Narcisisimo Espiritual
Narcisisimo Espiritual
Narcisisimo Espiritual
1
sacerdocio. 4
TEMARIO
4
Joshua REYNOLDS citando al Papa Francisco: Isabel CORPAS, El libro del Papa Francisco para
soñar el futuro. www.vidanuevadigital.com/blog/el-libro-del-papa-francisco-para-sonar-el-futuro/
Consultado el 27 de agosto de 2021.
5
A. CENCINI, Autocomplacencia de Narciso. SEMINARIOS Año 2003, No. 170, p. 551. Tomado de
Mondo Voc, febrero 2003, pp. 18-20. www.studylib.es/doc/6342800/autocomplacencia-de-narciso
Consultado el 21 de Julio de 2021.
6
Mons. D. Rafael ZORNOZA BOY, Carta a los sacerdotes en el inicio de curso 2018-2019.
www.obispadocadizyceuta.es/wp-content/uploads/2018/10/cara_sacerdotes_A4_AFF.pdf Consultado
el 12 de Agosto de 2021.
7
José Cristo Rey GARCÍA PAREDES, C. M. F., Perdonar … ¿sin condiciones? (12 Sept. 2020).
www.xtorey.es/perdonar-sin-condiciones/ Consultado el 11 de Agosto de 2021.
8
Rafael NARBONA, Etty Hillesum y la mística de la alegría. www.vidanuevadigital.com/blog/etty-
hillesum-y-la-mistica-de-la-alegria/ Consultado el 2 de Agosto de 2021.
2
Introducción 5
¿Dónde se generan las epidemias del espíritu? 13
El narcisismo 16
El “amigo” narcisista 24
¿Qué es el narcisismo espiritual? 26
¿Cuáles son las características del narcisismo espiritual? 27
Espiritualidad narcisista 31
Falsa comprensión de la contemplación 31
La desaparición del “yo” 41
La espiritualidad del fariseo 44
Pablo y la espiritualidad del fariseo 46
El fariseo que todos llevamos agazapado dentro 48
Sombra, orgullo neurótico y verdad 48
Cuatro son los grados de soberbia, presentes en el corazón del orgulloso 50
El fariseísmo es el pecado contra el Espíritu Santo 51
Corrupción espiritual 51
La corrupción del religioso 54
La parábola del fariseo y del publicano es una parábola contra el CLERICALISMO 55
El retorno de los fariseos 56
Cuestión de vida o muerte 57
Superación del fariseísmo clericalista 59
El fariseo es el perfecto narcisista 60
Desde la “rabia narcisista” al dolor sobrenatural 61
Narcisismo clerical 62
El narcisismo patológico 63
Narcisismo versus alteridad 68
El narcisista vengativo 71
El rigorismo y la intolerancia: raíces psicológicas 84
La teología del demonio 84
Los perfectos 85
El perfeccionista 85
La intolerancia que nos acecha: necesidad de seguridad
y descalificación del otro 92
El discernimiento implica 93
Narcisismo y misión 96
Conclusiones 98
3
Perfil de la madurez psicológica 102
Rasgos de la madurez afectiva 103
Análisis de nuestra historia personal 104
Propuestas 107
El yo holístico 111
Bibliografía 113
INTRODUCCIÓN
4
El objetivo de este estudio es analizar la actitud de los sacerdotes que tienen
funciones sobre otras personas, y tendrán muchas ocasiones de hacer daño a otros si
están psíquicamente enfermos. Todos estamos llamados no solamente a amar a los
demás, sino también a expresarles ese amor, a tratarlos de tal manera que les hagamos
bien y no los lastimemos. Además, se busca la ayuda de la ciencia psicológica para que
las perturbaciones psíquicas no impidan vivir con gozo la existencia cristiana y la
actividad apostólica. Creemos que la vía mística es más efectiva, pero también creemos
que la psicología puede ayudar a lograr nuestro objetivo. 9
La acción basada en móviles egocéntricos se desvirtúa. Para que una acción sea
verdaderamente eficaz es necesario que surja de un corazón liberado de ataduras
interiores. “Una actitud de desprendimiento y de libertad de apertura a los demás y a los
signos de la realidad, de disponibilidad, de paz, de gozo, de coraje y de fe que supera la
crispación del sujeto encerrado en sí mismo y fijo en la idea de que la acción depende
exclusivamente de su esfuerzo”. 10 Oriente puede aportar mucho a humanizar la acción
en su raíz a la vez que aprende de Occidente a prestar mayor atención a los frutos de la
acción. El contacto con la tradición oriental y el Zen y la mayor apertura mística
resultan muy importantes para un compromiso bien entendido que haga madurar en
lugar de quemar a las personas. Lo importante es llegar a las raíces, reconocer nuestras
inconsistencias. 11 En estos últimos tiempos hemos visto como en el mundo
contemporáneo el auge del misticismo. Es innegable que la cultura occidental ha sido
influenciada por el Misticismo Zen. Esto es un reto para el cristianismo. 12
Indagaremos en la psicología (psicoanálisis, psicología analítica, psico-síntesis,
psicología transpersonal) en diálogo con la teología, la biblia, el budismo zen y la
mística. El objetivo es analizar desde diferentes áreas interdisciplinariamente para llegar
a concretizar en la formación inicial sacerdotal, pues vemos en un futuro muy próximo
la presencia de la pandemia del narcisismo en las nuevas generaciones de sacerdotes por
lo que vemos necesario detectar este virus desde la formación inicial. Nos hemos
9
Benjamín MONROY BALLESTEROS, O. F. M., Contempla y quedarás radiante. Místicos
franciscanos hoy. Col. Camino 117. Desclée De Brouwer 2013, pp. 216-217.
10
Fernando URBINA, Comentario a la Noche oscura del espíritu y la Subida al Monte Carmelo de
San Juan de la Cruz. Marova. Madrid 1982, p. 131. Citado por Ana Ma. SCHLÜTER RODÉS,
Espiritualidad sin evasión-acción doblemente radical. ÉXODO 88 (2007) 50-52, espec. p. 52 nota 5.
Madrid. Maestra Zen (Röshi) española formada en Japón por Yamada Köun Röshi, de la Comunidad
Mujeres de Betania.
11
Víctor Manuel FERNÁNDEZ, Teología Espiritual encarnada: profundidad espiritual en acción.
(en línea). Buenos Aires: San Pablo 2005. Disponible en:
http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/rectorado/teología-espiritual-encarnada-profundidad-
espiritual.pdf [Fecha de consulta: 18 de Julio de 2021.]; A. Ma. SCHLÜTER RODÉS,
Espiritualidad sin evasión-acción doblemente radical, op. cit.
12
B. MONROY BALLESTEROS, Contempla y quedarás radiante, op. cit., p. 23 nota 4.
5
ayudado de autores especialistas en la materia: psicología espiritual (Carl Gustav Jung,
Eduardo López Azpitarte, S. J., Maribel Rodríguez, Enrique Martínez Lozano, Carlos
Domínguez Morano, S. J., Anselm Grün, O. S. B., P. Antoine Vergote, Jean
Monbourquette, Thomas Keating, O. C. S. O.), biblia (Tony Catalá, S. J.), mística
(Raimon Panikkar , ex Opus Dei; Javier Melloni Ribas, S. J.; P. Juan Martín Velasco;
Victorino Pérez Prieto; Benjamín Monroy Ballesteros, O. F. M.), formación sacerdotal
(Mons. Juan Ma. Uriarte, Amedeo Cencini, José Cristo Rey García Paredes, C. M. F.,
Mons. Carlos Padrón Wong, Papa Francisco, Stawomir Biela, Luis Valdez Castellanos,
S. J.), misionología (Cardenal Luis Antonio Tagle Gokim, S. J.), Budismo Zen (Ruben
L. F. Habito, ex jesuita y Maestro Zen; William Johnston, S. J., Ramón de la Cruz, O. C.
D., y Santiago Guerra, O. C. D.) y otros autores como Trinidad Ried Goycoolea, etc.
Primero analizaremos el narcisismo desde la psicología, tanto desde el psicoanálisis
como desde la psicología analítica y la psicología transpersonal. Siempre conectándolo
con la praxis sacerdotal, por lo que lo llamaremos “narcisismo clerical” a este
narcisismo espiritual. Tomaremos como referencia evangélica el “narcisismo farisaico”,
concluyendo con los aportes del Budismo Zen y de la mística cristiana. Pues sabemos
que el narcisista puede refugiarse en la mística para elevar su ego a la enésima potencia.
En todas las religiones la experiencia mística es la que supera el narcisismo espiritual.
Para el cristianismo es la vía mística del encuentro con Cristo. Lo contrario es negar el
puesto de la gracia de la contemplación es el error de los espirituales que por miedo a
morir a sí mismos, a dejarse vaciar del todo, al horror vacui (miedo al vacío); se cierran
a la luz pura de Dios que desea comunicarse en toda su intensidad y por medio de la
contemplación, el hombre se hace receptivo como quien recibe el Reino de Dios como
un niño (Mc 10, 5). Esto se consigue a través de un intenso y laborioso trabajo de
desposesión y vaciamiento personal, saliendo de sí para ir al encuentro del Otro, en la
unión plena. Constatamos que la mística es la superación del narcisismo.
El narcisista espiritual del Evangelio es el fariseo, aplicando la parábola a nosotros, es
el hombre hipócrita que vive en medio de nosotros, como si de un virus se tratara, del
estilo del Covid-19; Jesús nos advierte del peligro de los fariseos, que por su supuesta
perfección se cierran a la curación holística. La Iglesia nos dice que el fariseísmo es el
pecado contra el Espíritu Santo, pues el fariseo es el que pervierte la religión, es el que
comete todo tipo de barbaridades sin mayor remordimiento. El creer que lo que hace es
lo que debe hacer, son el mayor peligro para la humanidad, ellos no son sólo opresores,
sino son gente que hace sufrir con el convencimiento “religioso” de que eso es lo que
tienen que hacer. En esta época constatamos el retorno de los fariseos, es el apogeo de
los fariseos, los observantes, los intachables, los que ponen en el centro de sus
6
preocupaciones el pecado, no el sufrimiento humano. Es el “síndrome del elegido”, son
los que abusan del poder, de la conciencia y del sexo. Por lo que hay que extirpar el
“virus del clericalismo”, destruir las raíces farisaicas. Y al reconocer nuestra
vulnerabilidad nos llevará a la empatía. Lo que no ocurre con el fariseo porque él mismo
se cierra e incapacita a esta relación. El fariseo es el perfecto narcisista, que cree que la
salvación es un resultado exigible si cumple los preceptos de la ley. El Papa Francisco
nos advierte sobre estas conductas corruptas, farisaicas e hipócritas.
En el origen del narcisismo no hay real carencia afectiva sino la incapacidad de amar.
El narcisista no ama porque se odia a sí mismo. Se cree amar a sí mismo, pero es lo
contrario. Pero si el clérigo es un narcisista maligno, las consecuencias son
catastróficas. Ellos gozan ver sufrir al otro. El perverso no sufre, hace sufrir. Pero no es
consciente de lo que hace, además no conoce la compasión ni la ternura. Él no reconoce
los derechos de los otros. El único remedio del narcisismo es la humildad, reconocerse
pecador y reconocer al otro que es igual de vulnerable como su yo mismo. El camino de
la liberación pasa por la humildad, para librarse de la avaricia y el orgullo.
El narcisista nunca pedirá perdón porque siempre tiene la razón, está convencido de
que es el amo y dueño absoluto de la verdad. Lo que conviene es alejarse de estas
personas tóxicas. Solución: marcarle muy bien el terreno y no dejarlo que haga daño. O
expulsarlo de cualquier cargo relevante. La distancia emocional con algunos -en
especial en esta pandemia donde cada cual está mostrando su verdadero rostro frente a
la desesperación y la incertidumbre -es clave mantenerla y no hacerse cargo de lo que
no podemos solucionar.
Para nosotros implica hacer un discernimiento para conocer los propios
condicionamientos afectivos o ideologías, autoaceptarnos y reconocernos como
vulnerables necesitados de la gracia de Dios. Es siempre fundamental el conocimiento
objetivo de las propias estructuras y funciones intrapsíquicas, si se quiere llegar a un
conocimiento integral y positivo del yo. 13 Así podremos aceptar al otro como es y al
totalmente Otro por la contemplación que nos libera de nuestro egocentrismo. En la
misión, la vacuna de este virus es la Iglesia en salida del Papa Francisco. Para San
Pablo, como en los evangelios, el proceso es ciertamente salir de sí mismo -entregarse
más que en adquirir- y es él quien repite un precioso dicho del Señor que no se halla en
los evangelios: “Más vale dar que recibir” (Hch 20, 35). 14
13
A. CENCINI, Alejandro MANENTI, Psicología y Formación. Estructuras y dinamismos. Paulinas
Cd. de México 1994, p. VII. www.es.scribd.com/document/380159917/Psicologia-y-Formacion-
Amedeo-Cencini Consultado el 22 de Julio de 2021.
14
Parmananda DIVARKAR, S. J., La transformación del yo y la experiencia espiritual: El enfoque
ignaciano a la luz de otros modos antropológicos. En: Carlos ALEMANY, S. J., José A. GARCÍA-
MONGE, S. J., Psicología y ejercicios ignacianos. Vol. 1, pp.23-34. Mensajero-Sal Terrae 1996, 2ª.
7
Se habla hoy de la crisis psíquica y social de las personas. Hay una crisis tanto de la
subjetividad personal como de la subjetividad sociopolítica. La subjetividad personal se
encuentra fragmentada en todas sus partes y encerrada en un narcisismo extremo -
encerrada en la cápsula del “yo”-, sin horizontes ni referentes claros. Hoy es necesario
evitar replegarnos en los esquemas individuales e institucionales que nos llevaron a la
crisis que rodean toda situación: la hiperinflación de lo individual. 15 Por esta razón se
le ha llamado a este tiempo “tiempo de la subjetividad”, en el que se recurre a medios
inadecuados para salir de sí mismos. O como dice Antoine Vergote “el ser-para sí y el
subjetivismo de nuestra época”. Algunos sociólogos han caraterizado de narcisista a la
segunda mitad del siglo pasado. 16
Ya no hay crisis de sentido, sino que el sujeto mismo se siente aniquilado en su
conciencia y en su estructura personal. Se podrá decir que asistimos a la muerte del
sujeto humano real, de la naturaleza y hasta de la posibilidad de la desaparición del
género humano. 17 También existe la sensación de alienación que encontramos entre los
seres humanos y el mundo de la naturaleza, en la medida que sigamos considerando el
mundo natural como un objeto “ahí fuera”, que está para ser usado y explotado para
nuestros objetivos humanos. Esta actitud está en la raíz de la enfermedad ecológica
global, que no deja de empeorar y que amenaza nuestra supervivencia como especie en
el planeta. 18 Necesitamos acabar con los “ego-sistemas” que han germinado entre
nosotros e implantar auténticos “eco-sistemas”, “bio-sistemas” que nos interconecten y
nos hagan vivir. 19
Estamos en una cosmovisión nueva: una concepción
relacional de la realidad. La Visión Holística del Cosmos sitúa el ecologismo
en un nivel más alto y profundo que el nivel biológico y el sociopolítico, para llegar a la
preocupación por una cosmovisión interrelacional que comprenda toda la realidad,
desde el aspecto biológico hasta el cosmológico, filosófico, ético y espiritual: eco-
ed., p. 33.
15
Papa FRANCISCO, Soñemos juntos. Un camino a un futuro mejor. Papa Francisco conversaciones
con Austern Ivereigh. Penguin. Random House Grupo Editorial. Barcelona 2020, p. 1.
16
Antoine VERGOTE, “Amarás al Señor tu Dios”. La identidad cristiana. Col. Presencia teológica
95. Sal Terrae 1999, pp. 35-36.
17
Álvaro CADAVID DUQUE, La Iglesia, un espacio de esperanza para el mundo de hoy.
Theologica Xaveriana 154 (2005) 185-208, espec. p. 195.
https://revistas.xaveriana.edu.co>article>view PDF consultado el 30 de Julio de 2021.
18
Ruben L. F. HABITO, El Zen y los Ejercicios Espirituales. Dos caminos hacia el despertar y la
transformación. Mensajero 2015, pp. 62-63. Exjesuita filipino. Vivió muchos años en Japón, Maestro
Zen, vive en EE.UU.
19
J. C. R. GARCÍA PAREDES, Cinco “odres nuevos”. Revista CONFER, Vol. 59, No. 225. Ene-
Feb-Mar. 2020, pp. 11-21, espec. p. 14. www.confer-es/353/activos/textos/8549-1-cinco-odres-
nu.pdf Consultado el 14 de septiembre de 2021.
8
tecnología, eco-política… ecología social y ecología mental, pues si el mundo está
enfermo por nuestra culpa, eso es síntoma de nuestra mente también está enferma. 20
Desde diversos campos (sociológico, antropológico y psicológico entre los
principales) se afirma que la sociedad actual puede estar viviendo el momento de
apogeo del narcisismo -los narcisos han tomado el poder- 21 como tema central
de la cultura y de la economía del mercado. 22 Vivimos hoy en la era que Narciso
cobra una relevancia espectacular. 23
La espesa niebla del narcisismo. La crispación neurótica de otros tiempos ha sido
sustituido hoy por la flotación narcisista: algo pues, que está en el aire sociocultural y
del que, al parecer, todos respiramos. Asistimos, ciertamente, a un apogeo del
narcisismo hasta el punto de que éste pueda ser considerado como la patología
arquetípica de nuestro tiempo. 24 El adversario más grande y que más estragos ha
causado, tanto a nivel individual como colectivo, es el narcisismo. 25
El valor supremo ya no es lo que nos supera sino lo que encontramos en nosotros
mismos. Y ello significa en primera instancia que vivimos una especial dificultad para
la apertura a la alteridad, para la relación, para el contacto y, por tanto, para la
constitución de auténticos vínculos. La aldea global en desarrollo está creando una
nueva serie de problemas de relación. 26
Pero esta exaltación del Yo derivada de la glorificación de la individualidad, trae
20
Victorino PÉREZ PRIETO, Espiritualidad ecológica: una nueva manera de acercarse a Dios
desde el mundo, Theologica Xaveriana, Vol. 60, No. 169 (191-214), espec. pp. 196 y 207. Enero-
Junio. Bogotá. www.redalyc.org/pdf/1910/191019350008.pdf
21
Es el título del libro de M. F. HIRIGOYEN. Citado por Jesús BALLESTEROS, Abandonar el
narcisismo. (18 Abril 2020). www.jesusballesteros.es/wp-content/uploads/2020/09/JB.-Abandonar-
el-narcisismo.pdf Consultado el 16 de septiembre de 2021.
22
Ana Luz FORTE, La cultura del narcisismo y el deseo de ser siempre joven. El fenómeno
sociocultural sutil y perverso. PUCP. ALAIC 2014 Perú. https://underpost.net/ir/pdf/hedo/La-
Cultura-del-Narcisismo.pdf Consultado el 20 de agosto de 2021.
23
Carlos DOMÍNGUEZ MORANO, S. J., Vida y muerte de narciso (1). En: Los registros del deseo.
Del afecto y el amor y otras pasiones. C. 8. Desclée De Brouwer 2001, pp. 18-208.
www.geocities.ws/lectio.brevis/documentos/biblos/dominguez/d8.pdf Consultado el 24 de agosto de
2021.
24
Cf. J. L. TRECHERA, ¿Qué es el narcisismo? Desde 1999; L. HORNSTEIN, Narcisismo.
Autoestima, identidad, alteridad. Paidós 2000. Citado por C. DOMÍNGUEZ MORANO, La
alteridad difuminada. Reflexiones en los tiempos de los “vínculos.com”. Proyección. Año LI, No.
215, Oct.-Dic. 2004, pp. 347-367, espec. p. 351 nota 9. www.Dialnet-LaAlteridadDifuminada-
1065618.pdf www.dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=188590 Consultado el 21 de agosto de
2021.
25
Mauricio BEUCHOT PUENTE, O. P., Cap. 14. Reflexiones sobre la antropología filosófica y la
psicoterapia, pp. 175-188, espec. 176.
www.bgtq.ajusco.upn.mx:8080/jspui/bitstream/123456789/1439/1/14%20Reflexiones%20La
%nueva%epistemologia_impress.pdf Consultado el 26 de agosto de 2021.
26
Thomas KEATING, O. C. S. O., Terapia divina y adicción. La Oración Centrante y los Doce
Pasos. Col. Caminos 105. Desclée De Brouwer 2011, p. 18.
9
consigo también una dinámica de agresividad y violencia, de la que estamos
constatando con manifestaciones muy preocupantes. El Yo glorificado no admite
límites. La alteridad se difumina y deja de situar al sujeto en un lugar y espacio
delimitado desde el qué relacionarse. El Yo se expande sin freno ni cortapisa con toda es
dimensión devastadora que posee deseo infantil. Y cualquier limitación que se le
imponga se va a experimentar como una violencia y una agresión intolerable. El respeto
que necesariamente surge de la conciencia y la valoración de la alteridad no encuentra
un lugar en esa dinámica expansiva del deseo infantil. Y de este modo cualquier persona
o institución que pretende limitar la aspiración de la propia singularidad, podrá ser
motivo de agresión y violencia.
Estamos en la cultura de la seducción aparatosa en la publicidad, del espectáculo
público, de la exhibición perversa. Se han valorizado las conductas impulsivas que
estancan al sujeto, en lo narcisista y en la búsqueda edípica del objeto incestuoso
perdido. De ese modo se obstruye la apertura al otro en su libertad y diferencia.
Sin darnos cuenta, la sociedad del rendimiento estaba multiplicando zombis,
autómatas, esclavos de sí mismos, sin propósitos de vida, corriendo y “matándose” por
tener, aparentar y figurar, pero vacíos por dentro y enfermos de desamor e
inconscientes de su identidad. 27 Una de las características de este tiempo -denominado
por muchos como posmodernidad- es la pérdida del sentido de la vida, surgida a partir
del vacío existencial que se produce en el ser humano por múltiples razones, entre ellas,
la desaparición del otro en la relación. Si bien el ser humano es en la medida en que
se relaciona, las relaciones se humanizan cuando el sujeto es capaz de atribuirle un
significado al otro de la relación. Cuando dicho significado desaparece, las relaciones se
convierten en una búsqueda de sí mismo, y se transforman en expresiones narcisistas del
sujeto. 28 Comprender que nos consideramos el centro del mundo y enredados en
las redes del egocentrismo… 29
El narcisismo es consecuencia de la atrofia de la inteligencia espiritual.
Christopher Larch lo analiza a fondo en su libro La cultura del narcisismo (1979). Larch
ve en el narcisismo no una autoafirmación, sino una pérdida de identidad erosionada
27
Trinidad RIED GOYCOOLEA, La vida y la muerte: dos realidades de una misma eternidad.
www.vidanuevadigital.com/blog/la-vida-y-la-muerte-dos-realidades-de-una-misma-ete... Consultado
el 3 de Agosto de 2021.
28
Paula Andrea GIRALDO PATIÑO, El vacío existencial y la pérdida del sentido de vida en sujeto
posmoderno: retos para el cristianismo del Siglo XXI. Cuestiones Teológicas. Vol. 41, No. 46, Jul-
Dic. 2014, pp. 425-444, espec. p. 428. www.scielo.org.co/pdf/cteo/v41n96/v41n96a08.pdf
Consultado el 5 de Agosto de 2021.
29
Wilfrid STINISSEN, La nuit comme le jour illumine. Toulouse. Ed. Du Carmel, 2005, p. 17.
Citado por André DAIGNEAULT, El camino de la imperfección. La santidad de los pobres. PPC
2019, p. 51 nota 14.
10
por el vacío espiritual. Es una irrefrenable ansia de vivir en un éxtasis libre de deseos.
En él, los problemas personales se hipertrofian y, sin embargo, no se resuelven, pues se
carece de voluntad y sólo se trata de evitar la tensión, aunque eso suponga suprimir el
deseo y la acción. El narcisista no tiene fuerza para ser y las relaciones personales
acaban siendo campo de batalla. Carece de entusiasmo, predomina en él la
autocompasión y el sentirse víctima de las circunstancias. No se toma en serio y como
consecuencia de ello, los ideales quedan relativizados y carece de fuerza para llevar a
cabo ningún proyecto. La vida, para el narcisista, nunca despliega sus alas. Vive en el
calor de la seguridad y del confort. Reemplaza el ideal clásico de la vida buena por la
aspiración a la mera buena vida.
El narcisismo no sólo es una atrofia de la inteligencia espiritual, convierte a la
persona en un ser temeroso que rehúsa, a toda costa, el conflicto emocional. Este recelo
y falta de compromiso apagan su pasión y le dejan con una mirada sobre el mundo
indiferente. La esfera privada y la soledad que podría potenciar su vida espiritual le
incuban una existencia blanda en la cual las tensiones de la condición humana se
disimulan frente al televisor, la práctica del zzaping o el turismo virtual.
Sólo si supera el narcisismo, es posible instaurar relaciones interpersonales
genuinas, profundas y duraderas. El paso del narcisismo a la aceptación de la
realidad no es automático, sino fruto de un largo proceso de crecimiento que
conlleva la renuncia al propio narcisismo, que hace del yo un referente único e
insustituible. 30 El desarrollo de la empatía puede ser un proceso hacia la superación del
narcisismo. 31
Recordemos que el mundo actual y su cultura nos impulsan a un proyecto
individualista de realización personal que prescinde, en la práctica, de las personas,
incluso en la vida familiar y nos deja desconectados unos de otros. Se dice que hemos
entrado en la era de la desconexión, un aislamiento que impide finalmente la
solidaridad. Nuestra sociedad pasa ya del aislamiento narcisista a los efectos dolorosos
del autismo. Las tecnologías informáticas que no poseen identidad, ni emoción, ni
sentimientos, ni toman decisiones, generan una nueva herida narcisista en los sujetos.
32
30
Franscesc TORRALBA ROSELLÓ, Inteligencia espiritual. Plataforma Editorial 2013.
www.books.google.co.jp/books?id=HPSkDwAAQBAJ&pg=PT129&dq=narcisismo... Consultado el
16 de septiembre de 2021.
31
Manuel VILLEGAS BESORA, El error de Prometeo. Psico(pato)logía del desarrollo moral.
Herder 2013. www.books.google.co.jp/books?
id=OAOIDwAAQBAJ&pg=PT91&dq=la+superación+del+narcisismo&source=bI&ots=... –
Consultado el 16 de septiembre de 2021.
32
Sabina CABARITI, La tecnología informática, una nueva herida narcisista. Intersecciones Psi.
Revista electrónica de la facultad de Psicología. www.intersecciones.psi.uba.ar/idex.php?
11
Si hemos sido creados para la relación y la solidaridad, el individualismo radical y la
autonomía absoluta nos desvirtúa, no es evangélico y contradice la vida y la enseñanza
del Señor. La solidaridad no es un lujo, sino una necesidad, tanto a nivel económico y
social como en nuestra propia vida sacerdotal. No podemos permitir que esta
mentalidad que prescinde de todo vínculo y repliega al hombre sobre sí mismo mine
nuestras relaciones de fraternidad y reduzca la riqueza de la convivencia, ni nuestra
experiencia de comunión en la Iglesia. Quien comienza por salvaguardar la propia
independencia prescinde después del otro y, finalmente, termina aislado y vulnerable. 33
¡Las desconexiones, heridas de muerte! ¿Qué hay todavía desconexiones? ¡Es
evidente! La apreciamos todos los días. Y allí donde hay desconexión hay infierno, no
cielo. Quienes desconectan y se desconectan padecen la influencia de las Bestias
apocalípticas que intentan ejercer su dominio sobre la tierra. 34
La relacionalidad nos salva de la tentación del aislamiento tanto como de la
dominación. Esta interrelacionalidad que otorga la conciencia religiosa puede ayudarnos
en el momento actual en el que vivimos encerrados en un doble confinamiento: por un
lado, la masificación, donde sentimos disolvernos en un todo anónimo que nos
despersonaliza y, por otro, el acorralamiento de un individualismo que nos aísla. La
conciencia de formar parte de un Todo es lo que puede liberarnos de esos extremos
alienantes en los que caemos. 35 Para que nuestro mundo tenga futuro, necesitamos una
nueva manera de pensar el mundo. De manera global, holística, teniendo en cuenta la
interconexión existente entre todos los procesos naturales, de todo con todo. 36 El
hombre de hoy, más que nunca está necesitado de una curación holística y, en
último análisis, de comunión con Dios. 37
¿Dónde se generan las epidemias del espíritu?
Si no resulta fácil detectar la causa y el origen de la pandemia que padecemos del
Covid-19 -¡únicamente el foco donde se ha producido el primer caso!-, no menos fácil
option=com_content&view=article&id=227:la-tecnologia-informática-la-nueva-herida-
narcisista&catid=... Consultado el 19 de agosto de 2021.
33
Mons. D. R. ZORNOZA BOY, Carta a los sacerdotes en el inicio de curso 2018-2019, op. cit.
34
J. C. R. GARCÍA PAREDES, La fiesta de la interconexión y la reconciliación de cielo y tierra. (24
mayo 2020). https://www.xtorey.es/glorificacion-y-envio-ausencia-y-presencia/ Consultado el 26 de
Agosto de 2020.
35
Javier MELLONI RIBAS, S. J., De dónde, a dónde y por donde conducen las religiones. En:
Vivencia mística y tejido social 2006, pp. 229-242. https://dialnet.unirioja.es/servet/articulo?
codigo=2501692 Consultado el 1º. de Mayo de 2011, última consulta 29 de Octubre de 2020.
36
Raimon PANIKKAR, La puerta estrecha del conocimiento: sentidos, razón y fe. Herder 2009, p.
187.
37
Don Carmelo PELLEGRINO, La experiencia de Dios hoy y la mística carmelitana. Mistagogía y
acercamiento religioso y cultural. Síntesis conclusiva. Revista de Espiritualidad 66 (2007) 371-386,
espec. p. 371. www.revistadeespiritualidad.com/upload/pdf/1834articulo.pdf Consultado el 17 de
septiembre de 2021.
12
es conocer el origen de las infecciones a las que está expuesto el espíritu humano. Su
fenomenología es muy compleja.
38
J. C. R. GARCÍA PAREDES, Epidemias del espíritu. (13 Feb. 2021). www.xtorey.es/epidemia-
del-espíritu/ Consultado el 11 de Agosto de 2021.
39
Dra. Maribel RODRÍGUEZ, ¿Qué le pasa a un narcisista? (23 Jun. 2017).
www.maribelium.blogspot.com/search/label/Narcisismo Consultado el 28 de julio de 2021.
13
con la práctica de la honradez, la solidaridad, la compasión y el respeto al Planeta. 40 La
pandemia del Covid-19 está produciendo la mayor parte de situaciones que el gran
filósofo y psiquiatra alemán Karl Jaspers llamaba límite (Grenzsituation) como el
fracaso, el sufrimiento, la muerte, y que consideraba como oportunidad para que el
hombre se superase a sí mismo y diera lo mejor de sí. En efecto esta es la gran
ocasión de reconocer nuestra dependencia de Dios, de los otros, de la naturaleza,
de la realidad en general, así, como nuestros errores, muy especialmente, el de la
idolatría de la tecnología y el dinero. En definitiva, es la gran ocasión para la
superación de nuestro narcisismo individual y colectivo, en ver todas nuestras
acciones infectadas de egoísmo.
41
14
narcisista vive en un estado de desolación. 45
Lo opuesto a la madurez afectiva es el narcisismo, que además de implicar una
mirada volcada sobre sí, consiste en el lacerante sentimiento de no ser digno del
amor, una duda que conduce a una inseguridad existencial que le roba la paz y le hará
negar la paz. No pocos conflictos eclesiales, nacen en esta herida en la humanidad del
sacerdote, que puede expresarse paradójicamente en extremos, ya sea en una rigidez que
enmascara la propia inseguridad, causada por las inconsistencias y fragilidad personal o
en una laxitud que apostata de la verdad y del bien, para mendigar la aceptación. 46
El narcisismo celibatario es más frecuente de lo que pensamos. Suele ir unido a un
individualismo -que se camufla, para no parecer tal-. El célibe se crea su propio mundo:
extiende su ego en todo aquello que es y hace. Se preocupa solamente de sí mismo y del
crecimiento de aquello que él produce o genera. Utilizan el lenguaje de un falso
“nosotros”, porque no ama “lo otro”, sino sólo aquello que reproduce el propio ego, el
reino de “lo igual”. El narcisista habla siempre en primera persona (singular o plural [o
plural mayestático como en la Biblia]). El eros queda encarcelado en un auto-eros, amor
a sí mismo. 47
El excesivo individualismo que muchos sacerdotes refieren, es también una falta de
caridad, que no sólo compromete el bienestar y la salud del clero, sino también de los
laicos y sus comunidades. Muchas veces una crisis o un problema personal no se refleja,
en la primera instancia, como un malestar subjetivo, sino en malos tratos de parte de
sacerdotes, en reacciones desmedidas, en decisiones arbitrarias, etc., que hacen daño a
la comunidad eclesial. Es importante que los sacerdotes y las comunidades cuenten con
orientaciones sobre qué hacer ante éstas y otras situaciones difíciles y por supuesto,
contar con redes de apoyo profesional para los sacerdotes que están atravesando una
crisis, que presentan un trastorno psicológico, o que están generando problemas graves
con la convivencia comunitaria o en su trabajo pastoral. 48
autocuidado-el-amor-de-tu-vida-tambien-eres-tu/ Consultado el 2 de Agosto de 2021.
45
Cf. Alexander LOWEN, El narcisismo. La enfermedad de nuestro tiempo. Paidós Contextos.
Primera edición Libro electrónico 2014. www.drive.google.com/file/d/OB-
aRCtstl43TGUtcWtSNDROaEO/view?pref=2&pli=1&resourcekey=0=JaoxOHj8ua50QCvtala-5Q
Tomado del Blogspot de la Dra. Maribel Rodríguez, op. cit. Consultado el 28 de Julio de 2021.
46
Mons. Jorge Carlos PATRÓN WONG, La dimensión humana en la formación permanente.
Encuentro Nacional de Sacerdotes. Villa Cura Brochero. Del 5-7 sept. 2017. Conferencia Episcopal
Argentina. Comisión Episcopal de Ministerios. Secretariado Nacional de Formación Permanente de
los Presbíteros, p. 6. www.clerus.va/content/dam/clerus/Dox/02%20_%20Dimension
%20humana.pdf Consultado el 12 de Agosto de 2021.
47
J. C. R. GARCÍA PAREDES, “Eros” agoniza; “Narciso” renace: consideraciones actuales sobre
el amor. (22 Sept. 2014). Ciudad Redonda. www.ciudadredonda.org/articulo/eros-agoniza-narciso-
renace-consideraciones-actuales-sobre-el-amor Consultado el 2 de Agosto de 2021.
48
Gonzalo MIRANDA, Gabriel VALDIVIESO, Sugerencias a una pastoral para los sacerdotes. (1º.
Nov. 2005). Estudios y reflexiones pastorales. Boletín Pastoral 1995-2008. 2005. El presente
15
El narcisismo
Es casi un lugar común señalar la doble ambigüedad del término (polisémico)
narcisismo utilizado hasta la inflación. Se le emplea con una enorme variedad de
connotaciones que subrayan en el fenómeno que designa el individualismo, el egoísmo
y egocentrismo, el hedonismo, la superficialidad, etc. En el plano clínico: narcisismo se
refiere a la regulación normal o patológica de la autoestima. 49 Es la hipertrofia y
perversión de la autoestima, que lleva al olvido de la realidad y de los otros, y a la
total carencia de sentido de responsabilidad y de culpabilidad. 50 O pulsión de sí mismo.
No vamos a entrar aquí en una definición técnica del hecho desde la psicología o la
psicología social. Desde estos puntos de vista se podría proponer como definición
aproximada. Forma de conducta que retira el sujeto de los vínculos sociales y desarrolla
en él fantasías de grandeza y sirve de compensación a las alteraciones de la valoración
de sí mismo. A partir de esta clasificación de sus manifestaciones: el tipo de conducta
del aislado, caracterizado por la resignación, la regresión social, la idealización de sí
mismo con fantasías de grandeza; el tipo del consumidor, que se caracteriza por el
hecho de sustituir a las personas por objetos para mediante su uso estabilizar los
sentimientos de valoración propia. El tipo del Star, de la “estrella”, representado por las
personas que se autoidealizan y reducen a los demás a la función de admiración de uno
mismo. Y el tipo Fan representado por aquellos que idealizan a una persona o a un
grupo hasta mitificarlo estableciendo relaciones de identificación con él. 51
El rasgo más importante es, según los psicólogos caracterizan a la personalidad
narcisista, sin duda, la referencia exclusiva a sí mismo, el más completo egocentrismo
que lleva al narcisista a estar dominado por la necesidad de ser amado y admirado por
los demás, reduciendo a éstos a la confirmación de la propia estima. Se produce así una
sobredosis narcisista que ahoga al sujeto en su propia realidad infecunda. 52 El narcisista
siente a la vez una fuerte inclinación hacia aquellos de los que espera ese
reconocimiento narcisista, idealizándolos hasta mitificarlos para olvidarlos tan pronto
documento se realizó a petición de la Conferencia Episcopal de Chile con ocasión de la 87ª.
Asamblea Plenaria, las consultas a los vicarios pastorales en la Jornada de Junio de 2004 y los
Estudios y Boletines Pastorales de CISOC-Bellarmino.
49
Otto KENBERG, La patología narcisista hoy. 1992.
www.sepypna.com/documentos/articulos/Kernberg-patologia-narcisista-hoy.pdf Consultado el 17 de
agosto de 2021.
50
J. BALLESTEROS, Abandonar el narcisismo, op. cit.
51
Cf. F. STIMMER, Narzismus. Zur Psychogenese und Sociogenese narzisstischen verhaltens.
Berlin, Danker et Humbolt, 1987, pp. 15-17. Citado por Juan Martín VELASCO, Increencia y
evangelización. Col. Presencia teológica 45. Sal Terrae1988, pp. 58-61, espec. p. 58 nota 95.
52
C. DOMÍNGUEZ MORANO, Autoestima: peligro de sobredosis narcisista.
https://marcaba.org>SANLUIS>Espiritualidad RTF Consultado el 24 de agosto de 2021.
16
como no tiene más que esperar de ellos. Las relaciones del narcisista con los demás
tienen carácter parasitario. El narcisista tiende a disponer de los demás y a utilizarlos
sin ninguna consideración; rasgo de narcisismo, de sus obras, incluso cuando les
acompaña la inteligencia, son la superficialidad, la vaciedad y la falta de sustancia
demás de brillantes fachadas. En las personalidades narcisistas pueden coincidir fuertes
sentimientos de inseguridad y de inferioridad con fantasías de grandeza y sentimientos
de omnipotencia que a veces las conducen a adoptar posturas de “aislamiento
espléndido” en relación con la sociedad. 53
La vida es apertura, dinámica creativa, movimiento hacia lo que uno no es,
permeabilidad e interacción. Todo lo opuesto a la cerrazón y a la endogamia. Es
autotrascendencia y, en este sentido, es el yo que se pone en movimiento hacia algo que
no es.
El narcisismo es la adoración del yo, el amor desordenado a sí mismo, el culto a la
propia persona. Un ser humano sensible espiritualmente está en camino, trata de
convertir su vida en proyecto y esto le exige salir de sí mismo y entregarse a una razón
superior a él. La felicidad depende de tal entrega, “sólo son felices los que centran su
interés en algo distinto a su propia felicidad: la mejora de la humanidad o la felicidad de
los demás”. 54
17
Dificultad para tolerar la discrepancia,
Susceptibilidad exagerada,
Postura extremadamente defensiva ante la crítica,
Percepción del otro como prolongación de sí mismo,
Recurso al peligroso juego de la seducción,
Conflicto intenso entre el deseo de fusión y el miedo a la proximidad afectiva,
Dificultad para aceptar la alteridad,
Convicción de tener derecho de ser tratado de manera especial y con obediencia
por los demás,
Propensión a explotar a otros y aprovecharse de ellos para obtener beneficios
personales,
Arrogancia, sentimientos de superioridad -que ocultan el de inferioridad- y
conductas orientadas a la obtención de poder,
Dificultad grave para trabajar con personas de autoridad,
Incapacidad de empatía y compasión,
Por todo ello se ha dicho que las relaciones narcisistas son como los fuegos
artificiales: tras arder, dejan atrás de sí una espesa cortina de humo y un intenso
olor a quemado. 55
55
E. MARTÍNEZ LOZANO, Psicología transpersonal para la vida cotidiana. Claves y recursos.
Col. Serendipity Maior. Desclée De Brouwer 2020, pp. 60-70.
www.untumbes.edu.pe/vcs/biblioteca/document/varioslibros/1312.%20Psicologia%20transpersonal
%20para%20vida%20cotidiana.pdf Consultado el 4 de Agosto de 2021.
56
Área Humana, La personalidad narcisista. Motivar el autoconocimiento para generar el cambio.
www.areahumana.es/narcisistas/ Consultado el 15 de Julio de 2021.
57
M. BEUCHOT PUENTE, Reflexiones sobre la antropología filosófica y la psicoterapia, op. cit.,
p.184.
18
En síntesis: es el síndrome no sólo o no tanto de quien no ha sido amado, sino de
quien no reconoce el cariño recibido, no se conforma con él, o lo desprecia sutilmente
porque limitado o porque recibido de personas limitadas, que lo considera obvio, como
una obligación del otro y como un derecho propio, sin percatarse de ninguna gratuidad.
El narcisista es una mezcla de ingratitud y de codicia, un triste enamorado de sí mismo.
58
58
A. CENCINI, Los jóvenes desafían la vida consagrada. Congregación de los Sagrados Corazones
de Jesús y de María. Provincia del Ecuador. www.ssccecuador.org/web/index.php/pastoral-
vocacional/recursos/361-los-jóvenes-desafían-la-vida-consagrada-amadeo-cencini Consultado el 24
de Julio de 2021.
59
Asociación Americana de Psiquiatría, Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales.
DSM-IV, Masson, Barcelona 1995, p. 675. Citado por Carlos DOMÍNGUEZ MORANO, S. J., Los
registros del deseo. Del afecto, el amor y otras pasiones. Col. Serendipity Maior 15, Desclée De
Brouwer 2001, pp. 198-199 nota 49.
60
A. GRÜN, Transforma tu angustia. Sal Terrae 2008, p. 123. El P. Grün, benedictino alemán
desciende de judeo-españoles del S. XVI y es practicante de meditación Zen.
61
E. MARTINEZ LOZANO, Semana 21 de Enero: Narcisismo, contraste y reactividad. (21 Enero
2018). www.enriquemartinezlozano.com/semana-21-de-enero-narcisismo-contraste-y-reactividad/
Consultado el 4 de Agosto de 2021.
19
privilegiada. Es lo que se llama narcisismo intelectual o “academicismo”,
“tentación de hacer de los estudios simplemente un medio de afirmación de la persona”.
62
“Carrerismo”, es la tentación del protagonismo o de hacer carrera. 63 “Especialidad de
los diablos educados”. 64 Es la tentación “narcisista de la autorreferencialidad” -lo
opuesto de “la alteridad” cristiana que “es don y servicio”- señaló el Papa Francisco en
la misa celebrada el 12 de Junio de 2017 en Santa Marta. 65
Esas personas creen que son “especiales” y únicas, y que solo otras personas (o
instituciones) que son de alto status pueden comprenderlas o relacionarse bien con ellas,
por lo general, estos sujetos exigen admiración excesiva y tienen expectativas
irracionales de recibir un trato o favor especial de los demás o de que se cumplan
automáticamente sus expectativas. Con frecuencia tienden a ser explotadores en las
relaciones interpersonales, y suelen aprovecharse de los demás para alcanzar sus
propias metas.
Esas personas carecen de empatía y tienen serias dificultades para reconocer los
deseos, las necesidades y los sentimientos de los demás. No son conscientes del daño
que hacen a las otras personas con sus actitudes, comentarios y acciones. Además,
suelen envidiar a los demás y creen de manera cínica que otros les envidian a ellos. Su
comportamiento casi siempre es arrogante y soberbio. Los sujetos narcisistas tienen
frecuentemente problemas en sus relaciones interpersonales debido a su
comportamiento irritante. Este es unión de los estilos y trastornos de personalidad que
desafortunadamente se encuentran en la vida sacerdotal y religión (aunque muchas
veces de manera solapada). Cuando el grado de narcisismo en la personalidad del sujeto
es grave, es poco probable que este patrón pueda modificarse. 66
El reverso de la madurez afectiva es, sobre todo en nuestro tiempo el narcisismo. El
narcisismo glorifica el reino de la expansión del Ego puro. 67Esta inmadurez
intensamente favorecida por el talente de nuestro tiempo, lleva en su corazón una duda
62
Papa FRANCISCO, pide a sacerdotes prevenir algunas “enfermedades” eclesiales. Vaticano 21
oct. 2017 en: OSLAM, pp. 4-6, espec. p. 5. www.celam.org/docs/OSLAM71.pdf Consultado el 22 de
julio de 2021.
63
Idem p. 6.
64
Ibíd, Soñemos juntos, op. cit., p. 48.
65
Ibíd, Misas matutinas en la capilla de la “Domus Sanctae Marthae”. Dios se las arregla para
entrar. www.vatican.va/cotidie_20170612_dios_se_las_arregla.html Consultado el 18 de agosto de
2021.
66
Luisa M. SAFFIOTTI, Situaciones comunes que enfrentan sacerdotes y personas en vida
consagrada con la expresión de su afectividad y sexualidad. Rev. HUMANITAS 2006, 2 (2): pp. 38-
67. https://dialnet.unirioja.es>descarga>articulo PDF Consultado el 20 de Julio de 2021.
67
Gilles LIPOVETSKY, La era del vacío. Ensayos sobre el individualismo contemporáneo. Col.
Argumentos. Anagrama. Barcelona 2000, 13ª. ed, p. 55. www.catedradatos.com.ar/media/lipovetsky-
La-era-del-vacio.pdf Consultado el 17 de agosto de 2021.
20
lacerante: la persona no sabe si es o no digna de ser amada. Para despejar esta duda
existencial se dedica empeñativamente a ofrecer a los demás una imagen amable y
adorable de sí misma a través de la continua exhibición de éxitos y resultados. Trata de
deslumbrar y asombrar a los demás. Necesita de esa imagen exitosa para decirse a sí
mismo, una y otra vez, que vale. Pero nunca acaba de creérselo. Precisamente por ello
es tan sensible a la desaprobación. Ella le remite a la duda fundamental que no puede
superar. Se defiende de esta duda proyectándola hacia el entorno (no soy valorado en lo
que soy, se me exige demasiado, no se confía en mí para dejar en mis manos las
responsabilidades que merezco, las cosas que emprendo no van bien por falta de
apoyos, etc.). 68 Sabiendo que la falta de apoyo provoca siempre sensación de amenaza,
de inseguridad y de miedo. Precisamente por eso el hombre busca con tanta intensidad
apoyos en la esfera material, poniendo su esperanza en distintas formas de riqueza: en
las cosas y en el dinero, en los ahorros y en los éxitos profesionales. El hombre, este ser
ávido de ilusiones que llenen su corazón inquieto, trata continuamente de buscar apoyo
en aquello que se puede medir y tocar. De ahí que se esfuerce tanto en crearse un
sistema material de seguridad y por buscar la aceptación, el éxito y el desarrollo de sus
posibilidades. Pero lo que desea en definitiva es afirmar su propio “yo”, colocándolo en
un pedestal y elevándolo al rango de ídolo. Sin otro dios fuera del propio yo. Un ídolo
que exige el reconocimiento, la gloria y el servicio de los demás. 69 Todos tenemos, en
mayor o menor medida, lo que algunos llaman el “complejo de dios”: creer que lo
sabemos todo, que no hemos de aprender nada nuevo. El problema de los que tienen el
complejo de dios, especialmente si ocupan puestos de gobierno, es que no les faltan
aduladores que constantemente les confirmen su infalibilidad (1 Re 22, 11; Jer 20, 1-3;
Am 7, 10-17), etc. 70
Hay que evitar un doble extremismo: el del sentimiento farisaico de la persona
autosatisfecha, que se considera libre de todo fallo y merecedora de la benevolencia
divina, y el de la culpabilidad de quien se hunde por no superar sus conflictos. Ninguna
de ambas posturas se justifica con el Evangelio. El ser humano actúa siempre con una
68
Juan Ma. URIARTE, Madurez psicológica, espiritual y pastoral, pp. 3 y 4. San Sebastián, 20 de
Diciembre de 2005. El Sr. Uriarte es obispo de San Sebastián.
69
Stawomir BIELA, Solo Dios basta. San Pablo 2015, pp. 23 y 25; A. CENCINI, Psicología y
misterio: una relación inédita y fecunda, del libro: A. MANENTI, S. GUARINELLI, H. ZOLLNER
(Coord. por), Persona y Formación. Reflexiones para la práctica educativa y psicoterapéutica.
Paulinas Bogotá 2010, Cap. 6, pp., 149-175.
www.cux-uruguay.org/wp-content/uploads/2012/07/Psicologia-y-Misterio.-Una-relación-inédita-y-
fecunda.pdf Consultado el 22 de Julio de 2021.
70
Francisco RAMÍREZ FUEYO, S. J., El fracaso en la Biblia. Sal Terrae 106 (2018) 213-226.
Consensado por Santi Torres para
www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol57/227/227_Ramirez.pdf pp. 163-171, espec. p.
166. Consultado el 6 de septiembre de 2021.
21
mezcla de luces y sombras, de cobardía y de buenos deseos, de ilusión y de
conformismo, de libertad y de condicionantes, cuyas fronteras permanecen en la
penumbra. Sólo Dios es capaz de conocer la situación real de cada uno. La fe es un
estímulo para sentirse a gusto delante de Él, sin saber con certeza y exactitud el fondo
más auténtico de nuestro interior.
El sí a Dios, como valor supremo, es posible ofrecerlo también en el desarreglo y
compulsión de una conducta que no responde a las normas éticas, cuando esos gestos,
sin saber en qué medida, es capaz al control del individuo. La impotencia y la
culpabilidad se entremezclan en proporciones desconocidas, dejando al sujeto sumido
en la ignorancia de su condición. Tal desconocimiento será un problema para el
narcisista, que necesita sentirse gratificado por su propia imagen; pero el auténtico
cristiano vive contento en su misma opacidad. Su interés está centrado mucho más en
servir a Dios y a ayudar a los demás que en la preocupación por su perfeccionamiento
individual. 71
Milton (1999) denomina al tipo de narcisismo “elitista” (narcisismo puro) o
exclusivista: se siente privilegiado, espera tener una vida en la que los demás
complazcan sus expectativas, va a las relaciones para obtener un status especial. Esta
modalidad narcisista lleva al sujeto en el grado máximo de su egocentrismo a refugiarse
en una torre de marfil, mostrándose inaccesible a los demás, puesto que constituyen una
amenaza potencial a su indiscutible superioridad. No necesitan de nada ni de
nadie, ellos, son sus propios maestros, guías y tutores. La aparición de
posibles rivales la vive con envidia y altivez. Para el Papa Francisco: “La psicología de
élite o elitista termina generando dinámicas de división, separación, círculos cerrados
que desembocan en espiritualidades narcisistas y autoritarias en las que, en lugar de
evangelizar, lo importante es sentirse especial, diferente de los demás, dejando así en
evidencia que ni Jesucristo ni los otros interesan verdaderamente”. 72
Estos narcisistas se exponen a que haya discrepancias entre lo que son y cómo se
presentan. En cualquier actividad a la que se dediquen invierten sus energías en hacer
propaganda, en jactarse de sus éxitos, ciertos y falsos, en conseguir que cualquier cosa
que hayan hecho parezca maravillosa, mejor que lo ha hecho por los otros y mejor de lo
71
Eduardo LÓPEZ AZPITARTE, S. J., Simbolismo de la sexualidad humana. Criterios para una
ética sexual. Sal Terrae 2001, pp. 114-115. www.books.google.co.jp/books?
id=oPkhwJFMOLOC&Ipg=PA114&dq=fariseismo+narcisista&source=bI&ots... Consultado el 17
de agosto de 2021.
72
Consejo Nacional de prevención de abusos a menores de edad y acompañamiento a víctimas,
Prevención de abusos. Conferencia Episcopal de Chile, p. 16.
www.concepcionssscc.cl/sites/default/files/2020-10/Prevención%20abuso%20-%20MÓDLO
%201.pdf Consultado el 12 de Agosto de 2021.
22
que realmente es, 73
Modo tiburón. El modo tiburón es aquel que, teniendo la misma necesidad y
fragilidad de todos, se disfraza con una máscara de superioridad (consciente o
inconscientemente) que le hace tratar a los demás como cosas o personas inferiores.
Por lo mismo, solo busca su propio provecho y es incapaz de ver el bien común como
prioridad. Para conseguir lo que quiere, ni importan los medios y se autojustifica de mil
modos, utilizando sobre todo expresiones: es que todos lo hacen, es tonto el que no
aprovecha y la vida es de los vivos.
Algunas de las características más molestas y de las que nos debemos cuidar de no caer
como son:
Prepotencia: al tratar a los demás de mal modo, exigiendo privilegios y
beneficios diferentes a los demás.
Apego y acaparamiento de lo material, la fama y el poder.
Abusos (de todo tipo: “asustar” y “acomplejar” a los demás) y la
autojustificación de su indecencia.
La discapacidad para verse vulnerables o necesitados de los demás; la
soberbia, la intolerancia y la codicia.
Valores acomodados a las circunstancias. Los “tiburones” van cambiando el
discurso a medida que les conviene por lo que no son confiables ni tampoco
confían en nadie, porque ellos mismos saben cómo son. La verdad, la justicia, la
equidad, la responsabilidad social, la moral, se amolda a sus deseos y necesidades
sin ningún escrúpulo.
Narcisismo: Los tiburones no son capaces de ver el mal que provocan. Se
miran sólo su ombligo; sólo sufren cuando ven que los demás los atacan -sin
entender por qué- y su empatía y sensibilidad social está francamente
anestesiada o cortada por el interés personal. Acaparar: como el modo tiburón
no confía en la solidaridad del resto, tienden a acaparar de todo para nunca tener
que experimentar su propia carencia o necesidad. Acumula bienes, dinero, fama,
contactos, recursos de todo tipo que les sirvan potencialmente para atacar. 74
Pan para hoy y hambre para mañana: Su visión es de muy corto [alcance]
73
Manuel VILLEGAS y Pilar MALLOR, El narcisismo y sus modalidades. Revista de
Psicoterapia/Vol. XXIII, No. 89, PP. 59-109, espec. pp. 72-73. www.centroitaca.com/pdf/el
%20narcisisimo%20sus%20modalidades-pdf Consultado el 24 de Julio de 2021.
74
T. RIED, Actitudes para navegar en “aguas revueltas”.
www.revistanuevadigital.com/blog/actitudes-para-nevegar-en-aguas-revueltas/ Consultado el 3 de
Agosto de 2021; T. RIED & P. Juan Pablo CÁRCAMO VELASCO, S. J., Vivir por lo importante,
pp. 69-71. Primera temporada. Fundación Vínculo.
https://fundacionvinculo.cl/sutui/wp-content/yokiads/2021/06/vivir-lo-importante.OK_.pdf
Consultado el 22 de agosto de 2021.
23
plazo y no son capaces de imaginarse ancianos, vulnerables o necesitados de los
demás. Se apegan a todo y no son capaces de desprenderse de las cosas o sus
estados de status.
Soledad: Por todo lo anterior, los tiburones; se creen dioses a los que hay que
reverenciar, dueños de la verdad, ridiculizando a los demás con un ansia de tener
más y más.
Agresividad y violencia en todas las formas: Los tiburones son incapaces de
aceptarse a sí mismos -tienen una baja autoestima que se camufle- por lo que son
y por lo mismo no creen en el amor como modo de relación. Son competitivos al
extremo, agresivos y fácilmente pueden caer en la violencia.
Se siente superior a los demás: “sólo confían en sus propias fuerzas y se sienten
superiores a otros por cumplir determinadas normas o por ser
inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico propio del pasado. Son los
llamados narcisos, que se creen dueños de la verdad y son como elefantes de
cristalería, rompiendo todo a su paso con inconsciencia total. 75 Es una
supuesta seguridad doctrinal o disciplinaria que da lugar a un elitismo narcisista
y autoritario, donde en lugar de evangelizar lo que hace es analizar y
cosificar a los demás, y en lugar de facilitar el acceso a la gracia se gastan
energías en controlar” (EG 94). 76
El “amigo” narcisista
Cómo habla de los demás: son criticones, a veces de forma cruel, por detalles
mínimos, explayándose contra quienes no están en su corte de seguidores
abducidos. Claro, cuando no están delante.
Su actitud complaciente: nos prometerán cosas que después no harán,
especialmente si les suponen algo de esfuerzo o trabajo.
Su nivel de exigencia: has de pensar como ellos o satisfacer sus necesidades
emocionales de reconocimiento, afecto, feed back inmediato, hacerles favores,
etc. Si no, aparecerá la furia narcisista o harán mutis por el foro, es decir,
desaparecerán súbitamente de esa estupenda “amistad” que se supone que tienen
con nosotros.
75
T. RIED, La hipocresía buena: para salvar la relación. (30/03/2021).
www.vidanuevadigital.com/blog/la-hipocresia-buena-para-salvar-una-relacion/ Consultado el 19 de
agosto de 2021.
76
Andrea BLANCO y William CARDONA, Una familia, Muchas familias: ministros laicos en una
Iglesia culturalmente diversa desde la Evangelii Gaudium. United States Conference of Catholic
Bishops. www.usccb,org/belifs-and-teachings/how-we-teach/catechesis/catequetical-Sunday/living-
disciples/spanish/una-familia-muchas-familias Consultado el 24 de Julio de 2021.
24
Sus valores: antes o después vemos su trato hacia otros o su manera poco ética de
andar por el mundo.
Su falta de transparencia: y no entenderán a alguien que se comporte con
transparencia, ya que ellos no son así.
Su falta de congruencia: cuidado con superarles en algo: eso mismo por lo que
nos admiraban puede generarles una tremenda irritación si destacamos más que
ellos (son muy envidiosos).
Su falta de confianza en tu sinceridad o en ti, en general : dudan, por ejemplo, de
tus expresiones de afecto o de tu lealtad, porque no pueden concebir que alguien
actúe desinteresadamente.
Su desconfianza en tu aprecio: no creerán que puedes tenerles un cariño genuino,
pues entienden la vida como meros intercambios y no conciben la existencia del
amor real. También, como viven instalados en una farsa, pueden creer que si les
quieres es porque te han engañado (de manera consciente o inconsciente).
Tampoco creen que alguien pueda hacer algo de lo que ellos no son capaces,
querer desinteresadamente.
Su tendencia a la mentira: de lo más nimio a lo más importante.
Sus actitudes manipuladoras: seducir (con el bombardeo amoroso), mentir, hacer
“luz de gas” (te culpan de lo que ellos hacen mal, por ejemplo), intermitencia en
las relaciones, castigos desmedidos por pequeños errores, etc.
Sus agresiones directas o indirectas: a veces muy sutiles, pero que pretenden
hacer sentir culpable de sus malas actitudes (si cometen alguno de los errores, y
protestas por ello, dirán que eres un neurótico/a, susceptible, etc.) o bien tratará de
ponerte en una posición de inferioridad (señalando tus defectos, inadecuaciones,
etc.).
Su hipersensibilidad ante las críticas y correcciones : En algunos casos, pueden
desencadenarles una tremenda furia y resentimiento las críticas o correcciones
mínimas. Esto sucede desde las generaciones de adultos jóvenes que no conocen
la igualdad y nunca han experimentado la fraternidad, porque no tienen hermanos.
De ahí deriva la rápida difusión del mal del siglo, el narcisismo y esto hace que
estemos frente a una generación que muestra una sensibilidad extrema hacia los
reproches, porque no está acostumbrada a ser criticada. 77 “Si me criticas, no
me amas”. Hipersensibilidad a la crítica. 78
77
Lucetta SCARAFFIA, Por qué nuestros hijos no nos escuchan.
www.vidanuevadigital.com/blog/hijos-no-nos-escuhan-lucetta-scaraffia/ Consultado el 2 de Agosto
de 2021.
78
M. VILLEGAS BESORA, El error de Prometeo. Psico(pato)logía del desarrollo moral, op. cit.
25
La actitud evasiva, o incluso la desaparición súbita o intermitente, sin que haya
una explicación y, si se la pides, solo obtendrás respuestas confusas o ataques (te
dirán que si preguntas es que tienes problemas o si es que estás enamorado/a de
ellos, porque te inquietas por sus fluctuaciones en la relación, por ejemplo). A
veces llamo el “síndrome de Guadiana” a esa desaparición súbita e intermitente;
veremos que, aunque parecen grandes amigos tuyos, súbitamente no sabes nada
de ellos y pasado el tiempo otra vez aparecen como grandes amigos y así
sucesivamente. No busquéis explicaciones a su intermitencia, no os la darán.
Demoras excesivas cuando quieres tener una conversación seria con ellos . El
miedo a la confrontación o a exponerse a cualquier crítica les puede hacer entrar
en pánico y evadirse lo más posible.
Demandas de atención inmediata: tratarán de complacerte, especialmente si
quieren algo de ti, pero por detrás te criticarán y plantearán tus necesidades como
algo absurdo o caprichoso.
Doble cara: sonrisas y halagos frente a ti, críticas injustas a tus espaldas.
Actitud competitiva contigo: te dediques a lo que te dediques, ellos saben más
que tú. Te pretenderán dar lecciones y correcciones sobre tu ámbito profesional,
pretendiendo incluso corregir lo que sea fruto de un intenso estudio y de años de
experiencia. Con el tema de la pandemia me encuentro a unos cuantos dando
“homilías” aleccionadoras, o corrigiendo a los científicos expertos, por haber
leído un par de artículos periodísticos, haber visto unos videos de You Tube o
leído cualquier otra fuente de información que exaltan y absolutizan. Es curioso
que veo más estas actitudes entre quienes sostienen discursos que niegan la
evidencia científica, simplifican lo que está pasando o caen en visiones
conspiranoicas.
Son algunos comportamientos ante estas actitudes. Lo principal es poner distancia y
claro, no creernos que son realmente amigos. 79
79
M. RODRÍGUEZ, El “amigo” Narcisista. Parte I.
www.maribelium.blogspot.com/search/label/Narcisismo Consultado el 28 de Julio de 2021.
26
los tiempos duros, hasta convertirse tal vez en vehículos de superstición o de gimnasia
espiritual. Tal espiritualidad se convierte obviamente en narcisista, si es entendida
únicamente en este sentido y sin dejar espacio para el “fiat voluntas tua” (hágase tu
voluntad).
“Por narcisismo espiritual entiendo un conjunto de distorsiones del camino espiritual
relacionadas entre sí, como la inflación del ego (el engrandecimiento del ego alimentado
por las energías espirituales), la absorción de uno mismo (la preocupación excesiva por
el propio status y logros espirituales) y el materialismo espiritual (la apropiación de la
espiritualidad para reforzar formas de vida egoicas). Tal como lo veo, el hilo común que
une todas estas trampas es lo que yo llamo narcisismo espiritual (es decir, el mal uso de
las prácticas, energías o experiencias espirituales para reforzar formas egocéntricas de
existencia). Los principales síntomas del narcisismo espiritual son entre otros:
El frágil sentido de poder personal y de amor propio.
Preocupación por comparar el nivel espiritual en el que uno se encuentra.
Hablar constante y repetidamente de las experiencias y logros espirituales propios.
Una fuerte necesidad por ser algo especial, afán de ser elegido para algún propósito
espiritual distinguido o ser el preferido o preferida de algún maestro o maestra
espiritual.
Una idealización o demonización extrema de los maestros espirituales.
Grandes dificultades para trabajar con figuras de autoridad.
Una susceptibilidad exagerada y una postura defensiva contra cualquier tipo de
crítica.” 80
80
Del libro de Jorge FERRER, Espiritualidad creativa. Kairós 2003. Tomado del Blogspot de la Dra.
en Psiquiatría Maribel RODRÍGUEZ, Narcisismo y espiritualidad. Algunos ejemplos de la vida
misma… En: ¿Ser conscientes? (9 Jul. 2016). www.maribelium.blogspot.com/2016/07/narcisismo-y-
espiritualidad-algunos.html Consultado el 28 de Julio de 2021.
27
Además: los síntomas deben haber comenzado en la edad adulta temprana. 81
Para confirmar el hecho de que la mentalidad de felicidad está en vigor incluso el día
de hoy podemos citar, además de la observación cotidiana, algunos títulos de ensayos
sobre la vida espiritual. 82 La oración es entendida como oración para recibir ayuda, a
la cual recurren no sólo los creyentes, sino también los ateos y los agnósticos cuando
están profundamente espantados, amenazados o llevados por cualquier deseo: es
siempre una oración para tener signos, que no llega nunca a la alabanza, a la gratitud,
al abandono.
Por su parte, también la mentalidad de felicidad aumenta el narcisismo espiritual,
animando a la gente a orar o a meditar para manifestarse a sí mismos la propia
capacidad. El mensaje escondido de esta mentalidad es, en efecto, el siguiente: “Tú
puedes hacerte santo a ti mismo, y siendo santo llegar a ser feliz”. La meditación y la
oración se convierten en una empresa privada y, en este sentido, la gente habla de
experiencia “buena” y “mala” en la oración, basando eta distinción en el hecho de si se
han sentido felices o frustrados durante o después del ejercicio de ésta. Retorna así la
eterna herejía de la autosalvación, la pretensión de que uno puede llevar a término
su crecimiento espiritual con la voluntad propia. El problema básico de la
espiritualidad gobernada por la mentalidad de felicidad es que la fe está determinada
por el humor: la felicidad es el signo del amor de Dios, la infelicidad es el rechazo por
su parte.
Tiene una herida global de existencia. Es un “vampiro” que seduce, un
depredador. Son vampiros emocionales en toda regla: primero hechizan con su glamour
y con su galantería, para luego dejarte sin energía, sin amigos y sin autoestima. Al
narcisista sólo le interesa su reputación, impresionar, triunfar. Jean Monbourquette habla
de: el narcisista, constantemente preocupado por su imagen social, como necesidad de
“quedar bien”, cuyo drama consiste en creer que sólo existe en la mirada ajena (como
antaño en la mirada de su madre, que no le llegó como él necesitaba); su incapacidad
para encontrarse verdaderamente con otra persona lo condena a vivir aislado en un
mundo de fantasía; el obseso por la autoestima, presa en realidad de una preocupación
desmesurada de sí mismo; el orgulloso que se defiende de su sentimiento inconsciente
de inferioridad a través de una aparente arrogancia y presunción. 83
81
Andrew SKODOL, Trastorno de la personalidad narcisista. Manual MSD. Versión para
profesionales. www.unsdmanuals.com/es/professional/trastornos-psiquiatricos/trastornos-de-la-
personalidad/trastorno-de-la-personalidad-narcisista Consultado el 14 de Julio de 2021.
82
V. SATURA, Religion and seelische Gesundheit, Graz 1981. Citado por Mihály
SZENTMÁRTONI, S. J., Psicología de la experiencia de Dios. Mensajero 2002, p. 138 nota 20.
83
E. MARTÍNEZ LOZANO, Nuestra cara oculta. Integración de la sombra y unificación personal.
NARCEA 2012, 3ª. ed., pp. 74-75.
28
El narcisismo es un problema íntimamente relacionado con la falta de autoestima: “Es
un camino diferente de mostrar esa carencia, una manera de enmascarar miedos y
falta de capacidades para desarrollar determinadas competencias, mostrando un
comportamiento de superioridad. La persona narcisista se siente superior, se siente con
el derecho a ser tratado de forma especial, pero no necesariamente quiere decir que
tenga más autoestima, un narcisista puede ser muy inseguro y por lo general tienden a
ser irrespetuosos. Sienten una ansiedad continua por ser reconocido como el
mejor y tienen una reacción negativa en el caso de que no sea reconocido como tal. 84
Reclaman que se les reconozca esas capacidades que ellos mismos han ensalzado,
cuando esto no se produce, manifiestan su baja o nula tolerancia a la frustración,
enfadándose o haciendo cualquier cosa para recuperar ese equilibrio que necesitan
para sentirse bien. (Nos dice Miriam González Pablo del Colegio de psicólogos de
Madrid (COP). El narcisista inhiba la empatía, su necesidad desesperada de
autoafirmación y reconocimiento sustraen toda su capacidad afectiva por los objetos
externos hacia sí mismo como objeto. “El resto no les interesa afectivamente. No tiene
consideración por sus necesidades afectivas. Algunos narcisistas son además fríos (los
más peligrosos); otros son sensitivos recubiertos por una costura defensiva”. 85 Según
algunos autores, 86 el narcisista (aunque ellos se refieran al narcisismo patológico) en
realidad no se ama a sí mismo, sino que se odia. Su intolerancia hacia el propio
límite lo empuja a alimentar su estima a través de los elogios y la admiración. Llega a
albergar un intenso e inconsciente odio hacia sí mismo, ya que su identidad depende
de los demás; por eso, cuando ha logrado lo que quería, desecha al otro como
limón exprimido. La rabia por ser profundamente dependiente le lleva a destruir la
fuente de la que ansía beber. También pueden llevar a tratar de utilizar al otro para los
propios intereses. 87
El narcisista es “uno que no se deja amar”, no porque no lo quiera (eso no sería
posible), ni porque esté cautivo y menos demente, sino más simplemente… porque
no puede. Para dejarse amar concurre una doble libertad que él no tiene: la libertad de
dejarse amar en la propia no amabilidad, en los propios límites, de modo desmerecido y
gratuito.
84
Zen, Autoestima y narcisismo. (Jul. 13, 2019). www.zen.bonsaigigantes.net/autoestima-y-
narcisismo/ Consultado el 16 de Julio de 2021.
85
Patricia MATEY, Narcisismo, la nueva religión. (17/11/2015). El Mundo. www.elmundo.es/vida-
sana/2015/11/17/56448d7322601d81204624.html Consultado el 16 de Julio de 2021.
86
Cf. Erik ERIKSON, Infancia y sociedad. Hormé. Buenos Aires 1996. Citado por Virginia
ISINGRINI, El sol también de noche. Un itinerario hacia la autoestima. Col El Pozo de Siquem 189.
Sal Terrae 2006, p. 49 nota 28.
87
Idem pp. 49 y 50.
29
Consecuencias: El narcisista se cierra cada vez más en sí mismo y
decide no tener necesidad de nadie. En efecto, el otro es
eliminado de su vida, visto que sólo acepta el amor perfecto y que pretende
haberse construido con sus propias manos o haberse ganado todo cuanto tiene y es. Pero
precisamente aquí se oculta el virus y la autocondena ruinosa, o bien en la “pretensión
de ser artífice de sí mismo”, creador de la propia fortuna.
En este auto-enamoramiento frustrante, por un lado será bastante difícil para el
narcisista aceptar los propios límites y fallos y hacerse amar precisamente allí.
Tampoco ha de lamer y exigir que laman las heridas narcisistas que nos
infringieron en el pasado. 88
Por otro lado no sólo estará cada vez más sólo y a veces incluso deprimido, sino que
estará progresivamente oprimido y apesadumbrado por el peso de esta pretensión, por el
terrible equívoco de deber merecer todo: Dios es el amor, el premio terreno y eterno, los
amigos y el éxito…, es posiblemente vencer siempre o llegar antes que los otros. Vive
obsesionado por sus autos, por su ego, por su bienestar, por sus sentimientos, derechos,
acontecimientos. Ni la vida espiritual será jamás contaminada. Dios es para él
solamente una muda superficie sobre la cual hace rebotar la propia satisfacción: la
plegaria, la oración de sí y de sus propios sentimientos, enredo del yo sobre sí mismo,
en un monólogo más o menos complacido cuando centro del universo o polo de
atracción sin dos letras mágicas: yo. Un yo que ha olvidado la palabra más
importante del cosmos: tú. Y entonces se encuentra lejos de Dios
y de los otros. Narciso está más lejos de Dios que Caín… 89 Hay
que recordar que la oración individual puede incurrir en narcisismo espiritual, en
máscara de cierta comodidad o evasión y hasta en segregación farisaica, siendo muy de
considerar cuán difícil se está volviendo la comunicación verdadera con los demás y
también el cumplimiento de nuestros compromisos con ellos. 90 Es claro, sin embargo,
que el ego puede hacer de la oración o de la meditación un paraíso narcisista a
su medida, en el que nadie le molesta y donde se encuentra a salvo de cualquier
interpelación. Aunque, si somos honestos, percibiremos que el riesgo de caer en
actitudes narcisistas no radica en la oración contemplativa, sino en la identificación con
la mente (con el yo). Cuando ésta se da, todo lo que hagamos, sin excepción, no servirá
sino para inflar el propio ego. 91
88
C. DOMÍNGUEZ MORANO, Autoestima: peligro de sobredosis narcisista, op. cit., p. 11.
89
A. CENCINI, Autocomplacencia de Narciso, op. cit.
90
J. MARTÍN VELASCO, Dios-Oración-Hombre, pp. 1-12, espec. p. 5.
www.proyectojesu.es/pjesus_4/biblioteca/DIOS-ORACION-HOMBRE-Martin-Velasco.pdf
Consultado el 3 de Agosto de 2021.
91
E. MARTÍNEZ LOZANO, Sabiduría para despertar. Una lectura transpersonal del evangelio de
30
Espiritualidad narcisista
Ellos no tienen ni el más mínimo respeto por los demás, es un analfabeta
emocional. Pasan por encima de quien sea para llegar a su objetivo, el narcisista
carente de emociones y de empatía, buscará de preferencia una persona espiritual, con
característica de amabilidad y bondad, esto es para ocultar su obscuridad, el narcisista es
muy exagerado, levantará las manos para que todos lo vean, mientras todos meditan con
ojos cerrados, él tendrá uno semiabierto para copiar a los demás, no tienen temor en lo
absoluto a lo divino, siempre se sentarán hasta adelante para que todos vean que es muy
bueno y da ofrendas económicas, y hará alarde de ello. Esto hará dudar a su víctima, si
es buena persona o no, le causará conflictos, y con ello él podrá llevar esta estafa
durante años.
A diferencia del psicópata integrado, también adoptará la postura un ser que le
encanta todo lo espiritual, copiando todo lo que hace su víctima, mostrará ser por
aprender y dirá que por tu amor, él se cambiaría a tus mismas creencias, pensarás que
esto es muy dulce de su parte, la idea de confundirte en el descarte; porque ha creado un
anclaje a través de la creencia que tú tienes y será muy confuso discernir si es real o no
su parte bondadosa. 92
Falsa comprensión de la contemplación
El compromiso con mi trabajo me libera de mi ego. El que malinterpreta la
contemplación como tener tiempo para sí mismo no se liberará de su ego. Su
espiritualidad se convertirá en una espiritualidad narcisista y esta espiritualidad
narcisista se expresará en un elevado concepto de uno mismo. El que es contemplativo
en este sentido se considera superior a los demás, que se dedican a trabajar banalmente
y no llegan a la meditación.
La piscología nos dice que el elevado concepto de uno mismo es la forma más
extendida de vivir el propio narcisismo. A menudo el narcisismo tiene su origen en el
sentimiento de soledad. Para no sentir el dolor de la soledad, se huye hacia ideas
grandiosas del propio yo. La persona cree que tendrá experiencias totalmente
extraordinarias en la contemplación. Y busca maestros de espiritualidad famosos, pues
solo con ellos puede hablar sobre sus profundas experiencias espirituales. Los curas
normales no tienen ni idea del tema, y solo esos maestros pueden entenderle.
En la actualidad está muy extendido el narcisismo, y la contemplación ofrece una
Marcos. Col. Cristianismo y Sociedad 82. Desclée De Brouwer 2012, 2ª. ed., p. 250.
92
Laura ESQUIVEL, Narcisista y psicópata integrado y su falta de espiritualidad.
www.estafaemocional.mx/blog/narcisista-y-psicopata-integrado-y-su-falta-espiritualidad/
Consultado el 13 de Agosto de 2021.
31
buena posibilidad a las personas narcisistas para que vivan su narcisismo en lugar
de dejarse transformar por Dios. El narcisismo es estar enamorado de sí mismo. Es
una reacción a la falta de amor que experimenta en la primera infancia. Posteriormente,
se experimenta el mundo exterior como una amenaza y, en consecuencia, el individuo se
repliega en sí mismo. La paradoja es la siguiente: se pierde el contacto con el yo
verdadero y por eso uno se preocupa tanto de sí mismo.
Existe un amor propio bueno, pero también uno patológico. El amor propio sano me
lleva también a que me olvide de mí. Y olvidarse de uno mismo especialmente. La
meta de la contemplación como en el Zen, práctica dirigida a eliminar el egocentrismo
fundamental. 93 Mientras me olvido de mí, estoy totalmente presente. Sin embargo, la
persona narcisista no puede olvidarse de sí misma. Siempre da vueltas en torno a ella.
Kernberg dice que el amor propio patológico “se expresa en un excesivo egocentrismo”
(Kernberg, p. 74).
Este egocentrismo está a menudo vinculado con una falta de interés por las personas.
La empatía apenas existe, y se da vueltas en torno a uno mismo, queriendo ser siempre
admirado. Las personas narcisistas se saltan los desafíos completamente banales de la
vida diaria. No quieren ser perturbados en su mundo elitista. Ellos avanzan en el viaje
elitista hacia experiencias supuestamente espirituales muy profundas y grandiosas. Pero
esta espiritualidad no conduce a la transformación, sino a la consolidación [del yo]
de la estructura narcisista. De este modo se tienen razones suficientes para sustraerse a
las exigencias de cada día y del trabajo. Tomemos el ejemplo de Santa Teresa de
Lisieux, cómo ella tuvo la tentación de la espiritualidad como una huida hacia la
grandiosidad y una negación del compromiso con la vida concreta. Al principio, Teresa
sucumbió a la tentación, pero después descubrió un camino curativo de la
espiritualidad que consiguió cicatrizarle sus heridas narcisistas. Santa Teresita nos
enseña que si ofrecemos a Dios nuestra impotencia, nuestras heridas y dolores, entonces
podrá fluir su amor en lo profundo de nuestra alma y penetrar y cambiar todo cuanto
hay en ella. Este camino espiritual es al mismo tiempo curativo y liberador. Nos libera
de la presión de tener que hacer grandes obras ante Dios y de situarnos por encima de
los demás. Esta es la verdadera humildad: el valor de descender a las profundidades del
propio ser, para que el amor de Dios las llene por completo, y de descender también a
esas zonas que nos cuesta mucho reconocer ante él, porque contradicen la grandeza con
la que nos concebimos a nosotros mismos. Teresa descubre ahora con susceptibilidad
ante sus hermanas de congregación; cuando se comporta con impaciencia, de forma
93
Ruben L. F. HABITO, Liberación total. Espiritualidad Zen y la dimensión social. Col. Betania 55.
Paulinas 1990, p. 16.
32
caprichosa y agresiva; cuando se siente desalentada o desesperada. Muestra sus
debilidades y se las ofrece a Dios, para que así pueda derramarse su amor. Y como nos
dice Jotterand: “desmontar su exagerado egocentrismo” (Jotterand, p. 49). 94
Cuando la dimensión narcisista se alza como prevalente en la dinámica personal de un
sujeto (y no olvidemos que esto puede acaecer con una escasa conciencia de ello) una
“REFORMA DE VIDA” va a encontrar serias dificultades. Esenciales, habrá que
decir, si tenemos en cuenta el objetivo nuclear de la misma que nos explicita San
Ignacio de Loyola: salir del propio amor, querer e interés [EE 189].
El narcisismo es, exactamente, el propio amor. El sujeto, incluso cuando
aparentemente viva volcado en una acción altruista hacia los demás, vive, en
realidad, en una relación consigo mismo que absorbe lo más decisivo de su energía
afectiva y es en función de ese amor de sí como se desenvuelve en la vida. Incluso -
como ya hemos dicho- vive volcado en una acción en favor de los otros. Nadie ama
más que la persona histérica, se ha podido decir, no sin falta de razón. Porque en casos
como la dinámica histérica (marcada como todo conflicto neurótico por la dificultad
para librarse del narcisismo) el amor a los demás funciona tan sólo como
una mera disculpa para disfrutar de la experiencia de amar, para gozar
de su emocionalidad, del placer de contemplarse oblativa y sacrificialmente entregado a
una causa. O en situaciones de tonalidades obsesivas (más frecuentes, por cierto, en los
ámbitos religiosos) en las que el perfeccionismo y la preocupación por la “limpieza” de
la propia imagen ocupa el lugar central de las aspiraciones vitales del sujeto. De este
tipo de dinámicas marcadas por la intensificación del narcisismo (ya posean un carácter
histérico, obsesivo, o de cualquier otro tipo) lo que es propio amor, querer e interés
acabarán imponiéndose y llevándose la mayor parte, aún bajo apariencias que
pueden resultar detestables.
Y en este tipo de dinámica psíquica la que se ve intensamente favorecida en la
actualidad, con una consiguiente y preocupante difuminación de la alteridad y una
paralela dificultad para integrar lo que se supere o trasciende. Por eso resulta evidente,
que son unos ideales o valores que auténticamente trascienden la propia realidad
personal no existe posibilidad de reforma, de cambio, de transformación
personal. 95
La mística cristiana siempre presupone un Tú. No es un intento de evasión, sino de
94
A. GRÜN, No desaproveches tu vida. Verbo Divino 2015. www.books.google.co.jp/books?
id=1nSaDwAAQBAJ&pg=PT46%Ipg=PT46&dq=espiritualidad... Consultado el 13 de Agosto de
2021.
95
C. DOMÍNGUEZ MORANO, Reforma de vida: problemática psicosocial.
www.sjweb.info/documentos/cis/pdfspanish/200511006sp.pdf Consultado el 18 de agosto de 2021.
33
una bajada a lo más hondo y un ascenso a lo más alto. Es una vía de dos direcciones
que permite la plena realización de nuestra humanidad. No negamos nuestro yo; lo
restauramos. No nos perdemos o extraviamos; nos reencontramos. Dicho de otro modo:
nos desprendemos del falso yo, tras aprender a conocernos y amarnos. 96 Abandonando
“un yo -y un nosotros- tan autocentrado como monstruoso”. 97 La espiritualidad cristiana
introduce en el mundo cerrado sobre el propio sujeto, en el yo “encorvado sobre sí
mismo” y por eso expuesto al narcisismo espiritual, la presencia de un más allá
infinito, de una trascendencia absoluta que dilata hasta el extremo la medida de sus
anhelos y deseos y, por eso, exige de ellos, para que puedan ser realizados, el
descentramiento radical, el consentimiento a ser desde esa presencia trascendente, y la
confianza absoluta en ella. 98
El itinerario de la mística es una progresiva desposesión de sí y un difícil y penoso
proceso de despojo y progresivo desnudamiento de su propia realidad. Y es aquí donde
cobra especial sentido la permanente y, a veces, machacona insistencia de los místicos
en la humildad, orgullo o de vano honor. La humildad para el místico, no significa
sino la aniquilación del narcisismo que impide la manifestación del Otro.
Por eso, el místico, la humildad se convierte también en el criterio más fiable y seguro
de que la experiencia de Dios no es pura proyección imaginaria e inflada del propio yo.
Si hay humildad -llegó a decir Teresa de Ávila- no habría daño aunque una inspiración
venga del demonio. Sin no la hay daño habrá aunque sea de Dios. 99 Si el proceso de
percepción del otro y de vinculación con la alteridad constituye uno de los retos más
difíciles en la maduración del sujeto, no cabe duda que, en el campo de la experiencia
religiosa, esa pretensión de encuentro con una alteridad que sobrepasa y trasciende la
realidad física y material en la que se efectúa todo encuentro humano presenta unas
dificultades muy particulares. Aquí sí que nos encontramos con la pretensión de un
encuentro radicalmente “virtual”, en el que la tentación de proyectar todo un mundo de
fantasías inconscientes es muy importante. El blucle narcisista puede encontrar en este
tipo de experiencia, todo tipo de facilidad. Venimos así a toda esa extensa problemática
96
R. NARBONA, Etty Hillesum y la mística de la alegría, op. cit.
97
ESQUIROL, La penúltima bondad. Ensayo sobre la vida humana, 124. Citado por Elisa
ESTÉVEZ, Habitar las afueras: experiencia de Dios en tiempos de crisis. Theologica Xaveriana.
Vol. 71. Año 2021, Bogotá, pp. 1-26, espec. p. 17 nota 44.
https://revistas.javeriana.edu.co>article>view PDF Consultado el 12 de Agosto de 2021.
98
J. MARTÍN VELASCO, La noción de espiritualidad en la situación contemporánea. Arbor.
Consejo de Investigaciones Científicas, pp. 613-628, espec. p. 622. www.arbor.revistas.CSIC.es
Consultado el 3 de Agosto de 2021.
99
Citado por St. CLISSOLD, La sabiduría de los místicos españoles. Lidium. Buenos Aires 1977, p.
48. Citado a su vez por C. DOMÍNGUEZ MORANO, La alteridad difuminada, op. cit., p. 366 nota
381.
34
sobre el engaño en la vida de oración, abordada desde antes de la psicología
contemporánea, por todos los grandes maestros de la espiritualidad.
La religión “hace al hombre salir de su narcisismo, dejar de creerse el centro del
universo, salvándole de ahogarse en la mera temporalidad” y le permite elevarse por
encima de sí mismo. 100
En todas las religiones la experiencia mística tiene por objeto superar el
egocentrismo, así lo subraya el filósofo Ernst Tugendhat (Egozentrizität und Mystik,
2003). La forma de superar el egocentrismo en la mística cristiana es la unión del
conocimiento de nosotros mismos con el conocimiento de Dios. Este proceso de
purificación es más doloroso que cualquier psicoanálisis, [e incluso de la “muerte del
yo” en el Zen] 101 o sea la “muerte mística” (y a algo más: a la gracia de Dios) y que es
un camino de liberación psicológica, o la sanación del inconsciente. 102
La contemplación ha sido para mí un verdadera terapia psicoanalítica. Todas las
grandes místicas, en orden a la experiencia de trascendencia, han buscado la muerte de
ese nivel de conciencia: yo racional, represivo de las energías profundas que dan
sentido y plenitud a la vida humana. Y llevan a la muerte de ese nivel privándole de su
alimento, que es natural actividad racional-volitiva, inevitablemente egoica y narcisista.
“Todo pensar consciente, dice Rof Carballo, va como envuelto por una vaina o funda de
afán posesivo o de tendencia narcisista. Despojar a este pensar discursivo que
constituye el flujo habitual de la conciencia, de la sutilísima envoltura efectiva es
imprescindible para iniciar la verdadera meditación”. 103 La verdadera contemplación
significa la completa destrucción de todo egoísmo: la pobreza y la limpieza del corazón
100
Victorino PÉREZ PRIETO, Dios, hombre, mundo. La Trinidad en Raimundo Panikkar. Herder
2008, nota 781. www.books.google.co.jp/books?
id=SgGIDwAAQBAJ&pg=PT257&Ipg=PT257&dq=raimon+panikkar+y+el+narcisismo&source=bI
&iots... Consultado el 25 de agosto de 2021.
101
Los psicólogos transpersonales hablan aquí, al igual que la mística, de la muerte del yo. No es que
piensen que hay que destruir el yo. Más bien, lo que entienden por “la muerte del yo” es la
liberación de todas las autovaloraciones equivocadas y de las ilusiones que nos hemos ido forjando
sobre nosotros mismos. Cuando nos abrimos a la vida con sus altos y bajos, con sus éxitos y sus
fracasos, entonces desaparece poco a poco la engañosa ilusión de que, mediante la psicología o la
espiritualidad, podríamos garantizar el éxito de nuestra existencia. Nuestras ideas de la vida se hacen
añicos y, de este modo, nuestro yo se abre al misterio de Dios: A. GRÜN, La mistica. Descubrir el
espacio interior. Col. El Pozo de Siquem 293. Sal Terrae 2012, p. 102; Como dice el psiquiatra
norteamericano Scott Peck. “La buena teología es buena psicología” (Scott Peck, La nueva
comunidad humana. Emecé. Buenos Aires 1996, p. 214. Citado por B. MONROY BALLESTEROS,
Contempla y quedarás radiante, op. cit., pp. 189-190 nota 1.
102
Th. KEATING, Terapia divina y adicción, op. cit., p. 123-126.
103
Santiago GUERRA, O. C. D., El gusano y la mariposa. La consideración histórico-espiritual.
Revista de Espiritualidad 72 (2013) 537-571, espec. pp. 553-554.
www.revistadeespiritualidad.com/upload/pdf/2124articulo.pdf Consultado el 17 de septiembre de
2021.
35
más absolutas. 104
“Morir en el cojín” es decir, en el ejercicio del zazen, de la meditación sentada, se
dicen en el budismo zen. Meditación cuyo objetivo es llegar al estado de “conciencia
vacía”, que precisamente por “vacía”, sin un “algo” o un “yo” que limite, es ilimitada o
sin fronteras, fusión con la totalidad de lo real. 105 El vacío que se crea es sólo un vacío a
nivel objetivo, pero no en el transobjetivo. 106
“¡Muera, muera este gusano!”, clama y vuelve a clamar la Santa. (5 M, 2, 6).
Luego el gusano que debe morir es el “yo”, al que podemos llamar “yo-gusano”. Este
“yo-gusano” es el protagonista de su propio trabajo espiritual: yo lucho contra mis
defectos, yo practico las virtudes, yo oro, yo vivo, yo amo a Dios, etc. Este es el “yo-
gusano” que tiene que morir. En las Terceras Moradas, Santa Teresa de Ávila nos habla
de las “virtudes agusanadas” que son las del “yo”, y son tres los gusanos que corroen: es
narcisismo, el espíritu de propiedad y la cobardía o encogimiento del corazón. En el
primero, como el bello Narciso, enamorado de sí mismo. La psicología profunda nos ha
enseñado que las acciones que creemos llevar a cabo con las más desinteresadas
intenciones pueden estar inspiradas por motivaciones inconscientes fuertemente
narcisistas. En el segundo: el espíritu de propiedad: el yo protagonista, se siente
propietario de sus virtudes: las ha conquistado con su esfuerzo y pide que a cambio Dios
le pague con mercedes. 107 Para Santa Teresa es el camino de la pedagogía mistagógica.
Es el camino evangélico de la renuncia, la “kénosis” del hombre viejo, la muerte del
egoísmo, la cristianización del hombre mediante la aceptación de la voluntad de Dios, la
realización de una transformación interior: la muerte del hombre viejo por la gracia…
La otra posibilidad es la de la lenta muerte del egoísmo en una apertura
constante para que en nosotros reine la voluntad de Dios y su amor, el Espíritu Santo,
que transforma los corazones. 108 En términos teresianos, cuando se habla de conversión,
se habla de la muerte del gusano, que hace referencia a la muerte de una vieja manera de
vivir, impulsada por gustos y hábitos egocéntricos, por considerar absoluto y definitivo
las cosas materiales. Así pues, con la muerte del “yo” el horizonte teologal se abre paso
en la interioridad del sujeto: “el hombre interior es el que ha muerto a su “yo” para
ser sustituido por el “yo” de Cristo. Es decir, el morador es liberado del subjetivismo
104
Th. MARTON, Nuevas semillas de contemplación. Col. El Pozo de Siquem 145. Sal Terrae 2003,
p. 63.
105
S. GUERRA, El gusano y la mariposa, op. cit., p. 554.
106
Hugo Makibi ENOMIYA LASSALLE, S. J., Zen y mística Cristiana. Col. Caminos 6. Paulinas
1991, p. 379.
107
S. GUERRA, El gusano y la mariposa, op. cit., pp. 544-545.
108
Jesús CASTELLANO CERVERA, O. C. D., El gusano de seda. Símbolo pascual. Teresa de la
rueca a la pluma. www.delaruecaalapluma.wordpress.com/2019/04/21/el-gusano-de-seda-simbolo-
pascual/ Consultado el 17 de septiembre de 2021.
36
cerrado, para abrirse a la voluntad divina, expresada en la obediencia de fe (Heb 5, 1-10;
Sal 109; Mc 2, 18-22) y la entrega generosa (al prójimo) que imprime la gracia. 109
La virtud básica es la humildad. El místico cristiano, que ha practicado la virtud de
la humildad en el proceso de autoconocimiento ante Dios y ha superado su propio
egocentrismo, no ve en la fuente (en la creación) su propio reflejo como un “narcisista
espiritual” (¡Ay del narcisismo espiritual en el clero y la vida religiosa, que tanto
fustiga el Papa Franscisco!), sino más bien el rostro y las huellas de Dios, que le
animan a seguir trabajando en la conformación del mundo con su Reino. 110
El no ceder el puesto a la gracia de la contemplación es el error de los espirituales
que, por miedo a morir a sí mismos, a dejarse vaciarse del todo, se cierran a
la luz pura de Dios que desea comunicarse en toda su intensidad directamente al
silencioso fondo del alma, sin ser interferida ni refractada, y por lo mismo debilitada,
por la actividad propia del meditante, que ha de hacerse puramente receptivo el
hombre evangélico que recibe el Reino de Dios como un niño (Mc 10, 5). 111 Cuando
soy humilde y estoy totalmente vacío puedo recibir a otros en mi corazón; cuando se
olvida el yo, tengo espacio para todos los hombres y para Dios. 112
Así, descentrado en el único Absoluto libera de la tentación narcisista de
encerrarse en el yo, en el falso yo 113, en el egoísmo, sus deseos, sus necesidades, sus
temores, que pervierte la relación de apertura a la realidad, la aceptación del otro, la
posibilidad de la iluminación por la verdad sobre la que descansa el conocimiento y el
reconocimiento de los valores sobre el que descansa la vida moral. 114 Es la experiencia
mística que puede ser definida como una vivencia de los límites del yo acompañada del
109
Fray Gerson Fabián CÁRDENAS SANDOVAL, O. C. D., La experiencia de la unión con Dios.
Una aproximación exegética a la unión con Dios en el Evangelio de San Juan (17, 20-23) y en las
Quintas Moradas de Santa Teresa de Jesús. Trabajo de grado para optar por el título de teólogo.
Pontificia Universidad Javeriana. Facultad de Teología. Bogotá 2019, pp. 68-70.
www.repository.javeriana.edu.co/bitstream/handle/10554/47840/Union%20con%20Dios.pdf?
sequence=2&isAllowed=y Consultado el 20 de septiembre de 2021.
110
Mariano DELGADO: “En todas las religiones la experiencia mística tiene por objeto superar el
egocentrismo”. (18.04.2020). Religión Digital. www.religiondigital.org/opinion/Mariano-Delgado-
religiones-experiencias-egocentrismo-union-mistica-accion-mundo_0_2220377970.html Consultado
el 18 de agosto de 2021.
111
S. GUERRA, San Juan de la Cruz y el diálogo con Oriente. Revista de Espiritualidad 49 (1990)
501-541, espec. p. 532. www.revistadeespiritualidad.com/upload/pdf/146articulo.pdf Consultado el
20 de agosto de 2021.
112
W. JOHNSTON, El ojo interior del amor, op. cit., p. 130.
113
Falso yo. El yo desarrollado a nuestra propia imagen y no a imagen de Dios: la autoimagen
desarrollada para afrontar el trauma emocional de los primeros años de vida. Busca la felicidad en la
satisfacción de las necesidades instintivas de seguridad/supervivencia, afecto/estima y poder/control,
y basa el valor de sí mismo en la identificación cultural o grupal. Thomas KEATING, OCSO,
Intimidad con Dios. Col. Caminos 9. Desclée De Brouwer 1987, 2ª. ed., p. 174.
114
J. MARTÍN VELASCO, La opción fundamental: ¿Quién soy yo, que voy a hacer de mí?
www.mercaba.org/FICHAS/H/116-1.htm Consultado el 3 de Agosto de 2021.
37
sentimiento gozoso de comunión con el Todo circundante identificado con lo divino.
En otras palabras, se trata de una experiencia extática de transposición de los límites del
yo y el no-yo y de unión amorosa con Dios, con el que se forma una cosa. 115
Por el silencio del Zen, por el poder de la meditación hunde sus raíces en las cavernas
del inconsciente, siendo así que las capas superiores de la mente quedan limpias como
preparación para la penetración de la gracia desde el inconsciente. 116 Si referimos este
crecimiento a la vida espiritual, es claro que dará como resultado una iluminación y una
apertura a los estímulos de la gracia de zonas que antes permanecían sumidas en la
oscuridad o en la confusión subconsciente. 117 Es responsabilidad nuestra
transformar cada vez más en luz, luz de la conciencia, todas
las dimensiones de nuestro ser. 118
Puesto que implica la purificación (sanación) del inconsciente o la santificación del
inconsciente, el camino contemplativo no es una alfombra mágica a la felicidad. Es un
ejercicio de desprendimiento del falso yo, que es el único yo que conocemos, lo cual
nos resulta humillante. 119 Así podemos decir que “el Zen es la oración del
inconsciente”, como decía uno de los alumnos del P. William Johnston, S. J., pero el
padre Johnston prefería decir que es la oración del inconsciente hecha consciente o que
se va haciendo consciente. Sea lo que sea, lo cierto es que las metáforas tradicionales
para describir la oración contemplativa –como la del sueño espiritual, etc.- indican la
actividad de nuevos niveles de conciencia en las profundidades místicas del espíritu y
no pueden menos de llamar la atención del investigador del espacio interior. 120 Fromm
opina el Zen y el psicoanálisis hasta cierto punto buscan lo mismo, por lo menos la
finalidad del análisis está en la misma línea del Zen: mirar la naturaleza del propio ser,
conseguir la libertad de la esclavitud interior, preservarse de enfermedad o invalidez
mental y liberar nuestra capacidad de ser felices y de amar. “Mirar a la naturaleza del
propio ser”, significa en el psicoanálisis “hacer consciente lo inconsciente”. Mientras
que en el análisis uno se limita a hacer consciente el inconsciente en la medida en que es
necesario para solucionar el conflicto, por medio del Zen, en especial del satori
115
Mística y Psicoanálisis. www.teologialatinoamericana.com/?p=1722 Consultado el 20 de agosto
de 2021.
116
R. L. F. HÁBITO, El Zen y la existencia cristiana. CONCILIUM 258 (1995) 168-176. Verbo
Divino. Citado en nuestro trabajo: La Iluminación y el conocimiento místico en San Pablo, op. cit.,
págs. 90-91 y nota 135; W. JOHNSTON, La música callada. La ciencia de la meditación. Col.
Betania 49. Paulinas 1988, 4ª. ed, pág. 199.
117
Mariano BALLESTER, S. J., La ayuda de los sueños en el crecimiento espiritual. Col. El Pozo de
Siquem 301. Sal Terrae 2006, p. 163.
118
Idem p. 199.
119
Ibíd p. 118; Th. KEATING, La condición humana. Contemplación y cambio. Col. Caminos 30.
Desclée De Brouwer 2001, p. 23.
120
W. JOHNSTON, La música callada, op. cit., pág. 30.
38
(iluminación), se trata de hacer consciente todo el inconsciente. 121
En el psicoanálisis
sólo se hace consciente parte del inconsciente, la que hace falta para el proceso de
curación, según Jung, en el satori se hace consciente todo el contenido del
inconsciente, pero siempre en una visión unitaria de la totalidad. 122
Aunque sólo a través de un intenso y laborioso trabajo de desposesión y vaciamiento
personal, de hondo sentir depresivo, de noche oscura, de cuestionamiento radical de su
Yo en cuanto opuesto al otro, de sospecha y duda permanente sobre sus propios
sentimientos, de aniquilación de su imaginario narcisista, de desapego absoluto de
toda realidad que arriesgue su libertad, se hace posible esa radical salida de sí (el
éxtasis, entendido más allá de una espectacular situación de rapto) que hace posible el
encuentro con el Otro, la unión plena, el gozo cumplido. Finalmente, cuando se ha
llegado al punto de un vacío radical, el verdadero sí mismo o la “pureza original” sale a
la superficie, junto con la sobrecogedora dicha de la Iluminación. El proceso consiste en
un vacío total que conduce a una plenitud total, como el todo y nada de San Juan de la
Cruz. 123 Si nuestro camino es el camino cristiano, entonces el Evangelio entero está
contenido supraconceptualmente en la Iluminación suprema. 124
Es un perderse, despojarse, negarse incluso, pero en esa desposesión se abre la
posibilidad de encontrarse con lo Otro y, en ese encuentro dar con lo que es la más
acabada y perfecta identidad de sí mismo. En definitiva, considerado desde una
perspectiva psicoanalítica, es abrir un proceso de progresiva superación del
narcisismo, de desinvestimiento de las cataxias en el propio yo, que abre a la
posibilidad en la que el vínculo amoroso se abre paso como un Tú y un yo. 125 La
oración contemplativa conduce al perdón y al colapso de esas barreras inconscientes que
nos separan de los demás. Por barreras entiendo cosas como la ira reprimida, el
resentimiento enterrado, la falta de perdón; todas ellas neurosis que han existido en
nuestro inconsciente desde la infancia o que incluso han sido heredadas a través de un
inconsciente colectivo. 126
Para C. G. Jung, el sí mismo es algo más que el resultado de la historia de nuestra
vida. “El Sí Mismo” nunca está en lugar de Dios, pero es quizá un receptáculo para la
121
H. M. ENOMIYA LASSALLE, Zen y mística Cristiana, op. cit., p. 199.
122
Idem p. 378.
123
Ibíd, p. 109.
124
W. JOHNSTON, Mística para una nueva era, op. cit., p. 199.
125
C. DOMÍNGUEZ MORANO, La experiencia mística entre la dualidad y la no-dualidad.
Proyección LXII (2015) 395-324, espec. pp. 309 y 316. www.Dialnet-
LaExperienciaMisticaEntreLaDualidadYLaNodualidad-5312708.pdf
www.dialnet.unirioja,.es/servlet/autor?codigo=188590 Consultado el 21 de agosto de 2021.
126
W. JOHNSTON, El ojo interior del amor, op. cit., p. 151.
39
gracia de Dios”. 127 Para Teresa de Ávila su sí mismo es una libertad hecha a la medida
de Dios. 128
La psicología transpersonal afirma actualmente que descubrimos quiénes somos en
realidad solamente si abandonamos nuestras numerosas identificaciones. Debemos des-
identificarnos para encontrar nuestro sí mismo espiritual. La psicología transpersonal
ha desarrollado el ejercicio de la desidentificación. Somos más que el yo que pretende
afirmarse, que parece seguro y consciente de su valor. El sí mismo espiritual es la patria
interior, en la que estamos totalmente en nosotros mismos, en la que descubrimos que
nuestro verdadero sí mismo ha sido formado por Dios: es la imagen única e
inconfundible que Dios se ha hecho de nosotros. O como nos dice el P. Anselm Grün:
precisamente, en el silencio, donde Dios mora, entro en contacto con mi auténtico yo,
con la imagen primigenia y no falseada que Dios tiene de mí. 129 La psicología que
descuida la dimensión espiritual del hombre no le hace justicia. No es capaz de
conducirlo a su verdadero “sí-mismo”, al auténtico fondo del ser hombre. Una
psicología que se cierra a las “experiencias cumbre” (peak experiences), no hace justicia
al hombre; le reduce a sus necesidades vitales. 130 Habitualmente se cae con mucha
facilidad en dos extremos: los psicologismos y por otro lado, espiritualismo evasores. 131
En la experiencia contemplativa la persona no rechaza nada: ve las cosas como son,
en su justa realidad: es “andar en verdad” (S. Teresa). Y esta verdad, nada teórica, nada
abstracta, es la que nos hace libres. El proceso contemplativo es, en este sentido, el
camino de la aceptación de sí mismo y como se es. La contemplación implica, por
tanto, una actitud que permite mirar la propia fragilidad cara a cara. Contemplar, por
tanto, no comienza siendo una mirada a Dios, sino a sí mismo. Y al hacerlo así, la
persona se enfrenta con sus propios límites, no para eliminarlos, sino para asumirlos. Al
no excluir nada, la visión se hace real y totalizadora, se hace holística. Sólo la mirada
que no se escandaliza y que lo acepta todo, es inocente; esta es la mirada contemplativa.
127
S. GUERRA, El gusano y la mariposa. La consideración histórico-espiritual, op. cit., pp. 552-
553.
128
Pedro CEREZO GALÁN, La experiencia de la subjetividad en Teresa de Jesús. En: Salvador
ROS GARCÍA, O. C. D., (Coord.), La recepción de los místicos. Teresa de Jesús y Juan de la Cruz.
Universidad Pontificia de Salamanca-Centro Internacional de Ávila. Salamanca 1997, pp. 171-204,
espec. p. 204.
129
A. GRÜN, Un largo y gozoso camino. –Las claves de mi vida-. Col. El Pozo de Siquem 161. Sal
Terrae 2004, pág. 93.
130
Idem, Mística y psicología. Revista de Espiritualidad 63 (2004) 111-122, espec. p. 114.
www.revistadeespiritualidad.com/upload/pdf/2139articulo.pdf Consultado el 17 de septiembre de
2021.
131
Fray Oswaldo ESCOBAR, O. C. D., Conocimiento propio según Santa Teresa de Jesús.
www.delaruecaalapluma.files.wordpress/2015/02/conocimiento-propio-segun-santa-teresa-de-jesus-
2.pdf Consultado el 21 de septiembre de 2021.
40
132
132
Ramón DE LA CRUZ. O. C. D., Salud y vida contemplativa. Revista de Espiritualidad 64 (2005)
215-252, espec. p. 238. www.revistadeespiritualidad.com/upload/pdf/1777articulo.pdf Consultado el
17 de septiembre de 2021.
133
Karl Graf DÜRCKHEIM, Experimentar la trascendencia. Luciérnaga 1991, p. 116. Citado por
Idem p. 244.
134
A. GRÜN, Mística y psicología, op. cit., p. 115.
135
H. M. ENOMIYA LASSALLE, Zen y mística Cristiana, op. cit., p. 399.
41
Resumiendo, diríamos que la interioridad es instancia de unificación, pero a su vez,
solo de despeja su acceso si conseguimos involucrar progresivamente todo nuestro ser
en este movimiento que es apertura y salida de sí yendo más allá de sí. La
interioridad se “despierta” en el movimiento de autotrascendencia 136 y, en la medida en
que se va penetrando en ella, facilita la posibilidad de que interrumpa la experiencia
religiosa, el descubrimiento de Otro que más que llegar, estaba desde siempre,
llamando…
Mientras que el neurótico se busca a sí mismo en la contemplación, el contemplativo
verdadero se pierde a sí mismo en ella y queda abandonado en Dios (2 S 7, 5). 137 Una
verdadera terapia que tenga en cuenta la perspectiva desde la que hemos hablado,
habrá de saber integrar a la persona en todos sus niveles. 138 La humildad, la
humilitas, el valor para descender a la propia profundidad y oscuridad, es el presupuesto
de la verdadera mística. Se necesita un relación sana entre mística y psicología. Ken
Wilber piensa que la escena espiritual en los últimos veinte años en USA ha sufrido una
regresión narcisista. 139
En este espacio interior intuyo también quién soy. En él entro en contacto con mi
verdadero sí mismo. Donde Dios está en mí, allí me libera del poder de los demás, de
sus expectativas y exigencias, de sus juicios y criterios. Allí me libera también de las
imágenes que otros me han inculcado o de las imágenes de mí mismo. Soy más que la
historia de mi vida. Soy una imagen única de Dios. En mí hay una imagen intacta que
Dios se ha hecho de mí, mi verdadero ser tal como Dios lo ha formado. El camino de
la meditación me conduce también hacia mi verdadero sí mismo. Allí
donde las opiniones de los otros y los criterios personales no pueden entrar, puedo ser
totalmente yo mismo, allí vislumbro mi dignidad divina, allí puede abrirse para mí la
posibilidad de estar, en mi espacio más íntimo, en contacto directo con Dios. 140
Hay que recordar que el “inconsciente” Zen es más metafísico que psicológico. El P.
Keating lo llama inconsciente ontológico, y con este término designa el nivel del ser,
más que el inconsciente psicológico, que se refiere al material reprimido del
inconsciente. 141
136
J. B. CROSBY, La interioridad de la persona humana. Hacia una antropología personalista.
Encuentro. Madrid 2007. Citado por María José MARIÑO, C. M., Recuperar el corazón. La
interioridad como cuestión hoy. Revista de Espiritualidad 75 (2016) 161-187, espec. p. 178 nota 28.
www.revistadeespiritualidad.com/upload/pdf/2374articulo.pdf Consultado el 18 de septiembre de
2021.
137
Ramón DE LA CRUZ. O. C. D., Salud y vida contemplativa, op. cit., p. 248.
138
Idem p. 250.
139
A. GRÜN, Mística y psicología, op. cit., p. 122
140
Idem, El espacio interior. Col. Caminos 114. Desclée De Brouwer 2012, pp. 37-38 y 54.
141
Th. KEATING, Terapia divina y adicción, op. cit., p. 161.
42
Es cierto que las declamaciones sobre la completa aniquilación del yo deben
tomarse siempre con ciertas reservas, y evidentemente se las formula con idéntica
prevención, sobre todo el en el caso de los místicos cristianos, pero sin embargo cae de
su peso que la identidad o persona que actúa como sujeto de esta conciencia
trascendental no es el ego, aislado y contingente, sino la persona “hallada” y “realizada”
en unión con Cristo. En otras palabras, para la tradición cristiana, la identidad del
místico jamás se reduce simplemente al mero ego empírico –menos aún, al ser
neurótico y narcisista –sino que equivale a la “persona” identificada con Cristo, una
con el Cristo. “Ya no vivo yo; es Cristo quien vive en mí”. (Gal 2, 20).
Nótese que, en el budismo, el desarrollo superior de la conciencia consiste, en un
completo vaciado del ego individual, que se identifica entonces con el Buda
iluminado, o, más bien, descubre que él es en realidad la mente del Buda iluminado. El
Nirvana no equivale a la conciencia de un ego que siente que ha cruzado “a la otra
orilla” (pues estar “en otra orilla” es lo mismo que no haber cruzado) sino al Absoluto
Fondo-Conciencia del Vacío, donde no hay orillas. De modo que el budista accede al
auto-vaciamiento y la Iluminación del Buda tal como el cristiano accede al auto-
vaciamiento (crucifixión) y glorificación (resurrección y ascenso) de Cristo. La
diferencia capital entre ambos reside en que lo primero es existencial y ontológico,
mientras que lo segundo pertenece al plano de lo teológico y personal. Pero aquí
debemos distinguir “persona” de “ego individual y empírico”. 142
La mística promueve la salud integral y no tiene nada que ver con
trastornos síquicos o enfermedades psiquiátricas. 143 La verdadera experiencia mística
mantiene en equilibrio a la persona humana profundizando en la humildad, la
mansedumbre, la misericordia, la dulzura y la comprensión de la fragilidad humana. 144
La espiritualidad o mística, viene a ser hoy como un “paradigma emergente” en
occidente, dentro y fuera del cristianismo. Un paradigma que parece volver a la máxima
estoica “vivir con uno mismo”, “habitar en la propia casa”. Es la vuelta hacia sí mismo,
hacia la propia consciencia, que está íntimamente unida a la Consciencia, frente a la
constante salida de sí, el extrañamiento y la alienación del propio centro de un
ensimismamiento no narcisista que es lo contrario del egocentrismo; aunque es
preciso reconocer que hay también mucha falsa espiritualidad y mucho falso
maestro/gurú egocéntrico. Muchos métodos de introspección no superan el nivel
142
Thomas MERTON, O. C. S. O, El Zen y los pájaros del deseo, Kairós 1994, 5ª. ed., pp. 99-101.
143
Mística, psiquiatría y salud mental: curso de la Fundación Fernando Rielo y UIMP-Valencia.
www.rielo.com/mistica-psiquiatria-y-salud-integral-curso-de-la-fundacion-fernando-rielo-y-uimp-
valencia/ Consultado el 18 de agosto de 2021.
144
José Luis VÁZQUEZ BORAU, Contemplación e Inteligencia Espiritual. Col. Sinergia 45.
Fundación Emmanuel Mounier. Madrid 2012, p. 108.
43
egocéntrico, con el riego de anclar a la persona en un cierto narcisismo. 145
La experiencia mística sería, expresa Panikkar, la visión integral del ser humano. La
experiencia mística por eso, supone tener muy abiertos los tres ojos: el ojo
sensible/empírico, el ojo racional/filosófico y el ojo espiritual/contemplativo (el “tercer
ojo”), para poder gozar plenamente de la vida. 146 La Inhabitación Divina es una
presencia amorosa de Dios en nuestro interior. Para nosotros, es inconsciente al
principio del itinerario espiritual. A medida que se hace consciente, nos señala dónde se
encuentra la verdadera felicidad. La Inhabitación Divina (palabras de la tradición
cristiana), la Naturaleza de Buda (de la tradición budista) o la Chispa Divina (de la
tradición hindú Vedanta). 147
44
medio de nosotros. El fariseo es un hombre narcisista, y es hacia donde nos empuja la
sociedad actual, una actitud narcisista que hace que vivamos alabándonos a nosotros
mismos. 150
Como si de un virus se tratara, del estilo del COVID-19, Jesús advierte
constantemente a sus discípulos del peligro de los fariseos que todo lo ponían al revés y
confundían a la gente sencilla. 151
El fariseo se siente seguro por lo que hace él mismo, no por saberse aceptado en lo
más profundo; confía en sí mismo, no en Dios. Por eso no puede aceptar sus
limitaciones, se hundiría. No se da cuenta de que está enfermo, de que no ve, y al
cerrarse a su supuesta perfección, se cierra a la curación. 152 Es tremendo el daño que
se puede hacer cuando uno se siente seguro de sí mismo porque “dios está de su parte”.
La cuestión no está en el contenido sino el que todos caemos en la ruptura de fraternidad
a la que lleva el “yo no soy como”. La vida misma. Gracias Jesús por
desenmascararnos. 153
El Papa Francisco denunció la religión del yo y creerse superiores a los otros. 154 El
fariseo “no le pide nada al Señor, porque no siente que tiene necesidad o que debe algo,
sino que, más bien, se le debe a él. Está en el templo de Dios, pero practica la religión
del yo”. El presuntuoso fracasa siempre. Todos somos un poco publicanos, y un poco
fariseos. “Somos un poco publicanos, por pecadores, y un poco fariseos, por
presuntuosos, capaces de justificarnos a nosotros mismos, campeones en justificarnos
deliberadamente. Con los demás a menudo funciona, pero no con Dios”. 155 Pero,
¡Con qué facilidad nos dejamos convencer por ese pequeño fariseo y por ese pequeño
narcisista que llevamos dentro! (pequeños o no tan pequeños). 156 Nos falta un poco de
humildad para reconocer al “fariseo” que todos llevamos dentro. 157
soy-yo-para-juzgar/ Consultado el 14 de agosto de 2021.
150
Mons. José Luis de PALACIO, El fariseo y el publicano. (28 Oct. 2019). Expreso.
www.expreso.com.pe/el-fariseo-y-el-publicano/ Consultado el 18 de agosto de 2021.
151
El fariseo que llevamos dentro. https://lomejorestaporllegardotblog.wordpress.com/2020/06/22/el-
fariseo-que-llevamos-dentro/ Consultado el 16 de agosto de 2021.
152
A. Ma. SCHLÜTER RODÉS, KIUN AN, LA Palabra desde el silencio. Comentarios bíblicos.
Zendo Betania. Brihuega (Guadalajara), España 2005, pp. 66-67.
153
Tony CATALÁ, S. J., Te doy gracias que no soy como los demás hombres.
www.centroarrupevalencia.org/te-doy-gracias-porque-no-soy-como-los-demas-hombres/ Consultado
el 14 de agosto de 2021.
154
28 de Octubre de 2019. Antoine MEKARY. Aleteia.
155
www.es.aleteia.org/2019/10/27/el-papa-denuncio-la-religion-del-yo-y-creerse-superiores-a-los-
otros-indigenas-pobres-enfermos/ Consultado el 16 de agosto.
156
Pablo GUERRERO, S. J., De juicios y condenas. Pastoral SJ. www.pastoral.org/creer/2369-de-
juicios-y-condenas Consultado el 16 de agosto de 2021.
157
Fray Manuel DÍAZ BUIZA, Por sus frutos los conoceréis. (23 Jun. 2021).
www.monasterioguadalupe.com/evangelio-y-reflexion-del-dia-por-fray-manuel-diaz-briza-125/
Consultado el 16 de agosto de 2021.
45
Pablo y la espiritualidad del fariseo
Cuando Pablo cae en tierra se ve confrontado con la espiritualidad de abajo. Yace en
tierra sólo e impotente. En esa situación cae en la cuenta de que es Cristo mismo el que
está actuando sobre él transformándolo. Su posterior doctrina sobre la justificación
como obra exclusiva de la fe es un testimonio de esta experiencia. Para Pablo, pretender
-como los fariseos- ser justificado por sus obras es glorificarse a sí mismo y usurpar la
gloria a Dios, lo cual es la propia esencia del pecado (Rom 2, 17-23; 3, 27; 4, 2). El
fariseo quiere subir la escalera a partir de sus virtudes y de sus obras. Pablo invita a
descender a la propia pobreza. El fariseo parece perfecto, poderoso, seguro de sí. Pero
siempre tiene miedo de cometer un error y se siente débil, ansioso, inferior e impotente.
Yo diría que la herida del fariseo hace que busque la grandeza y el poder y su
inseguridad, que le hacen buscar siempre los primeros lugares al lado de las personas
influyentes y poderosas. 158 Demuestra la incapacidad de llegar a Dios por la práctica de
la ascética; sólo se llega por el sincero reconocimiento de la propia impotencia. En
esa impotencia llega a la experiencia de la gracia. Cuando mayor sea la debilidad
humana más queda de manifiesto la eficacia de la gracia. 159 Entonces experimentamos
una profunda paz interior y nos veremos libres de la compulsión de tener que
perfeccionarnos a nosotros mismos. 160 Dentro de San Pablo se desencadena un conflicto
entre un sí mismo interior, un sí mismo verdadero que se complace en la ley de Dios, y
un sí mismo pequeño, un yo que se desgarra hacia uno y otro lado, y le esclaviza (Rom
7, 22-23). En lo sucesivo, Pablo no vive ya de su propio rendimiento, ni de la
expectativa de ser recompensado por Dios a causa de su fiel cumplimiento de la ley. Por
el contrario, vive solo de la fe en Jesucristo, que se entregó por él. En Jesucristo, Pablo
experimenta que es amado incondicionalmente. No tiene que cumplir ninguna condición
para ser amado: ni rendir, ni adaptarse, ni carecer de faltas, piadoso. Ya no cuenta la
reputación de la persona, sino el ser amado por Jesucristo.
Las afirmaciones místicas de las cartas de Pablo se podrían expresar en lenguaje
psicológico. Entonces serían una descripción exacta del proceso por el cual el ser
humano llega a ser él mismo. El ser humano se encuentra en su verdadero yo
158
A. DAIGNEAULT, El camino de la imperfección, op. cit., pp. 29 y 34.
159
A. GRÚN, M. DÜFNER, Una espiritualidad desde abajo. El diálogo con Dios desde el fondo de
la persona. Narcea 2002, 2ª. ed., pp. 21-29. Citado por Marco Antonio DE LA ROSA RUIZ
ESPARZA, La iluminación y el conocimiento místico en San Pablo. Revista Lindaraja 28 (2010) 1-
159, espec. pp. 17-18 nota 17.
www.realidadyficcion.es/RevistaLindaraja/Ruiz-Esparza/iluminacion.pdf Consultado el 25 de agosto
de 2021.
160
A. GRÜN, Cómo estar en armonía consigo mismo. Caminos espirituales hacia el espacio interior.
Col. Surcos 42. Verbo Divino 1977, pp. 153-155. Citado por Idem p. 19 nota 18.
46
cuando integra en sí la imagen de Dios. Sólo llega a ser verdaderamente completo,
íntegro y sano cuando recibe a Dios en lo más íntimo de sí. Para Jung, Cristo es por un
lado una personalidad histórica, pero por otro lado es también el arquetipo de sí
mismo. En Cristo, el ser humano descubre su verdadero sí mismo. Según Jung, el
Cristo interior nos conduce, desde el ego, hasta el verdadero sí mismo. El sí mismo no
es algo puramente humano, sino al mismo tiempo algo que nos supera. En él se unen lo
divino y lo humano. “Puesto que el ser humano sólo se conoce como un yo, el sí mismo
como totalidad es indescriptible e imposible de distinguir de una imagen divina, la
autorrealización entraña, en un lenguaje religioso-metafísico, la encarnación de Dios”.
(Jung, volumen 11, p. 171).
Suponemos en relación estas personas con las afirmaciones de Pablo, podemos
imaginarnos que, en virtud de su experiencia de Jesucristo, Pablo quedó liberado de su
desgarro interior. El ego, que con la observancia minuciosa de la ley pretendía
impresionar a Dios y a los demás, quedó derrocado. Y Pablo vivió en sí a Cristo como
una realidad sanadora y liberadora. En el encuentro con Cristo quedó libre del ego, que
gira constantemente en torno a sí, y abierto a su verdadera esencia y, al mismo tiempo,
abierto a Dios y a los demás. En el Zen diríamos que es la Gran Muerte -dai shi- el ego -
jiga (en japonés)- muere y aparece el “verdadero yo”, para los cristianos que
practicamos Zen, al mismo tiempo nos encontramos con Cristo y éste nos remite a los
demás. Pablo experimentó en lo más íntimo una sanación que no podía quedar destruida
ni siquiera por las enfermedades y flaquezas interiores.
Cuando una persona no vive hoy desde el exterior sino desde el centro interior, desde
su verdadero sí mismo, difícilmente podrá expresarlo mejor que con esas palabras de
Pablo. En el Zen sería la persona iluminada o en camino de la iluminación -
boddhisattva (en sánscrito)-, en japonés se dice “muga no hito” o persona del no-yo, sin
ego o falso yo. Cristo es la imagen del verdadero sí mismo del núcleo más íntimo del ser
humano. Para Jung, el camino de humanación va del ego al sí mismo. El ego es el
núcleo consciente de la persona. El sí mismo, sin embargo, su esencia más íntima; el sí
mismo encierra tanto lo consciente como lo inconsciente, tanto lo humano como lo
divino. 161
El mirar a Cristo no debe ser un desviar la mirada de la propia sombra. Eso será abusar
de la fe para huir de la propia verdad. Con sus palabras, Pablo nos anima precisamente a
enfrentarnos con nuestra propia realidad. Sólo cuando ponemos nuestra verdad en
manos de Cristo podemos reconciliarnos poco a poco con todas aquellas facetas
nuestras que no nos gustan -nuestra inutilidad, nuestra impotencia- y podemos hacer el
161
W. JOHNSTON, El ojo interior del amor. Col. Betania 6. Paulinas 1987, 2a. ed., pp. 28, 55 y 119.
47
bien con nuestros lados sombríos.
El Zen ayuda a desaparecer esas viejas tendencias o manchas del pecado que se decía
antiguamente. 162
Tener cuidado con el psicologismo que está en reducir la conversión a cuestión
psicológica. Evidentemente la conversión es liberación de la autoestima narcisista;
pero es, sobre todo, experiencia de ser trascendido por la presencia salvadora del amor
de Dios. El espiritualismo está en no querer reconocer el soporte psicodinámico de la
conversión. 163 No es posible reducir la interioridad a psicología o psiquiatría, pues
tampoco ellas han sido capaces de explicar y sanar del todo las heridas interiores del ser
humano. 164
48
uno de los pecados más graves: se pone en el lugar de Dios para
condenar al prójimo. 166
El fariseo simboliza el ego que vive de la comparación, el juicio y la descalificación.
La comparación permite afirmarse, separándose, frente a los otros; el juicio es inevitable
en el estado mental, ya que pensar equivale a juzgar, es decir, a colocar etiquetas a todo
y a todos; la descalificación del otro supone afirmar la propia superioridad moral o
personal. Su autosuficiencia, su orgullo espiritual, su certeza son casi una
autodivinación. 167
El fariseo vive instalado en el orgullo neurótico y, desde él, condena en el otro todo
aquello que en sí mismo ni acepta ni quiere ver. En este sentido, vive en la mentira,
porque es incapaz de reconocer y aceptar su propia sombra. Y, al no verla, se ve forzado
a proyectarla en el otro, sin advertir que, con toda probabilidad, aquello que condena es
lo que, en su inconsciente de no ser “como los demás: ladrones, injustos, adúlteros”. –
“dime de que presumes y te diré de que careces”-, sin que él lo
advierta, su inconsciente está susurrando: “no soy como los demás…, pero me
encantaría serlo”. ¿Resultado? Es un hombre no reconciliado consigo mismo –“no
justificado”, en el lenguaje de la parábola- ¿Cómo puedo reconocer en mí el orgullo
neurótico y la sombra inconsciente? Por sus síntomas en la vida cotidiana: la
comparación con los otros, el juicio y la descalificación, la crispación que experimento
ante determinadas personas, actitudes, comportamientos… Evidentemente no todo
aquello de lo que discrepo constituye una sombra mía, pero lo que me crispa de los
otros me está señalando algo negado en mí. ¿Vivo reconciliado con toda mi verdad? 168
Hoy estamos acostumbrados a un mundo de palabras ambiguas, una fría hipocresía
oculta y filtra lo que realmente queremos decir. 169 Cada vez que soy violento, grosero,
altanero, prepotente, manipulador o hipócrita traiciono el método que Dios mismo ha
acogido para doblarse ante mi nada: la Encarnación. Jesús se encarna para que nadie
quede fuera de su brazo. No siquiera los que algunos consideran “enemigos”. 170
166
Basílica de la Mercé, El fariseo y el publicano. ¿Quién es justo ante Dios?
www.basilicadelamerce.es/blog-es/El-fariseo-y-el-publicano-144.html Consultado el 15 de agosto de
2021.
167
A. DAIGNEAULT, El camino de la imperfección, op. cit., p. 27.
168
E. MARTÍNEZ LOZANO, Sombra, orgullo neurótico y verdad. En: Carmelitas en Europa,
Domingo XXX del Tiempo Ordinario. Del Evangelio de Lucas 18, 9-14.
www.carmiseuropa.org/contenido/index.asp?iddc=2639 Consultado el 14 de agosto de 2021.
169
Mateo GONZÁLEZ ALONSO, ¿Hay motivos para celebrar la Pascua?
www.vidanuevadigital.com/blog/hay-motivos-para-celebrar-la-pascua-mateo-gonzalez... Consultado
el 26 de agosto de 2021.
170
Rodrigo Guerra en: Miroslava LÓPEZ, El nuevo secretario de la Pontificia Comisión para
América Latina habla sin rodeos sobre temas controversiales que atañen a la región.
www.vidanuevadigital.com/2021/08/28/el-nuevo-secretario-de-la-pontificia-com... Consultado el 28
49
Cuatro son los grados de soberbia, presentes en el corazón
del orgulloso:
La soberbia: quizás es el pecado más grave que podremos descubrir, ya que el
creernos superiores a otros, dueños de la verdad y con derecho a eliminar a los que no
piensan del mismo modo, es el gran germen de la polaridad y destrucción total.
Cada cual, asume su verdad como única y el otro aparece como un enemigo y no es
capaz de dialogar ni resolver conflictos y diferencias de modo elaborativo y fraternal. 171
1- Aquellos que se encuentran ricos de bienes de naturaleza y de gracia, de fortuna,
pero en lugar de reconocerlos como dones de Dios, los atribuyen a sus habilidades, a
su bondad, a sus condiciones y se complacen en ello, se glorían y se consideran
casi dioses, y, como Lucifer, se comparan con Dios: “seré igual que el Altísimo”
(Is 14, 14). Pero más peligrosa que la hipocresía es el orgullo, el pecado del propio
Lucifer. El orgullo es la madre de todos los pecados, y la humildad el fundamento
primordial de todas las virtudes. 172 La trampa del Maligno, según San Juan de la
Cruz, es querer subir y exaltarse en vez de tomar el camino de la humildad. El gran
obstáculo para la santidad sacerdotal es el orgullo -sobre todo el orgullo espiritual- y
el deseo de poder y de dominio. 173
2- Son aquellos que atribuyen a Dios, todos los dones, pero creen haberlo obtenido en
virtud de los propios méritos. Así el fariseo agradece a Dios, pero exalta al mismo
tiempo sus buenas obras, su justicia y sus ayunos.
3- Son aquellos que, como el fariseo, creen tener dones y cualidades que en realidad no
tienen y viven en la ilusión de tenerlos.
4- Son aquellos que, como el fariseo, presumen de sus virtudes, se creen autorizados a
deshonrar a los demás, despreciarlos y desestimarlos. 174
El fariseísmo es el pecado contra el Espíritu Santo
La naturaleza del fariseo se ha vuelto máscara, miente con toda naturalidad pues ha
comenzado por mentirse a sí mismo. Lo que él disimula, que es la santidad, y lo que él
es, el egoísmo, se han amalgamado y se han hecho un espantoso veneno que de
suyo no tiene antídoto alguno. Glicerina más ácido nítrico, igual dinamita.
de agosto de 2021.
171
T. RIED, Cómo vivir como ‘amorista’: mandamientos y pecados para estar alerta. (03/11/2020).
www.vidanuevadigital.com/blog/como-vivir-como-amorista-mandamientos-y-pecados-...
Consultado el 19 agosto de 2021.
172
W. JOHNSTON, Mística para una nueva era, op. cit., pp. 201 y 202 nota 31.
173
A. DAIGNEAULT, El camino de la imperfección, op. cit., pp. 41 y 156.
174
Prédica de Gianelli sobre el fariseo y el publicano: Volvió a casa justificado.
www.fmhclarapodesta.org/pt/institucionales/95-d41-prdica-de-gianelli-sobre-el-fariseo-y-el-
publicano.html Consultado el 15 de agosto de 2021.
50
El fariseo es el gusano de la religión. Es la soberbia religiosa: es la corrupción más
sutil y peligrosa de la verdad más grande: la verdad de que los valores religiosos son
los primeros. Pero en el momento en que nos los adjudicamos, los perdemos; en el
momento en que hacemos nuestro lo que es de Dios, deja de ser de nadie, si es que no
deviene propiedad del diablo. El fariseo es para Jesús un tipo universal
de hombre religioso pervertido. El buen fariseo, cumpliendo hasta el límite
su ley puede ser más peligroso que el mal fariseo (que al menos puede arrepentirse un
día de lo que hace). Quizá tenemos que pedir a Dios que fracasen, pues sólo fracasando
podrán cambiar su discurso y su forma de actuar. 175 La corrupción en la Iglesia es la
mundanidad espiritual, la tibieza, la hipocresía, el espíritu del mundo sobre nuestra
vida, el sentimiento de indiferencia. 176
La corrupción espiritual
La palabra corrupción tiene su origen en co-romper: romper con otros. Nunca es una
acción solitaria, exige cómplices y tiende a extenderse generando más y más
complicidades. Amenaza a los pilares de la sociedad. La corrupción revela una conducta
antisocial lo suficientemente fuerte como para disolver la validez de las relaciones y
luego más tarde, los pilares que sustentan una sociedad: la coexistencia entre personas y
la vocación a desarrollarla. Surge de un corazón corrupto es la peor plaga social ya que
genera problemas gravísimos y crímenes que nos involucran a todos. La corrupción es
un “proceso de muerte que nutre la cultura de la muerte”. 177
Una vez que se aceptan determinas prácticas, ya no es fácil salir de esos círculos
perversos en los que se establecen aquellos fuertes vínculos que generan los engaños y
las mentiras. En el origen de la corrupción están la falsedad y la hipocresía. Una
falsedad que parece apropiarse de las personas hasta dejarlas ciegas, incapaces de
distinguir entre la realidad y la mentira que ellas mismas construyeron. El corrupto es
un ser atrapado, no puede volver hacia atrás y, en el futuro, solo le queda seguir por el
mismo camino. Por eso lo que roba nunca es suficiente y fácilmente se cae en la
violencia, que puede terminar con la vida de alguien que “sabe demasiado”, o sea, que
175
El blog de X. Pikaza, Dom. 27.10.13 La oración del publicano, y los siete fariseos del Talmud.
www.religiondigital.org/el_blog_de_x_pikaza/Dom-oracion-publicano-fariseos-Talmud-
7_1514018587.html Consultado el 16 de agosto de 2021.
176
José BELTRÁN, Los diez mandamientos de Francisco contra la corrupción: “seamos una
avalancha contra este cáncer”. www.vidanuevadigital.com/2017/06/15/los-diez-mandamientos-
francisco-la-corrupcion... Consultado el 16 de agosto de 2021.
177
Emilio IBÁÑEZ, “La corrupción no se combate con el silencio”. El gran mensaje del papa sobre
el poder. (Jun. 24, 2020). www.catholic.link.com/corrupcion-mensaje-papal/ Consultado el 6 de
septiembre de 2021.
51
puede desnudar la mentira, poner en evidencia a los hipócritas. 178
“Ante cualquier crítica el corrupto descalifica a la persona”. 179
La corrupción: “Es como carcoma que puede meterse en medio de los entresijos de la
estructura social y descomponer hasta lo que se consideraba más firme y consolidado en
un Estado de derecho…” La corrupción de cualquier tipo que sea, conduce a la
descomposición y a la podredumbre. Es como un pérdida de identidad, se deja de ser
lo que uno debiera ser. Los efectos de esta plaga no pueden ser más funestos, pues
relativizan cualquier precio ético. Es la epidemia más contagiosa. 180 Hoy la
globalización posmoderna neoliberal se estructura como un sistema de corrupción
estructural. Esto solo puede suceder porque existe un pecado estructural y
sistémico, al que podemos llamar corrupción, que rige los destinos del mundo. 181
La corrupción esta llaga putrefacta de la sociedad es un grave pecado
(imperdonable) que grita al cielo, pues mina desde sus fundamentos la vida personal y
social. La corrupción impide mirar al futuro con esperanza porque, con su prepotencia y
avidez, destruye los proyectos de los débiles y oprime a los más pobres. Es un mal que
anida en gestos cotidianos para expandirse luego en escándalos públicos. La
corrupción es una obstinación en el pecado que pretende sustituir a Dios con la
ilusión del dinero como forma de poder”: Bergoglio. 182 “La corrupción es un mal
más grande que el pecado”. 183 La corrupción en sí no se perdona -sintetiza
Pikaza sobre el autor (Bernardo Pérez Andreo)-, porque es un pecado estructural y está
ligado a un sistema injusto, que la Biblia llama satánico. Las personas corruptas
pueden ser perdonadas cuando cambian de mentalidad y de conducta, pero nunca la
corrupción en sí, porque es intrínsecamente mala: una estructura demoniaca. 184 “La
178
Jorge OESTERHELD, Scholas Occurrentes y las amistades particulares. (24/06/2016).
www.vidanuevadigital.com/archivo/scholas-occurrentes-amistades-particulares-jorge-oesterheld/
Consultado el 27 de agosto de 2021.
179
El Mundo, La corrupción según Francisco. (22/06/2013).
www.elmundo.es/elmundo/2013/o6/21/internacinal/1371826451.html Consultado el 28 de agosto de
2021.
180
Card. Carlos AMIGÓ VALLEJO, Corrupción y algo más. (21/11/2014).
www.vidanuevadigital.com/archivo/corrupcion-y-algo-mas/ Consultado el 27 de agosto de 2021.
181
Bernardo PÉREZ ANDREO, La corrupción no se perdona. El pecado estructural en la Iglesia y
en el mundo. PPC 2016, p. 17.
https://ecat-server.grupo-sm/ecat-Documumentos/ES178940_010421.pdf Consultado el 28 de agosto
de 2021.
182
Franciso envía “mensajeros de la misericordia” a todo el mundo.
www.vidanuevadigital.com/2015/04/17/francisco-envia-mensajeros-de-la-misericordia-...
Consultado el 27 de agosto de 2021.
183
El Papa Francisco lo afirmó en Il Messagero: José LORENZO, ¿Miedo al Papa? (06/03/2015).
www.vidanuevadigital.com/blog/miedo-al-papa-jose-lorenzo/ Consultado el 28 de agosto de 2021.
184
Redacción Revista Vida Nueva Digital, La corrupción no se perdona.
www.vidanuevadigital.com/libro/la-corrupcion-no-perdona-bernardo-perez-a... Consultado el 28 de
52
corrupción tiene una carácter infeccioso y parasitario, ya no se alimenta de las cosas
buenas que produce, sino de todo lo que quita y roba”. Nos dice el papa Francisco. 185
“El pecado y la tentación son contagiosos, la corrupción es proselitista”. 186
Una búsqueda de autonomía desvinculada de Dios sitúa al individuo en una pendiente
resbaladiza donde la inseguridad, el agobio, la angustia se hacen dueño del ser humano
que busca consuelo en el placer, en la inmediatez y, con ello, una comprensión de la
autonomía que conduce a su destrucción . En la terminología del Papa Francisco se
podría hablar de una “corrupción espiritual”. La “ceguera cómoda y autosuficiente
donde todo termina pareciendo lícito: el engaño, la calumnia, el egoísmo y tantas
formas sutiles de auto-referencialidad, ya que “el mismo Satanás se disfraza de ángel de
luz” (2 Cor 11, 4). 187
¡Pero qué tan difícil es que el vigor profético resquebraje un corazón corrupto!
Está tan parapetado en la satisfacción de su autosuficiencia que no permite ningún
cuestionamiento. “Acumula riquezas para sí y no es rico a los ojos de Dios” (Lc 12, 21).
Se siente cómodo y feliz como aquel hombre que planeaba construir nuevos graneros
(Lc 12, 6-21), y si la satisfacción se le pone difícil escabullirse como lo hizo el
administrador astuto (Lc 16, 1-8) que adelantó la filosofía de ´tonto el que no robe´. El
corrupto ha construido una autoestima basada precisamente en este tipo de actitudes
tramposas; camina por la vida por los atajos del ventajismo a precio de sus propia
dignidad y la de los demás.
El corrupto no percibe su corrupción. Sucede con el mal aliento: difícilmente el
que tiene mal aliento se percata de ello. Son otros quienes lo sienten y se lo deben decir.
De aquí también que difícilmente el corrupto puede salir de su estado por
remordimiento interno. Tiene anestesiado el buen espíritu de esa área. El corrupto no es
un pecador. El corrupto asume la actitud triunfalista del que se siente más inteligente y
más astuto que los otros. Sin embargo, la persona corrupta no se da cuenta de que está
construyendo su propia cárcel. Un pecador puede pedir perdón, un corrupto
se olvida de pedirlo.
Generalmente el Señor lo salva con pruebas que le vienen de situaciones que le toca
agosto de 2021.
185
Mateo GONZÁLEZ ALONSO, La corrupción “tiene un carácter infeccioso y parasitario en la
sociedad”, denuncia Francisco. www.vidanuevadigital.com/2017/09/22/la-corrupcion-caracter-
infeccioso-parasitario-la... Consultado el 27 de agosto de 2021.
186
Jorge Mario BERGOGLIO/PAPA FRANCISCO, El pecado se perdona, la corrupción no puede
ser perdonada. CONCILIUM 358 (2014) 17-20, espec. p. 19.
187
Lucio Marcos NONTOL, Santidad y moral desde Gaudete et Exsultate. Aparecido en Moralia 42
(2019) 31-49. Recensionado por Francesc Peris.
www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol59/233/233_Nontol.pdf , pp. 32-42, espec. p. 36.
Consultado el 6 de septiembre de 2021.
53
vivir (enfermedades, pérdidas de fortuna, de seres queridos, etc.) Y son ésas las que
resquebrajan el armazón y permiten la entrada de la gracia. Puede ser curado. El
corrupto procura mantener siempre la apariencia: Jesús llamará sepulcros blanqueados a
uno de los sectores más corruptos de su tiempo (cf. Mt 23, 25-28). El corrupto cultivará,
hasta la exquisitez, sus buenos modales, para de esta manera poder esconder sus malas
costumbres.
54
La parábola del fariseo y del publicano es una parábola contra el
CLERICALISMO
“El clericalismo es esencialmente hipócrita”, sostiene Bergoglio. Más aún: “El
clericalismo es una verdadera perversión en la Iglesia”. “Es una perversión porque
pervierte lo que es la naturaleza de la Iglesia, del santo pueblo fiel de Dios, tal
como habla de ello la constitución conciliar Lumen Gentium”. Esto es algo capital, pues
al pueblo de Dios, es al que ha de servir. 191 “El clericalismo condena, separa,
frustra, desprecia al pueblo de Dios”. 192 “El clericalismo es una corrupción
del sacerdocio.” 193 “El papa Francisco invitó a 85 sacerdotes a alejarse del
clericalismo perverso y a tener cuidado con la mundanidad espiritual que es
la puerta de la corrupción”. 194
El papa Francisco explicó de qué es la hipocresía; “Se puede decir que es miedo
por la verdad. Se prefiere fingir en vez de ser uno mismo. Es como maquillarse el
alma, la actitud, el modo de proceder. No es la verdad”, dijo. A continuación denunció
cómo es esa ficción “impide la valentía de decir abiertamente la verdad, y así se escapa
fácilmente a la obligación de decirla siempre, sea donde sea y a pesar de todo”. Se llega
de esa manera a las “medias verdades”, que son “una ficción” y “un modo de actuar no
verdadero”. “En un ambiente donde las relaciones interpersonales son vividas bajo
la bandera del formalismo, se difunde fácilmente el virus de la hipocresía”.
Jesucristo, subrayó el Papa, “reprende fuertemente a aquellos que parecen justos al
externo, pero dentro están llenos de falsedad y de iniquidad”. Continuó advirtiendo que
el hipócrita “es una persona que finge, adula y engaña porque vive con una máscara
en el rostro y no tiene el valor de enfrentarse a la verdad”. Es por eso que “no es capaz
de amar verdaderamente”, se limita a “vivir de egoísmo” y no tiene fuerza para
“demostrar con transparencia su corazón”. 195
Hipocresía farisaica. No le importa ser un auténtico chivato (chismoso). Es más,
cumple ese oficio con la convicción de que presta un servicio indispensable a la causa
191
Papa FRANCISCO, La fuerza de la vocación. La vida consagrada hoy. Una conversación con
Fernando Prado, C. M. F. Editorial Claretiana. Buenos Aires 2018, p. 31.
192
Religión Digital, Francisco denuncia la “fijación moral exclusiva del clericalismo” con el sexo.
(31 Oct. 2019). www.jesuitas.lat/noticias/15-nivel-214788-francisco-denuncia-la-fijacion-moral-
exclusiva-del clericalismo-con-el-sexo Consultado el 16 de agosto de 2021.
193
I. CORPAS, El libro del papa Francisco para soñar el futuro, op. cit.
194
Ary Waldir RAMOS DÍAZ, El clericalismo es una perversión. Colegio Mexicano. Roma
29/03/21. Aleteia. https://es.aleteia.org/2021/03/09/el-papa-francisco-el-clericalismo-es-una-
perversion/ Consultado el 28 de agosto de 2021.
195
Darío MENOR, El Papa denuncia en la audiencia general la “detestable hipocresía de la Iglesia”.
www.vidanuevadigital.com/2021/08/25/el-papa-denuncia-en-la-audiencia-general-la-d... Consultado
el 26 de agosto de 2021.
55
de Dios. Todo lo cual, es desagradable y hace sufrir a la gente. Pero lo peor no es esto.
Lo más peligroso es que cuando una persona antepone un “principio absoluto” (tal es el
caso de la “religión”) a la vida y a la felicidad del ser humano, esa persona es capaz
de cometer las mayores atrocidades, no sólo sin remordimiento
alguno, sino incluso con el convencimiento de que es eso lo que tiene que hacer. En
esto consiste el enorme peligro que entraña el “hombre religioso”. Da ahí la necesidad
urgente que todos tenemos de matar a ese “fariseo” que llevamos dentro. Pero,
¡Qué difícil es matar al fariseo que llevamos dentro! [Es como en el Zen, ¡Qué difícil
matar al falso yo!] Ahora se comprende que Jesús tenía toda la razón del mundo cuando
vio claramente que el mayor peligro para la humanidad no son los
opresores, sino los fariseos. Porque los fariseos son, no sólo opresores, sino
además gente que hace sufrir con el convencimiento “religioso” de que es eso lo que
tiene que hacer. Más aún, el fariseo oprime donde ningún opresor de este mundo
puede oprimir. Son mucho más peligrosos los poderes del otro mundo, es decir, los
poderes que se presentan como absolutos e intocables, sea o no sea “religioso” el sujeto
que los ejerce.
Mientras se sufre con la conciencia de que se hace lo que debe hacer, el sufrimiento
tiene, por lo menos algún sentido. Lo peor que le puede ocurrir a alguien es tener que
sufrir sin verle sentido alguno al sufrimiento.
Y peor aún, tener que sufrir con el sentimiento insoportable que es la culpa.
Exactamente eso es lo que consigue el fariseo en aquellos que no tienen más remedio
que convivir con él.
Este tipo de situaciones y de individuos suelen ser bastante frecuentes en ambientes
religiosos, entre gentes que aparecen como intachables y hasta son admiradas por su
presunta santidad o ejemplaridad. Es seguro que muchas personas no se imaginan las
cantidades de humillación y dolor que se viven precisamente en los círculos más
piadosos, allí donde muchos piensan que nadie “mata una mosca”.
56
intachables, los que ponen en el centro de sus preocupaciones el pecado y no el
sufrimiento humano; los que han retornado a la Iglesia que pone en cada diócesis los
obispos que menos problemas le van a causar al sistema, controla a los teólogos que
intentan recuperar los ideales proféticos de tiempos pasados, apoya y favorece a los
movimientos más conservadores, y se calla ante los escándalos políticos y económicos
de los que cada día nos informan los medios de comunicación.
57
ordenación o su vocación le hace superior, la cristalización de esa mentalidad en una
cultura -o cultura organizacional- podría definirse como la “preocupación consciente o
inconsciente por promover el interés particular del clero y por proteger los privilegios
que tradicionalmente han sido otorgados a aquellos que se encuentran en el estado
clerical”. 197
Esta cultura clericalista degenera siempre en dinámicas que no ayudan en nada a la
construcción de la Iglesia y, en nuestro caso de la comunidad M.G. Aparece en seguida
problemas como el autoritarismo, la ausencia de corresponsabilidad, la minusvaloración
del papel de la mujer en la Iglesia, la excesiva dependencia del sacerdote o del superior,
etc. Seamos conscientes de ello.
Y sin duda, el clericalismo trae consigo la más grave de las consecuencias: la
transgresión de los límites, que la ha llevado a las dolorosas consecuencias que todos
conocemos. La falta de respeto al otro, sostenida por la idea de que tenemos derecho a
superar los límites de ese respeto, está en la base de todo lo relacionado con los
abusos en el seno de la Iglesia. Muchos estudiosos relacionan esta dinámica con
cierta visión del sacerdocio como representante de un poder sagrado, de un Dios
autosuficiente y cerrado en lugar del Dios Padre de Jesucristo. El ya conocido como
“Síndrome del elegido” profundiza en esta línea de reflexión. Un ejemplo de
este síndrome es el del Rey David, con clara conciencia de haber sido elegido por Dios
y que fue incapaz de respetar los límites. Esto lo llevó al abuso de poder, de conciencia
y sexual. El clericalismo tiende a situar a las personas y a las instituciones por encima
de los límites. Por eso el papa Francisco insiste tanto en este tema.
Creo que en nuestro seno hay algunos síntomas del virus del clericalismo, del
mismo modo que hay algunas claridades de cómo se supera, así como algunos
desafíos que nos podemos plantear. Hablo de los síntomas de la enfermedad. Algunas
claridades para superarlo. Leyendo al papa Francisco, veo que las orientaciones que da
para superar el clericalismo se puede sintetizar así: prioridad absoluta de la
misión de la Iglesia; mayor proximidad del clero especialmente con aquellos
que está en la presencia de la sociedad; inclusión apropiada de laicos y laicas en los
procesos de toma de decisiones en la Iglesia; mayor formación para todos; mayor
énfasis de la primacía del sacramento del Bautismo y del Pueblo Santo de Dios a cuyo
servicio está el clero; una mayor valoración de la infalibilidad de los fieles in credendo
197
Esta es la definición que en 1983 dio la Conferencia de Superiores Mayores de USA en su
asamblea sobre “Solidaridad y Servicio”. Tiene ya casi cuarenta años, pero la historia -triste- le ha
dalo la razón. Citado por Pedro AGUADO, Sch.P., Padre General, Salutatio Patris Generalis: Carta
a los hermanos. Mayo 2021. www.escolapios.org.co/art/salutatio-patris-generalis/item/418-carta-a-
los-hermanos-mayo-2021 Consultado el 16 de agosto de 2021.
58
y del sensus fidei; confiar verdaderamente que el Espíritu Santo está bien presente entre
los fieles laicos.
59
posesión nos lleve a confiar en ellos y a sentirnos autosuficientes con su ayuda. Jesús se
acercó a todos los pecadores para ofrecerles el perdón y amistad sin ningún requisito
previo, comía y se dejaba tocar por ellos hasta el punto de que el cariño de Dios no
aparece nunca como previo a la virtud. A los únicos que margina y abandona es
precisamente a los fariseos, no porque se niegue a su encuentro, sino porque el
mismo fariseo se cierra e incapacita a esta relación desde el momento que la
considera como un merecimiento y no como gracia. 200
200
E. LÓPEZ AZPITARTE, Retos para la renovación de la moral católica. Revista Iberoamericana
de Teología, Vol. IV, núm. 7. Jul-Dic. 2008, pp. 65-93, espec. pp. 84-85. Universidad
Iberoamericana. Ciudad de México. www.redalyc.org/1252/125212587003.pdf Consultado el 17 de
agosto de 2021.
201
Jorge Humberto PELÁEZ, S. J., Octubre 23, 2016: Pistas para la homilía. Jesuitas Colombia.
www.jesuitas.co/pistas-para-la-homilia/3530-octubre-23-2016-pistas-para-la-homilia Consultado el
17 de agosto de 2021.
60
oración farisaica que imposibilita la justificación auténtica y verdadera: “Dios mío, te
doy gracias porque no soy como los demás hombres”. (Lc 8, 11).
El peligro de una conducta farisea no nace directa y primariamente de la religión,
sino que hunde sus raíces en nuestras experiencias infantiles más primitivas. Desde
pequeños aprendemos que la obediencia y la buena conducta consigue el premio
deseado: el cariño de los padres, la estima de los que nos rodean, la alegría y
tranquilidad de la propia conciencia. De la misma manera que otras múltiples vivencias
nos hicieron descubrir que la trasgresión y el mal comportamiento provocan el rechazo,
la condena y el remordimiento interior. Estamos, por tanto, acostumbrados a recibir el
premio del amor como fruto del buen comportamiento. La recompensa se merece con el
esfuerzo y los méritos acumulados. Por eso el rechazo y la condena son también
merecidos, cuando no se actúa de acuerdo con las normas exigidas. El malo pierde todo
derecho a sentirse querido. 202 El papa Francisco llama la atención sobre las conductas
corruptas, farisaicas e hipócritas. Para el pontífice, el fariseo es un “corrupto” porque
“es imagen de aquel que hace como que reza pero en realidad no lo hace.” “Así, en
la vida quien se cree justo y juzga a los otros o los desprecia
es un corrupto y un hipócrita”, aseveró el Santo Padre. 203
202
E. LÓPEZ AZPITARTE, El pecado: experiencia de finitud y agradecimiento, op. cit.
203
El Sembrador Europa, El Papa llama la atención sobre las conductas corruptas, fariseas e
hipócritas. (6 Jun. 2016). www.elsembradoreuropa.com/pap-llama-la-atencion-las-conductas-
corruptas-farisaicas-e-hipocritas Consultado el 18 de agosto de 2021.
204
A. CENCINI, Ladrón perdonado. El perdón en la vida del sacerdote. Sal Terrae 2018, p. 62.
www.arquicartagena.org/wp-content/uploads/2020/09/Ladrón-Perdonado-Amadeo-Cencini.pdf
Consultado el 21 de Julio de 2021.
61
las venas por donde discurre la vida. Vivimos “para”… es decir “vivimos en red”.
Las conexiones son vitales para la vida. 205
Narcisismo clerical
Es el “autoenamoramiento (según nos dice el P. Amadeo Cencini) que podrá crear al
sacerdote narcisista problemas específicos en el área afectiva:
“En el origen del narcisismo (…), no hay una real carencia afectiva, (…),
sino la incapacidad de dejarse amar, de no darse cuenta que ya ha sido amado, o
incluso el desprecio del amor recibido, por haber sido expresado de manera imperfecta
por criaturas limitadas, o también el no saber contentarse con lo que se ha recibido
gratuitamente o no saber apreciarlo bastante (…). Por ello tiene necesidad de
impresionar, de asombrar, de ser aplaudido; por eso se muestra siempre muy atento a su
índice de simpatía y muy sensible a los signos de aprobación; por eso lo que cuenta para
él es la imagen, la apariencia, la exterioridad. Y se enamora de esa imagen, no de su yo
real (…) este autoenamoramiento podrá crear al sacerdote narcisista problemas
específicos en el área afectiva. 206
El desafío narcisista de base. En fin, otro… signo de nuestros tiempos, con especial
influjo en el fenómeno del celibato sin pasión, lo constituye lo que podríamos llamar
síndrome psíquico, un síndrome actualmente en un alza preocupante: el narcisismo. Es
innegable que en nuestra cultura actual este narcicismo originario se ha desbordado
caudalosamente. 207
Narciso es el “héroe” de nuestro tiempo, según los psicoanalistas modernos (en
particular Klein, Kohut, Winnicott, Lowen, etc.), y no sólo ellos; el narcisismo es “la
verdadera epidemia que se extiende por toda la tierra y es la
única enfermedad que el hombre debería temer realmente”
[más que el Covid-19], según los maestros del espíritu, para los cuales todos llevamos
su bacilo. “Casi ninguno se libra: cuando tenemos la intención de hacer el bien crece el
peligroso temor”. 208 Obviamente nada automático es fatal, pero es cierto que se trata de
205
J. C. R. GARCÍA PAREDES, Perdonar … ¿sin condiciones? /12 Sept. 2020).
www.xtorey.es/perdonar-sin-condiciones/ Consultado el 11 de Agosto de 2021.
206
P. José Luis CORREA LIRA, Mi corazón está firme. Afectividad y sexualidad sacerdotal.
Editorial Nueva Patris, S. A., Santiago de Chile 2015, 2ª. ed., nota 17.
www.books.google.co.jp/books?
id=W3mWBwAAQBA&pg=PT15&Ipg=PT15&dq=amador+cencini+y+
+el+narcisismo&source=bI&ots=bMviPMY42S&sig=ACfU... Consultado el 21 de Julio de 2021.
207
J. Ma. URIARTE, Ser presbítero en el seno de nuestra cultura 1.
www.pastoral-vocacional.org/mente/uriarte1.html Consultado el 22 de Julio de 2021.
208
Arturo PAOLI, L’io frantumato: Rocca 11 (1991) 57. Citado por A. CENCINI, Por amor, Con
amor, En el amor, op. cit., p 159 nota 68.
62
un condicionamiento bastante influyente.
Orígenes de la “locura” actual. La paradoja actual es que muchas personas,
sabiendo que en el amar y ser amado está la felicidad y la de los demás, invierten todas
sus energías en el sentido contrario, exacerbando el individualismo y el narcisismo
al punto de enfermar. Las raíces de esta pandemia mundial que lleva a la depresión y a
la destrucción de la comunidad y quizás también de la humanidad, las encontraremos en
varios modos de relación que se inocularon en nuestras vidas sin notar. 209 Falsas
armaduras: como el perfeccionismo, la pandemia del narcisismo, el control, la anestesia
emocional, el hacer exagerado, el consumo o el temerle a la dicha (porque nos puede
hacer sufrir después) sin cargas que están asfixiando a muchas generaciones en
ansiedad, depresión, soledad y una vida sin propósito que cuesta llevar. Todo ello nos
distancia de nosotros mismos y de los demás y luchamos por tener más méritos y logros
para ser amados, sintiéndonos siempre carentes y avergonzados. 210
El narcisismo patológico
El trastorno narcisista de la personalidad se manifiesta mediante un malestar difuso
que lo invade todo, un sentimiento de vacío interior y de lo absurdo de la vida. 211 Una
de las principales consecuencias del narcisismo patológico en el ministerio sacerdotal es
que la actividad se pone al servicio de la satisfacción de intereses personales, de la
búsqueda de autoestima y valía. En ese proceso, las capacidades personales y el
perfeccionamiento tienen un protagonismo exagerado. El sacerdote se siente original,
único, valioso y se considera superior a los demás. El Papa Francisco nos dice: “La
tentación está siempre en querer defender a capa y espada las propias ideas,
considerándolas válidas para todos, y en llevarse bien con aquellos que piensan igual
que nosotros. Pero esta fe es una fe construida a nuestra imagen y no es lo que el
Espíritu quiere. El narcisismo lleva a la idolatría de sí mismo y a buscar solo el propio
beneficio (…) En esta pandemia, cuanto duele el narcisismo, el preocuparse de las
propias necesidades, indiferente a las de los demás, el no admitir las propias
fragilidades y errores”. 212 Las relaciones humanas pierden su dimensión de gratuidad
209
T. RIED, Creer y mantenerse cuerdo en un mundo de locos.
www.vidanuevadigital.com/blog/creer-y-mantenerse-cuerdo-en-un-mundo-de-locos/ Consultado el 2
de Agosto de 2021.
210
Idem, Cuando la bajada es subida: el poder de la vulnerabilidad, op. cit.
211
Cf. C. LASCH, La cultura del narcisismo. Ed. Andrés Bello. Barcelona 1999, p. 76. Citado por
Gabriel Ignacio ROBLERO CUM, S. J., Conflictos y resolución en el sacerdocio ministerial jesuita.
Una aproximación desde la teología espiritual. Rivista di ricerca teologica 20. 2015, pp. 158-218,
espec. p. 165 nota 34. www.ignaziana.org/20-2015.pdf Consultado el 19 de Julio de 2021.
212
Miguel Ángel MALAVIA, Francisco en la misa de Pentecostés: “El mundo nos ve de derechas y
de izquierdas; el Espíritu nos ve del Padre y de Jesús”.
63
y servicio. El centro de atención es él mismo. La unión con Dios y la capacidad de
identificarse con Jesucristo quedan imposibilitadas debido a la dispersión exterior en
múltiples actividades, cualquier frustración puede llegar a presentarse bajo la forma del
burnout: cansancio, agotamiento, pero también vacío e insatisfacción, rasgos del
narcisismo patológico.
Otro de esos rasgos es la hiperobesidad, es otra enfermedad muy actual, sobre todo en
Estados Unidos de Norteamérica, también se estaría prostrando el aspecto de voraz
acumulación narcisista, de reservas energéticas que nunca serán utilizadas y que se
vuelven contra el propio sujeto que la alberga. 213 Sería la bulimia nerviosa, o sea de que
no pueden controlar todo lo que se comen, o lo que se llama atracones recurrentes. 214
Esto se expresa muchas veces en una avidez desmesurada. Se devora la comida por
miedo a que otro pueda quitarnos parte de ella. Acaparan más de lo que necesitan, por
miedo a no tener los suficiente. Pero la angustia de no recibir lo suficiente no sólo se
refiere a los alimentos. Se teme también recibir poco afecto. Anhela afecto y aprobación
y está consumido de un modo casi maniático y obsesivo por este anhelo no saciado y,
habida cuenta de su desmesura, insaciable. 215
Su permanente sentido de vacío y aburrimiento crónico, les lleva a tener estímulos
bruscos que pasan por actividades y situaciones carentes de coherencia desde la
ludopatía (adicción al juego) y otras como la adicción emocional, la mala conducta
sexual, la bulimia, etc., respuestas paranoides que llegan a descolocar a las personas de
su entorno. 216 En general los jugadores compulsivos han tenido infancias infelices,
caracterizadas por la soledad y el rechazo. Con frecuencia son hijos de padres
divorciados o meramente huérfanos. Gran parte de los jugadores tratan de llenar el vacío
con la sensación de poder que sólo el juego les puede proporcionar. Muchos de ellos son
hipersensibles y su necesidad de jugar se aumenta en períodos de estrés y los propios
problemas económicos del juego (dinero, trabajo, familia) intensifica la conducta del
www.vidanuevadigital.com/2021/05/31/francisco-en-la-misa-de-pentecostes-el-mundo-...
Consultado el 2 de Agosto de 2021.
213
A. PORCHIA, Acerca del narcisismo. (Premio Psiquiatría Dinámica “Dr. Celes Cárcamo”, en el
7º. Congreso Internacional de Psiquiatría, de la Asociación Argentina de Psiquiatras. Buenos Aires,
Oct. 2000. www.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/sitios_catedras/
practicas_profesionales/820_clinica_tr_personalida_psicosis/material/ac... Consultado el 29 de Julio
de 2021.
214
Giorgio NARDONE, Tiziana VERBITZ, Roberta MILANESE, Las prisiones de la comida.
Herder 2012. www.reader.digitalbooks.pro/book/preview/12766/Texto.xhtml?/6278824955867
Consultado el 1o. de Agosto de 2021.
215
A. GRÜN, Transforma tu angustia, op. cit., pp. 66-67.
216
Ana DE LUIS OTERO, Narcisismo patológico: la aparente normalidad del que se adora a sí
mismo. (16/09/2019). Periodistas en español.com www.periodistas-es.com/narcisisimo-patologico-
la-aparente-normalidad-del-que-se-adora-a-si-mismo-133434 Consultado el 31 de Julio de 2021; Th.
KEATING, Terapia divina y adicción, op. cit., p. 26,
64
jugar. Desean tener éxito continuo, pues están aburridos de la vida diaria, deprimidos y
frustrados sexualmente, todo lo cual constituye las causas más frecuentes del juego
compulsivo. 217 Un síntoma característico de aquella herida y vacío afectivo es la
ansiedad instalada en la persona. El vacío es fuente de un malestar que mina la paz de la
persona, porque la lanza a una frenética carrera hacia adelante, en la que busa,
compulsiva y desesperadamente, colmar la carencia que le pasa. El intento es
agotador y vano, ya que será imposible compensar lo que faltó, mientras
no se afronte, la ansiedad se convierte en el mayor obstáculo para poder vivir en
presente.
La ansiedad se manifiesta:
- Corporalmente, como nerviosismo;
- Sensiblemente, como prisa;
- Mentalmente, como hiperactividad o rumiación constante.
Ansiedad: El yo es siempre hambriento e incapaz de experimentar la plenitud.
Inconscientemente necesita aferrarse, de un modo ávido e insaciable. Vacío, necesita
proyectar al futuro su propia felicidad. La ansiedad viene a explicar una doble
característica del todo yo: su permanente hambre y su incapacidad de vivir el presente.
+ El yo puede compararse a un pozo vacío y sin fondo. Un hambre insaciable que no
logra calmarse con nada, por lo que todo yo es esencialmente
insatisfecho: nunca tiene bastante con nada [nada lo llena]. 218 Generalmente siente
una insatisfacción crónica pues nada le parece permitir alcanzar su expectativa ideal de
sí, nada le es suficiente. Nada le satisface en su paraíso de performances sociales
exhibicionistas.
Apenas un ego saludable está capacitado a reconocer efectivamente la existencia del
otro de forma clara, consciente de las diferencias y, sobre todo, respetándolo. Aunque
perciba que cada relación es básicamente interdependiente, la persona de ego saludable
consigue reconocer y vivir fácilmente con las fronteras que las distinguen de los demás.
219
Pero quien ha logrado desprenderse del propio ego y encontrar su sí mismo puede
217
J. TUTUSAU, La escritura del jugador patológico. AGC-Boletín No. 28. Primer semestre 2002.
www.grafoanalisis.com/escritura_jugador_patologico.htm Consultado el 31 de Julio de 2021.
218
E. MARTÍNEZ LOZANO, Psicología transpersonal para la vida cotidiana, op. cit., pp. 71 y
129).
219
Julio César RODRÍGUES, Poder y narcisismo en el consumo de marcas de moda masculina.
Revista Digital Prospectivas en Psicología. Vol. 4. No. 2. Jul. 2020, pp. 29-40, espec. p. 35.
Universidad Kennedy Argentina.
www.kennedy.edu.ar/wp-content/wp-content/uploads/2020/08/04_02_Revista_Prospectivas-pdf
Consultado el 12 de Agosto de 2021.
65
liberarse de la ansiedad de no recibir lo suficiente. Sabe que su ego no recibirá nunca el
afecto que espera. Por eso deja de estar pensando siempre angustiosamente en el modo
de recibir la aprobación de todos. En el sí mismo es uno consigo mismo. En efecto, allí
cesa la angustia de no recibir de los demás lo que uno espera de ellos. Las palabras de
Jesús sobre la negación de uno mismo pueden ayudar también a quien experimenta un
sentimiento de angustia en relación consigo y con su identidad. Después de todo, el yo
por el que me atormento no es tan importante. Por debajo del ego hay en mí un punto
que es indestructible y contra el cual no pueden hacer nada ni siquiera los poderes
demoníacos que surgen de mi inconsciente. 220
El estudio de la “dimensión saludable del narcisismo” documentado desde los
postulados de la psicología del self, ofrece elementos necesarios para saber cómo
eliminar algunas dinámicas psicológicas insanas en la vida sacerdotal, principalmente
las que tienen que ver con el perfeccionismo, fuente inagotable de frustración,
decepción y amargura. Con una sociedad donde prevalece la imagen y el brillo, el
camino de la salud mental y espiritual se encuentra en la capacidad de escuchar al Otro,
lo cual lleva a ser sincero y verdadero consigo mismo. De ese modo, en el seguimiento
de Cristo, en el camino para identificarnos con Él, la Pasión de Jesús se transforma en el
modo de “salir de sí” y realizar la transformación humana en la libertad del amor de
Dios.
En la experiencia que Jesús tiene en el momento de la Cruz se revelan dos aspectos
esenciales del ministerio sacerdotal: abandono y filiación. La Cruz, la experiencia de la
muerte y resurrección de Jesús, convierte al ser humano y lo puede salvar del cerco del
egoísmo. La experiencia de estar con Jesús, cargando su Cruz, y dejándolo cargar la
propia cruz de cada uno de nosotros, dan vida por Su Resurrección y descentra el yo y
lo orienta a una vida que se realiza en el amor y en el servicio de los demás. 221
Cuando un clérigo narcisista asume el liderazgo de la Iglesia, el asunto es
problemático. Pero, si el narcisismo del líder es maligno, las consecuencias son
catastróficas. Un clérigo tan destructivo dañará no sólo a sus detractores sino también a
sus seguidores y a él mismo. Se convertirá en el adorado líder de un grupo descontento
que busca reconocimiento en un mundo poblado de “enemigos”. Empleará
racionalizaciones teológicas convincentes para herir de forma gratuita y sádica a los
enemigos de su agenda “divina”. Sus seguidores continuarán apostando por él. Su
grandiosidad lo llevará a pensar que la Providencia le ha otorgado el don de ser incapaz
de cometer errores. Bajo una salvaje confianza propia, se involucrará en todo tipo de
220
A. GRÜN, Transforma tu angustia, op. cit., p. 70.
221
G. I. ROBLERO CUM, Conflictos y resolución en el sacerdocio ministerial jesuita, op. cit., p.
218.
66
actos delictivos (sexual, económicos…) y se mostrará paranoico y enfurecido a cuando
sea llamado a rendir cuentas. Para preservar su imagen y evitar la responsabilidad,
culpará a antiguos aliados, escapará o se suicidará. De modo que incluso en esto se
encuentra el fantasma del narcisismo escondido en todos los entresijos de las
actitudes viciosas más nefastas. 222
Después de la Segunda Guerra Mundial, el psicoanalista Eric Fromm (1964)
introdujo el término “narcisismo maligno”. Se reservó el diagnóstico a líderes
grandiosos y carismáticos cuya psicopatología explica la destructividad que devora a
sus enemigos, a sus defensores e incluso a ellos mismos.
Las características principales del TNP (Trastorno de Personalidad Narcisista, por sus
siglas en inglés) que se reconocen en MN [narcisismo maligno] es un grandioso sentido
de importancia, de fantasías, de éxito, poder y éxito ilimitados, la creencia en ser
especial y único, una fuerte necesidad de admiración excesiva, un sentido de derecho,
explotación interpersonal, falta de empatía y envidia prominente (p. 392). Otro de los
criterios consiste en rasgos antisociales. El siguiente criterio es el sadismo egosintónico.
Las personas con narcisismo maligno tienen tendencia a destruir y deshumanizar a los
demás. Su rabia está alimentada por el deseo de venganza… (p. 392). El último criterio
consiste en características paranoides. Las tendencias paranoicas en los narcisistas
malignos reflejan su proyección de odio no resuelto sobre otros a quienes persiguen…
(p. 392). Cuando estos elementos del narcisismo maligno coinciden en una sólo líder, el
perfil que emerge es el de una personalidad monstruosa que se convertirá en un
profesional destructor y pondrá en peligro la organización. 223 El narcisismo es un
monstruo de mil cabezas y si, además, encuentra terreno propicio, se extiende extensa y
vertiginosamente. 224
El sacerdote que tiene el trastorno de personalidad narcisista, es el narcisista
perverso o maligno. Narcisismo peligroso. Narcisista patológico. 225 Tiene conductas
disruptivas (de trastorno). Tiene un componente sádico, pues huye de la angustia que le
genera no hacerlo. Gozan ver sufrir al otro. El perverso no sufre, hace
sufrir. No es exactamente un psicópata, pero su grado de empatía dista mucho de lo
que podemos considerar normal.
222
M. BEUCHOT PUENTE, Reflexiones sobre la antropología filosófica y la psicoterapia, op. cit.,
p. 182.
223
Mar ÁLVAREZ SEGURA, ¿Cómo llega el narcisista maligno a puestos de liderazgo espiritual?
Dinámicas de Seducción. V Jornadas de Psiquiatría y Espiritualidad. Roncesvalles.
www.academia.edu/37676553/CÓMO_LLEGA_EL_NARCISISTA_DINAMICAS_DE_SEDUCCI
ÓN-1?email_c... Consultado el 31 de Julio de 2021.
224
E. MARTÍNEZ LOZANO, Nuestra cara oculta: integración de las sombras y unificación
personal, op. cit., p. 24.
225
M. RODRÍGUEZ, Más allá del narcisismo espiritual. Desclée De Brouwer 2021.
67
Le gusta rodearse de personas de poder: Papa, obispos, presidentes de la República,
gobernadores, embajadores, personas pudientes, etc. El perverso narcisista ha tenido un
fantasma de omnipotencia cuando era niño. En general viene de la ausencia del padre o
que hay un padre pero inconsciente. Por regla general tuvieron una infancia terrible. Sus
padres, mentores o figuras autoritativas minaron su autoestima hasta atomizarlas.
El perverso narcisista no es consciente de lo que hace. No porque
siempre te va a decir que tiene razón, que lo que hace porque te lo mereces, porque es
bueno para ti saber lo equivocado que estás. 226
Generalmente el narcisista espiritual no conoce ni la compasión ni la
misericordia. Los pecados de los demás son lo peor de lo peor. Ahora bien, él (o ella),
nunca cometería tales atrocidades, porque se admira tanto y tiene tan alto precio de sí
mismo [pagado de sí mismo], que no entiende cómo no lo (la) han canonizado en vida.
Sin embargo en nosotros existen continuamente infinidad de pretensiones ocultas y
resentimientos contra aquellos que no responden a nuestras expectativas. 227
68
permitir que Dios la desnude de todos sus velos y corazas, para de este modo, con el
corazón en carne viva, poder encontrarse con Él en el amor. La humildad vence la
soberbia. Quiebra la cerrazón y aislamiento orgullosos y abre al hombre a la
intervención de Dios. El que es humilde no confía en sus fuerzas, sino que se abandona
a Dios. No se aferra a sí mismo, sino que se despoja de sí; se deja caer, derrotado en sus
esfuerzos por hacer realidad en sí mismo la bondad de Dios, en los brazos divinos,
confiando a la vez en ser acogido por ellos. 230 Donde no hay humildad
tampoco está Dios. El camino de la liberación pasa por la humildad, para
librarse de la avaricia y el orgullo. Entre los males que pueden aquejar el corazón está
uno, que es considerado el peor de todos los pecados y el más ridículo: la soberbia.
Que no es otra cosa que la sobrevaloración del yo. 231
El orgullo en el budismo zen japonés se le llama “yaro-jidai”, vino a significar
autocomplascencia o, en una palabra: arrogancia. Consiste en tener una idea muy
subida de sí mismo, una especie de instinto que tiende a demostrar a los demás que se es
importante. Esta inclinación se ha ido transmitiendo a nosotros como una enfermedad
congénita. El espíritu de la arrogancia aparece solo, se alimenta y se convierte en una
firme convicción. ¿Por qué ocurre esto? Creo que, al no ver nada igual a sí mismo, el
“yo” tiene la sensación de ser único y perfecto; es una afirmación de sí mismo. No es
ninguna exageración decir que todos los males de la vida son la obra de esa enfermedad
llamada orgullo. Todo se estropea cuando el egocentrismo invade nuestras acciones. 232
Este es el descubrimiento revelador de A. A. Las adicciones no pueden ser expulsadas
mediante el asesoramiento psicológico o la psicoterapia, ni mediante la instrucción
moral, la imposición de unas reglas o la amenaza de la cárcel. Únicamente el
reconocimiento de la propia impotencia y el rezar humildemente a una fuerza superior
podrá exorcizar al demonio de la adicción. Uno de los místicos que siendo capaz de
reconocer su propia impotencia, clamó a una fuerza fue San Pablo. La humildad es la
que libra de las adicciones. Las drogas, el juego, el sexo y a cualquier cosa
prácticamente. Pues lo cierto es que ahora sabemos que son muy pocos los seres
humanos que no tengan alguna adicción. Las personas pueden ser adictas al poder, al
honor y la gloria, a ganar dinero, a escribir libros, a leer comics, a beber café, a comer
chocolate, a las relaciones, al sexo, al tabaco, a los juegos del Internet, “gambling”, al
2021.
230
A. GRÜN, Humildad y experiencia de Dios. Desclée De Brouwer 2015, pp. 27 y 81.
231
Ramón JUAN, La Parábola del Fariseo y El Publicano. -La sobrevaloración del yo-.
www.scribd.com/document/208008500/La-Parabola-Del-Fariseo-y-El-Publicano-La-
Sobrevaloracion-Del-Yo Consultado el 17 de agosto de 2021.
232
YAMADA KOÜN Röshi, Personalizar la iluminación (palabras de). Pasos 86 (2004) 3-5, espec.
pp. 4-5. Zendo Betania. Brihuega (Guadalajara). España.
69
cine e incluso a la experiencia religiosa. El sannyasin (santón hindú), el bodhisattva (el
budista en camino de la iluminación) y el místico cristiano no constituyen ninguna
excepción. Al igual que los demás, también sus adicciones, con frecuencia más
peligrosas porque son más sutiles y más espirituales. 233
Deberíamos luchar decididamente contra nuestras expectativas respecto a los demás y
contra esa tendencia a esperar su gratitud o reciprocidad. 234 El trastorno no tiene cura,
aunque una posible mejora. El psicótico no se cura.
Producen mucho daño. Salpican con toda persona que encuentran. Se multiplica la
peligrosidad por el rol social o eclesial.235 Suelen ser persuasivos y simuladores. Tienen
habilidades elevadas. Capacidades de liderazgo (Ej. Trump). Ellos son muy resistentes.
Es muy complicado trabajar con ellos. 236 Hay el narcisismo destructivo (H. Rosenfeld)
como la mafia (organizaciones patológicas -narcisistas-). Klein supone que el
narcisismo es siempre destructivo y hostil hacia el objeto separado y hacia cualquier
relación que sea fuente de vida. 237
El libro señala los daños que produce e indica la necesidad de tomar distancia y
protegerse (cuando son muy dañinos). Y propone una salida a quién lo padezca. Hay
que salir huyendo de ellos, porque son enfermos mentales.
Señalar y asumir la responsabilidad y no dejarse “machacar”. Pues son ellos muy
hábiles, sabiendo manipular. El ego es ingenioso para recurrir a las estratagemas más
extrañas con tal de lograr aquello que más le apetece: sentirse reconocido o ser
“especial” a los ojos de los demás. Si sospecha que, humillándose, alcanzará su
objetivo, no dudará en hacerlo. Aunque es fácil que, quien se halle a su lado, perciba la
falsedad de su gesto. 238 (Mónica Cavallé, El arte de ser. (Libro) No dejarnos
manipular. Narcisismo victimista: los demás tienen la culpa.
El narcisista es muy rencoroso-maniobrará para hundirlos cuando pueda. A los
subalternos poco dóciles, intentará hundirlos en público y con gran escándalo.
233
William JOHNSTON, S. J., Mística para una nueva era. De la teología dogmática a la
conversión del corazón. Col. Caminos 44. Desclée De Brouwer 2003, pp. 204 y 203. El P. Johnston
fue experto en diálogo interreligioso, especialmente entre el Budismo Zen y el Cristianismo, vivió
como misionero en Japón por más de cuarenta años.
234
S. BIELA, Solo Dios basta, op. cit., p. 70.
235
Presentación del libro en México de: M. RODRÍGUEZ, Más allá del narcisismo espiritual.
Desclée De Brouwer 2021. www.videocontexto.com/presentacion-para-mexico-de-mas-alla-del-
narcisismo-espiritual-de-maribel-rodriguez/ (2021/06/13). Consultado el 14 de julio de 2021.
236
Entrevista a la psicóloga Amaya Terrón de la AEPSIS (Asociación Española de Psicología
Sanitaria). (2020/08/28). www.youtube.com>watch Consultado el 15 de Julio de 2021.
237
Guillermo BODNER, El narcisismo en el pensamiento kleiniano actual. Temas de Psicoanálisis.
www.temasdepsicoanalisis.org/2014/11/el-narcisismo-en-el-pensamiento-kleiniano-actual/
Consultado el 17 de agosto de 2021.
238
E. MARTÍNEZ LOZANO, Otro modo de leer el Evangelio. Comentario al Evangelio de cada día.
Ciclo C – 2015/2016. Desclée de Brouwer 2015, p. 373.
70
El narcisista encubierto: se hace el víctima y maniobra. Gimoteará y se hará el
mártir.
El narcisista no puede “padecer con” porque no tiene empatía. LOS DATOS LOS
USARÁ COMO ARMA. Los narcisistas pueden ser camaleones de proporciones
increíbles.
“El perverso narcisista utiliza el vínculo familiar, profesional o
amoroso para someter al otro. Necesita esta proximidad para
ejercer su influencia y no le permitirá a su víctima que tome
distancia. Internamente es frío, no conoce la culpabilidad
porque proyecta cualquier afecto y no duda, en culpabilizar a
239
los otros.”
El narcisista vengativo
Es un ser que ha sido dañado en su “preciado orgullo” y, como vive infeliz consigo
mismo, esparce su odio a los demás. Estas personas tienen una susceptibilidad tan
delicada como un pétalo de rosa. Cuando experimentan vergüenza en su vanidad,
buscan contra atacar contra cualquier persona de manera desproporcional al daño,
insulto o molestia que le hicieron. Su dinámica, es la del perdedor-ganador, auxiliándose
en la superioridad, el desprecio y la displicencia por los demás. Siempre está buscando
tener razón. Es probable que quien llegue a dudar o cuestionar la autoridad del narcisista
vengativo no solo esté “equivocado”, sino que, además, se habrá ganado un enemigo. 240
Una persona narcisista nunca pedirá perdón, especialmente cuando sea evidente
que no tiene razón. Si conocemos a alguien que no es que gane los debates o
discusiones, sino que se cierra en banda a cualquier argumento en su contra, mucho
cuidado. ¿Lo peor de todo? Que los narcisistas quieren tener siempre la razón porque
están convencidos de que son amos y dueños absolutos de la
verdad. Se creen su propia mentira. 241 Por más que les tratemos de mostrar o
corregir, son incapaces de ponerse en el lugar de otros y, para peor, se victimizan y te
devuelven agresión y violencia capaz de matar. Puede ser la violencia directa: es la
que es verbal, física o mediáticamente atenta contra nuestra integridad física,
239
Carolina GARCÍA PÉREZ (psicóloga), Narcisistas en las redes sociales. (18 oct. 2020).
www.ifeelonline.com/narcisistas-en-las-redes-sociales/ Consultado el 15 de Julio de 2021.
240
Ramiro INFANTAS, Reseña del libro de J. BURGO, Narcisistas. Defiéndete y sobrevive en la era
del egocentrismo. Paidós Barcelona 2017, pp. 127-129, 2018. Universidad de Lima.
www.redalyc.org/journal/1471/147158511008/html/ Consultado el 19 de agosto de 2021.
241
Daniel CÁCERES, 17 Consejos para detectar y dejar a una persona narcisista.
www.businessinsider.es/17-consejos-detectar-dejar-persona-narcisista.782757 Consultado el 15 de
Julio de 2021.
71
psicológica, moral y existencial de otros. 242 Lo que nos divide muchas veces no es el
resultado de perspectivas diferentes, sino del actuar del mal espíritu que se esconde
detrás de la espiral contagiosa de la acusación y contraacusación. Antiguamente al
diablo se le decía el Gran Acusador. Es precisamente aquí, en la violencia verbal, en la
difamación y en la crueldad innecesaria, donde se ubica su cueva. Es mejor no
entrar. Con el Acusador no se discute ni se dialoga, porque hacerlo significa entrar en
su lógica, en la que los espíritus (inmundos) se disfrazan de razones. Tenéis que
resistirlo por otros medios echándolos, como hizo Jesús. Tal como el Covid 19, si el
virus de la polarización no puede contagiar a otros, poco a poco desaparece.
En 243 vez de dejarnos atrapar dentro del laberinto de la acusación y contraacusación,
que esconde al mal espíritu en la trama de las acusaciones y justificaciones falsas,
debemos hacer que el mal espíritu se manifieste. Con su mansedumbre y vulnerabilidad,
obliga al diablo a revelarse: El Acusador confunde el silencio con la debilidad y redobla
su ataque, manifestando su furia y su verdadera identidad. Sin embargo el reto principal
no es evitar la polarización, sino abordar el conflicto y los desacuerdos con el fin de no
caer en la polarización. Esto significa resolver la división dejando espacio a una nueva
manera de pensar que puede trascender la división. Para esta misión necesitamos la
humildad necesaria para abandonar lo que ahora vemos como equivocado y el coraje
para incorporar otros puntos de vista que tienen elementos de verdad.
El acto de “corregir al que se equivoca” es muy delicado, porque siempre está al
acecho la hipocresía altanera del fariseo de la parábola de Jesús, preparado para
fruncir el ceño indignado frente al miserable publicano. En la base siempre tiene que
estar la nobleza de la sinceridad, de la humildad y del amor, porque “corregir a alguien
se equivoca significa amar al prójimo sin un porqué”. 244
Estar en medio del huracán. Estar zarandeado, expuesto, crucificado y víctima del
morbo y juicio de los demás, es sinónimo de muerte mientras se está viviendo. Sientes
el desprecio, la rabia en tu contra, la maldad en primer plano y la impotencia de no
poder huir o aliviarte. Quisieras desaparecer, borrar a los que te dañan o bien
“despertar” de una pesadilla que se te hace insoportable. 245 La enfermedad de los
chismes, de las murmuraciones y de la habladuría: “Es una enfermedad grave, que
242
T. RIED, La paz personal y social: ¿de qué estamos hablando? (6/09/2020)
www.vidanuevadigital.com/blog/la-paz-personal-y-social-de-que-estamos-hablando/ Consultado el
19 de agosto de 2021.
243
Papa FRANCISCO, Soñemos juntos, op. cit., pp. 78 y 81.
244
Jesús SÁNCHEZ ADALID, La lógica de las rivalidades. www.vidanuevadigital.com/tribuna/la-
logica-de-las-rivalidades-jesus-sanchez-adalid/ Consultado el 26 de agosto de 2021.
245
T. RIED GOYCOOLEA & P. J. P. CÁRCAMO VELASCO, Vivir por los importante, op. cit., p.
151.
72
se inicia simplemente quizá por hacer dos chismes y, se adueña de la persona, haciendo
que se vuelva “sembradora de cizaña” y, en muchos casos, casi “homicida a
sangre fría” de la fama de los propios colegas y hermanos. ¡Hermanos cuidémonos
del terrorismo de los chismes! 246
Alejarnos de las personas tóxicas: Así como el pequeño virus del
Covid-19 nos ha mostrado nuestra fragilidad, también debemos estar contentos a
mantener distancia de aquellas personas que nos “enferman” con su toxididad y su
modo de relacionarse con los demás y el entorno. Debemos cuidarnos y no dejar de
transgredir límites a nuestro bienestar psíquico espiritual, porque no ayudamos a nadie
así en realidad. La distancia emocional con algunos -en especial en esta pandemia
donde cada cual está mostrando su verdadero rostro frente a la desesperación y la
incertidumbre -es clave mantenerla y no hacerse cargo de lo que no podemos
solucionar. 247
Frente a ellos, ni siquiera vale la pena pelear, desgastarse en discusiones inútiles que
les son como idioma chino mandarín para su inteligencia psico-espiritual. Claramente,
alejarse podría ser lo más aconsejable frente a tanta impotencia y toxididad; pero “Dar
al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”: esta encrucijada también puso
el Señor sobre la espada y la pared y él, en vez de “caer” [en la trampa] en el juego
dualista, corta [por lo sano] por poner cada cosa en su lugar [Ej. Anthony de Mello, S.
J.], sin pelear ni meterse en la decisión. Con las personas narcisistas y las tóxicas no
vale la pena invertir fuerzas en la discusión, diciéndoles todo lo que pensamos y
sentimos. Una frase clara y definitoria puede ayudarnos a poner corte a un
desangre del alma que sería inútil y que nos podría matar.
Debemos poner límites sanadores al actuar tóxico de unos pocos que hacen mucho
mal y aprender a seguir relacionándonos de un modo astuto y manso que nos permita
vivir en paz. En vez de cortar el vínculo, rechazarlos o vivir en guerra campal, la
hipocresía de fingir amistad, darles en el gusto de lo que sea adecuado y solo luchar por
lo esencial es una tregua que permite recuperar fuerzas, y pensar salidas sabias que nos
ayuden a lidiar con otros sin dañarnos ni dañar. 248
La comunicación tiende a ser unidireccional. Digamos que las personas narcisistas
sólo se escuchan a sí mismas. El objetivo de una conversación es demostrar su
valor y conocimiento, con lo que sólo escuchan para preparar la respuesta más
246
Antonio PELAYO, Una navidad precedida por un rayo.
www.vidanuevadigital.com/2015/01/09/una-navidad-precedida-por-un-rayo/ Consultado el 27 de
agosto de 2021.
247
Idem p. 23.
248
T. RIED, La hipocresía buena: para salvar una relación, op. cit.
73
brillante y que les permita “ganar” la confrontación, que es cómo suelen terminar
las diferencias de opinión con una persona con tendencia narcisista. El narcisista
personaliza la discusión. Busca elementos para descalificar.
Despersonalizar el ataque del narcisista. Hay que sacarlo de la zona de confort.
Es un especialista descubriendo tus llagas. Tú no le puedes dar permiso. Lo sacas
de los hechos. No se llega a nada. Les cuesta aceptar que tienen un trastorno (el
psicópata). No hay cura para el trastorno narcisista.
No aceptan las críticas. Expresan una elevada hostilidad hacia la más mínima
valoración de ellas que no sea positiva y admirativa. Las quejas del otro es un
agravio para él. Él se convierte en víctima. Tienen disonancia cognitiva, o sea
incoherencia: lo que quiere mostrar y lo que realmente es.
Son personas con tendencia controladora y manipuladora. La necesidad de
permanecer en la “cúspide”, por encima de los demás, hace que pongan en práctica
todos los mecanismos a su alcance para lograr esa posición predominante. De ahí
que tiendan a controlar a lo demás, a instrumentalizarlos, a
manipularlos para que cumplan con sus fines y objetivos.
Las personas narcisistas tienden a mostrarse crueles y soberbios. Para lograr su
posición preponderante en el grupo social, pueden llegar a menospreciar,
tratar con desdén, incluso humillar a quienes le pueden “hacer
sombra”.
Son vengativos, despreciativos e incesantes en sus ataques contra quien perciben
como enemigo. Instrumentaliza a las personas. Pueden ser violentos y agresivos
cuando pierden el control. Reaccionan con hostilidad como defensa.
Tienen un autoconcepto fantasioso e inflado. Son megalómanos, delirio del
trastorno, distorsión del pensamiento (trastorno del pensamiento). Bajo ese
padecimiento lo que impera es el desacuerdo entre nuestra expectativa y la
realidad, entre la ilusión, entre el deseado amor por uno mismo y la precaria
autoconsideración que llegamos a conseguir. 249 Es el trastorno delirante de
grandeza. Las personas narcisistas tienden a ser arrogantes y prepotentes. Se
consideran de una categoría superior. Y establecen relaciones muy jerárquicas. Si
no es de su “selecto grupo” no tienes relevancia para ellas, salvo ser parte del
grupo de admiradores [fan club]. Su autoestima es idealizada y magnificada. Se
alimenta de eso, lo necesita para funcionar. Son personas de poder. Necesita los
roles del status. No aceptan señalamientos o críticas. Si eso se hace los
desarticulan. “Yo siempre tengo la razón” y no asume sus errores. Ellos
249
V. VERDÚ, La ansiedad de ser yo. Nueva época No. 1 Enero-Marzo 2003. www.zendodigital.net
74
sienten que se desintegran. Ellos se odian a sí mismos. Construyen un yo idealista.
El otro no puede vestir o tener algo que yo no tenga. Hay una
competencia en el sueldo, títulos, etc. Genera competencia y es
una amenaza.
250
A. CENCINI, Celibato y compensación. Tredimensioni 8 (2011) 43-52.
www.relal.co/images/eventos/XXIV_Retiro_de_Votos_Perfectos/Amadeo_Cencini.pdf Consultado
el 21 de Julio de 2021.
251
Pablo J. GINÉS, ¿Cuántos pastores narcisistas hay destruyendo parroquias y almas? Un estudio
dice que el 32% www.religionenlibertad.com/ciencia_y_fe/477422297/ACuantos-pastores-
narcisistas-hay-destruyendo-parroquias-y-almas-un-estudio-dice-que-el-2.html Consultado el 14 de
Julio de 2021.
252
Diana LUNA, El narcisista religioso: el abuso espiritual.
www.despuesdelatormenta.wixsite.com/website/post/el-narcisista-religioso-el-abuso-espiritual
Consultado el 14 de julio de 2021.
253
Elaine FÉLIZ, ¿Cómo identificamos a una persona narcisista? www.facebook.com/watch/live/?
v=450878902770368&ref=watch_permalink Consultado el 15 de Julio de 2021.
75
ver, cada vez con mayor claridad, nuestra infidelidad. 254 Vale la pena pensar que uno es
un fariseo oculto, que solo reconoce su miseria externamente pero que en su interior
está hinchado de orgullo. A causa de este fariseísmo oculto merece la pena llamarnos
orgullosos, tal vez incluso peores que el demonio, como dice San Juan de la Cruz. 255
El orgulloso. Hay quien asimila la autoestima al orgullo, pero es un grave error
basado en una concepción de la autoestima falsa. La moral tradicional definía el
pecado de orgullo en términos de sentimiento excesivo de superioridad que llega
hasta el desprecio por los demás. En cuanto a los psicólogos, hablan más de complejo
de superioridad. Sostienen, además, que el culto desmedido al yo proviene de un
profundo sentido de inseguridad. En efecto, el orgulloso se defiende de un sentimiento
inconsciente de inferioridad. Por reacción, la persona orgullosa combate un fuerte
sentimiento de ineptitud; de ahí su aparente arrogancia y presunción. Su curación
radicaría, por tanto, en la aceptación de sus debilidades y fragilidades, si lograra tomar
conciencia de las mismas. 256
El excesivo individualismo que muchos sacerdotes refieren, es también una falta de
caridad, que no sólo compromete el bienestar y la salud del clero, sino también de los
laicos y sus comunidades. Muchas veces una crisis o un problema personal no se refleja,
en la primera instancia, como un malestar subjetivo, sino en malos tratos de parte de
sacerdotes, en reacciones desmedidas, en decisiones arbitrarias, etc., que hacen daño a
la comunidad eclesial. Es importante que los sacerdotes y las comunidades cuenten con
orientaciones sobre qué hacer ante éstas y otras situaciones difíciles y por supuesto,
contar con redes de apoyo profesional para los sacerdotes que están atravesando una
crisis, que presentan un trastorno psicológico, o que están generando problemas graves
con la convivencia comunitaria o en su trabajo pastoral. 257
El encuentro con Cristo quiere liberarnos de los viejos modelos del poder del superyo
que a menudo nos esclaviza. El yo interior, creador y misterioso debe ser liberado del
ego pródigo, hedonista y destructor que sólo trata de cubrirse con máscaras. Al
racionalizar y disculpar las lujurias y las ambiciones de un ego carnal y egocéntrico, al
disfrazar sus propios defectos y magnificar los pecados de los demás, al escapar de sus
miedos incontables, al forzarse a creer sus propias mentiras, la psique del hombre lucha
de mil maneras para silenciar la voz secreta de la ansiedad. El ego es ingenioso para
254
S. BIELA, Solo Dios basta, op. cit., p. 115.
255
SAN JUAN DE LA CRUZ, Subida la Monte Carmelo III, 9, 2, edición de Jesús MARTÍ
BALLESTER, San Juan de la Cruz: Subida del Monte Carmelo leída hoy, San Pablo 1991, 4ª. ed.,
p. 315. Citado por S. BIELA, Solo Dios basta, op. cit., p. 123 nota 39.
256
Jean MONBOURQUETTE, De la autoestima a la estima del Yo profundo. De la psicología a la
espiritualidad. Col. Proyecto 81. Sal Terrae 2002, pp. 86-87.
257
G. MIRANDA, G. VALDIVIESO, Sugerencias a una pastoral para los sacerdotes, op. cit.
76
recurrir a las estratagemas más extrañas con tal de lograr aquello que más apetece:
sentirse reconocido o ser “especial” a los ojos de los demás. El ego persigue “quedar
bien”. El ego combate todo lo que amenace su dominio y acoge ansiosamente todo lo
que amplíe su poder. Todos estos juegos están en manos del ego, refuerzan nuestra
esclavitud y aumentan nuestro sufrimiento porque cuanto más asumamos este “yo”, más
expuestos estaremos a las interminables exigencias del ego. El ego se experimenta a sí
mismo como omnipotente y ansioso de reconocimiento, portador de una palabra
absoluta, incuestionable, que suscita admiración, a la vez que siempre señala un mal que
está fuera de uno mismo y que hay que combatir, en otras personas o grupos. El ego es
demasiado orgulloso como para admitir sus debilidades ante sí mismo y ante los demás,
hurta una parte de su ser a la comunidad humana, separándose así de ella. Es la mente
dominada por un omnipresente “yo”, que ataca para destruir y matar con el
fin de satisfacer sus ansias de tener más y más a cualquier precio. La
mente inconsciente engendra insensibilidad hacia las personas y las cosas, no ve ni
aprecia el valor de las cosas como realmente son; tan sólo las contempla como objetos
utilizables para saciar sus propios deseos.
Lo que podríamos llamar la autosatisfacción religiosa farisaica, que se encuentra
tan claramente denunciada en el Evangelio, en el texto de Lucas, parábola del fariseo y
del publicano. Cuando el fariseo estaba orando en la sinagoga se levanta y le dice a
Dios: “Yo te doy gracias, Señor, porque no soy como el resto de los demás hombres.
Mira, yo no soy como ese publicano que está ahí” (Lc 18, 11). Esto es así, a lo crudo,
parece una cosa tremenda, pero reconozcamos, y aquí haría falta todo un psicoanálisis
religioso, reconozcamos que esta actitud está profundamente metida en nosotros. Esta
especie de autosatisfacción, que en el fondo nos hace creer que estamos por encima de
esas gentes. Nosotros que hemos optado por la vida sacerdotal. La Iglesia desde el siglo
II, en cuanto vino a constituirse en una institución de poder entró en la lógica de la
corrupción estructural. Es la mundanidad espiritual que la acomoda a la lógica del
mundo y la impele al clericalismo que nos pierde. 258 Para el Papa Francisco es la
“mundanidad espiritual” es la actitud farisaica del que, bajo apariencia de
religiosidad, buscan su gloria y bienestar personal y no los intereses de Cristo (cf. Flp 2,
21) (cf. EG 93) “encarnado”, crucificado y resucitado” (cf. EG 95). 259 “Quien ha caído
en esta mundanidad mira de arriba y de lejos, rechaza la profecía de los hermanos,
descalifica a quien lo cuestione, destaca contantemente los errores ajenos y se
obsesiona por la apariencia. Ha replegado la referencia del corazón al horizonte
258
Redacción Revista Vida Nueva Digital, La corrupción no se perdona, op. cit.
259
Carlos CARVAJAL BLANCO, La misión evangelizadora de la Iglesia. PPC 2016.
77
cerrado de su inmanencia y sus intereses y, como consecuencia de esto, no aprende de
sus pecados ni está auténticamente abierto al perdón. Es una tremenda corrupción con
apariencia de bien. Hay que evitarla poniendo a la Iglesia en movimiento de salida de sí,
de misión centrada en Jesucristo, de entrega a los pobres. ¡Dios nos libre de una
Iglesia bajo ropajes espirituales o pastorales! Esta mundanidad
asfixiante se sana tomándole gusto al aire puro del Espíritu Santo, que nos libra de estar
centrados en nosotros mismos, escondido en una apariencia religiosa vacía de Dios. ¡No
nos dejemos robar el Evangelio!” (EG 97). 260 Abandonando “un yo -y un nosotros- tan
autocentrado como monstruoso”. 261
Un aspecto del fariseísmo era ver la paja en el ojo ajeno y jamás la viga que tenía en
el mío. Es decir, era juez de los demás y me sentía con el derecho de condenarlos
cuando veía algo malo en ellos. Como fariseo era muy hábil para documentar los
errores ajenos pero incapaz de reconocer los míos. La actitud real del fariseo: No era
consciente -porque se hallaban escindidos en lo más profundo de su sombra- de que, en
su interior habitaban también un yo ladrón, injusto y adúltero, que pugnaba por salir.
Más en concreto: cuando el fariseo afirma: “yo no soy ladrón…” otra voz en su interior
-la voz de su sombra, que él es incapaz de oír- añade: “pero como me encantaría
serlo”. Sin embargo, en lugar de reconocer esta verdad, trabajarla, le resultará más
cómodo verla fuera de sí, en los otros, a quienes ve peores que él y condena sin
piedad. Por el contrario, sólo la comprensión de la verdad que el fenómeno de la
sombra encierra empieza a situarnos en la buena dirección, para resolver conflictos
relacionales, evitar el juicio –“no juzguéis”, insistía Jesús -y la descalificación, y crecer
en unificación, integración y armonía. Necesitamos -mirándonos con bondad y
acogiéndonos con amor- abrazar pacientemente, una y otra vez, toda nuestra debilidad,
fragilidad, vulnerabilidad, como si estuviéramos comprendiendo y amando a nuestro
mejor amigo. Cada abrazo de nuestra parte débil nos hará crecer, de un modo
paradójico, en fortaleza interior.
En el nivel espiritual (o profundo), por fin, la parábola contiene una gran sabiduría.
Nos dice que no puede haber auténtico camino ni crecimiento espiritual, sino está
cimentado en la aceptación de la propia verdad completa. 262
La identificación de estas patologías no es nada sencillo. En muchas ocasiones es
difícil distinguir la obcecación defensiva de la fidelidad llevada hasta el extremo. Para
260
Xavier DE AGUIRRE, De la santa indiferencia a la apatía social: ¿Y los jóvenes?
www.vidanuevadigital.com/tribuna/de-la-santa-indiferencia-a-la-apatia-social-y-los-jov...
Consultado el 2 de Agosto de 2021.
261
ESQUIROL, La penúltima bondad. Ensayo sobre la vida humana, op. cit.
262
Luis VALDEZ CASTELLANOS, S. J., Plenitud sacerdotal. Buena Prensa. Cd. de México 2015,
pp. 89, 95-96 y 99.
78
ello hay que observar la capacidad de apertura y de escucha, esto es, de exponerse a la
alteridad, que tiene la persona en los diversos ámbitos de su vida. La disponibilidad y
atención a lo real y la capacidad de insight (autopercepción) se convierten en unos de
los más determinantes criterios de discernimiento. Así misma se encuentra la persona
únicamente cuando se desprende de su pequeño ego, que quiere acapararlo todo para sí.
Es el pánico a la inseguridad que no permite discrepancias ni rupturas, porque la
diferencia es percibida como un cuestionamiento de la propia posición. La inseguridad
neurótica no tolera la menor discrepancia, que siempre es vista como amenaza. Sin
embargo, también entre los “perseguidos” pueden aparecer actitudes y comportamientos
sospechosos: victimismo, pretensión de poseer la verdad, descalificación de los
otros… Es decir, también aquí es fácil percibir el mismo mecanismo exclusivista -la
necesidad de estar en la verdad y de “tener razón”-, que nace del miedo (inconsciente,
pero cerval) a la inseguridad.
Estos son los censores: ellos son las primeras víctimas de su propia ignorancia y
fanatismo. Pero es precisamente aquella ignorancia la que los convierte en verdugos
peligrosos y particularmente dañinos.
Le cuesta reconocer la necesidad de “odres nuevos”. Parece aferrarse, con mucha
frecuencia, a “lo establecido”: con el pretexto de garantizar la ortodoxia, uno sospecha
que se busca simplemente seguridad y poder. Reacción ante lo nuevo, cuestionamiento
de los apegos a los bienes o a los intereses del ego. En cierto modo, buscan la
“ortodoxia doctrinal” como un modo de asegurar su cohesión interna, frente al riesgo de
diluirse y desaparecer. Pero ese mismo movimiento defensivo desemboca fácilmente
en un fanatismo que descalifica o condena a quien discrepa. Es un proceso que
desgasta demasiado a las personas.
Los humanos tenemos tendencia a aferrarnos a lo conocido, quizás porque lo
asociamos con la seguridad. Esto explicaría que, con mucha frecuencia, reaccionamos
con desconfianza hacia lo nuevo, teniendo quizá que pueda removernos o
desinstalarnos. Todo nuevo comienzo es también un riesgo. Nos arriesgamos a que las
cosas no salgan como esperamos. Por lo que requiere osadía para arriesgarse a intentar
un nuevo comienzo. 263 En una palabra, los “odres nuevos” no suelen ser bien recibidos.
El Papa Francisco, nos dice: “Abrir el corazón al Espíritu Santo, discernir cuál es la
voluntad de Dios” ¿Qué significa esto? ¿Que cambia la ley? ¡No! Que la ley está al
servicio del hombre, que está al servicio de Dios, y por esto el hombre debe tener el
corazón abierto. El “siempre se ha hecho así” es de un corazón cerrado y Jesús nos ha
dicho: “Les enviaré el Espíritu Santo y Él los conducirá a la verdad plena”. Si tienes el
263
A. GRÜN, Atrévete a empezar de nuevo. Col. ST BREVE 94. Sal Terrae 2017, p. 8.
79
corazón cerrado a las novedades del Espíritu, ¡Jamás llegarás a la verdad plena! Y tu
vida cristiana será una vida a medias, una vida emparchada, remendada con cosas
nuevas pero sobre una estructura que no está abierta a la voz del Señor. Un corazón
cerrado porque no eres capaz de cambiar los odres. [¡Vino nuevo en odres nuevos!]. Es
el pecado de tantos cristianos que se aferran a lo que siempre se ha hecho así y no
permiten que se cambien los odres y terminan con una vida a medias, emparchada,
remendada, sin sentido. El pecado “es un corazón cerrado” que no escucha la voz del
Señor, que no está abierto a la novedad del Señor, al Espíritu que siempre nos
sorprende”.
El ego no lleva bien el éxito ajeno. Su necesidad neurótica de autoafirmación hace
que, inconscientemente, se compare con los otros, como si en ello le fuera el
reconocimiento de su propio valor. Cuando teme que la comparación le resulta negativa,
todavía le queda el recurso de la descalificación: andará buscando algo con lo que
desvalorizar al otro, al que no puede ver sino como competidor. Inconscientemente
instalado en una actitud defensiva, se especializará en descubrir los “puntos débiles” de
los otros para salir “airoso” en la comparación con ellos. En la misma medida en que
busca ser el primero, el yo se las ingeniará para “rebajar” a los demás, particularmente a
aquellos que le son más “cercanos”, a los de la propia tierra. Podrá tolerar que alguien
lejano destaque por encima de él, pero le resultará intolerable que lo haga un vecino.
Hay personas que siempre tropiezan con algún pelo en la sopa. Encuentran defectos
hasta en el paraíso. Incluso al paraíso le ponen reparos. ¿A qué se debe esa actitud?
Evidentemente, se trata siempre de personas radicalmente insatisfechas de sí mismas.
Como no están contentas ni consigo mismas, no encuentran nada a su gusto. Si oyen
que se elogia algo, se ponen amarillos de envidia. Necesitan manchar y desvirtuar
las maravillas que otros admiran y disfrutan. Nada hay capaz de dejarlos satisfechos:
ni hombres ni Dios, ni cielo ni infierno, ni las maravillas del paraíso ni la vulgaridad de
cada día. Siempre tienen algo contra todo, a todo ponen reparos. No resulta nada
agradable su compañía. Su obsesión es cómo hundir a las personas de su entorno,
para lo cual difunden a su alrededor una irrespirable atmosfera de descontento,
críticas, lloriqueos, amargura y discordias.
La envidia se muestra en la imperiosa y constante necesidad de compararse con
los demás. Imposible encontrarme con alguien sin compararme automáticamente con él.
Enseguida empiezo a hacer comparaciones: en esto me aventaja, en lo otro soy mejor...
Lo normal es la tendencia a rebajar al otro para auparme yo. Muy pronto descubro en él
otro algún punto débil en el que no dejo de fijarme. O me formo una mala opinión de él
por su manera indecisa y enfermiza de proceder. Sus éxitos son más aparentes que
80
reales, en su inteligencia descubro indicios de debilidad. Y al contrario: si sus
cualidades son tan evidentes que no puedo negarlas, entonces la emprendo conmigo
mismo y empiezo a acomplejarme ante el otro, en quien me parece estar viendo un
gigante.
Cuando envidio, estoy fuera de mí. No estoy satisfecho de mí, no reconozco en mí
nada digno. Para conocerme y valorarme necesito compararme con alguien. Esto es
fatal, porque me obliga a superar necesariamente a los demás o me hace caer en la
depresión, al ser incapaz de ver las posibilidades de caminar al paso de los demás junto
a ellos, siguiendo su mismo ritmo.
Tener el coraje de sabernos autoaceptar. Reconociendo mis traumas y
maneras disfuncionales de pensar, siendo consciente de quién soy. No quiere decir
que cada vez que vayamos a decidir tengamos que hacer un psicoanálisis. Las
decisiones me enfrentan a los aspectos no resueltos de mi personalidad. Si este precioso
material pasa inadvertido, se empaña la decisión y no aprendo nada de mí. No se trata
de ser perfecto para decidir, sí de ser consciente.
La clave es quizá soltarme, en el sentido de no intentar mantener una imagen
idealizada de mí, al menos ante mí mismo, comprender mis defensas y dejarlas caer.
Reconocerme y quererme tal como soy aceptando mi historia, mis tendencias e
inclinaciones. Asumiendo mi vulnerabilidad también. Es tener un cuerpo “liberado” de
la mente, de sus pretensiones y de sus mecanismos de defensa. Esta postura de
consciencia y humildad es más saludable a la hora de discernir.
Lo primero para discernir es buscar la salud psicológica, y para ello hay que
destapar las heridas psicológicas, ver si supuran o ya son cicatriz, reconocerlas en
cualquier caso a través de los apegos, las tendencias o inclinaciones, así como explorar
las maneras de pensar disfuncionales.
+ Ponerse en el lugar del otro: Es un ejercicio que consiste en salirse de uno mismo,
de nuestro punto de vista, es ver al otro en su propia visión. Si tenemos dificultades con
otra persona, simplemente hemos de decir: “Ahora me voy a poner en su lugar”.
Empezaremos por adoptar su actitud, su tono de voz, porque en el tono de voz
encontraremos algo de sus emociones y sentimientos, la comprenderemos desde dentro.
Aceptar al otro, ponerse en su lugar. Esta acción es el comienzo de la eliminación
de nuestros prejuicios. Siempre estamos en el plano psíquico, eso nos permite empezar a
superar nuestras conductas agresivas, su perspectiva; nos concede una comprensión
mayor, y más inteligente de la situación. Es el punto de partida de la compasión.
En un aspecto más radical, ponerse en el lugar del otro significa poner tu yo en el
lugar del otro y el yo del otro en el tuyo; es decir, invertir nuestra actitud egocéntrica
81
habitual. El egocentrismo consiste en colocar el yo en el medio, en el centro. El yo es,
por definición, egocéntrico y narcisista, incapaz de ponerse en la piel del otro. Se trata
de sustituir la actitud egocéntrica por una actitud alocéntrica, en la que el otro se
convierte en el centro.
Ponerse en el lugar del otro nos permite tener una visión más amplia y realista de la
situación, desde la perspectiva del adversario, lo cual puede sernos de gran utilidad.
Ponerse en el lugar del otro nos permite responder de una forma desinteresada, no
centrada en el “yo”. No buscaremos tener la razón a toda costa, los más grandes, no
vamos a seguir alimentando el conflicto, la separación entre el yo y el otro.
Conocimiento y dominio de los propios condicionamientos afectivos o
ideológicos, ansias de poder, controlar, poseer, figurar. Hacerse consciente de los
propios prejuicios que desenfocan, distraen. Darse cuenta de que se es muy sensible a
ciertos valores y ciego ante otros; inclinado a ciertas prácticas sociales y no a otras; con
determinados intereses que se defienden, pero que no son tan buenos como se cree; muy
atento a cómo pueden reaccionar determinados interlocutores y sordo a lo que opinan
otros. A todas estas dinámicas se les conoce como “afectos desordenados”.
Todos estamos obligados a aceptarnos unos a otros tal como somos, abriendo un
espacio cálido al nuevo que llega. El criterio de unión se sitúa más allá de la amistad, de
la simpatía o del rechazo que yo siento. En toda relación hay transparencia,
entendimiento, agrado, pero también existen sombras, misterio y deficiencias que hacen
sufrir. Pretender una comunidad idílica en la que todo esté siempre bien es una falta de
respeto a las personas reales y a los procesos en los que se van haciendo o deshaciendo,
creciendo con toda su potencialidad o desintegrándose en la decrepitud insoslayable. La
separación de las diferencias nos ayuda a crecer como individuos y como comunidad.
Promoverá la comprensión del otro, apreciará todo lo que ha de bueno en él y lo malo
sólo lo descubrirá para que el afectado pueda sacar de ello un mayor bien.
A pesar de todos los esfuerzos por resolver las diferencias, en las comunidades
aparecen problemas que no tienen solución a corto plazo. Hay que aprender a vivir con
hermanos heridos de manera definitiva en su salud física, psicológica o espiritual. En
una cultura del bienestar, con componentes hedonistas y narcisistas tan fuertes, donde se
valora la eficiencia y la capacidad de luchar para abrirse camino, ¿dónde buscar el
sentido para asumir procesos de deterioro irreversible?
La misión compartida debe ir ligada a un trabajo intenso y paciente de discernimiento
espiritual. Los proyectos, más aún si son comunes, deben ser fruto del discernimiento
espiritual y no tanto de intereses particulares, casi siempre bien justificados desde la
razón, pero no tanto afianzados en la roca firme del Evangelio. Discernimiento implica
82
ponerse en situación de escucha y apertura a la voz de Dios que resuena en tantas
personas y situaciones, pero que las trasciende, para estar dispuestos a navegar hacia el
destino que Dios nos indique. El Yo con la luz del Señor, nos protege de nuestros
autoengaños, compruebe cada quién si nuestro yo se erige en absoluto, si es el
centro de nuestro universo personal, si quiere invadir egocéntricamente espacios
sociales y personas. Observemos si es infantil, caprichoso, posesivo; si actúa llamando
la atención, solicitando los cuidados y la admiración de otros. Pidamos al Señor la
gracia profunda de vaciarnos a nosotros mismos, de hacerle sitio a Él y a los demás de
descentrarnos de nuestro pequeño yo y abrirnos a los demás y a sus necesidades con
verdadero amor que trascienda nuestro yo. Si lo experimentamos así, reconocemos la
acción de Dios en Jesús, en el centro de la persona. Y aquí no hay lugar para
autoengaños, porque si entramos en “auténtico discernimiento espiritual” es porque no
sabemos qué plan tiene Dios para nosotros, ya que si tuviéramos claro qué queremos
hacer, ¿para qué discernir entonces? Un verdadero proceso de escucha permite abrir
horizontes nuevos más auténticamente evangélicos y misioneros.
¡Tantas voces en nuestro mundo no incitan a defender mi postura, a ver al otro
como enemigo, a etiquetar a otros como “errados”, a insistir en mis derechos sobre
o contra los derechos de otros! A través de un compromiso con la conversación
espiritual y con el discernir juntos, podemos dar testimonio de un estilo diferente de
discurso, libre de ideología. Podemos delinear una senda tangible hacia la sanación y la
reconciliación, no solo para nosotros mismos sino también para nuestros apostolados y
para nuestro mundo. La lectura de los signos de los tiempos está en relación con las
exigencias radicales del Evangelio y pide un discernimiento que se nutre de
disponibilidad. En tiempos difíciles para las iglesias, el discernimiento teológico
representa un servicio indispensable para orientar la conversión pastoral, el paso de las
estructuras caducas a los procesos de renovación misionera. Estamos llamados a
escuchar con atención y discernir “lo que el Espíritu está diciendo a las iglesias” (Ap 2,
29) a través de los signos de estos tiempos, para poder nacer de lo alto en esta historia.
83
ninguna manera para sí. Cualquier tipo de intolerancia hunde sus raíces en estos
niveles profundos de nuestro psiquismo. La falta de comprensión del otro genera
dependencias psicoafectivas que dificultan la propia vivencia de la libertad (Ramón
Prat). 264
Peligros del espíritu destructivo. Los cristianos y los religiosos están siempre
en peligro de sucumbir a las tentaciones del maligno.
(1) Se desliza con demasiada facilidad en la piedad de nuestras comunidades el espíritu
maligno de la autojusticia, de la dureza de corazón. Hoy se puede observar un
fenómeno realmente anticristiano, y es cómo precisamente personas piadosas,
representantes de una espiritualidad, actúan contra otras despiadadamente. Ahí se
usa la piedad como instrumento de poder con el que se golpea sin compasión o se le
atribuye de todos modos una mala conciencia. Esto no tiene que ver
absolutamente con el Espíritu de Jesús.
La piedad que proviene del Espíritu Santo se presenta con otro aspecto completamente
distinto. Sostenida por la bondad de Dios y por el amor al hombre, se muestra tolerante
y bondadosa. Pero su bondad y sosiego no es débil, sino que, precisamente por su amor,
encierra la energía suficiente para despertar el entusiasmo por Cristo en unos o hacer
aflorar el bien en otros, como Jesús hizo siempre con los hombres que encontró en su
camino.
264
Miguel Ángel MALAVIA, Numerosos expertos aportaron sus claves en el curso de Doctrina
Social de la Iglesia convocado por el CEE. www.vidanuevadigital.com/2009/09/18/ante-la-crisis-
economica-la-iglesia-debe-“constr... Consultado el 3 de Agosto de 2021.
265
Th. MERTON, Nuevas semillas de contemplación. Col. El Pozo de Siquem 145. Sal Terrae 2003,
pp. 107, 109 y 112.
84
(2) Precisamente en el Instituto corremos siempre el peligro de abusar de nuestra piedad
para servir al sentimiento del propio valer o para buscar el reconocimiento entre los
hombres. Aquí se oculta otro gran peligro del espíritu maligno, y es tomar la
espiritualidad al servicio de la psicohigiene. Esto no nos abrirá precisamente al
Espíritu de Dios, sino que nos hará creídos y altaneros, quizá también duros contra
quienes piensen de otra manera. Aquí será necesario aquel fruto del Espíritu que es
lo que menos nos gusta a nuestro viejo Adán: autodominio, orden, ascesis en el
sentido de practicar, meditar siempre en el Espíritu de Cristo, para llegar a ser lo que
el Espíritu Santo querría moldear en nosotros. 266
Los perfectos
Existe una espiritualidad que enseña a reprimir y negar las tendencias que no cuadran
con aquello que son “las perfecciones”. La consigna es: ¡guerra contra todas las
tendencias negativas! Solamente lo positivo, lo luminoso, lo bondadoso, “lo
perfecto” tiene derecho a existir. Las demás dimensiones y dinamismos de nuestro ser
son sometidas a un férreo control. Pero esto no garantiza que lo rechazado desaparezca.
Las “imperfecciones” siguen presentes como negadas o reprimidas, y continuamente
están tratando de manifestarse. Reclaman su derecho a existir.
Este tipo de espiritualidad produce santos que tienen bajo control los instintos, que
reprimen y castigan las pasiones opuestas a las virtudes. En ellos hay santidad y
perfección; pero suelen ser rígidos, duros y a veces inhumanos. Parece que no tienen
corazón. Les falta ternura. La razón y el deseo de perfección han bloqueado el
corazón. 267
El perfeccionista
A pesar de las apariencias, el perfeccionista es un claro ejemplo de menosprecio de sí
mismo. La violencia contra uno mismo hunde casi siempre sus raíces en la historia de la
propia vida. Hay hombres que de niños han sido heridos. Si no ven sus heridas, si no las
asimilan ni se reconcilian con ellas, están condenados a herirse permanentemente a sí
mismos y también a los demás. El dolor que el niño sintió al ser herido fue tan grande
que tiene que reprimirlo para poder vivir. 268 Generalmente siente una insatisfacción
crónica pues nada le parece permitir alcanzar su expectativa ideal de sí, nada le es
suficiente. Con alguna frecuencia piensa que tiene baja autoestima, ya que es
266
A. GRÜN, C. SARTORIUS, Para gloria en el cielo y testimonio en la tierra, op. cit., pp. 184-
185.
267
B. MONROY BALLESTEROS, Contempla y quedarás radiante, op. cit., pp. 220-221.
268
A. GRÜN, Portarse bien con uno mismo. Col Pedal 237. Sígueme 1997, p. 14.
85
perfeccionista, nada le satisface en su paraíso de performances sociales
exhibicionistas. Es demasiado ansioso porque pretende controlar anticipadamente cada
uno de los acontecimientos que prometa su victoria en los juegos sociales a que se
somete. Se tortura frecuentemente comportándose con los demás estableciendo un
ranking imaginario de competencias personales. 269 Al ser incapaz de permanecer en
contacto consigo, está en todo momento deseoso de tener comportamientos conformes
con las normas y los códigos sociales. A su parecer, en ello reside el ideal de perfección.
Se esfuerza, pues, por disimular el menor defecto, la más mínima debilidad y la más
insignificante transgresión en su vida. Le daría demasiada vergüenza vivir en
desacuerdo con su imagen de perfección. Siempre en estado de alerta, se esfuerza por
evitar en su trabajo el menor error o la más mínima desviación de conducta. Al fijarse
tales niveles de perfección, se encuentra en un estado de estrés perpetuo. Nadie se
asombrará, por tanto, de su rigidez y su irritabilidad consigo mismo y con su
entorno. Los esfuerzos desplegados por el perfeccionista para luchar contra la
emergencia de su sombra (la parte oscura de su personalidad) serán, a la larga,
insostenibles. La tensión psíquica resultante de la represión continua de su sombra
provocará en él, para su gran desasosiego, toda clase de reacciones penosas: obsesiones,
miedos incontrolados, prejuicios, desviaciones compulsivas en el plano moral, por no
hablar del extenuamiento psicológico y de los estados depresivos que padecerá. 270 Hay
muchos perfeccionistas e idealistas, que viven tan concentrados sobre sus faltas y sobres
sus métodos personales o técnicas para erradicar todo con un solo esfuerzo y mérito
personal, con una actitud no muy rígida de exigencia a sí mismo. Pero esto los lleva a
vivir una vida incompleta. A fuerza de buscar la perfección se vacían y se agotan de
dinamismo, se ponen rígidos y exigentes con sus hermanos; pierden cordialidad y
amabilidad en el trato humano. En nuestro afán rígido de perfección se esconde una
falta de fe en Dios, nos hace difíciles, cargando de leyes a los demás. 271
El P. Anselm Grün nos dice, “A menudo nos sentimos encarcelados en la prisión de
nuestro miedo, de nuestra soledad, de nuestra depresión. A menudo también ciertas
convicciones, con las que guiamos nuestra vida constituyen una prisión de la que no
podemos salir. Estamos presos de nuestro perfeccionismo, de nuestra opresión, de la
culpa que siempre buscamos en nosotros, de nuestro narcisismo, de nuestra obsesión
neurótica buena imagen… no obstante, no podemos ni debemos acabar sencillamente
con nuestros prejuicios. Hay que entrar en contacto con ellos. Cuando hayamos
269
J. C. RODRÍGUES, Poder y narcisismo en el consumo de marcas de moda masculina, op. cit.
270
J. MONBOURQUETTE, De la autoestima a la estima del Yo profundo, op. cit., pp. 84-85.
271
Pbro. Eugenio PIZARRO POBLETE, Espiritualidad desde abajo. Religión Digital (31.08.2018).
www.religiondigital.org Consultado el 15 de agosto de 2021.
86
encontrado la fe en Cristo, estos ya no tendrán poder algunos sobre nosotros.” 272
Todo esto nos empuja a salir de nuestro encierro de nuestra mente ególatra y asumir
la riqueza y vulnerabilidad de nuestro ser en toda su majestad. En nuestro lenguaje
popular es “salir del clóset” que implica incertidumbre, sufrimiento, valentía, fuerza y
sobre todo, un arduo trabajo espiritual. 273 “Estamos presos de nuestro perfeccionismo,
de nuestra opresión, de la culpa que siempre buscamos en nosotros, de nuestro
narcisismo, de nuestra obsesión neurótica buena imagen… No obstante, no podemos
ni debemos acabar sencillamente con nuestros prejuicios. Hay que entrar en
contacto con ellos. [Hay que entrar en contacto con nuestra sombra]. Cuando hayamos
encontrado la fe en Cristo, éstos ya no tendrán poder alguno sobre nosotros”. 274
A quien se esfuerza por vivir de manera perfecta y no querría tener nada que
reprocharse le resultará difícil aceptar aquel aspecto de sí que no es perfecto, que no es
puro y sin tacha, y le será igualmente difícil reconciliarse con él. Aceptar que uno no es
la persona intachable, perfecta y noble que creía ser, será para él terrible y casi
insoportable. Todo en él se rebelará contra ello.
Encontrará la salida a su difícil situación interior cuando acepte en sí su lado oscuro,
imperfecto, falible y a veces sucio. Esto puede convertirse para él en un proceso
penitencial que casi le desborde. Pero debe recorrerlo si quiere ser una persona íntegra.
Sólo soy íntegro cuando he llegado a conocer y a integrar el lado sombrío de mí
mismo. 275 Nos topamos con esa zona oscura que algunos psicólogos llaman “la
sombra”: traumas, complejos, frustraciones, dudas, temores, miserias, indecisiones; lo
que hay de oscuro, reprimido, ignorado, inmaduro, muerto. Estamos bloqueados por la
“sombra”, es decir, la intrincada maraña de temores, dudas, complejos, experiencias
traumáticas, resentimientos, etc. que están en nuestro interior. La sombra es, pues, ese
vasto mundo subterráneo rechazado y reprimido, poblada de “demonios”, cualidades no
desarrolladas que no han sido reconocidas abiertamente y que luchan por cobrar vida e
irrumpir en la conciencia. En el lado sombrío de nuestra personalidad no solamente
están las fallas de carácter, defectos, actitudes que consideramos deshonestas, son
también cualidades que han sido reprimidas. Por ejemplo, las personas que hemos
atravesado por el seminario nos damos cuenta que ha sido una etapa de acrecentamiento
272
Freddy PEÑA TOBAR, De Pascua a Pentecostés. www.vidanuevadigital.com/libro/de-pascua-a-
pentecostes/ Consultado el 3 de Agosto de 2021.
273
T. REID, Saliendo del clóset. (18/02/2021). www.vidanuevadigital.com/blog/saliendo-del-closet/
Consulado el 19 de agosto de 2021.
274
A. GRÜN, Celebra la Pascua día a día. San Pablo 2010. Citado por Fredy PEÑA TOBAR, De
Pascua a Pentecostés. op. cit.
www.vidanuevadigital.com/libro/de-pascual-a-pentecostes/ Consultado el 19 de agosto de 2021.
275
Wunibald MÜLLER, Confía en tu alma. Col. Proyecto 84. Sal Terrae 2001, p. 20.
87
de la sombra. En el seminario se nos exige un comportamiento determinado y, en la
medida que lo tenemos o no lo tenemos, somos aprobados o rechazados. Para ajustarnos
a los moldes establecidos, reprimimos, ignoramos, ocultamos tendencias que están en
nuestro ser y que, como no son aprobadas por el ambiente que nos rodea, las ocultamos
o las rechazamos. Desde luego que para el seminarista es una tarea esencial pasar del
“siglo” a un estado de vida “religioso”. Pero analicemos cuáles medios usamos para dar
este paso. Si ha sido simplemente la negación y la represión, puede ser que tengamos
serios problemas. Es probable que aquello que ha sido negado termine por manifestarse
cuando desaparezcan los controles externos y explote como una olla de presión, con
consecuencias a veces catastróficas. El camino es domesticar las tendencias negativas.
En este caso es necesario reconciliarnos con esta zona oscura de nuestro ser. Entrar en
ella y desde ella pasar a Dios. Afrontar y atravesar la sombra no es solamente
importante para la salud integral, sino también para avanzar en la vida espiritual. Si
estamos interesados en el crecimiento espiritual la sombra es una tarea obligada. 276 El
ansiado fármaco para nuestro tiempo podría ser una espiritualidad globalizante que
contemple la totalidad del hombre con alma y cuerpo, el consciente y el inconsciente, lo
sano y lo enfermo. Si hablamos de espiritualidad desde el punto de vista antropológico
hemos de hacer la afirmación: se trata de una perspectiva globalizante que redimensiona
toda la realidad personal. Es una espiritualidad holística. La peculiar condición
humana, multidimensional y dinámica, requiere ser considerada siempre en su
totalidad. 277
Sin la presencia del Padre misericordioso, el hombre queda entregado a sus faltas
sin posible remedio. Ya no hay remisión en caso de error o de extravío. No hay lugar
para la debilidad, que son sin embargo parte de nuestra vida.
Estamos de algún modo condenados a triunfar en la vida, lo que es quizá la peor de
las cosas. Es poner una carga demasiada pesada sobre los hombros del hombre, que se
ve obligado a ser un superman e ir de éxito en éxito sin posibilidad de rescate en caso
de fallar. Quizá exageramos diciendo esto, pero es en este sentido como evoluciona
nuestra sociedad, cada vez más implacable ante los errores humanos.
276
Se puede ver. J. MONBOURQUETTE, Reconciliarse con la propia sombra. El lado oscuro de la
persona. Sal Terrae 1999. Citado por B. MONROY BALLESTEROS, Contempla y quedarás
radiante, op. cit., p. 37 nota 18 y pp. 69, 213-215; A. GRÜN, C. SARTORIUS, O. P., Para gloria en
el cielo y testimonio en la tierra. La madurez humana en la vida religiosa. Col. Surcos 67. Verbo
Divino 2001, 2ª. ed., p. 31; Jean Yves LELOUP, Terapeutas del desierto. De Filón de Alejandría y
Francisco de Asís a Graf Dürckheim. Sal Terrae 1999, p. 101. El P. Leloup es sacerdote ortodoxo,
especialista en diálogo interreligioso, teología hesicasta y practicante de meditación Zen. Citado por
Idem p. 216.
277
Ma. José MARIÑO, Recuperar el corazón. La interioridad como una cuestión hoy, op. cit., p.
171.
88
Estamos hoy en la paradoja de una sociedad que por una parte, es muy laxista y
permisiva, y por otra despiadada con quien comete errores. Mientras que, en el Reino de
Dios, es exactamente lo contrario: hay a veces una fuerte exigencia para mostrarnos el
camino de la vida, y una gran misericordia, una posibilidad siempre abierta de rescate
en caso de caída. 278
Pero no basta tomar conciencia de nuestra verdad. Se requiere un paso decisivo y
dificultoso: la aceptación henchida de cariño, de todos esos elementos que cuesta
trabajo admitir; hasta llegar a la plena reconciliación. 279 De lo contrario, es muy difícil
que se produzca una reacción que se oculta muy frecuentemente en toda crítica dura y
agresiva: la condena tajante de cualquier vicio, que podrá ser una confesión
implícita de lo que deseamos reconocer de ningún modo en nosotros mismos. El
rechazo enérgico y vigoroso produce ilusoriamente la impresión de que se vive muy
lejos de lo que se fustiga, de no estar manchado por la suciedad que se reprueba, de no
tener vinculación con lo que se juzga perverso… cuando en realidad, sin intentos
superficiales de encubrir con la palabra, ante los demás y ante nosotros mismos, que
nada de esa fealdad afecta a nuestra vida. Parodiando el refrán popular, también podría
decirse en esto casos: dime lo que criticas y te diré lo que eres. La fidelidad a las
propias ideas y la valoración negativa de ciertas conductas hay que mantenerlas, cuando
nacen de un convencimiento honesto y razonable. Ser tolerante y comprensivo no exige
la renuncia a los criterios personales. Pero nadie, consciente de su realidad limitada,
y reconciliado con ella, se atrevería a rechazar con rigorismo e incomprensión
exaltada ninguna conducta, por muy perversa que sea, al que consigue reconocer y
acercarse con cariño benevolente a su propia realidad, lo haría de la misma forma
cuando se aproxime a la ajena.
El estado de perfección, el status perfectionis, ha conducido frecuentemente a ensalzar
un falso perfeccionismo. El perfeccionismo es una actitud falsa de personas forzadas
que viven bajo presión. Pero en el orden -debido a un gran malentendido- ha sido
idealizado con bastante frecuencia; es decir, muchos religiosos aspiran a ser perfectos,
pero confunden perfección (=integridad en el sentido bíblico) con perfeccionismo, con
el resultado de que abusan constantemente de sus fuerzas, porque siempre resulta
verdad lo que es verdad: que ellos son también siempre hombres débiles. El
278
Jacques PHILIPPE, La paternidad espiritual del sacerdote. Un tesoro en vasos de barro. Ed.
Rialp 2021, nota 3. www.books.google.co.jp./books?
id=DGQWEAAABAJ&pg=PT13&Ipg=PT13&dq=narcisismo+espiritual+del+sacerdote&source=bI
&lots=8o6ppcnKBH6sig=ACfU... Consultado el 21 de Julio de 2021.
279
Juan MASIÁ CLAVEL, S. J., Perdonarse a sí mismo y dejarse perdonar. Sal Terrae 78/11 (1990)
791-802. Citado por Eduardo LÓPEZ AZPITARTE, El difícil arte de… amarse a sí mismo. Sal
Terrae 95/05, pp. 397-407, espec. p. 402 nota 8.
89
perfeccionista se desvive por esta realidad hasta herirse. Él querría que ésta fuera
distinta de lo que es. No puede perdonar a Dios que haya creado el
mundo tal como es.
El perfeccionista es también a veces un egoísta encubierto. Él querría ciertamente
desarrollar el ideal del desprendimiento y de la humildad, pero ahí también aparece al
mismo tiempo una forma oculta del afán de poder y de un exagerado idealismo. Se
querría al menos ser el mejor en un campo y sobresalir especialmente. Y, si no consigue
esto, se ve a sí mismo como el mayor pecador. Si no puede ser el mejor en el campo de
la virtud, entonces, por lo menos, lo será en el del pecado. Pero esto es también sólo una
expresión de soberbia, que en el perfeccionista siempre juega inconscientemente un
papel. Se usa la vida religiosa para sentirse mejor que los otros. Hasta se goza de la
dureza de la vida religiosa para así deslindarse de los otros con cierto sentido de
sufrimiento místico y así poder colocarse por encima de ellos.
El aumento de un sentimiento como éste de amor propio a través de un idealismo
religioso se paga con la represión, que lleva a un constante sentimiento de culpabilidad.
Por eso el perfeccionista da vueltas incesantemente alrededor de la culpa, pero detrás de
los crueles sentimientos de culpabilidad se oculta a menudo una tendencia inconsciente
de autocastigo. “Muchos neuróticos abusan de la religión de forma masoquista, en el
sentido de que se ponen al servicio del autocastigo”.
El perfeccionista es por otro lado despiadado e inhumano, pues a causa de su idea
fija no puede consentir ninguna debilidad ni defecto. Y así nos admiramos
frecuentemente de la obstinación y brutalidad con las que los perfeccionistas quieren
imponer su ideales. Esta brutalidad apasionada es, no obstante, a menudo, expresión
de una sexualidad reprimida cuya energía busca de este modo un canal de desagüe. En
el descubrimiento del perfeccionista se hace patente la sombra reprimida, a la cual,
como tiene miedo, quiere oprimirla a la fuerza.
En su aspiración hacia una justicia absoluta, el perfeccionista procura más bien
esquivar el deber normal diario, en lugar de enfrentarse con él. Sus ideales desmedidos
le sirven más bien para alzarse sobre lo cotidiano, pero precisamente por eso no parte de
él ninguna transformación de la realidad. Así permanecen muchos perfeccionistas
ajenos a la vida e infantiles: “El terror y el dictado de lo perfecto le impiden ocuparse
sobria y realmente del hombre siempre defectuoso y de los acontecimientos deficientes.
El lema es todo o nada”.
El perfeccionista vive en un sistema forzado que él ha edificado por el miedo que tiene
a un Dios omnipotente. Las muchas oraciones son como una especie de camisa de
fuerza en la que se mete a presión. “Ellos mismos se imponen la observancia de una
90
serie pedante y rígida de oraciones y buenas obras, cuyo cumplimiento se convierte en
el fin de la vida. Este ritual conlleva el que ya no deja al hombre libre, sino que ejerce
sobre él un terror anímico cada vez más fuerte, aumenta progresivamente el número de
rituales o exige al menos una intensidad creciente en su cumplimiento… El
cumplimiento formal del ritual ha suplido al amor de Dios; en lugar de ser un medio
para el fin, poco a poco se ha convertido en el fin mismo”.
Muchos religiosos están en peligro de que su vida espiritual se emancipe, de que
empleen toda su energía para cumplir sus rituales obligatorios y no les quede ninguna
energía para cooperar en este mundo. Con bastante frecuencia, el perfeccionismo se
muestra también como un sistema de exigencias morales cada vez más elevadas.
Pero el perfeccionismo moral conduce a un diletantismo ascético. Sin consideración a
la estructura del alma humana, aquí algo es coaccionado. Sin una visión de la esencia
del alma humana, del inconsciente, se mata rigurosamente en la vida instintiva todo lo
que contradice al ideal. La consecuencia es que los apetitos reprimidos devuelven el
golpe y se presentan como tentación o como síntomas neuróticos. “Con un virtuosismo
acrobático de la voluntad, las tentaciones son suprimidas, los deseos del alma ignorados,
los impulsos sentimentales reprimidos”. Con eso, luego queda el hombre sin sangre, sin
alma, sin espíritu. Toda la energía desaparece y, al final, sólo queda un piltrafa
psíquica. 280
280
A. GRÜN, C. SARTORIUS, Para gloria en el cielo y testimonio en la tierra. La madurez humana
en la vida religiosa, op. cit., pp. 172-175.
91
es una ardua y larga tarea. Se da entre avances y retrocesos, éxitos y fracasos. Como
dice un dicho: “se sufre pero se aprende”. Contemplamos la integración de la sombra
desde tres perspectivas: a) el pecado, b) la conciencia de los propios límites (la noche
oscura, desierto, muerte mística), c) lo negativo de la historia y del mundo. 281 El
Espíritu de Dios tiene que penetrar en todos los ámbitos de la persona para iluminar los
inconsciente y oscuro, integrar lo alienado y sanar las heridas. Sólo soy íntegro cuando
he llegado a conocer y a integrar el lado sombrío de mí mismo.
La fe madura pretende integrar a toda la persona. Tengo que presentar a Dios todo lo
que hay en mí, para que todo ello pueda ser transformado por Él. Sólo de este modo
llegaré a ser plenamente humano, un ser humano pleno. Con este adjetivo traduce C. G.
Jung el término griego teleios, que habitualmente se traduce por “perfecto”. No tenemos
que llegar a ser perfectos, sin fallos, sino plenos, completos. 282
281
B. MONROY BALLESTEROS, Contempla y quedarás radiante, op. cit., pp. 221-222, 224 y 227.
282
A. GRÜN, Sen en plenitud. El poder de una fe madura. Col. El Pozo de Siquem 213. Sal Terrae
2007, pp. 62 y 144.
283
E. MARTÍNEZ LOZANO, Otro modo de leer el Evangelio, op. cit., p. 49.
92
evolucionar. La angustia nos enseña nuestros límites. 284
El que es tolerante ve al que es diferente, al que se comporta de otra manera, no como
una amenaza, sino como una gracia y un impulso que le ayuda a acercarse a él. No nos
corresponde a nosotros juzgar ni, menos aún, condenar a las personas. El tolerante sabe
esperar. Confía en que el otro encuentre su camino, aunque sea diferente del suyo.
Confía en que, aunque se extravíe y dé muchos rodeos, su hermano habrá de encontrar
el camino que lleva a la vida. Jesús presenta a Dios como ejemplo de la tolerancia que
debemos mostrar. Dios “hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e
injustos” (Mt 5, 45).
No es fácil ser tolerante. Antes de que nos demos cuenta, ya nos hemos formado un
prejuicio sobre otra persona que no nos es simpática. La vemos con nuestros lentes
oscuros y sólo descubrimos en ella cosas desagradables. No la vemos tal y como es.
Más bien vemos en el hombre antipático a todos los hombres que nos han herido a lo
largo de nuestra vida: padre, abuelo, hermano, maestro, párroco, vecino, superior… No
podemos impedir que un prejuicio así surja en nosotros. Antes de que nos demos cuenta,
lo tenemos en nosotros. Ser tolerante significa, pues, sin emitir juicios de valor. Ahí está
el prejuicio. Lo contemplo y no me enfado por ello. Pero me alejo al momento. Me
prohíbo a mí mismo juzgar a los demás. Les concedo el espacio que necesitan para que
se muestren como son en realidad. 285 Promoverá la comprensión del otro, apreciará
todo lo que ha de bueno en él y lo malo sólo lo descubrirá para que el afectado pueda
sacar de ello un mayor bien.
El discernimiento implica:
- Conocimiento de los propios condicionamientos afectivos o ideológicos, las
pretensiones de la mente acuciante por su necesidad de éxito, de acumular, de evitar, de
protegerse, de apegarse a todo, ansias de poder, controlar, poseer, figurar.
- Los condicionamientos serían: apegos, tendencias, inclinaciones, actitudes,
comportamientos y actos humanos, averiguando los intereses que los provocan.
- Teniendo el coraje de autoaceptarnos. Reconociendo mis traumas y maneras
disfuncionales de pensar, siendo consciente quién soy. Las decisiones me enfrentan a los
aspectos no resueltos de mi personalidad. Si este precioso material pasa inadvertido, se
empaña la decisión y no aprendo nada de mí. Cuando observamos las zonas
espiritualmente desatendidas de nuestra vida, a menudo nos encontramos que bajo ellas
hay prejuicios o temores. Nuestras experiencias de realización quedan fragmentadas, en
284
A. GRÜN, Transforma tu angustia. op. cit., pp. 14-15.
285
Idem, El ángel de la tolerancia. En: Cincuenta ángeles para el alma. Sal Terrae 2002, pp. 101-
103.
93
compartimentos, y no se completan; son como “bonsáis”, bellos pero atrofiados. Es
como el “cuerpo deteriorado”, o sea, la vivencia negativa de la propia corporalidad. La
“recuperación” de lo corporal está dentro del “proceso de la experiencia global de la
persona”. Un cuerpo arruinado por una conciencia meramente psicológica,
intrascendente y defensiva, solo puede ser restaurado dentro de una conciencia “de
verdad consciente y orante”; dentro de una conciencia religiosa y cristiana, que suscite y
restaure un modelo de resurrección y de esperanza. Un cuerpo des-construido aún puede
ser asumido por una conciencia conformada por la fe y el amor; puede ser un cuerpo
bien organizado dentro del querer de Dios, dentro del orden de amor y “ser nuevamente
profundo”.
No se trata de ser perfecto para decidir, sí de ser consciente. El Yo con la luz del
Señor, nos protege de nuestros autoengaños, compruebe cada quién si nuestro yo se
erige en absoluto, si es el centro de nuestro universo personal, si quiere invadir
egocéntricamente espacios sociales y personas. Observemos si es infantil,
caprichoso, posesivo; si actúa llamando la atención, solicitando los cuidados y la
admiración de otros. El problema no está en el yo, sino en el hecho de identificarnos o
reducirnos a él, olvidando nuestra identidad más profunda. El pequeño ego racional es
sumamente necesario, esencial, por su utilidad y pragmatismo; aunque ocurre que
cuando el ser humano se identifica con él, puede llegar a asfixiar la llamada del Ser,
alejándose así de la profundidad de su verdadera naturaleza una vez cimentada su
identidad en la sola razón. La razón es el gran logro de Occidente; pero también su
drama. El hombre, por tanto, deberá ponerse de acuerdo consigo mismo unificando,
fusionando, los polos de su doble origen, el terrestre y el celeste. Pidamos al Señor la
gracia profunda de vaciarnos a nosotros mismos, de hacerle sitio a Él y a los demás de
descentrarnos de nuestro pequeño yo y abrirnos a los demás y a sus necesidades con
verdadero amor que trascienda nuestro yo. Si lo experimentamos así, reconocemos la
acción de Dios en Jesús, en el centro de la persona. El encuentro con Dios tiene lugar en
el más profundo centro del alma y requiere superar formas de vida en las que el propio
yo ocupa todo el espacio. 286 Habitar nuestro propio corazón y vivir desde el centro
supone una larga tarea de integración personal. Resulta inevitable introducir aquí una
llamada de atención ante el riesgo de psicologizar la interioridad y sus accesos. La
dimensión psicológica está involucrada, naturalmente, en este proceso y es inseparable
de las demás. Sin embargo la interioridad es mucho más que psicología y, utilizando sus
propios términos, más que “inteligencia intrapersonal e interpersonal”. La
286
Elena ANDRÉS SUÁREZ, Carlos ESTEBAN GARCÉS (Coords.), Hacia una teología de la
interioridad. PPC 2019, p. 9.
94
psicologización de la interioridad la deja inevitablemente cubierta e impenetrable,
clausurada la persona en sí misma. Resumiendo, diríamos que la interioridad es
instancia de unificación, pero a su vez, sólo se despeja su acceso si conseguimos
involucrar progresivamente todo nuestro ser en este movimiento que es apertura y salida
de sí yendo más allá de sí. La interioridad se “despierta” en el movimiento de
autotrascendencia y, en la medida en que se va penetrando en ella, facilita la posibilidad
de que irrumpa la experiencia religiosa, el descubrimiento del otro que más que llegar,
estaba desde siempre llamando… 287 El despertar de nuestro yo es un estado
ampliado de conciencia. La persona que ha experimentado el despertar ha gustado algo
del Misterio sin la mediación de pensamientos. Somos capaces de percibir la realidad
desde el punto de vista de Dios. 288
En consecuencia, todo proceso de crecimiento interior implica alcanzar los límites del
ego y desprenderse de estos lastres psicológicos para acceder a la dimensión divina del
ser. 289
- El Papa Francisco nos pide que entremos en un proceso decidido de discernimiento,
purificación y reforma (EG 30).
Nos pide reconocer (deseos, emociones, sentimientos), interpretar (evitando
elecciones idealistas por unas más realistas), discernir (elegir, elecciones situadas y
limitadas) y decisiones que sean revisadas (EG 51).
- Requiere coraje, valentía y ascesis (desasimiento, quitar lo que estorba: el ego, para
cumplir la voluntad de Dios).
- Capacidad de escucha, apertura, búsqueda, relación y encuentro con los demás.
- Ponerse en el lugar de otro. “De hecho cuando estamos preparados para el diálogo,
establecemos ‘un paradigma de actitud receptiva, que supera el narcisismo y acoge al
otro’” (Papa Francisco) 290
- Requiere escucha atenta y leyendo los signos de los tiempos: auscultando,
interpretando y discerniendo. 291
287
Ma. José MARIÑO, Recuperar el corazón. La interioridad como cuestión hoy, op. cit., pp. 176
nota 26 y 178 nota 28: J. B. CROSBY, La interioridad de la persona humana. Hacia una
antropología personalista. Encuentro. Madrid 2007.
288
Th. KEATING, Terapia divina y adicción, op. cit., p. 173.
289
Josep OTÓN CATALÁN, S. J., Debir, el santuario interior. La experiencia mística y su
formulación religiosa. Col. El Pozo de Siquem 136. Sal Terrae 2002, pp. 67 y 81.
290
Elena MAGARIÑOS, El Papa a la Iglesia de Brasil: “Superaremos la pandemia a medida que
seamos capaces de superar las divisiones”. www.vidanuevadigital.com/2021/02/17/el-papa-a-la-
iglesia-de-brasil-superaremos-la-p... Consultado el 2 de Agosto de 2021.
291
Marco Antonio DE LA ROSA RUIZ ESPARZA, M.G., DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL en
base a la Exhortaciones Apostólicas Gaudete et Exsultate, Evangelii Gaudium, Amoris Laetitia y
Christus Vivit del Papa Francisco. 2019. Trabajo inédito.
95
Narcisismo y misión
El narcisismo es el resultado de una visión puramente pragmática o funcional de la
misión. La misión se centra poco a poco más en mí, mi nombre, mi éxito, mis logros, mi
fama y mis seguidores y menos en la Buena Nueva de la misericordia de Dios, la
compasión de Jesús, los asombrosos movimientos del Espíritu Santo y cuando llegan
buenos resultados, el narcisismo y el egocentrismo llevan a sentirse autosuficientes.
Mis resultados muestran que puedo contar con mis habilidades. Necesitar a Dios y a
otras personas es, por tanto, un insulto a mis capacidades ilimitadas. Tal autosuficiencia
refuerza el narcisismo. Esta dinámica atrapa a una persona o una institución en un
pequeño mundo de autoaislamiento, que es lo opuesto a la misión. Este es el espejo que
el Papa Francisco quiere rompernos: el egocentrismo. Deberíamos usar un vidrio
trasparente que nos permita ver más allá de nosotros mismo, no un espejo en el que sólo
miro mi cara y el entorno que me rodea. O mejor aún, como sugiere el Papa, abramos
las ventanas y puertas, miremos afuera, salgamos hacia la creación de Dios, hacia el
prójimo, hacia las esquinas de las calles, hacia los que sufren, hacia los que están
perdidos, hacia los jóvenes, hacia los heridos. Mirándolos, esperamos vernos a nosotros
mismos también vemos a Dios. Son los verdaderos espejos y deberíamos mirar. La
vacuna se llama “la Iglesia en salida”. Sólo entonces nos reencontraremos realmente.
Se trata de cambiar los espejos. 292 El Papa Francisco pone especial énfasis en la salida
de nosotros mismos y en el encuentro interpersonal. Salir, antes que movimiento físico,
es movimiento interior. Es haberse dejado tocar y mover por el Espíritu y haberse
inflamado de la caridad de Cristo que nos apremia (2 Co 5, 14). Y nos pone en relación
con los hermanos. El encuentro con Cristo relanza al encuentro con los demás y nos
lleva a los pobres y necesitados. En Evangelii Gaudium el Papa Francisco nos pide una
salida que debe ser de modo kenótico, despojándose de todo lo que nos sostiene y limita
nuestro ser y estar, y aún abierto a las novedades que la misión nos provoca. Es abrirse a
un nuevo camino y a una nueva llamada a la espiritualidad, una nueva forma de ser y de
estar en el mundo. Esta es la misión y la identidad del Pueblo de Dios: una Iglesia en
salida y llamada al Reino. La Iglesia se hace adulta poniéndose en estado de misión. El
Papa nos pide cambiar la mirada utilitarista y fragmentada de la realidad por una
mirada sapiencial y holística. Lo que se necesita es contemplar, discernir todo lo real
con una mirada renovada, lúcida, razonable, crítica y trascendente. Una realidad global,
inversa, inter-relacionada, dinámica y abierta a la trascendencia.
La salida de sí comporta un proceso de liberación, derribar las paredes del
egocentrismo, y ser libres para los demás; desprenderse de lo que se tiene, del puesto
292
Card. A.TAGLE GOKIM, op. cit.
96
que se ocupa y de lo que se proyecta; liberarse de las ataduras de los espacios y tiempos,
de las costumbres y de otras ocupaciones, a veces buenas, pero no tan urgentes y
necesarios para la evangelización. El Papa Francisco nos dice que “sin un salto hacia
adelante en el amor, nuestra vida y nuestra Iglesia se enferman de autocomplacencia
egocéntrica”. 293 Ya en 1922 Romano Guardini, en su libro Il senso della Chiesa, decía
que se había iniciado un fenómeno religioso de alcance incalculable para sacar a la
Iglesia de sí misma y recuperar el estado de salud teológica, comprometido durante
siglos. Anteriormente Y. Congar, con él otros teólogos, que la Iglesia está llamada a no
encerrarse en las categorías teológicas que lleva consigo por inercia, y que “era
necesario una revisión más valiente de la historia de las instituciones volviendo a las
fuentes espirituales”. La teología es convocada a salir de su castillo doctrinal y de su
autorreferencialidad para abrirse al diálogo interdisciplinario. 294
Hoy a casi cien años después, el Papa Francisco repite en varias ocasiones la
invitación a “salir”, palabra que significa: abandonar las barreras mentales puesta
por una ortodoxia lejana, cuyos contornos teológicos y éticos hoy se encuentran
fuera de foco de atención. Salir porque, a diferencia del pasado, ya no nos interesamos
por una vida aparte, diversa, sino por un modo particular de vivir y proponer valores
que son necesarios para cada persona. El problema, por tanto, reside en la re-
comprensión de la función de la vida discipular dentro del pueblo de Dios, concepto
bíblico que se ha convertido en auto conciencia conductor de la Iglesia, a partir de la
dignidad reafirmada común del bautismo. 295 Salir porque la vida religiosa no es un
anuncio a distancia de la vida más allá de la muerte, sino que también se da para que la
vida después de la muerte esté presente en el hoy a través de historias vividas con un
modo de ser cristianos dentro de la vida de los hombres.
Viaje al centro del ego. Necesitamos un traje de valentía para llegar hasta lo más
profundo de nuestro ser, donde están el dolor, los deseos reprimidos y la educación
recibida, para sanar todo cuanto nos hiere o nos frena. También necesitamos humildad
para reconocer lo bueno y, sobre todo, lo malo que hemos encontrado. No hay mayor
felicidad que sentirse en paz con los demás, con nuestro entorno, con nosotros mismos
293
José BELTRÁN, Pablo VI y Romero ya son santos.
www.vidanuevadigital.com/2018/10/14/pablo-vi-y-romero-ya-son-santos/ Consultado el 2 de Agosto
de 2021.
294
Cf. Comentarios a la encíclica Laudato si´ por: P. Stefani, R. Rusconi, S. Natoli, G. Notarstefano,
A. Scola, D. Sorrentino, 2015. Citado por Edmund KOWALSKI, CSsR, ¿Haciendo o fundando
bioética global? 4- La ecología global e integral del Papa Francisco. Academia Alfonsiana.
Redentorista. Scala News. www.cssr.new/spanish/2020/03/haciendo-o-fundando-bioetica-global-4-
la-ecologia-global-e-integral-del-papa-francisco/ Consultado el 20 de Febrero de 2021.
295
A. MELLONI, Quel che resta di Dio Einaudi (2013), 104. Citado por Rino COZZA, Recuperar
la visión teológica (1). (5 Jul. 2014). www.vidareligiosa.es Consultado el 11 de Agosto de 2021.
97
y, por supuesto, con Dios. Buscamos pues lo que está dentro. La verdadera felicidad no
necesita VISA ni un boleto de avión para irse al otro lado del mundo […] Cuando
vemos nuestra imperfección, nos volvemos más compasivos. Mejoramos nuestras
relaciones con los demás porque dejamos de juzgar. Sin compasión no hay bondad, sin
bondad no hay amor y sin amor no hay felicidad. Dios es amor y nos quiere felices,
incluso en el dolor. 296
Conclusiones
296
José Luis CELADA, Xavier Guillament: El consumo es el dopaje de los infelices. www.
vidanuevadigital.com/2021/07/31/xavier-guillament-el-consumo-es-el-dopaje-de-l… Consultado el
31 de Julio de 2021.
297
Hacia un modelo de formación hoy. www.confer.es/343/activos/texto/wenfr_pdf_0958-
dQhETPrEPAatYSAR.pdf Consultado el 20 de Julio de 2021.
98
abismos de nuestra angustia. Desearía iluminar las tinieblas que hay en nosotros para
hacer posible que dirijamos una mirada misericordiosa a las profundidades de nuestro
inconsciente y establezcamos la paz con todo cuanto hay en nosotros. 298
Los Evangelios hablan de una metanoia que significa cambio de dirección, de
sentido; es decir, elijo construir mi vida en función del ego y sus pulsiones, de una
falsificación de mi identidad, o decido elegir una vida y construirla y
direccionada hacia el ego y por el ego, lo que termina separándonos de los
demás, de Dios y de nosotros mismos. De ahí la invitación de este cambio de
dirección para poner nuestra atención a Dios. Esto implica, nos dice el Evangelio,
hacernos como niños, aquellos que confían que lo que les dice, lo que les dicen sus
Padres, lo mejor para su bien. Seguir al Señor y ser ciudadanos del Reino implica
un compromiso total, lo cual tiene sus consecuencias, pero el que persevere hasta
el final alcanzará su promesa de vida en plenitud; una y otra vez las parábolas
subrayan esto. 299
La mística como superación del narcisismo
En todas las religiones la experiencia mística tiene por objeto superar el
egocentrismo. La forma de superar el egocentrismo en la mística cristiana es la unión
del conocimiento de nosotros mismos con el conocimiento de Dios. Este proceso de
purificación es más doloroso que cualquier psicoanálisis [e incluso de la “muerte del
yo” en el Zen] o sea la “muerte mística”. El Zen libra de las ataduras egocéntricas, es
una praxis liberadora desde las profundidades de lo divino. 300 La purificación que da
acceso a la unión con Dios comporta una total desalienación. 301 Es la experiencia
mística que puede ser definida como una vivencia de los límites del yo acompañada del
sentimiento gozoso de comunión con el Todo circundante identificado con lo divino. En
otras palabras, se trata de una experiencia extática de transposición de los límites del yo
y el no-yo y de unión amorosa con Dios, con el que se forma una cosa. La virtud
básica es la humildad. La humildad es el fin del narcisismo, y desde el
reconocimiento de la alteridad que ella implica, la posibilidad de entrar en el régimen
del amor. El místico cristiano, que ha practicado la virtud de la humildad en el proceso
de autoconocimiento ante Dios y ha superado su propio egocentrismo, no ve en la
298
A. GRÜN, Transforma tu angustia, op. cit., p. 126.
299
Alexander Paul ZATYRKA PACHECO, S. J., Jesús y el Reino de Dios. En: Tres conferencias
sobre Jesús de Nazaret. Cuadernos de Fe y Cultura. Serie Realidad Religiosa 39. Universidad
Iberoamericana. Ciudad de México 2020, pp. 7-33, espec. pp. 9-10.
www.rei.iteso.mx/biststream/handle/11117/6491/CFL39-Tres%20conferencias%20sobreJesus
%20Nazaret_REI.pdf?sequence=3&isAllowed=y Consultado el 17 de agosto de 2021.
300
A. Ma. SCHLÜTER RODÉS, Sentarse, ver, pensar y actuar mejor. En: Idem, La recepción del
Zen entre cristianos. Zendo Betania 2011, pp. 304, 397-310.
301
J. L. VÁZQUEZ BORAU, Contemplación e Inteligencia Espiritual, op cit. p. 76.
99
fuente (en la creación) su propio reflejo como un “narcisista espiritual” (¡Ay del
narcisismo espiritual en el clero y la vida religiosa, que tanto fustiga el Papa
Francisco!), sino más bien el rostro y las huellas de Dios, que le animan a seguir
trabajando en la conformación del mundo con su Reino. El no ceder el puesto a la
gracia de la contemplación es el error de los espirituales que, por miedo a morir a sí
mismos, a dejarse vaciarse del todo, se cierran a la luz pura de Dios que desea
comunicarse en toda su intensidad directamente al silencioso fondo del alma, sin ser
interferida ni refractada, y por lo mismo debilitada, por la actividad propia del
meditante, que ha de hacerse puramente receptivo el hombre evangélico que recibe el
Reino de Dios como un niño (Mc 10, 5). Así, descentrado en el único Absoluto libera
de la tentación narcisista de encerrarse en el yo, en el egoísmo, sus deseos, sus
necesidades, sus temores, que pervierte la relación de apertura a la realidad, la
aceptación del otro, la posibilidad de la iluminación por la verdad sobre la que descansa
el conocimiento y el reconocimiento de los valores sobre el que descansa la vida moral.
La mística promueve la salud integral y no tiene nada que ver con
trastornos síquicos o enfermedades psiquiátricas. La verdadera experiencia mística
mantiene en equilibrio a la persona humana profundizando en la humildad, la
mansedumbre, la misericordia, la dulzura y la comprensión de la fragilidad humana. 302
La espiritualidad o mística, viene a ser hoy como un “paradigma emergente” en
occidente, dentro y fuera del cristianismo. Un paradigma que parece volver a la máxima
estoica “vivir con uno mismo”, “habitar en la propia casa”. Es la vuelta hacia sí mismo,
hacia la propia consciencia, que está íntimamente unida a la Consciencia, frente a la
constante salida de sí, el extrañamiento y la alienación del propio centro de un
ensimismamiento no narcisista que es lo contrario del egocentrismo; aunque es
preciso reconocer que hay también mucha falsa espiritualidad y mucho falso
maestro/gurú egocéntrico.
Las diversas tradiciones espirituales distinguen tres ojos del conocimiento: el ojo
físico, que capta la exterioridad de los objetos; el racional, que reflexiona sobre la
estructura del mundo y el mismo pensamiento; y el tercer ojo, u ojo del espíritu, el cual
tiene percepciones del plano transmaterial y transmental. 303
La experiencia mística sería, expresa Panikkar, la visión integral del ser humano. La
experiencia mística por eso, supone tener muy abiertos los tres ojos: el ojo
sensible/empírico, el ojo racional/filosófico y el ojo espiritual/contemplativo (el “tercer
302
Idem p.108.
303
Javier MELLONI RIBAS, S. J., El deseo esencial. Col. El Pozo de Siquem 256. Sal Terrae 2009,
pp. 148-149.
100
ojo”), para poder gozar plenamente de la vida. 304 Impulsa al alma a realizar un
movimiento hacia afuera, al encuentro con el “tú” o “nosotros”, que saca a la persona de
los estrechos límites de su egocentrismo. 305 Sólo si supera el narcisismo, es posible
instaurar relaciones interpersonales genuinas, profundas y duraderas. El paso del
narcisismo a la aceptación de la realidad no es automático, sino fruto de un largo
proceso de crecimiento que conlleva la renuncia al propio narcisismo, que hace del
yo un referente único e insustituible.
Estas experiencias tienden a ser permanentes, y tienen el carácter no-conceptual, no
verbal, inmediato directo, de esa experiencia, que podemos calificar de “holística” en
tanto y en cuanto es una experiencia de totalidad, una experiencia de la Realidad total.
306
Como nos dice Martín Velasco en el rasgo del “carácter holístico, totalizador y
englobante de la experiencia mística.” La experiencia mística se vive como algo
integrador, que en lugar de fragmentar la realidad, la permite contemplar en toda su
dimensión, tanto la realidad del mundo, como la del propio sujeto que la vive, que se
siente todo él implicado, volcado por completo hacia, en la realidad. “Se trata de ‘la
actitud global de la experiencia de una presencia que toma posesión del ser entero y
trasciende el uso de los conceptos’, actitud en la que el alma ‘se hace toda ella medio de
percibir a Dios’.” 307
Debemos aprender mucho en este tiempo: desnudarse para ser plenitud y en humildad
vaciarse del exceso de ego para adquirir peso propio. A este reto ineludible estamos
llamados hoy y siempre, reto que San Juan de la Cruz nos legó en este consejo inmortal
que no dejaremos de traer al presente: “Para venir a serlo todo, no quieras ser algo en
nada” (Juan de la Cruz 1966, 1, 13). 308
Concluimos que la mística es la que cura el narcisismo, la superación del narcisismo es
la mística. Para ello hay que hacer todo el proceso pasando por la muerte del yo o
muerte mística, la humildad será la señal del fin del narcisismo para “salir” al encuentro
304
V. PÉREZ PRIETO, La espiritualidad: único lugar en el que podemos encontrarnos todas las
religiones (1), op. cit.
305
M. GARCÍA HERNÁNDEZ, Ensayo sobre vida y espiritualidad. Desclée De Brouwer 2015, p.
53. www.edesclee.com/pdfs/978844330275572.pdf Consultado el 26 de marzo de 2015.
306
Rui Manuel Grácio DAS NEVES, O. P., Filosofía de la vivencia holística, pp. 131, 135 y 137.
Tesis doctoral de filosofía. Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. San Salvador 2005.
www.uca.edu.su/filosofia/admin/files/1252601967.pdf El P. Das Neves, es Maestro Zen portugués.
307
Maritain, citado por Martín Velasco en El fenómeno místico, op. cit., pág. 323. Citado por E.
NAVARRO SÁNCHEZ, Aproximaciones al quehacer teológico desde la experiencia mística.
http://theologicaxaveriana.javeriana.edu.co/edicion.php?Ed=57, pág. 13. El trabajo se trata de un
avance en el proceso de estudio orientado al Doctorado en Teología.
308
Inés RIEGO DE MOINE, Sobre el Dios de la experiencia que viene al discurso de la razón. Open
Insight. Vol. V, No. 7 (Ene. 2014), pp. 157-184, espec. p. 180.
www.scielo.org/mx/pdf/f80i/v5n7/v5n7a7.pdf Consultado el 17 de septiembre de 2021.
101
del otro y del totalmente Otro, Cristo.
102
La palabra un poco holgada sobre la madurez afectiva.
En el ancho mundo de la madurez psicológica es una pieza inexcusable la madurez
afectiva. Consiste en la capacidad para amar de modo intenso, estable y comprometido
y para dejarse amar honesta y limpiamente (sin maniobras de seducción ni
exclusivismos celotípicos desconfiados). Quien los posea está normalmente dispuesto a
la entrega oblativa al otro y a la búsqueda de su verdadero bien y a la demanda
respetuosa al otro. Aprecia el agradecimiento, la estima, el afecto; pero no exige ni los
busca como un mendigo. Nunca condiciona a ellos su disponibilidad ni su servicio.
Jamás encadena a los otros a su persona. Despierta en ellos la capacidad y el gusto por
el amor oblativo.
El reverso de la madurez afectiva es, sobre todo en nuestro tiempo, el narcisismo.
Esta inmadurez, intensamente favorecida por el talante de nuestro tiempo, lleva
escondida en su corazón una duda lacerante: la persona no sabe si es o no digna de ser
amada. Para despejar esta duda existencial se dedica empeñativamente a ofrecer a los
demás, una imagen amable y adorable de sí misma a través de la continua exhibición de
éxitos y resultados. Trata de deslumbrar y asombrar a los demás. Necesita de una
imagen exitosa para decirse a sí mismo, una y otra vez, que vale. Pero nunca acaba de
creérselo. Precisamente por ello están sensible a la desaprobación. Ella le remite a la
duda fundamental que no puede superar. Se defiende de esta duda proyectándola hacia
su entorno (no soy valorado en lo que soy, se me exige demasiado, no se confía en mí
para dejar en mis manos las responsabilidades que merezco, las cosas que emprendo no
van por falta de apoyos, etc.). 309 No pocos conflictos eclesiales, nacen en esta herida en
la humanidad del sacerdote, que puede expresarse paradójicamente en extremos, ya sea
en una rigidez que enmascara la propia inseguridad, causada por las inconsistencias y
fragilidad personal o en una laxitud que apostata de la verdad y del bien, para mendigar
la aceptación.
309
J. Ma. URIARTE, Madurez psicológica, espiritual y pastoral. (20 Dic. 2005).
www.diocesiscanarias.es/pdf/madurez.pdf Consultado el 12 de Agosto de 2021.
103
éxitos, me han ayudado a crecer, a desarrollarme como persona o me han detenido
en un cierto infantilismo?
2. ¿Qué experiencias has tenido a este respecto? ¿Qué te ha ayudado a soportar
períodos difíciles, tiempos de oscuridad, grandes dolores psíquicos?
3. ¿Cómo llevas tales experiencias? ¿Intentas pasarlas por alto rápidamente,
preterirlas o incluso olvidarte de ellas recurriendo a los fármacos o al alcohol o
refugiándote en la diversión? 310
4. ¿Llevo inhibiciones, represiones o complejos que, consciente o
inconscientemente, se ocultan detrás de actividades o despliegues de proyectos?
5. ¿Dónde se han colado rasgos neuróticos en tu espiritualidad? ¿Son adecuados tus
sentimientos de culpabilidad o, por el contrario, expresan una represión neurótica
de los impulsos?
6. ¿Tienes una conciencia rígida que te hace sentir culpable siempre que se da una
mínima presencia de sentimientos agresivos?
7. ¿Conoces en ti los mensajes: sé perfecto, sé cabal, sé sin tacha? ¿Sigues todavía
hoy intentando atender a dichos mensajes?
8. ¿Crees ser perfecto? ¿O ya has podido o tenido que vivir también la experiencia
de que eres imperfecto, de que cometes errores, de que hay en ti aspectos oscuros
y mal iluminados en los que te han hecho reparar otras personas o que has
descubierto tú mismo en el curso de la vida?
9. ¿Hasta qué punto te resulta difícil o fácil reconocer ante ti mismo que eres
imperfecto, que cometes errores?
10. ¿Ves alguna conexión entre ponerse depresivo y querer ser perfecto? ¿Vives
también en ti esa experiencia: que estás insatisfecho contigo mismo porque no
respondes a la imagen de la persona perfecta y cabal y, como consecuencia, te
deprimes?
11. ¿Qué te ayuda a tener más serenidad, a prestar atención a tus errores, a tu
imperfección, a tu condición humana? 311
12. ¿Eres perfeccionista en tu piedad?
13. Observa tu piedad sin hacer valoraciones acerca de ella.
14. ¡También puede haber rasgos neuróticos! Nadie está completamente libre de
ellos.
15. Presenta tu espiritualidad, tal como es, ante el amor misericordioso de Dios.
Entonces las partes neuróticas saldrán a la luz y podrán disolverse. 312
310
Wunibald MÜLLER, Confía en tu alma. Col. Proyecto 84. Sal Terrae 2004, p. 107.
311
Idem pp. 136-137.
312
A. GRÜN, Ser en plenitud. El poder de una fe madura. Col. El Pozo de Siquem 213. Sal Terrae
104
16. ¿Sinceramente me acepto y me quiero tal como soy, con mi pasado y mi presente
o llevo heridas internas que me suelen negar la paz y me enfrenta consigo mismo?
Dios me ama, con un amor infinito, así como soy y no como tal vez me idealizo.
313
105
Este principio también puede ayudarnos a detectar las sombras de los demás.
Observemos cómo reaccionan ante una crítica negativa. 317
22. No tomar nada a lo personal. Muchas palabras agresivas y pensamientos de
otras personas no corresponden a acciones o intenciones de nuestra
responsabilidad y hacerse cargo es un grave error. Muchos conflictos son del
otro, proyectados en lo que representamos por cualquier condición o prejuicios y
no debemos “enganchar”. 318
23. Eliminar los garabatos y descalificativos en los contextos de agresión: Habrá
que hacer un gran esfuerzo para no dirigirnos a los demás o a nosotros mismos
con palabras que denigran o destruyen. Son armas muy filosas y que debemos
regular a nivel personal y social. 319
24. ¿Me dejo contagiar por los sentimientos destructivos de la otra persona o, por el
contrario, consigo mantener la alegría que hay en mí y transmitir al otro una
chispa de ella? 320
25. En nuestra vida espiritual, ¿solemos vivir en la meritocracia de la ‘espiritualidad’
desde arriba, exigente y del deber ser, de cumplir normas o somos capaces de
vivenciar la gratuidad del amor de Dios? 321
26. Analiza tu comunidad y trata de discernir si es una pseudocomunidad. Toma en
cuenta los puntos siguientes: 1º. Hay cortesía pero falta alegría. 2º. Se anulan los
conflictos. 3º. Se desconocen las diferencias individuales. 4º. La comunicación es
superficial. 5º. Está centrada en generalidades. 6º. No se dedica tiempo a construir
la comunidad. ¿Qué objeto tiene la comunidad si no es brindar alegría? Sin
embargo, si el grupo quiere integrarse como comunidad tiene que asumir no sólo
las luces sino también las sombras de la existencia. La comunidad es feliz, pero
también realista. Las penas y alegrías tienen que asumir las debidas proporciones.
No se pueden magnificar pero tampoco negar. 322
27. Pidamos al Señor la gracia profunda de vaciarnos a nosotros mismos, de hacerle
sitio a Él y a los demás de descentrarnos de nuestro pequeño yo y abrirnos a los
demás y a sus necesidades con verdadero amor que trascienda nuestro yo.
PROPUESTAS:
317
B. MONROY BALLESTEROS, Contempla y quedarás radiante, op. cit.
318
Nos dice el Dr. Miguel RUIZ de México en Los Cuatro Acuerdos. Citado por T. RIED & P. Juan
Pablo CÁRCAMO VELASCO, Vivir por lo importante, op. cit., p. 98.
319
Idem p. 100.
320
A. GRÜN, El espacio interior, op. cit., p. 25.
321
T. RIED & P. Juan Pablo CÁRCAMO VELASCO, Vivir por lo importante, op. cit., p. 192.
322
B. MONROY BALLESTEROS, Contempla y quedarás radiante, op. cit., pp. 279 y 283.
106
1. Desvelar un mal estructural: con la miseria humana que provoca la pandemia del
narcisismo, a diferencia el propiamente material (donde muchas veces se vive una
riqueza espiritual maravillosa en fe y solidaridad), los vínculos que debían nutrirnos
comienzan a distribuir por todas partes energía tóxica de desconfianza, división,
avaricia, vanagloria, resentimiento, rabia, impotencia y degeneración. Rápidamente
surgió la violencia en gloria y majestad y no me refiero sólo a la directa, sino a la
cultural, estructural y medioambiental. Así, se fuera produciendo infecciones,
gangrenas y muerte de algunos miembros de este “cuerpo” como son los vínculos
tóxicos con el planeta, con la comunidad, con nosotros mismos y con Dios. 323
2. Dimensión intelectual: Aprender a pensar con el corazón.
La dimensión intelectual franciscana no se reduce al estudio, sino que integra de
modo dinámico el resto de las dimensiones de la vida, en una visión en donde la
voluntad se dirige a la inteligencia hacia el amor, dando prioridad a la vía afectiva
en el conocimiento de la realidad: sólo se conoce bien aquello que se ama.
324
323
T. RIED, Re-evolucionando en nuestros vínculos amorosos: la última cama UTI para nuestra
salvación. www.vidanuevadigital.com/blog/re-evolucionando-en-nuestros-vinculos-amorosos-la-v...
Consultado el 3 de Agosto de 2021.
324
Cf. K. OSBORNE, The History of Franciscan Theology, Franciscan Institute Publications, New
York 1994. Citado por Ratio Formationis OFMCap, Vivir según la forma del santo evangelio, p. 102
nota 38. www.cfmcap.org/images/docs/ratio_formationis_full/Retio_ES_AS.pdf Consultado el 211
de Julio de 2021.
325
T. RIED, Se buscan: inteligentes espirituales. (25/03/2021). www.vidalnuevadigital.com/blog/se-
buscan-inteligentes-espirituales/ Consultado el 19 de agosto de 2021.
326
Cf. P. MARTINELLI, Vocazione e forma de la vita cristiana. Rifflesioni sistematiche, Bologna
2018. Citado por Ratio Formationis OFMCap., Vivir según la forma del santo evangelio, op. cit., No.
121 nota 45.
327
Idem No. 282.
107
creciendo en la aceptación de sí. Una mirada de la historia de las heridas o de los
momentos de dolor será fundamental para ver la vida de forma misericordiosa y
amorosa.
7. Tener el coraje de sabernos autoaceptar. Reconociendo mis traumas y
maneras disfuncionales de pensar, siendo consciente de quién soy. No quiere decir
que cada vez que vayamos a decidir tengamos que hacer un psicoanálisis. Las
decisiones me enfrentan a los aspectos no resueltos de mi personalidad. Si este
precioso material pasa inadvertido, se empaña la decisión y no aprendo nada de mí.
No se trata de ser perfecto para decidir, sí de ser consciente. Afrontar y atravesar la
sombra no es solamente importante para la salud integral, sino también para
avanzar en la vida espiritual. Si estamos interesados en el crecimiento espiritual la
sombra es una tarea obligada. El ansiado fármaco para nuestro tiempo podría ser una
espiritualidad globalizante que contemple la totalidad del hombre con
alma y cuerpo, el consciente y el inconsciente, lo sano y lo enfermo. 328 Es
responsabilidad nuestra transformar cada vez más en luz, luz de la conciencia, todas
las dimensiones de nuestro ser.
Los conflictos emocionales y psíquicos son parte inherente a nuestro ser humano
que se explican por nuestra diversidad y complejidad relacional. Por los mismo, no
existe nada que no tenga conflictos contigo mismo, con los demás y en especial con
los vínculos cercanos y significativos. Es más, son parte del proceso natural de
“pulimento” del ego y de la tensión creadora que nos permite desplegar todo
nuestro potencial y los recursos que tenemos y aportar a su vez con nuestras
asperezas a hacer crecer a los demás. 329
8. Vivir con convicción de que soy suficiente, imperfecto y vulnerable,
pero también valiente y digno de sentirme amado e integrado, es la clave y su
diferencia radica en creerse merecedor de amor e integración y el derecho a ser feliz.
La vulnerabilidad es el catalizador para el valor, la compasión y la conexión. La
vulnerabilidad es el centro de todas las experiencias humanas significativas. Basta
ver el modelo de Jesús… 330
9. A redescubrir el verdadero yo en el mundo real, y siempre “con” los otros,
superando el narcisismo digital, la ambigüedad, el polimorfismo, el vivir en la
“perplejidad” y la necesidad siempre de sensaciones fuertes pero cortas y sin dejar
328
A. GRÜN, Meinrad DUFNER, La salud como tarea espiritual. Actitudes para encontrar un nuevo
gusto por la vida. Narcea 2001, 2ª. ed., pp. 95-96.
329
T. RIED & P. Juan Pablo CÁRCAMO VELASCO, Vivir por lo importante, op. cit., p. 167.
330
Idem p. 154.
108
huella. Para ello se necesitan nuevos “tecno-evangelizadores”. 331
10. Formación personal. Una de las objeciones más frecuentes que se le suele hacer a
cualquier proceso de formación personal es que encierra a la persona en un
narcisismo, que la lleva a vivirse egocentrada, únicamente preocupada por ella
misma (y “su” crecimiento). Es cierto que ese riesgo existe. Se puede constatar un
modo de vivir la formación en el que la persona está interminablemente “girando
sobre sí misma”, encerrados en la cápsula del “yo”; donde
escasamente se tiene en cuenta la realidad exterior; donde la formación se convierte
en un refugio, en un “calmante” de malestares o incluso en un pretexto para
satisfacer el propio orgullo neurótico… En definitiva, más que para crecer en
solidez, calidad de relaciones, y despliegue hacia los otros, se usa para un “sí
mismo” infecundo y estéril, sin salida a la vida. Se ha perdido, entonces, el
objetivo de la formación, y el objetivo de la vida: llegar a ser uno mismo, es
decir, en coherencia consigo y con la mayor plenitud posible -de acuerdo con quien
se es de fondo- y, desde ahí, afrontar las dificultades -entre las que aparecerá, sin
duda, la propia tendencia a la “instalación” cómoda-, para desplegarse en un eficaz
actuar social. 332
11. Formación inicial. Si el modelo de formación no responde al crecimiento
integral de la persona, es una formación desintegrada y desintegradora, que podrá
(de)formar a jóvenes desintegrados y desintegradores. Lo que no se integra, nos
dicen los psicólogos, se hace desintegrador. Se ve la necesidad de asumir un
nuevo estilo formativo, que necesita ser pensado, cada vez más, en forma
personalizada, holística, relacional, contextual e intercultural. 333 Por lo que
proponemos el modelo de Integración. Aunque el modelo de la perfección
está todavía en uso. Pues hemos visto que se ha ido modificando lentamente una
cierta idea acerca de la perfección como meta del proyecto formativo: el modelo de
la autorrealización, el modelo de la aceptación y el que debería ser utilizado hoy: el
de la integración. Pues hemos visto que el modelo de la autorrealización, desde la
331
Revista Vida Nueva Digital, ¿Cuál es la aportación de la fe en medio de la revolución
multimedia? www.vidanuevadigital.com/2015/01/30/evangelizar-comunicando-en-una-nueva-
cultur... Consultado el 3 de Agosto de 2021.
332
E. MARTÍNEZ LOZANO, Crecimiento personal y compromiso social.
www.jesuitas.lat/uploads/crecimiento-personal-y-compromiso-social/ENRIQUE%20MARTINEZ
%20-%202007%20-%20CRECIMIENTO%20Y%20COM... Consultado el 4 de Agosto de 2021;
Idem, Vivir lo que somos. Col. Serendipity 124. Desclée De Brouwer 2009, 4ª. ed., p. 63.
333
Salesianos de Don Bosco. Capítulo General XXVIII. ¿Qué salesianos para los jóvenes de hoy?
CG 28. Documento Poscapitular aprobado por el rector mayor y por el consejo general, pp. 11 y 13.
16 de Agosto de 2020. Quali_salesiani_-_Nuclei_ES(1).docx https://archive-
sdb.org>ESP>Documenti>docx DOC Consultado el 24 de Abril de 2021.
109
perspectiva psicológica, representa un modelo arcaico, típico del hombre primitivo,
porque expresa un narcisismo elemental e infantil. El modelo de la aceptación
acentúa la exigencia de reconocer en los propios límites el signo de la finitud
existencial. Bajo el punto de vista de la fe nos pone de rodillas y nos fuerza a pedir
perdón a Dios que se compadezca de nosotros pobres y pecadores, finalmente la
limitación me posibilita vivir y convivir con los límites de los otros, sin
escandalizarme, sin sentirme superior a nadie, sin ponerme rígido y hacerme duro
frente a la debilidad del hermano. El modelo de la integración utiliza los últimos
avances de las ciencias humanas, de la psicoterapia y las disciplinas clásicas de la
formación espiritual, considerando tal idea de la integración teológica y psicológica
al mismo tiempo. La persona que hace el camino hacia la integración trata de actuar
partiendo de un centro vivo, de una intuición fundamental, de un valor en el que se
reconoce su yo y lo que está llamada a ser, todas las otras energías de la inteligencia
(=logos), de la voluntad (=pathos), de la pasión humana (=eros). No parte de anular
ningún aspecto de la propia humanidad, se propone girar todos los impulsos vitales
en torno a ese eje vivo, como satélites en torno a un planeta. Dimensiones que
actualmente la formación corre siempre el riesgo de perder o ignorar con la
consecuencia de que tendremos jóvenes siempre inseguros y dudosos, sin capacidad
de optar y comprometerse y de elegir el martirio (sin pathos ni drama); jóvenes sin
la pasión y el gusto de la belleza, con un corazón pequeño e incapaz de enamorarse,
carentes de entusiasmo y sin capacidad de conmoverse (sin eros, ni pasión). 334
12. Frecuentemente la misión no es el principio articulador de la formación. Se suele
pensar que, antes de cualquier implicación personal en la misión, cada formando
tiene que resolver sus cuestiones personales, sus propios conflictos… En cierta
medida eso es verdad, pero querer solucionar los propios conflictos al margen de la
misión y de la vocación a la misión es privarse de el mejor recurso para resolverlos.
En la medida en que el espíritu vocacional-misionero no funciona, la formación se
enloquece, se convierte en una formación narcisista, demasiado atenta a lo
individual. 335 La fe puede sufrir y ha sufrido modificaciones: su moralización,
haberla encerrado en estructuras, el exceso de clericalismo o su reducción a
afirmaciones puramente teóricas y objetivas o bien -temas muy actuales hoy- a un
sentimiento estético o a algo puramente subjetivo e individualista (el narcisismo de
334
A. CENCINI, Hacia un modelo de formación hoy.
www.dominicasanunciata.org/wp-content/2016/06/wdomi_pdf_7891-PEZ8kav... Consultado el 13
de septiembre de 2021.
335
J. C. R. GARCÍA PAREDES, La Misión: La clave para entender la Vida Consagrada hoy. (Abril
2005). www.domincasanuncita.org/wp-content/uploads/2016/06/wdomi_pdf_4997-
6agNge23YmnaHgYx.pdf Consultado el 2 de Agosto de 2021.
110
la fe) (Manuel Reus). 336 Esto trae serias y graves consecuencias en la formación.
13. Se trata de la formación de los que han llegado a ser sacerdotes y las personas
consagradas del mañana. Una de las consecuencias de una mala formación que más
me preocupa (nos dice el Papa) es el clericalismo. Sin duda, es una de las
perversiones más graves de la vida consagrada. En general, es una perversión de
la vida de la Iglesia, por eso hay que tener mucho cuidado con esto en la vida
consagrada y en la formación de los seminaristas. Es una perversión porque
pervierte lo que es la naturaleza de la Iglesia. 337 El clericalismo es, a la vez, una
actitud y una estructura. Es una mentalidad que tiende a cristalizar en una cultura.
Por eso su extirpación exige el trabajo serio y profundo, sistémico y certero.
[Hay que extirparlo de raíz], por lo que se aconseja tratarlo desde la formación
inicial.
14. Por lo que hacemos una propuesta mistagógica que promueva el desarrollo en la
persona en un proceso que lleve a la desinstalación del yo, superando el estado
egoico, perteneciente al mundo de la necesidad y del deseo, para abrirse a la
plenitud del encuentro místico. 338
El yo holístico
En realidad este virus desintegrador no expresa simplemente una concepción
errónea de la formación o una metodología pedagógica inadecuada, sino que manifiesta,
más radicalmente, una concepción del yo mismo, una propiedad suya específica, la que
siempre la moderna psicología llama de la totalidad, o que, más exactamente,
debería inscribirse con un adjetivo extraño: el yo es holístico. O sea, funciona
siempre como un conjunto, en el que es difícil separar las aportaciones de las distintas
partes. 339 No es posible, debido a esta propiedad, dividir al hombre en compartimentos
estancos como si algunos sucesos permanecieran exclusivamente al cuerpo y otros a la
mente, algunos fueran sólo del instinto y otros nada más espirituales. Toda actividad,
nos guste o no, expresa el yo aunque no siempre en todos sus partes o con la misma
aportación de cada parte.
336
Diego TOLSADA, Experiencia y gratuidad. www.vidanuevadigital.com/libro/experiencia-y-
gratuidad/ Consultado el 3 de Agosto de 2021.
337
Papa FRANCISCO, La fuerza de la vocación. La vida consagrada hoy. Una conversación con
Fernando Prado, C.M.F. Editorial Claretiana. Buenos Aires 2018, p. 61.
338
Txemi SANTAMARÍA, La interioridad. Un viaje al centro de nuestro ser. Col. Caminos 12.
Desclée De Brouwer 2013, pp. 119-121.
339
Cf. A. CENCINI – A. MANENTI, Psicologia e formazione. Strutture e dinamismo, Bolonia 2000,
pp. 116-117. Citado por A. CENCINI, El árbol de la vida. Hacia un modelo de formación inicial y
permanente. www.libroesoterico.com/biblioteza/Cabala/Arbol%20de%20la%20Vida/El%20Arbol
%20De%20La%20Vida%20Pag%2010/02029.pdf Consultado el 22 de Julio de 2021.
111
Esta observación parece que se da por sentada en la teoría, pero no en la práctica, en
la que muchas veces se tiende a dicotomizar al hombre, atribuyendo tal cosa a lo físico,
esta otra a lo psíquico, y aquella a lo espiritual. También en la formación, en la que no
siempre los programas pedagógicos siguen un camino integrador ni consiguen
dirigirse a la totalidad de la persona.
Lo que no se integra se convierte en desintegrador. Este ejercicio
integrador de la vida debe comenzar por fuerza en el período de la primera formación,
para evitar que haya material (hechos, vivencias varias, relaciones interpersonales,
heridas, traumas…) que quede sin integrar: lo que no se integra se convierte en
desintegrador: como nos recuerda la psicología, con los efectos molestos y
destructores que pueden fácilmente imaginarse. 340
BIBLIOGRAFÍA
AGUADO Pedro, Sch.P., Padre General, Salutatio Patris Generalis: Carta a los
hermanos. Mayo 2021. www.escolapios.org.co/art/salutatio-patris-generalis/item/418-
carta-a-los-hermanos-mayo-2021.
ÁLVAREZ SEGURA Mar, ¿Cómo llega el narcisista maligno a puestos de liderazgo
espiritual? Dinámicas de Seducción. V Jornadas de Psiquiatría y Espiritualidad.
Roncesvalles.
www.academia.edu/37676553/CÓMO_LLEGA_EL_NARCISISTA_DINAMICAS_DE
_SEDUCCIÓN-1?email_c...
340
Idem p. 74.
112
AMIGÓ VALLEJO Card. Carlos, Corrupción y algo más. (21/11/2014).
www.vidanuevadigital.com/archivo/corrupcion-y-algo-mas/
ANDRÉS SUÁREZ Elena, ESTEBAN GARCÉS Carlos (Coords.), Hacia una teología
de la interioridad. PPC 2019.
ARCUSA LES Gloria, Narcisismo: ¿una nueva patología en nuestra sociedad actual?
2015.
www.repositorioinstitucional.ceu.es/bitstream/10637/11013/6/Narcisismo_Arcusa:2015.
pdf
Área Humana, La personalidad narcisista. Motivar el autoconocimiento para generar
el cambio. www.areahumana.es/narcisistas/
BALLESTER Mariano, S. J., La ayuda de los sueños en el crecimiento espiritual. Col.
El Pozo de Siquem 301. Sal Terrae 2006.
Basílica de la Mercé, El fariseo y el publicano. ¿Quién es justo ante Dios?
www.basilicadelamerce.es/blog-es/El-fariseo-y-el-publicano-144.html
BELTRÁN José, Los diez mandamientos de Francisco contra la corrupción: “seamos
una avalancha contra este cáncer”. www.vidanuevadigital.com/2017/06/15/los-diez-
mandamientos-francisco-la-corrupcion...
BELTRÁN J., Pablo VI y Romero ya son santos.
www.vidanuevadigital.com/2018/10/14/pablo-vi-y-romero-ya-son-santos/
BERGOGLIO Jorge M., S. J., Corrupción y pecado.
www.generacionfrancisco.org.ar/documentos/corrupcion%20y%20pecado.pdf
BERGOGLIO Jorge Mario /PAPA FRANCISCO, El pecado se perdona, la corrupción
no puede ser perdonada. CONCILIUM 358 (2014) 17-20.
BEUCHOT PUENTE Mauricio, O. P., Cap. 14. Reflexiones sobre la antropología
filosófica y la psicoterapia, pp. 175-188.
www.bgtq.ajusco.upn.mx:8080/jspui/bitstream/123456789/1439/1/14%20Reflexiones
%20La%nueva%epistemologia_impress.pdf
BIELA Stawomir, Solo Dios basta. San Pablo 2015.
BLANCO Andrea y CARDONA William, Una familia, Muchas familias: ministros
laicos en una Iglesia culturalmente diversa desde la Evangelii Gaudium. United States
Conference of Catholic Bishops.
www.usccb,org/belifs-and-teachings/how-we-teach/catechesis/catequetical-Sunday/
living-disciples/spanish/una-familia-muchas-familias
BODNER Guillermo, El narcisismo en el pensamiento kleiniano actual. Temas de
Psicoanálisis. www.temasdepsicoanalisis.org/2014/11/el-narcisismo-en-el-pensamiento-
kleiniano-actual/
113
CABARITI Sabina, La tecnología informática, una nueva herida narcisista.
Intersecciones Psi. Revista electrónica de la facultad de Psicología.
www.intersecciones.psi.uba.ar/idex.php?option=com_content&view=article&id=227:la-
tecnologia-informática-la-nueva-herida-narcisista&catid=...
CABESTRERO Teófilo, ¿Por qué tanto miedo? Los miedos en la vida humana, El
miedo de Jesús, Nuestros miedos en la Iglesia actual. Col. Caminos 104. Desclée De
Brouwer 2011.
CÁCERES Daniel, 17 Consejos para detectar y dejar a una persona narcisista.
www.businessinsider.es/17-consejos-detectar-dejar-persona-narcisista.782757
CADAVID DUQUE Álvaro, La Iglesia, un espacio de esperanza para el mundo de hoy.
Theologica Xaveriana 154 (2005) 185-208.
https://revistas.xaveriana.edu.co>article>view PDF
CARVAJAL BLANCO Carlos, La misión evangelizadora de la Iglesia. PPC 2016.
CASTELLANI Leonardo, Cristo y los fariseos. Ediciones Jauja. Mendoza, Argentina.
www.ia801306.us.archive.org/15/items/castellaniCristoYLosFariseos/Castellani%20-
%20Cristo%20los%20fariseos.pdf
CASTELLANO CERVERA Jesús, O. C. D., El gusano de seda. Símbolo pascual.
Teresa de la rueca a la pluma. www.delaruecaalapluma.wordpress.com/2019/04/21/el-
gusano-de-seda-simbolo-pascual/
CATALÁ Tony, S. J., Te doy gracias que no soy como los demás hombres.
www.centroarrupevalencia.org/te-doy-gracias-porque-no-soy-como-los-demas-
hombres/
CELADA José Luis, Xavier Guillament: El consumo es el dopaje de los infelices. www.
vidanuevadigital.com/2021/07/31/xavier-guillament-el-consumo-es-el-dopaje-de-l…
CENCINI Amedeo, Autocomplacencia de Narciso. SEMINARIOS Año 2003, No. 170,
p. 551. Tomado de Mondo Voc, febrero 2003.
www.studylib.es/doc/6342800/autocomplacencia-de-narciso
CENCINI A., Celibato y compensación. Tredimensioni 8 (2011) 43-52.
www.relal.co/images/eventos/XXIV_Retiro_de_Votos_Perfectos/Amadeo_Cencini.pdf
CENCINI A., El árbol de la vida. Hacia un modelo de formación inicial y permanente.
www.libroesoterico.com/biblioteza/Cabala/Arbol%20de%20la%20Vida/El%20Arbol
%20De%20La%20Vida%20Pag%2010/02029.pdf
CENCINI A., Hacia un modelo de formación hoy. www.dominicasanunciata.org/wp-
content/2016/06/wdomi_pdf_7891-PEZ8kav...
CENCINI A., Ladrón perdonado. El perdón en la vida del sacerdote. Sal Terrae 2018.
www.arquicartagena.org/wp-content/uploads/2020/09/Ladrón-Perdonado-Amadeo-
114
Cencini.pdf
CENCINI A., Los jóvenes desafían la vida consagrada. Congregación de los Sagrados
Corazones de Jesús y de María. Provincia del Ecuador.
www.ssccecuador.org/web/index.php/pastoral-vocacional/recursos/361-los-jóvenes-
desafían-la-vida-consagrada-amadeo-cencini
CENCINI A., Por amor, Con amor, En el amor. Libertad y madurez afectiva en el
celibato consagrado. Sígueme 2004, 5ª. ed.
www.obispadocastrensechile/cl/img_noticiesa/docu585838cfce98d_08092020_807pm.p
df
CENCINI A., MANENTI Alejandro, Psicología y Formación. Estructuras y
dinamismos. Paulinas Cd. de México 1994.
www.es.scribd.com/document/380159917/Psicologia-y-Formacion-Amedeo-Cencini
CEREZO GALÁN Pedro, La experiencia de la subjetividad en Teresa de Jesús. En:
Salvador ROS GARCÍA, O. C. D., (Coord.), La recepción de los místicos. Teresa de
Jesús y Juan de la Cruz. Universidad Pontificia de Salamanca-Centro Internacional de
Ávila. Salamanca 1997, pp. 171-204.
CHÉRCOLES A., S. J., La afectividad y los deseos en los Ejercicios espirituales.
Cristianisme i justicia, Barcelona 1995.
Consejo Nacional de prevención de abusos a menores de edad y acompañamiento a
víctimas, Prevención de abusos. Conferencia Episcopal de Chile.
www.concepcionssscc.cl/sites/default/files/2020-10/Prevención%20abuso%20-
%20MÓDLO%201.pdf
CORREA LIRA P. José Luis, Mi corazón está firme. Afectividad y sexualidad
sacerdotal. Editorial Nueva Patris, S. A., Santiago de Chile 2015, 2ª. ed.
www.books.google.co.jp/books?
id=W3mWBwAAQBA&pg=PT15&Ipg=PT15&dq=amador+cencini+y+
+el+narcisismo&source=bI&ots=bMviPMY42S&sig=ACfU...
COZZA Rino, Recuperar la visión teológica (1). (5 Jul. 2014). www.vidareligiosa.es
DAS NEVES Rui Manuel Grácio, O. P., Filosofía de la vivencia holística. Tesis
doctoral de filosofía. Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. San Salvador
2005. www.uca.edu.su/filosofia/admin/files/1252601967.pdf
DE AGUIRRE Xavier, De la santa indiferencia a la apatía social: ¿Y los jóvenes?
www.vidanuevadigital.com/tribuna/de-la-santa-indiferencia-a-la-apatia-social-y-los-
jov...
DE LA CRUZ Ramón, O. C. D., Salud y vida contemplativa. Revista de Espiritualidad
64 (2005) 215-252. www.revistadeespiritualidad.com/upload/pdf/1777articulo.pdf
115
DE LA ROSA RUIZ ESPARZA Marco Antonio, M.G., DISCERNIMIENTO
ESPIRITUAL en base a la Exhortaciones Apostólicas Gaudete et Exsultate, Evangelii
Gaudium, Amoris Laetitia y Christus Vivit del Papa Francisco. 2019. Trabajo inédito.
DE LA ROSA RUIZ ESPARZA M. A., La iluminación y el conocimiento místico en
San Pablo. Revista Lindaraja 28 (2010) 1-159.
www.realidadyficcion.es/RevistaLindaraja/Ruiz-Esparza/iluminacion.pdf
DE LA ROSA RUIZ ESPARZA M. A., Visión filosófico-teológica del coronavirus. La
incertidumbre en tiempos pandémicos. En: GÓMEZ ARZAPALO DORANTES Ramiro
A. (Coord.), Ventanas de esperanza. Problemas filosóficos, teológicos y culturales
derivados del orden social pospandemia. Instituto Intercontinental de Misionología.
Universidad Intercontinental. Ciudad de México 2020, pp. 99-120.
DE LUIS OTERO Ana, Narcisismo patológico: la aparente normalidad del que se
adora a sí mismo. (16/09/2019). Periodistas en español.com
www.periodistas-es.com/narcisisimo-patologico-la-aparente-normalidad-del-que-se-
adora-a-si-mismo-133434
DE PALACIO Mons. José Luis, El fariseo y el publicano. (28 Oct. 2019). Expreso.
www.expreso.com.pe/el-fariseo-y-el-publicano/
DELGADO Mariano: “En todas las religiones la experiencia mística tiene por objeto
superar el egocentrismo”. (18.04.2020). Religión Digital.
www.religiondigital.org/opinion/Mariano-Delgado-religiones-experiencias-
egocentrismo-union-mistica-accion-mundo_0_2220377970.html
DÍAZ BUIZA Fray Manuel, Por sus frutos los conoceréis. (23 Jun. 2021).
www.monasterioguadalupe.com/evangelio-y-reflexion-del-dia-por-fray-manuel-diaz-
briza-125/
DIVARKAR Parmananda, S. J., La transformación del yo y la experiencia espiritual:
El enfoque ignaciano a la luz de otros modos antropológicos. En: Carlos ALEMANY,
S. J., GARCÍA-MONGE José Antonio, S. J., Psicología y ejercicios ignacianos. Vol. 1,
pp. 23-34. Mensajero-Sal Terrae 1996, 2ª. ed.
DOMÍNGUEZ MORANO Carlos, S. J., Autoestima: peligro de sobredosis narcisista.
https://marcaba.org>SANLUIS>Espiritualidad RTF
DOMÍNGUEZ MORANO C., La alteridad difuminada. Reflexiones en los tiempos de
los “vínculos.com”. Proyección. Año LI, No. 215, Oct.-Dic. 2004, pp. 347-
367.www.Dialnet-LaAlteridadDifuminada-1065618.pdf
www.dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=188590
DOMÍNGUEZ MORANO C., La experiencia mística entre la dualidad y la no-
dualidad. Proyección LXII (2015) 395-324. www.Dialnet-
116
LaExperienciaMisticaEntreLaDualidadYLaNodualidad-5312708.pdf
www.dialnet.unirioja,.es/servlet/autor?codigo=188590
DOMÍNGUEZ MORANO C., Las Tres Maneras de Humildad. Una relectura desde la
teología y el psicoanálisis.
DOMÍNGUEZ MORANO C., Los registros del deseo. Del afecto, el amor y otras
pasiones. Col. Serendipity Maior 15, Desclée De Brouwer 2001.
DOMÍNGUEZ MORANO C., Psicodinámica de los ejercicios ignacianos. Mensajero-
Sal Terrae 2003, pp. 103-116.
DOMÍNGUEZ MORANO C., Reforma de vida: problemática psicosocial.
www.sjweb.info/documentos/cis/pdfspanish/200511006sp.pdf
El fariseo que llevamos dentro.
https://lomejorestaporllegardotblog.wordpress.com/2020/06/22/el-fariseo-que-llevamos-
dentro/
El Sembrador Europa, El Papa llama la atención sobre las conductas corruptas,
fariseas e hipócritas. (6 Jun. 2016). www.elsembradoreuropa.com/pap-llama-la-
atencion-las-conductas-corruptas-farisaicas-e-hipocritas
ENOMIYA LASSALLE Hugo Makibi, S. J., Zen y mística Cristiana. Col. Caminos 6.
Paulinas 1991.
ESQUIVEL Laura, Narcisista y psicópata integrado y su falta de espiritualidad.
www.estafaemocional.mx/blog/narcisista-y-psicopata-integrado-y-su-falta-
espiritualidad/
ESTÉVEZ Elisa, Habitar las afueras: experiencia de Dios en tiempos de crisis.
Theologica Xaveriana. Vol. 71. Año 2021, Bogotá, pp. 1-26.
FÉLIZ Elaine, ¿Cómo identificamos a una persona narcisista?
www.facebook.com/watch/live/?v=450878902770368&ref=watch_permalink
FERNÁNDEZ Víctor Manuel, Teología Espiritual encarnada: profundidad espiritual
en acción. (en línea). Buenos Aires: San Pablo 2005. Disponible en:
http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/rectorado/teología-espiritual-encarnada-
profundidad-espiritual.pdf [Fecha de consulta: 18 de Julio de 2021.]
FORTE Ana Luz, La cultura del narcisismo y el deseo de ser siempre joven. El
fenómeno sociocultural sutil y perverso. PUCP. ALAIC 2014 Perú.
https://underpost.net/ir/pdf/hedo/La-Cultura-del-Narcisismo.pdf
Franciso envía “mensajeros de la misericordia” a todo el mundo.
www.vidanuevadigital.com/2015/04/17/francisco-envia-mensajeros-de-la-
misericordia-...
GARCÍA HERNÁNDEZ M., Ensayo sobre vida y espiritualidad. Desclée De Brouwer
117
2015, p. 53. www.edesclee.com/pdfs/978844330275572.pdf
GARCÍA PAREDES José Cristo Rey, C. M. F., Cinco “odres nuevos”. Revista
CONFER, Vol. 59, No. 225. Ene-Feb-Mar. 2020, pp. 11-21.
www.confer-es/353/activos/textos/8549-1-cinco-odres-nu.pdf
GARCÍA PAREDES J. C. R., Epidemias del espíritu. (13 Feb. 2021).
www.xtorey.es/epidemia-del-espíritu/
GARCÍA PAREDES J. C. R., “Eros” agoniza; “Narciso” renace: consideraciones
actuales sobre el amor. (22 Sept. 2014). Ciudad Redonda.
www.ciudadredonda.org/articulo/eros-agoniza-narciso-renace-consideraciones-actuales-
sobre-el-amor
GARCÍA PAREDES J. C. R., La fiesta de la interconexión y la reconciliación de cielo y
tierra. (24 mayo 2020). https://www.xtorey.es/glorificacion-y-envio-ausencia-y-
presencia/
GARCÍA PAREDES J. C. R., La Misión: La clave para entender la Vida Consagrada
hoy. (Abril 2005).
www.domincasanuncita.org/wp-content/uploads/2016/06/wdomi_pdf_4997-
6agNge23YmnaHgYx.pdf
GARCÍA PAREDES J. C. R., Perdonar … ¿sin condiciones? (12 Sept. 2020).
www.xtorey.es/perdonar-sin-condiciones/
GARCÍA PÉREZ Carolina (psicóloga), Narcisistas en las redes sociales. (18 oct. 2020).
www.ifeelonline.com/narcisistas-en-las-redes-sociales/
GARRIDO Javier, O.F.M., Proceso humano y Gracia de Dios. -Apuntes de
espiritualidad cristiana-. Col. Presencia teológica 83. Sal Terrae 1996, 2ª. ed.,
GINÉS Pablo J., ¿Cuántos pastores narcisistas hay destruyendo parroquias y almas?
Un estudio dice que el 32%
www.religionenlibertad.com/ciencia_y_fe/477422297/ACuantos-pastores-narcisistas-
hay-destruyendo-parroquias-y-almas-un-estudio-dice-que-el-2.html
GIRALDO PATIÑO Paula Andrea, El vacío existencial y la pérdida del sentido de vida
en sujeto posmoderno: retos para el cristianismo del Siglo XXI. Cuestiones Teológicas.
Vol. 41, No. 46, Jul-Dic. 2014, pp. 425-444.
www.scielo.org.co/pdf/cteo/v41n96/v41n96a08.pdf
GONZÁLEZ ALONSO Mateo, ¿Hay motivos para celebrar la Pascua?
www.vid.anuevadigital.com/blog/hay-motivos-para-celebrar-la-pascua-mateo-
gonzalez...
GONZÁLEZ ALONSO M., La corrupción “tiene un carácter infeccioso y parasitario en
la sociedad”, denuncia Francisco. www.vidanuevadigital.com/2017/09/22/la-
118
corrupcion-caracter-infeccioso-parasitario-la...
GRÜN Anselm, O. S. B., El ángel de la tolerancia. En: Cincuenta ángeles para el
alma. Sal Terrae 2002, pp. 101-103.
GRÜN A., El espacio interior. Col. Caminos 114. Desclée De Brouwer 2012.
GRÜN A., Humildad y experiencia de Dios. Desclée De Brouwer 2015.
GRÜN A., La mistica. Descubrir el espacio interior. Col. El Pozo de Siquem 293. Sal
Terrae 2012.
GRÜN A., No desaproveches tu vida. Verbo Divino 2015.
www.books.google.co.jp/books?
id=1nSaDwAAQBAJ&pg=PT46%Ipg=PT46&dq=espiritualidad...
GRÜN A., Portarse bien con uno mismo. Col Pedal 237. Sígueme 1997.
GRÜN A., Ser en plenitud. El poder de una fe madura. Col. El Pozo de Siquem 213. Sal
Terrae 2007.
GRÜN A., Transforma tu angustia. Sal Terrae 2008.
GRÜN A., Un largo y gozoso camino. –Las claves de mi vida-. Col. El Pozo de Siquem
161. Sal Terrae 2004.
GRÜN A., DUFNER Meinrad, La salud como tarea espiritual. Actitudes para encontrar
un nuevo gusto por la vida. Narcea 2001, 2ª. ed.
GRÜN A., Mística y psicología. Revista de Espiritualidad 63 (2004) 111-122.
www.revistadeespiritualidad.com/upload/pdf/2139articulo.pdf
GRÜN A., DÜFNER M., Una espiritualidad desde abajo. El diálogo con Dios desde el
fondo de la persona. Narcea 2002, 2ª. ed.
GUERRA Santiago, O. C. D., El gusano y la mariposa. La consideración histórico-
espiritual. Revista de Espiritualidad 72 (2013) 537-571.
www.revistadeespiritualidad.com/upload/pdf/2124articulo.pdf
GUERRA S., San Juan de la Cruz y el diálogo con Oriente. Revista de Espiritualidad
49 (1990) 501-541. www.revistadeespiritualidad.com/upload/pdf/146articulo.pdf
GUERRERO Pablo, S. J., De juicios y condenas. Pastoral SJ.
www.pastoral.org/creer/2369-de-juicios-y-condenas
HABITO Ruben L. F., El Zen y los Ejercicios Espirituales. Dos caminos hacia el
despertar y la transformación. Mensajero 2015.
Hacia un modelo de formación hoy. www.confer.es/343/activos/texto/wenfr_pdf_0958-
dQhETPrEPAatYSAR.pdf
HABITO R.L. F., Liberación total. Espiritualidad Zen y la dimensión social. Col.
Betania 55. Paulinas 1990.
INFANTAS Ramiro, Reseña del libro de J. BURGO, Narcisistas. Defiéndete y
119
sobrevive en la era del egocentrismo. Paidós Barcelona 2017, pp. 127-129, 2018.
Universidad de Lima. www.redalyc.org/journal/1471/147158511008/html/
ISINGRINI Virginia, El sol también de noche. Un itinerario hacia la autoestima. Col El
Pozo de Siquem 189. Sal Terrae 2006.
JOHNSTON William, S. J., El ojo interior del amor. Col. Betania 6. Paulinas 1987, 2a.
ed.
JOHNSTON, W. La música callada. La ciencia de la meditación. Col. Betania 49.
Paulinas 1988, 4ª. ed.
JOHNSTON W., Mística para una nueva era. De la teología dogmática a la conversión
del corazón. Col. Caminos 44. Desclée De Brouwer 2003.
JUAN Ramón, La Parábola del Fariseo y El Publicano. -La sobrevaloración del yo-.
www.scribd.com/document/208008500/La-Parabola-Del-Fariseo-y-El-Publicano-La-
Sobrevaloracion-Del-Yo
KEATING Thomas, OCSO, Intimidad con Dios. Col. Caminos 9. Desclée De Brouwer
1997.
KEATING Th., La condición humana. Contemplación y cambio. Col. Caminos 30.
Desclée De Brouwer 2001.
KEATING Th., Terapia divina y adicción. La Oración Centrante y los Doce Pasos. Col.
Caminos 105. Desclée De Brouwer 2011.
KENBERG Otto, La patología narcisista hoy. 1992.
www.sepypna.com/documentos/articulos/Kernberg-patologia-narcisista-hoy.pdf
KLOBERTANZ P. Luis, Historia actual. Nueva realidad sociocultural: los sacerdotes
en este contexto. Estudio -II Encuentro Sacerdotal Patagónico-, pp. 60-64, espec. p. 61.
Revista Pastores, Año 10 - No. 28. Dic. 2003.
www.pa.bibdigital.uccor.edu.ar/1398/1/A_Rosolino_Guillermo.pdf
KOWALSKI Edmund, CSsR, ¿Haciendo o fundando bioética global? 4- La ecología
global e integral del Papa Francisco. Academia Alfonsiana. Redentorista. Scala News.
www.cssr.new/spanish/2020/03/haciendo-o-fundando-bioetica-global-4-la-ecologia-
global-e-integral-del-papa-francisco/
LARA Ángela, El perverso narcisista busca la normalidad dentro de su barbaridad.
(03-10-2016).www.larazon.es/local/cataluna/el-perverso-narcisista-busca-la-
normalidad-dentro-de-su-barbaridad-GA13649924/
LIPOVETSKY Gilles, La era del vacío. Ensayos sobre el individualismo
contemporáneo. Col. Argumentos. Anagrama. Barcelona 2000, 13ª. ed.
www.catedradatos.com.ar/media/lipovetsky-La-era-del-vacio.pdf
LÓPEZ Miroslava, El nuevo secretario de la Pontificia Comisión para América Latina
120
habla sin rodeos sobre temas controversiales que atañen a la región.
www.vidanuevadigital.com/2021/08/28/el-nuevo-secretario-de-la-pontificia-com...
LÓPEZ AZPITARTE Eduardo, S. J., El difícil arte de… amarse a sí mismo. Sal Terrae
95/05, pp. 397-407.
LÓPEZ AZPITARTE E., El pecado: experiencia de finitud y agradecimiento. Manresa.
Vol. 79 (2007) 21-35. www.repositorio.comillas.edu/rest/bitstreams/70276/retrieve
LÓPEZ AZPITARTE E., Retos para la renovación de la moral católica. Revista
Iberoamericana de Teología, Vol. IV, núm. 7. Jul-Dic. 2008, pp. 65-93, espec. pp. 84-
85. Universidad Iberoamericana. Ciudad de México.
www.redalyc.org/1252/125212587003.pdf
LÓPEZ AZPITARTE E., Simbolismo de la sexualidad humana. Criterios para una
ética sexual. Sal Terrae 2000. www.books.google.co.jp/books?
id=oPkhwJFMOLOC&Ipg=PA114&dq=fariseismo+narcisista&source=bI&ots...
LUNA Diana, El narcisista religioso: el abuso espiritual.
www.despuesdelatormenta.wixsite.com/website/post/el-narcisista-religioso-el-abuso-
espiritual
MAGARIÑOS Elena, El Papa a la Iglesia de Brasil: “Superaremos la pandemia a
medida que seamos capaces de superar las divisiones”.
www.vidanuevadigital.com/2021/02/17/el-papa-a-la-iglesia-de-brasil-superaremos-la-
p...
MALAVIA Miguel Ángel, Francisco en la misa de Pentecostés: “El mundo nos ve de
derechas y de izquierdas; el Espíritu nos ve del Padre y de Jesús”.
www.vidanuevadigital.com/2021/05/31/francisco-en-la-misa-de-pentecostes-el-
mundo-...
MALAVIA M. Á., Numerosos expertos aportaron sus claves en el curso de Doctrina
Social de la Iglesia convocado por el CEE.
www.vidanuevadigital.com/2009/09/18/ante-la-crisis-economica-la-iglesia-
debe-“constr...
MANENTI A., GUARINELLI S., ZOLLNER H., (Coord. por), Persona y Formación.
Reflexiones para la práctica educativa y psicoterapéutica. Paulinas Bogotá 2010.
www.cux-uruguay.org/wp-content/uploads/2012/07/Psicologia-y-Misterio.-Una-
relación-inédita-y-fecunda.pdf
MARIÑO María José, C. M., Recuperar el corazón. La interioridad como cuestión hoy.
Revista de Espiritualidad 75 (2016) 161-187.
www.revistadeespiritualidad.com/upload/pdf/2374articulo.pdf
MARTÍN VELASCO Juan de Dios, Dios-Oración-Hombre, pp. 1-12.
121
www.proyectojesu.es/pjesus_4/biblioteca/DIOS-ORACION-HOMBRE-Martin-
Velasco.pdf
MARTÍN VELASCO J., Increencia y evangelización. Col. Presencia teológica 45. Sal
Terrae1988.
MARTÍN VELASCO J., La noción de espiritualidad en la situación contemporánea.
Arbor. Consejo de Investigaciones Científicas, pp. 613-628.
www.arbor.revistas.CSIC.es
MARTÍN VELASCO J., La opción fundamental: ¿Quién soy yo, que voy a hacer de
mí? www.mercaba.org/FICHAS/H/116-1.htm
MARTÍNEZ ESTEBAN Andrés, Narcisismo espiritual. (25 de Oct. 2013). Religión en
libertad. www.religionenlibertad.com/blog/31880/narcisismo-espiritual.html
MARTÍNEZ LOZANO Enrique, Crecimiento personal y compromiso social.
www.jesuitas.lat/uploads/crecimiento-personal-y-compromiso-social/ENRIQUE
%20MARTINEZ%20-%202007%20-%20CRECIMIENTO%20Y%20COM...
MARTÍNEZ LOZANO E., Nuestra cara oculta. Integración de la sombra y unificación
personal. NARCEA 2012, 3ª. ed.
MARTÍNEZ LOZANO E., Otro modo de leer el Evangelio. Comentario al Evangelio
de cada día. Ciclo C – 2015/2016. Desclée de Brouwer 2015.
MARTÍNEZ LOZANO E., Psicología transpersonal para la vida cotidiana. Claves y
recursos. Col. Serendipity Maior. Desclée De Brouwer 2020.
www.untumbes.edu.pe/vcs/biblioteca/document/varioslibros/1312.%20Psicologia
%20transpersonal%20para%20vida%20cotidiana.pdf
MARTÍNEZ LOZANO E., Sabiduría para despertar. Una lectura transpersonal del
evangelio de Marcos. Col. Cristianismo y Sociedad 82. Desclée De Brouwer 2012, 2ª.
ed.
MARTINEZ LOZANO E., Semana 21 de Enero: Narcisismo, contraste y reactividad.
(21 Enero 2018). www.enriquemartinezlozano.com/semana-21-de-enero-narcisismo-
contraste-y-reactividad/
MARTÍNEZ LOZANO E., Sombra, orgullo neurótico y verdad. En: Carmelitas en
Europa, Domingo XXX del Tiempo Ordinario. Del Evangelio de Lucas 18, 9-14.
www.carmiseuropa.org/contenido/index.asp?iddc=2639
MARTÍNEZ LOZANO E., Vivir en tiempos de pandemia (y 3). Problema global,
cambios globales. (17/05/2020). Eukeria. www.eukeria.com/2020/05/17/problema-
global-cambios-globales-enrique-martinez-lozano/
MARTÍNEZ LOZANO E., Vivir lo que somos. Col. Serendipity 124. Desclée De
Brouwer 2009, 4ª. ed.
122
MATEY Patricia, Narcisismo, la nueva religión. (17/11/2015). El Mundo.
www.elmundo.es/vida-sana/2015/11/17/56448d7322601d81204624.html
MELLONI RIBAS Javier, S. J., De dónde, a dónde y por donde conducen las
religiones. En: Vivencia mística y tejido social 2006, pp. 229-242.
https://dialnet.unirioja.es/servet/articulo?codigo=2501692
MELLONI RIBAS J., El deseo esencial. Col. El Pozo de Siquem 256. Sal Terrae 2009.
MERTON Thomas, OCSO, El Zen y los pájaros del deseo, Kairós 1994, 5ª. ed.
MERTON Th., Nuevas semillas de contemplación. Col. El Pozo de Siquem 145. Sal
Terrae 2003.
MIRANDA Gonzalo, VALDIVIESO Gabriel, Sugerencias a una pastoral para los
sacerdotes. (1º. Nov. 2005). Estudios y reflexiones pastorales. Boletín Pastoral 1995-
2008. 2005. El presente documento se realizó a petición de la Conferencia Episcopal de
Chile con ocasión de la 87ª. Asamblea Plenaria, las consultas a los vicarios pastorales en
la Jornada de Junio de 2004 y los Estudios y Boletines Pastorales de CISOC-
Bellarmino.
Mística, psiquiatría y salud mental: curso de la Fundación Fernando Rielo y UIMP-
Valencia. www.rielo.com/mistica-psiquiatria-y-salud-integral-curso-de-la-fundacion-
fernando-rielo-y-uimp-valencia/
MISFUD Tony, S. J., El discernimiento: de la espiritualidad a la ética. Cuestiones
Teológicas 47 (108) 1324-154, espec. p. 141. Jul-Dic. 2020.
Doi:http://doi.rog/10/8566/cueteo.v47n108.a08
MONBOURQUETTE Jean, De la autoestima a la estima del Yo profundo. De la
psicología a la espiritualidad. Col. Proyecto 81. Sal Terrae 2002.
MONROY BALLESTEROS Benjamín, O.F.M., Contempla y quedarás radiante.
Místicos franciscanos hoy. Col. Camino 117. Desclée De Brouwer 2013.
MORENO, DE BUENAFUENTE Ángel, El silencio de Dios. Pliego No. 3,142 (31
Ago-6 Sept. 2019). Vida Nueva Digital. www.vidanuevadigital.com/pliego/el-silencio-
de-dios/
MÜLLER Phillip, La lucha de Francisco contra el clericalismo. Narcisismo y afanes
de poder en la Iglesia.
www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol157/228/228_Muller_pag.pdf
MÜLLER Wunibald, Confía en tu alma. Col. Proyecto 84. Sal Terrae 2001.
NARBONA Rafael, Etty Hillesum y la mística de la alegría.
www.vidanuevadigital.com/blog/etty-hillesum-y-la-mistica-de-la-alegria/
No sean como los hipócritas – Anexo 3: Matar al fariseo.
www.cc-sdb.org/programas/evangelio/sdm/29_c_matar_al_fariseo.pdf
123
NARDONE Giorgio, VERBITZ Tiziana, MILANESE Roberta, Las prisiones de la
comida. Herder 2012.
www.reader.digitalbooks.pro/book/preview/12766/Texto.xhtml?/6278824955867
NONTOL Lucio Marcos, Santidad y moral desde Gaudete et Exsultate. Aparecido en
Moralia 42 (2019) 31-49. Recensionado por Francesc Peris.
www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol59/233/233_Nontol.pdf , pp. 32-42.
OESTERHELD Jorge, Scholas Occurrentes y las amistades particulares. (24/06/2016).
www.vidanuevadigital.com/archivo/scholas-occurrentes-amistades-particulares-jorge-
oesterheld/
OTÓN CATALÁN Josep, S. J., Debir, el santuario interior. La experiencia mística y su
formulación religiosa. Col. El Pozo de Siquem 136. Sal Terrae 2002.
PAGOLA ELORZA José Antonio, ¿Quién soy yo para juzgar?
www.pastoralsocialbue.ar/quien-soy-yo-para-juzgar/
PANIKKAR Raimon, La puerta estrecha del conocimiento: sentidos, razón y fe. Herder
2009.
Papa FRANCISCO, La fuerza de la vocación. La vida consagrada hoy. Una
conversación con Fernando Prado, C. M. F. Editorial Claretiana. Buenos Aires 2018.
Papa FRANCISCO, Misas matutinas en la capilla de la “Domus Sanctae Marthae”.
Dios se las arregla para entrar.
www.vatican.va/cotidie_20170612_dios_se_las_arregla.html
Papa FRANCISCO, pide a sacerdotes prevenir algunas “enfermedades” eclesiales.
Vaticano 21 oct. 2017 en: OSLAM, pp. 4-6, espec. p. 5.
www.celam.org/docs/OSLAM71.pdf
Papa FRANCISCO, Soñemos juntos. Un camino a un futuro mejor. Papa Francisco
conversaciones con Austern Ivereigh. Penguin. Random House Grupo Editorial.
Barcelona 2020.
PATRÓN WONG Mons. Jorge Carlos, La dimensión humana en la formación
permanente. Encuentro Nacional de Sacerdotes. Villa Cura Brochero. Del 5-7 sept.
2017. www.clerus.va/content/dam/clerus/Dox/02%20_%20Dimension%20humana.pdf
Conferencia Episcopal Argentina. Comisión Episcopal de Ministerios. Secretariado
Nacional de Formación Permanente de los Presbíteros.
PELÁEZ Jorge Humberto, S. J., Octubre 23, 2016: Pistas para la homilía. Jesuitas
Colombia. www.jesuitas.co/pistas-para-la-homilia/3530-octubre-23-2016-pistas-para-la-
homilia
PELAYO Antonio, Una navidad precedida por un rayo.
www.vidanuevadigital.com/2015/01/09/una-navidad-precedida-por-un-rayo/
124
PELLEGRINO Don Carmelo, La experiencia de Dios hoy y la mística carmelitana.
Mistagogía y acercamiento religioso y cultural. Síntesis conclusiva. Revista de
Espiritualidad 66 (2007) 371-386.
www.revistadeespiritualidad.com/upload/pdf/1834articulo.pdf
PEÑA TOBAR Freddy, De Pascua a Pentecostés. www.vidanuevadigital.com/libro/de-
pascua-a-pentecostes/
PÉREZ, P. Moisés Daniel, La autorreferencialidad. CEBITEPAL-CELAM.
www.celam.org/cebitepal/detalle_d.php?id=61
PÉREZ ANDREO Bernardo, La corrupción no se perdona. El pecado estructural en la
Iglesia y en el mundo. PPC 2016, p. 17. https://ecat-server.grupo-sm/ecat-
Documumentos/ES178940_010421.pdf
PÉREZ PRIETO Victorino, Dios, hombre, mundo. La Trinidad en Raimundo Panikkar.
Herder 2008, nota 781. www.books.google.co.jp/books?
id=SgGIDwAAQBAJ&pg=PT257&Ipg=PT257&dq=raimon+panikkar+y+el+narcisism
o&source=bI&iots...
PÉREZ PRIETO V., Espiritualidad ecológica: una nueva manera de acercarse a Dios
desde el mundo, Theologica Xaveriana, Vol. 60, No. 169 (191-214). Enero-Junio.
Bogotá. www.redalyc.org/pdf/1910/191019350008.pdf
PÉREZ PRIETO V., La espiritualidad: único lugar en el que podemos encontrarnos
todas las religiones (1). Religión Digital, 7 de Junio de 2019.
www.espiritulidadpamplona-irunea.org//wp-content/uploads/2020/04/Victorino-Perez-
la-espiritalidad-lugar-de-encuentro-de-las-religiones-.pdf
Prédica de Gianelli sobre el fariseo y el publicano: Volvió a casa justificado.
www.fmhclarapodesta.org/pt/institucionales/95-d41-prdica-de-gianelli-sobre-el-fariseo-
y-el-publicano.html
PHILIPPE Jacques, La paternidad espiritual del sacerdote. Un tesoro en vasos de
barro. Ed. Rialp 2021. www.books.google.co.jp./books?
id=DGQWEAAABAJ&pg=PT13&Ipg=PT13&dq=narcisismo+espiritual+del+sacerdot
e&source=bI&lots=8o6ppcnKBH6sig=ACfU...
PIKAZA Xabier, S. J., El blog de X. Pikaza, Dom. 27.10.13 La oración del publicano, y
los siete fariseos del Talmud. www.religiondigital.org/el_blog_de_x_pikaza/Dom-
oracion-publicano-fariseos-Talmud-7_1514018587.html
PIZARRO POBLETE Pbro. Eugenio, Espiritualidad desde abajo. Religión Digital
(31.08.2018). www.religiondigital.org
PORCHIA A., Acerca del narcisismo. (Premio Psiquiatría Dinámica “Dr. Celes
Cárcamo”, en el 7º. Congreso Internacional de Psiquiatría, de la Asociación Argentina
125
de Psiquiatras. Buenos Aires, Oct. 2000.
www.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/sitios_catedras/
practicas_profesionales/820_clinica_tr_personalida_psicosis/material/ac...
RAMÍREZ FUEYO Francisco, S. J., El fracaso en la Biblia. Sal Terrae 106 (2018) 213-
226. Consensado por Santi Torres para
www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol57/227/227_Ramirez.pdf pp. 163-
171.
RAMOS Gerardo Daniel, S. C. J., La transformación del imaginario simbólico.
Theologica Xaveriana, Vol. 59, No. 168 (449-479) espec. p. 467, Jul-Dic. 2009, Bogotá.
www.scielo.org.co/pdf/thxa/v59n168/v59n168a07.pdf
Ratio Formationis OFMCap, Vivir según la forma del santo evangelio.
www.cfmcap.org/images/docs/ratio_formationis_full/Retio_ES_AS.pdf
Redacción Revista Vida Nueva Digital, La corrupción no se perdona.
www.vidanuevadigital.com/libro/la-corrupcion-no-perdona-bernardo-perez-a...
Religión Digital, Francisco denuncia la “fijación moral exclusiva del clericalismo” con
el sexo. (31 Oct. 2019). www.jesuitas.lat/noticias/15-nivel-214788-francisco-denuncia-
la-fijacion-moral-exclusiva-del clericalismo-con-el-sexo
Revista Vida Nueva Digital, ¿Cuál es la aportación de la fe en medio de la revolución
multimedia? www.vidanuevadigital.com/2015/01/30/evangelizar-comunicando-en-una-
nueva-cultur...
RIED GOYCOOLEA Trinidad, Actitudes para navegar en “aguas revueltas”.
www.revistanuevadigital.com/blog/actitudes-para-nevegar-en-aguas-revueltas/
RIED T., Creer y mantenerse cuerdo en un mundo de locos.
www.vidanuevadigital.com/blog/creer-y-mantenerse-cuerdo-en-un-mundo-de-locos/
RIED T., Cómo vivir como ‘amorista’: mandamientos y pecados para estar alerta.
(03/11/2020).www.vidanuevadigital.com/blog/como-vivir-como-amorista-
mandamientos-y-pecados-...
RIED T., Cuando la bajada es subida: el poder de la vulnerabilidad. (09/10/2020).
www.vidanuevadigital.com/blog/cuando-la-bajada-es-subida-el-poder-de-la-
vulnerabilidad...
RIED T., El autocuidado: el amor de tu vida también eres tú.
www.vidanuevadigital.com/blog/el-autocuidado-el-amor-de-tu-vida-tambien-eres-tu/
RIED T., La hipocresía buena: para salvar la relación. (30/03/2021).
www.vidanuevadigital.com/blog/la-hipocresia-buena-para-salvar-una-relacion/
RIED T., La paz personal y social: ¿de qué estamos hablando? (6/09/2020)
www.vidanuevadigital.com/blog/la-paz-personal-y-social-de-que-estamos-hablando/
126
RIED T., La vida y la muerte: dos realidades de una misma eternidad.
www.vidanuevadigital.com/blog/la-vida-y-la-muerte-dos-realidades-de-una-misma-ete..
RIED T., Re-evolucionando en nuestros vínculos amorosos: la última cama UTI para
nuestra salvación. www.vidanuevadigital.com/blog/re-evolucionando-en-nuestros-
vinculos-amorosos-la-v...
REID T., Saliendo del clóset. (18/02/2021). www.vidanuevadigital.com/blog/saliendo-
del-closet/
RIED T., Se buscan: inteligentes espirituales. (25/03/2021).
www.vidalnuevadigital.com/blog/se-buscan-inteligentes-espirituales/
RIED T. & CÁRCAMO VELASCO P. Juan Pablo, S. J., Vivir por lo importante.
Primera temporada. Fundación Vínculo.
https://fundacionvinculo.cl/sutui/wp-content/yokiads/2021/06/vivir-lo-
importante.OK_.pdf
RIEGO DE MOINE Inés, Sobre el Dios de la experiencia que viene al discurso de la
razón. Open Insight. Vol. V, No. 7 (Ene. 2014), pp. 157-184, espec. p. 180.
www.scielo.org/mx/pdf/f80i/v5n7/v5n7a7.pdf
ROBLERO CUM Gabriel Ignacio, S. J., Conflictos y resolución en el sacerdocio
ministerial jesuita. Una aproximación desde la teología espiritual. Rivista di ricerca
teologica 20. 2015, pp. 158-218. www.ignaziana.org/20-2015.pdf
RODRÍGUES Julio César, Poder y narcisismo en el consumo de marcas de moda
masculina. Revista Digital Prospectivas en Psicología. Vol. 4. No. 2. Jul. 2020, pp. 29-
40, espec. p. 35. Universidad Kennedy Argentina. www.kennedy.edu.ar/wp-content/wp-
content/uploads/2020/08/04_02_Revista_Prospectivas-pdf
RODRÍGUEZ Maribel, Más allá del narcisismo espiritual. Desclée De Brouwer 2021.
RODRÍGUEZ (Blogspot de la Dra. en Psiquiatría) Maribel, Narcisismo y
espiritualidad. Algunos ejemplos de la vida misma… En: ¿Ser conscientes? (9 Jul.
2016). www.maribelium.blogspot.com/2016/07/narcisismo-y-espiritualidad-
algunos.html
RODRÍGUEZ M., El “amigo” Narcisista. Parte I.
www.maribelium.blogspot.com/search/label/Narcisismo
RODRÍGUEZ Presentación del libro en México de: M., Más allá del narcisismo
espiritual. Desclée De Brouwer 2021. www.videocontexto.com/presentacion-para-
mexico-de-mas-alla-del-narcisismo-espiritual-de-maribel-rodriguez/ (2021/06/13).
RODRÍGUEZ M., ¿Qué le pasa a un narcisista? (23 Jun. 2017).
www.maribelium.blogspot.com/search/label/Narcisismo
RODRÍGUEZ OLAIZOLA José Ma., S. J., Liturgia Sábado 30 de Marzo de 2019.
127
Encuentro Regional. Santander. www.scribd.com/document/4740974861/LITURGIA
SAFFIOTTI Luisa M., Situaciones comunes que enfrentan sacerdotes y personas en
vida consagrada con la expresión de su afectividad y sexualidad. Rev. HUMANITAS
2006, 2 (2): pp. 38-67. https://dialnet.unirioja.es>descarga>articulo
Salesianos de Don Bosco. Capítulo General XXVIII. ¿Qué salesianos para los jóvenes
de hoy? CG 28. Documento Poscapitular aprobado por el rector mayor y por el consejo
general, pp. 11 y 13. 16 de Agosto de 2020. Quali_salesiani_-_Nuclei_ES(1).docx
https://archive-sdb.org>ESP>Documenti>docx DOC
SÁNCHEZ ADALID Jesús, La lógica de las rivalidades.
www.vidanuevadigital.com/tribuna/la-logica-de-las-rivalidades-jesus-sanchez-adalid/
SANTAMARÍA Txemi, La interioridad. Un viaje al centro de nuestro ser. Col. Caminos
12. Desclée De Brouwer 2013.
SCARAFFIA Lucetta, Por qué nuestros hijos no nos escuchan.
www.vidanuevadigital.com/blog/hijos-no-nos-escuhan-lucetta-scaraffia/
SCHLÜTER RODÉS Ana Ma., Espiritualidad sin evasión-acción doblemente radical.
ÉXODO 88 (2007) 50-52. Madrid.
SCHLÜTER RODÉS, A. Ma., KIUN AN, LA Palabra desde el silencio. Comentarios
bíblicos. Zendo Betania. Brihuega (Guadalajara), España 2005.
SCHLÜTER RODÉS A. Ma., La recepción del Zen entre cristianos. Zendo Betania
2011.
SKODOL Andrew, Trastorno de la personalidad narcisista. Manual MSD. Versión para
profesionales.www.unsdmanuals.com/es/professional/trastornos-psiquiatricos/
trastornos-de-la-personalidad/trastorno-de-la-personalidad-narcisista
SZENTMÁRTONI Mihály, S. J., Psicología de la experiencia de Dios. Mensajero
2002.
TAGLE GOKIM, Luis Antonio Card. S. J., La vacuna contra el narcisismo y la
autosuficiencia es salir de nosotros mismos. Segunda, 01, Junho 2020. Jesuitas.
www.jesuitas.lat/pt/redes-sociales/noticias-cpal-social/3348-tagle-la-vacuna-contra-el-
narcisismo-y-la-autosuficiencia-es-salir-de-nosotros-mismos-3451
TERRÓN (Entrevista a la psicóloga Amaya) de la AEPSIS (Asociación Española de
Psicología Sanitaria). (2020/08/28). www.youtube.com>watch
TOLSADA Diego, Experiencia y gratuidad.
www.vidanuevadigital.com/libro/experiencia-y-gratuidad/
TORRALBA ROSELLÓ Franscesc, Inteligencia espiritual. Plataforma Editorial 2013.
www.books.google.co.jp/books?id=HPSkDwAAQBAJ&pg=PT129&dq=narcisismo...
TUTUSAU J., La escritura del jugador patológico. AGC-Boletín No. 28. Primer
128
semestre 2002. www.grafoanalisis.com/escritura_jugador_patologico.htm
URIARTE Juan Ma., Madurez psicológica, espiritual y pastoral. San Sebastián, 20 de
Diciembre de 2005. www.diocesiscanarias.es/pdf/madurez.pdf
URIARTE J. Ma., Ser presbítero en el seno de nuestra cultura 1. www.pastoral-
vocacional.org/mente/uriarte1.html
VALDEZ CASTELLANOS Luis, S. J., Plenitud sacerdotal. Buena Prensa. Cd. de
México 2015.
VARELA VIDAL José Antonio, El enfermo: nunca solo ni mal acompañado.
www.vidanuevadigital.com/tribuna/el-enfermo-nunca-solo-ni-mal-compañado/
VÁZQUEZ BORAU José Luis, Contemplación e Inteligencia Espiritual. Col. Sinergia
45. Fundación Emmanuel Mounier. Madrid 2012.
VERDÚ V., La ansiedad de ser yo. Nueva época No. 1 Enero-Marzo 2003.
www.zendodigital.net
VERGOTE Antoine, “Amarás al Señor tu Dios”. La identidad cristiana. Col. Presencia
teológica 95. Sal Terrae 1999.
VILLEGAS Manuel y MALLOR Pilar, El narcisismo y sus modalidades. Revista de
Psicoterapia/Vol. XXIII, No. 89, PP. 59-109. www.centroitaca.com/pdf/el
%20narcisisimo%20sus%20modalidades-pdf
WINFIELD Nicole, Trasciende el discurso que le dio a Francisco el papado. (March
17, 2017). www.apnews.com/article/bcbf784b672542eeafecc9b06389/de
YAMADA KOÜN Röshi, Personalizar la iluminación (palabras de). Pasos 86 (2004)
3-5. Zendo Betania. Brihuega (Guadalajara). España.
ZATYRKA PACHECO Alexander Paul, S. J., Jesús y el Reino de Dios. En: Tres
conferencias sobre Jesús de Nazaret. Cuadernos de Fe y Cultura. Serie Realidad
Religiosa 39. Universidad Iberoamericana. Ciudad de México 2020, pp. 7-33.
www.rei.iteso.mx/biststream/handle/11117/6491/CFL39-Tres%20conferencias
%20sobreJesus%20Nazaret_REI.pdf?sequence=3&isAllowed=y
Zen, Autoestima y narcisismo. (Jul. 13, 2019). www.zen.bonsaigigantes.net/autoestima-
y-narcisismo/
ZORNOZA BOY Mons. D. Rafael, Carta a los sacerdotes en el inicio de curso 2018-
2019.www.obispadocadizyceuta.es/wp-content/uploads/2018/10/cara_sacerdotes_A4_A
FF.pdf
129