Como en cualquier generalización, podemos discrepar de la rotundidad de la afirmación, pero es un hecho científicamente descrito que existen especies que se adaptan a diferentes hábitats porque utilizan una amplia variedad de recursos, los llamados generalistas u oportunistas; y otras, especialistas, que al utilizar solamente un determinado tipo de recurso tienen una distribución más restringida.
Cuatro de estos "omnipresentes" son el carbonero común (Parus major), el verdecillo (Serinus serinus), el jilguero (Carduelis cannabina) y el mirlo común (Turdus merula). Los encontramos en los parques urbanos, en las huertas y cultivos próximos a pueblos y ciudades, en las dehesas o los cultivos de secano, en los bosques de pinos o en los encinares mediterráneos, ... Yo diría que estos pájaros, junto a algunos otros como el verderón común (Carduelis chloris) o el estornino negro (Sturnus unicolor), son como el "fondo de armario" de un aficionado a la observación de aves: siempre aseguran que haya "algo que ponerse" y que en cualquier jornada ornitológica o simple paseo, no nos vayamos a casa sin ver nada.
Esta conclusión, a la que uno puede llegar repasando sus anotaciones de muchas jornadas de campo, se ve corroborada de forma científica por los datos obtenidos del trabajo de muchos voluntarios del Programa de Seguimiento de Aves Comunes (SACRE) de Seo/Birlife, con el que colaboro desde hace años, y donde se concluye que estas especies aparecen en más del 90 % de las cuadrículas prospectadas.
Verdecillo 479 de 501
Mirlo común 477 de 501
Jilguero 474 de 501
Carbonero común 467 de 501
Verderón común 466 de 501
Estornino negro 463 de 501