Aliteraciones en Virgilio PDF
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. dis
estas obras se han sucedido tambin los trabajos en Inglat e k a , Francia e Italia y se han hecho grandes esfuerzos por
ilhplantar la llamada pron~nciacirn clsica del latn. Ent
Alemania e Inglaterra parece que la reforma ha arraigado
en cierta medida, pero en Francia y n Italia, a pesar de la
dura lucha mantenida por Marouzeau en la primera y
por Pasquali y Pighi en la segunda, absurdos intereses y
prejuicios fiaciorlaktas intentan cerrar el paso a tan cientfico intento.
Tambin los recientes congresos en pro del latn vivo*
de Avignon (1956) y Lyon (1959) abogan por la prohunc:acin reformada.
En Espaa, a pesar de que se invocan menos que en
atras naciones los intereses regionalistas, existe por el momento una gran anarqua respecto a la pronunciacin de1
latn, si bien es cierto que, por la ndole de la fontica de
nuestra lengua, las discrepancias con la pronunciacin clsica son menores que en otros idiomas. Sin embargo, en.
casi todas las Universidades y en la mayora de los Institiitos ya se ha implantado y se ensea la pronunciacin cccfsita, que, aparte de ser ms cientfica, permite la explica
cin directa de ciertos problemas fontico-morfolgicos.
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J. MAROUZEAU
es sin duda el mayor paladn contemporne,~ con3
que cuenta la reforma de la pronunciacin del latn. R1 es quieh mantiene
viva la cuestin y a l remitimos al lector que tenga inter6s por conocer
in extensr, este problema. E n su opsculo La prononciation du Iatin ( F a
rs, 1955 4) se hallar una actualizacin del tema con abundante bibliografa, que puede completarse con los datos de A. TRAINAL'alfabeto e la
promuzzia del Latino, Bolonia, 1957.
6 Cf. G. PASQUALI
Latino francese, latina italiano e latino latino (Pcgaso 1 1929, 733-538) y La pronuwia del latino o s s h la voce del sangue
come strumento conoscitivo (ibid. 11 1930, 611-615). Importante es tambin
G. B. PIGHI La pronulzzk deF latino (Aevum VI11 1934, 215&) y ms
reciente atn l trabajo de E. DE FELICELa pronunzia del latino c l d ~ s i c @ ~
Arona, 1948.
Cicern dice: Rustica uox c t agrzstb quosddln delectat qub mtkgis antiquitatem, si ita sonet, eorum Sermo retimere uideatur ( D e btat
111 4%).
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6 ) El testimonio de los antiguos gramticos al correg i r los errores 'de sus contemporneos.
c) L a transcripcin de palabras griegas al lat n y viceversa.
d) Los trminos latinos que en poca antigua pasaron
a otras lenguas.
e) Los datos que suministra la fontica comparada desd e e! indoeuropeo a las lenguas romances.
f ) Los testimonios indirectos de los antiguos escritores
cuando, mediante juegos de palabras, onomatopeyas, a'.iteraciones y otros recursos lingsticos de valor expresivo,
reproducen sonidos conocidos o invariables.
Apoyndonos en los fenmenos de este ltimo apartado
y aplicndolos a la obra de Virgilio, intentaremos no demostrar (pues el tema est de sobra demostrado), sino aadir
algin dato ms al acervo de testimonios que justifican la
pronunciacin clsica de ciertos sonidos y comprobar la verificacin de la misma en el poeta de Mantua.
poetas que stos empleaban por la sonoridad de ciertas palabras o por haberlos consagrado el uso en formas rituales,
religiosas o jurdicas, pero que incluso los mismos poetas
deban emplear con tino. Y es precisamente Virgilio el poeta a quien Quintiliano pone como modelo e n el uso de los
arcasmos : eo ornamento acerrimi iudzczi P. Vergilius un&
ce est usus (VI11 3, 24). Adems, los plocos arcasmos autnticos que emplea Virgilio (moerus, quianam, fuat, cassus, etc.) son palabras puestas en boca de los dioses o que
indican situaciones y cosas remotas para las que artsticamente cuadra el empleo de lo arcaico.
D e los r u S t i c i S m o s de que le acusa Donato ( c ~ i u m
y natalis), el primero de ellos. cuium pecus (Buc. 111 l),
puede ser una afectacin de lenguaje puesta en boca del
pastor Menalcas para indicar que Dametas no es propieta~ i o O, bien estar empleado con el valor de frmula jurdica,
pues sabido es que los pastores de Virgilio se expresan
siempre en correcta lengua literaria. Y el adjetivo natalis
ya lo haban empleado otros poetas y el mismo Cicern con
e l valor de aniversario)).
Por lo que se refiere a la armona de los vrrsos de Virgilio, es tan grande, que puede vislumbrarse a travs de
las diversas pronunciaciones del latn, pues algunos elemen-tos de esa armona, como, por ejemplo, la sonorida'd de las
vocales o la rareza de consonantes de pronunciacin dura,
son totalmente independientes. P o r eso, aun pronuncindolos mal, sin marcar el acento e ignorando la escansin, con
slo recalcar ligeramente, pero con insistencia, los finales
de verso, subsiste una gran parte de la bellela musical y
queda en el odo un cierto sentimiento de ritmo.
czlrrzcs habenas
con oras.
ms. En las obras de Virgilio el diptongo
con e, ni au lo hace con o; ambos lo han. Vanse algunos ejemplos :
La u semivocal.
Ya el emperador Claudio introdujo para este sonido el
signo d o diganwm i~zuersum;y en la Edad Meidia, Petrus
Ramus adopt la letra v para representarlo, como hemos
dicho anteriormente al hacer mencin de las letras ramistas
que an siguen emplendose en ediciones escolares ll. El
sonido 'de esta u no se parece al de nuestra v, sino ms
bien al de la re, inglesa 12. Veamos los testimonios del poeta.
Emplea, unido a coces, el verbo onomatopyico uagire
que reproduce el gemido del nifo recin nacido:
continuo auditne uoces uagitus et ingens (En. VI
426).
Slo mediante ese sonido de la u, que Virgi:io sabe
combinar artsticamente con vocales apagadas, puede representarse aquella lgubre visin nocturna :
Tambin le gusta acudir a palabras cuya ya notable longitud se ve acrecentada por el sotnido u . Por ejemplo,
int erea
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verso este ltimo en el que el estallido de la a pone de relieve la brusquedad 'del gesto de Turno. Pero es que ni siquiera estamos seguros de que haya aspiracin, aunque Maaouzeau la da como posible para expresar el jadeo, en
(Buc. VI 53)
(En. VI1 398)
... tondebat kyacinthi (Gerg. IV 137).
Las consonantes aspiradas @h, th y ((clzn.
No existan en latn, y estas formas no coinciden en principio con las oclusivas aspiradas griegas cp, 6, X, que se transcriban a'l lat'in con p, t , c I 5 y que slo ms tarde, bajo la
influencia del griego escrito, se notaron pk, t k , ch. En todo
caso se pronunciaran con una muy dbil aspiracin cuando
se tratara de palabras griegas, pero era smb~olode afectacin
emplear este procedimiento con trminos latinos le. Es adems digno de advertirse que la cp griega, labial sorda aspi35
Que en amphora los latinos no aspiraban la oonsonante lo demuestra el diminutivo ampulla.
16 El pedante Arrio, de que habla Catulo y al que citamos en ia
nota 14, pronunciaba tambin chommoda.
Otra vez, combinando el sonido c con el de la i, describir el sonido imitativo de los golpes del pedernal y el crepitar de la chispa:
... et
<
<
<
... in
... et
... te&
Y no queda lugar a dudas 'de que Virgilio busca la expresividad, alargando la articulacin, cuando une, muy a
menudo, la geminacin con otro procedimiento expresivo
de la misma naturaleza, como es la reduplicacin:
Tzec genzere neria cessnbit turtur nb u1m.o (Buc. 1 58)
... szmmoque ulularunt uertice Nymplzae (El$.I V 168);
o con la paronomasia :
... p@pesque