La Ruta de La Vihuela

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La ruta de la vihuela

Detalles
En este 2005 tan prolco en actividades que conmemoran la publicacin de El Quijote,
la msica no ha quedado ausente en un acontecimiento cultural tan extenso. De hecho el
aspecto musical -canciones, romances, instrumentos musicales- en la obra de Cervantes
ha sido estudiado por varios autores en diferentes mbitos sin necesidad de aguardar la
llegada de aniversarios.
Como es conocido, en don Quijote de la Mancha aparecen romances, como gnero
musical, que los personajes entonan acompaados por instrumentos musicales de su
poca, tanto en los ambientes populares como en los cultos. As, en la segunda parte de
la novela, encontramos el siguiente texto:
[] Haga vuesa merced, seora, que se me ponga un lad esta noche en mi aposento;
que yo consolar lo mejor que pudiere a esta lastimada doncella; que en los principios
amorosos los desengaos prestos suelen ser remedios calicados [] Fueron luego a
dar cuenta a la Duquesa de lo que pasaba y del lad que peda don Quijote, y ella,
alegre sobremodo, concert con el Duque y con sus doncellas de hacerle una burla que
fuese ms risuea que daosa [] Hecho esto, y llegadas las once horas de la noche,
hall don Quijote una vihuela en su aposento; templla, abri la reja, y sinti que
andaba gente en el jardn; y habiendo recorrido los trastes de la vihuela y andola lo
mejor que supo, escupi y remondse el pecho, y luego, con una voz ronquilla, aunque
entonada, cant el siguiente romance, que l mismo aquel da haba compuesto[]
(CAPTULO XLVI).
Puede observarse en este pasaje que el lad es identicado con la vihuela, no sabemos si
confundidos ambos instrumentos por Cervantes -como uno de los tantos despistes que
sola cometer-, o porque diseara este error para atriburselo a los personajes, que en un
contexto musical popular identicaran, por ignorancia, el lad y la vihuela.
Que la confusin se deba al despiste del autor, hay que considerarlo poco probable,
puesto que la vihuela era un noble instrumento ancado en Espaa que acompaaba a la
Corte, y Cervantes vivi con su familia prximo a este ambiente cortesano, primero en
Valladolid y despus en Madrid, a donde es traslada la capital, por lo que hay que
suponer que l conoca la vihuela y su contexto. M. Soriano Fuertes, en su Historia de
la Msica Espaola (tomo II; Madrid, 1856), escribe: Hay quien dice que Cervantes
tocaba la vihuela y entenda perfectamente la msica; mas si esto no puede armarse
con seguridad, debe creerse que era muy amante de ella, como lo prueban los continuos
elogios que en sus obras le prodiga, y su intimidad tanto con Espinel cuanto con don
Salvador Ruiz.
Por otra parte, en su recorrido por Italia y durante su estancia en Roma, hacia 1569, al
servicio del cardenal Acquaviva, pudo conocer el lad, que desde 1536, experimentaba
un extraordinario auge en cuanto a publicaciones y compositores con abundante msica
vocal sacra y profana (misas, motetes y madrigales) hasta nal de siglo.
Podramos concluir, por lo tanto, que Cervantes saba diferenciar ambos instrumentos, a
pesar de que en Espaa vihuela y lad no coexistieron.

As, pues, desde el punto de vista literario es posible que Cervantes hiciera que don
Quijote pidiese un lad y que los personajes sirvieran una vihuela en el aposento del
caballero, con lo cual, el autor, que sin duda conoca ambos instrumentos, jugara con el
saber culto que distingua lad de vihuela-, y el saber popular -que los encontraba
semejantes-, ridiculizando as an ms a los duques y al Caballero de la Triste Figura.
Parece evidente, por tanto, que D. Miguel pusiese en manos del Quijote, metido a
trovador, la vihuela como instrumento tpicamente espaol, mientras que el lad
quedaba en los connes de Europa. De hecho, se conoce que los reyes espaoles no
tienen laudistas a su servicio en la Corte pero s vihuelistas. Luis de Narvez fue uno de
ellos. Su protector, Francisco de los Cobos, jug un papel determinante durante el siglo
XVI en la vida cortesana del vihuelista. De los Cobos logr ascender hasta los puestos
ms altos, llegando a formar parte del consejo de estado de Carlos V. Es natural suponer
que bajo tan augusta proteccin, la posicin de Narvez en la Corte estuviera asegurada.
La vihuela de mano es un instrumento que alcanza su mximo esplendor en Espaa
durante el siglo XVI, como hemos dicho, en el entorno de un ambiente cortesano y bajo
el amparo de las capillas musicales de reyes y nobles. Mientras el lad disfrutaba en esta
poca de una creciente aceptacin en toda Europa, ni una sola publicacin para este
instrumento fue impresa en Espaa a pesar de su existencia fsica en nuestro pas,
puesto que si repasamos los inventarios de instrumentos musicales en las cortes
espaolas, observaremos una evidente presencia del lad como patrimonio real, y de
hecho aparecen en la relacin inventarial de Felipe II lades y dos tiorbas.
En la Espaa del siglo XVI se vivi un profundo rechazo hacia lo arbigo, lo que puede
explicar que el lad no se popularizara frente a la vihuela de mano. Esta teora no es del
todo convincente: en la iconografa de aquella poca abundan lades que aparecen en
los lienzos de artistas espaoles, aunque en ocasiones responden a un patrn esttico de
composicin de pintores italianos en los que est presente el lad.
En cuanto a los romances era habitual recitarlos acompandose de la vihuela, tal como
lo recoge Cervantes en la escena que hemos referido al comienzo. En l, don Quijote
canta su rmeza en el amor a Dulcinea como respuesta a otro romance que Altisidora le
haba entonado, acompaada de arpa - instrumento aristocrtico favorito de la mujer-,
sobre sus encantos para deslumbrar al Caballero.
En este ir y venir de romances en los que se cantaban los amores, las trovas, los sucesos
histricos, las aventuras caballerescas y las tradiciones, la msica que los acompaaba
se estructuraba en cuatro frases musicales que correspondan a los cuatro versos de cada
estrofa del romance, y con la misma msica se cantaban todas las dems estrofas,
seguidas y sin estribillo, lo cual facilitaba la longitud indeterminada del romance.
Aunque es evidente que Cervantes conoca el ambiente musical de su poca, no es
probable, sin embargo, que estuviera al tanto de los vihuelistas compositores y del
repertorio para vihuela. ste se limita a siete libros impresos, y constituye una antologa
de la mayora de los gneros musicales que se practicaban en Espaa entre las ltimas
dcadas del siglo XV y mediados del siglo XVI. El total de estas obras es de ms de
setecientas entre fantasas, villancicos vocales o instrumentales, romances, tientos,
diferencias, canciones, villanescas, pavanas, motetes, etc. La escasez de composiciones
musicales para danza en los libros de los vihuelistas es un rasgo muy caracterstico que

no se encuentra en los repertorios correspondientes a los instrumentos de otros pases.


Los libros italianos, por ejemplo, contienen una gran cantidad de danzas para lad junto
a intabulaciones y fantasas. Estas danzas y la preferencia por inabulaciones de
madrigales son algunas de las caractersticas que separan la tradicin italiana de la
espaola.
En menos de veinte aos (1535-1554) se publicaron los seis primeros libros de vihuela,
y hubo que esperar otros veintids aos hasta la publicacin del libro de Esteban Daza
(1576). Por otro lado, el Ramillete de Flores prolonga casi un cuarto de siglo ms el
mbito temporal de la msica para vihuela. Se trata de un manuscrito publicado en
poca de Cervantes (1593), que se encontraba en la Biblioteca Nacional de Madrid y
que fue descubierto en 1975 por J.J Rey. Las obras que contiene, adems de no ser
conocidas (excepto las diferencias sobre Gurdame las vacas de Narvez), y de poseer
una gran calidad, sirven de enlace entre la msica de vihuela del siglo XVI y la de
guitarra del XVII. La fecha, tarda para una recopilacin de vihuela de mano, deja
vislumbrar el inters por su msica que todava se senta a nales del siglo XVI.
Se da por supuesto que las obras que componen este manuscrito son anteriores a 1593, y
estn probablemente comprendidas dentro de un espacio de cincuenta aos anterior a
esa fecha, coincidiendo con la edicin de las obras de Luis de Narvez.
Estos siete libros que han llegado hasta nosotros, no son sino una parte de un fenmeno
mucho ms amplio, puesto que son muchos los nombres de los taedores y
compositores que no se conocen: Lpez de Baena, Gaspar de Torres, Diego del Castillo,
y otros muchos de los que ni siquiera se han conservado los nombres. La existencia de
estos otros taedores es evidente por las caractersticas propias de aparicin de la
msica de vihuela. Por ejemplo, el libro de Luis Miln (1536) surge ya como un arte
totalmente maduro, sin el balbuceo previsible a los comienzos de todo estilo, incluso
con habilidades slo superables con una tcnica adaptada por completo al instrumento.
A pesar de todo, el esplendor de la vihuela fue breve y la guitarra de cinco rdenes
acabar eclipsando a este aristocrtico instrumento para el que se compuso una msica
de gran valor artstico, comparable con las obras ms valiosas del repertorio laudstico
europeo de su tiempo.
De este modo, El Caballero de la Triste Figura, en su IV Centenario, nos invita a los
instrumentistas de cuerda a hacer la ruta de tan prestigiosos instrumentos. Vale.

Mara Trinidad Molina Ramiro

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