Badiou, Alain - Filosofía y Política (1994)
Badiou, Alain - Filosofía y Política (1994)
Badiou, Alain - Filosofía y Política (1994)
FILOSOFA Y POLTICA
Alain Badiou *
Desde Platn hasta nuestros das hay una palabra que resume la preocupacin del
filsofo ante la poltica, esta palabra es justicia. La pregunta que el filsofo le
hace a la poltica es la siguiente: puede existir una poltica justa? Una poltica que
le haga justicia al pensamiento? Entonces, tenemos que partir de lo siguiente: la
injusticia es clara, la justicia es oscura, pues el que sufre la injusticia es su testigo
irrecusable, pero quin ser el testigo de la justicia? Hay un efecto de la injusticia,
un sufrimiento, una rebelin. Por el contrario, nada marca a la justicia, la que no se
presenta ni como espectculo, ni como sentimiento.
En consecuencia, debemos resignarnos a decir que la justicia es slo la ausencia
de injusticia? Se trata de la neutralidad vaca de una doble negacin? No lo creo.
Tampoco imagino que la injusticia est del lado de lo sensible, o de la experiencia,
o de lo subjetivo, y que la justicia se ubique del lado de lo inteligible, o de la razn,
o de lo objetivo. La injusticia no es el desorden inmediato del que la justicia sera el
orden ideal.
Justicia es una palabra de la filosofa. Si, al menos, como es necesario, dejamos
de lado su significado jurdico, teido de polica y magistratura. Pero esta palabra de
la filosofa existe bajo una condicin. Est condicionada por la poltica. Pues la
filosofa se sabe incapaz de realizar en el mundo las verdades que testimonia.
Incluso Platn sabe que para que haya justicia es necesario que el filsofo sea el rey
pero que justamente no depende en absoluto de la filosofa que este reinado sea
posible. Esto depende de la circunstancia poltica, que es siempre irreductible.
Llamaremos justicia aquello a travs de lo cual una filosofa designa la verdad
posible de una poltica.
La abrumadora mayora de las polticas empricas no tienen nada que ver con la
verdad, lo sabemos. Organizan una especie de mezcla repugnante de poder y
opiniones. La subjetividad que animan estas polticas es la de la reivindicacin y el
resentimiento, la de la tribu y el lobby del nihilismo electoral y de la confrontacin
ciega entre las comunidades. De todo eso la filosofa no tiene nada que decir, pues la
filosofa slo piensa en el pensamiento. Ahora bien, estas polticas se presentan
explcitamente como no pensamientos. El nico elemento subjetivo que les interesa
es el del inters.
Algunas polticas en la historia han tenido o tendrn una relacin con una verdad.
Una verdad de lo colectivo como tal. Son tentativas poco frecuentes, a menudo
breves, pero son las nicas bajo cuyas condiciones la filosofa puede pensar.
Alain Badiou es un reconocido filosofo francs, discpulo de Louis Althusser. Actualmente es profesor
en la Universidad de Pars VIII. Entre sus libros se destacan: Teora del Sujeto, El ser y el acontecimiento,
Se puede pensar la poltica?, Manifiesto por la filosofa, Condiciones y Rapsodia por el teatro. Sus
reflexiones intentan sacar las consecuencias que para la poltica y la teora del Estado tienen las
principales innovaciones tericas de la poca: La matematizacin del infinito (Cantor), el nuevo
pensamiento del Sujeto (Lacan) y la deconstruccin filosfica (Heidegger).
De all se concluye que la justicia, lejos de ser una categora posible del orden
estatal y social, es lo que nombra los principios del obrar en la ruptura y en el
desorden. An para Aristteles, para quien su nica finalidad es la de una ficcin de
la estabilidad poltica, declara desde el comienzo del libro V de su Poltica: En
general, en efecto, quien busca la igualdad se insurge. Pero la concepcin de
Aristteles es an estatal, su idea de igualdad es emprica, objetiva, definicional. El
verdadero enunciado filosfico sera, en todo caso: los enunciados polticos
portadores de verdad surgen all donde defecciona todo orden estatal y social. La
mxima latente igualitaria es heterognea al Estado. Es entonces siempre en la
perturbacin y el desorden que se afirma el imperativo subjetivo de la igualdad. Lo
que la filosofa nombra justicia capta el orden subjetivo de una mxima en el
desorden ineluctable al que este orden expone al Estado de los intereses.
Finalmente, qu quiere decir pronunciarse filosficamente, aqu y ahora, sobre la
justicia?
Se trata, en primer trmino, de saber a qu polticas singulares uno se refiere, que
valga el esfuerzo de intentar captar su pensamiento propio, con los recursos del
aparato filosfico, del cual la palabra justicia es una de sus piezas.
En el mundo confuso y catico de hoy donde el Capital parece triunfar desde el
interior mismo de su propia debilidad, y en el que lo que es se fusiona
miserablemente con lo que puede ser, no ser una tarea fcil. Identificar los raros
momentos en que se construye una verdad poltica, sin dejarse desanimar por la
propaganda del capital-parlamentarismo es de por si un ejercicio tenso del
pensamiento. An ms difcil resulta intentar ser fiel en el orden del hacer-de-lapoltica, encontrando en los enunciados de nuestra poca algn axioma igualitario.
Se trata, luego, de captar filosficamente las polticas en cuestin, que sean del
pasado o de hoy El trabajo, es pues, doble.
1. Examinar sus enunciados; sus prescripciones y despejar el ncleo igualitario con
su significacin universal.
2. Transformar la categora genrica de justicia sometindola a la prueba de esos
enunciados singulares, de un modo propio, siempre irreductible, por el cual ellos
conducen e inscriben en la accin el axioma igualitario.
Por fin, es necesario mostrar que, transformada de este modo, la categora de
justicia designa la figura contempornea de un sujeto poltico. Y es de esta figura
que la filosofa asegura, bajo sus propios nombres, la inscripcin en la eternidad de
lo que nuestro tiempo es capaz.
El sujeto poltico tuvo varios nombres. Se lo llam el ciudadano, no, por supuesto,
en el sentido del elector de un concejal municipal, sino en el sentido del ciudadano
del batalln de los Piques, de las milicias populares. Se lo llam en otra poca el
revolucionario profesional. Se lo ha llamado el militante de las situaciones de masas.
Estamos en un momento en que su nombre ha quedado suspendido, un momento en
que es necesario encontrar el nombre.
Esto equivale a decir que si disponemos de una historia, sin continuidad ni
concepto, de lo que justicia ha podido designar, no sabemos claramente lo que ella
designa hoy Lo sabemos abstractamente, porque justicia significa siempre la
captura filosfica de un axioma igualitario latente. Pero lamentablemente esta