Ana María Barrenechea
Operadores pragmáticos de actitud oracional;
los adverbios en «-mente» y
otros signos
El adverbio se presenta como una categoría híbrida que la gramática
tradicional ha elaborado y cuyos problemas sintácticos y semánticos no han
sido resueltos en forma satisfactoria1. Por el momento nos limitamos en
este trabajo a los adverbios en -mente que funcionan como operadores
pragmáticos indicadores de actitud oracional. Los hemos elegido porque han
sido poco sistematizados en español y figuran en general como adverbios de
modo, aunque las entrevistas analizadas han demostrado que sólo un escaso
número aparece señalando una circunstancia modal del verbo.
El término «operador pragmático» está tomado de la lógica y lo usamos en
el sentido en que lo emplea Uriel Weinreich incluyendo «that paradigm of
discourse features which comprises assertion, and features incompatible
with assertion and with each other; question, command, and attitudes to
the content of discourse, insofar as they are coded». Entre las subclases
que abarcan los operadores pragmáticos está incluida la que llamamos «de
actitud oracional», la cual corresponde a los indicadores de actitud del
hablante con respecto al contenido de su discurso2.
Nuestro análisis sólo intenta dar una descripción del sentido de los
mensajes en los cuales intervienen estos adverbios en -mente como señales
de posición del hablante para facilitar la comparación con los usos de
otras regiones dialectales hispánicas. Por el momento no adelantamos
ninguna hipótesis: a) sobre el significado del morfema -mente, b) sobre
las modificaciones que sufre el significado de los adjetivos al unirse a
dicho morfema para formar los adverbios, c) sobre las diferencias
semánticas que van unidas a las diferencias de funciones sintácticas
(modificador de verbo, de oración o proposición, y de adjetivo o
adverbio).
Queda pues aclarado que cuando establecemos, más adelante, distintas
clases según las actitudes oracionales, éstas son clases referentes al
sentido de los mensajes y no al significado de la forma -mente o al del
adverbio correlativo. En cada caso indicamos el orden en que ha aparecido
el adverbio con respecto a la oración o proposición a la cual modifica
(antepuesto, pospuesto, intercalado).
En las mismas entrevistas analizadas3 se ha hecho el inventario de otras
formas que posee la lengua para expresar mensajes parecidos a los
indicados en los textos en que figuran estos adverbios en -mente. Por
ahora sólo presentamos tres grupos: a) adverbios en -mente, b) otros
adverbios (palabras o frases adverbiales), c) construcciones verbales4.
Para circunscribir la categoría de los adverbios que designan actitud
oracional, sometemos los textos al siguiente procedimiento general de
reconocimiento por medio de una paráfrasis, que nos ha sido sugerido por
la gramática transformacional. Toda construcción con adverbio de actitud
oracional está relacionada semánticamente con una paráfrasis: verbo ser +
predicativo + proposición sustantiva sujeto encabezada por que5.
1 a. «Indudablemente Acapulco está muy preparado para el turismo».
1 b. «Es indudable que Acapulco está muy preparado para el turismo».
2 a. «Llegaremos a Nápoles, posiblemente de noche».
2 b. «Es posible que sea de noche cuando lleguemos a Nápoles».
Para ambas oraciones (1 a.) y (2 a.), las paráfrasis (1 b.) y (2 b.)
tienen la forma: verbo ser + predicativo + proposición sustantiva con que,
lo cual indica que debemos incluirlos en la misma clase de adverbios, los
de actitud oracional, que estamos estudiando. Pero existe una divergencia
en la proposición sustantiva sujeto («que Acapulco está muy preparado para
el turismo»; «que sea de noche cuando lleguemos a Nápoles»), lo cual
debemos aclarar.
Consideremos cualquier par de opuestos en las actitudes oracionales
(agradable-desagradable; seguro-dudoso, etc.) y para reducir las
combinaciones posibles, tomemos hechos que se expresen con dos segmentos
(por ejemplo; venir-esta tarde). Puede ocurrir:
a) Que no se marque con signos de actitud ninguno de los dos segmentos:
0 0 «Va a venir esta tarde».
b) Que se marque uno y el otro no:
0 + «Va a venir, y felizmente será esta tarde»
0 – «Va a venir, pero lamentablemente será esta tarde».
+ 0 «Felizmente va a venir; será esta tarde»
– 0 «Lamentablemente va a venir; lo hará esta tarde».
c) Que se marquen los dos:
+ + «Felizmente va a venir, y gracias a Dios será esta tarde».
+ – «Felizmente va a venir, aunque lamentablemente sea esta tarde»
– + «Aunque es lamentable que venga, por lo menos ocurrirá esta tarde»
– – «Lamentablemente va a venir, y por desgracia será esta tarde»
En los ejemplos anteriores vemos que la lengua permite diferenciar todos
los segmentos, marcándolos en forma opositiva o neutra, pero en general
necesita hacerlo con oraciones coordinadas para dejarlos claramente
determinados.
Sin embargo, no suele suceder que el hablante ponga marcas en todos los
segmentos del texto. Lo más usual es que aparezca una sola, y localizada
en forma variable. Además su posición no determina inequívocamente cuál es
el segmento más afectado por el signo y qué pasa con los otros segmentos.
Hay casos de ambigüedad («Lamentablemente va a venir esta tarde») y casos
en que el contexto resuelve la significación aun en contra de la que
podría creerse que corresponde a ese orden («Pudo enterarse felizmente esa
mañana, un minuto antes de partir»)6.
En última instancia, la interpretación del alcance de las señales depende
del contexto y del conocimiento que tengamos del referente; a veces
también, de señales suprasegmentales. En cambio parecería que el orden
tiene siempre matices estilísticos.
A pesar de lo dicho, no dejaremos de considerar a todos estos adverbios
como indicadores de actitud oracional porque siempre afectan a la oración,
y lo que varía es la amplitud semántica con que hay que entenderlos.
Pueden ocurrir dos cosas:
a) Que se entienda el hecho con un sentido general (que también incluye en
sí, como es lógico, la significación circunscripta por el complemento). En
«Lamentablemente Juan vendrá esta tarde», podemos lamentar que «Juan
venga» («hoy», «mañana» o «en cual momento» y, por lo tanto, también «esta
tarde»).
b) Que se entienda el hecho con un sentido restringido al alcance
determinado por el complemento, únicamente. En «Le hemos dicho a Juan que
fuese puntual, y llega lamentablemente después de las ocho», no nos
lamentamos de que «Juan haya llegado» en términos generales, cualquiera
que haya sido la hora, sino precisamente «después de las ocho». Eso no
quiere decir que el adverbio indique una actitud ante ese segmento sólo,
no «nos lamentamos de después de las ocho», sino de «su llegar después de
las ocho», con una significación del hecho de «llegar» que está limitada y
que elimina -en cuanto a nuestra marca de desagrado- a otras posibles
«llegadas»: «llegar antes de las ocho», «llegar temprano», «llegar a
cualquier hora», etc.
Toda la categoría quedará delimitada, pues, por la forma general de la
paráfrasis, verbo ser + predicativo + proposición sustantiva sujeto
encabezada por que:
«Es lamentable que...».
y para las oraciones del primer tipo semántico la proposición sustantiva
tendrá la forma siguiente:
«Es lamentable que Juan venga esta tarde».
mientras que para las oraciones del segundo tipo, la proposición
sustantiva será:
«Es lamentable que sea después de las ocho cuando llega Juan».
Dentro de los mensajes en que interviene la categoría de los indicadores
de actitud oracional, aislada por este método, distinguimos las siguientes
clases7 que desarrollaremos a continuación:
Actitud emocional.
1.1. Expresivo-valorativa.
Gradación en el discurso aseverativo.
2.1. Suspensión motivada de la aserción.
2.2. Refuerzo de la aserción.
2.2.1. Evidencia o juicio que no admite dudas.
2.2.2. Opinión meditada y enfatizadora.
2.2.3. Verdad y no apariencia o error de expresión.
2.3. Juicio no basado en la realidad.
1. Actitud emocional
1.1. Actitud expresivo-valorativa
Se manifiesta una valoración de los hechos, con matices más o menos claros
de la reacción emocional que provocan.
Adverbios en -mente:Otros adverbios:
felizmentegracias a Dios
desgraciadamentepor desgracia
desdichadamentepor suerte
lamentablemente
Construcciones verbales:
me alegra (que)temo (que)
me gusta (que)me asombro de (que)
me agrada (que)me interesa (que)
me encanta (que)es interesante (que)
me extraña (que)es importante (que)
me preocupa (que)es una pena (que)
siento (que)lamento (que)
es una lástima (que)lo que es peor
conviene (que)lo peor es (que)
me hace feliz (que)no tengo empacho en (que)
siento más placer en (que)no tengo vergüenza de (que)
el gran placer mío es (que)estoy orgullosa de (que)
me satisface (que)tengo confianza en (que)
prefiero (que)tengo miedo de (que)
me importa mucho (que)tengo temor de (que)
me pesa (que)
Los adverbios en -mente pueden ocupar la posición inicial o final, o ir a
veces intercalados. Hasta ahora predomina la situación inicial, hay un
solo ejemplo de final y no se han dado casos de intercalación en las
entrevistas analizadas. Las construcciones verbales tienen generalmente
posición inicial, aunque algunas como me extraña, es una lástima, lo que
es peor, podrían ocupar otras. Gracias a Dios, por desgracia, por suerte
admiten cualquier orden, pero los dos ejemplos registrados, que son del
primero, fueron encabezadores de oración.
Citaremos algunos textos:
«Desgraciadamente no se pudo hacer una empresa asociada, sino que se
tuvo que hacer otra empresa».
(30-3-100)
«Perú es de un interés inmenso. Pocos días, desgraciadamente, pero
visité todo lo que pude».
(36-5-15)
«un problema de personal que felizmente no son muchos, porque tengo
un grupo de gente que trabaja...».
(32-1-17)
«Gracias a Dios podemos tener parte de nuestra gente en forma
rentada».
(36-2-3)
Aunque, según dijimos, no se han registrado hasta ahora intercalaciones,
podrían aparecer oraciones como las siguientes:
«Fue un sacrificio desgraciadamente inútil».
«Llegó lamentablemente al anochecer».
«Pudo enterarse felizmente esa mañana, un minuto antes de partir».
«El pintor se fue, me extraña, sin terminar el trabajo».
«No vieron a tiempo, por desgracia, que el coche se les venía
encima».
Las entrevistas estudiadas indican la gran preferencia del hablante por el
empleo de construcciones verbales, en comparación con las escasas
apariciones de las formas adverbiales (adverbios en -mente y frases
adverbiales), según lo muestra el listado que encabeza este grupo.
Citaremos unos pocos ejemplos:
«... y lo que es peor, tiene que llegar a impresionarlo».
(30-5-167)
«... el problema es que tener muchos hijos origina una serie de
trastornos».
(30-6-201)
«Es muy importante no defraudar al cliente con un presupuesto».
(32-4-84)
2. Gradación en el discurso aseverativo
La lengua ofrece al hablante las posibilidades: 1. De suspender la
aserción («suspensión motivada»), indicando su inseguridad o rehusando
responsabilizarse del juicio emitido, o mostrándolo como afirmación más o
menos probable; y 2. De reforzarla, subrayando la absoluta certeza en lo
que afirma.
2.1. Suspensión motivada de la aserción
Adverbios en -mente:Otros adverbios:
difícilmente tal vez
posiblemente a lo mejor
probablemente quizás
seguramente (dubitativo) casi seguro (que)8
prácticamente
Para la expresión de la duda y la inseguridad en mayor grado, se prefieren
otras formas que no sean adverbios en -mente. La más usada es la
construcción negativa con el verbo saber en posición intercalada (lo cual
le da libertad en el orden) y en oración principal con subordinada
interrogativa indirecta, sobre todo encabezada por si. Neutralizan el
juicio, rehusando toda responsabilidad sobre su verdad o falsedad: («Ah,
no sé, porque yo a Burdeos no he vuelto ahora». 33-1-27) o indicando la
inseguridad («No sé si será, éste, lo ideal...». 32-1-9; «...quizá, no sé
si es eso lo que pasa en mi caso...» 32-2-42). A veces, como en el último
ejemplo, los hablantes acumulan las señales en el mismo sentido (quizá +
no sé si), pero la redundancia desde el punto de vista objetivo, cumple la
función estilística de reforzar la expresión de la duda. Copiamos un
ejemplo extremo, cargado de formas dubitativas muy diversas:
«Sí, sí algunos sí, no te diré de9 -rotundamente algunos sí. [...]
yo no sé si ella tiene alguna influencia o no, a lo mejor digo un
disparate, pero también es una, una temática un poco, no sé, rara es
-parece, parece que estuviera un poco más en Cortázar, ¿no?; parece
que estuviera un poco mezclada la realidad con el sueño; es una cosa
así un poco onírica, ¿no?».
(39-5-18)
Otras expresiones dubitativas, indican un mínimo de elección del hablante,
que se anima a manifestarse en contra o a favor de la verdad de un hecho.
Las construcciones verbales negativas no es seguro que, no es fácil que,
no creo que, no le (te) diré, etc., y el adverbio difícilmente sirven para
manifestar lo primero.
Tal vez, a lo mejor, quizás (el más usado de los tres hasta ahora en
nuestras encuestas, seguido de cerca por tal vez), se inclinan con escasa
seguridad por lo segundo, el último en un grado levemente mayor, pero
siempre muy sujeto a rectificación. Puede figurar en cualquier lugar y a
veces entre pausas, lo cual destaca su carácter de comentario intercalado.
Aparecen también en textos donde abundan otras formas dubitativas
adverbiales, los morfemas verbales del mismo carácter (el llamado
potencial o condicional, y el futuro de probabilidad), las expresiones de
la hipótesis, y la corrección o restricción de lo dicho en el discurso,
por medio de adversativas, concesivas, etc.
Por ejemplo:
«[Le preguntan en qué ocupa el tiempo una mujer adulta actual].
R.- Bueno, yo podría ser quizá, así un poco no le diré, una cosa
rara, una excepción, pero creo que en este momento...»
(36-1-15)
Posiblemente (la más usada de las formas en -mente), probablemente y las
construcciones verbales es posible que, es probable que, muestran que el
hablante juzga lo dicho como algo que cuenta con un grado mayor de
certeza. Posiblemente aparece en varios textos como un modo cortés de
hablar, sin dar a las propias opiniones el tono tajante. En otros se le
suman signos que acentúan la nota de la hipótesis: «Le falta la
consecuencia, quizás, en la disciplina, ¿no?, pero posiblemente eso va a
venir con los años». (36-10-39)
Seguramente no ha aparecido nunca en las entrevistas analizadas como
'afirmación rotunda' o como 'modo de actuar con seguridad', conectado con
el adjetivo originario, sino siempre con matiz aproximativo10.
Figura en textos en los que se adelanta la hipótesis aún no confirmada de
que algo haya ocurrido o sea la causa de un hecho, con bastante
probabilidad pero no con seguridad total. Implica un margen mayor de
acierto que los anteriores, pero se matiza con formas que rehúsan
responsabilidad o acentúan el carácter de hipótesis:
«Seguramente no había ascensor; no lo recuerdo pero seguramente no
debía [sic] haber ascensor».
(33-1-20)
Prácticamente significa que lo dicho está tan próximo a lo que ocurre en
la realidad que puede admitirse como tal. El hablante señala un escaso
margen de error en la formulación y observa que es tan leve como para
descartarlo y no atender a él. La expresión verbal se acerca, pues, a la
realidad, pero no se iguala por una desviación mínima que resulta
desechable11.
«Mi día miércoles transcurre prácticamente en Sum».
(30-3-115)
«... y me inicié prácticamente casi por casualidad en televisión...»
(29-2-13)
«... vivía prácticamente como si fueran varios trompos a los cuales
yo les iba dando fuerza».
(29-4-12)
En cuanto al orden, predomina entre los adverbios en -mente de este grupo
(salvo en prácticamente) la posición inicial y sólo se ha dado un caso de
intercalación12: «La señora P., que usted posiblemente habrá oído
nombrar...» (38-1-4) Prácticamente constituye una excepción porque sobre
cuatro apariciones, sólo en una está antepuesto y en las demás figura
intercalado (ante modificador circunstancial del verbo).
Un grupo de construcciones verbales: me parece (que)13, me imagino (que),
supongo (que), etc., ofrecen la indicación de que se emite un juicio
personal (cuya verdad, por lo tanto, no se da como totalmente segura).
En algunos contextos, especialmente si están con otras formas dubitativas,
predomina la manifestación de falta de certeza:
«De manera que la casa era un pedacito muchísimo más chico, la parte
de la casa estaba hecha que -quedan dos o tres habitaciones; dos
habitaciones me parece que quedan; una cocina de un lado y un baño
del otro [...]; en fin una serie de modificaciones fueron
cambiando...».
(33-7-9)
Pero también pueden usarse en simples fórmulas de relación cortés.
Toda una serie de verbos de opinión (creo, entiendo, pienso, encuentro,
considero, comprendo, observo, lo veo así, etc.) van -como los anterioresdesde la expresión de la duda hasta la de la simple cortesía, pero avanzan
aun más y pueden figurar en mensajes enfatizadores de la afirmación,
cuando el hablante refuerza su punto de vista, apoyándose en la seguridad
que tiene en su criterio personal para emitir los juicios. Citamos a
continuación ejemplos graduados de toda esta gama de posibilidades:
«... es decir, es muy difícil, ehm, manteniendo una actividad de
este tipo o creo que tal vez de cualquier otro tipo...».
(30-4-125)
«... lo he presentado al presidente de R. C. A. Víctor argentina,
quien con una generosidad extraordinaria ha comprendido nuestros
problemas y ha donado creo que alrededor de dos, mil discos en
grabación...».
(44-2-17)
«Creo que es muy bueno de acuerdo a lo que yo he oído».
(26-6-6)
«no creo de ninguna manera que sea un hecho casual el que salga un
programa de televisión...».
(29-2-2)
2.2. Refuerzo de la aserción
Como se ve por los ejemplos del párrafo anterior no puede determinarse
tajantemente el límite entre el grupo de los atenuadores (2.1.) y el de
los reforzadores de la aserción (2.2.). Se trata pues, de una escala
continua que va del extremo de la inseguridad al de la seguridad reforzada
y algunas formas pueden figurar en textos de uno u otro signo, con una
zona neutra en la que su empleo acaba por ser costumbre o muletilla vacía
de significación, y a lo sumo simple fórmula de sentido cortés (hacia el
interlocutor) o de autoafirmación (hacia el hablante).
Los adverbios en -mente que pertenecen a este tipo de mensajes son de los
más numerosos y pueden desempeñar otras funciones además de la de
modificadores oracionales que ahora analizamos14.
Adverbios en -mente:Otros adverbios:
ciertamenteclaro (que)15
efectivamentesin duda
evidentementesin lugar a dudas
exactamenteen efecto
francamentepor supuesto
indudablementelógico
lógicamenteen realidad
naturalmenteseguro (que)
(no) propiamentecon (toda) seguridad
realmenteen verdad
verdaderamentede veras
precisamentede verdad
a decir verdad
(la) verdad (que)
por cierto
Este grupo de mensajes refuerza la verdad de lo afirmado en el discurso,
con matices diversos que se apoyan sobre la seguridad del hablante, o
agregan la evidencia de los datos que ofrece la realidad, o la
concatenación lógica de causa y consecuencia, etc. Es difícil
sistematizarlos en subclases semánticas, pero trataremos de establecer
algunas de las líneas más importantes que los agrupan.
2.2.1. Evidencia o juicio que no admite dudas
Este tipo de mensajes manifiesta que lo dicho es obvio y no admite
dudas16, y en ellos suele darse por presupuesto el consenso del oyente:
por la experiencia, la información sobra la realidad, la capacidad para
correlacionar datos y sacar conclusiones, etc.
Comprende textos con adverbios en -mente (evidentemente, indudablemente,
naturalmente, lógicamente), otros adverbios y frases adverbiales (claro
que, lógico, seguro que, con toda seguridad, sin duda, sin lugar a dudas,
por supuesto) y construcciones verbales (es claro [que], claro está [que],
es lógico [que], es evidente [que], es indudable [que], como es natural,
no hay duda de [que], es seguro [que], se ve [que], etcétera).
Las formas en -mente pueden ocupar cualquier situación. Entre los
adverbios más frecuentes: lógicamente se distribuye en partes casi iguales
entro anteposición e intercalación; evidentemente figura con predominio de
anteposición, pero también pospuesto y en menor proporción aún,
intercalado; en indudablemente, los casos de intercalación registrados
superan a los iniciales y no ha aparecido como final hasta el momento.
Evidentemente se usa en casos en que se presupone que lo dicho es algo
seguro para el hablante, para el hablante y el oyente, o está admitido por
todos. Un ejemplo de lo primero es:
«... y había dos personas que les dijeron que tenían que esperar
porque no se encontraban los pasaportes, y evidentemente no se los
iban a dar».
(38-14-19)
En el siguiente texto, en cambio, se interpreta que todos saben que eso es
verdad:
«Solamente conozco las versiones a través del disco y el disco
evidentemente, puede perfeccionar mucho una orquesta».
(29-5-29)
Algunos casos conservan la conexión de significado con el adjetivo,
especialmente éste, donde el párrafo trae el verbo ver:
«...es notable la resignación que tienen; [...] esto no va a
cambiar. Y evidentemente, en la calle, se ve una apatía...».
(41-12-7)
Los mensajes que se emplea indudablemente presentan los mismos valores,
aun con más clara relación con el adjetivo originario, para reforzar la
verdad de lo dicho.
«Después llegamos a Acapulco; indudablemente está muy preparado para
el turismo».
(36-6-8)
También las frases adverbiales sin duda o sin lugar a dudas y las
construcciones verbales es indudable (que), no hay duda (de que) pueden
alternar con él: la primera, con mayor posibilidad de desgastarse; las
últimas, más enfáticas.
Lógicamente (el más usado) figura generalmente en textos con partículas
causales o consecutivas, subrayando un hecho en enlace con otro (nombrado
en el discurso, antes o después, o sabido por el oyente) para aclarar su
interdependencia.
[Se pelea con la hija mayor, que es igual a ella.]
«Entonces claro, lógicamente chocamos, porque todo lo que ella hace
es todo lo que yo hice en mi época».
(31-9-10)
«Y a mí eso [la intervención de mi padre] me molestaba y eso me ha
quedado; entonces lógicamente, siempre he querido valerme por mí
mismo de las asas, cosa que estoy logrando ahora».
(29-7-18)
Se da como cosa esperable que el interlocutor participe de la misma
opinión, por la información de los hechos que ya tiene o que se le ha
suministrado. El hablante adelanta, pues, las conclusiones que supone que
el otro debe hacer: o con sentido polémico que marca una tensión entre
ambos, aclarando que él también las vio antes; o con sentido de
complicidad que da par sentado el consenso de ambos; o con el objeto de
llamarle la atención sobre esa observación que quizá pasó inadvertida.
Se da el caso de que falten los signos de enlace causa-consecuencia, y el
adverbio figura entonces destacando como obvio un fragmento del discurso,
que es el que da carácter de hecho consabido a todo el juicio. Con este
valor aparecen también textos con la forma lógico, y la construcción
verbal (como) es lógico, generalmente intercalados.
«... dominaba perfectamente, lógico, el castellano».
(38-1-24)
Como hemos visto, el encadenamiento de ideas establecido puede presentarse
como consecuencia explicable por la naturaleza de los acontecimientos
particulares que se mencionan o por un saber extraído de la experiencia
general de la vida. Pero para algunos informantes llega a ser una simple
muletilla de apoyo, sin otra justificación en el discurso:
«hasta que, lógicamente, no sé si por inercia natural, como dirían
mis enemigos, o por la gravitación natural de los hechos o por [...]
es que avancé hasta llegar a ser asistente de dirección y luego
director de programas...».
(29-2-27)
Naturalmente, con un empleo semejante al anterior, presenta usos en los
que los hechos son considerados previsibles, dado lo que se sabía de
ellos.
«Cuando asumió la presidencia Yrigoven, naturalmente sabía que con
ella no podía contar...».
(35-4-56)
Parecen más enfáticos y polémicos que los que llevan la forma con verbo
como es natural, pero se necesitarán más textos para confirmarlo.
«Yo creo que una de las grandes condiciones que podemos llegar a
conseguir es no desentendernos de lo que es la obligación de estado,
[...] de hermana, [...] madre [...] y contribuir también, como es
natural, a que a través de nuestro [sic] quiera la institución».
(36-3-18)
Como va dijimos, no se emplea el adverbio seguramente para la afirmación
que no admite dudas, pero en cambio es corriente la forma seguro, aunque
no la hayamos registrado hasta ahora en las grabaciones, la frase más
enfática con toda seguridad, y la construcción verbal es seguro (que).
«Va a venir, seguro, porque no cobró el sueldo y lo necesita».
Mensajes con claro, es claro, claro está, claro que, es claro que, claro
está que, implican generalmente la confirmación de lo dicho antes por el
mismo informante o por el interlocutor. Los tres primeros van entre
pausas, seguidos de algo que lo explica y lo corrobora.
«Habría también [...] un capitán de artillería. Es claro, como
estábamos en Villa Devoto había bastantes militares allí, porque
para ir a Campo de Mayo...».
(33-4-34)
Las construcciones con que, retornan la afirmación precedente, dilucidando
y corrigiendo aquello que se supone habrá provocado extrañeza:
«... el programa [de TV] salía de las once de la noche a las tres de
la mañana los sábados; claro que yo no la veía hasta el final
porque, ya te imaginas que claudicaba, a eso de las dos de la mañana
va no daba más...».
(39-4-15)
2.2.2. Opinión meditada y enfatizadora
Los textos con los adverbios y frases adverbiales realmente (que),
verdaderamente, ciertamente, efectivamente, en realidad, la verdad (que),
francamente, de verdad, de veras, en efecto, por cierto17, indican que el
hablante ha sopesado los hechos y deja constancia de que su opinión
(segura o dudosa) viene después de haber meditado. Tienen un valor
ponderativo y enfatizador, que persiste aun en los textos más desgastados
en cuanto a signos de opinión meditada.
Estos adverbios son, como dijimos, modificadores de la oración total, y en
general se prefiere para ellos la posición inicial; también hay bastantes
casos intercalados, pero en cambio, muy pocos finales18. El más empleado
por los informantes ha sido el adverbio realmente. No apareció hasta ahora
con este valor ningún ejemplo de verdaderamente, ciertamente, francamente,
de veras, de verdad, la verdad y muy pocos de en realidad. Tampoco se han
dado en este grupo las construcciones verbales es verdad que y la verdad
es que.
Citaremos algunos textos sobre el uso de realmente:
«Después les voy a contar alguna anécdota que realmente son [sic] para
preocuparnos».
(32-8-185)
«Me parece que es extraordinario [Israel], un esfuerzo y una
comunidad que realmente, para un elemento joven como es usted,
tendría que ir a conocer».
(36-8-22)
«Yo encuentro que en este punto, cuando se habla de cosas técnicas,
y la asistencia es de mujeres argentinas, realmente, el nivel para
mí es superior».
(38-16-23)
Las formas adverbiales de este grupo (excepto ciertamente, por cierto y
francamente) y algunas de las construcciones verbales correspondientes (la
verdad es que, es verdad que) también figuran en el grupo siguiente, en el
que el mensaje tiene el sentido de 'verdad y no apariencia'. En múltiples
circunstancias su sentido es ambiguo y sólo se resuelve por otras señales
contextuales que lo orientan. De los tres ejemplos antes citados, el
primero es totalmente ambiguo (puede interpretarse por «Después de
pensarlo bien es opinión mía que...» o por «Es verdad y no apariencia
que...»), pero no lo es el segundo, donde sólo cabe la primera paráfrasis.
En el tercero la acumulación de indicadores de opinión personal (yo
encuentro que, para mí) resuelve la ambigüedad a favor de la primera
paráfrasis.
La frase en realidad, menos frecuente que el adverbio en -mente, funciona
como él pero conserva más su conexión etimológica sin desgastarla. Esto
hace que en su caso abunden más los mensajes ambiguos, interpretables
también como pertenecientes al grupo 2.2.3,: 'verdad y no apariencia o
error'.
«Así que esto en realidad fue muy halagador, porque estaban todos
tan risueños; y tan grato fue que realmente fue una cosa muy
simpática, muy bien».
(38-7-9)
Como dijimos, la señal de juicio meditado y enfatizador puede recaer sobre
un discurso que manifieste dudas, deseos, etc. Por ejemplo:
«Francamente, no sé qué decirte, me dejaste chato».
«Verdaderamente, sería lindo que pudiese venir».
Se expresa aquí la ponderación de la perplejidad y de los deseos
valorativos. Francamente, cuando conserva su conexión con el adjetivo
originario sin haberla desgastado del todo, introduce además el matiz de
que lo dicho se expresa hablando abiertamente y sin reticencias.
Entre las construcciones verbales podrían citarse si se piensa bien, si lo
pienso bien, pensándolo bien, por una parte, y las formas que declaran
explícitamente el deseo enfatizador insisto (en que), recalco (que).
«Pensándolo bien, eso es un disparate».
«Insisto en que deberías cuidarte».
Todas ellas son más resistentes a desgastarse que los adverbios en -mente,
los cuales llegan a ser simples muletillas de apoyo.
Efectivamente, ciertamente, y las frases en efecto, por cierto, de veras,
la verdad figuran en circunstancias en que s e corrobora algo dicho antes
por el hablante o por el interlocutor:
-Cada día hay más crímenes juveniles.
-Ahora los jóvenes son un problema, ciertamente, aunque a algunos
les parezca que no».
«Pensaba que me aburriría esa obra y en efecto fue un plomo».
«-Me gustó mucho oír ese disco».
«-La verdad, fue interesante oírlo y compararlo con la otra
grabación».
2.2.3. Verdad y no apariencia o error de expresión
Se asegura que lo afirmado coincide con la realidad y no está basado en
mera apariencia o confusión terminológica. Comprenden textos con los
adverbios realmente, verdaderamente, efectivamente, en efecto, en
realidad, de veras, de verdad, la verdad que y las construcciones verbales
es verdad que, la verdad es que ya citados en el parágrafo 2.2.2, a los
que se agregan exactamente, precisamente, propiamente y sin duda19.
Los adverbios pueden ocupar cualquier posición y destacar, por lo tanto,
la validez del juicio, por insistencia en la oración total o en la real
existencia de un segmento de ella (sustantivo, adjetivo, complemento de
sustantivo, adverbio o verbo), del que se supone que depende dicha
validez. Las intercalaciones superan levemente a las anteposiciones, y
frente a ambas, resultan en cambio muy escasas las posposiciones.
A menudo su uso tiene un tono polémico y recalca que lo que se dice debe
ser tomado en serio, como cosa real, positiva, concreta, estricta, no como
confusión o imaginación o exageración del hablante, frente a una posible
duda de que sea así, o una supuesta objeción del oyente. También en este
grupo de mensajes predomina entre todos el adverbio realmente.
A veces se establece comparación explícita o implícita con otro: 'A y no
B'.
«[Nuestra representante en el Concilio] es la única mujer
observadora y representante de prensa, que realmente escribe para la
asociación, no escribe para la prensa común...».
(38-2-18)
Es decir: La verdad es que ocurre A («escribe para la asociación») aunque
parezca que ocurre B («escribe para la prensa común»).
«...a pesar de saber que es un premio que no está dado por la gente
que realmente debería darlo».
(29-4-18)
En la última cita «debe dar» no significa que tenga obligación de dar el
premio, sino que hay la obligación de elegirlo para que lo dé. Como se ve,
también se trata de un caso de 'A y no B': Debiera ser elegido A y no B
para dar el premio.
Como textos que, suponen la interpretación 'No A aparente, sino A real'
citaremos:
«[Formularon un estatuto que decía] 'Trabajar sin discriminación de
credo, raza o nacionalidad'. Y realmente se llevó a cabo».
(38-1-28)
«cuando hay una cosa que realmente me transporta, siento una cosa
distinta, me evado». (31-9-3)
«Aparte, de ser una tarea de hormiga, porque, eh, hacer que todos
los una vez por semana, saliese una obra de teatro universal era una
tarea realmente de hormiga...».
(29-4-8)
«Bueno, yo lo que -la única ciudad que yo realmente recuerdo algo es
Burdeos».
(33-1-18)
El último texto, con el cuantitativo-indefinido algo, muestra que este uso
es distinto del que le corresponde como intensificador de grado o cantidad
(que alterna con muy, mucho) En efecto, sobre todo cuando modifica a
adjetivos y a adverbios y no va entre pausas, o cuando se refiere a verbos
de acción graduable, realmente puede resulta ambiguo. Hay poca diferencia
de significado entre que algo sea «muy difícil» o sea «difícil en la
realidad y no en forma dudosa o aparencial». Citaremos otro craso en el
que, como en el anterior, se elimina la ambigüedad por el contexto:
[Dejé de aprender italiano] «porque las clases, ¿no? me resultaban
muy monótonas; un poco porque eran realmente monótonas, yo creo que
en esto estás de acuerdo, ¿no?, y segundo porque yo no sé si el
estado de ánimo, eh, mío me lo hacía ver peor de lo que era la
clase».
(39-1-6)
El contraste entre lo que se dice primero «me resultaban muy monótonas» y
la aclaración de las dos causas que lo motivaban, una de las cuales lleva
la indicación ale ser menos importante que la otra «un poco porque eran
realmente monótonas», orientan en el sentido en que debe entenderse el
mensaje: 'es una realidad y no una imaginación mía que eran monótonas'
(aunque no fuera eso lo que más primó en la impresión que le causaban sino
su estado de ánimo desfavorable a ellas).
Verdaderamente sólo ha sido empleado hasta el momento por los encuestados,
en un caso de 'A real y no aparente',
«Aquella Normal era verdaderamente una Normal N.º 1».
(35-4-3)
En los textos con la frase en realidad, predomina la nota de excusa o la
de aclaración a algo que podría no estar bien definido o interpretarse
erróneamente20:
«Bueno, en realidad, eh, siempre tuve, no sé si por una
reminiscencia vodevilesca de mi juventud o [...] porque creí este,
ser un llamado elegido, y que con el tiempo me di cuenta que no era
así, ehm, realizador cinematográfico frustrado, es que se me
cerraron una cantidad de caminos para poder entrar al cine, ésa es
la verdad».
(29-2-7)
«Pero en realidad nosotros, aunque tenemos ovejas, también tenemos
hacienda vacuna».
(37-2-9)
«No, no tengo, en realidad, comunicación con mi hermano».
(31-7-5)
«Estamos formando, este, jóvenes, ehm, para -en realidad, estamos
formando los jóvenes para futuros dirigentes».
(37-9-25)
De verdad, la verdad, la verdad que, ésa es la verdad, (véase cita
anterior 29, 2-7, dada como ejemplo de en realidad) y la verdad es que,
también tienen ese carácter aclaratorio y a veces correctivo:
«-Me dijeron que te casas este año.
-La verdad es que aun no lo tenemos decidido».
Mensajes con propiamente y sobre todo exactamente y precisamente apuntan
más a la justeza en el lenguaje que a la naturaleza de los hechos21.
En el ejemplo siguiente el adverbio exactamente manifiesta ese deseo de
precisión, destacando la corrección que introduce en lo que antes había
dicho:
«Yo le [sic] tengo más miedo a las enfermedades que a la muerte; al
dolor exactamente, sí».
(39-6-24)
Los ejemplos de precisamente, y propiamente también son correctivos cuando
pertenecen a este grupo, y sólo se dan con negaciones22:
«Sobre eso, el apellido de la mujer casada, se ha presentado también
un trabajo [...] reformas [...] a la ley -civil de la mujer, comobueno, no es la ley precisamente, claro, mire, usted está grabando y
yo estoy, este, estoy perdiendo el tiempo con eso. Eh, los derechos
civiles de la mujer, sí, no me salía la palabra derechos...».
(37-11-8)
«Hay una clase [...] dedicada al grupo joven, [...] no propiamente
el centro, sino un departamento de juventud».
(37-12-19)
2.3. Juicio no basado en la realidad
Este grupo constituye un ámbito semántico de mensajes opuesto al anterior.
Se aclara que lo afirmado se limita a datos sólo cimentados en la
apariencia, la convención no siempre cumplida, etc. No implican por sí
ningún juicio sobre si la experiencia de la realidad establecerá su verdad
o falsedad, y pueden figurar en discursos que luego confirmen o rechacen
esos datos, aunque en general suele ocurrir lo último.
Adverbios en -mente:Otros adverbios:
aparentementeen apariencia
teóricamente
Es escaso el número de formas que hemos registrado.
«... es un derroche de luz y de mercadería y de alegría y ahí la
gente aparentemente, eh, no tiene preocupaciones».
(38-12-22)
«Ahora, en cuanto se paraba el tren en Alberdi ya estábamos todos
saltando, y entonces ya; pero teóricamente dormíamos hasta las
siete; por eso se alquilaba el coche, por eso era coche dormitorio».
(33-5-28)
Las construcciones verbales con parecer + proposición sustantiva no
pertenecen a este parágrafo sino al de suspensión motivada de la aserción
(2.1.).
Conclusiones
Este análisis nos ha revelado la existencia de un número de adverbios en
-mente que funcionan como operadores pragmáticos para señalar la actitud
oracional y son fácilmente identificables por la paráfrasis predicativa
con proposición sustantiva sujeto.
Construcciones verbales de significado semejante compiten con ellos o con
otras formas adverbiales (palabras o frases), figurando con mayor
frecuencia, excepto en el grupo de refuerzo de la aserción (2.2.).
Las construcciones verbales poseen menos libertad de orden que los
adverbios y su empleo intercalado es inferior (salvo en el caso de no sé).
En el nivel semántico, muestran mayor resistencia a vaciarse de
significación precisa y a convertirse en simples seriales enfatizadoras o
en muletillas. Como es obvio, los adverbios son siempre neutros con
respecto a la persona a quien se atribuye la opinión sobre el juicio (el
hablante, el oyente, ambos, un grupo indeterminado, el consenso general),
quedando su identificación a cargo de otros signos del contexto. En
cambio, las construcciones verbales en las formas finitas tienen dicha
capacidad por sus flexiones personales (no creo, creemos, parece que,
etc.).
Las construcciones verbales constituyen fórmulas directas de explicitación
de la actitud oracional, y los adverbios, fórmulas indirectas, paralelas
-podría decirse- a uno de los sentidos con que suele entenderse la
distinción entre denotación y connotación.
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