Mis amigos son todos así: mitad locura, otra mitad santidad. No los escojo por la piel sino por la pupila, que ha de tener un brillo cuestionador y una tonalidad inquietante.Escojo a mis amigos por la cara lavada y el alma expuesta. No quiero sólo el hombro o el regazo, quiero también su mayor alegría. El amigo que no sabe reír conmigo, no sabe sufrir conmigo. Mis amigos son todos así: mitad bromas, mitad seriedad. No quiero risas previsibles, ni lloros piadosos. Quiero amigos serios, de esos que hacen de la realidad su fuente de aprendizaje,pero queluchan para que la fantasía no desaparezca.No quiero amigos adultos, ni vulgares. Los quiero mitad infancia y mitad vejez. Niños, para que no se olviden del valor del viento en el rostro, y ancianos para que nunca tengan prisa.
Tengo amigos para saber mejor quién soy yo,
pues viéndoloslocos y santos,
bromistas y serios,
niños y ancianos,
nunca me olvidaré de que la normalidad es una ilusión imbécil y estéril.
Fernando Pessoa
Dedicado a todos los amigos virtuales y reales, a los que llegaron, a los que están y a los que no, a los que se fueron porque sí, a los que se fueron sin querer, a los que llegarán...
pensarás pensaremos qué trabajo mientras noviembre busca en tu bolsillo unote ofrece un puesto sin cansancio doste regala un puesto sin horario treste consigue un puesto sin estorbos cuatro te brinda un puesto sin denuedo pensarásoh no piensesya noviembre ha encontrado tu voto en tu bolsillo cuando bajas del ómnibus y enciendas el cigarrillo de las siete y cuarto te sentirásdemócrata y tranquilo.
Un proyecto es la respuesta a una idea que surge como solución a un problema planteado, pero ocurre a veces que esta lógica secuencia se invierte y un proyecto, ya materializado, acaba convirtiéndose en un problema, y de la lucha entre ambos nace una idea distinta de aquella que la originó.
Esto es, a grandes rasgos, lo ocurrido con el cementerio de Finisterre.
La solución.
"Cabo Finisterre exige (al menos de mí) un objeto arquitectónico que sea una ampliación del paisaje, que se disuelva tranquilamente en la naturaleza, casi como si no existiera".
"La imagen del cementerio es la de una senda que atraviesa una aglomeración de casas, una serpiente que repta a lo largo de la ladera de la montaña hasta el mar, adaptando su proceder a las repentinas variaciones del terreno".
"Topografía, silencio, ausencia y recuerdo inspiran y delinean este proyecto. La arquitectura es su resultado, e incluso su reflexión.
Para este proyecto, creo, he arrinconado preocupaciones de escasa importancia, proyectos injustificados, materiales inservibles, detalles inútiles. He tratado de no escuchar a la voz tentadora de tantas sirenas, de mantenerme alejado de las distracciones y de todo aquello que no se hubiera demostrado necesario. Sólo he mantenido lo esencial.
"He tratado de descubrir el misterio y la trascendencia del lenguaje entre el silencio".
"Un silencio conquistado gracias al deseo de dispersar la propia voz en el vasto y anónimo campo de acción de la arquitectura".
"Esta es la arquitectura que me gusta, la arquitectura que más se acerca a mi ser más profundo".
"Espero que gustará también a Cabo Finisterre, a la montaña O Pindo, a las islas de Lobeira y O Centolo, al Mar de Dentro y al Mar de Fora, a los marineros y a los pescadores que navegan esta costa, a quien enterrará a sus propios muertos sobre estas orillas.
Y, si fuese posible, querría también que gustara a los que aquí han muerto".
César Portela
El problema
Valentín Castrege, anterior alcalde del PP en Fisterra (A Coruña), juraba que, mientras él viviese, el cementerio del fin del mundo no cobraría vida. A Castrege, ese cementerio vanguardista no le gustaba nada, y contaba que a sus 5.000 vecinos tampoco. Era el símbolo de su rival. Se lo había encargado al prestigioso arquitecto pontevedrés César Portela el alcalde socialista Ernesto Insua, y lo pagó (51 millones de pesetas) la diputación del PP. Pero cuando la obra estuvo terminada, el popular había ganado las elecciones y el cementerio no tuvo clientes.
En arquitectura, los muertos son a un cementerio, como los vivos a un piso o una estación de tren.
El destino quiso sin embargo que tres años después Castrege muriera de repente. Le sustituyó un compañero más joven y menos reacio, José Manuel Traba, pero como si se tratase de una maldición del otro mundo, desde entonces se suceden las complicaciones, y el cementerio sigue comido por la maleza. El jardín de aromáticas que diseñó Portela ha quedado sepultado bajo las margaritas silvestres, las dedaleras y el carrasco. En esta época del año, las flores del tojo y la retama pintan la ladera de amarillo. Arriba, la carretera que lleva a los peregrinos al faro del mar tenebroso. Abajo, el acantilado donde todo se acababa. Y, a media falda, los 14 cubos de granito, aparentemente desordenados.
Todos ellos (con otros tres cubos algo más arriba: la sala de autopsias, el depósito y la capilla) componen el cementerio sin muertos más valorado del planeta, un cementerio marino pensado para seguir creciendo por la ladera.
Finalista de los premios Philippe Rotthieer (2002) y Mies van der Rohe (2003), reconocido como una de las mejores obras funerarias del mundo por Oxford y alabado en unas 50 publicaciones especializadas, el cementerio de Portela sigue provocando rechazo entre muchos vecinos.
Los mayores quieren sepultar a los suyos en un lugar "más acogedor".
Al alcalde, el trabajo "innovador" de Portela le gusta, pero no la ubicación. "Aquí la gente pasa la tarde en el cementerio. Aquello está lejos. En invierno, el temporal hace imposible ir, y en verano, los buses de los turistas no dejan llegar", dice.
El de Portela es el tercer cementerio municipal que intentó Fisterra, "y ninguno cuajó". Hoy, el parroquial de Santa María das Areas, sigue siendo el único, caótico, camposanto. Hace mucho que no se vende nada, y cuando muere uno, incineran a su antecesor difunto. Lo malo es si mueren muy seguidos. "Yo, por si acaso", dice Nolina, "ya le estoy pagando la incineración a mis hijas". "¡Que hagan de una vez el cementerio donde está el parque infantil!", protesta su amiga Josefa, señalando la parcela de enfrente. La compró el Consistorio en los años treinta para hacer un cementerio, pero el suelo era muy duro... y ahora es un parque.
Ya han pasado más de diez años desde que este proyecto se materializó y el cementerio sigue siendo visitado únicamente por vivos: excursionistas, turistas y estudiantes de arquitectura. Los catorce cubos iniciales, que en este momento ya debería ser muchos más, siguen abandonados sin que nadie quiera estrenarlos. Seguro que le gusta ..."al Cabo Finisterre, a la montaña O Pindo, a las islas de Lobeira y O Centolo, al Mar de Dentro y al Mar de Fora, a los marineros y a los pescadores que navegan esta costa", pero no a los que aquí han muerto ni a quien los ha de enterrar.
Mientras nadie se decide, de la propia naturaleza de la obra van surgiendo nuevos usos.
Decorado...
Zona de juegos...
...O vivienda de ultimo recurso.
Desde hace dos meses, unos de los 140 nichos vacíos ya está, por fin, ocupado. Santiago, un peregrino guiado por una estrella, se ha instalado allí:"Una noche dormí en el campo, vi una estrella y me dije, voy hacia ella". La estrella estaba en dirección noroeste y le llevó, después de pasar dos veces por Portugal, hacia Finisterre.
"La situación no es normal, pero si no hace daño, no tiene por que haber problemas, siempre y cuando no se quede mucho tiempo".
José Manuel Traba, el alcalde (3-11-11)
-¿Que me dice del okupa que vive en el cementerio de Fisterra que usted diseñó?
- Me parece un tipo muy inteligente y muy sensible, porque eligió un sitio fantástico para instalarse. Le envidio.
Me ducho, me lavo el pelo con mascarilla (como siempre y cada día), me visto bien, me maquillo y me perfumo. Voy con garbo, pisando fuerte como el Alejandro Sanz de antaño, con mis gafas de sol de moda, mi chaqueta blanca, impoluta, mis botitas de piel de marcaza (del outlet) y mis papeles ordenaditos en una carpetita de plástico duro transparente. Al caminar, una procura que el logo del INEM quede en la parte de dentro, con ese pudor que da, que la gente vea que vas al paro. Y es que es deprimente. Una llega con una sonrisa, un “buenos días, ¿el último?” y allí te encuentras haciendo la cola a personas (hoy pocas, para lo que viene siendo habitual, nos sorprendía a todos) que te reciben con un gesto semiamable, ponderado, contenido, en el que tú traduces un “bienvenida al club, ánimo, no estás sola, nosotros te comprendemos, estamos como tú” (aunque tú sabes que no, que la mayoría no está como tú; que tú estás mucho mejor). Y se produce una especie de camaradería silenciosa, un reconocimiento (en todas las acepciones de la palabra) mutuo y general. Las oficinas del INEM deberían cambiar la logística y empezar a parecerse a Alcohólicos Anónimos. Que el día de la cita, o el de que te apuntas por primera vez, o el de la revisión, llegues, y haya allí una sala grande, con sillas en círculo, con un par de micrófonos que se puedan ir pasando, y te lo pasen y tú te sientes y digas“Hola soy Menganita (lo de Fulanita aquí daría un antipático y desafortunado juego de palabras) y soy parada”. Y te respondiesen a coro: “Bienvenida Menganita”. Yo sí les guardo rencor. Les guardo rencor cada vez que lo pienso. Y lo único que les deseoa esos desagradecidos mediocres, que no saben ni hablar en público, ni motivar, ni aguantar los machos cuando vienen mal dadas, que en seguida se ponen nerviosos y tiran de pastillas (seguramente ni ellos se creen hasta dónde han sido capaces de trepar y tienen mucho que perder, demasiado que perder), que hay que ver la cantidad de lecciones que reciben de los subordinados, esos que les sacan todas las castañas del fuego para que ellos no se quemen los deditos como cantaba el Juan Luis Guerra, a esos mamarrachos que por no saber no saben ni vestir, con la pasta que ganan (dejemos aparte sus impunes faltas de ortografía, porque eso ya es para mear y no echar gota), a esos putos desagradecidos, a esos que no tuvieron ni coraje, ni valentía, ni vergüenza ni decencia de dar la más mínima explicación, ni de llamar con un “lo siento” que se les cayera de la boca, después de tantos años dándoles el callo, comiéndoles los marrones (lo mismo había que comerles otra cosa) y apagándoles los fuegos (quizá debieron ser otros los fuegos), a esos mierdas, que cuando ellos llegaron tú ya estabas, a esos mierdas que nada les debías ni les debes,lo único que les deseo, aunque de todo corazón, es que se vean como me veo yo. Aunque exactamente así no podrán verse nunca. Porque no es cierto que las empresas se queden con los mejores, ya que la mejor era yo (ninguna duda ya me cabe) y no se quedaron conmigo. En las empresas, cuando ya llevan varias "limpiezas" consecutivas,se quedan con las mosquitas muertas de la talla 36 y con los carguillos de estómago agradecido y alma hipotecada. Todos esos para que sigan chupando del bote. Y cuando la crisis empieza a remitir, cuando "la cosa" empieza a solucionarse, de remeros se buscan, por la mitad de precio, a nuevos profesionales necesitados, desesperados y asustados, que serán a partir de entonces los que les resolverán la papeleta. Mi futuro es ése, pero en otra empresa. En el mejor de los casos, se están intercambiando los efectivos; los trabajadores efectivos quiero decir, pagandoles una mierda. Y en el peor, contratándolos a través de ETTs. Así es que les deseo que se vean en algo muy parecido a lo mío (salvando las distancias). Que se vean escondiéndose, sin querer que te vea ningún conocido por cuarta vez consecutiva, pasando la revisión del paro. Que se escuchen como banda sonora de su vida este Requiem reiterativo.
*Copiado y pegado con permiso de la autora, una de las primeras personas que conocí en este mar y con la que alguna vez me ahogué, con risas y sin ellas.
Bajo una luz de neón, cuatro noctámbulos en un diner (cafetería que permanece abierta toda la noche) de Nueva York , fueron elementos suficientes para que este lienzo se convirtiera en el cuadro más estudiado, copiado y homenajeado de la cultura americana moderna.
NIGHTHAWKS. Edward Hopper
Nighthawks (Halcones de la noche o Noctámbulos) pintado por Edward Hopper en 1942 es, según Gordon Theisen la mayor expresión de pesimismo del arte estadounidense, “una ventana a la América que nunca fue, la América que pudo haber sido”.
Reproducido y versionado hasta la saciedad, el poder de evocación de este óleo ha sido inmenso.
Tom Waits, utilizó el cuadro de Hopper para inspirarse en la portada y las canciones de su disco Nighthawks at the diner.
Warm beer, cold woman. Tom Waits
Muchos escritores han explorado cómo esos personajes llegaron hasta el bar, y cual fue su final. Varias obras de teatro se han llevado a escena en los últimos años inspiradas en este cuadro, su antes y su después.
Con una excelente fuerza narrativa, las obras de Hopperparecen fotogramas extraídos de películas. Quizás por esta misma razón su encuadre, su iluminacióny su "atmósfera psicológica", fueron fuente de inspiración para muchos directores de cine como Alfred Hitchcock, David Lynch, Robert Altman, etc...
Wim Wenders no dudó en copiar directamente del cuadro en una de las escenas de The end of Violence
The end of Violence
Ridley Scott enseñaba continuamente al equipo de Blade Runner una reproducción de este cuadro para que imitaranla ambientación que él quería para el film.
Pero es en las artes plásticas donde el cuadro ha sido más versionado... o parodiado.
Boulevard of Broken Dreams ( Bulevar de los sueños rotos) de Gottfried Helnwein, en el que los personajes originales son sustituídos por James Dean, Humphrey Bogart, Marilyn Monroe y Elvis Presley. Esta obra, a su vez, toma el título de una canción de Moulin Rouge.
Boulevard of broken dreams. Gottfried Helnwein
The Simpsons
Lego
Barrio Sésamo
Y otros...
Incluso hay blogs dedicados exclusivamente a versionar este cuadro, como¡Toma Hopper!
Y, por último, esta provocadora versión de Bansky.