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Revista electrnica de estudios latinoamericanos


http://www.iigg.fsoc.uba.ar/elatina.htm http://www.catedras.fsoc.uba.ar/udishal ISSN 1666-9606

18
Volumen 5, N 18 enero-marzo de 2007
Facultad de Ciencias Sociales Universidad de Buenos Aires Buenos Aires, Argentina

e-l@tina

es la revista electrnica de la Unidad de Docencia e Investigaciones Sociohistricas de Amrica Latina (UDISHAL), con sede en el Instituto de Investigaciones Gino Germani (rea Sociologa Histrica), Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. e-l@tina es una revista de publicacin trimestral que busca promover un enfoque transdisciplinario de las sociedades latinoamericanas.

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Revista electrnica de estudios latinoamericanos

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ISSN 1666-9606 Vol. 5, N 18 Enero-marzo de 2007
Imagen de tapa: Raimundo Quinsac Monvoisin, Soldado sentado, leo sobre cuero, 1842

La UDISHAL es un espacio de articulacin entre actividades de enseanza y actividades de investigacin, generacin de conocimiento cientfico y de material de difusin sobre las sociedades latinoamericanas, espacio en el cual los resultados de stas proveen de "materia" a aqullas, al tiempo que el desarrollo de contenidos a travs del ejercicio docente estimula la bsqueda de nuevos conocimientos mediante la investigacin. El objetivo principal de la Unidad es la formacin de latinoamericanistas. La direccin del conjunto de actividades de ella est a cargo de Waldo Ansaldi. Institucionalmente, la UDISHAL es una estructura informal que funciona dentro de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. En materia de investigacin, sus actividades forman parte de las realizadas por el rea Sociologa Histrica del Instituto de Investigaciones Gino Germani. La UDISHAL est constituida por: 1) el Equipo Docente de Historia Social Latinoamericana; 2) el Seminario Permanente de Estudios de Amrica Latina; 3) el Taller de Investigacin de Sociologa Histrica de Amrica Latina; 4) el rea de Informtica Aplicada a las Ciencias Sociales; 5) el rea de Difusin. La UDISHAL tiene como smbolo distintivo una de las esculturas erigidas en el Memorial da Amrica Latina, en So Paulo, Brasil, diseada por Oscar Niemeyer. Ella es una mano de concreto armado, de siete metros de altura, con los dedos abiertos, en un gesto de desesperacin. En la palma, un mapa esquematizado de Amrica Latina, de color rojo, representa la sangre y los sufrimientos de la regin y, segn el propio Niemeyer, los negros tiempos que el Memorial registra con su mensaje de esperanza y solidaridad. El Memorial da Amrica Latina fue construido, entre enero de 1988 y marzo de 1989, por iniciativa del ex gobernador paulista Orestes Qurcia, con el propsito de promover la integracin de Amrica Latina y representar el testimonio vivo de los brasileos de So Paulo en favor de la unin de los pueblos latinoamericanos. Oscar Niemeyer fue el responsable del proyecto arquitectnico y el antroplogo Darcy Ribeiro, el autor del proyecto cultural. El Memorial es eso: una presencia fsica de latinoamericanidad (...). l marcar, como obra de arte, nuestra generacin en el tiempo, un tiempo en el que el sueo de una Amrica, unida e fraterna, volvi a ganar nuevos alientos (Darcy Ribeiro). La fotografa aqu reproducida fue tomada por Marisa Montrucchio, en agosto de 1999, y digitalizada en nuestra rea de Informtica Aplicada a las Ciencias Sociales.

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11 33

Tendencias y debates

Mercedes Kertz, Notas sobre la hermenutica filosfica de Paul Ricoeur (19132005). Las paradojas del tiempo, de la experiencia y de la memoria

43 57

Resmenes / Summaries Recordatorios


Jorge Lanzaro, Juan Carlos Portantiero: el compromiso intelectual con la cultura Socialista

61 63 83 87

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Artculos para Temas y Debates 10 Red Interdisciplinaria de Estudios sobre Historia Reciente (RIEHR) 32 La democracia en Amrica Latina, un barco a la deriva, Fondo de Cultura Econmica 60

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Poltico-

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Artculos

PTRIA E LIBERDADE, LUZ E VERDADE: A FORMAO DO IDERIO POLTICO DE AUGUSTO CSAR SANDINO!
RAPHAEL NUNES NICOLETTI SEBRIAN**

Augusto Nicols Caldern Sandino1 nasceu em Niquinohomo, uma vila do departamento de Masaya, 30 quilmetros a sudoeste de Mangua, em 18 de maio de 1895, carregando muitos dos estigmas de um campons centro-americano. Era filho natural de Don Gregorio Sandino, um pequeno proprietrio de terras, e de Margarita Caldern, empregada nas tarefas domsticas na casa de Don Gregorio. Foi registrado por Don Gregorio em uma condio parcialmente bastarda contou com o reconhecimento paterno, exceo naquela circunstncia e posteriormente utilizou o nome Csar2 para ocultar o sobrenome Caldern, que utilizou durante a juventude. Sua infncia e incio da mocidade se passaram como para as demais crianas de Masaya: trabalhando nas plantaes de caf, cercado de privaes por todos os lados. No teve acesso a estudos de qualidade superior, como seus irmos legtimos, mas conseguiu adquirir instruo suficiente para que pudesse conciliar o estudo s demais tarefas, e aos treze anos chegou a ser enviado pelo pai para es! Verses preliminares deste texto foram publicadas nos Anais Eletrnicos da XXII Semana de Histria UNESP/Assis, e na Revista Guairac, n. 21. UNICENTRO/PR. Para esta verso, foram efetuadas pequenas correes e modificaes. Este estudo fruto de reflexes desenvolvidas em minha dissertao de Mestrado, intitulada A repercusso do movimento sandinista na imprensa brasileira: 1926-1934, defendida em 2005 junto ao Programa de Ps-Graduao em Histria da UNESP/Assis, sob orientao do Dr. Jos Luis Bendicho Beired. ** Doutorando em Histria Social Universidade de So Paulo (USP). Docente do Departamento de Histria da UNICENTRO/Guarapuava, PR. No h, de acordo com nosso ponto de vista, na bibliografia consultada, consenso a respeito do nome com o qual Sandino foi registrado. A partir de diversas referncias, acreditamos que deva ser este.
1

2 Navarro-Gnie (2001, p. 9) citando trechos de cartas e documentos, discorre a respeito da peculiaridade da utilizao do nome Csar por Sandino. Segundo o autor, as trocas de nome tanto quanto a criao e autoconcesso de ttulos e patentes militares , para alm das questes pessoais obliterar o sobrenome da me so smbolos expressivos deste esforo do lder revolucionrio de autoconstruir sua imagem. Sandino iniciou a luta assinando Augusto C. Sandino, alterou posteriormente para Augusto Csar Sandino e, mais tarde, ainda readaptou sua identificao mais uma vez, concedendo-a uma sonoridade mais imperial: Meu nome Csar Augusto Sandino, mas eu tenho usualmente assinado como A. C. Sandino.
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Raphael Nunes Nicoletti Sebrian

Ptria e liberdade, Luz e Verdade:

tudar em Granada, quando j possua noes de mecnica e comrcio. Segundo seus bigrafos, seus primeiros anos de vida se pareceram muito aos de Jos Maria Moncada ou Anastasio Somoza Garcia, seus futuros adversrios. Contudo, uma experincia vivenciada quando ainda era muito jovem foi talvez a primeira marca profunda na personalidade do ento menino Augusto, que repercutiria em suas concepes de Deus e de religio, posteriormente amadurecidas durante sua passagem pelo Mxico.3 Quando o menino tinha entre nove e dez anos, as dvidas contradas por Margarita fizeram com que ela acabasse presa e, como era comum em tais casos, seu filho teve que acompanh-la no crcere. Nesse instante, segundo contou anos depois, ele percebeu pela primeira vez como a vida era amarga.4 Sandino tambm disse, em entrevistas ou em seus documentos da poca, por diversas vezes, que buscava um consolo espiritual, reclamando junto a Deus que intervisse em sua vida e o livrasse de seus sofrimentos.5 A Nicargua em que Sandino nasceu era partcipe do auge das exportaes de caf em toda a Amrica Central. O tipo de vida camponesa que conheceu em sua infncia teve suas origens no aparecimento dos primeiros projetos de latifndios durante a dcada de 1870-80. Naqueles anos, vrias leis agrrias iniciaram um lento e irregular processo de liquidao dos ejidos indgenas, com o intuito de incorporar a agricultura nicaragense s grandes correntes exportadoras. As duras mudanas impostas pela cafeicultura nas terras nicaragenses foram responsveis, em 1881, pelo incio da chamada Guerra Olvidada. Aos gritos contra o governo, os indgenas da regio de Matagalpa levaram a cabo uma guerra que custou mais de sete mil vidas em pouco mais de sete meses. Depois da derrota dos revoltosos, as montanhas de Matagalpa e parte das selvas de Las Segovias se converteram em refgio daqueles que conseguiram se salvar, e que mantiveram acesa a chama da insurreio at os primeiros anos do sculo XX. As primeiras cenas de guerra que marcaram a memria de Sandino foram aquelas do conflito travado em 1912, chefiado por Luis Mena contra o governo de Adolfo Daz naquele momento apoiado prontamente pelos marines no qual se engajou Benjamin Zeledn, um patriota liberal que dirigiu parte das foras dos cafeicultores contra as tropas governamentais. Vencido e assassinado, o corpo de Zeledn foi exibido ao pblico jogado sobre o lombo de um cavalo, e uma das pessoas que viram essa cena foi Sandino, que regressava das proximidades da fronteira com a Costa Rica, onde estava desde os dezesseis anos. As cenas se somaram ento s experincias de opresso vivenciadas anteriormente, para formar em Sandino uma conscincia mais ntida a respeito de seu pas. Assim, os anos de infncia e adolescncia de Sandino coincidiram com o arranque de uma nova etapa para Nicargua. Enquanto era criana, o pas conheceu a apario de seu primeiro exrcito regular, e vivenciou outras mudanas empreendidas pelo presidente Jos Santos Zelaya. Mais frente, com dezenove anos, vivenciou a circunstncia da assinatura do Tratado Bryan-Chamorro, e traSelser (1979), Hodges (1988), Dospital (1994), Navarro-Gnie (2001) e a maior parte dos pesquisadores e bigrafos de Sandino, fazem questo de enfatizar a importncia da estada dele no Mxico tanto em sua primeira estada, no perodo anterior a 1926, quanto na segunda, durante os anos de 1929-1930 para a sua formao intelectual, onde pde assimilar noes fundamentais do comportamento dos revolucionrios, e absorver elementos de ideologias diversas, que contriburam decisivamente para a sedimentao de seu iderio revolucionrio. Em terras mexicanas ele no apenas compartilhou de um ambiente poltico ecltico, impregnado por elementos de filosofia e religio, mas teve sua primeira experincia e impresses a respeito da Revoluo Mexicana, extremamente importantes para a posterior elaborao de um modelo de luta a ser utilizado na Nicargua. Procuraremos apresentar alguns desses elementos a seguir.
3
4

Vives, 1987, p. 10.

5 Cf. Navarro-Gnie, (2001: 6).


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Raphael Nunes Nicoletti Sebrian

Ptria e liberdade, Luz e Verdade:

balhou em outros lugares alm das propriedades paternas. Logo depois retornou a Niquinohomo, onde uma nova figura adquiriu importncia em sua vida: sua prima Mercedes. A despeito de Mercedes ter sido um grande amor ao longo de muitos anos, em 1920, Sandino se envolveu em um conflito por conta de uma jovem com que havia flertado, e acabou ferindo o irmo da moa, tendo que fugir de seu povoado e de seu pas, indo primeiro cidade de Bluefields, e depois a Honduras. Trabalhou, aos 26 anos, em La Ceiba, um porto hondurenho, como zelador do engenho Montecristo. Na ocasio da terceira interveno norte-americana em Honduras, no ano de 1924, Sandino j estava em terras mexicanas, tendo passado antes pela Guatemala, onde trabalhou como mecnico nas oficinas da United Fruit Company, em Quirig. As referncias a respeito da localizao de Sandino em territrio mexicano no so muito precisas, mas sabe-se que ele esteve empregado na South Pennsylvania Oil Co., num dos campos petrolferos da cidade porturia de Tampico e que, antes disso, teria trabalhado em minas de Durango e Hidalgo, e em Veracruz, numa casa de comrcio. Contudo, h registros em sua maioria sindicais mostrando que, durante o perodo compreendido entre agosto de 1925 e maio de 1926, permaneceu em Cerro Azul, servindo Huasteca Petroleum Company. Naquele momento, o Mxico se encontrava convulsionado pelas conseqncias da guerra civil decorrente da Revoluo Mexicana, ambiente no qual Sandino teve suas primeiras experincias polticas mais diretas, e a partir do qual possvel rastrear algumas das influncias as quais foi submetido, e que marcaram seu iderio no futuro. Segundo Hodges (1988, p. 24): The intellectual foundations of Sandinos philosophy may be found in Mexican anarchism, Spiritualism, Freemasonry, and theosophy, and in the Magnetic-Spiritual School of the Universal Communes custom-made fusion of anarchism and Spiritism []6 O porto da cidade de Tampico, por onde Sandino tambm passou, era um dos locais onde pulsava com maior fora a disputa entre os Estados Unidos e o Mxico pelas reservas petrolferas. Para que se tenha noo das dimenses dos negcios naquele local, o porto tinha um movimento mensal de 200 barcos, sendo que a populao da cidade era de 100 mil habitantes, nmeros suficientes para se perceber a importncia do porto. A cidade foi tambm um dos mais frteis espaos de disseminao das idias, prximas do anarquismo, imensamente populares dos irmos Magn, e dos comunistas representados por Melquades Tobias. Apesar da acolhida dada por Sandino s idias magonistas, ele assimilou tambm idias comunistas e socialistas junto aos representantes dos trabalhadores. Dos anarquistas, assimilou uma significativa dose de antiautoritarismo, anticlericalismo e anticapitalismo; dos socialistas, seu programa de legislao social e sua estratgia de alianas com outras foras progressivas; e dos comunistas, seu compromisso com uma luta de vida ou morte contra o imperialismo, luta que deveria acontecer atravs de uma revoluo proletria ao redor do mundo.7 Na ocasio em que a disputa pelo petrleo atingiu seu ponto crucial, com as empresas norteamericanas ameaando fechar seus poos, a populao das localidades onde o conflito se dava de maneira mais incisiva sentia-se em perigo de morte. Os operrios discutiam qual seria seu comportamento perante a situao, com evidente carga nacionalista em suas propostas antiimperialistas e, sobretudo, antinorte-americanas. Sandino vivenciou todo este processo. Seus companheiros o insultavam, por conta dos acontecimentos na Nicargua, depositando sobre ele a carga da repulsa que
Os fundamentos intelectuais da filosofia de Sandino podem ser encontrados no anarquismo mexicano, espiritualismo, maonaria, e teosofia, e na combinao especfica de anarquismo e espiritismo da Escola Magntico-Espiritual da Comuna Universal [...] (traduo nossa).
6 7

Cf. Hodges, (1988: 6).

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Raphael Nunes Nicoletti Sebrian

Ptria e liberdade, Luz e Verdade:

sentiam pelo comportamento do povo nicaragense. Chamavam-no vendeptria, traidor semvergonha.8 No Mxico, Sandino tambm adquiriu simpatia pelas correntes religiosas que deram sustentao a Revoluo Mexicana. Csar Escobar Morales (apud Hodges, 1988, p. 6) registrou que, entre 1923 e 1926, Sandino atendeu aos convites dos maons, que ento eram considerados elegantes, e participou de algumas reunies, absorvendo algumas de suas idias revolucionrias. Assim como a Maonaria mexicana, o espiritualismo mexicano tambm se caracterizou como uma seita organizada em templos e lojas, como ncleos ou irmandades. Em 1925, Sandino conheceu algumas pessoas com as quais passou a discutir diariamente a questo da submisso dos povos na Amrica Latina e as violentas intervenes norte-americanas. Essas pessoas eram espiritualistas, e com elas Sandino adquiriu conhecimento acerca desse movimento contra-cultural surgido no sculo XIX, crente na unidade divina e na redeno humana no fim dos dias, tal como os maons. Contudo, em outros aspectos esses dois grupos diferiam. Da Maonaria, Sandino adquiriu a crena num Deus impessoal, que supervisiona os destinos humanos distncia, enquanto atravs do espiritualismo ele passou a crer na possibilidade de comunicao com espritos, na reencarnao, em percepo extra-sensorial, no poder da profecia e, acima de tudo, na luta contnua entre bons e maus espritos pelo controle do universo. Esse contato com os dois grupos foi significativo sobretudo porque ambos tinham por princpio valorizar a irmandade entre os homens, todos filhos do mesmo esprito sagrado. Entretanto, irmo e camarada eram termos usados tambm pelos anarquistas, socialistas, comunistas, por conta de sua organizao em estruturas sociais fraternais ou que se pretendiam sem diviso de classes. Esse foi um denominador comum entre as crenas polticas e espirituais adquiridas por Sandino, formadoras de uma bagagem ideolgica atravs da qual ele estabeleceu uma combinao peculiar entre poltica e teologia, com a qual estava munido quando retornou Nicargua, em 1926. Sandino foi cauteloso ao revelar suas convices teosficas9 em pblico, preocupando-se em no afetar sua credibilidade poltica. Mas, em fevereiro de 1931, apresentou uma declarao pblica de seu anarco-espiritismo, em seu famoso Manifesto da Luz e da Verdade (15 de fevereiro de 1931), que aparentemente teve um efeito notvel, passando de mo em mo ao longo do crescimento da luta sandinista, e atingindo os mais remotos lugares da Nicargua. Seus soldados reconheceram a espiritualidade do homem notvel, que se tornou para eles um professor, alm de seu general.10 Quando no fim de maio de 1926 regressou Nicargua, visitou rapidamente a capital Mangua e continuou a viagem at a regio mineira de San Albino, passando por sua vila natal. Comeou a trabalhar, em San Albino, nas minas de ouro da famlia Fletcher, e ali recrutou seus primeiros companheiros de luta. O regresso sbito de Sandino tem basicamente duas explicaes. Tal como ele mesmo expressou na famosa entrevista concedida a Jos Romn, nos seis anos de exlio seu desejo mais profundo era regressar sua ptria, casar-se com sua prima e dedicar-se ao comrcio.11 Alm disso, nessa mesma poca, uma carta de seu pai o convidou a retornar, pois as
8 Cf. 9

Selser, 1979, p. 27.

Termo proveniente da unio entre as palavras teologia e filosofia. O termo teosofia passvel de interpretao, segundo o Dicionrio Aurlio, como um conjunto de doutrinas religioso-filosficas que tm por objeto a unio do homem com a divindade, mediante a elevao progressiva do esprito at iluminao.
10 11

Cf. Hodges, 1988, p. 16. Romn, Jos, Maldito pas, El pez y la serpiente., managua: Nueva Nicaragua, 1983 apud Dospital, 1994,

p. 123.
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buscas judiciais contra ele haviam vencido e sua noiva Mercedes o esperava. Ademais, Sandino ainda disse a Jos Romn que teria um outro motivo para seu retorno: as reflexes junto aos seus companheiros mexicanos, os quais, ao ferir sua honra, tinham feito com que ele decidisse combater em seu pas.12 As duas explicaes no so contraditrias: ainda que sua primeira inteno tenha sido retornar e instalar-se novamente em seu povoado natal, a sorte poltica de seu pas no lhe era indiferente; sendo adolescente j era um fiel seguidor de seu pai, um ardoroso liberal antiintervencionista. Em 1912, havia se impressionado com o assassinato de Benjamin Zeledn, e os acontecimentos polticos que presenciou no Mxico reforaram indubitavelmente seu sentimento patritico. pouco provvel que consegussemos apresentar aqui todas as experincias vivenciadas por Sandino em seus anos de exlio, particularmente no Mxico. Parece mais importante historicamente decifrar os elementos de seu pensamento poltico que possam ter se originado em seu degredo mexicano. Para tanto, dois pontos parecem ser os mais significativos, no apenas por colocarem em destaque a influncia que teve a Revoluo Mexicana, mas principalmente por mostrarem como Sandino soube adaptar e inclusive reorientar as idias adquiridas para a situao particular de seu pas: o tema da construo de um estado nacional nicaragense, passando pela resistncia antiimperialista em prol da desocupao da Nicargua; e a questo social. A respeito do tema nacional, o que Sandino captou no Mxico foi, como ele mesmo disse em algumas de suas cartas, escritos e manifestos, a atitude de seus governantes, sua capacidade de enfrentar a interveno estrangeira e de fazer respeitar a Constituio. De todos os governos nicaragenses, apenas um havia adotado uma atitude similar, o de Zelaya (1893-1909), enquanto os demais se submeteram de maneira vantajosa s regras estipuladas pelo governo norte-americano. Durante os anos de guerrilha, Sandino sempre reivindicou que a construo do Estado nacional da Nicargua repousava em um governo legalmente eleito, respeitoso da Constituio, nacionalista e antiimperialista. Essa era a essncia da luta poltica de Sandino.13 No que concerne questo social, consciente do atraso ao qual estava submetido seu pas, Sandino procurou introduzir os avanos sociais que havia experimentado no Mxico, referentes sobretudo legislao social do trabalho. Mas o terreno social no qual se desenvolveu a luta sandinista levou seu chefe a reorientar seu programa na direo das reivindicaes camponesas e no operrias, de acordo com a realidade scio-econmica de Las Segovias. Em relao defesa da desocupao do territrio nicaragense, o campo da luta antiimperialista considerava a dimenso militar, poltica e financeira. O interesse dos Estados Unidos pela Nicargua no era tanto econmico quanto geopoltico: uma vez comeada a construo da via interocenica no Panam em 1904, a maior preocupao poltica dos Estados Unidos foi impedir que a Nicargua pudesse conceder a outro pas os direitos de construo de um novo canal. Para esse fim se serviram da chamada diplomacia do dlar para controlar politicamente o pas. No ano de 1924, os banqueiros norte-americanos controlavam todas as fontes dos ingressos estatais: os rendimentos aduaneiros, os impostos de exportao e importao e o Banco Nacional, chegando-se ao extremo de que o oramento de gastos anuais do governo da Nicargua era fiscalizado e aprovado pelos credores norte-americanos. Por outro lado, nos anos vinte, o valor total das empresas norte-americanas na Nicargua era aproximadamente de seis milhes de dlares repartidos em plantaes bananeiras e cafeicultoras, companhias madeireiras e minas, o que era insignificante em relao aos investimentos norte-americanos nos pases vizinhos.
12 13

Idem, ibid., p. 123. Cf. Dospital, op. cit., p. 128.

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Raphael Nunes Nicoletti Sebrian

Ptria e liberdade, Luz e Verdade:

Este objetivo poltico dos Estados Unidos foi denunciado por Sandino, contra o qual lutou prioritariamente. Quando o lder sandinista tomou como alvo as companhias norte-americanas, suas represlias militares tinham antes de tudo um objetivo poltico: provar a inutilidade da interveno do governo dos Estados Unidos, demonstrando que os marines eram incapazes de proteger a seus compatriotas na Nicargua. Enfim, como se procurou mostrar de maneira breve, a ideologia de Sandino foi fundamentalmente ecltica. Ele combinou diversas tendncias polticas para objetivos especficos e particulares, e ainda adicionou a sua concepo de anarquismo uma dimenso teosfica, vinda de seu contato, em 1929, entre outros, com o espiritismo de Joaquim Trincado, fundador da Escola MagnticoEspiritual da Comuna Universal.14 Dizer que sua ideologia foi ecltica no implica que foi incoerente ou no-original. Nela combinaram-se de maneira especfica as idias anarquistas e comunistas, com o que Sandino assimilou junto aos maons, adventistas, vegetarianos, budistas, espiritualistas e espritas. Contudo, h que se dizer que, ainda que muitas vezes tenha procurado manter seus crticos na mais completa ignorncia, atravs da obscuridade proposital de suas idias, a incongruncia entre determinados aspectos presentes nas crenas de Sandino inquestionavelmente bizarra, e tornou sua ideologia por vezes inconsistente, mas no menos inconsistente do que a ideologia de alguns de seus contemporneos, como Francisco Pancho Villa ou Emiliano Zapata. As peculiaridades da ideologia de Sandino foram estudadas particularmente por Donald C. Hodges, em seu trabalho aqui citado de 1988 e em outros posteriores, e por Marco Aurlio NavarroGnie, em seus trabalhos aqui citados e em outros, mas suas especificidades extrapolam os limites e objetivos desse breve texto. Faz-se necessrio enfatizar, pois, que o que Sandino resgatou de mais significativo de sua experincia mexicana foi uma atitude que representava dignidade nacional, patriotismo e antiimperialismo. Para alm das demonstradas idiossincrasias da ideologia cunhada por Sandino, cuja medula constituiu-se, com a contribuio dos diversos elementos e influncias aqui indicados, na defesa da soberania nacional da Nicargua, deve-se ressaltar sua ofensiva para a expulso dos marines do territrio nicaragense. Capitaneando tropas organizadas de maneira muito especfica, mantidas coesas no s atravs da disciplina militar, mas como os estudos mais recentes tm procurado mostrar tambm em virtude dos elementos religiosos aqui referidos, logrou combater as tropas norteamericanas de forma herica e surpreendente. Essa resistncia ferrenha, aliada a fatores externos especficos, constituiu-se num dos motivos pelos quais o governo norte-americano decidiu retirar os marines da Nicargua.

14 A Escola Magntico-Espiritual da Comuna Universal (EMECU) foi uma congregao pseudoteosfica a qual Sandino pertenceu. Fundada na Argentina pelo eletricista basco Joaquim Trincado, teve muito xito no Mxico. O contato de Sandino com a EMECU teve um impacto profundo e duradouro em sua personalidade.

Trincado construiu um sistema especulativo detalhado, ao qual chamava magnetismo espiritual, que era entendido como uma substncia onipresente que governaria o universo. A doutrina foi nomeada por ele como o espiritismo de Luz e Verdade. Sandino estudou vrios livros de Trincado com muita ateno, chegando inclusive a assumir o posto de Celador (espcie de mestre de captulo, para a Nicargua) da EMECU e compartilhava de seu ideal de criao de uma sociedade de ajuda mtua e de fraternidade universal, que chegou a tentar implantar em Las Segovias, depois dos acordos de paz, em 1933.
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Raphael Nunes Nicoletti Sebrian

Ptria e liberdade, Luz e Verdade:

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Artculos

LA HORA DE AMRICA EN UN HORIZONTE DE REFORMA. SAL TABORDA: UN INTELECTUAL ALTERNATIVO


SILVIA ROITENBURD*

Introduccin El movimiento en sus condiciones de posibilidad Es posible pensar en el movimiento de 1918 en la Universidad, como una imprevista reaccin de unos jvenes iconoclastas? ... y/o, contradictoriamente a la retrica que le asigna un impacto notable en Latinoamrica, sin conexin con sujetos locales. Para revisar esa imagen unvoca partimos de las versiones que han configurado un estado de la cuestin habida cuenta de que no hay aproximacin posible a un problema histrico fuera del discurso historiogrfico que lo ha construido1 Es ya un lugar comn la mencin a una Crdoba sintetizada en su condicin retrgrada y/o atrapada en una inmovilidad secular. Cristalizada sobre las huellas del discurso sarmientino, el propio texto del Manifiesto Liminar2 - a travs de la encendida pluma de Deodoro- contribuy a reafirmarla.3 Si bien es poco discutible, estamos ante una universidad que impide la introduccin de lo que genricamente llamamos modernidad, el mito ocluye la posibilidad de vislumbrar matices que permiten sospechar que otras cosas pasaban en el escenario en el que se produjo, el ms inmediato, la universidad, el extendido, la provincia de Crdoba.4
* Doctora en Historia. Universidad Nacional de Crdoba (Argentina). Profesora Titular de Historia de la Educacin Argentina. Facultad de Filosofa y Humanidades. Directora Programa Historia, Poltica y Reforma Educativa. Crtica y Prospectiva. CEA CIFFyH, UNC. El presente artculo se inscribe en un Proyecto en curso subsidiado por la SECyT UNC.
1 Chartier,

1995, 19.

2 Las Universidades han llegado a ser as fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empean en ofrecer el triste espectculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la ciencia frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrtico fragmento del Manifiesto Liminar. 3 Efecto

seguramente involuntario.

de paso y vista la cuestin en un horizonte retrospectivo, que, desde la segunda mitad del siglo XIX se configura un liberalismo cuya trayectoria no ha sido adecuadamente incorporada al anlisis del proceso de Organizacin Nacional. Menos, el registro de la lucha contra el clericalismo, uno de cuyos escenarios centrales fue la universidad. Ramn J Crcano, en la dcada de los ochenta, con su Tesis de Doctorado y sobre fines del siglo, con su diagnstico, adelantaba aspectos de la universidad presentes en las crticas, sin duda ms radicales, que desplegara el ncleo ms crtico del movimiento, con Sal Taborda a la cabeza.
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4 Digamos

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La hora de Amrica en un horizonte de reforma.

Esa llama se encendi a comienzos de 1918 en Argentina, pero no en Buenos Aires sino en Crdoba, una ciudad atrapada entonces por el espritu colonial, casi sin industrias, carente de una poderosa clase media moderna, adormecida desde haca siglos por un pesado sopor hispnico y clerical ().5

En concordancia con la imagen precedente, se acompaa el supuesto de acontecimientos que se habran impuesto como efecto de circunstancias externas ajenas al imaginario de sus protagonistas.
La reforma universitaria representaba, aun sin que lo supieran siempre con claridad sus idelogos y sus dirigentes, bastante ms que un episodio estudiantil. La Guerra europea y la revolucin rusa, la revolucin Mexicana en Amrica aparecen como el teln de fondo que dar marco a los sucesos.6

Ahora bien: es posible reducir la imagen de Crdoba como reducto oscuro y apartado de la modernidad?7 Compartir el diagnstico sobre la Universidad esclerosada en la matriz clerical, no obsta la posibilidad de incluir en el anlisis otras facetas poco exploradas, veladas por el propio mito. ... Y, a la vez, no preguntarse: el impacto provocado por la revolucin rusa y, por ende, su indudable efecto impulsor, no sera otro indicio de la presencia de sujetos que se conceban como partcipes de un mundo en crisis en el que algo tenan/queran decir? Es posible suponer que la unvoca imagen, que proponemos revisar, es poco compatible con la presencia de un ncleo de pensamiento alternativo en el perodo en cuestin y vista la cuestin en un horizonte retrospectivo, de un liberalismo cuya trayectoria no ha sido adecuadamente registrada, que ya haba procurado instalar en la universidad sus controversias8 con los ncleos clericales. Al menos se puede sugerir que este estado de la cuestin, cristalizado en la imagen de una inmovilidad secular, obtura un panorama ms complejo. Si bien este no desmiente la esclerosis reclama otro enfoque. Esta caracterizacin puede ser matizada; es posible sostener que fue un acontecimiento en un escenario propicio.9 La Revolucin Mexicana, la Gran guerra pudieron entrar en el horizonte del reformismo crtico porque los conflictos de su poca no les eran ajenos. En la misma lnea, el indudable impacto provocado por la Revolucin Rusa revelara la medida en que interpelaba a los jvenes que participaban de lo que se esbozaba como un mbito intelectual local, tan permeable segn hiptesis- a los acontecimientos visualizados como una alternativa ante el fracaso de Europa. Esto no es asegurar alguna anticipacin, proyecto definido ni certezas. Tampoco ampliar, retrospectiva y espacialmente, en trminos de causas de las que se deduciran consecuencias, de tal modo que lo que enunciamos como condiciones de posibilidad relativamente localizables, se diluyen.10 En cambio, precedentes de reflexin que no descartan una buena cuota de idealismo5

Portantiero, 1987: 13 (13)

6 Idem,

7 Asimismo, agregar que nuevos aportes deben ser incorporados: estas lneas fueron sugeridas por producciones que han enriquecido el campo, aunque menos difundidas, como es el caso del artculo de Liliana Aguiar de Zapiola, que ha abierto nuevas lneas en un tema poco explorado.

Algunos aspectos de esta lucha politico- ideolgica dentro de la Universidad, han sido planteados en Roitenburd, 2000.
8 9 El

acontecimiento ilumina su propio pasado y jams puede ser deducido de l, Arendt, 1997.

10 El movimiento reformista no surgi de la nada: histricamente entronca con la Revolucin de Mayo y con la mejor lnea liberal argentina- En ese sentido, pareciera que recuperar su importancia slo puede ser logrado mediante una ligazn con fenmenos consagrados. En la direccin propuesta, apreciamos el aporte de los materiales poco difundidos contenidos en A Ciria y H Sanguinetti, 1998.

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y permiten sospechar una accin que respondi a circunstancias menos fortuitas de lo que se sugiere. De este modo, se apunta a una mejor comprensin de sus condiciones de posibilidad,11 trabajando en torno a indicios que permiten sostener un panorama poltico cultural ms complejo que el que as se resume. Un movimiento nada homogneo cuya dispersin expuso muy pronto sus lmites tuvo, tambin, expresiones que, en su momento, asumieron propsitos que trascendan lo que pudo ser visto como mero episodio estudiantil.12 Se trata de avanzar sobre interrogantes que alguna vez esbozara Jos Mara Aric.
An no ha sido estudiada con la profundidad necesaria la gestacin de esa efectiva experiencia de reforma intelectual y moral que estall en Crdoba en 1918. (...) Es posible pensar que por esos aos Crdoba fue un laboratorio poltico y cultural de mayor relevancia y gravitacin que las pobrsimas presentaciones que hacen de ella sus cronistas. No lo sabemos, pero slo presumiendo que s lo era podemos entender la eclosin de un movimiento de tamaa proyeccin y envergadura (...) podemos reconocer en el bloque intelectual generado en torno a la Reforma: ciertas caractersticas que se mantendrn hasta su consumacin en los aos setenta.(...) tres momentos emblemticos en la Crdoba moderna que pueden resultar de inters para abordar el modo en que se plante histricamente la relacin entre intelectuales y sociedad: el de la Reforma Universitaria, el de los aos 30 en torno a la figura de Taborda y el de los aos sesenta-setenta, dada por los jvenes de Pasado y Presente.

En el marco de esa problematizacin13, se centra el anlisis en una figura singular: Sal Taborda, procurando recuperar las huellas de su discurso alternativo y su influencia dentro de un ncleo con el que comparti un espacio de intercambio14. Intelectual conectado con el pensamiento universal, lo hizo desde Crdoba,15 probablemente una ciudad de frontera,16 asumiendo
ya no se trata de saber si un acontecimiento est presente en ideas que lo anuncian, lo prefiguran o lo exigen () En este sentido () no es en modo alguno establecer sus causas, sino, ms bien situar algunas de las condiciones que la hicieron posible, posible por ser pensable. Chartier, R, 1995, 14.
11

En ese sentido, recuperar la visin que los participantes tenan sobre su lugar en el mundo, es sugerente. En la Universidad Nacional de Crdoba y en esta ciudad no se han presentado desrdenes; se ha contemplado y se contempla el nacimiento de una verdadera revolucin que ha de agrupar bien pronto bajo su bandera a todos los hombres libres del continente. ML, Edicin Homenaje al 80 Aniversario de la Reforma 1918-1998, p. 9)
12

Por problematizacin entiendo la existencia de un haz unificado de interrogantes (cuyas caractersticas comunes es preciso definir) que han emergido en un momento dado (que hay que datar) que han sido reformulados varias veces a travs de crisis e integrando datos nuevos (hay que periodizar esas transformaciones) y que siguen vivos en la actualidad. Este cuestionamiento est vivo y por ello impone el retorno a la propia historia, a fin de constituir la historia del presente.Ver Castel, R, 2001: 18,19).
13

Esto supone, por el momento, dejar de lado otras como Gregorio Bermann y el propio Deodoro Roca que, a su vez, an deben ser materia de estudios as como recuperar otros menos ligados, habitualmente, al movimiento como Carlos Astrada, nacido en Crdoba en 1896.
14

Aric sealaba la importancia de ubicar el punto desde el que el intelectual expone sus reflexiones. Vase la entrevista de Waldo Ansaldi a Jos Aric, Debemos reinventar Amrica Latina, pero..., desde qu conceptos pensar Amrica Latina", en David y Goliath. Revista del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Ao XVI, N 49, Buenos Aires, julio de 1986, pp. 3-16. [Esta entrevista ha sido reprodcida en diversas ocasiones. Por ejemplo: "Reinventar Amrica Latina", en Leviatn. Revista de hechos e ideas, II poca, N 46, Madrid, invierno 1991, pp. 85-115; "Devemos reinventar a Amrica Latina, mas... a partir de que conceitos pensar a Amrica?", en Histria, vol. 11, Universidade Estadual Paulista,
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sus conexiones con Latinoamrica. Las redes conceptuales que configuran la trama exponen las marcas de sus condiciones de produccin, as como la voluntad de propiciar un debate. En ese sentido, intentamos dar cuenta de las conexiones entre pensamiento y escenario poltico ms que tomar de forma lineal el pensamiento del autor. La bsqueda de respuestas a la que fuera evaluada como crisis de valores es un rasgo notable de su trayectoria. Que, en lo fundamental, el espacio de reflexin fuera Crdoba, no significa restringido a ella. Vale la pena recordar que, para 1918 Taborda ya haba producido escritos en los que iniciaba el despliegue de interrogantes a travs de los que exhiba su preocupacin por los conflictos centrales de su poca en el pas y en el mundo- que, a su vez, se encontraban formulados, en germen, en su produccin ms especficamente literaria, a partir de 1909. Los nudos que abord remiten a preocupaciones que lo ubican como intelectual que reflexionaba sobre los problemas de su pas, en lo que tena en comn con Latinoamrica, el curso de la Revolucin Rusa, la crisis de entreguerras y el avance de los nazi-fascismos. El fracaso de la vieja Europa se manifestaba, a su juicio, en los dos conflictos blicos; desde otra perspectiva, en una juventud arrastrada por los distintos estados tras consignas de conquista y/o de luchas inter-imperialistas. Amrica, la hora, era, ms que una evidencia, un ideal sobre el que deba recrearse un nuevo orden. Su estilo de trabajo intelectual, poblado de citas a travs de las que encaraba los distintos problemas que lo ocupaban, no se basaba en una repeticin mecnica ni en la aplicacin en otros contextos, por razones de autoridad. Eran materiales17 provenientes de diversas corrientes de pensamiento18 que se aplicaban al examen de cada tema, en sus aspectos comunes pero tambin en la singularidad que diferentes condiciones requeran. Es perceptible, unas veces, su adhesin no incondicional a los autores con los que dialogaba, otras, su decidido tono controversial que no impeda una articulacin, resignificada en su discurso, de elementos para sus reflexiones.19

UNESP, So Paulo, 1992, pp. 11-50, y Jos Aric, Entrevistas 1974-1991, Presentacin y edicin: Horacio Crespo, Centro de Estudios Avanzados, Universidad Nacional de Crdoba, Crdoba, 1999, pp. 159-196.
16 Horacio 17

Crespo, 1999

A virtud de un afn constante y atento, los materiales de la obra, ponderados y aquilatados por una crtica (...) se han ido reuniendo y organizando en el comn enlace del espritu creador...() dejar constancia de que no estoy seguro de la infalibilidad de ms de uno de los juicios que merecen ciertos problemas () .estar en lo cierto quien considere mi produccin, antes que como una labor con pretensiones de soluciones definitivas por lo dems inexistentes para la vida del espritu como una libre gimnasia en procura de un juicio ms claro, una gimnasia con la que el espritu consciente de la responsabilidad que comporta la civilidad, aspira a superar sus propias limitaciones para comprender y superar tambin con ellas las dificultades del tiempo al que pertenece (Tomo I, 3,4) Para superar el que llamaba un positivismo trasnochado, apel, como siempre de forma crtica el idealismo alemn....sin duda poniendo en cuestin la forma en que era articulado en los discursos autoritarios de su poca,. la significacin de los grandes sistemas idealistas no se agota en lo que tienen de sistemtico; ve en ellos el desarrollo de un capital filosfico que, en cuanto filosfico, no es idealista, sino que es, o debiera ser, peculiar de toda filosofa. El inters dominante no radica en las grandiosas doctrinas conforme al punto de vista parcial de los grandes maestros, sino en la vastedad del horizonte de problemas y en el vigor de su penetracin, que se encuentra en la entera extensin de la lnea o en algunos de sus puntos. (...) en s mismo el contenido del problema que ellos elaboraron pertenece tanto histrica como sistemticamente a una conexin ms vasta, que ha de tornarse visible y fructfera ante la mirada filosfica, inclusive ante la de adverso punto de vista (...) Casi la totalidad de los problemas filosficos fundamentales experimenta en los sistemas idealistas un ahondamiento radical y an en parte una iluminacin nueva. (...) Es ella lo permanente, lo que vive en su filosofa hoy como hace cien aos (Hartmann, 1960, p. 7/8).
18

[A] veces no es exactamente lo textual de un pensador lo que nos sirve, sino de qu modo nos ayuda a ver costados de la realidad para nosotros antes vedados (Aric, 1999: 27).
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Un supuesto atraviesa su obra: no hay respuestas definitivas; esto no obsta el objetivo de avanzar en respuestas tentativas as como, en el caso de los problemas referidos a la Reforma Escolar, acompaar la reflexin con una apuesta a la experimentacin. As, mientras busca, en su pas, un dilogo en el que desplegar sus reflexiones crticas, lo hace mientras proliferan los diagnsticos negativos, apuntando al fracaso del movimiento, anunciado con demasiado nfasis, sobre todo por quienes poco hicieron para modificar el mismo. En ese contexto, plantea la necesidad de un diagnstico menos esquemtico que el que se reduca a sealar los escasos resultados obtenidos..20 El fracaso, que el propio Taborda asuma con desencanto, deba ser, a su juicio, materia de profundo examen, nunca en trminos de resultados,21 mensurables, sino mediante el anlisis de las complejas relaciones que se plantearon en el escenario poltico y el avance del autoritarismo fascista en nuestro pas. De ese modo, avanzar en otras posibilidades de comprensin del mismo. Es en el amplio panorama de conflictos que despleg Taborda para analizar los lmites encontrados para el logro de las iniciales expectativas de reforma, que se advierte su singular enfoque de los problemas de la educacin y la cultura. El reconocimiento del fracaso lo llev a la apertura de interrogantes a travs de los que elabor su propio diagnstico que fue, tambin, el despliegue de los nudos sobre los que teji la trama en la que resignific los propsitos de la Reforma, como movimiento dirigido hacia la reconstruccin de una nueva sociedad o lo que nombr como un nuevo orden. Una primera enumeracin de algunos nudos a los que remite la obra de Taborda puede ser esbozada volviendo sobre las dimensiones de una trayectoria intelectual poco frecuente. Por una parte, como pensador de los problemas del espacio nacional desde el que desarroll, sus primeros escritos, en el Centenario. En adelante, los problemas examinados sern materia de reflexiones difciles de encuadrar dentro de una disciplina y/o un campo especfico del saber. Su bsqueda de horizontes que superaran el modelo vigente en su provincia queda ilustrada por una trayectoria escolar e intelectual no poco agitada.22 En su recorrido, ms all de su postura desencantada sobre las universidades de su poca sobre las que se explay detenidamente como parte de su diagnstico. El sealamiento del fracaso del movimiento, por parte de la izquierda, rotulaba un proceso que no era analizado ms all de resultados, entendidos en una matriz positivista. Vista as la cuestin, era poco discutible: la Universidad mejor dicho las universidades nunca bien consolidadas como
Postura que, en particular asumi la izquierda vinculada al PCA, en tanto, supuestamente, habra compartido los objetivos ms radicales del mismo.
20 21 En el balance de diez aos de accin reformista no existe saldo que permita establecer una neta diferencia con el sistema anterior al ao 18 () De nada sirve, como con frecuencia se dice de la reforma, que ella es mala porque no ha dado resultados [entrecomillado de Taborda]. En tal expresin, que as juzga el rbol por el fruto, campea una filosofa que conviene desmenuzar (Sal Taborda, 1951: 24 y 27]. 22 Curs sus estudios primarios en la Escuela Normal de Crdoba. Inici el ciclo secundario en el Colegio Nacional del Oeste, de Buenos Aires, egresando finalmente del Colegio Nacional de Rosario, en 1906; estudios universitarios en la carrera de Derecho, en la Universidad Nacional de la Plata, durante 1908-1910, y se doctora 1913, esta vez en la Universidad del Litoral. All es nombrado profesor de Sociologa en 1920, al tiempo que se desempea como abogado. Protagonista de la Reforma Universitaria de 1918, ya docente acompa a los jvenes Deodoro Roca, Ral Orgaz y Carlos Astrada. En 1921 es nombrado rector del Colegio Nacional de la Universidad de la Plata; tambin es Consejero de la Facultad de Derecho de Crdoba. Hacia 1922, poco despus de ser exonerado, cursa estudios en Filosofa en la Universidad de Marburgo, en la Universidad de Zurich, en la Universidad de Viena, y finalmente en la Universidad de Pars. Regresa a la ciudad de Crdoba en 1927. Durante ese mismo ao co-dirige la Revista Clarn, junto a Carlos Astrada. En 1932 promueve el F.A.N.O.E (Frente de Afirmacin del Nuevo Orden Espiritual) junto a otros intelectuales. En 1935 funda la Revista Facundo. En 1937 intenta crear el primer Instituto Pedaggico de la provincia. En 1942 es nombrado ad-honorem para dirigir el Instituto Pedaggico de la Escuela Normal Superior de Crdoba, para el que es nombrado por su discpulo Antonio Sobral.

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espacios de investigacin23 - se deterioraban en consonancia con el clima de autoritarismo que avanzaba. Lo que es menos obvio es la forma en que ese acontecimiento y su curso posterior, fueron procesados por diversas fracciones del escenario de su poca. Bsqueda de dilogo y respuestas tentativas, las diversas lneas en las que se dispers la reflexin, estuvieron atravesadas por una preocupacin de orden poltico.24 Reacio a toda adhesin partidaria, por razones que desarrollar expresamente, no obstante su visin critica sobre la crisis de los partidos y del parlamentarismo colabor activamente -tanto como pensador de los problemas de orden poltico cultural dentro del que incluy, ms bien articul, los del campo pedaggico- como en el rol de participante activo en experiencias de reforma escolar, durante los gobiernos sabattinistas y colaborando con gremios docentes en la elaboracin de proyectos legislativos de reforma educativa. Fundamental, pese a su breve vida, fue la Revista Facundo en la que habra condensado estas facetas de una visin crtica, amplia en su disposicin al intercambio, capaz de mostrar los nexos indisolubles entre el pensamiento doctrinario, la toma de posicin ante los problemas mundiales y nacionales y el espacio de la cultura como trama articuladora. Despus de 1921, exonerado de la direccin del Nacional de La Plata, Taborda viaja a Europa. Ante una de las primeras evidencias del fracaso del movimiento: la represin de su intento de experimentacin pedaggica, se propone avanzar en una reflexin en diversas direcciones. Esto es decir, expulsado por contrariar las polticas autoritarias emanadas de algunos reformistas coyunturales, su decepcin lo llev a buscar otros horizontes intelectuales en los que replantear los mltiples aspectos que, como l mismo comprobaba, indicaban una regresin, vista la cuestin desde el horizonte del ncleo del que participaba. Mantuvo relaciones crtica de escritos,25 contacto directo, intercambio epistolar- con pensadores, literatos, pedagogos, etc..- En Marburgo particip de un intercambio con Natorp. Uno de sus interlocutores directos, con el que, en adelante mantendra contacto epistolar, fue Romain Rolland. Probablemente habra tenido particular afinidad con su humanismo militante y con la perspectiva, a travs de su obra literaria sobre los problemas de la adolescencia y juventud vistos en la trama familiar y social. Se conect con la obra de Freud; pudo haber tenido ocasin de encontrarse con l en Viena: en cualquier caso, se encuentran menciones a su obra.26 Es a su regreso de Europa cuando profundiza en los interrogantes esbozados desde sus primeros escritos: enfatizando la presentacin de los problemas en forma de interrogantes y su abordaje como un dilogo activo, como siempre, fuera mediante lecturas cuanto a travs del dilogo directo y/o epistolar.

Las crticas a la Universidad de La Plata, que conoca bien por su propia experiencia, se inscriben en las que dirigi al positivismo trasnochado que ocup muchas pginas de su obra. Esto sin menoscabo del aprecio intelectual por figuras como Alejandro Korn, Jos Ingenieros, etc.
23

La reflexin crtica es la esencia de toda poltica genuina (diferenciada de lo meramente poltico, es decir la relacionada con el ejercicio del poder. Bauman, 2003: 92
24 25 En cuanto a un posible contacto con Gramsci, remitimos al comentario de Aric An sigue despertando mi curiosidad esta relacin tan temprana con un pensador del que Bermann tuvo conocimiento muy probablemente a travs de la campaa internacional por su liberacin que se realiz en los aos 30 y que estaba encabezada por Romain Rolland.Ver, Aric, 2005: 47) Sin duda, Taborda particip de la misma campaa; ya se han delineado algunas hiptesis en cuanto a ciertos nudos problemticos que los ocuparon a ambos, Ver Roitenburd, 2005. 26 La obra de Freud estaba interdicta en la URSS y, consecuentemente, por intelectuales vinculados al Partido Comunista Argentino. Hay que recordar, asimismo, que sus libros fueron quemados -en 1933por los nazis en Berln.

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Donde se vislumbran sus rasgos de heterodoxia es en el inters por el debate que lo llev a vnculos con figuras controvertidas desde el punto de vista de quienes se encontraban en el amplio campo antifascista -dentro del que se inclua, sin lugar a dudas, como Giovanni Gentile, con quien mantuvo activo dilogo en variados aspectos de sus posturas como pensador y, sobre su reforma educativa, cuestin que, es innecesario sealarlo, era no poco irritativa. Otra muestra no menos conflictiva: su abordaje del campo de problemas vinculado a la democracia y a la crisis del Parlamentarismo, siempre desde la irrenunciable voluntad de contribuir a un modelo incluyente y participativo, ocup amplio espacio en sus escritos. Sus fuentes, variadas, incluan una atenta lectura y/o contacto directo- con pensadores con los que discrepaba, en ciertos puntos, pero a los que, sin embargo, crea apropiado consultar. Este es el caso de su intercambio intelectual con Carl Schmitt probablemente, una elocuente ilustracin de tal heterodoxia y de las razones por las que fuera calificado por el PCA, fuera de todo debate de los problemas planteados, como derechista. Una lectura atenta a los fragmentos en los que lo cita, revela no slo un contacto profundo con su obra, leda en su idioma original, sino tambin sus controversias.27 La crtica a Europa: entre el fascismo y la crisis del parlamentarismo Para resumir de forma preliminar los alcances de la crtica a Europa es posible sealar los grandes ejes sobre los que desarroll la misma: por una parte, el desaliento ante el avance de los totalitarismos de matriz nazi fascista. A la vez, postulando la necesidad de replantear los problemas vinculados a la ciudadana, para redefinirlos en el marco de una evidencia: la crisis del Parlamentarismo de la que se deduca, no la oposicin frontal a la democracia sino la ineludible tarea de repensarla en profundidad. En cuanto a su decidido28 antifascismo fue, lejos de una retrica basada en consignas anti, dentro de posiciones tcticas no siempre consecuentes con posturas principistas, una militancia en distintos frentes. Para caracterizar su posicin, al respecto, hay que decir que no slo se opuso participando activamente en organizaciones antidiscriminatorias de oposicin al antisemitismo Agudo analista y crtico de los totalitarismos franquista y nazi-fascista, fue, ms all de su denuncia, por ejemplo, en el caso de Italia, de los propsitos de reconquista y resurgimiento nacional y del desprecio hacia el propio Mussolini- que fuera motivo de ms de un prrafo sarcstico.29 Mucho ms, superando la apelacin a consignas anti, que reducan en dicotomas complejos conflictos, llev a cabo el examen de las implicancias del avance de los estados de matriz totalitaria.

27 [P]odramos hipotetizar que (...) los elementos que muestran una coincidencia entre posicionamientos tabordianos y los planteos de Schmitt (v.g.: el antiliberalismo, la crtica al parlamentarismo partidocrtico) quedan elididos por el pensador cordobs, pues a ste le urge marcar las diferencias con quien l juzga como un partidario de dictaduras nefastas. En todo caso Taborda ha prestado atencin especial a escritos schmittianos y puede haberle interesado que Schmitt conociera su evaluacin de los mismos. Inferimos esto ltimo del hecho de que Schmitt poseyera en su biblioteca un ejemplar de un volumen colectivo dedicado a Bergson, editado en Argentina, donde el artculo de Taborda discute lo poltico schmittiano..... Es presumible que el intelectual cordobs se lo haya enviado (...) Asimismo el trabajo tabordiano aparece indicado en el inventario de la biblioteca de Schmitt.. Para un anlisis de este asombroso vnculo intelectual, remito al trabajo de Dotti, 2000: 44, 59. 28 Pese

a las acusaciones de las que fuera objeto por la izquierda ortodoxa.

29 Los nietos de los derrotados en Adua lavan la vieja afrenta masacrando, con herosmo fascista...mujeres, nios y etopes. (el Csar de polenta sale de una pera italiana y pasea un DO de pecho en el tinglado de Europa (...) hasta congestionarse: quiere significar con el gesto la gran obra civilizadora que cumplir en Etiopa cuando, despanzurrados todos los nios y las mujeres no queden ni rastros de la barbarie y la esclavitud....(Facundo, ao I. Nro.III.1935)

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A partir de un interrogante nodal: quin defina los verdaderos valores que el estado presentaba como los nicos posibles? condensaba en su crtica al estado, el componente totalitario implicado en la subordinacin a sus mandatos y las prcticas de persuasin que los imponan. Es interesante sealar que la otra cara de su crtica a los totalitarismos estaba en su capacidad de interpelacin a los jvenes, en pos de propsitos sobre los que no tenan intervencin, ms que para su acatamiento. Amplio espacio dedic a exponer su desazn ante la juventud sacrificada en la guerra en nombre del patriotismo dirigido hacia la reconquista imperial, o hacia la pureza racial. Una de las razones fundamentales aducidas para la reflexin en torno a los valores recibidos y no cuestionados radicaba en la evidencia, palpable en los estados totalitarios, de una juventud impelida, an con su entusiasta participacin, en fines que, como el frente de batalla, implicaban dar la vida por la patria y/o el renunciamiento al ejercicio de su autonoma. Enardecidos por el patriotismo y el entusiasmo blico de los estados en pie de guerra y/o la aniquilacin fsica, en cualquier caso, su maleabilidad y sujecin, oculta bajo los rituales que configuraron tales imaginarios, mostraba la cara menos examinada de los totalitarismos. En este punto, converga un anlisis global sobre las implicancias de los estados totalitarios con los aspectos especficos que referan al rol de la educacin para superar valores que estimulaban a una sujecin voluntaria que quedaba en evidencia en la masiva incorporacin en sus filas de los camisas negras, y de las SS. Los miembros de las juventudes fascistas movilizados por las consignas Creer! Obedecer! Combatir! Eran sujetos capaces de recrear, en el futuro prximo, nuevos valores superadores de la cultura autoritaria en la que se haban formado? Se preguntaba: cmo examinar y actuar ante algunas de sus consecuencias sobre todo, habida cuenta del impacto de tales consignas, que, en ltima instancia convocaban voluntariamente a muchos jvenes a las filas, al combate y/o a participar como fuerzas activas en la represin. Era una de las razones por las que asign a la reflexin sobre el campo pedaggico un rol nodal, dentro de los problemas de orden poltico que tejieron su trama discursiva. Era el lugar en el que cobraba renovada vigencia la reconstruccin de un nuevo orden, donde la importancia de formar individuos autnomos era presentada desde el propsito de una relacin individuo - comunidad30 que encontrara un equilibrio en una tensin, sin embargo, irresoluble. Es tambin en ese punto donde convergan preocupaciones sobre la cuestin pedaggica31 y con el anlisis que, pocos aos despus, haran otros pensadores sobre los rasgos recurrentes del totalitarismo.32

Coincidimos en cuanto a que comunidad es un trmino ambivalente y conflictivo. Queda abierto el interrogante sobre la aplicacin que le dio Taborda en su discurso. Por el momento, es posible adelantar que su rechazo por la sociedad y/o por la sociologa, que, sin embargo utilizaba en sus textos, parece haberlo llevado a nombrar la comunidad como el espacio propicio para la recreacin de cultura y a partir de all para la relacin con la cultura universal.
30

Como sabemos, ni para Gramsci, ni para otros pensadores crticos, los interrogantes sobre la tensin individuo sociedad eran conflictos menores.
31 32 La tendencia totalitaria, segn la epigramtica y concisa definicin de Hannah Arendt, es la tendencia a volver superfluos a los seres humanos: redundantes, descartables como individuos, como seres con sus propias motivaciones, ideas, preferencias y sueos, como seres privados en el sentido de que eluden cualquier ejercicio clasificatorio ajeno a la idiosincracia nica de cada criatura humana (...) La tendencia totalitaria apunta a la aniquilacin total () de la autoconstitucin y de la autodeterminacin del individuo, a la ltima e irreversible disolucin de lo privado en lo pblico. () En los extremos de la tendencia totalitaria, los canales de comunicacin existentes entre el poder pblico y lo que queda de los individuos privados estn sellados..... Podramos definir los sistemas totalitarios como aqullos en los que el Estado, gracias al monopolio de los medios de comunicacin, ejerce una censura rigurosa sobre el conjunto de las informaciones y combina a sta con la contaminacin y manipulacin de las informaciones admitidas para la circulacin mediante la propaganda poltica e ideolgica omnipresente. El objetivo

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En esa lnea, procuraba replantear otro sobreentendido, revisando el mito sedimentado a travs del Manifiesto Liminar: La juventud vive siempre en trance de herosmo. Es desinteresada, es pura. No ha tenido tiempo an de contaminarse.... Que los jvenes no fueran responsables de la suerte que la cultura vigente les deparaba, no exima el dar cuenta de que ningn automatismo los convertira en partcipes y creadores de nuevos valores, superadores de los de matriz autoritaria de los que, de algn modo, participaban. Esto requera otra cosa que idealizarlos. Converga, en el examen del campo de problemas relativo a la formacin de los sujetos nios, adolescentes y jvenes-, la cuestin del rol de la familia, en la transmisin de valores, siempre mediante la apelacin a diversos intelectuales que encararon el tema. En sus escritos, otorg particular atencin dentro del debate poltico pedaggico, habida cuenta del papel central, sobre el que se basaba la ofensiva de matriz Nacionalista Catlica. Esto remite, por una parte, a la voluntad de profundizar en una de las consignas nodales sobre las que se asentaban los discursos hegemnicos: la familia como primera educadora. Es sugerente la medida en que, junto a argumentaciones formuladas desde un enfoque en el que apelaba a discursos provenientes de diversas ciencias -medicina, psicologa, sociologa, etc.,- es, probablemente mediante el aporte de variadas expresiones literarias Hermann Hesse, Romain Rolland, etccuando logra abordar de modo ms integral, su cuestionamiento ante la pretendida evidencia de la familia como ncleo educador natural. Que ilustrara su visin crtica de la familia y la sociedad burguesa mediante fragmentos de obras literarias33, se puede interpretar de forma compleja: por una parte a travs de ellas va sealando las dimensiones de su anlisis y los motivos de controversia sobre su condicin indiscutible de transmisora de los verdaderos y ms elevados valores morales.34 Desde otra perspectiva, los mismos materiales son aplicados a demostrar la capacidad del arte para superar los lmites del lenguaje pretendidamente cientfico as como la importancia de la creatividad en la formacin de sujetos autnomos.35 La democracia parlamentaria en cuestin Comparta la conviccin luego de la primera, la gran guerra, visualizada como la ms terrible experiencia humana registrada hasta entonces, sobre la inevitabilidad de una segunda guerra.36 En este escenario, lo que se advierte es la medida en que, lejos limitar su anti-fascismo y/o antibelicsimo a consignas retricas, planteaba sus dudas acerca de los propios componentes belicistas y totalitarios que anidaban en la Europa democrtica, cuyo afn imperialista, denunciaba, tanto como su participacin en las dos guerras

buscado sera asegurar al estado el dominio total sobre las mentalidades y en especial sobre la imaginacin social; dicho de otro modo, sera el de bloquear toda actividad espontnea o no controlada de sta. Al combinar el monopolio del podero y del sentido, de la violencia fsica y simblica, el estado totalitario busca suprimir todo imaginario social incluso hasta su recuerdo- toda representacin del pasado, del presente y del futuro colectivo que atestigue su legitimidad y su podero, garantizando as su dominio sobre la vida social en su conjunto (Baczko, 1999: 32).
33 En particular Juan Cristbal, de Romain Rolland, es una elocuente ilustracin, tanto de su comprensin sobre los lmites de familias no preparadas en trminos de valores para transmitirlos a sus hijos cuanto de las consecuencias, para los nios y adolescentes de un ncleo que, en muchos casos, reprime sus necesidades de formacin autnoma. Tambin, las diferencias que afectan a los sujetos por su procedencia de clase, de capital cultural, etc,

Hay que agregar, dicho sea de paso, que en ningn momento expuso una postura que pudiera ligarlo con la necesidad de acabar con la familia, cuestin que merece examen especfico.
34

Se alude a fragmentos de la obra antes citada de Romain Rolland en los que se atribuye a la expresin artstica un rol central de orden formativo en la adolescencia y juventud.
35

El rgimen social consagrado por Europa ha carecido de eficacia para hacer efectiva la paz y con la paz el bienestar del mundo. (RIPA, II, p.9)
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La tragedia poliorctica de 1914 fue apenas una alternativa a la beligerancia solapada en las normas del llamado derecho internacional. La tregua de Versalles, concertada a consecuencia de haberse agotado los bastimentos, desplaz la lucha de las trincheras y la restituy a los talleres y a las fbricas sin abandonar los propsitos de reanudar las hostilidades en el momento oportuno como lo atestiguan los hechos que hoy llenan de duelo el escenario del mundo.( Taborda, 195:, T.3 y 4, p. 53).

La otra cara de su crtica a Europa era resistida, tanto por sus componentes antiliberales cuanto por su falta de oportunidad, desde la perspectiva coyuntural de la URSS y los partidos afines.37 Sostuvo una visin reprobatoria ante los pases democrticos, a su juicio, no menos responsables de ambos conflictos blicos, abundando en argumentos que, a su juicio haban conducido a la crisis de la pretendida civilizacin basada en el conflicto de naciones, cuya razn de ser llevaba, inevitablemente a esa consecuencia. Crtico del etnocentrismo, con este enfoque, puso en evidencia las inconsecuencias de las posturas de la URSS, en cuanto a estos conflictos. Fue ms all, avanzando en una crtica que inclua el desencanto por el avance autoritario en nuestro pas: perceptible en los lmites de la democracia abierta desde la llegada del radicalismo al poder, cuya fragilidad se evidenciara a partir del golpe de 193038 y luego el de 1943. Su visin negativa sobre la crisis de la democracia y de los partidos, en nuestro pas, fue acompaada por un examen del proceso poltico que desemboc en la ley de sufragio universal, en el triunfo del radicalismo y un anlisis de los diversos aspectos de una vida poltica en la que la democracia, entendida como participacin -no reducida al mero electoralismo-, nunca haba logrado consolidarse. Ni siquiera, segn el modelo de las democracias europeas, de acuerdo a las expectativas del reformismo encabezado por Roque Senz Pea. As, al diagnstico severo sobre los infinitos lmites de una democracia formal y de un sistema parlamentario cuyo fracaso culminara, finalmente, en el golpe de 1930, se inscriba en un ms profundo examen de una crisis poltica ms general39 Reforma versus revolucin? Un pensamiento alternativo Una faceta de la figura de Taborda se resume en su relacin conflictiva pero no enemiga, con el campo marxista40 Intelectual alternativo: rtulo aplicado, no para demostrar que el proceso no fue como sabemos que fue: el avance del autoritarismo y la represin de las disidencias en el terreno poltico y cultural, sino para interrogarnos sobre las razones por las que expresiones que procuraron abrir otros horizontes posibles fueron derrotadas
En nuestra opinin (...) se ha tendido a analizar ms lo que existe, lo ya dado, lo que finalmente ha acabado por imponerse, que las alternati37

Dentro de los que el PCA fue uno de los ms consecuentes

38 Durante los aos que van desde 1912 a 1930, la democracia poltica se ampla pero no necesariamente se fortalece. Su debilidad queda patentemente demostrada en setiembre de 1930. All concluye la Argentina moderna y, crisis orgnica mediante, surge la Argentina contempornea. Vase.Ansaldi, 1995: 43 (comillas del autor). 39 [L]a fe en la opinin pblica reposa en una manifestacin que atiende menos a la opinin pblica que a la publicidad de la opinin. (35) En realidad, la publicidad y la discusin de la actual actividad parlamentaria se han convertido en formalidades y con esto el Parlamento mismo ha perdido su fundamento y su sentido. (...) Hemos perdido la confianza en nuestro rgano legislativo. Hace tiempo que el Parlamento carece de la adhesin colectiva, de esa profunda adhesin ntima que da nervio y vitalidad a una institucin (Sal Taborda, 1918: 38). 40 Unos treinta aos ms tarde Aric expresara las tribulaciones de cualquier intelectual de izquierda, que tan bien cuadran a la figura de Taborda: En Argentina ser un intelectual de izquierda era, en definitiva, ser un intelectual vergonzante. Solamente se poda ser de izquierda si se estaba descripto a alguna fuerza poltica de izquierda y de una u otra manera, se acompaaba a dicha fuerza. Aric, 1999: 22

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vas que en realidad se presentaron para que pudieran imponerse procesos efectivos de democratizacin de las sociedades latinoamericanas. En definitiva buena parte de la reflexin terica e histrica estuvo dedicada ms al anlisis de los vencedores que a la indagacin de las alternativas que no pudieron vencer en su favor los vencidos.41

Alternativo entre qu opciones? Hay que destacar que los ncleos vinculados al Nacionalismo Catlico, que ampliaban sus bases de consenso en miembros de las elites otrora liberales -cada vez ms dispuestos a conciliar posiciones con consignas que instaban a la violencia, como la Liga Patritica, presentaban sus valores en un orden social basado en una educacin y cultura restrictivas. En una exitosa lucha por la hegemona, condensaron, en su momento, en la reforma, todas las mscaras del enemigo que deba ser aniquilado. En esa constelacin, la dicotoma orden social versus reforma, prontamente agreg el trmino comunista para profundizar una interpelacin al orden entendida como la represin de sus representantes ms relevantes, en particular, Sal Taborda. De este modo, descartada la derecha nazi fascista, -coherente con su objetivo no desmentido de instaurar un orden basado en la represin y doctrinariamente reacio a la participacin- queda en un lugar un tanto borroso un interrogante: quin o quines deban ser los interlocutores con quienes compartir incertidumbres y reflexiones? En principio es posible sostener que todo el arco democrtico,42 pero, en particular su propio campo: el del socialismo, en el que l mismo se ubicaba, si bien desde un horizonte critico. Entrelneas, se vislumbra uno de los posibles interlocutores y un dilogo que se revel imposible. La izquierda, en su poca hegemonizada por el PCA, creado precisamente en 1918, por su parte, parta de una consigna: slo el derrumbe de la sociedad burguesa creara las condiciones posibles para una nueva sociedad. Entretanto, el examen de los problemas especficos, que el discurso Tabordiano fue desplegando quedaba desestimado ante la espera de la revolucin que, a su vez, subordinaba toda reflexin que apuntara a una reforma. Uno de los aspectos de controversia estaba en la compulsin a un modelo presentado como nico posible, sin anclaje en la tradicin local, elusivo de las especificidades de los conflictos en tiempo y lugar. La forma en que conect problemas de orden poltico, cultural y educativo es precisamente lo que lo ubic en la mira de la ortodoxia de izquierda. Por una parte, porque se negaba a resumir la revolucin en los trminos prefijados por la lucha de clases y/o la dictadura del proletariado, como sujeto de identidad fija, portador de los verdaderos y definitivos valores. Reacio a un abstracto universalismo proletario, redefina los problemas de la cultura: la religin no era el opio del pueblo, sino algunas expresiones institucionalizadas. En cambio, la razn como el Dios43
41

Aric, 1985: 11.

42 Es fundamental dejar planteado que, las crticas a la democracia parlamentaria, ya mencionadas, lo fueron desde una postura de defensa de la misma. Este es un aspecto que debe ser profundizado; por el momento cabe destacar, que en el estilo que lo caracteriz, y an pese a sus vetas anarquistas, no vacil en colaborar con su gran amigo Sabattini y los gobiernos afines, con Antonio Sobral en proyectos pedaggicos tanto como con los gremios docentes, contribuyendo activamente en la elaboracin de proyectos de ley de educacin, que conservan validez en los debates del presente. 43 Este tema reaparece en un intelectual, fundador de Pasado y Presente, junto a Jos M. Aric. Es sugerente la persistencia de ciertos interrogantes en una tradicin intelectual en la que los grmenes del pensamiento tabordiano parecen reactivarse. La Revolucin consagra a la razn sin percibir la impronta religiosa de su acto: en nombre de la razn la Revolucin ocupa el lugar de lo sagrado. As la voluntad general es un ms all que emana de todos. En su nombre todo es posible. El revolucionario, nacido con la Revolucin Francesa, que se nombra a s misma como fuente de razn, es el oficiante que encarna la verdad autodesignada. La Revolucin descubre en el Pueblo el comienzo y el continente de su propia certidumbre aunque los sujetos, que imaginariamente le dan forma, no se reconozcan necesariamente en ella. La revolucin inventa al pueblo pero cree emanar de l. Lo contempla como actor, parece doblegarse

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consagrado, no daba cuenta de las relaciones de poder que velaban su presencia tras el estado que deba congregar todas las voluntades, sin controversias. Plantear la reforma de valores como propsito ineludible dentro del gran objetivo que no desista de una transformacin estructural, era incompatible con tales postulados Aunque acord en sealar las diferentes condiciones que suponan la procedencia obrera o burguesa de los jvenes, crey necesario dar cuenta de los mltiples conflictos que, si bien de forma diversa, afectaban a los sujetos en formacin. Lo que abre interesantes lneas de anlisis, es la evidencia de que desde la primera etapa posterior a la toma del poder, en la URSS, ya adverta, no de modo general sino sealando aspectos concretos, sus dudas acerca de los lmites estrechos que, muy pronto, encontr la reforma escolar. En las planteadas en este punto, se vislumbra, tanto una conciencia clara de los caminos que conducirn a la reconstruccin de la sociedad, (Manifiesto FANOE, 1932) cuanto sus controversias con la visin economicista del marxismo ortodoxo. Es conveniente sealar que estas no fueron planteadas en abstracto. Las crticas ante el proceso revolucionario, desde el entusiasmo inicial, se formularon, a partir del acuerdo en cuanto a la necesidad de pensar en la transformacin de las desigualdades de clase, de las que procur dar cuenta en su Temario del Comunalismo Federalista. Sin embargo, reacio a reducir en trminos de la superestructura, los problemas del orden de la reforma moral dentro de los que incluy los que referan a la pedagoga. A su vez, sus crecientes diferencias con el modelo del realismo en la cultura -al mismo tiempo, la represin sobre la literatura, el arte, bajo el rtulo de su condicin burguesa agregaron motivos para rotularlo como idealista equivalente a fascista. En esa lnea, el psicoanlisis y los escritos de Freud agregaron nuevos motivos para su estigmatizacin.
existe una notoria falta visin del contenido espiritual, implcito en toda transformacin de la sociedad. Asistimos as al paradjico espectculo de movimientos, partidos y hombres de autntico fervor revolucionario en cuestiones econmicas y polticas que sin embargo profesan un hermtico conservadurismo en lo cultural, hasta el extremo de querer perpetuar formas espirituales tpicas de la ideologa burguesa del siglo XIX: biologa darwiniana, sociologa naturalista, metafsica materialista, tica y pedagoga utilitarias, literatura y arte realistas, etc. Son, no obstante su izquierdismo econmico social, radicalmente reaccionarios en su espritu. (FANOE; 1932).

Despleg, tempranamente, sus dudas respecto a la posibilidad de imponer una revolucin entendida como ruptura total con un orden previo- En este caso siguiendo el proceso en la URSS objet que la educacin sovitica no plante, siquiera en forma preliminar, propsitos dirigidos hacia el estmulo de la formacin autnoma de los sujetos. Como advirti en los aos veinte, las dificultades del perodo inmediatamente posterior a la toma del poder, no fueron solo coyunturales. Las condiciones de emergencia creadas por la Guea su voluntad, a sus deseos y slo contempla un fantasma. El nico actor, en realidad, es el revolucionario: el que descifra los signos, el que se sabe elegido, el que se siente agente de designios que lo atraviesan. El revolucionario se considera inocente porque la moral ya viene inscripta en la historia. De all su seguridad; tambin su desesperacin. La Revolucin ha suplantado a la Iglesia y, por los mismos temores, proclama idntica sospecha hacia lo mstico. Afirma rituales en vez de cultivar el misterio. Con las alegoras de la exterioridad sustenta el poder, impone la intermediacin de sus cdigos. La inmediatez del misterio no exige mediaciones. El revolucionario acta como profeta pero no acepta que lo es y por eso no cree en Dios. Lo reemplaza. Cuando ya es dios, cuando ya es origen de las profecas, usa su ilimitada libertad para instituir el mundo, pero cree hacerlo en nombre de un destino al que sirve. Por eso no se siente responsable de sus actos. Ver Schmucler, Lucha Armada

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rra civil, que, inicialmente justificaran la ausencia de objetivos, a mediano y largo plazo, tendientes a modificar los rasgos de una tradicin autoritaria, nunca fueron replanteadas. Reaparecen, nuevamente en sus reflexiones, los problemas de la juventud, la adolescencia, la niez, junto a la conviccin de que ningn automatismo podra resolver los conflictos del orden de la cultura, dentro de los que otorg particular atencin a la cuestin pedaggica. El atento examen sobre el curso de la educacin sovitica qued siempre conectado con las preocupaciones que referan a cmo plantear en diversos contextos una reforma moral. Estas objeciones no tuvieron respuesta ms que en los trminos dogmticos. Si el nico camino estaba definitivamente fijado, el campo problemtico que refera al examen de la educacin y de los sujetos no solo era innecesario: era una desviacin peligrosa. Bajo el rtulo despectivo de reformismo, se condens el rechazo por la reflexin autnoma. Los propsitos de revisin del rol de la universidad como espacio de produccin crtica para la recreacin de cultura, dentro del que plante los especficos que apuntaban a las diversas dimensiones de la reforma escolar fueron desestimados. De este modo, abra un gran nudo problemtico: cmo pensar una Revolucin sin Reforma. Entendiendo los alcances del segundo trmino inscripto en un imaginario social44 no contradictorio con objetivos revolucionarios. Sus reflexiones, en sus complejas ligazones internas, apuntan a desarticular las representaciones sobre la revolucin, problematizando lo que era presentado como un sobreentendido: que la toma del poder, momento fundante activara, sin ms, el derrumbe de la sociedad burguesa, cuyas races seran desechadas por tal condicin burguesa- Se erigira una sociedad nueva, bajo la dictadura del proletariado, nuevamente desde el supuesto de que en ese sujeto proletariado- se condensaran todas las posibilidades requeridas Modelo, cerrado y definitivo, sin interrogantes, sin incertezas sobre cursos posibles .45 -46 Desde otra perspectiva que la que orientaba el rotundo rechazo por el nazi fascismo, volva sobre la necesidad de recuperar el debate en torno a las relaciones individuo-comunidad. En este contexto, quedaba integrado en una ms amplia reflexin acerca del derecho a la formacin autnoma, desde un gran interrogante y todos los que surgan a partir del mismo- que la ortodoxia estalinista reprima sin vacilar: es que haba una instancia portadora de la verdad el estado?- que, ms all de toda controversia pudiera fijar, una verdad indiscutible???? Y, junto con ella, denegar el impulso a la creacin, a la revisin, a la expresin no como mero acatamiento de dictmenes definitivos. Entonces: Revolucin versus Reforma era una dicotoma inconciliable?. Era posible admitir que haba un nico camino o se trataba de un proceso constante de recreacin de cultura. Lejos de dar por sobreentendido que la revolucin entendida como la toma del poder de los resortes del estado conllevara, automticamente, la solucin de todos los conflictos, en la reforma se

.[E]l imaginario social es una de las fuerzas reguladoras de la vida colectiva. Al igual que las dems referencias simblicas, los imaginarios sociales no indican solamente a los individuos su pertenencia a una misma sociedad, sino que tambin definen, ms o menos precisamente, los medios inteligibles de sus relaciones con sta, con sus divisiones internas, con sus instituciones, etc. De este manera, el imaginario social es igualmente una pieza efectiva y eficaz de dispositivo de control de la vida colectiva y en especial del ejercicio del poder. Por consiguiente, es el lugar de los conflictos sociales y una de las cuestiones que estn en juego de esos conflictos. (Baczko, 28).
44 45

Schmucler, Lucha Armada, Crdoba, 2006.

46 Se vislumbran las objeciones que despertaba en l la tendencia creciente por parte del Partido Comunista Argentino, creado en 1918, -a una adhesin incondicional a las imposiciones del estalinismo el comunismo nativo se caracteriz siempre por su enclaustramiento en un doctrinarismo sin fisuras. Aric, La cola del diablo, p. 49.

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condens el examen de los diversos aspectos que requeran poner en cuestin una presuncin ms proclamada que fundamentada. Amrica: la hora En sus Reflexiones sobre el ideal poltico de Amrica, publicada en 1918, Sal Taborda preanunciaba lo que sera una postura crtica sobre Europa y, a partir de ella la expectativa de dar paso a la hora de Amrica.
Europa ha fracasado. Ya no ha de guiar al mundo. Amrica que conoce su proceso evolutivo y as tambin las causas de su derrota, puede y debe encender el fuego sagrado de la civilizacin con las enseanzas de la historia. Es urgente hacer de modo que la mana furiosa de europeizacin que nos domina, no nos impida ser originales, esto es americanos, por la creacin de instituciones civiles y polticas que guarden relacin con nuestra idiosincrasia.

Hay que agregar un dato de no menor importancia: si bien ese es el ao de publicacin, en el escrito condensa buena parte de preocupaciones que aparecan en sus primeras obras y que, en adelante desarrollara ampliamente. Esto permite sugerir, en el clima de poca47, una hiptesis. La hora de Amrica, ms all de la consigna que, en su momento, movilizara a buena parte del continente, lejos de ser o bien una consigna retrica ni una respuesta definitiva, se plante como expectativa ante un mundo occidental que pareca derrumbarse. Pero, lejos de ser conclusiva, abra, al menos en su perspectiva, un campo problemtico. Hemos sumariamente registrado una conviccin, sin duda compartida en su poca: la vieja Europa haba defraudadoEn algn punto de ese horizonte desencantado, la joven Amrica se converta en la depositaria de expectativas qu se desplegaron mediante interrogantes a travs de los que, Amrica la hora cobraba un sentido que exceda el de una consigna desgastada.
Cien aos hace que nos dijimos libres: comencemos a serlo!. Seamos americanos. Seamos americanos por la obra y por la idea. Ahora o nunca. Ahora o nunca ms! O simples factoras al servicio de Europa o pueblos independientes al servicio del ideal. He ah la alternativa. Amrica, la hora!48

En su temprana produccin literaria, en el perodo del Centenario, esbozaba su propia respuesta crtica ante la avanzada por una tradicin dogmtica que se consolidaba, interpelando a ncleos cada vez ms amplios del espectro, otrora, liberal. Su versin facndica se despleg, as, en un espacio poltico ideolgico signado por la hegemona de una versin cristalizada en sus vetas ms restrictivas. Se pueden registrar algunos sentidos atribuibles a esta resignificacin de una tradicin nativa: por una parte, la configuracin de una respuesta alternativa ante la pretensin, exitosa, de clausurar la tradicin hispnico inquisitorial como la nica posible. En esa lnea, sugiriendo su desacuerdo en cuanto al supuesto de que la tradicin no puede ser sino conservadora. Desde otra perspectiva, la tradicin, que el liberalismo de los 80 subestim, en nombre del Progreso = civilizacin =Europa, descartaba expresamente, como es bien sabido, cualquier vnculo con Espaa = barbarie, postura de la que la izquierda vinculada al PCA, se haca eco, prcticamente sin matices.
Manuel Ugarte haba tambin anunciado, en su ensayo El porvenir de la Amrica Latina (1910), sus propias ideas hispanoamericanistas. Hctor Schmucler advierte sobre uno de los riesgos de ampararse en los llamados climas de poca, en cuanto eso implique eludir la responsabilidad de posiciones que se ampararan, precisamente, en dicho clima. En este caso, aludimos al clima de poca, para sealar la trama de incertidumbres y terribles presagios que anunciaban una segunda Guerra, destacando las expectativas creadas por la Revolucin sin dejar de sealar que de ese clima, participaron, crticamente, quienes dudaron del patriotismo que, a derecha e izquierda, mostraban la inevitabilidad del conflicto blico.
47 48 Taborda,

1918,: 17

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Si, como en otros escritos hemos registrado, la configuracin tabordiana sobre la tradicin estaba conectada con un horizonte recreador, es interesante advertir que elabor la expresin de controversias con una dicotoma que, al definir la barbarie lo haca en el interior de un sistema de equivalencias en el que la comunidad = caudillos = Espaa Interior, no era, necesariamente, contradictoria con la civilizacin, recuperando Espaa, a partir de la tradicin del humanismo espaol... En esa lnea, es decir, no la que apelaba a la retrica basada en el sobreentendido de una Latinoamrica como totalidad sin diversidad, sino la que sealaba la necesidad de analizar cada situacin nacional, discrepaba con un internacionalismo sin respuestas para los conflictos especficos. Discrepaba, con la izquierda ortodoxa, por una parte, con el esencialismo que supona la vigencia de leyes que, fuera de todo anclaje local se aplicaran irreductiblemente. Aportaba, en las condiciones especficas en las que desplegaba su pensamiento, una respuesta posible, ante la hegemona de la tradicin dogmtica que, desde la derecha impona su propio esencialismo, esta vez, partir de su definicin de la tradicin un modelo represivo de la cultura y la educacin. No creemos ocioso volver sobre lo ya afirmado: su versin selectiva de la tradicin, condensada en lo facndico, expresamente invocada como mito impulsor de una cultura nativa no entendida como perenne e inmutable, tiene, por las complejas implicancias que acompaaron su versin revisionista de la historia, varias cuestiones que conviene registrar. Ninguna se vincula con la presunta verdad de la que sera portadora, ni con la pretensin de carcter definitivo. En cambio, por su capacidad de estimular nuevas reflexiones aunque se manifestaran como controversias. En segundo y no menos importante lugar, el hecho de que su autor participaba de una prctica poltica y se hizo cargo de ello. Cuando revisaba las versiones fundadas sobre la apologa del modelo agroexportador, de Buenos Aires y de la superioridad de Europa, luego revisadas en la hegemnica y rearticuladas en la tradicin cristiana -occidental, no se limitaba a poner frente a cualquiera de ellas, otra historiaDesplegaba un haz de interrogantes49 sobre las visiones de progreso que haban estimulado el modelo instaurado en el 80, la ausencia, al incorporar poblacin inmigratoria de horizonte cultural en torno al que congregar a la misma. En un estilo como el habitual: de planteo de controversias lejos de los anti que los extremos del espectro ideolgico definan, desarrolla su configuracin discutiendo con las bases fundantes del sistema educativo cultural sin que ello obstara para la admisin de aspectos positivos:
.es cierto que se puede estar contra Sarmiento pero no se puede estar sin l. Nuestra literatura no registra documento alguno que ofrezca a esa tarea crtica una riqueza de notas y de sugestiones comparable a la que contienen Recuerdos de Provincia y Educacin Popular (Taborda, 1951: T 3 y 4, 215).

Su enfoque es, sin duda, ms complejo que el que se presenta valioso por el rol asignado a una versin de la tradicin en sus componentes recreadores. Esta operacin se inscribe en un discurso que le atribuye importancia estratgica, en lo que, en trminos gramscianos50 llamaraErnesto Laclau tambin apunta a organizar la indagacin en torno a interrogantes cuya validez est, ms que en la respuesta definitiva, en la productividad de las reflexiones que estimula: Se trata ms bien de trazar la genealoga del presente, de disolver la aparente obviedad de ciertas categoras que son el precipitado trivializado y entumecido de la tradicin y, en tal sentido de mostrar el problema originario respecto al cual constituyeron una respuesta. (...)Una intervencin intelectual slo revela su sentido cuando es posible reconstruir el sistema de preguntas al que intentaba dar respuesta; por el contrario, cuando estas respuestas no son consideradas como tales sino como algo puramente obvio, es el sentido mismo de la pregunta lo que se pierde o al menos se desdibuja. Es slo la limitacin de las respuestas lo que mantiene vivo al sentido de una pregunta (Laclau, 1998: 57).
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No hay mencin a algn contacto con Antonio Gramsci. En cuanto a esta posibilidad, remitimos al comentario de Aric: An sigue despertando mi curiosidad esta relacin tan temprana con un
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mos lucha por la hegemona. As, se pueden advertir diversas facetas de esta resignificacin de una tradicin nativa: una respuesta alternativa ante la pretensin, exitosa, de clausurar la tradicin dogmtica, cuyos aportes, hay que insistir, residen, ms que en la respuesta, en los interrogantes que estimularon su configuracin. En sntesis, las condiciones de produccin de su discurso deben ser vistas en el escenario caracterizado. Sus propias tribulaciones acerca de las races locales y los elementos recuperables de una cultura que resista a subsumir en los trminos de la barbarie, fueron reactivadas luego del proceso revolucionario, a partir del que abri nuevos interrogantes que referan a la construccin de un nuevo orden en condiciones concretas. Plantear la adhesin a un movimiento que sera el inicio de una sociedad nueva, no era, a su juicio, contradictorio con una reflexin que apuntara a dar cuenta de los problemas especficos que deba asumir una revolucin en diferentes contextos. Un heterodoxo con afinidades La postura de Taborda que, por cierto, no asuma la acusacin de enemigo de la revolucin, como su disposicin a un intercambio, dificultaron el dilogo con el marxismo ortodoxo. Sin embargo, en aspectos nodales, pareca tener bastantes afinidades con incmodos intelectuales difcilmente encuadrables en dicho campo. Podemos preguntarnos: no tendra ms en comn con ciertos marxistas heterodoxos de lo que algunos declarados marxistas entre s?. O, para plantear de otra forma el problema: el debate sobre ciertos temas y con ciertas corrientes, es decir, fundamentalmente el PCA, estaba vedado: el rechazo por la tradicin fue uno de los temas centrales que Anbal Ponce expusiera, en la dcada de los treinta mediante argumentos que sostuvieron las posturas de aquel partido.51. Si tomamos un nudo problemtico central, en particular visto desde una perspectiva latinoamericanista, la tradicin y el lugar asignado en el discurso cobra singular inters. Sera el momento oportuno para una comparacin: qu puntos en comn se advierten con un latinoamericano como Maritegui, marxista que, sin embargo fue tambin reacio al acatamiento de las prescripciones que indicaban el nico modelo posible y, en esa medida, el rechazo por las especificidades que, en ambos casos, partiran de la recuperacin de una tradicin local?. Es una cuestin no menor porque, curiosamente, las controversias que habra tenido Taborda, por ejemplo con la postura oficial del PCA, podran ser equivalentes a las que formulara Maritegui: por ejemplo el rol de la tradicin y dentro del mismo, el de las especificidades nacionales.
Una de las cosas que particulariza a Maritegui es su reconocimiento del papel de las ideas. () esta idea de conjunto, es decir de cultura y poltica es algo que lo particulariza, que lo dimensiona como revolucionario transformador de la conciencia colectiva; por eso su preocupacin por la formacin de una nacin que es tambin un hecho cultural es un conjunto de hombres que se sienten identificados con una historia, con un pasado, con una tradicin y se sienten como parte de eso. (Aric, 1999: 131)

Se podra agregar: ambos viajaron a Europa, lo mismo que Anbal Ponce, como buena parte de los intelectuales lo haca una excepcin parece haber sido Deodoro Roca- pero habran procesado la experiencia de modo diferente. As lo revela el entusiasmo de Anbal Ponce: fascinado con Pars no vacil al declarar su entusiasta admiracin por la cultura Europea y, simultneamente la misma, sin fisuras, con la URSS. Esto no sera necesariamente incompatible si no
pensador del que Bermann tuvo conocimiento muy probablemente a travs de la campaa internacional por su liberacin que se realiz en los aos 30 y que estaba encabezada por Romain Rolland. Ver, Aric, 2005: 47
51 Anibal Ponce, no afiliado al PCA, fue uno de los intelectuales ms relevantes que aport argumentaciones en esta lnea. Comparta la versin de la historia mitrista, segn un sistema de equivalencias civilizacin = Buenos Aires = Europa, frente a la barbarie = Interior = Espaa y expuso en sus posiciones contrarias a la reforma, an en sus vertientes ms crticas, la teora del derrumbe.

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fuera porque, a la vez, era el vocero intelectual propulsor del derrumbe de la sociedad burguesa, condicin para la revolucin. Menos que por las contradicciones implicadas en su admiracin por una cultura que, sin embargo, quera erradicar definitivamente, hay que sealar su escasa disposicin para admitir controversias. En particular, con Taborda, que se haca cargo de sus dudas, poniendo en cuestin aspectos de la cultura europea, en la que, por otra parte reconoca sus fuentes, reactivadas a travs de lecturas cuanto por relaciones intelectuales. A juzgar por las diferentes reacciones, la experiencia europea cobr diverso significado en cada caso.52 Tomemos otras afinidades con Maritegui, a travs de la pluma de Aric:
el peso dado a la literatura y el arte; cierta forma de percepcin de la realidad que simplemente trasciende el texto poltico o de historia53

Recordemos que la tradicin tena mala prensa en la poca Aric, se pregunta: qu le objetaban desde la Internacional Comunista?:
Para estos dirigentes no existan realidades nacionales (comillas JMA) que distinguieran de manera significativa a cada uno de los pueblos americanos. El libro de Maritegui probaba que Per y Argentina, por ejemplo, no eran la misma cosa.54

Nuevamente remitimos a las incertezas de Aric quien retomara unos aos ms tarde, el interrogante sobre el rol de la tradicin, retomando problemas que ya aparecan en la trama del reformismo crtico.
La reinvencin de Amrica debera suponer por esto una recomposicin de las tradiciones intelectuales que nos constituyeron, un gigantesco proceso de sntesis en el que el principio rector podra ser tal vez, el reconocimiento del valor del eclecticismo como mtodo, la admisin de la actitud eclctica como hbito laico y democrtico del pensar que nos permita mantener abierta la mirada hacia lo nuevo. Ni el liberalismo, ni la democracia ni el marxismo, fueron en Amrica importaciones fructuosas y, sin embargo, no podemos pensar la realidad americana sin considerarlas. pero, es posible pensar desde fuera de ellas y no contra ellas? 55

Es de advertir que Maritegui aunque encuadrado en el marxismo, no acept los mandatos, muy en particular los que denegaban el examen de las condiciones locales en las que la revolucin se ira a producir, pensando desde Latinoamrica. En esa medida, la tradicin ocupaba un espacio central lo que le asignaba un lugar poco aceptable en el campo marxista.56 Es en su heterodoxia donde se perciben afinidades, como siempre, no por las respuestas definitivas, que, de cualquier manera no seran las mismas, habida cuenta de los divergentes procesos en los que cada uno inscriba sus reflexiones. Esta misma circunstancia invita a la revisin: quin se adjudicaba la condicin de portadora de la verdadera tradicin. Es posible preguntarse: en qu medida, ese monopolio sobre la misma no debe ser visto como resultado de una prctica de hegemona? Si como ha indicado Laclau,
Maritegui estuvo en Italia donde pas cerca de tres aos (1920-1923) en los que habra tomado contacto con Antonio Gramsci. Visit Pars, Berln, Viena y Budapest. y, segn parece, bajo la influencia de Spengler, lleg a pensar en la inevitable decadencia de Occidente;
52 53 Ver, 54 55

Aric,. 2005: 47

Aric, 1999: 19 Aric, Entrevista de Waldo Ansaldi, en Entrevistas, p. 159, y en David y Goliat, 49, julio de 1986.. temprana muerte de Maritegui, en 1930, hace difcil imaginar el curso de sus relaciones con la

56 La

URSS.
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definir el significado de los trminos es un aspecto clave de la lucha por la hegemona, ningn ejemplo ms adecuado, para la poca en el que lo analizamos. Si el liberalismo fue cada vez menos liberal y tendi a ser cada vez ms conservador. cul habra sido la alternativa posible, y la bsqueda tentativa de condiciones ms propicias hacia la democracia, menos entrampadas en la disyuntiva autoritaria o la espera de la revolucin total. Eso permite sintetizar algunos aspectos del aporte dado por Taborda en su configuracin nativa: por una parte, el intento de preguntarse sobre cmo construir un imaginario revolucionario en las condiciones especficas. Pero tambin se vislumbra el problema de cmo responder, en el escenario poltico, ante la sedimentacin de una tradicin que era no mera retrica delirante57 sino columna vertebral que propugnaba un modelo autoritario cuya capacidad de imposicin ha sido exhaustivamente analizada por la historiografa del perodo. Una tradicin intelectual transgresora Unos aos ms tarde Jos Mara Aric, comentando la sorpresa y el desagrado- provocado, en ciertos ncleos de la izquierda vinculada al PCA ante la aparicin de la revista Pasado y Presente, en 1963, evocaba:
La pregunta era cmo pudo ser posible que una revista de las caractersticas de Pasado y Presente pudiera surgir en un lugar como Crdoba, () La revista pareca instituir un campo de reflexiones sin antecedentes, sin una tradicin en la que inscribirse y por lo tanto como una creacin ex-nihilo. De pronto irrumpa un grupo de personas que provena en su mayora de la universidad, () militantes de la izquierda y comunistas los ms y que mostraban una disposicin indita a vincular ciertos debates tericos que se sucedan en Europa (pero no slo en ella) con los problemas de la izquierda argentina. Esto era lo que sorprenda: la novedad de un grupo que pensaba los problemas polticos y de la izquierda desde un lugar de provincia, esto es, desde fuera del tradicional centro de condensacin de las estructuras tericas y de la fisonoma organizativa del pensamiento de izquierda..58

Es probable que l mismo no creyera que fuera una circunstancia anmala; luego de esbozar sus dudas en cuanto a esta irrupcin, presumiblemente inexplicable, abre un espacio de debate, apelando al mejor estilo tabordiano: planteando controversias en las que, retomaba interrogantes menos para dar respuestas definitivas que para revisar problemas eludidos en la historia del pensamiento argentino. Esto dicho, para esbozar algunas lneas que procuran, por una parte revisar cierta perspectiva acerca del movimiento del ao 18, en particular la que subestima una tradicin de orden intelectual que retomaba algunos de los problemas controvertidos sobre entonces desplegados y reprimidos, contribuyendo a replantear las relaciones entre la estructura, ubicando en el centro del escenario los subestimados problemas del arte y la cultura. Este escrito parte de una impresin para la que se aportan indicios, seguramente no definitivos pero sugerentes. Cuando planteamos, retomando los interrogantes de Aric, en el sentido de que una tradicin de reflexin crtica habra permanecido latente lo hacemos, no suponiendo una clara conciencia de la misma Sin embargo, es probable que muchos de los problemas que haba planteado, en su momento, Taborda, an mantenan vigencia, cuando Pasado Y Presente procur romper con los lmites .. Ms an, las dudas acerca del curso de la revolucin, que fuera uno de los ejes que lo ocupara dentro de los que la imposicin de una cultura totalitaria en la propia URSS y su extensin sobre las posiciones de los partidos afines, habra sido una de las
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De acuerdo a ciertos aportes de la historiografa que, por el momento dejamos sin analizar. Aric, 1999: 17

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razones fundamentales para la ruptura y, sobre todo, para la el intento de abrir condiciones para el debate crtico y la lectura sin censuras de las corrientes prohibidas por el index de izquierda. Reflexiones finales La hora de Amrica, ms all del mito que perdur, se inscribi en la crtica basada, por una parte en el cuestionamiento de la presunta superioridad de Europa, ante la evidencia de la crisis de occidente, desde el horizonte oscuro que el fin de la primera guerra no haba despejado. Lejos de una imagen idlica, sobre todo, se planteaba la expectativa de un nuevo ideal. Si Amrica tena asignado un lugar expectante como espacio posible de un imaginario superador, lo era a partir de una redefinicin de su tradicin y de propuestas de recreacin de cultura. La obra de Taborda no encuadra ni en el rtulo adjudicado, en su momento, por la derecha nazi fascista de comunista. Mucho menos, en el atribuido por los mismos que postulaban un determinismo ante una revolucin que, de acuerdo a sus paladines, arrasara por s misma con la sociedad cuyo presunto derrumbe, conducira a la solucin sin ms de los conflictos subsumidos en su condicin de burguesa. Tampoco un trmino medio que conformara a todos. Una heterodoxia para participar del campo socialista: no marxista pero no antimarxista, las controversias menos que con la obra de Marx, que de cualquier manera consideraba un autor fundamental, discrepando con la subordinacin de los que se nombran como superestructurales que sern materia central de su examen. De ese modo, cuestionaba el objetivo total de la revolucin, con el consiguiente presupuesto de automatismo, postura que eluda toda participacin en una lucha por la hegemona dentro de la que la redefinicin de la identidad nacional y su tradicin, no eran cuestiones menores. Diferencias, que se plantearon, en resumen, con las posiciones de la Tercera Internacional, en particular, con su rechazo al examen de las especificidades nacionales. Sabemos que Raymond Williams ha planteado su visin crtica sobre el rechazo por parte de la izquierda a organizar imaginarios que recuperen una tradicin, por cierto entendida como selectiva dentro de una prctica de hegemona. As, la postura que, slo unos aos antes expusiera Taborda al respecto, muestra, no tanto una excepcionalidad como ciertos acordes comunes, que, en su poca comparta, -aunque seguramente sin contacto directo- con otro pensador latinoamericano como Maritegui, afinidades que no dejan de ser sugerentes. En todo caso, confirman que no hay rtulo definitivo, una utopa puede ser conservadora as como la tradicin puede ser el anclaje para una visin transformadora. Es interesante sealar que, junto con este despliegue de argumentos sobre los problemas de la cultura, y pese a la ya mencionada perspectiva crtica sobre la democracia parlamentaria vigente, luch y fue reprimido- por los dos golpes de estado -1930 y 1943-. Tambin hay que decir que, reconociendo propsitos con los que concordaba, su militancia se manifest en una activa colaboracin con las experiencias impulsadas durante los gobiernos sabattinistas as como a travs de la participacin en la elaboracin de proyectos de ley colaborando con los docentes. El lugar de Taborda, tanto en el campo de la cultura como poltico es difcil de precisar, en caso de que se trate de definir. qu era: pensador?, escritor?, pedagogo? Esquivo a ser encuadrado, lo mismo sucede si esto supone hacerlo en trminos de algn extremo del espectro ideolgico o de algn partido poltico. Es dudoso atribuir a una figura o a unas cuantas el rol que, habitualmente, esperamos de los partidos orgnicos. Intelectual sin vinculo con ninguna clase social, ni, como se ha mencionado, partido poltico, su heterodoxia sobre las prescripciones que definan lo pensable produjeron una marginacin que no fue sustancialmente modificada.. Situacin a la que se agrega la sealada por Jos Aric: pensar fuera del centro de condensacin del pensamiento de izquierda, Buenos Aires. Esta dificultad para ubicarlo en algn lugar preciso del escenario poltico cultural, no impide admitir la medida en que reactiva, en el presente, una reflexin que supere lo dado.
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Pero hay que agregar que desde Crdoba es slo una de las dimensiones de su singularidad. Marginado del escenario del campo socialista, en definitiva, aqul en el que l mismo se ubicaba, desde una perspectiva crtica, parece haber sido esta situacin, la que dificulta, la definicin del espacio poltico en el que inscribir su prctica. Singularidad en qu sentido? En un escenario el de su pas y el del mundo- en el que se imponan dicotomas como nica respuesta, plante los problemas de la recreacin de cultura en la forma de interrogantes, admitiendo la incertidumbre y la falta de respuestas definitivas, reacio a admitir las, presuntamente irreductibles, leyes de la historia. Se ubic en el llamado campo del socialismo, reacio a aceptar los lmites de lo pensable definidos e impuestos en el avance del estalinismo. Heterodoxo de la lnea de la Tercera, fue crtico y temprano observador de la ausencia de objetivos de Reforma moral e intelectual. Esto conlleva, desde el punto de vista del enfoque posible de los problemas poltico culturales de su poca, la revisin de los rtulos consagrados: izquierdista, comunista, revolucionario, reformista, para desbrozar un camino complejo pero que parece abrir interesantes horizontes. El anlisis sobre la crisis de la democracia burguesa llev a un diagnstico sobre el estado de la cuestin que se sintetiza, en parte, en su examen sobre el tema. Si lo vemos en la trama de su rechazo por las dictaduras de su poca cobra un sentido que no puede ser trivializado. Al estilo de otros representantes contemporneos portadores de un pensamiento crtico, lo sugerente de su produccin est, no tanto en las respuestas absolutas cuanto en las incertezas y los interrogantes que los impulsaban, planteados en el marco de una prctica de pensamiento sobre diversos aspectos de la crisis. El centro colocado en Crdoba, a travs de un ncleo y la figura de Taborda, no reduce el alcance de los interrogantes al nivel local. Los conflictos que se abren se pueden, de modo preliminar enunciar as: por una parte, aluden al rol de la izquierda, del campo socialista o como quiera que podamos nombrar a un imaginario democrtico. Es posible en trminos de una lucha por la hegemona, poner en evidencia la dificultad de acordar en posturas que enfrentaran los postulados cerrados que, a partir de una definicin de la tradicin restrictiva, la impusieron, sin oposicin articulada.

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Alosio Ruscheinsky

Conflictos socio ambientales...

Bibliografia

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Estudios Sobre Historia Reciente


La Red Interdisciplinaria de Estudios sobre Historia Reciente (RIEHR) ha sido pensada como un espacio colectivo para el intercambio interdisciplinario entre quienes investigan sobre la historia reciente de la Argentina y de los pases de la regin que han atravesado procesos polticos similares en las ltimas dcadas. La RIEHR es un espacio pensado para conocernos -quines somos, dnde estamos, cules son nuestros intereses y nuestras reas de investigacin-, intercambiar informacin, ideas, discutir problemas y sugerir respuestas. Para ello, la RIEHR difunde informacin de inters sobre cuestiones especficas del rea tales como congresos, publicaciones, proyectos de investigacin, ideas y debates, bibliogrficas, etc. Adems, la red tiene espacios dedicados a temas de actualidad vinculados con el pasado cercano y a la difusin del trabajo de artistas plsticos que desde diversos abordajes se han acercado a la temtica. Invitamos entonces a todos los interesados a visitar la pgina web www.riehr.com.ar y a sumarse activamente a este proyecto, registrndose como miembros, enviando informacin y aquello que desean difundir en las diversas secciones. El futuro del proyecto depende la voluntad y el inters de todos. The Interdisciplinary Network of Studies on Research History (RIEHR, from "Red Interdisciplinaria de Estudios sobre Historia Reciente") is a new collective space for the interdisciplinary exchange and collaboration between those interested in Argentinean and Latin American recent past. The RIEHR is a virtual space intended for knowing each other, exchange news and ideas, discuss problems and suggest answers on this particular topic. The network will spread the news about conferences, publications, debates, research projects, book reviews, etc. It includes news on current affaire as well as the exhibition of artists' Works related to the recent past. We cordially invite you to visit our webpage www.riehr.com.ar and to become actively involved in this Project, registering as members and collaborating with the different sections of the network. The future of the RIEHR depends on our collective work and interest.

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Artculos

CONFLICTOS SOCIO AMBIENTALES, CRISIS DEL AGUA Y ESTRATEGIAS DE POLTICAS PBLICAS


ALOSIO RUSCHEINSKY*

Introduccin El debate en las ciencias sociales, pertinente a la relacin entre conflictos ambientales y estrategias de polticas pblicas, en particular a la crisis del agua potable, todava se encuentra en sus primeros pasos. Esta discusin se incluye en la comprensin entre naturaleza y cultura, entre relaciones sociales y medio ambiente. La sociologa ambiental disfruta de un prestigio que tres dcadas de actividad consiguieron expandir poco en los intersticios de la academia. Otras reas del conocimiento se atribuyen, por veces, legitimidad para ocupar el espacio que las ciencias sociales temen en ocupar, incluso en lo que dice respecto a la ruptura con el antropocentrismo en el anlisis social. La trayectoria del presente texto implica en el reconocimiento de conflictos ambientales, de actores sociales, de procesos de cambio y del debate en torno de polticas pblicas, delante de la inminente crisis del agua potable a nivel local y global. Recientemente una de las grandes preocupaciones nacionales en Brasil ha sido con relacin a la reduccin de la cantidad de agua en los ros y reservas, con efectos directos sobre la capacidad de produccin de energa en las hidroelctricas, la disponibilidad para el consumo humano y la regularidad de la produccin agrcola. De forma quizs menos visible, a no ser por ocasin de estiajes, el agua con calidad adecuada para el consumo humano viene reducindose o tornndose ms compleja la operacin para su tratamiento, especialmente en los centros urbanos. El proceso social en examen en la investigacin, se refiere en especial a los espacios de produccin agrcola familiar en la regin sur de Brasil. Esas son formas de produccin intensiva y de pequeo porte en cuanto a la extensin territorial, ora acompaando las innovaciones tecnolgicas, ora preservando culturas y formas de trabajo tradicional. Las actividades en consideracin no son reconocidas comnmente por voluminosas fuentes de degradacin ambiental, mismo considerando las contribuciones y la presencia de erosiones, como caractersticas generalizadas en las cuencas hidrogrficas. La formulacin de polticas pblicas en el campo de los recursos hdricos se encuentra todava en los primeros pasos. Por un lado ros y lagos son considerados en la legislacin como derecho estatal, por otro el sentido de propiedad y de supervivencia impulsa a la exploracin del agua dentro del
* Dr me Sociologia, docente da Unisinos, Rio Grande do Sul, Brasil, desenvolve pesquisa na rea ambiental, e-mail [email protected]
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territorio en cualquier circunstancia. La mayora de las administraciones pblicas municipales dispone de una dbil estructura jurdico-institucional con la finalidad de establecer directrices y normas de uso y ocupacin del suelo, bien como de recuperacin, preservacin y conservacin de los recursos naturales, en especial del agua. Cuando se trata de una regin de colonizacin entre las montaas, se puede afirmar que el porcentaje de rea ocupada por bosques alcanza ndices elevados para una regin de agricultura familiar y en comparacin a otras regiones con agropecuaria en grandes extensiones. Mientras las ristras de mata nativa se restringen a los locales de difcil acceso. Todava no hay evidencias de cuidados generalizados con la mata ciliar y preservacin o recuperacin de fuentes del agua. La regin sur del pas ha sido alcanzada por sucesivos estiajes y en consecuencia la escasez de agua para el desarrollo de las actividades productivas. Un abordaje de las principales cuestiones ambientales referentes a la calidad y cantidad de los recursos hdricos apunta a una situacin diversificada y compleja, pero en significativo avance en cuanto a los riesgos ambientales. La distribucin en el territorio y el acceso al agua potable condicen con ritmos de exclusin social o de integracin social, bien como la lucha por el acceso al agua potable en condiciones adecuadas se incluye en la promocin de la ciudadana. La crisis del agua en la agricultura familiar suma dos cuestiones correlativas: de un lado emerge en la perspectiva de derramar conflictos ambientales inseridos en el meollo del proceso social y, de otro, proyecta la oportunidad para el desarrollo del debate en torno de las estrategias para la proposicin de polticas pblicas. En trminos comparativos, sin embargo poco similares, la crisis de agua en la produccin agrcola irrigada puede ser igualmente intensa y llena de conflictos. El mutismo en consideracin, o la resistencia a la publicidad del debate sobre cuestiones ambientales candentes, apunta para la insuficiencia del proceso de democratizacin de la sociedad, bien como un conjunto de intereses o incluido en las reglas de juego de las decisiones pblicas o reservado a la esfera particular. Es hecho notorio y reconocido que en Brasil ocurri una proliferacin de organismos de la sociedad civil y de supuestas instancias colectivas y decisorias. Mientras, la referida resistencia se relaciona con la fragilidad de la calificacin y legitimacin de espacios decisorios. En la reflexin a lo largo del texto estamos reconociendo la difusa trayectoria de la temtica de los recursos hdricos: de los usos cotidianos a la poltica ambiental, mediado por un proceso de educacin ambiental. Es endosar la trayectoria de los anlisis que traducen las condiciones de contaminacin y transmutacin de los recursos naturales en trminos de riesgo para la calidad de vida (Guivant, 1998), bien como un nuevo nfasis de la teora social en el nexo entre naturaleza y sociedad. Acceso a las aguas subterrneas: satisfaccin de necesidades y conservacin Se considera como estiaje el momento en el que el ciclo hidrolgico no acompaa la velocidad y la cantidad de agua para satisfacer las necesidades del ser humano y de sus quehaceres, bien como para los otros organismos vivos. Las reconocidas alteraciones climticas testificadas por los cientficos afectan el ciclo hidrolgico y entre los agricultores este fenmeno es conocido como ausencia de lluvias, dando inicio a un perodo de estiaje con las consecuentes preocupaciones de las cosechas. La distribucin de agua a travs de la precipitacin pluviomtrica obedece a una intensidad y periodicidad variadas y no es homognea en las diversas regiones. En la regin sur de Brasil, en los espacios de la produccin de la agricultura familiar, es usual el reconocimiento de la posibilidad de estiaje en el perodo del verano, con agravantes en la dcada actual. Mientras, en 2006 se volvi sintomtica la baja presencia de lluvias mismo en invierno, dando espacio para preocupaciones de satisfaccin humana y de las actividades productivas, bien como forzando al poder pblico a declarar la situacin de emergencia. Las alteraciones climticas no se deben solamente al desarrollo local por la remocin de la vegetacin original o cambios en el tipo de cultivo. Es claro que el hecho de determinada rea ser usufructuada para uso humano influye directamente en la retencin del agua del ciclo hidrolgico.
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El auxilio del agua para la agricultura familiar es de fundamental importancia para los respectivos usos, transcurriendo de su auxilio el xito econmico en muchas comunidades, municipios, regiones o pases. Ros y manantiales constituyen importantes reservas y fuetes de abastecimiento para diversa finalidades. La diversificacin de los usos mltiples del agua potable igualmente desemboca en variedad de impactos, incluyendo diferencias que por su vez requieren por consecuencia una compleja evaluacin teniendo en cuenta el monitoreo. O an ms, la suposicin del uso inteligente delante de la escasez (Rebouas, 2004), que para otros se traduce en un uso racional del agua. En el cotidiano de las actividades agrcolas ocurre un metabolismo que los seres humanos mantienen con la naturaleza y en cuyo proceso el agua ejerce un papel de supremo poder. Una cuestin decisiva, por tanto, consiste en comprender que el papel de los agentes sociales en la produccin consiste en suministrar a los organismos vivos seleccionados y domesticados las condiciones apropiadas que ms favorezcan su desarrollo y productividad, para recoger la deseada masa de materia nutritiva y comerciable. Lo fundamental en este proceso de produccin de materia energtica nueva es realizado por los propios organismos vivos, inclusive considerando el papel del agua tambin una energa por s sola (Tundisi, 2003). El aumento de la productividad resulta de la mejora de las condiciones de cuidado y de planificacin en las cuales la actividad productiva se realiza, bien como el perfeccionamiento de las especies debido a la seleccin gentica de las aptitudes productivas, aliado al dominio de las condiciones en las cuales se realiza el perfeccionamiento. Por lo tanto, aumenta la exigencia de la cantidad y regularidad de acceso al agua. Otro aliado, en este proceso es el uso de tecnologas que aumenta la eficacia del trabajo, permitiendo cultivar mayores reas, cuidar a mayor nmero de animales donde el agua es esencial. Todava, lo que mejor se destaca es la intensidad de la actividad, con mayores exigencias sobre los recursos naturales en un mismo espacio. La actividad humana busca sustentar, regular o ensanchar las condiciones ambientales bajo las cuales las plantas y los animales crecen y se reproducen. Los agricultores poseen un conocimiento donde el nexo entre el retirado del suelo y su reposicin frecuentemente no logra una ecuacin adecuada. Estn bien difundidas las cantidades voluminosas de agua necesaria para la produccin de alimentos, con la intensificacin de las actividades y ocupacin del suelo, con diferentes recursos para la multiplicacin de alimentos para suplir deficiencias de la humanidad. La tradicin del uso de las aguas de superficie o de pequea hondura (alcanzable sin el uso de equipos industriales) progresivamente viene alterndose en funcin del aumento y prolongacin del estiaje, de la disponibilidad de tecnologas y empresas de exploracin y de inversiones pblicas. Como consecuencia del crecimiento vertiginoso de la exploracin de las aguas subterrneas y de los indicativos de que la calidad del agua puede ser comprometida, la mejor alternativa tcnica y econmica parece ser el control efectivo de los factores y procesos que llevan a la contaminacin del agua. Por la lgica de la produccin para el mercado a cualquier costo es inminente un mundo en descontrol (Giddens, 2000), con reduccin a medio plazo de la calidad del agua y de los resultados de la actividad econmica. Importante subrayar que las fuentes de agua subterrnea tambin no son estticas, la contaminacin de determinada rea puede extenderse por una vasta regin de vasos comunicantes y quizs no sea posible discriminar el origen del contaminante. A pesar de la abundancia con que fueron abiertos pozos artesianos, todava con certeza, en la mayor parte de la regin, las reservas superficiales constituyen la principal fuente de agua para el consumo humano directo y para la utilizacin en las ms diversas finalidades agrcolas. La utilizacin de aguas subterrneas ha aumentado intensamente en Brasil y tambin mismo en reas rurales. Esta situacin se debe a la ocupacin de reas menos provistas de agua de superficie, la forma de lograrse agua mejor en regiones con incidencia de polucin, al enfrentamiento de estiajes peridicos o todava para viabilizar volmenes mayores de agua para irrigacin. En este sentido, en las palabras de Pretella (2002, 70) hay urgencia para un manifiesto colectivo en pro del agua, pues la agricultura (principalmente la irrigacin) absorbe una media mundial del 70
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% de las provisiones de agua, un porcentaje que aumenta para 80 a un 90 por ciento en los pases subdesarrollados (...), siendo que sistemas de irrigacin agrcola pierden en media un 40 por ciento del agua que consumen. Por tanto, proponer aumento de la productividad mediante el uso regular de agua trae el desafo de la recuperacin y de la proteccin a las fuentes. La visin de la disponibilidad permanente de las aguas, casi sin lmites, smase como una fuerte razn para presionar su acceso. Las aguas subterrneas, como recurso natural, ocurren en diverso niveles y extensiones en todas las regiones del planeta. Existen vasos comunicantes entre los diversos niveles de agua, ocurriendo una gradual alimentacin mutua. Cabe alertar para el hecho de que en algunas reas del sur del pas las iniciativas no lograron xito para acceder al agua subterrnea potable: rocas extensas y de difcil perforacin hasta medio kilmetro o aguas salobres impropias para el consumo. Esas aguas frecuentemente son utilizadas para abastecimiento domstico, para descanso de animales y eventualmente para irrigacin, siendo muy restricto el uso para recreacin y turismo. El recurso al uso de las aguas subterrneas sustituye la posibilidad de la canalizacin de aguas fluviales y tratadas, por los desdoblamientos implicados en esta alternativa (Tundisi, 2003). El uso, por lo tanto, se debe a su disponibilidad prxima al local de utilizacin, mayor control por la poblacin sobre la exploracin, bajo costo para la obtencin, bien como debido a la creencia de su calidad con ausencia de contaminacin. Los pozos perforados se presentan dentro de los padrones de potabilidad, sin embargo no existe un proceso eficaz de monitorear, menos todava un proceso de una discusin social sobre la vulnerabilidad a la que estn sometidas las iniciativas que implican en la ocurrencia de riesgos de contaminacin. En la agricultura familiar rige la comprensin de que los seores de la Tierra sern los seores del agua (Petrella, 2004, 29), que por su vez implica el dominio sobre todos los recursos naturales dentro de una propiedad agrcola. La presin poltica y la urgencia bajo las cuales son efectuados los proyectos de pozos artesianos, la distancia de objetivos con eficiencia y preservacin, mientras tanto el bajo costo es un elemento con presencia permanente. Los tcnicos que manejan los instrumentos de la perforacin a menudo desconocen cuestiones bsicas como el anlisis de los aspectos estructurales de la regin, del tipo de rocas perforadas, de la variacin de la profundidad y volumen de agua bombeada, del tipo de acufero, de las caractersticas fisicoqumicas del agua (Tundisi, 2003). La contaminacin de aguas subterrneas es un hecho importante por el cual la reserva general de recursos hdricos sufre deterioro. Determinar y debelar las causas fundamentales de los impactos en los ecosistemas acuticos de superficie o subterrneos es un desafo para la gestin ambiental y para armonizar el uso de la tierra con una perspectiva de uso racional del agua. Nace en este contexto la prioridad por el gerenciamiento integrado de recursos hdricos como problema socio-ambiental (Vargas, 1999), revelando que una relacin entre los recursos naturales, bien como la intimidad muchas veces despreciada entre las relaciones sociales y el medio ambiente. Posibilidades de contaminacin del agua: tcnica y factores humanos La crisis del agua en las estrategias de produccin de polticas pblicas necesita examinar las mltiples posibilidades de deterioro, entre las cuales se puntan cuestiones tcnicas y factores de la cultura local. Estamos delante de una paradoja que se traduce en la pista de calidad de vida y acceso a beneficios de los avances tecnolgicos y en la fabricacin concomitante y multiplicacin de riesgos (Herculano y otros, 2000), una vez que las fases de los riesgos se caracterizan como imprevisibles, imperceptibles, invisibles y artificiales. Esto significa que, con frecuencia, el saber laico queda para este lado de la capacidad de ponderar la gravedad de las circunstancias en las cuales los ciudadanos estn inmersos.
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Las principales formas de contaminacin de la regin en examen ocurren por residuos generales del uso de la tierra y en particular sucede de derrames de residuos resultantes de la creacin de animales de forma intensiva, del uso de productos qumicos en la produccin agrcola, contaminacin general del suelo, o disposicin inadecuada de residuos industriales, en fin la cloaca domstica. Si la recuperacin de aguas degradadas como en ros y lagos implica grandes gastos de recursos financieros y tecnolgicos, mucho ms incierta se hace la tentativa de debelar la contaminacin de aguas subterrneas. En principio, las aguas superficiales son ms susceptibles de polucin y las aguas profundas de los acuferos se encuentran ms protegidas de la contaminacin. En otros trminos es el reconocimiento de la influencia directa de las actividades agrcolas sobre la calidad del agua. Este deterioro tambin ocurre cuando a travs del agua de la lluvia o de irrigacin son acarreadas sustancias contaminantes a travs de depsitos de agua. Los micro nutrientes, en situaciones especficas de ciertas actividades agrcolas, se pueden concentrar o acumular en el suelo y por las vas comunicantes eventualmente alcanzar al agua, y algunas veces acarreados en probables procesos erosivos. En esta situacin emerge el desafo de desvendar en qu medida los mecanismos de manejar la naturaleza (fertilizacin, hormonas, secantes, agro txicos, etc.) implican tambin cambios para los seres humanos. Mucho aunque no sea el nico agente responsable por la prdida de la calidad del agua, la agricultura, directa o indirectamente, aporta para la degradacin de las fuentes, segn afirma Resende (2006). Esto puede darse por medio de la contaminacin de los cuerpos del agua por sustancias orgnicas o inorgnicas, naturales o sintticas y todava por agentes biolgicos, afirma el autor. Ampliamente empleadas, muchas veces de forma inadecuada, las aplicaciones de defensivos, de fertilizantes y de residuos derivados de la creacin intensiva de animales son tenidas como las principales actividades relacionadas a la prdida de la calidad del agua en las reas rurales. Los usos actuales son tambin nocivos como fuentes de polucin y contaminacin, no menos grave es la polucin de las aguas debido a los mega-creaciones de cerdos y pollos. Los ros, los lagos, las represas y los azudes pueden recibir grandes cantidades de nutrientes, principalmente en regiones de suelos desprotegidos. Juntamente con las partculas arrastradas por el agua durante el escurridor superficial o en otros procesos erosivos, los nutrientes presentes en la superficie del suelo son perdidos de las reas agrcolas y actuarn como contaminantes del agua. La gravedad de los efectos de la degradacin est relacionada tanto con los procesos, cuanto con la contencin, la intensidad, la persistencia y lo txico de las sustancias bioqumicas. Los usos de aguas contaminadas poseen repercusiones distintas sobre la salud del medio ambiente, y como consecuencia sobre la vida humana. Desde el punto de vista de la salud, el enriquecimiento del agua en fsforo (de los fosfatos) no trae mayores problemas, ya que se trata de un elemento en general requerido en cantidad por los animales. Mientras, este enriquecimiento puede traer algunos problemas en trminos de desequilibrio de ecosistemas, con consecuencias para la biodiversidad. Ya el nitrato es la principal forma de contaminacin del agua por las actividades agropecuarias, pues tiende a permanecer ms en solucin y como tal difundirse en el interior de la red porosa del suelo. Como tal representa riesgo para la salud del organismo humano. En este sentido, estamos en contacto con un gran desafo ambiental: compatibilizar en trminos innovacin tecnolgica para aumento de la eficiencia econmica, mediante la fertilizacin y la alteracin de tcnicas, y la concomitante reduccin de riesgos para la sustentabilidad de los procesos. El uso de fertilizantes y de agro txicos, bien como el exceso de defecacin resultantes de la creacin intensiva de animales, adems de contaminar la tierra y el aire, acaba por alterar la calidad del agua. En este sentido, adems de la dependencia de la industria, este manejo agrcola provoca el deterioro del ecosistema, con impacto ecolgico, econmico, social y sanitario. Muchas veces productos de la industria qumica que fueron utilizados para controlar enfermedades o plagas acarrearon un aumento de la productividad de alimentos y permiten la prolongacin de la expectativa de vida,
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bien como, por irona de la historia, se volvieron igualmente una amenaza a la biodiversidad y a la salud pblica. Se refuerza as tambin la necesidad de reorientar los productores de la regin, quines en la mayora de las veces poseen poca percepcin de los impactos negativos que puedan estar causando, para los efectos que las dosis de agro txicos puedan causar en la futura disponibilidad de agua utilizada para el consumo humano y de animales, as como para el propio suelo de la regin. Ora, en estas circunstancias un proceso de educacin ambiental, que ale saber laico y cientfico, posee un amplio campo de actuacin, sin desconsiderar las trampas que la lgica del mercado suscita. Precauciones visando la potabilidad delante de la crisis del agua La situacin en el rea investigada parece exigir un urgente avance en el campo institucional y tecnolgico, bien como en las prcticas sociales para medidas de recuperacin y de proteccin. Esto puede significar el debate pblico sobre la insercin de nuevas visiones sobre el uso del agua y medidas de gestin para preservar un bien pblico, bien como cuestionar posicionamientos de los sujetos sociales y la constitucin de la legitimidad de instancias decisorias. Las propuestas pensadas para la gestin del agua (Souza, 2004) pueden ser consideradas limitantes o insuficientes delante de una perspectiva inter disciplinar y que la complejidad de la temtica merece. La situacin encontrada entrega la pista de tcnicas innovadoras de proteccin y recuperacin de las fuentes de agua que son fundamentales en toda la regin. El anlisis del agua de los pozos artesianos para la verificacin de las condiciones de potabilidad, gan carcter de esencialidad mismo en la zona rural. Con el crecimiento de la exploracin y la consecuente expansin bajo el control de los usuarios existe la necesidad de adaptaciones de los terrenos vecinos para la disposicin de residuos y el manejo del suelo. El consumo de agua de pozos artesianos, para satisfaccin de la sed humana, se implementa tambin por la posibilidad de extraccin en condiciones de potabilidad. Cabe recordar que los pozos artesianos deben, adems de estar bien construidos dentro de normas tcnicas, pasar por mantenimiento peridico y anlisis de agua frecuente, pues adems de alejados de los grandes centros urbanos pueden presentar contaminaciones derivadas de fallas en la construccin o contaminaciones naturales a travs de los vasos comunicantes entre aguas superficiales y subterrneas no detectadas en una prospeccin. El riesgo del deterioro de la calidad del agua puede ser evitado o mismo reducido mediante algunas acciones gerenciales: monitoreo peridico e incluso exmenes de laboratorio, entrenamiento de agentes ambientales entre los propios usuarios, educacin ambiental, monitorear el uso de productos qumicos en las inmediaciones (pesticidas, herbicidas, fertilizantes), monitorear los residuos de la creacin de animales, cuidados con la reflorestacin a las mrgenes de los ros, prcticas agrcolas que reduzcan la erosin y aumenten la absorcin del agua de las lluvias por el suelo, planto directo e implementar curvas de nivel. stas y otras medidas de precaucin para mantener la potabilidad del agua requieren el debate sobre el espacio correspondiente en el que posibles conflictos ganan resolucin adecuada. Delante de la proximidad de los riesgos de deterioro de un bien imprescindible y en faz de la crisis del agua en un perodo reciente parece sin fundamento consistente la resistencia al debate y al monitoreo peridico de pozos artesianos. Adems la difusin de la crisis del agua potable o su escasez producen un nuevo horizonte para la comprensin mercantil de un recurso natural (Malta & Prestes, 1997). Por lo tanto, delante de la perspectiva de la valorizacin mercantil del agua parece ms que urgente el debate sobre la tipologa de los usos a fin de favorecer la gestacin de polticas pblicas, bien como definir la prioridad entre valor econmico y derecho de acceso universal. Las precauciones visando la potabilidad del agua delante de la crisis se insertan directamente en la tensin de empear las redes sociales de los grandes ideales definidos y promulgados por los ene-l@tina, Vol. 5, nm. 18, Buenos Aires, enero-marzo de 2007 htpp://www.iigg.fsoc.uba.ar/uelatina.htm

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cuentros internacionales sobre medio ambiente. En esto particularmente dos vertientes se contraponen y complementan: la hazaa de acompaar las exigencias del mercado y los proyectos prioritarios por la utopa ambientalista. La ambigedad trae al escenario el imperativo de pensarse la sustentabilidad como una pasin en movimiento (Ruscheinsky, 2004b), o tambin su reverso crear un movimiento que desarrolle la pasin por una sociedad sustentable. Desde estas consideraciones cabe enfatizar el cuidado del agua desde una perspectiva sociolgica, esto es, el proceso de legitimacin de las estrategias viendo la constitucin de polticas pblicas. Si hay el reconocimiento de que es posible disear los enredos de una crisis institucional y ambiental, parece bien menos evidente el translcido en el conflicto de las interpretaciones el reconocimiento de que estamos delante de una crisis de las mediaciones, de una laguna entre el propsito y la efectividad. La crisis de las mediaciones aqu referida se circunstancia por la fragilidad de la legitimidad de espacios pblicos de decisin y se agrava la medida de las redes de sociabilidad no poseen la satisfaccin de esos espacios institucionales. Legitimidad y distancia del debate colectivo en las instancias deliberativas La pesquisa de campo alcanz apenas la constatacin de la resistencia: comunidades de agricultores familiares resisten en reconocer medidas ms austeras de proteccin del agua potable ante las fragilidades de los riesgos inminentes, imperceptibles y abrangentes (Beck, 1998). Esto cuando ya no est consumada la contaminacin del depsito de agua, lo que impondra limitaciones al aprovechamiento del agua para el consumo humano. Los problemas ambientales acontecen del uso general de la tierra y del uso diversificado del agua todava carecen de mediaciones adecuadas para la resolucin de conflictos. Es probable que la cuestin del acceso al agua, a pesar de un tema que inspira una urgencia apremiante, tambin entre los agricultores familiares, por las razones arriba expuestas, todava no haya alcanzado espacio y legitimidad en la agenda de las luchas sociales del campo. En este nterin ganan relevancia los nuevos movimientos sociales en la lucha por el agua como derecho humano universal (Ruscheinsky, 2004a), en una sociedad donde la inclinacin es la transmutacin de todas las dimensiones en valor de mercado. Los agricultores al articular su agenda de intereses enfrente de las calidades culturales que persisten por constituirse en respuestas actualizadas delante de situaciones concretas. Es el caso del enfrentamiento de los sucesivos estiajes para cuya problemtica ni el poder pblico, ni las agencias de servicio pblico o foros de decisin sobre demandas colectivas consiguieron implementar una alternativa conducente. Es el caso de las justificativas del sentido exclusivamente econmico para el uso del agua, mientras las luchas sociales son capaces de desvendar otros significados contornando la lgica utilitarista. A medida que las luchas sociales se deparan con nuevas situaciones de necesidades emergentes o de degradacin ambiental, toman por base sus gramticas propias como referencias para interpretar los hechos de la sospecha de una nueva embestida del capital para el control del agua. Si en otros sectores, como es el caso del control sobre el proceso y el resultado de la produccin, las decisiones son tomadas distantes de su cotidiano, en lo que dice respeto a la apropiacin del agua hay resistencia para adherir a determinaciones adems de lo cotidiano. El proceso que enfatiza el agua como un derecho social y humano, arriba de los intereses particulares, crea sucesivamente arenas especficas de conflicto entre actores profundamente heterogneos, como por ejemplo, sectores productivos con premeditacin para explorar otras formas de acceso al agua potable, rganos de representacin sectorial, movimientos sociales, agencias estatales y organizaciones no gubernamentales. Sin embargo, estn patentes tambin articulaciones y cambios que, bajo la predominancia y el impacto de la globalizacin, implican en la fundacin de otros juegos de poder (Porto-Gonalves, 2006). La complejidad apuntada suscita la interrogacin si la agricultura
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familiar podr subsistir sin la adhesin a normas tcnicas, sin pasar por mantenimiento peridico y anlisis de agua frecuente cuyas determinaciones en gran parte estn fuera de su alcance. A partir de la Constitucin de 1988 proliferaron en diversas modalidades formas de gestin sobre polticas pblicas o de ordenamiento del uso de recursos naturales, entre otros aspectos. Las manifestaciones a travs de instancias deliberativas buscan desvelar la voz de actores sociales, en sus proposiciones, sus deleites y dilemas. De un lado, los avances institucionales pueden ser considerados un avance para la conquista de derechos de ciudadana en el sentido que expresen la voluntad poltica de los ciudadanos sobre determinados espacios y aspectos. De otro, conviene siempre interrogar sobre la apropiacin de las mediaciones una vez que ciertas circunstancias pueden revelar sujetos insuficientes (Pinto, 1999) para la gestin de espacios institucionales o agotados en la articulacin poltica de su campo poltico. En otros trminos, es la interrogacin sobre la posibilidad del problema del agua integrar la esfera pblica, bien como la prioridad que venga a asumir en esta agenda. La extensin de los actores sociales ambientales que integran instancias decisorias poseen cierta flexibilidad, para incluir un vasto arsenal de movimientos sociales con perfil de luchas socioambientales, desde la actuacin de Foros, Comits, consejos, sin desconsiderar sectores alojados en el campo institucional. El xito tiende a ser mayor en la misma medida en la que estas instancias se definan desde su propia representatividad social, por la caracterstica de la deliberacin y en la medida en la que crece su legitimidad para tratar el asunto que la poblacin considere relevante. Considerando que la participacin poltica en estas esferas de decisin tiende a ser de carcter voluntario o altruista gana relevancia el grado de adhesin, incluso subjetiva, a la temtica del acceso al agua potable. La reflexin que suscita el esfuerzo de la participacin se sustenta en la existencia de un ethos colectivo y una intuicin de que el campo de la poltica hace sentido. En estas circunstancias, la lucha por el acceso al agua potable gana nuevos contornos, sin que las demandas puedan diluirse en el entrevero entre entidades civiles y el poder pblico. Por la ptica de la difusin progresiva de la sociedad de consumo, que tambin afecta la agenda de las luchas sociales del campo, un gesto concreto de ciudadana (Acselrad y otros, 2004), capaz de producir efectos a corto plazo, se refiere al desarrollo de la capacidad para monitorear la calidad del agua y la defensa de un consumo ms racional del agua. De esta forma, se moderniza la mirada sobre los recursos hdricos y, por tanto, distancindose de una visin romntica de la naturaleza y de la mercantilizacin a cualquier costo de bienes naturales. Desarrollo de estrategias ante la crisis del agua Considerar aos seguidos de sequa y las consecuencias perversas para el desarrollo de la agricultura en funcin de las presiones del mercado en Rio Grande do Sul: pone en evidencia de manera inmediata, tanto la cuestin de la permanencia en la tierra, cuanto el acceso al agua en condiciones adecuadas. Las movilizaciones peridicas demandando auxilios financieros o subsidios gubernamentales inmediatos para suplir cuestiones puntuales para la proteccin de la ganancia generan una relacin tensa con propuestas de medio o largo plazo que implican otro posicionamiento frente a las consecuencias generadas por las cuestiones ambientales. El contenido de la tensin expuesta se encuentra difuso en el discurso y en la prctica social de los agricultores familiares. La ausencia de cuestionamiento de vnculos que arrastran la produccin agrcola a la circulacin general de mercaderas y de la legitimidad de modelo de produccin excluyente, integra la condicin de adherirse a la realidad. Por consecuencia, esta situacin genera el hecho de sucumbir y disponerse a producir para exportar a cualquier costo ambiental: an cuando no sea de uso intensivo el agua con irrigacin, dispersa la vida y el agua potable.
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El combate a la pobreza, a el hambre, a la desigualdad y a la sed en el mundo, bien como una produccin de alimentos saludables, por tanto, con menor volumen de riesgos, requiere resaltar el proyecto de otro mundo posible. Una propuesta de educacin ambiental puede generar una perspectiva de uso ms racional de los recursos hdricos: el agua potable es un recurso renovable, pero finito! Por tanto, monitorear y perfeccionar la gestin son imprescindibles para una garanta de acceso a un porvenir prximo. La temtica de la ecuacin de agua es tan relevante en cuanto a la cuestin de los cuidados con la tierra, la colaboracin del clima y la articulacin entre trabajo e instrumentos de trabajo. En este sentido, configura y muda el paisaje de los verdes campos, trazando los horizontes de la expresin de la riqueza de una regin o de una nacin. Algunos aspectos quedan por investigarse, teniendo entre ellos los cambios climticos y sus efectos y relaciones entre lo local y lo global, bien como la forma de las cuestiones locales y las globales estn conectadas en la agenda de los movimientos sociales. Las incertidumbres inherentes al desarrollo de la sociedad de consumo, la figura de nuevos riesgos a la vida humana y las alteraciones peridicas en el paisaje pueden ser el origen para propuestas por las cuales agricultores vengan a usufructuar otras fuentes de acceso y calificar el agua para un uso ms racional: dedicacin de atencin a la mata ciliar, no polucin, curvas de nivel, productos qumicos, agro ecologa, entre otros aspectos. Los conflictos socio ambientales, aunque no tengan un lugar destacado en las ciencias sociales, son capaces de enunciar un alerta: si las voces de los bienes naturales fundamentales a la vida no son odas por la presente generacin, si las prcticas sociales antropocntricas no son modificadas, esos clamores podrn desaparecer con mayor rapidez de lo que imaginamos. Los ciudadanos optimistas podrn declinar de la suerte consumista y de la sed infinita de deseos, bien como la historia puede dar razn a los pesimistas que anuncian la catstrofe ambiental. Lo que est de hecho en juego en el conflicto que envuelve el agua como un lquido finito y necesario, o la moneda del futuro, va ms all del futuro poltico, econmico, cultural de una nacin o del desarrollo regional. Se trata de escoger juntar el silencio del agua que crecientemente se ve contaminada, silenciosa, degradada y aparentemente desesperanzadamente con la osada de forjar estrategias eficientes de polticas pblicas. En la crisis del agua potable se sintetiza la palabra de aquellos ambientalistas y otros sectores sociales que poseen la conciencia de la urgencia de cambios que necesitan ser emprendidas a favor del agua y de la naturaleza sedienta de afecto y de cuidados.

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Congresos, reuniones, jornadas

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Tendencias y debates

NOTAS SOBRE LA HERMENUTICA FILOSFICA DE PAUL RICOEUR (1913-2005)


LAS PARADOJAS DEL TIEMPO, DE LA EXPERIENCIA Y DE LA MEMORIA MERCEDES KERZ*

I. Introduccin La obra filosfica de Paul Ricoeur se desarrolla de manera ininterrumpida desde su graduacin en la Universidad de Rennes en 1933 hasta su muerte en mayo de 2005. Es, sin duda, tan variada y compleja que resulta prcticamente imposible fijarse como objetivo su completo conocimiento. Esa imposibilidad se acenta cuando se considera que la premisa que atraves toda su obra acadmica fue la de componer, en grados superiores de complejidad, una cadena de significaciones en la que se tendra en cuenta la desviacin entre significaciones regidas por problemticas heterogneas (Ricoeur, 2005: 29). Sus escritos abarcan una amplia gama de cuestiones filosficas pertinentes a la teora de la historia, la filosofa del lenguaje, la tica, la teora crtica, la teora literaria, la filosofa analtica, la fenomenologa o a la interpretacin hermenutica. Adems, sent los primeros lineamientos para una sociologa del prjimo (Ricoeur 1954), una filosofa de la imaginacin (Ricoeur 2001), y para una fenomenologa del reconocimiento (Ricouer 2005). En La vie spirituelle, trabajo publicado en la revista Esprit en 1954, defiende la tesis de la necesidad de una sociologa del prjimo que traspase las fronteras de la sociologa como ciencia de las relaciones humanas en grupos organizados. Para el autor, no hay sociologa del prjimo porque, al menos, hasta ese momento, no se haba abordado el problema planteado por el mismo concepto de prjimo que, no es ni ms ni menos, que la conducta humana como manifestacin activa de hacerse presente. La parbola evanglica del Buen Samaritano le sirve para sentar las bases de esta sociologa de la accin. Es el significado contenido en esta parbola la que permite, para Ricoeur, convertir la historia relatada en paradigma de accin y, de esta manera introducir la razn de ser de tal sociologa. (1986: 33). En sus seminarios dictados sobre Ideologa y utopa en la Universidad de Chicago en el ao 1975, desarrolla la hiptesis referida a que tanto la ideologa como la utopa en sus recprocas necesidades son los conceptos constitutivos para el desarrollo de una filosofa de la imaginacin social. Por ltimo, en Caminos del reconocimiento analiza el problema del reconocimiento mutuo en tanto obrar humano intersubjetivo, puesto de manifiesto en la interseccin de memoria y olvido y de promesa y traicin.

* Mercedes Kerz. CONICET-Universidad de Belgrano Universidad de Morn

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Si a lo expuesto le sumamos que a partir de su compromiso con la fe protestante nunca descuid su preocupacin por el estudio de las cuestiones teolgicas1 se comprende por qu hasta el momento permanece an pendiente el desafo de analizar hermenuticamente la obra completa de este hermenutico autor. Proponemos analizar la interpretacin que Ricoeur hace de los problemas fundamentales de su tiempo y exponer los principales ejes analticos bajo los cuales enuncia, no siempre manifiestamente, estos problemas. Para ello consideraremos slo algunas de sus obras, ubicndolas dentro de su trayectoria acadmica en un recorte biogrfico, que aunque parcial, ofrece datos suficientes para explicar comprendiendo los intereses de este filsofo francs. Simultneamente, ambos objetivos tienen la finalidad pedaggica de dar a conocer algunos de los aportes filosficos de un autor que, al menos en Argentina, no ha alcanzado su suficiente divulgacin. Ahora bien, la enunciacin de los objetivos fijados nos obliga a aclarar ciertos aspectos. Como no es fcil encontrar en su obra una clara identificacin de los problemas histricos que motivaron su reflexin, debemos proceder segn nos ensea su hermenutica fenomenolgica, es decir, descubrir el vnculo profundo entre relato, vida y sujeto, entendido este ltimo como aquel modelo que interpreta la realidad vivida y modela su derrotero filosfico, sus amplios mbitos de preocupacin pero que, simultneamente, se independiz de su decisin de pensar haciendo. (Ricoeur, 1980) Situado el problema en su propio marco de reflexin, agregamos que es posible intentar dar cumplimiento a estos objetivos si, paralelamente, tambin tenemos en cuenta tres consideraciones de orden filosfico-hermenutico. La primera se apoya en la tarea que el mismo filsofo le asigna a la filosofa: volver a abrir el camino del lenguaje hacia la realidad (Ricoeur 1999: 46-47). La segunda consiste en su rescate de la interpretacin hermenutica como producto de la comprensin histrica (Ricoeur 2001: 26), y la tercera, en la contribucin del lenguaje a la filosofa de la accin y de la historia (Ricoeur 1988: 9-11). En definitiva, estas tres consideraciones pueden sintetizarse bajo el siguiente apotegma ricoeuriano: la interpretacin es el trabajo del pensamiento que consiste en descifrar el sentido oculto en el sentido aparente, en desplegar los niveles de significaciones implicados en la significacin literal (Ricoeur 2003:17). Como ltima argumentacin, es el mismo Ricoeur el que en su permanente defensa del texto como espacio de significacin autnoma de la intencin de su autor, nos termina dando razones suficientes para realizar este ensayo. 2. El camino especulativo Una biografa es el relato narrativo de una vida y, en tanto tal, es inevitablemente sesgada. El mismo Ricoeur en su Autobiografa Intelectual sostiene que la reconstruccin de un desarrollo intelectual tiene la misma autoridad que cualquier otra efectuada por un bigrafo distinto (Ricoeur 1997: 14). Es bajo esta premisa que encaramos la presentacin de su biografa acadmica. Estudi Filosofa en la Universidad de Rennes y se recibi en 1933. Al ao siguiente complet la maestra con una tesis titulada Problema de Dios en Lachelier y Lagneau. La elaboracin de esta tesis lo condujo a su encuentro con la filosofa reflexiva francesa vinculada al neokantismo alemn. Contina sus estudios en la Universidad de la Sorbona (1934-1935) durante los cuales conoce personalmente a Gabriel Marcel y se interesa por la fenomenologa filosfica de Edmund Husserl. Concomitantemente, en esos aos de preguerra, se ve influenciado por la filosofa cristiana de Mounier, los escritos de la revista Esprit, y por la militancia socialista de Andr Philip. Podemos decir que aqu comienza a materializarse esa permanente tensin entre fe y razn que ya hemos
1 Ricoeur en su Autobiografa Intelectual expresa el permanente estado de guerra intestina que vivi entre razn y fe; entre su vocacin religiosa y sus estudios filosficos. La metfora del armisticio en armisticio es la por l elaborada para traducir el sentido de este irreducible estado de beligerancia. (1997: 17)

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mencionado. La dimensin prctica de su conviccin religiosa lo llev al ejercicio del compromiso poltico a travs de su militancia en los movimientos juveniles protestantes de orientacin izquierdista e ideas socialistas. Durante la Segunda Guerra Mundial fue combatiente y prisionero de guerra. Durante su cautiverio intensific su lectura sobre Karl Jaspers. En su Autobiografa afirma le debo a Karl Jaspers haber puesto mi admiracin por el pensamiento alemn al abrigo de las desmentidas del entorno y del terror de la Historia, y aclara su total desconocimiento sobre las atrocidades de los campos de concentracin hasta su liberacin (Ricoeur 1997:22). Recibi su ttulo doctoral en 1950 con su tesis Lo voluntario y lo involuntario. Entre 1948 y 1956 se hace cargo de la ctedra de Introduccin a la Filosofa en Estraburgo, y desde 1956 a 1967 es profesor de Filosofa General en la Sorbona, la que deja para participar en el proyecto de creacin de la Universidad de Nanterre. Los seminarios impartidos en la Sorbona lo llevan a realizar una lectura exhaustiva de la obra de Freud, resultado de la cual es el libro De la interpretacin. Ensayo sobre Freud (1965). En esta obra ya est presente la idea ricoeuriana de un conflicto de interpretaciones rivales en que todas coexisten con igual derecho. Inscribe a Freud en una hermenutica de la sospecha junto a Feuerbach, Marx y Nietzsche y descarta toda interpretacin totalizante de tipo hegeliana. Ricoeur deja su puesto en la Sorbona para participar en el proyecto universitario Nanterre. Su compromiso con este proyecto obedeci a su conviccin sobre la necesidad de producir un cambio institucional sustantivo que combatiera el anonimato propio de la enseanza masiva en favor del establecimiento de relaciones educativas ms personalizadas. Acepta el decanato de la Facultad de Letras, y durante la revuelta estudiantil de mayo del 68 fue ridiculizado de viejo payaso y ttere del gobierno francs. Permaneci en su cargo hasta 1970. Reconvertida Nanterre en Paris X volvi a desempearse como profesor hasta 1981, ao en el que concluye su carrera docente. Desde 1954 tambin ense regularmente en universidades canadienses y americanas como profesor invitado. Muchas de sus publicaciones fueron producto de los seminarios impartidos en estas universidades. La metfora viva (1983) e Ideologa y utopa (1996), por ejemplo, fueron el resultado de los seminarios dados en la Universidad de Chicago en 1975. En La metfora viva nuestro filsofo se dedica a resaltar el carcter innovador de la metfora en el plano del sentido. La metfora es un significar ms, va ms all del carcter de ornato retrico para exhibir el poder creador de sentido que posee el lenguaje. Pero Ricoeur no slo da cuenta del sentido metafrico sino que aborda tambin la cuestin del carcter referencial de los enunciados metafricos. La verdad metafrica es heurstica no slo por ser un ver-como sino por significar un ser-como. El autor ve este ser-como del carcter referencial de los enunciados metafricos obrando, prioritariamente, en el lenguaje potico debido a que es este lenguaje el que mejor contribuye a la redescripcin de lo real (Ricoeur, 1997: 49). En definitiva, para el filsofo es el lenguaje potico el que mejor traduce la relacin del lenguaje con el mundo. Esta publicacin avala su reputacin como uno de los filsofos del lenguaje ms notables de nuestra poca. En la amplia obra de Ricoeur sobresalen sus contribuciones a la hermenetica contempornea dentro de la corriente fenomenolgica, asumiendo el carcter de teora de la comprensin en relacin con la interpretacin de los textos. Ricoeur en sus primeras obras, ubica el objeto central de la hermenutica en la cuestin del doble sentido que tiene su origen en la construccin verbal simblica para posteriormente, a partir de la influencia que ejerce en l Verdad y Mtodo de Gadamer, inclinarse por la hermenutica centrada en el texto, la accin y la historia. Finitud y Culpabilidad2 (1960) ya
Finitud y Culpabilidad incluye los ensayos de Ricouer sobre El hombre falible y La simblica del mal. En El hombre falible detecta el abismo existente entre el anlisis fenomenolgico de la voluntad neutra y el de la voluntad histricamente mala. Presta especial atencin al problema metodolgico del estatuto epistemolgico de la meditacin dedicada a la mala voluntad. Su hiptesis se afirma en la idea de que el sujeto
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contiene en germen lo que posteriormente llamara el injerto del problema hermenutico en el mtodo fenomenolgico (Ricoeur, 2003: 9), cuyo paradigma es la construccin verbal simblica. En esta obra, reflexiona sobre el problema del simbolismo y del significado de la pluralidad de tratamientos. Durante los aos sesenta y setenta participa en el debate abierto entre las filosofas del sujeto y el estructuralismo. La posicin epistemolgica de este pensador, a nuestro entender, defiende la necesidad de un proceso dialctico entre distanciamiento y mediacin. Distanciamiento con respecto al estructuralismo como modelo universal pero mediacin por apropiacin, de los anlisis estructurales genuinos y fructferos.3 Asimismo distanciamiento con respecto a su propia concepcin de sujeto pensante, actuante y sufriente y mediacin por la continuidad de su filosofa del sujeto que acta en el tiempo y en la historia (Ricoeur 1997: 39). Se distancia asimismo del estructuralismo en el mismo punto en que este cuestiona la nocin de sujeto como abstraccin objetivante, y ejerce su mediacin epistemolgica cuando le reclama a la filosofa reflexiva, la prctica de una instancia dialgica que evite ambiciones totalizadoras. La fragmentacin interpretativa surge, en consecuencia, como la sntesis producida entre distanciamiento y mediacin. Durante la dcada de los sesenta y bajo esta polmica, Ricoeur profundiza sus estudios sobre la filosofa del lenguaje. Se empea en fundamentar la idea de que la problemtica de la intersubjetividad y de la comunicacin surge gracias al simple fenmeno de la interlocucin incluida en la definicin del discurso. Con esta hiptesis, se sigue distanciando del estructuralismo en la medida en que este paradigma niega toda referencia de orden extra-lingstico. Su distincin entre sentido y referencia le permiti poner a la semntica en la posibilidad de apertura del discurso mismo al mundo. El lenguaje, para el autor, no es lenguaje en s mismo sino representacin simblica que, por otra parte, no es ms que la estructura simblica de la accin (Ricoeur 2001: 15) Como ya se ha dicho, Ricoeur, como hombre de fe, nunca dej de preocuparse por el significado y el sentido de los textos bblicos. Durante los aos setenta, su preocupacin por el lenguaje religioso fue significativamente en aumento. Analiz la diversidad de formas que puede adquirir este lenguaje como as tambin sus derivaciones en teologas diferentes. En La hermenutica del testimonio, Hermenutica de la idea de revelacin y Nombrar a Dios, todos de 1972, y en Manifestacin y proclamacin (1974), el anlisis del discurso bblico es el paradigma que aparece bajo la premisa de un dilogo sin confusiones entre hermenutica bblica y hermenutica filosfica. Los aos que separan estas obras de Tiempo y Narracin (1983) estuvieron determinados por el desarrollo de una nocin de texto como unidad central de discurso. El relato pasa a ser para Ricoeur el texto por excelencia. Redefine su primera concepcin hermenutica centralizada en el smbolo en tanto expresin de doble sentido para pasar a considerar al texto-relato como interpretacin de sentido que, independizada de la intencin del autor, abre su propio mundo referencial. As, por ejemplo, para interpretar Rey Lear no se necesita comprender la intencin de Shakespeare (Ricoeur 1997: 61) En consecuencia, la dialctica entre comprender y explicar el texto toma distancia de aquella concepcin diltheana que ubicaba la fase explicativa en el centro de la misma comprensin. En adelante, su frmula explicar para comprender mejor se reconvirti en su defendida y
solo se conoce a s mismo a travs de los signos depositados en su memoria e imaginado por las grandes culturas. En La simblica del mal, incluye su primera definicin de hermenutica. La entiende como desciframiento de los smbolos entendidos en doble sentido: Es el primer sentido, el literal o usual el que gua el develamiento del segundo sentido. Por ejemplo, Ricoeur, para su anlisis del fenmeno ideolgico, toma de Clifford Guertz el nfasis que este autor pone sobre la estructura simblica de la accin.
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fundamentada propuesta sobre el injerto hermenutico en la fenomenologa filosfica (Ricoeur 2003:9). Pero nuestro autor no se limita slo a la hermenutica del texto-relato sino que concomitantemente va acercando texto, accin e historia para terminar considerando la posibilidad de explicar comprendiendo la accin y la historia como textos inscriptos en el universo de la cultura. (Ricoeur, 1988; Ricoeur 1999) Adems, esta forma de entender el sentido de la interpretacin hermenutica, fundamentalmente en su inters por la accin humana y la historia, se vincula directamente con su preocupacin por el significado etico- pedaggico de sus propias reflexiones. Fiel al fundamento de la filosofa prctica, a la prognosis griega, su inters por la accin y la historia lo aproxima cada vez ms a los problemas propios de la filosofa moral y poltica. Sus ensayos La cuestin del Estado y la violencia; La filosofa poltica de Eric Weil; La vocacin del hombre poltico, como sus anlisis sobre los grandes conflictos de la sociedad industrial o su inclinacin por un socialismo con rostro humano, constituyen significativos ejemplo de su inters por una mirada tica de la filosofa reflexiva. Esta inclinacin se puede tambin entender como el producto de su permanente deseo por hacer convivible su tensin entre fe y razn. Es desde esta tensin que se compromete con una filosofa que reflexiones sobre todos aquellos problemas a la luz de una conciencia humana en continua interaccin entre fe y razn, porque es en la apora del Otro donde el discurso filosfico se detiene (Ricoeur 1996: 397). Para finalizar, en este sesgado camino intelectual, Ricoeur aborda estos temas a travs de lo que l mismo entiende como la metodologa del rodeo. Lo que generalmente hace Ricoeur son anlisis regresivos de la significacin para llegar a aqullas ms elementales. El soporte de esta perfrasis epistemolgica se cie a la misma concepcin sobre la funcin de la filosofa que el filsofo cultiva. Es un camino indirecto que resulta de la propia tarea que le asigna a la filosofa que consiste en proceder siempre a una recapitulacin crtica de su propia herencia (Ricoeur 1985:11). 3. Principales ejes analticos A pesar que Ricoeur se comprometi personal y profesionalmente con los asuntos sociales, polticos y culturales de sus das, es difcil hallar en su vasta obra un anlisis concreto de los problemas principales de su tiempo. Es por ello que, volvemos a insistir, constituye una ardua tarea particularizar cules son los conflictos angulares que nuestro pensador reconoce como prototpicos de su tiempo histrico. Sin embargo difcil no significa imposible. Podemos llegar a aprehenderlos si adoptamos como punto de partida, adems de lo expuesto en la introduccin, las ideas centrales que estructuran su fenomenologa hermenutica; su metodologa del rodeo y las cuestiones filosficas que fue abordando en sus ms de sesenta aos de trayectoria acadmica. La premisa en que se asienta esta triple posibilidad se desprende de la concepcin ricoeuriana que considera funcin de la fenomenologa hermenutica interpretar los fenmenos como experiencia de sentido y alcance de conocimiento. Para Ricoeur, la tarea principal de la filosofa es volver a abrir el camino del lenguaje hacia la realidad porque es el mismo lenguaje el que dice algo sobre algo (1988:9). Entre las ideas principales que rescatamos como puntos de apoyo para poder alcanzar nuestro objetivo, seleccionamos en primer lugar, la que considera que la interpretacin hermenutica es el resultado de la dialctica entre comprensin y explicacin cuyo sostn es el texto simblico que es tanto texto como accin e historia; en segundo lugar, su misma idea de accin como obrar humano y, por ltimo, la de horizonte histrico o cultural. 3.1 Movimiento dialctico de la interpretacin hermenutica El movimiento dialctico establecido entre explicar para comprender y comprender para explicar revela su precaria y fragmentaria sntesis en la interpretacin. El fenmeno de la interpretacin, a pesar de ser un encuentro conflictivo de muchas voces y, por ende, de muchas tradiciones epistee-l@tina, Vol. 5, nm. 18, Buenos Aires, enero-marzo de 2007 htpp://www.iigg.fsoc.uba.ar/elatina.htm

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molgicas, reedifica para Ricoeur, una cierta arquitectura de sentido o sentidos mltiples cuya funcin es en cada caso, aunque de manera diferente, mostrar ocultando. Esta tesis se completa con su concepto de estructura simblica en donde el smbolo constituye la razn de ser del injerto hermenutico en la fenomenologa. La lectura del smbolo significa entrever su doble estructura de significacin donde el sentido lineal directo, primario y literal designa por aadidura otro sentido secundario y figurado, que slo puede ser aprehendido a travs del primero (Ricoeur 2003:17. En definitiva, es en la interpretacin donde la pluralidad de sentidos se ponen de manifiesto y, reiterando una vez ms, hay interpretacin all donde existen sentidos diversos. El complemento obligatorio de lo expuesto es el taxativo rechazo de este pensador francs a todo intento de consagracin de un espectador absoluto del tipo hegeliano. No hay ningn conocimiento absoluto que se revele en la historia como espritu absoluto que retorna a su florecimiento, sino que es la conjuncin entre texto, accin e historia la que en sus procesos temporales permite el conocimiento que, al ser interpretativo, es siempre parcial y fragmentario. (Ricoeur, 1987). La interpretacin, dir Ricoeur, es un modo de discurso que opera en la interseccin de dos dominios; si por un lado, persigue la claridad del concepto, por el otro, espera preservar el dinamismo de significacin que el concepto sujeta y restringe. De ah, la imposibilidad de aquel espectador absoluto y pasible pues el dinamismo de la significacin, a pesar de estar sujeto al concepto, lo traspasa. (Ricoeur, 1980). Lo expuesto no puede conducir a una interpretacin del todo vale. La interpretacin para este pensador es un proceso, una tarea social incesante, desarrollada progresivamente en el marco del perspectivismo y el arbitraje de las hermenuticas. La construccin interpretativa ms probable es la que por una parte tiene en cuenta el mayor nmero de hechos provistos por el texto, incluyendo sus connotaciones potenciales y, por otra parte, la que ofrece una mejor convergencia cualitativa entre el principio de congruencia y el principio de plenitud. Todo esto bajo el axioma de que ningn discurso puede pretenderse libre de presupuestos y si ningn discurso puede estar radicalmente desnudo de presupuestos, al menos ningn pensador est eximido de explicitar los suyos. (Ricoeur, 1986: 8). Otro fundamento ineludible del doble juego hermenutico interpretativo entre explicar y comprender es la recuperacin de la idea aristotlica de razn prctica. El rescate de la razn prctica en tanto razn de actuar se justifica por su correspondencia con la funcin de mediacin simblica de la accin y por su misma capacidad de crtica. Lo expuesto nos conduce al desarrollo de otro de los argumentos ricoeurianos que elegimos como puntos de apoyo para entrever la posibilidad de identificar los conflictos que como signos de su tiempo, cruzaron explcita o implcitamente su reflexin filosfica. Antes de introducirnos en nuestra tarea es preciso hacer una salvedad. Todas las ideas extradas de sus planteos sobre la hermenutica de la accin deben considerarse parte de su fenomenologa hermenutica. La accin es texto objetivado y, como tal, escapa a su condicin de evento. 3.2 Accin como significante significado Una accin es significativa, para nuestro filsofo, cuando su importancia va ms all de su pertinencia a su situacin inicial permitiendo un tipo de objetivacin que es equivalente a la fijacin de un discurso por la escritura. (Ricoeur, 1985: 58; 54). Por ende, una accin calificada como cardinal es aquella que permite el desarrollo de una multiplicidad de significados que, en su interpretacin, son restaurados segn situaciones distintas a las de su contexto original. Con frecuencia suele citar Ricoeur aquella sentencia hegeliana pronunciada en La fenomenologa del espritu donde afirma que no son los jueces los contemporneos, sino que lo es la misma historia. Para su anlisis de lo que la accin significa no deja de tenerla presente. Desprende de ella que la accin humana permanece siempre como una obra abierta cuyo significado queda en suspenso, pore-l@tina, Vol. 5, nm. 18, Buenos Aires, enero-marzo de 2007 htpp://www.iigg.fsoc.uba.ar/elatina.htm

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que al abrir nuevas referencias y recibir una nueva pertinencia, los hechos humanos estn esperando nuevas interpretaciones que decidan su significacin. A travs de su metodologa del rodeo antes de abordar el significado de la accin como hacer que interviene en el curso de los acontecimientos del mundo (2005: 105), Ricoeur enriquece este concepto recurriendo al razonamiento prctico, para el cual, una vez ms, la filosofa griega, en particular el planteo aristotlico de razn prctica, se convierte en el antecedente de su concepto de accin. Adems esta misma metodologa lo lleva a abordar el planteo weberiano bajo la pregunta sobre qu es la accin social con sentido.4 Circunda a la vez este rodeo con su planteo sobre la necesidad de un anlisis regresivo que analice los discursos en los cuales el hombre dice su hacer haciendo abstraccin de alabanzas o censuras mediante las cuales califica su hacer en trminos de moralidad (Ricoeur 1988: 11) Retomando a Weber, dialogando con Habermas, especialmente a travs de su teora normativa del discurso, rescatando a Clifford Gueertz, entre otros, y apoyndose en su propia concepcin filosfica, termina afirmando que es el mismo simbolismo el que constituye la vida real socialmente significativa donde el lenguaje, en tanto representacin simblica, no es ms que la traduccin de la estructura simblica de la accin. (Ricoeur 2001: 15). En la introduccin de este trabajo, se expuso que fue Ricoeur el que sent los primeros lineamientos para una filosofa de la imaginacin. Sus estudios sobre ideologa y utopa se inscriben en esta direccin formando, a la vez, parte del campo de reflexin de su hermenutica de la accin. Ricoeur es el primero que desde Mannheim discute estas nociones dentro de un mismo marco conceptual. Plantea la relacin entre ambos conceptos para lo cual los diferencia de anteriores significaciones en las que la ideologa se contrapona tanto a la realidad como a la ciencia y la utopa se entenda como puro sueo o pura fantasa. La hiptesis que defiende se estructura en torno a la conjuncin de ambos fenmenos que tipifica lo que podra llamarse la imaginacin social y cultural y donde la dialctica entre ideologa y utopa puede arrojar alguna luz sobre la no resuelta cuestin general de la imaginacin como problema filosfico (Ricoeur, 2001: 45) El problema, entonces, lo plantea a nivel de la estructura de la accin humana en el seno de la vida social que no slo es concertada desde la figura del ver-como propia de la ficcin y de la historiografa, sino tambin desde las formaciones ideolgicas y utpicas. La visin interpretativa ricoeuriana se articula sobre el rescate interpretativo de la existencia de un juego recproco entre la ideologa que intenta legitimar en su identidad e integridad a las personas y los grupos, y la utopa, que arrojada hacia el sondeo de lo posible, expresa insatisfaccin con respecto al orden constituido. Para nuestro pensador, la investigacin sobre la ideologa y la utopa pone al descubierto sus atributos comunes. Uno de ellos es el alto grado de ambigedad que presentan cada uno de ellos. Ambos poseen un aspecto positivo y otro negativo, un papel constructivo y uno destructivo, una dimensin constitutiva y otra dimensin patolgica (Ricoeur 2001: 45-47). Un segundo aspecto se centra en el que las cualidades patolgicas de ambos fenmenos son las que surgen como sus constitutivos originarios. Ahora bien, para el autor, la funcin deformadora de la ideologa abarca nicamente una pequea superficie de la imaginacin social, del mismo modo que los sueos o ilusiones asignadas al fenmeno utpico solo constituyen una parte de nuestra actividad imaginativa en general. (Ricoeur 2001: 45).
4 Ricoeur sostiene que Weber entiende la accin social como un curso de accin en que cada individuo no slo tiene en cuenta la reaccin de los otros, sino que motiva su accin mediante smbolos y valores que ya no expresan solo caracteres de deseabilidad privados que se han hecho pblicos, sino que son ellos mismos pblicos (1985:121). En esta cita, Ricoeur, segn nuestra interpretacin, hace confluir la nocin weberiana de accin social con la de relacin social.

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De ah que, antes de ser consideradas deformaciones con respecto a y de la realidad haya que tener en cuenta que ambos conceptos forman parte de la estructura simblica de la accin que puede ser deformada. La pregunta que surge en consecuencia es la siguiente: cul es la funcin de la ideologa y cul la de la utopa con relacin a la estructura simblica de la accin social? No es objetivo de este trabajo realizar un estudio detallado de la funcin que ambos conceptos cumplen. Baste decir que la ideologa es constitutiva del sistema cultural y, por lo tanto, contribuye en su funcin de integracin a que el individuo y los grupos sociales puedan darse una imagen de s mismos, es decir, de representarse, de ponerse en escena, en el mejor sentido teatral de la palabra. (Ricoeur, 1985:158). Cumple, a su vez, con la funcin de hacer posible una entidad poltica autnoma al suministrar los necesarios conceptos de autoridad que le dan significacin (Ricoeur, 2001:55). La ideologa entra en accin porque ningn sistema de autoridad busca justificarse slo a travs de empleo de la fuerza, sino que requiere de consentimiento y cooperacin. En palabras de Ricoeur, la ideologa es la plusvala de la estructura de poder, la que debe superar la tensin que caracteriza el proceso de legitimacin, una tensin entre la pretensin a la legitimidad por parte de la autoridad y la creencia en esa legitimidad por parte de la ciudadana. (Ricoeur 2001:56) Encontrndose con la concepcin marxista de ideologa como deformacin, el autor arriba al anlisis de la patologa de la ideologa en el momento al exponer que la ideologa en su intento de asegurar la integracin entre pretensin a la legitimidad y creencia, termina transformndose en mecanismo de relevo de la plusvala y por lo tanto afirma justificando el sistema de dominacin existente en tanto tal. (Ricoeur 1985:163; 2001: 56) Al pasar al anlisis de la utopa se detiene en la idea central de no lugar que directa o indirectamente est presente en todos los planteos de los autores utpicos (-Moro, Saint Simon, Fourier-, entre otros). Ese no-lugar forma parte para nuestro autor tanto de la misma accin social o simblica como del espacio de la crtica social que ayuda a examinar la naturaleza de la vida social a travs de variaciones imaginativas en cuestiones tales como la sociedad, el poder, el gobierno, la familia, la religin. Es al nivel de este no lugar donde la utopa surge como contracara de la ideologa porque asume para s el espacio de reflexividad crtica del proceso social. En consecuencia, la funcin ms radical de la utopa est inexorablemente vinculada con la funcin ms radical de la ideologa. El punto decisivo de ambas est efectivamente en el mismo lugar, es decir, en el problema de la autoridad,-: si toda ideologa tiende, en ltima instancia a legitimar un sistema de autoridad, el recurso utpico es el que afronta el problema del poder mismo. Pero la patologa de la utopa se presenta en la posibilidad de evasin que est contenida en ella misma. Cuando se impone la lgica del todo o nada se pierde toda posibilidad de conexin entre el aqu de la realidad social y el otro lugar de la utopa. Esta disyuncin, sostendr Ricoeur, permite que la utopa evite cualquier obligacin de afrontar las reales dificultades de una sociedad dada (2001:59) De la hermenutica de la imaginacin, Ricoeur pasa a la hermenutica del hombre capaz, siempre dentro del marco ms amplio del injerto hermenutico en la fenomenologa de la accin. Su trabajo publicado bajo el ttulo Caminos del Reconocimiento inscribe el problema de la accin como reconocimiento de lo que el hombre es capaz de hacer. Ricoeur analiza el giro que se produce en la vinculacin entre sujeto y reconocimiento de responsabilidades-capacidades (2005:83-105) a travs de las decisiones que la accin implica. Esta accin se extiende, segn su metodologa del rodeo y su sistema de regresin, desde el rescate del sentido de la accin inserto en los hroes de la epopeya o en los personajes de la tragedia griega y la filosofa aristotlica de la accin hasta la pragmtica moderna. Hacindose eco del concepto de agency como capacidad de obrar que deviene en responsabilidad social, propuesto por Amartya Sen, -Premio Nobel de Economa en 1998-, se introduce en el anlisis del problema del reconocimiento de la identidad individual y social. Nuevamente presenta, dentro de la temtica del reconocimiento, los problemas surgidos en torno al rol de las mediaciones simblicas
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que la representacin ejerce sobre las prcticas sociales que, en definitiva, son-, para Ricoeur,- las que fijan el vnculo social y por ende las modalidades de identidades vinculadas a l. (2005: 143). El planteo normativo presente en esta temtica est en la superacin de la conciencia desgraciada que Hegel distingue como una de las etapas del espritu en la lucha intersubjetiva por el reconocimiento. Su intento de actualizacin de la anerkennung hegeliana es para poner en duda la misma idea de lucha por el reconocimiento para acceder a una experiencia efectiva, aunque simblica, de reconocimiento mutuo, segn el modelo del don ceremonial (Ricoeur 2005:161) En definitiva, ya no ser el vnculo entre ideologa y utopa lo que le preocupar dentro de la filosofa de la accin sino la relacin entre representaciones colectivas y prcticas sociales como forma de extender la idea de capacidades individuales -identidad individual-a la de capacidades sociales. El paso del problema de la categora prctica de la identidad como re-conocimiento del sujeto en s constituida por los valores de mismidad e ipseidad. (Ricoeur: 1996) a la necesidad de una teora normativa del reconocimiento mutuo, se transform en una de las postreras preocupaciones filosficas de la intensa y siempre actuante vida acadmica de Ricoeur. 3.3 Horizonte histrico o cultural Por ltimo, el tercer punto de apoyo que seleccionamos para alcanzar el objetivo de interpretar los problemas histricos que estn presentes en la reflexin de Ricouer, es el de horizonte histrico o cultural. Su concepcin acerca de la existencia de tal o tales horizontes se relaciona a la vez con su teora del texto y de la accin social como obrar humano. Su postulado se apoya en que la correlacin entre texto y accin se deja aprehender precisamente en el campo de la teora de la historia. El hecho de que la historia, es decir, la historia de los historiadores, suscite similares problemas e iguales debates que la teora del texto y de la accin son comprensible en tanto y en cuanto la historia es, sostendr Ricoeur, una forma de relato sobre las acciones de los hombres en el pasado (1985:88). Seguir una historia significa comprender un proceso de acciones, pensamientos, sentimientos que presentan direccin pero tambin incertidumbres. La historia nunca llega a ser predecible ni deducible; slo hay que seguir el proceso en el mbito de la incertidumbre y alcanzar interpretaciones que dejan abierta siempre la posibilidad de otras sobre esas acciones, sentimientos y pensamientos de los hombres que si bien estn situados en el pasado son interpretados desde el presente. Esta incertidumbre se refuerza, adems, cuando se considera que los contextos de crisis son propios de la contingencia histrica (Ricoeur 1985:91; 1986:21). Ahora bien, afirmar que la historia est dada por mediacin simblica o por los propios horizontes culturales, parece conducir a la afirmacin de que los seres humanos se encuentran inexorablemente atrapados en el crculo determinado por la propia cultura, -la clase social-, la herencia cultural o por la pertenencia nacional. Cabe entonces preguntarse cmo salir de este inexorable crculo hermenutico que a la manera de jaula de hierro parece impedir toda posibilidad de cambio, todo momento crtico?. Es en este punto donde Ricoeur acuerda con el planteo habermasiano sobre la viabilidad del instante crtico, donde se juega no slo la pertenencia sino la posibilidad de distanciamiento del sujeto de esta misma pertenencia. Apoya Ricoeur la idea de la no-determinacin del sujeto por la experiencia a travs de la misma dialctica entablada entre comprender y explicar. Si a esto se suma que la humanidad es, en el planteo del autor, irreductiblemente plural (Ricoeur 1986:23) y que la accin humana en tanto prctica nunca es una experiencia definitivamente adquirida ya que las mismas pretensiones, las mismas ilusiones, los mismos errores pueden repetirse en diferentes momentos de la historia (Ricoeur 1986:10), se entiende por qu la historia, vinculada con el tiempo a travs de la palabra o acontecimiento, constituye uno de los centros nodales de la preocupacin hermenutica de Ricoeur. Su concepto de tica como deseo de vivir bien con y por los dems en instituciones justas (Ricoeur 1997: 82) le permiti ampliar sus reflexiones al mbito de
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la filosofa poltica para pensar las paradojas existentes entre poder poltico, instituciones e idea de justicia. 4. Historia, accin, relato Retomando el objetivo expuesto podemos sostener que sobre el trasfondo del tiempo de guerra, del significado de los totalitarismos y de la difusin a escala planetaria de la praxis de la revolucin presenta su doctrina de la no-violencia bajo la desafiante pregunta: bajo qu condiciones el hombre no violento puede afectar nuestra historia? (1986:45).5 El Sermn de la Montaa es la premisa que como conviccin fundamental le permite introducirse en la reflexin sobre la no-violencia como posibilidad histrica. Para ello establece que, la primera condicin es atravesar, en todo su espesor el mundo de la violencia. Una filosofa de la violencia debe ubicar al Estado como foco de una concentracin y transmutacin de la violencia. Es, en tanto fenmeno poltico, por donde la violencia penetra en la zona del poder (Ricoeur 1986: 48). La violencia contiene directa o indirectamente la muerte del otro al menos su muerte o algo peor que su muerte. Es una carrera sin fin porque el hombre es capaz de muchas muertes, de las que algunas requieren que el moribundo sea retenido al borde de la muerte para saborear hasta el hasto muertes peores que la muerte (Ricoeur 1986: 49). Sobre la fisiologa de la violencia que es parte de la anatoma de la guerra, Ricoeur expone y defiende la idea de que la accin del no-violento sobre la historia se encuentra precisamente en que expone el momento negativo de la violencia. Si la historia es violencia, la no-violencia es por lo tanto la mala conciencia de la historia y, como tal, es simultneamente la esperanza de la conciencia en situacin histrica. Sostendr tomar en serio la violencia de la historia es ya trascenderla en el acto de juzgarla (Ricoeur 1986: 50) para luego agregar entiendo que hoy los no-violentos deben ser el ncleo proftico de los movimientos propiamente polticos, es decir, centrados sobre una tcnica de la reforma, de la revolucin o del poder (Ricoeur 1986: 53). Asimismo sus ensayos Estado y la violencia (1957) o La filosofa poltica de Eric Weil (1957) o La vocacin del hombre poltico(1959), aunque pueden ser ledos dentro de su primera hermenutica, del smbolo da que pensar, exponen el tiempo histrico en cuestin. Ricoeur sintetiza su pensamiento al respecto cuando afirma en su trabajo publicado por la revista Esprit6 en el ao 1959 que la crisis totalitaria es en cada hombre la destruccin del ciudadano responsable y activo, que es el fundamento de la democracia (Ricoeur 1986:116). Los aos sesenta estn presentes, por ejemplo, en las reflexiones de Ricoeur contenidas en El conflicto signo de contradiccin y de unidad que la Revista de Filosofa de Lovaina public en el ao 1974. Su planteo sobre los nuevos conflictos en las sociedades avanzadas reconoce de manera indirecta aquel subterrneo flujo histrico de los aos sesenta. Los traduce filosficamente como conflictos que van desde el agotamiento de las herencias tradicionales y el oscurecimiento de la norma hasta el reclamo utpico del cambio radical. La ausencia de un proyecto colectivo es la denominacin que Ricoeur da a la forma en que se exteriorizan los neo-conflictos en esas sociedades. Ms que una ausencia es un fenmeno de agotamiento debido a la manifiesta imposibilidad de esas sociedades para reinterpretar su herencia cultural. Fiel a su premisa hermenutica interpreta que una herencia solo es viviente en la medida que puede ser interpretada creativamente en las nuevas situaciones y, por lo tanto, sigue teniendo la capacidad de proyeccin hacia el futuro. (1985:135).

Los ensayos de Ricoeur sobre El hombre No-violento y su presencia en la historia o Etica y Poltica son producto de su reflexin durante los aos 50
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Revista Esprit. Ethique et politique N 27, 1959

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El agotamiento de las herencias culturales y el oscurecimiento de la norma conduce al recurso de la experiencia salvaje, que al anular lo existente, pretende un acto fundacional que parta de cero. Sin dejar a un lado su metodologa del rodeo y sus anlisis regresivo, sostiene como paso previo la necesidad de pensar juntas a la ideologa y la utopa. Primero, habra que hacerlo segn sus modalidades ms constructivas y sanas, es decir desde la funcin integradora de la ideologa y la utopa para, en segundo lugar, analizar sus disfunciones que como momentos de negatividad, segn la dialctica hegeliana, estn en el corazn mismo de stas. Sobre la base que le brinda el anlisis de la ideologa y utopa como categoras constituyentes del imaginario social, desprende del conflicto macro dos subtipos. A uno lo denomina ilusiones de la disidencia, mientras que al segundo tentacin del orden (Ricoeur 1985:135). La expresin ilusin de la disidencia supone que todas las instituciones son un nico aparato de poder y represin. La sociedad sintetizada as, solo puede producir una estrategia de enfrentamiento y polarizacin, destinada a manifestar el rostro represivo oculto tras cualquier mscara liberal (Ricoeur 1985:139). Al quedar la palabra cautiva del poder, solo permanece la accin singular de la violencia muda. Haciendo alusin a los jvenes de la dcada indcil sostiene que la juventud se aloja en la disconformidad desarrollando, de ah en ms, sus actividades por fuera de los mecanismos de la democracia formal, y de la estructura poltico partidaria y sindical. La disidencia en la disidencia termina siendo el resultado ms evidente. Por su parte, la tentacin del orden se alimenta del miedo y del odio. Es expresin del conflicto que inquieta a la clase media encerrada en una posicin defensiva. Haciendo alusin a la situacin paradojal que se da en una sociedad de consumo masivo, Ricoeur sostiene que lo contradictorio est precisamente en que aquellos que alguna vez cruzaron la frontera de la abundancia consideren esta situacin como un privilegio social adquirido amenazado por el menor signo de recesin y por la presin de capas socialmente inferiores. Para el filsofo francs, la defensa de los privilegios y la bsqueda obsesiva de la seguridad convierten a la ley y el orden en expresin poltica de ese miedo. En su evaluacin las democracias liberales ofrecen poca resistencia a tales amenazas (Ricoeur 1985:139). Finalmente, la debilidad de la democracia representativa frente a las diversas tentativas de democracia directa forma parte de aquel agotamiento de las herencias culturales y del ocultamiento de la norma exteriorizado en el neo-conflicto ausencia de proyecto colectivo. La tentacin a la democracia directa es, para nuestro autor, a la poltica lo que el mito de lo simple es a la tecnologa (Ricoeur 1985:141-142). La democracia directa es interpretada por Ricoeur como una fuerte tentacin de suscitar un cortocircuito de los procedimientos jurdicos e ir directamente a los tribunales populares. Es el medio para una reivindicacin salvaje sin representacin. Al perder el sentido de que la democracia es procedimiento, surge como terrible ilusin la posibilidad de una democracia sin intermediarios. Hacindose eco de las palabras de Hegel con respecto al fenmeno del terror de 1793, sostiene que una democracia de este tipo es sinnima de aquella furia de destruccin a la que aludi Hegel cuando durante el periodo jacobino de la Revolucin Francesa, la libertad se desarroll en sentido contrafctico a los marcos institucionales. Sobre el contexto de la difusin generalizada del socialismo y, particularmente sobre la base de la experiencia checoslovaca y yugoeslava, Ricoeur se inclina hacia el socialismo con rostro humano diferencindose de la experiencia del socialismo real encarnado en el sistema organizativo de la Unin Sovitica. Su mirada se dirige a encontrar argumentos que posibiliten la vigencia de una economa democrtica que, en sus palabras, pasara a constituir el problema de las dcadas por venir. Desde su no-vigencia temporal justifica la accin del educador poltico, -su accin-, ya no solo como crtico que se enfrenta a la injusticia y a la desigualdad, sino como maestro que prepara e inicia a los hombres para el ejercicio de la eleccin colectiva de esta responsabilidad (Ricoeur 1986:25)
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El socialismo es para el autor un humanismo que traduce el grito de congoja, la exigencia y esperanza de los hombres ms humillados (Ricoeur 1986:83). Por esto no se puede separar al socialismo de la solidaridad con el sector ms sub-privilegiado de la humanidad, con la miseria de los pueblos subdesarrollados. Precisamente la fuerza del campo socialista es la difusin y organizacin de un sentimiento de trabajo colectivo, donde la amistad ms all de las fronteras estatales de quienes trabajan y sufren, otorga el fundamento de pertenencia a una nica humanidad. Y, aunque la normatividad del planteo vaya ms all de la fuerza de su empiria, para Ricoeur forma parte de la funcin positiva de toda utopa, dado que sin utopa slo queda el triunfo del clculo y la tecnologa. Sobre el entusiasmo que le generan la organizacin de los consejos de productores en Yugoeslavia realiza, no solo en esta ocasin, una lectura marxista de la historia cruzada por la tensin dialctica de un humanismo securalizado, aunque no desacralizado, que resignifique el sentido de la historia, siempre y cuando ese sentido sea el comprendido dentro del horizonte de los significados. El marxismo en su interpretacin de la historia va ms all de la cerrada experiencia staliniana. Fue el stalinismo el que redujo su escatologa a una mera esperanza tcnica y por lo tanto el que cerr el planteo convirtindolo en dogmtico y claramente mecanicista. Si en su momento positivo, el socialismo es un humanismo tambin presenta la instancia de su negatividad. El peligro para el socialismo, sostendr el autor, es crear nuevos caminos que conduzca a la alienacin del hombre por el hombre. La experiencia histrica indica la progresiva declinacin del gran sueo de sus padres fundadores. Los aos ochenta-noventa lo encuentran a Ricoeur planteando el problema del sujeto hablante en el intercambio del yo, amo de s mismo con el otro a travs del planteo de la equiparable reciprocidad existente en el campo de la autonoma semntica del texto entre el autor del texto y el lector. Amplia su reflexin sobre la accin al planteo de la intersubjetividad que una filosofa de la accin debe elevar al plano de la razn prctica. El actuar integra, en una filosofa cada vez ms aprehendida como filosofa prctica una forma de ser-en-el-mundo, un acto de habitar. Este corrimiento de la hermenutica del texto hacia la del actuar humano pauta el anlisis de la funcin narrativa en su obra Tiempo y narracin. En trminos generales el libro plantea la hiptesis de que la funcin del relato como accin est en articular el tiempo para darle la forma de una experiencia humana. Adems, durante estos aos extiende su preocupacin al mbito de la filosofa poltica donde en un retorno a una re-interpretada sociologa del prjimo plantea la distincin entre dos tipos de otro, el t de las relaciones interpersonales y el cada uno de la vida en las instituciones. Sobre el re-conocimiento de los movimientos de gnero, de las minoras o conjuntos culturales minoritarios como uno de los problema tpico del tiempo de la globalizacin, sus textos se dirigen a reflexionar sobre el planteo de la identidad en el plano colectivo y en una dimensin temporal que comprende discriminaciones ejercidas contra esos grupos en un pasado que va ms all del proceso globalizador. Reserva la categora multiculturalismo precisamente para hacer referencia a las demandas del respeto igualitario que provienen de culturas efectivamente desarrolladas dentro de un mismo marco institucional (Ricoeur 2005: 220-221). Sus obras S mismo como otro y Caminos del reconocimiento estn escritas sobre este sustrato histrico. Sus planteos sobre una teora del reconocimiento que contemple el cambio del reconocer a ser reconocido para arribar a su propuesta del reconocimiento mutuo transitan el relato histrico de los acontecimientos temporales. El corrimiento de la identidad personal constituida por los valores de mismidad e ipseidad al reconocimiento de las capacidades y prcticas sociales le permiten a Ricoeur establecer un puente entre el reconocimiento de s y el reconocimiento mutuo como ncleo de las
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reconocido para arribar a su propuesta del reconocimiento mutuo transitan el relato histrico de los acontecimientos temporales. El corrimiento de la identidad personal constituida por los valores de mismidad e ipseidad al reconocimiento de las capacidades y prcticas sociales le permiten a Ricoeur establecer un puente entre el reconocimiento de s y el reconocimiento mutuo como ncleo de las capacidades reivindicadas por colectividades y sometidas a la apreciacin y a la aprobacin pblica (Ricoeur, 2005:143) Como sntesis de lo expuesto y aun ante el temor de ser reiterativo, recalcamos que es sobre la interpretacin hermenutica del sentido derivado del sentido literal (Ricoeur, 203: 17) que deben ser analizados estos textos para entender cmo el filsofo pasa del campo de la accin de los sujetos hablantes al de las capacidades relativas a la accin como hacer que acontezca que interviene en el curso de los acontecimientos del mundo (2005:105). 5. Conclusiones Corresponde hacer una ltima aclaracin como paso previo a la conclusin. Los temas abordados son solo sos: temas. Deben leerse como una limitada y, por qu no, arbitraria seleccin dentro de la amplia gama de preocupaciones presentes en la produccin filosfica de este autor. Son legtimas las dudas que pueden surgir en el lector de este trabajo, en particular cuando a pesar del esfuerzo realizado por mantener el enunciado de los problemas se constata la necesidad de una mayor profundizacin de cada uno de ellos para que la interpretacin se acerque ms a los principios de plenitud y congruencia reclamados por Ricoeur. Teniendo en cuenta lo anterior, una conclusin que cierre el trabajo terminara estando en las antpodas del planteo hermenutico riccoeuriano. De ah que slo expondremos algunas ideas que surgidas de la interpretacin de los planteos de este filsofo se independizaron de l y volvern nuevamente a independizarse en el lector que interprete este texto. En primer lugar su fenomenologa hermenutica reconoce incidencias tico-polticas porque abre el camino a la historicidad de la temporalidad de los acontecimientos. En segundo lugar, su parentesco con el personalismo filosfico subyace en el fundamento de su permanente necesidad de interpretar al mundo. En tercer lugar, sus reflexiones sobre el texto, la accin y la historia convierten a la vida misma y a su vida en fuente de interpretacin, en una interpretacin de interpretaciones. En cuarto lugar, su filosofa hermenutica es ella misma filosofa crtica porque a travs del juego entre comprensin y explicacin el autor alcanza la instancia crtica como obra del distanciamiento dialctico producido por la explicacin. Por ltimo, si hay una actitud que acompaa la reflexin filosfica de Ricoeur es su actitud pedaggica que lo conduce a ser un filsofo en estado de alerta. Lo que sus textos interpretan es un mundo como acontecimiento, un proyecto de mundo en el que podra habitar donde la dimensin ticopoltico desplegara sus posibles ms propios.

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Bibliografa

Ricoeur, Paul (1949) El hombre no-violento y su presencia en la historia, en Esprit, en Paul Ricoeur, Poltica, Sociedad e Historicidad, Docencia, Buenos Aires, 1986. Ricoeur, Paul (1954) La vie spirituelle en Esprit, en Paul Ricoeur, Poltica, Sociedad e Historicidad, Docencia, Buenos Aires, 1986. Ricoeur, Paul (1959) tica y Poltica en Esprit n 27, en Paul Ricoeur, Poltica, Sociedad e Historicidad, Docencia, Buenos Aires, 1986. Ricoeur, Paul (1984) La metfora viva, Edicin Europa, Madrid. (Primera edicin en 1975). Ricoeur, Paul (1985) Hermenutica y accin. De la hermenutica del texto a la hermenutica de la accin, Docencia, Buenos Aires. Ricoeur, Paul (1986) Poltica, Sociedad e Historicidad,. Docencia, Buenos Aires. Ricoeur, Paul (1987) Tiempo y narracin, Editorial Cristiandad, Madrid. (Primera edicin 1983) Ricoeur, Paul (1988) El discurso de la accin. Ediciones Ctedra, Madrid. (Primera edicin 1977) Ricoeur, Paul (1991). Finitud y Culpabilidad., Taurus,. Buenos Aires. (Primera edicin 1960) Ricoeur, Paul (1996) S mismo como otro,. Siglo XXI, Mxico. (Primera edicin 1990) Ricoeur, Paul (1997) Autobiografa intelectual, Ediciones Nueva Visin, Buenos Aires. (Primera edicin 1995) Ricoeur, Paul (1999).Historia y Narratividad, Paids, Barcelona. (Primera edicin 1978) Ricoeur, Paul (2001) Ideologa y utopa. Gedisa, Barcelona (Primera edicin 1996) Ricoeur, Paul (2003) El conflicto de las interpretaciones. Ensayos de hermenutica. Fondo de Cultura Econmica,. Mxico. Primera edicin en 1969 Ricoeur, Paul (2005) Caminos del reconocimiento. Editorial Trotta, Madrid. (Primera edicin 2004)

Bibliografa secundaria
Arendt. Hanna (1999) Los orgenes del totalitarismo. Taurus, Madrid. Habermas, Jrgen. (2000) La constelacin posnacional. Paids, Barcelona. Hobsbawn, Eric (1995) Historia del siglo XX 1914-1991. Crtica, Barcelona Hobsbawn, Eric (1998) Sobre la historia,. Crtica, Barcelona Lozaiga, Patricio (1996) Diccionario de pensadores contemporneos. Emec, Barcelona Mercedes Kertz, Notas sobre la hermenutica filosfica de paul ricoeur (1913-2005), en e-l@tina. Revista electrnica de estudios latinoamericanos, Vol. 5, n 18, Buenos Aires, enero-marzo de 2007, pp. 43-56. En http://www.iigg.fsoc.uba.ar/elatina.htm

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Resmenes RAPHAEL NUNES NICOLETTI SEBRIAN PTRIA E LIBERDADE, LUZ E VERDADE: A FORMAO DO IDERIO POLTICO DE AUGUSTO CSAR SANDINO Historicamente vinculado ao nacionalismo e ao antiimperialismo, o iderio poltico de Augusto Csar Sandino, em sua formao e desenvolvimento contou com uma expressiva carga de referncias religiosas. Este texto apresenta consideraes acerca de elementos pouco conhecidos do iderio de Sandino, que assumiram papel de destaque na elaborao da estratgia do movimento sandinista, e na imagem que o lder revolucionrio construiu a respeito de sua vida e de sua importncia para o povo nicaragense. Palavras-chave: Augusto C. Sandino nacionalismo antiimperialismo - Nicargua. Abstract: Historically linked to the nationalism and anti-imperialism, the political belief of August Cesar Sandino, in his formation and development counted on a lot of religious references. This text presents considerations about a little known facts of Sandinos belief, that assumed relieve in the making of the sandinist movement strategy, and in the image that the revolutionary leader made about your life and your importance to the Nicaraguan people. Key words: August C. Sandino - nationalism - anti-imperialism - Nicaragua. SILVIA ROITENBURD LA HORA DE AMRICA EN UN HORIZONTE DE REFORMA. SAL TABORDA:UN INTELECTUAL ALTERNATIVO Este escrito apunta a desplegar aspectos poco explorados sobre el movimiento reformista, en un perodo que se extiende desde el Centenario atravesando la llamada crisis de entreguerras hasta el golpe de estado de 1943. Propone dar cuenta de las especificidades vinculadas con el espacio en el que deton el conflicto: la Universidad de Crdoba en el escenario poltico local, del pas, en las condiciones dadas por el curso de la Gran guerra y el impacto provocado por la Revolucin Rusa. Ms all del acontecimiento dentro de la Universidad, dar cuenta de la presencia de un ncleo intelectual alternativo. Se centra el anlisis en la figura de Sal Taborda: su diagnstico negativo sobre el fracaso de Europa, la crisis del parlamentarismo y el avance de los autoritarismos. Asimismo su mirada crtica sobre el curso de la Revolucin Rusa, desde la expectativa que sta haba despertado en el ncleo ms radical del que participaba. A partir de las sugerencias de Jos Mara Aric, se despliegan algunos aspectos que refieren a su conexin con el pensamiento crtico de su poca y afinidades perceptibles en el enfoque de las especificidades Latinoamericanas que remiten a la obra de Maritegui. Palabras claves: Movimiento Reformista - Pensamiento crtico AMERICAS MOMENT AT A TIME OF REFORM. SAL TABORDA: AN ALTERNATIVE THINKER The purpose of this paper is to examine unexplored aspects of the reform movement, over a period that begins with the Centenary, goes through the interwar crisis and finishes with 1943s coup dtat. It proposes to explain specific events linked to the setting where the conflict exploded: the University of Crdoba on a local political scene and the impact the Great War and the Russian Revolution had on it. In addition to considering the events that took place in the University, the investigation shall focus on the presence of an alternative intellectual nucleus; by focusing on an analysis of Sal Taborda and of his negative opinion about the failure of Europe, the crisis of
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parliamentarianism and the upheaval of authoritarianisms. This paper will also analyze his critical reading of the Russian Revolution, based on the expectations it had awakened in the radical group he belonged to. Jos Mara Arics suggestions reveal Tabordas relationship with the critical thinkers of his time. Key words: Reform movement - Critical thought ALOSIO RUSCHEINSKY CONFLICTOS SOCIO AMBIENTALES, CRISIS DEL AGUA Y ESTRATEGIAS DE POLTICAS PBLICAS El acceso al agua en condiciones adecuadas se presenta como una de las condiciones imprescindibles al mantenimiento de la produccin en la tierra, para la insercin en el mercado y el crecimiento de la productividad. Todava, en el sur de Brasil la cuestin no alcanz un espacio legtimo para el debate necesario en la formulacin de polticas pblicas. En la medida que en la realidad ocurren nuevas situaciones de degradacin ambiental urge la necesidad de inventar una nueva gramtica con vistas a interpretar los hechos y gestionar el control social del agua potable. La pesquisa se confront con la fragilidad de los sujetos sociales en fase de una articulacin colectiva que ambicione incluirse en instancias deliberativas como consejos municipales del agua o del medio ambiente o comits de baca. Las posiciones sostenidas por los agricultores se sitan entre una supuesta garanta de la autonoma en cuanto a la determinacin del uso del agua y la frgil legitimidad en el trato de un bien pblico, con la garanta ante la diversidad de demandas. Palabras claves: conflictos sociales polticas pblicas - derechos. SOCIO-ENVIRONMENTAL CONFLICTS, WATER CRISIS AND STRATEGIES ON PUBLIC POLICIES Accessibility to water in adequate conditions is one of the necessary conditions to the maintenance of agricultural production, for economic insertion and the elevation of productivity. However, in southern Brazil, this topic did not reach a legitimate place on the agenda of the formulation of public policies. Considering the situations of environmental degradation, it is necessary to create a new grammar for the interpretation of such facts and to manage the social control of drinking water. The research faced the fragility of individuals towards a collective articulation for the insertion on deliberative instances such as the Water Council, Environment Council or the River Basin Committees. The farmers position stay between the alleged autonomy on water usage and the fragile legitimacy on the understanding of water as a public possession, which use must cope with a diversity of demands. Keywords: social conflicts - publics policies - rights. MERCEDES KERZ NOTAS SOBRE LA HERMENUTICA FILOSFICA DE PAUL RICOEUR (19132005). LAS PARADOJAS DEL TIEMPO, DE LA EXPERIENCIA Y DE LA MEMORIA El trabajo consiste en analizar la interpretacin que Ricoeur hace de los problemas fundamentales de su tiempo y exponer los principales ejes analticos bajo los cuales enuncia, no siempre manifiestamente, estos problemas. Se detiene en el anlisis de su vida acadmica en un recorte biogrfico que, aunque parcial, da datos suficientes para explicar comprendiendo sus intereses filosficos. A partir de tres consideraciones de orden filosfico- hermenutico sita el problema en su propio marco de reflexin. La primera descansa en la tarea que el mismo filsofo le asigna a la filosofa: volver a abrir el camino del lenguaje hacia la realidad. La segunda consiste en el rescate de la e-l@tina, Vol. 5, nm. 18, Buenos Aires, enero-marzo de 2007 htpp://www.iigg.fsoc.uba.ar/elatina.htm 58

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interpretacin hermenutica como producto de la comprensin histrica, y la tercera, en la contribucin del lenguaje a la filosofa de la accin y de la historia. Estas tres consideraciones se sintetizan bajo el apotegma ricoeuriano la interpretacin es el trabajo del pensamiento que consiste en descifrar el sentido oculto en el sentido aparente, en desplegar los niveles de significaciones implicados en la significacin literal. Palabras claves: lenguaje - accin - hermenutica NOTES ON PAUL RICOEURS PHILOSOPHICAL HERMENEUTICS. THE PARADOXES OF TIME, EXPERIENCE AND MEMORY This work consists of analysing Ricoeurs interpretation of the main problems of his time, and of showing the main analytical points through which he presents, not always in an explicit way, these problems. It gives special attention to the analysis of Ricoeurs academic life by referring to a part of his biography which provides enough information to explain by understanding his philosophical interests. Based on three philosophical-hermeneutic considerations, this work places the problem in its own frame of reflexion. The first one refers to the role that Ricoeur assigns to philosophy: to make use of language to reach reality. The second idea consists of giving the hermeneutic interpretation the value it deserves as a production of historical comprehension. Finally, the third one refers to the contribution of language to the philosophy of action and of history. These three points can be summarised in Ricoeurs maxim: interpretation is the product of thought which consists of making out the hidden meaning in the apparent meaning, and unfolding the signification levels included in the literal signification. Key words: language action - hermeneutic.

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Waldo Ansaldi, director, La democracia en Amrica Latina, un barco a la deriva, Fondo de Cultura Econmica, Buenos 2007 (582 pginas): ISBN 978-950-557-691-3
Desde la dcada de 1980 la revalorizacin de la democracia poltica ha estado acompaada de reflexiones tericas por parte de politlogos, socilogos e historiadores latinoamericanos. Sin embargo, el nfasis casi siempre ha estado puesto en lo institucional y no en sus condiciones de posibilidad y realizacin. La democracia en Amrica Latina, un barco a la deriva, se gest con el objetivo de realizar un anlisis integrador de las tres dimensiones de la democracia: la poltica, la social y la histrica. Fruto de un proyecto colectivo dirigido por Waldo Ansaldi, el libro expone las dificultades en la constitucin de los regmenes democrticos en Amrica Latina durante los dos ltimos siglos. Algunos de los trabajos se refieren a la regin en su conjunto; estudian el notable carcter no democrtico de sus burguesas, la relacin de la globalizacin con el desarrollo y la densidad nacional, la contradiccin entre desigualdad extrema y democracia, el forzado enlace de la democracia con el programa social y econmico del socialismo, la imprescindible renovacin de las formas clsicas de representacin poltica y los diferentes usos ideolgicos de las palabras democracia y revolucin. Otros artculos se restringen a casos nacionales; examinan la reconstruccin de regmenes democrticos en Argentina, Ecuador, Mxico y Uruguay; el compromiso del historiador y el tratamiento historiogrfico de los desamparados en Chile; el punto de vista de las ideas en Brasil y el registro simblico en Paraguay. Finalmente, se comparan los avances en la legislacin civil sobre la mujer en la Argentina y el Brasil, paradojalmente promovidos por dictaduras; la singular transicin centroamericana iniciada por actores de derecha y los logros, falencias y lmites de las democracias de los pases del Mercosur. En La democracia en Amrica Latina, un barco a la deriva diferentes autoras y autores latinoamericanos abordan la problemtica de la esquiva democracia desde distintas perspectivas tericas, con total libertad e independencia. Esta pluralidad de voces, en ocasiones contradictorias, compone un conjunto de anlisis rigurosos y exhaustivos destinados a impulsar un debate indispensable no slo en el mbito cientfico-social sino tambin en el poltico-prctico. Escriben: Joan del Alczar Garrido (Espaa), Waldo Ansaldi (Argentina), Alejandro Britto (Chile), Gerardo Caetano (Uruguay), Germn Carrera Damas (VENEzuela), Leonardo Cuzio (Mxico), Aldo Ferrer (Argentina), Virgnia Fontes (Brasil), Vernica Giordano (Argentina), Leonardo Mazzei de Grazia (Chile), Juan J. Paz y Mio Cepeda (Ecuador), Alfredo Pucciarelli (Argentina), Jos Rilla (Uruguay), Priscilla Rocha (Chile), Luca Sala de Touron (Uruguay), Lorena Soler (Argentina), Edelberto Torres-Rivas (Guatemala), Jos Luis Velasco (Mxico), Carlos Vivallos (Chile).
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JUAN CARLOS PORTANTIERO: EL COMPROMISO INTELECTUAL CON LA CULTURA SOCIALISTA*


JORGE LANZARO**

El viernes 9 falleci el socilogo argentino Juan Carlos Portantiero, una figura de proyeccin en su pas y en Amrica Latina, por su calidad intelectual, el compromiso con la poltica y una vocacin productiva por la cultura socialista. Echaremos de menos al Negro Portantiero, ese porteo buen mozn y elegante, nacido en 1934, que de chico vivi varios aos en Montevideo (siendo su padre gerente de Electrolux) y era buen conocedor del Uruguay. Armado de su pipa, irnico y distante - pero de afectos seguros - era hincha de Boca y experto en tangos, que canturreaba con Emilio de pola, uno de sus grandes compaeros. Portantiero fue en los 1950 cronista de cine y cultura de Clarn, adonde volvi como columnista de opinin hasta que la enfermedad pudo con l. Arranc de docente de la Universidad de Buenos Aires en los tiempos tormentosos de 1960 y 1970. Durante el exilio en Mxico ejerci su magisterio en FLACSO. De regreso a Argentina, ha sido catedrtico de Sociologa de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, de la que fue Decano en dos perodos (1990-98) y Profesor Emrito. Dirigi el Proyecto de Investigacin del PNUD sobre Democracia en la Argentina (2001-2002). Sus publicaciones son de referencia obligada. Estudios sobre los orgenes del peronismo (1971), que escribi con Miguel Murmis, obra aun vigente, que cruzaba armas con las interpretaciones del gran maestro Gino Germani. Los usos de Gramsci (1971) texto muy marcante Juan B. Justo, un fundador de la Argentina moderna (1999) o Estudiantes y poltica en Amrica Latina (1978), que incluye un discurso de Jos Pedro Cardoso de 1934, cuando era dirigente estudiantil. El tiempo de la poltica (2000) recoge artculos como Los socialismos del siglo XXI y Las apuestas de la democracia en Amrica Latina. Portantiero recibi dos veces el Premio Konex (Sociologa 1996, Ciencia Poltica 2006) y FLACSO lo design Doctor Honoris Causa (2006). Hace poco me dijo con su sorna habitual: si me dan tantos premios debo estar por morirme En el camino, busc siempre la intervencin poltica. Como miembro del PC, hasta que fue expulsado en 1963, de tanto llevar la contra. Pero mayormente como activista intelectual. A comienzos de los 1970 estuvo en las ctedras marxistas de la UBA, en contrapunto con las ctedras nacionales de los acadmicos peronistas. Junto al memorable Pancho Aric y sus cordobeses bo* Publicado originalmente en el semanario Brecha, Montevideo, 16 de marzo de 2007. Se reproduce con autorizacin del autor.
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** Instituto de Ciencia Poltica, Universidad de la Republica, Montevideo, Uruguay.

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Recordatorios

chincheros, orient Pasado y Presente (1963-1965, 1973-1974), una saga que hizo poca, trayendo las renovaciones del marxismo y las lecturas de Gramsci. Qued fundada as una sociedad personal y poltica duradera, que se acerc a las corrientes revolucionarias que despuntaron por aquellos aos en Argentina, continuando en el exilio de Mxico: donde los gramscianos argentinos mantuvieron los Cuadernos de Pasado y Presente (Siglo XXI), editaban Controversia y tenan un Grupo de Discusin Socialista, poblando de conversa y aoranzas el caf de la Librera Gandhi. De vuelta al pago acamparon en la Gandhi de la calle Montevideo, donde recalbamos los uruguayos, arropados por Jorge Tula, otro negro entraable, empedernido librero y socialista. Con refuerzos porteos, el grupo fund el Club de Cultura Socialista (1984), del que Portantiero fue presidente. A la usanza de los viejos ateneos, en pareja con La Ciudad Futura (1986), el Club es un centro calificado de debates y sociabilidad, con buena circulacin de nativos y extranjeros, incluyendo como manda Borges - algn amigo oriental. Las evoluciones tericas acompaaron los virajes polticos. En los 1960 y 1970 habr una aproximacin a los grupos marxistas radicales y despus a la izquierda peronista. En Mxico vendr el eurocomunismo, otra lectura gramsciana y el aprendizaje democrtico, afirmado de vuelta a la Argentina, con la incorporacin de las dimensiones republicanas y el liberalismo, en pasos polmicos que lo acercan a Alfonsn. Portantiero es as una figura representativa de sectores del socialismo argentino, apretado por el peronismo y el radicalismo, arrimndose pendularmente a uno u otro, en busca de opciones renovadas para la izquierda y las tendencias progresistas.

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Congresos, reuniones, jornadas

PRIMERAS JORNADAS NACIONALES DE HISTORIA SOCIAL La Falda (Crdoba, Argentina), 30, 31 de mayo y 1 de junio del 2007
Comit Acadmico: Dra. Nidia Areces, Dr. Fernando Devoto, Dra. Sandra Gayol, Dra. Mirta Lobato, Prof. Silvia Mallo, Dr. Carlos A. Mayo, Dr. Eduardo Mguez, Dra. Beatriz Moreyra, Dr. Jos Luis Moreno, Dra. Noem Girbal, Dr. Ricardo Salvatore. Comit Ejecutivo: Dra. Susana Aguirre, Dr. Osvaldo Barreneche, Lic. Silvano Benito Moya, Dr. Pablo Cowen, Mus. Roberto Crowder, Lic. Mara Alejandra Flores, Lic. Milagros Gallardo, Prof. Marta Goldberg, Dra. Mara Elena Infesta, Prof. Josefina Mallo, Prof. Silvia Mallo, Dra. Beatriz Moreyra, Dr. Osvaldo Otero, Lic. Gabriela Parra Garzn, Lic. Guillermo Quinteros, Dr. Fernando Remedi, Dr. Miguel Angel Rosal, Dra. Nora Siegrist. El Centro de Estudios Histricos Prof. Carlos S. A. Segreti y el Centro de Historia Americana Colonial de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin de la Universidad Nacional de La Plata, organizan las Primeras Jornadas Nacionales de Historia Social, que se desarrollarn en La Falda, Crdoba (Argentina), durante los das 30-31 de mayo y 1 de junio prximos. Estas Primeras Jornadas Nacionales de Historia Social tienen como objetivo fundamental establecer un balance de la investigacin y la produccin en el campo de la historiografa social de los ltimos 25 aos y promover la reflexin y el debate sobre el estado actual de este campo de la investigacin histrica, sus enfoques, perspectivas y potencialidades. Estas jornadas se proponen conformar un espacio de discusin e intercambio de las investigaciones dedicadas a la indagacin de las mltiples dimensiones de las realidades sociohistricas, analizadas desde distintos campos temticos y mediante diferentes metodologas y marcos interpretativos. Pero fundamentalmente, y de cara al futuro, aspiran a centrar el debate en la identidad de la historia social, ms all de la innovadora historia socio-cientfica de las dcadas de los 60 y 70, de los crecientes desafos externos, de las dudas internas sobre los principios bsicos del pensamiento socio-histrico, de los peligros inherentes a la autonomizacin del giro cultural y de ciertas manifestaciones idealistas del giro lingstico de los aos 90. Adems, esta instancia acadmica aspira muy especialmente a propiciar el conocimiento, dilogo, intercambio y nucleamiento entre investigadores dedicados al estudio de distintas facetas, perodos y espacios de las realidades sociales pretritas, que actualmente carecen de un foro de discusin e intercambio de experiencias disciplinarias. Anhelamos que este primer encuentro contribuya a superar el relativo aislamiento de los investigadores dedicados a la historia social y genere mecanismos de integracin a travs de programas de estudio o redes interinstitucionales que cristalicen en proyectos colectivos, superadores de una produccin historiogrfica atomizada. Funcionamiento de las Jornadas Las jornadas se desarrollarn en 12 mesas temticas dedicadas al anlisis de las problemticas sociales fundamentales vinculadas con la historicidad de las formaciones sociales. Adems, se realizarn dos Mesas Redondas a cargo de destacados especialistas. Mesas temticas Mesa 1: Historiografa, metodologa y fuentes de la Historia Social Coordinadores/as: Beatriz Moreyra (UNC): [email protected]
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Fernando Remedi (UNC): [email protected] Teresa Surez (UNL): [email protected] (a confirmar) Mesa 2: El tejido social americano: los grupos tnicos en interaccin Coordinadoras: Silvia Mallo (UNLP): [email protected] - Marta Goldberg (UNLu): [email protected] - Susana Aguirre (UNLP): [email protected] Mesa 3: Las condiciones materiales de vida (siglos XVI-XX) Coordinadores: Pablo Cowen (UNLP): [email protected] - Fernando Remedi (UNC): [email protected] Mesa 4: Iglesia y religiosidad Coordinadores/as: Miguel Angel Rosal (CONICET): [email protected] - Valentina Ayrolo (UNMdP): [email protected] - Milagros Gallardo (UNC): [email protected] Mesa 5: Familias, mujeres y gnero Coordinadoras: Blanca Zeberio (UNCPBA): [email protected] - Raquel Gil Montero (UNT): [email protected] Mesa 6: Culturas de elite y culturas populares Coordinadores: Leandro Losada (UNCPBA): [email protected] - Silvano G. A. Benito Moya (UNC): [email protected] Mesa 7: Leyes, justicia y violencia Coordinadores/as: Osvaldo Barreneche (UNLP): [email protected] - Lila Caimari (UDESA): [email protected] Mesa 8: Sociedades rurales de frontera Coordinadoras: Sara Mata (UNSa): [email protected] ; [email protected] - Mariana Canedo (UNMdP): [email protected] Mesa 9: El proceso de modernizacin: una mirada desde abajo. Experiencias, actores y representaciones sociales. Coordinadores/as: Ricardo Falcn (UNR): [email protected] - Dora Barrancos (UBA): [email protected] - Mara Alejandra Flores (UNC): [email protected] Mesa 10: La cuestin social: Estado, Iglesia y Sociedad Civil Coordinadoras: Beatriz Moreyra (UNC): [email protected] Susana Belmartino (UNR): [email protected] Mesa 11: El mundo de los trabajadores: espacios, actores, cultura y conflictos Coordinadores/as: Mirta Lobato (UBA): [email protected] Enrique Mass (UNCo): [email protected] Mesa 12: Grupos sociales, identidades y espacios de sociabilidad Coordinadoras: Silvia Mallo (UNLP): [email protected] Sandra Gayol (UNGS): [email protected] Mesas redondas Balances y Perspectivas de la Historia Social Dra. Nidia Areces (UNR) Dr. Fernando Devoto (UBA) Dr. Eduardo Mguez (UNCPBA)
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Historia Social y Ciencias Sociales: Una relacin inestable Dra. Noem Girbal (UNQ, CONICET) Dr. Jos Luis Moreno (UNLu, CONICET) Dr. Ricardo Salvatore (UTDT) Presentacin y admisin de los trabajos Los resmenes y las ponencias presentados sern formal y acadmicamente evaluados. Los organizadores y los coordinadores podrn reorientar los resmenes y las ponencias presentadas segn lo consideren ms pertinente. Trabajo: Los trabajos tendrn una extensin mxima de 60.000 caracteres con espacios, incluyendo citas y bibliografa, con fuente Times New Roman tamao 12, a 1,5 espacio, notas a pie de pgina y formato RTF. Debern ser enviados por correo electrnico a las direcciones de los coordinadores de las mesas temticas correspondientes, hasta el 30 de abril de 2007, indicando si necesitarn recursos audiovisuales para la presentacin. Se podrn presentar hasta dos ponencias por autor (incluye coautora). Slo se otorgarn certificados a los autores que expongan sus ponencias en las mesas y horarios que correspondan. La Comisin Organizadora se propone editar el CD del Congreso, por lo que es necesario respetar las normas editoriales y la fecha consignada para que las ponencias sean incorporadas. En caso que el autor desee que su trabajo NO sea incluido en el CD, deber manifestarlo expresamente cuando lo remita. Encabezamiento de resmenes y ponencias: El encabezamiento de los resmenes y ponencias deber incluir los siguientes datos: Mesa Sugerida (nmero y nombre de la mesa para la que se sugiere el trabajo) Autor/es-as (Apellido/s y nombre/s) Insercin Institucional (Universidad, Centro de Investigacin, Facultad, Dependencia) Situacin de revista (Cargo Docente, Investigador-a, Alumno-a) Direccin particular (postal completa y electrnica) Direccin institucional (postal completa y electrnica) Ttulo de la ponencia Resumen Inscripcin: Expositores: $ 70 - Asistentes: $ 25 (moneda argentina) Alojamiento: Para facilitar la participacin de todos los interesados estamos acordando con el Hotel de I.O.S.E., lugar donde se desarrollar el evento, una tarifa promocional para los asistentes. En una prxima circular informaremos sobre el costo del mismo y acerca de otras alternativas de alojamiento. Para consultas o dudas sobre las Jornadas contactarse a la siguiente direccin electrnica: [email protected] Tambin puede acceder a informacin sobre las Jornadas a travs de la pgina web del Centro de Estudios Histricos Prof. Carlos S. A. Segreti: www.cehsegreti.com.ar

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VII REUNIO DE ANTROPOLOGIA DO MERCOSUL VII REUNIN DE ANTROPOLOGA DEL MERCOSUR DESAFIOS ANTROPOLGICOS Porto Alegre, Brasil, 23 a 26 de julho 2007
A sede da VII RAM: Salo de Atos (abertura e conferncias) e prdios da Faculdade de Educao, Faculdade de Arquitetura, Faculdade de Engenharia, Faculdade de Economia, Faculdade de Direito, Faculdade de Administrao, Programa de Ps-Graduao de Sociologia Rural e no Museu Universitrio/UFRGS. Campus Central da UFRGS /Av. Paulo Gama, 110 - Porto Alegre/RS CEP: 90040-060 / Fone: (51) 3316.7000 GT 01 Antropologa Econmica y Ecolgica Coordenao: Alejandro Balazote (UBA-UNLu, Argentina) [email protected]; Maria Jos Reis (UFSC, Brasil) [email protected] GT 02 Estudos sobre engajamento militante e mobilizao coletiva Coordenao: Horacio Federico Svori. (CLAM/IMS-UERJ) [email protected]; Virginia Vecchioli (UBA, Argentina) [email protected] GT 03 Raza, cultura y nacin en el Mercosur Coordenao:Alejandro Frigerio (FLACSO/CONICET, Argentina) [email protected] Luis Ferreira (UnB/UFRGS, Brasil) [email protected] GT 04 Antropologia da Economia: perspectivas e interrogaes Coordenao: Alexandre Roig (IDAES/UNSAM) [email protected]; Diana N. O. Lima (NUCEC, MN/UFRJ, Brasil) [email protected] GT 05 Patrimnio e Cultura: processos de politizao, mercantilizao e construo de identidades Coordenao: Alicia N. G. de Castells (UFSC, Brasil) [email protected]; Mnica Beatriz Rotman (UBA, Argentina) [email protected] Debatedores: Vera Dodebei (DEMU/IPHAN, Brasil; Claudia Storino (DEMU/IPHAN, Brasil) ; Alejandra Saladino (DEMU/IPHAN, Brasil GT 06 Antropologia e processos institucionais de administrao de conflitos Coordenao: Ana Paula Mendes de Miranda (NUFEP/UFF, [email protected]; Sofia Tiscornia (UBA, Argentina) [email protected] GT 07 Violncia e Justia: questes tericas e etnogrficas em gnero e famlia Coordenao: Thephilos Rifiotis (UFSC, Brasil) [email protected] Santiago lvarez (CAS/IDES, Argentina) [email protected] Debatedora: Guita Debert (Unicamp, Brasil) GT 08 Violncia Estatal, Indigenismo e Povos Indgenas Coordenao: Cristhian Tefilo da Silva (Universidade de Braslia - Brasil) [email protected]; Lus Eugnio Campos Muoz (UAHC - Chile) [email protected] GT 09 Guaranes, empresas y Estado Coordenao: Felipe Berocan Veiga (UFF, Brasil) [email protected]; Ana Mara Gorosito Kramer (UNAM, Argentina) [email protected] Debatedores: Rubem de Almeida (RJ); Mara Ins Ladeira (USP) GT 10 Balano e perspectivas da antropologia da pesca no mercosul Coordenao: Brin G. Ferrero (Universidad de Misiones, Argentina) [email protected]
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Andrea Ciacchi (UFPB, Brasil) [email protected] GT 11 Amor, conjugalidades e parentalidades na contemporaneidade Coordenao: Anna Paula Uziel (IP/UERJ e CLAM/IMS/UERJ - Brasil) [email protected] Florncia Herrera (Universidad Diego Portales - Chile) GT 12 Educao Indgena: abordagens antropolgicas de processos escolares e no escolares de ensino e aprendizagem Coordenao: Antonella Tassinari (UFSC, Brasil) [email protected] Stella Maris Garca (Univ. Nacional de La Plata. Argentina) [email protected] Debatedora: Mariana Paladino (UFRJ, Brasil) GT 13 Patrimnio Cultural e Desenvolvimento Regional Coordenao: Arlete Assumpo Monteiro (UPO, Espanha) arlete.as@ gmail.com Marilda Checcucci Gonalves da Silva (FURB, Brasil) [email protected] GT 14 Poltica, Estado e Governo. Etnografia dos processos polticos. Coordenao: Beatriz Heredia (IFCS-UFRJ, Brasil) [email protected] Mauricio Boivin (FFyL-UBA, Argentina) [email protected] Debatedores: Fernando Balbi, John Comerford, Ana Rosato. GT 15 Antropologias Latino-americanas: sua insero internacional e a formao institucional dos antroplogos Coordenao: Carla Costa Teixeira (UnB, Brasil) [email protected] / Germn Soprano (Univ. Nac. de General Sarmiento e Univ. Nac. de La Plata, Argentina) [email protected] / [email protected] GT 16 Olhares histrico-antropolgicos sobre as fronteiras interiores na Amrica Latina. Coordenao: Maria Helena Ortolan Mattos (UFAM, Brasil) [email protected] Carlos Alberto Casas Mendoza (UASLP, Mxico) [email protected] [email protected]

GT 17 Migraes, Identidades e conflitos Coordenao: Maria Catarina Chitolina Zanini (UFSM, Brasil) [email protected]; Marta M. Maffia (Conicet, Argentina) [email protected] / [email protected] GT 18 Antropologia do Estado Coordenao: Cima Barbato Bevilaqua (UFPR, Brasil) [email protected] Mximo Badar (Universidad Nacional de San Martn, Argentina) [email protected] Debatedor: Piero de Camargo Leirner (UFSCar, Brasil) [email protected] GT 19 Antropologia das Emoes: relaes sociais e subjetividade Coordenao: Claudia Barcellos Rezende (UERJ, Brasil) [email protected] Mauro Brigeiro (Universidad Nacional de Colombia) [email protected] GT 20 Gnero, Cincia e Tecnologia: Desafios Contemporneos Coordenao: Marlia Gomes de Carvalho (GETEC, UTFPR, Brasil) [email protected] / [email protected]; Diana Maffa (UBA, Instituto Hannah Arendt, Argentina) [email protected] Debatedoras: Cristina Tavares da Costa Rocha (IEG/UFSC, Brasil) [email protected] Alejandra Roca (UBA, Argentina) [email protected] GT 21 Moda, corpo e aparncias na construo de identidades sociais na contemporaneidade. Coordenao:Brbara Guerschman (UBA, Argentina) [email protected] Dbora Krischke Leito (UFRGS, Brasil) [email protected]
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GT 22 Discutindo fronteiras grupais, tnicas e societrias na Amaznia Indgena Coordenao: Philippe Erikson (Paris X/Nanterre CNRS, Frana) [email protected] Denise Fajardo Grupioni (NHII/USP, Brasil) [email protected] GT 23 Antropologia do Esporte: prticas esportivas, lazer e corporeidades no Mercosul Coordenao: dison Gastaldo (Unisinos, Brasil) [email protected] Pablo Alabarces (UBA, Argentina) [email protected] GT 24 O Isl na Contemporaneidade: perspectivas identitrias/alteridade, migratrias e percepes do sensvel Coordenao: Francirosy C. Barbosa Ferreira (USP/FEFISA, Brasil) [email protected]; Silvia Montenegro (CONICET, UNR, Argentina) [email protected] Debatedora: Cludia Voigt Espnola (UFSC, Brasil) GT 25 Ciudadana, exclusin y diversidad sociocultural: nios y jvenes en contextos de socializacin Coordenao: Graciela Batalln (UBA, Argentina) [email protected], [email protected]; Ana Gomes (UFMG,Brasil) [email protected] GT 26 Translaes etnogrficas: Antropologia e Cincia. Coordenao: Guilherme Jos da Silva e S (UFRJ, Brasil) [email protected]; Adriana Stagnaro (UBA, Argentina) [email protected] GT 27 Antropologia das Migraes Internacionais Coordenao: Igor Jos de Ren Machado(Unicamp, Brasil) [email protected]; Beatriz Padilla (ISCTE, Lisboa) [email protected] / [email protected] GT 28 Etnias y nacin en Amrica Latina: historia y comparacin Coordenao: Ingrid de Jong (UBA, Argentina) [email protected]; Izabel Missagia de Mattos (UCG, Brasil) [email protected] GT 29 Cidades no mundo contemporneo: caminhos e tenses entre o social e o cultural. Segregao scio-urbana ou gesto da alteridade? Coordenao: Monica Lacarrieu (CONICET-UBA, Argentina) [email protected]; Laura Graziela Gomes (UFF PPGA, Brasil) [email protected] GT 30 Rituais, Performances e Dramas Sociais Coordenao: Liliane S. Guterres (UCS/Navisual/UFRGS, Brasil) [email protected]; Gustavo Blzquez (UNCrdoba, Argentina) [email protected] GT 31 Narrativas orais no Mercosul. Performance e experincia Coordenao: Luciana Hartmann (FSM, Brasil) [email protected]; Fernando Fischman (UBA, Argentina) [email protected] GT 32 Experincias Religiosas na Contemporaneidade: categorias, prticas, instituies e movimentos sociais. Coordenao: Marcia Contins (UERJ, Brasil) [email protected]; Francisco Franco Universidad de Los Andes (Mrida, Venezuela) [email protected] Debatedora: Edlaine de Campos Gomes (UFRJ, Brasil) [email protected] GT 33 Memria, Famlia e Relaes Geracionais Coordenao: Ricardo Iacub (UBA, Argentina) [email protected]; Maria Cristina Caminha de Castilhos Frana (Unilasalle, Navisual/UFRGS, Brasil) [email protected] / [email protected] GT 34 Polticas pblicas e antropologia nas reas de Direitos Humanos y Segurana Pblica
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Coordenao:Lana Lage de Gama Lima (Uenf , Brasil) [email protected]; Maria Victoria Pita (UBA, Argentina) [email protected] GT 35 Antroplogos e as interpretaes de intepretaes da mdia Coordenao: Nara Magalhes (NACI/PPGAS/UFRGS, Brasil) [email protected]; Sergio Caggiano (UBA, IDES, UNLP, CONICE, Argentina) [email protected] Debatedores: Maria Graciela Rodriguez (UBA, Argentina); Isabel Travancas (Casa de Rui Barbosa RJ, Brasil); Helosa Buarque de Almeida (TPCT, PAGU, Unicamp, Brasil);Sonia Maluf (UFSC, Brasil) GT 36 Cultura& Ciudad: la casa, la calle y el barrio en las etnografas urbanas Coordenao: Neiva Vieira da Cunha (UERJ; UCAM e LeMetro/IFCS-UFRJ, Brasil) [email protected] e [email protected]; Mara Carman (UBA y CONICET, Argentina) [email protected] GT 37 Tempos, memrias e Imaginrio. As construes da contemporaneidade Coordenao: Ana Luiza Carvalho da Rocha (UFRGS, Brasil) [email protected]; Llio Nicols Guigou (UDELAR, Uruguai) [email protected] GT 38 Prticas de Justia, Humanitarismo e Diversidade Cultural Coordenao: Manuel Alberto Jess Moreira (CEDEAD, Argentina) [email protected]; Patrice Schuch (NACI/UFRGS, Brasil) [email protected] Debatedores: Jaqueline Ferreira (Fundao Oswaldo Cruz, Brasil); Claudia Fonseca (UFRGS, Brasil) GT 39 Etnografia e traduo cultural em Antropologia Coordenao: Priscila Faulhaber (Museu Goeldi/Mast, Brasil) [email protected]; Pablo Wright (UBA/CONICET, Argentina) [email protected] GT 40 tica em pesquisa e trabalho de campo: possibilidades e dilemas Coordenao: Maria Epele (CONICET/UBA, Argentina) [email protected]; Rachel Aisengart Menezes (MN/UFRJ; CLAM/IMS/UERJ, Brasil) [email protected] GT 41 Olhando a partir do sul: antropologia visual a partir de um debate regional. Coordenao :Rafael Devos (UFRGS, Brasil) [email protected] Gastn Carreo (UAHC, Chile) [email protected] GT 42 Antropologia da Alimentao: dilogos latinoamericanos Coordenao: Renata Menasche (Pgdr/Ufrgs, Fepagro, Icaf-Brasil) [email protected]; Marcelo Alvarez (INAPL, Icaf-Argentina) [email protected] GT 43 Os J do Sul Coordenao: Juracilda Veiga (Fundao Nacional do ndio, BrasiL) [email protected] / [email protected]; Robert Crpeau (Universidade de Montreal, Canad) [email protected] GT 44 Memria, Identidade e Patrimnio Coordenao: Maria Rosa Catullo (Univ. Nacional de La Plata, Argentina) [email protected]; Ellen Fensterseifer Woortmann (UnB, Brasil) [email protected] Debatedores: Klaas Woortmann (UnB, UCG Brasil); Isabela Tamaso (UFG, Brasil) GT 45 Estticas indgenas americanas Coordenao: Sergio Baptista da Silva (UFRGS, Brasil) [email protected]; Guillermo Wilde (UBA, Argentina) [email protected] GT 46 Tcnicas Corporais, performances e identidades Coordenao: Jos Bizerril (UniCeub, Brasil) [email protected]; Silvia Citro (UBA-CONICET,
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Argentina) [email protected] GT 47 Estudos antropolgicos do turismo Coordenao:Gabriela Campodnico (UDELAR, Uruguay) [email protected] lvaro Banducci Jnior (UFMS, Brasil) [email protected] GT 48 Etnografa das tramas polticas coletivas Coordenao:Marcelo Rosa (UFF, Brasil) [email protected]; Virginia Manzano (UBA, Argentina) [email protected] Debatedores: Lygia Sigaud. (MN, UFRJ, Brasil); Mabel Grimberg (UBA, CONICET, Argentina); Mara Ins Fernndez Alvarez (UBA, CONICET, Argentina) GT 49 Antropologia da medicina e da sade Coordenao: Zulmira Newlands Borges (UFSM, NUPACS/UFRGS, Brasil) [email protected] Susana Silvia Margulies (UBA, Argentina) [email protected] Debatedores: Daniela Knauth (UFRGS, Brasil); Sonnia Romero (UDELAR, Uruguai); Mabel Grimberg (UBA, Argentina) GT 50 Religio e Etnicidade: Debates contemporneos Coordenao: Vagner Gonalves da Silva (USP, Brasil) [email protected]; John Burdick (Syracuse University, EUA) [email protected] GT 51 Movimentos religiosos na Amrica Latina: tradio e mudanas Coordenao: Airton Luiz Jungblut (PUCRS-Brasil) [email protected]; Yamila Rovitto Barragan (Uruguai) [email protected] GT 52 Cuerpos, deseos, placeres y prcticas sexuales disidentes: Paradigmas tericos y etnogrficos Coordenao: Carlos Eduardo Figari (CONICET, GES/UBA, Univ. Nac. de Catamarca, Argentina) [email protected]; Maria Elvira Diaz Benitez (CLAM, UFRJ, Brasil) [email protected] GT 53 Antropologia das fronteiras: os processos transnacionais nas migraes latinoamericanas Coordenao: Alcinda Cabral (Universidad Fernando Pessoa, Porto, Portugal) [email protected]; Mara Dolores Vargas Llovera (Univ. Alicante, Espaa) [email protected]

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8 CONGRESO NACIONAL DE ESTUDIOS DEL TRABAJO
PRE-CONGRESO de ASET UNIVERSIDAD NACIONAL DE JUJUY Facultad de Ciencias Econmicas

La Asociacin Argentina de Especialistas en Estudios del Trabajo convoca al 8 Congreso Nacional de Estudios del Trabajo, a desarrollarse del 8 al 10 de agosto de 2007 en la Facultad de Ciencias Econmicas de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Como ya es habitual en ASET los Congresos Nacionales son antecedidos por actividades locales previas denominadas Pre-congresos. Estos encuentros constituyen importantes mbitos de discusin sobre las problemticas regionales del trabajo, aportando al conocimiento sobre el tema y estimulando el intercambio entre investigadores, funcionarios y otros actores a nivel regional y local. Conforman un espacio para que los jvenes investigadores puedan comenzar a presentar sus trabajos
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en un marco de rigurosidad acadmica como el de ASET, como as tambin para que entren en contacto con investigadores ya formados de la regin. Al mismo tiempo los pre-congresos ayudan a difundir la existencia y las actividades de ASET en todo el pas. En este marco, se llevar adelante entre los das 28 y 30 de junio de 2007 el Pre-congreso en la Universidad Nacional de Jujuy, el cual se realizar en la Facultad de Ciencias Econmicas. Ejes temticos: Esta actividad tendr 6 ejes temticos: "# Tema 1: educacin, trabajo y empleo "# Tema 2: desempleo, subempleo y precariedad laboral "# Tema 3: polticas sociales, laborales y de seguridad social "# Tema 4: historia y mercado de trabajo "# Tema 5: pobreza, vulnerabilidad y exclusin "# Tema 6: trabajo agrario y empleo rural Se aceptarn contribuciones que no respondan estrictamente a estos ejes, siempre que estn vinculadas a las temticas recin sealadas. Fecha lmite: Pueden enviarse ponencias, junto con sus respectivos resmenes, hasta el da lunes 28 de Mayo de 2007. Las mismas sern evaluadas en cuanto a su calidad para poder ser expuestas en las mesas del pre-congreso. La aceptacin se comunicar va correo electrnico antes del 11 de Junio de 2007. Requisitos de presentacin: Resmenes Extensin: Una carrilla A4 Contenidos: Ttulo (deber ser el mismo de la ponencia) Autor/ es (nombre y apellido; correo electrnico) Pertenencia institucional (nombre, direccin postal) Desarrollo del resumen: deber constar el tema especfico, el enfoque y/o mtodo, fuentes de informacin utilizadas, y los principales resultados alcanzados. Palabras clave: hasta tres. Formato: Archivo .rtf; letra Times New Roman, tamao 12; espacio simple; ttulo en maysculas. Ponencias Extensin mxima: 25 pginas, incluyendo bibliografa, cuadros, etc. Contenidos: Ttulo Autor/es (nombre y apellido; correo electrnico) Pertenencia institucional (nombre, direccin postal) Desarrollo: deber constar el tema especfico, el enfoque y/o mtodo, fuente de informacin, etc. utilizados y los principales resultados alcanzados. Formato: Interlineado 1.5; tipo de archivo .rtf; letra Times New Roman, tamao 12; ttulo en maysculas. Envo Las ponencias, con el resumen en la primera pgina, deben ser enviadas por correo electrnico a [email protected], con copia a los siguientes tres correos [email protected]; [email protected]; [email protected] El nombre del archivo ser el/los apellido/s de los autores.
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Aranceles Los valores para la participacin en el congreso son: Expositores no Socios: $ 40 Expositores Socios: $ 25 Asistentes (no estudiantes): $ 20 Estudiantes de grado: $ 5 Difusin de las ponencias Las ponencias presentadas en este pre-congreso podrn ser difundidas en la pgina web de ASET. Cualquier consulta o comentario puede ser enviado a las mismas direcciones electrnicas ya mencionadas. Durante las prximas semanas, enviaremos otra/s circular/es ampliando la informacin. Comisin Organizadora Pre-Congreso ASET JUJUY: Liliana Bergesio, Csar Cabrera, Marisa Digin, Cecilia Fandos, Laura Golovanevsky, Mara Elena Marcoleri, Alfredo Ramrez Facultad de Ciencias Econmicas Universidad Nacional de Jujuy. Alvear 843 / CP 4600 / San Salvador de Jujuy / Provincia de Jujuy / Argentina ASET Asociacin Argentina de Especialistas en Estudios del Trabajo. Araoz 2838 / C1425DGT / Buenos Aires/Argentina/ Tel. (54-11) 4804 4949 / e-mail: [email protected]

LA UNIVERSIDAD COMO OBJETO DE INVESTIGACIN: DEMOCRACIA, GOBERNABILIDAD, TRANSFORMACIN Y CAMBIO DE LA EDUCACIN SUPERIOR UNIVERSITARIA
Tandil, Argentina, 30, 31 de agosto y 1 de septiembre de 2007
El V Encuentro Nacional y II Latinoamericano, La Universidad como objeto de investigacin, pretende profundizar la produccin de conocimientos sobre la educacin superior universitaria y la consolidacin de redes de investigadores e instituciones, como continuidad de las convocatorias realizadas anteriormente en la Universidad de Buenos Aires (1995,1997), Universidad Nacional de La Plata (2002) y Universidad Nacional de Tucumn (2004). Este espacio est destinado a investigadores, docentes, responsables de la gestin, graduados y estudiantes universitarios del pas y del extranjero interesados en el rea de la educacin superior. El nuevo Encuentro es organizado por la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires y se realizar en el Centro Cultural Universitario. (Calle Irigoyen 662. Tandil. Provincia de Buenos Aires. Repblica Argentina), . reas temticas: Mesa 1: Poltica, gobierno, gestin y poder Mesa 2: Economa y financiamiento Mesa 3: Investigacin del cambio organizacional y curricular Mesa 4: Investigacin y transferencia del conocimiento Mesa 5: Universidad y trabajo Mesa 6: Historia de la universidad: instituciones, disciplinas y sujetos Mesa 7: Polticas de evaluacin, acreditacin y prcticas institucionales
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V ENCUENTRO NACIONAL Y II LATINOAMERICANO

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Mesa 8: La institucin y los actores Contacto por E mail: [email protected] Para la reserva de alojamiento ingrese a la siguiente direccin: http://www.tandilviajes.com.ar, accediendo a la seccin Eventos del Men. Le aconsejamos realizar la reserva con la mayor anticipacin para asegurar la estada en Tandil durante los das de realizacin del Encuentro.

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XI JORNADAS INTERESCUELAS / DEPARTAMENTOS DE HISTORIA San Miguel de Tucumn, 19-22 de Septiembre 2007
Con motivo de las XI Jornadas Interescuelas / Departamentos de Historia, que organizadas por el Departamento de Historia de la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad Nacional de Tucumn- tendrn lugar en San Miguel de Tucumn entre el 19 y el 22 de setiembre de 2007, los organizadores de la Mesa 1, "Actores sociales, ciudadana y poltica en los Territorios Nacionales. La dinmica de los conflictos (siglos XIX Y XX)", del Eje 1, Actores sociales y relaciones de poder, ha dado a conocer la siguiente convocatoria. El objetivo de esta temtica consiste en convocar nuevamente a investigadores que trabajan Territorios Nacionales a debatir y aportar acerca de sus investigaciones ms recientes, continuando con la tradicin de las diferentes mesas sobre la temtica organizadas en las Jornadas Interescuelas precedentes (Salta 2001, Crdoba 2003 y Rosario 2005) orientadas al anlisis y discusin de los conflictos (polticos, sociales, institucionales, etc.) y su relacin con la poltica en los Territorios Nacionales creados por el Estado argentino. En esta propuesta, la intencin es aunar esfuerzos en el abordaje de los problemas sociales y polticos y en la reconstruccin historiogrfica de esta parte del pas, convertida, excepto una, en nuevas provincias argentinas luego de setenta aos, incluyendo el espacio que adquiri ese estatus recientemente, como es el caso de Tierra del Fuego (1991). Como el conflicto es, en sentido especfico, un enfrentamiento entre voluntades que pueden ser individuales o colectivas y que, en general, apunta a que se respete un derecho; creemos que la propuesta que presentamos puede convocar a todos aquellos que desde diferentes espacios realizan aportes a los estudios sobre el devenir de los actores sociales, de la articulacin con el poder poltico y de las acciones desplegadas en la adquisicin de sus derechos en los Territorios Nacionales. Resmenes: Los resmenes deben tener como mximo 200 palabras, donde se definirn con precisin tema y objetivos, tienen que escribirse en procesador Word y letra New Times Roman 12 a 1 espacio. Sern remitidos por correo electrnico a las Coordinadoras de mesa hasta el 31 de marzo de 2007. Ponencias: Fecha de envo: 20 de junio de 2007. Las ponencias tienen que remitirse a las Coordinadoras de la Mesa Temtica Abierta en una (1) copia impresa y un (1) archivo enviado por correo electrnico a las coordinadoras. La ponencia debe escribirse en procesador Word, con una extensin mxima de 20 carillas con las citas a pie de pgina, hoja A 4, letra Times New Roman 12 a 1 y espacio. La Comisin Organizadora propone editar un CD de las Jornadas por lo que es necesario que en esta fecha se cumpla por parte de quienes deseen que su ponencia sea incorporada.
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Presentacin Los resmenes y las ponencias incluirn en su encabezamiento los siguientes datos: SI NO AUTORIZO LA PUBLICACIN EN CD. XI JORNADAS INTERESCUELAS / DEPARTAMENTOS DE HISTORIA Tucumn, 19 al 21 de Setiembre de 2007. Ttulo Mesa Temtica Abierta N 11 Universidad, Facultad y Dependencia Autor /res/ras: (Apellido/s y nombre/s, Cargo Docente, Investigador/a, Alumno/a) Direccin, telfono, fax y direccin de correo electrnico.

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III CONGRESO INTEROCENICO DE ESTUDIOS LATINOAMERICANOS: POLTICAS DE LA DIVERSIDAD Y POLTICAS DE LA INTEGRACIN Mendoza. 3 al 5 de octubre de 2007
El Instituto de Filosofa Argentina y Americana (IFAA) de la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo convoca al III Congreso Interocenico de Estudios Latinoamericanos: Polticas de la diversidad y poltica de la integracin, a realizarse en la ciudad de Mendoza, Argentina, durante los das 3 a 5 de octubre de 2007. Paneles 1. Diversidad e integracin latinoamericana: distintos enfoques 2. Ciudades en Amrica Latina: un espacio de convivencia? 3. Modernidad y modernidades: un debate inconcluso reas Temticas 1. Democracia, sociedad civil y ciudadana 2. Amrica Latina en el nuevo escenario mundial 3. Perspectivas histricas: nuevos enfoques y metodologas 4. Teora y crtica de las ideas filosficas 5. Literatura y estudios culturales: evaluacin crtica y proyecciones 6. El mundo del trabajo en las sociedades contemporneas 7. La emergencia de los movimientos sociales y sus consecuencias 8. La movilidad de las fronteras: migraciones en los pases del Cono Sur 9. Problemas de gnero: propuestas tericas y estudios de casos 10.Discriminacin, conflictos y demandas de los movimientos tnicos 11.Debates y propuestas en torno a la educacin 12.Problemas del medioambiente en la regin La modalidad del Congreso ser bajo la conformacin de simposios. Para la realizacin se deber contar con un mnimo de 5 ponencias. Se invita a aquellos investigadores que deseen presentar simposios a proponerlos con fecha lmite el 30 de marzo de 2007. Sern responsables de cada simposio dos investigadores asociados a tal fin. Una vez aceptado debern recibir las ponencias y se comprometen a enviarlas en tiempo y forma a la Comisin Organizadora. Los proponentes del simposio sern responsables de la coordinacin durante la realizacin del evento. Debern enviar la
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direccin electrnica en la cual recibirn las ponencias y acusarn recibo de las mismas a los efectos de confirmar a los interesados su recepcin. Una vez terminado el proceso de organizacin se enviar a cada participante el programa definitivo. Los resmenes y las ponencias podrn ser presentadas en espaol o portugus. Presentacin de resmenes: fecha lmite 30 de junio de 2007 Extensin mxima 200 palabras, fuente Times New Roman 12, interlineado 1.5, con los siguientes datos: 1. III Congreso Interocenico de Estudios Latinoamericanos 2. Simposio sugerido de inclusin. 3. Ttulos del trabajo. 4. Nombre y pertenencia institucional del o los autores (no ms de dos). 5. Direccin electrnica de contacto. Presentacin de ponencias: Fecha lmite 31 de julio de 2007 Las ponencias debern tener el mismo encabezado que en los resmenes y tendrn una extensin mxima de 2500 palabras en hoja tamao A4, fuente Times New Roman 12, interlineado 1.5, incluidas citas a pie de pgina y bibliografa. Participantes Economistas, literatos, lingistas, historiadores, educadores, antroplogos, juristas, filsofos, gegrafos, artistas, cientficos, socilogos, politlogos, arquitectos, ambientalistas, arquelogos, escritores, comunicadores, etc. Aranceles: Expositores nacionales: $120 Primer autor: $120 Co-autor: $ 80 Ambos/as con derecho a diploma. Expositores extranjeros de Amrica Latina: U$S 60 Expositores extranjeros de otros pases: U$S 80 Asistentes: $ 60 Alumnos que acrediten la condicin de tal, nacionales y extranjeros: $ 20 Inscripciones en Secretara de Extensin Universitaria Telfonos (0054-261) 449-4097 Fax (0054-261) 438-0457 e-mail: [email protected] / [email protected] http://ffyl.uncu.edu.ar http://ffyl.uncu.edu.ar/ifaa Colaboran: Secretara de Relaciones Institucionales del Rectorado; Instituto de Integracin Latinoamericana-INILA; Centro de Investigaciones Interdisciplinarias de Filosofa en la EscuelaCiife; Instituto de Geografa, FFyL; Instituto de Cartografa, Investigacin y Formacin para el Ordenamiento Territorial- ICIFOT, FFyL; Instituto Multidisciplinario de Estudios Sociales Contemporneos-IMESC, FFyL; Centro de Estudios e Investigaciones Sociogeodemogrficas-CEIS, FFyL; Centre d'tudes des Littratures Franaise et Francophones-CELF, FFyL; Secretara de Extensin y Actividades Artsticas, Facultad de Artes y Diseo; Centro de Estudios Trasandinos y Latinoamericanos-CETYL, Facultad de Ciencias Polticas y Sociales (todos de la Universidad Nacional de Cuyo) e Instituto de Ciencias Sociales, Humanas y Ambientales Incihusa-Cricyt-Conicet

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ASOCIACIN DE HISTORIADORES LATINOAMERICANOS Y DEL CARIBE (ADHILAC) VIII ENCUENTRO INTERNACIONAL


BOLVAR UNA TRIBUNA PARA LA INTEGRACIN LATINOAMERICANA Caracas, 9-12 de octubre de 2007

La Asociacin de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC), con el auspicio del Ministerio de la Cultura de la Republica Bolivariana de Venezuela, convoca a su VIII Encuentro Internacional que tendr como lema Bolvar una tribuna para la integracin latinoamericana y como tema principal Los historiadores latinoamericanistas en defensa de la humanidad, en torno a cuyo enunciado se propone una reflexin sobre los problemas actuales de la historia y la historiografa latinoamericana y caribea en vspera de conmemorar el bicentenario del Movimiento Juntista que desencadenar el proceso de luchas hacia la emancipacin. Temario: En defensa de la memoria de la verdadera historia de los pueblos latinoamericanos. El proceso emancipador latinoamericano: valoraciones a doscientos aos de distancia. Historia del pensamiento integracionista: del Congreso Anfictinico a la Alternativa Bolivariana para las Amricas. La enseanza de la historia en Amrica Latina y el Caribe: Valores autctonos y formacin patritica. Lo autctono y lo universal en el pensamiento latinoamericano: valoraciones a doscientos aos del inicio de la lucha independentista. Historiografa latinoamericana y caribea, temas y problemas contemporneos. Teora y metodologa de la historia: propuestas a debate. Los retos de la globalizacin neoliberal, movimientos migratorios, mentalidades. Movimientos sociales y populares en la historia latinoamericana. Fronteras, etnicidad y conflictos regionales en la historia latinoamericana y caribea. La historiografa tradicional y local: realizaciones y perspectivas. Estudios de gnero en la historiografa latinoamericana y caribea. Procesos y fenmenos en la historia colonial de Amrica Latina y el Caribe. Las migraciones en la historia latinoamericana y caribea Vida cotidiana, mentalidades, identidad y diversidad en la historia de Amrica Latina y el Caribe. Amrica Latina y el Caribe en la historia de las relaciones internacionales. Poltica y sociedad en la historia latinoamericana en los siglos XIX y XX. Este encuentro Internacional tendr lugar del 9 al 12 de octubre de 2007 en la Biblioteca Nacional de Venezuela, Caracas, Cuna de la Independencia hispanoamericana. Los participantes contarn con 15 minutos para su exposicin, y debern entregar su ponencia y el resumen en formato electrnico. La cuota de inscripcin para los ponentes ser de 60 dlares y la de estudiantes y observadores 30 dlares. Para mayor informacin puede visitar la pagina Web de la ADHILAC : http://www.geocities.com/adhilac/ Para formalizar su inscripcin los interesados debern enviar los resmenes de sus trabajos, de uno o dos prrafos de extensin, antes del 1 de junio del 2007. Estas informaciones debern remitirlas a las siguientes direcciones:
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Sergio Guerra Vilaboy Secretario Ejecutivo de ADHILAC Casa Fernando Ortiz, L y 27, Vedado, Ciudad de la Habana, Cuba Telfs. 53 7 8233200 Fax 53 7 8329115. e-mail: [email protected] Grisbbmirey Sivira Biblioteca Nacional Parroquia Altagracia, Final Av. Panten, Edf. Sede, Cuerpo 3, Ap 4 Foro Libertador Telfs: 00 58 212 5059030-5059320 Fax 00 58 212 5642574 e-mail: [email protected] [email protected] Manuel Almeida Biblioteca Nacional Parroquia Altagracia, Final Av. Panten, Edf. Sede, Cuerpo 3, Ap 4 Foro Libertador Telfs: 00 58 212 5059030-5059320 Fax 00 58 212 5642574 e-mail: [email protected] - [email protected] Directiva Internacional de ADHILAC Presidente: Dr. Arstides Medina Rubio (Venezuela) e.mail: [email protected] Vicepresidentes Dr. Juan Paz y Mio Cepeda (Ecuador) e.mail: [email protected] Dr. Roberto Gonzlez Arana (Colombia) e.mail: [email protected] Dr. Alejo Maldonado Gallardo (Mxico) e.mail:[email protected] Dr. Jos Luis Bendicho Beired (Beasil) e.mail: [email protected]. Vicepresidentes alternos Dra. Teresa Aguirre (Mxico) e.mail: [email protected] Dra. Belin Vzquez (Venezuela) e.mail: [email protected] Secretario Ejecutivo: Dr. Sergio Guerra Vilaboy (Cuba) e.mail: [email protected] Vocales Dra. Norma de los Ros (Mxico) e.mail: [email protected] Dr. Pedro Pablo Rodrguez (Cuba) e.mail: [email protected] Prof. Beatriz Carolina Crisorio (Argentina) e.mail: [email protected]

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V JORNADAS INTERDISCIPLINARIAS DE ESTUDIOS AGRARIOS Y AGROINDUSTRIALES Buenos Aires, 7-9 de noviembre de 2007
Las instituciones convocantes invitan a participar en las IV Jornadas Interdisciplinarias de Estudios Agrarios y Agroindustriales a celebrarse en la Facultad de Ciencias Econmicas de la Universidad de Buenos Aires, los das 7, 8 y 9 de noviembre de 2007. o Centro Interdisciplinario de Estudios Agrarios (CIEA) del Instituto de Investigaciones de Historia Econmica y Social de la Facultad de Ciencias Econmicas de la Universidad de Buenos Aires o Instituto Nacional de Tecnologa Agropecuaria (INTA). o GESA - Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Comahue. o Centro de Estudios Histrico-Rurales (CEHR-UNLP)
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Congresos, reuniones, jornadas

o Programa I+D Continuidades y Cambios en la Argentina Rural del S: XX (UNQ). Presentacin Las Jornadas Interdisciplinarias de Estudios Agrarios y Agroindustriales constituyen un foro de discusin e intercambio de investigaciones vinculadas con las mltiples aristas del pasado y el presente del mundo rural argentino y sudamericano, analizados desde distintas pticas profesionales y mediante diferentes metodologas y marcos interpretativos. El acento puesto en la convergencia multidisciplinaria sobre el campo de lo agrario y agroindustrial hace que estas Jornadas promuevan la participacin de historiadores, agrnomos, socilogos, gegrafos, economistas, ambientalistas, antroplogos y de todos aquellos profesionales que individualmente o mediante grupos de trabajo puedan aportar diversas perspectivas y abordajes de los estudios agrarios en su ms amplia acepcin, en un marco de irrestricto pluralismo, haciendo del evento un mbito de debate fructfero y enriquecedor para todos los participantes. Dadas las modalidades organizativas y de funcionamiento que poseen las Jornadas, y sin que deba considerrselas excluyentes, se han elaborado algunas propuestas temticas bajo la forma de grandes ejes orientadores en torno a los cuales tiende a articularse la dinmica del evento. Sobre esta base, se solicita a todos los interesados en participar de las Jornadas que al momento de enviar los resmenes indiquen el eje en el que consideran pertinente incluir su trabajo (en caso de duda u ambivalencias se puede sealar un segundo eje). Este arbitrio, que introduce cierta homogeneidad temtica dentro de la diversidad, permite posteriormente al Comit Organizador disear los diferentes simposios mediante una ms armoniosa distribucin de las ponencias en bloques y subbloques, as como planificar con anticipacin la labor de los correspondientes comentaristas, a quienes volveremos a recomendarles la importancia de privilegiar la reflexin crtica sobre los nudos principales, poniendo en discusin aquellos aspectos y problemas comunes que se ventilan en cada simposio, por sobre el comentario puntual de cada uno de los trabajos. Finalmente, el Comite Organizador desea llegar con esta convocatoria a todos los potenciales interesados en participar de las Jornadas, para lo cual solicitamos vuestra colaboracin en hacer extensiva esta invitacin a todas las personas e intituciones vinculadas con la problemtica agraria y agroindustrial. Ejes tematicos indicativos 1- Historia agraria del perodo formativo del mundo rural: siglos XVIII y XIX. 2- Historia agraria y agroindustrial (de comienzos del siglo XX a la actualidad). 3- Recursos naturales y medioambiente. Sostenibilidad del desarrollo agrario. 4- Problemas demogrficos y de organizacin del territorio. Migraciones y nuevos espacios agrcolas. El concepto de ruralidad. 5- Actualidad de la estructura social agraria. La tendencia a la diferenciacin social. Estructura ocupacional. Empleo rural. Nuevas migraciones. Pluriactividad. Cooperativismo y otras formas asociativas. 6- La agricultura familiar capitalizada y tradicional. Agro, familia y gnero. 7- Evolucin y problemas de la agricultura y la ganadera. Las tendencias a la monoproduccin agrcola y el denominado proceso de sojizacin. 8- Complejos agroindustriales y relaciones intersectoriales. La concentracin en el sistema agroalimentario. Mercados y comercializacin. Anlisis de cadenas. Empresas agroindustriales. 9- Desarrollo regional y problemas de las economas no pampeanas. Transformaciones operadas durante los ltimos aos, problemas de reconversin productiva.
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10- Instituciones y polticas pblicas sectoriales. El rol del estado. La extensin y el desarrollo rural. Seguridad agroalimentaria. 11- La propiedad fundiaria y del capital en el sector agrario y agroindustrial. Procesos de extranjerizacin y concentracin econmica. Fondos de inversin y pools de siembra. La renta del suelo. 12- Globalizacin agroalimentaria, comercio internacional, bloques econmicos regionales y polticas agrarias (Mercosur, Nafta, ALCA, UE Pac). Problemas de insercin y competitividad en la economa mundial. 13- La tecnologa agropecuaria. Cambio tecnolgico. Innovacin, transferencia y adopcin de tecnologa. Trabas y limitaciones a la investigacin y desarrollo de tecnologa nacional. 14- Conflictos y luchas agrarias, movimientos sociales rurales, reforma agraria. Corporaciones agrarias, organizaciones campesinas y de obreros rurales. 15- La problemtica agraria y los pueblos originarios. Las organizaciones indgenas y la lucha por la tierra. Cronograma para la presentacin de abstracts y ponencias: o Fecha lmite de presentacin de abstracts: 1 de junio de 2007. o Fecha lmite de presentacin de ponencias: 1 de septiembre de 2007. Extensin de los resmenes y forma de presentacin: o Mximo de 200 palabras a espacio simple, letra Times New Roman 12.. Indicar ttulo de la ponencia, nombre y pertenencia institucional de los autores, eje temtico propuesto, direccin de correo electrnico. Los resmenes pueden ser enviados a la direccin del correo electrnico [email protected] en formato word o RTF. Extensin de las ponencias y forma de presentacin: o Mximo de 20 pginas a doble espacio, en hoja A4. Se presentarn dos ejemplares en papel y una versin en diskette en Word o programa compatible. Comite organizador: Mara Isabel Tort; Jos Pizarro; Gabriela Martnez Dougnac; Graciela Gutman; Noem Girbal; Blacha; Silvia Cloquell; Mnica Bendini; Eduardo Azcuy Ameghino Informes; Comisin Organizadora E-mail: [email protected] Direccin: CIEA-IIHES. Facultad de Ciencias Econmicas, UBA Av. Crdoba 2122. Piso 2. Ciudad de Buenos Aires / Telefno 4374-4448 Interno 6585

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2 ENCUENTRO DE INVESTIGADORES CIENTFICOS E INVENTORES SALVADOREOS San Salvador, 24 y 25 de noviembre 2007
Objetivo General Crear un espacio para que los Investigadores Cientficos e Inventores Salvadoreos tengan la oportunidad de presentar sus trabajos de investigacin cientfica a las comunidades cientfica, estudiantil, acadmica, profesional e intelectual de El Salvador y pblico en general. Objetivos Especficos
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Difundir trabajos de investigacin cientfica que impliquen un aporte al desarrollo de la Investigacin Cientfica e Invencin en el pas. Promover la discusin, el intercambio acadmico y la cooperacin entre los mismos investigadores y entre los investigadores con los participantes al Encuentro. Establecer vnculos para lograr la integracin y colaboracin entre los cientficos e inventores salvadoreos residentes en el exterior y los residentes en el pas; tanto a nivel institucional, pblico como privado. Hacer ver a las Instituciones pblicas y privadas la importancia de la investigacin cientfica para el desarrollo del pas y motivarlas a que apoyen econmicamente proyectos de investigacin. Promover la creacin de una red de colaboracin entre Instituciones acadmicas, cientficas y tecnolgicas que permita la ejecucin de actividades y proyectos de investigacin en reas vitales para el desarrollo del pas. Justificacin En El Salvador, actualmente no existen espacios que permitan la divulgacin de los proyectos de investigacin cientfica que se llevan a cabo en el pas. Ni tampoco se conoce a los investigadores que realizan estos proyectos. El Peridico Nuevo Enfoque se ha propuesto llenar este vaco realizando el Segundo Encuentro de Investigadores Cientficos e Inventores Salvadoreos. Este Encuentro Cientfico es una oportunidad valiosa para el intercambio de conocimientos y experiencias sobre proyectos de ciencia, tecnologa e innovaciones. Adems, es importante dar a conocer los resultados o productos del trabajo investigativo a la comunidad en general. Dirigido a: Comunidad cientfica, acadmica e intelectual, estudiantes universitarios, profesionales, empresarios y pblico en general interesado en el tema. Proyectos de investigacin: Se presentarn proyectos de investigacin relevantes en las reas de las Ciencias Sociales y Naturales. Se invitar a investigadores destacados a presentar los resultados de los proyectos desarrollados o que estn en curso. Actividades El Encuentro comprende varias actividades: ponencias, conversatorios, exposicin de inventos, feria de investigaciones cientficas, feria de revistas y libros cientficos, presentaciones de avances de investigacin. A continuacin se explica brevemente cada una de las actividades: Ponencias :Simultneamente y en diferentes salones se desarrollarn ponencias sobre temas de Ciencias Naturales y Sociales. Conversatorios: Se formarn mesas redondas con 1 moderador y 3 ponentes. Se discutir sobre un tema especfico de las Ciencias Naturales o Sociales. Exposicin de inventos :En una sala especial se exhibirn los diferentes inventos. Habr una persona encargada de explicar el funcionamiento de cada invento al pblico interesado. Feria de revistas y libros cientficos: En una sala se tendr una exposicin de libros y revistas cientficos sobre diferentes temas. Tambin habr venta de libros y revistas a precios accesibles. Presentaciones de avances de investigacin: Se presentarn los nuevos proyectos de investigacin que estn desarrollndose en el pas.
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Duracin: El encuentro se desarrollar en dos das, sbado 24 y domingo 25 de noviembre de 2007. Publicidad : El evento ser publicitado a travs de varios medios: afiches, radio, peridicos, cartas-invitacin, revistas universitarias, etc. Proyeccin en el futuro: En el corto plazo en los prximos encuentros se pretende invitar, adems de los investigadores cientficos salvadoreos residentes en el pas, a los investigadores destacados que residan en el extranjero. Visitas in situ: Algunos proyectos se podrn visitar en el sitio donde estn instalados y funcionando. Se facilitar gratuitamente el transporte a los interesados. Se tendr una programacin de visitas a los lugares de inters. Pgina Web: Estar disponible en Internet una pgina del Encuentro Cientfico donde se podr consultar la programacin de actividades, entrevistas a cientficos, hoja de vida de los investigadores, investigaciones relevantes, etc. Para mayor informacin: Apartado Ptal. 01-197. San Salvador, El Salvador E-Mail: [email protected] Pgina Web: http://www.libros.com.sv Tel:(503) 2218 4323

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IBEROIDEAS: FORO DE DEBATE VIRTUAL DE LA RED IBEROAMERICANA DE HISTORIA POLTICO-CONCEPTUAL E INTELECTUAL (RIAHPCI)
Durante estos ltimos aos, el campo de la historia poltico-conceptual conoce un renovado inters, que se traduce en la proliferacin de estudios histricos relativos a los lenguajes, conceptos, discursos y culturas polticas. Numerosos historiadores y cientficos sociales, conscientes de los estrechos vnculos entre historia y lenguaje, as como de la necesidad de aproximarnos a la visin que los actores del pasado tenan del mundo y de s mismos, estn favoreciendo el estudio conjunto e indisociable del pensamiento y la accin. Esta nueva perspectiva metodolgica tiende a favorecer un acercamiento entre diversas subdisciplinas acadmicas que hasta hace poco se mantenan relativamente alejadas, como la nueva historia poltica, la historia del pensamiento y de los conceptos, la historia social y cultural, la historia constitucional o la propia ciencia poltica. La abundancia y variedad de estudios relativos a algunas nociones clave de la modernidad nacin, individuo, ciudadana, repblica, liberalismo, derechos, representacin, opinin pblica, etc., constituye una prueba evidente de la vitalidad de los nuevos enfoques y de la colaboracin creciente entre especialistas de diversas reas del conocimiento. La Red Iberoamericana de Historia Poltico-Conceptual e Intelectual (RIAHPCI) se propone difundir las reorientaciones recientes que viene experimentado este amplio campo de investigacin, y favorecer las relaciones acadmicas entre quienes nos interesamos por esos temas en ambas orillas del Atlntico. El foro IberoIdeas busca as servir de vehculo para el intercambio y el debate entre los distintos enfoques y modos de aproximacin al campo de las significaciones, explorar y contrastar distintas vas que puedan servirnos para entender mejor cmo se modificaron histricamente los modos de comprensin de la realidad.

IBEROIDEAS: FORO DE DEBATE VIRTUAL DA REDE IBEROAMERICANA DE HISTRIA POLTICO-CONCEITUAL E INTELECTUAL (RIAHPCI)
O campo da histria conceitual vem atraindo um interesse crescente da comunidade acadmica, que se traduz na proliferao de estudos histricos relativos a linguagens, conceitos e discursos polticos. Historiadores e cientistas sociais, conscientes dos vnculos estreitos entre histria e linguagem, assim como da necessidade de nos aproximarmos da viso que os atores do passado tinham de seu mundo e de si mesmos, esto se voltando para o estudo conjunto do pensamento e da ao. Essa nova perspectiva metodolgica tem posto em contato disciplinas que at agora permaneciam relativamente isoladas, como a nova histria poltica, a histria do pensamento e dos conceitos, a histria social e cultural e a histria constitucional. A abundncia e variedade de estudos sobre noes chave da modernidade, como nao, indivduo, cidadania, repblica, liberalismo, direitos, representao, opinio pblica, etc, em sociedades ibricas e ibero-americanas, evidncia concreta da vitalidade desses novos enfoques e da colaborao crescente entre especialistas de diversas reas do conhecimento. A Rede Ibero-americana de Histria Poltico-Conceitual e Intelectual (RIAHPCI), atravs do foro IberoIdeas, se prope a difundir essas novas orientaes acadmicas e favorecer o intercmbio entre pesquisadores dos dois lados do Atlntico.

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CONOS, Revista de Ciencias Sociales CONVOCATORIA CONCURSO INTERNACIONAL DE ENSAYOS La produccin de ciencias sociales en Amrica Latina
La sede Ecuador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-Ecuador) convoca al concurso internacional de ensayos sobre La produccin de ciencias sociales en Amrica Latina. El concurso se realiza en el contexto de las celebraciones de los cincuenta aos del sistema FLACSO y de los diez aos de publicacin de conos, Revista de Ciencias Sociales. Temtica y objetivos del Concurso El certamen est orientado a motivar la reflexin sobre las condiciones de produccin de las ciencias sociales en Amrica Latina. Esto puede incluir discusiones sobre los siguientes aspectos: * Las condiciones materiales, intelectuales e institucionales de produccin de ciencias sociales en Amrica Latina. * Los distintos debates de las ciencias sociales con relacin a la sociedad, el Estado, los organismos multilaterales y otras instancias de decisin y poder. * Los procesos histricos y contemporneos de constitucin de los distintos campos (o disciplinas) en el interior de las ciencias sociales. * Las reflexiones epistemolgicas sobre la produccin de pensamiento social en Amrica Latina. Bases del Concurso Participantes: El concurso est abierto a investigadores(as) y acadmicos(as) de dentro y fuera de la regin preocupados(as) por esta problemtica. No podrn participar los miembros del Comit Editorial ni del Comit Asesor Internacional de la revista conos, ni tampoco los profesores(as) de la Sede Ecuador de FLACSO. Normas: Los ensayos debern ajustarse a la poltica editorial y a las normas de presentacin de originales de la revista conos. Debern ser trabajos originales, no publicados. Su extensin no ser menor a los 25.000 caracteres con espacios ni mayor a los 35.000. Si bien se trata de un concurso de ensayos se entiende que estos se basan en estudios de caso y en material emprico, y que tienen un sustento terico. Los ensayos pueden ser de uno o ms autores/as. Solo se receptar un trabajo por autor/a. Ver normas en: www.flacso.org.ec/html/iconos.html o solicitarlas a [email protected] Envo de ensayos y datos por correo: para participar, los y las interesados(as) debern enviar un nico paquete que contenga a su vez dos sobres cerrados y un CD, rotulados con pseudnimo, de la siguiente forma: Envo de ensayos: se enviarn tres copias del ensayo en un sobre cerrado, en el cual constar nicamente un pseudnimo del autor o autora y la palabra ENSAYOS. En los ensayos no deber constar el nombre del/la concursante. Las pginas de texto deben estar bajo el siguiente formato: numeradas, en letra Times New Roman de 12 picas, interlineado de un espacio y medio, y mrgenes de 2,5cm en cada lado; las pginas pueden estar impresas por ambas caras.

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Envo de datos: en otro sobre cerrado, ms pequeo, se incluir el Formulario de datos que la revista ICONOS exige a quien presenta originales a consideracin. Este segundo sobre se rotular con el pseudnimo del autor o autora y la palabra FORMULARIO. Ver formulario en http://www.flacso.org.ec/docs/formico.doc o solicitarlo a [email protected] Envo del texto en formato digital: en el paquete de envo se incluir un CD (disco compacto), rotulado con el pseudnimo, que contenga nicamente el texto del ensayo. Los envos se harn a la siguiente direccin: Concurso de Ensayos ICONOS, Revista de Ciencias Sociales Flacso-Ecuador La Pradera E7-174 y Av. Almagro Casilla 17-11-06362 Quito-Ecuador Propuestas por E-mail: podrn recibirse ensayos por correo electrnico, siempre y cuando se enven desde cuentas gratuitas de proveedores genricos (Yahoo, Hotmail, etc.). La identificacin de la cuenta (ID) estar a nombre del pseudnimo. Concluida la evaluacin del jurado, los(as) participantes que usen este mecanismo recibirn un mensaje de la revista pidiendo los datos del autor(a). En los ensayos no deber constar el nombre del/la concursante, solo el pseudnimo. Si el anonimato se perdiera por errores de envo del autor(a) el texto no podr ser evaluado. Las propuestas debern ser enviadas al e-mail de la revista conos : [email protected] Fecha lmite de recepcin: los ensayos sern recibidos por correo certificado o electrnico hasta el 30 de agosto de 2007. En el caso del correo certificado se tomar en cuenta la fecha de recepcin, no del matasellos. Jurado y sigilo: El jurado estar compuesto por acadmicos/as e investigadores/as de distintos pases. Los nombres de los miembros del jurado no se conocern sino hasta el da de la proclamacin de resultados. Los ensayos que no tomen en cuenta los procedimientos formales de este concurso y/o las normas editoriales de la revista conos no sern sometidos a consideracin del jurado. Dictamen: Los resultados del concurso sern dados a conocer en la ceremonia de inauguracin del Congreso por los 50 aos de FLACSO, el 29 de octubre de 2007, y sern de carcter inapelable. El jurado no podr declarar desierto el concurso. Premios: Se otorgar un nico premio consistente en un diploma de reconocimiento, la cantidad de mil dlares estadounidenses (USD 1.000,oo) y la publicacin del ensayo en la revista conos. Adicionalmente, si as lo considera, el jurado podr recomendar la publicacin de otros de los artculos finalistas.

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CONVOCATORIA AL PREMIO IBEROAMERICANO EN CIENCIAS SOCIALES 4 EDICIN

Con objeto de promover y fomentar el desarrollo de las Ciencias Sociales en el mbito iberoamericano, as como la produccin de investigaciones que contribuyan sustantivamente al conocimiento de lo social, el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico, con el apoyo de la Organizacin de Estados Iberoamericanos, convoca a
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investigadores (as) y profesores (as) de Ciencias Sociales en instituciones de Amrica Latina, Espaa y Portugal, a la cuarta edicin del Premio Iberoamericano en Ciencias Sociales el cual se otorga cada dos aos de acuerdo con las siguientes BASES 1. Se premiar un producto de investigacin que haga una aportacin de calidad a las Ciencias Sociales, la cual deber reflejarse en el tratamiento original de problemas de investigacin bien identificados o de reciente aparicin en el mbito de cualquiera de las siguientes disciplinas: sociologa en todas sus especialidades, ciencia poltica y demografa. 2. Los trabajos participantes debern ser artculos que contengan resultados de investigacin, originales e inditos, con una extensin mxima de 50 cuartillas incluyendo cuadros, esquemas y bibliografa. No se admitirn ensayos. 3. Podrn participar profesores(as) e investigadores(as) que acrediten tener experiencia mnima de tres aos en investigacin en Ciencias Sociales en instituciones de educacin superior o investigacin de pases iberoamericanos: Amrica Latina, Espaa y Portugal 4. Los criterios de evaluacin atendern fundamentalmente al rigor analtico y metodolgico. 5. El premio ser nico e indivisible, consistente en $110, 000 pesos mexicanos, o su equivalente en dlares. Esta cantidad se considera como pago de los derechos de autor del artculo. 6. El artculo ganador ser publicado en la Revista Mexicana de Sociologa del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico. 7. El jurado podr dar menciones a otros trabajos sobresalientes. 8. Los trabajos debern ser presentados en espaol o portugus. 9. Cada participante podr presentar un solo trabajo. 10. Se pueden presentar trabajos en coautora por no ms de dos personas. 11. Los trabajos participantes debern estar escritos en hojas tamao carta (8.5 x 11 pulgs.) de 1 800 caracteres (incluyendo espacios), o 22 lneas de 80 caracteres (incluyendo espacios), por una sola cara, a doble espacio, y engargolados o empastados. Debern entregarse en original y cuatro copias. 12. Deber aadirse un resumen del trabajo, de un mximo de tres pginas, donde se indique cules son sus aportaciones y en qu consiste su originalidad. 13. La cartula del trabajo no deber llevar ninguna informacin (nombre de autor, de institucin o de cualquier entidad) que lo identifique. En cambio, deber llevar escrito solamente el ttulo del artculo y el seudnimo del autor(a) o autores(as). 14. Adjunto al trabajo deber entregarse dos sobres cerrados, rotulados con el seudnimo y ttulo de la investigacin, que contengan, el primero, un documento con la identificacin personal real (nombre, institucin de adscripcin, domicilio, telfono, correo electrnico y un resumen del currculum vitae) y el segundo, sus acreditaciones, por medio de las cartas institucionales. 15. Los sobres del trabajo ganador sern abiertos por el jurado una vez terminada la evaluacin correspondiente. Los sobres cerrados restantes sern destruidos. 16. La fecha lmite de recepcin de trabajos es el 30 de abril de 2007 a las 14:30 horas. 17. Los trabajos debern ser remitidos a la siguiente direccin: Secretara Acadmica, Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, Premio Iberoamericano en Ciencias Sociales, Circuito Mario de la Cueva S/N, Ciudad Universitaria, Coyoacn, 04510 Mxico, D. F., Mxico. 18. El jurado estar integrado por siete especialistas en Ciencias Sociales, integrantes de prestigiadas instituciones. Su decisin ser inapelable.
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19. El premio puede declararse desierto. 20. No podrn participar en este Premio los integrantes del personal acadmico del Instituto convocante. 21. La decisin del jurado se har pblica el 31 de julio de 2007 en la pgina Web del Instituto (http://www.iis.unam.mx). Se informar de manera directa slo a quien gane el premio. 22. Los materiales enviados slo sern devueltos si son recogidos personalmente o con carta poder en la sede del Instituto convocante, en los siguientes 30 das hbiles despus de que se haga pblico el veredicto del jurado. Los documentos que no se recojan durante ese periodo sern destruidos. 23. Quienes participen en el certamen aceptan someterse a las disposiciones establecidas en las presentes bases. 24. Cualquier caso no previsto por esta Convocatoria ser resuelto por el jurado. Para mayores informes: Secretara Acadmica del Instituto, tels. 56-65-40-68 y 56-22-73-70 o email: [email protected]

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PREMIO EDUARDO ARCHETTI
El Centro de Antropologa Social del IDES y Editorial antropofagia invitan a participar en la segunda edicin del premio a la mejor tesis antropolgica de maestra sobre Ecuador, Guatemala, Noruega y Argentina, en homenaje a Eduardo Archetti. El premio consiste en un primer puesto y dos menciones, el primer premio ser la publicacin de la tesis en castellano por la Editorial Antropofagia. Las bases y condiciones podrn solicitarse por correo electrnico a <[email protected]> tambin estn disponibles en la web <www.ides.org.ar / Centros y Programas / Centro de Antropologa Social / Eventos, Foros y Seminarios / Premio Eduardo Archetti>. La fecha de cierre para la presentacin de postulaciones es el 24 de mayo de 2007.

Escuela Latinoamericana de Cooperacin y Desarrollo (ELACID), Colombia Persigue formar especialistas latinoamericanos con conocimiento crtico y cientfico que contribuyan a dinamizar los procesos de cooperacin y desarrollo en el continente. Fecha lmite de inscripcin: 15 de junio de 2007 - Duracin: 8 de agosto de 2007 - 14 de marzo de 2008 - Lugar: Cartagena de Indias, Colombia Contacto: Escuela Latinoamericana de Cooperacin y Desarrollo (ELACID), Universidad de San Buenaventura, Calle Real de Ternenra, Diagonal 32, No. 30-996, Bloque P, Fray Pedro de Ganta, Cartagena de Indias, Colombia. Tel.: (57-5) 653.76.03 / 653.95.95 e-mail: [email protected] / http://www.usbctg.edu.co/elacid

BECAS COLOMBO ITALIANAS PARA ESPECIALIZACIN EN COOPERACIN INTERNACIONAL PARA EL DESARROLLO

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Amrica Latina en los libros Waldo Ansaldi, (Director), La democracia en Amrica Latina, un barco a la deriva, Fondo de Cultura Econmica, Buenos Aires, 2007 (582 pginas). ISBN: 978-950-557-691-3 Desde la dcada de 1980 la revalorizacin de la democracia poltica ha estado acompaada de reflexiones tericas por parte de politlogos, socilogos e historiadores latinoamericanos. Sin embargo, el nfasis casi siempre ha estado puesto en lo institucional y no en sus condiciones de posibilidad y realizacin. La democracia en Amrica Latina, un barco a la deriva, se gest con el objetivo de realizar un anlisis integrador de las tres dimensiones de la democracia: la poltica, la social y la histrica. Fruto de un proyecto colectivo dirigido por Waldo Ansaldi, el libro expone las dificultades en la constitucin de los regmenes democrticos en Amrica Latina durante los dos ltimos siglos. Algunos de los trabajos se refieren a la regin en su conjunto; estudian el notable carcter no democrtico de sus burguesas, la relacin de la globalizacin con el desarrollo y la densidad nacional, la contradiccin entre desigualdad extrema y democracia, el forzado enlace de la democracia con el programa social y econmico del socialismo, la imprescindible renovacin de las formas clsicas de representacin poltica y los diferentes usos ideolgicos de las palabras democracia y revolucin. Otros artculos se restringen a casos nacionales; examinan la reconstruccin de regmenes democrticos en Argentina, Ecuador, Mxico y Uruguay; el compromiso del historiador y el tratamiento historiogrfico de los desamparados en Chile; el punto de vista de las ideas en Brasil y el registro simblico en Paraguay. Finalmente, se comparan los avances en la legislacin civil sobre la mujer en la Argentina y el Brasil, paradojalmente promovidos por dictaduras; la singular transicin centroamericana iniciada por actores de derecha y los logros, falencias y lmites de las democracias de los pases del Mercosur. En La democracia en Amrica Latina, un barco a la deriva diferentes autoras y autores latinoamericanos abordan la problemtica de la esquiva democracia desde distintas perspectivas tericas, con total libertad e independencia. Esta pluralidad de voces, en ocasiones ontradictorias, compone un conjunto de anlisis rigurosos y exhaustivos destinados a impulsar un debate indispensable no slo en el mbito cientfico-social sino tambin en el poltico-prctico. El contenido del libro es el siguiente: Prlogo del Director Waldo Ansaldi, A mucho viento, poca vela. Las condiciones socio-histricas de Amrica Latina. Una introduccin Primera parte: miradas de conjunto 1. Waldo Ansaldi, La democracia en Amrica Latina, un barco a la deriva, tocado en la lnea de flotacin y con piratas a estribor. Una explicacin de larga duracin 2. Aldo Ferrer, Globalizacin, desarrollo y densidad nacional. Un abordaje de la experiencia de Amrica Latina. 3. Jos Lus Velasco, Democratizacin y conflictos distributivos en Amrica Latina 4. Germn Carrera Damas, Sobre democracia en las sociedades latinoamericanas contemporneas (Comentarios para una discusin) 5. Gerardo Caetano, Distancias criticas entre ciudadana e instituciones. Desafos y transformaciones en las democracias de la Amrica Latina contempornea 6. Luca Sala de Touron, Democracia y revolucin sus usos en Amrica Latina, particularmente en los sesenta
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Segunda parte: casos nacionales 7. Alfredo R. Pucciarelli, Declinacin poltica y degradacin institucional de la joven democracia. La cuestin militar durante la primera etapa de la presidencia de Ral Alfonsn. 8. Juan Paz y Mio, Ecuador: democracia con tensiones, sociedad con desatenciones 9. Leonardo Curzio, La transicin a la democracia y la construccin de ciudadana en Mxico 10. Jos Rilla, Uruguay entre dos siglos: democracia y sociedad ante las crisis de globalizacin 11. Virgnia Fontes, La democracia en Brasil. Aprendizaje y mimetismo. 12. Alejandra Brito, Leonardo Mazzei, Priscilla Rocha y Carlos Vivallos, Los desamparados por la democracia en la historiografa social chilena 13. Joan del Alczar, Continuar viviendo juntos despus del horror. Memoria e historia en las sociedades postdictatoriales 14. Lorena Soler, La familia paraguaya. Transformaciones del Estado y la nacin de Lpez a Stroessner. Tercera parte: anlisis comparados 15. Vernica Giordano, La legislacin sobre la mujer en Argentina y Brasil 1960s1990s. Continuidades y permanencias de las dictaduras a las democracias 16. Edelberto Torres-Rivas, Qu democracias emergen de una guerra civil? 17. Waldo Ansaldi, La novia es excelente, slo un poco ciega, algo sorda y al hablar tartamudea. Logros, falencias y lmites de las democracias de los pases del Mercosur, 1982-2005

Gerardo Caetano, compilador, Sujetos sociales y nuevas formas de protesta en la historia reciente de Amrica Latina, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales CLACSO, Buenos Aires, 2006 (384 pginas). ISBN 987-1183-46-1 Un panorama fuertemente conflictivo ha sido el gran teln de fondo de la historia ms reciente del continente, con sus proyecciones en fenmenos como el auge de las dictaduras de la seguridad nacional y sus efectos perversos en los setenta, las transiciones a la democracia subsiguientes que no siempre pudieron colmar expectativas bsicas que desencadenaron los principales actores impulsores de las libertades, el crecimiento exponencial de la pobreza y la marginalidad (que han hecho de Amrica Latina el continente ms desigual del planeta), el arrasamiento de culturas y tradiciones, y el desacople respecto a los ncleos dinmicos de la competitividad internacional. El colapso del llamado socialismo real y la difusin de la denominada crisis de las ideologas conllevaron tambin al desprestigio de las utopas y el planteamiento del mundo actual como el nico posible, acompaado del surgimiento de la unipolaridad expresada en una expansin indita del poder imperial de EE. UU., en particular luego de los trgicos acontecimientos del 11-S. Esta situacin ha generado fenmenos mltiples, desbordando los canales de la accin poltica y social tradicionales en el continente. En efecto, en las ltimas dcadas se ha venido produciendo la diversificacin de las identidades y de los sujetos sociales emergentes en Amrica Latina. Ello hizo de los movimientos sociales conocidos, actores centrales de la protesta social ms contempornea en el continente slo a partir del surgimiento de nuevas formas de lucha que coexistieron y a menudo desbordaron las viejas formas y organizaciones. Esta primera publicacin del Grupo de Trabajo sobre Historia Reciente, del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO); tiene como eje de sus anlisis la reconfiguracin del poder, de
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la representacin y de los nuevos y viejos sujetos sociales en tanto protagonistas de acciones, expresiones y procesos de conflicto en la Amrica Latina contempornea. El libro rene las colaboraciones de Margarita Lpez Maya, Nicols Iigo Carrera, Mara Celia Cotarello, Orienta Favaro, Graciela Iuorno, Horacio Cao, Carlos Figueroa Ibarra, Juan Carlos Gmez Leyton, Gerardo Caetano (responsable, adems, de la compilacin y la Introduccin), Armando Botto, Jr., Daniel Campione, Beatriz Rajland, Silvia Dutrnit Bielous, Gonzalo Varela Petito, Pilar Calveiro.

Buenos Aires, 1 edicin 2006 (192 pginas). ISBN-10: 84-95294-86-9, ISBN-13: 978-84-95294-86-9 Dolores Calvo analiza la relacin entre exclusin social y accin poltica para explicar las condiciones de posibilidad de formas de organizacin poltica auto-referenciada en sectores populares, partiendo de la perspectiva de que los intentos de generar participacin poltica en el espacio pblico se vinculan con condiciones emergentes de las redes de relaciones sociales a las que las personas pertenecen. As, para entender la irrupcin de nuevos actores polticos en Argentina entre 1998 y 2002 y tomando como caso de anlisis la Federacin Nacional de trabajadores por la Tierra, la Vivienda y el Hbitat (FTV), la autora indaga sobre los lazos sociales que subyacen en ciertos sectores de la sociedad, centrando la atencin no en actores individuales sino en entramados de relaciones sociales. Dentro de este perodo, en el que fracasan las polticas neoliberales y se desencadena una crisis sin precedentes en la Argentina, se presta especial atencin al anlisis de la gnesis de la organizacin a las tomas de tierras que tuvieron lugar durante los aos 80, recalcando la importancia vinculante del acontecimiento y de la accin colectiva realizada. As, si bien se centra en la experiencia comprendida entre los aos 1998 y 2002, la perspectiva histrica del anlisis considera elementos y caractersticas en una lnea de indagacin histrica de ms largo plazo. Adems de ser un estudio de caso, la investigacin aborda cuestiones de ndole terica, como repensar las teoras de la accin en las sociedades contemporneas y expandir el concepto de exclusin ms all de los lmites que una categorizacin salarial impone. De modo que no slo ilumina el proceso bajo estudio sino que aporta claves explicativas para comprender fenmenos actuales relacionados con el problema de la accin poltica de los sectores populares. Los aportes tericos junto con la indagacin emprica que se anan en esta investigacin, permiten una aproximacin original y necesaria a la relacin Estado-organizacin, y a la conformacin de nuevas sensibilidades y acciones polticas. Este libro constituye as una contribucin original al conocimiento de los procesos sociales que sustentan la accin poltica en Argentina.

Dolores Calvo, Exclusin y poltica. Estudio sociolgico sobre la experiencia de la Federacin de trabajadores por la Tierra, la Vivienda y el Hbitat (1998-2002), Mio y Dvila,

Isidoro Cheresky, La poltica despus de los partidos, Prometeo Libros, Buenos Aires, 2007 (440 pginas). ISBN: 987-574-121-3 La fortaleza de los partidos polticos ha sido considerada un signo distintivo y uno de los pilares de la democracia. Los mismos han llegado a constituirse en sinnimos de la competencia poltica y del pluralismo en la vida pblica. Hoy se constata, sin embargo, que los partidos estn dejando de ser, o ya no son, lo que eran. Lo que se ha debilitado, es la identidad partidaria; es decir, los partidos como proveedores de una cosmovisin, que generaba adhesin permanente y suministraba estabilidad a la escena poltica, parecieran haber perdido vigencia.
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A la vez, la ampliacin y fluidez del espacio pblico se traduce en la gran significacin que adquirieron las elecciones como expresin privilegiada de una ciudadana poco identificada con pertenencias asociativas o corporativas y ms interpeladas por nuevos liderazgos de popularidad. Las elecciones delimitan el perodo de mayor intensidad poltica, sus resultados son generalmente inciertos y, suelen poner en juego la posibilidad de un cambio de rumbo. El doble desafo que enfrentamos es, entonces, encontrar la manera de adaptar las instituciones representativas y polticas a la irreversible mutacin que se ha producido en la vida pblica de nuestras sociedades, evitando, al mismo tiempo, una excesiva concentracin de poder. Este libro tiene el propsito de favorecer la actualizacin conceptual en el estudio de las democracias contemporneas.

Patricia Funes, Salvar la nacin. Intelectuales, cultura y poltica en los aos veinte latinoamerianos, Prometeo Libros, Buenos Aires, 2006 (444 pginas). ISBN 987-574-075-6 No es que tengamos brjula propia, es que hemos perdido la ajena, escriba Pedro Henrquez Urea en La Utopa de Amrica (1925). Si Europa se haba suicidado en la Gran Guerra, esta parte del mundo poda considerarse menos brbara e imaginarse ms libremente. Por otra parte, la reaccin frente a las agresivas polticas de los Estados Unidos sobre la regin recortaba problemas comunes en Indoamrica, Eurindia o tantos otros nombres e identidades acuadas en el perodo. Salvar la Nacin analiza los aos veinte latinoamericanos. poca de ideas originales y creativas: revistas, asociaciones culturales e incluso un partido poltico de escala regional. El men del banquete de los trabajadores del pensamiento se poblaba de nuevos ingredientes: revolucin, nacionalismo, socialismo, comunismo, antimperialismo, corporativismo, indigenismo. Tambin los preocupaba la ubicacin de Amrica Latina en la cartografa de la modernidad: Era Ariel, Calibn, Prspero? espejo o complejo? Cuanto ms drsticas son las revisiones, ms atrs se buscan orgenes y genealogas: el Tawantinsuyu, Quetzacatl o el smil literario entre el Martn Fierro y la Chanson de Roland. Por otra parte: negros, indios, campesinos, obreros, son incorporados a la reflexin en la bsqueda de alternativas al orden oligrquico. La historiadora Patricia Funes nos invita a transitar esta investigacin exhaustiva y provocadora, que aborda ese momento fundacional del siglo XX latinoamericano, cuando intelectuales y polticos, en clara ruptura con la torre de marfil, pensaron la regin y la nacin como balance y como proyecto.

Norma Giarracca, Jorge Montenegro, Luciana Garca Guerreiro, Juan Wahren, Mara Comelli, Ins Petz, Cuando el territorio es la vida: la experiencia de los Sin tierra en Brasil, Presentacin: Bernardo Manano Fernndez., GEMSAL- Antropofagia, Buenos Aires, 2006. ISBN 987-123-816-9 El Grupo de Estudio de los Movimientos Sociales Latinoamericanos (GEMSAL) fue creado por un grupo de investigadores del Instituto Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires, con la finalidad de incluir en el horizonte de conocimientos a toda Amrica Latina. Lo hace "desde abajo y por abajo", desde las poblaciones en resistencia que poco a poco estn transformando los viejos escenarios de los noventa del pasado siglo. Desde el inicio se propuso como un lugar de innovacin e-l@tina, Vol. 5, nm. 18, Buenos Aires, enero-marzo de 2007 htpp://www.iigg.fsoc.uba.ar/elatina.htm 90

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y de creatividad en los modos de conocer. Un lugar marcado por nuestras historias como investigadores pero que se abre a otras propuestas que nos brindan el arte y las humanidades. Con la Serie Universalismo pequeo. Experiencias de Investigacin N 1, el Grupo inicia una coleccin de publicaciones destinadas a Amrica Latina. Con este nombre desea dejar claro el carcter innovador de sus trabajos: relatoras de campo; "tramas" de situaciones de protestas; entrevistas a dirigentes que inviten a la reflexin y la crtica, etc. Siempre acompaados por las fotografas y reflexiones metodolgicas. El GEMSAL tiene como centro de reflexin a las Acciones Colectivas, Protestas y Movimientos Sociales. Todas estas experiencias que son las nicas capaces de generar nuevos significados y valores, articular saberes y generar pensamientos para el bien comn, nos desafan en estos derroteros desde nuestros lugares universitarios. Esta publicacin intenta valorizar "el informe de campo" como uno de los registros tericometodolgicos que no slo permite reconstruir e interpretar de las situaciones analizadas sino que develan al cientfico social como una persona en interaccin con otras personas. Las relatoras que se presentan aqu atraviesan los campamentos y asentamientos del Movimiento de trabajadores rurales Sin Tierra de Brasil en los estados de San Pablo y Ro Grande del Sur. La realidad se expresa en una narrativa donde los autores aparecen con claridad, en primera persona. Acompaan a estos relatos un artculo acerca del surgimiento y desarrollo del movimiento, as como unas notas metodolgicas sobre el sentido del trabajo de campo en la prctica de investigacin. ndice Prlogo Presentacin, Bernardo Manano Fernndez Apuntes de un trabajo de campo: el MST, So Paulo, Norma Giarracca y Jorge Montenegro Un recorrido por el asentamiento Charqueadas del MST, Mara Comelli, Luciana Garca Guerreiro, M. Ins Petz y Juan Wahren Notas sobre el trabajo de campo, Norma Giarracca Bibliografa

Frank Graziano, Cultures of devotion folk saints of Spanish America, Oxford University Press, New York, 2007 (322 pginas). ISBN: 0195171306 Amrica espaola ha producido numerosos santos populares veneradas figuras consideradas como milagrosas pero carentes del reconocimiento oficial de la Iglesia Catlica. Algunas de ellas tienen un gran culto nacional con cientos posiblemente miles- de devotos. En este libro, Frank Graziano provee el primer panorama del lenguaje de estos santos, ofreciendo un estudio en profundidad de las creencias, rituales, y devotos alrededor de siete figuras. Estos estudios de caso son iluminados por comparaciones con algunos cientos de figuras de santos adicionales de la Amrica espaola contempornea. Entre los principales casos de estudio est la Difunta Correa, a cuyos pies los devotos ofrecen botellas de agua y autopartes usadas en conmemoracin de su trgica muerte en el desierto argentino. Gaucho Gil es solo uno ms de varios gauchos santos, cuya caracterstica narrativa involucra la injusticia poltica y los crmenes de Robin Hood en beneficio de los explotados. El culto ampliamente difundido hacia el santo mexicano Nino Fidencio se basa en la fe curadora que los devotos le atribuyen al invocan sus poderes. Nino Compadrito es un esqueleto de un nio elegantemente vestido cuyos poderes milagrosos se derivan en parte de la creencia andina en el poder de la calavera e-l@tina, Vol. 5, nm. 18, Buenos Aires, enero-marzo de 2007 htpp://www.iigg.fsoc.uba.ar/elatina.htm 91

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de alguien que ha sufrido una muerte trgica. Graziano construye su trabajo a partir de visitas a los distintos santuarios y entrevistas en profundidad con devotos, material de archivo, reportes mediticos y documentales. De esta manera logra un vvido retrato de estos fascinantes movimientos populares. En este proceso, el autor arroja nueva luz en la relacin entre el Catolicismo ortodoxo y las creencias populares y en una importante y poco estudiada faceta de la dinmica cultural de la Amrica espaola contempornea.

Rafael Martnez y Joseph S. Tulchin, eds., La seguridad desde las dos orillas: un debate entre Europa y Latinoamrica, Enciclopedia del Mediterrneo (EDM), CIDOB, Barcelona, 2007 (344 pginas). ISBN: 978-84-87072-61-1 Cules son las nuevas amenazas y riesgos en un escenario global? De qu manera se est solventando la tensin entre libertad y seguridad, a favor de quin se inclina la balanza? Cmo se implica la ciudadana en la seguridad? Se est imponiendo la seguridad preventiva como respuesta a las nuevas amenazas o se permanece anclado en modelos reactivos? Cmo estn reaccionando los actores tradicionales de seguridad: fuerzas armadas, servicios de inteligencia y polica? Cmo afecta el nuevo paradigma de seguridad a las tradicionalmente conflictivas relaciones entre sociedad civil y estos cuerpos armados? Para dar respuesta a todos estos interrogantes, en febrero de 2005, se celebr un coloquio entre expertos latinoamericanos y espaoles mediante el cual se confront la visin que la regin latinoamericana tiene de s misma con la que desde Europa se tiene de cada una de las realidades analizadas. El resultado de los intensos debates ha modificado no pocas hiptesis y ha forjado esta obra colectiva. Rafael Martnez es profesor titular de Ciencia Poltica y de la Administracin en la Universidad de Barcelona. Ha publicado y dirigido proyectos de investigacin sobre partidos polticos, sistemas de gobierno, sistema electoral de doble vuelta y ltimamente sobre el rea de las polticas de seguridad y defensa. Joseph S. Tulchin es el director del Programa de Amrica Latina en el Woodrow Wilson International Center for Scholars, en Washington D. C. Ha publicado ms de una veintena de libros, entre los que se encuentran tres monografas sobre relaciones interamericanas, temas latinoamericanos, poltica exterior espaola y relaciones internacionales. Ha sido editor de Current Studies on Latin America para Lynne Rienner Publishers.

Gloria Edel Mendicoa, Evaluacin social. (La fase ausente de la agenda pbliva), Espacio, Buenos Aires, 2007. ISBN 950-802-251-5 Desde mediados de siglo en el que la Planificacin se instala en Amrica Latina, no ha sido fcil su recorrido. Numerosos son los contratiempos y desaciertos que han impregnado nuestras instituciones, haciendo que el arte del planeamiento perdiera todo inters y su prctica se resintiera tanto para no comprenderse su real alcance. Sus expresiones cobraron fuerza en alguna de sus fases, pero lo que dejara como leccin es un proceso polarizado circunscripto entre la idea y la accin, haciendo que el trazado del proceso planeamiento, ejecucin y evaluacin, haya sido inconsistente y errtico y por ende profundizara vacos existentes en las instituciones y ms lejanas las perspectivas de innovaciones inteligentes. En ese tramo, adems, una de las fases ms afectadas ha sido la evaluacin. Es por eso que este libro, de reciente edicin, la toma como objeto de anlisis, haciendo
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un significativo esfuerzo para no verla fuera de una concepcin de integralidad, tal como se debe entender al planeamiento y, a la par, notarse el carcter instrumental con el que se la debe estructurar para que sea posible acompaar el desarrollo de una poltica en todos sus estadios. En este contexto se aborda particularmente la Evaluacin Social porque, tambin, es la menos ponderada y si bien se pueden analizar enfoques, escenarios y perspectivas diversas para poder reconocerla, en ningn momento se deja de lado la rigurosidad metodolgica. Se ocupa de destacar claramente que las herramientas de la investigacin son necesarias en la evaluacin. Y en ese sentido remarca que no se trata de evaluar para construir conocimiento pero cuanto ms estricto sea la aplicacin de aquellas se podr "saber ms sobre lo que se evala. De todos modos la evaluacin es para la accin. Cabe destacar adems, la participacin en el captulo V, de la Mag. Mara Beatriz Lucuix, quien realiza un interesante aporte en la temtica mediante el presupuesto en la planificacin, al cual observa como una herramienta relevante de la evaluacin

Michael C. Meyer, Susan M. Deeds and William L. Shermanm The Course of Mexican Historym Oxford University Press, New York, 2007 (688 pginas). ISBN: 019517836X El mapa poltico, social y econmico de Mxico se ha sacudido y transformado en varios sentidos en los aos recientes, y el pas ahora se mueve cautelosamente en el siglo veintiuno. El curso de la historia mexicana ha sido actualizado y revisado para dar cuenta de estas remarcables transformaciones. Esta octava edicin ofrece una completa actualizacin, un vvido y atrapante estudio desde los tiempos precolombinos hasta la actualidad. Para esta nueva edicin, los autores han .mejorado el texto, hacindolo ms conciso y legible sin diluir su principal objetivo. El libro ahora dedica una seccin evaluando la presidencia de Vicente Fox entre 2000 y 2006 y un agregado de unas diecisis pginas a color con ilustraciones que articula la historia de Mxico y el arte. Tambin incluye unas 200 fotos y dibujos, trece mapas para facilitar la referencia, y un apndice listando los presidentes mexicanos, desde Tenoch hasta Fox.

Oscar Oszlak, Los Miedos de los Argentinos: Ensayos Sociopolticos y Culturales /.Buenos Aires: Espacio Editorial, 2006 (267 pginas). ISBN 950-802-253-1 Este libro rene un conjunto de artculos periodsticos y ensayos breves escritos entre 1981 y 2005. Su temtica es variada pero en sus pginas pueden reconocerse algunos de los hitos fundamentales de la historia poltica, social y cultural de la Argentina del ltimo cuarto de siglo. En conjunto, intentan proporcionar una visin crtica de la realidad sociopoltica argentina. Algunos de los temas tratados adquieren relevancia - y hasta sentido - en funcin de la particular coyuntura del pas en el momento en que los ensayos fueron escritos. Otros son de naturaleza ms permanente y remiten a ciertos rasgos estructurales de la sociedad argentina. Si hubiera que clasificarlos, estos ensayos podran agruparse dentro de tres categoras: 1) aqullos que toman como eje del anlisis al Estado, la burocracia, las polticas pblicas y sus vinculaciones con diferentes sectores sociales; 2) los que ponen el acento en las instituciones y procesos polticos; y 3) los que se refieren a ciertos rasgos culturales de esta sociedad, que tal vez expliquen algunos de sus conflictos y enfrentamientos ms esenciales. "Los Miedos de los Argentinos" alude a uno de los ensayos incluidos en este volumen: "Los Miedos Cambiados". Se ha utilizado como ttulo del libro porque el impacto que en su momento produjo su aparicin periodstica sugiere que los miedos que los argentinos no tienen - a que se refiere este ensayo e-l@tina, Vol. 5, nm. 18, Buenos Aires, enero-marzo de 2007 htpp://www.iigg.fsoc.uba.ar/elatina.htm

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son quizs una singularidad estructural de la sociedad argentina, que torna ms comprensibles muchas de las cuestiones tratadas en el texto. La obra resultante de este conjunto heterogneo de trabajos procura transmitir a un pblico amplio, las pocas certezas y muchas dudas que los fenmenos analizados plantean a los argentinos. Se ha tratado de utilizar un lenguaje directo, metforas e imgenes pretendidamente esclarecedoras y una cierta dosis de irona, no exenta de humor, quizs para aliviar los sentimientos que a veces pueden suscitar las situaciones o personajes que desfilan por sus pginas. Ninguno de ellos es ficticio, dicho sea de paso.

Vicente Palermo, Sal en las heridas. Las Malvinas en la cultura argentina contempornea, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2007 (480 pginas). ISBN 950-072790-0 Se cumple un cuarto de siglo de la guerra de las Malvinas. Invito al lector a que pensemos juntos sobre el conflicto que nos llev a ella, y especialmente sobre la causa Malvinas, las experiencias, anhelos, valores y sentimientos que dieron forma a esa causa que tanto nos habla de nosotros mismos. No ser ste un libro de anlisis sin pasin sino de aquellos que comprometen profundamente al autor con su sociedad y donde entran en juego sus propios valores e ideales. El tema es doloroso porque est atravesado de viejas y nuevas heridas, todas abiertas. Y yo me dispongo a echar sal en esas heridas. No le voy a hacer fcil las cosas a quien recorra estas pginas, como no me ha sido fcil a m escribirlas. Lo har sin otro blsamo que mi sentido del humor - en verdad sal y pimienta. Muchos argentinos parecen portar certezas y dolorosas heridas -ms an, todos parecemos creer que todos compartimos las mismas certezas y a todos nos duelen las mismas heridas. Pero nos hemos hecho muy pocas preguntas sobre las creencias y los dolores que constituyen la causa Malvinas. Las preguntas son sal. Duelen pero sirven para conocernos ms a nosotros mismos y descubrir que tenemos menos certezas de lo que parece, menos consensos de lo que nos atrevemos a pensar, y que hacer explcita nuestra incertidumbre y nuestros disensos nos deja un tanto a la intemperie, pero en una intemperie ms prometedora que el cobijo agobiante construido con tantos lugares comunes a lo largo de dcadas. Hablar de las Malvinas no es solamente hablar de la relacin entre el archipilago y la nacin, sino primordialmente de nuestro nacionalismo - un modo particular de concebir la nacin, y de concebir su relacin con el mundo. Las virtudes de la cuestin Malvinas para encarnar nuestro nacionalismo no las comparte con ninguna otra - de all su extraordinario valor. De modo tal que me ocupo aqu de la causa Malvinas para cuestionar a fondo formas de pensar, creer y sentir nuestra cultura e historia, nuestro presente y nuestro futuro, los modos de relacionarnos entre nosotros y de vincularnos con el mundo.

Prez Herrero, Pedro (ed.), La "izquierda" en Amrica Latina.,Editorial Pablo Iglesias, Fundacin Friedrich Ebert Stiftung, Instituto Universitario de Investigacin Ortega y Gasset, Madrid, 2006. ISBN (10) 84-95886-20-0. EAN 987-84-95886-20-8 En los ltimos aos movimientos y partidos que se presentan como de "izquierdas" han vuelto a ocupar importantes espacios polticos y sociales en Amrica Latina. As, desde finales de los aos noventa se ha asistido al triunfo de candidaturas de "izquierdas" en varios pases latinoamericanos (Venezuela, Brasil, Chile) y adems ha habido importantes avances de movimientos basados en reivindicaciones sociales concretas. El libro rene las ponencias de un seminario celebrado en Madrid
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en noviembre de 2005. Escriben en l, Alfonso Guerra, Pedro Prez Herrero, Ludolfo Paramio, Jorge Lanzaro, Eolo Daz-Tendero Espinoza, Marcos Novaro, Mara Herminia Tavares de Almeida, Luiz Carlos Bresser-Pereira, Martn Tanaka, Jos Woldenberg, Peter H. Smith.

Estevo de Rezende Martis (Director) y Hctor Prez Brignoli (Codirector), Teora y metolodoga en la Historia de Amrica Latina. Volumeo IX de la Historia General de Amrica Latina, Ediciones UNESCO y Editorial Trotta, Madrid, 2006 (334 pginas) ISBN Trotta (vol. IX) 84-8164875-2, ISBN UNESCO (vol. IX) 92-3303158-6 Si bien restan aparecer los volmenes VII (Los proyectos nacionales latinoamericanos: sus instrumentos y articulacin, 1870-1930, dirigido por el ecuatoriano Enrique Ayala Mora) y VIII (Amrica Latina desde 1930, bajo la direccin del colombiano Marco Palacios), con el volumen IX Teora y metodologa en la Historia de Amrica Latina- concluye un vasto proyecto editorial elaborado por la UNESCO con el objeto de historiar las diversas manifestaciones culturales, sociales, econmicas y polticas que se fusionaron en este continente para forjar las sociedades latinoamericanas de nuestros das. Esta obra monumental tuvo sus inicios en 1993 y ha contado con la colaboracin de ms de 250 historiadores y especialistas de diversas disciplinas y nacionales bajo la gida de un Comit Cientfico Internacional presidido por el venezolana Germn Carrera Damas. Este volumen, dedicado a la Teora y Metodologa de la Historia de Amrica Latina, da cuenta de las distintas formas cmo los historiadores han escrito la historia de la regin empleando diferentes mtodos y estilos para la interpretacin de sus diversos mbitos de investigacin. En el caso de Amrica Latina, la realizacin de tal estudio es tanto ms fundamental por el carcter particular que ha presentado cada disciplina en la regin. Consciente de la singularidad de sus temas de investigacin y de su espacio geogrfico, el historiador de esta parte del mundo intenta mantener un equilibrio entre los aportes tericos concebidos y empleados en otros contextos y la originalidad e independencia metodolgicas necesarias para el ejercicio y desarrollo de su disciplina. A travs de un recorrido de las diferentes escuelas, los debates y las rupturas paradigmticas en la historiografa latinoamericana, sobre todo en el siglo XX, este volumen y los captulos que lo componen ofrecen un amplio panorama de esas tentativas. Fue dirigido por Estevo de Reznede Martins, siendo autores de los captulos Gregorio Weinberg y Germn Carrera Damas (1), Frdric Mauro (2), Jurandir Malerba (3), Herbert S. Klein (4), Hctor Prez Brignoli, codirector del volumne (5), Roberto Corts Conde (6), Ronny J. Viales Hurtado (7), Michiel Baud (8), Friedhelm Schmidt-Welle (9), Julio Cotler (10) y Mauricio Tenorio Trillo (11).

Ricardo Rivero Ortega, Desarrollo y control de la corrupcin: El caso colombiano, Unin Iberoamericana de Municipalistas, Granada, 2006 (207 pginas). ISBN: no informado. La obra analiza las conexiones entre los conceptos desarrollo, reforma institucional y corrupcin, comparando su evolucin en Espaa y Colombia a lo largo del siglo XX y primeros aos del siglo XXI. Se centra en el estudio de cuatro lneas de reforma administrativa relevantes desde el punto de vista del control de la corrupcin (descentralizacin, carrera administrativa, contratos pblicos y regulacin econmica) en Colombia, para extraer a partir de este caso conclusiones generales y
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recomendaciones sobre los principios y prcticas que deben inspirar las estrategias institucionales en Amrica Latina, en lo referido al derecho administrativo. Contacto para adquirir la obra: Unin Iberoamericana de Municipalistas (UIM), Plaza Mariana Pineda, No. 9, 18009 Granada, Espaa. / [email protected] / http://www.uimunicipalistas.org/

co Uriarte]. ISBN 987-574-098-5

David Rock, La construccin del Estado y los movimientos polticos en la Argentina, 1860-1916, Prometeo Libros, Buenos Aires, 2006 (368 pginas) [Traducido del ingls por PaEntre fines del siglo XIX y principios del XX, bajo el sistema poltico conocido como la oligarqua, Argentina pas de ser una dictadura atrasada a la principal nacin de Amrica Latina. Este libro examina la formacin de un Estado nacional formidable por medio del anlisis de tres movimientos polticos: el mitrismo, el roquismo y el radicalismo, que procur reemplazar a la oligarqua por un sistema ms democrtico. La obra se centra en los mtodos empleados por estos tres movimientos polticos para atraer aliados en las provincias rurales y crear una coalicin poltica nacional. Mitre logr slo un breve perodo de dominio nacional en la dcada de 1860-1870: su punto dbil fue la incapacidad de extender sus bases de apoyo ms all de Buenos Aires. Roca comenz su carrera en Crdoba y lleg a poder por medio den combinacin de victorias militares y el cultivo de apoyos polticos locales. En muchos sentidos, el xito de Roca para lograr el apoyo de los gobernadores provinciales. A travs de los grandes temas de la construccin de coaliciones, el libro estudia los principales problemas de la poltica argentina durante el perodo, como el destino de los federalistas y los caudillos, a quienes Mitre y sus sucesores intentaron destruir pero Roca termin por absorber ese movimiento.

2006 (282 pginas) ISBN 987-1246-31-5.

Mario Toer y Pablo Martnez Sameck, coordinadores, Las fuerzas alternativas de Amrica Latina. De la Komintern al Foro de Porto Alegre, Ediciones Cooperativas, Buenos Aires, Este libro rene las exposiciones realizadas a lo largo de un seminario sobre el tema organizado por el Grupo de Investigacin sobre las Izquierdas en Amrica Latina, en el marco del novel Instituto de Estudios de Amrica Latina y el Caribe, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires Vivimos un perodo histrico donde, por razones de peso y en un tiempo relativamente breve, se ha vulgarizado tanto una visin que tiende a desvalorizar casi en bloque lo que ha sido una experiencia diversa, rica, con muchos matices que, durante buena parte del siglo XX, pretendi poner en cuestin el orden social en el mundo como tambin en Amrica Latina- en la expectativa de construir una sociedad que llamamos socialista. A ninguno se nos escapa la variedad de posicionamientos que integraron las numerosas variantes en diferentes pases motivadas con este propsito; y a ninguno se nos escapa la multiplicidad y envergadura de las experiencias que tuvieron lugar en la perspece-l@tina, Vol. 5, nm. 18, Buenos Aires, enero-marzo de 2007 htpp://www.iigg.fsoc.uba.ar/elatina.htm

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tiva de llevar a la prctica este proyecto. Hoy es indispensable recuperar este pasado con una nueva mirada, para poder comprender nuestro tiempo y aportar al presente.. El libro cuenta con una Presentacin, de Mario Toer, y diez captulos cuyos autores son, por orden de exposicin, Waldo Ansaldi, Alcira Argumedo, Christian Castillo, Horacio Crespo, Carlos Vilas, Alejando Horowicz, Nstor Lavergne, Horacio Tarcus, Eduardo Jozami y Jorge Makarz

Mxico-Buenos Aires, 2006 (281 pginas). ISBN: 9972663558

Ivn Ureta Vaquero (Director), Crecimiento econmico y desarrollo sostenible. Polticas para Amrica Latina. Una propuesta tcnico-humanista, Fondo de Cultura Econmica, La economa de forma independiente es incapaz de resolver los innumerables problemas sociales y polticos que aquejan a las diferentes realidades latinoamericanas. Por ello, es vital iniciar un dilogo racional sobre las diferentes propuestas que provocarn un cambio de mentalidad, y con l, un necesario cambio cultural basado en una accin poltica de alto nivel, sustentada sobre todo en la contemplacin de los protagonistas principales: el hombre y la sociedad. De este modo, a travs de un dilogo interdisciplinario, los autores de este libro muestran un compromiso por esta visin humanista de la economa, la cual refleja la inquietud y el entusiasmo por promover, desde la regin, propuestas concretas. La heterogeneidad social, poltica y econmica latinoamericana supone que muchas veces su pensamiento econmico, aunque existente y potencialmente innovador, no pasa de formar parte de un conjunto de iniciativas improvisadas y desconectadas. El propsito de este libro est enfocado en la propuesta de algunas medidas precisas para comenzar a estructurar las bases de un pensamiento poltico y econmico a la medida de las necesidades de una Amrica Latina que debe enfrentar, en algn momento, la responsabilidad de pensar e imaginar su futuro. Este libro naci como resultado del Congreso Internacional de Economa organizado por la Universidad de Piura en noviembre de 2005 y titulado: "Polticas para el crecimiento econmico y el desarrollo sostenible de Amrica Latina". .

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La Revista de la Ptria Grande

I - NATUREZA A NOVAMERICA uma sociedade civil sem fins lucrativos que iniciou suas atividades em 1991. Sua sede central est situada na cidade do Rio de Janeiro e possui tambm um centro de atividades, o Centro Novamerica de Educao Popular, na cidade de Sapucaia, no interior do Estado de Rio de Janeiro. NOVAMERICA atua no municpio de Rio de Janeiro e em municpios do interior do Estado de Rio de Janeiro e colabora com centros, organizaes da sociedade civil e rgos do setor pblico de outros Estados do Brasil. Realiza tambm projetos conjuntos, trabalhos e assessorias com centros e organizaes de outros pases da Amrica Latina. II - MISSO NOVAMERICA tem por finalidade promover a construo da democracia como estilo de vida e a participao na sociedade civil, favorecer o desenvolvimento de uma conscincia latino-americana e de uma tica da solidariedade, estimular o reconhecimento e valorizao das diferentes culturas, no mbito nacional e internacional, atravs da promoo de processos educativos e culturais orientados formao de diferentes agentes sociais multiplicadores, prioritariamente pertencentes a grupos populares e excludos. III - OBJETIVOS Aprofundar na anlise e debate sobre a realidade latino-americana atual em uma perspectiva multidisciplinar, multitnica e multicultural; "# "# fortalecer a democracia como estilo de vida e a organizao de diferentes atores da sociedade civil, comprometendo-se prioritariamente com os movimentos e organizaes de carter popular; formar educadores como agentes sociais e culturais multiplicadores, promotores de direitos humanos, comprometidos com a construo de uma sociedade justa, solidria e democrtica.

Em portugus / En castellano

http://www.novamerica.org.br/

Biblioteca Virtual de Ciencias Sociales de Amrica Latina y el Caribe del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO)
En el siguiente enlace, se puede encontrar esta biblioteca virtual, cuya consulta es gratuita, y donde estn disponibles ms de 4.000 textos (libros, artculos, ponencias, etc...), en espaol y portugus. Los escritos se presentan en formato pdf y rtf (Rich Text Format). Es un servicio proporcionado por CLACSO y sus centros miembros. http://www.clacso.org/wwwclacso/espanol/html/biblioteca/fbiblioteca.html
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NORMAS PARA COLABORADORAS Y COLABORADORES


1. e-l@tina recibe textos sobre temas que analicen las sociedades latinoamericanas, desde las perspectivas de la antropologa, la ciencia poltica, la economa, la historia, la sociologa, la sociologa histrica, dndose prioridad a los enfoques transcidiplinarios o de hibridacin de disciplinas. Se aceptan tambin trabajos de orden terico y metodolgico, como as tambin textos y notas de avance de proyectos en curso, crticas a artculos ya publicados en la revista, todos suficientemente objetivos y documentados, y notas sobre novedades de Internet relativas a Amrica Latina. Todos sern evaluados mediante arbitraje acadmico annimo de evaluadores externos y los resultados de la evaluacin sern comunicados a los autores en un lapso no mayor a los tres meses. En los casos en que se trate de textos publicados o enviados para su publicacin en otros medios, deber indicarse la referencia correspondiente en la presentacin del texto o en un prrafo que anteceda a la introduccin. El colectivo editorial dar prioridad a los textos originales o aquellos que, habiendo sido ya publicados, ameriten su difusin en la revista. Si el texto ha sido ya objeto de evaluacin previa tambin debe consignarse en la referencia. 2. Las colaboraciones pueden referirse a Amrica Latina y el Caribe en su conjunto, a subpartes de la regin o a alguno(s) de los pases que la integran. La dimensin temporal que nos interesa es la de los siglos XXI, XX y XIX, en ese orden de prelacin. Podrn considerarse, con menor grado de inters, trabajos referidos al perodo colonial. Distinguimos entre artculos, contribuciones y reseas. Todas las colaboraciones sern enviadas por va electrnica (E-mail) a (slo) una de estas direcciones [email protected] o [email protected], como archivos adjuntos. La presentacin deber hacerse conforme las normas indicadas en el punto 6, Formato de envo. 3. Artculos: Se considerarn tales aquellos aportes de investigacin emprica o terica, en proceso de discusin y/o ya consolidados, que constituyen un intento de avanzar o renovar los anlisis relativos al mejor conocimiento de las sociedades latinoamericanas y caribeas. Su xtensin no debe superar las 20 (veinte) pginas en tamao carta con un mximo de 3 (tres) imgenes o grficos, y de 5 (cinco) cuadros o tablas.. Criterios de evaluacin: Novedad en el aporte, claridad y coherencia en la presentacin, soporte bibliogrfico y/o emprico de las consideraciones incluidas en el texto, formato de artculo y relevancia para el mejor conocimiento de las sociedades latinoamericanas. 4. Contribuciones: Se considerarn bajo esta categora textos que adelantan resultados parciales de una investigacin emprica o terica en proceso de elaboracin y/o discusin. La extensin no debe superar las 12 (doce) pginas. Criterios de evaluacin: Claridad y coherencia en la presentacin, soporte bibliogrfico bsico, estilo divulgativo y correspondencia con el objetivo de ofrecer aportes para el mejor conocimiento de Amrica Latina. 5. Reseas: Se incluyen bajo esta denominacin breves notas explicativas sobre libros, eventos, ponencias e informes con el propsito de aportar conocimiento til y claro a los lectores de la revista acerca de las nuevas ideas en el tratamiento de los temas de inters para los latinoamericanistas. Extensin: entre 2 (dos) y 4 (cuatro) pginas, aproximadamente. Criterios de evaluacin: Brevedad, claridad y referencia especial a un documento, libro, informe o ponencia donde se incluyan aportes novedosos y tiles respecto del mejor conocimiento de las sociedades latinoamericanas 6. Formato de envo: Las colaboraciones debern enviarse teniendo en cuenta el siguiente formato: Procesador de texto: pueden estar redactadas en cualquier procesador de texto. Se enviarn dos archivos de un mismo texto: uno, en el procesador de texto empleado por el autor o autora, cualesquiera sea el mismo; el otro, en Formato de Texto Enriquecido (RTF). En caso de que el artculo incluya grficos, stos debern facilitarse en formato original, en un archivo aparte, con las siguientes extensiones .jpg, .tiff o .gif. Tipos de letra: Ttulo principal: Garamond 18, maysculas, negrita, justificado a la izquierda. Nombre del autor(a): Garamond 14, maysculas, negrita, justificado a la derecha. Texto principal: Garamond 12, justificacin completa. Sin sangra al comienzo de cada prrafo. Subttulos dentro del texto principal: Garamond 12, negrita, justificado a la izquierda. Notas a pie de pgina y bibliografa: Garamond 11. Mrgenes: Superior e inferior, 2 cm. Derecho e izquierdo, 2,5 cm. Espacio: Sencillo. Separar cada prrafo con un solo golpe de Enter. Bibliografa: Debe ir al final del texto, ordenada alfabticamente, y tendr que contener con exactitud toda la informacin necesaria (nombre de o de los autores, ttulo y subttulo, editor, ciudad, ao de publicacin. Idioma: Los trabajos podrn enviarse en castellano o portugus. Adicionalmente, debern presentarse dos resmenes uno en castellano o portugus, segn corresponda, y otro (abstract) en ingls-, con una extensin de entre 12 y 15 lneas (en Garamond 11) y no ms de cinco palabras claves. Datos del autor: Con el trabajo se deben enviar el nombre completo, profesin, afiliacin institucional y cargo (si correpondiese), el cual se indicar con nota al pie (con asterisco *). Asimismo, debe enviarse la direccin de correo electrnico y la direccin de URL (si la tuviere), indicando explcitamente si se desea que una y otra sean publicadas con el artculo o, si por el contrario, que ellas slo sean reservadas para comunicaciones de y con la revista. Opcionalmente, y si el autor/a lo considera oportuno, tambin podr enviar su fotografa. Tambin deber consignarse si se autoriza o no la libre reproduccin del artculo en otros medios de difusin. e-l@tina, Vol. 5, nm. 18, Buenos Aires, enero-marzo de 2007 htpp://www.iigg.fsoc.uba.ar/elatina.htm

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Buscando Amrica Latina


Amrica Latina se encuentra tambin en otras revistas electrnicas disponibles en Internet. AIBR. Revista de Antropologa Iberoamericana. Antroplogos Iberoamericanos en Red, Madrid, http://www.aibr.org/antropologia/aibr/ Araucaria. Revista Interamericana de Filosofa, Poltica y Humanidades, Universidad de Sevilla, Universidad Autnoma de Ciudad Jurez, Mio y Dvila editores: www.us.es/araucaria Argumentos. Revista Electrnica de Crtica Social, Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, www.fsoc.uba.ar/invest/iigg/argumentos/index.htm Cuadernos Digitales. Publicacin electrnica de Historia, Archivstica y Estudios Sociales, Universidad de Costa Rica: www.fcs.ucr.ac.cr/&historia/cuadernos EIAL. Estudios www.tau.ac.il/eial Interdisciplinarios de Amrica Latina y el Caribe, Tel Aviv University:

Escenarios Alternativos, Fundacin Centro de Estudios para el Cambio Estructural, Buenos Aires: www.escenariosalternativos.org Gramsci e o Brasi: www.artnet.com.br/gramsci Interpretaciones. Revista de Historiografa y Ciencias Sociales de la Argentina, http://www.historiografia-arg.org.ar Lavboratorio. Informe de coyuntura laboral, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires: www.catedras.fsoc.uba.ar/sociologia/salvia/index.htm Mercosul nas Universidades. Edicin del Proyecto Mercosur, Pontificia Universidad Catlica Minas Gerais: www.pucminas.br/Mercosul Novamrica/Nuevamrica. Revista de la Patria Grande: http://www.novamerica.org.br/ Nuevo Mundo-Mundos Nuevos, Centre de Recherches sur les Mondes Amricains (CERMA), Paris, http://nuevomundo.revues.org Ojos de Papel: www.ojosdepapel.com Pensar Iberoamrica. Revista de Cultura. Organizacin de Estados Iberoamericanos para la Educacin, la Ciencia y la Cultura: www.campus-oei.org/pensariberoamerica/ind Poltica y Cultura. Departamento de Poltica y Cultura, Divisin de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad Autnoma Metropolitana, Unidad Xochimilco: http://polcul.xoc.uam.mx Procesos histricos. Revista de Historia y Ciencias Sociales, Universidad de Los Andes, Venezuela, www.saber.ula.ve/procesos historicos Revista Tema Livre, www.revistatemalivre.com Temas. Cultura, Ideologa, Sociedad, Cuba, http://www.temas.cult.cu/ Trabajo y Sociedad. Revista del Programa de Investigaciones sobre Trabajo y Sociedad (PROIT), Universidad Nacional de Santiago del Estero, www.geocities.com/trabajoysociedad Sugerimos tambin consultar los siguientes sitios de Internet: Asociacin Historia Actual: www.historia-actual.com ALACIP Asociacion Latinoamericana de Ciencia Politica: www.aclcpa.com/alcp Casa de Amrica: http://www.casamerica.es/ Ciudad politica. Praxis y ciencia poltica: http://www.ciudadpolitica.com El Historiador: http://www.elhistoriador.com.ar/ Historia a Debate: www.h-debate.com Historia Contempornea: http://www.uv.es/~jalcazar Revista de Sociologia e Politica: http://www.revistasociologiaepolitica.org.br Taller de Historia Econmica (THE): www.geocities.com/taller_the Asimismo, encontrarn numerosos enlaces, dentro de Internet, en nuestra pgina web www.catedras.fsoc.uba.ar/udishal

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