Materialidades y sentidos de nuestra contemporaneidad

Revista Heterotopías del Área de Estudios Críticos del Discurso de FFyH. Volumen 2, N° 4. Córdoba, diciembre de 2019 - ISSN: 2618-2726. Dra. Natalia Lorio Materialidades y sentidos de nuestra contemporaneidad Acerca de La Rocca, P. y Neuburger, A. (2019). Figuras de la intemperie. Panorámica de estéticas contemporáneas. Córdoba: Editorial Universidad Nacional de Córdoba. Con textos de Noelia Billi (prólogo), Leonel Cherri, Paola Cortés Rocca (epílogo), Julia Jorge, Paula La Rocca, Franca Maccioni, Javier Eduardo Martínez Ramacciotti, Gabriela Milone, Ana Neuburger, Silvana Santucci, Belisario Zalazar. El libro que ocupa nuestra atención no es un libro inocente. No es un libro cándido que viene a asomar su nariz en un terreno tan espinoso como el de la estética contemporánea ni, menos aún, que ose jugar ingenuamente con conceptos que están tan atravesados por la tradición como por la disputa (incluso aún en debate y en tensión como el concepto de figura). Por el contrario, tal como lo sugieren Noelia Billi (en el prólogo) y Paola Cortés Rocca (en el epílogo), este libro es la condensación de un trabajo de articulaciones varias. Articulaciones, decimos, porque se sitúa en una tradición, pero desde el margen, desde su orilla, allí donde se moja y endurece el borde en contacto con el medio. Articulaciones, decimos, porque juega con ambos y los pone a hablar, escenifica disputas entre la tradición y los espacios de una nueva aventura del pensamiento y, como si eso fuera poco, enmarca con su tono la apertura de nuevos escenarios de la crítica. Así, el medio está tan presente que permite situar el campo de discusiones y sitiar las zonas de materialidad que abren a pensar desde una sensibilidad que se sabe a la intemperie. Sin embargo, la intemperie que aquí se interpela no es la del nihilismo consumado, sino la semblanza del territorio vivido, que es nuestro aquí y ahora –aunque ese aquí se distienda en una geografía tan realista como imaginaria, y ese ahora no pueda entenderse más que en el entramado de una historia que nos antecede y un futuro aún incierto–, es decir, en el relato de una historia sin reaseguros. Las articulaciones que presentan estas Figuras de la intemperie tienen el rasgo de lo “montaraz” o “salvaje”, tal como señala Noelia Billi al inicio del libro, en tanto que, sabiéndose en el marco de la tradición, también sabe conmoverla para hacer ver desde otras luces la materialidad del lenguaje y la escritura de la lectura. Más aún, su salvajismo es tal porque pretende (y lo logra) alejarse de las rumias de la domesticidad de la Revista Heterotopías del Área de Estudios Críticos del Discurso de FFyH. Volumen 2, N° 4. Córdoba, diciembre de 2019 - ISSN: 2618-2726. Dra. Natalia Lorio materia, en una apuesta a la plasticidad de lo material que apunta a lo sensible. Desde un materialismo heterodoxo, insiste en registrar esa plasticidad de la materia que –como sugiere Franca Maccioni– “modele otra imaginación posible del espacio común que habitamos” (2019, p. 69). Desde esa impronta, el libro propone tensiones, flexiones y estiramientos de la lengua y las figuras para llegar a lo ético, lo poético, lo político, configurando así un terreno o, mejor, una atmósfera crítica novedosa. En esta Panorámica de estéticas contemporáneas se inaugura un modo de pensar y flexionar el pensamiento y la lengua hacia un “materialismo figural” –como propone Gabriela Milone en las páginas iniciales–. Son convocados aquí para tal propósito Barthes, Deleuze, Lyotard, Malabou, también Foucault, Agamben, Sloterdijk, Buck-Morss, Didi-Huberman, no sin Henderson, Guzmán, Aira, Cortés Rocca, Schmidl, Moreno, Bitar, Césari y, desde los hilos de esos pensamientos y esas lenguas, se trama, se contornea, se atraviesa un materialismo en el que la figura y la plasticidad modulan diversas manifestaciones espaciales del lenguaje. Las figuras son esas manifestaciones: materiales, desplazadas (no naturales), marginales. La naturaleza, el agua y la luz, por caso, son tomadas aquí como figuras posibles para señalar diversas temporalidades y lugares que conviven (no sin violencia, no sin intervención, no sin sangre, no sin escritura mediante) en esta intemperie contemporánea. Lo sorpresivo e imprevisto de la materialidad acuática (del río, del rocío, de la humedad de los ojos con sed de leer, etc.) permite trazar comunidades heterotópicas, de tiempo remotos que aún son-tiempos-comunes. El agua, lo fluvial y los tránsitos que posibilita, lo efímero de su trazado, la mezcla que impulsa, llama a pensar y tramar una historia otra de un origen de (otro) país. El agua, lo oceánico, lo informe y lo que corroe y ahoga es también la materia de otras formas de vida, diversos modos de ser-en-el agua. Entre la negación del agua y su inseparabilidad de la vida, Belisario Zalazar propone una lectura de la obra El botón de Nácar del chileno Patricio Guzmán que hace justicia de ese modo de plegar una ontología a la estética y a la política. Sin embargo, volvamos a la atmósfera que plantea el libro: recordemos que la primera indicación de los ardides tramados en él está en su título: Figuras de la intemperie. Se dice figuras, por lo que desde el inicio somos llevados a recorrer un borde (entendido como una articulación densa de materia) o, dicho de otro modo, somos llevados a un lugar donde órdenes heterogéneos co-inciden. Pero también se dice intemperie, como posible espacio/tiempo en el que se presentan instantes de condensación material. Este libro colectivo acepta el desafío de pensar en/con esas Revista Heterotopías del Área de Estudios Críticos del Discurso de FFyH. Volumen 2, N° 4. Córdoba, diciembre de 2019 - ISSN: 2618-2726. Dra. Natalia Lorio figuras arrojadas a su contemporaneidad, es decir, acepta el desafío de ser un dispositivo que hace ver. En este sentido es preciso decir que las figuras aparecen dando forma a un agenciamiento, o sea, como esa instancia que rompe con la dicotomía de lo activo y lo pasivo, y así aparece la posibilidad de cartografiar un campo de visibilidad que conecta lo político, lo escriturario, la crítica y la filosofía. Desde cierto uso de estos discursos y formas de visibilidad, asoman las figuras convocadas como esos seres que posibilitan otra imaginación crítica. Este libro condensa una serie de trazos y operaciones que, si bien puede dar cuenta de un sensorium impersonal (como propone Billi), lo hace desde el tramado de una sensibilidad material que se distiende entre la temporalidad de lo ya sido y lo por ser. Figuras tramadas y atravesadas por la coreografía de la memoria (de lo sido, pero no por eso revelado) y lo por ser (y no por eso patente, estable, fijo). La memoria de la materia y la imaginación material en las figuras que aquí toman lugar señalan la danza de una mirada atenta de las cosas, sus lugares. Ahora bien, esos cursos, desplazamientos, esos movimientos no detienen la pregunta que insiste y no deja de insistir por estas páginas: ¿por qué hablar de figura?, ¿para dar cuenta del agotamiento del discurso?, ¿para convocar al diseño de lo múltiple?, ¿para aguzar el sentido estético y político de las múltiples caras de la literalidad?, ¿o acaso para ensayar una máquina óptica que pueda dar a ver esas caras y también lo multifacético de esas temporalidades y sus desplazamientos? Acaso todas y cada una de esas posibilidades abiertas en estas preguntas sean las que el libro roza: Figuras de la intemperie busca entender la memoria de las cosas para acceder al presente, para imaginar un presente que pueda hacer con las ruinas. La intemperie evocada en este libro colectivo es la de nuestro tiempo. Se trata de mostrar una serie de operaciones en los bordes escritura/lenguaje, en los bordes de las artes/política, en la historia/naturaleza; bordes que sostienen el gesto de exponer sus tensiones (las tensiones y suspensiones de nuestro tiempo, las mismas que soportan nuestros cuerpos) sin que la intemperie se convierta en un páramo. Quienes escriben en este libro parecen insinuar que no hay espacio agotado, hay más bien formas de contacto expuesto a las variaciones, a la temperatura, no cubiertos ni protegidos por una estructura estable. Si en estas figuras (luz, agua, ruina, texto, etc.) lo sensible se dona, no es cierto que se dome. Se relaciona con la intemperie porque se expone desposeyendo toda estabilidad, aunque eso no implica que deje de organizar afinidades electivas, afinidades Revista Heterotopías del Área de Estudios Críticos del Discurso de FFyH. Volumen 2, N° 4. Córdoba, diciembre de 2019 - ISSN: 2618-2726. Dra. Natalia Lorio sensibles en las que lo visible se revela (se deja ver, sentir) y se rebela (se hace sentir y ver, no se deja domar, atar, domesticar). La apuesta aquí presente está hecha hacia una figura que no está completa o cerrada sobre sí misma. En este sentido, hay un llamado a quien lee, se le destina una tarea, a saber: ser partícipe de la oportunidad de revelar/rebelar esa figura. Franca Maccioni toma la figura de lo fluvial para trazar un movimiento de la materia en relación a la temporalidad (la de Ulrico Schmidl y la de Paraná Ra´anga), la figura del río es el vehículo que puede vincular lo desvinculado, y la travesía del barco, el registro de esa virtualidad que todo lo promete, incluso lo que “nos recuerde una vez más, lo que los hombres tratan de olvidar” (2019, p. 58). La plasticidad acuática está también presente en el análisis de Belisario Zalazar: el agua es la figura de lo que asedia, en formas disímiles, pero también en términos de memoria, un memorioso asedio que pide nuestra respuesta. A partir del filme de Patricio Guzmán, el desplazamiento (y no la restitución) y la fijación (por porfía de la memoria) muestran el doble anclaje de la figura: modelo y molde. En el resplandor de las figuras de luz, Javier Martínez Ramacciotti espía la multiplicación de las luces menores, menos para hablar del entrenamiento de los ojos para verlas que del abatimiento epocal de esos ojos fatigados que, no obstante, sobreviven gracias a esa fatiga. “Nada hay entero, sólo ruinas”, nos dice, y traza así un modo de habitar esa intemperie del presente, habitarla desde la disputa: instala la configuración de una materialidad del lenguaje que eclipsa la gran luz. Ana Neuburger, modulando ese gesto, accede con Aira a la Villa luminosa, para montar allí un dispositivo de circulación de la visibilidad, del uso, de los restos, de nuevas luces y luces plurales que marcan un imaginario contemporáneo. Las ruinas también circunscriben la materia figural de lo maleable, de lo que puede cobrar otra forma o dibujar otros perfiles: en las incrustaciones de las tachaduras en la escritura –como propone Paula La Rocca– permiten hacer ver los artificios de la historia y de su construcción o composición, pero también trazar nuevos y futuros mapas de una escritura (o de des-escritura, como plantean Silvana Santucci y Leonel Cherri). Estas lecturas expuestas a la singularidad de cada movimiento, a la coreografía y plasticidad de la materia, inventan un terreno posible de la crítica con estos extraños seres verbales (como llama Barthes a las figuras). Agua, ruinas, luz, escritura, grafía son algunas de las figuras que exponen a los autores a la intemperie, a la extensión atmosférica expuesta que no es abrigada por la figura. Cada una de estas figuras no es Revista Heterotopías del Área de Estudios Críticos del Discurso de FFyH. Volumen 2, N° 4. Córdoba, diciembre de 2019 - ISSN: 2618-2726. Dra. Natalia Lorio una morada sino el espacio sensible e inestable de lo político, de la memoria, pequeñas agencias verbales que tiemblan. Pequeñas estancias de la memoria, diminutas linternas políticas, extraños seres que en su temblor dejan asomar el movimiento de las cosas, los mundos y los tiempos. Bibliografía La Rocca, P. y Neuburger, A. (2019). Figuras de la intemperie. Panorámica de estéticas contemporáneas. Córdoba: Editorial Universidad Nacional de Córdoba. Fecha de recepción: 19/10/2019 Fecha de aceptación: 5/11/2019 Licencia Atribución – No Comercial – Compartir Igual (by-nc-sa): No se permite un uso comercial de la obra original ni de las posibles obras derivadas, la distribució n de las cuales se debe hacer con una licencia igual a la que regula la obra original. Esta licencia no es una licencia libre.