Para continuar con premios de cine- en esta ocasión "del de verdad de la buena"- a los ayatolás y demás les ha tocado la pirola que la peli más premiada sea sobre la crisis de los rehenes allá cuando llegaron ellos a jorobar lo poco que había, y han montado en cólera; no pasa nada, siempre pueden encargarle una contrarréplica a Oliver Stone o Michael Moore porque en Hollywood también hay progres afectos a causas más o menos pintorescas y liberticidas, aunque con todo y con eso dan menos la brasa que los payasos que "defienden la alegría" por estos pagos, la suya principalmente claro.
No es que George y Ben no sean igualmente pelín progres, pero a otro nivel, y encima es que a ellos hasta se les puede perdonar...a Corbacho, no.
Pero dejando a un lado las preocupaciones del colega Mahmoud por si la presidenta Michelle va más o menos escotada y si el monito del cohete que lanzaron es el mismito o no, esa peli ya me apetecía verla antes de que fuera oscarizada y se me haya quedado cierta sensación de que lo es a pesar de haber tratado de ningunear a ese muchacho en lo personal por su trabajo.
Por cierto ¿se imaginan el pollo que se habría montado si Viri hubiera entregado algún Goya?
Mejor no.
Aquí más que películas tenemos seriales y culebrones varios, y los ponen a la hora de desayunar, comer y cenar, el tema principal son los juicios paralelos y para lelos, que pueden darse al mismo tiempo, acompañados con cierta dosis de carnaza (no sabemos si también de "caballito" como la que nos estamos tragando todos sin darnos cuenta, mejor que gato por liebre sin duda, pero al final el trasfondo es el mismo...y a los kebabs les han colado gocho, no les pase ná)
A Luis el Cabrón no le cree la poli cuando asegura que la pasta gansa la ha ganado en Bolsa, vendiendo cuadros y con sus negocios particulares y ahora por fin decide el juez que más vale retirarle el pasaporte y que se quede esquiando por aquí mejor, pero ahora resulta que después de que Mari Cospe se hiciera la cosita un lío tratando de explicar el finiquito del ex, va el tipejo y los denuncia por despido improcedente y lo mismo se nos pone en la cola del paro.
En cuanto a la otra comidilla principal- qué suerte tienen Griñán y Pepiño- pues que si van a empezar a mirar lo de los embargos y tal, pero parece que los emilios esos tampoco tienen excesivo valor probatorio más allá de sospechas y cotilleos folletinescos por ahora, que continúan en ciertas portadas de periódicos que ya parecen más revistas de la pelu.
Para consolarnos de creernos los mejores en lo peor siempre, ahí tienen el "circo romano" pero sin leones, les valen cavalieres y grillos.
Los italianos le han dado un capón a la Merkel por aquella jugada, poco "democrática" ciertamente aunque sensata, y a pesar de salir un señor con cierta intención de cumplir las reglas, lo lleva clarinete, cosa que por cierto tampoco es excepcional en la política tan peculiar de aquel país tan encantador en otras cosas...su mal no es el bipartidismo malvado precisamente, sino el otro extremo.
Que vuelva a sacar tan buenos resultados Il Bufoniere me parece de traca y muy señor suyo, y ahora encima le ha salido un duro competidor de bufonadas que al parecer conectan muy bien con ciertos sectores de la opinión pública y mejor me callo no sea que me dé por explayarme y quedarme a gusto...anda Corbacho, preséntate.
Acabaremos el repaso de hoy con la resurrección de la nena Carmeta.
Se votaba una estupidez sobre otro supuesto derecho- hay tantos- que va contra el más común de los sentidos y contra la Constitución, que si los catalanes pueden decidir solitos lo que tiene que ser España, y los del niño Pere otra vez dando la nota.
Entonces la ex de Defensa, sacó de nuevo la peineta del fondo del baúl y dejó la barretina en su lugar hasta que convenga, quiero que te pongas la peineta roja, quiero que te pongas la peineta azul, la que sabes tú, la que sabes tú, la que sabes tú.
Pero si creían que votó en contra, tampoco.
Así que la sacó, pero no se la puso.
Por si acaso, hay que estar a todas.
Aunque a Rubal no le dure mucho la merienda, nunca se sabe, y si al final no llega al pan con chocolate siempre puede quedar una buena butifarra amb mongetas.