Estructuralismo Generativismo

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HISTORIA/EVOLUCIÓN/ESTRUCTURALISMO

* Historia de la lingüística
La historia de la lingüística está construida desde la antigüedad por una tradición de ideas y tratados sobre el
lenguaje tales como la retórica, la gramática, la filología, la morfología y la sintaxis para fundirse en esta
ciencia que queda comprendida en la semiología y ésta a su vez en la psicología social. El lenguaje existe ya
hace más de 400.000 años, y existen varias teorías como la onomatopeya, y las expresiones afectivas.
Lingüística precientífica
La lingüística como ciencia autónoma, con sus propios métodos y con su propio objeto de estudio, no se
consolidó hasta el siglo XIX. Previamente habían existido los estudios de las lenguas, el estudio de la gramática
de lenguas concretas y cierto cuerpo de generalización sobre la estructura de las lenguas, sin embargo, toda la
terminología gramatical no era más que un conjunto de etiquetas razonables, pero no existía un método
propiamente científico para establecer las propiedades de las lenguas, la determinación de parentesco entre las
mismas o su filiación filogenética.
Durante la fase precientífica fueron frecuentes las reflexiones idiosincráticas y filosóficas sobre la naturaleza
convencional o arbitaria de las lenguas, su superioridad o perfección, o sobre su origen. Estas cuestiones
precientíficas no podían ser convenientemente respondidas en el marco de la lingüística precientífica, por lo
que no pasaron de especulaciones razonables o de conjuntos de reflexiones valiosas pero no estrictamente
científicas.
El mundo griego

La especulación sobre el lenguaje comenzó esporádicamente entre los


fiósofos retóricos presocráticos. Se discutieron dos cuestiones
fundamentales: hasta qué punto el lenguaje era "natural", y hasta qué
punto "convencional"; y hasta qué punto el lenguaje es analógico
(estructurado y ordenado mediante reglas), y hasta qué punto es
anómalo (variable, irregular e impredecible.) Ya aparecen cuestiones
lingüísticas en algunos diálogos de Platón, como el Crátilo, por lo cual
es probable que Sócrates ya se interesase por esas cuestiones. Luego,
Aristóteles retomó el interés por el lenguaje y trató cuestiones
lingüísticas relacionadas con la retórica y la crítica literaria en sus
obras Retórica y Poética. A pesar de que Platón y Aristóteles se
interesaron por las cuestiones del lenguaje, fueron los filósofos del
Estoicismo los primeros en reconocer a la lingüística como una rama
separada de la filosofía.
En la época helenística (323 a. C. hasta 30 a. C.), el estudio de la
lingüística era necesario, ya que el imperio de Alejandro Magno era
muy extenso y dentro de él se hablaban muchas lenguas diferentes. Por
eso se crearon institutos de enseñanza de la lengua griega (la lengua oficial del imperio), como medio de
cohesión y dominio de los pueblos bajo la influencia griega. Asimismo, los estudiosos intentaban preservar los
niveles de gramática y estilo griego que habían alcanzado los grandes autores clásicos. Algunos estudiosos del
lenguaje se orientaban hacia la literatura (como Dionisio de Tracia); otros, hacían mayor referencia a los
principios lógicos y psicológicos que subyacen al lenguaje.Historia de la lingüística.

El mundo romano
Cuando Roma entró en contacto con Grecia, la teoría gramatical tradicional estaba ya bien desarrollada.
Basándose en las gramáticas griegas, los estudiosos romanos estudiaron, formalizaron y estructuraron el estudio
de la gramática latina. Había tantas semejanzas entre ambas lenguas, tanto tipológicas como lexicales, que se
llegó a difundir la idea errónea de que el latín descendía directamente del griego, con alguna mescolanza
bárbara. Es notorio que aunque romanos y griegos tuvieron abundante contacto con los persas antiguos cuya
lengua también compartía semejanzas léxicas y gramaticales, nunca llegaron a establecer origen común del
persa, el griego y el latín.
Entre los gramáticos latinos, Marco Terencio Varrón (116-27 a. C.) destacó por sus aportes originales. Varrón
realizó una larga disquisición acerca de la lengua latina, en la que investigó su gramática, su historia y su uso
contemporáneo. Asimismo, trató cuestiones sobre el lenguaje en general, como la controversia entre analogía y
anomalía. Llegó a la conclusión de que el lenguaje es análogo, está gobernado por reglas; que es tarea del
gramático descubrir y clasificar esas reglas; que existen anomalías, pero que son semánticas o gramaticales y
que éstas deben aceptarse y registrarse, pero que no es parte del trabajo del gramático el tratar de mejorar la
estructura de la lengua
desafiando el uso establecido. Esta opinión era bastante revolucionaria, teniendo en cuenta las ideas
preconcebidas de la época o el gusto por las formas cultas, literarias o arcaizantes de la lengua (frecuentemente
consideradas mejor modelo de la lengua que el propio uso cotidiano). Desde los comienzos de la era cristiana
apareció un gran número de gramáticas latinas. Las más importantes son la de Elio Donato y la de Prisciano.
La Europa Medieval
Durante la Edad Media, los textos de Donato y Prisciano fueron esenciales para la enseñanza del latín —la
lengua oficial del Imperio Romano de Occidente y posteriormente de la Iglesia—, en que se basaba toda la
educación y los estudios lingüísticos.
En la etapa conocida como Renacimiento Carolingio, la obra de Prisciano cobró cada vez más importancia,
hasta que se convirtió en la base erudita para la enseñanza de la gramática. Alrededor del siglo XII, se produjo
un resurgimiento de la filosofía europea a manos de hombres como San Anselmo de Canterbury y Pedro
Abelardo, siempre dentro de la Iglesia, único sostén de la educación. A raíz de los contactos que Europa tuvo
con la erudición griega del Este se retomó la lectura de los textos de Aristóteles, con lo cual renació el estudio
del griego. Gracias a este resurgimiento, cambió la concepción de la gramática latina, considerada más como
una disciplina filosófica que didáctica y literaria.
Con los estudios gramaticales controlados por los filósofos, se la empezó a considerar como un medio de
relacionar el lenguaje con la mente humana. "La teoría del lenguaje con la que operaban los gramáticos
especulativos adoptaba tres niveles interrelacionados: realidad externa o formas en las que el mundo existe, sus
propiedades reales (modi essendi), las capacidades de la mente para aprehender y comprender éstas (modi
intelligendi) y los medios a través de los cuales la humanidad puede comunicar esta comprensión (modi
significandi)".
El aporte más importante de la gramática especulativa es la teoría de la gramática universal. Gracias al estudio
de las lenguas vernáculas, los gramáticos llegaron a la conclusión de que todos lo seres humanos tienen la
capacidad de aprender un lenguaje, y que las diferencias no son más que accidentes. Los estudios gramaticales
se dejaron de lado, por considerarse de escaso interés teórico. Lo mismo ocurrió con el estudio de los textos
clásicos latinos. Sin embargo, nunca fueron desechados del todo. Y en el Renacimiento fueron definitivamente
retomados.
Una figura importante por sus aportes originales de este período es Dante Alighieri que en su obra De vulgari
eloquentia ('Sobre la lengua popular') considera la evolución histórica de las lenguas. Dante atribuye un origen
común a las lenguas que el conocía y presupone que diversos procesos históricos y sociales llevaron a
evoluciones divergentes. Esta obra contiene un mapa compilado por Alighieri donde sitúa las lenguas que
conoce, dividiendo el territorio europeo en tres partes: al este las lenguas griegas, al norte las lenguas
germánicas y en el sur las lenguas romances. Alighieri clasificó las lenguas romances en tres grupos (lenguas oïl
[francés antiguo], lenguas oc [occitano, provenzal, gascón], y lenguas sí [el resto]). También trató de clasificar
las catorce variantes que reconoce Historia de la lingüística dentro de las lenguas de Italia, Córcega, Cerdeña y
Sicilia. En el segundo libro defiende el uso de las lenguas vernaculares de su época para ciertos géneros
literarios, frente al uso de latín como única lengua culta.
El Renacimiento
Grammatica (1492).
En 1492 aparece la primera gramática castellana de Antonio de
Nebrija, en la que se recogen formalmente reglas de la lengua
castellana y donde su autor alaba a la lengua comparándola con la
lengua toscana elogiada a su vez por Dante Alighieri. Nebrija
considera la lengua castellana una heredera privilegiada del latín.
Durante todo el siglo XVI aparecen gramáticas de lenguas
vernáculas (español, francés), de lenguas indígenas (quechua,
náuhatl), lo que demuestra la necesidad que tienen el nacionalismo
político, por un lado, y la Iglesia por otro, de disponer de un
instrumento de identificación y de divulgación respectivamente. A
pesar de ello, no decae el interés por el estudio del latín, entre otras
razones porque una vez desaparecido el latín vulgar como lingua
franca, existe en el Renacimiento la imperiosa necesidad de
rescatar el latín clásico como lengua de cultura. Al mismo tiempo,
el interés que ha despertado el estudio de las lenguas vulgares hace
posible estudios comparativos que buscan sus rasgos comunes y
más generales.
Un hecho muy importante de los siglos XVI y y XVII es la
composición de diversos Artes de la lengua o gramáticas de
lenguas coloquiales de lenguas americanas, por parte de estudiosos
principalmente españoles, portugueses e italianos. Esos estudios ayudaron a establecer que las lenguas europeas
y en particular el latín o el griego antiguo, no eran lenguas representativas de la diversidad lingüística del
mundo.
La Ilustración
En efecto, durante el Renacimiento, la eclosión de las lenguas vernáculas va a dar lugar a la revitalización de
las investigaciones sobre la lengua perfecta o común. En esta línea aparece la Minerva de el Brocense o la
conocida gramática de Port-Royal, que actúa como eslabón entre las teorías racionalistas del s. XVII y las del
XVIII.
A propósito del origen del lenguaje y sus relaciones con el pensamiento, el siglo XVIII se halla dividido entre
hipótesis racionalistas e hipótesis empírico sensistas. Muchos pensadores de la Ilustración están influidos por
los principios cartesianos que se habían expresado, a nivel semiótico, en la Grammaire (1660) y La Logique
(1692) de Port-Royal. Autores como Nicolas Beauzée y César Chesneau Dumarsais intentan distinguir un
perfecto isomorfismo entre lengua, pensamiento y realidad, y en esta línea discurrirán muchas de las
discusiones sobre la racionalización de la gramática. Frente a ello se encuentra la llamada lingüística ilustrada,
representada por Condillac, para quien toda la actividad del alma, además de las percepciones, procede de los
sentidos. Esta polémica llegará hasta nuestros días de la mano de Noam Chomsky y su Gramática
generativa.Historia de la lingüística

Lingüística moderna y científica


La lingüística comparada
La mod artística del romanticismo hizo resurgir el interés por la cultura u el pasado de los pueblos y de las
naciones, con sus particularidades. En el terreno lingüístico el romanticismo influyó en el estudio de los
orígenes de las lenguas como expresión del "alma" o esencia del pueblo. En este contexto, uno de los aspectos
más apreciados será el de las lenguas nacionales como principal expresión del alma de los pueblos, de ahí el
resurgimiento en esta época de abundantes estudios comparativos, etnográficos y descriptivos relacionados con
la lengua. Las lenguas tienen vida, se quiere saber cómo son, por qué cambian, para qué se usan realmente, cuál
es su origen. Se busca el parentesco entre las distintas lenguas, las leyes que expliquen las analogías, los
elementos comunes y diferenciales, etc.
El descubrimiento del sánscrito estimuló el estudio del origen de las lenguas de Europa. En 1786, William
Jones asentó la idea del parentesco del sánscrito con el latín, el griego y las lenguas germánicas (parentesco que
ya había sido mencionado previamente por algunos autores anteriormente, en términos menos elocuentes que
los de Jones). Posteriormente, en 1816, en una obra titulada Sistema de la conjugación del sánscrito, Franz
Bopp demostró que las relaciones y similaridades entre lenguas emparentadas podían sistematizarse y
convertirse en una ciencia autónoma.
Pero esta escuela, con haber tenido el mérito indisputable de abrir un campo nuevo y fecundo, no llegó a
constituir la verdadera ciencia lingüística. Nunca se preocupó por determinar la naturaleza de su objeto de
estudio. Y sin tal operación elemental, una ciencia es incapaz de procurarse un método.
El primer error, y el que contiene en germen todos los otros, es que en sus investigaciones -limitadas por lo
demás a las lenguas indoeuropeas- nunca se preguntó a qué conducían las comparaciones que establecía, qué es
lo que significaban las relaciones que iba descubriendo. Fue exclusivamente comparativa en vez de ser
histórica; pero, por sí sola, no permite llegar a conclusiones. Y las conclusiones se les escapaban a los
comparatistas, tanto más cuanto se consideraba el desarrollo de dos lenguas como un naturalista lo haría con el
cruzamiento de dos vegetales.
Hasta 1870, más o menos, no se llegó a plantear la cuestión de cuáles son las condiciones de la vida de las
lenguas. Se advirtió entonces que las correspondencias que las unen no son más que uno de los aspectos del
fenómeno lingüístico, que la comparación no es más que un medio, un método para reconstruir los hechos.
La lingüística propiamente dicha, que dio a la comparación el lugar que le corresponde exactamente, nació del
estudio de las lenguas romances y de las lenguas germánicas. Los estudios románicos inaugurados por Friedrich
Diez -su Gramática de las lenguas romances data de 1836-1838- contribuyeron particularmente a acercar la
lingüística a su objeto verdadero. Y es que los romanistas se hallaban en condiciones privilegiadas,
desconocidas de los indoeuropeístas; se conocía el latín, prototipo de las lenguas romances, y luego, la
abundancia de los documentos permitía seguir la evolución de los idiomas en los detalles. Estas dos
circunstancias limitaban el campo de las conjeturas y daban a toda la investigación una fisonomía
particularmente concreta. Los germanistas estaban en situación análoga; sin duda el protogermánico no se
conoce directamente, pero la historia de las lenguas de él derivadas se puede seguir, con la ayuda de numerosos
documentos, a través de una larga serie de siglos. Y también los germanistas, más apegados a la realidad,
llegaron a concepciones diferentes de la de los primeros
indoeuropeístas.
Un primer impulso se debió al americano William D. Whitney, el autor de La vida del lenguaje (1875). Poco
después, se formó una escuela nueva, la de los neogramáticos, liderada por alemanes. Su mérito consistió en
colocar en perspectiva histórica todos los resultados de las comparaciones, y encadenar así los hechos en su
orden natural.
Gracias a los neogramáticos ya no se vio en la lengua un organismo que se desarrolla por sí mismo, sino un
producto del espíritu colectivo de los grupos lingüísticos. Al mismo tiempo se comprendió cuan erróneas e
insuficientes eran las ideas de la filología y de la gramática comparada Historia de la lingüística.

Inicios de la lingüística científica


La lingüística moderna tiene su comienzo en el siglo XIX con las actividades de los conocidos como
neogramáticos, que, gracias al descubrimiento del sánscrito, pudieron comparar las lenguas y reconstruir una
supuesta lengua original, el protoindoeuropeo (que no es una lengua real, sino una construcción teórica). Si
bien la lingüística histórica del enfoque de los neogramáticos era una sistematización de hechos lingüísticos y
acudía a principios teóricos justificados científicamente, la ortodoxia negogramática incurrió en exageraciones
sobre el la regularidad de las correspondencias fonéticas y cayó en un infundado optimismo sobre la
posibilidad de reconstruir las protolenguas originarias de la humanidad.
La dialectología surgida también durante el siglo XIX, se propuso investigar la variedad existente de las lenguas
habladas, investigando la distribución geográfica de los rasgos lingüísticos. Diversos resultados de la
dialectología cuestionaron seriamente algunos de los principios de los neogramáticos y matizaron en gran
medida el concepto de ley fonética estricta, que habían propuesto los neogramáticos.
Sin embargo, ni la dialectología ni la gramática comparada dieron el paso fundamental de teorizar sobre los
principios del lenguaje. Si bien establecieron métodos de investigación sobre la variación tanto histórica como
geográfica de las lenguas y sacaron a la luz principios científicos, no trascendieron el ámbito de las lenguas o
familias de lenguas concretas.

Gramática generativa
En el siglo XX el lingüista estadounidense Noam Chomsky crea la
corriente conocida como generativismo. Con la irrupción de esta
escuela de éxito fulgurante, puesto que las limitaciones explicativas del
enfoque estructuralista eran evidentes, hay un desplazamiento del foco
de atención que pasa de ser la lengua como sistema (la langue
saussuriana) a la lengua como producto de la mente del hablante, la
capacidad innata para aprender y usar una lengua (la competencia
chomskiana). Según Chomsky, la capacidad de aprender una lengua es
genética. Plantea una cuestión fundamental: el argumento de Platón:
¿cómo es posible que el ser humano aprenda un sistema tan complejo
(basado en las jerarquías) a partir de estímulos tan pobres e
incompletos? Es decir, la persona que ha aprendido una lengua es
capaz de formular enunciados que nunca antes ha escuchado, porque
conoce las reglas según las cuales los enunciados deben formarse. Este
conocimiento no es adquirido mediante el hábito (sería imposible) sino Noam Chomsky.

que es una capacidad innata. Todo ser humano que nace ya lleva
consigo esta capacidad, que es la Gramática Universal, reglas
gramaticales que rigen a todas las lenguas por igual.
Toda propuesta de modelo lingüístico debe pues —según la escuela generativista— adecuarse al problema
global del estudio de la mente humana, lo que lleva a buscar siempre el realismo mental de lo que se propone;
por eso al generativismo se le ha descrito como una escuela mentalista o racionalista.

¿Qué es la gramática generativa de Noam Chomsky?


Noam Chomsky se ha convertido en un referente indiscutible por la paz mundial gracias a
sus constantes denuncias de las injusticias, y su labor como politólogo y activista
estadounidense. El New York Times lo ha señalado como «el más importante de los
pensadores contemporáneos».

Chosmky, nacido el 7 de diciembre de 1928, es una de las figuras más destacadas del siglo
XX, gracias a sus trabajos en teoría lingüística y ciencia cognitiva.

 
Su libro Estructuras sintácticas revolucionó muchos puntos clave del estudio del lenguaje
humano que quedaron plasmados en la teoría de la Gramática generativa
transformacional.

La gramática generativa situó la sintaxis en el centro de la investigación lingüística. Hasta


Noam Chomsky, la lingüística se centraba en el análisis estructural de la lengua, a la que
consideraba como una realidad independiente de las habilidades del sujeto. La teoría era
que el niño aprendía el lenguaje a través de la repetición y de los esfuerzos de sus
educadores, pero el gran lingüista estadounidense se planteó algunas preguntas que no
tenían respuesta desde la perspectiva puramente sintáctica:

•¿Cómo es posible que disponiendo de un número finito de morfemas y de fonemas


podemos construir potencialmente un número infinito de oraciones?

•¿Por qué se produce rapidez en el aprendizaje de una lengua aunque la estimulación


verbal de los padres o educadores sea pobre y desordenada?

•¿Qué explica la existencia de estructuras comunes en todas las lenguas?

La gramática generativa es una teoría lingüística que intenta explicar las estructuras y
principios más profundos del lenguaje. Postuló la capacidad innata para la adquisición del
lenguaje y la autonomía de la gramática sobre los otros sistemas cognitivos, la existencia
de un «órgano del lenguaje» y de una gramática universal.

Esta nueva perspectiva hizo que su contribución fuera fundamental en la filosofía del
lenguaje y de la mente, y es, además, el descubridor de la jerarquía de Chomsky, una
clasificación de lenguajes formales de gran importancia en teoría de la computación.

Chomsky revolucionó la lingüística demostrando que no se puede separar la investigación


del lingüista de la del psicólogo, (su obra ha sido fundamental para el desarrollo de la 
psicología cognitiva), por lo cual propuso una gramática estructural anterior. El principio
de la gramática generativa se fundamenta en la idea de que, junto con las reglas
específicas de construcción de oraciones propias a cada lengua, existen unas reglas más
básicas,-de carácter innato y comunes a todas las lenguas-, que explican la facilidad para
el aprendizaje del lenguaje por parte del niño/a, para ello son fundamentales los
conceptos de estructura profunda y superficial.

Por ejemplo en las frases:

La lluvia era muy fuerte. Derribó el tejado de la casa.

La fuerte lluvia derribó el tejado de la casa.

La lluvia, fortísima, derribó el tejado de la casa.

Las tres secuencias dicen exactamente lo mismo, tienen, por tanto, una misma estructura
profunda pero su estructura superficial es distinta (se ordenan de diferentes maneras, y
no poseen similares sus pausas internas).

 
 
Todas las oraciones poseen una estructura profunda (que contiene el significado de la
oración) y una estructura superficial (la forma según la cual se presenta la oración, al ser
dicha o escrita). La estructura profunda, por consiguiente, es abstracta, mientras que la
estructura superficial es una realidad física.

Sin embargo, también se puede dar el caso contrario, en lugar de una estructura
profunda con varias posibilidades de estructura superficial, puede producirse una oración
que tenga una sola estructura superficial que aluda a distintas estructuras profundas,
como:

Yo hago el cuarto, que puede referirse a que lo construyo, o a que limpio la habitación, o a
que estoy situado en cuatro lugar.

El estructuralismo clásico solo se ocupaba de las estructuras superficiales y no tenía


verdaderas respuestas para las estructuras profundas. Lo determinante del avance que
propuso Chomsky es que, además, la parte profunda de las tres frases iniciales será
idéntica en cualquier idioma, por lo que Chomsky demostró que las lenguas se
diferencian exclusivamente en la estructura superficial de sus oraciones.

 Funcionalismo
Tanto la escuela chomskiana como la saussureana se plantean como objetivo la descripción y explicación de la
lengua como un sistema autónomo, aislado. Chocan así —ambas por igual— con una escuela que toma fuerza a
finales del siglo XX y que es conocida como funcionalista. Por oposición a ella, las escuelas tradicionales
chomskiana y saussuriana reciben conjuntamente el calificativo de formalistas. Los autores funcionalistas —
algunos de los cuales proceden de la antropología o la sociología— consideran que el lenguaje no puede ser
estudiado sin tener en cuenta su principal función: la comunicación humana. La figura más relevante dentro de
esta corriente tal vez sea el lingüista holandés Simon C. Dik, autor del libro Functional Grammar. Esta
posición funcionalista acerca la lingüística al ámbito de lo social, dando importancia a la pragmática, al cambio
y a la variación lingüística.
Otros enfoques
A finales del siglo XX y principios del siglo XXI, además de los enfoques generativista (dominante) y
funcionalista, aparecen numerosos estudios tipológicos basados en corpus, estadísticas, y algoritmos que
buscan correlaciones estadísticas entre parámetros lingüísticos entre sí y entre parámetros lingüísticos y
factores externos. Se desarrollan intentos de lingüística matemática y estudios cuantitativos y búsqueda de
universales lingüísticos, que si bien constituyen frecuentemente cierta heterogeneidad, aportan evidencia no
trivial que no es objeto de interés directo ni por el generativismo, ni el funcionalismo.
Además el intento de conectar los aspectos puramente lingüísticos con la fisiología humana o la dinámica social
dan lugar a la psicolingüística, la neurolingüística, la sociolingüística, la etnolingüística y la antropología
lingüística.

Estructuralismo
El estructuralismo es el primer intento teórico de sistematizar los hechos lingüísticos planteando
adecuadamente un marco donde podía reflexionarse sobre los hechos lingüísticos al margen de las lenguas
concretas y se proponían ideas propiamente lingüísticas.
Con estos precedentes y el impulso de la corriente estructuralista que se adueña de la metodología aplicada a
las ciencias sociales y etnográficas, surge la figura del suizo Ferdinand de Saussure, quien señala las
insuficiencias del comparatismo al tiempo que acota claramente el objeto de estudio de la lingüística como
ciencia —a la que integra en una disciplina más amplia, la semiología, que a su vez forma parte de la psicología
social—, a saber, el funcionamiento de los signos en la vida social, en su "Curso de Lingüística General", una
edición póstuma de sus lecciones universitarias realizada por sus alumnos.
Lo fundamental del aporte de Saussure como padre de la nueva ciencia fueron la distinción entre lengua
(sistema) y habla (realización), y la definición de signo lingüístico (significado y significante). Sin embargo, su
enfoque —conocido como estructuralista y que podemos calificar, por oposición a corrientes posteriores,
como de corte empirista— será puesto en cuestión en el momento en que ya había dado la mayor parte de sus
frutos y por lo tanto sus limitaciones quedaban más de relieve.
La primera fase del enfoque estructuralista estuvo dominado por autores europeos, razón por la que se conoce
como estructuralismo europeo. Los estudios antropológicos llevados a cabo en África y especialmente América
ampliaron considerablemente el cuerpo de evidencia lingüística sobre la que teorizar. Muchos de esos trabajos
contribuyeron al estructuralismo americano uno de cuyos principales exponentes es Leonard
Bloomfield.Historia de la lingüística

* Qué es el estructuralismo, cuáles son sus características y ejemplos. Además,


cuáles son sus bases y el posestructuralismo.

¿Qué es el estructuralismo?
El estructuralismo es un movimiento filosófico que surgió alrededor del
1920 en Europa, que pretende comprender las estructuras a través de las que
se producen los significados en una cultura. Para eso, se basa en las teorías
y métodos científicos de diversas ciencias sociales, como la antropología,
la sociología o la psicología.
El estructuralismo describe y analiza una variedad de objetos de estudio, como
la cultura, la economía, el lenguaje, la literatura, la política, entre otros. El
análisis asume que los diversos objetos de investigación pueden contener
estructuras ocultas o subyacentes que se interrelacionan y que tienen
significación por formar parte de un mismo sistema.

El comienzo formal del estructuralismo surgió con el trabajo del suizo


Ferdinand de Saussure Curso de lingüística general, publicado en 1916 por
sus alumnos a modo de recopilación de los aportes del lingüista durante sus
años de profesor.

La lingüística consideraba al lenguaje como un sistema de signos y de


significación que se relacionaba de manera arbitraria y no natural, pero que
lograba ser comprendido por un grupo de personas que compartían
determinadas convenciones o normas.

Para Saussure, los elementos del lenguaje eran comprensibles solo en relación
entre sí y con el sistema que los contenía. El lenguaje iba más allá de
la comunicación porque influía en el individuo y en su rol en la sociedad.

La lingüística de Saussure buscaba analizar las relaciones sistemáticas y


constantes que existían en el comportamiento humano, tanto individual como
colectivo, que daban origen a las estructuras de un sistema de significación.

El movimiento estructuralista como tal se formalizó tras los aportes de


múltiples disciplinas y pensadores, como la antropología con Claude Lévi-
Strauss, el psicoanálisis freudiano con Jacques Lacan, la semiótica con Roland
Barthes, la epistemología con Michel Foucault y la filosofía marxista con Louis
Althusser.

Características del estructuralismo


El movimiento estructuralista se caracteriza por:

 La existencia de una estructura más allá del individuo.


 La estructura que predomina sobre lo individual.
 La estructura que condiciona y forma al individuo.
 El reconocimiento de la propia estructura.
 La estructura que obedece a normas y leyes propias.

Algunos ejemplos de ese tipo de estructuras son:

 El lenguaje. Analizado por Ferdinand de Saussure desde la lingüística.


 El inconsciente. Analizado por Jacques Lacan desde el psicoanálisis.
 La sociedad. Analizada por Claude Lévi-Strauss desde la antropología.
 La economía. Analizada por Louis Althusser desde la filosofía marxista.
 El conocimiento. Analizado por Michel Foucault desde
la epistemología y su relación con el poder.

Las bases del estructuralismo


Ferdinand de Saussure es considerado el fundador de la lingüística.

El estructuralismo resultó una especie de conciencia despierta que permitió


comprender y analizar los conocimientos adoptados de manera
inconsciente, bajo las costumbres y códigos que tienen lugar en una cultura
determinada y en la que intervienen múltiples disciplinas de estudio.

La corriente se puede analizar desde tres bases principales:

 Estructuralismo lingüístico. Basado en las teorías de Saussure,


considerado el fundador de la lingüística. La lingüística es la disciplina
cuyo objeto de estudio es la lengua, un sistema de signos que se
encuentra en la mente de varios individuos y, por eso, se la considera
social y homogénea. En cambio, el habla es una acción individual y
heterogénea que interactúa con la lengua.
Saussure sostenía que las palabras eran símbolos que daban significado
en referencia a otras palabras, pero no a la naturaleza de la realidad. La
fonética de una palabra o su imagen acústica, lo que denominó
significante, se relacionaba de manera arbitraria al concepto que
representaba, o lo que denominó significado. Las personas logran
entenderse al hablar porque la relación entre significante y significado
se basa en convenciones sociales o estructuras, es decir, porque
comparten los mismos códigos.
 Estructuralismo antropológico. Basado en las teorías de Lévi-Strauss,
quien fue pionero en considerar a la antropología desde el
estructuralismo para analizar al ser humano y su vida en sociedad. Es
decir, logró distanciar a la antropología del concepto de historia para
lograr un análisis más complejo.
El estructuralismo aplicado a la antropología permitía detectar la
estructura subyacente, o que permanecía oculta, y las diversas
relaciones entre los elementos subyacentes de esa estructura, como los
sistemas de ideas, de parentesco o los mitos, a los que los individuos
terminaban subordinados.

 Estructuralismo marxista. Basado en las teorías de Louis Althusser,


Nicos Poulantzas y Maurice Godelier, los principales contribuyentes del
marxismo estructural, quienes intentaron establecer que no había sido
Saussure el fundador del estructuralismo, sino Karl Marx.
Marx determinó que la estructura no debía ser confundida con las
relaciones visibles y explicaba la lógica oculta, lo que estableció las
bases del estructuralismo. Ese resultó un punto en común entre los
diferentes pensadores del estructuralismo, sean lingüistas,
antropólogos o marxistas: todos consideraban la existencia de una
estructura oculta o subyacente en el objeto de estudio de cada
disciplina.

Posestructuralismo
El posestructuralismo rompió con el concepto dualista del estructuralismo.

El posestructuralismo surgió a partir de la década de 1960 como una crítica


al pensamiento estructuralista del individuo considerado un sujeto sujetado a
una estructura (como el lenguaje, la sociedad o la economía) para entenderlo
como un individuo liberado. Propuso una nueva forma de analizar las ciencias
sociales.

Se tomó como punto de partida el discurso de 1966 del filósofo francés


Jacques Derrida sobre el análisis semiótico de la desconstrucción. Derrida
cuestionó los esquemas epistemológicos que se basaban en dualismos como
hombre/mujer o espíritu/materia, lo que limitaba la aprehensión de otros
puntos de vista o que solo consideraban un concepto central y otro periférico.

Derrida puso en duda la estabilidad y la existencia de las estructuras


de pensamiento, con el propósito de alcanzar nuevos enfoques antes
marginados por la propia metodología. El posestructuralismo rompió con el
concepto dualista del estructuralismo que consideraba, por ejemplo, a la
naturaleza y a la sociedad como términos opuestos o binarios.

El principal logro del posestructuralismo fue haber redescubierto y ampliado


las posibilidades analíticas y radicales, propias de la teoría del lenguaje de
Saussure (tomado como fenómeno significativo más representativo). Las
principales características que definieron al posestructuralismo fueron:

 El lenguaje no puede explicarse fuera de sí mismo.


 El lenguaje produce significado.
 El lenguaje no expresa individualidad.

*Actividad:
1-Luego de la lectura , complementa información , señala conceptos básicos.
2-Confecciona una línea de tiempo Historia de la Lingüística.
3-Elabora un artículo periodístico con la teoría presentada

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