La semana pasada hice pellas porque me fui de escapadita con el pariento a tierras galáicas para asistir a un evento con sus compañeros de promoción y adjuntas que incluía lo amical, lo cultural y lo gastronómico.
Todo estuvo estupendo, hasta el tiempo, con un sol esplendoroso.
En el escaso tiempo libre sin actividades programadas, pude visitar a una entrañable amiga de la familia a la que hacía más de dos décadas que no veía, y paseando del brazo de tan grata compañía,
mi mirada vislumbró un rostro familiar.
Era Pepiño.
No estábamos en una gasolinera de Guitiriz sino en una animada calle de Santiago, y el hombre iba gesticulando y hablando con un pinganillo de esos que hacen parecer a media humanidad majareta si no ves el cable; acostumbrada a ver un busto parlante, me pareció algo más alto y estilizado de lo que pensaba y por la sorpresa del encuentro me quedé con las ganas de apretar su narizot...digo saludarle, y desde luego no olvidar agradecerle las cientos de veces que me sacó de apuros cuando la inspiración me era esquiva en estos menesteres.
Me quedé en Blanco.
Por desgracia, Perico no lo ha incluido en sus listas, así que tendré que buscarme otros musos, ya es lástima, aunque como es evidente todos los días, no han de faltar.
Será por falta de gente que cada vez que abre la boca suben el pan y la gasolina.
Andamos de todas formas entretenidos con debates impostados y estériles alejados de nuestra realidad social, con fichajes más o menos llamativos aquí y allá, con los lazos amarillos y pancartas que la JEC manda quitar y el butifarro se hace de rogar hasta el límite y luego cambia pero a su forma, con boutades no por altisonantes y pintorescas menos anecdóticas, pero lo fundamental se aparca.
El Banco de España ya ha advertido de la desviación del déficit gracias a los Viernes de mercadillo electorero, pero de eso no se habla.
El paro toma carrerilla y los contratos indefinidos, con Rajoy habían subido un 19%, ya bajan casi un 4 en este ratito de Sánchez, y más desde que subió tanto el SMI y dejan de contratar gente.
Ahora no salen cada rato los sindicaleros a hablar de "precariedad" porque saben que les van a dar para muchos langostinos, clarinete.
De hecho, todos los municipios de Apaña están otra vez hechos una escombrera en la reedición del Plan E zapateril, como aquello resultó taan bien...en mi ciudad están haciendo la tira de rotondas con chapas de cerveza, y algunas se las debieron beber antes, porque salieron torcidas y las han tenido que rehacer.
Ha salido un señor diciendo no sé qué de las pensiones de viudedad por renta, y otro gol por la escuadra en propia puerta que le han metido los de su equipo a la menestra de la cosa, pero aquí no pasa na de na porque ha sido uno de la siniestra, imaginen si a la tan eficaz como dialogante anterior ministra de Empleo le hubiera acaecido semejante cosa, habría tenido que exiliarse a Júpiter.
Eso me recuerda que pese a sus méritos, se ha preferido no conservarla y fichar algún famoso, cada cual es obvio que tiene derecho a formar sus equipos, al parecer Rajoy era el único que no podía y de ahí derivaron demasiadas cosas y entuertos, pero en ciertos concretos casos me parece una estrategia dudosa, y a menudo, desacertada.
Por el contrario me parece un fichaje brillante el economista Daniel Lacalle, aunque personalmente no sé si me compensa el "nunca te lo perdonaré, Casado" de cierta individua traidora y trepa que siempre ha tenido mucha suerte como paracaidista digital, pese a su escasa actividad en el partido y nulos resultados.
De hecho, tenía un pie casi dentro de otro, y estos días hemos visto como algunas viejas glorias que se iban a quedar sin sitio, han metido los dos (ellos alegan causa más noble, por supuesto)
Los fichajes de otros también muy entretenidos, pero me interesan menos porque no les voy a votar ni aunque hagan el pino en bolingas, a algunos poco les falta para hacerse notar ya puestos.
Ocupada como estaba en admirar hermosos paisajes, monumentos, compaña, y ricas viandas, me llegaban ecos de pucherazos primarios, tráficos de dossieres sobre adversarios políticos, puñalás traperas, dimisiones en cascada y otras cosillas de los puros presuntos, ahí es nada, se ve que en realidad son como el resto de los mortales, a saber...una pena.
Han tenido todos los regeneradores prístinos una semanita de no te menees, al trote que van se les terminan el catecismo y el dar lecciones en un decir amén.
Así es la vida y así es la política, siempre parece divertido cuando les toca a los demás, pero nunca lo es...¿rebajarán algunos el nivel de populismo crispante tras comprobar sus efectos sobre sí mismos?
Pues lo dudo bastante, pero se podrían extraer conclusiones que todos agradeceríamos.
Y este año lo nunca visto, ha llegado la primavera de verdad mucho antes que la del Corte Inglés.