Porco Rosso

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viernes, 3 de mayo de 2019

TRUE DETECTIVE III de Nic Pizzolatto - 2019 - ("True Detective III")


1980. Los detectives Wayne Hays y Roland West, compañeros, son asignados a un caso de dos niños misteriosamente desaparecidos en una pequeña localidad de los Orzaks, en el Medio Oeste. Pronto, descubren que las ramificaciones del misterio se extienden por donde no lo esperaban. Y, además, son más largas de lo que parecen.


"True Detective III" tiene una cosa buena y una cosa mala. Empiezo por la mala, que no tiene por qué ser, en realidad, mala: arriesga muy poco. Después del brutal descalabro de la odiada (injustamente, pienso) segunda temporada, Nic Pizzolatto va a lo seguro: una nueva historia de dos detectives que resuelven un caso bastante similar, en planteamiento, al de la primera temporada de 2014. No es algo necesariamente malo, pero decepciona porque la idea original de la serie era explotar diferentes estilos de thriller o de filme negro en cada una de sus sagas independientes, y eso es algo que por consideraciones estrictamente comerciales hemos perdido por completo. La primera serie era una historia de sectas de ambiente rural y la segunda una de mafias de ambiente urbano. Esta, retoma el ambiente rural y muchos puntos en común con la mencionada primera temporada. Sin embargo, tiene una cosa buena: es mucho menos farragosa que la segunda temporada (que lo era, es cierto) y también menos pretenciosa que la primera y nos muestra una historia más directa. Todo ello sin renunciar a la complejidad, lo cual es algo digno de elogio.


En "True Detective III" encontramos tres líneas temporales diferentes y dos detectives que a lo largo de los años investigan un caso extraño que se va ramificando en otros eventos. Sí, como el "True Detective" de 2014. Sin embargo, también sería totalmente injusto afirmar porque sí que es una copia o un caldo de ésta. No lo es. Los protagonistas son diferentes, y son lo mejor de la serie. Mahershala Alí está esplendoroso, brutal, y Stephen Dorf, que llevaba unos años bastante devaluado, vuelve por todo lo alto con otro gran personaje. Secundarios como Carmen Ejogo y Scot McNairy están también sencillamente impresionantes. Una vez más, recae un peso enorme de la historia sobre los caracteres, sobre sus relaciones, sobre lo que late entre ellos. Se toca la amistad, el amor, la familia, el deber, la redención, la soledad, la muerte, el paso del tiempo, pero también asuntos sociales como la hipocresía, la violencia, la corrupción, el racismo, el machismo, la homofobia y los traumas que traen los retornados de las guerras. Asuntos que ya hemos visto en las anteriores entregas de la serie y que vuelven a estar tratados de una forma excelente.


Luego, queda una trama genial, que captura desde el primer momento, que dosifica la información y los impactos con una limpieza impecable y que sorprende que un desenlace que, ciertamente, no va a gustar a todo el mundo, pero que es original, inesperado, y que da que pensar y que hablar. A mi me ha parecido acertado, a pesar de que no sea perfecto. Quedan ahí también unos diálogos como siempre fantásticos, con algunos verdaderamente antológicos, y una ambientación genial, con un paisaje rural que una vez más vuelve a ser, aunque algo menos que en las antecesoras, un personaje más. "True Detective III" vuelve a las raíces, a lo cómodo, pero lo hace bien. ¿Qué tendremos en la cuarta saga de la serie, si finalmente la tenemos?


miércoles, 13 de marzo de 2019

THE END OF THE F***ING WORLD de Jonathan Entwhistle y Lucy Tcherniak - 2017 - ("THE END OF THE F***ING WORLD")


Alyssa y James son dos adolescentes desencantados, hastiados del mundo, muy aburridos y muy cansados de sus vidas normales y corrientes con sus familias. Los dos van al mismo instituto y, de casualidad, los dos se conocen en el centro. Los dos hablan. Y empieza una curiosa relación...


Una de las series que he tenido el gusto de disfrutar el pasado año ha sido "The End Of The F***ing World". Y ha sido también una de las más sorprendentes de los últimos tiempos. De una sola temporada cerrada (aunque ahora van a rodar una segunda, con toda la polémica que esto crea), está basada en el cómic homónimo de Chuck Forsman y narra la historia de dos adolescentes perdidos, muy perdidos, que hacen un viaje un tanto particular juntos y en unas condiciones un tanto particulares. Quiero contar lo mínimo posible de esta obra porque creo que como más se disfruta es precisamente sabiendo lo mínimo de ella. El autor de la obra de las viñetas dice en una entrevista que la adolescencia es una etapa dura que él vivió llena de dolor y de aislamiento, y eso es lo que expresó en su creación. No la he leído todavía, pero desde luego la serie lo trasnmuta a la pantalla de forma genial. "The End Of The F***ing World" es dolor. Dolor puro. Y aunque hay lugar para guiños cómicos en ella, es esencialmente dolor. Y ternura, pero ternura dolorosa. Y melancolía, pero también dolorosa. Jessica Barden y Alex Lawther, sus dos protagonistas, duelen de verdad. Actuaciones de matrícula de honor. Y algún que otro secundario también duele (las detectives son impagables: personajazos). Y su mundo adocenado, sin futuro ya que se vislumbre salvo el del hastío y la indiferencia desde edades tan tempranas. Véanla. Ocho capítulos absolutamente soberbios que les pondrán los pelos de punta.


Abro una pregunta a raíz del comentario de esta serie. Ahora está de moda crear una sola temporada cerrada y, si tiene éxito, hacer una segunda. Por una parte, es cierto que de esta manera se evita el dejar las series colgando, que es algo que toca mucho las narices, pero mucho, mucho. Sin embargo, por otra, desvirtúa lo que se dejó bien clausurado anteriormente. Me consta que el cómic de "The End Of The F***ing World" termina, y que la serie lo adapta muy bien y de manera muy fiel. ¿Cómo lo piensan continuar? Y sobre todo: ¿cómo lo piensan continuar sin perder la esencia? ¿Mantendrán el nivel? Hasta este momento, esta serie para mi está cerrada. Parece que la segunda temporada, tras varios titubeos, se va a hacer. Pero para mi, está cerrada, porque así me la vendieron y así le han dado el portazo. Por supuesto, la seguiré, pero creo que hay cosas que, si se reabren, mueren de éxito. Veremos.


jueves, 28 de febrero de 2019

BLACK MIRROR: BANDERSNATCH de David Slade - 2018 - ("Black Mirror: Bandersnatch")


9 de julio de 1984. Stefan Butler es un joven prodigio de la informática y de los videojuegos que es contratado por la gran empresa Tuckersoft para programar "Bandersnatch", basado en una delirante novela de ciencia ficción homónima de un autor maldito. La noticia es muy bien recibida por él y por su padre. Stefan empieza a trabajar: tiene que tenerlo listo para final de año. Y se empieza a obsesionar con el proyecto...


"Black Mirror" está agotada. Por lo menos, como siga por este camino. Ya su cuarta temporada me pareció bastante repetitiva, sin alicientes, con apenas un capítulo que muestra algo verdaderamente novedoso. Y mientras llega o no (que creo que llegará) la quinta, se ha estrenado "Bandersnatch", un largometraje que, al modo de aquel "White Christmas", el especial de Navidad de 2014, mantiene a la serie en la parrilla. A priori, el plan es interesante: a modo de videojuego, o de libro interactivo del estilo de "escoge tu propia aventura", el episodio tiene varias opciones para que el espectador pueda elegir el propio camino que seguirá el protagonista en la trama. A priori, interesante, sí, desde luego. El problema es que todo esto enmarca un capítulo largo muy normalito, también repetitivo, y que pretende para colmo abarcar demasiados frentes. Tampoco está muy currado el tema de los finales alternativos: ni son tantos, ni son tan sorprendentes. Y, encima, hay decisiones que no sirven para nada, que te devuelven a la casilla de salida para que al final haya que tirar forzosamente por los mismos lugares. Es fallido en todos estos aspectos. Y además ha perdido bastante de la esencia que hizo famosa la serie: su crítica social es aquí superficial, bastante simplona, y está llena de tópicos de los gordos.


Los mensajes de "Bandersnatch" son muy simples. En prácticamente todos sus finales. Su mencionada crítica social no es efectiva. Y sus posibilidades nos las sabemos de memoria. Quiere abarcar tantos campos (la metaficción, la conspiranoia, la locura, la tecnología desbocada, el capitalismo brutal) que no desarrolla bien ninguno. Algún que otro desenlace incluso me ha parecido fuera de lugar, forzado, metido con calzador para tratar de sorprender por la fuerza con hechos escabrosos que creo que no venían demasiado al caso. No en todos ocurre esto, pero sí en una amplia mayoría de ellos. Buenas actuaciones, buena representación de la época (esos ochenta tan socorridos hoy para todo) y buenos homenajes a aquel tiempo de videojuegos primigenio tan entrañable. Pero el resto es morralla, verdadera morralla. Y es una lástima. "Black Mirror", si sigue así, está en un callejón sin salida ya. No se puede explotar tantísimo a una gallina de los huevos de oro sin que la calidad se resienta.


viernes, 18 de enero de 2019

LA MALDICIÓN DE HILL HOUSE de Mike Flanagan - 2018 - ("The Haunting of Hill House")


Hace mucho tiempo que los cinco hermanos Crain viven separados. A unos les ha ido mejor y a otros peor, unos tienen trabajos y matrimonios exitosos y otros tienen problemas y líos constantes. Ninguno ve a su padre desde que, hace décadas, una tragedia les separase. Sin embargo, éste ha vuelto ahora... Algo terrible está ocurriendo de nuevo, algo terrible relacionado con el pasado común de todos.


"La maldición de Hill House" ha sido una de las series más alabadas del año que acabamos de cerrar, y no es para menos, porque ha redefinido el género del terror en lo audiovisual en más de un aspecto, aunque tenga sus fallos y un desenlace algo decepcionante. Mike Flanagan es un director que, poco a poco, y con sus cosas mejores y peores, ha ido, en plan "ensayo-error", creándose una filmografía en general apreciable, y esta adaptación seriada de la novela homónima de Shirkey Jackson le confirma del todo como la promesa del género que definitivamente es. Puede que no sea una serie estrictamente innovadora y tampoco rompedora, pero sus diez capítulos cerrados son un ejemplo de, sobre todo, cariño y buen hacer. "La maldición de Hill House" es puro terror clásico: es sugerencia, inteligencia, personajes desarrollados, ambientación de diez y estética bella y adecuada. Sus sustos se basan en lo que se ve y en lo que no se ve, y casi nunca en ese elefectismo barato del que se abusa hoy tanto y con tan poca gracia. Está llena en lo visual de planos extraños, de pasillos abiertos, de esquinas donde se notan cosas raras: es puro desasosiego constante, porque vemos sin parar que los escenarios cambian, que las sombras cambian, que hay cosas al fondo. Este elemento, de por sí, ya hace a la serie especial y ya nos pone de los nervios (en el buen sentido). Esto es terror inteligente, del de verdad.


Luego, tenemos unos personajes maravillosamente desarrollados e interpretados, con montones de conflictos reales en los que todos nos podemos identificar más o menos, perfectamente interrelacionados, con carisma a raudales, con secretos que dan para debates posteriores. Los personajes de "La maldición de Hill House", como en todo buen terror, son otro de sus grandes fuertes. Y el plantel actoral que se encarga de darles vida está absolutamente soberbio. Por otra parte, la ambientación es genial: la casa, y todos los escenarios en general, dan miedo sin caer en lo exagerado, en lo efectista cutre. Y la cámara se mueve virtuosa por ellos (inolvidable el capítulo que tiene más de la mitad rodada en una sola toma) y los efectos especiales son los justos y necesarios. Y, finalmente, hay que decir que la trama es igualmente una delicia: es capaz Flanagan de coger los tópicos de siempre, los que nos sabemos de memoria, y darles una vuelta de tuerca inteligente y con estilo, brillante y fina. Me sobra el desenlace, sí tengo que decirlo. Me parece lleno, este sí, de lugares comunes, y mal explicado. Sin embargo, un solo capítulo decepcionante, aunque sea el último, no se carga a otros nueve que son ejemplos de buen cine de terror. Un diez rotundo para "La maldición de Hill House". Ojalá la mitad de lo que se saca de su género fuese así.


lunes, 26 de noviembre de 2018

FARGO de Noah Hawley - De 2014 a 2017 - ("Fargo")


-Año 2006. Lester Nygaard es un apocado vendedor de seguros de la pequeña ciudad de Bemidji, en Minnesota, que es visto como el pringado del lugar y que todavía es ridiculizado y acosado por Sam Hess, el matón de su instituto. Un día, conoce a un extraño y misterioso hombre... Y algo monstruoso empieza a ocurrir.

-1979. Lou Solverson, un joven policía de Fargo, investiga junto a su suegro, el sheriff Hank Larsson, un triple homicidio ocurrido en un restaurante local. Pronto, se abre ante ellos una terrible trama de muerte conectada con un grupo de familias mafiosas de la zona.

-Año 2010. Emmit y Ray son dos hermanos muy diferentes. El primero es un apuesto hombre de negocios que ha triunfado en la vida y el segundo es un agente de la condicional acabado que hace chanchullos con los presos. Entre ellos, la rivalidad y el rencor es algo habitual. Un día, algo ocurre... Algo que les mete en un lío gigantesco a ambos.


El norteamericano Noah Hawley es, además de escritor y guionista, el creador de varias series de éxito y de muy variada temática. Son el thriller "The Unusuals", la comedia dramática "My Generation", la serie de superhéroes "Legion" y la comentada "Fargo".


"Fargo" es una serie ambientada en el universo de la película del mismo nombre de los hermanos Coen. Idea genial porque este universo, como se ha demostrado, ya era apasionante en el filme de los años noventa y ha sido capaz de dar hasta ahora tres temporadas de historias rocambolescas (y una cuarta viene en camino para el año que viene). "Fargo" narra, como su antecesora de 1996, vidas delirantes que tienen lugar en el estado de Minnesota, donde nacieron los mismos hermanos Coen, y en estados cercanos norteños. Pueblos de paletos cubiertos por la nieve, américa profunda oscura e hipócrita y fatalismo patético unido a un certero y brutal retrato social se dan la mano en esta extensión de la franquicia cuyo espíritu Noah Hawley ha sabido captar sin problemas, con una facilidad pasmosa. Al igual que, por ejemplo, "True Detective", "Fargo" funciona basándose en temporadas independientes, aunque en este caso están enlazadas por algunos personajes y por las mismas poblaciones. Salta en el espacio y en el tiempo pero en todas ellas se retrata ese mundo de criminales y familias palurdas, de policías corruptos y de personas que siembran la diferencia, donde además se pone a parir a la sociedad del Sueño Americano con sus falsedades, su loca búsqueda del dinero y el prestigio, su capitalismo agresivo. Las tres temporadas que tenemos hasta ahora son una delicia, aunque la tercera me ha resultado algo más floja.


La primera de ellas es ya un desternillante escupitajo. La historia base les sonará: un apocado vendedor de seguros, un auténtico pringado conocido en su pueblo por ser un perdedor total, se mete en un lío en el que hay dinero sucio y personas misteriosas. Sí, es puro hermanos Coen, es "Puro Fargo". Es la temporada que mejor pilla la esencia de la película y la clava. Thriller escrupuloso, humor negro a raudales, mala leche brutal, intriga atrapante en una despiadada fábula moral moderna y unos personajes totalmente patéticos o terroríficos que además están interpretados por un elenco absolutamente inolvidable (Martin Freeman y Billy Bob Thornton están de jodida matrícula de honor). Y la sociedad americana desnudada y exhibida con una crueldad sin par. Parece, de verdad, que Hawley tiene una mente telepática conectada a la de los hermanos Joel e Ethan. La serie empieza de una forma inmejorable, y ya nos cautiva. Muchos productos "noir" tendrían que aprender de esta primera parte de esta franquicia.


La segunda temporada le mete el turbo a lo turbio y a lo surrealista. Viajamos ahora a finales de los años setenta y conocemos a algunos de los personajes de la primera temporada en otros tiempos y a otros completamente nuevos que desde el primer momento se nos meten en el bolsillo. Se repiten las constantes, pero siempre con vueltas de tuerca novedosas. Ahora nos encontramos en una pelea entre clanes mafiosos con un matrimonio de paletos metido de por medio (impresionantes del todo Jesse Plemons y Kirsten Dunst) y la policía del lugar. Tenemos otro cuento moral, otra fábula, pero ahora el humor absurdo gana poder y se mezcla con un sentido del drama fatalista absolutamente épico. La familia clásica americana es puesta patas arriba, y el mundo mafioso es una alegoría del empresarial y de sus corruptelas y sus mierdas ocultas bajo las alfombras. Es también este segmento el que tiene las mejores escenas de acción (algunas ponen verdaderamente los pelos de punta) y su desenlace es un prodigio de la lucidez, de la sorpresa sin efectismos, de la concisión inteligente a la hora de desarrollar una idea. Absolutamente fascinante y cautivadora.


La tercera y última temporada hasta la fecha vuelve a la edad contemporánea y es la que me ha parecido más floja, a pesar de que tiene un reparto de ensueño, con un Ewan McGregor haciendo un papel doble fantástico, con una Mary Elizabeth Winstead que se come la pantalla desde el segundo primero y, sobre todo, con un David Thewlis que te mete el miedo en la piel nada más mirarte a través del televisor. La intriga, sin embargo, me parece más habitual y, sin ser mala, es más predecible y repite más los patrones de las otras dos. Tiene momentos geniales igualmente, y sorpresas agradables, y sigue ahí ese mensaje descorazonador que despelleja a los sueños paletos de los USA, pero también creo que se centra más en los tópicos del cine negro más típico y su humor negro y absurdo, si bien está presente, es menos efectivo. Puede que haya dado una cierta muestra de agotamiento la serie, aunque a pesar de todo la temporada se ve muy bien y está a buen nivel.


Para algún momento del próximo año está planeado que llegue la cuarta de las temporadas, y solamente está confirmado como actor Chris Rock y, al parecer, estará ambientada en los años cincuenta, otra década que da mucho juego para retratar la historia y la idiosincracia norteamericanas. La espero con ansia. No dejen de ver "Fargo": son tres temporadas excelentes, especialmente las dos primeras, y que se devoran con alegría y humor y horror de los buenos. Cine negro de calidad, del imprescindible, y una gran fidelidad a los preceptos de la también inolvidable "película madre" de los hermanos Coen. "Fargo" es "noir" de matrícula de honor, personal e intransferible, divertidísimo y estremecedor.


martes, 25 de septiembre de 2018

TODO EL MUNDO QUIERE SER COMO IGNATIUS FARRAY de Ignatius Farray y Miguel Esteban - 2009 - ("Todo el mundo quiere ser como Ignatius Farray")


Ignatius Farray quiere ser un gran cómico, el mejor del mundo. Pero no es nada fácil y a veces las cosas no le salen como esperaba y la misma vida le da en las narices.


Después de "Muchachada Nui" y justo antes de "El fin de la comedia", Ignatius Farray rodó, junto a su habitual amigo Miguel Esteban, una serie poco conocida, o por lo menos algo menos conocida, valga la redundancia, que otras producciones suyas: "Todo el mundo quiere ser como Ignatius Farray". Fue una mini-serie, colgada en Internet, de solamente siete episodios de seis minutos de duración cada uno en la que el cómico daba rienda suelta a su humor a ratos surrealista, a ratos crítico, a ratos irreverente, a ratos zafio, a ratos canalla, y muy, muy loco siempre. El protagonista es él, por supuesto, y en un estilo en el que prima el collage visual conscientemente cutre, va presentando gags de todo pelaje. La serie es bastante experimental, no sigue una línea argumental clara (como sí, más o menos, "El fin de la comedia"), pero sí que tiene un cierto hilo que es una suerte de presentación con rasgos de documental de coña del propio Farray y de ciertas aventuras suyas para ser un gran cómico. Se mete un poco con algunos poderes, reflexiona un poco sobre lo que es ser cómico y artista en general, diserta sobre la vida a grandes rasgos, y hace muchos chistes divertidos sobre nuestra cultura y constantes homenajes sentidos. Es una serie irregular, con gags que funcionan y otros que, la verdad, tienen bastante poca gracia. El humorista, sin embargo, estaba como quien dice empezando en solitario (realmente no, pero sí tal vez a este nivel y tras el éxito de "Muchachada Nui"), y como prueba antes de pasar a algo mayor "Todo el mundo quiere ser como Ignatius Farray" no está mal. Muy cortita y fresca.


martes, 17 de julio de 2018

GODLESS de Scott Frank - 2017 - ("Godless")


1880. Nuevo México. Un joven pistolero llamado Roy Goode llega a la pequeña ciudad de La Belle. Está herido y parece huir de alguien, y es visto como un sospechoso de pillaje y arrestado. En el lugar, Roy descubre a una comunidad compuesta en su mayoría por mujeres, que hacen que todo marche luchando solas contra la hostilidad del exterior. Pronto, establece relaciones con algunas de ellas y con algunos de los pocos hombres que quedan allí. Pronto, quien le persigue encuentra su pista...


Me gustó muchísimo "Caminando entre las tumbas" de Scott Frank, y me ha vuelto a gustar muchísimo su siguiente creación, esta serie de género western llamada "Godless", que al parecer iba a ser en un principio un largometraje pero se fue alargando poco a poco tanto que, finalmente, terminó contenida en nada más y nada menos que siete capítulos. Los preceptos son básicos y hasta tópicos: una banda de brutales forajidos va a atacar un pequeño y desprotegido pueblo y sus habitantes han de formarse para hacerles frente. Ahora, sin embargo, la mayor parte de los vecinos de dicho pueblo son mujeres: la mayor parte de los hombres del lugar murieron en un terrible accidente en una mina y son ellas en su mayoría las que han tenido que sacar adelante todo desde entonces. Scott Frank rompe arquetipos del género para elaborar una trama fantástica en la que las mencionadas mujeres son fuertes e independientes para enfrentarse a un mundo hostil que, a pesar de todo, las sigue tratando con prejuicios cuando no directamente con violencia. Juntas, y con algunos hombres también a su lado, dan una lección al machismo imperante de la época, representado tanto en los forajidos como en los propios miembros de la "ley" y de las supuestamente civilizadas grandes empresas que vienen a hacer prosperar el interior de los estados a golpe de talonario o de disparo de revólver si es necesario.


El de la mujer no es, sin embargo, el único arquetipo típico del western que destroza el director: también revisa el del hombre y le da una acertada vuelta de tuerca. Los protagonistas masculinos de la serie son también fuertes, pero no omnipotentes, y exhiben debilidades: el sheriff del pueblo está perdiendo la vista, su ayudante es un niño valiente pero impulsivo y demasiado joven que no para de meter la pata, el joven en busca de la redención no sabe leer y necesita que una mujer le enseñe, el chico indio es todo menos un "amo" de la naturaleza y necesita encontrar su propio camino alejado de la violencia. "Godless" es un western sobre la unión, sobre la igualdad: hombres y mujeres han de caminar juntos para acabar con las personas malvadas y para prosperar en la unión. Se necesitan, y se necesitan en igualdad. Muy bien por Frank.


El otro asunto principal de la serie es el de la falta de la figura de un dios justiciero al que su propio título hace referencia. No hay nada en el mundo salvo el salvajismo, pero también está el bien, lo correcto, y esa lucha por lo justo corresponde solamente a los seres humanos. En este sentido, el villano de la función, Frank Griffin, creo que es uno de los mejores antagonistas de las últimas series: una suerte de anti-predicador desesperado interiormente ante esta falta de dios salvador y protector, lúcido y cruel, brutal y con un cierto toque magnánimo y, sobre todo, con un buen puñado de interesantísimas ambigüedades producto de un desarrollo muy bien trabajado. Está interpretado además por un Jeff Daniels absolutamente soberbio que se erige como el mejor actor de la función y que le va al carácter como anillo al dedo (por cierto, y seguro que no soy el único, Griffin me ha recordado poderosamente al Juez Holden de la mítica novela "Meridiano de Sangre" de Cormack McCarthy: creo que no es ninguna casualidad su extremado parecido).


"Godless" es también fuerte en su visión de todos los grupos raciales del momento histórico que retrata: no es, como le pasa a otros westerns, una aventura exclusiva de hombres blancos, sino que retrata con protagonismo también a los indios, a los negros e incluso a europeos emigrados al continente americano como los noruegos o los alemanes. Sexualmente también es plural: los personajes homosexuales tienen mucho que decir en su trama. Y finalmente, la ambientación es genial, crepuscular, sucia y realista y muy rica, y los momentos de acción están espléndidamente llevados, al igual que los climax y las catarsis dramáticas; todo está ordenado además con un perfecto equilibrio entre lo contemplativo y lo explosivo, con unos diálogos muy destacados. "Godless" es otra fantástica serie de esta época dorada que estamos viviendo desde hace una década. Muy notable y recomendable.


domingo, 17 de junio de 2018

BLACK SAILS de Jonathan E. Steinberg y Robert Levine - De 2014 a 2017 - ("Black Sails")


1715. Las Antillas son asoladas constantemente por los piratas, que dificultan sin cesar el comercio marítimo y que tienen como base la ciudad isleña de Nasáu. La Marina Británica está cada vez más preocupada y planea un golpe brutal con el que destronar a la piratería en la zona. Los bucaneros, sin embargo, no están dispuestos a permitir esto. Por desgracia, tampoco están unidos: entre ellos cunden las intrigas, las traiciones y las luchas de poder. Pero van a tener que colaborar a su pesar si quieren salvar su mundo libre del insaciable imperialismo inglés.


Jonathan E. Steinberg es un productor norteamericano y escritor creador de las famosas series "Jericho" y "Black Sails" y desarrollador de la otra serie "Human Target". Robert Levine es también escritor y productor y es el co-creador de la mencionada "Black Sails" junto a Steinberg y productor de las series "Touch" y "Escudo humano", además de escritor de numerosos guiones.


El género de la piratería, hace bastantes décadas ya muy popular, no ha conseguido volver a ser tan visitado como lo fue en los tiempos de Errol Flynn, ni siquiera con el empuje de sagas ultraexitosas y largas como la de "Piratas del Caribe", que sigue sumando entregas pero cuya influencia no se extiende más allá. A pesar de todo, a veces surgen joyas como "Black Sails", una serie que tiene algunos momentos irregulares pero que, a pesar de todo, se me antoja fantástica y que, por fin, crea un producto moderno realista y coherente sobre la piratería alejado de la fantasía de la mencionada saga de Johnny Depp y Geofrey Rush. "Black Sails" mezcla a los personajes del clásico literario "La isla del tesoro" con piratas reales y otros inventados para la ocasión. Se sitúa veinte años antes de la mítica novela de Robert Louis Stevenson y narra a grandes rasgos la lucha de los piratas de Nassau contra la Marina Británica para salvar al mundo libre de la piratería. La serie se plantea como una lucha entre la hipocresía y la verdad, entre la opresión y la libertad, aunque, como las mejores series, tiene un punto especial que la aleja de todo maniqueísmo: el ambiente de los mencionados piratas no está idealizado en absoluto. Los ingleses son falsos, imperialistas, violentos, pero los piratas no viven precisamente en una utopía, aunque ellos la defiendan a capa y espada: son también violentos, y luchan entre ellos constantemente, traicionándose, apuñalándose por la espalda, buscando influencias para dominar desde las sombras. Y todo esto se extiende a todos los personajes, llenos de claroscuros y transitando eternamente en el alambre fino que existe entre lo magnánimo y lo monstruoso.


En "Black Sails" un capitán pirata genial e invencible puede ser también un ladino egoísta, y uno salvaje y despiadado puede tener un concepto del honor y de la amistad impecable, mientras que otro que defiende su mundo libre no duda para lograr su objetivo en utilizar los métodos expeditivos que sean necesarios a pesar de que, a su vez, esté en contra de la esclavitud de la raza negra. "Black Sails" es realista en todos los aspectos. La época es creíble, y los personajes se comportan de acuerdo a esa época, que es brutal y terrible pero a la vez romántica y apasionante. Se tratan todo tipo de sentimientos: amor, amistad, honor, libertad, hipocresía, machismo, homosexualidad, racismo, rebelión contra lo establecido. Y tiene personajes potentes de toda clase y condición, de todos los sexos, de todas las sexualidades y de todas las razas. Es una serie, en este sentido, redonda. Sí que es cierto que algunos de estos personajes quedan algo maltratados, en especial el de Dufresne, el caso más flagrante pero también el más triste, ya que el actor que lo interpretaba inicialmente, Janmes Eiselen, dejó la serie en la segunda temporada a causa de un cáncer cerebral que tristemente le mató el 23 de septiembre de 2016 y fue sustituido por Roland Reed, que no tuvo el carisma de éste y que propició que su carácter fuera despachado de mala manera. Este fallo, sin embargo, no lastra a una serie excelente que, por cierto, está animada con un plantel de actores y actrices maravilloso.


Hablando ya de las temporadas de "Black Sails" en sí, hay que decir que no son todas parejas en cuanto a calidad. A la primera le cuesta arrancar. Cuesta hacerse con los personajes, la verdad, y a veces es incluso algo confusa y tiene algún capítulo que ciertamente es errático y hasta aburrido. Sin embargo, su desenlace engancha finalmente, y ya la segunda es absolutamente maravillosa (para mi, es la mejor de toda la colección). La tercera es también excelente, y trae a personajes nuevos como Barbanegra que son capaces de insuflar el frescor necesario después de la apoteosis de la anterior, y la cuarta, si bien no es tan redonda como estos dos, mantiene el ritmo muy bien y nos presenta un final acorde con lo esperado y que no decepciona.


El otro gran aspecto que hay que elogiar de "Black Sails" es el técnico. Sus escenarios son absolutamente geniales, y en especial, los barcos, que fueron construidos todos y que son una delicia digna de admirar. Es una joya para los sentidos disfrutar de la serie deleitándose con su aspecto visual. Y se agradece en tiempos de efectos especiales desaforados. Desgraciadamente, esto mismo fue lo que propició el final precipitado de la producción: los estudios en los que se rodaba, en la ciudad sudafricana de Ciudad del Cabo, fueron pasto de un gran y aparatoso incendio que destruyó montones de escenarios y hasta de barcos. Sus creadores decidieron finalizarla aquí, y aunque la dejaron cerrada (y bien cerrada, sin chapuzas), muchos nos quedamos con las ganas de una quinta temporada. "Black Sails" me parece una maravilla de serie, un resurgir en condiciones, de verdad, del evocador mundo de la piratería. Extremadamente recomendable.


lunes, 16 de abril de 2018

THE NIGHT OF de Steven Zaillian - 2016 - ("The Night Of")


Nasir Khan es un joven de Nueva York que, durante una noche de juerga en la que coge sin permiso el taxi de su padre, se lía con una chica, con la que tiene sexo y con la que además consume drogas. Cuando se levanta, aturdido, en la casa de la desconocida, Nasir descubre con horror que está muerta... Y que ha sido brutalmente apuñalada. Para él está a punto de comenzar un terrible y monstruoso infierno...


El director y guionista norteamericano Steven Zaillian ha dirigido las películas "En busca de Bobby Fisher", "Acción Civil" y "Todos los hombres del Rey", de irregular calidad. Entre sus guiones sí se cuentan mejores obras como "La Lista de Schindler", "Gangs of New York" y "American Gangster". También es el creador de la espectacular serie "The Night Of".


"The Night Of", basada en otra serie, "Criminal Justice", de 2008 y 2009, es una de las series, valga la redundancia, más apasionantes que he tenido el gusto de ver en este último par de años. Es una historia que se puede antojar tópica en su premisa: un joven se lía con una chica y ésta aparece muerta y él es culpado. Drama carcelario con jucios. Sin embargo, se sale no solamente de todos los tópicos esperables del género, sino que además se centra en el retrato social de los USA de la paranoia de los últimos tiempos. Porque el chico pertenece a una familia de ascendencia paquistaní, y el abogado que va a defenderle es un judío que tiene un hijo negro. La Nueva York cosmopolita y multiracial y multicultural está plenamente representada además con otra abogada de origen indio y con un brutal retrato de los prejuicios que alimentan un supuesto asesinato como el central. "The Night Of", más que un thriller, que también, es un retrato de cómo estos prejuicios raciales y culturales destruyen la vida de alguien que ingresa en prisión preventiva y que, todavía sin haber sido declarado culpable de forma definitiva, es señalado y destruido socialmente. Un soberbio Riz Ahmed, que es capaz de cambiar de registro varias veces en la misma trama, es este chico condenado y señalado. Y lo clava. Y su abogado es un John Turturro que vuelve a brillar con luz propia en un papelón que le da a la serie al mejor de sus personajes, un dechado de carisma. Y luego está Michael K. Williams, el inolvidable Omar de "The Wire", que vuelve a dejarnos otra interpretación para el recuedo como el compañero de prisión mafioso del protagonista, un personaje lleno de claroscuros y ambigüedades. Y Bill Camp, finalmente, nos regala al detective de turno, a punto de jubilarse y con un gran caso sobre sus espaldas a última hora.


"The Night Of" es una obra maestra de la mini-serie. Es sobria, brutal, sin concesiones, inteligente, lúcida y con unos diálogos magistrales. Todos sus personajes, como he comentado, son una maravilla y se nos meten en el bolsillo en el primer capítulo. Por cierto, que vaya primer capítulo: es una total "terapia de shock" narrativa; lo he pasado faltal, pero fatal, fatal con este comienzo de temporada que ya auguraba una gran historia. A muchos tal vez les falle el hecho comentado de que Steven Zaillian se centre más en el puro retrato social que en el mencionado thriller: es la única "pega" que se le puede poner a "The Night Of", unida a un desenlace que a todos no va a gustar (pero que tal vez de en algún momento para una continuación). Pero es una pega muy pequeña, si es que acaso se le puede llamar así, porque la intención del guión no es otra que exponer las vergüenzas de la Norteamérica de nuestros días, de miedo y paranoia, de prejuicios e hipocresías, donde se condena a alguien antes de tener el veredicto final (la era de las redes sociales: estamos por desgracia muy acostumbrados ya a esto) y donde se le endosan unos tópicos según su raza y su cultura. Retratado todo esto, además, en todos sus estratos: desde la familia hasta la policía pasando por los delincuentes o los abogados. "The Night Of" es una obra maestra. No sé si tendrá finalmente segunda temporada: se ha hablado de ella pero en cerca de dos años no se ha concretado nada. Tanto si finalmente la tiene como si no, lo que nos deja ya seguro es una joya de la historia social y judicial. Imprescindible.


lunes, 12 de marzo de 2018

TUTANKAMON de David Von Ancken - 2015 - ("Tut")


Tras la muerte de su padre, el polémico faraón Akenatón, el joven Tutankamon asciende al poder en Egipto con sólo nueve años y tutelado por sus maestros, el visir Ay y el general Horemheb. Cuando alcanza la mayoría de edad, toma por completo las riendas del imperio y emprende un periodo de reformas para sanear sus problemas. Sin embargo, pronto se percata de que la corte está corrupta y de que el pueblo le considera un faraón débil y, para colmo, las relaciones con el reino vecino de Mitanni no son nada buenas. Pero Tutankamon se va a rodear de personas de confianza para emprender cambios radicales en el país.


El norteamericano David Von Ancken ha trabajado en series como "Oz", "CSI", "Héroes", "Gossip Girl", "The Vampire Diaries" o "Californaction" y ha dirigido en solitario otras como la comentada "Tut". Es también el autor de la película "Enfrentados".


Me encanta la historia y me encantan las series históricas, y me acerqué a "Tut" (llamada en España "Tutankamon") porque me interesaba la vida de dicho Tutankamon, valga la redundancia, porque era una serie de solamente tres capítulos (me gusta terminar las que empiezo y si esta no me convencía pues bueno, era corta y no perdía demasiado tiempo con ella) y porque salía Ben Kingsley, que cuando quiere es un buen actor pero que debe ser un adicto al trabajo o estar muy entrampado porque es increíble la agenda que tiene desde hace ya décadas, con papeles de toda clase interpretados casi sin descanso. Y bueno, "Tut" fue un error, una serie definitivamente mala y que no merece la pena absolutamente nada. No sólo se inventan sus creadores mucho de la historia de este faraón mítico más por el descubrimiento de su excepcional y bien conservada tumba que por sus hazañas como gobernante, sino que para colmo toda ella tiene un tono mixto entre lo adulto y lo juvenil que no termina de asentarse nunca. Por una parte, quiere ser seria y realista como por ejemplo "Roma", pero por otra quiere ser una serie de acción abierta a más públicos como "Spartacus" (que en realidad era para adultos a nivel de violencia y de sexo pero su estética trataba de aprovechar el tirón de "300"). Y la mezcla no funciona de ninguna de las maneras. Tenemos intrigas palaciegas, algo de sexo, personajes que tratan de tener aristas por una parte, pero por la otra tenemos combates con espadas que no vienen a veces a cuento, escenas de acción que tratan de ser molonas y batallas llenas de concesiones a la espectacularidad más predecible (aunque rodadas con pocos extras, lo que da un cierto tono de "quiero y no puedo" que tampoco ayuda). El tono de "Tut", en fin, no se concreta nunca.


Para colmo de males, encima hay que decir que la trama es mala. Porque a pesar de su sexo y violencia puntual tiene unos protagonistas bastante planos y narra una historia que carece por completo de la inteligencia exquisita que tiene por ejemplo la mencionada "Roma" o sin ir más lejos productos que no son históricos pero que beben de ellos como la brutal y lúcida "Juego de Tronos". Y es que reducir casi toda la intriga de la corte del faraón a dos mujeres peleándose en plan arpía es muy lamentable. Y darle encima a todo ello un corte de triángulo amoroso es ya caer en lo tópico y en lo cutre. Eso por no hablar de poner a los del imperio de Mitanni de raza negra, cambiar a los personajes de Ay y de Horemheb por completo o darle al faraón un tono heroico y épico que no se corresponde con lo que fue en la realidad. El retrato histórico de "Tut" no es serio y el querer llegar a todos los públicos la termina de matar. Una lástima, porque la idea de narrar la vida de este personaje era buena, y los medios no están mal: los decorados son dignos y el vestuario también, a pesar de esa falta de extras comentada que queda patente en las grandes batallas. En fin, habrá que esperar a otra obra mejor sobre Tutankamon.