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martes, 5 de abril de 2022

POLLO CAMPESINO

 


¿Existe la máquina del tiempo? Para nosotros, sí. Todos los meses hacemos un viaje al pasado para entender cómo nacieron las recetas que nos son tan familiares y conocer a las personas que las divulgaron.

¿Marcamos las coordenadas de nuestro viaje? Marchando, entonces. A ver, a ver. Nos vamos al siglo XIX,  a Italia y allí tenemos una cita con Pellegrini Artusi. ¿Con quién? Con el autor de La science in cocina e l'arte di mangiar bene publicado en 1891.

El señor Artusi es considerado el padre de la cocina italiana moderna. Escribió el libro después de haber viajado por toda la geografía italiana y con la esperanza de unificar el país a través de la cultura gastronómica. Durante sus viajes anotó las recetas y sus experiencias para, como hemos dicho, publicar su libro ayudado por Marietta Sabatini.




Aunque el reto hoy va dedicado a Pellegrini Artusi, me gustaría dedicarle unas líneas a Marietta porque sin ella, quizás, no se habría publicado este libro de cocina. Marietta trabajaba como su ama de llaves y aunque ella se consideraba como una "pequeña y humilde mujer" fue muy importante en la vida de Pellegrini no solo llevando su casa sino cocinando todas las recetas y asistiéndole en todo lo que nuestro protagonista necesitaba.

De las 790 recetas que podemos encontrar en el libro, he elegido este pollo campesino que está buenísimo. Vas a necesitar muy pocos ingredientes. 

Veamos la receta original de Pellegrini Artusi:




Coge un pollo y pégalo con unas ramitas de romero y un diente de ajo dividido en cuatro o cinco trozos. Ponerlo al fuego con un poco de manteca de cerdo y salpimentarlo por dentro y por fuera. Cuando esté dorado por todos los lados, añadir los tomates picados, quitar las semillas y, cuando se hayan desintegrado, mojar con caldo o agua. Dora unas patatas crudas cortadas en gajos en aceite, manteca o mantequilla, y dejar que tomen sabor al mojar el pollo y servir como guarnición. Sustitutya la manteca de cerdo por mantequilla si desea un sabor más delicado.




Como puedes ver en las fotos no he seguido la receta original y he hecho los siguientes cambios:
en vez de un pollo entero, cociné un pollo en trozos y sustituí la manteca por aceite.
¿Repetiré la receta? Sin duda. Es una de esas recetas que te hacen sentir y quedar bien porque ¿a quién no le gusta un guiso como este? Es sencilla, fácil y no tiene complicaciones ninguna. Además puedo imaginar a esa "pequeña y humilde mujer" preparándola en la cocina. 

sábado, 9 de marzo de 2019

PICANTONES RELLENOS DE FOIE GRAS



Si el post anterior estaba dedicado a Cristina Martínez y su cocina, en el de hoy vamos a trasladarnos a Holanda, al siglo XVII, para conocer a Clara Peeters porque cuando llega el día 9 de cada mes, nos damos un paseo por el arte y CocinArte. En la propuesta de este mes, se nos sugiere que investiguemos sobre el bodegón que surge en los Países Bajos en aquella época. La pintura religiosa empieza a ceder terreno con el Protestantismo a escenas de la vida cotidiana, a ciudades y también a la naturaleza muerta: los bodegones. Y aquí nos encontramos a nuestra autora invitada de este mes, a Clara Peeters.



Poco se sabe de su vida. Nació hacia 1590 y murió hacia 1620. ¿Cómo era Clara físicamente? Pues tenemos un posible autorretrato de ella y luego pequeñas imágenes, borrosas, e incluso fantasmagóricas,  de su rostro que fue dejando en los bodegones que pintaba. Es difícil darse cuenta de que está allí,  pero si la buscas entre las flores, vajillas, fruta, mobiliario y manjares, la encontrarás. Se hace visible de una manera discreta entre los objetos de la clase burguesa de aquella época.




Y sirviendo el cuadro  Mesa con mantel, salero, taza dorada, pastel, jarra, plato de porcelana con aceitunas y aves asadas como inspiración, he preparado unos picantones rellenos de foie gras, receta que puedes encontrar en French Country Cooking de Mimi Thorisson.


Ingredientes:

4 picantones
4 dientes de ajo
4 ramas de tomillo
85 gr de foie gras en cubos
30 gr de grasa de pato
60 ml de calvados
80 ml de caldo de pollo
3 cucharadas de crème fraîche




1. Lavamos, secamos y salamos los picantones. Los rellenamos con un diente de ajo cada uno, una rama de tomillo y un cubo de foie gras. Los untamos con la grasa de pato y los ponemos en una bandeja apta para el horno. Los asaremos durante 25-30 minutos a 200º o veamos que están dorados.

2. Los retiramos del horno y los trasladamos a una bandeja. Vertemos el jugo que han soltado en una cacerola junto con el caldo de pollo y dejamos que cueza durante unos 5 minutos. pasado este tiempo, añadimos el Calvados y, con cuidado, flambeamos.




Una vez que la llama haya desaparecido, añadimos las cucharadas de crème fraîche. Retiramos del fuego y vertemos en una salsera para servir inmediatamente con los picantones.

Para acompañarlos, salteé unas coles de Bruselas con unos tacos de jamón y cocí unas patatas.
Espero la disfrutes, si te animas a prepararla.



jueves, 5 de octubre de 2017

ENSALADA DE BACALAO CON MANDARINAS



Aquí volvemos después de ..., espera , déjame ver, ... unos ocho meses de desconexión involuntaria al principio y voluntaria durante las vacaciones de verano,  que se extendieron también a septiembre. En algún momento hay que volver, o no.., pero yo he decidido volver a la cocina, a embadurnarme de harina, elegir recetas, probar platos nuevos, poner la cocina perdida, hacer perder la paciencia al personal mientras esperan a que haga las fotos reglamentarias y sobre todo, disfrutar de lo que empezó como una afición y que en los últimos meses de publicación se había convertido en una obligación. Y cuando eso pasa, es mejor retirarse, coger aire, oxigenar el cerebro y plantearte qué quieres conseguir con el blog que no es otra cosa que pasármelo bien sin agobios.

Es curioso que la última receta publicada fue con bacalao y que la elegida para homenajear a Dani García sea también con bacalao. Ya sabes que el día 5 de cada mes Cooking the Chef nos anima a preparar recetas de un cocinero famoso ya sea español o extranjero. Recibir el correo con la propuesta del mes es como abrir una caja de bombones, que diría Forrest Gump, no sabes a quién te vas a encontrar ni si vas a poder cumplir la misión propuesta.





Cuando empecé a buscar recetas de este cocinero malagueño me temblaron un poco las piernas ya que todas las recetas que encontraba me parecían un poco complicadas para hacerlas en mi cocina. Y luego estaba el tema del tiempo, claro. Pero el que halla, encuentra y, a pesar de que Dani García es muy conocido por su cocina innovadora, tiene unas recetas tradicionales maravillosas que puedes consultar en su libro En la cocina de mi madre.
Como me suele suceder cada vez que le echo un vistazo a un libro nuevo, la impaciencia me puede y quiero hacer todas las recetas de una vez. Luego voy desechando y dejo a un lado las que sé que no van a gustar mucho y finalmente me quedo con medio libro para probar.
Me llamaban mucho la atención las recetas otoñales de platos de cuchara pero los más de 30 grados que seguimos teniendo me echaban un poco para atrás. Al final me quedé con esta ensalada de bacalao, mandarinas y aceitunas negras que está buenísima, es sana y se prepara en nada de tiempo.
Bueno, lo de las mandarina es una licencia mía porque la receta original lleva naranjas y no sé tú, pero yo todavía no he encontrado naranjas decentes. La semana pasada me tomé un zumo que sabía a potingue. No hay naranjas decentes pero si unas mandarinas ácidas que merecen la pena.




Ingredientes 4 personas:

300 gr de bacalao en lomo
1 patata
4 mandarinas (eran pequeñas)
1 cebolleta
1 cucharada de pasta de aceitunas
1 cucharada de aceite de oliva
endibia


Cocemos el lomo de bacalao en agua y cuando esté listo, lo dejamos enfriar antes de separar el lomo en lascas. Cubrimos de aceite. Este paso lo puedes hacer la noche antes si quieres preparar la ensalada el día siguiente.
Lavamos las patatas bien y las cocemos enteras, con su piel, hasta que estén tiernas. Las enfríanos y las cortamos como más nos guste en rodajas o en cascos.
Pelamos las mandarinas y las cortamos en rodajas o en gajos, como prefieras. Picamos muy fina la cebolleta.
En un cuenco mezclamos la pasta de aceitunas con el aceite de oliva y reservamos.




Vale. Ya tenemos todos los ingredientes de la ensalada listos para montar nuestro plato.
En un plato o fuente ponemos las hojas de endibia, la patata, rodajas de mandarina, bacalao y cebolleta. Terminamos añadiendo la mezcla de aceite y pasta de aceitunas.

Nos vemos la semana que viene con algo que de ligero tiene muy muy poco.

domingo, 20 de noviembre de 2016

GNOCCHI




Hace un par de años más o menos, un domingo por la mañana, intenté hacer gnocchi. Esto está chupado, me dije, pero no me pareció tan fácil después de haber estado un buen rato haciendo que aquella masa de varios colores no se pegara a las manos. He de confesar que ya llevaba una cantidad indecente de harina y no conseguía "domar" aquella masa. Fue un fracaso que acabó donde van todos a parar: al cubo de la basura. Gnocchi 1- Pilar 0. Y así ha seguido el marcador hasta que en Desafío en la Cocina nos han propuesto hacer estas pequeñas bolitas de patata y harina. Esta es la mía, me dije. Preparaos que voy a por vosotros. Y empecé a buscar recetas, a coleccionarlas, desecharlas y quedarme con una muy compleja, que ya sabía que iba a ir al mismo sitio que el anterior fracaso, y otra muy sencilla y que me pareció asequible para el poco tiempo que tengo para cocinar. No muy segura de que fuera a salir bien, cocí bastantes patatas por si había que intentarlo varias veces. Tampoco ha sido tan terrible, se preparan rápidamente, son ligeros y están buenísimos.
¿Qué necesitamos parar preparar estos gnocchi? Harina y patatas. Sí, no llevan huevos por lo que son perfectos para veganos. Luego le añadimos la salsa que más nos guste y listos para comer.




Ingredientes:

650 gr de patatas
150 gr de harina
nuez moscada
600 gr de tomates en lata
aceite de oliva
1/2 cebolla
2 dientes de ajo
60 ml de vino
guindilla
nata

Empezaremos preparando la salsa. Para ello trituramos los tomates. En una cazuela vertemos un par de cucharadas de aceite de oliva y rehogamos la cebolla muy picada hasta que esté dorada. Añadimos el ajo y seguidamente vertemos el vino. Dejamos que cueza y se evapore todo el alcohol, incorporamos los tomates, sal y un poco de guindilla. Dejamos que la salsa espese ligeramente antes de añadir la nata. Removemos bien para que la nata se integre y reservamos. Ya, así, tienes una salsa buenísima y no necesitaría nada más. Escondidas entre los gnocchi quizás puedes ver unas gambas que tenía que usar urgentemente.

Para hacer los gnocchi hervimos las patatas sin pelar en abundante agua con sal. Cuando estén cocidas las retiramos y dejamos que enfríen ligeramente. Luego las pelamos y pasamos por un pasapurés o trituramos bien con la ayuda de un tenedor. Añadimos sal y un poco de nuez moscada. Vamos incorporando la harina poco a poco hasta que tengamos una masa suave, ligeramente pegajosa que parece plastilina. No es necesario que le añadas toda la harina. De hecho cuanta menos harina tengan, más suaves y ligeros saldrán.




Una vez tenemos la masa preparada, la cortamos en porciones que hacemos rodar en la encimera hasta que tengamos unos rollos de unos 2 cm de grosor. Entonces cortamos pequeñas porciones que aplastaremos ligeramente con un tenedor. Solo queremos que se queden las famosas estrías de los gnocchi. Los cocemos en abundante agua con sal.
Los retiramos según vayan saliendo a la superficie y los echamos a la cazuela en la que tenemos la salsa lista. Dejamos que se impregnen de la salsa y listos para la mesa.

Ahora el marcador está en empate.




Si te gustan los gnocchi prepárate para disfrutar con las recetas de este Desafío.


domingo, 17 de abril de 2016

GESCHNETZELTE CON RÖSTI




Sí, esta receta es complicada de pronunciar pero no por ello no le vamos a dar una oportunidad ¿verdad? Tras este nombre tan largo se esconde una ternera con una salsa maravillosa hecha con cebolla, vino, champiñones y nata. Es una receta típica de Suiza, de Zurich, y es que este mes en Cocinas del Mundo nos hemos ido a Suiza a comer.

Suiza está en el centro de Europa rodeado por Francia, Alemania, Italia y Liechtenstein. Las montañas están presente en todo el país y son su mayor atractivo junto con sus hermosos valles y los lagos en primavera y verano. Cada mes te cuento que me gustaría visitar el país que nos sugieren, que lo tengo en mi lista y que quiero ir. Bien, he estado mirando varias veces vuelos para ir a Suiza y hasta ahora nunca ha cuajado el viaje. Tendré paciencia y perseveraré como con el viaje a Florencia. Ni me acuerdo el número de veces que planeé ese viaje hasta que lo conseguí. Con este pasará lo mismo.




Pero volvamos a Suiza. Está dividido en 26 cantones y se hablan cuatro idiomas: el alemán, francés, italiano y el romancee (muy minoritario). Si nos centramos en la cocina veremos que tiene influencias alemanas, francesas e italianas y que sus ingredientes principales son el chocolate y los quesos. ¿Alguien ha dicho queso? Ya se despertó el ratón que habita en mí y me exige que cojamos el primer vuelo a Suiza.

Pero ninguno de esos dos ingredientes forman parte de la receta de hoy. Nos vamos a quedar con el guiso de ternera que te comentaba al principio y que es típico de Zurich. Imaginariamente hemos aterrizado en esta ciudad tan multicultural y vamos a disfrutar de su animada vida nocturna, cafés, clubs, tiendas y de la naturaleza que la rodea. También vamos a imaginar que nos hemos  sentado en la terraza de un bonito restaurante, que hoy no cocinamos y que solo tenemos que  degustar esta receta.


Ingredientes:

800 gr de ternera
1 cebolla grande
200 gr de champiñones
1 dl de vino blanco
2,5 dl de nata
1 dl de caldo de carne
1 cucharadita de Maizena



La cocina suiza se caracteriza por ser calórica y la grasa que se usa para cocinar este plato es la mantequilla. Yo he usado aceite de oliva porque si me sigues ya sabes que tengo una relación extraña con la mantequilla y no me gusta nada en recetas saladas.

Cortamos los filetes de ternera en tiras, salpimentamos y las salteamos en la mantequilla o aceite de oliva hasta que estén doradas. Entonces las retiramos y en la misma sartén rehogamos la cebolla cortada en juliana. Salamos. Cuando la cebolla empiece a estar transparente, añadimos los champiñones en láminas y dejamos que se hagan con la cebolla.

Entonces vertemos el vino blanco. Dejamos que se evapore el alcohol e incorporamos la nata y el caldo de carne. Dejamos que cueza todo y que espese la salsa. Si vemos que sigue muy suelta, disolvemos una cucharadita de Maizena en un poco del caldo y lo añadimos a la salsa. Cuando ya esté casi lista incorporamos la carne para que se mezcle bien con la salsa.

Como acompañamiento a la carne vamos a preparar rösti, otro plato típico de Zurich. Tradicionalmente formaba parte del desayuno campesino y su correcta preparación es cuestión de debate nacional: si es mejor que las patatas estén cocidas o crudas, con cebolla o sin ella. Nos suena ¿verdad? Igual que con nuestra tortilla de patatas. No hay manera de ponerse de acuerdo en cuál es la mejor manera de prepararla aunque todo el mundo está de acuerdo en que la mejor es la que preparar su madre. En eso no hay discusión ninguna.



Para prepararlo necesitamos :

patatas
aceite de oliva o mantequilla
sal

Os cuento cómo he preparado estas pequeñas maravillas. He rallado las patatas y las he dejado unos 10 minutos en agua para que perdieran el almidón. He escurrido, secado a conciencia y salado.
En una sartén ( pequeña en mi caso) he puesto aceite a calentar y cuando ya estaba caliente he hecho una especie de hamburguesa y he dejado que se dorase muy bien por un lado antes de darle la vuelta y proceder a dorarla por el otro lado.

Servimos la carne con los rösti y a disfrutar.

martes, 1 de marzo de 2016

POLLO EN PEPITORIA



Cuando hace frío, el cielo está gris y  llueve como si no hubiera un mañana es el momento ideal para meterse en la cocina y preparar algo que nos haga entrar en calor. Ese momento para mí fue el pasado fin de semana. Momento para sacar la cazuela más grande que tengo y armarme de paciencia para tener en el fuego este pollo en pepitoria sin mirar el reloj, sin acelerar la cocción en la olla, solo dejando que lentamente los sabores se fueran mezclando, el pollo se hiciera y tuviéramos una salsa que ya, ya. Digo que saqué la cazuela más grande porque cada vez que me pongo a hacer un guiso me gusta hacer bastante cantidad, como si a casa fuera venir un regimiento a comer en cualquier momento, y así poder tener un tupper esperando en el congelador.

Esta receta es un clásico, de las de toda la vida y que en cada casa seguro que tiene un toque diferente y especial. Es uno de esos platos que todos deberíamos saber cocinar y que no tiene ninguna dificultad. Lo único que se necesita es tiempo pero que si no se tiene, no pasa nada, para eso están las ollas. Como te comentaba seguro que en cada casa se le añade algún ingrediente distinto que lo hace diferente de los demás. Pero seguro que lo que no falta en todas las recetas son las almendras y la yema del huevo duro porque estos dos ingredientes son los que caracterizan a la salsa pepitoria.




Aunque no sepas cocinar o hayas cocinado poco, te recomiendo que no te pierdas esta receta, que te atrevas y te metas en la cocina porque no es difícil, te estarías perdiendo un gran plato de nuestra cocina y, sobre todo, porque te va a transportar a la cocina de tu madre, tía o abuela. Creo que la cocina es la mejor máquina del tiempo que hay.


Ingredientes:

1 pollo en trozos
2 huevos cocidos
3 cucharadas de almendras tostadas
2 cebollas medianas
2 hojas de laurel
aceite de oliva
2 dl de vino blanco
azafrán
caldo de pollo

En una cazuela vertemos tres cucharada de aceite de oliva. Salpimentamos los trozos de pollo. Cuando esté el aceite caliente empezamos a dorarlo por tandas. No queremos freírlo del todo, solo dorarlo. Lo retiramos y reservamos.



En esa misma cazuela nos ponemos manos a la obra con la salsa. Para ello rehogamos la cebolla cortada en trozos. En seguida verás que empieza a tomar un color tostado porque irá absorbiendo el repegado que hay en el fondo de la cazuela después de rehogar el pollo. Salamos y esperamos a que esté bien rehogada.

Añadimos el pollo, el vino blanco, las dos hojas de laurel y cubrimos con el caldo de pollo. Dejamos que lentamente se vaya haciendo removiéndolo de vez en cuando para evitar que se pegue y vigilando que no se quede sin líquido. Si eso pasara, añadiríamos más caldo de pollo.

En un mortero majamos las almendras con el azafrán y las yemas de los huevos cocidos. A mitad de cocción se lo añadimos al pollo. Ahora verás que la salsa va engordando. Sigue removiendo de vez en cuando hasta que veas que el pollo ya esté hecho. Al final añadiremos las claras de los huevos picadas.




¿Con qué puedes acompañar este plato? Con un arroz, unos picatostes o unas patatas asadas con tomillo, ajo y un poco de vinagre balsámico.

Es muy sencillo. Como habrás visto en la foto he escogido unas patatas pequeñas que  he cortado longitudinalmente y he puesto en una fuente apta para el horno. He añadido unas ramas de tomillo y unos dientes de ajo sin pelar. He salado, añadido aceite de oliva y un poco de vinagre balsámico. Al horno hasta que estén hechas y... listas para servir para acompañar nuestro pollo en pepitoria.


miércoles, 30 de diciembre de 2015

APERITIVOS PARA NOCHEVIEJA



Ya pasaron dos de las más importantes fechas de la Navidad y se nos viene encima la más informal, la de Nochevieja. Quizás en esa cena se presta más atención al picoteo, a los aperitivos, que en Nochebuena y aquí te traigo unos volovanes de pavo trufado y gambas agridulces, una mini tarta de patata y huevas de salmón y unos canapés de foie sobre chutney de manzana y vainilla. ¿Por cuál empezamos?

Creo que vamos a empezar por los volovanes, ¿te parece?

Ingredientes para el volován de pavo trufado:

volovanes
100 gr de champiñones
150 gr de pechuga de pavo
aceite de oliva
10 gr de trufa negra rallada
bechamel

Empezamos cortando los champiñones en trozos pequeños y dorándolos en una sartén con aceite de oliva. Retiramos del fuego y reservamos.

En esa misma sartén añadimos un poco más de aceite de oliva y salteamos la pechuga de pavo cortada en trozos pequeños. Cuando estén dorados, añadimos los champiñones, trufa rallada y un poco de bechamel. Ya lo tenemos listo para rellenar los volovanes.




Ingredientes para el volován de gambas agridulces:

volovanes
2 zanahorias
1 cebolleta
repollo
300 gr de gambas
3 cucharadas de miel
zumo de 1 limón
zumo de 1 naranja
aceite de oliva

Empezamos pelando y retirando las cabezas de las gambas para macerar la carne en la mezcla de los zumos de naranja, limón y miel durante media hora. Según vayan pasando los minutos verás cómo el zumo de limón va cociendo las gambas y van cambiando de color.

Rehogamos en una sartén las verduras cortadas en juliana fina.

Pasada la media hora, añadimos las gambas a las verduras junto con el líquido de maceración y dejamos que se hagan las gambas.

Rellenamos los volovanes.





Ingredientes de foie con chutney de manzana y vainilla:

2 manzanas picadas en trozos pequeños
1 vaina de vainilla abierta
80 ml de vinagre de Jerez
40 ml de zumo de manzana
30 gr de azúcar moreno
nuez moscada
foie
pan de centeno

Ponemos las manzanas, azúcar y vainilla en un cazo a fuego medio para que se caramelicen las manzanas. Añadimos el Jerez y el zumo de manzana. Dejamos que cueza durante unos 20-25 minutos  y finalmente añadimos la nuez moscada. Retiramos la vaina de vainilla.

Para montar el canapé, cortamos el pan de centeno en cuadrados y los tostamos. Los cubrimos con el chutney de manzana y encima ponemos unos dados de foie.




Ingredientes para las tartas de patata y huevas de salmón:

masa brisa
queso mascarpone
queso parmesano
patatas pequeñas
aceite de oliva
huevas de salmón

Cortamos la masa brisa en círculos del tamaño deseado.

Mezclamos el queso mascarpone, parmesano y aceite de oliva. Extendemos una capa sobre cada círculo de masa brisa.

Con la ayuda de una mandolina cortamos las patatas en rodajas finas y las ponemos cubriendo la capa de queso mascarpone. llevamos al horno durante 15 minutos o veamos que las patatas están hechas.
Sacamos del horno y decoramos con las huevas de salmón.

Como has visto no son recetas complicadas y sí puedes tener casi todo preparado con antelación para dar solo los últimos toques en el último momento.

Nos vemos en 2016, espero que con más frecuencia porque este año ...

lunes, 21 de septiembre de 2015

ENSALADA DE SALMÓN AL VAPOR, PATATAS Y GUISANTES





Una siempre empieza la semana con los mejores propósitos. Empiezo dieta y si no voy a comer más sano, voy a hacer ejercicio, voy a organizar las comidas para que no me pille el toro ( y luego pilla, vaya que si pilla) y no tenga que ir improvisando, voy a ponerme al día con la lavadora y sobre todo con la plancha y alguna que otra cosa más. La lista suele más larga de lo que nos gustaría y siempre van saliendo más tareas que hacer. Luego nos vamos desinflando, digamos que para el martes, y una es débil y no come más sano, no hace ejercicio y no organiza ni se pone al día con nada. ¿Martes, he dicho martes? Nada de nada. Me he desinflado hoy mismo. Si te contara la de cosas que tenía intención de hacer esta tarde en tres horas y ... creo que he hecho solo dos.

Bien, esta semana vamos a hacer un esfuerzo y empezaremos con una ensalada ligera, sana, que no lleva mucho tiempo preparar (filosofía de este blog y que sí sigo a rajatabla) y que puedes llevar a la oficina en un tupper. He de reconocer que últimamente me estoy aficionando a las ensaladas templadas pero también te digo que fresquita está buenísima.

Esta ensalada nos ha acompañado más de una vez durante este verano, sobre todo,  en aquellos días de calor en los que acercarse a la cocina y encender el horno era de suicidas.


Con esta receta participo en el reto de septiembre de Cocineros del Mundo en Google+ en el apartado salado.





Ingredientes para 4 personas:

300 gr de patatas baby
250 gr de guisantes
200 gr de salmón
eneldo

Para la salsa:

240 gr de yogur
aceite de oliva
zumo de limón
1 diente de ajo pequeño muy picado


Preparar esta ensalada no tiene ningún misterio. Es tan fácil como cocer las patatas en abundante agua.
Cocemos aparte los guisantes si los vas a usar congelados o la solución más rápida, abrir una lata.






Ponemos el lomo de salmón en la vaporera y lo cocemos hasta que esté hecho o retiramos un pelín antes. Yo congelo siempre el salmón y lo retiro antes de que esté completamente hecho.

En un plato o fuente ponemos las patatas, guisantes y salmón en lascas. Picamos un poco de eneldo y aliñamos con la salsa. Para hacerla mezclamos el yogur, una cucharada de aceite de oliva, sal, una cucharada de zumo de limón y el ajo muy muy picado para que le de un ligero sabor pero sin que nadie pueda encontrarse ningún trozo.

Espero que te guste.

jueves, 5 de marzo de 2015

CAUSA LIMEÑA




Participar en retos es trabajoso, requiere organización y sobre todo disponer de tiempo para preparar la receta propuesta. Pero merece la pena porque se aprende mucho sobre la gastronomía de otros países y preparas recetas que quizás nunca llevarías a la mesa. Eso me ha pasado con el reto de Cooking the Chef del mes de febrero. Nos proponían realizar una receta del cocinero peruano Gastón Acurio, un total desconocido para mí. Reconozco mi ignorancia en cuanto a la cocina peruana se refiere y una vez que he leído, investigado por internet y probado la receta que hoy os traigo he llegado a la conclusión de que me he estado perdiendo algo fabuloso.

La receta tiene un nombre curioso: causa limeña. Como siempre que buscamos el origen de un término hay más de una versión. Os las cuento. La primera es que se trata de un término quechua, Kausay, que significa sustento o alimento. No te creas,  tiene su lógica porque el principal ingrediente de la causa limeña es la patata y parece que ese es el  término quechua de este tubérculo. ¿La otra? Pues también tiene su aquel. Parece que en tiempos del libertador José San Martín se vendía este plato y el dinero sacado iba para "la causa" de liberación.




Bien, mi causa limeña es un poco light o no del todo correcta y por eso pido perdón a los amigos peruanos porque falta el segundo ingrediente principal de esta receta después de la patata: el ají amarillo. No lo conocía y sigo sin conocerlo en persona porque me ha sido imposible encontrarlo. He encontrado algo parecido. Se trataba de unos sobres con unos polvos amarillos que decían llamarse ají amarillo y cuando leí la lista de ingredientes me llevé las manos a la cabeza y decidí dejarlo donde estaba. Tenía toda la lista completa de conservantes E, no faltaba ni uno. Así que pensé que mi causa limeña rellena de pollo quedaría un poco light. Pero pienso encontrar un ají decente y repetir la receta como debe ser.

Ingredientes para 2 personas:

2 patatas grandes
2 huevos
1 aguacate
1 pechuga de pollo
1/2 cebolla pequeña
limón
mahonesa
aceitunas negras
tomillo

No conocía este plato pero se queda en mi cocina y este verano sé positivamente que lo voy a preparar más de una y dos veces.

Es muy fácil y se puede dejar medio preparando de un día para otro.




Cocemos las patatas con la piel en abundante agua con sal.

Mientras pelamos  la cebolla y la cortamos en trozos no demasiado grandes, más bien como en juliana y dejamos que maceren con el zumo de medio limón.

Asamos la pechuga de pollo o la hacemos a la plancha. Deshilachamos la pechuga y la mezclamos con la cebolla, escurrida,  y mahonesa. Reservamos.

Cocemos los huevos, pelamos y cortamos en rodajas. Reservamos.

Cortamos el aguacate en láminas y rocíamos con zumo de limón y sal.




¿Montamos el plato? Una vez cocidas las patatas las hacemos puré con ayuda de un tenedor, salamos y añadimos aceite. Aquí es donde deberíamos añadir el ají amarillo así que si tienes la suerte de disponer de este condimento, ahora es el momento. Necesitamos un aro para montar la causa limeña. Hacemos una cama de puré de patatas. Sobre ella ponemos el huevo cocido, encima el pollo con la cebolla morada y mahonesa, encima el aguacate en láminas y finalmente otra capa de puré de patatas. Decoramos con aceituna negras y un poco de tomillo.

Pero no solo la puedes rellenar de pollo. Estoy deseando probarla con langostinos.

lunes, 10 de noviembre de 2014

SHEPHERD'S PIE



Esta semana en Cook and Spoon tendremos recetas que nos van a ayudar a entrar en calor, comida casera, que se puede dejar medio preparada de un día para otro y el sábado nos daremos un pequeño gran capricho. Ese es el plan, a ver si lo cumplimos. Pero no nos adelantemos tanto que la semana acaba de empezar y queda todavía mucho por delante. Hoy nos hemos ido a comer a Inglaterra un delicioso pastel de carne de cordero con un topping de puré de patatas, ajo asado, queso y yogur griego que entona a cualquiera. Habrás pensado que el puré de patatas con el que cubrimos la carne será pesado con tantos ingredientes ¿verdad? Al contrario, es suave y sedoso, nada pesado ni empachoso. Y si me apuras, perfecto para comérselo a cucharadas.

La verdad es que en el repertorio de recetas de la cocina británica son muy típicos los pasteles de carne y ¿quién no ha probado un shepherd's pie en algún pub inglés? La primera vez que lo probé no fue en un pub, ni mucho menos, era un plato precocinado que no me gustó nada de nada. La carne estaba seca, salada y el puré de patatas era un mazacote para el que necesitaba cuchillo de lo duro que estaba. Luego ya probé muchos más mejores, por supuesto, hasta llegar a la que creo que puede ser la receta definitiva.




Ingredientes:

1 cebolla morada
3 dientes de ajo
600 gr de carne de cordero
250 ml de caldo de carne
1 zanahoria
1 rama de apio
calvados
1 1/2 cucharada de concentrado de tomate
1/2 cucharada de nuez moscada
tomillo fresco

La receta la podéis encontrar en What Katie Ate aunque yo le he hecho numerosas modificaciones porque ella solo incluye la cebolla y el ajo entre los ingredientes de la carne y yo añadí zanahoria y apio. Esta es una verdura que a mí me encanta pero que en casa no cuenta con mucha simpatía. De vez en cuando lo compro y a no ser que me quiera dar una sobredosis de apio y comérmelo de una sentada en una macroensalada de apio lo voy añadiendo, así como quien no quiere la cosa, sin que nadie se entere y en pocas cantidades a guisos o sopas.

Picamos la cebolla muy fina y la rehogamos en una sartén grande durante unos cinco minutos. Añadimos la zanahoria, dientes de ajo y apio todo picado en trozos pequeños. Ya sabes, está de incógnito en la carne, nadie debe darse cuenta de que está ahí. Bueno, ahora que lo estoy publicando a los cuatro vientos ya se sabe que no era solo carne.




Incorporamos la carne picada  y la nuez moscada. Rehogamos todo junto hasta que esté dorada la carne. Añadimos el concentrado de tomate, un chorro generoso de calvados y el caldo. Sazonamos y dejamos que cueza unos 20-30 minutos.

Hasta aquí puedes dejarla preparada y  esperando en la nevera. El puré de patatas lo puedes preparar al día siguiente. O incluso congelarla. La verdad es que ya que nos ponemos es mejor hacer más cantidad y así tener un tupper  en el congelador para momentos en los que no tenemos tiempo ni de encender el fuego.

Nos ponemos con el topping de puré de patatas, ajo asado y yogur griego. Te va a encantar, ya verás.
Además es un muy fácil.
Necesitamos:

3 dientes de ajo sin pelar
5 patatas
80 ml de leche
2 cucharadas de yogur griego
50 gr de parmesano




Pelamos las patatas, las cortamos en trozos pequeños y las cocemos en abundante agua hasta que estén hechas. Mientras ponemos los dientes de ajo en una fuente y los asamos en el horno a 180º durante 30 minutos o hasta que veas que ya están blandos.
Escurrimos las patatas y con la ayuda de un tenedor las vamos machacando o las pasamos por el pasapuré. Añadimos la leche, yogur, queso parmesano y el ajo asado. Mezclamos bien y rectificamos de sal con cuidado porque el queso ya lleva sal. Añadimos tomillo fresco.

Ahora ya puedes cubrir la carne con el puré así sin más o podemos hacer que parezca algo un poco especial. Para ello necesitamos una manga pastelera y una boquilla rizada. Pasamos el puré a la manga pastelera y vamos cubriendo la superficie con pequeñas estrellas. Espolvoreamos más queso parmesano y gratinamos en el horno.

Perfecto con una ensalada de naranja.

Te espero el jueves con un plato de cuchara.

lunes, 22 de septiembre de 2014

GUISO DE PATATAS, GARBANZOS Y MARISCO CON ESPECIAS BANDARI



Señoras y señores, saquen brillo a las cucharas, cazuelas y ollas porque el otoño nos ha enseñado la patita y veo que se acercan por el horizonte recetas de sopas, cremas y guisos. Yo no me espero al martes para inaugurar la temporada otoñal y os traigo un guiso que os va a encantar. Supongo que lo primero que os llama la atención del nombrecito de la receta en cuestión es eso de "especias Bandari" pero esta mezcla ya la hemos usado antes para rebozar estos calamares y ya os dije entonces  que las podíamos guardar en un bote para usarlas cuando quisiéramos. Bien, ha llegado el momento de sacar el bote que estaba ahí al fondo del armario para aromatizar el caldo de este guiso. Y si no  tuviera suficiente sabor con las especias, vamos a añadir un agua de azafrán que además le va a dar un color dorado precioso. Y además el caldo de cocer las cabezas de los carabineros y el agua que soltaron los mejillones cuando los abrimos. En fin, un sabor increíble en cada cucharada.


Ingredientes para 6 personas:

3 cucharadas de aceite de oliva
1 cebolla morada pequeña y picada en trozos pequeños
200 gr de garbanzos cocidos
300 gr de patatas
1 zanahoria cortada en rodajas
200 gr de tomate cortado en trozos pequeños
ralladura de 1/2 naranja
3 cucharada de agua de azafrán
500 ml de caldo
 mejillones
6 carabineros
perejil
especias Bandari




Empezamos con el agua de azafrán. Dicho así parece que vamos a tener que emplear dos días o tres en su preparación y luego la vamos a tener que destilar. Nada, nada. Lo único que tenemos que hacer es calentar en una sartén como unas 20 hebras de azafrán hasta que empiecen a estar tostadas. Las pasamos a un mortero y majamos. Ponemos agua a hervir y cuando esté hirviendo la añadimos al azafrán y dejamos que infusione una hora más o menos. Entonces ya la tendremos lista. Si te sobra, guárdala en la nevera porque el jueves vamos a preparar un aperitivo con este oro líquido. Ya sabes, el jueves.

En una cazuela calentamos el aceite de oliva y rehogamos la cebolla. Salamos. Una vez esté pochada añadimos una cucharada y media de especias Bandari. Seguimos rehogando durante un par de minutos más.



Incorporamos las patatas en rodajas, garbanzos previamente cocidos, zanahoria, tomate, ralladura de naranja, agua de azafrán y el caldo de haber cocido las cabezas y cáscaras de los carabineros.

Dejamos que cueza todo hasta que las patatas estén casi listas. En este momento  añadimos los carabineros, que solo necesitarán un par de minutos para estar listos, y los mejillones previamente abiertos.

Antes de servir añadimos el perejil picado.

Fuente: Saraban, Greg and Lucy Malouf.

jueves, 13 de marzo de 2014

ARROZ CON PATATAS Y BACALAO



De un postre exótico y que viene de muy lejos pasamos a un plato de lo más tradicional y típico de la Cuaresma. Cuando llegaba esta época ya sabías que el potaje, el bacalao cocinado de maneras diversas y este arroz iban a aparecer en la mesa te gustasen o no. Bueno, tampoco era cuestión de discutir porque los niños no teníamos poder de decisión en el menú diario a no ser que fuera nuestro cumpleaños, que entonces nuestros deseos se cumplían: yo, sopa, mi hermana, macarrones y luego ensalada de pollo y piña. Yo, siempre sopa. Volviendo a la Cuaresma, es curioso cómo en diferentes países hay costumbres distintas. Me explico. Estuve un año dando clases de español en un colegio católico de Irlanda. Comía en el centro un par de días a la semana y el director muy solícito me dijo que por supuesto no tenían ningún inconveniente en no prepararme carne si comía con ellos los viernes. Para mí no es ningún sacrifico no comer carne, todo lo contrario, lo peor es que me dijeran que no puedo comer fruta o verdura un día a la semana. Lo que sí me dijo era que ellos no tomaban dulces. Eso me sorprendió mucho. Y la verdad es que los dulces desaparecían de la cocina de la familia con la que vivía. Recuerdo que la señora hacía verdaderos esfuerzos por no tomarse una magdalena o unas galletas con su taza de té por las tardes. Por supuesto yo tampoco los tomaba; donde fueres haz lo que vieres.




Ingredientes:

bacalao desmigado
1 taza y media de arroz
1/2 cebolla picada
2 dientes de ajo
caldo de pescado
vino blanco
1 patata
tomillo fresco
pimentón

Si vas a hacer esta receta necesitas un poco de planificación porque hay que desalar el bacalao. Me gusta este pescado pero lo suelo tomar poco fuera de casa porque en algunos restaurantes ponen el bacalao que parece que te va a chupar la sangre y necesitas beber litros y litros de agua para que el líquido de tu cuerpo no desaparezca. Como vamos a usar bacalao desmigado solo necesitará 24 horas de desalado, cambiando el agua un par de veces. Puedes probar un poco porque tan malo es un bacalao salado como uno que no sabe a nada.




En una cazuela rehogamos la cebolla y los dientes de ajos picados hasta que la cebolla empiece a cambiar de color. Entonces añadimos el arroz. Lo rehogamos junto con la cebolla y ajos antes de verter una copita de vino blanco. Dejamos que se evapore el alcohol y agregamos la patata pelada y cortada en trozos pequeños para que pueda hacerse al mismo tiempo que el arroz y no quede dura. Añadimos una ramitas de tomillo fresco y el caldo. ¿Cuánto caldo? El doble de cantidad que arroz.
Unos cinco minutos antes de que el arroz esté completamente hecho, incorporamos el bacalao.
Cuidado con la sal en este plato. Es mejor quedarse corta al principio y rectificar al final porque el bacalao le va a aportar un extra de sal al final.
Cuando ya hayamos servido el arroz, espolvoreamos un poco de pimentón y añadimos unas hojas de tomillo.

lunes, 3 de marzo de 2014

RAGÚ DE CHIPIRONES CON HABITAS Y ALMEJAS



Empezamos el mes de marzo con un guiso para entonar el cuerpo cuando una llega de la calle muerta de frío y calada hasta los huesos. Porque es lo que llevamos teniendo desde el principio del invierno: frío, agua, más frío y más agua. De verdad espero que marzo nos traiga unos rayos de sol por lo menos porque a mí ya se me está olvidando cómo es.  Este plato cálido no requiere mucho tiempo ni tampoco mucha atención si quitamos la media hora que se tarda en limpiar los chipirones. Como os habréis dado cuenta en este recetario no abundan los platos de calamares o chipirones, no, y la razón es que me da una pereza tremenda limpiarlos. Me gustan pero me desespera estar tanto tiempo arreglándolos. Eso sí, de vez en cuando compensa un poco de desesperación, aunque solo sea para entonarnos.


Ingredientes para 6 personas:

750 gr de chipirones
750 gr de patatas
2 pimientos verdes
2 cebollas rojas
2 pimientos choriceros
3 cucharadas de salsa de tomate
2 dientes de ajo
caldo de pescado
1 copa de vino blanco
perejil
1 tarro de habitas en aceite
almejas



1. Picamos las cebollas en juliana y las rehogamos a fuego lento con los pimientos verdes también cortados en juliana y los dientes de ajo picados. Cuando la verdura ya esté hecha, añadimos la pulpa de los pimientos choriceros y la salsa de tomate. Incorporamos las patatas peladas y chascadas. Rehogamos unos minutos para que todos los ingredientes se mezclen bien.

2. Vamos a abrir las almejas y parar ello las ponemos en una cazuela que llevaremos al fuego y taparemos para que se vayan abriendo. Yo según se van abriendo las voy pescando porque algunas tardan más que otras y así conservan un aspecto más apetecible y no se arrugan. Reservamos las almejas en un plato y el líquido en una taza.

3. Vertemos el caldo de pescado, la copa de vino blanco y el caldo de abrir las almejas  hasta que cubrimos las patatas. Dejamos que cueza hasta que las patatas estén tiernas.

2. Limpiamos los chipirones y los hacemos en una plancha muy caliente. Los añadimos al guiso e incorporamos las habitas en el último momento, justo antes de servir.

Añadimos un poco de perejil picado y las almejas que hemos abierto previamente. Listo para comer.

Fuente: Revista Telva.

martes, 18 de febrero de 2014

BOEUF BOURGIGNON




Whole Kitchen en su Propuesta Salada para el mes de febrero nos invita a preparar un clásico de la cocina francesa: Boeuf Bourgignon.


Y que yo no tenía ni idea de que existía hasta que vi la película de Julie and Julia e intenté después leer el libro y no pude terminarlo. Me pasa pocas veces pero esta fue una de esas pocas veces. En fin que entonces conocí a esta enorme mujer y me enteré de que existían los blogs de cocina. Claro que yo vi la película un año después de que la estrenaran, con eso os podéis hacer una idea de lo atrasada que estoy en las cosas de la tecnología. A ver que me voy del tema. Sí, tenía que contaros algo de este guiso oriundo de la zona de Borgoña en Francia, a 100 km de París. La carne que usan es de una variedad de buey típica de la zona que no tiene mucha grasa porque se alimenta de heno y forraje. He de confesar que esta es la segunda vez que he preparado este guiso. La primera vez no me acuerdo del tipo de carne que compré, con eso os lo digo todo, y quedó dura como piedras. Imposible hacer una foto a aquello así que las chicas de Whole Kitchen me han dado la excusa perfecta para intentarlo de nuevo y corregir los errores de la primera vez. La receta que he seguido es de Julia Child pero con algunas modificaciones. Vamos a preparar todo un señor guiso de carne capaz de arreglar cualquier día, por muy perruno que haya sido.

Ingredientes:

800 gr de carne de buey en trozos
1 zanahoria grande cortada en trozos
1 rama de apio cortada
1 copa de brandy
vino tinto
tomillo fresco



Para empezar os diré que tardé dos días en preparar este guiso y el resultado fue espectacular. En una fuente honda puse la carne con la zanahoria, apio y tomillo. Añadí la copa de brandy y después cubrí con vino tinto. No uses para cocinar un vino que no te beberías, tampoco se trata de que compres una botella de vino supermega estupenda que te va a costar tropecientos euros pero no uses el peor vino que encuentres porque notarás la diferencia. Cubrí con papel film y dejé que marinara en la nevera casi 24 horas, que se empape la carne de los sabores del vino y tomillo.
Una vez pasadas las 24 horas retiramos la carne y las verduras del vino y brandy reservándolos. Secamos la carne muy bien porque si no se cocerá en vez de rehogarse y reservamos.

Más ingredientes que vamos a necesitar:

1 cebolla
100 gr de panceta
2 cucharadas de harina
1 cucharada de tomate concentrado
2 hojas de laurel


Seguimos preparando el guiso. En este punto Julia Child cuece los trozos de panceta aparte antes de rehogarlos en la cazuela. Yo directamente me salté este paso porque es verdad que le quitamos grasa a la panceta pero tampoco es que mi dieta chorree grasa precisamente así que por un día no pasa nada. Como os contaba, rehogué los trozos de panceta en la cazuela y cuando ya empezaban a estar tostados los aparté. Ahora es el momento de dorar la carne en la misma cazuela. Reservamos. Añadimos las verduras de la marinada junto con la cebolla cortada y cuando ya estén pochadas incorporamos la carne y panceta.
Añadimos las dos cucharadas de harina y removemos todos los ingredientes en el fuego para que la harina no se quede cruda. Incorporamos el tomate concentrado, el vino de la marinada y las hojas de laurel. La verdad es que no necesité nada de caldo para cubrir la carne pero si os habéis quedado un poco cortos de vino podéis añadir el caldo necesario para cubrirla, sin pasarse, porque si no luego tendréis que reducir la salsa para que no os quede demasiado aguada. Ahora es cuando o bien la metemos en el horno o dejamos que cueza tranquila supuestamente entre dos o tres horas. Y digo supuestamente porque yo solo necesité una hora para que la carne estuviera perfecta.

¿Con qué se acompaña este guiso? Pues tradicionalmente con unos champiñones  y unas cebollitas.


Para los champiñones necesitaremos 100 gr de champiñones que vamos a rehogar en una sartén una vez los hayamos limpiado y cortado en láminas.

Para las cebollitas necesitaremos unas 18 cebollitas que vamos a pelar y a rehogar con mucho cuidado en una cazuela. Añadimos media taza de caldo de carne y unas hojas romero para dejar que cuezan hasta que estén blandas. Una vez blandas las escurrí y volví a rehogar en una cucharada de aceite con más cuidado incluso para evitar que se rompan.

Solo nos queda, si queremos, preparar un puré de patatas para disfrutar de todo un señor guiso perfecto para entonar el cuerpo en uno de estos días de aire, frío y lluvia que estamos teniendo.
Esperad, me sobró carne y está en un  tupper en el congelador llamándome. Ya sabéis qué comeremos en casa mañana.