La Tematología Comparatista. Entre Teoría y Práctica
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La Tematología Comparatista. Entre Teoría y Práctica
El panorama de la literatura comparada en espaol echaba en falta un estudio minucioso de una de sus principales y ms discutidas ramas, la tematologa. Por eso la contribucin del volumen que comentamos es especialmente relevante. Por un lado nos encontramos, en la primera parte, ante una presentacin terica rigurosa del rea de la tematologa, que incluye un repaso de su evolucin histrica, as como la exposicin de sus fundamentos tericos y metodolgicos, y, por otro, con la ejemplificacin de su aplicacin prctica en una segunda parte dedicada a la novela de adulterio en la segunda mitad del siglo XIX. Cristina Naupert se ocupa, en primer lugar, del desarrollo histrico de la tematologa, desde sus precedentes ms inmediatos en el folclore comparado de poca romntica, hasta su actual relevancia no slo en los estudios de literatura comparada, sino tambin en los llamados cultural studies. La importancia de esta presentacin, ms all de su carcter informativo y bien documentado, estriba en su habilidad para establecer los vnculos naturales de la tematologa con el comparatismo, que a menudo ha mirado con recelo a este subcampo suyo, y esbozar el esperanzador panorama de perspectivas que la tematologa abre a su alrededor. Gracias a un recorrido por las escuelas francesa, formalista-estructuralista, alemana y la decisiva incorporacin de la estadounidense, obtenemos no slo un til repaso histrico de la literatura comparada, sino tambin una acertada reivindicacin de la tematologa como parte de ella. A su vez, en lo que respecta a las posibilidades de supervivencia del enfoque tematolgico dentro de la prctica efectiva de los cultural studies, se defiende con acierto la tematologa como elemento textual objetivo capaz de limitar el excesivo relativismo de estos estudios e invitar a la colaboracin interdisciplinar. Se menciona tambin el rendimiento didctico de la tematologa para acercar al estudiante al comparatismo. Exponente de estas cualidades pedaggicas constituye el propio volumen que reseamos, gracias a la claridad y ordenada exposicin del material, que no se encuentra reida con el rigor de una aproximacin cientfica. Ms bien al contrario, sin esconderse en complicados aparatos argumentales, este trabajo nos convence por la sencillez de sus planteamientos. El segundo captulo se ocupa de los fundamentos tericos y metodolgicos de la tematologa. Especialmente loable es el esfuerzo por delimitar la confusa terminologa al uso. El enfoque adoptado para la definicin de las nociones bsicas (Stoff, Tema, Motivo) es, de nuevo, historicista. Esto permite entender el proceso por el cual se han producido los incmodos solapamientos y confusiones terminolgicas, pero, sobre todo, superarlas gracias a la extraccin de cuanto hay de comn en unos trminos cientificistas, sobre los cuales ms de un estudioso ha levantado sus teoras sin otro objeto que desacreditar a sus predecesores, contribuyendo as a la indeterminacin de unos conceptos que son en s claros y definibles, y que constituyen el objeto de estudio de la tematologa. Mencin especial merece la distincin del tipo de estudio que la tematologa y la narratologa llevan a cabo sobre un objeto que parece ser el mismo, la materia narrable, llmese tema o stoff, fbula o trama. La autora pone de relieve las muchas similitudes y posibilidades de colaboracin entre la tematologa comparatista y los estudios temticos estructuralistas, as como su mutuo desconocimiento, y la necesidad de distinguir la perspectiva intertextual y el inters en el hecho cultural de la primera de la perspectiva intratextual y orientada hacia la semitica narrativa de los segundos.
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Tras haber definido tambin algunos trminos prximos y su delimitacin, Cristina Naupert acomete un intento de clasificacin y sistematizacin de los elementos temticos. Ante la confusin terminolgica y la imposibilidad de desterrar los trminos tradicionales ambivalentes, propone una alternativa en la reorientacin de la pirmide terminolgica: no subordinar el elemento mejor delimitado personaje, tipo al tema y al motivo, sino otorgarle la categora de elemento bsico. Resulta encomiable el intento y de gran utilidad prctica el resultado de este enfoque. En lo que respecta a la presentacin de la metodologa, destacamos la capacidad de sntesis y la puesta en relacin de los fundamentos tericos anteriormente expuestos con las reflexiones metodolgicas y los tipos de comparacin propuestos. De esta manera llegamos a la segunda parte del trabajo con unas claras premisas tericas de las que la autora no va a apartarse. Lo nico (y poco) que se puede quiz objetar a la aplicacin prctica y, seguramente, a todo el estudio, es un cierto desequilibrio entre las expectativas abiertas por la defensa de las posibilidades del estudio tematolgico de la parte terica y las conclusiones alcanzadas mediante su aplicacin prctica. No debemos olvidar, sin embargo, a este respecto, que la segunda parte se ocupa de un motivo concreto y bien delimitado, cuyo anlisis es impecable, y no de un tema, por otra parte tal vez inexistente o, en todo caso, objeto de un estudio de mayores dimensiones, escogido para dar cuenta del alcance de todos los aspectos de la tematologa. As el adulterio femenino constituye un ejemplo adecuado para estudiar la interrelacin del nivel macrotextual (el tringulo amoroso abstracto) con el nivel microtextual (ejemplos concretos de las obras elegidas). Para situarlo en su contexto especfico se discuten su permanencia y mutacin a lo largo de la historia de la literatura y, una vez observada su condensacin en el perodo histrico de la segunda mitad del siglo XIX y en el gnero narrativo de la novela, se establece un corpus de obras cannicas para las que se propone el modelo de Madame Bovary, Gustav Flaubert (1856) y que incluye: O primo Baslio, Jos Mara Ea de Queirs (1878), Anna Karnina, Lev Tolstoi (1878), La Regenta, Leopoldo Alas Clarn (1878), Ccile y Effi Briest de Theodor Fontane (1887 y 1894 respectivamente) y The Awakening, Kate Chopin (1899). El anlisis textual comparativo plantea cuatro fases narrativas que dan cuenta de la constelacin motvica del adulterio femenino como fuerza motriz y fundamento estructural del relato. En l destaca el anlisis de Anna Karnina como la obra ms alejada y el contrapunto ms interesante al modelo de Madame Bovary. Se aborda tambin el estudio de unidades menores de comparacin, temas complementarios como el personaje de la criada o el motivo del dinero, presentes en varias de las obras que conforman el corpus, el tipo del Don Juan, el cornudo cmico o el trgico vengador de su honra, o el recurrente simbolismo del color azul. En resumen, se agradece este volumen exhaustivo en su presentacin terica, absolutamente necesaria como visin de conjunto de la subdisciplina tematolgica, y fundamental, en lo prctico, como ejemplo de un trabajo tematolgico bien hecho. HELENA VAQUERIZO
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VRONIQUE DASEN, Jumeaux, jumelles dans lAntiquit grecque et romaine, Akanthus Verlag fr Archologie, Kilchberg (Zrich) 2005, 332 pp. ISBN: 3-905083-20-5.
La idea generadora de este libro, magnficamente editado, surgi de una exposicin sobre el mismo tema organizada en el Museo Etnogrfico de Ginebra en 1995. La redaccin inicial de un artculo desemboc en una tesis de habilitacin en Arqueologa e Historia Antigua, que fue defendida en la Universidad de Friburgo en el ao 2000. El lector se halla ante una investigacin multidisciplinar en la que convergen, adems de las materias sealadas, la antropologa, la medicina, la historia de las religiones, la mitologa, las fuentes literarias, etc. La obra se articula en tres partes, dedicadas a la consideracin del tema en la medicina antigua, en el pensamiento mtico y en la realidad cotidiana, segn las fuentes escritas e iconogrficas. El nacimiento simultneo o casi simultneo de dos o ms nios es un fenmeno extraordinario que se ha interpretado, en el mejor de los casos, como signo de una mayor fecundidad o fruto de una intervencin divina y, en el peor de ellos, como una alteracin del orden normal que hace a la madre sospechosa de adulterio. La aceptacin de los hijos de un parto doble o mltiple no ha encontrado en el mundo griego y romano las trabas que ha tenido en otras civilizaciones. Digamos que el ttulo francs comprende tanto a los gemelos, de origen monocigtico y de gran parecido, como a los mellizos, de origen dicigtico y que no se parecen ms que dos hermanos cualesquiera. Pensadores y mdicos de la Antigedad indagaron las causas de la gemelaridad y dieron explicaciones ms o menos coherentes o disparatadas. En la tradicin hipocrtica los gemelos representan la fecundidad ideal, favorecida por la estructura de la matriz, cuya biparticin corresponde a la existencia de dos senos; la existencia de otros pares de rganos en el cuerpo humano, entre ellos dos testculos y dos ovarios, apoyan esta interpretacin. Por el contrario, Aristteles considera que el hombre es un animal unparo, como otras especies de gran tamao, y que el parto doble o mltiple es una anomala de carcter teratolgico. La diversidad de sexos recibe diferentes explicaciones: para el Estagirita es la accin acabada del principio masculino la que da lugar a nios y su accin inacabada a nias; para los hipocrticos el sexo depende de la lateralidad y de la temperatura: en el lado derecho del tero y en sus partes calientes se engendran nios, en las opuestas nias. Los griegos sintieron curiosidad especial por fenmenos excepcionales, como la superfetacin y los gemelos monstruosos. La sobrefecundacin de una mujer ya embarazada, bien presente en la mitologa y en la historia imperial romana, lleva aparejada la cuestin de la doble paternidad de los gemelos y la del adulterio de la madre. De la patologa gemelar el caso ms llamativo es el nacimiento de hermanos siameses, interpretado a menudo como signo de mal agero en la tradicin analstica romana. Pero en la Antigedad, como ocurre hoy, eran mayor noticia los partos mltiples que nada tenan que envidiar a los rcords actuales. Siguiendo las fuentes escritas e iconogrficas, la autora censa 80 parejas de gemelos en la mitologa clsica. La mayor parte de ellos tienen como padre a un dios o un hroe y como madre a una ninfa o una mortal distinguida. Hrcules, Plux y Anfin son, entre otros, hijos superfetarios de Jpiter; pero el mayor caso de superfetacin es quiz el de las nueve Musas, si es que fueron concebidas por Mnemsine en nueve noches distintas. No es difcil descubrir a veces la importancia del factor hereditario en la proliferacin de gemelos; ah estn los tres Horacios y los tres Curiacios, dos pares de trillizos que son
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hijos de madres gemelas, hijas del albano Sicinio. Hay hroes gemelares, como Hrcules, que gozaron de gran fortuna literaria; pero la autora presta particular atencin a la descripcin de las representaciones iconogrficas sobre soportes diferentes y en este aspecto son ms afortunados Cstor y Plux, Anfin y Zeto, Rmulo y Remo. Sobre las columnas del templo de Ccico, que levantaron en el siglo II a. C. talo II y Eumenes II en honor de su madre Apolonis, figuraban grabadas diecinueve escenas, de las cuales once son de gemelos; en nueve de ellas estos aparecen como defensores de sus madres. Tales representaciones en bajorrelieve se han perdido, pero su descripcin se conserva en la Antologa Palatina. Ah aparecen los gemelos Anfin y Zeto, Apolo y rtemis (en dos columnas), Eolo y Beoto, Euneo y Toante, Heracles, Pelias y Neleo, Polimedes y Clicio, Rmulo y Remo, Anapis y Anfnomo, Cleobis y Bitn. Como puede verse, Hrcules est sin su hermano Ificles. La verdad es que, aunque este acompa al semidis en algunas expediciones, no formaron una pareja tan solidaria como lo fueron los Dioscuros, que compartieron mortalidad e inmortalidad, o Zeto y Anfin, muy diferentes en su carcter, pero siempre unidos en sus aventuras. El muestrario gemelar de la Antigedad clsica es muy amplio y comprende aspectos diversos; la autora cubre cada uno de ellos casi siempre con la descripcin de varias parejas. Hay gemelos solidarios e inseparables, rivales y adversarios, diferenciados, indiferenciados y monstruosos. Ejemplos de estos ltimos son los Molinidas o Actridas, hijos de Posidn y de la mortal Molone, mujer de ctor, y asimismo el tricfalo Gerin; Todos ellos son vistos como hermanos siameses. Hay gemelas fastas, como las Leucpides, o nefastas, como Helena y Clitemnestra, esposas infieles. Hay gemelos de sexo diferente que son modlicos, como Apolo y rtemis, o incestuosos, como Isis y Osiris, Jpiter y Juno. Entre las funciones que cumplen los gemelos est la de ser guardianes del orden csmico y terrestre. Y ah los Dioscuros ocupan una posicin de privilegio, como patronos y protectores de los equites y de los atletas, como garantes de los juramentos y guardianes del hogar, junto con los Penates y los Lares. La gemelaridad representa la fecundidad y la abundancia; en este sentido, los gemelos se alinean en la tercera funcin dentro de la estructura tripartita de la sociedad indoeuropea, propuesta por G. Dumzil. Aun as, no es difcil descubrir concepciones preindoeuropeas, como la progresiva aproximacin fraternal que se observa en las parejas de Eneas y Turno, como hermanos virtuales, Ascanio y Silvio, medio hermanos, Numitor y Amulio, hermanos, y Rmulo y Remo, gemelos. Hay diversos aspectos del nacimiento de los gemelos que no revelan las fuentes mdicas y mticas griegas. Son los epigramas, los monumentos funerarios y las estatuillas de terracota, sobre todo de la poca helenstica que demostr un inters particular por los nios, los que mejor informan de alumbramientos desgraciados, de madres que pierden la vida, a la vez que la dan, del amamantamiento como medio de comunicar la inmortalidad o de los ritos, a menudo asociados al culto de Dioniso, por los que los gemelos se incorporaban a la comunidad. A diferencia de los gemelos mticos que se identifican por sus atributos personales o dentro de un contexto narrativo, en las escenas de la vida cotidiana los gemelos suelen aparecer sin rasgos diferenciales. En Roma, desde finales de la Repblica, son frecuentes las huellas de parejas gemelares. Con el precedente legendario de Rmulo y Remo, el nacimiento simultneo de dos o ms hermanos era siempre, salvo en el caso de malformaciones fsicas, una manifestacin del favor divino. Sila, que haba repudiado a su mujer anterior por estril, vio cmo la siguiente, Cecilia Metela, le daba mellizos de distinto sexo, a los que impuso los nombres de Faustus y Fausta, como testimonio del favor de los dioses y de su devocin
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por la diosa Fortuna. Despus que el emperador Augusto haba promovido una poltica de consolidacin del matrimonio y de apoyo a la natalidad, el alumbramiento de gemelos dentro de la familia imperial era un acontecimiento especialmente feliz. Por el nacimiento de Germnico y Gemelo, hijos de Druso el Joven, el ao 19 d. C., el emperador Tiberio no dud en mostrar su orgullo de abuelo ante el Senado (Tac. Ann. 2,84). Dos nacimientos gemelares se produjeron en el seno de la familia de Marco Aurelio; el ms notable de ellos fue el de sus hijos Cmodo y Antonino. Como puede verse, no es raro que los nombres de los gemelos guarden entre s alguna relacin de semejanza, como reflejo de la que existe entre los nombrados; as, para no remontarnos a los de Romulus y Remus, mencionemos los posteriores de Faustus y Fausta, Geminus y Gemina, Gemellus y Gemella, Gemellinus y Gemellina, etc. La autora abunda aqu en ideas desarrolladas por H. Solin y F. Mencacci1. La coincidencia de nombres es un recurso de confusin muy explotado en la comedia de doble, trtese de gemelos o simplemente de sosias2. Bajo el epgrafe comparativo comme deux oeufs, se trata el parecido gemelar en cuatro pginas (259-263) y la cuestin en Plauto ocupa un prrafo. No es seguro que les Bacchides se ressemblent comme deux gouttes de lait (p. 260), pues es ms que dudoso que el fragmento en que se dice eso pertenezca a la comedia a que se ha atribuido. Es Plauto quien impone a las dos hermanas un nombre de resonancias bquicas, que evoca las orgas de las bacantes en la Roma de la poca; la nica confusin que causan se basa en la homonimia de su nombre; si hubiera parecido entre ellas, el comedigrado lo habra explotado, como hizo en otras comedias3. A continuacin, V. Dasen analiza las referencias a los gemelos en las Cuestiones acadmicas de Cicern y en obras de otros autores, como factor de confusin que muestra el engao de los sentidos. He ah a los antiguos tratando en el teatro y en el dilogo filosfico los mismos temas, el de la identidad personal y el de la verdad de las percepciones. Esa ntima unin entre drama y pensamiento filosfico fue recreada por Descartes, que se inspir en Amphitruo, una tragicomedia de dobles impostores, para fundar la moderna filosofa del sujeto4. La autora cita como caso de gemelacin imaginativa la equiparacin entre Verres y el liberto y colaborador suyo Timrquides (son frre jumeau, et trs ressemblant pour limmoralit, limprobit, laudace, Cic. Verr. 2,3,155). Sin embargo, el mayor parecido con Verres, establecido por Cicern, es el de Apronio (2,3,22). De entre los colaboradores que reuni Verres, todos sui similes, Apronio era el ms parecido (sui simillimus), no solo por ser su principal colaborador, sino por llevar nombre de jabal (aper), tan prximo al de verraco (uerres), pues ambos son variedades del cerdo (sus, suis). Eso es lo que quiere decir, en segunda instancia, la expresin ambigua sui simillimus (el ms semejante de s y el ms semejante al cerdo)5. Verres y Apronius son, pues, nombres prcticamente gemelares.
1 H. SOLIN, Namenpaare. Eine Studie zur rmischen Namengebung. Helsinki, Societas Scientiarum Fennica, 1990. F. MENCACCI, I fratelli amici. La rappresentazione dei gemelli nella cultura romana. Venecia, Marsilio, 1996. 2 Cf. B. GARCA-HERNNDEZ, Gemelos y sosias. La comedia de doble en Plauto, Shakespeare y Molire. Madrid, Ediciones Clsicas, 2001, pp. 277-284. 3 GARCA-HERNNDEZ 2001, 157-159. 4 Cf. B. GARCA-HERNNDEZ, Descartes y Plauto. La concepcin dramtica del sistema cartesiano. Madrid, Tecnos, 1997. 5 De ello damos cuenta en el captulo IV (La razn porcina de la semejanza entre Verres y Apronio) de nuestro reciente libro De iure uerrino. El derecho, el aderezo culinario y el augurio de los nombres, Madrid, Dykinson, 2007.
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Este es un estudio muy documentado en las fuentes iconogrficas, como demuestran las 185 figuras, a veces desdobladas, que ilustran sus pginas, y asimismo en las fuentes escritas, epigrficas y literarias. Estas ltimas, legendarias o no, son examinadas desde una perspectiva histrica, como crnicas informativas. El lector no encontrar, pues, aqu un estudio sobre la explotacin literaria del doble gemelar; al contrario, son mucho ms frecuentes los casos de mellizos o gemelos dicigticos que de autnticos gemelos. Es la coincidencia de nacimiento de una misma madre lo que define a los gemelos en sentido amplio; el que se parezcan o no resulta secundario; por ello mismo, los sosias estn fuera de lugar. Las catorce pginas de bibliografa dan una idea del inmenso trabajo de investigacin desarrollado por la autora. El libro se completa con varios ndices: de autores antiguos, de museos, colecciones privadas y piezas perdidas, de temas, de gemelos y gemelas. Su lectura ha sido un gran placer; y, en cualquier caso, lo es tambin su mera consulta. Universidad Autnoma de Madrid Benjamn GARCA-HERNNDEZ [email protected]
ROSARIO LPEZ GRGORIS, El amor en la comedia latina. Anlisis lxico y semntico, Ediciones Clsicas, Madrid 2002, 340 pp. ISBN: 84-7882-496-0.
La literatura antigua refleja muchos aspectos de la vida que no se pueden conocer por medio de las traducciones. Ciertamente una traduccin anotada puede transportar al lector actual a una geografa y a un sistema de relaciones constituido por los nombres propios y conceptos de aquella cultura. Sin embargo, la comunicacin de la experiencia entre el autor antiguo y el lector de hoy, entre el lector de entonces y una sociedad contempornea se hace difcil. De ah el inters de un estudio semntico, que revela la mentalidad que tuvieron esas gentes durante generaciones. Este estudio se ocupa de una faceta del comportamiento humano, las relaciones amorosas, en su interferencia con la participacin de los individuos construyendo unidades sociales por compromiso y alianza. Los dos mbitos de actuacin determinan una terminologa diferente, si se trata de mujer o varn y de la edad. La relacin entre palabras referentes a uir y uxor, y entre meretrix y amator nos describe un comportamiento social habitual, propio de la sociedad romana. Existe una secuencia y una gradacin de funciones sociales que un individuo concreto puede desempear, en cuyo despliegue se advierten actitudes y acciones concretas por medio de expresiones lingsticas. La apariencia de dispersin de pequeas diferencias o detalles que se concentran bajo el nombre del amor se supera observando el ndice de este anlisis. Se busca atrapar el sentido escurridizo de las palabras que designan relaciones individuales dentro de un contexto social. La sociedad ampara o bien tolera esa clase de relacin. Si se expresa verbalmente, la designacin de las distintas acciones, y la voluntariedad o bien la violencia con que se realizan se opera mediante las palabras. Se distinguen grados de cercana o de distancia entre los relacionados. La distancia fsica es mnima en el abrazo, en el beso, en el concbito, y mxima en conloquor o contuor. Por eso, aunque a la vista del ndice, parezcan todos los trminos como igualmente significativos y frecuentes, la representacin de ellos en la literatura escrita para la esRevista de Estudios Latinos (RELat) 6, 2006, 241-263
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cena se quiebra en distintos planos, sobre los que unos avanzan y otros quedan mnimamente destacados. Los vocablos ms llamativos y que desarrollan el juego de equvocos de la comedia latina dibujan el panorama del comercio sexual, con tres perspectivas principales, la del cliente y la del negociante, sin olvidar a la parte que constituye la materia misma del trato (sermo meretricius). Esta estructura general se actualiza sobre todo en el sermo lenonius, pero en la perspectiva de la meretriz y de quien se beneficia de este comercio est siempre el rendimiento econmico como fin, que se disfraza de atractivos. La expresin del placer y lo placentero, se consigue mediante palabras que aluden al sentido del tacto. La disposicin del cliente, que solicita, de la meretriz que se ofrece, y la del intermediario experimenta pocos cambios atribuibles al contexto social. La licitud de esos contactos est determinada porque el matrimonio es una institucin nuclear de la sociedad romana antigua, pero en s constituye un factor ms. Se prestan en el escenario dos clases de clientes, el varn joven y el maduro. La mujer joven y la matrona se contraponen, segn la condicin social y la funcin que realizan respecto a la institucin citada. La solicitud del cliente se corresponde con la devolucin o despedida, que se expresa a veces con trminos especficos. Pero no todas las funciones de estas tres perspectivas se producen una sola direccin, sino que la seduccin relaciona a cliente y meretriz recprocamente (complector, conloquor, contuor, contrecto y compello). De forma alternativa a las visitas y a la avaricia del leno, tiene cabida en el esquema de relaciones la paelex domstica. Si atendemos a la manera, especficamente cultural, en que se transmite la experiencia del acercamiento y la relacin, observamos las posibilidades de la morfologa latina para conseguir trminos ms expresivos a partir de otros ms generales de uso habitual. Por eso se puede graduar la carga de los sentimientos y de las actitudes en intensidad y en duracin. En efecto, los modificados en -to (-so) e -ito secundan la eficacia comunicativa de los verbos y adverbios de frecuencia, aunque delecto y los modificados especializados en habilidades tctiles marcan sobre todo la intensidad. Otra posibilidad de especializarse se ve realizada en los verbos en los que los sufijos citados expresan la intensidad del acoso, en ocasiones relacionados con la metfora estructural de la caza. Por estos usos lxicos podemos determinar algunas de las caractersticas lingsticas de cada sector analizado en el libro. La especializacin del preverbio ad- es un rasgo muy interesante del sermo amatorius en adduco, attingo, accumbo. En tanto que para aislar y estudiar estos semas se recurre a la consideracin de relaciones intralingsticas, solidaridades lxicas y lexas complejas, para reconocer los detalles distintivos de aquella sociedad se recurre a la historia y a los documentos que nos ayudan a comprender las instituciones. As sucede en el caso de la nocin de propiedad en forma de adquisicin y posesin referida a la institucin matrimonial en cuanto a la dote y a la posibilidad de obtener descendencia legtima. En este contexto y en alguno ms se insiste en la distincin de planos entre el matrimonio y la generacin de afectos y pasiones. Aunque coinciden en el uso de trminos genricos, las situaciones y el mbito de experiencia en que son descritas por la lengua latina difieren y son oportunamente separadas en distintos captulos o secciones del estudio. El caso de la violencia ejercida sobre la mujer, se formaliza en la lengua de manera distinta en el caso de la metfora cinegtica, o de la violacin de una virgen. En otros gneros distintos de la comedia, estos casos amplan su funcionalidad literaria gracias a la mitologa. Pero en el lenguaje de la escena, el empleo de uiolo es propio de la tragedia como el de uitio lo es de la comedia.
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Por todo ello, aunque el estudio refiere las relaciones de gran nmero de vocablos, el relieve que adquiere la representacin de ellos ante el lector resulta mucho ms vivo y completo que la mera descripcin que ofrecen los lemas de los diccionarios. Las explicaciones se apoyan adems en la sintaxis que asigna la lengua latina a estos trminos especializados. En consecuencia, la descripcin se aparta por igual de la anotacin simplista de los semas, que de una complicada estructura impenetrable para la memoria y la paciencia del lector. Se trata de una descripcin prctica y til para que el aficionado a la comedia no salte sobre las palabras llevado del afn de seguir la peripecia o el chiste, sino que repare en los fragmentos de vida que trasportan los modelos cmicos tan disparatados e inverosmiles. Por otro lado, la lectura o la representacin de las obras despus de conocer los datos de este trabajo permite una mayor variedad de accesos al texto antiguo. Algunas de estas modificaciones que se aprecian en la comedia latina no son compartidas por otros gneros, pero en ellos se pueden encontrar algunos grupos de trminos relacionados aqu. Tambin se pueden buscar los que desempean una designacin semejante a la mostrada por los que corresponden a los ambientes y escenarios cmicos. Sin duda la expresividad cercana al lenguaje coloquial que caracteriza estas obras difcilmente se admite para los gneros elevados, dentro de la preceptiva antigua. La seleccin de ciertos vocablos con exclusin de otros es un elemento formal para la literatura antigua. Por eso, el descubrimiento de registros especficos siempre nos ayuda a comprender, no slo la composicin de la lengua en s, sino las piezas con que los crticos antiguos saban juzgar la imitacin literaria y el refinamiento de la ficcin que convenca al pblico, que interesaba a los lectores. Suponemos entonces que en este libro se han sacrificado estadsticas y datos de distribucin en aras de una perspectiva ms dinmica y literaria; por encima de la casustica, se consigue percibir algo de la estructura mental que el hablante competente en latn tena como patrimonio de su cultura. Tal vez por eso, las afirmaciones contundentes se atenan en las conclusiones finales, porque no se han podido probar por extenso ante el lector, que a cambio obtiene un esquema general til para explicar adecuadamente los usos en su contexto. Universidad de Len MARA ASUNCIN SNCHEZ MANZANO [email protected]
JAVIER VELAZA, M. Valeri Probi Beryti fragmenta, Universitat de Barcelona, Barcelona 2005, 176 pp. ISBN 84-475-2949-5.
No son muchos los fillogos modernos que en los tiempos actuales emprendan la ardua tarea de editar crticamente los textos de los gramticos latinos antiguos. Uno de ellos es precisamente Javier Velaza, que ha abordado la ardua tarea de enfrentarse a los M. Valeri Probi Beryti fragmenta. Si compleja es la edicin crtica de los textos completos de un autor, ms an resulta la de los fragmentos. Por tal motivo el empeo de Velaza ha de considerarse encomiable. Aunque los fragmentos no son muchos y en la mayor parte de los casos su extensin sea limitada, el mtodo de trabajo es apropiado y el resultado final muy satisfactorio, en nuestra opinin.
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En efecto, entendemos que se justifica bien en el Prefacio la necesidad de una nueva edicin porque hay motivos para eliminar ciertos fragmentos de autora dudosa y aadir otros anteriormente excluidos. Por otro lado, la disposicin del material en el aparato crtico permite seguir la procedencia y las diferentes vicisitudes que cada uno de los fragmentos ha tenido a lo largo de los siglos, no slo por lo que hace al texto en s, sino tambin en relacin a las ediciones de que han sido objeto. A su vez, el hecho de que el editor adopte una actitud muy conservadora en relacin al texto que se nos ha trasmitido no necesariamente debe devaluar el mrito de su trabajo filolgico, pues su actitud de prudencia parece que resulta la ms apropiada en relacin al tipo de textos que edita. De no poca utilidad para quien lea o consulte la obra reseada son los dos apndices finales, la Concordantia huius editionis cum iis ab Aistermann et Steup curatis y el Index nominum rerumque notabilium. Curiosamente no se ha hecho en el Prefacio ni siquiera una breve resea biogrfica del gramtico editado, como es costumbre, y que en este caso hubiera resultado adems muy pertinente. Tampoco se ha elaborado un ndice general que resultara de gran ayuda para localizar cada uno de los apartados del libro, que por ser numerosos precisan de una gua apropiada para facilitar una bsqueda rpida y eficaz. Para dar cuenta ms cabal de los contenidos del libro enumeramos con detalle los apartados y subapartados del mismo, pues entendemos que ello ayudar a comprender mejor los mtodos y objetivos que han guiado el trabajo del autor: Praefatio (pp. IX-X) Conspectus librorum saepius laudatorum (pp. XI-XIII) Conspectus editionum adhibitarum (pp. XIV-XX) Sigla codicum auctorum adhibitorum (pp. XXI-XXVIII) M. Valerii Probi Beryti fragmenta: Ex commentario Vergiliano fragmenta (pp. 5-49) Ex commentario Terentiano fragmenta (pp. 53-62) Ex silva observationum sermones antiqui fragmenta (pp. 65-84) Fragmenta dubia ad res grammaticas pertinentia (pp. 87-135) Concordantia huius editionis cum iis ab Aistermann et Steup curatis (pp. 137-146) Index nominum rerumque notabilium (pp. 147-152) La brevedad de la edicin crtica reseada se ve ampliamente compensada con la densidad de los datos que se aportan para cada caso, por tal motivo entendemos que ciertamente ha merecido la pena afrontar un trabajo filolgico en apariencia tan poco agradecido. Digamos, en fin, que por este motivo y porque indicar slo mediante la inicial el nombre propio puede ocasionar ciertos problemas innecesarios a quienes citen dicha obra el impresor debiera haber considerado oportuno dejar constancia expresa en la portada del libro de que el autor del mismo es Javier Velaza, no simplemente J. Velaza. UPV/EHU Marco A. GUTIRREZ [email protected]
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CARMEN ARIAS ABELLN (ed.), Latin vulgaire-Latin tardif, VII. Actes du VIIme Colloque international sur le latin vulgaire et tardif, Sville, 2-6 septembre 2003, Secretariado de publicaciones de la Universidad, Sevilla 2006. 572 pp. ISBN: 84-4720-883-4.
El volumen, sptimo de una ya prestigiosa serie, rene los trabajos del congreso que del 2 al 6 de septiembre de 2003 celebr en la Universidad de Sevilla el Comit internacional para el estudio del latn vulgar y tardo. Dedicado a la memoria del eminente latinista y romanista Jzsef Herman, promotor de estos encuentros trienales que l inici en Pcs (Hungra) hace dos dcadas, fallecido recientemente tras haber clausurado con su conferencia la reunin de Sevilla, el libro alberga en su inmensa mayora los trabajos presentados a dicha reunin, ofreciendo as una visin panormica de los derroteros por los que hoy se orientan los estudios en estos terrenos del latn vulgar y tardo y de la transicin a las lenguas romances. Se trata, en efecto, como es bien sabido, de un campo amplio y complejo, tan importante como difcil de delimitar diacrnica y sincrnicamente, tan rico como necesitado de la atencin constante de fillogos, lingistas, latinistas, romanistas, historiadores, etc. Desde casi todos estos campos de la actividad cientfica acoge el libro propuestas, que la editora, con buen criterio, a mi juicio, ha preferido organizar por orden alfabtico de autores. La amplia y variada procedencia de stos da a entender en qu medida quedan aqu reflejadas las tendencias e intereses predominantes hoy da en este mbito de estudios: Alemania (G. Galdi, Some remarks on the use of the ablative in central-eastern inscriptions; A. Kropp, Versprachlichung von Schadenzauberritualen in der Rmischen Antike; H. Ldtke, Le neutre espagnol chez Isidore de Sville; R. Mller, Die sptantike Historiographie und Isidors Epochen des Lateinischen), Austria (M. Iliescu, Traits lexicaux gnraux dans le vocabulaire latino-roman), Dinamarca (G. Haverling, On cases and prepositions in vulgar and literary late latin), Espaa (O. lvarez Huerta, El trmino subdiuanus en el Itinerarium Egeriae; C. Arias Abelln, Los adjetivos albus-candidus en la poesa epigrfica pagana y cristiana; M. Ariza Viguera, El supuesto influjo suritlico; C. Cabrillana, Factores condicionantes en la expresin de la posesin en latn clsico y tardo; J. Castro Snchez, El himno de mediante quadragesima Fabens redemtis voto abstinentie de la liturgia hispnica. Anotaciones al texto; J.A. Correra Rodrguez, El latn de las monedas visigodas; J.M. Escol Tuset, El latn del obispo Justo de Urgell; A. Ferraces Rodrguez, Notas crticas y lxicas al captulo De puero [et] virgine del Liber medicinae ex animalibus de Sexto Plcido; C. Gallardo, El latn vulgar y algunas inscripciones de Hispania; B. Garca-Hernndez, Homonimia y latn vulgar en el libro I de las Differentiae de Isidoro; A.M. Martn Rodrguez-J.J. Belln Fernndez, Comerse el manso: el hipottico origen latino de una expresin coloquial; A. Moure Casas, Cuestiones de norma y registro en la lengua de Egeria; E. Nieto Ballester, Euphrasia, Eupraxia, Orpesa, Offreisa. Una nota de onomstica toponimia y antroponimia en latn tardo de Espaa; M. Rodrguez-Pantoja, Latn vulgar en la poesa epigrfica), Finlandia (L. Lfstedt, Le type vestra fraternitas dans le Decretum Gratiani; H. Solin, Eigennamen und Vulgrlatein), Francia (F. Biville, Doublets et gloses synonymiques dans les traits latins tardifs; L. Callebat, Observations sur la constitution des vocabulaires techniques; M. Campetella, Superstition et magie chez Csaire dArles, 470-542; V. Gitton-Ripoll, Traits de langue tardifs chez Plagonius;
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O. Spevak, Quod, quia et les locutions conjonctives <Isidore de Sville, tymologies 10>), Hungra (B. Adamik, Offizielles Kommunikationssystem und Romanisierung; T. Adamik, Veturia unicuba uniiuga CLE 558; J. Herman, La chronologie de la transition du latin aux langues romanes: un dossier revisit; S. Kiss, Fonctionnement des connecteurs dans les chroniques latines du Haut Moyen ge), Inglaterra (Ph. Burton, The paralinguistic in Augustines Confessions, speech acquisition, groaning, wailing, weeping and singing; R. Maltby, Gerunds, gerundives and their greek equivalents in latin Bible translations; R. Wright, La representacin de las vocales en las actas del concilio de Crdoba de 839. Una investigacin sociofilolgica), Italia (A. Bertocchi-M. Maraldi, Menaechmus quidam. Indefinites and proper nouns in classical and late latin; G. Calboli, Encore une fois sur les tablettes de Murcine; L. Ceccarelli, Note sullH iniziale in Venanzio Fortunato; V. Ferraro, Dal lat. solutus allit. sollo; F. Foschi, La Regula canonicorum di Crodegango di Metz: alcuni problemi linguistici e di metodo; P. Molinelli, Per una sociolinguistica del latino; F. Stella, Indicatori statistici di prossimit al protoromanzo: applicazioni sperimentali alla poesia ritmica altomedievale), Polonia (W. Manczak, Latin vulgaire et latin archaque), Repblica Checa (A. Bartonk, Classical and vulgar latin and greek: some problems to be solved), Suiza (B. Maire, LObstetrix de Mustio. Ou comment una acoucheuse et faiseuse danges ivrogne devient une medica), Se trata, pues, de trabajos muy diferentes en temtica, planteamiento y orientacin, que tanto en s mismos como por la garanta que ofrecen los autores son del inters no ya de los que se dedican al latn vulgar y tardo sino de los que estudian la lengua y literatura latinas clsicas o de pocas posteriores o de los que trabajan sobre las lenguas y literaturas romances; y, por supuesto, de los que se ocupan de lingstica en general o se interesan por la configuracin de lo que hoy entendemos por civilizacin o cultura europea. De la excelente factura y presentacin es responsable la Profesora de la Universidad de Sevilla, Carmen Arias Abelln, editora del libro y autora del prlogo, a la que corresponde tambin el gran mrito de haber organizado y coordinado tan relevante convencin cientfica. Universidad de Granada Jesus LUQUE MORENO [email protected]
AGUSTN LPEZ-KINDLER, Sidonio Apolinar: Poemas selectos. Introduccin, edicin, traduccin y comentario, EUNSA, Pamplona 2006, 170 pp. ISBN: 84-313-2343-4.
La novedad principal que presenta la obra de Lpez-Kindler (en adelante L-K) es doble: de un lado, la de ser la primera traduccin al espaol de una serie concreta de poemas de Sidonio Apolinar1; de otro, algo que comparte con el resto de volmenes que forman parte de la reciente series minor de la Coleccin Mundo Antiguo de la Univer1 Muy reciente (2005) es tambin la publicacin en Gredos de una traduccin de los poemas de Sidonio por parte del propio Lpez-Kindler.
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sidad de Navarra que coordina la Dra. C. Alonso del Real: la integracin de introduccin, edicin, traduccin y comentario en una sola obra, con la utilidad que ello supone en el estudio filolgico. En su introduccin, L-K aborda concisamente los puntos que resultan especialmente clave para situar el contenido del propio libro. Adems de unas breves pinceladas biogrficas, el autor dedica un apartado a la obra potica de Sidonio; en ella, por un lado, ofrece una visin general de la misma, data su publicacin y clasifica sus subgneros (panegricos, epigrammata o nugae, inserciones en su correspondencia); por otro, justifica la antologa de poemas escogidos para su estudio. Es lgicamente en este segundo punto donde L-K se extiende ms, puesto que describe su objeto de trabajo. Los carmina examinados constituyen un conjunto representativo de cada uno de los subgneros previamente distinguidos: as, de los panegricos se ha elegido el ms personal de ellos, el dedicado a su suegro el emperador Avito (6-7); como representantes del segundo grupo se cuentan los poemas 14 y 15 epitalamio ms original y el poema 16, en honor del obispo Fausto. Por ltimo, aparecen los poemas 30 y 41, que se encuentran insertos en la cartas 4, 11, 6 y 9, 16, 3 respectivamente. El resto de los apartados de la introduccin estudia el problema de las fuentes textuales, la lengua y la personalidad del autor. L-K trata estas cuestiones con extraordinaria claridad, algo especialmente importante si cabe y muy de agradecer en las cuestiones de crtica textual. En este punto, L-K deja claro que su trabajo se ha centrado sobre el aparato crtico de la edicin de los MGH y las aportaciones puntuales de otras ediciones posteriores (bsicamente la de Mohr para Teubner, la de Loyen para Belles Lettres o la de Anderson para Loeb), de las que el editor da detallada cuenta en el aparato crtico. La influencia que Sidonio ejerci en su poca queda ponderadamente aclarada en el anlisis que realiza L-K sobre la personalidad del autor (pp. 24-26); en este sentido, quedan superadas, a mi juicio, las opiniones negativas dominantes entre gran parte de la crtica durante cierto tiempo. La traduccin realizada L-K resulta muy elegante; el autor se concede cierta libertad en algunos pasos sin perder el estilo de Sidonio, en el que queda reflejado su gran altura literaria: estilo pico y grandilocuente en ocasiones, preciosismo lingstico y estilstico, etc. Es de destacar tambin la pericia de L-K para traducir neologismos, helenismos, palabras de uso poco frecuente o incluso con cierto grado de tecnicismo. En cuanto al comentario, se ha tenido gran cuidado de hacer las referencias oportunas a los profusos cuadros mitolgicos tan presentes en Sidonio y en cuestiones histricas necesarias para entender en todo su sentido el texto sidoniano. Asimismo, se encuentran referencias de las fuentes clsicas presentes en la obra del autor, que ponen de manifiesto el profundo conocimiento que Sidonio tena de ellas. En otro orden de cosas, resulta muy til el ndice final (pp. 165-170) de trminos latinos comentados, as como de algunas de las particularidades de la lengua sidoniana que se ponen de relieve en el texto examinado. Por lo que respecta a cuestiones formales, se hubieran agradecido las referencias concretas de las alusiones a estudios ms y menos monogrficos sobre la obra de Sidonio (Baret en la p. 19 21; Norden, Anderson, Loyen, Palmer o Fontaine en las pp. 2223; Beltrn Serra en p. 122; Nics Montoto en p. 143). Tambin, y esto entra dentro de las opciones que el editor tiene entre las diversas posibles, podra haberse dado un elenco bibliogrfico ms amplio en el que figurasen trabajos que ofreciesen al lector-investigador la posibilidad de efectuar un estudio ms detallado de algunas cuestiones; as,
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y a ttulo de ejemplo, estn los trabajos de R. Gnther (Apollinaris Sidonius. Eine Untersuchung seiner drei Kaiserpanegyriken, en Romanitas - Christianitas. Untersuchungen zur Geschichte und Literatur der rmischen Kaiserzeit. Festschrift Johannes Straub, Berlin-New York 1982, pp. 654-660) o W. Schetter (Zur Publikation der Carmina minora des Apollinaris Sidonius, Hermes 120 (1992), pp. 343-363). Pocas erratas tipogrficas se pueden ver en esta cuidada edicin: al comienzode (p. 35), t (p. 43), Este, por ste o unico (p. 51), amplia por ampla (p. 151), SIERRA, por SERRA (p. 161). No he detectado ninguna en el texto latino ni en el aparato crtico. En definitiva, nos encontramos ante un libro imprescindible para el estudio textual e interpretativo de las composiciones sidonianas recogidas en esta antologa. Universidad de Santiago de Compostela Concepcin CABRILLANA [email protected]
MARTHA PATRICIA IRIGOYEN TROCONIS (ed.), Sobre el significado de las palabras (Digesto 50.16), UNAM, Mxico, 2005, XLI + 53 + 53 pp. ISBN 970-32-2006-1. Sobre las diversas reglas del derecho antiguo (Digesto 50.17), UNAM, Mxico, 2005, XXXVII + 23 + 23 pp. ISBN: 970-32-2294-3.
He aqu en edicin bilinge los dos ltimos ttulos del Digesto. Como bien dice la editora, ambos presentan la particularidad de ser especiales y no guardar relacin orgnica con los dems del libro 50, a la vez que destacan por su gran inters para romanistas y fillogos. El primero fue editado ya en 1997 y de l dimos cuenta en la revista Emerita (69, 2001, 167-168); en el momento de preparar la nueva edicin, corregida y aumentada, la editora desconoca nuestra resea, por lo que no la ha tenido presente. No mucho ms podemos aadir ahora a lo que decamos all. El lector puede hacerse una idea del valor que tiene este ttulo decimosexto para el fillogo por su propia intitulacin (De uerborum significatione), que viene a coincidir con la del tratado de Festo (De uerborum significatu). El lexiclogo, en particular, disfrutar con la definicin precisa por medio de sinnimos, con la descripcin casi lexicogrfica de las palabras polismicas, con el acierto del anlisis etimolgico. Un ejemplo de cada uno de estos fenmenos servir para ilustrar lo que decimos. La marca de la pluralidad distingue a palam ( 33) de su sinnimo coram: palam est coram pluribus (Pblicamente es en presencia de muchos). Poco se echa de menos en la polisemia de puer (204), del que se dan los significados de esclavo, nio, opuesto a nia, y edad pueril, comprendiendo a esta. La relacin etimolgica que presenta a seruus (preservado) como adjetivo de seruare (guardar), considerada durante mucho tiempo como popular, es la autntica1: Seruorum appellatio ex eo fluxit, quod imperatores nostri captiuos uendere ac per hoc seruare nec occidere solent (239.1): La palabra serui
Cf. B. GARCA-HERNNDEZ, Lat. seruo. Anlisis estructural e investigacin histrica, B. Bureau & Ch. Nicolas (eds.), Moussyllanea. Mlanges de linguistique et de littrature anciennes offerts Claude Moussy. Lovaina / Pars, Peeters, 1998, p. 171.
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<o esclavos> proviene de que nuestros generales suelen vender a los prisioneros y por ello los conservan y no los matan. La traductora ha tenido en cuenta la versin dirigida por A. DOrs, pero por lo general opera, para bien, con independencia de ella. Algn detalle de precisin podemos apuntar todava. Legumbres, que pueden ser secas o verdes, es una traduccin ms exacta de legumina que verduras (77). La expresin continentia aedificia y similares, que se repiten varias veces (2, 139, 154, 173), merecen la traduccin que se daba en la edicin anterior en 87 (edificios adyacentes) y la que se da en 99.1 (contiguos). La traduccin por obra o por consejo de la expresin ope consilio (53.2), que sigue la pauta de la de DOrs, no resulta clara. Consejo implica en espaol una relacin intersubjetiva (el consejo que se da y se recibe) que no implica ah consilium; al contrario, este tiene el valor de propsito, intencin, determinacin propia; luego la traduccin debe ser de obra y con intencin. El final del prrafo confirma que ha de interpretarse as: Sin duda, siguiendo la autoridad de los antiguos, se ha llegado a considerar que nadie haya cometido hurto por obra [ope], a no ser que hubiera tenido una intencin [consilium] malvada, y que no <le> perjudique el haber tenido <esa> intencin [consilium], a no ser que hubiera seguido el hecho [factum]. Lejos de suponer consilium una relacin diattica (intersubjetiva), representa junto con el otro sustantivo una relacin aspectual (intrasubjetiva), la de la intencin o del conato (consilium) frente al desarrollo o al resultado de la accin (ops, factum). En el segundo libro se sigue el mismo orden de composicin y paginacin que en el primero. El texto latino y su traduccin constituyen la parte central, en nmeros arbigos, mientras la introduccin y el apndice con los ndices llevan numeracin romana. En unas breves pginas preliminares se explica el mtodo seguido y los objetivos propuestos. En el estudio introductorio se hacen tiles indicaciones sobre la gran labor legislativa desarrollada por el emperador Justiniano y sobre los principales juristas con aportaciones al Digesto, que recoge la doctrina de los jurisconsultos romanos de la poca clsica. Tngase en cuenta que la poca dorada del Derecho Romano coincide con la etapa histrica del Principado, desde el 27 a. C. hasta mediados del siglo III. En los dos libros se hace una descripcin de la estructura y composicin del Digesto. En este ltimo aspecto, se concede la importancia que merece a la teora de las tres masas propuesta por F. Bluhme en 1818, que revela la existencia de tres subcomisiones en la compilacin de la obra. La masa sabiniana, la edictal y la papinianea constituyen los tres grupos principales de textos que pueden sucederse en orden diferente. As el ttulo 17 se compone de una masa sabiniana ( 2-40), una edictal (41-56), una papinianea (57101) y de una nueva masa edictal (102-167), seguida de otra papinianea (168-210). La primera est formada por 39 fragmentos, la segunda por 81 y la tercera por 86. Es de alabar el criterio de literalidad con que se ha elaborado la traduccin, lejos de esa laxitud que lleva a menudo a los traductores a convertir el texto en pretexto para el parafraseo literario. Tratndose de una obra de carcter jurdico y lingstico, esa condicin de justeza y concisin se hace ms necesaria. Aun siendo buena la traduccin del primer libro, la del segundo nos parece superior. Sin embargo, los traductores sabemos por experiencia que en este oficio la limae labor es una cuestin de nunca acabar. Un riesgo de la literalidad es dejarse llevar por el vnculo etimolgico. Lo hemos visto en el ttulo anterior a propsito de consilium, traducido por consejo, y podemos comprobarlo aqu en iniuria (111), traducido por injuria, que es sobre todo el agravio verbal; sin embargo, la palabra latina es cualquier tipo de agravio: as que su traduccin
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por agravio parece ms correcta. En la traduccin etimolgica se puede perder el sentido tcnico del trmino jurdico. As, repetere (84) y repetitio (41, 53), vertidos por repetir y repeticin, no dan el sentido jurdico que tendran reclamar y reclamacin en su lugar. Al fin y al cabo, esas palabras no son sino compuestos de petere y petitio, que, al menos en los prrafos 88, 173,3 y 186, se traducen con ese sentido jurdico. Se trata, en suma, de dos ediciones bilinges que cumplen satisfactoriamente el fin didctico, propuesto por la autora, de servir a los estudiantes y especialistas de Derecho Romano, as como a los de Filologa Latina. Su fcil manejo y su brevedad hacen de ellas dos introducciones ideales para adentrarse en el conocimiento del lenguaje jurdico y de cuestiones palpitantes del derecho privado romano. Universidad Autnoma de Madrid Benjamn GARCA-HERNNDEZ [email protected]
NIETO IBEZ, Jess Mara: La novela en la literatura espaola. Estudio sobre mitologa y tradicin clsicas (siglos XIII-XVII), Universidad de Len, Len, 2004, 149 pp. ISBN: 84-9773-123-9.
Se recogen en este volumen cuatro contribuciones del autor a los Coloquios Internacionales de Filologa Griega celebrados en la UNED entre los aos 2000 y 2003. El director de estos cursos, el Dr. Juan Antonio Lpez Frez, en un sucinto, pero enjundioso prlogo (pp. 11-13), ofrece una sntesis de cada trabajo. El propio autor, por su parte, expone a continuacin (pp. 15-17) las circunstancias de la composicin de la obra, su estructura y su objetivo: contribuir al estudio de la tradicin clsica en algunas novelas medievales, renacentistas y barrocas, incluyendo entre las primeras al Libro de Apolonio, que, aun no siendo novela, ha sido calificado de novela bizantina versificada en cuaderna va (p. 15). La obra se divide en dos partes (la novela medieval y la novela en los Siglos de Oro). El primer captulo de la primera parte se dedica, precisamente, al Libro de Apolonio. Tras contextualizar la obra en el mbito de la Edad Media espaola (y, ms concretamente, del llamado Mester de Clereca), se ofrece un anlisis del argumento y la mencin de sus posibles fuentes. Entre las fuentes clsicas, destaca sobre todo la novela bizantina, pero se ha hablado tambin de un influjo de la Odisea, con la que el poema medieval presenta curiosas coincidencias: el mar como marco de las aventuras, la llegada del hroe, desnudo y fatigado, a Pentpolis, que recuerda a la de Odiseo al pas de los feacios, el enamoramiento de la hija del rey al or el relato de sus aventuras... Hay tambin en Apolonio rasgos del hroe trgico, que debe someterse a un duro destino, del que sale finalmente victorioso (p. 24). En su capacidad resolutoria de enigmas se ha visto una huella de Apolonio de Tiana en Filstrato. Pasando a los autores latinos, hay ecos de versos de Virgilio, Horacio y Ovidio, adems de la posible influencia como modelo heroico de Eneas, un hroe con corazn humano y lgrimas en los ojos (p. 26). Admite el autor el influjo de la historia ovidiana de Mirra en el episodio del incesto, pero el padre de Mirra en Ovidio no se llama Tas, como se dice en la p. 26, sino Cniras; el incesto, por lo dems, es aqu la obra del padre, y no de la hija, como en el supuesto modelo ovidiano. Como propedutica al estudio de la presencia de la mitologa en el
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Libro de Apolonio, se estudia el empleo de sta en la Historia Apollonii Regis Tyri, la previsible fuente ltima. Quizs, si el libro est pensado para un pblico ms amplio que el de los filolgos clsicos, no habra estado de ms traducir los textos latinos, que remiten, en nota, a la estrofa correspondiente del poema medieval hispano. La prctica totalidad de las referencias mticas de la fuente ha sido eliminada en el Libro de Apolonio, dado el tono cristiano del poema; lo poco que queda es ya slo referencia erudita, pero Apolonio, opina Nieto, puede considerarse, pese a ello, un hroe clsico adaptado a una nueva realidad, un hroe odiseico convertido en hroe cristiano (p. 33). El captulo segundo se dedica a La novela sentimental del siglo XV (pp. 39-68). Adems de insistir en la influencia del neoplatonismo en el amor cortesano, se aduce como antecedente clsico de la temtica de este gnero las Heroidas de Ovidio, que haban sido traducidas al castellano en la corte del Rey Sabio (Libro de las Dueas), y ms tarde por Rodrguez del Padrn en el Bursario. Esta vuelta a los modelos clsicos trajo consigo un repunte de la mitologa, que se expresa fundamentalmente en clave alegrica. En este punto, no puede dejar de mencionarse la personificacin del amor, que comparece como un dios vengador y celoso, y la conversin alegrica del sentimiento amoroso en una autntica religin, con claras analogas con el ideario cristiano; pinsese en la veneracin por la amada, tan prxima al culto a la Virgen, o en la comparacin de los padecimientos del enamorado con la pasin de Cristo, que hacen de aquel un mrtir de su particular fe; aunque la finalidad de todo ello, concede Nieto, es la de exaltar el amor, ms que la de burlarse de la religin, que sera lo propio de un enfoque pardico. En la parte final del captulo se pasa revista a las novelas ms importantes, cuyo argumento se resume, y se citan los posibles elementos relacionados con la mitologa clsica o la historia antigua. Los personajes comparecen con frecuencia agrupados en catlogos, como el de mujeres buenas y fieles de Crcel de Amor, o los usuales listados de enamorados vencidos por Cupido, que suelen incluir a grandes personajes de la mitologa, la historia antigua o la Biblia. Adems, la mayor parte de estas novelas se ubica en escenarios fantsticos, que remiten en muchos casos a la historia antigua (Macedonia, Tebas...) o la mitologa, con viajes martimos llenos de peligros que se comparan con las travesas de Ulises o Jasn. Y, como es natural, no poda faltar el viaje fantstico por excelencia en la literatura antigua, la catbasis, que nos lleva a un infierno de los enamorados en el que no faltan ni la tpica topografa de los lugares infernales (Leteo, Campos Elisios, Aqueronte), ni los personajes pintorescos que lo pueblan (Crbero, Caronte, Ticio, Ixin, Pirtoo, Ssifo, Tntalo...), interpretados, por supuesto, alegricamente. A la hora de evaluar los numerosos ecos mitolgicos que se aducen, en algn caso, naturalmente, la interpretacin es discutible. As, al hacer referencia al disfraz mujeril de que se vale Arnalte en el Tratado de amores de Arnalte y Lucenda (1491), de Diego de San Pedro, para poder hablar con su amada, se sugiere que podra tratarse de un eco del episodio de Aquiles y Deidama, lo que vendra a ser un influjo ovidiano a travs del Arte de Amar, aunque en la p. 47 se seala que el precedente ms prximo es la Historia de duobus amantibus; puestos a buscar precedentes ovidianos, podra haberse aducido con mayor razn la historia de Vertumno y Pomona en las Metamorfosis, pues Aquiles no se viste de mujer para acceder a su amada, pero Vertumno s. En el anlisis de Grisel y Mirabella, de Juan de Flores, tal vez no habra estado de ms indicar que el comienzo de la historia, en el que el padre de la princesa Mirabella la encierra en una torre lo cual no impide que el caballero Grisel consiga tener relaciones con ella, podra ser eco lejano de las aventuras de Dnae. Termina, en fin, el captulo con un anliRevista de Estudios Latinos (RELat) 6, 2006, 241-263
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sis de Crcel de Amor como hipertexto alegrico de la fbula de Apolo y Dafne, resumiendo el trabajo, creo que no muy convincente, de C. Allaigre1. El captulo tercero, con el que se abre la segunda parte, estudia la presencia de la tradicin clsica en El Lazarillo de Tormes y sus continuaciones (pp. 71-94). El Lazarillo por antonomasia (1554) slo documenta una referencia explcita a la mitologa, a propsito del cierre y la apertura clandestina del arca de pan del clrigo por parte de Lzaro (Finalmente, parecamos tejer a destajo la tela de Penlope. Pues cuanto l teja de da, rompa yo de noche, cita en p. 75). En cambio, la impronta clsica es ms abundante en las citas y alusiones a autores de la literatura y de la historia grecorromana. As, y en clave pardica, el ciego sabe ms medicina que Galeno, y es, en generosidad, un Alejandro, claro est que comparado con el cura de Maqueda; el escudero, por su parte, se parangona con Ovidio en su facilidad para halagar a las mujeres. Se citan a continuacin posibles fuentes lejanas que la crtica ha postulado: la Odisea, con su protagonista de vida desafortunada y llena de viajes; los esclavos de la comedia plautina y terenciana, que podra haber influido tambin en el lenguaje realista y el descaro de algunas escenas; el Satiricn, modelo de literatura de viaje y de narracin autobiogrfica; el Asno de Oro, posible modelo del tema del pcaro que sirve a muchos amos; la Vida de Esopo y, en fin, el Falso profeta de Luciano, el gran falsario que sola fingir transportes divinos. En cuanto a las continuaciones, la Segunda parte de Lazarillo de Tormes (Amberes 1555) no tiene relacin ni an semejanza con la obra original, ni con el gnero picaresco propiamente dicho, pues el realismo, la irona, la stira, y la tendencia a la verosimilitud dejan aqu paso a una novela de transformaciones animalescas, de gusto lucianesco. No hay ni una sola referencia a la mitologa clsica, aunque toda la novela es un autntico mito de metamorfosis (p. 81). Lzaro, ya maduro, se embarca en la expedicin a Argel de 1541, naufraga y en una cueva submarina se convierte en atn, y en esta forma participa en fantsticas guerras, recobrando por fin la forma humana gracias a unos pulpos. En todo ello parece haber un influjo combinado de Luciano y Apuleyo, pero imitados en lo ms epidrmico e insustancial (p. 82). Se asoma, tambin, Nieto a las interpretaciones alegricas que se han propuesto, que han querido ver en las aventuras submarinas de Lzaro, por ejemplo, una novela en clave sobre las andanzas de los conversos espaoles. Los exempla sacados de la Antigedad, de los que se ofrece un elenco, son, normalmente, pardicos. El realismo de la Segunda parte del Lazarillo de Tormes, de Juan de Luna (Pars, 1620), se opone, en cambio, a las aventuras imaginarias de su inmediato antecesor y se aproxima a la stira social del modelo primigenio. Mantiene, con todo, el motivo de la participacin en la expedicin de Argel, el naufragio y la conversin en pez, aunque tratados en clave realista: se trata ahora de una falsa conversin, una treta de pcaros sin intencin alegrica alguna. Las alusiones mticas, escasas, son muy superficiales: Hrcules como modelo de fuerza... El Lazarillo de Manzanares, en fin, de Juan Corts de Tolosa (1626), es una obra de valor literario escaso y mediocre, farragosa y llena de ancdotas e historias intercaladas. El Lzaro de esta obra empieza, como su modelo, como criado astuto por necesidad, para terminar convertido en un maestro de escuela acomodado que marcha a las Indias en busca de aventuras. Las referencias al mito clsico son en esta obra ms frecuentes que en las versiones anteriores.
1 Les lauriers dApollon. Fable, mythe et exemplarit dans le trait damour de Diego de San Pedro, en J.C. Chevalier - M.F. Delport (ed.), Mlanges offerts M. Molho, Paris,1988, vol. I, pp. 9-25.
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En el captulo cuarto, La novela picaresca del siglo XVII (pp. 95-130), se estudia la pervivencia de la mitologa desde una triple perspectiva: a) empleo pardico o burlesco del mito; b) empleo del mito con sentido moral; c) meras alusiones acadmicas y eruditas. Encontramos empleos pardicos del mito, por ejemplo, en la genealoga del pcaro; as Estebanillo piensa que bien pudo su madre soar que el fruto de su vientre haba de ser una antorcha que incendiase Galicia; Justina, por su parte, se pone en parangn con Pandora, Orfeo o Aglaia; es ms alabada por casta que Lucrecia y por valerosa que Semramis. Guzmn de Alfarache es un nuevo Ssifo, y Estebanillo, un segundo Acten, frecuentemente acosado por los perros. En cambio, empleos del mito con sentido moral encontramos, por ejemplo, en la segunda parte del Guzmn, cuando la figura de Circe, conversora de hombres en animales, se emplea como encarnacin de la ciega voluntad humana, que arrastra a lo inconveniente (p. 119); aunque no me parece a m que se trate exactamente, como dice Nieto, de una equiparacin, sino ms bien de un contraste: Circe converta a los hombres en animales, que seguan, bajo su apariencia bestial, sintiendo y comportndose como hombres; la ciega ambicin, en cambio, les deja la apariencia de hombres, pero los hace comportarse como animales. Concluye el volumen con una Bibliografa (pp. 131-138), dividida en sendos apartados de ediciones y estudios, un ndice de nombres propios (139-145) y un ndice de personajes y motivos mitolgicos (147-149). Ofrece en este libro Jess Mara Nieto infinidad de materiales utilsimos para la docencia y la investigacin en tradicin clsica, abordados desde una doble perspectiva: presencia de elementos de la novela antigua en la novela espaola de los primeros siglos, y presencia de elementos clsicos (mitologa y ecos textuales) en las primeras novelas espaolas. Quizs, a la vista de la intencin de la obra (contribuir al estudio de la presencia clsica en las primeras novelas espaolas), habra sido interesante centrarse en la pervivencia del gnero novelesco clsico en los primeros siglos de nuestra literatura, y distinguir entre la herencia de la novela griega (por ejemplo, el Persiles) y la novela romana (por ejemplo, el Lazarillo), y tambin reflexionar sobre la conversin en novela de material que en la literatura clsica perteneca a los gneros poticos, como la buclica, que est en la base de la novela pastoril. Este trasvase genrico, por lo dems, podra dar pie a una reflexin sobre la circularidad de los gneros literarios: si la Odisea es, en buena medida, el arquetipo de la novela griega, que descabalg al hroe mtico como protagonista para reemplazarlo por el individuo comn, y sustituy el verso por la prosa, la novela griega, pasada por el tamiz de la adaptacin romana, es, a su vez, el arquetipo del Libro de Apolonio, con el que volvemos de la prosa a la pica en verso. Y, a su vez, la novela pastoril, prosificacin, en cierta medida, del gnero potico buclico, da cabida a una serie de cantos metapoticos que abren de nuevo la puerta a la poesa. Y, si el autor hubiera querido profundizar en la herencia de la literatura clsica en la novela espaola con un enfoque que fuera ms all del recuento crtico de referencias mticas o ecos literarios tarea, por otra parte, muy necesaria, podra, tal vez, haber reflexionado sobre lo siguiente: aunque cualquier alumno principiante de literatura clsica se sorprende de que la historia, la filosofa, la ciencia, fueran gneros literarios en la antigedad, y de que su finalidad fuera ms artstica que cientfica, y que se pusiera por delante de la verdad la verosimilitud, sin embargo, el auge en nuestra poca de la novela histrica, o el xito de ventas de la tica a Amador de Savater o El mundo de Sofa, de las novelas de Asimov y mucho antes, de las de Julio Verne y hasta las obras divulgativas de S. Hawkins indican que los gneros literarios antiguos no estn tan muertos como se dice, y que el espirtu de la historiografa, la filosofa y la literatura cientfica y tcnica de los
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antiguos sigue, en cierto modo, vivo, y en buena medida, vivo en la moderna novela; aunque algunos de sus cultivadores como el inefable Jourdain molieresco estn hablando en prosa sin saberlo. Pero tener en cuenta todos estos factores habra supuesto, naturalmente, escribir otro libro, y no creo que sea justo juzgar a Nieto por lo que podra haber hecho, en lugar de por lo que nos presenta: un estupendo libro de tradicin clsica, til tanto para los estudiantes como para los profesores. Antonio Mara MARTN RODRGUEZ [email protected]
SNCHEZ DE LAS BROZAS, Francisco, Declaracin y uso del relox espaol entretexido en las armas de la muy antigua y esclarecida casa de Rojas, con el mesmo relox agora nuevamente compuesto por Hugo Helt Frisio y romanceado por Francisco Snchez natural de las Broas, con algunas addiciones del mesmo. Introduccin. Edicin y notas de Csar Chaparro Gmez, Institucin Cultural El Brocense de la Diputacin de Cceres, Salamanca 2006, 161 pp. ISBN: 84-95239-96-5. La esfera del mundo de Francisco Snchez de las Brozas. Introduccin. Edicin y notas de Csar Chaparro Gmez, Institucin Cultural El Brocense de la Diputacin de Cceres, Salamanca 2006, 177 pp. ISBN: 84-95239-98-1.
Los estudiosos del humanismo hispano estamos de enhorabuena ante la publicacin conjunta de estas dos obras del Brocense a cargo de uno de los mejores especialistas de su obra, el Dr. C. Chaparro Gmez. Ha sido un absoluto acierto la idea de editar y estudiar simultneamente unos opsculos que, junto con la edicin del De situ orbis de Pomponio Mela, conforman el tro de temtica cientfica del humanista extremeo. Como bien seala el editor, es este un aspecto de la vasta produccin sanctiana al que hasta ahora no se le haba prestado la atencin debida. Con buen criterio el editor ha puesto al frente de ambas obras una atinada y erudita introduccin general, donde aborda la enseanza de la cosmografa, pasa revista a los cosmgrafos y astrnomos en la Universidad de Salamanca, y estudia la aportacin del Brocense a la cosmografa. De esta suerte, aunque ambos opsculos se presentan en un mismo estuche, el estudioso podr leerlos con mayor facilidad por separado, llegado el caso. El opsculo Declaracin y uso del relox espaol va precedido de una magnfica introduccin, donde el Dr. Chaparro acierta a darnos las claves para comprender el trabajo en latn de Hugo Helt y de su posterior traduccin por el Brocense. El investigador comienza presentando la edicin salmantina de 1549, lamentando la desaparicin de la lmina que ilustraba el instrumento y dejando claro que, al no encontrarse en la actualidad el original latino de Helt, es difcil delimitar la labor de nuestro compatriota y saber con exactitud cules fueron sus adiciones. La desaparicin de la mencionada lmina en los ejemplares conocidos constituye ciertamente, como ya seal en el s. XVIII Mayans y Siscar, una gran prdida. No cabe duda de que la misma llam la atencin desde el propio Renacimiento. Recurdese, por ejemplo, que, cuando el 27 de agosto de 1583 Enrique Cock enva por primera vez desde Salamanca a Toledo un ejemplar sin encuadernar de la Declaracin y uso del relox
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espaol que Andrs Schott le haba pedido en otra misiva, catorce das antes, hace mencin explcita a la tabella como tambin lo haba antes el propio peticionario: Hugonis Heltii Horologium a Sanctio translatum tibi mitto una cum tabella incompactum. El Dr. Chaparro aborda tambin, dentro de la finalidad y motivos de la obra, la relacin del flamenco Hugo Helt con la familia hispana de los Rojas, y a continuacin pasa a estudiar el contenido y estructura de los veintin captulos del opsculo, as como otras cuestiones entre las que cabe destacar el fino estudio de las iuncturae del epigrama latino y de la posible consideracin de ste como antepuerta del soneto vernculo de Juan de Mal Lara. La introduccin se cierra, por ltimo, con un apartado con las normas de la edicin, donde el editor, siguiendo una lnea filolgica muy acertada, explica que, ante las muchas variaciones grficas y lingsticas que presentan los textos castellanos de esta poca, opt por ser respetuoso con casi todas ellas. La edicin de la obra Declaracin y uso del relox espaol mejora sin lugar a duda la realizada en 1984 por Claudio de Elejabeitia con un estudio introductorio de Francis Maddison. La edicin del Dr. Chaparro traduce con elegancia el epigrama latino del Brocense y saca a la luz la dedicatoria al Marqus de Poza y el soneto de Juan de Mal Lara, de los que incomprensiblemente se haba prescindido en la edicin anterior. El texto editado va acompaado de numerosas notas de diversa ndole y de gran importancia para la comprensin de un texto de gran complejidad. Nos encontramos, en definitiva, con una magnfica edicin y estudio de un trabajo del Brocense que, pese a haber sido hecho en su etapa de juventud, cuando apenas contaba veinticinco aos, pone de relieve ya la proyeccin internacional que a la postre habra de tener su obra. Si de gran calidad es la edicin y estudio de la Declaracin y uso del relox espaol, no menor es la dedicada a editar, traducir y estudiar La esfera del mundo. Debemos recordar que el Dr. Chaparro ya haba abordado la misma en un grueso artculo que se public en la revista Alcntara en 1985, que sirve de base a la edicin actual. El trabajo ahora publicado supera con mucho el sacado a la luz anteriormente por varias razones. En primer lugar, porque la obra del Brocense se publica ahora en formato de libro, como era necesario. En segundo lugar, porque el autor incorpora ahora de forma conjunta otras investigaciones por l realizadas a lo largo de estos aos. La introduccin general se abre abordando las dos ediciones de la Sphaera mundi (Salamanca, 1579 y 1588) y su finalidad. El investigador seala que la obra obedece a la regencia de la Ctedra de Astrologa en la Universidad salmantina por parte del maestro Snchez de las Brozas en el ao de 1578, hecho que aceptamos pero recordando, como ya hemos hecho en otro lugar, que la finalidad de la obra puede guardar tambin relacin con los ejercicios escolares de retrica, pues Aftonio ejemplifica las tesis tericas (contemplatiuae theses) cuestionando si el cielo es de forma esfrica o si ha muchos mundos (an globosum coelum, an multi sint mundi). A continuacin el investigador aborda los antecedentes y contenido de la obra: en primer lugar estudia la Esfera de Juan de Sacrobosco, despus los criterios de composicin y significado de la Sphaera mundi del Brocense, y, por ltimo, las referencias y fuentes clsicas de esta misma obra. Como colofn, encontramos un apartado con las normas de la edicin, donde, entre otras cosas, el editor seala que, como es lgico, ha optado por reproducir el texto ms tardo de 1588 y da cuenta de la dificultad de traducir unos vocablos que, aunque son los mismos que los que se utilizan actualmente, sus contenidos tienen un alcance distinto.
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La edicin del texto latino presenta un doble aparato: uno crtico, donde se da cuenta de las diferencias textuales entre las dos ediciones, y otro de fuentes y citas clsicas. La traduccin, harto elegante, se ha realizado ajustndose a la ndole del tratado, manteniendo, de una parte, su carcter didctico y, de otra, su contenido tcnico. La versin va acompaada de numerosas notas de diversa ndole y de gran importancia para la comprensin de un texto tan dificultoso como La esfera del mundo. En definitiva, los estudiosos del humanismo hispano debemos dar las gracias a la Institucin Cultural El Brocense por sacar a la luz una edicin y estudio de dos de los tres libros cientficos del Brocense con unos resultados tan excelentes y acordes al gran especialista a quien con tan gran acierto se le haba encomendado dicha tarea. Universidad de Cdiz Jos Mara MAESTRE MAESTRE [email protected]
ENEAS SILVIO PICCOLOMINI, Cintia, Historia de dos amantes. Edicin de Jos Manuel Ruiz Vila. Ediciones Akal, Clsicos Latinos Medievales y Renacentistas 19, Tres Cantos (Madrid) 2006, 160 pp. ISBN-10: 84-460-1315-0.
Jos-Manuel Ruiz Vila (en adelante, RV) traduce y estudia en este libro dos obras, desiguales por su inters e importancia, de Eneas Silvio Piccolomini, el futuro Po II en la silla de Pedro. Nacido en 1405 dentro de una ilustre familia sienesa, cuando en 1458 calz las sandalias del Pescador, Eneas Silvio adopt el nombre no menos virgiliano de Po (pius Aeneas)1. Durante los ltimos aos de su vida, hasta su muerte en 1464, Po II hubo de aplicarse a hacer frente al principal problema poltico de la Cristiandad: la amenaza turca en el sureste de Europa. El destino lo devolva as a las lindes de Asia, de donde haba salido su hroe homnimo. Esas obras son Cinthia (sic), coleccin de poemas de juventud de temtica variada si bien en ellos el modelo, en forma y asuntos, de la elega latina (la Cynthia properciana, por ejemplo) est muy presente y la Historia de duobus amantibus, datada en 1444, novela breve epistolar (por su continente) que se ha calificado de ertica (por su contenido). Mientras la primera, de calidad discreta, interesa sobre todo como muestra de la formacin y personalidad del joven Piccolomini, la segunda enlaza con el tratado De amore de Andrs Capelln y con la Fiammetta de Boccaccio sin prescindir por ello de un trasfondo virgiliano que es comn a prcticamente todo lo escrito por Eneas Silvio: no por casualidad, entre prstamos y paralelos varios, el protagonista masculino de la Historia se llama Euralo, inscribindose junto con esas obras en un tipo de literatura de gran difusin e influencia en el Renacimiento. Curiosamente, y aun contando con la gran diversidad existente entre ellas, tanto Cinthia como la Historia de duobus amantibus coinciden en la reprobacin final de la pasin amorosa tras explorar,
1 Con algunas variaciones, las fuentes antiguas asignan a la unin de Eneas y Lavinia sangre troyana e itlica el origen de la estirpe de los Silvios, reyes de Alba Longa, que incluye un Silvio Eneas o Eneas Silvio: VERG. Aen. 6, 760-767; LIV. 1, 3; DION. HAL. 1, 70. Nuestro escritor tiene un abuelo llamado como l, Eneas Silvio, y su padre se llama Silvio Pstumo; en la querencia de los Piccolomini por el nombre de Silvio pudo tambin influir el verso de la Comedia donde Dante se refiere a Eneas como di Silvo il parente (Inf. II 13).
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eso s, sus muchas facetas y situaciones. Ese rechazo de la alienacin y los peligros del amor es ms explcito en la segunda, fechada ya en la madurez del autor, cuando Eneas Silvio, hasta entonces fcilmente seducido por las delicias de Venus, quiere imponer a su vida derroteros ms serios. No parece necesario, en cualquier caso, romperse mucho la cabeza para dilucidar si en la Historia prima lo placentero y morboso o bien la admonicin moralizante por va del exemplum negativo. Probablemente, ms all incluso de las normas sociales de cualquier poca, la ambigedad que advertimos en Piccolomini a la hora de enjuiciar la conducta de los amantes, y la suya propia, es esencial en la naturaleza humana, siempre oscilante entre Dioniso y Apolo. El libro de RV aparece bien estructurado. La traduccin de las dos obras va precedida de sendas Introducciones, ms una previa Introduccin general suficiente y amena a la figura del humanista y pontfice. En apndice se nos da, tambin traducida, la bula de 1442 por la que Federico, rey de romanos, lo corona como poeta laureatus. Todo ello se completa con ndices y una til Cronologa. Seguramente es responsabilidad de la editorial el que junto a la versin de RV no se nos ofrezca el texto original latino, lo cual habra hecho ms fcil y seguro emitir un juicio sobre la calidad de su labor; no obstante, RV compensa esa ausencia con las muchas citas bilinges que salpican el libro, de las que inferimos que su competencia como traductor es ms que mediana. Y excepcional, desde luego, es su conocimiento de la figura y la obra de Eneas Silvio: a juzgar por este libro y por las referencias bibliogrficas en l aducidas, puede afirmarse que l y Francisco Socas son los principales estudiosos, en Espaa, de nuestro papa humanista. As pues, sentado que la impresin general es muy positiva, claro est que encontramos pasajes cuando disponemos del texto latino donde la versin se nos antoja perfectible, pero normalmente se trata de aquilatar la versin, ms que de francas correcciones. Veamos un ejemplo. Por tres veces (en las pginas 112, 146 y 150 del libro), y con idntica finalidad aleccionadora, se refiere Piccolomini a la experiencia del amor como algo ms amargo que dulce. En las dos primeras echa mano de la paronomasia fel - mel, segn una contraposicin que parece casi proverbial en la lengua latina (vanse los ejemplos aducidos en el Oxford Latin Dictionary, s.v. fel 1d); en ambos casos RV traduce adecuadamente, manteniendo la paronomasia, por hiel - miel. El tercer caso es, sin embargo, distinto. Aqu, en muy destacado lugar, nada menos que la ltima frase de la Historia, Eneas Silvio emplea una expresin de Juvenal: una mujer engreda haba dicho el Aquinate plus aloes quam mellis habet (6, 181). Al hacer suya esta expresin de Juvenal, Piccolomini quiere sin duda remachar la contraposicin anterior hiel-miel, de manera que no extraa la versin de RV [la pcima del amor tiene] mucha ms amargura que miel al insistir en el mismo concepto. Pero, si bien se recoge as el significado general y bsico, al traducirse aloe metonmicamente por amargura se pierde la especificidad, la gracia de la expresin, que alude a un contexto preciso: el uso medicinal del jugo espesado del loe (Aloe vera L.), presumiblemente endulzado con miel. Ese jugo cuajado, reducido a una masa oscura y muy amarga es el acbar, que en nuestra lengua es asimismo sinnimo de amargura, sinsabor o disgusto (D.R.A.E. s.v.), con lo que el crculo se cierra y esa voz (acbar) vena aqu como anillo al dedo2.
2 En su traduccin de Juvenal (Alianza: Madrid 1996, p. 149), Francisco Socas precisamente traduce aloe por loe, que puede valer lo mismo que acbar, aunque no creo que el lector moderno perciba loe como sinnimo de amargura, sino que ms bien asocia el trmino a la planta hoy tan en boga, por su uso dermatolgico sobre todo. Ntese, en fin, que Piccolomini, en la segunda ocasin (p. 146 del libro de RV) anticipa ya la referencia medicinal, pues a la contraposicin hiel-miel el amor, que tiene
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Topamos tambin, desde luego, con los inevitables descuidos y erratas que tristemente afean la mayora de los libros: sealar tan slo el plural espurio excursi de la pgina 97, o el Filippo duque de Borgoa de las pp. 17 y 147, nombre cuyo aspecto italianizante no acierto a explicarme. A veces, RV se expresa de forma discutible, como cuando se dispone a hacer la semblanza de un humanista pontfice (no ser un pontfice humanista o humanista y pontfice?), o se refiere a esa pequea historiaque se mimetiza [lase que pasa inadvertida] entre los grandes acontecimientos, o dice que no debemos llevarnos [lase llamarnos] a engao (los tres ejemplos son de la pgina 11); ni resulta exacto calificar de mitolgicos (p. 97) los nombres de los protagonistas de la Historia: Lucrecia y Euralo seran, ms propiamente, personajes legendarios o literarios. En otro orden de cosas, algunas consideraciones o juicios expresados por RV en las pginas introductorias no dejan de suscitar reparos. As, parece un exceso de interpretacin asignar a dos excursos en concreto, que van intercalados en la segunda mitad de la Historia, la funcin deliberada de proporcionar una pausa y aliviar la tensin de la narracin (vanse las pp. 96-97); en realidad, tanto esas como otras digresiones o cuas, ms o menos largas, sirven de contrapunto sentencioso o moralizante, aportando la profundidad del viejo saber suelen ser citas de los antiguos al relato plano de los hechos. Finalmente, cabe sealar algunas carencias. Dentro de la Introduccin a Cinthia, por ejemplo, falta una referencia a la forma mtrica de los poemas, por ms que todo indique que se trata de dsticos elegacos. En cuanto a la Historia, se echa de menos una valoracin de su temprano traslado a lengua castellana3, y del rico y complejo contexto literario en que esa traduccin se lleva a cabo y se lee, la llamada ficcin sentimental. Me refiero a la relacin de la Historia con obras tales como, entre otras, la Crcel de amor de Diego de San Pedro o La Celestina: lase lo escrito a este respecto por Iigo Ruiz Arzlluz en el Prlogo a la edicin de la segunda en la Biblioteca Clsica de la editorial Crtica, Barcelona 2000, pp. CXXIII-CXXIV. Advertimos, por ltimo, una negligencia llamativa en la versin de la Historia aqu ofrecida, y es la ausencia de divisin del texto en pargrafos, lo que merma la utilidad de la traduccin; en cambio, las citas del original latino s se dan con numeracin de prrafo. Todo lo dicho no impide, desde luego, reconocer los evidentes mritos del trabajo de RV al poner en las manos del pblico espaol espaol por su competencia lingstica una traduccin solvente de dos obras escritas en un latn humanstico algo centonario, es verdad, mas muestras ambas, al cabo, interesantes sobre todo la Historia de la sensibilidad renacentista. Amn de la completa y ponderada introduccin a la atrayente figura de Eneas Silvio-Po II, actor destacado en la historia cultural y poltica de su tiempo un tiempo en el que el lector avisado no dejar de advertir algn paralelismo con el nuestro. Universitat de Barcelona Jos-Ignacio GARCA ARMENDRIZ [email protected]
ms de lo primero que de lo segundo aade inmediatamente no es tan amargo el ajenjo como t (como el amor), siendo el ajenjo (Artemisia absinthium L.) planta, y remedio, similar por su amargor al loe/acbar, y con igual significacin figurada: cf. QUINT. inst. 3, 1, 5. Que en las tres ocasiones (pp. 112, 146 y 150) RV remita, en nota, al mismo locus de Juvenal no resulta acertado, pues en rigor el prstamo se da slo en la tercera. 3 La versin de 1512 se menciona de pasada, en la Bibliografa, pero hay una edicin salmantina anterior.