La idea era ascender a la cumbre del Benicadell para, desde allí, contemplar algunos de los humedales de la provincia de Valencia y Alicante.
Embalse de Bellús
Pantano de Beniarrés y Albufera de Gaianes
A pesar de las predicciones de frío y viento (que se cumplieron con creces) nos reunimos un pequeño grupo a las 9,00 h. en Beniatjar desde donde comenzamos la ascensión por el paraje protegido de "Les ombries del Benicadell" pasando por Les Fontetes y Les Planisses.
Por el camino pudimos "jugar" con la nieve que cubría algunos tramos, descubrir algunos rincones con espectaculares carámbanos de hielo y contemplar el espléndido panorama que mostraban las sierras de Mariola, Font Roja, Aitana, ... todas completamente cubiertas de un manto blanco.
Antes de llegar a la cumbre, nos desviamos para ver la espectacularmente bien conservada Nevera del Benicadell donde almorzamos, al sol, para reponer fuerzas y hacer algunas fotos.
Después en un último esfuerzo nos encaminamos hacia a la cima de esta bonita montaña de 1104 m. de altitud que se alza casi en el límite de las 2 provincias mencionadas.
Algunas aves se dejaron oír durante el ascenso: petirrojos, currucas, un piquituerto (Loxia curvirostra), carbonero común, verdecillo, mito e incluso un par de cuervos (Corvus corax).
Pero las estrellas, ornitológicamente hablando, se encontraban en la cima: un pequeño bando de acentores alpinos (Prunela collaris) que, sin ningún tipo de miedo, se acercaban a tan corta distancias de las cámaras que hasta resultaba difícil fotografiarlos.
También en la cima 2 ejemplares de Buitre leonado (Gyps fulvus), anillados y con las marcas alares que nos indicaban que pertenecían a la cercana colonia de Alcoi, nos deleitaron con su excepcional técnica de vuelo a pesar del intenso viento.
La vuelta a Beniatjar fue rápida aunque con algún que otro resbalón y de allí pusimos rumbo a Gaianes para acabar la jornada en la conocida como Albufera de Gaianes, que junto al pantano de Beniarrés y el de Bellús eran las masas de agua que pudimos contemplar desde la cima.
Comimos "refugiados" del fuerte viento, pero este era tan intenso que no nos permitió realizar el censo que estaba previsto. No obstante pudimos observar algunas de las especies habituales en este pequeño humedal: focha común, gallineta, ánade real y algún ejemplar de avión roquero.