La Odisea
La Odisea
La Odisea
Licenciatura en derecho
Delitos contra el honor por medio de redes sociales a la luz del Derecho
Penal. Regulacin Jurdica
Estudiante:
Mariela Carballo Rojas
Tutor:
Lic. Francisco Fonseca Ramos
Enero, 2016
Agradecimientos
INDICE
INTRODUCCIN1
CAPTULO I: DELIMITACIN DEL TEMA Y CONSIDERACIONES
METODOLGICAS.....5
1.1. Delimitacin del tema jurdico....5
1.1.1 Contexto........5
1.1.1.1 Antecedentes histricos....5
1.1.1.2 Descripcin de la situacin.......7
1.1.1.3 Justificacin.....7
1.1.1.4 Problema central......11
1.1.2 El concepto de honor....11
1.1.3 El honor como bien jurdico protegido...14
1.1.4 Conceptos de Injurias, difamacin y calumnia..16
1.1.4.1 Injuria.....17
1.1.4.2 Difamacin.....18
1.1.4.3 Calumnia....18
1.2 Anotaciones metodolgicas......19
1.2.1 Tipo de investigacin y paradigma.....19
1.2.2 Mtodos de investigacin.....23
1.2.2.1 Fuentes de informacin...23
1.2.2.2 Unidades de anlisis u objetos de estudio (sujetos) .24
Introduccin
lanza
el
Trefacebook,
aquello
que
ms
tarde
se
llamara
los cuales no hay participacin de la prensa; casos stos ltimos que estudiamos en
la seccin segunda del captulo. La distincin, tal y como lo explicamos en el cuerpo
de nuestro trabajo, es retomada del fallo de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, caso Herrera Ulloa vs. Costa Rica, sentencia de 2 de julio de 2004,
sentencia en la cual se nos explica que el nivel de proteccin del honor es mayor en
los casos estudiados en la seccin primera, en tanto que tal proteccin sede ante la
libertad de expresin en los casos estudiados en la seccin segunda.
Es en el captulo tercero, cuando examinaremos los delitos contra el honor
por medio de la prensa, es decir, aquellos supuestos en que el nivel de nivel de
proteccin del honor cede ante la proteccin que se prodiga a la libertad de
expresin. Finalmente, en el captulo cuarto, analizaremos lo que ocurre cuando la
comisin del delito lo es mediante este novedoso medio de comisin masiva,
surgido en la ltima dcada de la historia: la red social.
Debemos hacer algunas aclaraciones. En los estudios de jurisprudencia que
emprenderemos, hemos de tener muy en cuenta la reforma que desde el 4 de
febrero del 2012, se efectu al art. 468 de nuestro Cdigo Procesal Penal (ley #
9021 de 3 de enero del 2012), que estableci como motivo a) del recurso de
casacin:
1.1.1.3 Justificacin
10
11
14
15
16
1.1.4.1 Injuria
En el Cdigo Penal costarricense se establece el tipo penal de la injuria y su
pena en el artculo 145, que reza lo siguiente:
Ser reprimido con diez a cincuenta das multa el que
ofendiere de palabra o de hecho en su dignidad o decoro, a
una persona, sea en su presencia, sea por medio de una
comunicacin dirigida a ella. La pena ser de quince a setenta
y cinco das multa si la ofensa fuere inferida en pblico.
Mientras que el diccionario jurdico elaborado por Garrone (1986) citado por
Fernndez (2013) define injuria de la siguiente forma: "La figura bsica de la
17
1.1.4.2 Difamacin
El Cdigo Penal la regula en su artculo 146, al plantear una sancin mayor
para quien cometa difamacin:
"Ser reprimido con veinte a sesenta das multa en que
deshonrare a otro o propalare especies idneas para afectar su
reputacin".
En relacin con la configuracin de los delitos de difamacin e injurias, el
primero de ellos consiste en deshonrar a otro o propalar especies idneas para
afectar su reputacin, siendo necesaria la propalacin como elemento del tipo
penal, entendida como divulgar, difundir o esparcir, esta debe ser necesariamente
abarcada por el dolo del autor.
Para Creus (1997) citado por Fernndez (2013), no interesa si el ofendido
se encuentra o no presente en el momento de realizar la injuria: La difamacin
requiere no solo la trascendencia a terceros de la ofensa, si no tambin que la
conducta se integre con la voluntad de lograr esa trascendencia, dndose estas
condiciones es indiferente la ausencia (por ejemplo del comentario maldiciente) o
la presencia del ofendido, sin perjuicio de este ltimo supuesto pueden concurrir
ambas formas, honor objetivo atacado fundamentalmente por cualquier medio
(verbal, escrito o simblico) (p.139).
1.1.4.3 Calumnia
Regulada en el Cdigo Penal en el artculo 147:
18
19
20
21
22
Fuentes primarias
Las fuentes de investigacin que se utilizan en el desarrollo de la
23
Fuentes secundarias
Las fuentes secundarias siguiendo a Hernndez et al (2010): "Consisten en
Definicin
conceptual
Definicin
Instrumental
Definicin operacional
24
Estadsticas
delitos
contra
honor
Jurisprudencia
1.2.2.4.1 La entrevista
La entrevista puede ser conceptualizada como: La relacin directa
establecida entre el investigador y su objeto de estudio a travs de individuos o
grupos con el fin de obtener testimonios orales" (Tamayo, 2001, p.123).
25
Interpretar hallazgos.
Plantear soluciones.
1.2.2.4.2 El cuestionario
Como se ha expresado, la entrevista es aplicada por medio de un
cuestionario, conceptualizando este como: "El instrumento formado por una serie
de preguntas que se contestan por escrito, a fin de obtener la informacin
necesaria para la realizacin de una investigacin" (Tamayo, 2001, p. 208).
Existen cuestionarios con preguntas estructuradas que se puedan aplicar a
diferentes personas (sin que ello excluya cierta flexibilidad) tiene la ventaja de
poder comparar las preguntas comunes que se formulan a los entrevistados.
26
27
Describir el marco jurdico que regula los delitos contra el honor como bien
1.2.3.3 Hiptesis
El uso incorrecto de las redes sociales, la ignorancia de la ley, y la
inexperiencia de la legislacin penal actual costarricense en la tutela del honor por
medio de redes sociales incide en la comisin de delitos contra ste bien jurdico.
28
del decenio 2003-2013 en cuanto a los tipos de delitos contra el honor registrados.
Por ltimo, se busca determinar los criterios jurdicos adecuados para contemplar
la prevencin de este tipo de delitos como una cultura de responsabilidad por sus
actos y comentarios.
Una de las limitaciones que se encuentra con mayor frecuencia en casi todas las
investigaciones son las dificultades o trabas burocrticas para obtener la informacin
necesaria.
Adems, la jurisprudencia acerca del tema es poca, y las personas expertas en el
tema a quienes se les puedan consultar tambin son escasas, por lo que, son difciles de
ubicar y contactar, sobre todo por la alta demanda que tienen hoy en da por la actualidad
del tema.
29
30
califica como delictum sui generis los casos en que la ley describe un tipo penal
que rene las caractersticas de otro tipo de delito, ms aquella o aquellas que lo
cualifican o privilegian, pero en realidad no constituye una especie, sino una clase
de delito distinta...".
El voto del Tribunal de Casacin # 887-F-97 nos brinda definiciones que an
siendo diferentes, les podemos observar un sustrato comn: manifestaciones
ofensivas aptas para lesionar el honor. El voto de la Sala Tercera # 2003-01024,
agrega elementos de distincin: la contumelia necesaria en los delitos de injurias y
calumnias, definida como: "la presencia de la persona ofendida o bien el uso de un
medio escrito dirigido especficamente a ella", y la contumacia propia de la
difamacin, y continuando con las distinciones entre los diferentes tipos penales en
estudio, nos dice que cuando el medio de comisin es "a travs de un diario de
circulacin nacional", no nos encontramos ante tal ilicitud (difamacin), y que en el
sublite, tampoco se est en presencia del delito de publicacin de ofensas "toda
vez que la querellada no se limit a la mera publicacin de la fotografa que origin
esta causa, sino que adems hizo comentarios acerca de la adulteracin que sufri
sta" por lo que la normativa aplicable lo era art. 7 de la Ley de Imprenta. Con
posterioridad a la resolucin comentada, este numeral fue declarado derogado con
la entrada en vigencia de nuestro actual Cdigo Penal, a lo cual nos referiremos
infra.
Continuando con las definiciones de los tipos penales cuyo estudio hemos
emprendido, con respecto al art. 152 del Cdigo Penal, se ha dicho lo siguiente:
"esta Sala procede a realizar un anlisis de la figura del 152
y su falta de aplicacin al caso concreto. Conteste con el
mencionado numeral, el autor incurre en la conducta tpica de
publicacin de ofensas, cuando "publicare o reprodujere, por
cualquier medio ofensas al honor inferidas por otro"; trminos
que como bien lo indica el peticionario, conforme al Diccionario
de la Real Academia Espaola, se definen de la manera
siguiente: el concepto "publicar", en sus diferentes acepciones,
para lo que interesa significa: "(Del lat. publicare). 1. tr. Hacer
33
Igualmente,
el
trmino
34
era
encontrarse
defectuosa,
segn
la
misma
en
la
cita
anterior, el
numeral
153
de
nuestro
35
001399, San Jos, a las diez horas y treinta minutos del treinta
y uno de agosto del dos mil doce)
"...aunque la tcnica narrativa utilizada fuera diversa y no
coincidiera plenamente con la fuente originaria, es claro que si
se reproducen los pensamientos bsicos (atribucin de hechos,
los vnculos con determinadas personas, sucesos o escndalos
de ndole poltica o econmica) se incurre en el delito de
publicacin de ofensas. Ni la cita del documento (oficial o
privado), ni la referencia a un determinado peridico o revista,
elimina el injusto o justifica el ilcito, por el contrario, confirma la
"reproduccin" (Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia,
voto # 2001-00084, San Jos, a las catorce horas con treinta y
cinco minutos del veinticuatro de enero del dos mil uno).
Partiendo del citado voto de la Sala Tercera se puede decir que el caso del
delito de publicacin de ofensas, tienen que ver con la reproduccin de una frase,
conversacin u otra manifestacin que tenga que ver con un tercero.
36
discursos
hechos
por
los
litigantes,
37
38
39
41
42
de expresin, hay que distinguir entre las restricciones que son aplicables cuando el
objeto de la expresin se refiera a un particular y, por otro lado, cuando es una
persona pblica como, por ejemplo, un poltico".
que
tales
bienes
pueden
ser
menoscabados
con
(entendido
como
el
deliberado
propsito
de
ofender)".
Vemos como desde hace ya un cuarto de siglo, la Sala Tercera dice
adscribirse a la doctrina del "dolo comn" (al cual define entre parntesis), y
apartarse del concepto de "animus injuriandi" al que define como: deliberado
propsito de ofender.
criminal, parece entender que existe un solo tipo penal denominado: injurias,
calumnias y difamacin, cuya accin tpica "muy general" consiste en: menoscabar
la dignidad, decoro o reputacin, sin necesidad de causar sufrimiento moral del
sujeto pasivo. A este respecto aos ms tarde el Tribunal Superior de Casacin
Penal, Segundo Circuito Judicial de San Jos, voto # 887-F-97, de las 10:10 h del 31
de octubre de 1997, anul sentencia condenatoria por los delitos de injurias,
calumnias y difamacin en concurso material, debido a que el ad quo no estableci
con claridad cual ilcito era el atribuible.
sentenciador por qu encasilla la expresin del querellado en los tres tipos penales,
de manera independiente, siendo, como son, ilcitos de distinto contenido jurdico".
Se agreg con respecto al concurso en dicho fallo de casacin: "...esa expresin
presuntamente lesiva al honor de la querellante la etiqueta como Injuria, Calumnia y
Difamacin en concurso material, omitiendo el anlisis jurdico que permita conocer
las razones para considerar se trate de una accin fraccionable en tantas partes
como delitos se han dado, excluyentemente entre s (Artculo 22 del Cdigo Penal)".
Adems, el apartarse de la rica distincin de diversos animus, no creemos que haya
producido resultados satisfactorios, pues es claro que el propsito -apegado a
derecho por lo dems- del querellado, lo fue la salvaguarda del patrimonio familiar,
no existi un deliberado propsito de menoscabo del honor (accin tpica del delito
de injurias, calumnias y difamacin, segn el concepto de la Sala), pues el
querellado dio informacin a su padre acerca del no pago de una deuda del
querellante, quien hara un negocio con l.
artculo 151 del Cdigo Penal". El ad quo consider que los hechos carecieron
"animus injuriandi, y ms bien revelan el "animus narrandi" que deben tener las
informaciones que se vierten en las denuncias; adems que no fueron divulgados
a terceras personas y las frases en si mismas no fueron lesivas:
"...esta Sala considera que, al igual que se puntualiza en la
sentencia impugnada, dadas las circunstancias que rodearon
este particular asunto, la queja interpuesta ante el respectivo
Colegio no lo fue con el objeto de afectar el prestigio, honor o
decoro del acusador".
Es interesante que esta sentencia, admite que al querellante se le atribuy
en la queja una posible defraudacin fiscal, no obstante, dice:
"...igualmente el reclamo debe desestimarse, no solo por
cuanto los hechos delictivos a que se refiere nuestro Cdigo
Penal son los que impliquen "delitos" entendidos estos como
acciones tpicas, antijurdicas y culpables y no, por ejemplo,
como ocurre en el caso de autos, infracciones administrativas
al Fisco o de orden tributario, sino porque resulta claro
-contrariamente a lo que sostienen los recurrentes- que tal
afirmacin est contenida dentro de una interrogante que
pretende advertir sobre el resultado de una contratacin de
servicios que el acusado estim irregular (an en el caso de
que no lo fuera)"
Extraamente admite esta sentencia una terminologa, y una distincin de
animus que el inmediatamente anterior voto de la Sala Tercera haba dicho rechazar,
y se muestra proclive a aceptar la causa de justificacin ejercicio legtimo de un
cobrar gran importancia en los casos contra funcionarios pblicos.
En otra resolucin la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia, voto #
493-F-93, San Jos, a las catorce horas diez minutos del treinta y uno de agosto de
mil novecientos noventa y tres, confirm la condena por injurias contra dos
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47
49
querellados, quienes haban ingresado por la fuerza al negocio que haban alquilado
al querellante, y en la causa penal que se les sigui (en que fueron condenados por
"violacin de domicilio") tratando de justificar su accin llamaron al querellante:
borracho y drogadicto. La sentencia del ad quem dice apartarse de los conceptos
animus injuriandi y animus defendendi en que se bas el ad quo, sin embargo, parte
de que el imputado en causa penal (carcter que asumieron los querellados en la
causa penal anterior) no tiene obligacin de decir verdad, y nos dice:
"En el caso concreto la autoridad juzgadora obvi el tema de la
veracidad o falsedad de las manifestaciones ofensivas hechas
por los querellados en calidad de imputados, lo que desde la
perspectiva penal en definitiva carece de implicaciones
prcticas, debido a que el Art. 154 del Cdigo Penal estima
como no punibles las ofensas en juicio, resultando que de
todas maneras no se aleg por la parte impugnante falta de
fundamentacin de la sentencia. Tngase en cuenta que el Art.
154 del Cdigo Penal dice que no son punibles las
manifestaciones hechas por los litigantes ante los tribunales y
concernientes al objeto del juicio, resultando que dentro del
concepto de litigantes debe comprenderse a los imputados
(As: Rivero, op. cit., p. 212). Las manifestaciones hechas por
los querellados formaban parte del objeto del asunto, por
cuanto precisamente con las mismas pretendan justificar el
ingreso al negocio del querellante, a lo que se hace mencin en
la sentencia, ello independientemente del resultado que haya
tenido la causa en que hicieron las manifestaciones. Existe
discusin con respecto a la naturaleza del Art. 154 del Cdigo
Penal, resultando que en general se estima que se trata de una
causa de exclusin de la penalidad, prueba de lo cual es que
deja subsistente la posibilidad de imposicin de sanciones
disciplinarias (Cf. Rivero, op. cit., 206). As, an en el caso de
que las afirmaciones dadas por los imputados no fueran
50
52
aqulla"(Rubianes,
Cdigo
Penal,
Interpretacin
reenvo. En este caso los "insultos mutuos" (as llamados) entre las partes, se
haban iniciado aos antes y se dieron el da de los hechos concretos acusados. El
ad quem anula pues, pronuncindose categricamente en cuanto a la posibilidad de
legtima defensa (aunque admite jurisprudencia contradictoria), no efectu el ad quo
una serie de anlisis importantes "a ese respecto":
"...si el juez de instancia, en este caso, tuvo por acreditado que
las ofensas el mismo da de los hechos fueron recprocas, era
su obligacin determinar quin agredi a quin y quin
eventualmente se defendi (en caso de que acepte la legtima
defensa en estos casos o, de lo contrario, dejar establecido el
cuadro fctico y explicar por qu no la acepta) pero en el
sublite se limit a indicar que el "...que hayan existido ofensas
recprocas, en nada disminuye la tipicidad de los hechos
tenidos por demostrados, pues no se justifica repeler ofensas
con ofensas" (folio 56) sin justificar su posicin ni explorar la
situacin fctica para determinar, con las ventajas que ofrece el
debate oral, inmediato y contradictorio, cmo se inici -y por
quin- la agresin verbal. Es claro que la tipicidad de un hecho
permanece inclume -no se disminuye- aunque el evento est
justificado y en eso tiene razn el juez de instancia en la
expresin anterior, lo que no puede aceptarse es que no sea
posible repeler ofensas con ofensas y que, en tales casos, no
quepa una causa de justificacin o bien alguna otra situacin
analizable en otros estratos de la teora del delito. Ntese que
las ofensas recprocas son una causal de extincin de la pena
(artculo 93 inciso 11 del Cdigo Penal) que el juez,
facultativamente, puede decretar en sentencia y ya se ha
reiterado, mediante jurisprudencia vinculante erga omnes, que
cuando el ordenamiento jurdico le otorga al juez facultades, su
uso o no, para que no devenga en arbitrariedad, debe ser
fundamentado"
54
El querellado ante
55
en
reconocimiento
del
derecho
de
quien
denuncia..."
"...el abuso del derecho no est cubierto por esta eximente del
numeral 25 del Cdigo Penal, pues no existe un derecho a
denunciar falsamente a otra persona, ni es vlido encubrir
falsedades bajo esa excusa, pues ello es un delito que se llama
denuncia falsa o calumniosa, que no es aplicable en este caso,
pues no se ha demostrado el conocimiento de la falsedad por
parte del denunciante".
Creemos que este voto, siguiendo la lnea del voto # # 2000-363, aunque
ahora aplicada al denunciante, y no al imputado como en aquel caso, de forma
56
que
las
ofensas
contenidas
en
escritos,
59
ocasin la querellante fue una Notaria Pblica por la denuncia disciplinaria que le
interpusiera la querellada.
62
64
fue desestimado por los superiores. Aunque el defensor del querellado aleg "por
el fondo" el ejercicio de un derecho, nos dice el ad quem:
"...la sentencia parte de que el imputado actu de mala fe y sin
prueba alguna al presentar la denuncia (Vase folio 174 vto.).
Por ello el alegato de ejercicio de una causa de justificacin por
parte del imputado no encuentra acogida en la relacin de
hechos tenidos por probados por el ad quo, resultando que
dichos hechos son intangibles en un recurso por el fondo"
Sin embargo, encuentra el ad quem defectos de fundamentacin de la
sentencia "declarables de oficio, con respecto a esa "actuacin de de mala fe y
sin prueba alguna", lo que le llev a casar la sentencia:
"...encuentra el Tribunal un defecto de falta de fundamentacin
en la sentencia, que debe ser declarado de oficio, conforme a
la jurisprudencia reiterada de la Sala Constitucional, que ha
indicado que la fundamentacin de la sentencia forma parte del
debido proceso".
"...el juzgador, aunque menciona las resoluciones de los
doctores Soto Pacheco y Snchez Jovel, no analiza las
mismas, valorndolas, por cuanto el hecho de que se eximiera
de responsabilidad a la Dra. Argello en va administrativa no
implica necesariamente que no existiera ninguna falta. Lo
anterior era importante por lo escueto de las resoluciones
administrativas mencionadas, y en lo relativo a lo decidido por
el
Dr.
Snchez
Jovel
(f.
18),
ste
solamente
hizo
65
afirmaciones,
no
analizando
la
diversa
prueba
Moreno
era
un
funcionario
pblico.
66
67
68
informacin
como
sus
datos
personales,
relaciones,
salud,
correo,
quedan excluidos los dems, salvo desde luego, que el titular del derecho de
compartir esa zona de privacidad con otros semejantes" (p.86). Este mismo autor
considera que se trata de un derecho ntimamente vinculado a la propia
personalidad y se puede concluir que derivada del principio de dignidad humana
que reconoce el artculo 33 de la Constitucin Poltica de Costa Rica.
Por otro lado, se encuentra la definicin brindada por Vctor Prez (1988),
"el cual menciona que el derecho a la intimidad contiene una faceta negativa que
rechaza la publicidad y por otra, en cuanto derecho de libertad, propio del status
libertatis, implica una tensin era omnes, jurdicamente tutelada de su titular a
desenvolverse sin cortapisas en el mbito privado y bajo la proteccin del Estado"
(p. 102).
Sobre la misma lnea de pensamiento de la jurista Matilde Zavalla de
Gonzles, lo define como:
El derecho personalsimo que protege la reserva espiritual de
la vida privad del hombre, asegurando el libre desenvolvimiento de
ste en lo personal, en sus expresiones y en sus afectos por lo que
agrupa a este concepto lo concerniente a:
personalsimo.
hombre.
70
71
medio de expresin para los ciudadanos. Tambin este autor cita a Desantes para
explicar la facultad de investigar, para ellos esta viene a ser la facultad atribuida a
los profesionales de la informacin, a los medios de comunicacin y a la
ciudadana, para contar con el acceso a las fuentes de informacin, opiniones
emitidas. Esta facultad tiene dos perspectivas, tanto puede verse como un
derecho de los ciudadanos y un deber de los medios que emiten el contenido
informativo.
Para dar una aproximacin al trmino intimidad, se tiene claro que la
intimidad es el derecho de todos los individuos a no ser importunados en su
domicilio, tambin este derecho conlleva el carcter de confidencialidad de los
documentos personales, comunicaciones escritas y orales, tal y como est
sealado en los artculos 23 y 24 de la Constitucin Poltica de Costa Rica. Como
toda regla tiene su excepcin, en medida que se puede vulnerar esta norma
constitucional para reforzar la paz y armona social. En tanto que el derecho a la
intimidad es ms general y el derecho al honor ms especfico.
Lo anterior puede sustentarse en la reflexin hecha por Gmez (2002)
quien dice:
En Costa Rica se brinda proteccin a los Derechos
fundamentales de la persona. En el mbito constitucional el
ttulo IV, se dedica a los Derechos y Garantas Individuales. As
se protegen derechos como la libertad, la inviolabilidad,
derecho a la privacidad (salvo inters pblico), Derecho a la
intimidad, a la libertad y secreto de comunicaciones en todas
sus formas teniendo solo como lmites intereses de carcter
judicial y apartados por la ley (p. 123).
72
74
75
concerniente a la vida del hombre, y por tanto el secreto es un derecho que tiene
el individuo que exigir y un deber inviolable por parte de quienes custodian los
datos"(p.143).
Estas son las dos caras de la moneda del derecho a la informacin, un
derecho de que la informacin personal no sea revelada y un deber de custodia
por parte de las personas encargadas a no revelar estos datos. Tambin podra
entenderse como derecho a la informacin el que tienen las personas dentro de la
sociedad sobre el conocimiento de sus derechos, la informacin que puede
solicitarse en una institucin pblica, pero este tipo de informacin no entrara
dentro de la categora de informacin personal.
Siendo que para Armagnagne (2002) el contenido del derecho a la
informacin posee tres dimensiones, l lo describe como facultades o derechos
que vienen a ser: la facultad de recibir informacin, la facultad de investigar y la de
difundir informaciones.
La primera se refiere al derecho que tienen los ciudadanos a recibir
informaciones y opiniones no censuradas y esta, a su vez, comprende la potestad
del ciudadano a elegir la informacin, impugnarla por las vas legales adecuadas,
el derecho a una informacin pluralista y el acceso a los medios comunicacin
para quienes detentan el poder en una sociedad como partidos polticos y rganos
de control. De aqu puede surgir el deber de los medios de comunicacin de
comprobar anticipadamente la veracidad de las informaciones.
Por otro lado, se presenta la facultad de difundir cuyo fundamento es la
existencia de varios medios de comunicacin dentro de la sociedad con el fin de
que la divulgacin de noticias de relevancia pblica sea favorecedora al pluralismo
democrtico y que la ciudadana participe y emita su pensamiento, es decir sea un
medio de expresin para los ciudadanos. Tambin este autor cita a Desantes para
explicar la facultad de investigar, para ellos esta viene a ser la facultad atribuida a
los profesionales de la informacin, a los medios de comunicacin y a la
ciudadana, para contar con el acceso a las fuentes de informacin, opiniones
emitidas. Esta facultad tiene dos perspectivas, tanto puede verse como un
76
77
funcin como operador del derecho, definiendo que sta diferenciacin de la lesin
es imperativa para fijar la sancin civil y penal. Especficamente Gonzlez (2015)
seala que "partiendo de que el honor subjetivo es el valor que cada cual tiene de
su propia personalidad, mientras que el honor objetivo es el juicio que los dems
se forman de nuestra personalidad y a travs del cual la valoran, considera que los
delitos contra el honor protegen la suma de ambos".
En segundo lugar, se cuestion si se deben sancionar penalmente los
delitos contra el honor, coincidiendo cinco de los nueve entrevistados en que no
debe despenalizarse o modificarse de como ya est establecido, ya que al hacerlo
se estara limitando la seguridad jurdica y el alcance de la proteccin al bien
jurdico tutelado "honor".
Salazar (2015) cuestiona que "si no se sanciona penalmente, entonces
cul sera la va? La civil? Que tarda 400 aos en resolver asuntos sumarios!
Esto evidencia, que el sistema no tiene mecanismos adecuados para la tutela del
honor de los sujetos particulares en otras sedes del derecho. Dejarlo a la va civil,
es una renuncia a la tutela. Ahora, si se creara un mecanismo verdaderamente
gil, con un ncleo de sanciones civiles fuertes, me parece que podra concordar
en despenalizar la figura".
Como tercera pregunta se les plantea si aceptaran la tesis que, al
funcionario pblico de eleccin popular, no se le debe brindar proteccin jurdica
algn ante a la crtica, informaciones u opiniones que sobre l se expresen
mediante los medios de comunicacin masiva? 5 de 9 entrevistados declararon
que los funcionarios pblicos, debido a la funcin que desempean, estn ms
78
propensos a daos contra el honor, sin embargo, no dejan de ser personas con
derechos debidamente tutelados. "Es claro que los funcionarios pblicos, por
haber optado por esa funcin, se encuentran ms expuestos a la crtica y examen
de sus actuaciones por los ciudadanos. No obstante, esto no implica que no
tengan honor y que por ello deba dejarse totalmente desprotegidos.
Pero el
balance debe ser, de tal naturaleza, que puedan conciliarse ambos perfiles, por un
lado, aceptar que sea criticado por sus actuaciones y, por otro lado, no permitir
que se digan falsedades en su contra" (Salazar, 2015).
Por ltimo, se cuestion si la promulgacin de una nueva legislacin que
proteja al ciudadano de los agravios al honor por medio de las redes sociales es
necesaria o resulta suficiente la legislacin actual? 5 de 9 participantes
contestaron que no era necesaria y que con la que existe es suficiente.
Queda claro la posicin de la mayora de los funcionarios entrevistados al
afirmar que no son necesarias nuevas leyes, sino la modificacin para empoderar
a las ya existentes, frente a eventuales nuevas formas de lesionar el honor. Este
es el caso de Burgos (2015) quien afirma que "no se deban de crear nuevas
figuras, sino remozar las existentes, agregando en cada caso la incorporacin de
elementos accesorios de tipo penal que cubran apropiadamente manifestaciones
en contra del honor producidas a travs de Internet y en particular las redes
sociales".
Adicionalmente, para efectos de esta investigacin se realiz una encuesta
a 200 personas en general con el fin de representar de alguna manera a "los
mortales" de lo que se determin que en el plano meramente personal el honor
79
para el 12% es una cuestin de percepcin propia. El mismo nmero asegura que
ha sentido violentado su honor al menos una vez.
En este orden, el 12% coincide en calificar la lesin al honor como falta
grave, desde la posicin de acusado o de perjudicado. El 11% de los participantes
seala que en caso de lesin al honor dejaran la justicia en "manos de Dios" ya
que a falta de proteccin jurdica y percepcin negativa de la eficiencia y eficacia
con que la legislacin costarricense protege a "los mortales" en casos de lesin al
honor prefieren descartar los medios formales.
El 19% declara que las redes sociales son una herramienta que facilita
lesiones al honor, 17% concuerda en que es necesaria la proteccin penal ante
estos casos y el mismo nmero seala que la proteccin penal para funcionarios
tambin es ineludible; ya que su condicin de empleados pblicos no los hace
menos persona que los dems y como persona se debe tutear el mismo derecho.
A grandes rasgos, se podra decir que las 200 personas "comunes"
mayores de edad, y tomando en cuenta las posiciones de los profesionales en
ciencias jurdicas, existe una ambigedad en lo que debera implementarse para
satisfacer las demandas de justicia en casos de lesiones al honor; ya que la
mayora de los legisladores son de tajo muy conservador y alegan que la
legislacin actual engloba todos los tipos posibles de agresin al honor tanto
subjetivo como objetivo. Por otro lado, los ciudadanos comunes expresan su
incredulidad y desconfianza para con el sistema jurdico nacional por lo que
prefieren dejar los daos "en manos de Dios".
80
82
Constitucional:
"Mucho se ha discutido en doctrina sobre el origen de la figura
del desacato, y su relacin histrica con los delitos contra el
honor, y muy poco se ha cuestionado si se justifica la prohibicin
de la prueba de la verdad, en razn del bien jurdico que se
tutela: la autoridad pblica; as como tampoco se ha analizado su
conveniencia o no, y mucho menos su asidero constitucional.
Quienes adversan la tesis de la necesaria inclusin de la prueba
de la verdad en el desacato, se fundan principalmente en que al
no ser el bien jurdico protegido en honor del funcionario, sino la
autoridad que este representa, no procede la misma, pues se
parte de una presuncin de legitimidad en la accin de aqul, y
en la necesaria proteccin del prestigio de la administracin, que
se
entorpecera
de
permitrseles
los
ciudadanos
su
cuestionamiento pblico.
"...no es conveniente que en un estado democrtico como el
nuestro se castigue a quien denuncia actos de corrupcin, sin
drsele la oportunidad de probar su dicho, pues ningn
ciudadano asumira la funcin social de denuncia, que ejercida
con tica es bsica para el sano ejercicio de la funcin pblica.
Como dice un autor alemn, "no permitir la, exceptio veritatis en
ningn caso, sera incurrir en una enorme injusticia, al condenar
igualmente a quien dice de otras cosas ciertas que lo molestan o
perjudican que quien dice falsedades con el nimo de perjudicar
83
84
evento
-hipotticamente
considerado-
de
que
sus
y la del famoso caso de Juan Diego Castro contra La Nacin, resuelto con
condenatoria para los imputados por sentencia del Tribunal Penal de Juicio,
Segundo Circuito Judicial de San Jos, # 111-98, San Jos, a las catorce horas del
nueve de marzo de mil novecientos noventa y ocho, y haber resistido dos acciones
de inconstitucionalidad resueltas sin lugar mediante votos de la Sala Constitucional
de la Corte Suprema de Justicia, votos # 2996-92, San Jos, a las quince horas y
diez minutos del seis de octubre de mil novecientos noventa y dos, y # 2006-05977,
San Jos, a las quince horas con diecisis minutos del tres de mayo de dos mil seis,
est ultima con el voto salvado de los Magistrados Calzada y Vargas, no es sino
mediante el voto de la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia, voto # 200901798, San Jos, a las nueve horas y cuarenta minutos del dieciocho de diciembre
del dos mil nueve, que se declara derogada la norma en comentario.
Dicha
89
90
91
tipos
subjetivos
complejos,
llamados
"delitos
de
92
Costa Rica, sentencia de 2 de julio de 2004, dispuso: 4. Que el Estado debe dejar sin
efecto, en todos sus extremos, la sentencia emitida el 12 de noviembre de 1999 por
el Tribunal Penal del Primer Circuito Judicial de San Jos.
Antes de adentrarnos en las argumentaciones de la Corte Interamericana,
dado que en adelante deber ser una norma muy a tomar en consideracin en el
juzgamiento de este tipo de hechos delictivos, transcribamos el artculo 13 de la
Convencin Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San Jos):
Artculo 13. Libertad de Pensamiento y de Expresin:
96
97
Captulo IV: Las redes sociales: una nueva forma de comisin de delitos
4.1. Las redes sociales como medio de comunicacin masiva
Las redes sociales son medios de comunicacin muy utilizados en la
actualidad por la poblacin mundial, por esta razn son un elemento relevante del
proceso de comunicacin.
Con el objetivo de tener una visin de la participacin de las redes sociales
como eslabn de la cadena comunicativa, es necesario conocer el funcionamiento
de las mismas dentro del proceso de comunicacin, proceso del cual las personas
son participes en la cotidianidad, permitiendo el desenvolvimiento del individuo en
la sociedad, tal y como lo explica la sociologa.
Se intenta mostrar una panormica del proceso de comunicacin por s
mismo y posteriormente, se analizar la participacin del medio "redes sociales"
en relacin con este.
Para Martnez (2002) citado por Morales y Ugarte (2012): comunicacin es
el proceso mediante el cual el emisor transmite uno o ms mensajes sobre un
contenido determinado a uno o varios receptores, utilizando un cdigo conocido
por todos los participantes" (p.10). Es decir, el medio hace posible la transmisin
del mensaje hacia una o varias personas. El medio es un elemento clave dentro
del proceso comunicativo y hay diversidad de ellos, pueden darse medios escritos,
orales, televisivos, entre otros.
Como bien se menciona en el concepto anterior la comunicacin puede
darse a uno o varios receptores esto es lo que le puede dar al medio el carcter de
masivo. Segn Janowitz citado por Morales y Ugarte (2012): "La comunicacin
colectiva o masiva, comprende las instituciones y tcnicas mediante las cuales
grupos especializados utilizan instrumentos tcnicos (prensa, radio, pelculas etc.),
para difundir un contenido simblico a audiencias amplias, heterogneas y muy
diseminadas" (p. 45).
98
medios
de
comunicacin
masiva
logran
expandir
99
de
100
ciudadanos
ayudados
por
las
tecnologas
de
la
101
102
103
104
105
mxima
determinada
que
provee
parmetros
de
configuracin
especficos para cada cliente que desee participar en la red IP. Entre estos
parmetros se encuentra la direccin IP del cliente permitiendo ms de cuatro
millones de combinaciones de direcciones posibles.
Lo voltil en el cambio de direccin IP, se resuelve con servidores de
nombres en los que es suficiente mediante programas en lnea con solo actualizar
la informacin y as poder navegar en el mar del internet sin ser percibido por el
resto de las personas. Sin embargo, existen sitios de internet permanentemente
conectados, generalmente estos mantienen una direccin IP fija, tambin llamada
"IP esttica", esta no cambia con el tiempo.
Los servidores pblicos y servidores de pginas web necesariamente
deben contar con una direccin IP fija o esttica, ya que de esta forma se permite
su localizacin en la red; es asignada por el usuario de forma manual o por el
servidor de la red ISP en el caso de internet; routero switch en caso de LAN, con
base en la direccin MAC del cliente. Al configurar la IP privada fija controla el
acceso a internet o a la red local, otorgando ciertos privilegios.
En el protocolo de Internet en sus primeras etapas de desarrollo quienes
administraban e interpretaban las direcciones IP lo dividan en dos sectores en los
que los primeros 8 bits designaban la direccin de red y el resto individualizaba la
computadora de la red. Al agregarse nuevas redes, este mtodo quedo obsoleto y
se introdujo lo que se conoce como arquitectura de clases, divididas en tres:
12)Clase A: asigna el primer octeto para identificar la red, reservando los tres
ltimos octetos para ser asignados a los hosts, contiene aproximadamente
dos millones de direcciones.
106
13)Clase B: asigna los dos primeros octetos para identificar la red, reservando
los dos octetos finales, la cantidad mxima son poco ms de diecisiete mil
direcciones.
14)Clase C: se asignan los tres primeros octetos para identificar la red,
reservando el octeto final para que sea asignado a los hosts, obteniendo
alrededor de trescientas direcciones.
En los noventa, el sistema de espacio de direcciones de clases fue
reemplazado por una arquitectura de redes sin clases basada en redes de longitud
de mscara de sub-red variable. La mscara de sub-red permite localizar los bits
de la red e identifican el host de una direccin IP, logrando de esta forma localizar
de manera precisa la direccin MAC o como nombramos la ID de donde se emite
la publicacin; adems de conocer de dnde obtiene informacin y la red a la que
pertenece.
107
108
realizan
comentarios
ofensivos
hasta
109
Soler
indica
que:
110
"Pueden
coexistir
las
fortalecerla."
Soler
(Sebastin).
Derecho
Penal
111
112
problemas que deben revisarse, para establecer los alcances y todas las
consecuencias que pueden surgir de una publicacin en una red social.
Obviamente, se est en presencia de un fenmeno social, que, por su
naturaleza novedosa, genera nuevos retos de anlisis en el campo jurdico y
que al derecho penal, lo obliga a un rgido escrutinio, pues de lo que se trata es
de establece si es dable, extender las aplicacin y efectividad del derecho penal,
con todo lo que ello implica en el campo de los derechos fundamentales.
No obstante, la razn principal, "contundente", de la absolutoria por parte
del ad quo, result ser la cuestin probatoria, particularmente de aplicacin de las
reglas de valoracin de prueba, tal y como lo admite el ad quem:
113
114
reglas sobre la valoracin de prueba en que incurre, entre las que se encuentra el
in dubio pro reo, al siquiera mencionarlas, con correctos argumentos de tipo
sustantivo, constituye el vicio en que incurre el Tribunal de Apelacin, en sus
argumentaciones. Veamos:
"Cabe la posibilidad de que alguien asuma falsamente la
identidad digital de otra persona para cometer delitos en la red,
entre ellos, delitos contra el honor. Tambin es posible delegar
la "administracin" de los contenidos de las redes sociales en
terceros, porque ello no est expresamente prohibido, ergo
est permitido. Sin embargo, las reglas de la experiencia y la
psicologa informan que en principio, las redes sociales tienen
un uso individual para personas fsicas o instituciones que
precisamente facilitan un acercamiento directo y autntico entre
el dueo de la cuenta y los seguidores(as) de la red social
concreta, de tal manera que el delegar la administracin de la
115
116
acervo
probatorio
(ver
folio
29) ese
escrito
alude
118
dej claras las dos posiciones que es factible asumir en cuanto a la colisin de la
libre expresin y el honor. Comencemos indicando que este caso no present el
problema probatorio de autora del caso del dirigente deportivo del Cartagins,
dado que: (tamao de letra).
"...el tema de la autora de la publicacin deja de tener
relevancia, pues Rodrguez Bald admite haber hecho suyo el
contenido del texto y adems lo public a travs de su cuenta
de Facebook. Adems, conforme lo demuestra la certificacin
notarial aportada por la querellante, la citada cuenta es de
acceso pblico para cualquier persona usuaria de esta red
social. Tambin el Tribunal tiene por demostrado que al ser
diseminado el texto, su contenido lleg a un nmero
indeterminado
de
personas,
muchas
de
las
cuales
del
Soberano
tiene
un
cargo
de
mayor
120
Acorde con la
que
efectivamente
ella
tena
participacin
en
La
transcripcin
es
literal).
En
torno
los
123
Pblica.
Estas
normas
estn
escritas
en
conceptos
disposiciones
contenidas
en
los
instrumentos
concreto,
con
el
fin
de
modular
racional
126
restricciones
se
traduzcan
en
una
censura
previa
que
129
supra
expuesta
que
regula
los
derechos
130
la
crtica,
cuestionamientos
opiniones
131
divulgacin
de
hechos
falsos,
simples
132
ambiente
de
desconfianza
desencanto
de
los
133
injurioso
atribua
indubitablemente
una
135
una
mayor
tolerancia
en
aspectos
relativos
los
precedentes
no
fueron
apreciados
ntegra
tal
limitacin
no
puede
implicar
el
para
la
denuncia,
opinin,
investigacin,
lo
cual
permite
mantener
vigente
el
137
antes
citados
ha
establecido
discriminacin
138
expuesto,
es
oportuno
puntualizar
ciertos
139
de
tutela
de
un
derecho
fundamental
140
su
decisin
de
no
seguir
los
criterios
141
142
143
relacionados
con
la
actividad
-constatable
se
tiene
que
el
tribunal
de
mrito
no
valor
144
de
quienes
ejercen
la
funcin
pblica.
iv.-
La
145
146
147
abusivo
desproporcionado
de
tal
derecho
148
149
profesional.
Esto,
por
cuanto
Guillermo Alberto
151
debe
apuntarse
que
una
de
las
principales
152
como
por
ejemplo
"Twitter",
"Instagram",
153
computadoras
personales
porttiles,
etc.,
154
156
Conclusin
aspecto
subjetivo
de
la
conducta
humana.
Sin
embargo
158
sobre el tema, es factible percatarse que esa particular finalidad del sujeto activo es
tenida muy en consideracin en la resolucin de los casos de delitos contra el honor.
La observacin cualitativa de la realidad jurdica, nos revela entonces la necesidad
de la sustentacin de una teora jurdica, que admita distinciones relevantes para el
ordenamiento jurdico en la finalidad del sujeto activo de la conducta. Ntese que la
teora opuesta o niega dichas distinciones y/o su relevancia para el ordenamiento, de
tal manera que la calificacin del dolo es disyuntiva: si o no, se da o no se da, en
tanto que admitiendo tales distinciones la calificacin posible sobre el dolo es
mltiple, de acuerdo con la particularidad finalidad expresada del sujeto activo. El
estudio de la jurisprudencia nos muestra que dichas distinciones en cuanto al
animus del sujeto activo, suelen infiltrarse en la jurisprudencia a travs precisamente
de las normas que hemos denominado de "eximentes de responsabilidad penal".
Consideramos al voto de la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia, #
331-F-90 de las 9:05 h del 9 de noviembre de 1990, el que inici la adscripcin oficial
a la doctrina del "dolo comn", al que define como: deliberado propsito de ofender.
Es este un fallo que, con detrimento del principio de legalidad criminal, entiende que
existe un solo tipo penal denominado: "injurias, calumnias y difamacin", cuya accin
tpica "muy general" consiste en: menoscabar la dignidad, decoro o reputacin, sin
necesidad de causar sufrimiento moral del sujeto pasivo; y en el cual apartarse de la
rica distincin de diversos animus, no produjo ningn resultado satisfactorio, pues es
claro que en el sublite, el propsito -apegado a derecho por lo dems- del
querellado, lo fue la salvaguarda del patrimonio familiar, pues se limit a dar
informacin a su padre acerca del no pago de una deuda del querellante, quien
estaba haciendo un negocio con ste ltimo.
A partir de 1994 y hasta la reciente reforma procesal penal sobre la
impugnacin, fueron los tribunales de casacin los competentes en ltima instancia
en el juzgamiento de los delitos contra el honor, y durante tal perodo en varias
sentencias de dichos rganos judiciales, se nota la preocupacin por el anlisis de
las causas de justificacin para este tipo de delitos, muy en particular la legtima
defensa, pese a la manifiesta, contundente e ilegalmente invasiva oposicin al
159
respecto, expresada por la Sala Tercera en su voto # 2002-01076 de las 10:43 h del
25 de octubre de 2002, que no obstante parece haber motivado posiciones oscilantes,
contradictorias y hasta absurdas en los pronunciamientos de los tribunales de
casacin.
As pese a que en uno de sus primeros votos, el Tribunal Superior de
Casacin, San Jos, # 56-F-94, a las 16:10 h del 17 de febrero de 1994, admiti la
posibilidad de aplicacin de la legtima defensa en este tipo de delitos,
posteriormente nos encontramos con los votos # 2001-226, de las 12:00 del 16 de
marzo del 2001, en que el mismo tribunal rechaz la legtima defensa con palabras,
pero extraamente la admiti con puetazos; contrariamente al voto # 2007-0975 de
las 16:05 h del 3 de setiembre de 2007 de la misma autoridad judicial, que admite
plenamente la posibilidad de procedencia de la legtima defensa mediante "ofensas
defensivas", e incluso nos brinda parmetros para el examen del caso.
Tambin, y en tema de delitos contra el honor cometidos entre personas
comunes sin participacin de la prensa, analizaron los tribunales de casacin a las
muy comunes "injurias recprocas" (art. 93 inc. 11 del Cdigo Penal) como causal de
perdn judicial, tal y como lo expuso el Tribunal de Casacin Penal, Segundo
Circuito Judicial de San Jos, en sus votos # 44-F-99 del 12 de febrero de 1999, y
voto # 2002-347 de las 10:30 h del 3 de mayo del 2002, siendo posible de ambos
votos concluir en que dicha causal de exclusin de pena, le es aplicable al que inici
el acontecimiento ofensivo recproco, ya que al coimputado que recibi la agresin
ilegtima, le es aplicable la legtima defensa.
Como introduccin a los casos en que participan funcionarios pblicos;
debemos hacer mencin que an en los casos de hechos entre particulares, los
tribunales de casacin tuvieron ocasin de pronunciarse sobre la causa de
justificacin ejercicio legtimo de un derecho, que cobrar toda su relevancia en los
casos en que funcionarios pblicos alegan detrimento a su honor. Para los casos
entre particulares la Sala Tercera aplica dicha causa de justificacin en su voto #
366-F-91, de las 11:59 h del 12 de julio de 1991, y tambin lo hace -aunque
tmidamente en la fundamentacin- el Tribunal de Casacin Penal, Segundo Circuito
160
Judicial de San Jos, en los votos # 2000-363 del 12 de mayo del 2000, que
absuelve a los querellados por llamar al querellante borracho y drogadicto, en el
marco de un proceso penal en que eran imputados, y -ms explcitamente- en el
voto # 2010-0621 de las 14:45 h del 3 de junio de 2010, que aplic dicha causa de
justificacin a un denunciante, quien en un proceso penal anterior haba afirmado
que el querellante haba engaado a un tercero, provocando que hiciera una
inversin no rentable, voto que explcitamente emprendi el anlisis del "ejercicio
legtimo de un derecho" en esta clase de delitos, para aquellos casos que hemos
denominado "entre particulares".
La causal de ejercicio legtimo de un derecho, en casos que est de por
medio la participacin de un funcionario pblico, como querellante que estima
lesionado su honor por manifestaciones de un tercero, sea este funcionario o no, ha
tendido gran aceptacin. Resultan ser casos en que las manifestaciones ofensivas
se hacen en el marco de un proceso legal establecido para investigar actuaciones
del funcionario que se estima ofendido. Podemos decir que la tradicin la inicia la
resolucin de la Sala Tercera # 531-F-93, de las 9:30 h del 30 de septiembre de
1993, en el cual una Notaria Pblica no encuentra proteccin judicial a su honor ante
una queja disciplinaria planteada por un antiguo cliente insatisfecho con el monto
cobrado de honorarios, con un argumento que estimamos resume el ndice de
jurisprudencia de la pgina web de la Sala Tercera, de la siguiente forma: "No puede
estimarse como delictivo el concepto desfavorable expresado al denunciar
disciplinariamente a un funcionario pblico siempre que lo considerado ofensivo al
honor constituyan el fundamento de la queja". Esta misma tesis se sigue en el
interesante voto del Tribunal Superior de Casacin Penal, Segundo Circuito Judicial
de San Jos, # 743-F-97, de las 11:10 h del 17 de setiembre de mil 1997, el cual
efecta un interesante planteamiento acerca de la imposibilidad de efectuar "juicios
de verdad" sobre "juicios de valor", y por otros precedentes de la misma autoridad
judicial: votos # 293-F-98, de las 10:50 h del 24 de abril de 1998; 437-F-98, de las
14:20 h del 19 de junio de 1998 y # 35-F-99, del 12 de febrero de mil 1999.
161
Lamentablemente en los casos que hemos analizado, nos topamos con que
tanto la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia, en sus votos # 629-F-91, de
las 14:05 h del 20 de noviembre de 1991; y # 230-F-93, de las 9:30 h del 27 de mayo
de 1993, como el Tribunal de Casacin Penal de Cartago en su voto # 2011-136, de
las 14:35 h del 9 de mayo de 2011, se mostraron sumamente celosos en el
resguardo del honor de funcionarios judiciales que estimaron lesionado su honor por
manifestaciones de terceros en procesos disciplinarios, o incluso en el mbito de la
comunicacin comn entre particulares. Admitimos sin embargo que al respecto no
se efectu una "recopilacin estadstica" de la informacin, siendo ms bien la
misma "casual", sin embargo, valdra la pena efectuar una ms rigurosa, lo cual
excede los lmites de este trabajo, que venga a confirmar o descartar la tendencia.
Podemos decir que las ideas del populismo punitivo y crceles hacinadas,
pese a su vigoroso empuje en otros mbitos del derecho penal, salieron derrotadas
en el campo de los delitos contra el honor, por lo ya dicho en cuanto a la amplia
aplicacin de causas de justificacin y otros eximentes de responsabilidad penal, que
se alcanz, incluso en aquellos delitos en donde la proteccin al honor debe ser ms
acentuada.
Lo mismo podemos decir en lo concerniente a su comisin mediante la
prensa, en que otrora la aplicacin de la figura del desacato fue frecuente, pues el 4
de abril del 2002 entr en vigencia la ley # 8224 de 13 de marzo del 2002, que
derog dicha figura penal. Recordemos que dcadas antes la Sala Constitucional en
voto # 412-90, de las 14:30 h del 24 de abril de 1990, haba declarado
inconstitucional la imposibilidad originaria de alegar excepcin de verdad en este
delito, lo cual signific un avance, pues el alto tribunal constitucional mostr
preocupacin en cuanto a "la funcin social de denuncia (de actos de corrupcin),
que ejercida con tica es bsica para el sano ejercicio de la funcin pblica", aunque
sujetando dicha denuncia a la verdad de lo denunciado. Ya ms adelante veremos
como an este lmite ser cuestionado, pues a dicho avance se sumaron otros dos
sumamente importantes: el voto de Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia,
voto # 2009-01798, de las 9:40 h del 18 de diciembre del 2009; y el fallo de la Corte
162
Interamericana de Derechos Humanos, caso Herrera Ulloa vs. Costa Rica, sentencia
de 2 de julio de 2004.
Mediante la resolucin de la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia #
2009-01798, de las 9:40 h del 18 de diciembre del 2009, la suprema sala de
casacin admite haber tardado cuarenta aos en percatarse que la ltima norma que
estipulaba pena de crcel para un delito contra el honor, slo se mantena vigente en
el universo paralelo en que se dictaron y declararon firmes varias sentencias
condenatorias, con el gasto pblico que conllev, pues haba sido derogada desde el
15 de noviembre de 1971, fecha de vigencia de la ley # 4573 del 4 de mayo de 1970,
que sancion nuestro vigente Cdigo Penal. Contina haciendo aguas doctrina del
populismo punitivo y crceles hacinadas, al menos en cuanto a este tipo de delitos,
pues lamentablemente en los dems mbitos del derecho penal, navega viento en
popa. Abarca la vigente publicacin de ofensas, los casos antes abarcados por el
art. 7 de la Ley de Imprenta?
En el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso Herrera
Ulloa vs. Costa Rica, sentencia de 2 de julio de 2004, el tribunal internacional de
derechos humanos se pronuncio por un concepto de verdad aplicable al los delitos
contra el honor por medio de la prensa, inverso al expresado por la sentencia de la
Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia, voto # 0540-99, de las 10:15 h del 7
de mayo de 1999, que exiga al periodista verificar la informacin publicada en otro
medio, antes de proceder a su publicacin. Esto provoc que se ordenara al Estado
costarricense, "dejar sin efecto" la sentencia condenatoria en contra del conocido
periodista, y, adems -entendemos nosotros-, dicha restrictiva interpretacin del
concepto "verdad".
Lamentablemente, sin embargo, los casos que hemos analizado de delitos
contra el honor cometidos por medio de una muy especfica y popular red social
(Facebook) han venido a significar un serio retroceso, en cuanto a la tutela de la
libertad de expresin. Pese a que en los analizados se estim lesionado el honor de
una persona pblica (un dirigente deportivo), y el de la mayor jerarca del Estado
costarricense, recientemente creados tribunales de apelacin declararon con lugar
163
164
Madrigal (quien con ambigedad al respecto nos dice: No veo entonces en principio
ninguna razn para despenalizar estos asuntos a menos claro que optramos por el
abolicionismo) y Reyes, ocho en total; siendo de opinin contraria Araya, quien tiene
el mrito de ser el nico en plantearse que debe ser fuera del derecho penal la
respuesta. La pregunta (3) aceptara la tesis que al funcionario pblico de eleccin
popular, no se le debe brindar proteccin jurdica alguna ante a la crtica,
informaciones u opiniones que sobre l se expresen mediante los medios de
comunicacin masiva?, fue respondida por los entrevistados en el sentido que al
funcionario pblico de eleccin popular tambin le corresponde la proteccin de su
honor, aunque admiten amplias posibilidades de crtica: Salazar, Gonzlez, incluso
Araya, Burgos, Rojas, Ortiz, Madrigal, y al parecer Reyes, quienes en sus opiniones
parecen ajustarse al criterio de la verdad.
Finalmente, en la pregunta (4) considera necesaria la promulgacin de una
nueva legislacin que proteja al ciudadano de los agravios al honor por medio de las
redes sociales, o resulta suficiente la legislacin actual?, las opiniones s estuvieron
divididas, pues tres con tres SI: Salazar, al parecer Gonzlez y Ortiz, vs. cinco NO:
Vquez, Araya, Burgos, Rojas y Reyes; y dijo no tener criterio al respecto: Madrigal.
Sin embargo, entre aquellos que opinaron afirmativamente, ninguno concret
ninguna propuesta o idea de reforma, que nos permita pensar en la insuficiencia de
la legislacin vigente. Lo poco que la poblacin recurre a dichas figuras, tampoco
nos hacen pensar en la necesidad del empleo de recursos pblicos produciendo
improductivos nuevos tipos penales.
165
TOTAL
ASUNTOS
CONTRA EL HONOR
2002
106353
599
2003
121622
646
2004
128584
581
2005
130358
689
2006
129888
617
2007
145010
507
2008
175653
531
2009
231592
452
2010
235566
422
2011
221069
437
166
Total
Calumnias
Injurias
Difamacin
Difamacin
persona jurdica
2009
1515
32
13
2010
1690
11
32
2011
1641
28
2012
2839
38
10
2013
3148
54
10
2014
3077
12
53
19
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Reyes, J. (2015). Entrevista sobre Delitos contra el Honor. (M. C. Rojas,
Entrevistador)
174
Anexos
Entrevistas de:
Rnald Salazar Murillo
Luis Fernando Gonzlez Hernndez
Alex Jess Vquez Jimnez
Alfredo Araya Vega
Alvaro Burgos Mata
Manuel Rojas Salas
Andrea Ortiz Hernndez
Roberto Madrigal Zamora
Julio Reyes Vsquez
175
Yo s que hay tesis que propugnan por despenalizar esa figura. En las
condiciones en que estamos en este momento, no creo que sea viable,
especialmente, porque los medios de comunicacin, actuando con una franquicia
del Estado, realizan una funcin pblica, y ello debe estar sujeta a reglas formales,
para no permitir, que se lesione el honor de las personas, cuando ello no es
procedente.
Preciso, los medios de comunicacin tienen la fuerza y potencia de
despedazar el honor y a la persona misma, y cuando se equivocan, solamente, al
tiempo, sale una nota pequeita casi de lstima, de manera que, todo el
despliegue de publicidad provoc un dao tal, que es imposible recuperar en
alguna forma. Ni siquiera, mediante indemnizaciones.
Yo solo estara de acuerdo con despenalizarlo, entre sujetos privados, no
as para los medios de comunicacin. Adems, los medios de comunicacin no
son inocentes, tiene intereses claros y por ello atacan solamente al que quieren, y
no objetivan la informacin.
Ahora bien, si no se sanciona penalmente, entonces cul sera la va? La
civil? que tarda 400 aos en resolver asuntos sumarios?
sistema no tiene mecanismos adecuados para la tutela del honor de los sujetos
particulares en otras sedes del derecho. Dejarlo a la va civil, es una renuncia a la
tutela. Ahora, si se creara un mecanismo verdaderamente gil, con un ncleo de
sanciones civiles fuertes, me parece que podra concordar en despenalizar la
figura.
177
Pero el balance
debe ser, de tal naturaleza, que puedan conciliarse ambos perfiles, por un lado,
aceptar que sea criticado pr sus actuaciones y por otro lado, no permitir que se
digan falsedades en su contra.
4) Considera necesaria la promulgacin de una nueva legislacin que proteja al
ciudadano de los agravios al honor por medio de las redes sociales, o resulta
suficiente la legislacin actual?
Con el avance de los medios de informacin y comunicacin, y las nuevas
tecnologas de la informacin, es claro que se ha producido una ampliacin infinita
del espectro de residencia de los datos sobre las personas. Esto hace, que se
difunda en forma breve y muy amplia la informacin acerca de una persona, lo que
puede producir graves perjuicios, an no medibles en el estado actual de las
cosas.
Siempre que han salido nuevas formas de delitos, como buenos abogados,
conservadores, hemos dicho, que la legislacin actual permite incluir este tipo de
178
Poder Judicial
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No. Una persona que desempee puesto pblico de eleccin popular puede
y tiene que estar expuesto a crticas y al rendimiento de cuentas. Sin embargo,
eso no implica que se pueda jugar o maltratar su honor gratuitamente.
Absolutamente nadie tiene por que soportar vejaciones gratuitas o infundadas a su
honor. Si una persona tiene pruebas de que un funcionario es corrupto o de que
ha cometido un delito, debe aportarlas y que se proceda como corresponde.
182
1) Considera que las distincin entre honor objetivo y subjetivo le brindan alguna
utilidad en su funcin como operador del derecho?
Sin duda la otorga, no slo de cara al reconocimiento de derechos
resarcitorios sino adems en pro de llenar el elemento subjetivo de los tipos
penales dolosos que se trate.
2) Considera que se deben sancionar penalmente los delitos contra el honor?
No. Creo que debe ser fuera del derecho penal la respuesta
3) Aceptara la tesis que, al funcionario pblico de eleccin popular, no se le
debe brindar proteccin jurdica alguna ante a la crtica, informaciones u opiniones
que sobre l se expresen mediante los medios de comunicacin masiva?
183
2295-4414
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Un saludo cordial,
lvaro Burgos.
De: Manuel Rojas Salas
Considera que las distincin entre honor objetivo y subjetivo le brindan alguna
utilidad en su funcin como operador del derecho?.
Por supuesto que s, es importante porque en el caso de los tipos penales
contra el honor, deben verse vulneradas o lesionadas ambas vertientes del bien
jurdico tutelado, en los tipos penales bsicos como injurias, calumnias y
difamacin entre otros.
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Creo que el funcionario pblico en razn de los principios que rigen tal
funcin y el tipo de relacin que se establece, en definitiva, el bien jurdico se
permea un tanto, en razn de situaciones de evidente inters pblico, ya que es
factible que las cuestionantes que se realicen puedan incomodar, pero no ser
susceptibles de llenar un tipo penal. Esto tampoco conlleva que impunemente se
pueda ofender a cualquier funcionario de forma indiscriminada y sin fundamento.
Todos y todas tenemos derecho al honor.
Considera necesaria la promulgacin de una nueva legislacin que proteja
al ciudadano de los agravios al honor por medio de las redes sociales, o resulta
suficiente la legislacin actual?
Creo que no es necesario, con la legislacin actual es suficiente.
Saludos!!!!
Dr. Manuel Rojas Salas
Juez de Juicio
Tribunal Penal del Primer Circuito Judicial de San Jos.
Tel: (506) 2295-3801 / Fax 506 2295 3837
email: [email protected]
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189
datan de mucho tiempo atrs, y las necesidades van cambiando, y las leyes deben
ajustarse a esas necesidades. Lo idneo sera que la norma se adece a la
realidad que vivimos, donde se valore si el bien jurdico tutelado debe ser
protegido en especfico, cuando sea vulnerado por medio de las redes sociales, y
hasta donde llega esa tutela, es decir, si violenta el ordenamiento por ejemplo
hacer una publicacin, darle "like", o compartir la publicacin. En ste sentido
existe una inseguridad total porque el legislador no saba que stos supuestos
iban a presentarse.
Gracias
Andrea Ortiz Hernndez, Defensora Pblica Penal de Hacienda y Funcin
Pblica.
mucho menos cuando se trata de un actor o agencia social con tanto poder
econmico y con tanta influencia poltica como las empresas de trasiego masivo
de la informacin.
Las garantas de inters pblico de la informacin, prueba de la verdad, no
penalizacin de la crtica acadmica o artstica de la mano de la amplia
versatilidad del idioma que permite expresar juicios desfavorables y opiniones
crticas subjetivas sin tener que presentarlas como hechos consumados o datos
histricos ciertos garantizan la libre circulacin de las ideas en una sociedad
democrtica sin tener que recurrir a la creacin de un fuero de impunidad.
Las amplsimas facultades con que en la actual sociedad de la informacin
cuentan las empresas de trasiego masivo de la informacin para obtener la
materia prima con la que ejecutan su giro comercial implica que tengan total
facilidad para consultar multiplicidad de fuentes y hacerlo en un espacio muy corto
de tiempo, de tal modo que no creo que exigirles seriedad y rigurosidad por la va
de la amenaza de la sancin penal signifique de ninguna manera un obstculo
para la labor de "formadores de opinin" y "comunicadores" como les gusta
llamarse hoy por hoy.
Si hay alguien que tenga poder en la sociedad actual para poder presentar
una crtica u opinin fundada y hacerlo de manera respetuosa es la prensa, como
tambin es la que tiene mayor poder para desfigurar una informacin y divulgarla
sin lmites de alcance y difusin. Ante tal acumulacin de poder no puede dejar de
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Roberto
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