Palpita la hoja
cruda devorada
por los amarillos
de su creadora:
la luz del sol
prende los silos
del cielo de otoño.
Aromática muerte de la flor,
roja rompe y vence
el muro del hielo
sordomudo.
Está callada tan a brumas
tan a solas,
tan entera, tan negada.
El caracol estirado,
la luz en la espalda,
el sobresalto mulliagudo,
la vivencia del dolor
y el mutismo. Sobre todo
la mudez que todo lo habita:
vencerás sin luchar.
Tweet |
Perfecta descripción otoña, querida amiga.
ResponderEliminarUn abrazo.
Salgo de mi mudez habitada para preguntarte: ¿se puede perder también sin luchar? Es que vencer me trae una especia de pereza (otoñal, sin duda).
ResponderEliminarAbrazos, siempre