jueves, 13 de junio de 2013

Seguimos vivos.

El mundo se derrumba,
ya lo dijo Ilsa.

Sus límites hace tiempo que dejaron de ser unión
para convertirse en frontera,
el cielo perdió su azul
y la violencia llena ahora de gris la mirada
de quien osa mirar hacia arriba,
los golpes vienen de tantas direcciones
que el dolor ya casi no sorprende,
quienes se autoproclaman defensores del país
lo destruyen con cada palabra
-malditos aquellos que usan la palabra para engañar-.

Pero también es cierto
que millones de voces unidas
cantando lo mismo
suenan mejor que una mentira,
que una sonrisa de alguien a quien le han robado todo
vale mucho más que un billete en primera clase,
que no hay nada más poderoso
y bonito
que dos manos unidas en un terremoto.

Porque seguimos vivos,
de pie y todos juntos,
y eso les escuece.
Porque mientras ellos asesinan
surgen héroes que se atreven a plantarles cara
pese a que ellos les reciban con la mano abierta.
Pero la verdad es que tienen miedo
porque cuanto más aprietan la soga
menos manos les quedan para ahogarnos,
y llegará el día en el que se queden sin cuerda
y no tendrán quien les salve.

Que tiene más vida
el alma de quien no tiene nada
porque se lo han quitado
que el alma de quien tiene todo
porque lo ha robado.
Y al final de eso se trata,
de estar vivo.

Porque el mundo se derrumba

pero nosotros nos enamoramos.

domingo, 2 de junio de 2013

Que cada día sea un para siempre.

Podría ser egoísta,
relegarte a mis confines,
no dejar que nadie te conozca.
Pero entonces, amor,
no escribiría.
Y tú,
tú no existirías,
porque estás hecha para presumir de ti.


Podría prometerte
una vida sobre nubes,
decirte que todo irá bien siempre,
asegurarte
que no habrá viento que nos mueva,
jurarte que no saldrá ningún daño de mis manos
hacia tu pecho.

Podría prometerte un amor seguro,
un futuro atado con un lazo de purpurina,
darte la dirección de nuestra casa que aún no existe,
llevarte a cenar, adornarte el armario e invitarte de vacaciones,
las medidas exactas de nuestro futuro,
una rutina sellada con la tinta del compromiso.

Pero las promesas
son seres cobardes que posponen mentiras futuras.

Yo prefiero decirte
que mientras estés conmigo
no volverás sola a casa,
que la semana que viene
daremos un paseo sin hora de vuelta
porque es verano
y te hace una cara preciosa,
que te quiero más que ayer
y quién sabe mañana.

Mi amor,
yo prefiero hipotecar mi vida a tus manos
que a la tranquilidad,
no saber a dónde voy
pero sí con quién,
hacer el futuro en nuestro presente,
deshacerme de la doctrina del reloj
y pasearte por mi vida
sin que importe la puntualidad.

Yo prefiero
mojarte el corazón
cuando te duela,
amarrarte a mí cuando vengan tempestades
para que nos lleven, pero juntas,
curarte con cuidado y paciencia
las heridas que pueda causarte
en vez de marcharme,
responderte  hoy, nosotras
cuando me preguntes qué quieres ser de mayor.

Yo no te voy a prometer
un futuro feliz y seguro,
yo no voy a poder salvarte la vida siempre,
yo no te voy a ocultar
mis tropiezos, mis tristezas y mis fallos,
yo no te voy regalar
un amor para siempre.

Yo te voy a dar
un presente imprevisible,
yo voy a cruzar contigo
todos los semáforos en rojo de Madrid,
yo voy a llorar contigo
hasta cuando sea de ti,
yo voy a quererte de tal modo
que sientas que cada día que lo hago

lo estoy haciendo para siempre.