Porco Rosso

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miércoles, 4 de abril de 2012

CLERKS II de Kevin Smith - 2006 - ("Clerks II")



Tras haber pasado los últimos diez años trabajando frustrado y aburrido en una tienda de barrio, Dante Hicks cambia por fin de empleo… cuando la tienda arde en un incendio. Su nuevo trabajo, que comparte con su amigo Randall, le resulta igual de odioso: servir en una cadena de comida rápida. Sin embargo, Dante parece encauzar su vida por fin: empieza a salir con Emma, una chica guapa (aunque convencional y posesiva) con la que se promete y con la que se va a marchar a Florida a trabajar en el lavacoches de su adinerado padre. El día antes de marcharse a comenzar su nueva vida no lo tendrá, sin embargo, todo tan seguro… Se planteará el futuro de su gran amistad con Randall, su cariño a su Nueva Jersey de siempre y su amor por Becky, su jefa, la mujer a la que tal vez quiera en realidad...


Después de haber sorprendido en los años noventa con su genial "Trilogía de Nueva Jersey" (“Clerks”, “Mallrats” y “Persiguiendo a Amy”), Kevin Smith experimentó un notable bajón artístico con la llegada del nuevo siglo. “Dogma”, su cuarta película, fue aún buena (en mi opinión), pero “Jay y Bob El Silencioso contraatacan” fue un fiasco sin demasiada gracia y "Jersey Girl" una comedia romántica más bien descafeinada y sin demasiada personalidad (y lo que distinguía a la primera filmografía de Smith era precisamente su personalidad). Por suerte, volvió parcialmente a las andadas con “Clerks II”, película bastante denostada pero que yo pienso que es perfectamente fiel a la trayectoria de su creador. El resultado de esta película, si bien no está al nivel de la original "Trilogía de Nueva Jersey", es más que apreciable. El filme está rodado en color con algunas escenas en blanco y negro homenaje o referidas a su antecesora. Los protagonistas vuelven a ser los mismos, aunque una década después. Dante y Randall no han encauzado sus vidas en ninguna dirección: son dos jóvenes que dejan de serlo para una sociedad hipócrita (la verdadera juventud está en la mente de uno/a) y que se han quedado estancados en ninguna parte, dos niños grandes que, además, se sienten solos, aunque no se lo digan el uno al otro.


La acción transcurre de nuevo en un solo día desde la mañana hasta el anochecer. En ese día, Dante se plantea si merece la pena lanzarse a un futuro del que no está nada seguro, mientras Randall intenta aceptar que su amigo le deja para siempre en Nueva Jersey y la jefa de ambos, Becky (genial Rosario Dawson) intenta, tal vez sin saberlo, que no se vaya, ya que siente por él algo que va más allá de la amistad. Por supuesto, a lo largo del día ocurren todo tipo de locuras, protagonizadas sobre todo por el desquiciado Randall y por los omnipresentes Jay y Bob el Silencioso, que por supuesto se pasan las horas vendiendo droga por el barrio. Hay broncas entre todos, bailes, borracheras, conversaciones freakies, exhibiciones de bestialismo, bromas crueles, juegos variados y teatro de relaciones humanas en el que caben asuntos como la homosexualidad o el racismo. El humor del filme es el propio de Smith, el humor zafio, canalla, escatológico y freakie, el humor desprejuiciado que a unos encantará y que a otros desquiciará, como en todas sus obras. Los diálogos, sin ser prodigios de grandeza, son tremendamente sinceros en los momentos dramáticos de la cinta, que adquiere tintes de drama juvenil nostálgico y evocador sobre el amor, la amistad y la pérdida de una época de existencia gloriosa (al estilo de Smith, claro, estilo muchas veces incomprendido). De no mucha duración, el filme, ágil y divertidísimo a la par que emotivo, se pasa en un vuelo. Muy recomendable vuelta del director de Nueva Jersey a su mejor forma de hacer las cosas, que más o menos ha ido manteniendo a pesar de bodrios incomprensibles como "Vaya par de polis".

martes, 3 de abril de 2012

CLERKS de Kevin Smith - 1994 - ("Clerks")


Dante Hicks no tiene un buen día: aunque libraba hoy, ha tenido que sustituir por un favor a su compañero de trabajo en la tienda de barrio en la que se gana la vida (supuestamente, hasta que encuentre una ocupación que le llene más...). Aburrido, pasará las horas laborales charlando con su mejor amigo, Randall, que trabaja en el videclub de al lado. Hablarán, como siempre, de sexo, de amor, de amistad, de filosofía vital, de cine, de hockey, de comics, de Star Wars, de los mitos de sus infancias. El día les deparará multitud de locuras: peleas de Dante con su novia, encuentros delirantes con ex novias, fallecimientos inesperados de ex novias, deportes en la azotea de la tienda, visitas de los camellos Jay y Bob el Silencioso y de clientes estúpidos y otras aventuras cotidianas.


Director y guionista de cine y de comics, Kevin Smith es uno de los cineastas de aires independientes surgidos en los años noventa que mejor ha sabido hacerse un hueco en la industria conjugando a la perfección comercialidad, calidad y libertad creativa. Es el creador, sobre todo en sus primeros filmes, de un mundo propio de relaciones personales cargado de geniales referencias “freakies” al mundo del cine y, sobre todo, al del comic, formas artísticas que Smith ama con pasión. Cultivador de una comedia seria y alocada sin par, de geniales e hilarantes diálogos y situaciones y de estrambóticos y tiernos personajes, ha sabido retratar el mundo multicultural de la juventud de Nueva Jersey (donde siempre ha vivido y donde se siente orgulloso de vivir) y las vidas comunes de sus habitantes con tanta pasión y cariño como Woody Allen o Martin Scorsese han hecho con Nueva York o François Truffaut ha hecho con París. Aunque no pueda parecerlo, las películas de Kevin Smith, bajo su aparente fondo (falso) de simpleza argumental y de contenido, esconden multitud de deliciosos matices sobre las relaciones personales de todo tipo y naturaleza social, el asunto central de su filmografía. Muchos no han querido verlo, pero su cine está plagado de irónicas referencias culturales y de una sensibilidad muy destacada en el retrato de personajes completamente cotidianos perdidos en un mundo un tanto absurdo y un tanto solitario, a pesar de ser un mundo de buen humor. Ha sido, además, el creador de dos personajes que ya son míticos en la cultura Norteamericana: Jay y su amigo Bob El Silencioso (interpretado por el propio Smith) que represetan a los clásicos freaks urbanos errantes, asíduos de centros comerciales, festivales y tiendas de comics y antros varios, carismáticos, llenos de dignidad, algo intransigentes, algo fanáticos, algo locos.


Debutó Kevin Smith en 1994 con la primera parte de su célebre “Trilogía de Nueva Jersey”: “Clerks”, rodada con cuatro duros y que fue todo un rompedor éxito, tras la que aumentó su presupuesto para sus dos continuaciones: “Mallrats” y “Persiguiendo a Amy”. Tras ellas, rodó la comedia fantástica “Dogma” (que creó cierto escándalo por sus críticas desprejuicidas hacia la Iglesia), la nueva comedia “Jay y Bob El Silencioso Contraatacan”, la comedia romántica "Jersey Girl", la discutida "Clerks II" (retorno a los personajes y al mundo de la "Trilogía de Nueva Jersey"), la nueva comedia "¿Hacemos una porno?", el horror para olvidar de "Vaya par de polis" (no sé que pasaba por su cabeza al hacer esta cosa) y el thriller de terror "Red State".


“Clerks” fue rodada, con préstamos de familiares y de amigos, en la tienda en la que el propio Kevin Smith trabajaba, y colaboraron en ella estos mismos amigos y voluntarios por las noches o en los días de fiesta. Fue, inesperada y merecidamente, una de las películas revelación de los años noventa, triunfadora en el Festival de Sundance y lanzadora de la carrera de su creador. Rodada en blanco y negro, es “Clerks” una genial comedia seria sobre relaciones personales de todo tipo (como las dos otras partes que seguirían de la "Trilogía de Nueva Jersey" y como "Clerks II"). Narra un día de locos en la vida de Dante, un joven de la generación X apasionado del cine, de los comics y del hockey que aprende a vivir con sus miedos (y mucho humor) en el mundo moderno junto a sus amigos y a su novia. La película está construída en base a una acumulación de situaciones desternillantes y algo surrealistas movidas por unos magníficos y ágiles diálogos y un humor ciertamente “freakie” y cargado de referencias culturales de todo tipo. Su simpleza es apabullante, así como su capacidad de cautivar con esta simpleza, con su buen hacer, con su espontaneidad y con su ritmo. Provoca la risa, y también conmueve e identifica al espectador con los jóvenes del momento, que no son tan distintos de los de hoy, pienso. En ella aparecían por primera vez los míticos Jay y Bob El Silencioso, además de otros personajes que tendrían algo que ver en las dos siguientes entregas de la “Trilogía de Nueva Jersey”, pues esta sería la primera parte tras su éxito arrollador. Las siguientes serían “Mallrats” y “Persiguiendo a Amy”, y sus caracteres se interconectarían con los de esta de una manera u otra (hermanos, primos, amigos, novios, ex novios, referencias…), conformando las tres juntas un genial y sentido fresco de la Nueva Jersey de los años noventa.