) pudo encontrar la tumba de su hijo, ni la esposo el lugar donde reposaba
brilla como UKI mariposa. iHabríamos de cortarle las alas para acomo. su marido, ni el hijo la tumba de su padre; y los sacerdotes entonaron cl
darlo en un verso? Núñez de Arce se las cortaría; Campoam+r en ningún “Dies Irae”. Respira esta composición Un espíritu de odio, malsonante
caso. El último juega con estas irregularidades, y en cllns sobresale. Su cn una obra de poesía, pues siempre la poesía debe inspirarse en el amor
32 MARTf / EUROPA ESPABA 33

y el perdón. Así lo comprendió Victor Hugo cuando escribió “Los raleza esencialmente poética. Sus cabellos grises son precoces, sus tristes
Castigos”. ojos y aire indolente no corresponden a su edad. Los errantes trovadores
Campoamor ha escrito también co,nedias, que no son en ningún no son de este siglo ocupado. donde todo el mundo tiene mucho que
sentido obras de teatro, sino teorías filosóficas e ideas personificadas, hacer. Grilo visita todos los salones. llorando ya por la madre, ya por
pero que obtuvieron, sur embargo, buen exito, gracias al encanto de 1s ~1 hijo. Sus lágrimas son fáciles v JU garganta siempre está pronta para
novedad. Fn ellas no se respeta ninguna regla. Son temas atrevidos y exhalar un gemido. Su cuerpo es débil y su acento lleno de emoción.
sorprendentes desarrollados en forma de diálogo, teorías caprichosa- No desea otra cosa sino que lo hagan hablar. Lo- salones de Madrid
mente demostradas en las’ tablas. je lo disputan como si no pudiera haber alegría sin el dolor de Grilo.
Siguiendo su propio estilo melancolice, escribió “doloras”, composi- Para semejante actor, el papel que le toca desempeñar es cosa fácil. El
ciones ligeras, tristes y amargas, que no han vivido. El pueblo prefiere mismo es su teatro. y propios de él son también el andar melancólico,
sus obras benévolas y sus narraciones, páginas de luz encontradas en el aire lúgubre, la voz musical y el conjunto elegíaco. Un vaso de agua
el fondo de corazones que parecen haber s:do analizados por un ver- con azúcar le inspira. Se le oye con el aliento reprimido y se le aplaude
dadero químico, y descritos por un verdadero poeta. Es grato encontrar con calor, pero en cambio se le olvida pronto. Nos parece esto natural
un viejo filósofo en un cora.zón tan juvenil. Y justo, porque los sentimientos tienen su modestia, y la dignidad de
la tristeza es la meditación solitaria. Cuando se le exhibe demasiado, se
Antonio Fernández Grilo es un poeta todavia joven, aunque pasa ya
marchitan y envilecen las flores de su corona.
de los cuarenta. Carece del brillo acerado de Núñez de Arce y de la
encantadora variedad de Campoamor, pero maneja la lengua con mara- Basta ya de los tres principales líricos que hoy tiene España, puesto
villosa soltura. Es un poeta elegíaco; canta todo lo que llora: un niño ‘tue el otro que podía figurar a la par de ellos, don Gustavo Bécquer,
sin madre, una familia sin jefe, una mujer sin amor, un árbol sin hojas, alemán de extracción, no existe ya. El joven Velarde canta las rimas
una tierra sin gloria. S i 1os versos pudieran tener colores, los de Grilo f:on una voz fuerte y melodiosa, enteramente moderna. Cuéntanse además
serían azules y rosados. Suenan como las hojas de un árbol empapadas H Ruiz Aguilera, esperie de Beranger; Selgas, el poeta de las florea;
H
en rocío y sacudidas suavemente por el viento. Se oye el goteo de las Chaves, enamorado de los tiempos de Felipe IV; y una turba de poetas
ramas y los suspiros medio ahogados de las hojas. Mécense sus versos mozos y regocijados. En efecto, es difícil descubrir uno que no sea poeta.
como los delgados tallos del sauce. Hab!a en España el lenguaje de la Entre todos ellos descuella una cabeza blanca, como la encina deapo-
jada de su pompa por el huracán, entre los árboles tiernos. Es la cabeza
naturaleza. Es tal vez el único poeta cuyos lánguidos versos revelan el
de un hombre de pequeña estatura, que en sus verdes años sacudía con
verdadero elemento poético de una tierra donde los granados florecen y
orgullo los rizos de su cabellera de león. Don José Zorilla siempre vive
donde los rios, como el pensamiento en un cerebro indolente, corren
!riste y lloroso. Los arabescos de la Alhambra no exceden en número
soterrados. Grilo se hinca de rodillas en un camino desierto ante el
a los tonos de su lira. Los versos de Grilo brillan como los diamantes
cortejo fímcbre de una aldeana, y sorprende la confesión de una doncella
fabricados en París; los de Zorrilla sólo muestian piedras de las más
llorosa. El pensamiento sigue al amor. Se detiene extssindo ante la
puras aguas. Pueden compararie sus obras a mares chispeantes cuyas
cúpula de una iglesia; su andar es caprichoso e irregular; algunas veces
olas ardientes y lánguidas a la vez, ruedan sobre vastas llanuras. El
se desliza sobre el césped como una serpiente y de repente salra, envuelto
silencio de los jardines, el perfume de las rosas, ia voluptuosidad de una
en medrosa luz. como una figura fantástica. Después de todo, hay más
La religión que canta está muerta noche de amor, las centelleantes espadas de los antiguos caballeros, el
arte que naturaleza en sus fantasias.
inquieto escarceo de un corcel árabe, la velada dama, el rey cruel, el
en él, y ni siquiera recuerda los muertos por quienes llora. Las duLzuras
arriscado plebeyo son todos partes componentes de su poesía. ES también
de la vida tienen para él grande atractivo. Es el poeta de loa salones, de
el poeta de los torrentes y de las montañas. Tiene la riqueza oriental
las jiras y paseos, de los jardines y antecámaras.
El conde de San Luis le sacó de la oscuridad y de aquí su amor a los combinada con la armonía italiana. Su numen es la naturaleza; pero
el pueblo no tiene de ordinario tiempo para mirar la naturaleza.
condes. La atmósfera de lo romántico ha pervertido en Grito una na?u-
34 MARTí / EUROPA

Zorrilla vive. Ezcribe animados rasgos de muertos ilustres y curiosa?


descripciones de tiempo‘ pasados para “El Imparcial”: periódico de vasta
Arculación; pero es considerado como un árbol sin hojas, un castillo
ruinoso, una montafia que se derrumba: el pueblo sabe que ha sido grande.
y le envidian sus arraigadas convicciones, su fe monárquica, religiosa y
caballeresca, y su pasado poder. Habla con altivez a un público que no
le. escucha. Es un gladiador que clama al cielo en un circo desierto.

j’he Sun Nueva York. 2h de noviembre de 1880

ESPAÑA

Teatro
BELLA LITERATURA

Echegaray, Zapata, Blmco, Herranz.-Drantcrr nuevos


Sin discusión alguna, en Madrid se vive estrecha vida científica. !
abundante y buena vida literaria. Son en esto, sin dada, parte principal,
las condiciones imaginativas y el cielo todavía azul de los españoles, no
muy asimilables ciertamente a las graves especulaciones alemanas en que.
a despecho de la originalidad, mas con trabajo y ampliación notables.
ocupó su inteligencia Sanz del Río, y la ocupan hoy Patricio Azcárate.
Macías, Francisco Giner y el lógico, el honrado, el vigoroso Salmerón.
Ellos alemanizan el espíritu; ellos explican a un pueblo de imaginación
generalizadora abstractas durezas de inteligencia positiva: ellos krausifican
el derecho; pero ellos son espíritus severos, limpios. claros, e hijos en
verdad legítimos de la grave madre ciencia.
De cosas más ligeras he de hablar en la Revista hoy. De los alegres
e inteligentes teatros de Madrid, de sus estrenos clásicos, de sus noticias
últimas, de algún ingenio cierto que en lo independiente y lo rebelde
tiene ya una garantía de valor y de importancia verdaderos.
Marcos Zapata. El ha hecho “La Capilla de Lanuza”, “El Castillo de
Simancas”, algo mÁs y anterior que se ha representado sin su nombre.
y un rnys ha “La Corona de Abrojos”. Ha hecho, que es más que ha
escrito. Ha imaginado, ha brotado, ha creado: esto es hacer.
Zapata vive en una ípoca de estrecheces, en un circulo medido, en
un pueblo enteco: la atmósfera lo’ agobia y lo comprime: en una época
más amplia, su estro altivo y vigoroso no habría producido dramas de
un sentimentalismo convencional, acciones de una trama fija, hijos
mediocres de una vida mediocre también. Su brío fiero habría dado al
teatro español héroes y tragedias.
El no sabe todavía medir escenas, preparar actos, fingir estas peque.
iieces teatrales que llaman conocimiento de In escena y resortes. El n0
sabe más que informar un tipo alto, preparar por camino cierto o
iriverosímil una situación briosa, hablar desde esta altura, y rolocar laY
10 MARTi / EUROPA
ESPAÑA 41
escenas en que hace esto, en un cuadro desigual, desaliñado, frío, lírica.
Zapata hace movene en una esfera más amplia de afectos que 3~3
mente bello, dramáticamente reprochable. El sabe hablar como héroe;
protagonistas anteriores al príncipe Carlos 1.0 hace enamorado, soñador,
pero no sabe todavía esta obra lastimante. y dolorosa de comedificar un
caballeresco, altivo en lo de valor, osado en lo de amores, imaginativo y
nito espíritu. sensualista. Pero esta bien creada figura se desenvuelve en una atmósfera
Allá fueron en tropel sobre “El Castillo de Simancas” estas cualidades extraña a ella: su vigor y su unidad contrastan con el conjunto no
v defectos: allá arrobaron y enfriaron a la par al público del corral simultáneo, ni ardiente, ni uniforme de la acción y personajes entre que
clásico del Príncipe: allá se dio con él, el no vistG suceso de interrumpir el carácter del principe se mueve. Zapata concibió la acción del drama,
el curso de la acción para que Vico. el buen actor, repitiera la3 no y viendo el drama se entiende; pero se ve también que no dio forma real
olvidadas quintiilas con que describe la batalla de Villalar. Y allí el justo a lo que la mente preparó.
entusiasmo, de cuando el cantor de los comuneros dice que Ea pues, en suma, “La Corona de Abrojos” tin carácter noblemente
sentido, bravamente hecho, a las veceo lánguido, pero unas veces bello
ial tronar la artilleria
y seductor, en medio de una acción no despejada, trabajosa, confusa,
la tierra se estremecía
lenta. donde en ocasiones la languidez fatiga, y en otras, en otras muchas,
y el espacio retembkba!
el espíritu del auditorio se levanta con aquellos raptos briosos, con
aquellos golpes de luz, con aquellas irrupciones de bermosísimos versos
iY dice tan dulces versos la ideal Isabel, la amada del comunero
en que lo frío 3e olvida. y el heioísmo se contagia, y el público es justo.
Maldonado! iY tiene tanto de heroico la venganza de la viuda de
y el poeta es grande.
Padilla! indudablemente, Zapata sabe cómo las grandes cosas suceden en
Esto es Zapata, cuando le place incorrecto; cuando lo quiere, y
loa grande3 corazones.
facilísimamente, galán y castizo. El n~ es autor dramático, él habrá de
Dándome a recuerdos, me olvido de hoy. torturarse para serlo: pero cuatÍdo él derive de su carácter--en escribir
poco lento, en todo poco sujeto y fijo,-la atención y cuidado especiales
II
que un plan dramático-ya que vivimos en estrechos tiempos de drama-
requiere, él será autor de dramas, y yo me doleré, porque para mí el
“La Corona de Abrojos” no ha aííadido nada al concepto justo que drama es un hijo medio del talento, y yo amo en el teairo a Hamlet y a
.Madrid había formado de él. El hace perlas cuando habla de amores. Segismundo, y amo a Demos, y amaría a Fausto‘ {hijos universaleo p
y valentías cuando habla en su héroe. El se ha forjado un espíritu mayores de la eterna y común Madre Poesía!
patriótico, caballeresco, fiero, patriótico sobre todo, y en esta concepción
se encarnan, y en su esencia 7 hasta en su información muy claramente III
se asemejan el Lanuza decapitado en “La Capilla”, el Maldonado deca.
pitado en “El Castillo de Simancaa”, y menos que estos dos, pero vivo
Allá en Pascuas se dieron, como suelen en días semejantes darse
en este tipo todavía, su último don Carlos de Viana, héroe desventurado. oiempre en Madrid, a obras de esparcimiento y alegría destinadas a durar
y quizás por Zapata bien hallado, de su “Corona de Abrojos”. sobre el teatro lo que la3 risas duran por lo común en 1~s labio3 de los
¿A qué decir la acción del drama nuevo? iQue no hay una acción hombres. Nadie sea, pues. severo en juzgar esta vez a Eusebio Blasco.
esencialmente dramática en loa dolores de cada noble alma? Ello en esa hija ligera de sus gracias, su comedia “Jugar al Escondite”,
monótono será, pero es alta y viva acción. Ni hay quien desconozca la acogida a la benévola sombra de las Pascuas: en ésta como en otra3
repugnante opresión, que en mal hora ha querido justificar Núña de veces salvadoras de Ias siempre fáciles y no muchas veces bien pensada3
Arce en “El Haz de Leña”, con que Felipe II torturó y acabó la vida del comedias de Blasco. Se da a lo francés. y anda como por casa propia en
generoso y no bien conocido príncipe hijo suyo, para la historia nebuloso. el manejo de efectos escénicos y finales de actos; pero algo más que
Carlos de Viana. esto suele pedirle con justicia el público inteligente de Madrid.
42 MARTÍ / EUROPA FSPANA 43

Tambii-1, por Pascuas holgaron público y actores con la parodis Lorena” ec Juana de Arco que va rápida. tranquila, sobrado sencillsmentt.
ocurrer:tl-iru de “La E~pn5a del Vengador”, de Echegaray. Con el de la envidiosa corte del Delfín a la hogera que le alzaron los inglec>
nnmbre de “La j’iuda del Zu:rador”, se dio a las tablas, y llena en 1~3 v n amor silencioso !. purísimc de quien la quiso como a ángel. la envidls
parodia cuanto el dwente buen humor y la sátira útil e inofensiva Ir del consejero del D e lf’m t rocada iuegu en re>petuoso y vivo amor, tc
piden. Tiene el drama de Echegaray irregularidades y defectos: ciego‘ resbalan, que no la forman, por sobre la frágil trama de los tres actnr
cor milagro, esparcimientos zoológicos, inusitados viajes, pero tiene esa líricos de Herranz. Como actos líricos, son buenos. Sin Elisa Boldun.
confusión de inteligencia que revela entendimiento grande, trozos tejidos ou é.xito hubiera tenido de frío cuanto con ella ha tenido para el laboriosv
con aquella habla dilina con que arrobaba y encanta Calderón, tiene e inteligente Herranz de caluroso y viLo. IJo es la del poeta javen <ir
wnidos vigorosos de un buen templado corazón. y acción suya, y rena. Madrid la Juana de Arco cierta, pero en la figura plácida que su irnazi-
:imiento de los caballeros de Lope en Carlos de Quirós, y esa nebulosidad nación tranquila p suavemente lírica le hrt prestado, el talrnto de Elisa
y eqas alturas en que se sienten bien -y fuera de ellos no se sienten--los Roldun ha hallado una figura luminosa que el público se ha acostumbrado
espíritus que de lo hondo y limitado de la tierra ascienden por extraña a amar, por la dulzura del poeta, por el p-erfumc,-y para mí hap pgcab
fwrza propia a esferas de presentimiento y de creación. Echegaray se cosas que a este punto I!eguen,-con que la ha embe!lecido el penetranr-
alzó de lo común. A 1a vez cuidadoso y olvidadizo en el estilo, a Ia> v encantador talento de Elisa Boldun.
veces duro en recursos y casi siempre raro e incorrecto en ellos; hay cn Algo parecido hizo ella con la Ofelia del ‘*Ham!ct” de Coello. Rsfaga
la “E-;posa del Vengador” acción nueva, ideas que yo me llamo posterrena-. de Shakespeare, que ha vivido, porque Coello es pceta, y porque del genio
sucesos en el ultima acto tan adrni~al,le!nentc precisados, agravados. iI,glés hasta las ráfagas alumbran, y encienden y vivifican como soies.
descncadcnndos, recogidos, que bien compensan la ceguera milagrosa del
primerc, y las no bien explicadas situaciones y: en puntos determinados.
V
no neceb>arias relaciones del segundo. Seiíá!anse en él graves defectos;
pvro al lado de extraordinarias condiciones, los de sesundo orden no
pueden cf:r ~gravt5 nunca. Cuando el Sguila extiende sus alas, se alza Esto me hace pensar en “Romeo y Julieta”. De ella van a poner cn
en >i misma. se alza 2 lo alto, desgarra con sus pies la superficie de la escena un arreglo dos jóvenes de Madrid. Hacen mal. Po&5 el arre@
;;erra. Xguila P+ un espíritu noble: vuela como ella una inteligencia ser bello, pero esta será la belleza de Shakespeare empw1u&cida. ì
:!riiientc y sofiadora: sean, pues, entendidos y apreciados los defectos del Shakespeare no se arregla: se siente y se ama.
dranla de Echegaray. Tambihn Fernindez y González prepara. en lógica cücwión a si:
“Rodrigo de Vivar” refundido, un nuevo drsma histórico que ha de
IV liamarse “La hIuerte de Cisneros”. Sea su mErito tanto como 13 fccundidaJ
exagerada que ha amenguado cl valer de su autor.
llubo fiesta luego el día de <Tracia
r de Elisa Boldun,--fiesta para el El Circo halló motivos de censura en “‘Sota, Caballo y Rey”. L+
Zr!:;, p;~a mí que he ceííido el alma a la ternura de su talento tantas halla también e:? una d¿bil traducció? frawe-3 que se llan,ó “Torbe;iino:;“.
YNPS. para cuantos en aquel día sintieron cómo sabe ella mover heroica. y algún motivo hay para ejercerIa--por lo mismo que su irlt~~li~~nr.~ dutor
mente 511s brazos delicados. hacer luz en la modestia de su frente. pwde esquivarla-contra la precipitada manera ~311 que cl seilo~ 3Ia:-
CG!11110\ cl- y dtlminar con la dulzura y sentimiento exquisito de SU VW quita ha terminadn lo que empieza cc;mo pJ:rna IíriX delicad,; y .ti
in:,lr i<!lll!e. En Elisa Boldun, todo es he!lo5 el espíritu amable, el talento lla;;la “El ?iieto del Ciego”.
dotil. ! tan inteligente en todo que hasta la \<IZ es en ella inteligente. Xarqi!ina 5abe hacer versos valientes. ?,Iarquina ha tenido un ~ìl;r~q.
lIiz0 una vez más “La Virgen de la Lorena”. Aquí Herranz hizo dizaje iargo, d;lro: aflictivo, en 5uma. laberioso. No es. p.ies. extra52
yer+os y clla cariicter; Herranz ideas, y e:la hcroina. y-Herranz lo dice- la mperanza de que 61 ha de ha!lar días felices en ics teatros ~l&os .de
él wsdro, y ella viva y real y hermosa figura. “La Virgen de la la buena literatura dramática española.
YARTf / EUROrA

VI

Acabe aquí esta crónica enojosa. Imite el movimiento que ella revela,
la exuberante inteligencia mexicana. Amese, y dése pasto propio, y propio
empleo, y piénsese cuánto distraen, cuánto utilizan, cuánto mejoran, la
actividad y el entusiasmo patrioliterarios.

JOSÉ MARTf

Rrcistu Universal. México, 13 de mana & 1875

TEATRO

El Circo y el Príncipe.--Matilde y Teodora.-Calvo y la BoMun.-


Variedades y Luján.-“La Muerte de Cisneros”.-“Romeo y Julieta”
El Principe y el Circo tuvieron con un ingenm español y la sombra
de un genio de todos los hombres, noche de novedades y de estreno. No
hay nada tan animado, tan lleno de color, tan característico, tar. vivo.
tan simpático como una noche de estreno en alguno de los teatros clásicos
de Madrid. Nadie hay desconocido ni vulgar en aquellas fiestas del
talento: la envidia bate palmas con dos manos sonoras que desgarran
luego lo mismo que rr$auden, en el agitarse y el mover de los pasillos;
no hay labios sin juicio, ni saludos sin comentarios, ni belleza que no
afeen, ni mujer que no parezca hermosa en aquel bellisimo patio de
butacas donde parece que una mano inteligente ha regado con profusión
flores pintorescas, agitadas, sonrientes y vivas. Todos !ns colores se
confunden, como todos los juicios se combaten. Silencio profundísimo
reina en tanto que el drama nuevo se hace oír: si el drama se hizo para
Vico , iqué autor descuida poner en boca del personaje una tirada de
sonoros versos, que Vico, el grave, sabe decir y hacer gustar tan bien?
Y si se hiro un papel para Burón, después que Burón hizo su fraile.
,:quién habrá que no ponga en sus labios una frase energica de esas que
él dice con el corazón y con los labios y con su cuello altivo y con todo
SU cuerpo? No hay drama sin un papel) para Parreño, ni comedia sin
un gracioso para Mariano Fernández ni, si el autor escribe para el Circo,
icómo ha de perdonarse el indiscreto un dialogo de amor para Rafael
Calvo y Elisa Boldun? iDicen ellos tan bien equellas cosas de cielo y
de estreilas, y de amoríos y de flores -! Y hay siempre una palabra que
arrastre el verso, de modo que Calvo diga eso que todos dicen y nadie
dice tan bien como él: i cómo aplaude aquel público galano cuando aquella
garganta se pliega y se recoge para decir quedo, muy quedo, suave, muy
suave: amada mia! iY los versos del Tenorio? El público de Madrid
los ha oído mil veces, y otras mil veces volvería a oírseIos a Calvo y la
Boldun.
48 MARTf / EUROPA ESPANa 49

Y ia qué hablar de Matilde y de Teodora? iQuién no siente deseos &ierun campo de lucha del simpático teatrillo de Variedades: buscáronse
de abrazar a aquella wujer de sesenta años cuando pone en una frase suya sutore-: allá fue sie:?lpre Valles, enamorado original o marido calavera;
la dignidad, el pensamiento, la ternura que a las veces ni el poeta imaginó:’ Ruesga. galanuelo joven lleno de pretensiones y movimiento de rodillas:
La cosa más necia es bella en los labios de Matilde Diez. Su voz es ya Riquelme. joven o virlo, intencionado y socarrón, o soldado de caballería
desapacible: nada encubre ya las arrugas de su rostro; aquel cuerpo v que B fe que fuma a maravilla los cigarros que arranca con donaire a la
aquella garganta anuncian que se van; pero allí donde ella vaya, donde zaharetia y malhumorada patrona. Y en verdad que nada hace reír como
nadie hubiese de ella noticia anterior, donde el auditorio se sintiese herido zqueliss miradas de Luján, aquel swto perenne. aquel constante sobresalto.
por aquella voz insegura que hiere la primera vez, cuando Matilde ame aquel hablar tan asustadizo y tan cómico a que hacen coro interminable
ee amará con ella, cuando Matilde se indigne, se indignarán con ella: y ias carcajadas y el público solaz. ;Quién deletrea una carta como el
cuando la anciana Uore, no habrá lágrimas tan rebeldes que se le nieguen, regordete carpintero? iQuién almuerza con tanto gracejo como Luján
ni corazón que no se sienta conmovido. Allí hay más que una actriz: allí en “Bruno el tejedor”?--iN’ 1 quién sacude escobazos con tanto brío en
palpita perpetuamente enamorada y juvenil un alma inextinguible de !as espaldas de los héroes del típico memorialista? Nadie se pone tan
ridículas casacas, ni desentierra sombreros tan extraños, ni tuvo del cielo
mujer.
Teodora, la alta actriz. Si el teatro español.tuviera tragedias, Teodora manos colganderas, ni cara más redonda, ni espalda más mal hecha para
la levita, ni mejor modelada para los trajes de burla y de reír. A fe que
hubiera sido una perfecta actriz trágica. iQué bien sabe ella vestirse el
00 ranPa nunca aquel inteligente carpintero.
vestido negro, mover el cuello vengativo de María de Padilla, decir los
versos de Corneille en Adriana Lecouvreur! Ella tiene manos delicadas
que se retuercen con dolor, brazos que hienden el aire, ojos que SC II
encienden en ira, unos ojos ardientes y negros que una vez mirados no
6e pueden odiar ni olvidar. Y cuando Marcos Zapata pinta tan vigorosa- Dado a otros días, con este incansable hablar con que se saludan en
mente como él sabe pintar, la tormenta que ruge en el alma de la mísera ti alma los recuerdos, olvidábame yo de mis intentos de reseñar los drama9
María, cómo sabe Teodora decir lo que escribió Zapata, y temblar y hacer de Madrid. No enarbolando disciplinas, que no tiene para esto presunción
temblar, y sujetar al público a su mano cerrada y comprimida, y quiere ni valor. ni está así en la naturaleza del que escribe ahora, sino modes-
en todo un instrumento de su venganza, y matar al asesino de su amado. tamente reseñando !o que agita y preocupa aquella liza inteligente, harto
pobre en verdad los años filtimos, pero viva al menos en deseo de literario
“Y removeí y exterminar la tierra” esparcimiento y bien obrar. En situación vacilante, en sociedades por
pequeñas miserias combatidas, ahóganse sin luz y sin atmósfera 103
Y luego iqué sabrosa vi!laca en ia inolvidable “Villana de Valkas”!- ingenios altivos y seguros, viven sólo y prosperan con aplausos los
Tirso quiso lo que Teodora hace: bien disculpa la vendedora del villorrio medianos talentos que se ajustan a la estrechez y a la medianía del
las pasiones que sabe encender,-Madrid de noche es be!lo, ya palpite rebajado espacio en que se mueven. Cu!po yo a la atmósfera madrileña
de amores la escena donde pisa la Boldun. ya se halaguen los oídos de la pobreza del teatro de Madrid, como a las impurezas de la Francia
donde diga versos Vico, ya no haya fin a la rija con Mariano Fernández su mísera literatura intoxicada. No hay drama allí sin miserables y sin
ni con aquel raro y chistosisimo Luján.-Era Luján siete años hace adúlteros: muévense en atmósfera de pequeñeces los dramas y los ingenio+
vendedor de cucharillas y carpintero mediano; comenzó por representar de Madrid.
al aire libre o entre los candiles de un café miserable milagros y No es ciertamente Fernández y González cuanto pudo ser. Ha vertido
misterios; hubo la gente de reír con aquel mover de ojos redondos en impensadas obras inventiva y fecundidad inagotables, y tiene imagi-
indescribible de Luján; dio en hac&r piececillas y dieron en aplaudírselas nacitn tan poderosa que ni sus novelas han maleado su abierta inteligencia.
todas; uniéronse en empresa laboriosa unas cuantas cabezas dislocadas; ni agotado en sus manos los recursos del arte y de la escena: ni alejado
so MARTí / EUROPA ESPASA

de su corazón energía y vigor de sentimiento. Tan fecundo novelista ella, pero con perjuicio para el drama. resulta la figura principal del
debia ser un excelente dramaturgo: verdad es que no brilla Fernández cardenal Jiménez de Cisneros.
por lo castizo en el hablar, ni por lo correcto en las memorias, ni por Y como condiciones accesorias. defecto y belleza a la vez de todo-
lo escrupuloso en inventar y en hacer cronica; pero él es dueño de un los dramas modernos españoles, lirismo y bellos versos, que a las veces
talento vasto, él sería castizo si diera en serlo, él se escapa de sí mismo levantan en boca de Vico, Calvo: Burón y la Boldun, y a las veces
en versos bellos, y él llamó justamente la atención de Madrid con au contrastan y caen enfrente de la srtuación práctica y real. iQué autor
drama “Rodrigo de Vivar”. ha de escribir para el teatro del Circo sin diálogos de dulcísimos amorcu
entre Calvo y la Boldun?
Yo no amo el drama: YO no gusto de estos tipos inciertos, pequeños
para héroes, imposibles para hombres, con declamación lírica y vana,
III
nunca objeto de situaciones reales, o falseados e imposibles dentro de
ellas. Se copia como Moratín o se inventa como Sófocles y Esquilo. Pero
dramas quiere el empequeñecimiento y gusto de la época: a ellos ha dado Y me trae este recuerdo a mi ánimo de hablar ligeramente, sobre el
culto el incansable novelista español. arreglo que han llevado al Circo dos poetas noveles, dr aquel combate dr
amor y de familias que han dejado como tipos imperecederos y reales 3
No es “La Muerte de Cisneros” aquella acción animada, compacta )
Julieta y a Romeo. Quisiera yo decir hoy de esto lo que sobre arreglo>
uniforme en que se agita el histórico Rodrigo de Vivar: todavía en un
de Shakespeare tiempo ha que pienso y juzgo; pero no hay delito más
drama bello cuando es en todas sus partes vivo, lógico y análogo.
imperdonable que el delito de cansar, y no ha de querer cometerlo quien
Preocupa a los autores españoles, y ha preocupado esto siempre a todos
tanto ha menester de la indulgencia y la bondad de todos.
los autores de teatro, un número de situaciones y de frases que destaquen
i\cabo, pues, aquí pidiendo perdón por mis intentos de terminar la
!a figura de su personaje principal: seduce siempre el héroe, y encaríñase
comenzada crónica. Mas ino he de preguntarme antes de concluir si cabe
con su héroe el escritor, y afanosamente busca cuanto lo embellezca y
empequeñecimiento para la cumbre de los soles, y arreglo para los
lo realce, sin imaginar que la obra escénica es obra de comparación y
gigantescos ánimos de Shakespeare?
de artificio, y que la vida ha de ser en ella palpitante y general para que
haya en los espectadores robusta y buena vida.
JOSÉ MARTí
He ahí el resumen y el defecto del drama de Fernández y González.
Como el “Don Carlos” de Zapata, el “Cardenal” del novelista, vigoroso, /tetista Unitiersal. MGxico, 16 de abril de 1875
indomable, valiente, rompe con sus altezas el consorcio que entre el
personaje principal y la acción imponen rudamente las buenas leyes
dramáticas. No es esto en manera alguna decir que no debe en la obra
escénica haber nunca personaje principal: sin él, la escena es frívola y
es débil, pero lo grande no debe moverse sino en medio de un conjunto
de severidad y de grandeza.
Tiene siempre el Cisneros de este drama aquellas graves miradas que
tuvo el Cisneros real puestas en los días venideros de la patria, aquella
rudeza de intención, aquella limpieza de deber, el celo aquel por que en
sus manos no quebrasen las que tomó de su ilustre antecesora vigorosas
y fuertes riendas de gobierno. Pero no es hermana de este carácter altivo y
bien dibujado la trama en que el poeta lo coloca. Amor frío, interés
escaso, acción débil; he aquí el cuadro en que, con bien seguro para
TEATRO PRINCIPAL

“El tío Martín o la honradez”.--&1 señor Guerra.--La señora Rodrigutz-


La setka Murior
Tiene la literatura dramática dos clases de obras completamente
distintas, desenvueltas cada una en forma, accidentes, lenguaje y estructura
especiales. Dirígense unas obras al solaz y regocijo de la mente: otrac
a levantar emociones con la lucha de los afectos más vivos del corazón.
Y cada uno de estos géneros habla a un público especial. No gusta
:m sano espíritu literario de esas escenas rudas que hacen en el sentimiento
v la memoria vivisima impresión: placen más, en cambio, estas escenai:
ai público puro y sencillo que tiene menos debilitadas las fuerzas de EU
espíritu, y no ha vivido en esa atmósfera terrible donde todo genrrr,~~~
sentimiento llega a parecer monótono y vulgar.
A esta clase de obras de sentimientos pertenece “El tío Martín”.--
;Cuál de los dos géneros presta servicios más útiles? El que excita
estas emociones, sin disputa : el que manejan bien los talentos medio>.
Jueiíos de un honrado corazón; el que fija en el ánimo de una multitud
los caracteres abultados con que estas obras de gruesa estructura le
presentan sus héroes bruscos y sencillos, como a espectadores de existencia
humiide y poro agitada están mejor y convienen.
Tienen las inteligencias exquisitas refinamientos esenciales, fenómeno+
de una naturaleza eminentemente personal que impresionan a los que
viven en esta misma esfera de sentimientos heridos, inconformes o
agotados, y ante el público numeroso y común se mantienen sólo por la
helleza irresistible de la forma o las bellezas de la obra que aún están
a su juicio y alcance.
Estas obras responden a necesidades y pensamientos de un reducido
número del público: no imprimen dirección; no crean caracteres reales:
hijas de inteligencias extraordinarias o enfermizas, forjan tipos bellos j
poéticos; pero no quedan en el ánimo del público sino como una impresión
vaga y tenue de belleza general.- Nosotros gustamos más de esta literatura
Impopular en cierto modo; pero no rechazamos, antes creemos firmemente
en la conveniencia de esta otra literatura teatral de forma descuidada.
pero cierta; de caracteres vivos y apreciables en el mundo práctico, de
56 ESPAgA 57
MARTf / EUROPA

vilezas que levantan la ira, de amores que despiertan la estrecha entre sus brazos trémulos, que seca con sus labios las lágrimas
la ternura, de
sacrificios que excitan la generosidad, de tipos, en fin, que concretan la de la madre honrada e infeliz!
atencibn eminentemente realista del público que por los trabajo3 p Es ya el acto tercero: sentado el buen tio Martin en el suelo al frente
wnciliew de su vida, no puede estimar en su verdad tristísima los aje la fonda, viene allí su mujer, siéntase a su lado, reconviénele con tierno
desfaliecimientos dolorosos, y las idealidades inconforyes de los que y sencillo amor, y saca de la pobre cesta la comida parca y !impia del
anidan en el corazón sentimientos sobradamente ejercitado3 J exquisitos. valiente viejo. -Y a tiempo que repone el anciano sus abatidas fuerzas,
Abunda “El tío Martin” a tiempo que se duele la mujer de aquella triste vida,-“ite acuerdas,
en situaciones forzadas e inverosímiles:
dice el tío Martín, de cuando fuimos pobres otra vez? Como ahora, lo
:fgrrardan en el primer acto UQOS buenos y acomodados padres del Havre
mismo que ahora, tú. eras pobre y trabajabas, yo cargaba y era mozo de
a un hijo suyo en mal hora enviado a terminar sus estudios de leyes a
cordel; comíamos en el suelo: hablábamos de nuestro trabajo de todos
la Escuela de París. En el hogar lo espera con sus padres una bella J
los días, de nuestras esperanzas, de ti, mujercita mía, de la casa que
amante criatura, ahijada de los dos honrado3 viejos: viene el hijo: ha
habíamos de formar...”
tomado en París a préstamo 50,000 francos para vivir aquella existencia
-iY de nuestro hijo. de nuestro hijo que no está aqui ahora!-Y
precipitada y turbulenta: sábelo el viejo honrado; ignóralo la madre:
dijo esto la madre con lágrimas y con sollozos.
envía el tío Martín al hijo infeliz a una expedición a Australia, J vende
-iSí, si, mujercita mia: pero no llores, no, no... mira... él volverá...
aquella noble casa en que toda honradez tuvo su asiento, y toda abnegación
61 vendrá... él es bueno... vamos... vamos... si no, me enfado... vamos...
se llevó a cabo.
vamos... no, mujercita mia... no... no... no llores!
El tío Martin ha sido mozo de cordel, y merced a su industria ocupaba
Esto no es nada: aquí nada se dice;. y-sin embargo-aquí se dice
k-a una hoigada posición: partido el hijo, pagado el crédito, idas por el
todo.
error del que navega rumbo a Australia, la felicidad y la riqueza de BU
Guerra extendía los brazos, ios levantaba temblando, rodeaba con elloe
hogar, vuelve el tío Martín a su oficio de mancebo de cuerda, vuelve la
21 cuello de su esposa; parecía que con sus palabras la besaba.-Aquel
esposa Luciana a sentarse en tierra a su lado ante la fonda del puerto,
instante hermoso fue bien amado y bien sentido.
y a extender en paño blanco y modesto su almuerzo pobrísimo; vuelven
El señor Guerra tiene una escuela propia; la naturalidad es en ella
a llorar todos los días por el hijo amado y partido: y cuando el padre
base difícil y esencial: ino perjudica ésta en algunos instantes al señor
pasa cargando un bulto, el hijo desembarcado en aquel instante del buque
Guerra? Notablemente vencido fue el muy difícil y agitado final del
de Australia lo ve pasar: su madre lo abraza, el padre viene, el hijo recibe
segundo acto: en él se vio a un perfecto actor, y nosotros lo aplaudimos
premio porque fue honrado y valiente, un usurero miserable es abando-
con entusiasmo y con placer.
nado por su mujer que lleva consigo toda su riquezarvil, se casa el hijo
Pero ino hubiera sido deseable alguna más pasión? ¿No pareció un
regenerado con la doncella virtuosa, y la paz y la riqueza viven de nuevo
tanto fría la escena en que el tío Martín sabe de labios del usurero la
en todos, sin que la madre sepa nunca-delicadeza exquisita del autor-
ruina que sobre su casa atrae su hijo ? Verdad que esta tibieza, no hija
que fue su hijo quien causó un día la ruina y la miseria de su cara.
Padre honrado: madre santa: hijo regenerado: un amigo noble y loco de un defecto, sino de la apreciación del sistema del señor Guerra, fue
que hemos olvidado en el resumen: en nuestro concepto bien redimida con la revelación angustiosa con el
un tipo vulgar y bien apuntado de
grito del corazón, con la emoción verdadera y honda que en los ánimos
usurero común: he aquí aun en conjunto más estrecho lo que es y lo que
dejó la conclusión del acto segundo. iY qué bella relación la de la manera
ha de hacer sentir en escena “El tío Martín”.
con que hizo su fortuna! Allí es el hombre feliz que habla, satisfecha y
Una parte numerosa del público se identifica con esta clase de escenas:
rudamente, de honradas cosas que le regocijan: habla en VOZ baja Y
la familia pobre habla muchos días en la semana de la comedia que el
precipitada; amontona las palabras de un modo natural, extraño y nuevo:
domingo vio:-recuérdanse en la mesa y en la tertulia los rasgos culmi-
el público que asistió el domingo al Principal, era sin duda inteligente;
nantes de cada carácter:-iquién olvida a aquel buen viejo que llena la
supo entender bien y aplaudir esto.
frente de su esposa de beso3 consoladores y precipitados, que la atrae y
58 MARTí /’ EUROPA

Y aquí quisiéramos hablar de muchas cosas; pero es la hora en qw


pclsan por el frente de la redacción parvadas de beldades encantadora&
que trastornan por entero nuestro juicio.-Otro día nos ocuparemos m&
t!el sefior Guerra:
-;Quién va en ese coche?

Reursta Universal. México, junio 8 de 1875

‘I’EA’I’RO PKIKIPAI>
Fácil y agradable comedia nos ofreció el martes con “La corte de
los milagros” la compañía del señor Guerra: en ella derramó Picón aquel
incisivo talento cómico y versificación suave y fluida que daban a su viva
imagiuación tan especial y nuevo carácter.
Escribía el poeta loco con gracia a la verdad difícilmente imitable, y
es de ello buena prueba la comedia que oímos antenoche. Si a la par
que gracia y fluidez, le pidiéramos verosimilitud en el argumento, verdad
en todos los caracteres, posibilidad en algunos de los medios que ayudan
al desenlace o a la trama, bien pudiera ser que no resultara entonces la
comedia tan perfecta como en su versificación y conocida intención moral
fácilmente aparece.
¿Es acaso tipo real la mujer cubana que la comedia nos presenta?
Así son los peruanos y chilenos del teatro francés, y así todos los
personajes americanos que los ingenios cómicos europeos llevan con
sobrada frecuencia a sus teatros, acostumbrados ya a imaginar que no
hay mujer americana sin hamaca, ni hombre del Nuevo Continente sin
sendos balandranes de holanda, y tendidos y anchos sombreros de jipijapa
0 panamá.
i’Jo necesitaba, sin embargo, acudir el ingenioso Picón a personaje
tan poco real y tan usado: pero hubo menester disfrazar el tipo, cierto
allá por IMadrid, que en la comedia dibujaba, y no halló mejor manera
para ello que traer a su personaje de lejanas y extrañas tierras y conser-
var-por un rasgo que a fe es de mal gusto-una terminación de naciona-
lidad que tuviese las letras últimas de la de su beroina verdadera. Como el
tipo de Mendoza copia el de un hombre a la par miserable y misteriosa-
mente célebre en los tiempos del último rey Francisco de España, esa
“China” Belén retrata a una mujer no bella ni desairada, que de las tierras
poéticas de Roma vino a Madrid, y acompañó en él largo tiempo al
misterioso compañero de Francisco.
Acusábamos hace un instante de inverosimilitud algunos pasajes de la
comedia, por más que de manera tan estricta haya copiado ciertos detalles
62 MARTí / EUROPA ESPASA 63

de sus modelos naturales. Y no es porque nosotros exijamos a los tipos examen incisivo y mordaz; aquel Rivera que a todos hace bien, y que de
cómicos verdad completa: conocemos la vida real, y entendemos que no todos menos de sí mismo estima y cura.
es cosa fácil ni prudente Ilev-arla con todas sus monotonías y todas sus Nadie mejor que él mismo se retrata.
regularidades a la escena. Pero si bien no pedimos verdad rigurosa en
todos los detal!es de un carácter: sí pedimos que todo carácter presentado No pagar es mi destino:
en escena sea posible, porque de otra manera no seduce el sentido Mi vida es wna comedia,
eminentemente realista de nuestro público y de nuestra época. En el Y si Dios no lo remedia,
drama, si no envuelve acción probable en lo humano, iqué enseñanza ha Me muero en San Bernardino.
de quedar en la mente para acción que nunca ha de venir’? En la comedia
si no se satiriza un tipo real , iqui. utiiidad ha de prestar la sátira, si en He aquí una de esas alusiones sobrado locales para que el público
ella nadie ha de verse comprendido? mexicano ‘las aprecie y entienda: San Bernardino es en Madrid triste
Y tienen otro inconveniente para la escena mexicana obras como Ia y último refugio de los pobres.
que el martes nos dio el P~incipai, sin que esto sea en manera alguna una Tiene “La corte de los milagros” apreciaciones tanto más injustas
reconvención: ni una observación siquiera, al señor Guerra: es este mal cuanto que no pecan de conocedore- s de nuestras tierras los que por los
de raíz más honda que él probablemente no podría con toda su buena del autor de “La corte” se dedican al teatro. Gente hay por allá que da
voluntad remediar. Escríbense esa clase de obras con unos caracteres err cartas para Lima a los que vienen a la Habana, y no falta quien cn
Nlexico desconocidos, para una sociedad distinta de la nuestra, con un París pregunte si en México hay teatros y coches. Frecuente es dar con
lenguaje propio de aquellas necesidades y aquella vida que en tantos quien quiere venir a Cuba en diligencia: hermana de estas preguntas
puntos difiere de la vida mexicana, sin que en México se pueda apreciar es la injusta apreciación siguiente:
por tanto el valor cómico de las obras de este género que se nos presentan.
sin que sus enseñanzas puedan sernos en su mayor parte provechosas. Y son las costumbres públicas
sin que sus especiales giros de lenguaje particular y moderno puedan ser En esos pueblos tan bajas,
comprendidos por la más numerosa parte dei público, sin que la gustemos. Que inundaron de barajas
en fin, en todo SU sabor más que una porción escasa de la concurrencia. Casi todas las Repúblicas.
familiarizada por los devaneos literarios con las costumbres y existencia
distinta de los países cuyo teatro, vida actual y costumbres conocemos. Versos fáciles y dignos de Bretón: pero sobrado escasos de verdad
Es esta dificultad gravísima, en la que debieran pensar los fértiles talentos y juicio merecido. No somos ciertamente en AmErica criaturas confor-
mexicanos que con imperdonable apatía esquivan la creación de un madas en el molde de toda virtud; pero no es por eso verdadera la especial
teatro propio, copia, examen y guía de la peculiar naturaleze con que corrupción de que en los versos de la comedia se hace teatro a los pucblo~
viven. de nuestro joven continente.
Gozaba el martes: sin embargo, el público con la versificación galana Decíamos antes que era la comedia del martes copia de un carácter
v nudo honrado y chistoso de la comedia de Picón. Tiene el poeta español y existencia reales. El matrimonio de ese hombre, que-en escena cs
para sus obras, lo que bien pudiéramos llamar fuerza de carácter. Apenas llamado por Mendoza, presta a la obra motivo para provechosa y útil
dice sus primeros versos en escena un person$je nuevo, cuando en ellos enseñanza para lecciones más abundantes en aplicación práctica que en
está claramente dibujado y compendiado, sin que necesite para indicar perjudiciales rasgos de un li+mo en el teatro cómico inútil, y para
su naturaleza y el objeto de su existencia, descripción más amplia que embellecer todo esto con vena fecundísima de chistes, naturales como las
la que él mismo hace de sí. palabras en los donairosos labios de Picón.
Así sucede con aquel Rivera, gacetillero maldiciente, tunante honrado. Vive en la corte de hladrid un hornbre tan gallardo y rico que acalla
especie de Diógenes madrileño que zahiere a la gente que no place a FU juicios enemigos y subyuga y encadena voluntades. Nadie pregunta quitn
ESPAÑA 65
64 .UARTí / EUROPA

si añade efecto melodramático al cuadro, en nada era necesario para


rj Mendoza, prominente figura en los salones, deseado por damas, por
que terminase notable y vigorosamente el acto segundo.
lodos agasajado y bien querido. Es, sin embargo, un jugador fullero.
cuya vida anda vilmente ligada a la de una rica mujer americana que Escaséanos el espacio, y hemos de dar de mano al argumento: aún
insiste JIendoza. aún cede nuevamente la resistencia de Aurora, pero
entre el galán advenedizo, la blanda hamaca, los baños de !eche y los
a tiempo que va a consumarse el matrimonio, aparece en la escena “China”
ruidados del negro Mozambique. vive pkidamente todas las holguras de
Belén, traída en hora feliz desde Alicante, por un telegrnma que desde
la vida. sin que la alarme la rapidez con que en las, manos de hIendoza
Madrid le dirigió el astuto negro Mozambique. Sobre la mesa estaba
desaparece su no escaso y, por i0 americano. millonario capital.
extendido el contrato de matrimonio: Rivera casa a Luis, que hace por
Tienen la americana y blendnzn drpositados sus fondos eG la raja
cierto en la comedia desairado papel, con su muy amada Aurora, y al
& un banquero amigo: de pobrete llegado por artra rn++s a comerciante
fullero Mendoza con su no tan amada ni deseada “China” Belén, más
wado y opulento, y a quien el gacetillero Rivera, amigo de la casa, conoció
dueña ya de años y afeites que de perdidos millones.
cn brevisimo tiempo haciendo oficios sucesivos de algo así como mozo
Es indudablemente la comedia un aviso a quienes con suma ligereza
Ile cuerda, apuntador, tenor de zarzuela, empleado. comisionista, comer-
suelen pagarse de riqueza desconocida y excelencias exteriores: no resulta
riante, y otros precipitados y no menos curiosos oficios más.
de ella más enseñanza moral, si no es la ira que produce el padre obligando
Está Mendoza enamorado de una bella hija del banquero, que en días sin transiciGn y sin lucha en su pervertida voluntad, a su hija Aurora,
menos felices conoció y aprendió a amar al periodista Luis: quien es de a contraer un repentino y para ella repugnante enlace. Por cierto que no
Rivera estrecho y buen amigo, y merece al avisado gacetillero decidida es verdadero este padre de “La corte de los milagros”;-padres habrá
v firme amistad. que hagan esto, pero no que lo hagan de la manera súbita y vil con que
Intenta Mendoza casarse con la joven: cede el padre ambicioso que lo hace el padre de Picón.
ha comprometido fondos suyos y extraños en no seguras negociaciones de Alguien preguntara por que tiene el gacetillero Rivera derecho a
Bolsa: cede la hija apremiada por !as villanas exigencias del padre, J ordenar en aquella casa ajena a los criados, a punto tal que deshace las
llorando, acepta aquel enlace que rompe en su pobre alma todo amor órdenes que de sus amos acaban de recibir, cuando éstos prohiben que
para Luis. nadie presencie la firma del contrato, y Rivera, como uno de SUS medios,
Pero no se resigna a esto el despierto Rivera; toma en el asunto parte quiere que lo presencie buen número de gente. Seguiría alguien objetando
decisiva ; hubiera impedido el enlace la quintañona americana, pero sabe por qué ocurre a Rivera antes de las revelaciones de Mozambique, este
Rivera por Mozambique que Mendoza la hizo salir a tiempo para el medio que sólo pudiera darle resultado después de ellas:-objetaríase
puerto de Alicante. Las revelaciones del negro facilitan el intento de esto con razón; pero estas faltas sencillas se redimen bien, con los versos
Rivera: en una escena notable intenta desenmascarar la vida infame que fáciles y ga!anos, con la lección a la par grave y amena, con los conceptos
oculta la opulenta riqueza de Mendoza; pero puede más la previsión de poéticos sin exageración, que abundan y embellecen casi todos las fluidas
6cte que la astucia del amigo bien intencionado.-Mas no negó la natu- y Rnimadas escenas de esta buen? comedia.
raleza la palabra a los negros: sabe Rivera por Mozambique la vida í’oca ahora su parte a los actores que la representaron. Deseábamos
de Mendoza; diccle que tiene éste la mano atravesada por un puñal., nosotrljs ver en una comedia de costumbres al señor Guerra, no porque
imborrable memoria del que quiso castigar así las fullerías del jugador; juzgáramos bien o mal, que todo prejuicio está casi siempre cerca de lo
\- en el instante en que va a firmar hlendoza el contrato de matrimonio, injusto.-sino porque excitabá nuestra curiosidad conocer cómo el actor
la joven que ha oído contar hace un instante a Rivera la historia de un que entiende y realza las situaciones dramáticas, diría y obraría de la
villano que goza crédito en la corte, y tiene en su mano derecha aquella senri!la y dificil manera que en aqoelia clase de ligeras obras se requiere.
Y debiéramos haber hecho buen juicio, porque lo hubiera confirmado
herida, niega espantada su consentimiento a aquel enlace, a tiempo que
el señor Guerra. Dice con sobriedad, acciona con templanza y buen
al demandar razón de la injuria el caballero advenedizo, sale a darle
gusto, y se mueve con ligereza y sencillez. Ocupa Guerra la escena como
respuesta el negro Mozambique, adornado por cierto con un puñal que.
66 MARTí / EUROPA

se ocupa una habitación que 1103es familiar; no hace desear nunca un


rfecto que no seaa tiempo y realice: el señor Guerra es, en suma, notable
en la comedia, como es actor notable en obra3 que requieren vigor, fuerza
de expresión y sentimiento.
No estuvo desacertada la señora Rodríguez, a quien gustaríamos de
ver con más frecuencia cn papeles dramáticos que en 103 cómicos, por
cuanto éstos requieren una naturalidad y una Lcncillez que no pertenecen
il la escuela que entendemos dominante en la señora Rodríguez. Vistió
con elegancia y dijo con sentimiento y pasion.
Apenas nos queda tiempo para hablar algo de lo que mereció sin
duda In bien inteligente señorita Muñoz. Grandemente rio la concurrencia
con su chistoso desempeñodel papel de mujercilla alborotada y casqui- “EL ESTíbhlAGQ”
vana. Usa bien de lo cómico sin acudir a lo grotesco; dice con intención
v ligereza, y se mueve con notable agilidad y viveza graciosa: préstansea (DE ENRIQUE GASPAR)
cl10 su cuerpo de suyo flexible y elegante, y su adecuada manera de
wstir: indudablemente la señorita Muñoz es una buena actriz cómica.
Terminamos aquí nue3tra crónica, sin espacio para algunas observa-
ciones que haríamos a la señorita Rodríguez, un tanto exagerada en su
papel de “China” Belén, y al señor López, cuyo3 movimiento3 y vestidos
nos parecieron algo impropios del personaje que tuvo a 3u cargo en la
c-cena.
No representaban mal su3 papeles los señoreeTermos y Cazurro.

lt~rista Universal. Mkxico, junio ll de 1875


Había yo leído “El estómago”; sabía yo lo que pensaban de él
periódicos y littiatos de Madrid, y no llevaba al teatro el miércoles la
mente desocupada de preocupacitn, como fuera menester, para formar
de la obra cabal y exacto juicio; antes daña que favorece a las obras
dramáticas, la previa lectura.
Preguntábame qué era “El estómago” y decía yo que era libro notable,
no malo, si rudo; y que temía por su representación en México.
Me hice de imparcialidad, vencí mi prevención, vi la comedia, y he
aquí lo que de mis sacudidas de espíritu y de mis violencias reprimidas
deduzco: “El estómago” es una obra buena e inútil; hace daño sin curar,
logra conmover por la fuerza .misma de su exageración. Esta comedia
no se escucha; se sufre. Se la aplaude, sin embargo, porque los ánimos
reñidos con la envidia aplauden siempre el talento verdadero.
Gaspar lo tiene, y no fuera justo ver en él un autor liviano y común.
Se exageró mucho en Madrid al censurar agriamente esta obra:
pudiera ser que aquel malhadado y chismoso saloncillo del teatro Espafiol
tuviese en ello mucha culpa. Los celos abultan los defectos, y son impla-
cables los celos de los que hacen de la vida pequeño oficio de autor.
Se dijo que había querido hacerse una síntesis de la época moderna;
que se pretendía probar cómo todo noble sentimiento y toda profunda
convicción oscilaban y se defendían y caían ante las vacilaciones y
accidentes de cuarenta mil pesos de plata. El primer concepto era
imposible: si Gaspar se propuso pintar toda una época,.no dio en ello,
porque de los dos principios eternos, sólo presenta en escena el repugnante.
Cn cuanto al segundo concepto, los críticos tenían razón.
“El estómago” quiere probar-y prueba todo lo contrario-que un
hombre vende su convicción política y una madre propone su hija a
manera de venta, en el instante mismo en que llega la noticia de la pérdida
de la fortuna paterna. A la larga, esta miseria es en algunos cierta; pero
en los primeros momentos todavía queda una dignidad, aunque no sea
más que la dignidad de la hipocresía.
70 MARTÍ / EUROPA ESPAÑA 71

Acumúlanse en la obra multitud de detalles, que la memoria, disgustada se revele por une palabra en la proposición de la antipática mujer.
con unos e indulgente con otros, no puede dar ahora con fidelidad perfecta. Cuando sc pretende pintar el corazón, se deben conocer todas su3 fibras.
Un matrimonio rico tiene una hija joven. Ama a la hija, con venia En esta situación acabe el acto. En ruina los padres, rechazada por
de 103 padres, un pintor de talento no escaso; visita a la familia cierto cl sobrino la hija propuesta, sin aceptar le embajada y temeroso el
ministro, que quiere hacer aceptar una embajada al jefe de la casa para jugador afortunado de que no le devuelva su tío los cuarenta mil pesos
salvaree de una crisis, y recuerdan todos con indiferencia a un sobrino, que le ha dedo en calidad de buena guarda y defensa de la persecución.
más generoso que sensato y más loco que malvado, a quien se echó de Toca el segundo acto lastimar más que el primero, bien que comience
la casa por malos pasos 3uyos y amoríos inconveniente3 con la niña. con une escena hermosa, en le que el corazón pone en los labios del
Hay en toda la comedia un rebuscamiento de efectos,-mal de toda sobrino loco y de su antigua amada bellas frases. Pera justificar más
obra wy estudiada y revisada,-que daña a la verosimilitud de los las determinaciones violentes del padre desprovisto de carácter, y de
sucesos. En el acto primero, el padre, dueño todavía de un ingenio en esta medre en quien no apunte un solo pensamiento honrado, se han
Cuba, réchaza el ofrecimiento del ministro, desoye a su vanidosa mujer presentado a cobrar en el primer acto una letra de cinco mil pesos, vencida,
y acepta por marido de su hija al pintor joven. De pronto, viene, perse- y un aderezo que ha dado a la señora angustiosos momentos de envidie.
guido por la policía, el sobrino expulsado, arrojado de la casa, titiritero Cobren el aderezo; cobren la letra; el ingenio está quemado: icómo no
en París, miserable unas veces, jugador ahora: viene con cuarenta mil aceptar le embajada que ofrece el bando político e que se ha atacado
pesos, en el momento en que una carta de la Habana anuncia que “los durante toda una vide? icómo no dar su hija, la única hija que se
insurrectos de Cuba han quemado el ingenio”, y está con ello perdida tiene, le criatura sene del hogar, al jugador afortunado? Esto intente la
toda la fortuna. Y esta madre, que acaba de dar la mano de su hija madre, y esto hace, y acepta la embajada el hombre, y sin darle un beso
a un hombre cuyo amor ha alimentado y consentido, propone insidiosa- ni derramar une lágrima, hace cambiar le madre en una escena, corazón
mente su hija en matrimonio a este sobrino jugador que ha entrado a su y voluntad cle Laura. Ni se juzga, ni se piense violacion semejante dc lo
casa perseguido, a quien arrojó ella un día, y que dice en su historia cómo humano: aquí no se censura, se rechaza.
no hubo hambre que él no sintiese, dignidad. que no diese al olvido, y Le acción ve en ertos momento3de un accidente en otro. Aquel pintor
fango moral en que él no se arrastrase. Este es el hombre y ésta es IR enemorado dijo en el acto primero cómo había perdido su fortuna en
madre y ésta es la primera situación violentamente falsa, cruelmente mano3 de un tío de los padres de Laura, hecho a hacerse de dinero por
recargada, duramente presentada, que daña en la obra. No tenga yo artes deshonrosas.Lo reconocen y lo lamentan todos, y es lo de le maldad
madre cuando ella sea capaz de hacer esto. del pnriente artículo de fe. Muere en el segundo acto el tío, viene el
Cierto es que no deben juzgarse con el sentimiento las obras literarias; pintor gozoso, sabedor de que los padres de Laura son los herederos.
pero cuando el sentimiento es negado, iquien le arranca su noble derecho regocijado porque puede ofrecer a su amada una fortuna, y desconoce
de sentirse despierto o herido3 In madre su derecho y ilora el tío vil, y llame el pintor a quien debe
Hay madres en la vida real, en cierta vida real, capaces de vender antes le meno de.su hija, algo co,mo robador de lo ajeno y falsario. Ha
a sus hijas por menos de treinta dineros; pero no se da súbitamente la hecho embajador a su esposo; quiere maridar a su hija con cuarenta
prenda única del alma al que se tuvo por desordenado calavera; no se mil peso3mal hallados, y ya echa de sí ei pobre pintor.
ofrece así una hija al que aparece por una chimenea perseguido por la Precipítanse los sucesos. La embajada se ha aceptado y 103cuarenta
policía. Y cuando se ofreciera, hay en la madre que se pinta en “El mil pesosven a devolverpe el sobrino; no viene un dinero ofrecido por
estómego”, sobrada inteligencia para olvidar la discreción y sobrados el ministro; el cobrador espere; si protestan la letra, no puedr desempe-
hábitos de alta vida social para que olvidase el decoro. Indiscreta e riarse le embajada; Pancho, el sobrino, amenaza con quemar su fortuna,
indecorosa es la proposición de la madre; indiscreta, porque no se deja cuando su tíe lo amenaza con entregarlo e le policía; cuando todo se ha
ver descarnado el objeto que se propone uno lograr; indecorosa, por la manchado por conservar le vanidad, va a perderse todo: Laura aparece
forma vil en que se hace, sin que la madre-fuerza de amor incombatible- entonces,la hija cesta, y de secretamentea Pancho le letra pagada, pegada
72 MARTi / EUROPA
ESPASA 73
con cinco mil pesos de ehorros suyos. Ei peligro ha concluido, y la Excita la comedia movimientos, aplausos, violencias ) murmulios.
embajada podrá desempeñarse; anuncian en la calle la salida del ministro; Nadie dijo que es mala; quien más, podrá decir que le, ha hecho daño.
la honra y la embajada se han perdido, y el sobrino implacable acaba
Es un talento superior el que nos hace sufrir; habla muy tien ese autor
ei segundo acto con una frase cruel.
que se ha empeñado en probar que todo es esqueleto, y presenta sin
Viene e! acto tercero, y con él la prisa del que escribe por no hacer rmbarso en escena un carácter profundo que es todo generosidad y amor
sobrado enojosa su reseña. Vuelve 0. la casa el pintor; y a fe que no 6e robusto. Xos predica que todo se vende: y nos ofrece un noble Iocó
zabe por que vuelve, allí donde se ofendió gravemente a su padre y a él. que deIrama todo el producto de sus ventas a los pies de ia ajena ara
Vuelve para dar plaza n acciones simpáticas que al cabo ensanchan y nupcial. Pero está tan preocupado Gaspar y ama tanto a su osa-.nrnta,
mueven el corazón lastimado en todo el curso de la obra. Toma Pancho que cuando todo el corazón entusiasmado se va al noble sobrino jugador,
a su cargo explicar aquella situación: sabe el pintor la ruina de la casn, todaviã acaba su obra con una frase dura, todavía enseña un hueso frío,
y pide entonces noblemente la mano de Laura; el padre se la concede; rxternporáneo e imprudente, exageración de una creencia que se acaba
y esta madre que no conserva de su pasado caudal más que el deseo de hollar y desmentir.
de casar a su hija con el que ha ajado y destrozado su orgullo, todavía Ha querido probar que el estómago es la regla de la vida; y cuando
tiene, la miserable, razones de interés y de descuento que ofrecer n la el que hizo todo por complacerlo, lo abandona todo en un instante, aún
unión. El sobrino es noble: compra al pintor dos cuadros en cinco mil pretende Gaspar que el mal de estómago lo roe.
pesos; dice Laura algo generoso, y compra Pancho dos cuadro más: Esta comedia es inútil, porque no desarrolla un sentimiento, ni deja
todavía parecen poco a la madre diez mil duros, y compra Pancho otro una enseñanza aprovechable.
cuadro por otros diez mil. Y los buenos se unen, con paciencia del manso Ko agrada, porque lastima las dos grandes ideas gérmenes: amor de
pintor, y los une el loco, y esta obra que ha sido escrita para probar que madre y honra de hombre.
honor y corazón se truecan fácilmente por dinero, termina con que el que No enseña, porque prueba lo contrario de lo que quiere, y aunque
lo ha hecho todo por lograr!o, regala veinte mil pesos, cuarenta mil pesos, probase lo que quiere, nada útil probaría. i)Gana algo el esqueleto wn
todo el dinero que tiene, por realizar la venturanza ajena. saber que es hueso? ~ES mejor el pantano por saber que es miasma?
Y ipara esto se ha lastimado tanto? ;para concluir, en fin, con que No cura, por esta razón misma: isana el enfermo con conocer por
un sentimiento generoso vence toda esta repugnante maldad? Puea si In medios violentos toda la gravedad de su mal? Dáfianle los medios, sin
generosidad es cierta, ia qué complacerse en amontonar y descamar que su mal cure por eso.
vilezas? Si al fin se sienta que un hombre es bueno, ipor qué repetir en Pero el autor ,de esta comedia ha pensado bellamente: tiene un buen
cada frase de la comedia que son malos todos los hombres? Gaspar se sentido práctico, que pierde de su utilidad todo lo que tiene de exage-
equivocó indudablemente; pero todavía lo ha salvado SU talento. ración; ha aglomerado en frases nuevas, muy maduradas y demasiado
Se aplaude esta comedia imposible, como se aplaude a los oradores ingeniosas, ideas cuya certidumbre o probabilidad está en la experiencia
buenos que no tienen razón. de su público; ha puesto el sentimiento rudo en los labios de un hombre
generoso ; ha creado un tipo inolvidable por su forma original y por su
Esta obra no es útil, no enseña, no agrada, no cura, y se la aplaude
atrevimiento descarnado: se ha hecho perdonar, en suma, la comedia
sin embargo. Se ha q uerido exagerar, y concretar violentamente una que escribía.
tcrdad práctica que el optimismo más cálido no tiene derecho de negar.
La comedia se salva, porque tiene bella’forma, porque no es posible
En la sociedad actual, se tuerce muchas veces la voluntad, se desvía de
la negación completa de su idea fundamental, y porque con más previsión
su objeto el sentimiento, comercian las madres con el tálamo de las hijas, natural que arte, ha colocado una hija buena y un loco noble al lado
e influye en la convicción la suma mayor de bienestar. Todo esto es cierto de un hombre débil y de una madre hecha de lodo de vilezas,
pero; no es cierto en la forma en que Gaspar lo ha presentado. No con
Esto es en cuanto a la esencia de la comedia. En cuanto a su disposición
tanta premura; no con tan repugnantes incidentes.
para la escena, la exposición es rebuscada, el segunde acto aglomera uo
74 MARTÍ J' EUROPA

cúmulo de acontecimientos que la sobriedad lógica de un buen arte


dramatice rechaza. 1 en el tercer acto, para hacer simpático al héroe
de la obra* en quien se encarna toda la doctrina, se hace necio a un
personaje que ha pretendido presentarse como digno.
121 lenguaje, natural unas veces, es ampuloso, casi siempre. Ha tendido
el autor a arrancar aplausos, más que en verdades severas, con declama-
ciones brillantes y confusas.
Es cosa extraña lo que me sucede; pero a medida que pasan más
horas desde la representación. la impresión de la escena se desvanece, y
el libro va apareciendo extraño, abigarrado, falso y deforme.
Hay frases rebuscadas y amanerados períodos: se repite en muchas
formas que el estómago es la ley; se da con esta frase en los oídos y con “EL LIBRO TALONARIO”
esta falsedad en el corazón; se alardea de este pensamiento; hay sobra
(DE ~0sÉ EGIKARAY)
de este pensamiento en la comedia. Y a fuerza de decirlo tanto, llega el
autor a crear,--cosa en verdad incomprensible,-“una imaginación que
saborea con un hipo hediondo un primer banquete de la indigencia”.-“El
estómago” debiera haberse propuesto una cortesía: no molestar a Ja vez
los estómagos ajenos.
En suma, esta comedia es la obra exagerada y falsa de un hombre
bueno, y, en grado no común, inteligente.
Lastima sin arte; pero se produce con talento. Hará bien el que
rechace el libro, y aplauda, sin embargo, al autor.
No presume esto de juicio: son ligerísímas observaciones de un
sentimiento excitado, y de un ánimo humilde e indulgente.

Rwism Univmsal. México. octubre 15 dr: 18751


Hay dias claros y buenos: así corren apacibles los que se pasan en
comunión sabrosa con el arte, estudiando sus obras, sorprendiendo sus
secretos, creciendo con ellos, hablando bellas cosas fútiles con sus hijos
queridos, esos locos extraños y nobles que saben decir y hacer cosas tan
buenas.
Así corría para mí la tarde del miércoles pasado, holgando entre
cuadros comenzados, bosquejos llenos de luz, encantadoras figurillas y
alguna que otra muestra sorprendente de un arte que con fiera modestia
no quiere revelar su autor aún.
Sin tiempo para pensar en muy amargas cosasdiarias, fui del estudio
del pintor al Teatro Principal. Ahí se hacía “El libro talonario”, de un
hombre de inteligencia vasta y de espíritu austero y melancólico.
“El libro talonario” es más un anuncio que una obra. Las obras
hechas no son a veces más que revelaciones de las que se pueden hacer.
El autor de este libro vino al teatro llamando con voces de ternura al
corazón siempre despierto: bosquejó un dolor; bosquejó una belleza;
dijo pensamientos nuevos al lado de vulgares pensamientos; no pudo
vencer todas las dificultades de la forma. Es esa obra dramática como
el primer movimiento de un espíritu altivo, que se debate todavía en
una atmósfera que no conoce bien.
Lo formal seha resistido a lo esencial; pero lo esencialha sido bastante
poderoso para vencer.
En una trama escasase ha encerrado un pensamientodoloroso. Entre
todos los hombres atormentados, nadie sufre más que el marido que duda
de su mujer. Pensarlo sólo, irrita: sufrirlo, debe ser dolor inconcebible,
veneno que ha de matar en esta vida y que todavía en las que siguen
ha de contiríuar envenenando.
Apenas tiene argumento “El libro talonario”, ni ha menester para
ser bueno más del que tiene.
Era un hogar sereno. Amaba un hombre a su esposacon amor caato
y tranquilo, el que fortalece sin dañar, y consuela siempre, y jamis hiere
78 MARTí / EUROPA
ESPAÑA 79
ni lastima. Vio el hombre a una mujer que le dejó en 10s labios el beso
de la comunidad en que se ahogan y en que tienen que vivir; los que
ael deseo. Aquella alma perturbada creyó que la exageración de sus
descienden de si mismos porque la vida real es la identificación del
sentidos era la muerte de su primero y puro amor. Lo supo la esposa
individuo con la masa social en que se mueve; los que apretaron los
madre ya de un hijo pequeñuelo a quien su padre quiso mucho; usó de
labios para impedir el paso a la atrevida forma de un pensamiento que
un amigo miserable, débilmente bosquejado en la comedia; hizole escribir
sintieron grande, porque la grandeza se convierte en ridículo cuando se
cartas a ella, en las hojas en blanco de las que a la mujer a quien cree
produce en una atmósfera pequeña,-estos comprimidos, estos sofocados,
amar escribio el esposo infiel; finge que duerme, déjase sorprender por
estos ahogados, éstos son los que saben bien las nebulosidades luminosas
cl marido; déjale apurar alguno- = instantes el bárbaro dolor de la con-
que se esconden en las imperfecciones, en fas estrecheces: en las yacila-
fianza y la honra heridas, y cuando ya sabe aquel hombre cómo espanta
ciones de la forma.
y conmueve aquella pena, la esposa explica el medio, lo prueba, increpa
El genio no es una cualidad exclusiva: es una condición de esencia
y humilla al hombre incauto, niega el perdón de sus ofensasl y en el
humana. Hay genios de concepción y de expresión. Hay muchos grandes
instante en que el padre desolado dice adiós al pequeñuelo, regocijo del
hombres solitarios. Unos elaboran su dolor en las intimidades de su
hogar, enhízanle tiernamente el cuello los brazos de la esposa conmovida;
espíritu: otros tienen en si tan grande cantidad de luz, que penetran y
que siempre s-m las mujeres criaturas de sublime dolor y de perdón. Esto
transparentan y hacen luminosa la forma por que tienen que pasar.
es, en esencia, lo que escribió Echegaray. iManejó discretamente la
forma en que envolvió este pensamiento? El crítico debe ver y deducir; debe analizar, presumir, explicar y
Discreta y galanamente si. Hábil y artísticamente no. Forman la adivinar. Visto en sí, “El libro talonario” es la obra imperfecta de ‘un
obra, a la par que anuncios de grandeza, defectos de principiante. Hay alma superior, es el desarrollo débil de un pensamiento hermoso y tierno,
un criado necio que antes entorpece que ayuda a la acción: quiso Eche- la realización difícil de una acción natural y sencilla. Y es eso: es que el
garay hacer del criado el papel cómico, como si fuera dable a su espíritu éxito de la obra dramática consiste en su mayor identificación con el
descender hasta la expresión grosera de¡ ridículo. Imperfecto y tal vez público, y el espíritu alto tiene que descender y reducirse hasta la forma
innecesario es el amigo traidor que ocupa algunos instantes la escena; y el sentimiento comunes. Es que la escena es la tortura. Es que los
hubiérase podido reemplazarle con referencias al oficio que desempeña tiempos actuales, debilitados y lisiados, ni estiman ni convienen a las
en la acción. creaciones fantásticas y heroicas de las almas repletas de vigor.
Hay pensamientos extraños, versos rebuscados y giros confusos, que Versos en su mayor parte bellísimos, muchas veces confusos, y alguna
es ley que haya nebulosidad en el estilo cuando no hay en el espíritu vez comunes; pensamientos tiernos y simpáticos; dolor real y elocuente;
entera claridad. La imaginación agranda y perturba: imísero el poeta un recurso nuevo, y una disposición escénica dificil: he aquí lo que a mi
que ha querido sujetar su alma a la razón! juicio forma la obra con que se dio a conocer Echegaray.
Los versos son confusos porque el alma es grande.
Mas no son estos defectos motivo para juzgar ligeramente de la obra.
Xstos defectos sirven para abultar las bellezas en que abundan. El autor La trama es lenta, porque el poeta no w práctico en la escena.
ha concebido una idea bella; pero como los altos espíritus vagan sobre El recurso es extraño, pero no es de ningún modo vulgar.
la tierra y en ella viven escapándose de ella Perpetuamente, lo que cn Yo me explico todos estos defectos; y tanto estimo al poeta por sus
la fantasía concibió fácil, en la realización halló dificultad. Como el buenas cualidades, como por ellos. Parece esta obra una idea vigorosa
espíritu es una ascensión, bajar hasta la tierra le ea más duro que que llego a su fin luchando y separando en su camino rudos riscos. Es
desligarse del vivir. un desenvolvimiento laborioso: fue una operación dificil; pero se adivina
el empuje del brazo, y se siente el calor de esa idea.
Y, iquién ha de culpar estos defectos meramente formales? Los que
Así comienzan los que han de llegar a ser grandes. Una gran imper.
saben cuán estrechos son para el hombre los medios de manifestación
lección garantiza un gran mérito. ~NO tiene acaso un brazo imperfecto
humanos; los que se miran obligados a empequeñecerse por el empeque-
el hermoso gladiador de Rafael?
iiecimiento general; los que reducen las proporciones de su ser hasta las
En literatura como en pintura, bay lo que se llama grandes maneras.
80 AlARTi / EUROPA

Shakespeare me hace pensar en Ruhens. Aunque mas me hace pensar


en Miguel Angel. Rubens tiene deformidades de gigante, pero es siempre
un gigante deforme. Miguel Angel sueña troncos robustos, músculos
rudos, apretadas tinieblas en la atmósfera y monstuos nervudos en las
tinieb!as. Había en Miguel Angel algo de génesis y de apocalipsis. Asemejó
los troncos a los hombres; arraigó con raíces membranosas, tórax y
cabezas humanas. Da, con este sombrio atrevimiento de la forma, idea
de esta suprema esclavitud en que, con facultades para concebirlo todo.
todo huye, todo se escapa, todo reprime, espanta, y enloquece.
El tronco al menos no sabe la manera de llorar. El hombre es un
tronco animado, implacable corteza de una savia bullente y generosa:
imano bienhechora la de la muerte, que de una vez desarraiga o rompe “LA ESPOSA DEL VENGADOR”
el tronco!
(DE ECHEGARAY)
Echegaray no ha alcanzado todavía esas irregularidades asombrosas
Produce obras bellas, pero no ha producido aún obras grandes. Hay
sin embargo en él, potencia de causalidad, costumbre de reflexión,
rebeldías de entendimiento enérgico, claridades extrañas, y retos .I las
contradicciones de ia creación. Yo no lo juzgo solamente por su “Libro
talonario”: yo lo adiviné cuando lo oí, y lo hallé en “La esposa del
vengador” como lo había adivinado. Tiene la gran manera: ya vence
cluien intenta vencer. Su primera obra, la única de que ahora hablo.
ofrece puntos vulnerables a una critica ligera y punzante: ofrece motivos
de indagación y de esperanza a una crítica estudiada y bienhechora.
Escasean tanto los espíritus primarios, que consuela y entusiasma hallar
alguno que promete llegarlo a ser.

Revista Universal. México, noviembre 9 de 1875


La literatura tiene sus días de fiesta, y en Madrid y aquí lo ha sido
ia representacitn de “La esposa del vengador”. iQué es todo un teatro,
subyugado y conmovido por un hermoso pensamiento, aplaudiendo sin
reserva, saboreando las bellezas que escucha, y dejando latir libre y
contento el corazón? Es este ser secreto, este gran ser humano escondido,
ansioso perpetuamente de grandeza mal hallado con la presencia de si
mismo? y feliz y bienaventurado cuando halla en lo poético una condición
digna de sí.
iQue acaso no hay en el camino de la vida más que las arideces del
dolor? Hay la expansión, goce íntimo; hay la poesía, mundo cierto; hay
la comunión de las bellezas, que a todos une y confunde con brazos
impalpables, y enciende en todos igual fuego, y obliga a los mortales ;I
extender las manos en demanda de manos que estrechar, y los labios en
seíial de un beso extraño, concreción material de un regocijo inquieto y
misterioso.
i Dulcísimo poder de la belleza! Todavía estoy yo gozando las venturas
d e ayer. Se está en el teatro: se oye una idea hermosa, se escucha un
verso bueno; y se alzan todas las manos a manera de aplausos, se fijs
en los labios una entusiasta sonrisa, se hace súbitamente la comunión
franca y simpática, y se vuelven igermen de la fraternidad! todos los
rostros en busca de un rostro amigo con quien aplaudir y celebrar. Es
que se es bueno, poeta y grande. Es que lo es todo el mundo, es que la
semilla de la vida futura se mueve y arraiga en nuestro ser en todos los
momentos de esta vida. Y se tienen instantes de olvido, única manera
de gozar; se halla alzo de lo que se busca sin guía y sin conciencia; se
aduermen las inquietudes de la vida diaria, y el espíritu siente arrobado
las pálidas venturas de lo nebuloso. iExtraño, no común, y quizás único
placer i
iQué es el drama de Echegaray ? Es un argumento nuevo, grandio-
samente concebido, sonoramente rimado, dispuesto con más osadía que
práctica, y pensado y hablado con gran fuerza de creación y atrevimiento.
Tiene defectos graves: tiene bellezas a raudal.
84 MARTí / EUROPA ESPAÑA

Los defectos son de artificio, de disposición, y aun en ellos no se Ora Pacheco: llega don Carlos: trábanse en duelo; cae herido el
encuentra nada vulgar. Hasta en los defectos tiene novedad la pieza conde, a tiempo que Aurora espantada sale de la casa llamando a su
de Echegaray. padre. Excitada por el terror, la viva luz de la lámpara hiere sus ojoe,
Suceden las cosas en los tkmpos del emperador Carlos v. Se odian ve la sangre y la faz del matador, queda de nuevo ciega; reconoce en
por tradiciones de familia los Estrada y los Pacheco. El conde de Pacheco ella don Carlos la criatura a quien ya adora, y vase en brazo del criado,
mató al padre de don Carlos, al pie de una cruz, y don Carlos, galán cuando salen apresuradamente gentes de casa de Pacheco. El padre ha
mancebo, gloria de la espada en las helicosas empresas de Flandes, llega muerto; don Carlos ama a la hija de su enemigo; nadie conoce al matador
a Barcelona a vengar por Iá ley de la tradición al padre muerto. Corren más que la pobre niña ciega. Rápida y animadamente han sucedido estas
los sucesos frente a la imagen del Crucificado que presenció el duelo: cosas en el acto primero.
vive enfrente Pacheco, y de allí salen camino de la vecina iglesia, Ios Tres años han pasado desde este
Fuerza es aligerar la narración.
condes, y Aurora;sencilla criatura que ha estado largo tiempo privada wceso cuando comienza el segundo acto. Fernando ha ido a Oriente a
de la vista, y que debe la luz a Fernando, carácter dado a la ciencia, buscar filtro o medicina milagrosa que devuelva a Aurora la vista. Don
brusco y metafísico, y enamorado de la doncella a quien salvó. Amale
Carlos salvó a ja niña y a su madre, en ocasión en que iban a ser presa
Aurora como a hermano, y entre querellas y satisfacciones, entran en eI
de los bandoleros que atacaron su coche en el camino. Con ver de nuevo
templo, no sin que al querer la niña enseiiar sus lágrimas al amador
a la que ama, y con saber que ella no puede conocerlo, cobra fuerzas en
insistente, vuelva a sentirse por unos momentos privada de la luz. Se
don Carlos el amor; finge llamarse Lorenzo, y llega a ser muy querido por
prepara con esto la base de la obra: ya veremos luego si con acierto. la inocente niña. Viene en esta situación Fernando enamorado; reconoce
Viene don Carlos a la escena, allí traído por la decisión de vengar a en Lorenzo a don Carlos, que a él debe la vida: ofrece Fernando callar
su padre sin demora. Lo acompaña un antiguo escudero, buen lebrel del en pago de la deuda, nada más que callar. Promete el médico a Aurora
muerto y azuzador sobrado implacable de las iras del joven, que él quiere que volverá a ver la luz: si ve, reconocerá a Carlos, y así triunfará
hacer vengativas, pero que don Carlos trueca siempre en generosas. Y
Fernando. Viene a la escena el fingido Lorenzo; oye que Aurora podrá
ya se apunta con esto la exquisita nobleza del carácter. Llegó el galán
verle al fin; quiere convencerla de que las tinieblas son toda la luz para
por la mañana, y arde ya en amores; revoltiía en su imaginación ideas
su amor; insiste ella en recobrar la vista que Fernando le ofrece. EI
siniestras, cuando por bienhechor capricho del azar, prendióse en los
amante va a perder toda su ventura, va a ser aborrecido por la que hizo
gavilanes de su espada el velo blanco & una niña. Hiere amor al mozo,
de él encanto y vida; todo es sombra a su lado y en sí, y cae anonadado
y en estas ideas se ocupa, cuando sale Fernando dg la iglesia. Son los y sin sentido. Terminar este acto era difícil, y terminó, sin embargo, bien.
dos muy amigos, y don Carlos salvó a Fernando la vida en un lance
Llega el acto tercero, en que en el artificio y la entonación se exaltó
apretado, acontecido allá en tierra flamenca. Y a punto que van a salir
cl drama a la tragedia. Aquel don Carlos de Quirós, caballero sin tacha
del templo los Pacheco, esquívase con su escudero el hijo vengador.
y sin rival, terror en F’landes de los enemigos, y en todos puntos estimado
Madre, hija y hermano ruegan al anciano conde que no se exponga a
por galrin, valiente y generopo, aquel que nunca tuvo idea de cobardía,
la venganza de don Carlos.
ni soportó pensamiento de flaqueza, ni supo la manera de temer, pide
Que no hay tal peligro, os digo: gracia a aquel otro Fernando vengativo, llevado en su despecho más allá
Y si lo hubiera, esperara; de donde la ira natural permite. Puede mucho una pasión sordamente
que yo no vuelvo la cara acumulada en el corazón de los bruscos y sombríos hijos de la ciencia:
a mi Dios ni a mi enemigo. mas esta venganza de Fernando cs persistente e implacable, y excede
Se van llorando las mujeres y Pacheco se arrzdilla para hacer EU a la de un carácter noLle y caballeresco. Exáltase don Carlos, a tal punto,
oración cuotidiana ante aquella imagen de Jesús, iluminada por una que v? a herir a Fernando indefenso: aparece el escudero a tiempo de
lampara, la misma que hirió con sus rayos los ojos de Aurora al ella evitarlo, y entra en escena Aurora, ansiosa de obtener 1s luz. Todavía
rnsefiar sus lágrimas a Fernando. se opone Lorenzo: todavía triunfa su enemigo tenaz.
86 MARTf / EUROPA
ESPAÑA
Recobrará Aurora la vista, y se espantará de haber amado al caballero.
De Lope, tiene la galanura: de Calderon, ei brío y el sentimiento. ;Quién
Va a abandonar don Carlos aquel lugar de scs amores y se despide, con
dijo nunca mejor cómo envuelven los gavilanes de una espada el velo
versos que más se oyen con el corazón que con los oídos; mas de pie
blanco de una niiía ! iQuién se quejó nunca tan bien de las ternezas de
junto a una ventana, recuerda que allí mismo le dio ella un beso con
un amor perdido!
sus labios; rehácesede su espanto: decídesea la lucha; ya está Fernando No es una ímitaciím, ni, una reaparición de la escuelaarrtigra. Es que
vertiendo el filtro milagroso en los ojos de Aurora; va a venir, y a verlo, el poeta, descontento con la forma actual de los seres, concibió un
y viene. La trae Fernando do la mano: ella va a ver para amar aún
pensamientogrande que, a ser desarrollado entre personajesde nuestros
más a su Lorenzo. Allí cabe la postrera decisión. Don Carlos ha de t ieinpos, no hubiera tenido la forma majestuosa que para su gran
evitar que Aurora vea: Fernando ha de persistir en que recobre la vista. pensamiento había menester. Es que la realización de la tragedia es
Ya ha llevado la mano a la venda que cubre los ojos de la niña; don difícil, y probablemente sería ridícula entre las gentes y los tiempos
Carlos apaga la luz: bátense en la oscuridad los dos rivales; abre, en la
que ahora corren. Tal acción necesitaba aquella escena. Y Echegaray
lucha, Fernando el oratoriv iluminado, contiguo a la pieza; abalánzase
conoce bien el teatro antiguo clásico; ama a Calderón, y escuerdo, porque
Aurora hacia Lorenzo: ve en el adorado por su corazón, al que mató a Calderón es el más grande de los poetas españolesmuy por encima del
su padre en otro tiempo. Hiela el espanto a todos aquellos personajes. ingenioso Tirso y del valiosisimo fray Lope.-Realizó su pensamiento en
Lorenzo había prometido a Aurora matar al asesinodel conde, cuando aquella épwa; tal vez: al pensar sus caracteres, los pensóespontáneamente
fuere el asesinodescubierto. No promete en vano don Carlos de Quirós: en ella y de aquí esaobra nueva, caballerescapor la forma: nxís apasioncla
arranca a su escudero la daga del cinto, y hundiéndosela en el pecho, que caballeresca:ajena a la mezquina escuelaactual. y rica de originalitiatf
cumple su promesa. Aurora pone todo el amor de su alma en susgemidos, x sentimiento.
y cuando su madre la reconviene porque ama al matador de su padre, ella En muy bella forma antigua, caracteres ideales verosímiles que no
se verrrue,
_ _ se decide, ama todavía y es para siempre la esposa del ~t)n de la tpoca de la forma.
infortnnado vengador.
ia concepción y la expresión realizan la obra dramática. Debe
Este es el drama. Y todo esto, versificado con sonoridad y corrección : desenvolverse hábilmente el pensamiento concebido con grandeza. La
ora habla el caballero de la antigua España, fiero y brioso, mantenedor obra !,ien pensada que no ha sido bien desarrollada, será, por lo tanto,
en las lides y osadoen duelos y amoríos; ora habla el hombre enamorado, \~erdaderan:rnte defectuosa. iPuede decirse esto de la “Esposa del
con tal novedad en la ternura, con tal dulzura en la expresión, con tal vengador”?
fuerza de imágenes, que no ofrece por cierto el teatro antiguo muestra Descansael drama en la pérdida de la vista de Aurura. ¿ES fsta
más acabada de versificación perfecta. Así son los romances del
completamentenatural.3 Eien es verdad que el poeta la ha venido prepa-
encadenadoSegismundo: así hablaba de amoresel genio de Alarcón. Esta
rando con decir que.había estado no hacía mucho Aurora privada de la
obra es prenda valiosísima para la literatura caballeresca; pero tiene todo
luz, y con hacer que se sintiera herida por los rayos de la lámpara del
el idealismoperfeccionado, y todos los sacrificios generososde la literatura
Cristo: esto explica, pero no sati-face completamente, la pérdida de la
del sentimiento. No es éste el galán frívo!o y pulcro, puesta siempre la
vista al final del primer acto. No ha faltado la previsión; pero ha faltado
mano en oI pomo de la espada y arrimado siempre el cuerpo a las rejas la realidad. Puede ser que así suceda; pero queda siempre y de un
de dama tornadiza. No es esta mujer aquella criatura vanidosa, encar- modo inevitable la impresión de algo violento.
nación del ingenio en los autores de la edad de oro, sutil y burlona:
En esto se funda la trama, y cl desenlaceen la vuelta de Aurora al
masrara vez enamorada con verdad y con pasión. Esta mujer es delicada, goce de la luz. Es sumamentedifícil embellecer los momentosdemasiado
y aquel hombre es heroico. No son susconversaciones,estérilesrequiebros materiales,y esto debió cuidarse mucho en una obra esencialmentecstitira.
del lenguaje; son la exquisita forma poética de un sentimiento encantador? El instante en que recobra la vista un ciego7 siquiera sea por un desco-
tierno y pleno. No es la comedia de capa y espada: ea una obra puramente nocido filtro milagroso, es sgitado e interesante; pero no es nunca bello.
e&ica, vaciada en el molde en que vaciaron las suyas Lope y Calderón. Ya que se trajo a la escenael recurso palpable, fuerza es decir que todavía
ESPAti.4 89
88 MARTi / EUROPA

sería lícito exigirle condiciones que no lo son para ia clase de obra qua
violenta algo el que tan repentinamente recobre Aurora la vista. Era un
presenta.
caso práctico, mas en la práctica no sucede así.
Pero hay una ley de imprescindible observancia.
Algo hay grave en la obra, y es la licencia de tiempo que en clla
se ha tomado el autor. Tan hermoso es el drama: que entusiasma a pesar La fantasía crea un carácter y le da vida en la fotma que 1~ pIace;
de este defecto; pero el defecto es grave en sí. iCómo convencer al que pero una vez nacido, ha de ser consecuente con su naturaleza. y cuando
escucha de que pasan tres años entre sucesos que él ve inmediatamente no SC acude en la obra a lo maravilloso, que tambi& es lícito en el
unidos? El espectador no debe sentirse herido por la falta de verdad teatro, el carácter no debe limitarse a ser consecuente: ba de ser también
de un solo detalle. Falta indudablemente en el drama, la unidad de posible. ¿LO son todos los caracteres en la “Esposa del vengador*‘?
tiempo; no la que rigurosamente exigen retóricos y preceptistas, sino la ;Curintn belleza encierra la obra en esto! Olvídese al escudero, sobrado
que quiere racionalmente el instinto de la verdad. Lo racional es lo tenaz algunos instantes en exigir la venganza de su amo; olvídese la
írnico exigible: lo que la razón explica o excusa; eso es lo explicable exageración del despecho, que tal vez no sea completamente natural el
0 excusable. oarácter de Fernando; el de don Carlos, el de Aurora, )r el del conde, son
Ires caracteres perfectos.
Se disculpa y se perdona, pero no se justifica la falta de unidad en
este drama. Aquí la concepción grandiosa no alcanzó la realización hábil: ES el conde un noble antiguo, seíior en su casa, intachable en la
de allí el defecto. La obra dramática, no es solamente la obra bella: es la honra. Es todavia dueño más que padre, inflexible y soberbio, y poc0
prendado de la vida.
obra bella en forma viable: el pensamiento o el hecho estético en su
desarrollo verosímil y lógico. La fantasía más exaltada, obedece a las ES Aurora criatura de purezas, animada por natukales sentimientos,
inflexibles reglas de la posibilidad. olvidando aquel de la venganza, que prueba que &hegaray no ha
estudiado bien en esto el corazón de la mujer. Este pensamiento se tiene,
Hay dos clases de obras escénicas: la que crea y la que copia; la que
fija y la que imita; la heroica y fantástica, y la cómica. Vienen, con pero no domina en las mujeres, y en Aurora aparkce algunas veces
dominante. Siempre es tierno, siempre es enamorado, siempre a puro,
tiempos nuevos, nuevas exigencias, y llena ahora el teatro una escuela
propia de estos tiempos, que consiste en la presentación en forma real y al fin, con un rasgo de naturalidad sublime, es ju$to el carácter de
de hechos reales. Ha de h a bl arse como comúnmente se habla; y no Aurora. Olvida al que mató a su padre en duelo, y amg a aquel matador
imaginar ni presentar sino lo que comúnmente puede suceder. Lu ley de porque no lo estorba la razón y el corazón así lo manda.
esta escuela no es ya lo posible, ni lo probable, es lo exacto. Exige, por Es don Carlos enamorado caballero, noble en pbnsamientos y en
tanto, tal fidelidad en los caracteres, que ahoga la propia inspiración, hazañas. Mata a Pacheco, mas no sin dolerse antes de la cruel tradición
reduce la fuerza creadora a la mezquina disposiciói de la trama y más que a ello le obliga. Ama a la hija del que mató: y ¿qbe mal hay en que
que en ser fiel, consiste el mérito de este teatro en ser servil. Presenta la ame? iPodía acaso dominar su corazón? Ni era culbable de la muerte,
lo que existe: y es tanto mejor cuanto más ajustado al original lo desarrolla ni tenía ella tanta deuda para con los Pacheco desde que salvó la vida
y expone. a madre e hija en un camino. Se opone luego Fernaado a su ventura;
No ha querido hacer esto Echegaray: bien ha hecho a fe. La belleza fácil le fuera procurar en duelo la muerte de Fernando; pero ino era
ea bastante poderosa por sí misma y es más bella de seguro que la copia natural que pensase, toda vez que su rival le ayudq a pensarlo, que
de una probable fealdad. Entre la obra imaginativa y la reproductora .4urora no amaría al matador de aquel a quien quiere mucho con cariño
de lo real, ha preferido aquélla, ha creado caracteres nobles, ha desarro- de hermano?
llado una acción interesante, la ha vestido con riquezas y galas del Todo es en don Carlos generoso, gallardo, osado. Su amor es tierno
lenguaje, y luchando todavía difícilmente con la disposición escénica en en el sentimiento y sentencioso en la expresión.
que aún no es práctico, ha presentado una obra artística por la Fernando, una vez aceptado con la exageración de su despecho, obra
disposición, por la invención y por la forma. Ha realizado la belleza: naturalmente como inspirado por ella.
supremo y único objeto del arte. Ha logrado lo que ha pretendido. No
u:te n‘1 parece e; cardcter de la madre; mas este personaje, necesario
l.wa que lo acción fuera posible en los dos últimos actos, hubiera
rlrtorpc(.ido 14 trama a tener en ella más irlter\ención que liì secundaria
I!“t iient.
Digo jo, en suma. lo que vale ci lihr,,. Ks: obra cxtrdria, grilndc.
cl=lwtuo~a y exclusivamente estctica. 51s defecto‘: son mis notables que
Yu Illi5iIl~ originalidad. Hay violencia cn algunas situaciorres; pero !rn)
chtraordirinrio atrevimiento en numerosas escenas, en que tle súbito !
\ igoro5aincnte pone en contraste Caracteres p(Jr COlllpkto did!ltOs. Es

lírica porque lo pide así su clase de belleza. No eS cl lirismo de Echegara!


la armonía \-ana de una versificación fáci! y abundante; es el lirismo del ECHEGARAY"
concepto; cs la filosofía en la poesía; es el sentimiento expresado cn
imiigenes bclla5.
Alma altiva y rcbelcle, este poeta se pregunta por qué se contradice en
sus ohras la creacion; i-1 convierte a su amor todos los objetos que Ic
rodean; í-1 tiene imagencs confusas por su misma altivez y atrevimiento:
él es con un carácter metafísico-con el de la doncella, ingenua, y con
el de don Carlos,--profundamente poético. Con poesía profunda: la que
piensa en medio de la rima, y sueña en medio del dolor. Bueno eS
acorrsejar la sobriedad en el lirismo; pero vengan en buen hora numerosos
raptos líricos, cuando cada uno de ellos traiga una belleza del lenguaje,
de imaginación o de concepto. Como la armonía para la música, es cl
buen lirismo para el lenguaje de los hombres.
Esta es una gran obra defectuosa: éste es un gran poeta pensador.
Yo no sé empequeñecerme de mi habitual pequeñez: yo no sé sustraerme
a mi mismo, y ahogar todas mis generosas impresiones; yo no sé rebuscar
defectos alli donde mi oído está halagado, satisfecha mi inteligencia.
agradecido y contento mi corazón. Creo que la crítica es el examen; sin
que obligue a la severidad ni a la censura. Soy indulgente para aquello
que yo pudiera hacer y respetuoso para lo que no he hecho todavía y late
aún informe en mí y me habla de vigor y aspiración. Creo buena, bella
y grandiosa la obra irregular de Echegaray. La amo porque me ha hecho
gozar, y la estimo porque a un tiempo obraron en e!ia un gusto exquisito.
2 Fragmentos del discurso que Marti pronunció sobre las obras de Echegaray
el hábito del bien hablar, una fuerza poderosa de creación, y unas cn el Liceo Ariístico y Literario de Guanabacoa, el 21 de junio de 1879. Los
inconformidades con la existencia que dan alta medida del rebelde espíritu fragmentos marcados con el número 1, corresponden a una crónica de Martm Pérez
publicada en La F’atrie. de 29 de junio de 1879; los marcados con el número 2,
y del potente entendimiento del autor. por desgracia incompletos, son apuntes para dicho discurso, contenidos en las pocas
hojas que quedaron a salvo cuando Martí fue detenido por las autorrdades colo~alea,
cl 17 de septiembre de 1879, por conspirar por la libertad de Cuba. En carta dirigida
Revisto Universal. kflxico, noviembre 13 de 1875 a su esposa, Carmen Zayas Bazán, desde la jefatura de policía, le encaLgs$i
“Recógeme todos mis papeles y escritos. Los apuntes sobre Echegaray
.r\mérica.”
1

Abrían todos paso. Para abrirlo era; que del brazo de un hombre
sereno venía una dama de magnífica belleza. Sobre la griega frente,
anchas bandas de cabellos negros, como apretándole en la sien los
pensamientos : bajo las puras cejas, dos espléndidos ojos árabes,-que
sólo las cubanas pueden tener ojos cubanos:-tal era la mujer. Hombre
movible y resuelto, de paso inquieto que se avenía mal al paso ceremo-
nioso-del teatro, de palabra animada y nerviosa; con el ademán breve
y sencillo ; de corta barba entera; de pálido color; con el rostro
prolongado hacia adelante, como de quien hoza en lo desconocido,-con
lentes brillantísimos, no por el reflejo de las luces, sino por el fuego de
la vivaz mirada de sus ojos; de frente alta y aguda, como elevándose
hacia el cielo: tal era el hombre.

El teatro, flagelador de los persas con Esquilo; desdeñador soberbio


de toda linde y traba con Shakespeare; precursor del moderno fiero
espíritu con Calderón; azotador de las regias injusticias con el turbulento
v benemérito romanticismo de 1530, ihabrá de ser, en esta época crítica,
nimio y servil espejo de las domantes cobardías, o sustentante brioso del
verdadero concepto de la honra, o imponente Daniel en el culpable festín
de las conciencias? Odioso, repugnante, extravagante., Así claman los
lastimados, los flagelados, los maculados, los heridos. iQué no dirían,
en aquel terribilísimo banquete, los cortesanos de aquel impuro Baltasar?

Quiere este concepto, implacable y soberbio, que antes ha de volverse


cl hombre honrado la pluma al corazón y en él clavársela, que ponerla
en papel traidor, manchada de mentira; que esta tribuna, antes de lisonjear
debilidades, se enlute y se derrumbe; que sea el teatro no infructffere
9-l MARTi / EUROPA ESPAÑA 95

copia de domésticos defectos, sino presentación grandiosa de extramag- ~UI acidtces la censura, que a no haber otro modo de medida, bien puede
níficos afanes y sorprendentes sacrificios que !evantan y vigorizan los ~~edirsela soberbia altura de la frente de Goliat por el tiempo que en
pueblos. llegar a ella tarde la piedra de David:-tales son las ofrendas que merece
IU atrevimiato y que te envía mi justicia, sin vacilación y sin rubor:
2 --que no son estosgraves tiempos propios de afeminados y cobardes. Si
antes escribían en sus escudosen tiempos viejos, y no buenos: les Imenos
No se llega a la cima de los volc:nej sin estremecimiento y sin p;lvor; caballeros, y hoy cucindo todos somos, con igual derecho, caballeros, un
4010mote debiera haber en todos los~escudos : verhd y valor. i Preparad?
llegaré al pie de las espléndidas páginas, no ya con el desnudo acero, la
limpia malla y el alto casco reluciente, sino con aquellos deslumbrados hermosas mujkres, las manos delicadas y buscad con ellas el honroso
mote que adorne el pecho de todos nuestros hijos!
ojos, tímido corazón y flojas corvas con que los viejos persas entraban
cln níistico combate con los gigantes de oro, haciendo signos y guerreros
alardes de su viejo Avesta. Saludado sea, pues, cl abismo antes de entrar Paseaba yo un día, allá en la almenada y morisca Zaragoza, por
en 41 con sus bravas ondas.-Y ya que no por Il-illo propio, que sea las márgeneshistóricas del Ebro turbio.-Con los ojos distxaídos, como
generosa la figura espléndida, y ya que no para salirme porque no lo he del- que piensa en la patria, llegué al teatro de la heroica señora de
menester, para salvarme al menos, envíe a mi algo de aquella luz Aragón. Llena llevaba la memoria de caladas ojivas, de revueitas volutas,
maravillosa que en el alto corazón, lo colma de grandeza. de anchasconchas raras, de pétreas tablas de palmera. no wlumnas-que
atrevidamente...

A hacer crítica de los dramas de 11. Jo& de Echegaray ee dice que


he salido a esta tribuna. A hacer crítica viniera y no justicia, si por Y no sr>nestassuyas solamentelas obras que han alcanzado aplausos
critica hubiera de entenderse ese mezquino afán de hallar defectos, ese justos. Cuentan entre las más notables sus amigos En el pilar y en la cruz,
celo del ajeno bien, ese placer del mal ajeno, huéspedesciertamente más no puede un riguroso examen levantarlo a pesar de su incontable
indignos de pechosgenerosos. Crítica esel ejercicio del criterio. Destruye belleza de defalle, de la novedad y brío de sus cuadros, de sus poderosas
los ídolos falsos, pero conserva en todo su fu!gor a los dioses verdaderos. situaciones dramáticas, de su versificación galana y robustísima, del rico
Criticar, no es morder, ni tenacear, ni clavar en la áspera picota, no ca sabor de époka que a esta obra distingue, a la difícil altura que otras
consagrarseimpíamente a escudriñar con miradas avaras en la obra bella obras de este poeta alcanzan. Si crear caracteres externos, pintar bella-
los lunares y manchasque la afean; es señalar con noble intento el lunar mente lugares y sucepos,crear originales resortes, acumular incidentes
negro, y desvanecer con mano piadosa la sombra que oscurece la clbra fuertes, y provocar con ellos la catástrofe, fuera hacer drama bello,
bella. Criticar es amar: y aunque no lo fuera, no está en que iniciemos seríalo grandemente En el pilar y la CTUZ. Pero no hay en esta obra
4poca favorable a la agitadora y dura crítica: que en-las horas de riesgo ulterior pensamiento ni tiene filosófica importancia, ni incita a imitar
y de combate, cuando las penas de !a lucha vienen y tintan el animo con su ejemplo, como La E. del V.s como En el P. de b Espada4... al
más heroico sacrificio con el más natural ejemplo.
sereno, cuando no sobre firme tierra sino sobre arena movilísima, fresca
Este drama, robusto por obra de forma, débil por obra de concepto,
R trechos y oscura, descansael pie agitado, es ley suprema, urgente y
con ser bastante a acreditar un nombre literario, no ha servido a aumentar
salvadora la hermosaley de amar.
el renombre merecido de su autor.
Rapidisimo estudio: frutas apenas maduras de lectura inquieta y Kuidosa ovación acaba de hacer el discretíaimo público de los estrenos
breve, impresiones queridas; perfiles pálidos, bastantes sin embargo a de Madrid a su obra última En el seno de la muerte. Merecíalo a fe el
acusar toda la extraña y vasta grandeza del poeta creador, que no es
poeta quien no crea, tales serán ioh bravo dramaturgo! las ofrendas que 8 La esposa del arengador
merece tu atrevimiento que sanciona con sus aplausos la crítica y con 4 En el pwio de lo espada
96 MARTí / EUROPA ESPAÑA 97

libro. fuera más que a! grupo de pensamiento, al grupo de obras mera. de frac y de elegante traje,-y era tal y tan alta que lo que en la escena
mente literario9 pertenece.Aaracteres extremados, en la generosidad o se decía, como nacido parecía de aquellas ojivas y ajimeces, de aquellos
en el odio, y alguno incomprensible y vacilante; engranaje habilísimo y /Irabes montaraces, y aquellos arrogantes hijos de Aragón que me
natural de pasiones realmente dramáticas; sabia a,gpación de los ocupaban la memoria.-RepresentábaJe un drama de Don Jorge de
incidentes; distribución felicísima de los efectos; todo vendría a hacer Hayaseca. Era la obra un argumento nuevo, candoroso y profundo; eran
de En el seno de la muerte obra capital, a no girar toda ella, como en su :os versos clásicos y pueriles, admirables y vulgares; era, en suma, El
término se adivina, sobre una situación final en que lo verdaderamente Libro Talonario. Entre extrañas escenas, como domado rayo que pugnaba
grandioso se va de mano con lo inútilmente terrible; se creó un drama por abrirse paso en el seno de la nube y en puntos lo quebrase en varillas
poderoso para una situación que no Iogr5 feliz desenvolvimirnto.-De- de oro brillantísimo.
cártese drl !ibro la catk.strofe-y parece violento, no }JOr serlo. sino por Vivir es peregrinar.-Nuevos soles me vieron en la tierra de las
oscurecerse siempre el genio cuando la reflexión... águilas y el sol: la hers
comprende bien lo horrible estético de Schiller.
Hombres q. se estiman no vienen a ser apologistas ciegos, ni ciegos
OTROS APUNTES detractores. Lo primero supondría candor, y esprit de suite, aquello que
Richelieu decia que no tenía Corneille; lo otro supondría envidia

Ena y E’.LÍ. una mujer que mancha con cl pensamiento adliitero la tales impresiones y memoria la tajante, ’ la mellada cota, la resuelta aguja,
almohada pura del tálamo nupcial-llega, con ser causa de la muerte de la elevada ojiva, transportaban mi espíritu a aquellas viejas épocas sólidas,
su esposo a quien verdaderamente ama, a ser despreciada por su hija. El en realidad más defectuosas que la nuestra, pero que nos complacemos en
crimen tiene su lógica.-Quien transige con la conciencia, !lega hasto tener por ellas, por cuanto padece el deseo de lo que no se tiene, pasado
el fin del camino. En puntos de honor, no hay más camino que el camino o porvenir, inagotable leña que mantiene esta hoguera de la vida. Grandes
recto.-La pasión es cl disfraz del adulterio; pero no es su sanción. cosas había de ofrecerme el teatro; con los ojos puestos en una dama
incorpórea, y con la mano en el cinto, como acariciando impaciente una
2 invisible espada, oí una nueva comedia de Iw de entrar y salir;-vulgar
enredo y gracia rica.-Y no alzaba mí mano de la espada invisible, ni
los ojos de mi incorpórea Dulcinea:-que en tierras que no son la propia
sustentan. Paños de oro nmericauo que artesona la oriental Aljafcrín,
tierra, spre. se tiene una Dulcinea querida en quien soñar. Pero de
cortados estribos de anchos puentes; bordados y elocuentísimos balcones
súbito, encadenada mi vida, me llenaron el alma pensamierltos extraños
que aprisionaban el cuerpo de las damas donairosas, pero no el alma
y sonoros.-iQué cruda rima!-iQué independiente giro!- iQué nuevo
invisible que como todo lo aprisionaba-en la medida de In opresiórl,
argumento! Era una obra de frac, óbra de alcoba, y cuadraba, sin embargo,
tomaban el brío para el amor y la decisión para el combate; morunos
a maravilla a mi atención, i requerida entonces por tan rebeldes y tan
ornamentos, sierpes de mármol, melancólicos altares, retablos que parecen
bruscas imágenes caballerescas! Ese drama era de un hombre desconocido:
cubiertos ya dc grietas y de polvo, más que cantar las glorias de un do
Desaparece Hayaseca: era en suma, un
vigoroso, anunciar el desplome de las ruinas sobre un culto gigantesco
que fenece;-tales impresiones recibidas eu mi paseo zaragozano, me
llenaban el alma en el teatro, cuando, de súbito !a atención encadenada,
o con gozo singular viera obra ilustre.-Era obra teatral humana; obra
6 No estti terminada la palabra.
6 Palabra ininteligible. 7 Palabra ininteligible.
98 blARTí / EUROPA ESPAÑA

3 5

que iba a pintarse humanamente la más varia y solemne obra divina!- dos culpas más graves de nuestro vida moral moderna:
Y vi en la magnífica demanda, mísero el brazo, floja la voz y desmayado
el juicio, no alcanzar el hijo impío a dar muestra cumplida de las la /aciMad del aduhcrio;
grandezas de su madre inmensa,-perdonad al humildísimo guerrero que
y lo debilidad de la conciencia.
eligió para morir la más recia y espléndida batalla-iperdonad al
menguado sacerdote, Con muerte inevitable castiga toda violación del amor jurado,-que
4 para no faltar a él, tiempo hubo para meditar BU alcance y resistencia.-Y
con implacable censura, no entendida a veces por la magnífica violencia
Explícase a fe saña tan loca. Es sino entre los hombres rechazar por con que la envuelve, flagela a esos maleantes raxonadorcs, que hallsn
temerarias o por locas las acciones de que no se sienten ellos capaces. siempre en au propio interés excusa para las villanías que fiiramcnte
En cuanto a mí, yo confieso que la Musa dramática moderna ha ideado proscribe el honor.
pocas creaciones semejantes a ésta en perdón sublime, en grandeza útil, En su Don Lorenzo,-Aevuelve un rko, tras años larguísimos de
cn majestuosa prédica, en delicadísima pureza. posesión, y destrozando con el suyo el corazón de los que ama,-una
La idea engendra obra a la fuerza, la obra de más original aliento fortuna que no es suya.
y trascendencia que ha producido el teatro moderno español. En La Esposa del Vengudor,-ofreció matar un hombre al fatal culpable
Viene luego en orden de importancia, la debatidísima trilogía, que no de un delito en aquel tpo. necesario:-y se le recordó su promesa,-y
alcanza a mí entender el alto objeto que con ella el poeta se propuso. romo él era el culpable, Cl se mató.
No cs esta trilogia, como aquella famosísima de Eschylo, aquella En el Puño de la Espada ,-un hijo se clava en el pecho cruel puñal,
inmensa,a una sombría historia y con divino juicio.-Ea, a lo que parece, que a mantenerse al aire, fuera padrón de ignominia y sentencia de muerte
que lo que pasa por tercera parte no ha sido aún prohijada por su autor. paro su madre.
Tres obras la componen, C.-s y se desenvuelven tres problemas,-con
una moral sola:-todo acto que no pueda hacerse y decirse enfrente de 6
los hombres, lleva siempre a la desgracia y al crimen. Esto es propósito,
honrado y necesario sin duda, pero no gigantesco, de la trilogía. Y tal es Cómo empieza y cónro acaba: ése es el dolor que analiza; isn
Pécase con el pensamiento, y esto castiga, con verosímil y extraña es la culpa que flagela* .-Un hombre bueno adora-a una mujer que lo
catástrofe, de la realidad sacada y por los realistas censurada luego-C. ama-y confundiendo una inquietud del deseo con una pasión cierta.
Y . .. paga un grave sacrificio del eaposo con pensamientos-nada más que con
Pécase sin la voluntad, y en esto he de censurar rudamente al ilustre pensamientos-de culpa:-con pdabras, con cartas. He aquí el crimm.-
drami;tico, porque sin la voluntad no se peca-y nace, segkr él, ciel Aterrada la culpable, anhela vengarse de su propia debilidad en el que
drama por fortuna bien salvado con una invencible peripecia, inevitables a ella la excitó, y que, a consecuencia de IRI falta, va a alzar en duelo
desgracias, de lo que no puede decirse originada. Pécase con !a voluntad la mnno doblemente homicida sobre el esposo.
aunque en condiciones que de no excluir la naturaleza tienen que excluir
el pecado-y paga la pecadora con la muerte la culpa de su arn?r.
Eata es la esencia de estos dramas, que Pasmoso problema sc ha llamado-al que se resuelve el poeta en ese
drama suyo, cumbre y suma, II mi juicio, dt sus dramáticos intentos.:
* Palabra ininteligible.
0 locura o saddad. Ven los miopes: iqué han de ver los miopes?, en
0 Varios signos ininteligibles
100 MARTi / EUROPA ESPARA 101

este drama altísimo, capitales defectos en lo que,_noson más que resortes


secundarios; empeñarseen creer que quiso el poeta, que en este drama í
fue profundisimo filósofo; ,‘a y. de estostiempos míseros si cumplir con lo
que ordena a vecesla conciencia pudiera ser problema penoso! Y aquí se desata la noche sombría. De manera que aquellos etruscos
jarrones, artesonadastechumbres,discretas alfombras, mórbidos mármoles,
Ridículo Bayardo. novisimo Quijote, lanceador de las aspasde molino,
cuantiosos valores, pesadísimas arcas,-son bienes involuntariamente
Y ...l” que tanto...“, se ha llamado al héroe del ya famoso drama, que si
hurtados por Lorenzo de Avendaño. Son de aquellos a quienes sin la
no lo fuera por su magnífico, apretado y lógico conjunto, fuéralo por cada
existencia de un hijo falso hubieran pertenecido. Y tal vez gimen en la
monólogo, por cada una frase de aquella admirable epopeya del deber.
desventura y tal vez amasancon lágrimas su pan. iY ha de ser hombre
honrado el que posea a sabiendas lo que sabe que a otros pertenece!
i Desaparezcatanto fausto,-enójwe la duquesa,-gima la doliente madre,
Muere un hombre opulento sin hijos, y ganosasu consorte de heredarle -ardan las cóleras en el pecho irritado del amante,-nikguese en buena
su fortuna, un hijo toma, antes de que el enfermo muera, el hijo de una hora la madre del novio a unir a su híio con la hija de un hombre oscuro!
mujer necesitada,de manera que quedaban burlados, con el advenimiento De otros e-sla fortuna de Don Lorenzo.-iQué hombre que se estime
a la familia de la extraña criatura, los legítimos herederos de los bienes, por honrado ha de conservarla en su poder? iY a este combate se ha
que dan por aquella mala arte, en avaras manos. llamado problema pavoroso! i Ay de los pueblos y de los tiempos en que
Crece Lorenzo de Avendaño.-Diole la naturaleza caprichosa, con sutil cumplir con los deberes más elementales se estima como problema
ingenio,-inquebrantable concepto del deber moral.-Vivía Avendaño pavoroso!
en lucha melancólica con esashumanidades y estrecheces,que acá en la Pasmoso simbolismo de que otras de sus obras carecen, y por esto
tierra a tal vil molde ajustan las más hermosasgrandezas espiritualca.- tengo yo esta suya.como la mejor de l%hegaray,-ofrecen los caracteres
Concierta su hija, alma augusta, matrimonio con un joven duque, bueno de este drama. Es Don Lorenzo, la conciencia fosca.-Doña Angela, el
y consecuentementehonrado.-Muy rico es Avendaño; hermosa 1stdon- alma maternal.-El novio, la moral corriente.-La hija, la justicia
cella; decidor el galán:-ambas madres, i felices!- i Oh, día de oro! heroica.-La duquesa, la preocupación vencida.
Pero hay una madre perpetuamente pálida, que ha espirdo en la Y el conjunto, por el respeto que aquel mártir inspira, por el clamor
sombra todos los movimientos de un hijo, que ha contenido en su garganta unánime que arranca, por los débilesa quienesjustifica, por los menguados
los gemidospara que no fueran a turbar la ventura de su hijo verdadero, a.quienes convierte, es, sobre todo, pequeño defecto de la trama, sobre
del muy rice Lorenzo de Avendaño. Y al fin, cuando surcando, surcando, algún sacrificio de
las arrugas de la frente han llegado ya hasta su corazón,-cuando la tierra
se abre a sus pies,--+omo solicitando sus despojos;-apretando con una 8
mano la mano clavadora e impaciente de la muerte, llama sobre su pecho,
agitado por todas las tempestadesque en él mueren en la grandeza y el La U.N.‘-, O.L. o S.la su extr$ía, y a mi juicio, no afortunada trilogía.
dolor de un sublime secreto, a aquel hombre engañado, y como única Yo tenía especial prevención contra La Ultima Noche:-Alguna
satisfacción de una terrible vida, bajo, muy bajo, de manera que la situación violenta,-algún descarnado propósito, la singularidad de la
enemigatierra no lo oiga, dice al fin “iHijo mío!“-iSi era SU hijo! representación, habían alzado en mí enemiga.
Pero hoy, que para proclamar no ciega simpatía, sino esa estrecha
Y ihay quien ha dicho que es inverosímil este único grito de aquella
observación, mi juicio, hoy que la he leído, acato la alta obra, sumiso
pobre madre! me arrepiento. El pensamientode L.U.N. es de esosque no caben en todas
las frentes,-por eso hay tantas frentes que se abruman con su peso.

10 Palabra ininteligible. 12 Lo última noche.


*l Idem. 18 0 locuro 0 santid&.
102 MARTf / EUROPA ESPAÑA 103

Es Don Carlos un hombre brillante, de los que ponen grandes cuali- tribuna antes que lisonjear debilidades, se enlute y se derrumbe.--Que
dades al servicio de la más vil de las ambiciones: la ambición de hacer sea la escena teatro en forma artística, sin excluir :os magníficos tipos
fortuna.--Carácter monstruoso, es, sin embargo, un carácter humano.- eternos de esasespléndidasaspiracionesy soberbioscastigos que levantan
Es un Byron de la Bolsa. Es un corsario de las almas. Es un terrible v fortalecen a los pueblos.
Manfredo amistoso.-Cdo. le arrebatan a la que ama, árbol quebrado que Respondena este concepto en Eschylo
anhela para saturarse‘la savia rica de un arbusto joven, yérguese terrible,
y como tigres hostigados saltan y se le enarcan en el cerebro las ideas.- 10
Y este hombre que lanza a la muerte a un joven a quien ama, porque con
la revolución a que lo empuja baje ochenta céntimos la Bolsa,-que Bajo el cielo límpido, donde las estrellas tienen esaluz blanca y vivida
‘quiere para sí, con el tenaz deseo de la edad madura, la niña pura a quien de las estrellas de América,-donde la plegaria del gran Netzahualcóyotl
su hijo adora;-que al molde de su caja pretende torcer el alma de su se oye aún en el solemne rumor de las sabinas, en ios melancólicos
hijo, y casarlo con la hija rica del banquero de cuya caja ha menester, lamentosde las ruinas;-donde no hay piedra que no recuerde un agravio,
--este hombre, al fin del drama, gigante al fin vencido, abrazase con ni árbol que no haya dado sombra a un vengador,-allí, entre clamores
supremo grito a la mujer honrada que le ha servido de tenaz, de serena, de entusiasmo,oí despuéssu admirable drama, por la embriogenia, por
de infatigable compañera, como abismo sombrío e insondable que al fin la moral sublime sancionado, y que vale más que la sublime moral que
muestra en su fondo una estrella radiosa,-y en aquel beso está la sanción la embriogenia...” sobre todo si no es sensatala drjtica que, por todas
del drama, y la inspiración del pensador.-Es el pecado vencido, que las Revistas y todos los censores se ha venido haciendo al Pzuío de lu
llora, al fin abrazado a la virtud victoriosa. Eapa&.--Por criminal deseovencida en el asalto de un castillo, las llamas,
Esto es, despojado de su carnal vestidura, de su artistico ropaje, La temibles, ocultan la maldad que un hombre infame realiza en una delicada
Ukima Noche .-Y luego, en asombrosoepílogo,-que ha salvado ya con criatura. De la maldad enfermó y de la maldad le nace un hijo. Destinada
su fama hasta las fronteras españolas,-aquel pecador impenitente, a casarse; cásaseal punto; desmayada pasea largos días del brazo de
separado de cuantos ama, viene a morir al borde de la mar, y cuando su respetuosomarido, de él no tiene otros hijos; parécese,en la hora del
conflicto de tal manera el hijo del delito al delincuente, que nadie ve
imagina que su orgullo satánico ha triunfado, que ha ahogado los clamores
al mancebo, caballero en negro alado potro, sin imaginar que es aquel
de su corazón;-cuando disputa a la Muerte 103 últimos centavos de
mismo que en ancho cuadro luce de viejo en las paredes del castillo del
gananciasque pueden darle las luchas de la vida,-muere, al fin, rodeado
violador, cabalgando en potro alado y negro.-Si pálida y enferma paseó
de los suyos, soberbio delincuente arrepentido, y siente que se lleva un
la esposalargos días de brazo de un esposocaballero; si no tuvo sucesión
abismo en el alma, y no quiere alejarse de la vida sin el beso de un
en la sinventura Doña Violante la casade Monada, sí se parece el soberbio
niño.-Y; iea odioso, y es criminal, es repugnante!-Repugnante abrir
Fernando a su villano engendrador-no padre-de manera, que al ver
las puertas del cielo a un pobre réprobo con el beso de una encantadora
el retrato de Don Juan de Albornoz todos creen que es el retrato del
criatura.
nobilísimo Fernando,-de D. Juan de Albornoz es hijo el héroe; y
subsiste en todo su esplendor el alto drama, por cuanto las leyes de la
9
probabilidad y de la semejanza,y del respeto

Es condición signalante de los grandes bombws ei desco de acudir


a los malesde la época.-Vigorizan este noble deseo,la escena,la prensa,
la tribuna. Quiérese, por este concepto, que los hombres honrados han
de volver la pluma al corazón y clavársela en él con mano fuerte, antes
de ponerla en. el pap:! traidor manchada de mentira.-Que esta fiera 1’ Palabra ininteligible
104 MARTf / EUROPA
ESPAÑA 105

ventura, raortes, de puro rebuscados en lo real, extraños y mezquinos;


ll
y como generadas de ellos, tirantes situaciones, viciosas por su origen;
y, entre espléndidos versos, ,versos oscuros; y, por los rigores del metro,
el hijo. iQué vale la vida o ni para qué se ha hecho la vida, sino para
perderla dignamente? ideas confusas; y, por ese culpable afán de adecuar a la baja vida diaria
Clávase D. Fernando en e.l pecho el puñal alevoso, y con él queda el elevado pensamiento ético, caídas de águila en la arena, interrupciones
ignorada para la tierra la vergüenza de Doña Violante.-iQué mejor bruscas, en suma, de la divina grandeza, porque se siente el poeta
sepultura que el pecho de un hijo para la deshonra de una madre? arrebatado, por la humana existencia, a que lo solicitan en mal hora los
Interrúmpese de súbito, para tomar nueva forma, la obra del poeta.- afanes críticos y condiciones analizadas de la época.
Hombre de BU época ha de ser el que quiera ser benemérito de su ;Oh! la fábula es cierta, y este drama ha de haber desbordado la
época-Lúgubres señales van teniendo los tiempos presentes, y es fuerza sangre de muchos infortunados corazones.-;En los matrimonios poco
poner coto a esa cotización de las virtudes, a esas genuflexiones de la sólidos-y sobre amor entrañable, soberbio, retador, desafiador de todas
conciencia, a ese bizantinismo del honor.-Idolo moderno es el hombre las miserias.--sólo amor entrañable, intimo conocimiento, equilibrio de
acaudalado; por nimiedades pasan las virtudes, en sus lidias con el condiciones espirituales, y estimación arraigada y profundísima, tienen
acrecimiento de los bienes;-y, por mérito o cosa de poca monta laa sólidos los lazos del amor; en matrimonios no bien apretados suelen los
manchas del tálamo,-y por aquijotado y bayardesco el que a la satisfac- ocios novelescos de la imaginación hallar empleo a tal mancebo donairoso,
ción de su conciencia sacrifica los humanos bienes.-Y ha de ser el a tal orador feliz, a tal poeta afortunado, que clavan insolentemente los
teatro, flagelador de los persas, con Eschylo,--precursor de las libertades, ojos osados en los ojos de la mujer por cuyo bienestar de alma y de cuerpo
con Shakespeare.-Anunciador del moderno fiero espíritu, con Calderón, combate apasionadamente en aquel mismo instante el noble esposo.-Y
-azotador tremendo de las16 injusticias, con el romanticismo de 1838--ha isuele a veces el lobo rapaz llevarse la presa hermosa del león !-Y luego,
de ser el teatro, vivísimo reflejo de las dominantes cobardías,-0 susten- en la hora del examen solitario, cuando entre las sombras de la noche
tante brioso del verdadero concepto de la honra e imponente Daniel en el resplandecen mcís y más las claridades de la conciencia, cuando los ruidos
culpable festín de las conciencias.-iOdioso, extravagante, repugnante! del día, fragorosos, no asaltan ya las voces de la hermosa; cuando el
i Así claman los lastimados, los celosos, los sacados a la vergüenza, 10s amante afortunado, héroe de pasillos oscuros y traidoras cortínas,
ofendidos! iqué no dirían en el terribilísimo banquete los cortesanos de --mendigo vergonzante, miserable espia,-se alza ante el espíritu afligido
aquel impuro Baltazar? de la pobre mujer equivocada, enfrente de aquella otra figura grave,
pura y radiosa, ejemplo, fuente y molde de sus hijos, que en aras de la
12 esposa sacrificada, con todas las realidades del deseo, todas las solicitudes
de la energía, toaas las regias voluptuosidades de la gloría,, cuando
Graves defectos, interrumpen las peregrinas bellezas de este drama. A enfrente del mozo gallardísimo, de quema’doras palabras y de vibrante
los fulgores siniestros de la pasión culpable; a los pensamientos perfu- acento, de vívida mirada, surge sereno y pálido, dormido sobre la labor,
mados de una niña pura; a la evangélica fe, a los desgarradores y humanos el hombre casto que, como el pelícano de la fábula, se abre sonriendo
lamentos de un esposo enamorado,-que tal van poniendo, entre drama- el pecho para alimentar con su propio corazón a sus hambrientos hijos;
turgos y almanaques, la grave institución del matrimonio, que van siendo -cuando a su lado reposa en el manchado lecho la imagen venerada del
el amor y la galantería en los maridos dotes extrañas y cualidades trabajo y con mano febril golpea en la almohada, caída ya de las espaldas
pecaminosas; a aquellas lágrimas de hombre, a aquellas sospechas de la mentira propicia, exigente y avaro, irritado y despótico fantasma del
Angeles, a aquellos rubores de mujer, que son, a fe,-mal que pese 8 delito, la espantada conciencia se revuelve y el esposo noble que al grito
los celosos y a los émulos, muy grandes bellezas,--mézclanse por mala se despierta ve abrazada a sus píes,-como aquella de Magdalena en lo
afligida, ia la llorosa y mísera culpable!
1s Palabra ininteligible. Ese es el drama.
106 MARTí / EUROPA

13

Tiene defectos a fe:-también los tiene Eschylo; ama las descripciones


de lo horrible;-también las amo Eurípides;-aspira a lo sublime trágico,
tócale cuando lo logra, sin denigrarlo cuando no lo alcanza, que muy alto
tocó Píndaro, y fue una vez vencido por Corina:-si le falta a veces
elegancia en la acción--gracia en el modo de conducirla,-plástico
conjunto sóbranle nervio y fuerza propios; y resueltamente desentrañaría
el problema que únicamente entraña. Lysippo era más elegante que
Phydias; pero Phydias absorbe a Lysippo, como absorbe al culto CENTENARIO DE CALDERÓN
Eurípides, Eschylo el colosal ; como vence siempre lo soberbio a lo
voluptuoso; lo ideal tipico a lo imitado infructífero;‘” PRIMERAS NUEVAS
Un cóndor altanero, que vuela sin trabas ni medida, vale más que el
ruiseñor servil que imita el canto blando de los jilgueros de la selva:-los
bizantinos del honor y la conciencia aman más a los serviles ruiseñores.
Vuele siempre el poeta, con alas manchadas de humanos defectos,
sacúdase con celo de sus manchas,-pero si con ellas ha de volar, vuele
siempre, vuele sin descanso,-buscando eternos tipos, que aún no logra,
pero que ha de hallar al fin;-iComo aquellas de Eschylo, como aquellas
de Schiller, como aquellas de Shakespeare!-Nadie imite al que vuela
-que tiene sangre de esclavo el que en literatura, como en algo, imita.-Y
tú, ioh fecundo, oh divino pecado, oh sublime pecado, a que en la amarga
tierra llaman genio;-

tB Varias palabras ininteligibles.


Honrar a los muertos es vigorizar a los vivos. Ya nos llegan noticias
de ía celebración del centenario del más alto poeta que ha rimado en
romance. Madrid ha hervido en fiestas; las iglesias, en luces; los per%-
dices, en ingenio; las calles, en soldados y estudiantes. Han vuelto a cortar
el aire con sus arrogantes giros los manteos, y a golpear el suelo las
luengas bayosas, y a taconear por las calles de la corte, aquellos elegan-
tisimos chapines, presos en fortunadas virolas de lustrosa plata. Que asi
como los hijos cobran fuerza con el ejemplo honesto y vida preclara de
los padres, así los pueblos,-y con mayor razón cuando se sienten
desmayados y confusos,-acuden a reanimar su espfritu turbado en la
gloria serena de sus grandes hombres.
No ha mucho erigieron los madrileños estatua valiosa, frente al hogar
de la comedia española, al que hizo sesudos a los galanes discretos de
Lope, y enfrenó con sus sentencias a los reyes, y con la osada humanización
de abstracciones soberbias redimió de sus públicas y grandes vergüenzas
aquellos tiempos menguados en que España, como cuerpo podrido, fue
perdiendo, con lúgubre presteza, sus comarcas mejores; aquellos tiempos
híbridos en que de cabellos de sus damas hacían trenzas para sus
sombreros los galanes, y en vivo añil teñían sus cartonados cuellos, y en
cárceles de perfumados untos mantenían de noche, para que lanceasen
así mejor al dia siguiente corazones de damas, los rebeldes bigotes, do&
espeso de teñidos labios. Y el sol, al quebrar su luz sobre la frente de
mármol de la estatua, parece enviar desde ella rayos de oro a aquel
teatro del Principe, casa de tantas glorias, hoy henchida de las voces
osadas y tonantes de un poeta ingeniero.
Lindo es Madrid en todo el mes de mayo, y en sus rubias maíiana~
Amanecen con el día, faenas y amores: cuadrillas revoltosas ríen sin
miedo de loa chistes del don Juan de cuartel que, cesta al brazo, que es
por cierto arma indigna de un soldado, las celebra y persigue; burrillas
próvidas ofrecen al transeúnte su excelente leche; ábrense por manos
perezosas de horteras soñolientos. las casaz de prendas de la carrera de
110 bfARTf / EUROPA tsrrsa 111

San Jerónimo, con sus estantes llenos de las menudas maravillas de los trémulas la hostia, cercado de los canónigos reales, de los párwcos de
herreros de Eibar; las de paraguas y bastones, resto único de las afamadas la villa’, de 500 hombres de iglesia con vestiduras suntuosas, cargados con
covachuelas; y las casas dc libros, donde en fraternal mezcla campean pesadas cruces, con ciriales macizos, con morados y blancos estandartes.
este cuento sabroso de Alarcón, aquel cefiudo poema de Núñez de Arce, Nubes de incienso, como nubea de gloria, dan tinte de ámbar a la ardiente
cuál panegirice inquisitorial del batallador Menéndez, el donairoso libro nave. Himnos solemnes, como de hijo a padre, como de creyente a
de Valera, la crítica traviesa de Palacio. Y discurren por las calleo numen, robustecen el aire.
espaciosas, camino del Retiro: placer antes de reyes y hoy popular dominio, Y vieron luego las absortas calles procesión extraña, que parecía, más
grupos de esbeltas niñas casaderas, escoltados del cesante pensativo, de que de asendereada corte española, de fastuosa corte persa. No ha-visto
la madre provecta, del galanteador tenaz en aquella misma mañana Madrid, ni en aquellos días de la boda de Alfonso con la princesa de
rwogido, mariposilla de verano, que dejará en el corazón su polvo de Austria, en que exhumó la casa regia sus enfermas gloriàs, y pajecillos
OrO, y morirá con las primeras nieblas autumnales. de blanca peluca, y corceles de rojos penachos, y carrozas que, más que
Na bien asomó esta vez el alba del 25, la saludaron ruidosamente los ruedan, gimen, séquito tan kkillante como éste con que se celebraban
caiiones: agitación extraordinaria, como de colosal familia en huelga, bodas póstumas de un pueblo agradecido y su poeta. Bien que en esta
respondió a aquel glorioso clamoreo: pobláronse de súbito las anchas fiesta por parte de los que la iniciaron, hay tanto de interés monárquico,
vías centrales de la villa, y las moriscas y cerrosas de los barrios bajos: como de filial justicia y patriótico ardimiento. Deslumbrado hubiera el
el aire, m,ás que de los saludables elementos que en la mañana lo perfuman, néquito los ojos, hechos a la luz arábiga, del magnífico Fortuny; y de su
cargóse de armonías: catorce bandas militares, reunidas bajo los colosales pincel, y no del de otro, era digno el extraño espectáculo. Tras el rey
balcones dc granito, saludaron al rey. y, como poseídas de júbilo amoroso. joven, y las reales gentes, iban en deslumbradora mezcla, junto a pechos
echtíronse contentas, dando al viento sus más alegres notas. por plazas encorvados bajo el peso de las sobrepellices, pechos recamados de
y callejas; lucientes batallones, cuyas bayonetas relampagueaban al SOI lumbrosas joyas. De oro, mk que de paño, parecian los uniformes. Allí
plácido como si quisieran ser lenguas de fama, tendiéronse en fila brillan- el frac negro y el sable sonad;>r. Allí la placa de diamantes y el bastón
tísima, desde la vieja iglesia de San José, sobre cuya antigua puerta arde con borlas. Allí el Cuerpo diplomático, las Cortes bulliciosas, el Senado
perpetuamente una luz piadosa, hasta el convento humilde, donde, como grave, la Diputación de la provincia, el d6cil Municipio, la altiva grandeza,
los Tribunales juzgadores, y las corporaciones, y los gremios, y los grupos
veneranda reliquia, guárdanse en pared espesa los restos mudos que
fueron un dia cárcel de aquella alma elocuente. Las gentes andan de literarios de España, y comisiones incontables de cuerpos de letras
prisa. Como que revive el pueblo cansado. No pesan a los soldados los extranjeros. Alfombra de cabezas son las calles, masas humanas las
fusiles. Ondean en los balcones, acariciadas por el aire fresco, lujosas aceras, sol verdadero el Sol, y todos aquellos espíritus, en honra del
banderas: cuelgan de las vetustas casas de los nobles, admirables y pálidos creador de Segismundo, un solo espíritu. Jubileo de las almas, saldo de
tapices: muros enteros de estos solares añosos, o palacios novísimos, están deudas de odio, savia nueva para carnes viejas, fuerza que se recibe en
ornados de muy ricas telas. pago de la justicia que se hace, apretamiento y rejuvenecimiento: he aquí
los centenarios.
La iglesia se ha ataviado con sus galas mejores para honrar a SU
grande hijo. Noche del trópico, seno de estrellas, ramillete de luces parece Las calles se estrechan: la procesión entra en los barrios bajos: luego
el tenebroso San José. De terciopelo negro, ‘con doradas franjas, están de andar tres millas, menguada parte de ella, de que continúa siendo cerco
cubiertas hasta las ventanas las paredes, los altares, las columnas. Cegador vivo el pueblo ávido, penetra en la nave del Convento de los Presbíteros.
catafalco álzase en medio, blanco como el mármol, vestido de cirios, La procesión dobla de nuevo las rodillas: a la derecha del altar está en
coronado del hábito noble de Santiago que mejoró, con llevarlo sobre sí, el muro el retrato de aquel hombre de su .tiempo y de todos los tiempos,
el famoso don Pedro---y los vestidos del canónigo-y el birrete de SUS filósofo rebelde y siervo manso, rey de suyo y soldado de reyes, gran
órdenes. Un pueblo de sacerdotes reza: el rey y las infantas están meditabundo, gran esperador, gran triste, sacerdote más que por creencia
airodillados: siete obispos ayudan al primado, que levanta con manos en lo divino, por desdén en lo humano: Calderón de la Barca. Y cántase
112 MARTí / EUROPA ESPAÑA 113

el responso. La procesion, como caja de joyas que se quiebra y esparce eclesiásticalicencia, y se tasaban antes de su venta, para que no pudieran
en hilos fúlgidos, dispérsase. En palacio volverá a reunirse por la noche. ser vendidos en más de la tasa, como este escrito del satírico, que se tasó
Del 25 fue la procesión pomposa: del 26 la alegre fiesta humilde. en seismaravedisesel pliego.
iQué muchedumbre! iQué júbilo en las calles! iQué grupos de hombres Tal parece este número de El Día salido de las prensas elegantes de
canosos,alegres como donceles! iQué especial sonrisa en labios de los María Quiñones, o de las más correctas de Francisco Martínez, o de
militares viejos! iQué andar y bullir de las mujeres, con sus vestidos de las trabajadas de la Imprenta Real. Abren el número curioso, a modo
colores, como rosas humanas! i Qué homenaje tan puro ! ivanguardia de programa, todas aquellas máximas monárquicas que aún andan, por
de hombres montados abre el paso: de Salamanca parecen fugitivos ese extravagantes que parezcan, luchando tercamente con las nuevas fórmulas.
centenar de estudiantes que les siguen, ataviados a la usanza antigua, Hoy reina el pechero, hasta en la casa real. Y entonces, por el placer de
arrobando con sus guitarras cautivadoras los oídos suspensosde esa su rey moría el pechero, frente a Montjuich, de bala catalana; en
hermosa marcha que para ellos ha compuesto el maestro Arrieta. Olas Villaviciosa, de bala portuguesa; en la. airada Flandes, en la despedazada
de gasavienen luego, con su espumade flores;-y son niñas de las escuelas Italia, a la voz del afamado Espínola. De las rebeldías y pujos liberales
de Madrid, 500 pequeñuelas vestidas de blanco, envueltas en velos, de los nobles; de los pueblos fronterizos y extraños, que andaban de
coronadas de rosas. Gusanillos innúmeros alados les suceden-y son los solar en solar real, como bola de goma cambiada con estrépito, y con
flameantes banderines que cargan rapaces incontables, alumnos de las manchasde sangreen los vaivenes de la guerra; de la saña contra Francia,
escuelasmadrileñas. Tras ellos, loe que se educan en altos colegios. Tras elevada a dogma; de la supremacíaeclesiástica, que era tal que más que
éstos, portando ufanos lujosos estandartes, los matriculados en Facultad el cetro, dictaba leyes la enérgica sotana; de la palabra del monarca,
Mayor. Y los maestros, en su severo traje, con su bata de seda, y su tenido como sol y como manto del miserable pueblo; de todo aquello
birrete negro, con su mota y colgantes azules los de Filosofía, y blancos habla como de cosa presente y corriente el número de El Día. Autoriza
los de Teología, y los de Medicina, amarillos, y rojos los de Derecho. la publicación la licencia de la Iglesia. Diserta, en habla sabrosa, con
Deja la generación naciente el Paraninfo luminoso, donde han hablado su esmeradaciencia histórica, y su pasmosoconocimiento de los conflictos
tantas veces Sanz del Río, Castelar, Sahnerln y Moreno Nieto; laa anchas de la casa real de España, Cánovas del Castillo sobre las infortunadas
escaleras, presididas por la blanca estatua del cardenal Jiménez de guerras de la época, y la penuria de las arcas, y el retaceo incesante e
Cisneros; los espaciososy nunca solitarios corredores. Atraviesa las calles inglorioso del territorio nacional, sinuosidadesvisibles del gran combate
rebosantes; oye murmullos y aplausos lisonjeros; y llega al pie de la interno entre el derecho a pensar, y la costumbre de manejar, como a
estatua de Calderón, y la cubre de rosas. fiera ciega, el pensamiento. T a1ero, de pluma fecunda, escribe sobre
No hay mano, en tanto, que esté desocupada. Desde la mañanita del aquel Consejode Indias, tan poderoso y tan solicitado, y aquel de Castilla,
25, como en París en aquella mañana crudisima de invierno que sucedió tan encendido y turbulento; y sobre la guerra en la Holanda, consagrado
a la abigarrada y extraordinaria fiesta en bien de los inundados de Murcia, refugio de las libertades perseguidas, y las de Italia, teatro en aquellos
no hay madrileño elegante, ni forastero tosco, que no lea con ademanes tiempos de hazañas de virreyes, o de la genial grandeza y gloria popular
de asombro un singular periódico. Es El Día, este diario de Madrid de Osuna el misero. De los conflictos de Flandes, en donde andaban más
notable, que ha publicado con tipos del siglo 17, y estampasde antaño, que por sobre caminos, por entre lagos de sangre, los caballos españoles;
un ejemplar que lleva esta fecha: 25 de mayo de 1681. Tiempos eran de Turquía, caída desde el trono de Solimán soberbio a los pies de
aquellos en que parecían las esesefes: y por b se ponía v, y a la margen Mustafá el imbécil; de las deliberaciones de la Casa de la Villa,-así
de cada párrafo se sacaba EU extracto, y por “tiranos” se escribía llamada porque en su ayuntamiento, tiene el pueblo casa-; de la rebelión
“tyranos”, y por “Quevedo” “Qvebedo”; y en que olía aún a tinta fresca de los Mendoza, Almeida y Mello, que quitó de la cabeza de Felipe y puso
un cierto folleto que adornado con la cruz de su hábito, había enderezado en la de Juan de Braganza la corona real de Portugal; de la traslación
a Luis XIII de Francia el mordaz don Francisco, “señor de la villa de la de los restos del poeta de San Francisco a las Descalzas,y menudencias,
Torre de Sau Juan Abad”; y en que se imprimían los libros con cornposicikr y orden del séquito; de las novedades de las colonias, de
ESPASA 115
114 MARTi / EUROPA

Leal escenas de balcones. De un álbum alemán están sacados eatoa


las corridas últimas, del cambio de aires y dineros; de tanto escribe,
rechonchos frailes, y aquellos caballeros, prestos a entrar en liza.
con infatigable p!uma, el asiduo Talero. Con pomposo lenguaje que
No hay mano, en suma, que no ostente su número de El Día; ni meaa
porque no deje de ser suyo, no ha querido, como los demás que en el día
de café en tomo de la cual no se trate y discuta, con comentario
escriben, amoldar al habla vieja gallardísima, estudia Castelar la obra
ardorosísimo, la significación real del centenario; ni monárquico sesudo
del poeta, que con serlo, y ser soldado, y fraile, y caballero, fue expresión
a quien engañe, sobre la duración de la monarquía, eata exhumación da
viva y acabada de aquel. siglo español, sin que, a juicio del estudiador,
añejas pompas; ni republicano pensador a quien alarme eate dealumbra-
hayn,por encima del genio de don Pedro, más genio que el de Shakespeare.
miento fugitivo. Pero es lo cierto que cuando el centenario paae, España
De Londres escribe a Calderón don Alfonso de Cárdenas, y firma la tendrá una gloria más, por haber celebrado bien sus glorias. Que no
misiva el conde de Casa-Valencia. De Cataluña viene otra, en que se merece tenerlas el pueblo que no sabe respetarlas.
narran desastres de guerra, y cosas dolorosas, nacidas de la osada y Esperemos, para decir más, .completas ríuevas.
descompuesta política del Conde-Duque de Olivares: y fírmala Vidal de
Valenciano. Otrs hay de París, suscrita por 1. B. en que se cuenta la JOSf MARTí
conspiración del conde de Soissons. Cayetano Rosell esboza con su pluma
acadcmica, la brava y noble vida de don Pedro, y con su erudición La Opinibn Nachtd. Caracas, 1881
señaladísima, apunta datos y acumula nuevas acerca de la edición segunda
de sus altas obras. Don Pedro de Madrazo dice, con su elegante y sobrio
estilo, cosas buenas de los pintores singulares de aquel tiempo, poetas de
la tierra, como Velázquez, y como Murillo, de la tierra y del cielo. Manuel
Cañete nos lleva de la mano-que él está hecho a esos paseos-al estreno
de aquella floridísima comedia, olorosa a boda y a tomillo: “Mañana de
Abril y Mayo”. Tubino, este español que escribe como Taine, discurre
sobre cosas de escultura en aquella, para este arte, ingrata época. El
joven Menéndez da ese color de biblioteca que tiene cuanto escribe a un
estudio sobre el falsificador famoso, con escándalo grande procesado,
Miguel de Molina. Como vaso árabe de metálicos reflejos resplandece la
ingeniosísima charla cortesana, de amoríos y de fiestas, y de riñas famosas,
y de choques, enredos y comedias de baldeos y basquiñas, que firma ese
mudéjar renegado, de pluma de colores, Alarcón.
A tanto texto rico, une este ejemplar donoso dsl diario madrileño
estampas de valía. Ya es el frontispicio, con su cabeza enorme y caudas
mitológicas; ya un retrato de Calderón, grabado por Entenhard. 0 el
retrato del altanero Conde-Duque, de Pontius celebrado, o el de Quevedo,
tan grande como el que más, de los que fueron en su tiempo, o más que
todos, por Juan de Noort. En esta página se admira, surgiendo de ropaje
complicado, la efigie de la duquesa de Braganza, nombre a España funesto,
y a su desventurado rey Felipe; aquel otro retrato es el del marqués de
Vélez. Si se desdobla por aquí el periódico, vese el Palacio Real, que
parece, más que casa de reyes, casa de la monarquía: si por allí se desdobla
se ve el hermoso Alcázar. Sarabia ofrece escenas de batallas; Valdés
EL CENTENARIO DE CALDERÓN
En Madrid no ha cesado la gorja. Cestas de rubios vinos han cambiado
de aposento en las fiestas alegres del Hipódromo y de motivo de deseo en
sus mohosos envases, han venido a ser regocijo de la sangre en laa
calientes venas. Sobre certámenes, carreras de caballos. Y a par de
éstas, las de toros; no ya con duques y marqueses como arrogantea
rejoneros y diestros lidiadores, con sus cohortes de pajes vestidos a la
turca, con sus penachos de cristal en hilos, y en sus turbantes encajada
la media luna de plata reluciente, y sobre sus hábitos rojos, matizados
de viva argentería, golpeando el corvo alfanje; no ya con aquel robusto
señor de Medina Sidonia, que en las bodas del rey de los hechizos con
la francesa Luisa, de dos embestidas de su rejón dio en tierra con dos
toros; ni con aquel don Córdoba, que de la manera de caer hacía triunfo,
y fue aplaudid-al alzarse del polvo entre sus cien verdes moriscos,
enlindados con cintas muy rojas-por palmasde duquesas;ni con aquellos
atrevidos marqués de Camarasay conde de Rivadavia, que se entraron en
liza, con séquito de negros muy .galanamente puestos.de tela pajiza, y
esterilla de plata, apretados de argollas los tobillos y de esposaslas manos,
en signo del poderío y riqueza de sus dueños; sino con estos matadores
de oficio, reyes de plebe, favoritos de damas locas, amigos predilectos
de nobletes menguados,que tienen el ojo hecho a la sangre, el oído a la
injuria popular y la mano a la muerte por la paga. Mas no han sido estas
competenciasde caballos, ocasionadasa que suenen los nombres de BUS
dueños vanidosos, como Aladro y Villamejor, y Vega de Armijo, notable
por sus artes en política y la entereza de su esposa,que fue de las que
puso a aquella reina pálida, Victoria prudentísima, porque se colgaba
los hijos de su pecho, y las llaves de palacio de su cintura, aquel apodo
de ventera, que a otras mejor que a la apodada venía muy propiamente;
no han sido estos regocijos importados, ni los teros mismos muertos de
la espadadel frenético “Frascuelo” o del ttxvo “Lagartijo”, cuyos retratos,
entre insignias de toreo, lucen en los aparadores de las tiendas a par de
los del joven rey Alfonso, cercado de insignias reales: imás vacila el
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MARTf / EUROPA

trono del rey que el del torero ! ; ni han sido siquiera los esfuerzos loables Cánovas, y la de Sagasta, colérica y mefistofélica; y loa empleados
de la Institución Libre de Enseñanza, donde se explican, sin traba de novísimos ostentan, bajo el rizado bigote que huele a dinero nuevo,
escuela antigua, letras y ciencias; ni la fiesta de música en la casa que perfumado cigarro; y la familia madrileña, con su tipo confuso y andar
la enseña, donde los que en las mañanitas de frío van allí galancetes y suelto, y traje de Francja y habla de Castilla, y aire de Andalucía, acá
damiselas, desafiando cierzos y pobrezas, que son como otros cierzos, a corre y allí empuja, y por aquí abre brecha, y compra flores a la chiquilla
dar empleo y vía a su anhelo de fama, levantaron, en número de de ojos rasgados que se las ofrece, o los programas de la fiesta, que
cuatrocientos, sus voces juveniles en loor del poeta de los autos; ni el hubiesen salido mejor de las prensas de Rasco o la de Arámbura, al
congreso de Arquitectura, que con ocasión del centenario se inauguró; chistoso granuja, de remendada chaqueta y vieja gorra, que suele tomar
ni las sesiones de academias; ni el haber buscado cuna en el primer poeta visiblemente la mota que el programa vale, y, cuaxido no le vean, las demás
dramático vasto y humano de los españoles, esta cruzada que debiera que huelguen descuidadasen el bolsillo de su dueño. iQué pregonar de
tener una lanza en cada hombre: la cruzada de Madrid contra la folletos! iQué vocear de discursos! iQué revolver de los granujas
ignorancia; ni tanto galán de lira e hidalgo de pkñola que fueron,-en vendedores, que, cruzando en velocísima carrera de un lado a otro de la
el suntuoso y ahora churrigueresco teatro de Oriente, en que la sociedad velada calle, fatigan a los guardias enojados, y semejan,envueltos en el
de escritores, de una parte, y el Ateneo de otra, tuvieron fiestas graves, periódico que venden, colosales insectos, que llevan alas que suenan y
-como mariposas de antenas y alas negras en torno a aquellas damas, nido de carcajadas en el vientre! iQué esperar con impaciencia, qué
de alto donaire y bajo seno, mariposillas de alas de colores; ni exhibición comentar con gracia, qué hacer muros de cuerpos, y apretar contra la
de glorias de nobleza, ni recompensas a la virtud, ni declamaciones pared de argamasay repello, viva pared humana! Ya viene la cabalgata
generosas de la sociedad antiesclavista, ni batalladoras asambleas de numerosa; ya se alivia Madrid de su gran peso, porque en raza latina
jóvenes católicos, que suelen echar a golpe de cirio de las iglesias a los no hay pesadumbre mayor que un deseo pueril no satisfecho; la onda
viva, cual mar en que entrase de súbito agua nueva, hínchase, precipítase,
que ven en calma y respeto sus vehementes ceremonias, las que lograron,
oscila, apriétase. Ya aparecen, caballeros en negros caballos, cincuenta
en esos días de holganza justa y patriótico bullicio, encender en pasión
a las gentes, como aquella lucida cabalgata, colmo y corona del anheloso guardias apuestos, a la usanza de hoy, cruzado el pecho de bandas
amarillas, apretado a la pierna el calzón blanco, luciendo en los pies la
esfuerzo madrileño, que arrancó de la calle espaciosa de Serrano, en el
negra bota, el triangular sombrero en la rapada testa, el ancho sable en
barrio de Salamanca, que ha su nombre del rico venturoso que compró
timbres de nobleza, justamente de aquella facilísima manera que Calderón la enguantada mano. Los heraldos les siguen: ocho heraldos, en recios
censura en el alcalde bravío de Zalamea. corceles, vestidos de azul paño, como en el siglo XVII; colgante a espalda
y pecho la amarilla dalmática, realzada en ambos lados con las armas
Descuajáronse las casas, quedáronse desiertas, ,’ echaron sus des-
austríacas; tocados de lujosísimo chambergo; afirmando en 1~ fuertes
lumbrados habitantes a las aceras y balcones que daban a las calles de
estribos el banderín tirante, ricamente bordado, cun su nema y sus flecos,
la fiesta. Por la abigarrada procesión del 27, que fue como redoma de
o el flexible oriflama de asta de oro. Vienen luego aquellas armazones
alquimista en busca de oro, hervidero de intentos incompletos en solicitud
colosalescon que los burgalesesde otro tiempo, y los zaragozanos, y los
de fama durable no lograda, salieron de sus cuevas del cerrillo de San
del viejo Valladolid, y Santander inquieto, celebraban, vistiéndolas de
Blas los míseros goripas, que hay chicuelos vendedores de arena por
Madrid que viven con sus madres y hermanillos, desnudosen invierno, gigantes chinos, o quijotes escuálidos, o togados enanos, las alegrías de
la ciudad. Cien pajecillos, que la muchedumbre aclama, luciendo al 801
en agujeros rotos en el cerro; y las bailarinas dejaron sus balcones de
sereno de Madrid trajes crujientes, varios y vistosos; bellos como ninfaa,
la montuosa calle de la Primavera; y las modistillas hambrientas y
flotando como alas de colores a sus espaldaslas vueltas de los mantos,
elegantes lucieron su vestido meritorio, que ya cuenta tres luengos
pasan como visión dichosa, portando en sus cien altos estandartes tantos
veranos, y para revolotear en el centenario fue repintado, a cambio de un
nombres de dramas.del poeta. No ven con ojos buenoslos curiosos a esOa
peso fuerte, en Barcelona. Y los tristes cesantes, que aún llevan capa
limpia por ser cosa reciente la cesantía, olvidan la marcial gloria de caballeros que ahora vienen, y que con sus casacasde diputado. o de
MARTÍ / EUROPA ESPAÑA

comisionado de ayuntamiento de provincia, que disuenan con los maceros, de escudosque le pesan, todo al fondo, y en el frente arrogante, en que
de rojos y amarillos aderezos,y los afelipados alguacilesque les preceden; ramos de laurel hacen corona a la efigie del poeta famoso, laa cohunna~
como que leshacen caer inopinadamente de sussueñosde gloria fulgurosos del estrecho le dan lados, y entre ellas, señalándolasaltivo, está el feliz
a las realidades domésticaspresentes. Aquí llegan ahora, con trabajados geógrafo, que en procesiones se celebra, pero que llevó en vida vestido
estandartes,10s que venden vino, y trabajan en tabla, y trafican en telas, de cadenas. Bien viene iay! por lo que la sujeta, y la escolta, y la cerca,
y otros ,tráficos. i Ah! iQué pesada la carroza que han construido los detrás de esecarruaje de las colonias, la alta torre, fabricada de caiionea,
buenos vecinos del barrio apartado de Cbamheri! Ocho caballos tiran de que una estatua de Marte remata fieramente; como que envia esteedificio
ella, que es la apoteosisde Calderón, ahogado entre tributos, y lo cerca bélico el Cuerpo de Ingenieros. Atronador ruido sucede: ila artillería
corone ondeante de motes y banderas. que pasa! i Allá obuses, cureñas, ruedas, mulas! Y luego sigue, con
No va mala la carroza del Círculo de la Unión Mercantil, ese que clásico atavío, la Sociedad de Escritores y de Artistas, que bien pudo,
ofrece frecuentemente con tan buen acuerdo prácticas y elocuentesconfe- para ocasión tan grande, halla cosa más propia que esa que, en vasta
rencias de asiduos oradores; bien que no tengan mucho que hacer tan plaza, con sus columnas rematadas de retazos dóricos sobre trozos sin
juntos, ni color lógico, ni de época, ese templo del arte ,de la Grecia, gracia y pulimento, en sustento de ardientes pebeteros, que echan al
simbolizado en columnas graves dóricas, sobre esos barrilillos, y pacas, viento durador perfume, representa el teatro de oro, alzándosesobre aquel
y anclas, que lucen bajo el templo. Gusta, y lo merece--por los autos que se alimentaba de paráfrasis m&eras de Séneca,y glorias de Alejandro
sacramentalesque, al par que anda, imprime en prensa de madera, como y burdfs gracejadas de plebeyo. La muchedumbre, atenta, mira; mas
entonces se usaba, y con gran lidia y bullicio de la gente de las aceras, como llevada del femenil espíritu que se halla en lo que viene, y quiere
echa al aire, como don gracioso,--esa otra armazón de ruedas que ha vdrae, agítase y ae empuja para ver pasar esa ingeniosa f2brica ligera, si
construido el Fomento de las Artes. Esa que ahora viene, muy lujosa y sostenida por hombres invisibles, al parecer tirada por palomas, que
muy grave, sentadasen la delantera las armas de España, con su diadema sustenta al Genio: ésta la hicieron loa maestros de obras. Mas ésta sí
real y sus leones; y simulando en esta punta la coronación del poeta que es oportuna y grave, y acusa que un poeta anda entre los oerrajeros
famoso, y en aquélla la imprenta glorificadora, con una estatua de de Madrid, o un cerrajero entre los poetas. Vibra el martillo; resplandece
Guttenberg: es el carruaje rico de la prensa, y van en estandartes los la fragua; saltan chispas del yunque; percíbenae entre el hervor del
nombres de los periódicos que lo hicieron, y números de ellos sin tasa entusiasmo,el buen clamor y buen olor del hierro: ésta fue la carroza de
se reparten. iHermoso es el estandarte de Manila! Murmullos, y ondeos las cerrajeriti. Ese macizo carruaje que lleva una alegoría de la alegoría
de la muchedumbre, y voces de alabanza, que al fin rompen en vítores, del poeta sacerdote, es del Ayuntamiento. Esta, tirada de doce frisones,
arranca ese movible barco, esa popa arrogante de galera, como las que que ahora sigue, es de la Diputación de Madrid. Y iqué suntuosa!
en Lepanto dieron gloria a Juan de Austria, y a España, con sus remos iVedle sus maceros, tocados de sombrero de riquísimas plumas, con sus
robustos a los lados y su baranda al frente, presidida por silenciosa y muy grandea mazas, y eseestandarte de terciopelo, y oro en realce, con
grande lira; que es el regalo que la Marina suntuosa ofrece al séquito. todas las cabezasde partido, y esaguardia amarilla, tan famosaen tiempo
Estrúj anse las gentes.agitadas: iqué marinos aquellos de Don Juan! iY de Olivares y de Valenzuela.1 De Valencia, cuyas húmedas vegas rinden
éstos van como aquéllos! Las aceras, mal contenidas, se desbordan; las juntos el higo fresco, la naranja dorada y las crecidas rosas, han venido
músicas de Marina, en toda España excelentes, celebran ésta, que a las las florea que de ese carro que pasa ahora vierten sobre las gentes
pasadas deben, bulliciosa victoria. Y ecos de estos aplausos férvidos apretadas. Súbito murmullo, como predecesor de maravilla que ae acerca,
resuenancuando pasa, no ya triste y avergonzada como debiera, por los extingue el de la vocinglera competencia que por hacerse de azucenas y
actualesvivos dolores coloniales, sino regocijada y olorosa, y monumental lirios se había alzado; y es que a las ancas de doce gruesos bridones,
y artística, sonando a palmas y excitándolas, la carroza de las provincias orgullosos de la carga real que portan semejandocon susblancos penachos
ultramarinas, con sus indias de manto rico y plumaje animado en son de ambulantes palmeros, y paseando al sol escamaade oro en los vívidos
América, bajo dosel que lleva el nombre de ocongojadísimaisla, coronada arnesesy echados al ancho lomo mantos muy ricos de tejidos blancos,
124 MARTí / EUROPA ESPAÑA 125

viene, como nación que pasa, y como grupo de andaluzasnubes sorpren- y fatiga el séquito y de alumbrarlo‘ el Sol, en la histórica casa de soldados
dido y atado, y como monte en que el pincel y los colores hubiesen hecho que llaman la Princesa.
poderosa fábrica, el suntuosísimo edificio andante con que España celebra Allá en la noche, en que los teatros hierven, y aqui es un auto, allá
a su poeta, y en cuya voluminosa maquinaria, realzada de amarillo una comedia de reír, allá de celos, y una tragedia en éste, y en aquél un
terciopelo y grana alegre, aparece aquella nación de los Felipes, ciñendo poema hablado, día parece la nocturna sombra. De Calderón es cuanto
de magnífica corona las sienes de su muerto muy amado. IOh, sí! La se representa; de susdramas,con sobra de crítica alemanay escasezvisible
muchedumbre como que sentía temblar sus manos, y encogérsele el de profundidad, habla, en edición doblada, un periódico de jóvenes: El
corazón, y secárs~lelas fauces, vibró de amor y ardor de gloria. Y pasó Demócr~a. De las cosasdel tiempo, y de cómo casó Carlos, y qué sucedió
la carroza, y mucho tiempo hacía que era pasada, y el aire estaba aún cuando Felipe, y cómo se quemabanherejes, y se humillaban toros, habla
lleno de vítores. por boca de un bachiller Alonso de Riaña, que pone en plática corriente
Y cerraba al fin la marcha, como cortejo de respeto-porque es ley las del tiempo, el lujoso Estandarte. Y El Espejo, enamorado de Cánovas,
que honren y acaten a los poetas que no pasan, reyes que pasan,-aquel luce, en número excesivo, efigies de magna gente: de Montalbán benévolo;
carruaje de ébano, gala preciada de las caballerizas de palacio, y ya de Teresa, de amores consumida; de Cano, vencedor del mármol con su
chillante y mate, como si la madera monárquica careciesede buena savia San Francisco, y del lienzo con su Jesús crucificado, mas no de BU
viva, y las ruedas realesestuvieran cansadasde rodar, en que, mortificando desgracia; de Al arcón, que no alcanzó un buen puesto en Indias, y sí
a su hermoso y áspero Felipe con tristísimos celos, paseó tantas veces a máxima gloria; de Quevedo, que ahondó tanto en lo que venía, que los
eu lado la mísera Juana la Loca enamorada. Y palafreneros de aquel que hoy vivimos, con su lengua hablamos; de Zurbarán famoso, que ató
tiempo, en que eran para la librea de los custodios de los reales palafrenes, a la humanidad visible, y robó al cielo falso, la pintura; de Murillo, que
el raso de Florencia, de color de llama, y el oro de Milán para avivarlo, fijó el cielo; de Cervantes, que pasmó la Tierra; del padre Gabriel Téllez.
y la escarlata para la cómoda capilla. Y autoridades, y comisiones, e dueño de la lengua y de la escena, mas no de las iras a que le .mueven
innumerables grupos, pasaron tras de ellos. Y Barcelona, que ha enviado las traviesas damas; de fray Lope, en cuya frente cabían todos BUS
un macero de los suyos, armado y fornido, y bello y grave, a levantar en dramas; del blando Garcilaso; de Alemán el profundo; del sencillo
medio de la fiesta, en lujosa montura, el escudo pujante de las barras. Iriarte; de aquel Solís que embelleció y mintió la historia; del generoso
Y los maceros del Ayuntamiento. Y unos tristes munícipes, de frac ‘y Ercilla, que nos tiene obligados y atónitos con la grandeza de su Cau-
guante blanco. Y unos cuantos caballos, y en ellos seissoldadoscaballeros. policán y de su Glaura. Mas ni en la abigarrada procesión del 27, que
Y la ola de colores pasa y rueda, del Madrid nuevo que tributa la honra, bien pudo ser copia excelentísima de aquellos realestiempos de Mentidero
al Madrid fíejo de quien la honra viene, por la calle Mayor, de que el v Buen Retiro; ni en los galanes de veste noguerada, gregüescosde rizo
poeta, que hoy pasea muerto en ella, huyó espantado cuando vivo, por y recogido fieltro; ni en las damas de guardainfante, porque de ellos les
no oír los clamores de las víctimas que, por dar placer y avivar el celo guardaba, y lechuguilla, que daba amparo al blanco seno; ni en los
reiigioso al menguado don Carlos, iban maniatadasy argolladas, ardiendo retazos breves de época, que alabanza tan grande recabaron, con lo que
ya, antes de arder en llamas de leña, en las de espanto, a morir en la se mire cuanto no hubiese la época completa conseguido; ni en las letras
plaza de los Autos, guiados del estandarte carmesí de los soldados de 1~ mismas impresas, salvo-en lo que ha venido-las de Ei Díu, que es
Fe, y de la cruz verde, la espada tajante y’ la rama de oliva de los maravilla de arte y gracia, halla la mente inquieta, enamoradapor humana
inquisidores. Y por la Armería sigue el cortejo, donde reposan hoy las de aquel poeta potente que dio tipo al ansia de libertad, con Segismundo.
armas que entonces batallaban. Y por la plaza de Oriente, antes lugar v a la de dignidad con El Alcalde, cosa tal que responda a lo que de BUS
de pláticas de nobles, y hoy de desocupados,rapaces y criadillas. Y por hijos bien merece aquel que lo fue glorioso de la humanidad, de España,
el esplendidísimopalacio, por donde corre hoy viento de muerte. Y por del teatro y del claustro, y que, si fue torturado de hondos celos, por
la calle ancha de Bailén, morada de cansados y de pobres, y por calles cuanto no hay dolor mPs vivo para el ánima alta que el de desestimar a
tortuosas, de nombres ignorados, y va a dar, rendido a la par, de trabajo la mujer que ha amado, los dio a sus émulos vencidos con la grandeza
126 MARTí / EUROPA

de su mente altiva, tantas veces celebrada por el blando ruido de tiernos


guantes de tiar, J por la que caminito del teatro, arena entonces
encendida de burlones chorizos y aíborotadores polacos, acariciaron las
calles tortuosas tantos breves chapines, y se revolvieron al viento madrileño
tantos suaves y diestros mantos de humo.

,!.u Opinión Nocimol. Gmca~. junio 23 de 1681

ESPARA

Pintura
GOYA"
Nunca negros ojos de mujer, ni encendida mejilla, ni morisca ceja,
ni breve, afilada y roja boca,- ni lánguida pereza, ni cuanto de bello
y deleitoso el pecaminoso pensamiento del amor andaluz, sin nada que
pretenda revelarlo exteriormente, ni lo afee,-halló expresión más rica
que en La muja. No piensa en un hombre; sueña. iQuiso acaso Goya,
vencedor de toda dificultad,-vestir a Venus, darle matiz andaluz, realce
humano, existencia femenil, palpable, cierta? Helo ahí.
iluego, qué desafío el de esas piernas, osadamente tendidas, paralelas,
la una junto a la otra, separadas y unidas a la vez por un pliegue O~OJUUO
de la dócil gasa! Sólo que esas.piernas, en Goya delicadamente conau-
midas, y convenientemente adelgazadas,porque así son más bellas. J más
naturales en la edad juvenil y apasionada de esta Venus--recuerdan por
su colocación las piernas de la más hermosa de las Venus reclinadas de
Ticiano.
No se le niega a esa Maja-brusco J felii rompimiento con todo 10
convencional,-existencía humana. Si se levanta de susalmohadones,viene
a nosotros y nos besa, pareciera naturalfsimo suceso, y buena ventura
nuestra, no germánico sueño, ni vaporización fantástica. iPero no mira
a nadie!
Piélago son de distraído amor sus ojos. No se cansa uno de buscarse
en ellos. En esto estuvo la delicadeza del pintor; voluptuosidad sin
erotismo.

Había hecho Goya gran estudio al pie de los cadalsos,por entre he


sayones de Corpus Christi y de Semana Santa. Gusta de pintar agujerad
por ojos, puntos gruesos rojizos por bocas, divertimientos feroces paf
rostros. Donde no hay apenas colores, vese nn sorprendente efedo da
coloración, por el feliz concierto de los que usa. Como para ~~O~ODEU
dificultades, suele usar los vivos. Ama y prefiere los oscuros; gris, pardo,
castaño, negro, humo, interrumpidos por manchasverdes, d rojas,
132 MARTí / EUROPA ESPADA 133

osadas, inesperadas y brillantes. Nadie pide a Goya líneas, que ya en cuadrilla. Por allá, otro picador. En este tendido puntos blancos que
Lo Maja demostró que sabe encuadrar en ellas gentilísima figura. Tal son, a no dudar, mozas gallardas con blanca mantilla: y con mantilla de
como en noche de agitado sueño danzan por el cerebro infames fantasmas, encaje. “Fuérzate a adivinamos, dice Goya, lo que yo he intentado a
así 109 vierte al lienzo, ora en El entierro de la sardina,-donde lo feo hacer”. Prendado de la importancia de la idea, pasa airado por encima
llega a lo hermoso, y parecen, gran lección y gran intuición, no nobles de lo que tal vez juzga, y para él lo son, devaneosinnecesariosdel color.
seres vivos, sino cadáveres desenterradosy pintados los que bailan,-ora Aquí parece que quiso dejar ver cómo pintaba, no cubriendo con la
en La Casa de Locos donde casi con una sola tinta, que amenaza absorber pintura 103 contornos que-de prisa, y con mano osada y firme-trazó
con la negruzca de las paredesla pardo-amarillosa-con tintes rosado4e para el dibujo. Dos gruesaslíneas negras, y entre ellas, un listón amarillo:
loo hombres. En eseextraño lienzo de desnudos,uno ora; otro gruñe; éste he aquí una pierna. Y cuando quiere, iqué oportuna mezcla de colores,
i feliz figura! se coge un pie, sostieneen otra mano la flauta, y se corona o de grados de un mismo color, que hacen en este cuadro, a primera
de barajas; el otro se finge obispo, lleva una mitra de latón, y echa vista desmayado, un mágico efecto de luces! Así es la chaqueta del
bendiciones; éste, con una mano se mesael cabello, y con la otra empuña
picador.
un asta; aquél, señalandocon airado edemán la puerta, luce un sombrero
de tres puntas, y alas vueltas; tal se ha pintado el rostro de bermellón,
y va como un iroqués, coronado de enhktas plumas; bésalela mano una
cana mujer de faz grosera, enhiesta la cabeza con un manto; a aquél le Aquí está también de tamaño natural, la celebrada Tirana María
Fernández: la famosa actriz María del Rosario. Goya, huyendo toda
ha dado por franciscano; a éstos por inflar un infeliz soplándole en el
wnvencián ajena, como para hacer contrapeso al mal, cayó en la
vientre. Estos cuerpos desnudos ;no son tal vez las miaeriaa sacadasa
la plaza? iLas preocupaciones, las vanidades, los vicios humanos? ¿Qué convención propia. Al amor de la forma, opuso el desprecio de la forma.
otra forma hubiera podido serle permitida? Reúnelos a todos en un Y sucedió en pintura como en política. La exageración en un extremo,
tremendo y definitivo juicio. Religión, monarquía, ejército, cultos del trajo la exageración en otro. La falta casi absoluta de expresión originó
en Goya el cuidado casi único del espíritu, de la madre idea en el cuadro.
cuerpo, todo parece aquí expuesto, sin ropas, de lo que son buen símbolo
El culto del color, con marcada irreverencia del asunto, le hizo desdeñar
e-soscuerpos sin ellas, a la meditación y a la vergüenza. Ese lienzo es
el color tal como lo usaban sus amaneradares, y ocuparse del asunto
una página histórica y una gran página poética. Aquí más que la forma
especialmente. Pero su secreto está, por dote rara de su indiscutible
sorprende el atrevimiento de haberla desdeñado. El genio embellece las genio, en el profundo amor a la forma, que conservaba aun en medio de
incorrecciones en que incurre, sobre todo cuando voluntariamente, y para su voluntario olvido, de sus deformidades voluntarias. Diganlo si no, los
mayor grandeza del propósito, incurre en ellas. iE genio embellece los elegantísimoschapines de blanca seda, prolijo bordado, recortado tacón,
monstruos que crea! y afiladísima y retorcida punta que calzan los inimitables pies de la
“Tirana”. Porque con pasmoso,aunque rápido y tal vez no intencional
estudio de la naturaleza, aquel ojo privilegiado penetrábalo todo. Hubiera
Esta Corrida de toros en un pueblo,-en esaplaza que se ve tan llena podido ser un gran pintor miniatukista, él, que fue un gran pintor revo-
de espacio y tan redonda,- no conserva de lo fantástico más que el color lucionario. La “Tirana”, descansandoel cuerpo robusto sobre el pie
elemental. A vosotros, los relamidos,-he aquí el triunfo de la expresión, derecho, ladea un tanto al apoyarlo, el izquierdo. Véase este culto
potente y útil sobre el triunfo vago del color. Parece un cuadro manchado, invencible a la eleganciaen toda la figura: la vaporosa tela de la blondada
y eaun cuadro acabado. Un torillo, de cuernos puntiagudos, y hocico por saya-aquella faja de pálido carmín, de visible raso, cuyos flecos de oro,
cierto demaaiadoafilado, viene sobre el picador, que a él se vuelve, y que, venciendo todas las dificultades del sobrecolor, besan los nunca bien
dándonos la espalda, y la pica al toro, es la mejor figura de esta tabla. celebrados chapines. No es ésta la cara de árabe perezosa de La Maja.
AlIB sobre la valla, gran cantidad de gentes. Tras el toro, un chulillo que También ésta quema, pero así también ame4aza cuando mira. Con todo
corre bien. Junto al picador, el de los quites. Tras ellos, dos de la el cuerpo reta. Se dará al amor, pero nada másque al amor. Y despedirá,
134 MARTf / EUBOPA ESPAfiA 135

sin apelación cuando se canse. Gran energía acusa la ceja poblada, El retrato de Goya, en tabla suya, parece de Van Dyck. Pero con
cargada al entrecejo, y hacia el otro extremo en prolongado arco levantada. más humanismo, aun en la carne, con todos los juegos de la sombra, y
De esos ojos--impresión real-tan pronto biotan efluvios amorosos, con todo el corvo vuelo del párpado, con todas e_as sinuosidades del
enloquecedoras miradas, dulcísimas promesas, raudales de calientes besos, rostro humano. plegada boca, hondos hoyuelos, ojos cuya bóveda resalta,
como robando suavidad a la fisonomía, con esa extraña rudeza que da y cuys mirada se sorprende. Acá en la abierta frente, golpe enérgico, y
a las mujeres la cólera, chispean y relampaguean, a modo de quien se a la par suave, de luz,-por entre ella flotan esos menudos cabellos que
irrita de que la miren y la copien. Estas mujeres de Goya tienen todas nacen a la raiz. En el resto del rostro, vigoroso tono rosado, diestramente
las bellezas del desnudo, sin ninguna de sus monotonías. Vaporoso claror no interrumpido, sino mezclado en la sombra. Y a este otro lado, aquí
rodea a la maja. Atrevidamente se destaca la “Tirana” de un fondo azul en el cuello, seno oscuro, sombras. Como que de allí se tomó la luz y
cenizo, sin que más que un lígerísimo ambiente azul desleído envuelva de aquí la tiniebla, y a ‘Mmejanza del humano espíritu, hizo el rostro.
en el fondo general a la espléndida figura. Y sin embargo, como que se De otro pintor parecía este cuadro. Quiso por la pulcritud exquisita y
adelanta a gran distancia de aqu’ella barandilla y aquella fuente, tras finísimo color de esta tabla, mostrar una vez que era, no por impericia,
de las cuales aún se adivinan árboles, jardines, aguas, césped, aquella sino por convicción y sistema, desdeñoso.
falda de blanca gasa, bordada de oro, por un lado, siguiendo la inclinación
del cuerpo como que se alza y huelga un tanto hacia la cintura; por
otro, en magistrales pliegues, cae. Interrumpe la línea difícil del cuello Cuadros de Inquisición. Córreles la sangre que va del rojo del vivo
el codo, puesto que el brazo derecho está apoyado con el dorso de la al morado del muerto. Allí una virgen, ciega y sin rostro, ;oh pintor
mano, en la cadera, esa brevísima manga que apenas cubre el oro, de admirable! i oh osadía soberbia! ioh defecto sublime! asiste a la flage-
oro también recamada, como el traje, y de la que arranca el, sí no casto, lación llevada en andas. Los cuerpos desnudos, con el ademán, con el
no ofensivo descote, aquí menos desnudo, porque si bien al ceñirlo revela encorvarse, con los brazos, huyen el azote: blanco lienzo, para hurtar el
el rico seno, hace banda alrededor del talle y se cruza sobre el hombro cuerpo a la vergüenza, cuélgales de la cintura, y manchado de sangre.
izquierdo, interrumpiendo la monotonía del traje blanco de una dama Aquél lleva por detrás los brazos atad,>s a un madero. Estos, llevan velado
en pic-blanco y recto como eran por entonces, y de saya lisa-la ancha el rostro, y el resto, como los demás, desnudo. Envuelta la cabeza. Por
faja acarminada. Como que me premia la prolijidad con que la estudio y debajo del lienzo, adivínase por aquellos huecos los ojos aterrados, la
me mira con amor. Y como que creo que es viva, y me ama. j Qué boca que clama. Procesión, gentes que miren, noche que hace marco y
abandono, y qué atrevimiento en la pasión! La mano izquierda, saliendo da al cuadro digna atmósfera, estandartes, trompetas, cruz, faroles.
de entre la manga que cubre casi todo el brazo, cuelga; pudo ser máe ¿Forma ? Los desnudos son admirables. Robustos músculos de las piernas.
elegante, y menos oscura. La carne tiene su resplandor, que brilla aun Variadas posruras, todas de hombre doliente que esquiva la fusta, siéntese
entre los colores oscuros. La garganta, suavemente torneada, es humana, el peso y el dolor del último latigazo en todos esos cuerpos que para
y como de la “Tirana”, bella. El cuello, puro; el cabello, rizoso? echado huir los nuevos se inclinan. Nueva y feliz coloración de carne; no por
sobre la frente, alzando sobre la cabeza peinado a modo de revuelta eso más cuidado que el resto del cuadro descuidado a voluntad, porque
montera, que hacia el lado izquierdo se eleva y recoge con breve peineta. así se pierden las formas confusas en la negra noche. Grandes dorsos,
No sé decirle adiós. fuertes brazos.
Y la Maja, al verme pasar, como que sonríe, si un tanto celosa. bien
segura de que la “Tirana” no la ha vencido. ;Qué seno el de la Mu&
más desnudo porque está vestido a medias, con la chaquetilla de neutros iQué grande es este otro cuadro ! Encima del tablado, ensangrentado
alamares, abierta y a los lados recogida, con esa limpia tela que recoge el pecho, sobre él caída la cabeza, un condenado, con el cucurucho
las más airosas copas del amor! Mu gwr&e passa. Que este cuadrcb C- coronado, muere. Detrás, en afrentoso tribunal, frailes de redondos
de la Academia de San Fernando. carrillos, carrillos cretinos,--&te, de manchas negras por ojos, que le
136 MARTí / EUROPA
ESPAAA 137
suponen mirada siniestra;-aquéllos, revelan brutal indiferencia,-éstos, Muy naturales y diversos grupos. En eso deben pensar los soldados
viejos dominicos, calaveras recompuestas y colgadas de blanco,-mal valientes cuando descansan;-en mondar naranjas; en celebrar sus
disimulado júbilo. Enfrente del tablado, dos juzgadores,-4 uno, con chistes; en registrar sus fusiles; en aligerar sus morrales; en dormir la
todos los terrores del infierno en la ancha frente,*1 otro, de cana siesta. Por aca la granada y por allá las mondaduras. Aquel soldado
cabellera, de saliente pómulo, de huercsa boca, de poblada ceja, de frente mondador que en la naranja a medio pelar detiene el cuchillo de campaña,
con siniestra luz iluminada, como que le convence de que se ha obrado
y alza la grave cabeza para oír al que le interpela, es de notable verdad
bien: y extiende la mano, por un capricho trascendental y admirable, y de afortunada ejecución.
hecha con rojo. Cada aparente error de dibujo y color de Goya, cada
monstruosidad, cada deforme cuerpo, cada extravagante tinta, cada línea
desviada, es una áspera tremenda crítica. He ahí un gran filósofo, ese Patiaje de LLS cercanías de Barcelona
pintor, un gran vindicador, un gran demoledor de todo lo infame y lo de Rabada
terrible. Yo no conozco obra más completa en la sátira humana.
Acá el camino trillado,-y por él el pobre labriego en cansadojamelgo,
y en el extremo derecho, verdetriste follaje; cubriendo los anchostroncos,
Famososson los dos retratos que Goya hizo de la duquesa de Alba. fastuosas plantas acuáticas que se miran en el arroyo verdaderamente
En uno, descansandosobre un lit de repos, lleva la de Alba vestido español, cristalino, y pinos casi secos,que ya amarillean; selva umbrosa.
y medio acostada, descansasobre un codo. Poseeeste cuadro el venerado
crítico de arte, Paul de St. Victor.
Desnuda en el otro, los senoslevantados, se separan hacia afuera en Marina
las extremidades. Baudelaire dijo del cuadro: “les seins sont frappés de de Monleón
strabisme surgent et divergent”. i Ah, Baudelaire! Escribía versos como
quien con mano segura cincela en mármol blanco. Gran marina. Mar alborotada, mar sombría y bullente que levanta
montañas de espumay se eleva en coléricas curvas. El buque se hunde,
pequeño ante las olas, los náufragos, insectos en aquella airada inmen-
sidad, suben por las rajas de las peñas. Grandes rocas basálticas,
NOTAS** espectadoresinconmovibles. Naufragio en la costa de Asturias.

sin orden tomadas sobre la: rodilla, al pie de los cuadros.-Rapidísima


visita al Salón de “Autores Contemporáneos”.-Museo de Madrid INO colorea: ni agrupa, ni pliega, como dibuja.-Valeriano Bécquer.

Descanso en la marcha ’ Esto es algo como una tienda antigda. El uno muestra las telas, y
de Benlliure hs deja colgando. Las otras, engalanadas con ellas, se miran en el
c~pejo. Ea cuadro de elegantes caballeros y cuitas damas. Chupa y
iQué bien se ven las figuras, por el brumoso azul del fondo! Del chaleco de color en ellos:-en ellas corto talle, estrecha saya, pie, por
campamentose han tomado esossoldados; de la naturaleza esasposturas: reda calzado, descublerto y menudo. it&e CUDUJO tan puro: j~uh coias
nada es convencional, sino el menguado, el enfermizo verde de las tunas. tan tenues y tan bien desleídas!; me recuerda a Rebull. Da transparencia
a ios mantos. Se ve en las figuras que este pintor ha aprendido su arte
en ia naturaleza, no en sus copias. Tiene de aquélla la verdad elegante;
18 Estas notas están en el mismo libro de apuntes que contienen laa anteties de éstas, la discreta corrección.
sobre los cuadros de Goya. De P. Rodríguez
138 MARTí / EUROPA

Don Rodrigo serialando los campos de Guadalete ia quién volverá los ojos si ya no vive su don Alvaro? iOh, qué hermosa,
de P. Blanco la gratitud de los niños, la pura gratitud ro envenenada! iel amor leal,
por sus purísimos placeres! iparece que le cegó toda esperanza el verdugo,
Cuadro pequeño. La pintura parece relieve: iq ub menuda. y que que segó el nervioso cuelio a su señor ! Vuelve al cielo los ojos azules,
suave, y qué bien repartida, y qué discreta! Bien brillan los cascos; bien arrasados de lágrimas. Se espiritualiza aquella figura, y parece que de
lucen los escudos;-bien habla de tiempos antiguos aquel árbol secular. ella va a salir el alma. Pero iqué inoportunas piernas azules! El hijo de
en anos viejos tribunal y trono. Bella postura la del rey. volviendo el D. Alvaro llora abrazado a sus pies--En el grupo que al hijo rodea, una
rostro fiero y el enérgico brazo al campo vasto. Asi debe mirar y señalar mujer bella, qut lleva a su hijo al hombro, se aparta con horror de
un godo. Mas honróle el pintor,-que la energía que las concubinas se aquel cuerpo segado. Y un rostro fiero, hace pensar en aquel rey de
llevan, en la batalla hace luego falta. Y aquel rey, llego cansado. Aqui Suecia, que no habiendo podido vencer al bravo viejo, fue a halarle
está erguido en su carro de combate, del que cuelgan las pieles, tirado por irreverente de las barbas, luego que ya lo vio muerto en el féretro.
caballos blancos; i lástima que los caballos sean de piedra! En un extremo. iPobrecillo paje!
altivo y magnífico abanderado, manto de fuego. enastada bandera: negra
barba. Cuadro estimable.
El Colón en la Rábida de Cano es menos inspirado ciertamente. Lejos
anda de aquel hermano Galileo del mexicano Parra. Y también hay aquí
piernas azules. En la buena pintura, o se espiritualiza el cuerpo y se le
Qué Mendigo el de Tusquets. Aquel cuadro pide una limosna. Qué hace, haciéndolo dramático por su continente, digno de llamar en primer
desnudez, qué soledad, qué frío de hambre en aquel fondo. Todo habla término la atención,--+ no se perjudica la expresión de los rostros, ni la
de miseriá; la ceñida frente, la revuelta baiba; los huraños ojos; las serenidad del asunto, llamando la atención hacia partes del cuerpo
calzas remendadas, el huesudo ‘pecho; la cesta miserable, el roído men-
inmóviles, con colores salientes.
drugo, que por ella asoma; el color verdinegro de las ropas; la apostura
caquéctica, el hirsuto cabello. He ahí el mendigo.
Felipe 29 ve un auto de fe
D. Valdivieso
Isabel la Católica contempla a su padre muerto, y expuesto en cl
templo. Uno levanta la cubierta del féretro. Ella, con sereno dolor, mira. Defectos y cualidades visibilísimos aquéllos, y notable alguna de
De L. Alvarez aquéllas. Lo capital se ha logrado. Felip: 2: ha sido entendido. Pero
parece, ante este cuadro, y sea la comparación hecha en pequeño.-que
fue pintado no en la época presente, en que la pintura desde Rafael,
Ancha nave sombría. El color de las figuras es liso y sedoso,sy pobre Murillo y Van Dyck, es blanda, es rica de color y mórbida,-sino en
de accidentes. Pero, qué tiene, 1feliz y bella concepción la de Doria Juana cquel período crítico en que se iba del incorrecto Rubens, tan sobrado
124 Loca! iqué pasión profunda y candorosa en aquellos juveniles ojos! de imaginación como vacío de sentido espiritual (nada rebajo de la
ique éxtasis y voluntario abandono en lo infinito! Criatura que mira el frase)-hasta las rojizas y siempre admirables figuras de Van Dyck, que
azul cielo, dondeqrriera que mire. Y asoma detrás un pajecillo, de amarillo unen a la mayor delicadeza del pincel la verdadera expresión humana,
ropaje. Agradan su gracia, la expresión de altivez y de reto, como quien no la del rostro que encaja en lineas frías y que interrumpen bruscos
desafía a lo des&mocido. de su rostro; la viril apostura de aquel cuerpo contrastes de sombras, sino esa que se logra por la flexible linea curva,
infante; y el, en sus años, natural desconocimiento de las tristezas que v por el afortunado desleimiento de una sombra en otra.
contempla. Cuán otro, salvo las calzas, es aquel otro lloroso e inconsolable En este cuadro de D. Valdivieso, Felipe 20, joven aún, sentado,
sobre un almohadón, mal unido al cuello. Y a sus pies, pobrecillo paje. tranquilo, impasible, impávido el rostro, fija e imperturbable la mirada,
MARTí / EUROPA ESPAÑA 141
140

caída por sobre el brazo del sitial la pálida mano, contempla desde un ti aquella cristaleria da vivisimor colores, que por lo alto de la vieja
corredor un auto de fe. Ln niño, su hijo tal vez. se apoya en el respaldo iglesia asoman, cárdenw y rojos; como si toda Ia sangre de un cuerpo
del siil6n. Tras de 61. de pie, un monje. Trtx personajes, y tres columnas: muerto por la asfixia hubiese afluido a los vivaces labios,. ni la doblada
seis lineas paralelas; sobrada dificultad para un pintor. Pero aquí si no columna, ni el arco alto y esbelto, ni las capillas lóbregas, ni el órgano
ha vencido, ha di‘traído de ella esa fría e inmóvil figura de aquel hombre de rajadas vocea e ígneos rayo-hubieran podido lograr pintor más
que llegó a creerse Dios sobre la tierra, y a convencerse de que la tierra concienzudo que Gonzalvo. A bien que venía ya bien instruido de la
entera era rebe!ado demonio que le era, por divino encargo, fuerza someter difícil ciencia de laa líneas de la flexible Alhambra, de la revuelta Córdoba,
a su poder. Y en eso parece que piensa cuan& mira el auto de fe desde de la magnífica Toledo. Suelen estas lineas de las techumbres,-templo
el corredor de Valdivieso. El fraile es un estrecho paraielógramo. Salvo digno, so pretexto de formas religiosas, elevado a la divina aspiración
la cara compasiva, más que de carne, parece de madera.-Ambiente: humana,-de ser invencible obstáculo a los más hábiles esfuerzos del
gris amarillo. No se adivina el auto de fe sino bajo el negro ferreruelo pincel. Envueltas en la sombra suavizan la brusquedad de su alineación
de Feiipe 2’!. en un plano común, mas a las vecesofrecen valla insuperable al osadobrío
artístico. Sí se las deja perdidas en la sombra, parece como que oe
esquiva la dificultad. Y si se las copia, el ojo humano no puede
abarcarlas, ni la mano reproducirlas, con toda la graciosa curvación con
Oliva E. J.-Cuadro grande: minucioso paisaje. Valle de Villalba.
que deaolan el frío espacio. Que todo esto he necesitado y debido decir
Desfi;;urlindolo a trechos manchas de piedra azul;-pero hay pujanza en
para explicar el techo, un tanto duro, de la Lonja de Valencia, del
el color, y en la atrevida digresión de las variadas figu’rillas. Es .un valle
laborioso, modesto y laureado Gonzalvo: que más que por lo laureado,
poblado: de luz, de arroyos, de bestias y de hombres. Están demasiado
vale por lo modesto. En esta hermosa Lonja, teetigo un día de tanta
cerca las azules montarías, y lo mismo son en la falda que en la cima.
popular bravura y tantos solemnesacaecimientos, entra muy bien la luz
Pero no tiene, sin embargo, esfuerzo loable, para alcanzar la perspec-
por los calados medios puntos, cuelga y pliega muy bien el majestuosa
tiva. Andan sueltos, pero con gracia y dispersos con osadía de novel.
tapiz, cuya majestad resalta por la pigmeidad de las humanaa figurillas
montoncillos de vivos colores. El conjunto es animado, y pintoresco. Los
tonos ricos. que a su pie, para abrirse paso, lo recogen, serpentean bien hacia arriba
las airosas columnas. La Lonja en junto, invita a entrar en ella. Como
que brinda espacio al paseo. La vista se prolonga y la mirada ae pierde
por aquellas naves. Está llena de real espacio la distancia. Más que el
Ah, bravo Gonzalvo, el rival afortunado de ese barón alemán, ese
histórico edificíb trasladado al lienzo, parece miniaturesca reducción de
pewpectivista famoso, pero no mas que tú, de cuyo nombre no me
la famosa Lonja, con todas sus admirables proporciones.
acuerdo. Yo conocí a Gonzalvo, cuando’ con mano magistral ponía en
el lienzo, a la luz de la mañana de verano sorprendidos,-los esplendores
rojos del sol, cuya luz tibia, al pasar por los espesos cristales, iba a motir,
coloreando como llama, en los dorados cañones del órgano vetusto de la Antes de llegar a éste, vi otro cuadro de Gonzalvo. Allí está en el
seo. L,a iglesia de S. Pedro Arbués, el asesino canonizado, el inquisidor patio de las Infantas, de la legendaria César Augusta, copiado en múltiples
devoto, no tuvo hasta Gonzalvo copiante digno de ella. Ni !as múltiple= aspectosel noble árabe rostro de aquel digno y melancólico hombre que
figuras de relieve que bordan el coro, ni aquellas airosísímaï columnas. se llamó en vida Federico Penen. Se va al combate y se necesitan
tallos de palmera petrificados al beso frío del aire de la iglesia-enccir- guerreros apuestos. Con gallardos continentes, cubiertos de hierro, au
vadas tal vez, mas no vencidas: ni aquel altar mayor, con sus paredes hombrada la lanza, descienden por la ancha escalera 103 bizarros
de monárquicos sepulcros, ni aquello.. q rojos infantillos, en quienes como batalladores. Y en verdad, en aquel patio tan diestramente trafdo a la
el cuerpo de los contraltos romanos, segaba en flor la ingenua travesura tela, pasearon guerreros como éstos. Apenas salieron de pincel alguno,
íl el alma fresca la odiosa disciplina del cabildo, ni aquellos graves arcos. u) diminuta figura, dos Adados mQ bellos, ni mb m¿vilea, ni mL
142 MARTÍ / EUROPk ESPAÑA 143

gallardos que los que abren aquella palpitante comitiva. En los que desde dorso, un albornoz, una espingarda, un brazo! iCómo una desviación
d corredor despiden, la esperanza:+n los que a la guerra van, la altiva súbita del pincel es un pliegue magnifico! Ni una postura es incorrecta.
fnena. Y allí está, con todas sus riquísimas molduras, con sus figuras Siendo osadas todas, y todas nuevas, no es rebuscada ninguna. La
múltiples, con SUS torneados frisos, con sus arcos repletos de animades naturaleza es cera a los ojos de esehombre. ;Ay del pintor para quien J~(L
rostros, con su amplia y descansadaescalinata, con su largo corredor hierro ! Las banderas, rotas, flamean. Aquel montón de color azulado,
en correcto cuadro, aquel inapreciable patio, hoy en los bajos, depósito es indudablemente, un monte. iOh, genio que brotaste de un sueíio de la
de paja, y en lo alto, no templo de sereno arte, sino casinillo de danzas J ardiente Lindaraja, concebido, en una aurora, bajo la techumbre coloreada
de .j uegos.-No me viera el conserje, y para perpetuo deleite de mis ojos del Generalife! i Qué caballos-tendid~rguidos-refrenándose-co-
me llevaba del cuadro una de esasencantadoras figurillas de guerrero. rríendo-atropellando-saltando-detenidos en mitad de la carrera!
iQué moro muerto! iQué manchas rojas sobre las cabezas, que son
catalanas boinas! iQué dolor, al caer herido, al dejar la rienda, al
L. Vallés. Doña Juana la Loca ha inspirado a este pintor,-que ama aflojársele los muslos,al flotfrle, con el último viento de la vida, el manto
a lo que parece lo elevado y lo sobrio. Ha muerto el desleal Felipe. Por blanco, al apretarse el pecho-el de este árabe mísero! Y otro: qué bien
la cortina entreabierta, vese el rostro exánime, y adivínase el cuerpo caído. Por aquel lado del terreno, atrevida sangre roja empapa el llano.
tendido. A los pies del cadáver, sentada en ancha silla de bordado cuero, Con aquella línea amarilla se va el sol. Por esta montaña azul viene la
vela doña Juana. No loca: tranquila. No desordenada:-grave. En el noche. Aquei menudo pelotón atraviesa el rio. No por menudos son los
momento del cuadro-levántase ella para ver de nuevo el muerto: ruéganle caballos menos bellos. ¿Y los cuerpos que yacen por tierra? Tiende, el
los suyos3de rodilla el uno, que se ahorre el inútil dolor-como si el soberano pincel en el divino lienzo, y he ahi el cuerpo tendido. iOsadia,
dolor fuera alguna vez inútil. Ella los aparta de sí, adelanta el pie seguro. rebelión, fuga admirable!
y va a entrar. Verdad hermosa,puramente sentida, severamenteexpresada.
Mb dolor, inmenso dolor cabía en el rostro tranquilo de doña Juana.
Quiso el pintor, sin duda, no desfigurar con inútiles accesorios, ni con Y aquí a un lado, casi encima, un solemne rincón de la catedral de
fáciles alardes, ni con comunes rasgos, la limpia majestad de aquella Toledo. Honda capilla lúgubre. Silencio sepulcral. Y levántanse, en
sobrehumanaperla. término primero, dorados sobre oscuro por el tiempo y por los rayos
últimos del sol, dos sepulcroshermanos,personajesseverosde este paisaje
imponente de la piedra labrada. Quedaron burladas aquí las dificultades
Haes: atrevido paisajista. De montañas, de bosques. De iugam de la rebelde techumbre de la Lonja.
abruptos y sombríos. Cortes bruscos de terreno, colosales pedrusco?; Acabó esta visita.
solitarias abras, ásperasquebradas; escuetascimas: Tal es lo que de 61
he visto. No alcanza a la limpieza del mexicano Velssco.
Al ver el cuadro de Lorrain, aquel paisaje del Museo de Madrid envuelto
en limpio, flotante, claro ambiente, sobrecogido de admiración, dije:
No añado una palabra, como por viejos recuerdos añadí a lo de i Ah maestro!
Conzalvo, a esta impresión, tomada, como todas las demás, al pie del
cuadro: Es de Fortuny, boceto de “La batalla de Wad-Ras”.
Los ásperosreales rostros del Tintoretto, muy a menudo sorprendidoa
Todo este cuadro tiene el nervio, el elástico músculo. la esbe!tz curva
a la entrada de la alegre taberna, al ver pasar scnuda moza al reposar
de un caballo árabe. Aquí yérguese el cuello, allí lánzase a escape: ::llá,
de mal grado en el buliente campamento.
herido su duefio, refrena la carrera. iCómo se dibuja sin líneas! ;Cómo
se agrupa sin confundir! ;Cómo un toque de color es una cabeza, un
144 MARTí / EUROPA

Maravillosa intuición de la pintura posterior, de este moderno arte


que comenzó a dar con Van Dyck al retrato toda la riqueza, morbidez y
fiexibilidad del rostro humano. Firmaríasele: 1879. Y es de A. Moro
aquella inteligentísima dama, de alta frente, de seco rostro, de profunda
mirada, de severa toca: 1484.
Si entre los 52 cuadros que pintó Carducci para el monasterio del
Paular, viera Ocaranza La Muerte de San Bruno y la amarilla luz del
crepúsculo a la entrada de aquella áspera cueva donde el santo--por
cierto de desmesuradocuerpo-oyendo leer a un lloroso fraile místico
libro, expira-volvería con respeto su hermoso y osado lienzo, Jnúrez, al
marco de donde con culpable irreverencia, lo sacó para clavarlo, con MADRAZO”
cobardía censurable en el techo.

6 de Dbre. de 79
MADRAZO

Finesse exquise, élégance suprènu

II est un charmant gargon. C’est dans ses toiles qu’on le voit comm’iI
cat, gai, brillant, rayonnant. Tout y danse: tout y caresse: .tout y brille
d’une chaude clarté; tout y est plein de passions humaines et du puissant
ardeur de la jeunesse. On les voit rire, aimer, vivre au soleil, avec de la
-lun&re dans la palette et dans le cuwr. Regar+ lea tableaux de Raphakl:
ic’est le Paradis! Regardez ceux de Michel-Ange: c’est I’Enfer. La
.couleur, c’est l’âme. Chez Madrazo, vous pouvez s@aIer la toile sane
demander l’auteur. Voila ce qui est trouver queIqu’un”dans une ozuvre.
La personnalité est la note du génie. Celui qui peint comme tout le
monde, s’efface bien vite. Celui qui fait comme lti, et fait bien, restera:
li aura été original.
Madrazo a su trouver la bonne originalité: pas ces folIes manies des
.impressionnistes et des ultraréalistes, furieux mendiants d’une opinion
dédaigneuse, trop grande dame pour se soucier de ceux qui l’appellent en
i’offensant pour I’arrêtcr. Il l’a trouvée oii on doit toujours la chercher :
dan? la vérité et dans la grande&, sans courber brutalement la nature.
3an3 la torturer; sans la contr+dre, sans la regarder d’un axil irrité et
aur.
Il a demandéa l’air trhnquíl comment il va et vient, et meut les nuages
bleus, et souffle la nuit à la grande ville. Il a regardé en face le soleil.
ll a du ~effeuiller tant de roses pour arriver à la connaissance de la
couleur! Et tout celà, en bohémien, en r6vant comm’un Espagno’i,en riant
comm’un un arabe, en fumant sa pipe comm’un Hongrois. Voilà comment
,il peint ces minois chiffonés, ces soubrettes adorables, ce8 fleuristes, qui
percent d’un coup de parapluie la toile du peintre trompeur.
MARTi / EUROPA ESPAÑA

ll y a des tableaux qui tourmentent, qui soulèvent la colère, qui mendiants à l’entrée des églises,lea= mousseaux,eUesBUSyeux noh, lui
oppressent le cuur; ceux de Madrazo consolent. 11s sont si frais, si vifs. viennent d’Eapagne. Ih est, donc, naturellement, sana effort, sana I&IX
ei purs! Lea pécheresses sont elles mignonea! I.es20 Et Pierrette et PierTot le desir de l’Bre, un peintre académique, un peintre espagnol.
sont-ils si bruyants, souriants ! ll n’y a pas, dans lea toiies de celui qui
partage avec Rico l’héritage de Fortuny, ces cris déchirants de Delacroix,
ces ombres lugubres de Delaroche, cette calme solennelle d’lngres, cette Traducción
puissance superbe de Bayard. Quand vous écoutez certains morceaw,
quand vous regardez certajnes figures, vous sentez le cowr poignardé; MADRAZO
quand on regarde les tableaux de Madrazo, on sent le cmur ailé.
Fineza exquisita, elegancia suprema
On cherche à ses côtés lea lilas, les bleueta, les belles roses rougea. Vous
ne pensez pas aux heurea de tempête. C’est le midi, dans le printemps.
Voilà son áme. Es un joven encantador. En sua telas se revela tal como ea: alegre,
brillante, radiante. En ellas todo danza, acaricia, brilla, con una cálida
La forte est dans sa grâce. Son mérite, dans sa fidélité. ll est un claridad; todas están IIenas de pasiones humanas o del ardor pujante
miroir où le soleil se reflète et reste. 11 ne se soucie pas d’inventer, il vivra de la juventud. Se laa ve reír, amar, vivir aI sol, con la luz en la paleta y
longtemps: il n’est pas mordu par ce divin serpent, le génie songeur. Il en el corazón. iMirad los cuadros de Rafael: son e.I Paraíso! iMirad 1~
est un peintre horatien. 11 reste si sobre, si vigoureux, si plein de couleur
de Miguel Angel: son el Infierno. 1 El color es el alma. En el caso de
et de charme, comme le poète du Latium, cette grande et legitime passion Madrazo,--se pueden señalar sus cuadros sin preguntar el nombre del
dezl Madrazo ne rêve pas, les yeux farouches, le sourcil &oncé, il rêve en artista. He aquí lo que es hallar una persona en su obra.
souriant, les yeux & moitié fermés, pour mieux garder peut-être lea im- La personalidad ea la característica del genio. El que pinta igual que
pressions, les rafales, le développement merveilleux de la lumière. todo el mundo caerá pronto en el olvido. El que obra como él y 10 hae
Ici, on sort du bal. U, on entre a I’Eglise. Partout la vie moderne. bien, perdurará;-habrá sido original.
y D’où lui vient B ce peintre cette connaissance approfondie des my&rea da Madrazo ha sabido hallar la originalidad verdadera: no Ias 10~~
la palette, cette justesse des lignea, cette réalité dans les mouvementa, cette manias de los impresionistasy de los ultrarrealistas, furiosos mendicanti
sobriété magistrale dans l’emploi des couleurs? de una opinión desdeñosa,demasiadogran dama para ocuparsede aqueIloe
Demandez-le it son père, à son oncle, ti 1’Academie de San Fernando, que la llaman ofendiéndola para atraer su atencián. La ha hallado donde
à Leon Cogniet, à son éducation académique: son berceau fut une palette! siempre debe buscarse: en la verdad y en la grandeza, ti forzar brutaI.
mente la naturaleza, sin torturarla, sin oprimirla, sin mirarla con oi0S
Quand il ouvrit les yeux, ce fut pour voir un peintre! Quand iI joua, ce
irritados y duros.
fut avec des brosses, et dea boîtes de bleu et de rouge. ~D’oti lui vient-il
Le ha preguntado al aire tranquilo cómo va y viene, y cómo mueve
cette lumière vive et gaie, qui donne a tous ses ,tableaux, même aux plus
las nubes azules, y cómo bate de noche sobre la ciudad. Ha mirado de
sereins, l’air d’un sourire? Demandez-le au soleil d’Espagne, au ciel de
frente al sol. iHa tenido que deshojar muchas rosas para llegar a conocer
Saragosse, à Yame du peintle: demandez-le plutôt B Fortuny: il en sait
el colorido ! Y todo eso... como bohemio, soñandocomo un español,riendo
quelque chose, le gran mort ! Et ces riantes figurettes, qui papillonnent, como un árabe y fumdo su pipa como un húngaro.
rayonnent, voltigent, ces jolies marquises, aux pieds combés, aux vies He aquí cómo pinta sus jóvenes gráciles, sus actrices adorables, SUS
folles, aux costumes bigarrés, d’oB viennent-elles? Le Palais Roya], le floristas que perforan de un golpe de paraguas la tela del pintor engañoso.
jltge des danseuses, le Skating Ring, vous en diraient quelque chose. Lee Hay cuadros que atormentan, que encolerizan, que oprimen el corazón:
loa de Madrazo consuelan. iSon tan frescos, tan vivos, tan puros! iQué
m Palabras ininteligibler.
al Id. 22 Varias palabrasininteligible4.
15G MARTí / ELCOPA ESPAÑA 151
primoroaau sor! las pecadora-:! Lo‘. . “” Y iquc’ bullicio5r6. wr.rientec. son
Pierreta y Pierrot! En las telas del que comparte la gloria con Rico, la 2
herencia de Fortuny, no hay esosgritos desgarradoresde Delacroix, esas
sombraslúgubres de Delaroche, esa calma solemnede Ingres, esa pujanza
RAIMUNDO MADRAZO
soberbia de Ba)-ard. Cuando se oyen ciertos fra,mentos de música, cuando
se miran ciertas figuras: se siente el corazón apuñalado; cuando se miran
He is a delightful fellow but it is especially on canvas that he shows
los cuadros de Madrazo, se siente el corazón alado. Buscamosen ellos
what he ir+-gay, brilliant and radiant. Everything dances, laughs or
las lilas, los azulejos, las bellas rosas rojas. No pensamosen la hora
de la tempestad. Es mediodíá en primavera. He ahí su alma. gleams in warm light. Every picture is ful1 of human passion and the
strong eagernessof youth. He lives, laughs, and ioves in broad sunligbt,
Su fuerza está en su gracia. Su mérito, en su fidelidad. Es un espejo
with light on his palette and light in his heart. Look at the pictures of
donde se refleja y queda el sol. No sepreocupa de inventar: vivirá mucho
Rafaelle-they are al1 Paradise. On the other hand, look at those of
tiempo, no ha sido mordido por la divina serpiente del genio soñador. Es
Michael Angelo-they are al1 Hell. Madrazo’s works never require his
un pintor horaciano. Es tan sobrio, tan vigoroso, tan lleno de color y
sigrmture; he is recognized at once in every one of them, and that alone
de encanto como el poeta del Lacio, esta grande y legitima pasión...“’
is a pleasure. Individuality is the stamp of genius. Madrazo has found
Madrazo no sueña con los ojos fieros y la ceja fruncida: sueña
the secret of originality, not in the absurd vagaries of the impressionist
sonriente, con los ojos medio cerrados para qt&is conservar mejor las
school. or those of the disciples of ultra-realism, both desperate huntrrs
hpresiones, y las ráfagas, el desarrollo maravilloso de la luz.
after favorable criticism. He found it where it shou!d be sought, in truth
Aquí,se sale de un baile. Allá, se entra en la iglesia. En todas
and simplicity, without brutally distorting nature. He asks from the
partes la vida mrderna. iDónde adquirió este pintor esos conocimientos gentle breezeshow they wander to and fro, waft the light clouds, or blow
tan profundos de los mi.-terios de la paleta, esatcsactitud de las líneas, esa
at night through the heart of a great City. He has dared to look the sun
realidad en !os movimientos, esa sobriedad magistral rn el empleo de los
in the face, and what a wealth of roseshave shed their leavesfor the 6ake
rolores?
of perfecting his idea of color.t With al1 this he is a true Bohemian, a
Prccúntescln n cu padre, a su tío, a ia Acndfwia de San Fernando. germine Spaniard, dreamy as an Arab, and smoking his never-empty pipe
a Lean CnFnict. a su educación scad&&a: su cuna fue una paleta. like a Hungarian. In this way he has painted thoseminois chiffonés, those
Cuando abrió Io5 ojos. fue para ver a un pintor. Cuando jucaha. fue COII adorable soubrettes, or those fleuristes, who kill by contrast the bcq.‘y
pinceles y tubos de azul y-de rojo. ;,De dónde le viene WA luz viva y works of the conventional dauber. There are pictures which awaken pity,
alegre. que da a todos sus cuadros, aun los mas , serenos.
el aire de una others give rise to anger, others again oppress the heart. The works of
Ponrisa? Preguntádselo al so! de España, al ciclo dc Zaragoza. al alma Madrazo console; so fresh are they, SO light, so pure. The drawing is
dlc pintor: pregunkidcelo nlás bier! a Fortuny: jel satw algo, el gran exquisite, the good taste is perfect. How pretty are his soiled doves, and
muerto! Y esas figuritas lkutes. que mariposean, hillan y dan vueltas. his Pierrots and Pierrette-how saucy, light and airy. Madrazo never
esas marquesas bonitas, de pies arqueados, de locos vicios, de vestido? represents the piercing shrieks of Gèricault, or the lugubrious shadows
abigarrados,-ide dinde vienen? El Palais IZoval. el juez de las baila- of Delaroche, the deep solemnity of Ingres, or the proud forte of Bayard.
doras. el Skating Ring, podr,::; !lcciros algo. Los mrndicantec a la entrada ‘I’here are certain harmoniea and certain faces which seemto stab you;
dc las i~k~ias: . ..‘aj ellas, la5 ds los ojos negus. lfi ?hc7~ de Ecpaiia. t;s but when one looks at Madrazo the heart is filled with delight. Lilac,
pues. nnturalmente. sin esiuerzo: -in siquirra ~1 dt:wo de .-e~io, ilu pintd,r blue corn-flowers, and the deep, deep red rosesare his natural surround-
scadG.xico, un pintor esparíol. ings; the wild tempest is past and forgotten, and the freshnessof a spring
noontide is his.
HG forte lies in hie grate-grate more beautiful even than beauty;
bnt bis greatest merit Iiea in Iris fidelity; he is a minor in which the BUXI
152 ESPAÑA
MARTí / EUROPA

ia reflected. He may be called a Horatian painter, as vigorous, as fuli Fortuny was not partial to tbe subjects of bis own day-he WBL) fonder
of coloring and charm as the Latin poet, who was the first admiration nf marquises and Arabs, conquestsand battles-tbe brilliant past in silka
of Jules Janin. Madrazo in his reveries is always smiling with half-closed and velvets, impetuosity and fever. All these are in tbe eketch. Madrazo
qes, perhaps the-beiter to appreciate the matvellous development of light did not take them, nor could he have done so had he wished, but be
If it should be asked whence this painter derived his knowledge of the has availed himself of the disposition of tbe figures and tbe general
mysteries which the brush can reveal-the answer would be: ask hi< plan, even to the door on the left and tbe wall in front. This is not
father, his uncle, ask the schoolmaster of San Fernando and Leon Cogniet denouncing a theft; there has been none; for it is here that it is most uy
Hi.4 very cradle was a palette; when he first opened his eyes he saw a to recognize the originality of Madrazo. In seizing tbe idea he has
painter. H’IS playthings wére brushes and boxej of colors. It is the changed it to his own time; he haa translated the archaic and bizarre
sun of Spain and the sky 6f Saragossa which inspired him with the gay character of the sketch, with its fierce and feverish coloring into his own
light that lends a smile to his most serious pictures. Fortuny, the great calm, serene lights. Fortuny’s study is light conquered-Madrazo%
dead master, possessed the same secret. But his laughing figurantes, which pictures is light triumphant. To conquer was a necessity for the one, to
obey was the pleasure of the other. Thus it must always be. Madrazo
dance on the canvas, his graceful maskers. with their little feet and
will last, becausehe paints his own times, but he will never be ita epic
brilliant costumes, carne from the Palais Roya¡, thc Ba1 de L’Opera, the
painter; he will remain always its representative in coloring. He haa
Skating Rink; while Spain is the mother of Madrazo’s br:gsars, church
porches, ruined doorways, moss-grown walls and pretty black-eyc-6 girls. more- in him of Fransois Coppée than of Vict 3r Hugo. Iddeed, there ie
He grew therefore naturally, to be at one and the same time an academic no Victor Hugo in the modem schools of painters. Meissonier might
have attained to it, but his brain is not equal in forte to hia han&, and
painter, a Spanish painter and yet a painter of the French school. He
wings of brass are necessaryto soar in those aititudes. Madrazo gently
is still the pupil and the friend of Fortuny, but he is, above all-himself.
observesnature in sunshine-he only loves her in her gaye& moments. It
How could he help becoming one of the masters? The Spaniards have
is fin-he prepares his canvas. Is it overcast-he puta it aside. Wben
a proverb to the point, “Lo que se hereda no se hurta”-What is inherited
the sun once more shedshis rays the painter will find them on hia palette.
is not stolen.
The Spanish artist will never reach the great eummits of hir art. Heroic
Madrazo, like Rico, has appropriated light al1 to hiaself. To describe
subject, the struggles of dying creeds, the wrecks of ancient worlds, or
his manner is to describe his pictures-his subjects ever change, hir
the chaotic birth of new enes, will never be found in bis color-hox. ‘I’be
characters never. What shall he paint? The light. How shall he painl
rosy dawn, the fresh moming, graceful women, Iittle ladies in large
it? He will dress it up as a wheedling Parisienne, a passionate Doña, or
bonnets, will always dwell there. He adores light; he delights in &raw-
8 Japanese bcauty, who remind one, perhaps more,than they should, of bonnets. It is easy to understand: tbe churcb is gloomy, but the porch
the warm sun of Andalusia. What is strongly to be admired in him is love
is light ; within is darknesa-the middle ages-witbout are nothing but
without passion, forte without exaggeration and use without abuse. Thr
fresh flowers, charming women and tbe blue sky-Cranada, Seville, Paría.
light of Madrazo wili always gather admirers; it will never cause biindncss.
Shail he stay outside, or retum to the realms of darkness?-Never,
IIe has painted much, but the best of his works are Ihe “Sortic du Hal”
never! Look at his picture. No night for him. He remaine for ever at the
and “La Porte de l’Egl+e,” which latter everybodv in New York knowe. door with the sunshine,his beautiful mistreas.
It is a page of the hour. Alfred de Musset would hare made a pcem of
it-it has, indeed, an echo of Namouna. ‘l-he former is le.ssknom, and
The Hour. Nueva York, 21 de febrero de 1880
we are about to commit a little indiscretion. We have-lately seen at 3ladrid.
in the studio of the father of Raimundo Madrazo, who is a manly and
sympathetic old man: a splendid sketch by Fortuny, not included in the
list of his works, being the property of the family, which, without any
shadow of doubt, first gave the young artis; the idea of kis picturs.
MARTí / EUROPA ESPAÑA 155

Su fuerza descansa en su gracia-gracia más bella que la belleza


misma; pero su mayor mérito reside en su fidelidad; es como un espejo
en que se refleja el sol. Pudiéramos llamarlo un Horacio de la pintura;
tan vigoroso, tan lleno de colorido y de encanto como el poeta latino,
que constituyó la gran primera adoración de Jules Janin. Madrazo en
RAIMUNDO MADRAZO
sus ensueños sonríe siempre con los ojos medio cerrados, quizás para
apreciar mejor los maravillosos cambiante:: de la luz. Si se nos preguntara
Es un compañero encantador, pero especialmente en sus telas es donde
de dónde le vienen a este pintor los misteriosos conocimientos de que
se nos revela tal cual es-alegre, brillante y radiante. Todo danza, rie,
alardean sus pinceles,-la respuesta sería: pregúnteselo a su padre, a su
se mueve bajo cálida luz. Todos sus cuadros están animados de intensa
tío, a su profesor de San Fernando y 3 León de Cogniet. SU verdadera
pasión humana con el entusiasmo y la energía de la juventud. Vive, ama
cuna fue una paleta; cuando abrió los ojos, vio a un pintor. SUSjuguete3
y ríe en amplia luz solar, con luz en su paleta y luz en su corazón. Son el sol de España y el cielo de
fueron pinceles y cajas de pintura.
Fijémonos en los cuadros de Rafael--todos son paradisíacos. Por otra
Zaragoza los que le han provisto de la luz alegre que presta una sonrisa
parte, miremos a los de Miguel Angel. En todo3 está el Infierno. La3
a sus cuadros m6.s serios. Fortuny, el gran maestro desaparecido, poseía
obras de Madrazo no necesitan su firma: las reconocemos inmediatamente el mismo secreto. Pero sus sonrientes figuras, que danzan en las telas,
y esto por sí solo es ya un placer. La individualidad es el sello del genio. sus máscaras llenas de gracia, con sus pies menudos y sus brillantes
Madrazo ha encontrado el secreto de la originalidad, no en las absurdas atatíos, vienen del Palais Roya], del Baile de la Opera o del Salón de
fantasias de la escuela impresionista ni entre -los discípulos del ultrarrea- Patinar; mientras que España es la madre de íos mendigos de Madrazo,
lismo: ambas buscadoras desesperadas de críticas favorables. Lo encontró
de los pórticos de iglesias, de las arcadas en ruinas, de los muros cubiertos
donde debía hallarse, en la verdad y en la sencillez, sin alterar brutalmente
de yedra y de las lindas mujeres de ojos negros. Naturalmente que él
la realidad de la naturaleza. Madrazo le ha preguntado a la suave brisa
creció en ese ambiente para ser a un tiempo mismo pintor académico,
de dónde viene y adónde va, cómo juguetea con las nubes o sopla a travée
pintor espaiiol y además un pintor de la escuela francesa. Es todavía
del corazón de las grandes ciudades. Ha tenido el atrevimiento de mirar discípulo y amigo de Fortuny, pero es por encima de todo muy personal.
al sol cara a cara, i y cuántas rosas espléndidas le han brindado sus ;CGmo podía evitar ser uno de los maestros? Los españoles tienen un
pétalos para que pudiera perfeccionar sus ideas acerca del color! Con proverbio harto elocuente para este caso: “Lo que se hereda no se hurta”.
todo, es un verdadero bohemio, un español genuino, soñador como un
árabe, fumando sin cesar como un húngaro en su pipa jamás exhausta. Madrazo, como Rico, se ha adueñado de toda la luz. aescribir su
De esta manera ha pintado esos transparentes “chiffones”, estilo es describir sus cuadros. Sus temas varían much,), pero sus carac-
esas graciosas
flores de lis, que matan por contraste la pesadez de lo convencional. Hay teristicas jamás. iQué pintará? La luz iCómo la pintará? La vestirá
como a una zalamera parisiense, una apasionada doña, o una belleza
lienzos que despiertan piedad, otros provocan cólera, otros oprimen el
nipona: pero siempre tendrá, quizás más de lo que debiera, mucho del
corazon. Las obras de Madrazo consuelan- , lson tan frescas, tan ligeras,
tan puras! El dibujo es exquisito, el buen gusto perfecto. cálido so! de Andalucía. Lo que mas debemos admirar en Madrazo, es
; Qué lindas son sus palomas y sus Pierrots y Pierrette3, cuán luminosos su manera de expresar el amor sin pasión. la fuerza sin exageración, el
USO sin abuso. La luz le procurara siempre admiradores; es una luz que
y etfreos! Madrazo jamás nos da el grito penetrante de Géricault, o las
no deslumbra. Ha pintado mucho, pero 10 mejor de su obra es la
lúgubres sombras de Delaroche, la solemne profundidad de Ingres, o la
orguliosa fuerza de Bayard. Hay ciertas armonías y ciertas expresiones “Salida de baile” y “La puerta de la iglesia”, que todo Nueva York ha
que parecen herirnos; pero cuando miramos un Madrazo, el corazón se conocido últimamente. Es la nota de actualidad. Alfredo de Musset habría
deleita. Lilas, azules flores de aciano y rosas de intenso rojo constituyen hecho de ella un poema-tiene verdaderamente un eco de Namouna. La
su ambiente natural; la violenta tempestad queda en el olvido y es suya otra es menos conocida y estamos a punto de incurrir en una indiscreción.
la frescura de los mediodías primaverales. Hemos visto últimamente en Madrid, en el estudio del padre de Raimundo
156 157
MARTí / EUROPA ESPAkA

Madrazo, que es un simpático y vigoroso anciano, un espléndido boceto Nunca, nunca. Contemplemos sua cuadroa. No hay noche para él.
hecho por Fortuny, y no incluido en el catálogo de sus trabajos, por ser Permanecerá por siempre a la puerta iluminada por la luz del sol, que
propiedad de la familia, el cual, sin ninguna sombra de duda dio al joven ea la dueña de su eapfritu.
artista la idea de su cuadro. Fortuny no fue parcial con los temas de su
época. Le gustaban los marqueses y los árabes, las conquistas y las TL lfomr. Nueva York, 21 de thero de l8@
batallas, el brillante pasado de sedas y tercjopelos, impetuoso, afiebrado.
Todo esto lo encontramos en ese boceto. Madrazo no se lo apropió, no
podía hacerlo aunque lo hubiese querido, pero sí se aprovechó de la
disposición de las figuras y del plan general, incluso la puerta a la izquierda
y la pared del frente. No estamosdenunciando un robo; en realidad no
lo ha habido; pero es precisamente en esta obra en la que advertimos
más fácilmente la originalidad de Madrazo. Al aprovechar la idea la ha
transportado a nuestro tiempo, la ha actualizado; ha traducido el arcaico
y bizarro carácter del boceto, con su fuerte y afiebrado colorido, a su
propia calma y serena luz. El estudio de Fortuny es una conquista de la
luz, el cuadro de Madrazo es de una luminosidad triunfante. La conquista
era una necesidad para el uno, obedecer fue un placer para el otro.
Siempre ocurrirá lo mismo.
Madrazo perdurará, porque pintó su propio tiempo, su época, pero
jamás será un pintor épico; permanecerá por siempre como su exponente
en colorido. Tiene más de Francois Coppée que de Victor Hugo. En
verdad no hay un Victor Hugo en las modernas escuelasde pintura.
Meisaonier pudo haberlo intentado, pero su mente no iguala en fuerza
a sus manos y se requieren alas muy potentes para remontarse a tales
alturas. Madrazo observa gentilmente la naturaleza iluminada por el sol
-solamente la ama en sus momentos brillantes. Cuando brilla el sol
prepara sua telas. Cuando ae nubla, deja los pinceles. Cuando el sol
torna a iluminar con sus rayos, el pintor encuentra de nuevo los colorea
GII su paleta. Este artista español nunca alcanzará la suprema grandeza
de su arte. Los temas heroicos, las luchas de ,los credos agonizantea, las
ruinas del mundo antiguo o el caótico nacimiento de los nuevos, jamás
los hallaremos en sus cajas de colores. El rosado amanecer, la frescura
de la mañana, las mujeres llenas de gracia, las frágiles señoritas tocadas
con amplios sombreros, estarán siempre presentesen sus obras. No es
difícil comprenderlo: la iglesia es sombria, pero el pórtico es luminoso;
dentro hay oscuridad-es la Edad Media;-afuera no hay sino florea
lozanas, mujeres encantadoras y cielo azul-Ganada, Sevilla, París.
ipermanecerá Madrazo afuera o retornará al reino de las sombras?
FORTUKI
Mariano Fortuny was the most daring colorist and the most romantic
and clear-sighted genius among modern painters. Fancy, boldness and
iervor are striking in his works; but powerful thoughts and trascendental
ideas never disturb his hand. He was a revolutionist; he gave new color
to the brush, new rules to perspective, and new softness to brilliant hues;
but this great departure from the beaten paths of art, however much
admired it may have been, did not result, as it should, in giving a fixed
and decided standard to modern art. Fortuny painted more nnd better
than any other artist of his time, but he coul have done more than he did.
It is, perhaps, the fault of the epoch, not of himself; but a true genius
opens new paths for the expression of beauty. Energetic thought, Iike
light shining through the darkness, illuminates the spirit of the times
nnd endows the future with a worthy and durable reproduction of the
present. Fortuny is worthy of admiration; he was the creator of a school
of painting and treated with admirable dexterity many special subjects;
Eut the Ameritan artists must not imitate him. If we are obliged to
Imitate, instead of asserting our own originality, let us wait for some
one who can represent the majestic side of the character of our age.
It would be a vain effort of memory to recall all Fortuny’r works.
No artist can be ignorant of his fecundity, his poor cradle, hard infancy
nnd brilliant youth. The owners of his pictures are now made famous by
the possession of them. If we judge the author by his “La Vicaria,”
“Academicians Examining a Model,” and “A Tribunal in the Alhambra,”
the most fervent praise becomes inadequate. If we look et the richness
of his draperies, the magnificenre of his foldings, the leaves of his colossal
roses, the grate, variety and life of his figures; if we pay attention to
the scrupulous exactness of his nude figures, the picturesque ciress and
mien of his Arabs, his gaily,attired academicians, his fragrant, sumptuous
gardens-nobody excels Fortuny. His light blinda us. All is surprisiug
~u.l marvellous in him. His palette had secrets that no imitator, even
though he be Pasini, could diacover. He reminds us frequently of the
162 MARTí / EUROPA ESPAÑA 163

ancient masters. His “Spanish Lady,” now in Mr. Stebbin’s collection. He invented a wonderful manner, and was anxioualy loking for a subjcct
shows the vaporous clearness of the face nnd mysterious darkness of the worthy of him. But he did not live loag enough: he died famous only
shadows conmonly used by Rembrandt. He even improves on the oltl as a great painter of light.
painter. Never could Rembrandt have given such passionate expression
Thr Hour. Nurva York. 2tl dr mam I~P 1.
to his figures. The ardent passion of Andalusian women glow in her
countenance, to which the tender shadows are a fitting relief.
Little has been said about the sketch of “The Battle of Wad-Ras,” an 7’roducción
unfortunately unfinished picture, dedicated by the grateful artist to the
Deputies f Barcelona, who sent him to Rome. It is in the Museum of FORTUNY
2-qadrid. Never was a brush so powerful, never did a fantastic mind
conceive so many varied groups of dying horses, wounded Moors and Mariano Fortuny ha sido el colorista más audaz y el genio más
white burnous floating in the air. There is elegante in the horrors he romántico y de más clara visión entre los pintores modernos. Fantasia.
paints. A band of blue is a distant mountain, red spots are bloody Tudacia y fervor sobresalenen sus obras; pero pensamientospoderosos
brooks, small black points are soldiers crossing the river, and a saffron e ideas trascendentalesnunca turban su mano Fue un revolucionario :
line is the sunset. A battle is really there, and a truly African battle. le dio nuevos colores al pincel, nuevas reglas a la perspectiva, y una nueva
Lively colors are mingled with astonishing skill, and a soft covering color, euavidad a los tonos vivos; pero esta gran innovación salida de los
as if produced by the bright splendor of all the others, sweetens with camines trillados.del arte, por más que pudo haber sido admirada, no
a delicate tenuity the strong glare of red, green, white, blue and yellow. wuitó, como lo debía haber sido, en darle una norma fija y determinada
Don Federico Madrazo, Fortuny’s father-in-law is fond of showing a al arte moderno. Fortuny pintó más y mejor que ningún otro artista dc
delightful little genius, whith butterfly wings-a masterpiece of color. +LJ ticmptr, pero pudo haber hecho más de lo que hizo. Quizás la culpa
The atmosphere, supporting and surrounding the charming Child, is no fuy ‘UFn sino de la época. pero un verdadero genio abre nuevos camino-
aky-blue, and everything is floating in air. One of the wings is pierced n !s cxpresi0n de la belleza. El pensamiento enérgico, como la luz que
in the middle. The hole is perfect and has the color of the canvas. There /II-illa en la oscuridad, ilumina el espíritu de los tiempos y dota al futuro
is no doubt about it, and one feela sorry at the damage. He raises con una reproduccion valiosa y duradera del presente. Fortuny merece
unconsciously his hand in the direction of the slender wing, and a frank ser admirado; fue el creador de una escuelade pintura y presentó muchos
laugh behind testifies the father’s enjoyment of the triumph of his 8on. asuntosespecialescon una destreza admirable; pero los artistas americanos
The hole is painted. no deben de imitarlo. Si estamosobligados a imitar, en vez de afirmar
Fortuny masters al1 difficulties; he transmits in the picture the real nuestra propia originalidad, esperemosa alguien que sepa representar
snd strong impressionsreceived by him; he indicates a horizon with a el lado majestuosodei carácter de nuestra época.
single line; he painted without drawing, but he had drawn much before Sería un esfuerzo inútil tratar,de recordar de memoria todas las obras
painting. He did not mark the outline with a careful brush, the most de Fortuny. Ningún artista puede desconocer su fecundidad, su cuna
pure outline being in his eye. It seemsas if he had assisted at the humilde, su pobre infancia y su brillante juventud. Loa dueños de SUO
conception and birth of light. He knew the difference between the blusb cuadros son ahora famosospor poseerlos. Si juzgamos el pintor de “La
of a pure cheek and the tender tint of a delicate flower. Warm light, Vicaría”, de “Académicos examinando un modelo” y de “Un tribunal
extraordinary perceptions, exquisite drawing, an absolute mastery of all en la Alhambra”, el más alto elogio no basta. Si miramos la riqueza
the means of the art, gave the Catalan painter the most remarkable del ropaje, la msgnificencia de sus pliegues, las hojas de sus grandes
individuality among European artists. But his graceful ladies, his nude rosas; la gracia, variedad y vida de sus figuras; si nos fijamos en la
soldiers, his gardens, figures and ornaments of the Renaissance, were exactitud escrupulosade sus figuras desnudas,en la vestimenta pintoresca
only one side of his portentous genius. He died when he was beginning. y el semblantede sus árabes, en sus académicosen trajes llamativos, en
164 MARTf / RUROPA
ESPARA 165
sus jardines fragantes y suntuosos-nadie puede superar a Fortuny. Su los medios del arte, le dieron al pintor catalán una individualidad notable
luz nos ciega. Todo es sorprendente y maravilloso en él Su paleta poseía entre los artistas europeos. Pero sus damas graciosas, sus soldados
secretos que ningún imitador, ni aun siendo Pasini, supo descubrir. Nos desnudos,SUS. jardines, figuras y ornamentos del Renacimiento, sólo fueron
recuerda a menudo a los viejos maestros. Su “Dama española”, ahora una faceta de su genio portentoso. Murió cuando principiaba su obra.
en la colección del señor Stebbihs, muestra la claridad vaporosa del rostro Inventó una escuela de pintura maravillosa y buscaba ansiosamenteun
y la misteriosa oscuridad Ue las sombras que comúnmente empleaba
asunto digno de su pincel. Pero no vivii, bastante tiempo: murió famoso
Rembrnndt. Hasta mejora al viejo pintor. Remhrandt nunca podría
solamentecomo un gran pintor de luz.
haber Jado una expresión tan aposionadaa susfiguras. La ardiente pasión
de las mujeres andaluzasenciende su rostro atenuado por suavessombras.
Poco se ha dicho de su bosquejo de “La batalla de Wad-Ras”, cuadro
que por desdicha quedó sin terminar, dedicado por el gran artista agra.
decido a los diputados de Barcelona, que lo enviaron a Roma, Está cn The Hour. Nueva York, 20 de marra de 1880
el Museo de Madrid. Nunca estuvo un pincel m9s vigoroso, nunca concibió
una mente fantlstica tantos grupos variados de caballos moribundos,
moros heridos y blancos albornoces ondeando en el aire. Hay elegancia
en los horrores que pinta. Una franja azul es una montsña distante,
manchas rojas son arroyos ensangrentados,pequeños puntos negros son
soldados cruzando el río, y una linca azafranada es la puesta del sol.
Ahi hay verdaderamente una batalla, y ciertamente una bataila africana.
Los colores vivos están mezclados con una habilidad sorprendente, y un
suave color, como producido por el fuerte resplandor de los den&. cubre
y atenúa con un tono delicado el fuerte esplendor del rojo, el verde, el
blanco, el azul y el amarillo.
A don Federico Madrazo, el suegro de Fortuny, le gusta enseñar un
geniecillo encantador, con alas de mariposa-una obra maestra del
colorido. La atmósfera que sostiene y rodea al niño encantador el de
PZUIceleste,y todo flota cn el aire. Una de las alas está perforada en el
centro. El hoyo es perfecto y tiene el color del lienzo. No cabe duda
de ello, y lamentamos cl daño. Fortuny levanta inconscientemente la
mano en dirección de Ia frágil ala, y una risa alegre revela el goce del
suegro por el triunfo de su yerno. El hoyo es pintado.
Fortuny domina todas los dificultades; lleva a sus cuadros las impre-
siones reales y fuertes que hs recibido; pinta el horizonte de una sola
línea; pintaba sin dibujar, pero había dibujado mucho antes de pintar.
No señalabalos contornos con un pincel cuidadoso, la mejor composición
de lineas estaha en su oio artístico. Parecía haber cooperado a la
concepción y nacimiento Je la luz. Conocía la diferencia entre el rubor
de una mejilla pura y el tono Eaave de una flor delicada. Luz pálida
ideas extraordinarias, dibujo exquisito, un dominio absoluto de todos
ESPAiÍjA

Miscelánea
THE BULL FIGHT
Today those who live en New York have an opportunity of witnessing
a bull fight. “Chuliios” dressed in gorgeuos costumes, fringed with lace
and gold, will fling to the breexe the graceful folds of their little red
capes. They will wear low shoes and diaplay their muscular calves irt
silken hose. The jumping and roaring of the astonished bulls may send
alternate waves of merriment and fear over wondering spectators. The
animals will either charge the cunning chulillos or try to escapo They
will be maddened by flaunting crimson cloaks, and torturing shouta. The
matadors may make a brilliant and attractive use of their cloaks without
Tanger. The fight, however, can only be a shallow reflection of a germine
Spanish bull fight for Mr. Bergh does not wish the animals to suffeer
pain. The strange pleasure that attends a bull fight has its birth in the
sufferings of the bull, in his terrible blind anger, in the danger of the men
and in the spectacle of gored horses that drag themselves about the arena.
It is a pleasure that springs from the agonies of death, from the odor of
blood and from the feverish applause that greets the bull who wounds
or kills his persecutorr, and prods the bodies of the dead horses with bis
ensanguined horns. It is the great uproar, this ferocious originality that
createa a savage pleasure.
New Yorkers will not go to the plaza half crazy with excitement,
eating oranges and drinking good wine from leather flasks. They will
uot rol1 to the amphitheatre shouting and singing from the roofs of
omnibuses. The wealthy will not ride in that charming vebicle, the
calesa, whose dusthidden body is drawn by six lively mules covered
with ribbons and jinglin, - little bells and is driven by a bewhiskered
Andalusian in spangled costume with a violet kerchief knotted around
his head. The boxes today will not be filled with ladies in black mantillas,
each with a red rose in her hair and a red rose pinned to her left breast.
Men who are soon to die will not answer the encouraging shouts of those
who are familiar with such bloodshed. No gaily costumed unfortunates
will enter the ring with smiling faces and sick hearts, after praying to
172 MARTí / EUROPA ESPAÑA li3
the Virgin, nor will they wave their hands to their fond wives, their They are invoriably too heary for their peor, bony, $10 horses. The
trembling mothers, and their poor old fathers. “cachetero,” whose sharp litrle knife, gives a wounded bu11the coup de
The pitiless assemblagewho never fancies that a torero exposeshimself grate, comes next. The procession is closed by the “mulillas” or mules
mough, or that a bu11kills a satisfactory number of horses, or that the covered with parti-colored blankets, and laden with noisy little bells.
rword of the Matador is drivcn too far into the animal’9 heart will be They drag the dead bulls and horsesfrom the arena. The King is saluted.
absent. We shall not hear the terrible words “Coward!” “Knave!” and The mulillas are trotted from the arena. The picadom range themselves
“Blockhead! ,” hurled from the lips of hoarse and excited spectators at close to the toril, with lance in rest. The chulillos throw into the outer
somewretched picador, percharmemounted on a half starved, and wounded enclosure their silk capesand take up their “capas de combate,” el1 torn
brome,with lance under his arm confronting a red-eyed bu11with lowered and in rags. The trumpet again sounds. The applause is redoubled. A
borns. massive door at the end of a narrow and dark passageis opened, and
The strain on the nervea that is suatained by renewed and ever the bull comes out. To make him furious he has been kept in a dark
changing dangers will be wanting at this exhibition. prison without food or water and has been tormented by thrusts from
“Señor” Fernandez will try to give us a bu11fight, but he knows that lances. Blinded by the torrent of light, astonished by the shouts with
deferente to public sentiment must strip it of its wild end genuine which he is greeted, undecided as to his first attack, he stops, angrily
characteristics. paws the sand, lowers his head, and glares at his enemies. Like a flash
How splendid and terrible is a bull fight in Madrid. The amphithcatre he may dart upon a picador. The horse receives the terrible shock, and
is filled fully three hours before the fight. Seats command the highest wounded or killed is thrown upon its back against the barrier. The picador
prices. Persons without money borrow money to go to the fight. Every is usually buried beneath the poor animal. Then, again, the bu11may
body drinks, eats and shouts. Spicy jests tickle the ears of the most noble select a chulillo for his first attack. The expert either drags his cape
young ladies. The aun shines and burns. There ia an uproar worthy behind him or throwa it aside, to distract the infuriated animal’8 attention
of pandemonium. The spectators hiss, applaud, slap each other’s faces end on reaching the barrier vaults over it like lightning, a hird without
nnd drawn knivea flash in the air. wings.
At last the president of the fiesta enters his box. Frequently the King The fun begins now in earnest. The crowd becomes enthusiastic,
is honored by the Office. He is accompanied by the Queen. He waves maddensthe bull, insults the toreros, and clamors for the killing of more
his handkerchief. There is a tremendous outburst of applause. The unfortunate horses.
trumpet sounds. An officer iu the costumeof Philip IV, astride a prancing When a picador falls, the chulillos provoke the bull to prevent him
steed, rides to the president’s box, who drops into his plumed hat the from goring the man. They surround the animal with their capes, and
key to the “torif” or pen where the bulls are confined. He gallops away final!y, at the sound of the trumpet, the work of the horsee is finished,
and tossesthe key to the chief of the band of bu11fighters. and that of the banderilleros begins.
This ceremony concluded, a daxsling, romantic, and living panorama The chutillos, encouraged by the cries of the crowd, advance upon
is presented. It is called the “despejo.” Al1 the toreros, ensnarers of the bull. They shake before him,wands on which pieces of bright colored
death, salute the president. The chief is termed “la espada.” Each espada paper are pasted. Their fluttering sounds like the rustle of silk. Darts
has his assistant “cuadrilla.” They move slowly and gracefully, their at the end of the wands are shot into the neck of the bull. At times a
costumesshining in the suulight. The chulillos, whose duty is to distract “banderillero” stations himself almost between the horns of the maddened
and tire the bu11by the incesant movement of their little cloaks. sud thc beast, with the animal%noseat his feet, and flings darts into its quivering
“banderilleros,” who throw darts into his skin, follow Frascuelo, Lagartijo, flesh. The bull roars and bellows. He charges, backs, standsstill, charges
Machio, Arjona and old Sanz, the great matadors who are favored by and recharges, and finally moves about the arena, his great ehoulder
the women and saluted by the men. The picadors, in yellow leather, covered with the plumes of the darts that are fastened in his neck. More
stiff brimmed gray felt hats, and iron-encasedlega, follow those on foot. horses must be killed. Although the bull’s feeble legs can barely sustain
174 MARTi / EUROPA ESPAÑA 17s

him, although streams of blood are flowing from bis body, and althougb him, sometimeswith ten, and sometimeswith twenty sword thrustz. At
he fills the plaza with his roars of pain, a fiery “banderilla” is driven each fight they kill eight bulls. If a bull gores a man, he is left upon
into his neck. As the dart enters the flesh the fire in the “baqueta” is the ground for dead, nobody minds it. Tbey go on witb the performance
ignited. The odor of burning flesh fills the air, and a black smoke rises all the same and sometimesapplaud the bulL If he tossesan assistant
in curves from the bleeding neck. The bellowing of the unfortunate animal upons his homs, and Eatcheshim before his comradea can come to his
becomes frightful. Sometimes the bu11 throws himself on the ground and rescue, not a single cry of fear or murmur of pity comesfrom the crowd.
refuses to fight any longer. Then a man comes forward carrying a pole The man is taken to the hospital, wounded or dead. The affair naturally
altached to a sharp reaping hook and amid the applause of the crowd. produces a little stir, but the sport goes on, and the women never quit
cuts at the knees and leg of the animal. Tears are forced from the blood their places.
chot eyes. The fa!len bu11 en d eavors to rile. He drags himself upon the When a bu11wounds two or three fighters and kills sixteen or seventeen
Fround. He still wants to live but they finish him with knives. horses, his photograph is in great demand. Everybody buys it. His head
The matador generally follows the banderilleros. In his red “muleta” is sold at a high price, and eventually omaments the apartaments of
he hides his sword. In his right hand he carries his “montera,” 3 some lover of the sport. Such is a Spanish bull fight in its nakedness.
!~~r&ome round cap, and gracefully walks toward the presidential bos Happily Mr. Bergh will save us from such an exhibition in New York.
in front of which he offers up his victim. “Al rey! A la reina! A las
The SWL NuevaYork, 31 de julio de 1880
hembras andaluzas!” In this toast, the most original and extravagant
things are said. The crowd gives vent to a hollow murmur. Tbe matador
points out to his cuadrilla the spot where he wishes to kill the bull. The
chuliilos brandish their cloaks in the nostrils of the tired animal and Traducción
tempt him on to the spot chosen by the matador, who steps to the front.
The animal has been pierced by the lances of the picadors, weakened L4 CORRIDA DE TOROS
by the darts of the banderilleros, and stupefied by the shouts of the
crowd and the chase of the chulillos. The espada dazes him by quick Los que viven hoy en Nueva York tienen la oportunidad de presenciar:
Uourishes of a crimson cape, the deceived bu11 lunges for the cloth, and una corrida de toros. Chulillos en espl&didos trajes, adornados de encaje
the espada plungcs his sword into his heart. Sometimes the espada y oro, lanza& al aire los pliegues graciosos de sus pequeGascapasrojas.
missing his thrust, wounds the bu11 in the neck. Blood bursts from the Llevarán zapatos bajos y lucirán sus pantorrillas musculosasen medias
animal’s mouth. No tongue can utter words more ferocious than the de seda. Los saitosy el bramido de los toros asombradospodrán despertar
epithets hurled at the matador by the disappointed crowd, who expect en los espectadoresmaravillados sentimientos alternos de regocijo y de
a skillful sword thrust. temor. Los animales embestirán a los astutos chulillos o intentarán
You would think that they were going to kill the matador. They hiss escapar. Se les enloquecerá con retadoras capas carme!sieso con gritos
him and tear pieces of wool from the seats to throw at him. But if the torturantes. Los matadores podrán hacer brillante J atractivo ulro de
thrust is successful, cigars, hats, cloaks, and eyen the fans of ladies darken sus capas sin peligro. La corrida, sin embargo, sólo puede ser un pálido
the air. The quantity of offerings that fa11 into the arena sometimes refiejo de una genuina corrida de toros española, porque Mr. Bergh no
prevent the matador from going over to make a new bow to the deseaque los animalessufran. El extraño placer que produce una corrida
occupants of the presidential box. Then there is music and more shouting. de toros tiene su origen en los padecimientosdel toro, en su terrible furia
while the mulillas, rattling their bells, drag off the dead horses, and ciega, en el peligro de los hombres y el espectáculo de caballos ensan-
the still warm bull. They leave behind them a great trail of blood. grentados que se arrastran por la arena. Es la emoción que nace de
The trumpet sounds a third time. The “toril” is once more opened. las agonías de la muerte, del olor a sangre y del aplausofebril que saluda
and another bu11 appears. They prod him, they bum bim, and finally kill el toro que hiere o mata a sus perseguidores,y agujerea con sus cuernos
176 MARTi / EUROPA ESPAÑA 177

ensangrentados los cuerpos de loa caballos muertos. Es el gran tumulto, estallido de aplausos. Suena la trompeta. Un oficial en traje de Felipe IV,
esta feroz originalidad, lo que crea este placer salvaje. sobre un corcel cabriolador, llega hasta el palco del presidente, que deja
Los neoyorquinos no irán a la plaza, medio locos de excitación, caer en su sombrero de plumas la llave del toril, o corral donde están
comiendo naranjas y bebiendo buen vino de bota. No llegarán al encerrados los toros. Se va galopando y tira la llave al jefe de la
anfiteatro gritando y cantando desdelos techos de los ómnibus. Los ricos cuadrilla de toreros.
no viajarán en ese vehículo encantador, la calesa, cuya estructura Terminada esta ceremonia, se presenta un panorama deslumbrante,
polvorienta es halada por seis mulas briosas, cubiertas de cintas y de romantico y animado. Se llama el “despejo”. Todos los toreros, burla-
campanitas tintineantes, y conducida por un andaluz patilludo en un dores de la muerte, saludan al presidehte. El jefe se llama “el espada”.
traje de lentejuelas y un pañuelo violeta, anudado a la cabeza. Hoy los Cada espadacuenta con su cuadrilla. Se mueven lenta y graciosamente,
palcos no estarán llenos dc damas en mantillas negras, cada una con brillando sustrajes a la luz del sol. Los chulillos, cuya misión es distraer
una rosa roja en los cabellos y con una rosa prendida en el lado izquierdo y cansar al toro por el movimiento incesante de sus pequeñas capas, y
del pecho. Los hombres prontos a morir no responderán a los gritos los banderilleros, que clavan las banderillas en su piel, siguen a Frascuelo,
alentadores de aquellosque están acostumbradosa este derrnmamiento de Lagartijo, Machío, Arjona y el viejo Sanz, los grandes matadores que
sangre. Los infelices no entrarán en la arena, alegremente vestidos, con son halagados por las mujeres y saludados por los hombres. LOS
caras risueñas y corazones desfallecidos, despuésde rezarle a la Virgen? picadores, con anchos pantalones de cuero amarillo, con sombreros de
ni agitarán las manos a sus amantes esposas,a sus madres temblorosas felpa gris de ribetes tiesos, y con las piernas enfundadasen hierro, siguen
J a suspobres padre3 viejos. a los que van a pie. Invariablemente pesan demasiadopara sus caballos
El público sin piedad, que nunca piensa que el torero se expone huesudosde $10.00. El cachetero, cuyo pequeño cuchillo afilado da al
bastante o que el toro mata un número satisfactorio de caballos, o que toro herido el golpe de gracia, les sigue. Cierran la procesión la3 mulillas.
la espada del matador 3e clava con demasiadahondura en el corazón o mulas cubiertas de frazadas multicolores, y cargadas de bulliciosas
del animal, estará ausente. No escucharemosde labios de los espectadores campanillas. Son las que arrastran a los toros y caballos muertos fuera
roncos y excitado3 las terribles palabras: “icobarde!“, “ibribón!“, de la arena.
‘$1bruto. 1”, lanzados a algún desgraciado picador, acaso montado sobre Se saluda al rey. Las mulillas salen de la arena. Los picadores se
un caballo medio famélico y herido, enfrentándose,pica en ristre, con un desplieganjunto al toril, con las picas en descanso. Los chulillos arrojan
toro de ojos rojizo3 y cuernos agachados. a la barrera esterior sus capas de seda y toman sus capaa de combate?
Faltarán en esta exhibición los nuevos y siempre cambiantes peligros toda3 rotas y en harapos. La trompeta suena otra vez. Redobla el
que mantienen en tensión a los nervios. aplauso. Una puerta maciza, al final de un corredor estrecho y oscuro,
El señor Fernández intentará ofrecernos una corrida de toros, pero se abre y saleel toro. Para enfurecerlo, se le ha mantenido en una oscura
3abe que en atención a los sentimientos del ptib!ico tiene que despojarla prifión, sin alimento ni agua, y ha sido torturado por golpes de pica.
de sus características salvajes y genuinas. Cegado por el torrente de luz, aterrado por los gritos que lo reciben,
iCuán espléndida y terrible es una corrida de toros en Madrid! El indeciso en cuanto a su primer ataque, se detiene, escarba con cólera la
anfiteatro ee llena por completo tres horas antes de la corrida. Se pagan arena, baja la cabeza y mira ferozmente a susenemigos.
los más altos precios por los asientos. Personas carentes de dinero lo Puede que se arroje como relámpago contra un picador. El caballo
buscan prestado para ir a la corrida. Todo el mundo bebe, come y grita. recibe el tremendo choque y, herido o muerto, es lanzado contra la
Chistes picantes cosquillean 103 oído3 de las jóvenes más distinguidas. barrera. El picador generalmente queda Pepultado debajo de su pobre
El sol brilla y quema. Hay un tumulto de pandemonio. Los espectadores bestia. Puede también suceder que el toro escoja un chulillo para su
silban, aplauden, se abofetean, y los cuchillos brillan en el aire. Al fin, primer ataque. El diestro arrastra su capa tras sí o la echa a un lado
el presidente de la fiesta entra en su palco. Frecuentemente asiste el rey. para distraer la atención del toro enfurecido, y al llegar a la barrera.
EstH acompañado por la reina. Agita su pañuelo. Hay un tremendo la salta como un rayo, como un pájaro sin alas.
178 BfAPTi / EUROPA
ESPAñA
Ahora lo que era juego se vuelve serio. EI gentío se entusiasma
>
enloquece al toro, insulta a Ios toreros, y reclama la muerte de mas caza de los chulillos. El espada lo deslumbra con los rápidos movimientos
caballos infelices. de una capa carmesí; el toro engañado se abalanza hacia el paño, y el
Cuando cae eI picador, los chuhllos provocan al toro para evitar que espada le da una estocada en el corazón. A veces el espada faIla su golpe,
magulle al hombre. Rodean al animal con sus capas, y, finalmente, al hiere al toro en el cuello. La sangre salta de la boca del animal. Ninguna
sonido de la trompeta, el trabajo de los caballos ha terminado y comienza lengua puede pronunciar palabras más feroces que los epitetos lanzados
el de los banderilleros. al matador por la multitud defraudada que esperaba una diestra estocada.
‘Los chulillos, alentados por los gritos de la multitud, avanzan sobre Se pensaría que iban a matar al matador. Le silban, y arrancan pedazos
. de lana de los asientos para arrojárselos. Pero si el pase tiene éxito,
el toro. Sacuden ante él varillas en que están pegados papeles de vivos
colores. Su revoloteo asemeja el crujido de la seda. Dardos en la punta tabacos, sombreros, capas, y hasta los abanicos de las damas oscurecen
¿e las varillas se clavan en el cuello del toro. A veces el banderillero se el aire. La cantidad de obsequios que caen en la arena a veces evita que
coloca casi entre los cuernos de la bestia enfurecida, con la nariz del el matador pueda seguir haciendo nuevas reverencias a los que ocupan el
animal a sus pies, y lanza los dardos sobre su carne temblorosa. El toro palco presidencial. Entonces hay música y más gritería, mientras que
ruge y brama. Embiste, retrocede, se detiene, carga y vuelve a cargar, las mulillas sonando sus campanillas, arrastran a los caballos, muertos y
al toro todavía caliente. Dejan tras sí un gran rastro de sangre.
y finalmente se mueve alrededor de la arena, su gran lomo cubierto con
Ios penachos de los dardos clavados en su cuello. Hay que matar más Suena la trompeta por tercera vez. Se abre de nuevo el toril, y aparece
caballos. Aunque las patas débiles del toro apenas puedan sostenerlo, otro toro. Lo aguijonean, 10 queman y finalmente lo matan, a veces con
aunque los chorros de sangre corran de su cuerpo, y aunque llene le diez, a veces con veinte estocadas. En cada corrida se matan ocho toros.
plaza con sus bramidos de dolor, una banderilla de fuego es arrojada Si un toro magulla a un hombre y queda sobre el suelo, dado por muerto,
contra su cuello. AI penetrar el dardo en la carne se enciende la “baqueta”. a nadie le importa. Se continúa Ia función igual y a veces se aplaude al
El olor de carne quemada llena el aire y un humo negro sube en espirales toro. Si da una cornada a un ayudante antes de que sus compañeros
del cuello ensangrentado. El bramido del infeliz animal se vuelve horrible. puedan venir en su auxilio, no sale un solo grito de temor o un murmullo
Algunas veces el toro se echa en Ia arena y se niega a seguir luchando. de piedad de la multitud. El hombre es conducido al hospital, herido o
Entonces se acerca un hombre con una afilada hoz, atada a un palo, y muerto. El incidente, naturalmente, produce alguna agitación, pero el
en medio del aplauso del gentío le corta las rodillas y las piernas aI deporte sigue y las mujeres nunca abandonan sus puestos.
animal. Saltan lágrimas de los ojos enrojecidos. El toro caido trata de Cuando un toro hiere a dos o tres matadores y mata dieciséis o
levantarse. Se arrastra por el suelo. Quiere vivir aún, Pero lo rematan diecisiete caballos, su fotografía está en oran
b demanda. Todo el mundo
con cuchillos. la compra. Su cabeza es vendida a gran precio, y acaba por adornar la
residencia de algún amante del deporte. Tal es una corrida de toros
Ei matador generalmente sigue a los banderilleros. Esconde su
. española en toda su desnudez. Afortunadamente, Mr. Bergh nos salvará
espada en una “muleta” roja. En su mano derecha lleva la “montera”,
de semejante exhibición en Nueva York.
una hermosa gorra redonda, y se dirige graciosamente hacia el palco
presidencial, ante el cual ofrece su victima. “iA rey!” “la la reina!” “Ia
las hembras andaluzas!” En este brindis se dicen las cosas más originales Tke Sun. Nueva York, 31 de julio de 1880
y extravagantes. La multitud da rienda suelta a un sordo murmul!o. El
matador le señala a su cuadrilla el lugar donde desea matar al toro. Los
chulillos agitan sus capas ante el hocico del cansado animal y lo llevan
hacia el lugar escogido por el matador, que da un paso hacia adelante.
El animal ha sido aguijoneado por los picadores, debilitado por los
dardos de los banderilleros, y atontado por los gritos de la multitud y Ia
1. PROSADE PRCKERES
2. ESPAmA
1

Con el engaño de la literatura se nos está entrando por América el


espíritu español, que de seguro no podrá hacer en la casa ajena sino lo
que hace en Ia propia, 10 cual es, según el espaííol Mallada, esa gran
maravilla de “tener las mejores aceitunas, p hacer el peor aceite; la
mejor uva, y hacer el vino peor; la mejor lana, y hacer los peores pagos”.
Imitan 10 bueno que tienen, para publicar un) revista ai mes, y k Ilaman
“La España Moderna”, cuando si lo fuese de veras, no le habrían llamado
así, con un vocablo indirecto, que huele a polvos de arros, sino “La
España Nueva” a secas, que es más viril y castizo, f y el sello que discurren
para “La España Moderna” está en letras góticas! Alrededor no hay
mozos robustos, con la cara al. cielo y un libro y un arado, sino más
como dragones, de pico y voluta; con la cola de mucho recoveco, y los
remates flor de lis. El mundo nuevo es terso y sencillo. Cansan el
pensamiento churrigueresco, y la sintaxis indirecta. La mujer bella y
sana, aunque decir sana es decir bella, PO anda con menjurjes y retoques:
la frente, lisa. La boca, sin colorete. La oreja, sin aretes. Esos abalorios
y transposiciones de la frase son como los pingos que se ponen las pobres
solteronas, para conservar el favor fugitivo de los caballeros, o como los
encajes y flores de trapo con que le tapan al descote los huesos. Música,
en io natural Arte, en lo simple. Y la frase, lógica y cerrada, de modo
que como quiera que se la pongq quede completa y gramatical Ser
académico, no da licencia para hablar maI el castelIano. Y para hacerlo
hablar mal a los otros.
Cuanto hay de brioso en España escribe en “La España Moderna”.
Y 10 que no es brioso, como un soneto vago y cojo que escribió Manuel
del Palacio, el difamador injusto de la mujer de Puerto Rico, para un
medallón del Círculo de Bellas Artes. Los versos, no pueden ser malos.
Ni versos a medias ni leontinas de similor. El que quiera leontinas.
cárguelas de oro puro. que es verdad. Los lujos. ciertos. ;Vaya mis versos
estos cuatro! :

Como Él con la justicia y la venganza


1’0 con el arte suerio y la Poesía,
y en Edén este milo trocaría
de perpetuo deleite y lienandanza.

La Pardo escribe su español airoso. Echegaray, con rayos. Galdós. FRANCIA


al agua clara que corre entre guijas. Palacio Valdés, sincero. Pi, fuerte.
Campoamor, un chusco. Cánovas, reservado. Thebussem, gustoso:
Castelar, que cose la púrpura con hilo de algodón, y se pone los siglos Letras
de gorro de dormir; Valera, que no anda bien sin muletas; Barrantes.
-..barrantes. Menéndez Pelayo, el único español que escribe como Gust
Nájera;% que le han puesto al español la verdad y la gracia;” el émulo
de la?* que aun cuando yerra gusta. Dan la cara, cara buena. El enemigtb
mata al enemigo valeroso, y lo besa en la cara. Escribe Concepción
Arenal, una señora de oro, con mente hecha a pueblos. Y Clarín:

Ese castellano que habla Pereda en casi todos sus libros, un castellano
redondo, sano y dorado: no como esa otra lengua de Pérez Galdós. mu!
sabia p concisa; pero que denuncia haber estado mucho tiempo en los
batanes. Muy escarmenada: relamida se diría en, pmtura. Por mucho
quererlo ser no es bastante plástica. Ni la armonía del lenguaje se ha de
conseguir con la colocación innatural y violenta de algunas de sus partes
donde no las pondría de primera intención el sentido. El ideal del diálogo
es que sin ser rastrero. ni decir palabra que no sea imprescindible para
el arte y sentido del asunto, imite absolutamente la naturaleza: cada
carácter debe hablar en su tono y como quien es, sin usar idea, giro o
palabra que conforme a susantecedentesno seadel todo natural (que use).
y sin invadir el denguaje ni el pensamiento de caracteres de diferente
preparación.

za Varias palabras ininteligihlea.


n Id.
*R Id.
IJBROS NUEVOS”

SIJ Este manuscrito parece un borrador para alguna revista centro o sudamcri-
cana. quitis de Guatemala.
Cuando, cediendo a los frívolos el París de Folics Bergdre y Frascati
-mercado donde se cambia voluntariamente el ahua pura por las impu-
rezas que la trastornan y corrompen,, pasean los ojos asombrados por
las orillas del oscuro Sena, por los corredores del teatro del Odeón, por
las cercanías del Panteón, palacio de los grandes hombres muertos, y el
Luxemburgo, palacio de los grandes hombres vivos,--conmueven noble-
mente al viajero americano dobles impresiones, de gratitud las unas hacia
el pueblo que en la política ha producido la edad moderna, y.en la ciencia
la útil ciencia libre,-de emulación las otras, y tristeza, por la pequeñez
de nuestras escasas librerías. iQué hermoso es que París tenga tanto!
iQué triste es que nosotros tengamos tan poco!
Pero cuando se vuelven los ojos a otros tiempos; cuando se piensa
que no hace aún muchos años era tenido por novedad en un pueblo
americano el texto aristotélico; cuando se ve que en algunas poblaciones,
sujetas aún al dominio europeo, existe un censor que impide la
introducción de todos los libros que traigan entre sus hojas una palabra
de libertad y un rayo de luz; cuando en estas miserias, muertas o
moribundas, pensamos, y volvemos luego los ojos a la calle del 30 de
junio, a la casa de Capella, a la librería de la Ilustración, a las bibliotecas
de los particulares, a la casa de Goubeaud, inficionadas ya del nuevo
espíritu, nace la confianza antes suspensa, y hay derecho a esperar que
creciendo el interés ya despertado, pronto serán obras vulgares las que
sobre ciencias, lenguas, letras y artes lo son ya en Edropa y en algunas
repúblicas latinas, y a nosotros y a otros pueblos nos parecen aún obras
llenas de misterio y maravilla.-Con lo cual nos seducen libros que, bien
estudiados y bien comparados a otros, no ejercerían tal vez en nosotros
tan grandes seducciones.
Un libro nuevo es siempre un motivo de alegría, una verdad que nos
sale al paso, un amigo que nos espera, la eternidad que se nos adelanta,
una ráfaga divina que viene a posarse en nuestra frente. Tendemos
invohmtariamente las manos hacia toda obra que nos ea desconocida, como
190 MARTí / EUROPA FRANCIA 191
involuntariamente tendemos siempre el alma en busca inquieta de la gran osada; pero no morirán su3 soberbiashipérboles, susmagnifia anatemas.
verdad. Nos parece que cada libro es una respuesta a nuestras ansias. sus proféticos arrebatos, sus sobrehumanasconcepcionesde las viejas y
un paso más adelantado hacia el cumplimiento final de nuestros incógnitos portentosas teogonías. Importa poco que se le juzgue con las reglas de
destinos. Como que al tender las manos a él vamos a empujar un poco la Gramática y el cartabón de la Retórica:-4 que es capaz de LW, no
más la puerta que nos separa del misterioso mundo donde se cumplen t& obligado a obedecer.-Víctor Hugo penetra lo3 dioses indioa, y
entre tinieblas las maravillosas revoluciones de lo Eterno. hablando de ellos, parece uno de ellos.-El siglo está pegado l il como
“La Revista” cree que los libros sirven para cerrar las heridas que las alas a una mariposa. La mariposa va donde las alas la llevan: Víctor
las armas abren; que sirven para construir pueblos con 103 escombrosque Hugo ha ido donde el siglo lo ha llevado. Gran condf’ctor, ha aido l su
la piqueta revolucionaria ha echado a tierra; que encienden lo escondido; vez conducido; y, siendo luz, ha sido reflejo. Es necesario verlo para
que sacan a luz lo oscuro; que iluminan con colores vivísimos todas las tener idea de una aurora boreal; oírlo, para tener idea del Sinaf.-Su
fecundas e infatigables obras de la Creación.-Los libros consuelanY nuevo libro es una sonrisa de anciano, que no puede ocultar completa-
calman, preparan, enriquecen y redimen. Redimir es otra mawra de mente los ojos que sobre ella fulminan contra las maldadesde los hombres
enriquecer con monedasque se cambian en el cielo; cielo es el puro fin mirada3 de gigante. Se extravía a veces el grande hombre, y exagera sus
de las almas que puramente obraron.-Leer es una manera de crecer, de abstracciones poéticas, pero doquiera que los grandes ríos vayan, son
mejorar la fortuna, de mejorar el alma, otra gran fortuna que debemos grandes ríos.-Si leyendo ‘Mis hijos”, otra producción del egregio
a la colosal Naturaleza. anciano, da vergüenza no ser padre; leyendo ‘t’art d'he grand @re”, da
No verá la luz en pueblo alguno un libro ilustre, ya de poetas, que vergüenza no ser abuelo.
anuncian la otra vida; ya de pensadores, que estudien ésta; ya de Llama también la atención un nuevo diccionario biográfico.-Los
cientíiicos, que la hagan másproductiva y más amable;-no se publicará hombres, salvo los grandes accidentes que tuercen los caracteres mejor
obra alguna: útil o bella, para los maestros o para los alumnos, para el definidos, no hacen sino aquello que de sus actos anteriores resulta que
ensanchede la ciencia, o para la elevación y sostenimientode la combatida deben hacer. La biografía posterior de un hombre no es generalmentemás
fantasía, que no sea en seguida por este periódico anunciada a los que que el resultado de su biografía anterior. Haciendo exactas relaciones
anhelanvivir en su época no envueltos en la armadura de los siglos medios, de la vida de los hombres políticos, se tendrá un elemento seguro para
sino en los libros, que caracterizan y realzan éste, en los inmortales libros, juzgar de la política probable, en tanto ellos influyan en ella. A pesar
armadura de 103 hombres del siglo XIX. de cuanto digan los pesimistasde los hombres, las apostasías80n más
Meseshace vio la luz, pero aún npasiona en Europa como nuevo, UD raras que las grande3 firmezas. De manera que un diccíonarlo biográfico
libro del hombre poético de nuestra época, como Thiers fue su hombre viene a ser no sólo un libro de gran utilidad para el erudito, de distracción
práctico: de Víctor Hugo.- Tiene el sublime anciano-y debe escribirse para el ocioso, y de aprovechamiento para el escritor público, sh ua
pocasvecesesta palabra sublime,-dos lindos njetos, su Juana y su Carlos, base muy digna de tenerse en cuenta para augurar el resultado de los
pálidos lirios nacidos a embellecer la corona de nieves del poeta. Los sucesosen que tomen parte los hombres biografiados.
ha visto dormir, correr tras las mariposas,coger flores, estudiar el alfabeto, La casa de Dreyfus es la que ha publicado esta buena obra, que la
dar libertad a laa golondrinas enjauladas, dar pan a los elefantes del prensa europea elogia, porque libre ya el autor de las trabas que el muerto
Jardin Botánico, dar ampliamente limosnas a los pobres; los ve crecer; imperio del pequeño Napoleón, monstruosa comedia incomprensible,
y tiene miedo de que el cierzo se,los tronche, como a su hijo, como a su impuso a Vapereau, el nuevo “Diccionario general de biograjía contem-
hija; los ve vivir, y tiene miedo de que la vida se los mate; les debe poránea francesa y extranjera” de M. Bitard excede en mucho al
el gran reposo de la vejez, y ha escrito un libro, el modo de ser viejo, "Diccionario de los contempoheos” publicado por aquél en tiempos en
“El arte de ser abuelo”, “L’art d’être gran phre”-Es admirable Víctor que las verdades no lo eran, sino en la forma y cantidad en que los seides
Hugo: morirán sus dramas, hijos regiamente monstruososde una voluntad del emperador querían que lo fueren.
MARTí / EUROPA b' R A N C 1 A 198

No es el nuevo libro, a lo que parece, una obra monumental como de su pueblo francts. - Otros son los aristbcratas del pensamiento: Erckmann y
título debiera desprenderse, pero el’qio editorial de la casa Dreyfus, que s.510 Chatrian son sus obreros.
fatiga sus prensas con lo que cree que merecefatigarlas; la erudición del De otras obras, aún más importantes, se ha de hablar. - Los admirado-
biógrafo y las condiciones & independencia en que se ha hecho el libro res del vivacísimo y profundo talento de Thiers, ese hombre sobre cuyo ataúd
garantizan que, si bien breve, xrá en la mesa de los periodistas gran auxilio, parecía que había plegado sus alas el águila francesa, como si de su hondo
en la de los aficionados a política un buen elemento para juzgar, y en toda criterio, de su extraordinaria perspicacia y de su profunda intuición, depen-
biblioteca, útil adorno. dieran la suerte del país, - esperan impacientes las obras, que dej6 comple-
Otro libro reclama su lugar. Erckmann y Chatrian son dos hombres tas unas, e incompletas otras, aquel que llen de históricas lágrimas los
jóvenes, enamorados de la grandeza patria por la educación de grandes y egoístas gabinetes europeos: Thiers que llora. quedará en la historia como
pequeños: son dos nobles generosidades, encerradas en dos infatigables
Cincinato que ara, como Espartaco que redime, como Régulo que cumple
mentes activas. Tienen en la novela política, género suyo, aquella verba
fogosísima e inquietud meridional que distinguieron en sus primeros tiem- su promesa. Ese hombre de frac y corbata blanca, que gime como un griego
pos la eléctrica palabra de Gambetta. El estilo de los dos escritores esjuvenil, arrepentido, que pasea en ferrocarril el mas gran dolor moderno, quedará
como ellos; como ellos, batallador; como ellos, generosamente brusco. - Sea en la memoria de los hombres como una de las personificaciones mas
cualquiera el asunto histórico sobre que escriban, que es siempore algún gráficas y concretas de esta edad, precursora de grandes creaciones, por lo
asunto francés, hablan como si estuvieran cantando perpetuamente La mismo que está siendo testigo de muy grandes crisis.
Marsellesa. Tiene todos los candores de la Gironda, sin ninguna de las Mucho, y a muchos, escribió Thiers sobre arte, sobre guerra, sobre
crueldades de la Montaña. -Alemania enseña en sus escuelas el sistemático administración, sobre filosofía, sobre historia, - que tales vuelos ha tomado
odio a Francia: Erckmann y Chatrian usan de la pluma como de un fusil., y ya la historia que hablar de ella vale tanto como hablar de filosofía. Los
con la mano sobre el gati!lo, vestidos con la blusa del obrero, con la frente ejecutores testamentarios se dan gran prisa en coleccionar las cartas amenas
cubierta de ceniza, apuntan sin cesar a la oprimida frontera de la Alsacia. y profundas del que sirvió a la monarqula para arruinarla, y dudó de la
No predican el odio, siendo vencedores; predican el valor, siendo vencidos. república para darle con su decisión más solidez. -Estas cartas numerosas
Ahora, han dado a luz un libro hermoso, brillante de patriotismo, como todos
formarán pronto volúmenes impresos: ia que dudar que la sal de Atenas
los suyos. - “Cuentos Vosgos” se llama. Por varios que sean los asuntos que
elijan para narrar, y los personajes que en ellos introduzcan, el fondo de sus har& resaltar en ellas el vigoroso espíritu de Tácito?
obras es siempre el mismo. La ignorancia mata a los pueblos,.y es preciso La indemnización de guerra, a cuyo precio detuvo la Francia el bárbaro
matar a la ignorancia. El fanatismo contribuye al enervamiento, y es preciso corcel de los ulanos, ese gran mal inmediato que ha producido a Francia la
extinguir el fanatismo. La creencia ciega en verdades no probadas, y que no resurrección de la dignidad, un gran bien duradero, necesitaba un historia-
tienen medio humano de probarse, destruye la dignidad de la inteligencia y dor: en Thiers io ha tenido. El anciano había terminado completamente la
la del carácter. Es preciso fomentar el estudio de las ciencias como vía única historia de las negociaciones con que Francia logró su rescate de Alemania,
para el conocimiento de las verdades. - De estos jóvenes se ha dicho mucho y de todos los atrevidos y patrióticos golpes de banca que, sin turbar el
mal, como se dice en todas partes siempre de los que se anuncian con una equilibrio del comercio europeo, satisficieron el apetito alemán y aseguraron
personalidad fuerte, e intentan algo nuevo y bueno. Pero ellos, con la patria la libertad francesa.
en el corazón, y la verdad en los labios, cumplen enérgicamente sobre las Pero la obra monumental-mi monumento, decía Thiers de ella-
emboscadas del clero ultramontano, sobre las murmuraciones de los ense- con más ansia que todas esperada, es la que al decir del generoso Mignet
ñadores rutinarios, sobre- las fingidas alarmas de los que se llaman a sí
y el profundo Barthélemy-Saint-Hilaire, los fraternales amigos del histo-
mismos en Francia cuerdos y prudentes, la gran obra de reforma que consiste
en educar, por el estudio libre los hábitos dignos por el espectáculo de la riador del Consulado y el Imperio, bien pudiera llamarse: “Historia de la
patria ofendida, por la esperanza de la patria vengadora, al vivaz e inmortal humanidad en sus relaciones con el mundo”. Este gran título es la historia
de lo racional enfrente de lo irracional: pone al hombre enfrente
194 MARTí / PUBOPA

de todo lo creado, penetra sus pensamientos, sorprende sus intenciones,


escudriña sus asombros.-Dos grandes exámenes ocupan hoy a los
filósofos: el examen de la tierra, y ef examen de la vida: Lyell en aquél,
Darwin en éste, han echado abajo orgullosas o incorrectas intuiciones de
Cuvier y Linneo. El mundo no es una serie de actos, separados por
catástrofes, sino un acto inmwwc elaborado por una incesante obra de
unión. Se hace viejo mejorando, pero natural y regularmente. El hombre
no ea un soberbio ser central, individuo de especie única, a cuyo alrededor
giran los seres del cielo y de la tierra, animales y astros; sino la cabeza
conocida de un gran orden zoológico, implacable en sus semejanzas,
riguroso en sus comparaciones, invencible en sus reglas taxonómicas.
Han muerto la teoría de las catástrofes, concepción hueca de Cuvier, y la
teoría antropocéntrica, concepción presuntuosa de la sistemática escuela
espiritualista. MODERN FRENCH NOVELISTS
Todas estas modernas verdades sobre la naturaleza de la tierra J la
del hombre, preguntadas a los esqueletos humanos, y a las diversas capas
sobre que vivimos, especie de inmensos esqueletos térreos; todas estas
modemísimas teorías, no halladas en las caprichosas nebulosidades del
espíritu, sino en las huellas solemnes que los hechos geológicos han dejado
tras sí; los trabajos anatómicos de Huxley; las conferencias comparativas
de Haeckel; la revolución en el sistema de la creación de Lyell; las
exageradas y ardientes polémicas de Buchner; las opiniones sobre la
6poca de la aparición del esqueleto humano, sobre las épocas anteriores,
sobre la posterior; todo lo que los hombres han pensado sobre todas las
grandes cosas que hacen pensar; todo esto es objeto de este libro coloso,
verdadero resumen científico, clara y criteriosa concreción del sig!o
luchador en que vivimos.-Hay hombres que son épocas: ThierG es un<~
Yero antes se era una cosa u otra: Thiers lo ha sido todo. Así ei cóudor,
absorbiendo bajo sus alas extendidas grandes espacios de cieio. Admira
con sus brillantes ojos grandezas y miserias, estaciones y revoluciones,
palabras y actos, batallas y progresos, otras batallas, de los hombrec.
iOjalá sean libros parecidos a éste los que den materia a la próxima
‘iRev&” !
The years immediately following the disastrous wa,r of 1870-71 are
n period of unusual barrenness in one field at least, of French literature.
With their beautiful country lying prostrate at the feet of the conqueror,
the French people, stru ggling for their very existence, had more serious
things to occupy their minds than the amusement,of reading novels. The
relation between demand nnd supply, appliea to literature with equal forte
as it does to commerce. But with the retum of peace, prosperity and
security, the literature of fiction received a fresh impulse and the world
has been supplied from Paris durin g the last six years with numerous
novels, which, as regards variety of subjects, boldnessof speculation and
realism of description, surpassthe productions of any previous epoch.
Among these post-bellum autbors there are two, namely, Z-ola and
Alphonse Daudet, who have principally attracted the attention of the
world and, if the number of the oditions of their works be a criterion of
their merit, may claim, the first rank. But this popular succeasis the
oniy thing which these two ren have in common. The observing, poetice1
and artistic Daudet is far removed from the poet of the sewers. Daude’s
popularity is basedupon a feeling of gratitude for the delighful offerings
be gives us. He combines the keenest knowledge of the human heart
with a humor worthy of Thackeray and, clothes his creations in the
brilliant, fiery Ianguage of which the French are masters. Zola owea hic
fame LOwhat is lowest and saddest in man’s nature. The “Asaommoir”
hasta gone through nearly eighty editions and has beeI1translated ints
nearly every European lanpuage, including Greek and Roumanian, and
of hia last work, “Nana,” forty thousand copies were ordered of the
publisher before it appeared.
Daudet’s fame dates from his “Fromont jeune et Risler ainé.” “Jack,”
which followed, is a most pathetic, but almost unbearably sad stoq ol
n child’s suffering. “Le Nabab” marks the zenith of his glory, and hir
last work. “Les Rois en Exil,” shows no decreasein the writer’s powers.
198 YARTf / EUROPA FRANCIA 199

French fiction of today may be divided into three classes-the novel,


descriptive of purely French manners and habits (Roman de Moeurs), al1
after the fashion of Balzac, the great prototype; the boulevard and salon
novel, and the popular police, blood and murder novel. Always leaving Traduccicin
Daudet and Zola, who occupy places of their own, out of consideration,
the higheat place in the first class is due to Hector Malot, who may be
MODERNOS NOVELISTAS FRANCESES
considered as the legitimate heir to Balzac’s inheritance. He possesses
some of the latter’s best qualitios and is superior to him in many respects.
Los a-ríosque siguieron inmediatamente despuésde la guerra desastrosa
He is more humane, more trusting; the believes there are some good,
de 1870-71 son un período de inusitada infecundidad en un campo, al
unselfish peaple in thia world, who are not fools and weaklings, and his
villains are not so hopelessly abject and lost as those whom Balzac menos, de la literatura francesa. Con su hermoso país yaciendo postrado
rcpresents. His beat works, “Le Mari de Charlotte,” “La Fille de la a los piea del vencedor, el pueblo francés, luchando por su misma
Comédienne,” “La Belle Madame Donis,” are written in a superior style, existencia, tenía cosas más serias en que ocupar su mente que en el
with a certain nobksse oblige tone. His men and women are people one entretenimiento de leer novelas. La relación entre la demanda y la oferta.
would like to know; they are of our own flash and blood and. with all their es igualmente aplicable a la literatura como al comercio. Pero con ei
faults, healthy and natural. retorno a la paz, la prosperidad y la seguridad, la literatura narrativa
Ferdinand Fabre must be mentioned in this class. He has chosen a recibió un nuevo impulso, y el mundo ha sido proveido desde Paris,
subject for his fiction which would soon become tedious in the hands durante los últimos seis años, con numerosas novelas, que, en cuanto a
of a lesa gifted writer. The heroe-s of Fabre’s stories are those poor, devoted variedad de asuntos, audacia de pensamiento y realismo de descripción,
country priests, “Monsieur le Curé,” who play so important a part in sobrepasanlas producciones de cualquier época anterior.
French provincial life, and of whom outsiders know little or nothing. He Entre estos autores post-be¿lwn hay dos, es decir, Zola y Alfonso
introduces some delightful types; the kindhearted, easy-going old curé. Daudet, que han atraído principalmente la atención del mundo, y que,
who doea not trouble himself about the Sylhbw or papal infalibility, is si el número de las ediciones de sus obras es la medida de sus méritos,
a patriarch in bis little parish, the temporal and spiritual adviser of his pueden reclamar el primer puesto. Pero este éxito popular es la única
flock, and who always looka with a vast amount of charity upon the cosa que estos dos hombres tienen en común. El acucioso, poético y
failing of the simple souls entrusted to his care. Then we have the
artístico Daudet está muy distante del poeta de las alcantarillas. .La
ambitious young ascetic, fresh from the seminary, eager for action, who
popularidad de Daudet está basada en el sentimiento de gratitud que no3
even dreama of the mitre and crook and se-es in the buxom, rosy-cheeked
despierta por sus encantadoras producciones. Combina el conocimiento
village girls temptations which the devil has thrown in his to be fought
más agudo del corazón humano con un humor merecedor de Thackeray
sgainst with the courage of St. Anthony. ‘l’hen there is the man who has
missed his vocation, who might be a Humboldt, a Talleyrand or a y reviste sus creaciones del lenguaje brillante y fogoso del cual son
Weilington, if he had been placed in a different sphere of life. All theae maestroslos franceses. Zola debe su fama a lo que hay de más bajo y
types are interesting and lifelike, and it is a matter of astonishment that triste en la naturaleza humana. El Assommoir ha llegado casi a ochentn
so little is known of this distinguished writer outside of a limited number ediciones, y ha sido traducido a casi todos los idiomas europeos,
of readers en France. incluyendo el griego y el rumano, y de su última obra “Nana”, cuarenta
mil ejemplares fueron pedidos a su editor antes de su publicación.
The Hour. Nueva York, 1880 La fama de Daudet data desde su Fromont jewte et Riskr ainé.
Jack, que le siguió, ea la tan patética, pero casi insoportable triste
historia de los sufrimientos de un niño. Le Nabab señala el cenit de
FRANCIA 201
200 MARTi / EUROPA
tienen sabor real, y es motivo de asombro que se conozca tan poco de
su gloria, y su última obra Les Rois en Exil, no presenta ninguna este escritor distinguido, fuera de un número limitado de lectores en
mengua en las facultades del escritor. Francia.
La literatura narrativa francesa de hoy puede dividirse en tres clases
-la novela, descriptiva de costumbres y hábitos puramente franceses Th How. NuevaYork, 1880
(Roman de moeurs), todas al estilo de Balzac, el gran prototipo; la
novela del bulevar y el salón, y la novela popular policíaca, de sangre y
asesinatos. Siempre que no tomemos en cuenta a Daudet y Zola, que
ocupan puestospropios, el puesto más alto en la primera clasecorresponde
a Hector Malot, que puede ser considerado como el heredero legítimo de
la herencia de Balzac. Posee algunas de las mejores cualidades de este
último, y es superior a él en muchos aspectos. Ea más humano, más
confiado; cree que hay algunas personas buenas J desinteresadas en
este mundo, que no son tontas o débiles, y sus villanos no son tan
perdidamente abyectos y condenados como los que presenta Balzac. Sus
mejores obras, Le Mari de Charlotte, La Fille de lu Comédknne,
La Belle Madame Donis, están escritas en un estilo superior, con un
cierto tono de noblesseoblige. Sus hombrea y sus mujeres son personas
que uno desearía conocer; son de nuestra propia carne y sangre, y, con
todos sus defectos, sanosy naturalea.
Hay que mencionar en esta clase a Ferdinand Fabre. Ha escogido
un asunto para su producción que prontamente resultaría cansón en manos
de un escritor menos dotado. Los héroes de los cuentos de Fahre son
pobres y devotos curas campesinos, Monsieur le Curé, quienes juegan
un papel tan importante en la vida provinciana francesa, y de los que
poco o nada conocen los forasteros.
Presenta algunos tipos encantadores, el bondadoso, desenfadado viejo
curé, que no se preocupa de lós SyUabus o la infalibilidad papal; es un
patriarca en su pequeña parroquia, el consejero temporal y espiritual de
sus feligreses, y que siempre juzga con una gran cantidad de piedad las
faltas de las almas sencillas puestas a su cuidado. Luego tenemos el
ambicioso asceta joven recién llegado del seminario, ansioso de acción,
que hasta sueña con la mitra y el báculo, y que ve en laa rollizas
muchachaspueblerinas de rosadas mejillas, tentaciones que el diablo ha
puesto en su camino para que sean combatidas con el valor de un Stan
Antonio. Luego hay el hombre que ha errado su vocación, que pudiera
ser un Humboldt, un Talleyrand o un Wellington, si hubiese sido situado
en una esfera de vida diferente. Todos estos tipos son interesantes y
FLAUBERT’S LAST WORK

“Bouvard and Pécuchet”.-The story of two oid men.-Unrealized


idealism
The death of the fearless writer, Cuatave Flaubert, who knew how IO
tell the truth, atill occupiea the world of lettera.
The Parisian journala atill apeak of hia plain houee at Croiaaet.
Pruaaien soldiera, fancying that tbay bad found the retreat of a butterfly
of the Empire fond of fine diahea and rich old red winea, diacoverd only
a ciean and quiet borne where a bronre atatue of the Hindoo Buddha
rtood facing the figure of the Lydian Bacchur, tbe god witb the curly
beard, the calm forehead and the golden crown.
French papera have been filled witb recollectioua of Flaubert. Their
readers see the athletic writer, a Greek in atrength, in elegante, in grate,
moving along like a mighty ahade. He ia aeen upon the greeu graas in
profound thought. Searching the deptha of tbe souL And deepising the
miserable bourgeoia, whom in sonoroua voice he called Philiatines, and
who use the noble gift of life only as an ioatrument for making money,
huying white cravats for Sunday weor, and carping at al1 who dare to
iove, to suffer, and to think.
It is not of Flaubert, but of hia lart work, the one that killed hfm and
!he one that he finiahed a few houra before bis death, that we wiab to
speak-“Bouvard and Pécuchet.” It is a atrange book. Pagea writteu with
the grand eloquence of a Cervantes, or a Rabelaia, and tbe aolid aymplicity
of Homeric times are extracted from it. We apeak of this in no petty
enthuaiaam. We have atudied theae crucified lions af “Salambo,” tbe
wedding among the Bretona of “Madame Bovary” and the frightful
“Nebuchadneasar,s’ who wipea with hfa arm the perfumea from hia face,
who eata in aacred vessela, then breaka tbem, and inwardly takes the cenaua
of his flceta, hia armiea, and hia people. He is tired of captures and
exterminations, and the notioa of ruahing frito degradation aeiaea him.
When a man writes in thia atyle pure, and rolemn, and vibratory, he ir
certainly a great writer.
It has alwaya heen the atyle of the master hand, sud it ir tbe atyle in
“Bouvard aud Pécuchet.” Flaubert hated ndjetivea. He aupplied therr
206 Bfrnrf / ãlrROPI FRANCIA 207

places with words so p!ain that they needed notbing to make them cIe.ar. old men start off like two children in search of happiness,far away from
Retween two words he always took a long puff of his cigar. He did not the sphere where happinesscertainly does not exist.
walk, because he thought it beneath the dignity of a philosopher. He Then follows a promenade through modern life, in which nothing
was wont to say that “Repose is strength.” Seated like a Turk, he examined exspes the penetrating eye of Flaubert.
his phrases, turning, analyzing, and pnming them. There were no He has not seenfit to judge what is called the marcb of progress like
obscuritv. From truth vigor carne forth, and from severity beauty. He a writer filled with prejudice.
did not write his first work thus. The work was not, ~EI has been said, This existence of ours ís artificial.
“Madame Bovary” but the ‘Chateau des Couers.” “Bovary” is a novel After discarding old absurdities, we perheps only substituta new
that smells of blood. “Salambo” is a book so solid that it seems formed ones.
of marble and colored with the purple that made so famous the countriea Flaubert endeavours to put in front of this imposed and conventional
he describes. In “Bouvard and Pécuchet,” a résumé of a life learned, iife the simple end plein life of nature.
independent, and original-we recogmxe a pen which carves, chisels and He has created two artless old men whose impressionsare germine.
models: a pen which cuts, scourges and wounds in order the better to He wished to creete two fools; he really makes two men simple aad
cure. It ir a good father who is correcting his child. pitiable.
“Bouvard and Pécuchet” is to be published in the Revue Nouvelle The two resigned employees, aiways credulous, always deceived,
of Mme. Edmond Adam, a modern Mme. Récamier, but with no tinge of crushed and broken against the Sharp comers of real life, oppress the
Chateaubriand. The book is awaited with anxiety. It wili doubtless prove heart, and awaken profounds sympathy. They reach for every thing, they
successful, quite as much as “Nana,” which is certainly far below the get nothing. In seeking happincss they find a vacuum. They leave the
other works of Zola. Miuistry with bearts full of joy, with hearty laughter, and with brilliant
hoyes.
It may soon be translated and the public will be obliged to uj for
They pass through life fall:‘ng at every step, bruising their flesh and
noticing it beforehand.
brsaking their benes, and they at length return to the Ministry with
This is the age of writers, actors, and painters. Rouvard and Pécuchet sick hearts, pinched bps, and deed hopes. Poor old men! Wbether
are two old men who, loving chocolate, quietly take their seats regulcrly Flaubert intended it or not, it is a magnificent allegory of unrealized
every evening upon the same bench. As they remove their hats they idealism.
discovered that each has his name painted in the crown. These two men, with wrinkied foreheads, and shrivelled faces, exbibit
This simple identity of thought and actiou, calls out tbe friendship something of the eterna1man, elways in pursuit of that which is beyond bis
of their souls. They say that since there are so many thieves in the rea&, stretching forth bis hands towards an ever fleeting phantom.
Ministry, citizens ought to look out for their hats. Tbe satire is not bad Tbey do not representmen, they represent man-possibly the bourgeois
for a beginning. The two faces softencd by sudden friendship, display Don Quixote. The hero of La Mancha crossed the desolate plains with
their wrinkles. Bouvard says to Pécuchet that his life as a Ministerial lance under his arm, helmet on his head, and a hand gloved in iron,
cmployee has become tiresome. He drifts into memories of the past. In seeking wrongs to right, widows to defend, and the unfortunate to aid.
hroken accents he recalls his misfortunes in love-the sentiment that Houvard and Pécuchet pass through the life of the nineteenth century,
always remains young even in old hearts. Pécuchet tells Bouvard that he, by no meansa plain, seeking that reposeof soul, and that happinesswhich
also an employee in a Covemment Office, sighs for an active life. He rannot exist in great cities. Alas! happinessis not tbe fruit of time? They
deteststhe horrible existence tbat bends him over stamped paper, forcing return, bruised and tom, and die like Quixote.
him, a man, to perform the duty of a silk worm. They love the cotmtry: But what have the old men done on their travels? They have tried
they detest Paris; they have saved some money; they quit the bench upon everything, science, poetry, love. Wby forte ihem to so much trevel?
which theír mutual confidente -uas created, and, arm in arm. rhe two To make them talk about everything. h is after seeing tbat they speak.
208 MARTf / EUROPA FRANCIA 209

Bey judge of things as they find them, and their judgment in this children are careleasand ungrateful. They cause the last tears that flow
romance is the judgement of Flaubert in a note book. They try everything: from the eyea of tha unfortunate old men.
politics, which fatigues: sccience, which deceives; criticism, which is On their retum from their voyage through modern life, we finally
venomous and jealous; purchasable poetry, the illegitimate, the false art. find the two old fellows again seated upon their bench eating chocolate
the murderer of art. cakes, looking at each other tenderly and pointing to the namea in their
Thiers left an unfinished work in the form of a romance which he hats: Bouvard and Pécuchet. They have traveled through the world and
called his “monument” and in it he givea a résumé of the discoveries, suffered from its errors, they have been close observers, and from their
sspirations, superstitions, greatneas and smallnesa of t.he modern world. long pilgrimage have saved one grand sentiment, which after all is
Bouvard and Péouchet abandom the cultivation of fields for that of letters. sufficient : the friendsbip of men. They are warm friends. They were
a rocky field if there ever was one. Frenchmen: they are citizens of the whole world.
They write playo, novels, and works of a high order of literature. Tbe work will last because,as Flaubert said, “it is a cordial book.”
Flaubert takes advantage of this to punish, and for cause, the classic
The Sun. Nueva York, 8 de julio de 1880
tragedy, tb affected criticism and the absurd romancea of adventures,
unworthy of sensiblepeople.
Bouvard and Pécuchet fail to find in literature the happinessthat they
expected. They take to politica. The people must be taught morality. But Traducción
politice gives no return for their expenses. Upon politics men waste and
lose the best blood in their veins. The two old men study al1 systems. LA ULTIMA OBRA DE FLAUBERT
Neither divine right nor the absolute right of the people can suit them,
and they come out of politics, aa from everything else, deceived and “Bouvard et Pécuchet”.-La historia de dos ancianos.-Idealismo no
disappointed. reakzado
Woman’s love may possibly console them after so many disasters.
Their foreheads are wrinkled, thier cheeks are hollow, and although their La muerte del intrépido escritor, Gustave Flaubert, que sabia decir
faces are sallow and like parcbment, they cherish the hope that tbc la verdad, todavía ocupa el mundo de las letras.
grandeur and freehness of tbeir minds may be attractive. But love ie Los diarios parisiensestodavía hablan de su casa sencilla en Croisset.
always the son of Eros, He deceivee the good old men. Flowers do not Soldados prusianos, creyendo haber encontrado el retiro de una mariposa
grow in the winter: or if they do they must be foroed, and purchased aI del Imperio, aficionado a la buena mesa y a los ricos viejos vinos tintos,
sólo descubrieron un hogar limpio y tranquilo, donde una estatua de
too dear a price. And here the author becomes both profound and
charming. bronce de un Buda hindú se encontraba frente a la figura de un Baco
de Lidia, el Dios con la baba rizada, la frente serena, y la corona aúrea.
Where then are the old men to find happiness? The miseries of the
Lus periódicos franceseshan estado llenos de recuerdos de Flaubert.
world cannot satisfy their sincere souls. They tum their eyea toward Sus lectores ven al escritor atlético, un griego por la fuerza, por la
heaven. Heaven in the form of tbe priest does not please them. The elegancia. por la gracia, moviéndose como una poderosa sombra. Se le
liberty of reason leaves tbem witb an emptp 80~1,which the dictation of ve sobre la yerba verde, sumido en profundos pensamientos.Escudriñando
the church cannot fill. Since happiness is not found in the sickly las honduras del alma. Y despreciando a los miserables burgueses, a
conceptions of men, perhaps it is to be found in the innocence of children. quienesllamó con voz sonora filisteos, y que emplean el noble regalo de
They have already lost the right to hope for children of their own. The la vida solamentecomo un instrumento para hacer dinerc, para comprar
selfishnessof old baohelors mua be punished. They adopt the children corbatas blancas, para uso dominguero y criticando a todos los que se
of others. Here again the biue ;ky becomes black and stormy. The atrevan 8 amar, a sufrir, y a pensar.
210 MARTí / EUROPA FRANCIA 211

No es de Flaubert, sino de su última obra, de la que lo mató y que Al quitarse SXS sombreros descubren que cada uno tiene su nombre es-
terminó pocas horas antes de su muerte, que deseamos hablar-Bouvwd crito en el forro.
et Pécuchet. Es un libro extraño. Se extractan de él páginas escritas con Esta sencilla identidad de pensamiento y arci6n revela la afinidad
la gran elocuencia de un Cervantes, o de un Rabelais, y la sólida sencillez de sus almas. Dicen que ya que hay tantos ladrones en el Ministerio.
de los tiempos homéricos. Nos referimos a esto sin entusiasmo mezquino. los ciudadanos deben vigilar sus sombreros. Esta sátira no resulta un
Hemos estudiado aquellos leones crucificados de “Salambó”, el matrimonio mal comienzo. Los dos rostros, suavizados por la amistad repentina.
entre los bretones de Madwne Bovary, y el tremendo Nabucodonosor, revelan sus arrugas. Bouvard le dice a Pécuchet que su vida como em.
quien limpia con su brazo los ,perfumes de su cara, quien come de vasija9 pleado de un Ministerio ya le resulta cansona. Se pierde en recuerdos
sagradas, luego las rompe, e interiormente toma nota de sus escuadras, del pasado. Con acento quebrado recuerda sus desventuras en el amor
911sejércitos, y su pueblo. Está harto de capturas y exterminaciones, y el -el sentimiento que siempre permanece joven, aun en los corazones
sentimiento de precipitarse hacia la degradación se adueña de él. Cuando viejos. Pécuchet le dice a Bouvard que él, también empleado en una
un hombre escribe en este estilo puro, solemne, y vibrante, ciertamente oficina gubernamental, suspira por una vida activa. Detesta la horrible
es un gran escritor. existencia que lo mantiene encorvado sobre papel timbrado, obligándolo
Siempre ha sido el estilo de una mano maestra, y es el estilo de 9 él, a un hombre, a realizar la misión de un gusano de seda. Aman
Bouvard et Pécuchel, Flaubert odiaba los adjetivos. Los sustituía con el campo: detestan a Paris; han ahorrado algún dinero; abandonan el
palabras tan sencillas que no necesitaban de nada para que fuesen claras. banco sobre el que han nacido sus mutuas confidencias, y, de brazo,
Entre dos palabras, siempre le daba un iargo tirón a su tabaco. No los dos ancianos parten como dos niños en busca de la felicidad, lejos
caminaba, porque lo consideraba inferior a la dignidad de un filósofo. del ambiente do. de ciertamente no existe la felicidad.
Solía decir que “la tranquilidad es fuerza”. Sentado como un turco, Luego sigue un recorrido por la vida moderna en que nada escapa
examinaba sus frases, dándole9 vueltas, analizándolas, y recortándolas. a la mirada penetrante de Flaubert.
No había palabras superfluas; no había oscuridad. De la verdad brotaba No ha considerado propio juzgar lo que ce llama la marcha del
el vigor, y de la severidad, la belleza. No escribid su primera obra de esa progreso como un escritor lleno de prejuicios.
manera. La obra no fue, como se ha dicho, Madame Bovary, sino el Nuestra existencia es artificial.
Chateau des Coeurs. “Bovary” es una novela que huele a sangre. Después de descartar viejas cosas absurdas, quizás sólo !as susti.
‘5alambó” es un libro tan sólido que parece hecho de mátmol y coloreado tuimos con otras nuevas.
con la púrpura que hizo tan famosos los paises que él describe. En Flaubert intenta poner ante esta vida impuesta y convencional la
vida sencilla y corriente de la naturaleza.
Bouvard et Pécuchet, un resumen de una vida ilustráda, independiente,
Ha creado dos ancianos sencillos, cuyas impresiones ~ou genuinas.
y original, descubrimos la pluma que talla, cincela y modela: una pluma
que saja, azota y hiere para curar mejor. Es un buen padre, corrigiendo Deseaba crear dos tontos; realmente crea dos hom!xes sencillos !
a su hijo. Bouvard et Pécuchet será publicado en la “Revue Nouvelle” dignos de lástima.
de Mme. Edmond Adam, una moderna Mme. Récamier, pero sin ningún Los dos ex empleados, siempre crédulos, siempre engnfiados, apiaa-
tinte de Chateaubriand. El libro se aguarda con ansiedad. Indudablemente tados y rotos contra los duros ánguios de la vida real, oprimen el
resultará un éxito, tanto como Io fue “Naná” que ciertamente estuvo por corazón, y despiertan una profunda simpatia. Extienden !as manos hacia
debajo de las otras obras de Zola. rodo, pero no alcanzan nada. En b usca de ia felicidad encuentran uu
Puede que sea prontamente traducida, y el público nos agradecerá vacio. Abandwan el ~Ministerio con los corazones Henos de a!egrl,c, OIII
por haberlo reseñado de antemano. alegre risa, y con briilantes esperanzas.
Esta es la época de los escritores, actores y pintores. Bouvard y Posan por la vida tropzando a cada paso, lastimando su carne
Pécuchet son dos ancianos que, amando el chocolate, tranquilamente y rompiendo sus huesos, y al fin vue!ven al Ministerio enfermos de co-
ocupan sus asientos regularmente todas las noches en un mismo banco. raz5n, los labios contraídos, y muertas las esperanzas. i?cbres viejos!
212 b!ARTf / EUROPA FRANCIA 213

Si Flaubert lo pretendió o no, es una magnífica alegoría de idealismo sus rostros están amarillentos y como un pergamino, eI.& albergan la
no realizado. esperanza de que la grandeza y la frescura de sus mentes resulten atrac-
Estos dos hombres, con las frentes arrugadas. v los rostros encogidos. tivas. Pero el amor siempre es el hijo dc Eros. Engaña a 10s buenos
revelan algo del eterno hombre, siempre en pos de aquello que está fuera viejos. No se dan las flores en el invierno: o si se dan hay que forzarlas,
de su alcance, eztendiendo sus manos hacia una quimera siempre elusiva. y pagar un precio demasiado caro. Y aquí el autor se toma a la vez
No representan hombres, representan al hombr+posiblemente al profundo y encantador.
Lurgués Don Quijote. El héroe de la Mancha cruzó los desolados llanos iDónde han de encontrar, pues, la felicidad estos ancianos? Las
con la lanza bajo el brazo, el yelmo sobre la cabeza, y la mano con miserias del mundo no pueden satisfacer eus almas sinceras. Alzan los
guantelete, en busca de injusticias para remediarlas; de viudas para de- ojos hacia el cielo. No les agrada el cielo de los curas. La libertad del
fenderlas; y de desventurados para ayudarlos. Bouvard y Pécuchet pasan pensamiento los deja con un alma vacía, que los dictados de la Iglesia
por ta vida del siglo XIX, y nada parecida a un llano, buscando aquel no pueden llenar. Ya que no pueden hallar la felicidad en las concep-
reposo del alma, aquella felicidad que no puede existir en las grandes ciones enfermizas de los hombres, quizás puedan encontrarla en la ino-
ciudades. i Ay! jla felicidad no ea fruto del tiempo ! Vuelven lastimados cencia de los niños. Ya hari perdido la esperanza de tener hija propios
y heridos, y mueren como el Quijote. H ay que castigar el egoísmo de los viejos solteros. Adoptan los hijos
iPero qué han hecho estos ancianos en sus viajes? Han probado de otros. He aquí que otra vez el cielo azul se toma negro y tempestuoso.
todo, la ciencia, la poesía, el amor. iPor que obligarlos a tanto viajar? Los niños son descuidados e ingratos. Ellos traen las últimas lágrimas
Para hacerlos hablar de todo. Hablan depués de ver. Juzgan las cosas que corren de los ojos de los desventurados ancianos.
como las encuentran, y su juicio en eata novela es el juicio de Flaubert Al regreso de su viaje por la vida moderna, finalmente encontramos
en un libro de apuntes. Prueban todo: la política, que fatiga; la ciencia, a los dos ancianos sentados otra vez en su banco, comiendo bizcochos
que engaiia; la critica, que es venenosa y celosa; la poesia mercenaria. de chocolate, mirándose mutuamente con ternura, y señalando a los
la ilegítima, el arte falso, el asesino del arte. nombres en sus sombreros: Bouvard y Pécuchet. Han viajado por el
Thiers dejó una obra sin terminar en forma de novela que llamó mundo y han sufrido de sus errores, han sido observadores cuidadosos,
OU “Monument” y, en él ofrece un resumen de los descubrimientos, as- y de su largo peregrinaje han salvado un gran sentimiento, que después
piraciones, supersticiones, grandezas y miserias del mundo moderno. de todo es suficiente: la amistad de los hombres Son fntimos amigos,
Bouvard y Pécuchet abandonan el cultivo de los campos por el de las Eran franceses: son ciudadanos del mundo entero.
letras, un campo bien espinoso si los hay. La obra perdurará, porque como dijo Flaubert, “es un libro cordial”.
Escriben obras de teatro, novelas, obras de alta literatura. Flaubert
se aprovecha de esto para censurar, y con razón, las tragedias clásicas, Th Swa. Nueva York, 8 de julio de 1880
la critica afectada, y las absurdas novelas de aventuras, inmerecedoras
de un pueblo sencillo.
Bouvard y Pécuchet no logran encontrar en la literatura la felicidad
que esperaban. Se dedican a la poiiticn. Hay que.ensefíarle a la gente
moralidad. Pero la política no responde a sus esfuerzos. Los hombre‘
pierden la mejor sangre de sus venas haciendo política. Los dos ancianos
estudian todos los sistemas. Ni el derecho divino, ni el derecho absoluto
del pueblo les vienen bien, y abandonan la política, al igual que todo lo
demás, engañados y desilusionados.
Quizás el amor de una mujer pueda consolarlos después de tanto9
desastres. Sus frentes están arrugadas, sus mejillas están huecas, y aunque
LA SEMAINE DE PARIS””

so Posiblemente este trabajo fue exrito en 1880 para Tke Sun, de Nueva York.
Paris n’est pas triste, l’eté. La littérature, quoiqu’elle se rapetit trop
voiontiers dans des moûles très étroits, foumit des livres nouveaux; la
politique, de sa langue aigüe et poisonneuse, secoue les joumaux. On
se moque d’avance du père honnête-homme de M. Gambetta; on se moque
même, d’une plume grossière, de la fille charmante de M. Jules Grévy;
oa foit trahison au secret des coulisses, en donnant au public un abrégé
malin d’un drame qui va être joué; on enrage de la calme solennelle
et la forte solide avec lesquellesle Gouvernement a reussi B faire res-
pecter ses ordres, malgré les appels à la Révolution armée des les jour-
naux conservateurs. Le Figuro apelle Gambetta: Empereur! Le Gauluti
propose une médaille pour décorer les magistrats qui, ser& de très près
dans la besognemonarchique qu’ils faisaient? de toute l’autorité qui leur
venait de la République qu’ils tkhent de renverser, ont été obligés de
se démetre;*a n’empèche pas un riche monsieur de faire le chun,
un orateur de se faire connaître, un baryton de chanter Mephistophèle
habillé en noir, un académicien vaudevilliste de préparer un discoure
que, dit-on, aura encare du vaudeville.
M. Eugène Labiche, l’académicien récemment é!u, s’était allé, un peu
Horacc qu’il est, écrire à la campagneson oeuvre académique. 11a I’esprit
léger, le fécond vaudevilliste, sauteur comme un chevreau, leste, comme
un gamin,-riant, comme un bleuet, ces fleurettes tant aimées de l’Em-
pereur Guillaume. Legouvé-qui vient de publier des pnges si émuea et
si vivantes sur Marie Malibran; Augier, l’homme au talent souple, auteur
de cette lettre gentille, dont il s’est vengé, de sa bonhommie généreuse,
dc Sarah Bernhardt, qui le plantait Ià, au milieu du ruisseau, laissant
sur l’affiche L’Aventuriirc fameuse; et Camille Douset-le aecrétaire per-
pétuel de l’Académie Frangaise, ce tempérament classique,fait aux livres,
à la cravate blanche et aux bons sourires,-ont assisté,et ont été charmés
à la lecture intime du discours de son ami Labiche.
Ah!-qu’ils faisaient mieux que ces messieursde la presse,cesdécavéa
de Paris, ces vieillards parfumés, ces boulevardierr, ces dames légères,
MARTí / EUROPA FRANCIA 219

qui allaient tout bonnement voir pirouetter un homme qui ne mérite pas Voilà un vrai roi! On ne se lassepas de parler de lui. De sa verve
I’ergent qu’il a,-et qui l’aide a maintenir sur un pied princier une enfant sobre et puissante, il éclaire ou il punit. Chu lui, on ne voit que des
de la voltige, au bonheur de laquelle il s’intéresse spécialement!-On erandeurs,-des grandeurs d’amour. Les petitea choses du jour vivent
comprend bien, et on loue, que Mme. Edmond Adam rgoive de son joli ¡i un instant-mais, se trouvant mal à son aise, s’enfuient honteuses.
sourire. et remercie, de ses regards lumineux ceux qui vont chez elle en- Autour de lui, on fait d’humanité: c’est ce qu’il aime: c’est ce qu’il fait
tendre sa belle traduction de la Galolée d’un jeune. homme grec;-la lui-méme.-Une foule de gens le serre de tout près, en lui demandant des
Baronne de Pouilly, cette pétillante tante Arme, si aimée aux salons du conseils. Il les donne toujouril, que1 qne soit l’affaire, ne pouvant pas
dernier Empire, fit bien aussi de charmer seséléganteshôtesses,en faisant épuiser, ni son caudal d’amour, ni les connaissancesmultiples et étonnantes
jouer, dans le théâtre mignon qu’elle a dresséchez elle, une pièce chino& qu’il a du entasser, pour en pouvouir ôter ces sentencesbrèves et formes
#une femme fragaise: Marie Dumas, la laborieuse conférencière; mais dont il aide d’une main virile le monde à se trouver et se diriger.-De
on devait toumer le dos à ce M. Molier, qui ne trouve de mieux à faire que1amour on l’entoure! De que13regards de fils on le voit passer! De
que faire danser son cheval habillé en Liberté, et de danser lui-même sur que1cei1enthousiastecouvrait, à la séancefameusedu 3 Juillet, cet homrne
son cheval, escorté de Mlle. Lehman, la jeune amazone capricieuae au petit et insouciant, qui 3’est révélé, tout #une fois, un politique ferme,
bonheur de la quelle il s’interesse. Ce M. Molier a un cirque à lui,--et il et ce qui vaut beaucoup mieux, un grand orateur!
r’amusede la fason qu’on voit, en y déployant un luxe superbe,en fermant Victor Hugo avait lu ses mots profonds. Jules Simon venait de dé-
le manègeavec despanneaux décoratifs de cette fête de Paris-Murcie, trop livrer une péroraison dont la forme superbecachait des colèrespolitiques.
bien inspirée vraiment, pour n’avoir pas mérité de tomber parmi les ¿e Sénat retentissait encare de la parole vaillante de l’adversaire de
jambes du joli cheval blanc de Mlle. Lehman. La soirée équestre com- l’amnistie,-et voici un tout petit homme, à la belle voix Gasconne, à
menga à 10 heures, et n’avait l’air de finir jusqu’a 3 h. du matin. On I’air nonchalant, aux yeux vifs, qui se lève pour défendre l’amnistie atta-
invita les clonuru célèbres, les acrobates en vogue; on tomba dana la quée. Ce fut le début d’un maître-dont on parle encare. Les parisiens
poussièreaux rires bruyants des dames; en pantomima très serieusement. ont été bien surpris de voir se révéler un si mâle talent dans ce gai
-C’en est fait, oh bon Dieu, du certain monde! On se donne déjr i mondain qui allait toujours, d’un théâtre à l’autre, causant le drame
la clownerie .-Ils ont beau d’être jolis, les chevaux blanw-on aime avec Dumas, la coulisse avec Croizette, la vie galante avec celles qui !a
miaux les cheveux blancs du pke de M. Gambetta. mènent, faisant son tour de boulevard-tantôt se promenant sur le trottoir
11est bien qu’on pense à placer un peu mieux l’argent, tandis que dea avec quelqu’un de ses amis à la redingote usée,-tantôt mollement tendu
elegants desoeuvrés,sans savoir d’oì? il vient, le rnettent aux pie& des dans un huit-ressorts Iéger, causant amicalement avec quelque beauté a
chevaux, en Romains de Byzance, en Romains émaciésdu temps de l’Em- la mode. On le savait le directeur aimable de “Le Temps”, un journal
péreur enfant et imbécile dont le grave Laurent vient de faire un si puiasant soporifique que lui de son habileté, Sarcey de se3 critiques. et Jules
tableau.-C’est à cela sans doute qui pensaient les généreux artistq 1e.s Clarétie de ses feuilletons, sont en train de remettre h la vie. Mais on
gens de lettres éclairés, qui viennent de se réunir pour fonder une maison ne croyait pas que le charmant viveur, l’ami de tout le monde, le jour-
de retraite et de santé, oti les pauvres soldats du talent, les génies étouffés, naliste souriant, fût devenu cet homme fort de la Gauche, qui vient de
les travailleurs brisés, les écrivains, les peintw usés sans fruit â son Te lever dans un moment difficile et definitif.-Hébrard aime les artistes,
métier viendront chauffer sa vie couchnnte au soleil de l’amitié. Détaille et il a agi en artiste lui-même, en choisissant, pour paraître, le moment
et Gérome, Laboulaye et Charles Blol~c scnt les patrons de cette noble oti il est dkjà aimé par tout le monde. Sa parole, ahondante de nature.
fondation. Victor Hugo a mis le premier son nom dans la belle aurore, est devenue sobre par l’étude. Il n’a pas ces colères foudroyantes et ces
de cette main glorieuse qui venait d’écrire le petit discours, resplendissanl enthousiasmesnai’fsdes orateurs qui commencent. On voyait bien qu’avant
de paix, malgré seslieux communs, oii il invitait, pendant la discuaaion de parler aux autres,--il s’était par longtemps parlé à soi-même. Sesidées
de l’amnistie,-1 es senateursfranqais à la clémence. Il y a quelque chose limpides donnaient un étrange ézlat à sa langue d’académicien. Cet
de Moïse, dans ce vieillard auguste au front saillant. écrivain souple qu’on appelle. dans les hauts cercles parisiens, Hébrard
.\thRTí / EUROPA FRANCIA 221

tout court,-est bien des aujourd’hui un des hommes saillants de cette Le salle ctait un peu republicaitrc, le w1r cle ia l)remlire. II ed \ ICII
pure et humaine politique fran$aise, qui d’une main ouvre les frontières clue la haute gomme est déjà en villégiaturc. Elle avait cet aspcct d’hnbit
aux exilés, sans excuser ses crimes, et d’une autre envoie à la fête de neuf, et peu usé, péculier des sociétés naissnntes.--Chez les peuples uti
Pouchkine, la f6te de la Ruesie, son représentant:-un écrivain estimable, le gouvernement change souvent, on peut constater la différence frappante
d’ailleurs, bl. Louis Léger, l’auteur connu de “I’Histoire de 1’Autriche. qu’il y a entre la couche qui vient et In couchc qui s’en va. Préoccuppé
Hongrie” et des “Etudes Slaves”. i la besognepolitique; peu rassuré encare de son pouvoir et tres pressi
Ab, que1 vacarme ,-si on aurait joué en Russie ce drame noble mais pour I’affermir, le monde gouvernemental de la Republique n’a pos encorc
WC, qui vient d’être joué à la Comedie francaise, au gran mécontentement eu le temps de se faire élégant. ll y a des natures distinguées d’elles-
des conservateurs, qui ont fait de son mieux pour le faire tomber,-même mêmea,-celles de Gambetta, de Simon, d’Hcnry hlarct, un conseiller mu-
avant de paraitre ! Les succès républicains que M. Henri Bernier rem- nicipal aristocratique,--celle d’Hébrard, un parfait gentilhomme. hIais
porte avec ses tragédies; les applaudissements fiévreux dont on recoit les hommes qui remuent la terre pour y semcr des grains nouveaux, ont
lea oeuvres de ces deux grands travailleurs, Erckmann-Chatrian, et ce le droit de porter sur le front la trace des sillons qu’ils font sur la terre.
généreux besoin de revendiquer sur la scène, comme partout, les droits La main devient âpre, à la besogne. 11s ne peuvent pas avoir cette
dea malheureux,-le tout aidé de la conviction de qu’une époque nouvelle coupable nonchalance des gens de monde, cette peau rose, ces épaulea
a beaoin de sa littérature et son théâtre,-ont inspiré sans doute à M. Paul arrondies,-amoureusement préservées des coups qui font maigrir et
Delair, un homme du jour, son drame Ga&.-Une pièce nouvelle à la *aigner. On doit aimer ces salles bourgeoises: au moins, on y sifflerait
Comédie fransaise est -0nt le sait-un événement a Paris. Cette fois, M. Molier.
l’action se deroulait dans ces jours sinistres où le seigneur volait au mari L’acteur Coquelin, l’ami intime de RI. Gambetta, y était 13. en suivant
ie premier baiser dc sa femme. Le poète plaidait, dans des très beaux avec Emotion les31. . .. .
vers tragiques, d’une allure un peu âpre et fière,-la cause des bourgeois ne l’ait pas remarqué à Paris la reproduction exacte, ou une inspiration
analogue, d’une des excellentes nouvelles du gand Herculano, l’ecrivain
surchargés, dédaignés, bafoués par le seigneur. iPor quoi s’est-elle
portugais. On a tort h recourir aux maítres, quand on ne peut pas les
acharnée centre ce drame, la politique cléricale? iVeut.on une preuve
effacer.
plus éclatante de la sorte de vie qu’elle ferait trainer nux pauvres
Le baryton I\IaureI croyait, lui, qu’il pouvait défier ceux qui l’avaient
bourgeois?
devnncé dans le rôle de Méphystophèle du Faust de Gounod, qui a été
La pi&+ tout en frappant au cceur l’arbre seigneurial, n’avait de ces nbligé à changer un peu le rôle pour partiste,-ct le baryton a réussi
boutadea patriotiquea, ni de ces allusions de mauvaie goût, qui-dans la mieux que le pacte. Si M. Delair n’a pu faire qu’une pièce belle et froide,
pureté de statue qui convient à une aeuvrc dramatique-seraient des vraies Maure1 a réussi à faire un diable gand seigneur, élégant et bizarre.
&cbes. Carin n’eet, cepedant, qu’une muvre de talent, &wlite, mais re- moqueur et fanlastique: c’était bien un diable parisien.-Maure1 étudie
cberchée,-ou I’excès d’intention a étouffé les ,ardeurs de I’inspiration,- sea rôles juaqu’a la minutie; il les analyse comme un médecin: il se
incorrecte et belle. Sea peraonnages, en étant des idées, n’ont pas cette transforme à chaquc rOle nouveau. Commeles Fourdinois, cesmerveilleux
chaleur humaine qu’8 Paris, comme partout, on aime ù sentir aux drames, Ebénistes, font tout un nppartement pour y placer un meuble, Maure1
-ni aont asaez richement drapéa pour se faire pardonner cette dureté. refait tout son êtrc pour l’assimiler au caractère qu’il a à rendre. Il a
Garin a de grands morceaux, des effets choisis, des tableaux vraiment tres bien et très mbtnlliquement ri, en terminant la sérénadedu 4rne. acte:
tragiques ,-maia le eouffle de la vie, le déroulement naturel des caractéres, uous qd faites I’cntlormie. f Il a fait, de sa voix de baryton ténorisant,
I’explication rationale de sea actions, dont on ne peut se passer aujonrd’hui un magnifique sol de poitrine a la schne dc I’eglise, qu’il a rendue.
pow intéresaer des spectateurs rationnalistes-manquent â cette p%e en d’ailleurs, d’une facon trés sobre et très remarquable, manquant heureu.
or et en marbre. IJ faut que les piècea soient faites nvec de la chsir CI sement la tradition qui faisait de cette SC?YIC une pantomime diabolique.
du sang. :‘I Falran las pi;inas 18.20 de los oripinaler.
222 MARTÍ / EUROPA FRANCIA 223

Mais ce qui a frapp6 le plus les habitues de I’Opera, a étt ce costume aparición, que un barítono cante hfefrsrófeks, trajeado de negro; que un
noir dont Maure! a habillé Mtphystophele. ¿Où est-i!, donc, le diable académico vodevilista prepare un discurso que, según se drce, tendrá tam-
absolumcnt rouge de Fatu;, cet autre baryton celebre? Le naturalisme bien algo de vodevil.
penetre partout: i! faut rester homme, quoiqu’on soit diable. Balnanqui, - Ef señor Eugène Labiche, académico recientcxnente elegido, que tiene
celui qui, avec la famenx Mme. C;-1. zr!ho, revéla Faust au public, en 1859 - algo de Horacio, se había marchado al ca.mpo para escribir su obra acadé-
habillait Méphysto en noir, ave: des crevés rouges. Faure, plus fantaisiste, mica. Tiene el espíritu ligero este fecundo vodevi!Ista, brincador como un
rêva pour son costume les flammes de l’enfer. Maure!, plus dans le vrai, dana cabrito, agil como un muchacho, sonriente como un azulejo, una de esas
son role de diable visible, du mal caché, de la condamnation sans espoir, florecitas tan queridas por el emperador Guillermo. Legouvé, que acaba de
l’habille en noir, sans flammes. C’est de la Métaphysique Grand Opéra: - publicar unas páginas tan inquietas y palpitantes sobre María Malibrán;
c’cst comme cela qui font les grands acteurs. Augier, el hombre de talento ágil, autor de esa donairosa carta por medio
Que! dommage, que nous ne pouvions pas parler aujourd’hui de ce dc la cual se ha vengado, con su apacibilidad generosa, de Sarah Bernhardt,
roman tiède et parfumé quoique légitimiste, qui, signé d’un nom inconnu, que le dejó plantado con la célebre “L’Aventurière” anunciada en los
vient de paraître! Ce sont les malheurs d’ être trop joile, que dans un roman carteles; y Camille Dousct, -secretario perpetuo de la Academia Francesa,
à ce titre, raconte, en francais tres élégant, M. Andrés GCrard. La femme ese temperamento clásico, acostumbrado a los libros, a la corbata blanca y
finit, lasse de tout, por se marier à un honnete vicillnrd, à la tête chsuve, a las amables sonrisas, - han asistido, encantados, a la lectura íntima del
quoiqu’elle soit encare trop jolie. Et, - parole de romon - ils vivent en pak discurso de su amigo Labiche.
Voilá ce qui n’est pas nature!. Moi - je plaindrai le vieillard! iAh, cuánto mejor lucían que esos señores de la prensa, esos jugadores
arruinados de París, esos vejetes perfumados, esos bulevarderos, esas damas
J. M. ligeras, que iban allá tan sólo para ver piruetear a un hombre que no se
merece el dinero que tiene, -dinero que le ayuda a mantener como princesa
Traducción a una niña de la cuerda floja, por cuya dicha él especialmente se interesa! Se
comprende bien, y se alaba, que Madame Edmond Adam reciba con su
LA SEMANA DE PARíS graciosa sonrisa, y dé las gracias, con luminosas miradas, a los oue van a su
casa para oír su bella traducción de la Galatea de un joven griego; la baronesa
En verano, París no está triste. La literatura, a pesar de reducirse de Poully, esta chispeante tía Ana, tan querida en los salones de! último
demasiado gustosamente a moldes muy estrechos, produce libros nuevos; la imperio, hizo bien en deleitar a sus elegantes visitas haciendo representar en
política, con su Icngua aguda y ponzofiosa, sacude los periódicos. Se hacen un gracioso teatrico, montado en su casa, una pieza china de una mujer
burlas anticipadamente de! buenazo de M. Gambetta; hasta se hace burla, irancesa: Marie Dumas, la laboriosa conferencista; -pero debía uno dar la
con pluma grosera, dc la encantadora hija de M. Jules Grévy; se hace traición espalda a ese M. Molier que no encuentra nada mejor que hacer bailar su
al secreto teatral, dando al público un resumen maligno de un drama que caballo disfrazado de Libertad, bailando él mismo sobre su caballo, eseolta-
está por ser representado; la gente se enfada por la calma solemne y la fuerza
do por la señorita Lehman, la joven amazona caprichosa,‘por cuya dicha é!
sólida con que el gobierno ha obtenido el respeto de sus órdenes, a pesar de
las llamadas a la revolución armada desde los periódicos conservadores. El sc interesa. Ese M. Molier tiene un circo propio; y se divierte de la manera que
Figaro llama a Gambctta: iemperador! El Gaulois propone una medalla para todos ven, ostentando en él un lujo soberbio, cerrando el picadero cm paneles
condecorar a los magistrados que, encerrados estrechamente en la tarea decorativos de esa fiesta de París-Murcia, demasiado bien inspirada, Si duda,
monárquica por ellos realizada, con toda la autoridad que les otorgaba la para no haixr merecido caer entre las patas de! lindo caballo blanco de M!!e.
república, que ellos trataban de derribar, - se han visto obligados a dimitir: Lehman. La función ecuestre empezó a las diez dc la noche, y no parecía
esto no impide que un señor rico haga el payaso; que un orador haga su
FRANCIA
224 MARTf / EUROPA

querer terminar a las tres de la madrugada. Fueron invitados los payasos cóleras politicas. El Senado resonaba todavía con la esforzada palabra
del adversario de la amnistía, y he ahí a un hombrecito de bella voz
célebres, los acróbatas de moda; se produjeron caídas en el polvo entre
gascona,de aire desenvueltoy de ojos vivaces que se levanta para defender
las risas estrepitosasde las damas; se pantomimó muy seriamente. iTodo
la amnistía atacada. Fue Ia aparición de un maestro, del cual todavía
está revuelto, oh Dios, en ia alta sociedad! La gente se entrega ya a la
se habla. Los parisiewcs quedaron muy sorprendidos de ver manifestarse
payasada. Por graciososque sean los caballos blancos, los cabellos blancos
tan viril talento en eseolegre hombre de mundo que iba siempre, de un
del padre de M. Gambetta son preferidos.
teatro a otro, hablando de drama con Dumas. de bastidorescon Croizette,
Es cabal que se piense en invertir un poco mejor el dinero, mientras de vida galante con las que la llevan, dando su vuelta por el bulevar,
que los elegantesholgazanes, sin saber de dónde éste viene, lo ponen en paseándosea vecespor la acera con alguno de sus amiges de levita raída,
las patas de los caballos, como romanos de Bizancio, como demacrados
n veces sensualmenteechado en un ocho muelles ligero, hablando amisto.
romanos de los tiempos del emperador niño y necio, del cual el grave
samente con alguna belleza de moda. Se le conocía como afable
Laurent acaba de hacer un cuadro tan vigoroso. En esto, sin duda,
administrador de Le Temps, diario soporífero que él con su habilidad,
pensaban los generososartistas, los esclarecidos hombres de letras que Sarcey con sus criticas, y Julcs Claretie con sus folletines, están haciendo
rcaban de reunirse para fundar una casa de retiro y de salud donde volver a la vida. Pero no se creía que el agradable vividor, el amigo de
los pobres soldados del talento, los genios ahogados, los trabajadores todos, el periodista risueño, hubiera podido llegar a ser el hombre fuerte
cansados,los escritores, ios pintores gastados sin provecho en su oficio, de izquierda que acabalbade levantarse en un momento difícil y definitivo.
vendrán a calentar su vida tramontante al sol de la amistad. Detaille y Hebrard quiere a los artistas, y 61 mismo ha actuado como artista,
Gérome, Laboulaye y Charles Blanc son los patronos de esta fundación. escogiendo,para revelarse, el momento en que es ya amado por todos. Su
Víctor Hugo ha sido el primero en poner su nombre en esta bella aurora, palabra, abundante por naturaleza, se ha vuelto sobria con el estudio. El
con esa mano gloriosa que acababa de escribir el pequeño discurso, no tiene esascólerasfulminantes, esosentusiasmosingenuosde 10s oradores
resplandecientede paz, a pesar de sus lugares comunes, en que invitaba, principiantes. Bien se veía que antes de hablar a los otros, había hablado
durante la discusión de Ia amnistía, a los senadores franceses a la mucho tiempo consigo mismo. Sus diáfanas ideas impartían una extrema
clemencia. Hay algo de Moisés en este anciano augusto de abultada frente. brillantez a su lenguaje de académico. Este escritor flexible, llamado cn
iHe ahí a un verdadero rev. ! Uno no se cansa de hablar de él. Con las altas esferasparisiensessencillamenteHebrard, esdesdehoy, sin duda,
su palabra sobria y poderosa, él esclareceo castiga. En él no se ven sino uno de los hombressobresalientesde esta pura y humana política francesa,
grandezas, gtindezas de amor. Las pequeñascosasdel día viven allí un que con una mano abre las fronteras a los desterrados, sin excusar EUS
instante, pero, hallándose fuera de su lugar, huyen avergonzadas. En crímenes, y con la otra envía a la fiesta de Pushkin, la fiesta de Rusia,
derredor de él se hace humanidad: es lo que él quiere; es lo que hace R su representante, un estimable escritor, por supuesto,M. Luis Leger, el
él mismo. Una multitud de personaslo apremia, pidiéndole consejos. El conocido autor de la His’toria de Austria-Hungria y de los Estudios
loe da siempre, no importa de qué ae trate, no pudiendo agotar ni su Eslavos.
caudal de amor, ni los conocimientos múltiples y asombrososque ha iQué alboroto, si se hubiera refirecentado en Rusia este drama noble,
debido amontonar para poder sacar de ellos esassentenciasbreves y firmes pero árido, que acaba de ser representadoen la “Comédie Fransaise”, con
por medio de las cuales, con mano viril, ayu& al mundo a hallarse p a gran disgusto de los conservadores que han hecho de todo para hacerlo
dirigirse. ;Con cuánto amor se le circunda! iCon qué miradas filiales se caer,-hasta antesque apareciese. 1 Los triunfos republioanos que M. Henri
le ve pasar! ;Con qué ojo entusiasta y afectuoso miraba, en la sesión Bernier cosecha con sus tragedias; los aplausos frenéticos con que son
famosa del tres de julio, este hombre pequeño y despreocupado, que 80
recibidas las obras de esosdos grandes trabajadores, ErckmannXhatrian,
ha revelado, de golpe, como político firme, y, lo que vale mucho más,
v esa generosa necesidadde reivindicar sobre la escena,como en todas
como gran orador!
partes, los derechos de los desdichados, el todo ayudado por el conven.
Víctor Hugo había leído suspalabras profundas. Jules Simon acababa
cimiento que una época nueva necesita su literatura y su teatro, han sin
de pronunciar una peroración en cuya soberbia forma se ocultaban
226 MARTÍ / EUROPA
FRANCIA 227
duda inspirado a M. Paul Delair, el hombre del día, su drama Cario.
preservadas de los golpes que enflaquecen y hacen sangrar por la suavidad
Una pieza nueva en la “Comédie Fran~aise” es, en París, como se sabe, voluptuosa de los cojines de los saloncillos. Deben gustar esas salas
un verdadero aciontecimiento. Esta vez la acción se desarrolla en burguesas: por Jo menos en ellas se silbaría a M. Molier.
aquellos días siniestros en que el señor robaba al marido el primer beso
El actor Coquelin, amigo intimo de M. Gambetta, estaba alJi, siguiendo
de su esposa. El poeta, en magníficos versos trágicos de ademán algo
con emocion los . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
áspero y arrogante, defiende la causa de los burgueses oprimidos,
no lo haya notado en Paris la reproducción exacta, o una inspiración
desdeñados, burlados por el señor. iPor qué SC ha ensañado tanto contra
análoga, de una de las excelentes novelas del gran Herculano, el escritor
rste drama la politica clerical? ¿Se quiere acaso una prueba más
portugués. Es un error recurrir a los maestros, cuando no se les puede
luminosa de la clase de vida en que ella haría arrastrarse a los pobres
borrar.
híírgueses?
El barítono Maure1 creyó poder desafiar a los que le precedieron en cl
L a pieza, aun dando en el mismo corazón del árbol señorial, no lleva papel de Mefistófeles, en el Fawto de Gounod, que se vio obligado a
esas vehemencias patrióticas, ni esas a!usiones de mal gusto, que, en la cambiar un poco el papel para el artista,-y el barítono ha tenido más
pureza estatuaria que conviene a una obra dramática, serían verdaderas éxito que el poeta. Si M. Delair ha podido hacer solamente una pieza
manchas. Garin, sin embargo, no es sino una obra de talento, erudita, bella y fría, Maure1 ha podido crear un diablo gran señor, elegante y
pero rebuscada,-en que el exceso de intención ha ahogado los ardores bizarro, burlón y fantástico: ha sido verdaderamente un diablo parisiense.
de la inspiración-incorrecta y bella. Sus personajes, siendo ideas, no Maure1 estudia sus papeles hasta los mfnimos detalles: los analiza como
tienen este calor humano que en París, como en todas partes, se quiere un médico; se transforma en cada nuevo papel. Como los Fourdinois,
sentir en los dramas,-ni son ellos bastante ricamente revestidos para maravillosos ebanistas, crean un apartamento para poner en él un mueble,
hacerse perdonar esta dureza. Carin tiene pasajes grandiosos, efectos rehace Maure1 todo su ser para asimilarlo al carácter que debe reproducir.
escogidos, cuadros verdaderamente trágicos,-pero el soplo de la vida, IJa reído muy bien y con voz muy metálica al terminar la serenata del
el desarrollo natural de los caracteres, la explicación racional de sus cuarto acto: J“vos que os hacéis la dormida”! Ha dado, con su voz de
acciones, de todo lo cual no puede prescindirse hoy para interesar a unos barítono tenorizante, un magnífico sol de pecho en la escena de la iglesia,
espectadores racionalistas,-faltan a esta pieza de mármol y oro. Es que, de otra parte, ha interpretado de manera muy sobria y notabilísima,
menester que las piezas estén hechas de carne y de sangre. alejándose afortunadamente de la tradición que hacía de esta escena una
La concurrencia, en la noche de la primera representación, era algo pantomima diabólica.
republicana. Cierto que la alta sociedad se ha ido ya de veraneo. Y ella Pero lo que más ha asombrado a los asiduos de la Opera, ha sido el
parecía tener ese aspecto de traje nuevo, y poco usado, peculiar de las traje negro con que More1 revistió a Mefistófeles. iDónde está, en
sociedades nacientes. En los pueblos donde el gobierno cambia a menudo, suma, el diablo absolutamente,rojo de Faure, aquel otro barítono célebre?
se puede comprobar la diferencia patente que existe entre la camada que El naturalismo penetra dondequiera: es menester quedar hombre, a pesar
llega y la que sc va. Preocupado en la tarea política, poco seguro todavía de ser uno diablo. Balnanqui-que con la famosa Mme. Carvalho, reveló
de su porvenir y muy apremiado para fortalecerlo, el mundo gubema- Faluto al público, en 18!59,-trajeaba a Mefistófeles de negro, con
mental de la República no ha tenido todavía tiempo de hacerse elegante. aplicacionesrojas. Faure, más fantaseador, soñó para su traje las llamas
Hay naturalezas que por sí mismas son distinguidas: la de Gambetta, la del infierno. Maurel, siguiendo más la verdad en su papel de diablo
de Simon, la de Henry Maret, un concejal aristocrático,-la de Hebrard,
visible, de mal oculto, de condenación sin esperanza, lo viste de negro,
un perfecto caballero. Pero los hombres que remueven la tierra para
sin llamas. Eso es metafísica en la Gran Opera: así es como hacen los
sembrar en ella mieses nuevas, tienen el dorecho de llevar en la frente la grandes actores.
traza de los surcos que ellos abren en la tierra. La mano, en la labor, JLástima que no podamoshablar hoy de esta novela tibia y perfumada,
se hace áspera. El1os no pueden tener ese culpable descuido de la gente y sin embargo legitimista, que, firmada por un nombre desconocido,
de sociedad, ese cutis rosado, esas espaldas redondeadas,-amorosamente acaba de aparecer! Son las desdichaade ser demasiadobella laa que, en
228 MiaRTf / EUROPA

una novela titulada así, nos cuenta, en un francés muy elegante, M.


Andrés Gérard. La mujer, cansada de todo, acaba por casarse con un
honrado anciano de cabeza calva, a pesar de ser ella todavía demasiado
bella. Y, palabra de novela, viven en paz. He ahí lo que no es natural
En cuanto a mi, icompadeceré al anciano !

J. M.

“CARIN”

A republican drama within the clas~ic porti of the Thébrre Fran@


The presentation of M. Paul Delair’s new drama “Garin” at the
Thcatre Francais, is an event of more than ordinary theatrical importance.
AI. Delair’s employment in a commercial etablishment did not suppress
[he manly and honest inspiration of his genius. Although successful, his
play has crested no furor.
It is a healthy work, but its political aim has envenomed criticism and
aroused enemies.
The good old times of the theatrical female philosopher Sophie Arnold
have returned, and dramatic events are again attracting universal attention.
In those old days, however, theatrical managers were content when Moliere
scourged ridiculous marquises and Beaumarchais set his sharp teeth into
ihe flesh of the nobility.
Even in the bright days that marked the youlh oí Victor Hugo, the
red waistcoat of Theophile Gautier was the only flag of liberty in art.
‘l’o-day art puts itself at the servìce of liberty. It is following the march of
propress. The drama “Garin” is an apt illustration. It represents the
almost universal desire for a republic. M. Pairret, a councillor of the
Paris Commune, proposed that the Commune give no orders to Romau
Catholic or monarchical painters. He declared thot the painters of fallen
virgins could not be the painters of Liberty, the new Virgin. The wordu
contain an axiom of art. The glories of a country, however belong to
all her sons, without referente to the flag under which they are born.
The wild and puerile proposition of the fiery councillor was rejected. If
M. Roll, the favor& painter of the striking miners, should visit and
adore the Virgin at Lourdes, it would not bar him from being chosen as
the artist to commemorate the fQte of July 14.
M. Paul Delair did not carry bis love of the rights of man to an
extreme but be determined to nail in open day the flag of the republic
to the temple of the drama. He haa acted discreetly. He did not wish to
frighten those whom he intended to win. He made no vulgar deity of
the goddess that he lored. He has planted the idea of the republic in
232 MARTí / EUROI’A FRAXCIA

the first theatre in France, brrt he has not dressed it is sarcasm and irony, With a masterly hand, he depicts all the sorrows of thc middle classes
trimmed with ribbons of justice. Whatever ita aim, a drama ought to in pnst centuries and with the exactness of Gautier’s delightful “Le
have form and sobriety. It should be clearly chiselled and should havc Capitaine Fracasse,” he has portrayed the old father of olden times
the accuracy and elegante of a statue. Although “Ga&” strikea at thc -ignorant, capricious, proud and concupiscent. This doea not please the
very heart of the true aristocracy it avoids patriotic outbursts and vulgar nobility with emblazoncd carriages, who in this age do not want to be
threats. Their use might havc fired the Street and the workshop but it anything more than the ghosts of another age.
could not have been agreeable to thc “beau monde” whom the authnr Thio class was not fully represented et the first performance of
se& lo influente. “Garin.” It was rusticating. The audience was composed of the middle
It is in strict consonancc with the new era. Was not Gambetta, classes. Jt had the newly coated aspect morking young and glowing
President of the Republican Chamber a guest at the wedding of the societies.
daughter of the Countess de Gallifet, a genuine gilded butterfly of the last There is a perceptible difference between parties coming in and parties
Empire? Had not hl. Coquelin, the actor, a place every day at the tablc going out among people whose governments frequently cbange.
of Gambetta? Had not Gambetta returned the visits and witnessed the The ruling party in the French Republic, preoccupicd with political
actor’s impersonations? Now the republic itself has gone to the Thé(itrc work, is as yet hardly sure ,>f its power, it is anxious to establish it and
Fragais on the arm of “Garin.” Man is honored on the stage where it has not had time to makc itsself elegant. It numbers among its membe.rs
kings have been overpraiacd. Of course there was opposition to the men like Gambetta, Simon, Fleury, Maret, a quite aristocratic Municipal
production of the drama. It was not wanted at the Théâtre Frangais. councillor, and director of the TempF, a natural orator who carne to the
Democratic editors, advised of thc opposition, sharpened their pencils. Furface in the amnesty debate.
Conservative editors, behind the scenes, discovered thc character of thtt Their foreheads are corrugated. We must look for furrows on the
plays and attacked it before its production. Then sneerswere unusually brows of men who plow the earth in order to sow new seed. Their hands
offensive. A few went so far as to publish extracts from thc drama eight become callous. They lack tbe discreditable nonchalance of men of the
dsys before its public reprcsentation. They used the stiletto before the world, and cannot have tbe rosy skins and well rounded shouldersscreened
eyes of the aristocratic inhabitants of the Faubourgs. by the voluptuous cushions of boudoirs from hardship that emaciate the
The public was awakened. They learned before-hand that the new hody and impoverish the blood. We must admire the theatrical instinct
play was not a psychological “tour de forte”-neither puerile like the of these audiencesof the middle classes. They would have hissedMolière
“Rochat” of SaFdou-nor brutal like “La Femme de Claude” of Dumas. himsrlf if to pleasehis mistresshe had turned mountebank and had invited
Avoiding the ruts of the drama Delair determined to do homage tu al1 Paris to witness his tumblings.
the tragic beauty of past days. In telling a story of love, he relates a Gambetta occupied a private box at the first performance of “Garin.”
drama of the people. In furnishing a noble assassin,he exalts a lordly Coquelin was also in tbe theatre, accompanied by a noisy crowd of
feudal man, the illegitimate son of and old serf. Senators and Deputies of the Left, alí following with emotion the
In taking from the modern theatiical world of adultery those movement of the drama.
refinements and delicacies that make it presentable, he has left a nuptial Coquelin is not jealous of his fellow actors. The plaudite showered
bed haunted by an avenging shadow. on hl. hfonet Sully, a young sfar, whose exceilent acting is Pt times
He has put all the wrong on the noble lcgitimate son, and all thc l verfrighted by the ranting of an exuberant imagination, did not displease
justice, virtue, and charm on the side of the son of the people; but by bim.
a deft stroke he has made the son of the people by his mother, a son of Sully has a magnificent voice, but it is a Stradivarius in the hands
the King by his father, thus symbolizing in a happy vein the twu of a third rate artist. Nature has endowed him with gifts far superior
contending caetes. He paints the learned, conciliatory, and benevolent ta his intelligence. “Garin” gives him a role as sombre as that of Macbeth.
rcpublic now being estiblished by Gambetta. “Garin” is an ambitious nephew, lover of “Aischa,” a Bohemian danseuse,
234 MARTí / EUROP.4 FRANCIA 235

who happensto be the daughter of a King. Ordered to perform before The characters are ideas. They do not possesethe human warmth that
Garin’s uncle, Sieur of the Sept-Sauix, she captures his heart and becomes ctirs people in Paris as well aa elsewhere. Neither are they clothed witlr
bis wife. the richness that would insure the forgiveness of their austerity. The
The old Count is without hope of legitimate off-spring. To whom will drama has noble passages; splendid effects, stirring scenes,surprising
he give his fief? Shall it be to “Garin,” the haughty hypocrite and situations, and truly tragic tableaux, but the breath of life, the natural
skillful cross bowman, or to Aimery, a charming troubadour, a republican development of the characters, and a rational explanation of their actions
and friend of the poor, the Sieur’s son by a female serf, who watches over are lacking.
him with love sublime? The democratic troubadour gives the Sieur No author can dispense with tbem and captive the interest of a
trouble and is dricen from the manor. Under Aischa’s direction Gatin rationalist audience. Garin is gold and marble: drama must be made of
kills his uncle. A shaft from his bow pierces the old man’s heart. ‘34th flesh and blood. Its proud lines rise to the highest point of magnificente
a wave of the hand Aischa declares Garin the new sovereign, a form of in one sceneto fa11into arr abyss of wildneas in another. They are woven
successionthat may do for the stage in modern times, but one that is not by a hand that can make them strong and beautiful, but that is not yet
sanctioned by ancient Bohemian law. Up to this point the play is held able to guide their threads aright.
within the range of actual life. It now glides into the fantastic. The shade In this new poet people are discerning a finished character. It is this
of the Sept-Sauix pursues the guilty lovers. It appears in their blood- discernment, aided by a salutary reoction in both literature and art, that
stained chamber and in the dinning hall. The scenemight have been taken sustains the play. France si ashamed of the small things she has
from Hamlet, from Macbeth, or from Raquin, one of Zola’s heroes, worshipped, and now awaits the time when the superb tongue of Theophile
drowned by his wife’s lover. The serf mother saw the crime committed. Gautier and Charles Beaudelaire shall be animated by the heart of
On her testimony Aimery makes a formal accusation of murder. The Corneille.
people believe in him. Garin kills himself and Aimery succeedshim and
is happily married. Thr Sun. NuevaYork, 6 de agostode 1880

Shakespearebecomesscribe and that is what hurts the play. Moreover


it is not far from the charge of plagiarism. Baugnois is said to be the
real Sieur of the Sept-Sauix. The serf woman talks fluently, but she
scemsto be the witch Juanhumaca of the “Burgráves” of Victor Hugo. ‘I’ruducción
A fine scenein which Aimery refusesto kiss the hand of the danseusewho
marries his father is an inspiration analogousto a chapter in one of the “GARIN”
works of the great Herculano the Portuguese writer. Those who can not
conceal theft ought not to steal from the great masters. Un drama republicano dentro de loa portules clásicos del Teatro Francés
Paul Delair has doubtlessbeen seized by the brilliant successattending
Henry Barois republican tragedies, and by the feverish applause evoked La presentación del nuevo drama “Garin” de M. Paul Delair en el
by Erckmann and Chatrian. He drew his inspiration from the generou Teatro Francés es un acontecimiento de más que corriente importancia.
necessity of vindicating upon the stage, as weli as elsewhere, the rights El trabajo de M. Delair en un establecimiento comercial no apagó la
of the unfortunate. He is guided by a conviction that a new epoch can inspiración viril y honrada de su genio. Aunque con éxito, su obra no
be considered as establishedonly when it produces its own literature and ha causado furor.
its own drama. He is a man nbreast with the times. “Garin” is not the Es una obra sana, pero su fin político posee crítica poruoiiosa y ha
work of one of those luminous hours in which genios rebcls against despertado enemigos.
established rules and creates new enes. It is not the cry of a man that Han vuelto los buenos tiempos pasados de la filosofa teatral Sophie
suffers, nor of a lover that sings. It is the stern work of a man who thinks. Arnold, y los sucesoadramáticos están recibiendo de nuevo atención
FRANCIA 237
236 MARTí ,’ EUROPA

elogiados en demasia. Naturalmente hubo oposición a la presentación del


universal. En aquellos viejos tiempos, sin embargo, loa empresarios drama. No era deseado en el Teatro Francés. Editores democráticos,
teatrales se contentaban cuando Molière flagebba los ridículos marqueses conocedoresde la oposición, afilaron sus lápices. Editores conservadores,
v Beaumarchais clavaba sus dientes afilados en la carne de la nobleza. tras los bastidores, descubrieron la índole de la obra, y la atacaron antes
Aun en los días brillantes que segalaron la juventud de Víctor Hugo. de su estreno. Entonces las mofas fueron especialmenteofensivas. Algunos
el chaleco rojo de Theophile Gautier era la única bandera de libertad en fueron tan lejos como publicar extractos del drama ocho días antes de
el campo del arte. Hoy el arte se- pone al servicio de la libertad. Estk su presentación al público. Blandieron el estilete ante los ojos de los
siguiendo la marcha del progreso. El drama “Garin” es un ejemplo vivo habitantes aristocráticos del Faubourg.
de ello. Representa el casi universal anhelo por una república. M. Pairret, Sc despertó al público. Supieron de antemano que la nueva obra no
un consejero de la Comuna de París, propuso que la Comuna no le era un lour deforce psicológico-ni pueril como el Rochat de Sardou,
encomendara trabajos a pintores católicos romanos 0 monárquicos. ni brutal como Lo Femme de Claude, de Dumas. Evitando los escollos
JIeclaró que los pintores de vírgenes caídas no podían ser pintores de la del drama, Delair quiso rendir homenaje a la belleza trágica de días
Libertad, la nueva Virgen. Estas palabras encierran un axioma de arte. pasados. Al desarrollar un relato de amor, relata el drama del pueblo.
Las glorias de un país, sin embargo, pertenecen a todos sus hijos, 70 Al presentar un noble asesino, exalta a un altivo señor feudal, el hijo
importa bajo qué bandera se cobijen. La descabellada y pueril proposición ilegitimo de un viejo siervo.
del fogoso consejero fue rechazada. Si M. Roll, el pintor favorito de 1.0s Al tomar el teatro mundial moderno del adulterio aquellos refina-
mineros huelguistas, visitara y adorara la Virgen de Lourdes. esto no le mientos y delicadezas que lo hacen presentable, ha dejado el tálamo
impediría ser escogido como el artista para conmemorar la fiesta del nupcial frecuentado por un duende vengador.
14 de Julio.
Ha puesto toda la culpa sobre el hijo legítimo de la noble, y toda la
M. Paul DeJair no llevó su amor a los derechos del hombre a un justicia, virtud y encanto de parte del hijo del pueblo, pero por un rasgo
extremo, pero se decidió a izar, en pleno día, la bandera de la república hábil ha hecho al hijo del pueblo por el lado materno, e hijo del rey
en el templo del drama. Ha actuado discretamente. No quiso asustar a Jos por su padre, simbolizando de esamanera una mezcla feliz de ambascastas
que pretendia ganar para sí. No convirtió la diosa que amaba en una contendientes. Pinta la docta, conciliatoria y benévola república que
deidad vulgar. Ha sembrado la idea de la república en el primer teatro está siendo establecida ahora por Gambetta.
de Francia, pero no la ha revestido de sarcasmo e ironía, adornado con De mano maestra describe las penasde las clasesmedias en los siglos
ribetes de justicia. Cualquiera que sea su fin, un drama debe poseer pasados, y con la exactitud del encantador Le Capitaine Fracasse de
forma y sobriedad. Debe estar claramente cincelado y debe poseer la Gautier ha retratado el viejo padre de tiempos viejos; ignorante,
exactitud y elegancia de una estatua. Aunque “Garin” da en el mismo caprichoso, orgulloso y concupiscente. Esto no le agrada a la nobleza con
corazón de la verdadera aristocracia, evita arranques patrióticos y coches de blasones,que en esta época quiere ser algo mDsque fantasma3
amenazas vulgares. Su empleo pudiese haber incitado a las gentes de la de otra epoca.
calle y el taller, pero no hubiese sido del agrado del “beau monde”, sobre Esta claseno estuvo plenamente representadaen el estreno de “Gariu”.
quien el autor busca influir. Estaban en el campo. El público estaba compuesto de la clase media.
Esttí en perfecta consonancia con la nueva era. ¿No asistió Gambetta, Ofrecía el sello nuevo, característico de las sociedades nacientes y
Presidente de la Cámara Republicana, a la boda de la hija de la condesa Gal- crecientes.
liffet, una genuina mariposa dorada del último Imperio? ¿No ocupaba M. Existe uua diferencia perceptible entre los partidos entrantes y Ios
Coquelin, el actor, un puesto, todos los dias, en la mesa de Gambetta? partidos salientesen los pueblos cuyos gobiernos cambian frecuentemente.
¿No devolvió Gambetta las visitas y asistió a las representaciones del El partido gobernante en la República Francesa, atareada en laborea
actor? Ahora la propia república ha ido al Teatro Francés, del brazo de políticas, aún está apenasseguro de PUpoder, está ansiosode afirmarlo,
“Garin”. Hoy se honra al hombre en el escenariodonde los reyes fueron
238 MARTÍ / EUROPA FRANCIA 239

y no ha tenido tiempo de ser elegante. Cuenta entre sus miembros con persigue a los amantesculpables. Se presenta en su aposentomanchado
hombres como Gambetta, Simon, Fleury, Maret, un consejero municipal de sangre y en el comedor. La escenapudo haber sido tomada de Hamlet,
bastante aristocrático y director de Le Temps, un orador nato que surgió de Macbeth, o Raquin, uno de los héroes de Zola, ahogado por el amante
a la superficie en el debate sobre la amnistía. de su esposa. La madre sierva vio cuando el crimen se cometía. Mediante
SUSfrentes están arrugadas. Debemos buscar surcos en la frente de EU testimonio Aimery formula una formal acusación por asesinato. La
los hombres que aran la tierra para sembrar nuevas semillas. Carecen gente lo cree. Garin se mata, y Aimery le sucedey se casa felizmente.
de la deshonrosa indiferencia de los hombres de mundo, y no pueden
Shakespearese convierte en escritor, y esto es lo que daña a la obra.
tener la piel rosada y los bien redondeados hombros, protegidos de las
Además lo pone no lejos del cargo de plagio. Se dice que Baugno c3
privaciones por los muelles cojines de las alcobas que enflaquecen el
el verdadero señor de Sept-Sauix. La sierva habla con desenvoltura, pero
cuerpo y empobrecenla sangre. Tenemos que admirar el instinto teatral
de estosauditorios de la clase media. Hubieran silbado al propio Voltaire parece ser la bruja Juanhumaca de los “Burgraves” de Víctor Hugo. Una
si, para complacer a su amante, se hubiese convertido en un saltimbanqui magnífica escenadonde Aimery se niega a besar la mano de la danzarina
y hubiese invitado a todo Paris a presenciar sus acrobacias. que se casa con su padre, tiene una inspiración análoga al capítulo de
Gambetta ocupó un palco privado en el estreno de “Garin”. Coquelin una de las obras de Herculano, el escritor portugués. Loa que no pueden
también se hallaba en el teatro, acompañado de una muchedumbre ocultar el robo no deben robarle a los grandes maestros.
hullanguera de senadoresy diputados izquierdistas, siguiendo todos ellos Paul Delair ha sido sin duda cautivado por el brillante éxito obtenido
con emoción el desenvolvimiento del drama. por las tragedias republicanas de Henry Barois, y por el febril aplauso
Coquelin no siente celos de sus compañeros actores. Los aplausos despertadopor Erckmann y Chatrian. Tomó su inspiración de la generosa
prodigados a M. Monet Sully, un joven actor, cuyo excelente trabajo a necesidad de vindicar en las tablas, al igual que en otras partes, los
reces se excede por los excesos de una imaginación exuberante, no le derechos de los infelices. Está guiado por la convicción de que sólo se
desagradó. puede considerar que una nueva época se ha establecido cuando produce
Sully poseeuna voz magnífica, pero es un Stradivarius en xnanos de su propia literatura y su propio teatro. Es un hombre de su tiempo.
un actor de tercera categoría. La naturaleza lo ha dotado con dones muy “Garin”, no es la obra de una de esas horas luminosas en que el genio
superiores a su inteligencia. Garin le ofrece un papel tan sombrío como se rebela contra las reglas establecidasy crea nuevas. No es el grito de
el de Macbeth. Garin es un sobrino ambicioso, amante de Aischa, una un hombre que sufre, ni el de un amante que canta. Es la labor grave
danzarina bohemia, que resulta ser la hija del rey. Ordenada a bailar de un hombre que piensa. Los personajes son ideas. No posee el calor
ante el tío de Garin, Señor de Sept-Sauix, conquista su corazón y se humano que emociona a la gente en París lo mismo que en otras partes.
convierte en su esposa. Ni van revestidas de la riqueza que aseguraría el perdón por su austeridad.
El viejo conde no tiene esperanzade tener un hijo legítimo. ¿A quién El drama tiene nobles pasajes, efectos espléndidos,escenasemocionantes,
dará su feudo? iSerá a Garin, el altivo hipócrita y diestro arquero, o a situacionessorprendentes,y cuadros verdaderamente trágicos, pero faltan
Aimery, un trovador encantador, un republicano y amigo de los pobres, el hálito de vida, el desarrollo natural de los personajesy una explicación
hijo del señorcon una sierva, que lo cuidó con amor sublime? El trovador racional de sus actos.
democrático le produce disgustosal señor, y esexpulsado del feudo. Bajo Ningún autor puede prescindir de ellos y cautivar el interés de tu1
la dirección de Aischa, Garin mata a su tio. Una flecha de su arco se
auditorio racionalista. “Garin” es oro y m8rmol: el drama tiene que
clava en el corazón del viejo. Con un gesto de la mano Aischa declara
estar hecho de carne y sangre. Sus altivas frases suben al punto más alto
a Garin nuevo soberano-una forma de sucesión que puede que sirva
de la magnificencia en una escenapara caer en un abismo descabellado
en las tablas en tiempos modernos, pero que no está establecida por la
en otra. Están tejidas por una mano capaz de hacerlas fuertes y bellas,
antigua ley bohemia. Hasta este momento la obra se desarrolla de acuerdo
con la vida real. Ahora entra en lo fantástico. La sombra de Sept.Sauix y, sin embargo, no logra guiar sus hilos acertadamente.
240 MARTí / EUROPA

En este nuevo poeta la gente ve un carácter acabado. Ecte criterio.


ayudado por una reacción saludable en lo literario y teatral. es lo que
costiene la obra. Francia está avergonzada de las cosas mezquinas que
ha adorado, y ahora aguarda el momento en que la lengua soberbia de
Theophile Gautier y Charles Reaudelaire se halle animada p~br el cc~razbn
cle Corneille.

l’lrp Sun. Nlleva York. 6 de agosto dr 1880

SARAH BERNHARDT”’

õ:! Poaiblemen~c ate trabajo fue escrito en 1880 pua “‘& Sun”, de Nueva
York.
C’est un nom bien connu et déja aimé B New York. On connaít de
grandes dames qui raffolent d’elle. C’est le type de l’énergie triomphante.
Une pauvre femme qui s’est fait dans ie monde tant de place doit être
une grande femme.
Chaque siecle à ses étoiles: la patrie de !a Rachel, de 1Mlle. Mars, de
Sophie Arnould s’est enrichie de Sarah Bernhardt, qui est une tragédienne
~ans doute, mais qui est aussi ce qui vaut plus: un caractere. Nous n’allons
pas dire ce qu’on a dejá dit: nous avons des impressions à nous.
Sarsh est souple, éIanc&.e.e,svelte. Son corps, quand elle n’est pas
secouée par le démon de Ia tragédie, est plein de grâce et nonchalance;
quand le démon I’emporte, i.1est plein de force et de noblesse. Son visage,
quoique féminin, respire une belie fierté: ce n’est pas ia beauté qui y est
imprim+ quoiqu’elle soit bonne: c’est la résolution. Elle fera ce qrr’elle
voudra: il y a chez etle quelque chose du premier Buonaparte: elle peint
je dédain, quoique sori âme soit pleine d’amitié et de franchise, paree
qu’eile croit en avoir besoin pour être respectée. D’où vient-elle? De la
pauvreté! Cu va-t-elle? A la gloire! On la eraint, mais on l’aime, ce
qui ert rare: il y a pour cela cette raison qu’elle est dure, mais brave;
qu’ei!e est une femme altière, mais, au même temps, un bon gagon, Parlez-
le dkne femme en detresse: e41e ouvrira sa bourse. Dittes-le qu’il y a
chez Goupi! un petit tableau de génie, out tout près du Passage Jouffroy
uc beW& tapis ehinois. Sara& ia soci,étaire du Théâtre Fsancais, ne reculera
pcs devant le prix. Si ie tapis en vieux, si le tableau est d’une main
horte, elle les achètera: quelquefois, elle ne sait pas bien comment est-ce
qu’eiie ra les payer; mais elie se fera de l’argent honnêtement,-eile
fera un autre tableau & elle, une marine, une aquarelle; elle fera de i’amour
une statue, puisqn’elle n ‘est pas asaez puissante pour en faire une verité.
Alexandre Dumas a entas& son hôtei d’objets d’art; dCs les petits
nronctre2 du Jepon jusqu’au Christ préadnmiste, ce Christ trop réaliste:
mais Sarah Bernhardt dispose tout ce qu’ elie a mieux que personne;
!out ce qui est à elle est de premier ordre. Elle est majestueuse même dans
FRANCIA 245

ses caprices : ses fantaicies sont ro;;ales: ce n’eqt pas un ,grand m6ritc. IA! Comme sculpteur, c’est Gustave Doré qui nous vient en mémoira
ctre née reine et savoir l’&re: mais c’e5t .Jna tr;as ;r-ande preuve dc. quand nous voyons quelque chose d’elle:-elle ne compose pas comme
majests etre née dan- un pauvre milieu, et a:.oil su EP fnile un r3vaume lui, elle ne ferait ;amais des groupes comme il les fait; mais elle est aussi
d’Uu peuple aussi artictiqll- T sussi intelli;rent que la France. élégante, originale et courageuse. Comme tragédienne,-laissez le dire
On la voyait à cette grar:Je f’Zte du Par-k- JIurcia donnce au profit dc- a Emile de Girardin, le Gordon Bennett de la pressefrangaise: “La Rachel
innondésde \Iurcia, cette ville espagnole aimee du soleil. 1,~ 6’ie ,\i&erne. avait plus de genie: Sarah a plus de talent: celle-ci sait tout ce qu’elle fait:
un journal illustré avait dressépour abriter Sarah. un thrône magnifique. celle-lh le prenait de sa nature sans trop le savoir: Sarah vaut mieux”.
en ~elours rouge, avec des écussonsespagnolsbt,odés en relief. Sarah. Vraiment: il faut ôtre grand pour arriver à l’ôtre. On voit ce qu’on a su
hdbillke en Doña Sol, l’héroine de “Hernani” ice grand drame de Victor vaincre.
Hugo), était eous la riche draperie, assistée d’une tres helle dame Girardin a chez lui deux beaux portraite: l’un c’est de la Rachel, l’autre
d’honneur, Mlle. Croizette: elle est fière, Ml!e. Croizette, mais quelle bonne c’est de Sarah Bernhardt. Il la voit en père; il la loue avec pssaion.
femme à côtk de cette superhe Sarah! Comm’il parle bien ce vieillard admirable aux soixante-dix ans! Son
Quand celle-ci étend le bras, elle commande. Quan elle leve la tête un cerveau est aujourd’hui aussi fort que quand il tuait, d’une main funeste,
peu asiatique, avec ses yeux oblique.,s son nez fin, son front hautain, res le chevaleresqueArmand Carrel.
lèvres fieles,---il faut obéir, il faut admirer. Sarah se coiffe très simplement.Elle aime la taille longue; et les ro!Jes
Ct n’est pas la beauté qui nous éblouit: elle n’est pas belle: ce n’est trainantes. Son oeil plein de fièvre. Vous dites, en voyant certaines
paa un charme voluptueux qui nous enivre: elle sait aimer, sans doute creatures:-muscle! en voyant Sarah vous dites:-nerf!-la ilama est
-mais elle ne se soucie pas de ces affaires trop féminins;---c’est cette une paurre charmante chEvre du Pérou: elle se dresse comme une
Ilamo irritée; mais elle ne mourra pas comme la Duma qui meurt de
âme superbe, rêveuse de toutes les hauteurs, ime d’aigle-de lionne et
douleur, regardant mélancoliquement le ciel, quand l’indigéne lui parle
d’acier; c’est ce regard pénétrant comme une lame de Toledo,-+‘est cette
avcc dureté ou la punit. Elle tuerait l’indigéne.
irresistible supériorite qui nous fait courber la téte.
Sarah reste chez elle les mercredis. Une femme écrivain, Julie Lambcrt,
Elle vendait ce soir-là des panrEeretas,des tambourins espagnols: les
a ausai un beau salon à Paris: on cause bien, et on y voit la crème dee
grands peintres y avaient, au profit des pauvres, mis tout son talent. Le icrivains parisiens; mais, chcz Sarah, on sent de loin le souffle de Victor
cuir misérable était réhaussépar la main qui allait le vendre,--et par IIugo, qui I’aime. On remarque dans le salon de l’artiste une puissance
Meissonier, Worms, Detaille, Neuville, Raimundo Madrazo, Dubufe. etc.- lans la pensée, une virilité dans le propos, une mobilité anxieuse qui
La .vente conmenca tristement : mais a la troisième pandereta, quelle reflctent bien l’esprit un peu orageux de la maitressedesocéans,-et de son
foule autour de Sarah! On ne voyait que des coiffures à la Capoul; des sikle. On ne sent pas Moïse comme chez Victor Hugo: mais on croit
princes russes,de grands écrivains, de riches anglais, de luisants gommeux quelquefois sentir Judith.
(dandys). L’anni?epaske, elle jouait sesplus grandes r0lcs avecl’acteur Coquelin,
11sobstruaient le chemin; on était obligé à la voir de trPs loin. Elle à Londres: les anglais ne trouvaient pns assezdes couronnes pouz elle;
.semblait un peu fiire de son triomphe: elle se sentait dans ce moment tout 6tait pris d’avance. On payait pour sestableaux des prix extraordi.
tm peu reine d’Espagne. naires: scs sculptures mignonnes eurent un gran succès! Quand OO le
Tout le monde sait tout ce qu’elle fait,-de grands rôles, de charmants voyait entourte de monde à la fête Murcia on disait: “Sarah e un
articles, de jolis tableaux, de hardies statuettes. wcc?s immcnse!”
Commepreintre, elle dessinebien, elle colore sansdéfaut, elle il!umine Ah! aujourd’hui c’est vrai, rnais, cambien de forte, dz larmcs, de
une toile comme d’un trait de génie,- un éclair, un effet de lune, un arbre douleurs et d’indomptable énergie,-a-t-elle eu à déployer et a subir,-pour
hrisé;-ce n’est pas assez. Comme écrivain, on a entendu d’elle un cri v arriver! Elle mérite d’ke observée comr71eune 4tude de la puissance
déchirant ct magnifique, dans le joumal PariseMurcie; toute son ame est de la volonté humaine. Des jcunes gens, quand 8s ne r&ssissent pas
248 MARTí / EUROPA FRASCIA 2-49

Como pintora, dibuja bien. colorea sin defectos, ilumina un lienzo desplegar y sufrir para llegar a esto ! Ella merece ser observada como
corriente con un rasgo de genio:-una claridad, un efecto de luna, un un estudio de la fuerza de voluntad humana. La gente joven cuando no
Wrbol tumhado:-+so no es bastante. Como escritora, se le ha oído un triunfa rápidamente, se levanta la tapa de los sesos. Sarah quizás lloraba
grito agudo y magnífico, en el diario París-Murcia: itoda su alma está de aquellas cálidas ligrimas, que no se ven, y que no salen a los ojos,
ahi! Como escuLtora, Gustave Doré nos viene a la memoria cuando pero ella trabajaba. Hace quince años, ella se diría, sola, tan joven, y
memos trabajos de ella:-110 compone como él lo hace, nunca esculpirá toda llorosa: “;Quf va a ser de mi ?” Hoy en día se debe haber preguntado
grupos como los suyos,-pero es tan elegante, original y valiente. Como rnk de una vez: “ L*C’orno es que yo no soy reina?”
trágica, dejemos habla? a 13. Emile Girardin, el Gordon Bennett de la
prensa francesa: “La Bache1 tenía más genio: Sarah posee más talento:
&a sabe todo lo que hace, aquella lo tomaba de su naturaleza sin saberlo
mucho : Sarah vale más.” Verdaderamente: hay que ser grande para llegar
3 serlo. Se ve por lo que ha sabido vencer.
Girardin tiene en su casa dos bellos retratos: el uno es de la Rachel;
el otro es de Sarah Bernhardt. El la trata como un padre: él la elogia
con pasión; iqué bien habla ese viejo admirable de setenta años! Su
cerebro hoy es tan fuerte como cuando matara, de mano funesta, al
caballeroso Armand Lar&.
Sarah se peina muy sencillamente. Ama la talla larga, y los vestidos
que se arrastran por tierra. Sus ojos estcín plenos de fiebre. Viendo a
algunas criaturas, se dice: imúsculo! Viendo a Sarah se dice: inervio! La
llama es una pobre chiva encantadora del Perú: ella se yergue como una
llama irritada, pero no morirá como la llama, que muere de dolor,
mirando melancólicamente al cielo, cuando el indígena la habla o castiga
con dureza. Ella mataría al indígena.
Sarah recibe los miércoles. Una trcritora. julie Lambert también tiene
un bel16 salón en Paris: donde re conversa bien y donde se ve la crema
de los escritores parisinos, mas en casa de Sarah, se siente de lejos el
aliento de Víctor Hugo, que la ama. Se percibe en el salón de la artista
una potencia en el pensamiento, una virilidad en el propósito, una ansiosa
movilidad que refleja bien el espíritu: algo tempestuoso. de la dueña de
la casa y de su siglo. No se siente Moisés. como en casa de Víctor Hugo:
pero n veces se cree sentir a Judirh.
El año pasade, ella representaba sus más importantes papeles, con el
actor Coquelin, en Londres: 1os ingleses no encontraron bastantes coronas
para ella; todo estaba tomado de antemano. Sus cuadros se pagaban a
precios extraordinarios: sus pequefias esculturas tuvieron un gra;l Fxito.
Cuando 13 veían rodeada de todo el mundo en la fiesta de Murcia se
decía : “iSarah es un éxito inmenso I” i Ah! hoy esto es verdad pero
i cuánta fuerza, lágrimas, dc!orcs e indomable energía, no tuvo que
CARTAS DE IWEVA YORK

Victorien Sar~ou.-“Odelre”.-EI vaudeClle 7 cl teatro cle los vaude-


Yilles.---;Snrdou es plagiario!
Nueva York, Diciembre 24 de 1881

Señor Director de La Opinión Nacional:

La inteligencia tiene sus hombres sinceros, que no llevan a la mente


sino lo que nace del alma, y éstos son como los obreros generosos que
con grandisimas labores arrancan el diamante a las entrañas de la tierra:
y tiene sus hombres ligeros y risueños, que dan forma mental a todo lo
que brilla, luce y choca, y éstos’ son como los que fabrican abalorios. Los
unos son como reyes de veras, y los otros como reyes de teatro: con el
fulgor de las joyas efímeras pasa la majestad del rey a quien engalanan:
ha de tenerse la majestad en lo hondo, para que los tiempos inquietos y
caprichosos no den con ella demasiado presto en tierra. Sardou es gran
zurcidor de tramas, y tiene aguja fina y borda con hilo de oro, y con
seda de colores: mas no borda sobre el alma. Gusta de cautivar, de
arrebatar, de deleitor, de lastimar, de sorprender; mas cuida poco de
poner en los caracteres de suspersonajessavia humana, savia permanente,
esencial, rica. Copia rasgos de seres, no seres durables e íntegros;
presenta con arte que pasmaun estado frenético del espíritu, o un estado
ridículo, y maneja con la misma facilidad la gran hacha de armas
dramaticas, que el sutil dardo cómico ; mas no evoca en la sombra una
criatura completa, ni la arma de fuerte armadura, ni la calienta con la
fantasía enamorada, ni la amolda y perfecciona con manos diestras y
espíritu amoroso, ni pone de su vida en el personaje que crea, ni lo
echa P andar en las tablas, así luminoso, ardiente y vivo. No son sus
personajescriaturas propias, que van pensandoy sintiendo por sí mismas,
v perduran por su9 propios méritos, sino hábiles conversadoresy diestros
mensajeros de una gran crítica que, en sus horas de honrada indepen-
dencia, flagela con el látigo de Frangois de Villon, que es viejo y buen
Migo galo, a los pobretes envanecidos, a los neorricos extravagantes, a
254 \f.kRTí 1’ EUROPA

las damas de alteza dudosa, a los galanes de palco, paseo y danza, a los
ridículos, a los soberbios y a los inútiles; y en sus horas de mercader,
que las tiene abundantes. dispone situaciones conmovedoras y brillantes,
encaminadas a cegar, con las lágrimas en los ojos, el juicio de la mente,
y a acallar con la en.,,.y--:3, la Lensura, y viste con magnífica riqueza y
arte eximio, personajes asxrdereados y maltrechos, de puro estar usados
en manos de autores de drama y de novela, y con ese cortejo de sentidores
recién vestidos y de escenas maravillosas y culminantes, echa a andar
la pieza mercantil. El público, conmovido, aplaude; seducido por aquella
lengua rica, escucha con delicia, y sin esfuerzo paga: aquel es el buen
chiste francés, ligero y rosado como la espuma del Borgoña, agudo como
la punta de un puñal montenegrino, brillante como una chispa pálida.
hlas el honrado sentidor desdeña esas urdimbres frágiles, y esos tráficos
con las altezas del espíritu, y no ve en el drama de Sardou recia jarra
etrusca, ni sonante copa de bronce boloñesa, sino vaso de lustrosa y
perecedera mayólica : barro hervido y abrillantado, no cosa de hierro,
mármol y oro.
Sardou imita el arte de Scribe, de aquel Scribe fecundo, cuyo teatro
llena estantes; pero su pluma, que hiere más hondo, no corre con la
femenil soltura, ciego denuedo, y movimientos y brillo de mariposa con
que la pluma mágica de Scribe corría. Son sus obras como vaudevilles
aristocráticos, no aquellos vnudevilles del siglo XVII en que a modo de
baladas satirizaban los poetas a los grandes y famosos del día, ni aquellas
comedietas cantadas que les siguieron y tomaron su nombre, sino esas
comedias dramáticas a veces, con intermedios de canto, ya en un acto,
en acatamiento, de la antigua usanza, ya en varios actos. Grata al oído,
si no a la mente juiciosa, es la mezcla del habla y cl canto; pero no cs
tanto ella lo que da carácter a los vcrudevilles franceses, cuanto el chiste
infatigable, candoroso, intrépido; el chiste agudo, heridor, inquieto, que
como duende rojo, entra y sale más diestro que el camello de lo Escritura.
por todos los escondrijos, quiebras y pliegues del drama. Et; un chistc
domestico, más parisiense que humano : desnudo, despreocupado, burlon,
sin velo. De esa naturaleza, en grado excelente, es el chiste de Sardou.
Cuando ataca a cosas máximas, o n enemigos grandiosos, parece tábano
de alas pesadas, que mas molesta que pica al león que persigue: cuando
se revueive contra los caballeros servidores, y las damas recién liegadas,
y los am biciosos vulgares, y los aristócratas ridicuios, como que los
perseguidos están al nivel que alcanzan sus alas, hinca en ellos su aspa
256 YaQTí ,’ E ti R 0 P A FRANCIA 257

su hija duerme”: Berengére, iuna niña de tres años! i.4 dónde va la ya hija, ipor qué me dices que me muestre madre? Y si soy madre,
loca criatura? A casa de su amante, a quien por saciar el concepto del i,por qué me niegas mi hija? iLe escribiré, le revelaré que ce mi hija!”
honor ajeno, porque no queda herido el propio honor del esposoH quien -“íNo! iYo te la traeré, y te avergonzarás de ser su madre!”
SU esposaaleve engaña-provoca a duelo el conde. Y no para en esos Y esto acontece en los días en que el tahúr cae preso, porque le han
brazos, como no para frecuentemente quien da una vez en ellos, sino sorprendido con las barajas preparadas en las manos, y en que Odette
que cambia de dueño con sus caprichos y sus necesidades; y sin más misma está a punto de ser llevada como estafadora a los tribuneks de
salvaguardia que el título de condesa que conserva, ni esperanza de justicia.
recobrar a su hija que los tribunales le niegan, ni más consuelo que el de Berengére entra alegre porque va a ver a una buena señora, que
verla de vez en cuando en casa de la familia del conde,--viene Odette conoció a su madre; y cuenta a Odette sus tristezas y como su madre ha
a ser al fin una de esasmujeres de aventura que, de brazo de un rufián muerto, au madre que era una señora excelente, muy fiel a su buen padre,
o de un tahur, de esosque calzan guante, hablan lengua melifiua y visten muy llena de virtudes. jCon susmismasmanosva ella todos los domingos
a manera de miembros de casa real, atraen incautos y seducenreacios a a poner florea en la tumba de su madre! Le enseña los retratoa que de
grandes casas de juego que, como las de Baden-Baden un día, gozan ella conserva, borrados por los besos; y menudencias de su uso, que
hoy fama en Mónaco y en Niza. En una, que es en apariencia casa de guarda como un tesoro; y una miniatura, que lleva siempre en su seno.
salud, reina Odette como la hada de la casa. Y allí se desenvuelve el iSu madre era tan virtuosa! Y Odette que, viva aún, está sabiendo ya lo
drama triste, salpicado de cómicos diálogos, que sirven para poner de que es morir, le habla de una separación que ella conoce, que ea peor
relieve a esosfalsos caballeros, y ricos pretenciosos, y bribones cnmasca- que la muerte, de una pobre mujer de la vecindad que ha vivido durante
rados que, merced a su fe en sí y a sus artes sociales, acuden en busca tios separadapor la justicia de su marido y de su hija.
de placer fácil o de mayor fortuna, como acude la hez del mar removido -“iEra una mala mujer, pues!” exclama Berengére.
a la superficie, cuando, hurtando los cuerpos elegantesde los calores del
-“iOh, no, era muy infortunada!” dice Odette.
estío, o sentándoseen los carros ligeros de la moda, emprenden vía de
-“iY no intentó nunca que volviera a quererla su marido?”
Italia las ricas damas y desocupadosgalanes del alto mundo europeo. La
-“iEl no hubiera querido verla!”
hija de Odette, ama a un joven duque, rico en mEritos, y en deseosde
-“iY su hija?”
hacer a Berengére esposasuya, a lo que se opone la madre del duque,
-“Su padre tenía el derecho de tenerla.”
a menos que Odette no renuncie a toda futura tentativa de ver a su hija,
-“iPor qué pensaban que ella no seria una buena madre?”
y a llamarse condesa. Mas ni aquel título que la libra de la última infamia,
ni a ver a Berengére renuncia Odette: el tahúr que la acompaña hace de -“iOh, estaban equivocados!”
ella verdadera mujer de tahúr, bGolpeada,vejada, paseadacomo trofeo y -“iY ella se resignó a eso?”
como anzuelo; pero ella, que para aturdir su miseria absorbe copiosas -“iQué había de hacer sino resignarse?”
dosis de morfina, ve flotar en el humo azulado de sus sueñosa una niña -“~Si.n hacer ningún esfuerzo para volver a ganar la confianza de
angélica que le tiende los brazos amorosos: icómo ha de renunciar a su marido y el amor de su hija?”
ella? En vano le ruega el conde mismo, en escena vigorosísima y -“iQué podía ella hacer?”
desgarradora, construida con destreza suma, que el público admira, que -“iPodía habersehecho tan buena, tan diferente de lo que era, que
mueva su corazón al remedio de la desdicha que ha causado: que ayude ellos se hubieran visto obligados al fin a perdonarla! iPero no hablemos
a hacer creer a Berengére que su madre ha muerto; que acceda en bien más de esa malvada mujer: hablemos de mama, de mi buena mamá,
de su hija, a este sacrificio cligno del heroico amor de madre. señora!”
-“iAcceder a ser madre para dejar de serlo? iEs de monstruos La confesión dulce muere ahogada en los labios de la madre culpable,
pedir cosas monstruosas! ” exclama fieramente aquella mujer triste, cn de tan terrible e involuntaria manera castigada por su hija: y con su
quien la carne, roída ya y consumida, da al fin pas9 al alma: “Si no tengo confesión su vida expira; va a un viaje de recreo por el Mediterráneo,
259
FRANCIA

de esas tremenda: luchas, de esas desembozadas paiiunes, de eSos


peligrosos escenarios. que dan de SI’ como flores de tgmtia, =as obras

violentas y rnaLaf*as. So pasea “Odeite” por las faldas de1 paseo Guzmán

Blanc0.a’

Lu Opinión Nacimd. Caracas, enero dc 1382


FRANCIA

Quiacena de po~as .-El banquete de lar “reido&‘.-La recepción de


Sully Prudhomme en la Academia-Sully, poeta rebelde.-“El torme&o
divino”.-“Los destinos”.-‘cLa Iu.&%“.-Los parnasianos.-La fonn~
y el pensamiento en la poesUr.-La poesía filos@fica-Los poetas y los
tiempos.-“Los Rantzau”.- Drama nuevo.-Got, Coquelin y Wotms.-
Los actor3 franceses
Nueva York, 15 de abril de 1882

Esta ha sidc cpincena de altas letras, de dramn nuevo, de exwhtes


cliscurso~, de L:iní;iie!Z ã im poeta, de galas académic3s. No había en la
;t:::!dcmia de F’rsnci~ mås que dos grandes bardos, que son Víctor Laprade,
homhw tlnnrtido q‘-le Ge con &xtro seguro en lira de bronce, 1’ Hugo,
~2 wya fina hczha de r~b.~istos troncos y cuerdas de oro se posan a la
yzr, CC:I asc>nmhro de tos hombros, 1s: águilas y Ias palomas. Y ahora YB
ron tres 10s Uzrdos de 13 Academia, porque con Laprzde y Hugo está
Snj!y I’ri!&o;ïrm e, yets de mente osrodo, ccxazón puro y lengua casta,
03ra quim ~5 !; poesí>, como ; ara todos Jcbiera ser! sacerdotisa veneranda
.a wva cb?T:i& de!ica& no bao de echarse migares ~~ensamientos que
mermen la L4kza de su rostro con la fati ga que le cnesta acarrearlos,
si.?&0 que hãil ii? quemarse a sus pies, como homenaje digno 2 su augusta
hermo52.ra. esencias muy ricas. La poesía es un dolor. Desgarra el
pensarr-iei:t~?j las entrarias del poeta, como desgarra el hijo las entrañas
de !a madre. l-2? poesia unge, v da ei poder de ungir. El poeta es aposento
de un ser diiG0, luminoso y alado, que rompe el pecho del poeta cada
vez que rbre erl su circe1 las alas. EI poeta es devorado por cl fuego que
irradia. lY:, hay yerso que r.o sea una mordida d.e la llama. El resplandor
más vivo viene del dolor más bárbaro.
Y esta ;~$nczm. toda ha sido para esos hombres generosos. Acá 10s
zmigos buenos de Pxdhomme celebran su entrada en Ia Academia co11
un smoroso banquete. -4112 .sndaban los diaristas afamados en cantar
bellezas de la vida pura de sus muy hermosos versos. Allá era la ceremonia
en la Academia, en que Suily Prudhomae ieyó el elogio del caballero
Xrvergier de Hauranne, el académico a quien sucede, tras CUYOelo+
vino el del scadémico nuevo, que hizo con un tanto de desgarbo y rudeza,
MARTÍ / EUROPA FRANCIA

Maxime du Camp, más notado porque piensa con independencia y brío, por su casa a la siguiente mañanita, a decirle que la Academia le había
que porque escribe con elegancia y con donaire. concedido el premio Vilet que esde seismil francos, de los que él guardaba
El banquete fue en casa de Lelardelay, que es hotel bueno. En casa como señor titular y los cuales se repartían entre seis amigos, de los
de Durand, que es hostelero que sabe su arte, y el arte de sonreír, que que él era uno, por lo que le traía ya sus mil francos, para que fuera a
ayuda al de la hosteleria, hubo comida gozosisima, que fue la wmida de Holanda el poeta pobre, a darse gozo de espír$u y ver cuadros de Rubeta
las “reidoras”, las Eualesson damas de renombre, que están en boga y Más generoso vino llenaba aquella noche los pechos que las copas NO
reinan en teatros, y gustan de reunirse de vez en cuando para comer en hay gozo como honrar. Fortalece el ánimo cansado ese espectáculo ab
mesadonde no aceptan a.galanes, de lo que ya andan cansadas,pues que hombres que se aman. Así como no hay cosa que aflija más que ver
este alío llevó cada una al banquete a dos caballeros, que no atendieron a rostros de envidiosos. Tienen el ojo encendido del sediento, y la color
las damas, como es ley, sino que fueron atendidos por éstas, las cueks, enfermiza de los enanos.
como novisimas Altisidoras, sirvieron a la mesa a aquellos venturosos y En la Academia fue otra fiesta. iQué dama francesa no sabe versos
deslumbradosduques. Allí centelleó la verba parisiense, y se rio con la del Y<uo rozo, que es poesía famosa de Sully, o de aquella otra en que
buena risa. En torno a Sully Prudhomme, había esa tierna alegría con aconseja a los amantes tfmidos que no se quejen, porque aquellos que
que se saluda el gozo de un amado hermano. El estaba en medio de se aman ya sin timidez no son dichosos, de puro poder serlo,-ni so
ellos, trémulo de placer, y como medroso de aquel júbilo, porque la alegría
conmueven ya cuando semiran,- ni tiemblan ya cuando se dan las manos?
asusta y aflige a las almas delicadas. Y ellos tenían en alto las copas, y
Y en la Academia había muchas damas francesas, y muchos caballeros
brindaban con voces entusiastas por el joven maestro del buen verso.
pavea: y en sus asientosestaban los envidiados académicos,muy lucidos
Fue hermoso ver a Francisco Coppée, que contendió con Sully por el
con sus casacasadornadas de palmas verdes, y muy estorbados con SU
puesto en la Academia, y quedó vencido, alzarse “en nombre de todos los
luciente espadín de ceremonia. Tenía la fiesta aire nuevo, como la
que guardan en su corazón el culto del arte profundo y exquisito”, y
poesía del recipiendario: porque la Academia suele elegir a susmiembros
beber a la buena ventura de su rival afortunado. Y fue bello ver alzarse
en los dóciles, que son como aquellos bajeles de orilla de que habla
a Sully, a decir de Coppéeque no por mejor, sino por más viejo, le había
Quevedo en la musa segunda de su sermón estoico,-que no peligran ni
preferido la Academia, y que ahora que ya estaba ailí el mayor en edad,
se anegan, mas no suele sacar susmiembros de entre los rebeldes,que son
allí esperaba al autor de Le Pussant, su generoso hermano. Ahí estaba
como bajeles bravos, que avegan en mar desconocido y ancho. Y Sully
Jean Aicard, poeta bueno que hace decir cosas excelentes y puestas en es un rebelde. Menguada le parece esa poesía churrigueresca, hecha a
razón, a los pastores. Allí Paul Déroulède, que ha alzado inquieta bandera manera de portada de iglesia o de bastidores de teatro, muy llena de
contra Alemania en sus Cantos del so&do, y ha puesto de acuerdo la fe recovecos y armazones,y de papelillos de colores brillantes, que parecen
religiosa y la libertad republicana en La Moabita., Allí Gastón París que desde lejos zafiros y rubíes y perlas y esmeraldasde encantada gruta.
saludó en Sully al poeta de los hombres nuevos de la Francia, tristes, Para él la poesía ha de ser a modo de polen fecundante que cae en la
graves e inquietos, mantenedoresgenerososde verdades que no triunfaran
corola de la flor amorosa, húmeda y entreabierta, el consorcio espontáneo
a tiempo para apaciguar el espíritu y laurear la frente de sus nobles y del pensamientohermosoy la frase perfecta. Rl pensamientoha de encajar
melancólicos soldados. Allí Theodore de Banville, este esmaltador de la en la frase como joya en corona. La frase no ha de ser como dorado
lengua, joyero delicado de la frase, que contenía trabajosamente el noble manto gigantesco que cubra a un pigmeíllo. Ni el verso ha de ser llamado
llanto que le venía a los ojos, cuando ante tanto juzgador severo, decía a voluntad, como esclavo obligado a servir a toda hora a su señor, sino
Sully que le tuvo por maestro, y le debía su fama y sus méritos. Allí que ha de andar libre, y reposar descansadoen la mente fresca para que
André Lemoyne, cantor tierno y discreto de las Rosasde antaño, que es cuenda llame a él la grande idea o la emoción pujante, se alce robusto,
dependiente de librería y poeta bonísimo, y que contaba a todos cómo suelto y vigoroso, y no cansado y ruin de tanto andar.
Sully es de alma excelente, que una vez le oyó querellarse de no poder Parnasianosllaman en Francia a esostrabajadores del verso a quien-
volver a Holanda, a ver cuadros de Rubens, el pintor del sol, y se entró la idea viene como arrastrada por la rima, y que extienden el verso en d
2435 MARTf / EUROPA FRANCIA

pape! wmo medida que ha de ser llenada; y en esta hendija. porque caiga de haber muerto; y no dejaría en los ojos humanos más lágrimas que
maj2stuosam2nt2, se encaja un vocablo pe3ado y luengo; y en aquella otra, las muy dulce3 del gozo.
porque parezca alado, ie acomodan un esdrújuio ligero y arrogante. Y Por eso es Sully poeta: porque ama a lo3 homhre3. A lay veces,
!L+O ios x’ersos suenan coa:3 agua de cascad; sobre peña, muy melodio- detiénese en su camjno de buscador de lo ignorado, a que llama con
samente: mas queaa di- ellos IO que ael aglla, rota al caer, queda, y es inspiradas voces. y piensa en aquellos colegiales de cabeza pequeña,
menudo po1r.o. Xi ha de esforzarse la rima a obedecer mal de su grado maltratados en las escuelas por pedagogos rudos y maestros alquilones,
al pensamiento, porque ni éste cabrá bien en ella: ni eila será ala buena que ven en la escuela &rcel suya y no templo de almas, y llora el poeta
a éste. Ni ha de ponerse el bardo a poner en montón frases melodiosas, por aquellos niños que esconden sollozando su hnda crbeza rubia en la
huecas de sentido, que son como e3as abominables mujeres bellas vacías almohada. Otra vez, fatigado de anhelar, se toca los hombros azotador
de elia. Profana la naturaieza a la hermosura poniéndola en criaturas por el golpeo impaciente de las alas palpitantes, y se revuelve airado y
insensibles. desagradecido contra el ángel celoso que le clavó en su ecipalda aquellas
IYO fue Sully, por de contado, parnasiano, aunque trabajó mucho sus inquietas y rebeldes aias. Morir no le asusta, porque sabe que, abiertos
rimas, !as que, para ser buenas, han de ser taies que el poeta hable a inmensa aurora, los ojos que acá se cierran ven aún al otro lado de la
naturalmente en ella3, en la hora de poesía,-porque no el estudiar, sino tumba. Le inquieta el apetito incurable de un paraíso lejano. Vive
el haber estudiado, vale en ciencia, como reza el refrán latino,-ni el atormentado del ansia 6:: lo divino y aterrado del silencio imponente y
trabajar, sino el haber trabajado vale en ciencia poética. Y iqué hermosos tenaz del Universo: :J ,ieva en la frente pesadumbre; y en el corazón
versos ha escrito Sully con esa rima rica! iCómo, de bien que siente 7 despojos, y más inquieto mientras más sabedor, detiénese sobre las ceniza3
dice bien! del último templo, y llora arrodillado. De esos miedos está lleno SU
is us ideas parecen, encajando naturalmente en su3 versos,
como amante privada de su amado, que se echa palpitante y trémula en Tormento Divino. De esa3 póstumas esperanzas, su Vía Láctea. De wos
sus brazos apenas lo recobra . ! Es Sully Prudbomme piadosos respetos, su Grande Chnrtrezue. De ideas centelleantes, su
pensador sesudo que
sabe de qué está hecha !a tierra, y qué es ei cuerpo del hombre, y cómo Agonía.
anda su alma y cómo a~da.n los astros del cielo. Sabe de medir montes, Pero estos tiempos no son :?;: wcar sino de obrar. De nuevo se han
I

confundido las lenguas de 1.~9 oher~x de !a torre; y los unos traen esuh
y de ver hervir los metales ricos qtie duermen en sus senos. Ektudi6
para subir, y los otros ~ad:~ y piqwtas con que demoler. Hay un grar.t
ciencias, y fue empleado de minas. Luego fue aprendiz de notario, lo que
ruido de vendas que caen a tierra, L#os hombres ven sus llagas, y, diacu-
era como aprisionar en un cráneo vacío a una mariposa. Padeció puesto
tiendo los modos de curarlas, no ven que crecen. No se tiene, frente a
que amó. Hizo primero versos de discipu;o, un tanto hojosos, en que
tanta angustia, el derecho de soñar. Soñar, aunque sea una tortura: pareca
asomaba ya 21 maestro. Tuvo los ojos puestos en las a!egrías de la tierra
un regalo. Cuando todo3 lo3 hombres son Skifos, no está bien en hombre
antes de llevarlos gravemente a sus misterios y a sí mismo. Mas fue
ser Jeremías. La poesía tiene vergüenza de sí misma. Los poetas tienen
siempre a la par que hombre de ciudad, meditador austero. Los espíritu3 como a uua culpa serlo. Se les aplaude y se les desdeza. Se les oye como
selectos se disgustan pronto de ias artes de esa casa de engafios, que a pajarillos enjaulados, o como a perezoso3 encantadores. Y los poetas,
es la vida urbana. Mas que como coraza del corazón, úsase del pecho como angustiados, distraen los ojos del hermoso cielo y jo3 ponen en Ias Bagas
antiraz de él. Son los rostrcs disimuladores de abismos. No hay siervo3 i A fe que la poesía los acompafin de mal grado! No se oye
humanas.
más compadecibtes que los que viven vida de ciudad. Y el poeta, con 8~ sz VOZ dulce ec este concierto de gigantes y de demoniacos, Pero el poeta,
blanda mirada, veía tanto bombre mezquino y tanta lagrima quemante, acusado de Fajari?lo canoro? clava el águila a !a Ge-a, por la cual
J’ tanta rica vida muerta en fior, y decía que a tener él poder de dioses, arrastra la gran Aguila ìas alas poderosas, Eso e3 la pne3ia Cti!. Esa
haria eterna la vida,-sin reparar en que ya 10 es;-y buenos a todos pnesra,
’ afligido de los dolores de los hombres, escrit;io después Sully
10s hombres,--que en verdad nada aflige r;omo ver hombres malos; y Prudhomme. Ver m ales es desear curarlos. Ver incrédulos, es wpectáculo
“abatiría el adiós” , que tener que decirlo es sin duda quedar vivo después que espanta, y hace arder en deseos de darlea fe. Los hombres están vi-
268 MARTí / EUROPA ?RANCIA 269

viendo como si la vida se acabara con la muerte, y es necesario tener piedad el ojo vulgar no llegue a ella, sino deftio de la vista en el ojo. Ya queda,
de ellos, para que no se aterren luego, y decirles que la vida no se acaba. de 8w amigos muy amado, de sí miemo contento, de su8 palma8 verdea
Deja ver en si la tierra contradicciones aparentes, y suelen los malos vivir justamente orgul.loso, y de los críticos muy loado por su excelente y sincera
de reyes, y los ~irtuoaos de siervos, por lo que no parece a algunos obra, y por su vida serena, ingenua e inmaculada.
necesaria ia virtud, ni el mal odiable, y urge explicar que las causas de iY el drama nuevo ? Es un drama de esO8do8 vehementess*ntidores,
pecado no son más que ocasiones de vencerlo, y que queda un suavísimo a quienes finge la imaginación como vestidos siempre de blusa de
goce de obrar bien, y se entra en espanto, y miedo y odio de sí, luego que campaiia, y gorra roja; trémulos 10s labios de santa ira, caknte8 la8
se obra mal. iPuede el aturdimiento acallar las voces del alma moderna mejillaa del fuego del hogar, lucientes loa ojos de fe viva y puesta la mano
y arrepentida en esta casa de goces, pero no en el silencio de la tumba! en el gatillo del fusil, que mira a la misera Lorena y a la trae Alsacia.
1‘ Sully quiso contar esos problemas, y decir que el mal no es más que !a De Erckmann-Chatrian es el drama nuevo, y w llama Los Runtza. Dicen
ocasión del bien como dijo en los Destinos, poema grave, y que la justicia que ha sido cosa maravilloea, y que la ca8a de Moliére, que es el Teatro
es ley humana suma; que en lo mismo en que es violada se demuestra, y Francés, era todo un solo hombre para aplaudir la noche del estreno.
reina hoy, aunque parece a veces que no reina, y está por cima de toda Dioen que Cot, que fue educado de caridad, y 8iiMG luego de eoldado, y
inquietud y todo escándalo, lo cual dijo en su poema La Justicia, que es eu hoy actor famo80, pasma y espanta cuando haciendo de Juan Rantxau,
su magna obra; j pero magna a modo de águila que arrastra grandes que odia a BU hermano Santiago, sabe de labioa .de su hija que ama a
alas por la tierra! El verso, que se yergue unas veces arrogante, marcha 8u primo, el hijo de BU hermano, J la eatruja y sacude, y amenaza de
penosamente, en otras, como encadenado y desmayado. La poesía no es muerte, y echa a tierra, con rabia de Monteeco; y ae detiene luego
como ley romana, escrita en piedra, sino como espuma de vino valioso, horrorizado y livido, de ver cómo la ira le ha puesto a punto de manchar
que rebosa del vaso. El espíritu tiene necesidades terrenas a que el aw manos con sangre de su hija. Dicen que Worrrw, que ea comediante
raciocinio basta, y ultraterrenas vagas y extrañas, a que acude la vaga excelso, y dio malee al don Carlos del Hemuni de Víctor Hugo, que ea
poesía. Blonda, perfume, nube: ieso es poesía! No es que no hayan de carácter magno-cuenta con singular ternura sus amores infortunados
decirse en ella altas verdades, sino que han de decirse en otra forma. La con la hija del tremendo Juan,--porque ea tal el odio que los hermanos
verdad, como los cuerpos, tiene varios estados. La poesía es estado Rantaau ee tienen, que la villa está partida en bandos, que apoyan a uno
vaporoso, nuboso, sumo. En forma de precepto da la verdad, el raciocinio y otro hermano, y es ese odio cosa de fieras, y una de Irur ley-das tristes
filosófico. En forma de imagen da la verdad, la poesía. No nace de pensar de la villa. Pero vive entre loe villanos un maestro de escuela que hace
ni del que la escribe. iNace escrita! El poeta no ha de ser soberbio, de apóstol y Mercurio, y enfrena a Juan la colera y a Santiago arranca
porque no crea lo que parece suyo. Lo que brota de él como llama súbita, lágrimas, y da a loa enamorado8traza de verse y salvarse; y va caldeando
que en él prende ya que es su cráneo muro escaso, jeso es poesía! Lo aquellas almas rudas, y d-arrugando aquellos hondos cek, lo que hace
que incuba y trabaja con la mente, y pule con el estilo cuidadoso, y labora el actor Coquelin sutil y airosamentehasta que vence el amor de loa hijos
con pena grandísima, esa es la mera jerga del oficio, hecho a calor de al odio de 10spadrea, y lo8 hijo8 felices 8onrfen, y 108herrnanoa vencfdoa
estufa, que acabará con las pasiones que la engendran, y no soportará la ae abraxan, y el buen maestro dice co888 excelentes, p eI teatro ama’ y
luz del sol. llora. j Aqu¿l no ea Coqwlin sino el maestro! iY aquél no ea Got, sino
Ya queda, pues, el generoso poeta, en busca de aquella imposible unión Juan Rantxau! Cot tiaue fama de 8er actor eximioque de deja a sí de lado
entre el verso caliente y movible de sus primeros años, en que llegó a para ser quien la comedia le hace ser. Y Coquelin ea un travieso Fffaro,
dar a sus ricas imágenes y nobles afectos expresión acabada y laa ideas un revoJtonísimo Marcarilla, un ejemplar criado. de aquellos muy fdiara
filosóficas que seducen, en esta edad de males descubiertos y remedios que dibujó MoUre, y un Tabarín tristísímo, en aquella comedia de Paul
ignorados, a los austeros pensadores. Ya queda en su sillón de la Ferrier, buen dramaturgo joven, en quien Tabarfn ea un payaso, cuya
Academia donde le entienden su alto y rico lenguaje, que el vulgo tacha mujer lo desama y burla, y hay una dolorona eacena en que, a tiempo
de incomprensible y nebuloso, sin ver que no es defecto de la nube que qw Taba& divierte al ptíblice eontaudo como fingidaa laa peaaapropiaa,
270 MARTf / Eur..‘.

eabe en la escena que su mal llega a colmo, y su mujer le ha abandonado,


y rompe en lágrimas terribles, lo cual toma a gozo el público, que aplaude
y ríe, de aquel gracejo extremo del payaso. Y iqué propiedad, qué manera
humana, qué naturalidad la de 10s actores franceses! Regocija verlos por
las tablas. Es la verdad de la mentira. Y es que estudian: la propia
grandeza no PS más que el deber de acrecentarla con nuestras labores.
Recibir dones sumos no es más que contraer el deber de cultivarlos.
Porque es ctimo quien recibe un caudal en depósito y lo emplea mal.
;,Quién que tiene alas, las deja caer en tierra?

JOSÉ MARTf

La Opinión Nacional. Ckracas, ~82


Nueva York, 6 de mayo de 1882

Señor Director de La Opinidn Nacional:

Mas ha, era un poeta el que ceñís eu talle con la casaca scsd¿mtca,
que en Francia suele ser premio a los talentos originales, y no, como en
otras Academias, s los que no lo son; y ahora acaba de caer en hombros
de un caballero de la ciencia la envidiada casaca. Ya, como Claudio
Bernard al lado de Hugo, w sienta el médico Pasteur al lado de Sully
Prudhomme. Estaban los corrillos lietrarios de curiosidad y gorja,
burhndo de antemano las cortas gracias oratorias del admirable médico,
que sabe más de hallar átomos de células, y matar enfermedades en btomos,
que de ahilar en elegantes frasea teorías sorprendentes, o llenar huecos
mentales con parsfrseeoa de ingenio. Y como tocaba a Pasteur el elogio
de Littré, en cuya silla oe sienta ahora, pare& a los curiosos que habSs
de. ser la fiesta como ver a un enano luchando trabajosamente por poner
en pie un gigante muerto. Erraron. Debiera siempre errar quien desea
mal. Fue el elogio del neoacadémico ingenuo y caluroso, y s trozoa,
imponente, como coaa que sale de alma honrada. Pitó Psateur aquella
vida pura, puesta entera al servicio del descubrimiento de las leyes que
rigen la inteligencia de los hombres, y que no erró en lo que deja de
hacer por miedo de errar. PintS a aquel anciano benevolente, que vio en
cada palabra suma de historia humana, y en los hechos de la mente
estados progresivos y fatales, y dibujó aquella vida pacífica y serena, para
quien fue el descubrimiento goso diario, el trabajo alimento, carga el
reposo, y la muerte recompensa bien ganada. Pero Paateur, encorvado
sobre los átomos, ha vivido penetrado. de asombro de las maravillaa de
la obra viva; y ha sacado del examen del cerebro el reapeto del Dior
que lo crea ; y no 1s negación del que concentra en aquel montón de masa
blanda todos loa efluvios del Universo, todos loa tongr de la lus, todo el
274 bfARTf / EUROPA 275
FRANCIA

oleaje de las fuerzas eternas, y todos los presentimientos, suaves como luz
v el villancico es español. la canción es francesa. La canción embriaga.
de luna, que calman y fortalecen al magno ser humano. Y afirmó su
como el vino: sus airecillos arrastran como brazos de moza descocada.
respeto y admiración calurosa por el carácter sincero, hábitos ejemplares,
4man más a la canción los franceses, que amó a Alexis el pastor de
y clarísima mente del positivista, mas puso en alto las revelaciones de su
Virgilio. El teatro mismo en que canta Jeanne Granier parece copa de
propia ciencia, y llamó al positivismo enteco, e incompleto, lo que remato
oro, ceñida de gruesas ninfas, como las copas gentílicas de frondosos
R enán, que era el académico que habia de responderle, acentuando con
pámpanos. Y la q ue canta ahora es ópera diabólica, en que ella hace de
corteses censuras y mundanas gracias la áspera y valerosa homilía del
diablo, lo que le está bien, por lo que va todo París a verla, y a llenarle
científico. El comercio de lo pequeño no hace más que exaltar la fe en
las tablas que pisa con muy costosas flores. A esa h,Jra, mueren de
lo grande. Aíra y rebela el alma, que se aparta de fo ruin, piafa mmo
hambre niños, y ciegan de excesos de labor doncellas puras? y sollozan
caballo árabe, y va a su centro.
en cuartos sin luz enfermos solitarios. iTa vez ese dinero que ha comprado
Unos salían, contando elogios del académico nuevo, de la casa de fas las violetillas parmesanas que la Jeanne Granier pisa, habría vuelto la
letras, y otros venían en séquitos de féretro florido, camino de la casa vida a alguna mártir de la labor, que muere de no poder ir a cobrar
de una muerta. Pálido jacinto parecía, caído sobre nieve, la mano poco fuerzas a tierra de violetas! Y la nueva operilla, que tiene de función de
ha viva y nerviosa de Emilia Loisset, amazona brava, que yacía ahora, se llama La señora Diablo, que es esposa de Nick,
magia y de ópera,
toda cubierta de rosas y coronas, en su ataúd de seda. La &maba París;
diputado del Averno, a quien envía el padre Luzbel, a que perturbe la paz
la querían de amores príncipes; era, en su circo de titiriteros, cortejada de alguna sencilla aldea, donde hace años no suena una campana que
como reina, y amiga de reinas. De abuelos y de padres le venía el habito avisa a la ciudad cuando una esposa olvida su juramento de fidelidad a
de cabalgar, y habían sido jinetes de circo, como su hermana, casada hoy su marido, lo cual no sucede en Paris, donde la campana está sonando
con un príncipe, SUS padrea y SUS abuelos. Hace un mes, era de ver cómo siempre. Pero Nick es casado en el Averno, y su esposa viene con él a la
iban lado a lado, por las avenidas del Rosque de Bofoña, seco y triste, brillante tierra, envuelta en uno de los pliegues de su manto rojo. Y a
la emperatriz de Austria, enamorada del peligro y de quien ]o ama, y la poco todo es campaneo en la iglesia, y alarma en el pueblo, y entrevistas
elegante Emilia, domadora del peligro.-Y el caballo de Emilia, como si y citas en las casas y posadas del villorrio, por donde entra y sale, como
se sintiese nacer en el dorso alas, se revolvia en saltos febriles y se sacudía alada culebra, la desolada diablilla, que frustra al infiel Nick sus más
la carga frágil; mas parecía la esbelta criatura hecha a sentarse sobre secretos planes, y le trueca en agria fruta o piedra dura las manzanas
alas; y el bruto rendía al cabo el ánimo rebelde; y caracoleaba en torno ajenas en que se dispone a clavar los dientes golosos. Y por un escotillón
al caballo de la emperatriz, espumoso y obediente. Al fin, ]a criatura
se hunde Jeanne Granier en traje de danza, y áurea como espiga en
débil vino a tierra, de donde la alzaron lívida, como azucena a quien se
sazón, flotando como el maíz en su tallo, en velos verdes, y por otro
hubiera escapado de súbito su aroma. Vació París por ella sus jardines;
agujero del tablado reaparece tocada como hurí, con negra cabellera,
manos de viejos nobles, y de damas altísimas, le tejieron guirnaldas y
recamado vestido, y ojos suntuosos. Hasta que al cabo cae en trampa
coronas, y a SUS pies puso un hombre de casa real, en nonbre de fa señora
la diabh, lo que acontece en un salón de casa de comer, donde Nick tiene
del palacio de Austria, su tributo de flores.
trabada incasta travesura, con lo que fina la ópera, en la cual se cantan
El circo está de luto, y el teatro de la Renaissance, que semeja CaSa en coplas muy lúcidas los vivaces números de la música traviesa de un
de paganos, y lo es, está de gozo. Tiene Paris a la Theo discreta, que cancionero revoltoso, hijo de bulevares, y maestro nuevo, Gastón Serpette,
parece una hetaira pudorosa, y a la Judit amable, cuya risa es sonar de que es por cierto buen nombre de opereta.
cascabeles, y a Jeanne Granier afamada,-que son todas como vasos de Mas no es allí sólo donde Paris revuelto afluye, ni da crédito a loa
alegria, resplandecientes y chispeantes, y llenan de curiosidad a los rumores de que la vida del grandioso Hugo está en riesgo, ni le absorbe
transeúntes, de placer francés, que es placer sumo, que tiene de griego y tampoco la lectura de las cartas, nunca hasta hoy publicadas, en que Jorge
de romano, a los sensuales parisienses,-\’ de copiosos francos las gavetas Sand cuenta, con su lenguaje apasionado, macizo y sereno, sus desamorre
de 10s que emprenden en farsas y operibas. Como el himno fue griego, y apartamientos del barón Dudevant que fue su esposo: es la exhibición
276 YARff ) BUOOPA FRANCIA 277

&crtednw~&epintotaiF~yde~~tietrr,&n&ParU la fama que viene de pintarlas, porque hoy los hombrea tienen pereza de
tha lcd oja en srts UES da flora. No adn allí ute aiío .ni Cérome, sentir y de pensar, como vergüenza de confesarlo, y acusan de vago o
qw díbuja OIU figura eou alamblq y pinta cidom cirdssor, y eacla~u crudo-aquello que les espoleael sentimiento desmayadoo el juicio torpe
~ryycurdrorgr#pusosocnvoehorendcolo~dohumodd y lánguido,-Laurens pintó aquella hora triste en que leyeron los jueces
luaehid; ni Malaonier, pintor dcdgrafo, que da al relieve de la vida de México la sentenciatremenda a aquel que se ciñó manto de emperador
la robm de L verdad, y el calor de lo grande a lo pequeño; ni el forrado de mortaja, incauto y ambicioso y mísero Maximiliano. Y IUI
eapaáol Madraao, qna pinta al aira libre, y empapa au paleta en aire pintor cuenta en colores las bodas de Bretaíia, y otro, que ea Manet, que
llenodero~yloponeenellienso;rnuriertánybrillanporentredor no ve en los objetos lineas, sino masas,copia el mostrador lujoso de ese
millarea de pintores, que vienen a batallar por lauroa de la brumosa teatro de locuras, que se llama de las Locwar Pactordes, donde. de fijo
Inglaterra, la gélida Rusia, la rota Polonia y la AmCrica lejana, el místico quedarían espantadosde lo que viesen los pastores. Y Gustavo Doré, de
Bouguereau, que pinta en vea de carnea aAcarea, y exhii ahora dos mente boscosa, cincel altivo, dramática imaginación y fantasía soberbia,
limpidaa figurar, de ea(u) suyaa que parecen obra de quien ha viato mejor pasma en la Sala de Escultura con una obra de sus manos, esbelta y
mundo, donde el espíritu ea más sereno, y ea m6a bella y más púdica la grandiosa: un vaso de bronce.
carne:-, el delicado George Clairin, que ofrece a que le admiren uua
mujercita traviesa y encantadora, a la que puso Fru-Fru por nombre, JOS MARTÍ

y ha vertido de exquiaitaa y ligeraa ropaa, de laa que rurge, corno miel


do fruta madura, el buato rico, rematado por pícara cabew. Allf Bsrrjamín La Opidn Nacional. Caraca, 1882
Cowtant, que no piuta con colorsr, Uno con joy- atrae todoa loa ojos
l UI lienao rico, que llama “El triunfo de un rey moro” que triunfa en la
Alhambra, donde eatarfa bien y no cabe loa mayor, el resplandeciente
cuadro. Carolua Durand, maestro ea sacar lucea de sombra, envió al salón.
no aua retra& que parecan vivoa, y tienen de Vel&quea y de Rembrandt,
como el miamo Durand tiene, rino “Un entikrro de Cristo”, que a como
enrayo poderoao de lienao venidero, y como mueatra de la fatiga de una
grande alma, canaada ya de hacer cuadroa de paga, para provecho de la
bolaa, asalto de ia fama, y fruición del vulgo. Un pintor que ama a loe
reyes, y retrató ha poco a Dum&a, que vendió un Cuadro suyo en mQ de
lo que dio por él, como mercader judío, 10 que ca& en Parfa eac¿ndalo,
--exhibe en el aalón una Francia gloriosa, que no a para 61 eata de ahora,
Iaborioaa y pacffica, sino mujer cubierta de armadura, que lanaa en
mano y eacudo al braao, y plumado y luciente caaw al aire, aurge de
entre loa aparato0 de batalla de Rocroi, en densa nube de humo, que deja
var rodando en tierra muaicala trofeoa y lauror verdea. MBs cerca cuelga
un iienao bello y mirimo, todo lleno de franceaea en estor dfaa, que ven
pasar, como entre polvo de oro, a loa aoldador nuevoa, portadora de 108
lujoaoa eatandartea que regaló la república a sua guerreroa, un año hace,
eu el gran dfa de fiesta del catorce de Julio, en que ha un siglo la Baatilla
vino abajo, p se calentaron loa franceaea a nuevaa hogueraa en el campo
de Marta vewxado. Róll pintó eato, y Laurena, que desdega ffgurfk y
1. DUMAS Y CORNILLE=

2. RACINE Y coRmILLE

M Eate trabajo y cl que sigue son fragmentos.


1

DUMAS Y CORNEILLX

iI). se creía superior a Corneille! i Jamás lo fue! iCuándo concibió


él la grandesa de una manera tan trágica J tan sobria! Dumas es el
drama, que es tm grado inferior a la tragedia. Tragedia quiere decir
acción simple y magnífica, desenvuelta grandiosamente por medio de
caracteres impacientes, profundos y bien seííalables. El drama, siu excluir
la grandiosidad, no la necesita permanente, antes la destruye, porque exige,
no la sublime naturalidad de la tragedia, sino una naturalidad que raya
en el realismo. La tragedia puede crear un personaje sobrenatural, y, si
lo desenvuelve consecuentemente y ata su fantasía lógicamente, su obra
es buena. El drama quiere personajes humanos, y a ellos, y a humanas
relaciones hase de ajustar. El drama, y sobre todo el drama español, ha
venido a ser un género mixto, que no es la comedia porque no toma su
lenguaje ni sus caracteres de la verdadera naturaleza, ni la tragedia,
porque no tiene ni severidad, sobriedad y majestad.
El teatro francés, el teatro moderno francés, ha roto toda regla, pero
no logrará eatab&cer las propias. No ha& clima en Francia ni fuera de
ella, los cantares de Víctor Hugo, ni los fenómenos morales del hijo de
Dumas. Ahora se está aspirando a una benéfka reacción. Se ha querido
resucitar, Sardou lo ha querido, una tragdia sin lógico decurso ; y algunos
poetas nuevos llevan a la escena asuntos sencillos y patéticos, que consuelan
de las extravagancias imperdonables de la Femme de Claude, Y...~ Porque
pintar pasiones, que es el objeto del teatro, no es pintar una pasión
exchtsiva, fenomenal, aislada. Eso que se presenta no es el gallardo cuerpo
humano sino sus excrecencias, sus tumores, y los tumores se extraen.: no
se poetizan, ni disimulan, cubriéndolos de flores. No hay nada como
dejar sano el espiritu. Literatura insana, que sólo merecerá frases de
M Dospalabrasininteligibla.
282 MARTÍ / EUROPA

desdén de los postreros. Literatura bizantina, y todavía menos que


francesa, parisiense. La literatura de Francia ha cometido un grave error:
ha creído que...37 al mundo, pintado los caracteres de París.
El mundo ha sido un esposo senil, y se ha creído de buena fe...s* en
este molde innoble. Destruyámoslo.

RACINE Y CORNEILLE

Racine, dadas las actuales diferencias entre tragedia y comedia, era


un poeta más dramático que trágico. Corneille haría carácter de mármol;
Racine haría carácter de cera. iiqdios eran fieros, sombríos, amantes COLÓN FRANCÉS
siempre altos: había algo de grandeza intrínseca, de médula trágica. Falta
esto a Racine; en Corneille abundan más las sentencias potentes, los rasgos
heroicos, y a ellos ayudan el brío y la concision del lenguaje. En Racine
el lenguaje es más verboso, y lo que gana en flexibilidad y pasión lo hace
perder en grande trágico a los caracteres. El de Corneille es un mundo
de héroes; el de Racine es un mundo de hombres. Kay más pasiones,
más escena, más mundo, más verdad, en Racine; pero nunca alcanza
a la severidad majestuosa con que desenvoivía con regia sencillez una
simple acción. La poesía de Corneille era un extenso brazo de mar, la
de Racine un irritado ardiente río.
Comenzó Racine por donde todos empezamos: por la imitacióu de
los poetas anteriores a él. Corneille acababa de triunfar e imitó a
Corneille. Tuvo éxito; pero su profundo genio se irritó contra aquella
servidumbre. Naturaleza leal y ardiente, copió la verdad casi.

87 Palabra ininteligible.
88 Idem.
@ra franck Cristóbal Colón? ¿Nacido en Calvi, de Córcega, y píbdito
de Francia? De cuanto se ha escrito recientemente sobre Colón, no hay
libro más curioso, ni más fundado en datos que el del abad Peretti;
impreso en Bastia: “Cristóbal Colón, francés, y de Calvi: Estudio His-
tórico sobre la patria del Gran Almirante del Océano.” Y no se apoya
sólo el abad en documentos, sino que los fortalece con buenas conside-
raciones históricas, y un estudio vivo y sincero de aquellos caracteres y
aquella época. Tiene el don dramático, y la pluma que pinta. ¿No era
Goethe el que decía, a propósito del arte de escribir, que se debia manejar
la pluma meno% y los pinceles más ? El Almirante ceñudo, au hijo tímido,
Fernando desconfiado, Isabel codiciosa: todos viven, aunque saliendo y
entrando, en el libro del abad. Se comparan los títulos de las ciudades
rivales, se estudia la vida del Almirante por su hijo, y la biografía
fantástica de Casoni; se ponen frente a frente, con todas sus contradíc-
ciones, el famoso testamento, y la carta famosa al Banco de San Jorge;
.w da el hachaxo de gracia al árbol genealógico que levantó con tanto
empello Antonio Colombo; se expurgan, y desechan, una por una, las actas
en que fundan su derecho Génova y Savona; y por palabras y escritos de
Colón, por discrepancias entre lo que resulta de ellas y los anales
contemporáneosde Génova, por la conformidad entre los antecedentes de
Colón y las crónicas de Celví, por aquel célebre arranque de Colón,-obre
que “él no era el primer almirante en su familia”, se induce que Colón
no nació en Génova, ni en Savona, ni kn Plasencia, ni en Nervi, ni en
Cugurco, ni en Cogoletto, ni en Buggiasco, sino en la ciudad que domó
Alfonso v de Aragón, en Calvi.
En los cronistas de los tiempos más cercanos a Colón,-en Gallo, en
Giustiniani, en Toglietta ,--se habla de que “los dos hermanos de Colón
nacieron en Génova”, de que “Colón era ciudadano de Génova”, lo cual
pudo ser, según Peretti, porque los calveses ;enían en Génova derecho de
ciudadanía, como que eran súbditos de la República. Don Fernando
Colón no sabe decir quién era su padre: el Almirante le imponía de tal
FRANCIA 287
236 MARTí / EUROPA
estudiando las guerras de los genovesescuando la invasión de Alfonso V,
modo, con su fama y su majestad, que no tenía el hijo alientos para esas
ha hallado referencias de sobra a su Christóforo Calvo, que era capitán
confianzas, ni sabia mucho más que él su madre española, ni tiene más
célebre. a quien le tomaba en arriendo los barcos la República, en años
que burlas viriles para los que le quieren dar por antepasadosa Colón
en que debía estar en vida el abuelo del descubridor. En cuanto a
ciertos grandes de Génova, cuando lo que don Fernando tiene por cierto
Colombo el joven, con quien Colón pasó gran parte de la mocedad, bien
es que el Almirante venía de gente humilde del mar, resuelta y pobre:
pudo ser de su familia el Giácomo Calvo, que alquiló su flotilla a Génova
ni averiguó cosa mayor, en el paseo que se dio, por las ciudades rivales
en 1435 para ir a librar a Gaeta de Alfonso de Aragón, si se atiende
de Liguria.
a que estenombre de Giácomo lo llevaron el hermano menor del Almirante
Casoni, no osa decir mal de don Fernando, que nunca tuvo a su padre y su segundo hijo. Colombo era hombre terrible, según don Fernando:
por genovés; pero todo lo tuerce y trabuca, sin citar autoridades, ni de una pelea se quedó con tres galeras venecianas, y “de oír su nombre,
especificar papeles para deducir que el Almirante era hijo de Génova. temi,!aban los niños en la cuna”. Peretti cree que este Colombo el joven,
En el testamento que dice “siendo yo nacido en Génova” no hay que cuyo nombre de pila no dice don Fernando, es el corsario a quien dejó
pensar, según Peretti, porque ha de ser apócrifo un escrito de que no el rey René en 1442 la fortaleza de Nápoles, con el permiso de entregarla
llegó a tener noticia el propio hijo del testador. Ni hay que poner la a Alfonso si no le pagaba el reino lo que le debía.
menor atención en contradictorias en que establecen sus títulos Genova El Almirante mismo dice que estuvo al servicio del rey René: y en
y Savona. su tercer viaje trajo a Amtrica a un Juan Antonio Colombo. iQuién,
Lo primero que Peretti apunta en favor de Calvi es que, con admitir dice Peretti, puede ser ese Colombo el joven, sino el corsario Antonio?
que Colón nació allí, ya no hay oposiciones ni extrañezas, las que en la ;,ni dónde sino en las crónicas de Calvi, se hallan estos dos marinos
vida del descubridor se tienen por tales, sino que sus palabras más vagas célebres de quienes escribe don Fernando? Y Casoni dice que el
cobran sentido, y resultan en acuerdo con lo que dicen aquellas crónicas. Almirante y su hermano Bartolomé sirvieron en los barcos de su tío
En Calvi había, de tiempo atrás, una familia de Colombos, La calle del Colombo el joven, hasta que naufragb uno de ellos cuando ya era capitán:
Hiio, el Carrugio del Filo, se llamaba así por los unos, y Colombo por Bartolomé, el hermano de Colón, es, según Peretti, el náufrago a quien
otros. Dicen de viejo en Calvi que la casa arruinada que en 1748 habitaba llama Giustiniani “Bartolomé el corso”.
allí una familia Colombo, es el telar en que nació Colón. No hay asientos En la misma aversión de! rey Fernando al Almirante, halla el abad
de familia, porque ‘Lharto se sabe que cuando ya tenía canas Colón se prueba de raza para su tema: porque acaso adivinaba el rey en el
destruyeron los khivos de Calvi”. Y si Calvi no era la patria de Colón pretendiente al hijo de los enemigos de su corona. ¿Y no sería ésa la
ipor qué el celo mal disimulado, que concede en lo mismo que ataca, razón por que callaba a sus propios hijos el Almirante su historia de
de los cronistas genoveses? Por los manuscritos del siglo XVI se ve que familia, y la calkron sushermanos? Calvi, pues, sería la cuna de Colón:
los calvesescreían que Colón era su compatriota. El barco de Colón iba Caivi, desde 1459, reconoció por su patria a Francia: de 1490 a 1492,
lleno de apellidos de Calvi: iy los perros de Córcega, y las bocinas corsas era Francia en la is!a Ia señora: y en la guerra de Nápoles, Colón tomó
que llevaba Colón en el viaje? bandera con los franceses. Francia tenl.4, rla entonces una gloria m& y
En Calvi se encuentra, y no fuera de Calvi, aquel de quien Colón habló habría otra prueba patente del brío singular con que se acendra eI
cuando dijo: “No soy yo el primer almirante en mí familia”, el primer carácter del hombre en las islas.
“capitana di alto @do”. Don Fernando mismo cuenta de cuando su padre
sirvió, antes de venir a Portugal, en un barco que mandaba aquel temible
mesnadero del Mediterráneo a quien llamaron Colombo el joven, para
distinguirlo de Colombo el viejo, que fue tambkn marino de fama. A estos
corsarios patentados no se les conocía entonces por los apellidos, sino
por los nombres: Christóforo de acá, Christóforo de allá; y el abad
Peretti, que se ha pasado años revolviendo los archivos de Génova, y
FRANCIA
P i 11t u r a
APUNTES””

sO Estos apuntes se hallan en el mismo cuaderno de notas acerca de los cuadros


de Goya y otros pin’.orev españoles. Es de suponer que los escribiera Martí en París,
al regresar a Amé ICB por Francia, en 1879, después de su segunda deportación.
Loa asuntos morunos han inspirado desnudos hermosos a Gérome.
En “Le bain maure”, cuya mujer revela ya cómo marchitan las caricias
ardientes del sultán; en “Un marché d’esclaves”, donde brilla con todo
su pastoso relieve, y visible durez, la belleza no tocada,-en “La toilette
au bain”, donde el pintor ha desafiado bravamente la convención,
venciendo con la verdad de aquellos músculos, y la realidad de aquellas
carnes, y la sencillez de aquella hermosura,-la situación excesivamente
humana; y sobrado natural de la abandonada mora;-en todas estas ricas
telas ,-sobresale Gérome por la lisura de las carnes, fidelidad de la copia,
e irreprochable redondez de las figuras. Sobresalen estos méritos en “La
bacchante”; mujer amplia y robusta, menos clásica ya, y más viva y
original que la Frinea.

C. S. de Beaumont hace largas y esbeltas mujeres. Tiende a la gracia,


mas que a la hermosura. Estudia los escorzos y los trata felizmente. No
hay, sin embargo, espíritu en su carne. Fruto de sus estudios, muy
celebrado, ‘&Lea femmes sant chéres!”
Evocación parece, salida de los eternos senos de la belleza, “La
tentation de St. Antoine”. iQué atrevido seno, más desnudo por verse aún
sobre los brazos el velo que acaba de cubrir! iQué tenue voluptuosa
coloración ! iQué palmas de IU mano, regalada copa de calientes besos!
íCómo la hendida curva que interrumpe y realza la figura en el lado
derecho, hace perdonar aquella implacable línea recta que afea, del
saliente globo a la rodilla, el lado izquierdo!
De Beaumont es también esa otra hermosa concepción dramática en
que a la puerta de una casa oscura, como el alma delincuente de su
hermosa dueña, perdicndose en la ancha lóbrega calle, en magnífico
escorzo yace tendido, sin vida, a manos del vengador esposo, el caballero
seductor, y sobre él, la esposa adúltera,
294 MARTi / EUROI’A
FRANCIA 2%

El espíritu de Delacroix, poniendo en el color toda la delicadeza y Fátima-con el dorso vuelto, con el codo sobre una cabeza de león,
tersura que Delacroix pone en las sombras,-asoma en la “Fran<oise de cn la mano el redondo abanico de palmera,-y allá, la oriental sandalia,
Rimini” de Cabanel (Luxemburgo). la cincelada botella, el humeante pebetero.-Y en la alfombra tendida,
iGran número de dificultades vencidas! iAdmirable estudio de los la más bella de las mujeres desnudas.-Y aquel puro rostro, aquella
pliegues en el vestido de Francisca! iBuen escorzo y buena manera de delicadísima cabeza, felizmente elegida,-roba toda la insinuante provo-
morir la de Paolo! iQué póstuma ternura la de aquel brazo crispado cación de aquellas formas llenas y exquisitas.
en derredor de la cabeza de la muerta! iY como si Miguel Angel asomara Igual modelo usó Lefebvre para Cloe.-La gentilisima cabeza, la
su cabeza en la obra de Rafael,-4 resignado esposo asoma por cándida mirada, la pura linea de núbil criatura, más excitan la cariñosa
entreabierta puerta la sombría cabeza! compasión que los enérgicos sentidos. iCuán bien descansa todo el
erguido cuerpo sobre la encorvada pierna izquierda! iCómo por este
feliz movimiento, se hace resaltar la cadera derecha! iCuán bien reposa
No caen los ojos a menudo sobre cuadro tan bello como “La lune de cobre ella el delgado brazo ! iCómo recuerdan los nacientessenosla blanca
miel”, de Lecomte du Nouy. iQué afortunada compenetración de los leche del coco,-los cabritillas geme!os del Cantar de los Cantares! Y
afectos del alma y la expresión de la Naturaleza! Sólo el cielo debe apenashubo hombro más suave, ni cuello de más puro contorno. Como
ser testigo de los afectos celestiales. Adivínase en la copia de este cuadro está al borde de un arroyo, y hunde en él el delicado pie, y yergue la
una majestuosa noche azul. En la oscuridad, claridad vaga. Es luz de cabeza, y echa adelante el seno, y en arrogante linea señálaseen el lado
astros. Lentamente resbala por el agua tersa la estrecha góndolas sin opuesto la redonda cadera, y es alba la magnífica figura-al ver a Cloe,
que ojos profanos de tripulante alguno interrumpan el deleitoso arroba- --dícesc:-Cisne.
miento de aquella veneciana seducida, a cuyos pies tendido, murmura .Xi la Bnigneuse de Perrault, de robustas pomas, de nervudo muslo,
ardientes frases sobre el seno el mozo enamorado. de gruesísima imperdonable pantorrilla, recargada en el conjunto, más
iElla, no niega ya nada! iE1, obedece al encanto de prolongar la hecha para provocar que provocativa despuésde hecha, hermosa sí, pero
hora ardorosa de la posesión! sin esbeltez: sin gracia y sin pureza, pidiendo a la flotante hamaca, a las
iElla, ha tendido las manos! iE1, con ardiente ademán, las trae a sí! cercanas, abundantes flores, la fantasía que a la mujer desnudafalta,-ni
El viento, discreto cómplice, hincha apenas la vela elegante, como para
aquella otra Cigarra, graciosamenteconcebida, pero sin lamentosaternura,
que haga aún más armonía entre el murmullo de la embarcación sobre
clamorosa mirada, púdica desnudez y discreta colocación de las piernas
las olas.-Y allá a lo lejos, majestuoso palacio en cuyas salientes aristas
del cuadro de Lefebvre,-demasiado paralelas y gruesas en la parte
se refleja una lejana ráfaga de luz, contrastando felizmente con las aguas
inferior en el cuadro de J. Lefebvre, rendida al cansancio de lascivos
dormidas, que brillan,-recamadas de plata por la hura...
besos, recibiendo con delectación voluptuosa esas anchas magníficas
caricias de las lamedoras olas del mar;-la de seno ya amado,-la de
Jules Lefebvre-uno de los más notables maestros del desnudo cadera osada, desenvuelta en los misterios del ardiente amor;-ni aquella
moderno: Galatea de Parrot, de separadosglobos, de irreprochable recogido rostro
La femnLecouclke-cle A. Dumas. -humana, viva, pasmosa,más que por la invención de la gentil postura,
Lu Verilé, atrevidísima figura casi rectilínea. por la verdad señaladísima con que aquella figura real de la mujer
La Cigde. surge de la oscura tela:
La Madeleine,--no ‘indigna de los diversos cuadros en que ha sido ni la correcta Galuteu,
tratado este asunto. ni la sensualFille de l’océan,
Como agrupador de figuras: ni la coqueta Cigole de Veillemot, que siente el taller y revela el
La veiUe de Noël. modelo,
2% bfARTf / EUROPA

ni Ia fastuosa Baimvue de Pcrrault, compiten dignamente con aquella


elegante 7 canta desnudez, con aquella pureza inimitable del sedudor
contorno de Fitima y Cloe de J. Lefebvre.

EDOUARD DETAILLE
He is but thirty, and has already painted his thirtieth picture. Celerity,
vigor and truth in art-and sometimes in spite of art-these are his
characteristics as a painter. To judge the man we need take but one
trait. When his country was in danger, and other artists were mourning
her misfortunes in safety, Dctaille, already famous, flung aside his brush
to shoulder a musket and sacrificed his nascent renown to his country.
One of the first pictures which drew public attention to Detaille was “A
Rest during the Manoeuvres at the Camp of St. Maur.” He was hut
twenty years old when the “Rest” was exhibited. Three years later he
himself was resting at St. Maur from more arduous manceuvres. He had
ulready been highy spoken of for his “Cuirassiers Shoeing Their Horses.”
His first picture, like al1 first efforts, was a weak and cold piece of work.
It was more of his master’s picture than his own.
Detaille was Meissonier’s pupil. It was with him that he improved his
drawing; with him, too, he traveled in the South of France. But his
best teacher was the South itself. It was thence that he drew bis warmth
of tone, his youthful ease and his boldness of movement. The most striking
feature in Detaille’s works is, not correct drawing-for this is too often
neglected; nor carefully chosen color-for this he cares little about; nor
the mannerism of overcareful finish-for this he hates; but it is the
perfect solidarity of the painter and his work. It makes you feel that
al1 you see upon the canvas lives and throbs in the artist’s heart. His age
and bis tastes are shown in his works. You see that he is young, brave
and heedless; that he is a first-class soldier. He does not draw his
inspirations from his master, for the pupil disdains that which enchants
the teacher. Detaille considers thing as finished which Meissonier would
think scarcely begun. It is his highest merit that he worked under a
maoter like Meissonier and valiantly escaped his influente. Detaille’s
conceptions are quiet and complete. He paints with surprising rapidity.
He is carried away by his ideas. There is no trace of a slow or tardy hand
h his canvases. He has the fiery spirit of Gros, the bold grouping of
300 urarf / EUROPA FRANCIA 301

Horra Vemet and the proud independence of Géricault. Détailk th~r rendered that one can almost see his face. The position of the horses is
enjoya the benefit of a worthy parentage. Is he a good son? Yes, bat very happy. A “Reconnoitrering Party” is full of life. A soldier is
he is rebellious. He admires his ancestors, but when he is at work forgets reporting what he has seen; the enemy is near; he signifies the direction
them. He does not stop to ask how any of them would have done what by a clever turn of the thumb; he is worn out and has just halted. The
he has to do, but doea it in his own way. He is too prolific to be minute. officers, while listening to him, hastily mount their horses. All is action
His genius disdains bis talent, and he has all the recklessness of youth. and life-the soldier who speaks, the listening officers and the poor horse
Knowing that he can overcome dangers, he does not think of the risk, exhausted with fatigue.
and, instead of going round an abyss, leaps over it. But the incorrectnas There is no room left here to speak at length of his other great
of rapid work doea not affect in him the charm of a frank and free nature. pictures: the “Charge of the Ninth Cuirassiers,” the “Dragoons of the
You see on hia canvans none of the artificial gloss of vamish, which takes First Empire,” the “Scene in the Franco-Russian War,” “In Retreat,”
110much from the real strength of painting. His soldiers are really firing; the “Defence of Champigny.” Modern painting can show few pictures as
they smoke, also, real cigars; his dead are indeed dead, and hii horses true, as animated, as natural as the last-mentioned canvas. It is replete
are real horses, though sometimes he neglects them, as in a watercolor with life, with not one detail out of place. The picture is ful1 of figures;
belonging to Mr. Stebbina, and sometimes makea them somewhat somè are only waitiug-but what animated waiting it is! Those on the
chimerical, as in the “Engagement between French Dragoons and wall opposite seize on everything that can fortify their barricade. Looking
Ruasian Cuirassiers.” at this canvas, one can count every heart’s beat and hear the words on
A glance at Detaille’s face is enough to open the heart to him. He every lip. It is a pity that, yielding to modern prejudice, the picture
will remain always young, even if he lives to be an old man. There is a has been kept within so small a size. In our days lightness and littleness
ravour of the bivouac as well as of the “Café Angla%’ about him. Wha are too much sought after, and everything suffers from it. Detaille is a
the god of battles does not disturb his spirit with the rush of his blood- patriot and an artist in the truest sense of the words. Nature has endowed
stained wings, he paints charming types with a careful and caressing him with golden wings. His genius is a beautiful and eager Child, caressed
hand. “The Interior of a Coffee-house,” “Reading the Papers,” “Exqui- by ever-smiling fairies and nursed at France’s breast.
si@ in Luxembourg,” are among them. The faults of some of his military
The Hour. NueYn York, 28 de febrero de 1880
pictures must be excused on the ground that he neglects color and drawing
only when engrossed by the fervid inspiration of war. Repose and
conventionality have no room in such cases. If bis subjetc be paceful,
Detaille elaborates his figure-s, studie-s their drapery and arranges the Traducción
effects of light with loving attention. If Mars guides the brush, he gou
where the fiery god leads him. This is the reason of his ahortcomings; EDOUARD DETAILLE
in him the artist does not control the man. Nearly all of bis militarf
picturea are celebrated. Every one knows that most touching onq “Lea Tiene solamente treinta años y precisamente acaba de pintar su
Vainqueurs,” wherein the wffering of the conquered French is told trigésimo cuadro. Agilidad, vigor y verdad en artey algunas veces a
almost witb grandeur. The Prussians, calm, and haughty, are leaving despechodel arte--son sus características como pintor. Para juzgar al
Paris; they ride away smoking, and beyond, in the snow, lies the capital hombre sólo hay un camino. Cuando su patria estuvo en peligro y otros
silent and auffering. It is a sad picture. The “Infantry Regiment on the artistas lloraban en lugar seguro su4 infortunios, Detaille, ya famoso,
Boulevard” has been much praised for tbe variety of the groups, the dejó a un lado sus pinceles y con el fusil al hombro sacrificó, 4u naciente
rnimation of the faces and the saber strength of the ensemble. “Saluting nombradia por la defensa de su país. Uno de los primeros cuadros que
the Wounded” is ene of Lk&lle’s finest works. The figure of the general atrajeron la atención sobre la obra de Detaille fue “Descanso durante
is admirable, though bis back is tumed; but the group is ao powerfully las maniobras en el campo de St. Maur”. Sólo tenía veinte años, cuando
302 MARTf / EUROPA FRANCIA 303

“Descanso” fue exhibido. Tres años más tarde el propio Detaille soldadosrealmente están disparando; fuman también cigarros de verdad,
descansaba en St. Maur, en el CUYCOde otras maniobras aún más sus muertos están muertos realmente y SUS caballos son verdaderos ca-
x;:otadoras. Se ha hablado mucho de él por su “Cuirassiers Shoeing bal!os, aunque algunas veces los descuida, como ocurre en una acuarela
l’heir Horses”. Su primer
’ cuadro fue corno son todos los primeros perteneciente a Xlr. Stebbins, y otras veces los pinta un tanto quiméricos,
erfuerzo~. 1111
trabajo d&bil \‘ fríu. Tenía nl& de su maestro que de &I como en el “Encuentro entre dragones franceses y coraceros rusos”.
mismo. una mirada a la cara de Detaille essuficiente para abrirnos SUcorazón.
Detaille fue discípulo de Meissonier. Con él mejoxj el dibujo; en su Dclaille siempre será mejor joven, aun cuando viva hasta una edad avan-
wnl#%i, tainbi& viajó por el sur de Francia. Pero su mejor maestro zada. Hay en él tanto sabor a vivaque, como a “Café Anglais”. Cuando
fue el propio sur. Entonces fue cuando adquirió sus tonos cálidos, su el dios de las batallas no perturba su espíritu con el vuelo de alaa
juvenil facilidad y su desenvoltura en los movimientos. La caracterís- manchadas de sangre, pinta con cuidadosa y acariciante mano encan-
tica sobresaliente en la obra de Dctaille no es la perfección del dibujo tadoras figuras. “Interior de una Cafetería”, y “Leyendo los periódicos”
--que muy a menudo descuida;-tampoco la selecciónde los coloreá-que y “Delicias del Luxemburgo” están entre ésas. Los defectos de algunos
no le preocupa mucho-ni el amaneramiento de los últimos toques de sus cuadros de asuntos militares deben ser excusados a tenor de que
meditados en demasía,-porque detesta tal procedimiento; sino la perfecta Detaillc desdeñael colorido y el dibujo, dejándose guiar únicamente por
identificación del pintor con su obra. Esta identificación nos hace sentir la ffrvida inspiración de la guerra. Reposo, calma y convencionalismo
que cuanto vemos en sus telas vive y alienta en el corazón del artista. Su no tienen cabida en estos casos. Si el tema es apacible. elabora
edad y sus gustosse evidencian en su obra. Así lo vemos joven, enérgico cuidadosamente las figuras, estudia sus ropajes y combina los efectos
c impetuoso p descubrimosque es un soldado de primera. No ha recibido de luz con amorosa atención. Si Marte orienta su pincel, va hasta donde
la inspiración de su maestro, porql e este discípulo desdeña lo que el fiero dios lo conduce. Esta es la justificación de sus defectos; en él,
entusiasma al profesor. Detaille considera terminadas las cosas en un el artista no controla al hombre. Casi todas sus obras sobre la guerra
l:unto donde 3leissonier apenas las estimaría iniciadas. Es sin duda un son famosas. Todos saben que la más emotiva entre ellas, “Le9
gran mérito que habiendo trabajado bajo la dirección de Meissonier, Vaínqueurs”, presenta con extraordinaria grandeza e: sufrimiento de 10s
\,alientemente haya escapadoa su influencia. Las concepcionesde Detaille franceses vencidos. Los prusianos calmudos y pesadosaparecen saliendo
son apacibles y completas. Pinta con sorprendente rapidez. Se deja de París; marchan fumando, y allá lejos, en la nieve, descansala capital
arrastrar por sus ideas. En sus telas no encontramos vestigios de silenciosa y sufriente. Es un cuadro sombrío. El “Regimiento de
movimientos lentos o retardados. Lo anima el fiero espíritu de Gros, la Infantería en el Boulevard” ha sido muy elogiado por la variedad de 10s
libertad en la ejecución de los grupos que distingue a Horacio Vernet y grupos, la animación de los semblantesy la sobria fuerza del conjunto.
la orgullosa independencia de Géricault. Detaille goza de las ventajas
“Visitando a los heridos” es una de las obras más hermosasde Detaille.
qW2 reporta una familia en buena posición económica. ¿,Es un buen
La figura del general ea admirable, aun cuando está de spaldas; pero
hijo? Si, aunque rebelde. Admira a sus antepasados,pero cuando está
el grupo es tan elocuente, que casi pudiéramos decir que le vemos la
trabajando los olvida. No se detiene a preguntarse lo que ellos habrían
cara. La posición de los caballos ea muy feliz. “El reconocimiento del
hecho en EU lugar, ni lo que él debiera hacer, sino realiza lo que le
destacamento” está lleno de vida. Un soldado informa lo que ha visto:
corresponde, de una manera muy propia. Es demasiado prolífico para
ser minucioso. Su genio desdeñasu talento y poseela incansableactividad el enemigo está próximo; el soldado indica la dirección en que 80 acerca
de la juventud. Sabiendo que puede vencer los peligros, no se detiene a con un elocuente movimiento de los dedos; ha llegado a tiempo de dar
el aviso y se refleja la ansiedad de su espiritu. Los oficiales, mientras
pensar en los riesgos, y en lugar de bordear los abismos, prefiere
lo escuchan, montan rápidamente en los caballos. Todo es acción J
saltarlos. Pero la incorrección nacida de la rapidez, no afecta, en su obra,
vida-1 soldado que informa, los oficiales que le oyen p los pobra
el encanto de una franca y libre ‘naturaleza. No vemos en sus telas nada
caballos exhaustos, fatigados.
artificial ni barnizado, lo que roba mucho de su fuerza a la pintura. SUs
304 MARTf / EUROPA

No nos queda espacio para hablar extensamente de otras obras:


la “Carga del Noveno de Coraceroa”, los “Dragones del Primer Imperio’*,
la “Escena de la Guerra Franco-prusiana”, “En Retirada”, “Defensa de
Champigny”. La pintura moderna puede presentar muy pocas obraa tan
sinceras, tan animadas, como la última que hemos mencionado, pletórica
de vida y sin detalle alguno fuera de lugar. El cuadro está lleno de
figuras; algunas están solamente esperando, pero iqué espera más rica
de animación I Los que cstúu eu la pared opuesta aprovechan cuanto puede
servirlea para fortificar Ia barricada. Observando esta tela, uno puede sen-
tir el latido de caoa corazones y comprender ha palabras que dan
animación a sus Iabioa. Eh lamentable que, rindiéndose a los modernos
prejuicios, este cuadro baya sido realizado en tan escasas dimensiones.
En nuestra época, Irn y tunaño reducid6 es lo que impera, y todo se
reaimte por eata tendencia. Deta& es un patriota J uu arti8ta en el
THE FRENCH WATER-COLORISTS
verdadero sentido de Ia palabra. La naturaleza le ha dado ah doradas.
Su genio ea un hermoso a iutrépido niño, cuidado por todas las hadas
sonrientes y ahentado por Ia bravura francesa.

Th Hour. Num York, 28 da febrero da 1880


Tbe last exhibition of the French Water Color Society (their second
one) was a suLcess and no cloud obscured the brihiancy of a veiitab!e
festival The Frencb watereolorists have created a school of their own
-!ight, flexible rnd ethereal Fortuny himself, with all the attractive
power which belongs to genius, could not control these fresh and original
talents. The two great opposing schools of genius and talent here, as
everywhere, contend for the mastery. In the water-color exhibition of
this year two artists, Jacquemart and Francais, carry on the strife.
Francais is the more conscientious. Jacquemart the more spirited. To
Jacquemart nature is a lovely girl of twenty; to Franr$s she is a
reasonably pretty wcman; but beauty is at its best when it does not atop
to reason. Jacquemart’s peculiarities are worthy of study. He does not
toucb and retouch his outlines caressingly, he does not atudy dzeply, he
disdains the false effects produced by violently contrasted extremes, and
from thie very truth and frankness arises, as with Detaille, a certain haste
and caretessnesswhich, though not merits in themselves,bring out other
virtues. Jacquemart does not love, like Meissonier, to paint a horre hair
by hair or a tree leaf by leaf. Though he has not yet reached the heights
of art he is well on the way, observing with accurate eye all that he
encounters. When he looks at brilliant Genoa, et pretty Marseilles, at
the surmy road of San Carlo or the green valley of Gorbio, he doea not
distinguish each objet around hii. He seesa mingling of colors, shades
fading vagueiy into one another, all thebeauties of nature melting into
8 wave of harmony. One line suffices to place 8 mountain ten leagues
sway from another; we comprehend the space between and see the
summits, though there ís before us only a little water, mixed with some
bluish-black and some dark green colors. We take refreahíng walks in
these superb landscapea.Jacquemart securesall these effects by a method
et once simple, broad and transparent, Fransais paints like an academi:
cian ; his skill is remarkabla, but bis coloring, thoughtful, atudied and
carefuhy prepared, inspires no enthuaiaam. ?hey aay, WHOL a good
308 MARTí / EUROPA FRANCIA 309

painter”; but they do not say, as they do of Jacquemart’s work: ‘This mind always works in harmony with his fancy, and from this rare union
is nature.” Heilbuth’s has been called the great picture of this exhibition ; comes the much talked-of picture, “L’Assiêgé,” which is neither more nor
it is entitled “Le.9 Fouilles.” There is an English-looking old man, who less than the temptations of poor St. Anthony. A hermit at his window,
surrounded by ruins, pretty curiosity seekers and exaggerated tourists, emaciated and solitary, throws restless glances from side to side aa
pojnts out the site of vanished monuments. It is a new subject. These beautiful visions appear before him.
stylishly dressed people are a bit of life in a forgotten cemetery. One Louis Leloir is not the only fan painter of the season; there are also
would think the sun itself-very well painted, by the bye-- a stranger Jourdain, happy observer of the rustic beauties of Boujival, Villerville,
among that yellow rubbish. The melancholy of history is in the picture, Maurice Leloir, brother of Louis, and Lambert, the painter of cats. His
but it is a good representation of tourist life. Heilbuth does not ide&ze “Congress of Cats” surpassesall his other works in the exhibition. This
his women, for the very good reason that they do not need it. There fan recalls the “Voices of the Night,” a good picture, which is still to be
are painters, Meissonier at their head, who never paint women. Othero, seen at our Academy of Design--a picture which, in apite of the Flemish
like Henner, paint women only. Heilbut makes faithful copies of them. gray tint of the whole, is of some merit. Lambert has studied cata
When he chancesto come across a lovely young girl he makes her lovely, frolicking, cata quarrelling, cats fighting and cats making love; and he
hut heaven help us when his model is not handsome. has no rival in this odd specialty.
There are two charming pictures in the exhibition by Detaille, much Mlle. Lemaire’s flowers are also worthy of praise; they are not unlike
less harsh than his previous works in this style. In some of his water those lovely ones by Roubbie which enrich our Metropolitan Museum.
colors, as in some of his painting, the figures look as if they had been One seesthe caressingbreeze lifting the rosy leaves and the drop of dew
cut out with a pair of scissorsand grouped on the shining paper without is round as a pearl on the calyx. Mlle. Lemaire is said not to be so happy
any softening shadows. This time the earnest artist has succeededbetter. in her figure painting.
He has an impressionable retina and never forgets what he sees.He saw
The “Sombrero’* and the “Torera” are two pretty bits by Worms, who
London, ita gray sky, its wide streets, its cold coloring, and he seized on
has heated his imagination in the *un of Seville and Granada. Vibert has
the poetic side without adopting its monotony. Though true to his
dared and conquered the great difficulties of red and managesits different
subject, he has gallicized England and dressedher out to appear Parisian.
shades with unsurpassed dexterity. Some of his Cardinals look as if
In his “Retour de l’Exercise,” one of Detaille’s most remarkable works,
painted in blood, but this is in the dreaming hours of his fertile talent,
we see somepretty and very English-looking girls on horseback, a lovely
luckily, however, he is almost always awake. There was once a French
mother running with her Child to see the soldiers go by-those life-like
painter of .rare merit, who lived under all the rulers of the first third of
soldiers of Detaille-and a wretched-looking man, whose back is towards
us. Architecture is a quicksand for artists-the best are often wrecked his century and was loyal to each one in succession. Isabey was celebra&
on it. Detaille has escapedits dangers in his “Interior of the Tower of for his miniatures and for his great talent as an ornamental painter, also
London.” It is, as usual, a military subject, but these walIs, with their for his style of dressing and a$orning the women whom he painted.
color of old stones, so hard to render, how well they are done! As to To-day we have another Isabey; he is ful1 of fantasy, like those other
the figures, to make them live and move is one of gifts of Detaille’s tvater-colorists: Lamy, Barou and de Beaumont. Jacquet, a fine artist,
genius. first appeared in a study a la Watteau. It is true to the flowery age of
Louis Leloir is, as usual, the painter of voluminous and bbarre Boucher and Lebrun, but it is as yet impossible to judge of the forte
costumes, well and strongly drawn. We have bis captains in huge and vigor of his coloring, or of the originality of his talent.
feathered hats, his Flama& in yellow boots and his pompous men with To conclude, Gustave Doré sendsa perfect gem, a caprice which only
martia; moustaches. Rubens gave the full forte of his genius to the connoisseurs will enjoy. It is a pity to fly too high, for at such an
draperies of his colossalfigures; and it is in the style of Rubens, though elevation one can only be seen by the far-sighted. Doré’8 work is nn
without his grand inspirations, that LehGr dressw bis mousquetairea His “Illustration de Molière,” a panel, covered with boldly paintcd, vivid;)
310 MARTÍ / EUROPA
FRANCIA 311
colored birds. From its brilliant color and the bright harshness of ita
contrast, it might be taken for the work of that much admired Russsian, las cumbres, aun cuando sólo tenemosdelante un poquito de agua mezclada
Vereschagin. con negro azuloso y verdes oscuros. Se refresca el espiritu frente a
estos espléndidos paisajes, como si paseásemospor ellos. Jacquemart
consigue estos efectos por un método que es a la vez sencillo, amplio
The Hour. Nueva York, 12 de junio de 1880
y transparente. Fransais pinta como un académico, su talento es notable,
pero su colorido muy meditado, estudiado y cuidadosamente preparado
no inspira entusiasmo. De él dicen: “Es un buen pintor”, pero no
dicen como de la obra de Jacquemart: “Esta es la Naturaleza”. Una
Traducción obra de Heilbuth es considerada la principal de esta exposición; se
titula “Les Fouilles”. Nos presenta a un viejo, aparentementeinglés, que
en medio de unas ruinas parece realizar una expedición de turista y señala
LOS ACUARELISTAS FRANCESES
el lugar donde en un tiempo se levantaba un monumento. El tema es
nuevo. Este personaje de ropas estilizadas es un punto animado en el
La última exhibición ofrecida por la Sociedad de Acuarelistas Franceses seno de un olvidado cementerio. Pensamosen el sol-muy bien pintado-
(la segunda) fue un éxito y ninguna nube oscureció el brillo de la amable que nos parece un extraiio entre esos brochazos amarillos. Lo melan.
fiesta. Los acuarelistas franceses han creado una escuelapropia-lumi- cólico del cuadro de la historia lo hallamos en el cuadro que es una buena
nosa, flexible y etérea. El propio Fortuny, can toda la fuerza de atracción expresión de la vida de los turistas. Heilbuth no idealiza a sus mujeres,
que representa el genio, no pudo controlar estos frescos y originales debido a que no lo necesita. Hay pintores, Meissonier al frente de &tos,
talentos. Las dos grandes escuelasantagónicas de genio y talento, aqui que nunca pintan mujeres. Otros, como Henner, sólo pintan mujeres.
como en todas partes, contienden por la supremacía. En la exposición de Heilbuth hace fiel copia de ellas. Cuando la oportunidad le coloca en
acuarelas de este año, dos artistas, Jacquemart y Francais se destacan el camino alguna joven encantadora, la hace aún más adorable; pero
por encima de los otros. Francais es el más consciente. Jacquemart el Dios nos ayude cuando su modelo no es hermoso.
m&s espiritual. Para Jacquemart la naturaleza es una adorable muchacha
Eu la exposición hay dos encantadores cuadros de Detaille, mucho
de veinte años; para Frangais es una mujer bonita y razonable; pero la
menosdescuidadosque sus anteriores trabajos en este estilo. En algunas
belleza luce más cuando no pretende enfrentarse con la razón. Las
de sus acuarelaa, al igual que en sus otras obras, las figuras parecen
peculiaridades de Jacquemart son dignas de estudio. No toca ni retoca haber sido cortadas con tijeras y agrupadas en el brillante papel sin
ws líneas esenciales,no estudia profundamente, desdeñalos falsos efectos
ninguna sombra que suavice los contornos. En esta ocasión el artista ha
producidos por violentos contrastes, y desdesu simple verdad y su fran-
tenido más acierto. Su impresionable retina jamás olvida lo que ve. Vio
queza, surgen como con Detaille, cierta prisa y descuido que, sin mérito
EO Londres, su, cielo gris, sus calles anchas, su frío colorido y se adueñó
en sí xnismosZhacen resaltar otras virtudes. A Jacquemart no le entusiasma
del lado poético sin olvidar su monotonía. Aunque fiel al tema, ha
como a Meissonier pintar un caballo pelo por pelo*o un árbol hoja por
afrancesado a Inglaterra, vistiéndola como a una parisina. En su “Retour
hoja. Aun cuando todavía no ha llegado a la cima del arte, sehalla en buen de I’Excercise” una de sus obras más notables, vemos varias preciosas
camino, observando con mirada perspicaz todo cuanto le rodea. Cuando
inglesitas a caballo, una amante madre corriendo con sus hijos para ver
contempla la brillante *Génova, la linda Marsella, el soleado camino de
a los soldados que pasan-éstos llenos de vida como todos los suyos-
San Carlo o el verde valle de Gorbio, no distingue aisladamente 10s
y un individuo de espaldasa nosotros. Lo arquitectónico es uno de los
objetos que lo rodean. Ve una profusión de colores, de sombras que se
arpectos más difíciles para el pintor,-aun los mejores a menudo fallan
superponen unas a las otras, toda la belleza de la naturaleza convertida
en estos temas. Detaille ha escapadoa este peligro en su “Interior de la
en una onda armoniosa. Una línea le resulta bastante para situar una
Torre de Londres”. Es como siempre un tema militar, pero esos muros
montaña a diez millas de otra; vemos el espacio que las separa, y hasta
con ese color de Iaa piedras antiguas tan difícil de copiar, están admira-
FRASCIA 313
312 NARTí / EUROPA

hlemente realizadas. En cuanto a las figuras, darles vida y movimiento se presentó por primera vez con un estudio a lo Watteau. Es fiel a la
es una de las virtudes del genio de Detaille. floreciente época de Boucher y Le Brun, pero no es posible todavía
Luis Leloir es, como siempre, el pintor de vestuarios voluminosos y juzgar la fuerza y el vigor de su colorido, ni la originalidad de su
bizarros, bien y fuertemente dibujados. Tenemos al capitán con su talento.
enorme sombrero y su pluma, sus botas amarillas, y sus hombres Para concluir, Gustavo Doré envía una gema perfecta, un capricho
pomposos, con marciales mostachos. Rubens puso toda la fuerza de su que sólo los conocedores pueden apreciar. Es lástima volar tan alto,
genio en los ropajes de sus figuras colosales; y es en el estilo de R&.ns, porque tanta elevación sólo puede ser comprendida por los que trinen
aunque sin su gran inspiración, como Leloir viste a sus mosqueteros. Su miradas de largo alcance. La obra de Doré es una “Ilustración de Molière”,
un panel cubierto con gran libertad, animado por vivientes pájaos de
mente siempre trabaja de acuerdo con su fantasía y de esta rara unión
colores. A causade su fuerza de color y susespléndidoscontrastes,pudiera
ha surgido su obra más comentada, “L’AssiegiY’, que es ni más ni menos
ser tomado por una obra de eseruso tan admirado, Vereschagin.
que la tentación del pobre San Antonio. Un ermitaño en su ventana,
demacrado y solitario, mira sin descansode un lado a otro, como si bellas
?hs Hour. Nueva Eork, 12 de junio de 1880
visiones lo persiguieran.
Luis Leloir no es el único pintor de la temporada; está también
Jourdain, feliz observador de las rústicas bellezas de Boujival; VillervilIe,
Maurice Leloir, hermano de Luis, y Lambert, el pintor de los gatos. Su
“Reunión de gatos”, supera a todos los otros trabajos que presenta en esta
. ..
exposwon. Recordamos también “Voces en la Noche”, un buen cuadro,
el cual podemosver todavía en la Academia de Dibujo-un cuadro que,
pese a su gris. flamenco, es de algún mérito. Lambert ha estudiado a los
gatos en todos sus momentos: gatos riñendo, gatos peleando y gatos
haciéndoseel amor, y no tiene rival en esta curiosa especialidad.
Las flores de Mlle, Lemaire, son igualmente dignas de estimación. No
son como esas lindas flores de Rubbie que enriquecen nuestro Mmo
Metropolitano. Vemos la brisa acariciándolas y las gotas de rocío
descendiendocomo perlas a los cálices. Mlle. Lemaire, nos dicen, no es
tan afortunada en la pintura de personas.
“El Sombrero” y “La Torera” son dos preciosos cuadritos de WO~,
que ha caldeado su imaginación bajo el sol de Sevilla y de Granada.
Vibert tiene atrevimiento para conquistar y manejar sus diferentes
tonalidades con sorprendente destreza. Algunos de suscardenales parecen
pintados con sangre, pero esto ocurre en las horas de ensueño de EU
fértil talento; sin embargo, casi siempre está bien despierto. Hubo una
vez un pintor fran&s de raro mérito que vivió de acuerdo con todas las
reglas del primer tercio de este siglo, siendo leal a cada una de ellas a
medida que se sucedían. Isabey fue elogiado por sus miniaturas y su
talento ornamental, también por EX manera de vestir y adornar a las
mujeres. Hoy nosotros tenemosotros Isabey ; llenos de fantasía como esos
otros acuarelistas: Lamy, Baron y de Beaumont. Jacquet, un buen artista,
FROMENTIN
A man wbo acts frankly, tbinks boldly, disdains tbe prejudiee of
otbers and obeys faitbfully tbe commands of bis consciente, is aIways
sure to be bonored and reapected in tbe future, wben tbe gbosts of servitors
of vulgar prejudices are forsaken. Sucb a man was Eugène Fromentin,
a close observer of nature, a careful delineator of its movements, and an
exquisite writer. He was conspicuous botb as an artist and as a literary
man.
Mérilbat, Descamps and Delacroix painted Egyptian scenes, but tbat
country never bad sucb a faitbful interpreter as Fromentin. He never
painted badly, but be never did as well as wben be transmitted to tbe
canvas tbe splendid dawns9 tempestuous forenoons and rudy twiligbts of
tbe land of tbe fellab. Bis soui, tbirsty for vigorous impreasions, bating
al1 things vulgar and extravagant, loving tbe sun, space and liberty,
revelled in tbat land of dreams and colors. Tbose far countries are tbe
natural resorts of romantic minds. Fromentin felt bimself to be a son
of tbe Nile’s divinities, and witb filial passion and fidelity, bonored tbeir
memory witb tbe most conscientious and attractive reproduction of tbeir
splendors.
If one sbould try to mentally represent Madrazo, it would be in tbe
sbape of a cbar&g boy, painting out doors, smoking, witb bat tbrown
back and palette covered witb red and green colors. Munkacsy would be
tbougbt of as hard traveller, crossing a wjde forest, looking around witb
large sbadowy eyes. Fromentin appears to tbe imagination as a noble
Arab, mounted on a superb borse, tbe wbite burnous reflecting the
brilliant sun of Egypt, bis deep eyes revealing the power of an inspired
soul.
Fromentin, wben alive, was not praised enougb. He saw tbe trutb and
followed it; be never sought for a transitory success by flattering the
caprices of the public; be looked for tbat legitimate success tbe rewards
of wbich are found only in tbe solitude of tbe consciente and tbe truth
of tbe work. Brilliancy appeals strongly to our feelings, yet, wben the
318 MARTÍ / EUROPA t‘R 4NCl.4

surprise is past, it is disdained; but true merit recovers its power, too hurnous folds are full of splrit. When life grew troublesome for
late alas! for its possessors.The enthusiasm now evoked around the light Fromentin, his powerful bruah became sorrowful, and the striking colors
of Fortuny, the masked women of Madrazo, the little musketeers of rvere replaced in bis palette by dark tints. As he painted with hia soul,
Meissonier, the soldiers of De Neuville and the madnessof color of these his painting followed bis feelings. His pictures of Venice, not painted
painters, will, under the influente of a critica1 examination, be conside- in the conventional, loud, bright manner of Ziem, were considered
rably tempered; and then the artists who painted nature as they saw it: mournful and unreal. Critics judged them wrongly. Fromentin was too
with a firm hand, will occupy the chief places now stolen from them by sincere a man to represent Venice in a more poetical way than she
a capricious and blind fashion. There is many a famous master, the deserves. The City of canalsis not always the city of colors. The proximity
whole of whose works cannot be compared in Ifalue to a single painting of death disturbed the impressionable soul of the painter; a dusb tint
by Fromentin. covered his works in his late years. This state of mind influenced the
Genius has its counterfeits. Fromentin was not one of them. He character of his painting; but the “Great Canal” and the “Môle” do full
harmonizes purity of lines with brightness of colors; the expression of Justice to his stay in the famous City.
his figures with the exact representation of the surrounding nature. He “Rhamadan” and “A Fire” were two of the last paintings projected
is as conscientious towards his backgrounds as towards the dark eycs by Fromentin. The entire canvas of “Rhamadan” was never on the easel;
of his charming heroines. !he conception was buried with the author. Only isolated sketches,
An astonishing blending of the beauties of other painters is his cousidered to-day as inestimable treasures, show the strength, originality
principal characteristic. He has the delicacy of Meissonier, without his and extent of the intended work. The sons of Nature are adoring their
minuteness; the light of Mèrilhat, without his excesses; the softness of mother in a lovely country. A golden light illuminates the figures. Tbc
CArome, without his varnish; the excellences of his brethren in art, wild soldier, the poor fellah, the tired woman, throwing themselves on
without their faults. He was an honest and refined man and painted the sandy ground, sing and pray. “A Fire”-another grand conception
accordingly. He had the nohle haughtiness of the ancien régime and the -never got out of its embryo.
dash of a really artistic nature, and his brush follows the arrogant Fromentin had the instincts of an adrtnturea, restrained by the habits
movements of the mind which guides it. of a born cavalier. He had the boldnessof genius, without its turbulence
Fromentin’s mastery of light in his “Canges sur le Nil,” of movemcnt and disorder. Ardent as an innovator, he was precise as an academician.
and gest in “Sachki,” of the art of grouping figures in the “Village au He improved the rules of art without breaking theq. He opened a new
bord du Nil,” and of miniature painting in the delightful “Bac sur le path to the art of painting without forgetting the old ones. As a creator,
Nil”-are unequalled. “La chasseau héron” raised him to the pinnacle he was a spiritualist; as a worker, he was a faithful copyist of Nature.
of art. His continuous success,his kindness to minor artists, his devotion His imagination was always bridled by his supremeidea of the aesthetics
to work and his seasonablechange of subjects, maintained him in this of art. His respect for the truth, his wise emp:oyment of colors, the
high position. No one who ever called on him for good advice retired arrogant movements of his brush, his origÍnal views and fantastic travels:
without it. and a literary refinement embellishing and purifying his poetical
impressions, are his great characteristics. The admirable painter of the
‘Arab Women,” one of his best works, expressesin the most happy
great Orient was the elegant writer of “Mustapha,” “Bridah” and “Sahel”.
way the majestic and indolent beauty of the daughters of the East. In
“A Marching Tribe” the caravan seemsto be actually breathing the air
of the desert. “A Muleteer’s Inn” made a sensation. “The Country of Thc Hour. Nuera York, 10 de abril de 1880
Thirst” is his masterpiece. The darkness of the sky, the gloomy clouds,
the whirling sand and the parching air give a frightful expression to those
unhappy so&, whose violent contortions and desperate looks revea1 the
terrible anguish of thirst. The foreshortening is admirable. Even the
320 MARTi / EUROPA F 11 A N C 1 A 321

explosión de colores de estos pintores sc tiemperará considerablemente


bajo el influjo de un examen critico; y entonces los artistas que pintaban
Traducción la naturaleza como la veían, con mano firme, ocuparán loa pueatoa
principales de que han sido despojadosahora por la moda caprichoaa y
FBOMESlTIN ciega. Hay más de un maestro famoso, cuyo total de obras no puede
compararse en su valor a un solo cuadro de Fromentin.
Un hombre que actúa con franqueza, piensa audazmente, desdeña los
prejuicios de los demás, y que obedece fielmente a los dictados de BU El genio tiene sus imitadores. Fromentin no fue uno de ellos. Armo-
conciencia, está siempre seguro dt ser honrado y respetado en el futuro, niza la pureza de lineas con la brillantez de los colores; la expresión de
cuando 10s fantasmas de los servidores de vulgares prejuicios aon sus figuras con la representación exacta de la naturaleza que laa rodea.
olvidados. Semejantehombre fue Eugène Fromentin, observador acucioro Es tan concienzudo hacia los fondos de sus cuadro& como al pintar los
de la naturaleza, dibujante cuidadoso de sus movimientos, y escritor oscuros ojos de sus encantadoras heroínas.
exquiaito. Se destacó tanto entre los poetas como entre los literatos. Una asombrosa mezcla de las bellezas de otros pintores es su carac-
Mérilhat, Descampsy Delacroix pintaron escenasegipcias, pero ese terietica principal. Tiene la delicadeza de Meiaaonier, sin su minuciosidad;
país no tuvo ningún intérprete más fiel que Fromentin. Nunca pintó mal, la luz de Mérilhat, sin sus excesos; la suavidad de arome, sin su barniz;
pero nunca estuvo tan feliz como cuando llevaba al lienzo los espléndidos las excelenciasde suscompañerosen el arte, sin sus faltas. Fue un hombre
amaneceres, las tempestuosasmañanas y los rojizos crepúsculos de la honrado y refinado, y pintó de acuerdo con ello. Tuvo la noble altiva
tierra del felah. Su alma, sedienta de impresiones vigorosas, odiando del ancien régime y el impetu de una naturaleza verdaderamente artiatica,
todas las cosaavulgares y extravagantes, amando el sol, el espacio y la y su pincel sigue loa movimientos arrogantes de la mente que lo guía.
libertad, gozaba en aquella tierra de sueños y colores. Esas lejanas La maestria de 1~ de Fromentin en su “Canges sur le Nil”, de
tierras son los lugares naturales para las mentes románticas. Fromentin movimiento y gesto en “Sachki”, del arte para agrupar figuras en el “Yi-
w sintió hijo de las divinidades del Nilo, y con pasión y lealtad filial llage au hord du Nil”, y de pintura en miniatura en su encantador “Bac sur
honró su memoria con la reproducción más consciente y atractiva de le Nil” no tienen igual. “La chaaseau héron” lo elevó al pináculo del
sus esplendores. arte. Su éxito continuo, su bondad hacia artistaa menores, au devoción
De imaginarse a Madrazo mentalmente, sería en la forma de un al trabajo y su cambio favorable de temaa, lo han mantenido en una
muchacho encantador, pintando al aire libre, fumando, con el sombrío alta posición. Nadie que fue en busca suya para un buen consejo se
echado hacia atrh y la paleta cubierta de colores rojos y verdes. Pensaría fue sin él.
uno en Munkacsy como un resistente viajero, cruzando un ancho bosque, “Mujeres árabes”, una de sus mejores obras, expresa de una manera
mirando a su alrededor con grandes ojos sombreados. Fromentin ee muy feliz la belleza majestuosae indolente de las hijas del Oriente. En
presenta a la imaginación como un noble árabe montado sobre un soberbio “Una tribu en marcha” tal parece que la caravana está respirando eI aire
caballo, su blanco albornoz reflejando el brillante sol de Egipto, sus del desierto. “Una posada de muleteros” causó sensación. “La tierra de
hondas pupilas revelando el poder de su alma inspirada. la sed” es su obra maestra. La oscuridad del cíelo, las sombrías nubes, la
Fromentin no fue bastante elogiado en vida. Vio la verdad y la siguió; arena en remolino, y el aire secante dan una expresión espantosa a
nunca buscó el éxito pasajero satisfaciendo los caprichos del público; aquellas infelices almas, cuyas violentas contorsiones y miradas dese+
aspiró a ese éxito legitimo cuya recompensa sólo puede ser hallada en radas revelan la terrible angustia de la s4. Loe detalles eon admirabies.
la soledad de la conciencia y en la verdad del trabajo. La brillantez atrae Hasta los pliegues del albornoz están plenos de vida. Cuando la vida ae
fuertemente nuestros aentimieatos; sin embargo, cuando ha pasado la tomó mo!esta para Fromsntin, su brocha vigorosa se puso triste, y loa
sorpresa, se desprecia; pero el verdadero mérito recobra su poder, iay! colores v%idoe fueron reemplazadosen su paleta por tintes oscuros. Como
pero demasiado tarde para sus poseedoces. El entusiasmo deapeztado pintaba con el alma, su pitura reflejaba sus sentimientos. Sua cuadrea
ahora alrededor de la luz de Fortuny, loe soldados de De Neuvík, la de Venecia, no pictadoe a la manera convencional, aridente, bAlante
322 MAR-TI /’ EUROPA

de Ziem, fueron considerados lúgubres e irreales. Los crfticos los


juzgaron equivocadamente. Fromeutin era un hombre demasiado sincero
para presentar a Venecia de una manera más poética de lo que merece.
La ciudad de los canales no siempre es una ciudad de colores. La
proximidad de la muerte perturbó el alma impresionable del pintor; un
tinte negruzco cubría las obras de sus últimos años. Este estado mental
influyó en su pintura, pero “El Gran Canal” y el Wole” hacen plena
justicia a su permanencia en la famosa ciudad.
“Ramadán” y “UU fuego” fueron dos de los últimos cuadro3
proyectados por Fromcntin. El lienzo entero de “Ramadán” nunca estuvo
en el caballete; la concepción fue enterrada con el autor. Solamente
bosquejos aislados, hoy en día considerados como tesoros inestimables,
demuestran la fuerza, originalidad y el alcance de la obra proyectada.
Los hijos de Ia Naturaleza están adorando a su madre en tm pafs
‘I’HE RUNKLE COLLECTION
encantador. Una luz áurea ilumina las figuras. El soldado salvaje, el
pobre felah, la mujer cansadapostrándose sobre el suelo arenoso, cantan
y rezan. “Un fuego9’-otra gran concepción-nunca pasó de su estado
embrionario.
Fromentin tenia los instintos de un aventurero, refrenados por los
hábitos de un caballero nato. Tenía la audacia del genio, sin su turbulencia
y desorden. Ardiente coma uo innovador, era preciso como un académico.
Mejoró las reglas del arte sin vulnerarlas. Abrió una nueva senda al arte
de la pintura sin olvidar las antiguas. Como creador, era espiritualista;
como ejecutante, era un fiel copista de la Naturaleza. Su imaginación
siempre estaba embridada por su suprema idea de esteta del arte. Su
respeto a la verdad, su sabio empleo de los colores, los movimientos
arrogantes de su pincel, sus concepcionesoriginales y viajes fantásticos,
y un refinamiento literario, que embellecían y purifi&ban sus impresiones
poéticas, son sus grandes características. El admirable pintor del gran
Oriente fue el escritor elegante de “Mustafá”, “Rridah” y “Sahel”

The Eour. Naem York, 10 dr abril de 1880


Amongst the many rich collections of pictures to be found in New
York, none is more fastidiously chosen than tbat of Mr. Runkle. A glance
at its treasures suffices to prove Mr. Runkle a connoisseur in art and
an amateur of the poetic branch of painting illustrated in landscapes.
Rousseau, with all the mysterious repose which distinguishes him, Corot.
prolific of dreamy sylvan scenes peopled with nymphs, Daubigny, who
depicts nature under colors as sombre as those of Dupré are vigorous
and solid, Millet, who succeeds in giving stability to his own vagaries and
Díaz, at whose magical touch a peculiar blue light emanatea from dense
shadow-all these illmtrious masters of landscape art are represen&
in M. Runkle’s collection. Díaz, who has reproduced the nude women
of the Italian school, the blue draperies and the smile of nature in his
moments of tender revery, is the painter of two little pictures which recall
bis works on exhibition at the Metropolitan Museum. They bear the
imprint of his favorite effects of light, of which the most notable is a
bit of blue sky, pure and limpid, in the midst of a dark canvas, whereof
the thick forest and the water which reflects the dense foliage of the
overhanging trees only serve to throw it into more vivid relief. Another
autumnal sketch, filled with the subdued light of an October day, and a
third picture, representing a woman recumbent on the grass, her back
tumed, and, with a wave of her hand, dismissing a charming Cupid, who
steals from the trees in the vicinity, are ful1 of interest and artistic merit.
The effect of light in the latter work, as it passes through a clearing in
the opaque foliage and falls on the figure of tbe woman and of the
little Cupid underneath, is really remarkable.
Between Millet’s two pictures it is difficult to make a choice. One
depicts a female figure, pure in drawing and harmonious in color, and
sketched with a bold, free hand, uniting at the same time the ease of Díaz
with the myeterious suggestiveness of Corot; the other, whose inexhaustible
beauties permit close inspection, is based on a effect of moonlighi. A
woman advances alone from a dark background, her back turned to the
FRANCIA 327
326 MARTí / EUROPA

moon, which illumines the horixon with slearJy and sustained light.
Detaille contributes a genre picture, “Les Incroyables”, to this collection,
which is wanting in the easy grate and vigorous realism of bis later
TraducciOn
works, but in which he gives, nevertheless,a faithful copy of the fantastic
idlers of Barras’ day.
Mr. Runkle possesses one picture signed with the name of the great LA COLECCWN RUKKLE
Gérome. The painter of Moorish women was in London during the siege
of Paris, and whilst there executed this charming work, minute in the Entre 13smuchas colecciones valiosas de cuadros que se encuentran
treatment of figures and misty in perspective. The picture represents en Nueva York, ninguna ha sido escogida con más cuidado que la del
the house of the English painter Turner, to whom three street musicians, seiior Runkle. Una ojeada a sus tesoros es suficiente para consagrar al
\-eritable and picturesque Italians, offer their salutations. ‘Ihe accurate señor Runkle como un conocedor de arte y un aficionado de la rama
contour of their forms is well defined by the early moming light, whicb poética de la pintura representada por los paisajes. Rousseau,con toda
illumines at the same time the ribbons and flowers of their hats. The la quietud misteriosa que lo distingue; Corot, prolífico soñador de
little Italian, his cheeks distended as he plays his pipe, ahandons bimaelf fantásticas escenassilvestres pobladas de ninfas; Daubigny, que presenta
with youthful delight to the pleasurea of his art, his aged companion la naturaleza con colores tan sombríos como son vigorosos y fuertes los
is evidently lesscharmed with the treadmill of professional labor. Jacquet de Dupré; Millet, que ha logrado darle firmeza a sus propios caprichos,
contributes an interesting picture, which might be called “Revene,” but y Díaz, a cuyo toque mágico una extraña luz azul emana de una sombra
is, in fact, “Autumn.” Similar to the charming female figures in the oscura-todos estos maestros paisajistras están representados en lo
lvork entitled “Rêverie,” the subject of his sketch dreams under the trees, colección del señor Runkle. Díaz, que ha reproducido las mujeres
which cast their autumn leaves at her feet. One hand rests on a book, desnudas de la escuela italiana, los ropajes azules y la sonrisa de la
the other, neatly gloved, hangs listlessly at her side. An indeaoribable air naturaleza en los momentos de tiernos ensueños, es el pintor de dos
of dreamy melancholy pervades the features of this lovelp woman, quite pequeños cuadros, que recuerdan sus obras en exhibición en el Museo
in keeping with the subject of the piece. Metropolitti,,o. Portan el sello de sus efectos favoritos de luz, de los
One of the most charrning elements of this collection, however, is a cuales el más notable es un poco de cielo azul, puro y claro, en medio
little picture by Boldini. In color it suggestsMadrazo, in light Passini. del lienzo oscuro, puesto aún en más vivo relieve por un espesobosque
A young woman, whose exquisite, dainty head peeps from a hammoek, y el agua que refleja el follaje espesode los árboles sobresalientes.Otro
and out of a cloud of white drapery, ornamented whith pink ribbons, ti bosquejo otoñal, lleno de la luz tenue de un día dc octubre, y su tercer
gracefully swaying to and fro under the trees. A fairy foot protrudea cuadro, ur.‘t mujer re,ostada en la yerba, de espaldas,que con un gesto
from the folds of her dress, and from the variegated maseaof bright color de la manc despide un Cupido encantador que sale de los árboles
ene would say that a butterfly had shaken over the canvas ita wings of próximos, está lleno de interés y de valor artístico. El efecto de luz
many hues, but these capricea of color only intensify the grate and en esta última obra, al pas,r por un claro del follajt opaco y caer
harmony of the drawing. sobre la figura de la mujer y del pequeño Cupido debajo, es verdadera-
mente maravilloso.
Fhe Hour. Nnwa York. 1880 Es difícil escoger entre los dos cuadros de Millet. Uno representa una
figura femenina, dc líneas puras y colores armoniosos, y dibujada
con mano audaz y desenvuelta, uniendo al n,ismo tiempo la facilidad de
Díaz con la sugestiónmisteriosa de Corot; el otro, cuya belleza inagotable
no impide un examen cuidadoso, se basa cn los efectos de la luz de 1;
luna. Una mujer avanza soli de un fondo oscuro, de espaldasa la luna,
328 M,iRTf / EUROPA

que ilumina el horizonte con una luz firme y fija. Detaille contribuye
a la colección con un cuadro de género, “Les Incroyables”, que carece
de la gracia fácil y el realismo vigoroso de sus obras posteriores, pero
en ei cual, no obstante, ofrece una copia fiel de los holgazanesfantásticos
de los tiempos de Barras.
El señor Runkle posee un cuadro firmado por el gran Gèrome. El
pintor de mujeres moras estuvo en Londres durante el sitio de París, y
mientras se hallaba allí pintó esta obra encantadora, minuciosa en la
presentación de la figura y de perspectiva brumosa. El cuadro representa
la casa del pintor inglés Tur&er, a quien tres músicos callejeros, genuinos
y pintorescos italianos, ofrecen sus saludos. El contorno exacto de sus
figuras está bien destacadopor la temprana luz mañanera, que ilumina
simultáneamentelas cintas y flores de sussombreros. El pequeño italiano,
las mejillas dilatadas mientras toca la flauta, se entrega por entero con EL PINTOR COURBET
goce juvenil a ,los placeres de su arte, pero su viejo compañero
evidentemente se encuentra menos a gusto con los gajes de su labor
profesional. Jacquet contribuye con un cuadro interesante que podría
titularse “Rêverie”, pero que en realidad se l!ama “Otoño”. Parecida
a la mujer encantadora del cuadro titulado “Rêverie”, la figura de este
bosquejo sueña bajo los árboles, que dejan caer sus hojas de otoño a sus
pies. Una mauo descansasobre un libro, la otra, bien enguantada, cae
!ánguidamente a su lado. Un aire indescriptible de melancolía soñadora
se extiende sobre las facciones de la hermosa mujer a tono con el asunto
del cuadro.
Sin embargo, uno de los cuadros más atractivos de la colección, es
una pequeña pintura de Boldini. Su color recuerda a Madrazo, su luz
a Passini. Una joven, cuya exquisita, delicada cabeza atisba desde una
hamaca, y entre una blanca nube de encajes adornados de cintas rosadas,
se mece graciosamente bajo los árboles. Un pie de hada sale de los
pliegues del vestido, y por la cantidad variada de brillantes colores se
podría decir que una mariposa había sacudido sus alas multicolores sobre
el lienzo, pero estos caprichos del colorido sólo aumentan la gracia y In
armonía del cuadro.

l’he Hour. Nueva York, 1880


Sigue un estudio sobre Courbet, espíritu sincero en mente montafíesa,
pintor leal de lo doloroso y lo pujante, enemigo rudo y burlón de 10
convencional y de sus criaturas, batallador de suyo, por no haber hallado
el mundo real conforme al ideal, y poner su ímpetu en echar abajo los
obstáculos que impiden a su juicio aquella final y maravillosa yuxtafor-
mación; batallador terco que, de ver tanto la lidia en sí, llegó a ver
siempre batalladora a la Naturaleza, y de ver las injusticias aocialea, vició
en ellas sus ojos, y a la Naturaleza misma pintó en sus horas devastadoras
y aparentemente injustas. En el estudio de Courbet están su obra fanática
en la “Commune” de París, su “Muerte del ciervo”, su HLucha de los
ciervos”, sus burlas a los clérigos vinosos, su músico adolorido, su
“Entierro en el cementerio de Ormans”, donde sobre un lienzo que rebosa
figuras, tristes unas, otras groseras, otras indiferentes, como las que lleva
a los enterramientos una práctica vulgar y vanidosa, se dilatan las colinas
serenes y espaciosas del valle del Loue. Y el estudio cuenta de prisa, sin
penetrar en la causa de las acciones, ni desfibrar los elementos del
carácter, cómo aquel hombre exuberante, seguro de sí propio y turbulento,
batalló con los comunalistas, los ayudó a echar abajo la columna de
Vend6me, y murió triste en Suiza, envuelto acaso en aquella colcha que
compró en un invierno a un judío, y agujereó por el centro para que
le cupiese por el agujero la cabeza, con lo cual ayudó a su fama de
bombre original, y tuvo sobretodo para el duro invierno.

La Amhica. Noen York, febrero de 1884


FRANCIA

Escultura
A STATUE AND A SCULPTOR
In tbe turmoil of Parhian life, wbere evenb diatinct and iuied
foliow eacb otber in rapid succession, a young sculptor named Suobet
received at tbe last Salon bis medal of honor, at tbe same moment wben
a grateful publ ic paid bomage at Vllle d’Avray to tbe commemorative
buat of the dead painter Corot. A certain analogy is tbus euggeated
between tbe youtbful débutant on the tbresbold of a brilliant career and
tbe old artist dying in the fulness of years and plenitude of distinctioa
Around tbis bust is twined a brancb wbereon is perched a bird witb
folded wings-toucbing souvenir connected witb the burial of Corot.
As the friends of tbe great artist and man of genius stood by bis grane,
ready to scatter over bis remains tbe first bandful of eartb wbicb separata
eternally tbe living from the dead, tbe vibrating note of a bird from
a neighboring bougb tbrilled tbeir souls witb a sense of undefined joy
sud superstitious dread. ‘Ibis parting song seemed a fitting tribute to tbe
Frencb painter, wbo was first to convey in bis worlss that vague senae
of barmony, echo, perbaps, of past tbings, or forerumer of tbing to
come, sucb as leave in one’s beart the song of birds. Corot enveloped
his figures, as did Diaa, in a warm, luminoua sbadow ; bis oabs, viewed
too closely, are but blots on tbe canvas, but, seen from afar, as they sbould
be, are batbed in tbe indolent glow of a great forest, wbere the ti&,
Baden witb perfume, kiss ligbtly and reverently tbe leaves of tbe sturdy
tra. In all that tbe great and prolifie painter touchee, ene seea tbe
evidente of a nature true, dreamy and impassioned. He invests his trees
nitb life. ‘Tbey are filled witb spirits lacbing form, wandering amongat
tbe leaves, invisible, libe tbose dwarfs of the Danube, wbo, tbe better to
see witbout .being seen, carried for their protection tbe blue rose.

Tho Uoar. Nuevs York, 1880


338 MAFITf / EUROPA

Traducción

UNA ESTATUA Y UN ESCULTOR


En el tumulto de la vida parisiense, donde los acontecimientosdistintos
y variados se siguen entre sí en rápida sucesión, un joven escultor,
llamado Suchet, recibió en el último Salón su medalla de honor, al mismo
tiempo que un público agradecido rendía homenaje en Ville d’Avray al
busto conmemorativo del difunto pintor Corot. De esta mzmera OB
sugiere cierta analogía entre el joven principiante en el umbral de una
brillante carrera y el viejo artista, muerto en la madurez de sus añoe y
en la plenitud de los honores. Alrededor de este busto hay una rama
sobre la cual está posado un pájaro con las alas plegadas-un recuerdo
emocionante relacionado con el entierro de Corot. Mientras los amigos
del gran artista y hombre genial se encontraban al lado de su tumba,
listos n regar sobre sus restos el primer puiiado de tierra que separa
eternamente a los vivos de los muertos, el trino vibrante de un pájaro,
desde una rama cercana, exaltó las almas con un sentimiento de alegrfa
indefinible J de temor supersticioso. Este canto de despedida pareúa
un tributo apropiado al pintos francés, que fue el primero en llevar a
sus obras ese vago sentido de armonía, eco quizás de cosas pasadaa,o
precursor de cosaspor venir, tal como lo deja en el corazón el canto de
las aves. Corot envolvía sus figuras, como lo hizo Díaz, en una sombra
cálida y luminosa. Sus robles, vistos muy de cerca, solamenteson borrones
sobre el lienzo, pero vistos de lejos, como debe ser, están bañados
en el resplandor indolente de un gran bosque, donde los vientos, cargados
de perfume, besan suave y reverentemente las hojas del robusto árboL
En todo lo que pone su mano el grande y fecundo pintor revela una natu-
raleza pura, soñadoray apasionada. Le da vida a susárboles. Están llenos
de espiritus carentes de forma, vagando entre las hojas, invisibles, como
los enanos de1Danubio, que, para ver mejor sin ser vistos, llevaban para
BU protección la rosa azul.

Thc Hour. Nueva York, 1880


CARTA SOBRE ARTE

El Cristo de Munkacsy.-Exhibición en Nueva York del famoso cuadro


“Cristo ante Pilatos”.-La gente húngara.-La vida de Michael Mun-
kacsy.-De pohrecillo Miska a rey de pintores.-Análisis de su arte.-
Carácter moderno, nacional y profundo de toda su obra.-Influjo de
su esposa.-La fuerza de la idea, en Milton y en Cristo.--Originalidad y
encanto de su Cristo.-Descripción del cuadro.-Razones de su populu-
ridad.-El CrUto vivo, racional y fiero
Nueva York, Diciembre 2 de-1886

Señor Director de La Nación:

Iremos hoy adonde va Nueva York, a ver el Cristo del pintor húngaro
Munkacsy. “iEljem, eljem!“- que quiere decir i viva!-gritan pintores,
poetas, periodistas, clérigos, políticos, dondequiera aparece Munkacsy,
que está ahora de visita en Nueva York, como para ayudar la fama p
ganancia de su cuadro. Ayer le dieron un banquete los magnates de
la ciudad, y en la pared decía en letras de flores, por sobre su cabeza
de cabello hirsuto, “Istem-Hozott”: “Dios te trajo a nosotros”. Recuerda
la suntuosidad de su viaje aquella manera de vivir de Rubens, que todo
lo quería de tisú y de oro, y aun en la misma carne femenina gustaba
de ver los resplandoresy pompa de las joyas. En Washington lo celebran
con festejos grandes, manteles de brocado, candelabros de oro, salas
colgadas de damasco rojo, riquezas de reyes. Pero más honores que él,
recibe en el humilde tabernáculo en que se enseña, su sublime Cristo,
de cuya túnica de lienzo blanco, por maravilla secreta del pincel, emerge
una luz magna que domina y compendia todas las del contorno, concentra
en el reposo el vario movimiento del conjunto, e inviste de seductora
majestad un cuerpo escuetopor donde cae,el lienzo en plieguesdesairados.
iAh!, es preciso batallar para entender bien a los que han batallado:
es preciso, para entender bien a Jesús,haber venido al mundo en pesebre
oscuro, con el espíritu limpio y piadoso, y palpado en la vida la escasez
del amor, el florecimiento de la codicia y la victoria del odio: es preciso
haber aserrado la madera y amasadoel pan entre el silencio y la ofensa
de los hombres. Este Michael Munkacsy, casado ahora con una viuda
rica que da a su casa de París el encanto de un palacio, era en los
primeros años de su vida un pobrecillo “Miska” de la aldea de Munkacsy.
Nació en una fortaleza en los tiempos en que los rusos devastaban a
344 MARTi / EUROPA fffJNCRíA 345

Hungría, y todo el belio país de selva y viñedos parecía una copa de de si y otros brillan con la que reciben. iCon qué habia de pintar
colores quebrada por el casco de un caba!lo. Munkacsy sino con las tristezas de su alma, con sus recuerdos tétricos,
No salia el sol para las almas. La gente moría de hambre. De hambre con aquellas tintas propias de quien no ha conocido la alegría? Se ve
murió la madre de hlunkacsy. Su padre murió preso. Los ladrones que en el mundo lo que setiene en si; el hombre se sobreponea la naturalezn,
nacen de la guerra, dieron muerte a lo que quedaba de la casa y sólo y altera con la disposición de la voluntad su armonía y su luz.
a él lo dejaron vivo, junto al cadaver de su tía. El niño no sabia reír. Así fue el pobre “Miska” ejercitando su impaciente mano; y como
Un tío pobre lo puso de aprendiz de carpintero. Trabajaba doce horas, era de aquellos que en si tienen su ley y su color, con lo que le rebosaba
por un peso a la semana. Unos niños de escuela,apenadosde ver aquella de artista, buscó lo pintoresco en el asunto, mas del alma no bien asoleada
cara ávida y triste, le enseñaron a leer y escribir las letras que acariciaba sacó la tinta lóbrega, fortalecida por su misma superioridad, de la que
con los ojos. sólo el amor y la gloria que traen luces, habían de apartarle luego. iPero
Sin saber por qué, empezó a pintar en las arcas de la carpinteria las brillaba en aquel betún oscuro el ojo del gitano !
escenasheroicas de húngaros y servios: los morriones peludos, las botas Y ese hombre audaz, directo, hijo de sí, ihabía de entretenerse en
ajustadas, los sablescorvos. Al fin su tío mejoró de fortuna y le envió vestir momias, en mimar trajes, en agrupar academias?No. La vida eató
a recobrar fuerzas a un lugarejo que pareció a “Miska” bóveda celeste, llena de encanto y de aspectospictóricos: cuando sintió maduras sus
porque allí vio a un pintor de retratos manejar los colores y se le pusieron fuerzas, aplaudidas ya en exposiciones y concursos, lo que le ocurrió
en pie, en la voluntad, todos los héroes de sus arcas, y con tanto fuego pintar, con gran escándalo del plácido Knaus, fue una nota viva, un
rogó al retratista, que logró ir con él para aprender a pintar, lo cual hizo cuadro famoso: El último dia de un condenado. Ora el reo de bruw
tan bien que a los pocos mesesvivía de dar lecciones de dibujo y retrató sobre una mesa en cuyo mantel blanco se levanta entre dos cirios el
la familia de un sastre tan a gusto del don Tijeras que le pagó los retratos crucifijo: de pie contra la pared sombría gime la pobre esposa; la niña
en un sobretodo. queda entre ellos: el soldado contiene a la puerta del calabozo a la
Ya en aquel tiempo leía vorazmente, y los tipos heroicos y las épocas muchedumbre que se asoma. Puso el pintor en aquella obra su piedad
tomaban puesto como invasiones de luz, en su alma, que la muerte, la de pobre, su color de alma sola, su osadía de hombre nuevo.
guerra y la orfandad habían vestido cual una cámara fúnebre de sombras. Le dio el premio París; y su arte y su existencia misma han crecido
Pero la gente de esastierras de Hungría, de ojo negro y tenaz, adora la con la hermosura y rapidez de las leyendas. Cada cuadro de Munkacsy ea
naturaleza, la pasión desnuda, el hogar franco, el campo alegre y libre: un asalto. Fuera tiene la fama, en su casa tiene el amor de esposaque
en música son Liszt, en poesía Petofi, Kossuth en oratoria; beben el vino da los bríos para ganarla. Ella mima sus creaciones, vuelve a sus manos
fresco de los odres: aman de modo que queman: cuando tocan BUS la paleta que abandona la impotencia o el despecho;se posa en su hombro.
músicas selváticas tienen de crin de corcel revuelta por la tempestad, y como un colibrí, para decirle al oído, de modo que él no note que la
de voz de flor, y de reclamo de paloma: de allí son los gitanos de colores, voz viene de afuera, que aquel brazo está alto, que aquel ojo está tibio,
con sus caravanas felices y pintorescas; sus amoríos que huelen a fruta que aquel pie un poco brutal denupcia a “Miska”. Ella disipa susúltimas
primeriza, sus vagabundos de cabellos rizados que se enamoran de las tristezas. Ella suaviza sus grupos atrevidos, ella trae al taller el verde
reinas. y el azul. La sombra no, no puede desvanecerlapor completo: que cuando
La vida allí florece y se desborda, se sale de cánones y reglas, y la sombra bautiza un alma, la sal queda clavada sobre la frente, como
conserva aires regios aun en el vicio y ia molicie: parecen príncipes todos una rosa de diamantes: hay placer en la sombra. Y el blanco tampoco
aquellos vagabundos, que se disfrazan, por capricho, de mendigos. La lo atrae, porque éste lo saca de sí el pintor con épico atrevimiento.
idea ajena molestaba a Munkacsy como un freno: el amor de su raza
a la naturaleza le nacía; prefería la vida al libro: crear le urgía; tenía
aquel apetito de verdad, desconocido de los eruditos, que produce a 10s La fuerza de la idea fue cada día poniendo mayor asombro en este
grandes hombrea: los hombres son como los aatroa, que unos dan lua espíritu que ha tomado de sí principalmente, con poca ayuda de !ibros:
346 MARTf / EUROPA Ii UivCRiA 34’

los seres palpitantes de sus lienzos: y por esta admiración del poder eterna! Los vientos pueden desnudar los árboles, los hombres pueden
mental vino a caer en el amor de hliltont demacrado y ciego, como el derribar los tronos, el fuego de la tierra puede descabezar monta&,
tipo mejor de la hermosura y pujanza de la idea, y luego subió al amor pero se siente, sin estímulo violento y enfermizo de la fantasía, que esa
del Cristo, ante cuya luz triunfante agrupa, para que resalten más IU mirada, por natural poder, continuará encendida.
mezquindad y abatimiento, los poderes más temibles y activos de la Todo se postra ante esos ojos que concentran cuanto cabe de amor,
tierra: el egoísmo y Ia envidia. Ha acumulado de intento dificultades anunciación, claridad, altivez, en el espíritu. El está al pie de las cuatro
que parecían insuperables, ha querido hacer triunfar por su propio fulgor gradas que llevan al ábside de Pilatos; y Pilatos parece postrado ante él.
ia mente humana: ha logrado investir úe suprema belleza una figura Blanca es la túnica de Pilatos, como la suya, pero de la suya brota, sin
fea: ha conseguido dominar con una figura en reposo, toda la fiereza J ardid visible del pincel, una luz que no brota de la del juez cobarde.
brillantez de las pasiones que se la disputan en animado movimiento. A su lado se revuelve la cólera, se atreve la insolencia, se discute la
Ese es su Cristo. Esa es su extraña concepción de Cristo. El no lo ley, se pide a gritos la muerte; pero aquellos ojos curiosos o atrevidos,
ve como la caridad que vence, como la resignación que cautiva, como el aquellos rostros frenéticos y descompuestos,aquellas bocas que hablan
perdón inmaculado y absoluto que no cabe, no cabe, en la naturaleza y que gritan, aquellos brazos iracundos y levantados, en vez de desviar
humana: cabe el placer de domar la ira, pero sería menos hermosa y la fuerza y la luz de su figura fulgurosa, se concentran en ella y la
eficaz la naturaleza del hombre si pudiese sofocar !a indignación ante la realzan por el contraste cle su energía sublime con las bajas pasionesque
infamia, que es la fuente más pura de la fuerza. !o cercan.
El ve a Jesús, como la encarnación más acabada del poder invencible
de la idea. La idea consagra, enciende, adelgaza, sublima, purifica: da
una estatura que no se ve y se siente: limpia el espíritu de escoria, como I.û escenatls cn el pretorio, de austera y vasta arquitectura. Por ia
consume el fuego Ia maleza: esparce una beldad clara y segura que viene
entrada del fondo que acaba de dar paso a la multitud, se ve un rincón
hacia las almas y se siente en ellas. El Jestis de Munkacsy es el poder
de cielo delicioso que brilla como las alas de las mariposas azules de
de la idea pura. Muzo.
Ahí está en un sayón, flaco, huesudo; trae las manos atadas, estirado
el cuello, la boca comprimida y entreabierta, como para dar paso a las El gentío alborotado se aprieta a la izquierda del lienzo sobre la
últimas hieles. Se siente que acaban de poner sobre él la mano vil; que figura de Jesús. Ni en el centro quiso ponerla el pintor, para tener eaa
la jauría humana que lo cerca ha venido oteándolo como a una fiera; que dificultad más que vencer. Un magnífico soldado echa atrás con su pica
lo han vejado, golpeado, escupido, traido a rastras, arrancado las a un gañán que vocifera con los brazos en alto: i figura soberana! itodos
vestiduras a pedazos, reducido a la condición más baja y ruin. JY eae los pueblos tienen ese hombre bestial, lampiño, boca grande, nariz chata,
instante de humillación suma es precisamente el que el artista elige para mucho pómulo, ojo chico y viscoso, frent,e baja!: rebosa en la figura
hacerle surgir con una majestad que domina a la ley que tiene en frente, eseodio insano de las naturalezas viles hacia las almas que las deslumbran
y a la brutalidad que.10 persigue, sin ayudarse de un solo gesto, de un y avergiienzan con su claridad; y sin esfuerzo alguno artificioso, ni
músculo visible; de la dignidad del ropaje, de lo elevado de la estatura, violencia en el contraste, resaltan en el cuadro en su doble oposición moral
del uso exclusivo del color blanco, de la aureola mística de los pintores! y física: el hombre acrisolado que ama y muere, y el bestial que odia
De la cabeza nada más se ayuda, de la mirada augusta bajo el ojo y mata.
cóncavo, de la mejilla enjuta, de la boca contraída que aún revela la A la derecha del lienzo está el romano Pilatos, en su toga blanca
bravura humana, de la serena y adorable frente, honda hacia las sienes ribeteada del rojo de los patricios; se adivina la lana en lo blando de
poco pobladas de cabellos y levantada en dosel sobre laa cejas. los pliegues: pasma el relieve de Pilatos, que parece vivo en el nicho
iLa mirada ea el secreto del singular poder de esa figura! ;La angustia del ábside: en loa ojos se le ve el trastorno de sus pensamientoa,el miedo
y la aspiración se ven claramente en ella; y la resurrección y la existencia a la muchedumbre, el respeto al acusado, la vacilación que le bace ir
.34J3 HARTf / EUROPA IIUNCRfA 349

levantando una mano de la rodilla2 como preguntándose qué ha de hacer elocuencia de los rostros’ que están contando la pasión que los enciende:
con Jesús. aquel brío magistral en los detalles, y desdén de ardides, oposiciones y
contraluces: aquella gracia, verdad y movimiento, y el punto aquel de
Comparable a la mejor creación artística e< el fanático Caifás, que
cielo que a lo lejos las infiama y corona, enseñan que el pobre “Miska”
con el rostro vuelto hacia el pretor le señala en un gesto imperante cl
de la aldea de Munkacsy que hoy vive en París como un rey de pintores,
gentío que reclama la muerte; aquella cabeza de la barba blanca increpa
era uno de aquellos magníficos espíritus, raros en esta edad de apremio
y apremia: de aquellos labios están saliendo las palabras, ardientes y
y crisis, que pueden pecho a pecho abrazarse a una idea humana
duras.
descomponerla en sus elementos, y reproducirla con la intensidad y
Dos doctores sentados a la izquierda del ábside miran a Jesús como
energía que requieren las obras dignas del aplauso de los siglos.
si no acabasen de entenderlo.
No en vano ha paseado el cuadro en triunfo por Europa entera. No
Al lado de Caifás clava un viejo los ojos en Pilatos, que tiene baja
en vano dio París al admirable Valtner la medalla de honor p.or la
IR cabeza. Un rico saduceo, de turbante y barba cana, mira a Jesús de
radiante aguafuerte de! “Cristo ante Pilatos”. No en vano, en este siglo,
lleno, rico el traje, arrellanado en el banco, en arco el brazo derecho, cl
cuya grandeza caótica y preparatoria no ha podido condensarse en
izquierdo sobre el muslo: ies ese rico odioso de todos los tiempos! : la
símbolos, apasiona este cuadro de Munkacsy P los críticos y a las
fortuna !e ha henchido de orgullo brutal: la humanidad le parece SU
muchedumbres, aunque alguna de sus figuras resulte violenta, aunque
escabel: se adora en su bolsa y en su plenitud. Entre él y Caifás discuten
cierta parte de él parezca aiiadida como segundo pensamiento, por efecto
el caso jurídico ios sacerdotes, éste con ojos torvos, aquél con frialdad
de decoraciln, a la idea principa!, aunque ya esté perdida la fe en la
de leguleyo; otro, reclinado en la pared, de pie sobre el banco, mira en
religión que conmemora.
calma la revuelta escena. Detrás del saduceo, junto mismo a Jesús, otro
Xunca acude en vano el genio verdadero a la admiración de 108
gañán, de realidad que maravilla, se inclina sobre la baranda en postura
hombres, necesitados a pesar suyo de grandeza. iPero serán sólo eaa
violenta para ver de frente el rostro al preso; por encima de la cabeza
facultad de componer grandiosamente, esa fuerza y fulgor de colorido,
del gañán, junto al pilar del arco que divide la escena sabiamente, una
esa armoniosa gracia de los grupos. esa pujanza de la obra entera, lo que
madre joven, con su niño en brazos, tiene puestos en Jesús sus ojos
en este tiempo de creencias rebeldes y temas novísimos asegure tamaña
piadosos, que como toda su figura recuerdan las madonas italianas; allá
popularidad a ese asunto familiar de una religiQ vencida?
al fondo, para quebrar la línea de cabezas, se alza entre ellas un beduino
barbudo que tiende el brazo brutal hacia Jesús. Algo más hay en ese cuadro que el placer que produce una composición
armónica y la simpatia a que mueve el que emprende con ímpetu y corona
con esplendor una obra osada. Es el hombre en el cuadro lo que
Imposible es ver este lienzo gigantesco sin que asalte la mente, fatigada entusiasma y ata el juicio. Es el triunfo y resurrección de Cristo, pero
de tanto arte menor, de tanto arte retacero y sofístico, la memoria de en la vida y por su fuerza humana. Es la visión de nuestra fuerza propia,
aquella época de ideales fijos en que los pintores vestían las iglesias y en la arrogancia y claridad de la virtud. Es la victoria de la nueva idea,
los palacios de composiciones grandiosas. que sabe que de su luz puede sacarse el alma, sin comercio extravagante
y sobrenatural con la creación, ese amor sediento y desdén de si que
Aquella luz del Cristo avasalladora, que atrae a él los ojos como el
lievaron a! Nazareno a su martirio. Es el Jesús sin halo, el hombre que
término inevitable de las excursiones por el lienzo: aquel arco robusto
se doma, eI Cristo vivo, el Cristo humano, racional y fiero.
y espacioso que en vez de robar efecto al Cristo lo realza y completa:
aquella fuerza, novedad y viveza de los grupos: aquella ciencia para Es la bravura con que el húngaro Munkacsy, presintiendo en BU
destacar sin falsedad del fondo sombrío, los colores riqufsimos, calientes intuición artística lo que el estudio corrobora, entendió y realizó, que
y pastosos, como los de la vieja escuela de Venecia: aquella concepción siempre fueron unas las pasiones y sus móviles, y desembarazándose de
armónica y segura, en que ninguno de los tipos secundarios ha perdido leyendas y figuras canijas, estudió en su propia alma el misterio de la
en relieve y poder al subyugarse al tipo central y superior: aquella divinidad de nuestra naturaleza, y con el pincel y el espíritu libre, escribió
350 MARTI / EUROPA

que ;lo divino está en lo humano ! Pero el cariño por el dulce error ea
tan potente, y tan segura está el alms de un tipo más bello fuera de eatr
vida, que el Cristo nuevo no parece enteramente hermoso.

JOSÉ bfARTf

La Nación. Buenos Aires, 28 de enero de 1887

INGLATERRA

Letras
BYRON’”

40 Frapcntor.
1

Byron iba poniendo su vida en verso: de aquí la uniformidad de eus


héroes. Viaja por España-Ch. Harold;-por Suiza-Manfredo; por la
Albania, Turquía y Grecia-el Corsario y Lara. Escribe Don Juan, y
el pobre Don Juan queda completamente eclipsado por el poet;r: el
protagonista es siempre lord Byron. La invención de Byron era escasa:
lo que hacía era devolver con propio color las imágenes reflejas de 10
externo en su potente subjetivismo. Describe mejor que crea. El propio,
con los aliños de la poesía, es su mejor creación. Por eso D. Juan no
tiene color propio: es invención suya. Saliendo de su propia realidad,
Byron no hubiera sido un gran poeta. Don Juan comenzó siendo una
nueva edición de sus viajes, donde con afectado deseo de desdeñar lo
clásico intenta y realiza descripciones clásicas. Pero, cuando las personales
luchas lo solicitaban, el personaje creado se hizo contribuyente del
personaje creador. Lo trajo a Inglaterra, trocó su naturaleza, educación.
actividad y lengua, por mágica arte y se valió de él para defenderse de
sus enemigos y para vengarse de la hipócrita Inglaterra. Así fue
consumada la inmortalidad para Don Juan, aunque todas las generaciones
hubieran leído con agrado, si no los amores con-Doña Inés, que huelen
a Boccacio, los amores con Haydée, esta inimitable idealización de las
apasionadas hermosuras de la Grecia.
Byron no fue tan independiente de la antigüedad como afectaba ser.
Gusta de pintar naufragios, como Virgilio; y guerras, como Homero. La
prolijidad de los detalles, y las entretenidas y amargas burlas con que
flagela, a veces con soberbia elocuencia, las vanidades y los crímenes, han
quitado vigor a sus descripciones de la guerra turco-rusa. A no ser por
sus largas digresiones políticas; por sus intencionadas y no siempre
sinceras burlas morales; por las menudas observaciones eruditas, y por
la mezcla de personajes incidentales en aquella descripción esencial,
quedaría este trozo de poesía como el tipo de la guerra de estos tiempos.
Sin pujos imaginativos, alcanza Byron una alta realida.d.
356 YARff / EUROPA INGLATERRA

iQué es Manfredo? Una concepción sencilla: inspirada en Goethe en Ch. Harold. En Manfredo es Astarté, su hermana y amiga. En el
sin duda, más humana y menos importante que Fausto. Parece increíble ler. canto de C. Har. es aquella a quien él amaba, aquella que no podría
que el talento llegue a sospechar todas las torturas del espíritu humano ser jamás de él.
sin sentirlas. Fausto es, a mi juicio, la, mejor obra del hombre despu& Su personalismo le inducía a errores. Es inglés, a pesar de su almo
de Prometeo. Y, sin embargo, Fausto só!o vivió en la imaginación de universal, cuando llama a Inglaterra aliada benévola de España contra
su autor. Manfredo, aunque no entero ni en su origen, vivió en el alma Napoleón. Es ligero cuando imagina que no hay apelación al juicio
misma de su poeta. Byron pintó allá su propia soledad, )r su remordimiento erróneo que se forma del pueblo portugués.
inacabable: esto es lo vigoroso de su poema. Su reminiscencia de la Sin haber ahondado en las ciencias, consigue por intuición ver la
teogonía persa es débil. desolaciónque queda en el espíritu despuésde haberlas estudiado. iGastar
toda una vida para confesar a nuestra última almohada que no sabemos
2 de qué depende nuestra vida!
Sus obras, sin perder nada de su mérito, podrían haber sido más
Su intuitiva certidumbre de las... I1 de la ciencia, y su intención de regulares. No entiendo por regularidad el rigorismo escolástico: sino la
demostrar la impotencia de una religión para redimir de su íntima tortura constanteelevación en la grandeza. Son elementosdel carácter byroniano:
a su alma inmensa, añaden variedad a la concepción, y la completan UUeducación sajona enfrente del ardor de! Mediodía; el natura: contraste
lógicamente, pero son mucho menos típicas, durables y enérgicas que la que resulta de pintar con una lengua sobria accidentes de pasión no
comunes en !s tierra en que se habla aquella lengua; la poderosa
parte evidentemente cierta del poema. Aquí, como en todas paites, Byron
individualidad del poeta, acrecida con la ruda censura, y el profundísimo
tiñe con sangre de sus heridas las creaciones literarias, a menudo celosas,
dolor íntimo, que atrae a sí, y tiñe con su pardo color todas las sensaciones
de su inteligencia; es original hasta a despecho suyo. NO pue& imitar,
y los objetivos. Byron tuvo en favor de su originalidad: la de su carácter,
aunque, sin querer aparentar que imita, en el misterio de su voluntad, lo
la de su país, la de su lengua, y la de su dolor.
desee.
No se ha de juzgar a un poeta por lo que pudo hacer, cuando hay
Yo spre. tuve por lo mejor de Byron, Manfred y Mazeppa. Me
abundante copia de lo que hizo.
parecían dos excelentes concreciones de los dolores de! alma humana. No
vi luego, sin pena, que el Manfred, que pasionó mi niñez, nació, antes
que en la contemplación de los montes de la naturaleza y las del pecado
en la conciencia, de la lectura del admirable poema goético.-Ni con
menor pena vi que Mazeppa, mi otra maravilla, era-no un espíritu
humano encadenado a! corcel fiero y corredor imagen de la vida,-eino
el ropaje esplendidísimo de un raro hecho rea?.

El estilo de Byron tiene una singular energía. No está debilitado por


la abundancia e hinchazón de las imágenes: sino fortificado por el vigor
y propiedad de las palabras.
Poeta eminentemente subjetivo, refleja en todas sus obras sus dolores:
su dolor sombrío, por causa oculta, de naturaleza no revelable ante los
hombres. Refleja esta grave pena, en El Corsario, en Lara, en Manfredo,

41 Palabra inintdigible.
OSCAR WILDE
Vivimos, los que hablamos lengua castellana, llenos todos de Horacio
v de Virgilio, y parece que las fronteras de nuestro espíritu son las de
nuestro lenguaje. iPor qué nos han de ser fruta casi vedada las literaturas
extranjeras, tan sobradas hoy de ese ambiente natural, fuerza sincera y
espíritu actual que falta en la moderna literatura española? Ni la huella
que en Núñez de Arce ha dejado Byron, ni la que los poetas alemanes
imprimieron en Campoamor y Bécquer, ni una que otra traducción pálida
de alguna obra alemana o inglesa, bastan a darnos idea de la literatura
de los eslavos, germanos y sajones, cuyos poemas tienen a la vez del
cisne níveo, de los castillos derruidos, de las robustas mozas que se
asoman a su balcón lleno de flores, y de la luz plácida y mística de las
auroras boreales. Conocer diversas literaturas es el medio mejor de
libertarse de la tiranía de algunas de ellas; así como no hay manera de
salvarse del riesgo de obedecer ciegamente a un sistema filosófico, sino
nutrirse de todos, y ver como en todos palpita un mismo espíritu, sujeto
a semejantes accidentes, cualesquiera que sean las formas de que la
imaginación humana, vehemente o menguada, según los climas, haya
revestido esa fe en lo inmenso y esa ansia de salir de sí, y esa noble
inconformidad con ser lo que es, que generan todas las escuelas filosóficas.
He ahí a Oscar Wilde: es un joven sajón que hace excelentes versos.
Es un cismático en el arte, que acusa al arte inglés de haber sido cismático
en la iglesia del arte hermoso universal. Es un elegante apóstol, lleno
de fe en su propaganda y de desdén por los que se la censuran, que
recorre en estos instantes los Estados Unidos, diciendo en blandas y
discretas vuces cómo le parecen abominableslos pueblos que, por el culto
de su bienestar material, olvidan el bienestar del alma, que aligera tanto
los hombros humanos de la pesadumbre de la vida, y predispone
gratamente al esfuerzo y al trabajo. Embellecer la vida es darle objeto.
Salir de sí es indomable anhelo humano, y hace bien a los hombres quien
procura hermosear su existencia, de modo que vengan a vivir contentos
362 MARTf / EUROPA INGLATERRA 363

con estar en sí. Es como mellar el pico del buitre que devora a Prometeo. son en Inglaterra los renovadores del arte, quieren que sean siempre
Tales cosasdice, aunque no acierte tal vez a darles esa precisión ni a ver arm6nicos los colores que se junten en la ornamentación o en los vestidos,
todo ese alcance, el rebelde hombre que quiere sacudirse de sus vestidos el escenario es simple y nitido.
de hombre culto, la huella oleosa y el polvillo de carbón que ennegrece Crin cilla vacía. de alto espaldar y gruesos brazos, como nuestrac
el cielo de las cjudades inglesas,sobre las que el sol brilla entre tupidas sillas de coro: espera al poeta. De madera oscura es la silla, y de marroquí
brumas como opaco globo carmesí, que lucha en vano por enviar su color oscuro su respaldo y su asiento. De castaño más suave es el lienzo que
vivificante a loa miembros toscos y al cerebro aterido de los ásperos ocupa la pared del fondo. Junto a la silla, una mesa elegante sostiene una
norteños. De modo que el poeta que en aquellas tierras nace, aumenta su artística jarra, en que brilla, como luz presa, el agua pura. iVed a Oscar
fe exquisita en las cosas del espíritu tan desconocido y desamado. No \Vilde! No viste como todos vestimos, sino de singular manera. Ya
hay para odiar la tiranía como vivir bajo ella. Ni para exacerbar el fuego enuncia su traje el defecto de su propaganda, que no es tanto crear lo
poético, como morar entre los que carecen de él. Sólo que, falto de almas nuevo, de lo que no se siente capaz, como resucitar lo antiguo. El cabello
en quienes verter la suya desbordante, muere ahogado el poeta. le cuelga cual el de los caballeros de Elizabeth de Inglaterra, sobre el
1Ved a Oscar Wilde! Ea en Chickering Hall, casa de anchos salones, cuello y los hombros; el abundoso cabello, partido por esmerada raya
donde en Nueva York acude el público a oír lecturas. Ea la casa de los hacia la mitad de la frente. Lleva frac negro, chaleco de seda blanco,
lectores aristocráticos que ya gozan de fama y de fortuna para llamar calzón corto y holgado, medias largas de seda negra, y zapatos de hebilla.
desahogadamentea ella. En esas salasse combate y defiende el dogma El cuello de su camisa es bajo, como el de Byron, sujeto por caudalosa
cristiano, se está a lo viejo y se predica 1~ nuevo. Explican loa viajeros corbáta de seda blanca, anudada con abandono. En la resplandeciente
ws viajes, acompañados de vistas panorámicas y dibujos en una gran pechera luce un botón de brillantes, y del chaleco le cuelga una artística
pizarra. Estudia un crítico a un poeta. Diserta una dama sobre la leopoldína. Que es preciso vestir bellamente, y él se da como ejemplo.
conveniencia o inconveniencia de estos o aquellos trajea. Desenvuelve uu Sólo que el arte exige en todas sus obras unidad de tiempo, y hiere IOS
filólogo las leyes de la filología. En una de esassalas va a leer Wilde ojos ver a un galán gastar chupilla de esta época, y pantalones de la
su discurso sobre el gran renacimiento del arte en Inglaterra, del que pasada, y cabello a lo Cromwell, y leontinas a lo petimetre de comienzos
le llaman maestro y guía, cuando no es más que bravo adepto y discípulo de este siglo. Brilla en el rostro del poeta joven honrada nobleza. ES
activo y ferviente. El propaga su fe. Otros hubo que murieron de ella. mesurado en el alarde de w extravagancia. Tiene respeto a la alteza de
Ya llegaremosa esto. La sala está llena de suntuosasdamasy de selectos sus miras, e impone con ellas el respeto de sí. Sonríe como quien está
caballeros. Los poetas magnos faltan, como temerososde ser tenidoa por seguro de sí mismo. El auditorio, que es granado, cuchichea. iQué dice
cómplices del innovador. Los hombres aman en secreto. las verdades el poeta?
peligrosas,y sólo iguala su miedo a defenderlas, anteo de verlas aceptadas, Dice que nadie ha de intentar definir la belleza, luego de que Goethe
la tenacidad y brío con que las apoyan luego que ya no se corre riesgo la ha definido; que el gran renacimiento inglés en este siglo une al amor
en su defensa. Oscar Wilde pertenece a excelente familia irlandesa, y ha de la hermosura griega, la pasión por el renacimiento italiano, y el anhelo
comprado con su independencia pecuniaria el derecho a la independencia de aprovechar toda la belleza que ponga en sus obras ese espíritu moderno;
de su pensamiento. Este es uno de loa males de que mueren loa hombrea dice que la escuela nueva ha brotado, como la armoniosa eufonía del amor
de genio: acontece a menudo que su pobreza no les permite defender la de Fausto y Helena de Troya, del maridaje del espíritu de Grecia, donde
verdad que los devora e ilumina, demasiado nueva y rebelde para que todo fue bello, y el individualismo ardiente, inquisidor y rebelde de los
puedan vivir de ella. Y no viven sino en cuanto consienten en ahogar modernos románticos. Homero precedió a Fidias; Dante precedió a la
la verdad reveladora de que son mensajeros,de cuya pena mueren. Los renovación maravillosa de las artes de Italia; los poetas siempre preceden.
carruajes se agolpan a las puertas anchas de la solemne casa de las Los prerrafaelistas, que fueron pintores que amaron la belleza real,
lecturas. Tal dama lleva un lirio, que ea símbolo de los reformistas. Todas natura1 y desnuda, p‘recedieron a los estetas, que aman la belleza de todos
han hecho gala de elegancia y riqueza en el vestir. Como los estetas. clue los tiempos, artística y culta. Y Keats, el poeta exuberante y plástico,
364 MARTi / EUROPA INGLATERRA 365

precedió a los prerrafaelistas. Querían estos sectarios de los modos de No ahogaban la inspiración, sino le ponían ropaje bello. No querian
pintar usados por los predecesores del melodioso Rafael, que hiciesen a que fuese desordenadapor las calles, ni vestida dé mal gusto, sino bien
un lado los pintores cuanto sabian del arte y venían enseñando los maestros vestida. Y decía Wilde: “No queremos cortar las alas a los poetas, sino
y con la paleta llena de colores, se diesen a copiar los objetos directamente que nos hemoshabituado a contar susinnumerablespulsaciones,a calcuinr
de la Naturaleza. Fueron sinceros hasta ser brutales. Del odio a la su fuerza ilimitada, a-gobernar su libertad ingobernable. Cántelo todo
convención de los demás, cayeron en la convención propia. De su desdén el bardo, si cuanto canta es digno de sus versos. Todo está presente ante
de las reglas excesivas, cayeron en el desdén de toda regla. Mejorar no el bardo. Vive de espiritus, que no perecen. No hay para él forma
puede ser volver hacia atrás*, pero los prerrafaelistas, ya que fueron perdida, si asunto caducado. Pero el poeta debe, con la calma de quien
incapacesde fundar, volcaron al menos ídolos empolvados. Tras de ellos, se siente en posesión del secrtto de la belleza, aceptar lo que en los
y en gran parte merced a ellos, empezaron a tenerse por buenas en tiempos halle de irreprochablemente hermoso, y rechazar lo que no
Inglaterra la libertad y la verdad del arte. “No preguntéis a los ingleses ajuste a su cabal idea de la hermosura. Swinburne, que es también gran
-decía Oscar Wilde-quiénes fueron aquellosbeneméritosprerrafaelistas: poeta inglés, cuya imaginación inunda de riquezas sin cuento sus rimas
no saber nada de sus grandes hombres es uno de los requisitos de lo musicales,dice que el arte es la vida misma, y que el arte no sabe nada
educación inglesa. Allá en 184?, se reunían los admiradores de nuestro de la muerte. No desdeñemoslo antiguo, porque acontece que lo antiguo
Keats para verle sacudir de su lecho de piedra la poesía y la pintura. refleja de modo perfecto lo presente, puesto que la vida, varia en formas,
Pero hacer esto es perder en Inglaterra todos sus derechosde ciudadano. es perpetua en su esencia, y en lo pasado se la ve sin esa ‘bruma de
Tenían 10 que los ingleses no perdonan jamás que se tenga: juventud, familiaridad’ o de preocupación que la anubla para los que vamos
poder y entusiasmo. Los satirizaron, porque la sátira es el homenaje existiendo en ella. Mas no basta la elección de un adecuado asunto para
que la mediania celosa paga siempre al genio, lo que debia tener muy conmemorar las almas: no es el asunto pintado en un lienzo lo que
contento de sí a los reformadores, porque estar en desacuerdo con las encadena a él las miradas, sino. el vapor del alma que surge del hábil
tres cuartas partes de los inglesesen todos los puntos es una de las más empleo de los colores. Así el poeta, para ser su obra noble y durable, ha
legítimas causasde propia satisfacción, y debe ser una ancha fuente de da adquirir ese arte de la mano, meramente técnico, que da a sus cantos
consuelosen los momentos de desfallecimiento espiritual.” eaa perfume espiritual que embriaga a los hombres. 1Qué importa que
Oíd abora a Wilde hablar de otro armoniosisimo poeta, William murmuren los criticos! El que puede ser artista no se limita a wr crítico,
Morris, que escribió EL Paraíso Terrenal, y hacía gala de su belleza suma y los artistas, que el tiempo confirma, sólo son comprendidos en todo
y condición sonora de susversos, vibrantes y transparentescomo porcelana m valer por los artistas. Nuestro Keats decía que sólo veneraba a Dios,
japonesa. Oid a Wilde decir que Morris creyó que tapiar de muy cerca I la memoria de los grandes hombres y a la belleza. A eso venimos loa
a la Naturaleza es privarla de lo que tiene de más bello, que es el vapor, estetas: a mostrar a los hombres la utilidad de amar la belleza, a excitar
que a modo de halo luminoso, se desprende de sus obras. Oídle decir al estudio de los que la han cultivado, a avivar el gusto por lo perfecto,
que a Morris deben las letras de Inglaterra aquel modo preciso de dibujar y el aborrecimiento de toda fealdad; a poner de nuevo en boga la
las imágenesde la fantasía en la mente y en el verso, a tal punto, que admiración, el conocimiento y la práctica de todo lo que los hombres han
no conoce poeta alguno inglés que haya excedido, en la frase nítida y admirado como hermoso.Mas, ide qué vale que ansiemoscoronar la forma
en la imagen pura, a Morris. Oídle recomendar la práctica de Teófilo dramática que intentó nuestro poeta Shelley, enfermo de amar al cielo
Gautier, que creía que no había libro más digno de ser leído por un en una tierra donde no se le ama? ¿De qué vale que persigamos con
poeta que el diccionario. “Aquellos reformadores-decía Wildevenían ahinco la mejora de nuestra poesía convencional y de nuestras artes
cantando cuanto hallaban de hermoso, ya en su tiempo, ya en cualquiera pálidas, el embellecimiento de nuestras casas, la gracia y propiedad de
de los tiempos de la tierra.” Querian decirlo todo, pero decirlo bellamente. nuestros vestidos? No puede haber gran arte sin una hermosa vida
La hermosura era el único freno de la libertad. Les guiaba el profundo nacional, y el espíritu comercial de Inglaterra la ha matado. No PU&
amor de lo perfecto. haber man drama sin una noble vida nacional, y &a también hÁ rido
366 MARTf / EURc INGLATERRA 367

muerta por el espíritu comercial de loa ingleses.” Aplausoa calurosos Wilde por Inglaterra y los Estados Unidos? iSerá maravilla para los
animaron en este enérgico pasaje al generoso lector, objeto visible de la demás lo que ya para nosotros es código olvidado? iSerá respetable ese
curiosidad afectuosa de au auditorio. atrevido mancebo, o será ridículo? iEs respetable! Es cierto que, por
Y decía luego Oscar Wilde a los norteamericanos: “Vosotros, tal vez, temor de parecer prwmtuoso, o por pagarse más del placer de la
hiios de pueblo nuevo, podréis lograr aquí lo que. a nosotros nos cuesta contemplación de las cosasbellas, que del poder moral y fin trascendental
[anta labor lograr allá en Bretaña, Vuestra carencia de viejas instituciones de la belleza, no tuvo esa lectura que extractamos aquella profunda mira
sea bendita, porque es una carencia de trabas; no tenéis tradiciones que y dilatado alcance que placerían a un pensador. Es cierto que tiene algo
OS aten ni convenciones seculares e hipócritas con que os den los críticos de infantil predicar reforma tan vasta, aderezado con un traje extravagante
cn rostro. No os han pisoteado generaciones hambrientas. No estáis que no añade nobleza ni esbeltez a la forma humana, ni es más que una
obligados a imitar perpetuamente un tipo de belleza cuyos elementos ya tímida muestra de odio a los vulgares hábitos corrientes.
ban muerto. L)e vosotros puede surgir el esplendor de una nueva Es cierto que yerran los estetasen buscar, con peculiar amor, en la
imaginación y la maravilla de alguna nueva libertad. Os falta en adoración de lo pasado y de lo extraordinario de otros tiempos, el secreto
vuestras ciudades, como en vuestra literatura, esa flexibilidad y gracia del bienestar espiritual en lo porvenir. Es cierto que deben los reforma-
que da la sensibilidad a la belleza. Amad todo lo bello por el placer de dores vigorosos perseguir el daño en la causa que lo engendra, que cs
amarlo. Todo reposo y toda ventura vienen db eso. La devoción a la el excesivo amor al bienestar físico, y no en el desamor del arte, que es
belleza y a la creación de cosas bellas es la mejot de todas las civiliza- su resultado. Es cierto que en nuestras tierras luminosas y fragantes
ciones: ella hace de la vida de cada hombre tin sacramento, no un número tenemoscomo verdades trascendentalesesasque ahora se predican a los
en los libros de comercio. La belleza es la única cosa que el tiempo no sajonescomo reformas sorprendentesy atrevidas. Mas, i con qué amargura
acaba. Mueren las filosofías, extínguense los credos religiosos; pero lo que no se ve ese hombre joven; cómo parece aletargado en 10s hijos de su
es bello vive siempre, y es joya de todbs los tiempos, alimento de todos pueblo eseculto ferviente de lo hermoso, que consuelade las más grandes
y gala eterna. Las guerras vendrán a ser menores cuando los hombres angustiasy es causa de placeres inefables! iCon qué dolor no ha de ver
amen con igual intensidad las mismas cosas, cuando 10s una común perdida para la vida permanente la tierra en que nació, que paga culto
atmósfera inteleciual. Soberana poderosa es aún, por la fuerza de las 5 ídolos perecederos! iQué energía no ha menester para sofocar la
guerras, Inglaterra: y nuestro renacimiento quiere crearle tal soberanía. censura de dibujantes y satíricos que viven de hklagar los gustos de un
que dure, aun cuando ya sus leopardos amarillos estén cansados del público que desamaa quien le echa en cara sus defectos! iQué vigor y
fragor de los combates, y no tiña la rosa de su escudola sangre derramada qué pujanza no son precisos para arrostrar la cólera temible y el desdén
en las batallas. Y vosotros también, americanos, poniendo en el corazón rencoroso de un pueblo frío, hipócrita y calculador! iQué alabanza no
de este gran pueblo este espíritu artístico que mejora y endulza, crearéis merece, a pesar de su cabello luengo y sus calzones cortos, ese gailardo
para vosotros mismostales riquezas, que os harán olvidar, por pequeñas, joven que intenta trocar en sol de rayos vívidos, que hiendan y doren
eatas que gozáis ahora, por haber hec+ de vuestra tierra una red de la atmósfera, aquel opaco globo carmesí que alumbra a los melancólicos
ferrocarriles, y de vuestras bahías el refugio de todas las embarcaciones ingleses! El amor al arte aquilata al alma y la enaltece: un bello cuadro,
que surcan los mares conocidos a los hombres.” una límpida estatua, un juguete artístico, una modesta flor en lindo
Esas nobles y juiciosas cosaadijo en Chickering Hall el j.oven bardo vaso, pone sonrisasen los labios donde morian tal vez, pocos momentos
inglés, de luenga cabellera y calzón corto. Mas, iqué evangelio es ése+ ha, las lágrimas. Sobre el placer de conocer lo hermoso, que mejora y
que ha alzado en torno de los evangelistastanta grita? Esos son nuestros fortifica, est,î el placer de poseer lo hermoso, que nos deja contentos
pensamientos comunes: con esa piedad vemos nosotros las maravillas de nosotros mismos. Alhajar la casa, colgar de cuadros las paredes,gustar
de las artes; no la sobra, sino la penuria, del espíritu comercial de ellos, estimar sus méritos, platicar de sus bellezas, son gocesnobles que
hay en nosotros. iQué peculiar grandeza hay en esasverdades, bellas, dan valía a la vida, distracción a la mente y aIto empleo al espíritu. Se
pero vulgares y notorias, que, vestido con ese extraño traje, pasea Oscar siente correr por las venas una savia nueva cuando se contempla una
368 YARTf / EUROPA

nueva obra de arte. Es como tener de presente lo venidero. Es como


beber en copa de Cellini la vida ideal.
Y lqué pueblo tan rudo aquel que mató a Byron ! 1Qué pueblo tan
necio, como hecho de piedra, aquel que segó los versos en los labios
juveniles del abundosoKeats! El desdéninglés biela, como hiela los rioa
y los lagos inglesesel aire frio de las montañas. El desdéncae como saeta
despedida de labios fríos y lívidos. Ama el ingenio, que complace; no
el genio, que devora. La laz excesiva le daña, y ama la lua tibia. Gusta
de los poetas elegantes, que le hacen sonreír; no de los poetas geniosos,
que le hacen meditar y padecer. Opone siempre las costumbres, como DARWIì\I HA MUERTO
escudo ferrado, a toda voz briosa que venga a turbar el sueño de su
cspiritu. A eseescudolanzan susclavas los jóvenes estetas; con eseescudo
intentan los críticos ahogar en estoslabios ardientes las voces generosas. El @din del nnturnlista.--Sus libros jnmoso.s.-“El origen de las
Selló cseescudo, antesque la muerte, los labios de Keats. De Keats viene especies”.-El origen del hombre.- La teoría de la selección natural.-
cse vigoroso aliento poético, que pide para el verso música y espíritu, y La teoría del hombre arboreal y velludo.-Viuje con Darwin por la
para el ennoblecimiento de la vida el culto al arte. De Keats vino América del Sur.-Influencia de América en Darwin,-Sus dos libros
A 10s bardos de Inglaterra aquel sutil y celoso amor de la forma, que ha sobre nuestra América.--Lo que vio en el Brasil.-Lo que vio en Buenos
dndo a los sencillos pensamientos griegos. En Keats nace esa lucha Aires.-Darloin en Patagonia.-En la Tierra del Fuego.---En Chile.-
dolorosa de los poetas ingleses,que lidian, como contra ejército invencible, En la abadía de Westminster
por despertar el amor de la belleza impalpable y de las dulces vaguedades
espirituales en un pueblo que rechaza todo lo que hiera, y no adule o
adormezca sus sentidos. i Adónde ha de ir en aquella tierra un poeta
sino al fondo de si mismo? iQué ha de hacer, sino plegarse en su alma,
como violeta herida de casco de caballo? En Keats, las ideas, como agua
de mar virgen, se desbordaban de las estrofas aladas y sonantes. Sua
imágenes se atropellaban, como en Shakespeare; sólo que Shakespeare
las domaba y jugueteaba con ellas; y Keats era a veces arrebatado por
sus imigenes. Aquel sol interior calcinó el cuerpo! Keats, que adoraba
la belleza, fue a morir a su templo: a Homn. iPuede su fervoroso
discípulo, que con desafiar a sus censores da pruebas de majestuosa
entereza, y con susnobles versos invita a su alma a abandonar el mercado
de las virtudes, y cultivarse cn triste silencio, avivar en su nación
preocupada y desdeñosael amor al arte, fuente de encantos reales,y de
consueloscon que reparar al espiritu acongojado de las amarguras que
acarrea la vida!

El Alntcndares. La Habana, enero de 1882


La A’ución. Buenos Aires, 10 de diciembre de 1882
Darwin era uu anciano grave en quien resplandecía el orgullo d,
haber visto. El cabello, cual manto blanco, le caía sobre la espalda.
La fl-ente remataba en montículos en las cejas, como quien ha cerrad”
mucho ios ojos para ver mejor.
Su mirada era benévola, cual la de aquellos que viven en trato fecundo
con la Naturaleza, y su mano, blanda y afectuosa, como hecha a cuidar
pájaros y plantas.
Zn torno suyo había consagrado un mínimo universo. el que llevaba
en EU ancha mente, y acá era un cerrillo de polvo húmedo en que
observaba cómo los insectos van elaborando la capa de tierra; allá.
cn grupo elocuente, una familia de plantas semejantes, en que por varios
y continuos modos, había venido a parar en ser planta florida la que al
principio no lo era; bajo aquella urna, era una islilla de coral que le
había revelado la obra magna del insecto mínimo; en aquel rinconcilio
del jardín, era un grupo de plantas voraces, que se alimentan de insectillos.
como aquella terrible planta de Africa que acuesta sus hojas en la tierra.
y atrae asi, como le6n al hombre, al que recoge, como con labios, con
sus hojas, y estruja y desangra a manera de boa, para dejarlo caer, ya
yerto, en tierra, abriendo sus hojas anchas luego que ila satisfecho el
hambre matadora, con 10 que van juntos en la vida humana, por apetecer
fascinar y estrujar, el arbusto, el árbol, el león y la serpiente; ya se le
veis, scn!ado junto a un copioso y pintoresco invernadero, memorando
laboriosamente, y poniendo en junto los hábitos de los cuadrumanos y
los del ‘hombre, por ver si hallaba razón nueva que añadir, con la de
c-iyiaación de la mente de los simios, a su teoría de la originación del
zìp !;x;nano PR el cuadrúpedo velloso, de orejas y cola puntiagudas.
‘p:ny,I:?:!:P_ de srboies, de quien imaginaba. en sus soledades pobladas de
hirplfJeqi~ , ï-e Fodría renir el hombre.
g. 6.
-. -i1- !-:.“z$a en su hermocísimo cuarto de estudiar, repleto de
+‘_:z*c: : & f:r;e5. y de cierta luz benigna que tienen los cuartos en que
,P TI .F”$: ?~~ti.:+!e!xente. hoiea;ldo con respeto los libros de su padre, que
372 MARTf / EUROPA IACLATERRA 373

fue poeta de ciencia, y estudió con celo y ternura 1-9 amores de las plantas, de contado que la semejanza de todos los seres vivos prueba que son
y los ensayos de su abuelo, que ardió remo él en sacar respuestas vivas semejantes, sin que de eso sea necesario deducir que vienen ios unos de
de la muda tierra; o ponía en junto ss obras magnas, ha.mi!des en el los otros; por de contado que existe semejanza de inteligencia entre el
estilo, fidelísimas en la observación, fantaseadoras en la teoría que saca hombre y el resto de los animales, como existe entre ellos semejanza de
de ellas, y luego de dejar hueco para dos, ponía primero El origen de forma, sin que por eso pueda probarse, con lo que no hay alar.ma para
las especies, en que mantiene que los seres vivos tienen la facultad de los que mantienen que ei espíritu es una brotación de la materia, que e!
cambiar y modificarse, y mejorar, y legar a sus sucesores su existencia espíritu ha venido ascendiendo en los animales, en desarrollo paralelo
mejorada, de lo cual, examinando analogías y descendiendo dc la escala n medida que ascendía su forma. La alarma viene de pensar que cosas
de los seres vivos, en que todos son nnálogos, va a parar en que todos los tan bellas como los afectos, y tan soberbiascomo los pensamientos,nazcan,
animales que hoy pueblan la tierra, vienen de cuatro o cinco progenitores, a modo de ftor de la carne, o evaporación del hueso, del cuerpo acabable;
y todas las plantas, con ser tan numerosas y varias, de otros cuatro o el espíritu humano se aíra y se aterra de imaginar que serán vanos GUS
cinco ; las cuales primitivas especies, en lucha permanente por la vida bárbaros dofores, y que esjuguete ruin de magnifico loco, que seentretiene
con los seres de su especie o especies distintas que quieren vivir a en sajar con grandes acerosen.el pecho de los hombres, heridas que nadie
expensas de ellas, han venido desarrollándose y mejorándose y reprodu- ha de curar jamás, y encender en la sedienta mente, pronta siempre
ciéndose en vástagos perfeccionados, siempre superiores a sus antecesores, a incendio, llamas que han de consumir con lengua impía el cráneo que
y que legaban a sus hijos superioridades nuevas, merced a las cuales, la lamen y enllagan.
creación sucesiva, mejorada y continua, ha venido a rematar% de las Mas no revela la Naturaleza esa superior suma de espíritu en acuerdo
móneras, que son masa albuminosa e informe, o del batibio, que es con cada superior grado de forma; y quien mira en los ríos del Brasil,
mucílago vivo, en el magnífico hombre; cuya ley de creacGn, que asigna ve que el cerdo de mar, como madre humana amorosa, lleva a su espalda,
R cada ser la facultad de vencer, en la batalla por la existencia, a los cuando nada, a todos sushijuelos; y que el mono de América, más lejano
seres rivales que se oponen a su poder de modificarse durante su vida, en su forma del hombre que el de Africa, está más cerca de él en su
y reproducir en su vástago su modificación, es ésa la ley, ya famosa, inteligencia; y que una menudisima araña construye, y recompone con
de la selección natural, que inspira hoy a los teorizantes cegables y noveles, singular presteza si se las quiebran, redes para cazar insectos, en que
que tienen ojos ligeros y $510 ven la faz de las cosas, y no lo hondo, e está resuelto el problema de los eneágonos,de forma no revelada aún a
influye en los pensadores alemanes, que la extreman y dan por segura, los hombres. Y ies que es loca la ciencia del alma, que cierra los ojos
e ilumina, por lo que la exagerada teoría Ileva en sí de fundamentos de a ias leyes del cuerpo que la mueve, la aposenta y la esclaviza, y es loca
hechos lealmente observados, el seno oscuro de la tierra a todos Los la ciencia de los cuerpos que niega las leyes del alma radiante, que llena
cstudiadores nobles roídos del apetito eternador de la verdad. Y al lado de celajes, dosela y arrebola y empabellona la mente de los hombres?
de este Origen de las especies, que fue tal fiesta y asombro para el El pensamiento puede llevar a hacer saltar en pedazos el cráneo, y
pensamiento humano como el Reino animal, de Cuvier, donde se cuenton puede hender la tierra, y llenar fde mar fresco la arena ardiente del
cosas épicas y novélescas, o la Historia del desarrollo, de Von Baer, que Sahara, y el cráneo frío enfría para la tierra el pensamiento, y el polvo
reveló, a luz de relámpago, las maravillas de la tiniebla, o los libros de del Sahara puede ahogar en su revuelto torbellino el cuerpo en que anida
geologia del caballero Carlos Lyell, que ponen de nuevo en pie mundos el espíritu de un héroe. La vida es doble. Yerra quien estudia la vida
caídos, la mano blanda del sereno Darwin ponía su Originación del simple. Perdón ioh mis lectores! por esta lengua mía parlera que se
hombre, en que supone que ha debido existir el animal velloso intermedio, va siempre a cosasgruves.
de quien cree que el animal velloso se deriva, lo cual movió a buena Estábamos en el gabinete de Darwin, y le vimos alli--poniendo de
parte de ios hombres, no hechos a respetar la libertad del pensamiento lado lo que el áspero Flourtns y Kaeckel, que lo venera y adiciona, y el
soberano y los esfuerzos del buscador sincero y afanoso, a cóleras. injustas, respetuosoKoellicker han dicho de sus ubrss--ahilar en un hueco de su
que no siente nunca ante el error el que posee la fuerza de vencerla. Por estante, tras sus dos libros Tmáximos, tantos strss suyos: &ra p&rcu
374 MARTí / EUROPA

kectí~oras, que parecen fantásticos cuentos; La anteJerUización del reino ri? c-7 :8.r~t~r:e::t~ se fue levan:a..sJ; c:: CI !aiio del o:.r; ‘_ r-- !
oegetaf, que saca de sí mismo lo.9 elementos de su vida; Las f0mur.s América; y como Lima, del lado del ocasa. ha subic!t~ WC::.:- 1.’ . _._
difGrenles de ku flores en plus de las mismas especies; el Poder del pies de tierra desdeque puso planta en eli’:: ei honr>re. y ck. ; I: 1; ::+:
mooimien~o de lar phtos, donde se narran maravillas, y travesuras, y tierra americana, de un !ado y del otro, ha ido aseenLe::< g :. :::A L.
misterios de árboles, arbustos y algas, las cuales suelen, en la estación lentamente, y no por catástrofe, ni de sútjto; y 1063 os+i ser:rjl’-:-,, !::,-
dei amor, disputar una parte de sí a que busque en su hogar retirado la dicho, no como autócrata que impone, sin2 como estu&?,:: :~‘?c,t.y, ~1;
esposaapetecida; y La estructura y dktribución de las racas de coral; 3u Ebro de Observacionesgeológicas sobre Sud Améka. 2 s r! _t:~ &:
las Observaciones geológicas en la.s Wlus volcánicas; y su monogra.fía sus !ibros sabrosísimo romance, en que las cosas graves th:: dich.~~ .!c
llena de revelaciones y sorpresas de los animales de la familia modo claro y airoso, y cuenta a la par las galiardízs dr! g.?.:,:!:: y 1.~
cirripeda, y ese último libro suyo, que mueve a agradecimiento, por hábitos de los insectos, y cuándo hubo caba!!os en la vi~js .~&‘G;. I;. i
In ternura que revela su inefable amor a lo pequeño, y por la nueva cómo los doman ahora. Es un jinete sabio, que se bala de SL c:r!.:.$&lhrs
gala de ciencia, siempre grata a la mente, que a él se debe; en el cual a examinar las cuentas azulesque ciñen, a modo de brazalete, Li. ::~t~::~s
Iibro dice cómo los gusanillos generosos van labrando, para habitación de las indias de Ia cordillera, y a recoger el maxilar de LN ti...:.; í. :,.Op~.
y sustento de los sereavivos, aquella parte de la tierra en que surgen en cuya piel se ven clavadas aún las uiks dc los cóndores. -74; 5.~ ‘<1
después,perfumosos y frutados, los próvidos vegetales. Y allá por entre ese diario de investigaciones de. la geologis e historia natos. :i ci” i$
sus iibros, rebosábanle muestras de la admiración humana, y diplomas, varios peísesvisitados por el buque de Stl Majestad rleogk, t,ajo 2: L----.,J_<_:
v collares de Brusia, medallas de Inglaterra y título de maestro honorario del capitán Fitzroy, de 1832 a 1836, esa arrogancia presunt:,:c?, :,i >;T _
de las academiasque ha poco le burlaban, y de las universidades que culpable fantaseo de los científicos apasionados,que les mueve:: z ca!“,7
=poncnen duda su teoría, mas inscriben los hechos varios y numerosos los hechos de la Naturaleza que contradicen sus doctrinas, y exsi;e:ar
ror ei descubiertos-que son tantos, que parecen bosque que enmaraña las que las favorecen, y a completar a las veces con hechos imaginar:~~~
‘4’ofusca a quien entra en ellos-en la cuenta de las más grandes, ingenuas aquellos reales que necesiten de ellos para series beneficiosos. El t:$rti
;q uenerabiesconquistas humanas. Y iaquellos dos libros primeros, para no es augusto, como pudo ser, sino ameno. Ni es profundo, sino sin.-r-ro.
{LP que dejó hueco en su estante? Pues jno lo sabíais? El genio de tvo se ve al sectario que violenta el Universo 0 llama a él run m;?n+
IX ho.mbredio flor en América; nuestro suelo incubó; nuestrasmaravillas impacientes, sino al veedor pacífico que dirá implacablemente 1~1cuc j:a
;,;. To/ivaron; lo crearon nuestros bosquessuntuosos; lo sacudió y puso
visto. En cosas de mente no ve más que lo que le sale a la fa;o, v no
E;J pie nuestra naturaleza potentisima. El vino. acá de joven, como profundiza hombres, ni le mueven mucho a curiosidad, ni se cuida de
:,rrturalista de una expedición inglesa que salió a correr mares de Africa penetrar su mundo rico. En cosas de afectos siéntase veneradoi s !a
v AmérIca; se descubrió, movido de respeto, ante nuestras noches; se sombra de los cdrbolesde tronco blanco de honda selva brasileiin, )
î*&, asombrado de la universal hermosura, en nuestras cúspides; loó esgrime marcador de hierro contra los que azotan a su vista esclpu-2;
con altas voces a aquellos indios muertos que un pueblo romántico y avaro n quienes tiene por miserables. Es un fuerte que no perdona bastarle
segóen su primera flor; vI se sentó ec medio de las pampas, en medio de a los demásque sean débiles.
::uestros animales antediluvianos. Acá recogió en las costas pedrezuelas Y que, sobre haber nacido en Inglaterra, lo que hace soberbios a I:z
;.:uy ricas y de muy fino esmalte, duras como conchas, .que imitaban a hombres, porque es como venir al mundo en la cuna de la Libertad, ~2
maravilla p!antas elementales; allá observó pacientemente, escarbando y Darwin mancebo feliz, de espíritu primerizo! y no conocía esaciencia &!
shondando, cómo fue haciendo el mar los valles dc Chile, llenos aún perdón que viene con una larga. o con una triste vida. La tristeza uo?,;
de inscrustacionessalinas; y cómo la tierra ilana de las pampas se fue, en el alma premature vejez. Y desde su cabalgadura, o desde su cbcs:
grano tras grano, acumulando en la garganta de la desembocadura ruin, media la tierra, hundía su mano en la corteza de los árboles, bajaba
primitiva del viejo río Plata; y estudió en Santa Cruz lavas basálticas, a abruptas criptas, subía a fragantes montes, recogía insectos, huasca
-maderassalificadas en Chiloé, fósiles cetáceosen la Tierra del Fuego, y hojas, semillas, arenas, conchas, cascos, flores; comparaba los diente;
376 MABT~ / EUROPA INGLATERRA 377

del caballo nuevo de la pampa rica con las mandlbulas colosales, como y la jaca que da sombra negra, y el alcanfor gallardo. Esbelta es la
ceGdor del tronco de árbol, del caballo montuoso de la pampa primitiva, mimosa; elegante el helecho; la trepadora. corpulenta.
que murió tal vez de hambre, ante los árboles súbitamente secosen que Y en medio de la noche, lucen los ojos del cocuyo airado que dan
saciaba su apetito; tal vez de sed, junto al gran cauce enjuto del 140 viva lumbre como la que enciende en el rostro humano la ira generosa.
viejo. Y fue aparejando hechos, pintando semejanzas,acotando en fndices Y grazna el cucú vil, que deja sus hueyos en los nidos de otros pájaros.
la suma de animales de que hallaba restos en diversas capas térreas; El día renace, y se doblan, ante la Naturaleza solemne y coloreada, las
viendo cómo las razas de animales de la tierra propia crecen y prosperan, trémulas rodillas. Y luego del Brasil, vio Darwin a Buenos Aires. Salianlc
y cómo las de los traídos de otras tierras se empobrecen y avillanan; al paso, ingenuos como niños, y le miraban confiados y benévolos, los
cómo hay plantas que tienen de reptiles; cómo hay minerales que tienen ciervos campestres; los bravos ciervos americanos, que no temen at
de plantas; cómo hay reptiles que tienen de ave. Y pone en suelta en ruido del mosquete, mas huyen despavoridos luego que ven que ia bnln
el libro 10 que despuésapareció con El origen de las especies,puesto cn del extranjero ha herido un árbol de su bosque.
su mente en cerrado conjunto. A caballo, anduvo la América frondosa; Leyenda es el viaje; hoy esquivan el tímido rostro de los indios:
vio valles como recién hechos de fango; vio ríos como el Leteo; navegó mañana ven lucir en medio de la noche los ojos del jaguar colérico. a
bajo toldo de mariposas, y bajo toldo de truenos; asistió en la boca del quien irrita la tormenta, y afila sus recias uñas en los árboles; ayer fue
Plata a batallas de rayos; vio el mar luciente, como sembrado de astros; día de domar caballos, atándoles una pata trasera n las delanteras, y n
pues i,las fosforescenciasno son como las nebulosasde los mares? Vio Fstas la cabeza rebelde, y la lengua al labio, y echándolos a andar.
la noche lujosa, que llena el corazón de luz de estrella; gustó café en sudorosos y maniatados, con la silla al lomo, y el jinete en ella
las ventas del Brasil, que son nuestras posadas; vio reír a Rosas, que por el llano aldiente, del que vuelven jadeantes y sumisos; el almuerzo
tenía risa terrible; atravesó la Patagonia húmeda; la Tierra del Fuego es con Rosas, que tiene en su tienda de campaña, como los señores
teudales, cortejo de bufones; la comida es con gauchos. con los esbeltos
desolada; Chile árido; Perú supersticioso. Aguárdase a monarca gigan-
y febriles gauchoE, que cuentan cómo el tirann de la pampa, que tuerce
tesco cuando se entra en la selva brasileña, e imagínale el espíritu
árboles, y con ponerles la mano en el lomo, doma potros, hace tender a
sobrecogido con gran manto verde, como de falda de montaña, coronado
los hombres, como cueros, a secar, atados en alto de pies y manos a cuatro
de vástagos nudosos, enredada la barba en lianas luengas, y apartando a
estacas, donde a veces mueren.
su paso con aua manos, velludas como piel de toro añoso, los cedros
De un lado veía Darwin el árbol sacro de Gualeguaychú, de CUYOS
corpulentos. Toda la selva es bóveda, y cuelgan de loa árboles guirnaldas
hilos, que en invierno hacen de hojas, cuelgan los indios piadosos, porque
de verde heno. De un lado trisca, en manada tupida, el ciervo alegre;
la naturaleza humana goza en dar, ya el pan que llevan, ya el lienzo que
de otro, se alzan miles de hormigas que parecen cerros, y como aquellos
compraron para 10s usos de la casa, ya la musiquilla con que divierten
volcanes de lodo del Tocuyo que vio Humboldt; ora, por entre los pies
los ocios del camino. porque aquel árbol espinoso está al terminal
del caminaute, salta el montón con el hocico horadador, el taimado dificilísimo pasaje, y le ve el indio como nuncio de salud, a quien sacrifica
~uwtuco; ora aparece brindando sosiego, un bosquecillo de mandiocas, sus prendas y caballas, tras de io. cual cree que ni sus cabalgaduras se
cuya harina nutre al hombre, y cuyas hojas sirven de regalo a la fatigada cansarán, rG la desgracia llamará nunca a él; y que se sienten felices.
cabalgadura. Ya el terrible vampiro saja y desangra, con su cortante con ese gozo penetrante que deja siempre en el alma el noble agradeci-
boca, el cuello del caballo, que más que relincha, muge; ya cruza miento; que es tal en ellos el árbol, que si no tienen cosa que darle. !e
traveseando el guainumbí ligero, de las alas transparentes que relucen y racan de sus ponchos un hilo del tejido, y lo cuelgan a un hilo del árbol.
vibran. Abrese un tanto el’bosque‘ mojado recientemente por la lluvia, Y más allá, iqué magnífica sorpresa! Alií están los roedores
y se ve, como columna de humo, alzarse del follaje, besado del 801, un gigantescos, testigos de otros mundos; restos de megalornis; huesos de
vapor denso, y allá ee ve la espléndida montaña, envuelta en vagas megaterio, vestigio del gran caballo americano. Y iqué ancas las de
brumas. Maclan sus ramas mangosy canelos, y el árbol del pan próvido. esas bestias montañosas! iqué garras, que parecen troncos de árbol! Y
37% MAFlTí / EURCIP.;
INGLATERRA 379
.r sentaban Ú; $e de aquellos árboies colosos, y abrazados a c!!os, traían
Tienen magos, y tribus, y excelente memoria. El homicidio es crimen de
c ; ;as ramas :on estruendo de monte que se despeña, y comían de ellas.
que se vengan los elementos desatando sobre los fueguinos sumisos su
,n .mai hora r-evuelven un nido de avestruz; que el avestruz ctaca sin
cólera, Han oído hablar del diablo, J dicen que allí n8 hay diablo. Saben
: !edo a los viajeros de a pie o de a caballo que revuelven sus nidos.
,. de amar y agradecer, que es saber bastante. Se entró de allí e! viajero
.ige el jaguar que pasa, seguido de gran nírmero de zorras, como en
en mares, y luego en tierra de Chile, donde todas Ias montañas están
!a iodia siguen al tigre los chacales; qce lo que en otras tierras es chacal,
rotas, por Ia busca de oro. Ya no acompañaba al laborioso inglés, ni
~;1 .“imérica es zorra. 0 es el ganado airoso de las pampas, que sorprende
cargaba su gran caudal de ciencia, el gaucho romántico, temible y alegre,
;i viajero por su eiegancia y perspicacia, porque parece el rebaño una
suelto y luciente como un Satán hermoso, sino el ganso presumido. con
parvada de escolares traviesos. 0 son los indios mansos de la cordtllera,
su espueia pesada, sus botas biancas y en negras o verdes calzoneras, y
‘li:e nriiian como genios del llano, en sus corceles recamados de plata. muy anchos calzones, y el chilpe rojo y burdo poncho. Así pasaron por
-Iue ellos guían con fuertes e invisibles riendas de alambre; y al sol lucen montarlas mondas, esmaltadas con breves bosques verdes, como esme-
el estribo fuígente, el cabestro enjoyado, la gruesa espuela, el mango del raldas perdidas en ceniza, por los puentes bamboleantes que cuelgan
cu~~~~llio. 0 son ya los eunucos del l!ano, que guardan ovejas, los perros
sobre el turbio Maipo, con su inseguro pavimento de cueros secos y
goskms.
de cañas; por las islas flotantes del lago Taguatagua, que son como
v..a rl * idmtno desmaya y la tterra se entristece; el gaucho, como grandes costras de raíces viejas en que han nacido raíces nuevas, sobre
,; :îante que anhela ver a su amada, mira a la pampa que abandona. Andan las qua cruzan los caminantes, como en cómoda lancha, de una a otra
-ti horda los pacíficos guanacos, celosos de sus hembras, que cuando margen del lago. Y a las faldas de aquellos montes mondos leía el viajero
.aíenten liegada la hora de morir, van, como los hombres de la Tierra del a Molina, que cant los usos de los animales de la tierra; a Azara, cuya
r;‘,.
Jego, a rendir la vida donde la rindieron los demás guanscos de su obra es tesoro; al buen Acosta, que dijo de ias Indias cosas no sabidas.
xtda. Y de súbito la comitiva tiembla, y los guanacos huyen: es que
Y emprendía nuevo viaje a ver de cerca los palidos mineros con SUS
*.,lenerugiendo el puma fiero, que es el león de América, que se pasea
luengas camisas de oscura y ruda lana, sus delantales de piel curtida, sus
de’nEcuador fogoso a la Patagonia htímeda, y que no gime cuando se
ceiridores de color vivo, y sus airosos gorrillos rojos; y ve espantado a los
Gente herido; i bravo león de América! Y más allá están guanacos
miseros apires, que son hombres y parecen bestias, como monstruos
ETuertos,y en medio de ellos, como corona del puma, bandadasde buitres
moribundos, hasta que echan a tierra la gran catga, que es de doscientas
que aguardan ias migajas de la fiesta del león.
o más libras, y emprenden viaje riendo y gracejando, cuando que sóio
Los viajeros andan silenciosos; los arbustos están llenos de espinas;
comen carne una vez a ia semana. Y ya sa!ía de Chiie el viajero, y ya
las plantas son enanas; secas yacen las piedras de sus márgenes; en
tocaba las minas de nitrato de sosa en el solitario Iquique; y aun veía
gotas de rocío apagan su sed los roedores famélicos del bosque.
ante sus ojos, como aparición permanente y radiante, aquel valle de
Así fue para Darwin la árida Patagonia.
7.’ Quillota, que da gozo de vivir; aquellos llanos verdes y apacibles, que
_ iqué negra la Tierra del Fuego! Poco sol, mucha agua, perpetuo
parecen morada natural de la mañana; faquellos bambúes rústicos, que
pantano: turbio todo, todo lúgubre, todo húmedo y penoso. Los árboles
oscilan como los pensamientos en la mente; aquel Ande nivoso, que el
Sn flores; las plantas, alpinas; las montañas, enfermas; !os abismos,
alma enrubia y dora, y el sol poniente tiñe de vívida grana. Cargada asi
como fetidoe; la atmósfera, negruzca.
la mente, volvió el sabio a Europa. Ni día sin labor ni labor sin fruto.
Y a poco, como divinidades del pantano, los fueguinos asoman,fangosa Revolvía aquellos recuerdos. Ech b con los ojos mentales, a andar R
a a,
!a melena, listado el rostro de blanco y encarnado, de piel de guanaco la par los animales de las diversas partes del globo. Recordaba, más ~011
timparada la espalda, desnudo el pardo cuerpo. Mas, a poco que se les desdén de inglés que con perspicacia de penetrador, al bárbaro fueguino,
mira, surge de aquella bestia el hombre.
al africano rudo, al ágil zelandcs, al hombre nuevo de las islas del Pacífico.
Golpean en el pecho a sus visitantes, como para decirles que confían
Y como no ve el ser humano en lo que tiene de compuesto, ni pone
en ellos, y les ofrecen su pecho luego, a que los visitantes golpeen en él.
mientes cabales en que importa tanto saber de dónde viene el efecto que
380 MARTí / EUROPA

le agita y el juicio que le dirige, como laa duelas de su pecho o las murallas
de su cráneo, dio en pensar que habia poco del fueguino a los simi-,
y no más del simio al fueguino que de éste a él. Otros, con ojos desolados
y lìenos de dulcisimas lágrimas, miran desesperadamente a lo alto. Y
Uarwin con ojos seguros y mano escrutadora, no comido del ansia de saber
a dónde se va, se encorvó sobre la tierra, con ánimo sereno, a inquirir de
dónde se viene. Y hay verdad en esto: no ha de negarse nada que en el
solemne mundo espiritual sea cierto: ni el noble enojo de vivir, que se
alivia al cabo por el placer de dar de sí en la vida; ni el coloquio inefable
con lo eterno, que deja en el espíritu fuerza solar y paz nocturna; ni
la certidumbre real, puesto que da gozo real, de una vida posterior en
que seanplenos los penetrantes deleites, que con la vislumbre de la verdad.
o con la práctica de la virtud, hinchen el alma; mas en lo que toca a CARLYLE, ROMANOS Y OVEJAS
construcción de mundos, no hay modo para saberla mejor que pregun-
társela a los mundos. Bien vio, a pesande sus yerros, que le vinieron de
ver, en la mitad del ser, y no en todo el ser, quien vio esto; y quien
preguntó a la piedra muda, y la oyó hablar; y penetró en los palacios
del insecto, y en las alcobas de la planta, y en el vientre de la tierra, y
en los talleres de los marea. Reposa bien donde reposa: en la abadía
de Westminster, al lado de héroes.

1.0 Opinión Nuciond. Caracas, Julio de 1882


yn+, . ,“,- ‘.. . .“d.,,
. ,j* C’
LU ,ar!;,-!c,
IjUL escrIbif.5 n !a luz de !os ojos de una
rt¿.;,:-? y C;;..ur<’
’ .-.- wctr? !ns hombres como montado sobre ella, y
frf,~r!z~ -‘:j~ a ; 27, - *:‘I- 5!, r”~‘
7-3;ados de luz; Sartor Resartus cuenta, en una
ci? 413~pági:;, rn2;c aF*:il!e3 v pii!torercas, cómo se suelen ver en los
Ca7r,‘Cs
-2 2e !i&sda, dcn&: :-::l!ó ?nimales Potter, vacas muy bien vestidas
pastar,do mer:er;mrnte, +TJ~-J :?YS dc! tismpo húmedo por jaiques y
sayue;¿ls,
Leemos ahrrg q-~-e d~&r, 5;~. razón, de !o que cuenta Carlyle, sin
t er qur lie Er? 8 k~-~Yre de de& lo que no viese, aun cuando para ver
!~uhicre C-:e;r, cx U:,!C:CS \ cspaiitos, al fondo de sus mismísimas entrañas.
J_Ill ~SUSW.\ h~e;! hoy co, las ovejas Ic que dice El que vio hacer en
lr :
~~~~iii~!~~..:ci.7~!as facas; y no sólo las visten en Sussex de saya y chaqueta,
c t I?,-.
_ q::i: !rs lai;an, peinan y cakan, como hacían en otro tiempo los
rn;?ri:,:s, para que la lana, con e! cuidado, fuese para el tiempo de la
:JC.,;fla bien sedosa y suelta, o como en Grecia y Asia hacían, para que
1ë:, que iiamaban ovejas “suaves” o “cubiertas” no fuesen a ser tenidas
e;i ttir poca estima como las descuidadas, no vestidas y de lana áspera
E hirsuta.
Y quien iea el Talmud, que por ciertc tendrá con eso exquisitos y
profundos goces y magnas revelaciones, ino ve en él que también era de
uso entre los viejos hebreos, para proteger a los corckrillos recién nacidos,
cubrir!os con lienzos ajustados al cuerpo por tenazas y broches, de modo
‘que el aire húmedo o !a yerba áspera no les lastimase?
Lo cual quiere decir que quien quiere que las ovejas le rindan buena
lana y ias vacas buenos terneros, las ha de abrigar y cuidar bien, y
tratarias con caridad y ciencia: para que no se le enfermen por incuria,
o le den hijos ruines y entecos, como todos los del abandono y la tristeza.

LA Anrérica. Nueva York, febrero de lfB4


HERBERT SPENCER
1

HERBERT SPENCER

Por su cerrada lógica, por su espaciosa construcción, por su lenguaje


artido, por su brillantez, trascendencia y peso, sobresale entre esos varioe
t.ratados aquel en que Herbert Spencer quiere enseñar cómo se va, por la
excesiva protección a los pobres, a un estado socialista que sería a POCO
un estado corrompido, y luego un estado tiránico. Lo seguiremos de
cerca en su raciocinio, acá extractando, allá sup!iendo lo que apunta;
acullá, sin decirlo, arguyéndolo. Pero icómo reluce este estilo de Spencer!
No ea ese estilo de púrpura romana de Renán, sino cota de malla
impenetrable, llevada por robusto caballero. Muévese su lenguaje en
ondas anchas, como las que imprime en el océano solemne un imponente
cjspor trasatlántico. Es su frase como hoja de Toledo noble y recia, que
fe sirve a la par de maza y filo, y rebana de veras, y saca buenos tajos,
y tanto brilla como tunde: derriba e ilumina. Su estilo JIO tiene muchas
piezas, ni las ideas le vienen de pronto y en racimo, y ya en la familia y
dispuestas a expresión, sino que las va construyendo lentamente, J con
trabajoso celo leyéndolas en los acontecimientos. Se inflama a ocasionea
en generoso fuego; pero la llama, que brilla entonces intensa, dura POCO.
F.S un estilo de cureña de artilleria, hecho como para soportar las
andanadas certeras que desde él dispara el pensamiento. Habla, como
otrcs en cuadros, en lecciones; tanto, que a veces peca de pontífice. Como
en una idea agrupa hechos, en una palabra agrupa ideas. Sus adjetivos
le ahorran párrafos, El funcionarismo, que tiene intereses comunes, es
“coherente”; el público, que anda suelto y se pone raras veces al habla,
CS “incoherente”. “Agencias” son las fuerzas sociales. Ve el flujo y
reílujo periódico de la vida en los pueblos, como un anatómico ve en
las venas el curso de la sangre. Escarda cuidadosamente, entre los hechos
diversos, los análogos; y los presenta luego bien liados y en hilera, como
soldados mudos, que van defendiendo lo que él dice. Anda sobre hechos.
388 MARTí / EUROPA INGLATERRA 389

Puede descontar de su raciocinio, como sin duda le acontece, un grupo ic ómo vendrá a ser el socialismo, ni cómo éste ha de ser una nueva
de sucesos que debiera estar en él, y le hace falta para que no manque: esclavitud? Juzga Spencer como victorias crecientes de la idea socialista,
pero no traerá nunca a su milicia formidable revelaciones que no recibe, y conckones débiles de los buscadores de popularidad, esa nobilísima
ni especulaciones tkicas que con razón desdeña. De fijarse mucho en tendencia, precisamente para hacer innec~ario el socialismo, nacida de
la parte, ee le han viaiado los ojos de manera que ya no abarca COLI todos los pensadoresgenerososque ven como el justo descontento de las
facilidad natural el todo; por lo que, con tanto estudiar las armonías clasesllanas les lleva a desear mejoras radicales y violentas, y no hallan
humanas, ha llegado como a perder interés, y fe, por consiguiente, en más modo natural de curar el daño de raíz que quitar motivo al
las más vastas y fundamentales de la Naturaleza. Y este aspecto le viene descontento. Pero esto ha de hacerse de manera que no se trueque el
de su gran cordura y honradez; pues ve tanto que hacer en lo humano, alivio de loo pobres en fomento de los holgazanes; y a esto sí hay que
lue el estudio de lo extrahumano le parece cosa de lujo, lejana e infecunda, encaminar las leyes que tratan del alivio, y no a dejar a Ja gente humilde
a que podrá entregarse el hombre cuando ya tenga conseguida su ventura; con todas sus razones de revuelta.
en lo que yerra, porque si no se les alimenta en la ardiente fe espiritual So pretexto de socorrer a los pobres-dice Spencer,-sácanse tantos
que el amor, conocimiento y contemplación de la Naturaleza originan, tributos, que se convierte en pobres a los que no lo son. La ley que
se vendrán los hombres a tierra, a pesar de todos los puntales con que estableció el socorro de los pobres por parroquias hizo mayor el número
los refuerce la razón, como estatuas de polvo. Preocupar a los pueblos de pobres. La ley que creó ciertagrima a las madres de hijos ilegítimos,
exclusivamente en su ventura y fines terrestres, es corromperlos, con la fue causa de que !os hombres prefiriesen para esposasestas mujeres
mejor intención de sanarlos. Los pueblos que no cneen en la perpetuación r. las jóvenes honestas, porque aquéllas les traían la prima en dote. Si
y universal sentido, en el sacerdocio y glorioso asoenso de la vida humana, los pobres se habitúan a pedirlo todo al Estado, cesaran a poco de hacer
se desmigajan como un mendrugo roído de ratones. esfuerzo alguno por su subsistencia,a menos que no se los allane propor-
cionándoles labores el Estado. Ya se auxilia a los pobres en mil formas.
Ahora se quiere que el gobierno les construya edificios. Se pide que
2 así como el gobierno poseeel telégrafo y el correo, posealos ferrocarriles.
JQ día en que el Estado se haga constructor, cree Spencer que, como que
“LA FUTURA ESCLAVITUD” los edificadores sacarán menos provecho de las casas, no fabricarán, y
vendrá a ser el fabricante Unico el Estado; el cual argumento, aunque
viene de arguyente formidable, no se tiene bien sobre sus pies. Y el día
Tendencia al sociulásmo de los gobiernos actuales.-La acción excesiva en que se convierta el Estado en dueño de los ferrocarriles, usurpará todas
del Estado.-Habhrciones para los pobres.-La reacionalizacihn de la las industrias relacionadas con éstos,y se entrará a rivalizar con toda la
tierra.-El funhonarismo muchedumbre diversa de industriales; el cual raciocinio, no menos que
el otro, tambalea, porque las empresasde ferrocarriles son pocas y muy
La Futura Esckavitud se llama este tratado de Herbert Spencer. Esa contadas, que por sí mismas e!aboran 105materiales que usan. Y todas
futura esclavitud, que a manera de ciudadano griego que contaba para esasintervenciones del Estado las jurga Herbert Spencer como causadas
poco con fa gente baja, estudia Spenc-er,es el socialismo. Todavia se por la marea que sube, e impuestaspor la gentualla que las pide, como
conserva empinada y como en ropas de lord la literatura inglesa; y este si el Ioabilísimo y sensato deseo de dar a los pobres casa limpia, que
desdén y señorío, que le dan originalidad y carácter, la privan, en sanea a la par el cuerpo y la mente, no hubiera nacido en los rangos
cambio, de aquella más deseabbeinfluencia universal a que por la mismos de la gente culta, sin la idea indigna de cortejar voluntades
profundidad de su pensamiento y melodiosa forma tuviera derecho. populares; y como si esa otra tentativa de dar los ferrocarriles al Estado
Quien no comulga en el altar de los hombres, es justaente desconocido no tuviera, con varios inconvenientes, altos fines moralizadores; talea
por ellos. como el de ir dando de baja los juegos corruptores de la bolsa, y no
390 MABTf / EUROPA INGT 4TERR4 391

fuese alimentada en diversos países, a un mismo tiempo, entre genteu que excesiva. C’iln cn clp tl,reva fil”“:;?. Ver.-;:? ‘I!lî c?:tR nuev GP funcio.
no andan por cierto en tabernas ni tugurios. gar:rc 1-n ‘p. !T)PIît--í
=,... ,.a. vvo en casi todas pzrtes. se gusta demasiado
Teme Spencer, no sin fundamento, que al Ilegar a ser tan varia, activa Ir w¿;,ar ktiestos púbiicos. tenid-s como más distinguidos que cualesquiera
y dominante la acciûn del Estado, habría este de imponer considerable3 ütrt-t-. y CC !os cuales se logra remuneración amplia y cierta por un trabajo
cargas a la parte de la nación trabajadora en provecho de la parte ::lrltivamenie escaso: con lo cual claro está que el nervio nacional se
páupera. Y es verdad que sí llegare la benevolencia a tal punto que nieLde ;JIal -;a un pueblo de gente oficinista!
los páuperos no necesitasen trabajar para vivir-a lo cuai jamás podrán /.J vc!c~ el poder que iría adquiriendo la casta de funcionarios, ligados
Ilegar,-se iría debilitando la acción individual, y gravando la condición por la necesidad de mantenerse en una ocupación privilegiada y pingüe,
de los tenedores de alguná riqueza, sin bastar por eso a acallar las Io Irla perdiendo el pueblo. que no tiene las mismas razones de complicidad
necesidades y apetitos de los que no la tienen. Teme además el cúmulo un esperanzas y provechos. para hacer frente a los funcionarios enlazados
de leyes adicionales, y cada vez más extensas, que la regulación de las por irrtereses comunes. Como todas las necesidades públicas vendrían
leyes anteriores de páuperos causa; pero esto viene de que se quieren a sc.1. ratisfcchas por el Estado, adquirirían los funcionarios entonces la
legislar las formas del mal, y curarlo en sus manifestaciones; cuando en ini!Ler;cia rr.~>rxe q:te naturalmente viene a los que distribuyen algún
lo que hay que curarlo es en su base, la cual está en el enlodamiento, (!cxcl:o G Lcneficio. El 1lom h re que quiere ahora que el Estado cuide de
agusanamiento y podredumbre en que viven las gentes bajas de las el p;:12 IXI tener que cuidar él de sí, tendría que trabajar entonces en la
grande3 poblaciones, y de cuya miseria-con costo que no alejaría por rned~tia. por el tiempo y en la labor que p!uguiese a! Estado asignarle,
cierto del mercado a constructores de casas Je más rico estilo, y sin los puesto que a éste, sobre quien caerían todos los deberes. se darían
riesgos que Spencer exagera-pueden sin duda ayudar mucho a sacarle3 naturalmente todas las facultades necesarias para recabar los medios de
las casas limpias, artísticas, luminosas y aireadas que con razón se trata cumplir aquellos. De ser siervo de sí mismo, pasaría el hombre a ser
de dar a los trabajadores, por cuanto el espíritu humano tiene tendencia siervo del Esta4o. De ser esclavo de los capitalistas, como se llama ahora,
natural a Ia bondad y a la cultura, y en presencia de lo alto, se alza, y ir;, a ser esclavo de los funcionarios. Esclavo es todo aquel que trabaja
en la de lo limpio, se iimpia. A más que, con dar casas barata3 a los para otro que tiene dominio sobre el; y en ese sistema socialista dominaría
pobres, trátase sólo de darles habitaciones buenas por el mismo precio la comunidad al hombre, que a ia comunidad entregaría todo su trabajo.
que hoy pagan por infecta3 casucas. Y ccmo los funcionarios son seres humanos, y por tanto abusadores,
<oherbios y ambiciosos, y en esa organización tendrían gran poder,
Puesto sobre estas bases fijas, a que dan en la politica inglesa cierta
apoyados por todos los que aprovechasen o esperasen aprovechar de los
mayor solidez las demandas exageradas de los radicales y de la Federación
abusos, y por a..Iuellas fuerzas viles que siempre compra entre los oprimidos
Democrática, construye Spencer el edificio venidero, de veras tenebroso,
y semejante al de los peruanos antes de la conqu:sta y al de la Galia el terror, prestigio o habilidad de los que mandan, este sistema de
cuando la decadencia de Roma, en cuyas épocas todo lo recibía el distribución oficial del trabajo común llegaría a sufrir en poco tiempo
ciudadano del Estado, en compensación del trabajo que para el Estado de los quebrantos, violencias, hurtos y tergiv-ersaciones que el espíritu de
hacía el ciudadano. individualidad, la autoridad y osadía del genio, y las astucias del vicio
Henry George anda predicando la justicia de que la tierra pase a originan pronta y fatalmente en toda organización humana. “De mala
rer propiedad de la nación ; y la Federación Democrática anhela la humanidad-dice Spencer--no pueden hacerse buenas instituciones.” La
iormación de “ejércitos industriales y agrícolas conducidos por el miserra pública será, pues: con semejante socialismo, a que todo parece
Estado”. #Gravando con más cargas, para atender a las nuevas demandas, tender en Inglaterra, palpab!e y grande. El funcionarismo autocrático
las tierras de poco rendimiento, vendrá a ser nulo el de éstas, y a tener abusará de la plebe cansada y trabajadora. Lamentable será, y general,
menos frutos la nación, a quien en definitiva todo viene de la tierra, y a ia ser! idumbre.
necesitarse que el Estado organice el cultivo forzoso. Semejantes empresas Y en todo este estudio apunta Herbert Spencer las consecuencias
aumentarían de terrible manera la cantidad de empleados públicos, ya posibles de la acumulación de funciones en el Estado, que vendrían a dar
392 MARl’f / EUROPA

en esa dolorosa y menguada esclavitud; pero no señala con igual energía,


al echar en cara a los páuperos su abandono e ignominia, los modos
naturales de equilibrar la riqueza p&lica dividida con tal inhumanidad
en Inglaterra, que ha de mantener naturalmente en ira, desconsuelo y
desesperación a seres humanos que se roen los puños de hambre en laa
mismas calles por donde pasean hoscos y erguidos otros serss humanos
que con las rentas de un año de sus propiedades pueden cubrir a th
Int$aterra de guineas.
Nosotros diríamos a la politica: iYerra, pero consuela! Que el qur
consuela, nunca yerra.

Lu Améti, Nueva York, ‘abril de 1884


LIBRO NUEVO Y CURIOSO

“Registro de las facultades de la familia’*.--Cnracteres transmisibles.-


La ky de kredación.-Vanidad de la nobleza
Se intenta en estos tiempos lo que parece posible conseguir: la
reducción del hombre, con todas sus facultades espirituales y agencias
físicas, a un ente regular científico; la predicción exacta de lo futuro
por el conocimiento exacto de lo pasado; la previsión de las acciones
humanas, como se prevén ya Ias tormentas y el curso de los astros; la
supresión de lo maravilloso y extrarregular en la existencia; la reducción
a leyes fijas de los movimientos humanos.
La filosofía materialista, que no es más que la vehemente expresión
de1 amor humano a la verdad, y un levantamiento saludable del espíritu
de análisis contra la pretensión y soberbia de los que pretenden dar leyea
sobre un sujeto cuyo fundamento desconocen; la filosofía materialista,
si extremar sus sistemas, viene a establecer la indispensabilidad de estudiar
!as leyes del espíritu. De negar el espíritu-la cual negación fue provocada
en estos tiempos, como ha sido en todos, por la afirmación del espíritu
excesiva ,-viene a parar en descubrir que el espíritu está sujeto a leyea
y se mueve por ellas, aceleradas o detenidas en su cumplimiento por Iaa
causas mecánicas y circunstancias rodeantes que inf!uyen en la existencia
v suelen ser tan poderosas que la tuercen o determinan.
No hay contradicción entre reconocer las leyes generales que se
deducen de la observación de los actos de los hombres, y la hermoaa
majestad, originalidad fructífera y fuerza propia y personal que hace
interesante, no\-adora p sorprendente la persona humana.
Observando a los hombres, se ve que no es cada uno una entidad
definitivamente aislada y con un carácter exclusivo, que venga a ser una
combinación original de los elementos humanos comunes; sino un tipo
de una de las varias especies en que los hombres se dividen, según exista
en eilos dominante el amor de sí, o no exista, o coexista con el amor
s los demås: y según, de los accidentes usuales que influyen en los hombres!
les haya tocado vivir entre algunos determinados que en personas de
cierta manera constituidas han de producir una conocida impresión
r.ierta.
3% MARTÍ / EUROPA IRCLATERRA 397

La gran división que pone de un lado a unos sereshumanos,y conserva acabados como una empuñadura florentina, blandos y calurosos como
a otros, como ornamentos, de otro lado, es la divisi6n entre egoístas y una boca que el amor enciende. Quedan en el espíritu del hombre laa
altruistas, entre aquellosque viven exclusivamente para su propio beneficio huellas del carácter de sus padres; pero, iquedan porque las traiga del
y el pequeño grupo de seresque dependen directamente de ellos, egofstas sermen paterno c las entranas maternales, desde antes de salir a la
estos últimos en grado menor y con circunstancia atenuante; y aquellos vida, o porque los adquiera en e ! intimo roce con sus padres despuésde
a quienes más que el propio bien, o tanto por lo menos’,preocupa el bien baber nacido? ¿Y las muestras constantes de carácter enteramente
de los demás. El avaro es el tipo esencial del egoísta; el héroe ea el original, y ruda y hurañamente desligado de toda virtud paterna? ¿Y
tipo esencial del altruista. las muestrassublimes de poderosísimo amor y bríos heroicos, nacidas de
Y siendo una en todos los hombres la naturaleza humana, y uno antegenitores notoriamente groseros de uno y otro lado, y padres
siempreen torno de ellos el resto de la naturaka en que el hombre influye, egoístas? ¿Y todos esosejemplos, más numerosos que las angustias de
y que influye en él, ~110shan de ser los actos humanos cada vez que el un hombre virtuoso en la vida diaria, de criaturas dotadas de cualidades
mismo grupo de datos, el mismo estado nacional, la misma penuria excelsasopuestzs a las ruines de suspadres, como si fueran indignaciones
económica, la misma irregularidad política, la misma concurrencia en vivas de la naturaleza y enseñanza de que las criaturas no engendran
el espíritu de elementossemejantesse presenten. sus semejantes,sino sus opuestos? Las cualidades de los padrea quedan
Los arrebatos mismos de magnífica genialidad con que esa especie en el espíritu de los hijos, como quedan los dedos del niño en las alas
de hombres acumulados a quienes se llama grades hombres rompen en de lg fugitiva mariposa.
los momentos supremosde angustia, por entre los más duros obstáculos, Francis Salten quiere que su libro sea una especie de prontuario de
y ponen de un solo golpe a mucha mayor distancia en el camino de fa profecías, merced al cual, dados los caracteres de nuestros abuelos J los
altura la bandera humana, son también una ley del espíritu; que jamás, nnestrospropios, podemospredecir cómo serán nuestroshijos. iY nosotros,
cuando hay condiciones generales que hagan posible y necesaria la que vemos a los nuestros oscilar a nuestros ojos como la superficie dd
intervención del grande hombre, deja de levantarse debajo de algún pecho mar a diversos vientos, según sea amorosa u odiadora la persona que va
a su natural eminencia el espíritu humano. ejerciendo en ellos dominante influencia! “Para los que deseencondcer
La vida espiritual es una ciencia, como ta vida física. Esta época de antemano las facultades mentalesy cp.--‘s -, de SUS hijos, y contribuir
kJ,~rJes
nuestra es grande, no por lo que ha aprendido, sino porque ha descubierto al adelanto de la ciencia de la heredaciojn”, está dispuesto el Regtitro de
lo que se tiene que aprender. En cuanto el hombre, nacido en 1793, ks jadtades de la jwniliu, de modo que puedan escribirse en el libro
aunque venía ya encinta desdetres siglos antes, comenzó a entender la la descripción y actos de los quince antecesoresdirectos que constituyen
libertad y a ejercitarla, comenzó a ser luminoso. Ha tomado con mano las tres generaciones que inmediatamente preceden a una familia de
segura la razón, y la está paseando, absorto y jubiloso, ante las bellezas hijos, Hay espaciotambién para descripcionesde los hermanosy hermanas
que descubre, por las profundidades de si mismo. do estosantecesores,y de otros parientes más lejanos cuyo influjo pueda
haberse hecho sentir en su descendencia. Deacríbenseen el Reghtro, en
Esas líneas que van delante las hemos escrito pensando en el título las casillas correspondientes,el modo de vida de cada persona, en cuanto
de un libro nuevo, inglés, que acaba de reimprimir un editor norteame- pudo afectar el desarrollo o la salud; sus a;btitudesmentalesy mordes, y
ricano. El autor del libro cree demasiado en aquello en que hay que SU energía, y el grado en que las tuvo, y si fue mayor o menor que eI
creer bastante: en la heredación de las cualidades de familia. “Dadme grado en que se tienen comúnmente; :w padecimientos menores y
-dice-tres generacionesde parientes, y os daré todas las cualidades de enfermedadesgrzes; la causa y fecha de la muerte y edad en que vino a
su descendiente.” morir. Y con todos esosdatos, cree Salten que se podrá predecir cómo
Esta teoría es errónea, puesto que ‘se ven surgir, sin transición ni serán los hijos; de ‘lo cual n0 importa tener conocimiento previo para
antecedencia, sin progresión ni acumulación visible, de vientres bastos saber que ser& de este modo o aquél, sino para dirigir su educación
como una cueva de troglodita, espfritus lucientes como un diamante, conforme a las cualidades que en ellos existan, o a las virtudes de que-
398 bsrrrf / ~UPOPA

carezcan; con lo que viene ka filosofía materialista a reconocer que el


espíritu wrne a la tierra con carácter marcado prebecbo, y a aceptar en
ana de su8formas la verdad de la preexistencia, que arguye la necesidad
p racionalidad de postexistir.
Tiene ei autor dei Registro de lus facultades de la familia tal opinión de
la conveniencia de estudiar los caracteres de los antecekres, como medio
de conocer y guiar el de nuestros descendientes,que a los inglese que
ante8 de determinado día le entreguen los mejores extracto8 de lo8
caracteres de susfamilias propias, ofrece un regalo de 500 libras esterlinas.
Y entre otra8 cosasbuenas, dice una el libro, para castigo de las gente8 DARWIN Y EL TALMUD
que en Europa J América andan fabricándose ascendenciasde conquis-
tadores; como si un soldado humilde y pobre, que ha engendrado y criado
a un hijo bueno, no fuera igual, o superior, por la virtud de ese último Cvzver,a.~;L:.~ rnbre Cenrroaméricc y las hormigas
mérito difícil y excelencia del resultado, al descendientede mejor casa
que en condicione8 naturales y holgadas, y sin sacrificio ni trabajo, logra
educar bien a BU hijo. Dice esto el libro, a propósito de 108 que se
enorgullecen en Inglaterra de su abolengo noble: “ANO ha de ser pueril
pretender que hay alguna virtud especial en descender de alguno de
lo8 conquistadores normandos, si, dado el caso de que no hayan venido
celebrando matrimonios entre su propia parentela, enseña la ciencia de
la heredación que sólo tiene cada conquistador normando una parte en
dieciséis millares de partes en la producción de un hombre de estos
tiempoa?”
De manera que no es irracional suponer que con el germen de vid8
el padre transmite al hijo sus cualidades primitiva8 y esenciales; ni er
cuerdo exagerar esta doctrina hasta afirmar que con el germen 8t
transmiten, no sólo las sutiles esenciasy peculiaridades del eapíritn, sino
todas aquellas mera8 accidencias que van amoldándolo en BUvida por IS
tierra como los dedos del escultor el yeso blando, y llegan por lo común,
si no dan con un individuo prominente, a ofuscas y oscurecer con la8
preocupaciones adquiridas y cóleras y simpatias de contagio, el vigor p
la originalidad del espíritu nativo. La individualidad es el distintivo del
hombre. Se pueden conocer ias leyes de la vida, como se conocen la8 de
los astros, sin poder por e50 ni añadir ni quitarles luz, ni torcerlo8 de
se; curso.

I.0 América. Nueva York, máyo de 1884


Un paciente leedor de libros antiguos ha hallado en el Talmud pruebas
numerosas de que los escritores hebreos eran perspicaces observadores de
1s Naturalesa; y acaba de publicar una colección de escritos del libro
sagrado de los judíos que demuestran que ya en aquel tiempo se tenian
ideas semejantes a las que ahora pasan como novísimas y nacidas de
Darwin.
Un escritor hebreo habla muy minuciosamente de lo mucho que
tiene que hacer el que la cresta del gallo esté entera en su capacidad como
jefe del serrallo, y diserta sobre la pérdida visible de ánimo y vigor que
se nota en las aves cuando van perdiendo aquellos ornamentos que
constituyen su hermosura; así el quetzal de ahora, en la América del
centro, que es fama que muere cuando se le quita la larga y tornasolada
pluma que le hace de cola. Y cuando lo cautivan también muere; por
eso hace el quetzal gallarda figura, como ‘sfmbolo de independencia, en
el escudo de Guatemala: sólo que no siempre obran los pueblos en
ronformidad con lo que establecen sus escudos.
Salomón señaló a la hormiga como ejemplo de crfaturas cuerdas e
industriosas, y un observador hebreo de aquellos tiempos viejos afirma
que Salomón tuvo razón, pues la hormiga ee animal que fabrica taus
casas en tree pisos y almacena sus provisiones, no en el piso más alto
de la casa, donde estarían expuestas a las lluvias, ni en el piso bajo,
donde podrían sufrir de la humedad, sino en el piso del medio, donde
deposita todo lo que puede recoger.
Ese mismo escritor se entretiene contando que ia hormiga es, ademk,
muy honrada, y nunca toma lo que pertenece a susvecinos, cuya propiedad
ayuda y respeta. También esto nos trae a la memoria a un hombre de
hermoso corazón, clarfsimo pensamiento y notable cultura, de Centroamé-
rica; al que sacudió al país de su apatía conventual, y lo echó a vivfr
como hubiera podido con un hijo, sin entristecerse grandemente el día
en que la fortuna le quitó el premio de su valor, previsión y atrevimiento
de las manos; al mantenedor brioso, en parlamentos y batallas, del decoro
INGLATERRA 403
402 MARTf / EUROPA

prudencia de la que debe guiar a los hombres, que tienen el derecho de


y librepensamiento humanos, que de Tbiers tuvo tanto, que hubiera sido
investigar lo que entrevén, y de apagar la sed que lea inquieta. Asi dice
en Francia o compaíiero o rival cuyo, J fatigado de la pequeñez de lo
el Talmud: “No procures alcanzar lo que está demasiado alto para ti, ni
común de los hombres, se sentó al fin a ver correr la vida, y muiió sin
penetrar lo que está fuera de tu conocimiento, ni descubrir lo que ha sido
entusiasmo, sin fe y sin quejas; al caudillo civil y militar de la revolución
colocado más allá del dominio de tu mente. Encamina tu pensamiento
liberal que sacó, para siempre acaso, de las manos de la Compañía de
hacia aquello que puedas llegar a conocer, y no te inquiete el deseo de
Jesús y sus servidores laicos, a su patria Guatemala, y a Centroamérica
llegar a conocer las-cosasescondidas.”
tal vez: a don Miguel García Granados. Era profundo pensador, estratégico
Pasa el positivismo como cosa nueva, sin ser más que la repetición
consumado, ajedrecista notabilisimo, y tan curioso en cosas de ciencia,
de una época filosófica conocida en la historia de todos los pueblos;
que había llegado a formar una teoría nueva, fundada en muchos hechos,
eobre la inteligencia, dotes de administración y gobierno y lenguaje de porque esa que hemos transcrito del Talmud no es más que la timorata
las hormigas. Para aquella vasta mente, servida por una razón limpia y doctrina positivista, que con el sano deseo de alejar a los hombrea de
un corazón sencillo, nada había indigno del más atento estudio. construcciones mentales ociosas, está haciendo el daño de detener a la
bumanidad en medio de su camino.
Entre aquellos hebreos de que hablamos hubo uno que se llamó Simón
Se debe poner tierra primero antes de adelantar un paso en ciencia;
ben Cbaiafta. El “Experimentador” observó también mucho los hábitos
pero no se puede hacer calzada al cielo.
de las hormigas. Un periódico de ahora, hablando de él, dice que Simón
El viaje humano consiste en llegar al pais que llevamos descrito en
hizo, entre otros, un experimento digno de Lubbock, que los ha hecho
ouestro interior, y que una voz constante no9 promete.
tan buenos: en un día muy caluroso, puso una especiede toldo sobre un
hormiguero. Salió una hormiga, que iba como de centinela avanzada; Sin querer, hemos llegado a este punto del extracto de la noticia de
un periódico.
vio la cubierta, y sevolvió a contar el caso a suscompañeraa Asomáronse
todas enseguida, visiblemente contentas de la sombra que les daba el
toldo, y de cuyo recinto no salían. Pero aquí viene lo que demuestra que Lo Amirka. Nueva York, mayode 1884
la naturaleza humana no es distinta dt+ la de los demás seres vivos, en
todos los cuales,como en el hombre, se mezclan a los instintos mástiernos
los mEs injustos y ferooes: quitó Simón el toldo, para ver lo que las
hormigas hacían, y éstas entraron en tan gran cólera, que creyéndose
engaiíadaspor la hormiga centinela, y que con un falso informe las había
sacado a 109rigores del Sol, cayeron sobre ella y la dejaron muerta. En
cambio, Simón cuenta otros muchos sucesosen que se ve que la hormiga
gusta de contribuir, y aun de sacrificarse, al bien de sussemejantes.
El lector de libros hebreos a quien nos referíamos al comenzar estas
lineas cita pasajesdel Talmud que dejan creer que ya para entonces se
tenia como diferente sólo en cantidad la inteligencia del hombre y la de
los demásanimales.
Pero parece que el Talmud, despuésde observar mucho, había hallado
que cuando se ha explicado todo lo que se ve, todavía no se sabe todo lo
que se desea,ni se explica lo que no seve p se siente, como no entendería
la naturaleza del vapor, ni podría más que deducir la necesidad de su
existeacia, aquel que conociera solamente,aunque de un modo acabado,
todas las partes de una locomotora. Aaí dice el Talmud, con más
RUSIA

Letras
PUSHKIN

A memorial to the man who blated the pathway leading to Russian liberty
Moscow has had her festival in the erection of a monument to
Pushkin, the Russian apostle and poet. A due tribute has been paid with
aolenm éclat, great orators have spoken and memorable verses have been
read, but ominous voices were heard. Do the people both adore and
detest him? 1s the East shaken to her very vitals, preparing, with more
firmness and practica1 common scnsc than its prototype, its terrible ‘89?
If the monarchy will not make a revolution, the revolution will unmake
the monarchy. A prudent chieftain will make himself the leader of forces
that cannot be held back.
The recent festival at Moscow was a political agitation, marked with
terrible accusations and popular bitterness. The people knew Pushkin by
heart, but they wanted to punish his lack of character. It was a merciless
chastisement. In becoming the historiographer of the Czar, he was no
longer the outspoken friend of tha people. He had kissed the whip that
he had tried to break. Russians insist that the actions of genius must
correspond with the promises of its songs. The hand must follow the
inspiration of the intellect. It is not enough to write a patriotic strophe:
you must live it. In the sombre politics of Rusia there are only two
parties, the whipped serfs, and their masters. He who has not the courage
to be honest in Ruseian politics cannot be regarded as an honest man.
After weeping over the wrongs of his countrymen, Pushkin finally
caressed and lauded the hand that inflicted them.
The poet’s talent was frescb, rich, and powerful. Prosper Mérimée,
who translated his works into elegant French, speaks of him as “the
first poet of his time.” Mérimée, the connoisseur of al1 literature, spoke
these words in the days of Alfred de.Musset and Victor Hugo. With a sad
smile Alfred had plunged his heart into a glass of absinthe after it had
been wounded by a woman. A sea of new poetry, fresh and sparkling,
was pouring from Hugo’s boundless imagination.
Byron had died with bis sword across his lyre. As a poet, Pushkin
was his superior, but not as a man. True, he did not reach the mysterious
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ma;nificent heights in which the Englishman soared. Byron SBW injustice generous soul, had he lived, might have begun to hate and to lash the
:nd lashed it. Pushkin raised his voice against it, and then became ita Court that he had served. And then again, aristocrat that he wa~, living
chamberlain and historian. He was more humane, more fluent, more a fast life and accustomend to al1 its prodiga1 and luxurious surroundings
jmaginative. more spontaneous, and more national than Byron, but les~ ar.! its pecuniary demands, he might have become still more strongly
h-,d\e. and totally undesirous of dying in the cause of liberty. Pushkin attached to his imperial tempter. His life was the career of a race horse.
might have lived to an old age; Byron could not. Death is a right He had all the impulses and vagar& of nervous creatures. Like al1
belonging to lives devoted to the rights of man-lives ful1 of passion, geniuses, he was extreme--extreme in boldness and extreme in weakness.
resianed and proud. Pushkin has been compared to Victor Hugo. h is He allowed his reason at times to be guided by his impulses. Poets are
not an apt comparison. Both were essayists at an early age. At fifteen, like seas, they ebb and flow. When almost a boy, Pushkin reigned in
the Russian wrote verses in French as charming as the linea of La drawing rooms. He was adored by women, and honored and feared by
Fontaine, and as cutting as those of Molière. The two styles were especially rnen. His imagination perfumed the palace. His wonderful flow
adapted to the Russian character. That of La Fontaine was primitive good of wit warrned al1 hearts. True men are always true, despite the
sense, and that of Molière marked by hatred of the privileged classes. At surroundings of a capricious life. If perchance they fall away from truth
the age of fifteen Victor Hugo abandoned the student’s promenade, rushed of virtue, it is only for a short time. They are sure to again return. Love
up the steps of the Academie Fraqaise, and with trembling hands placed of justice and the batred ignited by hatred and tyranny, forced young
on the Secretary’s table his ode on “Lea Plaisirs de 1’Etude” which wou Pushkin to write biting satires.
an accessit. Beyond this there was no simi!arity between the poets, except Forbidden to be printed, they found their way into the hands of the
in the power of imagination. With romance Hugo vindicated murdered people in manuscript. These satires were a rumbling in distant clouds,
liberty. that forecast a tempest. The people began to murmur. The cup of so&
Pushkin aroused a people, lifted a Nation, and put life into a corpse. in distress indicated a moral revolt. Farseeing poets are always ahead
The people whom he aroused have indeed become a people. The advanced of the times. Pushkin wrote in the generous language of youth, and with
parties owing him their existance, are breathing and growing, because all the freshness that characterizes political pamphlets forced to the surface
he did not do al1 that he allowed them to see that he could do. The by the oppression of tyranny. Monarchy unites itself with religion. When
French revolution owes its existance to Mirabeau, despite the stains on one is struck the other staggers. Pushkin wrote the “Gabriellade,” in
his brilliant career; the approachin, 0 Russian revolution owes its existence which libertine gods, marsha!led by the archangel Gabriel, did deeds that
to Yushkin, despite his relations with the Court. were anything but divine. He tickled the public ear with a Voltairean
“Away with darkness! Hail to the sunlight!” cried the poet fifty years sneer that greatly amused the philosopher Bielinski.
2g0, when his liberal ideas had buried him in the Caucasus, when nobody The poet was banished; but when nqurished with the bitter bread
but he dared with such a cry. Today, anybody stands in the path that he of exile, his sarcasm became more powerful. His verses cracked like whips
opcned, and cries “Hail to the sunlight! Away with darkness!” over the head of Prince Vorontzov. He was driven to the forests, where
But the people whose applause is sought assume the right to punish. he could sing his strophes afar from men. The monarchists did not want
It would have been better not to think of the weakness of the man on him to put life into the dead massea.
the day of his glorification. It was hardly proper to cross swords over The universities were the intellectual valets of the Czar. The possession
his cold body. It was a strange festival. The masters whom he flattered of a foreign book was a crime.
in the waning of life, and the people. whose songs and aspirations vibrated How blessed was Pushkin’s enforced solicitude! Beautiful are tbe
in the chords of his lyre, both claimed the dead man’s shroud as their songs of poets who suffer. To make them suffer is to make them sing
battle flag. more sweetly. It was in exile that Pushkin wrote his “Prisoner of the
It is impossible to say how far this man would have gone. He died Caucasus.” His “Fountains of Bajchisarai” and his “Freies Brigands.”
in time to prevent the effacement of al1 the glories of his early life. His Then also he wrote the superb and rich popular tragedy “Boris Godunov”
412 MARTÍ / EUROPA RUSIA

in which a genius proud and free, with no power to flatter, no school to cyca like clouds in the aky. He was a man of alI timm and aII eormtrisl
follow, and no successto strive for, enlarged by solemn solitude, poured -the intrinsic man-the universe in a single breast.
out in ful1 the great pasaions and inmortal sentiments by which it wae
Russian newspapershave described the splendid monument and gres
inspired. Liberty, the mother of genius being absolute, the Child was
prooessions at Moscow. They have sketched the decorationa and
healthy. Pushkin himself said that “Boris” was his best work.
enumerated those who were present at the inauguration of the memorfal,
Nicholas ascended the throne. With the hand that opened the but they have not mentioned the rnagnificent literary congreaa that
universitica to the people, and the frontier to books, he signed the pardon honored the occasion. Al1 that Russia has not yet exiled, and al1 that the
of Pushkin. The fierce yearnings that torment a poetic soul in exile, fermenting country still possesees among the famous and illustrious, ware
were limitless when the unexpected hour of happiness arrived. Pushkin there to consecrate Pushkin as the National poet. We must throw aside
again emhraced old friends. He drank the good old wines, and again the bitterness against the dead cherished by the Russian Liberals. It is
paid homage to beauty. He feverishly drained the cup of pleasure. Talent like the bitterness of the Poles against Mickiewicx. Al1 of the literary
like a pretty woman is sought, flattered and caressed. It is crushed when coteries, except that of the humorist Saltykov, representatives of al1
it rebels: it is adored when it submits. Nicholas praised his poet, and political parties, and all Russian men of letters were seated there, Iike
lavished money upon him, after appointing him historiographer of the good sons,to honor their fatber. The debris of the polite Occidentals and
Court. He promenaded with him, and paid his debts, but in assuaging of the ferocious Slavophiles, who on the one hand made so much noiae
bis grief he broke his lyre. His friendship debased the poet. Time after Pushkin’s death by their sympathy with the revolution of ‘48, and,
abruptly broke the degrading association. A duel with one said to be
on the other made Moscow the unpregnable fortress of the geniua of
the lover of Pushkin’s wife, stretched the poet dead upon the ground-dead
Kussia were among them. The Congresslasted two days, Turguenev, ao
at the age of 37!
well known in Paris, so dear to his country, and so famous through bis
But what a work was the work of that stormy life! True, Pnshkin’s “Mes de Gentilhommes” and his sweet “Liza” was a member.
odes and epistles, like the first works of all men of letters, were imitations There also was Count Tolstoi, the deposed Minister of PubIic
of the earlier mastem, but they were very happy imitations. Byronic Instruction. At the side of Ostroski, the most celebrated among the eorry
outcriea with Shakespeareprofundity. When the tr-ue sorrows of life took modem dramatists of Russia. Potiekhine, the charming novelist and the
the seat usurped by artificial grief absorbed from foreign literature a genial Dostoievski, who handles a pen with a steel point, and who has
new epoch was opened for the talent of the poet. Abandoning individual xhe eye of an eagle and the heart of a dove, sat on the samebench. Yuhv,
sufferings, and romantic reminiscencesladen with traits of his genius, he Katkov and Aksakov of historie fame, al1 editors of powerful joumals
produced “RusIan and Liudmila” and astonishing legends,popular stories, were not absent and the list included Polonski, a poet in love with
and Russiantragedy. Man is a magnificent unity, composedof individual humanity, and Maykow, a poet devoted to old Russian manners and
varieties. The Eternal Man was revealed to Pushkin in his ardent study ~customs.
of the cruelties and misfortunes of humanity. The poet, for the time This Congress did not discuss’the merits of Pushkin. While paying
being, was the creature tormented and the creator of torments.
tribute to the poet, they sifted his claims as the maternal bard of Ruasia.
By the divine power of his poetry he created magnificent human Potiekhine assertedthat great as was Pushkin, he did not, like Cogol,
types. study and denounce the evils of society.
He took his “Convidado de Piedra” from the Spaniard Tirso de His assertionwas controverted by qnotations showing that the intuitive
Molina. Hia “Moxart” from the German and his “Che&ier Avare” and foresight of Pushkin had outlined the footpath leading to Russianfreedom.
bis “Scbes du Temps de la Chevalerie” from the good old times when Yuriev, the journalist, asked the convention to honor the extraordinary
men rode on saddled hornea,with swords in their ha&, beneath moonlit genius, who although a Russian, was the poet of tbe world. He added
gothic windowe filled with pretty ladies. Nationalities passedbefore his that Pushkin personified the one thing lacking ia Rusaia-the aolidarity
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of the people. Kathov, a joumalist famed for intellectuality, and a Eugene Oneguin as a sad hero, a Russian Cavalier containing all che
vindictive spirit, made a conciliatory speech. He baought both parties, perms of vice and virtue, hating wrong and still travelling witb it arm
separated tbrough his agency, to forgive and unite. He forgot that there in arm. In speaking of that splendid poemi the “Tzigane,” he pointed
can be no pardon, when there has been no justice. Aksakov, the fiery out Aleko as a Russian type of good alloy. He warmly praised the tragedy
Slavophile, praised Pushkin for rescuing the Russian spirit from the nf “Boris Godunov” in which was portrayed al1 tbe sorrow, the pride, the
current that was bearing it towards France. He is still the warrior who strength, and al1 the weakness of Oriental character. He closed amid a
fought from 1838 to W-8, the battle signalled by the death of Pushlcin. whirlwind of applause hy assertin, = that Pushkin was the creator and
he flourishes the sabre and poises the lance of the pregant Russian idea, puardian of the new intellectual life of Russia.
but he does not attack Bielinsky with the old-time fury. He is the Dostoievski was* the mounth-piece for al1 who appreciate Pushkin.
man-at-arms as Koniekov is the book, and Kvojivsky the encarnation oi The great poet is so throughly Russian, so truely the son of that proud
the Russian idea. land so little kn’own, and has come so naked from the bossom of Nature,
Ostroski, the dramatist, glorified Pushkin for his love of sincerity that on reading his “Ode to God” you would imagine that Ets writer ~~1s
snd his hatred of exaggeration. He said that his romances were as clear lying in the frozen snow beneath the northern sky, wrapped in a bearskin,
as the blue sky in a cold wind. Presemsky extolled the dead author as pouring out his wild notes far from the habitations of man. His is the
the true master of the greatest Russian prose writers. poetry of Nature in a new country, where the breath of a long life, and
the poison of cities have not yet polluted hearts, blasted forests and wilted
Turguenev speaks with tbe neatness of a Frenchman. His sentencee
fieids. In this “Ode to .God” you hear the moaning of the sea, the
ore omate, and he has the style of an academician intensified by the
rumb!ing of the earthquake, the roaring of the tempest, and the thunder
sharpness which so well becomea Russian talent. He would not pronounce
.zf man’s rebellion.
Yushkin as great a poet for Russia as Dante for Italy, Shakespeare for
In it you see the living East. It is whitened with the foam of the sea,
England, or Molière for France, because he did not have the time nor
snd it sparkles like Persian gems.
the opportunity to do what those poets did. The unfortunate period in
Nobody accused Pushkin’s antagonist of crime for killing him in a
which he wrote was barricaded with insurmountable difficulties and
duel.
&structions.
The people said that he had previously been killed by the court of
In response to Turguenev anotber romancer delivered a speech so the Czar.
eloquent and brilliant that it won for him, by a unanimous vote, an Its seductions had destroyed the rich source of his inspirations. Love
honorary membership in the Russian Society of the Friends of Literature. of justice and of truth was regarded as a crime by the society that had
It is an honor highly prized in Russia. This orator, however, was no perverted his nature. His life was a battle. A battle follows his apotheosis.
parvenu. He did not come then, like Castelar when he mada his maiden But the praise of the poet cannot be excessive. He ia not universally
speech at the Teatro de Oriente, after timidly threading his way through known because he wrote in Russian; but once known he can never be
a crowd, absolutely unlcnown to those whom he was about to dazzle and forgotten. He had extreme eloquence, a surprising literary fecundity, a
astonish. Dostoievski came to Moscow with fresh laurels won in the precise intuition, a healthy love of truth, and the unalloyed sentiment of
Assembly of Nobles. He carne there loaded with his literary effects. Nature. His faults, both of life and of poetry, carne from the extreme
After writing books so severe as “Crime and Punishment” so rich in feminine sensibility which almost invariably weakens ihe natural energy
imaginations as “Demons,” so sweet as the “Brothers Karamasov,” he of genius.
had acquired the right to judge Pushkin. He put in bold relief the genuine
character, the virginal freshness, the absolute originality, and the exquisite l’he Sun. ‘íueva York, 28 de agosto de 1880

literary polish of the works of thís great writer. He spoke of Titiana as


the most thorough Russian woman cre-ated by Russian poets, and of
416 MARTf / EUROPA RUSIA 417

Byron había muerto con la espada puesta sobre su lira. Como poeta,
Pushkin le era superior, pero no como hombre. Verdad que no llegó a
las alturas magníficas que alcanzó el ingl&. Byron veia la injusticia, y
Traducción la azotaba. Pushkin alzó su voz contra ella, y luego se convirtió en su
chambelán e historiador. Era más humano, más fluido, máa imaginativo,
PUSHKIN más espontáneo y más nacional que Byron, pero menos valiente y sin
desear en lo absoluto morir por la causa de la libertad. Pushkin pudo
Un monumento al hombre que abrió el camino ha& la libertad rusa haber llegado a viejo: Byron no. La muerte ea un derecho que tienen
las vidas dedicadas a los derechos del hombre-vidas llenas de pasión.
Moscú ha estado de fiesta con motivo de la erección de un monumento resignadas y orgullosas. Se ha comparado a Pushkin con Víctor Hugo.
II Pushkin, el apóstol y poeta ruso. Un tributo merecido ha sido rendido Esta no ea una buena comparación. Ambos fueron ensayistas a temprana
con solemne brillantez; han hablado grandes oradores y se han leído edad. A los quince, el ruso escribía versos en francës de estrofas tan
versos memorables, pero se oyeron voces ominosas. ~LO adora y lo encantadoras como las de La Fontaine, y tan mordaces como las de
detesta a la vez el pueblo? iEstá el Este, sacudido en sus propias entrañas, Molière. Ambos estilos están especialmente adaptados al carácter ruso.
pleparando con más firmeza y sentido común práctico que su prototipo, El de La Fontaine era de buen sentido primitivo, y el de Molière se
su terrible 89? Si la monarquía no hace una revolución, la revolución destacaba por su odio a las clases privilegiadas. A la edad de quince,
deshará la monarquía. Un jefe prudente se hará jefe de las fuerzas que Víctor Hugo abandonó el paseo de 1,s estudiantes, subió las escaleras de
no pueden ser contenidas. la Academia Francesa, y con mano temblorosa puso sobre la mesa del
El festival reciente en Moscti fue uua agitación política, marcado por secretario su oda sobre “Les Plaisirs de l’Etude” que ganó un accésit.
terribles acusaciones y acritud popular. El pueblo conocía a Pushkin de Fuera de esto, no hay ninguna similitud entre estos poetas, con la excepción
memoria, pero deseaba castigar su falta de carácter. Fue un castigo sin de su fuerza de imaginación. Con novelas Hugo vindicó la libertad
piedad. Al convertirse en historiógrafo del zar ya dejó de ser el amigo asesinada. Pushkin despertó un pueblo, levantó una nación, y puso vida
abierto del pueblo. Había besado el litigo que había tratado de quebrar. en un cadáver. El pueblo que él despertó se ha convertido efectivamente
Los rusos insisten en que las acciones del genio deben corresponder a las en un pueblo. Los partidos avanzados que le debieron su existencia, viven
promesas de sus cantos. La mano debe seguir la inspiración del intelecto. y crecen porque él no realizó todo lo que él les hizo ver era capaz de
No basta escribir una estrofa patriótica: hay que vivirla. En la política hacer. La revolución francesa debe su existencia a Mirabeau, a pesar
sombría de Rusia solamente hay dos partidos: los siervos szotaldos y sus de las manchas en su brillante carrera; la revolución rusa que se avecina,
dueños. El que no tiene el valor de ser honrado en la pofitica rusa no debe su existencia a Pushkin, a pesar de sus relaciones con la corte.
pueda ser considerado como un hombre honrado. Después de lamentame
“iFuera la oscuridad! iSalve la luz del wl!” gritó el poeta hace
de las desventuras de sus compatriotas, Pushkin finalmente acarició )
elogió la mano que las causaba. cincuenta años, cuando sus ideas liberales lo habían enterrado en el
El talento del poeta era fresco, rico y poderoso. Prosper Mérimée, Cáucaso, cuando nadie fuera de él se atrevía a lanzar semejante grito.
quien tradujo sus obras a un francés elegante, se refiere a él corno “eI Hoy, cualquiera se yergue en el camino que él abrió y grita: “iSalve In
primer poeta de su tiempo”. Mérimée, conocedor de toda la literatura, luz del sol! iFuera la oscuridad!”
pronunció estas palabras en los días de Alfredo de Musset y de Víctor Pero la gente cuyos aplausos se buscan asumen el derecho de castigar.
Hugo. Con una triste sonrisa Alfredo había sumergido su corazón en Hubiera sido mejor no pensar en la debilidad del hombre en el día de
un vaso de ajenjo, después de haber sido herido por una mujer, Un mar su glorificación. Realmente no era propio cruzar las espadas sobre su
de nueva poesía, fresca y efervescente, brotaba de la imaginación sin frio cuerpo. Fue un extraño festival. Los amos a quienes lisonjeó en
límites de Hugo. el ocaso de su vida, y el pueblo, cuyos cantos y aspiraciones vibraban
418 MARTí / PURGPA RUSIA

en las cuerdas de su vida, ambos reclamaron la mortaja del muerto como Las universidades eran los ayudas de camara intelectuales del zar.
PU estandarte de guerra. La posesiónde un libro extranjero era un crimen.
Es imposib!e decir hasta donde hubiera llegado este hombre. Murió iCuán bendecida fue la soledad obligada de Pushkin! Hermosos SOD
a tiempo para evitar que se borrasen todas las glorias de su primera los cantos de los poetas que sufren. Hacerlos $afrir es hacerlos cantar
juventud. Su alma generosa, de haber estado él vivo, pudiera haber más dulcemente. F’ue en el exilio que Pushkin escribió su “El prisionero
comenzado a odiar el látigo de la corte que él sirvió. Y luego, aristócrata del Cáucaso”. Su “Fuentes de Bajc!:isnrai” y su “Freies Brigands”.
como era, viviendo una vida disipada y acostumbrado a todo su ambiente También escribió una soberbia y preciosa tragedia “Boris Godunov” en
pródigo y lujoso, y a sus exigencias pecuniarias, puede que se hubiese que un genio orgulloso y libre, sin tener que halagar ningún poder,
unido aún más fuertemente a su tentador imperial. Su vida fue como la sin tener que seguir ninguna escuela, sin tener que perseguir ningún
de un caballo de carrera. Tenía todos los impulsos y caprichos de los éxito, engrandecido por la soledad solemne, volcó de lleno las grandes
seres nerviosos. Como todos los genios, era extremado--extremadamente pasionesy sentimientosinmortales por los cuales estabainspirado. Siendo
audaz y extremadamente dibil. A veces dejaba que sus impulsos guiaran la libertad la madre absoluta del genio, el niño era saludable. El propic
su razón. Los poetas son como los mares, fluyen y refluyen. Casi un Pushkin dijo que “Boris” era su mejor obra.
niño, Pushkin reinaba en los salones. Fue adorado por las mujeres, y
Nicolás ascendió al trono. Con la mano que abrió las universidades
honrado y temido por los hombres. Su imaginación perfumó el palacio.
al pueblo y la frontera a los libros, firmó el perdón de Pushkin. Los
Su maravillosa fluencia de espíritu calentaba todos los corazones. Los
fieros anhelos que atormentaban un alma poética en el exilio no tenían
hombres veraces son siempre veraces, a pesar del ambiente de una vida
límites cuando llegó la hora inesperada de felicidad. Pushkin abrazó de
caprichosa. Si alguna vez se separan de la verdad o de la virtud, ea
nuevo a sus viejos amigos. Bebió los buenos vinos viejos, y rindió
solamente por poco tiempo. Es seguro que retornan de nuevo. El amor
nuevamentehomenaje a la belleza. Apuró febrilmente la copa del placer.
a la justicia y el odio encendido por el odio y la tiranía, llevaron al joven
Pushkin a escribir sátiras mordaces. El talento, como una linda mujer, es solicitado, halagado y acariciado.
Se le aplasta cuando se rebela: se le adora cuando se somete. Nicolás
Prohibida su pubiicaciónt llegaron a manos del pueblo en manuscritos.
elogió a su poeta, y lo colmó de dinero, despuésde nombrarlo historiógrafo
Estas sátiras fueron el estruendo en nubes lejanas, que pronostican una
de la corte. Se paseó con él, y pagó sus deudas, pero al mitigar su pena
tempestad. La gente comenzó a murmurar. La copa llena de almas en
rompió su lira. Su amistad envileció al poeta. El tiempo rompiá
desgracia indicaba una revuelta moral. Los poetas videntes siempre se
abruptamente esta amistad degradante. Un duelo con quien se decía
anticipan a sus tiempos. Pushkin escribió en el lenguaje generoso de la
era el amante de la esposade Pushkin, tendió al poeta sin vida sobre la
juventud, y con toda la lozanía que caracteriza a los panfletos políticos
tierra-imuerto a la edad de 37 años!
llevados a la superficie por la opreaion de la tiranía. La monarquía se
i Pero qué obra fue la de esta vida tormentosa! Verdad que las
une a la religión. Cuando una es golpeada la otra se tambalea. Pushkin
odas y epístolas de Pushkin, como las primeras obras de todas los
escribió “La Gabrielada”, en que los dioseslibertinos a las órdenes del
hombres de letras, eran imitaciones de maestros anteriores, pero eran
arcángel Gabriel realizaban obras que nada tenían de divinas. Agradaba
muy felices imitaciones. Clamores byronianos con profundidad shakes-
al oído púbiico con una mofa volteriana que divertía mucho al filósofo
periana. C‘uando 1as verdaderas penas de la vida ocuparon el puesto
Bielinski.
usurpado por el dolor artificial absorbido de la literatura extranjera, una
El poeta fue desterrado. pero al nutrirse con el amargo pan del exilio, nueva época se abrió para el talento del poeta. Abandonando congojas
su sarcasmo resultó mas fuerte. Sus versos chasqueaban como látigos individuales, y reminiscencias románticas cargadas con rasgos de su
sobre la cabeza del príncipe Vorontzor. Fue llevado a los bosquesdonde genio, produjo “Ruslan y Liudmila” y leyendas asombrosas,cuentos
podía cantar sus estrofas, lejos de los hombres. Los monárquicos no populares y tragedias rusas. El hombre ea una magnífica unidad,
lluerían que él les infiltrase vida nueva 2 las macasmuertas. compuesto de variedades individuales. El Hombre Eterno se le revelá
420 MARff / EUROPA RUSIA

a Pushkin en su estudio apasionado de las crueldades y deaventuras de Este congreso no discutió los méritos de Pushkin. Mientraa se le
fa humanidad. El poeta, por el momento, era la criatura atormentada, y rendía tributo al poeta, se discutían sus derechos de padre de la poesía
cl creador de tormentos. rusa. Potiekhine aseguró que por grande que fuese Pushkin él no estudió
Por la fuerza divina de su poesía creo magnificos tipos humanos. ni denunció los malea de la sociedad, como Gogol.
Tomó su “Convidado de Piedra” del español Tirso de Molina Su Su afirmación fue refutada por citas demostrando que la videncia
“Mozart” del alemán y su “Chevalier Avare” y su “S$nes du Temps de intuitiva de Pushkin había delineado la senda conducente a la libeatad
ta Chevalerie” de los buenos tiempos antiguos en que los hombres pasaban, rusa. Yuriev, el periodista, le pidió a la convención que honrase al
montados en caballos ensillados, con las espadas en las manos, bajo las extraordinario genio que, aunque un ruso, era el poeta del mundo. Agregó
ventanas góticas, iluminadas por la luna, llenas de lindas damas. Las que Pushkin personificaba la sola cosa que no existía en Rusia-la
nacionalidades pasaron ante sus ojos como nubes en el cielo. Era un solidaridad del pueblo. Katkov, periodista famoso por su intelectualidad
hombre de todos los tiempoa y todos los países-un hombre intrínseco, y su espíritu vindicativo, hizo un discurso conciliador. Le rogó a ambas
el universo en un solo pecho. partes, separadas por su intervención, que se perdonaran y se uniesen.
Los periódicos rusos han descrito el espléndido monumento y la gran Se olvidó de que no puede haber perdón, cuando no ha habido justicia.
procesión en Moscú. Han reseñado las decoraciones y enumerado a los Aksakov, el fiero eslavófilo, elogió a Pushkin por haber rescatado el
que estaban presentes en la inauguración del monumento, pero no han espiritu ruso de la corriente que lo llevaba hacia Francia. Todavía es
mencionado el magnífico congreso literario que honró este acontecimiento. el guerrero que dio, de 1838 a 1848, la batalla señalada por la muerte de
Todo lo que no ha sido aún deportado por Rusia, y todo lo que este país, Pushkin. Blande el sable y enristra la lanza del pensamiento ruso, pero
en fermento aún, posee, entre lo famoso e ilustre, se encontraba allí para no ataca a Bielinski con la furia de antaño. Es el hombre en armas así
consagrar a Pushkin como el Poeta Nacional. Debemos echar a un lado como Koniekov es el libro y Kvojivsky la encarnación del pensamiento
11 amargura contra los muertos, fomentada por los liberales rusos. Es ruso.
como la amargura de los polacos contra Mickiewicz. Todos los corrillos Ostro&, el dramaturgo, glorificó a Puahkin por su amor a la sinceridad
literarios, exceptuando el del humorista Saltikov, representantes de todos y su odio a la exageración. Dijo que sus novelas eran tan diáfanas como
los partidos políticos, y todos los hombres de letras rusos tomaron el cielo azul en un aire frío. Presemsky exaltó al autor muerto como el
asiento allí, como buenos hijos, para honrar a su padre. Los restos de verdadero maestro de los grandes prosistas rusos.
los corteses occidentales y de los fieros eslavófilos, que por una parte Turguenev habla con la nitidez de un francés. Sus frases están
levantaron tanto ruido, después de la muerte de Pushkin, por su simpatía adornadas, y posee el estilo de un académico, intensificado por la agudeza
con la revolución del 48 y, por la otra, hicieron a Moscú el baluarte que tan bien viste al talento NSO. No consideraría a Pushkin un poeta
inexpugnable del genio de Rusia, se encontraban entre ellos. El congreso tan grande pare Rusia como el Dante para Italia, Shakespeare para
duró dos días. Turguenev, tan bien conocido en Paris, tan caro a su Inglaterra, o Molière para Francia, porque no tuvo el tiempo ni la
país, y tan famoso por su “Mes Gentilhommes” y su dulce “Liza”, fue oportunidad para realizar lo que estos poetas hic’ieron. La época
uno de los miembros. T am b”len estaba el conde Tolstoi, el depuesto desventurada en que escribió estaba erizada de dificultades y obstáculos
Ministro de Instrucción Pública. Al lado de Ostroski, el más célebre entre invencibles.
los tristea dramaturgos modernos de Rusia. Potiekhine, el novelista En contestación a Turguenev, otro novelista pronunció un discurso tan
encantador y el genial Dostoievski, que maneja la pluma con punta elocuente y brillante que le ganó, por voto unánime, un puesto de miembro
acerada, y que tiene mirada de águila y corazón de paloma, estaban honorario en la Sociedad Rusa de Amigos de la Literatura. Este es un
sentados en el mismo banco. Yuriev Katkov, y Aksakov, de fama honor altamente apreciado en Rusia Sin embargo, este orador no era
histórica, todos editores de poderosos periódicos, no estaban ausentea, y un advenedizo. No vino, por lo tanto, como Castelar, cuando hizo au
la lista incluía a Polonski, un poeta enamorado de la humanidad, y primer discurso en el Teatro de Oriente, después de abrirae tímidamente
a Maikov, un poeta dedicado a los viejos usos y costumbres rusas. paso por la muchedumbre, absolutamente desconocido para aquelloa a
422 RUSIA 423
MARTf / EUROPA

quienes estaba a punto de deslumbrar y asombrar. Dostoievski vino a no puedeser olvidado. Tenía una gran elocuencia, una fecundidad literaria
Moscú con laureles frescos, ganados en la asamblea de nobles. Llegó allí sorprendente. una intuición precisa, un amor sano a la verdad, y el
cargado con sus pertenencias literarias. sentimiento no adulterado de ia Naturaleza. 5As faltas, tanto en la vida
Después de escribir libros tan severos como “Crimen y Castigo”, tan como en la poesia, nacían de EU extrema sensibilidad femenina, que casi
ricos en imaginación como “Demonios”, tan dulces como “Los hermano3 siempre invariablemente debilita la energía natural del genio.
Karamazov”, había adquirido el derecho de juzgar a Pushkin. Puso
en alto relieve el carácter genuino, la frescura virginal, la absoluta The Sun. Nueva York, 28 de agosto de 1880
originalidad y el exquisito lustre literario de las obras de este gran
escritor. Se refirió a Tatiana como la mujer más completa rusa, creada
por poetas rusos, y a Eugenio Oneguin como un triste héroe, un caballero
ruso que poseia todos los gérmenes del vicio y de la virtud, odiando el
mal, y sin embargo, paseándose con él de brazo. Al referirse a aquel
espléndido poema, “El Zíngaro”, destacó a Alejo como un tipo ruso de
buena liga. Elogió calurosamente la tragedia de “Boris Godunov” en
que se retrataron toda la tristeza, el orgullo, la fuerza y toda la debiiidad
del carácter oriental. Terminó en medio de un torbellino de aplausos,
asegurando que Pushkin fue el creador y guardián de la nueva vida
intelectual de Rusia .-Dostoievski fue el vocero de todos los que aprecian
a Pushkin. El gran poeta es tan enteramente ruso, tan verdaderamente
hijo de esa tierra orgullosa tan poco conocida, y ha surgido tan desnudo
del seno de la Naturaleza, que al leer su “Oda a Dios” se imagina uno
a su autor acostado en la nieve helada, bajo el cielo norteño envuelto
cn una piel de oso, elaborando sus notas silvestres, lejos de los lugares
habitados por los hombres. Su poesía es la de la Naturaleza en una tierra
nueva. El transcurso de una larga vida y el veneno de las ciudades no
han manchado aún los corazones, talado los bosques, y marchitado los
campos. En esta “Oda a Dios” se oye el gemido del mar, el estruendo
del terremoto, el rugir de la tempestad, y el trueno de la rebelión del
hombre.
En éi se ve el Este viviente. Lo blanquea la espuma del mar, y chispea
como gemas persas.
Nadie acusó al adversario de Pushkin del crimen de haberlo matado
en duelo.
El pueblo dijo que había sido muerto previamente por la corte del zar.
Su3 seduccioneshabían destruido la rica fuente de su inspiración.
El amor a la justicia y a la verdad eran consideradoscomo un crimen
por la sociedad que pervirtió su ser. Su vida fue una batalla. Una batalla
sigue a su apoteosis. Pero el elogio al poeta no puede ser excesivo. No
esconocido universalmente porque escribió en ruso; pero una vez conocido
RUSIA
Pintura
LA EXHIBICIbN DE PINTURAS DEL RIJSO
VERESCHAGIN

Alma, arte y tirank-La protesta en los colores.-El color natural:


cuadros al sol.-La procesión de los ek$uates.-Cuadros sagrados,
militares, de arquitectura, de costwnbres, de naturaleza.-El cielo azul
Nueva York, Enero 13 de 1389

Señor Director de La Nación:

De afuera se oia, corno invitando a comparecer, la música suave. A


la puerta llegaba, del cuchicheo de adentro, como un ruido de iglesia.
Artistas, ricos, novios, cuáqueros, desocupados, artesanos, todos han ido,
han ido dos veces, a la exhibición de los cuadros del ruso Vereschagin.
Por su color lo saludó París; por su Maria, madre de Jesús, lo
maltrataron los austríacos. Por su intensidad, por su abundancia, por
su candor épico, se reconoce en él su patria.
El ruso renovará. Es niño patriarca], piedra con sangre, ingenuo,
sublime. Trae alas de sangre y garras de piedra. Sabe amar y matar.
Fa un castillo, con barbas en las almenas y sierpes en los tajos, que tiene
adentro una paloma. Debajo del frac, lleva la armadura. Si come, es
banquete; si bebe, cuba; si baila, torbellino; si monta, avalancha; si
goza, frenesí; si manda, sátrapa; si sirve, perro; si ama, puñal y alfombra.
La creación animal se refleja en el ojo ruso con limpidez matutina, como
si acabase de tallar la naturaleza al hombre en el lobo y en el león, y a
la mujer en la zorra y la gacela. Da luces al ojo ruso, un ojo que tiene
algo de llama y de oriente, tierno como la codorniz, cambiante como el
gato, turbio como la hiena. Es el hombre con pasión y color, con gruñidos
y arrullos, con sinceridad y fuerza. Se mueve con pesadez, bajo su capa
francesa, como HErcules barbudo con ropas de niño. Se sienta de guante
blanco a la mesa donde humea un oso.
Artistas, ricos, novios, cuáqueros, desocupados, artesanos, clérigos,
todos han ido a ver doa veces la exhibición de Vereschagin. Y dicen que
esos cuadros sombríos, fúlgidos, crudos, lívidos, amarillos, pintados con
leche, pintados con sangre, se destacan, radiantes y enormes, de entre
tapices blandos y discretos, por entre cuyos profundos plieguea, como
430 MARTí / EUROPA RUSIA 431

pájaros que buscan asilo, se extinguen, trinando querellosas, las notas de Del corazón no ha de sacarse el fuego, y poner donde él un libro. El
la música. iComo un telón que se descorre, un telón del color silencioso pensamiento dirige: escoge y aconseja; pero el arte viene, soberbio y
del anochecer, que revela con sus grietas de nieve deslumbradora, los antros asolador, de las regiones indómitas donde se siente. Grande es asir la
del C’aucaso! “La exhibición, dice uno, de un caballo cosaco con freno luz, pero cte modo que encienda la del alma.
de seda.” Allá, en el hoz&& de oro y marfil, van en paz iparece increíble que
vayan en paz! el rajá de Jeypore, con barbas inútiles, y el príncipe dc
Gales, de casco y cota roja; pero van sobre el howdah, confusos >
Cede el gentío a la puerta. Un grupo de ancianas ricas se echa sobre menudo?, sin que se adivine que aquel triunfo es la procesión funeral de
un tapiz, y lo palpa, y lo huele, y dice que es mejor que el suyo, que era la India.
el mejor hasta que vio este. Otros compran el retrato del pintor, frente Y así fue la proces!ón, por de contado; pero el arte no ha de dar la
honda y bruñida, ojo aguileño, nariz de presa, fuertes las quijadas, la apariencia de las cosas, sino su sentido. Cuando da la apariencia. como
barba de hilos negros, un pueblo de barba. Otros entran primero a ver aquí, aunque como aquí la pinte con sol, falla. Allá va el séquito pomposo
las curiosidades: el cuarto donde dos mujiks, de bota y blusa, sirven té, con los infantes por héroes, y los recamos de los paños de oro y las
pasado por el samovar de bronce, con azúcar y un gajo de limón; la mazas de plata cincelada. Primero van abanderados y clarines, con las
copa labrada en un cráneo; la plata como encaje, de allá de Cachemira; banderas de cuatro colores, y el clarín de caño largo. El elefante todo
la lana del Tibet, donde los sacerdotes, con gorros de payasos, hieden, y es jeyería : la gualdrapa, al peso de las piedras, le cuelga de los lados;
los santos llevan máscaras, y hacen flauta de los huesos de las piernas, la testera es de realce, con rosas de smatistas y zafiros, y laberintos de
como el indio enamorado del Perú, y las ovejas son sedosas; la raíz, perlas, y sartas de perla mayor por las orejas; bajo la testera está el
abierta como en flor de un cedro de Jerusalén; un rincón de la celosía frontil, con sus dibujos de terciopelo rojo y verde: y los colmillos con
de mármol del mausoleo de Tamerlán terrible; el sombrero picudo del argollas -1. oro, y la trompa pintada hasta la mitad de colorado. Cinco
derviche; la fuente donde los héroes de Bókhara presentaron las cabezas de elefantes se ven, y el de delante se va a salir del lienzo. Al pie de cada
los rusos vencidos al emir de Samarcanda. Y marfiles y encajes, y crucw uno marcha el macero rojo, y loa de blanco, que llevan abanicos de plumas,
y tisús, y casullas y paramentos. y el caballo a todo jaez, de frenos de colorea y copete de plumas; enjoyado
Se alza el tapiz de entrada, de ramas de azul y humo, J allí está la el petral verde y plata la manta, al pecho y los costados plumajes azules,
ciudad de Jeypore, Jeypore suntuoso, en todo el fuego del mediodía. I,aa con su caballero de coselete y manopla, rodela al ijar y lanza en la
flores a los pies, arriba el cielo ardiente, el gentío en las ventanas, los cuja, al cinto el montante y el casco de florón, la pierna de tibial y de
palacios, de color de rosa, la comitiva de elefantes que en el ~orudah de quijote, y el estribo de mano de joyero, de esmeraldas y fina argentería.
oro y marfil cargan al príncipe de la tierra y a sus conquistadores. iEsa Marchan al sol. Esplende el polvo.
es la pintura deseada, la pintura al sol, sin ardides de sombra y de barniz!
iEsos son los tonos francos y firmes de la naturaleza, sostenida con aliento Y ese cuadro iba a ser el último de una tragedia en colores. Porque
épico, con mano de domador, en una tela que va de pared a pared, y nos Vereschagin, como toda mente de verdadero poder, tiende ya en la
hace saludar y pestañear! iEs el color fresco, el color sin brillo de la madurez a lo vasto y simbólico. Le riza, le para, le desata la sangre en
verdad, el color seco de los objetos al aire libre, y no eso de academiasl .,
las venas una elecucion; y pintará, como los ve 0 como serían si los
retórico J meloso ! Tal sorpresa causa aquel poder de expresión, aquellos hubiese visto, los varios modos de matar, la crucifixión romana, el cañoneo
claros superpuestos sin dañarse ni unirse, aquellos oscuros suavizados, y del Indostán, la horca de Rusia. Asiste a la campaña de Plevna,-y la
como aclarados, por el conjunto esplendente, aquel como rescaldo de la pintará en páginas copiosas, desde la primera trinchera de nieve hasta
mucha luz, y el vaho del sol por sobre la masa de cabezas, que se tarda el hospital verdinegro donde muere cara a tierra el turco.
en hallar el defecto del lienzo, y acaso de todo el arte de Vereachagin. Va a Palestina en busca de color ,-y pintará en cuadros que parecen
procesional y frio. El alma ha de quemar, para que la mano pinte bien. joyeros desde las tumbas de Hebrón, cuyo populacho le tira piedras,
432 MARTí / EUROPA RUSIA 433

para que no profane el reposo de Abraham, hasta los ermitaños trogloditas loca que anda, y del barina que la posee y desdeña: padecen del peso
que entre sapos y áspidesviven tallando cruces como harapos y lien&~ de la vida sin el decoro del albedrío, mayor que el pesodel amor ultrajado,
de la religión vencida en las cuevas del Jordán avieso. Copia un edificio mayor que el de la soledad del aima del poeta; padecen, roscados dei
de fama; y arrostrará peligros, obstáculos, largas travesías para copiar regocijo de la emancipación universal, del dolor del hombre eaclavc,
los mausoleos,los palacios, las mezquitas rivales. comparable sólo al dolor de los eunucos; y con el frenesí de la mutilación
Como con alambre más que con pincel, retrata un fondo carnoso a irremediable, y el ífnpetu de su raza de jinetes, vierten sobre los que les
plena luz, un rabino de espejuelosy casquete, un rabino típico; y se va parecen más infelices. con rabia y encarnizamiento, la compasión que
por breñas y profundidades, buscando los tipos que interesan y rodean sienten por sí propios.
al ruso,-el magiar mostachudo, el sirio narigón, el armenio togado, el ¿Y qué arte hay sin sinceridad ni qué hombre sincero empleará su
circasiano de fez en pico, el de Mingrelia, con su aire principal, el kurdo fuerza, sea de fantasía o de razón, sea de hermosura o de combate. en
de perfil de oveja, el turco enjuto, el búlgaro, bello y triste, el valaco meios escarceos,adornos e imaginaciones, cuando está enfrente, sobre
abotinado, el moldavo ostentoso. Es un arte en capítulos, iay! pern no templos que parecen montes, sobre las cárceles de donde no se vuelve,
en cantos. sobre palacios que son pueblos de palacios, sobre la pared que se levanta
Porque salta a la vista en este pintor, como en todos los de su raza, en hombros de cien razas unidas, la hecatombe de donde saldrá, cuando
aquel pecado universal del arte contemporáneo, que en Rusia aparece In podredumbre llegue a luz, el esplendor que pasme al mundo, cuando
más de bulto por el contraste de su niiiez enérgica con su cultura traída está enfrente “la pirámide del mal” de Herzen?
de pueblos viejos, y es el exceso, constante en el hombre, de la facultad iLa justicia primero, y el arte después! iHembra es el que en tiempos
de expresar sobre la de crear, del poder de esparcir colores sobre el de sin decoro seentretiene en las finezas de la imaginación, y en las elegancias
concebir asuntos dignos de ello, de la habilidad del artesano sobre el de la mente! Cuando no se disfruta de la libertad, la única excusa del
arrebato y condensacióndel artista, de la pintura de lo exterior, que SÓlG arte y su único derecho para existir es ponerse al servicio de ella, iTodo
exige ojo para observar, juicio para elegir, gracia para agrupar color, al fuego, hasta el arte, para alimentar la hoguera!
para reproducir, sobre aquella otra pintura en que lo exterior ae usa ¿Ni de qué vive el artista sino de los sentimientos de la patria?
verazmente en estado y formas que produzcan aquella caricia intima, iEmpléese, por lo mismo que invade y conmueve, en la conquista del
mezcla de sumisión y orgullo, con que el hombre en presencia de la derecho! Y como la defensa directa de la justicia? el comentario
beldad, animada o inerte, se reconoce y estima como porción viva y dramático, la composición elocuente, están vedadas al ruso, por su propio
hermana de las demás del universo. terror, tanto como por la ley, iel medio único: la osadía únic.a, la protesta
Y en Rusia se agrava esta desazón del hombre moderno, porque de I:.nica, la defensa única e indirecta, la plegaria, sin alas y sin voz, del
los tipos bárbaros y conquistadores que se han fundido en el eslavo ruso desolado,es la pintura, fea si puede: fétida si puede, de las miserias
hercúleo, origínanse a la vez esta fuerza de mano, pujo de carácter, nece- que contempla, de la verdad desg)rradora! “iYo espero,-dice Veres-
sidad de extensión que heredan de suspadres feudalesy batalladores, fieros chagin con los versos de Pushkin.-yo espero que los hombres me amen,
como las cumbres, melancólicoscomo la llanura, y este asombro terrible porque mi arte sirve a la verdad. y ruega por los vencidos!” Después,
con que seven, podridos por una civilización extraña, antesde condensarse para reposar, para recobrar bríos. pintar& libre y grande, por primera
en otra propia. El pxíncipe como el mujik, el k&z como el Mvotchik, el vez, la majestad de la naturaleza.
palacio que bebe champaña como la isba que bebe vodka, sienten que la En Rusia iay del que rueoa por el vencido cw alta voz! Y el cuadro,
harba les cae sobre un pecho desesperadoporque en él vive el corazón no va de casa en casa como los manuscritos veraces de Tolstoi, que
ain libertad. necesita del modelo vivo, el cuadro ruso: a lo que más se atreve, con la
No creen en nada, porque no creen en sí, pero el knout está perenne. sanción acaso del monarca, afli$do, es a implorar la gracia de los
mente suspendido, con sus garras picudas, sobre la espalda del labriego, hombres, por el horror de la pintura, para los centinelas muertos de frío,
434 MARTf / EUROPA RUSIA

para los mujiks cercenados en masa de un vuelo del alfanje, para los Mas donde impera la muerte solitaria, y el hombre ha cesado de
miles de muertos de Plevna, desangrándoseen las charcas de lluvia. padecer, halla Vereschagin la sublimidad que falta siempre, acaso porque
iCómo, con ese carácter nacional contemplativo, del objeto, con ese tleiprecia a los hombres que conoce. en los lienzos. donde se quiere algo
hábito de la observación y de la copia, refleja este pintor, con el drama :.~ás de grupo y color de las fisuras: tdl I I :,:!tnino solemne del Danubio,
elevado a sacerdocio por la santidad de los francesesy el ímpetu de 109 zrmbrado aca y allá, como único color en 13 nevada maravillosa, de 103
españoles, el movimiento del combate, la rabia de la caballería, el cadiveres de turcos que el ejército triunfante fue abandonando por la
encuentro de la trinchera, barba a barba? Si pinta una batalla, la velará ruta: sin más t ipías que los postes de teltgrafo, elocuentes en tanta soledad,
en humo espeso jacaso phra decir que es toda humo! como cuando su ni más amigos que ios pájaros que picotean sus mantas, 0 se posan en
zar, desdela colina en que lo rodean, sentado en la silla de campaña, sus :w botas: tal aquel otro tiempo, lleno de majestad y de ternura, en que,
generales de banda lila al cinto, ve a lo lejos, por la humareda que les de pie en el yerbal cubierto de muertos blanquecinos, bajo el cielo que
va detrás, que huye Rusia del turco, que Alá les va cortando las colas rube por el Este sombrío y lluvioso, los dos amigos postreros, el jefe en
a los potros cosacos. 0 pintará la batalla antes, con los soldadostendidos traje de batalla. J- el sacerdote con su casulla sepulcral, entierran, con un
en el trigal, mano al gatillo, a las espaldasla manta amarillosa, como eI ciciior que entra en los huesos, murmurando la oración al compás del
cielo, y a un lado los jefes, en pie, de galón rojo ed la gorra. 0 luego que incensario, al escuadrón que de una arremetida segó el turco. La música,
de los turcos enemigosya no queda en Shipka más que los montones de allá de entre los tapices, Ilega tenue, como con manos, doliente,
cadáveres, apilados en la nieve por el villorrio mudo, pasea a Skobelev, desesperada. El gentío quiere luz y contento. El gentío va a ver !os
seguido del pabellón, a escapeen caballos blancos frente a las t-ropasque ;lindros sagrados.
al pie del monte que brilla como seda, echan al aire frenéticos los gorros.
0 despuésdel combate, pintará, con sangre acabada de derramar, los
heridos de bruces, encuclillados, enroscados, moribundos. El centinela, Son rayos de color, patios musgosos, muros sin cáscara, pozos y
de capote gris, tiene la cara deshecha. Un genmal, con la cabeza baja, puertas negras, y mares fosforescentes, a cuyas orillas, con SU túnica
como quien va a recibir la hostia de la muerte, está, casacaal hombro, a blanca y su cabellera rubia; vaga Jesús, o conversa con Juan, o maldice
los pies del que acaba de expirar, con el rostro como barro. Otro muerto a Iris ciudadesimpuras, o llora desconsolado.iQué es la religión, más que
también, encogidas las piernas, y los brazos abiertos, se ríe, con la cara historia? ia nuestro lado anda Jesús, y ae muere de angustia porque
verde. Este alza con cuidado, como a un amigo, la pierna en tablíllas. no le ayudan a hacer bien! ia nuestro lado predica Juan, con el sayo
Ese se sujeta el brazo que le pende. Aquél aprieta los labios, al tratar en de piel de carne11 o y la palabra terrible, y los buenos lo saludan de lejos,
vano de levantarse entre mochilas, cantinas y fusiles rotos. Entre los Y ios mercaderes se ríen de él, entre sus hogazas, y SUS ánforas! COZIIO
muertos y heridos otros fuman. hombres los entiende Vereschagin y como hombres los pinta, o como
figuras de paisajes: donde más tiene de divino el azul del agria que la
Un oficial, como para animar el cuadro frio, habla al paso con una
congoja del “cordero de Dios”, o a la fiereza del apóstol, o a la manse-
cantinera. En la tienda repleta, un herido pide en vsno entrada. Uno
dumbre de aquellos almuerzos del Jordán, a la sombra de los tamarindos.
vuelve hacia atrás la cara sin ojos. La serrania, amarilla; el cielo, lanudo,
con langostas y mieles.
Y el corazón no se conmueve ante aquella pintura de pensamiento
Y acaso sería, a no haberse quedado como en boceto, uno de 10s
compuesta como para aleccionar, porque la calma visible del artista, la
cu:ldros más notables de nuestra época, por lo franc8 de la concepciónl
madera de aquellos cuerpos, la mudez de aquel cuadro, donde falta la
! In habilidad con que por el contraste natural con lo que le rodea resalta
agitación de la agonía y la dignidad de la muerte, contrastan con un tema
en Jesús el alma sublime, aquel de Vereschagin en que pinta la familia
que pide miradas que desgarran, cuerpos que se hundan al abandonar el de Jose, en un patio pobre, con el padre y su aprendiz ensamblando por
espiritu, líneas rotas y crespas,escorzosfugaces y violentos, y un aparente un lado: y María saciando a sus pechos el hambre de su recién nacido,
desorden de método que realce y contribuya al del asunto. con otro hijo al pie, y uno que viene deshecho en lágrimas, el brazo a
4x MARTí / EUROI'A
RUSIA
los ojos, en tanto que de codos en tierra, dos más, ya en sus diez anos.
hablan de cosas no más graves que trompos y boliches; sobre la cabeza Y allí los curiosos se detienen, no para ver una pintura de admirable
de Maria se seca, al aire, el lavado de la casa; con el gallo a la cola trabajo, un portón de piedra bermeja, con céspedy florecillas a la entrada,
comen al pic de la esca!era de piedra las ga!linas, y en los peldaños dc donde al pie de dos bellos brutos, blanco uno y negro otro, esperan, de
abajo, de modo que parece más alto que todos los demás, Jesús lee. jaique y brial, los árabes palafreneros; ni para celebrar como lo merecen,
los retratos del butanés greñudo y rosicobrizo, con ojos como de hiel y
Tienen matices de amatista, y florea como sangre, y sombras como
esmeraldasen los lóbulos, y su butanesabelfuda, con el hijo a la espalda.
de violetas, y paredones como la carne desollada, y verdes como de orin,
Lo que los curiosos ven, tomando por arte el mero tamaño, es una
los lienzos, menudos todos, donde, como quien toma el pulso en la vena
lámina de diario coloreada con vigor, que representa, sin más cosa de
abierta, copió a pleno color aquel mar muerto, con sus (árboles que dan
poder que el cuerpo vivo de un soldado, el suplicio del cañoneo en el
fruta de ceniza; aquel monte, ya a media flor, donde murió Moisés frente
Indostán, donde el hindú culpable, atado a un poste a la boca del cañón,
a la tierra prometida; aquel valle de Jericó, que era ayer de jardines, y
muere en pedazos. Ni esde arte, ni mueve el horrar solicitado, por faltarle,
hoy es marañas de escorpiones y culebras; aquella tumba de Samuel,
en fuerza de realidad, el grado intenso que constituye, en lo bello como
donde citaba a guerra contra los filisteos; aquel pozo donde probó Gedeón
en lo feo, lo artístico, otro lienzo donde la muchedumbre, como en
a sus soldados, y dejó por flojos a los que metieron la boca en el agua
ruedo blanco con costra de colores, se agolpa en plena nevada que salpica
para beber. Allí está en lienzos que pueden llevarse de medallón en las
de copos caftanes y pellizas, a ver, colgando de la horca, dos sentenciados,
sortijas, el pozo de Jacob, donde Jesús habló con la samaritana de los
como dos gusanos.
tiempos olvidados; Beisán la fuerte, que jamás se abrió a Israel; Cnfar-
naum famosa, toda hoy maleza y ruinas, donde vivió Jesús en casa suya,
y curó a tantos; Bethsaida ingrata, donde multiplicó el pan y los peces, Pero iqué modo el de Vereschagin, en esoslienzos infeliz, de sacar,
y dio la vista al ciego; los camposde betún inflamable donde perecieron, con masasde color, blanco sobre blanco; de pintar, de manera que se ve
a la furia de las llamas, Sodoma y Gomorra; y una llanura desde donde de veras el mármol transparente, la famosa ventana que levantó Akhar,
se ve el Tabor, con el castillo que lo coronaba cuando cuentan que el gran Mogol, en honra de su santo consejero Selim-Shirti ! ; y acurrucados
desapareció por él Jesús; y el monte de la Tentación, en cuya gruta, en el poyo, al fuego del cenit, conversan, en togas y turbantes albos como
antes rica y cubierta de frescos, viven hoy, haciendo caridad de su la celosía, los guardianes del templete, de rostros cobrizos.
pobreza a los pájaros y a los beduinos, los buenos monjes que no tienen Luego es el Taj, puro como la leche, que refleja sus cúpulas ligeras,
para comer más que judías y aceitunas, con su cebolla J su ajo, y un labradas como con aguja, en el lago cercado de cipresesy ramas otoñales,
poco de pan negro. a cuyo arrullo, en su soberbia tumba blanca, duerme bajo follaje de
Y en un lienzo como sin fondo, donde las figuras del calvario. mármol aéreo, aquella favorita que amó el sha Jehan. Y ya es la mezquita
raquíticas y a estilo de panorama, dan cara a un muro de cantos rojos de la Perla: que invita a entrar por sus nobles arquerías,-más que
y musgosos,está la gente de Gallea, como quien va de fiesta, mirando de perla de marfil tallado, con sus hileras de musulmanes reverentes
a las cruces. Un caballo da el anca. Un árabe, con el bordón atravesado, que evocan al creador invisible, de pie, hombro a hombro, con las cabezas
mira desde su burro. Por el fondo vienen, en cabalgaduras de mucho bajas. Ya es, con su aljibe de doble boca y las babuchas a la puerta, el
paramento, unos moros ricos. Falta como lazo a aquella sencillez fingida. vestíbulo, fresco como las mañanas,de la mezquita donde el otomano en
A un lado del cuadro, no por tierra deshecha,como madre que ve a su traje verde o amarillo, pide el amparo de Alá contra el judío, que llora
hijo en la cruz, sino de pie, cubriéndose el rostro con las palmas, está y comercia. Ya cs, con sus domos dorados y verdes; con su palacio de
orujinaiu, lleno de tesoros; con la soberana torre de Iván que preside la
María. Una moza robusta, de manto blanco como ella, la implora, con
vasta maravilla; con la puerta del Salvador, por donde nadie pasa
bello dolor. A otra mujer, por el entrecejo que se distingue, se le vc
cubierto; con el panteón de los zares, erizado de espiras; con su masa
clora la pena. A un judío que parece inglés le está hurtando la bolsa
de pisos superpuestos,como el palacio babilónico; con sus bastionespor
un ratero de barbaza rubia, con blusa de listas.
valladar y su Moskova al pie,- el Kremlin colosal, el Kremlin rosado.
438 MARTi / EUROPA

¿Y qué importan ahora, ya al salir con el gentío, ni el tigre que al


pie de una palma ve venir sobre el cadáver en que se apresta a regalarse
el buitre que se lo disputa; ni un lienzo como velo. que es un amanecer
en Cachemira; ni aquella palma sola, centinela. negro de las ruinas de
Delhi, que se mira en el lago Amarillo, a la puesta del sol?
Bien hace ahora ia música, de allá de entre los tapices, en enviar.
como gargantillas de diamantes, notas sueltas de himno. Jamás en tan
vasto lienzo creó el hombre con más verdad y poder el cielo luminoso.
;.A qué pintarlo? iQuién no ha visto el cielo? Abajo, donde el buitre
negro, habitante Único de aquella pureza, se cierne, anchas las alas, en
busca del soldado insepulto, las peñasterrosas, como gigantescosbúcaros,
ievantan en las cumbressusff ores de nieve. Las nubes dormidas despiertan
al sol; y vagan ligeras, cual si las moviesen, con dulce pereza, como APUNTES VARIOS
cendales de la mañana, doncellas invisibles. Con tajos de sombra se
empinan por io alto Ios picos nevados. La nube aérea flota, afloja sus
vapores, se mece y deshace,el cielo arriba triunfa, sereno y azul.
Así corona la luz a los artistas fieles, adoloridos por la carencia de
ideal amable en estos tiempos de muda, que, a despechode escuelasy
gramáticas, ponen su caballete al sol, y hallan en la naturaleza, consoladora
como los claros del amanecer, la paz y la epopeya que parecen perdidas
para el alma. Como con puñalespinta Vereschagin susretratos: como con
zafiro desleído hasta dar deseosde morir en él, pinta el mar samaritano;
reproduce io que ve como si le hubiera levantado la corteza, para poseerlo
mejor; sua mármoles relucen, y su aire indio irradia; hijo fuerte de
un pueblo espantado y deforme, no sabe usar del hombre en sus lienzos,
sino cuando, lejos de su país sombrío, lo halla ágil y gracioso; cuando
pinta al hombre, es para servirle; ni compone ni condensa, ni crea: EU
espíritu no parece haberse abierto al arte sumo, que es el que sabe sacar
el alma de las cosas, producir con el detalle la emoción de la armonía,
inundar las entrarías de deleite, sino en aquelloslienzos vastoa y solitarios,
con montes, Rusia, como tu dolor, con valles, Rusia, helados como tun
esperanzas.
JOSÉ MARTf

La Nación. Buenos Aires, 3 de mano de 1889


LA LENGUA CASTELLANA EN AMÉRICA
Lo que Am. pone en la lengua.-Lo q. por fza. sha de ser la 1. en
Am.-Reflejo de n/carácter autóctono, de niclima y abundancia, de
n/educación mezclada, de n/ cosmopolitismo literario, de n/hábitos fieros
e independientes, de n/falta de costumbre de reglas largo tpo. imperantes,
de n/amor natural, como reflejo de n/naturaleza, a la abundancia, lujo
y hermosura. Tiene n/prosa, icómo no ha de tenerlos? los caracteres
indecisos, y heroicos de la juventud. Eso tomado en masa, que entreaa-
eando de acá y de allá, vaya si hay prosa cientifica, y espléndidos
maestros.-Otro elemento: la influencia literaria de Francia, y de España.
De Francia, V. H. sobre todo, y ahora las poesías, cosa natural por
nuestra gran tendencia literaria, y los coloristas, cosa natural en pafs
tan rico de matices varios y espectáculos hermosos.-De España, como
q. no hay modelos modernos, y sólo lo poderoso se impone, los espíritus
humildes, y los literarios, seducidos los unos por la fuerza y los otros
por la pasión, a más de lã vanidad, por ser premiados los que ese estilo
imitan con honores y nombramientos, se prestan a los modos viejos, a la
prosa revuelta y discreta, a lo q.40, po. no falta a lo esencial y germinal
de él, porque entonces queda caótico, y sin el abolengo que lo constituye
literario. Los idiomas han de crecer, como los paises, mejorando y
ensanchando con elementos afines sus propios elementos.
Del donaire. El donaire excesivo es el ridículo discreteo. Lleva al
encaramiento de la frase. Pero una de las condiciones de la lengua,
como de n/carácter más francés y serio en América que en Esp., ese
donaire que entre nosotros es la caricia, el regalo de la palabra, la
galanteria, como quien va desenvolviendo despacio una joya pa. que la
atención se fije más y se la vea mejor, así en paisajes ricos se va
desenvolviendo la idea, mas no ha de ir con frases inútiles, sino con las
necesarias y graduadas para excitar el interés, sin quitarle precisamente
con 10 q. parece que lo da, esto es, con el sobrecargamiento de palabras.

0 Dos palabras ininteligibles.


;\iochos creen q. está ei irwovar en usar frases o palabras nuevas.
Cierto q. donde son expresivas, y crecen naturalmente del influjo de
n,/caracteres en nj’idiorna, las frases y palabras locales deben registrarse
en la Literatura y venir a aumentar el idioma, pero no está en cso’s
stnericnno sino en poner en 13 Literatura n/espíritu.-

GUATEMALA EN PARf S”

IA I’~lahas ininteligibles. I’arece Jecir: “r;/gran deber”. 44 ApunteJ de Martí para alguna revista o algún periódico dei cual era
cone§pon5al.
Sonrisas de incredulidad acompaiíaron a su anuncio, el pensamiento de
presentar a Guatemala en la Exposición que actualmente da celos a Viena
y Philadelphia, y trae de fiesta a París: igenerosos franceses, que llevan
siempre las grandes ideas encendidas en su corazón!-Decían entonces
los incrédulos : i Qué enviaremos ? iMaíz de fuego y panela? iCacao y
harina de salsa?
Aunque no hubiera habido más que eso, eso se hubiera debido enviar;
pero se ha enviado más que eso. Por centenares se cuentan los objetos
que Guatemala, gracias a la decisión del Gobierno y al celo de la Sociedad
Económica, presenta en París.
Buscando andábamos para ofrecer al público, una reseña de los objetos
enviados, cuando lefmos el nutrido catálogo, en que después de juiciosas
reflexiones y descripciones oportunas, el Director de la Sociedad Econó-
mica enumera los frutos guatemaltecos, naturales, industriales y artísticos
que figurarán en la Exposición. Con lo cual no harán los vanidosos hijos
de París preguntas cándidas acerca de la civilización y medios de vida
de este pueblo, que como tantos otros de América, les es desconocido.
iFrancés hubo y redactor de periódico, que en Paris haya preguntado
al que esto escribe si en América se andaba en coche!
Ahora, merced a los trabajos del fotógrafo Somegliani, verán los
extranjeros la elegante Universidad, la Catedral hermosa, la correcta
Escuela Normal, el atrevido San Francisco, el artístico castillo de San
José, el poético cerro del Carmen, el esbelto cimborrio de la Recolección.
No tendrán, es verdad, el limpio musgo sobre que se deslizan los breves
pies de los moradores de Utatlán, ni el cielo azul de América, en nuestras
mujeres reproducido, sobre n/ cabezas suspendido, como promesa eterna
de que, sobre todas las tormentas de los hombres, premiarán los dolores
de estos pueblos eterna bienaventuranza y claridad. Nunca es más bella
la luz que después de tenebrosa noche. Hay injusticia en pedir a una
época de aurora todo el vigor y claridad del día.
Pero esos mismos efectos prueban &
APUSTES VARIOS 449

Pero cl renombre sólido que ya ha adquirido aile; la inesperada parte los hombres biografiados. La biografia posterior de un hombre JIO
sanción que obtuvo en Philadelphia la industria mexicana; el adelanto es más que el resultado de su biografía anterior.
en cierto modo explosivo, que en pocos años ha realizado Venezuela; las La casa de Dreyfus acaba de publicar una obra que la prensa europea
obras que se abren paso, echan puentes de riqueza sobre los abismos de elogia, porque libre ya el autor de las trabas que el muerto imperio del
inquietudes de Perú,-van reparando con gran prisa aquella en cierto pequeño Napoleón, monstruosa comedia incomprensible, impuso a Va-
modo merecida y en cierto modo injusta fama que tenían tados nuestros pereau, el nuevo Diccionario general de biografías francesas y extranjeras
pueblos de revolucionarios indomables. Guatemala, modestamente armada, excede en mucho al Diccionario de los contemporáneos publicados por
ha ido a reclamar su puesto en esta cruzada de vindicación. aquél en tiempos en que las verdades no lo eran, sino en la forma y
iCon qué armas ? Con las que este siglo quiere. Con el arte, que cantidad en que el Emperador quería que lo fuesen.
empieza; con la industria, que balbucea; con la agricultura, que promete; No es el nuevo libro, a lo que parece, una obra monumental como de
con veteadas maderas, con útiles fibras, con medicinales cortezas, con su título debiera desprenderse; pero el ojo editorial de la casa de Dreyfus,
bálsamos que curan, con blanda cera, con ricos granos, con excelentes que sólo fatiga sus prensas con lo que cree merece fatigarlas, la erudición
harinas, con abundantes productos minerales, que presentarán los abun. y precisión del biógrafo y las condiciones de independencia política en
dantes frutos de la tierra a par de los caprichosos bordados y elemental que se ha hecho el libro, garantizan que si bien breve, será en la mesn
industria de los indios. Con productos químicos, con productos indus- de los periodistas gran auxilío, en la de los aficionados a política un
triales, con objetos varios que demuestran que si no todo ha podido ya buen elemento para juzgar, y en toda biblioteca útil adorno.
lograrse, todo lo útil y bello se va intentando en esta República naciente.-
Y cuenta que la fuerza de un pueblo no debe medirse por lo que hn
adelantado en absoluto, en tiempos de trabas y oligarquías, sino por lo
que ha adelantado con sus propias fuerzas, en determinado período dc
tiempo.-Compárese la Guatemala actual con la Guatemala anterior 01
año 1871: icabe dudar que estos últimos años han sido para la República.
en todo concepto, verdaderamente redentores?-
Las niñas de Paris se entretienen noblemente en dar, mediante unos
sueldos, libertad a las golondrinas enjauladas:-aquí, como que sc ha
abierto la jaula de las almas, y más libres que antes, vuelan ya por 105
aires crrtonando cánticos de alabanza al progreso.

Los hombres, salvo los grandes accidentes que tuercen los caracteres
mejor definidos, no hacen sino aquello que de sus actos anteriores resulto
que deben hacer. Haciendo una exacta biografía de hombres políticos, se
tendrá un elemento seguro para juzgar de la política probable en tanto
ellos influyan en ella. A pesar de cuanto digan los *imistas de los
hombres, las apostasías son más raras que las grandes firmezas. DC
manera que un Diccionario de biografías viene a ser, no sólo un libro
de gran utilidad para el erudito, de distracción para el ocioso, y de
aprovechamiento para el escritor público, sino una base muy digna dc
tenerse en cuenta para augurar el resultado de los’sucesos en que tomen
RECUERDOS DE “NOS GRANDS YOETES”
DE STRAUSS’”

4.; Eo de suponer que c~os apuntes de Martí son phalos copindos del libro
LI mm I~ncr~ numción.
Elle est la seule, (la langue allemande) , parmi tant de langues parlées
qui possède la faculté de rendre ìa poésie de tous les autres peuples, anciens
ou modernes, dans le rhytme primitif.
Pour les anglais, Pope a traduit Homère en iambes rimés de cinq
pieds;
pour les francais, Delille a traduit Virgile dans 4s alexandrin.
Ce mètre étant celui de la scéne, c’est lui qu’échouent Eschyle et
Sophocle, por lesquels au moins, I’Anglaterre a la ressource des iambes
de cinq pieds non rimés.
Pour rendre Horace, Pindare et les autres lyriques, on ne dispose que
du vers qui sert égalemente au chansonnier.
AU contraire, depuis que pour Homère et B W. Schlegel pour Shakes
peare à Calderon ont ouvert la loi, les allemands peuvent lire tout ce qui
depuis prés de 3,000 ans a eté produit dans le domaine poétique.
La langue fran$aise est devenue la langue du monde, en ce sens qu’elle
a su s’imposer comme la langue de relation, moyen de relation:
la langue allemande, parce qu’elle a su s’assimiler pour elle et pour
son peuple les plus puissantes productions des litteratures étrangères.
La poésie allemande a eu deux périodes florissantes;
la lre., dans le Moyen Age, au temps des empereurs souabes;
1’ autre, depuis la 2ème, moitié du siécle 18ème, jusqu’au commen-
cement du 19ème.
la periode chevaleresque et historique, a aujourd’hui besoin d’être
traduite et ne parle aux besoins ni aux gouts du monde modeme; Le
poéme des Nibelunges, les proverbes de Walther de Vogelweide, et quelque
chose de Tristan et Isolde: celui qui connait cela, peut bien se passer du
reste.
Lessing... “la bonne fortune de ce qu’un homme comme Lessing
apparut a la naissance de la litterature classique allemande.” C’est peu
encare qu’il se soit montré universel, critique et poète; archéologue et

4C Palabra ininteligible.
454 MARTf / EUROPA APUXTES VARIOS 45

philosophe; dramaturge et theologien; c’cst pcu qu’il ait trouvé dans touo Les écrits polémiquescentre Goezesont des mo&les eternels du genre,
les domaines des points de vue nouveaux, qu’il ait indiqué des voies nou- sansménagementspour l’ndwrsaire, mais inspir& uuiquement par I’amour
vel!es qu’il ait sondé des couches profondes: ce qui est glorieux en 1~1, de la vérité, dont le polenliste s’esl constitué le yretre, et non par un vais
c’est cette unité de I’écrivain et de I’homme, de I’esprit et du coeur.-Ses désir de gloriole Mernire, comme on le voit trop souvent duns ces sortcs
sentiments sont elevés, a l’égal que seo pensées ses aspirations sont ardentes d’écrits.
comme son style.-C’est l’amour même dc la ver’ité qui veille en sa Et quelles perles limpidcs ct brillantes s’ajoutent a la cbarme de ses
personne au seuil de notre litterature.” écrits de combat
Les&.-Dans l’ensemble de ses oeuvres il y a, á In ver%, mniutes (poesía pesada y cofiolienta, de movimientos difíciles y líneas imper-
choses,ou bien qui sont trop savantes pour le grand public, ou bien qui fectas: Schack, Strauss; Fastenrath: no es poesía límpida, sino como
écritd sous la pression des nécessitésquotidiennes, sont viellies avec les infantil, velada y trabajosa)
evenementsdu jour auxquels elles étaient consacrées:néanmoins, il n’est avec I’Education de 1’Humanité et le Testament de Jean.-Le premier
rien de plus erroné que cette opinion encorc trés répanduce, qu’ en ce est une douce et tolerante lumiére sur toute l’histoire réligieuse: I’autre,
qui concerne Lessing, il suffit de s’en tenir a sesdrames. malgré son cadre restrcint, se tient comme valeur a coté de Nathan, par
Au contraire, si nous en exceptons Nathan, bien que ses deux autres In grande bcauté de 13 forme et la merveilleusc profondeur de la pensée.
drames principaux soient des mod&leset qu’ils aient fait époque, on n’a Parler plus particuliérement de celui-ci semblerait superfIu,-en effet,
pas du tout le vrai Lessing si on, ne connait pas de lui que ses drames. si toute religion devait avoir a son origine des livres saints, le Nathan de
Et le Nathan lui mème n’est entiérement compréhensible, dans son but Lessing serait le livre saint fondamental de la religion de l’humanité et
et sa significnction, que par les écrits de polémique theologique dont il de la moralité.
fut, pour ainsi dire, comme I’épanouissementfinal.
Goethe.--Le sentiment de la nnture, de son inépuisable abondance de
Mais cambien de sources vives et limpides jaillissent de ses autres
vie, de son dèveloppement qui s’accomplit dans le silcnce et selon des lois
&zrits de critique et de polémique!-Que1 baume et que1 stimulant pour
fixes, ce sentiment ínflue sur tout l’ensemble des oeuvres de Goethe.
le collégien qui, aprés avoir commencéa lire Horace avec son professeur,
Beaucoup de puissant et rien de violent, parmi toute cette diversité,
ferait connnissanceavec le Vade Mecum du pasteur Lange de Sanblingen!
nul desorde dans toute cette profondeur, point d’obscurité.
Commenous apprenons a discerner la vraie et la fausseerudition avec ses
Lettres nrchéologiqueadirigées contrte Klotz. Commenos yeux se desillent
quand nous voyons les limites de I’art tracées dans le Laocoon avec une
perspicacité et une profondeur merveilleuse! Quclle lumiére jaillit pour <*>
“commc Iyrique, il est peut &re le plus grand poète de taus les
nous, de sa Dramaturgie, sur la nature de la tragédie, sur le faux temps”.
classicismedu théatre en France, sur la gigantesque grandeur de Shakes- Bullades.--& Chanterrr, repoussant la coupe d’or que lui offre son
peare! Comme nous retrouvons le bibliothécaire parmi ses trésors, en roi, c’est lui même.
même temps que le champion de la liberté dans les Entretiens avec nos Le Pécheur.-image de la Nature.
grands ancétrcs, dans le Berengarins Twesnensis, qui nos raméne insen- Ie Roi des Au!nes.-inspiration des brumes du Nord.
siblelnent du terrain de la critique archéologique sur celui de la critique La Fitrncée de Corinthe.-art grec.
théologique. Ie Dieu et la bu,-&rc.- fclat meridional.
C’est lá aussique nous pénétrons dans les profondeurs les plus intime Hymnes.-Ma dkese
auxquels Lessing sut attendre dans tout le cours de sa carriére. Formes de I’humauité.
Les supplémentsaux Fragments de Reimarus annoncent sans eftroi, .. .“ni les sage- masimes, les chants d’an;z>r du Divan, qui respirenl
derriére la ruine de la lcttre biblique, une religion de i’esprit qui e!l será toute l’ardeur orientale, et qui atteignent a la sublimité dausle mrrveilleux:
independante. Sous mille formes & oì! le pcht: ravi transpor:e la bien aimie dans
456 arARTí / EUROPA APUXTES VARIOS 457

I’inmense infini,--ni les stances incomparable- des deux dédicaces, du


poème et de Fausto, I’épigramme vénitienne, si attrayante et si variée, 1~5 Les Parentés Electives :
Elegies, aussi bien la tendre et touchante Euphorosive. que I’exuberante
Romaine, oii le poète a vaincu Properce et Tibulle sur leur propre terrain. Comme le Werther, Goethe, dans son 60 me. année, d’un seul jet,
reproduisant encare une impression de son coeur, composa son dernier
-3Ias il n’y venait pas (au drame) de sa propre nnture. et dans !es
roman, les Parentés Ekctives.
poèmes ne donnait du draml; que la forme exterieure.
Cette impression, on le sait, était une passion pour Minna Herzlieb,
-Parmi ces piéces dramatiques, seul Cia\-ijo, et <*n partie Egmont,
passion qui s’était allumée en lui un an aprés qu’il eut donné une tardive
ont une réelle action dramatique.
consacration ecclésiastique a sa liaison avec Christiane Vulpius, et qui,
-Le dialogue, la représentation ct les discours des personnages
bien que vaillamment combattue et bientôt maitrisée par une puissantc
n’étaient pour lui que le moyen de donner aux objets plus de vivacité ct
volonté morale, avait laissé en lui une douleur profonde.
de realité.
De mgme qu’il avait exprimé son inclination dans une serie de sonnets
Sur la lre. partie ¿lu Faust:- bien connus, aussi longtemps qu’il s’était abandonné a elle, joyeux et
...c’est un pokme bel qu’aucune autre nation ne peut en montrer un sans crainte, de même il ressembla dans le cadre d’un roman tout ce qu’elle
semblable. fit naître en Iui de douloureux quand il la combattit, s’en delivrant ainsi
Sur la 2me. partie du Faust. d’une fa$on réellement artistique.
...Il est naturel que la pensée de completer son oeuvre principalè l’ait L,es Parentés Ekctives ont ceci de commun avec Werther, que, con-
suivi dans toute sa vie, comme il est naturel que. tentant cet accomplis- trairement a Meister, un amour malheureux forme tout leur contenu; mais
sement lors qu’il était devenu veillard, il ne pouvait plus reussir, et ne dans la forme elles posskdent le caractére objetif et épique au méme degré
devait parvenir qu’a mettre au jour une allégorique fantasmagorie. que Werther possedait le caractére subjectif et lyrique.
L’exposition. surtout, est un morceau de maître.
Unique aussi est la langue des Paren& oú le poéte ne dissimule pas
Le roman principal de Goethe, qui réfkte toute, ne fut pas I’oeuvre sa profonde émotion, bien que son langage conserve le calme de l’épopéet
d’un seui jet. et puise dans cette retenue, dans cette ardeur etouffée, de merveilleux
Decía de él Goethe: “Je devais p enser _ qu’une vie féconde en événe- effects.
ments qui se deroulent a nos yeux serait quelque chose par elle meme, sans
le secours d’une tendance précongue et poursuivie. L’homme, malgre A Hermann & Dorothée
toutes ses sottises et ses erreurs, dirige par une main supérieure. finit par
Platen a nommé avec raison l’orgueil d’ Allemagne, la perle de l’art.
arriver a un résultat heureux: c’est tout le livre.”
Poèsie et Verité. “D ans l’histoire de Sesenheim comme dans les
Goethe composa son oeuvre de la matiere de sa propre vie.
“Parentés ekctives”, il n’est pas un trait qui n’ait été vrai, mais il n’en
Sur la lme. partie:
est pas un non plus qui soit conservé te1 qu’il a eté.vécu.
Quelques choses excellentes que contient cette suite au lwint de \we
II a donné a son livre ce nom, parce qu’il s’eléve par des tendances
des pensées et des intuitions, la forme poétique ne répond pas a la pensée;
supérieures, au dessus des regions d’une realité vulgaire, et ne rappelle les
L’interet aux personnages du roman et de leur destinée ne se mantirnt faits particuliers que pour servir de confirmation a des verités plus hautes.
pas, et comme pour la seconde partie du Faust. nous trouvons de plus en
plus transportés dans un monde simbolique de fantCmeo.---On devra
Correspondence
toujours regretter que ,Goethe n’ait pas achevé des récits comme I’Homme
de cinquante ans, et avant tout, le charmant Pas trop loin, plutht que de Avec Schiiler:-qu’il “offrait ainsi un don considerable aux allemands,
poursuivre au dela de sa conclusion un roman dejá fini. á i’humanité méme.
458 MARTí / EUROPA

Les lettres de Goethe a la femme dont la puissante influente n’a pas


peu contribué á l’élever au de@ de perfection oii il se rencontra plus tard
avec Schiller, ces lettres á Mme. de Stein nous importent et nous attachent
á un autre titre que sa correspondance avec son emule.-E!les nous per-
mettent de jéter un regard grandement instructif sur ce coeur de poke
aus sentiments si tendres et si vifs. qui pour se reposer de son immense
activite dans le domaine de la poésie et de la .ccience, eut le besoin
ronstant du doux foyer d’un noble amour.

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