Un Concepto Foucaultiano: Estética de La Existencia

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Universidad de Antioquia - Facultad de Educacin

Un concepto foucaultiano: esttica de la existencia


Mara Helena Builes Correa1
Institucin Educativa San Vicente de Paul. Medelln.

Resumen

ste artculo se deriva de la investigacin: Esttica de la existencia: un sentido posible, para un concepto con un inmenso potencial pedaggico, poltico y antropolgico.2 Como se deduce del ttulo, se trata de ofrecer un sentido posible para el concepto, que es introducido en las ltimas reflexiones de Foucault a modo de correlato de su propuesta tica, pero sin haberse desarrollado en profundidad. El inters por configurar un sentido para el concepto obedece a que se considera portador de un inmenso potencial pedaggico, poltico y antropolgico; y por tanto constituye una contribucin foucaultiana muy significativa para el campo disciplinar y profesional de la pedagoga. En este escrito se abordarn los siguientes aspectos: la contextualizacin del concepto, los antecedentes de la investigacin, el sentido que se dise para el mismo concepto y, a modo de cierre, algunas consideraciones en torno al significado propuesto e implicaciones para el campo pedaggico. Palabras clave: Esttica de la existencia, la vida como obra de arte, pedagoga, formacin, subjetividad. A foucauldian concept: esthetics of the existence Abstract This article derives from the research project Esthetics of the existence: A possible meaning for a concept with enormous pedagogical, political, and anthropological potentials. As the title suggests, it seeks to find a possible meaning for this concept, which was introduced in Foucaults latest reflections in correlation to its ethical proposals but with no in-depth development. The interest of finding a meaning to this concept is connected to its supposed great pedagogical, political and anthropological potential, and therefore it constitutes a significant foucauldian contribution to the disciplinary and professional field of pedagogy. These aspects will be addressed in this article: concept contextualization, research background, the meaning designed for this concept, and some final reflections on the suggested meaning and its implications for pedagogy. Key words: Esthetics of the existence, life as a work of art, pedagogy, education, subjectivity.

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Magister en Educacin, Universidad de San Buenaventura, Medelln. Licenciada en Educacin: Ciencias Sociales, Universidad de Antioquia, Medelln. Docente de Ciencias Sociales. Correo electrnico: [email protected]. Proyecto realizado entre 2008 y 2010 durante el proceso de formacin de la maestra.

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introduccin: Contextualizacin del concepto:


La exploracin de Foucault a travs de los territorios discursivos de la antigedad grecorromana permite la emergencia del concepto esttica de la existencia, el cual recuerda que el arte no se agota en los objetos y que la esttica (es decir, la reflexin sobre el arte, la pregunta por los valores estticos de la forma, la configuracin y la transformacin: Farina, 2005) transgrede los lmites de la intervencin de los artistas sobre la exterioridad y es convocada a ocuparse tambin de la intervencin de las subjetividades sobre s mismas, en los campos de lo ntimo, lo privado y lo pblico. Sorprende lo que dice Foucault: en nuestra sociedad el arte se ha convertido en algo que no concierne ms que a los objetos, y no a los individuos ni a la vida. Que el arte es una especialidad hecha slo por los expertos que son los artistas. Pero por qu no podra cada uno hacerse de su vida una obra de arte? Por qu esta lmpara, esta casa, sera un objeto de arte y no mi vida? (1996: 193). Y se podra continuar preguntando: por qu una familia o una relacin de pareja de cualquier tipo, un aula de clase, un sistema econmico, una prctica poltica no pueden constituirse en una obra de arte? La reflexin en torno a la relacin entre el arte y la vida, el estilo y la vida, la esttica y la existencia, etc., no es una preocupacin exclusiva de la contemporaneidad. En distintos periodos histrico-filosficos, la vida como obra engendrada a partir de criterios de estilo y valores estticos ha sido una ocupacin relativamente difundida (Farina, 2005: 48). En la Grecia clsica se buscaba constituir una vida bella. Burckhardt (1818-1897), destac lo importante que fue este asunto en la poca del Renacimiento. Tambin a finales del siglo XIX,
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el movimiento conocido como dandismo, representado entre otros por Georges Brummell, Dante Gabriel Rossetti y Oscar Wilde, en Inglaterra; Barbey dAurevilly y Baudelaire, en Francia; propuso una radical estetizacin de la existencia. Sin embargo, se puede afirmar que el concepto esttica de la existencia es una invencin contempornea, que emerge en el contexto de la ltima parte de la obra de Foucault. El concepto nace al calor de las reflexiones foucaultianas de finales de los setenta (que lo mantuvieron ocupado hasta su muerte) y est relacionado con otros que desarroll en una etapa que muchos han denominado como tica. De hecho, aparece en 1983, cuando Foucault viene discutiendo en sus lecciones del College de France la cuestin de la parrhesa3: La nocin introducida por Foucault de estilstica de la existencia, as como la de historia de una esttica de la existencia tienen aqu, segn l, su punto de arranque. Creo que aqu tiene lugar la apertura de un campo histrico de gran riqueza. La vida aparece, ciertamente, como objeto de una esttica en un doble sentido: como materia de observacin y de configuracin. La vida como belleza posible y el bios como obra bella. Foucault se encarga, no obstante, de distinguir esta actitud de la comprensin moderna de la belleza, la cual trata ms de la esttica de los objetos que de los sujetos (Schmid, 2002: 60). En el segundo tomo de Historia de la sexualidad (1984), se pregunta Foucault: por qu y cmo se constituy la actividad sexual en un dominio moral? Por qu esa inquietud tica tan insistente, aunque variable en sus formas e intensidad? Por qu esa problematizacin? Al plantear la cuestin a la cultura griega y grecolatina, indica Foucault: esta problematizacin estaba ligada a un conjunto de prcticas que tuvieron ciertamente una importancia considerable en nuestras sociedades: es lo que podramos llamar las artes de la existencia. Por ellas hay que entender las prcticas sensatas y voluntarias por las que los hombres no slo se fijan reglas de conducta, sino que buscan transformarse a s mismos, modificarse en su ser singular y hacer de su vida una obra que presenta ciertos valores estticos y responde a ciertos criterios de estilo. Estas artes de la existencia, estas tcnicas de s sin duda han perdido una parte de su importancia y de su autonoma, una vez integradas, con el cristianismo, al ejercicio de un

Foucault define la parrhesa como el decir libre, valeroso y veraz, el hablar franco: la parrhesa, esa funcin consistente en decir libre y valerosamente la verdad, . (Foucault, 2009, p. 346)

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poder pastoral y ms tarde a prcticas de tipo educativo, mdico o psicolgico. No por ello es menos cierto que sera necesario hacer o retomar la larga historia de estas estticas de la existencia y de estas tecnologas de s (1998b: 13-14). Y a continuacin seala en una nota de pie de pgina: Sera inexacto creer que, despus de Burckhardt, el estudio de estas artes y de esta esttica de la existencia ha sido completamente descuidado. Pinsese en el estudio de Benjamin sobre Baudelaire. Tambin puede encontrarse un anlisis interesante en el reciente libro de S. Greenblatt, Renaissance self-fashioning, 1980 (1998b: 14). Se puede concluir, a partir del recorrido anterior, cmo el advenimiento del concepto esttica de la existencia, que se plantea como una invencin contempornea, no constituye una discontinuidad radical; no se puede pensar (parafraseando a Vernant) que es un viajero sin equipajes, que llega al mundo sin pasado, sin padres, sin familia, algo as como un comienzo absoluto. Muy al contrario, es el producto de unas particulares condiciones de posibilidad. Se observa adems cmo el concepto tiene muy poco desarrollo. Si bien es introducido por Foucault en 1983, un ao antes de su muerte, y presentado en 1984 en el segundo tomo de la Historia de la sexualidad, apenas si alcanza el autor a plantear aquello que ya haba sealado en el curso de 1983: sera necesario hacer o retomar la larga historia de estas estticas de la existencia y de estas tecnologas de s (1998b: 13-14). Con todo, como anota Schmid, Foucault se encarga, no obstante, de distinguir esta actitud de la comprensin moderna de la belleza, la cual trata ms de la esttica de los objetos que de los sujetos (2002: 60). Esta falta de desarrollo del concepto esttica de la existencia plantea la exigencia de construirle un sentido posible. Resultan de gran utilidad los comentaristas de Foucault y otros autores contemporneos, pero, sin duda alguna, el referente terico ms importante sobre el cual se puede construir el sentido es la obra del ltimo Foucault, especficamente su curso dictado en enero de 1982 en el College de France (La hermenutica del sujeto). Es fundamentalmente a partir de esa reflexin histrico-filosfica sobre la antigedad grecorromana que este artculo se sostiene y toma forma. Es en ese contexto que emerge el concepto, y es ese curso, con sus desarrollos, el terreno ms fecundo que ha permitido construirle horizontes de sentido.
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Antecedentes de la investigacin
La exploracin documental realizada permite concluir que no existen en el contexto hispanohablante trabajos que se ocupen del concepto esttica de la existencia, es decir, que tengan como objetivo fundamental hacer una lectura del mismo. Sin embargo, se encontr en el material revisado una fuente importante de interpretaciones y consideraciones en torno al concepto. Diferentes autores han desarrollado reflexiones de tipo tico, poltico, pedaggico y antropolgico, en las que abordan la cuestin de la esttica de la existencia. Aunque su pregunta fundamental no gire especficamente en torno al concepto, se identifican diferentes miradas y lecturas sobre el mismo. Desde la perspectiva tica, se advierte en los trabajos de Castro, R. (2004) y Schmid (2002) que ellos estn empeados en demostrar la solidez, actualidad y riqueza de la propuesta tica foucaultiana para la posmodernidad. Castro, R. habla de una tica foucaultiana que apuesta por una configuracin esttica de la existencia y un cuidado de la libertad; Schmid ubica la esttica de la existencia como la nueva fundamentacin de la tica. En ambos se reivindica para el concepto esttica de la existencia un papel clave dentro de la propuesta tica foucaultiana. Sin embargo, para estos autores, la esttica de la existencia no deja de ser ms que un correlato de la tica. Por otra parte, las lecturas de Castro, R. y Schmid sobre el concepto esttica de la existencia, aunque estn inscritas en el campo de la tica, hacen visible un concepto con un gran potencial para generar movimiento, formas y transformaciones, ms all de las sujeciones a las cuales se encuentra sometido el individuo. Desde la perspectiva poltica, los textos de Garca (2001), Gimnez (1998), Pastor y Ovejero (2006) y Rodrguez (2001) permiten develar las posibilidades del concepto foucaultiano como forma estilizada de resistencia (Garca, 2001), alternativa frente a los efectos de normalizacin del Estado moderno (Gimnez, 1998), condicin de posibilidad para transgredir los poderosos y opresivos paradigmas de la moderUni-pluri/versidad, Vol. 12, No. 1, 2012

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nidad, especialmente la idea de verdad (Pastor y Ovejero, 2006), condicin de posibilidad para la libertad y para el posicionamiento frente al poder (Rodrguez, 2001). Farina (2005) y Runge (2005), con la lectura pedaggica del ltimo Foucault, han posibilitado dos cosas: la primera (producto del aporte de Farina) es redefinir el concepto. Permite resignificar la esttica de la existencia como un ejercicio que hace el sujeto, consistente en darse forma a s mismo a partir de criterios de belleza construidos por l. La segunda posibilidad que ofrecen estos dos autores (en especial Runge, con su propuesta de una mirada pedaggica a la hermenutica del sujeto), es vislumbrar el inmenso potencial del concepto dentro del campo disciplinar y profesional de la pedagoga. Finalmente, la perspectiva antropolgica que Arancibia (2008) y Farina (2005) desarrollan permite ampliar an ms el horizonte y constatar la versatilidad y el potencial del concepto foucaultiano. Arancibia (2008) indica cmo, tras la muerte de cualquier tipo de trascendentalismo antropocntrico o teocntrico, despus de informar la muerte del hombre y la muerte de Dios, Nietzsche y Foucault, en un gesto de profunda complicidad, advierten que la esttica es el nico fundamento metafsico posible. En esa esttica trgica, que comparten ambos pensadores, se concede al arte, a la creacin, al estilo, al asunto de la forma y la configuracin una condicin ontolgica fundamental; por eso se propone, ms all de hacer cosas bellas (msica, poesa, pintura, etc.), hacer de la vida una obra de arte. En suma, se trata de: 1) una esttica informada de la muerte de Dios y del hombre; 2) una esttica que atraviesa y potencia radicalmente la vida, en su vaco, su sinsentido y su indeterminacin; 3) una esttica que se constituye en ejercicio de poder y de libertad: es voluntad de forma, es decir, voluntad de poder. Farina, partiendo de las propuestas contemporneas del arte del cuerpo, hace un aporte hermoso, novedoso y sumamente vigoroso a la perspectiva antropolgica: poner en relacin la esttica de la existencia con la composicin, la improvisacin y la experimentacin de lo cotiUni-pluri/versidad, Vol. 12, No. 1, 2012

diano. Se busca convocar al traslado de los gestos ms cotidianos del cuerpo y la experiencia a otro marco conceptual; incitar a la erotizacin de la percepcin y la intensificacin de la conciencia. Farina seala que las artes de la existencia implican una sensibilidad, un proceso continuo de composicin y ficcin, de darse forma a s mismo, un ejercicio de atencin frente a cada eleccin tomada por la conciencia tica, o, lo que es igual, un proceso permanente de conocimiento y cuidado de s. Se puede concluir que solo ese tipo de relacin consigo mismo puede asegurar la singularidad, a pesar de la subjetividad penetrada por la exterioridad, puesto que, como seala Micieli, retomando a Foucault: El exterior nos penetra, aunque la relacin con nosotros mismos nos particularice (2003: 139). Esta revisin de los antecedentes de la investigacin permite consolidar la hiptesis relacionada con el potencial pedaggico, poltico y antropolgico del concepto, y confirma la necesidad de precisar para l un significado, antes de abordar la tarea de visibilizar sus potencialidades.

El sentido diseado para el concepto (metodologa y resultados)


El significado que se ha propuesto para el concepto se resume en los siguientes tres enunciados: Llamaremos esttica de la existencia a una eleccin personal del sujeto, mediante la cual decide posicionar los criterios estticos como fundamento y finalidad de su existencia. Esta eleccin implica para el sujeto asumir la tarea de darse forma a s mismo a partir de criterios de belleza (de estilo) diseados por l mismo, orientados a hacer de la propia vida una obra de arte, una experiencia de belleza, vivida en lo cotidiano y en cada instante, una experiencia de goce de s. Esta eleccin convoca al sujeto a la inquietud de s (epimeleia heautou), la cual deriva en una serie de tcnicas de s, que posibilitan el cuidado de las fuerzas en los campos de lo ntimo, lo privado y lo pblico, partiendo de las propias condiciones de posibilidad. A lo largo de los tres captulos del informe final de la investigacin (que se ocupan de cada uno de los anteriores enunciados) se desarrolla extensamente (con numerosas y generosas citas de diferentes autores) cada una de las nociones y proposiciones en cursiva, las cuales dan cuerpo a la definicin que se ha dado para el concepto. El desarrollo de ellas incluye aspectos como el sentido que tendrn
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dentro de la definicin construida, su devenir histrico, los autores que las han propuesto o enriquecido, los conceptos relacionados, etc. En el primer captulo se abordan los conceptos esttica, existencia, eleccin personal del sujeto, criterios estticos, fundamento, finalidad. En el segundo, los conceptos sujeto, subjetividad, subjetivacin, modos de subjetivacin, s mismo, dispositivo, darse forma a s mismo: formacin, belleza, la vida como obra de arte, experiencia, experiencia de belleza vivida en lo cotidiano y en cada instante, goce de s. En el tercer captulo, en fin, los conceptos inquietud de s (epimeleia heautou), tcnicas de s, la nocin de poder en Foucault, el sujeto como sistema de fuerzas, fuerza activa, voluntad de poder, el cuidado de las fuerzas, la circulacin del poder adentro y afuera, los campos de lo ntimo, lo privado y lo pblico, el gobierno de s y de los otros: filosofa y parrhesa, las condiciones de posibilidad. Lo que se ha hecho a lo largo de la investigacin es disponer de una multiplicidad de conceptos (foucaultianos principalmente y de otros autores), ordenar a partir de ellos un nuevo artificio: un significado posible para el concepto esttica de la existencia. Una nueva ficcin, construida con Foucault y desde Foucault (no solo con l), que abre posibilidades a las subjetividades del presente y al quehacer social en el campo disciplinar y profesional de la pedagoga. Se ha diseado, con las viejas partes de un armatodo, una nueva figura; se han ordenado de otra forma elementos dismiles que han sido utilizados para construir distintas reflexiones, en diferentes tiempos y espacios; se ha jugado a crear nuevas propuestas de sentido, nuevos rdenes del discurso. Esta investigacin se ha fundamentado en los aportes de muchos autores antiguos (cnicos, estoicos, epicreos), modernos y contemporneos (Nietzsche, Foucault, Deleuze, Farina, Castro, R., Schmid, Bordieu, Garca, etc.). Por eso se ha escrito en primera persona del plural, porque se considera que no existen en ese proceso autores, sino apenas coautores. Los filsofos antiguos leen la vida como arte (lectura de primer orden); Foucault lee a aquellos filsofos paganos que han hecho una lectura de la vida (lectura de segundo orden); en el proceso investigativo, leemos a Foucault (lectura de tercer orden). La cantidad de citas del informe final de la investigacin visibiliza y al mismo tiempo hace un homenaje a quie-

nes enriquecen y empoderan el presente con su pensamiento; es una manera de evidenciar que los mritos y las autoras no pertenecen a los sujetos singulares, ya que los autores en quienes nos hemos apoyado y nosotros mismos, somos apenas copartcipes y coautores de una produccin colectiva. Quiz quien mejor ha nombrado esta realidad de lo que se debe a la tradicin de pensamiento que nos antecede ha sido Bernardo de Chartres (Bernardus Carnotensis), filsofo medieval, quien deca sobre la antigedad, segn refiere su discpulo Juan de Salisbury en su obra Metalogicon (1159): nos esse quasi nanos, gigantium humeris insidentes, ut possimus plura eis et remotiora videre, non utique proprii visus acumine, aut eminentia corporis, sed quia in altum subvenimur et extollimur magnitudine gigantea (III, 4).4 Es importante aclarar que aunque en la investigacin se aborda un concepto de Foucault, no se recurre a las propuestas metodolgicas de ese autor. No se hace una arqueologa, porque no se hacen visibles en un campo del saber las condiciones de emergencia del concepto foucaultiano esttica de la existencia. Tampoco se hace una genealoga, ya que no se revisan las relaciones de poder en medio de las cuales emerge el concepto. No es su historicidad lo que ms nos interesa, sino su potencial en diferentes campos. Podran construirse hermenuticas formales, slidas y bien dispuestas para intentar descifrar el sentido ltimo del concepto, lo que se quiso decir verdaderamente al introducir esta nocin en 1983; sin embargo, el acercamiento que se ha hecho a los textos de Foucault y al concepto mismo no tiene esa intencionalidad. Simplemente, desde un enfoque praxeolgico de los escritos de Foucault (en el sentido que seala Castro, R., quien retoma a Vzquez), se pretende utilizarlos como una caja de herramientas o un instrumental conceptual, que puede enriquecer el campo disciplinar y profesional de la pedagoga.

La traduccin es nuestra: somos enanos a los hombros de gigantes. Podemos ver ms, y ms lejos que ellos, no por alguna distincin fsica nuestra, sino porque somos levantados por su gran altura.

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Sin embargo, como seala Castro, R.: la separacin de la dimensin hermenutica y del enfoque praxeolgico podra suponer una desarticulacin peligrosa. No es posible llevar a cabo un uso plausible y significativo de la contribucin foucaultiana sin una comprensin meridiana y anterior de algunos de los sentidos que reposan en los escritos. Asimismo, tampoco puede pretenderse alcanzar una interpretacin que establezca el sentido ltimo de los textos, ya que estos mismos se resisten a dicha lectura cerrada y promueven una heterogeneidad de anlisis en que la verdad de lo dicho realmente no existe. Por tanto, debemos tomar distancia de una hermenutica del pensamiento de Foucault que no se defina como antesala para una intervencin prctica, del mismo modo que tendramos que descalificar cualquier praxeologa que se presente como un recurso completamente autosuficiente (2004: 26-28). En un punto intermedio entre lo hermenutico y lo praxeolgico se ubica esta lectura de la obra de Foucault. No se han encontrado sentidos ltimos (no se cree que existan), sino sentidos posibles, que emergen desde unas condiciones de posibilidad particulares y permiten enriquecer la pregunta por el presente, en relacin con lo pedaggico, lo poltico y lo antropolgico.

El concepto asume adems el sujeto como voluntad de poder, segn Nietzsche: La fuerza es quien puede, la voluntad de poder es quien quiere (Deleuze, 2006: 64). El sujeto de la esttica de la existencia se entiende a s mismo y a los dems como fuerzas creadoras que, desde su libertad y su condicin de posibilidad, devienen formas mltiples. Es un sujeto que se define como forma en devenir y no como sustancia o esencia inmutable. Por tanto, es un sujeto que define sus propios criterios de estilo y de belleza, que pueden ser absolutamente dismiles: mientras que para unos lo bello es la actividad, la velocidad y el vrtigo, para otros es la lentitud, la quietud y el recogimiento; para unos es dominar, para otros, ser conducidos; para unos es el derroche, para otros, la austeridad; para unos es el saber, para otros, el ignorar; para unos es la lucha, el combate y la guerra, para otros, el dilogo y la convivencia pacfica. El sujeto de la esttica de la existencia, asume las diferencias (religiosas, polticas, de identidad sexual, de formas de vida, etc.) entre los individuos como formas posibles de lo humano que despliega en el campo social sus posibilidades creativas. Los criterios estticos y la racionalidad esttica atienden asuntos de forma, composicin y transformacin, en lugar de normas, prescripciones, imperativos categricos o pretensiones de verdad. El significado que se ha construido para el concepto esttica de la existencia es un himno a la voluntad de poder que ha elegido la racionalidad esttica como fundamento y finalidad de su existencia. Racionalidad esttica que es diferente a la racionalidad instrumental, positivista y moderna; que ha derogado el pienso, luego existo, ha desmitificado (sin caer en el error de desvalorar o minimizar) la razn y ha elegido el siento, pienso y creo (de crear), luego existo. El concepto, tal como se ha resignificado, se constituye en una incitacin al refinamiento de los procesos de conciencia y percepcin de cada instante, al cultivo de una mirada atenta y una sensibilidad abierta frente a lo simple y lo cotidiano, frente a cada momento, gesto, segundo, intervalo; en fin, a la agudizacin de la conciencia y la percepcin, para potenciarlas y conducirlas a niveles y ritmos insospechados y para saturarlas de voluptuosidad, sensualidad y erotismo (entendidos como la capacidad de complacerse en las sensaciones, percepciones y dems formas de la conciencia y la sensibilidad). Nuestro concepto esttica de la existencia es un elogio a la voluntad de poder, que se empea en convertir en obras de arte memorables las ms ordinarias y prosaicas experiencias
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Consideraciones en torno al significado propuesto e implicaciones para el campo pedaggico: conclusiones


El concepto esttica de la existencia, que se ha diseado, asume el sujeto como fuerza activa, segn Deleuze: Qu es lo que es activo? Tender al poder. Apropiarse, apoderarse, subyugar, dominar, son los rasgos de la fuerza activa. Apropiarse quiere decir imponer formas, crear formas explotando las circunstancias (2006: 63). Despus explica Deleuze: slo la fuerza activa se afirma, afirma su diferencia, hace de su diferencia un objeto de goce o de afirmacin (2006: 80).
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cotidianas, de tal modo que un simple instante es transformado en un vaso lleno de perfumes, de sonidos, de proyectos, de climas (Proust, 1981, p. 238), o lo que es igual, en la expresin ms elevada, creativa y sublime de los propios criterios de belleza: en la posibilidad de la ms refinada experiencia de goce de s. Nuestro concepto es un himno a la voluntad de poder, es decir, a la voluntad de vida y de belleza, que no solo es soberana de s misma, sino que se complace y se satisface a s misma en su creacin, desplegada sobre el sujeto y sobre el mundo. Tomando distancia del contexto religioso dentro del cual se inscribe el discurso de Santa Teresa, el complacerse y satisfacerse a s mismo, podra compararse con la experiencia que describe esta autora en los siguientes trminos: y todo lo que en esta casa se guarda de encerramiento y penitencia y lo dems, se me hace en extremo suave y poco. El contento es tan grandsimo que pienso yo algunas veces qu pudiera escoger en la tierra que fuera ms sabroso. (Santa Teresa de Jess, 1982, p. 163) Nuestro concepto da cuenta de una fuerza activa y de una voluntad de poder que generan una profunda inquietud de s, un significativo nivel de preocupacin de s mismo, un notable escrpulo, refinamiento, atencin, inters, esmero, delicadeza, cuidado de s mismo y del proceso de modelacin y configuracin de la propia existencia. Tal inquietud constituye un principio de agitacin, de movimiento, de conmocin permanente a lo largo de la vida, un principio que hace emerger continuamente la interrogacin, la sospecha y la problematizacin en torno a s mismo; a la vez que convoca a una actividad vigilante, continua, aplicada y regulada en los campos de lo ntimo, lo privado y lo pblico. Nuestro concepto es una reivindicacin del sujeto, que, como fuerza activa y voluntad de poder, se entiende a s mismo como espacio pedaggico (de formacin) y espacio poltico (de poder). Nuestro concepto, en fin, es un homenaje a la voluntad de poder que es todo ser humano, siempre que despliegue su condicin de fuerza activa (fuerza que tiende a dominar) bsicamente sobre s mismo, es decir, en el campo de lo ntimo, para que, cuando se proyecte en el campo de lo privado y lo pblico: 1) convoque a cada sujeto a la soberana y el gobierno de s; 2) se rehse a prescripciones y pretensiones de verdad provenientes de cualquier dominio; 3) se resista a la adhesin ciega a cualquier causa o a ser
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sometido sin su consentimiento; 4) se niegue a someter a otros a sus propios criterios de estilo y forma; 5) explote al mximo las posibilidades y al mismo tiempo asuma sin dramatismo las limitaciones que plantean sus propias condiciones de posibilidad, es decir, su corporeidad y el espacio-tiempo socio-histrico en que habita. El sujeto de la esttica de la existencia no establece divorcios entre supuestas esferas de lo ntimo, lo privado y lo pblico. Se entiende a s mismo como un sistema de fuerzas y comprende que el poder es una relacin de fuerzas, una fuerza en relacin con otras fuerzas (no simplemente una forma, como el Estado), que constituye y atraviesa a los sujetos, que transita por los campos de lo ntimo, lo privado y lo pblico, y en cada uno de ellos ha de ser materia de observacin y composicin. Este sujeto ha comprendido que la pretensin de ser un artista de la existencia (o, lo que es igual, de hacer de la vida una obra de arte) requiere, como cualquier otro artista, pasin, mpetu y determinacin para llevar a cabo una prctica permanente de modelacin y cuidado de las fuerzas en los campos de lo ntimo, lo privado y lo pblico. En suma, el significado propuesto a lo largo de esta reflexin constituye una exaltacin de la sensibilidad, la razn y la accin; de lo emocional, lo simblico y lo praxeolgico; del sentimiento, el pensamiento y la creacin: siento, pienso, creo (de crear), luego existo. Y qu son el sentimiento, el pensamiento y la creacin, sino condiciones de posibilidad para el poder y el placer? El significado propuesto es una manifestacin hecha relato de la relacin soberana de s-goce de s; poder-goce de s; es decir, del poder como fuente de goce de s, en la relacin del sujeto consigo mismo. Qu es, si no es el poder y el goce de s, lo que ha hecho posible esta coleccin histrica de obras de arte, denominadas subjetividades y colectividades, con sus respectivas creaciones, cercanas y distantes en cuanto a criterios de belleza?
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Por cual va, aparte del poder, de la voluntad de poder y del goce de s, se podrn materializar, configurar y componer nuevas obras de arte en el orden de lo humano (en los campos de lo ntimo, lo privado y lo pblico), en la contingencia y complejidad del presente? La esttica de la existencia no es ms que eso: una mera posibilidad, que ha de convivir con otras formas y racionalidades presentes, con otros criterios de estilo, cercanos y distantes entre s. Por eso se dice que es una propuesta no afirmativa, no prescriptiva, no normativa, una eleccin, el producto de un ejercicio reflexivo de la libertad de cada sujeto. Al definir el concepto en los trminos antes mencionados, se puede vislumbrar en l una reflexin novedosa que da cuenta de una finalidad posible para la prctica pedaggica, es decir, una teora de la formacin (Benner, 1998).

Por eso este concepto, constituye una contribucin foucaultiana muy significativa para el campo pedaggico en la actualidad, a pesar, de que an no ha sido suficientemente explorado y de que es un ausente en discusiones sobre Foucault en el contexto pedaggico. Se espera que este proceso de investigacin que apenas inicia, permita visibilizar el potencial pedaggico de este concepto en todos los niveles de la educacin (bsica, media y superior); no solo a nivel terico, sino tambin prctico.

Referencias Bibliogrficas
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Reflexin a modo de cierre


Lo anterior nos permite concluir que el concepto esttica de la existencia, tal como ha sido diseado, puede hacer dos contribuciones muy importantes en el campo disciplinar y profesional de la pedagoga: la primera, enriquecer la reflexin sobre diversas nociones fundamentales, como formacin, sujeto, relacin pedaggica, espacio pedaggico, etc.; la segunda, proponer una vigorosa teora de la formacin (Benner, 1998), con dos caractersticas: 1) ser una teora de la formacin no afirmativa o no normativa; 2) ser una teora fundada sobre un concepto-activador o una idea-fuerza, con una enorme capacidad de incitacin, de generacin de acciones sobre s mismo a partir de criterios y principios diseados por s mismo. Nuestro concepto es construido para devenir en una experiencia. Es una teora que deviene en una prctica y ejercicio auto-formativo, en una capacidad de poner en cuestin los sutiles y poderosos condicionamientos y procesos de disciplinamiento provenientes de la cultura. Por tanto, constituye una novedosa y valiosa herramienta de transformacin social y poltica y de reivindicacin del sujeto. Es una idea-fuerza que convoca a la estructuracin y potenciacin de las subjetividades del presente, continuamente amenazadas con la desintegracin, como seala Duch (1997).
Uni-pluri/versidad, Vol. 12, No. 1, 2012

Universidad de Antioquia - Facultad de Educacin

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FACULTAD DE EDUCACIN

Artculo recibido: 08-02-2012 Aprobado: 14 -04-2012

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