Poemas de Aldous Huxley

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Seleccin de poemas de Aldous Huxley

Ctedra recoge en una edicin bilinge y por primera vez en espaol la extensa
obra potica del autor ingls
| 03/05/2011

Aldous Huxley

Aldous Huxley, clebre por su obra de ficcin y sus ensayos, autor mundialmente conocido por su
novela 'Un mundo feliz', encontr, sin embargo, en la poesa, desde su ms tierna infancia, su primer y
mejor vehculo de expresin, hasta el punto de convertirse en su primera vocacin literaria. A pesar de
haber labrado su carrera literaria como novelista y ensayista, nunca dej de ser poeta. Ctedra presenta
ahora, por primera vez en espaol y en una edicin bilinge de su poesa completa, la extensa creacin
lrica del autor ingls.
OSCURIDAD
Mi alma tapiada jams ha conocido
tan ntima oscuridad, deslumbrante paisaje,
como el punto ciego, del que brotan las visiones

en el corazn de la mirada crislita...


la mstica oscuridad que acaricia el trono de Dios
en un esplendor ms all de lo imaginable,
tan fugaz destello.
Pero las largas y siniestras tinieblas
que por la ciudad se despliegan,
sutilmente confusas, se arremolinan y dispersan,
menguan y viscosamente fluyen;
tinieblas de lujuria y avaricia,
del devastado cuerpo y el perverso corazn...
Yo conozco estas tinieblas.
DOS REALIDADES
Pas un vagn con ruedas escarlata
y carrocera amarilla, nuevo flamante.
"Esplndido! -dije-, qu bueno
es estar vivo, cuando la belleza pela
la dura cscara de la vida". Y t
dijiste: "Esplndido!". Y pens que habas visto
ese vagn brillando calle abajo;
pero mir y vi que tu mirada haba cado
sobre un nio que atizaba puntapis
a una obscena inmundicia marrn.
Nuestras almas son elefantes, pens,
aisladas tras estrechos barrotes,
con trompas que asomadas fisgonean
y sobre la realidad se abalanzan;
y cada cual segn su dulce antojo
se apodera del pastel que ms le gusta
dejando atrs los dems.
VARIACIONES SOBRE UN TEMA DE LAFORGUE
La juventud, entretanto se expande, desvela
la siniestra metempsicosis
de azucenas muertas, convertidas en rosas
rojas como un tormentoso amanecer.
Pero las azucenas, recuerda, son flores sepulcrales.
Navegan, entretanto, los lentos y vivaces ptalos de rosa

a la deriva en la msica de las horas ms felices;


y esas azucenas, plidas y fras,
fogosas rosas guardan bajo el csped
del velo con el que la joven novia se despide.
LIBROS Y PENSAMIENTOS
Viejos fantasmas que olvid la muerte transportar
al otro lado del Leteo de los aos
-he aqu mis amigos, pues ante sus lgrimas
lloro y con su jbilo me regocijo.
Desde una atalaya, cuyas almenas
ponen todo el cielo ante mis ojos,
en las largas noches estivales entro en trance,
adormilado entre murmullos y fragancias
que manan de la tierra, en tanto el cielo sobre m
con su paz funde la paz del alma ma,
lo profundo hallando lo profundo. No hay agitacin que conmoverme pueda,
nada en mi liberacin la calma rompe:
en vano la iracunda luz del sol maldice
ante el silencio y la penumbra de las cavernas polares.
LA ELECCIN
Camarada, ahora que ests alegre
y por tanto eres sincero,
dime: dnde te gustara morir
y hacer que tu amigo enterrase
lo que t fuiste una vez?
"En lo alto de una colina
con una vista apacible
del pas donde en calma todo permanece?"...
Dios santo Yo no!
Yacera en la calle
all donde dos arroyos se encuentran,
con un intenso rumor que llega
a los odos,
mientras dentro del cerebro tocan
marchas de vida y muerte,
de gloria, jbilo y miedo,

de la paz que se muda,


del fragor de la contienda
y de desbandadas de ejrcitos en estampida.
Libre, all me conmocionara
lejos de los hundidos ritmos
de mi indolente esencia.
ALMERA
Los vientos aqu no tienen insignias en movimiento, pero recorren
una vaca oscuridad, una destemplada luz;
ramas que no se doblan, nunca una flor torturada
se estremece, races agotadas, a punto de volar;
alado futuro, marchito pasado, ni semillas ni hojas
dan fe de esos veloces pies invisibles: corren
libres por una tierra desnuda, cuyo pecho recibe
todo el fiero ardor de un sol desnudo.
T tienes la Luz por amante. Tierra afortunada
que concibe el fruto de su divino deseo!
Mas el seco polvo es todo lo que ella da a luz,
esa hija de arcilla creada por el perpetuo fuego celestial.
Por lo tanto venid, suave lluvia y delicadas nubes, y calmad
este amor radiante que tiene la fuerza del odio.

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