Tras haber pasado los últimos diez años trabajando frustrado y aburrido en una tienda de barrio, Dante Hicks cambia por fin de empleo… cuando la tienda arde en un incendio. Su nuevo trabajo, que comparte con su amigo Randall, le resulta igual de odioso: servir en una cadena de comida rápida. Sin embargo, Dante parece encauzar su vida por fin: empieza a salir con Emma, una chica guapa (aunque convencional y posesiva) con la que se promete y con la que se va a marchar a Florida a trabajar en el lavacoches de su adinerado padre. El día antes de marcharse a comenzar su nueva vida no lo tendrá, sin embargo, todo tan seguro… Se planteará el futuro de su gran amistad con Randall, su cariño a su Nueva Jersey de siempre y su amor por Becky, su jefa, la mujer a la que tal vez quiera en realidad...
Después de haber sorprendido en los años noventa con su genial "Trilogía de Nueva Jersey" (“Clerks”, “Mallrats” y “Persiguiendo a Amy”), Kevin Smith experimentó un notable bajón artístico con la llegada del nuevo siglo. “Dogma”, su cuarta película, fue aún buena (en mi opinión), pero “Jay y Bob El Silencioso contraatacan” fue un fiasco sin demasiada gracia y "Jersey Girl" una comedia romántica más bien descafeinada y sin demasiada personalidad (y lo que distinguía a la primera filmografía de Smith era precisamente su personalidad). Por suerte, volvió parcialmente a las andadas con “Clerks II”, película bastante denostada pero que yo pienso que es perfectamente fiel a la trayectoria de su creador. El resultado de esta película, si bien no está al nivel de la original "Trilogía de Nueva Jersey", es más que apreciable. El filme está rodado en color con algunas escenas en blanco y negro homenaje o referidas a su antecesora. Los protagonistas vuelven a ser los mismos, aunque una década después. Dante y Randall no han encauzado sus vidas en ninguna dirección: son dos jóvenes que dejan de serlo para una sociedad hipócrita (la verdadera juventud está en la mente de uno/a) y que se han quedado estancados en ninguna parte, dos niños grandes que, además, se sienten solos, aunque no se lo digan el uno al otro.
La acción transcurre de nuevo en un solo día desde la mañana hasta el anochecer. En ese día, Dante se plantea si merece la pena lanzarse a un futuro del que no está nada seguro, mientras Randall intenta aceptar que su amigo le deja para siempre en Nueva Jersey y la jefa de ambos, Becky (genial Rosario Dawson) intenta, tal vez sin saberlo, que no se vaya, ya que siente por él algo que va más allá de la amistad. Por supuesto, a lo largo del día ocurren todo tipo de locuras, protagonizadas sobre todo por el desquiciado Randall y por los omnipresentes Jay y Bob el Silencioso, que por supuesto se pasan las horas vendiendo droga por el barrio. Hay broncas entre todos, bailes, borracheras, conversaciones freakies, exhibiciones de bestialismo, bromas crueles, juegos variados y teatro de relaciones humanas en el que caben asuntos como la homosexualidad o el racismo. El humor del filme es el propio de Smith, el humor zafio, canalla, escatológico y freakie, el humor desprejuiciado que a unos encantará y que a otros desquiciará, como en todas sus obras. Los diálogos, sin ser prodigios de grandeza, son tremendamente sinceros en los momentos dramáticos de la cinta, que adquiere tintes de drama juvenil nostálgico y evocador sobre el amor, la amistad y la pérdida de una época de existencia gloriosa (al estilo de Smith, claro, estilo muchas veces incomprendido). De no mucha duración, el filme, ágil y divertidísimo a la par que emotivo, se pasa en un vuelo. Muy recomendable vuelta del director de Nueva Jersey a su mejor forma de hacer las cosas, que más o menos ha ido manteniendo a pesar de bodrios incomprensibles como "Vaya par de polis".