me queda aprender a descansar.
Besos de alegría busco
sombra en el estío, luz
ante el espejo, suelo
de otoño, abrigo
en invierno a las flores
por nacer.
Aprendiz de dudas.
Está naciendo la sierpe
lozana manjar de lutos
y luz de estepa nocturna.
Sea por una vez pasta
y densa semilla de hielo
que deposito en tu labio:
se inquietan las raíces
cuando me tumbo se tornan
graves los aullidos
de la tierra, cada terruño
esconde dentro de sí
la gota, el fuego hilarante
que de tu boca emana:
la salvaje demencia
de una química sostenida
por carne y huesos,
un cuerpo con son de persona.
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