El del domingo era el esperadísimo Doctor Mateo, ya que al estar rodado en Asturias la expectación aquí era enorme. Lastres fue el lugar elegido y viendo el primer capítulo no tiene muy mala pinta, no. Es la historia de un médico que vuelve a su tierra natal, después de pasar varios años en Nueva York. Los actores, impecables con un Gonzalo de Castro en un papel de Oscar (no había visto nunca a este actor y me voy a aficionar). Y bueno, “prestó de la vida” el escenario elegido con unos deliciosos planos de la bella villa marinera con su playa, su montaña y su gente en bici, que aquello parecía una secuencia de una película italiana más bien. Eso sí, se echó de menos algún “ye que“ y algún “manín” muy usuales por esos lares… Por señalar algo malo, no me gustó ese “mobbing” masivo que le hacen al pobre médico, pero bueno, habrá que esperar al 2º capítulo, que además viendo la audiencia parece que va a durar lo que tenían previsto…
Los siguientes estrenos fueron ayer Lunes en la 1 (o primera cadena, que decíamos antes). El primero era otra serie, esta vez firmada por Corbacho y como la protagonizaba Ángel de Andrés, decidí verlo. No defraudó tampoco y además el protagonista provoca la carcajada inmediata. Es la historia de un club de futbol de un barrio periférico de cualquier ciudad muy en la línea de “Tapas” con emigrantes, tiendas de comestibles y cotilleos de la gente. Prometo ver el siguiente capítulo de "Pelotas" (que así se llama la serie).
Y para acabar nada mejor que la versión “patria” (por fin) del ya clásico programa de Telemadrid “Madrileños por el mundo” que todas las cadenas autonómicas ya hicieran el suyo propio con andaluces, aragoneses o castellano-manchegos por el mundo. Un programa que hace 2 años o así vi por casualidad y decidí verlo siempre porque es una forma original y entretenida de conocer un país. La fórmula es sencilla: a través de varios españoles que viven en un país extranjero vemos la cultura de ese país. Este “Españoles en el mundo” sigue el mismo esquema: el presentador con su cámara queda con un español (da igual la provincia) y nos cuenta qué le llevó ahí: normalmente es el amor o el trabajo. Algunos llevan poco tiempo y piensan regresar y otros tienen la vida hecha ahí y no se plantean volver… Aunque todos coinciden en algo: España es su casa (los que vivimos en el extranjero sabemos lo que significa estar fuera de tu país y lo que representa la patria en ese momento). Quizá por ese motivo me gusta este programa más, ya que me siento muy identificada con cada uno de ellos. Esas reuniones con españoles que te encontrabas por ahí; esas canciones en español que no cansabas de escuchar (vamos, que ni una canción en inglés… una vez en un programa de Londres unas chicas no callaban con la Pantoja… Seguro que aquí reniegan de ella, pero ojo, con escuchar eso fuera…no tiene precio). Cada español enseña algo distinto de la ciudad, que ayer fue Estambul donde una bilbaína tuvo su particular “pasión turca” que tanto nos impactó en la peli de Ana Belén con aquel guía turístico que le cambia sus planes… Así vimos una ciudad fascinante con centros comerciales que tienen miles de tiendas donde se venden alfombras o especies (que hasta podíamos olerlas desde casa); con esos amaneceres frente a la Iglesia de Santa Sofía en una ciudad donde abundan los centros religiosos de todo tipo. Una ciudad con historia en cada un de sus rincones. Con estos programas vemos a unos españoles muy distintos a los de hace décadas cuando emigrar significaba poder comer. Ahora son ingenieros o médicos que quieren desarrollar su carrera o simplemente fue la aventura y las ganas de conocer mundo lo que les hizo salir a otro país. Esta copia no defrauda, vamos.