Rhe142 - Es - Rae161 - 201505

Nmero 142
Mayo 2015
Esplendorosa
victoria de la fe
Salvadme Reina
Coleccin
Lo indito sobre los Evangelios
sta original obra de monseor Joo Scognamiglio Cl Dias, EP, compuesta

por siete volmenes, tiene el mrito de poner la teologa al alcance de todos,
mediante comentarios a los Evangelios de los domingos y solemnidades
del ao.
Publicada en cuatro idiomas espaol, ingls, italiano y portugus con un
total de 200.000 ejemplares vendidos, la coleccin ha encontrado una calurosa
acogida por su notable utilidad exegtica y pastoral.
Ciclo A
Vol. I: Domingos de Adviento, Navidad, Cuaresma y

Pascua Solemnidades del Seor que tienen lugar
durante el Tiempo Ordinario (464 pginas)
Vol. II: Domingos del Tiempo Ordinario (495pginas)
Ciclo B
Vol. III: Domingos de Adviento, Navidad,

Cuaresma y Pascua Solemnidades del Seor
que tienen lugar durante el Tiempo Ordinario
(448pginas)
Vol. IV: Domingos del Tiempo Ordinario
(544pginas)
Ciclo C
Vol. V: Domingos de Adviento, Navidad,

Cuaresma y Pascua Solemnidades del
Seor que tienen lugar durante el Tiempo
Ordinario (446 pginas)
Vol. VI: Domingos del Tiempo Ordinario
(495 pginas)
Vol. VII: Solemnidades Fiestas que pueden tener

lugar en domingo Mircoles de Ceniza Triduo
Pascual Otras Fiestas y Memorias (431pginas)
La coleccin Lo indito sobre los Evangelios es una publicacin

de la Librera Editrice Vaticana
Reservas y pedidos en el telfono 902 19 90 44
o por email en [email protected]
Tambin disponibles en formato eBook: www.comentandolosevangelios.com
Encuadernacin en rstica (157x230mm) con ilustraciones a todo color
SumariO
Salvadme
Reina
Peridico de la Asociacin Cultural
Salvadme Reina de Ftima
Ao XIII, nmero 142, Mayo 2015
Director Responsable:
D. Eduardo Caballero Baza, EP
Consejo de Redaccin:
Hno. Guy de Ridder,EP, Hna. Juliane
Campos,EP, Hno. Luis Alberto Blanco,EP,
Hna. Mariana Morazzani,EP, Severiano
Antonio de Oliveira
Administracin:
C/ Cinca, 17
28002 Madrid
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Dep. Legal: M-40.836- 1999
Tel. sede operativa 902 199 044
Fax: 902 199 046
www.salvadmereina.org
[email protected]
Con la Colaboracin de la
Asociacin Internacional Privada
de Fieles de Derecho Pontificio
Escriben los lectores
San Juan de vila

Arrebataba
a las multitudes
Fe en Dios, divina certeza (Editorial) . . . . . . . .
......................
Subi al monte
para orar
La voz del Papa

Queremos ver a Jess
........................
Comentario al Evangelio
Subiremos al Cielo en
virtud de la Ascensin
........................
16
36
La palabra de los Pastores

Salir, subir, contemplar
y anunciar
......................
......................
Historia para nios...

La ms bella corona
de flores
El santo francs
que no era francs
......................
......................
38
Sucedi en la Iglesia
y en el mundo
La serena e irreversible
victoria de la fe
......................
32
21
......................
40
46
Heraldos del Evangelio

www.heraldos.org
Montaje:
Equipo de artes grficas
de los Heraldos del Evangelio
Sacramentos de
la Antigua y de la
Nueva Ley
......................
Los santos de
cada da
22
......................
48
Imprime:
Biblos Impresores, S.L. - Madrid
Los artculos de esta revista podrn
ser reproducidos, indicando su fuente y
enviando una copia a la redaccin.
El contenido de los artculos es responsabilidad
de los respectivos autores.
Heraldos en el mundo
......................
La gema que simboliza

el azul del cielo
26
......................
50
E scriben
los lectores
razn el editar esta maravillosa re

vista, de contenido slidamente es
piritual y consolador.
Del obispo de Khunti, India

Estoy muy satisfecho por haber
recibido la revista Heraldos del Evangelio y deseo expresarles mi ms sin
cero agradecimiento.
Es un placer leerla, me ha gusta
do mucho. Su contenido es muy pro
vechoso, por sus homilas y otras in
formaciones tiles. Me encantara
seguir recibindola y, por tanto, les
pido que tengan la amabilidad de
envirmela todos los meses.
Mons. Binay Kandulna
Obispo de Khunti India
Comprender mejor
la Liturgia de la Palabra
de la Misa dominical
Mis agradecimientos muy since
ros por el envo del volumenIII de
la obra de Mons.Cl Dias, Lo indito sobre los Evangelios, con sus co
mentarios a los Evangelios domini
cales y festividades del Ciclo B del
ao litrgico.
Por cierto, lo leo siempre los s
bados para comprender mejor lo
que escucharemos en la Liturgia de
la Palabra de la Misa dominical. Los
comentarios son siempre muy bue
nos y tiles para la meditacin y pro
vecho espiritual personal. Muchsi
mas gracias por ello.
Que el Buen Dios les acompae
siempre en sus actividades.
Eduardo Soto Kloss
Profesor de Derecho Administrativo
Pontif icia Universidad Catlica
Santiago Chile
El dolor: existe un
sentido catlico?
Les escribo porque he sentido el
sincero deseo de agradecerles de co
4Heraldos del Evangelio Mayo 2015
Hace poco tiempo tuve contacto

con ella en casa de un to mo. Era la
edicin de febrero de este ao, que
traa en portada la imagen de Cristo
crucificado y cuyo asunto principal
era el sufrimiento. Empec a hojear
la y le ped a la esposa de mi to si
me poda quedar con ese ejemplar,
y estuvo conforme. Ms tarde le to
do su contenido, especialmente el
tema de la portada El dolor: existe un sentido catlico?, que me tra
jo mucha paz. No imaginaba que el
sufrimiento tena la tarea de perfec
cionarnos, porque siempre creemos
que es un signo de reprobacin o de
castigo divino.
Me gustara pedirles que me en
ven todos los meses ese precioso te
soro, para que pueda disfrutar de su
sabidura espiritual.
Alan Barros
Picu Brasil
Lectura diaria:
hace que el da sea mejor
La revista Heraldos del Evangelio
trae numerosos comentarios e his
torias tiles para la vida cristiana, y
tambin enseanzas maravillosas, a
travs de las palabras de sacerdotes
cualificados para ello.
Nuestro da a da es muy ajetrea
do y toparse con la revista, ver sus
escritos y su doctrina, enriquece el
alma. Somos suscriptores, mi espo
sa y yo, desde hace algn tiempo. Su
lectura diaria nos ennoblece y hace
que nuestro da sea mejor.
El Comentario al Evangelio, de
Mons.Joo Scognamiglio Cl Dias,
y La voz del Papa nos llevan a re
flexionar cmo las enseanzas de
nuestra religin son accesibles a
nuestro entendimiento y nos ins
truyen acerca de cmo debe ser un

autntico catlico.
Marco Antonio Moreira Lpez
So Paulo Brasil
Leer, meditar y unirnos a Dios

Esta es una revista que sabe com
binar la teologa con la humanidad,
y por eso es comprensiva para tanta
gente como la recibimos en el mun
do. Es muy profunda en su conteni
do, pero muy humana en calar en el
corazn de los lectores. Yo la leo y la
medito... tiene mucha materia para
unirnos con Dios.
Jos Ruiz Olivares
Godella Espaa
Proclamar las verdades

de nuestra fe
Nos da una enorme alegra cada

vez que recibimos la revista. La im
presin, las fotografas, los artculos,
todo es hermoso y rebosa de carisma
de los Heraldos del Evangelio. Mis
artculos favoritos son: Comentarios
al Evangelio, de Mons.Joo Scogna
miglio Cl Dias, la vida de los santos
e Historia para nios... o adultos llenos de fe?
Sigan con este maravilloso medio
del que la Divina Providencia se sir
ve para hacer proclamar las verda
des de nuestra fe.
Elisangela Somaville Martins
Porto Alegre Brasil
Fortaleciendo la fe
Me gustara darles las gracias
por todo lo que hacen por m, por
las cosas nuevas que estoy cono
ciendo y porque, gracias a su revis
ta y a los objetos de piedad que me
envan, estoy fortaleciendo mucho
mi fe.
Mara Scialo
Casalnuovo di Napoli Italia
Editorial
Fe en Dios, divina certeza
142
Nmero 5
Mayo 201
orosa
Esplend
e la fe
d
ia
victor
Salvadme
Reina
La Ascensin del
Seor a los Cielos
Pro-catedral de
Santa Mara,
Hamilton (Canad)
Foto: Timothy Ring
a insuperable Persona de Nuestro Seor Jesucristo est rodeada de

misterio, empezando por que en l existen, en toda su integridad, dos
naturalezas: la divina y la humana.
Jess, como hombre, posee el conocimiento experimental (cf.Lc2,52): el
construido de forma progresiva, con base en la experiencia. Sin embargo, en
l ese conocimiento es incomparablemente mucho ms rico y profundo por la
altsima perfeccin de la inteligencia, de los sentidos y de los dones especial
simos de los que est dotada su naturaleza (cf.Col2,3). Ahora bien, a ese ex
celente conocimiento se suma la ciencia infusa: el conocimiento de todas las
cosas infundido en su alma humana desde el primer instante de su creacin.
Ambos conocimientos son completados an por la visin beatfica: el al
ma de Jess ya fue creada en la perfecta y definitiva visin de Dios, que nunca
perdi, ni siquiera durante su Pasin. Por ella, Cristo hombre posea un cono
cimiento perfectsimo de todas las cosas pasadas, presentes y futuras en
sus mnimos aspectos, como el propio Dios las ve y las conoce desde toda la
eternidad.
Y estos tres altsimos conocimientos concedidos a la naturaleza humana
de Jess son coronados por la ciencia divina, incomparablemente superior a
las dems y, no obstante, propia a su Persona, en virtud de su naturaleza divi
na, hipostticamente unida a la humana.
Por consiguiente, as como el viga que, al divisar la tierra a lo lejos desde el
mstil, no participa de la inseguridad de los que estn en la cubierta a respecto
del rumbo del barco, Cristo contempl en cuanto hombre, y desde el primer ins
tante de la creacin de su alma, no slo el triunfo final y estruendoso del bien
(cf.Ap11, 1518), sino tambin la victoria de la Iglesia en cada era histrica, e in
cluso en cada pequeo episodio de la lucha entre el bien y el mal (cf.Gn3,15).
Luego en l nunca pudo existir el mnimo trazo de inseguridad; en l slo haba
certeza, absoluta y total. Lo que para nosotros es fe, para l es visin.
Nosotros los hombres s que estamos sujetos a las incertidumbres de la vi
da. Y por la fe fundamento de lo que se espera y garanta de lo que no se
ve (Hb11,1), en Jess y en la Revelacin, se nos da participar de aquella
certeza desde siempre existente en Cristo, triunfo de los humildes y fuerza de
los dbiles (cf.Flp4,13), la nica en la que se puede encontrar, en este mun
do, la verdadera paz y seguridad.
El demonio, al rechazar a Dios, se volvi totalmente carente de fe y pas de
ser un ngel de luz a ser un ente adems de abyecto sumamente insegu
ro, incierto e inquieto.
A nosotros se nos ofrece el optar entre la seguridad que nos viene de la fe
en el Seor y la seudoseguridad engaosa ofrecida por las ilusorias promesas
del prncipe de este mundo (Jn16,11) que, de falsa victoria en verdadera
ruina, es vencido por Dios una vez tras otra, hasta terminar finalmente como
el eterno derrotado.
Mayo 2015 Heraldos
del Evangelio5
La voz del Papa
Queremos ver a Jess

A todos los que hoy quieren ver a Jess podemos ofrecerles tres cosas:
el Evangelio, el crucifijo y el testimonio de nuestra fe.
LOsservatore Romano
n este quinto domingo de

Cuaresma, el evangelista
Juan nos llama la atencin
con un particular curioso:
algunos griegos, de religin juda,
llegados a Jerusaln para la fiesta de
la Pascua, se dirigen al apstol Feli
pe y le dicen: Queremos ver a Je
ss (Jn12,21).
En la Ciudad Santa, donde Jess
fue por ltima vez, hay mucha gente.
Estn los pequeos y los sencillos,
que han acogido festivamente al
profeta de Nazaret reconociendo en
l al Enviado del Seor. Estn los
sumos sacerdotes y los lderes del
pueblo, que lo quieren eliminar por
que lo consideran hertico y peli
groso. Tambin hay personas, como
esos griegos, que tienen curiosi
dad por verlo y por saber ms acer
ca de su persona y de las obras reali
zadas por l, la ltima de las cuales
la resurreccin de Lzaro caus
mucha sensacin.
Queremos ver a Jess: estas
palabras, al igual que muchas otras
en los Evangelios, van ms all del
episodio particular y expresan al
go universal; revelan un deseo que
atraviesa pocas y culturas, un de
seo presente en el corazn de mu
chas personas que han odo hablar
de Cristo, pero no lo han encontra
do an. Yo deseo ver a Jess, as
siente el corazn de esta gente.
Francisco durante el ngelus

del 22/3/2015
Es la hora de la cruz!
Respondiendo indirectamente, de
modo proftico, a aquel pedido de
poderlo ver, Jess pronuncia una pro
feca que revela su identidad e indi
ca el camino para conocerlo verdade
ramente: Ha llegado la hora de que
sea glorificado el Hijo del hombre
(Jn12,23).
Es la hora de la cruz! Es la ho
ra de la derrota de Satans, prncipe
del mal, y del triunfo definitivo del

amor misericordioso de Dios. Cris
to declara que ser levantado so
bre la tierra (v.32), una expresin
con doble significado: levantado
en cuanto crucificado, y levantado
porque fue exaltado por el Padre en
la Resurreccin, para atraer a todos
hacia s y reconciliar a los hombres
con Dios y entre ellos. La hora de la
cruz, la ms oscura de la Historia, es
tambin la fuente de salvacin para
todos los que creen en l.
Continuando con la profeca so
bre su Pascua ya inminente, Jess
usa una imagen sencilla y sugestiva,
la del grano de trigo que, al caer
en la tierra, muere para dar fruto
(cf.v.24). En esta imagen encontra
mos otro aspecto de la cruz de Cris
to: el de la fecundidad. La cruz de
Cristo es fecunda.
La muerte de Jess, de hecho, es
una fuente inagotable de vida nue
va, porque lleva en s la fuerza rege
neradora del amor de Dios. Inmer
sos en este amor por el Bautismo,
los cristianos pueden convertirse en
granos de trigo y dar mucho fru
to si, al igual que Jess, pierden la
propia vida por amor a Dios y a los
hermanos (cf.v.25).
Evangelio, crucifijo y testimonio

Por este motivo, a aquellos que
tambin hoy quieren ver a Jess,
a los que estn en bsqueda del

rostro de Dios; a quien recibi una
catequesis cuando era pequeo y
luego no la profundiz ms y qui
z ha perdido la fe; a muchos que
an no han encontrado a Jess per
sonalmente...; a todas estas perso
nas podemos ofrecerles tres cosas:
el Evangelio; el crucifijo y el tes
timonio de nuestra fe, pobre pero

sincera.
El Evangelio: ah podemos en
contrar a Jess, escucharlo, cono
cerlo. El crucifijo: signo del amor
de Jess que se entreg por noso
tros. Y luego, una fe que se tradu
ce en gestos sencillos de caridad fra
terna. Pero principalmente en la
coherencia de vida: entre lo que de

cimos y lo que vivimos, coherencia
entre nuestra fe y nuestra vida, en
tre nuestras palabras y nuestras ac
ciones.
Evangelio, crucifijo y testimonio.
Que la Virgen nos ayude a llevar es
tas tres cosas.
ngelus, 22/3/2015
El ltigo de la misericordia
El ltigo de Jess para limpiar nuestras almas es la misericordia.
Si abrimos la puerta de nuestra alma a su misericordia, l la limpiar.
n este pasaje del Evangelio que

hemos escuchado, hay dos co
sas que me impresionan: una ima
gen y una palabra.
La imagen es la de Jess con el l
tigo en la mano que echa fuera a to
dos los que aprovechaban el Templo
para hacer negocios. Estos comer
ciantes que vendan los animales
para los sacrificios, cambiaban las
monedas... Estaba lo sagrado el
templo, sagrado y esto sucio, afue
ra. Esta es la imagen. Y Jess toma
el ltigo y procede, para limpiar un
poco el Templo.
No podemos engaar a Jess

Y la frase, la palabra, est ah
donde se dice que mucha gente crea
en l, una frase terrible: Pero Jess
no se confiaba a ellos, porque los co
noca a todos, y no necesitaba el tes
timonio de nadie sobre un hombre,
porque l saba lo que hay dentro
de cada hombre (Jn2,24-25).
Nosotros no podemos engaar a
Jess: l nos conoce por dentro. No
se fiaba. l, Jess, no se fiaba. Y es

ta puede ser una buena pregunta
en la mitad de la Cuaresma: Pue
de fiarse Jess de m? Puede fiarse
Jess de m, o tengo una doble ca
ra? Me presento como catlico, co
mo uno cercano a la Iglesia, y luego
vivo como un pagano? Pero Jess
no lo sabe, nadie va a contrselo.
l lo sabe. l no tena necesidad
de que alguien diese testimonio; l,
en efecto, conoca lo que haba en el
hombre.
Jess conoce todo lo que est
dentro de nuestro corazn: no po
demos engaar a Jess. No pode
mos, ante l, aparentar ser santos,
y cerrar los ojos, actuar as, y luego
llevar una vida que no es la que l
quiere. Y l lo sabe. Y todos sabe
mos el nombre que Jess daba a es
tos con doble cara: hipcritas.
Seor, te fas de m?
Nos har bien, hoy, entrar en
nuestro corazn y mirar a Jess. De
cirle: Seor, mira, hay cosas bue
nas, pero tambin hay cosas no

buenas. Jess, te fas de m? Soy
pecador.... [...]
Podemos incluso continuar el
dilogo con Jess: Jess, T te
fas de m? Yo quiero que T te fes
de m. Entonces te abro la puerta y
t limpia mi alma. Y pedir al Se
or que as como limpi el Templo,
venga a limpiar el alma. E imagina
mos que l viene con un ltigo de
cuerdas... No, con eso no limpia el
alma.
Vosotros sabis cul es el lti
go de Jess para limpiar nuestra al
ma? La misericordia. Abrid el co
razn a la misericordia de Jess.
Decid: Jess, mira cunta sucie
dad. Ven, limpia. Limpia con tu
misericordia, con tus palabras dul
ces; limpia con tus caricias. Y si
abrimos nuestro corazn a la mise
ricordia de Jess, para que limpie
nuestro corazn, nuestra alma, Je
ss se fiar de nosotros.
Fragmentos de la homila
del 8/3/2015
Todos los derechos sobre los documentos pontificios quedan reservados a la Librera Editrice Vaticana.
La versin original de los documentos reproducidos en esta seccin se puede consultar en www.vatican.va
Mayo 2015 Heraldos
del Evangelio7
Gustavo Kralj
La Ascensin del Seor a los Cielos - Iglesia de Santa Mara, Waltham (Estados Unidos)
aEvangelioA
En aquel tiempo, Jess se
manifest a los Once, 15y
les dijo: Id al mundo ente
ro y proclamad el Evangelio
a toda la Creacin. 16El
que crea y sea bautizado se
salvar; el que no crea se
r condenado. 17A los que
crean, les acompaarn es
tos signos: echarn demo

nios en mi nombre, habla
rn lenguas nuevas, 18coge
rn serpientes en sus ma
nos y, si beben un vene
no mortal, no les har da
o. Impondrn las manos
a los enfermos, y quedarn
sanos. 19Despus de ha
blarles, el Seor Jess fue

llevado al Cielo y se sen
t a la derecha de Dios.
20
Ellos se fueron a predi
car por todas partes, y el
Seor cooperaba confir
mando la palabra con las
seales que los acompaa
ban (Mc16,1520).
Comentario al Evangelio Solemnidad de la Ascensin del Seor
Subiremos al
Cielo en virtud
de la Ascensin
La Ascensin de Jess nos da la certeza de que
tendremos el mismo destino si seguimos el mandato
que nos dio en aquel da.
Mons. Joo Scognamiglio Cl Dias, EP
I La misin de transmitir
lo intransmisible...
El Papa SanPoX, incluso en medio de las in
numerables ocupaciones inherentes a su condi
cin de Pastor universal de la SantaIglesia, de
dicaba un tiempo todas las semanas para dar
clases de catecismo a los nios de las parroquias
de Roma que se estaban preparando para hacer
la Primera Comunin, en las cuales tambin par
ticipaban incontables fieles.1 Y deca algo impre
sionante: para catequizar una hora se necesitan
dos de estudio. De forma anloga, un buen pre
dicador, responsable de dirigir unos ejercicios es
pirituales de cinco das, ha de emplear cerca de
quince para organizarlos, seleccionar el material
adecuado y adaptarse a la psicologa del pblico,
con el fin de obtener los frutos deseados. Idntico
proceso es aplicable a profesores, conferencistas
y a todos los que tienen la misin de ensear, da
do que el principio general es invariable: siempre
que nos corresponda formar a otros, deberemos
aprender mucho ms de lo que vayamos a trans
mitir y empaparnos de su contenido.
Es lo que sucedi con los Apstoles: Dios los

escogi para que fueran testigos y difusores del
Evangelio en el mundo entero, y para eso era
indispensable que se volviesen profundos cono
cedores de todo lo que haban sido llamados a
comunicar. No obstante, lo que escribieron o di
jeron fue un porcentaje nfimo en comparacin
con lo que vieron y vivieron.
La fogosidad del Apstol: fruto

de una experiencia mstica
La figura de SanPablo es un contundente
ejemplo de ello. De dnde sac todo lo que re
vela en sus densas cartas? En primer lugar, reci
bi una gracia de conversin la que produce los
efectos para lo que ha sido creada (cf.Hch9,119;
22,416; 26,1018; Ga1,1317). Se diriga ha
cia Damasco a capturar cristianos cuando, toda
va de camino, el Seor le hizo caer del caballo
y le pregunt: Saulo, Saulo, por qu me persi
gues?. Dijo l: Quin eres, Seor?. Respondi:
Soy Jess, a quien t persigues. Pero levntate,
entra en la ciudad, y all se te dir lo que tienes
Mayo 2015 Heraldos
Siempre
que nos
corresponda
formar
a otros,
deberemos
aprender
mucho ms
de lo que
vayamos a
transmitir
del Evangelio9
que hacer (Hch9,46). En ese momento le fue

concedido el don de la fe para que creyera en la
voz que le interpelaba; de lo contrario, se habra
levantado arrogante, desafiando a Dios.
A partir de entonces, el divino Maestro fue
trabajando su alma a fondo, prepararndo
lo para ser el propagador del Evangelio por
excelencia. Su retiro en el desierto de Arabia
(cf.Ga1,1718) jug un papel muy importan
te en esa transformacin, porque goz a lo largo
de ese perodo, segn cuentan algunas revela
ciones particulares, de la compaa del Hombre
Dios en cuerpo glorioso.
Aunque quiz ms digno de destaque sea el
xtasis en el que SanPablo, siendo llevado al ter
cer Cielo, oy palabras inefables, que un hom
bre no es capaz de repetir (2Co12,4). Tales pre
rrogativas lo condujeron a emprender un anuncio
de la Buena Nueva mucho ms eficaz que el de
los Doce (cf.1Co15,10). Podramos comparar la
predicacin del Apstol a la situacin de una per
sona que quisiera contarle a la gente de una hi
pottica civilizacin subterrnea lo que ocurre a
plena luz del sol. En este caso podra haber cier
ta proporcin entre un mundo y otro, pero lo que
Hugo Grados
Los corazones
iluminados
sienten y
experimentan,
desde esta
misma vida,
esa realidad
inefable que
no puede caber
en palabras ni
en conceptos
La conversin de San Pablo, por Vicente Macip

Catedral de Valencia (Espaa)
a SanPablo le fue dado vislumbrar est tan por

encima de todo aquello que conocemos, que s
lo consigui decir: Ni el ojo vio, ni el odo oy, ni
el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado
para los que lo aman (1Co2,9).
A una dificultad similar se enfrentan los que
son favorecidos con gracias msticas que les hacen
sentir en su interior quin es Dios y no encuentran
palabras adecuadas en el vocabulario humano
para explicar su experiencia: La razn humana
desfallece ante tan incomprensibles misterios; pe
ro los corazones iluminados sienten y experimentan, desde esta misma vida, esa realidad inefable
que no puede caber en palabras ni en conceptos
ni menos en sistemas humanos. Lo que estas al
mas logran balbucear desconcierta nuestras d
biles apreciaciones: ellas multiplican los trminos
que parecen ms exagerados, sin quedar ni aun
con eso satisfechas; pues siempre ven que se que
dan muy cortas y que la realidad es incomparable
mente mayor de cuanto pudiera decirse.2
El secreto de la profundidad
de los escritos paulinos
La Carta a los Efesios de la que la liturgia
recoge un fragmento para una de las opciones
de la segunda lectura (Ef1,1723) es muy
ilustrativa en este sentido. Ms que una misi
va es casi un tratado en el que SanPablo se es
fuerza por transmitir lo que le ha sido manifes
tado a respecto del Seor y de la gloria eterna
que nos est reservada. Sus afirmaciones de
muestran sobradamente que vio ms de lo que
escribi: el Dios de nuestro Seor Jesucristo,
el Padre de la gloria, os d espritu de sabidu
ra y de revelacin para conocerlo (Ef1,17).
SanPablo desea instruir sobre algo, que a tal
punto escapa a los intereses humanos, mate
riales e inmediatos, que sin el espritu de la sa
bidura de Dios no puede ser asimilado. A fin
de cuentas, cmo es posible discurrir sobre lo
que nadie ve? De qu forma tratar una rea
lidad que est por encima de toda y cualquier
cogitacin humana? Cmo hablar de aque
llo que depende de un fenmeno mstico? Pa
ra entender es necesario una revelacin venida
del Cielo, y es a esto a lo que l se refiere, co
mo indica la construccin de su frase en grie
go: los dos genitivos de sabidura y de revela
cin [...], dependientes del sustantivo espritu,
mutuamente se complementan, y estn signifi
cando un conocimiento ntimo y profundo de
Francisco Lecaros
Dios y de sus planes de salud al que el hombre

por solas sus propias fuerzas no puede llegar.3
Por ese motivo, le insta al Seor que ilumine
los ojos de vuestro corazn para que compren
dis cul es la esperanza a la que os llama, cul
la riqueza de gloria que da en herencia a los
santos (Ef1,18).
Nuestra esperanza se fundamenta

en el poder de Dios
La esperanza! Esta virtud teologal hace
que poseamos, por anticipado, las maravillas
inimaginables que recibiremos en plenitud al
final del estado de prueba y a ellas se refiere
el Apstol en su carta.
Dios nos predestin a la salvacin desde
toda la eternidad y ya haba determinado, in
cluso antes de ser creados, la va de santifica
cin de cada uno, gozando anticipadamente
el momento en que naceramos y comenza
ramos a recorrerlo. Alimentando nuestra
esperanza en medio de los dolores de la vi
da, acta con nosotros como alguien que nos
construye un palacio en un lugar de difcil ac
ceso y nos conduce hacia l a travs de ma
torrales, por un sendero lleno de espinos y ba
rrizales propios para causar aprensin. Y ansa
llevarnos cuanto antes hasta un claro desde
donde nos pueda mostrar, a distancia, el edifi
cio, a fin de animarnos a continuar el camino.
Ms adelante, SanPablo menciona la ex
traordinaria grandeza de su poder en favor de
nosotros, los creyentes, segn la eficacia de su
fuerza poderosa (Ef1,19). En efecto, si la sal
vacin estuviese sujeta a nuestros esfuerzos, no
iramos al Cielo, como muestra el episodio del
joven rico que, al ser llamado por el Seor, se ne
g a dejarlo todo para seguirlo, lo cual llev a
Jess a decir: Ms fcil le es a un camello pa
sar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar
en el Reino de Dios (Mc10,25). La afirmacin
sorprendi a los Apstoles, que se espantaron
y comentaban: Entonces, quin puede salvar
se?. Jess se les qued mirando y les dijo: Es
imposible para los hombres, no para Dios. Dios
lo puede todo (Mc10,2627). S, gracias a su
poder progresamos en las sendas de la perfec
cin y, sobre todo, perseveramos hasta el final de
nuestra peregrinacin terrena. He aqu la princi
pal razn que nos debe mover a depositar en l
toda nuestra esperanza. Sin embargo, qu ga
ranta hay de que sta va a ser recompensada?
La Santsima Trinidad - Monasterio de Pedralbes,

Barcelona (Espaa)
La Ascensin de Jess es fuente de esperanza

SanPablo responde a esta cuestin en los ver
sculos siguientes, aludiendo al grandioso acon
tecimiento conmemorado en esta solemnidad:
Dios manifest la eficacia de su fuerza pode
rosa, que despleg en Cristo, resucitndolo de
entre los muertos y sentndolo a su derecha en
el Cielo, por encima de todo principado, poder,
fuerza y dominacin, y por encima de todo nom
bre conocido, no slo en este mundo, sino en el
futuro (Ef1,1921).
Con la Ascensin, magnfico misterio de
nuestra fe recordado en uno de los artculos
del Credo subi a los Cielos y est senta
do a la derecha de Dios, Padre Todopodero
so, Jesucristo pas a ocupar su lugar a la
diestra del Padre como hombre, porque en
cuanto Dios ya se encontraba junto a l des
de toda la eternidad.4 Habindose unido a la
naturaleza humana por la Encarnacin, de
seaba que esta naturaleza, por l representa
da, fuese introducida en la gloria. Hasta ese
momento nadie haba transpuesto los umbra
les del Cielo, inaccesible para los hombres
como consecuencia del pecado original; s
lo Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espritu San
to y sus ngeles lo habitaban. Las almas de
Mayo 2015 Heraldos
Jesucristo
pas a ocupar
su lugar a la
diestra del
Padre como
hombre,
porque en
cuanto
Dios ya se
encontraba
junto a l
desde toda la
eternidad
del Evangelio11
Aunque eran
testigos de
un portentoso
milagro, los
Apstoles
persistan
en su visin
poltica y
naturalista
del Seor
los justos permanecan en el Limbo a la espe

ra de la Redencin y all mismo gozaron de la
visin beatfica cuando fueron visitados por
Jesucristo en el instante de su Muerte. 5 Pero
esos elegidos solamente entraron all cuan
do Jess ascendi al Cielo, 6 ocupando los lu
gares vacos dejados por Lucifer y sus secua
ces. Precedida por el Seor, aquella plyade
de almas santas entr en la gloria, empezan
do por SanJos, su padre adoptivo, seguido
por Adn y Eva, por los profetas, patriarcas,
mrtires de la Antigua Ley y una milicia de
hombres y mujeres, constituyendo entre es
ta raza justamente condenada un pueblo tan
numeroso, que viene a ocupar la vacante que
dejaron los ngeles [cados]. Y as, esta Ciu
dad amada y soberana, lejos de verse defrau
dada en el nmero de ciudadanos, se regoci
ja de reunir quiz un nmero ms crecido.7
Siendo Jesucristo la Cabeza de la Iglesia,
que es su Cuerpo (Ef1,2223) como declara
el Apstol, con mucha claridad y sentido teol
gico, y ya que el Cuerpo no puede subsistir se
parado de la Cabeza, nosotros, en cuanto miem
bros suyos, tambin ingresaremos en la Morada
celestial.8 Su Ascensin es la garanta de que se
guiremos el mismo camino: en el da del Juicio
Final retomaremos nuestro cuerpo en estado
glorioso y subiremos al Cielo, al encuentro del
Seor, por los aires (1Ts4,17). La realizacin
de esta promesa es una cuestin de tiempo. Con
todo, si el tiempo existe para nosotros en la vi
da presente y nos hace sentir la tardanza, des
aparece despus de la muerte y, ante la eterni
dad, dicho intervalo no significa ni siquiera un
abrir y cerrar de ojos. Que ese destino sea pa
ra nosotros un motivo de alegra y entusiasmo,
conforme a la peticin de la Oracin Colecta:
Concdenos, Dios todopoderoso, exultar de
gozo y darte gracias en esta liturgia de alabanza,
porque la Ascensin de Jesucristo, tu Hijo, es ya
nuestra victoria, y donde nos ha precedido l,
que es nuestra Cabeza, esperamos llegar tam
bin nosotros como miembros de su Cuerpo.9
II La Ascensin indica nuestro

fin y los medios para alcanzarlo
Muchos seran los aspectos dignos de anlisis

en la rica liturgia de esta solemnidad, pero fije
mos la atencin en algunos de los que no hemos
comentado todava.10
En el pasaje de los Hechos de los Apstoles

escogido como primera lectura (Hch1,111),
SanLucas, habiendo contado ya la vida pbli
ca de Jess en su Evangelio, se dispone a narrar
el desarrollo de la Iglesia naciente, comenzan
do por algunos episodios ocurridos en el pero
do de los cuarenta das que Jess estuvo en la
tierra despus de su Resurreccin. De sus apa
riciones nos han quedado los relatos que los
evangelistas hicieron, entre ellos los del propio
SanLucas; si bien es cierto que no fueron las
nicas, pues no sera razonable que resurgiendo
con tamaa gloria slo se manifestase las pocas
veces registradas en las Escrituras.
Son conocidas las narraciones contenidas en
revelaciones particulares a las cuales, aun
que no pertenecen al depsito de la fe, se les
puede dar crdito, pues ilustran legtimamen
te nuestra piedad, como las de la Venerable
Sor Mara de Jess de greda o las de la Bea
ta Ana Catalina Emmerik.11 Segn esta ltima,
el divino Maestro se le apareci resplandecien
te y silencioso a Simn de Cirene, como recom
pensa por haberlo ayudado a llevar la cruz, y a
diversas personas de Beln y Nazaret, con quie
nes l o su Madre Santsima tuvieron cierta fa
miliaridad. Jess tambin estuvo mucho tiem
po con los Apstoles, los discpulos y las Santas
Mujeres que se entristecan al darse cuenta
de que estaba prximo el instante de la separa
cin, para transmitirles las ltimas ensean
zas antes de partir.
De acuerdo con SanLucas, algunos apsto
les preguntaron si haba llegado la hora de la
restauracin del reino de Israel (cf.Hch1,6).
Aunque eran testigos de un milagro tan porten
toso como la Resurreccin, persistan en su vi
sin poltica y naturalista del Seor, y queran
saber si, por fin, veran la conquista de la supre
maca del pueblo judo sobre los dems. Enton
ces, Jess les respondi: No os toca a vosotros
conocer los tiempos o momentos que el Padre
ha establecido con su propia autoridad; en cam
bio, recibiris la fuerza del Espritu Santo que
va a venir sobre vosotros (Hch1,78). En se
guida, se elev a la vista de todos, probablemen
te envuelto en una luz maravillosa.
Y despus de la Ascensin?
Imaginemos la alegra en el Cielo, el gran
homenaje de la Santsima Trinidad a Cristo
Hombre y a todos los justos del Antiguo Tes
Mayo 2015 Heraldos
Reproduccin
tamento que, por los mri

tos infinitos de la Pasin,
entraban en la Patria ce
lestial. Mientras las co
hortes anglicas se llena
ban de jbilo y cantaban,
en la tierra los discpu
los mantenan la mira
da fija en aquel punto que
iba desapareciendo, has
ta que una nube le ocul
t a sus ojos (cf.Hch1,9).
A continuacin se les apa
recieron dos ngeles, por
tadores de un mensaje:
Galileos, qu hacis ah
plantados mirando al cie
lo? El mismo Jess que
ha sido tomado de entre
vosotros y llevado al Cie
lo, volver como lo habis
visto marcharse al Cielo
La Ascensin del Seor, por Giotto di Bondone
(Hch1,11).
Capilla Scrovegni, Padua (Italia)
Es posible que esta pro
mesa volver les diera la idea de que el re problemas concretos que se acaban en esta vida
torno sera al da siguiente o en una semana. Sin y no nos interesamos por conseguir un buen lu
embargo, ya suman casi dos mil aos desde que gar en la otra. Lo normal es que el que va a em
Jess ascendi rodeado de gloria y todava no ha prender un viaje quiera conocer el hotel don
regresado... SanAgustn explica cmo sucede de se va a hospedar. Recordemos, no obstante,
r esto, el da del Juicio: El mismo Jess que ha que existe un albergue eterno llamado infier
sido tomado de entre vosotros y llevado al Cielo, no, mucho ms incmodo que cualquier terri
volver como lo habis visto marcharse al Cielo. ble situacin por la que podamos pasar en la
Qu significa que volver como? Que ser juez tierra. As, al contemplar la Ascensin de Je
en la misma forma en que fue juzgado. Visible s ss, tengamos amplitud de horizontes y busque
lo a los justos, visible tambin para los malvados, mos merecer una eternidad feliz, como advier
vendr para ser visto por justos y malvados. Los te el Papa BenedictoXVI: Como actitud de
malvados podrn verlo, pero no podrn reinar fondo para el tiempo intermediario, a los cris
con l.12 En esta perspectiva, hemos de mante tianos se les pide la vigilancia. Esta vigilancia
ner la atencin centrada en los ltimos aconteci significa, de un lado, que el hombre no se en
mientos de nuestra vida muerte, juicio, infierno cierre en el momento presente, abandonndose
o Paraso, conforme el consejo del Eclesistico: a las cosas tangibles, sino que levante la mirada
En todas tus acciones ten presente tu final, y as ms all de lo momentneo y sus urgencias.13
jams cometers pecado (7,36).
En consecuencia, abramos el alma a las ltimas
Si nos dicen que de aqu a un mes vamos a enseanzas del Hijo de Dios consignadas por
viajar a algn pas lejano, comenzaramos a or SanMarcos y recogidas en la liturgia de hoy.
ganizar la salida con antelacin para tenerlo to
Qu es evangelizar?
do a punto: vestuario, medicinas, dinero, docu
15b
mentos... Sin embargo, el viaje que haremos
Id al mundo entero y proclamad el
va a ser ms largo y no volveremos! Por lo tan Evangelio a toda la Creacin.
to, es indispensable que lo preparemos de ma
nera adecuada. Actuamos como unos insensa
Qu entendemos por proclamad el Evange
tos cuando nos preocupamos nicamente de los lio? Sabemos que Jess no dej nada escrito, ni
Galileos,
qu hacis
ah plantados
mirando al
cielo? El
mismo Jess
que ha sido
tomado de
entre vosotros
y llevado
al Cielo,
volver
del Evangelio13
Quien
contempla
algo
esplendoroso
fcilmente
se eleva
hasta Dios
siquiera una nota, cuando podra haber redacta

do textos de extraordinario valor. Qu sera la
obra de un Dante Alighieri, un Cames o un Cal
dern de la Barca al lado de su divina literatura?
En los Evangelios consta que slo escribi una
vez, y sobre la arena (cf.Jn8,6.8), pues uno de
sus objetivos era constituir una obra y, ms all
de cualquier libro, tener modelos, tipos humanos
para realizar una accin directa, de persona a
persona. Es lo que l hizo: fund la Iglesia, insti
tucin inmortal que se basa ms en el apostolado
personal y en la accin de presencia que en una
produccin intelectual. La doctrina es importan
te, pero, por s misma, no es suficiente para con
vertir a las almas, porque la letra mata, mien
tras que el Espritu da vida (2Co3,6). Luego es
necesario que sea difundida por el mundo ente
ro, mediante la envoltura del Evangelio, es de
cir, los principios hechos vida.
Ms an, SanMarcos es el nico de los evan
gelistas que afirma que el Seor dio el mandato
de llevar la Buena Nueva a toda la Creacin,
lo que abarca no slo a los hombres, sino tam
bin a los minerales, vegetales, animales e in
cluso a los ngeles. A primera vista, juzgara
mos que el Evangelio va destinado solamente a
los seres humanos, pues cmo predicarlo, por
ejemplo, a una reja, a un paisaje o a una ban
dada de aves? La universalidad del anuncio se
vincula a que todo fue concebido en funcin
del Hombre Dios. El Verbo es la causa eficien
te, la causa ejemplar y la causa final de toda la
Creacin (cf.Col1,1617). De l parte y pa
ra l tiene que volver su obra. De este modo,
nuestra actuacin, en cuanto bautizados, debe
pretender el disponer de todas las cosas tenin
dolo como centro. Entonces, predicar el Evan
gelio a una reja implica hacerla bella y al mismo
tiempo funcional, a fin de que d gloria a Dios
por el hecho de existir. La belleza es uno de los
Cf. DALGAL, OFMCap, Giro

lamo. Beato PioX, Papa. Pado
va: IlMessaggero di S.Antonio,
1951, p.402.
GONZLEZ ARINTERO, OP,
Juan. Evolucin mstica. Salaman
ca: SanEsteban, 1989, pp.41-42.
TURRADO, Lorenzo. Biblia Comentada. Hechos de los Apstoles y Epstolas paulinas. Madrid:
BAC, 1965, v.VI, p.569.
reflejos ms notables y penetrantes de la exis

tencia de Dios y quien contempla algo esplen
doroso fcilmente se eleva hasta l. Para lle
var el Evangelio a toda la Creacin es necesario
abrazar la via pulchritudinis, uno de los medios
ms eficaces para propagar las maravillas tra
das al mundo por Cristo. Esto significa sacrali
zar los gestos, el modo de comportarse o de eje
cutar cualquier tarea, desde cultivar la tierra de
manera que obtengamos los frutos de aspecto
atrayente, hasta erigir edificios de acuerdo con
padrones inspirados en el Evangelio. En una
palabra, es querer que la tierra se transforme en
un verdadero Paraso.
Llamados a ser modelo para el prjimo

La Solemnidad de la Ascensin nos pone de
lante de la responsabilidad recibida en el da
del Bautismo: la de ser verdaderos apstoles,
pues no somos criaturas independientes del or
den del universo, sino que hemos sido dados
en espectculo pblico para ngeles y hombres
(1Co4,9). Vivimos en sociedad, en continua
relacin con otras personas, con nuestra familia
y amigos, en el ambiente de trabajo y en donde
nos movemos. Por eso, tanto en el hogar como
en una comunidad religiosa, nos acompaa la
obligacin sersima, sublime y grandiosa de ser
modelo para los dems. Cada uno es llamado a
representar algo de Dios que no le compete a
ninguna otra criatura, sea ngel u hombre. Pre
dicar el Evangelio no es slo ensear, tambin
es dar buen ejemplo, ms elocuente que cual
quier palabra. En la vida religiosa o en el seno
de la familia, todos deben tratar de vencer sus
malas inclinaciones y edificar al prjimo, bus
cando su santificacin.
As como SanPablo deseaba despertar en los
efesios la esperanza de alcanzar un da la gloria,
la Iglesia, a travs de la liturgia, quiere que sin
Cf. SANTO TOMS DE AQUI

NO. Suma Teolgica. III, q.57, a.2.
Cf. dem, q.52, a.4, ad1; a.5, ad3.
Cf. dem, q.57, a.6.
SAN AGUSTIN. De Civitate Dei.

L.XXII, c.1, n.2. In: Obras.
Madrid: BAC, 1958, vols.XVIXVII, p.1627.
Cf. SANTO TOMS DE AQUI

NO, op.cit., q.57, a.6.
SOLEMNIDAD DE LA ASCEN
SIN DEL SEOR. Oracin
Colecta. In: MISAL ROMANO.
Texto unificado en lengua espa
ola. Edicin tpica aprobada por
la Conferencia Episcopal Espa
ola y confirmada por la Con
gregacin para el Culto Divi
no. 17.ed. SanAdrin del Bess
(Barcelona): Coeditores Litrgi
cos, 2001, p.347.
Gustavo Kralj
Los santos adoran a Cristo resucitado, por Fra Anglico

Detalle de la Pedrela de Fiesole (copia), Museo de San Marcos, Florencia (Italia)
tamos en el fondo del alma lo que Dios ha pre

parado para nuestro deleite eterno, conquista
do por Jess el da de su Ascensin. De qu
sirven las aflicciones terrenas por cosas transi
torias? De qu sirve gozar de los placeres que
el mundo puede ofrecer? Acumular hono
res, aplausos, beneficios para luego dejarlo to
do cuando llegue el momento de marcharse y
presentarnos con las manos vacas delante de
Dios? Aprovechemos esta solemnidad para ha
cer el firme propsito de renunciar totalmente
a cualquier apego al pecado que nos aparte de
ese objetivo y nos quite la esperanza a la que
os llama, [...] la riqueza de gloria que da en he
rencia a los santos. A ese respecto, cabe des
tacar este consejo de SanAgustn: Piensa en
Cristo sentado a la derecha del Padre; piensa
en que ha de venir a juzgar a vivos y a muertos.
Pinselo la fe; la fe radica en la mente, la fe est
en los cimientos del corazn. Mira quin muri
10
Para otros comentarios sobre es

te tema, vase: CL DIAS, EP,
Joo Scognamiglio. La Ascen
sin del Seor. In: Heraldos del
Evangelio. Madrid. N.46 (Ma
yo, 2007); pp.12-19; Comentario
al Evangelio de la Solemnidad de
la Ascensin CicloA y CicloC,
en los volmenes I yV, respecti
vamente, de la coleccin Lo indito sobre los Evangelios.
11
por ti; mralo cuando asciende y malo cuando

sufre; mralo ascender y afrralo en su muerte.
Tienes una prenda de tan grande promesa, he
cha por Cristo: lo que l ha hecho hoy, su As
censin, es una promesa para ti. Debemos te
ner la esperanza de que nosotros resucitaremos
y ascenderemos al Reino de Dios, y all hemos
de estar por siempre con l, hemos de vivir sin
fin, alegrarnos sin tristeza y permanecer sin mo
lestia alguna.14
Que la fe y la esperanza alimenten nuestra
alma en el arduo camino del cristiano de nues
tros das, y con esta llama siempre encendida
enfrentaremos las adversidades. El mandato de
evangelizar nos invita a subir msticamente con
Jesucristo a la Patria eterna, a donde iremos en
cuerpo y alma despus de la resurreccin. Pida
mos por medio de Aquella que fue asunta a los
Cielos, Mara Santsima, que seamos all condu
cidos, celebrando exultantes este misterio.
Cf. MARA DE JESS DE

GREDA. Mstica Ciudad de
Dios. Vida de Mara. P.II, l.VI,
c.28, n.1496. Madrid: Fareso,
1992, p.1088; BEATA ANA CA
TALINA EMMERICK. Visiones
y revelaciones completas. Visiones del Antiguo Testamento. Visiones de la vida de Jesucristo y de su
Madre Santsima. Buenos Aires:
Guadalupe, 1954, t.IV, p.242.
12
SAN AGUSTN. Sermo

CCLXV/F, n.3. In: Obras. Ma
drid: BAC, 1983, v.XXIV, p.720.
13
BENEDICTO XVI. Jess de Nazaret. Desde la Entrada en Jerusaln hasta la Resurreccin. Madrid:
Encuentro, 2011, p.333.
14
SAN AGUSTN. Sermo

CCLXV/C, n.2. In: Obras,
op.cit., v.XXIV, p.704.
Mayo 2015 Heraldos
El mandato
de evangelizar
nos invita
a subir
msticamente
con Jesucristo
a la Patria
eterna
del Evangelio15
La serena e irreversible victo

Despus de perseguida y oprimida, la Iglesia sale de las catacumbas con
una organizacin perfecta y acabada. Cmo fue posible?
Un refugio seguro para celebrar

los sagrados misterios
No es difcil imaginarnos las som
bras furtivas de aquellos fervorosos
cristianos deslizndose, al caer la no
che, a travs de la entrada a la cata

cumba, constituida exclusivamente
por un agujero en el suelo. Y mien
tras en la superficie de la capital de
los csares la corrompida sociedad
romana se entregaba a sus libertinos
placeres, bajo los pies de los tiranos
pequeas comunidades se reunan
para escuchar la Palabra de Dios y
participar en la liturgia eucarstica...
Las residencias de los nobles con
vertidos servan habitualmente co
mo lugar de encuentro de los pri
mitivos cristianos; pero cuando la
persecucin se volvi ms violenta y
la polica imperial ms ensaada, se
vieron forzados a buscar un refugio
seguro para realizar sus santas cere
monias: lo encontraron, sin duda, en
las catacumbas.
Victor Toniolo
ocos son los que no ha

brn odo hablar de las ca
tacumbas de Roma y mu
chos los que ya las han
recorrido. Visitadas diariamente por
miles de personas esas galeras subte
rrneas ejercen una misteriosa atrac
cin y producen en los peregrinos una
honda e inolvidable impresin.
En medio de la penumbra de
aquellos estrechos laberintos, algu
nos excavados a ms de 20 metros de
profundidad, el observador atento es
sorprendido a cada paso por las cavi
dades rectangulares abiertas a lo largo
de las paredes, sobre las cuales a veces
se encuentran inscripciones, nombres
o dibujos: son las tumbas de los cris
tianos, muchos de ellos mrtires, que
dan elocuente testimonio de un pasa
do heroico, sellado con la sangre de
los que nos han precedido en la fe.
En varios puntos los pasillos se di
latan, dando lugar a exiguos aposen
tos, decorados con rudimentarios
frescos, y en cuyo centro se ve un al
tar. Reina en el ambiente un impon
derable de piedad y recogimiento,
cortado slo por la voz del gua: Es
ta sala serva de capilla y sobre ese
altar los Papas celebraban la Misa.
Hna. Clara Isabel
Dichos cobijos eran cedidos a

la Iglesia por la generosidad de los
fieles ms acomodados, dueos de
vastas necrpolis de la gen a la que
pertenecan, que las ponan a dispo
sicin para celebrar en ellas los sa
grados misterios y dar digna sepultu
ra a los cuerpos de los que caan bajo
los golpes de la crueldad pagana.
As, en el primer siglo, Flavia Do
mitila abri una cmara mortuoria,
conocida como el hipogeo de los Fla
vios, destinada a los integrantes de
su familia que haban abrazado la
fe, y ms tarde don amplias gale
ras funerarias a sus ex esclavos, con
vertidos en hermanos suyos en el or
den de la gracia. En ese mismo siglo,
la dama Comodila ofreci una de
sus fincas, situada en la Va Ostien
No es difcil
imaginarnos las
sombras furtivas
de aquellos
fervorosos cristianos
deslizndose, al
caer la noche
Uno de los pasillos de la catacumba de
Santa Domitila, Roma
La iglesia de San Lucas y San Martn,

vista desde el Foro de Csar; en primer
plano, ruinas del templo de Venus
Morazzani Arriz, EP
se, para acoger los restos de los mr
tires, entre los que descans durante
mucho tiempo el cuerpo del apstol
Pablo. Algo ms tarde, en el sigloII,
Pretextato, de la estirpe de los Ceci
lios, cedi un terreno donde exista
una antigua tumba, para que sirvie
ra de cementerio cristiano.
Una realidad nueva,

de carismtico poder
El ncleo de los fieles en la Ciu
dad Eterna formaba una minora
que, sin embargo, no haca ms que
crecer a lo largo de los aos. La in
vencible Roma, bajo cuyo desptico
podero se haban doblegado todos
los pueblos circundantes, vea cmo
iba surgiendo en su seno una reali
dad nueva, dotada de carismtico
poder, que atraa a gente de todas las
clases, edades y condiciones: nios
inocentes, frgiles vrgenes, mseros
esclavos, nobles matronas, valientes
soldados, magistrados, intelectuales
de fama... Todos ellos, movidos por
la misma fe, no temieron enfrentar
el paganismo dominante y llegaron a
desafiar la idolatra a los pies de sus
repugnantes altares.
Obligados a vivir en medio de
aquella sociedad impregnada de in
justicia e inmoralidad, pasaban por si
tuaciones difciles en las cuales eran
objeto de desprecio, burlas y calum
nias cuando no de una denuncia
formal a las autoridades, con el con
secuente martirio, incluso de ami

gos y parientes. Muchas profesiones,
enumeradas por SanHiplito1 en una
de sus obras, eran consideradas por
entonces incompatibles con los prin
cipios asumidos en el Bautismo: es
cultor, pintor, actor de teatro, pro
fesor, gladiador, guardin de dolos,
entre otras. Negarse a ejercerlas equi
vala a exponerse al peligro...
A menudo el riesgo se presentaba
en la intimidad del hogar. Por ejem
plo, si algn miembro de una fami
lia manifestaba su adhesin al cris
tianismo, era desheredado o incluso
traicionado por los suyos. Por lo tan
to, hasta en las circunstancias ms
comunes de la vida se les exiga a los
cristianos una ardua fidelidad.
Varones de profunda virtud

y sabidura
Aun siendo perseguida de todas
las maneras posibles por los enemi
gos de la fe, y teniendo que ocultarse
muchas veces en la oscuridad de las
catacumbas, la Iglesia de los prime
ros tiempos floreca y daba esplendo
rosos frutos en las costumbres, en las
instituciones y en el arte. Sin embar
go, no parece que este aspecto, quiz
no suficientemente destacado toda
va por los estudiosos e historiado
res, merezca menos atencin que la
heroica gesta de los mrtires.
Inspirados por el Espritu San
to, los dignos pastores que goberna
La invencible Roma
vea cmo iba surgiendo en su seno
una realidad nueva,
dotada de carismtico poder que atraa
a gente de todas las
edades y condiciones
ron la Iglesia de Roma ya conside
rada por entonces la madre de todas
las iglesias fortalecieron la discipli
na eclesistica y contribuyeron eficaz
mente a enriquecer la liturgia. Eran
varones de profunda virtud y sabidu
ra, as como de pulso firme, capaces
de conservar la serenidad necesaria
para, en mitad de la tormenta que ru
ga en el exterior, asentar las piedras
del hermoso edificio espiritual funda
do por Cristo en lo alto de la cruz.
De ese modo, en un remoto anti
cipo de lo que seran las futuras pa
rroquias, SanEvaristo (c.96c.105),
cuarto sucesor de SanPedro, orga
niz las comunidades de la ciudad
en ms de veinte iglesias domsticas,
confiando a los presbteros la asisten
cia sacramental de las mismas. Por
otra parte, invisti a siete diconos en
Mayo 2015 Heraldos
del Evangelio17
Timothy Ring
ria de la fe
Aquellos Papas
eran varones de
profunda virtud y
sabidura capaces
de asentar las
piedras del hermoso
edificio espiritual
fundado por Cristo
aliaba a su vasta cultura una piedad

tierna y profunda. De hecho, el Liber
Pontificalis narra que antes de subir al
Papado haba sido anacoreta en Gre
cia o en Palestina. Su especial devo
cin al misterio de la Encarnacin del
Verbo lo llev a instituir la celebracin
de la Misa en la noche de Navidad y
a ordenar que en esa ocasin se can
tase el himno Gloria in excelsis Deo.
Asimismo instituy a nivel litrgico
la costumbre heredada de los Apsto
les de guardar ayuno y abstinencia du
rante el perodo de Cuaresma.6
SanHiginio (136140) emple
los cuatro aos de su breve pontifi
cado en restaurar algunos puntos de
la disciplina que haban cado en re
lajamiento o desuso. Reorganiz las
funciones en la jerarqua eclesisti
ca, instituy las rdenes menores y
estableci el orden de precedencia
entre los miembros del clero.7
SanPoI (141154) se preocup
en combatir el descuido en la cele
bracin del Santo Sacrificio, decre
tando severas sanciones a los sa
cerdotes que tratasen con alguna
negligencia el Cuerpo adorable y la
Sangre preciosa de Jesucristo.8 Su
apostlico celo lo condujo a escri
bir varias cartas de exhortacin a los
fieles, dos de las cuales se conservan
todava. Finalmente, fue quien sea
l el da en que deba celebrarse la
Pascua: el primer domingo despus

del plenilunio de marzo.
Al igual que sus antecesores,
SanAniceto (154166) y SanSotero
(166174) contribuyeron en la obra
de edificacin de la Iglesia, sea co
rrigiendo aspectos de la liturgia o
de las costumbres, sea con la humil
dad, mansedumbre y caridad de las
que dieron muestras. Sobre el segun
do, merece especial mencin el elogio
que le dedic Dionisio, entonces obis
po de Corinto, en una carta dirigida
a los fieles de Roma: Desde el prin
cipio tenis esta costumbre, la de ha
cer el bien de mltiples maneras a to
dos los hermanos y enviar provisiones
por cada ciudad a muchas iglesias; [...]
costumbre que vuestro bienaventu
rado obispo Sotero no solamente ha
mantenido, sino que incluso la ha in
crementado, suministrando, por una
parte, socorros abundantes para en
viar a los santos, y, por otra, como pa
dre que ama tiernamente a los suyos,
consolando con afortunadas palabras
a los hermanos que llegan a l.9
Una organizacin perfecta

y acabada
Por todo ello, el Prof.Plinio Co
rra de Oliveira comenta que cuan
do en el 313 el emperador Constan
tino proclam el Edicto de Miln,
que pona fin a la persecucin a los
Fotos: Victor Toniolo.
la funcin de velar junto con el obispo

por la conservacin de la sana doctri
na durante la predicacin, dando ori
gen a lo que ms tarde vendra a ser el
Colegio Cardenalicio.2
SanAlejandro (c.105c.115) in
trodujo en la Misa la mencin a la
Pasin del Seor, con las palabras
Qui pridie quam pateretur que pre
ceden a la Consagracin. A l se de
be la costumbre de asperger con
agua bendita las residencias de los
cristianos.3 En una exhortacin que
se le atribuye, leemos: Bendecimos
agua mezclada con sal, a fin de que,
por la aspersin de esa agua, todos
sean santificados y purificados: lo
cual ordenamos a todos los sacer
dotes que igualmente lo hagan. [...]
En efecto, si el contacto con las ves
tiduras del Salvador bastaba, eso no
podemos dudarlo, para curar enfer
medades, qu virtud ms grande no
sacan, de sus propias palabras, los
elementos, para curar el cuerpo y el
alma de la pobre humanidad!.4
SanSixto (c.115c.128), su suce
sor, estableci ciertas reglas canni
cas como, por ejemplo, que los vasos
sagrados slo podan ser tocados por
los clrigos. Tambin a l se debe la
institucin del canto del Sanctus al
principio del Canon de la Misa.5
SanTelsforo (c.128c.136), el si
guiente en ocupar el solio pontificio,
Los Papas SanEvaristo, SanAlejandro, SanSixto, SanTelsforo, SanHiginio,

SanPoI, SanAniceto y SanSotero - Baslica de SanPablo Extramuros, Roma
cristianos, la Iglesia perseguida, pi

soteada, oprimida, derramando san
gre por todos los poros, sale de las
catacumbas y comienza a vivir en li
bertad, y ya con una organizacin
perfecta y acabada: tiene una jerar
qua, tiene un derecho propio, tiene
todas las estructuras montadas, tie
ne una liturgia definida y tiene un
depsito de doctrina establecido.10
La Iglesia Catlica se consolida
ba como la primera entidad de carc
ter universal existente hasta enton
ces, pues todas la religiones y todas
las organizaciones se circunscriban
a las fronteras de su propio Estado.
Pastores y vigas
de la Casa de Dios
Gustavo Kralj
Con todo, adems de las violentas

persecuciones por parte de los empe
radores, aquellos sabios pastores se
enfrentaron a otro enemigo, tal vez
ms nocivo an para su grey, preci
samente por haber surgido en el seno
mismo de la Iglesia: la hereja. En el
perodo apostlico este terrible adver
sario ya haba empezado a infiltrarse a
hurtadillas, mediante falsas doctrinas
o desvos ideolgicos, como las de la
gnosis o del nicolasmo, combatidas,
sobre todo, por SanJuan Evangelis
ta (cf.1Jn2,18-20; 4,1-6; Ap2,6.15).
El verdadero padre de los herejes
fue Simn el Mago, cuya accin re
uni las doctrinas ms extravagantes

a las teoras gnsticas, arrastrando
por sus sortilegios a muchos secua
ces que se denominaban simonianos,
llevndolos a adorarlo como un se
midis. Ese pionero del gnosticismo
encontr en el mismo apstol Pedro
a su principal contendiente, como es
narrado en los Hechos de los Aps
toles (cf.Hch8,9-13.18-24).
Ms tarde se levant Cerinto, que
empez a difundir entre los fieles
una ideologa dualista, inspirada en
la filosofa griega, segn la cual Je
ss, hombre verdadero, se uni, en el
instante del Bautismo, al mediador
entre Dios y el mundo, Cristo, que
lo abandonara en el momento de
la Pasin. Poco tiempo despus, Sa
turnino y Cerdn, en Siria, llevaran
ms lejos las teoras gnsticas, al pre
tender que Cristo era un en divino
que haba venido para redimir a los
hombres, ensendoles el verdadero
conocimiento y la abstencin del ma
trimonio y de la concepcin de hijos.
Ms peligrosos an fueron los
gnsticos provenientes de Alejan
dra: Baslides y Valentn. Ambos,
de modos algo diferentes, se basa
ban en el pantesmo, en la existen
cia del principio del bien y del mal,
y defendan la tesis de que Jess era
un espritu que haba venido en for
ma aparente para restablecer el or
den en el mundo de los eones y li

brarlos del poder del mal. Mientras
los basilidianos realizaban sesiones
de magia y solan usar amuletos, los
valentinianos se decan hombres es
pirituales, que no necesitaban re
dencin y, por tanto, autorizados a
llevar una conducta inmoral.
Tambin otros grupos de menor
importancia predicaban doctrinas
similares y se entregaban a autnti
cos escndalos morales, so pretexto
de gozar de la libertad de los perfec
tos. Eran los ofitas, los naasenos, los
setitas, los peratas, los cainitas y los
discpulos de Carpcrates.
Posteriormente lleg a Roma un
cristiano oriundo de las regiones del
Ponto, llamado Marcin, trayendo una
doctrina reformadora. Considera
ba que la Iglesia se haba desviado del
verdadero espritu de Cristo y cre su
propia iglesia, con obispos y sacerdo
tes, rebelndose contra la propia je
rarqua. Su ideologa se centraba en la
oposicin del Dios justiciero del Anti
guo Testamento a Cristo, el Dios del
amor del Nuevo Testamento que haba
venido para ensear a los hombres la
verdadera doctrina, pero que fue cru
cificado por orden del Dios colrico.
Un nuevo enemigo, que acabara
causando grandes estragos y provo
cando muchas divisiones entre los fie
les, surgi de forma inesperada en la
El verdadero padre
de los herejes fue
Simn el Mago,
cuya accin reuni
las doctrinas ms
extravagantes a las
teoras gnsticas
Simn el Mago es derribado por
SanPedro, por Benozzo Gozzoli Museo
Metropolitano de Arte, Nueva York
Mayo 2015 Heraldos
del Evangelio19
Franois Boulay
El mensaje era claro,

contundente, irrevocable: En el mundo
tendris luchas;
pero tened valor:
yo he vencido al
mundo (Jn16,33)
Cristo Rey - Fresco de la baslica de Nuestra
Seora de la Consolacin, Carey (EE.UU.)
persona del nefito Montano. Empe

z este hombre a predicar un rigoris
mo exagerado, por el que obligaba a
sus seguidores a abstenerse del uso del
matrimonio, a observar el ms austero
ayuno y a no slo desear con ardor el
martirio, sino a exponerse voluntaria
mente a l. Adems proclamaba que
no haba perdn para determinados
pecados ms graves como la aposta
sa, el adulterio o el homicidio.
Contra tantos heresiarcas que re
presentaban una amenaza para la or
todoxia y la unidad de la joven Iglesia
de los siglosI yII, supieron oponerse
los Obispos de Roma, como verda
deros vigas de la Casa de Dios, reba
tiendo vigorosamente aquellas inter
minables aberraciones doctrinarias y
expulsando de la comunidad a los re
calcitrantes.
Cerinto, por ejemplo, fue expul
sado de la Iglesia por los propios
Apstoles; SanHiginio excomulg a
Cerdn, que supuestamente haba ad
jurado de sus errores, pero que conti
1
Cf. SAN HIPLITO DE RO

MA. Tradicin Apostlica,
n.16.
Cf. LOOMIS, Louise Ropes

(Ed.). Liber Pontificalis, n.6.
New York: Columbia Univer
sity Press, 1916, v.I, pp.9-10.
Cf. dem, n.7, pp.10-11.
nuaba ensendolos secretamente; y

SanAniceto conden a Montano.
La primera medida fue excluir de
la comunidad de los fieles a los jefes
gnsticos y sus principales seguidores.
[...] La segunda tena un carcter posi
tivo. Se tomaron disposiciones radica
les para la instruccin slida y comple
ta. [...] El tercer medio fue sealar de
una manera definitiva los libros inspi
rados por Dios, lo que comenz a lla
marse canon de la Sagrada Escritura.11
Yo he vencido al mundo
Ante el espectculo de aquellos va
rones que incluso con riesgo de caer
en cualquier momento en las manos
de los verdugos o en las garras de las
fieras continuaban estructurando la
doctrina y organizando la vida inter
na de la Iglesia, se hace evidente c
mo, ms all de los elementos huma
nos, la accin del Espritu Santo se
senta fuerte, vigorosa, y se dira casi
avasalladora, sobre la Iglesia naciente,
soplando en las almas de los fieles, y
SAN ALEJANDROI. Epist.I,

c.V, apud GAUME. A gua
Benta. Requio: Boa Nova,
2002, pp.89-90.
Cf. LOOMIS, op.cit., n.8,

pp.11-12.
Cf. dem, n.9, pp.12-13.
Cf. dem, n.10, pp.13-14.
sobre todo de sus guas, la inquebran

table confianza en el triunfo final.
Aquel mismo Consolador que ha
ba inspirado a SanPablo a excla
mar: Doy gracias a Dios, que siem
pre nos asocia a la victoria de Cristo
(2Co2,14), y diriga la pluma del dis
cpulo amado para escribir: Lo que
ha conseguido la victoria sobre el
mundo es nuestra fe (1Jn5,4), lle
vaba a los primeros cristianos a atra
vesar impertrritos todos los aprietos
y tempestades que sobre ellos se aba
tieron, seguros de ser miembros de un
Cuerpo Mstico cuya Cabeza, poco
antes de ser coronada de espinas, ha
ba declarado ante la autoridad pbli
ca: T lo dices: soy rey (Jn18,37).
Para ellos y tambin hoy para no
sotros, dos mil aos despus, as como
para todos los que an han de creer
en Jess por la palabra de los discpu
los el mensaje era claro, contunden
te, irrevocable: En el mundo tendris
luchas; pero tened valor: yo he vencido
al mundo (Jn16,33).
GURIN, Paul. Les petits Bollandistes. Vies des Saints.

Pars: Bloud et Barral, 1876,
t.VIII, p.242.
VELASCO DELGADO, OP,
Argimiro. Eusebio de Cesarea. Historia Eclesistica. Ma
drid: BAC, 1973, v.I, p.249.
10
CORRA DE OLIVEIRA,
Plinio. Conferencia. So
Paulo, 10/7/1967.
11
LLORCA, SJ, Bernardino.

Historia de la Iglesia Catlica.
Edad Antigua. Madrid: BAC,
1950, t.I, p.219.
El santo francs
que no era francs
Hno. Sebastin Correa Velsquez, EP
ijo de un oficial del ejrci

to romano, SanMartn de
Tours naci en el ao 316
en Savaria, en la actual Hungra. Aun
que sus padres eran paganos, conoci
el cristianismo a los 10 aos de edad
y deseaba recibir el Bautismo. Pero a
eso se opona su padre, que se lo lle
vaba con l en sus misiones milita
res. Obligado por ste, se alist a los
15 aos en una unidad de la caballera
imperial al servicio de la cual pis por
primera vez el suelo de la Galia.
Soldado, monje y obispo

En tierras francesas fue donde
ocurri el episodio decisivo de su vi
da. Tena 18 aos y era an catec
meno cuando, mientras cabalgaba,
se top con un mendigo que tiritaba
de fro. Cogi su espada, cort en dos
su capa de legionario y le dio una mi
tad al pobre necesitado. Por la noche
se le apareci en sueos Jesucristo cu
bierto con aquel trozo del manto y le
agradeci haberle calentado ese da.
Revigorizado con esa insigne gracia
se apresur a recibir el Bautismo.
Bajo la proteccin de SanHila
rio, obispo de Poitiers, fund en las
proximidades de esta ciudad la pri
mera comunidad monstica de Fran
cia, en la cual estuvo cerca de quince

aos estudiando la Sagrada Escritu
ra y haciendo incansable apostolado
en la regin circunvecina.
De se su amado recogimiento
fueron a sacarlo los fieles de la Civitas Turonorum (actual Tours): contra
su voluntad, fue elegido obispo de
esa dicesis en el 371, a los 55 aos
de edad. A partir de Tours irradi la
doctrina cristiana por toda la Galia
hasta el ao 397, cuando march al
Cielo, a los 81 aos.
Monje, obispo y misionero,
SanMartn es el primer santo no
mrtir de la historia de la Iglesia.
No lo llam Dios a dar la vida en
tre las garras y los dientes de las fie
ras, ni bajo el golpe de la espada o
del hacha, sino a derramar la sangre
del alma, sin escatimar esfuerzos al
servicio del prjimo. En esto revel
ser un autntico hroe de la fe y una
de las figuras ms destacadas de la
religiosidad y de la cultura francesa.
Me har bautizar...
Hasta alrededor del 496, Clodo
veo, rey de los francos, se mostr rea
cio en instruirse en la doctrina cristia
na, a pesar de las suaves insistencias
de su esposa, SantaClotilde. Cambi
Francisco Lecaros
Aunque naci en la actual Hungra, sus devotos

consideran a SanMartn de Tours el santo francs
por excelencia. A qu se debe eso?
San Martn de Tours,
por el Maestro de Fonollosa - Museo
Episcopal de Vic (Espaa)
de opinin en la batalla de Tolbiac al

ver a su ejrcito a punto de ser derro
tado por los alamanes. Tras invocar
en vano el auxilio de todos los dioses
paganos de la guerra, se acord del
Dios de su esposa e hizo esta prome
sa: Dios de Clotilde, si me concedes
la victoria, me har bautizar. Logr
la victoria y recibi el Bautismo junto
con tres mil guerreros francos.
Once aos despus, en esta oca
sin en guerra contra AlaricoII, rey
arriano de los visigodos, peregrin
hasta la tumba del santo obispo pa
ra pedirle su auxilio en la lucha con
tra los herejes. Habiendo sido amplia
mente atendido, regres a Tours para
ofrecer un acto de accin de gracias.
En resumen, SanMartn se san
tific en tierras francesas y en ellas
surgi y se difundi, a lo largo de los
siglos, su fama de santidad.
Por lo tanto, aunque naci en una
ciudad de la actual Hungra, sus devo
tos lo consideran el santo francs por
excelencia. Con mayor razn se pue
de hablar de su nacionalidad lo que se
dice de la de los soldados de la Legin
Extranjera: Franais, non pas par le
sang reu, mais par le sang vers
Francs, no por la sangre recibida, si
no por la sangre derramada.
Mayo 2015 Heraldos
del Evangelio21
Sacramentos de la Antigua
y de la Nueva Ley
Existieron los sacramentos antes de la venida de Cristo? Cules eran?
Qu efectos producan? Adentrmonos, de la mano de SantoToms de
Aquino, en el apasionante tema de la Historia de la salvacin.
P. Anderson Fernandes Pereira, EP
or un acto de misericordia
y bondad, Dios cre el uni
verso y, como obra maes
tra entre las criaturas vi
sibles, hizo al hombre a su imagen y
semejanza, destinado a participar de
su vida divina.
Pero nuestros primeros padres,
por el pecado de desobediencia,
rompieron trgicamente la alianza
establecida con Dios y, a partir de
ese momento, todo el gnero huma
no qued privado de la gracia y con
denado a no participar ms del fin al
cual Dios lo haba creado.
Por su infidelidad, el hombre per
di el ms grande de los tesoros a l
confiados: la gracia. No slo le fue ce
rrada la puerta del Paraso terrenal,
sino tambin la del Cielo. Sin embar
go, tanto am Dios al mundo, que
entreg a su Unignito (Jn3,16) y a
todos los que creyeran en su nombre,
les concedera el poder de convertirse
en hijos de Dios (cf.Jn1,12).
La Santa Iglesia contina

la misin de Cristo
Si duro fue el castigo infligido por
la justicia divina a causa del pecado
cometido, dulce y suave fue la solu
cin hallada por la misericordia infi
nita del Creador para el condenado,

as descrita por SanAnselmo: Dios
Padre le dice: Recibe a mi Hijo uni
gnito y ofrcele por ti. Y el Hijo a
su vez le dice: Tmame y redmete.1
Con la venida de Jesucristo a la
tierra, la revelacin de Dios se in
serta, pues, en el tiempo y la Histo
ria, y sta se convierte en el lugar
donde podemos constatar la accin
de Dios en favor de la humanidad.2
A travs de su ofrecimiento al Pa
dre Eterno a favor de los hombres,
Jesucristo repar el pecado y restau
r la amistad entre las criaturas y el
Creador. Por sus merecimientos, la
humanidad ahora poda experimen
tar una nueva relacin con Dios,
siendo nuevamente partcipe de su
propia vida y naturaleza: de su ple
nitud todos hemos recibido, gracia
tras gracia (Jn1,16).
Dios podra distribuir directa
mente sus gracias a todo el gne
ro humano. Quiso, no obstante, por
un misterioso y admirable designio,
hacerlo por medio de una Iglesia
visible en que se reunieran los hom
bres, para que todos cooperasen,
con l y por medio de aquella, a co
municarse mutuamente los divinos
frutos de la Redencin.3 La Iglesia
es, de este modo, la continuadora de

la obra empezada por el Salvador.
Gracias que amparan

al hombre desde la cuna
La vida y las enseanzas de Cris
to arrojan luz sobre la existencia del
hombre y le trazan una meta que pa
recera una exageracin si no fuera
propuesta por el mismo Hijo de Dios:
sed perfectos, como vuestro Padre
celestial es perfecto (Mt5,48). C
mo puede el hombre, tan frgil y volu
ble, lograr tan alto objetivo?
Seguramente que sera difcil
imaginarse a unos padres que le dije
ran a su hijo todava pequeo: Ade
ms de darte la vida, hemos cuida
do de ti hasta hoy. Pero de ahora en
adelante no cuentes ms con noso
tros. Arrglatelas como puedas para
comprar alimentos, ropa y medica
mentos, si enfermas. No nos moles
tes ms con tus necesidades. Si no
hay corazn paterno o materno que
trate de esa manera a un hijo, Dios
tampoco acta as (cf.Lc11,13).
As como el Creador dot al cuer
po humano de energas especiales
para mantenerse, crecer y desarro
llarse, el Salvador del gnero hu
mano, por su infinita bondad, pro
Son los sacramentos

sobre los que se edifica la Iglesia
puerta del Cielo, donde podrn gozar

de la eterna bienaventuranza.7
Adems, a fin de atender al or
denado y exterior aumento de la co
munidad cristiana,8 Cristo institu
y el Matrimonio, y constituy a la
familia como una iglesia domsti
ca, para que mediante la palabra y el
buen ejemplo los padres puedan ser
verdaderos y dignos reflejos de Dios
para sus propios hijos.9
Finalmente, por el sacramento
del Orden, Cristo provey de pasto
res a la Iglesia para que cuiden del
rebao, lo nutran con el Pan de los
ngeles y con el manjar de la doc
trina, lo dirijan con los consejos y lo
fortalezcan de todas las formas po
sibles con los dems dones celestia
les, especialmente a travs de la dis
tribucin de los sacramentos.10
mo obtena o readquira la gracia de

Dios la humanidad en los milenios
anteriores a la venida de Jesucris
to? Cmo podan salvarse los hom
bres antes de la Redencin? Haba
sacramentos en el perodo del Anti
guo Testamento?
Santo Toms de Aquino afirma
que era necesario que antes de la
venida de Cristo hubiera algunos
signos sensibles mediante los cua
les el hombre testimoniase su fe en
el salvador futuro. Y a estos signos
se les llama sacramentos.11
De hecho, parece contrario a la
misericordia de Dios que quie
re que todos los hombres se salven
(1Tm2,4) que se dejara sin nin
gn medio de salvacin, antes de la
venida del Redentor, tanto a los ni
os que murieran antes del uso de
razn, como a las personas que ne
cesitaran obtener el perdn de sus
pecados actuales.
Se puede hablar, por tanto, de la
existencia de ciertos sacramentos en
el perodo anterior a la venida del
Mesas. No poda causar la gracia
por fuerza propia, como ocurre con
los sacramentos actuales al ser ins
trumentos de Cristo, sino que eran
signos de sus futuros m
ritos.12
Veamos cules eran
esos sacramentos y, pa
ra ello, dividamos el An
tiguo Testamento en dos
perodos: el de la ley na
tural, anterior a la entre
ga de los Diez Manda
mientos a Moiss, y el
de la ley escrita, que fi
naliza con la Redencin.
Los sacramentos estn presentes

en toda la vida de la Iglesia, existen
por medio de ella y para ella, y, se
gn afirma SanAgustn son los sa
cramentos sobre los que se edifica la
Iglesia.5
Cristo instituy los sacramentos
del Bautismo, Confirmacin, Euca
rista, Penitencia y Uncin de los En
fermos para que el hombre pudie
ra alcanzar, recuperar y aumentar la
gracia de Dios a lo largo de su vida.
As, a los que nacieron a esta vi
Haba sacramentos en el
da mortal, les es infundida la vida de
Antiguo Testamento?
la gracia a travs del Bautismo, por el
cual se convierten en miembros de la
Cunta misericordia y sabidura
Iglesia, aptos para recibir todos los encierran los sacramentos! Cunta
dems dones sagrados. Con la Con- alegra y seguridad nos da el hecho
firmacin, el cristiano pasa a ser un de tener a nuestra disposicin tantos
miles Christi, soldado de Cristo, y re auxilios sobrenaturales!
cibe las fuerzas necesarias para pro
Estas consideraciones, no obstan
clamar y defender su fe. Por la Peni- te, nos plantean una cuestin: c
tencia o Reconciliacin,
la iglesia ofrece a sus hi
jos el perdn de los pe
cados y nuevo vigor en su
caminar hacia el Cielo.
Por la Eucarista, fuen
te y cumbre de toda la vi
da cristiana,6 los fieles
no solamente son alimen
tados y fortificados, sino
que manifiestan la uni
dad de todos entre s, y
constituyen un solo Cuer
po unido a Cristo, su Ca
beza. Y por la Uncin
de los Enfermos la Santa
Iglesia ampara y consuela
Pasado un tiempo, Can ofreci al Seor dones
a las personas dolientes,
de los frutos del suelo (Gn4,3)
y concede a las almas he
ridas la medicina sobre
Los sacrificios de Can y de Abel, por Jacob Bouttats
Museo de Navarra, Pamplona (Espaa)
natural que les abrir la
Francisco Lecaros
vey maravillosamente a su Cuerpo

Mstico, enriquecindole con los sa
cramentos, por los que los miem
bros, como gradualmente y sin inte
rrupcin, fueran sustentados desde
la cuna hasta el ltimo suspiro.4
Perodo de la ley
natural
Segn SantoToms
de Aquino, antes de la
ley escrita existan cier
tos sacramentos de ne
cesidad, tales como el
sacramento de la fe, que
Mayo 2015 Heraldos
del Evangelio23
se ordenaba a quitar el pecado origi

nal, y el de la penitencia, que se or
denaba a quitar el pecado actual.13
Entre esos sacramentos de la fe se
suele enumerar en primer lugar el remedium natur (el remedio de la na
turaleza). No se sabe en qu con
sista explica Royo Marn, pero
parece que se trataba de alguna ma
nifestacin externa de la fe en el futu
ro Mesas, realizada por el propio in
teresado o por sus padres, que habra
sido ordenada por Dios para remedio
del pecado original.14 En cierto sen
tido, era equivalente al primero de
nuestros actuales sacramentos, por
que, como explica SanGregorio, lo
que el agua del Bautismo puede para
nosotros, entre los antiguos los nios
solo lo obtena a travs de la fe.15
Tambin se suele mencionar en
tre los sacramentos de la fe la circun
cisin prescrita por Dios a Abrahn
(cf.Gn17,1014), la cual purificaba
del pecado original a los hijos varo
nes. Desde que fue instituida la cir
cuncisin en el pueblo de Dios, que
era entonces la seal de la justifica
cin por la fe, tena valor para sig
nificar la purificacin del pecado
original antiguo tambin para los
prvulos,16 explica SanAgustn.
Igualmente habra, conforme se

ala el padre Royo Marn basndose
en SantoToms, una especie de sa
cramento de penitencia, cuyo efecto
sera la remisin de los pecados ac
tuales. Tuvieran el carcter de tal
dice el mismo telogo los lla
mados sacrificios por el pecado y
por el delito, promulgados poste
riormente en forma ms determina
da por la ley de Moiss.17 En esta
categora se pueden incluir tambin
los diezmos y las oblaciones.
Ejemplos de esa forma de peni
tencia aparecen en las primeras p
ginas de la Sagrada Escritura: Pasa
do un tiempo, Can ofreci al Seor
dones de los frutos del suelo; tam
bin Abel ofreci las primicias y la
grasa de sus ovejas (Gn4,3-4).
Los sacramentos de la Antigua Ley

Si en el perodo de la ley natural
podemos afirmar, con SantoToms,
que existieron ciertos sacramentos
de necesidad, es teolgicamente se
gura, segn Royo Marn,18 la existen
cia, despus de Moiss, de lo que se
podra llamar sacramentos de la Antigua Ley.
En ese perodo, la circuncisin es
reafirmada por Dios: El Seor ha
bl as a Moiss: [...] El octavo da se

r circuncidado el nio (Lv12,1.3); y
permaneci obligatoria para los israe
litas como una figura del futuro Bau
tismo. Habis sido circuncidados, en
sea el Apstol con una circuncisin
no hecha por manos humanas median
te el despojo del cuerpo de carne, con
la circuncisin de Cristo. Por el bautis
mo fuisteis sepultados con Cristo y ha
bis resucitado con l (Col2,11-12).
Por otra parte, la inmolacin del
cordero pascual, preceptuada a los
judos antes de la salida de Egipto
(cf.Ex12,3-11), es una figura de la
Eucarista, como nos dice SanPablo:
ha sido inmolada nuestra vctima
pascual: Cristo (1Co5,7). Figuras
de la Eucarista tambin lo fueron
los panes de la proposicin, reser
vados nicamente a los sacerdotes
(cf.Mt12,4), mientras que el corde
ro pascual era para todo el pueblo.
En la consagracin por la cual
Aarn y sus hijos recibieron el sacer
docio levtico, se puede entrever una
figura del futuro sacramento del Or
den, como se expresa en la plegaria
del ritual de ordenacin presbiteral:
Ya en la primera Alianza aumenta
ron los oficios, instituidos como sig
nos sagrados. [...] As, tambin, hicis
te participar a los hijos de Aarn de
la abundante plenitud otorgada a su
padre para que un nmero suficiente
de sacerdotes ofreciera segn la Ley
los sacrificios, sombra de los bienes
futuros.
El sacramento de la Penitencia es
prefigurado por las purificaciones
y por los sacrificios, principalmen
te los ofrecidos en expiacin por los
pecados y delitos.
Gustavo Kralj
Signos que producen la

gracia santificante
La inmolacin del cordero pascual, preceptuada a los judos antes de la

salida de Egipto, es una figura de la Eucarista
Moiss celebra la Pascua - Iglesia de la Santsima Trinidad, Cracovia (Polonia)
Por consiguiente, no hay duda so

bre la existencia antes de Cristo de
ciertos sacramentos, en cuanto se
ales sensibles que significan la gra
cia santificante. Sin embargo, no te
nan la capacidad de producirla. No
eran instrumentos de Cristo, sino

en las vas de la santificacin que
muchas veces tiene la extraa sen
solamente daban ocasin para que,
en atencin a los mritos del divino
sacin de que son intiles sus es
fuerzos, insuficiente su oracin,
Redentor, Dios justificase a quien
dudosa su virtud... Entonces
los practicaba.19
llama a la puerta de su alma la
En cambio, los siete sacra
tentacin del desnimo, con
mentos instituidos por Jesu
el consiguiente deseo de de
cristo son signos sagrados
sistir de ese arduo y glo
que producen necesariamen
rioso camino hacia el Cie
te la gracia santificante en
lo y entregarse al egosmo,
quien los recibe. Basta ad
despreocupndose de su
ministrarlos en las condicio
perfeccionamiento y de su
nes establecidas por la Igle
mayor unin con Dios.
sia para que acten ex opere
No hay nada ms de per
operato, es decir, por el me
judicial que tal sentimiento.
ro hecho de haber sido ejecu
Si enormes son las dificulta
tados.20
des para librar las mil y una
Pensemos, por ejemplo, en
batallas de la vida espiritual,
el sacramento del Bautismo.
ms grande debe ser nuestra
Basta que alguien derrame agua
j
confianza al ver brillar los rayos
sobre la cabeza de un ser humano,
al
Kr
o
v
de luz que salen de la misericor
pronunciando la frmula estableci
ta
us
G
dia divina, la cual nos asiste con
da por la Iglesia y con la intencin
los sacramentos de la Santa Igle
de hacer lo que la Iglesia hace, pa
Los siete sacramentos
sia.
ra que esa persona sea automtica
instituidos por Jesucristo producen
En la consideracin del em
mente transformada en hijo adop
necesariamente la gracia santificante en
peo que Dios ha puesto en pro
tivo de Dios y todos sus pecados le
quien los recibe
porcionarnos tantos medios pa
sean perdonados.
La ltima Cena - Iglesia de Nuestra Seora de
ra nuestra salvacin ya desde
Con todo, en la Antigua Ley,
la Consolacin, Coney Island (EE.UU.)
el Antiguo Testamento, como
para ser justificado del pecado
hemos visto ms arriba, debe
original era requerido un acto de
declinar con fe los pecados ante el mi mos robustecer nuestra resolucin
fe, que Dios no estaba obligado a
nistro consagrado y recibir la absolu de combatir los propios defectos y
aceptar. Y lo mismo se puede decir
cin para tener la certeza absoluta de progresar en la prctica de la virtud.
de las oblaciones y sacrificios.
Siempre por intercesin de la Bien
que de hecho han sido perdonados!
Quin poda garantizar, por
aventurada Virgen Mara, acerqu
ejemplo, que el chivo expiatorio efec
Los rayos de luz de la
monos cada vez ms a los sacramen
tivamente arroj al desierto todas las
misericordia divina
tos, verdaderas maravillas puestas a
culpas y pecados depositados sobre l
por el sacerdote? Qu diferencia con
Son tantos los percances y esco disposicin de todos los que desean
la era cristiana, en la cual nos basta
llos que al hombre se le presentan la salvacin.
1
SAN ANSELMO. Cur Deus

homo. L.II, c.21: ML158,
430.
SAN JUAN PABLOII. Fides

et ratio, n.os11-12.
PO XII. Mystici Corporis,

n.6
dem, n.9.
SAN AGUSTN. De Civitate

Dei. L.XXII, c.17: ML41,
779.
CONCILIO VATICANOII.
Lumen gentium, n.11.
Cf. PO XII, op.cit., n.9.
dem, ibdem.
12
Cf. ROYO MARN, OP, An

tonio. Teologa moral para seglares. 5.ed. Madrid:
BAC, 1993, v.II, p.11.
13
SANTO TOMS DE AQUI

NO. Scriptum super Sententiis. L.IV, d.1, q.1, a.2,
qc.3, ad2.
Cf. CONCILIO VATICANO

II, op.cit., n.11.
10
11
Cf. PO XII, op.cit., n.9.

SANTO TOMS DE AQUI
NO. Suma Teolgica. III,
q.61, a.3.
14
ROYO MARN, op.cit.,

p.11.
15
SAN GREGORIO MAG

NO. Moralium. L.IV, c.3:
ML75, 635.
16
SAN AGUSTN. De nuptiis et

concupiscentia. L.II, c.11,
n.24: ML44, 450.
17
ROYO MARN, op.cit., p.12.
18
Cf. dem, ibdem.
19
Cf. dem, pp.10-11; 21.
20
Cf. dem, p.21.
Mayo 2015 Heraldos
del Evangelio25
Semana Santa
Colombia
Leonardo Leibante
s hermoso ver cmo la misma liturgia une a to

dos los miembros de la Iglesia peregrina, por
muy diversas que sean su ndole o culturas. Ese sig
no de unidad se vuelve especialmente visible durante
las celebraciones de la Pasin, Muerte y Resurreccin
de Nuestro Seor Jesucristo en lugares muy distantes.
Tanto en las procesiones multiseculares de Europa co
Brasil
mo en las pujantes ceremonias realizadas en los pases

latinoamericanos, o incluso en las vivas manifestacio
nes de fe de los pueblos de frica, la bellsima litur
gia desde el Domingo de Ramos hasta el Triduo Pas
cual hace que todos se sientan elementos integrantes
de una misma Iglesia que camina hacia la morada ce
lestial, cuyas puertas fueron abiertas por Cristo.
Mozambique
Preparacin cuaresmal En varias casas de los Heraldos son organizados ejercicios espirituales durante la
Cuaresma. As, por ejemplo, el P.Ryan Murphy, EP, dirigi las meditaciones para un grupo de catequesis de la
parroquia Cristo Resucitado, de Curitiba, Brasil. En Mozambique un sacerdote heraldo dio un retiro para jvenes en la
casa de los Heraldos de Maputo e hizo las predicaciones cuaresmales en la comunidad vecina (foto de la derecha).
Humberto Fernando Chihungo
Jesse Arce
Unidos por la misma liturgia
Fotos: Humberto Fernando Chihungo
Mozambique
Domingo de Ramos Un joven sacerdote brasileo, el P.Lucas Alves Gramiscelli, EP, viaj de So Paulo a
Espaa
Uruguay
Dario Iallorenzi
Brasil
Eric Francisco Salas
ngelo Custdio
Mozambique a fin de asistir espiritualmente a los heraldos de la provincia de Maputo durante la Semana Santa y
predicar un retiro para los fieles de la regin. El Domingo de Ramos presidi la procesin y la Misa celebradas en
la Comunidad SanPedro y SanPablo, en Matola, capital de esa provincia.
Guatemala
Colombia
Vigilia Pascual En la penumbra y en el silencio de la noche del sbado se desarrolla la ceremonia ms solemne del ao
litrgico. Comienza con la entrada del Cirio pascual, encendido fuera del templo en un fuego nuevo simbolizando la Muerte
y Resurreccin de Cristo. A la izquierda, procesin de entrada en la Casa SanJos Pinula, Guatemala; a la derecha, el
P.Carlos Tejedor, EP, enciende el Cirio en la ceremonia realizada en la iglesia de los Heraldos en Tocancip, Colombia.
Mayo 2015 Heraldos
del Evangelio27
Jesse Arce
Roberto Salas Vargas
Adoracin de la cruz La Santa Cruz es el centro de todas las devociones del Viernes Santo. En las fotos: 60 empleados
de la Asociacin Catlica Nuestra Seora de Ftima rezando el Va Crucis en Caieiras, Brasil; los heraldos de Madrid
portando al clebre Cristo yacente, de Gaspar Becerra, en la tradicional procesin del monasterio de las Descalzas Reales;
y los heraldos de Montevideo participando en el Va Crucis organizado por la parroquia de Nuestra Seora de Lourdes.
Fotos: Felipe da Silva Frana

Fotos: Matheus Rambo
Campos El 2 de febrero, Mons.Roberto Francisco Ferrera Paz, obispo diocesano de Campos, presidi la
Celebracin Eucarstica previa al solemne acto de inauguracin del Colegio Heraldos de esa ciudad. El prelado
tambin descorri la cortinilla que cubra la placa conmemorativa y bendijo las instalaciones.
Lucas Cordeiro
David Domingues
Campo Grande La Asociacin Pablo Apstol confi a los Heraldos 46 personas, provenientes de varias
parroquias, a fin de que les impartieran un curso preparatorio para consagrarse a la Virgen. La ceremonia se realiz
el 25 de marzo durante la Celebracin Eucarstica presidida por el P.Max Adriano, EP.
So Paulo El 28 de febrero, la Hna.Clarissa Ribeiro de Sena, EP, imparta una clase ms del curso de Teologa para
laicos promovido por el Apostolado del Oratorio en So Paulo (a la izquierda). Y el 8 de marzo, miembros de ese mismo
apostolado de la dicesis de Nova Friburgo peregrinaron a la baslica de Nuestra Seora del Rosario, en Caieiras.
nos coordinadores de dicho apostolado participaron en

el cortejo de entrada de la Misa, presidida por el P.Dar
tagnan de Oliveira, EP, (foto1), y en la solemne corona
cin de la imagen (foto2). Por la noche hubo una pro
cesin de antorchas rezando el Santo Rosario (foto3),
concluyendo frente a la iglesia parroquial, donde fue da
da la bendicin de despedida (foto4). Durante todo el
evento cuatro sacerdotes heraldos estuvieron a disposi
cin de los fieles para confesar.
Ivan Carlos Ramires
Gildenor Farias Costa
os feligreses de la parroquia de Nuestra Seora de

la Escalera y San Benito, de la localidad de Guara
rema, en el estado de So Paulo, acogieron a la imagen
del Inmaculado Corazn de Mara para llevar a cabo un
conjunto de actos piadosos denominado Tarde de Alabanza con Mara, promovida en este caso por el Apos
tolado del Oratorio. El prroco, el P.Valdenilson Pedro
de Barros, recibi a la imagen a las puertas de la ciu
dad y la acompa en procesin hasta el templo. Algu
Fotos: Sergio Miyazaki
Una Tarde con Mara en Guararema
So Benedito do Sul Invitados por el P.Ivn Matas de Melo, heraldos y cooperadores hicieron una misin
mariana en la parroquia de So Benedito do Sul. Aparte de las visitas a las casas, se realizaron encuentros de
formacin y oracin en las comunidades. Tambin se constituyeron nuevos grupos del Apostolado del Oratorio.
Mayo 2015 Heraldos
del Evangelio29
Fotos: Luciano Caipa
Paraguay El 12 de marzo fue llevado a cabo el Proyecto Futuro y Vida en la Escuela Hroes de la Patria, de la
ciudad de Luque. Los alumnos siguieron con gran atencin la catequesis y explicaciones del P. Manuel Rodrguez
Sancho, EP, y participaron con mucho inters y alegra en todas las actividades propuestas.
Misiones en dos parroquias madrileas
a parroquia de Santa Mara de Nazaret, situada en

el Ensanche de Vallecas, acogi a la imagen pere
grina del Inmaculado Corazn de Mara del 15 al 22 de
marzo. A la procesin del rezo del Rosario por las calles
(foto 1) acudieron ms de 300 personas. En la Misa de
despedida el prroco, el P.Fulgencio Espa Feced, consa
gr su feligresa a la Madre de Dios (foto 2).
Del 1 y al 8 del mismo mes, la imagen haba estado en

la parroquia Virgen del Cortijo. En esta ocasin visit el
Hospital Universitario Madrid Sanchinarro. Tras la Eu
carista conclusiva de la misin, en la que el prroco, el
P.scar Alba Peinado, tambin rez la consagracin a la
Virgen (foto 3), los fieles acompaaron a la augusta visi
tante hasta el exterior (foto 4).
Fotos: Csar Reis
Fotos: Habimana Gaspard
Ruanda Sesenta nuevos miembros del Apostolado del Oratorio de la parroquia de Muhondo, archidicesis de Kigali-
Fotos: Plinio Bosco
Ruanda, recibieron sus respectivos distintivos de la Virgen en una ceremonia organizada por el coordinador de dicho
apostolado en aquel pas, Emmanuel Batagata, y presidida por el vicario parroquial, el P.Mpawenayo Gaudiose.
Fotos: Dario Ricardo
Canad El pasado 7 de marzo, en el Centro de Convenciones Metro Toronto, tuvo lugar el encuentro Lift Jesus
Higher, en el que participaron cerca de 6.000 personas. Los Heraldos del Evangelio eran los encargados del rezo
del Rosario. El arzobispo de Toronto, el cardenal Thomas Christopher Collins, presidi la Santa Misa conclusiva.
Uruguay Tras dos meses de preparacin, 23 personas se consagraron solemnemente a Mara Santsima en la iglesia de
Nuestra Seora del Carmen, de Montevideo. El compromiso fue hecho durante la ceremonia del Primer Sbado, en marzo,
ante la presencia de centenares de fieles, quienes al finalizar el acto se acercaron a venerar a la imagen peregrina.
Mayo 2015 Heraldos
del Evangelio31
San Juan de vila
Arrebataba a las
multitudes
Francisco Lecaros
A la predicacin se ordenaba
principalmente su estudio, su oracin era
el fuego en el que templaba su espritu
para el plpito y sus cartas no eran otra
cosa sino sermones escritos.
San Juan de vila - Santuario de
San Juan de vila, Montilla (Espaa)
n torno a las dos de la ma

drugada una multitud cre
ciente empieza a despla
zarse hacia la iglesia para
conseguir un sitio antes del amane
cer. Qu es lo que iba a ocurrir?
Por qu tanto alboroto en un ho
rario tan raro? Algunos habitantes
menos informados salen a la ven
tana tratando de averiguar la cau
sa de tanto movimiento. Y obtienen
la misma respuesta de los apresados
transentes:
El padre vila va a predicar!
El padre vila va a predicar!
Pero si el sermn va a ser por la
maana...
Quin sera ese padre vila, a
cuyo paso se llenan, desde muy tem
prano, las catedrales, los templos e
incluso las calles, hasta el punto de
que muchos llegan a subirse a los te
jados para verlo y escucharlo?
Una infancia penitente

Juan de vila era hijo de Alon
so de vila y de Catalina Gijn, ma
Hna. Clotilde Thaliane Neuburger, EP

trimonio honrado y rico de Almod
var del Campo (Ciudad Real). Antes
de su nacimiento, su madre haba em
prendido una penosa romera, des
calza y con un cilicio, a la ermita de
Santa Brgida, situada en una sierra
agreste algo alejada de la ciudad, a
fin de implorar el don de la materni
dad. Tan devota plegaria fue escucha
da y en la fiesta de la Epifana del ao
1499 vino a la luz ese nio, que mar
cara poca y sera elevado a la hon
ra de los altares y al doctorado de la
Iglesia.
En su ms tierna infancia, Juan
inici una precoz va de ascesis y pe
nitencia. Cuando tena 4 aos, sus
padres marcharon de peregrinacin
al santuario de Guadalupe (Cce
res) y lo dejaron con unos vecinos
amigos. Cul no fue la admiracin
de los anfitriones al encontrarlo, en
mitad de la noche, acostado en el
suelo sobre una gavilla de sarmien
tos que haba recogido l mismo!
Con tan slo 10 aos le pidi a sus
padres que le preparasen un aposen
to de la casa que estuviera retirado,

para llevar all una vida solitaria, en
un ambiente apropiado para sus ora
ciones y sacrificios, dejando muy
edificados as los clrigos como la
gente del lugar.1 Este sitio es cono
cido como la cueva de las penitencias.
Se revela su vocacin
de predicador
Al cumplir 14 aos, se fue a Sala
manca a cursar Leyes en su famosa
universidad. Tras cuatro aos de es
tudio, la Providencia quiso llamarlo
para s de una forma sui gneris: du
rante unas fiestas de toros y caas
en esa ciudad, el Seor le hizo sen
tir vivamente el vaco de las cosas
terrenales y la necesidad de preo
cuparse con su salvacin eterna. To
mado por la gracia, se retir de di
cho festejo dispuesto a entregarse a
Dios por completo.
Abandon los estudios y regre
s a la cueva de su infancia en 1517,
con el objetivo de reanudar su an
tigua vida de recogimiento, de
dicndose durante tres aos a la

contemplacin. Era notable su mor
tificacin y penitencia, adems de la
asidua frecuencia a los sacramentos
y muchas horas de adoracin a Jess
Sacramentado.
En tales circunstancias, un fran
ciscano amigo de la familia, con re
celo de que la gran vocacin que se
vislumbraba en Juan no llegara a de
sarrollarse, le aconsej que estudiara
en la Universidad de Alcal de He
nares, para que con sus letras pu
diese servir mejor a nuestro Seor en
su Iglesia.2 El joven acept la invita
cin y curs primero Artes y Lgica,
y despus Ciencia Sagrada, ascen
diendo al presbiterato en 1526.
Haba recibido una considerable
herencia de sus padres, fallecidos an
tes de su ordenacin sacerdotal. Asu
mido por el ardiente deseo de ser mi
sionero en el entonces poco conocido
continente americano, vendi todos
sus bienes, distribuy el dinero entre
los pobres y se ofreci acompaar al
recin nombrado obispo de Tlaxcala,
en Mxico, Mons.Julin Garcz. Co
mo el prelado saldra desde el puer
to de Sevilla rumbo al Nuevo Mundo,
hacia all se dirigi Juan, dispuesto a
lanzarse en la osada misin.
Mientras esperaba, se dedic a
predicar en la ciudad y sus alrede
dores. Aqu se reencontr con el Ve
nerable Fernando de Contreras, su
antiguo compaero de estudios en
Alcal. Admirado con el fervor y la
oratoria del joven clrigo, le pidi al
arzobispo, Mons.Alonso Manrique,
que hiciera lo posible para que Juan
de vila se quedase en Espaa para
predicar el Evangelio en tierras ibri
cas, tan necesitadas de almas apost
licas como aquella.
El eclesistico acogi la sugeren
cia y, en nombre de la santa obedien
cia, le mand que permaneciera all.
Renunciando a su sueo, atendi en
seguida la orden recibida, porque en
ella reconoci los designios de Dios
a su respecto.
Atrayendo a las multitudes

El primer sermn que hizo por
orden del arzobispo fue en ese mis
mo ao de 1526, en la iglesia del Sal
vador, en Sevilla, con ocasin de la
fiesta de Santa Mara Magdalena,
ante las autoridades religiosas y civi
les. Subi al plpito temblando y, sin
embargo, sa fue una de sus mejo
res prdicas. Empezaba para Juan de
vila una labor misionera en la que
fue incansable.
De sus predicaciones no haba na
die que saliera indiferente. Las ho
milas duraban cerca de dos horas y
ninguna persona se cansaba o se que
jaba, tal era la atraccin que ejerca
sobre los fieles. Ricos y pobres, jve
nes y ancianos, justos y pecadores, to
dos acudan a orlo. Sus exhortaciones
parecan hacerse eco de la Imitacin
de Cristo: Atiende mis palabras, que
encienden los corazones, iluminan las
almas, provocan el dolor de los peca
dos y llenan de consuelo.3
Por qu atraa tanto? Una de
las razones de la fecundidad de sus
prcticas vena del hecho de que las
preparaba ante un crucifijo, arrodi
llado, en oracin.
Es muy significativo el testimo
nio de uno de sus principales bigra
fos sobre ese apostolado: Cuando l
predica, se pueblan las iglesias; ha
ce tambin sus sermones en las plazas
pblicas; la gente se compone y se mo
dera con slo verle; vive pobremente,
no acepta estipendios ni limosnas de
sermones, y, si algo quieren darle, les
ruega lo entreguen a los pobres; es hu
milde, paciente, muy celoso del bien
de los prjimos; organiza colectas pa
ra ayudar a los necesitados y mantener
a los clrigos estudiantes.4
Instituciones de enseanza,
discpulos y seguidores
SanJuan de vila reuni a su al
rededor a un grupo de sacerdotes
que, admirados por sus virtudes y
ejemplo, se pusieron bajo su influen
cia y con l fundaron varios cole
gios de clrigos. Estaban al servicio

del arzobispado y su objetivo era la
formacin de la juventud, principal
mente de los que se preparaban pa
ra el sacerdocio. Entre esos colegios
que despus del Concilio de Tren
to se transformaran en seminarios
conciliares se hicieron famosos el
de Santa Catalina, el de los Abades y
el de San Miguel, en Granada.
En los colegios avilinos se apren
da no tanto a gastar los ojos en el es
tudio cuanto a encallecer las rodillas
en la oracin.5 En una carta a uno de
sus discpulos, le recomendaba leer
los escritos de SanJuan, de SanPablo
y de Isaas y, si fuera necesario, recu
rrir a algn intrprete santo de esas
obras, especialmente SanAgustn. Y
aada: Tome un crucifijo delante, y
Aquel entienda en todo, porque l es
el todo y todo predica a ste; ore, me
dite y estudie.6
A sus discpulos tambin les acon
sejaba robustecer su vida interior:
frecuencia de Confesin y Comu
nin, y no dejar nunca, a ser posible,
las dos horas de oracin, a la maa
na y a la noche, sobre la Pasin y los
novsimos.7 De esta forma, el darse
al prjimo sera un desbordamien
to de la vida interior. Les recomen
daba que tuvieran ms aprecio a la
oracin que al estudio, porque as
aprenderan el verdadero arte de la
predicacin y lograran mejores fru
tos apostlicos. Les enseaba que
no era suficiente subir al plpito con
piedad: deban tener hambre y sed
de conquistar almas para el Seor.
Su influencia trascendi el m
bito de los colegios. La universi
dad y el Real Colegio de Granada,
por ejemplo, fundados por el empe
rador Carlos V, deben parte de su
lustre, si no de su ereccin, a la soli
citud y consejos del venerable maes
tro Juan de vila, en quien se apoy
Mons.Gaspar valos de la Cueva,
arzobispo metropolitano, incumbido
por el soberano para que fuese pa
trn, que hiciese estatutos y seala
Mayo 2015 Heraldos
del Evangelio33
se maestros8 de esas dos institucio

nes educativas.
Juan de vila fund tambin la
Universidad de Baeza (Jan), que
fue destacado referente durante si
glos para la cualificada formacin
de clrigos y seglares.9
Gran probacin
Relaciones con otros santos

Numerosas fueron las conversio
nes obradas a travs de los sermones
llenos de uncin de ese varn apos
tlico, incluso de almas que la Igle
sia ms tarde inscribira en el catlo
go de los santos.
Clebre fue el episodio ocurrido
en Granada el 20 de enero de 1537,
fiesta de SanSebastin. Hablaba
Juan de vila sobre la felicidad de su
frir por Jesucristo en esta tierra, para

participar de su gloria en el Cielo. Hi
zo una descripcin tan atrayente de
las castas delicias de la virtud y de la
desgracia reservada a los pecadores,
que sus palabras calaron a fondo en
el corazn de otro Juan, el cual, pe
netrado de compuncin, se convirti
y vino a ser el gran SanJuan de Dios,
fundador de la Orden de los Herma
nos Hospitalarios. Se hizo discpulo
del maestro vila, a l acuda en to
das sus pruebas y dificultades, y por l
fue animado en su vocacin desde el
primer encuentro: Te aseguro que la
misericordia del Seor no te abando
nar jams.13
Nuestro santo predicador gozaba
de la profunda estima de SanIgnacio
de Loyola, con quien intercambi al
gunas cartas. Se relacion con otros
destacados miembros de la Compa
a de Jess y hacia sta encamin a
unos treinta de sus mejores discpu
los. Desempe un papel importante
en la conversin del duque de Gan
da, futuro SanFrancisco de Borja:
tras haber comprobado en el en
tierro de la emperatriz Isabel, espo
sa de Carlos V, en Granada cun
efmera es la belleza humana, busc
al maestro vila y, despus de escu
charle, abandon la corte y se hizo je
suita, llegando a ser el tercer superior
general de la Compaa.
Fotos: Francisco Lecaros / Sergio Hollmann
Movidos por la envidia y apro

vechndose de ciertas afirmaciones
suyas susceptibles de una mala in
terpretacin, en 1531 algunos ecle
sisticos lo denunciaron ante el Tri
bunal de la Inquisicin, de Sevilla.
El ardoroso predicador fue encarce
lado y sometido a sucesivos interro
gatorios durante varios meses.
Incluso estando en la crcel su
celo apostlico no le permita que
darse inactivo: adems de escribir
numerosas cartas a sus hijos espiri
tuales y a varias personas que le pe
dan unas palabras, reformul la an
tigua traduccin espaola de la obra
Imitacin de Cristo.10
En este perodo de prueba le
confiara despus a fray Luis de Gra
nada el Seor le concedi, de modo
muy ntimo, la penetracin y el cono
cimiento de los misterios de la Re
dencin, del amor de Dios a los hom
bres, y pudo comprobar cun grande
es la recompensa reservada a los jus
tos despus de haber soportado con
alegra las dificultades de esta vida.

Tan eminente gracia lo llev a consi
derar dichosa aquella prisin, pues
por ella aprendi en pocos das ms
que en todos los aos de su estudio.11
Bajo semejante impulso fue cuando
empez a escribir su obra magna de
espiritualidad, el Audi, filia: sntesis
maravillosa de la vida cristiana, con
cebida por vila como una participa
cin del alma en el gran misterio de
Cristo.12
A mediados de 1533, el Tribu
nal de la Inquisicin lo absolvi, a
la vista de la perfecta ortodoxia de
sus enseamientos y la falta de fun
damentos para todas las acusaciones
levantadas contra l. Su salida de la
crcel estuvo marcada por una Misa
solemne en la iglesia del Salvador.
Cuando subi al plpito, empezaron
a sonar las trompetas y los fieles lo
aclamaron con enorme entusiasmo.
Innumerables fueron las almas que lo tomaron como modelo o que se beneficiaron de su celo y sabidura
San Ignacio de Loyola - Parroquia del Sagrado Corazn, SanSebastin (Espaa); SantaTeresa de Jess - Monasterio de SanJos,
vila (Espaa); SanPedro de Alcntara, por Salvador Carmona - Convento de SanPedro de Alcntara,
Arenas de SanPedro (Espaa); SanJuan de Rivera, por Luis de Morales - Museo del Prado (Espaa)
Plenitud de su vocacin
Pese a que se encontraba ya muy
debilitado por la enfermedad que lo
llevara a la muerte, el arzobispo de
1
GRANADA, Luis de. Vida,

apud SALA BALUST, Luis.
Introduccin biogrfica. In:
SANJUAN DE VILA.
Obras Completas. Madrid:
BAC, 1952, v.I, p.48.
dem, p.54.
KEMPIS, OSA, Thomas de.

Imitacin de Cristo. L.III,
c.43. 4.ed. Buenos Aires:
Bonum, 2008, p.227.
SALA BALUST, op.cit.,

pp.65-66.
SALA BALUST, Luis. San
Juan de vila. In: ECHEVE
Francisco Lecaros
Entre los que se beneficiaron del

celo y de la ciencia del Apstol de
Andaluca podemos destacar a San
toToms de Villanueva y a SanPe
dro de Alcntara; SanJuan de Ribe
ra le pidi predicadores para renovar
su dicesis, en Badajoz, y posea en su
biblioteca 82 de sus sermones manus
critos; Santa Teresa de Jess tam
bin doctora de la Iglesia tena
al maestro vila por conseje
ro espiritual y con l mantuvo
asidua correspondencia, inclu
so llegando a enviarle, tras mu
chas dificultades, uno de los pri
meros manuscritos de su Libro
de la Vida; SanJuan de la Cruz, con
la ayuda de dos discpulos de nues
tro santo, logr reformar el Carmelo
masculino de Baeza.
Adems de stas, innumerables
fueron las almas que lo tomaron co
mo modelo. Benedicto XVI, cuan
do lo proclam doctor de la Iglesia,
en 2012, tambin menciona al Bea
to Bartolom de los Mrtires, a fray
Luis de Granada su ms reputado
bigrafo y al Venerable Fernando
de Contreras, responsable de su per
manencia en Espaa, entre algunos
ms que reconocieron la autoridad
moral y espiritual del maestro.14
Los predicadores deben ser el

brazo derecho de los obispos,
con los cuales, como capitn con
caballeros, sean terribles contra los
demonios
SanJuan de vila - Santuario de
SanJuan de vila, Montilla (Espaa)
Granada quera llevarlo como telo

go asesor a las dos ltimas sesiones
del Concilio de Trento. Ante la im
posibilidad de comparecer, redact
sus Memoriales, que ejercieron enor
me influencia en el magno evento
eclesial. En ellos sealaba la necesi
dad que la Iglesia de su tiempo tena
de dos clases de sacerdotes: los con
fesores y los predicadores. stos l
timos, subrayaba, deban ser el bra
zo derecho de los obispos con los
cuales, como capitn con caballeros,
sean terrible contra los demonios.15
RRA, Lamberto de; LLOR

CA, SJ, Bernardino; RE
PETTO BETES, Jos Luis
(Org.). Ao Cristiano. Ma
drid: BAC, 2004, v.V, p.221.
6
SANJUAN DE VILA. Carta al P.Fr.Alonso de Vergara,

apud SALA BALUST, Intro
duccin biogrfica, op.cit.,
p.144.
SALA BALUST, San Juan de
vila, op.cit., p.220.
SANTIVEZ. Historia Prov.
Andaluca S.I., apud SALA
BALUST, Introduccin bio
grfica, op.cit., p.105.
Al sentir que se acercaba el final

de su vida, decidi legar a la Compa
a de Jess la herencia de sus dis
cpulos y colegios, un deseo que no
lleg a concretarse a causa de ines
perados obstculos. Vencidas otras
muchas pruebas y dificultades, se
retir a la ciudad de Montilla (Cr
doba), donde muri santamente el
10 de mayo de 1569. Sus ltimas
palabras, que repeta muchas ve
ces, fueron: Jess, Mara.16
No hay duda de que SanJuan
de vila realiz su vocacin en
plenitud. Predicar era para l
algo consustancial a su tempe
ramento de apstol: a la predica
cin se ordenaba principalmente
su estudio; su oracin era el fuego
en que templaba su espritu para
el plpito; sus mismas cartas, qu
otra cosa eran sino sermones escri
tos?; y aun de su escuela y sus disc
pulos bien se pudiera decir que eran
el eco vibrante y ungido de su voz
difundindose por los mbitos to
dos de Espaa.17
La autenticidad de sus palabras
estuvo marcada por su vida piado
sa e inmaculada, como corresponde
a todo sacerdote, que debe ser san
to para poder arrastrar, para po
der convencer y para poder arreba
tar.18 No nos queda sino decir, con
toda propiedad, que ese insigne pre
dicador arrastr, convenci y arre
bat.
BENEDICTO XVI. Carta

Apostlica. SanJuan de vila, sacerdote diocesano, proclamado Doctor de la Iglesia
universal, n.2.
10
Cf. SALA BALUST, Introduc

cin biogrfica, op.cit., p.96,
nota11.
11
GRANADA, op.cit., p.81.
12
SALA BALUST, SanJuan de

13
MAGNIN, Ignacio Mara. Vida

popular de SoJoo de Deus.
Porto: Fonseca, 1925, p.51.
14
BENEDICTO XVI, op.cit.,

n.3.
15
SALA BALUST, SanJuan de

16
dem, p.223.
17
SALA BALUST, Luis. Intro

duccin a los sermones. In:
SANJUAN DE VILA.
Obras Completas. Madrid:
BAC, 1953, v.II, p.3.
18
CL DIAS, EP, Joo Scogna

miglio. La santidad sacerdotal: Homila del viernes de
la IIISemana de Adviento.
Caieiras, 19/12/2008.
Mayo 2015 Heraldos
del Evangelio35
Subi al monte
para orar
En los altos de las montaas podemos
elevar nuestros corazones y pensamientos
por encima de las preocupaciones de este
mundo y as entregarnos ms fcilmente a
la meditacin de las verdades eternas.
Hna. Teresita Morazzani Arriz, EP
n la lectura de los relatos

evanglicos, nunca encon
tramos a Jess bajando a un
abismo para rezar o entran
do en una gruta para hablar con el Pa
dre. Por el contrario, siempre sube
a lo alto de un monte o a una eleva
cin para apartarse del ruido de la vi
da activa y pasar la noche en contem
placin.
Al ver Jess el gento, subi al
monte (Mt5,1). Y despus de des
pedirse de ellos, se retir al monte a
orar (Mc6,46). Sali y se encami
n, como de costumbre, al monte de
los Olivos, y lo siguieron los discpu
los (Lc22,39).
Recordemos, no obstante, que en
su condicin humana Jess tena la
visin beatfica desde el primer ins
tante de su concepcin en el seno de
Mara, como nos lo ensea PoXII.1
Siendo as, su alma vea constante
mente a Dios cara a cara, no tena ne
cesidad de retirarse a orar al Padre.
Subi con ellos...

a un monte alto
Consideremos desde esa perspec
tiva el episodio de la Transfiguracin.
Sobre ello comenta Benedic
toXVI: De nuevo nos encontra
mos como en el Sermn de la

Montaa y en las noches que Jess
pasaba en oracin con el mon
te como lugar de mxima cercana
de Dios; de nuevo tenemos que pen
sar en los diversos montes de la vi
da de Jess como en un todo nico:
el monte de la tentacin, el mon
te de su gran predicacin, el monte
de la oracin, el monte de la trans
figuracin, el monte de la angustia,
el monte de la cruz y, por ltimo, el
monte de la ascensin, en el que el
Seor en contraposicin a la ofer
ta de dominio sobre el mundo en
virtud del poder del demonio di
ce: Se me ha dado pleno poder en
el cielo y en la tierra (Mt28, 18).2
Cuando SanMateo describe di
cho episodio dice: Seis das ms tar
de, Jess tom consigo a Pedro, a
Santiago y a su hermano Juan, y su
bi con ellos aparte a un monte alto
(17, 1). Qu monte sera ste?
La tradicin cristiana, sellada por
una hermosa baslica situada en lo
alto de la montaa, cuyos orgenes
se remontan a principios de la Edad
Media, afirma que era el monte Ta
bor. Y el padre Juan de Maldonado,3
que escribi a finales del sigloXVI,
identifica esta opinin como la ms
comn entre los comentaristas de su

poca.
Sin embargo, algunos biblistas re
cientes han querido identificar a ese
monte alto con el monte Hermon,
ms cercano a Cesarea, pero al pa
recer no hay razones para ello, pues,
como explica el padre Luis Jimnez
Font, la tradicin del Tabor es muy
antigua; es tambin el Tabor, por su
aislamiento, muy conforme a la des
cripcin del texto, bastante alto y no
tan lejos de Cesarea que en seis u
ocho das no se pueda salvar la dis
tancia que separa ambos parajes.4
Pedro, Santiago y Juan fueron

incluidos en la oracin de Jess
Dejando a un lado considera
ciones histricas, prestemos aten
cin al comentario teolgico que
hizo el Papa emrito en la Cuares
ma de 2007: Lucas subraya que
Jess subi a un monte para orar
(Lc9,28) juntamente con los aps
toles Pedro, Santiago y Juan y,
mientras oraba (Lc9,29), se ve
rific el luminoso misterio de su
transfiguracin. 5
Segundo, es posible que esco

giera los montes para simbolizar
la necesidad de elevar nuestros co
razones y pensamientos por enci
ma de las preocupaciones de este
mundo y as entregarnos ms fcil
mente a la meditacin de las ver
dades eternas.
Gustavo Kralj
Alejarse del ruido y del tumulto
Para los tres apstoles, aclara Be

nedicto XVI, subir al monte signifi
c participar en la oracin de Jess,
que se retiraba a menudo a orar, espe
cialmente al alba y despus del ocaso,
y a veces durante toda la noche. Pe
ro slo aquella vez, en el monte, quiso
manifestar a sus amigos la luz interior
que lo colmaba cuando oraba.6
Porque el amor, como cima de
virtudes, ensea San Juan Damas
ceno en una de sus homilas, est
simbolizado en la montaa sobre la
cual Jess condujo a sus apstoles,
porque quien llega a la cumbre de la
caridad, saliendo de alguna manera
de s mismo, puede comprender al
Invisible.7
Cf. PO XII. Mystici Corporis, n.34.
BENEDICTO XVI. Jess de

Nazaret. Del Bautismo en
el Jordn a la Transfiguracin. Bogot: Planeta, 2007,
p.360.
Cf. MALDONADO, SJ, Juan

de. Comentarios a los Cuatro
Evangelios. Evangelio de San
Vista area del monte

Tabor, con la baslica
de la Transfiguracin
en primer plano. Arriba,
mosaico de la catedral
de la Transfiguracin,
Toronto (Canad)
Ms distante de la tierra y
ms prximo al Cielo
Por qu esa predileccin del
Maestro por los sitios elevados?
En primer lugar, la cima de una
elevacin est ms cerca del Cielo,
como observa Maldonado: La ma
yor parte de las veces se hace paten
te la gloria de Dios en los montes,
que estn ms cerca del Cielo y ms
alejados de la tierra, y no en los va
lles.8 Por lo tanto, se podra conje
turar que Jess prefera estar con su
cuerpo lo ms prximo al Padre, aun
estando su alma en la visin directa
de Dios como hemos dicho ms
arriba y ser l mismo la segunda
Persona de la Santsima Trinidad.
Mateo. Madrid: BAC, 1950,

v.I, p.607.
4
JIMNEZ FONT, SJ, Luis

Mara. Notas. In: MALDO
NADO, op.cit., p.607, no
ta1.
BENEDICTO XVI. ngelus,

4/3/2007.
dem, ibdem.
Adems, los altos de las mon

taas son generalmente solitarios
y alejados de los ruidos del mun
do. Apartarse de las criaturas es una
condicin indispensable para entrar
en contacto con Dios y, ms an, pa
ra verlo.
En ese sentido, explica SanJu
an Crisstomo que el divino Ma
estro oraba en los montes para
ensearnos a descansar en todo
momento del alboroto y del ba
rullo, pues, efectivamente, la so
ledad es conveniente para la me
ditacin. A menudo sube solo al
monte y pasa all la noche y reza,
ensendonos que quien se acerca
a Dios necesita alejarse del ruido y
buscar tiempo y lugar apartado del
tumulto.9
En resumen, el monte simboliza
el lugar de la subida, no slo ex
terna, sino sobre todo interior; el
monte como liberacin del peso de
la vida cotidiana, como un respi
rar en el aire puro de la Creacin;
el monte que permite contemplar
la inmensidad de la Creacin y su
belleza; el monte que me da altu
ra interior y me hace intuir al Cre
ador.10
SAN JUAN DAMASCENO,

apud PREZ SUREZ,
OSB, Luis M. Transfigura
cin del Seor. In: ECHE
VERRA, Lamberto de;
LLORCA, SJ, Bernardino;
REPETTO BETES, Jos
Luis (Org.). Ao Cristiano.
Madrid: BAC, 2005, v.VIII,
pp.138-139.
MALDONADO, op.cit.,
p.608.
SAN JUAN CRISSTOMO.

Homila XLII, n.1. In: Homilas sobre el Evangelio de
SanJuan (30-60). Madrid:
Ciudad Nueva, 2001, v.II,
p.137.
10
BENEDICTO XVI. Jess de

Nazaret, op.cit., p.360.
Mayo 2015 Heraldos
del Evangelio37
La palabra de los Pastores
Salir, subir,
contemplar y anunciar
El anuncio del Evangelio es de tal necesidad y urgencia que todos
los cristianos tenemos que sentir estas cuatro llamadas que nos
hace Jesucristo: salir, subir, contemplar y anunciar.
Mons. Carlos Osoro Sierra
Arzobispo de Madrid
ess, en la escena del Tabor,

muestra con su vida una mani
festacin que prefigura el Rei
no que anuncia. Y la Iglesia
tiene la misin de testimoniar la ver
dad de Jesucristo.
No basta anunciar la fe slo con
palabras: la fe si no tiene obras, es
t realmente muerta (St2,17), si
no que es necesario que el anuncio
del Evangelio vaya acompaado con
el testimonio concreto de la caridad,
que para la Iglesia no es una espe
cie de asistencia social. Pertenece a
su naturaleza, es irrenunciable a su
propia esencia.
Invadir este mundo con

el amor de Dios
Por ello se hace necesario en
trar en la escuela de Cristo, verda
dero Maestro. El Seor nos atrae y
nos llama a conformarnos con l,
con sus sentimientos, con su for
ma de vida, con su modo de pen
sar y obrar, con su modo de ser y
de amar. Entremos en esa escuela
de Cristo que tan bellamente se nos
presenta en el texto de la Transfi
guracin del Seor.
Cmo entrar en la escuela de

Nuestro Seor Jesucristo? Dejemos
que a travs de esa pgina del Evan
gelio de SanMarcos (cf.Mc9,2-8)
el Seor nos ensee a descubrir lo
ms necesario para el ser humano:
conformar nuestra vida, identificar
nuestra existencia y entrar en comu
nin con este Dios que se hizo Hom
bre por amor a los hombres.
Es ah, en Jesucristo, donde no
sotros descubrimos lo que hemos de
ser y de vivir. Descubrimiento muy
necesario en estos momentos de la
historia que estamos viviendo. Inva
dir este mundo con el amor de Dios,
globalizar este amor, llevarlo a to
dos los rincones de la tierra y hacer
posible que los hombres y las muje
res de nuestro tiempo tengan un co
razn con las mismas medidas de Je
sucristo. Eliminar as todo descarte,
todo aislamiento de este mundo.
Sentir esas cuatro

llamadas de Jesucristo
Por eso, el anuncio del Evange
lio es de tal necesidad y urgencia
que todos los cristianos tenemos que
sentir estas cuatro llamadas que nos
hace Jesucristo: salir, subir, contem

plar y anunciar.
Salir. Lo que se espera del testigo
del Seor es que sea fiel a la misin
que le ha sido confiada. Ello supo
ne siempre una experiencia personal
y profunda de Dios. Esto es lo que le
llev al Seor a invitar a Pedro, San
tiago y Juan y, en ellos, a todos noso
tros, a salir, a marchar, a descubrir
que su vida era para ir al mundo y no
para encerrarse en s mismos. Ir al
mundo con los mismos sentimientos y
la misma pasin por el hombre que l
mismo. Pues va a ser en su nombre
como los discpulos de Jess vamos a
entrar en el mundo para realizar una
tarea tan singular, que no se puede
reducir a un conocimiento intelectual
o a una doctrina. Se trata fundamen
talmente de salir y de ser rostros vivos
de un Dios que ama a los hombres.
Subir. A Pedro, Santiago y Juan
les hizo subir a una montaa. All,
Jess quiere que vivan una expe
riencia inolvidable que marque toda
su vida. Les hace ver cmo en l es
t la presencia misma del Reino de
Dios. Les invita y nos invita a todos
sus discpulos a que lo hagamos pre
vida? Contemplar a Jesucristo Nues

tro Seor, llenarnos de su vida, por
que l quiere entrar en los lugares
existenciales y geogrficos donde ha
bitan los hombres y donde el Reino
de Dios no se ve. Contemplar al Se
or nos invita a hacer verdad aque
lla expresin de Jess que nos rela
ta la parbola del buen samaritano:
Ve y haz t lo mismo (Lc10,37).
Contemplar, para hacer vida lo que
vemos, para que la gloria de Dios y
la belleza que da al ser humano esa
contemplacin se haga presente en
la historia. El buen samaritano es Je
ss mismo; y l quiere que todos sus
discpulos seamos samaritanos. Y es
que el amor es el corazn de la vida
cristiana, el que nos convierte en tes
tigos de Jesucristo. Ese amor es el
que hizo decir a Pedro: Maestro,
qu hermoso es quedarnos aqu.
Pero hay que bajar y salir, regalar y
entregar ese amor a los hombres.
Anunciar. No anunciamos una teo
ra o una doctrina, anunciamos a Je
sucristo que ha muerto y resucitado.
Para anunciar hay que entrar en la
escuela de Cristo Maestro. Escuche
mos con atencin aquellas palabras
del Tabor: este es mi Hijo amado, es
cuchadle. No es cualquier escucha,
es una escucha que va al corazn. No

son solamente unas palabras, es un
modo de ser, de vivir, de actuar, de
sentir, de pensar. Cmo va a anun
ciar a Dios quien no lo ha escucha
do? Es necesario escuchar su Palabra,
dejar que sta d sus frutos, que co
mo nos dice la Carta a los Hebreos:
penetra hasta las fronteras entre el
alma y el espritu, hasta las junturas
y mdulas; y escruta los sentimien
tos y pensamientos del corazn
(Hb4,12). Para tener un corazn que
entienda y convierta nuestra vida en
palabras y obras que anuncien al Se
or el secreto est en formarnos un
corazn capaz de escuchar. Los pa
dres de la Iglesia consideraban que el
mayor pecado del mundo pagano era
su insensibilidad, su dureza de cora
zn y por eso repetan muchas veces
las palabras del profeta Ezequiel: os
quitar el corazn de piedra y os da
r un corazn de carne (Ez36,26).
Convertirse a Cristo, decan, quiere
decir: recibir un corazn de carne, un
corazn que es sensible a todas las si
tuaciones de todos los hombres que
nos encontremos por el camino.
Fragmentos de la Carta pastoral
del 4/3/2015 Texto completo
en http://archimadrid.org
Archidicesis de Madrid
sente con nuestras vidas en medio

del mundo, para que todos los hom
bres puedan experimentar la necesi
dad de acoger a Jesucristo, de acoger
la verdad, la justicia, la paz, la fideli
dad, el amor, la bondad, el ver en el
otro una imagen viva de Dios mis
mo, el considerarlo ms importante
que a uno mismo. Subir es necesario,
es una etapa importante de la escue
la de Cristo. Acoger al Seor tiene
unas consecuencias personales y so
ciales de tales dimensiones que las
podemos ver a travs del testimonio
de los santos. Ellos, con sus vidas,
contribuyen a hacer creble y atracti
va la persona de Jesucristo [...].
Contemplar. En el monte Tabor
se transfigur delante de ellos y sus
vestidos se volvieron de un blanco
deslumbrador. Toda la humanidad
est llamada a la transfiguracin, a
llegar a la plenitud de la vida, a con
templar ese color blanco que des
lumbra y que es el color de la gloria y
de la vida, de la verdad y la fraterni
dad, de la reconciliacin y la paz, de
la justicia y la bondad. Contemplar a
Jess es descubrir que el ser humano
necesita esta experiencia de luz y de
gozo, de esperanza y amor, porque si
no qu luz irradiamos con nuestra
En estos momentos de la Historia que estamos viviendo es necesario invadir este mundo con el amor de
Dios, globalizar este amor, llevarlo a todos los rincones de la tierra
Monseor Osoro Sierra saluda a los fieles antes y despus de la ceremonia de toma de posesin en la catedral de Madrid, el 18/10/2014
Mayo 2015 Heraldos
del Evangelio39
tos al sacerdocio, lo que representa

un crecimiento del 2,7% con respec
to al ao anterior. En 2011 solamen
te haba 1.278 seminaristas, 1.302 en
2012 y 1.321 en 2013.
Consagrada la primera
iglesia catlica en el Sina
Tras diez aos de trabajos, ha si
do concluida la construccin de la
primera iglesia catlica levantada
en los ltimos tiempos en la penn
sula del Sina. La consagracin del
templo, dedicado a Nuestra Seo
ra de la Paz, fue realizada por el Pa
triarca copto catlico de Alejandra,
Mons.Ibrahim Isaac Sidrak.
La nueva iglesia, situada en la ciu
dad de Sharm el-Sheij, se encuentra
bajo la jurisdiccin de Mons.Maka
rios Tewfik, obispo de la eparqua de
Ismailia, que afirm: ste es un gran
da para los catlicos en Egipto.
La eleccin del lugar fue motiva
da por la estratgica ubicacin de la
localidad, de 35.000 habitantes, en el
corazn de una zona turstica junto
al mar Rojo. Segn informa el prro
co, el padre Bolos Gara, que traba
ja en la regin desde 2010, la nueva
iglesia no slo beneficiar a la comu
nidad de catlicos filipinos que resi
den en el lugar, sino al gran nmero
de turistas que pasan por all. Pa
ra adaptarse mejor a ellos, el P.Ga
ra celebrar la Eucarista tambin en
el rito latino, en ingls y en italiano.
Espaa: el nmero de
seminaristas contina en aumento
La Conferencia Episcopal Espa
ola dio a conocer el pasado 5 de
marzo que ha aumentado, por cuar
to ao consecutivo, el nmero de se
minaristas en el pas. En el perodo
de 2014-2015 los seminarios espao
les suman un total de 1.357 candida
El cardenal Parolin explica los

objetivos de la diplomacia vaticana
El da 11 de marzo el cardenal
Pietro Parolim, Secretario de Esta
do de la Santa Sede, imparti en la
Universidad Gregoriana de Roma
una lectio magistralis titulada La actividad diplomtica de la Santa Sede al servicio de la paz, en el marco
de una jornada de estudios sobre La
paz: don de Dios, responsabilidad humana, compromiso cristiano.
En su presentacin el purpura
do explic que la accin diplom
tica de la Santa Sede no se contenta
con observar los acontecimientos o
evaluar su repercusin, ni puede ser
solamente una voz crtica. Est lla
mada a actuar para facilitar la coe
xistencia y la convivencia entre las
diversas naciones, para promover
la fraternidad entre los pueblos, all
donde el trmino fraternidad es si
nnimo de colaboracin fctica, de
cooperacin verdadera, concorde y
ordenada, de una solidaridad estruc
turada en ventaja del bien comn y
del bien individual.
El cardenal finalizaba sus pala
bras diciendo que a la diplomacia
pontificia compete la tarea de tra
bajar en pro de la paz siguiendo los
modos y las reglas que son propios
de los sujetos de derecho internacio
nal, esto es, elaborando respuestas
concretas en trminos jurdicos pa
ra prevenir, resolver o regular con
flictos y evitar su posible degenera
cin en la irracionalidad de la fuerza

de las armas.
Subastada una carta en que

Einstein habla sobre Dios
Estoy de acuerdo con su opinin
[sobre el movimiento de un ter]. Dios
cre el mundo con ms inteligencia y
elegancia. He aqu las palabras con
las que el famoso cientfico Albert
Einstein comienza una carta dirigida
a su colega Giovanni Giorgi, profesor
de la Universidad Sapienza de Roma y
especialista en electromagnetismo, el
12 de julio de 1925.
La misiva fue subastada el 19 de
febrero por la casa RR Auction, al
canzando la puja final de 75.000 d
lares. Estaba en manos de un colec
cionista francs que, a su vez, haba
recibido el manuscrito junto con un
lote de artculos cientficos. Einstein
dominaba el italiano porque haba vi
vido algunos meses en Pava, al sur de
Miln, cuando tena 15 aos.
Chilenos y argentinos se unen

para celebrar la Eucarista
El domingo 1 de marzo chilenos y
argentinos se congregaron en el pa
so fronterizo de Mamuil Malal, si
tuado en la cordillera de los Andes,
para asistir a la Celebracin Euca
rstica, presidida por el obispo de Vi
llarica (Chile), Mons.Francisco Ja
vier Stegmeier, y concelebrada por
el obispo de Neuqun (Argentina),
Mons.Virginio Bressanelli, SCJ.
Es hermoso saber que en distin
tas partes de esta cordillera segui
mos celebrando nuestra hermandad,
afirmaba Mons.Bressanelli ante ms
de 2.000 personas. Esto quiere de
Los padres de Santa Teresa de Lisieux

sern canonizados en octubre
a curacin inexplicable de una nia nacida pre
maturamente en Valencia, Espaa, con graves
problemas de salud que amenazaban su vida, fue re
conocida oficialmente por la Santa Sede como un
milagro. El decreto, cuya publicacin fue aprobada
por el Santo Padre el 18 de marzo, abre el camino a
la canonizacin de los Beatos Luis y Celia Martin,
padres de SantaTeresa del Nio Jess, que tendr
lugar el prximo mes de octubre, coincidiendo con
el Snodo de la Familia.
La noticia anticipada de la inminente canoniza
cin, que ser anunciada en el prximo consistorio,
haba sido dada en febrero por el cardenal ngelo
Amato, prefecto de la Congregacin para las Causas
de los Santos, en Roma. En esa ocasin, el purpu
rado destac la importancia de ese matrimonio co
mo modelo para las familias, porque demuestra que
entre los santos no slo hay sacerdotes y religiosas,
sino tambin laicos.
Luis y Celia Martin tuvieron nueve hijos, de los
cuales cuatro murieron siendo pequeos. Santa Te
resa y sus hermanas se hicieron religiosas. Todas,
menos una, fueron carmelitas en Lisieux. La Beata
Celia Martin muri a los 45 aos de edad, con cn
cer, y su esposo a los 70.
cir que realmente las fronteras no las

hizo Dios, sino la humanidad. Somos
una sola familia, la familia de Dios.
Celebremos siempre ser hermanos
entre nosotros para que no haya cor
dilleras que nos dividan.
La Misa fue celebrada a los pies del
Cristo del Tromn, monumental cru
cifijo situado en el lmite de ambos te
rritorios. En ese mismo lugar, fieles de
las dos naciones se renen desde ha
ce sesenta y cinco aos para rezar. El
primer encuentro se remonta a la ini
ciativa del P.Francisco Subercaseaux,
capuchino y misionero de la regin
chilena de La Araucana, prroco de
Pucn, localidad prxima a la fronte
Fotos: Charvex / Grentidez
Les Buissonnets, la casa donde Santa Teresa pas

su infancia; arriba, el matrimonio Martin,
padres de la santa
ra argentina. El Cristo de Tromn fue

bendecido el 26 de febrero de 1950.
Desde entonces, el nico ao que no
se pudo realizar fue el 2010, debido al
terremoto que devast la zona.
Comunin y Liberacin rene a

ms de 80.000 miembros en Roma
Conmemorando diez aos del fa
llecimiento de Mons.Luigi Giussa
ni, fundador de Comunin y Libe
racin, ms de 80.000 miembros de
este movimiento se reunieron en
Roma, el 7 de marzo, para participar
en una audiencia con el Santo Padre
en la Plaza de SanPedro. Entre ellos
haba representantes de 47 pases.
En los momentos que precedieron

el encuentro, se rez la Hora Laudes
y se proyectaron y leyeron palabras
de Mons.Guiussani. La audiencia
empez con unas breves palabras del
presidente de la fraternidad, el sa
cerdote espaol Julin Carrin, que
fueron respondidas por el Santo Pa
dre agradeciendo el caluroso afecto
de los que se encontraban reunidos
all. Sobre Mons.Guissani el Papa
destac que su pensamiento es pro
fundamente humano y llega hasta lo
ms ntimo del anhelo del hombre.
[...] Despus de sesenta aos el caris
ma originario no ha perdido su loza
na y vitalidad.
Mayo 2015 Heraldos
del Evangelio41
El cabildo de la catedral de Viena

festeja 650 aos de existencia
Los cannigos de la catedral de
Viena conmemoraron el 16 de marzo
los 650 aos de existencia del cabildo
de la iglesia de SanEsteban, funda
do por el archiduque RodolfoIV en
1365, ms de un siglo antes de que se
erigiera la propia dicesis de Viena.
Los festejos incluyeron el rezo
de Vsperas solemnes y un simpo
sio sobre los orgenes del cabildo en
el palacio arzobispal. En ellos parti
ciparon, adems del arzobispo me
tropolitano, el cardenal Christoph
Schnborn, el Nuncio Apostlico,
Mons.Peter Stephan Zurbriggen,
y el obispo de Linz, Mons.Ludwig
Schwarz.
Aniversario de Cristianos
Escondidos en Japn
En 1614 el shogunato Tokugawa
prohibi la religin catlica en Ja
pn, lo que dio lugar a una encar
nizada persecucin que casi acab
con la Iglesia en aquel archipilago.
Los pocos fieles dispersos se queda
ron sin sacramentos y sin sacerdo
tes, siendo los propios padres de fa
milia los que transmitan la fe a sus

hijos. Esto dur ms de dos siglos y
medio.
Esos catlicos empezaron a ser
conocidos como Kakure Kirishitan,
es decir, cristianos escondidos. Ha
can que sus hijos aprendieran de
memoria pasajes de la Biblia, ora
ciones y frases catequticas. Cuan
do por fin nuevos misioneros pudie
ron regresar al Japn, tuvieron la
enorme sorpresa de encontrarse con
los descendientes de esos primeros
Kakure Kirishitan.
Del 14 al 16 de marzo los catlicos
de Nagasaki conmemoraron con di
versos festejos el 150 aniversario de
ese feliz reencuentro. El cardenal fi
lipino Mons.Orlando Beltran Que
El Colegio Heraldos del Evangelio

se destaca en Medelln
Fotos: medellin.gov.co / sanjosevegas.edu.co
ras la reciente presentacin por parte de la Alcal

da de Medelln de un informe sobre los colegios
ms representativos de esa ciudad, de 2,8millones de
habitantes, la Secretara de Educacin ha publicado
Caminos de Excelencia, una revista que, aparte de ex
plicar el mtodo utilizado para la medicin de la ca
lidad, incluye un extenso relato de las experiencias
vividas en las instituciones edu
cativas protagonistas. Entre las
15 mejores figura el Colegio He
raldos del Evangelio, conocidos
en Colombia como los Caballe
ros de la Virgen, una orden reli
Algunos de los rectores de los colegios premiados,

reunidos en la Alcalda de Medelln; en el destaque
portada de la revista publicada por la
Secretara de Educacin
giosa fundada por monseorJoo Scognamiglio Cl

Dias, pensador catlico de Brasil.
Las generaciones que han egresado en el Colegio
Heraldos del Evangelio lograron muy buenas califica
ciones en las pruebas del Estado, refiere el documen
to, y destaca, entre las peculiaridades de la institucin,
que los estudiantes asisten a Misa dos veces por da.
[...] hacen peregrinaciones a distintos municipios, don
de pueden demostrar lo aprendido en las lecciones de
msica animando las celebraciones litrgicas en las pa
rroquias. Igualmente seala que para los Heraldos la
vida de piedad, oracin y contemplacin tambin es
muy importante, y por eso se esfuerzan por ensearles
a sus estudiantes prcticas como la meditacin para
que encuentren a Dios dentro de s mismos. Eso ha
ayudado mucho al proceso [educativo].
En la introduccin de la publicacin se expone la
preocupacin por la bsqueda de criterios pedaggi
cos: Esta es la calidad educativa que adopta la Secre
tara de Educacin para trabajar con sus instituciones
educativas, asumiendo qu calidad debe transitar los
caminos hacia la excelencia, y as poder pensar pro
cesos pedaggicos ms humanos, ms democrticos y
ms pertinentes para los nios, las nias y los jvenes
que habitan el mundo de la vida escolar.
Escritor catlico norteamericano

realza el poder de la Misa diaria
La Editorial Ave Mara Press
acaba de lanzar en Estados Unidos
el libro El poder de la Misa diaria.
Cmo la participacin frecuente en la
Eucarista puede transformar tu vida.
El autor, Bert Ghezzi, es un escritor
ampliamente reconocido en los me
dios catlicos norteamericanos que
ha publicado varios best seller.
El libro pretende demostrar que
participar diariamente en la Misa
proporciona nimo y esperanza pa
ra enfrentar las dificultades de la vi
da, desarrollando, bajo diferentes
aspectos, las ventajas que dicha par
ticipacin aporta a cada uno de no
sotros.
Usted obtendr beneficios in
conmensurables al recibir el Cuer
po y la Sangre de Jess cada da: un
alimento para el alma, una unin
ms ntima con Jess, una transfor
macin en Cristo, un remedio para
los pecados, la experiencia de la co
munidad y, lo mejor de todo, la vida
eterna, afirma el autor.
Los Salesianos fundan

una universidad en Argentina
El 26 de marzo fue inaugurada ofi
cialmente en Baha Blanca la Universi
dad Salesiana Argentina (Unisal), con
la participacin del arzobispo metro
politano, Mons.Guillermo G
arlatti, y
de diversas autoridades civiles.
El vicerrector de la institucin edu
cativa, el padre Vicente T
irabasso,
SDB, manifest su alegra por el
sueo que hemos podido concre
tar despus de muchsimo esfuerzo
cuando comenzamos [...]. La casa se
El Museo del Prado

expone una famosa
custodia colombiana
esde el 1 de marzo hasta finales de mayo, el Museo del Prado, de

Madrid, exhibe una de las piezas litrgicas ms famosas del mun
do: la custodia confeccionada para exponer el Santsimo Sacramento en
la iglesia de SanIgnacio de Bogot, que por estar adornada con 1.485 es
meraldas de altsima pureza se gan el apodo popular de La Lechuga.
Una obra maestra de la orfebrera colombiana del sigloXVIII que
fue realizada por el artista espaol Jos Galaz, y cuyo trabajo tard
siete aos. Adems de las esme
raldas, la pieza posee 215 dia
mantes, junto con perlas, ama
tistas, rubes, un zafiro y un
topacio.
Efran Triao, director de la
Unidad de Arte y otras Colec
ciones del Banco de la Repbli
ca, que guarda la joya, explic que
su elaboracin se empez a ha
cer en 1700 por encargo de los je
suitas, que fueron expulsados tres
veces de la antigua Nueva Grana
da. Por eso se perdi su rastro du
rante un tiempo y slo a finales
del sigloXIX, cuando fueron de
vueltos los bienes confiscados a la
Compaa, la custodia regres a la
iglesia de SanIgnacio de Bogot.
El director del Museo del Pra
do, Miguel Zugaza, declar a la
agencia EFE que era un sueo
Casi mil quinientas esmeraldas
poder contar con esa obra tan
adornan
excepcional que permite viajar
la famosa custodia
a ese Dorado que fue Amrica.
pobl de jvenes, que son los verda

deros protagonistas. Tambin ex
plic que los estudios se realizarn
en un clima de acompaamiento y
promocin de las capacidades de los
jvenes, con espritu de familia, tpi
co de Don Bosco, y que habr un
sistema de becas para los alumnos
con dificultades econmicas.
Oscar Monsalve Pino
vedo, OMI, arzobispo de Cotabato,

represent a la Santa Sede en las ce
lebraciones. Entre los fieles que me
recieron una mencin especial fi
guraba el Beato Peter Kasui Kibe,
jesuita de origen japons martiriza
do en 1639 junto con otros 187 com
paeros en la ciudad de Nagasaki.
La universidad, que no cuen

ta con ninguna subvencin estatal,
ofrece actualmente las carreras de
Psicologa, Abogaca, Comunica
cin y Educacin. Otras disciplinas
se irn agregando paulatinamen
te en los prximos aos, en funcin
de las necesidades concretas de la
regin.
Mayo 2015 Heraldos
del Evangelio43
Bcassine festeja su 110 aniversario
de volmenes publicados.
ngenua, siempre enre
Aunque han sido pensadas
dada y muy bondadosa,
para distraer a los nios,
la figura de la campesina
las aventuras de la campe
bretona Bcassine Labor
sina bretona han impresio
nez conmemora 110 aos
nado a adultos y al mundo
de existencia, desde que el
intelectual, despertando
dibujante Joseph Pinchon
el inters de los especialis
y la guionista Jacqueline
tas por la genial manera co
Rivire la crearan para la
mo la sociedad francesa de
revista infantil La Semaine
principios del siglo XX es
de Suzette, el 2 de febrero
retratada en ellas.
de 1905.
Bcassine todava conti
A partir de entonces, el
Pginas del lbum Lenfance de Bcassine,
na
teniendo xito en la ac
personaje de la joven bre
cuya primera edicin data de 1913
tualidad porque segn
tona nacida en Clocher-lesBcasses, aldea imaginaria situada en algn lugar de explica Le Figaro en su edicin del 31 de marzo sus
la Picarda francesa, ha sido protagonista de una fa historias estn ambientadas en una poca que igno
mosa historieta, que ya cuenta con casi tres decenas raba la vulgaridad.
La Semana Santa puede ser declarada

Patrimonio Inmaterial de la Humanidad
En el texto aprobado por la Cmara Alta, se le

pide al Gobierno espaol que apoye y defienda en
las instancias internacionales oportunas la inscrip
cin de la candidatura de la cultura de la Semana
Santa en la lista representativa del Patrimonio Cul
tural Inmaterial de la Humanidad de la
UNESCO. Dicha peticin se justifica
porque la Semana Santa y sus manifes
taciones culturales, religiosas y popula
res poseen una infinidad de objetos de
especial valor artstico, obra escultri
ca y otros bienes materiales [...] que de
ben ser en igual medida protegidos por
los poderes pblicos con una accin po
sitiva.
El portavoz de Cultura y senador por
Valladolid, Alberto Gutirrez, encargado
de defender el texto, subrayaba que lo
que se intenta proteger con esta mocin
es ese patrimonio que se ha ido sucedien
do de generacin en generacin.
Procesin de Nuestro Padre Jess del Rescate por las calles
Gustavo Kralj
odos los grupos polticos del Senado espaol

aprobaron por unanimidad, en sesin plenaria,
una propuesta del grupo parlamentario popular pa
ra que la Semana Santa sea considerada Patrimonio
de la Humanidad.
de Mlaga (Espaa), el Martes Santo de 2012
Una ciudad con cinco baslicas
y su importancia en el mbito religioso. La ceremo

nia ser presidida por el Nuncio Apostlico en Co
lombia, monseorEttore Balestrero.
El diario El Colombiano refiere que el largo proceso
incluy un cuestionario de 15 pginas en latn envia
do desde el Vaticano para que fuera respondido en la
misma lengua. Por su parte, el P.Ortiz explicaba al pe
ridico La Patria que la parroquia cumpla desde hace
mucho con los requisitos exigidos por la Santa Sede y
deca: Es un honor muy grande para el templo que lo
hayan distinguido con ese ttulo, y es tambin un pre
mio a los valores espirituales y religioso de Manizales.
arquidiocesisdemanizales.com
esde el 20 de febrero, Manizales, ciudad co

lombiana de algo ms de 400.000 habitantes,
cuenta ya con cinco baslicas menores. Aquel da el
prroco de La Inmaculada Concepcin, el padre Si
gifredo Ortiz, recibi de la Sagrada Congregacin
para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacra
mentos la repuesta favorable a la peticin hecha ha
ce dos aos solicitando la elevacin del templo pa
rroquial a la categora de baslica.
El documento, que ser oficialmente presentado
a la dicesis el 13 de junio, reconoce el valor histri
co y artstico de la iglesia matriz, construida en 1909,
Diversos
aspectos
de la nueva
baslica de La
Inmaculada
Concepcin,
construida en
1909, en estilo
neogtico
Apostolado del Oratorio

Mara Reina de los Corazones
Smese a Mara, Reina de los Corazones, para que su hogar
participe en este apostolado junto con ms de 30.000 familias
que en Espaa reciben un oratorio una vez al mes en sus casas!
Usted tambin puede ser coordinador(a) de un oratorio
del Inmaculado Corazn de Mara.
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Mayo 2015 Heraldos
del Evangelio45
Historia para nios... o adultos llenos de fe?
La ms bella corona de flores

La joven novicia se someti, aunque interiormente un poco
disconforme. Dudaba de que tan breves oraciones pudieran
agradar tanto a la Santsima Virgen...
Mara Teresa dos Santos Lubin, EP
os duques Catalina y Ro mida por una gracia y decidi entre deliberacin. A pesar de ser hija ni
drigo vivan desconsola garse por entero en las manos de su ca, ambos se quedaron muy conten
dos, pues no tenan he divino Hijo: tan pronto como la edad tos. Ciertamente que Dios se haba re
rederos. Aunque nunca lo permitiera, entrara en una orden servado para l a esa joven nacida en
dejaron de invocar a la Reina de la religiosa. En prenda de dicha resolu circunstancias tan especiales.
Misericordia, suplicndole un des cin, hizo el firme propsito de, has
Al ingresar en el convento recibi
cendiente. Y tanta perseverancia, fi ta el final de su vida, tejer diariamen el nombre de sor Mara del Inmacu
nalmente, obtuvo su recompensa: en te una corona de flores y ofrecrsela lado Corazn. Siguiendo con su an
atencin a las oraciones, promesas, a Aquella a quien se haba confiado.
tigua costumbre, por las tardes reco
penitencias e incluso ayunos, la Vir
Cuando ya era una muchachita, ga flores del jardn y las llevaba a su
gen les concedi una nia muy linda, Mariana les comunic a sus padres su celda, para que la graciosa imagen
a la que le pusieron el nombre
de la Madre del Divino Amor,
de Mariana.
que se haba trado de casa de
Enorme fue la alegra de la
sus padres, nunca se quedara
corte y del pueblo cuando la pe
sin su corona de capullos fres
quea sali a la luz, pero sobre
cos, coloridos y perfumados. A
todo cinco das despus, cuan
la superiora le pareci bellsi
do se realiz su bautizo con
mo ese propsito que haba he
gran pompa en la catedral. Era
cho en su infancia y le autoriz
la fiesta de la Asuncin de Ma
a que continuara hacindolo en
ra y los duques tambin la con
el seno de la vida comunitaria.
sagraron a la Madre de Dios.
Unos meses ms tarde, la
El tiempo iba pasando y
Madre la llam para comuni
Mariana creca en edad y de
carle que deba ir a la ciudad
vocin a la Santsima Virgen.
sin falta, en compaa de sor
Se convirti en una nia llena
Ana de SanJos, para buscar
de gracia y encanto, obedien
algunas donaciones. Mal haba
te a sus padres, inteligente y
odo la orden, sor Mara se es
muy responsable.
tremeci en su interior: el via
Al atardecer sola pasear
je iba a durar varios das, y no
por el jardn del castillo, donde
podra cumplir el trato que ha
haba una imagen de la Virgen
ba hecho a la Reina del Cielo...
de tamao natural. Una tarde,
La bondadosa superiora
mientras rezaba all en profun
enseguida se dio cuenta de la
Mientras rezaba en profundo recogimiento,
se sinti asumida por una gracia
do recogimiento, se sinti asu
afliccin de la novicia e inten
Dibujos: Elizabeth Bonyun
Espantados con lo que ha

t tranquilizarla recordndole
ban visto y temblando, los la
que, para una religiosa, la obe
drones se acercaron a las reli
diencia es ms importante que
giosas y les preguntaron:
cualquier otro acto de devo
Quin era esa Seora
cin. Y le orden que durante el
ms brillante que el sol?
tiempo que estuviera fuera del
Ninguna de las dos entendi
convento, le ofreciera a la Sant
nada... De dnde haban sali
sima Virgen, cada da, diez ave
do esos hombres? De qu esta
maras y cinco padrenuestros,
ban hablando? Todava un poco
garantizndole que esas oracio
asustada, sorAna de SanJo
nes agradaran a la Virgen mu
s les respondi que, aparte de
cho ms que las flores.
ellas y los dos cocheros, no ha
La joven se someti, aun
ba nadie ms en el bosque.
que interiormente un poco
Los bandidos insistan en
disconforme. Dudaba de que
que haban visto a una radiante
tan breves oraciones pudieran
Seora al lado de ellas. Enton
agradar tanto a la Santsima
ces, sealando a sor Mara, ex
Virgen como la sencilla coro
plicaron que la Dama retiraba
na que siempre preparaba con
rosas rojas y blancas de su boca,
tanto cario y esmero.
con las que teji una reluciente
A la maana siguiente, las
corona de flores.
dos novicias se acomodaron
La hermana Mara com
en el carruaje que la hermana
prendi
que la Santsima Vir
ecnoma haba contratado y se
A cada Padre Nuestro y Ave Mara
gen se haba servido de ese
marcharon. Caa la tarde cuan
que rezaba, aquella hermosa Seora haca
brotar una rosa roja o blanca
medio tan singular para re
do llegaron a la residencia de
prender su incredulidad. Con
un matrimonio de bienhecho
res donde se iban a hospedar. Nada tos en medio de los arbustos espe t a los asombrados ladrones la pro
mesa que haba hecho, las oraciones
ms entrar en sus aposentos, sor Ma rando una vctima.
Las religiosas iban andando tran que le impuso su superiora y la des
ra se arrodill y rez las oraciones
que haba determinado la superiora. quilas, sin sospechar nada, charlan confianza interior con la que acat
Por primera vez dormira sin haber do sobre los asuntos ms variados. su orden. La escena a la que ellos ha
Al acordarse de que no haba rezado ban asistido mostraba que aquellos
podido cumplir su promesa...
Una vez terminada su misin, lle todava las oraciones de su obedien padrenuestros y avemaras eran aco
g la hora de regresar. Una fuerte tor cia, sor Mara del Inmaculado Cora gidos por Ella con ms agrado an
menta haba dejado las carreteras in zn le propuso a su compaera que que la ms bella de las coronas de
flores.
transitables y se vieron obligados a lo hicieran en conjunto.
Arrepentidos, los bandidos se
Se acercaban sin percibirlo a los
seguir por un camino secundario, que
pasaba por un bosque solitario. En malhechores, que seguan escondi marcharon rogando a las religiosas
determinado momento del recorrido dos... Pero en el instante en que se que rezasen por ellos, e hicieron el
una de las ruedas del carruaje empe disponan a asaltarlas, una visin ce propsito de enmendar su vida.
Al llegar al convento, las dos no
z a chirriar de un modo alarmante lestial los detuvo: al lado de las reli
y los cocheros tuvieron que detener giosas haba una hermosa Seora, vicias contaron a las dems herma
se para repararla. Mientras tanto las llena de luz, que haca brotar de los nas lo que haba ocurrido; y enton
religiosas aprovecharon ese tiempo labios de sor Mara una rosa roja o ces decidieron rezar en conjunto, a
para pasear un poco por la floresta. blanca a cada Padre Nuestro y Ave partir de ese momento, no slo diez
Quin sabe si encontraran por all Mara que rezaba, y las iba recogien avemaras y cinco padrenuestros, si
algunas flores para ofrecrselas a la do con sus albsimas manos. Termi no el Santo Rosario completo en ho
nadas las oraciones, la regia Dama nor de Mara Santsima. As, todos
Virgen, pensaba sor Mara...
Pero no se imaginaban lo que les teji con esas flores una magnfi los das, la comunidad ofrecera a la
aguardaba... Dos bandidos, famosos ca corona y desapareci subiendo al Virgen una corona de flores de ini
gualable valor.
por su crueldad, permanecan ocul Cielo.
Mayo 2015 Heraldos
del Evangelio47
_
_______
Los santos de cada da
1. San Jos Obrero.
San Ricardo Pampuri, reli
gioso (1930). Tras haber ejerci
do la medicina en la vida seglar
con gran generosidad, ingres en
la Orden Hospitalaria de SanJuan
de Dios. Al cabo de casi dos aos,
descans piadosamente en el Se
or en Miln, Italia.
2. San Atanasio, obispo y doctor de la
Iglesia (373 Alejandra - Egipto).
Santa Viborada, virgen y mr
tir (926). Vivi recogida en una
pequea celda junto a la iglesia de
SanMagno, en Sankt Gallen, Sui
za. Fue asesinada por los invaso
res hngaros a causa de su fe y vo
to religioso.
3. V Domingo de Pascua.
Santos Felipe y Santiago,
Apstoles.
Beata Mara Leonia Paradis, virgen (1912). Funda
dora de la Congregacin de
las Pequeas Hermanas de
la Sagrada Familia, en Sher
brooke, Canad.
la Orden de los Clrigos Regu

lares Ministros de los Enfermos,
que prest servicio a los enfermos
en hospitales de Verona y Cremo
na, Italia.
7. San Agustn Roscelli, presbtero

(1902). Fund en Gnova, Italia,
la Congregacin de las Hermanas
de la Inmaculada Concepcin de
la Bienaventurada Virgen Mara.
8. San Wiro, misionero (c.700). Jun
to con sus compaeros Plechel
mo y Odgero, desarroll, segn la
tradicin, un gran trabajo apost
lico para evangelizar la regin de
Roermond, Pases Bajos.
11. San Mateo L Van Gm, mr

tir (1847). Fue decapitado en Sai
gn, Vietnam, tras un ao de cr
cel, por haber llevado en su em
barcacin a los misioneros euro
peos que evangelizaron la regin.
9. Beata Mara Teresa de Jess, vir

gen (1879). Fund la Congrega
cin de las Pobres Hermanas Es
colsticas de Nuestra Seora, en
Mnich, Alemania.
12. Santos Nereo y Aquileo, mrtires

(s.III Roma).
San Pancracio, mrtir (s.IV
Roma).
San Modoaldo, obispo (c.
647). En la dicesis de Trveris,
Alemania, construy y favoreci
iglesias y monasterios e instituy
varias comunidades de vrgenes,
siendo sepultado junto a su herma
na Severa.
10. VI Domingo de Pascua.

San Juan de vila, presbtero y
doctor de la Iglesia (1569 Monti
lla - Espaa).
Beato Enrique Rebuschini,
presbtero (1938). Sacerdote de
4. San Silvano de Gaza, obispo,

y treinta y nueve compaeros, mrtires (c. 304). Con
denados a trabajos forzados
en las minas de Feno, Pales
tina, fueron decapitados por
orden del emperador Maxi
mino Daya.
6. Beata Mara Catalina Troiani, virgen (1887). Religiosa

franciscana nacida en Italia,
que fund en El Cairo, Egip
to, las Hermanas Francisca
nas Misioneras.
14. San Matas, Apstol.

Beato Gil de Vouzela, pres
btero (1265). De noble fami
lia portuguesa, tras ejercer la
medicina en Pars, ingres en la
Orden de Predicadores, falle
ciendo en Santarm, Portugal.
15. San Isidro, labrador
(c.1130 Madrid).
San Reticio, obispo (s.IV).
Gobern la dicesis de Autun,
Francia, destacndose por sus
dones de predicador y su sabi
dura.
Franois Boulay
5. Beato Gregorio Frackowiak,

religioso y mrtir (1943).
Religioso de la Sociedad del
Verbo Divino, preso y dego
llado en Dresden, Alemania.
13. Nuestra Seora de Ftima.

Santa Ins de Poitiers, aba
desa (588). Consagrada por la
bendicin de SanGermn de
Pars, gobern con espritu de
caridad el monasterio de Santa
Cruz de Poitiers, Francia.
San Agustn de Canterbury siendo enviado a

Inglaterra por SanGregorio Magno - Baslica de
SanPatricio, Montreal (Canad)
16. San Posidio, obispo

(c.437). Discpulo y amigo de
San Agustn, a quien asisti en
______________________ Mayo
Beato Gerardo Mecatti, eremi
ta (c.1245). Distribuy sus bienes
entre los pobres y se retir a la so
ledad en Villamagna, Italia.
su muerte y escribi su biografa.

Fue obispo de Calama, Argelia, y
combati la hereja donatista.
17. Solemnidad de la Ascensin del
Seor.
San Pascual Bailn, religioso
(1592 Villareal - Espaa).
San Pedro Liu Wenyuan, mr
tir (1834). Catequista estrangula
do en Guiyang, China, a causa de
su fe en Cristo.
19. San UrbanoI, Papa (230). Go

bern fielmente durante ocho
aos la Iglesia, tras el martirio de
San Calixto.
20. San Bernardino de Siena, presb
tero (1444 LAquila - Italia).
Beata Mara Crescencia Prez, virgen (1932). Religiosa de la
Congregacin de las Hijas de Ma
ra Santsima del Huerto, en Ar
gentina. Por problemas de salud
fue transferida a Vallenar, Chile,
donde falleci a los 35 aos.
21. San Cristbal Magallanes, pres
btero, y compaeros, mrtires
(1927 Mxico).
San Hemming, obispo (1366).
En la dicesis de Abo, Finlandia,
renov la disciplina eclesistica,
favoreci los estudios de los clri
gos, dignific el culto divino y pro
movi la paz entre los pueblos.
22. Santa Joaquina Vedruna, religio
sa (c.1854 Barcelona - Espaa).
Santa Rita de Casia, religiosa
(c.1457 Cascia - Italia).
Beata Mara Dominica Brun
Barbantini, religiosa (1868). Tras
Gustavo Kralj
18. San JuanI, Papa y mrtir (526

Ravena - Italia).
Beato Estanislao Kubski, pres
btero y mrtir (1942). Muri en
una cmara de gas del campo de
concentracin de Dachau, Ale
mania.
26. San Felipe Neri, presbtero (1595

Roma).
Santa Mariana de Jess de Paredes, virgen (1645). Terciaria
franciscana de Quito, Ecuador, que
llev vida de religiosa en su propia
casa, asistiendo a indios y negros.
Santa Rita de Casia - Baslica de

Santa Mara del Popolo, Roma
haber enviudado, fund en Lucca,

Italia, la Congregacin de las Her
manas Ministras de los Enfermos
de San Camilo.
23. Beatos Jos Kurzawa y Vicente
Matuszewski, presbteros y mrti
res (1940). Asesinados en la ciu
dad de Witowo durante la ocupa
cin de Polonia.
24. Solemnidad de Pentecosts.
Mara Auxiliadora.
Beato Juan de Prado, presbtero
y mrtir (1631). Franciscano espa
ol enviado para al norte de fri
ca a fin de prestar auxilio espiritual
a los cristianos reducidos a la escla
vitud. Habiendo sido apresado con
fes valientemente su fe ante el ti
rano Mulay al-Walid, quien lo man
d quemar en la hoguera.
25. San Beda, el Venerable, presbte
ro y doctor de la Iglesia (735 Ja
rrow - Inglaterra).
San GregorioVII, Papa (1085
Salerno - Italia).
Santa Mara Magdalena de
Pazzi, virgen (1607 Florencia Italia).
27. San Agustn de Canterbury, obis

po (604/605 Canterbury - Ingla
terra).
San Eutropio, obispo (c.475).
Tras haber enviudado, decidi en
tregarse totalmente a Dios. Fue
ordenado dicono y ms tarde ele
gido obispo de Orange, Francia.
28. San Germn, obispo (576). Sien
do abad del monasterio benedic
tino de San Sinforiano, en Au
tn, Francia, fue llamado a la se
de episcopal de Pars. Cuid de las
almas con gran celo apostlico.
29. Beata Gerardesca, viuda
(c.1269). Pas su vida en una cel
da cerca del monasterio camaldu
lense de San Sabino, en Pisa, Ita
lia, dedicada a las alabanzas de
Dios.
30. San Fernando III, rey (1252).
Rey de Castilla y Len, fue pru
dente en el gobierno del reino,
protector de las artes y las cien
cias, y diligente en propagar la fe.
31. Solemnidad de la Santsima Trinidad.
La Visitacin de la Virgen
Mara.
San No Mawaggali, mrtir
(1886). Asesinado por los emi
sarios del rey, de quien era cria
do domstico, mientras imparta
una clase de catecismo en Mitya
na, Uganda.
Mayo 2015 Heraldos
del Evangelio49
La gema que simboliza el

Si el firmamento pudiera concentrar su color en una piedra,
sta se llamara zafiro. Suave o intenso, el azul de esta noble
gema es el ms hermoso de todo el orden de la Creacin.
Hna. Isabel Cristina Lins Brando Veas, EP
Gustavo Kralj
n los ltimos captulos del

Apocalipsis, SanJuan nos
invita a que imaginemos la
Jerusaln celestial, la mora
da de Dios entre los hombres (21,3),
edificada sobre un conjunto de colum
nas traslcidas y coloridas, cuyo brillo
se deriva de la gloria divina. Cuando
ms adelante describe los muros que
la rodean, el evangelista seala que
los cimientos de la muralla de la ciu
dad estn adornados con toda clase
de piedras preciosas (21,19).
Teniendo en cuenta que en la Sa
grada Escritura ningn detalle es
superfluo, podramos fijar nuestra
atencin en cualquiera de los precio
sos minerales sobre los que se sostie
ne esa construccin de ensueo y, re
flexionando acerca de su significado
ms trascendente, llegar a elevadas
conclusiones. Sin embargo, ningu
no de ellos parece estar tan cargado
de simbolismo como el zafiro, que
SanJuan lo menciona como segundo
fundamento de la nueva Jerusaln.
Aunque esta gema presenta varia
ciones rosceas, moradas, verdes e in
cluso doradas, su color caracterstico
es el azul. Un azul lindsimo, a ve
ces suave, a veces ms profundo, co
Zafiro azul de 423 quilates,

procedente de Sri Lanka - Museo
de Historia Natural, Washington
mo si se concentrase en cada una de

esas piedras la vasta gama de tonali
dades que se puede admirar en el cie
lo. Se dira, sin lugar a dudas, que se
trata del azul ms hermoso que existe
en todo el orden de la Creacin.
Contemplar un zafiro serena los
nimos agitados, despierta senti
mientos de pureza, armona y tem
planza, y ahuyenta el mal. SantaHil
degarda de Bingen atribuye a esa
piedra la virtud de favorecer la inte
ligencia y no falta quien le otorgue
el poder de conceder la sabidura.
El azul del zafiro lo relaciona

tambin, de modo singular, con la
idea de nobleza. Figuraba en las in
signias de altos cargos eclesisticos
y era empleado habitualmente en la
confeccin de ornamentos reales. La
corona del Imperio Austraco, por
ejemplo, conservada en la Cmara
del Tesoro del Palacio de Hofburg,
en Viena, est rematada con un zafi
ro de considerable tamao, que sim
boliza el nexo entre el Sacro Impe
rio y el Cielo.1
No obstante, nada supera el he
cho de que esa gema sea la que me
jor representa ciertos aspectos del
alma de Mara Santsima, Reina del
Cielo y de la Tierra, a la cual la Igle
sia llama Clica Sapphiri,2 Zafiro
celestial. Si la esmeralda es la ima
gen de la esperanza y el rub, del
amor a Dios, el zafiro nos recuer
da la suavidad y la compasin de
la Virgen Serena, que est dis
puesta a obtenernos el perdn
de su divino Hijo, incluso para
nuestras peores faltas; nos alcan
za las gracias necesarias para nues
tra enmienda, nuestra salvacin y,
as, brillar ante Ella por toda la eter
nidad.3
COMISIN DE ESTUDIOS DE CAN

TO GREGORIANO DE LOS HE
RALDOS DEL EVANGELIO. Liber
Cantualis. SoPaulo: Salesiana, 2011,
p.135.
CORRA DE OLIVEIRA, Plinio. Ra

zo de nossa serenidade. In: Dr.Plinio.
SoPaulo. AnoVIII. N.91 (Octubre,
2005); p.44.
La corona imperial de Austria, rematada con un zafiro en cabujn
Gustavo Kralj
CORRA DE OLIVEIRA, Plinio. A

mais bela coroa do mundo. In: Dr.Plinio. SoPaulo. AoXV. N.176 (No
viembre, 2012); p.32.
Gustavo Kralj
Gryffindor (PD)
Gustavo Kralj
azul del cielo
Mayo 2015 Heraldos
del Evangelio51
Auxilio de los Cristianos
Timothy Ring
l simbolismo que tiene esa imagen

es muy bonito. La Virgen coge
al Nio Jess en uno de sus brazos y
con la otra mano sujeta un cetro. Esto
nos indica que a causa del poder que
Ella tena sobre el Nio Jess, y que
conserv durante toda la vida,
tiene la omnipotencia sobre el
mundo, sobre el universo entero.
Y como Seora omnipotente
del universo, tiene el poder
de auxiliarnos en todo lo que
queramos. Es una auxiliadora
omnipotente. Por otra parte,
su risueo semblante, su amable
semblante, nos habla de su misericordia.
As pues, existen dos factores para que
confiemos en su auxilio. Ella quiere
inagotablemente socorrernos, Ella puede
socorrernos en todo. De modo que si se
lo pedimos, nos socorrer.
Plinio Corra de Oliveira
Mara Auxiliadora
Casa Monte Carmelo,
Caieiras (Brasil)

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Lo indito sobre los Evangelios

sta original obra de monseor Joo Scognamiglio Cl Dias, EP, compuesta

Vol. I: Domingos de Adviento, Navidad, Cuaresma y

Vol. III: Domingos de Adviento, Navidad,

Vol. V: Domingos de Adviento, Navidad,

Vol. VII: Solemnidades Fiestas que pueden tener

La coleccin Lo indito sobre los Evangelios es una publicacin

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San Juan de vila

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La voz del Papa

La palabra de los Pastores

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razn el editar esta maravillosa re

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Hace poco tiempo tuve contacto

truyen acerca de cmo debe ser un

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La voz del Papa

Queremos ver a Jess

6Heraldos del Evangelio Mayo 2015

n este quinto domingo de

Francisco durante el ngelus

del mal, y del triunfo definitivo del

Evangelio, crucifijo y testimonio

a los que estn en bsqueda del

timonio de nuestra fe, pobre pero

coherencia de vida: entre lo que de

n este pasaje del Evangelio que

No podemos engaar a Jess

se fiaba. l, Jess, no se fiaba. Y es

nas, pero tambin hay cosas no

Mayo 2015 Heraldos

8Heraldos del Evangelio Mayo 2015

tos signos: echarn demo

blarles, el Seor Jess fue

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Es lo que sucedi con los Apstoles: Dios los

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que hacer (Hch9,46). En ese momento le fue

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Mayo 2015 Heraldos