de Sot avent o: el arpa jarocha

Andrs Barahona Londoo

Contrariamente a lo que se suele creer, la
dotacin instrumental original de la msi-
ca jarocha no inclua el arpa.
Fueron los campesi nos, rancheros,
vaqueros, peones de hacienda, arrieros,
pescadores y dems quienes dieron vida a
los sones jarochos con los instrumentos
que tenan a su alcance: la jarana, la gui-
tarra de son o requinto jarocho y el violn.
El arpa, an como instrumento diatnico
popular, siempre ha sido relativamente
El ferrocarril de Veracruz a Mxico: loi inicios.
147
cara, delicada y difcil de transportar. Esto puede explicar, en parte, por
qu entre los campesinos jarochos del siglo pasado, dadas sus duras
condiciones de vida, el arpa no era de uso comn.
Las tertulias decimonnicas
Sin embargo, el arpa no fue muy conocida ni apreciada durante el siglo
XIX en casi todo Mxico. El estado de Veracruz no constituy la excep-
cin, como nos cuenta el escritor Manuel Payno (1810-1894) en la
"Carta 13" de su texto titulado Un viaje a Veracruz en el invierno de
J843-
1
Texto en el que su autor haca las siguientes menciones: "Dos
seoritas tocaron el arpa y otra las acompa con una jaranita", y
"escuchando las sentidas vibraciones de las arpas, mi enajenacin fue tal
que apenas pude dirigirles algunos fros cumplimientos". Ms adelante
Payno sealaba que para las mujeres xalapeas "sus diversiones" se
reducan a "(...) tocar la (sic) arpa y cantar esas canciones populares (...)"
El mismo autor lleg a decir que durante su estancia en Xalapa "(...) se
repitieron los conciertos de las arpas (...)"
Como se desprende de tales comentarios, el arpa era un instrumento
comn en las tertulias a las que acudi Manuel Payno, donde conoci
gente de clase ms o menos acomodada o de ciase media, entre las que
destacaban "varias seoritas y algunos caballeros y oficiales del escuadrn
de hsares".
2
Estas seoritas arpistas, ya que el autor no mencion a
ningn varn que tocara dicho instrumento, sin duda conocan y goza-
ban ciertos aires populares y, entre ellos, algunos sones jarochos; pero,
asimismo, interpretaban otros gneros musicales "cultos", como lo refiri
el mismo autor despus de haber asistido a un concierto de "(...) una
sociedad filarmnica (...) que estudiaba multitud de piezas y sonatas (...)"
Manuel Payno describi que la orquesta se compona "simplemente
de jaranitas, un par de bajos y cuando ms un arpa". Enseguida Payno
coment que "el concierto comenz por uno de esos lindos vals, com-
Irene Virquei Hutoruy ftmUnfo (testimonio jarocho indito).
2
Hsar. Soldado de caballera ligera vellido a la usanza hngara. La caballera estaba constituida por sol-
dados con mayores recursos econmicos que los de la infantera.
148
puesto por D. Guillermo Wallace (...)*. Finalmente, luego de consignar
que "multitud de composiciones se tocaron (...)" en ese concierto, Payno
indic que "Vieux-Temps o M. Bhorer, se habran encantado al or la
magia de esta msica exclusivamente mexicana".
En relacin con la "Carta 13" de Manuel Payno se pueden hacer los
siguientes comentarios:
En primer lugar, siempre hubo una clara diferencia entre quienes cul-
tivaban "su propia msica" de manera espontnea tal y como en 1843
lo hacan los campesinos jarochos y quienes, a partir del estudio
acadmico clsico de la msica, se acercaban a una determinada expre-
sin musical popular regional, como sucedi con los arpistas de la
sociedad filarmnica que menciona Payno. Para expresarlo en trminos
sencillos: el msico popular inclua primero "su" msica y despus la
aprenda por tradicin oral, mientras que el acadmico primero aprenda
la msica y despus aplicaba dicho conocimiento. Esa era (y an lo es)
una diferencia fundamental.
Por otro lado, puesto que la msica jarocha se desarroll dentro de un
contexto sociocultural machista, la presencia de una mujer tocando el
arpa no era socialmente aceptada. La funcin de la mujer dentro del
acontecimiento social del baile o del fandango popular fue, con toda pre-
cisin, bailar y eventualmente participar en los coros colectivos, mientras
los varones tocaban los sones jarochos.
En este sentido, es posible considerar que si una o un arpista en el
Veracruz del siglo XIX llegaba a familiarizarse con ciertos sones jaro-
chos, esto de ninguna manera significaba que el arpa se hubiera integra-
do con un papel activo dentro de la tradicin musical jarocha de la cen-
turia pasada.
Un mosaico de estilos
Incluir el arpa en la orquestacin de los sones dio lugar a un complicado
proceso que se ha venido desarrollando de diferentes maneras a lo largo
de la regin jarocha. Tal heterogeneidad se deba a que dicha msica se
prestaba dentro de una pequea zona geogrfica a una gran variedad
de estilos de interpretacin. Por eso, hoy es mejor hablar de las msicas
jarochas.
149
Dentro de una simplificacin esquemtica pueden sealarse tres
grandes vertientes en las que se ha recreado musicalmente al son jarocho-
/. El son de la sierra (en Los Tuxtlas y en la sierra de Soteapan).
2. El son del llano (en Tres Zapotes y en la Boca de San Miguel).
3. El son de la ciudad ( en Boca del Ro y en Xalapa).
Y hay que aadir que semejante clasificacin responde ms a criterios
de estilo musical que a delimitaciones geogrficas estrictas.
En una caracterizacin a grandes rasgos resulta pertinente indicar que
el estilo serrano no incluye el arpa, que la versin llanera raras veces la
incorpora y que, en cambio, la modalidad citadina prcticamente se basa
en ella como instrumento meldico, al que con mucha frecuencia se ve
desplazar al requinto jarocho.
Esto no debe sorprendernos, pues, por las caractersticas que posee y
que previamente se mencionaron, de ser un utensilio delicado y difcil de
transportar, el arpa jarocha se ha convertido en un instrumento principal-
mente urbano. Cabe aclarar que la nocin de ciudad o urbe se ha modifi-
cado a lo largo del presente siglo, por lo que aqu se le emplea para referir,
bsicamente, al proceso de migracin de la poblacin de origen
campesino hacia nuevos asentamientos citadinos. As, se puede apreciar
que la migracin de los pobladores veracruzanos a las ciudades ms
importantes o a ciudades intermedias, no fue significativa durante la
primera mitad del presente siglo, pero se acentu notablemente a partir
de los aos sesenta.
Dicho movimiento migratorio ha representado, entre otras cosas, la
dilucin de las fronteras estrictamente geogrficas entre los distintos esti-
los musicales aqu sealados, y tambin ha propiciado una cierta uni-
formidad en la ejecucin de los sones jarochos. Volveremos sobre este
tema ms adelante.
Una reivindicacin popular
Durante las dos primeras ddacas del siglo XIX, Mxico vivi tiempos
muy difciles al estallar la revolucin armada. Entonces el pueblo supo
plasmar aquellos importantes sucesos en voz de los llamados corridos
revolucionarios, los cuales alcanzaron una enorme popularidad. Con el
tiempo, y en la medida en que se fueron apaciguando los nimos, el
150
nuevo orden social emergente tuvo en lo que se refiere a la msica
jarocha dos grandes implicaciones:
Por un lado, propici la aceptacin del gnero del corrido como por-
tavoz de sucesos socialmcnte importantes (y esto a pesar de que no se
desarroll la costumbre de bailarlo en los fandangos jarochos); y por otro,
el gesto de que los msicos jarochos de principios de siglo adoptaran el
arpa, signific una nueva actitud de igualdad en el sentimiento popular
ante la clase pudiente, en funcin de los recientes valores sociopolticos.
Es decir, que si anteriomente haba sido un instrumento connotada-
mente aristocrtico, ahora el arpa tambin seria pulsada por los msicos
campesinos jarochos. Por lo tanto, se puede afirmar que aquella familiari-
dad con ciertos aires jarochos que mantuvieron los arpistas (como la que
describe en 1843 Manuel Payno), encontr, dentro del nuevo contexto
social del Mxico posrevolucionario, un terreno propicio para que el arpa
en su condicin de instrumento diatnico se integrara a la msica
jarocha. Sin embargo, la presencia de un instrumento tan notable como el
arpa no poda pasar inadvertida en el contexto social de los sones jarochos.
Sorteros y algo ms
Uno de los arpistas contemporneos de mayor experiencia, Mario
Barradas (quien naci en Tierra Blanca en 1926), recuerda que
en los primeros bailes que yo fui -ya como msico arpista lo i|iic m.ts se tocaba can
piezas. Es decir, canciones, boleros, danzones y demis. Eso s, cuando vea uno que
ya empezaban a cabecear de cansancio los viejos, entonces nos arrancbamos con un
buen son jarocho y eso como que reanimaba a todo mundo. As se intercalaban las
piezas con alguno que otro son para que durara el baile (...).'
El testimonio es importante porque nos permite ubicar durante la dcada
de los treinta la presencia activa del arpa en la regin jarocha. No
obstante, como lo seala Barradas, en los bailes de pieza o bailes de saln
se tocaban slo ocasionalmente ciertos sones jarochos, ya que predomina-
ban otro tipo de obras. Como es natural, a la par de esos bailes per-
' Andrs Bjrjhom L. Por Upropia HOZ. Trsiiniomoi /roi/w Indito
151
E
n

l
a

D
i
v
i
s
i

n

d
e
l

N
o
r
t
e
,

c
a
s
i

d
e
s
a
p
a
r
e
c
i

u
n
o

d
e

l
o
s

e
n
o
r
m
e
s

l
a
s
t
r
e
s

d
e
l

e
j
e
r
c
i
d
o

f
e
d
e
r
a
l
:

l
a
s

s
o
l
d
a
d
e
r
a
s
.

A
n
t
o
n
i
o

V
i
l
a
n
o
v
a
.

maneca la costumbre de realizar fandangos populares. Pero entre esos
dos eventos aparentemente similares: los bailes de saln y los fandangos
populares, haba grandes diferencias. A los primeros se les denominaba
bailes de pieza o de saln, porque se hacan a puerta cerrada y para acceder
a ellos, por lo general, se tena que pagar la entrada; mientras que los fan-
dangos populares siempre se hicieron al aire libre, con lo que se permita
el acceso de todos los interesados (rasgos que conservan ambas modali-
dades hasta la fecha). Tal vez desde un principio los msicos acudan a los
fandangos convocados por el estallido de los cuetes que lanzaban al aire
los convidadores del baile, y a cambio de su msica reciban alimento y
bebida, pero nunca, o casi nunca, un pago en efectivo. Por su parte, en
los bailes de pieza, los msicos que solan acompaarse de una guitarra
sexta, un violn y un arpa, eran contratados para toda la velada o por
hora. Esto estableca otra gran diferencia entre unos y otros msicos: la
profesionalizacin.
Msicos profesionales
Fueron tres grandes elementos los que durante la primera mitad del pre-
sente siglo influyeron de manera importante en la tradicin musical
jarocha, entre otras razones porque significaron la creacin de un nuevo
mercado de trabajo. A saber:
1) Los medios de comunicacin masiva como las industrias radiofni-
cas, fonogrficas y, desde luego, cinematogrficas.
2) Las giras artsticas y promocionales organizadas por distintas empre-
sas cerveceras, y
3) La industrializacin de los llamados ballets folclricos.
En 1930 la XEW llamada la Voz de la Amrica Latina desde Mxico-
inaugur las concesiones para radiodifusoras. Los programas con msicos
en vivo tuvieron un xito enorme.
En 1936 se film la pelcula All en el Rancho Grande, que se convirti
en un clsico de la llamada poca de Oro del cine mexicano. Fue,
adems, la primera pelcula en que particip el gran arpista veracruzano
Andrs Huesca (1917-1957).
153
La industria fonogrfica que se desarroll a ia par que la del cine, grab
comerciairnente slo unas pocas decenas de discos de msica jarocha,
pero les dio una enorme explotacin mercantil; incluso todava hoy en
da algunos de estos discos se siguen reeditando. Tal vez ios discos que
mayor volumen de ventas han alcanzado sean los que realiz el conjunto
Medelin de Lino Chvez.
En relacin con ias giras artsticas organizadas por las compaas cerve-
ceras, otro gran arpista terrabianquense, Rubn Vzquez, comenta lo
siguiente:
ia desaparicin de ias tarimas y ios fandangos tradicionales -cuando menos en esa
zona- se debi en buena medida a ia llegada de ios templetes patrocinados por tal o
cual marca de cerveza. Este tipo de negocios, con tai de vender su producto, inclua
en su variedad cualquier cosa; lo mismo grupos de rock, seoritas en bikini, grupos
norteos, bailarinas y diferentes shows.
4
En 1952 la maestra Amalia Hernndez (1918) cre el Ballet Folclrico de
Mxico, cuyas vistosas y estereotipadas coreografas han recorrido prcti-
camente el mundo entero. Este tipo de espectculo mezcla de talento
artstico y atractivo turstico ha sido, desde entonces, imitado hasta el
cansancio por instituciones oficiales y tambin particulares.
As, en tan solo tres o cuatro dcadas se suscitaron grandes cambios en
Mxico que tuvieron importantes repercusiones en las tradiciones popu-
lares regionales, tai como le ocurri a la msica jarocha. La creacin de
nuevas fuentes de trabajo propici migraciones hacia la ciudad de
Mxico, ias cuales, ms que por su nmero, se Jintinguieron por las con-
secuencias que tuvieron dentro y fuera de Veracruz.
II arpa grande jarocha
Andrs Huesca fue, sin duda, el primer veracruzano que triunf en la ciu-
dad de Mxico interpretando corridos y sones jarochos con ei arpa. Con
menor p.uuu pacin en pelculas, los hermanos Barradas sobre todo
Carlos (q.c.p.d.), y Mario tambin se consagraron ail como grandes
arpistas. De hecho, Mario se qued a vivir en ia ciudad de Mxico.
154
Gracias a la indudable calidad interpretativa de aquellos y de otros
artistas veracruzanos como Nicols Sosa y Andrs Alfonso, y en buena
medida tambin por el tremendo poder de penetracin de los medios
masivos, el estilo musical de este tipo de conjunto tanto en sonido como
en imagen, se convirti en el modelo a seguir para entrar en el mercado
de trabajo. En la medida en que se fue comercializando, a dicho mtodo
se le imit una y otra vez. Esto propici cierta uniformidad interpretativa
que abarc diversos aspectos, algunos de los cuales se sealarn aqu.
Cuando se film en 1936 la pelcula All en el Rancho Grande, el arpa
tradicional jarocha tena aproximadamente un metro con veinte cen-
tmetros de altura, por lo que los arpistas deban tocar sentados. Ello
represent un inconveniente para la realizacin de sus imgenes cine-
matogrficas. De hecho, Huesca utiliz un arpa grande michoacana en
esa pelcula. Al ver las escenas, los msicos jarochos no demoraron en
asimilar la experiencia y hacer una nueva que se pudiera tocar de pie. Al
respecto Andrs Alfonso nos cuenta lo siguiente:
Recuerdo que cuando iniciamos a tocar en la Fonda Santa Anita, con Nicols Sosa,
el problema era justamente que haba que tocar sentado. Nosotros tenamos que
tocar de mesa en mesa y en un restaurante di- esa categora, lleno .1 reventar, eso . 1.1
un estorbo y se vea muy mal que cargramos con una silla. Tuve eniom es l.i idea <K
hacer un arpa jarocha que se pudiera tocar de pie, pero con un arpa michoacana. Me
fij bien en esa arpa y not que estaba cortada .1 eMiudia, por lo que tenda .1 use
hacia adelante al estar tocndola uno. Por eso le di mis ngulo .1 l.i luv . pata que 11
instrumento se recargue en uno y permita mayor comodidad.'
En cuanto a la indumentaria, se estableci el uso de guayabera, pantaln
y botn blanco para el hombre; y para la mujer se generalizo el vestido de
gala en blanco, al que se ha dado en llamar traje de jarocha.
El corazn del conjunto
El arpa jarocha no solamente creci de tamao en la ciudad de Mxico,
tambin se convirti en el instrumento principal del conjunto jarocho
tpico o, cuando menos, en el que ha tenido mayor xito comercial. Este
' Andrs Barahona I. Op cu Indita.
155
-

.
-

C
o
n

c
a
m
i
n
a
n
t
e
s
,

c
a
b
a
l
g
a
d
u
r
a
s

y

a
u
t
o
s

s
e

f
u
e
r
o
n

c
u
b
r
i
e
n
d
o

l
o
s

e
s
p
a
c
i
o
s

d
e

u
n

t
r
a
n
s
i
t
a
r

l
i
g
e
r
o

e
n

b
u
s
c
a

d
e

f
o
r
t
u
n
a
,

r
i
q
u
e
z
a

y

v
i
d
a
.

sola contar con arpa, requinto, jarana y guitarra sexta. En trminos
generales, el arpista se volvi lder (y dueo del nombre) del grupo.
Aunque todo esto pasaba en el Distrito Federal, la influencia del nuevo
estilo comercial fue muy notoria dentro del propio estado de Vcracruz.
Mientras en los fandangos los sones duraban cerca de media hora, el
esquema musical bsico del estilo comercial consista en realizar una
introduccin instrumental generalmente a cargo del arpa, dos coplas,
solo de arpa al que se una el requinto, ltima copla y final. La idea de
esta variante estilstica era romper la monotona del son, ofrecer brillantes
ejecuciones de solistas y realizar todo en un lapso apenas mayor a tres o
cuatro minutos. La lgica inherente era clara: mientras ms breves fueran
los sones, ms sones peda el cliente.
As, se puede decir no sin ciertas reservas que la inclusin del .upa
como instrumento principal en los sones jarochos se dio ms en funcin del
dictado del estilo comercial que en relacin con su desempeo dentro de los
fandangos populares. Para ilustrar este fenmeno tomemos, por ejemplo, a
los dos lugares siguientes: Boca del Ro y el complejo turstico aledao, ubi-
cado en el centro del litoral veracruzano, y a Catcmaco, un sitio turstico a
orillas del lago del mismo nombre en la regin de Los Tuxdas.
Boca del Ro junto con Mandinga y El Conchai forman un complejo
cuyas actividades principales son la pesca y los restaurantes. Los creativos
boqueos aseguran que all los sones jarochos siempre se han interpretado
con arpa. Hoy en da la msica jarocha boquea est ntimamente ligada
a la presencia del turismo. En Boca del Ro existe un ballet folclrico aus-
piciado por la Universidad Vcracruzana, pero, en contraste, hace tiempo
que se perdi la costumbre de organizar fandangos.
Catcmaco es una pequea ciudad cuyas actividades principales al
igual que en boca del Ro son la pesca y la industria turstica. La diferen-
cia es que Catcmaco se encuentra dentro de la regin de Los Tuxtlas,
donde el son jarocho tradicionalmentc no incluye al arpa. Sin embargo,
existen all varios conjuntos cuyo estilo interpretativo difiere enorme-
mente del estilo tradicional tuxteco. La presencia del arpa en Catcmaco es
relativamente reciente y obedece ms al concepto conjunto comercial
enfocado hacia el turista, que a la costumbre tpica tuxteca. En locali-
dades y rancheras aledaas a Catcmaco persiste an la organizacin de
fandangos populares en lo que se conoce como velorios tuxtecos.
157
En la zona de Boca del Ro la msica jarocha permanece solamente en
tres lugares: Boca del Ro, Mandinga y El Conchai, pero en los cuales ya
no se da la tradicin del fandango; mientras que en Catemaco el conjun-
to de arpas existe, aunque de manera aislada, en una regin que conserva
todava el baile tradicional.
Una ruptura generacional
Lo que algunos msicos veracruzanos consideran como un avance gracias
a la supuesta modernizacin de su estilo interpretativo al imitar o proseguir
el estilo comercial, ha implicado, por otra parte, la prdida entre varias
generaciones del fandango tradicional, con todo lo que esto significa en
cuanto a costumbre local y a repertorio musical. Siendo una tradicin
oral, la msica jarocha se trasmite de manera directa a travs de los msi-
cos mayores a los jvenes. Cuando los viejos no tienen a quien legar sus
conocimientos sucede una ruptura generacional.
Esto fue lo que pas en buena parte de la regin jarocha, a raz de las
migraciones a las zonas citadinas. Muchos lugares perdieron su msica
local. Eso ocurri en Amatitln, Acula, Cosoleacaque, Ignacio de la Llave
y Tlalixcoyan, entre otros lugares. Actualmente, en el estado de Veracruz
perdura una gran variedad de estilos que ofrecen las msicas jarochas,
pero indudablemente su extensin territorial ha disminuido.
La situacin actual
Si se compara con otras msicas regionales mexicanas, la msica jarocha
sigue en efecto vigente, y su arpa contina siendo un instrumento
popular activo. An as, en lo que a repertorio se refiere, las ltimas inno-
vaciones fueron hechas por Lino Carrillo con sus composiciones llamadas
El Tilingo Lingo y El Huateque. A decir verdad, dichas piezas no son
unnimemente aceptadas por los msicos jarochos. El repertorio mismo
se ha reducido considerablemente, y hoy no quedan ms de setenta sones,
pero existe adems la tendencia, por parte de los msicos, de encajonarse
en la ejecucin de los sones ms conocidos, los cuales no son ms de
veinte. Dicen ellos que esto se debe a que los dems sones nadie los pide,
o bien porque no hay quien los sepa bailar.
158
Tal y como ya suceda hace ciento cincuenta aos en Xalapa, la presen-
cia del arpa veracruzana no est forzosamente ligada al fandango jarocho
tradicional. La enorme gama de piezas que interpretan los viejos arpistas
de la regin es evocada por el maestro Rubn Vzquez, en los siguientes
trminos:
Don Delfino Martnez era una persona peculiar. Tocaba esplndidamente valses,
sones y dems en el arpa. (...) Fue a 1 a quien -por primera vez- yo vi tocar los
medios tonos, utilizando el recurso de presionar la cuerda con un dedo de la mano
izquierda (...) Me parece importante mencionar a don Delfino. porque su enorme
destreza y alto nivel de ejecucin deben servir hoy en da, para darnos una idea de lo
que fueron aquellos artistas de principio de siglo. Ellos tuvieron que ampliar el
registro del arpa para interpretar ciertas melodas, modificando los tonos con la
ayuda de la mano izquierda.
6
En la actualidad los arpistas veracruzanos que indagan musicalmente ms
all del esquema armnico bsico que rige a los sones jarochos, recurren a
otros gneros. Dentro de este amplio espectro, que incluye boleros, baladas
de moda y canciones, la influencia de arpas paraguayas y venezolanas es
predominante.
Hacia finales de 1973 se formaliz la entrada del grupo musical Tlen
Huicani a la Universidad Veracruzana. El director del grupo, el maestro
Alberto de la Rosa, es sin duda uno de los mayores intrpretes actuales
del arpa folclrica en Veracruz. De la Rosa nos cuenta que "actualmente
hay ms arpistas en Xalapa que en cualquier otra parte de Veracruz.
Xalapa se ha convertido en el lugar de los arpistas. Aqu es frecuente el
arpa en una fiesta. Adems, las serenatas con arpa aqu son tpicas"
Se puede entonces asegurar que el arpa en Veracruz no va a desapare-
cer, por el contrario: existen no pocos arpistas jvenes. Lo que no se ve en
el momento actual es una tendencia a crear nuevas composiciones con un
sabor y un estilo que evoquen al arpa jarocha. Es de suponer que esto
suceder con las nuevas generaciones. Por ahora sin que ello deba sig-
nificar motivo de alarma la evolucin del arpa en Veracruz y la evolu-
cin del son jarocho siguen caminos diferentes.
6
Andrs Barahona L. Op. al. Indita.
159
F
o
r
d

i
n
i
c
i
a
b
a

s
u

m
a
r
c
h
a

e
n

t
i
e
s
a
s

v
e
r
a
c
r
u
z
a
n
a
s

s
u
b
i
e
n
d
o

c
u
r
v
e
a
d
a
s

c
u
e
s
t
a
s
,

r
a
d
e
a
n
d
o

r

o
*
.

E
s
t
a
c
i
o
n
a
d
o
*

f
r
e
n
t
e

a

l
a

a
r
c
a
d
a

t
r
a
d
i
c
i
o
n
a
l

s
e

h
a
d
a

a
c
o
m
p
a

a
r

d
e

F
i
r
e
s
t
o
n

y

o
t
r
o
s

m
i
s
,

m
e
x
i
c
a
n
i
z
a
n
d
o

s
u
s

p
r
o
d
u
a
o
s
,

a
d
a
p
t
a
n
d
o

t
o
d
o

a

s
u

p
a
s
o
,

a

s
u

l

g
i
c
a

y

a

s
u

p
a
r
t
i
c
u
l
a
r

m
a
n
e
r
a

d
e

v
e
r

e
l

m
u
n
d
o

y

r
e
s
o
l
v
e
r
l
o
.