El Sentido Del Examen de Conciencia Ignaciano

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ARTCULOS

El sentido del examen de conciencia ignaciano en el proceso de crecimiento humano y espiritual del cristiano hoy
Adelson Arajo Santos,

SJ

El autor, doctor en Teologa Espiritual, acaba de ser nombrado superior de los jesuitas de la Regi n de la Amazonia.

odos sabemos cun importantes son en la vida espiritual las mediaciones que usamos; no solamente como instrumentos de santificacin personal, sino porque necesariamente nos remiten a una relacin interpersonal, a un camino de comunin personal con Alguien1 Dios trayendo consecuencias decisivas en el modo como nos relacionamos con nosotros mismos, con los otros y con la

1. Cf. F. RUIZ SALVADOR, Discernimiento y mediaciones In

naturaleza que nos rodea. En la espiritualidad ignaciana, una de esas mediaciones fue desde la poca de San Ignacio de Loyola un pequeo ejercicio descripto en el nmero 43 del libro de los Ejercicios Espirituales como Modo de hacer el examen general.... De hecho, cuando indagamos sobre las razones de la importancia singular que ese ejercicio tiene en la espiritualidad dejada por Ignacio, somos conducidos a percibir que el examen cotidiano ocup un lugar central en la experiencia espiritual del fundador de la Compaa de Jess y de sus primeros compaeros. As, ser mirando al interior de esta experiencia que podremos (re)descubrir el grado de importancia que el examen debe tener tambin en la vida espiritual de los hombres y mujeres que, en nuestra poca, se disponen a seguir los pasos del Peregrino.

Revista

de

Espiritualidad,

Madrid, Vol. 38 (1979), 553-555.

El examen de conciencia em la experiencia de Ignacio


El examen de conciencia no naci con San Ignacio de Loyola; ni siquiera naci con el cristianismo. Una mirada sobre la historia de las culturas y religiones antiguas nos permite percibir la presencia de diversas formas de exmenes en la tradicin filosficacristiana que

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antecedi a Ignacio, sea en las corrientes filosficas y espirituales del mundo griego, romano y judo de la Antigedad, sea en la tradicin bblico-patrstica hasta llegar a la espiritualidad cristiana medieval. No obstante, es innegable que con el apogeo de la Devotio Moderna, ocurrido entre el fin de la Edad Media y el inicio de la Edad Moderna, el ejercicio del examen de conciencia gan mayor popularidad y destaque en el seno de la espiritualidad cristiana, siendo precisamente en este contexto que naci y vivi el santo creador de los Ejercicios Espirituales. Con efecto, es posible afirmar que los primeros contactos de Ignacio con el examen de conciencia comenzaron a darse ya a partir de su infancia y juventud, en razn de la formacin religiosa recibida por l en el seno de la familia y en el fuerte ambiente religioso vasco del siglo XVI. De hecho, desde las reformas carolingias ocurridas despus de la mitad del siglo VIII con Carlomagno, la prctica del examen comenz a ser habitual entre los cristianos, especialmente como forma de preparacin a la confesin, conforme enseaban los famosos

Penitenciales, que daban al mismo una connotacin mucho ms moral


que espiritual. As, influenciada por la espiritualidad monstica de la poca, la conciencia cristiana en el occidente medieval sera formada encima de esas confesiones esquematizadas y de sus rgidos exmenes de conciencia, que asumiendo una matriz natural en la vida de los cristianos, tornara ms sensible la conciencia de stos en relacin al pecado, como afirma el historiador Gervais Dumeige 2. No es de extraar, por tanto, que Ignacio, habiendo bebido de esta misma fuente espiritual, haya sido tambin iniciado en la prctica del examen, ms an cuando recurra al sacramento de la Reconciliacin. Eso no significa, entretanto, que el Peregrino diese a este ejercicio ya desde esa poca el sentido y la importancia que le dara a lo largo de su vida y doctrina espiritual, aos ms tarde. Pues, al fin y al cabo, aunque estuviese formado sobre slidas bases familiares y religiosas y cultivase algunas devociones, el joven Iigo desconoca an el verdadero significado de la vida interior, como l propio reconoce en su
2. Cf. G. DUMEIGE, Histria da Espiritualidade in DE FIORES, S. - GOFFI, T. (ed.),

Dicionrio

de

Es-

piritualidade (1993), 498.

autobiografa (Autobiografa, n 21).


De hecho, las fuentes histricas nos muestran que fue solamente a partir del inicio del proceso de conversin de Ignacio, durante su convalecencia en la casa-torre de Loyola, cuando recibi el influjo de aquellas famosas lecturas de la Vita Christi y del Flos Sanctorum,

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que comenzara a abrir la mente y el corazn radicalmente a Dios, haciendo la experiencia de volverse con profundidad sobre s mismo, de identificar y discernir mejor sus sentimientos internos (mociones) y de comenzar a aprender a examinarse espiritualmente, aunque de forma bien incipiente. Para que la experiencia ignaciana del examen pudiese crecer en nivel de profundidad, posibilitando al Peregrino descubrir el tesoro espiritual escondido en aquel simple ejercicio tradicionalmente conocido como examen de conciencia, fue ciertamente de fundamental importancia el pasaje de Ignacio por el monasterio de Monserrat, cuya espiritualidad habra de enriquecerlo mucho, mediante las enseanzas all recibidas de su confesor y orientador espiritual y el probable contacto que tuvo con el libro de G. Cisneros, el Ejercitatorio. Con todo, seran sobre todo las muchas experiencias msticas que la divina misericordia quiso proporcionar a aquel pobre penitente durante su noviciado espiritual junto a la cueva de Manresa y a lo largo del ro Cardoner, las que tornaran a Ignacio un hombre interior, es decir, preparado para tratar del interior de su alma y un hombre de

discernimiento, acostumbrado a conocer la variedad de los espritus,


como testimoni Jernimo Nadal 3. Es por ello que podemos concluir
3. Cf. J. NADAL, P. Hieronymi Nadal exhortationes in Hispania (1554) in MHSI 66, Fontes Narrativi I, Romae, 1943, 306.

que habra sido tambin durante este perodo, en el que Ignacio escribi el ncleo de sus Ejercicios Espirituales, que se dio, con mucha probabilidad, en su vida, una nueva comprensin sobre el examen de conciencia; siendo posible a partir de esta poca comprobar histricamente la presencia de examen como prctica asidua en su vida espiritual y en su enseanza pastoral a los otros.

Actualizando el sentido del examen a la luz de la experiencia ignaciana


Pero, cul habra sido la nueva comprensin o sentido que San Ignacio descubri en el examen, a partir de su experiencia espiritual? No es nuestra pretensin agotar la respuesta a esta pregunta dentro del espacio de este artculo. Pero nos parece importante destacar al menos uno de los principales aspectos que la prctica del examen en San Ignacio nos lleva a percibir, como siendo una de las principales caractersticas del modo como el santo jesuita dio nuevo significado a

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la prctica de este ejercicio en el conjunto de su espiritualidad. Segn nuestro entender, hubo en la trayectoria espiritual de Ignacio, fundamentalmente, dos razones principales que explican la extraordinaria atencin e importancia que l mismo dio al examen de conciencia. En verdad se trata de dos descubrimientos que fue haciendo a partir de la iluminacin divina recibida en Manresa y confirmados, progresivamente, por su propia experiencia espiritual: Primer descubrimiento: La importancia del examen en un camino de maduracin espiritual, que pasa necesariamente por el

autoconocimiento, favoreciendo el crecimiento de la persona en el


autodominio y en la libertad interior; Segundo descubrimiento: La importancia del examen en cuanto mediacin espiritual ideal para una vocacin apostlica, misionera e itinerante, tal como era la que Dios lo llamaba a vivir, a fin de que fuese capaz de buscar, encontrar y unirse a l en todas las cosas, volvindose un contemplativo en la accin apostlica y en el servicio a los dems. En el presente artculo, nos limitaremos a analizar solamente este primer descubrimiento, dejando para otra oportunidad el anlisis del segundo descubrimiento ignaciano del sentido espiritual del examen de conciencia.

El examen como propiciador del autoconocimiento


En relacin al primer descubrimiento, creemos que Ignacio, desde el inicio de su proceso de conversin, fue percibiendo gradualmente la importancia para el individuo de conocerse a s mismo, para poder llegar a un mayor y mejor conocimiento de Dios y de su voluntad. De hecho, el relato testimonial dejado por dos de sus ms ntimos colaboradores y compaeros de comunidad en Roma, los padres Juan de Polanco y Pedro Ribadeneira, confirman que el conocimiento de s4 o el
4. Cf. J. DE POLANCO, Summarium Hispanum de Origene et Progressu Soc. Iesu in MHSI 66, Fontes

Narrativi I, Romae (1943),


161. 5. Cf. P. P. RIBADENEIRA, collecta-

entrar dentro de s5 , se fueron constituyendo para Ignacio en un


requisito fundamental para llegar a ordenar los propios afectos y alcanzar la verdadera libertad interior, necesarios para el verdadero crecimiento y madurez humano-espiritual.

Ribadeneyra

nea (1567) in MHSI 73,

Fontes Narrativi II, Romae


(1951), 420.

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Ahora bien, para llegar a esta comprensin el Peregrino bebi de la mejor tradicin espiritual dejada por los grandes maestros y maestras de la espiritualidad cristiana, tales como San Agustn e Santa Catalina de Siena, que enseaban: Volveos para vuestro corazn! Donde vais tan lejos, sino a buscar en vosotros mismos vuestra prdida? [...] Volved al Seor. Date prisa, vuelve rpidamente a tu corazn, t que, como exiliado, vagaste distante: no te conoces a ti mismo y quieres conocer quin te hizo? Vuelve, vuelve a tu corazn [...] Vers entonces que fuiste hecho de Dios, porque en tu corazn est la imagen de Dios (Agustn, Siglo III). Procura ir examinando solamente tu propia persona y mi bondad, tan generosa. Esta es la actitud de quien alcanz el ltimo grado de la perfeccin y que, como ya te dije, siempre retorna al valle del autoconocimiento [...] Esta es la primera cosa que debes practicar, a fin de que me sirvas en la verdad (Catalina de Siena, Siglo XII). Por lo tanto, la importancia que Ignacio da al conocimiento de s mismo, encuentra explicacin inicial en la influencia que recibi de la espiritualidad de estos maestros espirituales y de los grandes santos de la antigedad cristiana, cuyas enseanzas sabemos que ha conocido por intermedio de las lecturas y consejos sugeridos por sus diferentes directores espirituales y confesores. Ms all de eso, otro importante factor para que el Peregrino descubriese el valor del autoconocimiento en la vida espiritual, relacionndolo despus con el ejercicio del examen, fue ciertamente el contacto que l tuvo con seguidores y textos de la devotio moderna, tales como el libro De imitatione Christi, considerado la obra que ms refleja el modo de ser y de actuar del santo, de acuerdo con el testimonio dejado por el P. Gonzlez da Cmara 6, y en cuyas pginas leemos:
6. Cf. L. G. DA CAMARA, Memoriale seu diarium Patris Ludovici Gonzalez de Camara in MHSI 66, Fontes

Vuelve tu mirada sobre ti mismo y evita juzgar las acciones ajenas. Quien a los dems juzga, pierde el trabajo, casi siempre se engaa y fcilmente peca; al paso que, en juzgar y examinar a s mismo, trabaja siempre con fruto (Libro I, Cap. XIV, 1);

Narrativi I, Ro- mae (1943),


584.

Examnate con ms atencin y reconocers que an vive el mundo en ti y el vano deseo de agradar a los hombres (Libro III, Cap. XLVI, 2);

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Examina, diligentemente, tu conciencia y, cuanto sea posible, procura con verdadero dolor y humilde confesin, limpiarla y purificarla, de modo que nada tengas o conozcas grave, que cause remordimiento o impida el libre acceso a m (Livro IV, Cap. VII, 1).

Por otro lado, analizando la personalidad autoreflexiva del

Peregrino, nos parece igualmente razonable reconocer el influjo de ese


elemento natural subjetivo en la elaboracin y en la eleccin del examen de conciencia como uno de sus principales ejercicios espirituales, en cuanto ejercicio propiciador del autoconocimiento. Todo eso nos ayuda a entender, en parte, de dnde viene la base doctrinal de la espiritualidad de San Ignacio de Loyola, que en 1546, como primer Padre General de la Compaa de Jess, recomendaba por carta a sus hijos jesuitas que ayudasen a las personas al entero

conocimiento de s mismas, y a maior conocimiento y amor de su Criador y Seor7, exhortndolos en seguida a la prctica del examen de
conciencia. Es una verdad conocida que, inicialmente, Ignacio posea una visin de las cosas de Deus todava muy estrecha, que lo llevaba a considerar que la santidad se haba de medir por la austeridad, de manera que aqul que ms austera penitencia hiciese, sera delante de Dios nuestro Seor ms santo 8. Eso, explica Polanco, lo llevaba a tener los ojos ms vueltos a los exteriores ejercicios y penitencias, que a otras cosas internas, las cuales an no entenda 9. Sin embargo, sabemos que a partir de la experiencia mstica de iluminacin vivida a las mrgenes del Cardoner, el Peregrino pas a ampliar su visin sobre la realidad interna y externa, comenzando a ver todas las cosas con otros ojos 10. Ahora bien, eso nos lleva a creer como siendo bastante plausible que, en este momento, hubiera comenzado tambin a reflexionar mejor sobre sus prcticas ascticas, pasando entonces a valorar ms los ejercicios de purificacin interior que exterior. Por otro lado, es posible que la experiencia de turbulencia espiritual que vivi em la gruta de Manresa hubiera llevado a San Ignacio a percibir con formidable intuicin que nuestro agitado y dividido mundo interior necesita de espacios y ejercicios adecuados para poder ser bien comprendido y armonizado. As, en cuanto iba dejando de lado prcticas penitenciales dirigidas ms al castigo del cuerpo, fue seleccionando y vivenciando, cada vez ms, otros tipos de ejercicios, que lo ayudaban mejor a conocer

7.

SAN

IGNACIO

DE

LOYOLA, Scripta de Sancto

Ignatio de Loyola, MHSI 56,


Vol. 2, Matriti (1918), 386389.

8. D.

LAINEZ,

Epistola

Patris Laynez de P. Ignatio (1547) in MHSI 66, Fontes

Narrativi I, Romae (1943),


74 (trad. nossa). 9. J. DE POLANCO,

Summ. Hisp. Polanci... in

FN, I, 158 (trad. nossa).


10. D. LAINEZ, Epistola..., 80 (trad. nossa).

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y a poner en orden su mundo afectivo e interno, lo que le proporcionara una conciencia muy fina y profunda de la divisin
11. Cf. J. R. ALVAREZ B., El conocimiento de uno mismo. Alcances y riesgos psicolgicos ignacianos de in la autoobservacin en los Ejercicios

interna que ocurre dentro del ser humano 11 . El examen de conciencia se volvera as, paulatinamente, en la vida de Ignacio, una mediacin al mismo tiempo espiritual y asctica (segn la etimologa de la palabra askeo: trabajar, disponer, ejercitarse en algo), que lo ayudara a crecer en el contacto con su mundo interior y, por medio del autoconocimiento, a tomar mayor conciencia de sus contradicciones e inconsistencias, pero tambin de sus potencialidades. De hecho, recurriendo nuevamente a la experiencia personal de Ignacio, vemos que ya en el perodo de su convalecencia en Loyola, l comenz a tener contacto con cierta literatura espiritual que exhortaba al cristiano a la auto-observacin, para poder reconocer las propias fallas delante de Dios; experiencia que, ms tarde, l mismo comenzara a hacer continuamente y a exhortar a los otros a hacer, mediante el uso del examen. As, practicado inicialmente por Ignacio ms como un ejercicio asctico de ayuda en su proceso de conversin personal, en medio a innumerables confesiones, duras penitencias y fsicas mortificaciones, el examen ignaciano fue progresivamente asumiendo mayor importancia que stas, en la medida en que el Peregrino iba percibindolo mucho ms eficaz en bsqueda de la conversin del corazn. Con el tiempo, Ignacio pas a ver en el uso del examen otra dimensin tambin importantsima, como lo sea un autntico ejercicio de discernimiento espiritual, accesible en cualquier momento de la jornada diaria. Finalmente, el examen de conciencia revel ser en la experiencia ignaciana, igualmente, un verdadero tiempo de encuentro no solamente consigo mismo, sino con Dios, propicindole sentir y unirse a esa presencia divina en todos los momentos cotidianos, como un verdadero

Apuntes

Ignacianos, n 34 (2002), 43.

contemplativo en la accin. La prctica frecuente del examen le permita,


de ese modo, vivir en el da a da la experiencia de unin con el Seor, penetrada hasta los ms humildes pormenores de su vida cotidiana, que podan ser de esa forma direccionados lo mejor posible, en vistas del siempre presente horizonte apostlico del ad maiorem Dei gloriam (a la mayor gloria de Dios) y del ad maius Dei servitium et animarum auxilium (al mayor servicio de Dios y auxilio de las almas), una vez que San Ignacio tena siempre como criterio central, en la eleccin de estos

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ejercicios, los que ms favoreciesen a su deseo de estar lo ms libre posible para ayudar a las almas12.
12. Cf. P. LETURIA, Gnesis de los ejercicios de S. Ignacio y su influjo en la fundacin de la Compaa de Jess (1521-1540) in AHSI, Vol. 10 (1941), 28.

La importancia de todo eso para nuestros das


De la experiencia ignaciana aprendemos, entre otras cosas, que la prctica del examen de consciencia nos lleva no slo al autoconocimiento, sino que, al ponernos en contacto con nuestra propia verdad, contribuye a evitar que caigamos en una imagen falsa de nosotros mismos y del mundo, cuyo resultado sera el relajamiento espiritual y la acomodacin, frente a los llamados divinos al cambio y la conversin. Pues nadie puede corregir sus defectos si no se conoce o si se conoce poco, como tampoco puede cultivar virtudes y dones, quien de ellos slo tiene una nocin vaga y confusa 13. De ah que, en el examen ignaciano, despus de agradecer a Dios por los beneficios y dones recibidos, nos mortificamos a travs de la conciencia de nuestra propia incapacidad y debilidad, de nuestras miserias y cadas, de todo aquello, en fin, que nos recuerda que hemos sido generados de la nada y que a la nada continuamente tendemos, pues no subsistimos ni podemos actuar sino con el incesante concurso de Dios14. Ciertamente, el hecho de que vivamos hoy en una sociedad y en una poca caracterizada por la primaca del sujeto, por un creciente individualismo, como recuerda el cardenal Carlo Maria Martini 15, hace ms difcil al cristiano moderno y posmoderno sentirse atrado por ejercicios que lo llevarn inevitablemente a tomar conciencia de sus incoherencias y del encierro egosta en s mismo, y todo lo dems que puede estar impidiendo o dificultando su crecimiento humano y espiritual. No hay dudas tampoco de en qu gran medida palabras antes tan comunes en la espiritualidad cristiana, como abnegacin y

13. Cf. A. TANQUEREY,

Compendio de Teologia Asctica e Mstica, Paris, 1928,


289-290.

14. Ibidem.

15. C. M s . MARTINI, Oracin

y conversin, Estella, 1995,


125.

mortificacin suenan hoy como algo superado y no tienen cabida en una


sociedad marcada fuertemente por una visin materialista y hedonista de la existencia humana y por una fuerte tendencia a la subjetivizacin de la fe cristiana, tal como la describi el papa Juan Pablo II 16. No obstante, es innegable que ciertas mediaciones espirituales continan teniendo la misma o mayor necesidad en nuestros das para que podamos crecer en el conocimiento de nosotros mismos, en vistas a vencer nuestro amor propio y nuestras tendencias egostas
16. Cf. PAPA JUAN PABLO II,

Pastores

dabo

vobis.

Exhortacin apostlica postsinodal de su santidad Juan Pablo II al episcopado, al clero y a los fieles sobre la formacin de los sacerdotes en las circunstancias actuales, n 8-9.

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volvindonos as ms libres interiormente para servir mejor a Dios y a los dems. Por lo tanto, no se trata de defender un puro y simple retorno a caminos de crecimiento espiritual tradicionalmente conocidos y utilizados, pues estamos de acuerdo con Bruno Secondin cuando afirma que la vocacin personal a la santidad reclama hoy ser conducida segn caminos menos repetitivos 17 , siendo por consiguiente,
17. B. SECONDIN, La

ms creativos. De ese modo, as como Ignacio, la gracia mayor que debemos buscar alcanzar hoy con la prctica de ejercicios espirituales, como el examen de conciencia, es la de poder progresar siempre ms en nuestra respuesta a Dios. Pues, como ya dijo De Guibert, toda la experiencia espiritual de Ignacio estuvo siempre centrada en el pensamiento del mayor servicio de Dios, de Cristo, de su Iglesia y de las almas por l rescatadas 18. Vale la pena observar, por otra parte, que la relacin hecha por nuestra reflexin entre el autoconocimiento y el ejercicio del examen, tal como lo notamos en la experiencia de San Ignacio, ha sido objeto de inters y anlisis en la literatura hodierna, aun fuera del mbito espiritual-religioso. Tomemos como ejemplo la obra de Chris Lowney, intitulada Heroic Leadership19, em la cual este autor sostiene la tesis de la enorme semejanza que existira entre la tcnica usada por las grandes empresas del mundo financiero para descubrir y entrenar a sus nuevos lderes ejecutivos y la formacin que Ignacio de Loyola daba a los jesuitas de su poca. Esto lleva a Lowney a afirmar que se siente plenamente convencido del valor y de la absoluta modernidad de aquello que los primeros jesuitas siguen teniendo para ofrecer a todos nosotros. Con efecto, no deja de llamarnos la atencin el hecho de que este autor, al trazar las caractersticas que definen un lder exitoso hoy, sostiene que se trata de las mismas ya cultivadas siglos antes por los jesuitas, citando como la primera de estas caractersticas exactamente el conocimiento de s, mediante el cual, segn l, esa orden religiosa preparaba lderes bien conscientes de sus potencialidades, as como de sus puntos dbiles, valores e visiones de mundo. Y, despus de explicar que todo eso se daba particularmente por medio de los Ejercicios Espirituales, Lowney agrega que el medio usado por aquellos hombres para fortalecerse espiritualmente, cuando volvan al bullicio de la vida real era precisamente el examen de conciencia.

spiritualit contemporanea e la sfida delle nuove culture in H. ALPHONSO (ed.), Esperienza e Spiritua-

lit, Roma, 2005, 220-221


(trad. nuestra).

18. J. DE GUIBERT, La

espiritualidad de la Compaa de Jess, Santander, 1955,


54-57.

19. C. LOWNEY, Heroic

Leadership:

Best

Practices

from a 450-Year-Old Company That Changed the World,


Chicago, 2003, p. 330.

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Conclusin
Si toda la reflexin hecha arriba, amparada en las fuentes histricas ignacianas, estuviera correcta, entonces podemos concluir afirmando que la preferencia de Ignacio por el ejercicio del examen de conciencia, en su trayectoria espiritual, est estrechamente ligada a la importancia que el santo pas a dar gradualmente al autoconocimiento, visto como uno de los primeros pasos para arribar a la conversin del corazn, al discernimiento continuo de la voluntad divina y a la unin con Dios en todas las circunstancias. A nuestro entender, esta percepcin del vnculo existente entre la prctica del examen y el crecimiento en el conocimiento de s mismo fue fruto, por un lado, de aquella eximia ilustracin que recibi de Dios a las mrgenes del ro Cardoner, con la cual comenz a entrar ms en el conocimiento de s; y, por otro lado, de su experiencia personal rumiada con o su peculiar carcter autoreflexivo, ms all de la ayuda de algunos maestros, confesores y libros espirituales que le llegaron a las manos. Hoy, muchos cristianos son atrados por una especie de misticismo
El autor en un reciente curso organizado por el CEI-Itaici, en la Villa Kostka

epidrmico, que no ayuda a la persona a penetrar en el sagrario de su corazn y de su alma para all hacer una autentica experiencia de Dios,
porque se sitan solamente en el mbito exterior de la experiencia religiosa o en la esfera de la pura emocin y del lado mgico de la fe. La experiencia ignaciana del examen de consciencia nos muestra, al contrario, cmo San Ignacio, anticipndose en algunos siglos a nuestro tiempo, preconiz una serie de ejercicios espirituales que, inevitablemente, conducen a la persona a un profundo encuentro consigo misma y a asumir su verdad, constituida de luces pero tambin de tinieblas, pudiendo as caminar en la direccin de la madurez humana y espiritual y del encuentro con el Absoluto de su vida. La experiencia del examen, valorizada en la vida y en el magisterio espiritual de San Ignacio es, as ms que nunca, actual y til para ayudarnos a nosotros, cristianos del nuevo milenio, a que seamos practicantes de una mstica verdaderamente cristiana, en el sentido que K. Rahner 20 quiso dar a este trmino, o sea, no referido a fenmenos parapsicolgicos raros, sino a una experiencia de Dios autntica que brota del interior de la existencia. Destaquemos todava que, al presentar al examen ignaciano de consciencia como mediacin que favorece el autoconocimiento,
20. Cf. K. RAHNER, Ele-

mente der Spiritualitt in der Kirche


SchzTh,

der

Zukunft,

in Ben-

Einsiedeln,

ziger, 1980, Bd. 14, 375.

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no queremos con esto reducir la finalidad de este ejercicio solamente a este aspecto, puesto que siempre habr en el mismo otras dimensiones, igualmente importantes y que podran merecer futuros comentarios. Tampoco fue nuestro deseo concebir el autoconocimiento solamente como conocimiento de los aspectos negativos y oscuros de nuestra vida, pues como sabemos, una caracterstica del examen propuesto por San Ignacio en los Ejercicios Espirituales, es que se comience el mismo reconociendo y agradeciendo las gracias divinas recibidas durante el tiempo que est siendo examinado, lo que, sin duda, hace del examen un momento especial para que la persona tambin perciba su lado positivo, sus valores, lo que no siempre es debidamente destacado cuando se habla del examen ignaciano de conciencia. Por ltimo, recordemos siempre que el examen enseado por Ignacio es, sobre todo, una forma de oracin, cuyo primer momento trata de poner a la persona en presencia de Dios, que le habla con sus dones y sus mensajes. Pues Dios es el primero que se comunica, correspondiendo a nosotros simplemente responderle con el reconocimiento de sus dones, de su Palabra, y con el agradecimiento por todo eso. Dar un nuevo significado y sentido al examen de conciencia es, en ltima instancia, rescatar en nuestra vida y en el mundo el sentido positivo de Dios, de la realidad, de la vida y de nosotros mismos.

Participantes del curso del autor sobre el Examen Cotidiano, en Villa Kostka

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