Mundo Salvaje
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La Tierra ya no existe. Escapando de la evolución prematura del Sol a Nova, los últimos supervivientes de la humanidad huyen de su destruido hogar utilizando un dispositivo experimental que los lleva al otro lado de la galaxia.
La flota cuenta con diez mil supervivientes, recursos cada vez más escasos y con la esperanza disminuyendo con cada día que pasa, todos se encuentran al borde del punto de quiebre. Gaia, su nuevo hogar, ofrece una última oportunidad de supervivencia para la raza humana.
Pero cuando el mayor Tom Merrick y la Capitana Juliana Curran lideran la expedición para explorar esta nueva frontera, se enteran de que Gaia es un mundo lleno de peligros y secretos mortales.
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Mundo Salvaje - Jennifer Slusher
CAPÍTULO 1
SHARKS
"¡T ommy por favor! ¡Abre la puerta!"
Los gritos de Lisa ya no se podían escuchar a través de la puerta sellada herméticamente, sin embargo, era sencillo adivinar lo que ella estaba diciendo. Tom la miraba sin poder hacer nada, sintiendo cada golpe de sus puños contra la ventana como si fueran puñaladas en su corazón.
Una explosión se dio detrás de Lisa y arrojó una bola de plasma de fuego. En otras circunstancias, las columnas de fuego azul eléctrico que se acercaban a Lisa podrían haber sido consideradas hermosas, pero él ahora las veía con horror. Los otros que estaban detrás de ella murieron primero, sus cuerpos fueron devorados por las llamas con tanto poder que apenas si tuvieron tiempo de gritar antes de desintegrarse en una pared de fuego.
En ese momento Tom pudo ver el entendimiento en el rostro de su amada. En los pocos segundos antes de que el plasma la cubriera completamente, con un calor tan intenso que incluso su sudor se secó instantáneamente, Lisa asintió. Ella entendía y sabía. Dios mío, ella sabía…
… y ahora ella estaba muerta, consumida en llamas de color zafiro. A Tom le pareció verla gritar, pero no la pudo escuchar sobre el ruido de las llamas o la hermética puerta de seguridad. El cabello color dorado que él amaba acariciar cuando hacían el amor, ahora se quemaba dándole una aureola que ella juraba jamás poseería. Por un segundo parecía que las llamas con tono azul verdoso moteado le daban a su Lisa alas, antes de envolverla completamente. Un ángel convertido en una antorcha viviente con piel blanca ahora translúcida y quemándose demasiado pronto.
Tiempo después él se recriminaría a sí mismo el no haber actuado antes y ahorrarle a ella ese dolor, pero no es importante ya que el pagaría por su pecado cada noche, en sus sueños. No por haber fallado en salvarla, sino porque la dejó quemarse.
Ella lo sabía y, sin embargo, con su último aliento le había perdonado su traición.
¡¡TOMMYYYYYYYYYY!!
El Mayor Thomas Ian Merrick se levantó cubierto en sudor frío y temblando como un perro sin hogar con un persistente dolor de cabeza tratando de recordar en donde se encontraba. Por unos segundos, él pensó que seguía en esa nave en llamas, tratando de salvarla del fuego de plasma que consumía la cubierta de ingeniería. Al desaparecer la pesadilla, sus neuronas se reagruparon para recordarle donde se encontraba.
En un armario de suministros. O más bien, en su armario de suministros. En una pesadilla completamente diferente.
Él se había apropiado del pequeño espacio para poder tener un poco de privacidad, alejado del resto de la nave. La pequeña habitación apestaba a desinfectante y polvo, con espacio suficiente para sentarse o estirar las piernas. Su espalda estaba contra uno de los estantes y uno de los bordes se le clavaba en el hombro, pero la puerta podía cerrarse por dentro, y por eso justamente Tom lo consideraba su paraíso personal. Todo lo que le esperaba más allá de esa puerta era un infierno.
Él necesitaba un poco de soledad y, en esta nave, tan llena como estaba con los últimos restos de la civilización humana, la privacidad era un lujo que nadie tenía en abundancia. Porque cuando cruzara esa puerta se vería forzado a retornar al superpoblado y transformado espacio de carga, que compartía con el resto de su compañía. Antes el comandante de una compañía tendría asegurado sus propias habitaciones privadas, pero eso fue hace mucho tiempo ya. El espacio en cualquier nave de la flota era escaso y su comodidad no era una prioridad.
Aquí, rodeado de estantes llenos de líquidos de limpieza, trapos y demás suministros; Tom podía oír el zumbido constante del motor de la nave a través de las paredes. Hasta este viaje, él jamás se había dado cuenta de cuanto odiaba el molesto sonido que ahora se sumaba al caos que existía en las cubiertas de la nave.
Al menos aquí, él tenía un descanso del incesante sonido y; además, podía emborracharse y no pensar en Lisa, la mujer a la que él se vio forzado a sacrificar para salvar la nave.
Después de un tiempo, él se paró con un incómodo hormigueo que recorría sus piernas hasta que la sangre comenzó a circular normalmente de nuevo. Punzadas de dolor en sus sienes producto del alcohol barato que había estado bebiendo también había dejado la sensación de que un animal había muerto dentro de su boca. Apoyándose en uno de los estantes de acero empezó a buscar en el piso su camiseta gris manchada de sudor, la encontró y se la puso. Pasándose la mano por su cabello negro y cortado casi al ras, trato de arreglarse un poco, aunque no había mucho que arreglar en primer lugar. Él frunció el ceño después de inspeccionar su cara con sus dedos y darse cuenta de que necesitaba afeitarse urgentemente. Sin embargo, el agua, así como todo lo demás en esta nave estaba racionado a tal punto que una ducha de dos minutos era considerada un lujo y nadie se atrevería a sugerir siquiera usar un poco de agua para afeitarse.
Es probable que esa sea la razón por la que todas las mujeres visten pantalones largos y calzones de abuelita.
El pensamiento lo hizo reír hasta que salió del armario y se encontró con el caos de la nave.
En sus mejores tiempos, la HMS Rutherford fue una nave usada sólo para transporte militar. Ella trabajaba mandando soldados de un punto al otro del sistema solar, rastreando esos bastardos locos de Tierra Primero que estaban determinados a detener la colonización de Sol por cualquier medio necesario. Esto significaba normalmente, el tener que interrumpir las operaciones mineras en Calisto o las de Ananke Cluster mediante el uso de bombas y otros actos de terrorismo.
La Rutherford, también conocida comúnmente como Ruthie, tiene cuatrocientos metros de ancho y constaba de diez cubiertas con un EM-Drive de última generación capaz de viajar a la mitad de la velocidad de la luz. Aparte de transportar soldados, ella también lleva pasajeros y equipo desde la Tierra hasta las colonias además de tener una capacidad de tripulación de ciento cincuenta personas. Sin embargo, ella lleva actualmente setecientas personas.
Cuando Tom salió del armario de suministros chocó contra una de las setecientas personas que en su mayoría eran civiles refugiados de la Colonia Europa. Podría parecer que setecientas personas en los confines de la Ruthie es demasiado, pero es eclipsado por el número de personas que fueron dejadas detrás. El haber ayudado que embarcaran todas estas personas hizo que los rostros de aquellos que dejaron atrás se quedaran grabados en su memoria para siempre. Como cuando el sol explotó, evolucionando en una estrella Nova.
Apenas puso un pie en el pasillo, el ruido del exterior se elevó golpeando sus sentidos brutalmente. Un grupo de niños pasó corriendo enfrente de él, se detuvo a observarlos hasta que desaparecieron al final del corredor, parecían estar jugando de alguna manera en esta situación en la que se encontraban. Tom se estaba acostumbrando al ruido justo cuando el olor le llegó. Aun teniendo el sistema de ventilación funcionando a toda capacidad para mantener el ambiente fresco, parecía que nada podía detener el tufo de tantos cuerpos. Adjuntando eso con el racionamiento del agua y bueno…
Huele como un granero aquí, no era la primera vez que este pensamiento se le cruzaba por la cabeza.
Tom ya no notaba los objetos apilados contra las paredes y a lo largo de la cubierta cuando caminaba por los pasillos, las mamparas estaban convertidas en memoriales de aquellos que fueron dejados atrás. Los altares tenían fotografías, juguetes, recuerdos, nombres escritos en el acero, y notas dejadas por los dolientes que se encuentran aún en shock debido al nuevo orden mundial. Tom ya no veía sus caras, solo sus formas que desaparecen dentro de las paredes, como fantasmas vivientes.
Ellos a su vez le daban un amplio margen mientras pasaba, porque todo acerca de Tom Merrick decía, ‘aléjate’.
Tom mide un metro con ochenta y tres centímetros, su cuerpo está lleno de músculos mantenidos por años a punta de pura disciplina militar con la perpetua marca de una pequeña barba, que tenía aun cuando había agua disponible, y sus intensos ojos color avellana acentuaban su ceño. Y si eso no era suficiente entonces su uniforme ciertamente lo era. Tom era un militar y ellos eran considerados los más duros.
Para el resto era fácil asumir su carácter solamente basado por su apariencia, sin embargo, su simpatía acerca de la situación en que se encontraban hubiera sorprendido a todos. Tom perdió a sus padres antes de que la Tierra fuera destruida y él sentía algo de morbo por considerarse afortunado por este hecho. Su madre había muerto antes de que él se enlistara en el ejército y su padre apenas una década después. Él ciertamente se consideraba un verdadero afortunado no haber tenido que sufrir la pérdida de su familia como el resto en esta nave que fueron forzados a dejarlos atrás por falta de espacio.
Aunque para ser justos, si Johnno Merrick hubiera muerto cuando el Sol se convirtió en Nova, Tom no habría perdido el sueño. Johnno Merrick era ciertamente un maldito bastardo que merecía quemarse.
El Sargento de Artillería Derick Rickman, apodado Gunny, con un metro, noventa y tres centímetros de altura, él parecía origami doblado, sentado como estaba leyendo uno de los libros de Tom Merrick en una pequeña esquina de la bodega de carga que fue modernizada para su unidad. Perdido entre las páginas del libro, su concentración se vio interrumpida al escuchar voces cerca, él alzó sus ojos azules. Ya no existía la privacidad en esta situación y Derick sabía que esto sería lo máximo que iba a poder tener.
Derick era más afortunado que la mayoría de los que lograron sobrevivir cuando la Tierra fue destruida porque su hermano aún vivía y eso era más de lo que muchos en la nave tenían. Luke se encuentra en la nave llamada Olympus; él había logrado entrar a una de las naves antes de que despegaran, lo que no había sido el caso para sus padres y su hermana pequeña Lily. El solo pensar en ellos le causaba dolor, pero el pensar que ahora ellos se encontraban con su hermano mayor Chris le traía algo de consuelo además Derick sabía que algún día él y Luke se encontrarían otra vez.
¡BOOM!
Derick se sobresaltó por el ruido. El ruido vino desde el centro de la habitación donde una de las sillas ocupadas alrededor de la mesa se volteó, la mesa que normalmente era usada para jugar póker. Alzó la mirada justo a tiempo para ver como el Cabo Ozymandias Washington, quien pronto será degradado a soldado raso, quitó la mesa de su camino y se lanzó contra el Soldado Linus Voight.
Cartas, vasos y fichas de póker se estrellaron contra el piso cuando Ozzy cayó encima de Linus, forzando a los otros a alejarse de la pelea. El Soldado Alain Dupree era el único que hizo el intento de separarlos antes de que se fueran a los puños, él trataba de alejar a Ozzy del ex infante de marina del Heir mientras que los otros optaron por observar el espectáculo, incluso aquellos que veían desinteresadamente una repetición de un partido, se habían reunido a alentar a los combatientes.
Derick se levantó inmediatamente y acercándose a la improvisada arena de pelea, maldijo para sí mismo. Bajo cualquier otra circunstancia el Sargento Joshua Jackson, a quien todos llamaban Jazz, podría haberse encargado de la situación, pero Derick había visto a Jazz salir de la habitación para correr alrededor del barco así que ahora le tocaba a él lidiar con esto.
¡¿QUÉ DEMONIOS ESTA SUCEDIENDO AQUÍ?!
El grito que pegó Derick fue tan fuera de carácter que los dos hombres que estaban peleando se detuvieron instantáneamente con sus puños en posición de guardia como si fueran a someterse al uso de las reglas de Queensbury. Acostumbrados a recibir este tipo de tratamiento de parte de su Sargento y del Mayor, el resto del pelotón no esperaba esa reacción del siempre sereno Gunny, por eso todos lo miraban asombrados y con bocas abiertas. Si no se encontrara tan enojado, Derick hubiera encontrado la situación graciosa.
Él no era el típico militar de la Marina y definitivamente tampoco era como cualquier otro Sargento de Artillería ya que él no tiende a gritar sin razón alguna. De hecho, comparado con el Mayor quien te daría una sonrisa muy parecida a la del T-Rex justo antes de hacerte pedazos o podría arrancar pintura de una pared con solo una mirada si quisiera. No, definitivamente Derick era el único razonable dentro del Pelotón del Tigre y si tenías algún problema siempre podías hablar con él, es el tipo de persona que te convencería de que es una mala idea el solo pensar aventarte por una ventana.
Con casi dos metros de estatura, un cuerpo bien formado, una mandíbula firme, ojos de un color gris-azulado intenso y, sin importar cuanto se la corte, una melena de cabello que va en contra de las regulaciones de la Marina; Derick sobrepasaba en altura a la mayoría de los Sharks. Es una de las razones por las cuales la ira de Derick no es nada para tomarse a la ligera y sin embargo no perdía su atractivo aun cuando estaba sudado, con un uniforme apestoso y botas del tamaño de canoas. La autoridad que irradiaba no dejaba lugar a dudas que él esperaba ser obedecido.
Por supuesto que serían estos dos, pensó Derick mientras cogía a Ozzy y a Linus por los hombros y los separaba como si se trataran de dos niños peleando en un parque de diversiones.
¿Están bromeando?
Los apartó empujándolos en direcciones opuestas.
Linus tropezó cuando retrocedía antes de ser detenido por el cuerpo de la Soldado Ren Richards, una atractiva chica con un impresionante y salvaje cabello pelirrojo. Ella empujó a Linus hacia donde Derick estaba, su cara enojada indicaba que ella tampoco podía creer lo que estaba pasando; Derick y ella cruzaron miradas mientras ella agitaba la cabeza en fastidio. Ozzy por otro lado lo hizo mejor, no perdió el equilibrio y se enderezó casi igualando en estatura a Derick.
"La humanidad está al borde de la extinción. Tenemos disturbios por la comida y niños durmiendo en los vertederos de recolección de comida porque no tenemos espacio para ellos. En cualquier momento una decena de cosas podrían salir mal y con todo eso ¿quieren agregar actuar como idiotas a la lista? ¡No me importa quien comenzó! Esto se termina ahora."
Derick los fulminó con la mirada silenciándolos antes de fijarse en la multitud. Los mirones se callaron mirando sus botas como si fuera lo más interesante del mundo, atónitos de que el normalmente tranquilo Gunny se hubiera enojado tanto con ellos.
En una hora saldremos y trataremos de mantener el orden durante la distribución de la comida en medio de la hambruna que existe. ¡Habrá suficientes personas molestas con nosotros, culpándonos porque hacemos cumplir las reglas y ustedes aquí peleando como dos niños pequeños en vez de estarse cuidando las espaldas!
Y eso fue todo, Derick tenía razón, cualquier resentimiento que los hubiera llevado a pelear se desvaneció por completo en comparación con la cruda realidad. Ellos eran Sharks y los Sharks se cuidaban unos a otros, especialmente ahora.
Perdona Gunny
El uso del apodo por parte de Ozzy significaba que el mensaje había sido recibido fuerte y claro, además por su expresión podías intuir que fue recibido con un poco de vergüenza.
Lo siento
Linus dio un paso al frente con la mano extendida hacia Ozzy quien en cambio ofreció un choque de puños.
La paz, Kraut
Ozzy sonrió mientras Dupree le daba una palmada en la espalda en aprobación.
Vete a la mierda, americano
respondió sonriendo Linus
¿Qué sucede aquí? ¿Una boda?
¡Mayor EN CUBIERTA!
Con retraso alguien gritó. Derick reconocería esa voz en cualquier lugar por eso reaccionó inmediatamente.
Cuando entró en el lugar llamado cariñosamente ‘La Cueva’, Tom se encontró con los vestigios de que una pelea había sucedido, él ciertamente no podía culparlos ya que dada la situación en la que se encontraban y con el poco espacio que había era normal que los ánimos estuvieran alterados. El estar apretados en improvisadas bodegas de carga hacía que se sintieran y vieran como ovejas encerradas.
Antes los soldados de la Rutherford hubieran tenido sus propios cuartos, pero desde que el Éxodo sucedió cada espacio, con excepción de las áreas peligrosas, era usado como habitación. Ahora, la Rutherford era un bote salvavidas más en una flota compuesta de naves militares, de carga y líneas de cruceros, todos unidos bajo el mismo estandarte que se llamaba ‘La Alianza Terrestre’.
La competencia que alguna vez existió entre las diferentes organizaciones militares de Sol fue dejada atrás en favor de proteger los últimos vestigios de la raza humana. Y mientras la transición para convertirse de cuerpo de aviación a Cuerpo Espacial fue sencilla, la consolidación de las Fuerzas de Infantería de la Tierra fue mucho más complicada.
Las fuerzas americanas se juntaron con otras unidades como las Fuerzas Aéreas Especiales Británicas (SAS), el Cuerpo de la Marina de China, las Tropas Coloniales Francesas, la Brigada de Infantería de las Fuerzas de Defensa de Israel llamada Givati y otras nacionalidades. Una vez consolidadas en una sola fuerza que se le nombró Cuerpo de Reconocimiento y Artillería Pesada de Seguridad con su acrónimo SHARC, por sus siglas en inglés, lo que dio paso a su apodo oficial que se hizo viral rápidamente Sharks que en español significa Tiburones.
Tom fue dado el rango de comandante en el Pelotón del Tigre, compuesto de 40 personas con diez por escuadra y tuvo que admitir que el nombre les caía como anillo al dedo. El término Sharks es mucho mejor que ser llamados Fuerzas de la Marina de Estados Unidos o Marines, que sabía que molestaría a las tropas no americanas e incluso a sí mismo.
Tranquilos
Tom les dijo con un gesto desdeñoso de sus manos cuando vio que todos se formaban ante su llegada. Su jaqueca estaba peor que antes, gracias al entusiástico anuncio, pero mantuvo su calma. La moral de todos ya estaba casi destruida sin tener que agregar a Tom actuando como un borracho.
Él pudo observar como la hostilidad que existía entre Linus y Ozzy se disipaba y asumió que todo estaba olvidado en el momento en que Derick les recordó que los Sharks se cuidaban unos a otros. El grandulón sabía cómo calmar las aguas y Dios sabe que han sido amigos el tiempo suficiente como para confiar en que Derick puede manejar la situación.
Él es una persona valiosa y su amistad se remonta a un bar en Miramar cuando Tom aún era un suboficial y es por eso que, cuando se enteró que Derick había sobrevivido al éxodo de la Tierra se sintió tan aliviado que pidió que lo asignaran como sargento de artillería en su nuevo pelotón. El servir juntos se convirtió en una de las pocas cosas positivas que trajo la situación actual de la humanidad, además, Derick Rickman es el único yanqui que conoce y que no siente la necesidad de estrangular.
Buenos días, señoritas
Tom los saludó con un asentimiento de cabeza y luego miró a los ojos color gris-azulado de Derick. ¿Qué está pasando aquí entonces?
Solo un par de idiotas desahogándose
Derick no veía razón para entrar en detalle. Aparte, era muy posible que Tom ya supiera todo. Está solucionado.
Ozzy le dio una mirada de sorpresa a Gunny, pero no dijo nada, si Gunny creía que era mejor callar entonces él no iba a contradecirlo. Por otro lado; él no quería que el Mayor lo regañara, él podía gritar aún más alto que Gunny, cruzó una mirada con Linus y quedó acordado que el guardar silencio era su mejor opción.
Con la llegada de Tom y la situación controlada, la atención de Derick se enfocó en su mejor amigo y comandante. Tom estaba haciendo su mejor esfuerzo en ocultarlo, pero él podía ver las señales de lo que seguramente era otro ‘emborracharse hasta desmayarse episodio’.
Él no diría nada en frente de los demás, pero en privado, tal vez mencionaría que el problema de Tom con la bebida parece empeorar con cada día que pasa. Era claro que Tom tenía resaca a juzgar por sus ojos rojos, piel húmeda y el ligero hedor del licor rancio; si le hubieras preguntado a Derick hace seis meses él te hubiera dicho que no le importaba cuanto bebiera Tom porque él estaba en su misma situación.
En ese entonces Tom solo bebía de vez en cuando y sabía cómo dejar la bebida, pero algo sucedió después de que Ruthie dejó Sol; sin embargo, lo que más le preocupaba a Derick era la calidad del alcohol que bebía. Derick juraba que él mismo expulsaría por una esclusa de aire al desgraciado que le proveía a Tom esa basura de alcohol con la que se envenenaba cada día.
Bien
Tom asintió confiando en Derick cuando decía que este era un asunto cerrado. Aparte, Derick lo estaba mirando calculadoramente, no había que ser un genio para saber por qué ya que esa mirada le era muy familiar; Derick está preocupado por él y por más que odiara admitirlo Tom sabía que tenía razón para estarlo. Definitivamente era una conversación para otro día, él decidió.
¡Muy bien, escuchen atentamente!
Tom les habló a todos una vez se relajaron un poco sabiendo que no habría represalias por la pelea anterior. "Me llegó información de que el Obelisk solo tiene la mitad de las raciones que se suponía llevaba. Aparentemente el deterioro de la comida y la distribución de los suministros es peor de lo que pensábamos."
Se escuchó una protesta colectiva, habría personas hambrientas en el Ruthie esta noche y estarían enojadas porque los Sharks estarían entre ellos y la poca comida que recibirían. Derick maldijo para sí mismo mientras cruzaba miradas con el Mayor quien se encontraba tan enojado como él acerca de esto.
Mirando su reloj Derick decidió que era mejor centrarse en otras cosas antes que enfocarse en algo que no puede cambiarse.
¡Muy bien! Estaremos en cubierta en cincuenta y dos minutos. ¡Escuadrón Alfa es su turno! Quiero comprobación del equipo en treinta minutos. ¡Ozzy!
Gunny le gritó al que recién había sido regañado. Actúa como un soldado y encuentra a Jazz...
No hay necesidad Gunny, estoy aquí
Jazz se anunció a sí mismo mientras entraba a la habitación, acababa de terminar de correr cuando escuchó las órdenes de Gunny. ¡Ya escucharon! ¡Prepárense!
La multitud se dispersó apenas Jazz empezó a gritar órdenes, moviéndose en varias direcciones en camino a sus habitaciones. Derick observó el cuerpo esbelto de Ren Richards seguir a la multitud y por un segundo pudo apreciar como su cabello caía en cascada sobre sus hombros. Apartando la mirada rápidamente Derick frunció el ceño mientras se recordaba que él era su superior y que tiene que olvidarla. Pasándose una mano por el cabello se giró a mirar a Tom.
¿Alguna orden, Mayor?
Su tono era formal al preguntar, pero la verdad es que se conocían desde hace años y eran los mejores amigos.
Sí,
Tom asintió mientras se acercaba a Derick y bajaba el volumen de su voz. Necesito que también lleves contigo al Escuadrón Beta. Ambos sabemos que se pondrá feo a la hora de la comida.
Eso es un jodido eufemismo.
Derick Rickman nunca quiso ser un soldado, desde que tiene memoria lo único que quería ser era un fotógrafo profesional para algún periódico; sus sueños constaban de viajar a través de Sol tomando fotos de eventos y lugares importantes inmortalizando así sus experiencias cuadro por cuadro. En su niñez era un fotógrafo apasionado, su colección abarcaba desde modernas grabadoras holográficas hasta cámaras de película anticuadas e incluso grabadoras de video. Para cuando tenía 10 años, él ya sabía cómo usarlas todas, si hasta tenía una cámara Browning antigua que compró en una tienda donde vendían chatarra.
Su padre, Daniel Rickman fue un militar toda su vida y así fue como Derick pudo perfeccionar su pasión por la fotografía con cada nueva mudanza a una luna o planeta diferente. Derick sospechaba que este era un pasatiempo que su padre alentaba porque consideraba que su hijo era demasiado inteligente y sensible como para llevar una vida militar.
El hermano mayor de Derick, Chris, era quien seguía los pasos de su padre. Chris era el primogénito del matrimonio de sus padres, Daniel y Susannah, nacido un año después de haberse casado por lo que la pareja decidió esperar un par de años más antes de tener más niños. Como resultado, Derick nació 4 años después, su hermano menor Luke vino al mundo tres años luego y pasaron cinco años más antes de que Susannah tuviera a Lily, la niña que siempre quiso.
Cuando Derick tenía dos años, Chris colgó una luna en su cuarto y a pesar ser el típico hermano mayor que tormenta a sus hermanos menores, él nunca fue excesivo o cruel en su trato. En la ausencia de su padre Chris era el hombre de la casa y tomaba su responsabilidad con seriedad, cuidando a sus hermanos menores y ayudando a su madre con las tareas del hogar.
Chris había sido el mejor amigo de Derick y también su confidente, aun cuando tenía amigos de su edad nunca le hizo sentir que sobraba; y si, por alguna razón a los amigos de Chris no les gustaba que un niño pequeño los siguiera a todos lados entonces su hermano ya no tenía tiempo para ellos.
Por lo que no fue ninguna sorpresa cuando Chris decidió seguir los pasos de su padre uniéndose a la milicia, así fue como se enlistó en los Militares Marinos Planetarios cuando tuvo la edad suficiente, Derick pensó que era muy apropiado para él ya que era muy parecido a su padre y tenía sentido que quisiera seguir la tradición familiar. Cuando Chris partió al campamento de entrenamiento, Derick aún se encontraba cursando la escuela primaria tomando un curso para la preparación universitaria y ojeando cada beca en periodismo que pudiera encontrar.
Fue seis años después, justo un mes después de la graduación de Derick de la escuela secundaria, cuando Chris murió en un ataque terrorista organizado por Tierra Primero en Ganimedes, el satélite más grande de Júpiter. Mientras otros lamentaban su pérdida para Derick fue como si una bomba nuclear hubiera caído en su vida arrasando con todo a su paso.
La grandeza de lo que sucedió era más de lo que Derick podía soportar y destruyó todo lo que consideraba importante, así fue como renunció a sus planes para la universidad por un año, prometiendo que volvería, pero él sabía que nunca lo haría. En su lugar se quedó en casa consolando a su padre, a quien la noticia lo afectó tanto que parecía haber envejecido diez años de la noche a la mañana; también se quedó por su madre y sus hermanos, sabiendo que es algo que Chris hubiera hecho.
Para Derick fue difícil seguir con su vida aun cuando Dan decidió tomar un puesto permanente en la Tierra, era tan profunda la perdida de Chris que el vacío que dejó parecía vasto e inalterable. Mientras se acercaba su vigésimo cumpleaños, su equipo de cámaras y de fotografía permanecía olvidado, entre tanto el conocía a las chicas locales y pasaba demasiado tiempo yendo de bar en bar. Sus metas habían desvanecido y él no tenía ni idea lo que quería hacer con el resto de su vida.
La relación con su padre empeoró con cada día que pasaba, volviéndose más y más tensa. Dan Rickman siempre fue un hombre difícil, uno que no entendía la diferencia entre ser soldado y ser padre, por tanto, su reacción natural al rumbo que tomaba la vida de Derick fue aplicar mano dura lo que terminó en numerosas peleas a gritos e incluso algunas llegaron a los puñetazos, lo que llevó a Derick a mudarse de la casa por un tiempo.
Una noche mientras bebía en el Boulevard Claremont en las afueras de Miramar luego de haber discutido con su padre Dan Rickman, de nuevo, él empezó a hablar con un extraño. El tipo se veía como un perro callejero, duro y malo con un acento que era como Michael Cain y Crocodile Dundee combinados en uno solo; alguien que podía controlar su alcohol mucho mejor que un joven de veinte años que abandonó la universidad.
Mientras Derick más se emborrachaba, más le contaba sus problemas al extraño quien escuchaba sin opinar y; cuando por fin terminó de contarle sobre Chris y como su vida se había puesto de cabeza por su pérdida, el hombre por fin habló.
¿Entonces solo vas a desperdiciar tu vida porque tu hermano murió sirviendo en el ejército? ¿Esa es tu manera de recordar su memoria? ¿Qué mala manera, no crees?
Derick se le quedó mirando fijamente.
Bueno, no…
Derick respondió tartamudeando, nunca se lo habían dicho así tan directamente. La razón de cada argumento que había tenido con su padre no era sobre que estaba desperdiciando su vida, sino que él no era Chris y jamás podría comparársele siquiera.
Mira, puedes pasar el resto de tu vida llorando porque él ya no está, pero tienes que recordar una cosa: Chris murió haciendo lo que amaba hacer. Morir como lo hizo, con tus compañeros peleando hombro a hombro contigo, esa es la manera en la que los soldados desean morir. Demonios, así es como yo quisiera morir; yo no me enliste en el ejército para morir en una cómoda cama mi amigo. Yo me enlisté para pelear por algo más grande que mí mismo y apuesto a que tu hermano pensaba igual.
Él tiene razón, pensó Derick, Chris pasó toda su vida cuidando de Luke y Lily. Unirse a la milicia fue simplemente una manera de extender su naturaleza protectora a todo el planeta y sí, probablemente no esperaba morir tan pronto, pero Derick podía creer en su corazón que esa era exactamente la manera en la que Chris habría deseado morir. Él se fue protegiendo todo aquello que le importaba y a la gente que amaba. Fue en ese momento cuando la claridad que tanto necesitaba le golpeó como un martillo y las lágrimas que no había derramado hicieron su aparición mientras lo inundaba el entendimiento.
Y en vez de aparecer asqueado ante su aparente quiebre emocional, que es algo que Dan Rickman si hubiera hecho, el extraño le dio unas palmadas en la espalda mientras le susurraba Sácalo, amigo. Sácalo todo y déjalo ir.
Un sabio consejo del hombre que algún día se convertiría en su mejor amigo y comandante.
Faltan treinta segundos y contando…
El largo pasillo que daba justo afuera de una pequeña bahía de carga estaba lleno de personas, parecía que cada centímetro estaba ocupado y todos estaban hombro contra hombro. Los depuradores de aire no estaban diseñados para soportar el calor sofocante que solo la combinación de cuerpos, nervios y sudor en un espacio pequeño podía crear, el efecto podría convertir a cualquiera en claustrofóbico. Al otro lado de las macizas puertas de metal, los miembros de la tripulación se preparaban para recibir las raciones y organizarlas para su distribución.
Derick encontró una pequeña caja dentro de uno de los armarios de suministros y se paró sobre ella de manera que le daba una vista panorámica algo elevada de la multitud de personas que esperaban sus raciones. La distribución de raciones se daba mediante un sistema de lotería, así cualquier caos que surgiera era manejado debido solamente a la presencia de los Sharks.
Todas las personas recogían sus raciones en turnos dados a la cabeza de cada familia de acuerdo con su número de identidad, primero los números cero, luego los uno, los dos y así sucesivamente hasta el número nueve. Cada familia recibe las suficientes raciones para una semana. Todos tenían suerte de que uno de los transportistas agrícolas hubiera sobrevivido.
En su mayoría, la gente mantenía el orden aparte de que Derick estaba ahí para asegurarse que sucediera así aun si implicaba llamarlos por nombres como ‘Gestapo’ y ‘Cerdo’.
Quince segundos… diez…
La voz femenina automatizada sonaba por todo el pasillo silenciando por unos segundos el murmullo de la multitud, hasta que una voz se alzó por encima del resto atrayendo la atención de Derick. Desde donde estaba parado pudo encontrar con facilidad la fuente del alboroto, era un hombre corpulento con un gran instinto y la amarga mirada de alguien que se encuentra bajo presión. Chu,
habló calmadamente Derick en el micrófono. A tu dere…
¡Me estás lastimando! ¡¡Suéltame!!
El silencio se extendió alrededor del hombre mientras la multitud se apartaba para revelar a una mujer bonita, con cabello negro y apariencia exótica. La gran mano del hombre estaba apretada alrededor de su brazo envolviéndolo casi completamente.