Estos días ando un poco asombrado porque estoy leyendo un curioso libro que andaba buscando desde hace algún tiempo: "Las antigüedades judías" de Flavio Josefo. A pesar de las casi 1500 páginas de este tocho he de decir que me lo estoy pasando muy bien porque su lectura es la mar de interesante, a la vez que amena.
Como bien sabeis, Hollywood se ha valido en numerosísimas ocasiones de argumentos bíblicos para hacer películas espectaculares. Y con toda la razón porque muchísimas historias del llamado "Libro Sagrado" están llenas de sexo, violencia y acción ¡qué si nó son los ingredientes de una peli entretenida y espectacular!
Seguramente todos vosotros habeis visto "Los Diez Mandamientos" del compadre Cecil B. De Mille, sobre todo la segunda versión, la primera también tiene su enjudia, no creais. Pero en ninguna de ambas versiones el "religioso director" narró estas joyitas que os resumo.
Parece ser que el pesado caudillo Moisés traía hasta las narices al sufrido pueblo hebreo con cantinelas como que Dios(escribo esta palabra con mayúscula por respetar la ortografía) quería que fueran por aquí o por allá y así llevaban casi cuarenta años de padecimientos por el desierto.
Lo cierto fue que estando muy cerca de Canán, los chicos hebreos se prendaron de las chicas madianitas. Total que por las noches unos y otras se hacían carantoñas a la luz de la luna del desierto.
Como las mozas no estaban para que aquellos jóvenes salidos se aprovecharan de sus flores virginales les pusieron una condición.
- Para casaros con nosotras y gozar de estas delicias teneis que aceptar a nuestros dioses, que son más permisivos que el vuestro y no nos calientan la cabeza con mandamientos y otras florituras. Ustedes vereis lo que os conviene.
Los chicos no lo dudaron un momento y aceptaron. Las doncellas madianitas eran unas mujeres que no se cortaban un pelo y no eran tan mojigatas como las judías.
Moises torció el gesto, porque día a día miles de chicos se precipitaban sobre los placeres de aquel pueblo libre y bonachón. Pero lo que más indignó al caudillo legislador fue que los hombres más ricos e influyentes socialmente de la comunidad judía también estaban desertando
Uno de estos hombres fue un tal Zambrías que respondió de esta forma tan valiente al dictador hebreo.
"Entérate Moisés que debido a nuestra ingenuidad te has aprovechado de todos nosotros, porque de no ser de esta condición ya te habrías enterado infinidad de veces por los golpes recibidos de que los hebreos no son fáciles de engañar. Pero por lo que a mí respecta jamás me encontrarás esclavo de tus tiránicas imposiciones, puesto que hasta el momento presente no haces otra cosa más que, con el pretexto de las leyes y de Dios,urdir la esclavitud para nosotros y el mando para tí, privándonos a nosotros del placer y de tomar en la vida decisiones propias, como compete a las personas libres y que no están sometidas a ningún amo. En este caso serías para los hebreos más duro que los propios egipcios, al pretender de acuerdo con las leyes castigar el deseo de cada cual a hacer lo que le venga en gana. Con mucha más razón tendrías que sufrir tú castigo, al empeñarte en hacer desaparecer las ideas y costumbres que cada grupo humano conviene en que son buenas y el dotar de vigencia a tus propios absurdos en contra de la opinión general. Y yo perdería todo derecho a hacer lo que ahora hago si, después de considerarlo bueno, me retrajera de confesarlo así en medio de la asamblea aquí presente.
Y, como tú dices, he tomado por esposa a una joven mujer extranjera(ya que vas a oír de mi propia boca, como persona libre que soy, las cosas que hago y que en modo alguno me propuse que pasaran inadvertidas) y ofrezco sacrificios a los dioses que considero justos, partiendo de la idea de que la verdad ha sido elaborada para mí por muchos investigadores y de que no debo vivir, como en una tiranía, haciendo depender de una sola persona el conjunto de preferencias de toda mi vida. Y no lo pasará bien nadie que pretenda mostrarse árbitro de lo que yo debo hacer pisoteando mi libertad personal"-
Este maravilloso discurso libertario no aparece en la Biblia católica, faltaría más. Flavio Josefo lo escribio en el siglo I. Parece que los tiempos no han cambiado mucho.
El final de este episodio no podía menos de ser trágico. Un lacayo de Moisés, un joven guerrero llamado Finés se adelantó hacia Zambrias, no bien éste hubo terminado su alegato, y le atravesó el vientre con una lanza. Tanto la mujer de Zambrias como el resto de las madianitas fueron salvajemente asesinadas al igual que sus amantes maridos y novios.
Para que nadie volviera a rebelarse contra aquel atrabiliario caudillo el magnífico Dios justiciero mandó una plaga de cólera contra los "pecadores hebreos". Una magnífica lección de justicia.
Pero claro, aquel Dios viejotestamentario heredado por la grey católica, no había mandado diez mandamientos. Estamos muy equivocados en este extremo. A lo largo del mandato del caudillo Moisés se promulgaron ¡¡650 Mandamientos!!....
Una perla de este Dios mandatario: "Cuando acampeis, procurad no hacer cosa alguna intolerable. A su vez, cuando asediéis una ciudad y carezcáis de madera para la construcción de máquinas de guerra, no asolareis los campos talando árboles frutales, sino que los respetareis (ecológico el hombre) pensando que ellos se han hecho para beneficio de los hombres y que si estuvieran dotados del lenguaje humano, pleitearían con vosotros, alegando que, sin haber tenido culpa alguna en la guerra, eran maltratados por vosotros contra toda justicia y haciendoos saber que, si tuvieran posibilidades, habrían emigrado y pasado a otras tierras. Y, cuando ganeis una batalla, matad a los que se os enfrentaron, pero a los otros les respetaréis la vida para que os paguen tributos, salvo a la nación cananita, ya que a estos CONVENDRÁ QUE LOS HAGAIS DESAPARECER A TODOS ELLOS EN MASA."
Después de leer este párrafo tuve que frotarme los ojos para comprobar que no estaba errando en mi lectura. Pero no, era eso, textualmente, lo que estaba leyendo. Sin más comentarios.
Como bien sabeis, Hollywood se ha valido en numerosísimas ocasiones de argumentos bíblicos para hacer películas espectaculares. Y con toda la razón porque muchísimas historias del llamado "Libro Sagrado" están llenas de sexo, violencia y acción ¡qué si nó son los ingredientes de una peli entretenida y espectacular!
Seguramente todos vosotros habeis visto "Los Diez Mandamientos" del compadre Cecil B. De Mille, sobre todo la segunda versión, la primera también tiene su enjudia, no creais. Pero en ninguna de ambas versiones el "religioso director" narró estas joyitas que os resumo.
Parece ser que el pesado caudillo Moisés traía hasta las narices al sufrido pueblo hebreo con cantinelas como que Dios(escribo esta palabra con mayúscula por respetar la ortografía) quería que fueran por aquí o por allá y así llevaban casi cuarenta años de padecimientos por el desierto.
Lo cierto fue que estando muy cerca de Canán, los chicos hebreos se prendaron de las chicas madianitas. Total que por las noches unos y otras se hacían carantoñas a la luz de la luna del desierto.
Como las mozas no estaban para que aquellos jóvenes salidos se aprovecharan de sus flores virginales les pusieron una condición.
- Para casaros con nosotras y gozar de estas delicias teneis que aceptar a nuestros dioses, que son más permisivos que el vuestro y no nos calientan la cabeza con mandamientos y otras florituras. Ustedes vereis lo que os conviene.
Los chicos no lo dudaron un momento y aceptaron. Las doncellas madianitas eran unas mujeres que no se cortaban un pelo y no eran tan mojigatas como las judías.
Moises torció el gesto, porque día a día miles de chicos se precipitaban sobre los placeres de aquel pueblo libre y bonachón. Pero lo que más indignó al caudillo legislador fue que los hombres más ricos e influyentes socialmente de la comunidad judía también estaban desertando
Uno de estos hombres fue un tal Zambrías que respondió de esta forma tan valiente al dictador hebreo.
"Entérate Moisés que debido a nuestra ingenuidad te has aprovechado de todos nosotros, porque de no ser de esta condición ya te habrías enterado infinidad de veces por los golpes recibidos de que los hebreos no son fáciles de engañar. Pero por lo que a mí respecta jamás me encontrarás esclavo de tus tiránicas imposiciones, puesto que hasta el momento presente no haces otra cosa más que, con el pretexto de las leyes y de Dios,urdir la esclavitud para nosotros y el mando para tí, privándonos a nosotros del placer y de tomar en la vida decisiones propias, como compete a las personas libres y que no están sometidas a ningún amo. En este caso serías para los hebreos más duro que los propios egipcios, al pretender de acuerdo con las leyes castigar el deseo de cada cual a hacer lo que le venga en gana. Con mucha más razón tendrías que sufrir tú castigo, al empeñarte en hacer desaparecer las ideas y costumbres que cada grupo humano conviene en que son buenas y el dotar de vigencia a tus propios absurdos en contra de la opinión general. Y yo perdería todo derecho a hacer lo que ahora hago si, después de considerarlo bueno, me retrajera de confesarlo así en medio de la asamblea aquí presente.
Y, como tú dices, he tomado por esposa a una joven mujer extranjera(ya que vas a oír de mi propia boca, como persona libre que soy, las cosas que hago y que en modo alguno me propuse que pasaran inadvertidas) y ofrezco sacrificios a los dioses que considero justos, partiendo de la idea de que la verdad ha sido elaborada para mí por muchos investigadores y de que no debo vivir, como en una tiranía, haciendo depender de una sola persona el conjunto de preferencias de toda mi vida. Y no lo pasará bien nadie que pretenda mostrarse árbitro de lo que yo debo hacer pisoteando mi libertad personal"-
Este maravilloso discurso libertario no aparece en la Biblia católica, faltaría más. Flavio Josefo lo escribio en el siglo I. Parece que los tiempos no han cambiado mucho.
El final de este episodio no podía menos de ser trágico. Un lacayo de Moisés, un joven guerrero llamado Finés se adelantó hacia Zambrias, no bien éste hubo terminado su alegato, y le atravesó el vientre con una lanza. Tanto la mujer de Zambrias como el resto de las madianitas fueron salvajemente asesinadas al igual que sus amantes maridos y novios.
Para que nadie volviera a rebelarse contra aquel atrabiliario caudillo el magnífico Dios justiciero mandó una plaga de cólera contra los "pecadores hebreos". Una magnífica lección de justicia.
Pero claro, aquel Dios viejotestamentario heredado por la grey católica, no había mandado diez mandamientos. Estamos muy equivocados en este extremo. A lo largo del mandato del caudillo Moisés se promulgaron ¡¡650 Mandamientos!!....
Una perla de este Dios mandatario: "Cuando acampeis, procurad no hacer cosa alguna intolerable. A su vez, cuando asediéis una ciudad y carezcáis de madera para la construcción de máquinas de guerra, no asolareis los campos talando árboles frutales, sino que los respetareis (ecológico el hombre) pensando que ellos se han hecho para beneficio de los hombres y que si estuvieran dotados del lenguaje humano, pleitearían con vosotros, alegando que, sin haber tenido culpa alguna en la guerra, eran maltratados por vosotros contra toda justicia y haciendoos saber que, si tuvieran posibilidades, habrían emigrado y pasado a otras tierras. Y, cuando ganeis una batalla, matad a los que se os enfrentaron, pero a los otros les respetaréis la vida para que os paguen tributos, salvo a la nación cananita, ya que a estos CONVENDRÁ QUE LOS HAGAIS DESAPARECER A TODOS ELLOS EN MASA."
Después de leer este párrafo tuve que frotarme los ojos para comprobar que no estaba errando en mi lectura. Pero no, era eso, textualmente, lo que estaba leyendo. Sin más comentarios.