Ecologia Politica-Enrique Leff
Ecologia Politica-Enrique Leff
Ecologia Politica-Enrique Leff
LaEcologaPolticaenAmricaLatina.Uncampoenconstruccin
EnriqueLeff
EmergenciadelaEcologaPoltica
Laecologapolticaengermenabreunapreguntasobrelamutacinmsrecientede
la condicin existencial del hombre. Partiendo de una crtica radical de los
fundamentos ontolgicos y metafsicos de la epistemologa moderna, ms all de
una poltica fundada en la diversidad biolgica, en el orden ecolgico y en la
organizacin simblica que dan su identidad a cada cultura, la ecologa poltica
vieneainterrogarlacondicindelseren el vacodesentidoylafaltadereferentes
generada por el dominio de lo virtual sobre lo real y lo simblico, de un mundo
donde, parafraseando a Marshal Berman, todo lo slido se desvanece en el aire. A la
ecologa poltica le conciernen no slo los conflictos de distribucin ecolgica, sino
elexplorarconnuevaluzlasrelacionesdepoderqueseentretejenentrelosmundos
devidadelaspersonasyelmundoglobalizado.
Puessilamiradadelmundodesdelahermenuticayelconstructivismohasuperado
la visin determinista de la historia y el objetivismo de lo real, si el mundo est
abierto al azar y a la incertidumbre, al caos y al descontrol, al diseo y a la
simulacin, tenemos que preguntarnos, qu grado de autonoma tiene la
hiperrealidad del mundo sobreeconomizado, hipertecnologizado y super
objetivadosobreelser?enqusentidoseorientaeldeseo,lautopa,elproyecto,en
lareconfiguracindelmundoguiadoporinteresesindividuales,imaginariossociales
y proyectos colectivos? Qu relaciones y estrategias de poder emergen en este
nuevomundoenelqueelaleteodelasmariposaspuedellegaraconmover,derribar
y reconstruir las armaduras de hierro de la civilizacin moderna y las rgidas
estructuras del poder y del conocimiento? Qu significado adquiere la libertad, la
identidad,laexistencia,lapoltica?
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La ecologa poltica construye su campo de estudio y de accin en el encuentro y a
contracorriente de diversas disciplinas, pensamientos, ticas, comportamientos y
movimientos sociales. All colindan, confluyen y se confunden las ramificaciones
ambientales y ecolgicas de nuevas disciplinas: la economa ecolgica, el derecho
ambiental,lasociologapoltica,laantropologadelasrelacionesculturanaturaleza,
la tica poltica. Podemos afirmar sin embargo que no estamos ante un nuevo
paradigma de conocimiento o un nuevo paradigma social. Apenas comenzamos a
indagar sobre el lugar que le corresponde a un conjunto de exploraciones que no
encuentranacomododentrodelasdisciplinasacadmicastradicionales.Laecologa
polticaesuncampoqueannoadquierenombrepropio;porelloseledesignacon
prstamos metafricos de conceptos y trminos provenientes de otras disciplinas
para ir nombrando los conflictos derivados de la distribucin desigual y las
estrategias de apropiacin de los recursos ecolgicos, los bienes naturales y los
servicios ambientales. Las metforas de la ecologa poltica se hacen solidarias del
lmitedelsentidodelaglobalizacinregidaporelvaloruniversaldelmercadopara
catapultear al mundo hacia una reconstruccin de las relaciones de lo real y lo
simblico;delaproduccinyelsaber.
Enlaecologapolticahananidadoastrminosquederivandecamposcontiguos
la economa ecolgica, como el de distribucin ecolgica, definido como una
categora para comprender las externalidades ambientales y los movimientos
sociales que emergen de conflictos distributivos; es decir, para dar cuenta de la
carga desigual de los costos ecolgicos y sus efectos en las variedades del
ambientalismoemergente,incluyendomovimientosderesistenciaalneoliberalismo,
de compensacin por daos ecolgicos y de justicia ambiental. La distribucin
ecolgicadesignalasasimetrasodesigualdadessociales,espaciales,temporalesen
el uso que hacen los humanos de los recursos y servicios ambientales,
comercializadosono,esdecir,ladisminucindelosrecursosnaturales(incluyendo
laprdidadebiodiversidad)ylascargasdelacontaminacin(MartnezAlier,1997).
Ladistribucinecolgicacomprendepueslosprocesosextraeconmicos(ecolgicos
ypolticos)quevinculanalaeconomaecolgicaconlaecologapoltica,enanaloga
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con el concepto de distribucin en economa, que desplaza a la racionalidad
econmicaalcampodelaeconomapoltica.Elconflictodistributivointroduceala
economa poltica del ambiente las condiciones ecolgicas de supervivencia y
produccin sustentable, as como el conflicto social que emerge de las formas
dominantes de apropiacin de la naturaleza y la contaminacin ambiental. Sin
embargo,ladistribucinecolgicaapuntahaciaprocesosdevaloracinquerebasan
a la racionalidadeconmicaensus intentosdeasignarpreciosdemercadoycostos
crematsticos al ambiente, movilizando a actores sociales por intereses materiales y
simblicos (de supervivencia, identidad, autonoma y calidad de vida), ms all de
lasdemandasestrictamenteeconmicasdepropiedaddelosmediosdeproduccin,
deempleo,dedistribucindelingresoydedesarrollo.
Enestecontextosehavenidoconfigurandoundiscursoreivindicativoentornoala
idea de la deuda ecolgica, como un imaginario y un concepto estratgico
movilizador de una conciencia de resistencia a la globalizacin del mercado y sus
instrumentos de coercin financiera, cuestionando la legitimidad de la deuda
econmica de los pases pobres, buena parte de ellos de Amrica Latina. La deuda
ecolgica pone al descubierto la parte ms grande y hasta ahora sumergida del
icebergdelintercambiodesigualentrepasesricosypobres,esdecir,ladestruccin
delabasederecursosnaturalesdelospasesllamadossubdesarrollados,cuyoestado
depobrezanoesconsustancialaunaesenciaculturaloasulimitacinderecursos,
sinoqueresultadesuinsercinenunaracionalidadeconmicaglobalquehasobre
explotado a su naturaleza, degradado a su ambiente y empobrecido a sus pueblos.
Sin embargo, esta deuda ecolgica resulta inconmensurable, pues no hay tasas de
descuento que logren actualizarla ni instrumento que logre medirla. Se trata de un
despojo histrico, del pillaje de la naturaleza y subyugacin de sus culturas que se
enmascara en un mal supuesto efecto de la dotacin y uso eficaz y eficiente de sus
factoresproductivos.
Hoy,estepillajedeltercermundoseproyectaalfuturo,atravsdelosmecanismos
deapropiacindelanaturalezaporlavadelaetnobioprospeccinylosderechos
depropiedadintelectualdelNortesobrelosderechosdepropiedaddelasnaciones
ypueblosdelSur.Labiodiversidadrepresentasupatrimonioderecursosnaturales
y culturales, con los que han coevolucionado en la historia, el hbitat en donde se
arraigan los significados culturales de su existencia. Estos son intraducibles en
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valoreseconmicos.Esaqudondeseestableceelumbralentreloqueesnegociable
e intercambiable entre deuda y naturaleza, y lo que impide dirimir el conflicto de
distribucinecolgicaentrminosdecompensacioneseconmicas.
Elcampodelaecologapolticaseabreenunhorizontequedesbordaelterritoriode
la economa ecolgica. La ecologa poltica se localiza en los linderos del ambiente
que puede ser recodificado e internalizado en el espacio paradigmtico de la
economa,delavalorizacindelosrecursosnaturalesylosserviciosambientales.La
ecologa poltica se establece en ese espacio que es el del conflicto por la
reapropiacin de la naturaleza y de la cultura, all donde la naturaleza y la cultura
resisten a la homologacin de valores y procesos (simblicos, ecolgicos,
epistemolgicos, polticos) inconmensurables y a ser absorbidos en trminos de
valores de mercado. All es donde la diversidad cultural adquiere derecho de
ciudadana como una poltica de la diferencia, de una diferencia radical, en cuanto
que lo que est all en juego es ms y otra cosa que la distribucin equitativa del
accesoylosbeneficioseconmicosderivadosdelapuestaenvalordelanaturaleza.
DesnaturalizacindelaNaturaleza
Noessinohastalosaossesentaysetentaenadelantequelanaturalezaseconvierte
en referente poltico, no slo de una poltica de Estado para la conservacin de las
bases naturales de sustentabilidad del planeta, sino como objeto de disputa y
apropiacinsocial,altiempoqueemergenporfueradelacienciadiversascorrientes
interpretativas, en las que la naturaleza deja de ser un objeto a ser dominado y
desmembrado para convertirse en un cuerpo a ser seducido, resignificado,
reapropiado.Dealltodaslasdiversasecosofas,desdelaecologaprofunda(Naess),
el ecosocialismo (OConnor) y el ecoanarquismo (Bookchin), que nutren a la
ecologa poltica. En estas perspectivas, la ecologa viene a jugar un papel
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preponderante en el pensamiento reordenador del mundo. La ecologa se convierte
enelparadigmaque,basadoenlacomprensindelorealydelconocimientocomo
un sistema de interrelaciones, orienta el pensamiento y la accin en una va
reconstructiva. De esta manera se establece el campo de una ecologa generalizada
(Morin)dondeseconfiguratodaunaseriedeteorasymetodologasqueiluminany
asechanelcampodelaecologapoltica,desdelasteorasdesistemasylosmtodos
interdisciplinarios,hastaelpensamientodelacomplejidad(Floriani,2003).
Laecologapolticaesporelloelterrenodeunaluchaporladesnaturalizacindela
naturaleza:delascondicionesnaturalesdeexistencia,delosdesastresnaturales,
de la ecologizacin de las relaciones sociales. No se trata tan slo de adoptar una
perspectivaconstructivistadelanaturaleza,sinopoltica,dondelasrelacionesentre
sereshumanosentreellosyconlanaturalezaseconstruyenatravsderelacionesde
poder (en el saber, en la produccin, en la apropiacin de la naturaleza) y los
procesosdenormalizacindelasideas,discursos,comportamientosypolticas.
PolticaCultural/PolticadelaDiferencia
La diferencia es siempre una diferencia radical; est fundada en una raz cuyo
proceso y destino es diversificarse, ramificarse, reedificarse. El pensamiento de la
diferencia es el proyecto de desconstruccin del pensamiento unitario, aquel que
busca acomodar la diversidad a la universalidad y someter lo heterogneo a la
medida de un equivalente universal, cerrar el crculo de las ciencias en una unidad
delconocimiento,reducirlasvariedades ontolgicasasus homologasestructurales
yencasillarlasideasdentrodeunpensamientonico.Laecologapolticaenrazael
trabajo terico de desconstruccin del logos en el campo poltico, donde no basta
reconocer la existencia de la diversidadcultural,de los saberestradicionales, de los
derechos indgenas, para luego intentar resolver el conflicto que emana de sus
diferentes formas de valorizacin de la naturaleza por la va del mercado y sus
compensacionesdecostos.
Hablamosdeecologapoltica,perohabremosdecomprenderquelaecologanoes
poltica en s. Las relaciones entre seres vivos y naturaleza, las cadenas trficas, las
territorialidadesdelasespecies,inclusolasrelacionesdedepredacinydominacin,
nosonpolticasenningnsentido.Silapolticaesllevadaalterritoriodelaecologa
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escomorespuestaalhechodequelaorganizacinecosistmicadelanaturalezaha
sidonegadayexternalizadadelcampodelaeconomaydelascienciassociales.Las
relaciones de poder emergen y se configuran en el orden simblico y del deseo del
ser humano, en su diferencia radical con los otros seres vivos que son objeto de la
ecologa.
Desdeestaperspectiva,alreferirsealasecologasdeladiferencia,Escobarponeel
acento en la nocin de distribucin cultural, como los conflictos que emergen de
diferentes significados culturales, pues el poder habita a los significados y los
significados son la fuente del poder (Escobar, 2000:9). Pero si bien el poder se
movilizapormediodeestrategiasdiscursivas,ladistribucinculturalnosurgedel
hecho de que los significados sean directamente fuentes de poder, sino de las
estrategias discursivas que generan los movimientos por la reivindicacin de sus
valores culturales, es decir, en los procesos de legitimacin de los significados
culturales como derechos humanos. Pues es por la va de los derechos (humanos)
quelosvaloresculturalesentraneneljuegoyelcampodelpoderestablecidoporlos
derechosdelmercado.
Peroenrealidadlanocindedistribucinculturalpuedellegarasertanfalazcomo
la de distribucin ecolgica cuando se le somete a un proceso de homologacin y
homogeneizacin. La inconmensurabilidad no slo se da en la diferencia entre
economa, ecologa y cultura, sino dentro del propio orden cultural, donde no
existen equivalencias entre significaciones diferenciadas. La distribucin siempre
apela a una materia homognea: el ingreso, la riqueza, la naturaleza, la cultura, el
poder. Pero el ser que funda los derechos es esencialmente heterogneo, en el
sentido de que implica pasar del concepto genrico del ser y del ser ah
heideggeriano, an herederos de una ontologa existencialista esencialista y
universal, a pensar la poltica de la diferencia como derechos del ser cultural,
especficoylocalizado.
Peroladiferenciadevaloresyvisionesculturalesnoseconvierteporderechopropio
enfuerzapoltica.Lalegitimacindeesadiferenciaqueledavalorypoder,proviene
de una suerte de efectos de saturacin de la homogeneizacin forzada de la vida
inducida por el pensamiento metafsico y la racionalidad modernizante. Es de la
resistencia del ser al dominio de la homogeneidad hegemnica, de la cosificacin
objetivante,delaigualdadinequitativa,quesurgeladiferenciaporelencuentrocon
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laotredad,enlaconfrontacindelaracionalidaddominanteconloqueleesexterno
yconaquelloqueexcluye,rompiendoconlaidentidaddelaigualdadylaunidadde
louniversal.Deesatensinseestableceelcampodepoderdelaecologapoltica,de
la demarcacin del pensamiento nico y la razn unidimensional, para valorar la
diferenciadelseryconvertirloenuncampodefuerzaspolticas.
Hoy es posible afirmar que las luchas por la diferencia cultural, las identidades
tnicas y las autonomas locales sobre el territorio y los recursos estn
contribuyendoa definir laagenda delos conflictosambientalesmsall del campo
econmico y ecolgico, reivindicando las formas tnicas de alteridad
comprometidasconlajusticiasocialylaigualdadenladiferencia(Escobar,2000:6,
13). Esta reivindicacin no reclama una esencia tnica ni derechos fincados en el
principiojurdicoymetafsicodelindividuo,sinoenelderechodelser,queincluye
tanto los valores intrnsecos de la naturaleza como los derechos humanos
diferenciados culturalmente, incluyendo el derecho a disentir de los sentidos
preestablecidosylegitimadosporpodereshegemnicos.
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Las reivindicaciones por la igualdad en el contexto de los derechos humanos
genricos del hombre, y sus aplicaciones jurdicas a travs de los derechos
individuales, son incapaces de asumir este principio poltico de la diferencia que
reclama un lugar propio dentro de una cultura de la diversidad, pues como afirma
Escobar,
Yanoeselcasodequeunopuedacontestarladesposesinyargumentarafavorde
la igualdad desde la perspectiva de la inclusin dentro de la cultura y la economa
dominantes. De hecho, lo opuesto est sucediendo: la posicin de la diferencia y la
autonomaestllegandoasertanvlida,oms,enestacontestacin.Elapelaralas
sensibilidadesmoralesdelospoderososhadejadodeserefectiva[]Eselmomento
de ensayar [] las estrategias de poder de las culturas conectadas en redes y
glocalidades, de manera que puedan negociarse concepciones contrastantes de lo
bueno y el valor de diferentes formas de vida y para reafirmar el predicamento
pendientedeladiferenciaenlaigualdad.(Escobar,2000:21).
Concienciadeclase,concienciaecolgica,concienciadeespecie
Paraquehubieraunaconcienciadeespecieseranecesarioquelahumanidadensu
conjunto compartiera la vivencia de una catstrofe comn o de un destino
compartidoportodoelgnerohumanoentrminosequivalentes,comoaquellaque
llevelsilogismoaristotlicosobrelamortalidaddelhombreaunaconcienciades
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de la humanidad cuando la generalizacin de la peste convirti el simbolismo del
silogismo en experiencia vivida, transformando la mxima del enunciado en
produccindesentidodeunimaginariocolectivo(olaquefundlaculturahumana
enlaprohibicindelincestoydelacualelsimbolismodelcomplejode Edipovino
solamente a convertir en sentido trgico y manifestacin literaria una ley cultural
vivida,quenofueinstauradaniporSfoclesni porFreud). Puescomo haafirmado
Lacan(19745),delenunciadodeAristtelestodosloshombressonmortalesnose
desprendeelsentidoquesloanidenlaconcienciaunavezquelapestesepropag
porTebas,convirtindolaenalgoimaginableynoslounapuraformasimblica,
una vez que toda la sociedad se sinti concernida por la amenaza de una muerte
real.
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La ley lmite de la entropa que sustentara desde la ciencia tales previsiones y los
desastres naturales que se han desencadenado y proliferado en los ltimos aos
parecen an disolver su evidencia en los clculos de probabilidades, en la
incertidumbrevagadelosacontecimientos,enelcortohorizontedelasevaluaciones
y la multiplicidad de criterios en los que se elaboran sus indicadores. Lo que
prevaleceesunadispersindevisionesyprevisionessobrelaexistenciahumanaysu
relacin con la naturaleza, en la que se borran las fronteras de las conciencias de
clase, pero no por ello las diferencias de conciencias alimentadas por intereses y
valoresdiferenciados,enlosqueelprincipiodediversidadculturalestabriendoun
nuevo mosaico de posicionamientos que impide la visin unitaria para salvar al
planeta,alabiodiversidadyalaespeciehumana.Cadavisinseestconvirtiendoen
nuevos derechos que estn resquebrajando el marco jurdico prevaleciente,
construido en torno al principio de la individualidad y del derecho privado, de la
misma forma que esos pilares de la racionalidad econmica se colapsan frente a lo
realdelanaturalezaylossentidosdelacultura.
Esta recomposicin del mundo por la va de la diferenciacin del ser y del sentido
rompeelesquemaimaginariodelainterdisciplinariedad,einclusodeundilogode
saberes entendido como la concertacin de interesesdiferenciados a travs de una
racionalidadcomunicativa(Habermas).Laconcienciadelacrisisambientalsefunda
enlarelacindelserconellmite,enelenfrentamientodeltodoobjetivadodelente
conla nada que alimenta eladvenimientodel ser, enla interconexin de lo real,lo
imaginarioylosimblicoqueobliteraalsujeto,queabreelagujerodedondeemerge
la existencia humana, el ser y su relacin con el saber. El sujeto de la ecologa
poltica no es el hombre construido por la antropologa ni el serah genrico de la
fenomenologa,sinoelserpropioqueocupaunlugarenelmundo,queconstruyesu
mundodevidacomoproduccindeexistencia(Lacan,1974/75):lanada,lafaltaen
ser y la pulsin de vida que van impulsando y anudando el posible saber en la
produccin de la existencia, forjando esa relacin del ser y el saber, del ser con lo
sido y lo que an no es, de una utopa que est ms all de toda trascendencia
prescrita en una evolucin ecolgica, sea esta orgnica o de una dialctica
ecologizadadelanaturaleza(Bookchin,1990).
EcologaPoltica/EpistemologaPoltica
Elterritorioesvistocomounespaciomultidimensionalfundamentalparalacreacin
yrecreacindelasprcticasecolgicas,econmicasyculturalesdelascomunidades
[...]Puededecirsequeenestaarticulacinentreidentidadculturalyapropiacinde
un territorio subyace la ecologa poltica del movimiento social de comunidades
negras. La demarcacin de territorios colectivos ha llevado a los activistas a
desarrollar una concepcin del territorio que enfatiza articulaciones entre los
patronesdeasentamiento,losusosdelespacioylasprcticasdeusossignificadosde
losrecursos.(Escobar,1999:260)
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Unaecologapolticabiensituadasesustentaenunateoracorrectadelasrelaciones
sociedadnaturaleza, o en la desconstruccin de la nocin ideolgicocientfica
discursiva de la naturaleza, capaz de articular la sustancia ontolgica de lo real del
ordenbiofsico,conelordensimblicoquelasignifica,quelaconvierteenreferente
deunacosmovisin,deunateora,deundiscursosobreeldesarrollosustentable.La
ecologa poltica remite directamente al debate sobre monismo/dualismo en el que
hoysedesgarralateoradelareconstruccin/reintegracindelonaturalylosocial,
de la ecologa y la cultura, de lo material y lo simblico. Es all donde se ha
desbarrancado el pensamiento ambiental, bloqueado por efecto del maniquesmo
terico y la dicotoma extrema entre el naturalismo de las ciencias fsicobiolgico
matemticasyelantropomorfismodelascienciasdelacultura;unasllevadasalpolo
positivodelpositivismolgicoyempirista;elotroalrelativismodelconstructivismo
ydelahermenutica.Enelnaufragiodelpensamientoantesupolarizacinextrema,
pensadoresycientficossehanagarradodelatabladesalvacinqueleshaofrecido
la ecologa como ciencia por excelencia e las interrelaciones de los seres vivos con
sus entorno, llevando a una ecologa generalizada que no logra desprenderse e esa
voluntad de totalizacin del mundo, ahora guiada por el objetivo de construir un
pensamiento de la complejidad (Morin, 1993). Surgen de all todos los intentos por
reconciliar a esos entes no dialogantes (mentecuerpo; naturalezacultura; razn
sentimiento), ms all de una dialctica de contrarios, unificados por un
creacionismoevolucionista,dedondehabradeemergerlaconcienciaecolgicapara
reconciliarysaldarlasdeudasdeunaracionalidadantiecolgica.Estepensamiento
complejo en bsqueda de un paradigma monista fundado en la ecologa no ofrece
bases slidas a una ecologa poltica capaz de guiar las acciones hacia una
sustentabilidadfundadaenunapolticadeladiferencia.
Laposmodernidadestmarcadaporelfindelosuniversalismosylosesencialismos;
por la emergencia de entes hbridos hechos de organismo, smbolos y tecnologa
(Haraway); por la imbricacin de lo tradicional y lo moderno. Pero es necesario
diferenciarestereenlazamientodelonatural,loculturalylotecnolgicodelmundo
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actual de la complejidad, del mundo de vida de los primitivos que desconocen la
separacin entre cuerpo y alma, vida y muerte, naturaleza y cultura. Esta
continuidad y fluidez del mundo primitivo se da en un registro diferente a la
relacinentreloreal,losimblicoyloimaginarioenlaculturamoderna.
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ticayEmancipacin
Laecologapolticabuscasuidentidadtericaypolticaenunmundoenmutacin,
enelquelasconcepcionesyconceptosquehastaahoraorientaronlainteligibilidad
del mundo y la accin prctica, parecen desvanecerse del campo del lenguaje
significativo. Sin embargo, el pensamiento dominante se resiste a abandonar el
diccionariodelasprcticasdiscursivasqueenvuelvenalaecologapoltica(comoa
todoslosviejosynuevosdiscursosqueacompaanladesconstruccindelmundo)a
pesardequehanperdidotodopesoexplicativoyresuenancomolanostalgiadeun
mundoparasiemprepasado,parasiempreperdido:eldelpensamientodialctico,el
de la universalidad y unidad de las ciencias, el de la esencia de las cosas y la
trascendenciadeloshechos.Ysinembargoalgonuevopujaporsalirymanifestarse
en este mundo de incertidumbres, de caos y confusin, de sombras y penumbras,
dondeatravsdelosresquiciosyresquebrajamientosdelaracionalidadmonoltica
del pensamiento totalitario, se asoman las primeras luces de la complejidad
ambiental. Llamemos a ese algo inconformidad, lucidez mnima, necesidad de
comprensin y de emancipacin. Mientras los juegos de lenguaje son infinitos para
seguirimaginandoestemundodeficcinyvirtualidad,tambinlosonparaavizorar
futuros posibles, para construir utopas, para reconducir la vida. Y el pensamiento
que yanunca ser nico ni servir como instrumento de poder, busca comprender,
enlazar su poder simblico y sus imaginarios para reconducir lo real. Y si este
proceso no deber sucumbir al poder perverso y annimo de la hiperrealidad y la
simulacin guiadas por el poder o por la aleatoriedad de las cosas, un principio
bsico seguir sosteniendo la existencia en la razn, y es la de la consistencia del
pensamiento, consistencia que nunca ser total en un mundo que nunca ser
totalmente conocido y controlado por el pensamiento. Que nunca ms ser regido
porrazonesdefuerzamayor.
Laecologapolticaesunapolticadeladiferencia,deladiversificacindesentidos;
ms all de una poltica para la conservacin de la biodiversidad que sera
recodificadayrevalorizadacomoununiversalticooporelequivalenteuniversaldel
mercado, es una transmutacin de la lgica unitaria hacia la diversificacin de
proyectos de sustentabilidad y ecodesarrollo. Esta poltica es una revolucin que
abre los sentidos civilizatorios, no por ser una revolucin de la naturaleza ni del
conocimiento cientficotecnolgico (biotecnolgica), sino por ser una revolucin
del orden simblico, lo que implica poner el espritu desconstruccionista del
pensamiento posmoderno al servicio de una poltica de la diferencia, proponer la
imaginacinabolicionistacomoprincipiodelibertadydesustentabilidad:
As,dentrodelaimaginacinabolicionistayelpensamientolibertarioqueinspiraa
laecologapoltica,ladisolucindelpoderdeunaminoraprivilegiadaparasojuzgar
a las mayoras excluidas es tarea prioritaria para la ecologa poltica. La ecologa
polticadeAmricaLatinadeberserunrbolcultivadopornuestrasvidasylasde
tantos movimientos sociales que se cobijan bajo su follaje; un rbol con ramas que
enlacen diversas lenguas, una Babel donde nos comprendamos desde nuestras
diferencias, donde cada vez que alcemos el brazo para alcanzar sus frutos
degustemos el sabor de cada terruo de nuestra geografa, de cada cosecha de
nuestra historia y cada producto de nuestra invencin. De ser as, tal vez no
tardemos mucho en darle nombre propio a su savia, como esos seringueiros que se
inventaron como seres en este mundo bajo el nombre de ese rbol del que con su
ingenioextrajeronelalimentodesuscuerposyvidadesucultura.
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