Ramos Rafael Sosa

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HISTORIA. Vol. 30.

1997: 263-286

Instituto de Historia
Pontificia Universidad Catlica de Chile

Rafael Ramos Sosa*

LA FIESTA BARROCA EN CIUDAD DE MXICO

Y LIMA**

Abstract
The

Baroque festivity

has lived

else. Mxico and Per

are

on longer in Spanish America than anywhere


particularly significant in this respect, for their

celebrations still retain ceremonies and decor which show evidence of their
roots in the Baroque tradition. These can be explained because, in truth, there
was no
Age of Enlightenment. They stem from deeply trascendental peoples,
from

festive tradition

mistic outlook

on

grounded

on

profound religiousness

and

an

opti-

life.

The

analysis of the principal baroque celebrations -civilian. religious, and


festive- in the 17th and 18th centuries in Mxico City and Lima show that.
for these societies, the best way to celbrate a festivity was to sublmate the
affirmation of life in the

beauty of forms. The festive element was expressed


through art. Festive art was the qutntessential expression of the
Baroque, for, as Octavio Paz remarks, it united in a supreme contradiction,
the apotheosis and the destruction of forms.
in and

Introduccin
La fiesta moderna
de

investigacin

se

ha

desde

festaciones artsticas

es

configurado
numerosos

en

los ltimos aos

como un

slido campo

puntos de vista. Sin duda alguna, las mani

el aspecto ms rico y atractivo1. No obstante, las for-

Departamento de Historia del Arte, Universidad de Sevilla.


trabajo fue la ponencia presentada en el Seminario Internacional La Fiesta Barroca
en
Europa y Latinoamrica. De lo Efmero a lo Trascendente, organizado por el Instituto de His
toria de la Pontificia Universidad Catlica de Chile; Santiago, 27 al 29 de noviembre de 1995.
1
Sin nimo de ser exhaustivos, recogemos algunos estudios. AA.VV., El arte efmero en el
inundo hispnico, Mxico, 1983; AA.VV., El arte funerario. Coloquio internacional de Historia
**

Este

del Arte, Mxico, 1987; Flix Coluccio, Fiestas y costumbres de Latinoamrica, Buenos Aires,

HISTORIA 30/ 1997

264

recogen y envuelven las aspiraciones ms ntimas del hombre de todos los


tiempos. Como historiadores del arte nos interesan especialmente las im

mas

plicaciones
dad de las

artsticas que intervienen, procesos creativos y de ejecucin, cali


piezas, evolucin de los estilos, conexin y repercusin con otras

obras artsticas,
La fiesta

y programas iconogrficos.
afirmacin del mundo, del ser, de la existencia. Si el

iconografa
una

es

como algo positivo, no habra fiesta en su


genuino; ella es precisamente la vivencia de esa afirmacin de la
vida2. Desde el origen del hombre, las fiestas enlazaban con las estaciones
anuales, los ciclos vtales humanos y acontecimientos eventuales. Es el tiempo
histrico, repetitivo, cclico. Tambin existe el tiempo festivo. Es el matiz, el
tinte afectivo que le distingue del discurrir cotidiano. Bien puede ser el dolor,
la alegra, la gratitud, la peticin, etc. El tiempo de la fiesta es ideal y utpico,
se abre a la divinidad esperando una renovacin vital. De ah que, en cualquier
cultura, el tiempo festivo sea un pedazo de eternidad.
Asimismo, el lugar de la fiesta es tambin el espacio deseado, anhelado,
utpico. Es la misma ciudad cotidiana la que se transforma en la ciudad ideal
por medio de los decorados3. Hasta la edad moderna la ciudad fue el lugar pro
picio para esa metamorfosis que supone una riqueza existencial por parte de
sus pobladores, a diferencia del mundo contemporneo, en el que se construyen
artificiosas ciudades festivas como objetos de consumo.
La fiesta es una necesidad del espritu humano. Como es lgico tambin tu

hombre

concideraba el vivir

no

sentido ms

y tiene fines muy concretos. Es diversin, asueto y descanso a nivel perso


nal y social; puede ser un mecanismo de compensacin en sociedades azotadas
por frecuentes calamidades, si bien es una respuesta de tesn a esas dificulta
vo

des, consecuencia de
ideales: la

una

visin trascendente de la vida. En ellas

se

exaltaron

y la religin catlica promovieron numerosas fiestas en


definitiva se consolidaban los fundamentos humanos de estas institu

monarqua

las que en
ciones. Tambin

antiguo rgimen,

supusieron
como

una

vlvula de escape

instrumento del

a la rigidez del edificio del


poder estatuido4. En hispanoamrica a

1985; Jos Ma Diez Borque (comp.), Teatro y fiesta en el barroco. Espaa e Iberoamrica. Bar
celona, 1986; M. Fagiollo dell'Arco y S. Carandini, L'Effimero Barroco. Strutture delia festa
nella Roma del '600. Roma. 1977, 2 vols; Jean Jacquot (de.). Les Fetes de la Renaissance, Pars.
1973-75. reedicin de 1956; ngel Lpez Canto, Juegos, fiestas y diversiones en la Amrica es
paola. Madrid, 1992; Isabel Cruz de Amenbar, La fiesta: metamorfosis de lo cotidiano. Santia
go de Chile. 1995.
2
Josef Pieper, Una teora de la

fiesta. Madrid. 1974. 39-42.

Andr Chastel. "Le lieu de la Fte".

Antonio Bonet Correa. "La fiesta

en

Les Ftes de la Renaissance, Pars. 1973-75, vol. I,

420.

do

hispnico. Mxico.

1983. 43-78.

como

prctica

del

poder",

en

El arte efmero

en

el

inun

265

R. RAMOS S. / LA FIESTA BARROCA EN CIUDAD DE MXICO Y LIMA

fiesta

religiosa
los

tuvo una

clara finalidad didctica y

evangelizadora.

de

persuasin y participacin indgena,


del barroco. An est por desvelarse el valor aculturador que
fiesta religiosa en la Amrica hispana.
acentuaron

No

resortes

extrao que la fiesta y el arte vayan de la

es

artstica

es

modo de celebrarla

es

inspiracin

se

desempe

La fiesta

como

la

la

la prosa diaria. El mejor


poesa
sublimar la afirmacin de la vida en la belleza de las

algo inusual;

formas5. No obstante el
se

mano.

En ella

factores claves

arte no es

la

es

en

fiesta, est subordinado

la

ella. Lo festivo

expresa por y en el arte.


En Hispanoamrica la fiesta barroca

pervivi ms que en ningn otro lu


gar. Muy expresivo es el ejemplo de Mxico al recibir en 1846 a Fernando
Maximiliano de Habsburgo, con una escenografa y ceremoniales que eviden
arraigo de la tradicin barroca. En el Per ocurre igual, y an hoy
podemos participar del Corpus cuzqueo que nos transporta a otro tiempo. En
Amrica sigue vigente el barroco. Esta evidencia es explicable porque en reali
cian el

dad

hubo Ilustracin. Se debe

pueblos profundamente trascendentes, ese


religiosidad, de un sentido optimista de
la vida y de la existencia. De ah la proteccin del catolicismo a la fiesta, y en
consecuencia, como piensa Bennassar6, la adhesin ntima del mundo hispano
no

arraigo

festivo

es

propio

de

una

honda

las manifestaciones festivas.

Ciudad

Recibimientos de

Mxico

de

virreyes

Las entradas solemnes de los reyes en el medievo sufrieron un cambio


con la llegada del Renacimiento. Pasaron a ser entradas triunfales "a

sustancial
la

antigua",

ron

evocando las de los

emperadores romanos victoriosos. Se revistie


a la arquitectura efmera de arcos triunfales
programas iconogrficos de alegoras, temas mito

de monumentalidad al recurrir

y otros monumentos,

lgicos

con

y cristianos. Presentaron al rey

como

hombre virtuoso que alcanza la

inmortalidad por la fama. Al triunfo renacentista el barroco le


de representacin, de teatralidad.

5
6

otorg

un

tono

J.

Pieper. op. cit., 67 y ss.


Bartolom Bennassar, Los

espaoles, actitudes y mentalidad, Madrid, 1985, 148-149. No


que matizar que el Cristianismo no utiliza, en principio, la fiesta como tctica. Es
consecuencia de su propio credo, el triunfo definitivo de Cristo sobre el mal. As, la fiesta
obstante

hay

religiosa

se

desbordaba

en

manifestaciones

cendente. Ver mi artculo "Fiestas sevillanas

jos populares",

en

profanas,
el

ambas esferas insertas

en

una

visin tras

siglo XVI: diversiones aristocrticas


Laboratorio de Arte, N 7. Sevilla, 1994, 41-50.
en

regoci

HISTORIA 30/ 1997

266

En Amrica, el representante del rey fue el virrey, el alter ego real. El reci
se les dispensaba fue como si del monarca mismo se tratara.

bimiento que

De entre los fastuosos recibimientos

destacar

vamos a

algunos7.

los

virreyes

Solan levantarse dos

arcos

en

la Nueva

triunfales

Espaa

cargo del

ayuntamiento y la catedral. Para la entrada del marqus de Villena en 1640 se


erigi en la plaza de Santo Domingo un arco triunfal, en el que apareca el
virrey en parangn con los dioses de la antigedad. Especialmente con Mercu
rio, por

traer a

Baos. En

esa

Mxico la paz y la prosperidad. En 1660 se recibi al conde de


ocasin el cabildo catedral levant un arco triunfal en el que

fue el dios

Jpiter

con

el que

se

compar

al

nuevo

gobernante.

El

marqus

de

1664 por la ciudad con un arco triunfal en el que se le


el hroe troyano Eneas. Parece que los aspectos literarios e

Mancera fue recibido

en

equiparaba con
iconogrficos estuvieron
fue recibido

en

a cargo del poeta Alonso Ramrez de Vargas. En 1673


la catedral mexicana el duque de Veragua. En este caso se

figura de Perseo para enaltecer al nuevo virrey. Cada arco triunfal


un enigma barroco, con multitud de inscripciones, jeroglficos y
emblemas. Una arquitectura parlante y erudita para una sensibilidad llena de
ingenio y agudeza como la barroca. Aunque se conservan las descripciones
precisas de estos arcos, no tenemos ningn testimonio grfico hasta el momen
to. Se han hecho reconstrucciones ideales de las que se desprende que los arcos
triunfales, en lo estilstico, mantuvieron un diseo y estructura pendiente aun
de la retcula renacentista, al igual que podemos ver en las portadas ptreas de
la arquitectura contempornea.
Para el recibimiento del marqus de la Laguna y Conde de Paredes, en
1680, se recurri a los dos poetas ms destacados del momento8: la insigne Sor
Juana Ins de la Cruz y don Carlos de Sigenza y Gngora. La primera se
encarg del arco erigido por la catedral y el segundo del levantado por el
ayuntamiento. Don Carlos introdujo novedades en las fuentes de inspiracin
para su triunfo. Recurri a los dioses aztecas para ensalzar al virrey. Se quiere
eligi

la

constitua

ver

as

un

brote de criolla identidad mexicana. Sor Juana continu

tradicin de

evocar a

la

mitologa clsica

en

la

figura

del dios

con

Neptuno.

la
En

7
Francisco de la Maza, La Mitologa clsica en el arte colonial de Mxico. Mxico, 1968.
56-59, 92-99, 104-121. Jos Miguel Morales Folguera, Cultura simblica y arte efmero en Nue
va Espaa. Granada.
1991, 95-154. Francisco de Solano Prez-Lila, "Fiestas en la Ciudad de
Mxico", en Seniinaire interuniversitaire sur l'Amerique espagnole coloniale. Pars. 1984. Diego

Garca Panes. Diario

particular del camino que sigue un virrey de Mxico desde su llegada a


pblica en la capital, Madrid, 994. Guillermo Tovar de Teresa, Bi
bliografa novohispana de arte, siglos XVI-XVIII. Mxico, 1988. En esta ltima obra se recogen
todos los impresos referentes a las fiestas mexicanas, punto de partida para el estudio sistemtico
Veracruz. hasta

del

su

entrada

tema.

Helga Kugelen, "The way to mexican identity: Two triumphal arches


century", en Congreso Internacional de Historia del Arte. Washington. 1986.

of the

XVII

267

R. RAMOS S. / LA FIESTA BARROCA EN CIUDAD DE MXICO Y LIMA

dios

pinturas se recrearon las hazaas y virtudes, tanto del


marqus. Es de anotar las jugosas descripciones de Sor Juana
ocho

efmero. Incluso

arte

de colores",

en

el ttulo del

impreso9

que

explicaba

como

del

al calificar este

el

arco:

"Ocano

de los derroteros por los que caminaban las artes

muy expresivo
plsticas del momento. No olvidemos que por estas fechas (1680-1685), se
iniciaba la plenitud de la pintura barroca mexicana con Juan Correa y Cristbal
Villalpando.
Deca antes que desgraciadamente no se conservan testimonios grficos de
estos arcos triunfales. Ha
aparecido uno, y no precisamente de Ciudad de
Mxico. Se trata de una pintura de hacia 1756 mostrando el arco triunfal
erigido en Puebla de los Angeles para el recibimiento del marqus de las
Amarillas10. Pudiera ser del pintor Jos Joaqun Magn (Lm. 1). En contrapar
tida no se conoce texto literario que explique y describa los temas iconogr
ficos, pero un atento examen del lienzo podra dar luz al respecto.
Los nacimientos de los prncipes herederos fueron ocasin de grandes fes
tejos y decoraciones. Citamos slo algunos, como las fiestas en Oaxaca por el
natalicio de Felipe Prspero en 1659, narradas por Pedro Gutirrez de Arjona.
Tambin conocemos las fiestas reales por el nacimiento del infante Felipe
Pedro Gabriel, hijo de Felipe V. Fueron narradas por fray Jos Gil Ramrez. En

ellas, y

es

como

contrapunto

"pirmide gastronmica"

la intelectual erudicin barroca,

devorada por el

se

describe

una

populacho.

Jura de Carlos IV, 1789

Otra de las grandes celebraciones protagonizadas por la monarqua fueron


proclamaciones de los reyes. Mxico presenta en los aos del barroco una
rica tradicin festiva en estas manifestaciones11. Fueron de gran esplendor las
de Felipe V el 4 de abril de 1701; la de Luis I en 1724, la de Fernando VI en
1748; la proclamacin de Carlos III en 1761. Un ejemplo muy elocuente fue el
de la jura de Carlos IV en 1789. Promovida por el diligente e ilustrado virrey
conde de Revillagigedo, se evoc en sus arquitecturas efmeras una ciudad
clasicista pero transida de espritu barroco.
las

Sor Juana Ins de la Cruz, Neptuno alegrico, ocano de colores, simulacro poltico, que
Iglesia Metropolitana de Mxico.... Mxico, Juan de Ribera, 1680-1681.
"'
Fue presentada en la exposicin Octavio Paz. Los privilegios de la vista, Mxico, 1990

erigi

la

Reproducida en
y enigmas",

ras

"

dicho

catlogo,

120. Guillermo Tovar de Teresa, "De fiesta,

arquitecturas

efme

121-130.

Folguera. op. cit.. 59-94. En las fiestas de coronacin de Carlos III se desa
importante programa iconogrfico de temas astrolgicos y mitolgicos. Guillermo
Tovar de Teresa, "Arquitectura efmera y fiestas reales: la jura de Carlos IV en la Ciudad de
Mxico, 1789", en Artes de Mxico, nueva poca. N 1, Mxico, 1988, 42-55.
rroll

J. M. Morales

un

268

HISTORIA 30/ 1997

Lm. 1: Arco triunfal para el recibimiento del


de Puebla de los

Marqus

Angeles (Mxico). Annimo (c. 1756.

de las Amarillas

o. s.

1.).

en

la catedral

269

R RAMOS S. / LA FIESTA BARROCA EN CIUDAD DE MXICO Y LIMA

El 27 de diciembre de 1789

celebr el acto de

proclamacin

del

nuevo

arquitecturas efmeras estuvieron a cargo del


Castera, fueron dibujadas por el pintor Francisco Reyes.

Los proyectos de las

monarca.

arquitecto Ignacio
Castera

se

de

personalidad artstica que dise estos monumentos


lenguaje de la Academia, pero no por ello defenda todos
sus valores. De los ocho
dibujos se conservan seis, que recogen las tramoyas:
nos muestran un
templete con basamento y escaleras, cuatro columnas corintianas y un frontn con trofeos para el espacio arzobispal (Lms. 2, 3 y 4); el
segundo es un gran arco triunfal para la puerta del palacio virreinal; el tercer
dibujo, desaparecido, fue para las fachadas de las casas capitulares, es conocido
por un grabado de Jos Joaqun de Fabregat; el cuarto proyecto es un arco
triunfal para otra puerta del palacio; el quinto otro arco para la entrada del
Paseo Nuevo; el sexto dibujo ha desaparecido y recoga un carro triunfal; los
dos ltimos son tablados exentos a modo de templos clsicos. La nota ms
es una

de acuerdo al

evidente

es

interesante

nuevo

la utilizacin sistemtica del orden clsico frente al exuberante

estpite condenado por la Academia. La fachada del ayuntamiento (conocida


por el grabado) presenta dos pisos: el bajo, adintelado con gruesos pilares

soportando arqueras, en los pilares se colocaron inscripciones y emblemas; el


piso principal se articulaba por pares de columnas corintias con estatuas de
reyes espaoles en los intercolumnios. La balaustrada de remate presentaba
trofeos militares alusivos a victorias espaolas. En el cuerpo central destacaba
el remate del conjunto por un grupo escultrico de Apolo como dios sol,
conduciendo el carro, y en las manos la serpiente pitn y las riendas. Ms abajo
los bustos del rey y la reina flanqueados por bustos de matronas represen
tando a Europa, Amrica, Madrid y Mxico. En el piso bajo las esculturas de
Hernn Corts, el virrey Revillagigedo y en el centro el rbol genealgico del
monarca.

La propuesta de Castera tambin tuvo aspectos que llegaron a configurar la


imagen urbana de la ciudad. Consisti en hacer "dos estatuas ecuestres de

bronce sobre

pedestales

Tercero colocada

lleva

su

en

la

de marmol, tamao del natural, la

esquina

barandal de fierro. La

del cementerio, vista al

otra

palacio,

en

del seor Carlos Cuarto,


los mismos trminos,

cada una, pero ahora pueden ponerse


pesos nterin se modelan y vacan
madera

se

realizaron y

son

el

Carlos IV de Tols estrenada

algunas
su

en
en

madera

primer precedente
en

en

la celebracin de

inters de estudiar el

captulo del

1803. Este

quede

cuestan

costo

claro de la

la

o no

otra

ste,

esquina

seis mil pesos

de mil

quinientos
provisionales de

estatua ecuestre

de

ejemplo nos sirve para ver cmo


de arquitectura y escultura, tienen

grandes fiestas.
arte

con un

del seor Carlos

en

bronce". Las obras

remodelaciones urbansticas, obras

germen

una

del cementerio de la catedral,

festivo de

Es
una

factor ms que avala el


poca o de un artista.

un

HISTORIA 30/ 1997

270

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Lm. 2:

Arco triunfal para la jura de Carlos IV, 1789,

de Castera.

dibujo

de Francisco

Reyes (N 1).

en

Mxico.

Proyecto

de

Ignacio

R. RAMOS S. / LA FIESTA BARROCA EN CIUDAD DE

271

MXICO Y LIMA

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Ltn. 3: Arco triunfal para la jura de Carlos IV (N 2).

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Capitulares

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para la

jura

,,,->r,> -)>*, ,V/V ",

de Carlos IV. Grabado de

Fabregat.

apuntaba anteriormente, las formas clasicistas no llegaron a borrar el


concepto y expresividad barroca de esta fiesta en su tradicin y ceremonial.
Revillagigedo y Castera quisieron disfrazar por unos das la imagen barroca de
la ciudad y sus edificios con una evocacin neoclsica, acorde con los tiempos
ilustrados que corran, la ciudad imaginada y deseada.
Como

Los

Catafalcos

Reales

novohispanas es el mejor conocido. Los


nos ayudan a estudiar estas estruc
turas arquitectnicas y sus decoraciones. Desde el pionero en honor a Carlos V
diseado por Claudio de Arciniega hasta los ejemplares del siglo XIX, hay un
El

captulo

numerosos

de las fiestas luctuosas

grabados

de tmulos funerarios

elenco muy rico desde todos los puntos de

12
este

Francisco de la Maza

captulo

public

una

Folguera,

en su

relacin que fue

pionera

como en

todo el

al llamar la atencin sobre

la historia y en el arte de Mxico.


obra citada, dedica dos captulos al tema de las exequias

de la Historia del Arte. Las

Mxico. 1946. Morales

vista12. Predomin,

piras funerarias

en

Ricardo Prado Nez y Rafael Barquero Daz, Los Tmulos de Santa Prisco. Chilpancingo,
1991. Elisa Vargas Lugo. "Dos piras funerarias barrocas", en Anales del Instituto de Investiga
ciones Estticas. N 53. Mxico. 1983. 49-63.

mundo

hispnico,

superpuestos

la

tipologa

del tmulo-torre

orden decreciente,

turriforme. Es decir,

planta cuadrangular

Buen exponente de esta tradicin

cupulado.
IV

en

es

y remate

templetes

piramidal

el conocido catafalco de

la catedral de Mxico '\ obra de Pedro Ramrez

en

273

/ LA FIESTA BARROCA EN CIUDAD DE MXICO Y LIMA

R. RAMOS S

Felipe

1666. Esta misma

en

la utilizada para los tabernculos de la poca.


se public una real pragmtica sobre "lutos" que reduca ostensi
blemente los gastos de celebracin de las exequias. Consecuencia de ello es la

estructura es

En 1691

aparicin de tmulos reales mucho ms modestos y econmicos, con una tipo


loga ya utilizada en honras de personajes de menor relevancia social. Es la
conocida gradera coronada por el simulacro de tumba, caso del tmulo en
honor

Carlos II

en

la catedral mexicana. A decir

verdad, el afn de magnifi

ley no se cumpliera ms
organizadoras se encon

cencia y mostrar la adhesin al soberano hizo que esta


que cuando realmente la hacienda de las instituciones
traba

penuria.

en

excepciones en la tipologa de estos edificios provisionales14. Para


exequias mexicanas de Luis XIV (1717) y Luis I (1725) se alz un templete
monptero circular, con una corona sobre el orden arquitectnico, y encima un
alto basamento rematado por un chapitel o aguja. En los dos casos se eligi el
Hubo

las

orden corintio

con

sentido simblico de acuerdo

la tradicin de Vitruvio y los

tericos del Renacimiento. Se ha sealado que la inspiracin tipolgica de


estos aparatos fue el tmulo sevillano de Ma Luisa de Orlens en la iglesia de
San Jos,
de

sus

como

1689. La

en

planta

circular de

evidentes connotaciones

la Roma del

siglo

estos

ejemplos

fue corriente
en

centros

a pesar
artsticos

XVIII.

El catafalco mexicano de Mara Amelia de

1761,

no

funerarias, ni siquiera

esposa de Carlos III,


pira romana de Clemente

Sajonia,
la

tipologa excepcional. Inspirada


modelo no fue bien acogido por toda la poblacin mexica
na. Los catafalcos piramidales son caractersticos del "rococ" fnebre novohispano, tal vez introducidos por el pintor Miguel Cabrera15. Tanto el descono
cido autor de la pira, como Cabrera, ante el disgusto que pareca producir la
novedad tipolgica, decidieron "aadirle una y otra pieza en el centro de la
en

es otra

XI, parece que

13

en

este

Adita Alio Maero.

noamrica",

en

"Iconografa funeraria de las honras de Felipe IV en Espaa e Hispa


Investigacin. Historia, VIH, Logroo, 1981, 73-91. Vctor
prncipe: reales exequias de los ltimos austrias en Mxico", en Cua

Cuadernos de

Minguez,

"La muerte del

dernos de

arte

colonial, N 6, Madrid, 1990. 5-32.

'^

Adita Alio Maero, "Aportacin al estudio de las exequias reales en Hispanoamrica. La


influencia sevillana en algunos tmulos limeos y mejicanos", en Anuario del Departamento de
Historia y Teora del Arte, vol. I, Madrid, 1989, 121-137.
15
F. de la Maza, Las piras..., 91 y ss. Pilar Pedraza, "La
emblemtica

Seminario El

muerte

rococ. Arte efmero y


de la ponencia del

exequias reales en Nueva Espaa", copia mecanografiada


arte efmero en Hispanoamrica, Sevilla, octubre de 1988.
en

HISTORIA 30/ 1997

274

Pyra. por dar algo al genio del Pas, que quiere estas fbricas demasiadamente
abultadas y altas"; detalle muy expresivo del gusto dominante, eminentemente
barroco y recargado. Incluso los temas iconogrficos reflejados en el tmulo se
emulan y justifican en relacin con la pira romana.
Un expresivo contrapunto a estos catafalcos artsticos americanos de pri
mer

orden, monumentales y eruditos,

levantaron

en

honor de Carlos II

LA

en

el tmulo que los indios de

es

Coatepec

1701.

CIUDAD DE LOS REYES

Entrada de los virreyes


En los
arcos

etc.

primeros tiempos,

la

precariedad

triunfales fueran sencillos. Realizados

En Lima, fundada

en

1535, despus de

de la vida

en

Indias hizo que los

vegetacin, ramas de rboles,


mediados de siglo ya se fabricaron
con

para estos eventos16. En concreto, para recibir al virrey


Antonio de Mendoza en 1551 ya don Andrs Hurtado de Mendoza en 1556.

arquitecturas efmeras

fueron efmeros. Con ocasin del recibimiento del

No obstante, estos

arcos

conde de Nieva

1561 los

en

del

regidores

municipio optaron

por

una

solucin

inslita y nica hasta ahora. Acordaron:


"en este cabildo se trat que esta ciudad

de hacer

un

arco

hacer

de los propios y

rentas

para la entrada del

luego y porque ha
cerlo de lienzo e otras cosas se gastan y queda luego perdido se provey y mand
que a la entrada de ia puente nueva desta ciudad Diego de Placencia mayordomo
de esta ciudad haga luego hacer un arco de adobe todo que tome toda la dicha
puente e al anchor de ella y que se quede all para siempre y lo haga blanquear y
pintar lo mejor que se pueda y para ello se le da comisin bastante y lo que en ello
seor conde de Nieva... y conviene que

se

en

gastare

se

le

tome

y descuenten

e sea

se

comience

de

esta

ciudad..."

Este arco triunfal, cuyo origen es la fiesta, qued enclavado para siempre
el urbanismo de la Ciudad de los Reyes (como se puede apreciar en el plano

de Lima de Pedro Nolasco

en

Lima hasta bien entrado el

1685). Pas

siglo

paisaje urbano de
fotografa del siglo
en posteriores ocasiones con las lgicas
buen ejemplo del pragmatismo y sentido
a

pasado), (Lms. 5. 6 y 7). Se utiliz


reparaciones y decorados alusivos. Es
prctico con el que en Amrica se afronta

16

Para el

virreinal

caso

de las fiestas

(siglos XV1-XVII).

en

formar parte del

XIX (conocido

una

la vida y tambin el

la ciudad de Lima

Sevilla. 1992.

en

ver

mi estudio Arte

arte.

Adems

festivo

en

Lima

R. RAMOS S. / LA FIESTA BARROCA EN CIUDAD DE MXICO Y LIMA

Lciiii. 5:

Plano de Lima.

Fray

275

Pedro Nolasco, 1685, Archivo General de Indias.

Ltn. 6: Plano de Lima. Detalle. En

puente. Archivo General de Indias.

prirr

infales sobre el

HISTORIA 30/ 1997

276

Ltn. 7: Arco triunfal sobre el puente


de Arte, Universidad de Sevilla.

este caso nos

hace

ver

que

fue duradera. Tal

vez

mientos ms suntuosos,

con

no

en

Lima.

toda la

Fotografa

arquitectura

del

siglo

XIX. Laboratorio

de la fiesta fue efmera,

habra que llamarla con el trmino de arquitectura


festiva, ms general y amplio para todas las posibilidades.
Con el paso de los aos, los sucesivos virreyes fueron objeto de recibi
veces

nes.

mayor nmero de

arcos

riqueza
de estos

en

Desgraciadamente hay muy pocas descripciones


grfico. Cabe destacar los programas iconogrficos

testimonio

las decoracio

eventos

ningn

de las entradas

277

R. RAMOS S. / LA FIESTA BARROCA EN CIUDAD DE MXICO Y LIMA

virrey don Garca Hurtado de Mendoza en 1590. El diseo del arco y la


iconografa estuvieron a cargo del arquitecto agustino fray Mateo de Len.
Sabemos que tuvo una imagen clsica. Expresaba el beneficio de su gobierno
para estas tierras y animaba al gobernante a encarar las virtudes de la justicia y
la prudencia. Asimismo se esperaba que el nuevo virrey reconstruyera la ciu
dad tras el reciente terremoto. En las composiciones poticas que acompaaban
al arco se emplearon textos bblicos y la Eneida, de Virgilio. Durante el siglo
XVII continuaron con mayor esplendor estas entradas, con la participacin de
del

los

gremios ms poderosos, como mercaderes y plateros. Se lleg a manifesta


opulencia, tales como empedrar con barras de plata algunas de las
calles por donde pasaba el cortejo, caso del Conde de Lemos en 1667 o el
ciones de

Conde de Castellar

en 1674. Un aspecto interesante es


que en un principio
efmeros fueron realizados por arquitectos, pero en el siglo XVII
sern sobre todo los ensambladores y arquitectos de retablos los encargados

estos arcos

(por ejemplo

Martn Alonso de Mesa, Luis Ortiz de

Este detalle abre

una

posible investigacin

entre

Vargas

Mateo de

Tovar).

las conexiones del mundo del

retablo, la tramoya y decorados teatrales. Algunos de estos arcos tuvieron un


marcado carcter de barroco popular. As, para el Conde de Lemos en 1667 los

plateros

levantaron

un exorno

un arco

recubierto de

objetos

piezas

de

plata. Imaginamos

deslumbrante, variopinto y llamativo.

Nacimientos

regios

Los nacimientos de

prncipes herederos fueron muy festejados. Supona la


monarqua y por tanto la estabilidad de la sociedad. Especial
relevancia tuvieron los nacimientos de Baltasar Carlos (n. 1629) y festejado en
Lima a lo largo de 1630 y 1631, con amplia participacin de gremios, cofradas
y hermandades. Se imprimi una relacin de las fiestas en verso, por el poeta
Rodrigo de Carvajal y Robles. La llegada de la Cdula Real con la noticia fue
continuidad de la

recibida

con

gran solemnidad, desfile hasta la catedral y canto del Te Deum.

Repicaron las campanas, hubo fuegos artificiales y mascarada de caballeros en


la plaza. Una de las celebraciones fue el incendio de un mtico bosque en
medio de la plaza mayor: aparecan Andrmeda y Perseo, Cibeles, Eneas y Anquises, el rapto de Ganmedes, Jpiter y Europa, Polifemo y Galatea, etc. En
das sucesivos los gremios e instituciones de la ciudad ofrecieron comedias,
toros, fuegos y luminarias. Los plateros presentaron seis carros alegricos del
nacimiento real. Otra gran representacin fue la guerra de griegos y troyanos
en

clave caballeresca por los mulatos.


Tambin lo fue el nacimiento de

seado",

en

1657. En

esta

Felipe

ocasin las fiestas

Andrs
se

Prspero,

retrasaron

"el

prncipe de
virrey

hasta 1659. El

278

HISTORIA 30/ 1997

Conde de Alba y Aliste organiz un juego de caas en el que intervino junto a


sus hijos y caballeros de la ciudad. El cronista de los
festejos sita el modelo
en

la

plaza

visual y

mayor madrilea. El

sonoro con

fuegos

gremio

de escribanos

sufrag

invenciones de artificio. Junto

un

estas

espectculo
celebracio

profesores de las Nobles Artes, Pintura, Escultura


y Arquitectura", Consista en carros alegricos de los cuatro elementos: tierra,
agua, aire y fuego, complacidos por el nacimiento. Luego, entre otros, desfila
ron los reyes prehispnicos y los gobernantes del Per desde Pizarro hasta el
virrey de Alba de Aliste. Tiene especial inters para nosotros el carro de las
Artes. Fue realizado por el ensamblador y escultor Asensio de Salas. Represen
taba al principe virtuoso, al que las Artes le ofrecen el mundo, y la Fama
proclama sus virtudes y victorias sobre los enemigos de la Fe. Lo ms intere
sante fue la decoracin de los faldones del carro. Apareca la personificacin
de la Pintura tal y como se ve en los grabados que acompaan al libro del
pintor Vicente Carducho: Dilogos de la Pintura (Madrid, 1633). Este libro,
nes

destac la "Fiesta de los

como

sabemos, defiende la nobleza de la Pintura y

italianos del

siglo XVI
del prncipe.

en este tema.

La Pintura

es

un

apareca

eco

de los tratados

como maestra en

la

para imitar, las virtudes de sus ascen


dientes en los retratos que de ellos realizaba. Es decir el pintor con su arte es
maestro del prncipe, luego la pintura no es arte mecnico sino liberal, como

educacin

Le

presentaba,

proclamaba una inscripcin en


saje e intencionalidad de todo:
Las
os

la parte

artes

posterior

del

carro

que

resume

el

men

agradecidas

ofrecen

caudales

sus

como son

liberales

que
os darn hasta

sus

vidas.

El

gremio de pintores aprovech la ocasin para reivindicar la nobleza del


pintura. Este es de los pocos ecos americanos que tenemos de la
polmica suscitada en Espaa sobre las aspiraciones de los pintores, su ascenso
social de artesano a artista, cuyo ejemplo modlico es Velzquez.
Los plateros, gremio muy rico y poderoso, ofreci una celebracin de
nueve carros alegricos referentes a los reinos de la Corona espaola. Tambin
los indgenas ofrecieron su espectculo, desfilaron ms de dos mil indios con
arte

sus

de la

coloridos y exticos trajes.

Juras reales

Las
evento.

obligadas proclamaciones
se comprobaba la

En ellas

de los

nuevos

fidelidad de los

reyes supusieron
reinos

un

ultramarinos y

gran
sus

RAMOS S. / LA FIESTA BARROCA EN CIUDAD DE MXICO Y LIMA

279

tanto se preparaban especialmente y se informaba de ellas a la


Citar la ms fastuosa y mejor conocida: la proclamacin de Carlos II en
1666. El ceremonial revisti gran magnificencia y esplendor. El escenario en el
que se llev a cabo la "representacin" se alz en la plaza mayor de Lima. Se

autoridades, por
corte.

levant

un

autntico "retablo" que conocemos por un grabado (Lm. 8). Este


efmero fue diseado por el mercedario fray Cristbal Caballero

monumento

(arquitecto, retablista y escultor). Se puede apreciar cmo su estructura es la de


retablo-templete donde han desaparecido las imgenes sagradas y se han
sustituido por las del soberano. Carlos II se muestra acompaado de ngeles y
las virtudes cardinales que encarna y ejercer en su gobierno. Corona el monu
mento la figura de la Fama, que anuncia al mundo y a todo el Per la feliz
coronacin del monarca. Un detalle iconogrfico interesante son las dos figuras
un

a los reyes incas: el Inca que le ofrece una corona de oro y la


de flores. Agradecen gustosos el gobierno del nuevo soberano.

que representan

Coya

con

Se trata de

otra

el testimonio del cronista


el evento. En

te en

textualmente'7. Se
ba de ello

prncipe. He calificado a este monu


ojos
contemporneos lo fue. Muy expresivo es
de la Ciudad de los Reyes Jos de Magaburu, presen

verdadera sacralizacin del

una

mento de "retablo." A los

de

sus

Diario de Lima, al describir el escenario, le llama as

su

avalado adems por aspectos formales y de diseo. Prue


la comparacin con el retablo de la Concepcin en la catedral de

es

ve

en 1654-56 por Asensio de Salas18. Se aprecia la misma com


de tros de columnas de distinto canon y en dos planos de profundi

Lima, realizado

posicin

dad. Son corintias,

paos
tos

y frutas

el tercio inferior sealado y decoracin de

con

con rostros

de cornisas

sobre los

curvas

efmero est concebido


diseo de los
aos

ejes

partir

son

guirnaldas de
los fragmen

de las columnas mayores. El monumento


arquitectura de retablos. El

de las obras de

madera termina por configurar la arquitectura ptrea


Tanto el retablo de Salas como el monumento de Caballero se

trabajos

despus.

relacionan

femeninos. Otros detalles similares

la

con

Lima, realizada

en

de la fachada

portada-retablo

principal

de San Francisco de

los pocos aos (1672-74)19. En este caso podemos ver las re


de diseos y ornamentacin, entre la arquitectura en madera

laciones, trasiego
(retablo), la efmera (monumento

de proclamacin) y la ptrea (portada-retablo


del convento de San Francisco, de Lima). Por otra parte la tipologa artstica
del retablo, tan frtil en el mundo hispnico, se manifiesta como la ms adecua-

17

Jos de

IS

Antonio San Cristbal, "El retablo de la

Magaburu,

Diario de Lima

(1640-1694). Lima. 1935, 80.

Concepcin

en

la catedral de Lima",

en

Historia

Cultura, N 15, Lima, 1982.


19

los

Humberto

Rodrguez Camilloni,

XVII y XVIII",
Caracas. 1972.

siglos

en

"El

conjunto monumental de San Francisco de Lima en


Investigaciones Histricas y Estticas, N 14.

Boletn del Centro de

280

HISTORIA 30/ 1997

f|4

i>

'*'

'

4
-'

Ltn. 8: Monumento de

proclamacin

llero. Biblioteca Nacional de Madrid,

de Carlos II

en

"'ji--..

Lima. 1666.

Fray

--,.!

Cistbal Caba

28 1

R. RAMOS S. / LA FIESTA BARROCA EN CIUDAD DE MXICO Y LIMA

da para la

exaltacin, la apoteosis y la concepcin teatral de la vida y el

el mundo barroco. Vemos cmo la

vanguardia
que dependen

en

el diseo

arte en

arquitectnico es
efmero y portada

monumento
protagonizada por el retablo, del
ptrea. Las arquitecturas efmeras no tuvieron siempre el carcter innovador
que se le ha querido ver. Muchas veces son obras condicionadas por la premura

del

tiempo,

la tradicin

xito acudiendo

en

eventos

formas artsticas ya

anteriores y

consagradas

con

tendencia

por el gusto del

asegurar el

pblico.

La fiesta luctuosa

especial fastuosidad en las exequias reales de la


captulo mejor conocido gracias a las puntuales relacio
nes impresas y los grabados que las acompaan20. Lima se incorpor a la cos
tumbre renacentista de glorificar al rey con "capillas ardientes" de diseo ar
quitectnico en las exequias por el emperador Carlos V (1559). El ceremonial
La fiesta luctuosa tuvo

catedral limea. Son el

mantuvo sustancialmente el mismo, pero en los del barroco aument la


monumentalidad de los tmulos y la participacin de los distintos estamentos
sociales. Es interesante constatar que de todos los aspectos del acontecimiento

se

fue
las

desfilar de cientos de personas, citadas una a una por los cronistas de


exequias, el matiz ms llamativo en sus monumentos. Como anota fray
este

en las honras a Margarita de Austria: "Fue el concurso de los


acompaamientos eclesistico y seglar (a juicio de muchos) la parte de
mayor gravedad en la solemnidad de este acto..." Hay que imaginar estos inter
minables cortejos de personajes y autoridades con paso quieto y solemne, enlu

Martn de Len
dos

por el fnebre doblar de las campanas. El interior de la


catedral teido de negro contrastando con el titilar de cirios encendidos, la

tados, el silencio

riqueza

roto

de los ornamentos, la msica y el canto, el gesto simblico del rito y la


configuran a la fiesta como momentos ni

ceremonia. Son los elementos que


cos,

de honda

encontraba

en

impresin
ese

significado. Toda
representada en

momento

estamentos, todos unidos por

un

la sociedad, la ciudad
sus

entera se

autoridades, instituciones y

mismo ideal, ofrecindose

en

espectculo

ante

los dems y a s mismos.


En el Per no hay la variada

tipologa de catafalcos que conocemos en


Italia por ejemplo. Parecido ocurri en Espaa. Casi siempre se repetir el t
mulo de tipo turreiforme: superposicin de cuerpos en orden decreciente. Los
programas

2(1

iconogrficos,

Lorene

con

la retrica y erudicin barroca, tratarn de ensal-

en The Art Bulletin, N 67. Nueva York.


DANA, N 28/29, Resistencia, 1989/90. 82-95.

Pouncey, "Tmulos of colonial Peni",

1985, 18-32; "Grabados de tmulos peruanos",


Rafael Ramos Sosa, op. cit., captulo III.

en

HISTORIA 30/ 1997

282

zar

la persona del

monarca: su

vida virtuosa

merece

la vida eterna. El barroco

transform la virtud heroica del guerrero en virtud religiosa de la santidad. Una


sombra de esa apoteosis celestial son las solemnes y brillantes exequias en los
templos de todo el Imperio. En estos catafalcos se aprecia la evolucin desde
modelos manieristas

a los barrocos. Los de Margarita de Austria (1612) y


(1621) remiten al de Felipe II en Sevilla por Juan de Oviedo y de la
Bandera (1598), conocido por un grabado. El primero fue obra de Juan

Felipe

III

Martnez de Arrona, con un diseo rgido y sobrio. El de Felipe III estuvo a


cargo de Luis Ortiz de Vargas y es un paso adelante en el barroco de la ciudad.
Un

caso

curioso que muestra el

pragmatismo de

vinculadas al mundo de la fiesta

es

estas

manifestaciones artsticas

el catafalco de Isabel de Borbn. Fue

diseado por Pedro de Noguera en 1645, siguiendo un modelo de la ciudad de


Salamanca. Adems el acuerdo expreso de que pasadas las exequias servira de
monumento pascual catedralicio en Semana Santa. Es otro ejemplo de cmo no
todas las

arquitecturas

1666, Lima presenta

festivas fueron efmeras. Con el tmulo por Felipe IV en


modelo que ya no tiene nada que ver con los casos

un

peninsulares anteriores. Fue obra de Asensio de Salas. Dos magnficos ejem


plos fueron los catafalcos que levant el arquitecto fray Cristbal Caballero en
honor a Mariana de Austria (1697) y Carlos II (1701). En el de la reina se quiso
imitar virtualmente el sepulcro que Jacob edific a la hermosa Raquel (Gen 35,
19-20), como as lo explicaban dos lienzos con inscripciones latinas. Es intere
sante ver como estos edificios efmeros tan significativos no se encomendaron
a los arquitectos ms
importantes del momento: Vasconcelos, fray Diego
Maroto o Manuel de Escobar. Fueron obra de retablistas. Este detalle tan signi
ficativo demuestra que el ngulo artstico y creativo desde donde se conceban
estos trabajos es el mundo de la ensambladura.
Durante el siglo XVIII continuaron levantndose enormes catafalcos. Hay
que destacar el de Luis I en 1725, el del duque de Parma en 1728 y Benedicto
XIII en 1731. Los dos primeros siguen la mejor tradicin del siglo XVII,
parecen obras realizadas para la ocasin. Hay otros ejemplos que, a juzgar por
los grabados, parecen estructuras reutlizadas, caso de los tmulos de los reyes
V (1748), el indito de Juan V en 1752 y Ma Josefa de Austria en 1756,
los que se utiliz la misma plancha para el grabado. Igual ocurre con los de
Mara Brbara de Portugal en 1759, Fernando VI al ao siguiente, y Mara

Felipe

en

Amalia de

Sajonia en 1761. Muy parecidos son los de Isabel de Farnesio en


1768 y el de Carlos III en 1789. En este ltimo sabemos que se utiliz el
monumento pascual de la catedral limea como tmulo funerario21. Incluso el

21

tiago

Rafael Ramos Sosa. "Los tmulos de Carlos III en Hispanoamrica: Mxico. Lima, San
Valparaso", en Cuadernos de Arte Colonial. N 6, Madrid. 1990, 33-53.

de Chile y

R. RAMOS S / LA FIESTA BARROCA EN CIUDAD DE MXICO Y LIMA

283

programa iconogrfico fue sencillo y repetitivo. As se ahorran gastos. Tal vez


lo habitual fue utilizar el monumento
pascual de la catedral con las reformas

oportunas. De este modo se segua la real pragmtica de 1691. Adems, no


olvidemos que por estas dcadas tenan especial vigor las ideas ilustradas de
racionalidad y contencin en las fiestas.
Creo que
del

es

indita, hasta ahora, la lmina del catafalco levantado

en

honor

de Lima don Pedro Antonio de Barroeta y ngel (Lm. 9). Fue


obra del grabador Jos
Vzquez22. Las exequias se celebraron en la catedral el
22 de noviembre de 1775. El tmulo se alzaba sobre una
en

arzobispo

amplia plataforma

la que

se

habilit

un

altar. Sobre

altar, el primer cuerpo lo constitua

este

un

templete, cobijando la tumba del difunto. El segundo cuerpo presentaba en el


centro una imagen de la muerte
arquera (tal vez la de Baltasar Gaviln en el
convento de San Agustn). Remataba el
conjunto la imagen de la Iglesia o la Fe
sobre cpula. Se vio acompaado de numerosas esculturas de virtudes encarna
das por el difunto.
Novedosa tipologa

en el mbito limeo fue el


erigido por Matas Maestro
para las exequias del arzobispo don Juan Domingo Gonzlez de la Reguera, en
1805. Esta costumbre, eminentemente barroca y vinculada a la exaltacin de la

monarqua,
Fiestas

se

prolong

incluso

el

perodo republicano llegando

al

siglo

XX.

religiosas

Dentro de las fiestas


cin de

en

religiosas

eventuales destacan

santos que estuvieron

vinculados

en

Lima la

glorifica

Amrica y el Per: Santa


Rosa de Lima, San Francisco Solano y Santo Toribio de Mogrovejo2-1. Las fies
tas de beatificacin y canonizacin fueron manifestaciones del triunfo de la fe.

aquellos

con

De todas ellas las celebradas por la beatificacin de Rosa de Santa Mara fue la
ms significativa. Era la primera americana que llegaba a los altares y tuvo un

alto valor simblico


por

ser

como

triunfo de la

y orgullo de los criollos


Roma por Clemente IX en 1668,
1669. Hubo procesin solemne para recibir el

evangelizacin

limea de nacimiento. Beatificada

las fiestas limeas fueron

en

en

Breve
ras,
vez

papal con la noticia. Las calles aparecieron adornadas con ricas colgadu
pinturas y altares efmeros. Los indios levantaron arcos triunfales, pero en
de ser al modo europeo, imitando el mrmol y el jaspe como los antiguos

Lgrimas de Lima en las exequias de limo. Si: D. D. Pedro Antonio de


ngel del Consejo de su Mag. Dignsimo Arzobispo que fue de esta Santa Iglesia
Metropolitana y de la de Granada, en donde falleci. Lima, Imprenta de los Nios Hurfanos,
1776. Agradezco a D. Jos Agustn de la Puente Candamo las facilidades para consultar el
--

Jos Potau,

Barroeta y

ejemplar
23

con

la lmina

R. Ramos

(coleccin Orbea en Lima).


Sosa, Arte festivo.... 227-240.

HISTORIA 30/ 1997

284

Lcim. 9:

Catafalco del arzobispo D. Pedro Antonio de Barroeta y ngel. Lima, 1776

(Coleccin Orbea. Lima).

R. RAMOS S. / LA FIESTA BARROCA EN CIUDAD DE MXICO Y LIMA

romanos, "los fabricaron de varias


que aunque

apacible
indgena

los

de

se

celebr

con
en

a su casa

que

se

dos

en

varios lazos.

la sensibilidad

con

convento

con

organiz una procesin


una imagen de Rosa y de

de Santo

el retrato que
honor.

Domingo con
pint Angelino Medoro. En
Sera largo describir todos

das sucesivos
los decorados

transform el convento dominico. Un interesante tema decorativo

siguiente:

"...dos

cuento

mismo tema

jvenes

aquellos
apareci pintado
se

trata

antes

ya haba hecho Murillo

estas

representaciones.

Se

meln,

un

desga

que suelen andar pintados, no se


dos picarillos, que anda entre ciertas nove

de

Como vemos, parece que

descuartizando

uva, a la manera

grandes racimos de

si aludiendo al
las". Este

dispuestas

ms acorde

interpretacin

una

octava en su

escultura fue el

jando

flores

gusto del olfato, servan de diversin

eran

elemento decorativo de la fiesta. Se

natal

una

Es

ojos".

un

desde la catedral al
all

fragantes

brbaro modo, s

su

285

una

trata

de

en

uno

de los cuadros de la

una escena

magistral

frecuente

en

la

portera.
poca. Aos

versin de la que tal

vez

partan

del lienzo llamado Dos muchachos comiendo

meln y uvas, que recoge perfectamente el testimonio citado. Murillo crea el


gnero del tema innfantil profano como cuadro independiente. ngulo Iiguez
ya presuma un posible trasfondo popular y literario en estos temas y en con
creto el que estamos hablando. Tal vez el origen de estas escenas de
gnero
profanas sea el mundo decorativo de las fiestas donde tenan el papel de dis
traer y hacer rer al pueblo ante unos personajes y hechos populares conocidos
de todos.
Meses

despus lleg

chor Caffa que enlaza

la ciudad de Lima

con

una

escultura de la

santa

de Mel

los modelos berninianos.

Las fiestas de beatificacin de San Francisco Solano fueron tambin muy


Ya desde 1629 fue nombrado

esperadas.
llevaron

cabo

en

No obstante,

esplendor

de la ciudad de los reyes. Se

inusitado debieron presentar las conmemoraciones

de la beatificacin de Santo Toribio de


Beatificado por Inocencio XI
1680. Se

patrn

abril de 1679.

en

Mogrovejo,

tercer

1679, las fiestas limeas

arzobispo
se

de Lima.

desarrollaron

en

solemne octavario que culmin con la rutilante procesin


organiz
del santo. El promotor de la beatificacin fue el cabildo de la catedral, pues
un

fue

perteneca al clero secular. Las fiestas fueron


arzobispo Lin y Cisneros, sucesor del
santo y en ese momento tambin virrey del Per. Se edit en Amberes un
voluminoso libro.de las fiestas y decorados. El caso de Santo Toribio siempre
me ha recordado el de San Fernando,
promovido por la catedral hispalense y
del que se public en 1671 el libro de fiestas ms hermoso del barroco espaol.
Este libro, con abundantes grabados de las decoraciones, fue conocido en

Mogrovejo
auspiciadas

su

arzobispo

por el mismo cabildo y el

HISTORIA 30/ 1997

286

Lima24. Creo que la relacin impresa de las fiestas limeas

grabados, pero

por

razones

desconocidas

no

se

llegaron

se

concibi

incluir

en

su

con

tarda

edicin.
Tambin

merecen

citarse las

inauguraciones

de

templos

como

grandes

acontecimientos festivos y con decoraciones notables25. Especial relevancia


tuvo la del templo limeo de los Desamparados en 1672. En el siglo XVIII
destaca la reapertura de la Catedral tras el sesmo de 1746, celebrada en 1755.
Por ltimo, tras este desfile colorista y abigarrado de celebraciones, desfi
les y decorados, podemos ver cmo no hay nada ms barroco que el arte fes
tivo. Octavio Paz afirma que en l se aunan,
apoteosis y la destruccin de las formas.

24
nas.

en

suprema

contradiccin26,

la

Francisco de Echave y Assu. La Estrella de Lima convertida en Sol sobre sus tres coro
Mogrovexo Amberes. Juan Baptista Verdussen, 1688. El libro sevilla

El B. Toribio Alonso

no es

el de Fernando de la Torre Farfn. Fiestas de la S.

Iglesia Metropolitana y Patriarcal de


S Fernando Tercero de Castilla... En Sevilla, en Casa de
Este ao de 1671

Sevilla, al Nuevo Culto del Seor


la Viuda de Nicols

Rodrguez.

Rey

25

R. Ramos Sosa, Arle festivo.... 242-246.

26

Octavio Paz, Sor Juan Ins de la C

nr

las

Trampas

de la Fe. Mxico, 1985, 196-203

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