R221E

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 16

Rev. Int.

M
et. Num. C
alc. Dis. Ing.
Vol. 22, 1, 63-78 (2006)

Revista Internacional de
M
etodos Num
ericos para
C
alculo y Dise
no en Ingeniera

Biomec
anica de la articulaci
on de la rodilla tras
lesiones ligamentosas
Estefana Pe
na, Bego
na Calvo y Manuel Doblare
Grupo de Mec
anica Estructural y Modelado de Materiales
Instituto de Investigaci
on en Ingeniera de Arag
on (I3A)
Departamento de Ingeniera Mec
anica
Universidad de Zaragoza
Mara de Luna, 3, E-50018 Zaragoza, Espa
na
Tel.: 34-976-76 19 12; Fax: 34-976-76 25 78
e-mail: [email protected], [email protected], [email protected]

Resumen
La planicaci
on preoperatoria se est
a consolidando en la actualidad como uno de los campos con mayores
perspectivas de futuro en la bioingeniera. Para que el desarrollo de estas herramientas sea ecaz deben
emplearse modelos computacionales lo m
as realistas posibles con el n de reproducir elmente el comportamiento de los tejidos involucrados. Estudios computacionales mediante tecnicas como, por ejemplo, el
metodo de los elementos nitos pueden ser herramientas u
tiles tanto para comprender el comportamiento
de los tejidos vivos ante situaciones lmite como para aportar informaci
on para el desarrollo o mejora de
tecnicas quir
urgicas.
Siguiendo esta lnea, en este trabajo empleamos un modelo tridimensional completo de la articulaci
on de la
rodilla humana para el estudio de la biomec
anica de la articulaci
on tras lesiones ligamentosas. Este modelo
incluye los huesos que conforman la articulaci
on (femur, tibia, perone y r
otula), los meniscos, los cartlagos
articulares y los ligamentos m
as relevantes de la articulaci
on (LCA, LCP, LLI, LLE Y TR). Los huesos
fueron modelados como s
olidos rgidos, los meniscos y cartlagos articulares como s
olidos el
asticos lineales,
mientras que los ligamentos fueron modelados como s
olidos con un comportamiento hiperel
astico transversalmente is
otropo denido a partir de la orientaci
on de las bras de col
ageno. Adem
as ha sido necesario
incorporar a la formulaci
on est
andar del modelo hiperel
astico la pretensi
on inicial a la que los ligamentos,
como la mayora de los tejidos biol
ogicos, se encuentran sometidos. Dicho modelo fue validado experimentalmente en un trabajo previo y se emplea en este trabajo para estudiar la biomec
anica de la articulaci
on
ante un movimiento de exi
on. Tambien se ha estudiado la estabilidad de la articulaci
on tras roturas en
el LCA y LCP, comprob
andose bajo que circunstancias dichas roturas son crticas para la estabilidad de la
articulaci
on y que otras estructuras act
uan en caso de rotura para evitar la inestabilidad.

Palabras clave: biomec


anica, rodilla humana, ligamentos, modelo hiperel
astico fibrado,
pretensi
on.
BIOMECHANICS OF HUMAN KNEE AFTER LIGAMENT INJURIES

Summary
We present here a three-dimensional FE model of the healthy human knee that includes the main structures
of the joint: bones (femur, tibia, bula and patella), all the relevant ligaments (ACL, PCL, MCL, LCL and
PT), menisci and articular cartilages. Bones were considered to be rigid, articular cartilage and menisci
linearly elastic, isotropic and homogeneous and ligaments hyperelastic and transversely isotropic. Initial
strains on the ligaments and patellar tendon were also considered using a multiplicative decomposition
of the deformation gradient tensor. The model was validated using experimental and numerical results in
previous papers. The numerical model was used to simulate the main knee movements and anterior-posterior
displacement at knee exion. Three test series were performed (healthy knee joint, ACL disrupted joint and
PCL disrupted). In all cases, ligaments injuries caused an important laxity in the knee joint. Injuries in
ligaments acting as primary stabilizer caused more laxity than in the case in which the played the role of
secondary stabilizer. Our results can help to better understand the role of the ligaments in the knee stability
and the eect of the injuries in knee movements.

Keywords: knee biomechanics, transversely isotropic hyperelastic behaviour, human ligaments, initial strain.
c
Universitat
Polit`
ecnica de Catalunya (Espa
na). ISSN: 02131315 Recibido: Junio 2005 Aceptado: Agosto 2005

64

E. Pe
na, B. Calvo y M. Doblar
e

INTRODUCCION
La rodilla es una estructura articular compleja, ya que debe hacer compatible la transmisi
on de grandes cargas dentro de un amplio rango de movilidad. Integrada en el eje de
carga cadera-rodilla-tobillo, obliga a que tanto su morfologa como su funcion tengan que
valorarse dentro de este conjunto din
amico del miembro inferior. Pero es durante ciertos
esfuerzos habituales en el trabajo, la carrera o el deporte, cuando las estructuras de la
rodilla se ven sometidas a los mayores requerimientos para mantener el equilibrio de las
cargas, con velocidades cambiantes y posturas forzadas.
La congruencia y estabilidad de la rodilla la proporcionan diversas componentes como los
meniscos, los cartlagos articulares y los ligamentos y m
usculos, que permiten una respuesta
mecanica compleja de la articulaci
on sometida a diferentes tipos de cargas siologicas. En
particular, y debido a la relativa incongruencia de las supercies auriculares, los ligamentos
juegan un papel importante en la estabilidad de la rodilla a lo largo de todo el rango de
movimiento. Cada ligamento juega un papel distinto en dicha estabilidad restringiendo el
movimiento de la rodilla en m
as de un grado de exi
on ante las cargas externas. De esta
forma la estabilidad completa de la articulaci
on depende de la contribuci
on de cada uno
de los ligamentos de forma individual y de la interacci
on de unos con otros. Un mejor
conocimiento de las fuerzas, que act
uan sobre los ligamentos durante la funci
on normal de
la rodilla, contribuye a un mejor conocimiento de los mecanismos de lesi
on1 .

Otro componente importante de la rodilla son los meniscos. Estos


son un complejo
sistema biomecanico por s mismos con un papel fundamental en la transmisi
on de las
cargas, absorcion de impactos, reducci
on de las presiones de contacto en la articulaci
on,
estabilizaci
on pasiva, aumento del area de congruencia y contacto, tope en los extremos
de exi
on y extensi
on y propiocepci
on. Muchas de estas funciones se realizan gracias a la
capacidad de los meniscos de transmitir y distribuir las cargas sobre el platillo tibial2 .
Una correcta comprension de la biomec
anica de la articulaci
on es esencial para la prevencion y el tratamiento de diferentes patologas y lesiones asociadas a la misma. A pesar de
las numerosas investigaciones desarrolladas el conocimiento exacto de las causas de dichas
lesiones a
un no est
a completamente disponible en la actualidad. Ello es debido en parte a la
limitaci
on inherente de los ensayos experimentales y su elevado coste en cadaveres. Ademas
existen limitaciones en la obtencion de una distribuci
on de tensiones y deformaciones realistas de los componentes de la articulacion as como una gran dicultad en reproducir en
laboratorio las condiciones naturales de funcionamiento de la articulaci
on. Los modelos
de elementos nitos (EF) pueden convertirse en una herramienta u
til para el conocimiento
de la biomecanica de la articulaci
on y de sus componentes, reduciendo coste y tiempo y
proporcionando informaci
on, que de otra manera sera difcil de obtener a traves de ensayos
experimentales. Es importante tener en cuenta, que el desarrollo de modelos realistas depende de una apropiada reconstrucci
on de la geometra y del uso de modelos matematicos
que describan con suciente aproximaci
on el comportamiento de los tejidos biologicos y su
interacci
on con el entorno de la articulaci
on, tales como ligamentos, tendones, meniscos y
cartlago articular.
La rodilla es probablemente la articulaci
on m
as estudiada de todas las presentes en
el cuerpo humano. Sin embargo, donde nuestro conocimiento alcanza, no existen en la
bibliografa modelos computacionales que incluyan meniscos, cartlago articular y los principales ligamentos (ligamento cruzado anterior (LCA), cruzado posterior (LCP), lateral
interno (LLI), lateral externo (LLE) y tend
on rotuliano (TR)) con un modelo anis
otropo brado que incorpore la pretensi
on inicial a la que estos ligamentos se encuentran sometidos.
La mayora de los estudios previos emplean modelos unidimensionales de los ligamentos
de la rodilla36 . Estos modelos fueron empleados para predecir satisfactoriamente la cine-

Biomec
anica de la articulaci
on de la rodilla tras lesiones ligamentosas

65

matica de la articulaci
on, pero no son capaces de predecir la distribuci
on no uniforme de
tensiones y deformaciones que tiene lugar en los ligamentos. Otros autores han desarrollado modelos tridimensionales de los ligamentos estudiados de forma individual, para el
on entre ellos y con las otras
caso del LCA79 o el LLI10 , y sin tener en cuenta la interacci
estructuras de la articulaci
on. Finalmente, otros autores han presentado modelos computacionales de partes de la rodilla humana con el objetivo de estudiar aspectos concretos de su
comportamiento biomecanico. Heegard et al.11 realizaron un modelo tridimensional para
analizar la biomec
anica de la r
otula durante la exi
on. Beynnon et al.4 presentaron un
modelo analtico del plano sagital de la rodilla para estudiar el papel de las bandas de los
ligamentos cruzados en la cinematica de la articulaci
on. Bendjaballah et al.3 construyeron
un modelo de elementos nitos tridimensional de la articulaci
on completa de la rodilla para
investigar el papel de los meniscos bajo diferentes solicitaciones de la articulacion a extension completa. Ademas, otros autores estudiaron las areas y presiones de contacto de los
meniscos de la articulaci
on12,5 . En todos estos modelos los ligamentos fueron modelados
como muelles con un comportamiento no lineal. Pe
na et al.13 desarrollaron un modelo
tridimensional de los principales ligamentos de la rodilla. Sin embargo, en este modelo
empleado para conocer el efecto que las lesiones meniscales y meniscectomas tienen sobre
el cartlago articular, los ligamentos fueron modelados como hiperel
asticos isotropos. M
as
adelante los mismos autores14 desarrollaron un modelo tridimensional de los ligamentos con
un comportamiento hiperel
astico transversalmente isotropo para el estudio de los efectos
de la pretensi
on inicial de la plastia en los resultados de la ciruga de reconstrucci
on del
ligamento cruzado anterior. En dicho estudio no se incluyeron los meniscos.
En este artculo empleamos un modelo completo tridimensional de la articulaci
on de la
otula, los
rodilla humana, recientemente desarrollado35 , que incluye femur, tibia, perone y r
principales ligamentos de la articulaci
on, meniscos y cartlago articular. Como paso previo a
cualquier estudio biomec
anico, el modelo de elementos nitos fue validado usando diferentes
resultados tanto experimentales como numericos obtenidos de la bibliografa15,16,3,6 . Una
vez sucientemente validado nuestro principal objetivo fue analizar el efecto que diferentes
lesiones ligamentosas tienen sobre la biomec
anica de la articulaci
on.

MODELO DE LA ARTICULACION
Modelo geom
etrico de la articulaci
on
Los datos geometricos de la articulacion fueron obtenidos de RMN (resonancias magneticas nucleares) para los tejidos biol
ogicos blandos y TC (tomografas computarizadas)
para los huesos, con im
agenes separadas cada 1,5 mm en los planos sagital, coronal y
on). Los contornos del femur, tibia, perone, cartlago
axial a extensi
on completa (0o de exi
articular, meniscos y ligamentos fueron digitalizados manualmente. Los contornos obtenidos
fueron transferidos al programa comercial I-DEAS v.9, donde se reconstruy
o el modelo
tridimensional de la articulaci
on (Figura 1).
Modelado de los tejidos biol
ogicos duros
Como ya ha sido comentado anteriormente, debido a que la rigidez de los huesos es
mucho mayor que la de los tejidos biol
ogicos blandos estudiados y que su inuencia en
este estudio es mnima, los huesos se aproximaron por s
olidos rgidos. Cada estructura osea
(femur, tibia, perone y r
otula) fue representada por una supercie rgida cuya cinem
atica se
asocia a un nodo localizado en el centro de rotaci
on de cada hueso a extensi
on completa17 .

66

E. Pe
na, B. Calvo y M. Doblar
e

(a) Anterior view

(b) Posterior view

Figura 1. Modelo de elementos nitos

Modelado de los tejidos biol


ogicos blandos
Los meniscos y cartlago son tejidos hidratados. Sin embargo, y considerando que el
tiempo de carga de interes en este estudio es el del paso de la marcha humana y que el tiempo
de relajaci
on viscoelastica del cartlago y meniscos se estima cercano a 1500 segundos6 , estos
odulo
tejidos se han considerado como materiales el
asticos lineales e isotropos18 con un m
elastico E = 50 MPa y coeciente de Poisson = 0, 45 para los meniscos y de E = 5 MPa
y = 0, 45 para el cartlago19,20 .
Para reproducir elmente el comportamiento del ligamento se ha empleado un comportamiento hiperel
astico transversalmente isotropo denido por una familia de bras21 . La
direccion de las bras se dene en la conguraci
on indeformada 0 mediante un vector
on. La direcci
on de las
unitario a0 (X) que se mueve solidario al solido durante la deformaci
bras en cada instante de tiempo viene jada por otro vector unitario a(x, t) denido en la
on entre la longitud
conguraci
on deformada t . Su alargamiento , denido como la relaci
de la bra en la conguraci
on deformada e indeformada, se expresa mediante 2 = a0 .C.a0
con C el tensor de deformaci
on de Cauchy-Green, C = FT F, y F el gradiente de deforx
on deformada e
macion, F = X , con x, X las coordenadas de cada punto en la conguraci
indeformada respectivamente22 .
Es sabido, que la formulaci
on estandar de elementos nitos presenta dicultades para
materiales cuasi-incompresibles, debido a la elevada contribucion de la dilataci
on en los
terminos de la diagonal. Para evitar estos problemas es necesario aplicar la descomposici
on
octaedrica-desviadora del gradiente deformacion y desacoplar ambos efectos; de esta forma,
se considera una descomposicion multiplicativa de F en una parte volumetrica y una parte
1
Suponemos ahora, que la funci
on densidad de energa de defordesviadora23 , F = J 3 F.
macion = (C) puede descomponerse en una parte volumetrica y una parte desviadora
mediante 23
a0 a0 )
= vol (J) + iso (C,

(1)

Biomec
anica de la articulaci
on de la rodilla tras lesiones ligamentosas

67

a0 a0 ) son funciones escalares dependiente del jacobiano J =


donde vol (J) y iso (C,
= J 23 C, respectivamente, que describen la
det F y el tensor Cauchy-Green modicado C
on
respuesta volumetrica y desviadora del ligamento. La parte isocorica iso de la funci
densidad de energa de deformaci
on ha sido dividida en una parte is
otropa asociada a la
matriz de colageno (F1 ), que corresponde en este caso a un modelo neo hookeano, y otra
on vol considerada
parte anisotropa dependiente de las bras de col
ageno (F2 ). La funci
fue una est
andar para materiales cuasi-incompresibles, que puede interpretarse como una
funci
on de penalizaci
on del jacobiano 22
=

1
ln(J)2 + C1 (I1 3) + F2 ()
2D

(2)

odulo de compresibilidad k = D1 ,
donde C1 es la constante neo hookeana y D la inversa del m
el cual fue escogido para todos los ligamentos como Ck1 = 100025,22 .
Para denir la parte anis
otropa de la funci
on densidad de energa empleamos la funci
on
inicialmente denida por Weiss et al.25
F2
=0
<1

F2
= C3 (eC4 (1) 1)

<

F2
= C 5 + C6

>
(3)

es el primer invariante de C,
el alargamiento de las bras de col
ageno
donde I1 = tr(C)
al nal de la reorientacion, donde el comportamiento de la curva tensi
on-deformaci
on pasa
a ser de exponencial a lineal, C3 escala la exponencial, C4 esta relacionado con el desrizado
ageno una vez enderezadas.
de las bras y C5 es el modulo de elasticidad de las bras de col
El segundo tensor de tensiones se obtiene entonces de forma est
andar para materiales hiperelasticos como 25,22
2

= Svol + Siso = JpC1 + J 3 DEV [S]


S=2
(4)
C

on hidrost
atica
donde DEV es el operador desviador en descripci
on material26 , p la presi
0 ,n0 )
dvol (J)

(
C,m
iso
el tensor de tensiones de Piola-Kirchho modicado S
=2
yS
.
p=

dJ
C
1
El tensor de Cauchy es 1/J el empuje de S () = J (S) o, expresado en notaci
on
indicial, ij = J 1 FiI FjJ SIJ .
El tensor el
astico en su expresi
on material puede escribirse de la forma
C=2

Svol
Siso
S(C)
= Cvol + Ciso = 2
+2
C
C
C

(5)

donde Cvol y Ciso se escriben como26


p
C1
J
+J
+ 2Jp
)
C
C
C
= J
pC1 C1 2JpC1  C1

Cvol = 2C1 (p

4 4 iso
1 + C
1 iso ) +
Ciso = J 3 ( C

3
C
C
4
4 4 iso 1 1 1 1
w
+ J 3 ( : C)(IC C C ) + J 3 C
3
3
C

(6)

(7)

68

E. Pe
na, B. Calvo y M. Doblar
e

2
2
2
1 ( iso : C)]
C
1 + C

w = 4 iso 4 [( iso : C)
C
C

3 C
C
C
4 2 iso 1 1
: : C)C C
+ (C
9
C C

(8)

1  C1 = 1 (C 1 C 1 + C 1 C 1 ).
con IC 1 = C
IK JL
IL JK
C = C
2
El tensor el
astico en descripcion espacial denotado como c se dene como
empuje de C

c = J 1 (C) = cvol + ciso

1
J

veces el
(9)

Para m
as detalles sobre la obtenci
on del tensor el
astico en su version espacial25,22 .
En este trabajo empleamos las constantes para el LLI libre de tensiones obtenidas por
Gardiner et al. 27 a partir de ensayos experimentales. Las constantes del LLE se supusieron
identicas a las del LLI, y las constantes para el LCA, LCP y TR fueron ajustadas a partir
de los datos experimentales de Butler28 . Todas incluidas en la Tabla I.
C1

C2

C3

C4

C5

LLI

1,44

0,0

0,57

48,0

467,1

1,063

0,00126

LLE

1,44

0,0

0,57

48,0

467,1

1,063

0,00126

LCA

1,95

0,0

0,0139

116,22

535,039

1,046

0,00683

LCP

3,25

0,0

0,1196

87,178

431,063

1,035

0,0041

TR

2,75

0,0

0,065

115,89

777,56

1,042

0,00484

Tabla I. Constantes del material para los diferentes ligamentos libres de tensiones iniciales (MPa)

Los ligamentos, como la mayora de los tejidos biol


ogicos blandos, se encuentran sometidos a tensiones residuales (pretensi
on) como consecuencia del crecimiento, remodelacion,
da
no y deformaciones viscoel
asticas que experimentan a lo largo de la vida. Estas tensiones
se ponen de maniesto, cuando los ligamentos son cortados y separados de sus inserciones
experimentando entonces un acortamiento instantaneo y diferido29 . Para describir la conguraci
on real de la deformaci
on del material, incluyendo los efectos de la deformaci
on
debida a las tensiones iniciales, se introducen tres conguraciones: a) la conguraci
on libre
on
de tensiones (f s ); b) el estado de referencia (correspondiente al ligamento en su inserci
on actual (tras la deformaci
on producida por el movimiento
natural) (0 ); y c) la conguraci
de la articulaci
on)(). Se supone, que el gradiente de deformaci
on total, que corresponde al
estado actual F, admite una descomposici
on multiplicativa F = Fr F0 , donde F0 representa
el gradiente de deformaci
on correspondiente a las deformaciones iniciales y por tanto al
estado inicial de equilibrio libre de cargas y Fr es el gradiente de deformacion resultado de
la aplicaci
on de las cargas exteriores sobre la conguraci
on inicial 0 (Figura 2).
Las tensiones iniciales en el estado de referencia 0 y las totales se denen para
materiales hiperelasticos en la forma estandar


f s 0 (C)
2
+
= F
(10)
FT
J
2
C
donde f s es la funcion densidad de energa denida respecto de la conguraci
on libre de
tensiones.

69

Biomec
anica de la articulaci
on de la rodilla tras lesiones ligamentosas

Wo

X
F

F0
Wsf

Wt

Fr

Figura 2. Descomposici
on multiplicativa del gradiente de deformaci
on total

En el caso de ligamentos y tendones Weiss et al.30 proponen una forma sencilla de


on de longitud en la direcci
on de las
obtener F0 midiendo en diferentes puntos la variaci
bras del tejido. Con esta informacion se puede calcular 0 , el alargamiento de las bras
en la conguraci
on de referencia. Esta informaci
on es suciente para determinar F0 en un
sistema de coordenadas (*) alineado con la direccion de las bras a0 suponiendo que F0
corresponde a un alargamiento longitudinal en la direcci
on de las bras a0 y que el material
es incompresible, caso habitual en tejidos biologicos blandos

[F0 ] =
0

0
1
0

0
0

(11)

1
0

Notese que F0 debe ser transformada al sistema global de coordenadas aplicando un cambio
del sistema de referencia adecuado.
Las tensiones iniciales en nuestro modelo han sido obtenidas de bibliografa31,5,9 y se
muestran en la Tabla II con la siguiente nomenclatura: a - parte anterior del ligamento, p
- parte posterior del ligamento, m - parte medial del ligamento.
El modelo constitutivo de los ligamentos ha sido implementado en el c
odigo comercial ABAQUS v.6.232 a traves de una subrutina de usuario UEL en Fortran. El modelo
numerico ha sido validado con las soluciones analticas de diferentes estados de deformacion
homogeneos 33 .
aLCA

pLCA

aLCP

pLCP

aLLE

mLLE

pLLE

aLLI

mLLI

pLLI

0,06

0,1

0,0

0,0

0,0

0,0

0,08

0,04

0,04

0,03

Tabla II. Deformaciones iniciales de los ligamentos a extensi


on completa (%)

Lesiones ligamentosas

Unicamente
se han considerado lesiones totales de la articulaci
on en el sentido de que el
ligamento no aporta rigidez alguna a la estructura. Para simular dichas lesiones se procedi
o
a eliminar en la malla los elementos del ligamento correspondiente en cada modelo y sus
contactos respectivos. Se han simulado dos lesiones ligamentosas: rotura del LCA y del
LCP.

70

E. Pe
na, B. Calvo y M. Doblar
e

Cargas y condiciones de contorno


Con el n de reproducir en la medida de lo posible las condiciones de trabajo de los
meniscos de la articulaci
on, cada uno de los cuernos de los meniscos (medial y lateral) y
la periferia externa del menisco medial, que est
a adherida al LLI, se supusieron unidos a
la tibia. Las inserciones de los ligamentos fueron simuladas mediante la denici
on de una
u
ltima lnea de elementos en el lado proximal y distal de cada uno con propiedades de
hueso27 .
Debido a que la articulaci
on de la rodilla se encuentra lubricada, se ha empleado contacto
sin fricci
on en la articulaci
on con 16 zonas potenciales de contacto: dos para la zona medial y
dos para la lateral (cartlago femoral-meniscos y meniscos-cartlago tibial); cinco para cada
uno de los ligamentos (LLI, LLE, LCA, LCP, TR) y el femur; cinco para cada ligamento y
la tibia; una entre los ligamentos cruzados; y por u
ltimo una entre el cartlago femoral y el
cartlago rotuliano.
El movimiento de cada hueso fue controlado por los seis grados de libertad de su nodo
de referencia. En todos los an
alisis la tibia y el perone permanecieron jos. La posici
on de
extensi
on completa fue considerada como la conguraci
on inicial libre de cargas.
Dos condiciones de carga diferentes fueron simuladas. Para el caso de la articulaci
on
sana y lesionada una carga combinada de 1150 N en compresi
on y 134 N antero-posterior fue
aplicada permaneciendo ja la exi
on-extension del femur. Estas cargas fueron aplicadas
con el objetivo de validar el modelo de articulaci
on mediante la comparaci
on con los resultados obtenidos por otros autores. En segundo lugar se ha estudiado el ciclo de la marcha
simul
andolo mediante la aplicaci
on de los desplazamientos medidos experimentalmente por
on los desplazamienLafortune34 . En dicho estudio se obtuvieron para cada angulo de exi
tos (antero-posterior, latero-medial y distal-proximal) y giros relativos del femur respecto
de la tibia (varo-valgo y rotaci
on interna-externa).

SANA
BIOMECANICA
DE LA ARTICULACION
Desplazamiento antero-posterior del f
emur
Bajo las condiciones de carga anterior de 134 N y de compresi
on de 1150 N (conocido
clnicamente como cajon anterior) el LCA soporta en torno al 75 % de la carga anterior, mientras que el LLI, como estabilizador secundario, soporta el 25 % restante35 . Los
desplazamientos resultantes fueron de 4,75 mm en la direccion anterior, 0,56 mm en la
on interna (Tabla III). Nuestros resultados muestran
medial, 0,76o de valgo y 1,6o de rotaci
que la parte posterior del LCA es la m
as tensionada, mientras que las tensiones en la
parte central son m
as moderadas (Figura 3a). Song et al.9 obtuvieron 6,9 MPa en la
banda postero-lateral del LCA y 24 MPa en su inserci
on femoral. Resultados similares
fueron obtenidos en este trabajo: las tensiones principales m
aximas tienen lugar en la parte
posterior de la inserci
on femoral del LCA, con un valor medio de 15 MPa, mientras que en
la zona central las tensiones alcanzan valores de 6,5 MPa. Para el LLI una carga anterior
provoca una distribuci
on de tensiones similar a un problema de cizalla con tracci
on en la
zona anterior-distal y posterior-proximal. De nuevo es posible encontrar resultados similares
en la bibliografa. Hull et al. midieron una distribuci
on de deformaciones y tensiones similar
a la obtenida en este trabajo. En este ejemplo los meniscos transeren el 62 % de la carga
axial total (40 % el menisco medial) principalmente concentrada en la cara lateral. La
mayor presion de contacto tiene lugar en la parte posterior del menisco medial con un
maximo de 3,15 MPa y en el cuerno anterior del menisco lateral con 3,68 MPa. Las zonas
de contacto se corresponden con las obtenidas experimentalmente por Walker2 .

71

Biomec
anica de la articulaci
on de la rodilla tras lesiones ligamentosas

(a) Sana

(b) LCA lesionado

(c) LCP lesionado

Figura 3. Tensiones principales m


aximas para una carga combinada de 1150 N
de compresi
on y 134 N anterior

(a) Sana

(b) LCA lesionado

(c) LCP lesionado

Figura 4. Tensiones principales m


aximas para una carga combinada de 1150 N
de compresi
on y 134 N posterior

Por el contrario, bajo las condiciones de carga de 134 N de carga posterior y 1150 N
de carga de compresi
on (conocido como caj
on posterior) el LCP absorbe el 79 % de la
carga total, mientras que el 21 % restante lo absorbe el LLE como estabilizador secundario
de este movimiento. En este caso aparecen elevadas tensiones en la parte posterior y
anterior medial del LCP. La m
axima tensi
on principal tiene lugar en la parte posterior de
la inserci
on tibial del LCP con una media de 7 MPa y un maximo de 15 MPa en la inserci
on
tibial. Los resultados obtenidos adem
as muestran, que el LCA se encuentra principalmente
relajado; u
nicamente la insercion femoral se encuentra traccionada con valores de alrededor
de 3,7 MPa. El LLE como estabilizador secundario tambien se encuentra traccionado en su
mayor parte con una tensi
on principal m
axima de 4,5 MPa. Una carga posterior provoca
on
una relajaci
on en el LLI35 exceptuando sus inserciones, donde aparecen tensiones de tracci
de 2,57 MPa, Figura 4. En este movimiento los meniscos transeren alrededor del 55 %
de la carga axial total (60 % el menisco medial) principalmente en la parte posterior de
los mismos. Las maximas presiones de contacto tienen lugar en la regi
on posterior del

72

E. Pe
na, B. Calvo y M. Doblar
e

menisco medial con 4,1 MPa y en el cuerno posterior del menisco lateral con un valor
maximo de 4,81 MPa. El cartlago femoral se encuentra principalmente a compresi
on con
una tensi
on principal mnima de -4,5 MPa. Para este movimiento, los autores no han
encontrado resultados equivalentes para poder comparar el modelo (Figura 5).

(a) Presiones de contacto

(b) Tensiones de compresi


on m
aximas

(c) Tensiones de compresi


on m
aximas

(d) Tensiones de compresi


on m
aximas
Figura 5. Tensiones y presiones de contacto en los meniscos y cartlago articular
en respuesta a una carga combinada de 1150 N de compresi
on y 134 N
posterior (MPa)

Movimiento de flexi
on-extensi
on de la articulaci
on
Los resultados obtenidos en nuestro an
alisis muestran que la tensi
on durante la exi
on
no est
a uniformemente distribuida para todos los ligamentos y en todos lo angulos de exi
on.
Para el LLI las tensiones maximas tuvieron lugar en la parte interior de la inserci
on femoral
del LLI con una media de 30 MPa (Figura 6). El ligamento con mayores alargamientos de
sus bras fue tambien el LLI variando estas entre -5 % y 5 % dependiendo de la regi
on del

73

Biomec
anica de la articulaci
on de la rodilla tras lesiones ligamentosas

ligamento. Conforme se incrementa la exi


on, estas deformaciones generalmente decrecen
en la parte posterior y central, mientras que crecen en la zona anterior. El ligamento con
mayores tensiones de traccion es el TR. Se encuentra uniformemente traccionado con una
tension principal m
axima de 17,5 MPa en la zona femoral y 6,25 MPa en la zona tibial.

(a) 15o de exi


on

(b) 30o de exi


on

(c) 45o de exi


on

(d) 60o de exi


on

Figura 6. Tensiones principales m


aximas durante la exi
on de la rodilla

Nuestro modelo predice tensiones de tracci


on signicativas en las inserciones del LCA.
La tension principal m
axima tiene lugar en la regi
on posterior de la inserci
on femoral con un
on (Figura 6). A 60o de exi
on la tensi
on principal m
axima
valor de 2,45 MPa a 15o de exi
se localiza en la parte antero-medial del LCA con una media de 15 MPa. Conforme la
exi
on progresa, la banda antero-medial del LCA se encuentra cada vez m
as traccionada,
mientras que la banda postero-medial se relaja.

El LCP se encuentra principalmente relajado. Unicamente


su parte anterior y la inserci
on tibial se encuentran traccionadas con una media de 5 y 10 MPa respectivamente

74

E. Pe
na, B. Calvo y M. Doblar
e

(Figura 6). Cuando fuerzas de compresi


on aparecen actuando sobre el ligamento, las bras
de colageno no aportan rigidez al material, relaj
andose su pretension inicial, y la carga de
compresion es soportada por la matriz extracelular. Resultados similares se obtienen para
el LLE, que resulta principalmente relajado durante la exi
on excepto la inserci
on femoral
y la regi
on anterior del mismo (Figura 6).

LESIONADA
BIOMECANICA
DE LA ARTICULACION
Rotura del ligamento cruzado anterior
El estabilizador m
as importante en un caj
on anterior es el LCA, por tanto, una lesi
on
en LCA es crtica para la estabilidad de la articulaci
on en esta direccion. Ante una carga
de 134 N, el desplazamiento, que se produce en la articulaci
on es de 15,17 mm frente a
los 4,75 mm de la articulaci
on sana suponiendo un incremento del desplazamiento 219 %
(Tabla III). Tambien se produce un incremento sustancial de los valores en los restantes
grados de libertad de la articulaci
on. En la direcci
on medial, donde el LCA es un estabilizador importante, se producen unos desplazamientos de 2,83 mm, lo cual implica un
incremento del 405 %. Como consecuencia de la rotura del ligamento tambien se produce
un incremento sustancial de la rotaci
on interna (505 %) y el valgo (314 %) al desaparecer
la palanca estabilizadora, que ejerca el LCA con el LCP. Ante la ausencia del LCA act
uan
los estabilizadores secundarios, siendo el LLI el que absorbe fundamentalmente la carga.
Parecidos resultados fueron obtenidos por Yagi et al.36 , que para una carga de 134 N obtuvo un incremento del desplazamiento anterior del 246 % al igual que Lewis et al.37 , que
obtuvieron un incremento del 252 %.
Anterior

Medial

Distal

Valgo

Rotacion interna

(mm)

(mm)

(mm)

(o )

(o )

4,75

0,56

-1,10

0,76

1,6

Carga posterior

-5,035

-0,02

-0,72

0,48

-0,362

Lesi
on en el LCA Carga ant.

15,17

2,832

-1,85

3,15

9,6

Carga posterior

-6,878

-0,47

-1,38

0,74

-2,43

5,93

0,88

-1,26

0,94

2,36

-10,71

-0,84

-1,76

1,31

-1,86

Rodilla sana Carga anterior

Lesi
on en el LCP Carga ant.
Carga posterior

Tabla III. Cinem


atica de la rodilla sana y lesionada en respuesta a una carga combinada de compresi
on de 1150 N y una carga antero-posterior de 134 N

El estabilizador m
as importante en un caj
on posterior es el LCP, por tanto, una lesi
on
en el LCA no afecta pr
acticamente a la estabilidad de la articulaci
on ante este movimiento.
Para este movimiento sigue siendo el LCP, el que absorbe toda la carga aplicada incrementando apenas la tensi
on de los restantes ligamentos. El desplazamiento anterior, que
se produce, es de -6,878 mm frente a los -5,035 mm, ocasionados en la articulacion sana
suponiendo un incremento en el desplazamiento del 36 % (Tabla III). Para este movimiento
u
nicamente experimenta un incremento importante la rotaci
on externa, con un valor de
-2,43o frente a los -0,362o, que se producen en estado sano. Como ya se ha comentado
anteriormente, este incremento sustancial de la rotaci
on del 517 % es debido al efecto estabilizador desarrollado por el LCA, que al romperse desestabiliza el giro de la articulaci
on.

Biomec
anica de la articulaci
on de la rodilla tras lesiones ligamentosas

75

Rotura del ligamento cruzado posterior


Para el caso de una rotura en el LCP el efecto producido es el contrario. Para un caj
on
anterior, cuyo estabilizador principal es el LCA, que permanece intacto, una rotura en el
LCP no afecta signicativamente a la estabilidad de la articulaci
on. El desplazamiento
anterior producido es de 5,93 mm, lo cual implica un incremento del 24 %. En este caso
el incremento mas signicativo se produce en la rotaci
on interna con 2,36o (lo cual implica un incremento del 47 %), donde el efecto palanca realizado por el LCP desaparece
desestabilizando la articulaci
on.
Para un caj
on posterior, donde el LCP es el estabilizador principal, una rotura en el
mismo es crtica en la estabilidad de la articulaci
on frente a este movimiento. En este caso
se produce un desplazamiento de -10,71 mm frente a los -5,035 mm de una articulaci
on sana,
lo que supone un incremento de desplazamiento del 113 %. Para el resto de movimientos de
la articulaci
on no se experimenta un incremento signicativo de los desplazamientos excepto
en el giro valgo con un incremento del 172 % y la rotaci
on externa con un incremento del
413 %.
CONCLUSIONES
En este trabajo se ha empleado un modelo tridimensional completo de la articulaci
on
de la rodilla humana para el estudio de la biomec
anica de la articulaci
on de la rodilla
tras lesiones ligamentosas. Este modelo incluye los huesos, que conforman la articulaci
on
(femur, tibia, perone y r
otula), meniscos, cartlago articular y los ligamentos m
as relevantes
de la articulaci
on (LCA, LCP, LLI, LLE Y TR). Los huesos fueron modelados como s
olidos
rgidos, meniscos y cartlago articular como s
olidos el
asticos lineales y los ligamentos con un
comportamiento hiperelastico transversalmente isotropo denido a partir de la orientaci
on
de las bras de col
ageno. Adem
as ha sido necesario incorporar al modelo hiperel
astico
la pretensi
on inicial, a la que los ligamentos se encuentran sometidos. Dicho modelo fue
validado experimentalmente en un trabajo previo35 . En este trabajo se ha estudiado la
estabilidad de la articulaci
on tras roturas en el LCA y LCP.
Se ha comprobado, que cada uno de los ligamentos de la articulaci
on tiene un papel
especco en la estabilidad de la misma. El LCA aporta su mayor resistencia en un caj
on
anterior siendo crtica su rotura, cuando la rodilla est
a sometida a este desplazamiento,
mientras que el LCP aporta su mayor resistencia durante el caj
on posterior siendo en este
caso, cuando la rotura del mismo es crtica. Tambien se ha comprobado, c
omo act
uan en el
caso de la rotura de los ligamentos cruzados los estabilizadores secundarios (LLI y meniscos
para un caj
on anterior tras rotura del LCA y LLE y meniscos para un caj
on posterior tras
rotura del LCP), pudiendose observar el patron de movimiento y el campo de tensiones y
deformaciones ayudando as a una mejor compresi
on de la biomec
anica de la articulaci
on.
El modelo aqu propuesto posee algunas limitaciones que han de ser tenidas en cuenta
a la hora de interpretar los resultados. En primer lugar, los meniscos fueron considerados
como elasticos lineales isotropos. Es sabido, que los meniscos tienen mayor rigidez en la
direccion circunferencial que en las restantes direcciones, adem
as de tratarse de un s
olido
bif
asico debido a la presencia de lquido intersticial38 . Segundo, las propiedades de los
diferentes tejidos han sido denidas a partir de datos obtenidos en la bibliografa y no corresponden a un mismo sujeto. Finalmente, las propiedades viscoelasticas de los ligamentos
y meniscos no han sido consideradas. Aunque este aspecto no parece tener una relevancia
importante en nuestros an
alisis, sera importante tenerlo en cuenta, si se desea estudiar los
estados lmite de la articulaci
on, donde la velocidad de deformaci
on es crtica para el da
no
y rotura de estos tejidos. A pesar de estas limitaciones los resultados obtenidos son muy
pr
oximos a los equivalentes experimentales obtenidos por otros autores demostrando, que

76

E. Pe
na, B. Calvo y M. Doblar
e

nuestro modelo de elementos nitos de la articulaci


on de la rodilla puede predecir los campos
de desplazamientos, tensiones y deformaciones de cada uno de los tejidos biol
ogicos, que
componen la articulaci
on. La reproducci
on de la biomec
anica de la articulaci
on tras lesiones
ligamentosas puede ayudar al conocimiento de los patrones de lesion y sus consecuencias,
siendo una herramienta u
til en la planicaci
on preoperatoria y de rehabilitaci
on.
AGRADECIMIENTOS

Los autores quieren agradecer al Dr. Miguel Angel


Martnez del Departamento de Ingeniera Mec
anica y al Dr. Daniel Palanca del servicio de Traumatologa y Ciruga Ortopedica
del Hospital Clnico de la Universidad de Zaragoza su inestimable ayuda. Tambien desean
agradecer al Ministerio de Ciencia y Tecnologa espa
nol la nanciaci
on recibida a traves del
proyecto de investigaci
on DPI2003-09110-C02-01 y al Ministerio de Sanidad espa
nol a traves
de la Red Nacional IM3 (Imagen Medica Molecular y Multimodal, 300++, 2003-2005).
REFERENCIAS
1 S.L.Y. Woo, R.E. Dedski, J. Zeminski, S.D. Abramowitch, S.S. Chan y J. Fenwick, Injury and
repair of ligaments and tendons, Annu Rev. Biomed. Engng., Vol. 2, pp. 83118, (2000).
2 P.S. Walker y M.J. Erkman, The role of the menisci in force transmission across the knee,
Clin. Orthop. Relat., Vol. 109, pp. 184192, (1975).
3 M.Z. Bendjaballah, A. Shirazi-adl y D.J. Zukor, Biomechanics of the human knee joint in
compression: reconstruction, mesh generation and nite element analysis, Knee, Vol. 2, pp.
6979, (1995).
4 B. Beynnon, J. Yu, D. Huston, B. Fleming, R. Johnson, L. Haugh y M. Pope, A sagittal plane
model of the knee and cruciate ligaments with application of a sensitivity analysis, ASME J.
Biomech. Engng., Vol. 118, pp. 227239, (1996).
5 G. Li, J. Gil, A. Kanamori y S.L. Woo, A validated three-dimensional computational model of
a human joint, ASME J. Biomech. Engng., Vol. 121, pp. 657662, (1999).
6 T.L.H. Donahue, M.L. Hull, M.M. Rashid y R.C. Jacobs, A nite element model of the human
knee joint for the study of tibio-femoral contact, ASME J. Biomech. Engng., Vol. 124, pp.
273280, (2002).
7 S. Hirokawa y R. Tsuruno, Three-dimensional deformation and stress distribution in an analytical/computational model of the anterior cruciate ligament, J. Biomech. , Vol. 33, pp.
10691077, (2000).
8 D. Pioletti, L. Rakotomanana, J.F. Benvenuti y P.F. Leyvraz, Viscoelastic constitutive law in
large deformations: application to human knee ligaments and tendons, J. Biomech. , Vol. 31,
pp. 753757, (1998).
9 Y. Song, R. Debski, V. Musahl, M. Thomas y S.L.Y. Woo, A three-dimensional nite element
model of the human anterior cruciate ligament: a computational analysis with experimental
validation, J. Biomech. , Vol. 37, pp. 383390, (2004).
10 J. Gardiner, J. Weiss y T. Rosenberg, Strain in the human medial collateral ligament during
valgus lading of the knee, Clin. Orthop. Relat., Vol. 391, pp. 266274, (2001).
11 J. Heegard, P.F. Leyvraz, A. Curnier, L. Rakotomana y R. Huiskes, The biomechanics of the
human patella during passive knee exion, J. Biomech. , Vol. 28, pp. 12651279, (1995).
12 D. Perie y M.C. Hobatho, In vivo determination of contact areas and pressure of the femorotibial
joint using non-linear nite element analysis, Clin. Biomech , Vol. 13, pp. 394402, (1998).

Biomec
anica de la articulaci
on de la rodilla tras lesiones ligamentosas

77

13 E. Pe
na, B. Calvo, M. Martinez, D. Palanca y M. Doblare, Finite element analysis of the eect
of meniscal tears and meniscectomy on human knee biomechanics, Clin. Biomech/, Vol. 20,
pp. 498507, (2005).
14 E. Pe
na, M. Martinez, B. Calvo, D. Palanca y M. Doblare, A nite element simulation of the
eect of graft stiness and graft tensioning in ACL reconstruction, Clin. Biomech, Vol. 20, pp.
636644, (2005).
15 R. Fox, C. Harner, M. Sakane, G. Carlin y S.L.Y. Woo, Determination of the in situ forces in
the human posterior cruciate ligament using robotic technology, Am. J. Spors. Med., Vol. 26,
pp. 395401, (1998).
16 A. Ahmed y C. McLean, In vitro measumerement of the restraining role of the anterior cruciate
ligament during walking and stair ascent, ASME J. Biomech. Engng., Vol. 124, pp. 768779,
(2002).
17 D. M. Daniels, Knee Ligaments: structure, function, injury and repair , Raven Press, New
York, (1990).
18 M. A. LeRoux y L.A. Setton, Experimental and biphasic FEM determinations of the material
properties and hydraulic permeability of the meniscus in tension, ASME J. Biomech. Engng.,
Vol. 124, pp. 315321, (2002).
19 G. Li, O. Lopez y H. Rubash, Variability of a three-dimensional nite element model constructed using magnetic resonance images of a knee for joint contact stress analysis, ASME J.
Biomech. Engng., Vol. 123, pp. 341346, (2001).
20 P. Donzelli, R.S. Spilker, G.A. Ateshian y V.C. Mow, Contact analysis of biphasic transversely
isotropic cartilage layers and correlation with tissue failure, J. Biomech., Vol. 32, pp. 1037
1047, (1999).
21 J. Weiss y J.C. Gardiner, Computational modelling of ligament mechanics, Crit. Rev. Biomed.
Engng., Vol. 29, pp. 170, (2001).
22 G.A. Holzapfel, Nonlinear solid mechanics, Wiley, New York, (2000).
23 J.C. Simo y R.L. Taylor, Quasi-incompresible nite elasticity in principal stretches. Continuum
basis and numerical algorithms, Comput. Methods Appl. Mech. Engng., Vol. 85, pp. 273310,
(1991).
24 J. Weiss, J.C. Gardiner y C. Bonifasi-Lista, Ligament material behavior is nonlinear, viscoelastic and rate-independent under shear loading, J. Biomech., Vol. 35, pp. 943950, (2002).
25 J. Weiss, B. Maker y S. Govindjee, Finite element implementation of incompressible, transversely isotropic hyperelasticity, Comput. Methods. Appl. Mech. Engng., Vol. 135, pp. 107128,
(1996).
26 J.C. Simo y T. Hughes, Computational Inelasticity, Springer-Verlag, New York, (1998).
27 J. Gardiner y J. Weiss, Subjet-specic nite element analysis of the human medial collateral
ligament during valgus knee loading, J. Orthopaed. Res., Vol. 21, pp. 10981106, (2003).
28 D.L. Butler, M. Sheh, D. Stouer, V. Samaranayake y M. Levy, Surface strain variation in
human patellar tendon and knee cruciate ligaments, ASME J. Biomech. Engng., Vol. 39, pp.
3845, (1990).
29 Y.C. Fung, Biomechanics. Mechanical propeties of living tissues, Springer-Verlag, (1993).
30 J. Weiss, B. Maker y D. Schauer, Treatment of initial stress in hyperelastic nite element models
of soft tissues, ASME Summer Bioengineering Conference, C. Beaver Creek (Ed.), (1995).
31 L. Blankevoort y R. Huiskes, Ligament-bone interaction in a three-dimensional model of the
knee, ASME J. Biomech. Engng., Vol. 113, pp. 263269, (1991).

78

E. Pe
na, B. Calvo y M. Doblar
e

32 Abaqus users guide, v. 6.4, HKS Inc. Pawtucket, RI, USA, Hibbit, Karlsson and Sorensen, Inc.,
(2004).
33 B. Calvo, M. Martinez y M. Doblare, On solving hyperelasticity with the natural element
method, Int. J. Numer. Meth. Engng., Vol. 62, pp. 159185, (2005).
34 M.A. Lafortune, P.R. Cavabagh, H.J. Sommer y A. Kalenak, Three-dimensional kinematics of
the human knee during walking, J. Biomech., Vol. 25, pp. 347357, (1992).
35 E. Pe
na, B. Calvo, M. Martinez y M. Doblare, A three-dimensional nite element analysis of
the combined behavior of ligaments and menisci in the healthy human knee joint, J. Biomech.,
en prensa.
36 M. Yagi, E. Wong, A. Kanaromi, R. Debski, F. Fu y S.L.Y. Woo, Biomechanical analysis of an
anatomic anterior cruciate ligament reconstruction, Am. J. Spors. Med., Vol. 30, pp. 660666,
(2002).
37 J.L. Lewis, W.D. Lew, J.A. Hill, P. Hanley, K. Ohland, S. Kirstukas y R.E. Hunter, Knee joint
motion and ligament forces before and after ACL reconstruction, ASME J. Biomech. Engng.,
Vol. 111, pp. 97106, (1989).
38 C.S. Proctor, M.B. Schmidt, M.A. Kelly y V.C. Mow, Material properties of the normal medial
bovine meniscus, J. Orthopaed. Res. , Vol. 7, pp. 771782, (1989).

También podría gustarte