domingo, 24 de marzo de 2019

Fiel a sus veredas

Detectamos sus huellas en el camino, toman dirección hacia un pequeño arroyo que lo atraviesa. En la orilla se encuentran las últimas impresiones antes cruzarlo sin mojarse las patas, ya que la piedra a modo de pasarela se conoce que le viene estupendamente para rebasarlo como una dama. Las abundantes huellas nos desvelan que este punto forma parte de su campeo nocturno (recordemos siempre, primero identificar, sin olvidarnos de interpretar).

Las ginetas usan diariamente las misma veredas para campear, estas suelen estar dentro de los límites de sus territorios. En cámaras de fototrampeo hemos observado la misma gineta tomar estos caminos varias veces en la misma noche en los dos sentidos, van, vuelven, van, vuelven, van y vuelven otra vez. Pero tal belleza nunca cansa verla repetidas veces.




viernes, 22 de marzo de 2019

Lirón careto (Eliomys quercinus)

Como siempre, aprovecho los individuos de nuestra fauna que han muerto atropellados o que han perecido en cualquier otra circunstancia, para recopilar datos y recoger mediciones en su morfología. Esta vez se trataba de un lirón careto que trágicamente pudiera haber muerto envenenado al ingerir raticida. Es muy penoso encontrar a este animal tan precioso en estas condiciones.

En la Península Ibérica tenemos dos especies de lirones, el lirón gris (Glis glis), que se ciñe al área del sistema Cantábrico, y el lirón careto (Eliomys quercinus), con distribución en toda el territorio peninsular incluidas las islas Baleares. A su vez, dentro de los lirones caretos encontramos varias subespecies según su distribución. El individuo que aquí mostramos, en función de los rasgos de su cola y distribución en el sur de la penínsular correspondería a la subespecie Eliomys quercinus quercinus.

 Lirón careto (Eliomys quercinus)

El rasgo más característico del lirón careto es la mancha negra que tiñe sus ojos a modo de antifaz, lo cual lo hace fácilmente distinguible de cualquier otro roedor como la rata negra. Tiene unas grandes orejas y una cola cubierta de pelos que culmina en un pincel oscuro en casi o su totalidad, según la subespecie y área geográfica peninsular.


 Destaca la macha oscura en sus ojos a modo de antifaz, y sus grandes orejas.

 Dos pares de incisivos en ambas mandíbulas.

Su tamaño es muy variable según la subespecie y área geográfica.



 Cola terminada en pincel. Su coloración en la zona ventral varía según la subespecie.

Sus manos tienen cuatro dedos, como otros roedores, en su planta se observan cinco almohadillas plantares. Llama la atención su alargado pie, que posee cinco dedos y se compone de seis almohadillas plantares, siendo alargadas también las dos que tienen la posición más proximal.


Manos con cuatro dedos y pies con cinco dedos.

Espero que la próxima pueda mostrar a este hermoso duendecillo, vivo y en su medio natural. Mientras, recuerdo este breve motanje con imágenes que conseguimos mediante cámaras fototrampeo.


Lirón careto from Esmeralda Ramos on Vimeo.

martes, 12 de marzo de 2019

Tejonera de quince bocas

Ya en otras ocasiones he hablado sobre el extraordinario entramado de túneles y cámaras que componen una tejonera. Si tenemos intención de entenderla un poco, solo bastaría con compararla a una de nuestras viviendas, ya que su estructura, compartimentos y función tienen mucha similitud.

Fue emocionante examinar esta gran obra arquitectónica en uso hallada en las sierras gaditanas, y que se componía de quince bocas de entrada. Se situaba en un montículo de tierra elevado, el cual probablemente debía de estar completamente hueco y comunicado. Algunos de los accesos se encontraban recién trabajados. Presentaban arena acumulada de los movimientos de tierra extraída del interior, aún humedecida y donde se se marcaban abundantes huellas y surcos producidos al empujarla y al entrar y salir. Seguramente, este ajetreo correspondía a esa misma noche pasada.

En su proximidad, tal y como caracteriza a toda tejonera, se encontraban letrinas con un considerable cúmulo de excrementos, puede de uno o más individuos que habitaban dicha vivienda.

La vida en familia de estos mustélidos es realmente interesante, existen numerosos estudios que muestran su organización y complejas relaciones entre ellos.

No es habitual dar con tejoneras de tales dimensiones, así que mi admiración resultó aún mayor.








 Diferentes accesos a la tejonera, algunas presentan movimientos de tierra recién extraída.

Letrina situada en la proximidades de la tejonera