Sobrevolando la tormenta:
la sede chilena de la Fundación Ford
Por Fernando QUESADA*
L
OS ORGANISMOS INTERNACIONALES de cooperación y las fundacio-
nes filantrópicas han tenido una función relevante en la emergencia
y consolidación del campo científico. La asistencia técnica y financiera
comenzó a tomar un fuerte impulso en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, especialmente cuando la Organización de las Naciones Unidas creó a la UNESCO para promover el desarrollo cultural.
Otro impulso vino cuando las fundaciones norteamericanas reactivaron
el proceso de internacionalización que habían comenzado en la etapa
de entreguerras.1 En el escenario de la Guerra Fría, la cooperación
internacional comenzó a mostrar múltiples tensiones y las periferias se
convirtieron en territorios estratégicos en los cuales se desenvolvió la
contienda por la dominación simbólica a nivel mundial.
Debido al tardío surgimiento en 1936 de la Fundación Ford, y a
sus limitadas actividades concentradas inicialmente en el estado de
Michigan, la institución no acompañó la primera etapa de internacionalización filantrópica enmarcada en los años de entreguerras.2 Gracias a
una serie de transformaciones institucionales internas, activadas a comienzos de la década de los cincuenta, logró incorporarse a la segunda
oleada de expansión internacional que acometieron las fundaciones
filantrópicas norteamericanas a finales de la Segunda Guerra Mundial y
en poco tiempo logró ocupar espacios dominantes en ese campo.3
Justamente a mediados de la década de los cincuenta América
Latina comenzó a llamar la atención de la Fundación y a ser equiparada en prioridades con Asia y África, continentes en los que la asistencia
social había llegado en años anteriores.4
*
Profesor en el Departamento de Historia, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad
Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina; e-mail: <
[email protected]>.
1
Edward Berman, The influence of the Carnegie, Ford, and Rockefeller Foundations
on American foreign policy: the ideology of philanthropy, Nueva York, State University
of New York, 1983.
2
Joseph Picó, “El protagonismo de las fundaciones americanas en la institucionalización de la sociología (1945-1960)”, Papers, núms. 63-64 (2001).
3
Robert Arnove y Nadine Pidene, “Revisiting the ‘Big Three’ Foundations”, Critical
Sociology, 33 (2007), pp. 389-425.
4
Francis Sutton, “The Ford Foundation’s development program in Africa”, African
Studies Bulletin, 3, 4 (diciembre de 1960), pp. 1-7.
Fernando Quesada.pmd
89
06/07/2010, 06:16 p.m.
Fernando Quesada
En 1950 se instituyó el programa Overseas Development bajo el
cual la Fundación Ford comenzó a brindar asistencia a las regiones
exteriores. Europa occidental, el Sudeste asiático y el Medio Oriente
fueron las primeras zonas en las que expandió sus actividades. Le siguieron Europa oriental y el continente africano entre 1957 y 1958, así
como América Latina en 1959.5 Previamente al inicio formal del programa exterior en cada región, la Fundación Ford enviaba a un selecto
grupo de agentes para observar las características de los territorios
que serían propensos a la asistencia filantrópica.
América Latina presentaba un escenario próspero para la intervención de las agencias de cooperación. Lejos de observarse en la
región un panorama despejado, en donde los organismos internacionales intervinieran de manera apacible, puede verse una atmósfera tormentosa, generada por las tensiones entre Estados, bloques e instituciones regionales e internacionales.6
Durante los primeros años la Fundación Ford tuvo libertad suficiente para sobrevolar las tormentas de la cooperación y los conflictos
de los países latinoamericanos, hasta que su instalación en Chile la
atrapó en una tormenta de la que ni ella misma saldría indemne. En el
presente trabajo nos proponemos observar justamente este proceso,
analizando una de las modalidades de asistencia que otorgó dicha institución en América Latina, es decir, la instalación de sedes regionales.
Tomaremos el caso de Chile porque en este país recaló la Fundación
Ford e hizo su más importante apuesta de institucionalización.
Sobre los acantilados de mármol:
las misiones de visita en América Latina 1957-1963
LA sede central de la Fundación Ford enviaba comitivas encargadas
de realizar un diagnóstico acerca de las problemáticas y posibilidades de las regiones, con el fin de mostrar los puntos relevantes sobre
aspectos políticos, económicos, sociales y culturales e identificar áreas
prioritarias de asistencia. Era un periodo de reconocimiento en el que
se establecían contactos con las redes intelectuales y se analizaban las
demandas relacionadas con el campo científico que aquéllas tenían. En
dicha etapa se encuadra el reporte sobre América Latina realizado por
5
Ford Foundation, A selected chronology of the Ford Foundation, Nueva York, FF,
1980.
6
Fernanda Beigel, “La FLACSO chilena y la regionalización de las ciencias sociales en
América Latina (1957-1973)”, Revista Mexicana de Sociología, 71, 2 (abril-junio del 2009),
pp. 319-349.
90
Fernando Quesada.pmd
Cuadernos Americanos 133 (México, 2010/3), pp. 89-101.
90
06/07/2010, 06:16 p.m.
Sobrevolando la tormenta: la sede chilena de la Fundación Ford
el equipo de la Fundación en 1957, periodo en el cual se trataron las
áreas prioritarias de asistencia a las que debía atenderse en las regiones del Cono Sur y América Central, así como el informe de Lloyd
Reynols, en el que se realizó un análisis comparativo del desarrollo
económico en Asia y América Latina.7
Un importante acontecimiento en esta política de visitas fue el viaje
por Sudamérica que en 1959 realizó un selecto grupo formado por
académicos y funcionarios de la Fundación Ford. La comitiva estaba
compuesta por las siguientes personalidades: Alfred Wolf, que se desempeñaba como director del Programa para América Latina, Reynold
Carlson, economista de la Universidad de Vanderbilt, Lincoln Gordon,
reconocido profesor de Harvard, y Kalman Silvert, académico de ciencias sociales que tenía una importante experiencia como investigador y
docente en varias universidades tanto norteamericanas como latinoamericanas.8
Lincoln Gordon se había desempeñado como embajador en Londres mientras ocupaba el cargo de director del Plan Marshall y ministro de Economía en el periodo 1952-1955. Previo al cargo en el Departamento de Estado fue profesor de Relaciones Económicas
Internacionales en la Universidad de Harvard. Luego del viaje de la
comitiva enviada por la Ford, ocupó el cargo de embajador en Brasil,
en el lustro comprendido entre 1961 y 1966. De estas cuatro figuras es
conveniente detenerse en Kalman Silvert, académico norteamericano
que había establecido contacto con sus pares latinoamericanos y cuyas
acciones apuntaron siempre a fortalecer los vínculos entre las redes
académicas continentales, antecedentes que resultaron propicios para
el establecimiento de la Fundación Ford en la región. Silvert no había
sido elegido al azar para acompañar a la comitiva; su trayectoria en
investigación sobre asuntos latinoamericanos y los cargos docentes
en los que se desempeñaba eran antecedentes tan significativos como
las funciones que realizaba para organismos internacionales de cooperación. En 1947 obtuvo la Penfield Fellowship para desarrollar sobre
el terreno una investigación acerca del desarrollo de las industrias chilenas.9 Entre 1948 y 1960 se desempeñó como profesor de ciencias
políticas en Tulane University, etapa en la que también fue profesor
visitante de la Universidad de Buenos Aires. Cuando participó en el
viaje de reconocimiento por América Latina tenía a su cargo la direc7
Report núm. 001341 y Report núm. 012210/1960.
Sergio Miceli, org., A Fundaçao Ford no Brasil, São Paulo, Sumaré, 1993, p. 38.
9
Richard Adams, “Kalman Hirsch Silvert 10 March 1921-15 June 1976”, Latin
American Research Review, 13, 1 (1978), pp. 189-194.
8
Cuadernos Americanos 133 (México, 2010/3), pp. 89-101.
Fernando Quesada.pmd
91
06/07/2010, 06:16 p.m.
91
Fernando Quesada
ción del Programa de Investigación sobre Desarrollo Económico y Social
de un proyecto conjunto entre la UNESCO y la CEPAL. Asimismo es autor de una considerable cantidad de artículos y libros sobre las problemáticas de la región, entre estos últimos puede mencionarse Political
change in Latin America, publicado en 1960, obra que formaba parte de las investigaciones que había realizado en años previos. Su libro
The conflict society: reaction and revolution in Latin America fue
publicado en 1961 y reeditado por el American Universities Field Staff.
Como miembro del personal de dicha institución desde 1955, había
establecido contacto con los académicos más destacados de América
Latina y fortalecido sus relaciones con las redes intelectuales de la región, a las cuales apoyaría durante su cargo como consultor en el área
de ciencias sociales latinoamericanas de la Fundación Ford.10 Según
Adams, los objetivos de Silvert apuntaban a “sensibilizar al establishment norteamericano sobre la importancia y el potencial de América
Latina”.11 En 1962 obtuvo el cargo de asesor, pero sus relaciones con
la institución filantrópica eran anteriores a su nombramiento. Sin duda,
este académico fue uno de los agentes que propiciaron la institucionalización de la Fundación Ford en América Latina y posiblemente uno
de los que más alentó el interés de dicha institución en las ciencias
sociales de la región.
Desde los años cincuenta, tanto para la Fundación Ford como
para varios organismos de cooperación, Chile comenzó a ser un destino importante para la asistencia técnica y financiera internacional.12 El
informe de Nita Manitzas trata sobre las problemáticas y las posibilidades institucionales que las agencias gubernamentales norteamericanas observan en dicho país. En otro reporte, Manitzas destacó los
puntos relevantes de las problemáticas generales que presentaban
los tres niveles educativos —elemental, secundario y superior.13 Los
reportes también reflejan la importancia que se asignó al área educativa. Thomas McConnell, DeForest Trautman y Robert Wickham reali10
Richard Morse, “Kalman H. Silvert (1921-1976): a reminiscence”, The Hispanic
American Historical Review, vol. 57, núm. 3 (agosto de 1977), pp. 504-510.
11
Adams, “Kalman Hirsch Silvert” [n. 9], p. 191. La traducción es mía.
12
Los Reports son los informes que entregan los agentes filantrópicos a la sede
central de la Fundación; a partir de estas investigaciones y análisis se evaluaban las
posibilidades de financiamiento. En cambio los Grants son los subsidios que se activan
para una institución o área determinada. No todos los informes activan subsidios. Entre
los documentos que ilustran el periodo, los reportes resultan más valiosos y, debido a su
cantidad, contenido y heterogeneidad de análisis, son preferibles a los informes contenidos en los subsidios.
13
Report núm. 001527/1959 y Report núm. 000056/1961.
92
Fernando Quesada.pmd
Cuadernos Americanos 133 (México, 2010/3), pp. 89-101.
92
06/07/2010, 06:16 p.m.
Sobrevolando la tormenta: la sede chilena de la Fundación Ford
zaron un estudio sobre las posibilidades para el financiamiento de la
educación superior, el cual activó el otorgamiento de un subsidio.14 La
misma comitiva desagregó por universidades las problemáticas de
la educación superior y generó un nuevo subsidio. William Gates realizó una investigación sobre los proyectos de investigación económica
que se desarrollaban en la Universidad de Chile, informe que dio origen a un subsidio por un monto de seiscientos diecisiete mil dólares
destinados a instrucción e investigación.15 Robert Wickham, quien había participado en la comitiva que analizó las problemáticas de la educación superior, realizó un informe personal sobre dicha temática.16
Harold Hayes entregó un reporte sobre la educación impartida por la
Universidad Técnica Estatal de Chile.17 Martín Domínguez realizó un
informe sobre el proyecto de Colegios Regionales de la Universidad
de Chile, que posteriormente fue complementado con el de Thomas
McConnell y que activó un subsidio por un millón cuatrocientos mil
dólares.18 Joseph Grinoval, especialista en economía, entregó un informe sobre las investigaciones y las características del Instituto de Economía de la Universidad de Chile, producto de su viaje en misión de
visita.19 Temáticas como la educación gerencial, la reforma agraria y
las posibilidades educativas de la televisión también fueron tratadas
por los agentes visitantes.20
En esta modalidad de visitas, en 1961 se activó el subsidio por
seiscientos diecisiete mil dólares para dar inicio a un programa de investigación y adiestramiento para los graduados en la carrera de Economía de la Universidad de Chile.
Significativas transformaciones políticas e ideológicas fueron protagonizadas por Chile durante esta etapa y atrajeron la atención de los
agentes visitantes. En 1957 la unión de los principales partidos políticos de izquierda —el Partido Socialista Popular, el Partido Socialista
Chileno y el Partido Comunista de Chile— conformaron la alianza estratégica Frente de Acción Popular y obtuvieron el segundo lugar en
las elecciones presidenciales de 1958. Aunque el triunfo lo obtuvo Jorge Alessandri, candidato conservador, los agentes visitantes de la Fundación Ford, motivados por un indiscutible sentimiento anticomunista,
14
Report núm. 006829/1961, Grant núm. 06100341, pp. 61-173.
Report núm. 000311/1961, Grant núm. 06100372.
16
Report núm. 002490/1961.
17
Report núm. 008705/1962.
18
Report núm. 008804/1962 y Report núm. 000403/1963; Grant núm. 06100341.
19
Report núm. 008808/1962.
20
Report núm. 000314/1961, Grant núm. 06190173 L6 6-422, Report núm. 002533/
1960 y Report núm. 000028/1962.
15
Cuadernos Americanos 133 (México, 2010/3), pp. 89-101.
Fernando Quesada.pmd
93
06/07/2010, 06:16 p.m.
93
Fernando Quesada
no pudieron desestimar tan significativo acontecimiento electoral. Esta
preocupación puede observarse claramente en el reporte de Alexander
Robert sobre Chile, elaborado en 1959, en cuya conclusión argumenta: “although the emergence of communism into legality once again does
not pose an immediate threat to Chile’s long-tested democracy, inflation
is causing unrest and communism may be a long-range threat to the
Republic”.21
La revolución a la vuelta de la esquina:
institucionalización y consolidación, Chile 1963-1973
DE lo antes expuesto se desprende que el interés en Chile se debía, en
parte, a las condiciones sociopolíticas que exhibía y al crecimiento electoral de la izquierda. Pero además, se conjugaron diversas condiciones
académicas e institucionales que favorecieron el arribo de la Fundación Ford a Santiago.
Chile se había conformado como “el eje de un circuito regional de
investigación social” cuyos inicios pueden ubicarse entre 1948 y 1949,
con la creación de la CEPAL y con la temprana modernización del sistema de educación superior.22 En esta etapa, las ciencias sociales adquirieron importantes niveles de institucionalización y profesionalización
disciplinaria, proceso en el que se ubica la creación del Instituto de
Investigación Sociológica de la Universidad de Chile en 1946 —mismo que una década más tarde será reorganizado por Eduardo Hamuy,
su director— y en 1958 la Escuela de Sociología, también de la Universidad de Chile, por Roger Vekemans, y, finalmente, la Escuela de
Sociología de la Universidad Católica. La confluencia en Santiago
de instituciones regionales e internacionales representaba un ambiente
alentador para la instalación de una institución filantrópica como la Ford.
El país andino reunía una serie de condiciones sociopolíticas que lo
diferenciaban de los restantes países latinoamericanos. El equilibrio
institucional democrático —a diferencia de Brasil, Argentina, Bolivia o
Perú— lo convertía en “un caso aparte en el contexto político del continente”.23 Ese factor político lo tornaba un espacio propicio para la
inversión filantrópica en diferentes campos académicos, sobre todo en
21
Report núm. 000062.
Fernanda Beigel, “Dependency analysis: the creation of new social theory in
Latin America”, en Sujata Patel, ed., The ISA Handbook of Diverse Sociological Traditions,
Londres, SAGE, 2009.
23
Alain Rouquié, El Estado militar en América Latina, Buenos Aires, Emecé, 1982,
p. 252.
22
94
Fernando Quesada.pmd
Cuadernos Americanos 133 (México, 2010/3), pp. 89-101.
94
06/07/2010, 06:16 p.m.
Sobrevolando la tormenta: la sede chilena de la Fundación Ford
una región en la que la producción científica, en todos los campos,
estaba íntimamente afectada por la repercusión política.
La instalación de la subsede de Chile, en 1963, responde a la corriente de institucionalización de la región del Cono Sur que comenzó
en Brasil, Argentina y Colombia en 1962, y luego de la apertura chilena
continuó en Perú en 1965. Sin embargo, la sede chilena gradualmente
va adquiriendo relevancia respecto de las demás. En esta etapa la Fundación Ford comenzó a participar directamente en los organismos internacionales de asistencia y a colaborar con ellos en forma conjunta.
En 1965 la sede chilena se convirtió en Oficina Regional.
Entre los subsidios a las ciencias sociales otorgados en este periodo podemos mencionar el destinado al fortalecimiento de la Escuela de
Sociología de la Universidad Católica de Chile;24 el otorgado al proyecto de reestructuración de la Escuela Latinoamericana de Sociología
(ELAS) de FLACSO;25 y el apoyo financiero para el Centro de Estudios de
Planeamiento Nacional de la Universidad Católica de Chile.26 Aquí se
encuadra la mayor cantidad de subsidios otorgados por la Fundación
Ford en Chile y la etapa coincide con la consolidación de las teorías
del desarrollo y la emergencia de las teorías de la dependencia en el
campo de las ciencias sociales.
La consolidación de la institución filantrópica en Chile marchó paralelamente a los acontecimientos políticos que marcaron toda la década, así como también a procesos sociales y culturales a los que la
Fundación Ford no fue refractaria.
En lo referente al ámbito político, en 1964 Eduardo Frei, de Democracia Cristiana, accedió a la presidencia de Chile, lo que dio comienzo a una importante experiencia reformista en la gestión gubernamental. La propuesta de una “revolución en libertad” por parte del
nuevo candidato se plasmó en sectores desfavorecidos que se vieron
beneficiados con las reformas económicas y sociales. Se trataba de un
programa político afín a los postulados de la Fundación Ford. Pero ya
en 1966 comenzaron a germinar una serie de conflictos que deterioraron el empuje inicial de la “revolución” demócratacristiana: la reforma
agraria y la reforma universitaria se convirtieron al interior del partido
gobernante en fuente de rupturas irreconciliables, que luego contribuyeron al fortalecimiento de la Unidad Popular, creada sobre la base de
los partidos del Frente de Acción Popular. En 1970 Frei fue sucedido
24
Grant núm. 2297 3895/1964.
Grant núm. 680 0795/1969.
26
Grant núm. 2656 2677 3865 3905/1971.
25
Cuadernos Americanos 133 (México, 2010/3), pp. 89-101.
Fernando Quesada.pmd
95
06/07/2010, 06:16 p.m.
95
Fernando Quesada
por Salvador Allende, quien se convirtió en el primer socialista latinoamericano en ser electo en las urnas.
El ámbito académico no fue ajeno a esta serie de transformaciones
políticas, sociales y culturales que se desencadenaron entre 1965 y
1968. La llegada del socialismo al poder en Chile catalizó relevantes
procesos de transformaciones que excedieron las fronteras del campo
en cuestión. El acontecimiento produjo una fluida circulación de agentes del sector científico, en especial de las ciencias sociales hacia el
ámbito político, y al contrario de lo que sostienen las interpretaciones
canónicas la autonomía de los campos se produjo al compás de la
politización.27
El auge del Proyecto Camelot en 1965 y sus repercusiones en
toda América Latina los años siguientes significaron serios trastornos
para la Fundación y para los organismos internacionales de cooperación que sobrevolaban la región. Las líneas de financiamiento activadas en ese lapso y las proyectadas para años venideros no fueron
afectadas; por el contrario, mostraron una curva ascendente que comenzó a disminuir hacia los primeros años de la década de 1970 con la
crisis financiera.28 Es necesario reconocer que si bien en Chile, país
para el cual estaba pensado el Proyecto Camelot, el campo académico sufrió los coletazos del conflicto, su equilibrio institucional no se vio
afectado y mucho menos las líneas de financiamiento internacional que
recibía.29
Sin embargo, las representaciones políticas que el Camelot impulsó y las intervenciones del campo político en lo académico, estimularon los cuestionamientos sobre las fundaciones filantrópicas y los organismos de asistencia ligados a Estados Unidos. Como ejemplo de esto
puede mencionarse el informe que la comisión investigadora del Proyecto Camelot solicitó a Alfredo Silva, rector de la Universidad Católica de Chile, para aclarar el origen y el tipo de financiamiento que esa
27
Beigel, “Dependency analysis” [n. 22].
Albert Szymanski, “Las fundaciones internacionales y América Latina”, Revista
Mexicana de Sociología, 35, 4 (octubre-diciembre de 1973), pp. 801-817.
29
Juan José Navarro y Fernando Quesada, “El impacto del Proyecto Camelot en el
periodo de consolidación de las ciencias sociales latinoamericanas”, en Diego Pereyra,
comp., Tradiciones, actores e instituciones en el desarrollo de las ciencias sociales en
Argentina, Chile, México y América Central: una mirada histórica y regional, San José de
Costa Rica, FLACSO, 2010 (Serie Cuadernos de Ciencias Sociales); y Juan José Navarro y
Fernando Quesada, “El Proyecto Camelot (1964-1965): la dependencia académica, entre
el escándalo y el mito”, en Fernanda Beigel, dir., Autonomía y dependencia académica:
Universidad e investigación científica en Chile y Argentina (1950-1980), Buenos Aires,
Biblos, 2010.
28
96
Fernando Quesada.pmd
Cuadernos Americanos 133 (México, 2010/3), pp. 89-101.
96
06/07/2010, 06:16 p.m.
Sobrevolando la tormenta: la sede chilena de la Fundación Ford
institución académica recibía de la Fundación Ford y de otros organismos internacionales.30
En 1970 la Fundación Ford fue testigo del triunfo electoral de la
Unión Popular y de Salvador Allende, su candidato. Entre los agentes
de dicha institución existía un fuerte optimismo con respecto a la nueva
administración, sin embargo, observaban con escepticismo sus propuestas económicas.
El novedoso acontecimiento electoral despertaba en la institución
un fuerte sentimiento de asombro; ejemplo de ello es la variedad de
reportes que se realizaron sobre las transformaciones y el carácter de la
nueva administración. Al mismo tiempo, una cierta simpatía difería bastante del rechazo total del periodo de las visitas. El reporte inaugural es
realizado por Nagaraja Rao, documento en el que dicho autor analizó
la plataforma electoral de la Unión Popular en vísperas del triunfo de
Allende.31 El siguiente reporte ilustra la preocupación y el interés que
mostraban los agentes de la Institución en las medidas económicas
que estaba implementando el socialismo: el documento conjunto de
John Strasma, Joseph Ramos, Peter Bell y William Carmichael versa
sobre la política económica de la Unión Popular y sobre el programa
de economía de la Fundación Ford.32 En 1971 Peter Bell, representante en ese entonces de la Fundación Ford en Chile, realizó un balance del primer año del gobierno de Allende y de las problemáticas que
debió afrontar.33 Entre esta serie de reportes, se destacó otro, de finales de 1971 y realizado de nueva cuenta por Peter Bell, en el que
analizó los resultados del viaje a Chile concertado por McGeorge
Bundy, presidente de Fundación Ford, y por David Bell, vicepresidente ejecutivo, con el objeto de observar las características del socialismo chileno y sus lineamientos políticos, sociales y económicos.34 La
política educativa del gobierno de Allende también fue analizada en un
reporte de Peter Hakim.35 Esta serie de documentos sobre la experiencia socialista democrática se cierra con el reporte consignado por
Peter Bell sobre el desenlace y las consecuencias inmediatas del golpe
de Estado de Pinochet.36
30
Nota del Rectorado de la Universidad Católica de Chile, núm. 223/65.
Report núm. 008505/1970.
32
Report núm. 011628/1971.
33
Report núm. 011601/1971.
34
Report núm. 011634/1971.
35
Report núm. 004055/1973.
36
Report núm. 010668/1973.
31
Cuadernos Americanos 133 (México, 2010/3), pp. 89-101.
Fernando Quesada.pmd
97
06/07/2010, 06:16 p.m.
97
Fernando Quesada
El país de las últimas cosas:
contracción institucional 1973-1991
EL golpe militar chileno perpetrado en 1973 tuvo nefastas consecuencias en todos los órdenes, incluido el campo filantrópico. La Junta Militar intervino las universidades y designó rectores delegados con amplias potestades; fueron suprimidas algunas carreras y unidades
académicas e institutos de investigación; profesores y estudiantes fueron expulsados y quedaron sin efecto los innovadores planes de estudio que se habían aplicado durante la reforma universitaria de 1967.
Ante el escenario de autoritarismo en el que estaba inmerso el país, la
Fundación Ford redujo la oficina chilena y reasignó al personal extranjero a las instalaciones de Lima y Bogotá como medida simbólica de
rechazo a la dictadura y a la situación a la que había sido relegada la
educación superior, y al mismo tiempo para continuar su asistencia por
medio de la sede limeña. Desde su postura política la Fundación Ford
concentró su apoyo en los Centros Académicos Independientes (CAI),
nombre que recibieron los institutos de investigación social emergentes
en la región en contextos políticos autoritarios.37 La Academia de Humanismo Cristiano fue uno de los centros beneficiados con dichos
fondos.38
Un agente de la Fundación Ford que tomó posesión de su cargo
unos días después del golpe de Estado definió el ambiente intelectual
como de “temor y confusión”, y para remediarlo se pensó en tomar
medidas de emergencia.39 La situación política y cultural que atravesaba la sociedad chilena activó una nueva serie de estudios: como vimos
anteriormente, el reporte inaugural fue realizado por Peter Bell; le siguieron uno de Kalman Silvert —consultor para las ciencias sociales
que tenía pleno conocimiento sobre la situación del campo académico
por haber realizado un viaje a Santiago para constatar la situación— y
los realizados por Richard Dye luego de su visita a Chile en 1974.40
Ante las nuevas condiciones, agencias y organismos internacionales de cooperación adoptaron una política de compensación que aún
37
José Joaquín Brunner y Alicia Barrios, Inquisición, mercado y filantropía: ciencias sociales y autoritarismo en Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, Santiago de Chile,
FLACSO, 1987, pp. 231-232.
38
Jeffrey M. Puryear, Thinking politics: intellectuals and democracy in Chile, 19731998, Baltimore, The Johns Hopkins University, 1994, p. 45.
39
Entrevista electrónica del autor con Jeffrey Puryear, mayo del 2008.
40
Report núm. 008959/1974, Report núm. 008958/1974 y Report núm.
010669/1974.
98
Fernando Quesada.pmd
Cuadernos Americanos 133 (México, 2010/3), pp. 89-101.
98
06/07/2010, 06:16 p.m.
Sobrevolando la tormenta: la sede chilena de la Fundación Ford
no ha sido suficientemente esclarecida. Los criterios de acción que
puso en funcionamiento la Fundación Ford fueron tomados como “modelos de comportamiento” por las demás agencias y fundaciones que
actuaban en la región.41 En un primer momento se tomaron medidas de
emergencia para brindar asistencia social a los académicos afectados:
exiliados, expulsados de sus lugares de trabajo, perseguidos políticos
etc. Tales problemáticas excedían las razones internas del campo académico y activaron en la Fundación Ford un conjunto de subsidios
extraordinarios, tendentes a aliviar las necesidades de los “intelectuales
desplazados por eventos políticos”. El primer donativo de este tipo
por un monto de doscientos cuarenta y dos mil dólares, fue asignado a
CLACSO días después del golpe de Estado de septiembre. Le siguieron
otro a la misma institución por cinco mil dólares, a LASA por ochenta y
cuatro mil dólares, al WUS del Reino Unido por dieciocho mil dólares
y en 1974 el otorgado al WUS de Canadá por veintitrés mil dólares.
Dichos subsidios fueron vitales para la activación del Proyecto de
Reubicación de Cientistas Sociales, el cual permitió reubicar a mil trescientos científicos que habían sido desplazados o corrían el riesgo de
ser apresados.42
En 1978 la Fundación Ford inició su “primer programa de Derechos Humanos” al otorgarle un subsidio a la Vicaría de la Solidaridad,
perteneciente al Arzobispado de Santiago, para que documentara las
violaciones cometidas por la dictadura de Pinochet. Esta institución fue
creada por el cardenal Raúl Silva Henríquez, cuya labor en defensa de
los derechos humanos fue decisiva para la etapa de transición democrática que sobrevino en 1991. Los documentos de dicha vicaría sirvieron como pruebas fundamentales para la Comisión de Verdad y
Reconciliación. En el 2003 los archivos de la Vicaría de la Solidaridad
fueron declarados por la UNESCO patrimonio documental de la Memoria del Mundo.43 La Academia de Humanismo Cristiano, institución
creada también por Silva Henríquez, recibió asimismo apoyo de la Fundación Ford para financiar una publicación sobre derechos humanos.
Los centros académicos independientes que florecieron en Chile
durante la dictadura fueron los protagonistas intelectuales de la coyuntura de transición política hacia la democracia. Dichos centros recibieron apoyo financiero de múltiples agencias gubernamentales —USAID,
41
Brunner y Barrios, Inquisición, mercado y filantropía [n. 37], p. 230.
Paola Bayle, “Emergencia académica en el Cono Sur”, Ícono. Revista de Ciencias
Sociales (Quito, FLACSO), núm. 30 (enero del 2008), pp. 51-63.
43
La Fundación Ford: 40 años en la región andina y Cono Sur, Santiago de Chile,
FF, 2003, pp. 37-38.
42
Cuadernos Americanos 133 (México, 2010/3), pp. 89-101.
Fernando Quesada.pmd
99
06/07/2010, 06:16 p.m.
99
Fernando Quesada
Nacional Endowment for Democracy (NED), Comunidad Económica
Europea— y de fundaciones privadas —IDRC, SAREC, NOVIB, InterAmerican Foundation, Honrad Adenauer, entre otras. La Fundación
Ford, que por razones políticas debió trasladar su sede de Santiago a
Perú y luego, por razones de seguridad, a Colombia, continuó invirtiendo considerables sumas de dinero en Chile. Entre 1980 y 1988 los
fondos destinados a esta nación aumentaron alrededor de ochocientos
mil dólares anualmente.44
Consideraciones finales
EL restablecimiento de los sistemas democráticos en la región del Cono
Sur, desde la primera mitad de la década de 1980, brindaron las condiciones necesarias para restaurar la institucionalidad en el ámbito académico. Pero los nuevos tiempos requieren asimismo nuevas agendas
de investigación. En 1991 la Fundación Ford reabrió sus puertas en
Santiago y la sede adquirió jerarquía continental al convertirse en la
Oficina de la Región Andina y Cono Sur. Entre las temáticas que prevalecieron en esta etapa se encontraban: los derechos humanos, las
problemáticas de género, los regímenes democráticos, las transiciones
institucionales y los mecanismos de participación ciudadana. La Fundación Ford no fue ajena a la consagración de esta nueva agenda científica, razón por la cual abordó una serie de políticas para apoyar las
innovaciones y comenzó a promocionar programas como “los derechos legales de las minorías raciales; el nuevo papel de los militares; y
el respeto por el Estado de derecho”.45 En 1994 se inició el Programa
de Derechos Sexuales y Reproductivos.
Con el inicio de la democracia, la Vicaría de la Solidaridad se transformó en la Fundación de Documentación y Archivo de la Vicaría de la
Solidaridad, entidad que recibió también el apoyo de Ford.
44
Jeffrey M. Puryear, Building democracy: foreign donors and Chile, Nueva York,
The Columbia University/New York University Consortium, 1991 (Conference papers,
57), p. 7.
45
La Fundación Ford [n. 43], p. 57.
100
Fernando Quesada.pmd
Cuadernos Americanos 133 (México, 2010/3), pp. 89-101.
100
06/07/2010, 06:16 p.m.
Sobrevolando la tormenta: la sede chilena de la Fundación Ford
RESUMEN
Los organismos internacionales de cooperación y las fundaciones filantrópicas
han tenido una función relevante en la emergencia y consolidación del campo
científico. La asistencia técnica y financiera tomó un fuerte impulso en los años
posteriores a la Segunda Guerra Mundial. En el escenario de la Guerra Fría, la
cooperación internacional comenzó a mostrar múltiples tensiones y las periferias se convirtieron en territorios estratégicos en los cuales se desenvolvió la
contienda por la dominación simbólica a nivel mundial. América Latina presentaba un escenario próspero para la intervención de las agencias de cooperación.
En este trabajo nos proponemos observar el proceso de instalación de sedes
regionales que la Fundación Ford realizó en América Latina. Tomaremos el caso
de Chile debido a que en este país recaló la institución e hizo su apuesta más
importante de institucionalización.
Palabras clave: Fundación Ford, filantropía Chile, ciencias sociales Chile.
ABSTRACT
International cooperation agencies and philanthropic foundations have played
a significant role in the emergence and consolidation of the scientific field.
Technical and financial assistance began to take momentum in the years after
World War II. In the setting of the Cold War, international cooperation began to
show multiple strains and territories in the periphery became strategic, which
unleashed the race for symbolic domination worldwide. Latin America offered a
prosperous setting for the involvement of cooperation agencies. In this article,
we seek to explore the set-up process of regional headquarters by the Ford
Foundation in Latin America. We will focus on the case of Chile, because the
institution settled in this country and it made its most important commitment to
institutionalization.
Key words: Ford Foundation, philanthropy Chile, social sciences Chile.
Cuadernos Americanos 133 (México, 2010/3), pp. 89-101.
Fernando Quesada.pmd
101
06/07/2010, 06:16 p.m.
101