La migración dominicana hacia España comenzó a adquirir importancia a partir de mediados de los años ochenta. Un aspecto singular de la misma es que estaba protagonizada por mujeres, que dejaban atrás a sus hijos y maridos (en un país en...
moreLa migración dominicana hacia España comenzó a adquirir importancia a partir de mediados de los años ochenta. Un aspecto singular de la misma es que estaba protagonizada por mujeres, que dejaban atrás a sus hijos y maridos (en un país en el que las relaciones de género, basadas en la dominación masculina, atentaban contra la autonomía de las mujeres). Además, una proporción considerable de las personas que viajaban, en las etapas iniciales, no procedía de sectores de ingresos medios o altos de Santo Domingo o de Santiago, sino de comunidades pobres del suroeste del país, una de las regiones más postergadas de la República. Dos décadas después de haberse iniciado el proceso, el colectivo dominicano no es ya uno de los que tienen más importancia numérica en España. Pero al ser uno de los primeros en asentarse, hay posibilidad de analizar, con suficiente perspectiva temporal, las repercusiones de dicho proceso en las comunidades de origen. Esto es particularmente interesante en el caso de la localidad de Vicente Noble, que tuvo una participación destacada en el origen de esta migración.
Todo esto exige abordar las repercusiones de la emigración en términos de desarrollo, entendido como un proceso que va mucho más allá de la transformación de las estructuras económicas, al implicar también cambios en la sociedad, la cultura y la política, en el tipo de relación de las personas con la naturaleza, etc. En definitiva, requiere adoptar una perspectiva interdisciplinar.
Para trabajar sobre estas cuestiones pusimos de nuevo en funcionamiento un equipo de investigación multidisciplinar integrado por cinco investigadores: una geógrafa (Dolores Brandis), un historiador (Luis Escolano), una etnohistoriadora (Teresa Cañedo-Argüelles), una antropóloga (Teba Castaño) y un economista.
Hemos analizado, con una base cuantitativa amplia (procedente de la información del censo de 2002, desagregada por municipios, secciones e incluso barrios y parajes), algunos fenómenos que habían sido abordados previamente desde una perspectiva fundamentalmente cualitativa.
Algunos de los resultados obtenidos en el proceso de investigación son:
· La magnitud del fenómeno migratorio se muestra, en el caso de Vicente Noble, en que el 31,3% de los hogares recibía remesas en 2002. El 35,1% de los estudiantes en el único centro de educación secundaria de la localidad tenía a su madre y/o padre en España en diciembre de 2006.
· Llama la atención el hecho de que una proporción considerable de los hogares receptores (una cuarta parte en el caso de Vicente Noble) no tenga a ningún integrante en el extranjero. Esto es un indicador de que las personas residentes mantienen relaciones intensas con personas que no forman parte de la familia “nuclear”, pero que sí pertenecen a la familia extensa.
· El paisaje urbano de Vicente Noble se ha visto afectado de manera clara por la llegada de remesas. La mayoría de los hogares receptores reemplazan sus casas de madera, tabla de palma, tejamanil, yagua e incluso concreto por otras de bloque de cemento (block) o construyen con este material en suelo vacío. El bloque, además de ser fácilmente manejable y más duradero, permite proporcionar más altura a los edificios. Además, los diseños arquitectónicos de las casas construidas con remesas son muy diferentes a los que en el pasado eran habituales en la localidad.
· Durante los últimos años se ha incrementado considerablemente el número de negocios existentes en Vicente Noble. Han aparecido además establecimientos directamente vinculados a las remesas, como los de cambio de moneda (en algún caso, en los carteles de la fachada, figura el euro como divisa intercambiada) o los que se dedican a vender bienes que generalmente sólo están al alcance de algunos emigrantes, como automóviles o solares para construir.
· La llegada de remesas ha contribuido de manera muy clara a la reducción de la pobreza en el ámbito de estudio. A medida que se incrementa la proporción de hogares receptores en los municipios del valle, tiende a ser mayor la caída del porcentaje de hogares pobres entre 1993 y 2002. En el caso de Vicente Noble, actualmente apenas llegan niños con problemas de desnutrición al hospital. Sin embargo, no parece que estos envíos hayan favorecido el desarrollo del tejido productivo local. Al contrario, han contribuido a revertir una dinámica de cierto “desarrollo endógeno” que se vislumbraba en la comarca en las décadas anteriores al inicio de la emigración. La dinámica de intensificación de la agricultura que existía en los años cincuenta y sesenta se interrumpió posteriormente y dio paso a un proceso de involución agraria. También se han cerrado algunas plantas de transformación de productos agrícolas.
En cambio, hay una creciente especialización en actividades terciarias, relacionadas directa o indirectamente con los flujos que llegan. Esta reorientación no está contribuyendo significativamente a la expansión de las capacidades productivas de la población. Más bien parece que éstas se van perdiendo a medida que emigran personas con iniciativa y muchos lugareños se acostumbran a vivir de los flujos procedentes del exterior. Esto último repercute en el ámbito laboral, como muestra el hecho de que Vicente Noble sea uno de los municipios de la República Dominicana con un menor porcentaje de población de 15 o más años que trabaja. De todo esto se desprende que la llegada masiva de remesas tiende a generar dependencia. Da la impresión de que en la localidad hay síntomas de “maldición de los recursos”. Ello no se debe a la afluencia de ingresos derivados de la venta de recursos naturales no renovables, sino más bien a los de la “exportación” de mujeres y hombres a España. Dichos ingresos (de remesas) no parece que se estén orientando a sentar las bases de procesos de “desarrollo” sostenibles en el tiempo.
· También hay cambios relacionados con la organización social. Hay indicios de que la emigración, fundamentalmente femenina, ha contribuido al aumento de la proporción de hogares encabezados por mujeres. Esto es un indicador de que se está extendiendo la matrifocalidad (que es una forma de organización de la familia muy distinta a la nuclear, con un sustentador principal masculino). Con ella se difunde una ideología que hace hincapié en la capacidad que tienen las mujeres de salir adelante, sin necesidad de depender del apoyo de los hombres.
· Se ha pasado de una sociedad sustentada por varones, que habitaban en casas de madera, se dedicaban fundamentalmente a la agricultura y mantenían relaciones sociales en un ámbito definido, a otra basada en las aportaciones de mujeres, ocupadas en actividades de servicios, que promueven la construcción con bloque y viven de manera transnacional. · Hay una desigualdad considerable en el flujo de remesas porque muchos hogares no reciben envíos y la cuantía de éstos varía sustancialmente. Además, estos fondos apenas llegan a los indigentes y se dirigen en mayor medida a quienes no están en situación de pobreza (51,8% de los perceptores). De todo esto parece desprenderse que las remesas están aumentando, más que en el pasado, las diferencias económicas y sociales existentes. No sorprende que en este contexto se hayan desarrollado discursos críticos hacia los llamados “españoles”.
· La cohesión de la comunidad también se vio negativamente afectada por la emigración de personas que ejercían un papel de liderazgo en diversas asociaciones y grupos. Ello condujo a un debilitamiento del tejido asociativo existente en la localidad. · Estas transformaciones han inducido ciertos cambios en el ámbito de las identidades. Hay indicios de que, en el caso de los emigrantes, tienden a volverse translocales, mediante la combinación de elementos de las identidades de origen con otros adquiridos en las sociedades de acogida. La convivencia con personas de diferente cultura favorece también la difusión de visiones que cuestionan la exaltación de una dominicanidad monocéntrica y excluyente.
El informe se divide en cinco partes. En la primera se caracteriza la zona objeto de estudio. En la segunda se analiza el flujo migratorio y su incidencia en la reducción de la pobreza del valle de Neiba. En la tercera nos circunscribimos a una comunidad concreta con el fin de estudiar con mayor profundidad los cambios ocurridos en el paisaje urbano, la estructura sectorial y el empleo, la organización familiar, la desigualdad económica y social, el tejido asociativo y las identidades. Escogimos para este análisis la localidad de Vicente Noble, donde concentramos buena parte del trabajo de campo realizado, porque muchas de esas transformaciones se muestran allí con mayor intensidad que en otras partes del valle. En la cuarta adoptamos una perspectiva de carácter más valorativo y realizamos una serie de reflexiones sobre el codesarrollo y los actores de cambio. Finalmente, en la última, se resumen los principales resultados alcanzados y se plantean algunas propuestas.